Grupo 2
Grupo 2
Grupo 2
pero recin a partir de 1924 las cooperativas contaron con una legislacin que
tuvo rango constitucional
En Mxico. histricamente el cooperativismo mexicano fue promovido por un
pequeo grupo de anarquistas quienes en 1865 formaron cooperativas, tanto en el
mbito rural como en el urbano, especialmente, con artesanos y obreros textiles.
La falta de claridad en sus objetivos y en el tipo de organizacin (mezcla de
organizacin sindical, colectivismo agrario y cooperativismo) frustr sus propsitos
de fundacin. En 1876 el CongresoGeneral Obrero defini a las formas
cooperativas como una de sus opciones centrales para alcanzar la justicia social.
Posteriormente, hubo intentos fallidos para organizar cooperativas, sobre todo de
tipo rural y urbano
En Per el medio rural de inicios de la Repblica y prcticamente hasta nuestros
das, las comunidades campesinas siguen practicando modalidades de
cooperacin tradicional, como el de reciprocidad simtrica (Ayni) y de trabajo
colectivo de la comunidad para actividades agropecuarias u obras de
infraestructura local (Minka). De otro lado, en los medios urbanos, desde
mediados del siglo XIX hubo preocupacin intelectual por las ideas de Fourier. Fue
en 1866 que la confederacin de artesanos unin universal decidieron constituir
una cooperativa de consumo considerada la primera del pas. En 1892, el Cdigo
de Comercio prescriba que Las cooperativas de produccin, crditos y consumo
se las considerar mercantiles, si se dedican a actividades diferentes a las
mutuales.
En Venezuela Las formas tradicionales de cooperacin, sobre todo el trabajo
solidario, han tenido expresiones muy significativas en el medio rural venezolano
y, la cooperacin moderna tuvo sus inicios en ese medio con entidades
relativamente aisladas. En 1941 se promulg la tercera ley de cooperativas que
perdur hasta 1966, permitiendo la Constitucin, hasta 1970, de 254 cooperativas
con 56.000 asociados gracias al apoyo del Instituto de Vivienda Cooperativa
(INVICA), la contribucin financiera del BID y de entidades como la OIT y
cooperativas como CUNA Mutual. La Iglesia promovi las cooperativas de ahorro y
crdito y la Confederacin deTrabajadores de Venezuela (CTV), las de transporte
que luego constituyeron sus respectivas federaciones.
A partir de 1976, con la reforma de la ley de cooperativas, surgi la Central
Cooperativa Nacional CECONAVE que se constituy como eje de la integracin
cooperativa del pas en base a espacios regionales y por tipo de actividad. Para
1993 se hallaban registradas 781 cooperativas de las que 220 eran de servicios
mltiples, 198 de transporte y 167 mixtas con 226.896 asociados. CECONAVE
desarrollaba actividades de interrelacin, integracin y solidaridad cooperativa, y
promova las ferias de consumo familiar, el servicio funerario y distribucin de gas
domstico. Las federaciones cooperativas estn integradas en la Confederacin
Nacional de Cooperativas de Venezuela (CONACOVEN). Es decir, se tiene una
integracin espacial horizontal CECONAVE y otra vertical por tipos de
cooperativas en las federaciones de CONACOVEN.
Al cambiar el signo poltico de los gobiernos a las cooperativas, se las impuls de
manera fomentista y aun paternalista (1968-1979), estableciendo o
complementando instituciones de apoyo, fomento, promocin, desarrollo y registro
de cooperativas. Las funciones que cumplan estaban de acuerdo con las
Participacin social
En la Comunidad
La cooperativa es sin ninguna duda un espacio de participacin ciudadana. En ella
fluye la democracia con ms intensidad que en espacios municipales o de
gobierno. Los intereses que motivan la participacin son evidentes y los asociados
refuerzan su actitud participativa cuando consiguen resultados. Adems, la
cooperativa se convierte en un espacio de realizacin personal en tanto el tiempo
til de cada individuo es invertido en actividades de bien comn.
En las cooperativas
A nivel de los sectores cooperativos se puede apreciar diferencias en la intensidad
y frecuencia de participacin de los asociados. Mientras que en las cooperativas
agropecuarias y de trabajo asociado es mayor la vinculacin entre el socio y su
cooperativa porque un porcentaje muy alto de su sustento econmico depende de
esta vinculacin as como el tiempo til que a ella dedica, en las cooperativas de
ahorro y crdito, de vivienda, o de servicios mltiples, la vinculacin es menor en
tanto se limita a uno o ms servicios, cuya satisfaccin no compromete su vida en
general.
El movimiento cooperativo a escala nacional muestra niveles de participacin
social a partir de las propuestas y resultados de negociacin que obtengan los
representantes del sector cooperativo frente a las autoridades de gobierno. Los
socios a este nivel slo tienen una escasa participacin cuando eligen a sus
representantes. La fortaleza del movimiento dependems de las habilidades de los
dirigentes que del poder de representatividad que los asociados les otorgan.
Aunque los intereses de los asociados han sido claramente defendidos por sus
dirigentes, no se han observado manifestaciones pblicas de rechazo al gobierno
cuando las demandas no fueron atendidas.
PUNTO DE
ELIMAR VASQUEZ
Inconvenientes para la accin del cooperativismo
Sin embargo, siendo sta una alternativa de inters comn para el movimiento
cooperativo, todava se aprecia una cierta disposicin a buscar caminos de
desarrollo paralelos o divergentes, motivados quiz por la falta de un ente de alto
nivel cooperativo que plantee las grandes orientaciones basado en un liderazgo
reconocido por todos los que forman parte del cooperativismo.
De alguna manera, los lmites o fronteras que los Estados establecen y que los
gobiernos usufructan para sus intereses sea una de las causas de tal disposicin,
y que los rganos rectores del cooperativismo regional ven como adecuado operar
dentro de tales marcos para evitar represalias o censuras. Otra causa, puede ser
atribuida a los intereses y objetivos de corto plazo que manejan estos rganos de
integracin y que responden a necesidades inmediatas y coyunturales y no en
perspectivas de mediano y largo plazo.
Aspectos negativos
De las propias cooperativas
mantenerse en el mercado y cmo definir las demandas que ste plantea. Por lo
general, se voltea la mirada al Estado y se demanda alos gobiernos polticas de
promocin y apoyo al sector argumentando principios de tipo social. El asunto de
la capacitacin, es visto como secundario o se limita a declaraciones lricas sin
propuestas concretas. Ante esta situacin merecen destacar los esfuerzos de la
ACI, OCA y algunos movimientos cooperativos ms pujantes de la regin.
Una mirada general al quehacer cooperativo obliga a detenerse en los aspectos
de gestin empresarial en los tiempos actuales en que han cambiado los criterios
y sistemas de administracin en aspectos de calidad total, justo a tiempo ,
planificacin estratgica, reingeniera, empowerment, entre otros. Las deficiencias
en la gestin pueden ser ubicadas en los siguientes aspectos:
El avance tecnolgico es aprovechado ventajosamente por la empresa privada
que cuenta con mayores recursos materiales para contratar personal
especializado e incorporar nueva tecnologa para mejorar procesos.
Las cooperativas lo hacen en muy pequea escala. Son escasas las experiencias
de innovacin tecnolgica y reestructuracin cooperativa como para ubicarse en
un nivel de competitividad en el mercado. Salvo pocas cooperativas de ahorro y
crdito y los sistemas financieros cooperativos estn aprovechando los avances
en la informtica y estn incursionando con nuevos servicios. No sucede lo mismo
con las cooperativas agrarias, de servicios mltiples o las de trabajo que enfrentan
problemas de costos y de comercializacin para su actualizacin.
Las nuevas tendencias de la administracin moderna han sido asimiladas
parcialmente por las cooperativas. Frente a ellas se observa dentro del
movimiento cooperativouna actitud equivocada al considerarlas como propias de
la empresa capitalista o, en el mejor de los casos si se les acepta, no se han
encontrado formas de adecuacin y aplicacin en la estructura de tipo cooperativo.
Por ejemplo, el planeamiento estratgico, la primaca del cliente sobre la
organizacin, el rediseo institucional, la calidad total, la reingeniera o el
empowerment entre otros, no forman parte de las actividades de la gestin
cooperativa.
La gestin cooperativa no ha previsto en la dimensin suficiente el problema de la
imagen pblica en un medio social con caractersticas de modernidad. Estas, al
igual que sus asociados son vistos como tradicionales o conservadores, afectando
de este modo la auto percepcin y estima personal (en un medio plagado de
smbolos como: exclusividad, diferenciacin, prestigio, etc.) y, afectando de esta
manera la fortaleza del movimiento cooperativo.
Un aspecto poco mencionado dentro de las cooperativas es el de la tica de
dirigentes y su estrecha vinculacin con la confianza de los asociados. Aqu, hay
tres elementos importantes a mencionar:
Las sospechas, dudas o evidencias sobre la calidad de la gestin de los dirigentes
no son ajenas en el movimiento cooperativo. Las acusaciones de uso indebido de
recursos: malversacin de fondos, balances sin auditar, gastos injustificados o
preferencias familiares, son relativamente frecuentes en muchas cooperativas. Los
motivos son tambin variados, algunos por evidencias reales de mal uso del cargo
y el poder a l adscrito, otras veces motivados por intereses y estrategias para
llegar al poder y apropiarse de cargos haciendo usode procedimientos
inapropiados. Tales hechos cuando trascienden el espacio dirigencial resultan
justa y solidaria.
Otros actores sociales como los sindicatos mantuvieron posiciones tradicionales y
reivindicativas en el seno de las cooperativas. Sus dirigentes,en algunos casos, no
comprendieron el sentido de las reformas y simplemente continuaron con su
discurso de enfrentamiento basado en la condicin de clase o en consignas de
partidos opuestos al rgimen, otros asumieron actitudes ms radicales y
plantearon la lucha popular y aun la lucha armada (Colombia, Per), en un intento
de acelerar el proceso de cambio social.
Otros actores sociales de la sociedad civil, como las organizaciones vecinales, las
asociaciones de migrantes, los clubes deportivos, permanecieron al margen del
proceso. Sus niveles de participacin fueron limitados y en s no constituyeron una
fuerza identificable y menos an amenazante para los gobiernos.
De los medios de comunicacin
Los medios de comunicacin constituyen poderosas herramientas para la
formacin y eventual manipulacin de la opinin pblica. Los grupos de poder
econmico y el propio Estado son conscientes de ello. Tanto la prensa escrita,
como la radio y la televisin han estado en manos privadas y han sido muy
celosos en filtrar slo la informacin que promueva sus intereses.
El cooperativismo en Amrica Latina ha tenido difcil acceso a estos medios. Para
llegar a la poblacin con sus mensajes ha tenido que organizar sus propios
rganos de difusin, por lo general, con tirajes reducidos o emisiones cortas y
carentes del atractivo que la tecnologa y la publicidad saben agregar a la
informacin propalada.
En la medida en que los medios de comunicacin reflejan los intereses de los
grupos de poder poltico o econmico, estn siempre dispuestos a exacerbar las
deficiencias o debilidades de la competencia. Por ello, cuando elcooperativismo
tuvo un rol protagnico y constituy una amenaza a sus intereses, la reaccin fue
de desprestigio sistemtico y permanente hasta conseguir transformar la opinin
pblica en el sentido que esperaban, en pases en que la reforma agraria tuvo
como eje de accin la organizacin de cooperativas en la dcada de los setenta,
stas y la propia reforma fueron satanizadas (Per, Colombia, Ecuador,
Guatemala, El Salvador). Las cooperativas de ahorro y crdito eran validadas
siempre y cuando no constituyeran bancos que podran amenazar la hegemona
de la banca privada, estos planteamientos de los aos sesenta, seran invalidados
histricamente con la presencia de bancos cooperativos que comparten
competitivamente el mercado financiero (casos de Costa Rica, Colombia,
Ecuador).
Lo que se ha observado en los medios de comunicacin respecto a las
cooperativas y que ha constituido aspectos negativos para crear un ambiente
favorable ha sido:
Difundir la imagen que, la cooperativa es un mecanismo asociativo frecuente y
apto principalmente para los pobres y marginales incapaces de valerse por s
mismos para conseguir lo que se proponen.
Las cooperativas atienden demandas sociales que le corresponde al Estado, por
lo tanto, l debe intervenir y ejercer tutelaje con ellas.
Las cooperativas no son organizaciones de confianza como para asignarles roles