El E S en Las Misiones de Pablo
El E S en Las Misiones de Pablo
El E S en Las Misiones de Pablo
Aqu un resumen general de las misiones del apstol pablo guiado por el poder del espritu santo:
A. Bernab y Saulo elegidos por el Espritu Santo, para ir a los gentiles, 13:1-3.
El Espritu Santo, lo mismo que en otras ocasiones de importancia (2:4; 8:29; 10:19;
15:28; 16:6, 7; 20:23), es tambin quien toma la decisin aqu. En efecto, mientras estaban
ministrando al Seor, dice el Espritu Santo a travs de alguno de los profetas all presentes:
Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a la que los he llamado (v. 2). La iglesia de
Antioqua era sensible a la direccin del Espritu Santo. No se dice exactamente cul es esa
obra, pero por la continuacin de la historia se ve explcitamente que se trataba del
apostolado entre los gentiles. Los discpulos fueron convencidos, junto con Bernab y
Saulo, que el plan de Dios para la iglesia era liberar a estos de sus responsabilidades y
enviarlos a hacer la obra misionera. Obviamente, as lo entendieron los otros all reunidos
(v. 3).
En el llamado al servicio misionero no slo el individuo sino toda la iglesia debe sentir la
conviccin de la direccin de Dios. En Antioqua, la iglesia particip en la decisin del
llamado de Dios a sus miembros para un servicio especial. La iglesia continu participando
en el ministerio de Bernab y Saulo apartndolos y envindolos a su nuevo trabajo.
Los cristianos en la poca temprana parecen haber practicado algunas formas de
ordenacin. Esto implicaba la imposicin de manos mediante la cual se daba el
reconocimiento de tres cosas: (1) La presencia ya existente de algn don o ministerio
especial, (2) una oracin intercesora por la continuacin del don del Espritu Santo, (3) la
aceptacin de parte de la iglesia y la persona ordenada de la nueva responsabilidad.
de perdicin. Jess haba llamado as a los judos que se oponan a su predicacin (Juan
8:44).
2. Pablo ejerce sus dones espirituales, de sanidad y discernimiento espiritual en
Listra. Cp.14
Referente a la visita a Derbe nada sabemos en detalle, sino que despus de anunciar el
evangelio y de hacer muchos discpulos volvieron a Listra (v. 21). Al contrario, por lo que
se refiere a la estancia en Listra s abunda la informacin. Como no disponan de una
sinagoga, la predicacin de Pablo y Bernab se realiz en las calles y en las casas. Tal vez a
la entrada del mercado se encontraron con un limosnero invlido de nacimiento que haba
escuchado el mensaje de Pablo con gran inters. Al observar al enfermo, Pablo nota en la
expresin de su rostro que tiene una fe suficiente en l como enviado de Dios y acepta con
plena conviccin la verdad de su sermn (ver 13:48). Deducimos fcilmente que Pablo
tena el don de discernimiento, del Espritu Santo. Pablo le ordena que se ponga de pie. Este
se levanta y comienza a caminar. Un misionero es una persona obediente al llamado por
Dios.
No se deja llevar por adulaciones (a Pablo y a Bernab les queran ofrecer sacrificios). El
misionero obedece la voz del Espritu (Pablo vio que un hombre tena fe para ser sanado).
Sigue adelante a pesar de las adversidades.
El pueblo de Listra est tan firmemente convencido de que Pablo y Bernab son dioses en
figura humana que los sacerdotes del templo de Zeus, erigido a la entrada de la ciudad, se
dan prisa para ofrecer un sacrificio a las dos supuestas divinidades. Los apstoles
intervinieron inmediatamente y rasgaron sus vestidos como seal de repugnancia por un
acto tan blasfemo (un gesto usual entre los judos, Mar. 14:63). Ellos les indicaron que
tambin eran hombres y que predicaban el evangelio para que la gente conociera al Dios
viviente.
C. El Segundo viaje misionero de Pablo, 15:36 18:22
El Segundo viaje misionero de Pablo atravesando Asia Menor y Macedonia, hasta Atenas y
Corinto, comprende los captulos (15:36-18:22).
La iniciativa del segundo viaje misionero naci de Pablo que en conversacin con Bernab
su compaero de misin, decidieron como meta prxima, retornar a todas las ciudades ya
evangelizadas, durante su primer viaje.
Entre Bernab y Pablo surgi una discusin por causa de Juan Marcos; que acab en
una separacin dividiendo el campo que se habra de visitar. Es as que cada uno toma
rumbos distintos, Bernab acompaado de Marcos, march a Chipre, de donde era nativo.
Pablo por su parte, tomando por compaero a Silas, emprendi el viaje por tierra hacia las
ciudades de (Licaonia y Pisidia) anteriormente evangelizadas.
Cuando los apstoles atravesaron frigia y la provincia de Galacia, el Espritu Santo les
prohibi hablar la palabra en Asia (v. 6). Esta prohibicin es lo que nosotros podemos
llamar una advertencia para que cambiaran sus planes a beneficio de ellos mismos. Esta
misma voz divina en nosotros los hijos de Dios debemos acatar, para no anhelar hacer
nuestra propia voluntad sino la del Seor, seamos misioneros, pastores evangelistas etc.
A continuacin cuando Pablo se dirigi a la provincia de Bitinia .Nuevamente el Espritu
en este caso de Jess impidi a Pablo visitar las ciudades de esta provincia y predicar el
evangelio (v. 7). Y en el v.8 Pablo recibi la direccin divina a travs de una visin. Vio a
un hombre de Macedonia que le rogaba animosamente que cruzara el mar y llevara el
evangelio a Macedonia. Ahora, por fin, la visin de un personaje con aspecto de macedonio
se le aparece en visin nocturna; gui a Pablo y su equipo en su camino misionero.
Juan, porque fue necesario que Pablo lo explicara, hacindoles ver que el bautismo de Juan
se basaba en el arrepentimiento y que Juan mismo procuraba dirigir a sus discpulos hacia
Jess (19:4). Aparentemente estos doce hombres no haban odo nada de la vida, ministerio,
muerte y resurreccin de Jess.
Son interesantes los comentarios de Alfredo Wilkenson sobre este aparente enigma. La
historia de los discpulos de Juan el Bautista no es menos enigmtica que la de Apolos. En
Los Hechos se da a estos doce hombres el ttulo de discpulos (v. 1; no el de discpulos de
Juan), de cristianos, en otras palabras, y en el relato se los considera como convertidos. Y a
la vez son personas que an no haban recibido el bautismo cristiano ni saban nada del
envo del Espritu Santo por obra de Cristo. Con todo, deben haber sido cristianos, si bien
en forma imperfecta, es decir, discpulos de Jess, al estilo de Apolos. Ellos haban recibido
el bautismo de Juan, tal vez de manos del Bautista mismo. Hasta donde las escasas noticias
de la antigedad permiten saberlo, en aquella poca (y por lo menos hasta la ltima dcada
del primer siglo) exista un grupo compacto de discpulos de Juan que, en la persona del
Bautista, ejecutado por Herodes, estaba viendo al Mesas.
Seguramente Apolos y los doce seguidores de Juan haban tenido una experiencia previa
con el Espritu Santo, o no hubieran tenido la experiencia que tuvieron. Es posible que el
Espritu Santo pueda producir en una persona la conviccin del pecado y otras experiencias
espirituales sin que esa persona sepa que es el Espritu quien est obrando en su vida. La
exposicin razonada o el entendimiento de la experiencia viene ms tarde. El Espritu Santo
ciertamente gua a un nio a una experiencia genuina aunque el nio mismo no comprende
que es el Espritu el que obra en l. Y as pudo haber sido con los doce discpulos en feso;
probablemente su experiencia haba corrido ms all que su teologa.
Pablo complet la enseanza de los doce hombres, diciendo que el bautismo de Juan era de
carcter provisional, con el propsito de preparar al pueblo para recibir a Jess y el nuevo
bautismo cristiano. Una vez instruidos, los discpulos se bautizaron; despus Pablo, en un
acto distinto, como en el caso de los samaritanos (8:1620), impuso las manos sobre los ya
bautizados y descendi el Espritu Santo sobre ellos, con la consiguiente manifestacin
de hablar en lenguas y profetizar.
En Los Hechos, como se ha mencionado anteriormente, la venida del Espritu Santo a la
vida de una persona no sigue un patrn fijo. Segn 8:17 y 19:6 la venida del Espritu estaba
relacionada con la imposicin de manos. El hablar en lenguas y profetizar dio evidencia de
que los doce discpulos haban recibido el Espritu Santo. Lucas deja bien claro que los
judos y los gentiles que creen en Jess reciben el poder del reino, el ser llenos del Espritu,
lo que les da poder para proclamar el mensaje del reino y hacer la obra de Jesucristo.
2. El Espritu Santo obr grandes milagros y sanidades por medio de Pablo en feso.
(19: 11 - 12)
feso, capital administrativa de la provincia romana de Asia, era una ciudad rica y
populosa, y una de las ciudades ms importantes del mundo en aquel entonces, igual aun
con Corinto, Antioqua y Alejandra. Era el gran centro de comercio del Asia Menor. A ella
venan a converger los grandes caminos procedentes de los lugares interiores de Asia para
advertir a la gente que el poder espiritual que es de Dios no poda ser pervertido. Su fracaso
infundi a todos, fieles e infieles, un saludable temor. El resultado fue que muchos de esos
farsantes, y muchos de los necesitados tambin, vieron lo equivocados que estaban. Las
prcticas (v. 18) que ellos declaran no son simplemente acciones pecaminosas, sino
supersticiones, hechiceras y otras cosas por el estilo. Nada puede demostrar ms
definidamente la realidad del cambio que el hecho de que en la supersticiosa feso
estuvieran dispuestos a quemar los libros y amuletos que les reportaban tantas ganancias.
En el v. 20 la expresin de esta manera creca la palabra del Seor y prevaleca
poderosamente claramente marca una divisin mayor en Los Hechos. Como se ha notado
anteriormente, el autor ha usado una frase literaria semejante en varios puntos clave del
libro y la repite otra vez en 28:31. La noticia de los planes que el Apstol tena para el
futuro es por dems valiosa (vv. 21, 22), y es plenamente confirmada por sus epstolas.
Habiendo pasado dos aos (v. 10) y tres meses (v. 8) de estancia en feso, Pablo piensa en
dejar la ciudad. La frase cuando estas cosas se cumplieron (v. 21) indica que se haba
terminado su obra en esa regin y estaba por comenzar una nueva etapa en su vida. Sus
planes estn perfectamente revelados en los vv. 21, 22: ir a Jerusaln, despus de haber
visitado las iglesias de Macedonia y Acaya, y luego marcharse para Roma. Estos datos se
amplan por lo que el mismo Pablo escribe a los romanos (Rom. 15:2528) de que la visita
a Macedonia y Acaya era para recoger dinero para los fieles en Jerusaln que estaban
pasando hambre (ver 1 Cor. 16:13); y que la visita a Roma era un antiguo deseo de Pablo
(Rom. 1:1315). No sabemos con toda seguridad lo que se prolongara este algn tiempo
porque Pablo se detuvo en feso (v. 22). Durante el perodo de casi tres aos en Efeso,
Pablo escribi por lo menos una y probablemente hasta tres cartas a la iglesia en Corinto.
Adems feso sirvi como el centro de operaciones de la gran campaa misionera de Asia
(19:26, 27). Tambin parece que Pablo fuera encarcelado en Efeso, pero el autor no incluye
nada de la obra misionera fuera de Efeso en Asia ni del encarcelamiento.
4. Pablo resucita a un discpulo muerto en Troas, 20:8-12
En la ciudad de Troas, Pablo pronunci un extenso discurso a los discpulos que se haban
reunido. Probablemente Lucas segua el mtodo romano de reconocer que el da comenzaba
al amanecer, por lo que quiz la reunin se celebr el domingo en la noche. La iglesia en
Troas, al igual que en otros lugares, se reuna en un hogar particular en el cual la habitacin
ms grande era el aposento alto. Sobre este discurso largo Ralph Earle comenta que las
palabras comenz a hablar (v. 7) traduce la voz griega dialgomai , que significa conversar
con, discurrir, argir. Ya ha aparecido en 17:2, 17; 18:4, 19; 19:8, 9 y se encuentra en 20:9;
24:12, 25. Tal vez el mejor significado es conversaba con. Otro erudito dice: La reunin
era donde se usaba el razonamiento y la conversacin para resolver las dudas y aclarar las
dificultades que podan surgir en las mentes de los cristianos de Troas.
Pablo prolong el dilogo hasta la medianoche (v. 7). Haba muchas lmparas (v. 8) que
brindaban suficiente luz para la sala. Quiz el calor de las lmparas y el prolongado
discurso contribuyeron para que Eutico, un joven que se haba sentado en la ventana, se
durmiera profundamente. Normalmente, una cada desde el tercer piso es fatal. Pero el texto
mismo no permite afirmar con certeza si estaba verdaderamente muerto (v. 9) y Pablo le
restaur la vida, o si slo haba quedado inconsciente, creyendo todos que estaba muerto
(v.10). Cuando regresaron a la habitacin, Pablo parti y comi el pan. Y an despus de
esto continu sus enseanzas hasta el amanecer. Al romper el alba, sali.