La Psicología Del Niño
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psicolgica tambin existe. El que un nio termine o no con una buena o mala salud
mental, contina el razonamiento, depende de las semillas que existan ya en el
momento del nacimiento. Como con la mayora de las abstracciones, los cientficos
pueden calcular para una poblacin media, la contribucin que realizan los genes y
el ambiente a la aparicin de una conducta especfica, pero la realidad de estos
clculos resulta sospechosa cuando difieren de unas poblaciones a otras y,
especficamente, entre clases sociales distintas dentro de una misma poblacin. Lo
que la media del grupo encubre es que para cada individuo la influencia de la
naturaleza y del ambiente no puede separarse. Estn inexorablemente unidas.
Aunque uno puede determinar el genotipo de cada individuo y las creencias que
tienen los padres sobre la crianza y sus habilidades, estos clculos son potenciales y
no algo que pueda hacerse realidad. En la parte de la naturaleza, los bilogos han
descubierto que los mismos genes pueden expresarse de forma diferente en cada
clula en funcin del medio. En la parte de la crianza, los psiclogos han
descubierto que los mismos padres responden de forma diferente a cada uno de sus
hijos en funcin de su individualidad.
En el modelo transaccional, el desarrollo del nio no es ni una funcin del nio, ni
de la experiencia, sino del producto de la combinacin del individuo y de su
experiencia. El modelo transaccional incluye al nio en un entorno de relaciones
sociales que amplificarn algunas caractersticas tempranas y minimizarn otras.
Cualquier caracterstica con la que nazca el nio, se desarrollar de forma diferente
en familias distintas y con diferentes repertorios de experiencias. El modelo
transaccional considera el desarrollo del nio como un producto de interacciones
dinmicas continuas entre el nio y la experiencia que le proporciona su familia y su
contexto social. El modelo concede el mismo nfasis a los efectos del nio y a los
del entorno. La experiencia que proporciona el entorno no es independiente del
nio. El nio es un gran determinante de la experiencia actual, pero el resultado
evolutivo no puede describirse sistemticamente sin analizar los efectos que el
entorno tiene sobre el nio.
Esto no quiere decir que algunos nios con complicaciones perinatales,
especialmente los que tienen anomalas severas, no terminen teniendo
discapacidades evolutivas, pero esto es algo que tampoco se puede decir de los
nios que no presentan complicaciones perinatales. La investigacin que Sameroff y
Chandler (1975) revisaron parece apoyar la idea de que los nios con alto riesgo en
el nacimiento terminan teniendo problemas evolutivos posteriores no por el dao
cerebral sufrido en el nacimiento, sino por el efecto negativo que tuvieron esos
nios sobre sus padres.
Estos nios estimulaban pautas de crianza poco adaptativas que les conducan a
posteriores problemas conductuales
(ver Figure 1b). Cuando los padres no
reaccionaban negativamente al temperamento de los nios, no se encontraba este
camino hacia el problema conductual.
Tomando como punto de partida estos estudios descriptivos de padres-nios,
Sameroff y Chandler (1975) propusieron que los procesos transaccionales eran una
parte central del desarrollo. Consideraron que los nios se implicaban activamente
en una organizacin y reorganizacin. Lo que permaneca constante en el desarrollo
infantil no era una serie de rasgos, sino los procesos por los que estos rasgos se
mantenan mediante la relacin entre el nio y su experiencia en una variedad de
contextos sociales.
25 Aos del Modelo Transaccional
Durante el cuarto de siglo largo transcurrido desde que Sameroff y Chandler (1975)
articularon por primera vez su modelo transaccional, la literatura evolutiva se ha
referido a este modelo de forma generalizada. Sin embargo, con demasiada
frecuencia, se utiliza para enfatizar los efectos unidireccionales que ejercen los
factores ambientales de riesgo sobre el desarrollo, en lugar de destacar el juego
Lo que conduce a que las cosas terminen estando fuera de control puede ser un
asunto relativamente simple, mientras que el propio proceso, una vez iniciado,
puede constituir la madera de la que estn hechas las novelas! (p.442).
Hay una diferencia entre los estudios evolutivos descriptivos en los que la evidencia
se basa en correlaciones entre las influencias y los resultados y los estudios
experimentales en los que se asigna al azar a nios y a padres a grupos que reciben
diferentes experiencias. Utilizando un elegante diseo Bugental y sus colegas
(Bugental, Caporael y Shennum, 1980) exploraron la asociacin entre la forma de
responder y el autocontrol del nio, y la atribucin adulta y los estilos de
interaccin. Los investigadores entrenaron a nios de 7 a 9 aos a actuar como
confederados que interactuaran con sus padres que tenan un sentido interno del
poder con niveles bajos o altos. Se entren a los nios para que respondieran o no
respondieran durante un juego de construcciones. Los nios entrenados a no
responder afectaron solamente la conducta de los padres que pensaban que tenan
un control muy limitado sobre sus vidas. Ante estos nios los adultos con bajo poder
eran menos asertivos que los adultos que consideraban que ellos mismos tenan un
control mayor. Ante los nios entrenados para responder, los dos grupos de adultos
se comportaron igual. Bugental y Shennum (1984) concluyeron que los adultos
llevaban consigo al ejercer el rol de padres una serie de creencias sobre las
relaciones con los nios basadas en su historia de experiencias sociales que influye
en cmo interpretan la conducta infantil, las respuestas conductuales subsiguientes
y, de forma transaccional, la conducta posterior del nio.
Otra aproximacin experimental innovadora al estudio de las transacciones se
centra en la interaccin de los padres con los nios prematuros. A pesar de la
evidencia de que las diferencias tempranas entre nios prematuros y nios nacidos
a trmino desaparece con el tiempo, algunas madres continan interactuando con
sus hijos prematuros de forma diferente (Barnard, Bee y Hammond, 1984). Stern y
Hildebrandt (1984) mostraron a adultos vdeos de nios etiquetados como
prematuros o nacidos a trmino. Encontraron que las madres y sus colegas
estudiantes evaluaban ms negativamente a los nios etiquetados como nios
prematuros que a los etiquetados como nacidos a trmino. Continuaron el estudio
para ver si estos estereotipos y actitudes adultas hacia los nios prematuros influan
en sus conductas durante las interacciones. Los investigadores presentaron a los
adultos a nios no familiares etiquetados al azar como nios prematuros o nacidos a
trmino (Stern & Hildebrandt, 1986). De nuevo, la etiqueta de prematuros
desencadenaba creencias estereotipadas: los adultos evaluaron a los nios
etiquetados como prematuros como ms pequeos, menos monos, ms delgados y
menos atractivos que los etiquetados como nacidos a trmino. Adems, tocaron
menos a estos nios mal etiquetados y les dieron menos juguetes para jugar. Estos
efectos sobre las actitudes adultas se extendieron a los nios durante la transaccin
pues los nios etiquetados como prematuros exhibieron menos emocin positiva en
sus interacciones con los adultos mal informados (Stern, Karraker, Sopko, &
Norman, 2000).
Intervenciones Transaccionales
Aunque los datos experimentales incrementan lo que podemos aprender de los
estudios descriptivos del desarrollo de diferentes grupos de nios y padres, nunca
podremos comprobar completamente las hiptesis causales sobre los grupos de
mayor inters porque no podemos asignar al azar a nios que tengan
temperamentos diferentes o a padres competentes o ineptos. Sin embargo, la
evidencia existente sobre las relaciones bidireccionales, recprocas entre nios y
cuidadores proporciona una base slida para intervenir con eficacia con el fin de
mejorar las vidas de las familias que enfrentan retos procedentes de los padres o de
los nios.
En teora, al retirar a los nios de las situaciones de abuso, los nios deberan
alcanzar resultados ms positivos. Desafortunadamente, esto no parece ser una
verdad universal. Algunos nios que han sido maltratados por sus familias son
maltratados ms tarde por otros cuidadores incluyendo a sus padres adoptivos
(Milowe, Lourie y Parrott, 1964). Parece que los nios llevan algo que introducen en
sus nuevas relaciones. Los cambios que las experiencias de maltrato generan en
estos nios persisten en el tiempo, influyendo sus relaciones futuras.
Aunque Sameroff y Chandler (1975) describieron los intercambios dinmicos
recprocos como rasgos importantes del modelo transaccional, para la mayora de
sus lectores el mensaje que transmitieron fue que el estatus socioeconmico bajo
incrementaba el riesgo de tener un desarrollo con problemas (Sameroff, Bartko,
Baldwin, Baldwin y Seifer, 1998). Para esta audiencia, se ampli el foco centrado
hasta entonces exclusivamente en las caractersticas del nio como explicacin de
los logros evolutivos, hasta incluir tambin el contexto social. Se ha obtenido una
informacin cada vez mejor de los efectos negativos que tiene la pobreza en los
nios (McLoyd, 1998), incluyendo a los nios con complicaciones perinatales (Infant
Health and Development Program, 1990), pero centrarse exclusivamente en los
factores de riesgo hace olvidar el hecho importante de que estos factores son
probabilidades, no certezas. Entre cualquier grupo de nios que se enfrentan a un
factor de riesgo social o, para el caso, biolgico, hay alguno que se desarrollar con
bastante normalidad. Frecuentemente, son la mayora los que se desarrollan as.
Los estudios sobre la capacidad de recuperacin ('resiliencia') constituyen una
empresa creciente (cf. Luthar, 2003), informan sobre nios que han superado la
pobreza, la enfermedad mental de los padres o el maltrato. Lo que estos estudios
encuentran cada vez ms es que el curso de la vida de un nio en particular incluye
muchas influencias que tienen el poder para cambiar las cosas para mejor o peor.
Para los objetivos clnicos es importante reconocer las continuidades caractersticas
de los nios, en las circunstancias ecolgicas y socioeconmicas, y en las
interacciones didicas entre el nio y las figuras de crianza.
Cada una de estas continuidades est ms o menos abierta al cambio. Dadas estas
continuidades, el clnico utiliza el anlisis transaccional para descubrir las
condiciones bajo las que podran ocurrir discontinuidades positivas, en las que el
cambio en uno de los miembros de la pareja, tiene la oportunidad de reorganizar la
conducta en el otro, o en las que el cambio en un contexto podra reorganizar otro.
Estos anlisis identifican oportunidades y tambin establecen los lmites que tienen
las intervenciones para mejorar el xito evolutivo. Bajo las circunstancias de la vida
real, lo mejor que podemos hacer es describir el sistema familiar. Atribuir una causa
a cualquier elemento del sistema suscita la pregunta sobre la historia de ese
elemento. Es el temperamento difcil en la infancia una expresin de tendencias
biolgicas o el resultado de la crianza previa?Es la ineptitud de la crianza una
expresin de la insuficiencia de los padres o la reaccin a la experiencia previa con
el nio?
A medida que el nio crece, estas influencias se van haciendo ms y ms difciles
de delimitar, la direccin de los efectos constituye un dilema. Smeroff y Peck (2001)
se sorprendieron al encontrar que los adolescentes cuyos padres haban hecho ms
esfuerzos para prevenir los problemas educativos y conductuales en su juventud
tenan peores resultados. Su interpretacin fue que en la adolescencia, los padres
slo realizan esos esfuerzos cuando sus nios todava tenan problemas. Los padres
de los nios que iban bien se preocupaban menos.
Nos hemos centrado en este artculo en las transacciones entre padres y nios, pero
reconocemos que los nios y los padres estn inmersos en muchos contextos
ecolgicos que tambin cambian y son modificados por los que participan en ellos.
Explicar los logros evolutivos requiere atender estas fuentes mltiples de influencia
tanto como a la diada padres-nio. Este tema est ms claro en los estudios de
intervencin en los que los participantes son parte del sistema, pero es igual de
cierto para todos los estudios sobre edades ms avanzadas en los que las
relaciones padres-nio empiezan a palidecer a medida que se incrementa la
importancia de la relacin con los compaeros y de la participacin escolar que
ocupan la mayor parte del tiempo del joven.
En lo que atae al modelo transaccional algunas cosas estn claras: los nios
influyen en sus entornos y los entornos influyen en los nios. Adems, el contexto
ambiental afecta y es afectado por ellos. Ms aun, estos efectos cambian con el
tiempo como respuesta a los acontecimientos normativos y no normativos. Los
nios no estn predeterminados fatalmente por sus caractersticas, ni tampoco
protegidos, ni por las caractersticas de los cuidadores nicamente. La complejidad
del sistema transaccional abre la posibilidad a diferentes posibilidades de
intervencin para facilitar el desarrollo saludable de los nios y de sus familias.
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