El Juego Manda - Agustín Pichot
El Juego Manda - Agustín Pichot
El Juego Manda - Agustín Pichot
PICHOT
El juego manda
Experiencias para
un liderazgo positivo
P a neta
AGUSTN
PICHOT
El juego manda
AGUSTN
PICHOT
El juego manda
Experiencias para
un liderazgo positivo
Planeta
Pichot, Agustn
El juego m a n d a : experiencias para un l i d e r a z g o positivo . - 1 a ed. Buenos Aires : Planeta, 2 0 1 2 .
296 p . ; 2 1 x 1 4 cm.
ISBN 9 7 8 - 9 5 0 - 4 9 - 2 8 9 4 - 2
1. Liderazgo. I. Ttulo
CDD 303.34
A mi mam.
A mis hermanos.
A mi mujer y mis hijas.
Pasado presente y futuro.
Y en especial, a vos VIEJO,
que te fuiste justo para entender que
uno tiene que vivir por sus sueos...
Prlogo
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El ltimo vestuario
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Primera Parte
Aprender
Siempre supe que estaba para algo. Me lo hacan sentir en mi casa, como si me hubieran dicho
"no ests solo y sos tan importante para nosotros
que vamos a cuidarte siempre". Para m es esencial decir que cuando era chico me sent cuidado,
amado y respetado. Es la primera nocin de liderazgo que aparece en mi vida. Cuando crecs de
esa manera, es inevitable que te sientas especial.
Tambin te vuelve ms responsable: cuando confan en vos tens que hacerte cargo de ese apoyo
y no fallar. En retrospectiva, creo que mi infancia
fue un camino muy claro hacia el xito, o a lo que
yo entenda por xito. Nunca supe bien con qu
me chocara en el camino, pero s cul sera la recompensa: construir mi destino en base a logros,
amor y mucho esfuerzo.
Uno de mis recuerdos fuertes d e infancia es
la competencia que haba con Enrique, mi hermano mayor. Los dos encerrados en el cuarto
con cuarenta grados de calor, j u g a n d o al rugby
arrodillados sobre la alfombra, matndonos y
transpirando, con sangre en las rodillas, para ver
quin ganaba. Esperaba todo el da esos partidos
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"arrodillados". Enrique era mi referente y medirme con l era natural. Evidentemente, nuestra
vida tena un objetivo marcado: trascender en el
rugby. Primero, desde el fanatismo de mi padre;
segundo, desde la aceptacin de mi madre, que
lo vea como u n deporte sano y de hombres. Con
Enrique jugbamos esos partidos "a muerte"; podamos llorar d e risa y tambin de bronca, y ganarlo era algo trascendental. Nuestra diversin
pasaba por probarnos el uno al otro.
Con mi hermano mayor tenamos, y todava
tenemos, algo especial. Cuando ramos chicos
pasbamos mucho tiempo juntos y lo volva bastante loco. Disfrut mucho de l, aunque ramos
distintos. Esto se notaba cuando nos pasbamos de
rosca y se vena el castigo; pagbamos los dos, pero
reaccionbamos de manera diferente. A veces, si
mi vieja se cansaba de vernos a las trompadas y nos
encerraba juntos en nuestra habitacin, Enrique
asuma la penitencia y se quedaba tranquilo, pero
yo no. En esos casos, mi tctica era hablarle a Mam sin parar, pidindole que abriera la puerta una
vez, cinco veces, diez veces... Hasta que a la vigsimo quinta vez mi vieja se hartaba de escucharme
y al final sacaba la llave. Creo que aquello era una
primera marca de comportamiento: la insistencia
es una caracterstica fuerte de mi personalidad.
Con el tiempo aprend a administrar mis impulsos, pero a los cuatro o cinco aos no existan los
"no". Ms adelante, en mi adolescencia, esa actitud se volvi ms rabiosa e insolente. Ya de grande,
cuando empec a hacerme conocido, entend que
para seducir y conducir mejor algunas situaciones
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es necesario desacelerar. Eso tambin es saber liderar. Mi actitud fue siempre "yo voy, si quers seguime, y si no te la perds". Despus, cuando me
convert en capitn de Los Pumas por primera vez,
el eslogan era "vengan conmigo"; ah fue cuando
me equivoqu. Con los aos aprend a decir "vamos", y las cosas mejoraron.
De chico, mi vida social no era muy intensa;
mi radio de accin eran diez cuadras, siempre
yendo de mi casa a la de mi abuela y de ah al kiosco de diarios de mi abuelo, siempre en el mismo
tringulo de Martnez. Sufr mucho la muerte de
mi abuelo. Era muy chico y nunca voy a olvidarme del da en que vinieron a buscarme al colegio
para decirme que se haba accidentado. Fue un
gran shock ver sufrir a mi abuela y a mi mam; no
estaba acostumbrado a ver llorar a las personas
que quera. Ahora tampoco lo soporto, pero en
la infancia es peor porque no entends qu est
pasando, ni sabs qu es el dolor. Ves a un adulto
con una cara que no le conocs y te preocups;
no es natural que un chico se angustie.
Me fueron a buscar y, me acuerdo como si
fuera hoy, mientras me contaban que mi abuelo
haba sido atropellado por un auto, por dentro
yo cantaba las canciones del colegio. Tengo mis
contradicciones con la religin, pero creo firmemente en Dios. Con los aos la estudi bastante,
un poco para comprenderla mejor y otro poco
para desafiarla. En muchos momentos de mi vida
la idea de Dios fue un lugar al que recurr para
pedir ayuda para alguien. Ya en mi carrera como
jugador acuda a Dios para rogar que no me pa-
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todo. No s cunto llor, pero cal hondo. Despus de todo, estaba ensendome u n mundo
en el que valorar y agradecer son dos principios
fundamentales.
Empec a notar que destrozaba mis botines,
pero el compaero que tena al lado, jugando
en el mismo equipo, no poda permitirse pedirles un par a sus padres. Tambin que, en un tercer tiempo, ms de un compaero no tena para
comprarse un Paty. "No puede ser", pensaba, "le
doy el mo". Comenc a ser consciente de estas
cosas y decid ponerlo todo en jaque. Entend que si la gente no se acercaba a m yo poda
acercarme igual. Me di cuenta de que no todo el
m u n d o se iba de vacaciones durante todo enero
a Caril. Entonces, si tena sensibilidad suciente
como para ver eso y me estimulaba modificar las
cosas que me dolan, poda convertir mi energa
en combustible.
Algo muy importante que aprend de chico, y
que se marc a fuego en mi vida, era eso de: "trascender a travs de los dems y generar cambios
para el beneficio de todos".
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A los trece o catorce aos pasaba msica en todos lados era DJ, usaba botas de cuero y haca
cosas de chicos. Pero nunca me interes construir
una imagen de adolescente rebelde porque siempre cre que el rebelde no genera liderazgo sino
simpata. Saba que lo importante era hacer las
cosas con el corazn y sin pedir permiso. Por momentos, esa determinacin se presta a confusin:
a veces, la seguridad en uno mismo se entiende como soberbia. Como sea, no crea que debiera ser
especialmente rebelde ni ponerme un arito, ms
all de las rebeldas que surgan de mi interior.
No me gustaba ir a bailar. Creo que fui tres veces y no me sent cmodo en lugares como Trailer, un boliche de San Isidro que tena una matine. No le vea sentido, lo mismo que a tomar
alcohol: nunca encontr razones para perder el
control. La primera vez que me emborrach fue a
los dieciocho o diecinueve aos, y creo que tard
tanto porque n o me pareca interesante hacerte
el canchero y terminar vomitando. Tambin tuvo
que ver con el deporte: hice "clic" con el rugby
muy pronto, y algo tan comn entre los adolescentes como n o dormir me pareca una mala
idea. "Tengo que entrenar maana", pensaba,
"cmo no voy a acostarme?". Empec a tomar
decisiones que tenan que ver con el rugby alrededor de mis diecisis aos y desde ese momento
me mov en esa direccin. Cuando haba asado
en casa siempre trataba de hacer todo en casa y empezaba a armarse la salida, me levantaba
y deca "me voy a dormir, chicos". Al otro da ya
estaba para otra cosa.
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Adems, m e daba vergenza "transarme" minas en el boliche. Siempre estaba ste o aqul,
que estaba con cinco o seis, y todo era cuntas sumaba cada uno. Mi amigo "Norby" era un crack,
por ejemplo, pero yo no me senta seguro en ese
mundo, y vea una disyuntiva clara entre los ambientes en los que me mova. Quizs era un exceso de consideracin hacia los dems. Pensaba en
la chica y me deca "qu feo que todos cuenten lo
que hacen como si fuera un trofeo". Dej pasar
chicas muy lindas por esta clase d e decisiones.
De hecho, nunca estuve de novio y eso tambin es raro. Mis amigos y amigas hablaban del
compromiso d e una pareja mientras yo pensaba
que la vida era mucho ms amplia. Hoy sigo pensando que nada es tan esquemtico como dicen.
Estamos de acuerdo en que tiene que haber cdigos de convivencia generales, lmites y respeto,
pero por entonces ya sospechaba que eso serva
para una parte la parte de vivir en sociedad
pero no para todo. Mi tendencia a empujar las reglas aplicaba a todo lo que me rodeaba. "Tengo
que rezar? OK. Pero por qu? A quin hay que
pedirle perdn? A Dios? Bueno, y dnde est?
Quiero verlo. Por qu los Diez Mandamientos,
por qu el Padre Nuestro, por qu los Mandamientos no son veinte?".
Me gusta volver atrs para ordenar recuerdos porque puedo ver que ya asomaba un patrn que despus fue fundamental: la toma de
decisiones constante. Tambin estaba presente
el atrevimiento para animarme a decir cosas que
los dems pensaban cien veces. Esto no significa
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que me crea superior a nadie, pero se dio naturalmente as desde siempre. Por ejemplo, habl
toda mi vida antes de salir a la cancha, y una vez
que estaba dentro segua hablando. Llegu a
jugar a los veintin aos con los pibes ms grosos del mundo, y en la cancha hablaba yo! Me
lo deca el nmero uno de los All Blacks, Zinzan
Brooke, uno de los mejores de la historia; me miraba y me deca cosas como "quin te frena a
vos, enano?", o "vas a ser bueno en serio" o "jugs
bien a esto". Me pas no slo en Argentina sino
en todos los clubes en los que jugu, y eso afuera
pega ms porque la gente no es tan desenvuelta
ni expresiva como nosotros. Me sucedi fuera de
la cancha, como cuando le di un abrazo a Nicols
Sarkozy. El da que me entreg el premio por ser
el capitn del club campen de Francia en 2007,
le pegu cariosamente y le dije "para m!". Al
otro da me llam todo el mundo: "cmo vas a
pegarle a Sarkozy?" El Presidente estaba ah, y yo
emocionado... Me sali espontneamente, sin
ninguna intencin de romper el protocolo ni ser
maleducado. Un presidente es una persona normal, es uno ms, y hubiese hecho lo mismo con
cualquiera. Sali as, fue gracioso y qued.
Cuando debut pas por muchas situaciones
similares, pero en el deporte estos "atrevimientos"
se entendieron como "faltas de respeto" lgicas de
un chico que vive intensamente y quiere comerse
el mundo. Los grandes de verdad saban que era
as, como cuando con veinte aos, apenas haba
debutado, empec a darle indicaciones al "Cheto"
Santamarina, uno de los histricos de Los Pumas,
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y eso era complicado porque yo traa todo mi sistema. La odiaba, y la odi ms cuando en la gira
del 91 con el CASI tuve que volverme antes por
su culpa. Despus la escena se repiti, porque
viajaba m u c h o por el rugby pero viva atado a su
materia, que siempre me marcaba agenda. Mi carrera deportiva comenzaba a explotar y no poda
zafar de Literatura.
La segunda vez que tuve que boyarme de una
gira para dar una materia suya empec a entender
qu estaba pasando. En realidad, y a pesar de mi
bronca, la leccin ms grande que estaba ensendome era que quiz no estaba tan bueno hacerse
el canchero. Hasta ah me senta el ms banana
del mundo y el colegio me pareca muy fcil.
Para su primera prueba nos dio un cuestionario engaoso sobre El Cid Campeador y El Lazarillo
de Tormes. Yo los haba "ledo", como "lea" todas
las cosas: rpido, por arriba y despus indagaba
entre cinco compaeros, haca un resumen y lograba unificar un criterio. Algo bsico.
Me acuerdo de un prrafo sobre el Lazarillo
y tres preguntas acerca de qu significaba en el
marco de la Revolucin Industrial, creo. Otras
preguntas eran qu lugar ocupaban los juglares y
no s qu ms, cul era la forma artstica del momento, qu es una copla, qu hizo Manrique para escribir tal cosa... Dos pginas de preguntas!
Hice la prueba en veintitrs segundos y empec a
hacerme el chistoso: haba escrito cualquier cosa,
pero yo crea que zafaba bien.
A la semana, cuando vino a darnos las notas,
se par con su cara de ngel y dijo: "Bueno, chi-
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Los peligros reales de aplicar conceptos fuertes en la vidas de los otros son la omnipotencia y
la soberbia, que muchas veces vienen juntas. Otra
vez: a veces se confunde soberbia con seguridad.
Para comunicar un mensaje a un grupo lo ms
difcil es darte cuenta cundo la forma es forma
y cundo es soberbia. Cmo se aprende? Con el
tiempo, segn la reaccin de los que estn a tu
lado.
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En mi vida el rugby fue el escenario del teatro, la arena donde era libre. Siempre digo que
mi performance artstica fue ah. Amaba la msica pero tocaba mal la guitarra, lo haca mejor con
la batera, y cantaba como un perro. Pero en la
cancha sala a disfrutar. A brillar. Entre mis quince aos y los diecinueve fueron madurando mi
concepcin del juego y la escala de las cosas: mis
amigos se iban de vacaciones y yo me quedaba
a entrenar. Me llevaba al club a algunos amigos
que estaban en la "B" y tenan muy buen pase, los
agarraba un da y me quedaba en la cancha 2 del
CASI pasndola, pasndola y pasndola con ellos.
Santi Dates era uno de esos: l me ense a pasar
la pelota hacia la izquierda; nunca se enter. Saba que tena algo mal y deba mejorarlo.
En la categora Menores de 16 aos sucedi
algo importante con mi entrenador Marcelo "Pipo" Larrubia. En un partido con Belgrano estaba
pasndome de aceleracin; le hablaba mucho al
rbitro y me ech de la cancha durante diez minutos para que me tranquilice. Ese da mi viejo
me sac a las patadas: "Nunca ms les hables a
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Al poco tiempo volv a Los Pumitas y recuper el puesto que haba "perdido" en una oficina. Jugu el Sudamericano en octubre de 1993,
nos fuimos de gira a Brasil y en ese punto exacto
empez una carrera imparable. En el torneo de
Seven de ese ao jugamos increblemente bien
y me llevaron al Seleccionado de Buenos Aires
para actuar en el Seven de la Repblica, sin haber jugado nunca en el plantel superior del CASI. Salimos campeones argentinos... y me terminan colgando en la final! Las razones eran las
de siempre: en mi lugar entraba Nico Fernndez
Miranda, un muy buen pibe que jugaba en serio
y que era el futuro del rugby de Buenos Aires. Su
viejo era dirigente, y tena mucha influencia en la
dirigencia argentina; era un gran tipo, un hombre de rugby. Pero el "Chapa" Branca, que me
haba citado y era el entrenador, no se anim a
sostenerme en lugar de Nico. De algn modo era
lgico, pero me costaba entenderlo porque en
ese torneo la haba descosido. Adems, por esa
poca me pusieron el primer cabezazo fuerte en
los dientes (me rompieron uno) y empezaron a
pasar cosas raras. Ah me di cuenta de que estaba
metindome de lleno en el mundo de los grandes. Lo entend perfecto, y me senta preparado
para salir a dar pelea: cada vez que podan me sacaban de la cancha, pero cuando entraba, trataba
de romperla. "El juego manda", me deca a m
mismo. "El juego manda". En la realidad el juego
no mandaba nada, pero yo saba que era circunstancial; el problema era que mi intensidad para
jugar era difcil de manejar para el resto, porque
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lo! Lo extrao! Extrao a todos, pero hoy entran conmigo. Lo hacen los domingos para jugar
contra "el que venga"... "Dnde sea y cmo sea,
les sacamos la manija". Estbamos locos, s, pero
qu bueno haber pasado por todo aquello para
llegar hasta ac! No s si vendrn muchos ms
partidos as. Como sea, ste va ser el ms especial
y no se repetir: estoy a punto de jugar mi primer
test-match.
De golpe, toda la inseguridad y el miedo desaparecen. Empieza el partido, mi cabeza se transforma en una mquina y el universo fluye en una
misma direccin: la correcta. Donde el equilibrio
se impone a los nervios y los cortocircuitos entre
mi cabeza y mi corazn son el motor de mi juego.
Lo proceso todo, lo miro todo, lo percibo todo.
Jugando soy feliz; en la cancha no existe la duda
ni la confusin. Cada cosa que pasa delante de m
es una matriz perfecta de tiempo, espacio y lugar.
Mis piernas corren en sintona con mi cabeza.
Vuelo, me desplazo en diagonales perfectas y en
velocidad. No hay diferencias con ellos, salvo las
obvias. Me siento increblemente libre, el ruido
de las cincuenta mil personas dej de existir y todo es igual a la cancha del fondo de Escobar. Estoy en Brisbane? S, s, pero las lneas de cal son
iguales en todas partes y el pasto es del mismo
color. Yo tambin soy el mismo y, como siempre,
quiero divertirme. Voy, voy y voy, me ro y me elevo tan alto que creo tocar el cielo. Los de amarillo
que estn del otro lado vuelan ms alto y cada vez
nos hacen ms puntos, pero no estoy dispuesto a
dejar de disfrutar el momento. Me enojo, le ha-
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Mi vida haba sido como una autopista. Las cosas pasaban a toda velocidad, todo el tiempo... casi
no existan las pausas, pero s los planteos. Tena
contradicciones tambin, pero no s si en ese momento era consciente de lo que se gestaba. Estaba
ms ocupado en hacer, que en pensar. Los cuestionamientos eran a lo previsible de todo lo que me
rodeaba, y eso poda ser el colegio al que me mandaron, la msica que "tena" que escuchar todos estaban con U2 y a m no me gustaba, prefera
otros: Los Redondos y a Divididos o Marillion,
los amigos con los que "deba" juntarme o la carrera universitaria a seguir. Vena todo blanco, estaba
programado as, y un da me di cuenta de que me
gustaba mucho la oscuridad. No porque creyera
en algo retorcido, sino que pona en duda lo que
vena cerrado y envasado. Necesitaba preguntar.
Por eso senta que no encajaba en el prototipo exacto del pibe de San Isidro que juega al
rugby, el que va en grupo siempre con los mismos amigos y al mismo lugar, y que muchas veces
termina a las pias. Siempre quise ver ms all,
saber qu haba fuera de mi contexto y salir a bus-
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aprovechaban el momento para acciones comerciales que les servan. "Nosotros jugamos y los
beneficios se los llevan los dems?", pensaba.
Tambin llev la bandera de una lucha de muchos jugadores del Interior, que no gozaban los
privilegios de los otros y tenan que pagar gastos
de sus bolsillos, porque necesitaban trabajar y vivan lejos. Se hacan reuniones en todos los cuartos; yo participaba porque no estaba con los ms
grandes y era criticado por los "elegidos", que a la
vez transaban constantemente con los entrenadores que los haban llevado. Todo era raro. Igual,
yo miraba a tipos como Diego Cuesta Silva, que
haba sido un dolo mo de chico, y ahora estbamos compartiendo una gira. l no se meta, tena
una visin bastante moderna del juego; lo dems
era todo transa, y empec a hacerme amigo de
los que no jugaban. Con el tiempo fui comprendiendo el juego y qu pasaba fuera de la cancha.
No era poco.
Un las dos cosas, tuve una visin medio geogrfica, y nos alineamos; me hice amigo de algunos de los "grandes", de los que me defendan,
como el "Cheto" Santamarina. Cuando empec
a hablar de cmo se repartan los recursos no fui
un iluminado ni un avanzado. Simplemente, la
ecuacin pareca muy fcil. Te daban un par de
zapatillas y los jugadores se iban contentos. "Me
parece que hacen negocio todos, menos nosotros. Nos dan unas gorras que dicen Visa y todos
contentos?", me preguntaba. Al tiempo, all por
el 95, con Pablo, mi amigo de Tower que trabajaba con un importante empresario argentino, se
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nos ocurri armar algo similar a lo que en la actualidad es el sistema del Pladar, la sigla del Plan
de Alto Rendimiento: un esquema financiado
por las mismas empresas que estaban llevndose
de regalo ser sponsors de la UAR. Crea que estaba bueno que se les pagase a los jugadores para
entrenarse, que no perdieran plata por jugar, como pasaba con tantos chicos que dejaban sus casas por tres o cuatro meses, en especial aquellos
que venan de otras provincias y viajaban todas las
semanas.
La experiencia result bastante frustrante: muchos no estaban dispuestos a repensar sus posturas
y no pudimos ponernos de acuerdo. Yo era muy
chico, al ver esto me met en boxes y segu con
mi carrera. Entenda que necesitbamos recursos
para entrenarnos ms y emparejar el esfuerzo. No
funcion para el equipo, pero ese intento de cambio inaugur un camino de transformacin en m.
Tom nota de lo que haba pasado para cuando
ganara horas de estar con el equipo, y pudiese
generar confianza. Aprend que en ese momento
no representaba a nadie, y que mi posicin estaba
equivocada. Hay que saber encontrar el lugar de
uno para poder ejercer los cambios. Yo recin empezaba y deba hacer mi camino.
Cuando despus del Mundial de Sudfrica se
modific la cpula de la dirigencia, comprend
que era mi oportunidad para empezar a generar
el cambio, pero desde la cancha. Esa era la clave.
Tres meses antes de descubrirlo, en las horas previas a un partido, Ricardo Paganini me haba confesado que Alejandro Petra, el otro entrenador
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Teln.
Entend el mensaje inmediatamente: me haba pasado de rosca y la lesin tena que pasar.
Fue en un partido con el CASI, pero me hubiera
roto igual, en cualquier otro lado. Era necesario
parar y el tiempo que estuve inactivo me sirvi
para profundizar en un montn de cosas. Pens
mucho en lo que haba sucedido con Los Pumas
cuando llev el plan para financiar al Seleccionado, y llegu a conclusin de que la clave de todo
era la pasin. Si ams la msica, no vas a tocar
mejor porque te paguen ms. Si te dan los recursos tu disco puede sonar mejor, pero tu compromiso con lo que hacs debera ser el mismo. Eso
es lo que senta que a veces el rugby no entenda:
la plata es un instrumento para ser mejor, pero
nunca el fin. El da que vas ajugar para ganar
plata, ya perdiste la pasin.
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salamos a la cancha tambin estbamos comunicando, y tenamos que actuar juntos. Foij relaciones de respeto y amistad. Nunca exig nada
a cambio, ni que me dejasen de criticar si jugaba
mal; slo les peda que difundieran cada vez ms
lo que estaba pasando. Se vena una transformacin, el dilogo empezaba a ser algo muy importante, y una forma moderna de comunicar. Haba
que salir de las relaciones "seoriales", esas en las
que el periodista solemne entrevista al deportista igualmente solemne. Era necesario hablar con
mayor frecuencia, y hacerlo mejor.
A mediados del 97 me perd una gira importante de Los Pumas a Nueva Zelanda, en la que
los All Blacks nos mataron y perdimos por 93
puntos. Ah se gestaron un par de movimientos
de jugadores, que se plantaron y dijeron "as no
venimos ajugar ms". El nivel de diferencia fsica
era muy grande entre los que se entrenaban y los
que no. Todo qued en un arreglo simblico de
viticos; las formas no haban sido buenas, pero
sirvieron de base para el gran cambio.
Estando lesionado me puse a trabajar con
gente del rugby en Sportservice. Con Pablo Camerlinckx, un amigo de toda la vida, discutamos
horas enteras; dnde ir y dnde no, cmo llegar
a ser los mejores. El comparta la visin de la mayora, jugar y divertirse. Hasta ah estbamos de
acuerdo, pero yo crea que sin hacer sacrificios y
sin disciplina no llegaramos a nada. Ms adelante vendran nuestras discusiones sobre el profesionalismo, aunque siempre con gran afecto. El
y "los gordos", que eran mis jefes, me ayudaron a
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En noviembre del 97 viaj a Buenos Aires para jugar con Los Pumas ante Australia; ese partido en la cancha de Ferro fue el primer xito rotundo que tenemos: el estadio desquiciado, salgo
en la tapa de Clarn festejando arriba de Pedro
Sporleder, le tiro la camiseta a la gente. Con ese
triunfo explotaba el primer romance del rugby
con la gente, y encima ese ao gan mi segundo premio Olimpia. Jugar para Argentina segua
siendo lo ms importante; por lo tanto, el hecho
de seguir mejorando en el exterior tena un nico sentido: volcar esa experiencia para colocar al
rugby argentino donde se mereca estar.
Cuando volv a Richmond me propuse poner
segunda. En los entrenamientos iba a otro ritmo,
tena que mostrar que era mejor y aprovechaba
cada situacin. Cuando jugaba, en la cancha las
decisiones las tomaba yo y eso a los capitanes les
molesta. No soportan perder el protagonismo ni
que te saltees el protocolo. Yo no tena intenciones de meterme con nadie, pero necesitaba llevar adelante la matriz del juego que tena en mi
cabeza. Era lo mismo que me pasaba con Sporleder en Los Pumas. Pero siempre desde mi lugar,
no tena que ver con el poder sino con el juego;
me obsesionaba conseguir eso que yo vea claro.
Vena jugando en el Seleccionado, con veintids
aos tena adentro un Mundial sin jugar y acabbamos de ganarle a Australia.
Un mircoles por la noche jugamos con nuestra intermedia, para cuidar a los titulares para el
fin de semana siguiente. Fue frente a Leicester,
el campen de Inglaterra, y la romp toda. Para
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Por esos das me encontr en Tequila con Gin o Fisanotti, el director de Marketing de Nike,
quien aos ms tarde sera uno de mis mejores
amigos y un gran referente al momento de tomar
decisiones comerciales de cualquier tipo. Gino es
una mente brillante, cuando nos conocimos me
propona cosas buensimas y yo corr a Adidas
a decirles que m e ofrecieran algo similar as seguamos juntos. Nunca ped nada de ms porque
no haba plata en el mundo que empatase lo que
senta por tantos aos de relacin. Solamente Ies
exiga compromiso, y no me lo aseguraban. "Ests especulando para sacar ms", m e decan, y yo
me pona cada vez peor. Mi amigo Ricky me ayudaba, pero los dems no entendan.
Me lo decan como una virtud. "Sos bravsimo, eh!" Pero lo cierto es que n o entendan:
n o estaba negociando. Quera ser lo ms sincero
que pudiera, seguir con ellos de corazn, pero
en la empresa lo vean como una forma de especular. Un da dije "basta" y en Adidas creyeron
que tenan una negociacin ms, pero generalmente no tengo marcha atrs. Arranqu de cero
con Nike, pudiendo perder mucha plata. No me
importaba. Naca la marca AP9 y u n a revolucin
de diseo en mi cabeza. Fue increble.
Lo que pasa es que mi modo d e negociar es
muy de antes. A la antigua. Lo ms curioso es que
no es algo pensado como estrategia: fui perfeccionando lo que me sala naturalmente. Nunca
hablo de dinero sino de ideas y de compromiso,
y s hasta dnde seducir y hasta d n d e no por
intuicin. La plata es un medio para el fin, y no
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El 8 de agosto de 1998 jugamos con Los Pumas ante Rumania en Rosario, hago dos tries y
al principio del segundo tiempo me ponen un
cabezazo en la espalda. Chau apfisis sexta y sptima: no poda ni caminar. Voy al tercer tiempo
igual, me quedo a pasar la noche en Rosario, el
lunes a la noche llegamos a Buenos Aires, me voy
a la Clnica Las Lomas en San Isidro y me encuentro con mis viejos. "Qu hacen ac?", les
pregunto. Me dicen cualquier cosa. Estoy en mi
mundo y no me doy cuenta de nada. A la noche,
mi vieja me cuenta que "a Pap le salieron unas
manchas en la radiografa y estamos viendo qu
son". El mircoles siguiente voy al CASI, viene
mi to Pelusa y me dice que vio mis radiografas
y que tena rotas las apfisis no s qu, una boludez, y que a mi viejo le haban encontrado unas
manchas en el mismo lugar, por algo del pulmn:
tena que hacerse la tomografa en la espalda, en
el mismo lugar que yo. La coincidencia me hizo
gracia y termino de tomar conciencia de la situacin dos semanas despus, cuando le hacen una
puncin.
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dola el doble. Empezaba a vislumbrar lo que vendra y no era capaz de soportar: la idea de extraarlo. Faltaba lo peor.
Ezeiza. Bajo del avin con cara de superado.
Cuando veo aparecer a Enrique intento mantenerme serio. No hay caso y nos fundimos en un
abrazo empapado por las lgrimas. Despus de
Migraciones descubro a "La 74", infaltable. Se
acerca Pedro, se acerca "Itu" y en mi abrazo con
l finalmente exploto. Mi viejo lo amaba y se lo
dije: "vos sabs lo que te quera Pap". "Patirri
con shampagne" era una frase ellos. Esto es el
dolor, entonces? Pega fuerte, muy fuerte, en el
pecho y en el corazn. En la puerta de casa me
espera el Chori; me abraza, avanzo hasta la cocina. Mam, destruida. "Se muri Pa". Vuelvo a
llorar, intentando contenerme. La yaya me habla
y apenas la oigo. Es demasiado. Joaqun. Brbara.
Me duele todo. No s bien a cunta gente saludo.
Odio los velorios y todo lo que tenga que ver con
la muerte. Subo las escaleras temblando, pido estar solo, cierro la puerta y afortunadamente nadie me sigue. S que Enrique est cerca. Queda
una ltima puerta, la del vestidor de Pap, con
sus trajes y sus camisas. La miro de reojo. Era su
lugar, pero tambin el mo. De ah le sacaba plata
para ir al col. El la esconda ah para que no la
encuentre. Nos reamosjuntos porque l siempre
supo que le sacaba de ms. Era algo nuestro. Con
una simple mirada suya mi vida era diferente.
Todava resuenan sus gritos al costado de la
cancha. "Agus, los forwards!". "Vamos, Agustn,
ms!". Sus consejos, tambin. "Nunca dejes de
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familia, que estaba muy golpeada, y busqu hacerme fuerte en eso que ms energa me daba: el
rugby y la Copa del Mundo. Adems, exista una
promesa que le haba hecho a Pap y deba cumplirla. Como fuera.
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Por mi parte tena que hacer el duelo rpido. Volv a la Argentina para el casamiento de mi
hermana Brbara y empezaron los problemas en
la previa del Mundial de 1999. A tres meses del
debut en Gales haban echado al entrenador. Un
grupo de ex jugadores, con otros en actividad y
algunos dirigentes, le haban tendido "una cama"
a mi amigo y entrenador Jos Luis Imhoff. Yo me
haba ausentado por lo que pasaba con mi Pap,
y tampoco haba querido participar de esa traicin. Con Pablo Camerlinckx apoybamos a j o s
Luis, pero la voluntad del equipo era no respaldarlo. En una reunin entre los jugadores ms
influyentes les pregunt si crean que eso sera
lo mejor para el Seleccionado, y la respuesta que
recib fue un s rotundo, aunque es cierto que
algunos no demostraron demasiada voluntad.
Manifest que no estaba de acuerdo con sacar al
entrenador, pero que si la mayora quera eso, entonces no iba a ir en contra. De todas formas, ya
lo haban marginado a Imhoff.
Al otro da lo llam a j o s Luis, y l me respondi: "Agustn, and tranquilo al Mundial, yo
voy con ustedes igual". Una vez ms, demostr
que era un grande!
Pese a esa confianza que intent transmitirme Imhoff, yo saba que el grupo d e siempre se
vendra al ataque, ese que estaba escondido y que
actuaba en las sombras, tratando de agarrar el
poder. Nada que no conociera. Saba que venan
por mi cabeza, lo saba muy bien, y orient todas
mis energas en llegar al Mundial como fuera. En
parte, porque no quera pasar por lo mismo de
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amigo con el que empezamos juntos. Fue memorable y me sent feliz por l y por m. Comenzaba
a escribirse otra historia.
En el vestuario me qued pensando qu hacer. Deba hablar con alguien? Ya haba encarado
a Arbizu y a Sporleder, los lderes de ese equipo,
pero no haban hecho nada para bancarme. Segua parecindome extrao que haya sido Alex,
alguien que no era del ambiente de Los Pumas,
el que ms me defenda. Jams haba recibido
una muestra de afecto de parte suya, pero el tipo
estaba convencido de que yo mereca un lugar y
haba salido a apoyarme por tica deportiva. Claramente, otra forma de decir "el juego manda".
Quedaba otro partido, con Irlanda, e inevitablemente pensaba qu pasara en el Mundial.
Sufra mucho. "En el 95 ya me transaron por ser
como soy", pensaba, "pero esta vez el cancherito,
el arrogante, el que se vendi al profesionalismo,
el nene caprichoso de pelo largo va a hacer lo
imposible para brillar en una Copa del Mundo".
Estaba contento y seguro de que iba a jugar,
a pesar de que Pipo nos haba juntado antes del
primer compromiso. La presin ejercida por Wyllie para que yo fuera el titular deriv en que Pipo no tuviera mejor idea que decirnos, a Nico y
a m, que bamos a jugar un partido cada uno.
Pero despus del test-match con los escoceses,
nadie pens que ira a cambiar la formacin; sin
embargo, me limpi. Esa eleccin la descifr antes de que nos anunciaran quines iban a ser los
titulares para enfrentar a los irlandeses. Mauro
Reggiardo sola buscar los faxes que llegaban a
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los hoteles: juntaba los de las novias de los jugadores y despus nos haca bromas en el mnibus,
para rernos u n rato. Esa vez me encar muy preocupado y me dijo "Agustn, tengo que darte algo que es serio". A continuacin, me entreg un
fax que estaba dirigido a los entrenadores, en el
cual los felicitaban por el histrico triunfo ante
Escocia. Era un da muy especial, porque haba
fallecido el Negro Poggi, un mdico y ex jugador
de Los Pumas muy recordado. En el texto se expresaba la tristeza por la prdida de ese amigo, y
la satisfaccin por el logro. En referencia al juego deca, casi textual: "La victoria fue histrica,
contundente, ahora lo nico que falta es sacar al
medio-serum y ya est todo listo". Ese fax estaba
firmado por Joe Argento y Rodolfo "Michingo"
O'Reilly, dos de los mayores conspiradores de la
exclusin de Jos Luis Imhoff, y de mi salida y de
la de Lisandro Arbizu, por ser profesional.
Me brotaba el odio por todos lados! Unos
pocos meses atrs, O'Reilly lloraba la muerte de
mi viejo como si alguna vez lo hubiera querido...
Yo le cre! Haba dejado de lado todas las diferencias del pasado; las de mi viejo, las de mi hermano Enrique.
Nunca hay que resignarse a no esperar, y sobre
todo dejar de creer, que la gente puede cambiar.
Muchas veces cambi mi opinin sobre determinadas personas, y reconoc haberme equivocado.
Est bien perdonar, admitir un error, pero el de
Michingo no era el caso. Volver a confiar en alguien que te hizo mal, puede ser muy peligroso...
Y lastimar el doble. Cuando pasa algo as lo me-
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jor es hacer de cuenta que esa persona n o existe. Despus de haber descubierto aquello, n o me
extra cuando nos comunicaron la formacin.
Esta vez, Pipo nunca volvi a juntarme con Nico
para darnos explicaciones. No me sorprendi nada, y por primera vez me call la boca. Me guard
el dolor y la bronca. Haba jugado lo mejor que
poda, pero no alcanz, porque el movimiento
externo en mi contra era ms fuerte. Hasta ah.
Entonces, en el encuentro con Irlanda, arranqu de suplente de Nico Fernndez Miranda, que
ese da no tuvo un buen partido. Wyllie segua
presionando, me hicieron entrar a los cinco minutos del segundo tiempo y jugu el mejor segundo tiempo de mi historia. Nico, que era buen
tipo, sali de la cancha con una furia muy entendible. Nunca tuve nada contra l, tena personalidad y jugaba bien, el problema es que los de su
club lo volvan loco conmigo. Tuvo la mala suerte de que ramos de la misma generacin; ni l
ni yo aflojamos medio segundo. En parte, l me
ayud a no darle ni un metro de ventaja a nadie.
Es muy importante tener a alguien de referencia
para competir y no caer en la mediocridad. Nico
result fundamental para esto; fueron trece aos
de competencia, y l nunca afloj... Yo menos.
El da de aquel partido en Dubln sent que el
juego haba estado de mi lado. Estaba feliz, ya no
quedaban partidos hasta el Mundial y sera muy
difcil cambiar lo que haba ocurrido en el campo
de juego. Pero fuera de la cancha pasaban cosas
que yo no haba manejado, y que me recrimin
toda la vida. La ms difcil fue cuando h u b o que
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fuerte, liderado por una generacin que empezaba a encontrar su camino en la forma de comunicar, ubicndose cerca de la gente, firmndoles
autgrafos a los chicos, disfrutando de la fama.
"Al fin, ahora somos ms sinceros", pensaba yo.
Fue la primera vez que sent que el rugby de
mi pas me miraba a los ojos. Nunca dud de m
mismo, saba que poda liderar ese cambio y establecer nuevos paradigmas. Puede parecer soberbio, pero en realidad es todo lo contrario. Soy
tan autocrtico que todo el tiempo me corro del
lugar que supuestamente ocupo: la verdadera virtud est en alejarse de uno mismo para mirarse
desde otro ngulo. Es como la Teora del Caos:
cuando todo parece dirigirse hacia un lugar, elijo
salirme de rbita y observarlo desde una tercera
dimensin. Por lo tanto, yo saba quin era, qu
poda dar, dnde estaba yo como persona y hasta dnde sacaba a pasear al personaje que haba
construido.
En el ltimo partido del Mundial, con Francia por los cuartos de final, pensaba mucho en mi
viejo; le haba prometido que la rompera y haba
cumplido. Jugu para l y me hubiera gustado tenerlo en la tribuna, como siempre. Despus, en
el fervor de los festejos, no me permit de disfrutar del todo de nuestros logros; algo me pasaba.
Cuando se apag el ruido, no qued nada. "Qu
estoy haciendo? Esto es lo que quera?"
Fue la primera gran reflexin de mi carrera.
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En general evacu los problemas rpidamente. Soy pragmtico, impulsivo y no me atrae enroscarme. Si aparece algo conflictivo freno, trato
de entender qu pasa, veo las opciones que tengo, lo ataco y sigo. Reacciono tan velozmente que
a veces me parece que tomo decisiones mientras
duermo, sin tener conciencia. Despus del Mundial de Gales prend alarmas; me dije "algo pasa"
y enseguida entend que se vena una crisis personal. Perd el rumbo, y era entendible: vena de
una paliza grande, no haba hecho el duelo de
mi viejo, lo de Los Pumas y los chicos que sacaron
del equipo me haba desestabilizado, el Mundial
haba sido intenso... Necesitaba reflexionar y puse en duda el mundo: todos estn convencidos
de lo exitoso que soy, pero alguien sabe qu es
el xito? Y el fracaso? Quin sabe cunto me
esforc, quin sabe si en verdad no me esforc
nada? Quin dice que soy marketinero? Lo soy?
En la vida, la coherencia est en el orden natural de las cosas: tarde o temprano, lo lgico se
va dando. Pero a las incoherencias las elije uno, y
eso es interesante. Te permite cuestionar las cer-
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Ao 2000. Nuevo club. Crisis personal superada. Primera hija. Primer Premio Konex de Platino. Vivienda propia en Inglaterra. Haba compartido casa con Edu Simone, que haba firmado
en Bristol, amigo inseparable de esos meses. Flor
estaba en Argentina, con su viejo, enfermo. Fama. Reconocimiento de mis compaeros de Los
Pumas, me eligen como su representante ante la
Unin Argentina de Rugby (UAR). Ante Irlanda,
en Ferro, j u e g o mi primer partido en el Seleccionado con la cinta de capitn, que despus le
devuelvo a Lisandro Arbizu. Empiezo a madurar
una idea que cambia todo: el Fondo Puma. Es el
ao de quiebre: no estoy oficializado como el lder del equipo, pero yo ya siento que lo soy, y
empiezo a ponerlo todo en j a q u e . Me apoyan los
jugadores y aprendo algo: el liderazgo es esa confianza que te dan los dems. Ven en vos algo que
los tranquiliza y te piden, sin decirlo con palabras,
que los gues. Esta vez me nombran representante de todos frente a la UAR, y eso enoja bastante
a Lisandro. La cinta la tiene l, pero la mayora
descansa en m. El objetivo es tener a alguien que
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defienda a los jugadores en los temas comerciales, que empiezan a ser un conflicto. Antes de la
votacin, Lisandro haba puesto a un abogado
a hacer eso. No funcion. Cuando se corri de
ese lugar, Arbizu ve que estoy tomando un protagonismo importante y se desata una pequea
"batalla" entre el p o d e r simblico y el poder real.
Hasta ah habamos sido muy amigos, pero esa
disputa por el poder nos distancia. A Lisandro los
dirigentes lo haban puesto en una posicin que
a l no le gustaba; lo presionaba. Fue u n o de los
mejores jugadores del mundo, pero le costaba tomar decisiones para el grupo y necesitbamos un
cambio radical.
Yo estaba cansado de ver cmo los que tomaban las decisiones eran los que menos se comprometan. Es decir, los dirigentes y sus aclitos, que
no eran precisamente los jugadores. Empec a
pensar que haba que evangelizar de otra forma,
incluso ms all del juego. Saba que el trabajo
de la exposicin era mucho ms profundo. Haba que comunicar y para eso tenamos que ser
tan espontneos y genuinos como pudiramos.
En el rugby no est bien visto el perfil alto y de
alguna manera yo cambi esa parte: "est bueno
acercarse a la gente", deca. "La informacin es
necesaria, tienen que saber quines somos". A fines del 99, Los Pumas haban firmado con Peugeot el primer contrato comercial del rugby. Un
mes antes no tenamos entrenador! Hoy parece
algo normal, pero en esa poca no haba estrategia comercial y el que se ocupaba de sacar al
rugby de su eterno malestar era yo. A m no me
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del prncipe Carlos y con deportistas como Maradona ya tena una relacin... Estaba bueno y
me diverta, pero nunca perd el eje, ni me olvid que mi mundo eran mis amigos de "La 74", y
que un partido de ftbol con ellos vala ms que
cualquier otro plan.
El ao 2001 haba sido agitado para Los Pumas, y la velocidad y la exposicin que les imprim a las cosas terminaron en el fracaso del
Mundial de Australia 2003. Fue un perodo de
exploracin, y armamos aquel programa de televisin que sala los viernes a la noche. Senta
que haba que divertirse, pero tambin fue una
manera de forzar las cosas y ver hasta d n d e llegbamos. No me di cuenta de algo: con mis actitudes, con mi energa y mis impulsos, termin
dividendo al equipo, al entorno y al ambiente
del rugby. Es cierto que al mismo tiempo se humaniz, pero no estbamos preparados para crecer tan de golpe, mucho menos de hacerlo en
pblico. En Los Pumas todava convivamos dos
generaciones y yo pensaba slo en la ma, que
era la que se diverta con las jodas del programa
de televisin, con meter la camarita en el vestuario y con rerse de s misma. Pero no corresponda: estaba tomando decisiones que afectaban a
todos, sin consenso grupal, y eso es algo que un
lder nunca debera permitirse. Fue un pecado
de juventud; los grandes no estaban de acuerdo y
esa divisin termin afectando el desempeo en
el Mundial del 2003.
Volvera a hacer lo mismo si pudiera elegir?
S. Porque me ayud a entender cmo deba
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construirse una buena preparacin: haciendo todo lo contrario. Est bien, matamos un Mundial
porque no supimos manejar algunas situaciones,
pero al mismo tiempo logramos mejores condiciones para todos, y en esa transicin empez a
consolidarse el grupo que brill en 2007.
Comenzaba a entender cmo debe manejarse el liderazgo, pero todava me mova por intuicin y para algunas cosas no estaba maduro. La
organizacin es fundamental, eso lo aprend muy
bien en Europa, y para lograrla es importante tu
capacidad para escuchar. En los grupos todos se
sienten parte de algo y te nutren de informacin.
La clave es saber incorporarla, organizara y administrarla en tu momento de reflexin, cuando
te queds solo y debs ser fro y decidir. Para eso,
antes tens que escuchar. Pareciera que no hace
falta, pero hay que hacerlo. Sabs que no sos un
iluminado de Dios, ni un genio, ni ms inteligente que el resto. Pero confan en vos y tens que
estar listo para dar siempre un consejo, aunque
te parezca lo ms bsico del mundo. Despus
puede pasarte que te cebes y que en tu consejo
transmitas una confianza ciega que ni vos tens.
Pero de eso se trata. Antes del Mundial del 2003
tena incorporada la estructura del liderazgo, pero me faltaba estar listo como persona. Le haba
dado confianza a todo el equipo porque luchaba por sus causas, pero actuaba de una manera
irresponsable. Haca muchas pavadas de la edad,
me preocupaba por cosas sin importancia, quiz
no cuidaba mis modos. No era un lder completo
porque no supe ocuparme de cmo estaba cada
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uno de los jugadores: entenderlos como un equipo, pero tambin como individuos. Conclusin:
la organizacin estuvo perfecta. Cada uno tena
sus planillas con cunto se ganaba, nadie se quejaba, repart ms plata de la que gan, y arm vina
estructura slida. Pero el liderazgo es una experiencia completa, y en lo humano todava n o estaba listo.
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El liderazgo no tiene que ver con la imposicin d e tus ideas: es la aceptacin de los dems
de tu propia metodologa. Muchas veces esa metodologa tiene una base importante de pragmatismo. Ser simple, directo y concreto hace que te
entiendan mejor. Con los aos, aprend que tambin hay que tener en cuenta los modos. Hace
poco hablbamos con Juani Hernndez, que para
m es como un hermano, de cmo tratar de llevar
adelante una situacin de liderazgo. El estaba en
conflicto con su club y yo le deca que a veces el
idealismo extremo no es un buen recurso; te aleja de las soluciones reales y, sobre todo, del nico
fin que tiene que tener una "revuelta": el cambio.
Porque generalmente los cambios verdaderos no
son tan picos como uno los so. Todo el mundo
cree que es salir a matar o morir, pero la realidad
te muestra otra cosa. Por ejemplo, Fidel Castro fue
mucho ms pragmtico que el Che Guevara. Queda ms lindo lo de "el Che"; el de las remeras es l,
pero toda revolucin necesita un trayecto y mi sensacin es que Castro entendi mejor ese concepto.
Puede gustarte o no Fidel, pods criticarle todo,
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una parte o nada, pero el tipo logr eso que quera y sostuvo el cambio. De "el Che" siempre me
fascin que viva intensamente sus sueos. Aparte,
jug al rugby y de medio-serum..!
"Juan, pone en jaque al presidente del club;
and con todos tus compaeros, deciles que vos
habls en su nombre, plante la guerra. Reclam
a los gritos y ya est: para ellos sos el lder. Pero
lo sos en verdad?" No. Si sos el uno, el jefe, el
Estado, entonces tens que convencer al otro de
otra manera. Si no coincids en las ideas, ah es
donde tiene que entrar la aceptacin de tu metodologa. "Juan, llamalo al presidente del club
y pregntale 'cmo puedo ayudarte a resolver
esto?'" La revolucin tiene que terminar s o s en
una transformacin profunda, n o es "lo mo contra lo tuyo". Ese cambio no tiene por qu llevarse
a cabo en malos trminos.
En algunos casos a la palabra "revolucin"
le sacara la "r": me gusta la idea de "evolucin".
Cuando la causa es noble y acceds a otro nivel de
entendimiento, pods accionar cambios verdaderos y en buenos trminos. Me encanta el aplauso, pero nunca hice nada para que me palmeen
la espalda. Ya desde chico el objetivo era mucho
ms grande y no me alcanzaba con divertirme
con la pelota. No es lo mismo j u g a r simplemente
al rugby que lograr cosas jugando. Siempre so
con trascender, y as quedar para siempre en la
memoria de la gente. Por eso, creo que mi carrera fue un avance constante, y ms como persona
que como jugador. Antes era explosivo, ahora resuelvo las cosas con ms calma.
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la pena ser conocido: que alguien a quien yo admiraba desde chico sepa quin soy y qu persigo.
"Algo bien hice", me dije. Fue igual que cuando
Maradona me dedic el libro, me escribi la carta
de los treinta aos y me cont que l se acerc al
rugby por m, que antes no lo miraba, pero que
senta que en la cancha ramos parecidos. A Diego
lo vea en televisin y lloraba con l, pero no me
conmova por el lado del ftbol no me apasiona
especialmente, sino por lo que l lograba.
Siempre me gust la poltica, quiz porque
se trata justamente de eso: es un arte en eso de
conseguir cosas aplicando distintos mtodos todo
el tiempo. Fui a Olivos y a la Casa Rosada muchas
veces, algunas con Los Pumas y otras solo. Estuve
con Carlos Menem, con Fernando de la Ra, con
Nstor y Cristina Kirchner. Nunca me sent usado
por la foto. Iba por curiosidad, para ver de qu se
trataba, y tambin por una cuestin de instucionalidad y respeto, no me gusta ser "contra" slo
por serlo; trato de ver siempre cosas positivas en
quienes nos gobiernan. Tengo muchos amigos,
como Daniel Scioli o Sergio Massa; respeto a j u a n
Manuel Urtubey y muy especialmente al "Pelado"
Francisco Irarrzaval, alguien que todo el tiempo
me muestra que las cosas pueden hacerse bien;
con Gustavo Posse hemos charlado mucho sobre
San Isidro, y con Florencio Randazzo, Mauricio
Macri, Amado Boudou, Francisco de Narvez y
Anbal Fernndez he mantenido varias reuniones, siempre vinculadas a actividades o cosas del
deporte. Con Gerardo Werthein conseguimos
ganar la cesin del Comit Olmpico (COI) en
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ro nos hicimos amigos en nuestra primera charla y en Francia fuimos inseparables. Ya me haba
pasado con Felipe: uno siempre necesita gente
que sienta como uno y que est dispuesta a acompaarte hasta el fin del mundo. En mis cruzadas,
ellos eran la clase de gente por la que yo hubiera
dado todo, y de hecho ambos seran fundamentales para revolucionar y lograr que el mundo nos
escuche. Pero para eso faltaban cuatro aos.
Mis otros compaeros importantes, como
Edu Simone, Emi Bergamaschi y Mel, seguan estando en mi corazn, pero nuestros caminos nos
haban separado. Faltara agregar otros ms en
los prximos meses... Necesitaba armar equipo
para desafiar todo de nuevo. Empec a pensar
en el "Bocha" Ledesma, en "Chalo" Longo, en
"achi" Fernndez Lobbe, en "Kinder" Durand...
Con ellos, sumando a Felipe, seramos los "Big
Six", como nos bautizamos a nosotros mismos: el
grupo que encabez la revolucin para ser grandes en serio. El m u n d o del rugby nos haba olvidado y ya nadie hablaba de Argentina. Regresamos al ostracismo internacional.
Empiezo a hablar poco a poco con varios,
pero en ese m o m e n t o necesitaba ganar confianza jugando en el nuevo club. Asentarme y ser
el mejor ah. El entrenador no era mi amigo ni
mucho menos, p e r o ya haba aprendido la leccin en Richmond y en Los Pumas tambin: el
foco no era nadie ms que yo mismo. "A jugar
y listo", me deca. Con Juan Hernndez nos divertimos porque siempre nos llevaba el auto la
gra y no nos importaba. Un da era mi auto, al
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Daniel Baetti y Nacho Fernndez Madero, porque eran fundamentales. No haba que tocar a
nadie del staff! Ya estaba todo listo, pero faltara
algo: que el Tao Loffreda se convenciera y confiase en m. Restaba una discusin y de ah en
ms nos alinearamos para siempre. As, a principio del 2004, naca otro Seleccionado.
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a morir, e m p e c a j u g a r de nuevo, era titular indiscutido, m e establec como u n lder muy positivo para Stade Frangais y ms tarde en ese ao,
la "Biblia del rugby", el peridico Midi Olympique, me dio el p r e m i o al mejor medio-serum del
mundo.
Estaba todo bien, aunque yo senta que me
faltaba algo. La alegra por ganar el campeonato era grande, pero segua batallando conmigo
mismo. Me costaba ver los logros como algo de
equipo y me martirizaba por las cosas que salan
mal, sobre todo con Los Pumas... La sombra del
fracaso de 2003! En el fondo, segua pensando
que poda hacerlo todo solo. No s si era consciente, pero los hechos me dicen que fue as. Al
ao siguiente, esa omnipotencia me lleg a querer jugar todo lo que se puso delante con el Stade, y con Los Pumas tambin.
La relacin con Fabien Galthi, nuestro entrenador en Pars, era normal. El haba sido el ltimo medio-serum campen, un gran referente de
Francia, y recin empezaba a dirigir. Mi sueo era
ganar la Copa Europea de Clubes, que es como
la Champions League del ftbol, y el 22 de mayo
de 2005 llegamos a la final, que jugamos frente
a Toulouse en Edimburgo. Cuando faltaban tres
minutos para que termine ese partido decisivo,
estamos ganando 12 a 9. Me golpeo en la cabeza,
me sacan y me siento en el banco para recuperarme. Como en una pelcula, a los quince segundos
Toulouse nos empata y terminamos perdiendo 18
a 12. No entend nada, ni supe qu haba pasado.
Habamos puesto todo para ser campeones, pero
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en el primer partido que perdamos fuerte, yo estaba afuera sin poder hacer nada.
Estuve tres das sin aparecer por el club. "Cmo me vas a sacar faltando tres minutos?", le reclamo a Galthi, que casi llorando me dice "perdname, nos equivocamos, pensamos que estabas
cansado". En realidad, el reproche me lo haca a
m mismo: "Agustn, cmo pudiste dejar que te
pase esto?". Repito: hasta esos niveles llegaba mi
omnipotencia.
A los veinte das tenemos otra final (el 11 de
junio), esta vez por la Copa de Francia (el Top 16
por esa poca), en Saint-Denis, y perdemos con
Biarritz (37-34), con u n penal en el alargue... "No
puede ser", me digo a m mismo. "Qu estoy haciendo mal?! Vamos a Argentina". Sigo acelerando. Jugamos con Italia en Crdoba y le propongo
al Tao acelerar a fondo. Jugamos con u n vrtigo
increble, pero perdemos 30 a 29, porque el equipo no resiste la velocidad que le imprimo. Discuto muy fuerte con Loffreda, termina el partido y
me voy a casa muerto. El Tao me llama y me dice
"vamos a Canad con un equipo joven". "Tao,
jugu todo el ao..." Voy igual. "Aparte tenemos
que hablar de esto que hiciste", me explica, "yo
no estoy de acuerdo..."
Llegamos a Canad, nos juntamos en un cuarto con Banana y con el Tao, para encerrarnos
a hablar del juego. Yo haba mandado un mail
enorme explicndoles cmo crea que haba que
jugar, y empezamos a armar el ADN del equipo,
entre los tres. Que esto s, que esto no. Ellos me
escuchan un montn y el Tao me cuenta qu le
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Stade Frangais seis meses antes. Despus superamos a Italia en Gnova (39-22), recuperndonos
as del papeln en Crdoba, en junio de ese mism o ao. Jugu ante los italianos y me largu a
llorar. "Estamos para algo increble!" Estaba venciendo a la depresin, y me daba cuenta de que
el equipo era el culpable de lo bueno y tambin
de lo malo. Descubra que uno debe utilizar los
malos momentos para acumular energas, tomar
envin y volver a saltar ms alto. Otra vez el rugby
me daba una respuesta.
Luego del test-match con Escocia declar: "tenemos que acostumbrarnos a ganar". Me senta
mejor de la lesin y tena que juntar fuerzas, porque los cambios en la dirigencia lo demandaran.
Tercera Parte
Llegar
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La depuracin de Los Pumas cost sangre, sudor y lgrimas. Me haba propuesto un cambio de
mentalidad, pero no era fcil: antes de encontrar
una forma slida de hacer las cosas h u b o mucho
fuego cruzado. A veces pasaba que nos veamos
poco y "dialogbamos" en los diarios, en entrevistas que nos hacan. Despus de la charla con
el Tao Loffreda en marzo de 2004, para hacer
el balance del Mundial de Australia, Los Pumas
jugaron con Gales en Vlez y viajaron a Nueva Zelanda. No particip de esos compromisos porque
se superponan con la definicin del campeonato
de Francia, el que ganamos con Stade Frangais.
Adems, el Tao quera darle una oportunidad
a Nico Fernndez Miranda, y me pareci justo,
aunque me doli no estar en los primeros partidos despus del ltimo fracaso en la Copa del
Mundo. Entend que tena que terminar el campeonato con Stade.
En esa serie de partidos, Los Pumas anduvieron bien con los galeses: ganaron el primer test
50 a 44 en Tucumn, y perdieron el segundo 35
a 20. En Hamilton, en cambio, el nivel cay: fue
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mi personalidad me jugaba en contra para equilibrar los nimos del equipo. Pero, en mi opinin,
el Tao tena miedo de darme demasiado poder y
que eso terminara perjudicando al equipo. Deba
entender esto y ser ms consciente con todos.
Fue un momento de cambios en el espritu del
equipo. Me junt con los otros lderes y dijimos
"basta de perder, ac no se j o d e ms. Necesitamos
una autocrtica puesto por puesto, caso por caso y
hacer las cosas a fondo, corrigiendo lo que se deba
corregir. Tenemos que ser solidarios entre todos, y
dejar de echarles la culpa a los dems, a los entrenadores, a los fixtures, a la IRB... Todo depende
de nosotros y del esfuerzo que hagamos".
En noviembre de 2004 le ganamos a Francia
en Marsella (24-12), despus d e doce aos: el ltimo festejo d e Los Pumas en su casa haba sido
en Nantes, en 1992. Al ao siguiente tambin le
ganamos a Escocia. Poco a poco, el equipo empezaba a sentirse slido. Fue en ese momento que
dije que "el objetivo es jugar bien, pero lo ms importante es ganar. Estamos acostumbrados a realizar muy buenos partidos contra las grandes potencias, hablamos de hazaas y cosas por el estilo,
pero tenemos que acostumbrarnos a ganar partidos, como sea. El entrenador de Inglaterra u n a
vez me dijo que hay que crecer sobre los triunfos;
despus, el j u e g o puede mejorar. Este equipo necesita eso". Estaba muy firme, era mi manera de
mandar un mensaje claro, y dejarlo por escrito.
Con muchos chicos, jugamos muy bien contra
Sudfrica en la cancha de Vlez; a fines de 2005
vino el festejo en Murrayfield ante los escoceses y
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el xito ante Italia en Gnova. Estbamos levantando vuelo... y chocamos en el aire con una arremetida poltica de la UAR. Se vino la noche.
Cuando Alejandro Risler asumi como presidente de la UAR, el Ruso Ral Sanz como secretario y Hugo Porta como icono del movimiento,
nos juntamos a comer. Yo saba que se vena algn lo, pero estaba muy mentalizado como para
hacerle frente. Lo primero que intentaron fue
tocarnos al mnager, y me cruc con todo para
defenderlo. Adems, el Ruso ya haba dicho por
ah que quera sacar al Tao Loffreda y que iba a
empezar a mover las cosas. No me lo deca cara
a cara, pero en el rugby se saba. En plena previa
de este conflicto me haba desgarrado, y como no
jugaba viaj a Argentina para comer con ellos. La
UAR haba entrado en un proceso de cambio, yo
estaba muy metido con las cuentas de Los Pumas:
era la poca de Sportfive, la firma extranjera que
consegu para financiar gastos de los jugadores
amateurs, que estaban en clubes argentinos. La
UAR quera romper el contrato: cuando estaba como tesorero y me negaba el Fondo Puma,
Risler ya lo haba hecho con Telesport, y haba
salido carsimo. Rescindirle el acuerdo a Sportfive saldra mucha ms plata, y n o tena sentido.
Adems, la UAR le deba dinero al Seleccionado,
cosas del Fondo Puma, viticos, de todo un poco.
El Ruso atac de entrada.
Agustn, no voy a pagarles la deuda a los
jugadores me dijo.
Arreglemos. Es plata de todos.
No.
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do a Argentina para descansar. Le avis al mnager del Stade que me volva. "Al final hice todo el
esfuerzo para llegar, no me pusieron un minuto
y ahora perdimos la semifinal". Despus de eso,
estuve durante agosto, septiembre y octubre sin
jugar. Tres meses. Al verme de vuelta en el club,
Galthi crey que yo ira a decirle "no aparezco desde las semifinales, tens razn, ac estoy
para lo qtie necesites". Despus de discutir me
fui a hacer el calentamiento con el equipo y lo
veo venir a Galthi, otra vez. Al mismo tiempo,
Juani y Roro se acercaban a saludarme, y a ellos
se sumaban Pierre, Julin, Mathie, Benjamn y
otros compaeros franceses del club, con quienes ramos muy amigos. Estaban todos felices
por mi vuelta; Fabien, mientras tanto, miraba lo
que pasaba desde un costado.
Qu hacs? me pregunta.
Nada, estoy corriendo le respondo tranquilo.
No, andate. Lo pens bien, y no quiero que
te quedes.
A ver. Ven a un costado, sentate ac. Yo te
dije que empezaba de lo que vos quieras. Pero
ahora me decs que no me dejs arrancar en el segundo equipo! Estoy dicindote que arranco de
cuarto medio-serum. No estoy presionando para
jugar en la Primera. Voy de cuarto medio-serum.
Ests prohibindome jugar con los espoirs? No
puedo jugar en el segundo equipo frente a Clermont? Decmelo, hacete cargo y sal vos a contrselo a la prensa. No aparec en semanas, pero los
dos sabemos cmo fueron las cosas hasta ahora.
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La preparacin para el Mundial 2007 avanzaba, y los problemas nos perseguan. Por un lado,
el equipo estaba mejor que nunca; por el otro, la
dirigencia no dejaba de atacar.
Me gustan los enemigos fuertes y con argumentos. Si te atraen las grandes causas, ests llamado a generar el cambio de paradigmas constantemente. Eso va a llevarte a liderar, a chocarte
naturalmente con mucha gente mediocre, y hay
que entenderlo como una parte del cambio. Lo
malo es que en ese p u n t o tens que olvidarte del
desafo intelectual. Es la parte ms triste. Esa gente nunca vena a decirme cosas como "creo que
esto es lo que hiciste mal" o "tendras que haber
hecho esto otro, y de esta manera". Ellos simplemente atacaban, sin oponer argumentos slidos.
La mediocridad es lo peor que hay!
Es una tendencia muy nuestra creer que estamos preparados para lo que venga. Todo es "vamos, vamos, vamos"... Est bien, somos apasionados, tenemos sangre, "vamos"... Pero, adonde?,
Para qu? Tenemos herramientas? En otros pases, el que no tiene nada que decir o no est a la
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protestaron: "No, no nos hacemos cargo". "Si ustedes no estaban fue una casualidad", insist. "La
mayora fue parte del lo y para eso est el fondo
de equipo". "No, el fondo est para viajar". "No,
no es as. Est para lo que tenga que estar". Lo pagamos del dinero del grupo, como corresponda.
Hoy creo que conducir es la mejor parte del
liderazgo. Es mucho ms completo que avanzar
solo, como el hmster en su rueda, yendo siempre para adelante, sin mirar para atrs ni para los
costados. Cuando conducs tampoco pods fallar:
tens que bajarte de tu ruedita y hacer andar a
los dems. Muchas veces, cuando sent que haba
fracasado, tuve la sensacin de ser ese hmster
arriba de una rueda, sin pausa, que no va para
adelante impulsado por sus sueos.
Durante la preparacin para el Mundial de
Francia una de mis frases de cabecera era: "Permtanse soar. Piensen que podemos, aunque
sea suenlo". Como los sueos son lindos, pero
cumplirlos es otra cosa, saba que necesitbamos
no dar ventajas, y me concentr en planificar la
preparacin fsica del Seleccionado con Nacho y
con el Tao.
Despus de ganarle a Inglaterra en Londres,
ya estaba instalada la mentalidad ganadora. En esa
gira de fines de 2006, tambin le ganamos a Italia
y perdimos con Francia por un punto. "Perfecto",
pens. No es que prefiriera perder, pero no me
disgust que nos ganaran por tan poco. bamos
a enfrentarlos en la inauguracin de la Copa del
Mundo; entonces, para ellos fue un aviso; para nosotros, la esperanza: dar la sorpresa ante Francia y
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y cada vez que poda, sin que nadie nos viese, hacamos un doble o triple turno a un costado. Joe,
Nacho y el "Gallego" me ayudaron a llegar fsicamente, en mi mejor nivel. Pero, al mismo tiempo
que yo forzaba la mquina con todo, los dems
tambin lo hacan, algo que derivaba en que muchos se lastimaran. Empezaban a surgir dudas,
la prensa pona en jaque el sistema, los escpticos de siempre salan a criticar, hablaban grandes preparadores fsicos del pas que criticaban
nuestro modelo... Todas expresiones de miedos y
mediocridades propias de aquellos que no creen
en los cambios, porque no sabran cmo emprenderlos. En ese momento, cuando escuch todo
eso, puse en prctica lo que haba aprendido en
todos estos aos: dar seguridad y no dejar que las
dudas de los de afuera contaminasen al grupo.
Tuve que generar ms confianza que nunca.
Era un lugar que no conoca nadie, propuesto
por m. Muchos aos atrs, mi amigo Ricky Gortari me haba dicho: "Agus, and a entrenarte ah.
Con Adidas tenemos algo que est buensimo". Lo
escuch, quise ir en el 2003 y no llegu. La idea
qued rebotando en mi cabeza, habl con la gente
del lugar ms de una vez, y cuando se acercaba la
preparacin para el Mundial de Francia, le acerqu la inquietud a Sanz. Como con el Ruso estaba
todo bien y l estaba convencido de que necesitbamos lo mejor, me dijo "mir que si nos gastamos
esta plata, tal vez no queden recursos para los premios". Le respond: "no te preocupes; gastemos en
la previa". Eso le pareci genial, y terminamos de
pelear para unificar las fuerzas y lograr una pre-
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palabra Banana Baetti: cuando hablaban, se complementaban perfecto en la tcnica y el compromiso, era espectacular escucharlos! Siempre cerraba yo, porque el Tao me lo peda.
Cuando los entrenadores concluyeron su exposicin yo estaba muy nervioso, algo raro en m.
Dentro de m haba algo, quera gritarlo, y lanc
sin filtros aquello de "nos vamos a Francia para
ser campeones del mundo". Todos me miraron,
hubo uno de los silencios ms lindos de mi vida.
En fro, sin vestuario, empezaba a comprometerlos a todos con un sueo.
Despus vino la gira previa, que fue ideal para
sacarnos las dudas y ajustar lo ltimo de lo ltimo.
No habra ms cambios y comenzaba la cuenta regresiva: lista confirmada, lesionados recuperndose... Pareca que no habra ms problemas, pero...
como en todos los momentos de la vida, y ms todava en la ma, las adversidades estn mucho ms
cerca de lo que uno cree, y siempre se redoblan.
Antes de la llegada a Francia tenamos programado pasar por Gales y Blgica. En el primero
de los partidos, a quince das del debut mundialista en Pars, el "Negro" Gaitn se sinti mal en
la ducha y casi se cae al piso: tuvo un paro cardaco en el vestuario. Tenamos que viajar a Blgica directamente, pero yo me qued con l, en
el sanatorio de Cardiff, durmiendo en el piso, hacindole compaa en la sala de terapia intensiva.
Senta que se me mora un amigo, y me baj del
Mundial. No poda dejarlo solo, y en esa instancia
el rugby no me import nada: quera estar con l
y nada ms. Cuando fui a decirle a Loffreda que
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"me qued ac con el Negro", el Tao lo entendi, pero me respondi que el equipo me necesitaba. "Tao, es mi amigo el que m e necesita ms.
Cuando est bien voy para all".
Los Pumas viajaron a Bruselas, y me qued a
pasar la noche con el Negro. Al da siguiente estuvo mejor, fuera de peligro, y me tom un avin
para sumarme al equipo. En ese cuarto, mientras
lo miraba, me daba cuenta de lo importante que
era la amistad. Tom conciencia de cunto extraara al Negro si de pronto no lo tuviera ms; en
mi locura de los ltimos meses, esa noche fue la
ms trascendental. Lloraba sin que el Negro se diese cuenta, me angustiaba no tenerlo para concretar nuestro plan maestro. Como yo saba que iba
a salir todo espectacular, lloraba porque no iba a
poder abrazarlo antes de salir a la cancha. Entonces, entend que un da podemos estar y otro da
no. A ese cuarto volvi Pap... Volvi la bruja que
me salv la vida, d e la que ya hablar... Volvieron
las ganas, ms que nunca, de hacer algo extraordinario... Por m, por ellos y por mi amigo "Blackie",
internado a mi lado. Empezaba la cruzada.
Luego de esa gira por Gales y Blgica llegu a
Pars sintiendo que entraba en mi casa. Mi cuarta
Copa del Mundo sera en la ciudad en la que viva, y eso se senta raro. No saba bien qu nos esperaba, pero algo me deca que no sera un Mundial ms. Sonaba Pasos al costado, la cancin de
Turf, en versin acstica: "No reconozco el punto
justo donde hay que frenar".
"Vamos hasta la final", me dije.
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quedbamos horas conversando. Eso me ayudaba para tratar de entenderlo y, a la vez, para que
l no dejase entrar a determinada gente que nos
haca mal. Lo hizo a la perfeccin. Lo invitamos
al Gato Handley, que haba tenido un gesto muy
bueno con nosotros y se haba convertido en un
tipo muy importante para el equipo. Trataba de
no permitir que algo arruinara la tranquilidad.
Pero a pesar de estar muy atento, segua preocupndome la tensin que sobrevolaba el ambiente.
Perciba una carga complicada y no me gustaba.
"Necesitamos relajarnos", pensaba. Era urgente
propagar u n mensaje de calma. Si haba un manual de liderazgo tena que escribirlo en tiempo
real. Me haba preparado toda la vida para este
momento.
Busqu un eslogan que sonara a manifiesto,
lo encontr y lo escrib en el pizarrn: "Por nuestra historia, por nosotros". Haba encontrado un
lema, que despus se ampli. "Por nosotros, por
nuestra familia, por los que ya no estn". Esto ltimo era por el Negro Gaitn, y despus de terminar de escribir la frase se me ocurri llamar a mi
amigo Gino, para pedirle que nos hiciera remeras con la leyenda "Blackie". Queramos usarlas
en el calentamiento, antes del partido inaugural,
as el m u n d o sabra que era un equipo, y de paso
el Negro se enteraba hasta qu punto nos faltaba.
Para que nos permitieran lucir esa remera tuve
que pelearme con la IRB. Hasta ese momento,
la IRB no nos tena en cuenta. Mike Miller era
el nico que me contestaba el telfono; l s vea
que podamos hacer algo, el resto nos daba por
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Olvdate.
Bueno, te veo el viernes en la cancha. Ah, necesitas entradas para tu gente? le dije en chiste.
No me vendran mal.
Te las mando. Chau, amigo.
Guando volv a reunirme con los jugadores
estaban todos muy tensos. "No va a pasarnos lo
mismo que en los dos Mundiales anteriores", les
dije. "Hubo partidos que podramos haber ganado, sobre todo contra los locales. Ellos van a estar
presionados por su gente y estn diciendo que
nos ganan por cuarenta puntos. Si hacemos las
cosas inteligentemente y con la pasin que sentimos por la camiseta, tenemos equipo para ganarle a Francia". Crea completamente en lo que deca. Cuando sos local, la presin por ganar en tu
propio pas es inmensa para cualquiera, porque
sabs que no pods perder. Despus de hablar
con "Domi" entend que ese temor, que yo saba
que tenan, era muy favorable para nosotros. Tena la estrategia de juego en la cabeza: arremeter
cuando veamos que la presin d e la gente empezara a pesarles a sus jugadores. Lo habl con el
Tao y nos pusimos de acuerdo: mucho guardar
filas, mucha defensa, mucha estrategia con el pie,
esperarlos, ser slidos y dejar que se equivoquen.
"No nos regalemos", venamos dicindole al equipo con el Tao. "No nos sobra nada, vamos a jugar de esta manera, con mentalidad ganadora".
En las charlas previas siempre se habla ms
del lado tcnico. Despus, cuando el corazn empieza a sumar, hay que tocar las fibras ntimas. En
la semana se habla de cmo atacar, por dnde,
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sa es la parte que ms extrao de ser jugador. Cuarenta minutos para soar despierto, ir
para atrs, para adelante y para los costados, todo
dentro de tu cabeza. Es como en The Wall, cuand o el personaje de Bob Geldof corre y corre en la
cancha de rugby. Va y vuelve todo el tiempo, atravesando el pasado, el presente y el futuro constantemente. Mientras flots en esos estados, el
corazn empuja cada vez ms. Para m, escuchar
msica es soar despierto, y esa tarde fue como
el videoclip de mi historia, con Pars como decorado. El momento era mgico, en todo sentido.
Antes de ir para la cancha haba estado con gran
parte de mi familia, me haban venido a visitar mi
vieja, Enrique, Fich, Valen y Joaqui. Eso fue importante. "La 74" tambin viaj para apoyarme.
Estaba muy contenido y termin d e convencerme. Pens en Pap, mir al cielo y dije: "Est todo
bien, viejo".
Cuando me saqu los auriculares senta una
paz increble.
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Hay momentos que son bisagra. Los norteamericanos los llaman "tipping point", y pasan cuando
entra en accin un hecho que al final de la historia
termina siendo fundamental. Cuando bajamos del
bus segua sintiendo el nerviosismo de los jugadores, y muchos de los que se mostraban as eran mis
lugartenientes. Salvo Roro, que siempre estaba
cerca de m leyendo mensajes o rindose... Ese pibe tiene la cabeza ms grosa de todos los jugadores
que conoc. Es de otro planeta!
Los ms chicos estaban en su mundo, pero a
los grandes se les notaba la preocupacin. El da
anterior al debut, Mario Ledesma me pregunt
cmo crea que estbamos. "Gordo", le dije, "estamos para hacer algo nico". Quise darle seguridad, pero not que no me haba credo tanto.
Ese da habamos hecho el reconocimiento de la
cancha, todo pareca tranquilo, las prcticas salieron perfecto, las charlas fluan, el Tao habl
muy bien, Banana perfecto. Las cosas parecan
estar en su lugar... Pero no. Continuaba vindolos medio duros. En ese estado salimos hacia el
estadio antes de la fiesta inaugural del Mundial.
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En serio?
Hoy ganamos. Vos quedate tranquilo.
Literalmente mis palabras le cambian la cara.
Se lo digo con tanta tranquilidad, que mi conviccin parece lo ms natural del mundo. Estas son
las cosas que funcionan cuando el liderazgo positivo es parte de tu esencia. No las penss, pero una
situacin pide calma y a vos te salen las palabras
justas. En ese momento, para m era imposible
transferir la tranquilidad que senta, con todos sus
matices y complejidades. No pods pedirles a los
dems que entiendan por qu ests tan bien cuando, en realidad, deberan verte araando las paredes. Lo que s tens que lograr es que tu grupo se
alinee detrs de vos, confiando en esa conviccin,
aferrado al mensaje positivo y realmente involucrado en una lucha que quiz no comprende del
todo, pero que est dispuesto a llevar adelante. Pero con mucha sensibilidad y humildad.
Comienzo con mi ritual en el mismo vestuario en el que haba salido campen con el Stade.
Emociones mezcladas. Tengo muchsimas cosas
en la cabeza, y mientras las destilo hago el ritual
de las ocho vendas en cada pierna y el de las cruces tambin. De a poco, empiezo a analizar el termmetro del equipo, a acercarme y hablarles de
a poquito. Generalmente hablo nicamente yo, y
a veces Mario, aunque casi nada. "Salgan del partido inaugural, salgan de la fiesta, salgan de todo
y empiecen a meterse. De a poco, p e r o mtanse..." Mi idea es ir bajando lnea muy suavemente.
Salimos de nuevo a la cancha, todava con todos a
medio vestir. "Ahora atrdanse y squense todo".
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Capitn". No es mi estilo. Estoy en la primera lnea de ataque, s, pero n o para salir a figurar. Ah
me sumo al grupo, como diciendo "vamos todos
juntos, no hay un primero, no me importa si no
me enfoca la cmara...". Esa noche, los primeros
que salen son Rodrigo Roncero y Mario Ledesma, le cuidan el lugar a Chalo Longo, que ya volvera. La nave nodriza al frente. El Himno antes
del partido con Francia es muy importante porque es el primero y significa un montn... Tengo a mi familia a veinte metros, estoy por jugar
un nuevo Mundial, mi vida es mucho ms estable
que en los anteriores, vamos a desafiar a Pars,
hay mucha gente y es una situacin rarsima. El
Himno argentino se toca perfecto. Es muy difcil abreviarlo, pero esta vez sali impecable. Est
dndose todo como lo plane y es momento de
arremeter. Vuelvo a reunirlos. "Se acab. Ahora
sabemos lo que tenemos que hacer!"
Cuando me meto en un partido me da lo
mismo que haya cinco mil personas, ochenta mil
o cinco. Suena el silbato, se cierra el mundo, se
callan todos y mando yo. Nac para esto y n o me
importa nada ms que esto que empieza a acelerar el corazn. Con Francia comienza el juego y
el marco de partido inaugural de un Mundial se
evapora. Me embarco en una pelea psicolgica
con el rbitro desde el minuto cero. Es una buena manera de entender cmo vengo encarando
este Mundial: hay que entender todo lo que pasa
alrededor. S que el equipo va a responder, entiendo que la primera batalla es para capturar el
timming del que maneja el partido; es la manera
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de estar en el detalle de sus decisiones. Es trascendental descubrir la forma de actuar del rbitro, y analizar cmo juega el adversario con eso,
si es que lo hace. En este partido yo me adelanto
y a los diez minutos ya siento que controlo la situacin. Me salgo y miro como est cada uno, administro los tiempos, y consigo mi objetivo: atravesar los 80 minutos de partido al mismo ritmo,
manejando los tiempos del rbitro, regulando,
tirando la pelota a un lado, frenndolos a Juan y
a Mario. "Par! Levant! Pate! Ponsela arriba!". Pasan los minutos y todo se ajusta al guin
que tengo en mente, y que bajaba del Tao y "Banana". El equipo brillaba y yo solamente administraba confianza. Una sensacin increble, dos
jugadores en uno. Algo que se siente muy bien y
que es rarsimo de explicar.
Hoy podra ver nuevamente ese partido y saber exactamente qu senta, qu viva y qu pensaba en cada minuto. Las sensaciones principales son que tena una paz enorme, y que en un
momento comenz a haber dos Agustn Pichot.
Uno estaba en la cancha dejando la vida, el otro
sobrevolaba el campo de juego y haca cuentas
mirando al Tao de reojo. Fsicamente tena que
darlo todo, pero tambin deba separarme de la
performance, del pase y del tackle, para concentrarme en el estratega fro, que tiene que decidir
con una visin panormica. Muchas veces me dijeron que haba sido un gran jugador. Pero, qu
significa eso con exactitud? Un gran jugador es el
que entiende que tiene que dividirse a s mismo
en doscientas partes del enorme rompecabezas
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En la conferencia de prensa despus de ganarle a Francia en el partido inaugural del Mundial 2007 yo estaba en otra. Tuve que ir para atender el protocolo: siempre hablan los capitanes de
cada seleccionado. Los jugadores franceses estuvieron muy bien, como corresponde: nos felicitaron, tambin vino el entrenador, incluso el propio Nicols Sarkozy quiso acercarse a saludarme.
Esas cosas importan, y fue la razn por la que yo
no quera que mis jugadores celebraran demasiad o dentro de la cancha: el respeto al rival es un
cdigo que no debe romperse nunca. Alegra s,
locura no.
En esas primeras declaraciones a la prensa
comenc con mi reivindicacin de la Argentina.
Haba que mandar un mensaje slido, que confirmara la fe en nosotros mismos, pero sin exaltarnos. Dije que ramos un equipo que estaba
haciendo las cosas bien, y que nos sentamos tranquilos. Era cierto: despus de esa victoria, pareca que Los Pumas empezaban a convencerse de
que estaban para grandes cosas. Tena que tratar
de trasladar eso a la gente, aunque sin ponerme
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un poco de la cantidad de informacin que procesaba por segundo. Iba a mi pizzera del barrio
Firenze, donde Cristophe, dueo y amigo, me reciba con la camiseta de Los Pumas... Un francs
con la camiseta de Los Pumas! Mi barrio de Pars
me felicitaba, me mostraba respeto y me devolva los das de hablar en la vereda y de conocernos. Al otro da abandonamos nuestro bnker en
Enghien-les-Bains y nos fuimos a Lyon con una
felicidad enorme. Fue tan as que bautizamos ese
viaje como "el tren de la alegra".
Me hubiera gustado disfrutar de ese momento como lo hicieron todos. No poda evitar ponerme en el lugar del capitn y me obligaba a
estar pendiente de cmo seguira todo: me costaba sumarme a ese estado de nimo grupal. Lo
increble era ver cmo todos disfrutaban. Los que
no jugaban estaban con ms ganas de jugar que
nunca, y nos ayudaban en todo por eso. Senta
que me faltaba ocuparme del otro grupo, de los
que n o haban jugado. Ellos tambin tenan que
crersela y en esos das pas por sus cuartos y
les habl mucho. Necesitaba hacerlos entrar en
un estado de confianza parecido al nuestro; solamente as sentiran que ellos tambin podan
aportar al espritu ganador del equipo.
Haca ms de diez das que estbamos aislados del mundo, y una cosa es bancarse estar lejos de los que te quieren mientras brills en una
cancha, pero es muy distinto tratar de estar bien
cuando no jugs. Me pareca importante hablar
con ellos de sus mujeres, de sus problemas y sus
cosas. Cuando terminaba los partidos yo suba a
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mis hijas al mnibus, o las haca pasar al vestuario, y viva muy cerca del hotel. Muchos de ellos,
en cambio, estaban lejos de todo. Si no jugaban o
no se sentan parte del grupo; sin quererlo, tambin estaba alejndolos de sus sueos.
Despus del partido con Francia me resent
de la pierna; estaba contracturado. Mi preocupacin era que no era el nico porque todos habamos hecho un desgaste muy grande. achi Fernndez Lobbe, Nani Corleto y Roncero tambin
estaban golpeados, y eso nos obligaba a pensar
en muchos cambios para el segundo partido, que
era con Georgia, un rival dursimo. La ventaja de
haber salido de Pars, despus de ganarle al local,
era que una parte grande de la prensa le sac el
foco a Los Pumas y se lo puso a Francia. En Lyon
era todo distinto, aunque ya se senta el apoyo de
la gente en Argentina: vinieron miles de hinchas.
"Que vengan todos a disfrutar", dije. Abrimos el
hotel para todo el mundo y as empez lo que
fue una conexin muy linda con los que haban
viajado hasta all.
Entre el debut contra Francia y el partido con
Georgia haba solamente cuatro das, y m e pareci que tena que guardarme. No quera arriesgar nada, estaba tironeado, y en mi lugar poda
jugar Nico Fernndez Miranda: con l, el puesto
estaba ms que cubierto. El nico riesgo era si se
lastimaba Nico, porque n o tenamos a un tercer
medio-serum, pero sabamos que no pasara. Al
bajarme del segundo partido apareca la posibilidad de acomodar una formacin sin m, y eso
era interesante. El Tao estaba de acuerdo, y to-
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Estando todava en Lyon sucedi algo muy importante: el "Negro" Gaitn vino a pasar una semana con nosotros, y verlo nos hizo muy bien a todos.
Cuando lleg se me ocurri dejarle mi habitacin,
la 519, y regalarle la camiseta nmero 23. Le dije:
"Venite, yo despus veo dnde duermo".
Otro evento importante fue que, por esos
das, naci el primer hijo de Martn Schusterman. Lo llamaron desde el Mater Dei a la concentracin para avisarle, y el Tao le dijo a "Cuta"
que vaya a la Argentina para ver a su hija. Para
m era muy importante que estuviera con su familia. Vena monitoreando esa situacin, al igual
que lo haca con las del resto de los chicos, que
estaban haca mucho tiempo sin sus familias. Yo
tena a la ma a tres horas de tren. Los das sin
jugar generan, sin quererlo, demasiada ansiedad.
Sumado a esto, tenamos dos partidos ganados y
empezbamos a ser favoritos, una situacin incmoda para sostener. Nunca en la historia haba
pasado, yo no tena registros e iba escribiendo y
armando las cosas todo el tiempo encerrado en
mi cuarto, o consultando con el Tao. Sala todo
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po me necesitaba y que haca falta afianzar lo hecho en los dos primeros partidos. Hablamos con
el Tao y con Banana, y resolvimos que jugara
un tiempo. Chalo Longo reapareca en el equipo;
Leguizamn se vena golpeando la cabeza y estaba haciendo un gran torneo... Aparecan dudas
de las grandes, de esas que te condicionan a la
hora de definir las formaciones. Esa tensin que
genera la incertidumbre flotaba en el ambiente.
Cinco das antes del partido con Namibia, Mario
Larrain, el mdico del plantel, nos pidi a Juani Hernndez y a m que furamos a hacernos
una ecografa. Finalmente yo no tena nada y eso
me dio confianza. Mario me cuidaba mucho, y
gracias al "Campen" Sergio Carossio, uno de los
fisio, llegaba impecable al partido. Juan, en cambio, deba bajarse.
En el medio de todo esto tenamos que tomar
una decisin: qu hacer con el Ninja Todeschini. El problema fue que no se recuperaba de la
lesin en la pantorrilla derecha y debamos decidir si tenamos que hacerlo volver a Argentina.
Si no jugaba el partido con Namibia, estbamos a
tiempo de repatriar un reemplazo, y con el Tao
necesitbamos conciliar el puesto. No se poda
esperar ms, porque en esa instancia no se saba
si el equipo segua en el torneo, y era matar o morir. Ya haba pasado medio Mundial y nadie saba
cunto le quedaba de recuperacin. Al final, se lo
prob a ltimo momento, y fue al banco. El "Ninja" era otro de los jugadores que aportaba desde
donde le tocara estar. Era un momento de decisiones muy difciles, y l decidi tomar el riesgo.
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El regreso de Chalo fue muy importante, habamos optado por esperarlo desde el partido con
Blgica, y no nos equivocamos. Pensar que en la
delegacin algunos preferan que se volviese a la
Argentina. Es ah cuando te das cuenta de que
existen decisiones en las que est bien arriesgar.
Todo marchaba correctamente, y despus de
once das y de haber pasado por muchsimas cosas, despus de asados, salidas, euforias y un largo etctera, era momento de volver a poner el
foco en los ochenta minutos. Era necesario retomar las bajadas de lnea, de hablar de j u e g o y de
empezar a motivarlos a todos. El liderazgo tambin se trata de saber conducir los tiempos de
los dems. En ese Mundial, con el Tao Loffreda
trabajamos a la par. El tena su forma de liderar
y se ocupaba de definir conmigo estrategias vinculadas al juego en s mismo. Yo senta que tena
que cargarme el da a da, ms all de los entrenamientos, estar atento a otros factores que no
incluyen lo deportivo. Y estaba muy concentrado como para hacerlo bien. Once das sin jugar
es una eternidad y me daba miedo de que los
jugadores se relajasen demasiado. Pensaba: "No
podemos creer que somos un equipo infalible,
porque n o nos sobra nada. No podemos ganarle
a nadie tirando la camiseta, no podemos equivocarnos, tenemos que pensar en nuestro juego". Crea que era ms peligroso nuestro propio
poder d e autoboicot que el rival de turno. "No
pensemos en Namibia", les explicaba, "tenemos
que seguir creciendo". En la charla previa al partido les dije que tenamos que ganar con punto
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bonus. Mi tctica fue no exagerar la arenga. Tena que haber motivacin, pero sin una carga
emotiva.
Ese da Marsella estaba increble: toda la tribuna llena de argentinos. Peluca, gorro... de la
platea salt una mscara de tigre que nos llevamos
para el vestuario... El equipo hizo un partidazo.
Habamos exigido al Ninja a fondo y termin valiendo la pena: entr en el segundo tiempo, hizo
un try y problema solucionado. Me alegr mucho
por l, un tipo que haba sido titular y que haba
quedado afuera un poco por su lesin y otro poco por la decisin de jugar con Juan Hernndez
como apertura, una idea que haba promovido yo
desde el encuentro con los Barbarians Franceses,
en marzo de 2007 en Biarritz. El Ninja jams me
dijo nada, ni se enoj: eso es ser un tipo sumamente importante para un equipo, un ejemplo.
Todeschini result tan fundamental para el grupo como lo fue Martn Durand, a quien le toc
algo similar y que, de la misma forma, se puso el
equipo al hombro llegado su turno.
Con Longo el caso fue similar. Arranc jugando Juan Manuel Leguizamn, que hizo un gran
primer tiempo y le puso a Chalo la vara muy alta.
"Legui" termin haciendo un gran Mundial, y dej una gran imagen. Lo bueno fue que Chalo recogi el guante y cuando le toc entrar la rompi
toda. Ganamos muy bien ese partido, un 63 a 3
inapelable, con nueve tries. Yo segua preocupado por mi pierna y estuve al cuarenta por ciento,
casi trotando, regulando todo el tiempo; mi cabeza estaba ms en el isquiotibial que en el juego.
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Para el partido de los cuartos de final del Mundial 2007 ante Escocia volvamos a Pars. Pareca
que estar en el centro era ms divertido, pero para
m era igual. Si todos se iban a la Torre Eiffel a pasear, yo me meta en mi cuarto. No poda disfrutar
de las cosas diarias; me encantaba estar encerrado
y con poca luz. Como en una isla de edicin de cine: oscuridad, introspeccin y mucho detalle. Tena que evitar el aturdimiento. Slo haba msica
y orden. No poda perder el foco.
Mientras tanto, Argentina estaba en ebullicin. Muchos de mis amigos todava estaban en
Francia, otros se haban vuelto y me contaban
por mail cosas de la "Pumamana" que se viva.
Empezaba a correr un tema no menor: las mujeres de los chicos. La mayora de los jugadores no
las haban visto en cuatro o cinco semanas, y el
nacimiento de la hija de Cuta Schusterman haba
conmocionado a todos. Se senta cierto malestar
de algunos jugadores; no decan nada, ni lo expresaban, pero se notaba. Nunca se quejaron de
nada, y algunos ya llevaban casi dos meses fuera
de sus casas.
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que era la forma, aunque la energa me empezaba a chupar y lo saba. Estaba cerca de casa y volv
a pasar una tarde con la familia, a estar contenido durante unas horas. Lo necesitaba, porque el
impacto no haba sido menor: discutir y pelear,
sumado a la posibilidad de entrar en la historia
por primera vez en los Mundiales, no era menor.
Adems, si le ganbamos a Escocia nos quedaban
las semifinales y despus la final. Dos semanas para lograr eso que habamos venido a buscar, pero
tambin dos semanas ms para todos los que no
vean a sus familias.
Saba que tena el privilegio de contar con
mi familia, y que tena que aprovecharlo. "Viv
un poco, Agustn", me deca. Esa tarde tom un
poco ms de distancia de Los Pumas y vi ms all;
estaba a dos metros del suelo y soaba despierto
que bamos a salir campeones del mundo. A las
horas extraaba el hotel y volva. Me encantaba
y disfrutaba la vorgine del minuto a minuto. Saba que estaba experimentando algo nico. Las
preocupaciones eran muchas, y no se tena tiempo para reflexionar ni filosofar. Las cosas estaban
dndose muy rpidamente, y senta que tena
que desdoblarme en varios Agustines, y todos actuaban al mismo tiempo.
El partido con Escocia fue en el Stade de France y sali todo bien. Para m, era un paso ms.
Sin desmerecer a los escoceses, porque haba que
ganarles y era importante. Pero a nivel j u e g o yo
estaba tan tranquilo que casi perdemos por un
error mo. En la cancha se sinti que ramos ms
y que estbamos mejor. Chalo haba jugado fen-
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En la semana previa a las semifinales con Sudfrica trabaj fuerte para que virasen las mujeres
de todos. Sabamos que nos quedbamos dos semanas ms, y entenda que era crucial para todos
los que no vivan en Francia. En ese momento me
entraban dudas, si era algo que corresponda, o si
haca algo mal, de distraccin. Entonces, llam a
un amigo para ver qu pensaba. Me contact con
Guillermo Tabanera; l me entendi enseguida,
y me ayud como siempre a encontrar una solucin. El es alguien que sera fundamental en mi
vida despus de ese Mundial. Como padre de chicos de rugby, y una de las mentes ms brillantes
de los empresarios de Argentina, me ayud a conseguir un sponsor para pagar los pasajes. Pero lo
ms importante fue que me ayud a pensar con el
corazn. As, las novias y mujeres viraban a Pars.
El alivio de los jugadores fue tremendo. Se
not mucho en los que no entraban a la cancha,
que tenan que pasar toda esa semana al pie del
can, y que despus de cuarenta das no aguantaban ms estar lejos de sus afectos. La llegada
de sus novias y esposas relaj mucho el ambiente.
Nunca les dije cmo se haban conseguido los pasajes, y slo se coment que se utiliz parte de los
recursos del Fondo Puma; que era plata de todos
al servicio del equipo.
Pese a todo, el equipo tena dos nuevos enemigos: la tensin y el conformismo. Otra estrategia para relajar el ambiente era hacer unos
sketches entre nosotros. Participbamos todos,
los ms chicos y los ms grandes, j u g a n d o a imitarnos mutuamente. Me pareca fundamental di*
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fundamental es cmo te sents. Si te sents invencible, entonces vas a serlo. Obviamente, tambin
hay una realidad: si tu adversario es mejor y vos
pates mal, vas a perder igual. Pero, es posible
convencer a los dems de que somos invencibles?
Yo no pude.
Termin el partido (perdimos 37-13) y salud a todos. Les habl tratando de mantener una
imagen, de que estaba todo bien. Salud a mis
hijas, como en cada partido, y ellas me miraban,
saban que algo no estaba bien. Pero segu mirando distante, tratando de no pensar mucho y de
terminar con los protocolos. Hay que morir de
pie, siempre... Pero cuando me alej un poco para tomar distancia de la situacin, y me sent en
un banquito al costado de la cancha, lo vi a Juani
Hernndez... Lo abrac, y el m u n d o entero se me
desplom. Lloraba sin parar; no me importaba ni
poda contenerlo. As, tambin mora de pie.
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Fracasar es no lograr eso que te habas propuesto. Yo quera ser campen del m u n d o con
Los Pumas y ya no poda conseguirlo. Quera
mostrarle al mundo que desde la humildad, la
entrega y la pasin se puede llegar a ser los mejores del mundo. Mostrarles a los ingleses, los
australianos, a esos que nos miraban siempre de
reojo, que ramos mejores... Perdn, que tenamos algo mejor: un amor increble por la camiseta. Ese amor es el que nos haca jugar por encima
de nuestro nivel. Quera demostrarles que aos
de desarrollo y estructura podan suplantarse
por locura, por la entrega ordenada, y con una
planificacin. Pero nada comparado con lo que
vivan ellos. Ese plan casi da resultado, pero no;
habamos perdido con un equipo mejor, con mayor estructura, con ms aos de desarrollo y con
un amor igualmente increble por su camiseta.
Entonces, para m, haba fracasado.
No bien termin el partido con los sudafricanos nos encontramos con Juani Hernndez, le
dije que haba llegado hasta ah, que haba sido
un placer, un viaje lindsimo, que fue muy bue-
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me gustaba y yo respond que me encantaba Napolen. Al decirle esto, el periodista me respondi que justo estaba escribiendo un artculo en
el que me comparaba con l.
La segunda noche de encierro me llam el
Tao y al ratito nos reunimos con l y con Banana Baetti. Yo pareca un espectro caminando.
Estaba seguro de que la reunin sera para hablar
del partido y mi cabeza... o de lo que quedaba de
ella. Ya saba qu iba a contestar. Baetti me dio un
abrazo; a lo largo de nuestra relacin, constantemente supo encontrar el apoyo que yo necesitaba. Tena ese don nico para levantarte cuando
ests mal, siempre con un abrazo o un consejo.
El Tao me ofreci un mate y me re. El estaba
con la experiencia y la tranquilidad. La situacin
le dola igual que a m, pero lo viva distinto; por
eso era el entrenador, y la tena muy clara.
Agustn, queremos que ests en el prximo
partido me dice el Tao.
Que jueguen todos los suplentes, Tao, se
lo merecen. Nico Fernndez Miranda tiene que
jugar, corresponde que entren otros chicos. Yo
doy un paso al costado.
Pensalo un poco. Entrenate maana y...
No, no voy a jugar.
Sos el capitn de este equipo. Tenemos que
terminar bien y salir terceros me dice Banana.
No, no...
Ests entregndote?
Esa ltima pregunta fue crucial. No, no quera entregarme para nada. Los dos estaban hablndome bien, mostrndome otra visin de la
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daba bronca no estar jugando la final. Igual, intentaba que no se notara demasiado. La verdad,
no me concentraba en slo ganar el partido. Lo
increble era que el hecho de haber aflojado en
todos los aspectos, hizo que pasara algo que fue
fantstico: si le ganamos a Francia y logramos el
tercer puesto en una Copa del Mundo, fue mucho ms por el empuje de los dems que por el
mo. Por primera vez, senta que poda cosechar
un poco del resto: el equipo sali a bancarme a
m, a apoyarme, porque saba que estaba dbil.
Felipe Contepomi, mi gran amigo, fue uno de los
que tom la posta y se puso el Seleccionado al
hombro: hizo un gran partido. Lo viv con un orgullo tremendo, porque sent que Los Pumas ya
haban incorporado en su ADN las ganas de ser
ms, que la mentalidad ganadora ya estaba instalada. Quedaba el juego. Una vez ms.
Cuando salimos a reconocer el campo, como
siempre, se me acerca un francs que estaba a
cargo del protocolo de los partidos del Mundial,
para explicarme cmo entrar a la cancha, y qu
haba que hacer cuando terminara el encuentro,
pues slo haba entrega de medallas solamente para el tercero, al que quedaba cuarto no le
daban nada. Con voz amable me dijo: "Agustn,
ustedes entran por ac. Francia a la izquierda, y
Argentina a la derecha, como salen de los vestuarios". Hasta ah era lo de siempre, pero sigui con
sus explicaciones: "Cuando termine el partido, va
a venir Sarkozy para darle la medalla a Francia
en la cancha, y despus los saludar a ustedes".
Algo me son mal. Cmo?! "Y si ganamos no-
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sotros?!, le pregunt. Nos remos los dos; l, incmodo porque no se haba dado cuenta del error,
y yo desafiante. Fue la primera provocacin de
la noche, y empezaba a motivarme. De nuevo el
entender que ramos los argentinos los que incomodbamos al establishment. Me encantaba esa
posicin. Una vez ms demostrar que nos merecamos mucho ms respeto.
El vestuario ya me haba dado u n a energa especial. Vino el Bocha Ledesma, que no jugaba, y
me abraz con lgrimas en los ojos. Sabra que
era nuestra despedida? Habl con todo lo ltimo que tena. Haba que jugar para la inmortalidad... Qu ms?
Caminamos hasta el tnel, se escuchaban 45
mil franceses y algunos argentinos. La luz me
cegaba, estaba ltimo en la fila y los olores del
Pare des Princes hacan que quisiera comerme
la vida. Mi corazn estallaba, y de repente me sale un grito espontneo. Al lado nuestro estaba
formado el equipo francs, tambin esperando
para salir a escena. Desde atrs, grit enrgicamente: "Vamos, carajo, que hoy tenemos que jugar como nunca. Hoy tenemos que brillar, por
esta camiseta tenemos que dejar todo". De golpe, siento que alguien me dice: "Ferme ta gueule",
que en castellano significa "cerr la boca". Miro
a mi costado y lo veo a Sbastien Chabal, que era
el tercera lnea suplente de Francia. Pelo largo,
cara de malo, enorme... Estaba como suplente,
sala detrs de los titulares de Les Bleus, y se cruz conmigo, que iba ltimo. Lo mir, estaba cerquita... y lo dej pasar, como diciendo "no voy a
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Indice
Prlogo
El ltimo vestuario
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Primera Parte
APRENDER
21
2
3
4
5
6
7
8
29
35
43
47
58
64
71
Segunda Parte
ENTENDER
9
10
11
83
93
101
12
108
13
14
15
16
17
122
127
136
145
152
18
161
Tercera Parte
LLEGAR
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
173
187
194
203
215
224
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Agradecimientos
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