Estudio Bíblico - Marcos 8.27-33
Estudio Bíblico - Marcos 8.27-33
Estudio Bíblico - Marcos 8.27-33
27-33
por Edgardo Jos Soto Brito
Sali Jess con sus discpulos a las aldeas de Cesarea de Filipo; y en el camino
pregunt a sus discpulos, dicindoles: Quin dicen los hombres que soy yo? 28 Y le
respondieron, diciendo: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elas; pero otros, uno de los
profetas. 29 El les pregunt de nuevo: Pero vosotros, quin decs que soy yo?
Respondiendo Pedro, le dijo: T eres el Cristo. 30 Y El les advirti severamente que no
hablaran de El a nadie.
31
Y comenz a ensearles que el Hijo del Hombre deba padecer muchas cosas, y ser
rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y
despus de tres das resucitar. 32 Y les deca estas palabras claramente. Y Pedro le llev
aparte y comenz a reprenderle. 33 Mas El volvindose y mirando a sus discpulos,
reprendi a Pedro y le dijo: Qutate de delante de m, Satans!, porque no tienes en
mente las cosas de Dios, sino las de los hombres.
Introduccin
En la primera mitad del evangelio (1.18.21), Marcos ha compartido la historia
de las buenas noticias de Jesucristo, Hijo de Dios (1.1). Ahora llegamos al punto de
inflexin de la obra. De camino a Cesarea de Filipo, Jess pregunta a sus discpulos
quin crea la gente que era l, y tras una lista de posibilidades, Pedro, fungiendo como
portavoz del grupo, dice que l es el Cristo. Jess entonces les advierte severamente que
no digan nada a nadie de fuera. Inmediatamente despus de esto viene el primer anuncio
de la pasin. Jess comienza a ensear a sus discpulos debido a posibles malos
entendidos respecto a su mesianismo. Jess comienza a explicarles que su rol como Hijo
de Hombre conlleva dar su vida en rescate por muchos (cf. 10.45; 14.24). La prediccin
es seguida por enseanzas sobre el discipulado (8.349.1).1
El relato puede dividirse en dos partes, en una historia sobre Jess (8.27-30)
conectada a la primera prediccin de la pasin y a la reaccin de los discpulos (8.3133). Se dividir de la siguiente forma: (1) una sutura de Marcos basada en una
11. Robert H. Stein, Mark, Baker Exegetical Commentary on the New Testament (Grand
Rapids, MI: Baker Academic, 2008), 395.
localizacin tradicional (8.27a), (2) una pregunta y respuesta preliminar (8.27b-28), (3)
la pregunta y respuesta principal (8.29), (4) un mandato de secreto (8.30), (5) la primera
prediccin de la pasin (8.31-32a) y (6) un error de los discpulos seguido de una
reprensin de Jess (8.32b-33).2
Comentario
Marcos 8.27a (LBLA)
27a
la figura central del relato. Que Marcos se refiera a las aldeas de Cesarea de Filipo
resulta extrao. Algo ms natural sera el territorio de (5.1), las regiones de (7.24,
31; 8.10; 10.1; cf. 5.17). Cesarea de Filipo estaba situada en las laderas al sur del Monte
Hermn, a unas veinticinco millas al norte del Mar de Galilea (ver imagen).
Anteriormente se llamaba Paneas. Fue agrandada y renombrada Cesarea de Filipo, hijo
de Herodes el Grande. Debe distinguirse de la ms amplia y famosa Cesarea Martima
construida por Herodes el Grande en la costa del Mediterrneo. (Muchas ciudades eran
llamadas Cesarea para ganar favor con el emperador.)3
Marcos 8.27b-28 (LBLA)
27b
y en el camino pregunt a sus discpulos, dicindoles: Quin dicen los hombres que
soy yo? 28 Y le respondieron, diciendo: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elas; pero
otros, uno de los profetas.
La conversacin que se da toma lugar en el camino. Los hombres a quienes
se refiere la pregunta de Jess son el pueblo judo en general. La cuestin de la
identidad de Jess es el tema central del evangelio de Marcos en su totalidad (cf. 1.27;
22. Ibid., 397.
33. Ibid., 398.
2.12; 4.41; 6.2, 14-16; 7.37; 14.61; 15.2; etc.) y confronta a cada lector de la obra. Las
opiniones que se mencionan recuerdan a las dadas por Herodes en 6.14-16. Tanto los
nombres como su orden son idnticos (cf. Jn 1.21). Cmo es posible que Jess fuese
considerado Juan el Bautista es un enigma ya que sus ministerios coincidieron (1.9-11;
Lc 7.18-35; Jn 3.22-30; 4.1-2; ver Mc 6.14-16). Elas es nombrado como una
posibilidad ya que la perspectiva comn era que regresara al fin de los tiempos (Mal
4.5-6; Sir 48.1-10). Una manera de entender el retorno de Elas era que l sera
resucitado de los muertos y regresara a Israel. Para Jess y los escritores del NT la
profeca deba entenderse de forma figurada. Alguien como Elas (i.e., Juan el Bautista)
vendra y llevara a cabo el ministerio proftico de Elas. As es como Mc 9.11-13; Mt
11.12-14; 17.10-13 entienden la profeca. Por su vestimenta, parece que Juan el Bautista
entenda la profeca de esta manera (ver 1.4-6). uno de los profetas posiblemente tiene
a Dt 18.15-19 en mente. El paralelo de Mateo lista a Jeremas como una sugerencia. El
paralelo en Lc 9.19 sigue la lista de Marcos. Que se entenda a Jess como un profeta es
claro por Mc 6.4; 14.65; Lc 7.16, 39; 13.33-34; 24.19.4
Marcos 8.29 (LBLA)
29
El les pregunt de nuevo: Pero vosotros, quin decs que soy yo? Respondiendo
Pedro, en particular, sobre lo que implicaba el mesianismo de Jess poda estar errnea,
pero la confesin era correcta. Esta confirma el entendimiento de Marcos en 1.1 y luego
en 14.61-62 Marcos registra una clara afirmacin de este ttulo por Jess mismo. Jess
es el Cristo. La falta de elogios a Pedro por esta confesin (cf. Mt 16.16-17) puede
deberse a que el evangelista no lo consider necesario. El lector ya sabe que Jess es el
Cristo por la afirmacin inicial en 1.1.5
Marcos 8.30 (LBLA)
30
hubiese tolerado una proclamacin abierta de mesianismo por un lder tan popular e
influyente. Independientemente de lo que Jess pensase sobre lo que significaba el
mesianismo, Roma no lo habra aceptado. Ni siquiera fue aceptado por sus propios
discpulos despus de l habrselos explicado (8.31-33). No habran sido las multitudes
an ms incapaces de entender el mesianismo de Jess? La visin predominante acerca
de la venida del mesas envolva esperanzas polticas y revolucionarias de liberacin del
imperio romano. Jess deba ser cuidadoso de no alimentar esas falsas esperanzas (cf. Jn
6.15). Esas falsas esperanzas inflamaron el fervor revolucionario de las masas y trajeron
el desastre en los aos 70 y 135 E.C.6
Marcos 8.31-32a
31
Y comenz a ensearles que el Hijo del Hombre deba padecer muchas cosas, y ser
rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y
despus de tres das resucitar. 32a Y les deca estas palabras claramente.
32b
Conclusin
Bibliografa
Stein, Robert H. Mark. Baker Exegetical Commentary on the New Testament. Grand
Rapids, MI: Baker Academic, 2008.