Bialik en Castellano
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Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de la cubierta, puede ser reproducida,
almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningn medio, sin permiso previo de los
autores.
La tarea fue ardua pero a la vez satisfactoria y placentera, disfrut y sigo disfrutando de la
misma de una manera sorprendente.
El sitio vio la luz y parafraseando al poeta se hizo camino al andar.
En estos momentos al ser re-diseada la pgina nos encontramos abocados de lleno a
corregirla, completarla y a seguir con el trabajo.
Vaya mi sincero agradecimiento a Baruj quien confi en mi desde el primer instante
alentndome, apoyndome e incluso muchas veces asesorndome.
Por ltimo agradezco a mis padres (Zl) quienes me formaron dentro de estos valores y
quienes junto a todos mis maestros me inculcaron el amor por todo lo judaico.
Lic Belkis Rogovsky
-------Agradezco a las siguientes personas por haber colaborado en el tipeado de las traducciones de las poesas
aparecidas en el sitio:
Marcela Grinboju - Nicols Brukman - Brbara Ostrovsky - Sabrina Muler - Dbora Bradichansky - Ana
Laura Koval - Carolina Lederman - Laura Lucacci - Brenda Scheps - Yanina Sapoznicoff - Cyntia
Vanina Calabresi - Daniela Gueler
Muchas Gracias !!!
La Vida de J. N. Bialik
Por Belkis Rogovsky
Jaim Najman Bialik, poeta por excelencia del renacimiento hebreo, naci el 30 de
diciembre (10 de tevet) de 1873 en Rady, pequea aldea de Wolhynia en Rusia.
A los seis aos su familia se estableci en Zitomir y su padre abri una taberna junto al
camino de la localidad. Carente de experiencia comercial le fue imposible mantener a su
esposa y a sus siete hijos y para mayor desgracia muri joven dejando a su familia en la
miseria.
En la poesa "Avi", (Mi padre) el poeta relata que dentro de la taberna al resguardarse, de
los borrachos, entre las rodillas de su padre, lo vea atender a los clientes y a la vez susurrar
las plegarias cotidianas. Siendo un nio sensible Bialik perciba el sufrimiento y la afrenta
que deba sentir su padre en tan degradante trabajo.
Muy conmovedora es la frase en donde Bialik expresa: "la imagen de mi padre guard en
mi corazn, la convoco y aparece frente a m".
Asimismo, el clebre poeta, contempla a su padre caminar lentamente como un buey
extenuado que acarrea un pesado yugo.
En el poema "Shirati"(Mi cancin) Bialik evoca el cuadro familiar que envolvi su triste
infancia. l mismo cant en forma pattica el triste ambiente de indigencia que respir en
su niez.
En la poesa citada anteriormente Bialik retrata a su madre como una mujer valiente y
enrgica, una autntica "Madre de Israel", aunque ella se confiese desamparada y desolada.
Nuestro poeta describe cmo su madre al levantarse ordenaba su hogar y luego amasaba
incesantemente hogazas de pan que llevaba al mercado para la venta.
El final de la poesa capta la huella que las lgrimas, por ella derramadas, dejaron en la
masa del pan. Las mismas penetraron, embebiendo las entraas del poeta y aquel pesar,
aquel dolor, aquella angustia se aglutinaron y dieron forma a sus versos emotivos,
profundos y trascendentes.
Con la muerte de su padre, el joven Bialik fue llevado a la casa de su abuelo paterno en los
afueras de Zitomir. Su abuelo, que viva una vida del todo consagrada a las prcticas
piadosas, proporcion a su nieto una densa formacin espiritual.
Bialik hall en casa de su abuelo numerosos libros sobre temas cabalsticos, jasdicos, y
tambin sobre filosofa judaica de acreditados autores como: Maimnides, Yehud Halev,
Yosef Albo y otros que lea a escondidas. Toda esta lectura nutri y contrarrest la
influencia jasdica que circund su temprana juventud.
Junto a sus parientes y en contacto con la naturaleza, la cual aquietaba su joven organismo
y, a la vez, lo reanimaba del cansancio provocado por sus estudios, aprendi a montar a
caballo, y a practicar algunos deportes como la pesca y la natacin.
La lectura de literatura no juda, y de libros de Haskal, provoc en l luchas internas que
revelaron sus ansias de abandonar Zitomir e ir en busca de nuevos espacios.
Por aquellos tiempos Bialik descubri a Ajad Haam, gran escritor hebreo contemporneo,
por quien siempre sinti verdadera admiracin y devocin.
En 1891 se publica en el peridico Ha-pards de la ciudad de Odesa su primer poema "El
Hatzipor"(A un pjaro). Fue dentro de este crculo literario, de Odesa, donde el poeta
afirm su vocacin literaria.
Bialik regres a la casa de su abuelo y encontr la casa de estudios, el Beit Ha-midrash
vaco, los tiempos haban cambiado, los estudiantes haban abandonado el nido.
En el poema Al saf beit ha-midrash, (En el umbral del Beit Ha-midrash) Bialik nos cuenta
que a su regreso permaneci frente al mismo y su malestar fue inmenso al ver el arn hakodesh, el arca, desprovisto del sefer tor y los rollos sagrados enmohecidos dentro de un
tonel. El poeta llor por la destruccin de la casa de estudios percibiendo su propia
destruccin.
Contrajo matrimonio en 1893 y ayudado por su suegro se dedic al comercio de madera.
Finalmente su vocacin pudo ms y en 1897 consigui trabajo como maestro de hebreo y
public varios poemas, entre ellos, Im iesh et nafshej ladaat, (Si tu alma quisiera saber) y
Bibliografa: Miln Hasifrut Hajadash de Abraham Shaann, Hotzaat Yavneh, Tel Aviv.1978.
Bibliografa: "Al Jidushei Milim" de Reuvn Sivn. Hotzaat Hamazkirut Hamadait Shel Haakademia
Lelashn Haivrit. Jerusalem. 1968
Bialik era la leyenda de la juventud israelita educada en la arcaica cultura hebrea gracias
tambin a su poema Hamatmid, cntico del seminarista judo que pierde su juventud
sobre los vetustos folios enmohecidos y que no tiene el valor de mirar a la calle, el amplio y
soleado mundo. Con ese poema, en el fondo piadoso, Bialik nos arranc de los nidos
carcomidos mucho ms que los viejos poetas hebreos con sus versos herticos. Bialik nos
enseo a amar el sol. En uno de sus poemas dice que si Dios hubiese colgado siete soles en
el cielo tampoco entonces se habra saciado su alma sedienta de luz. Y nos ense a amar
las helada y la nieve; sus poemas del invierno son, probablemente, los ms vigorosos que
existen en la poesa universal sobre este tema. Hay en ellos una alegra del vivir y una
identificacin con el cosmos que enciende la sangre. Si un len pudiera componer versos,
los hara como Bialik escribi sus poemas de invierno. Y junto con la fuerza hay en ellos
mucho retozo. El poeta se alegra con cada copo de nieve, con cada florecilla formada por la
helada en los vidrios. Bosques enteros han crecido para l en las ventanas...
Y tambin nos enseo Bialik a amar bellamente. En sus poemas refulgan los ojos
negros de Lilith y los ojos bondadosos de la Sulamita. Su poema Acgeme bajo tus alas
pertenece a las canciones lrico-erticas ms delicadas y conmovedoras de la poesa
universal.
Anlisis de Levad
Por Lic. Belkis Rogovsky
Levadi*
En este poema se perciben las nuevas ideas de la Haskal* y de la literatura racionalista
aparecida a fines del siglo 18.
Las mismas originaron luchas terribles y calladas entre lo nuevo y lo ancestral.
Las nuevas ideas se ven reflejadas en este poema en dichos como viento, luz, una nueva
cancin y ventana y las tradicionales en el Beit Hamidrash*.
Los personajes en esta poesa son el poeta personificado en un tierno pichn y la
Providencia.
El lugar en donde se desarrolla la escena es el Beit Hamidrash.
En la primera estrofa todos fueron seducidos por el viento, por la luz, por la nueva cancin
que alegr sus vidas, por la Haskal. y el, un pequeo pichn, qued protegido debajo de
las alas de la Shejin*que permanece fuerte.
En la segunda estrofa la Shejin an est fuerte pero tiene su ala derecha rota, tiembla y
teme por l, por su nico hijo.
En la tercera estrofa han expulsado a la Shejin de todos lados, slo se puede refugiar en
el Beit Hamidrash y el pichn, ya ms crecido la acompaa. Los dos se encuentran en
igualdad de condiciones.
En la cuarta estrofa l tambin es atrado por la luz y ansa volar hacia ella, el lugar dentro
del Beit Hamidrash le resulta estrecho. El pichn se convirti en un pjaro fuerte y ella
cada vez est ms debilitada y llora.
En la quinta estrofa la imagen de la Shejin est cada vez ms frgil y contrariamente a esto
el poeta cada vez tiene ms bros.
La ltima estrofa no aade ni resta al contenido de la poesa.
Segn Adi Tzemach en la poesa se revela una verdad profunda y trgica: la pena de Di-s
que es abandonado por su pueblo.
Encontramos aqu alusiones bblicas y referentes a las plegarias como en toda la vasta obra
de este genial poeta y escritor.
Primera alusin
Tajat kanfei ha/shejin:= Debajo de las alas de la Providencia.
Esta alusin aparece en la plegaria de Izcor Hamtz menuj nejon, tajat kanfei
ha/shejin= encuentra el descanso correcto bajo las alas de la Providencia.
La alusin es muy clara, en esta plegaria se habla de la muerte.
La Shejin lo protege, pero esta proteccin lo conducir a la muerte.
El personaje central no desea morir, es por eso que se acerca a la ventana, a la luz.
Segunda alusin
.Al bn al iejid,= sobre su hijo, su nico hijo
Esta alusin se conecta directamente con el captulo 22, 2 del libro de Gnesis, en donde
dice Kaj na et binj, et iejidj =Toma a tu hijo, a tu nico hijoy alude al
sacrificio de Itzjak.
No ser una muerte comn la del protagonista central, sino un sacrificio que Di-s reclama.
Tercera alusin
Badad, badad, nisharti= solo, solo me qued.
Se relaciona con Meguilat Eij, meguil que se lee en Tish Beav* y que se le atribuye al
profeta Jeremas.
La Meguil comienza con la pregunta Eij iashv vadad ha/ir rabbati= Cmo
est sentada sola la ciudad populosa?............
La soledad como destino inevitable de la Shejin.
En la ltima estrofa al hablar de unakin atik, de un lamento antiguo tambin
hace referencia a la Meguil* anteriormente citada.
Un lamento que tuvo sus orgenes en la destruccin del templo y ahora tiene su
culminacin con la destruccin del Beit Hamidrash.
Podramos seguir enumerando las alusiones, pero dejaremos una puerta abierta para que
nuestro interlocutor las descubra y las pueda compartir con nosotros.
Esta interpretacin se bas en la lectura de un artculo de Adi Tzemach acerca de la poesa
de J.N.Bialik Levadi
Levadi*= Solo
Haskal* = Iluminismo
Beit Hamidrash* = Casa de estudios
Shejin* = Providencia
Meguila* = Rollo
Tish Beav* = Fecha en que se recuerda la destruccin de los dos templos
Arenga en la muerte
Por Jaim Najman Bialik
QUE OTRA PREOCUPACION QUE LA DEL DA PRESENTE PUEDE TENER UN
PUEBLO QUE SE ARRASTRA EN SUS TINIEBLAS Y EN SUS ABISMOS?" Jaim N.
Bialik
El mayor de los poetas de su pueblo ha muerto. Y el judo errante se detiene, rasga sus
vestiduras y en lugar de elevar las palabras patticas del kaddish a su noble memoria, grit
esta arenga para sacudir a los que se arrastraban en las tinieblas.
Arenga en la muerte de Jaim Najman Bialik.
El 5 de julio la Associated Press dio la noticia al mundo: falleci en Viena Jaim Najman
Bialik.
Pasaron 20 das y en la misma ciudad ultimaron a Dollfus, el Millermetternich.
Cuidado con los poetas cuyos puos golpean sobre las mesas de los verdugos!
Los diarios de la colectividad pudieron publicar la noticia en sociales, junto a la crnica
de la fiesta con que la familia Barabanchik celebra la circuncisin de su vstago.
Tengo un corazn violento y una voz spera.
Cruzo las calles de la judera con mi rencor y mi dolor a cuestas.
Hermanos de Buenos Aires nuestro ms alto poeta ha muerto.
Como los Salmos Dios le ci de fuerzas e hizo perfecto su camino.
Jaime fue la lgrima y la sonrisa,. Bialik la imprecacin.
Y ambos se pudrirn bajo la tierra frente a los ojos ciegos de la noche tremenda.
VOCES:
- Esta noche cuando cierre el negocio, mientras mojo la tostada en el vaso de te, le voy a
decir a mi seora que me lea El pjaro y El jardn, y despus de comer vamos a ir al
teatro Omb. Para ser de la comisin hay que estar preparado.
Jaim Najman Bialik ha muerto.
-Mam, me lavo la cabeza con querosn y me pongo el vestido de raso celeste para ir a a
la biblioteca? - Bueno, querida, a ver si consigues un novio como la gente, que ya es
tiempo.
Jaim Najman Bialik ha muerto.
En la puerta de la cocina popular nuestros hermanos, los que no se atreven a morirse de
hambre, esperan su racin.
Jaim Najman Bialik ha muerto.
Nuestras piernas se arrastran en la ms profunda cinaga de la noche y sobre nuestras
cabezas brilla una luz pura.
En Tel Aviv hubo un poeta y ahora?
La casa fue inaugurada en 1925 durante las celebraciones de Sucot o Fiesta de los
Tabernculos.
La casa del poeta era muy grande comparada con las que se construan en ese entonces en
Tel Aviv, pero resultaba adecuada a la importancia que tena Bialik dentro de la cultura
hebreo sionista, pues era, al igual que en nuestros das, una figura central.
Al ser Bialik una figura pblica su casa se vea continuamente asediada por una multitud
de personas que se acercaba con diferentes intenciones. Algunos solicitaban consejos, otros
recomendaciones de trabajo. Esto llev a que el poeta colgara en la puerta de su residencia
un cartel que deca: "El poeta recibe visitas slo los lunes y jueves de 5 a 7 de la tarde". A
pesar de la estrategia utilizada, no ces la afluencia de gente.
Bajo estas circunstancias Bialik decidi alquilar una casa en Ramat Gan y cambiar de
vivienda.
A mediados de 1934, debi viajar a Viena para someterse a una intervencin quirrgica y
falleci el 4 de julio de 1934.
Entre sus viajes al extranjero realizados por motivos oficiales o a causa de su enfermedad
y sus vacaciones transcurridas en Jerusalem o Safed, Bialik no pas mucho tiempo en su
casa de Tel Aviv.
Cabe destacar que en esta casa slo escribi los versos dedicados al 25 aniversario de la
fundacin de Tel Aviv. Todo lo dems fue compuesto durante sus viajes al extranjero.
Transcurridos tres aos despus de su muerte se cre la Asociacin Bialik que tom la
responsabilidad de restaurar la casa y convertirla en un Hogar Nacional, una casa del
pueblo de Israel en Eretz Israel y en la dispora.
Shlomo Hillels, fue designado administrador de la misma.
Al ser restaurada, a pesar de las mejores intenciones, se cometieron algunos errores como
destruir la habitacin del poeta y su cocina.
Se pens que lo ms importante era preservar la biblioteca y su estudio, pues sus hbitos de
alimentacin y todo lo referido a sus costumbres hogareas eran desconocidos.
La casa se abri al pblico el 30 de junio de 1937.
La biblioteca guardaba aproximadamente 3500 volmenes pertenecientes a su coleccin
particular, adems de archivos con alrededor de 300 manuscritos del poeta, obras de otros
escritores y correspondencia mantenida entre Bialik y dems figuras pblicas, as como
tambin cartas personales.
La casa en definitiva era un museo en el cual se podan observar todas sus pertenencias.
Un ao despus, la casa nuevamente pas a ser un importante centro de cultura en Tel
Aviv.
Hillels desempe su cargo de administrador poco ms de un ao y luego lo reemplaz el
periodista Mosh Unguerfeld.
Unguerfeld dirigi la casa durante 45 aos, dedicndose a preservar y promover la
memoria del poeta.
Durante su gestin, la biblioteca de investigacin se convirti en biblioteca pblica.
En 1980 la biblioteca lleg a tener 60.000 ejemplares.
Como consecuencia del establecimiento de nuevas bibliotecas en las universidades de Tel
Aviv y Bar Iln, merm la concurrencia a la biblioteca de Bet Bialik . Los libros
comenzaron a deteriorarse al igual que la casa.
Con la muerte de Unguerfeld en 1983 lleg el final de una era en la historia de Bet Bialik.
En 1984 la municipalidad de Tel Aviv-Yafo tom en sus manos la responsabilidad de
renovar el edificio.
Jonatn Dubosarsky fue designado director de la casa de Bialik.
Los gastos fueron cubiertos por el Bank Leumi Le Israel y la Fundacin Tel Aviv.
Finalmente en 1991 se reabrieron sus puertas.
Hoy da hay una exposicin permanente sobre el poeta y su obra, adems de una gua
impresa para sus visitantes.
Desde su reapertura la casa vibra nuevamente.
Muchsimos estudiantes de todos los niveles y de todas las regiones de Israel la visitan
diariamente junto a turistas de todo el mundo.
historia de un pueblo y sus actividades creativas. Que Bialik conectaba el aspecto histrico
de la cultura con su aspecto humano es evidente por juicios como el siguiente: "El hombre
tiene cultura porque funde lo que le ha sido dado por el cielo y la naturaleza con sus propias
opiniones, intenciones, pensamientos, deseos y fuerza de voluntad". Por lo tanto, para
Bialik, la cultura como suma total de las creaciones humanas, es primariamente una
manifestacin del poder del hombre de autodeterminismo o intencionalidad. En otras
palabras, la cultura est contenida en los moldes definidos en los cuales se canaliza la
voluntad del hombre as como en los contenidos mediante los cuales regula su conducta.
Entonces, si tratamos de determinar la futura direccin de la vida cultural de un pueblo,
encontramos que la cultura se presta a nuestros poderes reguladores desde ab initio ", y
por su misma' naturaleza es el reflejo de los elementos voluntarios y autocanalizantes. Para
decirlo con palabras adecuadas, se podra afirmar que la manera en que Bialik trata los
asuntos culturales gira alrededor de la idea de voluntad y regulacin elevados a la ensima
potencia. En otros trminos, conviniendo en que la volicin y la autorregulacin son
esencialmente inherentes a la cultura, el problema reside en cmo sacarlas a la luz o al nivel
de la autoconciencia como ejercicio deliberado de la autodireccin de la fuerza de voluntad.
Antes de entrar en detalles con respecto al enfoque de Bialik, nos corresponde examinar el
marco conceptual dentro del cual se desarrolla. La nocin que de la cultura tena Bialik no
es en modo alguno ingenua, ya que era plenamente conciente de las nuevas corrientes de
pensamiento sobre el tema de la existencia nacional en general y la cultura nacional en
particular. En la conciencia de la nacin el concepto de 'cultura' ha ocupado en el intern el
lugar del concepto de la Tora.". No es necesario decir que el mismo Bialik es un ejemplo
sobresaliente del desviamiento de una tradicin cultural con centro en la teologa hacia una
cultura secular. Ms an, aunque Bialik concibe la cultura como algo enraizado en la
herencia del pasado, no desafa ni a la direccin secular que sta ha. tomado ni al
destronamiento de la teologa que sto implica. No hay signos de que Bialik haya dudado
de la legitimidad del heredero aparente.
En realidad, Bialik considera los rumbos de la historia como irresistibles y la voluntaria
autorregulacin como necesariamente sujeta a la determinacin por las circunstancias
histricas y las corrientes de la propia poca. No hay poder en el mundo capaz de resistir a
la Naturaleza. La voluntad tiene un peso decisivo cuando se halla en armona con las
tendencias histricas. No puede mantenerse en pie ante la historia. " . Si bien la ltima cita
ha sido extrada del segundo volumen del conjunto de dichos de Bialik, volumen que no
goza de gran autoridad, el pensamiento que expresa es tpico de la creencia de Bialik en la
el sello al trabajo de generaciones anteriores, la primera de las cuales nos dio la Biblia. Esto
en cuanto a la concepcin de Bialik de los orgenes histricos del proyecto de Reunin.
Examinemos ahora las tendencias psicolgicas profundamente arraigadas a las cuales l lo
atribuye. Por empezar, el mismo vnculo con la historia, presupuesto as como efectuado
por el proyecto, es testigo de una conciencia nacional culpable. El proyecto expresar al
pueblo "siempre que se sienta en lo hondo del corazn responsable de la salvacin de sus
tesoros, vivientes y muertos". Lo que nos sorprende en esta frase es la distincin que hace
entre tesoros muertos y tesoros vivos, distincin que puede significar la necesidad de un
salvamento selectivo que favorecera precisamente a los tesoros vivos. Al mismo tiempo
los vnculos con el mundo ido no se cortan. Bialik llega a destilar el pasado, no a enterrarlo.
Si el pasado debe ser preservado, se le deben sacar esos apndices que constituyen un peso
muerto. Hay necesidad de, un ajuste de cuentas final del yugo que el pueblo contina
llevando en su totalidad, mientras su sentido de la responsabilidad siga siendo vago,
esperando todava su cristalizacin y canalizacin en un proyecto completamente conciente
y deliberado de Reunin. El todava vago aunque insistente sentido de responsabilidad,
fronterizo con la culpa con respecto al pasado, necesita tratamiento psicolgico por medio
de una elucidacin de la relacin deseable entre el pasado y el presente.
Un resultado exitoso del ajuste de cuentas con el pasado sera la oportunidad que esto dara
a las nuevas creaciones. Es por esto que Bialik dice: "El nico propsito de la Reunin es el
de expandir la esfera de influencia de la nueva literatura." En otras palabras, el proceso
selectivo de la Reunin es un proceso de recopilacin sellado del legado del pasado. Como
resultado, el pasado dejar de constituir un yugo opresivo. El proceso selectivo destruir el
peso muerto del pasado que se ha vuelto opresivo precisamente porque ha sido transmitido
en su integridad y se le ha asignado una dignidad ancestral incompetente. Sin embargo no
es slo para aliviar la carga del pasado y as aliviar el presente que la Reunin selectiva
debe ser llevada acabo. Adems es para guiar a los nuevos hacia la aceptacin ms bien que
a la rebelin contra lo viejo. "El propsito de la Reunin" dice, Bialik, "es romper las
barreras para crear una Unidad.
forma, que hiciera a nuestro idioma capaz de recibir toda vibracin musical existente en el
mundo.
Todo aquel que conozca el estado de nuestra literatura de entonces, sabe hasta qu punto
son stas exactas, y no necesitan explicaciones.
Muchos gneros y captulos enteros de literatura viviente permanecieron, en verdad,
ignorados por aquellos que slo lean hebreo y por los literatos hebreos que se conformaban
con lo poco que tenan.
El primer impulso que recibi nuestra literatura para amoldarse a la forma europea en
todo su sentido lo debe a la breve vida de Mijer Lebensohn. Y sin embargo, cuando esta
delicada flor que creca en el campo de nuestra literatura pereci prematuramente, an no
haban llegado nuestras aspiraciones a su trmino y recibieron nuevamente otro aspecto,
por exigencias del tiempo y dems factores, que influyeron sobre la poesa pletrica de
fuerza de Iehuda Leib Gordon.
En este dominio dominio de la creacin de nuevas formas o nuevas plantaciones dentro
de un nuevo jardn- no es mayormente grande la fuerza de Bialik. Siendo lrico por
naturaleza, no se preocup tanto de los versos que se relacionan con otro gnero. Sus
poemas son poemas lricos, de ese tipo que va unido al nombre de Byron y cabe reconocer
esta influencia tambin en los poemas de Mijerl Lebensohn y Gordon. De este matiz son
tambin Hamatmid y quizs tambin Tikvath Ani. No se puede afirmar que, Masse
Nemirov (En la ciudad de la matanza) o Megilath Haesch sean creaciones que no entran
para nada en cualquiera de los estilos conocidos. Esta forma maravillosa lleva, en verdad,
en s el sello de fallas arquitectnicas la absoluta falta de unidad- ese sello grabado sobre
toda creacin a la cual no se avino el artista en grabarlo al comenzar su creacin en las
profundidades de su ser. Con el tiempo se le agregaron nuevas corrientes, nuevas
exigencias se encadenaron constituyendo unidades. Bajo el centro principal, nico,
descbrense otros y entre ellos qued pendiente el poema todo.
No vale la pena insistir mucho sobre este hecho, ni investigar el cmo y el por qu; pero
es un hecho que a Bialik no le preocupan el cmo y el por qu; pero es un hecho que a
Bialik no le preocupan esas formas clsicas que nos han vendido de literaturas extranjeras:
no tiene idilios, no escribi baladas, no imprimi ni un solo soneto.
Y con mayor razn an no se ocup de aquellas flores de la forma con las cuales gozan
los literatos estetas y cuya presencia en nuestra literatura casi no se nota: el rond, el triolet,
sextetos o la combinacin de versos como octavas, sextinas, sextetos y dems.
Su poesa es una poesa lrica, las transformaciones de la canzoneta antigua y el secreto
de su alma la gran tristeza juda- y le bastan pocas combinaciones rtmicas que introducir
en ellos.
Traducido del hebreo, para JUDAICA, por Herzelina.
Buenos Aires, Julio 1934
Bialik, el maestro
Por Mximo Yagupsky
Especial para Judaica
LA literatura hebrea moderna acaba de quedar hurfana de padre: Jaime Najman Bialik ha
muerto! Una nube cubre nuestra frente toda vez que nos detenemos a pensar en la tremenda
noticia que nos trajo el cable. El pueblo judo entero se ha quedado enlutado. La muerte se
lo ha llevado sorpresivamente, prematuramente, cuando su genio creador se hallaba en
plena fecundidad, cuando la luz de sus enseanzas era ms preciosa y necesaria, porque nos
encandilaba sabiamente por el oscuro camino que conduce al resurgimiento de una cultura
hebraica integral.
Bialik es generalmente conocido como uno de los ms grandes poetas de nuestro tiempo.
Una aureola de gloria, justamente merecida, nimba su renombre de poeta del pueblo judo.
Sus versos ardorosos, henchidos de amor a sus hermanos y animados de fuerza proftica,
trasponiendo los umbrales de la literatura juda, corren vertidos a otros idiomas,
comunicando a otros pueblos el calor de su inspiracin, la belleza de las tradiciones judas y
la amargura y los padecimientos de su pueblo en el Galuth.
Pero ms que los que alaban su obra, los que la conocen, saben que si como poeta la
historia le reserva el puesto ms empinado, sus merecimientos como maestro, erudito de la
aeja sabidura hebrea, como lingista estudioso y sabio conocedor de las letras hebraicas,
le confieren el ttulo de hijo de los ms legtimos e inconfundibles de su pueblo. En poco
ms de setenta aos de vida, la obra de Bialik ha llegado a ser tan vasta y variada, mltiple
y fecunda, tan rica en resultados, que ninguna pluma, por ms concisa que fuera, podr
agotarla en poco espacio. Es que conocer su obra significa conocer uno de los captulos ms
extensos de la historia cultural hebrea.
Desde las postrimeras de la Edad Media y durante todo el largo de los tiempos modernos,
el sectarismo que dominaba a los pueblos de la Europa postr en un abatimiento angustioso
a los judos que entre ellos vivan, ajando la lozana y marchitando las flores de una gran
cultura propia y hebraica, como la que haba surgido en Francia y principalmente en
Espaa, por obra de esclarecidos maestros como Rab Iehuda Halevi, Ibn Gabirol, el ilustre
Maimnides (Rambam), Rabenu Schlomo Itzki, apellidado Raschi, etc. Procedimientos
inquisitoriales y antisemitas, movidos alternativamente por resortes polticos y econmicos
encaminados a hundir al pueblo judo en la sima de un cruel aniquilamiento, tendan un
manto negro sobre la cultura y la sabidura judas, dejndola consunta, hechizada, casi sin
sucesin, aislndola, relegndola a los sombros claustros rabnicos. Ms, as como su
pueblo, as su cultura: en medio de las tinieblas resplandeca con lumbre potente y pura.
Hijo de esos claustros era Bialik. Las sabias doctrinas del Talmud, infinitamente repetidas
con melodiosa voz entre las desoladas paredes del Beth Midrasch, ejercieron poderosa
sugestin en su alma de poeta. Las palabras de Rabi Akiba, de Rabi Janina, hundan ms
ahincadamente al matmid Bialik en los voluminosos libros de la Mischna, y haciendo
penetrar sus ojos, ms escrutadores, en el ocano de las menudas letritas del Rambam y del
Raschi, elevaron el espritu del alumno a la altura de sus propios maestros. Este afanoso
estudio de Bialik despert en su alma un entraable amor al Beth Midrasch. Con caracteres
de fuego lleva impresa toda su obra la huella del espritu religiosa del Beth Midrasch,
extrao espritu, apenas comprensible para los jvenes de ahora. Paredes del Beth
Midrasch, paredes de sanidadesBaluartes del fuerte esprituFortaleza del pueblo de
eternidades...
En sus poemas Hamatmid, Meguilath Haesch, Im iesch es nafschejo
Iedaath, as como en otros no menos inspirados, palpita idntico amor al Talmud, a sus
maestros, a los profetas, en fin, cuyo estilo cultiv en sus estrofas ms aladas.
En la segunda mitad del siglo XVIII nace una reaccin en las escuelas del Ghetto: la
Hascala (Ilustracin), con espritus renovadores como Gordon, Smolenski,
posteriormente Ajad Ham y Lilienblum, irrumpen en el Beth Midrasch y derribando el
yugo de las viejas formas religiosas, abrieron por entre los escombros de la sofstica y el
pilpul los atajos para una nueva literatura hebrea, para el remozamiento de su cultura. Por
cierto que esos esclarecidos valores lograron sus propsitos: la cultura se restaur y con ella
la literatura perdi su languidez. Pero la literatura as restaurada, ms bien que retoar de su
antiguo tronco, se dira que fue un injerto extico lo que reverdeci en el jugo y en la savia
de lo hebraico: dos corrientes idiomticas se perfilaron entonces, la talmdica y la hebraica
pura, continuaba exage y penosa como consecuencia de su largo desuso.
Cpole a Bialik, en sus obras en prosa, originales y traducciones, (entre estas ltimas
merece destacarse especialmente la traduccin del Quijote, en la que el idioma cobra tal
galanura y belleza, comparable slo con la que le dio Cervantes) unir ambas corrientes en
un cauce comn, que han hecho hoy del hebreo, por obra suya, de Mndele, Frischman,
Klausner, Rabnitzky y otros hebrastas, un lenguaje vivo y hermoso que fluye con la belleza
y la fuerza de un surtidor lleno de gracia.
La renovacin de los valores culturales que sobrevino como resultado del movimiento
hascalstico desencaden un fuego entre los estudiosos del Talmud en los Beth
Midraschim o Ieschivath y entre los que queriendo restaurar la lengua hablada se
entregaron a estudios lingsticos y etimolgicos de la literatura bblica. El divorcio entre
ambas tendencias se produjo y fue definitivo. Sobre los ricos tesoros del Talmud se ha
echado una espesa capa de tierra y su camino, cubrindose con los matorrales del olvido y
del desdn pedantesco, hzose inaccesible para nuestras generaciones. El espritu generoso
y previsor de Bialik, comprendiendo el peligro que amenazaba al porvenir de las letras y
del pensamiento hebreos, sin comunicacin con sus fuentes genuinas y primarias, ha venido
a poner su mano salvadora. Tendindonos un puente por encima de las cisternas quebradas
de una literatura frvola y culterana, como lo son las enseanzas de los doctsimos maestros
del pasado.
Raschi en su tiempo, Bialik en el nuestro. Raschi encontr a los estudiosos de su obra
perdidos en medio de las honduras de la Mischna y la Guemara como en las espesuras de
una selva intrincable y empe su genio en ordenar, en sistematizar y en facilitar su estudio
con exgenesis y comentarios que constituyen hoy un caudal apreciable de enseanzas.
Bialik, en el cenit de sus aos, mir en torno y vio a la joven generacin hebrasta ajena al
Talmud y cual un Raschi de su tiempo, poniendo silencio a su inspiracin, encomendse a
la tarea de transvasar a un lenguaje llano y moderno, a la altura de nuestro pensamiento y al
nivel de nuestra mentalidad, los seis libros de la Mischna. El maestro estaba lleno de
energa, era humilde como un adolescente y laborioso como una hormiga. El ao pasado
vio la luz el primero de los libros de la Mischna, Zeraim, con sus notas, que son un
modelo de claridad y de concisin. Esperbamos ansiosos los libros restantes y mucho ms
cuando vino a tocarle con su ala la muerte, tronchando sta su obra gigantesca y trocando
nuestra ansiedad en angustia y nuestra esperanza en profunda pena.
Publicacin mensual JUDAICA
Director: Salomn Resnick
Buenos Aires, JULIO 1934 N 13
una de las cuestiones ms delicadas del judasmo actual y que muchos judos no sospechan.
En estos templos nuevos se ha suprimido la academia, el comentario libre de la doctrina, la
conversacin directa con Dios sobre otros temas que el del pan diario. En una palabra, son
templos y no midraschim. El midrasch antiguo de hace 27 siglos, la casa donde se
elabor y se discuti el cristianismo preevanglico, no parece solidario con las barbas
largas y con las discusiones exclusivamente rituales. Y si esto nos parece as, es que
sufrimos de una miseria pero que la descripta ms arriba, la miseria del Midrasch, miseria
del alma:
Muros del Midrasch, paredes del santuario,
Escondrijo de un espritu fuerte, abrigo de un pueblo eterno,
Por qu estis silenciosos y como desesperados?
................................................................................................
la cabeza agachada como un pobre,
Y asolada como t, me paro en tu umbral;
He de llorar sobre tu ruina, o llorar sobre la ma,
O sobre las dos a la vez derramar las lagrimas y
alzar mi elega?
Ni sobre una, ni sobre la otra; ha vuelto el Midrasch y no volver a salir. Hay all un
hechizo, una presencia divina que lo envuelve y lo encierra:
Quin ha escondido los hechizos en los rollos viejos?
Quin ha dado la fuerzo a dichos enmohecidos
De sacar llamas de corazones de cadveres
Y arrancar lgrimas a ojos oscurecidos?
CAMINO DE VIDA
Y por qu se ha ido entonces? Por qu ha abandonado al viejo Israel sentado en el
Midrasch, y esa presencia divina escondida en los rollos? Recordemos la expresin audaz
citada ms arriba: Soy un Dios venido a menos. Si lo divino es la proyeccin en lo ms alto
de lo mejor de nosotros mismos, kiviahol, cuando nosotros venimos espiritualmente a
menos, lo divino viene a menos tambin. Este Midrasch, esta casa de Israel y de su Dios, es
una cueva donde los dos viven agachados y sin posibilidad de evolucin, de vuelo:
chenme el grito de libertad y agradar mi nombre
Agrandar mis obras, levantar mis ruinas.
Las alas estn: falta el espacio; en el viejo Israel momificado, el resorte existe, falta
desentraarlo y hacerlo jugar:
...................cun fuerte es el grano, cun sana
la semilla escondida en vuestra herencia maldita,
cuan abundante la bendicin que nos hubiera trado
si un rayo de luz hubiera dado de su calor.
Qu numerosas las espigas que son alegra
hubiramos cosechado,
si sobre vosotros hubiera soplado un viento benfico,
que limpiara el camino de la Ley que hemos abandonado
y nos abriera una senda de vida hasta el Midrasch!
Esa senda de vida, algunos creyeron hallarla en el templo moderno, cuyas pompas
imitadas de otros templos, acarician la epidermis sin conmover el alma. Tonteras
indiferentes al hombre y al judo. La ruina del Midrasch no est en la ruina de sus paredes,
sino en el agachamiento de su espritu, y la senda de vida es aquella que lleva al ambiente
de vida donde el alma, arrancando de una tierra materna, puede dilatarse hasta los cielos:
Es un quejido sordo; ser un splica pura
que se derrite all? La desesperacin de un alma abatida,
cautiva de las tinieblas, embargada de aspiraciones
Y que, encogida en su nostalgia, reza: Vida, Vida,
O es una elega secreta y tesoros de lgrimas
Sobre la ruina de algn pas abundante en maravillas?...
El ambiente de vida existe y una nostalgia tenaz sabe ubicarlo; la senda est, pues,
trazada. Falta apreciar la inspiracin para que el resorte entre el juego y el cuerpo tome
vuelo. En aquellos tiempos, algunos valientes haban ido ya de vanguardia a la tierra de los
padres, y Bialik, profticamente, les anima en su dedicacin y en sus sacrificios:
Hasta que oigamos de las cabeceras de los montes,
Tronadoras, las voces de Dios que llaman: Subid!
No se trata aqu de que todos los judos suban; se trata de que todo lo judo sea
reintegrado a la tierra materna, el ambiente de sus libertades, al cielo de su inspiracin. Si
lo judo no es la expresin completa de lo divino como lo profesamos, es por los menos la
expresin de uno de sus aspectos; y quin negar que esto no debe desaparecer? No basta
con que los libros queden; los libros llegan a no ser ms que una curiosidad literaria; los
hombres slo ensean por el ejemplo: Hay, hay, hu yodeka (Isaas 38-19): Quin vive,
quien vive, es quien te afirma.
Slo subirn unos pocos; todo lo poco que se quiera. No todos somos errantes y pocos
judos bastan para salvar lo judo. Pero no hay judo impaciente de abandonar en Israel y
no-judo deseoso de acabar con Israel que puedan, el uno abandonarlo y el otro acabar con
l mientras aquello no haya sido restaurado. Slo esa situacin puede desolidarizar a un
judo de Israel y librar a un no-judo de la molestia de Israel.
PLEGARIAS RECHAZADAS
Hazme entrar bajo tus alas
Y s para mi madre y hermana,
Y sea tu pecho un refugio para mi cabeza,
Un nido para mis plegarias extraviadas.
Son versos de Bialik; los cito para sealar la hermosa expresin del ltimo verso:
Plegarias extraviadas. Rezar el Seor y no ser atendido es especialidad hebrea; tal vez sea
por eso que lo religioso en Israel mantuvo hasta ahora la espontaneidad creadora de los
primeros tiempos. La plegaria recibida agota el lirismo y entumece los nervios. La plegaria
rechazada mantiene en el devoto el aprieto de un ansia y el sabor amargo de una sed. Peor
cmo distinguir el ansia del rencor de un aprieto, y la sed de la hiel en una amargura? No
discutamos; mas vale remediar. La restauracin de la tierra hebrea es el remedio nico,
porque es el recibimiento de todas esas plegarias, el fin del aprieto y el fin de la sed. Y en
ella estn interesados todos: judos irreductibles o judos ya reducidos, griegos amigos o
griegos enemigos, porque en ella hallarn el fin de un litigio tan antiguo como nuestra
civilizacin. Obra nacional? Obra humana? Elijan; hemos dado ya todas las definiciones.
Vaya slo, para concluir, una muestra del nacionalismo hebreo y de sus fines:
amor y la juventud; decir que Bialik cant admirablemente la naturaleza, la luz, el bosque,
el misterioso silencio nocturno y la honda e incomprensible angustia que invade a ratos al
hombre; decir que la naturaleza adquiere en su poemas una vivacidad y una movilidad cual
si fuera un ser vivo y que es uno de los ms intensos lricos que ha producido la poesa en el
ltimo medio siglo; decir que en sus poemas, tales como Meisei Midbar y Meguilas
Hoeisch, ha alcanzado, en la imagen y en la forma, la plasticidad de los antiguos clsicos;
decir que en sus poesas ha expresado el quejido ms profundo y la protesta ms virl de la
nacin sufrida y torturada, sumida en la indigencia y en la miseria; decir, en fin, todo eso no
significa todava expresar, siquiera sea aproximadamente, lo que Bialik ha sido para la
cultura juda, para el pueblo judo, en las ltimas cuatro dcadas.
En todo caso sera tan slo una partcula, una pequea partcula del multiforme, variado
y complicado milagro cultural y artstico que ahora pasa ya a la historia bajo el nombre de
Jaime Najman Bialik.
Bialik mismo es multiforme en su homogeneidad, variado y plurifacial en su unidad y
simplicidad. Es el sumun de las ocultas fuerzas creadoras de un pueblo que se han ido
acumulando en los ms recndito de las generaciones y de las multitudes, corriente tras
corriente, chispa tras chispa, para convertirse en ros, para convertirse en franjas de luz y
fuego; y estas fuerzas creadoras invisibles, que el pueblo rene como una reserva en el
transcurso de centurias, yacen escondidas y estallan sbitamente como un volcn y
encuentran su expresin a travs de una sola persona, que llena toda una poca, la llena en
todo, en todos los terrenos, con una fuerza de tal magnitud, que resulta incomprensible,
difcil de estudiar y de la que solamente cabe dejar constancia.
Eso fue Bialik: uno en plural; uno e ntegro en su multiplicidad.
No fue tan slo una figura potica, cultural y artstica de la ms noble calidad; no slo la
suprema autoridad de nuestra poca en todo lo que se relaciona con el saber judo, con la
poesa judaica, con la cultura hebrea, con la ciencia juda, escrita y oral; no solamente el
escritor, el maestro, el compilador y educador de su generacin. Ha sido eso y algo ms:
Bialik es el fenmeno espiritual judo ms grande de varias generaciones y para varias
generaciones. Es un fenmeno al cual cabe aplicar las palabras que el sabio Ben Bag-Bag
alude a la Torah, al final del quinto capitulo de los Pirke Aboth: Busca en ella, investiga
en ella, pues todo est contenido en ella.
Lo mismo que Rab Johanan Ben Zakai, Bialik llen su generacin, su poca, y no ha
dejado micro, mischna, halojo, agodo ni terreno alguno de la cultura y el arte judas,
ninguna palabra de la Tora (Tora en su sentido cultural ms amplio) a los que no haya
consagrado su talento, su aplicacin, sus conocimientos ilimitados.
Es difcil que un extrao lo entienda, ha dicho el propio Bialik en uno de sus poemas,
en el que canta la fuente de donde los judos extraen fuerzas para soportar los
padecimientos de millares de aos. Probablemente resulte difcil para un extrao, que est
impregnado de la vida juda, de la historia juda, que abarca un perodo de tres milenios y
que ha sobrevivido a otras naciones y a grandes acontecimientos histricos, comprender
cmo puede un hombre llenar por s solo toda una poca y ser el ideal de todo un pueblo.
Pero ello es as. No ha habido entre los judos, en los ltimos siglos, un poeta, un
creador que haya sido tan querido en vida, tan idolatrado, reconocido en forma tan unnime
e indiscutible, como lo fue Bialik, el grandioso fenmeno cultural de nuestra generacin y
de muchas generaciones anteriores y posteriores a nosotros.
No es posible hacer un anlisis acabado de la obra de Bialik. En los captulos sucesivos
de este trabajo, que vern la luz en los prximos nmeros de JUDAICA, intentaremos
detenernos solamente sobre algunos aspectos de su labor potica y prosaica.
Biografa de J. N. Bialik
(Con motivo del primer aniversario de su fallecimiento)
Por A. Cherkasky,
Especial para Judaica
No se ha establecido con certeza la fecha del nacimiento de Bialik an cuando se admite
generalmente como tal el da 10 de Tebet del ao 1873. Vio la luz en la aldea de Radi,
gobernacin de Bolina, Rusia. Su padre era un hombre docto, dotado de vastos
conocimientos esotricos y exotricos, pero pobre en extremo. Posea una taberna, en la que
venda aguardiente a los campesinos, mientras, sentado ante el mostrador, estudiaba sin
interrupcin. Su retrato trzolo magistralmente Bialik en un hermoso poema publicado en
1932 bajo el ttulo de Mi padre.
El padre de Bialik muri cuando el futuro poeta cumpli siete aos; residan ya a la
sazn en Zithomir, en el suburbio cristiano. Su madre, viuda sin recursos, trabajaba
rudamente; para mantener a sus hijos se dedicaba a la fabricacin de pan. La miseria de la
niez de Bialik y las penurias de su madre hallaron expresin en sus admirables poemas
Mi poesa y Mi madre, bendita sea su memoria. Al poco tiempo, la madre de Bialik lo
dej a cargo de su abuelo paterno, juda piadoso y doctsimo. El abuelo lo convirti en el
padre espiritual del poeta, quien desde su primera infancia haba demostrado poseer
notables condiciones para el estudio.
A los doce aos Bialik conoca ya a fondo obras como el Gua de los descarriados de
Maimnides y el Cuzary de Jud Halevi. Profundiz el estudio de la cbala y de la
legislacin rabnica, solo, en la sinagoga, y tambin en compaa del daian (juez) de la
ciudad. A la edad de catorce aos obtuvo licencia rabnica, pero justamente en aquella
poca sintise atrado secretamente por el movimiento de la Ilustracin hebrea y empez a
estudiar el ruso. El primer libro en esta lengua que cay en sus manos fue el de los poemas
de Frug, los que causaron una gran impresin sobre el futuro poeta y ejercieron sobre l su
influencia. Bialik empez a pensar en irse a Berln, para estudiar filosofa, pero termin por
dirigirse a la clebre academia talmdica de Wolozhin, donde permaneci largo tiempo
estudiando el Talmud y la literatura rabnica; al mismo tiempo, empero, estudibanse
tambin all materias laicas y los estudiantes se sintieron muy influidos por el movimiento
de Jibas Sion, por la novedosa doctrina de Ajad Ham y por la tendencia laico-ortodoxa
predicada por Iaavetz.
All fue donde Bialik debut como escritor con un artculo sobre Palestina. Fue el primer
trabajo que public en el diario Hamelitz, bajo el ttulo de Ideas sobre la poblacin
israelita de Palestina. Este artculo fue escrito a pedido de sus condiscpulos, quienes lo
remitieron, sin que el autor lo supiera, al Hamelitz.
Un buen da, Bialik abandon Wolozhin, yndose a Odesa, la capital del movimiento de
las Jibas Sin y el lugar de residencia de Ajad Ham, bajo cuyo influjo hallbase entonces
Bialik. ste tena a la sazn dieciocho aos, y lo cuenta l mismo, sinti que algo haba
madurado en l. A su arribo a Odesa entreg a Rabnitzky, para la publicacin hebrea
Hapardes, su poema Al pajarillo, escrito mientras estaba todava en Wolozhin. Este
poema le dio inmediatamente gran renombre, colocndolo a la cabeza de la poesa hebrea
de su tiempo. Ms tarde, Bialik regres a Zhitomir, intent dedicarse al negocio de bosques,
pero no obtuvo xito y retorn a Odesa, donde se consagr a la enseanza del hebreo.
Desde entonces insert poesas hebreas en diversas publicaciones, hacindose cada vez
ms popular entre los cultivadores y lectores del hebreo. En Odesa concertse una de sus
ms notables relaciones literarias; trab una estrecha amistad, que dur toda la vida, con su
fiel colaborador, admirador y compaero I. J. Rabnitzky, con quien fund en sociedad una
imprenta y la famosa casa editora Moriah. Aos ms tardes fund con el mismo
Rabnitzky, en Tel Aviv, la editorial Devir. Ambas casas editoras han desempeado un
inmenso papel en el resurgimiento y el en desenvolvimiento del hebreo y de su literatura.
En abril de 1903, inmediatamente despus del pogrn de Kischiew, dirigise Bialik a
aquella ciudad, y se compenetr all de los horribles cuadros de brbara destruccin y
crueldad inhumana. All compuso su poema ms famoso, En la ciudad de la matanza,
primero en hebreo y luego en idisch, pues desde 1901 escriba tambin en este ltimo
idioma.
Wladimiro Jabotinsky, actual jefe de sionistas revisionistas, tradujo al ruso los poemas
de Bialik, los que se difundieron en numerosas ediciones. Existen asimismo traducciones de
Bialik en ingls, alemn, francs y espaol. Al alemn fue traducido por M. Milles. En
francs, la editorial Judaisme, de Rieder, public un volumen de poemas escogidos,
traducidos por Obadia Camhi. En castellano no ha aparecido hasta ahora ninguna
recopilacin de poesas de Bialik, si bien varias revistas judeoespaolas han insertado
A partir de 1924 Bialik se radic definitivamente en Tel Aviv, donde reanud su mltiple
actividad literaria y cultural. En compaa de Rabnitzky, de Schmariou Levin y de otros
fund la gran casa editora Devir, bella y perfeccionada prolongacin de la extinguida
editorial Moriah.
En 1926 visit los Estados Unidos, en misin del Keren Hayessod. Fue recibido all en
forma triunfal; el cario del pueblo judo por su gran poeta, compilador, estudioso,
propulsor de la cultura y buen judo Jaime Najman Bialik qued evidenciado no slo en su
viaje a los Estados Unidos, sino tambin, un par de aos ms tarde, en su extensa gira por
numerosas poblaciones israelitas de Europa.
Agobiado por una enfermedad, trasladse a mediados de 1934, a Viena, donde fue
operado con xito, pero poco despus, el 4 de julio de ese ao, falleca en la capital
austraca, a consecuencia de su sncope cardaco.
Adems de sus obras poticas, para grandes y pequeos, y de sus escritos en prosa
(cuentos y ensayos), de su enseanza verbal (conferencias), y de sus leyendas (de la poca
de David y Salomn, joyas admirables de la antiqusima historia juda) Bialik public, en
compaa de Rabnitzky, la obra capital El libro de las leyendas, difundida en 30.000
ejemplares; una recopilacin de las poesas de Salomn Ibn Gabirol, en siete volmenes, y
las de Moiss Ibn Ezra, en dos; una nueva edicin de la Mischna, con un breve comentario
escrito por Bialik, una introduccin general y prlogos especiales para cada tratado; una
serie de manuales para las escuelas primarias y secundarias.
Bialik dirigi durante algn tiempo la parte literaria de la revista de Ajad Ham
Haschiloaj y particip activamente en los volmenes Reschumot, publicados en
Palestina.
Escribi tambin poesas y narraciones en idisch, y tradujo a esta lengua su Libro de las
leyendas, y varios poemas suyos y de los grandes poetas hebreos de la Edad Media. En
breve aparecer una edicin de sus poesas vertidas al idisch por I. I. Schwartz, con prlogo
de Samuel Niguer.
Publicacin mensual JUDAICA, Director: Salomn Resnick
N 25, Buenos Aires, julio 1935
sobre el Monte Scopus. La obra nacional de la educacin en todas sus formas como el
Jeder, la Yeschiba, el Beth-hamidrasch, era la fortsima muralla en los das de
nuestra larga y pesada lucha por nuestra existencia, y por el derecho a nuestra existencia,
como un pueblo propio y soberano entre todos los dems pueblos.
En las rugientes tormentas de los tiempos nos refugibamos en los muros de estas
fortalezas. All estbamos y forjbamos la nica arma que nos quedaba, el espritu judo,
vigilando que no se embotase. No puedo dejar de citar aqu una frase de uno de nuestros
sabios que no tiene igual en amargura y dolor. Cuando ese sabio lleg al lugar de la
escritura que dice: ... y an cuando estuvieron en el pas de sus enemigos, no los detest ni
lo odi..., entonces l dijo amargado: Qu le quedaba a Israel en el Galut que no fuera
detestado y odiado? No le fueron llevados todos los bienes que le haban sido dados? Qu
le quedaba? nicamente el libro de la Tor. Pues si no tuviera ste, no se diferenciara en
nada de los dems pueblos.
A los ojos del pueblo, el concepto Tor ha llegado a una grandeza sin igual. En su
representacin la Tor se convirti en una segunda realidad, una ms pura y ms elevada,
junto a la verdadera realidad o tambin en lugar de ella. La Tor se troc en el centro de las
inquietudes y nostalgias (las secretas como las manifiestas) del pueblo en su Galut. El dicho
Israel y la Tor es uno era ms que un mero dicho. Difcilmente lo comprender un nojudo, y no lo puede entender puesto que la palabra Tor, en la plenitud de su contenido y
de su contenido y de su significado histrico y nacional, no puede ser traducida en toda su
extensin. Tor, en el pleno sentido de la palabra, no es solamente religin y fe, ni tan slo
tica, ni mandamiento, no es solamente sabidura, ni tampoco la sntesis de todo esto , sino
un concepto elevado e infinitamente superior a todo esto, un misterio que recibe su fuerza
de las profundidades y alturas de lo inteligible. La Tor es una herramienta artstica del
creador; con ella y por ella cre el mundo. Ella precedi de la creacin, ella es la idea
suprema y el alma viva del universo. Sin ella el mundo no existira ni tendra derecho a
existir. Ms grande es el estudio de la Tor que la edificacin del templo. Ms grande es
la Tor que la dignidad del sacerdote y del rey. Nadie es libre sino el que se ocupa del
Tor. La Tor eleva al hombre y los pone encima de todas las obras. Un idlatra mismo
que se ocupa de la Tor, equivale al Gran Sacerdote. Un descredo erudito vale ms que
un sacerdote ignorante.
Durante casi setenta generaciones, jvenes y viejos del pueblo de Israel se educaron en
estas ideas y smbolos. Conforme a ellos construan sus moradas provisionales en el galut.
Por ellos eran muertos y a fuerza de ellos renacan. La escuela elemental juda formo en los
tiempos de la decadencia ininterrumpida dio a Israel algo como un sexto sentido para todas
las cosas del espritu: un sentido refinado y delicado que reacciona antes que los miembros
que es comn a casi a cada uno del pueblo. No hay ningn judo en el mundo que no
experimente en todo su ser como la peor amenaza que Israel no debiera ocuparse ms de la
Tor. Hasta el ms pobre y ms humilde se sacrificara de la educacin de sus hijos y deba
para ella a menudo la mitad o ms de su fortuna. Antes de rezar por sus necesidades fsicas,
el judo pide diariamente a Dios: Quiera concedernos la gracia del conocimiento, del la
comprensin y del juicio. Y cuando nuestras piadosas madres, al encender la velas
sabticas, hablan con Dios, cul es su primera oracin en esa hora sagrada?, Tu voluntad
sea iluminar los ojos de mi hijo con la Tor. Y si Dios se revelara a una de estas madres en
el sueo, como le pas una vez al rey Salomn, y le preguntara, como en la Escritura: Pide
lo que quieras te d, entonces (de esto estoy seguro) contestara aquella madre como a su
vez contest al rey Salomn: No pido nada, ni riquezas ni poder. Pero, Seor del mundo,
sea tu voluntad dar a mis hijos un corazn para comprender la Tor y la sabidura, para
distinguir entre lo bueno y lo malo.
Seores, todos ustedes saben lo que se tram en la ltima poca contra estas fortalezas
nacionales de nuestro espritu. ste no es el lugar ni sta es la hora para hablar de eso. A
pesar de toda la fuerza y tenacidad ntimas, a pesar de la las mltiples energas que el
pueblo gast para su construccin y su mantenimiento, ellas no pudieron resistir en el da
del asalto: su plazo haba vencido. Ante el juicio de la Historia se establecieron hasta las
races, y nuestro pueblo qued vaco sobre sus escombros. No es sta la maldicin del
Galut que no haya ninguna bendicin, que no pueda haber ninguna bendicin para la obra
de nuestras manos? Por todas partes y en todos los tiempos sembrbamos una gran cosecha
para no recoger casi nada. Cada rfaga de viento que pasaba, castigaba en un momento sin
dejar rastro, aquello por lo cual haban luchado manos y cabezas de las generaciones
enteras. De la experiencia de estos penosos y duros sufrimientos, del desengao de tantas
esperanzas frustradas, como baldes de agua que innumerables veces nos fueron echados a la
cara, nos lleg poco a poco el conocimiento de que sin una verdadera patria, sin un dominio
nacional que nos pertenezca enteramente, nuestra vida no es una vida, ni en el sentido
material ni en el espiritual. Sin una tierra de Israel, son un verdadero pedazo de tierra, no
existe ninguna perspectiva ni esperanza para el renacimiento de Israel, donde y cuando
fuera. Porque hoy nuestras ideas sobre la sobrevivencia del cuerpo y el espritu nacional
son diferentes: no separamos ms al cuerpo del espritu, ni tampoco al judo del hombre.
Nosotros seguimos en nuestra opinin ni la de la escuela Schammai de que el cielo fue
creado primero, ni la de la escuela Hillel de que primero fue creada la tierra, sino creemos
que, segn el juicio de los sabio, los dos fueron creados juntos, con una sola palabra de
creacin, y que el uno no puede ser sin el otro. En la conciencia del pueblo, la nocin
cultura ha ocupado en cuanto a su significacin extensa y humana el lugar del
concepto teolgico de la Tor. Reconocimos que cada pueblo que quiere vivir
honrosamente, ha de ser creador de cultura. No debe aprovechar solamente de la cultura,
sino que tiene que producirla con sus propias fuerzas y segn caractersticas. Y quin
puede negar la mltiple produccin cultural de nuestro pueblo en los pases de su
dispersin? Me extraara que haya un lugar del mundo donde se haga cultura y que est
completamente libre de judos. Cmo, sin embargo, en el galut la produccin del judo es
casi siempre expropiada por los otros, ella queda invisible y nunca se la nota en la cuenta
que corresponde. De este modo nuestro saldo cultural acusa nicamente deudas; un solo
dficit, sin crdito. Por lo tanto el pueblo judo del galut se halla en una situacin falsa,
siendo ante el juicio de la cultura segn todos los indicios un pueblo que trabaja con
herramientas y materiales ajenos, parece a los forneos, y a menudo tambin a s mismo, un
parsito de la cultura, sin individualidad. Un pueblo con amor propio no puede conformarse
a la larga con este papel. Cierto da vuelve en s y dice a s mismo: Ms y mejor me es una
sola medida que es toda ma que nueve medidas de propiedad disputada. Mejor que un
pedazo de pan seco, pero en mi casa y sobre mi mesa, que un buey cebado en casa y mesa
ajena. Mejor una pequea Universidad, pero completamente a mi disposicin, enteramente
ma, erigida por m desde el fundamento hasta la cima, en vez de templos de la ciencia de
cuyas limosnas me he de alimentar y donde mi aporte no es reconocido. Qu sea pobre y
amarga mi comida como las olivas, pero que pueda saborear una vez el dulce y soberbio
gusto del cultivo propio!
Esto lo sentimos y por esto venimos a este pas. No buscamos aqu tesoros ni poder ni
gloria; esta pobre y pequea tierra de dnde tomara el poder para darnos todo eso? Nada
exigimos sino encontrar aqu un terreno propio para el trabajo de nuestras manos y el
esfuerzo de nuestra mente. An no hemos cumplido gran cosa aqu. Apenas hemos lavado
nuestros pies del polvo de las muchas calles que anduvimos en los tiempos de nuestros
peregrinajes y an no nos mandamos nuestra ropa remendada. Seguramente pasarn todava
muchos aos, aos de penuria y de sufrimiento, hasta que hayamos curado este pas
desierto de la sarna de sus rocas y de la podredumbre de sus pantanos. Por el momento slo
vemos pequeos comienzos de la reconstruccin. Pero ya en esta primera hora sentimos la
necesidad para la construccin de un lugar para el trabajo espiritual del pueblo As es la
naturaleza de este pueblo: no puede pasarse tres das sin la Tor. Ya en esta primera hora
hay exigencias culturales que no pueden ser aplazadas y sin las cuales no podemos vivir. Y
con todo tenemos encima una preocupacin serie y agobiadora por el destino cultural de
nuestro pueblo en los pases de la dispersin. Pueblos jvenes de ayer y de anteayer creen
poder dejarnos morir de sed cultural, a nosotros, una nacin vieja con una tradicin de Tor
de cuatro mil aos. Por esto nos apuramos a encender aqu en el pas de los padres, en el
lugar de nacimiento de nuestro genio, la primera luz para la Tor y par las ciencias, para
todo trabajo espiritual en Israel, antes de que se nos apague la ltima luz en los pases
extranjeros. Y esto se realizar en esta casa sobre el Monte Scopus, cuyas puertas se abren
hoy.
Seores, una vieja agad en Israel, dice que, un da, en los tiempos futuros de la liberacin,
las sinagogas y las escuelas del galut se arrancarn del sueo y marchar con sus terrones
de tierra al pas de Israel. Con toda seguridad, esta agad no se cumplir en todo su sentido
literal. La casa de enseanza para la Tor y para las ciencias sobre el Monte Scopus, es muy
diferente del viejo Beit-Hamidrasch, tanto en los fundamentos de la construccin v como en
el contenido y las formas. Pero, seores, entre las ruinas de aquellas casa sagradas hay
todava mucha piedras intactas, sillares fuertes, que pueden hacer fundamento y base de
nuestro nuevo edificio. Que los constructores no desprecien esas piedras! En esta hora
sagrada rezo: Quiera Dios que esas piedras no sean olvidadas. Quiera Dios que sepamos
elevar la sabidura y ciencia que saldrn de esta casa a la misma altura moral con la cual
nuestro pueblo llen su Tor. No merecamos este da festivo si nos quisiramos conformar
con la mera invitacin grosera de las obras de otros pueblos. Sabemos que la verdadera
sabidura arpende de todos. Las ventanas y puertas de esta casa estn abiertas hacia los
cuatro puntos cardinales para dejar entrar todo lo bueno y noble de la cosecha espiritual de
los hombres de todos los pases y todos los tiempos. Pero nosotros tampoco somos reclutas
jvenes en el reino del espritu. Y aun aprendiendo de todos, tambin nosotros tenemos
algo que ensear. Estoy seguro de que llegar el da en que los fundamentos ticos en que
se basaron nuestras escuelas de la Tory tal como son nombradas en la breve y
maravillosa Beraita, Perek Kinyan de la Tor--, se convertirn en propiedad de la
humanidad entera.
Seores, millares de nuestros hijos jvenes que escuchan el llamamiento de sus corazones,
afluyen de todos los pases de la tierra a este pas para rescatarlo de su desolacin y su
ruina. Estn dispuestos a dar su alma y su corazn y a echar toda la fuerza de su juventud
en esta tierra yerma para hacerla revivir. Ellos aran sobre tocas, desecan pantanos y
construyen caminos entre cantos y jbilos. Estos muchachos saben cmo elevar el trabajo
simple y rudo el trabajo fsicoal nivel de la alta santidad, al nivel de la religin.
Revista literaria Davar,
Editada por la Sociedad Hebraica Argentina,
N 98, Ao 1963
Y de all que resultara que cada uno de los que han escrito sobre Bialik lo viera tan
distinto de los dems. Y sucede as que tengamos como una cantidad de Bialiks
completamente diferentes entre s. Y si nos furamos a confiar en los ensayistas, resultara
que cada uno de ellos es su Bialik autntico, el verdadero, todo Bialik.
Y as sucedi entre nosotros que Bialik es:
Para uno el poeta de la pena individual; para otro, el poeta de la congoja colectiva y
nacional, por contraste con lo individual; para un tercero, es el poeta del sol, la luz y la
sonrisa; para un cuarto, es el poeta de la lgrima; para un quinto, es el poeta-profeta; otro ve
en l la rapsoda de Bet Hamidrasch y de la Yeschiva y de los viejos infolios, lo cual
significa decir cantor de la antigua manera de vivir; y as lo van viendo otros: uno, como el
ms moderno de los modernos, casi poeta de la pena y de la clera, el ms terrible
flagelador de su propio pueblo; para otro es el poeta que canta nuestro Renacimiento
nacional en Palestina, y solamente eso; para unos la poesa de Bialik es como un blsamo
consolador para el alma sufriente de su pueblo. Quien ve en l un lrico enternecido y quien
un poeta pico, de amplios horizontes, de desiertos yermos, en los que tempestades de
arena allan desenfrenadamente y hroes petrificados suean con fantasmas entre dunas
infinitas. Y hay tambin ensayistas que han visto en Bialik al poeta de la vida cotidiana,
cordial, simple y sincera.
III
Significa esto, acaso, que los crticos se hayan equivocado al interpretar la poesa de
Bialik? No. Eso significa que cada uno de ellos ha visto en Bialik solamente en un
momento de su manifestacin potica: un solo tono de su luz. Significa que la imagen
siempre cambiante de la potica de Bialik fue observada por los retratistas de su poesa en
momentos distintos, y que cada uno de ellos crey ver solamente aquella actitud que l tuvo
en ese preciso instante. Y por consiguiente, cada uno de ellos, mirando solamente un matiz,
crey ver todo el cuadro.
Suceda con los que escriban sobre Bialik los mismo que con los que trataban de
pintarlo: a causa de los cambios instantneos en su fisonoma fsica y potica- era muy
difcil captar los rasgos primordiales, los caracteres bsicos, lo substancial en la expresin
de su rostro fsico y potico- y una expresin momentnea era tomada como permanente.
Bialik mismo tena conciencia de ello, lo entenda cabalmente, y muy a menudo sola
volver, en sus cantos y poemas, al tema de su meloda bsica, de su oracin nica que solo
una vez en la vida podemos entonar. Mejor dicho, que es entonada y slo ella- durante
toda la vida. Tenda hacia una sola y nica cancin, pero la canto diversamente, en su
unidad, toda su vida.
Y l mismo la buscaba, porque conceba la integridad y la unidad del ncleo de su
poesa, bajo los cambios incesantes de los temas de sus canciones y poemas. Y muy a
menudo lo poetizaba, esa en forma de una aspiracin que le pareca inalcanzable, sea como
una visin que anhelaba ver aunque fuera una vez ms en la vida, ya que tal como a l le
pareca- no poda alcanzar tan acabadamente como quera.
Tales estados de espritu aparecen en decenas de sus poemas. El poeta dice que tiene
slo un canto en el corazn y slo una oracin en los labios. Esto es, lo singular en la
plural riqueza de sus matices.
Para poder alcanzar a Bialik en su totalidad, hay que analizar bien en detalle cada
aspecto de la poesa de Bialik. Analizar la manera cmo lograba armonizar los contrastes;
cmo los tan diferentes matices solan transformarse en su poesa, de una estancia y forma
potica en otra. Solamente a travs de un anlisis tan trabajoso es posible, tal vez, extraer
un Bialik total, uno solo en la multiplicidad de sus transformaciones. Bialik, el singular, no
obstante su multiplicidad.
El renovador de la lengua hebrea permaneci durante una larga hora en el jardn con sus
ojos vidos disfrutando de todo rbol y planta.
Bialik agreg: Las palmeras las traje de de Mikve Israel y del Pardes Goldberg.
Pagu diez liras por su transporte.
Es como si la hubiramos plantado hace decenas de aos.
Vieron un olivo en Tel Aviv? "
Descendi las escaleras y mostr el olivo.
"Saben, odio por naturaleza toda simetra y es por eso, que quise que en mi jardn todo
fuera libre, natural, salvaje.
De todo hay en mi jardn, mirtos, palmeras, lima limn, granadas, algarrobos, una higuera e
incluso una vid.
Es Interesante destacar que esta grande y esplndida casa no inspir a Bialik, tal como le
confes al pintor Jaime Glicksberg en junio de 1930.
Esta maana, a las siete, le vi caminar con dificultad por la rambla, cabizbajo, su sombrero
tirado hacia un costado, sumido en sus reflexiones, no lo quise molestar y sub hacia la
colina con intencin de regresar pero l se percato y me dijo: esccheme, por favor, me
mir de costado con una sonrisa leve y triste. Coloc su fuerte mano sobre mi hombro y
comenz a hablar con voz dbil y ronca,.Sabes hay veces que uno siente una debilidad
interior y exterior, una debilidad del cuerpo y del alma.
Tenemos muchos enemigos a nuestro alrededor, otros pueblos se levantaron contra
nosotros, estamos sumergidos en un gran peligro.
Me parece que das como estos no hemos tenido an.
Negras nubes se nos acercan, ojal sea slo sea mi imaginacin."
Permaneci un momento y dijo: " sabes ?..... Tengo ganas de decir que la pluma se
rompi, que falta papel, y peor que esto, tengo ganas de no escribir del todo."
"Debemos trabajar y trabajar, viajo al extranjero. No me gustan los viajes, pero justamente
estando fuera se me despiertan las ganas de escribir. Sabes?...... la mayora de lo bueno no
fue escrito sobre mi mesa."
De repente se dio vuelta, se par frente a m, me mir con ojos muy sinceros y con un
susurro ronco dijo: comprends?, aqu no me permiten escribir,"...... y al continuar
caminando agreg: -si slo pudiera encontrar una pequea habitacin de la que nadie
supiera hubiera sido feliz."
"Me encerrara y trabajara."..........
Del libro Bialik, da a da Kibutz Hameujad 1945
Despus de su muerte en 1934, la casa permaneci en manos de su viuda Mania. En 1937
ella la cedi a la municipalidad.
Durante aos sirvi esta casa a la asociacin de escritores para todas sus actividades,
congresos culturales y literarios, adems de albergar la biblioteca del poeta.
Dentro de la casa hay esculturas y cuadros de Bialik realizados por los mejores artistas del
pas, adems de objetos personales, manuscritos y un armario colmado de cartas escritas
por nios que recibi a lo largo de su vida.
El ser judo
El ser judo, no es muy difcil para definir, para unos es solo segn la Halaja, para m y creo
para la mayora de los judos de la dispora,
JUDO ES QUIEN QUIERE SERLO,
Hace muchos siglos se debera cambiar esa antigua ley de la Halaj,
Que NO es justo y humano, que unos Rabinos decidan contra la misma historia del pueblo
judo, tratar esos puntos tpicos racistas, en contra los intereses tanto humano que
decepcionan, y hace alejar a la mayora y separan hijos padres, hermanos de los hermanos,
familias de familias etc.
Ya es tiempo, que nuestros dignatarios revisen y cambien los derechos lejos de la LOGICA,
que solo debilita a la integridad de nuestro pueblo, condenndole ser una minora distinta
del resto de la humanidad con peligros de sufrir la Judeofovia de sus propios descendientes,
y se debe cambiar modernizando las leyes para que sean mas humanos, y en favor del
propio pueblo mismo y su antigua patria.
O SEA: JUDO ES QUIEN QUIERE SERLO, Y CON MAYOR RAZN PARA LOS
DESCENDIENTES LEJANOS Y CERCANOS, O PARA PERMITIR QUE SE NOS
NEN A NUESTRO PUEBLO: POR DERECHO DE MATRIMONIO O POR
QUIERER PERTENECERLO, y con mayor razn los que luchan por Israel y/o tener
verdadero voluntad propio de los individuos...
Atentamente
Javier Y. Perl
Aquellos que llegaron a Tel Aviv, en sus comienzos, no divisaron que la misma deba ser
construida rpidamente y que con el correr de los aos se acoplaran muchos vecindarios
que conformaran otra ciudad.
Es por eso que no se realiz un proyecto integral anticipado.
Fue as que la ciudad la fueron construyendo grupos aislados, vecindario a vecindario.
Las calles estn trazadas en forma curva, de aqu los inconvenientes que presenta la ciudad.
No hay calzadas rectilneas y largas, a travs de las cuales se aprecie la belleza de la ciudad
y en especial la vista del mar.
Fue un gran error de los primeros constructores que no posean suficientes recursos para
adquirir grandes predios de una sola vez. Sin embargo, no debemos culparlos pues debemos
tener en cuenta la premura de las circunstancias histricas de este emprendimiento lo cual
no permiti prever la gran dimensin que adquirira Tel Aviv..
Pero de qu quejarnos?
En el proyecto plasmado a posteriori existe el lugar para introducir intencionalidad y
finalidad. Asimismo dentro de las reas y los lmites de la Tel Aviv real, se hubieran
podido ejecutar mejoras con mayor gusto.
De las mejoras se deber ocupar con esmero y cuidado un equipo de expertos compuesto
por albailes y artistas lo cual redundar en beneficio de la ciudad.
Vali la pena, incluso, sacrificar vctimas en el presente en favor de un futuro cercano y
lejano de Tel Aviv.
No hay duda que la ampliacin de Tel Aviv se concebir, de ahora en adelante, con un
tempo ms rpido. Y es posible que con un criterio superior al usado hasta ahora.
Otra sugerencia par mejorar nuestra calidad de vida, podra ser, colocar bloques de cemento
o construir banquinas de pavimento en la franjas de arena que se encuentran a ambos lados
de la ruta en algunas calles.
Otro punto de atencin en cuanto a la esttica de la ciudad, son las vidrieras insulsas en las
arterias comerciales.
Sera conveniente que la municipalidad hiciera esta observacin a los responsables de
dichos locales. La primera impresin al ver los escaparates es la de estar viendo una
pequea aldea de Polonia con la correspondiente falta de gusto de sus los empleados que
colocan dentro de las mismas un cmulo de mercancas sin ningn sentido de la esttica.
Se podra observar el gusto especial con el que estn arregladas las vitrinas de los
comercios en otras ciudades cosmopolitas con atractivo no exento de arte
Habra ms por hacer para mejorar la ciudad, pero se podra decir que stas son algunas de
las lneas principales y ms importantes.
No hay que confiar el mejoramiento de la ciudad a voluntarios.
La municipalidad debera tomar la iniciativa en sus manos y convocar a idneos en cada
rea primero y luego permitir que dichos voluntarios hicieran lo propio.
En las semanas venideras se abrirn exposiciones de arte en la casa de Bialik, relacionadas
con en el artculo mencionado al comienzo, en el cual remarca la falta de parquizacin de
Tel Aviv.
Es la intencin de los organizadores, no admitir las obras de los artistas que excluyan el
tema del artculo del poeta israel en sus creaciones. La creadora de la exposicin y
presidenta de la organizacin de consejos de la ciudad, Misal Barzel Cohen, expresa que la
decisin de incorporar a Bialik a la lucha, o por el contrario, la decisin de incorporarse a la
lucha del poeta de hace setenta aos con el objetivo de mejorar la ciudad, surge porque los
problemas existentes hoy en la ciudad, de hecho, estaban ya antes.
Los artistas considerarn directamente el tema o elegirn una creacin previa que se
relacione con su propio clamor en relacin al tema del verde en Tel Aviv.
Instituto Bialik
Editorial Publicaciones Libros de calidad
Traduccin: Lic. Belkis Rogovsky
En el ao 1935 al cumplirse un ao de la muerte de J. N. Bialik la Direccin Sionista
Mundial junto a los directivos de la Agencia Juda crearon una instituto estable y
permanente con el fin de fomentar la literatura y la investigacin hebrea. Dicho instituto
recibi el nombre del poeta nacional judo.
Como instituto nacional y pblico se encarga principalmente de publicar obras literarias y
cientficas que traen aparejadas el fortalecimiento de las bases de la cultura hebrea cuyo
valor es un valor existente, patrimonio fundamental y esencial para las generaciones.
Son dignas de mencionar las siguientes obras: La Enciclopedia Mikrait, Los Libros
Apcrifos, El Idioma de la Biblia, Investigacin Bblica, Filosofa Juda y General,
Kabbal, Crtica lingstica, Jasidismo, Historia y Sociologa, Literatura clsica, Ensayos,
Traducciones de la literatura en idish y de la literatura universal, Investigacin del
Movimiento Sionista y otras.
Obras ltimas: Historia de la Poblacin Juda en Eretz Israel, todos los escritos de Uri Tzvi
Grimberg, las poesas de Aba Kovner, etc.
Tomado de: www.bialik-publishing.com/about_us.php?osCsid
penurias del joven talmudista que pasa sus aos encerrado en el claustro sinagogal,
encorvado sobre el Tamud, mientras que afuera la vida se desliza frentica y tentadora. Y
paralelamente a estos aspectos adustos de la vida juda, el poeta descubre de pronto que la
nota tierna, maternal, clida, de los juegos infantiles, con sus travesuras y ensueos, con su
alegra desbordante y cautivadora, as como el sentimiento del amor sano y popular y la
alegra del vivir que produce la contemplacin de la naturaleza, todo lo cual contrasta con
la sombra existencia de los mayores, impregnadas de angustia y dolor.
Bialik es, fuera de duda, el poeta judo mximo, no slo de su generacin, sino a partir
de la Edad Media, desde los tiempos de Jud Halevi, a quien supera en vigor, aunque no en
ternura. La poesa juda no ha producido en los ltimos siglos un bardo de corte tan
proftico, de acento tan original, duro en la imprecacin, suave en la cancin infantil,
juguetn en la cancin popular, dueo absoluto de los secretos del idioma arcaico, que
manejaba con fuerza y gracia, y conocedor, como pocos, de la formidable y enmaraada
literatura anterior a l, en todas sus ramificaciones. Y es bueno recordar que su vasta
versacin en la frondosa literatura hebraica no la utilizaba Bialik para su particular deleite
solamente. Por el contrario, gustaba contagiarla a los dems, para lo cual haba descendido
de su elevado pedestal de poeta para realizar una admirable labor de traductor, compilador
y editor.
Prueba elocuente de su tarea de traductor es su versin hebraica del Quijote;
cincelador magnfico del idioma bblico, Bialik ha logrado infundir a sus produccin un
encanto estilstico que algunos equiparan al del mismo Cervantes. Como premio a esta
versin, la Academia Espaola design a Bialik miembro correspondiente de la docta
corporacin. En cuanto a sus actividades editoriales, son bien conocidas sus excelentes
publicaciones de antiguos escritores hebreos, de variados materiales folklricos y de textos
superiores y elementales, hechos con notable perspicacia y competencia.
Aunque la obra principal de Bialik haya tenido su expresin en lengua hebrea, la poesa
idisch le debe tambin su gratitud. Esta poesa, valetudinaria y quejumbrosa, adquiri de
repente, con la aparicin de Bialik, un acento de vigor extraordinario, una fuerza hasta
entonces desconocida. Los poetas anteriores a l Frug, Rosenfeld y otros- cantaban con
voz ahogada por el dolor; sus versos resonaban como letanas. Bialik, en vez de cultivar la
queja milenaria, prorrumpi en gritos henchidos de clera, en admoniciones profticas,
duras y sarcsticas. La explosin de fuerza y de alegra vital y el tono de iracundia que
Bialik infundi a sus poemas en idisch, tuvo la virtud de vigorizar a este idioma
bruscamente, convirtindolo en instrumento de expresin terso y energtico. Bialik
representaba en la literatura idisch el sbito despertar de la fuerza que dormita en la sima
del volcn y que estalla furiosamente lanzando lava de ira sobre la vegetante vida que
pulula en el llano. Sus palabras, ceidas de tenue manto de odio, rebosan de frvido amor y
penetran cual saetas en el corazn lacerado.
Naci Jaime Najman Bialik en la aldea de Radi, provincia de Wolinia, en 1873. Su
padre, de oficio tabernero, era un hombre docto, pero de escasa fortuna en sus empresas.
Cuando el futuro poeta cumpli los siete aos, falleci su padre, que lo inici para el
pequeo Jaime Najman una juventud llena de duras privaciones. Sometido a la tutela de su
abuelo, judo ultrafantico, el joven Bialik se cri en una atmsfera de severidad y de
pobreza. A la edad de doce aos puso en evidencia sus extraordinarias facultades
intelectuales abordando las obras de los grandes filsofos judeo-espaoles, tales como el
Cuzary de Jud Halevi y el Gua de los descarriados de Maimnides, quedando,
adems, subyugado por la literatura jasdica y cabalstica, que influy poderosamente sobre
su sensibilidad. Estudi luego en la clebre academia talmdica de Wolozhin, de donde
sali para consagrarse al comercio y ms tarde a la enseanza hebraica, componiendo de
cuando en cuando algunas poesas.
La publicacin de sus primeros versos llam la atencin de los intelectuales hebreos,
quienes lo hicieron venir a Odesa, donde vivi algunos aos sometido a la influencia
espiritual del famoso pensador Ajad Ham, y donde dirigi una editorial en sociedad con su
compaero Ravnitzky. En 1903, a raz del pogrm de Kischiew, visit esa ciudad y
compuso su poema En la ciudad de la matanza, primero en hebreo y luego en idisch.
Producida la revolucin rusa, Bialik, lo mismo que otros escritores hebreos, no pudo
amoldarse al nuevo rgimen social. Gracias a las gestiones de Mximo Gorki logr salir de
Rusia, establecindose por algn tiempo en Berln y Hamburgo, donde reinici sus
actividades editoriales, para trasladarse en 1924 a Palestina, radicndose all
definitivamente. En Tel-Aviv, donde resida y una de cuyas calles lleva su nombre, diriga
una importante casa editora y era el centro de la vida espiritual palestinense. La muerte lo
sorprendi lejos del centro de sus actividades predilectas, en Viena, adonde haba ido para
someterse a una operacin quirrgica. Falleci en la capital austraca el 4 de julio de este
ao, vctima de un sncope cardaco.
Bialik es, en los tiempos modernos, el poeta lrico por excelencia. Los motivos
esenciales de su obra potica son los poemas del galuth, de la restauracin, de la naturaleza,
de los pogrms, del invierno, los de acento proftico, de amor y los motivos populares y los
individuales. Cada perodo de su labor se cierra con un poema admirable.
El ciclo de su s poesas nacionales lo clausura con el maravilloso poema lrico
Hamatmid; los Cantos de la luz y los Cantos del invierno, con el poema plstico La
bendicin; las canciones amorosas, con el conocido poema Megilath Aeisch; los cantos
del pogrm, con el poema que encierra ms sentimientos de vida y de odio que imgenes y
colores, En la ciudad de la matanza; los cantos profticos, con el poema Los muertos del
desierto. Sin embargo, la cronologa de las poesas de Bialik ofrece a menudo extraas
sorpresas.
El mismo ao que compuso En la matanza escribi, en la misma ciudad de Kischiew,
un mes despus, su poema nacional Nacin servil. Ms tarde escribe, primero en hebreo
y luego en idisch, En la ciudad de la matanza, y ese mismo ao compone su poema
plstico La bendicin, para volver a tejer y entrelazar con haces de luz, sus Canciones
de amor y las Canciones de invierno.
Cabe preguntar: cmo es posible que un poeta vea y viva simultneamente los
horrendos acontecimientos que acaecen en La ciudad de la matanza, los relate de un
modo tan horripilante y cruel y al mismo tiempo entone con hondo sentimiento nostlgico
su cancin amorosa Dnde ests?. Es un misterio. Ni los horrores de los pogrms han
podido emponzoar el alma sensible del admirable poeta lrico, capaz de producir al mismo
tiempo obras de forma tan variada y de contenido tan diverso.
Cuando Bialik se siente solitario y canta sus sentidos y tristes Poemas a la soledad, su
palabra es mesurada y sencilla; su voz es cordial, suave, delicada, dulce y reposada; en
cambio, cuando se siente en el papel de intrprete de la colectividad, cuando sabe que
detrs de l est la masa, entonces su lenguaje es expresivo, duro; su voz, fuerte, poderosa,
y martillando con su palabra, avanza delante del pueblo.
Y Bialik, en verdad, ha sido, en nuestra poca, no slo el vocero de la colectividad, el
intrprete del pueblo judo, sino tambin y principalmente, el cantor de su generacin.
Jaim en que ya palpitaba la premonitora necesidad de expresarse con versos, con rimas, con
consonancias y asonancias.
Llegando a la edad florecida y frutecida de la juventud, jenuesse doredel poeta
encendido en el pabilo del idealismo y la esperanza, Bialik siente como propias la
desventura y el dolor, la malhadada suerte de su pueblo, y de ellas son las primeras
vislumbres que inspiran su poesa. Otros ilustres corredentores suyos socilogos, polticos,
cientficos, artistas y toda la incontable gama de la actualidad, el arte y la ciencia judoscompartan con l sentimientos y pensamientos consagrados a la aventura y el destino de
Israel, pero en Jaim Najman Bialik se da el antiqusimo proceso anmico-potico: Que es el
poeta el que vive ciertos instantes especiales, y stos son instantes poticos aunque sean
experiencia comn esa todos los hombres: la nica diferencia es que el poeta los recuerda y
a l le es dada la preciosa facultad de reencarnarlos en palabras, sonidos, colores, en la
poesis, la poesa que l tiene el inefable poder de crearlas. (Podein es en l preciso latn el
nombre original de la poesa, y su significado es el de hacer cosas).
El podein potico no habra de abandonarlo nunca, y hara de l el poeta pico y
trgico, el cantor grave y amargo en quien el pueblo judo vera su dulce interprete, su
armonioso expositor, su solidario hermano, su panhumano rabino potico en la exaltada
manifestacin y vivencia a travs de los conmovedores y profundos veros propios de raza
de la raza de los poetas.
Cuando aos despus de su mocedad fue a estudiar a la Academia talmdica de
Volozhin, conoci el desencanto que producen siempre las limitaciones de todo orden en
los espritus amplios y ansiosos de vastedades: la reducida visin de la enseanza, el seco
formalismo y la falta de perspectivas de quienes dictaban las clases, las mostraron los
maestros eran instructores que saban todo lo que un instructor puede saber, pero no saba
ms que eso Huy a la cultsima Odessa, donde viva un slido ncleo de la
intelectualidad juda, atrados por el apasionado y apasionante Ajad Haam, pensador
profundo que no por mirar el cielo se atrasaba en la labranza y elocuente pregonero del
renacimiento cultural de Israel. La creacin potica sigue como un ro fluyente y a ella se
agregan aciculares ensayos, artculos polmicos, notas bibliogrficas reveladoras de su
agudo juicio crtico, y otra vez la poesa, insomne, honda, exaltada. El nombre de Jaim
Najman Bialik ya es conocido y valorado y la notoriedad lo acompaa en todo el quehacer
literario.
escribir una poesa. Quien es el ms grande poeta hebreo moderno y el mayor Intrprete
fiel y autntico de los sentimientos que conmueven el alma de Israel ser, no puede
evitarlo, no puede dejar de serlo, el poeta de su propia vida pero ya no ms el poeta de los
versos que con arte y sabidura haba escrito. Los poemas que lo constituyeron en el
insenescente poeta Jaim Najman Bialik sensible, en primer trmino, al sino y la estrella de
su pueblo, a la vida difcil, torturada, trgica que amenazaba los ideales judos. El silencio
de este poeta que vivi siempre, gozndola, la subsistencia de una vigilia permanente, es el
misterio que nunca se ha comprendido o explicado, a semejanza de esos secretos de su vida
que la pecadora se lleva a la tumba. Ya no escribira poemas como aquel de Sirim
Anoche te espi a lo largo del camino,
y te vi alejarte pensativa y callada;
con tu mirada vacilante, a travs de la ventana,
buscabas tu alma extraviada.
Buscabas la recompensa a las virtudes de tu mocedad;
ms t, oh, amada ma!, no veas
que mi alma, como paloma, temblorosa,
acuda, fatigada, a tu ventana.
Dado que la poesa no se halla ya entre las preeminencias de su espritu, y ella era la que
tena la prerrogativa mayor, tampoco escribir los poemas que, segn lo haca en momentos
de recogimiento, trasuntaban su relacin con el Seor, verdadera intrinsiqueza como la
expresada en una confesin de anacoreta aspado y suplicante.
Sent junto a mi faz el calor de tu aliento, oh Dios!, y me abras;
el pice de tu dedo conmovi, por un momento, las cuerdas de mi corazn;
lleno de pnico, call y reprim la tempestad de mi espritu;
languideca mi corazn y el cntico no asomaba a mis labios.
De qu modo me presentar al santuario,
y cmo se purificar mi plegaria?
La abdicacin a la poesa de este poeta judo que, siendo el ms grande poeta moderno en
lengua hebrea (que, de otra parte, no tena a quin legarle el cetro), privar a la juventud de
los alicientes y el estmulo que siempre haban henchido sus corazones.
Y esta generacin prorrumpir en sus primeros vtores
a la faz de este sol y de la magnificencia de su esplendor.
Decidos, pues, errantes! Abandonad esta desolacin!
Pero no levantis la voz; seguid firmemente en el silencio!
No sea que se despierten los dormidos en el desierto.
Cada uno slo oiga el rumor de sus pasos,
que cada uno oiga en su corazn la voz de Dios que le dice:
"Ve, hoy entrars t en una tierra nueva"
Qu razn hay para que el respiro potico, que siempre ha colocado a Bialik frente al
destino oponiendo a las vicisitudes el maravilloso dique de elevacin espiritual y las brasas
de su talento literario, se interrumpa, en verdad que cese para siempre, segn se ver en el
tiempo hasta el fin de su existencia? Los versos heroicos, vehementes, insuflados de amor a
Israel del vasto poema Los ltimos muertos del desierto, que exaltaron a la juventud juda,
no permiten creer en alguna causa psquica y tampoco intelectual y ni siquiera
circunstancial. Pero es cierto que ya no cantar ms el aleluya de su visin, el regocijo de la
inminencia del Estado judo, la exaltacin del cielo y la gloria del advenimiento de la patria
reconquistada.
La obra del creador de Poemas ntimos es tanto la gesta del renacimiento hebreo
como la del vivificador del idioma hebreo, habiendo roto los moldes de sus arcasmos para
permitir su florecimiento moderno. En la prosa, el ensayista de fino estilo que era escribi
valiosos trabajos sobre la literatura talmdica, el Midrash, las Agadot y la versin hebrea de
los tesoros de la poesa hebraico-hispnica de la Edad Media. La traduccin del Quijote al
hebreo actual, realizada en un estilo inspirado en las ms puras formas del antiguo
testamento, es un alarde de la inteligencia y sabidura, un virtuosismo literario que premi
la Real Academia de la Lengua espaola nombrndolo miembro honorario.
La creacin potica del Bialik de exuberante inspiracin y enraizamiento con la mejor
poesa tradicional hebraica, que se remota hasta los lejanos das de los vates
hebraicoespaoles, se divide en poemas lricos y picos. El lirismo se halla clido, rico de
fogaje romntico, en los Poemas de la clera, Poemas ntimos y Poemas de la pena
derramada, en tanto que los cantos al pueblo, a los trabajos y la heroicidad de los
precursores del Estado israel de 1948 constituyen la creacin pica de intenso y
conceptuoso significado. La fidelidad amorosa al destino de sus hermanos es tambin el
tema del lirismo judo con el de la mujer y el amor. Es el poeta que invoca a las potestades
del arte, que impetra a la frmula de la originalidad, pidiendo para s la capacidad que lo
faculte para una poesa redentora de pasados clasicismos, a los que respeta y reconoce su
irrevocable validez (Yehud Halev es uno de sus nmenes amados) pero a la que quiere
dotar del tiempo presente, el tiempo de una historia, una poltica y un sentimiento israeles
distintos de los del pasado. Es entonces que funde las expresiones populares en moldes
poticos y crea nuevas formas y giros de ululante originalidad. Dota al hebreo de una
plasticidad moderna, con lo que permite ganar una etapa de la batalla para que el milenario
idioma se transformara en el lenguaje vvido de las nuevas generaciones en Israel.
La obra y la misma personalidad de Bialik son entonces rectoras para la progenie de
intelectuales judos de su generacin y las siguientes, abriendo y mostrando con su ejemplo
el camino que los dems transitaran despus, el sendero hacia una integracin completa en
el acervo de la cultura juda de los inmensos veneros del pensamiento moderno. Emanando
de esas fuentes permite adems colocar al hebreo en una superficie de igualdad con otras
lenguas y conquistar para l lauros que hasta entonces parecan imposibles de alcanzar. La
sntesis de cuanto pueda decirse de su obra y el eptome que cierre y compendie el juicio
crtico, son las de decir (es lo cierto que repito lo que ya he dicho, pero hay reiteraciones y
*En este ensayo Jaim Najman Bialik (1873-1934) el poeta por excelencia del renacimiento
hebreo, trata un problema que adquiri singular importancia no solo en la literatura sino
tambin en la cultura moderna. Se refiere a la funcin del arte. El objeto del arte es
transmitir el complejo emotivo y mental de un autor! O es el arte una desinteresa
exposicin de la verdad esttica! El arte tiene por fin representar la calidad! O es que
esencialmente no es representativo, no es objetivo! Es ante todo el formato, la diversin,
o simplemente una funcin natural de la psicologa humana! Cual es la relacin del
contenido y la funcin del arte con la forma?
Tenga o no el arte algunos o todos estos propsitos, sea necesaria o fortuita la
relacin de la funcin y el contenido con la forma, la investigacin de estos temas implica
especificacin fundamentales de los puntos de vista del mundo de la naturaleza del hombre,
de la metafsica.
El pensamiento explicito de Bialik afirma que el lenguaje del arte es una ocultacin
de la realidad mas que una revelacin de la misma. El lenguaje es la barrera que erige el
hombre para alejarse del vaco, de la duda metafsica, de la nada. Paradjicamente,
el hombre intenta constantemente y en vano abrir la realidad cerrada, alcanzar el nivel
de las barreras del lenguaje que el mismo construy como autoproteccin. Las variaciones
del lenguaje reflejan el esfuerzo perpetuo. Porque los sistemas lingsticos demuestran
una y otra vez ser insuficientes, no para comunicar, representar u objetar, sino para ocultar
y deformar la intolerable realidad. Bialik concluye con una brillante exhortacin a las
canciones lagrimas y carcajadas, la triada que comienza donde terminan las palabras y
que abre en vez de cerrar.
Era inevitable que Bialik escribiese sobre la funcin de la literatura expresada en la
mitologa y tradicin judaicas, especialmente la Cbala. Pero es original lo que hizo de las
fuentes clsicas.
Desde el mito de la creacin en el libro de Gnesis, a travs del agnosticismo
medieval hasta el positivismo del siglo XIX, hace una resea totalmente suya y
sorprendentemente contempornea.
dbil es el puente de meras palabras, cuan profundo y siniestro es el vaco que se abre a sus
pies y cun milagroso es cada paso dado a salvo.
Porque es evidente que el lenguaje, con todas sus asociaciones, no nos hace penetrar en
la zona interna, en la esencia de las cosas, sino que por el contrario se erige como una
barrera ante ellas. Del otro lado de tal barrera, tras esa cortina, con su capa superficial de
palabras, el espritu del hombre erra sin cesar. No hay discurso ni palabra sino slo una
perpetua bsqueda, un qu? eterno, helado en los labios humanos. En verdad no hay
siquiera lugar para este qu? que implica la esperanza de una rplica. Existe ms bien la
nada; los labios humanos permanecen sellados. Sin embargo, si el hombre logra el
discurso y la conformidad mediante el mismo, es solamente a causa de su temor de
permanecer solo por un momento con aquel oscuro vaco, enfrentando a la nada sin
barrera alguna. Porque el hombre no me mirar sin perder la vida dice el vaco y cada
discurso, cada fragmento del mismo, participa de la naturaleza de una ocultacin de la
nada una cscara que encierra una oscura semilla del stet eterno (est), Ninguna
palabra contiene la solucin completa de una pregunta. No importa cul es la palabra se
puede cambiar por otra en tanto contenga el poder que sirve momentneamente de
ocultacin y barrera. La msica sorda y la matemtica simblica dos parientes hostiles y
extremos paralelos atestiguan por unanimidad que la palabra no es necesariamente lo que
parece, que no es sino la trama y la estructura del vaci. O ms bien as como los cuerpos
fsicos, se tornan sensibles a la mirada y se determinan por el hecho de que sirven de
barreras ante la luz en el espacio, de manera que las palabras existen en virtud del proceso
de cerrar la pequea abertura del vaco, erigiendo una barrera para impedir que la oscuridad
del vaco emerja y sobrepase sus lmites.
Quien se halla solo en la ms profunda oscuridad, trmulo, monologa: recita el
confesionario o balbucea una palabra. Por qu? Porque la palabra es un talismn que lo
aleja y disipa su temor. Lo mismo sucede con la palabra hablada, o con sistemas completos
de palabras. El poder de la palabra no reside en su contenido explcito si tal existe sino
en el alejamiento que este implica.
Desviar la mirada es, en ltima instancia, el medio ms fcil y agradable, aunque
ilusorio, de escapar del peligro; en las situaciones en que constituye un peligro mantener los
ojos abiertos, no existe en realidad refugio ms seguro y Moiss hizo muy bien en ocultar
el rostro.
Tal vez sea verdad que desde el origen del mundo el discurso no fue creado como un
medio de unin social entre dos hombres, es decir, no fue slo un discurso. Puede haberse
originado en hombres solos que monologan para satisfacer una necesidad espiritual, es
decir, el discurso individual a la manera de cuando mi espritu est sordo, hablo a mi
corazn El primer hombre no estuvo conforme hasta que habl para l mismo en voz
alta para poderse or. Porque el sonido que en el momento de la creacin hizo surgir el
autorreconocimiento del hombre desde lo recndito del vaco ese mismo sonido de
pronto se erigi como un muro divisorio entre el hombre y lo que est del otro lado,
como para decir: Desde ahora, hombre, volvers el rostro hacia aquello que est de este
lado. No mirars hacia atrs y si lo haces no te valdr de nada, porque el hombre no ver el
vaco sin perder luego la vida. El sueo olvidado no ser recordado. T desears el
vaco y el discurso te gobernar.
Y, en verdad, el conocimiento y el lenguaje slo rigen sobre aquello que est de este
lado dentro de los cuatro ngulos del espacio y el tiempo. El hombre camina en la
sombra; cuanto ms se aproxima a la luz ilusoria que est ante l, tanto ms se agranda la
sombra tras el y no se atenan las tinieblas en torno. Tal vez de este lado todo puede ser
explicado, estrictamente o con liberalidad, pero explicado. Lo esencial es que el dominio de
los conocimientos del hombre no quede ni por un instante desprovisto de palabras, que
estas se hallen juntas y unidas como las juntas de una armadura, sin que las separe ni el
espesor de un cabello. La luz del conocimiento y del discurrir el tizn reluciente y la
llama- es eterna y no debe ser extinguida. Qu importancia tiene el arca de este lado
entre los lmites de la luz ilusoria, comparando en ltima instancia con el infinito mar de
tinieblas universales que permanece y quedar siempre fuera?
Y, por fin, est la eterna oscuridad que infunde tanto temor, la misma que desde la
creacin siempre atrajo secretamente el corazn humano, haciendo quie a sus ansias ocultas
la observasen por momentos. Todos la temen y a todos les atrae. Con nuestros labios
levantamos barreras, palabras sobre palabras y unos sistemas sobre otros, y las colocamos
frente a la oscuridad para ocultarlas; pero de pronto comenzamos a escarbarlas con las uas
intentando abrir diminutas ventanas, minsculas brechas a travs de las cuales podamos
atisbar por un instante qu hay del otro lado. Pero, Ay!, vana es la labor humana. En el
mismo momento en que aparentemente est abierta la brecha, se advierte otra barrera en
forma de una nueva palabra o sistema, que reemplaza a la anterior impidiendo nuevamente
la visin.
As, nunca se llega a un final. Una palabra viene y otra va, un sistema surge y otro
desaparece, y el eterno stet permanece siempre poderoso, inalterable e irreductible.
Firmar una factura o asentar una deuda en el balance, no significa liquidar la deuda; slo la
elimina momentneamente de la memoria. Lo mismo ocurre con el discurrir definitivo, es
decir, la asignacin de nombres y la ereccin de cercas en torno a las imgenes y sus
asociaciones. No es posible una respuesta al problema de la esencia en el proceso del
discurso. An la rplica expresa a un interrogante no es sino otra versin del mismo
interrogante, es sorprendente, entendemos como significado hacer una pausa y
pensar.(una forma de ocultacin en vez de revelacin). Si debiramos despojar por
completo a todas las palabras y sistemas hasta lo ms ntimo, despus de la ltima
reduccin, slo nos quedara una palabra que lo abarcara todo. Cul? Otra vez, el terrible
qu? tras el cual est la misma X, an ms terrible, la nada. El hombre escoge rasgar
la factura en trocitos, con la falsa ilusin de que as facilita el pago final.
Cuando le fracasa tal ilusin, cambia la palabra actual por otra, el sistema por otro,
es decir, escribe una nueva factura que reemplazar a la anterior y demora o se ampla l
mismo el plazo por el pago final. De todos modos, la deuda nunca es pagada totalmente.
As, una palabra o sistema cede ante otra, no porque haya perdido el poder de
revelar, de iluminar, de invadir el stet total o parcialmente, sino por la razn opuesta
porque la palabra o sistema cay en desuso por el constante empleo, ya no puede ocultar
adecuadamente ni, por supuesto, tampoco puede distraer momentneamente a la
humanidad. El hombre, atisbando un instante por la brecha, al hallar con terror el
impresionante vaco otra vez, se apresura a cerrar la brecha, con una nueva palabra. Es
decir utiliza el nuevo talismn como su predecesor para una distraccin del momento, y
es salvado del terror.
No os extrais! El talismn es eficaz para quienes tienen fe, porque la misma fe no
es sino una distraccin.Acaso los seres que hablan no son anlogos? En tanto el hombre
se mueve y respira ocupa espacio y todo es aparentemente comprensible, todo est bien.
El fluir de la vida, su contenido, no es ms que un continuo esfuerzo, un instrumento
constante pata distraer. Todo momento empleado en la persecucin de es a la vez una
fuga de y la fuga de por s tiene un precio. El precio de la persecucin es la fuga. En todo
momento el perseguidor halla su momentnea felicidad no en lo que busca, sino en aquello
de que se aleja y que le proporciona un margen de seguridad. Porque, para quien est
ligado a la vida, existe seguridad.
Pero el hombre muere y su espacio queda desocupado. Nada le sirve de separacin
y la barrara cae. De pronto, todo se torna incomprensible. La X oculta desciende sobre
nosotros con su aterradora silueta y nos sentamos gimiendo en la tierra ante ella, en las
tinieblas y sordos como piedras. Pero slo durante un momento. Porque el Maestro de la
vida anticipa la apertura con una clausura. Inmediatamente nos proporciona otro talismn
para distraernos y disipar el temor.
Antes de que la lpida se cierre sobre el extinto, el espacio que dej vaco es vuelto
a ocupar por una palabra, sea de alabanza, consuelo o filosofa, creencia en la inmortalidad
del alma, o algo semejante. El momento ms peligroso en el discurrir y en la vida - es el
que separa a dos ocultaciones, cuando se ahonda el vaco. Peor tales momentos con muy
raros en el discurso y en la vida y la mayora de los hombres no los perciben. El Seor
protege a los simples.
Por todo lo que antecede, parecera que hubiese una vasta diferencia entre l lenguaje
de los maestros e la prosa y de la poesa. Los primeros, maestros de la exposicin, hallan su
sancin en el principio de analoga y en los elementos comunes a las imgenes y palabras,
en lo establecido y constante en el lenguaje de la versin aceptada de las cosas en
consecuencia marchan con aplomo por el sendero del lenguaje.A quin pueden ser
comparados? Al que cruza un ro sobre una slida masa de hielo. Este hombre puede
distraer por completo su atencin de las aguas profundas que fluyen bajo sus pies. Peor los
otros, los maestros de la alegora, de la interpretacin y el misterio, pasan los das
persiguiendo el principio unificador de las cosas, el algo solitario, el punto en que se unen
todas las imgenes, el momento fugaz que jams se repite. Persiguen su solitaria intimidad
y la peculiaridad de las cosas. Por eso, estos ltimos, (los maestros de la alegora) estn
obligados a introducir en toda oportunidad el movimiento sin fin, nuevas combinaciones y
asociaciones. Las palabras se encienden en su mano; se extinguen y vuelven a encenderse,
titilan como las grabaciones del sello en las piedras del pectoral del Sumo Sacerdote, se
tornan huecas y luego plenas, adquieren y pierden el alma. Mediante este proceso hay
cambios de puestos y ubicaciones en lo material del lenguaje: una coma, el cambio de un
punto y la vieja palabra adquiere nueva luminosidad.
El mismo fue elegido por el Barn Edmund De Rotschild para plantar y cuidar los futuros
viedos de la zona.
En 1902 el poeta J.N.Bialik visit el lugar acuando el trmino TISHBI.
Esta palabra es una siglatoshavei shfi beretz Israel.
El vocablo SHFI aparece en el Talmud en el tratado de bava metzi ,samaj, amud(pgina)
alef y significa lquido transparente que se trasvasa de recipiente en recipiente no dejando
restos (Rashi). Por supuesto que se hace mencin a la destilacin del vino.
La familia adopt esta palabra como su apellido. Pasaron cuatro generaciones y se contina
hablando de bodegas Tishbi, viateros desde 1882.
En 1918 se coloc la piedra fundamental para la construccin de la futura universidad
hebrea en el monte Scopus
Las puertas de la universidad se abrieron el primero de abril de 1925
Presida la universidad el doctor Jaim Weizman secundado por J.N.Bialik, Ejad Haam, el
profesor Albert Einstein, Nahum Sokolov y otros.
Das despus de la ceremonia de inauguracin se resolvi elegir un cuerpo independiente
que se ocupara de la nueva universidad. Entre sus miembros figuraba tambin Bialik.
Las cuatro compaas existentes de transporte que se unieron en 1951 adoptaron el
nombre EGUED suministrado por el poeta J.N.Bialik unos aos antes a una de ellas.
El trmino EGUED deriva del verbo hebreo LEEGOD, que significa: convocar, reunir,
agrupar.
Otros nombres como iovel (jubileo), o iajad (juntos) fueron descartados.
La primera compaa de seguros de Israel migdal debe su nombre a Bialik.
Inmigrantes procedentes de Alemania fundaron Kiriat Bialik en 1934.
El nombre le fue otorgado en memoria y como homenaje al poeta muerto ese mismo ao.
Significacin de Bialik
Por Isaac Isaacson
Especial para Judaica
Qu es la poesa? Potencialmente cada uno de nosotros es un poeta. Las alegras y los
sufrimientos, las canciones y los llantos, los vvidos colores del sol y la negra hondura de la
oscuridad nocturna impresionan nuestro espritu, suscitan pensamientos en el cerebro y
agitan nuestra sangre. S, todos somos poetas en potencia. Y an cuando cada individuo sea
distinto del otro, poseemos, sin embargo, rasgos psquicos similares, comunes a todos los
hombres. Solamente nos falta la expresin, la palabra que d forma a lo eternamente
humano, el verbo que nos eleve de nuestro sitio. De este verbo est dotado el poeta, cuyo
espritu enciende chispas en sus ojos y cuyo poema nos hace hablar a nosotros, los mudos;
el poema da expresin a nuestros sentimientos, nos evoca cuadros largo tiempo olvidados,
nos obliga a revivir en forma ms aguda y real lo que hemos sentido y observado sin haber
podido, empero, cubrirlo con el ropaje de la palabra.
Ni siquiera el poeta, el poeta inspirado, puede expresarlo todo, y jams est satisfecho de lo
que crea. Y esto es, posiblemente, uno de los sntomas caractersticos de todo artista
singular, sea poeta, pintor, msico, etc. el petulante y el grafmano afirman siempre que lo
saben todo y que pueden expresar todo con facilidad. En cambio, Shelley y Puschkin, el
pintor Messonier y otros muchos, grandes y pequeos artistas, se han quejado de las
penurias de la expresin.
Este mismo sentimiento se observa varias veces en Bialik; el gran poeta se queja
amargamente:
Y perdur la oracin tanto como su vida, mas no fue grata al Seor de los cielos; la
oracin que no imploraba le fue consentida y la que l peda no la hall... Y su corazn
imploraba, imploraba y muri en medio de la oracin.
El poeta cant y plai toda su vida, busc una palabra, una ltima palabra que produjera
un eco claro de sus dolores desenfrenados, mas tuvo que confesar que haba alcanzado lo
que no pidiera y no hall lo que buscara; busc cantando y muri en medio de su cntico.
La misma impotencia, mejor dicho incapacidad, del gran poeta para dominar el mar de
sentimientos salvajes que queman su cerebro y se abalanzan para salir a la luz; ese mismo
hondo temor de desaparecer antes de formular lo substancial de su yo potico, est
admirablemente expresado en otro poema de Bialik, escrito bajo la impresin de la muerte
de un amigo suyo:
Despus de mi muerte me llorareis as: Hubo un hombre y ved: ya no existe. El hombre
muri prematuramente y la cancin de su vida se interrumpi junto a l. Y es lstima.
Posea an otra cancin, pero se perdi para siempre, se perdi para siempre.
Nadie, nadie, ni Goethe, ni Shakespeare, ni Shelley, ni Puschkin, nos ha dicho todo lo que
haba querido decir. Y sin embargo mucho dijeron. Cada uno de los nombrados se
desenvolvi, por as decirlo, en condiciones normales; eran hijos de pueblos sanos,
mientras que todos saben cmo creci Bialik: el grillo le ense a cantar y la madre lo
aliment con pan amasado con lgrimas y, lo que es ms importante para nosotros, su
universidad fue la yeschiva de Wolozhin. He aqu cmo l mismo describe su proceso
evolutivo:
Sin luz ni linterna busqu con la pala en las cuevas obscuras, y remov da y noche
vuestras tumbas, cav buscando tesoros de vida debajo de ellas y por encima de ellas. Soy
un fugitivo de las tumbas.
Resulta, por consiguiente, mayor an el prodigio de que sus cantos estn inundados de tanta
luz. Con la sed de un minero que no ha visto la luz desde hace tiempo, con la sed de un
judo del ghetto, errante y eternamente rechazado, sentase atrado toda su vida por el sol:
Encaminaos con la alborada hacia las montaas y hallaris all oro. Oh vosotros,
exterminados por la obscuridad, carcomidos por las tinieblas, orad al sol, al sol! O bien:
Develad la luz! Descubrid la luz!. O bien el mximo acorde del himno al sol:
Si en el cielo colgaras, Dios, siete soles, no podras saciar mi alma, sedienta de luz.
Aumenta las luces, Dios luminoso, danos luz!.
Tamaa veneracin por la fuente de la vida, por el sol, es raro encontrarla en la poesa
universal. Y ms extrao an es, o tal vez sea por eso mismo, que ella provenga del mismo
poeta que cantara:
Dicen que hay una juventud, Dnde est la juventud? Qu es el amor? Yo nada poseo,
nada.
Slo el judo errante, ahuyentado en el curso de su historia hacia los stanos ms sombros
de toda especie de ghettos, desacostumbrado de una vida sana y natural, ha podido, al
encontrar a su poeta, expresar tanta nostalgia por el sol, por la juventud, por el amor y la
vida.
Gorki, hablando en el vigsimo quinto aniversario del comienzo de la actividad literaria de
Bialik, comenzaba su artculo con estas palabras: Un nuevo Homero han dado los judos al
mundo, otro gigante que se agrega a los que ese pueblo ha brindado a la humanidad. En la
traduccin, escriba Gorki, las poesas de Bialik pierden la mitad de su belleza, y se
lamentaba de no poder leerlas en el original. Claro est que precisamente por eso Gorki
incurri en una exageracin al establecer aquel parangn, aunque ms no fuera por el solo
hecho de que Homero es una creacin colectiva, como nuestra Biblia, sin hablar ya de otros
motivos. Pero lo cierto es que Gorki, el formidable y cristalino artista, sinti intuitivamente
la manifestacin original de la energa potica hasta en las traducciones flojas, y expres
entusiastamente su admiracin por el talento de Bialik. Porque Bialik es ante todo
enteramente original:
Yo no he tomado la luz del abandono, tampoco me ha venido por herencia de mi padre,
sino que la he extrado de mi piedra y la he bebido de mi propio corazn.
Con las poesas de Bialik hemos trabado conocimiento cuando fuimos estudiantes, hace una
veintena de aos. Ms exacto sera decir: con sus poemas sociales. S, pues qu otra cosa
ha sido En la ciudad de la matanza o Sobre la matanza? No es, acaso, una agitacin
social el ensear a los dbiles, a los perseguidos y marginados, a oponer resistencia al
salvajismo humano? No es En la ciudad de la matanza un eterno y sangriento
documento humano de protesta contra la bestia que hay en el hombre, y no han incitado
acaso sus poemas a una vida nueva?
Un Da con Bialik
Por Jaim Grinberg
El 4 de julio se cumpli el 21 aniversario de la muerte de Bialik. JAIM GRINBERG el
brillante escritor y orador, ya desaparecido, cuenta en estas pginas cmo se desarroll la
jornada que pasaron juntos en 1924. En un texto que tiene la agilidad de un reportaje y la
profundidad de cualquiera de sus ensayos, Grinberg, al consignar sus conversaciones con
Bialik que, en la plena madurez de su personalidad, discurre sobre temas judos y
universales, nos acerca quizs ms que nadie al espritu del poeta nacional hebreo, a quien
vemos y omos aqu en toda su humanizada genialidad.
TENEMOS casi todo el da a nuestra disposicin dijo Bialik, despus de haber
ordenado nuestros efectos en las habitaciones del hotel-. Los dems estn ocupados y nadie
nos molestar hasta las siete. Salgamos a divertirnos un rato.
Habamos llegado a Berln a Leipzig en un asoleado da de enero (1924). Al atardecer
debamos participar en una gran reunin; mejor dicho, era Bialik quien hablara y yo
vertira su colorido hebreo a mi expresivo alemn.
En realidad, no estaba con nimo de divertirme en ese momento, porque aquel da
padeca de pnico al pblico y me reprochaba ntimamente por haber aceptado tal misin.
Saba que no podamos ensayar, porque Bialik alegaba que en primer trmino no tena nada
que decir, las palabras surgiran espontneamente durante la disertacin.
Pero qu quiere decir con eso de divertirnos? le pregunt con curiosidad.
Qu ejemplar de bon vivant me result usted! mofse Bialik-. Quiere divertirse de
acuerdo a un programa previamente trazado, con una agenda... Es usted lituano, por
casualidad? Vayamos simplemente a la deriva... Sigamos las huellas... Cada uno de
nosotros tiene algo de divertido...
Finalmente, el seguir las huellas se convirti en un errar sin rumbo por Leipzig, desde
las once hasta las siete. Nos detuvimos en dos restaurantes y varios cafs; escuchamos a
una orquesta vienesa durante el almuerzo y a un coro de Turingia a la hora del t, y sobre
todo, conversamos toda la tarde. Tenamos la sensacin de no referirnos a ningn tema en
especial, saltando de un tpico a otro, sin temer a las paradojas, a las banalidades ni a los
absurdos.
Durante el almuerzo, Bialik record a la nia de cinco aos que haba viajado en el tren
con nosotros. Estaba enamorado de la rubiecita y lamentaba profundamente no dominar lo
bastante el alemn para poder dialogar con la pequea y entretenerla. La nia retozaba en el
coche atestado. Cant y recit todas las canciones infantiles que pudo recordar. A cada rato
sacaba trozos de chocolate y caramelos de una cajita y pese a las dbiles protestas de su
madre se meneaba, acompaando sus movimientos con el estribillo de una cancin de
cabaret, que de alguna manera misteriosa haba llegado a la nurse de una culta familia
germana de la clase media.
...Un das haben die Maedchen so gerne,
Die im Stuebchen und die im Salon...
La madre de la nia sintase avergonzada y divertida a la vez. Rog a su hijita que no
insistiese con esa cancin, pero la pequea Elsa no poda entender por qu le estaba vedado
repetir palabras tan inocentes. Deba estar segura de que le gustaba a las Maedchen era el
chocolate y los caramelos.
Bialik no hallaba palabras para elogiar la belleza nrdica de la pequea.
-Por tener una nia como esa en casa, renunciara a todos los placeres mundanos, y si
insisto, hasta a los del otro mundo. Mientras viajbamos, una idea alocada cruz por mi
mente. Pens que sucedera si la madre me dijese: Querido seor, he notado que le agrada
mucho mi hijita. Tengo dos nios ms. Llvese a Elsa. Estoy segura que ser feliz con
usted. Qu le parece esta locura? Hasta imagin cmo la llevara a casa en Berln,
anunciando a mi esposa: Maniechka! Mira! Aqu... enhorabuena... tenemos una nia.
Crimosla, que conozca la Tor, que contraiga enlace y haga el bien. Qu? Que es
alemana y no juda? Dentro de un ao Elsa olvidar su pasado teutnico y le ensear a
entonar Zemirot todos los viernes a la tarde. Esta pequea germana podra llegar a ser otra
Sara Bat Tovim u otra doncella de Ludmir. Por qu no? Todo eso de la raza, la sangre, la
herencia biolgica, de que tanto se habla y se escribe ahora en Alemania, no es slo
paganismo, sino una ridiculez, producto de nuestro tiempo. Biolgicamente, Pusckin era
africano y esto no impidi que llegase a ser el poeta nacional de Rusia. Y quin osara
decir que Napolen no era francs, aunque todos saben que biolgicamente era de
ascendencia italiana? Si los trtaros hubiesen capturado al Gaon de Vilna durante su niez
vendindolo como esclavo en los desiertos africanos, hubiera sido judo? Algo vago y
confuso podra haber vibrado en l peridicamente... probablemente existen pequeos
conductos a travs de los cuales intentan hacerse or de generacin en generacin las voces
sofocadas. No se puede negar lo de la ascendencia, pero cul es su poder si se compara
con el medio, la hipnosis social, la educacin, la cultura o la carencia de sta? Llevar a la
pequea Elsa a casa, y que Maniechka comience a encender velas cada viernes a la tarde y
recite Dios de Abraham todos los sbados por la noche, que Fannia Shargorodski venga
una hora todos los das con sus textos de hebreo y Elsa se convertir en una tpica
muchacha juda... y sabe? Comienzo a sospechar que yo mismo me casara con una shiksa,
aunque ella tuviera la educacin y conciencia de una shiksa. Direis que si hubiera
conocido a Maniechka hace aos como es o como era entonces- y no fuera juda, esto me
hubiera impedido casarme con ella? Que me habra dicho: no est bien, Jaim Najman.
Cmo puedes pensar en eso? Y la supervivencia del pueblo judo?.
En ese momento, Bialik estall en carcajadas.
-Qu le parece esta fantasa? Meniechka... una shiksa! Es mucho ms fcil imaginar
cosaco al rab de Liubavicher. Cuando uno habla, llega a decir toda clase de tonteras. Me
recuerda al judo que declar: No miris lo feo que soy ahora. Cuando nac era un
hermoso beb, pero la nurse me confundi con otro Quise decir que si fuese posible criar
un nio gentil entre los judos, llegara a ser ms judo que un nio hebreo perdido entre los
gentiles. Recuerda a Gershensohn? Un nio judo. De Jerson o de Kishinev? Mrelo
ahora... es un especialista de literatura eslava y no solamente un especialista tcnico, sino
que vive positivamente en la Persia Medieval... Recuerdo que una vez usted me habl
dicindome que ningn ruso pint jams a su pas como Levitn. No soy ninguna autoridad
en pintura de paisajes. Hasta donde me interesan las artes plsticas, la escultura y los
retratos me resultan ms accesibles. Sin embargo, el judo Levitan lleg a ser parte de la
conciencia del arte ruso. Sabemos cmo escritores rusos tan genuinos como Chjov y
Bunin lo consideraron ligado a ellos por vnculos de la sangre. Slo mediante el ambiente,
la educacin, la cultura, el lenguaje y la hipnosis social, se puede ver el paisaje de una tierra
extraa con los ojos del alma, para que evoque una forma de identificacin.
Hace poco le su ensayo Este y Oeste en el que me critica por referirme al tema de la
asimilacin y los asimilados. Bsicamente estoy de acuerdo con usted. Existe un tipo de
asimilacin que est ms all de la censura moral y no puede ser considerado como
traicin. Levitan no es un traidor y Gershensohn no es un apstata. Son ms probablemente
tornadizos, gente que cambia involuntariamente, como uno se resfra o se curte por el sol.
Tiene razn al afirmar que es posible ser asimilado y conservar la honestidad e integridad.
No estoy disgustado porque estemos en desacuerdo, sino simplemente... qu le hace
pensar que siempre debe anunciar pblicamente todas las verdades? Ahora es
pedaggicamente indeseable proclamar esta verdad, porque toda clase de oportunistas
podran aprovecharla para justificar la apostasa. Pero el peligro de la sincera asimilacin
crece da a da y por eso es tan importante apresurarse respecto a Eretz Israel.
Vea adnde he llegado. Ya estoy predicando otra vez. Y sin embargo, empezamos
hablando de la pequea Elsa... No puedo olvidarla. Tal vez no sea tan atractiva como me
parece. Quiz sea slo porque anhelo un nio, y Elsa puede ser solamente un smbolo, un
recuerdo punzante de ese anhelo sabe? Una cantidad de judos alemanes se han estado
ocupando hace poco de proponerme para el premio Nbel. No han ledo mis trabajos, pero
saben que lo merezco. Da y noche tratan el tema como si estuviesen autorizados para
otorgarlo o para demandarlo para m. Pero si esa alemana me diese a Elsa, renunciara a
todos los premios Nbel de este mundo y del otro. Qu Klausner proclame a otro como el
ms grande poeta hebreo. Qu me importa? Pero en nombre del cielo, no hablis de m a
Ussischkin. Creo que lo esperan pronto en Europa. Hace aos, cuando visit Eretz Israel,
provoc una gran discusin. Yo haba cometido una infamia en Israel. En una reunin
pblica haba ledo mi Tras el cerco. Ussichkin exclam: es inconcebible que el poeta
nacional venga a Israel y no tenga nada ms importante para ofrecernos que un cuento
sobre una shiksa llamada Marinka. Aislaron a Mendele Mojer Sforim porque un hijo suyo
se hizo apstata. (Otros, por supuesto, tienen una promesa escrita del Todopoderoso que
nada de eso le suceder a sus hijos e hijas). Y yo merecera cualquier castigo porque haba
trado una shiksa a Eretz Israel. Pero quin le pidi a Ussischkin que fuera testigo del
poeta nacional? Que me dejen de testimonios, prefiero estar en paz. Pronto se quejarn que
no estornudo ni me sueno las narices como corresponde al poeta nacional.
La camarera se acerc a la mesa a preguntarnos si beberamos vino o cerveza durante la
comida.
Traiga vino decidi Bialik-. Ya que estamos de fiesta, aprovechemos. Pero con una
Condicin: pago yo. El poeta nacional tiene reputacin de pobre. Es verdad. Pero qu
podemos hacer? Si el Todopoderoso me diese la riqueza de Rothschild, la prodigalidad
aristocrtica de Frug, la santidad del Gaon de Vilna y el talento de Pusshkin, estara
colmado de virtudes... de todos modos brindemos... por la pequea Elsa. Aparentemente,
Bialik advirti que yo sonrea.
Piensa en algo que no quiere decir sobre m, o recuerda algo divertido. Adivinemos:
probablemente recuerda el cuento de Scholem Aleijem Si yo fuese Rothschild. Una
fortuna menor no es bastante para Bialik.
En realidad yo recordaba a Scholem Aleijem, pero no a su melamed que soaba con ser
Rothschild. Pensaba en el lechero Tobas que se neg a dejar de hablar de su hija que haba
hudo con el empleado Fedka, porque se pareca tanto a Gorki. Volviendo a su casa en un
sereno atardecer de verano, perdonaba con especulaciones cosmopolitas y universales: por
qu cre Dios un mundo dividido... judos, gentiles, mi fe, tu fe? No hubiera sido mejor si
fusemos todos iguales?.
Bialik se ech a rer cuando se lo cont y me palme el hombro.
Gracias por la comparacin. La tomo como un cumplido. Si Scholem Aleijem hubiese
aferrado siempre a la sabidura de su personaje habra sido un escritor ms grande an. Su
desgracia fue que no le satisfaca su sabidura; tambin deseaba monopolizar el genio y por
eso con tanta frecuencia se disculpaba de ser sabio. Su personaje comprendi el misterio
del ritmo. Comprendi que uno no debe romper con una hija que cometi una apostasa y
que era necesario de tiempo en tiempo pensar que todas estas cosas no valen ni un comino,
para sumirse en la atmsfera del universalismo, por decir as. No hay contradiccin entre
los dos estados. Por eso digo que es un especie de ritmo. Cualquier judo incapaz de
despojarse de su nacionalidad de vez en cuando y volver luego a sus races, a su medio y a
su espritu, a su tribu, si le parece... es una persona enferma... Hace poco me habl del
antisemitismo germano. De muchas fuentes me informaron que el odio a los judos es una
especie de bacteria que los germanos no pueden quitarse de la sangre. Casi parece una ley
natural que los judos y alemanes se odien desde el comienzo del mundo. Pero todos los
alemanes cantan los poemas de Heine como propios y yo he adoptado espiritualmente a la
creencia en la inmortalidad individual apareci tarde entre los judos y slo como reaccin
a la atomizacin poltica de los judos como nacin. En otros palabras, cuando los judos
eran todava un pas normal como otros y tenan su territorio y gobierno, el judo individual
no tena necesidad de un futuro.. ni de inmortalidad, ni de resurreccin. Ajad Haam vio la
eternidad en el grupo, en lo colectivo, en la comunidad cuya existencia y futuro estn
aseguran. Desde su punto de vista, la creencia en la inmortalidad era una degradacin del
espritu, una desviacin de la verdad...Esta es una visin positivista y no un pensamiento
especialmente fructfero, a la Augusto Comte, aplicado a la historia juda. Es una negacin
del valor del individuo en su propio derecho, del individuo que es un mundo en s mismo.
Es difcil fertilizar nuestro pensamiento con tales ideas, ni aun con el atesmo
elegantemente enmascarado de Ajad Haam.
Bialik apareci disgustado y baj la cabeza. Cerr los ojos por un momento y no supe si
el vino y el licor servido con el t le hacan dormitar (no estaba acostumbrado a la bebida
fuerte) o si estaba meditando. Comenc a reprocharme por haber disminuido al hombre a
quien Bialik durante aos haba reconocido pblicamente como su maestro. Cuando levant
la cabeza, se notaba el enfado en su mirada.
No discutir hoy sobre Ajad Haam. Sospecho que nunca percibi en l lo que no dice
explcitamente. Hay escritores que dicen demasiado. Ajam Haam era modesto y tmido...
le molestaban las palabras. Para captar su significado hay tener un odo muy especial y me
parece que usted no lo tiene. Pero dejmoslo ahora. Volvamos a mis pensamientos. Quise
hablarle de esto hace un tiempo y no se present la oportunidad. Hace poco tuve la
sensacin de que tambin se sospecha de usted. No es el nico. Veo una especie de
epidemia que se difunde lentamente entre nosotros, un anhelo mrbido y estril de otro
mudanismo una especie de sensacin de debilidad universal que busca depender de Dios.
Frecuentemente me parece que hay una especie de aburrimiento de la vida, de la vida
actual. Nordau lo definira probablemente como degeneracin. No quiero ser tan rudo,
pero recuerdo a cierto judo muy aficionado al vino, a quien despus de un tiempo ya no le
atraa ningn vino. Les perdi el gusto y los graciosos decan que le gustara servirse unos
vasos del vino reservado (el que se servira en el futuro). Es un mal signo. No hay vino
reservado en este mundo. Uno debe aprender a paladear los vinos ordinarios, terrenales, y
cesar de buscar en los cielos la visin de un padre piadoso que juegue al escondite con
nosotros, oculto tras unas nubes o de una csmica madre Raquel con el pauelo en la mano,
dispuesta a enjugar nuestras lgrimas... entre parntesis, por qu lleva el cabello tan corto?
Cuando lo usa largo y tiene un cigarrillo en los labios, me parece que habla con voz de
bajo, como un potentado. Cuando se corta el cabello, ni el cigarrillo le da tal carcter. Y es
raro como bebe. Me da la impresin de un nio que necesita una madre. Elsa la necesita,
una madre y un padre un padre como yo- pero no usted. Usted es un adulto. Debe llevar el
cabello largo y no esperar que alguien le acaricie el crneo. No hay quien le acaricie,
hermano. Esta es la clase de mundo en que estamos y no lo cambiarn los editores.
Se interrumpi por un momento, volvi a mirar curiosamente mi cabello cortado al rape
y pregunt:
Qu piensa de Schneur? Le pregunto por l porque en su trabajo tambin advert el
motivo padre del mundo. Es un grande y poderoso talento. Dijo que es una persona
inquieta?. No, no he dicho nada.
Entonces, lo dijo otro. Esto se debe a su naturaleza volcnica. Vio alguna vez un
volcn en paz? Una estepa puede ser reconfortante, un valle ms an. Pero un volcn... no
hace mucho hizo una observacin tanto. Deca que no conoca bastante el hebreo y que si
hubiese tenido mi conocimiento del idioma sera un poeta grande. Es una tontera. Hace
poco le preguntaron a Schmaryag Levin, en Berln, si yo saba alemn. Sabe que contest?
Dijo que una persona puede saber alemn, pero que un hebreo no puede saber alemn as
como tampoco un alemn no puede saber hebreo. Bialik es hebreo, dijo, de manera que
cmo puede saber alemn? Schneur tambin parece pensar que soy un conocedor especial
del hebreo y que el idioma me obedece ms que a los dems. Pero yo envidio su
ignorancia del idioma. La diferencia entre nosotros es que yo soy como la arcilla en
manos del alfarero respecto al hebreo hace de m lo que quiere y no puedo resistirmemientras es Schneur quien hace con el lenguaje lo que se le ocurre....
Qu decamos? Ah, s, en la obra de Schneur tambin aparece a cada rato el tema del
hurfano que ansa un padre, que cree que existe el padre que est oculto y puede aparecer
en cualquier momento. Me parece que todo esto surge de la posibilidad nerviosa, de una
afeccin del sistema nervioso, de una ilusin que realmente existe un pastel en el cielo y
que merecemos por lo menos una porcin del mismo. Pero lo merezcamos o no, no existe
pastel alguno en el cielo y nadie lo demandar de... Al respecto los judos son el pueblo ms
evolucionado, con la fe ms madura. El mundo est colmado de cosas que debemos
bendecir. Pero, qu hemos de bendecir? Una manzana, un plato de tallarines con leche,
un rey, un mono o un trueno? Pero no existe bendicin para el caso de un hombre que se
encuentra con un ngel. Usted, por ejemplo, est disconforme con Ajad Haam porque
considera que trata ligeramente el tema de la inmortalidad individual. Comprendo que si
cada uno estuviese seguro de una eternidad privada en un mundo sobrenatural, se
reconciliara ms fcilmente con el mundo de la realidad. Creo que fue el rab Dov
Mezricher el que lo explic una vez a sus alumnos con la siguiente parbola: Imaginemos,
les dijo una vez, que en salvaje de tierras muy lejanas, en las que la gente an anda
desnuda, viene a nuestro pueblo y ve cmo un sastre toma una pieza de tela y la corta con la
tijera. El salvaje gritar sin duda, en su incomprensible lenguaje, que el sastre est haciendo
mal toma algo que est entero y lo priva de su forma, de su perfeccin, de su alma. Nunca
se le ocurrir que al cortar el material el sastre prepara una ropa atractiva. El objetivo de
rab Dov Mezricher es evidente. Dios es como un sastre y nosotros somos las piezas de
material, etc. y la leccin es ... inmortalidad. Pero qu haremos si no existe sastre y la tela
no se convierte en un hermoso traje, sino que simplemente se cubre de polvo y envejece
hasta desintegrarse y...adios los metros o kilogramos de material humano? Qu debemos
deducir? Recuerda lo que me dijo una vez de un judo que deba hacer tomar quinina a su
hijo? La madre del nio trataba de convencerlo de que la quinina no era amarga y quera
mezclar el polvo con agua dulce. Pero el padre lo sent en sus rodillas y le orden: Mira.
Esto es quinina. Es amarga. Trgala y no llores o te dar una paliza. As debemos ser
nosotros mismos. No hay quinina dulce.
Probablemente piense que todas estas son consideraciones casuales y sin duda desea
saber adnde voy. Hay mucho que decir, pero estamos en un caf en Leipzig y no en la
sucia taberna en la que Dostoievsky hace que Ivn Karamazov mantenga una conversacin
de dos horas con su hermano Aliocha. Recuerde la conclusin de Ivn Karamazov. A
menos que consiga un trozo de pastel celestial, y a menos que le demuestren que el
comercio csmico tiene un sastre dispuesto a dar cuenta de que corta la tela como lo hace,
l, Ivn Karamazov, renuncia a todo y considera su nacimiento como un error. Cmo lo
expresa? Est dispuesto a devolver la entrada para esa funcin. Pero no hay boletera, ni
quin acepte la entrada, y adems, no le molestar a nadie que abandona el espectculo. Por
cada Ivn Karamazov disgustado con el inexistente director del espectculo, que piensa en
el suicidio, cincuenta millones de criaturas nacen, hambrientas y ansiosas, desde ese mismo
instante... y la vida sigue.
La literatura rusa ha introducido una nueva clase de deporte... el motn contra Dios.
Todos los neurastnicos, los literatos rusos que comprendieron la vergenza de la
esclavitud poltica, de la pobreza, de la burla a los pobres, carecan de fuerzas para
rebelarse contra el zar y se rebelaron contra Dios. Algunas hazaas... permanecer solo en un
bosque y amenazar al cielo con el puo: Yo har... qu har?... Yo tambin padec una vez
de lo mismo. Empec a buscar signos de la rebelin juda. Cuando uno busca, encuentra.
Usted conoce Los muertos del desierto y Cielos, apiadaos de m. No son malos
poemas. No me avergenzan. Pero puede uno insistir en el tema de los motines, de erigir
barricadas contra el Seor del mundo que est en su trono? Puede uno hacer de esto el
tema central de su vida? No es verdad que este espritu de rebelin surja de Grecia, de la
mitologa y el drama griegos. Qu tiene que ver Prometeo con los rusos amotinados y con
los judos que lo imitan? Prometeo era un positivista... quera ensear a la humanidad el
concepto de tiempo; cmo hacer fuego, como contar, colocar los cimientos de la
civilizacin. El mito de Prometeo es una versin espiritualizada de la lucha de hombre
contra la naturaleza. Esto es realismo, porque puede lucharse contra la naturaleza. Esta
necesita ser dominada por la razn, el esfuerzo, la experimentacin. La naturaleza necesita
rendir sus secretos. La lucha contra la naturaleza no es contraria a la misma, es parte de su
esencia. La naturaleza necesita ser dominada por el hombre como a veces lo necesita la
mujer... la naturaleza no es violada cuando una cadena de montaas es atravesada por un
tnel. La excavacin del tnel es parte de la naturaleza...
Es ms fcil captar la simple y profunda piedad de quien no hace preguntas, no especula
y toma sumisamente las cosas como son. Para tal persona slo existe un hecho importante...
Dios. Si El existe (y esa persona piadosa considera Su existencia como un hecho) todo est
en orden y como lo expres Berdichevski- el universo no tiene agujeros y por lo tanto es
imposible caer fuera del mismo y no hay donde caer. Almas tan piadosas (he conocido
algunas) son gloriosamente magnficas. Escrib alguna vez de ellas. Pero puede uno
convertirse en un tonto sagrado? Los rusos lo definen como blayeni bendito. Hambriento
y sediento, harapiento y descalzo, sin hogar, perseguido por los perros y golpeado por
muchachos perversos, sigue sonriente su camino... Porque as como existe el amor
platnico tambin existe la fe platnica. Si se ofreciera a tal persona montaas de pruebas
en pro de su fe, ni se dignara mirarlas. No necesita tales pruebas. Les defin una vez como
los eternamente humildes, pero su humildad se compone de orgullo: tienen demasiado
amor propio para pedir pruebas para su fe... Uno puede identificarse poticamente con ellos
tal vez por media hora. Pro vivir sin ellos? Ser uno de ellos? Quin puede hacerlo? Yo?
Usted? Nosotros queremos entender, ver, tocar, hallar la semilla, pelar la cebolla hoja por
hoja, slo para llegar a la conclusin de que en una cebolla slo hay una piel pegada a otra.
Bialik me palme la rodilla y se ri con un dejo histrico.
- V a donde hemos llegado? El rab Dov Mozricher compar a Dios con un sastre de
seoras y yo termin por comparar el mundo con una cebolla. Vulgar, no? Puede ser. Pero
no me diga que yo estoy por encima de tales pensamientos o que stos contradicen mis
poemas. Qu son los poemas? Mentiras inspiradas....
Seal el reloj. Se haca tarde y debamos regresar al hotel. Bialik insisti en que no se
retirara hasta no obtener alguna respuesta ma.
Le he llenado la cabeza son sermones y usted se limita a quedarse sentado me dijo.
Conteste al menos que he estado dicindome tonteras, vulgaridades, genialidades baratas,
pero diga algo. S que est disgustado conmigo, Pero qu avergonzarse de ello? Diga lo
que opina, francamente y sin reparos.
Obedeciendo, le respond:
Hay muchas ms verdades en sus mentiras inspiradas, que en sus verdades.
AQUELLA noche, entr en la habitacin de Bialik para preguntarle si estara dispuesto
a volver conmigo a Berln en el primer tren de la maana. No me dej salir enseguida.
Lamentse de estar rendido despus de la reunin, de estar sediento y de las normas que
hacan imposible conseguir alimento despus de la medianoche. A pesar de su fatiga tena
ganas de conversar y pocos minutos despus volvi a referirse a la pequea Elsa.
Qu para de schlemiels somos! Por qu no le pedimos la direccin a la madre de
Elsa? Quisiera enviarle algo a la pequea, no chocolate, sino algo que no tenga. Hubiera
pensado algo...
Un par de veces durante mi charla esta noche record a Elsa y sabe qu deduje? Si mi
fantasa de esta maana se realizase y la madre estuviese dispuesta a cederme a Elsa,
probablemente yo no aceptara a la pequea. Son tonteras, ilusiones, pero probablemente
recordara toda la vida que no es hija ma, que me la regalaron. Sabe qu significa... una
nia donada? Me disgustan los obsequios, la limosna. Tal vez por eso estoy afectado,
aunque ni pienso en ello, durante cuantos aos de mi vida estuve en condiciones de no
sentirme as. Esto surge probablemente de mi constante temor de ser objeto de la
caridad...Pero aceptar como regalo una nia! No, no quiero nada de nadie. Para m, Elsa es
como un hermoso paisaje. Uno pasa junto a l y le encanta su belleza. Recordar la belleza
y la ansiar. Pero eso no significa que est dispuesto a alojarme en el paisaje... Es hermoso,
pero ajeno. Permaneci un momento silencioso y contempl la escena de cacera del cuadro
que tenda de una pared del cuarto del hotel. Luego continu:
-
Entre los judos del Cucaso, est muy extendido el idisch-toti. Seguramente
muchas clases de idisch se perdieron con el correr de los aos sin dejar rastro.
Creemos por consiguiente, indispensable estudiar e investigar, cules son las causas
que obligaron a los judos dejar una lengua y cambiarla por otra. Es indudable, considerado
desde el punto de vista general, que es un fenmeno trgico para un pueblo, cambiar
sucesivamente sus idiomas.
Ello resulta casi una transmigracin; hay que transplantar el alma de un cuerpo a
otro. El tener que separarse un pueblo de su lengua y cambiarla por otra, es el traslado del
alma de un cuerpo a otro. Estos cambios no se efectan sin sacrificios. Es un proceso difcil
y muy doloroso, acompaado de horribles y amargos sufrimientos, el alma pierde en ese
momento, mucho de su consistencia.
Es un proceso profundamente trgico, debe estudiarse desde un punto de vista
objetivo e histrico y no hacer de ello un problema actual, con todos los defectos que ello
implica. Este es un problema, exclusivamente histrico y as debemos estudiarlo y juzgarlo.
En efecto, grande es la fuerza de voluntad y tiene suficiente poder de decisin.
Pero cundo?
Cuando las leyes naturales le ayuden. Contra la naturaleza, ninguna voluntad puede
oponerse. La voluntad decide solamente en aquellos momentos cuando est en consonancia
con las tendencias histricas; contra la historia, no es posible ir.
Lamentablemente nos faltan,como ya lo manifest, aquellos trabajos de
investigacin, relacionados con el cambio de idiomas entre nosotros. Hacerlo de paso,
como se comprender, es imposible. Con todo eso tratar, en cuanto me lo permita el
tiempo, de valerme del material a nuestra disposicin y quizs lleguemos, finalmente, a
ciertas conclusiones.
Como escritor, no puedo ser sospechoso de parcialidad en esta cuestin; nunca
estuve entre los enemigos del idisch. Al contrario, hubo un tiempo en que yo mismo
escriba en idisch.
algunos de los mencionados se conservaron hasta nuestros das en su forma aramea, como
ser: el acta nupcial y el divorcio.
El hebreo domin solamente en las esferas superiores, entre intelectuales y el
sanedrn. Pero los discursos fueron traducidos al arameo, a fin de que el pueblo los
conozca. Y no solamente las masas hablaron el arameo sino hasta los intelectuales de
aquellas generaciones; muchos de ellos hasta llegaron, quien ms quien menos, a olvidar el
hebreo, como en el caso de los alumnos de Rabi Iehuda Hanasi, a quienes la madre de ste
explicaba las palabras hebreas, cuyo sentido les era desconocido.
Hasta qu punto se arraig, la lengua aramea entre los judos de Eretz Israel, pueden
ilustrarnos las diferentes excavaciones que nos aportan, numerosos documentos y escritos
de la poca, en esta lengua. El arameo penetr profundamente en el alma del pueblo judo y
predomin en forma absoluta.
Es cierto, que la lengua hebrea no dej, ni siquiera entonces, de ser tambin un
idioma hablado, pero en forma limitada.
La mayor parte del pueblo habl arameo.
Cuando los judos fueron nuevamente desterrados y muchos de ellos se dirigieron a
Babilonia, donde reinaba otra lengua, ellos sin embargo, prosiguieron valindose del
arameo.
El talmud en una gran parte fue escrito, es decir hablado (pues, en aquel entonces,
haba solamente enseanza oral) en lengua aramea.
En verdad, no hay que exagerar, sobre la extensin de la parte aramea en el Talmud.
Actualmente el Talmud hablado y escrito (est en su mayor parte escrito) se encuentra en
hebreo, como ser: la Mishn, Tusufta, Braitoth y la mayora de las Halajoth y Midraschim.
De todos mosdos no hay que negar que el arameo, ocupa un lugar importante en el Talmud
y constituye un elemento fundamental.
Ello comprueba, asimismo, la importante posicin que el arameo ocup en la vida
diaria de los judos de Babilonia y es sabido que lleg a un extremo tal que los judos
vivir en el aislamiento y de este modo, se crean vallas; puede tambin que sea porque
finalmente la lengua aramea es hermana de la hebrea.
El primero que introdujo el rabe en la literatura juda es Rabi Sadiyahu Gan,
seguramente porque esta lengua como idioma del pas, consigui penetrar profundamente
en el pueblo y ocup el lugar del arameo. Esto se hizo en forma natural e involuntaria.
Es una vieja discusin, una disputa filosfico-psicolgica, si la multitud de idiomas
enriquece al pueblo o quiz recarga demasiado la memoria, rebaja su nivel cultural y
transforma los conceptos en oposicin a los trminos.
De todos modos no hay duda que para un pueblo natural y normal es suficiente una
sola lengua, su idioma nacional.
Un pueblo como el judo, con permanentes emigraciones, debe arrastrar sobre sus
hombros dos lenguas, la nacional y la hablada. Pero esta lengua hablada va cambiando con
los tiempos y lugares y en esos momentos, trata el pueblo de salvar, cuanto es posible de
los tesoros formados en su lengua hablada, en su anterior jargn, (con esta expresin no
pretendo ofender a nadie, sino que la uso para la ms exacta expresin) y conservarlos entre
sus eternos bienes nacionales. El pueblo no tiene otra solucin, que traducir estas obras a la
lengua nacional, que no se cambia, que persiste eternamente.
Y vemos, por consiguiente, que todos aquellos tesoros espirituales judos que
fueron traducidos al hebreo, quedaron para la eternidad; son conservados entre los bienes
nacionales y prosiguen influenciando sobre el desenvolvimiento cultura del pueblo.
Por otra parte aquellas obras originales, creadas en las diferentes lenguas habladas y
que no fueron traducidas al hebreo, se perdieron y desaparecieron del mundo y nada qued
de ellas.
Nuevamente volvemos al arameo. El Talmud fue el libro de vida para el pueblo
judo, el organizador y orientador de la vida juda. Hubo tendencia de convertir el Talmud
en el libro del pueblo, el libro apropiado para todo judo.
Pero lleg repentinamente la dispersin y los judos fueron arrojados a todos los
rincones del mundo y domin una confusin de lenguas entre ellos. Llegaron das en que
ncleos del pueblo judo, no pudieron entender determinadas partes del Talmud, porque
fueron escritas en arameo.
Pasaron siglos de bsqueda de medios para conseguir que el Talmud fuera adaptado
para todos los judos, sin encontrarse la solucin hasta que Rabi Yehuda gan, tradujo en su
libro Hilljoth Psucoth, todos los debates del Talmud al hebreo. Desde ese momento se
convirti en bien de todos los judos, transformndose en un verdadero libro popular.
Eso no tranquiliz a los sabios y continuaron su labor en ste sentido, hasta que su
empresa culmin con la gigantesca obra del Gran Aguila, el Rambam* , en el libro Yad
Hajazca.
Este gigante espiritual, fue la columna central para las generaciones anteriores y
posteriores. Procur que el Talmud se arraigara a travs de las generaciones. Era de criterio
amplio, de profundo conocimiento y de amplia comprensin. Su influencia contina y se
prolonga hasta nuestros das. Cuando quiso hacer conocer sus ideas filosficas, dedicadas a
los judos de su generacin, los escribi en rabe. Pero la joya que dedic a todo el pueblo y
a cada uno en particular, a todas las generaciones y comunidades futuras, fue escrito por el
Rambam en hebreo y en hebreo clsico. De este modo lo convirti en el Libro Nacional,
en el libro de todos los judos de la dispora que fueron dominados por lenguas extraas y
formaron sus diferentes Idisch
La obra del Rambam perdurar eternamente y sus beneficios sern perennes.
Este proceso comenz en los tiempos de Rabi Yehuda Hanas. El vio con su poderoso
instinto que los judos estn predestinados a desparramarse entre diferentes pueblos, que
hablarn diferentes lenguas y que el arameo ser olvidado por ellos.
Cul ser entonces el porvenir de la Tor? Corrern el riesgo de olvidarla?
Frente a estas perspectivas inici su obra y redact la Mischn en lengua hebrea. El
Maestro presinti en su divina intuicin, que no es posible una conservacin perdurable
para los valores judos, si no es en hebreo; no hay otro modo de conservar las riquezas
nacionales a travs de las generaciones.
*
En una de sus cartas confiesa toda su amargura, escribiendo: hijo mo, reconozco
el pecado que comet con mi pueblo y ruego a Dios que me ayude a devolver a su dueo lo
que le rapt y que me permita verter mis libros a la lengua sagrada
No tuvo la suerte de ser l mismo, el traductor de sus libros,pero se empe, con
todas sus fuerzas para que otros los traduzcan.
El busc y hall el traductor para su libro La gua de los descarriados; estimul a
Ibn-Tibn en su trabajo; l mismo control la labor y no se qued tranquilo y satisfecho,
hasta que dej vertidos sus libros al hebreo, dejndolos en herencia para las generaciones
venideras.
No solo el Rambam, sino tambin otros optaron del mismo modo. Cuando los
sabios de las diferentes generaciones, sintieron el peligro que corran los tesoros de las
creaciones nacionales, de ser olvidados, porque los judos empezaron a valerse del espaol,
en lugar del rabe, se inici un gran movimiento en muchas comunidades de aquel
entonces, de traducir al hebreo las obras de Sadiyahu gan, y de sus contemporneos; lo
mismo hicieron con las obras de Rabi Yehuda Ha-levy, pues su gran libro Cuzari an no
haba sido traducido al hebreo.
Hoy da comprobamos que todo aquello que no fue traducido al hebreo, sa ha
perdido para la eternidad.
No consiguieron ni el arameo ni el rabe, a pesar de los grandes tesoros que en ellos
ha creado el pueblo judo, que se arraiguen y conserven. La ley natural hace lo suyo, la vida
aparta las lenguas extraas y ningn medio artificial, ayudar en estos casos.
Es una ley superior y no hay modo de modificarla.
Ahora quiero referirme a otro episodio ms, relacionado con el arameo. Esta lengua
ya estaba muerta; no tena ningn arraigo, no la hablaban ni la escriban. He aqu que
sucede algo raro; aparece el libro clsico de la Cbala, el Zohar en pseudo-arameo!
Seguramente hubo en eso una intencin determinada; de darle al libro un carcter
ms mstico an. Pero sea como sea, es un hecho que el primer libro cabalstico, fue escrito
en este idioma. Tambin aqu se descubre algo interesante: la Cbala se vale de esta lengua
solamente en el Zohar y en los libros afines como ser Ticunei Zohar, etc.
Pero desde el momento en que la Cbala se convierte en enseanza para el pueblo,
desde que empieza a extenderse entre las masas judas, enseguida empieza a valerse del
hebreo y toda su literatura a escribirse en este idioma. Tal es la constante tendencia:
siempre cuando aparece la aspiracin y la voluntad de crear alimento espiritual sano, para
todos los componentes del pueblo, lo crean en lengua hebrea.
Me refer aqu a las dos lenguas: el arameo y el rabe. La lengua hebrea no era en
ese momento un idioma hablado.
Podemos con ello deducir que no fue una lengua viva? Le faltaron las vitaminas
de un idioma vivo? Desapareci su vitalidad y se fundi en otras lenguas y que el hebreo
solo se convirti en lengua de los sbados y las fiestas?
No soy mstico, sino racionalista. Creo en las leyes naturales. Al mismo tiempo,
creo sinceramente que el profundo y sano instinto del pueblo, fue el que no permiti que el
hebreo fuera una lengua hablada y viva. No en vano hizo el pueblo lo que hizo!
Felices de nosotros que no hemos hablado el hebreo durante aquella poca, porque
si lo hubiramos hecho, durante el transcurso de nuestras vagancias por la dispora, quien
sabe cul sera el fin de nuestro idioma y si hubiese existido an la lengua hebrea.
Es cierto que todas las lenguas tienen sus dialectos y no hay excepcin a esta regla.
Pero eso no constituye ninguna desgracia, mientras el pueblo habita su pas, y tiene el poder
de someter los diferentes dialectos, al servicio de uno de ellos, que por algunos motivos fue
aceptado como lengua nacional en todo el pas. En tales condiciones los diferentes dialectos
no solo no perjudican al dialecto medular, sino que lo alimentan, lo enriquecen con
diferentes coloridos, sonidos, formas e imgenes. Pero qu le hubiera sucedido al hebreo,
siendo que el pueblo judo no tena ni tierra, ni centro, ni poder y que vaga de pas en pas,
sometido a las influencias de diferentes pueblos, lenguas y circunstancias?
En los primeros aos, se valieron de ella para explicarle a los alumnos, lo escrito en
el libro hebreo.
Al crecer los alumnos y poder comprender los originales sin traduccin,
inmediatamente se abandonaba a sta, es cierto que hubo algunas excepciones. Omar
Rabba y Rabba dijo, era solo por hbito. El alumno ya saba el significado de estas
expresiones y no necesitaba las traducciones. Slo se valieron del idisch, para la enseanza
del Talmud, durante cierto tiempo; despus se pasaba exclusivamente al hebreo. Todo ello
no fue casual, sino que se hizo guiado por el sano instinto del pueblo, basado en motivos
explicables.
Si la lengua hebrea se hubiese quedado encerrada, slo en el libro, puede que
terminara por petrificarse, como sucedi con la lengua latina y hubiera padecido de un
defecto, la falta de intimidad y del calor de una lengua viva.
La lengua hebrea se hubiera convertido entonces, en una lengua artificial y seca. La
lengua hebrea quizs, hubiera tenido necesidad, como el Rey David, de una Sojenet, que
le diera calor en su vejez de una lengua viva, antes el rabe y ahora el idisch, para que se
calentara a su luz y recibiera de ellos vitalidad, intimidad y flexibilidad.
Por consiguiente, el hebreo nunca fue la lengua muerta de los libros, pues siempre
se una a una lengua viva, as mantena su necesidad y reciba y reciba un poco de lo
sagrado.
Cuando se agreg al ibri el taitsch, sali de esto el ibri-taisch y se convirti
en el idisch adoptado por una gran parte del pueblo.
Pero el taisch se separar del ibri, quedar tan solo el taisch y nada tendr que
ver con el ibri y ni siquiera con el idisch.
El idisch tiene importancia y vitalidad, mientras est unido al hebreo y se alimenta
de su jugo. Pero si se separa de la lengua hebrea, pierde sus derechos y aminora su
importancia.
Desde luego nuestro idisch, es para nosotros, como un convertido al judasmo y
hasta como un convertido probo.
Aqu deducimos que no es la mayora la que decide y no es el deseo quien vence. Por
consiguiente, no es el problema de idiomas, un problema de voluntad o un problema de
mayora y minora. Confo absolutamente, en el sano instinto del pueblo judo. Este
pueblo jams consentir, que se le obstruya la columna vertebral o que se le separe la
cabeza de sus hombros!.
Hay entre nosotros eruditos, gente de paz y partidarios de tres idiomas.
Son los folquistas y demcratas, de la escuela de Dubnow. Ellos se manifiestan
por tres idiomas: el idisch, la lengua del pas y el hebreo.
Cuenta el Talmud, que en la poca de Moiss, cuando los judos construyeron el
Tabernculo, haba en el mundo un animal con el nombre tajasch, que tena dos columnas
vertebrales. Nuestros zologos no tienen noticias de l; tampoco encontraron los
arquelogos restos del mismo. De todos modos, yo no creo que haya animal, que tenga tres
columnas vertebrales, del tipo que los folquistas quieran crear.
Creo en un pueblo de una sola columna vertebral
la lengua hebrea!
Lo que fue ser!
La Mischn
El primer libro que, despus de las Sagradas Escrituras, se conserv en su original hebreo y
perdur en manos del pueblo judo desde su codificacin hasta el presente, es la Mischn.
La Ley oral, alma y esencia de la Ley escrita, se halla atesorada y subsiste dentro de la
Mischn. La Mischn es el reflejo fiel y plurifacial de todo el rgimen de vida y de las faces
de cultura que han imperado en Israel por espacio de muchos siglos despus de la clausura
de las Sagradas Escrituras, y cuando el pueblo estaba radicado an en su tierra. Al lado del
micra (texto bblico), que es la mina de oro puro para el antiguo idioma hebreo, srvenos
la Mischn como cantero de hondura inacabable para el mismo idioma hebreo en su nueva
faz, conforme ste se nos ha revelado en los ltimos tiempos de su existencia, an cuando
no se haba desarraigado por completo de la vida cotidiana y no haba cesado an de ser el
idioma hablado por el pueblo. Durante muchos siglos se extraern de esa cantera piedras y
hormign para el edificio de nuestra lengua y para su restauracin total, oral y escrita, ya
que el lenguaje de la Mischn, dado sus fondo, se acerca mucho ms al modo de pensar y
de expresarse de un contemporneo que el lenguaje del micra.
Todas estas propiedades dan derecho a la Mischn a sumarse a las piedras angulares, si no
fundamentales, de la educacin del pueblo en todas las pocas, y justifican el empeo
continuo de acercar hacia ella el pensar y el sentir del pueblo y de acrecentar el nmero de
los que la estudian y la ensean.
Hay quienes ven en la enseanza de la Mischn algo rido. Esta se les figura un mundo e
inorgnico. Pero la verdad es que as slo puede juzgarla aquel que no la ve ms que
superficialmente. Empero, el que posea un corazn despierto, un ojo avizor y un odo
atento, descubrir debajo de esta masa petrificada la faz de la vida encubierta de la
antigedad que se oculta detrs de ella, y desde el regazo de esa masa petrificada llegar a
sus odos el murmullo de las borboteantes aguas vivificadoras.
No nos llega acaso, desde los almcigos de la Mischn, del cdigo de Zaraim, el aroma
del campo y de la huerta? No surgen acaso ante vuestra vista, de entre las pginas de los
cdigos Moed, Naschim y Nezquin, los mercados de Jerusaln, las callejuelas de
Sefora y los recovecos de Tiberades con todo el bullicio y el trajn de su vida de antao?
No se perciben acaso, de entre los folios de los cdigos Kadeschim y Taharoth, el eco
de los pasos de los sacerdotes apresurados, las pisadas de los levitas que madrugan con el
alba, apurados en acudir al prestillo del Templo para acompaar con sus cnticos las preces
matinales? No, la Mischna no es rida. Seca y rida es nuestra alma.
Y si la Mischna se nos figura, exteriormente, rida, ella est, por dentro, llena de savia.
(Extracto de la introduccin a la Mischna, editada y comentada por J. N. Bialik)
Tomado de: Publicacin mensual JUDAICA
Director: Salomn Resnick
Buenos Aires, JULIO 1934
N 1l
Don Quijote
MUCHOS libros escribi Cervantes, y en muchos de ellos descbrase la fuerza creadora
y el ingenio de su autor; pero solo uno, Don Quijote, logr hacerle famoso. En qu
reside su fuerza?
El propio autor seala que en un comienzo escribi su libro slo para entretener y
divertir el nimo del lector y tambin para hacer objeto de burla y mofa los libros de
caballera y amenguar as su influencia perniciosa.
Y sin embargo, no hay persona razonable que haya ledo el libro ntegramente y que no
sienta que no slo nos ha sido dado en Don Quijote un libro de entretenimiento o una
parodia, sino tambin algo ms, algo mucho ms sublime y elevado de lo que el autor se
haba propuesto.
Ante todo, os subyuga el poder de concepcin del autor, la amplitud de lo abarcado. Las
dos partes del Quijote constituyen una grande y magnfica epopeya, en la cual Cervantes
excav hasta el fondo, con una maestra maravillosa, toda Espaa, toda la vida del pueblo
de aquella generacin. Desfilan en ella ante vuestros ojos multitud de cuadros y hechos y
retratos de los hombres y tipos diversos, individuales y colectivos, desde el pastor de cabras
hasta el que ocupa un trono, desfilan ellos y sus costumbres, sus conversaciones y
ocupaciones, su andar y su descansar, su inteligencia y sus pecados, sus trajes, sus comidas
y sus fiestas, y ms y ms; nada se ha quitado de sus vidas.
En los captulos y conversaciones vienen entretejidas, adems de esto, muchas ideas
sublimes y sabias palabras, fruto del pensamiento superior de aquella generacin,
especialmente numerosos proverbios y ejemplos de la naturaleza, fruto del espritu del
pueblo y de la experiencia de la vida; adems, muchos recuerdos y sucesos de la propia
vida de Cervantes, ligados tambin a la historia del pas y a la vida de la comunidad, y
muchas otras cosas ms...
La aspiracin de este material es, fuera de toda duda, hacer del libro un archivo, una
enciclopedia nacional de Espaa. Pero el alcance mundial del libro debe buscarse no en
la influencia de su contenido, sino en su forma. El Don Quijote es, ante todo, una
creacin artstica completa, fruto del espritu creador y del artista genial, del poeta y
visionario nico en su gnero. Todo el libro, desde el comienzo hasta el final, est escrito
con una gran sabidura creadora y con una aptitud artstica inigualable. El orden de su
construccin, la maravillosa unin de la simplicidad en el relato simplicidad primitivacon la fuerza creadora, es completa y brillante.
La realidad del dibujo de los cuentos maravillosos y su contenido, la conversacin que
fluye llana y gozosa, el movimiento vital en los momentos de accin y la elevacin del
relato; el estilo pulido, y, sobre todo ello, el espritu irnico, ese humor cervantino, propio
slo de l y su primer padre en la literatura mundial todo ello se funde en un solo ropaje
de belleza y perfeccin y coloca el libro a una altura superior, como creacin artstica nica
en su gnero, perla brillante del tesoro de las literatura de todos los pueblos.
Pero an hay otro aspecto en el asunto; el aliento interior del libro, el pensamiento
central, la idea, y ello lo elev tambin por sobre todos los tiempos.
En los dos tipos centrales, los ms acabados de la obra en Don Quijote, el hroe, y en
Sancho Panza, su escudero, nos simboliza el autor, a sabiendas o no, dos mundos completos
que fluyen el uno del otro, uno sale y el otro entra.
Aparentemente nos trae el autor estas creaciones slo para jugar con ellas: acompais al
hroe y su escudero en todas sus andanzas y acontecimientos maravillosos; veis del
primero su locura, sus xitos aparentes y sus derrotas verdaderas; la picarda ignorante, el
miedo y la pasin del robo del segundo; escuchis las extraas plticas de ambos, y sin
querer, asoma la risa a vuestros labios; pero una vez que habis gozado de la risa, otro
espritu se aduea de vosotros. Sentiris que bajo el velo de la locura del uno y la corteza de
ignorancia del otro, nos han sido dado dos smbolos, dos imgenes felices: la del
idealismo superior, y su contraria, la simple realidad. El paladn sin miedo ni tacha,
el Caballero de la triste figura, Don Quijote, con todas sus locuras y extravagancias, es un
hombre de espritu superior, un hombre superior. Esta superioridad espiritual es su herencia
de un exceso de fuerza de sus antepasados nobles, de aquellos que trajeron, en su hora, la
caballera al mundo. En sus das, sin embargo, ya se haba extinguido la luz de la caballera
antigua, constituido por una mezcla maravillosa de herosmo, vigor y sublimidad y de
crueldad, libertinaje y toda abominacin, pero cuando la llama se separa de su origen, se
consume y llena de humo a la literatura. Cuando su sol se hundi en la vida de este mundo,
apareci su perfume en la vida de los libros. Un diluvio de libros de caballera, cuentos
llenos de maravillas, misterios y locuras, inund de pronto la tierra y llen todos los
espritus de embriaguez e ilusin. Parecera que el espritu de los antiguos caballeros saliera
de su tumbas y se paseara, viendo sin ser vistos, en medio del caos del mundo, verter sobre
la carne un aliento de extravo y atacaran a todas las almas con la locura. Recidivas de esta
clase pueden hallarse en la historia. Visin histrica que consumi su cuerpo y la integridad
de su fuerza substancial en la vida, su espritu simplificado cae y rueda hacia la poesa y la
literatura y all vive su segunda vida, la vida que sucede a la muerte, bajo una figura ms
noble, en calidad de movimiento potico o como una visin espiritual y un anhelo.
Semejante visin espiritual cre tambin la caballera en Don Quijote. De tanto extraviarse
en libros de la especie nombrada, se obsesion su espritu con una sola cosa, y en su locura
suea con la resurreccin de la Caballera, pero no en su antigua forma brbara, sino en
una cuya igual jams se podra hallar. Una caballera purificada, literaria, con una
intrepidez toda hecha de abnegacin por amor, y toda ella es liberacin y redencin. Es una
caballera del espritu que no est en su tiempo ni en su lugar.
Extrae sus viejas armas, herencia de sus padres, que estaban tiradas en un rincn de la
casa, sin uso ni adornos y llenas de herrumbre, y sale con ellas para exterminar el mal y
socorrer a los desventurados. Y todo en nombre del amor de un corazn viril a una
Dulcinea abstracta, que ni l mismo sabe casi con seguridad cmo es. Sus andanzas y
todo lo que le acaeci en su vida llena de desastres mueven a gran risa, pero despus de la
risas viene el dolor que vuelca sobre vosotros su espritu. La locura de Don Quijote es la
locura superior de todos los soadores y grandes luchadores que salen en busca de la
salvacin del mundo y entregan su alma por sus sueos y anhelos. En el captulo once del
libro viene un largo y maravilloso discurso que sostuvo Don Quijote durante un festn de
pastores de cabras. Este discurso, pronunciado fuera de lugar y de tiempo, hace caer en el
asombro y quiz tambin en la risa, a sus oyentes, los pastores; pero quien posea corazn
no reir. Del contenido de esas sublimes palabras del discurso y de otras muchas
expresiones y hechos, puede inferirse la belleza del alma soadora de su dueo y los tesoros
de su delicado espritu. Suea l con la conservacin del siglo de oro en el mundo, siglo
puro e inocente, cercana a la naturaleza y dichoso en su virtud. La maldad y la iniquidad del
mundo le impiden permanecer tranquilo y no proporcionan paz a su atormentado espritu.
En otro sentido dirige Sancho Panza sus alabanzas: Prncipe de los prncipes, se
lamenta su escudero... arrogante ente los humillados, humilde entre los soberbios, corazn
recio, espritu fuerte, humilde sin ser humillado, fiel en el amor, bueno y recto... y
enemigo del mal; este retrato no est lejos de la verdad. Y an hay algo que agregar en l;
alma delicada, hombre de honor, despreciador del botn, y mucho ms. Y en general qu
equivocadamente le toman quienes consideran a Don Quijote como a un verdadero loco!
En verdad, slo es el hombre de la ilusin y el soador. En todo aquello que est fuera del
crculo de la idea de la caballera con sus pensamientos dignos y amplios, sus reflexiones
sublimes y delicadas, de su boca fluye sabidura y su lenguaje es el de los partcipes. No
reiremos de la locura de tal hombre y hasta sus actos descabellados tienen dos aspectos: de
risa y de tristeza, y quien tenga ojos ver ambos. Despierta particularmente una grande y
profunda pena en nosotros el ltimo cuadro del final del segundo libro, cuando Don Quijote
retorna despus de muchas mudanzas, desilusionado de los pensamientos de la lucha,
lleno de pena y opresin y derrotado. Nuestro corazn siente su corazn. Qu lucha, qu
lealtad! y esta es su recompensa- No en vano le llaman el caballero de la triste figura!
El retrato del escudero Sancho Panza es completamente opuesto al de Don Quijote. Es el
tipo del hombre del pueblo, un simple campesino, un hombre vulgar y ordinario, de aire
inocente, pero en los momentos de necesidad, pcaro y astuto, siempre satisfecho, charlatn,
miedoso, buscando de satisfacer su avidez y su estmago, y en toda cosa mira por hallar la
utilidad que podra reportarle. Pero no obstante, se entrega en cuerpo y alma a su amo y
reconoce la superioridad espiritual de ste, pero su sentido prctico no le abandona
jams y no pierde la cabeza. Cree o duda en el poder milagroso de su amo, segn las
circunstancias. Si su amo, el sabio y ledo, acciona tal cual est escrito en los libros de
caballera, l, el ignorante y el hombre de experiencia, resuelve todas sus acciones segn
los dichos populares y son ejemplos de la experiencia de la vida, los cuales constituyen
todo el patrimonio de su inteligencia y acostumbra a salpicar con ellos, exclusivamente, sus
conversaciones. Su amo, el hombre del temperamento entusiasta, el gil y ardiente, cae
siempre en trampas y desgracias; mientras que l, hombre comn, es prudente y pesado, v
el peligro y se oculta. En el momento en que el caballero est en lo ms arduo de la lucha,
cuando su vida corre peligro, l se dedica a pillar la caza porque tiene hambre. En fin,
ambos son hijos de dos mundos diferentes: el mundo de la quimera y el de la realidad, o el
mundo de la abstraccin y el mundo de la accin. De estos dos reinos, el uno pertenece
ya al pasado, el otro al presente. Don Quijote muere en la afliccin y Sancho Panza, su
escudero, le hereda. Un mundo se va, otro comienza, el final y el principio, y Cervantes, el
gran astro de la generacin del Renacimiento, est entre ambos, alegre y triste a la vez.
grfica de las poesas de Bialik debe encomendarse, hoy, slo a un artista cuyo lenguaje
artstico est actualizado por completo, vale decir, que su actitud hacia los versos est
impregnada de la marca del presente, no del pasado. Las poesas, es cierto, fueron escritas
hace varias generaciones y en un contexto cultural-espiritual totalmente diferente del que
caracteriza nuestra vida y actividad actuales: pero precisamente por ello, la relacin
artstico-exegtica solo tiene sentido desde un contexto actual. Pues slo en ste y desde
ste podremos examinar, de un modo autntico, la excelsitud de la supervivencia espiritual
y esttica de dichas poesas. Creemos que la obra de Bialik posee una existencia espiritual
actual, que no se trata de una muestra cultural de museo. Cmo ser factible examinarlo, si
no es por medio de un encuentro entre dichos poemas y el arte embebido de tensin
espiritual contempornea, tal como sucede con el arte de Mosh Guershoni?
Por esas consideraciones, de por s, no seran suficientes. Tambin influye mi certeza de
que el arte de Guershoni se encuentra muy cerca en esencia, del mundo de Bialik... por lo
menos en tres aspectos principales:
1)
2)
3)
Los resultados justificaron, me parece, mis esperanzas. Guershoni se sinti cautivado por
las poesas, las absorbi y pronto se vio envuelto en una entusiasta creatividad que daba
expresin a su ntimo nexo con ellas. El nmero de litografas que cre super lo que se le
haba solicitado en un principio y su calidad determin por anticipado la necesidad de
publicar la serie ampliada en forma de un lbum artstico, valioso en s mismo y que
competa pgina tras pgina- con los versos de Bialik. El Taller de Impresin de
tambin ms all de las mismas y en nuevas circunstancias, inimaginable siquiera para una
conciencia no proftica. En este aspecto le sirvieron de ayuda los smbolos permanentes de
su creacin: Las Estrellas de David, las cruces gamadas, las medialunas, los signos de
interrogacin, los husos, los perplejos que indican atnitos callejones sin salida y desahogo
(las ilustraciones que se enmarcan, por ejemplo, en el uso permanente que hace de las
formas parecidas a la cifra 8). Por medio de todos estos elementos interpret Guershoni, en
forma existencial actualizada, el vapor nacional de la poesa de Bialik. El vocero de El
pjaro que se queda en los pases helados, se observa la svstica nazi. En Mi respuesta
no se enredan en las telas de araa los cadveres de moscas abultadas, sino cuerpos
generales del grabado, incluso el pjaro de El Hatzipor. El lugar de la araa, en el centro
del enredo, lo ocupa la cruz gamada. An en el corazn mismo del paisaje resplandeciente
de la ilustracin del prefacio de Zohar, se oculta la svstica dentro de una mancha negra,
presuntamente casual, colocada en el centro del cielo, donde le poeta no encontr una senda
hacia Dios. Cuando Guershoni lleg a la ilustracin de la poesa de idish Unter di grininke
bimalaj (Bajo los arbustos verdosos), interpret textualmente la descripcin metafrica
de los tiernos y delicados nios judos. El poeta expres su ternura describiendo los
materiales que la forman:
Gpelej shtroi, roij un fderlej,
Nem un tzebloz zei oif gldelej(Corpsculos paja, humo y plumas, / difndelos en partes con un soplo -).
El litgrafo no vio a los tiernos corpsculos, sino el humo: un humo pesado, espeso, negro,
el humo de los crematorios, de las cmaras de gas.
Tercero, Guershoni comprendi tambin lo que ocultaba en las poesas de Bialik debajo
de la depresin, del pesar, dentro de los programas nacionales.
Puso de relieve esa comprensin, entre otras cosas, en el uso permanente del nombre del
poeta, Jaim, que reaparece casi siempre acompaado por un signo de interrogacin- en
muchos de sus grabados, como si le preguntaran:
Acaso son vivos? O: dnde est la fuente de la vida verdadera? Los poemas de Bialik se
interpretan ante todo, en los grabados, como poemas de nostalgia por la vida:
......Angustia quebrantada
presa de penumbra, repleta de anhelos,
cbrete, yerra, suplica. Vida, vida!
....es lamento oculto, guarda el llanto
por la destruccin del pas de los prodigios,
encima mo las hogueras, mi vida hueca y vana
profana como un brote de noche nebulosa.
(Misterios de la noche)
El pintor absorbi el mensaje ms bsico de los poemas: el clamor del hombre deprimido
y agobiado que anhela la plenitud de la vida, la materializacin de sus anhelos, el amor la
felicidad personal. Nos transmite en sus litografas conviccin consciente de que un
vigoroso clamor se eleva tambin desde la base misma de la preocupacin nacional y quiz
no sea el ltimo, sino una cubierta y un refugio para ella. El poeta se dirige al pjaro, le
transmite el anuncio sionista desde la tierras calurosas hasta mi ventana, pero busca en l
la imagen de la felicidad, de la ternura. Junto con esa imagen se ve aprisionado en la tela de
araa de En mi respuesta y entrev, para s mismo, una existencia putrefacta (Junto nos
corromperemos hasta la podredumbre); la oculta con su propia vida bajo las pesadas
lpidas de En el silencio se agitan los lamos; se observa por encima de las palmeras, las
Estrellas de David y las lpidas inclinadas oblicuamente en los dos Ojos hambrientos,
que piden amor y placer y slo encuentran hambre; vacila como una Paloma temerosa
frente a la ventana de la felicidad que se nubla en esta noche le tend una emboscada; se
vanagloria y asciende hacia el cielo plido con los numerosos secretos de la noche en El
mar del silencio expide secretos, mientras orienta la corriente de todos el universo hacia
esa estrella pequea, la constelacin del hombre deseoso de creer en sy felicidad, fijo con
solidez en los mrgenes de la pgina.
De dnde aprendi Guershoni esas verdades bsicas de Bialik, que a veces de ocultan de
la vista de los lectores especializados y expertos?. Las aprendi de su propio corazn.
Acaso un clamor y una angustia semejantes no se expresan tambin en el movimiento
tempestuoso, en los fuertes brochazos, en los bloques de colores de esas pintura? No son
stos los que se ocultan en ellos, detrs de los husos, de las formas del 8, de las cruces
gamadas, de las Estrellas de David?
ltimo discurso
Traduccin: Lic. Belkis Rogovsky
ltimo discurso de J.N. Bialik, en 1934, pocas semanas antes de su muerte. El tema tratado
la situacin imperante en Israel en aquellos momentos.
NO HAY NADA NUEVO BAJO EL SOL
El siguiente discurso fue pronunciado por J.N.Bialik el sbado 19 de nisn antes de
viajar al exterior.
Me ausentar del pas a causa de una enfermedad.
Registro tambin la enfermedad que aqueja a nuestra ciudad de Tel Aviv y a nuestra
poblacin en general en estos momentos.
Los sntomas de la enfermedad surgieron en los ltimos tiempos. Inicialmente en relacin
con nuestros hermanos que lograron huir de las desgracias acontecidas en Alemania y en
otros pases.
En lugar de preocuparnos por ellos y prepararles un lugar donde poder vivir tranquila y
dignamente, no en simples cabaas transitorias, aprovechamos su desgracia para obtener
dinero en forma incorrecta.
Dios tendr guerra con Amalec de generacin en generacin*, de cmo te sali
al encuentro en el camino*. y naciones enteras fueron aniquiladas. por cuanto no os
salieron a recibir con pan y agua al camino cuando salisteis de Egipto*.
Cmo recibimos nosotros a nuestros hermanos refugiados de guerra?
Elevamos el precio de los alquileres y los despojamos de sus ltimas monedas.
La segunda seal de la enfermedad es la despreciable especulacin que nos corroe como la
polilla.