Presidencialismo Moderado y Gobierno de Coalición
Presidencialismo Moderado y Gobierno de Coalición
Presidencialismo Moderado y Gobierno de Coalición
puentes de dilogo y escenarios de negociacin con las diferentes fuerzas polticas en las
cmaras del Congreso.
b. Lo anterior lleva a su vez a una creciente necesidad de bsqueda de coordinacin
interpoderes para facilitar el proceso y la eficacia gubernativa y asegurar la gobernabilidad, a
partir de la prdida de la antigua mayora absoluta y disciplinada en ambas cmaras del
Congreso por el partido de gobierno, ya sea por el control de la oposicin del rgano
legislativo (periodo 1993-1998), ya sea por la divisin de las bancadas oficialistas en las
cmaras legislativas como reflejo de los conflictos interno partidarios (1993-1998/19982003)
c. Se afirma la tendencia hacia un escenario poltico caracterizado por la bsqueda de
consensos entre los actores polticos parlamentarios, ya sea para competir por el poder, ya
sea para gobernar. Los intentos y concreciones de pactos, acuerdos o coaliciones
interpartidarios, en el mbito de la oposicin o, entre el partido de gobierno y los partidos de
oposicin han marcado el proceso poltico, principalmente desde 1993 bajo la gestin
gubernativa de Juan Carlos Wasmosy.
En este escenario poltico ya sustancialmente modificado con respecto al que prevaleci
desde el inicio de la transicin en 1989 y hasta antes del 93, y ante el agudizamiento de la
crisis de gobernabilidad planteada al gobierno de Ral Cubas en marzo de 1999, emerge el
"gobierno de coalicin" pluripartidista encabezado por el Partido Colorado y acompaado por
los dos partidos de la oposicin parlamentaria, el PLRA y el PEN; reducido actualmente a
colorados y encuentristas.
En este sentido, marzo del 99 marca el punto de inflexin de la transicin paraguaya a la
democracia, como consecuencia de los trgicos acontecimientos de la semana del 23 al 28.
La segunda hiptesis que se plantea es que la agudizacin de la crisis poltica por el
asesinato del vicepresidente de la Repblica y la masacre de jvenes manifestantes, y su
resolucin con la cada del gobierno de Ral Cubas por presin de un movimiento de
resistencia ciudadana, produjo -lo que se percibi entonces como- una ruptura abrupta con
el modelo de transicin "desde arriba" y de ejercicio del gobierno fundado en el esquema
monopartidista de control excluyente del poder que prevaleci desde 1947, bajo la sombra
del pacto colorado militar de dominacin.
Efectivamente, luego de 52 aos de gobierno presidencial colorado, de monopolio del poder
poltico y de control hegemnico del aparato estatal, por primera vez en la historia de la
segunda mitad del siglo XX dominada por el Partido Colorado, ste se ve obligado a llamar a
los principales partidos de la oposicin con representacin parlamentaria para compartir la
responsabilidad en la administracin del Estado, va una coalicin gubernamental.
Este ensayo pretende ser una reflexin sobre la conformacin y el fracaso del indito
gobierno de coalicin surgido en marzo de 1999, en un contexto en el que se combina el
rgimen presidencial atenuado con un multipartidismo moderado, consolidado en aos
recientes. En este sentido, Paraguay se ha sumado a la tendencia latinoamericana al
conjugar el presidencialismo con el multipartidismo. No obstante, se separa de la corriente
continental, en cuanto al fracaso de la coalicin como experiencia de gobierno compartido
por las principales fuerzas polticas del pas.
Para dimensionar mejor los cambios en el sistema poltico que se fueron dando en los ltimos
aos, en medio de los esfuerzos por construir la democracia en el pas, se empieza por
exponer las caractersticas centrales del presidencialismo autoritario vigente en su forma
"pura" hasta 1989. Luego se analizan los cambios institucionales, en particular la reforma
constitucional del 92, las modificaciones sucesivas del sistema electoral y la rearticulacin del
sistema de partidos, y los modos en que dichos cambios estn determinando una
significativa transformacin en el sistema poltico paraguayo.
partido de la dictadura, era simplemente la polea de transmisin de la voluntad del titular del
Ejecutivo, a la que deban ajustar su conducta los parlamentarios oficialistas.
Es obvio que mucho menos tuvieron vigencia los principios fundamentales del gobierno
presidencial como la separacin de poderes y el sistema de controles y contrapesos.
2. LA TRANSICIN DEL SISTEMA PRESIDENCIAL PARAGUAYO (1989-1999)
En este apartado se analiza el desarrollo reciente del presidencialismo en el contexto de la
democratizacin post golpe, principalmente a partir de la reforma constitucional que
introduce modificaciones sustanciales en el rgimen presidencial y en el sistema electoral.
Ello va a incidir, a su vez, en la modificacin del sistema de partidos, en los resultados
electorales y en la praxis de los partidos parlamentarios, desde 1993, como se ver.
Desde febrero de 1989 cuando se desplaza al dictador del poder, hasta junio de 1992,
cuando entra en vigencia la nueva Constitucin Nacional, el proceso de transicin hacia una
democracia poltica en el Paraguay se desarrolla en el viejo marco institucional del
autoritarismo (Constitucin de 1967), que consagraba un presidencialismo de mayora.
El golpe militar de febrero de 1989 que derroc al dictador, fue una suerte de "ajuste de
cuentas" al interior de la alianza de dominacin FF.AA.- Partido Colorado, a travs del cual
una elite militar y poltica desplaz a otra del control del poder, sin alterar sustancialmente
las condiciones de funcionamiento del sistema poltico paraguayo ni la posicin del partido
hegemnico. El golpe se dio en un contexto de crisis del modelo econmico agroexportador
en el marco de una creciente movilizacin social contra la dictadura.
Durante el primer gobierno de la transicin, el del general Andrs Rodrguez (1989-1993),
quien legitim su presidencia en las primeras elecciones generales libres en el Paraguay en
varias dcadas, aunque con las reglas de juego de la dictadura aun, en mayo de 1989 (5), el
oficialista Partido Colorado sigui siendo el sustento poltico nico del poder, monopolizando
la administracin del Estado y el control mayoritario del Congreso, en ambas cmaras.
Aun cuando las relaciones Ejecutivo-Legislativo se flexibilizaron notablemente, el gobierno de
Rodrguez no necesit de acuerdos ni pactos parlamentarios explcitos para gobernar. El
mandatario gozaba de gran consenso entre colorados y opositores y tena una importante
legitimidad popular. La gobernabilidad estuvo en general asegurada.
En esos primeros aos de transicin, en un escenario indito de amplias libertades pblicas
(lo que no impidi acciones de represin contra los sectores populares movilizados en torno a
sus reclamos) y con las modificaciones iniciales de la legislacin electoral de la poca de la
dictadura, se abren posibilidades desconocidas para los paraguayos de competencia y
participacin electoral. Todo el sistema poltico adquiere una dinmica inusitada. Entre 1990
y 1993 emergen y desaparecen una multiplicidad de nuevos movimientos polticos
(principalmente de izquierda) y sociales, y recobran cierto protagonismo pequeos partidos
testimoniales subsistentes durante el rgimen autoritario (Partido Demcrata Cristiano,
Partido Revolucionario Febrerista).
En 1991, el triunfo electoral de un candidato independiente como intendente de Asuncin,
avalado por un amplio movimiento social de sectores urbanos medios y populares, constituye
la primera prdida importante de un espacio de poder local para el hegemnico Partido
Colorado. Y un golpe inesperado para las pretensiones del otro partido tradicional, el PLRA, el
ms importante de la oposicin. Tan importante como el triunfo del mdico Carlos Filizzola
como Intendente de la capital paraguaya, fue la aceptacin de la derrota por el partido
oficialista y el propio Gobierno del general Rodrguez. Marcaba una nueva etapa en el
incipiente proceso de desarrollo del civismo paraguayo. Por primera vez en la historia
electoral paraguaya un opositor al Gobierno ganaba aunque fuera una eleccin municipal y
su triunfo era aceptado. Adems, las renovadas Juntas Municipales inauguran el sistema
D'Hont y se "estrenan" las mayoras relativas y el protagonismo de las minoras en los
legislativos comunales (6).
"Ya el tiempo de la aplanadora empezaba a derrumbarse. El oficialismo, pudiendo manipular
resultados (teniendo el manejo del mecanismo administrativo electoral) inici el tiempo de la
transparencia electoral" (Zarza:1998; 64).
Pero la implicancia fundamental de estas elecciones, sin duda, es que se rompe el monopolio
poltico del partido hegemnico, al vencer en ms de 40 localidades candidatos de la
oposicin, con un nivel de participacin ciudadana de ms del 70%. Fueron las primeras
municipales en la historia paraguaya en las que se eligi por voto directo a los intendentes
(alcaldes) de todo el pas que hasta entonces eran nombrados por el Ejecutivo.
Desde este evento electoral, cuando el oficialismo pierde nada menos que el gobierno de la
capital del pas a manos de una candidatura emergente de un amplio movimiento
independiente impulsado por organizaciones sociales diversas y, de manera ms acentuada a
partir de las segundas elecciones presidenciales y parlamentarias de la transicin en 1993, el
poderoso Partido Colorado ha ido perdiendo de manera progresiva, espacios de poder,
primero locales (municipales y departamentales) y posteriormente, el control excluyente del
Poder Legislativo. Esta situacin se ha dado a pesar de que los colorados han seguido usando
sistemticamente el aparato estatal y teniendo a su disposicin el aparato militar para salir
airosos en las elecciones.
De todas maneras, a medida que avanzan las reformas legislativas e institucionales, los
procesos electorales en general, se vuelven ms libres y adquieren mayor competitividad y
participacin electoral. Cada nueva eleccin es un avance cualitativo con respecto a las
farsas electorales de la dictadura. Sin embargo mantienen, a pesar de los controles y de la
observacin internacional, un carcter esencialmente poco transparente por vicios y prcticas
fraudulentas muy arraigados.
En las elecciones constituyentes de diciembre del mismo ao, el Partido Colorado exhibe un
importante repunte obteniendo el 57% de los votos para la Convencin Nacional
Constituyente que redact la nueva Constitucin. Hay una abierta injerencia militar a favor
de las listas coloradas. El PLRA queda con alrededor del 26% y como tercera fuerza un
movimiento independiente, Constitucin para Todos (CPT) con el 11%, que tuvo su impulso a
partir de la victoria en Asuncin en las municipales por Asuncin para Todos (APT).
2.1 LA REFORMA CONSTITUCIONAL EN BUSCA DEL EQUILIBRIO PERDIDO
Tres aos despus de iniciada la transicin, la reforma constitucional de 1992 sienta las
bases efectivas para la construccin de un Estado de Derecho al restablecer el equilibrio
entre los tres poderes del Estado, con controles mutuos, crear los rganos claves para la
reforma judicial y establecer o perfeccionar los rganos externos de control de la gestin
pblica.
A partir de dicha reforma, la evolucin del desarrollo del sistema presidencial en los aos
recientes es hacia la desconcentracin del poder poltico del Presidente de la Repblica y
hacia un reequilibrio de las relaciones con los otros poderes del Estado. La nueva
Constitucin moldea un presidencialismo atenuado por dos vas.
Por un lado, sienta las bases para la desconcentracin del poder del Presidente va la
descentralizacin poltica y administrativa del Estado, con el establecimiento de los gobiernos
departamentales y la figura del Gobernador, electo por el voto directo de los ciudadanos. Por
otro lado, recorta sustancialmente las atribuciones presidenciales que lesionaban la
independencia y autonoma de los otros poderes del Estado. En contraposicin jerarquiza a
los rganos Legislativo y Judicial, restableciendo una relacin de mayor equilibrio y recproco
control.
El Poder Legislativo gana notoriamente en autonoma (ya no lo puede disolver el Presidente y
desaparece la potestad legislativa del Ejecutivo a travs del Decreto Ley), y ampla sus
atribuciones constitucionales (principalmente las referidas a su funcin de control del Poder
Administrador). Para algunos constitucionalistas el Poder Legislativo "se ha convertido en el
ms importante de los tres poderes del Estado" (Mendonca). Por lo dems, se ha dicho que
la Constitucin tiene una tendencia parlamentarista. Lo que perdi en prerrogativas
constitucionales el Presidente, lo gan el Congreso.
Algunas de las nuevas atribuciones constitucionales del Poder Legislativo dan la pauta de esa
situacin:
El veto total del Poder Ejecutivo puede ser rechazado por mayora absoluta (Arts.
208 y 209), y no ya por mayora absoluta de dos tercios (Arts. 158/67).
b.
c.
No se puede analizar los acontecimientos de marzo de 1999, sin tener en cuenta algunos
elementos contradictorios de la transicin en el Paraguay, porque si bien con la cada de la
dictadura se modific el rgimen poltico, se instauraron las libertades pblicas y otros
derechos ciudadanos, se deterioraron fuertemente las condiciones econmicas y sociales de
amplios sectores de la poblacin. Asimismo, la falta de consenso en las lites de poder
result en una casi absoluta paralizacin de la Reforma del Estado y del esquema poltico de
dominacin que prevaleci en los ltimos 50 aos, es decir la triloga FF.AA.- Partido Colorado
- Estado.
En consecuencia, la repercusin de este tema en la ANR ha llevado a permanentes
polarizaciones y fuertes enfrentamientos. Se puede afirmar, incluso, que en la raz misma de
la crisis prevalece este aspecto, por lo que un cambio en el modelo de Estado y una
redefinicin de su rol en la sociedad tiene consecuencias directas sobre el Partido Colorado.
El punto ms visible de la crisis se remonta a 1992, cuando en las internas partidarias le
roban el triunfo a Argaa. Los acontecimientos de marzo, deben ser entendidos dentro de
ese contexto general.
Igualmente, el empeoramiento de la situacin econmica y social favoreci el surgimiento de
la opcin populista, autoritaria y mesinica del "oviedismo", cuyos mtodos y orientacin
poltica agravaron la crisis hasta poner en peligro el mismo rgimen poltico. Pero de hecho,
desde el mismo inicio del mandato de Cubas, la crisis poltica agudiz y profundiz la
situacin de ingobernabilidad.
Los hechos que posteriormente se desencadenaron en marzo determinaron la cada del
gobierno de Cubas. El oviedismo que representaba la posibilidad real de una regresin en
trminos polticos, no pudo ser derrotado en el mbito de la legalidad institucional, esto se
logr solamente con la movilizacin popular, protagonizada por un sector de la ciudadana,
recurso que hasta ese momento no haba aparecido en la crisis (salvo de manera inconclusa
en abril de 1996), ante la poltica pactista de los principales partidos de oposicin. El
asesinato del Vice Presidente de la Repblica desemboc en dicha movilizacin, en el
momento en que varios miles de campesinos se manifestaban en Asuncin por la
condonacin de sus deudas y la reactivacin econmica.
Igualmente las principales centrales de trabajadores del pas (Central Unitaria de
Trabajadores y Central Nacional de Trabajadores) declararon una huelga general y se
sumaron a la exigencia del juicio poltico al Presidente de la Repblica, impulsado en ese
momento por el Poder Legislativo.
Esta movilizacin, un hecho indito en la historia poltica reciente, fue una experiencia
marcada por la riqueza de las iniciativas y por la pluralidad de diferentes sectores de la
sociedad civil que se congregaron frente al Congreso Nacional. Es importante tener en
cuenta que hasta marzo de ese ao, los espacios polticos de participacin ciudadana
estuvieron limitados al ejercicio del voto y a concentraciones masivas en el marco de
campaas electorales, para las cuales los diferentes partidos polticos "movilizaban" la
concurrencia de sus adeptos.
La movilizacin popular de marzo fue asimismo, la primera de esa envergadura, desde el
inicio de la transicin, que alcanz importantes niveles de decisin y de combatividad, sin
contar con el apoyo real de ninguna institucin, salvo sectores de la iglesia catlica que, una
vez movilizada la gente, organizaron el apoyo logstico, al tiempo que gremios mdicos
instalaban puestos de atencin que pocos das despus se convirtieron en verdaderos
hospitales (13).
Hay que resaltar que si bien existieron convocatorias pblicas de los partidos polticos a
acudir a la plaza, stas no estuvieron acompaadas con medidas reales para garantizar la
presencia de sus afiliados en la misma. Fueron sectores sociales -campesinos, sindicalistas,
jvenes principalmente- quienes efectivamente protagonizaron este hito.
La experiencia recogida durante esos das es histrica para la ciudadana y los diferentes
sectores sociales que lo protagonizaron -la forma espontnea en que surgi, la auto
rganizacin, la solidaridad, los violentos enfrentamientos, y la victoria conseguida con la
renuncia de Cubas y la huida del general golpista- signific un salto muy importante en la
lucha democrtica, principalmente desde el punto de vista de la participacin efectiva de la
sociedad civil.
La unidad de accin de los partidos polticos de oposicin y todos los movimientos internos
del Partido Colorado -a excepcin obviamente de UNACE- generada contra el oviedismo,
antes y durante los acontecimientos de la plaza facilit la articulacin del gobierno de
coalicin.
Por otro lado, no se puede desconocer el importante papel que jugaron los pases miembros
del MERCOSUR (y de la Unin Europea), quienes respaldados por la clusula democrtica
prevista en el Protocolo de Ushuaia tuvieron una postura firme contra el peligro de
resquebrajamiento del proceso democrtico paraguayo, tal como ya lo haban hecho durante
la primera crisis producida por Oviedo en 1996. En este marco, se debe tener en cuenta el
carcter decisivo de la participacin del Gobierno del Brasil, de los Estados Unidos y del
representante del Vaticano en el desarrollo y la resolucin de la crisis y para la formacin del
nuevo gobierno de concertacin pluripartidista.
La debacle del gobierno termin con la renuncia de Cubas y su asilo en Brasil y la huida del
general golpista, quien solicit asilo en la Repblica Argentina. Sobre estas bases y sobre una
legitimidad distinta a la que otorgan las elecciones, surgi el nuevo gobierno, cuyo carcter
de coalicin es casi indito en la historia paraguaya.
4. GOBIERNO DE COALICIN BAJO EL PRESIDENCIALISMO MODERADO
La experiencia de un gobierno de coalicin de partidos con representacin parlamentaria es
casi indita. En el pas existe una tradicin cultural autoritaria que informa una praxis poltica
sectaria y excluyente de los actores polticos en funcin de poder, que se refleja en largos
periodos de dominacin liberal o colorada, alternativamente.
Histricamente el sistema de partidos estuvo articulado por un bipartidismo (ms formal que
real), representado por los dos grandes partidos tradicionales, de gran raigambre popular y
caudal electoral, la Asociacin Nacional Republicana (ANR) o Partido Colorado y el Partido
Liberal (actualmente, Liberal Radical Autntico).
En los hechos, este bipartidismo fue poco operativo; los paraguayos hemos convivido en
forma permanente con un modelo poltico hegemnico y excluyente, con uno u otro de los
partidos tradicionales en el poder por largos perodos. Ha sido as desde 1904 a 1936, con el
liberalismo en el gobierno. Y ha sido as desde 1947, con el Partido Colorado en el poder. En
los ltimos 52 aos, el coloradismo ha encarnado sucesivamente al "partido nico" (19471963) y al "partido dominante" (14) (desde 1963 hasta el presente) en el sistema poltico
del Paraguay, por su slida mayora electoral en relacin al conjunto de las fuerzas polticas
de la oposicin (15), por el nmero de afiliados, y por el control de los recursos del Estado.
En la historia poltica independiente del Paraguay, el nico antecedente de coalicin cvicomilitar (colorados, febreristas y militares) en el gobierno de la Repblica, se di en julio de
1946 y dur seis meses.
Retomando el proceso actual, despus de la derrota del proyecto poltico populista
encabezado por el ex general Lino Oviedo en la semana del 23 al 28 de marzo de 1999,
emerge en el Paraguay un gobierno de coalicin de los tres principales partidos
parlamentarios, indito en el ltimo medio siglo y con un importante respaldo ciudadano. El
Partido Colorado en el poder de la Repblica desde hace cincuenta y cuatro aos, sigue
detentanto el control del Poder Ejecutivo pero ha integrado en cargos claves del gabinete a
polticos de la oposicin.
La hiptesis que se plantea es que el nuevo marco poltico institucional, el desarrollo
renovador en el ejercicio del gobierno presidencial, y los cambios electorales y del sistema de
partidos, que determinan un nuevo escenario poltico, marcado por la bsqueda de
consensos entre los actores, es el que hace posible la emergencia de un gobierno de
coalicin pluripartidista, a partir de una grave amenaza de involucin del proceso poltico.
4.1 PRIMER ESCENARIO: RUPTURA Y EMERGENCIA DE LA CONCERTACIN
Como se plante en la hiptesis antes citada, marzo marca el punto de inflexin de la
transicin paraguaya.
Desde el domingo 29 de marzo, con la renuncia de Ral Cubas Grau a la presidencia de la
Repblica y la asuncin de Luis Gonzlez Macchi, presidente del Congreso, un escenario
poltico sustancialmente diferente al experimentado en las ltimas dcadas empez a
perfilarse y se abrieron dinmicas de transicin innovadoras.
Los principales elementos del escenario post marzo pueden resumirse en los siguientes:
a.
b.
c.
d.
e.
del gobierno se desplaza al Poder Legislativo y a las cpulas de los partidos polticos. Esta
situacin se asocia no slo al hecho de que el Jefe de Estado es originariamente un
parlamentario, electo como tal, sino tambin a su bajo perfil poltico, muy notorio en un pas
en el que el gobierno ha estado histricamente regido por personalidades militares
fuertemente autoritarias inclusive hasta la presidencia del general Andrs Rodrguez (19891993).
Los rasgos peculiares de la conformacin inicial del gobierno de coalicin resultan por un
lado, de lo que prescribe la Constitucin Nacional en materia de acefala del cargo de
Presidente de la Repblica (Art. 233) y por otro lado, de la interpretacin y resolucin de la
Corte Suprema de Justicia en torno a la duracin en el ejercicio del cargo del ex titular del
Poder Legislativo. La Corte declara la constitucionalidad de la Presidencia de Luis Gonzlez
Macchi, hasta el trmino del actual perodo en el 2003 y seala que solo corresponde elegir a
un nuevo Vicepresidente de la Repblica. Las elecciones son convocadas para agosto del
2000.
Esta situacin da pie a dos tipos de cuestionamientos por parte de los crticos del gobierno
de concertacin, en particular los oviedistas. Por un lado, se habla de una situacin en la que
el Presidente de la Repblica es un "comisionado parlamentario" en ejercicio de la
presidencia. Por tanto se pone en tela de juicio su legitimidad jurdica, ms no poltica.
Por otro lado, se habla de una Repblica "que no funciona", en la que existe una confusin de
poderes, una simbiosis en la que desaparece el equilibrio y control recproco de los poderes
del Estado. Adems, si oficialismo y oposicin comparten la responsabilidad del gobierno,
desaparece la oposicin y con ello el control mutuo de gestin
Sintetizando, las caractersticas centrales de la concertacin son las siguientes:
Los rasgos peculiares de la conformacin inicial del gobierno de coalicin han resultado, por
un lado, de lo que prescribe la Constitucin Nacional en materia de acefala del cargo de
Presidente de la Repblica (Art. 233) y por otro lado, de la interpretacin y resolucin de la
Corte Suprema de Justicia en torno a la duracin en el ejercicio del cargo del ex titular del
Poder Legislativo. La Corte declar la constitucionalidad de la Presidencia de Luis Gonzlez
Macchi, hasta el trmino del actual perodo en el 2003 y seal que solo corresponde elegir a
un nuevo Vicepresidente de la Repblica. Las elecciones fueron convocadas para agosto del
2000.
4.3 EL ROMPIMIENTO
Cinco meses despus de su instalacin el gobierno de coalicin entra en crisis. El
resquebrajamiento de su base poltica, ms el deterioro de las relaciones bilaterales con
Argentina y Uruguay, delinean un escenario incierto, de cara a afirmar su estabilidad y
gobernabilidad democrtica.
La primera crisis diplomtica de envergadura del gobierno de Gonzlez Macchi con dos de sus
socios del Mercosur, Argentina y Uruguay, tiene relacin con los rechazos de los gobiernos de
Carlos Menem y Julio M. Sanguinetti a aceptar los pedidos de la justicia paraguaya, de
tramitar la extradicin de Lino Oviedo y del ex ministro de Defensa oviedista, Jos Segovia,
asilados en Argentina y Uruguay, respectivamente.
La situacin plateada en las relaciones exteriores genera a su vez, la segunda gran explosin
del gabinete en dos semanas y determina la salida del Ministro de Relaciones Exteriores. La
crisis interna que ya afectaba al gobierno desde agosto del 99, se agrava con el despido del
liberal Miguel A. Saguier de la Chancillera en los primeros das de septiembre.
Los primeros sntomas de resquebrajamiento de la coalicin gobernante se hacen sentir
luego del defenestramiento del Ministro de Agricultura, otro liberal, Luis A. Wagner. Este fue
destituido a pedido de la propia directiva del PLRA, por razones del internismo liberal. Habra
pesado adems una campaa orquestada de un sector de funcionarios colorados, acusados
por el ex ministro de ineficiencia y corrupcin.
El caso Wagner aumenta la polarizacin radical entre oficialismo y oposicin liberal dentro del
PLRA y en el mbito parlamentario genera la primera fisura importante en el denominado
Frente Democrtico que aglutinaba entonces a los legisladores de los partidos de la coalicin
gobernante en el Congreso.
Por el lado del Partido Colorado, los conflictos internos dentro de "Reconciliacin Colorada",
afloran tempranamente en torno a los principales cargos en la estructura gubernamental y a
la definicin de las candidaturas para la presidencia del partido y la vicepresidencia de la
Repblica. Las pugnas se agudizan hasta el punto de generar la divisin argaista entre los
"de primera hora" y los "de segunda hora".
Al mismo tiempo, el elemento oviedista aparece en el conflictivo escenario colorado como un
posible factor de equilibrio. Con el resquebrajamiento del frente parlamentario por parte de
sectores liberales, se insinuaba un acercamiento del entorno presidencial hacia ciertas
individualidades parlamentarias del oviedismo, con la intencin de recomponer una cmoda
mayora legislativa en apoyo del gobierno, si la crisis resultara finalmente en un alejamiento
del PLRA del gobierno.
En cuanto al partido Encuentro Nacional, prevalece desde los primeros tiempos la visin
estratgica de ocupar la mayor cantidad de espacios de poder otorgados por los colorados y
fortalecerse como socio menor de la coalicin
En sntesis, si bien los conflictos internos y las presiones de los partidos aparecen como la
expresin visible de la crisis desatada en la coalicin gobernante, existen factores de fondo
que inciden tempranamente en el fracaso de la concertacin: a. la ausencia de un pacto
interpartidario que formalizara la participacin de las colectividades polticas en torno a un
programa de gobierno consensuado en el marco de reglas de juego claras, b. la falta de un
liderazgo ms firme del Presidente de la Repblica para conducir un proceso poltico
complejo, acechado por el oviedismo, conciliando los intereses en pugna de los socios de la
coalicin, y c. La pervivencia de una concepcin de poder monoplico y excluyente que se
expresa en la resistencia a romper una praxis poltica sectaria muy arraigada en los partidos
polticos paraguayos en general y en el partido hegemnico en particular.
El gobierno de concertacin es duramente resistido desde sus inicios, no solamente por los
sectores ms reaccionarios del Partido Colorado que cuestionan "la entrega del poder" a la
oposicin y por funcionarios acostumbrados a asimilar la administracin pblica como un
feudo de los colorados, sino tambin por ncleos liberales que anuncian la "perdida del rol
opositor" del PLRA.
Los partidos paraguayos en general comparten un denominador comn que ha marcado su
dbil institucionalidad y la ausencia de democracia interna que los caracteriza: la
preeminencia de los caudillos fuertes ha impuesto un estilo de conduccin poco apegado a lo
institucional, en tanto que los faccionalismos han practicado sistemticamente una poltica de
exclusin (la llamada "poltica de crculo") con respecto a las facciones minoritarias. En este
contexto, los partidos polticos de la coalicin (ms concretamente, las corrientes internas o
facciones que controlan los aparatos partidarios) han planteado demandas muchas veces
desorbitadas para colocar a sus hombres en el gobierno.
El quiebre de la coalicin se da en un escenario en el que surgen los primeros
cuestionamientos relevantes al gobierno desde los sectores sociales populares
(principalmente las centrales sindicales, organizaciones campesinas y el funcionariado
pblico) en contra del Programa de Gobierno 1999-2003 que estaba en el centro del debate
pblico. En particular se rechaza el captulo de la Reforma del Estado cuyo punto central es la
privatizacin de las empresas pblicas como eje de la reforma.
4.4 SEGUNDO ESCENARIO: GOBIERNO HACIA EL DESPEADERO
El tiempo transcurrido desde marzo de 1999 fue el del completo desperdicio de las ventajas
y oportunidades que tuvo de partida Luis A. Gonzlez Macchi para legitimarse con una
gestin gubernativa mnimamente eficaz y eficiente.
En sus orgenes, el Gobierno de Unidad Nacional (GUN) tuvo a su favor: una base poltica de
sustentacin amplia, una mayora parlamentaria asegurada, un importante respaldo
ciudadano, el repliegue del actor militar y un slido apoyo internacional.
Asegurada la estabilidad poltica, el imperativo de los actores de la coalicin gobernante era
el de iniciar las transformaciones institucionales, sociales y econmicas de fondo, que
reformaran y racionalizaran al Estado, sustituyeran el modelo econmico basado en la
ilegalidad, la evasin fiscal y el contrabando y el modelo social fundado en graves
desigualdades sociales.
La ruptura de la alianza gubernamental y la prdida de la mayora parlamentaria
mantuvieron el gobierno en una situacin de inestabilidad poltica permanente.
El desempeo gubernamental deficiente en todos los rdenes, acompaado por una notable
expansin de la corrupcin en el Estado y de escndalos que involucran al Presidente de la
Repblica, revirtieron la popularidad inicial en ascendente deslegitimacin del gobierno en
amplios sectores de la ciudadana.
La ausencia de reformas sociales y econmicas y el colapso fiscal del Estado, llevaron a la
cada imparable de todos los indicadores econmicos y sociales que retrotraen al pas a una
situacin de estancamiento econmico y desmejoramiento de su estndar de vida de hace
dos dcadas.
Los procesos que marcan la debacle del gobierno de concertacin pueden sintetizarse en los
siguientes:
a. Deslegitimacin Poltica: Entre los principales acontecimientos que fueron debilitando la
legitimidad del Gobierno estn:
i. La fractura temprana de su base poltica de apoyo, con el retiro del PLRA del cogobierno y
la consecuente desarticulacin de la estructura original del gabinete por la salida de todos los
ministros liberales.
ii. El triunfo del entonces titular del PLRA (ya en la oposicin), Julio Csar Franco, como
Vicepresidente de la Repblica, apoyado ostensiblemente por el oviedismo y la estrategia del
oficialismo liberal de reclamar sistemticamente la renuncia del presidente Gonzlez Macchi
"por ilegtimo" y la asuncin del vicepresidente Yoyito Franco.
iii. La prdida de la mayora parlamentaria, como consecuencia del retiro del PLRA. El
rompimiento del Frente Democrtico (alianza parlamentaria de los socios de la coalicin
gobernante en sus orgenes) de hecho, a finales de 1999, dio nacimiento a una nueva
mayora legislativa "lbero-oviedista" que sobre todo, desde la Cmara de Diputados, se
dedic a boicotear toda iniciativa del Ejecutivo que pudiera favorecer la gobernabilidad, aun a
costa de la imagen del Parlamento.
El rgano legislativo se ha convertido hoy en un muestrario de fracturas y alianzas
coyunturales relacionadas con los intereses no de bancadas, sino de grupos e
individualidades colorados, liberales y encuentristas, ajenos a cualquier directriz partidaria o
gubernamental. La expresin de este estado de cosas es el hecho de que ni el Presidente, ni
el renunciante Vice Presidente de la Repblica han tenido mayora propia en ninguna de las
Cmaras legislativas y tampoco se pudo someterlos a juicio poltico por sus adversarios. En
los ltimos tiempos, el Congreso no est pudiendo designar a un nuevo vicepresidente por la
extremada fragmentacin de las bancadas y la volatilidad del voto parlamentario.
iv. La prdida de popularidad del gobierno por el descontento creciente de todos los sectores
sociales ante su inaccin frente al descalabro social y econmico. La frustracin y desilusin
ciudadana se refleja, ms que en una ciudadana movilizada, en las encuestas de opinin que
manifiestan una percepcin generalizada de la incapacidad y la corrupcin en el gobierno y
de la ausencia de liderazgo de la figura presidencial para tomar decisiones.
v. En plano social, no pudo obtener consensos sociales y polticos mnimos para llevar a cabo
las profundas transformaciones sociales, econmicas e institucionales que prometi en un
Programa de Gobierno; no logr encaminar el proceso de reforma estatal en funcin de los
intereses y necesidades del pas, ms all de la presin de los factores de poder internos y
de los organismos financieros internacionales (FMI, BM, BID).
b. Ingobernabilidad creciente. En los ltimos tiempos se evidencian signos de
ingobernabilidad ante el aumento de las demandas insatisfechas de distintos sectores
sociales y la falta de respuestas de las autoridades. El incremento de la interpelacin
ciudadana al gobierno responde al acentuado deterioro de los indicadores econmicos y
sociales (desempleo, pobreza, etc.) y el agravamiento de la crisis fiscal (un Estado sin
recursos ni para el mantenimiento del aparato burocrtico).
El reciente descabezamiento del equipo econmico expresa el fracaso del gobierno en llevar
adelante el proceso de reforma del Estado o en reducir el gasto pblico y los elevados niveles
de corrupcin y evasin fiscal. El ms reciente fracaso en la negociacin de un acuerdo stand
by con el FMI que pudiera oxigenar las arcas fiscales agrava un escenario difcil para este
ltimo tramo de gestin antes de las elecciones generales de abril del 2003.
El gobierno cierra el ao 2002 en el momento ms crtico de su gestin. Con un Estado
virtualmente colapsado (el dficit fiscal lleg a setiembre a Gs. 402.800 millones) , una
cesacin de pago de la deuda externa inminente y una previsin catastrfica de la cada del
PIB en el orden de -4% segn estimaciones de tcnicos del FMI, en medio de un escenario
social explosivo con un aumento poblacional de 2,6%, un 84% de las familias con problemas
de empleo y 2.000.000 de paraguayos pobres.
5. ALGUNAS CONCLUSIONES
En los noventa, el tradicional presidencialismo autoritario en Paraguay ha evolucionado hacia
formas moderadas, limitadas y controladas del poder, creando las condiciones institucionales
para la afirmacin y consolidacin democrtica. En este sentido, el desarrollo reciente hacia
un ejercicio moderado del poder presidencial ha permitido acompaar efectivamente el
proceso de transicin desde el autoritarismo stronista hacia la fundacin de la democracia
poltica; en esta lnea se ubica la reforma constitucional que ha conducido a un mayor
equilibrio de los poderes del Estado y los cambios en el sistema electoral que han creado las
condiciones bsicas (a pesar del retroceso que significan los cambios ulteriores de la ley
electoral con respecto a la modificacin original) para el debilitamiento del tradicional
bipartidismo con un partido hegemnico y excluyente y la consolidacin de las nuevas
tendencias hacia un sistema multipartidista moderado en un escenario cada vez ms
competitivo.
Desde una perspectiva moderadamente optimista, se puede visualizar en aos recientes una
adecuacin del sistema presidencial paraguayo a las exigencias de estabilizacin de la
democracia representativa y una adaptacin a la nueva realidad poltica del pas, sin alterar
las bases sustanciales del sistema de gobierno. Sin embargo, cabe admitir que la
desconcentracin progresiva del poder presidencial y el reequilibrio de poderes que ha
puesto al Presidente y al Parlamento en un plano de igualdad, ha conducido con frecuencia a
relaciones no cooperativas (la cooperacin Ejecutivo-Legislativo prevaleci bajo la
administracin Wasmosy para ciertas reformas y para neutralizar en el 96 el peligro de
retroceso autoritario, pero tambin hubo perodos de spera confrontacin interpoderes);
relaciones de enfrentamiento directo (sta fue la caracterstica permanente bajo el gobierno
de Cubas desde el tercer da de su asuncin y hasta su cada) y relaciones de obstruccin
mutua inclusive (el Parlamento tramitaba el juicio poltico a Cubas cuando las matanzas de
marzo concluyen con su renuncia a la Presidencia,).
En cuanto al gobierno de coalicin, salvo los primeros cuatro meses -durante la vigencia del
frente parlamentario- en que prevaleci la cooperacin entre el Ejecutivo y el Congreso, las
relaciones entre el Presidente Gonzlez Macchi y el Congreso Nacional se mantuvieron entre
la obstruccin mutua (por ejemplo, con la dilacin en la sancin de los proyectos de ley
necesarios para la firma del acuerdo con el FMI) y el enfrentamiento directo (por ejemplo,
con los intentos permanentes de juicio poltico al mandatario).
En contraposicin a esta suerte de menor eficiencia y eficacia que produce la
democratizacin del poder presidencial, a partir de la reforma constitucional, la moderacin
del rgimen, junto con los cambios en el sistema electoral y en el sistema de partidos ha
creado las condiciones para inaugurar en el Paraguay un escenario poltico indito
caracterizado por la bsqueda de consensos bsicos entre los principales partidos polticos ya
sea para competir por el poder, ya sea para gobernar. En cualquier caso, la experiencia
paraguaya en la dcada de los noventa, permite subrayar, en el marco del debate clsico
parlamentarismo versus presidencialismo, la posibilidad del sistema presidencial, pese a la
rigidez de la que se le acusa, de adaptarse a las realidades y singularidades nacionales sin
desvirtuarse y funcionar con mayor o menor eficiencia y efectividad, segn cada proceso.
En cuanto a la emergencia y debacle del gobierno de coalicin pluripartidista en el marco del
presidencialismo moderado, en estos momentos su desarticulacin es plena en medio de una
de las crisis ms graves que ha soportado el pas en todos los planos. El hecho de todava
estar experimentando esta situacin, no permite realizar aun una evaluacin profunda de los
factores de este resultado. Queda por ahora el interrogante, de si en qu medida el fracaso
de esta experiencia puede constituirse en un obstculo para futuras acciones conjuntas de
los partidos polticos paraguayos.
BIBLIOGRAFA