Reflexión Sobre 1 Corintios 11:17-34
Reflexión Sobre 1 Corintios 11:17-34
Reflexión Sobre 1 Corintios 11:17-34
cafetería de la universidad
universidad? Ambos son unos de los lugares más divididos bajo un solo techo. Por un lado
están los nenes malos, por otro las nenas bonitas. En una mesa separada se encuentran los
rockeros, en otra están los estofones. En la universidad la cosa es más complicada, pero los
rockeros siempre están, también se juntan los deportistas, los “pariceros” y los profesores.
Tal vez algunos se ustedes no se sentarían en “X” mesa por cómo se ven los que allí
están. O quién sabe, tal vez son muy alborotosos o, por el contrario, muy callados y
aburridos. El asunto es que cada vez que entramos en un espacio con mucha gente,
automáticamente intentamos ubicarnos entre personas que nos acepten como somos pero
que también representen lo que apreciamos o lo que queremos llegar a ser. Por eso me hago
Las cartas a la iglesia en Corinto nos muestran una iglesia con profundos problemas.
A estos nuevos creyentes se les estaba haciendo muy difícil abandonar los patrones de
conducta que habían definido su vida fuera de Cristo. Pablo en 1 Corintios trata asuntos de
inmoralidad sexual, de peleas entre creyentes que llegaban a tribunales, de una hyper
espiritualidad que devaluaba el cuerpo, entre otros asuntos. Pero el tema que sale una y otra
iglesia, cada uno reclamando para sí a un líder. Unos decían ser de Pedro, otros de Pablo,
un grupo era de Apolo y otros de Cristo (lo que eso signifique). Además de esa división,
también los corintios se habían divido porque había un grupito que se creía que sabía más
que los demás y exaltaba el conocimiento sin importar el efecto que sus acciones tuviesen
sobre otros creyentes. Los corintios también estaban divididos porque había un grupo de
hombres que se creían “la imagen y la gloria de Dios”, exigiéndole a las mujeres que
durante el culto se pusieran algo sobre la cabeza para mostrar su sumisión a ellos.
¿Eso es todo? ¡No! El famoso texto de la Cena, el que tradicionalmente leemos los
domingos cuando se celebra en nuestro culto… ese texto se escribe porque en la Cena del
Señor los corintios también estaban divididos. Tan grave era el problema que Pablo les dice
en 1 Cor 11:20: “Cuando ustedes se reúnen, la verdad es que no les interesa la Cena del
Señor” (NTV). La NVI lo dice así: “cuando se reúnen, ya no es para comer la Cena del
Señor”. Una traducción literal diría: “cuando os reunís, esto ya no es comer la cena del
Señor” (LBLA). Dicho de otra forma: tan desenfocados estaban los corintios que, aunque
desde un punto de vista formal celebraban la Cena del Señor, en realidad no era así. ¿Qué
hermano para celebrar el “banquete” del Señor, el anfitrión invitaba a los miembros más
reconocidos y de mayor estatus social a sentarse a la mesa. Los demás tenían que quedarse
afuera por un asunto de espacio. Pero esto no es todo. Parece ser que, conforme a la
costumbre de la época, a los de mayor honor se les servía la mejor comida y el mejor vino.
Los hermanos y hermanas pobres recibían porciones de menor calidad o incluso nada.
Pablo nos dice que en ocasiones ni siquiera cenaban juntos. Los más ricos cenaban primero
(1) La Cena es para hacer memoria de la salvación dada en Jesús, no para establecer quién
tiene dinero y quién no, quién es popular y quién no, a quién la sociedad admira y a quién
no. Recordar la obra de Jesús hasta que el regrese es el motivo primario de la celebración.
(2) Aceptar la obra de Jesús implica participar de un nuevo pacto, que incluye beneficios
Recuerdo las palabras de Jesús en Juan 15:12: “Este es mi mandamiento: que os améis los
La Mesa del Señor entonces representa un profundo reto para nosotros y nosotras.
La Mesa nos obliga a ver a Cristo en el hermano o en la hermana que no habla como yo, no
viste como yo, no le interesan las mismas cosas que a mí y que parece. La Mesa es un
Mira a tu lado, ¿a quién ves? La Cena te dice algo que va debajo de las apariencias:
ves a un ser amado por Dios; ves a un hijo o a una hija de Dios; ves a tu hermano o
hermana; ves a una persona con dones y talentos que Dios quiere utilizar para edificar a su
iglesia. Cuando miramos a nuestro prójimo vemos a Cristo. Por esa razón: abandona los
conflictos; cesa las malas miradas; deja atrás las discusiones vanas; dile ¡No! a la
la fe.
Toma un momento para meditar en esta palabra. ¿Hace falta que perdones a un
hermano o hermana en la fe? ¿Viene a tu mente algún hermano o hermana que hayas estado
que te dejan de lado, que no te consideran? El Señor y su iglesia te reciben en este tiempo
especial. Yo les invito, de modo simbólico, a dar un abrazo a quienes están a su lado.