Apego en Niños Vulnerados
Apego en Niños Vulnerados
Apego en Niños Vulnerados
separados de sus familias de origen muchas veces por serias vulneraciones a sus
derechos, tiende a prevalecer la sospecha de un dao irreparable en el apego, desde lo
cual se suele extrapolar una explicacin unitaria a todos los problemas que estos nios
puedan presentar (sin tomar en cuenta que muchas veces son problemas similares a
los que se encuentran en la poblacin en general). En relacin con estos nios y nias
y sus familias, Barth et al. (2005) han recomendado "que un rango ms amplio de
intervenciones basadas en evidencia deberan estar disponibles y que deben darse
pasos para ayudar a hacer esas intervenciones ms sensibles a las necesidades nicas
de familias adoptivas y de acogida" (p. 262).
La informacin que a continuacin se presenta ha sido organizada en torno a tres
grandes grupos: (a) caractersticas generales de las intervenciones; (b) intervenciones
con resultados prometedores; y (c) psicoterapias relacionadas con apego. La distincin
entre intervencin y psicoterapia nos parece relevante, en tanto una intervencin es un
conjunto de acciones que pueden o no incluir el uso de psicoterapia.
Caractersticas generales de las intervenciones
Recientemente, Juffer, Bakermans-Kranenburg y van IJzendoorn (2005), del Centro
para Estudios del Nio & Familia de la Leiden University, desarrollaron una amplia
revisin de 70 estudios, despus de una seleccin en base a criterios como que las
intervenciones estuviesen dirigidas al desarrollo socio-emocional del nio y que no se
concentraran solamente en el desarrollo cognitivo del mismo, o que las investigaciones
usaran mediciones observacionales y no auto-reportes de los padres (ya que se
interesaron en cambios conductuales ms que de actitudes o creencias). De acuerdo a
estos autores, los programas de intervencin en apego se han focalizado en los
infantes, en los padres o en ambos, y se han aplicado en:
(a)grupos con caractersticas especiales, por ejemplo, minoras tnicas,
(b)grupos con caractersticas clnicas, por ejemplo, presencia de desrdenes de
ansiedad o trastornos conductuales en los nios, o
(c)grupos con mltiples factores de riesgo, por ejemplo, bajo nivel socioeconmico en
madres adolescentes, familias multiproblemticas, etc.
Segn O'Connory Zeanah (2003), las intervenciones en apego tienen tres
caractersticas comunes: (a) se focalizan en la interaccin padre-hijo; (b) en general
estn diseadas para infantes y nios pequeos; (c) y la mayora de las intervenciones
se centran en la diada y suponen que la variable principal a modificar es la falta de
sensibilidad del progenitor.
Segn Juffer, Bakermans-Kranenburg y van IJzendoorn (2005), los programas de
intervencin en apego tienen fundamentos tericos y empricos diversos e incluso
divergentes respecto a los parmetros que influencian el desarrollo infantil y las
variables que deben focalizarse en la intervencin, lo que se traduce en objetivos,
mtodos de intervencin e intensidades y frecuencias diferentes.
cas y en riesgo social, adems, debe considerarse que la falta de sensibilidad a las
seales comunicativas y de empatia en las relaciones tiende a ser un fenmeno
habitual (Gmez, Muoz & Haz, 2007).
Cabe sealar que la metodologa de intervenciones cuyo objetivo principal es
incrementar la sensibilidad parental va desde ensear a los padres habilidades
observacionales para hacer de ellos mejores perceptores, a psicoeducar respecto a
temas relevantes en el desarrollo de su hijo (lo que facilitara que los padres puedan
percibir a su hijo de manera menos distorsionada por las propias creencias e historia
de vida), o modelar los comportamientos deseados, y reforzar positivamente
conductas de sensibilidad y responsividad adecuada, por ejemplo, mediante el uso de
video-feedback (Juffer, Bakermans-Kranenburg y van Uzendoorn, 2005; Surez,
Muoz, Gmez & Santelices, 2008).
Fundamentos para Intervenciones dirigidas a modificar las Representaciones Mentales
de Apego
La capacidad de mentalizacin es entendida como "la capacidad de inferir estados
mentales (creencias, planes, deseos, emociones, expectativas, etc.) en uno mismo y
los otros" (Lecannelier, 2002, p. 195). En psicologa del desarrollo se ha llamado a esta
capacidad de mentalizacin "teora de la mente", y puede comprenderse como "una
capacidad universal de interpretar la conducta de los otros y de uno mismo a travs de
categoras mentalistas" (Lecannelier, 2002, p. 196), identificndose su aparicin
alrededor de los 4 aos de edad. Sin embargo, no debe confundirse este momento de
emergencia de la teora de la mente con la afirmacin de que antes de eso no existen
procesos que dan posibilidad, estructura y caractersticas de funcionamiento a la teora
de la mente, ya que los procesos intersubjetivos y de apego tempranos juegan un rol
gravitante en la aparicin posterior de sta. Contrariamente al innatismo propuesto por
los creadores del modelo sobre la Teora de la Mente, Fonagy y otros investigadores
han demostrado fehacientemente que "...esta capacidad no es innata sino que es un
logro evolutivo en donde un mayor o menor desarrollo de ella se relacionara con la
calidad de los apegos con un cuidador. Es decir, que padres que poseen mayor
desarrollo de esta habilidad de mentalizacin tienden a tener nios ms seguros, 3 o 4
veces ms que los padres inseguros" (Lecannelier, 2002, p. 196).
En esta lnea, Fonagy et al., (1995a) demostraron en un estudio longitudinal con 92
nios, que la capacidad de mentalizacin o capacidad reflexiva del adulto es una
variable predictora del desarrollo de un apego seguro, lo que a su vez se constituye en
una variable predictora de una adquisicin precoz de Teora de la Mente. En un terreno
especulativo, Fonagy (1999) ha propuesto que un apego seguro proporcionara un
contexto en que el nio puede explorar de forma segura la mente del cuidador/a, y as
lograra conocer ms sobre las mentes.
Intervenciones con resultados prometedores
con alguna experiencia en trabajar con familias pobres. Entre las tcnicas utilizadas
estuvo el dar consejos sobre pa-rentalidad adecuada y el video-feedback. Esta
intervencin mostr resultados positivos en diversas medidas, como la sensibilidad
materna, si bien no se detectaron efectos sobre el apego seguro ni una mejora del
apego desorganizado (de hecho, haban ms nios con apego desorganizado que en el
grupo de control: 41% v/s 19% del total).
Otro programa que intervino con madres en alto riesgo de desarrollar una parentalidad
inadecuada (principalmente debido a pobreza, historias de abuso y falta de apoyo
social), consista en visitas domiciliarias y reuniones grupales madre-infante,
comenzando durante el embarazo y prolongndose hasta el primer ao post-parto, con
un promedio de 17 sesiones grupales y 36 visitas domiciliarias, siendo implementado
por profesionales de salud mental (Heinicke, Fineman, Ruth Recchia, Guthrie, y
Rodning, 1999). Los objetivos de esta intervencin eran mejorar la sensibilidad
materna, las representaciones de apego y el apoyo social. En el post-test, a los 12
meses de finalizada la intervencin, se encontraron resultados positivos y significativos
en todas las medidas evaluadas, con respecto al grupo de control: sensibilidad
materna, respeto de la madre por la autonoma del hijo, estilo de apego, y mejora del
apego desorganizado (13% de nios con apego desorganizado v/s 27% del grupo de
control).
van den Boom (1995, citado en Robinson, 2002) realiz una intervencin con madres e
infantes, en la cual los infantes eran seleccionados poco despus del nacimiento de
acuerdo a sus niveles de irritabilidad. La intervencin duraba 3 meses y se basaba en
un programa de entrenamiento a la madre en percibir las claves nicas de sus hijos,
interpretarlas y aprender respuestas apropiadas a dicho comportamiento. La medicin
a los 12 meses de edad mostr un incremento significativo en la sensibilidad y
sincrona materna en relacin al grupo de control, y disminucin del llanto, aumento de
la sociabilidad y mejor exploracin de su entorno en los infantes que el grupo de
control. El seguimiento a los tres aos mostr la mantencin de los efectos.
Bakermans-Kranenburg, Juffery van IJzendoorn (1998) realizaron un estudio con
madres de clase media-baja previamente clasificadas con representaciones de apego
inseguro (segn resultados de la Entrevista de Apego Adulto). Dicho estudi compar
dos tipos de intervenciones en apego, estando la primera dirigida a mejorar la
sensibilidad materna mediante informacin escrita sobre parentalidad sensible y videofeedback, mientras que la segunda intervencin se concentr en mejorar las
representaciones de apego de la madre mediante discusiones adicionales acerca de su
historia de apego temprana. El video-feedback utilizado en ambas intervenciones
incluy los siguientes elementos: (a) aprender a reconocer el comportamiento de
bsqueda de contacto y de exploracin del beb; (b) desarrollar una mejor percepcin
de las seales y expresiones sutiles del beb; (c) la relevancia de responder adecuada
y prontamente a las claves del beb y (d) mejorar la sintona afectiva y el intercambio
de emociones entre la madre y su hijo(a). Ambas intervenciones se realizaron en
cuatro visitas domiciliarias entre los 7 y 10 meses de vida del beb. En el post-test a
los 13 meses de vida del infante, los resultados mostraron mejoras significativas
teraputica; as, uno de sus principales objetivos es liberar a los padres de los antiguos
"fantasmas" que han invadido su guardera (Berln & Cassidy, 2001; Lieberman, 2004).
La IPP "intenta promocionar apego seguro en los infantes cambiando las
representaciones mentales parentales de sus propios apegos" (Pearce & Pezzot-Pearce,
2001, p. 32). La efectividad de esta intervencin ha sido probada en diversos estudios.
Por ejemplo, Cicchetti (1998, en Pearce & Pezzot-Pearce, 2001) estudi los cambios en
el estilo de apego experimentados por nios cuyas madres haban participado en IPP,
conformando tres grupos: un primer grupo de madres con depresin clnica al
momento de iniciar IPP; un segundo grupo de control con madres clnicamente
deprimidas pero que recibieron una forma tradicional de tratamiento en vez de IPP; y
un tercer grupo de control de madres sin depresiny sus hijos. Los resultados fueron
impresionantes: a los 36 meses de seguimiento, la IPP se asoci con una reduccin
significativa en el apego inseguro de los nios del primer grupo (desde 44% a 25%).
Por el contrario, hubo un aumento significativo del apego inseguro en los nios del
segundo grupo (desde 36% hasta 47%). Resultados similares han sido reportados en
diversos estudios de caso (Juffer, Duyvesteyn & van IJzendoorn. 1994; Leifer, Wax,
Leventhal-Belfer, Fouchia & Morrison. 1989, ambos enPearce & Pezzot-Pearce, 2001).
La interaccin guiada (interaction guidance, IG) es una modalidad de terapia basada
en evidencia, diseada para familias multiproblemticas o multi-estresadas, que han
mostrado ser resistentes a otras formas de abordaje (McDonough, 1993; 2004). La
interaccin guiada se fundamenta en la teora del apego y el enfoque clnico sistmico,
y se focaliza en las interacciones madre/padre-nio(a); intercala sesiones de juego
familiar grabadas en video, con sesiones de exposicin y discusin junto al padre y/o
madre, de secuencias de interaccin positivas y negativas escogidas por el terapeuta,
ayudando a los padres a mejorar su comprensin del hijo(a), identificary reforzar sus
propias competencias, a disfrutar de la relacin con su hijo(a) y a mejorar el vnculo
afectivo entre ambos (Forcada-Guex, 2007; Surez et al., 2008). Diversos estudios
han mostrado su efectividad en mejorar la sensibilidad materna o la sensibilidad del
cuidador (Robert-Tissot, et al., 1996), en infantes con problemas de alimentacin, y en
disminuir la comunicacin disruptiva entre madres y sus bebs (Benoit et al., 2001),
entre otros resultados. En Chile, Surez et al. (2008) han ilustrado su potencial de
aplicacin en organizaciones sociales con nios y familias de elevada complejidad, con
una importante historia de trastornos vinculares, diversas vulneraciones
transgeneracionales y apego interrumpido por procesos de institucionalizacin
temprana, si bien se requiere mayor investigacin sobre su efectividad.
La terapia de interaccin padre-hijo (parent-child interaction therapy, PCIT) es una
terapia breve basada en evidencia, que utiliza psicoeducacin, tareas para la casa
y coaching en vivo, en una situacin de juego didica o familiar monitoreada por el
terapeuta desde otra sala (espejo o similar). A travs de instrucciones entregadas por
medio de un aparato de transmisin auricular, el terapeuta ayuda a padres a practicar
competencias parentales especficas y a evitar conductas disfuncionales en la
interaccin con sus hijos (Herschell, Calzada, Eyberg & McNeil, 2002). Tiene dos fases:
(1) la Interaccin Dirigida por el Nio, tambin descrita como etapa de mejoramiento
de la relacin vincular y (2) la Interaccin dirigida por el Padre, tambin descrita como
la etapa de manejo conductual (Timmer et al., 2006). Est indicada en nios con
desrdenes conductuales y para diadas con maltrato leve a moderado, buscando como
objetivo transversal lograr una mejora en la relacin vincular entre el nio(a) y la
figura parental (Hensler, Wilson & Sadler, 2004). Es una de las terapias que ha
acumulado mayor cantidad de respaldo emprico en Estados Unidos, demostrando su
efectividad principalmente para reducir problemas conductuales en nios (Eyberg et
al., 2001), en padres biolgicos inmersos en una relacin de maltrato con sus hijos
(Timmer, Urquiza, Zebell, & McGrath, 2005) y en nios colocados en Familias de
Acogida con serios trastornos emocionales, conductuales y vinculares fruto de una
historia de maltrato y vulneracin (Timmer et al., 2006), entre otros resultados no
relacionados con el foco de este artculo.
Discusin y Conclusiones
De acuerdo a lo expuesto en este artculo, las intervenciones desarrolladas desde el
marco conceptual de la teora del apego rQsultanpertinentes para el abordaje de una
serie de temticas presentes en infantes, nios y nias que han sufrido diversas
vulneraciones y traumatismos en su historia de vida. Esto, por cuanto una de las reas
que ms se daa al recibir maltrato, abuso sexual o negligencia en la temprana
infancia es precisamente el apego, resultando a su vez perjudicados todos los procesos
de desarrollo biopsicosocial que se relacionan con el tipo de apego gestado en dicha
etapa. Por tanto, si se busca reparar las secuelas de dichas vulneraciones y/o prevenir
el desarrollo de daos mayores en estos nios y nias, los fundamentos y
metodologas de las intervenciones expuestas, tanto psicosociales como teraputicas,
resultan de primera importancia para diseadores de programas y polticas pblicas,
para administradores de organizaciones sociales y para los profesionales y operadores
de servicios relacionados.
Apartir de la revisin bibliogrfica realizada, es posible constatar que la efectividad de
las intervenciones promocionales, preventivas y reparatorias en apego, se relaciona
con el foco de la intervencin. De esta manera, la literatura plantea que las
intervenciones ms efectivas son aquellas centradas en mejorar la sensibilidad
parental con respecto a las seales del hijo, que aquellas centradas en la promocin
directa de la seguridad en el apego de los infantes.
Este aspecto podra comprenderse a la luz de la evidencia que muestra que el proceso
de cambio es ms factible de observar en una dimensin conductual que en una
dimensin representacional; es decir, sera ms fcil modificar patrones de interaccin,
que cambiar el estilo de apego propiamente tal de los infantes o los modelos
operativos internos de los cuidadores. Estas consideraciones podran ser relevantes
para enfatizar laimportancia de promover una respuesta sensible en los cuidadores de
nios(as) en riesgo psicosocial, por ejemplo, al realizar promocin en salud mental
infantil, al capacitar al personal de trato directo en los sistemas residenciales o al
intervenir con los cuidadores de familias de acogida especializadas, entre otras
posibilidades.
Unido a lo anterior, los estudios sealan que la evaluacin de los resultados de las
intervenciones en apego muestran mayor validez cuando son medidas
con instrumentos de observacin de la calidad de la interaccin, y no solamente con
instrumentos de auto-reporte, los cuales estn sujetos a los efectos de la deseabilidad
social. Esto constituye un desafo para la realidad chilena, puesto que es necesario
contar con instrumentos de observacin debidamente validados para la realidad
nacional y esta rea es an un campo de incipiente desarrollo.
Por otra parte, la evidencia existente muestra que son ms eficaces las intervenciones
breves con un foco claro y acotado, por sobre intervenciones de abordaje amplio y de
largo plazo (Broberg, 2000). De acuerdo a los autores revisados en este artculo, las
intervenciones focalizadas son fundamentales para avanzar sin extraviar el norte en la
multiplicidad de problemticas que el entorno de estos nios(as) suele presentar. Por
otra parte, la experiencia prctica de los programas de la Sociedad Protectora de la
Infancia de Chile (SPI) ha mostrado que el dao biopsicosocial que muchas veces
cargan estos nios es de tal magnitud (por ejemplo, en sistemas residenciales o en
programas de familias de acogida) que una intervencin breve habitualmente slo
logra generar cambios de corto plazo, necesitando ser reforzados peridicamente por
los profesionales para favorecer su real integracin en la arquitectura neurolgicay
psicolgica del nio, nia o adolescente, y de las personas significativas de su entorno
familiar, social e institucional.
Como una forma de superar la dicotoma tcnica de "intervenciones de corto plazo" v/s
"intervenciones de largo plazo", proponemos que el diseo de programas psicosociales
que trabajen con infancia gravemente vulnerada en sus derechos, debiese
estructurarse en torno a una serie de intervenciones especficas y focales, slidamente
articuladas e integradas entre s, pero que a su vez cuenten con un sistema de apoyo
y refuerzo peridico a la mantencin de los cambios y logros obtenidos en dichas
intervenciones. Para ejemplificar a grandes rasgos esta idea, tomaremos la experiencia
de la SPI con el uso de psicoterapia y talleres de apego en su programa de Familias de
Acogida en Puente Alto, es decir, en un programa en el que los nios han debido ser
separados de su familia de origen y colocados en una nueva familia, producto de las
serias vulneraciones de derecho recibidas en su historia.
En el marco de dicho trabajo, sea con familias especializadas o con miembros de la
familia extensa, ha sido necesario apoyarlos procesos de integraciny convivencia
familiar del nio o nia, quien muchas veces carga con secuelas y problemticas que
requieren atencin profesional especializada, la cual en general no se ha encontrado
disponible en la red de salud pblica chilena. En estos casos, el uso de diversas formas
de psicoterapia (incluida la terapia de Interaccin Guiada) y de talleres de apego para
promover la sensibilidad parental en los cuidadores, han sido recursos de gran impacto
en la experiencia de este programa, usndose como instancias propicias para mejorar
la dinmica familiar y/o para integrar las experiencias traumticas vividas a la historia
personal y familiar.
Sin embargo, creemos que para apoyar efectivamente los cambios obtenidos mediante
el uso de terapias como la Interaccin Guiada (vase Surez et al., 2008) y los talleres
de apego, debe entenderse el lugar de dichas intervenciones en el contexto de
un abordaje integral que considere asimismo aspectos relacionados con la red formal e
informal del nio(a), de la satisfaccin de sus necesidades bsicas o de los recursos
relacinales (por ejemplo, tutores de resi-liencia) que puedan encontrarse en su
entorno significativo, entre muchos otros. Estos aspectos usualmente han sido
intervenidos por los trabajadores sociales del programa o por los mismos terapeutas en
coordinacin con otros actores de la red institucional.
De acuerdo a la literatura revisada y a la experiencia prctica de los autores, creemos
que esta conclusin es vlida para las diversas situaciones que se enmarquen en el
contexto del abordaje de problemas de apego en infantes, nios y nias con una
historia de vulneraciones de derechos: la psicoterapia, los talleres y las intervenciones
focales son tiles y efectivas, pero no se recomienda basarse nicamente en el uso de
estos recursos para abordar las problemticas vinculares y relacinales de la infancia
gravemente vulnerada en sus derechos. Es necesario articular estos recursos con
sistemas ms amplios y estables en el tiempo de monitoreo, seguimiento y apoyo a la
mantencin de los avances, que permitan a su vez prevenir recadas o detectar
necesidades de nuevas intervenciones de forma oportuna. Esta figura no existe en la
actualidad como alternativa, en la red de servicios disponibles para las organizaciones
sociales que trabajan con infancia gravemente vulnerada, debiendo ser suplida por los
esfuerzos bien intencionados pero insuficientes de los propios equipos psicosociales.
Si bien una preocupacin relevante para las polticas pblicas chilenas es el estudio del
costo^eneficio de las intervenciones realizadas, en nuestro pas se cuenta con escasos
estudios basados en la evidencia. Es por ello que el anlisis de la revisin bibliogrfica
realizada puede constituir un aporte en la optimizacin de los recursos en salud mental
infantil, puesto que considerar los resultados de las investigaciones recientes en
materia de efectividad de tratamientos de promocin de apego en la infancia
temprana, puede orientar de mejor forma los esfuerzos en el diseo de las
intervenciones y coordinaciones necesarias.
Por ltimo, es importante destacar que los estudios muestran que, si bien las
intervenciones en apego son ms sensibles en la temprana infancia, pueden adems
abordarse, con eficacia demostrada, en todas las etapas del desarrollo. Esto puede ser
particularmente relevante para nios de larga estada en sistemas residenciales o
casos en los cuales la proteccin haya llegado en edades ms avanzadas (por ejemplo,
en adopciones tardas).
En el escenario actual del contexto chileno, se presenta una serie de desafos para
avanzar en el diseo, implementa-ciny evaluacin de programas de intervencin
orientados a la salud mental infantil y la proteccin de la infancia, y se espera que en
un futuro cercano se multipliquen los avances en esta materia, para as poder alcanzar
como pas las metas actuales del Sistema de Proteccin Integral a la Infancia, sobre
todo en grupos de mayor riesgo como la infancia vulnerada y en desproteccin social.
Madre: No estoy enfadada porque hables as. S que realmente no piensas lo que
dices.
Tal como la madre contempla el comportamiento de su hija, a sta slo le quedan dos
alternativas: demencia o insolencia.
En las perturbaciones de la interaccin familiar puede comprobarse a menudo que los
padres esperan que su hijo (o su hija) acte con independencia y comiencen a vivir su
propia vida, pero de otra parte, cada paso del hijo en esta direccin es interpretado
como ingratitud, falta de amor y hasta traicin. Entonces, tanto si el hijo sigue
dependiendo de los padres como si intenta distanciarse de ellos, nunca hace nada bien
y es siempre un mal hijo. (Watzlawick, 1980)
Podemos emplear la ilusin de alternativas con fines teraputicos cuando pedimos al
paciente que elija entre dos posibilidades que no son en realidad contrapuestas sino
que, a pesar de su supuesta oposicin, slo presentan un polo de una pareja opuesta.
Erickson (como se cita en Watzlawick, 1980) cuenta el siguiente ejemplo:
desde nio tuvo que ayudar a su padre en los trabajos de la granja y muchas
veces su padre creaba una ilusin de alternativas, dejndole, por ejemplo,
elegir libremente entre dar de comer primero a los cerdos o a las gallinas. La
ilusin de alternativas se oculta aqu bajo la pequea e inocente palabra
primero, la eleccin no consista, pues, en s l quera o no echar de comer a
los animales tal alternativa no entraba en cuestin y, por tanto, ni siquiera se
mencionaba sino slo cul de los trabajos prefera hacer primero. (p. 100)
La reestructuracin ayuda al paciente a salir de un crculo vicioso o de la seguridad que
da su sntoma a la homeostasis familiar, logrando, con esto, formular un nuevo
equilibrio en la dinmica de la familia y de su vida.