Un Niño en La Revolución Mexicana
Un Niño en La Revolución Mexicana
Un Niño en La Revolución Mexicana
la Revolucin
Mexicana
Ren Avils Fabila
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son revolucionarios, sino robolucionarios. Por desgracia, esta ignominia creci hasta hacerse monstruosa.
El nio se percata claramente que el movimiento
esperanzador se haba desmayado (el trmino es suyo)
de forma prematura.
No todos en aquellos tiempos se formaron en la
pasin de la gesta, como Martn Luis Guzmn o Rafael
F. Muoz, al lado de Villa. Los hubo como Alfonso
Reyes, espiritualmente golpeado por la muerte de su
padre, el general Bernardo Reyes, que opta por buscar otras referencias culturales para su arte narrativo,
dramtico y ensaystico. Tampoco a Julio Torri, tan
atenesta como los anteriores, parece importarle la
Revolucin.
En cambio, Andrs Iduarte aprovecha su niez
para mostrar en una muy bella prosa, nica entre los
libros autobiogrficos mexicanos, sus aos iniciales en
medio de batallas y dificultades peculiares. Recurre al
buen humor y ve a sus paisanos como griegos tropicales
o africanos que desean ser griegos. La lista de nombres
de filsofos y literatos de la Grecia clsica o del mundo
latino es contada con desenfado y naturalidad por el
nio-hombre Andrs.
La primera lectura de Un nio en la Revolucin
Mexicana no me produjo la emocin de la cercana con
Madero, Villa, Obregn, Zapata o Carranza, ms bien
me record que en mi casa los mayores de la familia
Fabila discutan sobre esos mis personajes legendarios
y tomaban partido.
Mi abuelo recordaba que el grado de mayor lo
obtuvo del lado zapatista. Su hermano, mi to abuelo
Gilberto Fabila, senador con Plutarco Elas Calles,
defenda los mritos de Carranza y hasta los del propio Jefe Mximo, sin olvidar, desde luego a lvaro
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