FIORINI - Teoría y Técnica de Psicoterapias
FIORINI - Teoría y Técnica de Psicoterapias
FIORINI - Teoría y Técnica de Psicoterapias
Teora y tcnica
de psicoterapias
Edicin ampliada y actualizada
NDICE
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.........
..
......
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21
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47
. . ................... . . . . . . . . . ...........
. 63
..
. . .. . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . . . . .
81
. . . . . . . .. . . . .. . . . . . . . . . . . . .. . ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... . . . . . . . . .
85
7. L a relacin de trabajo
...
......
. . . . . . . . . . . .....
...
.... ..... .
..
....
... ...
113
. . .. . . . . . . . . . . . . .
13 1
.......................
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...
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....
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............
18 1
...... . . . . . . . . . . ....... . . . .
219
. . .................. ............... . . . . . . . . . . . . . .
. . ........... . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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220
193
205
209
213
Captulo 1
INTRODUCCIN:
EL CAMPO DE LAS PSICOTERAPIAS
Y ALGUNAS DE SUS DIRECCIONES
DE DESARROLLO
10
13
l '1
r.
15
16
17
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50. Wolberg , L. R., The Technique of Psychotherapy, (3 ed.), New York,
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20
4 '11 ptulo
l ntroduccin
notable en nuestro medio el ritmo de crecimiento de la actividad
1quitrica, tanto en mbitos institucionales como en la asistencia
1111vada. El proceso de desarrollo tiende a crear disparidad entre el
1111111lo de las demandas siempre crecientes y la organizacin de
11111rsos tericos y tcnicos con que contamos para enfrentarlas.
Av11nzamos en la perspectiva de una psiquiatra social, hacia una
111111prensin ms totalizadora del paciente, con las limitaciones de
111111 experiencia tradicionalmente basada en la prctica privada y su
1111rclativa concepcin "individualista" de la enfermedad. La prctica
l11111pitalaria nos impone un salto de nivel que pone en evidencia
hi11los tericos, traducidos en desajustes en el plano tcnico: los
11111t rumentos desarrollados en la etapa preV:ia presentan inevitables
l1111itaciones. "Los mtodos tradicionales resultan insuficientes para
"11 I ii,;facer las necesidades concretas" (16). Esta prctica asistencial
1 cttrnlta movilizadora: lleva a cuestionarse sobre los principios de la
prnpia "ideologa" teraputica, a revisar sus fundamentos. Bsica111nn le son los urgentes problemas prcticos creados a las institucio
Ul'H los que "fuerzan un replanteo sobre los mtodos actuales de
t 1. 1tamiento y la bsqueda de nuevos mtodos" (51).
De hecho, frente a demandas ya creadas, las instituciones se ven
11h 1 i gadas a instrumentar teraputicas breves. Estas modalidades de
1
I'
l Los trabajos contenidos en este captulo y en los dos siguientes fueron original1111nte publicados en Acta Psiquitrica y Psicolgica de Amrica Latina (aos 1968,
l 1170 y 1971, respectivamente). Agradezco a la direccin de la Revista su autorizacin
1111r11 incluirlos en este volumen.
21
2. Algunos elementos
22
11:11 consecuencia, en la psicoterapia breve se intenta una compren11111sicodinmica de la vida cotidiana del paciente que se instru-
23
24
1 il Relaciones entre psicopatologa y comportamientos potencial111111 le adaptativos. La psicopatologa dinmica ha iluminado funda-
25
11dad instrumental de adaptacin, capaz de intervenir en la organi1.11cin de la conducta, favoreciendo su ajuste a las condiciones de la
1 ronlidad objetiva. Capacidad de pensamiento que en determinadas
1 1 1ndiciones asume el carcter de dominante funcional (6). Hartmann
lw subrayado la importancia de esta capacidad adaptativa del pen11miento y su papel organizador de la conducta, criticando cierta
l11ndencia unilateral del pensamiento psicodinmico a comprender
loda conducta intelectual en trminos de defensa contra impulsos
1 1 oducindose por ejemplo toda razn a racionalizacin (34, 35)).
Una psicoterapia breve puede lograr, mediante el esclarecimiento
d1 aspectos bsicos de la situacin del paciente, un fortalecimiento en
11 capacidad de adaptacin realista, de discriminacin y rectificacin
1 1 1 grado variable de significaciones vividas. Freud ha expresado en ...,
MLe aspecto:
(/\
En conclusin:
De las consideraciones precedentes, el individuo enfermo surge
1 1imo un objeto complejo, multideterminado por factores susceptibles
dn integrar estructuras diversas, diferenciadas por la dominancia
11riable ejercida por unos y otros de sus componentes. Porque existen
l 1des alternancias funcionales se hace necesario la flexibilidad en la
..!1ccin de tcnica, en funcin de cada situacin concreta. Esta
l l11xibilidad es rasgo distintivo de la psicoterapia breve.
Asimismo aquella pluralidad ca.usa! hace indicado el empleo de
1 1 rn.icas de diferente nivel y puntos de aplicacin. Slo puede aspirar
"" u totalizar al sujeto por su inclusin simultnea en mltiples redes
1 11lhenciales entrecruzadas (30), lo cual deriva en la necesaria
u lopcin de un arsenal teraputico multidimensional. Rickman ha
1111t1sto de relieve esta necesidad de integrar al trabajo asistencial
I'' 1quitrico instrumentos provenientes de diferentes niveles de
Investigacin (62). En esta ampliacin de perspectivas se fundamen
t 1 l n bsqueda actual en terapias breves dela ms completa utiliza1 Mo de todo recurso que demuestre ser de alguna eficacia (51, 73).
27
28
(39).
p11ri c)ntes, del personal, y en otros contextos fuera de las sesiones (por
f'n111<>
29
30
Josean
31
32
l 11111sferencia
y'
34
psicoterapias breves
l stas se basan habitualmente en eljuicio clnico de entrevistado1r111 (16, 33, 38), en autoevaluaciones del paciente sobre listas de
35
36
37
Indirectas (respuesta de la familia al ingreso del paciente en trata111iento o a los cambios manifiestos por el paciente).
Para esta serie de mecanismos de accin teraputica se postulan
l11 fluencias a diferentes niveles de "profundidad dinmica", princi
pnl mente ejercidas en el fortalecimiento de funciones "yoicas", in
fluencias capaces de producir cambios en cierto grado "reconstructi
vos" de la personalidad (39, 67, 74). Sobre la base de estas considera
rlones se diferencia esta tcnica de lo que en sentido estricto se
1lt111omina
"psicoterapia superficial": "acercamiento inspirado en el sentido co
mn, consistente en bondad, tolerancia e indulgencia; en un deseo de
mitigar la angustia por cualesquiera medios disponibles, a base de
pruebas y errores, amistad y demostraciones de seguridad" . . . en que se
intenta lograr cambios, de modo puramente intuitivo, sin la bsqueda
deliberada de la comprensin y crtica del paciente sobre sus trastor
nos (48).
fl.
Limitaciones
39
7. Indicaciones
Desde un punto de vista social existe una situacin de hecho: p
una gran masa de poblacin y con la actual organizacin asistenci
la opcin es tratamientos limitados o no tratamientos, independie
temente de los trastornos que presente. Ante esta falta de opci
asistencial puede una terapia breve, en grado variable, benefici
prcticamente a todos los pacientes (33, 5 1). Con miras a discrimin
para una mejor organizacin de recursos teraputicos, qu pacien
se benefician ms con este tipo de tratamiento, puede distinguir
a) Pacientes que obtienen menor beneficio: en general, trastorn
psiquitricos crnicos, fuera de fases agudas. Por ejemplo, cuadr
paranoides, obsesivo compulsivos, psicosomticos crnicos, perv
siones sexuales, adicciones, caracteropatas graves y sociopat
Slo el intento de una terapia intensiva a largo plazo puede produ
algunos cambios estables para tales cuadros.
b) Con expectativas de mejoras importantes, se indican p
teraputica breve: cuadros agudos, particularmente situaciones
crisis o descompensaciones (39). Situaciones de cambio, por ejemp
en transicin de etapas evolutivas (adolescencia, matrimonio,
duacin, climaterio, jubilacin). Trastornos reactivos en pacient
40
l'rnstornos de intensidad leve o moderada que no justificaran trataaos (problemtica neurtica incipiente o psicosomticos
el1 reciente comienzo). Puede beneficiar como tratamiento prepara
f orio pre-analtico a borderlines y psicticos (71).
Adems debe notarse que la terminacin de la terapia breve de
ltnal abierto", admite cualquier tratamiento intensivo ulterior si la
11volucin del paciente lo exigiera.
Este panorama de indicaciones diferenciales ha llevado a Menin
lf1r a expresar:
111 icntos de
Ahora bien, nosotros creemos que hay enfermedades para las cuales el
psicoanlisis es el tratamiento ms efectivo . . . sin embargo, hay otras
enfermedades para las cuales no estamos seguros de que el psicoan
lisis sea el mejor tratamiento, y an hay otras para las que s estamos
convencidos de que no es el mejor tratamiento (50).
En el mismo sentido, Stone recuerda que, originalmente, el psicoa111\lisis tuvo su indicacin fundamental en las neurosis; posterio:r
mcnte se lo extendi a otros cuadros de la ms diversa ndole. "Es
posible que ese grado de optimismo teraputico deba ser revisado,
llevando el psicoanlisis a sus indicaciones originarias, y dejando
l{rupos de pacientes a ser mejor tratados por 'terapia breve', 'psiquia
f ra psicoanaltica' o 'psicoanlisis modificado' ...
Destaquemos que esta perspectiva puede ser vlida no slo en el
rmbito institucional sino tambin en la asistencia privada. Al mar
wm de razones socioeconmicas, para determinados pacientes una
l1rapia breve puede ser el tratamiento de eleccin.
".
Conclusin
Hi son posibles ya algunas generalizaciones sobre psicoterapia breve,
11Hta puede ser una de las ms significativas; se trata de una orienta
cin tcnica especfica, que opera en condiciones originales con un
1nmplejo set de variables propias. En consecuencia, no puede abor
c!(1rsela por simple extrapolacin de datos de otras tcnicas: constitu
ye un campo a investigar en su estructura dinmica particular.
En este proceso, lo que hemos expuesto representa la bsqueda de
un andamiaje provisorio, un conjunto de hiptesis y criterios opera
rionales a verificar, una y otra vez, en la experiencia clnica.
41
Referencias bibliogrficas
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J.
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38.
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Buenos
44
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Balint, M., Ornstein, P. H., Balint, E. (1986), Psicoterapia Focal. Terapia
45
46
Captulo 3
DELIMITACIN T CNICA
DE PSICOTERAPIAS
Introduccin
Si consideramos en su estado actual las psicoterapias que proveen
las instituciones asistenciales (servicios hospitalarios, centros de
salud mental), surge con evidencia un problema fundamental: la
falta de una conceptualizacin clara de sus tcnicas.
Creemos que esta situacin se origina en parte en el desarrollo
prevalentemente emprico de estas terapias, cosa que responde a
condiciones asistenciales impuestas con un monto de demandas poco
propicio para la elaboracin terica de sus fundamentos.
As constituidas, en las diversas instituciones asistenciales se ha
ido modelando un estilo psicoteraputico que combina, de modo
variable, instrumentos tcnicos correspondientes originariamente a
diferentes estrategias: apoyo, esclarecimiento, transferencia!. El
problema reside en que la manera en que se articulan estos diferen
tes instrumentos no responde, en general, a modelos estratgicos
definidos y coherentes, por lo que tales psicoterapias asumen en
principio el carcter de un complejo tcnico indiscriminado. Esto
autoriza a suponer que en su aplicacin quedan expuestas tanto a la
intuicin individual de los terapeutas como a las exigencias del
contexto institucin (desde presin de listas de espera hasta acepta
cin variable de diferentes cuadros segn se adecuen o no a los
esquemas referenciales all jerarquizados). Es claro entonces que
esta situacin de ambigedad terico-tcnica, constituye un punto
de urgencia en la asistencia, supervisin y docencia ligada a estas
psicoterapias.
Ante este panorama creemos til intentar una reconsideracin del
problema. Nuestro mtodo consistir en identificar los instrumentos
47
48
49
50
55
Notas de actualizacin
Las delimitaciones precedentes surgieron en una poca en que en
nuestro medio se trazaban divisiones estrictas entre un psicoanli
sis kleiniano, concebido como riguroso segn parmetros tcnicos
especificados para esa corriente (frecuencia alta de sesiones, no
lmites de tiempo, modalidad silenciosa pasivo-receptiva y slo
interpretativa, concentrada selectivamente en una concepcin de la
transferencia, entre otros) y psicoterapias de orientacin psicoana
ltica que empleaban otros parmetros tcnicos. Aos despus los
56
57
Psicoanlisis
Objetivos.
Esclarecimiento
Recuperacin
de equilibrio
homeosttico,
alivio de ansie
dad, atenua
cin o supre
sin de snto
mas.
Desarrollo de autoobjeti
vacin: comprensin de ac
titudes y conflictos ms di
rectamente ligados a sn
tomas y reas de descom
pensacin.
Reasegura
miento a travs
del vnculo, y
del ensayo de
conduetas dife
rentes.
cin lo ms
Estrategia
bsica.
Encuadre:
Apoyo
Desarrollo y
elaboracin sis
temtica de re
gresin transfe
rencia! .
Temporal.
Espacial.
I ntensivo.
Empleo de
Frente a frente.
divn.
Vnculo
objetal
que tiende
a instalar.
Transferencial Reforzamiento de la relaambivalente al- cin real con rol social "externado con el perto", y correlativa inhirolrealdiscrimi- bicin de vnculo transfenador. (El pri- rencial (divalente, con po-
Transferencial
divalente y rol
real directivo
(ofrecido ade
ms como mo
mero estimula- tenciales fluctuaciones a delo para even
do por setting e ambivalente), (setting y tual aprendiza
in terpretaci o- tipo de interpretaciones je).
nes, el segundo convergen para la creacin
58
Frente
a frente.
Psicoanlisis
Esclarecimiento
Universo
de discurso.
guo (mltiples
Apoyo
Simple.
niveles de significacin).
Sentido
Regresivo.
Prospectivo, adaptativo.
Negadas como
tales.
asignado a
separaciones
Control de
Complemen-
la relacin.
ria compleja.
taria aceptada
(estable).
Definicin
Ambigua.
Definida
Definida.
de Ja relacin
Definicin
del rol
terapeuta
Actitudes
bsicas del
terapeuta.
Intervenciones
esenciales
(herramientas
Definido (fun-
damentalmen-
de mltiples ro-
te como protec-
les).
tor).
tivas. Muycer-
Intervencio-
cano.
nes sugestivodirectivas .
estratgicas)
59
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60
61
1;uptulo 4
L A PRIMERA ENTREVISTA
lr:n nuestros estudios sobre psicoterapias se destaca progresivamencon mayor evidencia el papel crucial que desempea el primer
1 un.tacto con el paciente. En base a nuestra experiencia asistencial,
1 ni ncidente con los hallazgos de diversos autores (3, 4, 1 1), pensamos
que el manejo que haga el terapeuta de esa primera entrevista puede
t11ner una influencia decisiva en la continuidad o abandono del
1 rntamiento y, de ser mantenido, en la eficacia que alcance el proceso
t 1 raputico. 1
De materiales estudiados en supervisiones y grupos de trabajo
Mbre psicoterapias, se revela que no est suficientemente explicitado
16mo debe ser una primera entrevista para estas terapias, cules son
11us necesidades especficas y sus condiciones de eficacia; tampoco si
1 ni entrevista puede tener una estructura definida. Con frecuencia,
1 u la prctica asistencial, esta entrevista aparece confundida con el
11Hquema tradicional de historia clnica, o bien con cierto estilo de
primera entrevista psicoanaltica. En el primer caso se opera con un
111odelo que definira a la entrevista sobre todo como fuente de
In formacin -y cuanto ms minuciosa mejor-, lo que lleva a invertir
vnrias horas en la recoleccin enciclopdica de datos sobre la vida del
Jnciente (modelo de historia clnica). En el segundo se tiende a dar a
1 He primer contacto el carcter de fuente primordial de datos para el
111
63
por el paciente.
(i4
t 11ov i sta
antes delineados.
drtle-tipo de terapeuta.
65
..
==
l. El diagnstico.
La informacin que proporciona el paciente
66
67
68
.....
--- _
_
_
_
_
_
_
73
11. Su Lr1tLa ele una paciente "difcil" desde el punto de vista de st1 motivaci
.Y 1q1ti: iudes para psicoterapia. Una mujer de 40 aos concurre a la consu
7 ti
75
sintomtico como fin del tratamiento no es bueno, que este paciente tiene
proble mas importantes que elaborar. Trata de esclarecer el significado de
los sntomas y orienta la relacin hacia una terapia de esclarecimiento
(insight). El paciente falta a las sesiones siguientes. El terapeuta lo cita,
concurre a una y vuelve a faltar. El paciente dice que ya "se siente bastante
bien", que es mejor suspender all. El terapeuta se inclina a considerar esta
desercin como un fracaso del tratamiento. A esta altura y con estos datos,
debemos preguntarnos dnde est el "fracaso".
Queremos subrayar la ausencia de acuerdos preliminares, necesarios para
que un tratamiento determinado, con objetivos explcitos aceptados por
ambos, se ponga realmente en marcha. A travs de esas pocas entrevistas,
paciente y terapeuta han mantenido expectativas diferentes sobre la tarea
que tienen en comn. No es posible pasar por encima de este desacuerdo
bsico: antes que dirigir la atencin del paciente hacia los contenidos de la
enfermedad con mayor especificacin, es necesario establecer acuerdos
sobre la naturaleza y los fines del vnculo teraputico.6
V. Una paciente soltera, de treinta y cuatro aos, es internada en el hospital
por intento de suicidio grave con barbitricos; se precipit por fracaso de
pareja y por resultarle intolerable convivir con su madre (severa melanclica
que descargaba toda su depresin en la hija).
Desde hace cuatro meses ella quera irse a vivir sola, pero la madre insisti
que eso la enfermara, creando mucha culpa en la paciente y sensacin de
impotencia para dar ese paso. En las primeras entrevistas, despus
de estudiar todos los elementos comprendidos en su historia, sus mdicos
(de planta y residente) le formularon explcitamente los obj etivos: interna
cin durante dos o tres meses para aliviar su depresin, elaborar la culpa
frente a su madre por irse a vivir sola, ver posibilidades futuras con su
profesin (nunca ej ercida) y ver el modo de que con el alta la paciente pudiera
6 Una consideracin adicional sobre este caso y el problema de los objetivos
limitados al alivio sintomtico; entendemos que la conducta de este paciente trans
mta un mensaje: no estaba en condiciones de soportar una ruptura de sus defensas
manacas y obsesivas frente a su separacin. Tal vez el mensaje reflejaba el grado de
tolerancia a la ansiedad que la economa psquica del paciente poda soportar.
Podernos suponer que slo frente a un alivio de su herida narcisista (de haber
quedado solo "otra vez en la vida"), corno podra proporcionrselo el encuentro de una
nueva pareja, recin entonces pueda el paciente tolerar esa movilizacin de ansieda
des que significa enfrentarse con toda su vida de abandonos y prdidas.
Cuando hablarnos de motivacin para el tratamiento, deberamos incluir corno
una dimensin fundamental de lo que se llama "disposicin a indagar sobre s mismo"
76
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Riessman, F.; Cohen, J. y Pearl, A., Mental Health of the Poor, Nueva
York, Free Press, 1964, pp. 387-416.
3. Dymond Cartwright, R., "Psychotherapeutic Process",Ann. Rev. Psychol.,
1968, 19, pp. 387-416.
4. Frank, J. y otros, "Why Patients Leave Psychotherapy", Arch. Neurol.
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5. Frank, J., "The Role of Hope in Psychotherapy", Inst. J. Psychiatr., 5, 5,
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7. Hoehn-Sarie, R. y otros, "Systematic Prepartion ofPatients for Psychothe
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1964, 2, pp. 267-281.
8. Hollender, M., "Selection of Patients for Definitive Forros of Psychothera
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9. Holt, W., "The Concept ofMotivation for Treatment",Amer. J. Psychiat.,
1967, 133, 11, pp. 1388-1394.
10. Nash, E. y otros, "Systematic Preparation of Patients for Short-term
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11. Overall y Aronson, H., "Expectations of Psychotherapy in Patients of
Lower Socieconomic Class", Mental Health of the Poor, pp. 76-87.
' Hl .
79
Captulo 5
LOS EJES DEL PROCESO TERAPUTICO
RELACIN DE TRABAJO
PERSONIFICADA
Nuestra definicin surge de estudiar atentamente el desarrollo
que empricamente asumen numerosos procesos teraputicos en los
que aquellos elementos se recortan como primordiales (incluso en
psicoterapias intuitivas o espontneas, cuyo especial valor puede
consistir en que, no trabadas por prejuicios tericos, dejan lugar a
una ms libre emergencia de los fenmenos necesarios, especficos
de este campo tcnico).
La definicin subraya tres pilares sobre los que se monta un
sistema de influencias de cambio: activacin yoica, elaboracin de un
foco, relacin de trabajo. Estos constituyen una especie de trpode de
sustentacin del proceso; actan instalando una estructura
de tensiones activadoras recprocas: es necesario un yo activado
para focalizar la tarea, de lo contrario sta se difunde sin lmites; a
su vez el trabajo en un foco refuerza al yo al proporcionarle un rea
en la que concentrar sus funciones; paralelamente la relacin de
trabajo solicita la cooperacin de las capacidades yoicas y les ofrece
como gua el modelo de la activacin yoica del terapeuta, y como
sustento las satisfacciones simblicas que va operando el vnculo
personificado.
De nuestra propuesta se desprende que para evaluar la marcha
del proceso teraputico (y esto es de importancia para la supervisin
de ese proceso por otros o por el mismo terapeuta) es necesario
evaluar inicialmente la eficacia con que se logre asentar cada uno de
estos ejes, y luego el desarrollo de cada uno y de su relacin con los
otros. Tal evaluacin debe permitir en p11imer lugar corroborar o
82
84
Captulo 6
EL CONCEPTO DE FOCO
'
86
88
90
FOCO
SITUACIN ACTUAL
ESTRUCTURADA
alrededor de un eje
/
"
----
....
'
/ MOTIVO de\
f CONSULTA \
1
1
CONFLICTO /
\ NUCLEAR /
..... ...._ _ _ ,,. '
91
_ - -
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GRUPO
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a
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de
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Motiv aci
s
de
tu
pti
A
92
3. El foco en la sesin
El fragmento de una sesin de Ernesto mostrar cmo introduce el
terapeuta el foco ante el despliegue inicial del paciente de su mate
rial. Se trata de una sesin del quinto mes de una psicoterapia de
esclarecimiento programada a un ao. En las ltimas semanas el
hecho dominante ha sido un intento de acercamiento a su mujer, con
quien la separacin se mantiene.
P 1: "Me noto muy violento: El otro da mi chico se peleaba con un amiguito
por unjuguete. Trat de que se dejaran de pelear, que cada uno se arreglara
con un chiche. No hubo caso, seguan haciendo escndalo. Entonces explot,
me levant, fui y romp el juguete. Despus pens que era una barbaridad,
que poda haberlos parado de otro modo. Y me acord que yo de chico
reaccionaba as con lo que no me sala: un da romp un auto que tena porque
no lo poda arreglar."
T 1: "Creo que convendria pensar, para entender algo de esta violencia suya,
cul podria ser actualmente el arreglo que nQ le sale."
94
95
psicoterapia breve. (Esta es una de las razones por las que coincido con
Kesselman (9) en que "la antinomia breve-largo es un punto de partida
poco conveniente para dilucidar el problema de la psicoterapia".)
99
Referencias bibliogrficas
Teraputica psicoanaltica, Buenos
Aires, Paids, 1965.
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Aires, Amorrortu, 1993 .
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20. Thoma, H., Kachele, H., Teora y Prctica del Psicoanlisis, Barcelona,
Herder, 1989.
l. Alexander, Frans y French, Thomas,
100
'aptulo 7
LA RELACIN DE TRABAJO
101
l.
102
1 04
semana pudo, para sorpresa suya, y bastante. Sera til revisar ahora
qu quera decir en usted esa conviccin fatalista de que no lo podra
hacer; por otro lado, es importante que insista en esto que logr hacer,
que no se pare all." "Esta vez usted pudo exigir a su padre un tiempo
para hablar de los problemas comunes y consigui que lo escuchara.
Es importante porque este dilogo es algo nuevo y parti de un
cambio de actitud suya. A partir de aqu sera til que usted se
observe, a ver cunto mantiene esta nueva actitud, de darse su lugar,
y en qu momento puede surgir la tendencia a la relacin anterior".
Es posible diferenciar estas intervenciones de reforzamiento de
logros de las que estrictamente pueden definirse como "apoyo". Si
bien en estas intervenciones se expresa la aprobacin del terapeuta,
el nfasis est puesto en la direccin del movimiento realizado y sus
consecuencias. El cotejo del antes y ahora apunta a objetivar ese
movimiento y contiene latentes nuevos insights. Las intervenciones
de apoyo, en cambio, no apuntan a reforzar el crecimiento; ms vale
contienen a la parte que no crece de la persona, la que est detenida
por carencia de recursos autnomos, y quedan ms en el plano del
acto en s mismo, no apuntan primordialmente a nuevos insights.
- d) Claridad del mtodo expositivo. El terapeuta trabaja atento a
dar a sus intervenciones formas, modos de construccin, y palabras
que faciliten su comprensin por el paciente. Ejemplo: "Usted, segn
HU relato, le dijo a ella muchas cosas, algunas constructivas, otras al
1tparecer bastante destructivas. Luego registr las constructivas,
las
.
unt y les llam 'mi actitud positiva hacia ella"'. Ella, segn su relato,
le dijo a usted varias cosas, algunas destructivas, otras constructivas.
Registr ms las destructivas y las llama 'la actitud negativa de ella
hacia m"'. La pregunta es sta: habr en cada uno un predominio
distinto dentro de esa mezcla, o habr parcialidad en el registro
Huyo?" Una intervencin as, desplegada, deslinda una serie de
planos de anlisis del episodio, subraya en las secuencias probables
mecanismos de transformacin de los hechos. La diferencia es signi
ficativa en relacin con lo qu podra darse como una interpretacin
11i nttica del tipo: "Usted se atribuye la buena actitud, y proyecta a
11lla todo lo destructivo que haba en los dos". Otra intervencin
11claratoria, en la que el terapeuta se anticipa, es de tipo: "Me pareci,
mientras le iba diciendo todo esto, que usted en un momento se
perda. Veamos qu es lo que me entendi, y le aclaro el resto".
- e)Exposicin abierta de su mtodo de pensamiento. Esto significa
que el terapeuta se preocupa por colocar su manera de razonar, sus
lr1ferencias y los datos de los que parte para hacerlas, al alcance del
pnciente. Ya que lo que importa para el paciente no son meramente
us resultados, sino el modo de procesar la informacin. Esto permite
10 5
11 1
Bibliografa
l. Truax, Charles y otros, "Therapist Empathy, Genuineness and Warmth
and Patient Therapeutic Outcome", J. Consult. Psychol., vol. 30, 395491, 1966.
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Amrica Latina, Buenos Aires, 1969.
3. Chassell, Josph, "The Growth Facilitating Experience in Psychotherapy",
lnt. J. Psychoanal. Psychother., l, pp. 78-102, 1972.
4. Sargent, Helen y otros, Prediction in Psychotherapy Research. A Method
112
Captulo 8
LAS FUNCIONES YOICAS
EN EL PROCESO TERAPUTICO
1 14
l. Funciones yoicas
Este concepto abarca un conjunto en el cual es necesario por las
razones precedentes hacer diferenciacionesjerrquicas en tres rde
nes de funciones.
1 l li
116
..
Este punto requiere ser subrayado frente a los equvocos que suscitan ciertas
reglas tcnicas del psicoanlisis kleiniano, donde sobre la premisa de que "todo
acontecimiento en el campo debe ser al mismo tiempo otra cosa" (Baranger), se pasa
al mtodo de "hacer el analista caso omiso del mensaje intencional del paciente,
captando en cambio otro distinto" (9). Esto es totalmente antagnico con la atencin
que las psicoterapias deben prestar, entre otros niveles, al del rendimiento yoico. Por
la simplificacin que se propone en aquella regla, de las relaciones entre mensaje
intencional y mensaje latente, es dudoso adems que la misma tenga validez incluso
en el trabajo psicoanaltico.
117
118
119
120
en el proceso teraputico
Podernos pensar en la situacin teraputica corno la instalacin de un
contexto de verificacin para aquel conjunto de funciones yoicas.
Tambin corno un contexto de estimulacin para estas funciones: ya
el contrato inicial lo que hace es concertar una tarea nueva (indagar,
comprender, objetivar una problemtica) cuya simple apertura fun
ciona corno incitacin original para el ejercicio de aquellas funciones.
A la vez que la relacin teraputica provee un contexto de proteccin
y gratificacin emocional que alivia ansiedades profundas lo sufi
ciente corno para liberar cierto potencial de activacin yoica, es decir,
coloca a estas funciones en estado de mejor disponibilidad. Con estas
condiciones de base, cada sesin, en cada uno de sus momentos, opera
corno activadora o rnovilizadora del conjunto de las funciones yoicas.
Tornemos un fragmento de sesin, una comunicacin del paciente al
terapeuta:
P: "Yo aquella vez haba estado flojo: cuando mi padre me dijo 'tens que
estar en la reunin de familia', para no discutir, le dije que s. Esta vez,
cuando se venan las fiestas, pens de entrada 'si me viene con lo de la
reunin familiar le voy a decir que vaya l, que a m no me interesa; y qued
esperando, pero esta vez no me lo dijo."
122
123
Para que esta lnea teraputica sea efectiva, debe contarse, aun en
este paciente afectado por una importante debilidad yoica, con un
5 rea cuya modificacin se interpreta tradicionalmente dentro de una teora del
cambio mediante el proceso psicoanaltico.
124
O.
126
Referencias bibliogrficas
l. Adler, Garma, Gumbel y otros, "Mesa redonda sobre psicoanlisis y
128
"
129
Captulo 9
l)INAMISMOS Y NIVELES
DEL CAMBIO EN PSICOTERAPIAS
psicoterapias
132
134
8. Encadenamiento autnomo
de influencias y efectos del proceso teraputico
}lasta aqu han surgido en una enumeracin casi lineal una serie de
influencias de cambio y un conjunto de efectos operados por esas in
fluencias. Pensarlos a su vez en interacciones abre la posibilidad de
comprender otros dinamismos propios del proceso de cambios que
J>uede poner en marcha una psicoterapia.
Una observacin cuidadosa del modo en que los cambios se suce
tlen permite, a mi juicio, comprender el entrelazamiento de influen
cias y efectos en trminos de ciclos de crecimiento autnomo en
spiral, ascendente o descendente (4). Ciclos pensados segn un
inodelo de cambios que se producen por un crecimiento autnomo de
lE1s interacciones, a partir de una direccin inicial impresa a las
rnismas, en base a fenmenos de retroalimentacin y potenciacin de
fectos. Puede vinculrselo al modelo de las reacciones en cadena ele
lu fsica, y de las "escaladas" blicas. Pues resulta visible, en especial
para quienes trabajan en salas de pacientes agudos, descompensados
o al borde de una ruptura psictica, que la llegada de numerosos
pitcientes a la consulta se hace bajo el signo de un conjunto de
l1lteracciones negativas, que hemos denominado ciclo orientado
ltacia la regresin o el deterioro: el alto nivel de ansiedad, las
tlificultades para pensar, objetivar y discriminar problemas, las
alteraciones en la autoestima, los trastornos en las relaciones con los
otros, los dficit en la productividad personal, la falta de un proyecto
c>sitivo de futuro se conjugan y potencian, creando una escalada de
fectos negativos.
Ciertas intervenciones teraputicas (apoyo, esclarecimiento, co
ricccin de algunas modalidades de vnculo conflictivo, proposicin
de ciertas conductas alternativas) pueden actuar entonces no mera
me11te produciendo acciones puntuales sino que, frenando el deterio
tr> de algunos eslabones, e invirtiendo su signo, consiguen influir
iilobre el conjunto del ciclo o reaccin en cadena. Ciertas acciones
135
137
l'ambios en psicoterapia se encuentran en la amplia resea biblio1rfica de Small ( 12), y en las casusticas de Alexander y French y de
M al an , entre otros. La coincidencia de efectos de p si coterapias de
diferente duracin se observa en la investigacin de Errera y
l'olaboradores (2). Varios de nuestros criterios apoyan en investiga
riones dedicadas a estudiar aspectos del proceso (5) y a la prediccin
de resultados (10).
lteferencias bibliogrficas
'J,
1.
454, 1967.
1969.
139
Captulo 10
TIPOS DE INTERVENCIN VERBAL
DEL TERAPEUTA
2) Proporcionar informacin.
3) Confirmar o rectificar los criterios del paciente sobre su situa
cin.
4) Clarificar, reformular el relato del paciente de modo que ciertos
contenidos y relaciones del mismo adquieran mayor relieve.
5) Recapitular, resumir puntos esenciales surgidos en el proceso
exploratorio de cada sesin y del conjunto del tratamiento.
1 En todas las consideraciones de este captulo, el "paciente" puede ser una
persona, una pareja, un grupo familiar u otro tipo de grupos de amplitud variable.
141
l. Interrogar
Es uno de los recursos esenciales a lo largo de todo el proceso
teraputico, no slo en sus comienzos. En psicoterapia, preguntar es
continuamente consultar a la conciencia del paciente; es tambin
sondear las limitaciones y distorsiones de esa conciencia; trasmitir
asimismo un "estilo interrogativo", un modo de colocarse frente a los
fenmenos humanos con actitud investigadora. Revela tambin a un
terapeuta no omnipotente; esto es bsico: en el preguntar al paciente
y emplear los datos por l aportados, est contenido un vnculo con
roles cuyo desnivel es atenuado, aunque se trata de diferentes roles.
En el pedir detalles precisos sobre cada situacin puede trasmitir
se, adems, un respeto del terapeuta por el carcter estrictamente
singular de 1a experiencia del paciente, esto es, una actitud no
esquemtica, no tentada por las generalizaciones fciles. Es tambin
2
142
T: "Qu valor haba tenido para usted que ella lo llamara antes de viajar?"
inters por los dems, ms vale espera que se interesen por ella. En ese caso.
el llamado de ella no tena un valor especial?"
P: "S, si lo miro desde cmo es ella en general, era una bola brbara, lo
que pasa es que a m me gustan las cosas jugadas de una manera muy
distinta, nada de vueltas."
T: "Qu le dijo usted al despedirse, cmo dej planteada la cosa?"
P: "Yo le dije: 'Mir, me gust que me hayas llamado, pero espero que 11
la vuelta no ests tan ocupada, eh? Chau'."
Como puede verse, estas respuestas revelan un estilo, el funciona
miento yoico del paciente para evaluar la situacin interpersonal, sut1
exigencias desde una ptica narcisista, la contribucin del pacientP
con sus mensajes a una situacin evitativa, aunque arriesgando
algunas muestras de inters personal en la otra persona. Preguntar
aqu, y en detalle, permite entonces obtener una gran cantidad dt
informacin de niveles ms amplios que los de una mera ampliacin
"de detalle" del contenido manifiesto de un relato. Las experienciaH
sobre la utilidad de una indagacin minuciosa son abundantes. Es,
por ello, posible que "preguntar mucho" sea una de las primeraH
reglas de una tcnica psicoteraputica eficiente.
Una variedad particular de exploracin, sumamente rica, es la qu<'
apoya en intervenciones dramatizadoras del terapeuta:
- "Imagine por un momento este dilogo: contra lo que usted crea, l Sf'
decide a casarse, llega y le dice de golpe: 'Me decid, nos casamos a fin de ao!'
Usted qu le contesta?"
- "Vamos a ver: viene su padre y le dice: 'No te voy a dar ahora el dinero
que te corresponde, lo necesito para un negocio urgente'. Usted cmo
responder para que l confirme una vez ms que no tiene por qu pedirle
permiso para usar su dinero?"
Simplemente con preguntar, dramatizando o no, el terapeuta ponn
en accin varios estmulos de cambio: uno primordial es que ejercita
con el paciente una constante ampliacin del campo perceptivo
(reforzamiento de una de las funciones yoicas bsicas): ms an, toda
explicitacin verbal rescata hechos, relaciones del mundo de lo
implcito emocional. Liberman (1) ha destacado adems el papel
reforzador del yo de la experiencia de escucharse hablar. Todo
estmulo para la explicitacin apunta a romper las limitaciones y el
encubrimiento contenido en el uso cotidiano del lenguaj e convencio
nal. Por ejemplo: Qu quiere decir "me lo presentaron y fue fro en
el trato"? En qu consiste "la frialdad" de los otros para cada uno?
Hay un supuesto de observacin no participante en ese discurso,
porque cul fue la "calidez" aportada en cambio por el sujeto? En
144
2. lnformar
El terapeuta es no slo un investigador de la conducta, sino tambin
el vehculo de una cultura humanista y psicolgica. En este aspecto
el terapeuta cumple un rol cultural: es docente desde una perspectiva
ms profunda y abarcativa de ciertos hechos humanos. Esta perspec
tiva se nutre tambin con informacin, ya que el dficit de informa
cin es un componente tan importante a veces para la oscuridad y la
falsa conciencia de una situacin como los escotomas creados por
mecanismos represivos individuales.
En psicoterapias es altamente pertinente aclarar al paciente
elementos de higiene sexual, perspectivas de la cultura adolescente
actual o problemtica social de la mujer. Tambin explicarle (puede
ser til incluyendo esquemas) ciertos aspectos de dinmica de los
conflictos. Esta informacin puede ampliarse recomendando lectu
ras. La experiencia muestra que el mensaje que el paciente haga de
esas lecturas, su experiencia global frente a la "bibliografa", es
sumamente rica para esclarecer conflictos de toda ndole (con el
tema, con el saber, con el autor, con el terapeuta). Proporcionar o
facilitar esta informacin general que enmarca la problemtica del
paciente cumple un rol teraputico especfico: crea una perspectiva
desde la cual los problemas del paciente, con toda su singularidad,
dejan de ser vistos como algo estrictamente individual que "slo a l"
le pasan. La falta de este marco de referencia cultural favorece a l a
inversa la sensacin de ser el nico con tales problemas, e s decir, una
perspectiva desde el supery (acusador a veces tambin desde su
complementario ideal del yo narcisista omnipotente). Entrevistando
familias, por ejemplo, me ha resultado importante incluir referencias
sobre las dificultades generales que enfrenta socialmente la familia
como institucin. En ese marco todas las dificultades particulares del
grupo resultan abordables luego, sin el clima persecutorio que crea
ocuparse meramente de ver "qu pasa en este grupo que anda mal"
(con el tcito supuesto de que todas las dems familias funcionan
bien, y los problemas de sta derivarn entonces slo de los defectos
de estos individuos).
Desde luego, esta informacin resulta sumamente relevante si se
145
3. Confirmar o rectificar
enunciados del paciente
Este tipo de intervenciones es inherente al ejercicio de un rol activo
del terapeuta en las psicoterapias. La rectificacin permite poner de
relieve los escotomas del discurso, las limitaciones del campo de la
conciencia y el papel de las defensas de ese estrechamiento. Contri
buyen a enriquecer ese campo. Es sumamente rico observar en
detalle cmo manipula el paciente el aporte rectificador del terapeuta
(asuncin y uso, aceptacin formal o negacin y vuelta a su perspec
tiva anterior). La confirmacin por parte del terapeuta de una
determinada manera de comprenderse el paciente no tiene, por
cierto, menor importancia. Contribuye a consolidar en l una confian
za en sus propios recursos yoicos; esto significa que toda ocasin en
la que el terapeuta pueda estar de acuerdo con la interpretacin del
paciente es oportuna para estimular su potencial de crecimiento. En
pedagoga estas intervenciones se destacan como esenciales a un
principio general del aprendizaje: el refuerzo de los logros positivos.
La capacidad del terapeuta de actuar flexiblemente con rectifica
ciones y confirmaciones de los enunciados del paciente es fundamen
tal para crear un clima de ecuanimidad, propio de una relacin
"madura" .3 La falta de ese clima de ecuanimidad parece reflejada en
3 Un paciente de 33 aos despus de 4 aos de tratamiento pas a otro terapeuta.
Al poco tiempo, en una sesin, el terapeuta le dijo: "Creo que su interpretacin es ms
acertada que la ma. Yo no haba tenido en cuenta esto que usted me record sobre
el papel de su hermana en la relacin entre usted y su padre." "Yo sent entonces
-cuenta- una emocin nica, me sent tratado como grande y respetado como
persona."
146
Rectificaciones
- "Usted destaca cmo estaba de hosco su marido que fue poco receptivo
para lo que usted quera trasmitirle; no incluye cmo estaba usted en esos
momentos, es decir, cmo se le acercaba, trasmitiendo qu, y adems cmo
haba estado usted antes, en el momento de salir."
- "Mire, no creo que solamente le diera miedo acercarse y de que la
relacin amorosa fuera a salir no tan perfecta como la vez anterior; porque
haba datos de que los dos seguan muy bien conectados. Creo que tambin
le daba miedo ir tan rpido, en tres das, a tanta entrega dei uno con el otro."
- "Usted parte de la base de que un logro, como es este ascenso, tiene que
ponerlo muy contento porque usted lo deseaba; esto es as, pero adems ese
logro significa cambios, dejar lo que ya tena como propio; indica tambin que
.. 1 tiempo pasa y que usted ya no es chico."
Confirmaciones
1n
147
4. Clarificaciones
Estas intervenciones apuntan a lograr un despeje en la maraa del
relato del paciente a fin de recortar los elementos significativos del
mismo. A menudo se clarifica mediante una reformulacin sinttica
del relato. Despus de escuchar varios minutos el terapeuta dice:
- "Entonces usted trabajaba confiado en que todo iba bien hasta que esta
persona le hizo una crtica, y all usted empez a dudar de todo lo que hizo,
y esta misma duda alter su rendimiento de all en adelante."
- "En todos esos das, durante el viaje, haba un clima de paz; de pronto,
no sabe usted cmo, todo ese clima se rompi y volvi a haber desconfianzas
y reproches."
- "Usted habla ahora no slo de un problema con los afectos en la pareja,
sino de una duda suya ms general sobre lo que usted puede dar de s
tambin en otros planos, con sus amigos, en el trabajo."
Esas intervenciones en lo inmediato preparan el campo para
penetrar en sus aspectos psicolgicamente ms ricos y comprensi
bles, lo cual se har mediante sealamientos e interpretaciones. A la
vez "ensean" un modo de percibir la propia experiencia: el paciente
aprende con ellas a mirar selectivamente, a recorrer la masa de los
acontecimientos y de sus vivencias y captar jalones: incorpora as un
mtodo dirigido a discriminar para comprenderse. En pacientes con
funciones yoicas debilitadas, concomitantemente afectadas por una
delimitacin precaria del ego (o sea tendencias al sincretismo y a la
confusin), las clarificaciones juegan durante gran parte del proceso
teraputico el papel de instrumentos primordiales, en cuanto sientan
las premisas para que en algn momento otras intervenciones, de
tipo interpretativo, por ejemplo, puedan ser activamente elaboradas.
5. Recapitulaciones
A cierta altura de la sesin el terapeuta dice:
"Hoy entonces surge en primer lugar cmo usted sufri pasivamente
siempre la dominacin de su madre, no se anim a explotar nunca, y eso ha
148
149
6. Sealamientos
Estas intervenciones, de uso constante en psicoterapias, actan
estimulando en el paciente el desarrollo de una nueva manera de
percibir la propia experiencia. Recortan los eslabones de una secuen
cia ("primero usted recibi esa noticia, luego sin saber por qu empez
a sentirse deprimida"), llaman la atencin sobre componentes signi
ficativos de esa experiencia habitualmente pasados por alto ("fjese
en qu momento se decidi a llamarla, justo cuando ya no tenan
tiempo de encontrarse") muestran relaciones peculiares ("ha ocurri
do ya varias veces que surge ac el tema de sus relaciones sexuales
y usted nota enseguida que se le pone la mente en blanco y ya no
puede recordar"). Estos sealamientos invitan a un acuerdo bsico
sobre los datos a interpretar, dan la oportunidad de modificar esos
datos, son el trabajo preliminar que sienta las bases para interpretar
el sentido de esas conductas. En psicoterapias tal vez constituya una
regla tcnica general la conveniencia de sealar siempre antes de
interpretar. El fundamento de esta regla est en que el sealamiento
estimula al paciente a interpretarse a partir de los elementos recor
tados, es un llamado a su capacidad de autocomprensin. Es suma
mente til que esta capacidad se ensaye en toda ocasin (entrena
miento reforzador del yo) y particularmente con el terapeuta, que
puede entonces ir guiando el desarrollo de estas capacidades sobre la
marcha, en su mismo ejercicio. Dado el carcter docente de esta
relacin de aprendizaje que es la psicoterapia, es mejor que la tarea
pueda desarrollarla "el alumno" solo, con pocas indicaciones; tambin
porque muchas veces el docente aprende de su alumno:
- ''Usted llega, la encuentra distante, de mal humor, usted se pone
carioso y la busca. Al rato, a ella se le pasa, se le acerca y usted la ataca.
Qu piensa de este vaivn, cmo lo entendera usted?"
- "Empez hablando de su fracaso de ayer en la asamblea. De golpe cort
para acordarse de que sac la nota ms alta de su comisin. Cmo ve este
cambio de tema?"
150
7. Interpretaciones
l 'articularmente en las psicoterapias de esclarecimiento la interpre1 ncin es un instrumento primordial como agente de cambio: introdu-
Mu eltos,
151
de
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8. Sugerencias
- "Sera interesante ver qu ocurre, cmo reaccionara su padre si usted
le mostrara en su actitud que est real mente dispuesto a encarar a fondo con
l todo lo que est pendiente entre ambos."
- "Tal vez lo ms necesario para usted sera ordenarse mentalmente
frente a tantas exigencias, trazar un cuadro con sus prioridades."
- "En lugar de apresurar ya una decisin suya de hecho, tal vez le
convenga tomarse un tiempo para revisar lo que ha pasado, ver cul ha sido
su papel en todo esto, e incluso para detectar mejor qu es lo que est
sintiendo ntimamente."
O bien:
- "Y si usted lo llamara y le dijera: 'Creo que todo lo que dijiste ayer fue
algo estudiado y poco comprometido. Yo quiero definir ms esto', cmo
supone que reaccionara l?"
154
de algo que usted me haba dicho en una sesin pasada. 'Y qu pasara si
cuando ella se pone violenta usted la frenara?' Y la par . y no pas nada!"
..
9. Intervenciones directivas
- "Suspenda toda decisin inmediata sobre el problema de su matrimo
nio. Usted no est ahora en condiciones de afrontar otro cambio ms."
- "Si se da la oportunidad de hablar a solas con su padre, intntelo;
aunque no Je salga todo lo que quiera plantearle, vea hasta dnde le sale,
cmo le sale y cmo reacciona l."
- "Est atento hasta nuestra prxima entrevista a ver en la relacin con
su esposa cuntas veces y en qu momentos usted tiende a ponerse violento
y exigente."
-"Para que usted perciba mejor cul es su dificultad en el dilogo conmigo
traiga su grabador, de modo que despus se escuche solo en su casa, y lo
veamos en las sesiones siguientes."
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158
L l. Meta-intervenciones
l)esignamos con este trmino todas aquellas intervenciones del
159
mirar su reaccin- de que siempre antes de largarse hay que tener in mente
un plan, verdad? (porque hay situaciones en las que slo viviendo un
experiencia se arma despus un plan)."
- "Recin hablaba de qu problemas suyos y de su pareja pueden crear
dificultades para la convivencia. Ahora evitemos suponer que estas dificul
tades contrastan con la pareja ideal posible. Tengamos claro que actualmen
te, adems de estos problemas de cada uno, hay que mirar qu problemas
crea a cualquier pareja el tipo de relacin que se toma como ideal de pareja
'normal' en nuestra cultura, y qu problemas se le agregan por dificultades
que cada uno vive fuera de la pareja, y que van a descargarse adentro."
- "Cuando yo le sealo que puede haber una actitud suya de autocastigo
en perder el capital que haba logrado juntar con esfuerzo, mi planteo
contiene un supuesto que tambin tenemos que cuestionar: que perder un
capital acumulado no es beneficioso, cuando, desde otro ngulo, consideran
do lo que el dinero representa y ata, tal vez se pueda ver como perjudicial y
no positivo mantenerlo."
Estas especificaciones se hacen imprescindibles en cuanto abren
la bsqueda tambin a otro plano de determinaciones inconscientes
colocando en cuestin la ideologa de ambos, tambin la del terapeu
ta. El terapeuta se pone en evidencia en su realidad cuestionable,
susceptible de examen crtico en sus premisas, con un oficio tambin
sometido a revisin. Es otro modo de colocar el vnculo teraputico en
relaciones de reciprocidad, evitando el efecto de adoctrinamiento
subrepticio propio de las relaciones autoritarias en las que el terapeu
ta presenta sus opiniones como "saber", soslayando la presencia de la
ideologa en la base de sus elaboraciones.
160
161
Referencias bibliogrficas
Liberman, David, Lingstica, interaccin comunicativa y proceso psicoa
naltico, tomo 1, Buenos Aires, Galerna, 1970.
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Problemas actuales", Rev. de Psicoanlisis, tomo XXVlll, I, pp. 25-49,
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4. Strupp, Hans, "A Multidimensional System for analiyzing Psychothera
peutic Techniques", Psychiatry, XX, 4, pp. 293-306, 1957.
5. Strupp, Hans, "A Multidmensional Analysis ofTechnique in BriefPsycho
therapy", Psychiatry, XX, pp. 387-397, 1957.
l.
162
C aptulo 1 1
164
Primera sesin
l'sicamente, Ernesto est ms armado, su postura inicial de flojedad
y abandono fue modificada.
P 1 : "Me noto muy violento. El otro da mi chico se peleaba con un amiguito
por unjuguete. Trat de que dejaran de pelear, que cada uno se arreglara con
un chiche.
No hubo caso, seguan haciendo escndalo. Entonces explot, me levant,
fui y romp el juguete. Despus pens que era una barbaridad, que poda
haberlos parado de otro modo y me acord que yo de chico siempre reaccio
naba as con lo que no me sala: un da romp un auto que tena porque no
lo poda arreglar".
T 1: Creo que convendra pensar, para entender algo de esta violencia
"uya, cul podra ser el arreglo que no le sale".
"
1 ratamiento
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167
Segunda sesin
A los cinco meses .de la primera transcripta, o sea diez meses d
iniciado el tratamiento. Se resume la primera parte y se transcribe
quince minutos de la parte media. La sesin se inicia con el relato
Ernesto de episodios ltimos con su mujer que le preocupan partic
larmente. Hace dos meses que han vuelto a vivir juntos. No entiend
qu es lo que origina en ella reacciones agresivas. Haba resuel
llevar el hij o a pasear a un parque en las afueras. Hubo tensiones p
diferencias de opinin sobre si el tiempo era propicio y sobre el horari
ms conveniente. Luego ella le reproch porque lo notaba fr
distante.
Ernesto sinti que esos reproches eran injustificados.
P 6: "Corno insisti, yo la par y le anunci que si no cambiaba de actitu
no podramos seguir juntos".
168
169
170
y chau."
171
Captulo 12
EL PAPEL DE LA ACCIN
EN LAS PSICOTERAPIAS
175
176
relacin de trabajo.
Otro ejemplo de accin al servicio del proceso (segn pudimos
luego evaluarlo juntos) fue la lectura que conmigo hizo Estela de este
captulo, y el trabajo que compartimos para dar a mis notas esta
versin. Se sinti positivamente impresionada de ver abarcados
varios aos de su evolucin en una pgina, se capt en una sntesis
objetivante. Recordemos adems que fue poco lo que Estela pudo
compartir con su padre: el tiempo de esta tarea fue vivido con
particular emocin, era algo original en su vida.
Un aspecto de la elaboracin verbal de la experiencia merece
subrayarse: la necesidad de dar tiempo para l despliegue de la
accin, el no apurar la interpretacin de lo que est ocurriendo o de
lo que significara una propuesta de accin diferente. Apurar la
verbalizacin podra trasmitir una serie de mensajes opuestos a los
fines del proceso teraputico: el temor del paciente o del terapeuta a
la accin vivida, apelando al refugio en la palabra, dada desde
cuerpos y espacios fij os; la desconfianza frente a los impulsos,
simbolizados por el cuerpo y sus movimientos, sugiriendo que todo
movimiento tiene que pasar por la autorizacin del supery en base
a dar garantas de racionalidad; o bien el temor del "manejo" mutuo,
expresando una desconfianza bsica sobre la calidad constructiva del
vnculo que ambos vienen experimentando. Podr objetarse que hay
iniciativas de accin en el contexto teraputico dominadas por los
i mpulsos y puestas al servicio de la repeticin, ms que una elabora1 Esta lnea subraya asimismo en toda su importancia el papel teraputico de la
experiencia con los otros, fuera de sesin, que puede por esta causa ser sugerida o
estimulada desde la relacin teraputica.
177
179
Referencias bibliogrficas
l. Bustos, D., Nuevos rumbos en psicoterapia psicodramtica, Momento, La
Plata,1985.
2. Glocer, Florinda, "Laboratorios de interaccin humana. Ideologas en la
bsqueda de nuevas tcnicas psicoteraputicas", Rev. Argent. de
Psicologa, 14-15, 1973.
3. Martnez Bouquet, Carlos, Moccio, Fidel y Pavlosvsky, Eduardo, Psico
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4. Moccio, F., Hacia la creatividad, Lugar, Buenos Aires, 1991.
5. Pavlovsky, E., Kesselman, H., Espacios y creatividad, Buenos Aires,
Bsqueda, 1980.
6. Pavlovsky, E., Kesselman, H., La multiplicacin dramtica, Buenos
Aires, Gedisa, 2002.
180
Captulo 13
ESTRATEGIAS Y ARTICULACIN
DE RECURSOS TERAPUTICOS
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185
tomada como aspecto a explorar por los otros miembros del equipo, en
cuanto pueda estar ofreciendo vas de abordaje inicial ms eficaces
que la palabra.
La psicloga informa que en el psicodiagnstico aparece, con una
ansiedad persecutoria muy intensa, la imagen de una cabeza a la que
le estallan los nervios y todo su contenido se desparrama. Este dato
es tomado por el equipo como indicador de que es necesario ayudarle
a reforzar controles, discriminacin, puesta de lmites; en el trabajo
corporal se decide concentrar la tarea en cabeza y cuello, marcarle su
contorno y asegurarle la solidez de la caja sea; en terapia ocupacio
nal, ayudarle a confeccionar un mueco de pao atendiendo en
especial al armado de la cabeza.
A Jos 45 das de internada, Adriana comunica a su terapeuta
quejas por carecer en su casa de un lugar propio. Incorporamos all
al equipo a la asistente social con miras a que estudie el mbito fsico
y las posibilidades que ofrezca la casa en ese aspecto, que tiene
importancia estratgica (intentos de individuacin). En terapia ocu
pacional, Adriana se resisti a hacer un objeto que fuera para ella, en
lugar de uno para su madre, llor y se deprimi ante la sugerencia de
la terapista de esa tarea; esto aparentemente se contradeca con el
reclamo de lugar propio. Interpretamos, por las respuestas distintas
que Adriana estaba dando frente a tcnicas diferentes (buen contacto
en psicoterapia y trabajo corporal, "pedido" de asistencia social,
rechazo a separar objetos personales de los comunes con su madre),
que lo que estaba sugiriendo era una necesidad de que su individua
cin se fuera esbozando porpasos, por planos, ya no masivamente; en
base a esta hiptesis el equipo planific actuar segn esta secuencia:
primero, ayudarle a tomar conciencia de s misma (psicoterapia
individual y grupal, trabajo corporal); luego, cuando fuera oportuno
tambin para el grupo familiar, adquisicin de un espacio propio
(asistente social) y despus recin elaboracin de objetos que pobla
ran ese nuevo mbito (terapia ocupacional).
La fase confusional cede lugar a una etapa de marcada depresin
y retraimiento. Se elaboran lneas que pueden contribuir a reforzar
su autoestima y el contacto con la paciente (medidas tcticas) mien
tras se mantiene la estrategia general de tratamiento (trabajo sobre
su identidad-individuacin-alivio de dependencia materna y de ela
boracin de su conflictiva sexual).
La necesidad de contacto, despus de un perodo de retraimiento
muy obstinado, se hizo evidente en la misma semana para la terapeu
ta individual (por contenidos y tono de sus verbalizaciones en sesin)
y para la kinesiloga (por gestos corporales de bsqueda de mimos,
que se expresaban sin comentario alguno). Esta coincidencia de datos
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187
IHU
190
Referencias bibliogrficas
l. Barenblit, Valentn, Fiorini, Hctor, Korman, Vctor y Kuten, Jos,
191
Captulo 14
PSICOTERAPIAS Y PSICOANLISIS
193
---....- _
-.
...
----------
--------
194
1 U!>
..
200
Referencias bibliogrficas
l. Adler, Garma, Gumbel y otros, "Mesa redonda sobre psicoanlisis y
202
0:1
Captulo 15
LNEAS DE TRABAJO
Y PROBLEMAS ABIERTOS
205
206
Referencias bibliogrficas
l. Fiorini, H., "Ampliando las fronteras de la interpretacin con la indaga
turas
207
APNDICE
Psicoterapias psicoanalticas:
focalizacin en situaciones
de crisis
Comentar dos situaciones clnicas de crisis, que me permitirn
destacar maneras de abordaje focalizadas en esas situaciones.
Me llama para realizar una consulta Ana, una mujer de 42 aos,
que perdi a su marido por muerte sbita (por infarto de miocardio)
hace 4 meses. Dice que la consulta es por Cecilia, su hija mayor, de
18 aos. "Est insoportable, no la aguanto ms en casa". Me propone
concurrir con su hij a.
Llegan juntas. Estn tensas, en clima de pelea. "Mi hija est
insoportable", dice Ana. ''Yo a mi madre tampoco la soporto'', agrega
Cecilia. Comienzan una discusin, despus de comentar brevemente
las circunstancias de la muerte del padre de Cecilia. Se reprochan
incomprensiones, conductas arbitrarias, faltas de cooperacin. El
clima de la pelea sube de tonos. Yo me encuentro triste (lo que
despus comprend como un indicio contratransferencial) pensando
en ese hombre, de 42 aos tambin, que perdi su vida en instantes,
con hijos jvenes, un matrimonio y una empresa en marcha. Me
invade la tristeza. Despus de un tiempo de escucharlas desplegar
sus rabias, les digo que pienso que el pelear entre ellas debe estar
empleado para evitar la tristeza por el marido y padre muerto. Ana
comienza a llorar. Cecilia se mantiene dura, muy armada. Ana me
expone su inquietud: "Ella est con una rebelda que no tolero ms.
A la desgracia que vivimos se suma sta. Cecilia era una chica
tranquila, nos llevbamos bien. Desde hace dos aos se fue retrayen-
209
Referencias bibliogrficas
l . Anzieu, D., "Crisis y creacin", en El cuerpo de la obra, Mxico, Siglo XXI,
1993.
2. Eiguer, A., "Crisis de la adolescencia, crisis familiar", Buenos Aires,Reu.
Psicol. y Psicoter. de Grupo, 1984
3. Fiorini, H., "Intervenciones en crisis en psicoterapias psicoanalticas", en
2 12
- - - ---
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216
modo de ser, cmo se cuenta de modo automtico con ese modo d<l
actuar y reaccionar.
- Experimentar conductas libres de ese rasgo, aventurarse a
ensayarlas y evaluar tales experiencias.
- Confrontar con tenacidad el contraste entre esos dos modos do
ser, con y sin ese rasgo como organizador de la conducta.
Stephen Johnson, de California, en una orientacin dinmica y
bioenergtica (Character Styles, 1994, New York, Norton & Co.) ha
tomado dimensiones o problemas, en cada organizacin de carcter
establecida, como capas de orden evolutivo diferente. En una "teora
caracterolgica del desarrollo" distingue trastornos de contacto,
apego y vnculo primario para caracteres esquizoides y orales; tras
tornos en la conformacin del s mismo.para problemticas simbiti
cas y narcisistas; conflictos en el s mismo, ya organizado"'como
sistema, para los caracteres de rasgos neurticos histricos, fbicos y
obsesivos. Aborda entonces esos caracteres segn capas de conflictos
y ansiedades de un orden evolutivo diferente. Una comprensin
psicopatolgica evolutiva es esencial para ampliar los marcos do
interpretacin de las dificultades y precisar el tipo de intervenciones
necesarias para impulsar cada proceso.
Referencias bibliogrficas
La Personalidad Normal y Patolgica, Barcelona, Gedisa,
1983.
2. Fenichel, O., "Trastornos del carcter", en Teora Psicoanalttica de las
Neurosis, Buenos Aires, Paids, 1964.
3. Jung, C., El Hombre y sus Smbolos, Barcelona, Caralt, 1976.
4. Jung, C., Las relaciones entre el yo y el inconsciente, Barcelona, Paids,
1993.
5. Lowen, A., Bioenergtica, Mxico, Ed. Diana, 1979.
6. Lowen, A., La Traicin al Cuerpo. Anlisis bioenergtico, Buenos Aires,
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7. Naranjo, C., Carcter y Neurosis. Una visin integradora, Vitoria, Imp.
Iru., 1994.
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l. Bergeret, J.,
218