Los Mudéjares en El Reinado de Jaime II (1291-1327)

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Anals de la Real Acadmia de Cultura Valenciana n 85 (2010)

Jos Vicente Gmez Bayarri

Los mudjares en el Reinado de Jaime II


(1291-1327)

RECEPCIN:

09-11-2009

REVISIN:

07-07-2010

ACEPTACIN: 07-07-2010
PUBLICACIN: 30-12-2010

LOS MUDJARES EN EL REINADO DE JAIME II


(1291-1327)

Resumen:
En este artculo abordamos algunos aspectos del reinado del monarca Jaime II que
tuvieron relacin con los mudjares y la legislacin foral emanada en Cortes celebradas de su reinado, as como disposiciones, de diversa naturaleza, aprobadas por
Consells municipales de poblaciones del Reino de Valencia concernientes a los
sarracenos.

Palabras clave: Disposiciones Forales, Consells, Reino Valencia (1291-1327)

THE SPANISH MUSLIMS (MUDEJARES)


LIVING UNDER CHRISTIAN RULE IN THE REIGN OF JAIME II

Abstract:
This article approaches some aspects of the reign of King James II related with
the moors and the foral (local) legislation issuing from the Courts held during
his kingdom, as well as the rulings and decisions of diverse nature approved by
the municipal Councils of the towns of the kingdom of Valencia concerning the
moors.

Key words: Foral legislation, Councils, Kingdom of Valencia (1291-1327)

Jos Vicente Gmez Bayarri

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Justificacin
Este ao 2009 se conmemora el IV centenario del bando de expulsin de los mudjares y moriscos del territorio valenciano, hecho pblico por el virrey de Valencia,
el marqus de Caracena, el 22 de septiembre de 1609 en el reinado de Felipe III, lo
que certificaba, prcticamente, el fin de la situacin conflictiva creada en diversas
poblaciones y comarca del Reino durante cuatro siglos.
Desde la conquista del reino cristiano de Valencia por Jaime I en el siglo XIII hasta
la expulsin de la minora religiosa islmica trascurri un largo periodo de tiempo
durante el cual se produjeron hechos que denotan actos de relativa tolerancia y
convivencia y de enfrentamientos entre las dos confesiones religiosas, la musulmana y la cristiana, que tuvieron gran protagonismo en la vida econmico-social e indujo a la Corona a dictar numerosas disposiciones forales referentes a los sarracenos
y a las relaciones con los cristianos en el reinado de Jaime II.

Anals RACV n 85 (2010) / Los mudjares en el reinado de Jaime II

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Bando de la expulsin de los moriscos del Reyno de Valencia,


hecho pblico por el virrey de Valencia el marqus de Caracena,
el 22 de septiembre de 1609. Archivo de Simancas.

1. Introduccin biogrfica
El rey Jaime II, el Justo, sucedi a su hermano Alfonso I el Liberal al morir sin descendencia. Naci en la ciudad de Valencia en 1268 y falleci en Barcelona, en 1327.
Hijo de Pedro I el Grande y de Constanza de Sicilia, fue nieto de Jaime I el Conquistador. Gran parte de su infancia transcurri en Valencia, trasladndose a Sicilia
en 1283, donde gobern durante seis aos. En las Cortes de Zaragoza de 1291 fue
nombrado Monarca de los reinos peninsulares de la Corona de Aragn.
Jaime II tuvo que demostrar su vocacin diplomtica en las constantes negociaciones y acuerdos firmados, vocacin que le llev a exclamar a su embajador Vidal de
Vilanova en la corte romana; Se diu clarament, en la cort, que mes hic escrivits
vos, senyor, tot sol, que entre tots los altres princeps del mon.
Fue el Monarca ms internacional de los contemporneos y el ms diplomtico de
los reyes de la Corona de Aragn.

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Al morir a la edad de 59 aos dej al primognito, infante Alfonso, los reinos de


Aragn y Valencia, el condado de Barcelona y los territorios de Crcega y Cerdea,
y a su otro hijo, don Pedro, don el seoro de Ganda y Denia.1

2. Ampliacin territorial del Reino de Valencia. Poltica interior


Desde el ao 1243 hasta 1265 el reino musulmn de Murcia estaba bajo la soberana vasalltica de Castilla, merced a la actitud del rey Muhammad Ibn Hud.
Dicho reino tena incorporadas a su soberana hasta la lnea del Jcar, quedando
consecuentemente todas las tierras alicantinas dentro de la jurisdiccin del Reino
de Murcia. El Tratado de Almizra firmado el 26 de marzo de 1244 reconoca a la
Corona de Aragn el derecho a conquistar por el Sur hasta Biar-Castalla-Xixona y
Barranco de Aiges en La Vilajoyosa, mientras que se asignaban a la conquista de
Castilla las tierras meridionales alicantinas restantes desde la citada lnea orogrfica
hacia al Sur en Murcia.
As haba quedado establecida, por el Tratado de Almizra entre Jaime I y el infante
castellano, don Alfonso, la frontera hasta el ao 1296. Razones diversas impulsarn
al monarca Jaime II (1291-1327), sucesor de Alfonso I de Valencia (1285-1291),
III de Aragn a ignorar los acuerdos fronterizos firmados y ocupar por la fuerza
plazas del Reino de Murcia que pertenecan a Castilla.
J. M. del Estal expone una serie de argumentos, de ndole diversa, que impulsaron
al monarca Jaime II a la conquista del Reino de Murcia y declarar la guerra a Castilla para someter de facto lo que entenda que de jure le perteneca por las
donaciones pactadas.2

Para una aproximacin a la biografa de este monarca, cfr. MARTNEZ FERRANDO, J. E., Jaume II. Barcelona,
1963. Del mismo autor. Jaime II. Su vida familiar. Barcelona, 1948, 2 volmenes.
2
DEL ESTAL, J. M., La incorporacin de Alicante al Reino de Valencia. Historia del pueblo valenciano. I. Valencia, 1988,
pp. 216-217. Cfr. Del mismo autor, Conquista y anexin de las tierras de Alicante, Elche, Orihuela y Guardamar al Reino de Valencia
por Jaime II de Aragn (1296-1308). Alicante, 1982. Integracin de Alicante al Reino de Valencia. En torno al 750 Aniversario. II. Valencia, 1989. Conquista y repoblacin (1247-1490), Las instituciones polticas (1252-1490).
Historia de Alicante. I. Alicante, 1989.
1

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Una vez hubo controlado la situacin en el Reino de Aragn, centr su actividad


poltica en el Reino de Valencia, en cuya capital entr en 1292, jurando los furs
y cumpliendo las disposiciones forales.
Convencido que existan razones jurdicas justificadas, ignor los acuerdos fronterizos establecidos en el Tratado de Almizra y ocup plazas del Reino de Murcia,
cuya conquista perteneca a Castilla. Por la Concordia de Monteagudo Jaime II
hizo rehenes los castillos de Cartagena, Monteagudo, Orihuela y Alicante y orden
a sus alcaides que se los entregaran. En breve perodo de tiempo, el Monarca someti el Reino de Murcia a excepcin de los castillos de Mula, Alcal y Lorca que
resistieron hasta 1301.
Sin embargo, no debemos entender, por la rapidez que se produjo la conquista
del Reino de Murcia, que fue un verdadero paseo militar. Se tiene constancia de la
resistencia y asedios a que se sometieron ciertas villas y castillos para incorporarlos
a las posesiones del monarca de Valencia, entre ellas las de Orihuela, Cartagena,
Murcia, Monteagudo castillo extramuros de Murcia Elche, etc.
Unos aos ms tarde un conjunto de razones polticas le indujeron a firmar la paz
entre Aragn y Castilla, Jaime II y Fernando IV de Castilla pacto sellado por la
Sentencia de Torrellas de 1304. Arbitraje cuyo resultado fue la divisin del Reino de Murcia, trazando la lnea divisoria en el Bajo Segura, correspondiendo al
Reino de Valencia la parte septentrional, incorporando possessiones mes enlla de
Xixona que anexionar con carcter de circunscripcin especial, ultra Sexonam.
Las imprecisiones de la Sentencia tuvieron que ser corregidas por el Acuerdo de
Elche de 1305, donde se marcaran ms especficamente los lmites fronterizos de
los reinos de Valencia y Murcia, desde Villena hasta el ro Segura.
Por la Sentencia arbitral de Torrellas, segn recogen Torres Fontes y J. M. del
Estal,3 se incorporan al Reino de Valencia un vasto territorio que abarcaba las actua-

Cfr. ESTAL, J. M. del, Conquista y anexin de las tierras de Alicante, Elche, Orihuela y Guardamar al Reino de Valencia por Jaime II de
Aragn (1296-1308). Alicante, 1982. Integracin de Alicante al Reino de Valencia. En torno al 750 Aniversario. Antecedentes y consecuencias de la conquista de Valencia. II. Valencia, 1989. Conquista y repoblacin (1247-1490). Historia de
Alicante. Tomo I. Alicante, 1989.

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les comarcas del Alicant, Alto y Bajo Vinalop y el Bajo Segura, con las importantes
villas de Alicante, Elche, Orihuela y Guardamar, y se pusieron en litigio otros territorios como eran las demarcaciones de Cartagena, Villena, Caudete, y los trminos
de Jumilla, Yecla y Abanilla.
En el Acuerdo de Elche, el Rey de la Corona de Aragn renuncia a la villa y trmino de Cartagena y se aclara con mayor detalle la frontera con Jumilla y Villena,
quedando delimitada ntidamente los lmites entre el Reino de Valencia y Castilla.
Dicha reparticin territorial, indica J. M. del Estal, origin la creacin de la Procuracin General de Orihuela que engrosara los territorios del Reino de Valencia. El rey
Jaime II impondra a dicha Procuracin una Carta Magna de adhesin al Reino
de Valencia con la aplicacin de los Furs que tena otorgados, pero respetando
las peculiaridades formales de los fueros propios de las localidades, siempre que se
hallaran sancionados por privilegios reales.
Jaime II tambin fue el artfice de la recuperacin para la Corona del seoro musulmn de Crevillente en 1318.

3. Luchas con los musulmanes granadinos y expedicin de tropas de la Corona


de Aragn a Almera
Los registros de la Cancillera Real documentan que en el tramo final del reinado
de Jaime I el Conquistador y durante el de su hijo Pedro I el Grande se produjeron
numerosas algaradas o avalots de sarracenos en numerosas poblaciones de la geografa del reino de Valencia, levantamientos que los monarcas tuvieron que sofocar
para evitar enfrentamientos y altercados con sectores sociales cristianos.4
Los motines y sublevaciones originaron un ambiente de tensin y un latente antimudejarismo que perdur durante toda la Baja Edad Media. El temor a posibles

Cfr. BURNS, R. I., Avalots socials a la Valncia del segle XIII. Jaume I i els valencians del segle XIII. Valencia, 1981, pp.
269-300.

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invasiones y que los sarracenos valencianos desempearan el papel de quintas


columnas que favorecieran la labor alarmaron a los monarcas valencianos.5
El poder y las incursiones de los musulmanes granadinos en territorio valenciano
inquiet al monarca Jaime II, pues suponan un peligro para la integridad de nuestro Reino, dada la densa poblacin valenciano-musulmana que habitaba nuestras
tierras y el estmulo y ayuda que reciban de los soberanos norteafricanos y la incitacin a que se rebelasen contra el rey cristiano.6
Las frecuentes estancias del Monarca en Valencia no slo eran por motivo de la guerra entablada con Castilla por el territorio del sur del Reino de Valencia y de Murcia,
sino tambin porque desde la capital del Reino se organizaban las expediciones
terrestres y navales contra los musulmanes de Granada y Marruecos. Adems, el Rey
contaba con la colaboracin, en Crevillente, de Mohamed Abenhudell, que haba
aceptado, con todos los sarracenos de su jurisdiccin seorial, ser vasallos del rey
Jaime II.
Despus de haberse firmado la paz entre las coronas de Aragn y Castilla, en la que
se haba implicado en la tregua al soberano de Granada, en el verano de 1304 se
produjo una incursin musulmana en el Reino de Valencia. En septiembre de ese
mismo ao el monarca don Jaime remite una misiva a Fernando IV de Castilla para
informarle de una reciente algara nazar que saque el trmino de Orihuela y se
quejaba del incumplimiento de lo pactado, ya que haban entrado en nuestro Reino
de Valencia grant gent de cavalleros genetes e de homes a pie que han feyto e facen
y quanto mal e danyo pueden. En estas razias se lleg a incendiar la villa de Cocentaina, teniendo asediado durante tres das a Roger de Lauria, a la sazn seor de
la villa. El monarca valenciano Jaime II haba nacido en Valencia responsabiliz
de lo ocurrido al rey de Castilla, ya que tena una actitud desleal con Mohamed III,
rey de Granada, y las consecuencias las pagaban los valencianos.
Cfr., entre otros trabajos, GUAL CAMARENA, M., Mudjares valencianos. Aportaciones para su estudio. Rev.
Saitabi, VII (1949), pp. 165-190. ROCA TRAVER, F., Un siglo de vida mudjar en la Valencia medieval (12381338). Estudios de la Edad Media de la Corona de Aragn, V. (1952) VV.AA., Mudjares Valencianos y Peninsulares. Revista
dHistria Medieval, n 12. Departamento de Historia Medieval. Universidad de Valencia. 2001-2002.
6
Cfr. LPEZ DE COCA CASTAER, J. E., Los mudjares valencianos y el reino nazar de Granada. Propuesta para
una investigacin. En la Espaa Medieval. Homenaje a Salvador de Mox. Madrid, 1982, 1, pp. 643-666.
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A principios de 1308, de nuevo, se tensaron las relaciones entre la Corona de Aragn y el Reino de Granada. Mientras Jaime II se encontraba armando galeras en
puertos de su territorio, el rey granadino hostig las costas valencianas de Denia,
Jvea y Alicante.
A propsito de organizar una cruzada a Tierras Santa los jurados y prohombres
de la universidad de la ciudad de Valencia le dirigen una misiva al Santo Padre en
la que le tramiten la preocupacin por la inseguridad de los reinos de Valencia y
Murcia.
()En altra manera, padre Sant, si vos no donavets consell e ajuda qu.els sarrahins del regne de
Granada fosen gitats e la terra conquesta a crestians, no serie segura cosa a les gents dels regne de
Valencia e de Murcia seguir-vos o anar en lo viatge del pasatge dOltramar, car perill serie gran de
perdre los dits regnes a crestianisme e de esser cobrat per los infels sarrahins.7
Sabedores los soberanos de Aragn y Castilla de la insurreccin de los sarracenos
granadinos contra Mohamed III, por su mal gobierno, aceleraron sus esfuerzos para
preparar un ataque a Granada. Jaime II envi a la curia pontificia embajadores para
obtener del Papa indulgencias destinadas al ejrcito y la remisin del delme.
Los objetivos de las expediciones militares fueron la conquista de la plaza de Almera por Jaime II el Justo y de la de Algeciras por Fernando IV. Indudablemente, la
ocupacin de Almera representaba mayor dificultad, por estar separada de la frontera sur del Reino de Valencia. Por ello, para el asedio, se recurri a la va terrestre
y a la martima. A pesar de que derrotaron al ejrcito musulmn, los esfuerzos para
tomar la ciudad de Almera fueron infructuosos. El rey castellano tambin fracas
en su intento. La repatriacin del ejrcito cristiano que se enrol en la empresa
almeriense pas por toda clase de vicisitudes, tanto el que regres por mar como
el que lo hizo por tierra.
En los aos siguientes, los musulmanes granadinos organizaron incursiones de
saqueo por territorio del sur del Reino de Valencia. En 1323, autoridades del Reino
Documento fechado el 18 de julio de 1311. Recogido por RUBIO VELA, A., Epistolari de la Valncia Medieval. Valencia,
1985. Doc. nm.95, pp. 253-254.

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de Valencia teman ataques de granadinos y magrebes por tierra y por mar, desde
el instante en que el reino nazar a fincada mejor su paz en el Andaliza. La operacin combinada ira acompaada del alzamiento de los moros de Cocentaina,
Oliva, Rebollet y Huerta de Alicante. As se refleja en un informe de las autoridades
locales dirigido al Baile General.8
En 1326 cuando estaba a punto de expirar una tregua que se haba firmado, el
nuevo soberano de Granada, Mohamed IV, obtuvo una prrroga del monarca Jaime II en la que se estipulaba que el rey de Aragn, en un tiempo determinado, no
prohibiera a ningn moro de su tierra salir e ir a tierras de moros si pagaba los
derechos acostumbrados.
El monarca granadino lo que deseaba, en primer lugar, era la libertad total de la
emigracin para los mudjares, posibilidad que quedara condicionada en el acuerdo sellado al pago de unos emolumentos dispuestos en la legislacin de la Corona
de Aragn. Esta peticin se plante en los ltimos aos del reinado de Jaime II,
momento en que haban surgido diversas preocupaciones y exteriorizaba dicho
monarca muestras de debilidad frente a la fortaleza por la que atravesaba el rey de
Granada.
En otoo de 1331 las tropas del visir Ridwan recorrieron los trminos de Orihuela
y los de Elche, y saquearon Guardamar.
Los temores que cundan entre la poblacin cristiana eran alimentados por las incursiones peridicas de los granadinos por las tierras del sur del Reino de Valencia.
Los cristianos del Reino de Valencia para realizar expediciones y traficar con mercaderas con ciudadanos que habitaban en tierras de moros necesitaban la autorizacin real. Por no disponer de ella y trasportar mercaderas prohibidas el monarca
Jaime II mult con 850 libras a sbditos valencianos que haban comercializado
productos con Tremecn.

MASA DE ROS, A., La Corona de Aragn y los estados del norte de frica. Barcelona, 1951, doc. 160, pp. 455-457.

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El monarca Jaime II escribi a uno de los reyes de Tremecn y le trasmiti la siguiente contestacin a la solicitud de poner en libertad a todos los sarracenos que
habitaban las tierras valencianas:
() con respecto a lo que me indicis de que ponga en libertad a todos los cautivos de nuestras
tierras, no hay posibilidad de llevarlo a cabo () pues () habis de saber que estn todos los
trabajos a cargo de los cautivos, la mayor parte de los cuales son artesanos de diferentes oficios
(); la libertad de todos es algo muy difcil porque quedaran despoblados los lugares y se paralizaran todos los oficios.9
An siendo inviable la exigencia de cumplir la solicitud de libertad de todos y la
respuesta del monarca de lo que supondra este hecho, lo que quedaba de manifiesto es el gran peso que representaban los mudjares para el tejido productivo del
Reino de Valencia a principios del siglo XIV.
En 1323, el monarca don Jaime envi una embajada al soberano musulmn Ismael.
Las conversaciones mantenidas fructificaron en la firma de la paz entre la Corona
de Aragn y el Reino de Granada, situacin que fue aprovechada por Jaime II para
organizar su ejrcito y reconstruir la flota que llevara a cabo la conquista de la isla
de Cerdea.10
El 21 de febrero de 1323 el Consell de la ciudad de Valencia estableci que se nombre a determinadas personas para que administren los dineros recaudados para la
redencin de cautivos de la ciudad que estaban en poder de los infieles de la abominable secta de Mahoma, que por el mal tiempo no pueden salir del poder de dichos
enemigos en el Reino de Granada, o bien estn en cautividad en tierra de Barbera,
consecuencia de la piratera practicada.11
Unos aos ms tarde, ya en el reinado de Alfonso II el Benigno, se llev a cabo la
correra de 1332 con la sabudera e consentiment dels moros de la terra ()
VIDAL BELTRN, E., Valencia a fines del siglo XIV: Mudjares, berberiscos y granadinos, nm. 20 de Temas Valencianos. Zaragoza, 1977, p.23.
10
MARTNEZ FERRANDO, J. E. Jaume II. Barcelona, 1963, pp. 194-199.
11
ROCA TRAVER, F. A., y FERRER NAVARRO, R., Historia de la Cultura Valenciana (1263-1400). (Documentos para el estudio).
Tomo I. RACV. Valencia, 2004. Doc. 143, p. 124. AMV. Manual de Consells, t. A-1, fol.199-200.
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ab la ajuda e favor dels moros del regne.12 Una pragmtica sancin del Monarca
autorizaba a los sarracenos valencianos para poder desplazarse a otros pases islmicos cuando lo deseasen, prcticamente sin condiciones. Sin embargo, dos dcadas
despus se responsabilizaba al Bayle General de la concesin de salvoconductos y
se revitalizaba una antigua disposicin dictada en el reinado de Pedro el Grande, en
que se contemplaba que los mudjares haban de pagar ciertos derechos de trnsito
y fianzas que garantizaran su retorno.13
Durante este reinado existen testimonios que constatan que los mudjares pudieron
cambiar de residencia dentro de los Estados de la Corona de Aragn; pero tambin
abundan las pruebas que demuestran que muchos seores de lugares de mudjares
se oponan tajantemente a ello y adoptaron medidas de control para evitar la fuga
de su territorio.

4. Cortes y disposiciones forales del reinado de Jaime II


Durante el reinado de Jaime II el Justo se celebraron, segn Sim Santonja, Cortes
valencianas en 1292 y en 1301-1302.
Un privilegio de dicho rey refiere que se celebraron Cortes en la ciudad de Valencia,
como se extrae de documento fechado en Valencia a XIII kalendas de febrero de
1292, (20 de enero). En dicho privilegio se contempla la aprobacin de los fueros,
libertades, buenos usos y costumbres concedidas por sus predecesores a la ciudad
y Reino de Valencia y la promesa de trabajar sin desmayo hasta conseguir que sus
sbditos disfrutasen del beneficio de la paz que carecan, por intereses sociales encontrados y por la situacin poltica.
Pronto quebrant su juramento de fidelidad y respeto a los Furs. Al visitar Valencia, en enero de 1293, fue tan fuerte la oposicin al contenido de dicha Carta
GIMNEZ SOLER, A., La Corona de Aragn y Granada. Historia de las relaciones entre ambos reinos. Barcelona, 1908, pp.
253-254. HINOJOSA MONTALVO, J., analiz Las relaciones entre los reinos de Valencia y Granada durante la
primera mitad del siglo XIV en Estudios de historia de Valencia. Valencia, 1978, pp. 91-160.
13
CABANES PECOURT, M. D., El Llibre Negre del Archivo General del Reino de Valencia. Ligarzas, nm. 2
(1970). Regenta, Valencia, 6 de febrero de 1332, p. 159.
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Real que tuvo que conceder un Privilegio que confirmaba los fueros de la ciudad y
Reino de Valencia y asumir, que slo en situaciones de necesidad y con la anuencia
de las Cortes valencianas, introducira legislacin que modificase el contenido, en
letra y espritu, de los Furs del Reino.
El Libre dels furs recoge un fuero por el que Lo molt alt senyor Rey en Jacme hijo del
rey Pedro I de Valencia, celebr Cortes en la ciudad de Valencia a XII de las kalendas
de febrero del ao 1301-1302. En el proemio se especifica los motivos de dicha
convocatoria, la solicitud de convocatoria y la presencia de los invitados. Las Cortes
se celebraron en la Seu de Valencia, Iglesia catedral.
El contenido legislativo de estas Cortes es extenso.14 Veinte fueros o rbricas sancion el Rey en dichas Cortes. Se dictaron fueros institucionales, fueros judiciales
y penales, fueros de ndole econmica, fueros de contenido relativo a profesiones
y oficios, fueros que contenan disposiciones sobre moros y judos, ofrecimiento
de ricos hombres y barones y de ciudades y villas reales para contribuir a pagar las
deudas contradas por la Corona, y unas reflexiones finales sobre el incumplimiento y la obligacin del Monarca de celebrar Cortes cada tres aos.
Los fueros institucionales decretados en las Cortes de 1302 legislaron, como consignan las rbricas, asuntos que afectaban a las actuaciones del Procurador General,
Baile General y bailes particulares, Justicia de la ciudad y de las villas del Reino y sus
asesores, jueces ordinarios y oficiales que tenan jurisdiccin y sus lugartenientes;
la convocatoria de Cortes; las Audiencias reales; la rendicin de cuentas de los Justicias; la actuacin del Mustaaf, y los salarios de los jueces de la Corte Real.
La obligacin impuesta al Monarca, por fuero otorgado en las Cortes de 1302, de
celebrar Cortes generales cada tres aos fue sistemticamente incumplida. Durante
su reinado estuvo largas estancias en Valencia; a pesar de ello, no se dign convocar
Cortes, ni excus el incumplimiento del fur, lo que le impidi solicitar y recibir
donativos generales del Reino. Sin embargo, los obtuvo de la ciudad y villas reales
a cuyas universidades apremi varias veces con exigentes demandas.

SIM SANTONJA, V. L., Les Corts Valencianes 1240-1645, op. cit., pp. 91-99.

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El corpus foral de privilegios que se concedieron al Reino de Valencia no fue gratuito sino que fue compensado con ayudas militares y financieras que las ciudades
y villas reales se comprometieron a entregar al Rey. Un documento de 1304 recogido en el Aureum opus Privilegiorum Civitatis et Regni Valentie de Luis de Alanya constata que
adems de las gentes armadas y otros refuerzos militares ofrecidos por los ricoshombres y barones se comprometieron las ciudades y villas reales en las Cortes de
1302 a entregar 560.000 sueldos para contribuir a amortizar las deudas contradas
por la Corona, a razn de 140.000 sueldos durante un perodo de cuatro aos.15
Los gastos de guerra para combatir al rey moro de Granada y los ocasionados para
la conquista de Cerdea y Crcega supusieron instituir impuestos especiales. Posteriormente reconoci que estas contribuciones, sin la aprobacin de las Cortes
valencianas, no se establecieron segn lo concertado, pero consider que las necesidades lo exigan.
En lo relativo a los fueros establecidos sobre lo judos y sarracenos se estipula una
regulacin sobre los testigos en el fuero titulado De testimonis:
Item stablim e ordenam que dos testimonis crestians covinents e de bona fama puguen fer
testimoni e lur testimoni sia creegut contra iuheus e sarrahins en tot feyt criminal que sia entre
crestians e iuheus e sarrahins, no contrastans neguns privilegis per nos o per nostres antecessors
atorgats a iuheus o a sarrahins. (Rubrica IX).16
Es decir, que dos testigos cristianos de buena fe puedan testificar en las disputas
entre cristianos, judos y sarracenos y su testimonio sea creble. Sin embargo, no
contempla que estos testimonios puedan ser de judos o de sarracenos, lo que supone que solamente las declaraciones de los cristianos tengan valor testifical.
Asimismo se alude a los moros en el fuero que lleva por ttulo De la confessio feta
per los moros presos en mar donde se indica:
Cfr. ALANYA, L., Aureum Opus regalium privilegiorum civitatis et regni Valentie. ndices de M D. Cabanes Pecourt. Valencia,
1515. Reedicin, Valencia, 1972.
16
Furs e ordinations fetes per los gloriosos reys de Arago als regnicols del Regne de Valencia. Prlogo de J. Garca Gonzlez. Edicin
de Lamberto Palmart. Valencia, 1482. Edicin facsmile, Valencia, 1977, p. 228. SIM SANTONJA, V. L., Les Corts
Valencianes 1240-1645, op. cit., p. 95.
15

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Item quels sarrahins qui seran preses en mar per los cossaris o per altres a catiu: que puys una
vegada hauran confessat en preencia del batle del senyor rey si esser de guerra que pus avant no sua
rebuda lur confessio el contrari: ans si lo contrari dehien da qui avant non sien creeguts: mas que
stia hom a la primera confessio (Rubrica XI).17
Finalmente tambin el fuero titulado Que algun no gos portar mercaderies a lochs
de enemichs del senyor rey alude a los sarrahins.
Item stablim e ordenam que tot hom de cualquier condicio sia del regne pusca portar e trametre
blat e vianda e totes coses e mercaderies on se volra exceptat a terra de enemichs del senyor rey ab
qui guerreias o de sarrahins (Rbrica XII).18
En el Aureum Opus regalium privilegioum civitatis et regni Valentie recoge al menos catorce fueros concernientes a los sarracenos en el reinado de Jaime II el Justo. As se constata
del enunciado de las rbricas siguientes:
Que, si un judo o sarraceno quiere aceptar la fe verdadera, no pierda nada de sus bienes.Y que
nadie se atreva a reprocharle su conversin bajo la pena sealada en el mismo lugar.Tambin que,
siempre que los hermanos predicadores quieran predicar la palabra de Dios a los judos y a los
sarracenos, puedan stos ser obligados a escuchar su predicacin.19
Que el baile juzgue las causas de los sarracenos que habitan en los lugares reales, de iglesias y
de religiosos, y el procurador del reino de Valencia en las de los que habitan en lugares de barones
y caballeros.20
Sobre la prueba de testimonios cristianos contra judos y sarracenos.21

Furs e ordinations fetes per los gloriosos reys de Arago als regnicols del Regne de Valencia. Prlogo de J. Garca Gonzlez. Edicin de
Lamberto Palmart. Valencia, 1482. Edicin facsmile, Valencia, 1977, p. 228.
18
Furs e ordinations fetes per los gloriosos reys de Arago als regnicols del Regne de Valencia., op. cit. pp. 228-229.
19
Aureum Opus regalium privilegioum civitatis et regni Valentie. Traduccin de Francisco Calero, introduccin de V. Garca Edo
e ndices de M D. Cabanes Pecourt. Ayuntamiento de Valencia, 1999. Fuero o rbrica VI, p. 145 de la traduccin.
Fuero dado en Valencia a diecisiete de noviembre del ao del Seor 1297.
20
Aureum Opus, op. cit., rbrica VII, p. 146. Fuero dado en Valencia a diecisis de abril de 1298.
21
Aureum Opus, op. cit., rbrica XII, p. 149. Fuero recogido en los mismos trminos en Furs e ordinations fetes per los
gloriosos reys de Arago als regnicols del Regne de Valencia, rbrica XI. Prlogo de J. Garca Gonzlez. Edicin de Lamberto
Palmart. Valencia, 1482. Edicin facsmile, Valencia, 1977, p. 228.
17

Anals RACV n 85 (2010) / Los mudjares en el reinado de Jaime II

26

Que la primera confesin de los sarracenos cautivos sea vlida. Que nadie se atreva a llevar
mercanca a tierra de enemigos del Seor Rey.22
En dicho fuero se contempla que los sarracenos que sean apresados en el mar por
los corsarios o por otros para ser cautivos, despus de que hayan confesado una vez
en presencia del baile del Seor Rey que son cautivos de guerra, ms adelante no
sea recibida una confesin contraria, antes bien no sean credos si dicen lo contrario en adelante, y que se tenga en cuenta la primera confesin.
Tambin recoge este ordenacin que cualquier hombre de este Reino, sea de la
condicin que sea, puede llevar y enviar trigo, viandas, cualquier otra cosa y mercaderas a donde quiera, excepto a tierra de enemigos del Seor Rey con los que
guerrea o a tierra de sarracenos.
La relacin amorosa y sexual entre sarraceno y cristiana era severamente castigada.
La sociedad aceptaba con comprensin una relacin de cristiano con musulmana
pero no toleraba la relacin inversa. Tambin para la cristiana la ley contemplaba
una fuerte pena si era suficientemente probada la relacin.
La legislacin foral valenciana recoge fueros, disposiciones y provisiones que regulaban este tipo de relaciones, como el fuero que contempla.
Que los rufianes y las rufianas sean desterrados de la ciudad y de su trmino bajo la pena de
azotes, y que los sarracenos no se atrevan a tratar con mujeres cristianas prostitutas en las tabernas
y otros lugares sospechosos bajo la misma pena.23
Asimismo se determin que
Que las prostitutas cristianas no traten en las tabernas con los sarracenos bajo determinada
pena, que ha de ser inflingida por el procurador del Reino si los seores de los sarracenos fuesen
negligentes en esto.24
Aureum Opus, op. cit., rbrica XIII, p. 149-150. Asimismo se refleja este fuero en Furs e ordinations fetes per los gloriosos
reys de Arago, op. cit., rbrica XII, op. cit., pp. 228-229.
23
Aureum Opus, op. cit., rbrica L, p. 172. Fuero dado en Valencia a once de mayo de 1311.
24
Aureum Opus, op. cit., rbrica LVI, pp. 176-177. Fuero dado en Valencia a cuatro de mayo de 1312.
22

Jos Vicente Gmez Bayarri

27

En esta ordenacin se decreta que su Majestad provea que las cristianas no tengan
la oportunidad de delinquir y que se cumpla la siguiente provisin: que, si algunas
mujeres cristianas prostitutas, que desvergonzadamente venden su cuerpo pblicamente, son halladas bebiendo, comiendo o conversando con sarracenos en las
tabernas o en otros lugares sospechosos, sean castigadas a veinte azotes cada vez
que sean halladas, y que no se acepte nada en lugar de dichos azotes.
El monarca Jaime II orden a sus oficiales que prohban que los taberneros cristianos admitan en sus locales a meretrices cristianas que pudieran incitar a los
sarracenos a delinquir o ir a dichos establecimientos a pasar sus ocios en salaz
esparcimiento.25
En lo referente a las causas criminales se dispuso.
En las causas criminales de los sarracenos, entre un cristiano y un sarraceno, si es menor la pena
en la suna que en el fuero, cmo hay que juzgar?26
En este privilegio se constata una queja trasmitida por los cristianos al Rey para
que se aplique a los sarracenos que cometieran un delito la pena contemplada en el
nuevo fuero concedido, pues se acogan a algunos privilegios otorgados por el monarca Jaime I y sus sucesores y eran castigados segn la Sunna que dictaminaba
una pena menor que la contenida en el fuero de Valencia, lo que consideraban iba
en perjuicio de los cristianos. En este fuero se ordena al baile General del Reino de
Valencia y a dems oficiales que tengan en cuenta esta provisin.
El fuero LXI del Aureum Opus guarda relacin con el anterior y lleva por ttulo:
Que los rufianes y rufianas pblicas sean desterrados de la ciudad y de
las villas del reino bajo pena de azotes. Y que los sarracenos no se atrevan a
conversar con las prostitutas cristianas bajo la misma pena.27
ROCA TRAVER, F., Un siglo de vida mudjar en la Valencia medieval (1238-1338). Estudios de la Edad Media de la
Corona de Aragn, V. (1952), pp. 162-163. ACA, Reg. 38, fol. 72. Doc. 5.
26
Aureum Opus, op. cit., rbrica LII, pp. 173-174. Fuero dado en Morella a cinco de mayo de 1311.
27
Aureum Opus regalium privilegioum civitatis et regni Valentie, op. cit., rbrica LXI, p. 179-180. Otorgado en Lrida a diecinueve de marzo de 1315.
25

28

Anals RACV n 85 (2010) / Los mudjares en el reinado de Jaime II

El Rey orden al Procurador General del Reino, mediante carta, que cumpla lo antedicho y lo haga cumplir de forma inexorable.
Que no sean llevadas cosas comestibles ni ninguna mercadera a la Seo de Valencia, ni se juegue
all a dados. Y que los judos y sarracenos estn obligados a arrodillarse u ocultarse mientras es
llevado el Cuerpo de Cristo por la ciudad, bajo la pena aqu indicada.28
El monarca Jaime II, por la gracia de Dios Rey de Aragn, Valencia, etc., a sus fieles
justicia y jurados de la ciudad de Valencia, los actuales y los que los haya en cada
momento, les desea salud y gracia, y les establece y ordena que por respeto al Santo
Cuerpo de Nuestro Seor Jesucristo, los judos y sarracenos que estn presentes o
cerca mientras es llevado por dicha ciudad el Cuerpo de Cristo se arrodillen o se
oculten y que, si actan en contra, paguen un maraved de oro cada vez y que los
que no puedan pagar dicha pena reciban diez latigazos o diez azotes.
Que en ningn lugar sea invocado o proclamado por los sarracenos a Al en alta voz bajo pena
del ltimo suplicio.29
Cumpliendo el Decreto promulgado por el Papa Clemente V en el Concilio de Viena
y no hecho pblico por causa de sus muchas ocupaciones y de la suerte de la condicin humana, en donde se expresa que constituye una ofensa al nombre de Dios y
un oprobio a la fe cristiana el hecho de que en algunas partes del mundo sometidas
a prncipes cristianos en las que habitan sarracenos, unas veces separados y otras
mezclados con los cristianos, sus sacerdotes, vulgarmente llamados imn en sus
templos o mezquitas, a fin de que adoren all al prfido Mahoma, todos los das
a horas determinadas en algn lugar elevado, oyndolo los cristianos y los sarracenos, invocan y ensalzan en voz alta el nombre de dicho Mahoma, proclamando
pblicamente ciertas palabras en su honor.
El mencionado Concilio de Viena insta a que en adelante en tierras de cristianos
a todos los prncipes cristianos bajo cuyo dominio viven dichos sarracenos, que
como verdaderos cristianos y celosos defensores de su fe, reflexionando con la
28
29

Aureum Opus, op. cit., rbrica LXXII, pp. 184-185. Concedido en Lrida a once de septiembre del ao 1314.
Aureum Opus, op. cit., rbrica XCVI, pp. 196-197. Dado en Barcelona a uno de agosto del ao 1318.

Jos Vicente Gmez Bayarri

29

debida consideracin, quiten por completo de sus tierras y procuren de sus sbditos el oprobio originado.
El Rey ordena que se prohba -despus de haberlo proclamado pblicamente- que
en lo sucesivo en la ciudad de Valencia, en los castillos, en las villas y en lugares
donde ejercemos la jurisdiccin que los imanes u otros invoquen o ensalcen de
alguna manera en alta voz o pblicamente el nombre de Mahoma en las mezquitas o en otros lugares, estableciendo la pena del ltimo suplicio contra quienes se
atreviesen a inflingir o contravenir de algn modo la presente orden. Tambin se le
prohbe el realizar romeras a los sepulcros de sus santones.
Que los sarracenos de la morera de Valencia no puedan ser denunciados si no es ante el baile
general.30
El Monarca comunica al procurador fiscal de Valencia la queja presentada por la
aljama de la ciudad de Valencia y le ordena no intervenir en los asuntos referentes
a los sarracenos y que slo se pueda proceder por medio de nuestro baile en la
ciudad.
El privilegio hace constar que por parte de la aljama de los sarracenos de la ciudad
fue expuesta ante nosotros la splica y queja de que vosotros de nuevo, en contra
de su una y de su costumbre hasta ahora observadas, intervens en la acusacin de
los sarracenos de dicha aljama, y tambin de que los llevis ante el procurador de
dicho Reino o ante el baile de la ciudad. Por esta razn, dichos sarracenos se ven
oprimidos, y de ah que muchos se trasladen a lugares de caballeros, disminuyendo de esta forma nuestras rentas y regalas. Por eso nos fue suplicado por parte de
dicha aljama que velsemos por ellos en esto con generosidad regia.
Se ordena al baile que castigue a los sarracenos que gritan sabalasa.31

30

31

Aureum Opus, op. cit., rbrica CXII, p. 206. Privilegio que fue otorgado en Valencia a trece de diciembre de
1320.
Aureum Opus, op. cit., rbrica CXIV, p. 207. Dado en Valencia a veintiocho de abril de 1321.

30

Anals RACV n 85 (2010) / Los mudjares en el reinado de Jaime II

Por esta provisin se manda que el baile general del Reino de Valencia, Bernardo de
Lanuza, proceda contra los sarracenos en el caso que griten en voz alta sabasala y el
abominable nombre de Mahoma, por considerar que causan gran dao y perjuicio
a nuestra fe catlica, y le insta a que se acte segn establecimos, recordndole que
ya haba dado rdenes a sus oficiales.
Sobre el entendimiento en las causas entre cristianos y sarracenos.32
Esta disposicin foral dictamina como se debe proceder en los litigios entre cristianos y sarracenos, y lo hace saber al baile general de Reino o a su lugarteniente
y tambin a los bailes de cualquier lugar del Reino para que acten segn lo establecido. Les ordena que en las causas que surjan entre cristianos y sarracenos,
sabed que hemos provisto y tambin ordenado que en lo sucesivo los justicias de
la ciudad y de las villas antedichas se entrometan y deban entender en las causas y
litigios entre estas dos comunidades religiosas segn est establecido en el fuero
de Valencia.
Sobre el conocimiento en las causas entre cristianos y sarracenos.33
El privilegio recoge la comunicacin del baile general del Reino de Valencia, Bernardo de Lanuza, recordndole al Monarca que en tiempos anteriores sus predecesores en dicho cargo eran jueces en asuntos, tanto criminales como civiles, entre
cristianos y sarracenos, y en consecuencia nosotros ordenamos que, si un sarraceno
hiriese o matase a un cristiano, dicho sarraceno recibiese el juicio del baile de
acuerdo con el fuero o la una (el que de los dos impusiese mayor pena) y, si el
sarraceno fuese castigado a pena monetaria, fue costumbre que dicha pena fuese
recibida por el baile.
Ante la splica del municipio de la ciudad y de las villas del Reino, ordenamos
que, si los sarracenos cometan contra los cristianos un delito, por el que haba que
inflingirles la pena de muerte o de mutilacin de miembros, procediesen en esos

32
33

Aureum Opus, op. cit., rbrica CXXXIII, p 216. Fuero concedido en Valencia a uno de mayo de 1321.
Aureum Opus, op. cit., rbrica CLVIII, p.231. Fuero otorgado en Barcelona a doce de enero de 1327.

Jos Vicente Gmez Bayarri

31

casos los justicias de dicha ciudad y de las dems villas del Reino cada una en su
demarcacin.
Esta disposicin recoge un conflicto de competencias y dictamina que no se impida
al baile lo que compete a su cargo y se le permita actuar sin impedimento, segn
recoga la ordenanza existente.
El 16 de septiembre de 1326 el Consell de la ciudad de Valencia dict una provisin
en la que concret y seal las fiestas que debern observarse en dicha localidad.
Acuerda, asimismo, una serie de disposiciones sobre cristianos, judos y sarracenos.
Entre las relativas a los mudjares valencianos se sealan:
Item que nengu sarrahi en les dites festes colens no gos laurar.
Item que nengu crestia o crestiana no gos anar o menjar a noces de juheu o de sarrahi, ne conversar o menjar ab juheus o ab sarrahins a les lurs Pasqes.
Item que nengu sarrahi no gos en la ciutat o en son terme conversar en tavernes o en loch sospitos
ab cristianes pecatrius.
Item que nengu sarrahi no gos cridar axi com a abaala.34
A pesar de las prohibiciones en las relaciones entre sarracenos y cristianas existieron verdaderas historias de amor y matrimonios mixtos. A principios del siglo XIV
una tal Elvira, viuda de Pedro Vermell, que resida en Catral, trmino de Orihuela,
se deca de ella que tena por amante a un sarraceno de Crevillente que le engendr
dos hijas de nombre Elisenda y Bocanada. Como se difundi la relacin, ella abandon sus bienes y huy con sus hijas a la poblacin de Vera en el Reino de Granada,
y tom la determinacin de abjurar de su religin cristiana y abrazar el Islam.35

34

35

ROCA TRAVER, F. A., y FERRER NAVARRO, R., op. cit., Doc. 157, p. 128. AMV. Manual de Consells, t. A-1, fol.
281 v.
FERRER I MALLOL, M T., La minora islmica a les comarques meridionals valencianes. Revista Canelobre.
Instituto Alicantino de Cultura, nm. 52. Alicante, 2007, p. 77.

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Anals RACV n 85 (2010) / Los mudjares en el reinado de Jaime II

5. La una y la Xara legislacin bsica del sistema judicial de los mudjares


El veredicto de las sentencias en el orden judicial mudjar segua, bsicamente, lo
prescrito en la ley cornica contenida en la una y la Xara, como se deduce
de lo constatado en diversos fueros concedidos por los monarcas de la Corona de
Aragn y en las diversas cartas pueblas otorgadas a leyes musulmanas. Los reyes
ordenaron a sus oficiales respetar los privilegios que tenan donados los sarracenos
y que no se infringieran sus derechos.
En el transcurrir del tiempo, la diversidad de delitos y la casustica de ellos hicieron
que la tradicin jurdica islmica se tuviera que adaptar a las nuevas circunstancias
e infracciones y tuviera que aplicarse los fueros valencianos u legislacin de diversa
procedencia, con carcter de derecho supletorio.
En los conflictos entre sarracenos se juzgaron secundum legem suam o secundum unam sarracenorum por sus propios alcades. Los mudjares mostraron
inters en hacer constar que fueran juzgados segn las leyes cornicas. Ahora bien,
en los litigios entablados entre miembros de distinta comunidad religiosa cristianos y mudjares el sarraceno pudo acudir al juez cristiano en demanda de justicia
y que se aplicara legislacin foral valenciana cuando la sancin o pena que recaa
contra ellos era inferior. En ocasiones, se originaban dilemas y dudas en cuestiones
que suscitaban enfrentamientos entre mudjares y cristianos: Qu tribunal llevar
el procedimiento judicial? Cmo y qu valor testifical tienen las pruebas presentadas por miembros de distinta confesin? A quin le corresponde y quin tiene la
competencia de dictar sentencia en algunos casos? etc.
Los mudjares tenan la posibilidad de apelar al Rey y de solicitar que se hiciera
cumplir los privilegios que los monarcas precedentes les haban otorgado con anterioridad.
Muchas de las condiciones establecidas y pactadas estuvieron en vigor durante varios siglos en las moreras urbanas y en las comunidades rurales y denotan que los
sarracenos estaban amparados por el Monarca. No obstante, en ocasiones, surgieron insurrecciones musulmanas y asaltos de cristianos a las aljamas, bien por intransigencia religiosa, por problemas de ndole econmica o por incompatibilidad

Jos Vicente Gmez Bayarri

33

social. El rey Jaime II, en septiembre de 1309, se dirigi al Justicia de Valencia


advirtindole que los sarracenos estn bajo su proteccin y orden que les haga
justicia por el asalto que sufri la morera de Valencia.36
En diversas capitulaciones se estableca, explcitamente, que deban ser juzgados
por la ley y costumbres islmicas, podan nombrar al alcad de la aljama y seguir
con la prctica de su religin y el mantenimiento de sus mezquitas, como testimonian estas cartas pueblas.
En las condiciones de rendicin y establecimiento de musulmanes en el castillo de
Xivert estipuladas por el Maestre de la Orden del Temple el 28 de abril de 1234 se
constata:
Totum hunc sit in comanda et custodia Alfachini Alcadi secundum que debent fieri ad legem et
unam suam, sine aliqua contrarietate, et dicta mezquita cum oratoris suis.37
Al pactar Jaime I la rendicin de los musulmanes de la Vall de Ux, en agosto de
1250, les reconoce una serie de privilegios y derechos referidos a las condiciones
del poblamiento de dicho lugar:
E volem que tots los moros sien sobre lur una, e en lurs matrimonis e en totes les altres coses segons
una. E que pusquen publicar lur una en oracions, e en amostrar de letra a lurs fills, e lAlcora
publicament sens dengun perjudici a aquells.38

ARV. Archivo del Reino de Valencia (A.J.) t. 9-A, fol. 63 v. Citado por ROCA TRAVER, F., Un siglo de vida mudjar en la Valencia medieval (1238-1338). Estudios de la Edad Media de la Corona de Aragn, V. (1952), p.124.
37
Cfr. FERRANDIS IRLES, M., Rendicin del castillo de Xivert a los Templarios. Homenaje a F. Codera, 1904. La
Carta Fidelitas o Capitulacin otorgada a Xivert fue confirmada el 28 de abril de 1234. GARCA CARCA,
H. Rendicin del castillo de Xivert. BSCC, t. XXIV. Castelln, 1948, pp. 231-233. UBIETO ARTETA, A., Orgenes
del Reino de Valencia. Tomo II. Zaragoza, 1979, recoge las 41 condiciones estipuladas en la entrega del castillo de
Xivert a los Templarios. Son ms amplias que las de Zaragoza de 1118 y ejemplo de otras. Asimismo, GUINOT
RODRGUEZ, E., Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, doc. 10, p. 102.
38
FERRANDIS IRLES, M., Carta puebla de la Vall de Ux por don Jaime I en agosto de 1250. BSCC., t. XIII,
(1932), pp. 168-170. O bien, GUINOT RODRGUEZ, E., Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, doc.
84, p. 225.
36

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En la carta de repoblacin diligenciada el 17 de agosto de 1370 para asentarse y vivir en la morera del arrabal de Chelva, despus de la expulsin de los musulmanes
del seoro de la barona de Chelva, se refleja:
Item, do et atorgo a vosotros, pobladores moros, que hayades vuestras mezquitas en los ditos barrios,
e fagades vuestra oracin, e vuestros alfaquines criden a la ala segn era acostumbrado en vida
del muyt noble don Pedro, seor de Xrica. () Item atorgo encara en dito nombre que vuestras
cuestiones e calonies sean determinadas por vuestro Alcad segn unna e Xara de moros, e segn
se acostumbrava en vida del sobredito noble en el ro de Chelva.39
Independientemente de los reconocimientos contemplados en estas cartas pueblas,
lo verdaderamente cierto es que los derechos de los mudjares estaban por debajo
de los que tenan los cristianos y su condicin social era inferior, as se establece y
se deduce de entre otros fueros, de los que llevan por titulo Del batle e de la cort
en el que se afirma:
Usurers publichs ne sarrahins no tinguen batlia, ne cort, ne algun office publich: ne juheu no sia
Cort.40
Y de la rbrica Que Iuheu ne Sarrahi, ne heretge no haja servuu Christia que
estipula:
Iuheu ne Sarrahi no de une pot comprar servuu que sia Christia, ne haver per raho de donacio ne
per altra manera.41
Respecto a los aspectos fiscales aplicados a los mudjares fueron variando en el
transcurso del tiempo y su cuanta fue distinta segn la localidad o el seoro del
territorio del reino de Valencia.42

GUINOT RODRGUEZ, E., Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, doc. 290, p. 595.
ELS FURS. Edicin facsmile. Adaptacin del texto e introduccin de A. Garca i Sanz, con trascripcin y traduccin correspondiente. Valencia, 1976, fol. 96 v, p.210.
41
ELS FURS, op. cit. fol. 7 r, p. 32.
42
Cfr. HINOJOSA MONTALVO, J., Seoro y fiscalidad mudjar en el reino de Valencia. V Simposio Internacional del
Mudejarismo. Teruel, 1991, pp. 105-134.
39
40

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6. Conclusiones
La legislacin foral sobre los sarracenos o mudjares valencianos emanada de las
Cortes valencianas celebradas en el reinado de Jaime II y en las diversas disposiciones aprobadas por los Consells de numerosos municipios del Reino de Valencia
reflejan las vicisitudes y las difciles relaciones entre los que profesaban creencias
religiosas diferentes. La presencia islmica en el reino cristiano de Valencia haba
obligado a tomar decisiones de diversa naturaleza en las Cortes, Consells municipales, Seoros e Iglesia desde el inicio de la conquista cristiana.
En un principio, en las capitulaciones de localidades habitadas por musulmanes se
contemplaba una serie de concesiones otorgadas por los nuevos seores jurisdiccionales de la poblacin entre las que destacamos: continuar poseyendo sus casas y
propiedades, administrar y ser juzgados por la ley y costumbres islmicas, designar
sus propios magistrados, libertad de movimiento para salir del Reino, poder seguir
practicando su religin, mantener sus propias mezquitas, etc. Todas estas concesiones, con el tiempo, fueron modificndose.
Las discriminaciones jurdicas, sociales, polticas, religiosas, de habitabilidad y movilidad, econmicas etc., de los que pertenecan a la confesin islmica se recogen
en la legislacin foral valenciana. Los derechos que amparaban a los mudjares eran
inferiores a los otorgados a los cristianos. Una ejemplo podemos deducirlo del contenido del fuero titulado Del batle e de la cort, en donde se recoge que usureros
pblicos, ni sarracenos, puedan ocupar la bayla ni la cort, ni desempear oficio
pblico alguno. Esta discriminacin impeda a los sarracenos que pudieran ejercer
autoridad y ocupar cargos pblicos que significaran ostentar poder sobre los cristianos, entre ellos las magistraturas mayores del Bayle y el Justicia.
Las insurrecciones y algaradas internas de mudjares y el temor, fundado o infundado, a incursiones moriscas crearon un clima de desconfianza y una latente
actitud antimudjar que en ocasiones provoc asaltos a las aljamas y presiones
al Monarca para que procediera a la expulsin de los alborotadores. Ahora bien,
los intereses econmicos de los seoros y de la Corona indujeron a mantener
a los mudjares en esta rea geogrfica, incluso a pesar de las revueltas que se
producan. Algunas de las condiciones pactadas con las morera urbanas y con las

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comunidades rurales traslucen que los sarracenos en ocasiones estuvieron amparados por el Monarca.
Las incursiones de musulmanes procedentes del reino granadino en poblaciones
situadas al sur de la frontera valenciana alarm y desasoseg al monarca Jaime II,
pues suponan un peligro y amenaza para la integridad de Reino de Valencia, dada
la gran poblacin valenciano-musulmana que habitaba nuestras tierras y el soporte que reciban de los soberanos norteafricanos y la incitacin a que se rebelasen
contra el rey cristiano.
A pesar de todos estos avatares y situaciones de desencuentro debemos reconocer
que los mudjares valencianos contribuyeron con su trabajo al desarrollo econmico de la sociedad valenciana e indujeron a los monarcas cristianos a que dictaran
una legislacin foral especfica sobre este contingente poblacional que habitaba en
el Reino de Valencia.

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