La Sociedad Española Del Renacimiento
La Sociedad Española Del Renacimiento
La Sociedad Española Del Renacimiento
Joseph Prez
generalmente en todo lo que hacemos y tratamos, tenemos
tan poca perseverancia que nuestra propia lengua nos
enfada...(3). El humanista Arias Montano denuncia por las
mismas fechas las costumbres de los jvenes adinerados que
gustan de viajar al extranjero, sobre todo a Italia, de donde
vienen con acento extrao, menospreciando todas las cosas
de su tierra y admirndose de que hayan crecido tanto las
calabazas(4). En La Perfecta Casada fray Luis de Len
censura particularmente las mujeres: Ellas son tan perdidas
que en viendo en otras sus invenciones, las aborrecen, y
estudian y se desvelan por hacer otras. Y crece el frenes
ms, y ya no les place tanto lo galano y hermoso como lo
costoso y preciado, y ha de venir la tela de no s dnde [...]
y todo nuevo y todo reciente, y todo hecho de ayer, para
vestirlo hoy y arrojarlo maana (cap. III).
El lujo obliga a gastar ms de lo que se gana, lo cual
obliga a la gente a tomar prestado y a contraer deudas. El
desarrollo extraordinario de los juros y censos es una de
tantas manifestaciones de una economa y una sociedad que
han entrado en la fase monetaria. El que dispone de dinero
(mercaderes, letrados, conventos...) lo presta con inters; el
que lo necesita compra censos, es decir se endeuda. De por
s, los censos no constituyen una traba para el desarrollo
econmico; durante aproximadamente los dos primeros
tercios del siglo XVI, fueron un instrumento eficaz para
financiar la agricultura, la ganadera, la construccin, la
vivienda y otras actividades productivas. Pero
paralelamente, se empez tambin a emplear los censos para
comprar mercedes, villazgos, regimientos, para dotar
conventos y para gastos suntuarios. De esta forma va
acentundose la tendencia a vivir de rentas, como caballeros,
hasta llegar a la situacin que describe Cellorigo a finales de
la centuria: Espaa se ha convertido en una repblica de
hombres encantados en la que pocos trabajan y producen y
muchos gastan lo que no tienen.
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1.
2.
MARAVALL, J.A. La imagen de la sociedad expansiva en la conciencia castellana del siglo XVI. En Histoire conomique du monde
mditerranen. 14501650. Mlanges en l`honneur de Fernand Braudel. Toulouse : 1973, pg. 369-388, y, del mismo autor, Las
estimaciones de lo nuevo en la cultura espaola. En Cuadernos hispanoamericanos, n 10. S.l : febrero de 1964, pg. 187-228.
3.
TORQUEMADA, Antonio de. Manual de Escribientes. ZAMORA, M. J. de y ZAMORA V. (ed.). Madrid : 1970, Anejos del Boletn de la
Real Academia Espaola, XXI, pg. 118.
4.
5.
HERMOSILLA D. de. El Dilogo de la vida de los pajes en palacio (1573). Ed. Donald Mackenzie. Valladolid : 1916, contiene
indicaciones interesantes sobre el desprestigio de la profesin militar entre los nobles: En Castilla, los hijos de los seores en sus casas y
en los estrados de sus madres se estn, que nunca van a guerras (pg. 153). El mismo dilogo seala la aficin creciente de los nobles a
los estudios: La ciencia, todos dicen que nunca embota la lanza y adorna mucho a los seores y prncipes(pg. 147).
6.
NADER, H. The Mendoza Family in the Spanish Renaissance, 1350-1550. New Brunswick ; New Jersy ; Rutgers University Press : 1979.
Hay traduccin espaola, Los Mendoza y el Renacimiento espaol. Guadalajara :1986.
7.
ALBORNOZ, B. de. Arte de los contratos. Valencia : 1573, citado por LAPEYRE, H. Une famille de marchands, les Ruiz. Pars : 1955, pg.
117.
8.
HUARTE DE SAN JUAN, J. Examen de ingenios. Madrid : Ed. Ctedra, s.a., pg. 553.
9.
10.
11.
Santa Teresa. Camino de perfeccin, S.l : s.a., que aade lo siguiente:quien quiere honra no aborrece dineros y que quien los aborrece,
que se le da poco de honra. Entindase bien esto, que me parece que esto de honra siempre trae consigo algn inters de renta o dineros ;
porque por maravilla hay honrado en el mundo si es pobre, antes, aunque lo sea en s, le tienen en poco.
12.
Citado por MARAVALL, J. A. La literatura picaresca desde la historia social. Madrid : Taurus, 1986, pg. 172.
13.
14.
Memorial que el marqus de Villena envi a fray Lus de Len en 1588 ; v. PINTA LLORENTE, M. de la. Estudios y polmicas sobre fray
Lus de Len. Madrid :1956, pg,171-173.
15.
16.
Citado por LADERO QUESADA, M.A. Aristcratas y marginales : Aspectos de la sociedad castellana en la Celestina. En Espacio, tiempo
y forma. Serie III. Historia medieval, pg. 105. S. l. : 1990. v.3.
17.
La cita est sacada del Dilogo de los pajes de Diego de Hermosilla, pero existen muchas variantes. Parece encontrarse por primera vez en
las Facetias del italiano L. Domenichi (Florencia, 1564) quien pone la frase en boca dei cardenal de Mdicis en Espaa, adems de
Hermosilla, la citan Melchor de Santa Cruz, Luis Zapata y varios ms, V. CHEVALIER, Maxime. Sur le cuentecillo. En Mlanges de la
Casa de Velzquez, XXVI-2, 1990, pg. 178.
18.
Si no hubieran los seores, /los clrigos y los soldados/ menester tantos criados,/ hubiera ms labradores (Lope de Vega, El Villano en su
rincn).
19.
sta es la interpretacin, que creemos fundada, que propone MARAVALL J. A. en su libro sobre la Picaresca, ya citado.
20.
21.
PREZ DE HERRERA C. Amparo de pobres, ed. Michel Cavillac, Madrid : 1975 (Clsicos Castellanos, 199), pg. 24-37.
22.
Sobre los salarios ms elevados en Espaa que en el resto de Europa, v. VIAS, Carmelo. Notas sobre primeras materias... En Anuario de
historia econmica y social, 1975, pg. 393. Ya en 1578, Jean Bodin observaba el fenmeno y explicaba as la emigracin de franceses a
Espaa: Ce qui atore nos Auvergnats et Limousins en Espagne [...], c'est qu'ils gagnent au triple de ce qu'ils font en France. Car
l'Espagnol, hautain, riche et paresseux, vend sa peine bien cher (citado por VILAR, P. Op. cit., pg. 111).
23.
LPEZ-SALAZAR PREZ, J. Estructuras agrarias y sociedad rural en la Mancha (siglos XVI-XVII). Ciudad Real : Instituto de Estudios
Manchegos, 1986, pg. 523.
24.
PREZ DE HERRERA, C. op. cit., pg. 99, argumento repetido por el mismo Prez de Herrera, en un discurso al rey Felipe III citado por
J. A. MARAVALL, J. A. Picaresca, pg. 182: Tengan los labradores peones a buen precio.
25.
26.
27.
Ibid., pg.179. En el siglo XVII, Sancho de Moncada alude claramente al ocio forzoso, no habiendo en qu trabajar (Restauracin
poltica de Espaa. Ed. VILAR, Jean. Madrid : Instituto de Estudios Fiscales, 1974, pg.108 y 148).
28.
LABROUSSE, E. prlogo a TAWNEY, R. H. La Religion et l'essor du capitalisme. Pars : Marcel Rivire, 1961, pg. XVIII-XIX
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