Ana Teresa Martinez Campo Literario y Bourdieu
Ana Teresa Martinez Campo Literario y Bourdieu
Ana Teresa Martinez Campo Literario y Bourdieu
E-ISSN: 1514-6871
cvzurita@hotmail.com
Universidad Nacional de Santiago del
Estero
Argentina
Trabajo y Sociedad
Indagaciones sobre el trabajo, la cultura y las prcticas polticas en sociedades segmentadas
* Retomo y en parte reelaboro en este artculo algunas pginas de mi libro Pierre Bourdieu, razones y
lecciones de una prctica sociolgica. Manantial, 2007.
** Investigadora y docente UNSE. E-mail: anateres@yahoo.com.ar
1 Bourdieu, P. Raisons pratiques. Seuil, 1994. pg. 164. (traduccin nuestra, como en adelante todos los
textos de Pierre Bourdieu, Gaston Bachelard, Cassirer, Passeron y Bouveresse citados)
2 Cfr Martinez, Ana Teresa. Pierre Bourdieu, razones y lecciones de una prctica sociolgica. Manantial,
2007, esp. Pgs. 191-218.
3 Cfr. Martinez, Ana Teresa. Para estudiar campos perifricos Un ensayo sobre las condiciones de
utilizacin fecunda de la teora del campo de Pierre Bourdieu en Trabajo y sociedad, Universidad
Nacional de Santiago del Estero. (pg. 1-31) www.unse.edu.ar/trabajoysociedad
4 Bourdieu, Pierre. Champ intellectuel et projet crateur. en Les temps modernes, 1966, N246, pgs.
865-906.
5 Cfr. Structuralism and Theory of Sociological Knowledge. en Social Research. XXXV, 1968. pgs. 680706
trabajo y de los valores que la sostenan: la literatura como obra de arte, que obedece
solamente a las reglas que ella misma se da, y que no est obligada a ser til, ni
comprometida con determinadas causas, ni con el gusto del pblico burgus (y en esto,
sostiene Bourdieu, fueron los pintores quienes jugaron el rol de profetas ejemplares). Si
frente al affaire Dreyfus Zola pudo inventar al intelectual en tanto que hombre que tiene
algo que decir sobre las cuestiones sociales a partir de un capital intelectual reconocido,
nuestro autor sostiene que pudo hacerlo gracias a la existencia de una autoridad
especfica (es decir, a la creencia generalizada en una autoridad propia de los escritores)
que poda invocar en su favor al hablar de cuestiones que importaban al conjunto de la
sociedad. Esto no hubiera sido posible sin la ideologa previa de el arte por el arte, sin
la autonomizacin relativa de las reglas y el capital del campo literario, que lo cerraba a
los profanos.
En consecuencia, lo que en este proceso se nos ofrece al anlisis, es la constitucin
progresiva de un universo completamente particular, en el que los agentes porque su
legitimidad al interior del campo se juega en el rechazo del dinero de los burguesestienen inters en el desinters, que es lo mismo que decir que elaboran y reproducen un
tipo de capital y de reglas de juego particulares, por el cual y segn las cuales invierten
su energa social.
La consolidacin de la autonoma de este universo de los escritores, se expresa en el
hecho que la consagracin que vale progresivamente al interior del campo, es la de los
otros escritores: es ella la que constituye la especificidad del capital literario. A partir de
aqu, es la maestra en ciertas competencias particulares lo que da el derecho de entrada
al campo, y que permite decir o hacer algo all: el reconocimiento de esta maestra por
parte de los pares es lo que juega el rol de criterio clasificador, marcando as los lmites
de lo que ser considerado en cada caso literatura y aquello que ser enviado al infierno
del folletn y de la escritura utilitaria.
Afinando conceptos: nomos, illusio, collusio.
Cuando se ponen las obras en un museo es fcil hacer la diferencia. Por qu?
El museo, es como una iglesia: es un lugar sagrado, la frontera entre lo sagrado
y lo profano est marcada.11
Como todos los campos, el campo literario as constituido funciona segn reglas
propias, lo que Bourdieu llama un nomos. Como en otras ocasiones, acua sus
conceptos haciendo referencia a la tradicin griega para llamar la atencin sobre el
concepto y precisar lo que quiere decir. En los textos de la Grecia clsica, el nomos es a
menudo opuesto a la fysis, como lo artificial a lo que constituye un principio espontneo
de accin. Pero sin embargo, lo que es nomos, puede volverse fysis por el uso o la
costumbre prolongada. El origen de la palabra nos enva al verbo nemo, cuyo sentido
originario es atribuir, repartir segn el uso o la conveniencia, hacer una atribucin
regular, sea de comida o de riqueza12: el nomos es entonces un principio de divisin,
de distribucin. Sin embargo, se opone a los verbos daiomai o dateomai, referidos
tambin al dar, distribuir, porque nemo incluye la nocin de conveniencia o de regla
11 Bourdieu, P. Penser lart lcole. Actes Sud. 2001. pg. 27.
12 Cfr. Benveniste, E. Le vocabulaire des institutions indo-euroennes. 1. conomie, parent, socit.
Minuit, 1969.; Bailly, Dictionnaire grec-franais. Hachette, 1950.
coups de cur16 de los agentes, fundados en las inercias de los habitus: habitus
organizados (rgls) sobre la nueva situacin, habitus desgarrados en posiciones
imposibles, o habitus envejecidos, fijados en estados anteriores del campo.
En suma, se trata siempre de un nomos (an si consiste en el reconocimiento del
derecho a la anomia), se trata de una creencia bien fundada, pero de una creencia propia
del campo en cuestin y a la vez una creencia que hay que poner en suspenso para poder
estudiarlo. Los creadores no son causa sui, y si el socilogo de la literatura o del arte
se deja mistificar, hablar el lenguaje del campo, y har seguramente mejor o peor
literatura, pero no sociologa17. La obra de arte es creada como tal, desde esta
perspectiva, por una Inmensa empresa de alquimia simblica18 en la que la collusio
del pblico, de los artistas, de los crticos, en suma, de los consagrados y los
consagradores, en un intercambio mutuo y redundante de capital simblico, que cuenta
con todas las indeterminaciones de este capital, construye un universo que, para
Bourdieu, constituye una de las ms altas conquistas de la cultura occidental. La
objetivacin, por esto, afronta al sentido comn (el sentido comn de un campo ms o
menos reconocido ya por el conjunto de la sociedad de cultura occidental) y se opone a
su discurso indgena, pero para restituirle finalmente su verdad como creencia dotada de
sentido, bien fundada.
Hacia una teora general de los campos como topologa social.
La riqueza de un concepto se mide por su potencialidad de
deformacin.19
Si Bourdieu califica al arte como una conquista, es porque se trata para l de uno de
esos raros productos de la cultura que abren espacios de libertad, es decir, donde es
posible superar algunos de los determinismos sociales mayores que pesan sobre la vida
humana y a partir de all desplegar nuevas posibilidades. Hasta aqu, su costado
ilustrado20. Pero esta ruptura del crculo de la necesidad no se produce, segn el
anlisis desarrollado ms arriba, gracias a alguna virtud creadora de la que estaran
dotados algunos hombres geniales (y muy pocas mujeres), elegidos por la naturaleza.
Su propuesta es mucho ms compleja, porque precisamente ha roto con el nomos del
campo para poder analizarlo. El genio -ms all de lo que pudiera corresponder a
determinismos biolgicos al menos hasta hoy indeterminables-, considerado desde una
perspectiva sociolgica, aparece como el producto de una tarea colectiva que hacemos
en el sapiente mbito del pre-saber, y donde est en juego adems la insociable
sociabilidad de los hombres que mencionaba Kant como motor de la historia. Estas
prcticas, que tienen todas las posibilidades de alcanzar su mayor perfeccin cuando
16 Literalmente, plpitos.
17 No entramos aqu en el complejo tema de las vinculaciones y cooperaciones mutuas entre literatura y
sociologa, ni en la cuestin epistemolgica de la gradualidad de su diferenciacin, pero s defendemos
una modalidad epistemolgica particular, vinculada precisamente a lo que Bachelard llamaba ruptura
epistemolgica, an si sta toma en cada caso modalidades propias.
18 Ibid. pg. 241. (cursivas del autor)
19 Bachelard, Gaston. Le nouvel esprit scientifique. Vrin, 1996. pg. 61.
20 Para profundizar el interesante problema de la filosofa de la historia en el trabajo de Pierre Bourdieu,
ver Colliot-Thlne, Catherine. La sociologie rflexive, lanthropologie, lhistoire. en Critique Aotseptembre, Minuit, 1995. pgs. 631-645.
llamamos geniales, sea en las ciencias, en las artes, las letras, la vida social, la
mstica. Pero estos encuentros afortunados no son nunca sencillos. Como muestra el
anlisis que Pierre Bourdieu hace de la posicin y el habitus de Flaubert en Las reglas
del arte, llevndonos de la obra a la historia social y de la historia social a la obra y al
estilo y mostrndonos de este modo cmo se puede romper la oposicin entre lectura
externa e interna en el anlisis literario- los productores de posiciones nuevas en el
campo son habitualmente portadores de posiciones imposibles. Es la ruptura con la
inercia de un habitus bien ajustado a un campo relativamente estable, lo que puede
producir lo inhabitual. Si el arte por el arte estaba inscrito ya en el campo, dadas sus
transformaciones estructurales, la posicin topolgica (es decir, cualitativa), el punto de
vista de donde se la poda descubrir y formular, no exista como tal. Se trataba de una
posicin en port faux, de un doble rechazo de tomas de posicin existentes, y ms
an, un lenguaje a inventar. Vale la pena detenerse en esta expresin (que habitualmente
suele ser traducida por inestable). Estar en porte--faux, se dice en francs para
referirse a una pieza de un dispositivo que est mal ubicada, desplazada, en un lugar
incorrecto, de modo que no le es posible hallar un punto de apoyo firme, y por eso se
encuentra en una situacin inestable, ambigua. Es una expresin que Bourdieu emplea
reiteradamente para calificar a los agentes que estn situados en el campo (por distintas
circunstancias, entre las que predomina la trayectoria social inusual), en posiciones
imposibles, y que por esa razn son los agentes ms propensos a inventar nuevas tomas
de posicin. La produccin de novedad en la literatura de Flaubert (y tambin en el caso
de Baudelaire), tiene que ver con el hecho de ser bastardo e inclasificable, un
burgus furiosamente antiburgus, que a pesar de eso quiere heredar, estando al
mismo tiempo- desprovisto de ilusiones acerca del pueblo y visiblemente en rebelin
contra la burguesa del dinero: la ambigedad de la posicin y la ambivalencia de su
toma de posicin se expresan hasta en su forma literaria. Contra (y al mismo tiempo
con) el romanticismo y el realismo, haba que escribir bien lo mediocre. Flaubert
haba asumido y tomaba a cargo en su obra, todas las presiones y las exigencias de las
posiciones opuestas que rechazaba. Es en el desencantamiento absoluto que logra
conservar una conviccin absoluta, que concierne a la tarea del escritor23. Estas
posiciones no son subjetivamente sencillas: Flaubert vea con frecuencia como defectos
de su trabajo precisamente aquello que ser considerado, tiempo despus, como sus
contribuciones ms importantes: en realidad, raramente escribimos y aportamos lo que
queremos del modo como creemos.
Finalmente, si la teora de los campos se orienta, por la multiplicidad de investigaciones
empricas, hacia la teora general de las prcticas que Bourdieu anunciaba
explcitamente en La distincin, es porque lo que organiza la multiplicidad es la
hiptesis de que los campos poseen propiedades homlogas. La importancia de aquella
obra, donde Bourdieu despliega por primera vez su idea del espacio social, es que en
ella el mundo social es sobre todo un espacio de diferencias, estructurado segn la
distribucin del volumen global y de la proporcin de los distintos tipos de capital que
circulan en la sociedad sobre la que se trabaja. Esta concepcin del espacio social
cualitativo y discontinuo constituye la base de la construccin de lo que Bourdieu llama
una topologa social.
La teora de los campos no constituye un simple conjunto de metforas sobre el mundo
social. No es tampoco la construccin de una metafsica sobre la sociedad y la
23 Ibid. pg. 164.
naturaleza humana. Debemos ubicarnos fuera de esta cuestin, que ha sido dejada de
lado por insostenible, y ponernos frente a una tarea no menos ambiciosa, pero mejor
reglada: aprehender verdades sobre el mundo social, tal como la ciencia social puede
estudiarlo, poniendo en juego hiptesis bien construidas, fundadas en teora y en la
experiencia, en esa especie de movimiento hermenutico y circular de la confrontacin
y rectificacin mutua de terreno-teora, que constituye todo progreso cognoscitivo,
particularmente en ciencias sociales. En Las reglas del arte Bourdieu se detiene una vez
ms en cuestiones de mtodo. La topologa social constituye un instrumento
heurstico que aspira a pensar el caso particular como tal, es decir, recortado sobre un
horizonte de generalidad: el conjunto de las posiciones polares lgicamente posibles en
el campo. Poniendo a prueba sistemticamente sus nociones en espacios sociales
diferentes, Bourdieu se propone darse los medios de descubrir algunas reglas de
funcionamiento estables. Lo que se intenta es la bsqueda del invariante estructural a
travs de las variaciones de lo posible. En esta manera de concebir la investigacin
sociolgica, la marcha no va ya de lo particular a lo universal por induccin en el
sentido clsico del trmino, sino que propone desde el comienzo una ley de conexin a
la cual est sometido el caso particular y que precisamente por su invariancia hace
aparecer la diversidad.
La topologa es una rama de la geometra fundada sobre la nocin de un espacio no
cuantitativo, donde lo que interesa son las relaciones de orden y de posicin entre los
elementos de las figuras, relaciones que permanecen invariantes a travs de los
diferentes casos, constituidos por transformaciones. Leibniz24, quien a partir del clculo
infinitesimal y ciertas dificultades del anlisis cuantitativo para pensar las nociones de
continuidad y de lmite, haba concebido, el primero, este tipo de geometra, la haba
llamado analysis situs, expresin que retomar Bourdieu para la topologa social en
Meditaciones Pascalianas. Ernst Cassirer, a quien Bourdieu alude cuando se trata de
explicar la epistemologa que preside la nocin de campo, explica en Estructura y
funcin que, mientras que la geometra griega, encerrada en lo cuantitativo y la
representacin sensible, se interesa en cada figura en particular, cuando la topologa
toma en consideracin una figura singular, lo hace En tanto simboliza la red de
conjunto de la que forma parte, y en tanto expresa la coleccin entera de figuraciones de
la que est potencialmente cargada, suponiendo invariantes ciertas reglas de
transformacin.25 As, siempre que emprendemos la teora geomtrica de una figura,
comenzamos por drnosla en una posicin general, es decir, tal que, en lugar de
abordarla desde el comienzo en la totalidad de sus partes, hacemos variar estas mismas
partes en el interior de un campo operatorio definido por las condiciones del sistema.26
Entonces, Las propiedades inherentes al sistema y descubiertas a propsito de tal o tal
figura, sern transferibles en cada una de las fases ulteriores, aunque en definitiva las
determinaciones que se han manifestado a propsito de un caso particular pueden ser
progresivamente extendidas a la totalidad de los miembros de la serie.27 La
explicacin de Cassirer nos ayuda a comprender mejor la marcha que va de Campo
intelectual y proyecto creador, pasando por La distincin, Homo Academicus, La
nobleza de Estado, y las dems investigaciones sobre la alta costura, el campo de los
24 Filsofo a quien Bourdieu conoca bien, y a quien alude reiteradamente en sus textos. No es dato
menor que su tesina de graduacin en la cole Normale Suprieure vers sobre Leibniz.
25 Cassirer, Ernst. Op.cit. pg. 98.
26 Ibid. pg. 101.
27 Ibid. pg. 101
BIBLIOGRAFA CITADA:
Bachelard, Gaston. Le nouvel esprit scientifique. Vrin, 1996.
Bailly, Dictionnaire grec-franais. Hachette, 1950.
Benveniste, E. Le vocabulaire des institutions indo-euroennes. 1. conomie,
parent, socit. Minuit, 1969.
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Bourdieu, Pierre Une interprtation de la sociologie religieuse selon Max Weber. en
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Bouveresse, Jacques. Prodiges et vertiges de lanalogie. Raisons dagir. 1999.
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