Moscovici Teoria Influencias Minoritarias PDF

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BOLETIN SCEPS N 4.

Enero - Abril 2015 Sociedad Cientfica Espaola de Psicologa Social

SERGE MOSCOVICI (1925-2014):


UNA SINOPSIS DE SU LEGADO INTELECTUAL Y CIENTFICO
Juan Antonio Prez
Universidad de Valencia

Serge Moscovici muri el 15 de noviembre de 2014, a


la edad de 89 aos. Naci en 1925 en Braila
(Rumana). Desde 1938, que fue expulsado de la
escuela por ser judo, hasta 1948 que logr el asilo
poltico en Pars, vivi en propia persona lo que
supone pertenecer a una minora perseguida a
muerte. En su autobiografa (Chronique des annes
gares, 1997) cuenta una 11
serie de experiencias terribles que como l mismo
termina diciendo lo que vi me empa para siempre la visin que tena de los
hombres. Como vamos a ver, se preguntar reiteradas veces por qu el mundo
est tan convencido de que la modernidad, el tan ensalzado triunfo de la Razn, es
realmente un progreso y no una ideologa ms.
Se licenci en psicologa en la universidad de la Sorbona y en esta misma
universidad defendi en 1961 su tesis de Doctorat dtat (en Francia es un grado
superior a la habitual tesis doctoral), La psychanalyse, son image et son public.
tude sur la reprsentation sociale de la psychanalyse. Al mismo tiempo realiza
otra sobre los cambios sociales que suponen la reconversin industrial,
Reconversion industrielle et changements sociaux. Un exemple : la chapellerie dans
lAude (publicada por la editorial Albin Michel, 1961). En 1953 tambin se
matricul en lcole Pratique des Hautes tudes, asistiendo con especial inters a
los seminarios del prestigioso historiador de la ciencia Alexandre Koyr. Bajo la
direccin de ste realiz una tesina sobre la mecnica galilea, publicada en forma
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Con la colaboracin de los miembros del comit
Rseau Mondial Serge Moscovici (REMOSCO-FMSH):
Nikos Kalampalikis
Universidad de Lyon
Saadi Lahlou
London School of Economics
Denise Jodelet
EHESS, Pars
Themistoklis Apostolidis
Universidad de Aix-Marseilla

Algunas partes de este texto son ampliaciones


del texto: In Memorian: Serge Moscovici (19252014) propuesto por Prez, J.A., Kalampalikis, N.,
Lahlou, S., Jodelet, D. y Apostolidis, T., como
obituario difundido por la Asociacin Europea de
Psicologa Social. Puede consultarse en:
http://www.easp.eu/themes/Serge_Moscovici.pdf

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de libro: L'exprience du mouvement. Jean-Baptiste Baliani, disciple et critique de


Galile, 1967. A raz de este trabajo, y recomendado por Koyr, obtiene una beca
1962-63 en el instituto Advanced Studies de Princeton.
Tras ocupar distintos puestos de investigacin en el CNRS, en 1964 es elegido
Director de Estudios en lcole Pratique des Hautes tudes, donde ejerci toda su
carrera en Francia. Form un Grupo de Estudios de Psicologa Social en el que
desarrollaron sus primeros trabajos psiclogos sociales tan importantes para el
futuro de la psicologa social europea como son Jean-Lon Beauvois, Claude
Faucheux, Claudine Herzlich, Jean-Claude Abric, Denise Jodelet, Willem Doise,
Michel Rouquette. Fue profesor invitado en varias universidades, entre las que
cabe mencionar New School for Social Research, (Nueva York, 1970-72), el Institut
Jean-Jacques Rousseau, Universidad de Ginebra (1972-73) o la Universidad de
Lovaina (1976). Durante quince aos (1980-1995) fue Visiting Professor en la New
School for Social Research (Nueva York).
Es uno de los fundadores de la psicologa social europea. En 1965 se cre la
Asociacin Europea de Psicologa Social Experimental y fue su primer presidente.
En su libro con Ivana Markova, The Making of Modern Social Psychology (2006),
cuenta el papel que jug en esta creacin el Transnational Commitee on Social
Psychology del Social Sciences Research Council, del que formaban parte, entre
otros, Leon Festinger, John Lanzetta, Ragnar Rommetveit, Stanley Schachter, Henri
Tajfel, Harold Kelley, Morton Deutsch. Desde entonces, durante ms de medio
siglo, dedic todo su trabajo cientfico, intelectual e institucional a fundar la
psicologa social como una disciplina autnoma -aunque para l con puentes
imprescindibles con la antropologa y la sociologa- para estudiar el amplio campo
de los fenmenos sociales mixtos, que son a la vez individuales y sociales, y que
fundan las culturas.
Se le otorgaron diecisis Doctor Honoris Causa (Ginebra, Glasgow, Sussex,
Sevilla -el profesor Silverio Barriga ha sido precursor en nuestro pas en reconocer
las rupturas tericas que suponan los trabajos de Moscovici-, Bruselas, Bolonia,
Londres, Roma, Mxico, Pcs, Lisboa, Jnkping, Iasi, Brasilia, Buenos Aires, Evora).
Recibi seis premios internacionales, entre los que cabe destacar los prestigiosos
Premio Europeo de las Ciencias Sociales y de Sociologa (1989), el Premio Balzan
(2003) y el premio W. Wundt & W. James (2007).

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Historia humana de la natura


Una de sus mayores obras es el libro Essai sur lhistoire humaine de la nature,
publicado en 1968. Se trata de un trabajo transdisciplinar, monumental, en el que
resume mltiples invenciones humanas de transformacin y creacin de la natura,
o sea, la historia de relacin del ser humano con el universo material. Sintetizando
su principal tesis del libro con la cita de Marx, el animal solo se reproduce a s
mismo, mientras que el hombre reproduce la natura, sostiene, por un lado, que se
da una completa unidad histrica de los estados naturales de la humanidad y, por
otro, que cada estado natural suele originarse en la periferia del precedente, de
modo que los grupos inventores no son los grupos dominantes en un momento
dado, sino los marginados, los excluidos, los amateurs. Aborda a lo largo del libro
toda una serie de campos cientficos consagrados, como, por ejemplo, la mecnica,
la electricidad, la qumica, para ilustrar cmo comenzaron siendo obra de
amateurs, ilusionistas, magos, que en su da no eran ms que gente marginal. Y
esta historia humana de la naturaleza contina.

De este trabajo sobre la historia humana de la natura se plantea la que ser su


cuestin estelar en la mayor parte de su trabajo intelectual y cientfico: el origen
del conocimiento y de la innovacin, tanto social como material. Centra su
respuesta en la relacin entre dos tipos de conocimiento inconmensurables: la
ciencia y el sensus communis (sentido comn). Ninguno de estos saberes es
independiente del otro. Para l, la epistemologa consiste en analizar la interaccin
entre el saber cientfico y el sensus communis o conocimiento social: cmo se
transforman y cmo se transfieren mutuamente uno y otro tipo de conocimientos.
Contrariamente a los presupuestos de la mayor parte de los epistemlogos, a
saber, que, para que avance el saber cientfico, se debe limpiar la paja del grano,
separar lo lego de lo cientfico, l cree que la ciencia sin ese folk-knowledge sera
un solipsismo.
Se gua por dos hiptesis generales, que siempre subyacen a sus trabajos de
uno u otro modo. Por un lado, no solo la continuidad entre el sensus communis con
su saber hacer y el conocimiento cientfico, sino adems una influencia recproca
permanente. En diversos campos rechaza tanto que se jerarquice como los saltos
cualitativos, entre, por ejemplo, pensamiento mgico primitivo y pensamiento
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racional moderno, entre natura y cultura o sociedad, entre hombres domsticos y


hombres salvajes, entre el pensamiento social y el pensamiento cientfico.
Una segunda hiptesis est contenida en el mismo ttulo del libro: la natura
no es un ambiente externo donde evoluciona el ser humano, sino que el hombre
crea y recrea esa natura a travs del trabajo, segn la fase de desarrollo en que se
encuentre el recolector, el cazador, el agricultor, el artesano, la ingeniera tcnica o
el saber cientfico. La idea de que la natura no es independiente del hombre o de la
cultura o de la sociedad, sino producto de la historia humana, la va a ampliar an
ms en sus libros La socit contre nature (1972) y Hommes domestiques et
hommes sauvages (1974).
En estos libros aplica esa perspectiva terica al proceso de hominizacin. El
ttulo del libro, la sociedad contra la natura, viene a llamar la atencin de que en la
separacin natura/sociedad, o natura/cultura, hombre natura/hombre cultura,
promiscuidad sexual original/familia, y antonimias semejantes, ninguno de esos
criterios sirve para seguir los rastros del proceso de hominizacin. Tanto la historia
del ser humano como la historia de los primates, de la que somos una rama,
muestra que no hay un momento cero en el que la sociedad se impone a la
natura, sino que la sociedad siempre aparece en la natura. La natura no es el
ambiente externo, sino la relacin que el hombre mantiene con ella. Ningn grupo
humano, por primitivo o avanzado que se considere, est en tanto dato en s ni
ms cerca ni ms lejos de la natura. Moscovici desarrolla una hiptesis, cuanto
menos original, segn la cual el hecho capital no es la especiacin de los primates,
que el hombre desciende del mono, sino la separacin (diferenciacin social) que
se dio dentro de una poblacin que viva de la recoleccin, y jerrquicamente
organizada por edad y sexo, al surgir un grupo, bandas de jvenes machos,
descontento por no poder tener acceso al contacto sexual con las hembras bajo
el control del macho superior, y que llevando una existencia social marginal, optan
por explorar otros espacios (la sabana) y que terminan por reorganizarse en un
modo de sociedad para no alimentarse solo de la recoleccin sino sobre todo de la
caza de grandes animales. A partir de aqu la socializacin consistir en formar
cazadores, etctera. Es una sociedad de cazadores superior a una de
recolectores? La pregunta, o mejor dicho la respuesta, no tiene sentido alguno,
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entre otras razones porque en realidad los cazadores surgen porque en la sociedad
de recolectores eran unos marginados
La teora de las representaciones sociales
En su tesis de Doctorat dtat, desarrolla la teora de las representaciones
sociales, publicada en el libro La psychanalyse son image et son public (1976). En
ella trata de responder a cuestiones sobre el origen del sensus communis, cmo se
configura, qu lo caracteriza. Una de sus fuentes de inspiracin directa fue la
filosofa del nio estudiada por Piaget, en concreto en su libro La reprsentation
du monde chez l'enfant (1926), en el que, en concordancia con su perspectiva
constructivista (en oposicin a la reflexologa y conductismo entonces imperantes),
se puede observar que el conocimiento del nio tiene todas las propiedades del
pensamiento mgico (realismo, animismo, artificialismo, sociocentrismo), que en
gran parte subyace a todo folk-knowledge. El desarrollo intelectual consiste en ir
sustituyendo la operativa folk-knwoledge por las reglas del pensamiento formal.
Est bien aceptado hoy que la adquisicin del pensamiento formal no desbanca el
pensamiento mgico (Prez, 2003). En mltiples partes el libro de Moscovici sobre
las representaciones sociales deja entrever que a psicologa gentica de Piaget
acta como espejo (y quiz no solo en ese libro, pues no es casual, por ejemplo,
que denominara su teora de la influencia social teora gentica de la influencia,
obviamente gentico tomado en el sentido constructivista de gnesis). Incluso el
ttulo del ltimo libro que public (Le scandale de la pens sociale, 2013) parece
indicar que ese espejo nunca lo abandon.

Comoquiera que sea, la originalidad mayor del libro sobre el psicoanlisis, su


imagen y su pblico es el planteamiento de cmo una nueva teora del mbito
cientfico se difunde y se propaga en el conjunto de la sociedad y pasa ser parte del
saber popular. Estudia la difusin del psicoanlisis, esta nueva teora sobre el
comportamiento humano que por aquella poca estaba suscitando un amplio
inters meditico en Francia. Moscovici se centr as en una teora relevante para
la vida cotidiana de la gente y en este sentido siempre tuvo tambin en el punto de
mira el marxismo, como teora poltica y econmica pertinente en el da a da de la
gente. Mediante encuestas de opinin y anlisis de artculos de prensa, analiza los
procesos de transformacin a los que la sociedad receptora somete la teora del
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psicoanlisis para asimilarlo, para verlo como un nuevo componente de la realidad.


En definitiva cmo pasa a formar parte del sensus communis al que la gente
recurre para explicar da tras da el comportamiento de la gente. Esta
representacin social del psicoanlisis termina adquiriendo una entidad
independiente de la teora original. De este modo, el inconsciente, por ejemplo,
viene a significar que la persona no puede conocerse del todo a s misma y que hay
dinmicas psquicas no conscientes en su constitucin (p. ej.: complejos, lapsus) y
por ende en su comportamiento. Tambin muestra cmo el contenido de la teora
del psicoanlisis es transformado segn las inserciones sociales del receptor, segn
los grupos, categoras o clases sociales a los que pertenece. As, los comunistas lo
tachan de ciencia burguesa, los nazis de ciencia juda, los catlicos lo comparan
al confesionario, los estudiantes de medicina lo asimilan a la curacin.
Cabe aadir que su relacin con Piaget fue tambin personal e institucional.
Se conocieron en Pars, la poca (1952-1963) en la que Piaget era profesor en la
Sorbona (fue el sucesor de la ctedra de Merleau-Ponty). Cuando Piaget ya estaba
instalado en Ginebra, le propuso la docencia de Psicologa Social de la universidad
de Ginebra. Moscovici estuvo un ao (1972-73) impartiendo clases en esta
universidad, pero acab sugiriendo que fuera uno de sus mejores discpulos,
Willem Doise, quien se ocupara de tal docencia. Doise, primer catedrtico de
Psicologa Social de Ginebra, no slo cumplira como nadie los deberes acadmicos
que Piaget esperaba de la psicologa social, sino que adems continu, a parte de
sus conocidos trabajos sobre la categorizacin social y las relaciones entre grupos,
con dos de los grandes temas de la psicologa social planteados por Moscovici: la
importancia de la interaccin social en el desarrollo de la inteligencia (articulacin
Piaget-Moscovici altamente lograda) y la influencia de las minoras. El primer
estudiante que fich Doise, Gabriel Mugny, desarroll la influencia de las
minoras en Ginebra, y el tema del desarrollo sociocognitivo de la inteligencia lo
vienen trabajando en colaboracin desde entonces, con el reconocimiento
cientfico que este enfoque ha tenido y tiene. Frederic Munn, en el prlogo a la
traduccin al castellano del manual de Psicologa Social Experimental de Doise,
Mugny y Deschamps (1980), bautiz los trabajos realizados y dirigidos por estos
dos investigadores como la Escuela de Ginebra de Psicologa Social (a la que yo
mismo fui proyectado por mi primer profesor de psicologa social de la Universidad

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de Salamanca, Eugenio Garrido). Toda esta trayectoria le sera reconocida por la


Universidad de Ginebra a Moscovici en 1980 con el primero de los diecisis Doctor
Honoris Causa que posteriormente le fueron otorgados. Y fue el auditorio Jean
Piaget de esta universidad el que eligi para dar una de sus primeras grandes
conferencias sobre el pensamiento mgico en 1986. Pocas veces me he encontrado
en semejante auditorio tan repleto y tan pensativo. Dejndonos llevar un poco por
la historia ficcin, hubiera sido intelectualmente apasionante conocer la respuesta
de Piaget (haba muerto en 1980) a la exposicin realizada por Moscovici en esa
conferencia sobre la persistencia y predominio de este tipo de pensamiento en
nuestras sociedades ms avanzadas.
Volviendo al libro sobre las representaciones sociales del psicoanlisis, con
este estudio describe dos procesos sociocognitivos que intervienen en las
representaciones sociales, la objetivacin y el anclaje, a travs de los cuales lo
extrao o lo inhabitual se hace familiar; son como dos bielas mediante las que se
articula un determinado nivel de abstraccin de un concepto o teora cientfica con
la cultura propia del sentido comn y las acciones cotidianas. La objetivacin
consiste en traducir teoras, nociones, ideas o conceptos abstractos en imgenes
concretas. El anclaje es centrarse en la realidad que a uno le es familiar e inscribir
la representacin en ese sistema de conocimiento preexistente. Como hemos visto,
buena parte de este trabajo sobre las representaciones sociales trata de mostrar
cmo cada grupo fabrica sus propias bielas, que le sirven para asimilar y acomodar
sus comportamientos a las teoras, descubrimientos, avances que se producen
fuera de lo que se conoce o se sabe dentro de ese grupo.
En realidad la objetivacin y el anclaje son sistemas de comunicacin a travs
de los cuales se elabora un nuevo contenido (la representacin en cuestin) que
siempre contiene algo del emisor y algo del receptor. As, una de las partes ms
originales de esta obra magistral es la que dedica a analizar los sistemas de
comunicacin, en funcin de cmo el emisor, al construir el mensaje o seleccionar
la informacin que va a trasmitir, siempre tiene en cuenta la relacin social (la
influencia) que pretende establecer con el receptor. Entre estos sistemas de
comunicacin ilustr la difusin (la comunicacin va orientada a traspasar las
fronteras o pertenencias categoriales), la propagacin (comunicacin dentro de
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una categora social dada) y la propaganda (comunicacin orientada a acentuar las


diferencias entre categoras).
Psicologa social del lenguaje
Nunca estuvo convencido de los planteamientos que predominan en los
estudios del cambio de actitudes y opiniones. En uno de sus primeros artculos en
el Annual Review of Psychology (1963), critica dos aspectos de esa tradicin de la
psicologa social. Por un lado, tanto el concepto de actitud como el de opinin, los
ve como algo individual, como un agregado. Por otro lado, el modelo de Lasswell
(quin dice qu, a quin, a travs de qu canal, etc.), o sea, el modelo del emisormensaje-receptor, le pareci propio de un modelo que no inclua lo esencial de la
comunicacin y de la influencia que es la interaccin. Para Moscovici en la
comunicacin humana no hay un mensaje, una retrica, un lenguaje, que sean
universales o acontextuales. No existe la elaboracin de un mensaje en un vaco.
Emisor y receptor se influyen mutuamente en la construccin del mensaje aunque
solo lo firme el emisor. No hay escritura sin el pblico al que se cree que va
dirigida.
Esta hiptesis la desarrolla en sus trabajos sobre el lenguaje. En un captulo
en los Advances of Experimental Social Psychology (1967) y en el libro The
Psychosociology of Language (1972, p. v) advierte que no existe un campo que
pueda llamarse psicologa social del lenguaje y trata de delinear lo que sera su
materia. Comenz nada menos que cuestionando la hegemnica distincin de F.
Saussure entre lenguaje un sistema estable de relaciones entre unidades lxicasy habla un conjunto de usos de ese sistema por la comunidad de hablantes. Para
Moscovici, ms que separar ese aspecto formal de su uso social, lo que habra que
hacer es reconstruir las circunstancias bajo las cuales se han creado las distintas
lenguas en nuestras sociedades y que dejaron su marca en esas lenguas. Por otra
parte, argumenta que, aunque a menudo se dice que el lenguaje como
comunicacin mantiene una sociedad unida, sin embargo, se podra perfectamente
sostener justo lo inverso: las fuerzas cohesivas, conflictos, negociaciones,
festividades y rituales, que caracterizan una sociedad dada, son factores que
generan reglas lingsticas y metalingsticas y estn en la base de su combinacin
y difusin.

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Vea el lenguaje como una forma de comportamiento simblico. Es decir, que


el lenguaje simboliza algo para alguien. La lengua est insertada en un vasto
campo de psicologa colectiva: concepciones sociales, mitos e ideologas de las que
slo analticamente se puede separar. Seala conexiones entre el fenmeno
lingstico y el liderazgo, resolucin de problemas, la persuasin interpersonal o
grupal. Observa que la creatividad lingstica viene instigada y estructurada por los
intercambios colectivos. El lenguaje no est solo almacenado en el cerebro sino
que tambin est almacenado en la sociedad. Para l no era posible separar el
cdigo lingstico del acto de la comunicacin, de la relacin entre el emisor y el
receptor.
La comunicacin es un proceso de produccin lingstica. La planificacin del
discurso es el primer punto examinado porque ah se combinan los elementos
lxicos y no lxicos. Conociendo las relaciones sociales entre emisores y
receptores, sus motivaciones y sus distancias, se pueden predecir caractersticas
del mensaje, tales como aspectos gramaticales, redundancia, grado de formalismo,
las cuales estn en correspondencia con una situacin dada. Es as como los
sistemas de comunicacin estn ligados a los sistemas lxicos o sintcticos. El
hablante real, los que en realidad crean los patrones y cnones del lenguaje son los
grupos: clases, naciones, profesiones, grupos culturales, culturas rurales o urbanas,
etc. Observando esos grupos, en lugar de concentrarse en el nivel del nio o del
individuo, es como se aprender cmo se producen y se seleccionan unas u otras
frases, con una u otra gramtica. Las diferencias entre esos grupos sobrepasan con
mucho las diferencias que resultan a nivel individual.
Apoyado en su pericia de historiador de la ciencia, su trabajo en este campo
lo dedic a seleccionar en un libro una treintena de trabajos de otros
investigadores que mejor apuntalaban estas hiptesis.
Psicologa social tripolar
Tuvo la suerte de haber participado en las primeras reuniones de psiclogos
sociales organizadas en Europa por Lanzetta en las que conoci a grandes figuras
de la psicologa social norteamericana: Festinger, Deutsch, Pepitone, Schachter,
etc. Estos primeros encuentros, como escribe en su libro (en colaboracin con
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I. Markova) The Making of Modern Social Psychology (2006), fueron casi casuales.
Pero terminaron por llevarlo a ser uno de los padres fundadores de la actual
psicologa social europea, y no slo cientficamente, sino institucionalmente:
creacin del European Journal of Social Psychology y de la Asociacin Europea de
Psicologa Social Experimental. Fragu una intensa colaboracin y amistad con
Festinger. De l tom diversas orientaciones sobre lo que incumba estudiar a un
psiclogo social. Con l se convenci de la importancia del mtodo experimental.
Aunque importancia no signific nunca exclusividad para Moscovici. Practic la
diversidad metodolgica. Por un lado, siempre tuvo algo de wundtiano al pensar
que hay fenmenos en las representaciones sociales, en el folk knowledge, que
han de ser descubiertos recurriendo al anlisis de las comunicaciones durante las
interacciones. Por otro, tena la visin de la experimentacin como experiencia, o
sea, donde se descubre algo nuevo. En cierta manera, nunca se tom muy en serio
el mantra de la experimentacin como estrategia de verificacin de una teora. No
faltaron coloquios en los que se le poda or decir, medio en broma medio en serio,
si el experimento va contra la teora, peor para l. Pero al mismo tiempo,
escuchaba y lea los experimentos con mucha minuciosidad (vase, por ejemplo, el
captulo Attitudes and Opinions en el Annual Review of Psychology). Prestaba una
atencin particular buscando si el experimento meramente haba variado un
parmetro o si realmente abordaba una variable. Era muy crtico con esa tendencia
que se limita a repetir experimentos slo para variar un nuevo parmetro, dejando
de lado el problema o el fenmeno real estudiado, o incluso programas de
investigacin que se (auto)justifican inventando una realidad para
tautolgicamente estudiarla.
Esta entrada en la psicologa social de la mano de figuras como Festinger le
llev a seguir al pie de la letra el consejo general que ste daba en sus mltiples
encuentros en el Tansnational Commitee, a saber, que no se dedicaran a replicar
en Europa los estudios que se hacan en EE.UU, para ver si se encontraban
diferencias culturales. Haba algo ms importante que estudiar, como era la
cultura, costumbres o tradicin propia de cada pueblo. En este planteamiento
general vea que encajaba perfectamente su inters por la importancia del
lenguaje, la diversidad lingstica, tan caracterstica de Europa (aunque en este
punto Festinger no pareci del todo convencido).

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Su dedicacin a la psicologa social coincidi tambin con la llamada crisis de


la psicologa social. Aunque esta crisis se centraba mayormente en cuestiones
metodolgicas, para l la cuestin era epistemolgica y sobre todo tratar de
conceptualizar la cuestin estelar de la psicologa social, como para la biologa es la
trasmisin de la vida o para la economa el mercado. Y esa cuestin de la psicologa
social para l no era otra sino el sensus communis. De uno u otro modo, este
sentido comn siempre interviene en la relacin sujeto-objeto. Nunca entendi
por qu algunos psiclogos sociales buscan en el individuo y su cerebro lo que
reside en la interaccin social. Insista en el concepto de psicologa social tripolar
(sujeto-otro-objeto) para sealar que el individuo siempre est en interaccin
social o en un dilogo interior con el otro. Y que es a travs de esa interaccin
como se difunde y se propaga el conocimiento lego, y sobre todo se crea, porque
en definitiva en la vida social no hay trasmisin sin transformacin de lo trasmitido,
tanto de la parte del que emite como de su receptor. No hay cerebro humano que
sea mera mquina de responder; siempre es una mquina de inferir, o sea, que de
un dato extrae otro dato que no necesariamente est literalmente contenido en el
mensaje. Este proceso de comunicacin, especfico de la especie humana, en el
que la informacin no es procesada, sino interpretada, ser para l un principio del
que ninguna teora que se quiera realmente psicosocial debera obviar. En
reiteradas ocasiones fue muy crtico con la metfora ciberntica del hombre como
mquina de responder, de procesar informacin, que reduce el conocimiento
social a mera cognicin social.
Despus de haber publicado su libro sobre las representaciones sociales se
interesa por otros grandes mbitos en los que desarrolla esta perspectiva de la
psicologa social. Un tema bastante transversal en su obra es el estudio de la
innovacin. Como era habitual en l, primero observa un fenmeno general y
despus trata de conceptualizarlo y analizarlo. Observa sin ms que las sociedades
cambian, en unos temas a un ritmo y en otros a otro. Se pregunta entonces por la
innovacin y por el origen del conocimiento social. Propone dos de sus teoras
quiz ms conocidas por los psiclogos sociales mainstream. Una es la teora de la
polarizacin colectiva y otra la teora de la influencia de las minoras.
Como hemos visto su primer contacto con la psicologa social de EE-UU, la
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nica entonces institucionalizada, se produce de la mano del grupo de psiclogos


de tradicin lewiniana. Siguiendo esta tradicin lewiniana en ambas teoras sita el
cambio y la innovacin en el estilo de comunicacin e interaccin entre individuos
y colectivos sociales. As, por ejemplo, junto con Claude Faucheux abordaron la
hiptesis de cmo, segn la estructura de comunicacin dentro de un grupo
(centralizada o libre), se produce uno u otro efecto sobre el rendimiento: los
grupos con estructura centralizada resolvan mejor tareas lgicas muy
estructuradas, mientras que los grupos con comunicacin libre rendan mejor en
tareas de creatividad.
Teora de la toma de decisiones colectivas
Una de sus aportaciones ms claramente reconocida es la teora de la
polarizacin colectiva. Hasta los aos 60 los trabajos dedicados a estudiar el
comportamiento del individuo en grupo se focalizaban casi exclusivamente en el
fenmeno del conformismo, segn el cual las opiniones y normas de un grupo
venan dictadas por lo que opinara la mayora de los miembros del grupo, por el
lder o por los miembros con ms informacin (expertos) o con ms autoridad
dentro del grupo. Los procesos de influencia dentro de un grupo eran explicados
con la clsica teora de la influencia normativa e informativa, segn la cual la
influencia se reduca a la dependencia normativa e informativa: los miembros ms
dependientes, menos competentes, con menos recursos o en posicin minoritaria,
seran ms influidos que influyentes, y se mostraran conformistas, aquiescentes
con el resto del grupo.

Otra idea predominante en psicologa social era que, incluso en casos de


cierta simetra o reciprocidad en la influencia de unos sobre otros, lo que se
observaba habitualmente era una moderacin de los juicios. Era el caso, por
ejemplo, de los estudios de Allport sobre la moderacin de los juicios en presencia
de los dems o los de Sherif con el paradigma de la normalizacin. Siguiendo la
teora de las presiones a la uniformidad de Festinger, los estudios de Schachter
mostraban las presiones del grupo sobre el desviado y la exclusin de ste. Lo
mismo se observaba en los estudios de Asch sobre el conformismo, donde la
presin normativa del grupo era tal que el individuo aislado prefera mostrarse
conformista con el error del grupo antes que mantener la verdad en solitario. Por
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otro lado se tena tambin que individuos expertos, informados, con conocimiento
y experiencia se dejaban llevar con relativa facilidad por el espritu de cuerpo-degrupo, como describe Janis en su clebre libro Victims of Groupthink (1972).
A principios de los aos 60 los psiclogos sociales iniciaron un nuevo campo
de investigacin sobre la toma de decisiones en grupo. Fue en 1961 cuando Stoner
dio a conocer sus estudios en los que comparaba la adopcin de riesgo por los
individuos cuando tomaban las decisiones en solitario o cuando las tomaban en
grupo. Los resultados de sus estudios mostraban que en grupo las decisiones eran
ms arriesgadas. Esto contradeca toda aquella visin del grupo como
normalizador, nivelador de extremos y lugar en el que los individuos hacan
compromisos y moderaban sus juicios individuales.
Que las decisiones en grupos resultaran ms arriesgadas que el conjunto de
las decisiones individuales, a menudo se interpret en la perspectiva terica de las
masas (propuesta mayormente por Le Bon), segn la cual el individuo al entrar en
la masa pierde el autocontrol, la moderacin y racionalidad. La conclusin de que
el grupo era ms irracional o peligroso que el individuo, cuadraba adems
bastante bien con una determinada poltica y representacin de la sociedad, la cual
presupona que en situacin colectiva las personas reaccionan de manera excesiva
y sin medida, con independencia de las reglas morales o actitudes que les han sido
inculcadas antes, como si juntos devinieran lo contrario de lo que son de modo
aislado.
Moscovici conoce bien todos esos estudios, pero tambin conoce y admira los
trabajos de Kurt Lewin donde muestra cmo el grupo es capaz de cambiar
comportamientos importantes para el individuo mientras que el enfoque massmedia de la Escuela de Yale sobre la persuasin y cambio de actitudes fracasa a la
hora de inducir tales cambios en los comportamientos. Moscovici escruta con todo
detalle los procesos psicosociales que ponen en juego los experimentos de Lewin.
Bsicamente advierte que si el individuo se implica activamente en una discusin
de grupo durante la que se expresa una amplia divergencia de puntos de vista, y si,
pese a todo, al final el grupo llega a un consenso, esta posicin final del grupo
puede representar un cambio respecto a lo que eran las posiciones iniciales de los
miembros de ese grupo. A partir de ah, solo faltaba mostrar que el grupo es un
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motor de cambio de las posiciones individuales previas a la discusin de grupo y


que los cambios pueden ir tanto en la direccin de un mayor riesgo como en la
direccin de una mayor prudencia.
Emprende un amplio programa de investigacin (mayormente en
colaboracin con Zavalloni y Doise) donde se compara la posicin en la que se
establece el consenso tras la discusin en grupo a la posicin que resultaba al
calcular la media de las posiciones individuales antes de participar en la discusin
de grupo (pre-consenso). Con estos experimentos descubren lo que denominan la
polarizacin colectiva, es decir, que los consensos siempre son ms extremos que
los pre-consensos y que la polarizacin siempre va hacia el polo que ya tienden
inicialmente los pre-consensos. Es decir, la polarizacin colectiva es un fenmeno
ms general que el risky shift (la adopcin de riesgo en grupo que haba observado
Stoner, y otros despus de l), ya que en grupo se tender tanto a ir ms hacia el
riesgo como hacia la prudencia: si individualmente los miembros de un grupo (preconsensos) tienden hacia el riesgo, tras la discusin en grupo (el consenso)
tendern an ms hacia el riesgo, pero si los pre-consensos tienden hacia la
prudencia, los consensos irn an ms hacia la prudencia.
Cmo explicar que el grupo se pone de acuerdo sobre una posicin ms
extrema que los pre-consensos? Frente a factores como la dilucin de la
responsabilidad, el atractivo de la argumentacin ms extrema, el peso de la
mayora, la comparacin social, la familiaridad con los otros que hara desaparecer
la incertidumbre, la calidad y cantidad de la informacin de los otros que persuade
al individuo, o la influencia normativa e informativa, en la teora de la polarizacin
colectiva se propone que es la implicacin en la discusin activa, junto con la
divergencia y conflicto que surge en el grupo lo que explica que los juicios en grupo
sean ms extremos y que se polarizan hacia el lado que tienden inicialmente. Se
afianza as que frente al grupo normalizador existe tambin el grupo generador de
cambio.
El hecho de reunirse varios individuos para tratar un tema dado ya realza en s
la importancia de ese tema. Al discutirlo se acentan tanto los puntos comunes
entre los reunidos como los contrastes; cuando un tema importa los debates son
intensos, y la implicacin colectiva crece. Y esta implicacin crea la corriente que
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arrastra al grupo en la direccin de sus normas, actitudes iniciales, ya sea la


clemencia o el pacifismo, ya la agresividad, la violencia o el riesgo. Los argumentos
ms prximos a los valores dominantes entre los miembros del grupo se percibirn
como colectivos y sern los que ms se repetirn y circularn dentro del grupo. El
extremismo no es un movimiento de distancia con respecto a la media, sino un
movimiento hacia un valor prominente en el grupo, o sea, una polarizacin.
En otro plano, Moscovici enseguida vio que este fenmeno de la polarizacin
colectiva planteaba mltiples cuestiones tericas y prcticas ms generales. En
cualquier sociedad circulan cientos y cientos de informaciones, noticias, datos.
Cabe estudiar cmo se rompe una cierta simetra, o campo de fuerzas en
interaccin en equilibrio, el cual hace que esa informacin pase prcticamente
desapercibida, y cmo, una vez roto ese equilibrio, entonces se polariza la atencin
de un colectivo dado sobre una u otra informacin, con la consiguiente
polarizacin de los sentimientos colectivos sobre el tema. Esta cuestin la ha
teorizado en una serie de artculos publicados en el European Journal of Social
Psychology con el fsico Serge Galam.
Otro reto terico importante era comprender cmo llegan los individuos a
adoptar una posicin comn. Las alternativas son o el compromiso o el consenso.
Segn las teoras existentes sobre el comportamiento del individuo dentro de un
grupo, se planteaba que para llegar a un acuerdo comn haba que reducir la
divergencia y el conflicto mediante un compromiso (cada parte ceda un poco).
Pero el grupo no tiene por qu limitarse a moderar, nivelar, redondear las
opiniones de sus miembros, sino que las lleva ms al extremo que ya tienden y en
ese extremo se puede alcanzar un consenso, lo que constituye una polarizacin
colectiva. La polarizacin sugiere que el consenso es un medio, incluso un mtodo,
de cambiar las normas y las reglas de la vida colectiva. Su funcin no es eliminar las
tensiones y preservar el equilibrio entre las propuestas alternativas, sino al
contrario dejar que se modifiquen progresivamente unas con otras hasta que se
forma un elemento comn.

Por lo tanto, que la posicin final del grupo acabe en un compromiso (cada
uno cede algo) o en un consenso (se ponen de acuerdo en una postura nueva, que
no era la de ninguno en particular), todo depende de cmo transcurre la
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participacin segn las circunstancias. El grupo que alcanza consensos es aquel en


el que todos los miembros participan por igual sin ventaja unos sobre otros y se
expresan sin reglas restrictivas y tienen la impresin de haber contribuido a la
decisin final, a la cual se adhieren. Por el contrario, el grupo normalizador (que
opera sobre compromisos) es aquel regulado por la jerarqua, competencia y el
miedo a la disensin. Para la teora de la polarizacin colectiva. las reglas del
dilogo, de la participacin, de la comunicacin e interaccin son ms importantes
que el volumen de informacin y conocimientos de los participantes en el grupo.
Lo crucial no es la competencia de los individuos que forman el grupo sino el
sistema de relaciones que se instaura en el grupo.
En el libro Dissensions et consensus. Une thorie gnrale des dcisions
collectives (1992), escrito en colaboracin con Willem Doise, abordan en toda su
extensin cmo contrarrestar o inducir el pensamiento grupal conformista, cmo
hacer de un grupo normalizador un grupo creativo, eficaz y ms acertado en sus
decisiones. La teora de la polarizacin colectiva tiene un amplio campo de
aplicacin en la psicologa de las instituciones, en la psicologa poltica, en la
psicologa jurdica y en todas aquellas organizaciones en las que se tengan que
tomar decisiones en grupo. Merecera tenerla ms en cuenta en el funcionamiento
cotidiano de muchas organizaciones. Baste citar como ejemplo, la auditora sobre
el Fondo Monetario Internacional (FMI) elaborada por la Oficina de Evaluacin
Independiente (2011) con el objetivo principal de determinar por qu el FMI no
fue capaz de prever la llegada de la crisis financiera y econmica que an
padecemos. En dicho informe advierten que, pese a disponer de suficientes datos
que sugeran el advenimiento de la crisis, el FMI, con todo su ejrcito de
expertos, no fue capaz de detectar vulnerabilidades y riesgos importantes y alertar
a sus miembros. Los autores de este interesante informe recurren precisamente a
la nocin de pensamiento grupal de Janis para explicar tan llamativo fracaso del
FMI y sugieren otros procedimientos de trabajo y de interaccin en los grupos y
comisiones encargados de analizar la cuantiosa y valiosa informacin que reciben.
Bsicamente sugieren lo que propone la teora de la polarizacin colectiva: un
espritu ms participativo de todos, menos procedimientos jerrquicos, mayor
expresin de los puntos de vista divergentes, y, en sntesis, ms consenso en lugar
de compromiso, conformismo y sumisin.

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Influencia de las minoras activas


Al mismo tiempo que lleva a cabo sus trabajos sobre la polarizacin colectiva,
se interesa por la innovacin y el cambio social. Si la invencin es crear algo nuevo,
la innovacin es sustituir lo ya existente. Para Moscovici la innovacin no debe
considerarse como un fenmeno secundario, una forma de desviacin o
inconformismo, sino que es un proceso fundamental para cualquier sociedad.
Uno de sus primeros libros sobre la reconversin industrial en una fbrica de
sombreros y en las minas de carbn (Reconversion industrielle et changements
sociaux. Un exemple: la chapellerie dans lAude, 1961) y la ocasin de asistir en
primera lnea tanto en EE.UU. como en Francia a los movimientos sociales de
finales de los 60, movimientos feminista, antinucleares, contra-culturales,
ecologistas, regionalistas, movimientos por los derechos civiles, que cuestionan el
orden social, poltico y que pugnan por introducir nuevos valores, le llevan a
reconocer que representan algo ms que una mera desviacin del cuerpo social y
bastante ms que una mera anomia. Ve cmo constituyen minoras activas que
proponen activamente modelos alternativos de formas de vivir, pensar y
comportarse y que pueden llevar a la mayora, si no a adherirse inmediatamente a
esos modelos, al menos a cambiar su orientacin societal. Se da cuenta as de que
las categoras mayora/minora, constituyen categoras sociales naturales de las
sociedades y establece la interaccin entre esas categoras como algo fundamental
para el anlisis del cambio y la innovacin social.
Lo original de este reconocimiento de las minoras activas es que cuando se
hablaba de minora a menudo solo se pensaba en la desviacin social. Moscovici
advierte que la diferencia entre desviado y minora activa es sustancial, puesto que
el desviado se define con respecto al grupo mayoritario: transgrede, se aparta o
protesta, pero siempre se mueve dentro del marco o visin de la mayora. Por el
contrario, la minora activa plantea sus propias posiciones, tiene su propio marco o
visin y lo propone como una solucin de reemplazo, es portadora de innovacin
social.

Se propone conceptualizar este fenmeno de la innovacin social. Revisa las


teoras de la influencia social que se manejan en psicologa social desde los aos
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30. Como es ampliamente conocido, tras la segunda guerra mundial, y en concreto


tras el auge y el holocausto perpetrado por los nazis, los experimentos de Asch
sobre el conformismo del individuo ante el grupo, los estudios de Festinger y sus
discpulos sobre las presiones a la uniformidad, de Milgram sobre la obediencia a la
autoridad, de Adorno sobre la personalidad autoritaria, de Rokeach sobre el
dogmatismo o incluso de Deconchy sobre la ortodoxia religiosa, todos tratan de
comprender el comportamiento conformista y sumiso del individuo ante el grupo,
el lder, la autoridad o el dogma. El paradigma de Asch era ejemplar por cuanto se
someta al individuo a la presin de un grupo que le contradeca no ya una idea
abstracta, una opinin, una creencia o una preferencia por algo, sino su propia
percepcin visual, la ms simple y evidente. Nada poda cuestionar ms la
racionalidad que desde la ilustracin se pretende que califique al ser humano
moderno, civilizado, autnomo. La pesadilla de la psicologa social, como lo
denomina nuestro colega Amalio Blanco.
Moscovici llega a la conclusin de que ninguna de esas teoras reserva un
papel importante a todos esos movimientos minoritarios que en interaccin con la
mayora estructuran el devenir de una sociedad. Y por supuesto, ninguna de esas
teoras se ocupaba de explicar la potencial influencia de esas minoras activas.
Observa que se da una gran confusin entre influencia social y poder. Reducen la
influencia a disponer de un poder (coercitivo, normativo, informativo, referencial,
etc.), con lo que entonces el resultado es siempre el mismo: un incremento de la
conformidad y la uniformidad sociales. Las minoras eran todas conceptualizadas y
tratadas como desviaciones sociales cuya insercin en el sistema social haba
fracasado. La nica funcin que se asignaba a los procesos de influencia social era
mantener y reforzar el control social, lograr integrar en el sistema todos esos
desviados. Pero Moscovici ve que no todas las minoras sociales se comportan de
igual modo. Mientras unas son anmicas, sencillamente no acatan las normas,
pero tampoco proponen otras alternativas, sin embargo, otras minoras son
nmicas, y luchan activamente por influir en la mayora y generar un cambio de
normas.
Junto con sus colaboradores (particularmente: Faucheux, Lage, Personnaz),
plantea dos cuestiones estelares: puede una minora influir? Cmo? Los
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primeros experimentos los dirige a descubrir que la influencia minoritaria existe.


Hoy esto puede parecer un poco simple, pero hay que saber que para Moscovici el
principal cometido de la experimentacin no es confirmar hiptesis sino descubrir
fenmenos. Se pregunta entonces qu pasa si se le quita el poder a la fuente de
influencia. Si en lugar de verse expuesto o confrontado a una mayora (nmerica en
estos primeros experimentos), el individuo se viera expuesto meramente a una
minora. En convergencia con otros laboratorios, como en el de Gabriel Mugny en
Ginebra o de Charlan Nemeth en Berkeley, donde tambin se realizan toda una
variedad de experimentos, surgen dos conclusiones de los resultados observados.
Primero que efectivamente una minora obtiene mucha menor influencia pblica o
manifiesta que una mayora. Pero descubren que la influencia ejercida por las
fuentes con poder tiene una naturaleza diferente de la ejercida por las minoras. A
diferencia de la aquiescencia (compliance), de la influencia solo en pblico, que
inducen las primeras, las minoras no provocan una adhesin manifiesta,
inmediata, consciente, como suele ser el caso en los movimientos de masas y
desplazamientos espectaculares, pero s ejercen una mayor influencia latente,
indirecta, diferida. En 1980 basndose en ese conjunto de estudios propone su
teora de la conversin del comportamiento.
El gran reto terico es explicar cmo se produce esta influencia de las
minoras activas. Sabe por sus estudios sobre la polarizacin colectiva que todo
individuo en un grupo, independientemente de su rango, es fuente y receptor
potencial de influencia. Por tanto ve claro que no se debe confundir influencia con
estatus o poder. Pero al mismo tiempo se da cuenta que ni los estudios sobre la
polarizacin, ni los estudios sobre el conformismo, pueden explicar la innovacin,
el cambio social. Despus de todo, la polarizacin es un cambio, pero no una
innovacin sensu stricto, puesto que en grupo lo que sucede es que se hace ms
extrema la tendencia inicial de cada individuo hacia un polo u otro.
En el libro Social influence and social change (1976) propone su modelo
gentico o interaccionista de la influencia social. A diferencia de las teoras de la
influencia social que predominan en sociologa y psicologa social, presupone que,
sea cual sea el rango o el poder de un individuo o de un grupo, puede ejercer una
influencia sobre la colectividad de la que forma parte. Los principales factores
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tienen que ver, primero, mostrarse activo para dar visibilidad a su alternativa de
cambio, crear y mantener una agenda de conflicto con la mayora en temas que
tambin le incumben, pero en los que la mayora no se atreve a abordar y que
suele tender a evitar el conflicto; temas contra-corriente, innovadores, prohibidos,
tab o incluso peligrosos en la medida en que abogan por sustituir el orden
establecido. Y sobre todo adoptar un estilo de comportamiento consistente.
Mediante la consistencia la minora da a entender a la mayora o al poder que no
va a renunciar a la alternativa que defiende, que va a resistir toda presin social y
que no va a pactar. De este modo una minora activa nmica (que propone una
alternativa normativa) induce un cambio en las relaciones en la sociedad. All
donde slo haba anomia, desviacin social, y que la mayora slo vea un
problema, ahora hay una anti-nomia, una alternativa, una oposicin, o sea, un
conflicto.
Ante un conflicto las reacciones de la mayora suelen comenzar por tratar de
ignorar la posicin minoritaria. Pero si la minora se mantiene consistente, el
siguiente paso de la mayora suele ser proponer el pacto, pedirle una moderacin
o reformulacin de sus posiciones, llegar a un acuerdo con la minora. Si la minora
se mantiene consistente, persiste y se niega a todo pacto o compromiso con la
mayora, la tercera fase suele ser la exclusin, denigracin, psicologizacin de la
minora. No hay influencia minoritaria sin resistencia activa a sus posturas. Pero
una minora que gana visibilidad social, que no cesa de comportarse como minora
nmica, reafirmando sus posiciones y manteniendo una tensin activa, de mera
desviacin pasa a ser minora con una alternativa real que tarde o temprano cala
en la mayora, aunque solo sea para reducir el conflicto sociocognitivo que esa
minora no cesa de generarle.
En resumen, en su teora de la influencia social, y no solo minoritaria, el estilo
de comportamiento es el elemento determinante. Mediante ste la fuente de
influencia acenta las tensiones de orden intelectual y social al insistir
consistentemente en lo que la opone y diferencia del blanco de influencia. La
consistencia es un comportamiento lleno de inferencias: da lugar a ver la minora
como absolutamente convencida de su postura, que no va a pactar o reformular su
posicin y que el conflicto solo se resolver si los otros cambian porque ella no va a
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ceder un pice. A lo largo de toda su vida, Moscovici vio en las minoras sociales
activas el mejor medio para innovar, para sacar a una colectividad, a una sociedad,
de su solipsismo, de sus automatismos y hbitos normativos.
La ecologa poltica
Su teora de la influencia de las minoras activas tiene una estrecha relacin
no solo con sus experimentos de laboratorio sino tambin (muchos dirn sobre
todo) con su implicacin poltica. Inicialmente, junto al etnlogo Robert Jaulin,
creador del trmino etnocidio, se implica impartiendo una serie de seminarios
salvajes, de etnologa subversiva, fuera de los horarios y programas
universitarios oficiales, en los que entre otras muchas cuestiones denunciaban la
masacre de grupos tnicos y culturas minoritarias. La enorme afluencia de pblico
a estos seminarios le lleva a implicarse y sistematizar su pensamiento de ecologa
poltica (cf., De la Nature. Pour penser lcologie, 2002). Fue miembro fundador del
movimiento poltico dentro del movimiento ecologista en Francia. Lleg incluso a
presentarse en Pars a las elecciones municipales en 1977 (aunque en 1984
abandon el partido) como representante del movimiento ecologista. Su ideario
ecologista lo publica en el libro Pourquoi les cologistes font-ils de la politique ?
(1978). En coherencia con su anterior libro historia humana de la natura, sostiene
que la natura se construye, es una eleccin y por tanto es materia poltica.
El gran objetivo que l se trazaba mediante este movimiento social y poltico
(nunca lo reduca slo a la poltica, al revs incluso, pues abogaba para que
continuara como movimiento minoritario activo antes que transformarse en
partido poltico) era concebir nuevas formas de vivir, "renchanter le monde" (reencantar el mundo), como l lo resuma, jugando epistemolgicamente con la
analoga de la cultura mgica de la que tanto se ha querido distanciar la
modernidad con su Razn. Hay una cuestin de fondo que nunca abandona a lo
largo de su carrera intelectual: por qu se ensalza tanto la modernidad si
desemboca en tragedias como el genocidio perpetrado por los nazis, el goulag
sovitico o la bomba atmica? Se preguntaba si, viendo el modo de vida
contemporneo que supuestamente habra domesticado la natura, la parte salvaje
de la especie humana, mediante la cultura, la modernidad no haba creado ms
horrores de los que habra evitado.

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Su inters primordial por el movimiento ecolgico no era promulgar una


vuelta a la naturaleza, sino lo que l llamaba la cuestin natural: llevar las
sociedades a que piensen, se pregunten, elijan qu tipo de natura quieren.
Adverta que esto no es una cuestin de los comits de tica y de moral (entre
otras razones porque para l no cabe hablar de expertos ni en tica ni en moral),
sino que es un asunto de todos y cada uno de los ciudadanos.
Cuestiona as mltiples aspectos de la ideologa imperante. Por ejemplo, la
relacin entre valores sociales y produccin de conocimiento cientfico. Era muy
crtico con los armamentos de destruccin masiva. Pero no tanto por un trasfondo
pacifista, cuanto porque era un producto de la ciencia. Recordaba que el
ecologismo naci contra la bomba atmica, ante la obligacin de plantear una
nueva reflexin sobre natura y ciencia. Quiz su idea ms innovadora, que no ha
perdido ni un pice de relevancia, era que, partiendo de que la poltica sobre la
natura depende hoy ms que nunca de la poltica de la produccin de
conocimientos cientficos y tcnicos, el movimiento ecologista deba llevar a la
gente a pensar, a sopesar las consecuencias, y a elegir sobre la tecnologa
poltica, o sea, qu tipo conocimientos, qu tipo de relaciones desea implementar
una sociedad y a qu ritmo desea introducirlos en su vida cotidiana. No dej de
insistir que haba que preocuparse de la bomba eugentica, como l la llamaba.
Muchos grandes proyectos en la ciencia se justifican con el mantra de que
ayudarn a curar a la gente, cuando sobran demostraciones de que esos
descubrimientos tambin van a ayudar a matar a la gente.
Otro gran eje para el programa ecolgico era la masificacin de las ciudades,
pero no por el aumento de la poblacin, sino por la forma que adquiere en las
ciudades y por lo que supone la vida social en masa, sobre todo la
imperceptibilidad del individuo a la que abocan muchas de esas ciudades.
Defenda que haba que modificar fundamentalmente el sistema social, en lo que
concierne la produccin (de bienes y de saber), la distribucin del trabajo, el modo
de consumo para salir del crculo infernal segn el cual cuanto ms se tiene, ms se
derrocha y cuanto ms se derrocha, ms se necesita tener.
Y as va apuntando un largo listado de paradojas en las que se asientan
nuestras sociedades, con la esperanza de que un da reciban una respuesta de
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sentido comn. Para l la cuestin no es estar a favor o en contra del progreso


cientfico y tcnico, sino la cuestin natural: qu tcnica y qu ciencia. Como l
mismo lo resuma si me preguntas por el Concorde o un coche que va a
trescientos kilmetros por hora, la respuesta es no. Si se trata de una casa en la
que se puede vivir mejor, una energa descentralizada y regenerable, la respuesta
es s. No se trata por tanto de volver al pasado, sino de reflexionar qu tipo de
natura se quiere crear a partir del tipo de sociedad, tipo de saber y de tcnica por
el que se opta.

Una cuestin de socioepistemologa: hechos vs valores


Como hemos visto, Moscovici conceptualiz la interaccin entre sentido
comn y ciencia de mltiples formas y campos de aplicacin. Otra de ellas
(Moscovici, 1995) es cuando propone dos formas de pensamiento que subyacen al
modo como suele abordarse la prehistoria y la historia, las sociedades primitivas y
las sociedades modernas, lo perifrico y lo central, el extranjero y el autctono, la
minora y la mayora tnicas, la creencia y la ciencia, la tradicin y el progreso, etc.
En unos casos se aplica el pensamiento estigmtico, que crea dos entes en
oposicin y los ontologiza. Por ejemplo, se ha pretendido separar la modernidad, la
sociedad racional, de todo el resto de las sociedades. El pensamiento estigmtico
trata de romper los smbolos que nos unen entre nosotros. En el pensamiento
estigmtico la racionalizacin se traduce en una neutralizacin progresiva de los
valores y sentimientos colectivos. Segn l esta forma de pensamiento est bien
propulsada en Descartes o Weber.

Sin embargo, las figuras de la irracionalidad, magia o ideologa, diabolizan


todo eso que se quiere excluir, condenar como restos inadecuados o estadios
preliminares de la modernidad. Frente al pensamiento estigmtico estara el
pensamiento simblico para el cual la racionalizacin aparece como una sucesin
de inclusiones de saberes y de creencias que han florecido a lo largo de la historia,
para darles otro valor y otra motivacin. Se restituye una cualidad de razn a las
religiones, a las creencias mgicas, a las culturas dichas primitivas, a las minoras
tnicas, a los saberes populares. Esta otra forma de pensamiento estara para
Moscovici representada en Durkheim o Pascal.111

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Con la separacin que supone el pensamiento estigmtico, se aspira a formar


una tabula rasa sobre la que se construye una nueva era, la era de la modernidad.
Pero esto es una visin muy simple de la racionalizacin, y de momento los hechos
muestran que poco digna de muchas alabanzas en nuestra sociedad (vase, por
ejemplo, el libro Modernidad y holocausto de Zygmund Bauman, 2006). Sin
embargo, para Moscovici es cuando se renuncia a hacer tabula rasa cuando se
consigue traducir la ciencia en una creencia y en un sentido comn compartidos, o
sea, a transformar las estructuras actuales de la razn en una segunda natura,
inconsciente, susceptible de generar pasiones colectivas y normas morales. Hay
muchos ejemplos de que los comportamientos humanos cotidianos son
impermeables a la fra informacin y consejos del saber experto.
Constituye una gran tragedia cultural la impotencia a la hora de poder
transformar el universo de nuestros conocimientos, portadores de verdad, (la
ciencia), en un universo de creencias, portadoras de valores. Por un lado nos
apoyamos en las energas de la ciencia, la tcnica o de la economa y por el otro
sobre valores como la nacin o la religin, incluso sobre un mito remanente como
es el de la raza. Nos resulta imposible armonizarlos o frenarlos. El suelo social est
lleno de escombros de culturas y formaciones precedentes. Su existencia no
siempre puede ser disimulada y a menudo reaparece con viveza: no es fcil
deshacerse de los Bretones, Occitanos, Indios, Gitanos, etc. No se debera olvidar
que el pasado permanece lleno de vida y que el contacto con las florecillas
pisoteadas al borde del camino (como lleg a decir Hegel) nos es necesario. Esta
memoria histrica no puede ser perdida bajo pena de vivir una vida recortada y sin
flores (cf., Jodelet, 1993).
Mientras que la creencia juega un papel fundamental en el funcionamiento y
fundacin de la vida social, la racionalidad hoy por hoy no tanto. No sabemos
cmo dotar a nuestros conocimientos de una fuerza propia de la creencia, el arte
de transformar nuestras acciones en valores, nuestras ideas en convicciones firmes
y consistentes, de hacer surgir de nuestra razn una fe colectiva. Ante esta
carencia, todo, incluida la moral, navega en una nostalgia de virtudes y de sentido
perdidos, en un emotivismo, y los discursos tico-polticos, al igual que los massmedia, no comunican ya informaciones u opiniones, sino emociones. Y si la
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creencia no gobierna el conocimiento de la realidad, ella sola da una realidad al


conocimiento. He aqu todo un legado que Moscovici nos deja para reflexionar en
tanto psiclogos sociales preocupados por descubrir la relacin entre informacin,
emociones, prejuicios y comportamientos, por ejemplo.
Ha habido mucha ilusin creyendo que el imperio de los conocimientos se
extenda y que el de los valores retroceda; pero ambos se extienden en paralelo
en el mbito social. En varios escritos Moscovici sostiene que la distincin entre
juicios de valor y juicios de hecho, objetivos, es obsoleta. Los valores igualdad,
justicia, democracia, etc.- introducen un orden entre las alternativas que existen
dentro de un grupo, dan un sentido a la comunicacin entre esos miembros,
ofrecen un punto de anclaje relativamente estable a sus opiniones, juicios,
conocimientos y comportamientos. Ese punto comn es el que sirve para discutir
sobre la informacin, compararla, aceptar o rechazar las diversas alternativas. Se
hace esto incesantemente, cuando se valora si una informacin es til o intil, una
solucin prudente o temeraria, una media poltica favorable o desfavorable a su
pas, el veredicto de un jurado justo o injusto, una teora cientfica vlida o no.
En fin
Me he limitado a sealar algunas de las aportaciones que considero como el
mejor legado que nos deja para la psicologa social. Un historiador de la ciencia, un
socilogo o un antroplogo con toda certeza trazaran otro esquema y nos haran
ver otras aportaciones igual o ms relevantes. Y es que su amplia, activa y creativa
carrera intelectual y cientfica aparece siempre anclada en grandes cuestiones para
la sociedad y las culturas, en la encrucijada de las ciencias humanas y sociales,
donde l se mova como en su propia casa. He pasado muy por alto, quiz en
demasa, sus obras en las que realiza relecturas siempre estimulantes como la que
hace de los grandes clsicos de la psicologa de las masas, Le Bon, Tarde, Freud en
el libro Lge de foules (1981), o la de los fundadores de las ciencias sociales como
Weber, Durkheim, Simmel en el libro La machine faire de dieux (1988). Tambin
he pasado por alto la larga lista de captulos y manuales en los que reescribe, con
su excelente pluma y originalidad, grandes captulos de la psicologa social como el
altruismo, la atribucin causal, la comparacin social, la cognicin social, y as un
largo etctera.

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En suma, estas diez mil palabras solo han sido seleccionadas con la esperanza de
que den al lector una somera idea del gran pensador y hombre de accin que los
psiclogos sociales en particular y la sociedad en general hemos perdido con su
muerte.

Bibliografa
Bauman, Z. (2006). Modernidad y holocausto.
Madrid: Sequitur.
Doise, W., Deschamps, J. C. y Mugny, G. (1980).
Psicologa social experimental. Barcelona:
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