Maruja - Mallo
Maruja - Mallo
Maruja - Mallo
Su formación comenzó en Avilés, por los azares profesionales de su padre que era
funcionario del Cuerpo de Aduanas, en la Escuela de Artes y Oficios y en estudios
particulares. En Asturias comenzó a exponer antes de trasladarse a Madrid para
completar su formación al igual que su hermano el escultor Cristino Mallo en la Facultad
de Bellas Artes de San Fernando asistiendo al tiempo a la Academia Libre de Julio
Moisés.
Su primera individual auspiciada por José Ortega y Gasset tuvo lugar en 1928 en los
Salones de Revista de Occidente. Por entonces realizaba una obra en la línea de la
nueva objetividad o realismo mágico en célebre fórmula del importante texto de Franz
Roh publicado en 1927, con la serie de Verbenas y las Estampas que de dividirían en
populares, deportivas, de máquinas y maniquíes y cinemáticas.
Fiel a los postulados de acción social de la República desarrolló una triple dedicación
docente como profesora de Dibujo en el Instituto de Arévalo, en el Instituto Escuela de
Madrid y en la Escuela de Cerámica de Madrid para la que diseña una serie de platos
cuya pérdida hay que lamentar. 1935 es el año de la Exposición L´Art espagnol
Contemporain en el Jeu de Paume. El Museo de Escuelas Extranjeras de París le
adquiere la cuarta de sus Verbenas.
También en 1935, en febrero, tiene lugar el encuentro definitivo con el poeta Miguel
Hernández en la Casa de las Flores de Pablo Neruda, aunque le había sido presentado
años antes por Arturo Serrano Plaja. Lo cierto es que juntos planearon el drama Los hijos
de la piedra inspirado en los sucesos de Casa Viejas y Asturias y a la influencia de Mallo
se deben las cuatro composiciones que el poeta desgajó de El rayo que no cesa bajo el
nombre de Imagen de tu huella y 18 de los 30 poemas de esa obra.
En mayo de 1936 tiene lugar su tercera individual organizada por ADLAN en el Centro de
Estudios e Información de la Construcción en la Carrera de San Jerónimo de Madrid con
la serie de 16 cuadros de Cloacas y Campanarios, la serie de 12 obras de Arquitecturas
minerales y vegetales y 16 dibujos de Construcciones rurales que publicaría en 1949 la
Librería Clan con prólogo de Jean Cassou.
Realizó por entonces una serie de bocetos de escenografía y figurines conocidos como
Plástica escenográfica para la ópera Clavileño de Rodolfo Halffter que no llegó a
estrenarse y con Ángel Planells fue seleccionada para una exposición de surrealismo
internacional en las New Burlington Galleries de Londres.
La Guerra Civil la sorprende con las Misiones Pedagógicas en Galicia de donde pasa a
Lisboa acogida por Gabriela Mistral, embajadora de Chile en Portugal. Una invitación de
la Asociación de Amigos del Arte a dar una serie de conferencias con el tema lo popular
en la plástica española (a través de mi obra) en Montevideo y luego en Buenos Aires
hacen posible su exilio en Buenos Aires a donde llega el 9 de febrero de 1937, allí
pasaría 25 años. Su primera obra allí continúa la vía iniciada con Sorpresa del trigo con
obras como Arquitectura humana, Canto de espigas y Mensaje del mar.
Maruja Mallo pintó su primer cuadro en Buenos Aires, que inaugura una serie marina. La
Serie Marina son armonías lunares, en colores plata y gris. Otra fue la influencia del sol
que sería La Serie Terrestre y que eran armonías solares, en ocres y dorados. En la serie
de las mascaras, Mallo se inspiró directamente en los cultos sincréticos de los Américas.
Entre 1945-1957, Maruja Mallo tuvo un periodo oscuro; sus apariciones públicas y sus
exposiciones también eran más raras. En 1964, ella regresó a España. Pero aquellos
que fueron sus contemporáneos o bien estaban muertos o seguían en el destierro. Su
vida pública se extinguió.
Muere en 1995.
"Maruja Mallo, entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo,
sus cuadros son los que he visto pintados con más imaginación, emoción y sensualidad."
Federico García Lorca
"Las creaciones extrañas de Maruja Mallo, entre las más considerables de la pintura
actual, revelación poética y plástica, original, «Cloacas» y «Campanarios» son
precursores de la visión plástica informalista".
Paul Eluard