ENDOCULTURA
ENDOCULTURA
ENDOCULTURA
pblica y transformacin de esta obra sin contar con la autorizacin de los titulares de propiedad intelectual. La
infraccin de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual
(arts. 270 y stgs. Cdigo Penal). Cedro (www.cedro.org.) vela por el respeto de los citados derechos.
La edicin de este libro ha sido realizada con la financiacin de Grupo Gas Natural.
EL DERECHO A LA EDUCACIN EN
UN MUNDO GLOBALIZADO (II)
EL DERECHO A LA EDUCACIN
EN UN MUNDO GLOBALIZADO (II)
Iaki Zabaleta
Flix Basurco
Ana Eizagirre
Itziar Rekalde
Irene Lpez-Goi
Joxe Garmendia
Jon Caballero
Espacio Universitario/EREIN
EL DERECHO A LA EDUCACIN EN
UN MUNDO GLOBALIZADO (II)
X Congreso Nacional de Educacin Comparada
Donostia-San Sebastin, 6-8 de septiembre de 2006
Comit Organizador
PRESIDENTE: Luis M. Naya
SECRETARIO: Paul Dvila
VOCALES:
Iaki Zabaleta
Flix Basurco
Ana Eizagirre
Itziar Rekalde
Irene Lpez-Goi
Joxe Garmendia
Jon Caballero
NDICE
14
17
Las finalidades del sistema educativo y los retos educativos europeos de Lisboa
2010: La educacin cvica y los valores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Alguacil de Nicols, Montserrat y Maci Snchez, Conxa
19
25
41
53
61
71
85
87
99
109
120
132
140
154
169
171
187
202
210
213
215
10
230
251
La Convencin sobre los Derechos del Nio y su reflejo en las leyes sobre
derechos y proteccin del menor de Mxico y Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Montero Pedrera, Ana Mara y Snchez Lissen, Encarnacin
262
277
293
295
310
318
329
345
353
Partcpacn y escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
361
363
373
379
11
5 SECCIN:
INVESTIGACIN Y DOCENCIA EN EDUCACIN COMPARADA . . . . .
388
391
393
409
421
434
437
455
464
481
497
Recursos metodolgcos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
507
509
525
537
539
551
562
577
595
13
3 Seccin
La Educacin y los
Derechos Humanos
INTRODUCCIN
Comienza a ser ya un tpico, iniciar cualquier reflexin sobre temas educativos haciendo referencia a los importantes cambios ocurridos en el Planeta durante el siglo pasado,
podemos concretar diciendo, tal como afirma el socilogo Manel Castells (1999, p. 387))
que un nuevo mundo est tomando forma. Pero, Cuales son las caractersticas de la
sociedad actual? Y Qu retos plantea a la educacin en general y a la escuela en particular esta nueva sociedad?
Seguramente el cambio ms destacado es la prdida de sentido nico, el mundo de la
seguridad, de los principios incuestionables, hace tiempo que se desvaneci. Como nos
recuerda el filsofo Juan Carlos Mlich (2001) La muerte de Dios, proclamada por Zaratrustra, el personaje de Nietzshe en la obra As habl Zaratrustra, simboliza la desaparicin del Absoluto y comporta la supresin de los referentes, ahora no hay respuestas absolutas.
El antroplogo Llus Duch (1997) aborda el problema de la influencia en la escuela de
la crisis de la modernidad y llega a la conclusin de que al cambiar los modelos familiares, los modelos religiosos y los modelos sociales, la escuela se ha visto obligada a asumir roles que antes no eran de su competencia.
Por otra parte, Jos M. Esteve ((2003) defiende la teora de que la escuela est inmersa en una revolucin educativa sin precedentes para la que no estaba preparada, se refiere
a la inclusin, por primera vez en la historia, de todos los nios y nias hasta los 16 aos
(hablamos de pases desarrollados occidentales). Al decir todos, el socilogo, se refiere a
todos: inmigrantes, discapacitados, Esto supone un gran avance, pero a la vez supone
un cambio sustancial en la forma de entender la escuela, teniendo como uno de los objetivos principales integrar a todos los nios y nias del pas.
19
(Finalidades LOE Proyecto de ley aprobado por el Congreso dels diputados diciembre
2005 BOE 26/12/2005)
a) El pleno desarrollo de la personalidad y las capacidades de los alumnos
b) La educacin en el respeto de los derechos y libertades fundamentales, en la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y en la igualdad de trato
y no discriminacin de las personas con discapacidad
c) La educacin en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad dentro de los principios democrticos de convivencia as como la prevencin de conflictos y la resolucin pacifica de los mismos
d) la educacin en el mrito y en el esfuerzo personal
e) la formacin para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida comn, la cohesin social, la cooperacin y la solidaridad entre los pueblos as como la adquisicin de valores que propicien el respeto hacia los seres vivos y el medio ambiente
en particular el valor de los espacios forestales y el desarrollo sostenible.
f) El desarrollo de la capacidad de los alumnos para regular su propio aprendizaje,
confiar en sus aptitudes y conocimientos, as como para desarrollar la creatividad,
la iniciativa personal y el espritu emprendedor
g) La formacin al respeto de la pluralidad lingstica y cultural de Espaa y de la
interculturalidad como un elemento enriquecedor de la sociedad.
h) La adquisicin de hbitos intelectuales y tcnicas de trabajo, de conocimientos
cientficos, tcnicos, humansticos, histricos y artsticos, as como el desarrollo de
hbitos saludables, el ejercicio fsico y el deporte.
i) La capacidad del ejercicio de actividades profesionales
j) La capacitacin para la comunicacin en la lengua oficial i cooficial, si la hubiere,
y en una o ms lenguas extranjeras.
k) La preparacin para el ejercicio de la ciudadana y para la participacin activa en
la vida econmica, social y cultural, con actitud activa en la vida econmica, social
i cultural, con actitud crtica y responsable y con capacidad de adaptacin a las
situaciones cambiantes de la sociedad del conocimiento.
La Educacin en los Derechos Humanos es un marco de referencia implcito en toda
la legislacin educativa de finales del siglo XX y principios del XXI no slo en Espaa,
tal como hemos visto, sino en todo el mundo occidental. Este gran propsito se puede
implementar en los colegios a partir de varias propuestas curriculares. En esta comunicacin presentamos una de las concreciones para trabajar la Educacin en Derechos Humanos y ms concretamente la formacin en valores y en actitudes, se trata de la accin tutoral.
La tutora, cuando es el eje vertebrador de la educacin en un centro escolar supone un
recurso muy valioso para trabajar la convivencia, los valores humanos y en general para
favorecer una formacin holstica de la persona. La escuela no slo transmite conocimientos cientficos sino que tambin, como queda reflejado en los documentos analizados,
tiene la misin de formar en procedimientos, actitudes y valores.
EL PROGRAMA DE ACCIN TUTORA (PAT)
El PAT (Proyecto de Accin Tutoral) desarrolla aquellas competencias necesarias para
favorecer la convivencia. En nuestra opinin el espacio tutorial tendra que referirse, como
mnimo, a cuatro grandes mbitos: el acadmico, el personal, el social y el axiolgico. El
21
desarrollo de estos cuatro ejes fomentara aprendizajes significativos en relacin a la formacin en Derechos Humanos, que en la escuela se ha de concretar en aprender a convivir y comprometerse con la realidad prxima.
El mbito acadmico se tendra que referir a competencias como aprender a aprender,
capacidad de organizar el tiempo de estudio, conocer la organizacin de la escuela, ejercer derechos y deberes como estudiante, etc.
El mbito personal comprendera competencias como: el autoconocimiento, la autoestima, la autorregulacin, el compromiso, la participacin, la voluntad para superar las dificultades, la capacidad para tomar decisiones, la tolerancia a la frustracin, etc.
El mbito social abarcara, entre otras, las siguientes competencias: la empata, la asertividad, la gestin de conflictos, la comunicacin y expresin de ideas y sentimientos, el
respeto a la diversidad, la aceptacin del otro, etc.
El mbito axiolgico incluira, por ejemplo, la reflexin sobre temas ticos como la
libertad y la responsabilidad, los limites, las prdidas y las ausencias, la generosidad y la
gratuidad, el dilogo biotico, el espritu crtico, etc.
A la hora de disear el PAT se ha de tener en cuenta que no slo ha de ser el tutor o
tutora el responsable de desarrollar estos mbitos, sino que el tutor/a ha de ser el dinamizador para que la convivencia impregne no slo el currculum escolar sino la vida escolar.
La escuela ha de ser una comunidad de aprendizaje donde las competencias que desarrolla el alumno le sirvan para cimentar una personalidad sana y harmnica que le permita
ser un ciudadano comprometido y con un proyecto vital pleno de sentido.
Ningn profesor/a puede escudarse en que l slo es profesor de mates o de lengua o
de educacin fsica el maestro no es un mero transmisor de conocimientos sino que,
como deca, Paulo Freire, es un agente de transformacin. Slo as, podremos entender
que la escuela no se reduce a contenidos acadmicos, aunque son necesarios, sino que va
mucho ms all.
Pero, que requisitos, que competencias ha de tener un maestro que quiera favorecer la
convivencia? A continuacin sealaremos algunas de ellas:
1.- Competencia para enriquecer los vnculos prosociales:
Meireu, P. (2001) recordando el personaje de Frankenstein seala la obligatoriedad
de que los profesores estn alertas alas necesidades de sus alumnos.
Un profesor/a ha de ser capaz de mejorar la comunicacin entre compaeros, alumnos y equipos directivos.
Ha de poseer un sentimiento de pertinencia a la escuela y a la comunidad educativa.
Sus principios se han de basar en la solidaridad, en la equidad, en el respeto y en la
tolerancia.
Se ha de saber adaptar positivamente a las situaciones y no quedarse inmerso en los
conflictos, sino que ha de buscar soluciones constructivas mediante el acuerdo y la
negociacin.
Tambin ha de saber hacerse cargo de sus propios desaciertos sin proyectarlos en
los otros.
2.- Competencia para fijar unos lmites de forma clara:
El socilogo Salvador Cards (2003), entre otros, nos recuerda la importancia de
delimitar unas conductas como correctas y otras como incorrectas. No todo es tolerable, como afirma Fernando Sabater (2003) en algunos de sus libros.
22
Por ejemplo en el informe del Defensor del Pueblo (1999) se destaca la relevancia del trabajo de tutora
como estrategia preventiva para hacer frente a la violencia escolar.
23
tutorial esta pensada para atender tanto a los grupos como a cada uno de los alumnos y a
sus familiares. Poner en marcha un buen proyecto de accin tutorial crear las condiciones de atencin y acogida personal que favorecer un buen clima de convivencia.
BIBLIOGRAFIA
ALGUACIL, M.; PALOU, J.: POCH, C. (1998): Los Derechos Humanos: un camino en
construccin. Editorial Praxis, Materiales didcticos para las Ciencias Sociales, Barcelona.
ALGUACIL, M.; BARCEL, V.; BOIXADER, A.; POCH, C. (2002): Projecte horitz,
Tutoria: Batxillerat (tradut al castell). Editorial Claret, Barcelona
CARDS, S. (2003). Ben educats. Barcelona: Ed. La Campana
CASTELLS, M. (1999): La era de la informacin. Vol. : Fin de Milenio. Madrid: Alianza Editorial.
CELA, J. I PALOU, J. (1996). Amb lletra petita. Barcelona : Ed. 62.
CELA, J. I PALOU. J. (2005). Va de mestres. Carta als mestres que comencen. Barcelona: Rosa Sensat.
DEFENSOR DEL PUEBLO (1999) Informe del defensor del pueblo sobre violencia escolar. Madrid.
DUCH, Ll. (1997): La educacin y la crisis de la modernidad. Barcelona: Paids.
ESTEVE, J. M. (2003): La tercera revolucin educativa. Barcelona: Paids.
JOLLIEN. A (2001). Elogi a la feblesa. Barcelona: La Magrana.
MAX VAN MANEN (1998): El tacto en la enseanza. Barcelona: Paids Educador
MLICH, J. C. (Ed.). (2001): Responder del otro. Reflexiones y experiencias para educar
en valores ticos. Madrid: Ed. Sntesis.
MEIRIEU, P. (2001). Frankenstein educador. Barcelona: Laertes.
PRATS, J i RAVENTS, F (directors) (2005) Els sistemas educatius europeus Crisi o
transformaci?: Barcelona: Obra Social La Caixa
SAVATER, F. (2003): El valor de elegir. Barcelona: Ariel
SEGURA, M. (2000) Curs de competncia social. Barcelona: Generalitat de Catalunya,
Departament dEnsenyament
24
PRESENTACIN
Lo primero que debo aclarar es que este trabajo no presenta un anlisis exhaustivo de
documentos. Si bien es cierto que tomo una experiencia personal para mostrar el supuesto de prctica participativa, tampoco es el resultado de una investigacin emprica. Sencillamente pretendo realizar una tarea eminentemente reflexiva a partir de ese suceso1 de
enseanza y aprendizaje, por haber sido el disparador para la construccin de este trabajo, pero no sin antes sealar que mi intencin es mostrar una posible metodologa para trabajar desde la prctica, desde la participacin en la actividad, la temtica referida a la
educacin para la democracia y los derechos humanos.
Entre los meses de octubre y noviembre de 2004, el Ministerio Nacional de Ciencia,
Cultura y Educacin, implement un programa de asistencia a la escuela media. Se invit
a docentes que trabajan en el nivel superior a participar del programa. La propuesta me
pareci sugestiva y, as, emprend la tarea de inmediato. Principalmente, por el grado de
involucramiento que alcanzara con personas de niveles educativos medios, con las que
nunca haba trabajado.
El objetivo principal que persegua el proyecto era ms de tipo descriptivo, ya que se
pretenda relevar datos acerca del nivel de conocimientos que logran los y las estudiantes
del ltimo ao del Polimodal (quinto ao de la antigua escuela media), principalmente en
asignaturas tales como lengua y matemtica. Paralelamente se pretenda asistir a los/las
alumnos y alumnas en su transicin al nivel superior.
El tipo de material didctico que utilizamos fue enviado por el ministerio (para alumnos, alumnas y para profesoras, profesores). Esto represent un alivio a la hora de traba1
Solo en la presentacin redactar en primera persona, puesto que se trata de una experiencia personal. En
el resto del escrito, si bien se trata de un trabajo individual, utilizar la tercera persona. Esta metodologa refiere, por un lado a estrategias discursivas consuetudinarias y por otro para destacar que el conocimiento es un
logro compartido (entre las personas que ensean y las que aprenden).
25
jar, porque todos y todas contbamos con el mismo material y podamos seguir la tarea de
manera conjunta.
Los expertos en educacin que planificaron los contenidos a trabajar durante las clases
del programa, dejaron libre eleccin2 a los profesores y profesoras, para decidir qu ejes
literarios (as llamaron a la lectura novelesca) y qu ejes de conocimientos generales queramos trabajar.
Para observar el nivel de comprensin textual que portaban las alumnas y los alumnos
no slo se utiliz el gnero novelesco, tambin se emplearon artculos de autores latinoamericanos que analizan temas referidos a la democracia, la ciencia y la cultura, entre otros
atractivos materiales de lectura.
El eje elegido se dio en llamar Identidad, cuyo texto cabecera era La Metamorfosis de Franz Kafka. Los cuatro encuentros dedicados a los textos literarios, resultaron
cautivantes para los alumnos y las alumnas. As lo describieron en las sucesivas crnicas
annimas que les solicitbamos.
Luego de la lectura se debatan cuestiones tales como, la influencia de nuestros padres
y nuestra madres en las conductas que portamos en la adultez; el predominio que tuvo el
tipo de formacin de ciudadanas y ciudadanos del proyecto educativo moderno (en el sentido foucaultiano, es decir el disciplinamiento de los cuerpos); los conflictos psicolgicos
que nos pueden ocasionar otras personas con tratos poco afectivos; la necesidad que tenemos de transformarnos en seres extraos cuando la realidad nos supera y muchos otros
temas en esa lnea.
Al concluir los cuatro encuentros programados para el eje literario, los profesores y
profesoras podamos optar por abandonar el proyecto o continuar con el eje no literario.
Consult con los alumnos y las alumnas la posibilidad de abandonar esa tarea. La respuesta fue unnime, todos y todas esperaban que continuara en esta segunda etapa, puesto que les haba resultado muy satisfactorio el modo de permitir la participacin general
que utilizamos los/as profesores y profesoras que acudimos a la primera parte del proyecto de asistencia en la transicin de la escuela media a la universidad.
Decidimos, en conjunto con los alumnos y las alumnas, trabajar el eje Democracia y
el desempleo en la Argentina. As surgi la primera pregunta qu entendemos por democracia? Todos y todas respondieron, democracia es libre expresin. Muy bien, pero qu
ms? Silencios... nadie poda responder otra cosa. Entonces realizamos una serie de juegos de preguntas y respuestas, hasta llegar a listar algunos elementos representativos del
trmino en cuestin.
Lleg el momento de hablar de las formas de gobierno. En este punto, fue donde el
aburrimiento empez a notarse en las caritas. Profe, es que no nos interesa la poltica,
dijeron a coro. Bueno, cambiemos de tema entonces, les dije; porque sera imposible continuar con una exposicin que no queran escuchar.
En realidad, mi idea era cambiar de estrategia didctica, no de tema. Por lo que les ped
que realizaran una lista con cosas que les resultaban tediosas de las conductas de sus
padres y madres, sus profesores y profesoras, sus directores y directoras, sus hermanas y
hermanos, etc. Al finalizar, el debate que hubo luego de la presentacin de esas listas de
cosas que entendan como injustas y la posibilidad de protestar formalmente por una
modificacin, les dije, todo lo que hicieron (listar injusticias, debatir por una posible toma
2
Es necesario destacar que libre eleccin, no significa cualquier tema. Se poda elegir entre tres temas existentes.
26
de decisiones, comentar como nos sentimos frente a la impunidad, enojarnos, acordar con
otros, sentirnos escuchados, protestar, etc.) durante estas tres horas, es participar del debate de aquello que creemos importante. Importante porque nos molesta o porque nos agrada, adems de poder encontrarle una solucin entre todos y todas es, participar de las decisiones polticas y por extensin, es democracia.
INTRODUCCIN
La experiencia recogida de este proyecto, despert la necesidad de trabajar el tema
Educacin para la democracia y los derechos humanos. No solo porque ella permiti
conocer los magros conocimientos tericos que los alumnos y alumnas del nivel educativo medio poseen acerca de la democracia (todos sabemos de los problemas de calidad educativa que tienen las escuelas desde hace ms de una dcada) sino porque me preocup
que los/as adolescentes no estn preparados/as desde la prctica para efectivizar la participacin, elemento paradigmtico a la hora de comprender el concepto de democracia. La
hiptesis es la siguiente, al no estar acostumbrados/as a trabajar participando en las actividades cotidianas, los valores democrticos devienen pura teora, adems de generar un
tipo de percepcin negativa respecto de la poltica y sus fines. Si participaran en actividades democrticas desde la escuela y la familia seguramente se transformaran en adultos y
adultas ms comprometidos con las cuestiones polticas.
Nuestra intencin es proponer un estilo de accin didctica para trabajar los derechos
humanos y la democracia, no slo en el aula, sino tambin en cualquier otro mbito en el
que se relacionan personas.
En 1997, la Asamblea General de Naciones Unidas present una serie de directrices
para supervisar el desarrollo y aplicacin de polticas educativas inclinadas a la proteccin
de los derechos humanos en general y el derecho a la educacin en particular. La falta de
acuerdo poltico entre los representantes de los Estados Parte, contribuy a la imposibilidad de cumplir con los criterios que se planificaron para consumar los ideales del, Decenio de Naciones Unidas para la educacin en la Esfera de los Derechos Humanos. De esa
manera, sufrimos el fracaso de ese propsito educativo, puesto que las tareas planificadas
se cumplieron a medias.
Nos parece importante destacar que, en ese marco, se conceptu a la educacin en
derechos humanos como, el conjunto de actividades de capacitacin, difusin e informacin orientadas a crear una cultura universal en la esfera de los derechos humanos
[adems de todas las] actividades que se realicen transmitiendo conocimientos y moldeando actitudes (ONU 1997:5)3. En este sentido creemos que la accin de transmitir conocimientos y moldear actitudes no puede dejar librado al azar el vnculo estrecho que existe entre el estilo pedaggico que porte la persona que coordina la actividad sociocultural
y la enseanza implcita que ste puede transmitir a las personas que participan en esa actividad.
Quiz podramos acercarnos al goce de las prcticas democrticas efectivas, principalmente quienes tenemos la tarea de ensear, enfatizando en cuestiones de participacin
desde la prctica misma; es decir mostrndolo con nuestra conducta. En otras palabras,
3 ONU. Asamblea General (20/11/1997). Cuestiones relativas a los derechos humanos: cuestiones relativas a los derechos humanos, incluidos distintos criterios para mejorar el goce efectivo de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Directrices del decenio para la Educacin en la esfera de los Derechos
Humanos. A/52/469/add.1 (http://www.ohchr.org/spanish/issues/education/training/decenio.htm./1997. Consultado en marzo de 2003.
27
No quisimos aludir directamente al trmino motivacin, nos pareci demasiado complejo para la extensin de este trabajo. Por eso decidimos utilizar deseo de aprender, como equivalente a motivacin.
28
ticipando de la actividad sociocultural de manera efectiva. Esperamos poder aclarar nuestros supuestos a medida que desarrollemos los distintos temas de este trabajo.
Cada sociedad entraa no slo una filosofa de vida sino tambin una manera de entender el mundo que habita. Ni la herencia, ni el ambiente por s mismos podrn condicionar
culturalmente a las personas que aprenden. S se logra el propsito educativo gracias a la
unin de estos dos elementos: herencia y medio social. Entonces, para enclavarnos en el
tema que nos ocupa aqu, podramos definir a la educacin como: un proceso dinmico
entre dos o ms personas en un marco social dado. Donde, un marco social, sera
cualquier escenario en el que interactuamos con otras personas.
Por otro lado el abordaje del fenmeno educativo se presentar de manera distinta
segn el tipo de conocimiento5 que intervenga en el proceso pedaggico. Adems la estrategia didctica ser distinta segn el tipo de institucin en el que se desarrolle la tarea formativa. Porque educacin se recibe en diversos mbitos sociales, la familia, la escuela, el
club, los medios de comunicacin, el lugar de trabajo, etc. Todo lo anterior convierte a la
educacin en un hecho social. Adems, es un hecho social, porque al referirnos a la educacin inmediatamente pensamos en un proceso a travs del cual una sociedad dada transmite a las nuevas generaciones sus saberes construidos y acumulados a travs de los tiempos. Conocimientos que no son posesin de nadie en particular, sino que se trata de una
construccin compartida y conjunta.
A travs de este proceso de endoculturacin o condicionamiento cultural, es como
logramos crear nuestros esquemas de pensamiento6 y por extensin, nuestra manera de ver
el mundo que nos rodea. Para adquirir esos esquemas de pensamiento, primero no apropiamos del lenguaje7. La herramienta lenguaje, que primero fue de otras personas, se hace
nuestra: nos apropiamos de ella. Con la adquisicin del lenguaje construimos nuestro propio pensamiento. Sin embrago, como naturalizamos este proceso, muchas veces no somos
concientes de la intencionalidad del lenguaje, de su falta de neutralidad y de su carcter
endoculturador. No presentamos esta idea con la intencin de destacar su negatividad, sino
todo lo contrario. Lo que deseamos dejar claro es que Una educacin neutra [] no
puede desarrollar una personalidad respetuosa de la democracia efectiva y los derechos
humanos (MUOZ VILLALOBOS 2004:5) 8
Cuando madre y padre, profesoras y profesores, coordinadores y coordinadoras del
club, entre otras personas con las que interactuamos en nuestra vida cotidiana, persiguen
que nos apropiemos de algn conocimiento que ellos poseen, lo hacen desde la perspectiva desde la cual lo aprendieron. Sin embargo, esa forma de entender el conocimiento que
otros le han transmitido, no es una copia de lo que les ensearon, sino que se trata de una
reconstruccin que las personas logramos gracias a nuestras propias determinaciones. Porque tanto quienes enseamos, como quienes aprendemos, modificamos nuestras conductas y conocimientos en el mismo proceso educativo. Lo que tratamos de decir es que los
5 Cuando decimos conocimiento, hacemos referencia al/los contenido/s a transmitir. De igual manera utilizamos el trmino: saberes.
6 Un esquema de pensamiento es una idea o supuesto que se tiene de cualquier fenmeno cognitivo, cientfico, escolar o cotidiano.
7 La temtica referida a pensamiento y lenguaje est ampliamente desarrollada por autores tales como
Vigotsky, Bruner, Van Dijk, etc.
8MUOZ VILLALOBOS, V. (2004) ONU. CDESC. Informe del Relator Especial Sobre el derecho a la
Educacin http://www.ohchr.org./english/bodies/chr/docs/61chr/E.CN.4.2005.50/2004. Consultado en marzo
de 2005.
29
seres humanos no somos pasivos ante los distintos aprendizajes a los que nos vemos
expuestos a lo largo de nuestra vida.
De otra manera cmo podramos explicar los descubrimientos cientficos? Podramos
responder, que el desarrollo de la ciencia se logra gracias a los conocimientos de otros
grupos de personas que manipularon con anterioridad ese objeto de conocimiento. En este
sentido, Piaget9 describe en su teora de la Epistemologa Gentica cmo la ciencia pasa
de un estado de menor conocimiento a otro mayor. Es decir describe cmo se lleva a cabo
el desarrollo cientfico. Lo que aqu nos resulta relevante del trabajo de este autor, es que
para lograr esa explicacin, lo hace estableciendo analogas entre los avances cognitivos
que las nias y los nios logran desde el momento de su nacimiento y la evolucin cientfica. De la misma manera en que el conocimiento se desarrollo, evoluciona, cambia;
sucede con nuestro modo de ver el mundo en la medida en que nos ocupamos por enriquecerlo y tambin, mientras somos concientes del deseo del cambio.
Otra cosa es entender, dicho sea de paso, cmo se logra ensear en la escuela esos
conocimientos. Slo diremos que Chevallard10 llam a este proceso de adaptacin de los
conceptos cientficos que cada sociedad considera vlidos, transposicin didctica. Adems, el conocimiento enseado no es siempre el mismo ya que cambia en cada perodo o
etapa del proceso histrico. Por lo tanto, en cada momento histrico, se ensean determinados contenidos y no otros, se enfatizan ciertos elementos del saber, ciertas disciplinas o
ciertos temas. Es necesario destacar que no existe un ajuste automtico entre lo que se
ensea en la escuela y lo que sucede en la sociedad. En otras palabras, la escuela no reorganiza la curricula (los planes de estudio) con la misma velocidad que el cambio acontece en otros contextos sociales.
En sntesis, lo que hemos dicho hasta aqu es que en cualquier proceso de enseanza y
aprendizaje entran en juego relaciones interpersonales que se llevan a cabo en diferentes
mbitos sociales. Cada uno de esos contextos educativos pretende instruir en alguna cuestin cientfica y/o cotidiana. Asimismo cada uno de nosotros desarrolla sus lgicas de pensamiento de modo individual, pero en lnea con lo que nos rodea, puesto que consideramos que cualquier aprendizaje es un logro compartido
Ahora pretendemos destacar que no todos esos escenarios sociales persiguen el mismo
objetivo educativo, en el sentido de circulacin de conocimientos cientficos. No obstante, desde lo deseable y en sentido socializador, podemos decir que los propsitos son similares. Slo se diferencian en los siguientes aspectos. En la familia, circulan conocimientos
de orden prctico. Porque en el hogar no se establecen horarios para el aprendizaje de una
asignatura planificada desde el aparato estatal, no hay una planificacin normada y seleccionada por escrito. Aunque s se establecen horarios por ejemplo para dormir, comer o
jugar. Porque el tipo de saber que circula en la familia no es el cientfico, sino uno de tipo
ms prctico o de aplicacin inmediata.
Por otro lado, la escuela s pretende transmitir conocimientos cientficos. Saberes, que
son planificados y seleccionados por los expertos en educacin, que colaboran con el proyecto educativo ms amplio del Estado. Esto hace que la educacin escolar se entienda
como bien oficial, como cosa pblica. Esta es la arista del condicionamiento cultural
que la vuelve poltica. Porque, parafraseando a Durkheim, desde el momento en que la
9 PIAGET, J. (1968) Los estadios del desarrollo intelectual del nio y del adolescente. La Habana,
Ed.Revolucionaria.
10 CHEVALLARD, Y (1991) La transposicin didctica. Del saber sabio al saber enseando. Buenos
Aires. Aique.l saber (que se ensea).
30
31
NUM, J. (2000) Democracia. Gobierno del pueblo o gobierno de los polticos?. Buenos Aires, FCE.
El autor no utilaza el gnero masculino y femenino en su escrito. Nosotros deseamos aportar nuestra
colaboracin para pugnar por la no discriminacin del gnero femenino.
15
32
esa prctica y por efecto acumulado de la costumbre los fenmenos sociales deviene
naturales, es decir se naturalizan.
Por eso consideramos que el derecho a la educacin es inerte sin el derecho a la informacin. En este sentido, la Relatora de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos para la Libertad de Expresin ha afirmado que
la falta de participacin de la sociedad en el conocimiento de informacin que
los afectara directamente impide el desarrollo amplio de sociedades democrticas
exacerbando posibles conductas corruptas dentro de la gestin gubernamental
promoviendo polticas de intolerancia y discriminacin. La inclusin de todos los
sectores de la sociedad en los procesos de comunicacin, decisin y desarrollo es
fundamental para que sus necesidades y opiniones [como tambin los] interesados
sean contemplados en el diseo de las polticas y en la toma de decisiones16
(LOAYSA TAMAYO, C.2003: 8)
Pero, si el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y
autoridades creadas por esta constitucin (Artculo 22. Constitucin Nacional Argentina), entonces la democracia es el gobierno del pueblo?, o es el gobierno de los polticos? Trataremos de desarrollar ms detenidamente la nocin de democracia que deseamos
enfatizar.
En la Enciclopedia Ilustrada del Crculo de Lectores (Barcelona 1984) se seala que
democracia es: La doctrina poltica favorable a la intervencin del pueblo en el gobierno [] Forma de gobierno, en la que el poder reside en el pueblo y es ejercida por l
directa o indirectamente17. Como la participacin directa parece ser una posibilidad irrealizable, principalmente por la cantidad de personas que habitan cualquier nacin en la
actualidad, nos gustara poder rescatar un viejo concepto de la sociologa mecanicista,
pero aggiornado; ya que no dejaremos de lado de lado el conflicto sino que haremos hincapi en l.
De esta manera, nuestra tesis sera la siguiente: al incorporar el hbito de la participacin en los mbitos sociales de tipo micro -la familia, el aula, el trabajo, el club, la
escuela, la comunidad barrial, la sede sindical- entre otros mbitos sociales en los que las
personas podamos participar en las decisiones, pensamos que podremos adquirir axiomas democrticos. La sistematizacin de la prctica participativa18 podr trasladarse a los
niveles macro de una manera casi natural. Como ha ocurrido con otras construcciones
sociales en el devenir histrico de la humanidad. Por ejemplo nos hemos acostumbrado
a comenzar el ciclo escolar aproximadamente a los seis, concurrimos durante ms de
doce aos a las instituciones educativas (sin contar el nivel inicial y el superior) y nos
cuenta darnos cuenta que la institucin escuela es una construccin social y que los hbitos que logramos en ella (y en otros crculos sociales) los trasladamos de un espacio
social al otro.
Incorporar nuevos hbitos probablemente no sea una tarea fcil, dado que la costumbre nos ha dejado una huella inversa, principalmente por haber estado expuestos durante
16 LOAYSA TAMAYO, C. (2003) Secretara de Derechos Humanos. Programa de difusin y promocin de
los DDHH En: www.hyd.derhuman.jus.gov.ar/2003 (consultado en marzo de 2005).
17 Enciclopedia Ilustrada Crculo de Lectores (1984) Plaza &Janes S.A. Editores. Barcelona (pgina 1174).
18 Estamos interesados en destacar que estamos pensando en una cooperacin sistmica y simultnea.
Adems, cooperacin no es sinnimo de ausencia de conflicto, sino todo lo contrario, porque creemos que el
conflicto es la gnesis del debate.
33
aos a actividades poco participativas. Pero, como la costumbre hace al hbito confiamos en la posibilidad de lograr juntos el hbito de la participacin.
De alguna manera, nuestra idea de hbito es similar al concepto de habitus descrito
por Bourdieu y Passeron en su Teora de la Reproduccin19. Puesto que intentamos representar un hbito que alude a la prctica, la costumbre, la rutina, el uso, la moda, la experiencia; pero utilizado de manera crtica y reflexiva, no dogmtica. En otra palabras, tanto
la reproduccin como el hbito que pretendemos enfatizar tiene que ver con la herencia
de la prctica, con la posibilidad de trasladar esa costumbre cuestionadora a otros
ambientes sociales. Porque cuestionar hace referencia a debate, disputa, deliberacin.
Todo lo anterior, pensado para la resolucin de los conflictos que nos involucran y que tendrn implicancias futuras.
Para comprender mejor de que estamos hablando al referirnos a las prcticas participativas y el aprendizaje prctico que ellas reportan, nos resulta til, la investigacin de
Brbara Rogoff: Los tres planos de la actividad sociocultural20. Esta autora observ las
prcticas participativas de un grupo de nias exploradoras, quienes se organizaron para
recaudar fondos tendientes a paliar sus gastos en esa actividad. El resultado del trabajo de
campo de Rogoff, aport a las teoras pedaggicas nuevos argumentos para entender las
relaciones interpersonales en los procesos de enseanza/aprendizaje que de ella se desprenden. Porque su experiencia concluy en que: durante la prctica efectiva en la actividad (producir y vender galletitas en el caso que estamos abordando) las nias se apropiaban de conocimientos y valores, mediante la: participacin guiada (de las nias por las
personas mayores); ellas ajustaban los conocimientos en juego logrando una: apropiacin
participativa; que redundaba en un: aprendizaje prctico de la tarea. La autora teoriza
acerca de la posibilidad de encontrar nuevas estrategias de enseanza y aprendizaje de los
conocimientos que circulan en la escuela, por tanto su trabajo retrata lo que estamos tratando de expresar acerca del hbito participativo y sus bondades.
Deseamos cerrar este apartado con la esperanza de estar frente a un nuevo acontecimiento, a una nueva forma de entender las prcticas educativas y su correlato democrtico. En el prximo apartado, trataremos de completar un ideal educativo respetuoso no slo
de la democracia, sino tambin de los derechos humanos. Estamos convencidos de la
necesidad de ajustar las prcticas cotidianas, desde la prctica misma. El ejercicio democrtico, aunque estemos frente a una participacin indirecta en las decisiones gubernamentales, se logra, siendo democrtico.
EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
El derecho, pensado como herramienta normativa escrita, slo es un instrumento social
que busca dar solucin a un posible conflicto. Por otro lado, el derecho internacional es un
complemento del derecho nacional. Puesto que, de la misma manera que el derecho nacional es un instrumento escrito por los legisladores y otros representantes del Estado, el
derecho internacional es un conjunto de normas jurdicas redactadas por el personal diplomtico que representa a los distintos pases que conforman la comunidad internacional.
Esto no significa que los distintos Estados pierdan su soberana, dado que son los
19 BOURDIEU, P. y PASSERON, J.C. (1976). La reproduccin. Elementos para una teora del sistema de
enseanza. Barcelona, Laia.
20 ROGOFF, B. (2000). En Baquero y Limn Luque Carpeta de Trabajo de Teoras del Aprendizaje. Universidad Virtual de Quilmes. Argentina.
34
representantes de las distintas naciones los encargados de producir leyes, proteger derechos y sancionar violaciones (si fuese necesario). De esta manera, el derecho internacional es subsidiario del derecho local. Dicho sea de paso, tambin es una de las razones por
la que los distintos Estados deben agotar sus recursos jurdicos internos, antes de acudir a
los organismos regionales y/o universales. Entonces, cuando hacemos referencia al derecho internacional para los derechos humanos, aludimos al conjunto de normas jurdicas,
exigibles y obligatorias, construidas para proteger a todas las personas que habitamos el
planeta y sostenido por los Estados que lo conforman.
A diferencia de los derechos y obligaciones que nos imprime la idea de ciudadano y
ciudadana de un Estado, no hay que hacer nada para tener derechos humanos solo hay que,
ser persona. Porque son derechos inherentes a hombres y mujeres y estn directamente
conectados con el supuesto de necesidades humanas. Probablemente, podamos compartir el criterio de que son derechos de origen social y no naturales21 (en el sentido de biolgicos) As, el reconocimiento, ejercicio y proteccin de los derechos humanos []
pretende satisfacer una serie de exigencias que se consideran necesarias para el desarrollo de una vida digna (FERNANDEZ, E 1999: 79) 22
Pero a qu nos referimos con una vida digna? Segn Nikken23 la nocin de derechos
humanos se corresponde con la afirmacin de la dignidad de la persona frente al Estado.
En este sentido, existe una gran produccin terica inclinada a mostrar los fenmenos histricos emprendidos por los pueblos para frenar los abusos del poder del Estado. A modo
de ejemplo podemos sealar, en 1215 en Inglaterra se consign el documento conocido
como Carta Magna; en 1776 en EEUU se redact la Declaracin de Virginia; en 1789 ocurri el suceso que reconocemos como Revolucin Francesa. La lista no pretende ser
exhaustiva, slo busca relacionar el trmino dignidad humana con algunos fenmenos
sociales para mostrar la relacin entre el concepto de dignidad humana y la Declaracin
de Derechos Humanos de 1948.
De la relacin entre derecho local y derecho internacional podemos inferir que los responsables de la proteccin de los derechos humanos ante la comunidad internacional son
los Estados Parte. Puesto que son los representantes del Estado, las personas que cometen
las violaciones, ya sea por accin o por omisin24.
Por otro lado, el reconocimiento universal de los derechos humanos como fenmeno
inherente a las personas, es un suceso reciente. Porque los hechos que suscitaron la necesidad de crear normas para proteger mundialmente a las personas, fueron las atrocidades
cometidas durante la Segunda Guerra Mundial. La magnitud del genocidio, puso en evidencia que el poder pblico constituye una actividad peligrosa para la vida humana
(NIKKEN, P. 1994:19)25 El abuso de poder ejercido por algunas personas -los represen21
social.
22
35
tantes del Estado- contra otras personas -los habitantes de las distintas naciones que conformamos el mundo- dej la certeza de que era necesario crear un organismo internacional tendente a proteger y promover derechos para las personas, no slo como ciudadanos
y ciudadanas de una Nacin, sino como parte integrante del mundo. Como todos y todas
sabemos, esa entidad es la Organizacin de Naciones Unidas (ONU) concebida, entre
otras cosas, con el fin de regular las relaciones entre Estados.
Pero, regular las relaciones entre los distintos Estados es sinnimo de proteccin de
personas? La proclama fundacional de este organismo internacional fue, en principio, el
mantenimiento de la paz mundial, mediante el perfeccionamiento de relaciones internacionales; tarea en la que haba fallado la Sociedad de Naciones26. Por extensin, se proyectaba una produccin jurdica internacional para frenar los abusos de poder inclinada,
obviamente, a optimizar las condiciones de vida de las personas. De esta manera, a travs de los distintos instrumentos internacionales (declaraciones, convenciones, pactos,
etctera) los Estados Partes se comprometen a respetar y garantizar el ejercicio y la
plena vigencia de los derechos humanos; tanto a nivel internacional como regional y
tambin local.
De este modo, aunque los sujetos de derecho internacional, son los distintos Estados,
la proteccin se extiende a las personas, puesto que todos los seres humanos conformamos las distintas naciones. Adems, los derechos humanos representan todos los bienes
simblicos y reales que las personas necesitamos para nuestra vida, tales como vestido,
alimento, vivienda, educacin, salud, trabajo, democracia, identidad, respeto, solidaridad,
medio ambiente sano, etc.
Creemos que conviene destacar que los primeros intentos por establecer instrumentos
internacionales para la proteccin de los derechos humanos dejaron un sesgo jurdico de
difcil transformacin inmediata. Desarrollemos someramente esta idea. Luego de una
serie de intentos por redactar un documento que reflejara el cmulo jurdico de todos los
Estados Parte, en la Asamblea General de 1951, las contraposiciones poltico ideolgicas
de los bloques este/oeste, conocidas como Guerra Fra, concluyeron con la generacin de
dos documentos: el Pacto Internacional de Derechos Econmicos Sociales (PIDESC) y
Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos (PIDCP). A nivel de
discurso internacional se sostuvo que la divisin estaba referida a la contingencia de su
proteccin. En otras palabras, se aliment un supuesto que sostena que los DCP podan
aplicarse de manera inmediata mientras que los DESC slo podan ser adquiridos de
manera progresiva, dado que su goce dependa de los recursos econmicos de los distintos Estados.
Ms all de los intentos de algunos diplomticos por establecer una jerarqua entre los
derechos mencionados, la dcada del 9027 marc una impronta en este sentido, dado que,
desde el punto de vista prctico: es imposible efectivizar el goce de los DCP sin gozar
antes de los DESC. Porque slo puede realizarse el ideal de ser humano libre, exento
de temor y de pobreza, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus
derechos econmicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y polticos (OEA. Prembulo del Protocolo Adicional de la Convencin Americana sobre
26 SALVIOLI, F. (2002) IIDH. Aula Interamericana Virtual.. http//:www.iidh.ed.cr/Cursos/IIDH/Intranet/curso/2002 (consultado en marzo de 2004).
27 Ha sido en la Conferencia sobre Derechos Humanos, Viena (1993) donde se estableci por escrito que
no existe distincin entre DCP y DESC puesto que los derechos humanos son interdependientes e indivisibles.
36
28 OEA. Prembulo del Protocolo Adicional a la CONVENCION AMERICANA sobre derechos humanos
en materia de derechos econmicos, Sociales y Culturales.(27/01/89) http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-52.html (consultado en diciembre de 2004).
29 Ambos documentos (PDCP y PDESC) se aprobaron en 1966 y entraron en vigor en 1976.
30 GARCA MUOZ, S. (1999) La Capacidad jurdico-procesal del individuo en la proteccin internacional de los derechos humanos. En: Relaciones Internacionales. Editorial del IRI. La Plata Argentina Ao 9
N 17.
31 SALVIOLI, F. (1997). Algunas tendencias sobre derechos humanos en las relaciones internacionales y
el derecho internacional de la posguerra fra. En: Anuario en Relaciones Internacionales 1995/96. Universidad
Nacional de Crdoba.
32 Por ejemplo algunos Estados africanos y asiticos.
33 El caso del Estado argentino nos sirve de ejemplo, en 1994, debido a la reforma constitucional, se otorg estatus constitucional a documentos tales como: PIDESC, PIDCP, Declaracin Universal de Derechos
Humanos, Convencin para los Derechos del Nio, Convencin Contra Todas las Formas de Discriminacin
Contra la Mujer y otros documentos internacionales en esta lnea.
37
ONU. Declaracin Universal de Derechos Humanos (1948) En: Constitucin de la Nacin Argentina.
Editorial Zavalia. (2004)
38
la educacin desde y en los derechos humanos es condicin para el desarrollo apropiado de la personalidad [que a su vez] potencia la autoestima y la dignidad y facilita la construccin de conocimiento,
habilidades, destrezas y valores que permiten a los individuos progresar en paz en la realizacin de los
derechos humanos e todas las personas (MUOZ VILLALOBOS, V.(2005:12)35
Por eso consideramos que no es suficiente con proclamar los derechos, es necesario
que nos esforcemos por transmitir desde la prctica, conductas y axiomas pertinentes para
arribar a un verdadero ejercicio participativo. Es cierto que para lograr este desenlace
necesitamos capacitarnos. Pero el punta pie inicial debe darlo el Estado. Los cursos de perfeccionamiento son costosos y algunos de los actores y actoras involucrados e involucradas en prcticas pedaggicas: maestras y maestros, profesores y profesoras, dirigentes y
dirigentas gremiales, directores y directoras, coordinadoras y coordinadores, etc., no contamos con los recursos financieros necesarios para tal fin.
Durante el proceso de enseanza/aprendizaje, si bien es importante el conocimiento de
los contenidos y las estrategias didcticas adecuadas, mucho ms importante es que estemos convencidos de lo que estamos enseando y que portemos conductas que muestren
nuestros supuestos.
Lo que tratamos de decir es que nadie puede ensear lo que no es. Si nuestra idea de
la autoridad pedaggica es autoritaria, en lugar de democrtica, nunca podremos transmitir el axioma participativo. Por ejemplo, si pretendemos ensear lengua espaola y no
hemos nacido en algn pas en el que se hable esa lengua, probablemente, estudindola
seremos docentes en lengua extranjera. No ocurre lo mismo con los contenidos socializadores. Si no demostramos con nuestras actitudes lo que pretendemos transmitir ser muy
difcil lograr que las personas que participan de misma actividad que nosotros y nosotras,
incorporen esos hbitos a sus prcticas cotidianas. En este sentido, si no demostramos una
actitud democrtica cmo se supone que el otro aprender esta prctica?
Para ir cerrando, por un lado es necesario que las personas dedicadas a la tarea de ensear en y para la democracia, se apropien del hbito participativo. Si hemos sido educados
en el autoritarismo, es necesario que nos capacitemos para revertirlo. Otra vez, no se
puede ensear democracia sin ser democrtico.
Por otro lado, no se puede ensear derechos humanos sin ser respetuosos de la cultura
ajena, de las distintas convicciones religiosas, de las distintas razas, de la solidaridad, de
la posibilidad de protestar, de la necesidad de contar con un medio ambiente sano en fin,
de todos aquellos elementos necesarios para alcanzar una vida digna.
Finalmente si lo que intentamos mostrar en este trabajo resultara pertinente, esperamos
que puedan abrirse nuevas lneas de investigacin tendentes a observar las prcticas participativas, tanto a nivel macro como a nivel micro. Para el primer caso, nos resulta interesante la propuesta del Relator Especial en Educacin sobre investigacin accin36. Para
el segundo caso, la tarea se complica puesto que se necesitan recursos financieros y humanos para comenzar cualquier proyecto de investigacin. En este sentido, pensamos que
podramos comenzar en las instituciones que forman profesores y profesoras (institutos
superiores y universidades)37.
35
Ibidem.
Este tipo de investigacin busca transformar y/o mejorar las prcticas pedaggicas a partir de la observacin de una problemtica diagnosticada en lo cotidiano, donde la persona que organiza la actividad es quien
la detecta y a su vez, es parte de ella.
37 Pensamos que podramos revisar tambin sus planes de estudio, dado que en una investigacin que realizamos en el ao 2003, no encontramos planificacin de contenidos referidos a los derechos humanos.
36
39
40
A MANERA DE INTRODUCCIN
Deseara introducir este articulo con una reflexin respecto a los sentidos y significaciones de la educacin en derechos humanos para despues mostrar el camino que la educacin en derechos humanos ha recorrido en Amrica Latina, sin dejar de lado las tensiones, obstaculos y dificultades que ha tenido que enfrentar
Se ha definido, el trmino de educacin en derechos humanos a la prctica educativa
que se funda en el reconocimiento, la defensa, respeto y la promocin de los derechos
humanos y que tiene por objeto desarrollar en los individuos y los pueblos, sus mximas
capacidades como sujetos de derechos y brindarles las herramientas y elementos para
hacerlos efectivos. Se trata de una formacin que reconoce las dimensiones histricas,
polticas y sociales de la educacin y que se basa en los valores, principios, mecanismos
e instituciones relativos a los derechos humanos en su integralidad y en su relacin de
interdependencia e indivisibilidad con la democracia, el desarrollo y la paz.(...) En este
marco, educar en derechos humanos en Amrica Latina significa educar para el ejercicio
de los derechos y en muchas ocasiones, esto implica a partir de la visin de los oprimidos,
de los que nunca aprendieron a escribir, pero que fueron alfabetizados en derechos humanos por haber vivido en carne propia la violacin de sus derechos y haber tomado conciencia de esta prctica educativa para luchar contra la impunidad y por un estado de derecho.
Deca Prez Aguirre1, uno de los ms grandes educadores en derechos humanos del
continente, y que desafortunadamente muri de manera trgica:
Educar para los derechos humanos nunca podr quedar encerrado en el chaleco de fuerza del orden terico-intelectual. Vimos que esta accin pertenece eminentemente al reino de la pasin. Qu insensatez pre-
PREZ AGUIRRE, L. (1994). Si digo educar para los derechos humanos, Derechos humanos, no violencia y democracia; Seminario Interno de SERPAJ-AL, pp. 61-85.
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tender educar para los derechos humanos encerrados en un aula, durante algunas horas por semana! Lo
saben mejor que yo. No alcanza el mejor discurso magistral, ni los medios didcticos ms sofisticados. Porque educar en los derechos humanos supone trascender la mera transmisin verbal y pasar al hacer. No olvidemos que los derechos humanos se aceptarn y se imitarn por parte del otro (en el aula o fuera) en la medida en que quien transmite sea aceptado por su comportamiento, su valor personal, su credibilidad y ejemplaridad en este campo especfico. Es aquel viejo axioma de que no educamos con lo que sabemos, sino con
lo que somos!.
Educar en los derechos humanos. ser entonces un proceso de adquisicin de una nueva identidad del educador y del educando a travs de una figura humana que encarna esos derechos de alguna manera, a travs de un ejemplo, de alguien que se planta ante el otro y su mera presencia es un desafo permanente a
ser ms. Y no a ser ms sabio, ms artista, ms ilustrado, sino ms humano. De aqu que la accin educativa ser dialctica, educador y educando se educarn mutuamente. Los sentimientos de culpa y los
auto-reproches en este campo no estn ligados primariamente a las transgresiones legales, al incumplimiento de metas intelectuales, artsticas o de cualquier tipo, sino fundamentalmente a que nos mutilamos
y nos disminuimos como seres humanos; a que fracasamos como seres humanos
Sera imposible en el marco de este texto poder entregar todas las significaciones que
la educacin en derechos humanos ha ido generando. He seleccionado solo aquellas que a
mi parecer y al de muchos autores latinoamericanos nos han parecido las ms relevantes
en el momento presente2.
Factor central de la democratizacin y modernizacin de nuestras sociedades
A mi parecer el sentido ltimo de la educacin en derechos humanos es constituirse en
un factor central y fundante de la democratizacin y modernizacin de nuestras sociedades. El respeto y vigencia de los derechos humanos forma parte no slo el rea de la democracia poltica, sino que tambin del rea de la democracia cultural y educacional. Si se
desea ingresar y transitar hacia una sociedad democrtica hay que reconocer que la
dignidad humana es central y que hay necesidad de potenciar el tejido intercultural de
nuestra sociedad. Estos rasgos son las condiciones necesarias para la apertura al mundo
globalizado. Sobre dicha base, es posible la construccin de una moderna ciudadana, en
la cual el sujeto, es ser productor y no solamente consumidor de su experiencia y de su
entorno social y en donde la modernidad, adems de progreso econmico, tecnolgico y
social, ser sobre todo exigencia de libertad y defensa contra todo lo que transforma al
ser humano en instrumento o en objeto(Magendzo, A.)3.
La educacin en derechos humanos contribuyendo a erradicar la marginacin y la
exclusin
Adicionalmente, la educacin en derechos humanos adquiere su sentido ms profundo
cuando contribuye con decisin a erradicar la marginacin y la exclusin de la vida ciudadana en la que se encuentra la mayora de la poblacin. Marginacin que no se circunscribe slo a un problema econmico que se resuelve con la satisfaccin de las necesidades bsicas, sino que exige la transferencia de poder ciudadano a las personas para que
sean capaces de significar su situacin de exclusin y puedan participar en la adopcin de
decisiones en la vida poltica, civil, social y cultural. En esta perspectiva, se est ubican2 En el texto, De miradas y mensajes a la educacin en derechos humanos, (Abraham Magendzo editor)
Santiago de Chile Editorial Lom (2004) se recogen una serie significativa de sentidos y miradas a la educacin
en derechos humanos que est de boga en el presente en el pensamiento latinoamericano.
3 MAGENDZO, A. (1996): Curriculum, educacin para la democracia en la modernidad. Colombia, PIIEChile, Instituto para la Democracia Luis Carlos Galn.
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do, por un lado, al ser humano como el objeto del desarrollo y por el otro se est haciendo una exigencia de participacin ciudadana.
Reconstruccin /recreacin del vinculo societario
Pablo Salvat4 seala que una primera contribucin que podra hacer la tarea educativa, y claro los profesores, es ayudar a la reconstruccin /recreacin del vinculo societario, puesto como condicin de posibilidad para un desarrollo con justicia y una profundizacin de la democracia basada en una cultura sostenida en los derechos humanos. Tarea
no menor en nuestro pas, porque el ethos cultural heredado muestra una serie de falencias: una fuerte tendencia al ninguno; debilidad de una tica de la co-responsabilidad, as
como tambin reincidentes prcticas autoritarias a distintos niveles (familia, colegios, partidos, empresas, etc.), prcticas de impunidad, manipulacin, exclusin en las relaciones
interpersonales o Inter.-institucionales(...) Si leemos a los derechos humanos desde una
mirada tica entonces pueden comportarse como un indispensable antdoto en la erradicacin paulatina y nunca acabada de distintas prcticas sociales de intolerancia, exclusin,
discriminacin que cometemos a diario, por motivos de raza, color de piel, forma de pensar, situacin econmica o adscripciones en la escala clasista
Entregar voz, a la voz silenciada
Por su parte Soraya El Achka5 hace notar con fuerza que la apuesta que se debe hacer
desde la educacin en derechos humanos supone darle un puesto a la voz silenciada para
que se dignifique la existencia misma y construya identidades colectivas asidas en los
principios de autonoma. Autonoma para poder decidir, incidir en las agendas, colocar los
discursos contra hegemnicos, evidenciar los mecanismos de exclusin y dominacin,
reinventar el poder y la autoridad. Una accin educativa que permita a los sujetos descubrirse como sujetos cognoscentes autnomos en tanto no asumen mecnicamente los discursos que circulan, que le son propios a la dominacin, sino que son capaces de enfrentarlos, de-construirlos y recrearlos. Una educacin que desde la accin comunicativa
asuma la indignacin como motivo para movilizar a favor de la dignidad; la pregunta para
interpelar (se) el mundo; la problematizacin para dudar de las certezas construidas que
inmovilizan
Una educacin en todas sus dimensiones
Ricardo Snchez6 vincula directamente el sentido ltimo de la educacin en derechos
humanos con el derecho a la educacin. Al respecto seala textualmente: mi propuesta:
que la educacin es y sea un derecho radical. Con ello se dice que es decisivo en el ejercicio de otros derechos. Es el que puede darle sentido y creatividad. El derecho a la vida,
por ejemplo, es nulo sin la posibilidad de pensar y comunicarse. All, la educacin propicia que esas facultades tengan desarrollo. Porque el derecho a la vida no es slo un dere4 SALVAT, P. (2004): Qu puede, y acaso puede, una cultura y tica desde los derechos humanos para promover una nueva gramtica ciudadana?, De miradas y mensajes a la educacin en derechos humanos, pp. 55.
5 EL ACHKA, S. (2004): En el mbito tico-filosfico: Mirada desde la accin comunicativa. Mensaje a la
educacin en derechos humanos, De miradas y mensajes a la educacin en derechos humanos, pp. 181.
6 SNCHEZ, R. (2004): El sentido de la poca: sobre globalizacin y educacin en derechos humanos, De
miradas y mensajes a la educacin en derechos humanos, pp. 22.
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como en general se ha hecho, en la denuncia y crtica de las mltiples situaciones de violacin de los derechos humanos. Esta vertiente educativa, absolutamente necesaria, debe
contemplarse desde el trabajo de contenidos que muestren a los estudiantes los avances y
logros de la humanidad.
Perpetuar la memoria
Porque est muy cerca de nosotros la historia de la violacin de los derechos humanos
fundamentales de las personas, la educacin tiene un rol importante que jugar en perpetuar
la memoria y contribuir al nunca ms. Se trata de transmitir a travs de la memoria una
tica de la atencin, una actitud unos medios para que las jvenes generaciones sean ms
atentas que sus mayores. La educacin en derechos humanos se convierte en un vigilante
en el recuerdo para el nunca ms. Su rol de vigilante no es ni de control, ni de censura
sino que de acogida, de hacer del aprendizaje de la memoria histrica un acontecimiento
tico existencial, un acto de apertura hacia la historia de los Otros en sus penas y sufrimientos Es disponerse a ser receptivos al devenir trascendente y real de los Otros, de sus
vicisitudes, de sus valores, de sus inquietudes, de su historia cotidiana y humana. En este
acto de recepcin, la educacin en derechos humanos se carga de los valores de la justicia
para los Otros, de solidaridad con los Otros, de responsabilidad con los Otros, de
acogida de losOtros. Entonces, inspirados en la obra filosfica de Emmanuel Levinas, se
podra decir que la accin educativa de los derechos humanos es la relacin con la alteridad en el nunca ms Desde esta ptica de mirar la memoria histrica en el rol vigilante
de la educacin en derechos humanos, podemos pensar que nunca ms se cometern las
crueldades del pasado. Por que he sido educado en el Otro, las violaciones me hieren.
Ya nadie volver la cara y dir: esto no me concierne a m, no es asunto mo, no hay
que inmiscuirse en asuntos ajenos, yo cuido de mis derechos, de mis miedos, de mis tormentos, que ellos cuiden de los suyos. Ahora estoy al cuidado del Otro.
EL CAMINO RECORRIDO POR LA EDUCACIN EN DERECHOS HUMANOS
EN AMERICA LATINA
Los inicios del camino de la educacin en derechos humanos en Amrica Latina
Hace 20 aos, en plena dictadura, guerras intestinas, violencia institucionalizada en
muchos de nuestros pases pensamos que recuperar la democracia, terminar con la violencia significaba capacitarnos para conocer, defender y exigir el respeto a los derechos
humanos. Sabamos que en la violacin de los derechos no se puede construir una sociedad moderna y democrtica. Sostuvimos que los derechos humanos debieran ser el fundamento tico de un nuevo paradigma educacional de una educacin liberadora; transformadora, de una educacin para la ciudadana.
Entonces, hablar de este tema no slo era muy peligroso, sino que adems los espacios
de interlocucin eran muy escasos. Haba temores reales. Sin embargo, debemos reconocer que algunas instituciones, algunos maestros y maestras y activistas en derechos humanos, desafiando el contexto represor y apoyados por la solidaridad internacional se organizaron en talleres de educacin en derechos humanos, en especial en el mbito de la educacin popular. Fueron las ONG`s y los movimientos populares los que jugaron un rol
central. Debemos reconocer, sin embargo que preferentemente hablaban los que haban
sido golpeados fsica, moral y psicolgicamente.
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educacin en derechos humanos como por ejemplo la realizacin de reuniones y congresos nacionales y regionales; de cursos y seminarios. Se crearon boletines y revistas especializadas y se organizaron redes de educadores nacionales y regionales en derechos
humanos educa-dh@iidh.ed.cr.. Adems, se crearon en varios pases de Amrica Latina
Ctedras Unesco en Educacin para la Paz y los Derechos Humanos (Mxico, Santo
Domingo; Colombia, Uruguay, Colombia; Chile, Puerto Rico; Costa Rica etc)
LA EDUCACIN EN DERECHOS HUMANOS EN CHILE
En Chile al igual que en el resto de los pases de la regin, a mediados de la dcada de
los ochenta, an en plena dictadura, comenzamos a dar los primeros pasos en la educacin
en derechos humanos. Sabamos tambin que una vez recuperada la democracia se necesitara necesitaramos recomponer el tejido social y que el respeto a los derechos humanos
debiera ser el fundamento tico de una convivencia social democrtica. Entendimos, en
nuestra calidad de educadores que la educacin en derechos humanos tena que jugar un
rol central al respecto. Tambin en Chile fueron las Organizaciones No Gubernamentales
(ONG`s), los movimientos populares y las instituciones defensoras de los derechos humanos los que jugaron un papel educativo preponderante en la educacin en derechos humanos en las etapas iniciales
En Chile La educacin en derechos humanos en el mbito formal ha tenido una serie
de desarrollos entre stos se debe hacer mencin de lo siguientes:
Comisin Nacional para la Modernizacin de la Educacin
La Comisin Nacional para la Modernizacin de la Educacin (1992) estim como
principio tico- fundante de la educacin chilena el imperativo de abrir a todos los nios
y jvenes, de ambos sexos, la posibilidad de desarrollarse como personas libres, con conciencia de su propia dignidad y como sujetos de derechos.
Marco Curricular y Programas de Estudio
La educacin en derechos humanos es parte constitutiva del Marco Curricular de la
Reforma y de los Objetivos Fundamentales Transversales (OFT) que apuntan a fortalecer la formacin tica de la persona; a orientar el proceso de crecimiento y autoafirmacin personal; y a orientar la forma en que la persona se relaciona con otras personas y
con el mundo.
De igual forma, la educacin en derechos humanos est incorporada de manera explcita en los contenidos y actividades de algunas asignaturas tanto de la enseanza bsica
como secundaria.
Poltica de convivencia escolar
Las polticas educacionales vinculadas a la convivencia escolar que ha sido uno de los
pilares de la Reforma Educacional, de manera implcita o explicita hacen referencia al respeto a la dignidad de las personas, a sus derechos y a la asuncin de las responsabilidades
que de estos se derivan, como condicin necesaria e irrenunciable de una convivencia
armnica. Se sostiene que las conductas, actitudes y formas de convivir no violentas, solidarias, responsables, justas y autnomas se aprenden y por lo tanto son parte integrante de
las prcticas de convivencia en las escuelas y liceos.
47
Enero del 2005 public un nmero (Edicin N 316) que intitul: Pedagoga en Derechos Humanos. En ste se incluyen referencias relacionadas directamente con la tortura
y a la violacin de los derechos humanos en Chile durante la dictadura, adems de una
serie de artculos referidos a la educacin en derechos humanos
Tensiones y obstculos
Cabe sealar que junto a los logros, la educacin en derechos humanos ha tenido que
sortear mltiples tensiones y problemas, tanto en el conjunto de los pases de Amrica
Latina como en Chile. Entre estas se pueden citar las que siguen:
Enfrentando el discurso oficial: Un primer problema que la educacin en derechos
humanos ha enfrentado es la marcada tendencia a aceptar el discurso oficial y las
polticas pblicas en educacin de manera acrtica. Existe un silencio, un conformismo, una complacencia, una condescendencia consciente o inconsciente. La educacin en derechos humanos entra necesariamente en conflicto, en tensin con el discurso oficial porque es en esencia crtica, cuestionadora, problematizadora.
nfasis en la educacin instrumental: Una segunda tensin que deriva de las polticas econmicas y sociales en las que se desarrolla la educacin en derechos humanos. Se constata que la segmentacin espacial y social que han creado las polticas
econmicas, la postura o concepcin hegemnica neoliberal imperante el desarrollo
de un modelo educacional instrumental que pone a la educacin preferentemente al
servicio de la competitividad internacional y no al de la formacin ciudadana, constituye un escollo serio para la educacin en derechos humanos. No es fcil pedirle a
sta levantar una propuesta contra- hegemnica. Existe, por as decir un, adelgazamiento temtico de las escuelas para hacerlas eficientes versus la emergencia de
temticas globales y ticas que presionan y cuestionan la cultura escolar
Amplitud reducida: Hay una tensin que es recurrente y que tiene relacin con los
niveles de difusin y masificacin de la educacin en derechos humanos. Existe la
sensacin que la convocatoria es restringida a actores conocidos, los por as decir los
conocidos de siempre. Se debe reconocer que son poco los docentes y estudiantes
que han sido parte comprometida con la educacin en derechos humanos. El dilema
es tambin entre la profundizacin o la masificacin. Es decir si se debe ampliar la
cobertura sacrificando la profundidad
Carencias Estructurales: Existen adicionalmente tensiones que se originan en las
dificultades prcticas que hay en las escuelas para trabajar la temtica de los derechos humanos. Adems de ciertas carencias tericas y prcticas de los docentes en el
tema de los derechos humanos, de estar sobrecargados de tareas e innovaciones trabajando en escuelas que estn ms bien preocupadas de los rendimientos acadmicos que de la formacin del sujeto de derechos, se suma la carencia de organizaciones dedicada a trabajar con los maestros el tema de los derechos humanos
Polisemia de lenguajes Finalmente es interesante hacer notar que la educacin en
derechos humanos se ha desarrollado para a par con otros lenguajes vinculantes pero
no iguales. A medida que la educacin en derechos humanos ha ido buscando caminos, ha emergido la educacin para la ciudadana, la educacin ambiental: la educacin moral y cvica, la educacin para la paz, la educacin para la igualdad de oportunidades, la educacin para la tolerancia y la no-discriminacin la educacin multicultural, la educacin para la diversidad etc. Para algunos esta polisemia de lengua49
jes, esta carencia de definicin clara y limites bien definidos del campo constituye un
problema de identidad y que corra el peligro de diluirse. A mi parecer no debiera
existir una competencia entre estas formas diversas de aproximarse a temas tan
importantes como los mencionados. Por el contrario, debieran reforzarse y complementarse. Sin embargo, debemos reiterar que la educacin en derechos humanos, es
por excelencia una que apunta a la transformacin social, a la liberacin de hombres
y mujeres, al empoderamiento. Aqu radica la diferencia con otros lenguajes. Es por
excelencia, a mi parecer, una edjucacin poltica
Ahora bien, Chile, al igual que en otros pases de Amrica Latina, ha enfrentado tensiones y ha tenido que sortear una serie de obstculos en el proceso de incorporar y desarrollar
la educacin en derechos humanos. Esto no niega ni anula los avances y logros alcanzados.
Pienso que muchas de las dificultades se han relacionado con las caractersticas que ha
asumido la transicin hacia la democracia que ha vivido el pas a partir de 1989, en todo
rdenes de cosas, en especial en el plano poltico. Ha habido necesidad - por razones de
orden poltico y por temores fundados e infundados- de hacer concesiones a la democracia, aceptar leyes antidemocrticas y buscar consensos que no siempre han sido compatibles con un modelo democrtico de sociedad.
Slo de manera anecdtica recuerdo, que al recuperarse la democracia y plantearse la
necesidad imperiosa de la educacin en derechos humanos hubo autoridades que sostuvieron que el tema pudiera obstaculizar el proceso de la transicin y que era ms aconsejable hablar de educacin para el amor, la reconciliacin y la paz. Los organismos de
derechos humanos y las ONGs insistimos que era fundamental, con fines de recuperar la
memoria y asegurar el nunca ms, no evadir o negar el tema de los derechos humanos.
De igual manera no fue del todo simple incorporar en el curriculum, los derechos humanos como objetivo fundamental transversal. Las tensiones siempre han estado presentes.
Por consiguiente, no es del todo sorprendente que se hayan levantado polticas pblicas y
programas referidos a la educacin para la convivencia escolar y para la formacin ciudadana- todas ellos muy loables y meritorias- pero no as un programa con el nombre de educacin en derechos humanos.
Una dificultad adicional que a mi parecer todava no se ha subsanado plenamente es el
relacionado con la formacin y capacitacin de los profesores y profesoras en derechos
humanos. No ha habido, en mi opinin, una poltica de perfeccionamiento en educacin
en derechos humanos y son muy escasas las instituciones formadora de profesores que la
hayan incorporado en sus mallas curriculares. Esto ha sido un factor determinante para que
la educacin en derechos humanos no se haya masificado como es de esperar.
Un factor muy decisivo y relevante, que ha inhibido que la educacin en derechos
humanos tenga un lugar prioritario en las polticas publicas, ha sido el hecho irrefutable
que la reforma educacional y curricular ha puesto - como indicador de calidad educativaun gran nfasis en el rendimiento en lenguaje, matemticas y ciencias naturales. Sin desconocer la importancia que estos conocimientos tienen, a mi entender no se ha comprendido cabalmente que la formacin en derechos humanos es parte integral e inseparable de
la calidad de la educacin.
BIBLIOGRAFA
BRASLAVSKY, C. (2004) Educacin en derechos humanos:decidir sobre la cantidad o
sobre la calidad del tiempo escolar en MAGENDZO, A. (editor) De miradas y men50
52
53
Las instituciones educativas en todos sus niveles no escaparon a la influencia del contexto que rigi las dcadas de los setenta y ochenta, en tanto espacios cotidianos de
encuentro entre los actores sociales y el Estado. Por ello, en este trabajo nos interesa mostrar que, probablemente, las formas en que se instauran los espacios de formacin en derechos humanos en las universidades pblicas responden a una falta de articulacin, conciente o inconciente, que existe al interior de estas instituciones, favoreciendo la proliferacin de conductas anmicas, individualistas, pasivas, no solidarias, etc.
LA EDUCACIN EN DERECHOS HUMANOS
La distancia entre los derechos proclamados y el efectivo significado que adquirieron
en la prctica, transform las representaciones colectivas que orientan la vida en sociedad
creando espacios para la emergencia del escepticismo, individualismo o bsqueda de identidades alternativas fragmentadas. Actitudes que en nada colaboran a dar sentido a la cohesin social y que an persisten.
La sociedad an se encuentra desarticulada, si bien ya en 1993 durante la conferencia
mundial de Derechos Humanos, se estudi detenidamente la importancia de la educacin
en esta esfera y se consider que la educacin, la capacitacin y la informacin pblica en
la materia eran indispensables para establecer y promover relaciones estables y armoniosas entre las comunidades, y para fomentar la comprensin mutua, la tolerancia y la paz
(ONU, Asamblea General, 2000: 4).
Dicha educacin debe partir del reconocimiento, defensa, respeto y promocin de los
derechos humanos y tener como aspiracin el desarrollo de las mximas capacidades de
los individuos y pueblos, en tanto sujetos de derechos. Debe brindar herramientas y elementos para hacerlos efectivos, es decir, para disminuir las situaciones de vulnerabilidad
y alcanzar condiciones de vida dignas, en un marco de consolidacin de la cultura democrtica y del Estado de derecho.
Estamos haciendo referencia a la formacin de los futuros ciudadanos en la capacidad de organizarse por la demanda de aquellos bienes que, como la educacin, la justicia, la seguridad y la sustentabilidad ambiental, generan la posibilidad de una verdadera igualdad de oportunidades en pos de alcanzar una mejor calidad de vida (Filmus,
D., 1996).
Los incipientes progresos que se dieron luego del primer decenio de la Educacin en
DDHH proclamado en Amrica latina, vislumbran un inters por parte de los organismos
de estado y autoridades en la materia. An no lleg a instituirse como planificacin y prctica efectiva en los distintos sectores de la educacin pblica. Antes bien, existen an
intentos aislados que no tienen un anclaje social relevante, particularmente en los sectores
estudiantiles universitarios, y en menor medida en los ciclos inferiores.
...la educacin debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad
humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos
humanos y las libertades fundamentales... (PIDESC, 1976: artculo 13).
Frente a esta situacin, es indispensable revalidar el conocimiento como bien social y
la educacin como derecho. Recuperar entonces, el lugar de la educacin como espacio
pblico donde se construye consenso sobre valores de convivencia social a travs de una
racionalidad explcita y compartida; donde los estudiantes encuentren instrumentos para
cimentar una identidad adulta, que otorgue sentido a la bsqueda de un lugar en la sociedad, contribuyendo a su transformacin positiva.
54
Las discusiones polticas de los ltimos aos han reservado para la Universidad un privilegiado espacio de intervencin y centralidad, dado el papel que ella juega en la formacin de profesionales que han de intervenir en la determinacin de aspectos polticos, acadmicos, curriculares y metodolgicos de estudios superiores de nuestro pas. Ms an, si
consideramos lo que sostiene Bourdieu cuando da cuenta del carcter socialmente reproductor que tiene el sistema de enseanza y el papel central que en esta reproduccin juega
la cultura y el capital cultural de los alumnos.
En sentido extensivo, la universidad legitima una verdad. Y, si parte de esa verdad se
corresponde, por ejemplo, con la mnima inclusin que tienen los ddhh en la enseanza,
la prctica y la transversalidad en los planes de estudio de las carreras que se cursan en
ella, se instala y se reproduce como tal.
Dada esta realidad es de sumo inters investigar el estado de la educacin en derechos
humanos, particularmente, en los ciclos superiores dada la importancia propedutica para
su ejercicio profesional y ciudadano.
LA INVESTIGACIN DESDE EL CENTRO DE DERECHOS HUMANOS DE
LA UNQ
Desde el 2004 se desarrolla desde el Centro de DDHH Emilio Mignone de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) un trabajo de investigacin que se propone relevar las
actividades curriculares y extracurriculares en las distintas universidades nacionales, sobre
aspectos inherentes a los DDHH: Educacin en DDHH: el caso de la universidad argentina.
A travs de dicha investigacin se busca construir un mapa del conocimiento sobre la
temtica que se transmite y analizar los contenidos y supuestos, as como la ubicacin
relativa que tiene dentro del sistema educativo universitario. De este modo, el propsito
principal es conocer crtica y prospectivamente el estado de la enseanza de derechos
humanos en las casas de altos estudios.
Es el propsito de este trabajo dar cuenta de las primeras aproximaciones, luego de un
arduo relevamiento de datos que estamos llevando a cabo todo el equipo de investigacin,
sobre algunos aspectos parciales de la educacin en DDHH en las universidades argentinas.
Nuestro pas cuenta con una formacin de grado a travs de, aproximadamente 40 universidades pblicas que se encuentran distribuidas ampliamente en su extenso territorio.
De ese universo, en este trabajo tomamos tres casos para el anlisis: Universidad Nacional de Villa Mara, Ro Cuarto, y, Cuyo.
Con los datos obtenidos realizamos las primeras aproximaciones en el anlisis de la
problemtica enunciada tomando en cuenta distintos indicadores como, inclusin en la
currcula, historial de la ubicacin de las ctedras, cursos y seminarios en el sistema educativo, entre otras.
El instrumento utilizado en la recoleccin de informacin fue el cuestionario, complementado con la realizacin de entrevistas personales, aplicado de igual manera en todas
las universidades pblicas de la Argentina.
El procesamiento de la informacin obtenida que presentamos aqu es el producto de
las primeras aproximaciones sobre tres universidades de las que obtuvimos mejor respuesta, gracias a la amplia disponibilidad de sus autoridades.
En este trabajo presentamos un acercamiento fundamentalmente descriptivo que nos
permiti hacer algunas inferencias y establecer hiptesis que sern revisadas y analizadas
en profundidad en la etapa final de la investigacin.
55
EL ANLISIS
En el relevamiento realizado en las universidades mencionadas se recurri en primera
instancia a las principales autoridades de las casas de altos estudios (Rector, vice, secretario acadmico, etc.). La escasez de respuestas nos llev a consultar a otros funcionarios
como, secretarios de extensin, de bienestar estudiantil, directores de centros de investigacin, etc.
Por otro lado, en los casos en que an con la consulta realizada no se obtuvo la informacin deseada se contact a diferentes actores de las universidades (directores de departamento, centros de ddhh, profesores, etc.).
En el caso de las tres universidades tomadas como ejemplo para este trabajo, la obtencin de datos se concret luego de numerosos intentos. En el caso de la Universidad
Nacional de Ro Cuarto (UNRC), situada en la provincia de Crdoba, las vas de acceso
se fueron consolidando a partir de la atencin brindada por los auxiliares del Rector de
dicha casa, quienes ampliaron la oferta de contactos a los directores de departamentos de
la distintas carreras y de reas como extensin.
En el segundo caso -tambin situada en Crdoba- en la Universidad Nacional de Villa
Mara (UNVM) arribamos a los datos por caminos externos a las vas jerrquicas de esta
casa mencionada, que facilitaron la concrecin de las entrevistas planificadas.
El tercero es el de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCu) situada en la provincia de
Mendoza, en el centro oeste del territorio argentino. Aqu la obtencin de la informacin
fue dificultosa al principio, por lo que se contact a la representante de la UNCu ante la
Red Interuniversitaria de Derechos Humanos (RIDH), quien finalmente accedi a proporcionar los contactos para efectivizar el acceso a la informacin.
Cabe resaltar que una vez transitados los caminos mencionados, fueron muy productivas las entrevistas realizadas a la vista de los datos obtenidos, en relacin a otras universidades donde la suerte fue diversa, y que no forman parte del objeto de este trabajo. Con
todos los registros logrados, se impone el anlisis de cada uno de los centros de altos estudios seleccionados.
La Universidad Nacional de Villa Mara (UNVM) est organizada a travs de tres institutos, dos pertenecen a las ciencias sociales y humanas. En ellos se ofertan cerca de veinte carreras para una poblacin estudiantil creciente.
Con casi una dcada de existencia, y varias reas todava en construccin enfoca la
problemtica de los Derechos Humanos principalmente a travs de su departamento de
extensin universitaria donde posee un rea especializada que est en permanente contacto y actividad con la comunidad local y regional.
Los derechos humanos tambin son abordados en materias del curso de ingreso y
carreras como Comunicacin Social. En acuerdos con organismos nacionales se vienen
desarrollando en los ltimos aos, jornadas de amplia participacin estudiantil y la comunidad toda. Varios investigadores tambin focalizan sus trabajos desde esta perspectiva.
La Universidad Nacional de Ro Cuarto (UNRC) por su parte, posee cinco facultades,
dos de las cuales pertenecen a las ciencias humanas. Con ms de siete dcadas de existencia, posee una numerosa poblacin estudiantil que proviene en muchos casos de otras
provincias cercanas, debido a la diversificacin de sus propuestas de estudio.
Las carreras ligadas a las ciencias polticas, derecho, filosofa, comunicacin, entre otras
contienen espacios donde se abordan los derechos humanos. Posee un Centro de Cultura
para la Paz que trabaja la temtica y ha realizado publicaciones en la materia. Este centro
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organiza numerosas actividades, algunas abiertas a la comunidad y las realiza en coordinacin con el rea de extensin universitaria. Tambin existen investigaciones y publicaciones centradas en los Derechos Humanos que abordan distintas aristas del mismo tema.
En el caso de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCU), la integran nueve facultades,
seis de las cuales pertenecen a las ciencias sociales y humanas. Posee un Centro de Investigacin, Docencia y Extensin en Derechos Humanos creado recientemente.
Existe una ctedra sobre Derechos Humanos que figura como optativa en la currcula
de la facultad de Derecho, desde la perspectiva del Derecho Internacional.
En la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales se aborda el tema desde la problemtica del control social y la violencia. Tambin en materias como Etica y otras de la Carrera
de Trabajo Social.
Entre 1994 y 1998, en la misma casa se han realizado investigaciones sobre los derechos del nio y actualmente la universidad se dedica a trabajar sobre el tema Seguridad,
problemtica social local que despierta mucho inters.
Por otro lado, es importante mencionar -ya que da cuenta del inters que despiertan los
DDHH- el creciente nmero de tesinas de los estudiantes de las carreras afines.
Durante el 2005 se destaca la realizacin de jornadas sobre Derechos Humanos desde
distintas perspectivas con excelente participacin.
Con los datos presentados hasta aqu, se puede evidenciar los mltiples espacios que
ocupan los derechos humanos en estas universidades. Espacios, que en la mayora de los
casos no integran la currcula, sino que el contenido es externo a ella y est directamente
vinculado a la preocupacin e inters de algunos actores (profesores, estudiantes, investigadores, organizaciones, etc) que participan en estos.
Lo dicho se infiere no solo de los datos que figuran aqu sino tambin de las experiencias vividas en las visitas de campo por cada investigador del Centro de DDHH Emilio Mignone de la Universidad Nacional de Quilmes. En ellas, qued expuesta la distancia que existe entre la inclusin de la temtica en los tramos curriculares y las actividades de extensin.
En el mismo sentido, tambin emerge del anlisis la escasa informacin que circula
entre los principales funcionarios de las universidades acerca de las actividades sobre
derechos humanos que se llevaron y llevan a cabo en sus dependencias. Esto demuestra la
existencia de una desarticulacin entre/dentro de las disciplinas que integran esas casas de
altos estudios. Hechos que refuerzan el imaginario de que la promocin de los derechos
humanos depende de un pequeo nmero de actores interesados.
Desde lo curricular encontramos que carreras vinculadas con los derechos humanos,
tales como Ciencias Polticas y Derecho, poseen numerosos espacios con contenidos
directamente relacionados. No obstante, no existe ninguna asignatura que trate los derechos humanos como contenido fundamental sino que este atraviesa mnimamente el programa de algunas asignaturas como Etica y Derecho Internacional, en la Universidad
Nacional de Cuyo.
Cabe mencionar que en una de las universidades (UNCu) se dicta una ctedra sobre
Derechos Humanos en la facultad de Derecho, que se ofrece como optativa, donde el contenido que se imparte est orientado al derecho internacional. Nuevamente, aqu podemos observar que la inclusin de la temtica depende del esfuerzo y voluntad de contados actores.
Siguiendo con el anlisis, nos parece necesario realizar una breve aclaracin que pertenece exclusivamente al contexto socio-poltico argentino de las ltimas dcadas, y que
bien podra extenderse a la mayora de los pases de Amrica Latina.
57
A principios de los noventa, se desarroll en Argentina un creciente inters por el fenmeno de los derechos humanos (Rabossi, 1993), en especial los Derechos Econmicos,
Sociales y Culturales (DESC), dado que nuestro pas es parte, entre otros, del Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, y que con la reforma de la constitucin de 1994 (artculo 75) es reconocido junto a otros pactos y convenciones.
En consonancia con esto, a finales del milenio se constituyeron en algunas universidades pblicas del pas centros de derechos humanos dedicados especialmente a la difusin,
investigacin, promocin y realizacin de actividades desde la perspectiva de los DESC.
Esto es visible en dos de las tres universidades que analizamos (Ro Cuarto y Cuyo).
Ambos centros desarrollan actividades de investigacin y extensin, con participacin
de la comunidad. Entre las actividades que realizan, podemos mencionar cursos de formacin en derechos humanos dirigidos a docentes de escuelas medias, y, cursos de orientacin sobre Derechos Humanos dirigidos a jvenes de centros comunitarios. Es el caso
del Centro para la Cultura de la Paz y DDHH de la Universidad Nacional de Ro Cuarto.
En el caso del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Cuyo, las actividades se orientan a la investigacin dada su novsima fundacin (febrero de 2005), y a
la organizacin de futuras prcticas de extensin.
En resumen, de los datos relevados de las tres universidades seleccionadas, podemos
mencionar que, tanto la Universidad Nacional de Cuyo como la de Ro Cuarto, presentan
un desarrollo incipiente en la formacin en derechos humanos destinada tanto a estudiantes de las distintas carreras como a la comunidad a travs de sus actividades de extensin.
Tambin es destacable en estas universidades la presencia de Centros de Derechos Humanos que las fortalece en el desarrollo de esta temtica. En menor medida, la Universidad
Nacional de Villa Mara incluye tmidamente contenidos sobre ddhh en algunas asignaturas de sus carreras y desarrolla actividades de extensin que son destacables, teniendo en
cuenta su corta existencia.
CONSIDERACIONES FINALES
La dolorosa experiencia iberoamericana en torno a la conculcacin de los derechos
humanos ms bsicos por parte del Estado en la historia reciente exige prestar especial
atencin hacia esta problemtica.
La memoria que en estos das realiza nuestra sociedad, a propsito de atropellos a los
derechos humanos vividos hasta hace pocas dcadas por hombres y mujeres, y el complejo proceso de lucha por la resignificacin de los mismos en los tiempos democrticos
que vivimos, son un marco propicio para profundizar en la vigencia y ejercicio efectivo
de los DDHH, que toda sociedad debe hacer valer para que no tenga apenas un efecto
declamativo.
La envergadura y trascendencia de los cambios exigen un proceso de construccin
compartida que requiere el fortalecimiento, la participacin y el compromiso del conjunto de los actores de la sociedad en el desarrollo de las polticas de democratizacin y mejoramiento de la calidad educativa.
Es por ello que a lo largo de este trabajo intentamos mostrar la forma como los derechos humanos son considerados en la formacin de profesionales en la educacin superior
de tres universidades argentinas. Consideramos que la formacin en derechos humanos es
fundamental en esta etapa de la vida para la constitucin de un ciudadano activo.
La formacin ciudadana es transversal e involucra a la totalidad de mbitos, sujetos y
prcticas educativas pero obtiene sustento en un conjunto de conceptos proporcionados
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por las disciplinas sociales y humansticas. Los conceptos referidos a los derechos humanos adquieren especial centralidad, por estar intrnsecamente vinculados al concepto de
ciudadana, entendido como el goce efectivo de todos los derechos para todos.
Del anlisis realizado se desprende que pocas universidades ofrecen cursos de derechos humanos; los cursos existentes se dictan principalmente en las facultades de derecho, particularmente en algunas universidades que cuentan con centros de derechos
humanos.
La mayora de las actividades de algunos centros de derechos humanos articulan sus
propuestas con las organizaciones no gubernamentales y otras instituciones acadmicas.
Estas organizaciones, a menudo trabajan con los diferentes grupos beneficiarios a los que
estn dirigidas estas actividades.
Sin dejar de resaltar las iniciativas e intereses de algunas personas en la temtica, nos
parece importante mencionar que el sinuoso camino recorrido para la recoleccin de informacin nos presenta un panorama comn que permite inferir la posible inexistencia en las
universidades de una articulacin de saberes sobre las prcticas y contenidos que se brindan en las distintas reas y facultades.
En correlacin con lo afirmado anteriormente, la profundizacin en el conocimiento de
las prcticas educativas vinculadas a la formacin en DDHH, afecta decisivamente el ejercicio pleno que los hombres y mujeres realizarn en su desempeo profesional. Es por ello,
que la universidad, como formadora de ciudadanos, es responsable de transmitir los conocimientos necesarios para que el estudiante pueda desenvolverse haciendo uso de esos derechos y forme su propio pensamiento para actuar sobre la realidad y transformarla.
BIBLIOGRAFA
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Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (1976). En Constitucin de la Nacin Argentina. Ed. Zavala 2004, Buenos Aires.
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60
61
1. EL DERECHO A LA EDUCACIN
Los nmeros que acompaan la gacetilla del congreso y el minucioso trabajo del Relator Especial sobre el Derecho a la Educacin ante las Naciones Unidas, doctor Vernor
Muoz5 presentan un panorama que no puede menos que desalentar: los nios que no asisten a la escuela se cuentan por millones, las matrculas en muchos pases son bajas y, sobre
todo, la matriculacin oculta la realidad tremenda de la desercin escolar, por la cual el
nmero de nias y nios que efectivamente terminan sus niveles de estudio es todava
mucho ms bajo.
Estas realidades nos permiten plantear una serie de cuestiones. En primer lugar, la distancia entre la proclamacin del derecho y el acceso efectivo. En segundo lugar, la ampliacin de la conciencia sobre derecho y su dialctica con las exclusiones ocultas. En tercer
lugar, el caso especial de la educacin superior.
1.1. La tesis de que se tiene derecho a la educacin desplaza dos discursos anteriores
que encuadraban la relacin entre los individuos y su acceso a esa formacin personal.
Sin entrar en el debate acerca de si ese derecho es natural y debido a cualesquiera
tipo de estructura humana esencial o si, como sostiene Rabossi6 se trata de un fenmeno humano histrico que es posible y es preciso describir con detalle sin buscar fundamento alguno para su existencia, lo cierto es que, sea cual sea el caso, el derecho a la educacin enuncia una prerrogativa que todos los seres humanos tienen por el solo hecho de
ser humanos. Se trata de la mayor revolucin poltica y tica de nuestros tiempos: el acuerdo explcito, documentado y firmado, convertido en ley, no pocas veces de estatuto constitucional, de que no hay quien pueda ser privado del acceso a la educacin al menos en
su nivel primario (volveremos sobre este tema).
Pero si se tiene derecho a ser educado la educacin deja de ser ddiva de quin sabe
qu benefactor humano o divino. El primer discurso que corre el discurso de los derechos humanos es el discurso de la beneficencia: lo que se obtiene o debe obtenerse por
derecho no puede serlo por don gratuito. Al contrario: la tesis del derecho convierte a los
sistemas y estados en deudores de la enorme masa de hombres y mujeres que ahora no
necesitan esperar de la bondad de nadie sino que exigen del poder de todos lo que en derecho les pertenece.
El segundo discurso menos evidente, por cierto- que por el discurso de los derechos
humanos en general y del derecho a la educacin en especial resulta desplazado es el discurso meritocrtico. En efecto: la tesis de que cada uno y cada una tiene lo que se gana y
se merece no obtiene cabida en este terreno: nadie ha de lograr que se le reconozca tal
derecho que no es premio al mrito ni resultado exitoso de ninguna gestin. Es ms: la exigencia de procurarse ese beneficio se muestra perversa: se dobla en una velada o abierta
acusacin respecto del sujeto de derecho: si no accede es porque no habr trabajado lo
suficiente para lograrlo. Esta forma del trgico por algo ser7 invierte la responsabilidad
5 MUOZ VILLALOBOS, V. (2006) Informe sobre la educacin en las nias. Ante la Comisin de Derechos Humanos de la ONU. En http://www.iidh.ed.cr/listas/verMensaje.asp?Mensaje_Id=1921.
6 RABOSSI, E. (1991): El Fenmeno de los Derechos Humanos y la posibilidad de un nuevo paradigma
terico, en El derecho, la poltica y la tica, Mxico, Siglo XXI, 1991.
7 CONADEP (1984) Nunca Ms, Buenos Aires EUDEBA. Esta comisin que estudi la desaparicin forzada de personas para llevar a juicio a los responsables hizo de esa frase el argumento falaz y fatal por el que
las vctimas pasaban a ser responsables de sus propios asesinatos porque algo habrn hecho.
62
yecto homogeneizador que desconoce peculiaridades y diferencias y suea con un conglomerado de palomitas blancas8 que no tengan entre s diferencia alguna.
Hace unos aos una comunidad menonita entr en conflicto con el gobierno de la Provincia de La Pampa, en Argentina. En efecto: en la comunidad se imparta a los nios y
nias todos los conocimientos que necesitaban: algo de historia y mucho de la Biblia.
El conflicto comienza cuando el gobierno advierte que no cumplen con la ley de educacin obligatoria. Pero en el debate llegaron a una conciliacin por la cual la Provincia permiti que no concurrieran a las escuelas pero los menonitas ampliaron la curricula y se
comprometieron a ensear una cantidad de contenidos que ellos juzgaban innecesarios9.
1.3. En el caso de la educacin superior, por ltimo, entiendo se debe hacer una
ampliacin decidida de modo tal que hemos de afirmar que, en principio en sentido estricto, todos y todas deben poder acceder a la educacin superior, contrariando tesis de que
la universidad no es para todos10.
Los niveles ms altos de formacin aunque de hecho no sean recorridos sino por una
minora no solamente pueden observarse como fcticamente ms y ms poblados de alumnos y alumnas (lo que suele expresarse en trminos de masificacin de la enseanza superior) sino que deben declararse como un bien a distribuirse, en principio, entre todos y
todas.
Las modificaciones mentales, presupuestarias y acadmicas que supone esta tesis son
enormes. Pero insistimos: en Sierra Leona, por poner un ejemplo extremo, no solamente
debemos luchar para que todos los nios y las nias accedan a la escuela primaria sino
para que todo nivel de educacin tambin a ellos les sea posible.
Por cierto, se trata de un principio en el sentido fuerte con que lo usan las ticas deontolgicas que quiere mantener abierta la oportunidad. De ningn modo, al menos a la altura de nuestro estado de conciencia, este nivel debiera ser obligatorio.
Esta tesis supone dos cosas: por un lado, la denuncia de la falsa disyuntiva cantidadcalidad que plantea que una educacin masiva es necesariamente peor que una selecta y
restringida en nmero a unos pocos. La explosin acadmica que hemos vivido en estas
ltimas dcadas y el ejemplo de universidades enormes y masivas de prestigio internacional, como lo son la UNAM en Mxico y la UBA en Buenos Aires, son una prueba en contrario de aquella disyuntiva tan falaz como extendida.
Pero tambin supone criticar la asociacin de dos tesis que, a mi entender, son en realidad opuestas aunque ambas sean banderas, por ejemplo, de la Reforma Universitaria
argentina de principios del siglo XX, sostenidas por la mayora de los militantes de
izquierda en nuestras universidades pblicas.
Me refiero al ingreso irrestricto y a la abolicin de cupos.
Que la enseanza superior sea posible para todos no significa que cada uno podr estudiar lo que quiera y donde quiera. La universalidad de la oportunidad puede y a mi jui8 Expresin cariosa que alude a los guardapolvos blancos con los que los escolares argentinos concurren
a clase. La empresa niveladora de diferencia y el horror a la diferencia segn Segato se oculta tras esta cariosa metfora. Citado en GARCIA CANCLINI, N. (2000) La globalizacin imaginada, Buenos Aires-Mxico,
Paids.
9 ste es uno de los ejemplos de conflicto entre el derecho de las comunidades a mantener sus estndares
culturales y los derechos de los individuos a modificar sus encuadres tradicionales, para lo que necesitan de un
mnimo de formacin comn y que trascienda los lmites culturales.
10 RIPA, L. (1997): En torno a la ley de educacin superior Revista Criterio, n 2194, abril.
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cio debe- combinarse con una poltica universitaria que defina, privilegie y encauce los
dineros pblicos y los recursos humanos en funcin de un diseo de difcil concepcin, de
necesaria permanente correccin, de gesta colectiva y abierta a las discusiones pero que
de ninguna manera tenga que ceirse al inters o al deseo individual como tal. Porque,
bien mirado, cada abogado que en Buenos Aires matriculamos sin necesitarlo lo pagamos,
toda la poblacin, tres veces. Pagamos una carrera que no necesitamos. Pero pagamos el
no tener el ingeniero que s necesitamos. Y pagamos luego la multiplicacin de lo que se
ha llamado la industria del juicio por cantidad de pleitos intiles cuyo nico sentido es
el de que los abogados de algo tienen que vivir.
Cmo resolver cada vez y en cada lugar la dialctica entre libertad y necesidades sociales, apertura y proyectos nacionales, vocacin y ofertas diferenciadas es una empresa
enorme y entusiasmante.
2. EDUCACIN EN DERECHOS HUMANOS
Si en este momento las Naciones Unidas se encuentran en el programa de mejora del
acceso a la educacin y de all las campaas y estudios diferenciados y pormenorizados
sobre la escolaridad real de las poblaciones en el mundo, en el decenio que comenzara
en 1995 se propusieron ampliar la educacin en derechos humanos.
Los planes y las propuestas se dirigieron entonces a incluir en las curriculas diversas
los contenidos que informan sobre tratados, declaraciones, sistemas, tribunales y procedimientos de derechos humanos.
Las conclusiones de los organismos no fueron alentadoras: pocos pases aceptaron formar las comisiones y elaborar los planes que se propusieron, no se advirti avance significativo en las modificaciones curriculares, pese al enorme aporte de material didctico
diversificado y, sobre todo, pese a la enorme ampliacin del tema derechos humanos en
el discurso comn y meditico.
En la Universidad Nacional de Quilmes estamos investigando, precisamente, cul es el
lugar en las currculas universitarias que tiene este tema. Nuestra investigacin pregunta
por cursos especficos y por cursos que incluyan temtica de derechos humanos; por niveles de grado o posgrado; por su periodicidad y, especialmente, por su situacin de curricular o extracurricular (es decir, si otorgan crditos para el grado o son abiertos o
libres, como suele denominarse a las ctedras), si son obligatorios u optativos y dentro
de qu esquema disciplinar se encuentran: si son exclusivos de las escuelas de leyes y abogaca o se dictan en otras facultades.
La investigacin, an sin finalizar, ya ha dado algunos datos interesantes.
En primer lugar, podemos afirmar que los derechos humanos gozan en nuestras universidades, en general, de un lugar de enorme simpata y de pareja marginalidad: son
importantes y reconocidos pero difcilmente se encuentra a los actores responsables, las
adjudicaciones docentes salvo en caso obligado de las escuelas de derecho, al menos
para las materias de Derecho Internacional y Derecho Constitucional- son por lo menos
azarosas y frecuentemente desconocidas para la administracin central.
Esto significa que los canales de informacin sobre cursos y programas son tortuosos
y difciles. Pero tambin que las multiplicaciones de ctedras, cursos y seminarios en
espacios, disciplinas y carreras que en una primera mirada parecieran ajenas al tema, constituye una riqueza notable y que debemos remarcar.
Adems, y contradiciendo en algo lo que acabo de decir, vemos que hay una lenta pero
constante mejor instalacin del tema como contenido: cursos que son mejor conocidos y
65
tomados por ms interesados, materias que pasan de ser libres a ser curriculares, al
menos como optativas, etc. Hay interesantes experiencias de servicios de enseanza de
distintas dimensiones a carreras diversas (como es el que proporciona el Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la Universidad Nacional
de La Plata que cubre distintos tramos de formacin en derechos humanos en un abanico
interesantes de facultades y carreras muy distintas) y, sobre todo, de proyectos universitarios de formacin en derechos humanos de grupos y comunidades populares con cursos de
formacin de formadores, elaboracin de material didctico especfico, etc. (como es el
caso de los mltiples cursos que lleva adelante el Centro de Derechos Humanos Emilio
Mignone de la Universidad Nacional de Quilmes).
A nivel medio, tambin por ejemplo, algunas pedagogas que conocan bien el tema
lograron que en la Provincia de Buenos Aires se desdoblara, a partir del ao 2004, la materia denominada tica y formacin ciudadana. En efecto: dividiendo la carga horaria hoy
se dictan dos materias diferentes: una referida estrictamente a tica y filosofa y otra a ciudadana y derechos humanos. Esta especificidad en la titulacin tiene que ver con el inters de modificar inclinaciones o necesidades subjetivas de preferir determinada porcin de
los contenidos de la materia anterior, sobre todo habida cuenta que la reforma pedaggica
en Argentina no suele acompaarse de suficiente formacin de los docentes para que puedan dictar idneamente los nuevos contenidos requeridos por la curricula reformada.
De modo que aunque los resultados disten de la propuesta de la ONU sin duda muestran una curva ascendente y un corrimiento hacia lugares centrales, en el sentido del empoderamiento y en el sentido de la acreditacin curricular.
3. LOS DERECHOS HUMANOS EN LA PRCTICA EDUCATIVA
Este tercer escenario en el que juegan la educacin y los derechos humanos no cuenta
todava con una campaa o programa especfico de las Naciones Unidas pero, sin embargo, es al que se refieren con mayor asiduidad y con mayor inters la mayora de los docentes a los que mencionamos el tema de nuestra investigacin o de nuestro Coloquio.
Se trata del espacio tico por excelencia: aqul en donde las conductas concretas se
adecuan o no a la normativa de los derechos humanos.
Como resulta entonces para nosotros una perspectiva nueva que recin comenzaremos
a investigar, solamente voy a proponer algunas variables e instancias en las que parece
refractarse la cuestin de si, s o no, nuestras prcticas concretas en los procesos de enseanza-aprendizaje respetan los derechos humanos; respetan, entonces, a los humanos
implicados en esos procesos, precisamente porque son humanos.
En la perspectiva macro nuestra pregunta se interroga por la gestin de las polticas
educativas. Los actores y actoras que verdaderamente cuentan y los que son ignorados en
sus convicciones y preferencias. A los que se les reconoce aptos para aportar y a los que
les llega la nueva poltica, la reforma, etc.
El uso de los verbos denuncia algo de lo que sospechamos: las polticas educativas
siempre, a lo sumo, bajan, nunca suben. El diseo y su discusin se dan en estamentos superiores y de expertos clausos en sus oficinas de consultores. Los docentes y
los alumnos, las familias y la poblacin en general tiene luego el exclusivo derecho
de aprender bien la leccin redactada antes, arriba y afuera. Se distinguen los padres
que colaboran, los docentes que se suman de los que no lo hacen: se distinguen
precisamente porque son funcionales a la reforma y a la propuesta poltica de la que se
trate.
66
La invisibilidad de este fenmeno es de tales dimensiones que algunos de esos expertos son pensadores y autores de entre los ms progresistas: la distona entre el discurso
hablado en estas reformas y la prctica concreta es responsable, segn creo, de alguno de
nuestros males en el sistema educativo.
Un ejemplo es el de la ltima reforma que descentraliz segn se dijo, toda la educacin en Argentina. En realidad, lo nico que de veras se regionaliz fue el presupuesto, razn
por la cual provincias y an municipios debieron hacerse cargo del financiamiento de la educacin. Pero tuve oportunidad de estudiar en un taller los Contenidos Mnimos Curriculares de la materia tica y Formacin Ciudadana y compararlo con los planes para esa
materia de algunas jurisdicciones. El listado de esos presuntamente mnimos contenidos es
tan amplio y detallado que plante en el seminario que, si yo fuera docente de esa materia,
lejos de poder modificar, adecuar, agregando perspectivas, textos y temas, apenas si me
alcanzara el tiempo para dictar lo que, a mi juicio, en lugar de contenidos mnimos era un
programa acabado y extenso de dictado de clase. Las variaciones locales fueron prueba de
mi aseveracin: las provincias o tomaban el texto tal como haba sido elaborado a nivel
nacional, o, a lo sumo, lo modificaban agregando, si fuera el caso, el gentilicio como adjetivante: en lugar de ser, digamos la educacin del nio era ahora la educacin del nio
salteo, por ejemplo. Esa ridcula variante era signo suficiente de la clausura del programa.
Sin embargo aos despus tuve ocasin de conocer una autntica variedad. Porque a un compaero del curso de derechos humanos una conocida editorial de textos escolares le ofreci escribir, precisamente, el manual de formacin tica y ciudadana en su
versin de izquierda. Porque, me explicaba, la editorial publicara tres versiones: de
izquierda, de centro y de derecha, para comerciar en los distintos colegios cuya definicin
estaba totalmente clara y antecedente a cualquier reforma pedaggica de la que se trate11.
El mercado produjo lo que la poltica omiti, por negarle espacio real.
Es penoso observar la transmisin a modo de libreto que los docentes padecen y que
repiten noblemente convencidos sin poder criticar que las conductas desmientes tales
libretos y que la resultante es un enorme constructo del como si que no llega a encarnarse porque naci ajeno.
Tambin dentro de las instituciones es posible y es preciso ver la manera como los derechos elementales como la libertad, la privacidad, el buen nombre, el trabajo digno, etc. son
respetados o conculcados livianamente. Los sistemas de autoritarismo y opresin, a veces
bajo las formas del cuidado paternalista, pero casi siempre con estilos de arbitrariedad y
violencia estn tan naturalizados que pertenecen tranquilamente al paisaje de nuestras instituciones escolares de todos los niveles. Cuando una pregunta honesta se detenga en el
nmero significativa y relativamente muy alto de docentes que piden licencia (permiso) en
su trabajo por enfermedades o dolencias psiquitricas y cuando ese detenerse abandone el
fcil recurso de culpar a los chicos, que son terribles podrn observarse patologas del sistema educativo que, como nos enseara Foucault, nos asemeja a los sistemas carcelarios12.
Por ltimo, mirando ahora los procesos micro y de desarrollo diario al interior de cada
aula es posible y es preciso preguntarse por las formas de discriminacin abierta y sola11
Debo decir en honor a mi compaero que rechaz el trabajo por la perversin de la propuesta.
Rita Segato opina que la crcel es un espejo, concentrado y neto, de la totalidad de la sociedad. Lo que
ocurre tras sus muros y que nos horroriza a menudo es un condensado de nuestra manera de ser, de sentir y de
decidir con, para y tambin contra los otros (SEGATO, R. (2003) El sistema penal como pedagoga de la irresponsabilidad y el proyecto Habla, preso: el derecho humano a la palabra en la crcel. En Srie Antropologa,
No 329, Departamento de Antropologa, Universidade de Brasilia.
12
67
pada, de violencias personales y colectivas, de anulacin de personalidades y de identidades, en el mejor de los casos, por ignorancia, pero con frecuencia, por hostilidades hacia
los y las diferentes.
La crueldad infantil y adolescente es conocida, pero las sutiles formas de preferitismo
e ignorancia de los sujetos concretos con que tantos docentes se relacionan a diario ni
siquiera producen un ruido de inquietud moral. El trato para con los familiares, proclamados integrantes de la comunidad educativa pero en verdad sumisos y sometidos a las
modas, a los lenguajes y hasta a los boletines de notas que los ignoran y los desprecian13
es otro ejemplo de lo que queremos sealar.
Un rengln al menos deberamos dedicar a las relaciones horizontales y de colegas: a
las formas como los presuntamente pares comparten o compiten, apoyan o denigran,
integran o desplazan, etc. etc.
4. VNCULOS Y EFICACIAS
Qu tiene que ver el derecho a la educacin con la educacin en derechos humanos y
los derechos humanos en la prctica educativa?
Creo que hemos transcurrido suficientemente estos ejes mostrando su perspectiva propia y, si se quiere, presumiendo su independencia. Sin embargo tendramos que preguntarnos si la confluencia de las palabras educacin y derechos humanos en cada caso
es meramente casual o algo los vincula intrnsecamente.
La tesis final que quisiera defender es la de que los relaciona un vnculo estrecho y
mvil, mediante una figura reticular que opera con idas y vueltas, con indiferencia jerrquica y con solidez de alianzas, las ms de las veces como las redes que se ponan algunas abuelas en la cabeza- invisibles.
El derecho a la educacin es tal desde el momento en que es exigible por todos y todas
gracias a su consagracin en tratados y firmas y su ratificacin en las legislaturas nacionales de las que se trate.
Pero esta exigibilidad formal se vuelve real cuando hombres y mujeres de cualquier
parte del mundo tienen internamente el conocimiento del tema y de la ley, conocen tambin los canales y formas de demanda y poseen la capacidad para iniciarla.
Esto dista de ser as para la mayora de los ciudadanos y ciudadanas de los estados
donde este derecho es ley, an, es ley constitucional. La figura del defensor del pueblo
quiere cubrir esa distancia pero el empoderamiento real de los derechos es un proceso
lento y difcil14.
13 Uso la palabra reformas en plural porque, al menos en la Argentina, podra decirse que las reformas
son una constante. En una de ellas, en la dcada del 80, un padre indignado me comentaba su necesidad de ir
a reuniones para que nos expliquen cmo leer el boletn (la libreta de calificaciones). Ese instrumento que
debiera ser un texto transparente del docente hacia los padres era tan complejo y voluminoso, tan lleno de pginas y de palabras, la mayora de ellas extraas totalmente al habla vulgar, que resultaba toda una aventura llegar al lugar donde con alguna aproximacin se pudiera saber a mi hijo cmo le va o qu se sac. Alguna
vez alguien debera investigar la historia de la instalacin de los index de palabras prohibidas en el mundo
de la educacin: el nuevo libreto es muchas veces un guin de guerra, de una batalla que se libra contra la ignorancia y el atraso pero que cobra vctimas en docentes y familiares.
14 En marzo de 2004 la Provincia de Entre Ros no pudo comenzar las clases porque los maestros se declararon en huelga a la espera de mejoras salariales y de pago de salarios adeudados. El conflicto duraba y las acusaciones entre gobierno y sindicato docente se multiplicaban. Pero el defensor del pueblo plante un recurso en
trminos de la violacin al derecho a la educacin de los nios y nias entrerrianos y emplaz al gobierno provincial para que solucionara el conflicto, que as lo hizo. Hasta donde conozco es la primera vez que un conflicto de este tipo, frecuente en Argentina, fue resuelto apelando al derecho humano a la educacin.
68
15
RIPA, L. (2003) Esquizofrenia social y contrasea filosfica. Agora Philosophica, Revista Marplatense
de Filosofa Ao IV, No 7, 69-77.
69
70
INTRODUCCIN
En el artculo 13.1. del Pacto Internacional de Derechos Econmicos Sociales y Culturales se afirma lo siguiente:
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educacin. Convienen en que la educacin debe orientarse hacia el
pleno desarrollo de la personalidad humana, de su sentido de dignidad, y debe
fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Convienen asimismo en que la educacin debe capacitar a todas las personas
para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensin,
la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre los grupos raciales,
tnicos o religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro
del mantenimiento de la paz.
De la lectura de este artculo se desprende que la educacin en derechos humanos es
parte esencial del derecho a la educacin. As se ha afirmado en numerosos textos internacionales1. En los ltimos aos, la comunidad internacional ha prestado especial atencin
1
En el mbito de Naciones Unidas se pueden destacar entre otros la Convencin Internacional sobre la eliminacin de todas las formas de discriminacin racial (1965): artculo 2 y 7; la Declaracin de Naciones Unidas
para la promocin en los jvenes de los ideales de paz, respeto mutuo y entendimiento (1965): principios I-III y
VI; la Convencin de los derechos del nio (1989): artculos 4, 17, 19 y 29 y la Declaracin y programa de accin
de Viena (1993): artculos 33, 34 y 80-82. Del mbito de UNESCO se puede citar: la Recomendacin sobre la educacin para la comprensin, la cooperacin y la paz internacionales y la educacin relativa a los derechos humanos y las libertades fundamentales (1974); el Congreso Internacional sobre la enseanza de los derechos humanos (Viena, 1978); la Recomendacin de Malta sobre la enseanza, documentacin e informacin sobre los derechos humanos (1987); el Congreso Internacional sobre educacin para los derechos humanos y la democracia
(Monreal, 1993) y la Declaracin de la 44 reunin de la Conferencia Internacional de la educacin (1994). Para
una visin ms completa de los textos internacionales de derechos humanos que recogen la educacin en derechos
humanos en su articulado, se puede consultar OFFICE OF THE UNITED NATIONS HIGH COMMISSIONER
FOR HUMAN RIGHTS (1999): The United Nations Decade for Human Rights Education (1995-2003) n 3: The
Right to Human Rights Education, New York and Geneva, United Nations, 1999 (HR/PUB/DECADE/1999/2).
71
72
En la segunda parte del documento El Decenio de las Naciones Unidas para la educacin en la esfera de los derechos humanos 1995-2004. Lecciones para la vida se abordan las directrices para la elaboracin de planes de accin nacionales para la educacin en
la esfera de los derechos humanos. De estas directrices pueden extraerse los componentes
del contenido de la educacin en derechos humanos. All se seala6:
13. La promocin de los derechos humanos tiene lugar en el contexto de campaas de
educacin que abarcan tres dimensiones:
a) conocimientos: actividades de informacin acerca de los derechos humanos y de los
mecanismos existentes para su proteccin;
b) valores, creencias y actitudes: promocin de una cultura de derechos humanos
mediante el fomento de valores, creencias y actitudes que sustenten esos derechos;
c) adopcin de medidas: fomentar la adopcin de medidas para proteger los derechos
humanos y evitar las violaciones de esos derechos.
Por otra parte, el programa de Ejecucin del Decenio consta de ocho componentes
que coinciden con los objetivos propuestos para el Decenio-7. El Decenio, para lograr sus
fines, apuesta por la elaboracin y el fortalecimiento de programas amplios, eficaces y
sostenibles de educacin en la esfera de los derechos humanos en los planos local, nacional, regional e internacional. Esta estrategia, como se vio en el Informe de la Alta Comisionada sobre la Evaluacin de mitad de periodo result un tanto ineficaz8.
Una vez finalizado el Decenio y tras desestimar la posibilidad de proclamar un segundo Decenio para la educacin en derechos humanos9, Naciones Unidas decidi implantar
un Programa Mundial para la educacin en derechos humanos10. Se estudia a continuacin
el contenido de esta iniciativa con el objetivo de ver se superan los puntos dbiles del
Decenio.
2. PROGRAMA MUNDIAL PARA LA EDUCACIN EN DERECHOS
HUMANOS
Siguiendo la praxis del apartado anterior a continuacin, se presenta la definicin y
contenido de la educacin en derechos humanos, as como las principales medidas acometidas en el marco del Programa Mundial en su primer ao de vigencia. Concretamente,
se estudiar el documento central publicado por Naciones Unidas: El proyecto revisado
6
OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS
HUMANOS, El Decenio de las Naciones Unidas para la educacin en la esfera de los derechos humanos
(1995-2004). Lecciones para la vida, o.c., p. 41.
7 El contenido detallado de estos componentes se encuentra en las pp. 14-30 del documento El Decenio de
las Naciones Unidas para la educacin en la esfera de los derechos humanos (1995-2004). Lecciones para la
vida, o.c.
8 ASAMBLEA GENERAL (2000): Decenio de las Naciones Unidas para la educacin en la esfera de los
derechos humanos. Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos sobre
la evaluacin de mitad de periodo de los progresos hechos para alcanzar los objetivos del Decenio de las
Naciones Unidas para la educacin en la esfera de los derechos humanos (1995-2004), Naciones Unidas
(A/55/360).
9 Cfr. COMISIN DE DERECHOS HUMANOS (2004): Decenio de las Naciones Unidas para la educacin en la esfera de los derechos humanos (1995-2004): Informe sobre los logros y los fallos registrados en el
Decenio y sobre las futuras actividades de las Naciones Unidas en esta esfera, Naciones Unidas
(E/CN.4/2004/93).
10 ASAMBLEA GENERAL, Programa Mundial para la educacin en derechos humanos, o.c.
(A/RES/59/113).
73
del plan de accin para la primera etapa (2005-2007) del Programa Mundial para la educacin en derechos humanos11.
En el punto 3 de este Proyecto revisado, se apunta la siguiente definicin de educacin
en derechos humanos:
La educacin en derechos humanos es el conjunto de actividades de capacitacin y
difusin de informacin orientadas a crear una cultura universal en la esfera de los derechos humanos mediante la transmisin de conocimientos, la enseanza de tcnicas y la
formacin de actitudes, con la finalidad de:
a) Fortalecer el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales;
b) Desarrollar plenamente la personalidad humana y el sentido de dignidad del ser
humano;
c) Promover la comprensin, la tolerancia, la igualdad entre los sexos y la amistad
entre todas las naciones, los pueblos indgenas y los grupos raciales, nacionales,
tnicos, religiosos y lingsticos;
d) Facilitar la participacin efectiva de todas las personas en una sociedad libre y
democrtica en la que impere el Estado de derechos;
e) Fomentar y mantener la paz;
Como se puede comprobar, en el Proyecto revisado del Plan de Accin, se apunta la
misma definicin y finalidades de la educacin en derechos humanos que en el Decenio
pero, en el punto 3 del documento, se aade una finalidad ms:
f) Promover un desarrollo sostenible centrado en las personas y en la justicia social.
Adems, al comienzo del Proyecto revisado del Plan de Accin, se concreta cmo
puede crearse esa cultura universal de los derechos humanos. As, en el punto 1, se afirma
lo siguiente:
1. La educacin en derechos humanos contribuye decisivamente a la realizacin de los
derechos humanos. La educacin en derechos humanos tiene por objeto fomentar el
entendimiento de que cada persona comparte la responsabilidad de lograr que los derechos
humanos sean una realidad en cada comunidad y en la sociedad en su conjunto. En este
sentido, contribuye a la prevencin a largo plazo de los abusos de derechos humanos y los
conflictos violentos, a la promocin de la igualdad y del desarrollo sostenible y al aumento de la participacin de las personas en los procesos de adopcin de decisiones dentro de
los sistemas democrticos.
El punto central de esta definicin es afirmar que el objeto principal de la educacin
en derechos humanos es lograr que las personas sean conscientes de su responsabilidad en
la construccin de una sociedad presidida por los valores de estos derechos. Concebir as
la educacin en derechos humanos supone un avance importante con respecto al Decenio,
en el que se pretenda educar en derechos humanos promoviendo medidas institucionales
en los planos internacional, nacional y local12. Estas medidas pueden ser necesarias para
construir una cultura de los derechos humanos, pero no suficientes, ya que una cultura
impregnada por los valores de los derechos humanos slo se consigue si, en ltimo trmino, las personas que forman parte de esa cultura se comprometen de manera estable con
el ejercicio libre y responsable de los valores subyacentes a los derechos humanos gene11 ASAMBLEA GENERAL (2005): Proyecto revisado del plan de accin para la primera etapa (20052007) del Programa Mundial para la educacin en derechos humanos, Naciones Unidas (A/59/525/Rev.1).
12 OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS
HUMANOS, El Decenio de las Naciones Unidas para la educacin en la esfera de los derechos humanos
(1995-2004). Lecciones para la vida, o.c., pp. 14-30.
74
PREZ SERRANO, G. (2005): Derechos humanos y educacin social, Revista de Educacin, 336, p. 23.
75
despertar de la responsabilidad social14. Esta sera la segunda novedad del Programa Mundial con respecto al Decenio: afirmar la necesidad de afianzar el respeto a los derechos
humanos en el compromiso de cada persona con una conducta coherente con esos derechos. De este modo, los derechos humanos ya no son slo obligaciones legales del Estado con respecto al individuo que ya es mucho- sino obligaciones de cada persona con la
promocin de los derechos humanos en la vida y en la sociedad.
En este sentido, si el fin del Programa Mundial es lograr una cultura universal de los
derechos humanos sobre la base del compromiso de cada persona con el ejercicio de los
derechos humanos, es claro que la escuela es el lugar idneo para educar en derechos
humanos. Por tanto, el principal valor aadido de esta primera iniciativa de Naciones Unidas dentro del Programa Mundial es proponer -no los ocho componentes del Decenio para
elaborar planes de accin internacionales, regionales o locales- sino un Plan de accin para
la educacin en derechos humanos en los sistemas de enseanza primaria y secundaria.
Adems de este Plan se proponen unas orientaciones para aplicar y coordinar la ejecucin
del Plan de accin a nivel nacional. Se revisan a continuacin ambas iniciativas.
2.1. La primera etapa (2005-2007): un plan de accin para la educacin en
derechos humanos en los sistemas de enseanza primaria y secundaria.
Segn el Proyecto revisado del Programa Mundial la educacin en derechos humanos
en los sistemas de enseanza primaria y secundaria incluye cinco elementos:15
a) Las polticas.
b) La ejecucin de las polticas.
c) El entorno de aprendizaje.
d) La enseanza y el aprendizaje.
e) La educacin y el desarrollo profesional de los maestros.
Se exponen a continuacin los aspectos que se consideran de mayor relevancia en cada
uno de los apartados.
a) Las polticas:
En el Proyecto revisado se afirma que para que la educacin en derechos humanos sea
realidad es necesario, en primer lugar, elaborar de manera participativa, y aprobar, polticas, leyes y estrategias de educacin coherentes que se basen en los derechos humanos e
incluyan el perfeccionamiento de los planes de estudios y las polticas de capacitacin
para maestros y otros funcionarios dedicados a la enseanza16. En este sentido, para
incluir la educacin en derechos humanos en los planes de estudio en el Proyecto revisado se proponen, entre otras, las siguientes medidas17:
- Elaborar un plan de estudio nacional especfico para la educacin en derechos
humanos en el que se definan los conceptos y los objetivos, as como los enfoques
de la enseanza y el aprendizaje.
14
76
- Definir el estatus de la educacin en derechos humanos dentro del plan de estudios conforme el nivel escolar y especificar si ha de ser obligatoria u optativa y si
se la considera una asignatura separada o interdisciplinar.
- Asegurar que la enseanza y el aprendizaje de los derechos humanos sean componentes explcitos y plenamente desarrollados del plan de estudios de las escuelas.
Elaborar polticas es el paso previo y necesario para hacer realidad la educacin en
derechos humanos en los centros escolares. Incluir este aspecto de la educacin en los planes de estudios definiendo su estatus y su contenido es esencial para establecer el marco
legal que ordene su implementacin escolar.
En este sentido, lograr que los estados conozcan las iniciativas internacionales y se
comprometan con la elaboracin de polticas es fundamental. La existencia de una cultura de los derechos humanos slo se alcanzar a travs de una poltica de derechos humanos en la cual la educacin en derechos humanos sea un factor crucial18.
Sin embargo, los gobiernos no son los nicos responsables de la creacin de una cultura de los derechos humanos a travs de la educacin. Para establecer una cultura de los
derechos humanos es necesario promover la cooperacin entre expertos, la comunidad
cientfica, las organizaciones internacionales, la comunidad cvica y las ONGs, todo ello
con la finalidad de estimular a los gobiernos a implementar la educacin en derechos
humanos19. Slo mediante la cooperacin de los actores civiles y polticos se podr
implantar la educacin en derechos humanos en toda la sociedad20.
b) La ejecucin de las polticas:
El segundo elemento de la propuesta de educacin en derechos humanos desarrollada
en el Programa Mundial es la ejecucin de las polticas. Con relacin a este aspecto se
menciona la necesidad de planificar la aplicacin de las polticas educativas mencionadas supra mediante la adopcin de medidas de organizacin apropiadas y facilitando la
participacin de todos los interesados21.
En el anexo se ampla este aspecto y se definen las medidas, los mecanismos, las responsabilidades y los recursos necesarios para planificar la aplicacin de la poltica educativa22.
Proponer este tipo de acciones resulta necesario ya que, tal como se afirma en el anexo
del Proyecto revisado, las declaraciones polticas y los compromisos, no bastan por s mismos para asegurar que los cambios se produzcan. La planificacin de la ejecucin de las
polticas es un elemento clave para que la educacin en derechos humanos sea eficaz23.
c) El entorno de aprendizaje:
El tercer elemento de la propuesta de educacin en derechos humanos en el sistema de
enseanza primaria y secundaria es el entorno de aprendizaje. A este respecto, en el Pro-
18 MIHR, A. (2004): Human Rights Education: Methods, Institutions, Culture and Evaluation, Magdeburg,
Institut fr Politikwissenschaft, p. 26.
19 Cfr. Idem, p. 41.
20 Cfr. Idem, p. 46.
21 ASAMBLEA GENERAL, Proyecto revisado del plan de accin para la primera etapa (2005-2007) del
Programa Mundial para la educacin en derechos humanos, o.c., p. 9.
22 Idem, pp. 24-25.
23 Idem, p. 24.
77
yecto revisado se afirma que el entorno escolar, por s mismo, debe respetar y promover
los derechos humanos y las libertades fundamentales. Debe ofrecer la oportunidad para
que todos los actores del sistema escolar practiquen los derechos humanos mediante actividades de la vida real. Debe proporcionar a los nios la posibilidad de expresar sus opiniones con libertad y participar en la vida escolar24.
En este sentido, tal y como se afirma en el anexo, el entorno propicio para aprender los
derechos humanos es un sistema escolar basado en los derechos humanos: un sistema
escolar basado en los derechos humanos se caracteriza por el entendimiento, el respeto y
la responsabilidad mutuos, fomenta la igualdad de oportunidades, el sentido de pertenencia, la autonoma, la dignidad y la autoestima de todos sus miembros25. Es decir, ser un
entorno en el que se fomente una cultura de los derechos humanos en la que estos derechos puedan ejercerse en el contexto de la actividad diaria de la escuela y mediante la
interaccin con la comunidad ms amplia que la rodea26. En este sentido, cabra decir que
no slo el entorno de aprendizaje es esencial para educar en derechos humanos. Hay que
tener en cuenta tambin la influencia del entorno social y poltico. La visin que de los
derechos humanos se da en los medios de comunicacin y en el entorno poltico actual es
como derechos individuales a exigir por el Estado. Se obvia su dimensin de deber. Habra
que ayudar a comprender los derechos humanos y los deberes morales implicados en ellos,
menos como algo impuesto desde fuera y ms como algo autoimpuesto y de responsabilidad personal27. Por ello, en la escuela se ha de conocer la influencia del entorno sociopoltico en los alumnos y tratar de aprovechar los acontecimientos como medio para educar en derechos humanos. La escuela no es un ente aislado y la educacin en derechos
humanos demanda una sociedad educadora28.
d) La enseanza y el aprendizaje:
En relacin con los elementos de la enseanza y el aprendizaje, en el Proyecto revisado se apunta que todos los procesos e instrumentos de enseanza y aprendizaje deben
basarse en los derechos29. En el anexo del Proyecto revisado se indican los aspectos que
se consideran esenciales para lograr la enseanza y el aprendizaje de los derechos humanos30:
En relacin con los contenidos y objetivos de la enseanza y el aprendizaje se afirma
la necesidad de:
- Definir las destrezas y competencias bsicas que han de adquirir en la esfera de
los derechos humanos.
24
Idem, p. 9.
Idem, punto 13, p. 26.
26 Cfr. Idem, punto 11, p. 26.
27 MEDINA, R., El respeto a los derechos humanos y la educacin en los valores de una ciudadana universal, en LPEZ-BARAJAS, E. y RUIZ CORBELLA, M., Derechos humanos y educacin, o.c., p. 45.
28 Sobre la influencia de los medios de comunicacin y la organizacin poltico y social en la educacin en
derechos humanos se puede consultar, entre otros: MEDINA, R. (2002): La formacin en los valores de los
derechos humanos, fundamento de la convivencia y la paz, Madrid, Real Academia de Doctores y UGARTE,
C., o.c., pp. 207-211.
29 ASAMBLEA GENERAL, Proyecto revisado del plan de accin para la primera etapa (2005-2007) del
Programa Mundial para la educacin en derechos humanos, o.c., p. 9.
30 Cfr. Idem, pp. 28-30.
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- Dar la misma importancia a los resultados del aprendizaje de tipo cognitivo (conocimientos y destrezas) y los de tipo social o afectivo (valores, actitudes, comportamientos).
- Relacionar la enseanza y el aprendizaje de los derechos humanos con la vida y
preocupaciones diarias de los estudiantes.
En relacin con las prcticas y mtodos de enseanza y aprendizaje se considera la
importancia de:
- Crear en el aula y en la comunidad escolar un entorno que atraiga a los nios,
fomente la confianza, sea seguro y democrtico.
- Adoptar mtodos de aprendizaje basados en la experiencia mediante los cuales los
estudiantes puedan aprender los derechos humanos en forma prctica.
Con referencia a los materiales de enseanza y aprendizaje se sealan algunas lneas
de accin:
- Examinar y revisar los libros de texto y otros materiales didcticos de todo el plan
de estudios para que sean compatibles con los principios de los derechos humanos.
- Apoyar la creacin de diversos materiales y recursos educativos, como guas del
profesor, manuales, libros de texto () que sean compatibles con los principios
de los derechos humanos.
- Distribuir materiales para la educacin en derechos humanos en un nmero suficiente y en los idiomas apropiados y capacitar al personal pertinente sobre cmo
utilizar esos materiales.
En relacin con el apoyo a la enseanza y al aprendizaje se menciona la necesidad de:
- Compilar y difundir ejemplos de prcticas recomendadas para la enseanza y el
aprendizaje en la esfera de la educacin en derechos humanos.
- Establecer centros de recursos de fcil acceso en la esfera de la educacin en derechos humanos.
Con referencia al uso de las nuevas tecnologas de la informacin se presentan las
siguientes acciones:
- Establecer sitios especializados en la web relacionados con la educacin en derechos humanos.
- Elaborar programas de educacin a distancia conectados con las escuelas.
- Poner a los estudiantes y a los profesores en condicin de usar las nuevas tecnologas de la informacin para la educacin en derechos humanos.
- Fomentar la formacin de grupos de discusin en lnea sobre temas de derechos
humanos con estudiantes y profesores de otras escuelas.
En relacin con la evaluacin se propone:
- Utilizar mtodos de evaluacin apropiados para la educacin en derechos humanos, como la observacin y presentacin de informes por los profesores y los
compaeros de estudios; el registro de la experiencia, el trabajo personal, las destrezas y competencias de los estudiantes; y la autoevaluacin de los estudiantes.
- Aplicar los principios de los derechos humanos para evaluar a los estudiantes,
como la transparencia, la igualdad y la justicia.
En relacin con los elementos integrantes del proceso de enseanza y aprendizaje,
parecen bastante acertadas las propuestas sobre los materiales, los medios de apoyo, el uso
de las nuevas tecnologas y la evaluacin. Sin embargo, tanto los contenidos y objetivos
de enseanza y aprendizaje como las prcticas y mtodos parecen algo incompletos.
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ciales para evaluar la actuacin profesional y la conducta del resto del personal docente.
Esta apreciacin resulta fundamental. La formacin en derechos humanos de los profesores no slo incluye la transmisin de conocimientos, valores y habilidades, sino que
tambin supone la adhesin de los profesores a los principios de los derechos humanos.
Es decir los profesores, como ejemplo pedaggico vivo que son, han de manifestar una
conducta coherente con los valores subyacentes a los derechos humanos.
Dentro de las medidas por el Proyecto revisado destacaba el Plan de accin para la educacin en derechos humanos en los sistemas de enseanza primaria y secundaria que acabamos de exponer. La otra accin sugerida por Naciones Unidas es intentar aplicar este
Plan de accin a nivel nacional. Veamos a continuacin esta iniciativa.
2.2. Aplicacin de la estrategia a nivel nacional
En el Proyecto revisado se afirma que el plan es un incentivo para desarrollar y afianzar la educacin en derechos humanos en los sistemas de enseanza primaria y secundaria a nivel nacional33. Por ello como principales protagonistas de la estrategia de implementacin y ejecucin se propone en primer lugar a los ministerios de educacin34. En
este sentido, posteriormente en el punto 28- se explicita que los ministerios de educacin,
por conducto de los organismos competentes, han de abordar cuestiones como:
- La elaboracin de planes de estudio.
- La preparacin de material de enseanza y aprendizaje.
- Los mtodos de enseanza y aprendizaje.
No obstante, en ese mismo punto 28, adems de los Ministerios de educacin se mencionan como agentes ejecutores del plan a otras instituciones como las facultades de educacin de las universidades, los sindicatos, las comisiones nacionales de la UNESCO, las
organizaciones no gubernamentales, las asociaciones de padres o las asociaciones de estudiantes. Tambin se menciona la necesidad del apoyo de otros interesados como las organizaciones de jvenes, los medios de comunicacin, las instituciones religiosas o los grupos minoritarios.
Ante estas sugerencias del Programa Mundial cabe decir que la implicacin de los
ministerios de educacin es el primer paso para lograr implementar la educacin en derechos humanos en los planes de estudios. Adems tal y como se apunta en el Proyecto
revisado- implicar a otros agentes como las universidades, las ONGs o los medios de
comunicacin resulta esencial, ya que su labor de investigacin, sensibilizacin y difusin
de los derechos humanos es fundamental. No obstante, cabra decir que para que la educacin en derechos humanos llegue a ser real en los centros escolares, es necesario promover la implicacin y la participacin activa de toda la comunidad educativa padres,
profesores y direccin del centro- en la aplicacin de las directivas ministeriales a su realidad particular. Los planes de estudios diseados por la Administracin pblica son necesarios como primera accin, pero despus el protagonismo ha de recaer en los actores
escolares, ya que ellos son los principales protagonistas de la educacin en derechos
humanos en el entorno escolar.
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Por otra parte, en el Proyecto revisado tambin se proponen unas etapas para facilitar
el proceso de planificacin, ejecucin y evaluacin de la educacin en derechos humanos
en el sistema de enseanza. Estas etapas, de manera resumida, son las siguientes35:
Etapa 1: Anlisis de la situacin actual de la educacin en derechos humanos en el sistema de enseanza.
Formular la pregunta: Dnde estamos?
Etapa 2: Establecer prioridades y formular una estrategia nacional de ejecucin.
Formular la pregunta: A dnde queremos ir y de qu manera lo haremos? Qu podemos hacer realmente?
Etapa 3: Ejecucin y supervisin.
Idea rectora: llegar al punto de destino.
Etapa 4: Evaluacin
Formular la pregunta: Llegamos al punto de destino y con cunto xito?
Estas orientaciones propuestas para prestar asistencia a los Estados Miembros en la
ejecucin del Plan de accin para las escuelas primarias y secundarias no slo pueden servir de referencia a los Estados, sino tambin a los centros. Los centros pueden plantearse
tambin cul es su situacin actual en la educacin en derechos humanos, establecer prioridades y objetivos a alcanzar en esta educacin, ejecutarlos y evaluar su realizacin. Parece conveniente insistir en que si el Programa Mundial se quiere prevenir la principal carencia del Decenio a saber, proponer medidas a nivel internacional, nacional, regional y local
que no consiguieron calar en la realidad educativa y social sus acciones han de ser ms
concretas. En este sentido, habr que insistir en que todas las medidas propuestas en el
plano nacional, si se pretende que se hagan vida en los alumnos -que en un futuro sern
ciudadanos comprometidos con el ejercicio de los derechos humanos y sus valores subyacentes en la sociedad- habr que vincular esas medidas nacionales a la realidad de los centros escolares. De este modo, los esfuerzos ministeriales sern ms eficaces a corto, medio
y largo plazo.
CONCLUSIONES
En 2000 y 2004, la Comisin de derechos humanos de Naciones Unidas llev a cabo
dos evaluaciones tras las que se manifest que slo 29 de los 191 estados miembros de
Naciones Unidas haba dado respuesta al Decenio de Naciones Unidas para la educacin
en la esfera de los derechos humanos y haban implantado Planes de accin o algn tipo
de actividad relacionadas con la educacin en derechos humanos36.
Ante esta situacin en el contexto del Programa Mundial de educacin en derechos
humanos- cabe plantearse algunas cuestiones tales como: cmo lograr que las buenas
intenciones, las medidas y sugerencias propuestas por Naciones Unidas en su Programa
Mundial se conozcan por los gobiernos nacionales, se asuman y se pongan en prctica de
un modo real? cmo lograr que la educacin en derechos humanos sea una preocupacin
real de los Estados que se manifieste al redactar las leyes educativas de sus pases? Estas
preguntas no son de fcil respuesta y, ms aun, cuando se reconoce que la responsabilidad
de los estados va ms all de la elaboracin de las polticas, los gobiernos tambin tienen
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Ez da autorerik ukatzen duenik hezkuntzak eta eskolak eragin zalantza bakoa dutela
nesken zein mutilen prestakuntzan. Alderantzizkoa baieztatuko genuke, alegia, eragin izugarrizkoa dutela, kasurako, euren genero identitatearen eraikuntzan.
Izatez, sarritan azaleratu den gaia da oraingo hau. Hala ere, guk berriro oratuko diogu,
eta oratu ere, euskarazko liburuetan islatzen den egoera sakonean aztertzeko.
Helburu horretarako epe bitara mugatu gara, batetik XX. mende amaiera artekoa, bestetik, XXI.eko hasierakora, gaur egunetara artekoa.
1. CURRICULUM OFIZIALAREN IZAERAZ
Curriculum terminoari esangura desberdinak ematen zaizkio autore bakoitzaren ikuspegiaren arabera. Hamilton-i (1991) jarraituta, esate baterako, curriculumaren kontzeptuaren ibilbide historikoan aldaketak ikus ditzakegula baieztatzen da, beti ere, eskola
bizitza ordenatzeko eta antolatzeko sortutako egitura delarik.
Autore batzuentzat, Taylor, Richards, Engler, edo Gagnrentzat -Escuderok 1999an
edo Ruizek 1996an aipatzen dituzte-, curriculuma eta eskolan landu behar den edukia
gauza bera lirateke. Kasu honetan, edukiaren definizioan dagoke eztabaida, puntu honetan
ez baitago adostasunik. Curriculuma eskolan lantzen diren gaiak izan daitezke, edo irakaste-ikaste prozesuetan jorratzen den guztia. Gehienetan, ikuspegi honetatik begiratuta,
irakatsi eta ikasi behar den guztiaren antolaketa da curriculuma. Izan ere, ez da besterik
eskolatik kanpo erabaki eta antolatzen dena eta irakasleek irakatsi behar dutena baino.
Beste autore batzuentzat, berriz, curriculuma planifikazioa da, irakaskuntza bideratuko
duen proiektua, eguneroko praktikaren abiapuntutzat erabiliko dena. Ikuspuntu honen arabera, curriculumaren barnean, irakatsi/ikasi beharrekoaz gain, erabiliko diren baliabide
material zein metodologikoak ere sar daitezke. Ikuspegi hedatua da hau, adibiderik argiena L.O.G.S.E. bera izanik. Honela dio 4.1. tituluan: A los efectos de lo dispuesto en esta
ley, se entiende por curriculo el conjunto de objetivos, contenidos, mtodos pedaggicos
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y criterios de evaluacin de cada uno de los niveles, etapas, ciclos, grados y modalidades
del sistema educativo que regulan la prctica docente. Hezkuntza sistema osoko mailetan garatuko diren elementu guztiak sartzen dira, beraz, curriculumean. Eskolatzea hasi eta
amaitu arte, mailaz maila, urtez urte, ikasle bakoitzak -guztiek beraz- landu eta ikasi behar
duen guztia da curriculuma; aldez aurretik dago pentsatuta eta erabakita nork zer bete
behar duen.
Hirugarren ikuspegi batera jotzen badugu, curriculuma historiaren eta gizartearen produktua da, produktu aldakorra, giza teoria guztiak aldatzen diren erakoa. Curriculumak
irakaskuntzarako baliagarriak izan daitezkeen printzipioak ezartzen ditu, praktika koherentea bideratuz. Gizartearen kontrolerako tresna ere bada, gizarteak berak ezartzen duelako eta erabili egiten duelako gazteen hezkuntza prozesuak bideratzeko. Estatuak bere
boterearen eraikuntza eta mantenurako erabiltzen dituen sistemetariko bat hezkuntza sistema da, horretarako beharrezkoak diren edukiak curriculumean islatzen dituena.
Curriculuma, besteak beste, eskolan garatuko den aukera kulturala da, oinarri-oinarrian
aukera baita. Gimenok (1988, 20) esandakoa da derrigorrezko irakaskuntzarako markatzen den edukia erabakitzerakoan, aukera politikoa dago -esanahi kultural eta soziala daukana-. Eskolan landuko den kultura da, beraz, curriculuma. Eta eskolan eta curriculumaren bidez landu nahi den proiektu kulturala edukietan zehazten da. Beraz, aspektu desberdinek osatzen dute curriculuma, eta izaera konplexua dauka. Ez da ikasleek ikasi beharrekoa bakarrik, kulturaren transmisioan ere guztiz betebehar garrantzitsua betetzen du eta.
Baina subjektuaren formazioan lan egiten den neurrian, eskolak, curriculumaren bidez,
kultura dominatzailea finkarazten du; Lerenaren hitzetan (1985), eskolak kultura legitimoaren kontserbazio funtzioa ere betetzen du besteak beste. Honela, hezkuntza sistema
erabiltzen da agintean dagoen taldearen kultura zabaltzeko, azkenean kultura hori legitimatu arte, eta sistema horretako parte-hartzaile guztiek ontzat eta bakartzat eman arte.
Curriculuma eta irakasleen lana izango dira, hein handi batean, kultura nagusia balioztatuko dutenak horien bidez barneratuko baitute ikasleek eskolan lantzen den kultura arbitrarioa den hori. Arbitrarioa da, hautatua, talde baten interes eta ideologiaren araberakoa
delako. Ondorioz, beste aukera batzuk albo batera gelditzen dira. Eskolan, kultura bat
baloratzen ikasten den moduan, aipatutako gainerakoak, diskriminatzen ikasten da.
Applek (2000, 113-119) dioen legez, eskolaren funtzioetariko bat legitimazioa da.
Honen bidez, talde sozial eta ideologia sozialak eta kulturalak eraiki edo mantentzen dira.
Torresek (1994, 133-148) Espainiako curriculumean agertzen ez diren taldeak aipatzen
ditu; honela, eskolako edukiak aukeratzerakoan horietatik kanpo geratu diren kulturen
artean, estatuan dauden nazioak nabarmentzen ditu. Batzuetan agerian gertatzen da hori,
curriculumean esplizitatzen delako, baina beste batzuetan ezkutuan bideratzen da.
Izan ere, badira bizpahiru jarraibide kulturaren irakaste prozesua burutzeko: bata agerian, idatzita dagoen curriculuma erabiliz burutuko litzatekeena, curriculum ofizialaren
bidez; bigarrena, aldiz, ezkutuan geratzen den curriculumaren bitartez. Hirugarren bat ere
aipatzen dute autore batzuek, curriculum nuloa delakoa, eskolako edukietatik kanpo geratzen dena. Arestian Torresek aipatutako nazioen kulturek, osotuko lukete hori hein handi
batean. Generoari dagokionez, Curriculum ofizialean horixe da, Torresen esanetan, curriculumean falta den edukietariko bat.
Ezkutuko curriculumaren lehenengo erreferentzia bestalde, Jacksonek (1995) garaturikoa dugu. Jackson izan zen curriculum mota honek duen garrantziaz ohartu zen lehena;
izan ere, ezkutuan lantzen den curriculumaren bidez, ideologia, agintea, arau konkretuak
ikasten dira-eta. Berorren transmisioa ikasgelako erlazioetan gauzatzen da batik bat, baita
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testuliburuetako irudi zein diskurtsoaren bidez ere. Edozein modutan, teorilari kritiko
askoren ustez, curriculum ezkutuan lantzen diren balioak, arauak eta abar, agintean dagoen taldearen ideologia zabaltzeko eta mantentzeko erabiltzen dira.
Ezkutuko curriculuma aurkitzea garrantzi handikoa da, ordura arte balio handirik ez
zuten irakasgaiak aztertu beharra sortuko delako. Jacksonek irakaskuntzaren azterketa
politikoa saihestu egingo duen arren -eguneroko ikasgelako bizimodua ikertzera mugatuz,
beste autore batzuek ekingo diote lan horri. Bowles eta Gintis (1985) dira, besteak beste,
ezkutuko curriculumaren garrantzi politikoa nabarmendu dutenak, batez ere harreman
sozialen erreprodukzioan. Bowles eta Gintis-en lanak argitzen du hezkuntza sistemak,
gazteak sozializatuz, helduen antolaketa eta beharrizanen arabera integratzen dituela. Hortik aurrera berebiziko garrantzia ematen zaio ezkutuko curriculumari, ikasgela guztietan
garatzen denari -modu inplizituan-, edukien zein arauen bitartez, harremanen edo bestelako zereginen bidez. Irakasleak planifikatu ez arren, curriculum mota hau bideratzen du,
eredu ekonomiko, politiko, erlijioso edo kultural hegemonikoak erreproduzituz.
Ageriko curriculumari dagokionez, edukietan planteatzen da, besteak beste, irakatsi
behar den eta ikasi behar den kultura. Gaur eguneko autore batzuen ustez -Apple, Bernstein eta Bourdieu, besteak beste-, curriculumeko edukien bidez lantzen da gazteen integrazioa gizartean. Ez da, beraz, ezagutza zientifikoa deitzen dena, hori baino gehiago
dela esan genezake, forma kulturalak ere hartzen baitira edukitzat. Arestian aipatutako
moduan, curriculumean gizarteak aukeratutako kultura proiektua agertzen da. Esana
dago eskolaren funtzioa ordena soziala eta kulturala erreproduzitzea dela. Funtzio hori
bortxaren bidez betetzen duela baieztatzen dute Bourdieuk eta Passeronek (Apple 2000),
bortxa sinbolikoa ekintza pedagogikoaz bideratzen baita. Eskolan ekintza pedagogikoaren bidez inposatu egiten da inork hautatutako kultura, hain zuzen ere, curriculum ofizialean jasota dagoena. Curriculum ofiziala hezkuntza administrazioak ezartzen du, bertan euren jokabidea legitimatzeko balio duten filosofiak eta abiaburu pedagogikoak adieraziz. Honela bada, curriculum ofizialaren bidez etapa bakoitzean jorratu beharreko edukiak, orientabide metodologikoak edo ebaluatzeko irizpideak ezartzen dira. Curriculum
horretan islatzen diren erabakiak politikarien ideologia eta programa politikoan zein hezkuntzaren gaineko filosofian oinarritzen dira. Curriculumean gauzatzen den proiektu kulturala edukietan biltzen da, batik bat. Horrela, eskolan ikasle gazteak garatu eta gizarteratzeko garrantzizkotzat jotzen diren ezagutza eta forma kulturalak irakasten dira. Badira, beraz, edukien artean garrantzizko balioa hartzen dutenak eta, ondorioz, baita garrantzirik ez dutenak ere.
Euskal Herrian ditugun curriculum ofizialetako edukietan hezkidetza delako arloa
agertzen da. 1992an argitaratutako EAErako Oinarrizko Curriculum Diseinuak, Zehar
Lerroen artean kokatzen du Sexu-berdintasuneko Hezkuntza, Hezkidetza. Lehen Hezkuntzarako curriculum ofizial horretako 43. orrialdean baieztatzen denez, curriculumak bere
gain hartu beharra dauka egungo gizartearen garapenerako munta berezia duen alderdi
multzo hau; are gehiago, neurri handi batean etaparen xede eta helburu orokorrak garatu
eta betetzen, osagai funtzional askoren jabe izan eta gaur egun gizarteak planteaturik dauzkan arazoei erantzuten laguntzen dute. Arrazoi horiek direla eta, sei zehar lerro planteatzen ditu, ikuspegi hauek curriculumean txertatzeko moduak ikastetxe bakoitzaren esku
utzita. Zeharreko ikuspegi honek eskola-curriculumaren planteamendu teorikoaren berrikuspena dakar, jarrera pertsonalen eraldakuntza eta gizarte bizikidetza eratzen duten
balioen birdefinitze teorikoa eta praktikoa. Oinarrizko Curriculumean esaten denez,
sexista ez den hezkuntza modu horretan zehar lerro bezala-, planteatzearen oinarrizko
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asmoa curriculumaren helburu gisa planteatzea da, hezkidetza ez baita arlo bat gehiago,
oinarrizko ikuspegi bat baino. Eta hortik abiatu behar da curriculumaren lanketan dena
blaiturik utz dezan. Hezkidetza curriculumaren eduki guztietan landu beharra dakar
honek, arlo guztietan eta gai bakoitzean. Metodologiari dagokionez garrantzizko aldaketa
da hau, zehar lerroak eduki guztietan sartuta landu behar baitira.
Horrela, Lehen Hezkuntzan lortu beharreko honako helburu hauek proposatzen dira
Oinarrizko Curriculuma 111. orrialdean-:
Neskaren eta mutikoaren bilakaera eta egintza autonomoa bultzatu bere ingurune
fisiko eta sozialean, bere garapen pertsonala aurrez ezarritako rol sexistek markaturik egon ez dadin.
Neskaren eta mutikoaren komunikazioa oinarrizko tresneriaz hornitu, interpretazioa
eta bere ingurune kultural eta sozialarekiko erlazioaren garapenerako, aniztasuna
errespetatuz, baina hierarkizazioa sortu gabe.
Sozializazio maskulino eta femeninoen, bien prozesuen elementu positiboak aitortu
eta balioetsi, aitormen horretatik abiatuz beren lagunekiko eta pertsona helduekiko
harreman pertsonalezko ingurune aberatsa eskura dakien.
Hezkidetzarako planteamenduaren beharrizana argi azaltzen da EAEko Curriculum
ofizialean, artean emakumezkoen hezkuntza euren sexuari bereziki zegozkion lanetarako
prestatzea zela aditzera emanez. Baina XX. mendean zehar pixkanaka emakumezkook
eta gizonezkook giza garapenaren erantzunkide izateko dugun premiaren aitorpenean
aurrera eginez goaz, eta horrek esan nahi du emakumezkook hezkuntzaren esparruan sartu
behar dugula, aukera berdintasunarekin.
Hezkidetzak, pertsona bakoitzaren garapenean, sozializazio prozesuan, genero estereotipoak alde batera uztea esan nahi du. Horretarako, Ikastetxearen Hezkuntza Proiektuan
hezkidetzarako alternatibak diseinatu behar dira, arlo desberdinetako eduki guztietan
garatzeko. Honen helburua pertsonak heztea da, kulturalki izendatzen zaien generoa alde
batera utzirik.
LOGSE delako hezkuntza legeak arauak ematen ditu genero desberdintasunak saihets
daitezen, curriculumaren bidez egin daitezkeenak zein testuliburuetakoak. Horrela, en la
elaboracin de materiales didcticos se propiciar la superacin de todo tipo de estereotipos discriminatorios, subrayndose la igualdad de derechos entre los sexos.
Laurogeiko hamarkadan egindako ikerketetan, behin eta berriro azaldu dute egile desberdinek testuliburuak, oraindik orain, androzentrikoak direla. LOGSE lege horren eragina zalantzan jartzen da, bertan azaldutako arau eta ikuspegiak ez baitira islatzen eskolarako baliabideetan. Mendean aurrera eginez testuliburu berriak argitaratu dira, baita XXI.
mendearen hasieran ere. Oraingo testuliburu berrietan, hezkuntza lege berriak datozenean
estatu mailakoak zein Europakoak-, generoa nola tratatzen den argitzea da lan honen helburua.
2. TESTULIBURUAREN ERAGINAK IDENTITATEAREN ERAIKUNTZAN
Testuliburua da irakaste-ikaste prozesuen garapenean gehien erabiltzen den baliabidea,
irakaslearentzat tresna erosoa delako eta ikaslearentzat erabilerraza. Erabilera horrek
dituen ondorioak, bai ezagutza mailan baita ideologiaren eta nortasunaren eraikuntzan ere,
kontuan hartzeko modukoak dira. Izan ere, testuliburuen bidez, ezagutza eta balore jakin
batzuk arruntak eta unibertsalak bailiran planteatu eta irakasten dira. Appleren (2000) esanetan, testuliburu hauen bidez erregulatzen da eskoletan irakatsiko dena.
90
Testuliburuetako testu idatzian eta ikonografian aurki daitezke, bestalde, sasoi bakoitzeko gizartearen balio, ideologia edo estereotipoak.
Choppinen (1992, 2000) esanetan, testuliburuen gaineko ikerketa hedatu denetik
edukiaren azterketa egiten da, ageriko edukiaren gainean zein ezkutuan geratzen den
edukiaren inguruan. Esaten denak garrantzia badauka, esaten ez dena ere baloratu beharrekoa da, izan ere, ez presentziak edo absentziak era bateko diskurtsoa baitarama.
Ezkutuko curriculumaren bidez, esan barik esanez, errealitatearen aspektu batzuk nabarmendu egingo dira, eta beste batzuk diskurtsotik kanpo geratuko dira, errealitateari
mugak jartzen baitzaizkio. Horrela, irakurleari, ikasleari, oinarrizko unibertsoa inposatzen zaio. Beraz, interes handia dauka diskurtsotik kanpo geratzen diren ideiak, kontzeptu edo edukiak zein diren ikertzeak, ezkutuko curriculumak daukan protagonismoa
handia baita.
Euskal testuliburugintzak izan duen etengabeko bilakaera aztertzeko, lau aro ezberdindu ditugu, eta horiek dira oinarrizko irizpide emaitzen irakurketan:
Lehenengo aroa, 1876tik 1974ra doana, Foruen galerari eta Eusko Pizkundearen
sasoiari dagokiona da. Bestalde, Eusko Ikaskuntzak hizkuntza eta irakaskuntzaren inguruko interesa eta erabakiak bultzatzen ditu, lehenengo Ikastolak eta Auzo eskolak sortzera
iritsiz.
Bigarren aroan, 1975tik 1991ra doanean, Ikastolak zabaldu eta sendotu egiten dira,
material berriak eta testuliburuen sorrera bultzatuz. Argitaletxe komertzialek burutuko
dute testuliburuen ekoizpena: Saioka proiektua sasoi honetakoa da; Elkar, Erein eta Gordailu argitaletxeek euskaraz sortuko dituzte liburu berriak. Epe honetan bertoko argitaletxeak zein kanpokoak hasten dira liburu euskaratuak saltzen.
Hirugarren aroa, azken hamarkadari dagokiona -1992-2000-, euskal irakaskuntzaren
zabalkundea eta argitaletxeen birkokapena egiten denekoa da. Sasoi oparoa da, oro har.
Euskaraz argitaratzen diren testuliburuek gora egiten badute ere, Estatuko argitaletxeen
eskutik datoz gehienak.
Laugarren aroa XXI. mendeari dagokio, 2000.etik 2005.erako bitarteari. Epe honetan
euskarazko irakaskuntzak zabalkunde handia izan du, bertoko zein estatuko argitaletxeek
testuliburu berriak plazaratuz.
Lagina aukeratzerakoan, Hegoaldeko Lehen Hezkuntzako 5. maila hautatu dugu, Iparraldean CM2 izendatzen dutenaren parekoa.
XX. mendean maila horretan Ingurunearen Ezaguera edo Geographie-Historie eta
Sciences-Technologie arloak jorratzeko euskaraz argitaratu diren testuliburu guztiak arakatu ditugu, nahiz eta gure eskolen egoerarengatik testuliburu batzuk gaztelaniaz eta frantsesez ere aztertu ditugun. Izan ere, arlo horretan lantzen dira ikaslearen ingurune hurbilari dagozkion ezagutzak.
Ikono bakoitzeko edukia mugatzeko berrehun bat aldagai desberdin erabili ditugu,
horien bidez era askotako edukiak definituz. Mugatze horretan ikusi duguna zera da, testuliburuen ikono guztien% 30 inguruan pertsonak agertzen direla.
Ikonografian erakusten diren pertsonak genero eta adin guztietakoak izan arren, argitu
beharrekoa da badirela desberdintasunak batzuek eta besteak agertzerakoan.
3. GENEROA TESTULIBURUETAKO EDUKIETAN
Ikasleari ingurunea azaltzen zaionean garrantzi handia dauka agertzen den edukiak,
curriculumaren muina eraikitzeko orduan ez baita gauza bera, oinarria era batekoa edo
bestekoa izatea.
91
1974-1990
1990-2000
2000-2005
23,40
gizonezkoa
mistoa
14,06
gizonezkoa
12,33
mistoa
10,05
gizonezkoa
10,98
mistoa
9,05
8,42
gizonezkoak
andrazkoak
mistoa
92
1990-2000
45
18,30
36,68
2000-2005
45,16
17,61
37,21
Datuok argi erakusten digute gizonezkoek testuliburuetako ikonografian duten nagusitasuna, lehen eta orain. Agirian jorratzen den curriculumean berdintasunaren aldeko pausuak eman eta ematen- diren arren, curriculum ezkutuaren bidez generoen arteko desberdintasuna lantzen da. Ikasleek ikasiko duten edukietan ez dago neska eta mutilen arteko parekotasunik; pertsonarik gehienak gizonezkoak dira, lehen bezala orain. Horrez gain,
badira trataera ere desberdina dela esaten dutenak, hau da, eskolan neskak eta mutilak
modu desberdinean tratatzen jarraitzen dugula. Arlo guztietan gertatzen dena da, urteak
joan urteak etorri testuliburuetako edukiak androzentrikoak direla, ez direla askorik aldatu. Izan ere, testuliburuetako edukiaren azterketa planteatzen denetik, -paradigma kritikoaren ildotik-, irakasten dena nolakoa den zehaztuz, asko dira generoari buruzko ikerketak.
Garreta, Subirats, Blanco edo Nuo ikerlarien lanek, besteak beste, agerian utzi dute testuliburuetako edukien sexismoa.
Euskal kulturako pertsona ezagunak ere, gehienak gizonezkoak direla azaleratu dugu
gure lanetan, (2002, 2003, 2004, 2005), testuliburuetan horrela irakasten dela, berriro ere
emakumezkoak alde batera utziz. Euskal kultura, antza, gizonek egiten dute.
Testuliburuetako eduki ezkutu hauen bidez, esan barik esanez, errealitatearen aspektu
batzuk nabarmendu egingo dira beste batzuk diskurtsotik kanpo utziz, errealitateari mugak
jartzen baitzaizkio. Eduki horietan errealitate maskulinoa nabarmenduko da, femeninoa ia
albo batera uzteko. Bourdieuk esana da, curriculumaren bidez incorporamos, como
esquemas conscientes de percepcin y apreciacin, las estructuras histricas del orden
masculino; corremos el peligro, por tanto, de recurrir, a unos modos de pensamiento que
ya son el producto de la dominacin (Bourdieu 2000, 17).
Arestian aipatu dugu gizonezkoak, andrazkoak eta biak batera agertzen diren ikonoen
maiztasuna aldatuz joan dela XX. mendean; XXI. mendeko testuliburuetan ere izan direla gorabeherak, pertsonaren presentziak behera eginez batera, emakumeeak gutxiagotan
agertzen direla.
Emakumeak eta gizonak ez dira testuliburu guztietan maiztasun berarekin agertzen.
XX. mendea amaitzear zegoela plazaratutako hiru testuliburu aukeratu ditugu, XXI. mendearen lehenengo urteetan liburu berriak atera dituzten argitaletxeenak.
Hurrengo grafikoan 1990-2000 urteen artean Erein, Ibaizabal eta Santillana argitaletxeek gizonezkoei, andrazkoei zein talde mistoari ematen dieten maiztasuna ikus daiteke.
1 .grafikoa: generoaren maiztasuna argitaletxe desberdinetan. 1990-2000.
93
2000. urte aurreko egoera argitzen digu grafiko honek, genero bakoitzari ematen zaizkion maiztasun desberdinak erakusten ditu eta.
Santillana argitaletxea da -Erein ere hortxe-, gizonezko gehien dituena, emakume gutxien izateaz gain. Ibaizabalek, ordea, garrantzi handiagoa ematen dio talde mistoari, ginonezkoen presentzia txikiena ere argitaletxe honek erakusten duelarik. Edozelan ere, desoreka handia erakusten dute argitaletxe guztiek, emakumeak eta gizonak agertzeko maiztasun desberdina darabilte, hezkuntza ez sexista aldarrikatu arren.
2000etik hona argitaratu diren hiru liburu horien arteko alderaketa eginez, euren arteko desberdintasunak ikus daitezke hurrengo grafikoan.
Datu hauek argi erakusten digute emakumeen presentzia urria dela oraingo testuliburuetako ikonografian, eta argitaletxe guztietan gertatzen dela hori nahiz eta Ibaizabalek
leku handiagoa eman.
2. grafikoa: generoaren maiztasuna argitaletxe desberdinetan. 2000-2005
Hiru hauen artean Erein argitaletxea da gizonezko gutxien dauzkana; emakume gehien
agertzen dituena ere bada, talde mistoarekin batera.
Ibaizabal argitaletxeari bagagozkio, gizonezkorik gehien darabilena dela ikus daiteke,
taldearen presentzia ere urria delarik.
Santillana da, testuliburu honetako ikonografian emakume gutxien agertzen duena,
talde mistoari leku gehiago ematen badio ere. Gizonezkoak dauka, argitaletxe honetan ere,
presentziarik garrantzizkoena.
XX. mendetik XXI.erako iraganbidean badira aipatu beharreko datuak:
Erein argitaletxea antzera mantentzen da, lehen zein orain emakumeari gizonezkoari baino leku gutxiago emanez. Biak agertzen diren taldea maiztasun handiagoz
darabil orain.
Ibaizabal argitaletxeak aldaketa handiak erakusten ditu, talde mistoaren maiztasuna
asko urritu baitu. Jaitsiera hori gizonezkoen aldekoa da, emakumeak galtzaile direlarik.
Santillana argitaletxeak ere emakumeen taldea urritu du, gizonezkoen mesedetan.
Hezkuntza lege aldaketa sasoian gaudenean garrantzia handikoak dira datu horiek
berriak ez direnak bestalde-. Neskek eta mutilek testuliburuetako edukietan jasotzen
duten ereduak eragina handia du euren identitatearen eraikuntzan. Eskolako sinbologiak
94
ez du desberdintasuna areagotu behar, kultura biak landu behar ditu. Neskek ere, mutilekin batera, eredu sozial egokiak jasotzeko eskubidea baitute.
4. EMAKUMEAK TESTULIBURUETAKO IRUDIETAN: ESTEREOTIPOAK?
Emakumeen eta gizonen presentzia oraindik ere desberdina den arren, 1. taulan ikusten da gizonezkoek behera egin dutela maiztasunean. XX. mendearen hasierako testuliburuetan %23,40ra heltzen ziren, eta egun %10,98an geratu dira. Datu hauek egia izan arren,
ez dira nahikoa. Emakumeak agertzeko erak aztertzea interesgarria da, testuliburuetako
irudien bidez jorratzen den mezua garrantzi handikoa baita. Horrela, testuliburuetako ikonografiaren bidez ematen diren identifikaziorako ereduak mugatuak eta estereotipatuak
dira. Gizonezkoak lanbide desberdinetan agertzen dira sarrien, edozein lan mota eginez.
Emakumeak, ostera, rol gutxiagotan ikus daitezke. Antzeko egoera aurkitu zuen Blancok
Andaluziarako testuliburuetan: gizonezko guztiak era askotako lanbideak betetzen agertzen dira; emakumezkoak, ordea, lautik bat baino ez (Blanco 2000, 126).
Emakumeak familian agertzen dira gehienetan, ama, emaztea, amama edo alabaren
rolean. Horixe da emakumeak testuliburuetan agertzeko erarik erabiliena. Adibiderako,
hurrengo irudiak: Erein argitaletxearen 1994ko liburukoa bata, eta Ibaizabalek 2003an
plazaratutako liburukoa bestea.
Testuliburu gehienetan gertatzen da irudiotan ikus daitekeena, hain zuzen ere, emakumeak eta familia batera lantzen direla. Emakumea-familia lotura handiko binomioa
da, emakumeak testuinguru horietan agertzen dira. Gizonezkoen kasuan, ostera, lana,
kirola zein beste testuinguru batzuk erabiltzen dira. Harira dator orain ere Blancok
dioena, las mujeres se sitan en el mbito domstico, ya sea desde sus relaciones de
parentesco, el mbito de la reproduccin o las relaciones interpersonales (Blanco
2000, 127).
Etxetik kanpoko lana aztertuta, ikusi dugu guztiz urriak direla hurrengo irudiaren
moduko adibideak. Ereinek darabil irudi hau.
95
Ezin esan genezake emakumeak lanean agertzen ez direnik, baina kontua da zein motatako lanak diren eurentzat gordetzen direnak. Aurreko argazkiko emakumea erizaina da.
Emakumeak mediku lanetan ez dira ia agertzen testuliburuetako irudietan.
XXI. mendeko testuliburuetan %37,21ean agertzen dira emakumeak eta gizonak batera. Egoera hori eskolarekin lotura duten edukietan gertatzen da, eskola barrua zein kanpoa
erakusten duten ikonoen bidez.
Neskak eta mutilak batera agertzen dira eskolan, ikasgelan zein bestelako zereginetan.
Hurrengo irudian liburutegian ikus daitezke, talde lanean.
Nahitaezkoa da emakumezkoak askoz rol ugariagoari loturik azaltzea. Bestela, gizonezkoa hainbeste testuinguru sozialetan agerturik, emakumezkoa, batez ere, familiarekin
loturikoetan gizarteratzen bada, kaltea erabatekoa izango delako, emakumezkoarentzat,
lehenik, familiarako ondoren.
Inork ez du ukatzen neskek ere, mutilekin batera, eredu sozial egokiak jasotzeko eskubidea dutenik. Testuliburuetako ikonografietan, ordea, euskal kultura gizonezko janzkeraz
plazaratzen da, nagusitasun aipagarriz gainera. Ondorioz, neskentzat mutilentzat baino
zailagoa gertatzen da eskolan identifikaziorako ereduak aurkitzea.
Orain arteko bide eginari ekinik lortu behar dugu mende berri honetarako egoera
berria.
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97
98
El sentimiento sobre la Paz se ha mostrado como una de las inquietudes y preocupaciones del hombre desde los comienzos de la historia. El ser humano siempre ha ansiado
contextos de vida en los que, satisfaciendo sus propias necesidades, reine la armona y la
tranquilidad.
A pesar de que esta demanda de alcanzar un estado de Paz llegue hasta nuestros das,
no podemos negar la existencia, en la actualidad, de dos grandes fuentes originarias de
conflictos y desavenencias entre los pueblos: por un lado, los sentimientos nacionalistas,
y por otro, los resultados de la globalizacin econmica.
Estas situaciones se encuentran ntimamente relacionadas a factores de diversa ndole
como son, entre otras, las diferencias entre las tasas demogrficas de los pases ricos y
pobres, los desastres y catstrofes ambientales, la aparicin de las Nuevas Tecnologas
Todas ellas provocan una serie de tensiones sociales y desequilibrios econmicos entre las
naciones que favorecen, con ello, situaciones de injusticia.
Sin embargo, a estos conflictos se suman actualmente otros de tipo cultural y tnico,
ligados en su mayora a factores religiosos que no terminan de culminarse hoy da1.
APROXIMACIN AL CONCEPTO DE PAZ: PAZ POSITIVA VERSUS PAZ
NEGATIVA
Por ms que busquemos no podemos hallar ni establecer un concepto de Paz universalmente vlido, puesto que dependiendo de la cultura o de la sociedad a la que nos refiramos, encontraremos concepciones particulares y/o discordantes.
Aun teniendo en cuenta esta dificultad y limitacin, consideramos importante detenernos en algunas definiciones del propio trmino esbozadas por distintos autores y especialistas en esta materia.
COMISIN ESPAOLA DE LA UNESCO (1995): Educacin sin fronteras. Madrid, Ministerio de Educacin y Ciencia, pp. 23-24.
99
Como punto de partida, podemos atender a la definicin proporcionada por la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que
advierte que:
La paz no puede consistir tan slo en la ausencia de un conflicto armado sino
que supone principalmente un proceso de progreso, justicia y respeto mutuo entre
los pueblos, concebido para afirmar la construccin de una sociedad internacional
en la que todos puedan hallar su verdadero lugar y disfrutar de su parte de los
recursos intelectuales y materiales del mundo. 2
Segn la Asociacin Pro Derechos Humanos (APDH), la Paz se concibe como:
El proceso de realizacin de la justicia en los distintos niveles de relacin
humana. Es un concepto dinmico que nos lleva a hacer aflorar, afrontar y resolver los conflictos de una forma no violenta y cuyo fin es el logro de una armona
de la persona consigo misma, con la naturaleza y con los dems. 3
Por otro lado, tal y como afirm Willy Brandt4, se trata de un proceso de equilibrio y
desequilibrio en el cual a la vez que la violencia se ve reducida, se produce un aumento de
la justicia.
Edgar Morin manifiest tambin la dificultad de conceptualizar la Paz, exponiendo:
``... mientras ms se repite la palabra paz, paz, paz, ms sta se debilita y se
diluye... si nosotros ligamos al problema de la paz, los problemas de la libertad, el
hambre, etc., nosotros diluimos el problema de la paz... pero, cmo no diluirla en
el conjunto de problemas mundiales que nos acosan?. 5
El Centro de recursos de Conflictologa6 por su parte, entiende la Paz como el estado
de seguridad, justicia, serenidad que lleva a los individuos a una situacin de armona personal. Es la carencia de guerra, pero tambin es la facultad de saber gestionar, ocuparse y
solventar los conflictos. Por tanto, para considerar un estado en Paz se deben respetar los
derechos humanos, debe existir justicia, tolerancia y democracia.
Otros autores como Fell7, intentan no ceirse tanto a aquellos factores o aspectos que
deben evitarse, como a indagar en los elementos que deben presentarse para otorgarle a
una situacin la calidad de pacfica, tal es el caso de la justicia y la igualdad.
As pues, convivir en un verdadera Cultura de Paz supone que la persona se sienta respetada, libre de cualquier tipo de amenaza y ayudada por los grupo sociales. Es decir, que
se encuentre en un estado de armona, en el que se reconoce la diversidad y existe un equilibrio entre todos los sujetos8.
100
101
Es por ello, que la Paz debe ser entendida de un modo ms extenso y desde una visin
ms pragmtica en la cual los ciudadanos encontremos reflejado nuestro propio mundo.
As pues, si profundizamos en el otro tipo, la Paz positiva, podemos decir que se trata
de un fenmeno que va ms all de la mera ausencia de guerra, implicando la bsqueda
del equilibrio social, la igualdad, y la justicia entre todos los individuos. Se trata de un proceso continuo que no supone una oposicin al conflicto, sino todo lo contrario, busca un
aprendizaje positivo a travs de la resolucin de los mismos.
As pues, considerando el concepto de Paz desde este enfoque positivo y ms extenso,
podemos definirla como:
La ausencia tanto de guerras y violencia directa, como de violencia estructural y trabajo positivo y solidario por mejorar la calidad de vida en todas las personas.12
Esta concepcin atiende a otros mbitos como son la justicia, la solidaridad, la libertad, el amor Se trata de la armona de la propia persona consigo mismo y con todos los
que le rodean.
Por tanto, desde esta visin existen tantos conflictos como atentados contra los derechos esenciales del ser humano, por lo que alcanzar un autntico estado de Paz implicara
la consecucin de todas las necesidades bsicas del hombre.
Como vemos, desde esta nueva perspectiva la sociedad debe atender y defender a los
ciudadanos en13:
Necesidad de vida (etnocidios, asesinatos, desapariciones).
Necesidad de libertad (torturas, presos de conciencia).
Necesidad de bienestar (maltrato, subdesarrollo, marginacin).
Necesidad de realizacin personal (carencia de cultura, consumismo).
En definitiva, podemos afirmar que la Paz negativa se opone simplemente a la violencia directa, trmino en el que profundizaremos a continuacin; mientras que la Paz positiva muestra resistencia a cualquier clase de violencia existente, ya sea directa, estructural, cultural o de cualquier naturaleza.
EDUCACIN PARA LA PAZ
Desde una primera aproximacin, podemos afirmar que la Educacin para la Paz supone una actividad que no puede considerarse en ningn momento neutra, ya que como el
mismo nombre indica se trata de educacin, es decir, formar a los individuos en unos
valores concretos.
As pues, se concibe como un proceso de socializacin que persigue la interiorizacin
de una serie de hbitos conforme a los patrones de conducta de una sociedad.
En todas las sociedades, las generaciones adultas son las encargadas de transmitir los
valores y las pautas de comportamientos a las ms jvenes. Esta concesin de valores de
unas a otras es la base para la construccin de identidad de cada pueblo, identidad que no
tiene un fin y un principio exacto, sino que sufre una serie de modificaciones continuas
que no cesan jams.
12
GMEZ PALACIOS, J.J. (1992): Educar para la paz. Madrid, CCS, p. 11.
SODEPAZ -Solidaridad para el Desarrollo y la Paz- (http://www.sodepaz.org), consultado el 14 de abril
de 2006.
13
102
103
que esta formacin est destinada meramente a los sujetos en edad escolar, lo cual es un
craso error, ya que debe ir dirigida a toda la poblacin. Los menores interiorizan la gran
mayora de sus comportamientos a travs de la imitacin de los mayores. Por ello, se
muestra tan necesaria su extensin y concienciacin a todos los sujetos de la sociedad.
En esta lnea, es cierto que la escuela es uno de los instrumentos fundamentales en la
consecucin de una Cultura de Paz, pero es un craso error derivar todo el peso de esta
labor en la institucin escolar.
Como hemos sealado anteriormente, se trata de una formacin extensible a todos los
sujetos, por tanto, se trata de un proceso permanente que debe ser continuado a lo largo de
toda la vida, debido a ello no puede ser resumida exclusivamente al mbito escolar. Son
muchos los agentes que deben intervenir en el logro de este fin, como son15:
Los partidos polticos que deben afrontar como responsables oficiales de un Estado
todas las competencias educativas y sociales de una nacin.
Los medios de comunicacin, que al ser en la actualidad uno de los medios de difusin ms influyentes en los ciudadanos, deberan aprovechar esta coyuntura para
favorecer este proceso y que, por desgracia, con excesiva frecuencia, son transmisores de contravalores de Paz.
Las familias, ya que al ser el referente principal de los jvenes se convierte en un instrumento de incalculable valor en la transmisin de ideales y actitudes pacifistas.
Las autoridades religiosas, que debieran ser siempre transmisora de Paz, tanto en sus
pronunciamientos como en su tarea ms cotidiana.
Las asociaciones, movimientos sociales, organizaciones juveniles que tratan de
impulsar este tipo de valores, y cuya tarea emergente es, hoy, motivo de esperanza.
Nuestra sociedad actual, en ocasiones, no supone un modelo de referencia ptimo de
convivencia plena. Muestra de ello son las situaciones con las que nos encontramos diariamente: actitudes intolerantes, comportamientos xenfobos, desigualdades entre pases,
violacin de los derechos humanos, manipulacin de los medios de comunicacin Ante
este panorama es necesario que desde todos los mbitos nos comprometamos a fomentar
valores en nuestros alumnos y ensearles a relacionarse con los dems de un modo ms
justo y equilibrado. Sin embargo, a pesar de tratarse de una labor y una responsabilidad
social entre todos, la escuela no puede obviar su principal funcin: favorecer el pleno desarrollo personal y social de los jvenes. Por ello, desde esta dimensin social, es tarea
esencial que desde la institucin escolar se potencie el sentido de convivencia y, como
consecuencia, la Cultura de Paz.
Centrndonos en el propio concepto de Educacin para la Paz, debemos decir que, a
pesar de todas las dificultades que encontramos a la hora de precisar este trmino debido
a la amplitud de su significacin, presentamos a continuacin una serie de definiciones
aportadas por diversos autores que se corresponden con nuestras percepciones.
Lorenzo Vidal, desde una concepcin influenciada por la filosofa de la Escuela Nueva,
afirmaba que:
La pedagoga de la no-violencia y de la paz se nos presenta, no como una
rama autnoma de la pedagoga, sino como una inspiracin ideal que aspira a
15 SARRIKO SOLIDARIO, Foro de carcter educativo y social acerca de la realidad universitaria actual y
realidades perifricas. (http://boards3.melodysoft.com/app?ID=Sarrikosolidario), consultado el 15 de febrero
de 2006.
104
L. (1971): Fundamentacin de una pedagoga de la No-Violencia y la Paz. Alicante, Alcoy Marfil, p. 176.
17 RODRGUEZ ROJO, M. (1995): La educacin para la paz y el interculturalismo como tema transversal Barcelona, Oikus-Tau, pp. 53-54.
18 PREZ SERRANO, G. (1997): Como educar para la democracia. Estrategias educativas. Madrid, Editorial Popular, p. 106.
19 LEDERACH, J.P. (1984): Educar para la paz, objetivo escolar. Barcelona, Fontamara, p. 35.
20 LPEZ MARTNEZ, M. (dir.) (2004): Enciclopedia de Paz y Conflictos. Granada, Universidad de Granada, pp. 378-382.
105
quen en una verdadera Cultura de Paz, los medios y las acciones empleados para su consecucin difieren en algunos aspectos.
La Educacin para la No Violencia parte del conocimiento de la propia violencia y de
las consecuencias que conlleva para la formacin de los ciudadanos en pautas de comportamiento pacficas. En cambio, la Educacin para la Paz, como hemos podido comprobar
anteriormente, se centra en la bsqueda de un estado de bienestar y justicia abarcando
diversos campos y mbitos socio-educativos como son la justicia, el amor, el respeto, la
igualdad
No queremos dar a entender que la Educacin para la No Violencia no tenga en cuenta ni considere estos aspectos, pero la diferencia radica en que no los focaliza y los contempla como punto esencial y clave de su accin. Podramos, por tanto, sintetizar nuestra
postura matizando que la Educacin para la No Violencia podra establecerse como uno
de los campos o mbitos que confluyen junto con otros ms en la Educacin para la Paz.
Este tipo de educacin (No Violencia) trata de profundizar en las causas que provocan
la violencia en nuestro mundo y acudir a ellas como punto de partida para poder analizarla y erradicarla. No podemos establecer como base que estos motivos son naturales e irreparables en los seres humanos, porque a pesar de que el ser humano posee instintos de
agresividad por naturaleza, estas actitudes pueden ser controladas y no tienen por qu ser
generadoras de violencia.
En definitiva, la Educacin para la No Violencia persigue descubrir desde una perspectiva crtica los motivos que la producen. Entre estas causas podemos sealar como ms
significativas21:
La negacin de la dignidad humana. Se trata de dejar a un lado la proteccin y el
reconocimiento de los derechos humanos que toda persona debe disfrutar.
Desprecio hacia el prjimo, no respetando la libertad ni la existencia del prjimo.
Estas actitudes suelen generarse cuando no somos capaces de aceptar a nuestros
semejantes con sus diferencias respecto a nuestros modos de vida.
Incapacidad de aceptar la singularidad de la persona, marcada por la intolerancia y
el etnocentrismo cultural.
El deseo incontrolable de poder y dominacin, muy caracterstico de la persona y
avivado por la ambicin y el egosmo.
Si partimos de una concepcin pesimista que contempla al ser humano como violento
por naturaleza e incapaz de canalizar estos instintos, este tipo de educacin no tendra ningn sentido. Por tanto, debemos tomar como punto de partida la No Violencia como un
valor en s mismo y tratar de pasar a una concepcin en la que lo realmente importante es
la colaboracin y la comprensin como modo de resolver los conflictos22.
Con frecuencia hemos odo la expresin el ser humano es un ser social por naturaleza y contrariamente el hombre es agresivo por naturaleza. Sin embargo, no podemos
afirmar que el hombre sea blico ni pacfico por naturaleza. Las mediaciones culturales
son tan importantes e influyentes que es completamente imposible aislar y separar la naturaleza humana de las pautas de conducta aprendidas a lo largo de la historia.
El ser humano a la hora de decidir y elegir en su propia conducta las soluciones y alternativas a determinados conflictos que le surgen en la vida diaria, deber de tener en cuen21
22
106
ta una multitud de variables tanto biolgicas como culturales que se interrelacionan inevitablemente.
Los comportamientos agresivos en la vida de cualquier el ser humano son evidentes,
sin embargo, no debemos asociar obligatoriamente agresividad con una conducta que
busca la destruccin. Esta conducta debe ser entendida como medida e instrumento de
supervivencia de los sujetos.
Para profundizar y acercarnos de una manera ms completa, no slo al concepto de
Educacin para la No Violencia, sino tambin a la propia concepcin de Paz, vamos a
detenernos en el trmino de violencia, as como en sus implicaciones y consecuencias.
MEDIDAS SOCIOEDUCATIVAS NECESARIAS PARA ALCANZAR UN
VERDADERO ESTADO DE PAZ
A modo de conclusin, queremos exponer una serie de actuaciones sociales y educativas
que deberan llevarse a cabo para alcanzar ese estado de Paz tan ansiado a nivel mundial.
Estas medidas no son en ningn caso excluibles entre ellas, sino todo lo contrario, el
complemento y la adopcin de ellas de una manera conjunta reforzaran y posibilitaran
una consecucin an ms eficaz de nuestro propsito.
As pues, planteamos en primer lugar la necesidad de hacer hincapi en la unidad familiar como base fundamental de los valores ticos y, por tanto, de la Cultura de Paz.
Coincidimos con Lpez-Barajas23 en afirmar que la familia se instaura como el primer
campo donde se llevan a cabo los compromisos sociales del ser humano, por tanto se configura como el primer instrumento humanizador de la persona y la sociedad.
De esta forma, en el seno del ncleo familiar se conforma la expresin originaria de la
formacin en valores de los seres humanos, pues es a partir de las normas de convivencia
y los lazos afectivos donde el menor empieza a asumir que posee un rol y unas responsabilidades hacia un grupo de seres humanos. La familia puede ser contemplada como una
estructura social en miniatura en la que los nios comienzan a comprobar que sus actos
tienen unas repercusiones no slo individuales, sino tambin con los familiares que crean
su entorno.
Por este motivo, los menores comienzan a reproducir desde este nivel aquellas pautas
de accin y de adaptacin para convertirse en un futuro en miembros de niveles superiores, llegando a ser finalmente actores sociales activos.
La unidad familiar cuenta con una serie de ventajas a la hora de esta transmisin de
pautas y valores que otras instituciones no pueden alcanzar tan fcilmente.
En segundo lugar, creemos oportuno incidir en el sistema educativo como otra de las
medidas a tener en cuenta para la consecucin de una Cultura de Paz. La escuela es por
excelencia el principal instrumento por el que se transmite la educacin de tipo formal.
Esta educacin esta marcada por la transmisin de una serie de conocimientos y contenidos tericos que se establecen atendiendo a la edad y desarrollo mental del alumno.
Estas materias que se imparten persiguen formar a los menores en una serie de mbitos
que les procure formarse como personas maduras que en un futuro desempearn un rol y
una labor profesional en nuestra sociedad.
Sin embargo, esta no es la funcin ltima de la escuela, sino que adems de preparar a
las jvenes generaciones para el desempeo de un puesto de trabajo, debe conseguir a su
23
107
vez desarrollar una educacin integral de los discentes, que abarque todos los mbitos de
su desarrollo. Desgraciadamente con frecuencia la escuela se centra en alcanzar meramente esto objetivos cognoscitivos dejando a un lado el componente tico y moral que
tambin les atae. Por este motivo, hacemos especial hincapi en alcanzar desde las instituciones educativas una formacin moral que les capacite para su posterior vida social.
As pues, tal y como afirma Cano,24 ninguna educacin puede ser neutra, est llena de
valores; por tanto, ms que centrarnos en cmo educar en estos valores, es saber qu valores debemos fomentar para crear y reproducir una sociedad justa y pacfica.
Este autor propone buscar en los principios morales que se transmiten en la familia la
solucin a la cuestin planteada, puesto que la escuela debe ser concebida como una prolongacin de la unidad familiar. De esta forma, la escuela debera procurar una educacin
del carcter y una formacin cvica que fuera extensin de la educacin que los progenitores transmiten a sus hijos.
Como ltima de las acciones propuestas para la consecucin de un autntico estado de
Paz, resaltamos la necesidad de fomentar el dilogo intercultural e interreligioso. Las diferencias ideolgicas han sido desde siempre una de las principales barreras en la unin y
convivencia entre las naciones, as como unas de las causas primordiales de guerras y conflictos blicos.
Las costumbres culturales y las tendencias religiosas marcan de una manera muy arraigada la personalidad de todo ser humano, es por este motivo por lo que es tan difcil intentar modificar o comprender aspectos que son distintos a los que estamos acostumbrados a
ejercer en nuestras vidas diarias. As pues, sera un esfuerzo en vano tratar de conseguir
una religin o una cultura nica para todos los seres humanos.
Sin embargo, s apostamos por un consenso bsico en aquellas bases fundamentales
que podran liderar cualquier ideologa religiosa, centrndonos y atendiendo a aquellos
aspectos que son comunes a todas, como es la bsqueda de un orden moral universal25.
As pues, si todas las culturas y religiones centraran todos su esfuerzos y aprovecharan
el impacto que tienen en la reproduccin del orden social en la bsqueda de la Paz y la fraternidad entre los seres humanos, los pasos que quedan para llegar a un estado justo y pacfico disminuiran en gran medida.
Desde estas lneas, es nuestra intencin reiterar nuestra propuesta de llevar a cabo estas
medidas de forma conjunta, puesto que es la forma ms productiva de que surtan efectos
ptimos en las generaciones futuras.
24
297.
108
CANO, M.A. (2003): tica y Paz. Fundamentos de una Educacin para la Paz III. Huelva, Hergu p.
INTRODUCCIN
El eje central de esta comunicacin est relacionado con la emergencia, sobre todo de
los jvenes ante las nuevas tecnologas. Esta cuestin se considera relevante debido a
varias razones. Por un lado, debido al papel central que juegan las nuevas tecnologas en
la configuracin actual de la sociedad de la informacin y del conocimiento y las polticas que se estn desarrollando para combatir nuevas formas de exclusin en las sociedades modernas ante el auge, cada vez ms intenso de las nuevas tecnologas. No cabe duda
que stas han sido el artfice de una revolucin que ha traspasado los mbitos sociales,
econmicos y polticos. La juventud es uno de los colectivos ms numerosos expuestos a
las consecuencias de nuevas formas de exclusin denominada brecha digital derivada de
esta nueva sociedad, pero al mismo tiempo constituye un sector social frgil, susceptible
de riesgos y fractura social. sta puede verse afectada tanto a nivel econmico, poltico y
sociocultural, segn los contextos sociales, cdigos culturales o grado de conocimientos y
formacin. En este sentido, la alfabetizacin digital no slo hay que verla como una simple capacitacin en el uso de las nuevas tecnologas, sino tambin como socializacin en
las oportunidades que construye.
El argumento que subyace en todo el texto es la necesidad de comprender el proceso
de incorporacin de las nuevas tecnologas y los riesgos que comporta, as como la comprensin de las diversas variables que influyen en este proceso de cambio. Para ello, la
comunicacin se estructura en varias fases. En una primera parte se muestra la arquitectura terica de la exclusin social y su relacin con la ciudadana y participacin social,
en el marco de una nueva sociedad, denominada del conocimiento en el contexto de la
nueva economa y las consecuencias que depara el proceso de incorporacin y adaptacin
a una nueva revolucin tecnolgica. En una segunda parte, se describe los retos y ries109
gos que plantea no ya slo la incorporacin de las nuevas tecnologas sino el acceso, tanto
en relacin a la Unin Europea como en el conjunto de Espaa. Finalmente, se examina y
compara la situacin de sectores, especialmente sensibles respecto a la incorporacin a la
sociedad del conocimiento, tanto por la proyeccin de futuro como por los riesgos de
exclusin social que conlleva la adaptacin hacia un nuevo modelo social y econmico.
CIUDADANA, DERECHO A LA EDUCACIN Y EXCLUSIN SOCIAL
En la actualidad la educacin es un derecho fundamental que est contemplado en las
constituciones de los pases y en los textos de los organismos internacionales que se preocupan por los derechos humanos. Este reconocimiento es el resultado de un largo proceso histrico, que se inicia en los cambios culturales e ideolgicos que dieron lugar a la
modernidad promoviendo una educacin obligatoria y gratuita para los colectivos de personas ms desfavorecidas. En consecuencia, el derecho a la educacin es un derecho
social por el que los poderes pblicos estn obligados a organizar un sistema educativo
estructurado como servicio pblico a toda la poblacin.
Tras la segunda guerra mundial, se proclam por la asamblea General de las Naciones
Unidas, la Declaracin Universal de los Derechos Humanos en 1948. Se trat de una reaccin a los acontecimientos blicos con la pretensin de establecer un nuevo orden en las
relaciones entre los pases. En este contexto, a los derechos de primera generacin, los
civiles y polticos (resultado de las luchas ante los monarcas absolutos del representan el
Antiguo Rgimen) y a los de segunda generacin, los econmicos, sociales y culturales
(resultado del movimiento obrero contra la burguesa), se incorporan, entre otros, los conceptos de dignidad humana, derechos a la mujer, etc.
Los Estados de las sociedades occidentales se han valido de estos principios constitucionales para hacer efectivo el derecho a la educacin. A lo largo del siglo XIX los sistemas educativos se implantando paulatinamente atendiendo a los dictados de estas normas
legales. En Espaa, debemos esperar hasta 1857 para que se promulgue la primera ley
general de educacin que regule a todos los establecimientos escolares del territorio, y
hasta 1975 (segn las regiones) para la plena escolarizacin de todos los nios y nias en
edad escolar. Ello nos indica el amplio tramo de tiempo que se emple para que la idea
primitiva (apareca por vez primera en la Constitucin de Cdiz de 1812) de que cualquier
ciudadano tienen derecho a la educacin.
En los aos setenta del siglo anterior, los pases capitalistas democrticos sufrieron una
serie de cambios y transformaciones vinculadas estrechamente con las reconfiguracin del
mercado econmico, acarreando la inseguridad laboral y desproteccin social de grandes
colectivos de personas. Como consecuencia aparecen los derechos de tercera generacin
con el objeto de incentivar el progreso social y elevar el nivel de vida todos los ciudadanos, destacndose los relacionados con: el uso de los avances de las ciencias y la tecnologa, el medio ambiente, la vida digna, el desarrollo de la personalidad etc.
Es en este periodo histrico en el que interesa hacer mencin a las investigaciones
sociales que se ocuparon de estos asuntos y que propusieron nuevos modelos tericos para
explicar estos complejos procesos, entre los que se inclua el de la exclusin social.
110
MARSHALL, A.M y BOTTOMORE, T. (1950): Ciudadana y clase social, Madrid, Alianza Editorial
(Edicin de 1998).
111
112
patente en la dimensin espacial de la exclusin que explica la concentracin de los mismos en determinados espacios que dan lugar a los modernos ghettos, en los que la subclase de excluidos (los ms pobres, los desempleados a largo plazo, los que dependen de
los servicios asistenciales...), quedan ocultos hacindose invisible la exclusin.
H. Silver (1995), asevera que hay cuestiones muy complejas que dificultan la delimitacin conceptual de la exclusin social. Para facilitar esta tarea se apoya en las propuestas kuhnianas (1970) y establece tres enfoques analticos con capacidad para explicar y
definir, en cada caso, lo que se endiente por exclusin, proponiendo para ello tres paradigmas: el de solidaridad, el de especializacin y el de monopolio.
El paradigma de solidaridad parte del supuesto roussouniano y durkheimiano de que el
orden social no se relaciona con los intereses de los individuos o con los grupos sociales,
sino que tiene un carcter normativo, moral y externo a ellos. Ello hace que las relaciones
entre el individuo y la sociedad se produzcan a travs de las instituciones intermedias que
son las que generan los vnculos de carcter vertical a travs de la conciencia, de la voluntad, de la identidad, etc. Siguiendo esta lgica, la exclusin aparece cuando las relaciones
entre la sociedad y el individuo se quiebran. Estos procesos de exclusin cumplen una
doble funcin, la de amenazar y cohesionar al mismo tiempo, porque potencian las categoras sociales solidarias en s mismas como la nacin, la etnia, la raza o la comunidad que,
como sabemos, sirven para crear al mismo tiempo el nosotros y el ellos. Desde este
paradigma se entiende la insercin como el proceso que permite lograr la integracin a
travs de la asimilacin que propone la cultura del grupo dominante. No obstante, en la
actualidad se estn incorporando ideas relacionadas con la multiculturalidad que explican
cmo la cultura dominante se ajusta a patrones culturales de las minoras y viceversa.
El paradigma de la especializacin se alinea con el pensamiento liberal en el que el
orden social se concibe como una red de relaciones y de intercambios voluntarios entre los
individuos a los que se les supone autonoma, intereses y motivaciones particulares, que
originarn una estructura social especializada organizada mediante esferas competitivas,
todo ello regulado por unos intercambios que obedecen a los distintos intereses de los
sujetos y al pluralismo cultural y poltico de la sociedad.
La exclusin surge cuando, en la dinmica de intercambios sociales, se produce una
excesiva separacin entre las esferas sociales, apareciendo barreras culturales, morales,
ideolgicas, econmicas, etc., que impiden el libre movimiento e intercambio de los grupos y de los individuos. Esta forma de razonar defiende que la especializacin protege las
libertades y es eficaz siempre que, cuando se produzca la exclusin, los individuos tengan
la posibilidad y el derecho reconocido de traspasar las barreras que excluyen, ya que, de
lo contrario, la exclusin se transforma en discriminacin social. La libre competencia y
los programas de proteccin social son las medidas que el Estado propone para que ello
no ocurra. Desde el paradigma del monopolio, apoyndose en las ideas de Weber, el orden
social se concibe como una realidad coercitiva que se impone mediante relaciones jerrquicas de poder.
La exclusin se considera una consecuencia de la interaccin entre el estatus de los
individuos, la actividad poltica y las clases sociales. Pero sern los grupos que ostentan
el poder los que crearn los lmites necesarios para identificar las esferas sociales que se
concretan en los monopolios o en el cierre social de las instituciones con el propsito de excluir a los excluidos en contra de su voluntad y as perpetuar la desigualdad social.
El aumento de los derechos de los ciudadanos, la extensin de la participacin igualitaria,
son, entre otras medidas, propuestas institucionales para paliar la exclusin.
113
114
115
116
El uso de Internet verifica la tendencia de los saltos de uso son similares, a pesar de
que su penetracin sigue creciendo entre la poblacin disminuye de forma considerable,
sobre todo en chat y correo electrnico.
Condiciones socieconmicas
Como hemos mencionado anteriormente, el nivel de renta como espejo de la clase
social, es otro indicador altamente significativo en relacin con el grado de penetracin e
implantacin de las nuevas tecnologas. Tal y como se observa en el grfico 3, sobre la utilizacin de internet en relacin con la clase social, podemos decir que el 43,5 por ciento
de los usuarios de Internet pertenecen a la clase media, lo que equivale a afirmar que disponen de unos ingresos mensuales por encima de los 3.000 euros (Vase Anuario Social
de Espaa 2004, editado por la Fundacin la Caixa). Segn este estudio, el ndice de
implantacin de las nuevas tecnologas, acceso y uso de internet, est directamente vinculado al ndice del nivel de renta, especialmente en indicadores como la disposicin de
ordenador y acceso a Internet en el hogar.
Grfico 3. Perfil de usuarios de Internet en Espaa, segn clase social
Aunque el acceso y uso de Internet se va popularizando, es innegable que est asociado a una clase social determinada y niveles de renta muy concretos, lo cual disminuye las
posibilidades de democratizar su uso y disponer su rentabilidad social. Mientras que en el
ao 2005, el 84% de los usuarios de Internet est vinculado a un nivel de renta medioalto, las posibilidades de equidad e inclusin estn an lejanas.
Los niveles alcanzados por una sociedad en la disposicin y uso de las nuevas tecnologas, encierran la predisposicin y cierta sensibilidad social hacia la ciencia y tecnologa, e incide y condiciona el desenvolvimiento de la sociedad del conocimiento. A primera
vista, en Espaa podemos determinar unos criterios en funcin de las divisorias sociales,
dada la disponibilidad de uso de estos flujos de informacin, y cmo la utilizacin de
117
determinados recursos, que integran o excluyen socialmente, se manifiesta de forma diferente, segn los mbitos y divisorias sociales a considerar. Como hemos visto con anterioridad, la brecha digital se manifiesta fundamentalmente en funcin de determinados
indicadores sociales, ya que las diferencias entre informacin y conocimiento mediante los
cambios tecnolgicos hay que considerarlos como un proceso inserto en la dinmica
socioeconmica y que incide directamente a la poblacin en base a las siguientes divisorias: sexo, generacin y nivel de renta, asociado a las diferencias regionales. 11
En Europa en cuanto al porcentaje de usuarios de Internet, hemos de decir que Espaa en el ao 2003- se encontraba slo por encima de Grecia y Portugal, y la brecha respecto a pases como Suecia, Dinamarca y Reino Unido, por tener una referencia, es superior al cincuenta por ciento. Por otra parte, segn los datos que publica la Asociacin para
la Investigacin de Medios de Comunicacin (AIMC), denominada Estudio General de
Medios, la media espaola, alcanza un 25,3 por ciento segn esta fuente, pero con notables diferencias respecto a Aragn (28,8%), Baleares (28,5%), Pas Vasco (29,1%), Catalua (30,8%) y Madrid (35,2%).
Niveles de formacin
Grfico 4. Perfil de usuarios de Internet segn nivel educativo
Otro de los indicadores relevantes para detectar el ndice de penetracin de las nuevas
tecnologas es detectar el nivel de formacin o de competencias respecto al uso de las nuevas tecnologas. O si se prefiere, dicho de otra forma ms acadmica, comprobar el grado
de capital humano de la poblacin que posibilite el empleo. Adems, en este sentido las
recomendaciones oficiales sobre los enfoques en la utilizacin de las nuevas tecnologas
en los centros docentes a nivel obligatorio, son bastante similares en todos los pases de la
Unin Europea. Es frecuente su utilizacin de forma transversal en asignaturas de primaria y este uso se completa en el nivel de secundaria como asignatura propia. Sin embargo, como se ha puesto de relieve en el estudio publicado por Eurydice (2004: 13) Cifras
clave de las tecnologas de la informacin y de la comunicacin en los centros escolares
11
En este sentido puede consultarse el estudio publicado por EURYDICE (2004): Cifras clave de las tecnologas de la informacin y de la comunicacin en los centros escolares de Europa [disponible en:
http://www.eurydice.org (consultado el 20/04/2006)]. En la pg. 14 de dicho estudio se afirmar en la lnea argumental del texto: Cuanto ms alto es el PIB per cpita, mayor es el porcentaje de alumnos que afirma tener un
ordenador en casa. Dicho de otro modo, en Europa se observa un claro paralelismo entre la importancia del
medio informtico familiar y el nivel de riqueza nacional.
118
de Europa, donde el nivel de riqueza nacional se correlaciona con el nivel de informatizacin de las familias de los alumnos, el nivel de riqueza de stas parece tambin determinante en cada pas. El grado de equipamiento informtico de las familias se correlaciona con el nivel socioeconmico y el nivel de cualificacin de los padres.12
Por otra parte, el grfico 4 expone claramente que a mayor nivel de cualificacin y
formacin, la utilizacin de las nuevas tecnologas es mayor, en torno a un 94% de los universitarios disponen de ordenador, de los cuales un 83% dispone de acceso a internet, lo
cual evidencia que el nivel de formacin es otro de los indicadores a tener en cuenta en
cuanto a factores de exclusin social y brecha digital.
A MODO DE CONCLUSIN
En sntesis, podemos concluir que el perfil del usuario de las nuevas tecnologas se
puede definir como un sector de poblacin joven, predominantemente hombres, comprendido entre los catorce y treinta y cuatro aos, que dispone de un nivel de formacin de
educacin post-obligatoria, equivalente a un nivel de secundaria superior y estudios superiores, ubicados ampliamente en un medio urbano, donde predominan ncleos de poblacin mayores de veinte mil habitantes y preferentemente adscritos a un determinado perfil laboral determinado y al mbito estudiantil. El riesgo de exclusin radica precisamente en el sector juvenil, predominantemente mujeres, ubicados en zonas rurales o urbanas
con dficit de equipamientos y recursos limitados y con un nivel de formacin inferior
o equivalente a la enseanza obligatoria.
Por consiguiente hay que tener en cuenta, que sta acumulacin de efectos pone de
manifiesto que la exclusin social a travs de la brecha digital, no slo radica en una
dimensin espacial que explica la dimensin geogrfica, concentracin de la misma en
determinados espacios, como zonas rurales, suburbiales, marginales, provocadas por el
nivel de renta o bajos ndices de desarrollo, que han dado lugar a los modernos ghettos,
(los ms pobres, los desempleados a largo plazo, los que dependen de los servicios asistenciales...). Tambin aparecen otros mecanismos, basados en el conocimiento que quedan ocultos hacindose invisible la exclusin. As pues, no podemos confiar de forma
absoluta en la ilusiones de los saltos tecnolgicos, ya que el problema no reside en la
abundante informacin, sino en la codificacin del conocimiento. Precisamente, la sociedad del conocimiento demanda un conocimiento dinmico, ms vinculado a la accin y
a la capacidad innovadora, a la que todos los ciudadanos sin exclusin estamos llamados
12 Para ms informacin sobre la relacin entre nuevas tecnologas y nivel de cualificacin de los padres,
vase el Anexo I de EURYDICE (2004): Cifras clave de las tecnologas de la informacin y de la comunicacin en los centros escolares de Europa,
119
Intolerable es el calificativo que emerge en nuestra mente cuando pensamos en el elevado nmero de mujeres adultas que tuvieron una niez privada de una adecuada educacin, a veces, incluso desde el mismo momento de su nacimiento. Cuando nos referimos
a los pases en vas de desarrollo, la situacin empeora drsticamente. En casos extremos
la preferencia por los nios varones puede llegar al abandono de los bebs de sexo femenino, incluso al infanticidio. Algo mucho ms frecuentes son los casos de nias peor alimentadas y cuidadas que sus hermanos y, por supuesto, generando un inferior gasto econmico en cuestiones relacionadas con su educacin. Desgraciadamente estas actitudes
prevalecen en casi todos los pases en vas de desarrollo.
A estas mujeres, la mayora esposas y madres, habra que preguntarles qu significa ser
nia en ciertas sociedades tradicionales: sumisin, explotacin, humillaciones, negacin
de educacin y de escuela... Estas nias, sometidas a situaciones poco favorables, acabarn siendo esposas, madres y ciudadanas, a quienes se les pedir que participen en el desarrollo de su pas, en la produccin de riqueza, as como que velen por la salud y educacin de sus hijos, pero por entonces su formacin distar mucho de ser la ms deseada para
desarrollar satisfactoriamente estas funciones.
El desarrollo socioeconmico de cualquier pas est ntimamente ligado a la realidad
socioeducativa que en l tienen las mujeres. La situacin de las nias depende estrechamente de la estructura de su familia y del lugar que en ella ocupan las mujeres. Si el entorno familiar es arcaico y tradicional, la pequea tendr muchas posibilidades de acabar
siendo sometida a mltiples prohibiciones basadas en costumbres y prejuicios heredados
del pasado. Tal sera el caso de la tpica estructura del rgimen patriarcal.
A menudo, es la misma familia quien priva a la pequea de los medios necesarios para
su correcto desarrollo afectivo, fsico e intelectual, impidiendo que se rompa el crculo
vicioso de analfabetismo, mala salud, trabajo en la niez, matrimonio prematuro, maternidad precoz y pobreza. Quizs la manifestacin ms llamativa de este fenmeno lo cons120
tituya la explotacin laboral de estas nias, tan frecuente en los pases empobrecidos. En
muchos casos, a la edad de 6-7 aos las nias ya participan activamente en los trabajos de
su propia casa y/o trabajan como criadas en otro hogar. En el mbito rural, a menudo, ayudan al aprovisionamiento de agua y de combustibles. En definitiva, constituyen bien una
mano de obra barata para la familia bien una nada despreciable fuente de ingresos, realizando actividades de las que frecuentemente estn dispensados los nios.
En estos momentos, la escolarizacin representa el factor ms importante en el posible
cambio personal-cultural de las nias, que posteriormente sern mujeres, piezas clave en
la educacin que hijos e hijas recibirn en el mbito familiar. Igualmente, el acceso al
mundo del trabajo de tipo moderno, representa para las mujeres un elemento esencial en
la conformacin de su personalidad, ya que cuando stas reciben un salario su status mejora considerablemente. Por otra parte, y aunque sea de forma breve, hemos de aadir que
gran parte de las discriminaciones que encuentra la mujer cuando es adulta provienen de
negligencias e incoherencias en la educacin que ha recibido.
PASES MUSULMANES E INTEGRISMO ISLMICO
El Islam, fundado por el profeta Mohammed a principios del s. VII, actualmente es
profesado en todo el mundo por ms de 1100 millones de personas, la inmensa mayora
sunnitas1. Los chitas2, aunque con un nmero de seguidores muy inferior, constituyen la
otra gran influyente rama del Islam. Los integrismos3, tanto el chita como el sunnita son
minoritarios. Ambos proclaman la unidad indivisible entre estado y religin; responsabilizan a las potencias occidentales de la debilidad poltica, econmica, moral, cultural del
mundo rabe; y propugnan una sociedad guiada en todas sus facetas por el Islam.
El Islam, al igual que el Cristianismo, supuso un verdadero avance social y personal
para las mujeres de su poca. Adems, en lo relativo a la consideracin de la mujer hemos
de subrayar como al profeta Mohammed le gustaba llamarse Abou el Banat, que significa el padre de hijas, en perfecta consonancia con el lugar privilegiado que l les
reservaba y deseaba a nias y mujeres. En esta misma lnea, se decant por un escrupuloso respeto a las madres4, si bien en un claro contexto de supremaca de los hombres que
no deja lugar a dudas sobre la preeminencia de unos sobre otras.
El androcentrismo y el patriarcalismo imperantes en la sociedad arbiga del s. VII marcaron indeleblemente a esta religin. Sin embargo, debemos subrayar que las diferentes
funciones y tareas a desempear por hombres y mujeres no son una exclusividad del
1 Los musulmanes sunnitas conforman un grupo heterogneo integrado por los: Hanafitas (Egipto, Lbano,
Siria, Jordania, India, Irak y Turqua), Malekitas (Marruecos y Sudn), Chafetas (Siria, Yemen, Omn, Emiratos rabes Unidos, Bahrein y Kuwait, de menor importancia en Jordania y Egipto), y los Hanbalitas (Arabia
Saud).
2 Los chitas llamados as por Shiat Ali, primo y yerno de Mohammed, su cuarto sucesor, exigen que el califa est emparentado sanguneamente con el Profeta.
No llegan al 15% del total de musulmanes. Son mayoritarios en Irak, Irn y en Bahrein, y tiene amplias
minoras en Arabia Saud, Kuwait, Siria y el Lbano; y muy minoritarios en Afganistn, Pakistn y Tayikistn.
3 A pesar de la sesgada visin que la mayora de los medios de comunicacin occidentales ofrecen del
mundo islmico, hemos de ser conscientes que una de las posibilidades del ya de por s minoritario integrismo
es el integrismo violento, y que existen integrismos islmicos pacifistas que proclaman paz y amor para
todos.
4 Esta consideracin, que se refiere a ambos padres, se encuentra en los versculos del Corn 17: 23-24; 46:
15-16; 29: 8 y 31: 14-15.
121
Islam. Cristianismo5, Confucionismo6 y Judasmo7, son una muestra patente de esta circunstancia. En estas religiones el modelo de mujer respetuosa y sumisa se encuentra claramente definido por sus respectivos libros sagrados. No obstante, es necesario aadir sin
dilacin que, hombres y mujeres tienen la misma dignidad y completa igualdad respecto
a la Salvacin en las tres religiones del Libro8.
An ms, la desigualdad entre hombres y mujeres no se circunscribe a los textos sagrados anteriormente mencionados. Al contrario, Jenofonte ya denunciaba la subordinacin
de la mujer ateniense; Aristteles incida en la desigualdad natural entre ambos sexos; San
Pablo, Santo Toms de Aquino y San Agustn consideraban que la superioridad de los
hombres se deba a que Dios los cre antes que a las mujeres.
El Corn establece la igualdad de hombre y mujer en tanto que ambos son destinatarios del mensaje divino. En lo que respecta a sus obligaciones y recompensas, esta igualdad, tambin est meridianamente establecida: a quien haya obrado con rectitud sea
varn o hembra, siendo creyente, le haremos vivir en buena vida y le daremos la recompensa que le corresponda por lo mejor que haya hecho (CORN, 16: 97).
En el Corn cuando se refiere a la mujer en su calidad de hija, se condenan ciertas costumbres tribales que acogen el nacimiento de la nia como una mala noticia, en oposicin
al nacimiento de un varn: Y cuando a alguno de ellos se le anuncia el nacimiento de
una hembra su rostro se ensombrece y tiene que contener la ira. Se esconde de la gente a
causa del mal de lo que se le anunci pensando si se quedar con ello a pesar de la vergenza o lo enterrar Acaso no es malo lo que juzgan? (CORN, 16: 59-60)9.
Tambin prohibi ciertas costumbres establecidas en determinadas tribus que atentaban contra la mujer. A veces se consideraba legtimo matar a las hijas recin nacidas en
casos de extrema pobreza, por un falso sentido de orgullo o para que no fueran capturadas
por el enemigo: Se perdern quienes maten a sus hijos por necedad y sin conocimiento
(CORN, 6: 140) o No matis a vuestros hijos por temor a la miseria [...] es una falta
enorme (CORN, 17: 31). Evidentemente, en estos dos ltimos versculos el trmino
nio se refiere a las nias, puesto que no se conoce el caso donde en algn pueblo rabe
se mataran a los hijos varones.
Pero, dejado bien claro el influjo positivo que tuvo el Islam en este aspecto, y recordando que en el Corn se afirma que si un hombre prefiere por igual a hijos e hijas alcan5 En la Sagrada Biblia: Tito II: 3-5. Gnesis II: 18. Corintios XI: 7-10. Efesios V: 22-23. Colosenses III: 1821. Timoteo II: 11-15. I Pedro III: 1-2, 7.
6 En los Cuatro Libros Sagrados de Confucio y Mencio (1982): Analectas de Confucio, Libro XVII Yng
Huo, XXV, p. 127. Mencio Libro III. Tng Wn Gong (A), IV: 8, p. 202. Mencio Libro III. Tng Wn Gong
(B), II: 2, p. 207.
7 La Tor establece: Y l controlar a ella (Bereshit 3:16).
El Rambm afirma: Mujeres, esclavos y menores estn exentos de la mitzv bblica (mandamiento encomendado a los hombres que tienen su base en la sinagoga) de tzitzit... mujeres y esclavos que desean vestir tzitzit, lo hacen sin bendecir... (Rambm, Mishn Tor, Hiljot tzitzit 3:9).
La mujer que estudia la Tor tiene recompensa, pero no como el hombre, porque ella no fue preceptuada (Tratado Sot, Cap. 3, Mishn 4).
8 Para profundizar ms en el tema ver LLORENT, V. y ROVIRA, M.A. (1993): Algunas reflexiones en torno
a las consecuencias educativas derivadas de las concepciones cristiana e islmica del papel que la mujer ha de
desempear en la sociedad, En La Mujer, Nueva Realidad Respuestas Nuevas. Madrid, Narcea, pp. 365-376.
9 Sin embargo, esta costumbre preislmica an subsiste en numerosas regiones. En Bangladesh, India,
Nigeria y Pakistn la discriminacin de las nias provoca ms de un milln de muertes. Para ms informacin
ver KILBOURN, P. (1996): Nios en Crisis: Un nuevo compromiso. Monrovia, MARC Publicaciones.
122
zar el paraso, daramos una visin incompleta si no sealramos que en esta religin se
prev que hombres y mujeres tengan funciones y tareas diferentes que realizar en este
mundo. Esta divisin de actividades puede ser entendida como reconocedora de la supremaca del hombre sobre la mujer, como alentadora de la separacin entre el mundo femenino (el hogar familiar) y el mundo masculino (los asuntos pblicos), o como defensora
de ambos supuestos. Pero sea como fuere, las implicaciones educativas son obvias: para
alcanzar unos objetivos distintos se impone una educacin diferenciada, en este caso, en
funcin del gnero.
Tambin es cierto que una lectura integrista o fundamentalista del Corn puede inducir a interpretaciones discutibles sobre la bondad del papel de la mujer en la sociedad:
Los hombres estn al cargo de las mujeres en virtud de la preferencia que Allah ha
dado a unos sobre otros [...] las habr que sean rectas, obedientes y que guarden,
cuando no las vean, aquello que Allah manda guardar (CORN, 4: 34)10.
Los derechos de ellas sobre sus esposos son iguales a los derechos de stos sobre
ellas, segn lo reconocido, pero los hombres tienen un grado sobre ella. (CORN,
2: 228).
Vuestras mujeres son para vosotros un campo de siembra; id a vuestro sembrado
segn queris. Y adelantad buenas acciones que os sirvan (CORN, 2: 223).
Y si temis no ser justos con los hurfanos ... Casaos entonces, de entre las mujeres
que sean buenas para vosotros, con dos, tres o cuatro; pero si os temis no ser equitativos ... entonces con una slo o las que posea vuestra diestra (CORN, 4: 3).
Y di a las creyentes que bajen la mirada y guarden sus partes privadas, y que no
muestren sus atractivos a excepcin de los que sean externos; y que se dejen caer el
tocado sobre el escote y no muestren sus atractivos excepto a sus maridos, padres,
hijos, hermanos , [...] y que al andar no pisen golpeando los pies para que no se
reconozcan los adornos que lleven escondidos... (CORN, 24: 31)11.
El Corn tiene fuertes influencias de la sociedad preislmica de Arabia. En ella se consideraba a las mujeres como bienes familiares cuya funcin se centraba en la procreacin,
especialmente de varones, ya que stos constituan el elemento esencial de la familia
patriarcal. Casada o no, la mujer estaba sometida a la tutela masculina y su testimonio ante
la justicia tena menos valor que el del hombre.
A finales del s. XIX comenzaron a alzarse voces que pedan un cambio en el papel
asignado a la mujer en la sociedad islmica12. Hace unos aos, con la Declaracin Islmica de los Derechos Humanos13 la Organizacin de Pases Islmicos retom la mayora de
las ideas de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos14, salvo las que contradecan la Shari o Ley Islmica. En este sentido, los pases musulmanes emitieron sus reser-
10 La sura IV corresponde a la poca en la que el Profeta tena doce compaeras, dos de ellas concubinas.
Para ms informacin ver MORSY, M. (1989): Les femmes du Prophte. Pars, Mercure de France.
11 En el Corn, 24:30, tambin se prescribe que los hombres deben recatar su mirada y guardar sus partes
privadas.
12 En la India, Mumtaz Amn public Los Derechos de la mujer (1898), en Egipto Qasm Amin escribi
Liberacin de la mujer (1899), y en la Sorbona el egipcio Mansour Fahmy defendi una tesis sobre La condicin de la mujer en el Islam (1913).
13 Aprobada el 5 de agosto de 1990 por la XIX Conferencia Islmica, celebrada en el Cairo. Pretende erigirse en alternativa a la Declaracin Universal de los Derechos Humanos de la ONU de 1948.
14 Adoptada el 10 de diciembre de 1984 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
123
vas sobre algunos artculos de esta Declaracin15, entre ellas destacamos la efectuada
sobre el artculo 16, donde se defiende la libertad de matrimonio, puesto que en el Islam
no se permite que una mujer musulmana se case con un no musulmn.
El integrismo islmico, generalmente identificado en Occidente con el integrismo violento, tiene muy diversas manifestaciones, algunas de ellas de claro talante pacifista. Su
importancia en el concierto mundial es cada vez mayor. En algunos pases musulmanes se
intenta evitar el posible contagio islamista, tales son los casos de Marruecos y de Tnez,
respecto a su vecina Argelia. En otros, los integristas alcanzan cotas de poder que implican un alud de inevitables repercusiones para las mujeres que viven en ellos:
Una vez derrocado en 1979 el shah Rezah Pahlevi, Irn se constituy en una Repblica Islmica, uniendo de forma indivisible Estado e Islam. Desde entonces hasta ahora
se ha consolidado la revolucin encabezada por el difunto Ayatol Jomeini, sus dirigentes
estn siendo constantemente acusados de financiar el terrorismo internacional islmico.
De acuerdo con su constitucin islmica las mujeres no pueden ser presidentas, ni formar
parte del Consejo de Poder Judicial. En materia educativa, hemos de indicar que, adems
de existir una segregacin entre hombres y mujeres en las aulas, a veces separados por
unas cortinas, la mujer tiene limitado el acceso a algunas carreras, mientras que algunos
estudios son de su exclusivo dominio, como el de Ginecologa.
La poblacin activa del pas est conformada por un 62% de hombres en edad laboral
por tan slo el 10% de mujeres. En los ltimos aos un elevado nmero de mujeres iranes est ingresando en la universidad, llegando a sobrepasar el nmero de hombres16.
La vicepresidenta del Comit Olmpico de Irn, Faeze Rafsanyani, en un intento de
reconciliar el deporte femenino con el Islam, permiti que las mujeres pudieran montar en
bicicleta, llevar vaqueros, e incluso, jugar al ftbol. De este modo, las iranes recuperaban
una actividad que ya practicaban antes de la revolucin de 1979, aunque entonces participaban sin velo y en pantaln corto, en competiciones mundiales17.
En otros niveles la discriminacin de la mujer sigue existiendo, por ejemplo, si el
adulterio es punible con flagelacin o apedreamiento, puede demostrarse a travs del
testimonio de cuatro hombres justos o de tres hombres justos y dos mujeres justas18. Si
el adulterio es punible solamente con flagelacin, se puede comprobar con la prueba
verbal de dos hombres justos y de cuatro mujeres justas19. La discriminacin recorre
todos los sectores de la sociedad iran20, desde la gran severidad respecto a la vestimenta
15 Tampoco
124
de la mujer21 hasta la separacin de las zonas donde esquan hombres y mujeres. La crcel y la tortura se imponen cuando se incumplen los preceptos islmicos. An ms, en
el Cdigo Penal se estipula que el adulterio se castigue con flagelacin o con un apedreamiento ms duro para las mujeres22, teniendo el testimonio de stas la mitad de
valor que el del hombre.
Las mujeres no pueden postularse para la presidencia del estado, no tienen los mismos
derechos que el hombre y, tras divorciarse slo pueden tener la custodia de sus hijos hasta
los 7 aos. Incluso el dinero que se ha de pagar como pena por el asesinato de una mujer
es la mitad del que suele abonarse por dar muerte a un hombre23.
En las elecciones de febrero de 2000, con la aplastante victoria de los reformistas iranes sobre los conservadores se abri una puerta a la esperanza de cierta apertura poltica.
Aunque cuentan con una vicepresidenta, Massoumeh Ebtekar24, y actualmente existe cierto grado de liberalizacin y pragmatismo en la vida pblica y privada de los iranes, tendramos que matizar mucho esta afirmacin. A ttulo de ejemplo indiquemos la existencia
de una Polica de Moralidad, entre cuyas funciones se encuentra la de localizar a las mujeres que van vestidas incorrectamente.
En Afganistn, antes, durante y despus de los talibanes la esperanza igualatoria de las
mujeres es una mera quimera a corto y medio plazo. La huella de las brutales medidas
adoptadas por los mismos ser difcil de eliminar. La milicia militar y religiosa de los talibanes, integrada por musulmanes reclutados en las escuelas islmicas (madrasas), formados en Pakistn y financiados por Arabia Saud25, tras tomar Kabul en septiembre de
1996, prohibi que las mujeres asistieran a sus centros de trabajo y que las enfermeras de
hospitales atendiesen a los hombres enfermos. En lo que respecta al mbito educativo sera
interesante sealar que las profesoras, que constituan hasta entonces el 75% del cuerpo
docente de la capital, tuvieron que abandonar su trabajo, mientras que a las alumnas universitarias se les impeda asistir a sus clases. A las nias con ms de 10 aos y a las mujeres las obligaban a vestirse con un gran velo denominado burka y a salir a la calle acompaadas por un familiar masculino. Algunas incautas que se atrevieron a incumplir sus
normas fueron golpeadas o rociadas con cido26.
Actualmente su situacin sigue siendo inaceptable. A menudo, secuestradas y/o violadas, discriminadas por las autoridades gubernamentales, viven en una sociedad donde son
utilizadas como artculos de intercambio para la resolucin de disputas y deudas. En cualquier caso la preeminencia de maridos, esposos y hermanos sobre las mujeres es aceptada
por la inmensa mayora del pueblo afgano. No obstante, se estn produciendo ciertos
avances: en la Constitucin de 2004 se prev una representacin mnima de las mujeres
en ambas cmaras del Parlamento afgano, y por primera vez, en enero de 2005 se nombr
a una mujer como gobernadora de una provincia.
22
La apedreada de un adltero o una adltera ser ejecutada mientras cada uno est en un hueco y
enterrado con tierra, l hasta su cintura y ella hasta una lnea sobre sus senos (Cdigo Penal de Irn, Artculo 102).
23 SDERLINDH, L. (2006): Mujeres-Irn: Movimiento en marcha. NACIONES UNIDAS, 17 Marzo.
(http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36905), consultado el 24 de abril de 2006.
24 Nombrada el 24 de agosto de 1997.
25 Incluso hay quienes afirman que estn respaldados por la CIA. Para ms informacin ver ROJO, A.
(1996): Regreso al Medievo, El Mundo, 6 de octubre de 1996, pp.8-9.
26 LYON, A. (1996): La ofensiva de los Talibanes. Reuter el Mundo, El Mundo, 29 de septiembre.
125
En Oriente Prximo nos encontramos como en el Lbano27 existen dos grupos chies,
Hezbol (apoyado por Irn) y Amal (apoyado por Siria), ambos pretenden ser los abanderados del Islam. En Zisjordania y Gaza la influencia del grupo radical Hams va en progresivo aumento y en detrimento de la O.L.P., y muchas mujeres se ven privadas de sus
redes familiares de apoyo, dejan de hacer la compra y observan como los varones cursan
prioritariamente los estudios universitarios. Mientras que en Siria, pas que reconoci la
igualdad de derechos entre hombres y mujeres en 1949, se produjo una fuerte y violenta
represin contra el integrismo islmico que se sald con millares de muertos. El alzamiento de los sunnes, en la ciudad de Hama (1982), desbarat las aspiraciones de los sectores religiosos ms fundamentalistas, aunque nunca se llegaron a eliminar por completo
los ncleos integristas.
Desde su independencia, Pakistn, se define como una Repblica Islmica. La Orden
Qanun-e-Shahadat de 198428 y la Ordenanza de Ofensas de Zina29 de 1979, prevn que el
testimonio de un hombre tiene el doble de valor que el de una mujer para lo concerniente
a determinados asuntos civiles. En el caso de una violacin se requiere el testimonio de
cuatro hombres adultos que lo hayan presenciado, siendo inadmisible el de las mujeres.
En la dcada de los treinta Turqua se constituy en el primer pas islmico donde
legalmente la mujer adquiri los mismos derechos del hombre. Actualmente, bajo presin
de la Unin Europea, ha adoptado una nueva legislacin familiar donde se estipula que las
mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, incluso en relacin con la herencia.
En los barrios ricos de Estambul, Ankara e Izmir, en las playas cosmopolitas, en las discotecas y en los cafs de lujo, se ven por doquier mujeres comportndose y vestidas como
cualquier europea occidental. Pero justo al lado se encuentra la otra Turqua, donde las
mujeres cubren su cabeza y cuello con un velo tal como lo exige la tradicin musulmana.
Cmo es posible que en una poblacin de 70 millones, unas 600.000 nias en edad escolar se queden en su hogar porque sus padres se resisten a exponerlas a los peligros que se
van a encontrar fuera del mbito familiar30. En efecto, son muchos los padres y madres que
prefieren que sus hijas no asistan a los centros escolares, tanto de familias humildes como
de las ms pudientes. La prohibicin decretada por las autoridades turcas que impide que
las nias puedan asistir a las escuelas pblicas vistiendo el velo tradicional constituye una
restriccin a las libertades pblicas y el principal motivo de esta actitud31.
En Egipto, la hermandad denominada Hermanos Musulmanes32, fundada en 1929 y
cuna del integrismo sunnita, an prosigue con sus actividades. El gobierno egipcio se
27 No debemos olvidar que en el Lbano se reconoce en 1952 el concepto de igualdad de derechos entre
hombre y mujer. Aunque tambin mantienen un Cdigo Penal donde se indica que el juicio o ejecucin de una
pena por violacin, rapto o estupor, cesa cuando el autor contrae matrimonio con la persona objeto de la agresin (Artculo 522).
28 Artculo 17.
29 Artculo 8.
30 TOROS, H. (2005): Mujeres-Turqua. Pocas en la cima, muchas maltratadas, Inter Press Service News
Agency, noviembre de 2005, en http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35793. Consultado el 24 de abril
de 2006.
31 As se dan casos como los del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien prefiere que su hija
estudie en EE.UU., o el del ministro de Educacin y Cultura cuya hija slo recibe educacin privada. Mientras
que, en el polo opuesto nos encontramos con el presidente Ahmet Nejdet Sezer, quien estima que con esta medida se introducen costumbres y valores laicos que van a propiciar una sociedad ms moderna y occidentalizada.
32 La Hermandad Musulmana se jacta de contar entre sus afiliadas a numerosas mujeres. Incluso sus integrantes discrepan sobre cual debera ser el grado de participacin de la mujer en la vida pblica y su modo de vestir.
126
queja de las continuas ingerencias de Irn y Sudn en su poltica interna. Nawal El Saadawi, psiquiatra y escritora egipcia, se queja de la vuelta interesada de la mujer al recinto
sagrado del hogar domstico, la obediencia y la sumisin33. La mutilacin genital femenina, de claro origen preislmico, sigue siendo padecida por gran parte de las mujeres
egipcias, por el enorme peso que la tradicin tiene en este pas y por el apoyo que tiene de
la sociedad y de grupos islmicos conservadores. En 1995 el Ministerio de Salud prohibi
que se practicara en hospitales gubernamentales, tras oponerse los que defenda que esta
disposicin atentaba contra lo que para ellos constitua una opcin personal, fue anulada
por errores tcnicos en su redaccin el 24 de junio de 1997 por una corte egipcia34.
Tambin es cierto que algunas islamistas egipcias, conscientes de la opresin que
sufren sus conciudadanas, recurren a principios del Islam argumentando que el origen de
esta discriminacin se debe a que muchas de ellas intentan ser iguales que los hombres.
En Arabia Saud se aplica severamente una estricta Ley Islmica. El desarrollo profesional de las mujeres queda supeditado a una autorizacin expresa que ha de realizar el
varn que hace las veces de cabeza de familia. No solamente la mujer carece del derecho
a ejercer cargos pblicos sino que le estn prohibidas algunas actividades tan cotidianas
para nosotros como conducir un coche35.
En Sudn, tras varias dcadas de guerra civil entre el norte y el sur, contina perviviendo la esclavitud de mujeres y nios36, normalmente capturados por los saqueadores
en las tribus del Sur. Desde 1989, en Jartum gobierna una Junta Militar37 con claras
influencias del Frente Islmico Nacional. A pesar de que el gobierno de Sudn afirma
insistentemente que todos sus ciudadanos son iguales ante la ley, habra que precisar que
es la Ley Islmica la que rige el resto de las disposiciones legales. En la Ley Personal de
los Musulmanes (1991) se conceden diferentes derechos a hombres y mujeres, ordenndole a estas ltimas obediencia a los primeros, adems prev la existencia de un guardin que case a la esposa, que evidentemente ha de ser un hombre.
La discriminacin de los no musulmanes en todos los sectores de la vida pblica es una
realidad, especialmente constatable en materia educativa. Observamos como se establece
el rabe como nica lengua escolar, incluso en las regiones donde habitualmente no se utiliza. Son muchos los estudiantes que han sido excluidos de la escuela por no dominar el
rabe38. Los ciudadanos que no lo hablen y utilicen lenguas como el fur, el nuba o el dinka,
son considerados como huspedes en su propio pas y calificados como no creyentes.
La vida en Argelia transcurra con relativa calma. El poder distribua los beneficios
econmicos del pas y de las empresas nacionales entre la poblacin, despus de quedar33 Nawal El Saadawi ha sido llevada a juicio por traicin al Islam, acusada de apostasa por Sabih El
Wagasg, integrista islmico. En LOTFI, G. (2001): Una intelectual egipcia es llevada a juicio por traicionar el
Islam, El Corresponsal de Medio Oriente y frica (http://www.elcorresponsal.com/modules.php?name=ElCorresponsal_Articulos&file=articulo&req_sectionid=6&req_articleid=363\r\nn), consultado el 24 de abril de
2006.
34 IGUALDAD YA. ACCIN MUJERES 8.3 (1997): Egipto: Corte reafirma el derecho de los doctores de
llevar a cabo la mutilacin genital femenina (MGF), (http://www.equalitynow.org/spanish/actions/action_0803_sp.html), consultado el 24 de abril de 2006.
35 El Fatwah sobre la Conduccin de Automviles por parte de la Mujeres de 1990 del jeque Abdel Aziz
Bin Abada Bin Baz, as lo prescribe.
36 Los hombres, considerados demasiado peligrosos, son eliminados durante las incursiones.
37 Prcticamente todo el poder poltico est en manos del presidente Omar Hassan al-Bashir.
38 Se llega a afirmar que en Sudn existen ms de 200 idiomas y, evidentemente, multitud de etnias.
127
se con una buena parte de los mismos. La escuela y los servicios sanitarios eran gratuitos.
Hasta que en 1986 se hundi el precio del barril de petrleo y la economa se derrumb
junto a l. Una galopante corrupcin, una inflacin totalmente desbocada y cerca del 30%
de la poblacin activa en paro, constituyeron una espoleta a punto de estallar. Sin esperanza en su futuro, la juventud desocupada comenz a alimentar las filas del Frente Islmico de Salvacin (F.I.S.). El 26 de diciembre de 1991 el F.I.S. gan ampliamente la elecciones legislativas (47%). El 9 de febrero de 1992 se proclam el estado de excepcin y
el 4 de marzo de 1992 se disolvi el F.I.S., desde entonces se recrudeci el que se convertira en un cruento conflicto blico.
En el vigente cdigo de familia (1984), en clara contradiccin con la Constitucin de
Argelia (1989)39, se plasma legalmente la desigualdad entre hombres y mujeres, as como
la subordinacin de la mujer sobre el hombre en mltiples y variadas facetas. Hoy da, su
existencia constituye una puerta abierta a numerosos abusos40.
A pesar de lo indicado hemos de aadir que tanto en Argelia, como en Jordania, Tnez
y Marruecos, se dispone de un sistema de cuotas que permite garantizar la presencia de la
mujer en los rganos legislativos. Aunque a rengln seguido tenemos que referirnos a unos
estados que podramos calificar de feudales, donde la mujer an no tiene reconocidos sus
derechos polticos, es decir a Arabia Saud, a los Emiratos rabes Unidos y a Kuwait; as
mismo, en Bahrein, Omn y Yemen, cuentan con unos derechos seriamente mermados.
En Tnez, el Cdigo del Estatuto Personal41 constituye el eje sobre el que se estn vertebrando las reformas legislativas tendentes a conseguir una mayor igualdad jurdica entre
hombres y mujeres. Cdigo que, desde su promulgacin en 1956, no ha dejado de sufrir
cambios y enmiendas en aras de beneficiar la situacin de nias y mujeres. Junto con esta
promocin de los derechos de la mujer, puesta en marcha cuando se consigui la independencia del pas42, se realiz un gran esfuerzo para conseguir una mayor escolarizacin
de las nias43 que, sin lugar a dudas, est dando sus frutos. No obstante, tambin es cierto que la presin de los grupos integristas islmicos ha ralentizado progresivamente este
proceso.
Es de justicia destacar la abolicin de ciertas disposiciones que suponan un estado discriminatorio para la mujer, tales como la poligamia44, el repudio, el matrimonio impuesto
y la igualdad de derechos en la tutela de los hijos en las separaciones nupciales. Aunque a
rengln seguido hemos de aadir que las mujeres an estn discriminadas, tanto a nivel
legal como social. Situacin que se puede comprobar en los repartos de bienes que se llevan a cabo tras divorcios y herencias45.
39 Artculo 28 de la Constitucin: Los ciudadanos son iguales ante la ley sin que pueda prevalecer ninguna discriminacin por causa de nacimiento, raza, sexo, opinin o de cualquier otra condicin o circunstancia personal o social.
40 A modo de ejemplo ilustrativo: Algunos alcaldes exigen que se presente un certificado mdico que acredite la buena salud de los cnyuges. Que para la futura esposa supone un certificado sobre su virginidad. En
DECLARACIN DE LA AFEPEC (2006): Algrie: 8 Mars 2006, pour la dignit!, (http://www.mediterraneas.org/article.php3?id_article=474), consultado el 24 de abril de 2006.
41 Code du statut personnel, promulgado en 1956.
42 Conseguida en 1960, con el Presidente Bourguiba.
43 En 2000-2004 la tasa de alfabetizacin femenina era de 78% con respecto al porcentaje de los hombres,
segn datos ofrecidos por UNICEF: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/Tunisia_statistics.html#18
44 Abolida en 1965.
45 Regido por la Shara, segn la cual en caso de fallecimiento de los padres los hijos reciben el doble que
las hijas.
128
Actualmente se trata de uno de los pases musulmanes donde las mujeres han alcanzado una mejor situacin legislativa. El decidido apoyo de las instituciones polticas ha tenido que ver mucho en este avance, tanto es as que cuentan con un ministerio propio, el
Ministerio de Asuntos de la Mujer y de la Familia, encargado de mejorar continuamente
la legislacin en este mbito, impedir que no se reduzcan los logros alcanzados, y luchar
por la integracin de la mujer en todos los sectores sociales. En esta misma lnea el Centro de Investigacin, de Documentacin e Informacin sobre la Mujer46, se encarga de
consolidar los derechos de la mujer y protegerlos de cualquier forma de discriminacin,
llevando a cabo estudios e investigaciones sobre su condicin.
Aunque las tunecinas ocupan cada vez ms puestos realmente importantes en la vida
pblica del pas, tanto en el mbito poltico como en el laboral47, hemos de diferenciar la
situacin que corren en las grandes ciudades con la existente en las zonas rurales y del
interior, donde las mujeres continan con un ritmo de vida mucho ms tradicional donde
prevalecen ciertas costumbres ancestrales.
Marruecos, aunque gobernada por una monarqua alauita48 casi el total de la poblacin marroqu profesa la confesin sunnita de rito malekita, de un claro carcter moderado y tolerante. La influencia del Islam adquiere gran relieve en la educacin que reciben
nias y nios en este pas.
El actual Cdigo de Familia marroqu (Moudawana) constituye todo un hito histrico,
donde queda patente una clara promocin de los derechos de las mujeres marroques. En
lo concerniente a derechos y obligaciones se le otorga a la mujer una categora anloga a
la del hombre. Aunque con ciertas limitaciones inadmisibles en el contexto occidental
europeo, se conforma como un gran pilar sobre el que cimentar los principios de igualdad
entre hombres y mujeres. A ttulo ilustrativo para el lector desconocedor del calado de los
cambios que implica la implantacin de la nueva Moudawana, indicaremos que hasta
enero del 2004 una mujer poda ser repudiada por su marido con suma facilidad, mientras
que si sta quera hacer lo mismo y probar que haba sido agredida por su pareja, deba
encontrar al menos doce testigos cualificados para que testimoniaran este hecho ante un
juez. Disposicin totalmente inadmisible con la legislacin actual.
En la sociedad marroqu las diferencias segn el gnero se pueden apreciar claramente en mltiples y variados mbitos. A las mujeres se les asignan principalmente las funciones de madres, esposas y educadoras de sus hijos e hijas, y a los hombres las de protectores y proveedores de la familia.
No debemos pasar por alto el grave problema de infraestructura escolar, especialmente doloroso en el medio rural. La insuficiente red de carreteras incide especialmente en la
escolarizacin de las nias. Los estudiantes con edades comprendidas entre los 6 y los 13
aos, a veces, deben recorrer a pie diariamente largas distancias en condiciones difciles,
y con un relativo grado de inseguridad. Este problema, sumado a la fatiga del camino, conforma uno de los criterios que tienen en cuenta los padres para no promover la escolarizacin total de sus hijas.
Las duras condiciones de vida de estas familias unidas a su analfabetismo, constituyen
una de las cuestiones a cambiar. El hermetismo, que a veces tienen los padres e incluso las
46 CREDIF: Centre de Recherches, dtudes, de Documentation et dInformations sur la Femme, organismo pblico dependiente de la Secretara de Estado de la Mujer, creado en 1991.
47 Especialmente en sectores como industria (sobre todo textil), sanidad y agricultura.
48 Los alauitas son chitas en sentido amplio, sin embargo rechazan la Sharia y las severas reglas de fe que
deben observar sunnitas y chitas.
129
madres en contra de la escolarizacin de sus hijas, debe ser afrontado a travs de la progresiva educacin de los progenitores.
Estamos convencidos de que, en Marruecos, la escolarizacin de las nias constituye
una de las causas fundamentales de transformacin personal, social y familiar, ya que
incide directamente en el cambio de estatus de la mujer. Aunque en la inmensa mayora de
los casos, sta implica pasar de un modelo cultural tradicional, que hunde sus races en la
educacin familiar, hacia un contestado modelo cultural moderno, occidentalizado.
La igualdad entre hombres y mujeres en los planos poltico y jurdico, amenaza la ideologa basada en un patriarcalismo ancestral donde la mujer es un agente reproductor en
la lnea genealgica, y representa un soporte biolgico de indudable importancia para el
grupo social. Tras la colonizacin sufrida por el pueblo rabe se produjo una dislocacin
de las estructuras sociales sobre las que se basaban estos presupuestos, que en buena lgica, ahora no podran mantenerse. Hete ah cuando surge con fuerza inusitada una religin
que, una vez ideologizada, da coherencia artificial a una situacin social que se derrumbara sin su soporte.
Desgraciadamente las exgesis que se hacen de los textos sagrados islmicos provienen en su inmensa mayora de hombres. Quizs este sea un motivo por el que no se pongan suficientemente de relieve determinados aspectos del Islam, tales como que Jadiya,
primera esposa del profeta Mohammed, a quien ste acuda frecuentemente a pedirle consejo, fue una prspera mujer de negocios.
Cada vez se tiene mayor conciencia que ni la Biologa, ni la Psicologa, ni la Filosofa,
ni religin alguna, pueden servir de justificacin del trato discriminatorio que frecuentemente reciben las nias en favor de los nios. Si el Corn y la Sunna recomiendan a los
musulmanes velar por sus pequeas, cuidarlas, tratarlas con bondad, protegerlas, defender
su derecho a la vida y respetar su personalidad, por qu muchas nias y mujeres de los pases estudiados no se benefician de todos sus derechos sanitarios, de instruccin, de formacin, de participacin en actividades recreativas... tanto como los nios y los hombres;
mientras que su suerte vara radicalmente en otras comunidades musulmanas. Seguramente la respuesta a esta pregunta la podamos encontrar en las tradiciones locales y regionales,
donde a menudo se privilegian a los varones escudndose en supuestos motivos religiosos.
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EL BELGHITI, N. (1987): Situation des femmes et des enfants dans la province
dEssaouira. Rabat, UNICEF.
130
negociacin e interaccin con otros sujetos. En este orden de ideas, Flores (1994) seala
que es preciso estar en una interaccin constante con su ambiente para participar de experiencias que lo ayuden a interpretar la realidad y contribuir a su pleno autodesarrollo.
La prctica pedaggica del aula diseada por el docente puede significar un aporte
importante para la construccin del conocimiento y formacin en valores, porque a travs
de las estrategias se activa el aprendizaje y son el punto de partida para asegurar la adquisicin de habilidades intelectuales y morales que una vez aprendidas pueden favorecer
procesos de generalizacin y transferencia.
Las estrategias pedaggicas brindan la oportunidad de ir disminuyendo las diferencias
entre el mundo acadmico y real, y favorece la interaccin entre docentes y compaeros
de clase.
A la vez brinda al docente la oportunidad de ser mediador del proceso, as como crear
un clima de respeto, confianza, estableciendo canales fluidos de comunicacin y afectividad que permiten analizar los sentimientos, actitudes y emociones de los nios y nias
atendiendo a las caractersticas y diferencias individuales.
Las estrategias pedaggicas permiten al docente actuar para que su conducta pueda ser
observada e imitada; va a compartir juicios, sentimientos y actitudes en un proceso de
construccin del conocimiento. Es una experiencia de aprendizaje compartido.
En este contexto los valores se anotan un conjunto de aspectos que contribuyen a una
definicin en sentido amplio planteado por Ayala S. (1998)1. En la medida en que los seres
humanos se socializan y la personalidad se regula de modo consciente, se va estructurando
una jerarqua de valores de manera estable, aunque pueden variar en las distintas etapas de
desarrollo de situaciones concretas. A travs de la actividad humana, permitiendo interiorizar de la realidad aquellas cualidades que satisfacen necesidades e intereses individuales y
sociales, se estructuran por las circunstancias cambiantes de la realidad, por lo que puede
su contenido expresarse de manera diferente en condiciones concretas, se jerarquizan en
dependencia del desarrollo de la personalidad y del desarrollo social del contexto.
El Currculo Bsico Nacional (CBN)2 de la Educacin Bsica Venezolana se dise
dentro de una visin integral. Segn el Ministerio de Educacin (1998), se aspira que esta
educacin tenga un carcter integral holstico y sistemtico.
Como parte esencial de este diseo se definen los ejes transversales (con sus distintas
dimensiones que facilitan su concrecin en la prctica pedaggica y en la realidad. Igualmente se propone como estrategia de enseanza-aprendizaje el diseo y desarrollo de
varios proyectos pedaggicos de aula (PPA), esto implica que la escuela no est aislada
del contexto geogrfico cultural porque a travs de ella se abordan los temas transversales, los cuales pueden contribuir de manera notable a la renovacin de la accin pedaggica y del conjunto de contenidos, tanto actitudinales, procedimentales y conceptuales o
por el contrario, quedarse marginados y desvirtuados si se incorporan nicamente de
forma espordica y asistemtica, los ejes transversales deben estar en conexin con la realidad que viven los nios y nias, experiencias cotidianas y los conflictos sociales del
mundo contemporneo, para ello es fundamental que los procesos de aprendizaje se desarrollen a partir de la problemtica de la realidad social. Es fundamental asumir la transversalidad con una visin globalizadota, deben interrelacionarse, lo importante no est en
1 AYALA, S. (1998): Valores en la enseanza y formacin de valores. En Revista de Educacin. Nueva
poca. Mxico. P. 4.
2 MINISTERIO DE EDUCACION (1998). Curriculo Bsico Nacional. Programa de Estudio Educacin
Bsica. Caracas, Venezuela.
134
meto del Estado Lara, los docentes que laboran en estas escuelas impartiendo Educacin
Bsica, padres, representantes y el personal Directivo.
Diseo de Instrumentos
Se utiliz la tcnica de la entrevista individual personal semi-estructurada, la cual consisti en una conversacin e intercambio verbal sobre la base de una gua elaborada previamente, con propuestas abiertas con la finalidad de obtener informacin acerca de las
estrategias pedaggicas en la formacin de valores, cmo la interpretan, cules son los significados acerca de los temas transversales y su desarrollo con los Proyectos Pedaggicos
de Aula (PPA) y Proyectos Pedaggicos Plantel (PPP), los docentes tenan que tener experiencias acerca del Currculo Bsico Nacional.
Para efectuar las entrevistas se procedi a realizar una conversacin con las autoridades administrativas de las escuelas, con el fin de explicar los objetivos de la investigacin.
Concedido el permiso, se procedi a realizar una reunin preliminar con el objeto de
hacer un acercamiento asertivo para determinar su disposicin de cooperar e informar
acerca de la responsabilidad para cooperar en la investigacin.
Luego se realiz la tcnica de la entrevista individual para obtener informacin acerca
del marco referencial de cmo organizaban su praxis pedaggica y las estrategias pedaggicas para forma en valores.
Observaciones de aula, la constituye en la investigacin cualitativa un instrumento
adecuado para acceder al conocimiento cultural de los grupos.
Igualmente se trabaj con el protocolo de grupos focales, para conocer pensamiento,
emociones y comportamiento, puesto que la interaccin de pares proporciona un contexto social para el insumo de los participantes (esta tcnica se trabaj con los docentes,
padres y representantes).
CONCLUSIONES
La investigacin tiene como propsito contribuir con la formacin integral de los
docentes de la escuela bsica tanto privada como pblica en relacin a la importancia del eje transversal valores, lo cual les permitir obtener mejores resultados en la
dinmica escolar-social.
Contribuye a crear en los docentes, padres y representantes espacios de reflexin a
travs del protocolo de los grupos focales ya que al interactuar y darse cuenta de la
importancia de sistematizar la formacin en valores como un elemento unificador de
la realidad familiar y escolar.
Los contenidos conceptuales-actitudinales deben tener espacios equilibrados en la
dinmica del aula.
Facilitar a los docentes de la escuela bsica la utilizacin de estrategias procedimientos y actividades relacionados con los valores, y contribuir con el proceso de
desarrollo emocional e intelectual de los nios y nias, de modo que sean favorecidos a nivel de identidad y autonoma con valores clarificados de manera que puedan
ponerlos en prctica en la vida cotidiana.
El aula sigue siendo muy acadmica y poco afectiva.
RECOMENDACIONES
Disear programas de asistencia tcnica para mejorar la calidad de los docentes de
educacin bsica, especficamente en aspectos didcticos y pedaggicos.
138
Sistematizar el uso tcnico de los ejes transversales por parte de los docentes.
Utilizar el eje de valores como punto de partida para la formacin de nios y nias.
Incorporar a los padres y representantes en el proceso de formacin de valores.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
CARRERA, L. y otros. (1996): Como Educar en Valores. Madrid, Narcea.
DELORS, J. (1996): La Educacin Encierra un Tesoro. Madrid, Santillana UNESCO.
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LOPEZ, P. (2004): Formacin de Valores en los Nios. EMV.
MARTINEZ, M. (2004): La Investigacin Cualitativa Etnogrfica en Educacin. Manual
Terico Prctico. Editorial Trilla.
McFARLANDN, L., SENN, L. y CHILDRESS, J. (2000): Liderazgo para el Siglo XXI.
McGraw-Hill.
MINISTERIO DE EDUCACIN (1999): Cuadernos para la Reforma Educativa Venezolana: La Educacin en los Valores, un reto compartido. Caracas, Anaya.
PASCUAL, A. (1995): Clasificacin de Valores y Desarrollo Humano. Estrategias para
la Escuela Narcea.
PEREIRAM M. (2004): Educacin Centrada en Valores. Editorial Trilla.
RODRIGUEZ, A. (1993): Los Valores Clave de Excelencia. McGraw-Hill.
139
La emergencia del discurso intercultural en la escuela constituye hoy da tal vez uno
de los mayores retos que ha de enfrentar la escuela de cara a las nuevas condiciones que
la globalizacin nos impone. En este contexto, adentrarse en la investigacin en torno a
las orientaciones y sentidos que dan sustento a las acciones para impulsar la educacin
intercultural en nuestros pases resulta enriquecedor para pensar desde nuevos lugares y
perspectivas el diseo de las alternativas ms pertinentes a fin de dar respuesta al derecho
a la educacin en un marco de respeto e impulso al derecho a la diferencia.
En esta ponencia nos interesa compartir la problematizacin construida hasta el
momento en torno a algunos ejes de anlisis ineludibles para el ejercicio investigativo de
corte comparativo en el campo de la educacin intercultural, desde la formacin de docentes y la conceptualizacin de la historia como objeto de enseanza, que, tomando como
casos a Espaa y Mxico sern profundizados en fases posteriores dentro del proceso de
indagacin.
I. DERECHO A LA EDUCACION, DERECHO A LA DIFERENCIA.
Uno de los temas fundamentales sobre el derecho a la educacin en nuestras sociedades contemporneas es el referido a cmo afrontar desde el sistema educativo los nuevos
fenmenos sociales y polticos surgidos e identificados hace apenas unos cuantos lustros.
La eclosin de un fenmeno social que siempre existi pero haba sido solventado de
manera funcional con el establecimiento de ciertos vnculos y relaciones de poder que,
lejos de resolver el fondo del asunto, tan slo construyeron la falsa ilusin de haber logrado su extincin, hizo que nuestras certidumbres al respecto se desmoronaran obligndo140
nos a pensar todo, incluyendo la educacin, de nuevo. Me refiero al tema del resurgimiento de la existencia de diversas (mltiples) estructuras culturales dentro de una misma
sociedad y la manera en que ellas habrn de coexistir y convivir bajo nuevas reglas de funcionamiento.
Si bien 1989 fue para Europa el principio del resurgimiento de los nacionalismos, tambin ese ao puede ser marcado como el inicio del perodo que puso en el centro de la discusin el tema de cmo enfrentar y resolver las tensiones que las migraciones provenientes no slo de la Europa oriental cuyo muro aislador recin haba sido derruido, as como
de manera muy importante de frica, Latinoamrica y los pases rabes. Si a ello agregamos las tensiones especficas existentes al interior de cada uno de los pases debido a la
existencia de aejas propuestas nacionalistas y regionales logramos comprender con
mayor cabalidad las razones de la complejidad tan grande del asunto1.
En Amrica Latina, especficamente en Mxico, el asunto de la convivencia entre
diversas culturas y su problemtica inherente en al mbito de la educacin, curiosamente
tambin se puso en boga a partir de la dcada de los noventa del siglo pasado. La razn
fue completamente distinta a la europea. El primero de enero de 1994 en la selva chiapaneca, uno de los rincones ms olvidados por el progreso nacional, se dio el levantamiento
armado encabezado por Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional. De pronto, los indios,
esos indios que siempre han estado ah, esos mismos indios que son exaltados en las pginas de la historia patria pero son defenestrados en la cotidianeidad del presente, alzaron la
voz para sealar y recordarnos su existencia exigiendo su lugar protagnico en la historia
contempornea. El hecho de que ese mismo da entrara en vigor un tratado de libre comercio entre Mxico, Canad y los Estados Unidos termin de delinear una curiosa paradoja
histrica: justo en el momento en que el pas crea que por fin empezara a vivir su futuro
de progreso tanto tiempo anhelado, el pasado le explot en plena cara hacindose ms presente que nunca. El ruido venido de Chiapas lo despert de su sueo de modernidad y
comprob que, parafraseando el minicuento de Monterroso, los otros todava estaban all.
En efecto, si en Amrica Latina los indios, las etnias, siempre han estado ah, lo mismo
sucedi con los nacionalismos y los procesos migratorios en Europa. Quiz tanto el carcter trgico/dramtico que su resurgimiento signific, as como el aumento cuantitativo de
dichos flujos de emigrantes ocasionado por las gravsimas crisis econmica y polticas en
las sociedades de expulsin, provoc que la reflexin dirigiera al anlisis de las nuevas
condiciones en que la convivencia de diversas culturas habra de darse. Vemos pues que,
lo mismo en Amrica Latina que en Europa, no se trataba de empezar a preguntarnos a la
manera del fallido ttulo del libro de Touraine si sera posible que pudiramos vivir juntos,
sino ms bien cmo se transformara la manera de esa coexistencia bajo las nuevas condiciones imperantes.
Aqu es necesario enfatizar una diferencia fundamental: para Europa, aunque diversa
culturalmente en su interior, el otro viene de afuera, est constituido por los extranjeros,
los que llegan de all lejos, de la otredad. Por lo general se olvida, o mejor dicho no se
percibe que para los venidos de afuera, los otros, los diferentes, son los habitantes de este
continente, los europeos. Para los latinoamericanos, Mxico como ejemplo arquetpico, el
Un excelente ejemplo acerca de las tensiones existentes entre la construccin del sistema educativo espaol y su relacin con las polticas educativas nacionalistas aparece en: DAVILA, P. (2004) Identidad nacional
y educacin en el Pas Vasco, La educacin en contextos multiculturales: diversidad e identidad, Valencia, XIII
Congreso Nacional y II Iberoamericano de Pedagoga.
141
otro no viene de afuera, est (desde siempre) dentro de nosotros, negado, subalternizado,
mestizado, excluido. Nosotros tambin somos los otros.
En Mxico, el indio, ese indio del que la cultura nacionalista se enorgullece es un indio
muerto, es el indio de las ruinas teotihuacanas, mayas, aztecas, olmecas, zapotecas, etc. Al
indio vivo se le excluye y discrimina, o se le trata de integrar al proceso de desarrollo y
del progreso, concepto ste definido nica y exclusivamente a partir de los valores hegemnicos desde el siglo XVIII. Para mayor afrenta de nuestra historia hoy en da el concepto indio es utilizado cono insulto, como calificativo peyorativo y sobajador que
denomina a individuos o actitudes distintas o contrarias a un imaginario social sobre lo
moderno. Los sustantivos negro, rabe, gitano y sudaca podran constituir ejemplos similares de nombres genricos de los otros utilizados como insultos que pretenden
asignarle al distinto, al sujeto receptor del denuesto, el atributo negativo de representar un
lastre en la carrera hacia la modernidad.
La diferencia entre la manera de ver y concebir a la otredad en Europa y en los pases
latinoamericanos es crucial y de fondo, de ah que resulte aun ms interesante que desde
ambos horizontes analticos hoy la reflexin sobre el interculturalismo adquiera tintes
similares. En ambos espacios reflexivos las preocupaciones se perfilan hacia la necesidad
de crear las condiciones culturales, polticas y econmicas que eliminen la exclusin. Se
habla de la creacin de ciudadanos responsables, tolerantes, reconocedores de la importancia y riqueza multidireccional que implica la relacin entre culturas distintas. De igual
forma en el sentido negativo encontramos coincidencias pues en ambos abundan las propuestas integracionistas o abiertamente excluyentes de los diferentes.
II. EL DESAFO DE PENSAR LA FORMACIN DOCENTE DESDE LA
INTERCULTURALIDAD
De cara a estas nuevas condiciones sociales, polticas, econmicas y culturales cules
son las formas en las que la educacin debe coadyuvar a la construccin de una atmsfera real de convivencia que rebase por mucho el trillado concepto de tolerancia, bajo el
cual, por lo general, se esconde un nimo de una simple accin de soportar al otro, sin
esperar de l ms que, en el mejor de los casos, un nivel de aceptacin similar al nuestro,
pero sin concebir siquiera la posibilidad y necesidad mutua de enriquecimiento cultural?
La pregunta, obviamente, hoy en da atae tanto a las sociedades europeas como a las latinoamericanas, lo cual explica la puesta en boga de la reflexin sobre la educacin intercultural desde hace por lo menos una dcada.
Hace algunos aos Carlos Fuentes escribi lo siguiente:
La escuela y el magisterio, el hogar y la escuela, son los espacios donde se inicia el combate contra el odio a la gente de raza o de cultura diferentes a las nuestras. El encuentro con lo que no somos nosotros acaba por fortalecer nuestra identidad. (...) Recibimos y damos. No excluimos nada, ni lo nuestro ni lo ajeno. Slo
desterramos el prejuicio, la persecucin, la muerte de lo distinto.(FUENTES,
1997:93-94)
Si bien nos queda claro que el ideal de una sociedad intercultural supone un desafo
que contiene implicaciones polticas que van mucho ms all del accionar posible de la
escuela. Ello no obsta para que la educacin poniendo los pies bien firmes en la tierra
asuma su responsabilidad en la construccin de entornos educativos que contribuyan a
significar culturalmente de otra manera la diferencia y que generen condiciones para la
142
construccin de competencias para una convivencia intercultural; sin ello, los esfuerzos
de introduccin de la visin intercultural dentro del discurso educativo no pasarn de ser
simples intentos cosmticos destinados a quedarse a vegetar entre las cuatro paredes de
la escuela, sino es que en los textos de poltica educativa. Para ello es necesario delimitar de otras maneras al contenido educativo y disear estrategias didcticas que propicien
una formacin de corte intercultural, pero ello no basta, resulta necesario a su vez atender una dimensin fundamental del quehacer formativo en la escuela: la formacin de los
maestros. Me explico, toda propuesta educativa intercultural debe hacer la crtica de la
nocin del maestro como un ser profesional existente por fuera de la sociedad, es decir,
un sujeto ajeno a las condiciones hegemnicas culturales y que, por lo tanto, desde su
posicin de sacerdote laico es capaz de contagiar, transmitir y crear las nociones fundamentales para una educacin intercultural. Tal visin no por romntica deja de ser uno de
los grandes mitos existentes en al espacio educativo. En este sentido el ideal intercultural nos alerta acerca de la necesidad de visibilizar algo que tiende a obviarse dentro del
discurso pedaggico: que los maestros son ciudadanos iguales al resto, sujetos que comparten las nociones hegemnicas culturales y polticas imperantes que de manera casi
invisible reproducen en su accionar cotidiano en la escuela a travs del currculo oculto,
generndose, entonces una tensin fortsima entre el deber ser del sujeto como maestro y
su ser real como hombre/mujer integrante de una sociedad despolitizada, racista, consumista, frvola, etc.
Es desde dicho campo de tensiones que se reproducen al interior del espacio ulico
ms all del discurso intercultural mismo- las mismas relaciones de discriminacin y
exclusin que signan el desencuentro con el otro, haciendo casi inviable la introduccin
de la aspiracin intercultural como eje estructurante de la intervencin educativa, razn
por la cual resulta fundamental impulsar acciones de formacin docente que acompaen
la ardua tarea de introducir la perspectiva intercultural en la escuela.
Por ello, resulta importante la coincidencia existente en algunos de los esfuerzos que
desde ambos lados del Atlntico se han hecho en el mbito de la formacin relacionados
con la necesidad de que los educadores comprendan la complejidad del problema que la
interculturalidad representa en la reorganizacin del dispositivo formativo desde la alteridad y, en consecuencia, adquieran una formacin que contribuya a problematizar sus valores y creencias en torno a la diferencia y a resignificar sus saberes sobre las culturas de
origen, adems de la adquisicin de metodologas y estrategias novedosas que ponen en el
centro la necesidad de construir entornos educativos favorables para el desarrollo de competencias ligadas al dilogo y la convivencia intercultural.
Es el caso en Mxico -si bien existen mltiples esfuerzos para reconceptualizar la formacin docente desde la interculturalidad- podemos destacar a la Modalidad Educativa
Intercultural para Poblacin Infantil Migrante impulsada por el Consejo Nacional de
Fomento Educativo (CONAFE) hacia finales de la dcada de los noventa. En l la concientizacin y la preparacin de los jvenes capacitadores desde una perspectiva que pona
el acento en la valorizacin de la diferencia y en la empata, se propuso generar competencias en los jvenes instructores para trabajar en campamentos agrcolas con nios y
nias trabajadores(as) provenientes de una multitud de grupos tnicos, edades, antecedentes curriculares, etc. desde una perspectiva intercultural.
Por su parte en Espaa, es el caso del Plan Andaluz de Educacin de Inmigrantes
impulsado dentro del Plan Integral de Inmigracin, del que participan varias consejeras
del gobierno, que plantea igualmente la necesidad fundamental de capacitar y sensibilizar
143
a los maestros que habrn de asumir el reto de llevar a cabo dicho programa de educacin
intercultura2.
Asimismo, un primer anlisis de la experiencia de las Aulas de Enlace proyecto integrado dentro del Programa de Escuelas de Bienvenida implementado por la Consejera de
Educacin de la Comunidad de Madrid, arroja la necesidad de que los equipos docentes
destinados a este programa de educacin intercultural que tiene como objetivo atender
alumnos que presentan dos caractersticas fundamentales: a) necesidad de aprender el castellano como lengua vehicular y b) gran desfase curricular como consecuencia de su no
escolarizacin en el pas de origen, estuvieran informados sobre la poblacin inmigrante que atendern y capacitados en la resolucin de conflictos que pudieran surgir entre los
alumnos durante el proceso3.
Vemos pues que el derecho a la educacin desde una perspectiva intercultural hoy en
da requiere necesariamente contar con maestros de nuevo tipo, no solo conocedores de
las condiciones e historias culturales de los alumnos sino profundamente sensibles y convencidos de que la lucha contra la discriminacin, la intolerancia y la exclusin significa
su propia apertura cultural para permitir el libre flujo de influencias que enriquecern a
todos los involucrados, lo cual de hecho -como acertadamente seala Xavier Besal- es
mucho ms necesaria para los hombres y mujeres de las sociedades receptoras4.
III. DERECHO A SER PROTAGONISTA DE LA HISTORIA
El anlisis sobre las tensiones entre el deber ser polticamente correcto (lo intercultural, multicultural, etc.) y lo que realmente existe puede llevarse tanto a los planes y programas de estudio, como a los contenidos de los diversos libros escolares. Con ello empezamos a comprender el por qu se dan situaciones de contradiccin flagrante entre los
objetivos interculturales que se pretenden perseguir y las acciones reales que se emprenden en dicho sentido.
Marc Ferro en su ya clsico Cmo se cuenta la historia a los nios en el mundo entero?5 ha mostrado con claridad y amplitud la manera en que la historia es un objeto maleable a disposicin de los grupos de poder. Su anlisis de la manera en que les es enseada la historia a los nios africanos, rabes, persas, europeos, rusos, armenio0s, chinos
japoneses estadounidenses y australianos no deja lugar a duda de que, en efecto, la historia es escrita por los vencedores. La historia se tergiversa a modo para ser capaz de reflejar la imagen que las clases dominantes tienen de s mismas. En Mxico Miguel Len Portilla ha reconstruido la manera en que los grupos indios (desde entonces los otros) vivieron y explicaron la conquista espaola; el nombre de su libro es por dems atinado: Visin
de los vencidos.6 La posibilidad de escuchar, de leer a los otros rompe de facto la univo2 a) CONAFE (1999): Educacin intercultural : una propuesta para poblacin infantil migrante, Mxico,
Consejo Nacional de Fomento Educativo.
b) BEDMAR M. (2002): La educacin social contra la exclusin: la interculturalidad, Estudios sobre las
culturas contemporneas, 16, Mxico, pp.83-95.
3 LAMAS P. Y AMOR M. (2003), Aulas de Enlace, Congreso Internacional VIRTUAL La nueva alfabetizacin: un reto para la educacin del siglo XXI, Espaa, CES Don Bosco.
4 BESAL X. (2002): Diversidad cultural y educacin, Espaa, Sntesis.
5 FERRO, M. (2000): Cmo se cuenta la historia a los nios en el mundo entero? Mxico, Fondo de Cultura Econmica.
6 LEN PORTILLA, M. (1998): Visin de los vencidos. Relaciones indgenas de la conquista, Mxico,
Universidad Nacional Autnoma de Mxico.
144
145
de guerra o paz y ningn plan revolucionario que le haya dado motivo para tener
una historia escrita. Nichrn tampoco ha producido algn personaje poltico, militar o eclesistico de jerarqua, ni es un centro comercial o ceremonial, menos an,
un lugar turstico.
Es decir, cuenta con todos los elementos para haber sido olvidada por cierta forma de hacer historia. (HERNNDEZ, 2003: 57)
A partir de todo lo anterior se va decantando otra propuesta ms: bajo esta atmsfera de reconocimiento y aceptacin de lo intercultural, el derecho a la educacin tambin
significa, entre otras cosas, incluir al otro desde su visin, cuestin que no es otra
cosa que favorecer procesos formativos intencionales donde se propicie la crtica a
la propia visin cultural sobre la historia que nos explica las diferencias. Las historias que hasta ahora no aparecen en el discurso hegemnico habrn de ser contadas y
valoradas como formadoras de nuestro presente y definidoras de nuestro futuro. La historia de los grupos subalternos (grupos tnicos pero tambin jvenes, mujeres, trabajadores, etc.). es parte axial de cualquier intento por pensar el derecho a la educacin en
las condiciones econmicas polticas, sociales y culturales del nuevo milenio. Al famoso poema de Bertold Brecht Preguntas de un obrero que lee hoy est tan vigente como
cuando se escribi.
IV. DESEMPOLVANDO LA PREGUNTA: QU HACER?
La responsabilidad asignada al sistema educativo para hacer frente a la complicadsima problemtica que el vivir juntos hoy en da nos significa es enorme, pues l debe
ser capaz de proponer estrategias y actuar a contracorriente de lo tradicional y por
siglos establecido. De ah que sea necesario salir al paso de dos posiciones preponderantes que, al final, son las dos caras de una misma moneda: integracionismo y biculturalismo.
La bsqueda de homogeneidad y el deseo de asimilacin constituy por aos la solucin histrica frente a la problemtica de la diferencia en nuestro sistema educativo,
cuestin que llev a erigir dos redes alternas de escolarizacin: la escuela indgena y lo
que se ha dado en llamar la escuela regular. En este sentido, los lugares comunes a
partir de los cuales ha tendido a estrecharse la mirada en torno a lo intercultural son
herederos de las nociones imperantes y constitutivas de estas dos concepciones educativas que si bien se han considerado como excluyentes, constituyen las dos caras de una
misma moneda en tanto que comparten entre s una visin homogenizante de la cultura,
desde donde se estructura un tipo de intervencin educativa a travs de la fijacin de la
diferencia y del establecimiento de fronteras infranqueables en trminos de identidad.
Visin que resulta fundamental superar, a fin de posibilitar una educacin de corte intercultural que reconociendo la diversidad como una ventaja pedaggica, se proponga ir
ms all del rescate o de la asimilacin cultural, al inscribirse claramente en la necesidad de favorecer la formacin de una ciudadana democrtica, que no es otra cosa que
la construccin de sujetos de derecho.
En este contexto de ideas cul ha sido el contenido de las creencias que han estructurado las finalidades educativas y la racionalidad pedaggica en torno a la diferencia en la
escuela? Amn de la complejidad que supone adentrarse en el anlisis de las creencias que
estructuran la racionalidad pedaggica, considero relevante resaltar dos creencias profundamente arraigadas que han resultado fundamentales en la estructuracin de los marcos
146
interpretativos desde donde cobran sentido las posibilidades y lmites para el tratamiento
de una formacin intercultural articulada a la ciudadana. Creencias que se expresan paradjicamente a travs de las dos caras de una misma moneda:
a) La impronta que busca la asimilacin: el otro es visto como idntico a m.
Tendemos a ver al otro desde nosotros mismos, a partir de ese lente, el otro se digiere
e integra dentro de un sistema coherente eurocntrico, que se gesta a partir de lo que se ha
llamado el sistema mundo europeo que deviene desde el siglo XVI y que ha nutrido los
esfuerzos educativos con vistas a civilizar.
Desde all el otro es visto desde su dficit de ciudadana, por lo tanto de lo que se
trata se afirma- es de salvarlo. Es el planteamiento cristiano de la conversin, que hoy
da, en el lenguaje de la globalizacin diramos reconversin. Desde esta perspectiva,
no hay camino posible para la visibilizacin del otro como sujeto de derecho. Se ve al
otro como menor de edad, incapaz de tomar decisiones y por lo tanto se justifica el acto
de abrogarse el derecho y la legitimidad que otorga el poder para decidir por el otro.
Es la mentalidad del protector que hace lo necesario por su bien (del otro). No se le
reconoce y mucho menos se confa en la capacidad del otro para construir su horizonte de futuro.
b) El tratamiento de la diferencia como legitimacin de un no ser en el mundo, en mi
mundo.
Se reconocen las diferencias, pero naturalizndolas, stas se fijan y cuando es necesario se reinventan. Se pone en el otro la razn de la diferencia: los indios son pobres porque as son, ergo porque son incapaces de salir de la pobreza. Es decir, se elimina toda
explicacin histrica acerca de la construccin asimtrica de las diferencias al poner en el
otro la dificultad de integrarse. La consecuencia de dicho argumento es que no existe responsabilidad frente a la diferencia y mucho menos frente a la desigualdad que se intenta
esconder detrs de ella, legitimando as la aparente inexistencia de espacios donde sea
posible construir lo compartido.
Desde esta posicin los derechos se resumen sobre todo en el derecho a la diferencia,
aunque en dicho discurso se oculte de manera perversa la intencin de sostener la desigualdad en aras supuestamente de respetar la diferencia. Me explico. No interesa lo compartido, ni existe un inters genuino por la construccin de un nosotros donde la diferencia en su complejidad sea rasgo de su riqueza. Por el contrario, se propone la recreacin
de la homogeneidad al interior de las culturas, vistas stas como universos de significacin ahistricos y cerrados en s mismos y por tanto, sin conexin con otras culturas. El
camino de la integracin del otro en estos mundos separados slo puede darse a partir de
una lgica de homogeneizacin democrtica en donde el otro ha de dejar de ser para tener
cabida en un mundo ajeno al suyo.
As las cosas, el dispositivo educativo no tiene otros caminos posibles que el biculturalismo o la asimilacin, cuestin que obtura inevitablemente la posibilidad de emergencia del discurso intercultural en las prcticas educativas.
Frente a este contexto Cul ha de ser el sentido que gue la reflexin que hoy da
nos compromete a un gran nmero de investigadores desde diversas trincheras, lugares
y preocupaciones, en el trnsito de un ideal bicultural hacia un planteamiento intercultural?
147
Hasta ahora los proyectos relacionados con la formacin para la interculturalidad y la formacin para
la ciudadana pareciera que van por carriles separados que, desafortunadamente, tampoco coinciden en las
metas perseguidas. Adems, dichos caminos tambin se consideran excluyentes uno del otro, lo cual significa que la visin acerca de la interculturalidad se realiza recreando una mirada tanto sobre el otro, ms cuanto en la forma de concebir a la diferencia que, construidas histricamente, devienen en propuestas que an
sin proponrselo profundizan la desigualdad, alejndonos de la posibilidad de construir una sociedad democrtica en la que todos tengamos un lugar en igualdad de derechos y en la posibilidad de ser y compartir en
nuestras diferencias.
148
nos representa y que se niega a ser digerida y/o integrada desde los marcos estrechos de
nuestra mismidad.
En este contexto la apertura a la diferencia resulta ser operacin compleja que condensa al desafo intercultural, sobre todo cuando abrirnos al otro supone reconocer nuestra vulnerabilidad, asumir lo inacabado de nuestra realidad y aceptar la relatividad y el
cambio como signos de nuestra poca. As, considero que nicamente a partir de la asuncin de la vulnerabilidad que acompaa la emergencia e implosin de la diferencia, es
posible ejercer la crtica de la propia cultura.
El planteamiento hasta ahora esbozado nos conduce hacia la necesidad de pensar la
alteridad en la formacin. Lo anterior supone romper con el sentido unilineal que caracteriza a la racionalidad educativa sustentada a partir de un concepto ordenador de progreso
y de civilizacin, oponindole otra racionalidad de carcter descentrado sustentada en el
reconocimiento de la existencia de una gran multiplicidad de maneras de percibir el tiempo y el espacio distintas a la propia.
Toda esa enorme complejidad filosfica, poltica y cultural alrededor de la constitucin
de la nocin interculturalidad, tiene su expresin dentro de la educacin en el necesario
trastocamiento de los sentidos bsicos que hasta ahora han guiado a la intervencin escolar. As las cosas, el interculturalismo en la educacin demanda el desarrollo de competencias ligadas a dos procesos bsicos relacionados entre s:
El ejercicio de la crtica a la propia cultura a partir de la asuncin de la relatividad
y el cambio de toda formacin social e histrica, pero adems
La aceptacin y el reconocimiento de la vulnerabilidad propia y la apertura al otro
en un contexto de obligacin moral. Cuestin que involucra entonces, una dimensin
tica en la interculturalidad.
En este contexto, el ejercicio intercultural en el sentido que se plantea, implica:
Abrirse a la otredad para redimensionar lo nivoco de la visin de la modernidad que
asumimos y reconocer que la diversidad nos enriquece, en la profundidad de lo que
significa, que no es otra cosa que abrirse a la otredad como exterioridad a mi, en condiciones de igualdad.
Reconocer al otro en lo que se comparte obliga a visibilizar al otro como persona, ya
no desde el dficit, sino desde el reconocimiento, cuestin que obliga a la legitimacin de otras formas de ser, de pensar, de vivir y de soar.
El descentramiento como condicin de visibilizacin del otro y su constitucin como
sujeto de derecho. De otra manera, el discurso en torno a los derechos humanos resulta
vigente solo para unos cuantos, mientras que para la mayora resultar letra muerta.
Se asume as la implicacin tica que contiene el planteamiento intercultural, ms all
de la dimensin cognitiva propiamente dicha y de los acercamientos folklricos que, sin
cuestionar la asimetra que caracteriza la relacin entre las culturas, resultan insuficientes
para responder la pregunta acerca de cmo generar condiciones para la vida y la participacin de todos los seres humanos.
Se trata de privilegiar procesos formativos que permitan visualizar la relatividad y el
cambio como elementos inherentes a la vulnerabilidad de nuestras propias formas culturales, as como propiciar la desnaturalizacin de las diferencias a travs del reconocimiento de que la supuesta superioridad de unas culturas sobre otras, no es ms que una
construccin cultural que busca naturalizar las diferencias sin cuestionar que la asimetra
149
se ha producido a travs de las interconexiones que las diversas culturas han mantenido
histricamente.
Se trata de estructurar estrategias de descentramiento que den cauce a la vulnerabilidad a fin de dar cabida a otras racionalidades, distintas a la propia, que permitan movimientos tendientes a la afirmacin cultural, en los marcos siempre provisionales y cambiantes de las identidades. Slo as, desde la vulnerabilidad, ser posible hacernos cargo
de las causas que producen la diferencia en tanto desigualdad, a la vez que asumir la obligacin moral de asumir una responsabilidad frente al otro y con el otro, ms all de la
dimensin folklrica de algunos planteamientos supuestamente interculturales.
En este horizonte reflexivo, Qu aspectos tendramos que atrevernos a pensar desde
la alteridad en torno a la interculturalidad y la ciudadana? Si bien desde la alteridad, las
lneas estallan y se vuelven por naturaleza ms all de lo posible de pensar, me atrevo a
vislumbrar algunas posibilidades que bien contribuiran a descentrar nuestra racionalidad
pedaggica centrada en la mismidad, a continuacin enuncio algunas de ellas:
a) Romper con la idea de redes alternas de escolarizacin. La apuesta a las redes de
escolarizacin diferenciadas que supondran mundos aparte tienden a fijar identidades y recrear la desigualdad en aras del supuesto respeto a las diferencias,
resultando estrategia incapaz para resolver el problema acerca de cmo generar
condiciones para vivir juntos de otra manera. Por el contrario, se requiere una formacin incluyente para todos los nios y nias que contenga una ptica intercultural desde donde sea posible realizar la crtica a todas las socializaciones posibles
en contextos de dilogo intercultural.
b) Pensar las culturas desde la interculturalidad. Resulta fundamental el cuestionamiento de la idea de pensamiento nico que gua el accionar de la escuela, as
como la arrogancia de buscar ritmar la historia toda a partir de una sola idea de
tiempo, que vuelve universal aquello que de por s resulta particular. El hecho de
que los otros no tengan historia con nosotros, no significa que no la posean. As
mismo, es necesario repensar el sentido evolutivo y la concepcin excluyente de
cientificidad que prevalece en las curricula. El problema no es ingresar al otro
como dato a curiosear o simple adicin temtica dentro de un programa de estudios, sino generar situaciones que permitan darnos cuenta que existen formas de
pensar, de ser, de vivir y sobre todo de resolver los problemas diferentes a los nuestros a fin de ser capaces de realizar la operacin de imaginar nuevos mundos posibles. Es decir, generar procesos pedaggicos que favorezcan el descentramiento, a
partir del desarrollo de dos procesos bsicos implicados en el desarrollo de competencias para la comprensin intercultural: la relatividad y el cambio. Es decir,
cuestionar la racionalidad y la acepcin de cultura que legitima etnocntricamente
lo que lo que se ha de ensear y aprender en la escuela.
c) Articular memoria y destino, tradicin y cambio dentro de la formacin. La prdida de la memoria es, para el hombre, la del destino. En este sentido: de qu nos
sirve conocer nuestro pasado si no es para comprendernos y desde all forjarnos
una identidad como sujeto de derecho, con derecho a imaginar formas de ser y de
vivir? Pareciera que el campo de lo intercultural es la tradicin, el pasado, aquello
que fue y sobre lo cual es necesario realizar acciones de rescate cultural. Desde esta
perspectiva se plantea el rescate de lo perdido, cuestin que en el caso de las culturas nuestras es totalmente inexacto. Las culturas no se ha perdido, extinguido o
150
cualquier otro sinnimo de ineludible eliminacin histrica; al contrario: las culturas sobreviven resignificndose. La posibilidad de articular la interculturalidad
con la ciudadana estar dada en la medida en que sea posible articular pasado y
futuro. De no ser as, el discurso intercultural estar muy lejos de desarrollar el sentido de eficacia poltica, condicin para el ejercicio de una ciudadana.
d) Generar pedagogas que favorezcan condiciones verdaderas para el dilogo. La
nica manera de realizar la crtica de la cultura es reconocer que mas all de lo que
nuestra mirada puede percibir, existe un otro distinto, imposible de asir y por lo
tanto de digerir desde nuestra propia racionalidad. Por ello es necesario generar
verdaderas condiciones para el dilogo. De ah que resulte fundamental ir ms all
de la concepcin estrecha de la tolerancia liberal, en donde lo que prevalece es la
indiferencia en torno a la diferencia. Se trata de prestar atencin, es decir, de interesarse por el otro. Se trata de que la educacin intercultural adquiera claramente
una dimensin tica.
e) Centrar el trabajo educativo a partir de estrategias de reconocimiento, que favorezcan el desarrollo del sentido de eficacia poltica, que no de rescate cultural. Ir
ms all del disciplinamiento y la enculturacin en la cultura propia, a fin de poner
en el centro el desarrollo del sujeto en trminos de la bsqueda de la dignidad
humana, en el reconocimiento de su dimensin histrica y en la bsqueda de la
liberacin de la imaginacin y la creatividad para pensar nuevos mundos posibles.
Estrategias de reconocimiento seran las palabras clave a travs de la cual fuera posible tejer la Interculturalidad y la Ciudadana, en tanto que permiten pensar la posibilidad
del deseo desde la memoria. Ello, a su vez, posibilitara las lneas de fuga al cors construido por el disciplinamiento y la enculturacin, permitiendo el ejercicio la crtica a todas
las socializaciones posibles. Supone incorporar el yo y la subjetividad como momento fundamental en la formacin. Ese es uno de los grandes retos.
Ahora bien, los trabajadores del sistema educativo contamos con una gran posibilidad
para avanzar en la resolucin de este problema, una enorme herramienta: la educacin, la
escuela. En la medida en que la labor educativa es una accin intencional que pretende
modificar prcticas, es en ella donde podemos enganchar algunas de las cuestiones desarrolladas hasta aqu. As, la escuela se plantea como un espacio privilegiado donde la
accin intercultural muestre la riqueza que el intercambio multidireccional entre todas
esas culturas puede generar. No slo se trata de que el maestro intente mostrar y construir
las bondades, beneficios o como le queramos llamar de los valores culturales que el posee,
sino que tambin es menester que sea capaz de estar abierto a ser enriquecido por otras
culturas; lo cual, como hemos visto, slo es viable si se ha creado de manera autntica la
comprensin y aceptacin de la otredad.
Hace ms o menos tres aos se firm en un municipio chiapaneco un convenio para
realizar un proyecto de educacin autnoma que abarcara los niveles de preescolar, primaria, secundaria abierta y primaria para adultos. Dentro de los compromisos firmados
por los padres y las madres impulsadores del proyecto destaco los siguientes que debido
a su importancia reproduzco en extenso:
Educar de manera integrada a sus hijos e hijas, dando una disciplina respetuosa de los derechos del nio, en la que sin maltrato, nios y nias aprendan a respetar a los otros, sin golpearlos ni humillarlos; aprendan a reconocer sus errores y a
pedir disculpas, aprendan a respetar la naturaleza, prohibiendo el uso de tiradores
151
para golpear o matar animales, tengan cuidado de los animales propios para que no
daen las propiedades o a otras personas, aprendan a cuidar la salud del ambiente,
no tirando la basura en los ros, ni en el campo, fuera de los basureros, aprendan
palabras buenas, dulces y respetuosas de los otros, y no palabras que daen la dignidad de los dems, para ello, los padres cuidarn de su lenguaje delante de los
nios y nias, aprendan a respetar las costumbres de los otros: su forma de vestir,
de hablar, de pensar, de creencias y gustos; reconociendo el derecho a ser diferentes, (...) tengan una relacin estrecha con su mam y su pap, en donde tengan el
derecho de ser escuchados y de comunicar sus necesidades, (...) aprendan a compartir sus experiencias y objetos, aprendan que los problemas se resuelven en el dilogo entre el promotor o los promotores, los padres y el nio, aprendan a participar
y hacer propio el proyecto educativo para que un da, ellos y ellas tambin sean promotores de Educacin Autnoma.9
Hoy es necesario edificar desde las bases mismas, desde sus aspectos ms elementales,
un ejercicio, una prctica diaria intercultural, democrtica. No faltara quien vea en esta
reflexin algo as como una recuperacin romntica y trasnochada de alguna utopa extinguida. Pero el que una comunidad de uno de los estados ms olvidados por la modernidad
(por lo menos hasta 1994), plantee como prioritaria la necesidad educativa de que sus
hijos: Aprendan palabras dulces, buenas y respetuosas de los otros, (...) aprendan a respetar las costumbres de los otros, (...) aprendan a participar... es la forma idnea de asumir que inclusin, pluralidad, responsabilidad, etctera, no son conceptos abstractos; que
la otredad adquiere un sentido concreto, especfico para la democracia; que puede existir
otra hegemona cuyos objetivos no sean la desmovilizacin consumista, la exclusin y eliminacin del diferente o en dos sencillas palabras: despolitizacin e intolerancia. Es obligacin de la educacin hacerse presente en esa lucha sin importar el lugar geogrfico en
que se tenga que dar.
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9 Convenio educativo que se celebra entre las madres, los padres y el Comit de Educacin Autnoma de
la Comunidad de Monte Flor, Municipio Autnomo Tierra y Libertad (Chiapas), y el Instituto de Investigaciones Pedaggicas a.c. (Fotocopia), s/f, s/l
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153
INTRODUCCIN
La escuela constituye el espacio social que da continuidad a la experiencia de la familia, es el primer escenario de carcter general en el que el nio aprende a ser un sujeto de
vida social. En ese espacio social, especialmente el de la Educacin Bsica se busca la formacin integral del mismo, de tal forma que le permita tener conciencia de su ser para
convertirse en agente de su propio desarrollo; de aqu el carcter formativo ms que informativo de este importante nivel educativo.
De all que el docente de la primera etapa de Educacin Bsica debe cumplir con la
altsima responsabilidad de educar y formar, para lo cual ha de desempearse con una
actitud abierta al cambio capaz de interpretar y reflexionar las condiciones reales del
medio y la comunidad donde se desenvuelve, actuando asertivamente y desarrollando en
los educandos comportamientos adecuados.
No obstante, el trabajo conductor del docente, se ve entorpecido con una serie de dificultades, producto de la agresividad en los centros educativos donde son cada vez mayores sus manifestaciones como consecuencia de la crisis social, cultural y familiar que se
esta sufriendo actualmente en Venezuela, El problema comienza cuando se aborda la
resolucin del conflicto a travs del ejercicio de la autoridad, del castigo u otros medios
que provocan un clima de tensin en el aula o en el hogar que tanto el docente como el
padre no estn preparados para resolver.
Partiendo de la anterior inquietud, surgi la necesidad de efectuar este estudio, orientado a responder a las siguientes preguntas de investigacin: Ser posible determinar las
principales causas que originan la agresividad en los educandos, de las Unidades Educativas seleccionadas?; Influye el entorno en el modelado del comportamiento agresivo de
los nios y nias?; Se podr minimizar la agresividad de los docentes padres y represen154
horario, la planificacin, las comisiones de trabajo, que evaden o dificultan la comunicacin y no atiende los aspectos acordados y asumidos en los Consejos Docentes. Estos
docentes se muestran poco dispuestos a participar en actividades diferentes a las desarrolladas en el aula de clases, muestran apata para los trabajos comunitarios y slo participan en eventos festivos y deportivos.
Para abordar el problema de la agresividad se hizo necesario aclarar determinados conceptos relacionados con el tema, ya que las definiciones no estn consensuadas, siendo
este uno de los aspectos que dificultan la unicidad de criterios desde el inicio. Para ello
recurrimos a autores que han estudiado y analizado este tema como Bandura, (1981), que
define la agresividad como aquel comportamiento que produce dao a las personas y la
destruccin de la propiedad . Gutirrez (1992), considera que son perturbaciones del comportamiento, persistentes y reiterativas con familia, compaeros y la sociedad que sobrepasan los niveles de tolerancia del medio, estando estos delimitados por patrones familiares, escolares o sociales. Por su parte, Gispert (1995) establece que es una expresin externa de violencia fsica y verbal en la que el individuo acta contrariamente a las normas y
pautas que se han consolidado en la sociedad. En las tres definiciones encontramos presente algn tipo de agresin y actuacin contraria a lo establecido en las normas de convivencia social.
Para efectos del presente trabajo la agresividad ser entendida como toda expresin de
violencia fsica y verbal o perturbacin del comportamiento humano, persistente y reiterativo contra la propiedad, la familia, los compaeros de estudios o de trabajos, y dems
integrantes de la comunidad educativa que producen dao y contrara a las normas de la
escuela y pautas sociales.
Este trabajo de investigacin se sustent en los aportes de las teoras; de Aprendizaje
Social de Albert Bandura (1981) y la Humanstica propuesta por Carl Rogers (1984).
Bandura seala que las pautas de comportamiento pueden aprenderse por propia experiencia y mediante la observacin de los comportamientos de otros. Seala que los comportamientos dependen de una serie de factores ambientales (estmulos, refuerzos y castigos).y de factores personales (creencias, pensamientos, expectativas), que interactan
entre s. En sus investigaciones sobre la agresividad evidencia que el hecho de ver a otra
persona comportndose de forma agresiva puede incrementar la agresividad de los nios,
quienes no se limitan solamente a una mera conducta imitativa sino que inventan nuevas
formas de agresin. Es decir, para este terico la conducta agresiva se aprende gracias al
modelaje.
Por su parte, Rogers (1984) plantea que existen situaciones enajenantes que pueden
bloquear el desarrollo constructivo del ser humano, pero incluso en estos ambiente adversos, las personas conservan su tendencia hacia el desarrollo integral. La motivacin del
ser humano es su autorrealizacin que le lleva a tender hacia el desarrollo de sus potencialidades. Tambin indica que la familia es de gran influencia en la bsqueda de acciones
positivas y que los requerimientos de amor de las personas son significativos en su vida.
Es importante destacar que la filosofa Humanstica, en la cual se ubica Rogers, no
niega la existencia de impulsos agresivos, que surgen como producto de la enajenacin
en la cual el ser humano pierde contacto consigo mismo, se cierra y adopta actitudes
defensivas llevndolo a la incongruencia y a la contradiccin. Rogers, recomienda un
aprendizaje vivencial, donde los educandos puedan percibir y transferir hechos de la vida
cotidiana, significativos. Esto sucede cuando se involucra a la persona en su totalidad, con
sus procesos afectivos y cognitivos
156
criterios: disposicin de docentes y representantes a participar, estudiantes con comportamientos agresivos y sin haber sido sometidos a proceso de mediacin; padres y representantes asiduos a las escuelas.
Las tcnicas de recoleccin de informacin utilizadas fueron la observacin participante, la entrevista a profundidad y el registro de notas; y de grabaciones y videos. A fin
de garantizar la validez de la informacin recabada, se utiliz la tcnica de triangulacin
de fuentes. Las etapas, fases y procedimientos de la investigacin se presentan en la grfica siguiente:
Etapa I
Diagnstico
Sensibilizacin
Motivacin
Anlisis
Reflexin
Planificacin
Formulacin del plan de accin
Planificacin
Compromiso
Legitimidad
Etapa III
Aplicacin
Reflexin Crtica
Etapa II
Capacitacin
Estrategia
Motivacin
Atencin individual
Seguimientos
Etapa IV
Evaluacin
Anlisis
Reflexin
Ac
tor
Co
es
Ag ndu
res cta
iva s
s
Docentes
Estudiantes
Padres y
Representantes
Verbales
Fsicas
Pellizcan y halan el
cabello, patadas,
daan, objetos de la
institucin y de sus
compaeros, hurtos,
rias rebeldes.
Psicolgicas
160
No pido permiso para salir de
casa,
no hago caso a
mi mam, le
respondo mal a
mi mam,
me hace falta
mi pap, mi
mam y mi pap
siempre pelean,
Cando se le
pierde dinero a
mi mam,
le pego a mis
hermano
Saco malas
notas,
Docentes
Me siento muy
mal, a veces
tengo baja autoestima,
siento frustracin,
mi carcter es
muy difcil, soy
un nio maltratado, falta de
afecto de sus
compaeros,
descuido en su
aspecto personal
y con los tiles
escolares, indecisos, dependiente s, irresponsables con
sus actividades,
irrespetuosos,
sentimientos de
que los padres y
maestros no los
quieren..
Causas
Porque no hago
caso a mi
mam,
le pego a mis
hermanitas, no
pido permiso
para salir de
casa, llego
tarde, me quedo
jugando con
mis amigo al
salir de la
escuela, no
cuido bien a mi
hermana, m me
com la leche,
mi mam llego
brava del trabajo, no cumpl
con las tareas y
la maestra
llamo a mi
mam,
Actividades
Consecuencias
Estudiantes
Causas
Escuela A
Actividades
Consecuencias
Escuela C
Exclusin de
los nios de la
escuela, trato
inadecuado a
Me quedo
Nios agresivos
jugando con mis y agresores
amigos
Nios y nias
temerosos y
tmidos, hogaNo cumplo con res desarticulalas tareas
dos, hombres
violentos, peleas familiares y
en la escuela,
le agarro las
Enfrentamiencosas a mi
tos en la comuherma
nidad
Causas
Consecuencias
Escuela B
Actividades
Cuadro N. 2. Testimonios sobre agresividad expresados por los actores de las escuelas y actividades remediales sugeridas.
Escu
Acto ela
res
161
Escu
Acto ela
res
Consecuencias
to escolar.
del docente
falta de estrate- Alto rendimiento escolar que
gias rutinario
utilizan para
Resistencia al
justificar su
cambio, Poca
atencin con comportamiento, exclusin de
afecto.
la escuela
Padres cmplices y desatienden la indisciplina de sus
hijos y no reconocen los errores de sus representados.
Causas
Escuela A
Actividades
cientes y no
atienden la
indisciplina,
mucha agresividad en la comunidad, falta de
autoridad del
Director de la
escuela, no lo
respetan, descuido de los
padres, padres
trabajan todo el
da y los dejan
solos, los nios
no tiene normas, trato del
docente.
Causas
lidad entre los
actores, descalificacin. Prdida de autoridad,
inasistencia reiterada de alumnos a la escuela
y de padres y
representantes a
las reuniones.
Consecuencias
Escuela B
Consecuencias
Causas
Actividades
Escuela C
cuacin de la s
metodologas de
trabajo, consenso en cuanto a
la forma de
abordar las relaciones con los
grupos, bsqueda de soluciones, revisin de
Reglamentos y
normas.
Insistir en el
logros de aprendizajes significativos y el uso
de estrategias
para el rescate
de los valores,
discutir y conocer la LOPNA,
favorecer el respeto, amistad, el
compartir, el
dilogo, fomentar la responsabilidad, revisar
y mantener
acuerdos, reinsertar los estudiantes excluidos, hacer
seguimiento de
los alumnos,
crear la escuela
para padres.
Actividades
162
Causas
Consecuencias
Escuela A
Escu
Acto ela
res
Actividades
Consecuencias
Actividades
Causas
Escuela B
no quieren ir a
la escuela
no salen sin
permiso, los
maestros no los
tratan con amor
y cario, trabajo
mucho, todo el
da y estoy cansada, que los
docentes no
sean tan autoritarios.
No hacen caso,
pelean mucho
Causas
Actividades
Reiro de los
Organizar actinios de la
vidades grupaescuela, nios les, comunitatrabajando en
rias cooperatiedad escolar,
vas, juegos,
agresin e
favorecer la
insulto de
educacin en
docentes y
valores, buscar
directivos, cas- soluciones con
tigo fsico, ver- especialistas,
bal y psicolgiEstudiar los
co de los nios
Reglamento y
normas,
Que nos enseen a usar
estrategias para
el rescate de los
valores en la
familia, discutir
y conocer la
LOPNA, organizar encuentros
entre nios y
padres, crear la
escuela para
padres en la
comunidad
Consecuencias
Escuela C
Las Estrategias de Mediacin utilizadas para minimizar la agresividad durante el desarrollo de las actividades contenidas en el plan de accin final de cada escuela, fueron las
analizadas en la revisin terica del tema y las sugeridas en los encuentros con los actores, tal como se presentan en el cuadro n 3.
Cuadro N. 3 Estrategias de Mediacin utilizadas en cada una de las etapas de la
investigacin en las tres Unidades Educativas:
Estrategias de Mediacin
Etapas
Crculos de
Calidad
Ayuda entre
iguales
Desarrollo de la
asertividad para
vctimas
Desarrollo de la
empata
Docentes.
Alumnos.
Padres y representantes.
Investigadores.
Participan en las
diferentes actividades
Se realizaron los
juegos, actividades
de dramatizacin
como el pesebre
viviente, lectura de
prensas, pinta cuentos, da de la bandera, da del rbol, da
de la madre, da del
padre, se publicaron
los trabajos y dibujos en las carteleras.
163
Categoras
Subcategoras
Gritos: considerados como formas
de comunicacin, palabras obscenas,
tono de voz muy alto, ofensas burlas,
discusiones.
Sobrenombres: calificativo asignado
por los padres y dems integrantes de
la comunidad a los nios, nias, adolescentes. Ejemplos, La chiqui, la
chiri, caqui, boca de bagre, oo,
tacupay, chicharra, amarillo, lolo,
coneja, ratona, miyo, gorda, piqui
Gestos despectivos: acciones que se
expresan a travs de gestos corporales (miradas, expresiones faciales).
el maestro mira muy feo a uno.
Violencia Fsica:
Golpes: maltrato fsico como forma
uso excesivo de la fuerza de corregir una situacin. La nica
fsica que tiene la intencin manera que tengo de que me haga
de causar dao.
caso es pegndole Jalar las orejas y
pelo pellizcar.
Violencia Psicolgica:
Autoritarismo: mecanismo ejercido
accione expresadas oculta- por los padres, docentes y directivos
mente que afectan el com- para lograr controlar la disciplina de
portamiento de los actores. los educandos maltrato u otro tipo de
accin degradante que produce en
los actores trauma en su estructura de
la personalidad generando personas
carentes de afecto y con problemas
graves de comunicacin. Le tengo
miedo a mi maestra me va a mandar
a la direccin no revisa mi tarea, a
mi compaero le tengo miedo por
que es ms grande que yo, Yo soy
la mxima autoridad si no cumplen
se les levanta un acta.
Entre otros resultados obtenidos, se debe destacar que fueron logrados todos los objetivos, metas y tareas propuestas. Al respecto se debe indicar que se realizaron el 100% de
las actividades planificadas, las cuales facilitaron a los padres y representantes, docentes
y estudiantes, solventar situaciones de comportamientos agresivos. Ver Cuadro N 5.
164
Actividades
Resultados obtenidos
Crculos de
Calidad.
Ayuda entre
iguales.
Designacin de la comisin
de disciplina, comisiones de
guardia, seleccin de estudiantes y padres y representantes colaboradores,
Elaboracin de horarios de
atencin individual y colectiva. Organizacin de grupos
de nios para ayudar a sus
compaeros; de padres para
ayudar a otros adultos; y de
docentes, para reflexionar
crticamente sobre la problemtica.
Desarrollo
de la
asertividad
para
victimas.
Nombramiento democrtico
de la coordinadora de la red
escolar del consejo de proteccin al nio y al adolescente.
Desarrollo
de la
empata
para
agresores.
Fomenta de valores religiosos entre los alumnos a travs de catequesis, la coronacin de la virgen, las comuniones.
Celebracin de efemrides y
fechas especiales (festivales
y encuentros deportivos).
165
CONCLUSIONES
Los comportamientos agresivos presentes en los actores sociales de las Unidades
Educativas La Viga, Cerro Peln y Vigiadero, 1ra etapa de Educacin Bsica, fueron de tres tipos: verbales, fsicos y psicolgicos y no presentaron diferencias entre
escuelas.
Entre los factores que favorecen el comportamiento agresivo y afectan el proceso
enseanza aprendizaje en las Unidades Educativas se encuentran: el entorno, los
medios de comunicacin, falta de estrategias de mediacin, la formacin y el trato
recibido en el hogar, la indiferencia de los padres y docentes, el desconocimiento y
aplicacin de la normativa vigente.
Las necesidades de capacitacin y formacin planteadas por los docentes, relacionadas con el comportamiento agresivo en la escuela, fueron: talleres y cursos sobre uso
de estrategias, relaciones interpersonales, problemas de conducta, agresividad y
aprendizaje.
Las necesidades educativas sobre comportamiento agresivo presentes en padres y
representantes de la escuela fueron: talleres de relaciones familiares, relaciones interpersonales, valores, cultura y tradiciones, escuela de familia. Tambin sugirieron la
atencin urgente de especialistas en el tema, especialmente de psiclogos.
La Interaccin Social como estrategia disminuy el comportamiento agresivo en
estudiantes, docentes y padres y representantes de las Unidades Educativas.
Las Estrategias de Interaccin Social desarrolladas han producido una mejora significativa del comportamiento de los nios y nias de la 1era Etapa. No obstante, ser
necesario dar continuidad al trabajo desarrollado para lograr que se consolide el logro
obtenido.
Los docentes que participaron en el estudio han coincidido en mantener su compromiso de minimizar los comportamientos agresivos en la escuela.
Los encuentros de reflexin y organizacin participativa de las actividades, incidi
positivamente en la actitud de los docentes, alumnos, padres y representantes, quienes demostraron cambios significativos en su comportamiento.
Las relaciones interpersonales entre docentes y alumnos mejoraron notablemente,
situacin que se pudo observar al verlos actuar .de manera disciplinada, tratando de
mantener en equilibrio armnico.
El personal directivo de las tres Unidades Educativas asumieron una actitud colaboradora, flexible y comunicativa.
La mayora de los representantes demostraron disposicin de participar y de incorporarse a las diferentes actividades; y, los docentes asumieron su responsabilidad de
canalizar las situaciones de agresividad que se presentan en el aula o la escuela, involucrando a los padres en la solucin de la situacin
Se evidenci la presencia de un alto porcentaje de nios con carencia de afecto familiar, apoyo y reconocimiento, volcando estas carencias en el afecto de los docentes,
personal obrero y administrativo de las escuelas.
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166
167
171
172
173
clase social y econmica baja, y de una etnia y cultura considerada minoritaria, pero que
en el caso de Guatemala se invierte, pues la poblacin indgena maya- conforma el 60%.
Tambin son objeto de anlisis las acciones de voluntariado y de solidaridad, y se cuestionan las acciones de cooperacin oficializadas: entre otras, aquellas centradas en una
visin paternalista-asistencial; las acciones profesionalizadas y nicamente tcnicas; las
acciones que son fruto de la competencia en el mercado; las acciones que responden a intereses de polticas gubernamentales y que resultan condicionantes y crean dependencias.
Junto a stas tambin existen ejemplos de acciones que parten del reconocimiento y valoracin de las otras personas, y buscan establecer relaciones socioeducativas formativas
para todas y todos es esta la perspectiva que se quiere adoptar en el proyecto de prcticas-.
Atendiendo a la finalidad global del proyecto, los objetivos formativos que nos planteamos pueden sintetizarse en los siguientes:
Ofrecer, en los planes de estudios, itinerarios y experiencias de prcticas en contextos fuera de Catalua, favoreciendo, de esta forma, el conocimiento de otras realidades polticas, econmicas, sociales, culturales, educativas, realidades que, bajo un pensamiento reduccionista y dicotomizado, se identifican como la periferia, como el sur, o
como el subdesarrollo. Se busca romper con dichos esquemas, para descubrir y hacer otras
lecturas alejadas de los tpicos y los prejuicios eurocntricos a travs de un proceso de
acercamiento a la realidad de Centreoamrica, de Guatemala, de forma indirecta (lecturas,
explicaciones, vdeos), y directa (vivencia de la realidad).
Esta aproximacin, acompaada de la reflexin dialgica con voces diversas, quiere
despertar los procesos de comprensin crtica de unas realidades que, en el presente, tienen como reto la vivencia plena de los derechos humanos en un mundo globalizado econmicamente y condicionado por el pensamiento neoliberal. Pero adems, dicha comprensin ir abriendo el espacio para la creacin de conciencia, es decir, para distanciarse
de los determinismos fatalistas:
() abrir los ojos y tomar conciencia, conciencia para ver claro () la toma de conciencia crea algo
indispensable para el desarrollo: las motivaciones para el cambio y el deseo de alcanzarlo.8
SAMPEDRO, J.L.; BERZOSA, C. (1996). Conciencia del subdesarrollo veinticinco aos despus.
Madrid: Taurus, pp.26.
174
lonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en veneno. ()El desarrollo desarrolla la desigualdad. 9
Los procesos de reflexin-accin que se promueven a travs de la realizacin de prcticas, enmarcadas en las aportaciones de las pedagogas sociocrticas, inciden en una formacin pedaggica impregnada de valores, una formacin cuya orientacin tica pone el
acento en el compromiso y la responsabilidad con la realidad local y global que vive cada
estudiante. Es en este sentido que la experiencia es significativa en el desarrollo de aprendizajes relevantes en la formacin como educadoras y educadores (de infantil, primaria,
secundaria, sociales) crticos y con una actitud abierta a la innovacin educativa y a los
cambios transformadores, educadoras y educadores que se alejan de los determinismos
para abrirse a un mundo lleno de posibilidades y de utopas.
Qu puede ser hoy la utopa? Desde luego, nunca ms un discurso cerrado de progreso que cifra la esperanza en un mundo futuro sin dolor a cambio del dolor del presente. Prefiero pensar la vida pensando que
hoy mismo podra ser ya de otra manera. Prefiero moverme hoy mismo porque eso es lo que ya me proporciona identidad, como nos ense Freire. Prefiero pensar la utopa como esa mujer en el cuento de
Eduardo Galeano a la que perseguimos y nunca alcanzamos, pero que en ese proceso de persecucin constante nos ayuda a continuar el camino. Prefiero como Adorno- sostener la utopa sobre la memoria, explorando sus races para recuperar experiencias que me ayuden a comprender mejor que es ahora mismo con
nuestras propias manos como podemos implicarnos en la construccin de la historia, que es tambin la
construccin de otro mundo posible. Prefiero pensar la utopa como una cartografa en proceso, como un
conjunto de mapas para orientar nuestro camino en un paisaje social hipersegmentado. Prefiero pensarla
como una caja abierta de herramientas que nos sern tiles en las futuras prcticas de libertad. 10
Descubrir y profundizar, a travs de las prcticas, en los significados de la democracia y de los derechos humanos, clarificando las dimensiones de universalidad e indivisibilidad de los mismos, y teniendo en cuenta la adopcin de matices diferenciales en contextos histricos y culturales diversos.
Las prcticas en Centroamrica, en comunidades de Guatemala, son un espacio para
pensar en las diferencias, pero tambin en la igualdad en la diversidad:
() la prevalencia actual de la diversidad () apoyada en la valoracin de la diferencia () impone una
lectura de la universalidad, segn la cual todas las diferencias deben ser igualmente accesibles por todos
y en todas partes. Esta interpretacin activa de universalidad y diversidad origina dos modos de universalidad, derivados de su incuestionable mutua dependencia: el primero es el de ofrecer un marco comn que
haga inteligibles todas las posibles diferencias; el segundo es de dotar de presencia y de accesibilidad ubicuas sus contenidos (). Los derechos humanos son un atributo consustancial a la persona humana y que,
por tanto, acompaan indefectiblemente a los humanos all donde se encuentren y sean cuales sean su condicin y circunstancias. De ah deriva su irrenunciable universalidad. Pero adems, forman un todo nico
indivisible en cuanto tienen un solo centro de referencia e imputacin, sea ste el ser humano en su especificidad individual o la humanidad en su expresin genrica. Ocurre, sin embargo tanto en su emergencia
institucional como en su ejercicio nos encontramos con una profunda divisin entre los derechos civiles y
ciudadanos por una parte y los derechos econmicos, sociales y culturales por otra.11
Posibilitar la vivencia de experiencias de prcticas vinculadas a mbitos de desarrollo profesional estructurados en el marco de polticas no gubernamentales y gubernamentales orientadas a la cooperacin y el desarrollo. La aproximacin, a travs de
9
GALEANO, E. (1971). Las venas abiertas de Amrica Latina. Madrid: Siglo XXI, pp. 2-3, 6.
MARTNEZ BONAF, J. (2005). El valor de la utopa en CARRILLO, Isabel (coord.). Diez valores
para el siglo XXI. Barcelona: cisspraxis, pp. 197-198.
11 VIDAL-BENEYTO, J. (ed.) (2006). Derechos humanos y diversidad cultural. Barcelona: Icaria,
pp. 14-20.
10
175
las prcticas, al mundo profesional de la cooperacin favorece un conocimiento real y crtico del mismo. Un mbito profesional que debera generar:
una fuerte conexin entre los programas de desarrollo y ayuda humanitaria con las campaas de sensibilizacin y de influencia social y poltica, impulsando cambios en el mbito local y global simultneamente. Las ONG deben facilitar que cada da ms personas se sientan ciudadanos y ciudadanas del mundo y
acten, dentro de sus posibilidades, para que estos cambios sean posibles.12
La experiencia de prcticas es tambin un espacio para la creacin de conciencia poltica, no necesariamente partidaria, pero s con una opcin beligerante, pues entendemos
que la educacin no es ni puede ser neutral. Adems, a travs de las prcticas se abre la
posibilidad de fomentar el encuentro entre personas de distintas culturas, un encuentro
condicionado ideolgicamente:
la ideologa y las motivaciones de partida, as como por el lugar desde donde se hace la cooperacin, as
como por las actitudes particulares de las personas que llevan a cabo sobre el terreno estos encuentros. A
travs de la experiencia de prcticas se quiere, adems indagar en los rasgos que condicionan las relaciones que se establecen en el amplio mundo de la cooperacin: la migracin de un o una cooperante, por
muy precaria que sea, siempre ser una migracin de lujo, slo por el hecho de llegar de un pas y de una
sociedad desde la que te puedes permitir el lujo de pagar un boleto de avin de ida y vuelta (); el papel
de donador o proveedor, aunque muchas veces slo sea desde el punto de vista simblico, establece inicialmente un tipo de relacin de poder (); en algn momento o de forma permanente, se produce la tendencia por parte de los y las cooperantes de establecer sus relaciones exclusivamente entre su grupo de
iguales y de espaldas a la realidad y a la gente del pas donde viven. 13
Revisar los marcos ideolgicos, el lugar desde donde se establecen las relaciones de
cooperacin, y reflexionar sobre las propias actitudes, son objetivos presentes en unas
prcticas que acercan al mundo profesional de la cooperacin educativa y de la justicia
social.
3. EL VIAJE COMO CONOCIMIENTO: MOMENTOS Y ESPACIOS DE
APROXIMACIN A LA COMPRENSIN DE REALIDADES DIVERSAS
El proceso que sigue el proyecto contempla una secuencia de acciones a lo largo del
curso universitario que se van desarrollando en diferentes momentos y espacios formativos.
Antes del viaje (finales de septiembre-diciembre).
Es el perodo donde se realiza, en el marco del Seminario de Cooperacin con Centroamrica, la primera aproximacin al pas, a la realidad histrica y del presente, y se introducen elementos que indagan en la complejidad de la cooperacin y el desarrollo. El
Seminario es un espacio formativo de preparacin de las prcticas que se desarrollarn en
Guatemala.
Dos das a la semana se van introduciendo conceptos sobre la cooperacin y las organizaciones no gubernamentales; informaciones sobre la situacin geogrfica, clima, entorno natural y cultural del pas; se habla de la poblacin y la diversidad, de su distribucin
y de la vida en el mbito urbano y rural; se explica la historia y la realidad poltica, econmica y social en un presente marcado por las huellas de la colonizacin y el conflicto
armado; y se analizan la concrecin de los acuerdos de paz y el camino hacia la democracia y los derechos humanos a partir de realidades concretas como la situacin de la pobla12
CARRERAS, I. (2001) El derecho a una vida digna, El Pas, domingo 10 de junio, pp. 17.
MOROLLON, M. (1999) Cooperacin internacional. Encuentros y desencuentros. En Pie de Paz, 15,
diciembre.
13
176
En blanc es una publicacin de la editorial Eumo (Vic), es un libro sin ningn escrito en su interior, es
decir, est conformado por un conjunto de pginas en blanco que podrn ser escritas por cada persona. Es un
libro para ser escrito para escribir en voz propia el viaje- y, en este sentido, es un libro de creacin constante
y de autora y contenidos diversos.
177
siguientes se vive en las comunidades con las familias.15 La semana final, antes del regreso del viaje, se realiza un viaje por el pas, por las zonas ms alejadas de las comunidades.
Durante este periodo tambin viaja profesorado de la facultad entre tres y cuatro semanas- para tutorizar las prcticas y desarrollar otras actividades de formacin16.
Es el momento del viaje y de vida en el pas, un espacio que permite observar la realidad y experimentarla a partir de visitas, entrevistas y conversaciones, y a travs del da a
da en las comunidades. Despus de los primeros das de adaptacin, de los primeros intercambios con la asociacin local, y de los primeros encuentros y conversaciones con las
personas de las comunidades, se abre un tiempo para volver a pensar dialgicamente las
prcticas que se irn concretando en acciones socioeducativas acordadas comunitariamente (estudiantes-comunidad-profesora tutora de la universidad).
La vida en familia, los espacios compartidos con el grupo y con otras personas de la
comunidad, as como las experiencias de conocimiento del pas (fines de semana), permiten ir reconstruyendo, dando nuevas formas y contenido, al imaginario creado antes del
viaje. Al mismo tiempo se plantean otros interrogantes, pues la diversidad e intensidad de
los espacios y momentos, de las vivencias cotidianas, constituyen experiencias ticas que
llevan a cuestionar las realidades que se viven y el porqu de las formas de vida del
norte y del sur. Y se despiertan valores que, en el propio contexto de vida, permanecan ocultos o latentes.
Durante dos meses el proyecto se va desplegando en acciones prcticas, llenando de
contenidos y de significados las lneas proyectadas y otras que van surgiendo en el da a
da en el pas. Se insiste en que las prcticas no se limitan a un espacio y un tiempo concretos, sino que contemplan la diversidad de vivencias. El guin de las prcticas y los
apartados de la memoria que se escribir al regreso, ofrecen orientaciones respecto a las
acciones que conformaran las prcticas. Destacamos las siguientes:
Actividades de conocimiento de la realidad, de la historia y del presente de Guatemala a travs de entrevistas, lectura de la prensa del pas, lectura de literatura (poesa, cuentos), y en general visitas a diferentes zonas del pas observando sus caractersticas y dinmicas, y conversando con mujeres y hombres, jvenes y nias y
nios.
Actividades de conocimiento de las comunidades a travs de la vida cotidiana, de
reuniones con las juntas directivas y comisiones de produccin, de mujeres, de educacin-, de entrevistas con las familias para realizar el censo, de participacin en
las asambleas Con la comunidad tambin se realizan otras actividades colaborando en la organizacin de fiestas, o en propuestas de reuniones, o acompaando en la
realizacin de gestiones comunitarias
15
En cada comunidad el grupo de estudiantes (unas seis personas por comunidad) se distribuyen en familias de dos en dos o en grupos de tres. Las familias son propuesta por la comunidad y cada estudiante realiza
una aportacin econmica para compensar los gastos que pueda generar su estancia. Cada ao se reside en familias diferentes. Las comunidades tambin van variando.
16 El Proyecto de Cooperacin con Centroamrica contempla dos lneas de actuacin:
a) Las prcticas de estudiantes con actuaciones diversas (ver las que se detallan, a modo de ejemplo, en este
apartado).
b) Acciones de intercambio y de formacin por parte del profesorado tutor de la Facultad de Educacin.
Son un ejemplo las conferencias en los estudios de pedagoga de la Universidad de San Carlos; cursos y talleres de formacin permanente de maestras y maestros; actividades de educacin de personas adultas;...
178
Actividades con la escuela, con maestras y maestros, con nias y nios, colaborando en las actividades de aula, explicando cuentos, realizando educacin fsica, psicomotricidad, ofreciendo recursos para atender la diversidad, compartiendo la organizacin del espacio y de los recursos pintar la escuela y el mobiliario, u organizar
las mesas y sillas del aula para trabajar en grupos, o clasificar y hacer uso del material didctico que ha sido donado por escuelas de nuestro contexto-. Tambin se
realizan capacitaciones con maestras y maestros sobre temas de su inters programacin, evaluacin, recursos para el aprendizaje como el juego-.
Actividades con adolescentes y jvenes en el contexto del instituto como por ejemplo talleres de autoconocimiento, de sexualidad; o encuentros en otros espacios
donde se realizan charlas de intercambio cultural, actividades deportivas
Actividades con jvenes y personas adultas como alfabetizacin, sexualidad y planificacin familiar, salud e higiene, violencia y resolucin de conflictos, derechos
humanos,
Actividades con la familia, momentos que se comparten y se conversa en las comidas, o momentos de acompaamiento, de estar con la madre en la cocina o en el ro
lavando, con el padre en el campo, con las nias y los nios Estos espacios son
importantes para hablar de su historia, de su vida en la comunidad, de sus retos. Son
tambin momentos significativos para hablar de los hbitos, de la salud, la alimentacin, la higiene, de la planificacin familiar, de la importancia de la educacin,
de no relacionarse de forma violenta con las nias y los nios
Visitas y reuniones con centros educativos relacionados con los estudios que se realizan: escuelas, sindicatos de educacin, centros de educacin especial, centros para
nias y nios de la calle,
En el viaje, durante las prcticas, el acompaamiento y orientaciones de las tutoras de
la facultad facilitan el proceso de concrecin de las acciones, y ayuda a tejer un proyecto
que se va nutriendo en espacios y momentos diversos. Es por ello que el viaje y la estancia en las comunidades tiene en cuenta en qu momentos es ms necesaria su presencia.
La llegada se realiza tras la primera/segunda semana de estancia del grupo en el pas, en
el momento en que se ha iniciado o se inicia la vida en las comunidades y se deben concretar y acordar las lneas de actuacin con las personas implicadas. Durante una semana
se acompaa al grupo en su da a da en la comunidad, se comparten los espacios en la
familia, se dialoga para pensar de forma contextualizada las acciones socioeducativas, se
da valor a las pequeas acciones que conforman el cotidiano, y se insiste en respetar los
ritmos y el hacer de la comunidad. No tener prisa es importante para estar al lado, para
intercambiar, para escuchar y entender, y para expresarse desde el propio yo. Tras un espacio de tiempo (que varia entre una o dos semanas) se regresa a la comunidad para de nuevo
acompaar y valorar como se est viviendo el da a da, y cmo se estn desarrollando las
acciones pensadas y acordadas. Es un buen momento para reorientaciones, para insistir de
nuevo en los ritmos del tiempo en las comunidades, para animar a otras acciones que se
vislumbran, para dejar aquellas que no son factibles. Es un momento de nimos y de valoracin afectiva. En los diferentes encuentros tambin se enfatiza la necesidad de ir vislumbrando los significados formativos de los lugares del pas que se visitan, y de las conversaciones con diferentes personas.
Durante este periodo la realizacin del DIARIO se convierte en un recurso que acompaa y es cmplice de lo que se va viviendo da a da, pues en l quedan registradas las
179
180
las escuelas con las que ya se haba establecido una relacin de colaboracin solidaria; o
la escritura de artculos para revistas diversas19.
En este espacio temporal adquiere importancia significativa la escritura de la MEMORIA a partir del diario de prcticas y de las fotografas realizadas que constituyen un diario paralelo en imgenes. Es el momento de recordar y de convertir la experiencia vivida
en escritura para que otras personas puedan leerla y compartirla. El guin de prcticas,
donde se recogen algunas orientaciones para la elaboracin de la memoria, se recupera
ahora despus de haber quedado en parte desdibujado, aunque presente como brjula de
viaje, durante la estancia en el pas. Es por este motivo que al regreso nos reunimos para
hablar de esta nueva experiencia que implica reconstruir aquello que se ha vivido. Por
delante queda un mes para plasmar los momentos vividos, pensados y sentidos. Dialogamos sobre la necesidad de distanciarse y de situarse para poder volver a mirar el viaje. La
memoria se ir escribiendo a travs de este dilogo con el propio yo, poniendo nombre a
la experiencia vivida con formatos y modalidades de escritura diversas: fragmentos de diarios, fotografas, textos literarios, prensa, entrevistas, cartas,
De nuevo, da a da, al hacer memoria se va nombrando lo vivido, y el recuerdo hecho
presente se va llenando de contenido con palabras, con imgenes, con la propia voz y la
voz de otras personas. Cada memoria es un acto de creacin propio, una historia nica e
irrepetible, una historia formativa que se aproxima a la realidad del pas, de su gente, de
su geografa y de sus paisajes; a los primeros das de adaptacin y percepcin de la realidad; a la vida en comunidad, en familia y con el grupo; a la infancia; a la educacin y la
situacin de las maestras y los maestros; la historia poltica y educativa de las personas
adultas ; y a las actividades desarrolladas en las comunidades. Este texto escrito incluye,
tambin, la valoracin de una experiencia que perdurar en la memoria impregnando el ser
y el hacer de cada estudiante.
Es as que afirmamos que:
La escritura es, de este modo, un espacio de silencio para recordar el camino y vislumbrar las huellas
dejadas, pero, al mismo tiempo, nos lleva a proyectar nuevos imaginarios a la luz de aquello que ya fue,
de lo que es y del futuro que an es incierto porque no es. (...) Al escribir podemos convertir en palpables las ideas, tejar espacios para escuchar los pensamientos en voz baja y observar detenidamente lo
que decimos. A travs de la memoria escrita, tambin podemos inventar otro presente que, en s mismo,
es punto de interseccin entre lo sucedido y lo que est por suceder; interseccin que abre el camino
para la interpretacin y la reconstruccin, para desandar lo que ya fue realidad y volver a soar. Escribir es, en definitiva, un acto ntimo que te permite penetrar en el mundo real e imaginado, y que te lleva
a inventar otra realidad.20
19 BAR, I.; CARRILLO, I.; CARBONELL, J. MATAVERA, L.; NICOLAU, M.; RIUS, G.; ROLDN,
M.; FONTCALDA, M. (2001). Sentir y pensar la realidad de Guatemala en Cuadernos de Pedagoga, 305,
pp. 62-66; CARRILLO, I.; MAESTRE, M.; MIR, A.; PUJOLS, A.; FAUS, B.; TORTS, C. (2003). Reflexions a lentorn duna experincia de cooperaci educativa a Guatemala dins Pissarra, 110, pp.50-52; SIMO,
D. (2005). Una experincia a Centreamrica. Una prctica psicopedaggica dins Papers dEducaci, 1; BOIXADER, M. (2005). Emocions viscudes dins Papers dEducaci, 3.
20 CARRILLO, I. (2001). Dibujar espacios de pensamiento y dilogo en Cuadernos de Pedagoga, 305,
pp. 51.
181
(...) un instrumento precioso y preciso, tanto de la vida colectiva como individual de la humanidad;
alguien lo ha definido como archivo de la vida. Porque, sin este archivo, sin una vida vivida, cmo se
puede vivir el puro instante de vida, que ya est pasada, ya se desvaneci cuando acab de nombrarla? Es
gracias a la memoria que esto es as. Hacer memoria, reflexionar, nos permite comprender con ms lucidez la realidad de una situacin actual que nos orienta hacia un futuro integrador y superador.21
21
Texto citado en: TORRENTS, C. y COLLELLDEMONT, E. (2001). Cuando la ancdota se eleva a categora en Cuadernos de Pedagoga, 305, pp.55-56.
182
ra. Ara amb les explicacions den Jacinto, Virgilio i Agapito revivia all que li havia explicat la seva mare,
i sadonava que no havia quedat tant lluny, que encara quedaven escletxes daquells anys dinjustcia.
(Elisabet Faus)
Ensean a aprender a mirar y a sentir, a palpar la precariedad en la calle, en los rostros de adultos y nias y nios
La capital est situada al centre de la zona sud del pas. Els protagonistes de la ciutat sn les camionetes
i els cotxes, ja siguin aquests ltims belles relquies atrotinades, o vehicles luxosos amb els vidres tintats
(fins i tot el parabrises), que circulen fora caticament i a velocitat elevada per les mateixes poques vies.
Amb el seu estrpit i el seu fum negre competeixen amb la msica de la Oreja de Van Gogh o la Shakira,
que surt de les botigues delectrodomstics, per veure qui crida ms. Com totes les ciutats, doncs, s sorollosa i catica (...)la gent del carrer s majoritriament ladina (vesteix amb roba occidental) i de classe
mitja-baixa, per tamb hi ha indgenes ladinitzats (encara que alguns mantenen la vestimenta tradicional
de la seva tnia) vinguts a les ciutats per la necessitat de sobreviure. La pobresa i la misria ms crua tamb
es deixen veure a la ciutat, en els homes bolos que jeuen adormits o semiinconscients al terra, al mig de la
vorera, indiferents al moviment de la gent, que els mostra, acostumada com est a la seva presncia, la
mateixa indiferncia; o en els infants que, descalos sobre el paviment i amb la roba molt bruta i esparracada, movent-se entre les fileres de cotxes aturats en semfors, venen taronges pelades o altres fruites, fan
malabars o senzillament demanen un quetzal als conductors i als passatgers dels vehicles; o en els barris
perifrics, muntanyes de chavolas, que es veuen de lluny des de la carretera, quan tallunyes del nucli urb
de la capital. (Anna Pujols)
Y tambin permiten vivir relaciones educativas que parten del encaminar el trabajo con nias y nios, con maestras y maestros
Per fronteres que travessi... els infants sn infants. s cert que la fixaci destratgies marca rutina. No
cal anar gaire lluny per a comprovar-ho (...) Un a un, una a una, tots i totes es van alant i es dirigeixen
cap a mi. Han acabat la tasca proposada i necessiten que els confirmi la certesa dels seus errors i dels seus
encerts. Efran t el costum de corregir individualment i a travs de puntuacions tot el que els nens i les
nenes fan, des dun curt exercici i fins a un llarg dictat. Suposo que veuen en el meu rol la mateixa funci
(...) Sense nims de concebre pejorativament la forma de correcci dEfran proposo un altre mtode davaluaci senzill i compatible amb les circumstncies: la coavaluaci. Recullo tots els quaderns dels nens i
de les nenes i els explico que aquesta vegada tothom corregir un exercici que no s el seu (...) Encontramos diferentes palabras esdrjulas en el texto como... Fidel econtraste alguna. Les anem trobant totes
(...) Un a un, una a una, saixequen per tal que els acrediti amb puntuacions si han fet b o no les correccions (...) Frustraci? No! Noms s encaminar... Encaminar? Hom pot defensar a viva veu aquest terme,
per si no en defensa tamb el seu significat, de qu pot servir? La paraula encaminar jo lentenc com una
alternativa a la tan manifesta de: canvi en el sentit de substituci de... per... No crec que ning tingui el dret
de situar-se davant un lloc semblant al que ara em trobo i reivindicar aquest canvi. No significaria infravalorar el que ja hi ha en comparaci a quelcom concebut com a millor? (...) s aix que acabo dintroduir un nou concepte davaluaci, per noms com a mera idea la qual Efran, si ho creu oport i amb
el temps, pendr com a prpia (...) Si el canvi, en tant que de cop i inconscient, no t cabuda en les meves
predisposicions, com puc frustrar-me si el resultat de la nova proposta retorna al costum rutinari? (Montse Maestre)
Son estos algunos ejemplos recogidos en las memorias de prcticas de estudiantes que
muestran el recorrido y los aprendizajes, una camino que va de la teora a la vivencia del
cooperar, acompaar y dejarse acompaar, ensear y dejarse ensear, una experiencia que
se va impregnando de valores, de compromiso con la realidad y que, al pensarse de nuevo,
va generando conocimiento en el ser para orientar el hacer. Es as que las prcticas se
adentran, en definitiva, en los caminos donde la educacin busca la transformacin de la
realidad, y constituyen, al mismo tiempo una experiencia donde la vivencia cotidiana se
conceptualiza y organiza tericamente.
I en tot moment amb la nostra manera de ser i estar, i amb les nostres petites accions, volem acompanyar a grans i petits en la seva vida quotidiana. Va ser aix com varem descobrir, sota lexperincia quoti-
183
diana, la teoria anteriorment treballada a les aules universitries. La complexitat de la realitat sens presentava bella, plena de reptes i de mltiples interrogants que despertaven la nostra curiositat i ens donaven empenta en els moments de por i dinseguretat. Varem adonar-nos que totes les situacions i les petites
ancdotes quotidianes feien de les comunitats context socioeducatiu on tothom podia participar, on tots i
totes, el grup destudiants i els infants, joves, dones i homes de les comunitats rem educadors i educadores i educands.Certament leducaci va sobrepassar els lmits dels contextos formals. La convivncia, marcada per lestima i el respecte, va ser el motor dexperincies formatives i enriquidores. Totes les situacions
viscudes van ser un espai de trobada entre cultures i histries que havien seguit camins diferents; i aquest
encontre va obrir els horitzons i ens va conduir a qestionar-nos, a fer una nova lectura ms crtica i ms
complexa del nostre mn i daquesta nostra condici humana; i varem comenar a aprendre la significativitat de decidir sobre com dirigir la nostra manera de viure. A les comunitats varem regalar-nos mtuament
situacions i estmuls nous que van servir per iniciar un procs que ens allibera de la cmoda gbia de la
ignorncia i la passivitat i a voltes ens reafirma creences que ja sn en nosaltres.(...) hem aprs que la nostra veu ja no pot limitar-se a expressar la simple lamentaci duna realitat injusta, sin que s necessari
no restar en silenci per rebel.lar-se i iniciar el cam del comproms, de la implicaci(...).22
22
CARRILLO, I.; MAESTRE, M.; MIR, A.; PUJOLS, A.; FAUS, B.; TORTS, C. (2003). Reflexions
a lentorn duna experincia de cooperaci educativa a Guatemala dins Pissarra, 110, pp. 52.
184
186
INTRODUCCIN
La meta de las innovaciones educativas es el mejoramiento de la praxis pedaggica y
la gestin educacional. En consecuencia, deben concebirse desde la perspectiva del mejoramiento del servicio pblico educativo a travs del cambio curricular. La innovacin,
como movimiento, es impulsado sistemticamente desde la dcada de los noventa por
diversos sectores del quehacer educativo. Sin embargo, algunas innovaciones, al no satisfacer las necesidades y expectativas socio-educativas, pierden la visin y orientacin y
disminuyen su impacto.
El planteamiento es que muchas intervenciones en la escuela fallan de ser verdaderas
innovaciones, puesto que se parte de fundamentos contrarios a una adecuada concepcin.
La innovacin debe desarrollarse desde la perspectiva del mejoramiento del servicio
pblico y vista as, constituye una plataforma para transformar la formacin de los ciudadanos. El escenario educativo puede visualizarse como un campo frtil para el desarrollo
de innovaciones educativas y tecnolgicas que den respuestas a las necesidades locales y
regionales. Su orientacin bsica es centrarse en el aprendizaje significativo y colectivo
que impacte a los individuos, a las organizaciones y a la sociedad en general.
Desde este ngulo, el de las bases de la innovacin, se presenta aqu una experiencia
de innovacin educativa realizada en el estado Miranda, Venezuela, auspiciada por la
Direccin General de Educacin de la Gobernacin, dentro del marco de las Leyes de Participacin Ciudadana y de Los Consejos Locales de Panificacin Pblica. Para su desarrollo se especificaron ejes temticos que formarn parte del Diseo del Currculum Bsico Regional de II Etapa. Para desarrollar este propsito se exponen los siguientes elementos de anlisis: a) bases tericas de las innovaciones, b) el proyecto, c) resultados de
los proyectos de aula (PPA) de los maestros y d) reflexiones sobre la experiencia.
187
dado una fuerte discusin orientada al desarrollo del pensamiento de los estudiantes
como va para concretar el manejo de significados. Segn Hughes (2000), ello abarca algunos conceptos como: razonamiento, clarificacin del significado, argumentacin, relevancia y desarrollo moral.
Desde el ngulo de la evaluacin educacional, la variedad de enfoques es evidente.
Cousins y Whitmore (1998), parten desde una perspectiva de la evaluacin ms relacionada con lo que se denomina la cuarta generacin o la generacin de la negociacin (Guba y Lincoln, 1999; Fuguet, 2000). As, se destaca que constituye parte
integral en todo el proceso pedaggico, que permite observar una variedad de aprendizajes con uso de diversas estrategias y reflexionar sobre el contexto de la poltica
pblica, el sentido de la enseanza pertinente y la responsabilidad ante el estudiante. Se destaca que lo participativo se logra con la negociacin y conduce al aprendizaje colectivo, al compromiso con la accin pedaggica, a la instancia crtica de la
praxis y a la generacin de conocimiento subyacente desde los datos evaluativos.
Desde la perspectiva anterior se asume que toda reforma o accin educativa debe centrarse en aprendizajes significativos y eso ha sido la gran meta de la innovacin curricular.
Hoy, cuando se vive en una sociedad conflictiva, interdependiente, competitiva y de grandes
transformaciones, a veces sin la orientacin debida del proceso, la necesidad de educar para
el pensamiento, la valoracin y la sensibilidad social, se hace urgente. En concordancia con
lo antes expuesto, se destaca que el desarrollo curricular debe centrarse en aprendizajes:
Pertinentes, esenciales, duraderos y significativos que sirvan de plataforma para la
adquisicin de nuevos aprendizajes como en un proceso de construccin y reconstruccin del conocimiento y la experiencia.
Relevantes para un ser social, sensible, transformable, empleable, interdependiente,
con habilidades multiuso, con autonoma y con habilidades de solucin de problemas.
Se hace necesario, entonces, un currculum permeable y flexible que proporcione al
estudiante la formacin ciudadana, intelectual, vocacional, tcnica y laboral como verdadera respuesta a las demandas sociales actuales y que produzca un compromiso estudiantil sobre su propio aprendizaje (Fuguet, 2006), cuando:
Existe un docente que invita a un espacio de enriquecimiento personal (Fuguet,
2000a).
Un modelo informal de trabajo en donde la vida acadmica no es el saln de clases
o un determinado maestro.
Una accin comunitaria de gran sentido y que favorezca la sensibilidad por asuntos
comunitarios y escolares.
Un ambiente escolar visto como identificacin, pertenencia, oportunidades en los
programas especficos, sentido de seguridad y oportunidades para el liderazgo.
Un espacio de libertad para decidir sobre el compromiso y lo que implica: comunicacin, respeto y sentido de pertenencia.
Un espacio para dedicarse con pasin a los dems (Covey, 2005).
EL PROYECTO
La Direccin de Educacin del Estado Miranda, desde 1994, viene ejecutando un conjunto de acciones de innovaciones de los que cabe destacar los Proyectos de Educacin en
189
TPICO
PROPSITO
ACCIONES
APRENDIZAJES
191
(Altos Mirandinos
UEE Evaristo
Gonzlez
Palma)
2. Sentido de
Pertenencia
representante y
docentes.
Encuesta a la
comunidad.
Plenarias con
la comunidad.
Inventariar
entes gubernamentales.
Redactar y
enviar cartas.
1. Instancias de
Facilitar el desorganizacin.
arrollo del pensa2. Desarrollo susmiento lgico
tentable y
matemtico, el
(Altos Mirandiambiente.
intercambio
nos
3. Deberes y derecomunicativo, la
UEE Dilia Delchos.
capacidad creatigado de Bello) 4. Servicios Pbliva y el respeto
cos.
por los elementos
esenciales que
Problemtica:
permiten la vida,
Integracin al
la convivencia y
incrementar el senla participacin
tido de pertenencia.
ciudadana
mediante el conoDerecho: pertenencimiento de las
cia comunitaria.
caractersticas
fsicas de la biosfera terrestre.
Elaboracin de
afiches,
Elaboracin y
exposicin de
maquetas.
Entrevistas y
encuestas a diversos actores de la
comunidad.
Consignacin de
cartas a las instituciones locales,
regionales y
nacionales.
Sentido de pertenencia.
Desarrollo del
pensamiento lgico matemtico
Intercambio
comunicativo.
Creatividad.
Convivencia y
participacin ciudadana.
Habilidades para
el diagnstico.
3. Problemas
que Afectan
Nuestra
Comunidad.
Documentacin
sobre: poltica,
participacin ciudadana, leyes,
ordenanzas,
poderes pblicos.
Elaboracin de
un listado de problemas de la
comunidad y al
entorno escolar.
Establecimiento
de prioridades.
Establecimiento
de instancias
administrativas
Capacidad comunicacional.
Diferenciacin
entre hecho y opinin.
Comprensin de
la lectura.
Elaboracin de
mapas conceptuales.
Resolucin de
operaciones matemticas.
Reconocimiento
de derechos y
deberes.
1. Servicios pblicos.
Contribuir al mejoramiento de la
capacidad del estuProblemtica:
diante para aplicar
conocimiento para:
Estudiar los proble- detectar problemas
(Altos
mas de la escuela: en la escuela y el
Mirandinos
comedor o incluentorno escolar,
UEE Territorio sin del plantel en jerarquizarlos segn
el programa de ali- su importancia,
Delta
mentacin escolar. desarrollar indagaAmacuro)
Derecho: alimenta- ciones inherentes a
cin escolar.
la problemtica
estudiada y
plantear soluciones.
192
existentes en la
Empleo de herralocalidad o comu- mientas del pensanidad.
miento.
Realizacin de:
entrevistas,
encuestas y visitas.
Revisin de prensa e indagacin
por Internet.
Elaboracin de
comunicaciones.
4. Defendiendo 1. Desarrollo susNuestra
tentable y
Comunidad.
ambiente.
2. Servicios pblicos.
(Altos Mirandinos
Problemtica:
UEE El Jarillo) Seguridad en el
entorno escolar.
Derecho: a la seguridad en el entorno
escolar y comunitario.
Documentacin
en la biblioteca.
Visitas a plantas
y fbricas.
Visita al ambulatorio laboratorios
para analizar las
aguas.
Entrevistas con
profesionales:
bioanalistas,
ingenieros y
otros.
Asistencia a
charlas y foros.
Visita a
HIDROCAPITA
L, Ministerio
del Ambiente,
Epidemiologa.
Estudio del
Proyecto
Ecologa de la
Direccin
General de
Educacin del
Estado.
Presentacin
del Proyecto
a los alumnos,
padres y representantes.
Acciones para
procurar la
adquisicin del
medidor del
nivel de cloro
que debe colocarse al tanque
de la escuela.
Habilidades para
investigar y resolver problemas.
Amor por su
comunidad.
Unin, amistad,
tolerancia, solidaridad.
Trabajo en grupo
efectivo.
193
5. Ante los
Escombros
por arreglo
de la vialidad, la basura es ahora
nuestro problema a
solucionar.
1. Instancias de
organizacin.
2. Desarrollo sustentable y
ambiente.
Problemtica:
Tratamiento de un
problema derivado
en la solucin de
otro.
(Zona Metropolitana
EBE Alternati- Derecho: a un
va el Carmen
ambiente sano y
limpio.
194
Promover acciones
para el ejercicio de
la ciudadana, conservando un
ambiente sano por
medio de campaas
publicitarias para
reorientar la conducta de la comunidad y de los transentes que depositan
la basura sobre los
escombros.
Destrezas para
desmalezamiento,
siembra de plantas
y diseo de jardines.
Trabajo en equipo.
Respeto y disciplina para escuchar
las ideas de sus
compaeros.
Elaboracin plan
de accin.
Vocabulario.
Elaboracin de
afiches y cartas.
Manejo y anlisis
de documentos
legales.
Dominio escnico.
Responsabilidad
ciudadana.
y mantenimiento
de su plantel y
comunidad.
Formulacin de
una propuesta de
solucin incorporando las distintas
reas del conocimiento.
7. Conserve1. Servicios pblimos Nuestro
cos.
Ambiente
2. Desarrollo sustentable y
(Valles del Tuy
ambiente.
UEE Estado
Tchira)
Problemtica:
Salud y cuidado de
la familia, escuela y
comunidad con el
reciclaje de basura.
Derecho: a un
ambiente sano y
limpio.
Organizacin de
equipos de trabajo.
Planificacin de
campaas de
informacin.
Planificacin de
un proceso de
reciclaje que:
Trabajar con la
comunidad, a fin
de obtener los
recursos para el
proyecto.
Seleccionar el
tipo de material a
reciclar.
Disminuir los
volmenes de
basura.
Evitar la contaminacin de las
aguas, suelos y
aire.
Conservar nuestro ambiente.
Generar ingresos
econmicos para
la compra de
material de oficina para la institucin.
195
9. Conoce tu
Ambiente
(Barlovento
UEE La Fila)
1. Desarrollo sustentable y
ambiente.
196
(Barlovento
UEE Altagracia)
al bote de basura
por parte de su
comunidad.
Derecho: a un
ambiente sano y
limpio.
comunidad y al
descubrir que se
puede mejorarlo
con la participacin
ciudadana.
ambiente sano y
en ptimas condiciones.
Afianzar en los
alumnos el concepto de ciudadana.
Capacidad de sentir respeto hacia
su entorno.
Conocimiento de
los deberes y
derechos.
Afianzamiento de
los valores de
identidad.
Participacin de la
comunidad.
197
Para realzar los impactos de esta experiencia y precisar la interrelacin de reas curriculares se muestra a continuacin un resumen de las caractersticas centrales de los proyectos realizados que indican que se particip de una experiencia satisfactoria y sus logros
fueron:
Desarrollo afectivo valorativo.
Identificarse con la comunidad que rodea su escuela, detectar sus problemas e
interactuar con diversos actores.
Comprender y valorar la importancia de la participacin ciudadana responsable
Desarrollo intelectual:
Manejar adecuadamente textos legales para su desenvolvimiento en la sociedad.
Plantear problemas comunitarios a las instituciones gubernamentales y no gubernamentales que puedan colaborar en la solucin de los mismos.
Presentar propuestas de solucin del problemas como caos vehicular, escombros,
ambiente, violencia, tomando en consideracin las polticas pblicas existentes y
otras
Derivar polticas para el manejo del grupo y para la solucin de problemas escolares.
Desarrollo del pensamiento lgico:
Regresar al punto de partida en su razonamiento.
Formar un todo coherente al combinar diversas ideas y situaciones.
Planificar hechos futuros.
Formular hiptesis en diferentes situaciones.
Desarrollo del pensamiento efectivo:
Plantear estrategias diferentes antes de abordar la situacin.
Planificar estrategias de solucin con claridad de metas.
Solicitar y manejar datos para apoyar conclusiones.
Desarrollo del pensamiento crtico, creativo y reflexivo en procesos de interaccin
comunicativa relacionados con su entorno natural y socio-cultural:
Dar sentido y significacin a las relaciones sociales.
Trabajar en grupo en forma participativa.
Hacer propuestas creativas y coherentes con lo trabajado.
Desarrollo de la comunicacin considerado contexto, ideas, normas de interaccin,
actitud reflexiva y crtica:
Usar el lenguaje del tema.
Exponer sus criterios
Tolerar y respetar otros puntos de vista.
Revisar con inters sus apuntes.
Escribir textos significativos multipropsitos.
Desarrollo de habilidades de trabajo productivo:
Elaborar material publicitario en apoyo a campaas de inters comunitario.
Preparar intervenciones y comunicaciones.
Preparar exposiciones de materiales, afiches, avisos, rtulos.
Procesar informacin, documentacin e investigacin: fichas, notas, mapas, cuadros y grficos.
198
199
201
1. INTRODUCCIN
La presente Comunicacin pretende presentar la Red Canaria de Escuelas Solidarias
(RCES, en adelante). Se trata de una experiencia de educacin en derechos humanos, que
viene desarrollndose desde hace doce aos, en el mbito de la Comunidad Autnoma de
Canarias.
Esta experiencia se enmarca en una perspectiva de educacin en valores. No existe
una educacin neutral, toda educacin es y debe ser una educacin en valores y comprometida con conductas concretas (PANIEGO, 1999: 53)2.
1 Saludo enviado a los participantes en el XI Encuentro de la Red Canaria de Escuelas Solidarias. Santa
Luca de Tirajana (Gran Canaria, abril de 2005).
2 PANIEGO, J. (1999): Cmo podemos educar en valores. Madrid, CCS.
202
WHITE, P. (1993): Frente a los crticos. Educacin para la paz. Madrid, Ministerio de Educacin y
Ciencia.
203
Los objetivos del Programa, segn aparecen recogidos en publicacin editada por la
Consejera de Educacin, en diciembre de 1996, son:
1. Profundizar y definir en el marco de la Escuela y la Sociedad Canaria el concepto
de Educar para la Paz, la Solidaridad y los Derechos Humanos. Redescubrir
Canarias como una comunidad de Tolerancia, como una plataforma intercontinental para el Dilogo, la Paz y el respeto a los Derechos Humanos.
2. Desarrollar el currculo en funcin de los parmetros de una Educacin para el
Desarrollo.
3. Sensibilizar a toda la comunidad educativa sobre la importancia social de la educacin para el desarrollo, la convivencia humana, la paz internacional y el desarrollo sostenible de los pueblos.
4. Formar y asesorar a la comunidad educativa para que se le d a la educacin para
el desarrollo un tratamiento transversal.
5. Profundizar desde el marco legal educativo las relaciones Escuela-Sociedad,
Escuela-Solidaridad, Escuela-Derechos Humanos, Escuela-Desarrollo.
6. Estimular la produccin de materiales didcticos sobre este mbito.
7. Fomentar el estudio y la investigacin sobre la educacin para el desarrollo, partiendo de la prctica docente y facilitando espacios de intercambio entre el profesorado.
8. Incentivar una educacin para la accin, formando personas responsables para
la convivencia democrtica, la cooperacin y el dilogo social.
9. Proporcionar a las comunidades educativas el conocimiento necesario acerca de la
Constitucin, deberes y derechos; posibilitando el desarrollo de habilidades ciudadanas mnimas para desenvolverse en un sistema democrtico.
10. Promover la coordinacin interinstitucional y con ONG que promuevan la educacin para el desarrollo, la solidaridad y el respeto a los Derechos Humanos.
4.- LA RED CANARIA DE ESCUELAS SOLIDARIAS
La RCES es un instrumento educativo que la DGOIE, a travs del Programa Educar
para la Paz, la Solidaridad y los Derechos Humanos, pone a disposicin de las comunidades escolares con el fin de trabajar coordinadamente en el mbito de la educacin para
la paz, la solidaridad, el desarrollo y la justicia, as como para promover el conocimiento
y la difusin de los Derechos Humanos.
Este proyecto educativo tiene una serie de objetivos especficos. Educar en una cultura de la paz, profundizando en las causas de la violencia y los conflictos, es uno de ellos.
Otro, es conocer las causas de las situaciones de discriminacin, la intolerancia, la pobreza y la marginacin social. La Red pretende favorecer una educacin para la participacin,
la cooperacin, el desarrollo de la autonoma personal y la toma de decisiones.
Podramos afirmar que educar para la accin desde nuestros propios comportamientos,
tanto personales como familiares, en distintos espacios (en el aula, en el centro y en el
entorno social) es su cuarto objetivo. Educar para la paz es una educacin desde y para
la accin. No se trata de educar para inhibir la iniciativa y el inters sino para encauzar la
actividad y el espritu combativo hacia la consecucin de resultados tiles a la sociedad.
Se trata de participar en la construccin de la paz.4
4
PALOS RODRGUEZ, J. (2005): Educacin y cultura de paz (http://www.campus-oei.org/valores/palos1.htm) consultado el 9 de noviembre de 2005.
204
207
cuento horario, certificaciones, participacin en proyectos, etc). De todos modos se establece para Primaria un plan de trabajo propio articulado en torno a los objetivos del Foro
sin perjuicio de que puedan establecerse elementos de coordinacin.
10. PRINCIPALES PROYECTOS DE LA RED
Durante estos aos, han sido muchos los proyectos que se han llevado a cabo en el
mbito de la RCES y otros los que se han consolidado. Entre estos ltimos, cabe sealar:
a. Conmemoracin del Da Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre).
b. Conmemoracin del Da Escolar por la Paz y la No Violencia (30 de enero). Se
potencia que sea el espacio en que se realice un Acto Conjunto de la Escuela Canaria por la Paz.
c. As mismo, tradicionalmente se han realizado muchas actividades en el mbito de
las cuestiones de gnero y de la prevencin de la violencia contra las mujeres, por
lo que el 8 de marzo tambin ha sido una fecha sealada.
Cada ao se decide un tema de trabajo conjunto para la Red. En los cuatro ltimos cursos se han trabajado los siguientes temas:
Curso 2003/2004: Justicia y democracia participativa
Curso 2004/2005: Violencia de gnero y globalizacin
Curso 2005/2006: Pobreza. Objetivos del Milenio y campaa Pobreza 0
Curso 2006/2007: Profundizar en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, centrndonos en la inmigracin en Canarias.
Esto suele generar un caudal de actividades que enriquecen la vida de los centros.
Por otra parte, distintos centros de la Red han llevado a cabo proyectos de cooperacin
educativa. Cabe sealar el proyecto Shara, Escuelas de Salitre y Arena consistente en un
trabajo de campo en los campamentos de refugiados de Tinduf y la posterior edicin de
materiales didcticos y el proyecto Una mirada al Sur, que permiti la visita a una
escuela senegalesa por parte de un grupo de profesorado y alumnado.
Tambin se han llevado a cabo proyectos en colaboracin con distintas organizaciones
no gubernamentales (Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad; Critas, Intermn
OXFAM, Asociacin Canarias Alternativa, Comisin Espaola de Ayuda al Refugiado.). En la actualidad estn en marcha, entre otros, los siguientes proyectos:
Proyecto A travs de tus ojos, promovido por Mdicos del Mundo, relacionado con
escuelas de Mauritania.
Proyecto Ensame, frica, de la Fundacin CEAR de colaboracin con escuelas de
Senegal.
La RCES ha diseado el Proyecto educativo Canarias-frica, entre culturas que
trata de ser un marco que aglutine las diferentes iniciativas, acciones y campaas en este
mbito.
Nota: ms informacin, as como distinto material de la Red Canaria de Escuelas Solidarias,
puede encontrarse en la pgina web de la Unidad de Programas de Innovacin Educativa de la
Consejera de Educacin, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. La direccin es la siguiente: http://www.educa.rcanaria.es/unidadprogramas/.
209
4 Seccin
La Educacin y los Derechos
de la Infancia
INTRODUCCIN
Hace 58 aos, un grupo de hombres y mujeres de distintas culturas, tradiciones y creencias religiosas se reunieron en Pars, para ofrecer a la humanidad una perspectiva de
cmo podra ser el mundo y adoptaron la Declaracin Universal de Derechos Humanos.
Ms de medio siglo despus, se siguen proclamando estos derechos, es decir, se reclama
lo que todo ser humano, necesita para llevar una vida digna.
De la Declaracin de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolucin Francesa en 1789, se avanz hasta la Declaracin Universal de los Derechos Humanos. El
documento que redact la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue aprobado el 10
de diciembre de 1948. A partir de ese ao se siguen aprobando Declaraciones y Convenciones posteriores a la Declaracin de los Derechos Humanos, con el objetivo de hacer
frente a problemas nuevos que surgen y afectan a los ciudadanos de todos los pueblos. En
estos dos siglos, los derechos humanos, se han recogido y afianzado en las constituciones
de muchos ms pases, pero tambin se han producido, en algunos de ellos, violaciones de
los mismos.
Los Derechos Humanos en palabras sencillas, son aquellos derechos que toda persona
posee por s misma, e incluso por encima del estado, y que ste debe garantizar, respetar
y satisfacer. Son derechos universales, es decir, que pertenecen a todo el mundo, en todos
los pases, y en todo momento. Son derechos inalienables a los que no se puede renunciar
y de los que no se puede privar a una persona.
Ensear los Derechos Humanos debe convertirse en el objetivo principal de las instituciones educativas. Los alumnos deben tomar conciencia de la importancia y relevancia
de estos derechos en su vida personal. Entre todos debemos formar la conciencia moral de
las generaciones venideras que tienen que decir nunca ms a la violacin de los derechos humanos
En esta comunicacin pretendemos acercarnos al conocimiento y cumplimiento del
derecho a la educacin en la infancia, y como la violacin o el no cumplimiento de este
215
derecho, da lugar a la creacin de unas figuras, en defensa del cumplimiento de unos derechos reconocidos, como son el defensor del pueblo, y el defensor del menor .Sus trabajos e investigaciones en estos campos, producen la publicacin de numerosos informes.
Ellos ponen de manifiesto y aportan las medidas ms necesarias y urgentes para solucionar los problemas de una realidad que hoy da se vive en muchas partes del mundo, pases, ciudades, pueblos y zonas marginales .
Cuando el Defensor del Pueblo Andaluz, acomete la realizacin y publicacin de un
Informe Especial1 Titulado: El absentismo escolar un problema educativo y social, es
para decirnos que el absentismo en Andaluca es un problema grave en el futuro educativo y social de todos estos nios y nias.
El informe estudia el problema del absentismo escolar en los centros docentes andaluces, cindose la investigacin a las barriadas marginales de las ocho capitales andaluzas. Incluye un anlisis pormenorizado de los programas de absentismo existentes en
cada capital, valorando la intervencin en los mismos, de las distintas Administraciones
Pblicas con competencias en la materia. Ah queremos centrar nuestro trabajo, en la
Comunidad Autnoma Andaluza, sobre un tema que consideramos prioritario, como es la
educacin.
1. EL DERECHO A LA EDUCACIN
La misma Declaracin dice en su prembulo que tanto los individuos como las instituciones deben promover mediante la enseanza y la educacin, el respeto a estos derechos y libertades. Para que los ideales que recoge la Declaracin Universal de los Derechos Humanos puedan llegar a ser una realidad y no se queden en una mera utopa, es
necesario que todos conozcamos su prembulo y sus 30 artculos, y no slo los derechos
que recoge, sino tambin los deberes que todo ciudadano tiene, es decir, los derechos
humanos tienen una contrapartida, en las obligaciones y en las responsabilidades.
Para que los Derechos Humanos puedan cumplirse en todos los pases y penetrar en su
sociedad, depende en gran medida de la educacin y de su asimilacin en los centros de
enseanza.
En mi opinin, continuamente, habra que ensear el Artculo 26 de la Declaracin
Universal de los Derechos Humanos, que en su primer apartado dice Toda persona tiene
derecho a la educacin. La educacin debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la
instruccin elemental y fundamental. La instruccin elemental ser obligatoria en su
segundo apartado, dice La educacin tendr por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecer la comprensin, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y todos los grupos tnicos o religiosos; y promover el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
El derecho a la educacin incluye cuatro actores principales: 1.el gobierno obligado a
garantizar el derecho a la educacin, 2. el nio o nia como titular privilegiado del derecho a la educacin, 3. los padres que son los primeros educadores y 4. los educadores
profesionales, es decir los maestros y maestras2.
1 El absentismo escolar: un problema educativo y social . Publicado en BOPA , n 315, de 7-4-1999. Debate en el diario de Sesiones de la Comisin de Educacin.
2 DAVILA, P. y NAYA, L.M. (2003) La infancia en Europa: una aproximacin a partir de la Convencin
de los Derechos del Nio, en Revista Espaola de Educacin Comparada, n 9.
216
NAYA, L.M. (2005) (coord.): La educacin y los derechos Humanos. Donostia, Erein.
217
TOMASEVSKI, K. (2005): El derecho a la educacin: panorama internacional de un derecho irrenunciable, en NAYA, L.M. Op. Cit., pp. 63-90.
218
teccin jurdica, a travs de los tribunales ordinarios, el Defensor del Pueblo, El tribunal
Constitucional e, incluso, el Tribunal de los Derechos Humanos, del Consejo de Europa.
El Defensor del Pueblo es una institucin que tiene por misin el control de la Administracin, control que se aade a los que ejercen el Parlamento y los Tribunales de Justicia.
El problema regional espaol, que tantos conflictos ha ocasionado a lo largo de la Historia, se encauz, de forma razonable, segn el marco de la Constitucin Espaola de
1978, en las Comunidades Autnomas. Ello supone la descentralizacin administrativa y
poltica del Estado. Por ello, las Comunidades Autnomas han creado instituciones semejantes, a la del Defensor del Pueblo, con diferentes denominaciones, segn las distintas
autonomas, para el control de las Administraciones Autonmicas.
En este sentido hemos investigado en la Comunidad Autnoma de Andaluca la creacin y funciones de estas figuras, encontrando que el Defensor del Pueblo Andaluz, fue
designado, por el Pleno del Parlamento el da 16 de Julio de 1996 (BOJA 82, de 18/7/96)
y reelegido para un nuevo mandato por el Parlamento, en sesin plenaria, del da 28 de
Noviembre de 2001.
El titular de la Institucin del Defensor del Pueblo Andaluz es Jos Chamizo de la
Rubia, que acumula en su persona la titularidad de otra Institucin: Defensor del Menor
de Andaluca, creada tambin por el Parlamento de Andaluca 5. Los marcos de referencia que amparan estos nombramientos estn recogidos de forma resumida en la:
Legislacin Internacional.
Declaracin de los Derechos del Nio de 20 de Noviembre de 1959.
Convencin sobre los Derechos del Nio de 20 de Noviembre de 1989.
Legislacin Europea
Carta de los Derechos Fundamentales de la Unin Europea, hecha en Niza el 7
de diciembre de 2000.
Recomendacin 98/560/CE, del Consejo, de 24 de septiembre de 1998, relativa
al desarrollo de la competitividad de la industria europea de servicios audiovisuales y de informacin mediante la promocin de marcos nacionales destinados a lograr un nivel de proteccin comparable y efectivo de los menores y de
la dignidad humana.
Legislacin Estatal
Constitucin Espaola (artculo 20, artculo. 27, artculo 39).
Ley Orgnica 8/1985 de 4 de julio, reguladora del Derecho a la Educacin.
Ley 1/1990 de 3 de octubre, de Ordenacin General del Sistema Educativo.
Real Decreto 732/1995 de 5 de mayo sobre derechos y deberes de alumnos y
normas de convivencia.
Legislacin Andaluza
Estatuto de Autonoma de Andaluca, Ley Orgnica 6/1981 de 30 de diciembre
(artculo. 13.23).
Ley 5/1999, de 28 de octubre, de Solidaridad en la Educacin.
Ley 1/1998 de 20 de abril, de los Derechos y Atencin al Menor.
Disposicin Adicional Primera a la Ley 1/1998, de 20 de abril, de los Derechos y la Atencin al Menor
(Ley publicada en el Boletn Oficial de la Junta de Andaluca n 53, de 12 de mayo de 1998).
219
220
Para facilitar el trabajo de investigacin necesario para la tramitacin de la queja, el artculo 4 de la Ley
1/1998, de los Derechos y la Atencin al Menor establece la obligacin de las autoridades o de los responsables de todos los centros de facilitar al Defensor del Menor toda la informacin que se les recabe. Las decisiones o resoluciones del Defensor del Menor de Andaluca, aun cuando no son vinculantes (de obligado cumplimiento) para la Administracin a la que se le dirigen, s tienen la fuerza y el valor que dimanan de la auctoritas del Defensor, esto es, del prestigio y el reconocimiento social que tiene esta Institucin.
221
ocho provincias andaluzas; IV. El absentismo grave y consentido: En este apartado se enumeran las actuaciones llevadas a acabo en el Ministerio Fiscal y el Servicio de Atencin
al Nio; V. El perfil sociolgico del menor absentista: Aporta los datos recopilados, el anlisis de los mismos, as como las caractersticas de las familias. Por ltimo en las conclusiones finales con valoraciones propias de los responsables del estudio realizado, se incluyen las recomendaciones y sugerencias a poner en prctica. Paso a describir, de forma
resumida, los puntos ms relevantes que, a nuestro juicio, merecen ser destacados:
a) Justificacin. La decisin de elaborar el informe, surge de la confluencia de dos factores: por un lado. los numerosos documentos oficiales, trabajos y estudios de expertos, que
ponen de manifiesto, con datos y cifras, la existencia de un importante nivel de absentismo escolar en las diferentes provincias andaluzas, relacionada, dicha problemtica, con la
elevada tasa de abandono y fracaso escolar que registra el sistema educativo andaluz, y
por otro lado, el deseo de esta institucin de trasladar al plano prctico los compromisos
pblicamente asumidos de orientar su actuacin hacia la decisiva defensa de los derechos
de los ciudadanos y los colectivos ms desfavorecidos de la Comunidad Autnoma, entre
los que se encuentran la mayora de las familias afectadas por el absentismo escolar. El
proceso se inicia solicitando informes a todas y cada una de las Delegaciones Provinciales de la Consejera de Educacin y Ciencia, y a todos y cada uno de los Ayuntamientos
de las capitales andaluzas8.
En la solicitud se exponan los motivos que justificaban la investigacin y se peda
informacin especfica sobre los siguientes extremos:
1. Barriadas o ncleos de poblacin de esa capital en las que el fenmeno del
absentismo escolar tenga una mayor incidencia.
2. Programas o actuaciones de lucha contra el absentismo escolar que se desarrollen en las barriadas , explicitando el contenido, objetivos y resultados
del mismo.
3. Valoracin de la situacin actual del problema y sus posibilidades de solucin, incluyendo una referencia a la actuacin de la Fiscala de menores en
el mbito de sus competencias.
4. Cualquier otro dato o circunstancia importante para la investigacin.
b) Definicin del trmino. El absentismo escolar, segn el informe, entendido como la
falta injustificada de asistencia a clase por parte de algn alumno, no comporta necesariamente la existencia de un problema de tipo educativo y menos an de tipo social. Sin
embargo, cuando estas faltas de asistencia se suceden de forma reiterada o se extienden
por lapsos de tiempo prolongados, el ritmo de aprendizaje del alumno se resiente inevitablemente y comienzan a aparecer problemas de retraso escolar que, de no solucionarse
rpidamente, pueden derivar en situaciones de abandono y fracaso escolar. En estos
supuestos, el absentismo escolar pasa a convertirse en un serio problema educativo. Por
ello, es indispensable analizar cmo interactan los distintos elementos educativos y
sociales que coexisten dentro del fenmeno del absentismo escolar, para poder conocer
cules son los mecanismos reales que inciden en su aparicin y cules seran las soluciones posibles para este grave problema.
8 Ley 9/1999 de 18 de noviembre. Tambin el Consejo de Gobierno de la Junta de Andaluca aprob el
Decreto 167/2003 de 17 de junio por el que se establece la ordenacin de la atencin educativa a alumnos y
alumnas con necesidades educativas especiales asociadas a condiciones sociales desfavorecidas.
222
En este sentido, podemos decir que el absentismo escolar se nos presenta como un problema en cuya aparicin inciden factores educativos y, fundamentalmente, sociales, y
cuya solucin precisa de la adopcin de diversas medidas, tanto de tipo educativo como,
esencialmente, de carcter social. El informe considera que, se trata adems de un problema que, de no ser solucionado a tiempo, puede convertirse, a corto plazo, en un importante problema para el sistema educativo (abandono y fracaso escolar) y, a medio y largo
plazo, en un grave problema social (paro, delincuencia, marginacin).
c) Marco legal: Desde el punto de vista educativo:
La determinacin del marco legal dentro del cual se desarrollan las diferentes actuaciones y programas de lucha contra el absentismo escolar, debe comenzar necesariamente con una referencia a lo dispuesto en el artculo 27 de la Constitucin Espaola, que, en
su apartado 1. que todos tienen derecho a la educacin, especificando en su apartado 4.
que la enseanza bsica es obligatoria y gratuita.
Por su parte, la Ley Orgnica 8/1985, de 3 de Julio, reguladora del Derecho a la Educacin, seala en su artculo 1.1. que todos los espaoles tiene derecho a una educacin
bsica que les permita el desarrollo de su propia personalidad y la realizacin de una
actividad til a la sociedad. Esta educacin ser obligatoria y gratuita en el nivel de educacin general bsica y, en su caso, en la formacin profesional de primer grado, as
como en los dems niveles que la Ley establezca.
Por otro lado, la Ley Orgnica 1/1990, de 3 de Octubre, de Ordenacin General del Sistema Educativo, precisa en su artculo 5.1. que la educacin primaria y la educacin
secundaria obligatoria constituyen la enseanza bsica. La enseanza bsica comprender diez aos de escolaridad, inicindose a los seis aos de edad y extendindose hasta
los diecisis. Especificando en el apartado 2 de este mismo artculo que la enseanza
bsica ser obligatoria y gratuita.
Estos preceptos nos permiten delimitar el mbito preciso al que, por imperativo legal,
deben extenderse las actuaciones de lucha contra el absentismo escolar como forma de
garantizar el Derecho Fundamental de todos a la educacin. Un mbito que es el configurado por los niveles educativos que comprende la enseanza bsica, es decir la educacin
primaria y la educacin secundaria obligatoria, en el cual se escolarizan los menores con
edades comprendidas entre los 6 y los 16 aos.
La atribucin a la Administracin de la responsabilidad ltima en la garanta de la efectividad de este Derecho Fundamental a la educacin durante el citado perodo escolar,
encuentra su fundamento legal bsico en el apartado 5 del citado artculo 27 de la Constitucin, que establece que los poderes pblicos garantizan el derecho de todos a la educacin mediante una programacin general de la enseanza, con participacin efectiva
de todos los sectores afectados y la creacin de centros docentes.
Del mismo informe, analizando dicho apartado, podramos llegar a la conclusin de
que la Administracin Pblica nicamente tiene la obligacin, en aras de la garanta del
Derecho a la Educacin, de ofertar un nmero de plazas escolares suficiente para atender
a toda la demanda generada durante el perodo -entre los 6 y los 16 aos-que comprende
la escolarizacin obligatoria. Es decir, en una primera interpretacin de estos preceptos
podra concluirse que las responsabilidades de la Administracin en relacin con el problema del absentismo escolar terminan con la garanta de que todo alumno en edad de
escolarizacin obligatoria tendr a su disposicin un puesto escolar.
223
28,5%
10,7%
50,0%
3,9%
8,4%
6,4%
40,0%
14%
17,3%
10,3%
30,0%
20,0%
DESEMPLEO
TRABAJO FIJO
TRABAJO EVENTUAL
ECONOMA SUMERGIDA
PENSIONISTA
AMA DE CASA
OTROS
NO SE CONOCE
0,0%
ALMERIA
CADIZ
JAEN
SEVILLA
225
51,5
80,0%
1
0,1
60,0%
12,9
0,1
34
40,0%
EGB/GRADUADO ESCOLAR
ESTUDIOS PRIMARIOS
BACHILLER
ANALFABETOS
ESTUDIOS SUPERIORES
NO SE CONOCE
0,0%
ALMERIA
CADIZ
JAEN
SEVILLA
cios de maltrato fsico y psquico hacia el menor. A todo ello habra que sumar otros
problemas originados o padecidos por el menor, tales como los trastornos de conducta, situaciones de predelincuencia y trabajo infanto-juvenil.
El 88,1% de las familias se caracteriza por la ausencia de una serie de reglas necesarias para la convivencia y para el desarrollo adecuado de las funciones domsticas, referidas a la falta de organizacin sobre el uso del tiempo libre, incumplimiento de obligaciones y deberes cotidianos, tiempo dedicado a ver la televisin, horarios inadecuados de
levantarse y acostarse, a los que les sumaramos hbitos inadecuados a nivel sanitario,
como no acudir a las revisiones mdicas, la automedicacin y otros problemas y situaciones de riesgo. Como es lgico, estos hbitos inadecuados inciden negativamente en la
educacin y desarrollo de los menores. As en el 44, 2% de las familias, los menores estn
inmersos en situaciones que impiden un desarrollo evolutivo adecuado, destacando los
casos de abandono que sufren, siendo desatendidos en sus necesidades bsicas: nutricin,
higiene condicionado, no slo por la falta de recursos econmicos, sino por de la dejadez o negligencia de algunas familias.
f) Conclusiones. Del informe planteado vamos a detallar, en forma de sugerencias, las
diferentes propuestas que, a nuestro juicio, podran ayudar a mejorar la eficacia de las
actuaciones administrativas en la lucha contra el absentismo escolar, actualmente en funcionamiento en nuestra Comunidad Autnoma.
Los autores plantean nuestra pretensin no es otra que colaborar, en la medida de
nuestras posibilidades y con los medios que la Ley pone a nuestro alcance, en el empeo
de todos por conseguir que el absentismo escolar deje de ser en Andaluca un problema
educativo y social grave. Para una mayor claridad, agrupan las resoluciones en funcin
de los distintos aspectos que han sido analizados en el apartado anterior de conclusiones,
limitndonos a recoger sucintamente aquellas propuestas que consideramos de mayor inters de entre las expuestas en el mismo. A modo de sugerencias recogen en los distintos
aspectos, enunciados y actuaciones a tener en cuenta:
1) Aspectos normativos:
Que se regulen normativamente las actuaciones administrativas de lucha contra el
absentismo escolar, insertndose las mismas dentro del ordenamiento jurdico educativo, con el siguiente esquema:
* Inclusin de los programas de absentismo en la Ley de Solidaridad en la Educacin como uno de los programas obligatorios de educacin compensatoria
comprendidos dentro del mbito de las actuaciones de solidaridad en la educacin.
* Elaboracin de disposiciones normativas de desarrollo que regulen detalladamente los diferentes aspectos de organizacin, gestin y ejecucin que conforman los programas de absentismo.
2) Aspectos organizativos:
Que se elabore un convenio de colaboracin interadministrativa en relacin al problema del absentismo escolar, en el que se determinen claramente las competencias
y responsabilidades que cada Administracin, con competencias en la materia, asume
en relacin a la gestin y ejecucin de los programas de absentismo.
Que se estructure un esquema organizativo para la gestin y ejecucin de los programas de absentismo, con una jerarquizacin de forma piramidal, que permita racionalizar el funcionamiento de dichos programas, dotar de coherencia al sistema y evi227
tar las actuales disfuncionalidades en su ejecucin. Este esquema debera contar con
un rgano central con competencias en toda la Comunidad Autnoma, y con rganos
de gestin a nivel provincial y local.
3) Aspectos financieros:
Que se acuerde un marco estable de financiacin de los programas de absentismo
escolar, en el que se determinen de forma clara los compromisos de financiacin que
asume cada Administracin Pblica con competencias en la materia, las condiciones
para la liberacin de los fondos, los criterios de reparto entre los diferentes programas y las frmulas de control y fiscalizacin del gasto.
4) Aspectos de gestin y ejecucin:
Que se elabore un programa tipo de absentismo, que sirva como referente para todos
los programas que se pongan en funcionamiento a nivel local.
Que se elaboren una serie de documentos modelo, para plasmar las distintas actuaciones concretas de intervencin dentro del proceso de ejecucin de los programas
de absentismo.
Que se articulen acuerdos de coordinacin y cooperacin entre los responsables de
los programas de absentismo, a nivel provincial y regional, y los responsables del
Servicio de Atencin al Nio y el Ministerio Fiscal.
5)Aspectos educativos:
Que se dicten Instrucciones, por parte de la Consejera de Educacin y Ciencia, en
las que se explicite el carcter obligatorio de los programas de absentismo para los
centros docentes y se determinen las actuaciones a realizar, en su ejecucin por el
personal docente.
Por ltimo, de forma general y resumida, paso a reflejar algunas de las recomendaciones que acompaan al Informe sobre el Absentismo escolar en la Comunidad Autnoma
andaluza:
1. Que se unifiquen en un nico programa de absentismo todos los programas, actualmente dependientes de las Administraciones Pblicas, que tienen por objeto directo o indirecto la lucha contra el absentismo escolar.
2. Que se defina claramente el concepto de menor absentista y se realice un estudio
acerca de la incidencia real del problema del absentismo escolar a nivel local, provincial y regional.
3. Que se determine la composicin de los Equipos profesionales de Absentismo adscritos a los programas, garantizando una dotacin personal y material a los mismos
acorde con sus necesidades reales, se garantice un mnimo de estabilidad a los profesionales y se establezca un plan de formacin y perfeccionamiento de los profesionales que integran los Equipos de Absentismo.
4. Que se incluyan en los Proyectos de Centro los programas de absentismo con carcter obligatorio para todo el personal docente y se facilite la participacin de los
alumnos absentistas en las escuelas de verano y se potencie la organizacin de las
mismas.
5. Que se fomente la creacin de escuelas de padres/madres en zonas que cuenten con
un elevado nmero de alumnos absentistas y que se incentive econmica y profesionalmente a aquellos docentes que acepten destinos en centros que escolarizan a
alumnos con especial problemtica social.
228
229
INTRODUCCIN1
Si bien, desde la perspectiva histrica, la mayora de pases occidentales ha considerado la educacin como un elemento importante para la formacin de los ciudadanos, lo cual
ha supuesto tambin la promocin de una formacin profesional adecuada a las necesidades sociales y econmicas derivndose la necesaria obligatoriedad escolar-, lo cierto es
que hasta mediados del siglo XX no va tomando cuerpo el reconocimiento internacional
del derecho a la educacin; de manera que en la actualidad podemos hablar de la universalizacin de este derecho reconocido tanto en las constituciones nacionales como en algunos tratados sobre derechos humanos. Por otra parte, la ratificacin casi universal de la
Convencin sobre los Derechos del Nio (CDN) de 1989, ha supuesto tambin una nueva
mirada sobre sus derechos, ampliando nuestra visin y observando algunos elementos
educativos que subyacen en dicha Convencin.
Con estos dos ejes principales el derecho a la educacin y los derechos del nio- pretendemos analizar la situacin del derecho a la educacin en Europa, a partir del estudio
comparado de la mayora los pases europeos. Se trata de recoger las recomendaciones que
el Comit de los Derechos del Nio realiza a los diversos Estados Partes y ver de qu
manera se ha llevado a cabo la implementacin de la CDN en lo respecta al derecho a la
educacin, sabiendo que en la Convencin existen otros elementos educativos2. Para realizar esta tarea hemos utilizado como fuentes primarias los informes finales de dicho
1 Este artculo se enmarca en una investigacin financiada por el Ministerio de Educacin y Ciencia, nmero de proyecto SEJ2004-01690/EDUC.
2 DVILA, P. Y NAYA, L.M. (2006): Implicaciones educativas de la Convencin sobre los Derechos del
Nio (CDN) y su implementacin en Europa, Comunicacin presentada en la Confrence internationale et
interdisciplinaire relative aux droits de lenfant, Gante, Blgica, 18-19 de mayo (en prensa).
230
Comit, adems de otros documentos, como los informes respectivos de cada uno de los
Estados Partes. Este tipo de documentacin resulta de gran utilidad para poder realizar
estudios comparados debido a que, poco a poco, la informacin en ellos recogida se ha ido
homogeneizando.
EL DERECHO A LA EDUCACIN EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES
Los cambios polticos y educativos llevados a cabo en Europa durante los ltimos
decenios, y sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando no con anterioridad,
han supuesto el reconocimiento expreso del derecho a la educacin en la mayora de las
constituciones europeas3. No obstante, para conocer el derecho a la educacin, desde la
perspectiva internacional, es necesario tener presentes los tratados que han ido desarrollando dicho derecho. En este sentido, tenemos que partir de los diversos instrumentos
jurdicos internacionales sobre los derechos humanos y tambin los relativos a los derechos de los nios y nias. As pues, por lo que respecta a los tratados sobre derechos
humanos, la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, de 1948, haca unas referencias muy discretas a la infancia, posiblemente entendiendo que la minora de edad no
significaba carecer de derechos, pero en cambio cuando se refiere a la educacin es ms
explcita, y sienta las bases de lo que posteriormente se desarrollar bajo la categora del
derecho a la educacin. En este sentido, en esta declaracin se plasman de forma clara los
principios que habrn de regir el derecho a la educacin y tambin se menciona la necesidad de la enseanza de estos derechos como manera de conseguir los objetivos de la propia declaracin.
El artculo 26 fija el precepto sobre el derecho a la educacin, estableciendo tres mbitos bsicos: por una parte, el reconocimiento de la gratuidad y obligatoriedad de la enseanza elemental o bsica, posibilitando el acceso a otros niveles de enseanza; por otra
parte, se especifican los objetivos de la educacin que, necesariamente, se refieren a los
aspectos curriculares y, finalmente, se reconoce el derecho de los padres a escoger el tipo
de educacin que deseen para sus hijos. Que sean estos los tres aspectos ms relevantes en
la plasmacin del derecho a la educacin, obedece a un contexto histrico determinado y
a las negociaciones entre los representantes de los gobiernos a la hora de elaborar este instrumento internacional. El primer aspecto sealado era fcilmente asumible tanto por los
pases del Este de Europa como Occidentales, pues, en definitiva, compartan la trayectoria histrica de que la obligatoriedad escolar estaba ya plasmada en sus respectivas constituciones. Sin embargo, parece ser que los objetivos de la educacin no eran parte importante de la negociacin, hasta que en 1947 el Congreso Judo Mundial plante a los delegados que se provea de un marco tcnico para la educacin, pero no contena nada sobre
el espritu de la educacin4, obligndoles a reflexionar sobre los contenidos de la educa3 El Derecho a la Educacin es recogido de forma diferente en la gran mayora de las Constituciones
Europeas: Alemania, 1949; Andorra, 1993; Austria, 1929; Belars, 1996; Blgica, 1994; Bulgaria, 1991, Chipre, 1960; Croacia, 1990; Dinamarca, 1849; Eslovaquia, 1992; Eslovenia, 1991; Espaa, 1978; Estonia, 1992
Federacin Rusa, 1993, Finlandia, 1999 Francia, 1958; Grecia, 1975; Hungra, 1949; Irlanda, 1937; Islandia,
1944; Italia, 1947; Letonia, 1922; Liechtenstein, 1921; Lituania, 1992; Luxemburgo, 1868; Macedonia, 1991;
Malta, 1964; Moldova, 1994; Mnaco, 1962; Noruega, 1814; Pases Bajos, 1983; Polonia, 1997; Portugal,
1976; Repblica Checa, 1992; Rumania, 1991; Serbia y Montenegro, 1990; Suecia, 1974; Suiza, 1999; Turqua, 1982; Ucrania, 1996. Fuente: Legal status of the right to education in Proyecto Right to Education,
http://www.right-to-education.org (30 de abril de 2006).
4 TOMASEVSKI, K. (2004): El asalto a la Educacin. Barcelona: Intermon Oxfam, p. 68.
231
cin. Finalmente, hasta esa fecha nada se haba dicho sobre el derecho de los padres a elegir la educacin para sus hijos, cuestin fundamental para contrarrestar el poder del Estado. De forma que en mayo de 1948 se plantea el derecho de los padres, pues como seala Tomasevski en ese momento no exista nocin de los derechos del nio por lo que el
debate gir en torno al equilibrio entre el poder del Estado y los derechos de los padres5.
Finalmente sera Eleanor Roosveelt, presidenta de la Comisin, la que zanj el asunto asumiendo la redaccin final del artculo.
Esta solucin haba conciliado los planteamientos con respecto a la educacin sobre
todo a partir de la correlacin de fuerzas presente en la Organizacin de las Naciones Unidas, pero, por supuesto, no haba solventado el desarrollo de los derechos civiles, polticos, econmicos, sociales y culturales que le seguiran. En la perspectiva de tiempo, y
antes de los Pactos Internacionales de 1966, se producir la Declaracin de los Derechos
del Nio, de 1959, donde vuelve a recogerse el derecho a la educacin de una manera ms
explicita, sentando las bases planteadas por este precepto, tanto en las obligaciones gubernamentales, los contenidos de la educacin y la libertad de los padres.
El segundo instrumento internacional que nos interesa resaltar es el Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (1966), donde se recoge el derecho a
la educacin, artculo 13, que es el ms largo todo el tratado y que es la base sobre la cual
todava se mantiene el reconocimiento de este derecho6.
Como puede observarse, este artculo recoge no solamente lo enunciado en 1948, sino
que ampla de tal manera aquellos principios que casi sirve de marco legislativo para el
desarrollo de un sistema educativo. As mismo, el reconocimiento de este derecho supone
la inclusin de todo un conjunto de derechos y libertades, as se aprecian las responsabilidades de los gobiernos y del Estado en cuanto que el ejercicio al derecho a la educacin
requiere de un sistema educativo donde la enseanza primaria sea obligatoria y gratuita,
de ah que se trate de un derecho econmico, social y cultural; marca los objetivos de la
educacin, orientando incluso los contenidos que debera tener y, finalmente, reconoce el
derecho a los padres y a la iniciativa privada a la eleccin, todo ello bajo un principio reiterativo el desarrollo de la personalidad humana, y creacin de centros, de ah que tambin se trate de un derecho civil y de libertades7. No obstante, como puede apreciarse, el
documento es de 1966 despus de un largo proceso de elaboracin- y entra en vigor en
1976. Pero lo ms sorprendente es que hasta diciembre de 1999 el Consejo Econmico y
Social, organismo que garantiza el cumplimiento del Pacto, no ofrece una interpretacin
de dicho derecho. Es decir, ms de 30 aos alrededor de un tema tan importante. La posicin del Consejo Econmico y Social con respecto al derecho a la educacin en el marco
de los derechos civiles, polticos, econmicos, sociales y culturales es clara:
La educacin es un derecho humano intrnseco y un medio indispensable de realizar otros derechos
humanos. Como derecho de la autonoma de la persona la educacin es el principal medio que permite a
adultos y menores marginados econmica y socialmente salir de la pobreza y participar plenamente en
sus comunidades8.
Ibdem.
Resulta interesante observar los informes que remiten los Estados Partes al Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales para observar la evolucin y las recomendaciones que se hace por parte de dicho
Comit, que en lo sustancial coinciden con las que realiza el Comit sobre los derechos del Nio. Se puede ver
http://www.ohchr.org/spanish/bodies/cescr/index.htm
7 BEITER, K.D. (2006): The Protection of the Right to Education by International Law. Lieden/Boston,
Martinus Nijhoff Publishers, p. 37 y ss.
6
232
El derecho a la educacin (...) se ha clasificado de distinta manera como derecho econmico, derecho
social y derecho cultural. Es, todos esos derechos al mismo tiempo. Tambin, de muchas formas es un
derecho civil y un derecho poltico. Ya que se sita en el centro de la realizacin plena y eficaz de esos
derechos. A este respecto, el derecho a la educacin es el eptome de la indivisibilidad y la interdependencia de todos los derechos humanos9.
Consejo Econmico y Social en las Observaciones generales 13 (E/C121999/l0) (Observacin al artculo 13, prrafo 1).
9 Consejo Econmico y Social en las Observaciones generales 13 (E/C121999/l0) (Observacin 11 al artculo 14, prrafo 2).
10 BEITER, K.D. (2006) Op. Cit.
11 Puede consultarse el Informe preliminar de la Relatora Especial sobre el derecho a la Educacin, Sra.
Katarina Tomasevski, presentado de conformidad con la resolucin 1998/33 de la Comisin de Derechos
Humanos. En la primera traduccin al castellano la primera A apareca como disponibilidad. En fechas
posteriores se ha traducido por asequibilidad. TOMASEVSKI, K. (1999): Informe anual de la Relatora Especial sobre el derecho a la Educacin. Presentado de conformidad con la resolucin 1999/25 de la Comisin de
Derechos Humanos. E/CN.4/2000/6. Un desarrollo pormenorizado de este planteamiento se puede encontrar en
El derecho a la educacin: panorama internacional de un derecho irrenunciable en NAYA, L.M. (coord): La
educacin y los derechos Humanos. Donostia, Erein, pp. 63-90 o ms recientemente TOMASEVSKI, K. (2006)
Human Rights Obligations in Education. The 4-As Scheme. Nijmegen: Wolf Legal Publishers.
12 BEITER, K.D. (2006) Op. Cit., p. 477.
233
de 1992, en la que se pide la elaboracin de una Carta de los Derechos del Nio a partir de la Convencin y donde se recogen algunas cuestiones relativas al derecho a la educacin, en trminos parecidos a los que hemos sealado en los tratados anteriores13.
Tambin se puede sealar el Convenio Europeo sobre Ejercicio de los Derechos del
Nio de 1996, que tiene un carcter ms restrictivo en la defensa procesal de los derechos del nio, o una resolucin del Parlamento Europeo de 1999 exhortando la firma del
tratado de la OIT, sobre trabajo infantil y la no participacin en los conflictos armados,
tambin se firma el Tratado de msterdam, donde se incluye la no discriminacin por
razn de edad. Finalmente en el 2002, la Carta de Derechos Fundamentales de la Unin
Europea, que se incluye en la Constitucin Europea, sera la expresin mxima del
reconocimiento de los derechos humanos en una Constitucin de ese rango, incluyendo
tambin los derechos de los nios y nias, gracias a la labor realizada por Euronet14. Al
margen de todas estas iniciativas en las cuales se tienen en consideracin los derechos
de la infancia y de la educacin, hemos de reconocer que desde la puesta en marcha de
la Convencin sobre los Derechos del Nio en 1990, la mayora de estados europeos han
modificado sus respectivas legislaciones para incluir aspectos que estuvieran de acuerdo con dicha Convencin, adems de las reservas que en algunos casos tambin han realizados los pases europeos15.
En la Carta de los derechos fundamentales incluida en la Constitucin Europea, podemos observar que dentro del captulo de Libertades se incluye el derecho a la educacin.
La redaccin de este texto es mucho ms restrictiva que las anteriores que hemos sealado, de manera que se insiste, adems de en asegurar la gratuidad de la enseanza obligatoria, en garantizar la libertad de creacin de centros caballo de batalla de la enseanza
privada- y en el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones personales. Es evidente que este planteamiento no ha entrado en los objetivos de la
educacin, ms que para garantizar a los padres el tipo de enseanza que deseen, pero no
en cuanto a unos valores que ya estaban recogidos en otros tratados.
EL DERECHO A LA EDUCACIN Y LOS OBJETIVOS EDUCATIVOS EN LA
CDN
Una vez expuestos los antecedentes sobre el derecho a la educacin, en este epgrafe
vamos centrarnos en los dos artculos que, explcitamente, recogen cuestiones directamente relacionadas con la educacin, nos referimos al artculo 28, dedicado al derecho a
la educacin, y el artculo 29, sobre los objetivos de la educacin, pues la Convencin
recoge, en estos artculos, de manera acertada toda una tradicin reciente sobre el derecho
a la educacin dentro de la los instrumentos internacionales16. Como puede apreciarse por
los contenidos de estos dos artculos se plasma los principios ya enunciados por el artculo 26 de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos y por los artculos 13 y 14
del Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales. Lo importante de
la redaccin de ambos artculos reside en que separa dos cuestiones que en redacciones
anteriores se trataban conjuntamente, nos referimos, al reconocimiento por parte de los
13
Resolucin A3-0172/92 de 8/7/1992 en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas, fecha 21/9/1992.
La direccin de la Web de Euronet es http://www.europeanchildrensnetwork.org/ (30 de abril de 2006).
15 HODGKIN, R. Y NEWELL, P. (2004): Manual de Aplicacin de la Convencin sobre Derechos del
Nio. Ginebra, UNICEF, Primera edicin, 2001.
14
234
Estados Partes del derecho a la educacin, en el sentido de organizar un sistema educativo, artculo 28, y el de los objetivos de la educacin, que se tratan ms explcitamente en
el artculo 29.
No obstante, nos parece pertinente resaltar que la aportacin tanto terica como metodolgica propuesta por Katarina Tomasevski17, es de tal riqueza que nos facilita unas herramientas de anlisis vlidas para el conocimiento del derecho a la educacin y su situacin
en el mundo. Nuestro anlisis es ms limitado, pues tan slo pretendemos centrarnos en las
observaciones y recomendaciones del Comit de los Derechos del Nio sobre este aspecto
tan importante, sabiendo que un estudio en profundidad de este derecho requiere tener presente la interdependencia de muchos otros derechos que estn relacionados con la educacin. Para ello, y a fin de exponer la complejidad de las obligaciones de los gobiernos en
relacin con el derecho a la educacin, hemos recogido en el siguiente cuadro los aspectos
relativos al derecho a la educacin, tal y como cabe interpretarlo desde el artculo 13 del
Pacto sobre los Derechos Econmicos, Sociales y Culturales y posteriores interpretaciones
y observaciones hechas por el propio Consejo Econmico y Social y otros principios que
rigen el derecho a la educacin en los tratados internacionales, como es la propia Convencin. Esta ilustracin sintetiza en muchos aspectos las aportaciones de Katarina Tomasevs-
235
ki, y al mismo le hemos aadido las consecuencias educativas y escolares que tiene, en
nuestra opinin, cada una de las categoras sealadas18.
Hemos querido resaltar en este cuadro las obligaciones gubernamentales de los Estados, en el sentido de que stos deben invertir en educacin, en ltima instancia en infraestructura y mantenimiento para asegurar la asequibilidad (disponibilidad) de los centros
escolares, con todas sus necesidades; asegurando el acceso a todos los colectivos, sin discriminacin ni dentro de los centros escolares, ni en el acceso, bien sea por la no asistencia, o bien por la explotacin laboral. De la misma manera, el Estado debe establecer y
aplicar normas en educacin que permitan una educacin aceptable con los derechos
humanos y tambin que se adapte a la diversidad cultural. Todo ello supone la bsqueda
y establecimiento de unos indicadores que permitan constatar no slo el reconocimiento
del derecho a la educacin, sino los derechos en educacin19. La bsqueda de estos indicadores son el reto mayor que cabe esperar entre quienes se preocupan por una aplicacin
correcta de los derechos de la infancia y de la educacin.
A la vista de la lectura que hace el Comit de los Derechos del Nio, est claro que el
artculo 28 ha requerido una mayor atencin, pues como no escapa a su interpretacin, de
acuerdo con el artculo 28.1, el derecho a la educacin parece una meta bastante difcil de
alcanzar por muchos pases, insistiendo en que se trata de que los Estados ejerzan dicho
derecho progresivamente, y en condiciones de igualdad de oportunidades. Por ello, en
algunos casos, interpela a la cooperacin internacional como motor del crecimiento econmico, favoreciendo as una mayor inversin en educacin, de manera que incluso el
propio Comit recuerda que el artculo 4 recomienda que los Estados inviertan hasta el
mximo de los recursos de los que se disponga.
Respecto a los diversos niveles de enseanza, la Convencin proclama que hay que
implantar la enseanza obligatoria y gratuita, si bien es consciente de que siempre esa educacin no es gratuita ya que se paga directa o indirectamente a travs de los impuestos,
como bien ha estudiado Tomasevski20. En cambio, por lo que respecta a la enseanza
secundaria, el Comit es consciente de que la mayora de pases no dispone de recursos
suficientes para garantizarla, as como los problemas que plantea el acceso a la formacin
profesional. La diferencia de edad entre la edad de conclusin de la enseanza obligatoria y la edad de admisin al empleo es, con frecuencia, causa de inquietud para el Comit. Con respecto a la enseanza superior las referencias son menores, subrayando que el
acceso a la misma debe realizarse sobre la base de la capacidad, permitiendo que los
nios de familias de escasos recursos puedan presentarse a los exmenes de entrada a la
universidad y dar becas a los que los superen.
Por otra parte, como hemos sealado, corresponde al artculo 29 analizar y desarrollar
los objetivos educativos, evitando entrar en los contenidos de los programas escolares,
aunque, si nos fijamos detalladamente en el desarrollo del artculo en cuestin, podemos
apreciar que muchos de los aspectos que en l se citan, tienen que ver con una orientacin
18 Este cuadro tiene la aprobacin de la propia Katarina Tomasevski, en comunicacin verbal mantenida
personalmente con ella.
19 Adems de las obras de TOMASEVSKI, K., se puede consultar HENAIRE, J. ET TRUCHOT, V. (2003):
Les indicateurs du droit lducation : le dfi dune mise en uvre, en CIFEDHOP : Dfis ducatifs et
droits de lhomme. Genve, pp. 57-80.
20 TOMASEVSKI, K. (2006): The State of the Right to Education Worldwide. Free or Fee: 2006 Global
Report (en prensa).
236
237
una escasa sensibilidad en los Estados Partes para desarrollar polticas educativas encaminadas a una vida responsable en sociedad, a la igualdad de los sexos, a una educacin
por la paz o al respeto al medio ambiente. En este ltimo caso la Convencin es precursora al incluir el respeto al medio ambiente entre los objetivos educativos.
LA IMPLEMENTACIN DEL DERECHO A LA EDUCACIN EN EUROPA
En este epgrafe tan solo vamos a recoger las recomendaciones del Comit24 relacionadas con los artculos citados. El ncleo de preocupaciones del Comit se centra en las
siguientes cuestiones: abandono, desercin y absentismo escolar, privacin del derecho a
la educacin; discriminacin, escuelas maternales; escuelas en zonas rurales, disciplina; la
edad de escolarizacin y acceso a la enseanza secundaria. Por lo que respecta al artculo
29, la mayora de recomendaciones se refieren a la inclusin de los derechos humanos en
los programas escolares25.
As por lo que respecta al abandono, desercin y absentismo escolar el Comit se ha
referido a los siguientes casos:
Unin Europea hasta 2004
Espaa: elevada tasa de absentismo (2).
Finlandia: aumento de las tasas de abandono escolar (1).
Grecia: alta tasa de desercin escolar. No se hace cumplir sistemticamente la
obligatoriedad de la enseanza (1). Muy alta tasa de desercin escolar entre los
romanes (1).
Italia: ajuste del contenido de los planes de estudio podra contribuir a reducir
la tasa de abandono escolar (1).
Portugal: tasas relativamente altas de abandono y repeticin en primaria y
secundaria (2).
24 Para este trabajo han sido analizadas las recomendaciones del Comit realizadas a los siguientes pases:
Alemania CRC/C/15/Add.43 y CRC/C/15/Add.226, Andorra CRC/C/15/Add.176, Austria CRC/C/15/Add.98,
Belars CRC/C/15/Add. 17 y CRC/C/15/Add.180, Blgica CRC/C/15/Add.38 y CRC/C/15/Add.178,Bulgaria
CRC/C/15/Add.66, Chipre CRC/C/15/Add.59 y CRC/C/15/Add.205, Croacia CRC/C/15/Add.52, Dinamarca
CRC/C/15 Add. 33 y CRC/C/15/Add.151, Eslovaquia CRC/C/15/Add.140, Eslovenia CRC/C/15/Add.65 y
CRC/C/15/Add.230, Espaa CRC/C/15/Add.28 y CRC/C/15/Add.185, Estonia CRC/C/15/Add.196, Federacin Rusa CRC/C/15/Add.4 y CRC/C/15/Add.110, Finlandia CRC/C/15/Add.53 y CRC/C/15/Add.132, Francia CRC/C/15 Add. 20 y CRC/C/15/Add.240, Grecia CRC/C/15/Add.170, Hungra CRC/C/15/Add.87, Irlanda CRC/C/15/Add.85, Islandia CRC/C/15/Add.50 y CRC/C/15/Add.203, Italia CRC/C/15/Add.41 y
CRC/C/15/Add.198, Letonia CRC/C/15/Add.142,
Liechtenstein CRC/C/15/Add.143, Lituania
CRC/C/15/Add.146, Luxemburgo CRC/C/15/Add.92, Macedonia CRC/C/15/Add.118, Malta CRC/C/15/Add.
129, Moldova CRC/C/15/Add.192, Mnaco CRC/C/15/Add.158, Noruega CRC/C/15/ Add.23 y
CRC/C/15/Add.126, Pases Bajos CRC/C/15/Add. 114, Polonia CRC/C/15/Add.31 y CRC/C/15/Add.194, Portugal CRC/C/15/Add.45 y CRC/C/15/Add.162, Reino Unido CRC/C/15/Add.34 y CRC/C/15/Add.188, Repblica Checa CRC/C/15/Add.81 y CRC/ CRC/15/Add.201, Rumania CRC/C/15/Add.16 y CRC/C/15/Add.199,
San Marino CRC/C/15/Add.214, Santa Sede CRC/C/15/Add.46, Serbia y Montenegro CRC/C/15/Add.49, Suecia CRC/C/15Add.2 y CRC/C/15/Add.101, Suiza CRC/C/15/Add. 182, Turqua CRC/C/15/Add.152, Ucrania CRC/C/5/Add.42 y CRC/C/15/Add.191.
25 Los nmeros entre parntesis significa que esas recomendaciones se hicieron al primer informe del Estado Parte (1), o al segundo (2). Para ello es necesario conocer las fechas de dichos informes, se puede consultar
DVILA, P. Y NAYA, L.M. (2003) Op. Cit. Hemos considerado de forma separada a los pases de nueva incorporacin a la Unin Europea, dado que hasta la fecha no han presentado nuevos informes.
238
mienda que el Estado Parte estudie la manera de lograr que la educacin oficial
sea ms accesible a los nios que viajan una parte del ao, por ejemplo mediante la utilizacin de servicios mviles de comunicaciones y programas de enseanza a distancia (1).
Otros aspectos considerados son los relativos a las dificultades para acceder a la enseanza secundaria en los casos de Belarus, Eslovenia y Macedonia, entre otros. As
mismo, es motivo de preocupacin la situacin con respecto a las escuelas maternales en
los casos de Islandia y Lituania, donde es escasa la poblacin que asiste a las mismas.
Lo cual no quiere decir que en el resto de pases europeos existan suficientes escuelas
maternales para acoger a la poblacin infantil. Tambin es motivo de discriminacin el
hecho de que la poblacin situada en zonas rurales tenga dificultades para su acceso a la
obligatoriedad escolar, como se pone de manifiesto en los casos de la Federacin Rusa,
Rumania, Polonia y Grecia. Otro aspecto ya considerado es el de la disciplina escolar,
donde es llamativa la situacin de Irlanda, pues Al comit le inquieta la situacin de los
nios expulsados de la escuela por las sanciones impuestas por los profesores, as como
las consecuencias negativas de estas expulsiones y su posible repercusin en las tasas de
abandono y de asistencia escolares26.
Finalmente, unos cuantos Estados Partes reciben elogios del Comit por las disposiciones favorables en el campo educativo. Como son los casos siguientes:
Unin Europea hasta 2004
Alemania: inters ya que a partir de 1996 todos los nios de Alemania gozarn
del derecho a disponer de una plaza en prvulos. El Comit reconoce la determinacin del Estado Parte de prevenir las tendencias xenfobas y las manifestaciones de racismo, y de hacerles frente. Tambin debe encomiarse al Gobierno por los amplios esfuerzos realizados para garantizar la participacin de la
autoridades federales, de los Lander y locales, as como la cooperacin entre
ellas, para la realizacin de una campaa nacional para prevenir ese fenmeno
y luchar contra l, y para promover la armona tnica y racial, en el marco general de la Campaa de la Juventud iniciada por el Consejo de Europa (1).
Dinamarca: se ha reconocido de facto pero no de jure el derecho a la educacin
de los nios a quienes se ha rechazado su solicitud de asilo (1).
Finlandia: alentar a que adopte medidas para que los nios refugiados y solicitantes de asilo tengan el mismo acceso a los servicios educativos (2). Satisfaccin por la gratuidad de la enseanza (1 y 2).
Italia: agrado por la ampliacin de la obligatoriedad de 8 a 10 aos. Preocupacin por la alta tasa de abandono (2).
Portugal: el Comit se felicita de las medidas adoptadas por el Gobierno en
materia de educacin, en el sentido de incrementar la consignacin presupuestaria para educacin en una suma equivalente al 1% del PIB hasta 1999 y de
ampliar la red de instituciones preescolares (2).
Nuevos miembros de la UE (a partir de 2004)
Eslovaquia: reconocimiento de que la duracin de la enseanza obligatoria es
de 10 aos (1).
26
240
Pases candidatos
Turqua: satisfaccin por la prolongacin de la obligatoriedad hasta 8 aos (1).
Otros pases europeos
Noruega: se ha reconocido de facto pero no de jure el derecho a la educacin
de los nios a quienes se ha rechazado su solicitud de asilo (1).
Con respecto a la gratuidad., otro de los elementos sobre los cuales se incide en los
informes, las referencias recogidas en las observaciones del Comit son menos y en la
mayora de los caos inciden en que se sobrecarga el presupuesto familiar con las actividades extraescolares, la compra de material escolar o de los libros de textos (Andorra, Serbia y Montenegro, Ucrania) o el aumento de las asignaciones presupuestarias a educacin (Portugal), o por el contrario recortes presupuestarios (Suecia).
La no discriminacin, como sabemos, es uno de los principios bsicos de la Convencin y por lo tanto atraviesa todo el tratado y debe estar presente en las prcticas educativas. Pero adems, cuando nos referimos a los nios y nias impedidos y/o discapacitados,
partimos de la consideracin de que la discapacidad no puede ni debe ser un obstculo
para el disfrute de los derechos humanos, como se ha puesto de manifiesto en los diversos
tratados internacionales sobre el tema27. As pues, siguiendo esa trayectoria, la Convencin recoge sus derechos en dos casos que tienen sus repercusiones educativas. Nos referimos, por una parte, a los derechos de los nios y nias impedidos (artculo 23), donde se
recoge el derecho a disfrutar de una vida plena y decente, adems de tener acceso efectivo a la educacin, la capacitacin, la preparacin para el empleo. Por lo tanto, en la
defensa de este derecho estn implicados tanto la no discriminacin, como el derecho a la
educacin, pues existe una interdependencia entre discapacidad y derechos humanos28.
Otro de esos derechos, dentro del mbito de la no discriminacin, sera el artculo 30,
sobre nios de minoras o de pueblos indgenas, donde se les reconoce el derecho a tener
su propia vida cultural, a profesar su propia religin, o a emplear su propio idioma, y
cuyas correspondencias educativas son evidentes.
Con respecto a los nios y nias impedidos, como indica el Comit: los Estados debern combatir activamente las actitudes y prcticas que discriminen contra los nios con
discapacidades y les denieguen igualdad de oportunidades a disfrutar los derechos garantizados por la Convencin29, y tambin recomienda sistemticamente que se adopten
todas las medidas necesarias para integrar a los nios con discapacidad en el sistema general de educacin30. Con este tipo de propuestas y recomendaciones, lo que se est afirmando es que el sistema educativo debe considerar la integracin de los nios y nias con
discapacidades y, por lo tanto, plantea de forma indirecta que la escuela debe ser inclusiva. Se trata, como ha analizado Katarina Tomasevski, de tener en consideracin la accesi27
Con referencia al caso europeo, ver: Comisin de las Comunidades EUROPEAS: (2003): Igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad. Ref. COM (2003) 650 final. Tambin puede consultarse
http://www.un.org/spanish/esa/social/disabled/dis50y00.htm.
28 Los derechos humanos se aplican a las personas impedidas aunque no hay referencias a ellas en el
PIDCP ni el en PIDESC. HODGKIN, R. Y NEWELL, P. Op. Cit., p. 278.
29 Informe sobre el 16 periodo de sesiones, septiembre/octubre de 1997, CRC/C/69, prrafo 338 e) Hodgkin, R. y Newell, P. Op. Cit., p. 350.
30 El informe de 1996 del Relator Especial sobre la supervisin de la aplicacin de las Normas Uniformes
observa que en 10 de los 80 pases que proporcionaron informacin sobre su legislacin, sta no garantiza al
nio impedido el derecho a la educacin, Hodgkin, R. y Newell, P. Op. Cit, p. 357.
241
bilidad, es decir, hacer accesible la escuela a todos aquellos nios y nias que de alguna
manera pudieran sufrir alguna discriminacin.
En el estudio de esta cuestin, casi podramos plantearnos un mapa de la discriminacin
de los nios y nias discapacitados en Europa, en funcin de las recomendaciones del Comit. De manera que podramos considerar a ciertos pases en los cuales existe una labor positiva por parte de las legislaciones nacionales, donde prevalece el principio de no discriminacin, reconociendo la integracin escolar en casos como (Austria, Belars, Espaa,
Eslovenia, Finlandia, Francia, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Portugal, Reino Unido, Republica Checa, San Marino y Suecia). Es decir, parece
estar extendido el reconocimiento de la no discriminacin. No obstante, tambin el Comit
constata que este reconocimiento legal o bien no se extiende lo suficiente a los discapacitados, o en la realidad existen discriminaciones patentes, como en los siguientes casos:
Unin Europea hasta 2004
Alemania: falta de servicios para la educacin de nios con problemas de
aprendizaje (2).
Blgica: dificultades en el goce de los derechos, incluida la educacin, por parte
de los discapacitados (2).
Grecia: los nios con discapacidades son objeto de discriminacin (1).
Irlanda: no hay una poltica nacional que proteja a los nios discapacitados (1).
Luxemburgo: vago estado de aplicacin de la Ley de integracin escolar de
1994 (1).
Reino Unido: el principio de no discriminacin no se aplica a los discapacitados. Alta tasa de exclusin temporal de la escuela en nios con discapacidad (2).
Nuevos miembros de la UE (a partir de 2004)
Chipre: gran diversidad de escuelas especiales para nios con discapacidades
que no favorece su integracin en las escuelas ordinarias (2).
Eslovenia: las medidas de aplicacin no son efectivas (2).
Estonia: la ley de educacin no prev lo suficiente la inclusin de los nios con
discapacidad (1).
Lituania: el principio de no discriminacin no se aplica plenamente a los discapacitados, sobre todo en relacin con la salud y educacin (1).
Letonia: fomentar su integracin en el sistema educativo y en la sociedad (1).
Malta: debe elaborar programas especiales de educacin y fomente la inclusin
y reintegracin de los nios con discapacidad en el sistema de enseanza (1).
Polonia: los nios discapacitados no tienen oportunidad de acceder a escuelas
y programas educativos integrados (2).
Pases candidatos:
Rumania: los nios con discapacidad ven en la prctica limitado su acceso a la
enseanza oficial (2).
Turqua: fomentar su integracin en el sistema de educacin normal, en particular impartiendo formacin especializada a los docentes y haciendo que las
escuelas sean ms accesibles (1).
Otros pases europeos
Federacin Rusa: lentitud en la incorporacin de los nios discapacitados a la
educacin general (2).
242
Macedonia: los nios con discapacidades estn excluidos de muchas actividades (1).
Moldova: se hace poco por integrar a estos nios en el sistema de educacin normal y en la sociedad. Se define a los incapacitados como sujetos invlidos (1).
Noruega: no gozan de la mxima integracin social con sus compaeros (2).
Ucrania: los nios con discapacidades viven en condiciones deficientes (2).
Con respecto a los minoras o de pueblos indgenas y como seala el Comit, podran parecer superfluas las disposiciones del artculo 30. Sin embargo, la sobrecogedora evidencia de la discriminacin grave y persistente que padecen grupos minoritarios o pueblos
indgenas justifica que se afirmen sus derechos en un artculo aparte31. Uno de los colectivos tnicos discriminados, sino el ms, en Europa es sin duda, la minora roman, como
se pone en evidencia tanto en los informes de los Estados Partes como en las observaciones finales del Comit; de manera que en la mayora de pases nos encontramos con parecidas recomendaciones. Son pocos los pases que escapan a estas recomendaciones de
integracin de la minora roman en el sistema educativo de cada uno de los Estados. No
obstante, sera necesario un estudio ms en profundidad de dichas recomendaciones, pues
parece estar presente en el nimo del Comit ms un planteamiento integracionista que de
adecuacin de los derechos humanos a dicha minora; es decir, ms centrada en la accesibilidad que en la adaptabilidad.
Unin Europea hasta 2004
Austria: discriminacin social de los nios romanes (1).
Espaa: adoptar medidas para impedir actitudes discriminatorias contra los
nios vulnerables, incluidos migrantes o gitanos (1). Preocupacin por la difcil
integracin de los nios romanes e hijos de familias migrantes. El principio de
no discriminacin no se aplica plenamente con los romanes. Acceso insuficiente de los romanes al sistema educativo (2)
Finlandia: tasas elevadas de desercin escolar de los romanes. Toma nota de
las actividades para reforzar la condicin de la lengua roman en la enseanza
escolar, materiales, formacin de maestros, etc. (2).
Francia: los romanes sufren una discriminacin de hecho (2).
Grecia: muy alta tasa de desercin escolar entre los romanes (1).
Italia: no se han tomado suficientes medidas para evaluar y atender las necesidades de nios de origen extranjero y roman (1). Preocupacin por el acceso
insuficiente de los nios romanes a los servicios de enseanza (2).
Portugal: insuficiente acceso de los nios romanes al sistema educativo (2).
Reino Unido: el principio de no discriminacin no se aplica a los romanes
nmadas e hijos de irlandeses (2).
Nuevos miembros de la UE (a partir de 2004)
Eslovaquia: hay discriminacin de facto contra la minora roman en especial
acceso a la educacin y salud (1). La mayor parte de los nios romanes acuden
a escuelas especiales (1). No se puede ensear en idioma roman (1).
Eslovenia: la discriminacin contra los romanes y otras minoras es generalizada. Los romanes son uno de los grupos ms vulnerables. Hay mucho nios
romanes en clases de nios con necesidades especiales (2).
31
243
Hungra: facilitar el acceso a los servicios educativos a los nios romanes (1).
La CDN no est disponible en roman (1).
Lituania: el principio de no discriminacin no se aplica plenamente a los romanes, sobre todo en relacin con la salud y educacin (1).
Polonia: debe adoptar medidas para impedir discriminaciones con los romanes
(1). No se aplica el principio de no discriminacin con los romanes o minoras
tnicas (2).
Repblica checa: no se han tomado medida para prevenir las prcticas discriminatorias contra los romanes (1). Los romanes son blanco especfico de la
violencia (2). Se han tomado numerosas iniciativas para luchas contra la discriminacin en la educacin, en particular contra los romanes (2). Satisfaccin por
el establecimiento de escuela secundaria para romanes por iniciativa del propio
pueblo roman (2). Excesiva representacin de los nios romanes en escuelas
especiales (2).
Pases candidatos
Rumania: preocupacin por los nios de minoras. Bajo ndice de escolaridad
de los nios gitanos y zonas rurales (1). El Gobierno debera adoptar una poltica activa de no discriminacin con respecto a los nios pertenecientes a minoras (1). Complacencia por la aplicacin de estrategias encaminadas a mejorar
los derechos de los romanes (incluida la enseanza) (2).
Otros pases europeos
Belars: el principio de no discriminacin no se aplica a los nios de hogares
desfavorecidos, zonas rurales, origen roman y afectados por la catstrofe de
Chernobyl (2).
Macedonia: hay reducido nmero de matrcula en todos los niveles de los
romanes (1). Los nios de determinadas poblaciones minoritarias, en particular
los romanes, no disfrutan el pleno respeto de sus derechos (1).
Moldova: no se aplica plenamente el principio de no discriminacin a () los
nios de origen roman y los nios de otras minoras tnicas, sobre todo en salud
y enseanza (1).
Noruega: muchos nios romanes y de otros grupos itinerantes no terminan la
enseanza obligatoria (1 y 2).
Serbia y Montenegro: preocupacin por la manera en que son tratados los adultos y nios musulmanes, se dan casos graves de discriminacin contra los romanes (1).
Suiza: falta informacin sobre romanes y nmadas (..) no existe una poltica
para ocuparse de esos nios (1).
Ucrania: Los nios romanes sufren discriminacin en el acceso a la educacin
y salud. Los nios de minora, tales como los romanes no reciben educacin de
calidad (2).
Una buena expresin de lo indicado por el Comit es la recomendacin realizada a
Eslovaquia: El Comit toma nota con preocupacin de que la mayor parte de los nios
romanes concurren a escuelas especiales en razn de las diferencias reales o percibidas
de idioma y cultura que se da entre los romanes y la mayora de la poblacin; de que la
Ley de educacin no ofrece la posibilidad de ensear en idioma roman y de la descripcin estereotipada y negativa de los romanes y sus nios en general, pero especialmente
244
en el informe inicial. La Comisin recomienda que el Estado Parte disee nuevas medidas
encaminadas a garantizar que los nios romanes gocen de igualdad de acceso y de oportunidades en materia de la asistencia a escuelas ordinarias, con clases de apoyo si fuera
necesario. El Comit tambin recomienda que el Estado Parte se sirva examinar la situacin del idioma roman en el sistema de educacin, tanto en la legislacin como en la prctica, y la medida en que satisface las exigencias de la poblacin roman y de sus nios, y
que considere segn sea apropiado adoptar nuevas medidas encaminadas a garantizar la
educacin o la instruccin en idioma roman, de conformidad con el artculo 29 de la Convencin. Debera reforzarse la formacin de docentes en este idioma. El Comit recomienda que el Estado Parte, de conformidad con el apartado c) del artculo 29 de la Convencin, garantice que el sistema de educacin, y los medios de comunicacin en particular, favorezcan actitudes positivas respecto de las minoras y fomente el dilogo intercultural entre las minoras y la mayora, incluidos los nios32.
Pero junto con esta discriminacin claramente manifiesta, tambin tenemos que considerar las recomendaciones que se amplan a otras minoras tnicas y a las expresiones de
xenofobia y racismo apreciadas por el Comit, con excepciones como la de Alemania, que
recibe elogios por las campaas de prevencin del racismo33. El tono general de las recomendaciones se basa en las dificultades de estas minoras para el acceso y ejercicio de los
derechos.
Unin Europea hasta 2004
Blgica: dificultades en el goce de los derechos, incluida la educacin, por parte
de los nios pobres, extranjeros, menores no acompaados (2).
Dinamarca: la discriminacin se da de facto contra los nios de minoras tnicas, refugiados, etc. incluso en el sistema educativo (2).
Grecia: hay manifestaciones de xenofobia entre docentes y alumnos (1).
Pases Bajos: se siguen de cerca los resultados educativos de las minoras, pero
siguen mostrando disparidades considerables (1).
Reino Unido: alta tasa de exclusin temporal de la escuela en nios de minoras y marcada diferencia en el rendimiento escolar (2).
Suecia: se necesita ms informacin de los hijos pertenecientes a minoras (1).
Aumento del racismo y la xenofobia (2).
Nuevos miembros de la UE (a partir de 2004)
Chipre: hay una falta de disposiciones jurdicas que ilegalicen la discriminacin
racial por parte de particulares en la educacin y el empleo (2).
Pases candidatos
Croacia: se han dado casos de acoso contra los nios de origen serbio y musulmn (1).
Rumania: el Gobierno debera adoptar una poltica activa de no discriminacin
con respecto a los nios pertenecientes a minoras (1).
Otros pases europeos
Andorra: los hijos de los trabajadores temporeros que residen ilegalmente en
Andorra pueden tener dificultad de acceso a la educacin y salud (1).
32
33
245
246
cin religiosa obligatoria deben presentar una solicitud oficial indicando la fe del nio, lo
que puede constituir violacin de su vida privada (1).
Asimismo, y a pesar de que uno de los motivos de discriminacin en general en el
mundo es el de los impedimentos al acceso a la educacin por parte de las nias, lo cierto es que en las recomendaciones sobre este asunto, en el caso europeo, no son tan evidentes, constatndose casos contrarios. As se refiere a las siguientes situaciones:
Unin Europea hasta 2004
Italia: el nmero de nias que terminan la educacin secundaria es mayor que
el de los nios (2).
Portugal: nmero relativamente bajo de nios que contina hasta la educacin
superior desde la escuela secundaria, con una disparidad aguda entre los varones (42%) y las mujeres (57%).
Nuevos miembros de la UE (a partir de 2004)
Chipre: algunas leyes no se aplican igual a los nios y a las nias (2).
Pases candidatos
Turqua: Altas tasas de desercin escolar entre las nias a partir del 3 grado
(1).
Rumania: alto porcentaje de nias que abandonan la escuela (2).
Otros pases europeos
Federacin Rusa: situacin de las nias en las zonas rurales (1).
Macedonia: hay reducido nmero de matrcula en todos los niveles de las nias.
Las tasas de desercin de las muchachas en primaria y secundaria es sumamente elevada (1).
Santa Sede: preocupacin por la discriminacin en escuelas e instituciones
catlicas en relacin con el sexo (1).
Serbia y Montenegro: combatir las tendencias del sistema educativa a perpetuar la discriminacin o los estereotipos fundados en el sexo (1).
As mismo, otro aspecto a tener en cuenta es el de la proteccin contra toda forma de
perjuicio o abuso fsico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotacin,
incluido el abuso sexual (artculo 19 de la CDN), ya que tiene relacin con el Art. 28.2,
sobre disciplina escolar sin violencia, y donde los Estados Partes adoptarn cuantas medidas sean adecuadas para velar por que la disciplina escolar se administre de modo compatible con la dignidad humana del nio; siendo responsable de la prevencin de toda la
violencia contra los nios, ya sea sta inflingida por funcionarios del Estado o por los
padres, maestros y otras personas a cargo de su cuidado35. Por otra parte, el Comit ha
subrayado que el castigo corporal, en la familia, en las escuelas u otras instituciones, o en
el sistema penal, por leve que sea, es incompatible con la Convencin36.
El Comit seala que son necesarias tanto las medidas legislativas como las educativas para cambiar las actitudes y las prcticas. De esta manera, podemos diferenciar aquellos pases que existe legislacin prohibiendo todo tipo de violencia o maltrato contra los
nios y nias, en diferentes mbitos y en algunos casos con matices, (Alemania, Andorra, Austria, Dinamarca, Estonia, Espaa, Finlandia, Grecia, Islandia, Letonia,
35
36
Ibidem, p. 278.
Ibdem, p. 285.
247
Malta, Mnaco, Pases Bajos, Reino Unido (excepto en Irlanda del Norte), Suiza,
Suecia, Turqua). En este sentido, Suecia ha sido el primer pas del mundo en prohibir
los castigos corporales, a travs del Cdigo de Paternidad/Maternidad y Tutela, all los
nios no puede ser sometido a castigos corporales o a cualquier otro trato ofensivo37.
En contra de esta posicin, el Comit critica a pases como Finlandia, Suiza, Francia,
Espaa, o Reino Unido donde parece que hay cierta permisividad en la disciplina en el
hogar; siendo ms claras la crticas y la peticin de prohibicin del castigo corporal (en la
familia, en otras formas de cuidado, en las escuelas y en el sistema penal) y solicita la prohibicin expresa de todo castigo corporal en los casos de Francia, Polonia, Blgica, Italia, Croacia, Ucrania, Portugal, Luxemburgo, Republica Checa, Bulgaria, Malta,
Eslovenia, Eslovaquia, Macedonia, Lituania, Serbia y Montenegro, Lituania. Adems de hacer observaciones ms severas para los casos de la Federacin Rusa y Belars.
Por lo tanto, el mapa de la disciplina escolar debe tener en cuenta estas observaciones,
donde prcticamente ningn pas se libra de crticas y recomendaciones para eliminar definitivamente este tipo de disciplina con violencia. En cualquier caso, las disposiciones
legislativas parece que no son suficientes para cambiar comportamientos sociales y escolares que han tenido una larga tradicin.
Por otra parte, y dentro de la proteccin contra toda forma de violencia, podemos
incluir el artculo 32 de la Convencin relativo a la explotacin econmica y el trabajo
infantil, donde se especifica concretamente que los Estados Partes reconocen el derecho a
estar protegido contra la explotacin econmica y contra el desempeo de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educacin 38. Por lo tanto, este derecho est
relacionado con otra serie de artculos, adems de los protocolos facultativos pero, sobre
todo, ha sido objeto de tratamiento especial por parte de la Organizacin Internacional del
Trabajo (OIT), en sus convenios n 138, de 1973 sobre la edad mnima para el trabajo y
firmado por 135 Estados hasta 2004; y el n 182, de 1999, sobre la prohibicin de las peores formas de trabajo infantil, firmado hasta 2005, por 151 Estados. Adems de otra serie
de Convenios de la propia OIT39. Por otra parte, existen pocas reservas a este artculo de
la Convencin.
Las recomendaciones del Comit estn dirigidas, en la mayora de los casos, a la conveniencia de fijar edades teniendo en cuenta las disposiciones pertinentes en otros instrumentos internacionales. La cuestin que nos interesa resaltar es si la no fijacin de
estas edades puede entorpecer la escolarizacin de los nios y nias y su formacin educativa y profesional. As pues el Comit siempre elogia la ratificacin de los dos convenios citados a aquellos pases que lo han ido haciendo en las fechas en que presentaron sus
informes (Rumania, Francia, Espaa, Reino Unido, Blgica, Italia, Ucrania, Alemania, Portugal, Eslovenia, republica Checa, Hungra, Eslovaquia, Turquia, Grecia,
Moldova, y Estonia) y recomienda que lo hagan Estados que no lo han hecho como Dinamarca, Islandia y Austria. A pesar de ello, en algunos casos existen situaciones preocupantes como en la Federacin Rusa, Bulgaria, Belars, Rumania (con un nmero cada
vez mayor de nios que viven o trabajan en la calle), Italia (con el uso ilcito de nios
como fuerza de trabajo), Francia (donde existe el empleo de nios que no han terminado
el ciclo de enseanza obligatorio, o nios extranjeros vctimas del trabajo forzoso), Fin37
248
landia (donde la legislacin laboral no asegura una proteccin suficiente para menores
entre 15 y 18 aos), Austria (donde la legislacin permite que a partir de 12 aos los nios
realicen trabajos livianos) y otros pases donde los nios son empleados en los negocios
familiares, el campo, o en la industria turstica, interfiriendo en el derecho a la educacin
(Malta, Andorra, Turqua, Mnaco y Moldova).
Como ya hemos puesto de manifiesto en el apartado sobre no discriminacin, tambin
aqu hay claros ejemplos de discriminacin, en diversos mbitos. Por lo tanto, a la hora de
considerar este aspecto debemos relacionarlo con lo dicho anteriormente, y que expresa el
derecho a la educacin y la accesibilidad del mismo.
Finalmente, lo que parece preocupar ms al Comit, a la vista de las recomendaciones,
es la presencia de los derechos humanos en la formacin educativa de los nios y nias.
En este sentido, y a la vista de esta cuestin, el mapa de la presencia de los derechos humanos y de la Convencin en el sistema educativo, ofrece un panorama casi en blanco y
negro, pero sobre todo plagado de recomendaciones para que los Estados Partes incorporen en sus programas escolares los derechos enunciados en la Convencin. As nos encontramos con un bloque de pases donde se observa ese reconocimiento o se han tomado
medidas para ello: Belars, Italia, Chipre, Eslovenia, Austria, Mnaco, y Estonia.
Existe otro conjunto de Estados son motivo de preocupacin porque no reflejan suficientemente los contenidos del artculo 29: Rumania y Croacia. Finalmente la mayora de los
estados reciben parecidas recomendaciones, mas o menos expresadas de la siguiente
manera: El Gobierno debera estudiar la posibilidad de incorporara la Convencin en los
planes de estudios escolares en cualquiera de los niveles educativos. En esta situacin
encontramos los siguientes: Federacin Rusa, Francia, Noruega, Polonia, Dinamarca,
Reino Unido, Blgica, Ucrania, Alemania, Portugal, Santa Sede. Serbia y Montenegro, Islandia, Finlandia, Bulgaria, Irlanda, Luxemburgo, Pases Bajos, Eslovaquia,
Letonia, Lituania, Turqua y Suiza. Pero la inclusin de la Convencin en los planes de
estudio no debe responder a la sola voluntad de dar una respuesta puntual al artculo 42,
sino que significa que el conocimiento de los derechos se enmarca en un proceso continuo
que incluye y afecta a las futuras generaciones de nios40. Tambin otros aspectos relevantes son los referidos a otros tipos de respeto, que ya los hemos tratado al referirnos al
articulo 30.
CONCLUSIONES
De cuanto llevamos dicho es posible extraer algunas conclusiones, siempre limitadas
debido al tipo de documentacin manejada y a la necesidad de interpretar dichas conclusiones en el marco europeo y de sus variadas caractersticas y condiciones econmicas,
sociales, polticas, culturales, religiosas y educativas, pues todas ellas inciden en la implementacin de los derechos de los nios y nias. Tambin existe la tentacin de plasmar en
un mapa los modelos de comportamiento con respecto al cumplimiento y violacin de
estos derechos, pero creemos que escapa a nuestras posibilidades. Por otra parte, queremos que quede constancia de que con este anlisis no estamos criticando la actividad del
Comit, sino tan slo mostrar qu tipo de recomendaciones se ha dado en cada uno de los
casos, teniendo presente que muchos de los datos que se solicitan en la lista de control no
son ni objeto de informacin por parte de los Estados Partes y, por lo tanto, tampoco de
40
Ibidem, p. 477.
249
las recomendaciones del Comit. Todo lo cual devala la informacin a la cual se puede
potencialmente tener acceso.
Con respecto al derecho a la educacin, la obligatoriedad y gratuidad no parecen ser
los problemas ms preocupantes, aunque se constata el creciente abandono y absentismo
escolar, adems de ciertas discriminaciones. Todo lo cual nos muestra que todava en
Europa queda un largo camino para conseguir no slo la integracin escolar, sino una educacin acorde con los derechos humanos. Una constante que se aprecia en las recomendaciones del Comit es la escasa presencia de los derechos humanos en la formacin escolar y educativa.
Por otra parte, la no discriminacin en todo Europa es uno de los motivos de mayor
preocupacin, sobre todo a la vista de una clara discriminacin contra los discapacitados
y la minora roman, a pesar de que muchos pases europeos tengan integrados en sus
legislaciones nacionales el principio de no discriminacin. En otros casos se observan crecientes formas de xenofobia y racismo en diferentes pases de la Unin Europea. Tambin
se constata cierta ambivalencia con respecto al uso del castigo corporal: por una parte, se
constata la existencia de medidas legislativas prohibitorias; mientras que por otra, existen
ciertas polticas permisivas. Las recomendaciones van dirigidas a eliminar definitivamente este tipo de disciplina corporal, as como a la adecuacin entre la finalizacin de los
estudios y la edad laboral, solicitando a los pases europeos que se ratifiquen los convenios de la OIT sobre trabajo infantil.
250
INTRODUCCIN
La educacin es un derecho humano, y por ende el Estado tiene la obligacin de asegurar su promocin y proteccin, y cuyo contenido procura dignificar la vida de las personas. Uno de los motivos para incluir la educacin entre los derechos humanos era que
su realizacin no dependiese del mercado libre, donde el acceso a la educacin est
determinado por el poder adquisitivo. La base del derecho a la educacin, adems de ser
la puerta para el cumplimiento de otros derechos, es un sistema en el que la educacin
es gratuita en los lugares donde se imparte, como ejercicio de un derecho y no en funcin de la capacidad de cada uno para costersela. Y segn la normativa de derechos
humanos, los gobiernos tienen la obligacin de financiar adecuadamente la educacin
para que los nios y nias no deban pagar por su escolarizacin ni se les prive de ella
por falta de recursos.
La educacin est destinada a construir conocimiento en el marco de convergencia y
aprendizaje de todos los derechos humanos, pero sobre todo debe ser un espacio de libertad para el ejercicio y el aprendizaje de los derechos, las responsabilidades y capacidades
humanas.
Sin embargo, las polticas econmicas internacionales actuales son indiferentes a los
gastos sociales y se impone el modelo poltico y socioeconmico basado en el liberalismo
econmico: se enfatizan los mecanismos de mercado, de ah que se corra el riesgo de que
la organizacin econmica niegue los recursos financieros necesarios para la plena realizacin del derecho a la educacin.
A escala internacional, se est desarrollando una concepcin utilitarista de la educacin, desligada de los derechos humanos, que dificultar el logro de cambios estructurales
necesarios para asegurar los procesos comerciales equitativos, la justa distribucin de la
riqueza y la generacin autnoma de mejores condiciones de vida.
251
El segundo hito en el desarrollo de este derecho fue el Pacto Internacional de Derechos Sociales, Econmicos y Culturales2 que en su artculo 13 estableca lo siguiente:
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educacin. Convienen en que la educacin debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del
sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Convienen asimismo en que la educacin debe capacitar a todas las personas para participar
efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensin, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y entre todos los grupos raciales, tnicos o religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro del mantenimiento de la paz.
1 Adoptada
y proclamada por la Resolucin de la Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948.
Adoptado y abierto a la firma, ratificacin y adhesin por la Asamblea General en su resolucin 2200 A
(XXI), de 16 de diciembre de 1966. Entrada en vigor el 3 de enero de 1976.
2
252
2. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que, con objeto de lograr el pleno ejercicio de este
derecho:
a) La enseanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente;
b) La enseanza secundaria, en sus diferentes formas, incluso la enseanza secundaria tcnica y
profesional, debe ser generalizada y hacerse accesible a todos, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantacin progresiva de la enseanza gratuita;
c) La enseanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad
de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantacin progresiva
de la enseanza gratuita;
d) Debe fomentarse o intensificarse, en la medida de lo posible, la educacin fundamental para
aquellas personas que no hayan recibido o terminado el ciclo completo de instruccin primaria;
e) Se debe proseguir activamente el desarrollo del sistema escolar en todos los ciclos de la enseanza, implantar un sistema adecuado de becas, y mejorar continuamente las condiciones materiales del cuerpo docente.
3. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres y, en su
caso, de los tutores legales, de escoger para sus hijos o pupilos escuelas distintas de las creadas por las
autoridades pblicas, siempre que aqullas satisfagan las normas mnimas que el Estado prescriba o
apruebe en materia de enseanza, y de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educacin religiosa o
moral que est de acuerdo con sus propias convicciones.
253
educacin que contribuyan a lograr este objetivo, en particular, mediante la modificacin de los libros,
programas escolares, adaptacin de los mtodos de enseanza.
D. Las mismas oportunidades para la obtencin de becas y otras subvenciones para cursar estudios;
E. Las mismas oportunidades de acceso a los programas de educacin complementaria, incluidos los
programas de alfabetizacin funcional y de adultos, con miras en particular a reducir lo antes posible
la diferencia de conocimientos existentes entre el hombre y la mujer.
F. La reduccin de la tasa de abandono femenino de los estudios y la organizacin de programas para
aquellas jvenes y mujeres que hayan dejado los estudios prematuramente;
G. Las mismas oportunidades para participar activamente del deporte y la educacin fsica;
H. Acceso al material informativo especfico que contribuya a asegurar la salud y el bienestar de la
familia.
254
c) Hacer la enseanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios
sean apropiados;
d) Hacer que todos los nios dispongan de informacin y orientacin en cuestiones educacionales
y profesionales y tengan acceso a ellas;
e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las tasas de desercin escolar.
2. Los Estados Partes adoptarn cuantas medidas sean adecuadas para velar por que la disciplina escolar se administre de modo compatible con la dignidad humana del nio y de conformidad con la presente
Convencin.
3. Los Estados Partes fomentarn y alentarn la cooperacin internacional en cuestiones de educacin,
en particular a fin de contribuir a eliminar la ignorancia y el analfabetismo en todo el mundo y de facilitar el acceso a los conocimientos tcnicos y a los mtodos modernos de enseanza. A este respecto, se
tendrn especialmente en cuenta las necesidades de los pases en desarrollo.
6 Texto adoptado en la Conferencia celebrada en Jomtien (Tailandia) entre el 5 y 9 de marzo de 1990. Disponible en la pgina web http://www.unesco.org/education/efa/ed_for_all/background/world_conference_jomtien.shtml.
255
7 Texto aprobado por el Foro Mundial sobre la Educacin Dakar, Senegal, 26-28 de abril de 2000. Disponible en la pgina web http://www.unesco.org/education/efa/ed_for_all/dakfram_spa.shtml.
8 Resolucin 55/2 aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 13 de septiembre del ao 2000.
256
La adopcin de estas prioridades viene determinada por que contribuyen al cumplimiento de otros derechos y tienen efectos multiplicadores, crean condiciones dinmicas
para quebrar el ciclo de la pobreza y la discriminacin, adems de contribuir a generar
voluntad poltica y alianzas.
La prioridad sobre educacin bsica e igualdad de gnero viene determinado as mismo
por un dato: existen ms de 120 millones de nios y nias que no van a la escuela; de ellos
2/3 son nias. Entre las diversas razones por las que las nias no acuden a la escuela, una
es la fundamental: la discriminacin de gnero debido a una posicin social inferior. Si a
ello aadimos que las mujeres tienen que realizar las labores domsticas, no reciben la
escolarizacin bsica, a menudo tienen embarazos en edades muy tempranas y no son
registradas al nacer, nos encontramos con que el ciclo de la pobreza sigue reproducindose interminablemente.
UNICEF considera que es prioritario garantizar el derecho a la educacin de las nias
porque conlleva una serie de ventajas que son beneficiosas para la sociedad en general,
ms all de las ventajas que conlleva para las mismas nias.
Sern econmicamente activas y participarn en la toma de decisiones econmicas y
polticas.
Se casarn ms tarde y por lo tanto sern madres ms tarde.
Se reducir la mortalidad infantil y materna.
Podrn llevar a cabo papeles de liderazgo.
En este sentido, para esta prioridad se han establecido los siguientes objetivos:
La eliminacin de disparidades en 25 pases.
La reduccin en un 30% del nmero de nias no escolarizadas.
9
E/ICEF/2005/11.
257
10
258
E/CN.4/2004/45.
E/CN.4/2005/50.
259
12
13
260
posibilidad del consenso, la aceptacin del disenso y del dilogo respetuoso dirigido a la
convivencia pacfica.
CONCLUSIONES
En primer lugar, es necesario establecer la diferencia entre la escolarizacin y el disfrute del derecho a la educacin, puesto que la escolarizacin por s misma no garantiza el
cumplimiento del derecho a la educacin. Aunque la escolarizacin obligatoria previene
de entrar demasiado temprano en el mundo adulto y provee una socializacin comn,
siguen existiendo pases donde tal escolarizacin no se cumple y en consecuencia no se
garantiza el derecho a la educacin.
La inversin en educacin es un beneficio a largo plazo porque el derecho a la educacin es fundamental para que se cumplan otros derechos humanos. La educacin es un fin
pero tambin un medio, puesto que prepara a los nios y nias para la participacin poltica, mejora la cohesin social y les ensean que todos los seres humanos tienen derechos.
El derecho a la educacin es un derecho humano y su defensa depende de las instituciones y de los procedimientos que desafien sus violaciones; sin embargo, es necesario
tener voluntad poltica y capacidad para poder garantizarlo. Existen instrumentos internacionales que garantizan los contenidos centrales del derecho a la educacin y que han sido
firmados y ratificados por los gobiernos; entre estos contenidos se subrayan los siguientes:
Asegurar que la educacin primaria sea abierta, gratuita y obligatoria.
Libertad de eleccin de los padres y madres.
Aplicar el principio de la no discriminacin al derecho a la educacin y a los derechos humanos en la educacin.
Prevenir el abuso en la educacin a travs de la definicin de sus objetivos.
Los compromisos adquiridos tanto por gobiernos como por organismos internacionales y otros actores que trabajan a favor del cumplimiento y garanta de los derechos humanos no se han cumplido. En funcin de los datos que reflejan la situacin de la educacin
en los pases en vas de desarrollo, se sigue subrayando la necesidad de trabajar para su
cumplimiento, y en especial, subraya la necesidad de apoyar la igualdad de gnero en el
mbito de la educacin. Tal y como recoge la Campaa del Milenio: Sin excusas 2015 Voces contra la Pobreza, esta es la primera generacin que puede acabar con la pobreza;
y UNICEF considera que una de las estrategias ms eficaces para erradicar la pobreza es
garantizar el derecho a la educacin.
261
1. INTRODUCCIN
En las ltimas dcadas se ha producido un importante cambio en la conciencia social
respecto a la importancia que tienen los menores en la sociedad y el papel real que le
corresponde o se le atribuye en estos momentos. Aunque se trata de un sentimiento que
vienen manifestando preferentemente- los pases desarrollados, es justo reconocer que
muchos de los pases iberoamericanos no son una excepcin en este sentido, sino ms
bien, un modelo a considerar. Entre ellos se encuentran Mxico y Argentina que han promulgado recientemente leyes a favor de la infancia. Esta transformacin propicia que se
abandone la concepcin tradicional de atender las necesidades de los menores, considerndola como una funcin exclusiva de unos pocos, o bien, amparndose en un modelo de
tutela cercano a ideales positivistas, que cuenta con actuaciones pblicas muy limitadas.
Los temas de la infancia se han abordado muchas veces desde un punto de vista asistencial o enmarcados en la idea de beneficencia; as ha sido preferentemente en los aos
40 y 50. Ms adelante, se acentu un enfoque desarrollista caracterstico del crecimiento
econmico de la dcada de los 60 y con los aos 70 sobresale un nuevo ideal marcado por
un paradigma de la dependencia. Posteriormente, los aos 80 y 90, se han caracterizado
por un enfoque del desarrollo humano algo distinto y ello ha generado un modelo sostenible de los derechos. Actualmente y en esta misma lnea, los derechos humanos de los
nios, nias y adolescentes comienzan a ser asumidos como fundamentales en la formacin de todos los Estados democrticos, as como en la construccin de la ciudadana.
Pues bien, con esta nueva disposicin se pueden establecer polticas pblicas que impulsen el reconocimiento legal de los derechos de los nios.
En buena medida, la Convencin sobre los Derechos del Nio (CDN) de 20 de noviembre de 1989 ha jugado un papel esencial en este proceso y en los logros alcanzados por
262
muchos pases. La Convencin tiene entre sus mritos el haber integrado la figura del nio
al sistema de Naciones Unidas y al de los instrumentos internacionales de los derechos
humanos, lo que ha supuesto una nueva categora de reflexin y anlisis. Al ser el nio un
sujeto de derecho, esto sita a los Estados y a las sociedades ante el desafo de traducir en
polticas pblicas la visin transformadora que plantea la Convencin. sta presenta un
nuevo paradigma, tanto en lo que respecta a la manera de entender la primera etapa de la
vida humana, como en lo que se refiere a las medidas que deben adoptarse para lograr un
adecuado tratamiento de las personas en este momento de su vida.
Adems, la Convencin es un instrumento que sirve de base para analizar la responsabilidad que tienen los Estados en relacin con el inters del nio, que procura avances de
la propuesta tutelar e impulsa una visin en la que la definicin del sistema est sustentada en la ampliacin de las garantas. En este sentido consideramos que la realizacin de
actividades relacionadas con los derechos de la infancia resulta de gran trascendencia para
avanzar en este debate.
En relacin con la situacin especfica de Mxico y Argentina es necesario indicar que
han instrumentalizado en su legislacin el Protocolo de Estambul, y por medio de la publicacin de la Ley para la proteccin de los derechos de los nios, nias y adolescentes en
2000 y 2005 respectivamente, han mostrado su inters por proporcionar una tutela eficaz
de los derechos de los menores.
Por su parte las reformas no deben ser solamente legislativas, conviene insistir en que
deben servir como gua para la reforma de las instituciones del Estado. Por ello cada pas
que forma parte de la Convencin debe establecer los mecanismos que permitan el cumplimiento de la misma y valerse de las instituciones que dispongan del personal adecuado, instalaciones suficientes, medios idneos y experiencia probada en este gnero de tareas, de manera que se asegure a los menores de edad, las garantas procesales, la proteccin
judicial necesaria y se mejore su tratamiento en el mbito de la justicia penal.
Para los Estados, debe ser un reto la tutela y garanta de los derechos humanos de los
nios, nias y adolescentes; ste debe partir del inters superior del nio, lo que implica
que su desarrollo y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados los criterios
rectores en la elaboracin y aplicacin de las normas y aplicacin de stas en todos los
rdenes relacionados con su vida. Esto conlleva al Estado hacia un incuestionable compromiso de avanzar en el reconocimiento y proteccin de los derechos de los menores1.
Partiendo de estas premisas, hemos abordado este trabajo para conocer la proyeccin
que tienen documentos internacionales como la Declaracin de los Derechos Humanos o
la Convencin, sobre otros documentos legislativos. Es nuestro objetivo analizar la importancia y el lugar que ocupan los derechos de los menores (nios, nias y adolescentes) en
sendas leyes promulgadas en Mxico y Argentina desde una visin comparada.
2. LOS DERECHOS DEL MENOR CONTEMPLADOS EN DOCUMENTOS
INTERNACIONALES
No es difcil encontrar en estos momentos, argumentos que avalen la importancia que
tienen los nios y adolescentes en cualquier sociedad. Son dos etapas esenciales en el desarrollo de cualquier persona y as lo han puesto de manifiesto tanto autoridades polticas,
como otras instituciones o entidades sociales. Asimismo lo contemplan generosamente un
1
GUTIRREZ CONTRERAS, J.C. (2006): Memorias del Seminario Internacional Los derechos humanos
de los nios, nias y adolescentes. Mxico, Secretara de Relaciones Exteriores-Comisin Europea, p. 11.
263
Aunque desgraciadamente, an hoy se siguen quebrantando los derechos de los menores en varios pases del mundo, sin embargo, cabe reconocer que desde principios del siglo
XX, se viene apostando por la infancia, por defender sus derechos y por valorar todas
aquellas medidas centradas en la proteccin y el desarrollo. A ello han contribuido fundamentalmente Declaraciones como la de Ginebra de 1924, la Declaracin de los Derechos
del Nio de 1959, o la propia CDN de 1989.
Como reconoce Dvila (2001), la Declaracin de Ginebra es un antecedente sobre los
derechos de la infancia, si bien no tiene ni la amplitud, ni la implicacin que posteriormente va a conseguir la declaracin de 1959.
La Declaracin de Ginebra de 1924 se compone de 5 principios que se centran en la
proteccin de los nios y en la atencin especial a aquellos que tienen verdaderas necesidades fsicas, biolgicas, educativas, o de cualquier otro tipo. Procurar su normal desarrollo personal, ser uno de sus objetivos.
Para conocer ms ampliamente algunas de las caractersticas de los derechos humanos se puede consultar: UGARTE, C. (2004): Las Naciones Unidas y la educacin en derechos humanos. Navarra, Eunsa, pp. 3238; o bien: DVILA, P. y NAYA, L. M (2003): La infancia en Europa: una aproximacin a partir de la Convencin de los Derechos del Nio. Revista Espaola de Educacin Comparada, 9, pp. 83-133.
264
Por otra parte, y en fecha posterior se firma la Declaracin de los Derechos del Nios
de 1959. Aunque se trata de un documento que tiene algunas similitudes con la Declaracin anterior, sin embargo, es distintivo en un tema, el que hace referencia al inters
superior del nio. Los principios II y VII aluden a ello y dejan claro entre sus intenciones, el reconocer que son sujetos de derecho.
A pesar de los buenos deseos que recogen las nuevas iniciativas formuladas a favor de
la infancia, se siguen vulnerando indiscriminadamente muchos de los derechos de los
menores, lo que lleva a las Naciones Unidas a elaborar un documento que permita la proteccin incondicional de los nios y nias. Esto llev, tras los acuerdos adoptados por las
Comisiones y Grupos de Trabajo de los pases participantes, as como por las organizaciones no gubernamentales, iniciar junto con el Secretariado de las Naciones Unidas, la
puesta a punto de la actual Convencin.
Si la Declaracin tiene un tono condicional y de invitacin a asumir determinadas
propuestas, la Convencin sin embargo, tiene ms bien un carcter imperativo y por
tanto, tambin absoluto.
La CDN que engloba derechos civiles, sociales, econmicos, polticos e incluso culturales, comparte desde nuestro punto de vista, dos ejes principales; por un lado, la redaccin de artculos centrados en los derechos de proteccin y desarrollo del menor, y por
otro, la concrecin de las obligaciones que tienen otros (instituciones, gobierno, cooperacin internacional,) para mejorar la situacin adversa en la que se encuentre cualquier
nio o adolescente.
Realmente, merecen ser subrayados los valores culturales as como la importancia que
tiene el respeto a los mismos y el papel importante de la cooperacin internacional para
que los derechos del nio se hagan realidad. Desde esta descripcin, se pueden valorar,
preferentemente dos aspectos en la infancia; por un lado, reconocer la influencia que tiene
el Estado y la familia en el desarrollo y cumplimiento de los derechos, por otra, subrayar
la condicin tica como base para el desarrollo de las libertades.
Como sabemos, los derechos de los nios y nias expresados en la CDN son una parte
esencial del corpus jurdico de los derechos humanos. Ciertamente subyace en la Convencin, a lo largo de todo el articulado, un ideal de infancia amparada primero en la identidad, segundo en la no discriminacin y tercero, en la asuncin de responsabilidades por
parte de todos y en beneficio del desarrollo integral del nio y adolescente.
Algunos autores como Cantwell (1995) reconocen que la Convencin se centra explcitamente en la reafirmacin y el refuerzo de los Derechos Humanos; lo que procura la
atencin a las necesidades especiales de los nios y tambin, el establecimiento de normas
bsicas vinculadas directamente a la infancia.
La Convencin, organizada en 54 artculos, recoge en esencia los diez principios de la
Declaracin de los Derechos del Nio de 1959, y sobre los cuales se aspira a que los menores disfruten de todos los derechos enunciados. Bsicamente, el eje principal que mueve a
cada uno de estos principios son los siguientes:
I. La no distincin, ni discriminacin por cualquier caracterstica familiar o personal, fsica, social o econmica.
II. El inters superior del nio.
III. El derecho a una identidad.
IV. El desarrollo saludable.
265
5 diciembre 1990
6 diciembre 1990
21 septiembre 1990
266
6. Reducir la tasa de analfabetismo de adultos a por lo menos la mitad, con nfasis en la alfabetizacin
de las mujeres.
7. Mejorar la proteccin de los nios y las nias en circunstancias especialmente difciles.
plo Espaa, se hace en dos leyes distintas, una que desarrolla los derechos y otra dedicada a la administracin de justicia.
Y en Mxico.
La Ley para la Proteccin de los derechos de nias, nios y adolescentes promulgada
el 28 de abril de 2000 y publicada en Diario Oficial de la Federacin del 29 de de mayo
de 2000 se compone de cinco (5) ttulos, que se desarrollan en cincuenta y seis (56) artculos, ms tres (3) artculos transitorios. Cada Ttulo lleva por nombre:
I. Disposiciones generales. Artculos: 1 al 13
II. De los derechos de nias, nios y adolescentes. Artculos: 14 al 42
III. Sobre los medios de comunicacin masiva. Artculo: 43
IV. Del derecho al debido proceso en caso de infraccin a la Ley Penal. Artculos: 44 al 47
V. De la procuracin de la defensa y proteccin de los derechos de nias, nios
y adolescentes. Artculos: 48 al 56.
Adems se contemplan tres artculos transitorios que cierran la ley y que aluden a las
disposiciones que quedan derogadas, o a la fecha en que entrar en vigor.
Con esta ley se desea dejar claro que al nio y adolescente se le deben garantizar los
derechos a la educacin, a la salud, a la alimentacin, o al ocio, entre otros. Adems, se
reconoce que es obligacin de los padres el respeto de estos derechos y del Estado, que
garantice el cumplimiento de los mismos.
Esta ley impulsa la cultura de los derechos de la infancia basada en la Convencin. Es
muy precisa en su desarrollo y aunque describe muchos de los temas generales que la ley
de Argentina explicita, sin embargo incluye un apartado de sanciones por infringirla.
A raz del anlisis que hemos realizado, dos ejes marcan desde nuestro punto de vista,
todo el desarrollo de la Ley para la proteccin en Mxico:
Primero, el inters superior de la infancia. Este se enuncia en el Ttulo Primero, artculo 3: son principios rectores de la proteccin de los derechos de nias, nios y adolescentes: A. El del inters superior de la infancia. Dicho ideal se argumenta explcita e implcitamente en la mayora de su articulado al referirse a todos los elementos que
giran en torno al desarrollo integral del sujeto.
Aunque se trata para algunos, de un contenido irregularmente expuesto y vagamente
desarrollado, sin embargo, ello no impide reconocer su importancia. Instituciones como
UNICEF3 han determinado algunas formas de aplicacin de este principio centradas en las
tres siguientes alternativas:
Como enfoque orientado hacia las actividades y decisiones referidas a los
nios.
Como principio mediador puede ayudar a resolver la confusin que se establezca en torno a distintos derechos.
Como base para evaluar las leyes y prcticas de los Estados.
Segundo, el derecho a la proteccin que es donde se concentra el mayor nmero de
artculos de la misma. No en vano, la ley tambin tiene en su propio ttulo el concepto de
proteccin. Entre los artculos que ms explcitamente sealan este valor, cabe destacar los
268
UNICEF (1999): Los Derechos Humanos de los nios y las mujeres. Ginebra, UNICEF, p. 9.
4 Cuadernos del Comit Espaol de Unicef (1998): Convencin sobre los derechos del nio de 20 de
noviembre de 1989. Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales-UNICEF, p. 12.
5 http://www.derechos.org.ve/recursos/lobasico/index.htm , consultado el 25 de abril de 2006.
269
Centro de frica6. Ciertamente, son cifras tremendamente alarmantes donde las organizaciones gubernamentales deben ayudar a poner freno de una manera urgente.
En funcin del objeto de la investigacin se opt por una metodologa comparada
donde tomamos la CDN como punto de partida y junto a ella, los principios de la Declaracin de los Derechos del Nio de 1959, ya que ambos nos permiten reconocer e identificar los verdaderos motivos que, en materia de derechos humanos, subyacen en cada
una de las leyes objeto de este estudio. Bsicamente, el verdadero objeto de comparacin lo constituyen las dos leyes de derechos y proteccin de menores de Mxico y
Argentina.
La eleccin de ambos pases se hizo en primer lugar por ser del entorno Iberoamericano y donde en algunos casos- los derechos de los menores han quedado patentes en su
legislacin algo ms tarde que en otros pases del entorno Europeo. En cualquier caso,
para todos los pases, se trata de un proceso de adecuacin normativa que establece entre
otros aspectos, la garanta del mismo en todo trmite judicial o administrativo al cual se
vea sometido el menor. Esta garanta ha sido configurada como uno de los elementos esenciales del Estado de Derecho y una gua para configurar cualquier modelo democrtico
respetuoso con los derechos fundamentales. De hecho la Corte Iberoamericana de Derechos Humanos ha establecido que los Estados tienen la obligacin de reconocer y respetar los derechos y libertades de la persona humana, as como de proteger y asegurar su
ejercicio por medio de las garantas respectivas7.
En una primera fase del proyecto localizamos todos los documentos necesarios, as
como la bibliografa de apoyo. En una segunda fase nos dedicamos al anlisis de la informacin de una manera descriptiva primero y comparada posteriormente, con la intencin
de conocer la situacin de los derechos humanos de los menores en cada uno de los pases, y de establecer concordancias con los documentos primigenios u originales. Por ltimo se efectu la yuxtaposicin y la sntesis o redaccin del informe definitivo. Dada la
extensin del trabajo, nos disponemos a presentar tan slo una parte del mismo; concretamente exponemos una parte del anlisis comparado que se centra preferentemente en reconocer el articulado de cada una de las leyes y su vinculacin con los diversos indicadores
o temticas que recoge la CDN.
5. ESTUDIO COMPARADO
Para analizar las leyes de ambos pases desde un punto de vista comparado hemos elaborado el siguiente cuadro. ste recoge en una primera columna los principios fundamentales de la Declaracin de los Derechos del Nio de 1959, en las dos columnas centrales
se incluyen las referencias a los artculos de las leyes de Argentina y Mxico y finalmente la ltima, que orienta este anlisis, detalla los artculos de la Convencin que estn en
sintona con los Principios de la Declaracin y con el articulado de las dos leyes que son
objeto de este estudio.
6
7
270
Declaracin de los
Derechos del Nio,
1959
Ley de proteccin
Ley para la
Integral de los
Proteccin de los
derechos de Nias, Derechos de Nias,
Nios y Adolescentes Nios y Adolescentes
de Argentina, 2005
de Mxico, 2000
PRINCIPIO I:
Reconocimiento de los
derechos. Su aplicacin
Indicadores:
Definicin de menor,
raza, color, sexo, idioma,
religin, opiniones polticas, origen nacional
social, posicin econmica, nacimiento.
Artculos:
1, 2, 27, 29, 30
PRINCIPIO II.
Inters Superior
Indicadores:
Igualdad de oportunidades, desarrollo fsico,
moral, mental, moral,
espiritual y social, forma
saludable y normal, en
libertad y dignidad, opinin, reunin, expresin,
pensamiento, asociacin.
Artculos:
3, 4, 5, 6, 9, 19, 20,
21, 22, 23, 24
PRINCIPIO III.
Identidad
Indicadores:
Nombre y nacionalidad
Artculos:
11,12,13
Artculos:
1, 2, 5, 6, 8, 9, 10
Artculos:
Art. 2. No discriminacin
3, 4, 7, 15, 36, 37, 38, Art. 6. Supervivencia y de39, 40, 41
sarrollo
Art. 12. Opinin del nio
Art. 13. Libertad de expresin
Art. 15. libertad de asociacin
Art. 19. Proteccin contra
los malos tratos
Art. 21. Adopcin
Art. 27. Nivel de vida
Art. 29. Objetivos de la
educacin
Art. 30. Nios pertenecientes a minoras o poblaciones indgenas
Art. 31. Esparcimiento, juego y actividades culturales
Art. 37. Tortura y privacin
de libertad
Artculo:
22
271
PRINCIPIO IV.
Salud
Indicadores:
Seguridad Social. salud,
nio/ madre/ prenatal
/postnatal, alimentacin,
vivienda, recreo y servicios mdicos. Supervivencia/ desarrollo
Artculos:
8,14, 18, 26
PRINCIPIO V.
Discapacidad
Indicadores:
Nios con alguna discapacidad, nios impedidos
Artculo:
28
PRINCIPIO VI.
Vivir en familia
Indicadores:
Seguridad moral y material, nios sin familia o
sin medios, familia numerosa, adopciones, separaciones, reunificacin.
Artculos:
7, 10
PRINCIPIO VII.
Educacin
Indicadores:
Educacin, Gratuidad.
Artculos:
15, 16, 17
PRINCIPIO VIII.
Proteccin
Indicadores:
Proteccin y socorro,
malos tratos, refugiados
/indgenas; medios de
comunicacin; procesos
judiciales justos; sanciones; organismos de proteccin
272
Artculos:
Art. 23. Nios impedidos
19, 20, 28, 33, 34, 35 Art. 24. Salud y servicios
mdicos
Art. 25. Evaluacin peridica del internamiento
Art. 26. Seguridad Social
Art. 27. Nivel de vida
Art. 33. Uso y trfico de
estupefacientes
Artculos:
29, 30, 31
Artculos:
Art. 5. Direccin y orienta11, 12, 13, 23, 24, 25, cin de padres y madres
26, 27
Art. 9. Separacin de
padres y madres
Art. 10. Reunificacin familiar
Art. 18. Responsabilidad de
padres y madres
Art. 20. Proteccin de los
nios privados de su medio
familiar
Art. 21. Adopcin
Artculo:
32
Artculos:
Artculos:
30, 31, 32, 33, 34, 35, 14, 21, 43, 44, 45, 46,
36, 37, 38, 39, 40, 48, 49, 50, 51, 52, 53,
41,42, 43, 44, 45, 46,
54, 55, 56
47, 48, 49, 50, 51, 52,
53, 54, 55, 56, 57, 58,
59, 60, 61, 62, 63, 64,
65, 66, 67, 68, 69, 70,
71, 72,
PRINCIPIO IX.
Explotacin/ Trabajo
Indicadores:
Abandono, crueldad y
explotacin; trabajo
Artculos:
10, 25
Artculo:
13
PRINCIPIO X.
No discriminacin
Indicadores:
Religin racial, educado
en la comprensin, tolerancia; amistad entre los
pueblos; fraternidad universal
Artculos:
19, 28,
Artculos:
16, 17, 18
Tal como se puede comprobar, todos los artculos de la Convencin y los Principios de
la Declaracin, aunque unos en mayor medida que en otros, ofrecen conexiones con los
artculos de las dos leyes hispanoamericanas. Ciertamente, unas han bebido de otras para
su descripcin final.
Debemos indicar que el articulado de ambas leyes es desigual tanto en el nmero como
en los contenidos que se describen en cada caso y tambin lo es su correspondencia con los
principios de la Declaracin y los artculos de la Convencin. Podemos observar en este sentido, que los principios II: Inters Superior y VIII: Proteccin son los que asumen un mayor
nmero de referencias por parte de las dos leyes. En el caso concreto de la Ley de Proteccin Integral de Argentina, son numerosos los artculos dedicados a la Proteccin. Entre
ellos se incluye por un lado, los que hacen referencia a la proteccin y socorro de la infancia, y por otro, los artculos relativos a las instituciones que se crean para el desarrollo y proteccin de los menores, adems de los organismos para administrar justicia, amn de los que
hablan de las Organizaciones No gubernamentales dedicadas a este sector poblacional.
Para referirse al inters superior, la Ley 26.061 de Argentina congrega varios artculos, aunque es el artculo 3 denominado: Inters superior el que asume especialmente
el objeto de este principio. En l se define como: la mxima satisfaccin, integral y
simultnea de los derechos y garantas reconocidas en esta ley. Se trata, por tanto, de
reconocer el respeto por los derechos y por su desarrollo en cualquiera de los entornos de
los que participe el nio y adolescente. Precisamente porque hacen referencia a estos contextos y a las variantes que le envuelven, hemos incluido en este grupo otros artculos de
la ley como: los artculos 4,5 y 6 que relatan el inters porque las polticas pblicas asuman este reto y garanticen el ejercicio de todos los derechos.
Asimismo, desde los artculos 19 al 24 se abordan los diversos derechos de los que
deben gozar los nios y adolescentes, como extensin del Inters superior, anteriormente
mencionado.
273
En el caso mexicano, tambin son varios los artculos que aluden directa o indirectamente al Inters Superior del nio tal como hemos comentado anteriormente y se contempla en este cuadro. Los artculos 3 y 4 se refieren expresamente a ello y el resto de los
artculos citados convienen en este principio aunque colateralmente, al referirse al cumplimiento de los derechos, a la libertad de pensamiento y a defender el derecho a una cultura propia.
Especial mencin se hace en la ley mejicana a la familia y a los derechos de disfrutar
ampliamente de ella. Ocho artculos frente a los dos (artculos 7 y 10) que aluden en la
Ley de Proteccin argentina.
Centrndonos en la Ley de proteccin de Mxico, debemos sealar que por una parte,
los artculos 11, 12 y 13, se incluyen en el captulo dedicado a las obligaciones que tienen
los ascendientes, tutores y custodios con los menores, as como la responsabilidad que tienen cada uno de ellos. Se menciona tambin, la obligacin de comunicar cualquier situacin adversa de la que sean testigos. Desde el artculo 23 al 26 se matizan algo ms las
cuestiones vinculadas al derecho a Vivir en familia, y a velar por todo lo relacionado con
la adopcin de los nios. As, el artculo 27 seala expresamente lo siguiente:
Tratndose de adopcin internacional, las normas internas deben disponer lo necesario para asegurar
que nias, nios y adolescentes sean adoptados por nacionales de pases en donde existan reglas jurdicas de adopcin y de tutela de sus derechos cuando menos equivalentes a las mexicanas.
Los artculos 7 y 10 de la ley argentina que aluden a los derechos a disfrutar de una
familia son tambin un ejemplo claro de la importancia de esta veterana institucin en
el desarrollo integral de cualquier persona y, especialmente de los menores. Ambos se
expresan en trminos de responsabilidad familiar y del derecho a la intimidad que les
pertenece.
Otro de los principios elementales es el de la educacin. En ambas leyes son escasos
pero contundentes los artculos que aluden a este derecho. En la ley de Argentina, los artculos 15, 16 y 17 hacen referencia a la educacin, considerndola como un derecho inexcusable y necesario para el desarrollo personal y para la convivencia entre todos. En Mxico, el artculo 32 es un artculo amplio que expone la categora de este derecho, su naturaleza y la importancia de este principio para evitar la discriminacin
Tal como se puede observar, no se incluyen entre las referencias ninguno de los artculos correspondientes a la Parte II y III de la CDN (desde artculo 42 al artculo 54), dado
que estos no aluden directamente a los indicadores de derechos, sino que se refieren entre
otros aspectos, a los medios ms adecuados para dar a conocer la Convencin, o la obligacin que tienen los Estados Partes de presentar informes. En cualquier caso, cabe sealar .que las leyes de Proteccin de los Derechos de Argentina y Mxico, s apuntan en su
articulado las medidas necesarias que se deben adoptar para su aplicacin, o los rganos
y Organizaciones implicadas en la ejecucin.
Por otra parte comprobamos que hay otros artculos que quedan ms al descubierto
entre las leyes analizadas; uno de ellos hace referencia a los nios con alguna discapacidad, temtica que se menciona con poca extensin en ambas leyes. Tal como sealamos,
se deduce este derecho -aunque vagamente- en el artculo 28: Principio de igualdad y no
discriminacin de la ley argentina; sin embargo, la ley mexicana es mucho ms explcita
en este sentido y as, denomina al Captulo Noveno como: Derechos de nias, nios y
adolescentes con discapacidad. Dicho aserto se desarrolla entre los artculos 29 y 32 de
la ley. En ellos se expone quin es una persona con discapacidad y qu derechos debe tener
para lograr un desarrollo integral y no ser discriminado. Ciertamente, los tres artculos pre274
tenden dejar muy claro que aquellos nios que presenten alguna discapacidad, puedan
tener los mismos derechos que el resto.
En otro orden de cosas, se reconoce en ambas leyes que los municipios adquieren en
cada pas, competencias en trminos de asistencia y proteccin a los menores. En este sentido, se apuesta por la descentralizacin de los recursos de forma que los municipios asuman tambin el ejercicio de estos derechos. Concretamente, el artculo 32 de la Ley de
proteccin en Argentina reconoce que:
La Poltica de Proteccin Integral de Derechos de las nias, nios y adolescentes debe ser implementada mediante una concertacin articulada de acciones de la Nacin, las provincias, la Ciudad Autnoma de Buenos Aires y los Municipios
6. CONCLUSIONES
Se ha comentado en diversos medios que el siglo XX ha sido el siglo de los nios. No
estn faltos de razn. En 1989 se public la Convencin sobre los derechos del nio que
tuvo como punto de arranque el reconocer al nio como sujeto de derecho y donde el inters superior de ste no se cuestionaba. A pesar de que la situacin de la infancia en el
mundo ha mejorado, la tarea que queda por hacer en este mundo globalizado es inmensa,
ya que las exclusiones y las violaciones de derechos se han convertido en temas cotidianos. Con el desarrollo de la Convencin por parte de los gobiernos de los distintos pases
se ha intentado hacer visible al nio, al menor de edad, ya sea ste nia, nio o adolescente. Asimismo, se ha canalizado por medio de disposiciones legales tanto la obligacin
de respetar sus derechos, incluso sancionando por ello; como la creacin de instituciones
que colaboren en la administracin de la justicia y de otros organismos que amparen la
promocin, difusin y respeto de los derechos de la infancia.
Aunque ya hemos ido comentando a lo largo del apartado anterior algunos de los elementos ms significativos, queremos sealar a continuacin 3 aspectos concluyentes de
este anlisis:
1. Leyes como las dos que hemos analizado son una muestra clara del inters de
muchos pases por acomodar su poltica nacional a los propsitos de la Convencin y
lograr de esta forma la proteccin integral de los derechos de los menores, as como la idoneidad de su sistema penal, para que ofrezca la mayor igualdad jurdica posible para todos.
2. Ambas leyes de proteccin de los menores exponen entre sus principios rectores el
del Inters superior de la infancia, dado que prevalece la consideracin de sujetos activos de derechos. Se trata de un objetivo que debe impregnar tanto la perspectiva jurdica
como econmica y social de las polticas vinculadas a la infancia en cada pas.
3. A la vista de este anlisis realizado, merecen ser destacados los artculos relacionados con la proteccin, el respeto a la opinin y con la no discriminacin; tres ejes sobre
los que pivotan la mayora de los artculos de ambas leyes. Sin embargo, siendo la parti275
cipacin un valor esencial para el desarrollo de los derechos, en ninguna de las dos leyes
aparece especialmente desarrollado. En el caso de Argentina se alude a ste al referirse a
las funciones de la Secretara Nacional, donde se seala que dicho rgano debe:
k) Coordinar acciones consensuadas con los Poderes del Estado, organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales, fomentando la participacin activa de
las nias, nios y adolescentes.
En el caso de Mxico ocurre algo parecido, ya que tan slo se sugiere la participacin
de los menores en el artculo 32 dedicado al derecho a la educacin, en su apartado e) que
dice que:
Las leyes promovern las medidas necesarias para que se prevean mecanismos de participacin democrtica en todas las actividades escolares, como medio de formacin ciudadana.
Propiciar la participacin es una buena manera para ofrecerle a los menores un papel
ms sobresaliente en su entorno. Esta circunstancia queda patente en la Convencin, que
otorga a los nios, nias y adolescentes una mayor implicacin lo que justifica el no centrarse nicamente en la proteccin o en las necesidades bsicas que obviamente- deben
tener cubiertas.
7. BIBLIOGRAFA
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Internacionales referentes a los derechos del nios. Ginebra, UNICEF.
DVILA, P. y NAYA, L M. (2003): La infancia en Europa: una aproximacin a partir de
la Convencin de los Derechos del Nio. Revista Espaola de Educacin Comparada,
9; pp. 83-133.
GUTIRREZ CONTRERAS, J.C. (2006): Memorias del Seminario Internacional Los
derechos humanos de los nios, nias y adolescentes. Mxico, Secretara de Relaciones Exteriores-Comisin Europea.
HODGKIN, R. y NEWELL, P. (2004): Manual de aplicacin de la Convencin de los
Derechos del Nio. Suiza, UNICEF.
DAVILA, P. (2001): Los derechos de la infancia, UNICEF y la educacin, en NAYA,
L.M (Coord.) (2001): La educacin a lo largo de la vida, una visin internacional.
Donosita, EREIN, pp. 61-117.
STRAMIELLO, C. (2003): La problemtica educativa de Amrica Latina a travs de las
conferencias iberoamericanas de educacin. Revista Espaola de Educacin Comparada; pp. 193-218.
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UNICEF (2002): Estado Mundial de la Infancia 2003. Nueva York, UNICEF.
UNICEF (2004): Manual de aplicacin de la Convencin sobre los derechos del nio.
Suiza, UNICEF.
Recursos en Internet: Leyes de ambos pases
Ley 26.061 Proteccin Integral de los Derechos de Nias, Nios y Adolescentes de Argentina: http://www.infanciayderechos.gov.ar/files/txt_ley26061.php.
Ley para la Proteccin de los Derechos de Nias, Nios y Adolescentes de Mxico:
http://www.cddhcu.gob.mx/leyinfo/pdf/185.pdf.
276
En la presente comunicacin se pretende, partiendo de la realidad lacerante vivenciada por millones de nios en el mundo, escenarios todos ellos en los que los Derechos del
Nio se incumplen, a veces de manera sistemtica, analizar la retrica poltica proveniente de los organismos internacionales, a travs de medidas y programas de diverso calado.
La perspectiva comparada ayuda, en este caso, a comprobar la coincidencia de las lneas
directrices a seguir, al tiempo que permite extraer unas conclusiones sobre hacia dnde
caminan estas polticas y cmo deberan ser convenientemente complementadas. En este
caso, cinco son los hitos analizados: la Cumbre de Jomtien (1990), la Cumbre mundial a
favor de la Infancia (1990), el Foro Mundial de la Educacin de Dakar (2000), el documento de Progreso desde la Cumbre Mundial para la Infancia (2001), en interaccin con
la Sesin Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas a Favor de la Infancia
(2002) y, finalmente, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2002).
1. REALIDAD DE LOS NIOS PERDIDOS. ALGUNOS DATOS PARA LA
REFLEXIN
Todos los das el mundo pierde 30.500 nios2, 11 millones por ao, debido a causas
que, en la mayor parte de los casos, es posible prevenir (UNICEF, 2005a). Esta comunicacin no pretende hacer referencia a un anlisis etiolgico de estas muertes, de estas desapariciones, por muy desgarradoras y carentes de sentido que sean.
1
Este trabajo se enmarca en el proyecto `Ms all de la focalizacin: Educacin, desarrollo y lucha contra la pobreza en el Cono Sur. Anlisis de las aplicaciones de la nueva agenda poltica global en la regin,
financiado por el Ministerio de Educacin y Ciencia y el FEDER (proyectos I+D 2005) con referencia
SEJ2005-04235.
277
La pretensin de este primer apartado, introductorio, es, as, bien diferente: constituir
una ventana para observar a los millones de nios perdidos que siguen viviendo, transformados en virtualmente invisibles por la pobreza ms extrema, no registrados al nacer, y
que siguen soportando su triste destino desde la ms profunda oscuridad. Precisamente, la
denominacin de nios perdidos resulta, as, erigirse en un concepto heurstico que traduce de manera fiel la realidad a la que se aboca buena parte de esta infancia, localizada
en los pases en desarrollo (o en los pases desarrollados, pero que no respetan ni cumplen
algunos artculos de la Convencin), permitindose incuso hacer un sutil juego de palabras y aludir, con ello, a una doble realidad3, tal y como apunta Somava (2000): son, por
un lado, los nios que, por diferentes circunstancias (maltrato, nios de la calle, prostitucin, nios de la guerra), se han marchado obligatoriamente del hogar familiar y se consideran en buena medida irrecuperables (por tanto, perdidos) y, desde otra perspectiva, los
que son interpretados como perdidos para las estadsticas que tanto organismos internacionales como ONGD confeccionan, porque sencillamente no existen, no forman parte de
las cifras con las que sus pases describen las tendencias econmicas, sociales, polticas,
culturales (de natalidad, de poblacin, de educacin, etc). La consecuencia ms evidente
de esta infancia perdida es, as, la invisibilidad: los nios que se han perdido, comienzan
a ser invisibles para diferentes sectores de la sociedad que los acaban concibiendo como
irrecuperables. Dentro de esta lgica, no resulta en absoluto casual, a mi parecer, que el
informe ms reciente de UNICEF (2005) haya propuesto, como ttulo inspirador excluidos e invisibles.
Pero, y recomponiendo, y, ante todo, reivindicando su identidad, quines son estos
nios? Son los nios ms pobres de las regiones, que viven en las calles, vendiendo, mendigando o robando para sobrevivir; son nios prostituidos, vendidos y maltratados;
muchos regresan a sus casas por las noches o los fines de semana, pero otros fueron abandonados por sus padres o tuvieron que huir de hogares donde abusaban de ellos. Los nios
perdidos son al mismo tiempo los ms explotados, los ms pobres de entre los pobres y
bajo este criterio se cobija una enorme y heterognea casustica: nios soldados, nias
prostitutas, nios sicarios, jvenes trabajadores en condiciones de cautiverio en fbricas,
talleres, campos y hogares de nuestro aparentemente prspero planeta. Se roba a esos
nios su salud, su crecimiento, su educacin, y con frecuencia, incluso sus vidas.
Precisamente, las vidas de esta infancia amenazada (Bellamy, 2005) estn en situacin de riesgo desde su nacimiento debido a la desnutricin, las frecuentes enfermedades
y los entornos antihiginicos, entre otros. Todos ellos son, con mucha probabilidad, hijos
de hogares y padres pobres, fortaleciendo de este modo la transmisin intergeneracional
de la pobreza, y subsisten, tal y como insisten las cifras, con menos de un dlar diario.
Es bien posible que los nios perdidos pertenezcan a minoras tnicas que no dominan
el idioma nacional y cuyas tradiciones no forman parte de la cultura hegemnica en un
pas. Al quedar excluidos de esta manera, tambin es posible que se les deniegue sus derechos a la ciudadana y a la educacin y que, por consiguiente, sean ms vulnerables a la
explotacin en todas sus manifestaciones. Los nios excluidos suelen ser nios que viven
2 Utilizar `nio y `nios en un sentido amplio y global, haciendo referencia con ello a la situacin tanto
de nios como de nias.
3 Aunque otra denominacin, la de `infancia amenazada (Bellamy, 2005), resulte igualmente significativa
por cuanto tambin refleja de manera fiel esta realidad que va a ser objeto de revisin en el transcurso de esta
comunicacin.
278
en entornos aislados geogrficamente, en zonas donde escasean las escuelas, al igual que
otros servicios sociales bsicos, lo que constrie de manera tcita sus posibilidades de desarrollo, en sensu lato. Dos de las realidades ms estudiadas y analizadas tanto por organismos internacionales como por ONGD hacen referencia a los nios trabajadores y a los
nios de la calle, a las que me referir aqu muy brevemente, aun siendo consciente de que
hay muchas ms miradas y que este breve trazo no hace sino referirse a una proporcin
necesariamente limitada de esta infancia.
En cuanto a la primera realidad, los nios trabajadores, es posible encontrar a nios de
corta edad en zonas rurales, en tierras de cultivo de sus padres, junto a los adultos en
explotaciones agrcolas comerciales, siendo ste un fenmeno extensible tanto a pases
industrializados como a pases en desarrollo. Los peligros, en este caso, se producen a partir, por ejemplo, de contactos con productos qumicos y plaguicidas: se calcula, as, que en
las zonas rurales pierden la vida ms nios trabajadores debido al envenenamiento con
plaguicidas que a causa de todas las dems enfermedades ms comunes de la infancia
combinadas. Conjuntamente a esta situacin, deseo referirme tambin a la explotacin
infantil que obliga a los nios a trabajar en fbricas, como son las maquilas, extensamente analizadas desde las polticas de la OIT y su denodada lucha para la erradicacin de las
peores formas de trabajo y explotacin infantil que afecten al desarrollo psicolgico, fsico, moral y social de los nios (OIT, 2002 y 2004) y que son respondidas desde el Convenio 182 sobre la eliminacin de estas modalidades de trabajo (OIT, 1999), el programa
IPEC contra el trabajo infantil (OIT, 2004) y desde estudios que corroboran los beneficios
reales de la erradicacin de este tipo de trabajo (OIT, 2004a), entre otros.
En cuanto a la segunda, los nios de la calle, merece la pena recordar que este escenario ha supuesto desde siempre un lugar de gran atractivo para ellos, mxime si en sus
hogares estn sufriendo maltratos fsicos y psquicos constantes, y por otro lado, encuentran en los grupos una identidad y roles reforzados da a da. De hecho, no es la calle, en
s misma, la que constituye un riesgo, pero cuando un nio no tiene otra posibilidad que
permanecer en ella y deambular por la ciudad durante gran parte del da, cuando la referencia familiar es prcticamente nula y debe, adems de conseguir el sustento diario, adems de dormir a veces en la va pblica, la calle no solamente se torna peligrosa para el
nio, sino que pasa a constituir un atentado permanente contra todos sus derechos.
Un ltimo apunte antes de pasar a analizar la compleja realidad de la infancia a travs
de los discursos polticos quiere hacer referencia a que muchos de los nios perdidos son
nias (UNICEF, 2005a). La discriminacin por motivos de gnero se combina con la
pobreza para aniquilar su sentido de autonoma y de su propia personalidad, as como su
potencial como persona inserta en una sociedad: en ms de una ocasin se ha hecho referencia a que la pobreza en el mundo tiene rostro de mujer. Muchas familias pobres, as,
cuando han de optar entre enviar a una hija o un hijo a la escuela, postergan a la nia el
cuidado de la casa y la familia y hacen prevalecer la asistencia del nio a la escuela.
En consecuencia, en lugar de recibir una educacin, millones de nias tienen que aceptar el trillado camino de las tareas domsticas, el trabajo en el hogar para sus propias familias o fuera del hogar para otros. Esas nias, paradjicamente, figurarn entre los menos
visibles de todos los nios as explotados, pues las tareas domsticas realizadas por nias
y mujeres ni siquiera suelen estar dignificadas con la denominacin trabajo, a pesar de
reconocerse cmo, si este trabajo se valorara objetivamente a nivel mundial, el PIB de los
pases del Sur ascendera en un 123%, segn reconoce un estudio publicado en el Centro
Nuevo Modelo de Desarrollo (1994).
279
Adems, varios millones de estos nios perdidos, principalmente nias, se ven obligados a incorporarse al mundo de la explotacin sexual, datos que carecen de precisin debido a la naturaleza clandestina y delictiva de estas actividades. Las condiciones que sufren
estas nias tienen consecuencias a largo plazo, que ponen en peligro sus vidas: los traumas psicolgicos, los riesgos de embarazo precoz con su riesgo concomitante, y el contagio con el VIH/SIDA y otras enfermedades de transmisin sexual, figuran entre los ms
significativos.
Soy consciente, finalmente, de que en esta necesariamente atropellada revisin faltan
otros nios, igualmente explotados, a quien he nombrado pero no me referir en esta introduccin: los nios que participan en conflictos armados, los nios refugiados, los nios
cuyos pueblos han sido masacrados, la realidad de las redes de prostitucin infantil, etc.
De un modo u otro, todos ellos constituyen un grupo humano que, desde el punto de vista
estrictamente iusinternacionalista, como seala Trinidad (2003), se encuentra en situacin
de especial desproteccin. Aade, as, que quiz por ello determinados derechos adquieren una dimensin especial cuando afectan a la infancia (como es el derecho a recibir una
educacin) (p. 14). Frente a esta realidad, Juaniz (2001) sostiene, contraponindose al
anterior, cmo muy frecuentemente, casi en la generalidad de las situaciones, el derecho
considera al menor ms como el objeto de la iniciativa legal que como ciudadanos con
intereses propios, y hasta en situaciones ms lmites, siempre vctima de una sociedad que
ni siquiera ha tenido la oportunidad de definir (p. 59).
Esta realidad, aunque sea mnimamente bosquejada, pretende demandar, en definitiva,
el derecho a la educacin de esta infancia, como derecho impostergable a partir del cual
puedan ejercerse otros, y ayude a estos nios a desarrollarse. En este sentido, como apunta
Tomasevsky (2004) el derecho a la Educacin implica asegurar los derechos econmicos
y sociales que permiten liberar tiempo y asegurar condiciones esenciales para aprender, disfrutar del aprendizaje y aprovecharlo para mejorar la propia calidad de vida Lo anterior
supone, as, reivindicar entornos econmicos y socialmente sostenibles para que el ejercicio de dicho derecho constituya una realidad. Esta demanda concreta va a ser a continuacin contrastada con la retrica existente en torno a la necesidad de cumplir los Derechos
del Nio desde los diferentes documentos que se han generado en su derredor, con las polticas socioeducativas que, de facto, de utilizan en las regiones del Sur para tratar de suavizar la realidad polidrica de la infancia perdida. Para ello se har referencia a algunas medidas que surgen de los organismos internacionales, a travs de diferentes hitos educativos, a
fin de compararlos, para concluir con unas reflexiones que vuelven sobre el trasfondo y
estn obligando, en definitiva, a releer las estrechas interacciones entre infancia y desarrollo. Mientras, las cifras de estos nios perdidos e invisibles van engrosndose a golpe de
catstrofes, crisis, hambrunas, y otros fenmenos que continan asolando a las naciones, en
pleno siglo XXI, quienes por su parte asisten, perplejas, a la extensin de stos.
2. UN ANLISIS COMPARADO SOBRE POLTICAS INTERNACIONALES
CENTRADAS EN LA INFANCIA
Los organismos que activan programas explcitos en pro de la infancia (UNICEF y
OIT, sealando dos instituciones significativas, en este sentido, que han sido aqu nombradas), han ido articulando desde la dcada de los aos noventa hasta la actualidad diferentes acontecimientos educativos (en forma de reuniones, convenios, foros, etc., todos
ellos de carcter transnacional) que han tenido como uno de los protagonistas clave a la
infancia como sector susceptible de ser trabajado de manera sinrgica.
280
Demostrando, as, cmo la preocupacin sobre la situacin mundial de los nios y las
nias del mundo no cesa, mi intencin es la de analizar y emitir un juicio comparado de
algunos de los ms significativos. Para ello, a continuacin se presenta el anlisis de 5 diferentes hitos celebrados en torno a la infancia, desde la dcada de los noventa hasta la actualidad. Algunos de ellos tienen en sus respectivas agendas como tema especfico el mbito
que ahora nos ocupa, la infancia, mientras que otros lo tratan de manera transversal.
El primero de ellos es la Cumbre de Jomtien (1990), celebrada bajo el lema de Conferencia Mundial de Educacin para Todos, la mayor conferencia organizada conjuntamente por UNESCO, PNUD, UNICEF y Banco Mundial, que cont con la participacin
de 155 gobiernos, 20 organismos internacionales, 2000 agrupaciones y ONGD.
En Jomtien se defendi el lema de la necesidad de satisfacer las necesidades bsicas
de aprendizaje, para lo que se transform el principio de educacin para todos en un
objetivo poltico de primer orden. Para conseguirlo, se articularon las conocidas como las
seis dimensiones de Jomtien, aspiraciones que haban de conseguir los pases comprometidos antes del 2005. En el siguiente cuadro se reflejan, de todas ellas, aquellas que
demuestran una relacin estrecha con la consideracin de la variable infancia:
Cuadro 1: Cumbre de Jomtien (1990). Relacin directa e indirecta con la infancia.
RELACIN
CON LA
INFANCIA
DIRECTA
INDIRECTA
Como comentario general, cabe destacar cmo ste constituye un encuentro por y para
la educacin que renueva el sentido de la formacin a travs del concepto de educacin
bsica, sobre el que recaen compromisos fortalecidos, dada la visin ms amplia (Torres,
2000) que se deriva de la misma. Otro de los conceptos que nos remite a esta idea es la
educacin para todos, reconociendo con ello una visin ms integral y posibilista de educacin, por cuanto no se cierra en las cuatro paredes del aula, sino que muestra estar acorde con el principio de educacin a lo largo y ancho de la vida.
El segundo, celebrado en el mismo ao, es La Cumbre Mundial a favor de la Infancia,
una de las primeras consecuencias de la Convencin de los derechos del Nio (1990),
281
celebrada en el seno de las Naciones Unidas, en Nueva York, durante los das 29 y 30 de
septiembre de 1990, siendo su mxima inspiradora y prioridad dar a los nios y nias del
mundo una mejor oportunidad en la vida (Dvila, 2001).
Dada la toma de conciencia de los dirigentes de los pases del mundo en relacin con
los problemas que an afectan a la infancia de los pases en vas de desarrollo a pesar de
encontrarse a finales del siglo XX (en la fecha en la que se convoc), se adopt la decisin de actuar de forma concertada para acometer de manera enrgica programas frente a
los altos ndices de mortalidad y sufrimiento infantil. Dentro de la Cumbre se sita un
principio al que se concede mxima prelacin, que consiste en conceder prioridad a la proteccin de la vida y el desarrollo fsico y mental de la infancia, as como la asignacin de
las capacidades sociales. Este compromiso debera mantenerse en todo momento y su aplicacin sera de carcter universal. A fin de operativizarlo, en ella se marcaron una serie de
objetivos globales para el horizonte del ao 2000, que volvemos a ver representados utilizando el marco del grfico anterior:
Cuadro 2: Cumbre Mundial a Favor de la Infancia (1990). Relacin directa e indirecta
con la infancia
DIRECTA
Reduccin de un tercio de las tasas de mortalidad de los menores de cinco aos (niveles inferiores al 70% de nacidos vivos).
Reduccin de la desnutricin moderada y grave
de los menores de 5 aos.
Educacin bsica y terminacin de la enseanza
primaria por al menos el 80% (nios/as comprendidos entre 6 y 11 aos).
Proteccin de los numerosos millones de nios
en circunstancias difciles y aceptacin (sobre
todo en conflictos blicos) y observancia en
todos los pases de la convencin sobre los derechos del nio.
INDIRECTA
RELACIN
CON LA
INFANCIA
DIRECTA
INDIRECTA
RESULTADO
PERO
4 Dcada a la que el propio Koffi Annan, director de la ONU, se refiere a la misma como una dcada de
grandes promesas y modestos logros (UNICEF, 2001a), debido a la falta de prioridad de que han sido objeto
las polticas de infancia con respecto a otras polticas sectoriales en los pases en desarrollo.
284
En el ao 2000, el acceso
a la educacin bsica ser
universal, y se completar
la educacin primaria al
menos en un 80%.
Entre 1990 y 2000, reduc- Se ha incrementado la aten- En regiones como frica Subcin de la tasa de mortali- cin profesional en todas las sahariana, el acceso a cuidadad materna a la mitad. regiones en desarrollo.
dos prenatales no ha mejorado
significativamente.
Fuente: elaboracin propia a partir de UNICEF (2001a).
Naciones Unidas, denominado Los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM)5, y que
contemplan, de un total de ocho metas cuya consecucin ha de conseguirse antes del 2015,
la realidad de la infancia en los siguientes objetivos que a continuacin aparecen reflejados en el cuadro:
Cuadro 5: Cumbre del Milenio de Naciones Unidas (2002). Relacin directa e
indirecta con la infancia.
RELACIN
CON LA
INFANCIA
DIRECTA
Reducir la mortalidad
de la infancia.
Lograr la educacin
bsica universal.
Promover la igualdad
de gnero y potenciar
a la mujer.
INDIRECTA
Erradicar la pobreza
extrema y el hambre.
Combatir el
VIH/SIDA, paludismo
y otras enfermedades.
Garantizar la sostenibilidad ambiental.
Mejorar la salud
materna.
Crear una asociacin
mundial para el desarrollo
Reducir a la mitad el
porcentaje de personas
que padecen hambre.
Haber detenido y
comenzado a reducir la
propagacin del
VIH/SIDA.
Reducir a la mitad el
porcentaje de personas
que carezcan de acceso
sostenible a agua potable y saneamiento bsico.
Reducir la mortalidad
materna en tres cuartas
partes.
5 Objetivos que, por su parte, suscriben organismos internacionales como Naciones Unidas, Banco Mundial, FMI y OCDE, y cuyas aspiraciones se estima no se logren, a juzgar por los desiguales y/o muy deficientes avances en cada uno de los 8 objetivos, a menos que los gobiernos del mundo tomen medidas concertadas.
286
287
(al menos el 80%) y desde el Foro Mundial de Dakar (2000) se planifica hasta el
2015, aspectos stos que son tenidos en cuenta, por ejemplo, en el texto de Progresos desde la Cumbre Mundial de la Infancia (2001).
Lo anterior nos lleva, como conclusin, a volver sobre el ttulo original de esta comunicacin: las polticas internacionales, se preocupan o se ocupan? La consideracin de
la educacin dentro de las agendas polticas internacionales de desarrollo no sorprende,
as, desde el momento en que sta es fruto de consensos de organismos clsicamente
encontrados, de modo que se ha elaborado un discurso en el que conviven las aspiraciones neoliberales con la orientacin ms humana y social del desarrollo. En esta lnea,
puede hacerse una crtica generalizada al modus operandi a escala internacional de la problemtica de la infancia desde la visin que nos procuran los organismos internacionales
(no solo UNICEF, sino los que se comprometen de manera global con este sector, como
son todos los organismos que suscribieron, por ejemplo, los Objetivos del Milenio), apelando a una serie de aspectos sobre los que habra que hacer incidencia para que esa ocupacin llegue, efectivamente, a ser preocupacin:
Con respecto estrictamente a las conclusiones que pueden extraerse de la comparacin anterior, la primera percepcin es la de que cabe cuestionarse la operatividad de
premisas definidas como objetivos a conseguir, en alto grado coincidentes, y con
fecha de caducidad. Si la falta de resultados, en efecto, obliga a posponer una y otra
vez dichas premisas, quiz sea el momento de modificar la filosofa positivista en la
que se basa esta poltica internacional.
En la lnea anterior, quiz resultara ms realista enfocar los objetivos dentro de un
marco que se preocupe ms por la etiologa de esas realidades, constituyendo una
herramienta heurstica de carcter indudablemente ms poltico. Procurar, en ese sentido, argumentos que incidan de manera directa en las causas que originan el actual
estado del mundo, traduciendo la desigualdad imperante, podra conducir a una
visin ms realista de los objetivos, y por tanto ampliar las posibilidades de su final
cumplimiento. Esta aspiracin a la que me estoy refiriendo se bosqueja, aunque muy
tmidamente, con el objetivo 8 del Milenio, creacin de una asociacin mundial para
el desarrollo, en el que se adelantan, por ejemplo, a aspirar por un mundo sin barreras arancelarias, en especial para los pases en desarrollo. Pero esta filosofa aludida,
de carcter ms poltico, se muestra todava muy tmida como para manifestarse en
toda su complejidad, y pasar de la lgica de la aspiracin a la de la denuncia. Es, precisamente, lo que hace Tomasevski (2004) en su valiente texto de El asalto a la educacin, a travs del cual se reconoce abiertamente que los objetivos de la educacin
de los pases no se consiguen porque no hay voluntad poltica de los pases para que
as se produzca, siendo otras las prioridades (las armamentsticas, por ejemplo, en un
mundo en el que la seguridad se globaliza a ritmo acelerado).
Lo anterior no se podra conseguir si no existe, como trasfondo, un cambio en el paradigma del desarrollo. sta es una de las consecuencias ms desoladoras, dado que el
modelo imperante en los pases desarrollados se identifica con el modelo de capital
humano, coadyuvado por el neoliberalismo como modelo poltico y econmico. De
ah, tambin, que algunos organismos con un planteamiento mucho ms humanista y
social, basado en el modelo de desarrollo humano y sostenible, como UNESCO y
UNICEF, se hallen en buena medida limitados en sus acciones. As lo sostienen Werner et al. (2000) cuando parten de que los organismos internacionales no pueden cum288
plir la mayor parte de sus metas por varias razones. Aluden, as, a que, a nivel interno, los organismos internacionales que trabajan en el Sur forman parte de la estructura de poder dominante, siendo buena parte de los expertos y funcionarios que trabajan en ellas elegidos tras campaas de presin por parte de los gobiernos, y a pesar de
las fuertes protestas por parte de los pases en desarrollo y las ONGD a escala mundial. Tambin hacen referencia a que la mayora de los fondos de estos organismos
proceden de pases desarrollados: Estados Unidos ha amenazado, segn estos autores,
con recortar su contribucin si las agendas se convertan en demasiado polticas, es
decir, si los intereses de los pobres chocan con los de las grandes empresas o si piden
con demasiada insistencia los cambios macroeconmicos necesarios para reducir la
pobreza. En suma, los gobiernos de los pases desarrollados, a juicio de los autores,
tienden a resistirse a las iniciativas sobre desarrollo que trabajan en serio por una distribucin ms justa de los recursos y del poder de decisin. Como consecuencia: por
estas diversas razones, organismos de corte ms social, como UNICEF y OMS, han
seguido con frecuencia el camino ms cmodo. Incapaces de llevar a la prctica de
forma eficaz su cautelosa peticin de un orden social y econmico mundial ms justo,
suelen emplear intervenciones provisionales, a modo de parches, para limitar el dao
causado por el injusto orden mundial actual. En sus textos aparecen reflejadas las
consecuencias del desequilibrio y consiguiente dependencias generadas unilateralmente, pero en buena medida son adoptadas como hechos inalterables y difcilmente
superables. Mientras tanto, la cooperacin internacional de los pases desarrollados y,
con ello, sus respectivas Ayudas Oficiales al Desarrollo, van ofrecindonos cifras en
constante descenso. Pases como Blgica, Finlandia, Francia, Irlanda y Gran Bretaa
han dejado de lado una poltica firme para llegar a la cifra, ya clsica, del 0,7% del
PIB destinado a la ayuda oficial (Mundy, 2006: 40).
Y, conjuntamente con ese cambio de paradigma, quiz una demanda que se contina
haciendo, y que servira como instrumento catalizador de esta transformacin requerida, es que se siga incidiendo en el papel que cumplen los que materializan estas aspiraciones, o la causa de las mismas, como se ha sealado: las organizaciones sociales,
las asociaciones y ONGD (que detentan, por su parte, un papel definitivo, tanto en la
educacin como en la alfabetizacin de adultos), la sociedad civil, en definitiva, que
ha tomado partido de la situacin y trabaja denodadamente, desde el mbito socioeducativo, para hacer que pensar globalmente, actuar localmente sea algo ms que un
lema. Un buen ejemplo de lo dicho constituye, precisamente, la Campaa Global por
la Educacin, que cuenta con el apoyo y compromiso de un buen nmero de ONGD
internacionales (Action Aid, Global March y Oxfam, entre las ms significativas),
coaliciones EFA y buena parte de representantes de la citada sociedad civil.
Cules son los siguientes pasos, una vez detectadas las carencias? Ahora, ms que
nunca, el mundo debe obligarse a enfrentar y cambiar el miserable destino de los nios
para los cuales los adelantos fueron escasos o simplemente nulos7. Como trasfondo, tal y
7 En este sentido, quiz puedan resultar especialmente significativas la aplicacin de medidas concebidas
estratgicamente con carcter de urgencia, como es la iniciativa 25 para 2005 en la que UNICEF (2005a) se
centra en los 25 pases que corren el riesgo de no cumplir las disparidades de gnero en educacin o las denominadas `iniciativas de impacto rpido que se idean desde el Proyecto del Milenio para impulsar el acceso a
los servicios esenciales de los nios que requieren ms ayudas en este momento (UNICEF, 2005), y que pueden consultarse en el documento Ejecucin de los programas de accin en favor de los pases menos adelantados para el decenio 2001-2010.
289
Los gobiernos deben adoptar polticas sociales responsables, que tengan como objetivo focal de primer orden a la infancia. Un punto esencial, en esta lnea, consistira
en abolir los costos escolares a fin de aliviar los gastos familiares que permiten a sus
hijos acudir a las escuelas.
Los donantes y gobiernos deben invertir y buscar frmulas financieras alternativas
en fondos adicionales a la infancia, ya sean bilaterales, ya multilaterales8. Una medida podra ser, en sintona con esta idea, crear un fondo sectorial especfico cuya
financiacin contara con una cantidad estipulada previamente, estable todos los aos.
En esta lnea, una iniciativa concreta es la denominada Alianza para la Supervivencia infantil, impulsada por diferentes pases y organizaciones con el fin de apoyar
los programas de supervivencia infantil y poder cumplir, as, el cuarto de los Objetivos de Desarrollo del milenio.
Todos, en definitiva, pases y gobiernos, pero tambin nosotros, debemos tener la
voluntad para participar, comprometernos y cumplir nuestras obligaciones hacia la infancia del mundo, en especial esa infancia perdida a la que haca referencia al inicio, desde
nuestras posibilidades y competencias en el mbito educativo y el social, desde la interpretacin, la crtica, la reflexin y la accin.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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MUNDY, K. (2006): Education for All and the New Development Compact, Review of
Education 52, pp. 23-48.
8
Una medida, objeto actual de debate por parte de ONGD y organizaciones sociales, que se est adoptando en esta lnea en Espaa lo constituye la propuesta concreta del gobierno consistente en poner en marcha una
serie de operaciones de conversin de deuda por educacin en algunos pases latinoamericanos, lo que afectara de manera directa a la infancia.
291
292
INTRODUCCIN
El cuidado y la educacin durante la primera infancia han experimentado un aumento
notable de la atencin poltica e institucional durante las ltimas dcadas. De este modo,
tanto los responsables polticos como los expertos han reconocido que un acceso equitativo a una educacin y cuidado de calidad durante esta etapa puede reforzar las bases del
aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos los nios y nias y mantener las amplias
necesidades sociales y educativas de las familias. Sin embargo, este tipo de provisin de
servicios educativos y de cuidado no ha sido una prioridad poltica en mucho pases, aunque, recientemente, la demanda se est incrementando y reclamando la necesidad de atender el significado, concepto, organizacin, financiacin y profesionales de la educacin y
cuidado de calidad en la primera infancia.
Los programas para garantizar el cuidado y educacin de calidad durante la primera
infancia han demostrado durante las ltimas dcadas los beneficios que conllevan en el
desarrollo social, emocional y cognitivo de los nios tanto en pases desarrollados como
en los pases en desarrollo. De este modo, diversos estudios1 han realizado el seguimiento de dichos programas y de su continuidad en la educacin primaria documentando que
los nios que han recibido un cuidado de calidad y oportunidades educativas durante su
infancia muestran un mejor desarrollo acadmico independientemente del lugar donde han
crecido y de su origen y procedencia.
En este sentido, los beneficios vitales que lleva consigo la educacin en la etapa infantil ponen de manifiesto la necesidad de asegurar su acceso equitativo para todos los nios
con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades entre ellos. Este hecho, ha dado lugar
1
UNESCO (2003): Role of Early Childhood Care and Education in Ensuring Equal Opportunity. Paris.
UNESCO.
295
La UNESCO enfatiza ste concepto al escribirlo en maysculas para marcar la diferencia entre esta disciplina y rea profesional y la primera infancia referida al perodo inicial del ciclo de vida de una persona. En
UNESCO (2002): Cuidado de la Primera Infancia? Educacin? Desarrollo? en Notas de la UNESCO
sobre las Polticas de la Primera Infancia n 1.UNESCO, Pars.
296
tendencias relativas al acceso, calidad, reparto, regulacin, etc. en este campo tratadas por
las organizaciones internacionales.
Por otra parte, resulta necesario pasar de la concepcin de una infancia de las necesidades, a una infancia de los derechos, que, desde las actuaciones prcticas, no lleve a infravalorar los recursos y las potencialidades de los nios y nias desde el nacimiento, llamando a una tica de la calidad de los servicios para la infancia. En este sentido, nos
importa tanto la escolarizacin de los nios, como la forma o calidad de cmo estos estn
escolarizados3, hechos ambos que dependen, entre otros aspectos, del tipo de inversin e
implicacin de los actores que intervienen en esta etapa. Concepcin que, a su vez, se conjuga con una conceptualizacin holstica de la educacin Pre-primaria, a luz del paradigma del aprendizaje a lo largo de toda la vida, que requiere la asuncin de los diversos
ambientes de aprendizaje (instituciones formales, educacin no formal, informal, etc.) en
que sta tiene lugar.
En cualquier caso, la Educacin Pre-primaria es otro concepto que resulta de la comprensin de la primera infancia desde el punto de vista educativo y que tambin es objeto
de revisin constante para las autoridades educativas.
1.1. Aproximacin al concepto de ECCE (Early Childhood Care and Education)
sobre la Educacin Pre-primaria:
Remitindonos a la Declaracin Universal de Derechos Humanos (1948), las Naciones
Unidas proclamaron que la infancia tiene derecho a cuidados y asistencia especiales, un
derecho que resulta vital durante la primera infancia y que ha resultado, en primera instancia, una prioridad en el desarrollo de las polticas destinadas a la provisin y el desarrollo de esta etapa. Pero, a partir de la Convencin de los Derechos del Nio (1989) este
derecho se extendera a la proteccin de otros ms especficos como el de la educacin.
En este sentido, el artculo 28 de la Convencin estipulaba las condiciones para el cumplimiento de este derecho y, una vez ms, la atencin especial a la primera infancia resultaba crucial para asegurar la consecucin del mismo.
En marzo de 1990, la comunidad internacional educativa reunida en Jomtien anunci la Declaracin Mundial de la Educacin para Todos que reconoca la igualdad de
oportunidades de todos los seres humanos de cubrir sus necesidades bsicas educativas.
Esta Declaracin de Jomtien, centrada en el concepto de la educacin bsica, indicaba
en su quinto artculo que el Aprendizaje comienza en el nacimiento e incorporaba la
Early Childhood Care and Education (ECCE) a dominio implcito de la educacin bsica. Este hecho establecera ms tarde que la provisin de estos servicios para la infancia poda desarrollarse a travs de acuerdos implicando a las familias, a las comunidades o a los programas institucionales. La Declaracin tambin afirmaba que la infancia,
como base del aprendizaje humano, era un rea de la educacin que requera una atencin de la poltica nacional y, por lo tanto, la infancia deja de ser considerada slo como
un dominio privado familiar.
La Declaracin de Jomtien estipul las inspiraciones conceptuales y polticas, pero no
ha estimulado demasiado progreso en la expansin de los servicios para la infancia en los
distintos pases y as lo demostraba un estudio llevado a cabo en el 2000 para el dcimo
SENSAT, R. (2004): La educacin infantil: un derecho. Propuesta para debate en el Ministerio de Educacin y Ciencia. (www.ciefp-laredo.org/documentos/Debate.pdf) Consultado el 26 abril de 2006.
297
aniversario de la Declaracin4 que pone de manifiesto que la visin del aprendizaje desde
el nacimiento est lejos todava de convertirse en realidad. La comunidad educativa mundial tambin se reencontr con motivo de este dcimo aniversario y reafirm su compromiso con la ECCE en el Marco de Accin de Dakar que inclua como el primero de sus
seis objetivos: La expansin y mejora del cuidado y la educacin de la infancia, especialmente para los nios y nias ms vulnerables y desfavorecidos. Este objetivo se estableca sin fijar lmites numricos ni un perodo de tiempo determinado, pero consideraba
especficamente urgente que los gobiernos expandiesen el acceso, mejorasen la calidad y
asegurasen la equidad en los servicios de ECCE. Esta declaracin tambin enfatizaba que
estos servicios deban ser comprehensivos e integrales, dirigidos al crecimiento, el desarrollo y las necesidades de aprendizaje del nio de manera holstica. Comparndolo con
el artculo quinto de la Declaracin de Jomtien, este objetivo definido en Dakar era ms
especfico y directivo en trminos de objetivos polticos.
El apoyo internacional para la ECCE se basa, sobre todo, en descubrimientos de investigaciones que demuestran que el desarrollo del cerebro ocurre principalmente durante los
primeros aos de vida, cuando se establece la base de la trayectoria del aprendizaje humano. Hoy por hoy, est bien establecido que las investigaciones dedicadas a la ECCE son
unas opciones de inversin altamente rentables, brindando mltiples beneficios a la sociedad y a la comunidad, as como al nio/a y a su propia familia. Los nios y nias que participaron en programas de ECCE de calidad tienden ms a empezar la educacin primaria
y llevar una trayectoria escolar mejor y estn menos predispuestos a salir del sistema escolar o a repetir5. De acuerdo con algunos estudios6, los nios y nias en circunstancias desfavorecidas se benefician ms de la ECCE que aquellos de ambientes de familias favorecidas y sus madres tambin se benefician porque tienden a buscar empleo y mantener su
puesto de trabajo. De acuerdo a uno de los ltimos estudios realizados sobre el tema, cada
dlar invertido en ECCE, adems de los incuestionables beneficios sociales, genera cuatro dlares de beneficios7.
De este modo, partiremos de una concepcin de la Educacin Pre-primaria que incluye, segn la International Standard Classification of Education8 (ISCED, Clasificacin
Internacional Estndar de Educacin), los programas comprendidos en la institucionalizacin de la educacin y las actividades de aprendizaje para los individuos antes de su entrada a la educacin primaria que ofrecen actividades de aprendizaje intencionadas y estructuradas en una escuela o centro (en oposicin al hogar) para infantes de al menos 3 aos
de edad.
MYERS, R. (2000): Thematic study: Early Childhood care and development. Prepared for Education for
All 2000 Assessment. Paris. UNESCO. P. 4.
5 SAVE THE CHILDREN(2003): Whats the difference? An ECD impact study from Nepal. Florencia.
UNICEF.
6 AJA, E. y DEZ, L. (2005): La regulaci de la inmigraci a Europa. Colleci estudis socials n17. Barcelona. Fundaci LA CAIXA.
7 MASSE, L. N., & BARNETT, S. (2003): A benefit-cost analysis of the Abecedarian Early Childhood
intervention (www. nieer.org) Consultado en noviembre de 2005.
8 La clasificacin ISCED es una herramienta metodolgica muy til y ampliamente aceptada que clasifica
diversos sistemas educativos en un nmero estandarizado de niveles. Sus definiciones estn ampliamente aceptadas y son usadas por diversas organizaciones nacionales e internacionales.
298
OCDE (2001): Starting Strong. Early Childhood Education and Care. Paris. OCDE. P. 22.
299
10
300
acceso a la ECCE y de la disminucin en las desigualdades de acceso de las distintas clases sociales.
Desigualdades del cuidado llevado a cabo en el mbito informal:
El potencial de desigualdades de acceso al cuidado no se reduce a la ECCE formal,
sino que existen diferencias crticas entre las clases sociales cuando atendemos al
acceso al cuidado en el mbito informal provisto con adultos remunerados tanto en
el hogar como fuera de ste. De otra parte, actualmente los nios que viven en la
pobreza tienen considerablemente menor posibilidad de recibir educacin temprana,
producindose una disparidad en los porcentajes de nios que reciben cuidado en el
mbito formal y de los que lo reciben en el informal debida a un acceso diferenciado a los mismos y al nivel de capacidad para permitirse una ECCE decente. Estas
ltimas desigualdades provocan consecuencias en la salud, desarrollo y educacin de
los infantes.
A pesar de que durante el pasado siglo grandes problemas educativos, como la alfabetizacin y escolarizacin obligatoria, han sido resueltos en la mayora de los pases desarrollados la falta de equidad educativa contina representando una cuestin patente en
muchos sistemas educativos cada vez ms difcil de solucionar conforme nuestras sociedades siguen avanzando. Los mecanismos que mejor actan para paliar estas diferencias
proceden del apoyo y la implicacin del sector pblico, tanto de agentes polticos nacionales como de polticas globales. Si bien es cierto que, a travs de las mismas, los gobiernos pueden promover la mejora de la igualdad a travs de16: la elaboracin de documentos que sirvan de marco de referencia y objetivos gua factibles, establecimiento de estndares voluntarios y su correspondiente acreditacin, difusin de investigacin e informacin, utilizacin juiciosa de la financiacin especial (como la procedente de organismos
internacionales, ONGs, etc.), apoyo tcnico a la gestin local, aumento de la formacin y
del estatus de los trabajadores, nfasis en la auto-evaluacin, investigacin-accin en la
prctica y el establecimiento de balances y controles democrticos incluyendo a los
padres. En cualquier caso, las polticas referentes a la ECCE deben ser consideradas parte
de un sistema de mejoras ms amplio.
1.4. La obligatoriedad de la Educacin Pre-primaria y la igualdad de
oportunidades educativas
Dar a los nios la posibilidad de beneficiarse de al menos dos aos de ECCE de elevada calidad es entendido como una estrategia para promover la igualdad de oportunidades educativas antes de comenzar la escolarizacin obligatoria17. De este modo, la
tendencia en todos los pases de la OCDE es hacia la cobertura completa del grupo entre
3 y 6 aos de edad, alcanzando el objetivo de garantizar a todos los infantes al menos
dos aos de provisin de ECCE financiada con fondos pblicos antes de la escolarizacin obligatoria. En este sentido, la existencia o no de polticas de obligatoriedad de
asistencia en esta etapa es un factor determinante, si no el responsable, puesto que en
muchos pases la medida poltica supone el indicio del compromiso de los gobiernos con
la Educacin Pre-primaria.
16
17
OCDE (2001): Starting Strong. Early Childhood Education and Care. Op. Cit. P. 9.
OCDE (2001): Starting Strong. Early Childhood Education and Care. P. 49.
301
Desde algunos enfoques actuales18 se considera que la educacin infantil podra convertirse en la educacin primaria temprana mediante polticas de asistencia obligatoria.
Sin embargo, por otro lado, tampoco parece ayudar al aumento de los ndices globales de
escolarizacin en esta etapa pues, de hecho, en muchos de los pases desarrollados en los
que la escolarizacin es muy elevada tales medidas polticas no existen y su necesidad es
cuestionada19. Muy frecuentemente, la Educacin Pre-primaria se centra en los nios y
nias de 5 aos y ello supone, en la prctica, que los nios de ms temprana edad tienen
en la realidad niveles menores de escolarizacin. De este modo, este tipo de poblacin
tiende a concentrarse en los ltimos cursos de esta etapa educativa20, lo cual acaba por provocar una sobrecarga de los nios que van a empezar la educacin obligatoria en vez de
darse un proceso de construccin slida de las bases del aprendizaje a lo largo de toda la
vida desde una edad ms temprana.
2. LA INVERSIN EN LA EDUCACIN PRE-PRIMARIA:
Por qu invertir en la provisin y expansin de servicios de la ECCE?
Las razones para invertir en las polticas de ECCE y su provisin estn insertadas en
las creencias sociales y culturales sobre la propia infancia, el papel que en ella desempean la familia y el gobierno, y los propsitos de la ECCE dentro y a lo largo de todos los
pases. Muchos pases procuran equilibrar los distintos puntos de vista de la infancia del
aqu y el ahora con los que la entienden como una inversin con el futuro adulto, ya que
las distintas concepciones tienen implicaciones determinantes en la organizacin de las
polticas y la provisin en los distintos pases.
Los argumentos econmicos para invertir en ello son fuertes21, pero, adems, tal y
como han reconocido muchos pases, la intervencin pblica tambin puede justificarse
para alcanzar el objetivo de la igualdad de oportunidades para que los nios y nias de
familias de bajos ingresos tengan las mismas posibilidades de beneficiarse de una ECCE
de calidad que los nios de familias de ingresos elevados incrementando la cohesin
social. Por otro lado, los costes a los sistemas educativos y a las economas se convierten
en incalculables cuando los nios y nias en riesgo de fracaso escolar no son detectados y
apoyados desde edades tempranas. Los beneficios de este tipo de servicios son mucho ms
importantes que el buen funcionamiento de las economas e incluyen los beneficios sociales, econmicos y educativos de los nios, padres y familias y los beneficios econmicos
de la sociedad en general, como por ejemplo, a travs del crecimiento de la participacin
femenina en la mercado laboral.
Una financiacin adecuada es esencial para asegurar que todos los nios tengan un
acceso a una ECCE de calidad y que los padres tengan posibilidades de eleccin para
seleccionar los servicios ms adecuados. Actualmente, la inversin pblica en los servi-
18
EURYDICE (2004): Integrating Immigrant Children into schools in Europe. Brussels. EURYDICE.
UNESCO (2004): Enrolment gaps in pre-primary education: The impact of compulsory attendance
policy. Paris. UNESCO.
20 El Informe Regional Education for All in Latin Amrica: A goal within our search publicado por la Oficina Regional de Educacin en Amrica Latina y el Caribe de la UNESCO (OREALC) confirma que efectivamente este puede ser el caso.
21 EUROPEAN COMMISSION CHILDCARE NETWORK (1996): Quality targets in services for young
children. Brussels. European Commission Childcare Network.
19
302
cios y la infraestructura para la expansin de la ECCE se considera22 uno de los elementos clave en la promocin de un acceso equitativo a una ECCE de calidad, entendiendo
esta ltima a su vez en un contexto de esfuerzos ms amplios que apuestan por reducir la
pobreza infantil, promover la igualdad de gnero, mejorar los sistemas educativos e incrementar la calidad de vida de padres y nios. De este modo, mientras la ECCE se financia
en general mediante una combinacin de fuentes de recursos de diversa ndole y en diversos contextos y situaciones, existe una necesidad de que los gobiernos inviertan sustancialmente con el fin de mantener sistemas de calidad sostenibles y servicios accesibles en
el rea; pero, adems, es necesario que los mismos gobiernos desarrollen estrategias claras y consistentes para distribuir eficientemente los escasos recursos, incluyendo la inversin para el diseo de planes a largo plazo y esfuerzos para una mejora de la calidad.
2.1. Los costes de la provisin y expansin de servicios de la ECCE?
Los costes actuales para muchas de las familias son bastante considerables en pases
en los que los servicios de ECCE no se financian o subvencionan con fondos pblicos.
Aunque en ocasiones las familias realizan arreglos para no tener gastos monetarios en
estos servicios, el coste cero es engaoso porque en muchas ocasiones est fuerte e inversamente asociado a los ingresos23 de la madre y a los factores implcitos que en stos se
perciben (tipo, tiempo de dedicacin, etc.).
Cuando los servicios descansan en los ingresos de las familias con presupuestos limitados, se ven obligados a mantener los costes bajos y a correr el riesgo de perder calidad
en su servicio. Existe, pues, una tensin entre la viabilidad de financiacin de los servicios, la disponibilidad para los padres y la elevada calidad para los nios24. Los servicios
deben costar muy poco para alcanzar una elevada calidad pero tampoco pueden ser demasiados caros para resultar asequibles para muchos padres. En sistemas con apoyo pblico
limitado, los servicios compiten para mantener las tasas bajas y ganar una devolucin rentable en el capital que invierten. La necesidad de contener los costes puede dar lugar a
aquellos programas que no invierten lo suficiente en personal o en servicios25. Sin los
recursos adecuados, el personal trabajador frecuentemente subvenciona sistemas infradotados con beneficios y salarios retributivamente bajos, llevando a dificultades en la contratacin y retencin de profesionales cualificados26. As, pues, una financiacin pblica
baja para la ECCE pone en peligro a los nios al forzar los servicios o al operar con los
fondos inadecuados para alcanzar la calidad. Tambin constrie las posibilidades de eleccin de los padres de bajos ingresos que no pueden permitirse el coste completo de estos
servicios y se ven obligados a contentarse con un cuidado de calidad ms baja para sus
nios.
22
OCDE (2001): Starting Strong. Early Childhood Education and Care. Op. Cit. P. 11.
CLEVELAND, G. y KRASHINSKY, M. (2001): Financing ECEC Services in OECD Countries. University of Toronto. Scarborough. P. 11.
24 PRESS, F. y HAYES, A. (2000): OECD Thematic Review of Early Childhood Education and Care
Policy: Australian background report. Canberra, Australia. DETYA.
25 COCHRAN, M. (1993): Public Child Care, Culture and Society: Crosscutting themes, in M. Cochran
(Ed.), International Handbook of Child Care Policies and Programs, Greenwood Pres, Westport, CT. Pp. 627658.
26 COST, QUALITY, AND CHILD OUTCOMES [CQCO] Study Team (1995): Cost, Quality, and Child
Outcomes in Child Care Centres. Denver Department of Economics, University of Colorado.
23
303
Pero, todos estos medios, en muchas ocasiones, estn considerados mecanismos para
sustituir la provisin subvencionada con fondos pblicos en muchos pases de tal modo
que, en contraste con la financiacin y la provisin directas, estos mecanismos presentan
una amplia confianza en la familia o en el sector privado para la provisin de estos servicios y, en algunos casos, la financiacin completa de los costes27. En este caso, las relaciones entre demanda, oferta, calidad y disponibilidad sern problemticas.
En cualquier caso, el Estado debera regular los productores privados que reciben subsidios en orden a asegurar que los fondos pblicos son usados de forma eficiente y que se
estn ofertando los tipos adecuados de ECCE. Sin embargo, las propias burocracias pblicas se ven implicadas en el encarecimiento de estos servicios28, sobre todo cuando tienen
el monopolio de los servicios, para ganar rentas que pueden tomar la forma de salarios ms
elevados, mejora de infraestructuras, disminucin del trabajo, etc.
2.2. Quin debe invertir en la provisin y expansin de servicios de la ECCE?
En muchos pases, la educacin y el cuidado de los ms pequeos se alterna entre el
dominio privado y el pblico con mucha atencin a las funciones complementarias de las
familias y las instituciones dedicadas al desarrollo y aprendizaje de los infantes. El mercado privado y competitivo, sin accin gubernamental, puede asignar la cantidad apropiada de recursos econmicos de la sociedad para la financiacin de estos bienes, pero adems, en este caso, la competitividad mantiene los precios bajos y anima a los productores a buscar nuevos modos de satisfacer las demandas de sus clientes. El resultado es que
vendedores potenciales dan a clientes consumidores la libertad mxima de eleccin para
encontrar la eleccin de caractersticas que ms les convenga.
Sin embargo, ciertos bienes o servicios no cumplen algunas o todas las caractersticas
que se requieren en los mercados competitivos para alcanzar los resultados deseables. Por
ejemplo, un bien o un servicio debe generar beneficios externos notables que no se tienen
en cuenta en las transacciones del mercado privado o tiene caractersticas que son difciles de juzgar de forma precisa. En este y en casos similares se cometen errores adquisitivos con consecuencias negativas, como resultado del fracaso de este tipo de mercados, que
la accin gubernamental puede corregir de forma rentable cuando los beneficios obtenidos por el gobierno son mayores que sus costes. La educacin, por ejemplo, es uno de
estos servicios que, debido a sus caractersticas, se provee por el sector pblico tradicionalmente por estos motivos.
El mayor volumen de asistencia en la provisin de la ECCE del gobierno es a travs
de servicios y escuelas constituye. En algunos pases, los padres reciben subsidio para
acceder a este tipo de servicios, de este modo, se permite el acceso a un amplio conjunto
de servicios para muchos padres que, de otra forma, no podran permitirse el coste completo. Otros mecanismos de financiacin incluyen la exencin de impuestos para permitir
a los padres el acceso al cuidado privado de sus hijos y permitir a las familias deducir los
gastos de la ECCE de su responsabilidad fiscal.
27 MYERS, M. K. y GORNICK, J.C. (2000): Early Childhood Education and care: Cross-national variation in service organization and financing. Paper prepared for a Consultative Meting on International Developments in Early Education and Care, May 2000. New York. The Institute for Child and Family Policy at
Columbia University.
28 CLEVELAND, G. y KRASHINSKY, M. (2001): Financing ECEC Services in OECD Countries. Op.Cit.
P. 43.
304
Existe, generalmente, una necesidad para la inversin pblica en servicios e infraestructura para la extensin de la provisin y servicios de la ECCE. Existe tambin una necesidad para mejorar la informacin de la calidad, disponibilidad y accesibilidad a la ECCE
para las personas implicadas e interesadas en estos servicios. En cualquier caso, la evidencia en los beneficios y los costes de la ECCE no sugiere en absoluto que cualquier
gasto de fondos monetarios pblicos en la ECCE generar mayores beneficios que costes.
Concretamente, factores como la calidad de los servicios disponibles de ECCE, los beneficios de que los nios crezcan en niveles de calidad, etc.
La cuestin de la provisin pblica es tambin una cuestin complicada que se ha
resuelto de muchos modos en los distintos pases de la OCDE. Si bien, la provisin de la
ECCE necesita mantenerse con una infraestructura de calidad para su diseo, seguimiento, apoyo, formacin, investigacin y desarrollo que, sin los recursos seguros y adecuados
tanto en servicios como en infratestructura, ser difcil de asegurar.
Mientras tanto, muchos gobiernos entre los distintos pases de la OCDE han reconocido el papel determinante de la inversin pblica y sus niveles de gasto, adoptando diversos mecanismos financieros entre financiacin pblica y privada en materia de provisin
y servicios de la ECCE. En uno de sus estudios recientes esta organizacin sealaba las
siguientes tendencias29:
En casi todos los pases revisados en este estudio30 los gobiernos pagan la mayor
parte de los costes y los padres cubren entre un 25% y un 30% del coste total, de
modo que los dos o tres aos antes de la escolarizacin obligatoria son mayoritariamente gratis.
La provisin directa de estos servicios a travs de servicios y escuelas representa el
volumen de la financiacin en muchos pases. An cuando la combinacin de proveedores pblicos y privados es vasta, un elevado porcentaje de servicios reciben
fondos pblicos directa o indirectamente.
Los pases han adoptado un conjunto amplio de mecanismos de financiacin para
mejorar la accesibilidad incluyendo: financiacin directa, subsidios para las tasas de
matriculacin, exencin de impuestos y aportaciones de los empresarios. La disponibilidad existente de estos servicios supone una barrera al acceso equitativo, particularmente en aquellos sistemas en los que la carga de los costes recae en los padres.
Mientras muchos sistemas buscan expandir el suministro y alcanzar la calidad a travs de subsidios indirectos para los proveedores de estos servicios, algunos pases
favorecen subsidios directos dirigidos al sector de la demanda. En ambos casos, existen referencias a la igualdad del acceso y la calidad de la provisin.
A pesar de las estrategias de financiacin adoptadas, queda claro que la inversin
pblica sustancial es necesaria para el desarrollo de un sistema de calidad de ECCE
equitativo y bien diferenciado.
La cuestin de dnde se produce la financiacin, desde el sector de la demanda o desde
el sector de la oferta, es muy variada. Algunos pases administran su inversin a travs de
las familias, dejando a los padres la toma de decisiones en los tipos de ECCE que mejor les
convenga para sus hijos, este el sector de los subsidios de la demanda que pueden distri29
OCDE (2001): Starting Strong. Early Childhood Education and Care. Op. Cit. P. 85.
Australia, Blgica (Comunidades Francfona y Belga), la Repblica Checa, Dinamarca, Finlandia, Italia, los Pases Bajos, Noruega, Portugal, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
30
305
306
307
308
3. CONCLUSIONES
La inversin en ECCE es decisiva por muchas razones como las que se han sealado
a lo largo de este trabajo, pero desde aqu se enfatiza su trascendencia para garantizar el
derecho a la educacin de todos los nios y nias y, en especial, en la lucha para que esta
garanta incluya la defensa de la igualdad de oportunidades educativas, claramente vinculadas a la garanta del inters superior del nio que orienta la Convencin sobre los
Derechos del Nio.
Los pases difieren marcadamente en sus niveles de inversin en la Primera Infancia,
estas diferencias pueden explicarse en parte debido a las variaciones en la riqueza nacional,
la importancia relativa conferida a la primera infancia como etapa educativa y sus distintas
concepciones. Los pases difieren mucho entre s en cuestin de sus objetivos econmicos,
aproximaciones filosficas y el papel del Estado en relacin con las familias y los nios y
de su evaluacin de los costes y beneficios de las diferentes polticas de ECCE. Por otro
lado, el diseo de las elecciones que realizan los pases en materia de mecanismos de financiacin de la ECCE es determinante dados los efectos en la calidad y utilizacin de los servicios de la ECCE y en las decisiones de su uso para las familias. Existen muchos factores
designados que son concluyentes en materia de financiacin de los servicios y la provisin
de la ECCE, entre ellos, una decisin central es determinar el nivel de gasto, pero determinar desde dnde se provee, desde el sector de la demanda o de la oferta, ser la decisin
consecuente pues cuando es directamente suministrada a los padres parece ser que les permite tomar las mejores decisiones para sus hijos acentuando el papel de la decisin del consumidor y, por otro lado, cuando se distribuye indirectamente implica costes asociados para
supervisar las elecciones de los padres. En el caso de financiar el sector del mercado tambin existe otra determinacin respecto a quin organiza y se ocupa de la provisin, pues
en el caso de existir dudas sobre la calidad de los servicios de este sector y de la dificultad
de supervisarla y controlarla la provisin pblica tiene ms sentido.
En general, se da un desequilibrio entre los fondos pblicos y privados que reflejan
profundas actitudes arraigadas en relacin a las responsabilidades individuales y colectivas para la ECCE. La educacin y el cuidado de los infantes se entiende todava de forma
predominante como un asunto privado que debe ser resuelta por las propias familias de
forma individual y no como una cuestin que demanda el compromiso pblico. Como
hemos podido comprobar, respecto a los nios y nias por debajo de la edad de escolarizacin obligatoria, son pocos los pases que estn comprometidos con el cometido de
garantizar el derecho a la educacin de todos estos nios y nias, como declara en su artculo 28 la Convencin sobre los Derechos del Nio.
En cualquier caso, est ampliamente aceptado el inters pblico por estas polticas y
los gobiernos sopesan los costes y beneficios que varan en el contexto de las concepciones que prevalecen en cada pas sobre el papel adecuado del Estado y de la familia en la
provisin de la educacin, cuidado y proteccin de los nios. En este sentido, la escolarizacin precoz de este colectivo no slo contribuye a mejorar directamente su desarrollo
cognitivo, social, fsico y emocional, sino que, adems, prepara para la siguiente etapa
educativa facilitando antes su integracin educativa. Por otra parte, estos hechos repercuten a su vez en las trayectorias educativas de estos nios y nias contribuyendo a facilitar
la igualdad de oportunidades en posteriores etapas y ayudando a ir reduciendo los ndices
de fracaso escolar. Hay que aadir a todo ello, la influencia que pueden tener estas repercusiones en la ruptura de la actual reproduccin de las diferencias sociales y la pobreza
intergeneracionales y el avance hacia sociedades cada vez ms cohesionadas.
309
La animacin hospitalaria est diseada para una poblacin infantil y adolescente, que
permanece ingresada en centros hospitalarios y dispone por ende, de mucho tiempo libre.
Actualmente estas actuaciones se cubren con voluntarios pertenecientes a distintas asociaciones entre las que se encuentran Cruz Roja, Payasos de la Risoterapia o la Fundacin
Theodora.
Y es que como es sabido, el nio hospitalizado ha dejado atrs de forma involuntaria
y abrupta un medio que le resultaba conocido y familiar, y se ha adentrado en otro completamente ajeno a l, poblado esta vez de personas desconocidas con las que entablar
nuevas relaciones, stas son principalmente: pediatras y otros especialistas mdicos, logopedas, maestros, enfermeros, voluntarios y personal de limpieza.
Adems como seala Guerrero (2004), todo nio hospitalizado (al igual que su familia) siente angustia, soledad, miedo ante lo desconocido, intranquilidad, inseguridad y
temor a la muerte. A ello hay que aadir, que si la enfermedad es grave o se prolonga en
el tiempo, teme adems, perder el curso.
Barruecos y otros (1997), describen as las situaciones consideradas de riesgo y por
tanto susceptibles de apoyo, por los distintos profesionales que colaboran en la recuperacin del enfermo:
La salida de un lugar seguro (la familia), hacia un lugar desconocido (el hospital).
La separacin de la familia en quien confa, para pasar a disposicin de desconocidos sin saber por qu, para qu y hasta cuando.
La ruptura de su rutina cotidiana, que se transforma en aislamiento.
La incertidumbre que conlleva el pronstico de la enfermedad y sus consecuencias.
La transicin de una vida marcada por la relacin entre iguales, a otra marcada por
la soledad.
El haber perdido su estado saludable y sentirse mal.
La preocupacin por el fracaso escolar.
La reaccin del nio puede variar dependiendo de su personalidad: unos deciden apoyarse en su familia, otros adoptan una conducta desafante frente a la enfermedad, o se
310
muestran retrados, ya que sus familiares les han alejado del resto de conocidos con el
objeto de ocultar su situacin (Ortigosa y Mndez, 2000).
En esta tesitura, tambin hay que tener en cuenta otras variables como la edad del nio
hospitalizado, el tiempo de hospitalizacin, el contar de antemano con un diagnstico o
estar a la espera del mismo, el tipo de patologa que el nio presente o la medicacin que
el nio reciba.
DERECHOS DE LOS NIOS HOSPITALIZADOS
Hace ya veinte aos, el Parlamento Europeo a travs de la Resolucin del 13 de Mayo
de 1986, hizo pblica La Carta Europea de los Derechos de los nios hospitalizados
(http//www.secp.org), los cuales se citan a continuacin:
A. Derecho del nio a que no se hospitalice sino en el caso de que no pueda recibir
los cuidados necesarios en su casa o en un ambulatorio.
B. Derecho a la hospitalizacin diurna sin que ello suponga una carga econmica adicional a los padres.
C. Derecho a estar acompaado de sus padres o de la persona que los sustituya, el mximo tiempo posible durante su permanencia en el hospital, no como espectadores
pasivos sino como elementos activos de la vida hospitalaria, sin que eso comporte
costes adicionales; el ejercicio de este derecho no debe perjudicar en modo alguno ni
obstaculizar, la aplicacin de tratamientos a los que hay que someter al nio.
D. Derecho del nio a recibir informacin adaptada a su edad, su desarrollo mental,
su estado afectivo y psicolgico, con respecto al conjunto del tratamiento mdico
al que se le somete y a las perspectivas positivas que dicho tratamiento ofrece.
E. Derecho del nio a una recepcin y seguimiento individuales destinndose en la
medida de lo posible, los mismos enfermeros y auxiliares para dicha recepcin y
los cuidados necesarios
F. Derecho a negarse (por boca de sus padres o de la persona que los sustituya) a ser
sujetos de investigacin, y a rechazar cualquier cuidado o examen cuyo propsito
primordial sea educativo o informativo y no teraputico.
G. Derecho de sus padres o de las personas que los sustituyan, a recibir todas las informaciones relativas a la enfermedad y al bienestar del nio, siempre y cuando el
derecho fundamental de ste respecto al respecto de su intimidad no se vea afectado por ello.
H. Derecho de los padres o de la persona que los sustituya, a expresar su conformidad
con los tratamientos que se aplican al nio.
I. Derecho de los padres o de la persona que los sustituya, a una recepcin adecuada
y a un seguimiento psicosocial a cargo de personal con formacin especializada.
J. Derecho a no ser sometido a experiencias farmacolgicas o teraputicas. Slo los
padres o la persona que los sustituya, debidamente advertidos de los riesgos y de
las ventajas de los tratamientos, tendrn la posibilidad de conceder su autorizacin,
as como de retirarla.
K. Derecho del nio hospitalizado, cuando est sometido a experimentacin teraputica, a estar protegido por la Declaracin de Helsinki de la Asamblea Mdica Mundial y sus subsiguientes actualizaciones.
L. Derecho a no recibir tratamientos mdicos intiles y a no soportar sufrimientos
fsicos y morales que puedan evitarse.
311
M. Derecho (y medios) de contactar con sus padres o con la persona que los sustituya,
en momentos de tensin.
N. Derecho a ser tratado durante su estancia en el hospital con tacto, educacin y
comprensin y a que se respete su intimidad.
O. Derecho a recibir durante su permanencia en el hospital, los cuidados prodigados
por un personal cualificado, que conozca perfectamente las necesidades de cada
grupo de edad, tanto en el plano fsico como en el afectivo.
P. Derecho a ser hospitalizado junto a otros nios, evitando todo lo posible su hospitalizacin entre adultos.
Q. Derecho de los nios a disponer de locales amueblados y equipados, de modo
que respondan a sus necesidades en materia de cuidados, de educacin y de
juegos, as como a las normas oficiales de seguridad.
R. Derecho a proseguir su formacin escolar durante su permanencia en el hospital, y a beneficiarse de las enseanzas de los maestros y del material didctico que las autoridades escolares pongan a su disposicin, en particular en el
caso de una hospitalizacin prolongada, con la condicin de que dicha actividad no cause perjuicios a su bienestar y/o que no obstaculice los tratamientos
que se siguen.
S. Derecho a disponer, durante su permanencia en el hospital de juguetes, libros
y medios audiovisuales adecuados a su edad.
T. Derecho a poder recibir estudios en caso de hospitalizacin parcial (hospitalizacin diurna) o de convalecencia en su propio domicilio.
U. Derecho a la seguridad de recibir los cuidados que necesita - incluso en el caso de
que fuese necesaria la intervencin de la justicia - si los padres o la persona que los
sustituya, se los niega por razones religiosas, de retraso cultural, de prejuicios o no
estn en condiciones de dar los pasos oportunos para hacer frente a una urgencia.
V. Derecho del nio a la necesaria ayuda econmica y moral, as como psicosocial,
para ser sometido a exmenes y/o tratamientos que deban efectuarse necesariamente en el extranjero.
W. Derecho de los padres o de la persona que los sustituya, a pedir la aplicacin de la
presente Carta en el caso de que el nio tenga necesidad de hospitalizacin o de
examen mdico en pases que no forman parte de la Comunidad Europea.
Como podemos observar en la descripcin de estos derechos se hace referencia explcita al cuidado de la educacin del paciente peditrico. De esta forma y como ya sealara Colom (1997), en pases ms desarrollados como Suecia (y posteriormente en otros),
se fue dotando progresivamente a las secciones infantiles de los hospitales, de servicios
pedaggicos, con el fin de atender a pacientes que deban estar largo tiempo internados,
intentando siempre tratar a la enfermedad y al enfermo, procurando de este modo normalizar la vida del nio.
En un principio los servicios pedaggicos fueron impulsados por los hospitales y realizaban actividades sin relacin con el marco escolar, en cambio en los ltimos aos los
ministerios de educacin, han especializado y desplazado a esos centros a profesorado oficial, con el fin de que el nio pueda minimizar acadmicamente los impactos de su hospitalizacin. De esta forma, las administraciones intentaron cubrir estas necesidades con
las denominadas aulas hospitalarias, cuyos programas son una medida de compensacin
educativa para dar respuesta a las necesidades especficas del alumnado que por motivos
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na. Con lo cual aporta vitalidad, energa e incrementa la actividad cerebral. La risa es un
estmulo eficaz contra el estrs, la depresin, la tristeza y el miedo. Disminuye la ansiedad y potencia la comunicacin entre profesional y paciente.
Segn Palomo (1995), en la prctica hospitalaria se diferencian tres tipos de actividades ldicas aunque se pueden usar de forma simultnea, stas son:
El juego como recreacin, que sirve fundamentalmente a la diversin o entretenimiento en los tiempos de inactividad y espera.
El juego como educacin que proporciona al nio estmulos que le permiten favorecer su desarrollo.
El juego como terapia, que cumple la funcin de expresar miedos y preocupaciones
sobre lo ocurrido durante su estancia en el hospital.
Aproximndonos ms a lo anteriormente sealado, Costa (2000) seala la conveniencia de realizar los siguientes:
Dramatizaciones, que sirven a estas funciones: imitar roles adultos, invertir roles
habitualmente asumidos, elaborar problemas y buscar soluciones. En ellos se pueden
utilizar juguetes mdicos que incluyen maletines de primeros auxilios, gorros o mascarillas, etc, para que el nio se familiarice con ellos.
Narraciones, a travs de las mismas se favorece el juego grupal potenciando la interaccin entre los nios, stas se pueden inventar, escribir, dibujar, leer etc.
Juego indirecto o de fantasa sin el apoyo de juguetes o juegos artsticos, que favorecen la creatividad y la expresividad.
Juego con muecos mascota, a travs de los cuales se exteriorizan pensamientos o
sentimientos difciles de expresar.
Juegos con muecas especiales, que representan diversos problemas de movilidad o
enfermedades determinadas, se acompaan de distintas prtesis, muletas, sillas de
ruedas que hacen comprensible al nio los procedimientos mdicos.
Sin embargo no todos los juegos son vlidos en el hospital, y as se hace necesario contemplar los siguientes aspectos por lo que respecta a los juguetes (www.guiadeljuguete.com):
Deben favorecer los sentimientos de competencia, y deben obtenerse de ellos resultados gratificantes.
Deben ser divertidos, pero tambin procurarn estimular la relajacin, la concentracin y la creatividad.
No deben ser muy ruidosos, ya que pueden molestar a otros pacientes.
Se podrn utilizar en la cama y no requerirn desplazamientos o movimientos globales.
Debern poder utilizarse con una sola mano, debido a la inmovilizacin parcial que
producen los goteros.
No requerirn de la participacin de muchos jugadores.
Su peso no ha de ser excesivo, ni su tamao demasiado grande, para poder utilizarlos en la cama sin problemas.
Pero si con todo ello se intenta contribuir a aumentar la calidad de vida del nio hospitalizado, el propio hospital (tradicionalmente menos orientado a subsanar las necesidades individuales de los pacientes) no puede permanecer ajeno a esta corriente y debe modi314
ficar su imagen, as debe ser moderno y poseer estancias amplias y claras, con asientos
cmodos, tener a su alrededor zonas de recreo, parques y columpios. Para Payasos de la
Risoterapia (voluntarios que realizan su labor en distintos centros sanitarios), los hospitales infantiles deben tener mucho colorido y estar poblados de dibujos (incluso en los
techos de las habitaciones), murales o carteles; deben poseer salas de juego, habitaciones
amplias con mobiliario infantil adaptado a su tamao, saln de actos, etc.., pero sobre
todo, deben ofrecer actividades programadas.
Queremos incidir en la naturaleza de estas actividades detenindonos en las que ofrece el Hospital Nio Jess, pionero en estas lides, segn recoge De Bes (2002), quien seala que dichas actividades tienen un efecto teraputico, no curativo, pero contribuyen a
humanizar el hospital, stas son:
Actuaciones de payasos y tteres. Realizacin de obras de teatro. Acceso a biblioteca y
animacin a la lectura. Proyeccin de pelculas infantiles. Acompaamientos. Excursiones. Visitas de personajes famosos. Exposiciones. Videoteca. Ludoteca. Talleres educativos: de teatro, pintura, recortables, mosaicos, murales, plastilina, etc. Publicacin de una
revista mensual de contenido diverso con poesas, cuentos, crucigramas, dibujos, adivinanzas... realizados por los nios ingresados, y fiestas de cumpleaos.
Otros hospitales, han incorporado a su rutina la llamada ludomovil, sta se define
como una ludoteca mvil que permite acercar a las habitaciones de los nios, distintos
tipos de juguetes, en esencia se trata de un carrito con ruedas y de dimensiones apropiadas para facilitar su desplazamiento por el centro hospitalario que contiene todo tipo de
juguetes como puzzles, juegos educativos, material de papelera, manualidades, etc, y un
fichero para controlar los prstamos realizados en distintas habitaciones.
Adems se han ideado recursos tecnolgicos que ofrecen al nio la posibilidad de jugar
desde salas especficas.
Tambin se han realizado experiencias de prstamos bibliotecarios en base a libros previamente seleccionados, con el fin de que stos se convirtieran en libros de cabecera para
el enfermo, no slo durante su estancia en el centro hospitalario, sino tambin despus de
finalizada la convalecencia, etc..
EL ANIMADOR HOSPITALARIO
Observando desde fuera este abundante despliegue de actividades, es inevitable recordar
las palabras de Bados (2004), cuando hace referencia a que los proyectos de animacin que
se estn desarrollando son consecuencia de la inquietud y el inters de las personas que en
este momento las dirigen y no obedecen a una poltica social normativizada. Se trabaja desde
la ocasionalidad, y no se tiene en cuenta a los profesionales que deberan desarrollar esta
labor. La autora demanda una poltica de animacin sociocultural sistematizada y respaldada por una normativa clara y precisa, en la que tengan cabida y protagonismo tanto los usuarios, como los profesionales encargados de llevar a cabo esta labor tan necesaria.
Parece pues, que transitamos de nuevo por la misma va que como sealamos anteriormente, llev a la creacin de las aulas hospitalarias. Se puso de manifiesto entonces
una necesidad que se subsan desde los hospitales, y pas despus a las administraciones;
se subraya ahora otra relacionada con las actividades de animacin sociocultural, que se
cubre desde los hospitales, (a travs de los servicios de atencin al paciente, etc), y espera una respuesta oficial.
Sin embargo mientras tanto, va ganando peso la figura del voluntario hospitalario, as
como sealan Sobrino y cols (2000, p. 584), el tema del voluntariado plantea no pocas
315
Hemos focalizado, tomando como gua la declaracin de los Derechos de los Nios
Hospitalizados, la atencin del educador social y/o animador, en el nio que padece una
enfermedad y debe ser ingresado en un centro sanitario, pero a nadie se le escapa que la
familia de ste se hace copartcipe de su sufrimiento, tambin se ve sometida a una dura
prueba y debe soportar largas jornadas en los hospitales, lejos de sus ocupaciones cotidianas, la animacin tambin deber tenerlos en cuenta y no slo como usuarios directos, sino
tambin como estrechos colaboradores en la recuperacin del nio, tal como esos mismos
derechos subrayan.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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317
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318
condiciones concretas para el desarrollo ntegro del individuo, las familias, las comunidades, y los diversos sectores productivos. De esta forma, se establece el derecho de todo
mexicano a la educacin gratuita, obligatoria y laica; el derecho a la proteccin de su
salud; el derecho a la igualdad entre los sexos; el derecho a la justicia y al trabajo, a una
vivienda digna, y a la proteccin de la infancia.
La Constitucin Poltica de Mxico (2005) en su artculo Tercero establece:el derecho
a la educacin es para todos, promulgando que la educacin preescolar y bsica es gratuita y que se debe ser laica. El Estado es el principal responsable de procurar establecer
mecanismos que garanticen el cumplimiento de este derecho. Constitucin Poltica de los
Estados Unidos Mexicanos. (2005) 2
ARTICULO 3o.- Todo individuo tiene derecho a recibir educacin- El Estado-Federacin. Estados, Distrito Federal y Municipios, impartir educacin primaria y secundaria, la educacin preescolar, primaria, y secundaria conforman la educacin bsica obligatoria.
La educacin que imparta el Estado tender a desarrollar armnicamente todas las
facultades del ser humano y fomentar en l a la vez, el amor a la patria y la conciencia
de solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.
I.-Garantizada por el artculo veinticuatro la libertad de de creencias, dicha educacin
ser laica, y, por tanto, se mantendr ajena a cualquier doctrina religiosa;
II.- El criterio que orientar a esa educacin se basar en los resultados del progreso
cientfico, luchar contra la ignorancia y sus efectos, servidumbres, fanatismos y prejuicios. Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos. (2005) 3
No obstante los compromisos legales el Estado no han podido garantizar a la fecha el
ptimo desarrollo de los mexicanos, ni el cumplimiento total de las garantas individuales
de proteccin e igualdad a los que tienen derecho, particularmente el cumplimiento del
artculo tercero constitucional.
Una evidencia concreta la constituyen, precisamente, las carencias y el incumplimiento de los derechos de los nios, particularmente de los nios que trabajan y/o viven en la
calle, quienes, comnmente no encajan en los modelos educativos oficiales, ofertados por
escuelas convencionales.
Las crisis econmicas determinan de manera alarmante el crecimiento en el nmero de nias y nios
que viven y trabajan en la calle, que provienen de grupos familiares y de comunidades populares que no
logran proporcionarles los satisfactores bsicos y que como resultado de una pobreza histrica, no
cuentan con herramientas fundamentales para la crianza y educacin; por ello son comunes las historias
de maltrato, desintegracin y/o abandono Derechos de la Infancia (2006)4
2 Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos. (2005) (http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/4.htm?s=) consultada 19 de marzo 2006.
3 Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos. (2005) (http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/4.htm?s=) consultada 19 de marzo 2006.
4 Derechos de la Infancia (2006). Nios Nias y adolescentes de la calle, (http://www.derechosinfancia.org.mx/Temas/temas_calle1.htm,) consulta 28 02 2006.
319
E este contexto, existen 250 millones de menores trabajadores en el mundo de los cuales 78 millones son menores de y en la calle de Latinoamrica, a la cabeza estn Brasil,
Mxico y Colombia. En Mxico ya se inicio el fenmeno de la calle como segunda generacin de los 11 millones de y en la calle que se desempean en la economa informal con
un promedio de 23 anos de vida.5
Lo anterior hace necesario incluir en las agendas polticas el fenmeno del trabajo
infantil, por su creciente extensin y relevancia frente a la globalizacin econmica, considerando como problemas fundamentales el incumplimiento de los derechos de los nios,
las exigencias de una regulacin y vigilancia de las relaciones de trabajo donde no se permita el empleo de los menores.
A la fecha, las polticas sociales aplicadas a los menores de y en la calle han resultado
inadecuadas e insuficientes para promover el bienestar social.
Las estrategias de intervencin requieren orientarse hacia la atencin y prevencin de
las consecuencias en los proyectos de vida presentes y futuros de stos menores que
viven, trabajan o deambulan en la calle, exigiendo el cumplimiento de los lineamientos de
la Convencin de los Derechos del Nio.
La presente ponencia pretende inicialmente profundizar la limitante de oportunidades educativas para menores en desventaja social, particularmente de los menores en
situacin de calle, se describen as mismo sus caractersticas, se comparan la existencia
de algunos modelos formativos para educadores en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco;
Mxico, que favorecen la comprensin y atencin educativa de los menores con
desventaja social y el manejo de estrategias didcticas para un proceso educativo incluyente.
2. LOS DERECHOS DE LOS NIOS Y EL DERECHO A LA EDUCACIN
La Convencin Internacional de los Derechos del Nio (1989)6 de manera muy clara
establece en el Artculo 19 que: los Estados Partes adoptarn las medidas legislativas,
administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al nio contra toda la
forma de perjuicio o abuso fsico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o
explotacin, incluido el abuso sexual, mientras el nio se encuentre bajo la custodia de los
padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo. En
1990 el Estado mexicano ratific la Convencin de los Derechos de los Nios, adquiriendo con ello la responsabilidad de garantizar a las nias y los nios nacionales el disfrute
de los derechos que ella les consagra.
Respecto a la educacin, en la Declaracin de los Derechos del Nio (1989), establece en el artculo 28, los nios y nias tienen derecho a recibir educacin primaria, as como
a tener las condiciones necesarias que favorezcan su aprendizaje. Y en el articulo 29, seala que a educacin del menor debe permitirle desarrollarse al mximo de sus posibilidades y prepararlo para ser responsable en una sociedad libre, con espritu de comprensin,
paz, tolerancia, igualdad de condiciones y respeto al medio ambiente.
320
De igual forma, en la Convencin Internacional de los Derechos del Nio, se le adjudica el derecho progresivo al nio, es decir, que en la medida en que el nio va creciendo, sus derechos van cambiando acordes siempre a las necesidades que le demande la
etapa que ste viviendo () el ejercicio de los derechos del nio es progresivo en virtud
de la evolucin de sus facultades.7 La Convencin pretende no slo adjudicarle derechos, sino tambin considerarlo como portador de responsabilidad por sus actos, considerando siempre, la edad y evolucin de sus facultades. () El nio es tambin portador
de una creciente responsabilidad por sus actos, que permitir no slo afirmar que la infancia y la adolescencia son destinatarias de las normas prescriptivas y prohibitivas del ordenamiento jurdico, sino tambin que pueden, segn su edad y la evolucin de sus facultades, constituirse en responsables de sus actos ilcitos (...) Convencin Internacional de los
Derechos del Nio (1989)8.
Otro de los aspectos destacados de la Convencin de los Derechos del Nio (1989), es
en cuanto al rol de las dos instancias ms importantes en torno al cuidado del nio: la Familia y el Estado. A la familia le adjudica la responsabilidad de dar orientacin y direccin al
nio para que este sea capaz de ejercer sus derechos y al Estado le toca asumir el principio
de no injerencia es decir, respetar la figura de los padres, no interviniendo en sus responsabilidades y derechos y velando para que sus garantas individuales se respeten.
Existen tres principios fundamentales que estructuran la Convencin, los cuales son:
El inters superior del nio,
La no discriminacin,
La garanta de efectividad de los derechos, esto es la proteccin efectiva.
Sin embargo, considerando la claridad en la proteccin jurdica integral y de inters
superior del nio que propone la Convencin Internacional, hace falta implementarla
como parte de la cultura cotidiana y que en caso de violacin u omisin a los derechos de
los nios, de lugar a procesos de denuncia y seguimiento de cada uno de los hechos de
incumplimiento, particularmente los que corresponden al rea educativa, que para el caso
de Mxico la cultura del incumplimiento de los derechos, sigue siendo una enorme limitante para garantizar la proteccin integral de la infancia.
Otros puntos fundamentales de dichos acuerdos, fueron: la unificacin de esfuerzos
entre los diferentes pases de la regin para erradicar las causas de los problemas sociales,
principalmente para la eliminacin de la pobreza, la mejora de la cobertura y la calidad
de los sistemas de salud y educacin, la promocin del fortalecimiento de la legislacin
correspondiente, la erradicacin de los factores generadores de la violencia, y la construccin conjunta de una cultura de paz
Es claro que en nuestro pas, no todos los nios tienen libre acceso y permanencia en
la educacin oficial; hay muchos nios que asumen desde edades muy tempranas responsabilidades familiares, como ayudar a sus padres en las tareas domsticas y trabajan en
diversas actividades fuera del hogar en ocasiones en los espacios que corresponden al
horario escolar, faltan peridicamente a clases, situaciones que aumentan el riesgo de fracaso y desercin de las escuelas oficiales. .
Para los menores en situacin de calle, existen muy pocas posibilidades de educacin
bsica formal, Los programas educativos oficiales no ofrecen alternativas educativas for7 Ib.
8 Ib.
321
males con la flexibilidad suficiente que resulten favorables para ellos y desde el discurso oficial no se considera que requieran de una educacin especial por su desventaja
social.
Las polticas pblicas han puesto poca atencin a las condiciones que colocan a esta poblacin infantil
en riesgo de vivir y trabajar en la calle; de hecho, programas como el Progresa (hoy Oportunidades) an
no operan en las principales ciudades en donde se ha registrado la mayor presencia de este fenmeno
social, ni han sido diseados o adaptados para las caractersticas particulares que presenta. (..) La infraestructura comunitaria (como son los centros de servicio o las propias escuelas) es inalcanzable para las
familias de nios en riesgo de salir a la calle o en muchos casos se encuentra subutilizada, sobre todo porque no se orienta a prevenir las condiciones de riesgo y porque prevalecen la desarticulacin entre los
programas y los enfoques asistencialistas o de corto plazo (determinados en buena medida por coyunturas polticas), Derechos de la Infancia (2006).9
Derechos de la Infancia (2006). Nios Nias y adolescentes de la calle, http://www.derechosinfancia.org.mx/Temas/temas_calle1.htm Consulta 28 02 2006.
322
Los menores de la calle, tambin llamados nios en situacin de calle son un grupo
heterogneo pero que comparten un espacio importante: la calle. Bajo la denominacin
nio de la calle incluimos a aquellos menores que pasan las 24 horas del da y de la noche
en la calle, que ocupan casas o terrenos abandonados y que funcionan socialmente sin
soporte y sin un vnculo familiar permanente.
Por nios en la calle se pican a aqullos menores que por diversas circunstancias, principalmente de trabajo, pasan la mayor parte del tiempo en ese espacio, pero que mantienen vnculos con su familia y regresan a sus casas por las noches.
La SEP. En el Plan Nacional de educacin 2001-2006, particularmente en el Subprograma sectorial de educacin bsica, los menores que trabajan o que viven en la calle,
caracteriza a estos menores de la siguiente forma, llamados genricamente nios en
situacin de calle. La aparicin de estos grupos se asocia con fenmenos de violencia y
desintegracin familiar y social, en el entorno de la pobreza extrema que se observa en
zonas urbano-marginadas. Aunque el servicio educativo se encuentra al alcance de esta
poblacin, sta, con frecuencia, carece de condiciones reales para su aprovechamiento. El
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estima que hay alrededor
de 130 mil nios en situacin de calle en el pas. Programa Nacional de Educacin 20012006 (2001)10
Los menores de y en la calle han soportando y enfrentado con sus limitados recursos
el recrudecimiento del estrs social y de la pobreza extrema, el hambre endmica, el
subempleo, la migracin permanente, la prostitucin, la violencia domstica, el machismo, la delincuencia, la promiscuidad, la explotacin con escasas posibilidades de desarrollo y educacin.
La UNICEF (2005), seala en el Estado Mundial de la Infancia 2006, que los nios
y nias de la calle se encuentran tal vez entre los ms visibles fsicamente, ya que viven
y trabajan en las calles y las plazas de las ciudades de todo el mundo. Y sin embargo,
paradjicamente, se encuentran tambin entre los ms invisibles y son, por tanto, los
nios y nias ms difciles de apoyar con servicios fundamentales como la educacin y
la atencin de la salud, y los ms difciles de proteger. Estado Mundial de la Infancia
(2006)11
Es de esta forma se identifica una micro cultura de la calle, consecuencia de complejidades econmicas y sociales macroculturales de depravacin y de situaciones extremas
de riesgo social. Acerca de este contexto callejero en el que emergen numerosos nios,
nias y adolescentes. Ricardo Fletes identifica algunas situaciones preocupantes de vida
de estos grupos de menores y al respecto seala:
De igual forma estos nios en su intento por evadir la violencia intrafamiliar, suelen encontrar ms violencia en la calle, en donde, desafortunadamente, no es extrao que encuentren la muerte. Se ganan la
vida hurgando entre la basura, recogiendo y vendiendo los deshechos reciclables; bolean los zapatos,
piden limosna, venden los ms variados productos, suelen ser usados para la distribucin de drogas o la
comisin de delitos. Esas son algunas de las caractersticas que definen al nio callejero, adems de su
10 SEP. Programa nacional de Educacin 2001-2006. Subprograma sectorial de educacin bsica, Los
menores que trabajan o que viven en la calle, (http://www.uacam.mx/UACam.nsf/4a24042bd57e05c980256509003e0809/eb9c47354c7fbd0686256d670080cc64/$FILE/tercerapartea.pdf) consultado 20
de marzo de 2006.
11 UNICEF (2005) Estado Mundial de la Infancia 2006, (http://www.unicef.org/spanish/publications/files/SOWC_2006_Spanish_Report_(Revised).pdf, consultado 20 de marzo de 2006.
323
condicin de permanecer diariamente por largos periodos en el espacio de la calle. En definitiva, ese
mundo, el mundo de la calle, no resulta ser el mejor espacio para su desarrollo12.
En definitiva, los menores de y en la calle son una demostracin fehaciente del recrudecimiento de las desigualdades econmicas y sociales evidenciadas por la reduccin de
oportunidades para optar por una vida digna para todos.
El mismo Fletes R. ha destacado la importancia de la condicin de estos menores.
Menciona:
Se puede decir, por otra parte, que los nios callejeros representan una poblacin relativamente poco
significativa, respecto del total de los menores de edad, incluso de aquellos que viven en condiciones de
extrema pobreza. La verdad es que no se tiene una estimacin precisa de su nmero, los que en s mismo
es un dato que dice mucho de lo que se ha dejado de hacer.
Paradjicamente, es en trminos cualitativos en donde adquieren relevancia las condiciones en que se
desarrollan estos menores, a saber, un medio fsico que propicia las enfermedades, exposicin a drogas
y sexo lo que incluye prostitucin y abusos- as como altos riesgos de contraer enfermedades de transmisin sexual, deficiente alimentacin, nulas condiciones para el descanso, etc. Dicho de otra manera, si
uno puede imaginar las peores condiciones para que un nio se desarrolle, estas son precisamente las que
padecen los callejeros: de ah que su peso sea tan significativo13
12 FLETES CORONA, Ricardo, Acercamiento a la problemtica de los nios callejeros, en el otro Vallarta, Mxico, El Colegio de Jalisco, 1999, p. 49.
13 Ibd. Pgs. 50 y 51.
14 SCHERER, G. (1999), Los hijos de la calle nios sin infancia, Mxico, SNTE, Pg. 47.
324
15 RUIZ MARTN DEL CAMPO, Emma (2001) Los que se mueren ya no extraan? Psicoanlisis de un
nio de la calle ; Mxico, Universidad de Guadalajara, cuadernos del CUCHS; Pg. 35-36
16 GARCA CEDILLO. Ismael, et.al (2000). La integracin educativa en el aula regular. Principios,
finalidades y estrategias; SEP, Fondo Mixto de Cooperacin Tcnica y Cientfica Mxico-Espaa; Mxico,
Pg. 73.
325
Institucin
Educador de Calle
Presencial
Derechos de los
nios
Presencial
Licenciatura en Edu- Universidad de Guadalajacacin /especialidad ra/Coordinacin de Univeren educador de calle sidad Virtual.
Grado
Diplomado
Modalidad
326
Alumnos
formados
Propsitos/nfasis
Especialidad
Educador de Calle
58
43
Licenciatura en Edu- 32
cacin /especialidad
en educador de calle
Vigencia
327
A pesar de algunas diferencias en el nfasis de competencias de formacin, se encuentran con perfiles de ingreso muy similares, todos estn orientados a formar promotores
sociales en activo, incorporados a instituciones gubernamentales y no gubernamentales,
quienes al egresar comnmente se reincorporan al trabajo que vienen desarrollando con la
poblacin en situacin de calle o con ciertas caractersticas de vulnerabilidad social.
Programa
Perfil de alumnos
Insercin de egresados
Coordinadores de programas de
atencin a poblacin vulnerable
en ONG e Instituciones Gubernamentales.
Directores y Coordinadores de
programas de atencin a poblacin vulnerable en ONG e Instituciones Gubernamentales,
Militancia en el CODENI,
Colectivo pro defensa de los
derechos de los Nios.
Licenciatura en
Educacin /especialidad en educador de calle
El nfasis de los tres proyectos innovadores expuestos pretenden dar respuestas a las
necesidades de formacin de nuevos perfiles en los educadores sociales, centrando el
currculo en la sistematizacin de las prcticas socioeducativas, el diseo de proyectos
socioeducativos, las bsquedas de financiamiento para la operacin de proyectos innovadores, la implementacin e insercin del cumplimiento de los derechos de los nios y la
sensibilidad para responder a proyectos con poblacin vulnerable.
Las principales dificultades en la operacin de estos programas, son de tipo financiero, los alumnos son en su mayoria promotores sociales que cuentan con salarios muy
bajos, aun cuando los programas no cobran cuotas muy elevadas o bien ofrecen becas
para apoyo de pago de inscripcin, los alumnos no tienen las posibilidades de costear los
gastos complementarios de sus estudios, como transporte, materiales educativos etc., o
bien no logran conseguir las descargas de tiempo necesarias para aprovechar los espacios
de formacin.
328
Migrazioak historian zehar etengabe ezagutu dira, sasoi batzuetan besteetan baino
gehiago. Biblian aipatzen diren jende-mugimendu horietatik hasi, zein Erdi Aroko godoena
jarraituz, nonahi aurki daitezke horietariko batzuk: Ipar Ameriketako lur basatien ustiaketa,
Cristobal Colonen aurkikuntzan sortuak, gerratek sortaraziko exodoak, arrazagatiko jazarpena, ideologiagatiko jazarpenak eman diren erbesterapen masiboak... Are gehiago, mundu
mailan globalizazio ekonomikoren bat eman den guztietan migrazio-mugimenduak areagotu direla esan dezakezu. Euskal Herria emigrazioa ezagutu duen herria da. Bai Iparraldeko
euskaldunak Ameriketara eta Parisera, bai Hegoaldekoak, Ameriketara, Madrilera zein Australiara. XIX. eta XX. mendeetan zehar emigrazio-hartzailea izan da, bertako industrializazioak kanpotik etorritako etorkinek ere (galiziarrek, andaluziarrek, extremadurarrek...)
industria zuten herrietara jo zuten, herri hauek izugarri haziz. Orain, Euskal Herrira etorkinak iberiar penintsulatik etorri ordez Afrikatik, Hego eta Ertamerikatik eta Europako Ekialdetik datozkigu, batik bat. Hego Euskal Herrian migrazioak etengabe suertatzen ari dira
Eustat-ek emandako 2004 urterako datuek aditzera ematen dutenez ikus 1. taula-.
1. taula. Migrazioak Komunitate Autonomikoen arabera. Eustat (2006-II-17)
Autonomi
Erkidegoa
Nafarra Foru
Komunitatea
Euskal
Komunitate
Erkidegoa
Inmigrazioa
Kanporaldaketa
Kanpo-migrazioren
saldoa
Barnemigrazioak
Udalen arteko
migrazioak
572
437
135
294
745
5.664
11.151
-5.487
31.093
62.067
Etorkinen datu hauek eskoletan ere islatzen dira. Azpeitiako Euskara Patronatuaren
erabili.com orritik1, adibide gisa, EAEko eskoletako ikasle-matrikulazio datuak jaso ditu1
329
gu: ikasle etorkinak 2001ean 2.720 ikasle (guztien %1) ziren eta 2006eko otsailean 13.600
dira (ikasle guztien %5a). Artikuluak dakarrenez, ikasgelako ia etorkin bana dago, 20 ikasletik bat etorkina baita. Etorkin erdiak, A ereduan matrikulaturik daude (Araban % 75 eta
Bizkaian % 55). Gipuzkoan, berriz, B ereduan %45a.
Migrazioen gaia, beraz, gai garrantzitsua da gure gizartean eta bereziki gure hezkuntzan. Horregatik, gure lan honetan, Euskal Herriko eskoletako 5. mailako Ingurune arloko
euskarazko testuliburuetan migrazioaren inguruko diskurtsoa nola gauzatzen den ikertu
nahi dugu, ikonoen eta testuaren bidez. Europan eta Amerikan tradizio nahikoa duen ikerketa-mota honen xedea da ikasmaterial horren testuaren edo ikonografiaren atzean dauden
baloreak, irudiak, gai edo arazo sozial batzuen inguruko ideiak detektatzea eta agerian
uztea. Beste modu batera esanda, ikerketa horiek aztertu dituzte, adibidez, nolakoak izan
daitezkeen emakume eta gizonen errolak material horietan, talde sozial, kultural edota
politikoen imaginariuma edo estereotipoa nola eraikitzen den, arrazakeria, ideologiak edo
bestelako sinesmen erlijioso edo politikoak nolako izaeraz agertzen diren, nahiz eta ikerketa ikuspegi honek, beste guztiek bezala, bere kritikak izan dituen, gehienetan leporatu
izan baitzaio ikerketa hauetan testua gehiegi mitifikatzen dela.
Gaur egun ere, irakasle multzo handi batek uste du hurrengo belaunaldiei irakasten diegun curriculuma ezagumendu multzo neutrala dela. Ideia hori berriztatzen ari da, eduki
komun eta zentral bakarraren inguruan eskola eratu behar dela esaten duten askoren eraginez, baina Hezkuntzaren Soziologiak alderatutako paradigma dialektikoak frogatu duenez, eskolaren neutralitate horrek, estali edo mozorrotu egiten ditu, curriculumak berak
eta, oro har, hezkuntza-sistemak sorrarazten dituen botere- eta gatazka-arazoak. Zientziaren eraikuntza soziala da, interes ekonomikoetara makurturik eta boteretsuen ideologiapean dagoena. Zientziaren izenez erabiltzen den diskurtso logiko-zientifikoa teknokrazian
oinarriturik dago. Ikuspuntu hau partziala izanik, arauarekin identifikatzen da eta arau
horri ezagutza unibertsalaren kategoria ematen zaio. Era honetara agertzen delarik, zaila
gertatzen zaigu bereiztea neutrala dena eta ez dena; izan ere, TORRES-ek (1993:20) esaten duenez, ez dago eduki-hautaketarik eta ikaskuntza-irakaskuntza estrategia neutralik
eurak sortzen diren gizarte-egiturarekiko2. Arlo honetan gehiago sakonduz, FEITO-k3
(1997:125) eskola-ezagutzaren ezaugarriak aipatzen ditu eta, esaten duen modura, eskolak
garatzen dituen ezagutzak ez dira neutroak, eta ez dira neutroak ez klase sozialari begira,
ez generoari, ez etniari, ez lurraldeari ez eta adin-taldeari begira ere.
Testuliburuak beharrezko tresna dira irakaskuntzan eta, orokorrean, hezkuntza sisteman. Beraien bidez ezar, ezagut eta barnera daitekeelako kultura jakin bat: talde boteretsuen kultura. Baina zer dira testuliburuak? SELANDER4 (1990) ere eskolako testuliburua merkatuan salgai dagoen produktu berezia dela aipatzera dator, bera delako derrigorrez irakurri eta, askotan, buruz ikasi behar dugun liburu bakarra; testuliburua eskolarako
sortua izan eta bere erabilera esparru horretara mugatzen delako, batik bat, hezkuntza-sistema estatalen sorreraz geroztik; eta, testuliburuaren eragina eskolan ematen zaion erabileragatik baldintzaturik dago: bat, ikasleak era jakin batean erabiltzera behartzen dituela-
2 Los silencios en la seleccin del curriculum in: ADARRA Pedagogi Erakundea.: Gizarte interkultural
baten alde eta arrazismorik gabe, XII. Jornadas de Enseantes con gitanos, Bilbo, 1-27 orr.
3 El contenido de la enseanza, in: Fernndez Enguita, M (Coor.): Sociologa de las instituciones de educacin secundaria, Barcelona, ICE/Horsori Universidad de Barcelona,124-133 orr.
4 Anlisis de textos pedaggicos. Hacia un nuevo enfoque de la investigacin educativa, Revista de Educacin, 293, 345-354 orr.
330
ko (egoera bestelakoa balitz, ez bailuke edukiko duen eragina eta balioa), eta bi, irakasleak liburuarekiko erakusten duen jarrera menpekoa delako; azkenik, testuliburua gure inguruan dagoen errealitatearen ispilu soziala delako eta, zentzu honetan, hautatua eta aldakorra.
CHOPPIN-ek5 (1992: 22) gehiago dio. Eskuliburua botere tresna dela dio, eta izaera
boteretsu horren arrazoiak, bere ustez, honako arrazoien inguruan bil daitezke: Batetik,
testuliburua oraindik psikologikoki samur eta egiteke dagoen gazteriari zuzentzen zaio.
Gazte multzo hau, oraindik ez da bat ere kritikoa, eta horregatik, aurkezteko erak eta ikonografiak erraz liluratzen ditu gazte horiek. Ikasle hauek oso erraz barneratzen dute liburuen bidez helarazten zaien ideologia politikoa, erlijiosoa zein morala, ageriko zein ezkutuko curriculumaren bidez. Bestetik, testuliburuaren edukia idatzia da, beraz, iraunkorra
ahozko azalpenarekin konparatuz gero (berehalakoa eta iragankorra), eta irakasleriaren
izaera eta prestakuntzaren arabera, liburuak berma dezake erabateko ortodoxia politikoa,
ideologikoa, zientifikoa eta pedagogikoa. Edukiaren iraunkortasun horrek, hain zuzen,
ahalbideratzen ditu erabileraren sarritasuna, etengabetasuna eta luzeagotzea (nahi denean
erabilia, behin baino gehiagotan, eta, epe luzeago batean): ikasleak bere klaseak hartzen
ditu, ikasgaiak ikasten ditu, behin eta berriro berrikusten ditu orriak... Ikaslearen erabilera honetan datza, hain zuzen ere, apurka-apurka gauzatzen den barneratze ideologikoaren
muinaren zati handi bat. Azkenik, ikasliburuaren ale bera maila bereko ikasle guztiei
zabaltzen diegun produktua dugu, eta horrela, zentzu bakarreko hezkuntza-mezu uniformatzaileak lurralde osoko zabalkuntza eta oihartzuna lortzen ditu.
Esanak esan, guztiz garrantzitsua deritzogu, gure testuliburuek gorde behar izan duten
legeriaren azterketa kronologikoa egiteari, Administrazioak argitaletxeei eman dien eskumena norainokoa izan den konstatatzeko. APPLE-rekin (1989: 93)6 bat eginik, testua baldin bada irakasten den curriculuma, honek esan nahi du, testuliburua egin, diseinatu, edo
sortzen dutenak izango direla eragile eragingarrienetarikoenak ikasleak jasotzen duen irakaskuntzari begira. Testuliburuen argitaletxeak izango dira, beraz, curriculum ofiziala
interpretatu, birdefinitu, helburuak eta edukiak hautatuko dituztenak, eta, irakasleek ikasgelan garatzeko prozedura eta estrategiak ezarriko dituztenak. Modu honetan, eta legalki,
Estatuak argitaletxeei izugarrizko boterea ematen die ikastetxeetan landuko den curriculumaren finkapenean. Testuliburuak du botererik ahaltsuena diskurtsoa sortzeko, era berezian, besteengan aurreiritziak sortzeko. Testuliburuek ezagutza -ezagutzen dena, eta ezagutzera eman edo isildu egiten dena- ehundaka pertsonari bide bakarreko mezu berberaz
igortzeko ahalmena dute ezaugarri nagusitzat. Legitimotzat zein ezagutza ezarriko den,
botere kulturalaren eta botere ekonomikoaren arteko indar-korrelazioak erabakiko du.
Batetik, 1992 apirileko 15eko Erret-Dekretua ekarri nahi dugu. Dekretuak 1.1. artikuluan testuliburua aipatu beharrean materiala kurrikular aipatzen du. Lehenengoz esaten
da material horiek, hots, testuliburuak argitaletxe-proiektuetara egokitu beharra. Liburua ez zaio lotzen egilea, irakasmaila edo diziplinaren koherentziari, baizik argitaletxeproiektuaren koherentziari. Honela dio: Ikasleentzako ikasmaterialak argitalpen-proiektuetara egokituko dira. Bai testuan bai irudietan, eta 1/1990 LOGSE Legeak bere 2. atalean adierazitakoaren ildotik, honako oinarriok aintzakotzat hartuko dira: sexuen eskubideberdintasuna, diskriminazio orori aurre egitea, kultura guztienganako errespetua, jokaera
demokratikoaren aldeko ohitura indartzea eta balore etiko eta moralak kontuan hartzea.
5
6
331
BILBAO, B.; EZKURDIA, Gurutze; PEREZ URRAZA, Karmele (2004): Euskal Curriculuma ala Euskal Dimentsioa Curriculumean? Donostia, Utriusque Vasconiae, 38. or.
332
saioak, Seaska mugimenduaren sendotzea, eta testuliburuen argitalpen berriak eman arren,
Hego Euskal Herriak jarraitzen du euskal argitalpen-erritmoa markatzen; are gehiago,
Espainiako LOGSE legeak, EAEa eta Nafarrokoako irakaskuntza transferitu bien curriculumak lege horri egokitu beharra dakarrelako. Esan dezakegu aro honek irakaskuntza
autonomikoen sendotzea dakarrela, eredu linguistikoen estatikoen arabera eta, horregatik,
irakaskuntza autonomikoen sendotzearen itzalean, eta LOGSE legeak argitaratzeko sortzen duen egoera berrian, argitaletxeen birkokapena ematen dela. Hain da horrela, hirugarren aroa hau LOGSE indarrean egon denekoa, egun 2005. urte bitartera luzatu daitekeela aro bera euskal testuliburugintzaren ekoizpenak adierazten duenez.
Artikulu honen laginerako LOGSE garaiko haserako belaunaldiko euskarazko testuliburuak eta euren pareko azkeneko belaunaldikoak konparatu ditugu, ikastetxeetan gehien
erabiltzen diren argitaletxe-proiektuak harturik, 2. taulako sailkapenean jarri ditugunez.
2. taula: Migrazioa aztertzeko osatutako testuliburu-zerrenda
Argitaletxea
Izenburua
Erein
Ingurunea 5
1994
200
Erein
Ingurunea 5
2003
200
Txepetx- Inguruaren
Ezaguera
Inguruaren Ezaguera
1994
200
2003
168
Inguruaren Ezaguera 5
Inguruaren Ezaguera 5
Inguruaren Ezaguera
5. Nafarroa
Inguruaren Ezaguera
Inguruaren Ezaguera.
Galderen Liburua.
Euskal Herria.
Inguruaren Ezaguera.
Euskadi. Lagunen artean.
Inguruaren Ezaguera.
Nafarroako Foru Komunitatea.
Lagunen artean.
Inguruaren Ezaguera.
Euskadi. 5
Inguruaren Ezaguera 5.
Euskadi.
Inguruaren Ezaguera 5
Inguruaren Ezaguera 5.
Euskadi
Inguruaren Ezaguera 5.
Nafarroa
Inguruaren Ezaguera 5
Eleketan
1998
2002
2002
224
200
200
Migrazioa
kokatutako gaia
5. gaia.- Zenbat gara?
Nola ibiltzen gara
batetik bestera?
5. gaia.- Zenbat gara?
Nola ibiltzen gara
batetik bestera?
9. gaia.- Populazio eta
giza iharduerak
9. gaia.- Euskal
Herriko biztanleria
Biztanlegoa
11. gaia. Biztanleria
11. gaia. Biztanleria
1995
1998
208
216
2002
204
2002
204
1994
224
1998
200
1998
2002
160
200
2002
200
2003
150
3. gaia. Autonomia
erkidegoak
Zubia-Santillana
Zubia-Santillana
Anaya
Anaya-Haritza
Anaya -Haritza
Anaya-Haritza
Anaya
Haritza
Urtea Orriak
333
334
1. irudia
2. irudia
Ibaizabal-Edelvives
Ibaizabal-Edelvives argitaletxearen kasuan argitaletxe-joera aldatzen da aurrekoarekin
konparatuz gero. Ibaizabal-Edelvives argitaletxeak Txepetx Inguruaren Ezaguera (1994)
euskaraz idatzitako testuliburuan Euskal populazioaren bilakaera XX. mendean azpitituluaz konbite egiten zaio ikasleari Euskal Herriko populazio absolutua eta migraziomugimenduak ezagutzera. Hala ere, populazioa zer den definitzerakoan, ez da Euskal
Herria erreferentziatzat hartzen: Populazioa lurralde jakin bateko (bizitokia, probintzia,
Autonomi Elkartea) biztanle kopurua da (133 or.). Horregatik, sarri, herrialde baten
populazio-datuak aipatu bai, baina EAEko errealitateari dagozkionak aipatzen dira (jaiotze-data, heriotze-data...).
Migrazio-mugimenduak zer diren honela definitzen du testuliburuak: populazioak
bizitoki aldatzeko egiten dituen mugimenduak dira. Migrazioak barnekoak eta kanpokoak
izan daitezke, bizitoki aldaketa herrialde barruan edo herrialde batetik bestera gertatzearen arabera (134. orria). Definizio honekin batera emigratzea, inmigratzea, emigraria eta
inmigraria definitzen dira: leku batetik irtetea emigratzea da; toki batera etortzea, inmigratzea. Beraz, pertsona bera, uzten duen herriarentzat emigraria da eta hartzen duen
herriarentzat inmigraria (134. or.). Gure iritziz, definizio horretan migrazioaren gaiaren
arazoa arazo tekniko hutsa da, lotura eta inplikazio sozial, pertsonal edo politikorik ez
duena. Migrazio-mugimenduak Euskal Herrian norabide desberdinak hartu izan dituztela
azken ehun urte hauetan esanez, migrazio-mugimendu horiek aipatzen dira bestalde, lanmunduari lotutako gertaera gisa, beti ere: Barne-migrazioak industriaren garapenaren
ondorioz gertatu ziren batez ere, eta honek nekazariak nekazal mundutik industria gune
nagusietara mugiarazi zituen. Modu horretako inmigrari ugari bildu zen, adibidez, Nerbio
ibaiaren arroan. Kanpo-migrazioek, mendearen erdi aldera arte, Amerika izan zuten helmuga; gero, berriz, Europako herrialde industrializatuetara zuzendu ziren, leku hauetara
Amerikara baino jende gutxiago joan bazen ere. Gaur egun, joera hori zeharo aldatu da:
335
emigratu zuen jende asko, batez ere, Amerikara emigratu zuena, itzuli egin da, eta Euskal
Herriak gutxiago garatuta dauden lurraldeetatik datorren jende ugari hartzen du (135 or.).
Migrazio nagusien bi mapa aldamenean agertuz Euskal Herriak izan dituen barne zein
kanpo-migrazio nagusiak adierazten dira, baina ez da azalpenik ematen zergatik eman
diren ez eta noiz gertatu diren. Penintsulatik etorritako barne-migrazioa Galizia, Extremadura, Andalusia eta Gaztelatik etorritakoa dela mapan baino ez da zehazten, idatziko testuan horrelakorik ez baita zehazten. Mapan begiratuta soilik ulertu daiteke gutxiago garatutako horiek Europako Ekialdetik datozela Euskal Herrira, eta diasporan bizi diren euskaldun askoren egoera ezabaturik gelditzen da. Migrazioaren arazoak iraganean kokatzen
baitira, badirudi gaur egun horrelako arazoak gainditurik daudela.
2003. urtean Ibaizabal argitaletxea Luis Vives-ek argitaletxearekin lankidetzan Inguruaren Ezaguera. Lehen Hezkuntza 5 testuliburua argitaratzen du euskaraz. Euskal Herriko biztanleriaren gain euskal biztanleriaren mugimenduak lantzerakoan migrazioa, kanpoko eta barneko migrazioak eta etorkinak eta emigranteak zer diren definitzen ditu. Biztanleria mugimenduak jaiotzak, heriotzak eta migrazioak direla esanez, mugimenduaren
ondorioz, herrialdea aldatzen denean, kanpoko migrazioa gertatu dela esaten da, eta mugimendua herrialde berean gertatzen denean, barneko migrazioa aipatzen da eta migrazioa
definitzen da bizitoki aldaketa da (117. or.). Orri berean kanpoko migrazioak bi motatakoak direla: inmigrazioak eta emigrazioak esanez, etorkinak eta emigranteak definitzen
dira. Etorkinak edo immigranteak herrialde batera beste herrialde batetik iristen direnak
dira. Azken hamarkadetan, Euskal Herriak immigranteak diren biztanle asko eta asko
hartu ditu. Emigranteak beste modu honetan definitzen da: Jatorrizko herrialdetik beste
batera alde egiten duten pertsonak dira. Barneko migrazioak herrialde baten barnean gertatzen direnak azalduz Autonomi erkidego batetik edo herri batetik bestera gerta daitezke, baina herrialde barnean beti. Aldaketa horien arrazoiak aipatzerakoan bizi baldintza
hobeak bilatzen dituztelako gertatzen direla esaten da, eta Euskal Herrira etortzen diren
atzerritarrak biztanle gehien dituzten inguruetan kokatzen direla nagusiki. Gaur egungo
gaiak izeneko atalean Immigrazioa izeneko irakurgaia dugu bi argazki hornituz (122.
or.). Azken bost mendetan Espainian eta Euskal Herrian nekazal ingurutik hirira bizi izatera joan beharra aipatzen da. Euskal Herrian lanik aurkitu ezin zutelako euskaldun askok
1950-1970 urte bitartean Europara alde egin zutela gogoratuz, orain, Amerikatik, Afrikatik eta Ekialdeko Europatik euren herrialdeetan ez dauzkaten bizi baldintzen bila datoz
Euskal Herrira. Zor morala dugu hauekiko: beste toki batzuetan gure arbasoak hartu
zituzten bezala, orain guri dagokigu gure herrialdera iristen diren etorkinei bizimodu duinagoa lortzen laguntzea (122. or.)
EDEB-GILTZA ETA EDEB
Edeb argitaletxeak euskaraz ekoiztutako Inguruaren Ezaguera (1994) testuliburua
Edebe-Giltza argitaletxe hezkuntza-proiektuari lotua dago. Testuliburuaren hustuketak
adierazten duenez, gizabanakoari, pertsonari eta bere lanari garrantzi handia ematen zaie
liburu osoan zehar, eta ogibide edo sexuarenganako aldarrikatzen den errespetua populazio migratzailearentzat ere eskatzen da. Horrela azaltzen da migrazioa: Jende askok ez du
bizilekua inoiz aldatzen, baina beste batzuk betirako edo denboraldi baterako urrun edo
hurbileko leku batera aldatzera behartuak izaten dira. Fenomeno honi migrazioa deritzo.
Migrazioa eragiten duten arrazoi nagusiak lan, ikasketak eta familia izaten dira. Euskal
Autonomi Elkartea, bere industrietan lan egiteko, beste leku batzuetako migratzaile asko
izan duen lurraldea da. Euskal Autonomi Elkarteko pertsona askok ere, Espainiako gai336
nontzeko lurraldeetan bezala, beste toki batzuetara migratu du, baita beste herrialdeetara
ere (141 or.). Esaten denez, migrazioak toki batetik bestera egiten diren herri-aldaketak
dira, eta horregatik Migratzaileak beren etxea utzi eta beste hiri, eskualde, elkarte edo
herri batera joan behar duten pertsonak dira. Garrantzitsua da beren ohiturak errespetatzea
eta gure herriak dituen gauzarik hoberenak irakastea. Horrela, horiek ere errespetatu egingo gaituzte eta elkarrekin bizitzea posible izango da (143 or.). Migratzailekiko errespetua azpitituluan Andonik bere amari idazten dion gutuna hunkigarria da. Urte bete bat
kanpoan bizi ondoren eskolan eta auzoan etorkina izatearen gazi-gozoak kontatzen baitizkio. Orri berean datorrenez bizilekua aldatu behar duten pertsonek behin baino gehiagotan egoera atsegin askori aurre egin behar izaten diete (142. or.).
Argitaletxe honek, 2002. urtean bi testuliburu ekoizten ditu, Inguruaren Ezaguera
Giltza (2002) eta Inguruaren Ezaguera. Nafarroa. Edeb (2002). Espainiako Autonomi
Erkidegoen antolamendu politikotik abiaturik, euskarazko bertsio bat Euskal Autonomi
Erkidegorako prestatzen du, eta beste bat Nafarroako Foru-Komunitaterako. Hezkuntzaproiektua berdina da argitaratu dituen bi testuliburuetan. Horregatik, testuinguraketa egiten den kasuetan, idatzizko testuan zein ikonoetan, eta testuinguraketa hori Autonomiari
badagokio, edukia Autonomia bakoitzeko errealitatean bertakotzen da, eta Autonomia
horretan soilik. Nabarmentzekoa da, testuliburuak berdinak izan arren, Nafarroarako
egindakoan Inguruaren Ezaguera. Nafarroa. Edeb (2002) izenak edota ikonoak Nafarroakoak diren bitartean, Edeb-Giltza-k EAEkorako buruturikoan, Inguruaren Ezaguera (2002) , hiru probintzietako adibideak jartzen direla. Arrazoi berdinagatik konstatatzen dugu, Autonomi Erkidegoaren gunetik abiatzen dira, Autonomia eduki muina izan
arren, ikasgaia gehienetan Autonomiaren adibideekin batera Espainiakoak ere erabiltzen
baitira, haren marko nagusi edo jomugatzat Autonomien Espainia baita. Migrazio-mugimenduak bietan, 11. gaian aipatzen dira, Biztanleria lantzerakoan. Emigrazioa eta
inmigrazioa zer diren esaterakoan bizitoki den herria utzi eta herri batera iristea azpimarratzen dira eta etorkinak edo inmigratzaileak aldi berean emigratzaileak direla.
Emigrazioan, bereziki aipatzen diren aldaketa horren zenbait arrazoi ematen da: Emigrazioa biztanleek beren bizitoki den herria utzi eta beste herri batera aldatzea da, lana
bilatu, bertan bizi edota bizi-maila hobetzeko asmoz (136. or.). Inmigrazioa azaltzerakoan, berriz, bertan bizitzeko asmoz baino ez da esaten. Honako pasarte honek, bestalde, migrazioak zer diren azaltzen digu: Lurralde bateko biztanle-kopurua aldatu egiten da, pertsonek ere beren bizi-tokiak aldatzen dituztelako herri batetik bestera. Migrazio-mugimenduak dira. Herrialde beraren barruan edo herrialde edo kontinenteen artean
gerta daitezke (136. or.). Honekin batera, migrazio-saldoa definitzen da: Herrialde
batera etorritako etorkin-kopuruari kanpora irten den emigratzaile-kopurua kentzen
badiogu, herrialde horretako migrazio-saldoa lortuko dugu (136. or). Kontzeptualizazio
honetan migrazioa bizi-toki aldatzeko mugimenduaren kontu matematiko hutsa da, ez
besterik. Egia da, adierazpen tekniko guzti hauek ikaslearen aurrean gozoagotu egiten
direla Joaquim Carb-ren Buenos dias, Tina! izeneko liburutik hartutako pasartetik irakurtzeko eta galde-erantzuteko agertzen den kontakizunarekin. Kontaketa horretan Bosniako gerra zibilaren berri aurkezten zaio ikasleari ondoren adierazten den eran: Tinak
Bosniako ume bi ezagutu ditu. Bosnian gerra zibila izan dute orain dela urte batzuk.
Gerraren ondorioz, ume horien gurasoek beste etxebizitza bat eta beste lan bat aurkitu
behar izan dute beren herritik kanpora, beste herrialde batzuetan (136. or). Horrez gain,
ikasleari eskatzen zaio bikoteka antolatuz Tinaren herrian Bosniako familiaren bizimaila hobetzeko zenbait ideia proposatzea.
337
Herria (1998). Horrela gertatzen da, adibidez, Euskal biztanleria izenburuarekin; datu
orokorrak Erkidegokoak diren bitartean, grafikoak eta idatzizko testuak badirudi Euskal
Herri osoari egiten diotela aipamena, honako pasarte honek dioen moduan Euskal Herriko biztanleria azkar hazi da XX. mendean zehar, industrializazio prozesu handia egon
delako. Industrializazio prozesuaren eraginez, Espainiatik jende asko etorri zen Euskal
Herriko lantegietan lan egitera (42 or.). Atal honetan ere, Euskal Etxeak aipatzen dira,
oraingoan honako modu honetan: Espainian, Frantzian eta munduko beste herrialde batzuetan, batik bat, Amerikako kontinentean, euskaldun asko bizi dira. Normalean, atzerriko herrialdeetan bizi diren euskaldunak Euskal Etxeetan biltzen dira. Etxe horietan Euskal Herrian gertatzen diren berriak jakiten dituzte eta euskal giroaz gozatzeko aukera dute,
adibidez, euskaraz mintzatu, dantzak eta tradiziozko kirolak egin eta Euskal Herriko gastronomia ospetsu eta gozoa dastatu (46. or.). Emigrazioaren aipamen hau biztanleriari
lotua dago, kanpoan bizi diren euskaldunen erreferentzia eginez, ez ordea, lan-faltak eragindako emigrazioari lotua aurreko bertsioan ikusi dugunez,. Horregatik, faltan botatzen
dugu kanpoan bizitzearen arrazoiaz aipamenik ez egitea, hots, ez aipatzea arrazoi ekonomiko, ideologiko edo politikoek eragin badute kanpoan bizi beharraz duten eragina, ez
baita berdina atzerritar izan, etorkin edo erbesteratua.
2002. urtean, Zubia-Santillana hezkuntza-proiektuari lotuak euskaraz bi liburu ekoizten dira. Bata Inguruaren Ezaguera. Euskadi Lagunartean Santillana (2002) da eta, bestea, Inguruaren Ezaguera. Nafarroako Foru Komunitatea. Lagunartean Santillana
(2002). EAErako bertsioan Euskadiko biztanleria izeneko 10. gaian leku bakoitzeko
biztanleria aldatu egin daitekeela, dela kopuruan, dela banaketan, dela osaeran, migrazioek eragina dutela biztanleriaren aldaketan aipatzen da (120. or.). Biztanleriaren gorakada azaltzerakoan immigrante hitza agertzen da: leku batera immigrante asko iristen
badira, biztanleriak gora egingo du. Bertatik jende askok alde egiten badu, ordea, behera
egingo du; hau da, jende askok beste leku batzuetara emigratzen badu (120. or.). Emigratzaile hitzaren esanahia honela finkatzen da: jaioterritik beste leku batera bizitzera
joaten den pertsona (121. or). Oro har, migrazioari buruzko aipamenak gutxi direla esan
daiteke. Araban kokatzen dute Euskadiko landako eskualdeak jendez hustea ekarri duen
mugimendu garrantzitsuena. Idatziz datorrena honela jasotzen dugu: Landako eskualdeetan, batez ere, gazteek herrietatik alde egiten dute. Hori dela eta, bertako herriak jendez
husten ari dira eta biztanleria zahartzen ari da. Gainera, Euskadira etorritako immigrante
batzuk jaioterrietara itzultzen dira (122. or.). Ikusten denez, kontzeptu guzti hauetan
mugimendu horien arrazoiei oso leku gutxi eskaintzen zaie orri guzti hauetan. Testuliburu honetan aurreko bertsioarekin konparatuz gero, gaien aldetik, historiako aroak gehiago
lantzen dira. Erdi Aroa lantzerakoan, Zer gertatu zen Erdi Aroaren hasieran? izeneko atalean emigrazioa ere aipatzen da, erromatar inperioaren desegitea eta barbaroen etorrera
Erdi Aroaren hasieraren adierazgarritzat. Barbaro hitzak atzerritar esan nahi duela diosku idatzizko testuak eta inperiora emigratu zutela: Barbaroak Europaren erdialdekoak
ziren, eta inperiora emigratu zuten, erromatarren aberastasunak ekarrita. Herri horietako
bat, bisigodoa, Penintsulan jarri zen bizitzen, eta berrehun urte baino gehiago iraun zuen
erresuma sortu zuten (170. or). Orri bereko lerro batzuk aurrerago, musulmanen kasurako, berriz, inbasioaz berba egiten da: VIII. mendean beste inbasio bat gertatu zen Penintsulan: musulmanen inbasioa.
Liburu honen Nafarroarako bertsioan, Inguruaren Ezaguera. Nafarroako Foru Komunitatea. Lagunartean Santillana (2002) testuliburuan, idatzizko testua berdina da migrazioari buruzko aipamenetan, 122. orrialdeko landako eskualdearena izan ezik. Oraingoa
339
Arabako adibidea kenduta, haren ordez honako hau datorkigu: Gainera, lagun asko hirietara joan dira eta, horren ondorioz, herriak jendez husten eta bertako biztanleria zahartzen
ari da. Bestalde, Nafarroara Espainiako beste leku batzuetara baino emigratzaile gehiago
etortzen dira (122. or.). Aipu honen azken esaldia ez da berdina, EAEko bertsioan eta
NFKan; batean immigranteari egiten zaio erreferentzia eta Euskal Autonomi Erkidegoa da
abiapuntua; bestean emigratzaileari eta Espainiako gainontzeko autonomia erkidegoak
dira Nafarraorekin konparatzen direnak.
ANAYA ETA ANAYA-HARITZA
Anaya argitaletxea indartsu sartuta dago Hego Euskal Herriko euskarazko testuliburuen ekoizpenean. Anaya-k, guztira, sei testuliburu argitaratu ditu LOGSE legearen araudipean. Batetik, Ingurunearen Ezaguera (1994). Horrez gain, baditu beste bi testuliburu,
Anaya-Haritza hezkuntza-proiektuari dagozkionak, alegia, Ingurunearen Ezaguera Euskadi (1998), eta Ingurunearen Ezaguera D (1998). Berriagoak dira 2000. urtetik hona
ekoiztutakoak. Batetik, Ingurunearen Ezaguera. Euskadi. (2002) eta Ingurunearen Ezaguera. Nafarroa. Anaya (2002) ditugu. Biak oso antzekoak diren arren, lehena AnayaHaritza taldeak ekoiztu du eta, bigarrena, berriz, Anaya taldeak. Bestetik, urte bete beranduago, Inguruaren Ezaguera. Eleketan. (2003) testuliburua dugu, Haritza taldearen eskutik ekoiztutakoa, hain zuzen.
Ingurunearen Ezaguera (1994) testuliburuan, populazioak izaten dituen aldagaien
artean, emigrazioarena agertzen da, horrela definitzen direlarik emigratzaile eta inmigratzailearen kontzeptuak: beste arrazoi garrantzitsu batzuk ere badaude, emigratzaile edo
joaleen eta inmigratzaile edo etorkinen kopurua. Emigratzaileak beste leku batera bizitzera doazenak dira. Inmigratzaileak beste leku batetik hona bizitzera datozenak dira (142
or.). Hala ere, ez da esaten zein den gertaera honen arrazoia.
Anaya argitaletxeak aro honetarako badu beste bilduma bat, Eguzkia eta Ilargia Saila
izenekoa. Bilduma horretan kokatzen da Ingurunearen Ezaguera. Euskadi. Anaya-Haritza
(1998) testuliburua. Testuliburu hau aztertzerakoan, arestian hustu dugun Anaya argitaletxearen testuliburuarekin konparatzen badugu, badaude nabarmentzeko alderdi desberdin
batzuk: agertzeko eran, gaien aldetik eta ingurune-amari begira, batik bat. Diseinu aldetik,
itxura eta ikono gaurkotuagoak erabiliz beste gai batzuk lantzen dira. Edukiak testuinguratzeko orduan erabiltzen den ingurunea estatala da, hots, Espainiako ingurunea hartzen
da aipamen-marko nagusitzat, gaia geroago Erkidego Autonomikoaren ingurune propioan
bertakotu arren. Gaiak lantzen direnean, izen generikoak erabiltzen dira: pertsona, gizakia,
gure arbasoak, biztanlea, laguna, bisitaria, turista, biztanleria... Hemengo pertsonaren erreferentziak egiteko Bertoko biztanleria behin, eta gehienetan Erkidegoko biztanleria
erabili ohi da. Despertsonalizazio- eta indibidualizazio-prozesu horiek etengabe agertzen
direla ikusten ditugu. Migrazioa ere datuen kontuan da, gure iritsiz. Arabako Mendialdeak edo Bilbok hainbeste inmigranterekin zein arazo izan dezaketen galdetzen zaie ikasleei, baina ez da arazoa gehiago aipatzen. Aro Garaikidearen historia lantzerakoan, berriz,
bertoko biztanleria hazten joan dela aipatuz, eta hau ikono baten bidez azalduz, emigratzaileak Amerikarantz untziratzen direla eta emigrazioa gertaera garrantzitsua izan da
gure historian (195 or.) dio testuak, eta emigratzaile horien norakoa, emigratzeko arrazoiak, eta abar, adierazirik, ikasleei koadernoan txosten bat egiteko proposatzen zaie (195
or.). Dena den, aurreko aipamena Erkidegoko errealitateari lotzen zaio, hurrengo aipu
honek esaten duen arabera: Espainiako eta gure Erkidegoko biztanleria hain modu desberdinetan banatuta egoteak arazo handiak sortzen ditu, bai biztanleria galtzen duten
340
herrietan eta bai inmigrante asko duten hirietan (142 or.). Kontuan hartu beharrekoak
dira, biztanleriaren ikasgai honetan, Espainia eta Estatuaren etengabeko erreferentziak,
gainmarku gisa emanak datozela.
Zeharo desberdina da Anaya argitaletxeak Eguzkia eta Ilargia Sailean plazaraturiko
Ingurunearen Ezaguera D (Anaya-Haritza, 1998) testuliburua. Eta desberdina, edukiz,
itxuraz eta testuinguru-amari begira. Anaya-ren aurreko testuliburuekin konparatuz, honek
bere testuingurua Euskal Herrian kokatzen du, nahiz eta erreferentzia politikoak eta hainbat adibidetan Espainiako datuak eskaintzen dituen. Nola bizi gara? ikasgaiko Euskal
Herriko biztanleria aldatzen doa izeneko atalean migrazioa aipatzen da. Hala ere, migrazioaren kontzeptua ez zaio lotzen bakarrik lan edo ekonomi arazoari jarraiko definizioan
ageri denez: Zer da migrazioa? Biztanleriak egiten dituen bizileku aldaketak. Migrazio
mugimenduak hainbat arrazoirengatik egiten dira: lana, familia, politika... Biztanleria
herritik kanpora joaten denean, emigrazioa dagoela esaten da. Berriz, biztanleria herrira
etortzen denean inmigrazioa dagoela esaten da (52 or.). Horrez gain, Euskal Herriak izandako barruko eta kanpoko migrazio bi horiek gure gizartean sortu dituzten aldaketak ere
deskribatzen dira honako pasartean: Barruko migrazioa: lurralde bateko udalerrien artean
egiten dena. Adibidez, mende honetan, Euskal Herrian jende askok baserria utzi eta herri
industrializatuetara joateko. Kanpoko migrazioa: lurraldeen artean egiten den migrazioa.
Adibidez, mende honen erdialdera euskaldunek emigratu zuten Ameriketara. Bestalde,
Espainiako zenbait probintziatik (Andaluziatik, Extremaduratik, Galiziatik...) jende asko
etorri zen Euskal Herrira. Gaur egun, beste lurralde batzuetatik ere badatoz: Afrikatik,
Asiatik, Amerikatik... (52 or.).
Berriagoak diren Ingurunearen Ezaguera. Euskadi. (2002) eta Ingurunearen Ezaguera. Nafarroa. Anaya (2002) testuliburuetan migrazioei buruzko lehen aipamena Biztanleria lantzen den 11. kapituluan aurkitzen dugu. Honen barruan, Espainiako estatuko
biztanleria (I) benetako hazkundea kalkulatzekoa hazkunde naturalari inmigrazioaren
eta emigrazioaren datuak gehitu behar dizkiogu esaten du idatzizko testuak. Aldamenean
aparteko koadro batean emigratzaileak eta inmigratzaileak zer diren definitzen da: Bizitokia aldatzen duen pertsona inmigratzailea (etorkina) eta emigratzailea da aldi berean.
Utzi duen lekuari begiratuta, emigratzailea da eta bizitoki berriari erreparatuz, aldiz, etorkina (38. or.) Espainia estatuko biztanleriaren garapenari buruz hainbat datu eta grafiko
agertu ondoren, benetako hazkunde positiboaz azalpena ematerakoan migrazioari buruzko honako pasartea aurkitzen dugu: Azken mendean, pertsona batzuk Espainiako estatutik joan egin dira, baino askoz gehiago etorri dira (139. or). Espainiako estatuko biztanleria (II) atalean, nekazaritza inguruko eta hiriko biztanleria lantzerakoan nekazari exodoa zer den definitzen da: nekazari exodoa edo irteera baserritik kalera, hirira, egin den
emigrazio handia dela esaten da (141. or.). Exodo hori azaltzeko honako arrazoi nagusiak
aipatzen dira jarraian: hirietako bizimoduak herrietako biztanleak erakarri egin ditu.
Hirietan, lan eskaintza hobeak izateaz gain, bestelako onurak ere izaten dira, besteak
beste, aukera gehiago hezkuntzan, aisialdirako eta kiroletako aukera gehiago eta abar.
Nekazaritzako eta abeltzaintzako lanak mekanizazioaren ondorioz, pertsona gutxiago
behar dira baserrian lan egiteko (141. or.). Harrigarria da, guretzat, baserriaren aipamena
egitea orain arte emandako datu guztien artean hemengo errealitateari ez baitzaio inolako
aipamenik egin. Hurrengo orrialdean, Euskal Autonomia Erkidegoko biztanleria lantzerakoan, emigratzaileak izenburupean bizi maila hobeagotzeko estatuen arteko suertatutako migrazioak aipatzen dira baina, ez nora, eta gai honi zor diogun begirunea birgogoratzen zaigu: Duela berrogeitamar urte inguru Espainiako estatuko jende asko beste
341
herri batzuetara joan zen lan bila, bizi maila hobearen bila hain zuzen ere. Gaur egun,
Espainiako estatura beste estatu batzuetatik iristen da jendea lan bila. Horiek ere euren bizi
maila hobetu nahi dute. Ulertu behar dugu beste estatu batzuetatik lan bila datozen guztien egoera (142. or.) Orri berean, benetako hazkundea aipatzerakoan krisi ekonomikoak
eraginda migratzen dutenak aipatuak dira. Testuak honela dakar: Benetako hazkundea ere
negatiboa da. Gaur egun, gure erkidegora ez datoz lehen lan bila etortzen ziren emigratzaileak, azken urteetako krisi ekonomikoaren eraginez. Horren eraginez, Euskal Autonomia Erkidegoa, emigratzaileak hartzeari utzi, eta emigrazio inguru bihurtu da (142. or.).
Pasarte honetan, eta, soilik honetan, desberdintzen da liburuan migrazioari buruz esandakoaz, Anaya-k, oraingo kasuan, Nafarroarako prestatu duen Ingurunearen Ezaguera.
Nafarroa. Anaya (2002) testuliburuarekin. Aipatutako pasarte horri dagokionez, Nafarroarako bertsioan, eta orri berean, honako hau datorkigu: Nafarroara etorkinak etengabe
heltzen direnez, batez ere hiriburura, benetako hazkundea positiboa da. Espainiako estatutuko beste erkidegoetatik eta Afrika, Amerika eta Asiako estatu askotatik heltzen dira
etorkinak (142. or.). Pasartea, beraz, desberdina da aipatzen den autonomiaz eta etorkinen jatorriei buruz ematen diren zehaztapenetaz.
Bi liburu horien argitalpenen ostean, hurrengo urtean, Haritza taldeak beste testuliburua argitaratu zuen: Inguruaren Ezaguera. Eleketan. (2003). Migrazioaren lehen aipamena Autonomia erkidegoak izeneko 3. gaian Gehiago jakiteko atalean agertzen da.
Ikasleei beste kultura batzuetako ohiturei buruzko informazioa bilatzeko proposatzen zaie.
Bertan, Ezberdinak gara, berdinak gara azpitituluan, kultura desberdinen arteko aniztasunak dakarren aberastasunekin batera gizartean sortzen diren alde eta aurkako jarrerak
aditzera ematen da idatziko testuan: Euskal Herrian gero eta etorkin gehiago dago eta
noski, bakoitzak bere jatorrizko kultura du. Zalantzarik ez dago horrelako jende anitza
gure artean izatea aberasgarria dela, baina, zenbait kasutan, eztabaidak sorrarazten ditu
gizartean (76. or.). Orri berean, eta jarraian ijitoak elkarrekin bizitzen izenburuaz ijito
bati egindako elkarrizketa agertzen da. Hurrengo orrian, berriz, Etorkinak ezagutzen
lemapean Euskal Herrian bizi den musulmanari egindako elkarrizketa aurkezten zaigu
(77. or.). Noiz hasi zineten Euskal Herrira etortzen? galderari elkarrizketatuak erantzuten du: Azken urteotan etorkinak gero eta ugariago dira gure artean eta gaur egun pil-pilean dagoen gaia da, baina izan ere, hamarkadak dira musulmanak Euskal Herrira etortzen
hasi ginenetik (77. or.). Ez dakigu oso garbi zertara datorren elkarrizketa hau gai honetara, etorkin horiek normalean ez baitatoz musulmanak direlako, hots, euren herrietan erlijioagatiko jazarpena dutelako, baizik bizi-baldintza hobeagoen bila, arrazoi ekonomikoak
eraginda, garbiki. Elkarrizketan bertan argi uzten denez, musulmanak jatorri ugariko giza
komunitatekoak dira, hala nola, arabiarrak, turkiarrak, irandarrak, afgnaniarrak, indiomusulmanak, Asiako hego-ekialdekoak eta txinatarrak... Esan behar da, bestalde, dakigula oso garbi zein den bi elkarrizketa horien erreferentzia markoa Euskal Herrian bizi
dugun migrazio-errealitatea ala, soilik, Euskal Autonomiarena?, 3. kapituluan adierazitako guztian zehar marko biak etengabe nahasirik agertzen baitira.
GOGOETARAKO ONDORIO BATZUK
LOGSE hezkuntza legearen garaiko testuliburuen arteko bereizketa, kasu gehienetan,
testuliburuaren argitaletxearen hezkuntza-proiektutik sortzen dela konstatatzen dugu, eta
ez hainbeste testuliburu jakin batek duen izaeragatik. Zentzu berean, zera esan dezakegu,
argitaletxe bereko euskarazko eta erdarazko bertsioen artean ia ez dagoela diferentziarik
erreferentzi nagusitzat hartzen duten ingurunearekiko, zeren eta, esan dugunez, argitale342
txe-proiektuak baldintzatzen baititu argitaletxe horren testuliburu guztiak, eta ez hizkuntzak. Horregatik, migrazioaren trataeran hartzen duten inguruneari buruzko ikuspegia,
honako multzo hauetan banandu ditugu argitaletxeak eta testuliburuak: batetik, Euskal
Herritik, bere osotasunetik, edaten duten argitaletxeak ditugu, bestetik, ingurune juridiko
autonomikotik edaten dutenak. Horrela gertatzen den kasuetan, batzuetan eta Hegoaldearen kasuan soilik, erreferentzia hori gaindituz, erreferentzia nagusia Espainiako Estatuari
dagokiena da. Hirugarren multzo batean, berriz, erreferentzia bakarra ingurune estatala
duten argitaletxeak koka genitzake, erreferentzia hegemoniko hori Espainia izanik.
Oro har, migrazioaren gairen inguruan ez da iturritzat hartzen euskaldunen ingurune
soziokulturala. Hegoaldeko banaketa juridiko-administratiboa abiapuntutzat harturik, edo
estatu osoarena agertuz ikasle euskaldunei euren herriaren errealitate zatikatua eskaintzen
zaie. Migrazioak biztanleri-mugimenduari edo lan-munduari soilik atxikituz gure historiaren zati handi bat saihestu edo isiltzen da. Horregatik, orain arte aipatutako guztian faltan botatzen dugu Euskal Herrian bereziki bizi izandako migrazioen zenbait arrazoi eta
ondorio, besteak beste euskararen galtzearena. Aipamen horiek beste euskarazko testuliburuetan aipaturik ikusi ditugu lehenik. Horra hor, aurreko mendeetan Euskal Herriko kostalde eta mendietan pobrezia nagusi zelarik euskaldunen emigrazioa Ameriketara. Sabin
euskalduna, Eusko Argitaldaria, Zelaya ta lagunak 1931an argitaraturiko testuliburua
dugu horietariko aipamen bat. Lanaren arazoari lotuta, Ameriketara joandako emigranteak aipatzen dira, euren langiletasunari esker mundu guztian ezagunak direnak: Ludian
bizi diran euskotarrak: Bere sorteitik kanpora bizi diran euskotaak 2.000.000 irixten dira.
Arjentinako Erkalan bakaik, 800.000 euskotar eta 400.000 euskotar aur badira. Ameriketara joan diran euskotaak bere izapen eta langiletasunaz berezten dira (39 or.). Nabarmentzekoa ere bada urte bat geroago argitaratu zen Permin Iturriotzen Lutelestia testuliburuan datorren aipamena. Lutelestia Eusko Ikaskuntzak 1932an euskaraz argitaratua Euskal Herriko lurra edo geografia lantzeko, batik bat. Euskal Herriaren bizilagunen atalean
emigrazioa eta inmigrazioaren arazoak aipatzen dira, baina ez da horren zergatiaz arrazoirik ematen, bai, ordea, euskarari egiten dion kaltea: Euskaleiak edo Euskadik
1.324.375 bizilagun ditu. Azkeneko urteetan bertako seme askok erbestera alde egin dute
eta aotz asko sartu zaigu etxean; euskerak ez du ezer asko irabazi onekin (39 or.). Uste
dugu ikasle euskaldunei ez zaiela ematen euskal diasporari buruzko informaziorik, are
gehiago, populazio bizia eta dinamikoa izanik gure hizkuntza eta kulturarekiko eta kopuruetan hemen bizi dena baina ia bikoitza -bost mila ingurukoa delarik, Euskal Herritik
kanpo bizi dena.
Beste testuliburuetan migrazioari buruzko trataera berdina den konprobatzeko, Euskal
Herrian bertan, Iparraldeko euskaldunek frantsesez idatzitakoetan jasotzen dutena behatu
dugu. Han ere, liburu guztiak ez dira berdinak baina beste errealitate bat islatzen dela ikusi
dugu. Adibide gisa, adin bereko Histoire-Gographie (Hatier, 1998) testuliburuan Hegoaldeko euskal testuetan ez datozen zenbait deskriptore aurkitu ditugu migrazioarekin loturik. Les migrations en France azpitituluan migrazioarekin batera emigrante eta atzerritarra gauza desberdinak direla nabarmenduz migrazioen kausak eta zenbait ondorio agertzen dira ikonoz zein testuz. Idatzizko testutik aparte Lexique atalean honako kontzeptuen esanahia agertzen da zehatz-mehatz azalduta: lasile politique, clandestinement, la
coverture sociale, un immigr, lintgration, le racisme, travailler au noir (168 or.).
Ondoriozta dezakegu, testuliburuak agerrarazten duen errealitatea naturaltasunez edo
arruntasunez janzten dela. Eredu sinple eta arrunt horiek sinplekeriaz adierazten dute
bakarra balitz bezala anitza eta konplexua den errealitatea, hortik kanpo utziz beste era
343
344
BARNIER, H.: Percepciones sobre el Mundo rabe (http://www.fuhem.es/portal/areas/paz/EDUCA/pdf/pma.pdf), consultado el 19 de enero de 2005.
345
346
chamente vinculada con las estructuras sociales, los valores que en su sociedad dominan,
as como las prcticas culturales que se han ido trasmitiendo con el paso del tiempo5.
Hasta ahora el estatuto de las mujeres en Marruecos, basado en la obediencia al marido y
en la tutela de ste, ha sido claramente ms desfavorable que el que disfrutaban en Tnez,
aunque claramente superior a la arcaica situacin argelina.
La occidentalizacin de la sociedad marroqu unida a las presiones de los sectores
ms modernistas de la misma, han propiciado y permitido la adopcin de determinadas
medidas modernistas auspiciadas por Mohamed VI; entre las que sobresale el nuevo
Cdigo de Familia o Moudawana, aprobado por el Parlamento de Marruecos en enero de
2004.
Desde sus primeras intervenciones en pblico, el rey Mohamed VI se ha mostrado partidario de promover y favorecer una verdadera emancipacin de la mujer marroqu. Con
la intencin de conseguir que las mujeres dejaran de conformarse como un colectivo de
segundo nivel. Se pretenda que stas fueran ciudadanas con plenos derechos y deberes,
para ello, se propuso por entonces una modificacin de la Moudawana6. Una cuestin muy
diferente, y que debe ser motivo de un estrecho seguimiento, ser la aplicacin prctica
que hagan las instancias judiciales del Cdigo de Familia7.
En la sociedad marroqu se pueden apreciar claramente grandes diferencias en los roles
que tienen hombres y mujeres en el mbito familiar. Generalmente, a las mujeres se les
asignan principalmente las funciones de madres, esposas y educadoras de sus hijas e
hijos y a los hombres las funciones de protectores y proveedores de la familia. Segn
Llorent Bedmar Por sus especiales caractersticas, en el Islam se le asigna a las mujeres la primordial misin de cuidar a sus familias. Ocupan un lugar preeminente en la
crianza y educacin de sus hijos8.
En el quehacer diario el parentesco seala unos lmites de accin que delimitan las
relaciones sociales, deberes, derechos y, en definitiva, el papel que los hombres y las mujeres desarrollan en su contexto. De esta forma, el parentesco determina la construccin de
gnero y controla la movilidad social entre hombres y mujeres9. Ciertamente, en la actividad educativa desarrollada por padres y madres, de forma consciente o inconsciente, se
transmite a los hijos los criterios que padres y madres tienen asumidos, siendo fundamental la coordinacin entre estos dos actores10.
Como hemos indicado a lo largo de este apartado, en Marruecos el Cdigo de Familia
rige las relaciones que se establecen dentro de la institucin familiar, indicando especialmente el papel de la mujer con respecto al hombre. Realmente existe una dicotoma que
5 FELIU, L. (2004): El jardn secreto. Los defensores de los Derechos Humanos en Marruecos. Madrid,
Catarata, pp.56-61.
6 La Moudawana fue creada en 1957/58 a partir de la ley del Corn y las interpretaciones de los sabios basada en las aportaciones de rito Maleki, una de las cuatro escuelas doctrinales que existen en el mundo musulmn. El modelo jurdico de la familia que se desprende del Estatuto personal marroqu de 1957/58 es de una
familia tradicional donde el predominio pertenece a los hombres.
7 GARCA-LUENGOS, J. (2003): La igualdad de la mujer en Marruecos, Instituto de Estudios sobre Conflictos y Accin Humanitaria (http:www.andaluciasolidaria.org), consultado el 3 de marzo de 2005.
8 LLORENT BEDMAR, V. (1998): Op. Cit., p. 100.
9 AIXEL CABR, Y. (2000): Mujeres en Marruecos. Un anlisis desde el parentesco y el gnero. Barcelona, Bellaterra, p. 129.
10 PODALL, M. (1993): Pautas educativas en la familia, en J. M. QUINTANA CABANAS: Filosofa de
la educacin familiar (Madrid, Narcea), p. 93.
347
MASANA, M. D. (2004): Princesas del Islam. Honor, familia y poder (Barcelona, Plaza Jans), p. 43.
LLORENT BEDMAR, V. (1998): Op. Cit., p. 122.
13 La aportacin que presentamos en este artculo es resultado de la Tesis Doctoral de la autora del mismo,
titulada Educacin en el mbito Familiar de Hijas e Hijos Inmigrantes Marroques sitos en la Provincia de
Huelva. Estudio Comparado con Familias Marroques en su lugar de Origen desde la perspectiva de las
madres. Universidad de Sevilla, abril de 2006.
12
348
Grfico n 1
Grfico n 2
En esta lnea, hemos podido comprobar que las mujeres inmigrantes entrevistadas otorgan suma importancia al hecho de que sus hijas e hijos puedan tener una buena educacin.
De hecho, piensan que la futura situacin laboral de ambos va a estar directamente condicionada por esta variable. Segn nos comentaron, la escolarizacin de sus hijas es crucial
para que consigan una buena formacin, circunstancia que posteriormente les ayudar a
tener una mayor autonoma econmica en Espaa.
La nueva experiencia migratoria que han protagonizado les ha permitido ampliar su
horizonte en determinados aspectos, y tener una nueva visin sobre las perspectivas profesionales futuras que tienen para sus hijos y, especialmente, para sus hijas aqu en Espaa. Consideran que las expectativas que stos tienen aqu son considerablemente mejores
que las que tendran en su pas de origen.
11Estos datos no podramos valorarlos aisladamente sin tener presente la cultura, la
sociedad marroqu y ms concretamente, el modo de vida en Marruecos. Caeramos en un
error si al interpretar esta informacin no tuviramos en cuenta que una de las particularidades de Marruecos es su diversidad y el contraste de realidades. Hay zonas donde las tradiciones se encuentran an fuertemente enraizadas y otras donde poco a poco se estn
viendo modificadas por factores como la escolarizacin, la incorporacin de la mujer al
mercado de trabajo, la industrializacin, los medios de comunicacin, la inmigracin
Sin embargo, aunque hoy da la mujer est ocupando un lugar cada vez ms visible en el
espacio pblico, el sentimiento que tiene de ser esposa y tener su propia familia es,
desde nuestro punto de vista, irreemplazable.
A MODO DE CONCLUSIN
Consideramos que la mujer marroqu es pieza clave en el proceso migratorio y de integracin social de la unidad familiar en la sociedad de acogida. Del mismo modo, cabe
sealar que, en estos momentos, el papel que asumen las mujeres marroques en su familia y en el conjunto de la sociedad se encuentra en plena evolucin. Circunstancia que, en
parte, es debida a los cambios generados por los movimientos migratorios.
A pesar de que el proceso migratorio implica una serie de transformaciones en el mbito familiar que, en muchos de los casos estudiados, se han ido conformando segn la varia350
ble tiempo de estancia en Espaa, el tipo de educacin familiar que las mujeres inmigrantes marroques asentadas en la provincia de Huelva imparten a su prole, viene a ser la
misma que la que ellas reciban en su pas de origen; tanto en los contenidos y valores que
transmiten como en la forma y modo que lo hacen.
11La nueva realidad socioeconmica donde se han insertado las familias inmigrantes
estudiadas no implica en absoluto el rechazo y olvido de sus costumbres y cultura. Siendo plenamente conscientes de las diferencias existentes entre ambas culturas, la del pas
de origen y la del pas de llegada, procuran respetar aspectos esenciales de sus races, sin
importarles el lugar donde coyunturalmente se encuentren.
11Con el paso del tiempo, las mujeres marroques que ya han emigrado a Espaa reafirman determinados aspectos de su identidad cultural adquirida en Marruecos, especialmente, aquellos relacionados con la construccin del gnero en el mbito familiar.
11Por tanto, y teniendo en cuenta esta realidad, debemos indicar que la educacin que
nias y nios marroques reciben en los centros escolares de Andaluca no tiene un alto
grado de armona con la que stos reciben en su mbito familiar. De esta forma, y si queremos apostar por una verdadera sociedad intercultural donde la convivencia, que no la
mera coexistencia entre los distintos grupos sociales, sea una realidad, se impone un gran
esfuerzo para compaginar y hacer que guarde una mayor coherencia entre s dos de las instituciones educativas ms importantes en la vida del menor: la familia y la escuela.
Adems de la adopcin de medidas de carcter educativo, imprescindibles para conseguir la deseada integracin de las hijas e hijos de los inmigrantes marroques, se han de
articular medidas de muy diversa ndole que, de una u otra forma, seran un complemento de las primeras. Ya en el primer congreso de Mujeres Musulmanas celebrado en 1999,
en Barcelona, se plantearon algunas propuestas que implicaran diversos mbitos de
accin y comprenderan aspectos tan dispares como:
Lograr que se impartan en las escuelas pblicas clases de religin islmica para
los nios y pedir la participacin de los padres.
Trabajar para que en el sistema sanitario pblico se puedan llevar a cabo ritos
musulmanes como la circuncisin, o se tenga en cuenta el pudor de la mujer.
Exigir la presencia de intrpretes en el sistema sanitario para quienes no dominan
el idioma.
Luchar por erradicar los estereotipos que en los medios de comunicacin lastran la
imagen del Islam.
Tomar iniciativas para que los nios y jvenes se relacionen en los centros escolares.
Esforzarse por aportar a la sociedad los valores espirituales y humanos, el respeto
a la familia, a los mayores, paz, armona y unin14
BIBLIOGRAFA NO CITADA EN EL TEXTO
CABRERA MEDINA, J. C. (2005): Acercamiento al menor inmigrante marroqu.
Sevilla, Consejera de Gobernacin. Junta de Andaluca.
FELIU, L. (2004): El jardn secreto. Los defensores de los Derechos Humanos en
Marruecos. Madrid, Catarata.
14
351
LPEZ GARCA, B., BERRIANE, M. y otros (2004): Atlas de la inmigracin marroqu en Espaa. Madrid, Universidad Autnoma de Madrid.
RAMREZ FERNNDEZ, A. y M. JIMNEZ LVAREZ (coords.) (2005): Las otras
migraciones: la emigracin de menores marroques no acompaados a Espaa. Madrid,
Akal S.A.
352
es preciso indicar las recomendaciones 1121 (1990), relativa a los derechos del nio y de
la nia, adoptada por la Asamblea Parlamentaria de Europa el 1 de febrero de 1990, y 1286
(1996), relativa a una estrategia europea para los nios y nias, adoptada por la misma
Asamblea Parlamentaria, el 24 de enero de 1996.
2.2. El derecho propio
En nuestra legislacin, el primer referente para la elaboracin de la Ley de Infancia es
la Constitucin. A partir de sus artculos 1, 9, 10, 15, 39 y 96, se deriva la recepcin de la
Convencin y el resto de convenios en el derecho positivo interno. Es de mxima importancia divulgar, mediante la misma Ley de Infancia, la repercusin de estos referentes
constitucionales, ya que no son bastante reconocidos en determinados mbitos tcnicos ni
de gestin.
No se pueden olvidar los antecedentes normativos aprobados por el Parlamento de
Catalunya desde que en el ao 1981 se asumieran las competencias exclusivas en este
mbito material: la Ley 11/1985, de 13 de junio, de proteccin de menores; la Ley
37/1991, de 30 de diciembre, sobre medidas de proteccin de menores desamparados y de
la adopcin, que derog expresamente el titulo VI de la Ley 11/1985; la Ley 8/1995, de
27 de julio, de atencin y de proteccin de los nios y nias y adolescentes y de modificacin de la Ley 37/1991; la Ley 9/1998, de 15 de julio, del Cdigo de familia, que regul la adopcin y algunas actuaciones de la Administracin; la Ley 8/2002, de 27 de mayo
de modificacin de la Ley 37/1991, de 30 de diciembre, sobre medidas de proteccin de
los menores desamparados y de la adopcin, y de regulacin de la atencin especial a los
adolescentes con conductas de alto riesgo social; y la Ley 18/2003, de 4 de julio, de soporte a las familias. Igualmente la Ley ha de incorporar la previsiones recogidas en la Ley
18/2003 de soporte a las familias, en cuanto a nios y nias y adolescentes.
2.3. Las bases de la ley
Se propone, en la nueva ley, situar los derechos subjetivos de los menores en el centro
de las polticas de infancia, con prioridad presupuestaria. Comparando con la legislacin
anterior, podemos sealar que hasta ahora la legislacin en materia de infancia se ha caracterizado por una multiplicidad de normas que coexisten en el tiempo y que complican a
veces la comprensin global de la materia.
La nueva legislacin quiere situar al nio y a la nia en el centro del sistema: la adecuacin del sistema y de los recursos a las necesidades de los menores y no al revs, configurando un modelo innovador, dinmico y flexible que permita adaptarse a las necesidades emergentes y a las nuevas formas de atencin que reclama una sociedad en continua evolucin y con movimientos migratorios diarios.
El documento titulado Bases per a un Projecte de llei dinfncia de Catalunya recoge
las lneas estratgicas para poder elaborar la Ley de Infancia en Catalunya1 . Desde el
Departamento de Bienestar y Familia se ha impulsado esta propuesta con la ayuda de un
comit de personas expertas. Quiere dar respuesta a la manera de sentir de la ciudadana de
Catalunya y a la infancia. Se desea que esta propuesta de bases culmine en la mejora de la
situacin de nuestra infancia. Adems de los recursos, de los programas, de los protocolos
1
GENERALITAT DE CATALUNYA (2006): Bases per a un Projecte de llei dinfncia de Catalunya. Barcelona, Departament de Benestar i Famlia.
355
y de la coordinacin entre recursos, la Ley de Infancia debe ser una buena herramienta para
garantizar los derechos de todos los nios y nias y adolescentes de Catalunya.
Son muchos, y plenamente justificados, los motivos que llevan a presentar esta propuesta de bases para la Ley de infancia. Entre estos, el ms significativo es conseguir el
reconocimiento de algunos derechos de la infancia que no han recibido hasta ahora las
garantas necesarias para poder ser ejercidas por nuestra infancia y adolescencia en las
condiciones requeridas, y otros ms pragmticos, como la sistematizacin de la normativa que en materia de infancia se haca indispensable, o bien la adecuacin legal oportuna
a fin de no hacer disonante la legislacin en materia de infancia con el futuro Cdigo civil
de Catalunya.
Las bases de la Ley de Infancia cuentan con dos bloques; el primero, de ejes fundamentales y el segundo, de propuesta para un cambio y una mejora del sistema de proteccin a la Infancia.
Los ejes fundamentales son:
A) Hacer que el inters superior de la Infancia sea el principio rector de cualquier actuacin pblica y privada, y por tanto que sea el inters de la infancia el
eje vertebrador de la ley;
B) La concepcin de la perspectiva de gnero como principio transversal. Cualquier intervencin en infancia debe tener en consideracin la perspectiva de
gnero, para asegurar la igualdad de oportunidades entre los nios y las nias,
que es la clave para asegurar un futuro lejano de las discriminaciones por el
gnero;
C) Atencin y proteccin de la persona menor como derecho subjetivo, por tanto
se garantiza el derecho de la persona menor, que no puede ser vulnerado por
motivos presupuestarios;
D) Las familias. Principio de subsidiariedad. Las polticas de atencin y proteccin de la infancia no pueden desvincularse de las de proteccin social, econmica y jurdica de la familia;
E) distribucin clara de competencias entre las diferentes administraciones y
crear y/o mejorar los sistemas de coordinacin interinstitucional. Se pretende
establecer de manera clara y detallada los circuitos de atencin y proteccin y
los sistemas de coordinacin entre los diferentes servicios y recursos, y evitar de
esta manera que la asuncin de responsabilidades y el ejercicio de autoridad se
diluyan entre los diferentes estamentos locales, autonmicos, judiciales, estatales-;
F) Promover la participacin de la infancia en las decisiones de los poderes
pblicos. Creacin de Consejos de Infancia;
G) Establecer sistemas de seguimiento y valoracin del impacto de la Ley.
En relacin al segundo bloque, el de proteccin a la infancia, se pretende incorporar
novedades y mejoras al sistema actual. Entre ellas las ms destacadas son:
A) Definir lo ms ntidamente posible las situaciones de riesgo y de desamparo
y que se establezcan actuaciones de atencin, soporte, prevencin y proteccin,
una intervencin administrativa que se rija por el principio de proteccin progresiva y de proporcionalidad, con una prevencin efectiva que evita la aparicin de situaciones de desamparo que comportaran inevitablemente la separacin del menor de su ncleo familiar;
356
359
PARTICIPACIN Y ESCUELA
INTRODUCCIN
En el transcurso del siglo XX se ha producido una verdadera revolucin en lo que a los
derechos de la infancia se refiere. El nio ha pasado de ser objeto de proteccin debido a
su potencial como futuro adulto, a ser un sujeto pleno de derecho capaz de ejercer sus propios derechos.
Hablar de polticas de infancia en todos los sectores que ataen a la infancia es algo
normal hoy en da. La justicia, la sanidad, los servicios sociales, todos tienen polticas
especificas de infancia. Es decir, la infancia es un actor de primer orden.
in embargo, eso que hoy percibimos como una realidad cotidiana y que ha pasado a ser
parte del imaginario comn de la sociedad, no siempre lo ha sido.
La infancia como sujeto especfico de polticas pblicas es un fenmeno relativamente nuevo, fruto de toda una serie de Convenciones, Tratados y Declaraciones Internacionales, adems de movimientos en pro de ese reconocimiento.
Hoy en da los temas de infancia forman parte de la agenda internacional. En las dos
ltimas dcadas han proliferado todo tipo de congresos, cumbres y trabajos de investigaciones entorno a la promocin y proteccin de los derechos de la infancia. De tal suerte,
que todo lo relacionado con la infancia es objeto de un especial seguimiento y cobra una
inusitada expectacin.
Las violaciones de los derechos de la infancia, las situaciones de vulnerabilidad de la
infancia, y en definitiva todo lo que pueda incidir negativamente en el desarrollo de nios
y nias encienden todas las luces de alarma en unas sociedades muy sensibilizadas respeto a estos temas.
Cabe destacar adems, que este fenmeno de sensibilizacin respecto a la infancia se
ha dado a nivel mundial, y prueba de ello es la cantidad de pases que han ratificado el instrumento legislativo internacional ms relevante en materia de derechos de infancia, es
decir, la Convencin sobre los Derechos del Nio aprobada por las Naciones Unidas en
1989. Nunca una Convencin Internacional haba logrado tal cantidad de ratificaciones.
363
Ahora bien, es evidente, que no en todo el mundo se han desarrollado igual las polticas de infancia, y la vigencia de los derechos de la infancia no es la misma en todos los
pases. Esto, no obstante, no debe ocultar el hecho de que a nivel mundial la concepcin
de la infancia y la adolescencia ha evolucionado de una manera muy positiva.
Adems, y con el fin de mejorar en la medida de lo posible la situacin de la poblacin
en mayor situacin de riesgo los mecanismos de control a nivel internacional han cobrado fuerza, y los organismos como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) actan hoy en casi todos los pases en los que la infancia corra riesgos.
Al margen de actores mas o menos institucionales como pueda ser UNICEF, existe
toda una multiplicidad de actores que representan a una sociedad civil muy concienciada
y volcada a la proteccin y promocin de los derechos de la infancia. Son numerosas las
Organizaciones No Gubernamentales que han surgido al calor de la Convencin de los
Derechos del nio que sumadas a las anteriores a la Convencin conforman un entramado internacional en defensa de la infancia. Es decir, la sociedad civil ha emergido como
garante de los derechos del nio.
Podemos afirmar por tanto, que la Convencin sobre los Derechos del Nio ha supuesto una verdadera revolucin en la defensa y promocin de los derechos de los nios y, que
ha supuesto el punto de referencia para muchos actores, es decir, han hecho de ella su hoja
de ruta.
Una hoja que, recoge numerosos aspectos relacionados con la infancia. Aspectos que
van desde la proteccin hasta el fomento de la autonoma personal del menor. Se trata por
tanto, de un texto que recoge la mayora de los derechos humanos de los adultos y, los adecua y reconoce a los menores.
Ahora bien, recoge tambin derechos que no se reconocen expresamente a los adultos,
puesto que en el caso de esos ltimos se dan ms que por supuesto. Es el caso del derecho
a la participacin.
Por primera vez se reconoce en un tratado internacional, aunque no expresamente, el
derecho del nio a participar en todos los asuntos que le conciernan. Esto supone una verdadera revolucin en la concepcin del menor y en el reconocimiento de este como ciudadano. Puesto que, dotar al nio del derecho a la participacin en todos los asuntos que
le conciernen, supone poner al nio prcticamente en el mismo plano de derechos civiles
que a los mayores de edad.
EL DERECHO DE PARTICIPACIN EN LA CONVENCIN SOBRE LOS
DERECHOS DEL NIO
El derecho a la participacin del menor o, para ser mas exactos, el derecho a ser odo
del menor viene recogido en el artculo 12 de la Convencin y, tal y como ha sealado el
Comit de los Derechos del Nio1, es uno de los principios rectores de la Convencin,
junto con la no-discriminacin, el inters superior del nio y, el derecho a la supervivencia. Es decir, es uno de los derechos que tienen una dimensin de peso o importancia relativa mayor que el resto y, permite ejercer otros derechos y resolver conflictos entre derechos igualmente reconocidos.
La manera en el que el derecho a la participacin viene recogido en la Convencin
sobre los Derechos del Nio2 es la siguiente:
1
HODGKIN, R. y NEWELL, P. (2004): Manual de aplicacin de los derechos del Nio. New York,
UNICEF.
364
1. Los Estados Partes garantizarn al nio que est en condiciones de formarse un juicio propio el derecho
de expresar su opinin libremente en todos los asuntos que afectan al nio, tenindose debidamente en
cuenta las opiniones del nio, en funcin de la edad y madurez del nio.
2. con tal fin, se dar en particular al nio oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o
administrativo que afecte al nio, ya sea directamente o por medio de un representante o de un rgano
apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.
Este artculo como tal, simplemente recoge el derecho del nio a ser odo en los procesos que le afectan, lo cual, desde un punto de vista restrictivo, podramos circunscribirlo a
las cuestiones judiciales o contenciosos administrativos en los que los nios se vieran involucrados. No obstante, tanto el Comit de los Derechos del Nio, como los Estados Parte y,
los autores que se han ocupado del tema, han hecho una lectura ms flexible y comprensiva de este artculo. De manera que, este artculo es considerado como el reconocimiento
implcito del derecho del nio a participar en todos los mbitos que le conciernan.
Ahora bien, este artculo carecera de sentido si no lo conjugramos con otros artculos de la Convencin como son: la libertad de expresin recogida en el artculo 13; el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religin recogido en el artculo 14; el derecho a la libertad de asociacin del artculo 15; el derecho a la proteccin de la vida privada recogido en el 16; y, el derecho a la informacin del artculo 17.
Este conjunto de derechos que deben conjugarse junto con la participacin, forman los
llamados derechos de autonoma de la infancia, que son precisamente los realmente confieren al nio la condicin de sujeto de derechos.
La participacin como tal, es probablemente la aportacin ms novedosa de la Convencin. Adems, se trata de un principio que cobra gran importancia y, tanto es as, que
Cussianovich3 considera que la participacin es cuestin hermenutica de la Convencin,
pese a que no aparece como tal. De la misma opinin son, tal y como afirma Crowley4,
tanto el Comit sobre los Derechos del Nio como el UNICEF, ya que consideran que la
participacin es un principio director clave, un derecho facilitador, es decir que su cumplimiento contribuye a asegurar el cumplimiento de todos los dems derechos. No es solamente un medio para llegar a un fin, ni tampoco simplemente un proceso; es un derecho civil y poltico bsico para todos los nios y, por lo tanto, es tambin un fin en s
mismo. Para UNICEF, la participacin debe ser respetada no solo como meta, sino asimismo como estrategia para alcanzar otras metas algunos pases ha acogido con recelo
este principio, dado que la visin de estos como sujetos independientes, capaces de participar, vara muchsimo entre las diferentes culturas, las clases sociales y en funcin del
genero5.
Ahora bien, no todos los autores y sobre todo, no todos los estados parte de la Convencin han acogido con el mismo grado de satisfaccin la inclusin del derecho a la
2
365
participacin de los menores. De hecho, tal y como recogemos en el siguiente fragmento de una observacin del Comit, el Comit de los Derechos del Nio ha tenido que
recomendar e insistir en la necesidad de abandonar las actitudes paternalistas de diversos estados:
Los derechos del nio deben considerarse los derechos humanos de la infancia. Habra que analizar las
actividades generales en materia de derechos humanos de los ltimos decenios y utilizar la experiencia
para promover el respeto de los derechos del nio y evitar que perduren criterios de carcter caritativo y
paternalista en la manera de abordar las cuestiones relacionadas con los nios.
E., CANTOS, R. y MARTINEZ (2003): De la participacin al protagonismo infantil. Propuestas para la accin. Madrid, Plataforma de Organizaciones de la Infancia.
366
367
368
nes que tomen como referencia la construccin de escuelas para nios con derechos. Entre
esas escasas investigaciones, queremos destacar las de Hammerberg13 y Lansdown14.
En ambas investigaciones los citados autores realizan una labor de interpretacin de lo
que debera ser la escuela a la luz de las disposiciones de la Convencin sobre los Derechos del Nio, centrndose sobre todo en lo que supone dotar a los nios de derechos civiles y polticos hasta ahora reservados a los adultos.
Lansdown destaca que los nios son sujetos de derechos y deben desempear un papel
activo en la creacin de las escuelas y de las polticas educativas. Por tanto, no basta con
poner la educacin al alcance de los nios, sino que hay que respetar y fomentar el derecho de los nios a ser escuchados, a expresar sus opiniones y a participar. Lo cual viene a
significar, que el derecho a la educacin no es un elemento adicional ni un lujo del cual se
puede hacer caso slo cuando los recursos lo permiten. Al contrario, es una parte integrante de la esencia misma de la educacin tal como la concibe la Convencin.
Tomando esas premisas como punto de partida y a la luz del resto de derechos reconocidos a los nios y adolescentes en la Convencin, se propone una revisin drstica de
los sistemas educativos centrada en tres cuestiones bsicas: los programas, las estructuras
escolares y, la tica escolar.
Los programas deben incluir, tal y como establece el artculo 29, el fomento del respeto hacia los derechos humanos, el respeto de los padres, de la cultura propia y ajena, de
la diversidad y de la igualdad de los sexos. Al mismo tiempo, deben cumplir con el importante objetivo de preparar a los alumnos para una vida responsable dentro de una sociedad
libre, en un espritu de paz, tolerancia y amistad.
La inclusin de la educacin en derechos humanos, debe ir acompaada de la ejemplificacin de los mismos. Es decir, no sirve con incluir el tema en los programas, sino
que la misma vida escolar debe impregnarse de los principios democrticos. Para ensear a los nios que deben respetar a los dems, es indispensable que ellos mismos vean,
en su experiencia escolar, que se los respeta y aprecia. El aprendizaje que se lleva a cabo
en la vida escolar, no esta determinado exclusivamente por el programa oficial de estudios, sino tambin por la enseanza extracurricular que se verifica mediante las observaciones y experiencias cotidianas del nio y las oportunidades que se le brindan de
intervenir y participar.
Esa inclusin de los derechos humanos en el da a da de la vida escolar, tanto mediante el aprendizaje como mediante la ejemplificacin, requiere, evidentemente, un notable
esfuerzo de adaptacin de los docentes. Con ese fin, habr que facilitar a los docentes una
formacin especfica sobre derechos humanos y, ofrecerles asistencia para aprender a
ensear los derechos. Adems, habr que poner a su disposicin materiales e instrumentos que los ayuden a desempear su tarea.
Ahora bien, segn Lansdown, no es suficiente con incluir los derechos humanos en la
prctica educativa diaria. Los alumnos deben tener un papel destacado en la elaboracin
de los programas. Atenindonos a la formulacin del artculo 12 de la CDN, los nios tie-
13 HAMMERBERG, T. (1997): A School for Children with Rights. The significance of the United Nations
Conventions on the Rights of the Child for modern education policy. Florencia: UNICEF International Child
Development Centre.
14 LANSDOWN, G. (1998): La creacin de escuelas centradas en el nio. En ABEGGLEN, B y BENES,
R. (Compiladores) (1998): La participacin de nios y adolescentes en el contexto de la Convencin sobre los
derechos del nio: visiones y perspectivas. Florencia, UNICEF International Child Development Centre.
370
nen derecho a participar en todos los asuntos que los afectan y a que se tengan en cuenta
dichas opiniones en funcin de su edad y madurez. En coherencia con el artculo y, puesto que los nios tienen opiniones firmes, experiencias pertinentes y mucha creatividad, es
necesario que estos contribuyan en la elaboracin de los programas.
Los cambios que acabamos de plantear, deben ser acompaados de otros cambios a
nivel estructural. Ya que, la propia organizacin de la escuela y las estructuras que en ellas
se ocupan de tomar decisiones, por lo general, suelen obviar las opiniones de los nios o,
simplemente, no les ofrecen la posibilidad de expresarse. La implementacin de la Convencin implica que los gobiernos deben crear oportunidades para que los nios puedan
intervenir en la toma de decisiones a todos los niveles del funcionamiento de la escuela.
Por tanto, es necesario que existan estructuras democrticas tales como: horas de debate,
consejos escolares y mecanismos de representacin en los organismos administrativos, de
manera que se asegure la participacin activa de los nios.
Otro de los cambios estructurales que sugiere el planteamiento que estamos analizando, es el relativo a poner poder en tela de juicio la actuacin de docentes y alumnos. Es
decir, el nio o nia que sienta que ha sido injustamente tratado, debe tener opcin de
acceder a un sistema que le de la posibilidad de poner en tela de juicio cualquier experiencia de injusticia, discriminacin o abuso, ya sea que el autor del hecho haya sido un
profesor u otro alumno.
Por ltimo, pero no menos importante, es necesario un cambio en los mtodos didcticos. La escuela participativa requiere que se replanteen los fundamentos de los mtodos
didcticos. La enseanza en base a criterios de participacin acordes con la Convencin
sobre los Derechos del Nio, requiere que se pase de un modelo de enseanza unidireccional maestro-alumno a un proceso interactivo, favoreciendo de esta manera una atmsfera en la que se aliente al nio a ser curioso, a discutir, a desafiar, a ser creativos, a buscar y descubrir, a ser escuchado y respetado.
En definitiva, aplicar los preceptos establecidos establece un modelo de escuela propio, que en muchas ocasiones dista mucho de la realidad. Por tanto, tal y como ha indicado el Comit de los derechos del nio, debe hacerse un esfuerzo por fomentar la participacin en todos los mbitos, tarea que debe comenzar desde las legislaciones de los Estados Miembros de la Convencin:
El Comit ha subrayado que el artculo 12, junto con los dems artculos identificados como principios
generales, debe ser incorporado a las legislaciones y procedimientos nacionales. Para poder integrar los
dos prrafos del artculo 12, la legislacin nacional debe incluir disposiciones que defiendan el derecho
de participacin en el terreno informal de la vida familiar, en el mbito de las diferentes formas de cuidado alternativo del nio privado de su entorno familiar, en la vida escolar y comunitaria y, de manera
especfica, en todos los procedimientos judiciales y administrativos que afecten al nio.(HODKIN y
NEWELL, 2003: 211)
La obligacin de que los Estados Miembros incluyan en sus legislaciones la participacin de nios y adolescentes en todos los mbitos que les afectan y, por tanto, tambin en
el sistema educativo y la escuela, abre un nuevo espacio de investigacin. En ese sentido,
tal y como sealan Davila y Naya15 ...la escuela, o ms ampliamente los centros educativos, son un buen registro para poder analizar las diversas situaciones por las que atraviesa la infancia.
15
DAVILA, P. y NAYA, L.M. (2005): Infancia y educacin en el marco de los derechos humanos. En,
NAYA, L.M. (coord.) (2005): La educacin y los derechos humanos. Donostia, Erein.
371
Tomar la escuela o los centros educativos como registro, nos servir para analizar bien
individualmente cada derecho o principio, o bien la Convencin en su conjunto. Refirindonos con eso ltimo, a la practica educativa que plantea la Convencin en su artculo 29
y, que algunos autores han definido como Escuelas centradas en el nio16 o Escuelas
para nios con derechos17.
CONCLUSIONES
Pese a no aparecer recogida como tal en el articulado de la Convencin, la participacin
es uno de los pilares de la misma. El derecho del nio a ser odo ha sido interpretado de la
manera ms amplia posible y, es gracias a ello que podemos hablar de la participacin como
derecho que puede ser reivindicado para el conjunto de nios y adolescentes.
Ahora bien, no todo el mundo ha acogido con el mismo entusiasmo la ampliacin de
derechos civiles y polticos a los menores, lo cual se plasma en una muy desigual implementacin de lo establecido por la Convencin.
La participacin, tal y como la ha ido interpretando el Comit, supone una verdadera
revolucin en muchos campos, y la educacin no queda exenta de ella. Plasmar los contenidos de la Convencin en el sistema educativo supone cambios en todas las instancias
y a todos los niveles.
No basta con garantizar la participacin de los nios y adolescentes en los consejos
escolares o instancias similares, sino que deben establecerse mecanismos para que esa
participacin se articule desde la propia prctica educativa diaria.
En definitiva, asumir la participacin en los trminos que plantea la Convencin sobre
los Derechos del Nio y en la manera que la ha interpretado el Comit de los Derechos del
Nio supone un gran reto para todos los agentes relacionados con la infancia, pero sobre
todo para la educacin, ya que, la Convencin le confiere un papel prioritario en esa
implementacin.
16
17
372
La sociedad cada vez da ms importancia a la educacin que reciben los individuos que
la conforman, viendo en sta el medio ms adecuado para obtener un bienestar tanto a
nivel individual como a nivel colectivo.
La preocupacin por posibilitar una educacin que se capaz de responder a las nuevas
y cambiantes necesidades que la sociedad demanda, se hace cada vez ms evidente.
La sociedad cada vez muestra ms claramente la diversidad entre los miembros que la
componen. Diferencias que van desde las que se derivan del propio individuo a las que
provienen de los diferentes grupos que la constituyen por razones tnicas, culturales, lingsticas
Esta realidad social se refleja en las aulas y se solicita a la educacin que ayude a la
transformacin formando a ciudadanos democrticos, solidarios y participativos.
En nuestros das conceptos como educacin o derechos estn de plena actualidad. No
hay ms que ojear la prensa diaria, ver la televisin o escuchar la radio, para observar que
estos trminos, por unas u otras razones, prcticamente a diario forman parte de alguna
noticia de actualidad.
La educacin es un tema recurrente entre polticos, educadores y familias. En nuestro
pas, recientemente se ha aprobado una nueva legislacin escolar Ley Orgnica de Educacin (L.O.E.). Legislacin que ha venido precedida de un gran debate tanto a nivel poltico como social, hecho que pone de relevancia la preocupacin y actualidad del tema.
La educacin es un derecho recogido y reconocido en la Convencin de derechos de la
Infancia1, sin embargo es un derecho que en muchos lugares del mundo todava hoy, es
necesario hacer realidad.
La educacin adems de ser un derecho es a la vez un potencial que si lleva a efecto
nos puede facilitar el garantizar formar a ciudadanos que en el futuro permitan la exten1 La Convencin sobre los derechos del Nio dispone en sus artculos 28 y 29 que los Estados parten reconocen el derecho a la educacin: obligatoria y gratuita y de igual forma el derecho a una educacin adecuada
en inters superior de la infancia.
373
En cuanto a la definicin del nio, parece que en esta declaracin como seala la profesora Trinidad2, la definicin abarca por supuesto al nio que est fuera del claustro
materno, al ser nacido, sino tambin al ser concebido y no nacido. Lo que preocupa es dar
cuanto antes proteccin al nio desde cuando, desde la concepcin misma? Parece que
se estaba ms bien pensando en otorgar proteccin a la ltima fase del embarazo, dejando
de todas formas que los ordenamientos jurdicos internos de cada Estado se pronuncien al
respecto. Es decir, que como la declaracin de 1924, no aporta una solucin definitiva a
la hora de determinar el momento inicial en el que se adquiere la condicin de nio, pero
al menos si aporta elementos para la reflexin.
De todo lo afirmado no se puede deducir sin ms que la Declaracin de 1959 considere al nio desde el momento de la concepcin. El sujeto de derechos es el nio nacido y
el no nacido es objeto de proteccin. El nio es el destinatario de derechos a partir de su
nacimiento.
Y as llegamos a la actual Convencin de los Derechos de la Infancia, adoptada en
1989 y que no entrara en vigor como seal anteriormente hasta 1990, fecha en que fue
ratificada por los veinte pases, nuestro pas la ratific en 1991.
Esta Convencin amplia los derechos de la segunda Declaracin y as define al nio
como todo ser humano menor de dieciocho aos de edad, salvo que, en virtud de la ley
que le aplicable haya alcanzado antes la mayora de edad (Convencin sobre los derechos
del nio y la nia, 1989).
La Convencin se fundamenta en una serie de principios tales como: el inters superior del nio, el derecho a la vida y a una identidad, derecho a la salud, derecho a la educacin obligatoria y gratuita, etc.
Para que estos derechos puedan ser una realidad, para que se divulguen y para analizar
en qu medida se estn cumpliendo, se cre el Comit de los Derechos del Nio, dentro
del mbito de Naciones Unidas. De igual forma existen otros organismos de ndole internacional, unos que tienen en la infancia su razn de ser como es el caso de UNICEF y
otros como la UNESCO se encargan especficamente de la educacin, de la ciencia y de
la cultura a nivel ms general.
PARTICIPACIN Y ESCUELA
Hoy se solicita mayor formacin desde el mbito educativo para la participacin, para
formar ciudadanos participativos, cvicos. No en vano la nueva ley de educacin presta
atencin a la educacin para la ciudadana. Desde luego todos estamos de acuerdo en que
las instituciones escolares pueden ayudar a asumir este reto, pero hay que tener claro que
en la educacin, en las instituciones escolares no puede recaer todo la responsabilidad, la
escuela por s sola, no puede solventar esta creciente necesidad de formar ciudadanos
democrticos, participativos y cvicos.
As, no podemos olvidar el papel protagonista que tienen tanto la familia como la
sociedad en su conjunto a la hora de educar y ninguno de estos elementos puede hacer
dejacin de sus responsabilidades y obligaciones.
Demandamos una mayor participacin en los centros escolares, pero qu pretendemos
realmente cuando hablamos de participacin? Actualmente en los centros educativos hay
una extrapolacin de la participacin que viene del modelo social y poltico. As tenemos
2
TRINIDAD, P (2002): El nio en el derecho internacional de los derechos humanos, Cceres, Universidad de Extremadura, Servicio de publicaciones.
375
unos rganos representativos, los Consejos Escolares, donde estn representados todos los
miembros de la comunidad educativa y que tienen asignadas unas funciones. Pero y a
pesar de ello, seguimos afirmando que necesitamos ms participacin. Tenemos una participacin representativa pero parece que sta resulta insuficiente.
Esto afecta a los alumnos, a los que se est formando y a los que maana demandaremos que sean ciudadanos cvicos, participativos y capaces de ejercer derechos y asumir
responsabilidades. Pero, cmo ensear, como aprender a participar desde los centros
escolares?
Como seala la profesora Naval (2000,190-191), para abordar esta cuestin desde el
mbito educativo es necesario a) transmitir una serie de conocimientos b) promover la
adhesin a unos valores, unas determinadas concepciones o modos de ver y sentir el
mundo, que implicarn unas actitudes, unos hbitos c) facilitar la adquisicin de competencias instrumentales y habilidades operativas especialmente participativas y comunicativas.
Conocimientos referidos a los del derechos del hombre en general y a los del nio en
particular, qu derechos son, cmo surgen, qu suponen, que derechos se derivan, que
obligaciones conllevan, etc. Hay que saber ejercerlos cmo se ponen en prctica? Habra
que trabajar hbitos que fomenten una participacin. Por ltimo adquisicin y desarrollo
de habilidades tales como la argumentacin, la exposicin de ideas, respeto a las opiniones diferentes, comprender los puntos de vista distintos a los nuestros.
Tal vez esta nueva percepcin, esta nueva forma de de trabajar la participacin con los
alumnos en las instituciones escolares, pueda ser un medio para formar a ciudadanos participativos. Ciudadanos que sepan tomar decisiones, que conozcan y ejerzan sus derechos
y asuman las responsabilidades que de estos se derivan.
NO DISCRIMINACIN. LA ATENCIN A LA DIVERSIDAD. INMIGRACIN
Y GNERO
Demandamos ms participacin en los centros escolares porque queremos ciudadanos
implicados, dispuestos a participar activamente en la sociedad de la que forman parte. Para
que esta participacin sea efectiva debe existir por parte de los protagonistas una disposicin a aceptar las diferencias. El ser capaz de respetar al otro, al que es diferente, es un
paso necesario para desarrollar una tolerancia que posibilite la convivencia.
La diversidad en las aulas se hace presente de varias formas que van desde los alumnos considerados en s mismos como individuos, hasta colectivos humanos diferenciados.
Esta diversidad individual puede derivar de situaciones diferentes como: estilos de
aprendizaje, experiencias y conocimientos previos, diferentes:, motivaciones y expectativas ante el aprendizaje, intereses, capacidades, ritmos de trabajo, etc.
Adems, en nuestro pas en estas dos ltimas dcadas han comenzado a establecerse
diversos grupos tnicos, lingsticos, culturales, que cada vez estn configurando una realidad, una sociedad ms multicultural. Los centros educativos son un reflejo de esta nueva
sociedad y as, las aulas muestran cada vez ms, esa diversidad de alumnado.
En este contexto se ha aprobado recientemente una nueva ley educativa que ya desde
su prembulo deja constancia de esta realidad y de esta preocupacin:
Para la sociedad, la educacin es el medio de transmitir y, al mismo tiempo,
de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de
extraer las mximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la con376
377
Es necesario volver a reiterar que este reto no lo puede llevar a cabo la institucin escolar
en solitario. El centro educativo no es ms que un reflejo de la sociedad y de sus valores.
Para que estas transformaciones se puedan acometer con xito, es necesario que estos
cambios se lleven a cabo en la misma medida en la sociedad en la que los centros educativos estn inmersos.
Por lo tanto es evidente la necesidad de modificaciones tanto a nivel social, como a
nivel escolar para afrontar esta nueva sociedad cada vez ms plural.
Desde la educacin se debe fomentar el conocimiento y el respeto de las minoras. En
una sociedad democrtica y plural, la educacin debe dotar a los alumnos tanto de conocimientos, actitudes, valores y habilidades que les capaciten para poder vivir en una sociedad cada vez ms plural y compleja.
As, apostar por una educacin multicultural puede ser una herramienta que nos permita encarar estas nuevas realidades sociales aceptando el reto de encontrar un equilibrio
entre esa creciente diversidad cultural y los contenidos bsicos de nuestra sociedad.
Encontrar este equilibrio entre el legado cultural de una sociedad y aquello que se ha
de respetar e integrar es muy complejo. Siguiendo a Lovelace ... este viene dado por
determinados contenidos culturales, tal como los que se expresan en las dos ideas bsicas
de la racionalidad cientfica y de los derechos humanos y el orden legal democrtico
(Lovelace,1995,24). Ambos contenidos nos facilitarn evidentemente contenidos, valores
y hbitos que trabajar y desarrollar en nuestros alumnos, y que nos lleven al camino por
todos deseados, de formar futuros ciudadanos participativos, tolerantes y cvicos.
BIBLIOGRAFA
ESCRIBANO, A., GALINO, A., (1990): La educacin intercultural en el enfoque y desarrollo del currculo. Madrid. Narcea.
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TRINIDAD, P. (2002): El nio en el derecho internacional de los derechos humanos.
Cceres, Universidad de Extremadura.
378
La LAIMC enumera una serie de medidas entre la que destaca, por su relacin con la
participacin infantil, la de regular y crear un Consejo Canario de la Infancia (medida n
1
2
379
33). Para conseguir este fin se contemplaba la puesta en marcha de un Organismo de Coordinacin Interadministrativa que desarrollara el articulado de esta ley. En junio de 2004,
dentro de esta coordinacin, se constituye una ponencia tcnica de actuaciones de promocin. Estas actuaciones estaran dirigidas a la divulgacin y promocin de los derechos de
la infancia, con especial atencin a la celebracin del Da Internacional de la Familia (15
de mayo) y el Da internacional de la Infancia (20 de noviembre). Adems, se plantea
como objetivo prioritario la constitucin del Foro de la Infancia, como paso previo a la
formacin del Consejo de la Infancia en Canarias. La composicin de la ponencia qued
formada por dos tcnicos/as de la Direccin General de Proteccin del Menor y la Familia (Consejera de Empleo y Asuntos Sociales), dos tcnicos de la Direccin General de
Ordenacin e Innovacin Educativa (Consejera de Educacin, Cultura y Deportes)
ambas pertenecientes al Gobierno de Canarias; un representante de la oficina del Diputado del Comn y un representante de UNICEF-Canarias. Esta ponencia se convierte posteriormente en una subcomisin encargada exclusivamente de la organizacin del Foro
Canario de la Infancia.
Esta subcomisin tiene como objetivos fundamentales:
Establecer lneas de coordinacin interadministrativa y con entidades de iniciativa
social.
Establecer un proceso continuado en las actuaciones de sensibilizacin y promocin
de forma que no queden en celebraciones aisladas.
Potenciar la participacin de los nios y nias de todas las islas.
Facilitar informacin que nos permita tener una visin crtica de la realidad en la que
viven.
Promover espacios para la comunicacin.
Desarrollar experiencias piloto que sirvan de referencia.
Durante los cursos 2002/03 y 2003/04, como experiencias previas a la constitucin del
Foro de la Infancia, alumnado de la Red Canaria de Escuelas Solidarias3 acudi a la sede
del Parlamento de Canarias, ubicada en Santa Cruz de Tenerife. All, y con motivo del Da
Internacional de los Derechos de la Infancia, presentaron sus demandas y propuestas, despus de un trabajo deliberativo previo. A raz de estas visitas las instituciones receptoras
de esta iniciativa se comprometieron con la creacin del Foro Canario de la Infancia.
Desde un primer momento se decidi que las reuniones plenarias del Foro se hicieran
coincidir con la celebracin del 20 de noviembre (Da Internacional de la Infancia). Los
objetivos del Foro Canario de la Infancia son:
Constituir un espacio de participacin de los nios y nias de Canarias que les permita expresar sus opiniones y reflexiones acerca del grado de cumplimiento de sus
derechos en nuestra Comunidad.
Propiciar que este espacio se convierta en un instrumento a travs del cual se aprendan frmulas de participacin democrtica, educacin en valores de tolerancia, respeto y convivencia.
Potenciar que el Foro constituya en s mismo un observatorio permanente del cumplimiento de los Derechos de la Infancia a la par que sus conclusiones y propuestas
3 La Red Canaria de Escuelas Solidarias es un instrumento educativo dependiente de la Direccin General
de Ordenacin e Innovacin Educativa, cuyo objetivo es impulsar la educacin en valores de una manera coordinada entre los centros que la integran (en estos momentos 77 centros educativos de todas las islas).
380
sirvan de gua a las administraciones pblicas para el diseo y desarrollo de sus polticas en materia de menores.
Iniciar un proceso encaminado a cumplir a medio plazo una de las medidas de implementacin de la LAIMC como es la constitucin del Consejo de la Infancia Canaria.
En estos momentos se han celebrado ya dos ediciones del Foro Canario de la Infancia y se est trabajando actualmente en el tercero. El objetivo fundamental del Foro de la
Infancia es que se convierta en un referente anual para los nios y nias de Canarias, los
educadores y educadoras, responsables polticos y ciudadana en general. Trata de ser un
gran proyecto de educacin en valores y de educacin para la ciudadana. Tanto la filosofa del Foro como la metodologa ponen el acento en la participacin directa de los
menores como frmula idnea para inculcar valores democrticos y ciudadanos en los
menores.
La constitucin inicial del Foro Canario de la Infancia se hizo mediante una convocatoria pblica dirigida a los centros escolares e instituciones que trabajan con menores. Los
criterios seguidos a la hora de la seleccin de estos centros e instituciones y de la constitucin de los grupos de trabajo son los de operatividad y representatividad. Se procura que
los grupos de menores en las escuelas y otras instituciones tengan un nmero suficiente de
miembros y den garanta de continuidad. Al mismo tiempo se intenta que estn repartidos
por cada una de las islas de manera proporcional al nmero de habitantes y que procedan
de distintas realidades geogrficas y sociales. Los grupos estn formados por nios y nias
de cualquier edad pero por cuestiones metodolgicas y operativas los representantes al
foro suelen tener entre 10 y 14 aos. En el I Foro se dieron cita 150 nios y nias y en el
II 180, en este ltimo procedentes de 33 colegios, un servicio de da municipal y dos asociaciones de menores.
El profesorado, los distintos agentes educativos y tcnicos implicados hicieron slo
labores de apoyo. Pese a esto, el papel del profesorado es fundamental para los objetivos
del Foro Canario de la Infancia puesto que son los que nos permiten, en primer lugar,
poder integrar a los colegios en este proyecto y, en segundo lugar, de su compromiso con
la educacin en valores nace un caudal de aportaciones y actividades que enriquece esta
nueva institucin.
Una vez designados los colegios e instituciones y constituidos los grupos de trabajo, se
designa a una persona adulta para que haga labores de coordinacin y se nombran a los y
las representantes al Foro Autonmico. La subcomisin tcnica trata de realizar una labor
de apoyo logstico y educativo constante. Se les entrega a los centros participantes distinto material de trabajo, entre los que destaca la Gua Escuchar a la Infancia, material
que reproduce la Convencin de Derechos del Nio.
El Foro tiene carcter regional con el objeto de propiciar el acercamiento entre todas
las islas. Esto supone un esfuerzo aadido de cara a la organizacin del Foro debido a las
limitaciones propias de la realidad insular de Canarias. Se establece un calendario de reuniones de trabajo en cada una de las islas con los colegios y colectivos de menores, buscando el apoyo de los centros del profesorado, las reas correspondientes de los Cabildos
y los ayuntamientos.
Hay que diferenciar la filosofa del Foro de la Infancia de otras iniciativas, tales como
los plenos municipales infantiles o actividades de acercamiento al mundo judicial o legislativo, cuyo objetivo suele ser nicamente el de dar a conocer los mecanismos de representacin poltica o de funcionamiento de las distintas administraciones. El Foro Canario
381
de la Infancia tiene una clara voluntad pedaggica pero tambin trata de ser una plataforma permanente de representacin de la infancia y de convertirse a medio plazo en una
entidad consultiva y deliberativa, en la lnea de otras iniciativas de carcter europeo que
se citarn ms adelante.
El I Foro Canario de la Infancia se celebr en Las Palmas de Gran Canaria, los das 18
y 19 de noviembre de 2004, en el Centro Ferial de esta ciudad. Estuvo centrado en los
Derechos de la Infancia desde una perspectiva global. Esta primera edicin tuvo como
lema Por el cumplimiento de los derechos de los nios y las nias. Despus de un largo
trabajo de preparacin, este I Foro se plante como una experiencia piloto que pusiera a
prueba el diseo y diera pistas de la bondad del camino elegido. Las evaluaciones posteriores pusieron de manifiesto que se haba acertado en el planteamiento. En general se
observ que se haba hecho una preparacin exhaustiva por parte de los centros participantes y que se haba abordado de una manera seria el grado de cumplimiento de los derechos de la infancia en nuestra Comunidad y en el resto del mundo.
Se realizaron muchas propuestas y se puso de manifiesto que si se dota a los menores
de las condiciones adecuadas stos son sobradamente capaces de expresarse con seriedad
y profundidad, de transmitir sus inquietudes, deseos y necesidades sin que los adultos tengan que hacerlo por ellos ni interpretar lo que verdaderamente les conviene. Adems, en
la lnea de este planteamiento, que busca una participacin plena de los y las menores, se
ha propuesto que para la prxima edicin la cartelera y el diseo grfico sea realizado por
los mismos nios y nias.
Si bien slo pudieron asistir a este encuentro cinco chicas y chicos por grupo de trabajo, en las aportaciones realizadas al I Foro Canario de la Infancia se pudo constatar que
han sido muchos ms los menores que han reflexionado y puesto en comn sus ideas en
relacin con estos temas. Es de destacar que durante los dos das no se produjeron intervenciones de los organizadores ni del profesorado acompaante en las reuniones plenarias
ni en los grupos de trabajo. La voz la tuvieron siempre los nios y las nias que asistieron
al encuentro. ...Y ahora, a trabajar por los derechos de los nios y las nias de Canarias
y del mundo. Con este llamamiento terminaba, en medio de un gran aplauso, la exposicin de conclusiones del Foro Canario de la Infancia. Se llegaba as a la sesin final de
este encuentro. La clausura correra a cargo de un nio de Agulo, La Gomera, que a travs del silbo (forma de comunicacin ancestral de los gomeros), lanzaba un hasta pronto a todos y todas las presentes.
El II Foro Canario de la Infancia se celebr en el Puerto de la Cruz (Tenerife) los das
17 y 18 de noviembre de 2005. Estuvo centrado en el Derecho a una informacin adecuada por parte de los medios de comunicacin social. Bsicamente se aplic el mismo
formato organizativo que en el I Foro en un intento de ir consolidando las estructuras puestas en marcha recientemente. Una vez ms pudo constatarse el acierto del formato.
En esta edicin se empez a trabajar de manera exhaustiva uno de los Derechos de la
Infancia, elegido adems por los y las asistentes al Foro. Al estar centrada la temtica de
esta edicin en los medios de comunicacin social pudimos contar con la presencia de
medios escritos, radiofnicos y audiovisuales que enriquecieron el trabajo a travs de la
elaboracin de talleres, programas de radio en directo, participacin en una mesa redonda
y con el contacto estrecho con los nios y nias. El trabajo realizado en los centros educativos y el producto de las deliberaciones realizadas en el mismo Foro proporcionaron un
caudal de aportaciones que pusieron de manifiesto la sensibilidad de los menores frente al
mundo de los medios de comunicacin.
382
383
que a partir de ah se enven a los y las representantes encargados de hacer las aportaciones
oportunas al III Foro Canario de la Infancia (que se celebrar, previsiblemente, en el mes
de febrero de 2007 en la isla de Fuerteventura5). El tema, consensuado en el II Foro, para
trabajar en el III Foro Canario de la Infancia es el del Derecho a la Salud.
En la constitucin de los Foros Insulares, a los que se quiere dotar de la autonoma
necesaria, se contar con la implicacin de los Cabildos6 y los ayuntamientos interesados.
De esta forma se aspira a poder contar con un mayor nmero de colegios y entidades,
aumentando de esta forma el nivel de representatividad del Foro Canario de la Infancia y,
al mismo tiempo, extender la educacin en valores y para la ciudadana a un mbito mayor
del Archipilago Canario. La previsin es que se constituyan estos Foros Insulares de
forma consecutiva en una fecha prxima al 20 de noviembre y que el trabajo y las aportaciones resultantes tengan el carcter de propuestas insulares. Los chicos y chicas que se
renan en el Foro Canario hablarn y participarn tambin en representacin de sus islas.
De esta forma el Foro de la Infancia se convertir en un espacio de intercambio y conocimiento entre menores de todas las islas por encima de la realidad insular de Canarias.
Los Foros Insulares, a diferencia del Foro Canario, se organizarn en una sesin de
maana y tarde en uno de los centros participantes o en algn recinto de carcter pblico.
Se tratar de resumir en este espacio una programacin similar a la realizada hasta ahora,
combinando las puestas en comn con las actividades formativas.
Esperamos que en un futuro ms o menos inmediato la articulacin de los Foros Insulares con el Foro Canario de la Infancia proporcione una estructura estable y adecuada al
servicio de nuestros nios y nias y que lo que se acuerde, se proponga y se delibere en ella
sea tenido en cuenta a la hora de disear y ejecutar polticas que afecten a los menores.
La Filosofa del Foro de la Infancia se inspira en una corriente pedaggica que entiende a los menores como sujetos de derechos y los considera como ciudadanos y ciudadanas plenamente constituidos. Esto no significa que puedan ser completamente autnomos
en todos los rdenes de la vida. Evidentemente, por cuestiones propias de su de minora
de edad, permanecen bajo la tutela de sus padres y madres, tutores y tutoras o del profesorado en lo que concierne a las cuestiones docentes. Pero cualquier proceso educativo
debe tener como finalidad la progresiva emancipacin de los individuos. Y en este sentido debe tratrseles como ciudadanos y ciudadanas, atribuyndoles responsabilidades y
ejercitndolos en sus derechos, en sus obligaciones y libertades.
Desde luego, la cuestin de cmo poner en prctica una verdadera educacin para la
ciudadana, de cmo considerar a los y las menores de edad en relacin a los derechos ciudadanos, ha suscitado una amplia controversia.7 En el Foro Canario de la Infancia, en este
sentido, suscribimos las palabras de Jean Le Gal, pedagogo militante del Movimiento
Freinet, cuando sostiene que al apostar por la libertad, la autonoma, la responsabilidad
y la capacidad de discernimiento del nio, le permitiremos que los actualice y que se convierta en un ciudadano libre, autnomo y responsable, capaz de vivir con los dems en una
sociedad democrtica.8 Esto, adems, ha quedado plasmado en la Convencin Internacional de los Derechos del Nio. Documento que constituye el referente fundamental que
5 Se pretende, adems, que las distintas convocatorias del Foro Canario de la Infancia vayan rotando por
cada una de las islas.
6 rganos de gobierno de carcter insular, similares a las Diputaciones Provinciales.
7 Ver LE GAL, J. (2005): Los derechos del nio en la escuela. Barcelona. Grao.
8 Ibidem, pag 16.
384
inspira el Foro Canario de la Infancia y con cuya promocin y difusin se siente comprometido.
La metodologa del Foro Canario de la Infancia se basa en la consideracin del menor
como un ciudadano o ciudadana activa y responsable, capaz de manifestar su opinin y de
tener razones fundadas para hacerlo, capaz de debatir seriamente sobre los problemas que
le ataen y sobre la sociedad en la que viven y de aportar soluciones y propuestas. De esta
manera se pretende tambin educar en el contexto de una sociedad abierta, participativa y
democrtica. Esto supone adems, lgicamente, una nueva disposicin y sensibilidad por
parte, principalmente, de los educadores y educadores, lo cual implica un proceso de
aprendizaje continuo.
Una de las palabras claves es participacin. En el contexto escolar el fomento de la
participacin constituye una herramienta fundamental para la educacin para la ciudadana. Una participacin que, en todo caso, debe estar acompaada del fomento del trabajo
en equipo, del respeto al otro, de la capacidad de saber escuchar, del compromiso con proyectos de solidaridad, de saber interactuar con las normas. De esta forma se construye una
identidad democrtica y ciudadana. El Foro Canario de la Infancia trata de impulsar esta
filosofa en la escuela y de ponerla en prctica en sus convocatorias.
Al mismo tiempo, el Foro Canario de la Infancia se siente comprometido con toda
aquella iniciativa que contribuya a la participacin social de los menores. En este sentido,
otra fuente de inspiracin es el proyecto internacional La Ciudad de los Nios, promovido por el pedagogo Francesco Tonucci9 y el Istituto di Scienze Della Congniziones del
Consiglio Nazionalle delle Richerche de Roma.
La filosofa del proyecto La Ciudad de los Nios parte de la idea de que nuestras
urbes no estn pensadas por y para los nios. En todo caso estn diseadas para un varn,
adulto, trabajador y que se desplaza en coche. Si las ciudades estuvieran pensadas por y
para los nios la calidad de vida que se alcanzaran en stas, las nuevas formas de relacin
social que se estableceran, redundara en una mejora de la calidad de vida para toda la
ciudadana (y fundamentalmente a los colectivos desfavorecidos). Este proyecto hace hincapi tambin en la necesidad de fomentar la participacin social de los nios y nias
sobre todo a escala municipal. Pone el acento en el compromiso explcito del alcalde o
alcaldesa quien crea un Consejo de Nios y Nias para que le ayude en el mejor gobierno
de la ciudad, comprometindose a tener en cuenta sus propuestas.10
Nuevamente, el Foro Canario de la Infancia participa de unos planteamientos que parten de que la primera y ms importante accin que ha de emprenderse es la de dar a los
nios el papel de los protagonistas, darles la palabra, permitirles expresar opiniones; y los
adultos ponernos en actitud de escucharlos, de desear comprenderlos y con voluntad de
tomar en cuenta aquello que dicen11.
En la medida en que estas iniciativas se generalicen tendramos que intentar combinar
las distintas acciones y articularlas para evitar solapamientos. Un ejemplo de esta coordinacin se da en Fuerteventura, donde el Cabildo de esta isla organiza ya un Foro Insular
9 El famoso pedagogo italiano Francesco Tonucci ha colaborado durante aos con los Movimientos de
Renovacin Pedaggica de Canarias. En el mes de febrero de 2006 visit la ciudad de La Laguna en el marco
de un ciclo de conferencias sobre Participacin Social, organizadas por este municipio. Como consecuencia de
esta intervencin, la ciudad de La Laguna se adhiri al proyecto La Ciudad de los Nios y se comprometi
a crear el Consejo de Nios y Nias.
10 Tonucci, F. (2004): La ciudad de los nios. Madrid, Fundacin Germn Snchez Ruiprez.
11 Ibidem, pag 53.
385
de la Infancia, con la participacin de la mayora de las escuelas, y del que sale una representacin al Foro Canario de la Infancia. La organizacin de Consejos Municipales de la
Infancia, en la medida en que se conviertan en cauces autnticos de participacin de nios
y nias, seran un elemento fundamental en la promocin de una educacin para la ciudadana.
Por otra parte, la Convencin Internacional de los Derechos del Nio ha promovido en
unos casos o impulsado en otros, instituciones que promueven la participacin infantil y
que luchan por la promocin de esta parte fundamental de la poblacin mundial. Podemos
citar el Parlamento Mundial de los Nios, iniciativa promovida por la ONU y que se reuni en Pars 1999 con motivo del dcimo aniversario de la Convencin, o la Asociacin
Internacional de Ciudades Educadores (tambin auspiciadas por la ONU y la UNESCO).
Como se indic al principio, la colaboracin de UNICEF-Canarias con la Subcomisin
Tcnica del Foro Canario de la Infancia aporta la visin de una institucin de reconocido
prestigio en la promocin mundial de los nios y las nias. Sus Informes sobre el Estado
Mundial de la Infancia, constituyen un referente para el trabajo del Foro y de las escuelas
que participan en el mismo.
Entre unas iniciativas y otras, el trabajo en las escuelas se va progresivamente enriqueciendo. Recientemente se ha invitado a los colegios que forman parte del Foro Canario de la Infancia a que se integren en la Red Canaria de Escuelas Solidarias, una institucin que, bajo distintos formatos, lleva ya 12 aos de trabajo en nuestras islas. Esta Red,
que hasta ahora ha estado enfocada tradicionalmente a los centros de educacin secundaria, empezar a partir de ahora a elaborar proyectos de colaboracin entre las dos etapas
educativas. A esto hay que sumar distintas iniciativas de participacin ms o menos estables que se dan en las escuelas canarias, como son comisiones de convivencia formadas
por el alumnado o de constitucin mixta, comits de solidaridad y Derechos Humanos,
actividades encaminadas a la resolucin de conflictos, la educacin para la convivencia, o
la educacin intercultural, etc.
En este contexto, el Foro Canario de la Infancia aspira a convertirse en un Consejo de
la Infancia Canaria y en el referente de participacin de los nios y nias de nuestro archipilago. Las dos ediciones llevadas a cabo hasta ahora permiten suponer que se est en el
camino adecuado y que los beneficios sociales que se pueden obtener de este proceso compensarn con creces las dificultades propias de un proyecto de este calado.
386
5 Seccin
Investigacin y docencia en
educacin comparada
PROGRAMAS DE MOVILIDAD:
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES1
Esther Belvis Pons
Maria Victoria Moreno Andrs
Universidad Autnoma de Barcelona
1. INTRODUCCIN
En el contexto actual caracterizado por la globalizacin, -con los enormes cambios
econmicos, sociales y culturales que comporta- la creacin del Espacio Europeo de Educacin Superior (EEES) puede, sin duda, ser un excelente instrumento de desarrollo del
bienestar de los ciudadanos. El dinamismo de la economa y la profundizacin en la participacin democrtica dependern, en gran medida, de la forma en que las sociedades
incorporen los cambios y asuman las transformaciones sociales que conllevan. En este
contexto, la formacin cientfica, humanstica, artstica y tcnica adquiere una relevancia
social fundamental, no slo como soporte del itinerario del aprendizaje para la actividad
profesional, sino tambin como fundamento para el proceso de construccin de una comunidad europea de ciudadanos. La institucin universitaria, que siempre ha jugado un papel
decisivo en el desarrollo cultural, econmico y social de los estados europeos, debe desempear una funcin decisiva en este nuevo escenario.
La Declaracin de Bolonia ha puesto en marcha el Espacio Europeo de Educacin
Superior. Pretende la armonizacin de las estructuras de la enseanza superior y un sistema comn de crditos que permitan la promocin de la movilidad y la supresin de obstculos para el ejercicio libre de la misma por los estudiantes, profesores y personal
administrativo de las universidades y otras Instituciones de enseanza superior europea. En el desarrollo del propio Proceso de Bolonia un elemento clave para encauzar e
1
Este artculo est basado en la investigacin llevada a cabo por Ferran Ferrer (dir), Pilar Pineda, Joan
Senent, Javier M. Valle, Luis M. Naya, y Vicente Llorent - con el soporte de Victoria Moreno y Esther Belvis,
investigadoras del grupo de la Universidad Autnoma de Barcelona - bajo el ttulo Estudio sobre la movilidad
de los estudiantes universitarios en Espaa. ndice de elegibilidad, factores explicativos y propuestas de mejora financiada por el Ministerio de Educacin y Ciencia del gobierno espaol en su programa EA-2005, n de
proyecto 122448.
393
impulsar los objetivos fue el Consejo de Lisboa de 20002, que defini con prioridad que
en el perodo 2000-2010 la Unin Europea se convirtiera en la economa basada en el
conocimiento ms dinmica y competitiva del mundo. Para dar crecimiento y coherencia
a todos estos cambios, los programas de movilidad se convierten en el vehculo perfecto
para activar una red de conocimiento y de personas que conformen de forma vivencial este
entramado legislativo. En los ltimos aos en el conjunto de la Unin Europea se ha producido un aumento tanto en el nmero de profesores como de estudiantes que participan
en los programas3. Esta evolucin tambin se observa claramente en los datos relativos a
Espaa, aunque son necesarias dos matizaciones.
La investigacin realizada Estudio sobre la movilidad de los estudiantes universitarios en Espaa. ndice de elegibilidad, factores explicativos y propuestas4 financiada por
la Direccin General de Universidades tiene como objetivo general el estudio de la movilidad de los estudiantes Erasmus y Sicue, en el mbito de la UE y en el contexto universitario espaol. El estudio pretende conocer el alcance y los flujos de la movilidad, al
mismo tiempo que analiza los principales factores que influyen e inhiben la participacin
en los programas de movilidad en las Facultades de Educacin de cinco universidades
espaolas5. En este artculo se presentan los resultados obtenidos sobre los factores que
inciden en la movilidad hacindose una valoracin al respecto de la igualdad de oportunidades en referencia a la participacin en los mismos. Algunas cuestiones a considerar fueron: son suficientes los recursos econmicos pblicos que se invierten en la movilidad?;
la movilidad se promueve de manera igualitaria desde las diferentes universidades europeas?; todos los estudiantes se plantean la posibilidad de participar en programas de
movilidad?; Los programas de movilidad dan respuesta a las necesidades de los estudiantes y viceversa, es decir, la movilidad de los estudiantes responde a los objetivos previstos?
2. LOS PROGRAMAS DE MOVILIDAD
El programa Erasmus que entra en vigor el 19876 con clara vocacin europesta, ha
resultado el impulsor de la movilidad acadmica en los ltimos veinticinco aos. Los principales objetivos del mismo se centran en conseguir un aumento importante del nmero
de estudiantes de universidad el concepto de universidad entendido de forma amplia y
flexible de forma que se disponga de personal con una experiencia directa en la vida
econmica y social de otros Estados miembros. Se pretende, asimismo promover la cooperacin entre las universidades, movilizando el potencial intelectual de profesores y
alumnos. En definitiva, se busca la consolidacin de una Europa de los ciudadanos a travs del establecimiento de relaciones, en este, caso acadmicas.
2
394
Decisin no 253/2000/ce del Parlamento Europeo y del Consejo de 24 de enero de 2000 por la que se establece la segunda fase del programa de accin comunitario en materia de educacin Scrates.
395
El programa SICUE est en plena expansin. Hay que tener en cuenta que uno de los
factores que pueden ser motor de su xito es el montante econmico recibido respecto al
programa Erasmus; la beca recibida es cuatro veces superior. Dado que son menores los
gastos y disminuye la dificultad lingstica es de prever que en el futuro sea un posible
competidor de la movilidad europea. Pese a encontrar ciertos aspectos comunes- propios
de la movilidad acadmica- los programas se acogen a objetivos diversos, que se ratifican
a partir de los propios objetivos de movilidad del estudiantado.
3. METODOLOGA
El estudio se fundamenta en tres ejes metodolgicos: el anlisis documental, la aplicacin del ndice de flujos de movilidad, y el trabajo de campo para la recogida de datos. La
metodologa utilizada contempla la utilizacin de instrumentos8 de talle cualitativo foros
de discusin- y de talle cuantitativo cuestionarios - para abordar las diferentes variables
del estudio. Cada una de las universidades participantes se encarg de realizar la aplicacin de los mismos a la muestra asignada, a partir de los criterios previamente establecidos por el equipo de investigacin
La muestra incluy un total de 226 participantes que se dividan en dos categoras terminolgicas que sirvieron para definir submuestras9 de anlisis en la explotacin de los
datos.
El cuestionario
El cuestionario es el instrumento a partir del cual se recogi toda la informacin de tipo
cuantitativo. La elaboracin del mismo se hizo a partir de un listado de variables e indicadores10 que recogan los principales aspectos vinculados con la movilidad y que se concretaron posteriormente en una serie de tems. Estos seran organizados en bloques para facilitar el anlisis de la informacin. La validacin estuvo a cargo del grupo de investigacin
que asimismo estableci la definicin de la muestra (226 participantes). El reparto de los
cuestionarios se realiz de forma presencial y a travs del correo electrnico.
El foro de discusin
El foro de discusin recogi informacin de tipo cualitativo, permitiendo profundizar
la informacin sobre temas clave y ayudando as a matizar los resultados obtenidos con el
cuestionario. Los indicadores y variables contemplados son los mismos que en el cuestionario; partiendo de ellos se construye un guin de foro que dinamice la discusin grupal
sobre cuestiones a tratar. El registro de los resultados se realiz a travs del soporte audio
y a partir de las informaciones extradas se realiz un informe cualitativo donde se incluan las opiniones de los participantes en las diferentes universidades.
La muestra
La muestra de estudiantes que respondi el cuestionario fue de 226 estudiantes distribuidos entre las 5 universidades, de los cuales 72 participaron en foros de discusin
8
Ver anexo.
Estudiantes IN: aquellos estudiantes de la propia universidad enviados a otros centros.
Estudiantes OUT: aquellos estudiantes de otros centros recibidos en la propia universidad.
10 Ver anexo.
9
396
Universidad
Total
UAB
UAM
UAV
US
UPV
Programa movilidad
Origen estudiante11
Erasmus
Sicue
OUT
IN
N
%
N
%
N
%
N
%
59
35,12
17
29,31 55 33,95 21
32,81
43
25,60
0
0,00
28 17,28 15
23,44
34
20,24
14
24,14 39 24,07
9
14,06
15
8,93
9
15,52 13
8,02
11
17,19
17
10,12
18
31,03 27 16,67
8
12,50
168
100,00
58 100,00 162 100,00 64 100,64
4. PRINCIPALES RESULTADOS
4.1. El perfil del estudiantado Erasmus y Sicue y las caractersticas de los
programas de movilidad
Los resultados cuantitativos obtenidos nos permiten dibujar, en primer lugar los rasgos
comunes que caracterizan a los estudiantes inscritos en los programas de movilidad Erasmus y Sicue de las Facultades de Ciencias de la Educacin y, en segundo lugar, las caractersticas pedaggicas de sendos programas de movilidad. La relacin entre los dos conjuntos de factores permitir analizar qu tipo de desigualdades socioeducativas se detectan en el contexto de la participacin en los programas de movilidad. Las variables de perfil de los estudiantes y de caractersticas de los programas ms significativas para el anlisis son las siguientes:
La realizacin de estancias en el extranjero
El nivel de idiomas de los estudiantes
Los requisitos de los programas de movilidad
La realizacin previa de estancias en el extranjero influye de forma positiva en la
movilidad, ya que genera inters y curiosidad por otros contextos y culturas. La mayora
de estudiantes ha tenido diversas experiencias de movilidad un 72,12% de los estudiantes. Las estancias son sobre todo por motivo de estudios un 90,86% de los estudiantes; las estancias por motivos de turismo-ocio o laborales tambin aparecen como un factor de la movilidad. Esto hecho permite plantear la hiptesis que los estudiantes que no
11 Los estudiantes de origen OUT son aquellos espaoles que marchan a realizar programas de movilidad
fuera del pas y los estudiantes de origen IN son aquellos que vienen a estudiar a las universidades del estudio
procedentes de otra universidad.
397
tienen posibilidad de realizar estancias en el extranjero o no han participado en las mismas de un u otro tipo- tienen menos posibilidades de participar en los programas Erasmus o Sicue.
Figura 2. Comparacin de medias de las puntuaciones de Erasmus y Sicue entre los
motivos de movilidad: contactos en el extranjero y deseo de viajar.
El hecho de tener contactos en el extranjero es una variable que est muy vinculada a
las estancias en el extranjero. Dicha variable tiene ms peso como motivo de movilidad
para los estudiantes Erasmus que para los estudiantes Sicue12 (figura 2), probablemente
porque sta tiene ms relacin con la movilidad internacional que con la nacional, y debido a las dificultades que conlleva una estancia en el extranjero y el apoyo que supone tener
conocidos cerca; para los Erasmus la movilidad es ms incierta y este factor les dara seguridad13.
Los estudiantes Erasmus y Sicue coinciden en que un motivo importante de movilidad
tiene que ver con el deseo de viajar (figura 2). De hecho, la posibilidad de viajar es uno
de los motivos de movilidad14 que ms puntan los estudiantes. Los programas de movilidad son vistos como la posibilidad de viajar, de enriquecimiento ldico-cultural y de crecimiento personal. Esto pone en tela de juicio que se cumplan los objetivos de los programas de movilidad ya que se observa cmo, en general, los estudiantes estn ms motivados por aspectos personales que por acadmico-profesionales.
De entrada, existen diferencias significativas a la hora de situar el conocimiento de
idiomas en la escala de motivos de movilidad de Erasmus y Sicue, lgicamente debido
a que los Sicue se mueven entre comunidades autnomas que tienen como idioma com-
12 Tal y como muestra la figura 2 los Erasmus puntuan el motivo de movilidad contactos en el extranjero,
en una escala de 0 a 5, con un 3,2 y los Sicue con un 2,26. Esta diferencia que es significativa desde el punto
de vista estadstico con una significacin de 0,002.
13 Tener conocidos en el destino es un motivo medianamente importante para la movilidad de los Erasmus,
pero dichos estudiantes no acostumbran a tener conocidos en el destino, de manera que es una motivacin ms
cercana a lo deseado que a lo resultante.
14 Por motivos de movilidad entendemos aquellos factores que impulsan al estudiante a participar en un
programa de movilidad, independientemente del destino y de sus caractersticas.
398
partido el castellano; no obstante, el hecho de aprender otro idioma es una variable con
claro protagonismo en la movilidad15 que, por un lado, influye -casi de forma exclusiva- en la eleccin del destino, y por otro lado, influye en las facilidades o dificultades
con que cuentan los participantes a la hora de iniciar una experiencia en un lugar
forneo.
El ingls es el idioma que presenta un mayor dominio por parte de los estudiantes un
62,22% dominan el ingls. En el caso del resto de idiomas -francs, alemn e italiano-, la
mayora del estudiantado manifiesta no tener conocimiento alguno. Pero los idiomas pueden influir de forma diversa en los estudiantes -como impulsor y facilitador de la experiencia de movilidad o como inhibidor de la misma- segn sea el nivel de conocimiento
que tengan de los mismos.
Si tenemos en cuenta las caractersticas de los alumnos observamos, principalmente,
que existe relacin entre el nivel de estudios del padre y la madre respecto al dominio de
la lengua inglesa, que es la lengua por extensin del mundo laboral y cientfico aparte de
ser el idioma extranjero que se estudia en la enseanza obligatoria. As, aquellos estudiantes cuyos padres y madres no tienen estudios manifiestan no tener conocimiento del
idioma o tener un conocimiento bajo. En cambio, para el resto del estudiantado -cuyos
padres y madres tienen estudios primarios, secundarios o superiores- el nivel de ingls es
medio/alto. El nivel cultural del entorno familiar puede tener implicaciones en la movilidad del estudiantado ya que a menos estudios de los padres menos conocimiento de la lengua y dados los resultados se observa que la mayora de participantes provienen de un
entorno cultural medio-elevado.
Por ltimo, otro factor que favorece el dominio de idiomas es tener amigos extranjeros o haber participado en otro programa de movilidad. Ambos factores se vinculan con
el factor estancias en el extranjero que se ha comentado como promueven el conocimiento de otras lenguas, y por tanto, incentivan la movilidad.
Las diferencias entre los requisitos para la participacin en los programas Erasmus
y Sicue tienen un notable impacto en el perfil de los estudiantes que participan y en los
motivos por los cuales participan en la movilidad.
Para el estudiantado Erasmus el principal requisito para el programa de movilidad es
precisamente el conocimiento mnimo de la lengua de instruccin; los estudiantes deben
acreditar el cumplimiento de este requisito independientemente del nivel acadmico que
tengan- para ser aceptado por la universidad de destino, no obstante, extraamente el estudiantado comenta que esta norma no se cumple en bastantes casos. Sea cual fuere la realidad del cumplimiento del requisito, la base del mismo limita la movilidad a aquellos
estudiantes con mayor conocimiento de idiomas, que son a su vez aquellos estudiantes que
han tenido mayores oportunidades para estudiarlos y practicarlos.
Para la mayora de los estudiantes Eramus los motivos acadmicos de movilidad no
resultan un factor de peso, sino que ocupan un papel ms secundario. Este hecho, adems
de hacer referencia a un perfil determinado de estudiante, tambin es consecuencia de la
poca informacin con la que cuenta el estudiante sobre las universidades de destino; en
concreto, el estudiantado Erasmus opina que hay poca informacin sobre las posibilidades
acadmicas en los diferentes destinos, as como una falta de actualizacin de la informa15 Estadsticamente, la puntuacin media del factor idioma es la ms elevada, aunque no sea relevante para
los estudiantes Sicue debido a la mayor proporcin muestral de los Erasmus y a la alta valoracin que recibe
por la mayora de estos estudiantes.
399
cin a la que se puede acceder. Asimismo, hay mayores dificultades para reconocer los
crditos ya que se trata de planes de estudio de otros pases y la seleccin de las asignaturas es dificultosa por la falta de informacin.
Para los Sicue el principal requisito para la movilidad es la nota media de su expediente
acadmico, requisito que funciona a modo de criterio para la asignacin de becas en funcin de la ordenacin priorizada de las puntuaciones de los candidatos solicitantes. De
forma consecuente, los estudiantes del programa Sicue son aquellos que gozan de un perfil acadmico con mejores calificaciones.
No es de extraar, pues, que respecto a los motivos acadmicos de movilidad, los
estudiantes Sicue presenten un elevado inters por cursar ciertas asignaturas o especialidades que no se ofertan en la propia universidad de origen, y les motivan factores
vinculados al prestigio de la universidad de destino o a las metodologas docentes utilizadas.
4.2. El contexto familiar de los estudiantes Erasmus y Sicue y las caractersticas del
destino de la movilidad
Para analizar las posibles desigualdades de tipo socioeconmico a que se deben
enfrentar los estudiantes motivados a participar de la movilidad es necesario poner en
relacin el contexto familiar de los estudiantes y la ayuda econmica con qu puede
contar para la participacin en el programa, con la incidencia que tiene el nivel socioeconmico del lugar de destino en la decisin del estudiante. Las variables de contexto familiar y de caractersticas del destino ms relevantes para el anlisis son las
siguientes:
El nivel educativo y socioeconmico de los padres
Las ayudas econmicas previstas para la movilidad
El nivel socioeconmico del lugar de destino
El perfil de los estudiantes Erasmus y Sicue est muy condicionado por el conjunto de
factores que hacen referencia a su contexto familiar ya que el 79% vive con sus padres o
familiares y el 73,18% no es econmicamente independiente, esto es, las caractersticas de
su entorno familiar determinan significativamente sus posibilidades y condiciones de participacin en los programas de movilidad.
Figura 3. Nivel de estudios del padre y de la madre.
400
16 As muestra la figura 4 los Sicue dan ms peso en los motivos de eleccin de destino a la ayuda econmica prevista que los Erasmus; la diferencia entre las puntuaciones es estadsticamente significativa en un nivel
del 0,000.
17 Los Sicue valoran ms las facilidades de alojamiento del destino de los Erasmus; la diferencia enre las
puntuaciones es estadsticamente significativa en un nivel del 0,016.
401
18
402
403
Las influencias del entorno personal del estudiante son un conjunto de variables que
pueden incidir mucho en el planteamiento de movilidad que se hace el estudiante, ya que
la experiencia supone afrontar una serie de retos que se emprenden con ms seguridad si
se cuenta con el apoyo, no slo econmico sino tambin afectivo y moral, de las personas
ms importantes del entorno personal y acadmico del estudiante.
Las principales influencias personales (figura 5) son la que ejercen los amigos, as
como la que ejercen otros estudiantes Eramus/Sicue. Podemos determinar que el grupo de
amigos, as como los compaeros de universidad son los que informan y tienen un peso
mayor en la adhesin a los programas. La influencia de la familia tambin es importante
ya que promueve o inhibe la participacin en los propios programas, aunque no es determinante en la decisin. El profesorado o del grupo de coordinacin Erasmus/Sicue, segn
el estudiantado, ejerce una influencia mnima respecto a la movilidad, pero se puede
observar como es ms valorada por los Erasmus que por los Sicue19. Este factor puede
estar relacionado con la necesidad de con mejores campaas de promocin o una mejor
valoracin de los mismos por los profesores.
Concretamente, los estudiantes de nuestro pas valoran que las universidades espaolas hacen poca difusin y promocin de los propios programas en los diferentes entornos
universitarios cosa que condiciona la participacin en los mismos. Se observa que la incidencia tanto del profesorado se considera que ste no los valora suficientemente- como
del grupo de coordinacin de los programas es mnima. En general, el estudiantado manifiesta que el profesorado no incentiva la participacin, al contrario, algunos muestran
hasta ciertas reticencias; por lo que respecta a la coordinacin, la difusin que se realiza,
as como el soporte y apoyo que se da al estudiantado resulta insuficiente. En consecuencia, se observa que la difusin se realiza ms entre el estudiantado y no a partir de los propios rganos y miembros de las universidades. As pues, las instituciones encargadas de
gestionar e incentivar la movilidad, segn los estudiantes, no funcionan adecuadamente,
ya que a veces inhiben ms que promueven la participacin. A menudo, los estudiantes inician el periodo de movilidad sin tener la certeza de la equivalencia de las calificaciones
que obtenga en la universidad de destino y con calendarios universitarios que difieren y a
veces se solapan. Estos aspectos son claros condicionantes en lo que respecta a la participacin como a la valoracin que se hace de los programas de movilidad.
En general, se detecta que las influencias personales tienen ms peso entre, principalmente, aquellos participantes que viven con los padres o algn familiar y no son econmicamente independientes, ya que estn ms condicionados por el entorno afectivo. Esta
influencia tambin se da entre el estudiantado de gnero femenino, posiblemente, porque
los aspectos emotivos pesan ms en las mujeres.
En la figura 6 vemos como en general las diferentes actitudes de las personas ms cercanas padre, madre, pareja y amigos tienden a ser positivas. La pareja es quien muestra un porcentaje ms alto de actitud de enfado (un 10,10%), seguido del padre (9,22%),
de la madre (5,86%) y en ltimo lugar de los amigos que apenas tendran ese tipo de actitud (0,45%).
La influencia de la familia suele ser positiva: la mayora de padres y madres muestran
una actitud de satisfaccin hacia la participacin en los programas de movilidad. La movilidad va acompaada por la aprobacin del entorno familiar. En el caso de la madre, adems, se observa que la actitud de satisfaccin suele ser mayor respecto a las chicas que a
19
404
los chicos; este resultado puede marcar la tendencia actitudinal de la madre de desear posibilidades para la mujer del siglo XXI que no se daban antes.
Figura 6. Comparacin de porcentajes segn actitudes de la familia y
amigos frente al programa de movilidad.
An as, la actitud est condicionada, tanto en el caso de los padres como de las
madres, por el nivel cultural y social. Los resultados muestran que a ms nivel de estudios
mayor satisfaccin de los padres y las madres. Destaca que en ambos casos la actitud de
enfado se da, solamente, cuando los padres y las madres no tienen estudios. Si nos referimos a la actividad laboral, observamos que la mayora de los padres de los participantes
realizan actividades laborales como tcnicos, cientficos e intelectuales y son adems, los
que muestran mayor satisfaccin. En el caso de las madres, la mayora tiene estudios primarios o superiores, y como en el caso de los padres, aquellas que realizan una actividad
laboral como tcnicas, cientficas o intelectuales son las que muestran mayores niveles de
satisfaccin.
La mayora de padres y madres del alumnado de la muestra, tal y como hemos comentado con anterioridad, se caracterizan por un nivel socioeconmico y educativo medioalto. Es este colectivo de padres y madres muestra mayores niveles de satisfaccin ya que
tiene un mayor conocimiento del entorno universitario y sus posibilidades, es decir, pueden valorar mejor las implicaciones derivadas de la propia participacin en los programas
de movilidad -debido a su propia experiencia universitaria- y pueden dar ms apoyo econmico. As, aquellos estudiantes que provienen de entornos familiares menos favorecidos, tienen menos apoyo familiar. Este hecho tiene una clara implicacin respecto a la
igualdad de oportunidades en la participacin en los programas; las dificultades son mayores para los estudiantes de entornos familiares con menos recursos ya que, aparte del
soporte econmico, no tienen apoyo familiar.
A este hecho se une que los estudiantes Erasmus de nuestro pas, suelen ser los que
reciben menos ayuda respecto a los estudiantes de otros pases. El nivel socioeconmico
influye en la movilidad y condiciona la participacin en los programas; los estudiantes
Eramus del resto de los pases de europa, al recibir ms ayuda tienen ms autonoma al
tomar la decisin de participar.
405
La influencia que ejercen los amigos es el principal factor de influencia personal respecto a los programas de movilidad y supone la principal fuente de informacin y promocin de los mismos. Los resultados indican que hay dos perfiles de participante; la mayora prefiere realizar el programa solo, es decir, valora la autonoma y la independencia, el
resto, en cambio, ms dependiente (convive con los padres), prefiere realizar el programa
con amigos. Los amigos muestran una actitud de satisfaccin frente a la movilidad.
Finalmente, la influencia de la pareja no resulta un factor de peso, frente a la familia
y los amigos. La actitud de la misma suele ser de satisfaccin, en general, se viva con los
padres, los amigos o la pareja, o bien, solo.
El conocimiento e inters por la cultura de destino son factores explicativos de la
movilidad. Existe la tendencia a que los estudiantes que tienen un mayor conocimiento y/o
inters cultural del destino o tienen all sus amigos o pareja vinculen este hecho al propio
motivo de eleccin del destino. Los Sicue conocen ms esta cultura en cuanto a que se
trata de un programa que abarca el territorio espaol y por lo tanto, las diferencias culturales entre los diversos destinos son menores; asimismo, la mayora de Sicue afirman tener
conocidos all. Desde el punto de vista de la igualdad de oportunidades, a partir de estos
resultados tambin se infiere que se tienen ms posibilidades y oportunidades de participar en programas de movilidad, cuanto mayor conocimiento se tiene de la cultura, del
lugar o de las personas del destino o cuanto mayor inters por el destino se incentiva y se
desarrolla.
5. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
Teniendo en cuenta los aspectos sealados, podemos afirmar a modo de conclusin,
que la movilidad est condicionada por un perfil de estudiante que busca la madurez personal, la experiencia de turismo y ocio y la adquisicin de un perfil profesional. Pese a que
los programas responden a ellos, se observa que no hay igualdad de oportunidades en la
participacin debido al origen socioeconmico y cultural de los participantes. Asimismo,
las facultades y escuelas universitarias no inciden, como sera de esperar, en la promocin
y difusin de los propios programas. Pese a que todo el estudiantado participante repetira
la experiencia, sera deseable ampliar las oportunidades y ajustar la realidad a ciertos objetivos que persiguen los programas, en referencia a motivos acadmicos y de identidad
europea (en el caso de los Erasmus).
Atendiendo a estas conclusiones principales, presentamos a continuacin una serie de
propuestas que pretenden mejorar la movilidad y estimularla. Destacamos ya de entrada,
como muchas de las cuestiones que se tratarn ya estn resueltas para el programa Sicue.
Uno de los principales aspectos a resolver es el tema de la financiacin y las ayudas
concedidas para garantizar la igualdad de oportunidades, especialmente en el caso del programa Eramus. Los destinatarios de las propuestas para garantizar los propios principios
del programa van destinados tanto a la administracin pblica como a la UE.
La administracin pblica debera mejorar la financiacin del programa teniendo en
cuenta que: en la asignacin de la cuanta de las bolsas de ayuda econmica influya tanto
la renta por cpita del pas de origen como el de llegada, as como el nivel socioeconmico del estudiante. Esto no debe ser incompatible con las diferentes becas del MEC; el
MEC se debe involucrar e implicar en los complementos de financiacin que se dan a
nivel estatal a partir de las comunidades autnomas y de las universidades. En estos complementos se debe tener en cuenta la duracin de la estancia y no asignar una ayuda generalizada.
406
20
Europa no se har en un da ni sin dificultades. Nada duradero se desarrolla con facilidad. Sin embargo, ya est en marcha.
407
408
INTRODUCCIN
El 3 de Octubre de 1990 se aprob la nueva ley que reestructura el sistema educativo
espaol denominada LOGSE y que continua vigente en la actualidad. Tomando este dato
como referencia, nos realizamos una pregunta Cunto distar el Sistema Educativo espaol de un Sistema Educativo de otro pas en lo que a la educacin secundaria se refiere?
Para ahondar en la respuesta a esta incgnita, hemos decidido realizar un estudio comparativo de la Educacin Secundaria Obligatoria impartida en Espaa y en la Repblica
Colombiana. Para ello, consideramos importante otorgar los datos ms significativos de
cada pas con el objetivo de poder interpretar mejor los datos expuestos en la yuxtaposicin y comparacin.
Comenzaremos por abordar el Sistema Educativo Colombiano, siempre refirindonos
a la Educacin Secundaria Obligatoria; La Ley General de Educacin vigente hoy da
(desde el 8 de febrero de1994) es la denominada Ley 115 bajo la cual se entiende que la
Educacin Secundaria Obligatoria corresponde a una Educacin Bsica en su etapa final,
es decir, desde los 11 a los 14 aos de los alumnos. Nos resulta de vital importancia nombrar los objetivos generales de la Educacin Bsica Secundaria Obligatoria que ms nos
han llamado la atencin:
La valoracin y utilizacin de la lengua castellana como medio de expresin literaria y el estudio de la creacin literaria en el pas y en el mundo.
El desarrollo de actitudes favorables al conocimiento, valoracin y conservacin de
la naturaleza y el ambiente.
La comprensin de la dimensin prctica de los conocimientos tericos, as como la
dimensin terica del conocimiento prctico y la capacidad para utilizarla en la solucin de problemas.
409
La iniciacin en los campos ms avanzados de la tecnologa moderna y el entrenamiento en disciplinas, procesos y tcnicas que le permitan el ejercicio de una funcin
socialmente til.
El estudio cientfico de la historia nacional y mundial dirigido a comprender el desarrollo de la sociedad, y el estudio de las ciencias sociales, con miras al anlisis de
las condiciones actuales de la realidad social.
El estudio cientfico del universo, de la tierra, de su estructura fsica, de su divisin
y organizacin poltica, del desarrollo econmico de los pases y de las diversas
manifestaciones culturales de los pueblos.
La apreciacin artstica, la comprensin esttica la creatividad, la familiarizacin
con los diferentes medios de expresin artstica y el conocimiento, valorizacin y
respeto por los bienes artsticos y culturales.
La comprensin y capacidad de expresarse en una lengua extranjera.
La valorizacin de la salud y de los hbitos relacionados con ella.
La utilizacin con sentido crtico de los distintos contenidos y formas de informacin
y la bsqueda de nuevos conocimientos con su propio esfuerzo.
Decir tambin que las asignaturas impartidas son similares a las que conocemos aqu
en Espaa, y que adems el calendario acadmico podr adaptarse a las costumbres y tradiciones regionales de las instituciones educativas, as como a las condiciones econmicas del mismo (funcionan dos calendarios: el de tipo A, que comienza el primer lunes de
febrero, y que se desarrolla en la mayora de Entidades Territoriales; y el B, que comienza el primer lunes de septiembre), siendo 25 las horas empleadas para la semana lectiva,
aunque en la puesta en prctica de la jornada continua se traduce en 35 horas1.
Segn la Renovacin Curricular, el currculo debe contemplar los fundamentos generales desde una perspectiva legal, como son el filosfico-epistemolgico, sociolgico,
psicolgico y pedaggico, adems de ello, el currculo debe poseer una serie de principios universales como los siguientes: Estar centrado en el alumno; Procurar una formacin integral; Mantener el equilibrio entre la conceptualizacin terica y prctica; Ser
dinmico, y Promover el estudio de los acontecimientos actuales de la vida nacional e
internacional.
La evaluacin se entiende de forma continua, integral, cualitativa y expresada en informes descriptivos que correspondan a las caractersticas mencionadas. Esta se realiza comparando el estado de desarrollo formativo y cognoscitivo del alumno con relacin a los
indicadores de logro propuestos. Como resultado de la superacin de la Educacin Bsica Secundaria, los alumnos obtienen el Certificado de Estudios del Bachillerato Bsico.2
En el caso espaol, se entiende la Educacin Secundaria Obligatoria de forma gratuita y se divide en cuatro cursos los cuales forman parte de dos ciclos (Ttulo I, Captulo III,
Art.18). Dicha etapa comienza a la edad de 12 aos y finaliza a los 16. La ESO, como se
conoce dicha etapa educativa, es impartida en relacin a diferentes reas de conocimiento; llegado al segundo ciclo de la misma comienza la oferta de asignaturas optativas. Una
vez acabada y superada la etapa los alumnos reciben un certificado o Graduado en Edu-
410
Ley Orgnica 1/1990, de 3 de octubre, de ordenacin general del Sistema Educativo: Ttulo I, Captulo
III, Art.17.
4 Ley Orgnica 1/1990, de 3 de octubre, de ordenacin general del Sistema Educativo: Ttulo I, Captulo
III, Seccin I, Art. 21.
5 Ley Orgnica 1/1990, de 3 de octubre, de ordenacin general del Sistema Educativo: (http://www.mec.es/cide/espanol/publicaciones/boletin/files/bol001oct00.pdf) consultado el 11 de abril de 2006.
6 Ley Orgnica 1/1990, de 3 de octubre, de ordenacin general del Sistema Educativo: Ttulo I, Captulo
II, Artculo 15.
411
cidos para el ciclo correspondiente, tanto en los cursos del primer ciclo como en los cursos del segundo ciclo, no obstante, en funcin de las necesidades educativas del educando, el Gobierno en concordancia con las Comunidades Autnomas establecer ciertas
limitaciones y condiciones.7 En cuanto a la realizacin de la evaluacin, es llevada a cabo
por el conjunto de profesores del grupo de alumnos, coordinados a travs del profesortutor del grupo mencionado y asesorados por el Departamento de Orientacin. A lo largo
del curso, se realizarn como mnimo tres sesiones de evaluacin, siendo el resultado de
las mismas recogido en el expediente acadmico y puesto en conocimiento de las familias mediante el modelo de comunicacin escrita establecido por el centro.
Aquellos alumnos que tras terminar la Educacin Secundaria Obligatoria hayan alcanzado los objetivos establecidos para la misma, recibirn el Ttulo de Graduado en Educacin Secundaria.
A continuacin, damos paso a al cuadro de yuxtaposicin para concluir este trabajo con
la comparacin de datos que en este aparecen.
YUXTAPOSICIN
VARIABLES
ESPAA
COLOMBIA
CONDICIONES DE
ACCESO
FINALIDAD DE LA
EDUCACIN
1. Transmitir a todos los alumnos 1. El desarrollo integral y permalos elementos bsicos de la culnente de la persona (habilidades,
tura.
aptitudes y valores).
2. Formarles para asumir sus debe- 2. Formacin en valores democrtires y ejercer sus derechos.
cos, en Derechos Humanos, en
3. Prepararles para la incorporacin
la participacin ciudadana, y en
a la vida activa o para acceder a
el respeto a la ley y smbolos
la formacin profesional especnacionales.
fica de grado medio o al bachillerato.
Ley Orgnica 1/1990, de 3 de octubre, de ordenacin general del Sistema Educativo: Ttulo I, Captulo
III, Seccin I, Artculo 22.
412
OBJETIVOS
PROGRAMAS DE
ESTUDIO: ELABORACIN
Currculum descentralizado:
Ministerio de Educacin: determina las enseanzas mnimas de
la ESO.
Comunidades Autnomas: adaptacin del currculum a su contexto socioeconmico y cultural.
Centros educativos: autonoma
en la definicin y programacin
de las materias optativas.
Currculum descentralizado:
Ministerio de Educacin y Entidades Territoriales: elaboracin
del Plan Nacional de Desarrollo
Educativo, para el cumplimiento
legal de la prestacin del servicio
educativo.
Centros educativos: autonoma para la elaboracin del Proyecto
Educativo Institucional (adaptado).
PROGRAMAS DE
ESTUDIOS: MATERIAS
413
METODOLOGA
SISTEMA DE EVALUACIN
PROMOCIN DE
GRADO
la tendencia de los pases europeos. Segn dicha ley, se alarga el periodo de escolaridad
obligatoria en dos aos por llenar el vaco legal existente en la ley anterior (Entonces era
hasta los 14 aos), adems la ley marca que al edad legal de iniciacin al mundo del empleo
comienza a los 16 aos. Al incluir la educacin secundaria en el periodo obligatorio consiguen aportar una mayor preparacin para aquellos que no continen con sus estudios.
Se entiende la educacin como medio o camino de lucha contra la injusticia social que
supone la desigualdad entre ciudadanos, por ello, justifican la prolongacin de la educacin obligatoria en dos aos; con ello tambin se pretende dar respuesta a las aspiraciones
de los ciudadanos en cuanto a una educacin de calidad se refiere, ya que las exigencias
formativas y productivas estn en continuo crecimiento.
Gratuidad
En ambos pases la escolaridad obligatoria es gratuita y as se refleja en sus leyes
vigentes; mediante esta accin se justifica el derecho a la educacin como bsico y fundamental adems de compensatorio frente a la desigualdad social. Una de las implicaciones ms directas de este hecho se refiere a que todos los ciudadanos sern subvencionados en materia de educacin por los estados correspondientes. Al mismo tiempo, en el que
su deber es tambin ofrecer una garanta de que ningn ciudadano deba por obligacin
costear la educacin ni ser excluido de la misma.
El trmino gratuidad debe tener como consecuencia directa una serie de ayudas establecidas por el Estado para la adquisicin del material escolar, comedores, y transporte escolar.
Etapas educativas
En ambos pases la educacin obligatoria se configura en diferentes etapas, en Colombia, por ejemplo, dicha etapa abarcara dos niveles; el de preescolar en su ltimo grado y
el nivel de educacin bsica, basado este ltimo en dos ciclos: educacin primaria y secundaria. Por otro lado en Espaa, dicha educacin se divide en dos etapas: primaria y secundaria obligatoria.
Podemos observar dos diferencias significativas; en primer lugar en Espaa la educacin infantil no es obligatoria, ya que tiene un carcter voluntario. Por ello, se reparten los
10 aos de educacin obligatoria de diferente forma en un pas y en otro. De esta manera
en Colombia la educacin bsica primaria se estructura bajo cinco grados y cuatro la
secundaria, en contraposicin en Espaa, primaria se reparte en 6 cursos, y cuatro la
secundaria. Por qu? Por que en Colombia el ltimo grado de la educacin preescolar es
obligatorio, de esta manera logra, como ya hemos mencionado anteriormente acercarse a
las lneas de los pases desarrollados. Tambin hay que tener en cuenta que en la Repblica existe una gran tasa de trabajo infantil, y por lo tanto, obligando a los nios de 5 aos
a acudir a clase logran que esta tasa baje. En el caso de Espaa la no obligatoriedad de la
educacin preescolar se debe probablemente al coste econmico que conlleva la obligatoriedad educativa, lo cual no evita que la tasa de escolaridad anterior a dicha edad sea muy
elevada; lo que explicara el que la atencin a menores de seis aos en el marco escolar no
sea subsidiaria o entendida en trminos de guardera.
La otra diferencia a la que hemos hecho mencin, se basa en la distribucin de las etapas educativas de la escolaridad obligatoria. La divisin en Colombia se establece bajo
grados o cursos acadmicos, mientras que en Espaa se estructuran por ciclos, o lo que es
lo mismo, agrupamientos de cursos. La duracin de dichos ciclos se establecen bajo el
415
intervalo de dos aos, lo que proporciona una mayor apertura y flexibilidad al ofrecer
amplios mrgenes de tiempo para que el alumno adquiera o alcance los objetivos mnimos
establecidos en el currculum.
Este planteamiento de ciclos adquiere su mayor relevancia en el caso de la ESO, porque el proceso de enseanza-aprendizaje ha de adecuarse a un alumnado que est sometido a grandes cambios biolgicos (adolescencia).
El acceso a la educacin obligatoria
El acceso a la educacin secundaria evidentemente el requisito principal es que el
alumno haya cursado y superado la educacin primaria, sencillamente porque ambas etapas constituyen la educacin obligatoria, en el caso de Colombia, a todo ello se incluye el
ltimo grado o curso de preescolar. Respecto a la admisin de los alumnos, mencionar que
tanto en un pas como en otro, todos los alumnos son admitidos en los centros pblicos,
en funcin del derecho a la educacin de la Constitucin que tanto la Repblica como
Espaa defienden y de la obligatoriedad de la etapa que nos ocupa. No obstante, cuando
la demanda supera a la oferta, se tienen que poner en prctica ciertos criterios de seleccin, a saber: la renta familiar, la proximidad del centro y la existencia de hermanos matriculados a l en el caso de Espaa, segn la LODE, la LOPEG y la normativa de la Comunidad Autnoma correspondiente, en cuanto a los centros pblicos se refiere, los centros
privados, por el contrario poseern autonoma para admitir a un alumno en funcin del
expediente acadmico y el nivel socio-econmico de la familia tanto en un pas como en
otro. Aadir a ello, que la tasa de natalidad de Espaa al estar por debajo de la media europea, e incluso por debajo del nivel de reemplazo generacional deriva en la conformacin
de los centros concertados como espacio dirigido a sectores sociales privilegiados o niveles medios, ya que aquella familia que pueda costear a su hijo una educacin ms completa le inscribir en academias o reforzar de alguna manera el aprendizaje de su hijo a
travs de particulares, lo cual se reflejar en su rendimiento escolar, y en definitiva, en
su expediente acadmico.
Evaluacin y Promocin de Grado
Tanto Colombia como Espaa coinciden en desarrollar una evaluacin continua e integral o global. La razn se encuentra en que la evaluacin adems de centrarse en alcanzar
los resultados, debe tener en consideracin el propio proceso de E-A, de forma que se puedan introducir los cambios necesarios de forma ms completa y adecuada, ya que tendr
el resto del proceso en cuenta y no nica y exclusivamente un periodo en particular. Espaa, por su parte, se caracteriza por ser diferenciada, para poder realizar una evaluacin
acorde con las caractersticas de la ESO y adaptarse as a las diversas reas/materias que
se ofertan en los centros a nivel optativo y troncal.
De la misma manera, tanto en un pas como en otro, la evaluacin es cuantitativa, de
acuerdo con sus correspondientes escalas de valoracin que pueden llevar a la aprobacin
del curso, grado o ciclo en cuestin:
De las escalas citadas, mencionar que o bien el sistema colombiano exige mayor rendimiento o nota para aprobar, a razn de que sea ms exigente que nuestro sistema educativo o porque su nivel de estudios sea tal vez ms bajo, no obstante, tanto en uno como
en otro pas se elabora un informe con las calificaciones obtenidas por el alumno y lo
ponen en conocimiento de las familias.
416
Colombia
Espaa
De 9 a 10 Sobresaliente
De 8 a 8.9 Bueno
De 6 a 7.9 No aprobado
De 1 a 5.9 No aprobado
De 9 a 10 Sobresaliente
De 7 a 8.9 Notable
De 6 a 6.9 Bien
De 5 a 5.9 Aprobado/suficiente
De 2 a 4.9 Insuficiente
De 0 a 1.9 Muy deficiente
Cmo establecern la consecucin o aprobacin en la evaluacin? En Espaa en funcin de los objetivos de la etapa y de las reas, mientras que en Colombia se establecern
con relacin a los conocimientos tericos y prcticos, a las habilidades y las destrezas
adquiridas en todas las reas, niveles y modalidades. Recordemos adems, que para Espaa, el alumno no pasar de curso en caso de no haber logrado los objetivos establecidos
para el ciclo, mientras que para Colombia ser en relacin a los objetivos del grado. De
manera que en Colombia si no aprueba todas las reas curriculares, en caso de que solamente haya suspendido una podr pasar de grado si el promedio del resto de las asignaturas es de 7.0. Aadir a ello que si se trata del ltimo grado, para que el alumno apruebe y
obtenga su certificado correspondiente deber tener una media de todas las asignaturas de
7.0 No obstante, tanto en un sitio como en otro, la evaluacin ser realizada por el equipo docente.
En cuanto a la certificacin, decir que tras finalizar, con xito eso s, la etapa que nos
ocupa, en ambos pases dotan a los alumnos de un certificado que les permite acceder a
otras etapas educativas, sin embargo, para todos aquellos que no logran con xito los objetivos de dicha etapa, Espaa presenta una serie de alternativas, como es, por ejemplo, el
CIP (Centro de Insercin Profesional). Aadir a todo ello, el hecho de que en la actualidad se soliciten los citados certificados en el mundo laboral, en la etapa del credencialismo resulta imprescindible la aprobacin de la ESO, para poder as obtener un puesto de
trabajo, lo que nos lleva a la necesidad de reforzar, y aumentar la oferta de recursos que
faciliten la promocin de esta etapa educativa.
Finalidad de la Educacin
En muchos aspectos la finalidad en lo que a materia de educacin se refiere, son bastante similares ambos pases:
Ambos pases buscan el desarrollo integral de la persona.
Ambos pretenden potenciar la capacidad de la persona para introducirse en el mundo
del empleo.
Ambos potenciar la posibilidad y capacidad de la persona por continuar con sus formacin.
En definitiva, buscan un desarrollo en las siguientes reas:
rea de conocimiento.
rea de Habilidades Sociales.
rea de las aptitudes y valores.
rea de preparacin dirigida a la vida activa.
417
Sin embargo tambin encontramos una serie de diferencias, ya que en el caso espaol
nos encontramos con diferentes finalidades para cada etapa de la educacin obligatoria
siendo las de la ESO una especie de prolongacin o continuacin de las referentes a la Educacin Primaria. Por otro lado, en Colombia encontramos que para el perodo de escolaridad obligatoria existen un nico conjunto de finalidades educativas que parten de aspectos
ms generales y centradas en los valores y actitudes de la persona, lo cual incita a pensar
que en la Repblica buscan principalmente, el desarrollo tico y personal del individuo.
Objetivos generales de la educacin obligatoria
En este caso observamos, que las finalidades educativas son inseparables a los objetivos educativos generales, puesto que estos segundos proporcionan una va para alcanzar
los primeros. En este sentido decir, que podemos englobar los objetivos educativos de
ambos pases puesto que las finalidades educativas son bastante similares. En conjunto,
los objetivos seran los siguientes:
Desarrollo de la Habilidades Comunicativas.
Generar una formacin general mediante un acercamiento crtico a reas como el
conocimiento cientfico, tecnolgico, artstico y humanstico.
Analizar y profundizar el razonamiento lgico y analtico.
Consolidar los valores nacionales.
Desarrollo integral de la persona.
Currculum: modelo centralizado/descentralizado
En ambos casos se trata de un currculum con cierto grado de descentralizacin (poltica, administrativa y fiscal) ya que se elabora, bajo la respuesta a unas necesidades educativas, por tres entidades distintas y diferenciadas. Se trata de un documento flexible
(abierto al cambio) y prescriptito, ya que los elementos ms relevantes de su contenido
(contenidos, objetivos bsicos, etc.) son comunes en los niveles de concrecin correspondientes. La diferencia ms visible que podemos encontrar, reside en los niveles de concrecin ya que en Colombia el segundo nivel de concrecin se establece en los municipios
mientras que en Espaa reside en las Comunidades Autnomas. En el caso de Colombia,
las instituciones educativas tienen adquirida la autonoma sobre la eleccin de los contenidos curriculares en funcin al contexto en el que se site el mismo y la tipologa del
alumnado al que presta sus servicios (rural, urbano, minoras tnicas); sin embargo en
el caso espaol, aquello que se establezca en los dos ltimos niveles de concrecin, han
de estar unidos a los principios establecidos en el DCB (Diseo Curricular Base) mediante los cuales se garantizan cuestiones tales como: la igualdad de todo ciudadano ante la ley
y la educacin, la erradicacin de las diferencias interpersonales de tipo tnico, cultural;
estn tambin los relativos a la educacin de forma ms directa como: los estudios dirigidos a la obtencin de un ttulo de validez general se atengan a unos requisitos mnimos y
hacer real la enseanza comprensiva establecida en la educacin obligatoria para garantizar una educacin bsica.
Materias impartidas
En cuanto a las materias impartidas en la Educacin Secundaria Obligatoria de un pas
y de otro, observamos que en Espaa las Ciencias Naturales no incluyen la Educacin
418
cativas locales, para as poder garantizar una educacin gratuita bajo la responsabilidad
del Estado.
Sin lugar a dudas la funcin Social que comparte la educacin con el Estado, la sociedad y la familia requiere de una vigilancia e inspeccin ptimas de cara al logro de cierta
calidad.
En el caso de Colombia nos resulta destacable la toma de conciencia de la que parten
tomando en cuenta la diversidad cultural en lo que a la organizacin educativa se refiere.
Resulta significativo la bsqueda del desarrollo integral de la persona en tiempos en
los que la liberalizacin est adquiriendo mayor poder. Es decir, en tiempos donde el paro
consta de una elevada tasa y el mercado parece dominar muchas de las reas personales,
la educacin pone atencin en una visin ms holstica de la persona de forma que se centra en ella y no simplemente en lo que es capaz de generar a nivel econmico.
En definitiva y para concluir, mencionar que ambos pases comparten ciertas similitudes en lo que a algunos apartados curriculares se refiere: objetivos, materias, horas lectivas, evaluacin...
420
INTRODUCCIN
La exclusin social se ha convertido en los ltimos tiempos en un objeto analtico
importante en el estudio de diferentes fenmenos sociales debido, sobre todo, a que nuestra sociedad est generando mayores niveles de bienestar acompaados por procesos globales de desarrollo econmico, tecnolgico y productivo, aspectos stos que implican la
inclusin social de los individuos en la sociedad pero que, de forma paralela, conllevan el
desarrollo de una estructura social dual y segmentada, que est afectando a una proporcin
importante de la poblacin y que acaba configurando los procesos de exclusin social de
individuos y grupos. El anlisis de estos procesos de exclusin se manifiesta complejo por
las diferentes implicaciones de tipo econmico, social, poltico o cultural que tiene, lo
cual, induce a que se pueda tomar alguna de estas perspectivas como ncleo fundamental
de su significado.
Establecemos que la exclusin social est relacionada directamente con los procesos
vinculados con la ciudadana social, es decir, con aquellos derechos y deberes del ciudadano que tienen que ver con el bienestar de la persona (trabajo, salud, educacin, formacin, vivienda, calidad de vida,...). Adems, el concepto de exclusin social debemos
entenderlo por oposicin al concepto de integracin social como referente alternativo, esto
es, el vocablo exclusin social implica una cierta imagen dual de la sociedad, en la que
existe un sector incluido y otro excluido. As pues, el sector excluido se encuentra al margen de una serie de derechos educativos, laborales y culturales, entre otros, es decir, de una
calidad de vida que se ha alcanzado y garantizado a travs del Estado de bienestar.
De esos derechos, destacamos el derecho a la educacin (art. 27 de la Constitucin
Espaola de 1978) en la medida en que supone un indudable incremento del nivel formativo de la poblacin, que tiene efectos muy positivos en la reduccin del riesgo de
exclusin social que subyace a la carencia (o al bajo nivel) de estudios y que nos proporciona una preparacin para integrarnos en la sociedad. Por tanto, la educacin juega
421
un papel importante en el proceso de inclusin y exclusin social sobre todo si consideramos la estrecha relacin que existe entre el nivel educativo alcanzado, la posibilidad de
estar en una situacin de desempleo y, consecuentemente, la obtencin de un trabajo
como mecanismo fundamental de integracin social. En este sentido, para la mayora de
las personas, el trabajo no slo es el nico medio de conseguir los recursos necesarios
sino tambin su forma de participacin social ms importante (Prez, Sez y Trujillo,
2002: 59)1.
Por ello, el objetivo de esta comunicacin es exponer las percepciones que tienen los
jvenes europeos respecto de la importancia concedida a la educacin como un medio que
va a facilitar la inclusin social a travs de la integracin laboral. Analizamos temticas
que se relacionan con la creencia que tienen depositada en el sistema educativo, las caractersticas que consideran ms importantes para triunfar en la escuela, la decisin de continuar estudios post-obligatorios junto con la profesin ideal a desempear y, finalmente,
qu perspectivas imaginan para s mismos respecto de la inclusin y exclusin social en
el futuro. Estas percepciones de los jvenes nos ayudan a reflexionar sobre cmo determinados componentes del proceso educativo pueden conducir a la aparicin de procesos
de exclusin social que estaran mermando la capacidad de participar plenamente en el
mbito educativo y, por tanto, limitando el desarrollo del derecho a la educacin y de los
procesos de inclusin social.
As pues, realizamos un anlisis del concepto de exclusin social, describiendo sus
notas caractersticas ms importantes para, seguidamente, intentar definir qu se entiende
por exclusin social a pesar de que el trmino todava no cuenta con una definicin
comnmente aceptada. A continuacin, profundizamos en el anlisis de las percepciones
de los jvenes sobre la educacin, desde una perspectiva comparada, a partir de la realizacin de encuestas de opinin, tomadas como una parte de los resultados de mi investigacin de tesis doctoral2. Finalmente, establecemos un apartado de conclusiones sintetizando las ideas ms relevantes.
CARACTERSTICAS DE LA EXCLUSIN SOCIAL
El concepto de la exclusin social ha adquirido un papel primordial y creciente en los
ltimos tiempos, sobre todo desde el momento en que parece haber sustituido al clsico
fenmeno de la pobreza. Se postula que el creciente protagonismo de la exclusin en el
debate poltico y social se debera tambin a las limitaciones de la definicin de pobreza
que manejan los economistas, claramente insuficiente para dar cuenta de la variedad de
1 PREZ, M.; SEZ, H. y TRUJILLO, M. (2002): Pobreza y exclusin social en Andaluca. Crdoba, Instituto de Estudios Sociales de Andaluca (IESA).
2 De mi participacin como investigadora en un proyecto de investigacin internacional de la Unin Europea (en adelante UE), denominado Education Governance and Social Inclusion and Exclusion in Europe (en
adelante EGSIE), dentro del proyecto TSER (Targeted Socio-Economic Research) de la Direccin General XII
(Ciencia, Tecnologa y Desarrollo), tom parte del material bibliogrfico y emprico para el desarrollo de la tesis
doctoral. Su ttulo es La exclusin social en el Estado del Bienestar: Estudio comparado de los jvenes europeos al finalizar la enseanza obligatoria y fue realizada entre el ao 2000 y el 2003, bajo la direccin del profesor Dr. D. Miguel A. Pereyra-Garca Castro y del profesor Dr. D. Antonio Luzn Trujillo. La defend pblicamente en la Universidad de Granada el da 19 de septiembre de 2003, obteniendo la calificacin de Sobresaliente cum laude por unanimidad.
3 FUNDACIN ENCUENTRO (2001): Informe Espaa 2001. Una interpretacin de su realidad social.
Madrid, Fundacin Encuentro.
422
problemas que afrontan hoy en da los ciudadanos (Fundacin Encuentro, 2001: 59)3.
As pues, uno de los logros importantes del concepto de exclusin social es que obliga a centrar el debate en aspectos que la investigacin convencional de la pobreza haba
dejado al margen, como la importancia de las relaciones sociales, la multidimensionalidad del fenmeno o la necesidad de estudiar las dinmicas que conducen a la exclusin
(ibid., 61).
Sealamos, por tanto, uno de los primeros aspectos que caracterizan a la exclusin
social: su aspecto multidimensional y multifactorial, frente al unidimensional del trmino
pobreza. Sus causas y manifestaciones no son nicas, sino que se expresan como un
fenmeno polidrico, formado por la interrelacin de un cmulo de circunstancias desfavorables, a menudo fuertemente interrelacionadas (Plan Nacional para la Inclusin
Social, 2001: 3)4.
Si establecemos elementos comparativos entre los trminos de pobreza y exclusin
social podemos afirmar que aunque ambos pueden tener aspectos comunes, no necesariamente son sinnimos y a la vez tienen espacios de interseccin, puesto que no conviene
perder de vista
el papel fundamental que tiene en los procesos de exclusin social, as como el hecho de que la pobreza es, casi siempre, la forma a travs de la cual se manifiesta la exclusin. Ciertamente, la pobreza puede
ser resultado de una exclusin poltica, social o cultural (por ejemplo, discriminacin sexual o racial en
el mercado de trabajo). Pero los prejuicios y discriminaciones slo producen exclusin social, en ltima
instancia, en la medida en que provocan incapacidad para lograr unos ingresos y un nivel de vida aceptables, generando una carencia de opciones y alternativas que los que no son pobres, aunque estn excluidos en algn sentido, pueden, sin embargo, disfrutar (Tezanos, 2001: 60)5.
La dimensin estructural del fenmeno es otro eje o caracterstica clave a resaltar del
concepto de exclusin social, es decir, su inscripcin dentro de la trayectoria histrica de
la desigualdades sociales (Plan Nacional para la Inclusin Social, 2001: 2), aunque la
exclusin social tambin expresa la nueva configuracin de stas dentro de las actuales
sociedades de la informacin, tecnolgicamente avanzadas. En concreto, la creciente heterogeneidad de este tipo de sociedades se expresa (...) en una relacin de encontrarse dentro o fuera del sistema social o mbito en el que se ejercen los diversos mbitos de la ciudadana (ibid.).
Un tercer rasgo que describe la nocin de exclusin social es que se trata de
un proceso y no de una situacin estable, y que, por tanto, afecta de forma cambiante a personas y colectivos y no a grupos predeterminados. Por tanto, el fenmeno se caracteriza por una geometra variable
que expresa, como consecuencia de la nueva realidad de las sociedades avanzadas, una distribucin de
riesgos sociales mucho ms compleja y generalizada. Riesgos que pueden trasladar hacia zonas de vulnerabilidad y exclusin a todo tipo de personas y colectivos, en diversos momentos de sus ciclos vitales
(ibid.).
Jurez, Renes et al. (1995)6 han analizado esta idea de proceso (vase grfico 1) y distinguen tres zonas recorridas por los procesos de dualizacin en la vida social:
4 MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (2001): Plan Nacional de Accin para la Inclusin Social del Reino de Espaa. Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
5 TEZANOS, J. F. (2001): La sociedad dividida. Estructuras de clases y desigualdades en las sociedades
tecnolgicas. Madrid, Biblioteca Nueva.
6 JUREZ, M.; RENES, V. y OTROS (1995): Poblacin, estructura y desigualdad social, V Informe sociolgico sobre la situacin social en Espaa, Sntesis, Documentacin social, 101, pp. 67-132.
423
COMISIN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS (1992): Hacia una Europa de la Solidaridad. Intensificacin de la lucha contra la exclusin social y la promocin de la integracin. Bruselas. COM (92) 542 final.
424
Exponemos tambin la definicin que Castells (2001: 98)8 realiza del trmino exclusin social. ste la define como ... el proceso por el cual a ciertos individuos y grupos se
les impide sistemticamente el acceso a posiciones que les permitiran una subsistencia
autnoma dentro de los niveles sociales determinados por las instituciones y valores en un
contexto dado. Normalmente, ... tal posicin suele asociarse con la posibilidad de acceder a un trabajo remunerado relativamente regular al menos para un miembro de una unidad familiar estable. De hecho, la exclusin social es el proceso que descalifica a una persona como trabajador en el contexto del capitalismo (ibid.).
DESCRIPCIN DE LOS IMAGINARIOS SOCIALES DE LOS JVENES
EUROPEOS
En este apartado realizamos una descripcin del imaginario social de los jvenes,
desde una perspectiva comparada9, sobre aspectos que constituyen un referente en la construccin de su imaginario y de su campo discursivo, relacionados con la educacin y cmo
creen ellos que estas categoras discursivas van a influir en su inclusin y exclusin social
en el futuro.
8 CASTELLS, M. (2001): La era de la informacin. Economa, sociedad y cultura. Vol. 3, Madrid, Alianza Editorial.
9 En el proyecto de investigacin EGSIE participaron, en la fase dedicada a la juventud, un total de cinco
pases, cuatro de la UE y otro fuera de Europa. Ms concretamente, los pases fueron Finlandia, Suecia, Portugal, Espaa y Australia. Tomamos como referencia los informes finales de trabajo para realizar el anlisis comparado, adems de la siguiente publicacin RINNE, R.; ARO, M.; KIVIRAUMA, J. y SIMOLA, H. (Eds.)
(2003): Adolescents facing the educational politics of the 21st century: comparative survey of five national
cases and three welfare models. Finland, Tero Kyl-Junnila.
425
Fe en la educacin
Los estudiantes australianos tienen una fuerte creencia en la educacin. Estn de acuerdo con el tem merece la pena estudiar para tener xito en la vida y con la afirmacin de
que todo el mundo puede tener xito en el colegio si lo intenta, si trabaja duro. Tambin
existe un acuerdo mayoritario en la creencia de que la educacin es la mejor solucin para
el problema del desempleo y que lo mejor para el pas es que los ciudadanos tengan una
buena educacin. Los dos ltimos tems muestran la fe de los estudiantes en la educacin
no slo como una mejora personal e individual sino tambin como algo que redunda en el
conjunto de la sociedad.
Para los jvenes fineses la educacin parece ser tambin fuertemente apreciada. Respondieron afirmativamente que mereca la pena estudiar para tener xito en la vida. En
este sentido, parece haber poca discusin sobre el valor que los encuestados otorgan a la
educacin como un medio que te va a permitir lograr otras metas, de hecho, la mayora del
alumnado cree que no existe un trato diferente dentro de la escuela en funcin de los background familiares.
La confianza depositada por los jvenes sobre el sistema educativo tambin se puede
hacer extensible al alumnado portugus. Afirmaron positivamente que merece la pena
estudiar para tener xito en la vida. Tambin creen, con porcentajes todos ellos que rondan ms del 80% que lo mejor para el pas es unos ciudadanos bien educados y el triunfo
de cualquiera en la escuela si trabaja duro, sobre todo atendiendo a los alumnos que estudian y progresan adecuadamente en la escuela.
Siguiendo en la misma lnea, la educacin est muy bien valorada por los jvenes espaoles, creen que lo mejor para el pas es unos ciudadanos con una buena educacin. No
obstante, un porcentaje menor cree que sea sta la solucin al problema del desempleo,
esto lo afirma ms del 60% de la muestra, de hecho ms del 50% cree que un bajo nivel
educativo no es problema para conseguir trabajo si el que lo busca tiene experiencia.
Manifiestan que merece la pena estudiar para tener xito en la vida y que cualquiera puede
triunfar en la escuela si trabaja duro. Deducimos que tienen una concepcin meritocrtica
de la educacin, se refleja aqu el mito de la capacidad de la educacin para igualar desigualdades.
Los resultados de los alumnos suecos indican que los estudiantes expresan actitudes
positivas hacia la escuela en varios aspectos como, por ejemplo, ante la afirmacin de que
merece la pena estudiar para tener xito en la vida, que la educacin es la mejor solucin
para el problema del desempleo, que cuanto mejor educados estn los ciudadanos mejor
es para la nacin. Adems, tambin creen que cada uno puede tener xito en la escuela si
trabaja duro, afirmacin sta ms valorada por las chicas que manifiestan tener una concepcin ms meritocrtica que los chicos.
Identidad educativa
Dentro de los aspectos considerados como importantes para el xito en la escuela, los
jvenes australianos apuntaron que el ms importante era trabajar duro, sin haber diferencias significativas entre las respuestas de las chicas y los chicos. Una actitud positiva
hacia el trabajo escolar fue el segundo tem identificado con mayor fuerza para tener
xito en el colegio seguido de las propias habilidades y talento de los estudiantes, y de la
rapidez para adaptarse a nuevas cosas. Es interesante anotar que casi 2/3 de los estudiantes creen que su comportamiento es importante. Ni la riqueza de los padres ni su
426
nivel educativo se crey tan importante como estos factores para tener xito. Estos datos
confirman, de nuevo, la fe que los jvenes australianos tienen depositados en el sistema
educativo.
Hay notables diferencias entre los sexos en estas respuestas. En primer lugar, los chicos creen que la ambicin y la competencia es ms importante que las chicas (un 73,8%
vs. 60,9%), igual que la popularidad entre otros estudiantes (50% vs. 40,2 %). Los chicos
tambin afirmaban que tener padres ricos y con una educacin alta era ms importante que
entre las chicas (18,6% vs. 7,7%). Estas diferencias son quizs el reflejo de la tradicin de
los diferentes patrones de socializacin entre chicas y chicos en Australia.
Siguiendo con el anlisis, en Finlandia se les pregunt tambin al alumnado sobre las
cualidades que ellos crean que eran importantes para el xito en el colegio. Claramente el
atributo ms importante para tener xito en el colegio es la diligencia y el trabajo duro,
seguido por la cualidad de ser talentoso, tener las habilidades que se necesitan para el trabajo escolar, la importancia otorgada a tener una actitud positiva hacia el colegio y hacia
el trabajo escolar junto con la necesidad de aprender cosas nuevas rpidamente. Slo aproximadamente un 30% consideraba que la popularidad entre otros estudiantes era importante para el xito escolar y el 12% consideraba los padres con buena educacin como un
prerrequisito necesario para tener xito propio en la escuela.
Existen diferencias entre sexos en la percepcin de tener una actitud positiva ante el
trabajo escolar para el triunfo, siendo las chicas las que abogan por poseer dicha cualidad
de una manera ms fuerte que los chicos. Sin embargo, ellos consideran que la popularidad entre los compaeros es una cualidad ms importante a la que confiar el triunfo escolar que las chicas.
Respecto a cules son las cualidades necesarias para tener xito en la escuela, los jvenes portugueses apuestan tambin por tener una actitud positiva ante el trabajo escolar, ser
diligentes y las propias habilidades y el talento. Los porcentajes de acuerdo descienden
significativamente ante las dos cuestiones siguientes: no consideran como cualidades
importantes para triunfar en la escuela unos padres con buena educacin, ser popular entre
los compaeros y mucho menos unos padres ricos.
El alumnado de la muestra espaola considera como caractersticas importantes para
triunfar en la escuela en primer lugar, la constancia en el trabajo seguida de una actitud
positiva ante el trabajo escolar y del talento y las habilidades personales. Tambin consideran importante comportarse como el profesorado quiere y que los padres tengan una
buena educacin. Sin embargo, el tener unos padres ricos es una caracterstica que, segn
su opinin, no es determinante para triunfar en la escuela.
En Suecia, el alumnado identific las propiedades ms tradicionales tales como la diligencia y el trabajar duro como las ms importantes, seguidas de las actitudes positivas
hacia el trabajo escolar y sus propias habilidades y talentos. Las cualidades de una sociedad moderna tales como la capacidad para adaptarse rpidamente a los cambios son considerados importantes pero con porcentajes menores. La ambicin para competir con los
otros y particularmente, la popularidad entre los compaeros, junto con unos padres bien
educados, son tambin importantes. Los chicos y las chicas coinciden en la importancia
otorgada a las cualidades que son necesarias para triunfar en el colegio, sin embargo, las
chicas no valoran tanto la competitividad como los chicos.
Dentro de este apartado de cualidades para triunfar en la escuela, vamos a representar
grficamente dos de las caractersticas que algunos jvenes tambin consideran importantes para el triunfo, la competicin y la ambicin, sobre todo porque estas cualidades son
427
exigidas a los individuos en la sociedad post-moderna. Por lo que respecta al inters mostrado hacia ambas, podemos observar en el grfico 2 que las diferencias entre los pases
europeos eran claramente pequeas, siendo Australia el pas que destacaba sobre el resto.
Los jvenes australianos parecen mostrarse ms favorables con el hecho de ser competitivos y de apreciar la ambicin ms que sus homlogos europeos.
Grfico 2.- La ambicin y la competicin como cualidades importantes para triunfar en la escuela. Porcentajes de respuestas afirmativas.
Sin embargo, si consideramos el sexo, ste explic la importancia otorgada a la ambicin de una manera ms fuerte que el pas de procedencia. Las chicas consideraron la ambicin y la voluntad de competir como algo menos importante que los chicos. Sin embargo,
el pas era tambin un factor explicativo significativo: ser competitivo era mucho menos
importante para los jvenes de los pases nrdicos que para los australianos. Los chicos
tambin se consideran ms ambiciosos que las chicas y ellos estaban ms dispuestos a competir en la escuela. Respecto del pas, los jvenes del sur de Europa son los que consideraron la competicin como menos importante en comparacin con el resto de los pases.
Adems, tambin haba diferencias significativas en el grado de competitividad segn
la educacin del padre. El grado de Doctor se us como categora de referencia. Los jvenes cuyos padres tenan slo la educacin bsica o formacin profesional aparecen como
menos ambiciosos que los otros. Los que tienen un padre con titulacin universitaria mostraban la ambicin y la competicin como algo mucho ms importante.
Continuacin de estudios post-obligatorios y profesin ideal a desempear
La gran mayora del alumnado en todos los pases deseaba continuar con la educacin
post-obligatoria aunque como podemos ver en el grfico 3 se observan algunas diferencias. Lo ms significativo es como en Espaa y Portugal aproximadamente el 4,5% del
conjunto de los encuestados pensaba no continuar con una educacin en el futuro. Esto es
bastante diferente tanto para Finlandia como para Suecia donde los porcentajes estn casi
rondando el cero. Estos datos reflejan una fuerte creencia en la educacin y en el sistema
educativo de los jvenes de los pases nrdicos.
428
Grfico 3.- Alumnado que no planifica la continuacin en estudios post-obligatorios. Porcentajes por pas.
En cuanto al itinerario educativo elegido y la profesin ideal a desempear, las creencias de los jvenes varan de unos pases a otros. En el caso de Espaa, los jvenes optan
mayoritariamente por la universidad, elegida por casi la mitad de estos; a sta le sigue el
bachillerato, incluso algunos sujetos sealaban directamente la universidad, sin especificar el bachillerato. Las mujeres eligen en mayor medida que los hombres el grupo de profesionales de cuello blanco10 y el grupo de profesiones relacionadas con los servicios y
oficinistas. Por el contrario, los hombres son mayora en el grupo de legisladores y directores, el grupo de tcnicos y profesionales asociados y finalmente, en el grupo de profesiones manuales o trabajos no cualificados.
El alumnado finlands eligi el itinerario educativo por el que deseaba continuar
estudiando, no obstante, no especificaba o no tena una orientacin clara el campo que le
gustara estudiar. Un alto grado de jvenes optaron por la opcin de no especifica. La
opcin de formacin del profesor y ciencias de la educacin y la agricultura fueron la
opciones menos elegidas. Las ocupaciones relacionadas con los servicios fueron las ms
populares entre los jvenes que optaron por continuar con la formacin profesional. Las
ingenieras y manufacturas fueron elegidas por estudiantes que iban a continuar tanto con
la formacin profesional como con estudios politcnicos. El alumnado que opt por continuar con la universidad eligi las ciencias sociales y de comportamiento y el derecho y,
en menor medida, ciencias de la salud.
En Suecia, la mayora de los encuestados va a continuar estudios universitarios, slo
un sujeto dijo que pensaba dejar de estudiar. La mayora muestra preferencia hacia ocu10
Las profesiones aparecen estructuradas en tres grupos, siguiendo la divisin del informe ISCO-88. Los
white collar (grupos 1, 2 y 3 del informe ISCO-88) incluye a los profesionales de la legislatura, de la direccin, profesionales fsicos, de las matemticas, de la ingeniera, de la salud y las ciencias de la vida, de la enseanza, a los tcnicos de la fsica, de la ingeniera, de la electrnica, de la ptica, de la salud, de la enseanza, a
los inspectores de seguridad y a otros profesionales y tcnicos. Los unskilled white collar (grupos 4 y 5 del
informe ISCO-88), est formado por oficinistas, secretarios y trabajadores de los servicios. Finalmente, el grupo
blue collar (grupos 6, 7 y 8 del informe ISCO-88) se compone de trabajadores de la agricultura y la pesca,
de los transportes, de la maquinara, mecnicos y ocupaciones elementales. De ahora en adelante, el grupo
white collar lo traduciremos por profesionales de cuello blanco, el de unskilled white collar por trabajadores de los servicios y oficinistas y, finalmente, el grupo blue collar por trabajadores no cualificados.
429
paciones de cuello blanco. Sin tener en cuenta las regiones de los jvenes, comprobamos
que las expectativas ocupacionales de los estudiantes son bastantes ambiciosas, existiendo unas similitudes generales en las ambiciones ocupacionales, sobre todo en ocupaciones
de cuello blanco.
El alumnado australiano, casi el 90% tanto de chicos y como de chicas continuarn con
estudios post-obligatorios. La formacin profesional es mayoritariamente elegida por los
chicos, apenas un 10% y sin diferencias de sexo elige una diplomatura. La universidad es
elegida en mayor medida por las chicas. El porcentaje que piensa dejar de estudiar es prcticamente irrelevante. Ms del 20% no sabe qu va a hacer. De los que van a seguir con
una formacin profesional, las reas ms elegidas es la ingeniera y construccin, los servicios y un porcentaje que no especifica; en diplomatura las ms elegidas son artes y
humanidades y en ciencias sociales y en licenciatura ciencias sociales, derecho, matemticas, ciencias de la computacin y salud. Las preferencias por sexo, lo relacionado con los
transportes es elegido mayoritariamente por los chicos, y ms chicas que chicos quieren
ser profesionales de cuello blanco.
Perspectivas futuras ante la exclusin social
En lnea con la creencia meritocrtica atribuida con anterioridad a la educacin, los
estudiantes australianos indicaron que una educacin de poca calidad y el estar desempleados son los dos aspectos ms importantes que influyen en la exclusin social. Las
siguientes razones ms importantes para la exclusin social fueron tener un pobre conocimiento de lenguas extranjeras y no tener deseo de competir con otras personas. Este ltimo tem demuestra el perfil competitivo mencionado con anterioridad. Interesantemente,
el ser de familia pobre de nuevo fue valorado bastante ms bajo que otros factores, incluso por debajo del deseo de participar en asuntos de carcter internacional. Segn comentamos anteriormente, los estudiantes parecen tener una fuerte creencia en el valor de la
educacin como medio para superar las desventajas sociales, como puede ser la misma
pobreza familiar.
De acuerdo con los encuestados, en Finlandia las tres cualidades ms importantes que
se necesitan para tener xito eran las habilidades sociales, el tener un conocimiento de
otros idiomas y la diligencia o el ser constante en el trabajo. En su opinin, el xito depende en mayor parte de las habilidades individuales, los background de los padres no cuentan tanto. Incidentalmente, sobre la media de los encuestados consider la habilidad de
estudiar como una cualidad importante. En Finlandia las chicas consideraban la competencia del lenguaje, las habilidades de interaccin y la diligencia ms importante que los
chicos, mientras que los chicos ponan ms nfasis en los ordenadores y tambin en la
importancia de los background familiares y sociales ms que las chicas.
Examinando las opiniones de la juventud y los factores que afectan a la exclusin, se
observa que la amenaza ms importante para la juventud es el desempleo. La mayora de
los encuestados consider que el desempleo es el factor ms importante que lleva a la
exclusin, lo cual es obvio. El segundo factor ms comn es la pasividad de la persona.
Finalmente, una educacin pobre y un pobre conocimiento de idiomas tambin se consideraron como un factor muy importante de la exclusin.
Los alumnos portugueses consideran como las cualidades ms importantes para tener
xito en la vida: las habilidades y la interaccin con la gente, la diligencia, la habilidad
de aprender cosas nuevas rpidamente, la competencia en el lenguaje, la habilidad para
estudiar junto con el inters por los ordenadores. Nuevamente, se recoge la poca impor430
tancia que los jvenes portugueses otorgan al hecho de tener una familia rica para tener
xito en la vida.
Sin embargo, las condiciones que los jvenes portugueses consideran como ms
importantes para ser excluidos en un futuro difieren de las comentadas anteriormente para
los otros pases. Por orden de acuerdo son las siguientes: ser un alcohlico, ser un drogadicto, haber estado en prisin, la incompetencia de los polticos y ser una persona discapacitada. La importancia otorgada a una pobre educacin o al tema del desempleo no aparece como las ms importantes.
Segn la opinin de los jvenes espaoles, las caractersticas ms importantes para
tener xito en la vida son la diligencia, la capacidad de relacionarse con otras personas,
voluntad de estudiar tanto como sea posible, buen conocimiento de otros idiomas y ser
capaz de aprender cosas nuevas rpidamente. Las cuestiones menos valoradas para el xito
fue la idea de competir, tener unos padres con buena educacin o una familia con recursos econmicos.
Respecto a los factores que promueven la exclusin sealamos los dos que el alumnado consider de forma opuesta: la educacin de poca calidad como el factor que ms conduce a la exclusin, y la familia de pocos recursos como el factor que menos la determina. Tambin mencionamos otras caractersticas como el hecho de no querer arriesgar en la
vida, la pasividad de la persona y estar en el paro. Volvemos a confirmar aqu dos hiptesis que han ido apareciendo: la primera relacionada con la fuerte confianza en la educacin y, en segundo lugar, la escasa influencia de la familia o, en este caso, del capital econmico para triunfar en la vida. Sin embargo, no imaginan que la situacin de estar desempleado puede ser un factor determinante de exclusin social en el futuro o, por lo
menos, no lo valoraron como muy importante.
En Suecia, el alumnado consider que el desempleo, una educacin de poca calidad, la
propia pasividad de la persona junto con un conocimiento pobre de idiomas extranjeros
son los factores ms importantes que conducen a la exclusin.
En relacin con la inclusin y la exclusin social, podra asumirse que los jvenes estaran ms incluidos en una sociedad fuertemente comprometida con la igualdad y la solidaridad. La exclusin puede ser considerada desde varios puntos de vista. Aqu hemos
optado por conocer si una persona tiene confianza o creencia en s mismo sobre sus posibilidades futuras en la vida. La afirmacin fue la siguiente: tengo las mismas posibilidades de triunfar que tienen otros. Por otra parte, la participacin en la vida laboral es esencial para una exitosa inclusin en la sociedad. Aqu, el tem fue: creo que podr encontrar fcilmente mi lugar en el mundo laboral.
Por tanto, a travs de los tems expuestos pretendamos acercarnos a la percepcin que
tienen los jvenes sobre la exclusin en el futuro. La idea era comprobar en qu medida
ellos se sentan excluidos del sistema a travs de una serie de indicadores especificados
anteriormente. Generalmente hablando, la mayor concentracin de jvenes excluidos se
encontr en pases de Europa del sur: Espaa y Portugal. La juventud australiana apareci
como las ms incluida acerca de la percepcin de sus posibilidades en la vida laboral
futura, seguida por los suecos, mientras que en Finlandia eran muchos ms inciertas, sobre
todo las perspectivas futuras de trabajo (vase grfico 4).
En funcin del sexo, tambin haba diferencias respecto de la forma en que los alumnos vean su futuro. Los chicos tenan ms seguridad en s mismos sobre sus perspectivas
futuras. Las respuestas a la pregunta tengo las mismas posibilidades de triunfar que tienen otros mostraron que la educacin del padre era significativa en la explicacin de la
431
variable, en cierta medida indicando que cuanta ms alta era la educacin del padre, se
podan estar percibiendo perspectivas subjetivas futuras de forma ms positiva.
Grfico 4.- Exclusin de los jvenes. Porcentajes de respuestas negativas.
CONCLUSIONES
En este apartado de conclusiones destacamos los aspectos ms significativos que han
constituido el hilo conductor de las precisiones conceptuales y terminolgicas de la exclusin social. Comenzamos el mismo justificando la importancia que socialmente est
adquiriendo dicho fenmeno y hemos delimitado conceptualmente el trmino, a pesar de
que todava no cuenta con una definicin oficialmente aceptada.
Tambin hemos analizado el concepto desde una perspectiva clsica, entendiendo
como tal que se produce una identificacin de la exclusin social con la dimensin econmica, asociada a la pobreza. Como contrapunto, hemos precisado que el trmino abarca otras dimensiones ms amplias, que lo configuran como un fenmeno multidimensional y tambin como un proceso dinmico, estructural y relativo. Adems, hemos tomado
de la literatura algunas definiciones que de la exclusin social realizan distintos estudiosos del tema.
Segn nuestro argumental, la exclusin social es un fenmeno que preocupa a los responsables polticos, econmicos y sociales, as como a la opinin pblica, en la que
empieza a calar la cuestin de la exclusin social como un problema, en la medida en que
limita la capacidad de estar integrado y de participar en las distintas esferas sociales, de
las cuales el mbito educativo tiene una importancia fundamental en la medida en que
supone un indudable incremento del nivel formativo de la poblacin.
Respecto del imaginario de los jvenes, concluimos que todos los jvenes manifiestan
tener una fuerte creencia y confianza en la educacin, siendo sta intensamente valorada.
Adems, imaginan que el triunfo que pueden obtener en la escuela es independiente de la
influencia de los background familiares, as pues, perciben el xito ms como una cuestin de esfuerzo individual que de influencia familiar. No obstante, s valoran, aunque no
432
con una carga emocional11 muy significativa, el hecho de que los padres tengan un buen
nivel educativo (capital cultural).
Finalmente, sealamos como la gran mayora de los jvenes desean continuar estudios
post-obligatorios, tanto en formacin profesional como en bachillerato. No obstante, lo
ms significativo es que en Espaa y en Portugal existe el porcentaje ms importante de
sujetos que tienen pensado abandonar el sistema educativo en un futuro contrastando esto
con una minora que iba a dejar el sistema en Australia y, muy minoritariamente, en los
pases nrdicos. Para concluir, resear que la gran mayora de los jvenes ha optado por
profesiones de cuello blanco y muy minoritariamente por profesiones de cuello azul
.
11
Por fuerte carga emocional nos referimos a que las respuestas al tem han sido de alta intensidad bien en
la escala positiva o bien en la negativa.
433
INTRODUCCIN
El trabajo que vamos a presentar en este artculo est enmarcado en un incipiente trabajo de investigacin que tiene como objetivo el estudio comparado de la Formacin Inicial del Profesorado de Secundaria en Europa en este momento. Nuestra contribucin, en
este artculo, se centra en el anlisis comparativo de las competencias docentes contenidas
en los currcula de formacin vocacional y profesional del profesorado de secundaria. Es
importante que se comprenda que este artculo es parte de un trabajo ms general que pretende estudiar la formacin de los docentes desde otras perspectivas complementarias. Se
trata, por lo tanto, de uno de los factores que nos proponemos estudiar. Pensamos que tiene
peso suficiente para ser tratado de manera monogrfica, por eso lo hemos elegido, pero
queremos manifestar la prevencin sobre la posibilidad de extraer consecuencias apresuradas de anlisis parciales. El examen comparativo lo realizamos desde el anlisis de contenido de los textos de los currcula de cuatro pases de nuestra rbita cercana: Espaa,
Francia, Gran Bretaa y los Pases Bajos. Estos pases han sido elegidos por constituir
ejemplos muy diferenciados en su poltica escolar en el contexto de la Unin Europea.
El anlisis de los currcula contenidos en los programas de formacin que se exige al
profesorado que va a impartir clases en la educacin secundaria implica de manera fundamental un estudio terico de la relacin entre competencias profesionales y modelos de
funcin docente en un marco histrico, poltico y comparativo. Estudio que puede desglosarse en una serie de factores entre los que destacan los siguientes: relacin entre teo1
434
ra y prctica, gestin por parte de los gobiernos centrales o regionales de los currcula de
formacin inicial, el curriculum de los planes de formacin en s mismo (contenidos epistemolgicos, pedaggicos, didcticos, etc.) y la relacin con el futuro trabajo. Nosotros en
este artculo focalizamos el objeto de estudio slo en el anlisis de competencias explicitadas en los currcula1.
PRESUPUESTOS DE PARTIDA
Una vez asegurada la escolarizacin casi universal y extendida la obligatoriedad de la
enseanza hasta los 16 aos los sistema europeos ms avanzados dirigen su mirada hacia
la mejora del servicio educativo desde, aproximadamente, las tres ltimas dcadas del pasado siglo XX. La mejora del servicio educativo depende de varios factores entre los que destaca, entre otros, la aportacin que hacen al mismo los docentes y su adecuada preparacin.
Somos conscientes del valor relativo de este factor si se lo considera aislado del contexto
social general, por esta razn aunque en este artculo se centre especialmente en la formacin de los docentes no quisiramos perder de vista, en ningn momento, el entorno socioeducativo en el que se materializa y gracias al cual es posible una compresin de estos fenmenos. En el citado perodo los estudios sobre la funcin docente y los procesos formativos que conducen a la misma ganaron en peso e importancia. Es, adems, sta la poca en
la que se realizan procesos de reforma profundos en los citados sistemas y es voz comn
que la formacin de los docentes debe ser uno de los factores clave en esas reformas.
En este contexto hay que entender la aparicin de lo que podemos llamar corriente
profesionalizante en lo relativo a los estudios sobre los docentes. Podramos resumir
diciendo que los defensores de esta corriente defienden que el trabajo del profesor debe
considerarse como una profesin ganando as en dignidad social y autonoma. Y por lo
tanto la formacin de los docentes debe entenderse como la formacin de los profesionales que se dedican a la prctica educativa. En el caso de Espaa estas ideas cristalizan en
un conjunto de propuestas novedosas que al hilo de la reforma de la LOGSE (1990) se
hacen de cara a la formacin del profesorado. Las reticencias surgidas en relacin a los
efectos de la Reforma sobre el sistema educativo espaol y un cierto escepticismo y cansancio entre los promotores ms activos en la defensa y extensin de estas ideas han creado una situacin de relativo abandono de estas cuestiones en los ltimos aos.
En este contexto, de inters amortiguado y cierto pesimismo, nos encontramos cuando, por otra parte, se acelera el proceso de integracin de los sistemas educativos europeos, sobre todo en el nivel universitario, en el Espacio Europeo de Educacin Superior (Tratado de Bolonia, 1999). Esta nueva coyuntura ha reavivado la llama del profesionalismo,
que estaba un tanto adormecida en los ltimos aos, y lo ha hecho por dos razones. Por
una parte porque va a ser necesario renovar los estudios iniciales de formacin de docentes en Primaria y Secundaria (sobre todo en este nivel donde la preparacin de los docentes es casi inexistente) para adaptarnos al nuevo marco y porque los modelos europeos a
los que debemos aproximarnos hablan en su mayora el lenguaje del profesionalismo y las
competencias docentes. Esta coyuntura ha dado lugar a un animado debate en el que han
participado diversos expertos en formacin del profesorado y que han puesto nuevamente de actualidad la temtica de la formacin inicial de los docentes2.
2 Vase el conjunto de artculos que bajo el ttulo La formacin inicial a debate se han publicado en la
revista n 357 de Mayo de 2006 en Cuadernos de Pedagoga, firmados por A. Moreno, J. Gimeno, F. Imbernn y R. Aymerich.
435
Nuestro trabajo se sita en este contexto y nuestro inters por el estudio comparado de
los planes de formacin de los docentes de Secundaria en Europa debe entenderse en el
cruce entre un camino que viene de una visin profesionalizante del trabajo del docente
con otro camino que mira hacia la confluencia de finalidades y estrategias en la formacin
de los docentes en un marco europeo de progresiva integracin de los sistemas educativos.
METODOLOGA
Los sistemas educativos de cada uno de estos pases necesitan ser interpretados con
una cierta profundidad. Nos parece desde este punto de vista totalmente insuficiente una
metodologa que se quede en la recopilacin de datos. Es por eso que en la metodologa
de la investigacin elegida estamos utilizando un abanico de instrumentos de investigacin variado. Esta metodologa se organiza en crculos concntricos en el que el ms
extenso consiste en la recopilacin de datos sobre los factores arriba enunciados; en el
segundo crculo se trabaja en el anlisis de documentos, como pueden ser los planes estatales o /y de las universidades, legislacin sobre esa cuestin, propuestas de los currcula
de formacin, guas que las desarrollan y fuentes bibliogrficas. Para dotar de mayor sentido y profundidad al estudio hemos optado, en el tercer crculo metodolgico por realizar
entrevistas a responsables de dichos planes, profesores de educacin secundaria y personas relacionadas con esta cuestin en el mbito que nos incumbe de cada uno de estos cuatro pases. En esta contribucin aportamos exclusivamente los resultados del anlisis de
documentos. Para la asignacin de competencias docentes a la matriz que nos ha servido
de base para la comparacin hemos contado tambin con la colaboracin de distintos colegas de diferentes instituciones relacionadas con la formacin del profesorado. Ellos han
ejercido de jueces imparciales al asignar los objetivos (competencias) explcitas en los
documentos analizados a las categoras de la matriz base3.
DESARROLLO DEL ANLISIS
Pases Bajos
La asociacin Stichting Samenwerkingsorgaan Beroepswaliteit SBL [The Association
for the Professional Quality of Teachers]4 trabaj entre los aos 1998 y 2003 en la definicin de las competencias docentes para la formacin docentes desde el punto de vista de
la profesionalizacin. Fruto de este trabajo son varios documentos entre los que quisiramos destacar el denominado: Competence requirements teachers (2004). En este documento se hace una propuesta de tipos de competencias a lograr por los docentes para el
correcto desarrollo de la profesin. Este documento sirvi de base a la aprobacin de la
llamada Professions in Education ACT (BIO-act) por parte del parlamento de los Pases
Bajos y que segn dice el mismo texto debieran servir como long-term goals en los programas destinados a la formacin del profesorado.
La propuesta de competencias del SBL se concreta en siete tipos de mbitos que pasamos a enumerar.
3 Queremos agradecer la participacin de Janet Streeter (responsable de Erasmus de la Universidad de Lancaster-UK), Alazne Petuya (responsable de formacin del profesorado de la asociacin Seaska France), Javier
Arlegui (profesor de magisterio de la Universidad Pblica de Navarra), Marinus Vader (coordinador pedaggico de la Escuela de formacin del profesorado Hogeschool Zeeland de los Pases Bajos).
4 SBL (2004): Competence Requirements Teachers (www.lerarenweb.nl), consultada en Mayo de 2006.
436
437
puede verse las personas que han construido este currculum consideran que deben
formar a un profesional y no a un erudito o investigador en una materia determinada. Si continuamos por el ndice veremos que el currculum aparece en el primer
apartado bajo un epgrafe que dice: LOrganisation des Etudes. Y ms concretamente en el apartado que se titula: Contenus et Modalits de Formation.
En todo este documento que explica el currculo de formacin del primer ao no se
utiliza el trmino competencia de manera explicita. Aunque s se habla de capacidades, trmino que podramos considerar sinnimo siendo un tanto laxos, en el contexto de las pruebas de evaluacin, ya que se dice que se tendrn en cuenta: les
capacits dexpression crite et orale.
Existen un par de lugares donde se propone, de manera implcita, el desarrollo de
competencias. All donde se dice, haciendo referencia a la fase de formacin comn:
Elle prpare ltudiant PERCEVOIR, DECRIRE et ANALYSER les multiples composantes du fonctionnement dun tablissement scolaire et dune situation denseignement 9. Y en otra parte donde se dice, haciendo referencia a la preparacin de la
prueba oral: Elle a pour objectif dinitier le candidat a un rflexion pistmologique et didactique sur son champ disciplinaire, et de dvelopper ses capacits de
communication.
Llama la atencin que en un texto tan extenso se haga una referencia tan escasa a las
competencias a lograr por el aspirante a docente. Esta ausencia queda adems subrayada por la existencia e insistencia en otro tipo de cuestiones que parecen preocupar
bastante ms al redactor de este currculo. Las ms significativas son las siguientes:
Una y otra vez se insiste en que el fin de la formacin es superar el examen:
1.- Votre formation disciplinaire est:
- Intgralement assur par LIUFM pour la prparation au CAPES de documentation, CAPET de technologie, PLP lettres-histoire, lettres-langues et au concours de CPE)
- dispense en partenariat avec les universits pour les autres formations.
Elle vous permet de complter ou approfondir vos connaissances en vue des preuves scientifiques du concours que vous prparez. 10
10
438
Aparece por primera vez el trmino competencia pero hace referencia a la competencia para superar la prueba (comptences pour lpreuve sur dossier ) y no a la formacin profesional que, evidentemente, es una exageracin igualar.
En el resto de los objetivos (Donner du sens au contenu de lenseignement ; Faire
acqurir... ; Dvelopper la dimension ducative... ; Faire prendre conscience... ;
Convaincre le stagiaire... ; Permettre au professeur... ;Faire comprendre ....) no
aparece de manera explcita el trmino competencia aunque s aparece otro nuevo
trmino: aptitud (aptitudes sexprimer devant un public), que podra considerarse
sinnimo. Lo curioso es que aparece otra vez con referencia al concurso de evaluacin (prueba que se realiza en Francia al finalizar el primer ao de formacin y como
condicin para acceder al segundo ao de formacin), con lo que la idea de que toda
la formacin est orientada a la superacin de esa prueba se ve reforzada. Hay que
hacer notar que la manera elegida para indicar los objetivos de la formacin no es la
de enunciar acciones a realizar por los sujetos de la formacin; ya que las expresiones utilizadas no indican acciones a realizar sino finalidades abstractas de la formacin, y desde este punto de vista la propuesta es escasamente operativa y muy difcil
de evaluar posteriormente.
Continuamos el estudio analizando el documento titulado Guide des Formations,
Lyces et collges, Deuxime anne, Formation professionnelle. Este documento
regula la formacin del segundo ao, que se denomina formacin profesional.
En este documento hay una propuesta explcita de objetivos de formacin, pero hay
que hacer notar que la manera elegida para indicar los objetivos de la formacin no
es la de enunciar competencias docentes, porque las expresiones utilizadas para
exponer los fines no indican acciones a realizar por los sujetos de la formacin ( Donner du sens au contenu de lenseignement, Faire acqurir..., Dvelopper la dimension ducative..., Faire prendre conscience..., Convaincre le stagiaire..., Permettre
au professeur..., Faire comprendre ...). Son expresiones que no indican competencias
sino finalidades abstractas de la formacin, y desde este punto de vista la propuesta
es escasamente operativa y muy difcil de evaluar posteriormente. Existe por lo tanto
una cierta falta de coherencia entre la finalidad formativa (profesional) y la propuesta currcular que no logra definir de manera clara y operativa las competencias a
lograr por lo aspirantes a docentes.
Valoracin de los documentos analizados
Con relacin a la tipologa de los documentos hay que decir que son muy generales
y una formulacin bastante abstracta, es escasamente operativa.
Con relacin al contenido conviene subrayar: a) la propuesta realizada no contiene
una visin claramente profesionalizante debido al peso que se les da a los conocimientos a adquirir frente a las competencias que apenas aparecen ; b) en general los
contenidos de los documentos se preocupan ms por las pruebas de evaluacin final
que por el propio proceso formativo.
Existen muchas referencias en el texto relativas a cuestiones pedaggicas y didcticas que no est explcitamente enunciadas como competencias docentes, y por lo
tanto no estn recogidas en nuestro anlisis, pero muestran que existe una fuerte
intencin implcita de trabajarlas.
439
La prctica profesional tiene un gran peso en la propuesta que desarrollan los documentos analizados y la falta de explicitacin de las competencias que hemos sealado no puede obscurecer totalmente la importancia que se le concede a la preparacin
profesional que de manera implcita aparece en muchos lugares de este texto.
Tabla comparativa
En este parte del trabajo realizamos un anlisis comparativo de las competencias
docentes encontradas en los documentos analizados, all donde son explcitas, con las propuestas por el SBL. La finalidad de esta comparacin es poder utilizar un elemento comn
para referenciar todos los anlisis y poder, as, tener un patrn comn para comparar las
propuestas que estamos estudiando.
En el caso de Francia la realizacin de esta comparacin no ha sido fcil porque los
documentos consultados no hacen una propuesta operativa de competencias y, por lo tanto,
la comparacin debe realizarse entre elementos heterogneos, circunstancia que complica
el trabajo y hace que la labor de interpretacin sea ms difcil. Hemos intentado rastrear
sistemticamente el texto y recoger todas aquellas expresiones que en el mismo indiquen
aprendizajes a realizar por el aspirante a docente y las hemos recogido en la siguiente tabla.
Ya hemos indicado la dificultad de actuar sistemticamente en este tipo de documento.
Por razones de brevedad en la comunicacin no incluimos en esta versin la tabla en la
que se cruzan las competencias del SBL y la propuestas en los currcula franceses y pasamos directamente a las consecuencias que hemos podido obtener de esta comparacin.
Las consecuencias que hemos podido inferir de la tabla son las siguientes.
Las competencias relativas al dominio del rea y su didctica dan lugar al mximo
de relaciones. Las competencias interpersonales, para trabajar con compaeros y
para la reflexin y el desarrollo personal estn poco referenciadas.
La competencia organizativa est escasamente referenciada.
Hay que hacer constar que existen bastantes referencias a cuestiones relacionadas con
las competencias pedaggicas en otras partes del documento que no hemos trado a esta
tabla por las razones indicadas. En este caso el dficit real es probablemente menor que
el que se desprende de la tabla. Algo similar podramos decir de las competencias para el
trabajo con los compaeros aunque en grado menor, es decir que en la parte del documento que no est en la tabla hay referencias, pero son escasas si se compara con la
importancia que se le da a la relacin con la Administracin y sus representantes en el
proceso formativo.
En cambio los dficit detectados en las competencias de tipo interpersonal, organizativa
y de reflexin y desarrollo personal, no vienen paliadas por referencias en el resto de texto.
Inglaterra
Contexto formativo y fuentes del estudio
La formacin de docentes de Secundaria en Inglaterra se puede realizar siguiendo diferentes caminos11. Nosotros hemos centrado nuestro estudio en el que se recorre a travs
del Post-grado denominado Postgraduate Certificate in Education (PGCE) que se realiza
11
440
Ver www.tda.gov.uk.
tras haber logrado un grado universitario porque es el ms fcil de comparar con el resto
de modelos europeos. Los currcula de formacin de los aspirantes a docentes en Inglaterra depende las universidades que imparten estos cursos y desde este punto de vista no
existe un nico curriculum formativo. Pero hay que hacer constar que todos los caminos
formativos (tambin el BEd) llevan a la necesidad de acreditar el Qualified Teacher Status (QTS) con lo que el estudio de este tipo de documento puede considerarse como la
referencia oficial clave para el estudio del curriculum de formacin de docentes de Secundaria en Inglaterra.
El anlisis que sigue a continuacin se basa en el documento titulado: Qualifying to
teach: Professional Standards for Qualified Teacher Status and Requirements for Initial
Teacher Training12.
Comentario interpretativo
El propio ttulo del documento contiene elementos interesantes para el anlisis textual
que estamos haciendo. Se habla de professional standards como eje de la propuesta.
Con relacin al trmino professional cabe sealar que se considera como eje de la formacin y adems que se realiza de una manera muy explcita. Con relacin al trmino
standards indicar que ya seala desde el inicio la funcionalidad de la propuesta porque
facilitar el proceso de evaluacin y la transparencia y publicidad del mismo. Existe,
desde el principio, la intencin de organizar la propuesta currcular enunciado competencias docentes y el texto se organiza, clara y explcitamente sobre este concepto, de manera que no tenemos gran cosa que resear con relacin a la estructuracin textual y al contenido de la propuesta.
Bastara con poner un ejemplo de lo que queremos decir: S1.2 They treat pupils consistently, with respect and consideration, and are concerned for their development as learners. Es una propuesta clara y concisa que indica directamente la competencia a lograr
por el aspirante a docente.
Como puede verse en el documento que nos sirve de referencia la propuesta inglesa
ordena las competencias a trabajar en tres grandes tipos: Valores profesionales (Profesional values); Conocimiento y comprensin (Knowledge and Understanding) y
Enseanza (Teaching). Es una propuesta ms sinttica que la que venimos tomando
como modelo (SBL), aunque un anlisis ms profundo nos debe llevar a observar qu
hay detrs de cada uno de estos epgrafes.
En un primer comentario nos atreveramos a decir que los ttulos elegidos para los
epgrafes no son muy descriptivos de las competencias que se esperan lograr. As es
como los definen en el propio documento (QTS, 5-6):
Professional values and practice:
These standards outline the attitudes and commitment to be expected of anyone qualifying to be a teacher,
and are derived from the professional code of the General Teaching Council for England ()
Knowledge and understanding:
These standards require newly qualified teachers to be confident and authoritative in the subjects they teach
and to have a clear understanding of how all pupils should progress and what teachers should expect them
to achieve ()
Teaching:
12 Training and development agency for schools (2005): Qualifying to teach: Professional Standards for
Qualified Teacher Status and Requirements for Initial Teacher Training (http://www.tda.gov.uk/partners/ittstandards.aspx.
441
These standards relate to skills of planning, monitoring and assessment, and teaching and class management. They are underpinned by the values and knowledge covered in the first two sections.
Como puede verse los denominados Valores profesionales est relacionados con las
actitudes y compromisos que se esperan de un docente. El denominado Conocimiento y
comprensin, seala que los docentes deben tener seguridad y dominio en lo que ensean, y por ltimo el denominado Enseanza apunta a que los docentes deben ser capaces de planificar, seguir y evaluar la enseanza y la gestin de la clase. Quisiramos hacer
constar que es un tipo de clasificacin un tanto confusa y que no ayuda a discriminar
correctamente los diferentes cometidos profesionales de un docente.
Valoracin de los documentos analizados
Con relacin a la tipologa de los documentos hay que decir que son muy claros, operativos y directos enunciando de manera precisa las competencias a lograr.
Con relacin al contenido conviene subrayar : a) la propuesta realizada s contiene
una visin claramente profesionalizante debido al peso que se les da a las competencias a acreditar; b) a pesar de ello no siempre resulta fcil la comprensin de la tipologa elegida para clasificar los contenidos formativos a ellos asociados.
La redaccin facilita el proceso de evaluacin del aspirante a docente, adems se utiliza el trmino standard que est ligado a esta funcin.
La prctica profesional tiene un gran peso en la propuesta que desarrollan los documentos analizados y este peso est claramente enunciado en el documento.
Tabla comparativa
En este parte del trabajo realizamos un anlisis comparativo de las competencias
docentes encontradas en los documentos analizados, all donde son explcitas, con las propuestas por el SBL (Dutch Association for the professional Quality of Teachers).
En lugar de copiar los ya citados standards hemos colocado, aqu la numeracin; si se
desea consultar el standard en su totalidad conviene remitirse a la direccin de Internet
citada ms arriba. Por razones ya expuestas en el anlisis que hemos hecho de los currcula de formacin franceses no incluimos en esta versin la tabla en la que se cruzan las
competencias del SBL y la propuestas en los currcula ingleses y pasamos directamente a
las consecuencias que hemos podido obtener de esta comparacin.
Las consecuencias que hemos podido inferir de la tabla son las siguientes:
Todas las competencias del QTS (modelo ingls) pueden recogerse en las categoras
del SBL (modelo de los Pases Bajos), esto nos indica que la tipologa de referencia
recoge bien la propuesta y refuerza el valor de la misma como instrumento de anlisis y comparacin.
En una u otra proporcin todos los tipos de competencias se trabajan; por lo tanto, la
propuesta que se concreta en el QTS la podemos calificar como completa con relacin a la tipologa de referencia utilizada (SBL).
La competencia que ms veces aparece es la relativa al conocimiento del rea y
metodolgica. En segundo lugar aparecen las competencias organizativa y pedaggica esto es interesante ya que se corresponde con la tradicin inglesa de planificacin del currculo por parte de los docentes y los centros educativos.
442
Conviene decir que cinco de esos objetivos generales se enuncian en forma de conocimientos y no de competencias. Un anlisis estricto de este documento no las admitira
siguiendo el criterio que hemos definido para reconocer una competencia. Sin embargo en orden a realizar un anlisis comparativo los aceptaremos suponiendo que adems
de conocer (contenido) lo que se indica en esos objetivos los docentes sern capaces
de aplicar (competencia) ese conocimiento all donde y cuando lo necesiten.
A continuacin en el mismo documento se pasa a una descripcin de cada mdulo:
No se justifica en ningn lugar qu relacin existe entre estos mdulos y los objetivos generales y vuelven a retomarse, sin ms, los mdulos ya enunciados en la justificacin del ttulo.
Si continuamos con nuestro anlisis y leemos la descripcin que se hace de cada mdulo podemos resaltar las siguientes cuestiones:
a) llama la atencin el texto elegido para describir las materias a cursar: conocimientos,
aptitudes y destrezas que deben conseguirse a travs de esta materia o actividad para
la obtencin de los objetivos del ttulo . Pero resulta que los objetivos del ttulo eran:
Destrezas, capacidades y competencias . Por lo tanto se deduce lgicamente que
logrando Conocimientos, aptitudes y destrezas se consiguen Destrezas, capacidades y competencias. El trmino destreza coincide; podemos suponer que los trminos aptitud y capacidad son sinnimos. Por lo tanto nos quedan competencias y
conocimientos. Se usa competencias para enunciar los objetivos generales pero se
proponen conocimientos cuando llega a las materias. Es una incoherencia grave que
no sabemos si es intencionada, o no, pero que en todo caso es muy llamativa.
b) El excesivo peso de los objetivos enunciados como conocimientos en una propuesta que se supone profesionalizante. De los 47 objetivos que contienen seis mdulos
22 se refieren a objetivos enunciados como conocer ..... .
c) No existe proporcin entre el nmero de crditos asignados a una materia y la cantidad e importancia de la propuesta de objetivos que les corresponde. El practicum
al que le corresponden doce objetivos, algunos muy importantes, tiene el mismo
nmero de crditos, que la formacin disciplinar que solo tiene cinco objetivos y que
adems solo suponen actualizacin de competencias ya logradas en el grado.
d) En ninguna parte del documento se relacionan los objetivos de cada mdulo con las
competencias generales del ttulo con lo que no existe ninguna certeza de que este
conjunto de aproximadamente 50 propuestas de aprendizaje unidas a los mdulos,
cumpla con los objetivos generales propuestos y mucho menos que lo haga de
manera proporcionada. La falta explcita de esta relacin crea una nueva incertidumbre en esta cuestin.
e) Se trata el practicum como un mdulo ms y se describe de manera similar al resto
de materias. Es bien conocido que la realizacin de las prcticas en el centro escolar en condiciones adecuadas es una de las piezas claves de este curriculum. A falta
de ms concreciones, slo cabe decir que la informacin que se aporta en insuficiente para saber de qu tipo de prcticas se trata.
Valoracin de los documentos analizados
La propuesta es poco coherente porque no existe relacin clara entre los objetivos a
conseguir y los mdulos a impartir. Tampoco existe relacin explcita entre los objetivos
generales del ttulo y los objetivos de los diversos mdulos.
444
La propuesta de objetivos generales de la titulacin nos parece lo mejor de este documento aunque haya que hacer notar un excesivo peso relativo de las competencias asociadas a conocer.
La terminologa utilizada es confusa y no coinciden los epgrafes de partes equivalentes del curriculum, como son los objetivos del ttulo y los objetivos de los mdulos.
No existe proporcin entre los crditos asignados a los mdulos y la importancia y contribucin de los mismos en el logro de las competencias docentes. Da la impresin de que
asistimos ms a un reparto de carga docente entre reas de conocimiento (departamentos)
en pugna por conseguir docencia en este ttulo que a una propuesta estructurada desde
unas competencias a lograr.
La propuesta que se hace para las prcticas es insuficiente, no solo por el escaso nmero de crditos destinados a la misma sino por el tratamiento que se le da. Este tratamiento permite que se desarrollen mdulos de prcticas dbilmente profesionalizantes.
Tabla comparativa
En este parte del trabajo volvemos a realizar un anlisis comparativo de las competencias docentes encontradas en los documentos analizados, all donde son explcitas, con las
propuestas por el SBL (Dutch Association for the professional Quality of Teachers).
Por razones ya expuestas no incorporamos en esta versin la tabla donde hemos realizado el anlisis comparativo.
Las consecuencias que hemos podido inferir de la tabla son las siguientes
Todas las competencias propuestas pueden recogerse en las categoras del SBL, esto
nos indica que la tipologa de referencia recoge bien la propuesta y refuerza el valor
de la misma como instrumento de anlisis y comparacin.
En una u otra proporcin todos los tipos de competencias se trabajan; por lo tanto, la
propuesta que se hace la podemos calificar como completa con relacin a la tipologa de referencia utilizada (SBL).
Las competencias ms referenciadas son la pedaggica y la relativa al rea de conocimiento y su didctica. Esto es algo normal en una propuesta de este tipo.
En el resto de competencias existe un cierto equilibrio a excepcin hecha de la competencia interpersonal que aparece muy escasamente referenciada y que puede considerarse el punto dbil de esta propuesta.
CONCLUSIONES
Las conclusiones que podemos extraer de este trabajo son las siguientes:
La profesionalizacin de la funcin docente como tendencia a trabajar en la formacin de los profesores parece ser hoy en da una caracterstica bien asentada en los
planes de formacin de los pases que hemos estudiado. En todos los documentos
estudiados aparece esta idea tanto de manera explcita como implcita.
La definicin de las competencias docentes como gua intencional de la formacin
de los profesores es una consecuencia lgica lo dicho en el apartado anterior y plantea una cuestin muy importante: Cul es la tipologa de competencias ms adecuada para guiar la propuesta formativa? Cul debe ser el desarrollo de esa tipologa en una propuesta detallada de las mismas? En este punto hay diferencias entre los
445
pases estudiados. Los Pases Bajos tienen el SBL e Inglaterra el QTS como elementos de referencia con relacin a esta cuestin. Ni la propuesta francesa ni la espaola abordan con claridad esta cuestin clave.
Existe una tendencia generalizada a extender la competencias docentes ms all del
clsico trinomio: Conocimiento del rea + Pedagoga + Didctica abriendo la
misma a otros tipos de competencias relacionadas con los aspectos comunicativos,
sociales, de desarrollo personal etc. Es una tendencia clara en la propuesta holandesa, pero latente en las otras tres si se las analiza desde este punto de vista. En este
sentido podemos decir que las actuales propuestas de formacin de docentes tienen
una visin ms amplia y sobre todo social del trabajo de los profesores.
La propuesta holandesa y la inglesa estn escritas en un lenguaje sencillo y directo y
comunican con claridad las competencias que se desea trabajen los docentes. No
sucede lo mismo con las propuestas espaola y francesa que son bastante ms rebuscadas y en algunos casos contienen abusos terminolgicos que dificultan la correcta
comprensin de la propuesta.
En Francia e Inglaterra la parte relativa a las prcticas a realizar en los centros educativos es la parte sustantiva de la propuesta. En el caso ingls todo gira en relacin
a esta parte del perodo formativo. En el caso francs ms de la mitad del currculo
se destina a regular esta parte de la formacin. No sucede as en la propuesta espaola en la que las prcticas en la Escuela son considerada como un mdulo formativo ms sin ningn de relacin estructural con el resto de mdulos. Podemos por lo
tanto afirmar que en esta cuestin el modelo espaol difiere mucho de los otros dos
estudiados.
446
1. INTRODUCCIN
Hoy da, uno de los problemas prioritarios en la mayora de los pases desarrollados,
es el de desempleo. Las altas tasas de desempleo que se recogen, convierten esta situacin
en una de las mayores preocupaciones para los gobiernos. En el desarrollo de la comunicacin, aportaremos porcentajes del desempleo en la actualidad en los distintos pases de
la Comunidad Europea, que evidencian la problemtica situacin que planteamos y cmo
esta falta de empleo afecta especialmente a los jvenes.
Veremos tambin la relacin que esta dificultad de acceso al mercado laboral (sobre
todo en lo jvenes), tiene con la exclusin social, pues conlleva una gran prdida de cauces para la participacin social del individuo.
No podemos hablar de desempleo juvenil, sin mencionar el conflicto social que est
viviendo Francia, a raz de la aprobacin de su Gobierno de la Ley de Igualdad de oportunidades que contempla un nuevo contrato de primer empleo (CPE). De forma breve,
veremos la reaccin que han tenido los jvenes franceses ante este contrato, que ellos consideran como precario.
Para terminar, partiendo de la educacin como un derecho reconocido universalmente,
y por la conexin existente entre educacin y empleo, trataremos de aproximarnos a cmo
se debe responder desde la educacin ante esta problemtica.
2. EDUCACIN: UN DERECHO SOCIAL
Nadie puede negar que la educacin sea en la actualidad un derecho reconocido por la
mayora de las constituciones y textos internacionales referidos a los derechos humanos.
447
448
liberal al Estado Social, lo que supone la transformacin del poder del Estado y de sus instituciones.
Lo ms significativo de la existencia y de la pervivencia del Estado social es su mutua
interrelacin con los derechos sociales. Estos son los que le confieren legitimidad y los
que fijan los objetivos y las funciones de las actuaciones estatales. Y dentro de estos derechos se recoge ahora el derecho a la educacin (Martnez de Pisn, 2003, 54)7.
En este, sentido, en nuestro pas, el derecho a la educacin se contempla en el art. 27
de la Constitucin de 1978, en el que se afirma que todos tienen derecho a la educacin
y se reconoce la libertad de enseanza8.
3. EDUCACIN Y EMPLEO
3.1. De la escuela al paro
Hay una conexin obvia entre la escuela y el mundo del trabajo. En consecuencia, se
reclama de la escuela que en su tronco comn ofrezca a todos ese denominador comn
general ms las bases necesarias para emprender aprendizajes especficos, encarnados ya
en ramas especializadas de la enseanza reglada o no reglada y conducente a tales o cuales puestos de trabajo ( Fernndez Enguita, 1999: 30)9
Histricamente, se ha generado una fe casi ciega en los efectos benficos que la educacin tiene sobre el empleo, la economa, el progreso tecnolgico, igualdad social,De
hecho, bsica e histricamente la funcin de la educacin es la de socializar al individuo,
para que participe plenamente en sociedad. Pero una vez que el individuo se incorpora a
este mundo, no le basta con la educacin recibida hasta ese momento, sino que su participacin social depender en gran parte de su autonoma econmica. Es decir, para que se
de la integracin del individuo, ste debe participar econmicamente en la sociedad, y
para ello debe tener un empleo.
Hoy da hay muchos jvenes que presentan una gran desmotivacin hacia los estudios
y no terminan la educacin obligatoria (segn el MEC, un 30.8% de poblacin de entre 18
y 24 aos no complet la segunda etapa de ESO ni siguieron ningn tipo de formacin en
el 2003). Otro grupo de jvenes es aquel que s termina estos estudios obligatorios, y
muchos de ellos continan sus estudios medios, superiores, formacin profesional, (un
62,7 % de alumnos entre 20 y 24 aos finaliz al menos sus estudios en ESO, segunda
etapa, en 2003)*. Pero todos estos jvenes, ya se encuentren en uno u otro grupo, al abandonar el sistema educativo, se topan con serias dificultades al querer incorporarse al mercado laboral. Dificultades relacionadas con las altas tasas de desempleo que se dan en la
mayora de los pases desarrollados y que afectan especialmente a este colectivo.
No obstante, los jvenes que abandonan ms tempranamente sus estudios se encuentran en una mayor situacin de riesgo social, ya que en un mercado laboral saturado de
titulados, quienes carecen de un ttulo o slo disponen de la formacin mnima estn en
unas condiciones de desventaja muy importantes.
7
son.
8
449
Poblacin total
20.9
20.4
8.1
16.2
14.8
25.0
21.4
22.4
8.6
24.0
12.5
15.7
18.4
18.4
18.1
15.6
8.5
10.1
37.9
15.8
16.1
30.7
20.6
18.0
12.0
8.4
8.0
5.3
9.7
8.8
9.9
9.9
9.7
4.3
7.8
5.3
9.4
9.5
5.0
6.7
7.1
4.9
5.1
18.0
7.3
6.4
16.7
8.5
6.5
4.6
Blgica
R. Checa
Dinamarca
Alemania
Estonia
Grecia
Espaa
Francia
Irlanda
Italia
Chipre
Latvia
Lituania
Luxemburgo
Hungra
Malta
Holanda
Austria
Polonia
Portugal
Eslovenia
Eslovaquia
Finlandia
Suecia
Reino Unido
Elaboracin: propia a partir de datos de Eurostat10.
Tras analizar la tabla, podemos observar que se ratifica lo antes mencionado: el desempleo se ha convertido en los ltimos aos en un problema generalizado en los pases de
la Unin Europea, y que afecta especialmente al colectivo de jvenes
450
Junto a la problemtica de esta situacin, no debemos olvidar que existe tambin otra
que es la del subempleo. En este sentido, son muchos los jvenes en situacin de paro,
pero an son ms los que ocupan puestos que estn muy por debajo de su preparacin;
extremo ste que no est reflejado en la tabla.
Estas elevadas tasas explican que la incorporacin de los jvenes al mundo laboral sea
una de las mayores preocupaciones de los Estados.
4. DEL DESEMPLEO JUVENIL A LA EXCLUSIN SOCIAL
Antes de comenzar a profundizar en la relacin entre desempleo juvenil y exclusin
social, es preciso hacer una breve delimitacin conceptual del trmino exclusin social.
Ya que como sealaba) Silver, 2005)11. definir la exclusin no es, de modo alguno, una
tarea fcil.
Al leer sobre exclusin social, encontramos que el trmino se utiliza para dar a entender cosas muy diferentes. Es decir, nos encontramos ante un trmino muy ambiguo.
Littlewood, Herkommer y Koch,12 en su artculo El discurso de la exclusin social: un
anlisis crtico sobre conceptos y modelos de interpretacin, comienzan haciendo un
breve repaso de la literatura sobre el trmino exclusin social, que puede ayudarnos a
comprender la complejidad del mismo.
Aunque ya en las dcadas de 1960 y 1970 se desarrollaron diversas concepciones de exclusin social, a
finales del milenio hemos asistido a un aumento de las publicaciones de una amplia gama de libros y artculos sobre el tema. La mayora se han concentrado en diversos aspectos de la exclusin econmica o, ms
precisamente, en los efectos excluyentes de la reestructuracin econmica (por ejemplo, Brown y Crompton, 1994; Paugam, 1996; lawles, Martin y Hardy, 1997). Otros han limitado el uso del trmino exclusin
a los anilisis sobre la pobreza (Rodgers, Gore y Figueiredo, 1995; Room, 1995; Walter y walter, 1997).
Otros han explorado la exclusin social siguiendo otras dimensiones, como el sistema poltico (Roche y Van
Berkel, 1997) y el de la justicia criminal (Young, 1999) y otros han tratado de desarrollar enfoques tericos holsticos basados en el concepto (entre estos ltimos el ms destacado quizs sea Jordan [1996], aunque tambin se centra en el tema de la pobreza. Tambin existe un creciente cuerpo de literatura sobre []
uso del trmino infraclase (MacDonald, 1997). (Littlewood, Herkommer y Koch, 1999)
Estos tres autores, en el mismo artculo, siguiendo el consejo de Paugan acerca de identificar los aspectos comunes de los distintos usos de exclusin, identifican varios rasgos
interconectados, coincidentes en parte, que acerca de los cuales parecen estar de acuerdo
la mayora de anlisis.
La novedad de la exclusin social.
Exclusin social como efecto de la reestructuracin econmica y social.
Exclusin social como un proceso.
Exclusin social como multidimensional.
Exclusin social como acumulativa.
La dimensin espacial de la exclusin social.
La infraclase como un efecto de los procesos excluyentes
11 SILVER, H (1994): Reconceptualizacin de la desventaja social: tres paradigmas de la exclusin social.
En LUENGO, J (compil.) (2005) Paradigmas de gobernacin y exclusin social en la educacin. Fundamentos para el anlisis de la discriminacin escolar contempornea. Barcelona. Ediciones Pomares.
12 LITTLEWOOD, P; HERKOMMER, S; Y KOCH, MAX (1999): El discurso de la exclusin social: un
anlisis crtico sobre conceptos y modelos de interpretacin. En LUENGO, J (compil.) (2005) Paradigmas de
gobernacin y exclusin social en la educacin. Fundamentos para el anlisis de la discriminacin escolar contempornea. Barcelona. Ediciones Pomares, 28-37.
451
En mi opinin, y para aclarar el concepto, la exclusin social se produce en el momento en el que la participacin social (en su sentido ms amplio) del individuo se ve mermada. Y el desempleo, sin duda, es una herramienta fundamental para que la participacin
social sea posible.
Esta idea es desarrollada por Luzn (2000)13. En las sociedades modernas, la persistencia dramtica del paro es una de las principales causas de exclusin. En el momento en
que se excluye a las personas del mercado de trabajo, el paro provoca la prdida de cantidad de cauces de participacin en la sociedad, ya que el empleo, adems de garantizar un
medio de vida, representa generalmente el principal medio de integracin social.
Con respecto a lo expuesto anteriormente sobre los aspectos comunes en la mayora de
anlisis sobre exclusin social, me gustara hacer una aclaracin:
Si leemos el ttulo de este apartado Del desempleo juvenil a la exclusin social, quizs
se identifique la exclusin social como un resultado o consecuencia del desempleo. Es
decir, la exclusin social entendida como un ltimo eslabn de una cadena.
Sin embargo, el sentido que yo pretendo darle es el de Exclusin social como un proceso, por qu?: La experiencia de no encontrar un trabajo, supone, primero, la no percepcin de ingresos; segundo, la no posibilidad de independizarse; tercero, dependencia
familiar; en definitiva, no participacin/integracin social.
Por ello, no hay por qu entender aqu que la exclusin social sea la con secuencia
de, sino que como consecuencia de, se da un proceso de exclusin social.
4.1. El caso francs
Esta situacin de desempleo, est siendo especialmente complicada en algunos lugares. Es el caso de Francia. Si volvemos a la tabla, podemos ver que el desempleo juvenil
en el 2005, alcanz casi un 23% de la poblacin.
Eduardo Febbro14, en su artculo sobre Jvenes Europeos sin futuro laboral en un
mundo cada vez ms globalizado, expone cmo a situacin de los jvenes de Francia es
un verdadero drama social. Por ejemplo, sin un trabajo consecuentemente remunerado y
antigedad laboral es imposible alquilar una casa. Los salarios son bajos, los trabajos inestables, los alquileres elevados y las condiciones para alquilar un apartamento son simplemente descabelladas. Alquilar 15 metros cuadrados en Pars cuesta entre 700 y 900 dlares por mes. Las agencias inmobiliarias adems, exigen que los candidatos ganen cuatro
veces el precio de alquiler, lo que es imposible para alguien de esa edad e incluso ms y,
encima, ponen como criterio selectivo un trabajo estable, es decir, con una antigedad
de varios aos.
Tal como est hoy, el mercado laboral no ofrece ninguna de esas garantas y los jvenes, sin apoyo familiar, caen en el destructor circuito de la precariedad: sin casas y con trabajitos temporales, mal pagados.
Como repuesta a este problema de desempleo, La Cmara de Diputados en Francia dio
luz verde el martes da 7 de marzo de este ao al proyecto de Ley de Igualdad de Oportunidades, que incluye un nuevo contrato laboral para los jvenes.
13 LUZN (2000): La exclusin social como figura contempornea emergente de la pobreza urbana. En
SEVILLA, D, LUENGO, J y LUZN, A (compil.) (2000): X Jornadas LOGSE: La escuela y sus agentes ante
la exclusin social. Granada. Elle Ediciones, 57.
14 FEBBRO, E (2006): Jvenes Europeos sin futuro laboral en un mundo cada vez ms globalizado.
(http://www.depapaya.org/news/?sec=even&lang=es_ES&nav=&id=). Consultado el 20 de marzo de 2006.
452
Este nuevo contrato se denomina CPE (Contrato de primer empleo), y se incluye como
un artculo de la denominada Ley para la Igualdad de Oportunidades, que aborda diversos
mbitos, ya que no se ocupa slo del mercado laboral, sino tambin de la vivienda o la
educacin, entre otros.
A juicio de Villepin15, (Primer ministro Francs) en Francia hay una insuficiente
relacin entre la formacin y la preparacin para el empleo y un diploma ya no es
garanta para un trabajo.
El Gobierno francs crear una carta de obligaciones para evitar los abusos que se
producen con los periodos de prcticas en empresas de muchos jvenes recin licenciados
o que prosiguen sus estudios. A partir de ahora, los jvenes con contratos de prcticas de
ms de tres meses debern percibir obligatoriamente un salario mensual.
Este tipo de convenios es una adaptacin de los nuevos contratos indefinidos (CNE),
con un periodo de prueba de dos aos, puestos en marcha por el Ejecutivo galo hace seis
meses. Durante esos dos aos, las empresas estn exoneradas de tasas por esos trabajadores y pueden despedirlos sin coste alguno. Los CNE slo eran vlidos en las PYMES,
mientras los CPE lo sern en todas las empresas.
Pero lo que el Gobierno francs ha creado con el objetivo de reducir el empleo entre
los parados jvenes, no ha tenido una buena aceptacin entre los jvenes del pas. Sindicatos y organizaciones juveniles rechazan ese contrato que consideran precario, por lo que
han convocado actos de protesta como las manifestaciones que se desarrollaron en diferentes ciudades de Francia.
Estas manifestaciones han sido continuas, numerosas y, hay que decir que tambin violentas.
Los manifestantes, apoyados por la oposicin de izquierdas, denunciaron el CPE como
el contrato precariedad exclusin, un contrato basura o desechable y otro ataque al
cdigo laboral.
Los jvenes franceses, y los de otros muchos pases, temen que su situacin de desempleo se alargue hasta tal punto que se imposibilite salir del mismo, pudindose encontrar en riesgo de exclusin social. Tal impotencia ante esta situacin y su conciencia social
(tradicionalmente revolucionaria), ha hecho que el CPE despierte en los jvenes franceses
la ira por la desventaja en que este los sita en el mercado laboral, y se hayan lanzado a
las calles para unirse en protesta.
Por lo general, se espera del sistema que responda a estos temores, y aunque ese el
objetivo que plantea el gobierno con la creacin de esta ley, para ellos, el CPE no hace
sino institucionalizar un esquema perverso.
Desde mi punto de vista, ha sido el miedo, el temor al riesgo de exclusin social en el
que se ven inmersos, lo que ha movido al colectivo de jvenes en este pas, para salir en
masa a las calles.
No intento justificar las movilizaciones violentas que se han producido y siguen dndose en Francia, sino entender por qu se dan, y la preocupacin que el desempleo despierta en los jvenes.
15 Declaraciones extradas del artculo Francia crear una carta de obligaciones para regular las prcticas
en empresas y evitar los abusos. (Disponible en http//:www.noticias.com). Consultado el 21 de marzo de
2006.
453
16
454
Antes de analizar la perspectiva histrica del Estado Docente en Venezuela y Colombia, debemos sealar que el Estado Moderno, de la misma manera que esta en posibilidad
de ordenar, y hacerse obedecer, realiza una funcin de gestin o de servicio a favor de la
colectividad, organizando diversos servicios pblicos dirigidos a la atencin de necesidades de la poblacin. En otras palabras, el Estado aqu tiene un sentido social tal como lo
expres el maestro 1Prieto Figueroa (citado en la Revista Candidus, 2001: 24) de la manera siguiente El concepto del Estado Docente es un concepto amplio en el cual el Estado
es el representante de la educacin en el pas y esta obligado, por su propia funcin, a crear
un movimiento educativo para llevar las ideas a las escuelas (..) un Estado que acta con
el propsito de formar en el pueblo la capacidad necesaria para la accin poltica y social.
La educacin es concebida entonces como una funcin pblica esencial de la colectividad
que en las sociedades modernas est encomendada al Estado en tanto que es la expresin
jurdico-poltica de la sociedad.
Conviene destacar que las instituciones escolares estn estrechamente vinculadas a la
aparicin del Estado. En este sentido, el tipo ms antiguo de rgimen estatal lo constituyen sin duda, los Estados teocrticos de las viejas culturas orientales y la condicin comn
del sistema educativo de aquellos pueblos consista en reservar a los ciudadanos libres y
entre ellos, a las clases o castas sacerdotales, no slo el disfrute de la alta cultura, sino el
poder de dirigir y realizar la educacin.
La administracin del hecho educativo corresponda a esos sectores que ejercan el
control econmico, poltico y social. As suceda en China con su sistema de examinadores nombrados por el Estado, as suceda tambin en la India, en Egipto, en Persia, donde
una severa legislacin estableca el tipo de educacin en los diversos grados y entregaba
su cumplimiento a cuerpos especializados de las clases dirigentes. Al alborear el Estado
pues, en sus formas primitivas, hallamos ya instituciones encargadas de asegurar un tipo
1
455
humano de acuerdo con las concepciones filosficas, religiosas y polticas que son base
del mismo Estado.
Es en Grecia donde nace la verdadera institucin educativa con un sistema que abarca
desde el nacimiento hasta la madurez y que en Esparta duraba toda la vida. Grecia crea la
escuela y en Esparta toda la educacin est en manos del Estado a partir de los seis (6)
aos. Durante la Edad Media, es en la Iglesia, donde se hallaba el poder econmico y, por
tanto poltico, cultural y social, la que ejerce la funcin educativa, ella crea, administra,
organiza e inspecciona las instituciones de enseanza en todos los grados, siendo los obispos los supervisores naturales de las instituciones docentes. Cuando como resultado de la
Revolucin Francesa cambia el carcter y la estructura del Estado, y la burguesa se convierte en dirigente de aquel, se crea la escuela popular y la educacin cambia su finalidad
dogmtica por la formacin de ciudadanos, de modo que la autoridad, vigilancia, supervisin y administracin de la escuela y por ende de la enseanza se trasfieren al poder civil,
al rgimen estatal organizado sobre los nuevos principios econmicos y polticos, basados
esencialmente, en la soberana del poder pblico, expresin de la voluntad del pueblo,
sobre los dems poderes.
En relacin con esto, es importante destacar que:
en el proceso de ascenso al poder por parte de la burguesa tienen lugar significativos hechos dentro del
campo de la educacin. En general las revoluciones burguesas darn lugar a una institucin de la educacin pblica estatal, propia del Despotismo Ilustrado, por un tipo de educacin pblica nacional. Con ello
la educacin pierde su significado de mandato del Estado y de obligacin por parte del sbdito y adquiere el sentido de un derecho por parte del ciudadano. (2ASCANIO, 1980: 17)
ASCANIO F. (1980): El Estado frente a la Educacin: Contribucin al Estudio del Estado Docente en
Venezuela. Trabajo de ascenso para optar a la categora de Asistente, presentado en la UCV. Caracas.
456
Igualmente la Ley del 18 de marzo de 1826 sobre la Reorganizacin y arreglo de la Institucin Pblica, estableca tambin la gratuidad de la enseanza elemental por parte del
Estado. En 1864, se plasma en Venezuela la concepcin de Estado Docente en la Constitucin de tal ao, consagrndose en toda su extensin la libertad de enseanza, a la vez
que se manifiesta Constitucionalmente el compromiso del Estado de garantizar la gratuidad de la Instruccin Primaria y de las Artes y Oficios.
Posteriormente, al amparo del marco Constitucional, se sanciona el decreto del 27 de
junio de 1870, donde el Estado toma control de la actividad escolar, y la reconoce como
funcin del Estado, que la consagra en el ttulo III, de los Derechos del Ciudadano, artculo 14, Ordinal 12, de la Constitucin de 1864. El decreto entonces dictado por Guzmn
Blanco se fundamenta en hacer obligatoria la educacin primaria (enseanza elemental)
para todo ciudadano, y tena mucho de pretensin meramente formal, pues las condiciones reales de las relaciones de la produccin se mantenan inclumes, instituyendo la desigualdad econmica y la carencia de recursos para afrontar la escolaridad por parte de la
amplia mayora de la poblacin. Se trata de un formalismo jurdico que supone la igualdad de oportunidades ante la ley, pero sin atacar la redistribucin de la riqueza. De todos
modos, independientemente de las mltiples dificultades que afrontaba Venezuela, el
Decreto de Instruccin Pblica de 1870, marca la consagracin de la intervencin centralista del Estado en materia escolar, pues hasta 1870 la instruccin primaria era potestad
provincial.
Paralelamente, en Colombia el General Santander, en calidad de Presidente encargado,
decide dar cumplimiento a la Ley del 6 de agosto de 1821 que facultaba al poder ejecutivo para establecer Escuelas Normales de enseanza mutua en las principales ciudades de
Colombia. (4Zuluaga, citado por Rentera 2004: 156.), lo que segn el autor citado era de
gran beneficio para el desarrollo de una estrategia tendiente a la masificacin de la instruccin pblica, como quiera que se requera con urgencia suplir la necesidad de formar
ciudadanos para la construccin y el establecimiento de la racionalidad econmica que
diera va libre al desarrollo y al progreso de la nacin.
En 1857, se sanciona la Constitucin federalista, que dio lugar a una guerra civil, cuyo
desenlace favorable a los liberales permiti la redaccin de la Constitucin de 1863, de
Ronegro siendo ella reflejo de la ideologa liberal que inspir la poltica de Colombia por
ms de veinte aos, y en materia educativa instituy la enseanza obligatoria y laica.
Los gobernantes Colombianos producen posteriormente la Ley del 30 de mayo de
1868, la cual dispona, segn Rentera, en el artculo 13 que: El gobierno nacional promovera con los gobiernos de los estados los arreglos conducentes para reducir a un sistema uniforme la instruccin pblica en toda la nacin. (p.162). Adems, y especialmente
en cumplimiento de la prenombrada Ley y cuatro (4) meses despus del Decreto de Instruccin Pblica, del 27 de junio de 1870 en Venezuela, el gobierno del Presidente Colombiano Eustorgio Salgar emite el Decreto del 1 de Noviembre de 1870, orgnico de la Instruccin Pblica, en el cual se declara la Instruccin como un objeto pblico, obligatoria,
gratuita y laica, y se erige el Estado segn Renteria (2004: 162): Como supremo inspector de la instruccin pblica en todo el territorio nacional. A la vez, dicho decreto, en
3 MRQUEZ A. (1964). Doctrina y Proceso de la Educacin Venezolana. Editorial Imprenta Universitaria, Caracas.
4 RENTERIA P. (2004). Formacin de Docente Un reto para las Escuelas Normales Superiores y las
Facultades de Educacin. Editorial Magisterio, Bogot-Colombia.
457
su artculo 130, ordenaba establecer en cada capital de los estados soberanos una escuela
normal Con el objeto de formar maestros idneos, que regenten las escuelas elementales
y las superiores.
Como se puede evidenciar, el ascenso y consolidacin de los liberales en el poder en
ambas naciones suramericanas, as como su marcado protagonismo en la vida poltica,
especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX, con Guzmn Blanco y Joaqun
Crespo en Venezuela, y con Eustorgio Salgar, Manuel Murillo Toro, Santiago Prez y
Julin Trujillo en Colombia, hicieron posible que la instruccin pblica fuese una realidad
normativa, pero que a pesar de los adelantos como consecuencia de estos decretos, la educacin no logr avances significativos por la escasez de elementos humanos preparados
para cubrir las necesidades educacionales, la falta de escuelas normales, de programas, de
textos, y la miseria de ambas naciones factores que impidieron el desarrollo de la educacin popular. Rentera (ob.cit.) seala que los liberales: le asignaran un contenido poltico a la instruccin como un bien pblico, de carcter obligatorio, gratuito y laico, al colocarla como el motor principal para el progreso de la nacin. (p.160).
Ahora bien, normativamente el desarrollo del Estado Docente tanto en Colombia como
en Venezuela marchan de manera paralela, aunque conviene destacar que estos buenos
deseos normativos en la prctica fueron letra muerta, con el Decreto del 27 de Junio de
1870 en Venezuela y el del 1 de Noviembre en Colombia, siendo preciso sealar lo
siguiente:
1) El Estado toma control de lo escolar, desplazando los resabios de hegemonas que
se haban mantenido con la institucin religiosa.
2) Se reconoce lo escolar como una funcin del Estado, amparndolo y proveyndolos
de recursos (insuficientes).
3) Se establece la obligatoriedad de la educacin primaria.
4) Se establece la gratuidad y universalidad de la enseanza.
5) Se centraliza la educacin por parte del Estado y
6) Se articulan la Repblica de Colombia y Venezuela en el contexto del capitalismo
mundial en materia educativa, en tanto que se busca universalizar la educacin elemental para la poblacin sin distingo de condicin social o raza.
Se puede sealar que en la ltimas dcadas del siglo XIX y posteriormente el siglo XX,
las reformas en educacin pblica tanto en Colombia en 1892, 1903 a 1914 como en Venezuela en 1898, 1904, 1910 y 1924, reconocen de manera clara y terminante la concepcin
de estado Docente, donde el Estado es el rgano rector que se encarga de dirigir y orientar el proceso educativo hacia la consecucin de sus fines. El Estado Docente en Colombia hoy se asume desde una perspectiva donde: la educacin es un factor primordial,
estratgico, prioritario y condicin esencial para el desarrollo social y econmico de cualquier conglomerado humano. Asimismo, es un derecho universal, un deber del Estado y
de la sociedad, y un instrumento esencial en la construccin de sociedades autnomas, justas y democrticas (5http:/www.minieducacin.gov/co).
Colombia, al igual que la mayora de los pases del mundo, se apega a la declaratoria
de las Naciones Unidas y asume la funcin educadora con carcter estratgico para el desarrollo nacional. En esta nacin, a pesar de los grandes esfuerzos realizados durante las
ltimas dcadas para cubrir las diferencias que presenta la educacin en sus distintos nive5
458
http:/www.minieducacin.gov/co.
les, todava falta mucho camino por recorrer para llegar a los niveles deseables que en este
sentido se requieren. Slo en los aos 90 se notorios tales esfuerzos, gracias a los cambios
que a nivel estructural se generaron como producto de la Constitucin de 1991. La Constitucin de la Repblica de Colombia de 1991, en su artculo 67 seala:
Artculo 67: ...corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspeccin y vigilancia de la educacin con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines
y por la mejor formacin moral, intelectual y fsica de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento de servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su
acceso y permanencia en el sistema educativo ...omissis.
El precitado artculo expresa que la educacin cumple una funcin social en el desarrollo pleno del individuo para vivir en democracia y por ende ser gratuita en las instituciones oficiales, sealando como actores involucrados en el proceso a la familia, la
sociedad y el Estado, quedando en manos de este ltimo la inspeccin, vigilancia, regulacin y control. Como vemos, est presente all el papel del Estado Docente quien asume
dicha funcin intransferible e indelegable.
En el artculo 68 se reconoce la educacin privada, aunque su creacin y funcionamiento sern aprobados por el Estado previo cumplimiento de los requisitos exigidos por
la Ley. En lo referente a la profesin docente ya el artculo 68 de la Constitucin Colombiana hace mencin a ello, en lo referente a las diferentes cargos de la funcin docente
todo ello en el marco del artculo 2, del Decreto Ley 2277 de 1979. En cuanto a la participacin y cogestin del proceso educativo, el proceso de descentralizacin se ha ido
dando a fin de mejorar la gestin educativa en donde las comunidades formen parte de las
decisiones a nivel local, y terminen por abrirse a la participacin orientada por una poltica de Estado. Lo que se busca con ello es incrementar la participacin de la sociedad civil.
Con la Ley 115 de 1994 -Ley General de Educacin- se busca ampliar la participacin de
los miembros de la institucin escolar. Cabe destacar que a partir de la Constitucin de
1991, Colombia ha buscado diversas alternativas para promover una amplia participacin
de la ciudadana en la discusin y concertacin de polticas pblicas de educacin, tal
como se pudo evidenciar con la Ley General de Educacin de 1994, que se aprob despus de un amplio proceso de discusin y de consultas.
En el caso de Venezuela, tenemos la Ley de Educacin de 1940, conocida como Ley
de Uslar, porque su diseador fue el Ilustre escritor venezolano Arturo Uslar Pietri.
Luego tenemos la Constitucin de 1947 y al amparo de la misma, surge la Ley Orgnica de Educacin de 1948, promulgada previamente El 18 de octubre (tras un golpe de
Estado). La misma contiene, como es de suponer, los principios democrticos y de Estado Docente consagrados en la Constitucin de 1947 declarando en su artculo 1 que: La
educacin es funcin esencial del Estado... Ahora bien, Parafraseando a Mrquez
(ob.cit.) esta ley es una de las ms completas y claras en su perspectiva poltico-filosfica, ms no tuvo efectos prcticos, pues al mes siguiente de haber sido dictada, fue
derrocado el gobierno constitucional presidido por Rmulo Gallegos, y sustituida poco
despus dicha ley, por el Estatuto Provisional de educacin, promulgado por la Junta
Militar de Gobierno, que efectivamente reconoce el Estado Docente cuando admite la
libertad de enseanza bajo la suprema vigilancia del Estado en su artculo 3. Luego, se
aprueba la Ley de Educacin de 1955 que contiene disposiciones similares al Estatuto
Provisorio en materia de Estado Docente, vigente la misma hasta el 27 de junio de 1980,
cuando se sanciona la Ley Orgnica de Educacin, al amparo de la Constitucin democrtica de 1961.
459
6
7
460
Ley Orgnica de Educacin. (1980). Gaceta Oficial N 2635. extraordinaria de fecha 28 de julio de 1980.
Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial N5453-24 de marzo de 2000.
CUADRO COMPARATIVO
VENEZUELA CONSTITUCIN 1999
Derecho a la educacin de todas las per- El Estado fomenta y promueve la educasonas en igualdad de condiciones y opor- cin en igualdad de oportunidades. (Arttunidades. (Artculo 103).
culo 70).
Libertad de culto. (Artculo 59).
Es de sealar que ambos pases consideran la universalizacin de los derechos educativos, los cuales vienen a ser la base del equilibrio social mediante la equidad, para tratar
de garantizar a quienes no pueden los mismos derechos que disfrutan quienes pueden;
hablan de equilibrio poltico, haciendo uso de la democracia como eje fundamental, del
equilibrio econmico que les permita pasar de pases rentistas a pases productivos y, por
ltimo, el equilibrio mundial para asumir la globalizacin sin perder la soberana, la mundializacin sin dejar de ser pases libres y soberanos; siendo la educacin de los pueblos
y el trabajo los procesos fundamentales para alcanzar estos objetivos.
En el marco normativo de ambos pases, se parte de un supuesto de que toda persona tiene derecho a una educacin integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades. Hay por lo tanto una igualdad formal entre los educandos. Esta
es simplemente la apariencia, pues todos tienen derechos pero posibilidades reales no.
Hablar en Colombia y Venezuela en el marco del Estado Docente de una educacin igualitaria o democrtica que da sentido de universalidad, es cometer un grave error, porque si
bien es cierto que la educacin fue desde sus comienzos eminentemente elitesca, y posteriormente con la aparente democratizacin de la enseanza, con un mayor acceso de los
sectores populares, no se ha logrado quebrar el elitismo, y es y debe ser el reto de la educacin del siglo XXI el quebrarlo.
En sntesis, a ms de un siglo de reafirmacin normativa del Estado Docente, y a pesar
de los logros que efectivamente los hay, las condiciones de los sectores ms desposedos
461
RENTERIA P. (2004). Formacin de Docente Un reto para las Escuelas Normales Superiores y las Facultades de Educacin. Editorial Magisterio, Bogot-Colombia.
Revista Candidus (2001). Los Retos de la Educacin Pblica.
463
otros profesionales como psiclogos, orientadores, etc. Completamos el anlisis con una
exhaustiva revisin documental a travs de diversa documentacin fundamental en todo
centro de enseanza: Programacin General Anual, Proyecto Curricular, Reglamento de
Rgimen Interior, Actas del Consejo y del Claustro, Memoria General Anual La observacin participante de los distintos elementos que componen un centro, muchos de ellos
captados en fotografas que recogen desde la participacin de alumnos en actividades
temticas plasmadas en los murales del pasillo, a la sala de profesores, la de informtica,
las propias clases o cualquiera de sus instalaciones, ha sido otro elemento clave para completar nuestra recogida de informacin de los centros.
Para el anlisis de la gran cantidad de datos obtenidos, el equipo investigador ha recurrido al tratamiento de la misma a travs de los programas informticos Jukebox, Wavelab y Atlas-Ti. Los dos primeros se han utilizado para dividir por temticas las entrevistas
y hacerlas ms manejables, y el ltimo permite establecer categoras, cdigos y un amplio
abanico de posibilidades de anlisis cuantitativo.
En segundo lugar, se ha llevado a cabo la realizacin de un cuestionario a nivel nacional a un centenar de centros de enseanza de diversas tipologas, provincias, niveles educativos, mbitos, titularidad, logrando una muestra muy variada y rica para el anlisis.
De todos los anlisis de caso desarrollados, diez centros pertenecen a un mbito ms
puramente rural y estn situados en las provincias de Salamanca, Alicante, Cceres y vila.
En cuanto al cuestionario, los centros rurales encuestados han sido doce. No vamos a
recoger en esta comunicacin la discusin sobre la definicin del espacio rural, y para
establecer un criterio clasificatorio entre medio rural y urbano, hemos optado por seguir
las indicaciones del Instituto Nacional de Estadstica: municipios menores de 10.000 habitantes. Hemos analizado tambin los datos de los centros urbanos para establecer posibles
diferencias entre ambos mbitos.
2. ESCUELA RURAL ESPAOLA
La escuela rural en Espaa no es lo que ha sido y probablemente no lo vuelva a ser.
Pretendemos analizar su realidad hoy, a comienzos del S. XXI, teniendo muy presente el
medio en que se inserta y del que hemos dado algunas pinceladas en la contextualizacin
previa.
La escuela es un objeto de estudio complejo, y por tanto, ha de ser abordado atendiendo a sus caractersticas concretas. Cada una, constituye un espacio de relaciones regulado
por unas normas (tanto escritas como implcitas) que conforman un conjunto de vnculos
fundamentales para cualquier investigador/a que desee profundizar en su conocimiento.
An as, y a pesar de ser un medio de gran complejidad, la escuela es cognoscible, por
cuanto posee un medio profesional y una retrica potente.
Aunque entendemos que las generalizaciones siempre unifican caractersticas que no
siempre son iguales, trataremos en las siguientes lneas de ofrecer una panormica de la
escuela rural espaola en sus aspectos ms generales, pero sin olvidar que abordamos una
organizacin y un contexto heterogneos.
Relacin con el medio
Que la escuela influye y est influida por el medio en que se integra no es ningn secreto, pero la realidad cotidiana de muchos centros educativos a veces se olvidan de esta
obviedad.
465
Los centros educativos no son, (ni deben serlo) entidades aisladas de la comunidad de
la que forman parte. Un documento preceptivo en un centro de enseanza es el Proyecto
Educativo. En l se hacen constar las caractersticas sociales, culturales y econmicas de
su entorno inmediato, del que suele proceder la mayora de su alumnado. En la mayora
de los casos es una formalidad ms a cumplir y este anlisis no se refleja posteriormente
en las planificaciones concretas ni en la jornada escolar diaria.
La escuela rural no es una excepcin, y quizs con mayor profusin que la urbana ha
de tener muy en cuenta su entorno ms cercano con unos condicionantes muy especficos.
Carmena y Regidor hablan de este aspecto en los siguientes trminos: () el estudio de
la situacin de la escuela en el medio rural supone conocer cul es el entorno en que se
sita esa esuela as como las funciones que le impone el sistema de acumulacin que, en
un lenguaje superficial y vlido para un perodo que se acaba, podemos hacer coincidir
con lo industrial y lo urbano1.
Muchos son los autores que inciden en la relevancia de la escuela en pequeos municipios donde constituye el nico ncleo cultural. Una de las realidades de estas escuelas
es su escasez de equipamiento y recursos. A travs de las entrevistas realizadas a docentes, directores, padres y alumnos de escuelas del mbito rural, hemos ratificado que estos
dficits producen quejas generalizadas. No nos cabe duda de que esto es as, pero tambin consideramos que los equipamientos existentes, muchos o pocos, podran ser tambin utilizados por la poblacin que no est en edad escolar. Un ejemplo claro, los ordenadores de una escuela pueden ser aprovechados por la tarde para impartir clases de
informtica a personas adultas. A veces no se trata slo de falta de recursos, sino de su
correcta optimizacin.
Adems de su significacin cultural, las escuelas son vitales en pequeas comunidades
por otros aspectos. Probablemente sean ms costosas (teniendo en cuenta el coste por
alumno) que las situadas en grandes urbes. No podemos negarlo, pero tampoco debemos
olvidar que son un importante elemento para el asentamiento o la fuga de poblacin. Lo
mismo acontece con otros servicios generales, garantes del tan trado y llevado Estado de
Bienestar como los Servicios Sociales o Sanitarios. Todos ellos resultan ms caros por
habitante en pequeas concentraciones poblacionales, pero no por ello se puede dejar a
esos ciudadanos de pleno derecho sin asistencia mdica. Comunidades Autnomas como
Castilla y Len, tienen un elevado nmero elevado de pequeos municipios y entidades de
poblacin cuyas escuelas estn al borde de la desaparicin.
La relacin de la escuela con su escenario es un componente prioritario a considerar
tanto en la planificacin de polticas pblicas, como en la propia organizacin interna del
centro. Desde el propio Ministerio de Educacin se ha reconocido su relevancia, y otros
autores como el Colectivo Campos de Castilla tambin lo han destacado:
Evidentemente ningn planteamiento educativo puede prescindir de la realidad humana y constructora de la persona, ni de los elementos que circundan su medio, ni de las
peculiares caractersticas que impregnan sus minsculas sociedades, ni siquiera de las contradicciones histricas que se producen en el decurso de los aos2.
La situacin del mundo rural requiere una promocin de desarrollo socioeconmico,
sociocultural y sociopoltico, que parta de la realidad de estos medios y no de esquemas
1
2
466
CARMENA, J., REGIDOR J.G., (1985): La escuela en el medio rural. Madrid: MEC., p. 12.
MEC (1992): Educacin en el medio rural. Madrid: MEC, p. 10.
ajenos y proyectados. Por tanto, una Escuela comprometida con el medio, no puede reducirse a mejorar la enseanza de los nios de estos pueblos3
Los maestros rurales
Antes de avanzar, es necesario precisar que las realidades entre el trabajo profesional
de un maestro de un Centro Rural Agrupado (denominacin de Castilla y Len que vara
segn la Comunidad Autnoma), y las de un maestro de escuela graduada, son claramente diferentes aunque compartan un mismo contexto.
Nuestra ptica partir de las escuelas ms pequeas, pues consideramos que las concentraciones escolares son bastante ms similares a los centros periurbanos e incluso a los
urbanos: mayor nmero de profesores, aulas independientes para cada nivel educativo,
interrelacin entre profesionales de distintas reas, ms y mejores recursos y equipamientos, etc.
Una de las caractersticas que han marcado el perfil del maestro rural ha sido el aislamiento del medio en que ejerce su profesin. ste es con toda seguridad menor hoy que
hace unas dcadas, pero an sigue constituyendo una dificultad aadida que ha de afrontar el contexto rural.
Este aislamiento puede ser uno de los motivos por el que las escuelas rurales sigan
siendo centros de paso para muchos maestros: En la actualidad son muy pocas las escuelas rurales que cuentan con profesores titulares definitivos4.
Esta provisionalidad conduce a consecuencias obviamente negativas a la hora de elaborar los Proyectos Educativos y Curriculares. Adems, los alumnos han de adaptarse a
continuos cambios de profesorado, con las implicaciones pedaggicas y metodolgicas
que esto conlleva.
La situacin ha mejorado en los ltimos aos con los servicios de apoyo, maestros
especialistas que acuden a distintas escuelas y que suponen un gran refuerzo para el docente que se encuentra solo la mayora de su jornada laboral.
La formacin permanente es otro elemento que ayuda a mitigar el sentimiento de aislamiento profesional. No vamos a profundizar en este aspecto, solamente apuntamos que
en las entrevistas a docentes, la valoracin de los cursos formativos del CFIE es un tanto
escptica. Se considera mayoritariamente que son ms una estrategia para lograr puntos
que un instrumento de mejora de la calidad pedaggica.
La condicin de extrao sociolgico apuntada por John Brebeck est ntimamente relacionada con la situacin de aislamiento descrita, y como socilogos no debemos dejarla
en el olvido.
Carlos Lerena5 aborda este fenmeno con cierta profusin y lo relaciona con la gran
movilidad del maestro, que a su vez es productora de desarraigo. Recogemos algunas de
sus palabras: no hay enseantes en general, como no hay sistema de enseanza en general, como tampoco hay funciones genricas de tal sistema: son los grupos o las clases en
3 COLECTIVO CAMPOS DE CASTILLA (1987): La escuela rural: una propuesta educativa en marcha.
Narcea S.A. de Ediciones, pp. 12-13.
4 BOIX TOMS, R. (1995): Estrategias y recursos didcticos en la escuela rural. Barcelona: Edit. Gra
de Serveis Pedaggics, p. 51.
5 LERENA, C. Ed. (1987). Educacin y Sociologa en Espaa. Seleccin de textos. Madrid: Akal Universitaria, p. 460.
467
conflicto las que proporcionan una especificidad propia a cada uno de sus particulares
mbitos
Para este autor, el aislamiento social y cultural de los maestros que trabajan en contextos rurales ms alejados, hace que idealicen la sociedad, su profesin, de ah el tradicional papel de misioneros que se les ha atribuido durante dcadas.
Otra visin ms extremista es la de Francisco Giner de los Ros, quien llega a sealar
que tratar con nios, estar recluido entre ellos durante largas temporadas, tiene riesgo de
cierta infantilizacin, regresin
Ortega por su parte, se refiere a la situacin del maestro rural en los siguientes trminos: Lo mucho que histricamente tienen en comn el magisterio y el sacerdocio, la
extraccin social de clases bajas y medias bajas, la feminizacin del cuerpo, el carcter
ideolgico de la profesin y, la condicin de extrao sociolgico son algunos de los rasgos que explican la compleja situacin que conoce el maestro rural6.
Como ya hemos comentado, la situacin de los maestros de escuelas rurales, ha cambiado, al mismo tiempo que ha evolucionado con gran rapidez la sociedad rural. Recordamos unas lneas de Fernndez Enguita7:
Hace unos pocos decenios, en Espaa, gran parte de los maestros eran ms bien trabajadores autnomos que ponan por su cuenta escuelas en los pueblos, aunque con el apoyo de los ayuntamientos en
forma de locales y subvenciones para los alumnos sin recursos econmicos. En las escuelas privadas
unitarias el maestro era a la vez el empresario y el trabajador, tal vez con el apoyo de su esposa o de
algn sirviente; era, en sentido estricto, un pequeo burgus.
Finalizamos este recorrido por la figura del maestro rural con unas lneas de Lerena en
este sentido:
Tradicionalmente, la figura del maestro ha hecho las veces de puente entre la cultura rural y la cultura
urbana, y eso en dos sentidos. Por una parte, los estudios de magisterio han permitido, en una medida
mucho mayor que otras carreras clsicas, salir, o si se quiere, escapar, de los pueblos espaoles. Por otra
parte, e invirtiendo el proceso, el maestro rural ha sido la figura que ha encarnado la cultura urbana dentro de los medios rurales.
Caractersticas y funciones
Tras vislumbrar algunas de las particularidades ms destacadas del maestro rural, esbozamos ahora la prctica cotidiana en un aula.
Boix Toms8 en Estrategias y recursos didcticos en la escuela rural, proporciona una
panormica bastante exhaustiva de la realidad prctica de un maestro rural, y propone
indicaciones especficas para la mejora de la calidad educativa de las escuelas rurales.
Aborda desde la organizacin del espacio hasta infinidad de recursos didcticos. Todas
sus propuestas de intervencin estn orientadas a pequeas escuelas unitarias o centros
agrupados.
Segn su anlisis, y en la contextualizacin descrita, el maestro de escuela rural
necesita:
6 ORTEGA, M.A. (1995): La parienta pobre: (significante y significados de la escuela rural). Madrid:
Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte, p. 157.
7 FERNNDEZ ENGUITA, M. (1990). La escuela a examen. Madrid: Eudema, p. 157.
8 BOIX TOMS, R. (1995): Estrategias y recursos didcticos en la escuela rural. Barcelona: Edit. Gra
de Serveis Pedaggics.
468
El sesgo urbano, masculino, clasista y payo del currculum es una desventaja para el
alumnado rural, femenino, de origen obrero y gitano. La panacea de la igualdad de oportunidades es an hoy, eso, una panacea. Pero la influencia de estos sesgos hay que relativizarla, J. Coleman en su famoso estudio sobre escuelas, ha mostrado que las diferencias
de rendimiento individual en una misma escuela son mayores que las producidas entre distintas escuelas
470
9 QUERRIEN, A. (1979). Trabajos elementales sobre la escuela primaria. Madrid, La Piqueta, 1979,
p. 156.
10 CARMENA, J., REGIDOR J.G., (1985): Op. Cit., p. 11.
11 Ibidem, p. 23.
12 Ibdem, p. 291.
13 Ibdem, p. 88.
471
Existe una lnea discursiva que ha tendido a considerar a los padres y madres de contextos rurales menos implicados en la educacin de sus hijos, ms reacios a intercambiar opiniones con los profesores. Para Miguel ngel Ortega14 esto es as, tal y como se
confirma en las siguientes palabras que pretenden describir la generalidad de escuelas
rurales: Que los edificios escolares sean peores que los urbanos, su clientela menos
fiel, la legislacin menos atenta a sus particularidades, los padres y las madres algo ms
reticentes no son situaciones nuevas ni el producto de un deterioro progresivo de la
situacin.
Relaciones entre la profesin docente y la comunidad escolar.
Un maestro rural adems de con sus alumnos, se relaciona principalmente con los
padres de stos. Con el resto de la comunidad el grado y cantidad de intercambios es variable. Por lo general, los contactos con los representantes del Ayuntamiento son espordicos
y referidos a aspectos de equipamiento.
14
ORTEGA, M.A. (1995): La parienta pobre: (significante y significados de la escuela rural). Madrid:
Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte, p. 88.
472
El factor que marca cmo son las relaciones de un maestro con la comunidad de su
escuela es su domicilio habitual. El maestro que vive en el municipio en el que imparte
sus clases o en la zona, establecer unos vnculos ms estrechos.
En escuelas unitarias, o en pequeas escuelas que forman parte de un CRA, los padres
suelen tener una relacin casi diaria con los profesores, y por consiguiente, la oportunidad
de charlar con ellos cuando acuden a llevar y recoger cotidianamente a sus hijos. Otra
coyuntura radicalmente diferente es la que acontece con los padres de alumnos escolarizados en las concentraciones. Este tipo de centros no suele estar situado en el municipio
de residencia del alumnado, y ste es mayor. En estos colegios las relaciones s suelen ser
ms escasas.
El director de un CRA se refera a las interacciones padres-profesores en los siguientes trminos:
Son muy cordiales, porque como son pocos padres y nos conocemos todosEs muy distinto a una
capital.
Segn Carmena y Regidor las relaciones que mantienen los maestros rurales con los
padres, son en general escasas y ocasionales. En la misma lnea est la siguiente alusin
del director de otro centro rural:
Las relaciones con los padres son complicadas porque hay elementos de barrera entre los profesores y los
padres que hacen que en determinados momentos puedan estar a la defensiva. Hay otros elementos como
es que en general la participacin del padre en la vida educativa, es si se le pisa el callo o no se le pisa el
callo, es decir, responde a unos intereses particulares y en general la posicin inmediata del profesorado
es de rechazo inmediato a la participacin de los padres. Otros elementos que dificultan la participacin
es que el profesorado viva fuera del pueblo.
Las tablas que siguen, recogen la frecuencia con que los docentes mantienen contacto
con los progenitores de su alumnado.
Tabla 1.
FRECUENCIA DE MANTENIMIENTO DE
CONTACTO CON P/MADRES. MEDIO RURAL
Vlidos
Perdidos
Diariamente
Semanalmente
Mensualmente
Trimestralmente
Anualmente
Nunca
Total
NS/NC
Sistema
Total
Total
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje
vlido
Porcentaje
acumulado
8
7
7
15
1
3
41
4
2
6
47
17,0
14,9
14,9
31,9
2,1
6,4
87,2
8,5
4,3
12,8
100,0
19,5
17,1
17,1
36,6
2,4
7,3
100,0
19,5
36,6
53,7
90,2
92,7
100,0
473
Vlidos
Perdidos
Total
Diariamente
Semanalmente
Mensualmente
Trimestralmente
Anualmente
Nunca
Total
NS/NC
Sistema
Total
345
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje
vlido
Porcentaje
acumulado
41
96
51
83
25
24
320
17
8
25
11,9
27,8
14,8
24,1
7,2
7,0
92,8
4,9
2,3
7,2
12,8
30,0
15,9
25,9
7,8
7,5
100,0
12,8
42,8
58,8
84,7
92,5
100,0
100,0
Podemos inferir que las diferencias entre medio rural y urbano no son tan significativas como se pudiera pensar.
An as, encontramos valores distintos entre los dos contextos: mientras que en el rural
un 19,5% de los profesores encuestados afirma mantener contacto diariamente con los
padres y/o madres de sus alumnos, en el urbano el porcentaje es de 12,8%. Semanalmente en cambio, son mayores los contactos de profesores urbanos que rurales: un 30% frente a un 17,1%. Trimestralmente encontramos otra diferencia significativa 36,6% en el
medio rural y 25,9% en el urbano.
Dicho de otro modo, los maestros rurales tienen en un 53,7%, contacto con los padres
una vez al mes o ms a menudo, y en el caso de los urbanos el porcentaje sube al 58,8%.
Nos resulta preocupante que ms de un 7% del profesorado en ambos medios manifieste no tener nunca contacto con los padres de sus alumnos.
En la mayora, por no decir en el 100% de los centros entrevistados, los profesores se
quejan de la falta de comunicacin con los padres, que generalmente acuden cuando ha
habido algn incidente con sus hijos o cuando llegan las notas, y estas no son las deseadas. Estas quejas se han producido tanto en los centros rurales como en los urbanos. Las
siguientes palabras de un profesor de un instituto ubicado en un pequeo municipio son
muy claras al respecto:
Ese es uno de los caballos de batalla. Esa es una de las mayores quejas que tenemos todos los profesores, todo el estamento educativo, porque consideramos que salvo excepciones honrosas, la inmensa mayora de los padres se preocupan muy poco, muy poco de sus hijos, y si se preocupan es en el momento cuando las cosas ya no tienen solucin, cuando les entregas las notas en junio()
Una de las preguntas de nuestro cuestionario se interesaba por saber cmo consideran
los profesores la falta de apoyo de las familias. Un 54,4 % de los rurales lo valora como
un problema de primer orden, un 29,5% un problema secundario y para el 15,9% no supone un problema. Los datos son extremadamente claros.
474
En las ciudades la situacin se agudiza si cabe, pasando a un 60,3% de los encuestados que califican la falta de apoyo de las familias en el proceso escolar, como un problema de primer orden.
Tabla 5. PROBLEMA FALTA DE APOYO DE LAS FAMILIAS. MEDIO RURAL
Vlidos
Perdidos
Problema de
primer orden
Problema
secundario
No es problema
Total
Sistema
Total
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje
vlido
Porcentaje
acumulado
24
51,1
54,5
54,5
13
7
44
3
47
27,7
14,9
93,6
6,4
100,0
29,5
15,9
100,0
84,1
100,0
Vlidos
Perdidos
Problema de
primer orden
Problema
secundario
No es problema
Total
NS/NC
Sistema
Total
Total
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje
vlido
Porcentaje
acumulado
202
58,6
60,3
60,3
84
49
335
2
8
10
345
24,3
14,2
97,1
,6
2,3
2,9
100,0
25,1
14,6
100,0
85,4
100,0
los niveles (exceptuando a los profesores itinerantes especialistas y de apoyo), sus funciones van ms all de las puramente educativas, debiendo responsabilizarse de la coordinacin y de tareas administrativas. No dispone de una persona encargada de la biblioteca,
un conserje
Un profesor de una escuela que ahora forma parte de un CRA, pero que antes era un
centro unitario nos facilita el siguiente relato:
Los 3-4 primeros aos que yo estuve aqu en la unitaria, lo peor eran los papeles, los documentos que
haba que ordenar todo porque antes no estaba el CRA y lo tena que hacer yo
Los profesores de los centros entrevistados con los que hemos hablado, nos han asegurado que las relaciones entre ellos son buenas, porque al ser pocos son ms intensas.
Hemos detectado que el Consejo Escolar tiene unas funciones en muchos casos ms representativas que funcionales, especialmente las participaciones de padres, alumnos y delegados del Ayuntamiento. En cambio, el Claustro es un rgano colegiado con mayor
influencia en la organizacin docente.
Futuro de la escuela en espacios rurales
La sociedad actual sufre cambios profundos a gran velocidad y el medio rural no constituye una excepcin. Como ya anunciamos al hablar de las tendencias poblacionales del
medio rural, no est demasiado claro que la tnica general sea la prdida de poblacin, en
algunas zonas se est produciendo el proceso contrario, aunque salvo en zonas periurbanas, la poblacin que regresa a pequeos municipios no suele ser la que est en edad escolar.
En una escuela nos retrataban el descenso de alumnos con datos concretos: actualmente cuenta con 73 alumnos, mientras que hace 10 aos tena 150, es decir, una prdida
de ms del 50%.
Es por ello que los maestros con los que hemos hablado no vislumbran un futuro nada
alentador para las pequeas escuelas rurales. Los siguientes testimonios referidos a la prediccin dentro de unos 10-15 aos son muy claros al respecto:
Este centro no existe, es una pena, es una pena decirlo pero no llega. Nosotros por ms previsiones que
hacemos es increble cmo va bajando. Pueblos que hace 4 5 aos tenan 30 nios ahora tienen 8
Director de un CRA
No lo veo, no existir. Quedar alguna escuela en algn pueblo, pero el resto estarn cerradas porque no
estn naciendo nios. Profesor de un CRA
Yo calculo que sta pueda durar 5 6 aos como mucho. Profesor de una pequea escuela perteneciente a un CRA.
Ministro escocs lleg a pedirle a su homnimo britnico, Tony Blair, que le enviara a
Escocia a todos los inmigrantes que estaba deportando a sus respectivos pases. Al igual
que ocurre en el sector turstico, en la educacin escocesa tambin hay una importante
necesidad de personal e insistimos, esta situacin se agudiza en la parte Norte, que adems de ser la ms hermosa y la ms abrupta geogrficamente, es la menos poblada y desarrollada.
La enseanza escocesa es mayoritariamente pblica, la privada abarca tan slo entre el
5 y el 10%. En el medio rural tambin hay escuelas privadas, aunque son pocas y muy
caras.
La enseanza rural de Escocia posee bastantes similitudes con la espaola. En primer
trmino, tiene un sistema parejo a la agrupacin de centros en Espaa: una escuela escolariza a los alumnos de los municipios colindantes; estos acuden en autobs y la mayora
se quedan a comer, volviendo por las tardes a sus hogares. En las zonas ms alejadas de
la escuela, los nios se quedan de lunes a viernes en el municipio donde sta se encuentra
ubicada, y el fin de semana regresan a sus casas.
Bell y Sigsworth15 dejan constancia del proceso de cierre de muchas escuelas en Escocia desde la dcada de los 50. Adems de ser una situacin comn con Espaa, lo es con
otros muchos pases europeos.
Otra de las semejanzas es que en Escocia existe un sistema equivalente al de los profesores itinerantes en Espaa.
El transporte escolar en el medio rural escocs difiere parcialmente del espaol. Tiene
una diferencia clave y son las distintas respuestas que se dan a las dificultades de transporte: muchos municipios alquilan los autobuses de transporte general de viajeros durante unas horas para llevar a los nios al colegio; para otros municipios con menos nios se
establecen otras estrategias como alquilar taxis para el transporte escolar (algo que resulta ms econmico por el bajo nmero de alumnos); y finalmente hay una tercera solucin,
padres que llevan en su propio coche a los alumnos en las zonas ms aisladas de Escocia.
Uno de los contrastes ms fuertes entre la enseanza rural en Escocia y en Espaa es
la demanda de docentes. En el norte de Escocia, hay problemas para encontrar a profesores que quieran trabajar en las escuelas rurales. Para solventar esta situacin, se han establecido mecanismos rpidos para la incorporacin de jvenes docentes una vez finalizada
su carrera universitaria. En Espaa las plazas docentes estn muy cotizadas, y aunque son
preferidas las de los entornos urbanos, las de las zonas rurales suelen ser consideradas
como un trnsito durante el que se acumulan puntos para pedir el traslado a las ciudades.
Forsythe realiz una investigacin en dos regiones escocesas: Highland y Tayside16.
Las conclusiones de su informe son las siguientes:
1) Los padres ven la calidad del profesor como ms importante que otros recursos y
equipamientos en una escuela rural, y ms importante que el tamao de la escuela,
el estado del edificio, o los kilmetros de distancia que los alumnos deben viajar. La
mejora de la educacin primaria en reas rurales es ms probable que sea lograda
proporcionando profesores con apoyo adecuado que con una reorganizacin administrativa.
15 BELL, A. & SIGSWORTH, A., (1987): The small rural primary school. A matter of quality. The Falmer
Press, London.
16 FORSYTHE, D. et al. (1983): The rural community and the small school, Aberdeen, Aberdeen University Press.
477
2) La despoblacin no puede ser culpada del cierre de las escuelas. Las relaciones entre
la poblacin, las oportunidades de trabajo y servicios (incluyendo la educacin) son
ms complejas como para permitir simples conclusiones sobre causa y efecto. En
suma, los impactos sociales y comunitarios del cierre de escuelas rurales de primaria,
deben ser vistos en el amplio contexto de procesos de cambio social que tienen lugar,
as como en reas rurales en las que la reorganizacin educativa es solo un elemento.
3) En algunas reas, la escuela local es vista como un smbolo de la propia identidad
de la comunidad. En estas reas, la vehemencia con que la gente resiste la idea del
cierre demuestra la creencia de que su propia comunidad est bajo amenaza.
4) La provisin de educacin rural primaria debera ser planificada en el contexto del
desarrollo rural como un todo, en conjunto. El futuro de la sociedad rural depende
de la serie de suministros, entre los que las oportunidades laborales, el transporte y
otros factores econmicos son importantes, pero no las nicas consideraciones. La
escuela primaria es parte de una constelacin de servicios para la comunidad rural,
y necesita ser vista de esta manera tambin por la propia comunidad.
A tenor de estas conclusiones de Forsythe sobre la escuela rural en Escocia, comprobamos que la problemtica de las escuelas escocesas no dista mucho de sus homlogas
espaolas. Consecuentemente las posibles soluciones para mejorar la escuela en el mbito rural escocs son en algunos casos aplicables al espaol (siempre teniendo en cuenta las
caractersticas sociales, polticas y culturales de cada entorno).
P. Sher17 analiz la educacin rural en los pases de la O.C.D.E. Respecto a Escocia
considera que su especial valor radica en su habilidad para superar los problemas tcnicos
y logsticos de proveer de servicios a regiones ampliamente dispersas y aisladas geogrficamente. Destaca tambin el nfasis en nuevas estrategias y programas para proveer a
estudiantes rurales, profesores y escuelas de sistemas con los recursos externos y la asistencia que requieren. Las escuelas rurales, aunque geogrficamente aisladas, no deberan
existir incomunicadas de los mejores recursos disponibles en su regin y nacin.
En Escocia y en el Reino Unido el cierre de pequeas escuelas se ha convertido en un
importante tema educativo y poltico. Una de las estrategias empleadas para mejorar su
situacin ha sido proveer a los profesores de apoyos en reas poco pobladas.
Sher se refiere a un proyecto sobre el aumento de la relevancia local en la educacin
bilinge, desarrollado en una zona concreta: las islas del este de Escocia,. En estas islas la
escuela ejerce una poderosa influencia particularmente en las actitudes y percepciones de
la poblacin en conjunto, ya que apenas cuentan con instituciones.
El principal objetivo de este proyecto fue introducir y desarrollar para chicos procedentes de habla galica un currculo de primaria que les permitiera aprender a travs del
Galico, as como a travs del ingls.
El proyecto result exitoso demostrando que el inicio de innovaciones rurales puede
ser un negocio arriesgado, pero en las islas escocesas del Este, este riesgo ha merecido la
pena.
Por ltimo, mencionar un proyecto de la Universidad a Distancia en las Highlands, que
est obteniendo grandes resultados aplicando las nuevas tecnologas para suplir las dificultades de desplazamiento y aislamiento en esta zona. Este tipo de iniciativas pueden ser
un importante revulsivo a medio plazo para el medio rural.
17
SHER, P. (1985): Rural Education in the O.E.C.D. countries not disadvantage but rather discrimination
Educational Research and Perspectives XII, I.
478
4. CONCLUSIONES
La escuela rural posee unas caractersticas inherentes comunes a distintos pases y
hbitats. En esta comunicacin comparamos dos pases: Escocia y Espaa que difieren en
varios aspectos, pero que muestran bastantes similitudes en cuanto a las sus caractersticas, principales problemticas, importancia de los agentes sociales, etc.
La sociedad rural, hoy ms que nunca, ofrece una inmensa heterogeneidad, y en consecuencia, cierta complejidad a la hora de su anlisis. Sin caer en el romanticismo ni el
pesimismo, posturas ambas radicales y con prejuicios, hay que tratar el mbito rural desde
su situacin actual, tomando en cuenta factores como: los lmites entre el espacio rural y
el urbano, los nuevos modos de vida y las relaciones en el medio rural de los habitantes
tradicionales y los neorrurales, la situacin de la agricultura y de los agricultores, las
posibilidades de pluriactividad econmica, y por ltimo el futuro que se avecina.
Uno de los mayores problemas de la escuela rural tanto en Escocia como en Espaa es
la desaparicin de las escuelas por el descenso del alumnado. Esto origina preocupacin
en los habitantes rurales que se han mostrado en defensa de sus escuelas, pues especialmente en las zonas ms aisladas suelen constituir el nico ncleo cultural.
La despoblacin y la dispersin geogrfica son dos de las principales caractersticas de
la escuela rural en las dos zonas a las que nos estamos refiriendo. La unin de estos dos
factores trae aparejadas dificultades de transporte y desplazamientos a veces excesivamente largos y peligrosos. Las soluciones que Escocia y Espaa han planteado para atajar
el transporte escolar en el medio rural son diferentes, siendo las escocesas ms variadas y
dotadas de una mayor plasticidad para adaptarse a distintas necesidades.
Reflexionar sobre la educacin en el mbito rural nos debera permitir reconstruir el
propio concepto de ruralidad. Dicho de otro modo, no se puede vislumbrar un futuro para
la escuela rural si no lo hay para el mundo rural, aunque cabe la perspectiva contraria: el
desarrollo futuro de este medio depender en gran medida de la formacin de los que
viven en l.
No se puede concebir un centro de enseanza sin hablar de su relacin con el entorno
(entendido este en su sentido ms amplio), y el rural cuenta con mltiples elementos que
han de ser tenidos en cuenta. Nos posicionamos junto a Carabaa18, quien se ha preguntado si debe haber una correspondencia entre el contexto de la escuela y su finalidad, llegando a la conclusin de que la escuela debe ser la misma para todos, aunque con elementos que respondan a las particularidades de su ambiente.
Nos gustara aludir a un concepto con origen en el mundo empresarial, que se est
empezando a difundir cada vez ms, y que nos parece fundamental en toda escuela, y claro
est, tambin en la rural. Nos referimos a la escuela red. La escuela no sera solo la suma
de sus componentes encerrada en s misma, sino el producto de sus interrelaciones internas y externas. En el medio rural cobra un especial significado al tener una contextualizacin diferente del urbano, tal como vimos en uno de los primeros apartados, que requiere
un conocimiento amplio para adaptar los contenidos curriculares y no curriculares al contexto donde est ubicada. La situacin de la escuela en el medio rural viene tambin determinada por las propias condiciones del medio, lo cual pone de manifiesto que las soluciones para esta escuela van ms all de lo propiamente escolar, apuntando hacia soluciones que impliquen a todo el mbito de lo rural.
18
CARABAA, J. (1985): Tiene la escuela rural que formar alumnos rurales?, De Juventud, n 18,
p. 37-46.
479
480
El ser evaluados, premiados o castigados desde el exterior, con conceptos valorativos que
se inculcan y no educan, va configurando la personalidad de acuerdo a la idea que cada
ser humano tenga de s mismo, su autoconcepto, el cual determinar su autoevaluacin, su
autoestima. Si el sujeto es capaz de autovalorar y con ello autorregular su conducta, se
pueden producir cambios mucho ms duraderos, que si los cambios se producen por
influencia externa.
El problema se acrecienta cuando se observa cmo en la sociedad actual, los valores
morales (los del propio ser), se desvalorizan y se lucha por tener cada da ms cosas, en
vez de pretender incrementar el verdadero poder moral, el valor de ser persona; desenterrar las riquezas ocultas y no exploradas que laten en el interior de cada ser, y que no son
fruto de tener cosas, sino de una toma de conciencia sobre nuestros valores. Las experiencias que se reflejan en el comportamiento y en la expresin de las actitudes, son indicadores alarmantes que determinan la necesidad de una educacin integral, de ms educacin al facilitar el conocimiento.
El conocimiento de los valores y el nivel de autoestima que poseemos nos librar de
muchos condicionamientos de diversos tipos: afectivos, corporales, mentales, espirituales,
que obstaculizan la plena realizacin. Pero por el contrario, la inseguridad y la insatisfaccin son hoy reflejo de la actuacin en la sociedad y lgicamente, de cada uno de sus integrantes. Las personas se deprimen sin saber por qu, pero ya el filsofo griego Epideto
postulaba: Los hombres no se trastornan o se deprimen por las cosas que les suceden,
sino por la visin que tienen de s mismos.
Esto indica que el conocerse a s mismo, conocer las propias limitaciones, el propio yo,
puede y debe ayudar a superar las dificultades. La idea central que origina la baja autoestima se basa generalmente en suposiciones; el problema est en cmo lograr que las personas vivan su propia realidad y amen lo que es posible amar en s mismas y en los dems.
RESPUESTA EDUCATIVA
La crisis actual en nuestra sociedad es de interiorizacin y desconocimiento del propio
ser, y como consecuencia, esta sociedad que es una realidad compuesta de vivencias individuales, est sumida en profunda crisis que afecta lo personal y lo comunitario, el yo, el
nosotros y lo nuestro. En el diario El Carabobeo, de fecha 19-09-2001, se afirma:
Venezuela est enfrentando la crisis ms aguda de toda su historia republicana. Esta crisis no es de naturaleza econmica, poltica o social, sino mucho ms
profunda y que amenaza la sobrevivencia de la Repblica misma. La crisis de
la Venezuela de finales del siglo XX e inicios del XXI, es una crisis educativa.
Una crisis que abarca la educacin preescolar, primaria, secundaria y universitaria. Una crisis que toca los valores ms importantes de los venezolanos
(Cuerpo 2-3).
En el mismo artculo y haciendo referencia a la situacin que se vive hoy, cita a Bolvar, el cual en 1819 deca: La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante
es un instrumento ciego de su propia destruccin. Esta referencia a la educacin no est
enfocada a la mera instruccin pues contina: se adoptan como realidades las que son
puras ilusiones, toman la licencia por la libertad, la traicin por el patriotismo, la venganza por la justicia.
En el contenido se observa claramente la necesidad de ayer, hoy y siempre, de que la
educacin abarque tanto la instruccin como la formacin de la personalidad total, para
482
que al tener que tomar decisiones, al tener que adentrarse en el mbito de la confrontacin
moral, se posean criterios claros sobre qu escoger y cmo seleccionar entre dos cosas
buenas la mejor, pues esto es una cuestin tica. Ya Simn Rodrguez haba aconsejado en
1825: Dejmosle a nuestros hijos luces en lugar de cantidadesla ignorancia es ms de
temer que la pobreza.
Hoy, seguimos confrontando los mismos problemas educativos y los riesgos siguen
existiendo, aunque con diferentes propuestas y modelos para imitar. La educacin hoy
especialmente en los primeros aos de vida, reviste caractersticas diferentes al tener
que discriminar ofertas nuevas y engaosas, transmitidas directamente o por medios
subliminales hbilmente seleccionados con objetivos concretos. Mensaje tal como Si
ests buscando la felicidad, pdesela a tu tarjeta, va ms all de la simple transaccin
bancaria y puede provocar diversos efectos de acuerdo con el proyecto de vida que se
haya trazado la persona. El mensaje ofrece la felicidad a cambio de un valor econmico, y su aceptacin va a depender de la profundidad de los principios morales asumidos
como valores vitales, y la capacidad de valorar las propias cualidades, lo cual estar
siempre en relacin directa con la configuracin del propio yo que determinar el
nivel de autoestima.
Los planteamientos hechos, extracto de una amplia fundamentacin terica realizada
para este trabajo, la experiencia educativa, ms varias publicaciones de algunos estudios
realizados con anterioridad, demuestran la necesidad de atender, mediante diversos procesos, los aspectos que afectan a la reafirmacin de la personalidad del hombre, que hoy,
ms que en ningn otro momento en la historia, est siendo vapuleado por agentes externos que afectan a su desarrollo interno, del nivel de autoestima.
Ante la necesidad de involucrar a la educacin en algo ms que transmitir conocimientos, por muy necesarios que estos sean, y considerar como un mbito de la educacin
comparada, a la investigacin, recurso indispensable para conocer la realidad, se profundiza en dos temas: valores y autoestima, para determinar el origen de algunos problemas
que afectan al proceso educativo.
El objetivo es determinar la influencia de la autoestima en la vivencia y expresin de
los valores, comparando los resultados obtenidos de las respuestas dadas por dos grupos
de jvenes de diferente nivel socioeconmico, habitantes de la cuidad de Valencia, Venezuela y de Asturias, Espaa.
Los resultados del trabajo que se presenta forman parte de una experiencia realizada en
Espaa en el ao 2002, en la cual se desarroll una investigacin similar con un solo
grupo, y coincidencialmente, aquellos resultados fueron parecidos a los obtenidos en
Valencia en el ao 2005, investigando a un grupo de similar nivel socioeconmico. Este
trabajo se considera la segunda fase del trabajo inicial.
METODOLOGA
Diseo de la Investigacin
El presente trabajo responde a los criterios establecidos para los estudios comparados,
los cuales estn constituidos por cuatro fases: descripcin, interpretacin, yuxtaposicin y
comparacin, y tienen como propsito establecer la relacin que existe entre dos o ms
conceptos o variables. En este caso, se trata de determinar la relacin existente entre el
nivel de autoestima de dos grupos de jvenes y la vivencia de sus valores.
483
Metodologa de la Investigacin
A la investigacin para diagnosticar la situacin existente sobre la situacin planteada,
se le dio un carcter no experimental y transeccional; se dividi en tres fases: 1) Revisin
bibliogrfica, consistente en el estudio de teoras, antecedentes, ensayos y otros documentos; 2) Estudio de campo, consistente en la obtencin de informacin mediante la
aplicacin de dos cuestionarios a dos grupos de sujetos, y su respectiva descripcin y anlisis; 3) Interpretacin, yuxtaposicin y comparacin.
Poblacin y Muestra
El universo para la investigacin de campo estuvo constituido por 300 jvenes con
edades comprendidas entre 16 y 19 aos, cursantes del 1 ao de Educacin Media, Diversificada y Profesional, de la ciudad de Valencia, Venezuela, y 150 de una institucin de
Asturias-Espaa; ambos grupos ubicados socioeconmicamente en la clase media.
Muestra
La muestra fue no probabilstica intencional debido a ciertas caractersticas y circunstancias que se consideraron oportunas para el cumplimiento de los objetivos.
Distribucin de la poblacin y muestra
Estratos
Alumnos de Educacin
Media, Diversificada y
Profesional de Venezuela
Alumnos de la ESO Espaa
TOTAL
Nivel Social
Poblacin
Muestra
intencional
Clase media
Clase media
150
150
300
30
30
60
Fuente: La autora.
Cuestionario de Valores:
El segundo cuestionario const de 41 tems. Es una escala para medir actitudes, es
decir, predisposiciones hacia algo. El escalamiento estuvo constituido por cinco alternativas de respuesta, para exteriorizar su reaccin en caso de estar de acuerdo. Segn los indicadores contenidos en el instrumento, las alternativas de respuesta en relacin a si se desprenderan de algunos valores o no, son:
4 = Nunca me desprendera
3 = Algunas veces me desprendera
2 = Casi nunca me desprendera
1 = No me importara desprenderme
0 = Me desprendera siempre.
El contenido de los valores est clasificado en cuatro grupos:
- Valores Biolgicos
- Valores Personales (Autoestima)
- Valores Familia Sociedad
- Valores Trascendentales
Validez de contenido
La clasificacin de valores se realiz de acuerdo a criterios establecidos en las diversas tipologas de autores conocidos y cuyo contenido fue validado por expertos en Filosofa, tica, Metafsica, Psicologa y Teora de la Ciencia, pertenecientes a instituciones educativas de Asturias; el mismo fue aprobado con mnimas observaciones que fueron consideradas antes de su aplicacin.
Confiabilidad
La confiabilidad que determina el grado en que las mediciones son precisas, se llev a
cabo mediante la aplicacin del instrumento a 10 jvenes en cada momento, con caractersticas similares al grupo motivo de la investigacin y que no participaron en la muestra
seleccionada. Los resultados se obtuvieron mediante la aplicacin del coeficiente de confiabilidad alfa de Cronbach, los resultados fueron los siguientes:
Para el grupo de jvenes de de la ESO, clase media, Asturias Espaa: clase media,
Valencia Venezuela
Los valores obtenidos de: 0.80 en el primero y 0.89 en el segundo, reflejan una alta
confiabilidad; los valores de los ndices de confiabilidad alrededor de estos resultados, son
muy satisfactorios para mediciones realizadas empleando la escala de Likert, lo que con485
firma que de ser aplicado el instrumento en otros grupos, los resultados seran similares
porque la confiabilidad sobrepasa el 60% en todos los casos.
PRESENTACIN DE LOS RESULTADOS
Tabla N 1.
Distribucin de los resultados segn opinin de ambos grupos de alumnos.
Inventario de Autoestima.
AUTOESTIMA
Grupo de jvenes de
clase social media. Venezuela
N
Alumnos
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
486
Resultado
Negativo
Grupo de jvenes de
clase social media. Espaa
Resultado
Positivo
Resultado
Negativo
Resultado
Positivo
22
18
19
25
20
23
21
39
20
18
26
19
28
22
17
27
20
19
18
33
22
22
23
21
27
23
18
19
22
40
37,9
31,0
32,8
43,1
34,5
39,7
36,2
67,2
34,5
31,0
44,8
32,8
48,3
37,9
29,3
46,6
34,5
32,8
31,0
56,9
37,9
37,9
39,7
36,2
46,6
39,7
31,0
32,8
37,9
69,0
36
40
39
33
38
35
37
19
38
40
32
39
30
36
41
31
38
39
40
25
36
36
35
37
31
35
40
39
36
18
62,1
69,0
67,2
56,9
65,5
60,3
63,8
32,8
65,5
69,0
55,2
67,2
51,7
62,1
70,7
53,4
65,5
67,2
69,0
43,1
62,1
62,1
60,3
63,8
53,4
60,3
69,0
67,2
62,1
31,0
19
18
17
22
21
15
13
18
19
22
13
14
23
21
24
20
18
14
19
18
14
22
40
33
36
31
28
25
30
22
32,8
31,0
29,3
37,9
36,2
25,9
22,4
31,0
32,8
37,9
22,4
24,1
39,7
36,2
41,4
34,5
31,0
24,1
32,8
31,0
24,1
37,9
69,0
56,9
62,1
53,4
48,3
43,1
51,7
37,9
39
40
41
36
37
43
45
40
39
36
45
44
35
37
34
38
40
44
39
40
44
36
18
25
22
27
30
33
28
36
67,2
69,0
70,7
62,1
63,8
74,1
77,6
69,0
67,2
62,1
77,6
75,9
60,3
63,8
58,6
65,5
69,0
75,9
67,2
69,0
75,9
62,1
31,0
43,1
37,9
46,6
51,7
56,9
48,3
62,1
487
Resultado
Negativo
f
25
8
16
14
13
13
23
23
18
15
20
15
24
19
17
30
23
11
15
28
25
25
17
18
19
15
7
14
13
21
%
61,0
19,5
39,0
34,1
31,7
31,7
56,1
56,1
43,9
36,6
48,8
36,6
58,5
46,3
41,5
73,2
56,1
26,8
36,6
68,3
61,0
61,0
41,5
43,9
46,3
36,6
17,1
34,1
31,7
51,2
Resultado
Positivo
f
16
33
25
27
28
28
18
18
23
26
21
26
17
22
24
11
18
30
26
13
16
16
24
23
22
26
34
27
28
20
%
39,0
80,5
61,0
65,9
68,3
68,3
43,9
43,9
56,1
63,4
51,2
63,4
41,5
53,7
58,5
26,8
43,9
73,2
63,4
31,7
39,0
39,0
58,5
56,1
53,7
63,4
82,9
65,9
68,3
48,8
Grupo de jvenes de
clase social media. Espaa
Resultado
Negativo
f
22
6
15
13
12
12
25
25
17
15
30
12
14
16
22
28
25
17
16
7
14
11
23
19
14
13
21
25
30
11
%
53,7
14,6
36,6
31,7
29,3
29,3
61,0
61,0
41,5
36,6
73,2
29,3
34,1
39,0
53,7
68,3
61,0
41,5
39,0
17,1
34,1
26,8
56,1
46,3
34,1
31,7
51,2
61,0
73,2
26,8
Resultado
Positivo
f
19
35
26
28
29
29
16
16
24
26
11
29
27
25
19
13
16
24
25
34
27
30
18
22
27
28
20
16
11
30
%
46,3
85,4
63,4
68,3
70,7
70,7
39,0
39,0
58,5
63,4
26,8
70,7
65,9
61,0
46,3
31,7
39,0
58,5
61,0
82,9
65,9
73,2
43,9
53,7
65,9
68,3
48,8
39,0
26,8
73,2
tems, para el grupo de jvenes de Venezuela, se ubic en 82,9% obtenido por un alumno de los encuestados; seguido por el 80,5% logrado tambin por un solo alumno de los
entrevistados. El porcentaje siguiente se ubic en 73,2% representado por un alumno. Tres
alumnos lograron el 68,3% de respuestas positivas. En el puntaje medio se ubic el resto
de los alumnos, representado por el 65,9% obtenido por dos alumnos. Seguido por el
63,4% representado por cuatro alumnos. El menor puntaje obtenido en respuestas positivas se ubic en 26,8% (puntaje bajo) logrado por un alumno de los treinta entrevistados.
Con respecto a los puntajes negativos, el mayor porcentaje (73,2%) se situ en puntaje
alto y fue obtenido por un solo alumno; el porcentaje siguiente representativo fue 68,3%,
obtenido tambin por un alumno. Los porcentajes siguientes se ubicaron en puntaje bajo
y oscil entre 26,8% y 31,4%. Los porcentajes ubicados en puntaje medio estuvieron
entre 34,1% y 56,1%. El porcentaje negativo ms bajo se ubic en 17,1% y fue obtenido
por un solo alumno.
Los resultados para el grupo de jvenes de Espaa, el puntaje ms alto de respuestas
positivas se ubic en 85,4% logrado por un alumno; el siguiente porcentaje a considerar
como puntaje alto estuvo representado por el 82,9% representado por un solo alumno de
los 30 encuestados; luego aparece el 73,2% logrado por tres de los alumnos encuestados.
El porcentaje siguiente 70,7% fue obtenido por tres alumnos. Dos alumnos lograron el
68,3% de respuestas positivas. Los porcentajes siguientes fueron de 65.9%, obtenido por
dos alumnos; el 63,4% tambin por dos alumnos y el 61% un alumno. Los porcentajes
siguientes se ubicaron en puntaje medio oscilando en 58,5% y 48.8%.
Los porcentajes ubicados en puntaje bajo oscilaron entre 39% y 26.8%. Con respecto a los puntajes negativos, el mayor porcentaje 73,2% se situ en puntaje alto y fue
obtenido por un alumno; el porcentaje siguiente 68,3%, obtenido por un alumno; aparece
el 61% obtenido por cuatro alumnos. Los porcentajes siguientes se ubicaron en puntaje
medio y oscil entre 56% y 53%. Los porcentajes puntaje bajo estuvieron entre 36% y
25%. El porcentaje negativo ms bajo se ubic en 14,6% y obtenido por un alumno.
Tabla N 3. Valores representativos (Media Desviacin Estndar) de los puntajes obtenidos. Yo General y Valores Biolgicos. Grupo Jvenes clase media de Venezuela.
Nivel de Autoestima y
Vivencia de los Valores
Yo General
Resultado Negativo
Resultado Positivo
Valores Biolgicos
Resultado Negativo
Resultado Positivo
XS
4.1 0.3
5.8 0.6
4.1 0.3
5.8 0.6
Significacin estadstica
Diferencia = 1.7
t (Student) = 3.33
G.L. = 27
p < 0.001
(Significativa)
Diferencia = 1.7
t (Student) = 3.33
G.L. = 27
p < 0.001
(Significativa)
489
INTERPRETACIN
En la tabla N 3, se determina que hubo una diferencia significativa (p<0.001) en el Yo
General, como puede apreciarse el Yo General resultado negativo obtuvo un puntaje promedio de 4.1 puntos con desviacin estndar de 0.3 puntos, mientras que en el resultado
positivo el puntaje promedio subi 5.8 puntos con desviacin de 0.6 puntos. La inexistencia de diferencia (+1.7) corresponde a un valor de la t (Student) igual a 3.3, para 27 grados de libertad y con significacin correspondiente al 5% (p < 0.001). Este resultado confirma que hubo diferencia significativa en el Yo General en cuanto al resultado Negativo
con respecto al Yo General resultado positivo.
En los Valores Biolgicos, como se puede observar en la misma tabla N 2, se determin una diferencia significativa (p<0.001) y positiva de 1.7 puntos. De hecho, en Valores Biolgicos, el resultado negativo obtuvo un puntaje promedio de 4.1 puntos con desviacin estndar de 0.3 puntos, mientras que en los resultados positivos el puntaje promedio subi a 5.8 puntos con desviacin de 0.6 puntos. La diferencia positiva de 1.7 puntos
corresponde a un valor de la t (Student) igual a 3.33 para 27 grados de libertad y una significacin correspondiente menor al uno por mil (p<0.001).
Este resultado confirma que cuando el promedio negativo del Yo General es bajo (4.1
puntos) el promedio negativo de los Valores Biolgicos (4.1 puntos) se mantiene o tiende
a bajar; en tanto que si el promedio positivo del Yo General se mantiene (5.8) o tiende a
subir, el promedio positivo de los Valores Biolgicos aumenta (5.8 puntos) o se mantiene.
Tabla N 4. Valores representativos (Media Desviacin Estndar) de los puntajes obtenidos. Yo General y Valores Biolgicos. Grupo Jvenes clase media de Espaa.
Nivel de Autoestima y
Vivencia de los Valores
Yo General
Resultado Negativo
Resultado Positivo
Valores Biolgicos
Resultado Negativo
Resultado Positivo
XS
2.1 0.3
8.8 0.6
3.2 0.3
8.8 0.6
Significacin estadstica
Diferencia = 6.7
t (Student) = 3.14
G.L. = 27
p < 0.001
(Significativa)
Diferencia = 5.6
t (Student) = 4.22
G.L. = 27
p < 0.001
(Significativa)
INTERPRETACIN
En la tabla N 4, se determina que hubo una diferencia significativa (p<0.001) en el Yo
General. El promedio negativo del Yo General obtuvo un puntaje promedio de 2.1 puntos;
mientras que el promedio positivo se increment a 8.8 puntos. La existencia de una dis490
Autoestima
Resultado Negativo
Resultado Positivo
Valores
Resultado Negativo
Resultado Positivo
XS
3.4 0.3
6.5 0.7
3.8 0.3
6.1 0.7
Significacin estadstica
Diferencia = 3.1
t (Student) = 2.77
G.L. = 27
p < 0.001
(Significativa)
Diferencia = +2.3
t (Student) = 2.05
G.L. = 27
p < 0.05
(Significativa)
INTERPRETACIN
Segn los resultados observados en la tabla N 5, se evidencia que hubo discrepancia
significativa (p<0.001) en la variable Autoestima en el grupo de jvenes de Venezuela.
Como puede apreciarse el promedio negativo de Autoestima obtuvo un puntaje de 3.4 puntos, mientras que en el promedio positivo el puntaje se increment a 6.5 puntos. La existencia de una diferencia de 3.1 puntos del promedio positivo corrobora diferencia significativa correspondiente al 5% (p<0.001). En Valores, como se puede observar en la misma
tabla N 5, se determin una diferencia significativa (p<0.05) y positiva de 2,3 puntos. De
hecho, en Valores el promedio negativo obtuvo un puntaje de 3.8 puntos con desviacin
estndar de 0.3 puntos, mientras que el promedio positivo, el puntaje subi a 6.1 puntos.
La diferencia positiva de 2.3 puntos corresponde a un valor de la t (Student) igual a 2.05,
para 27 grados de libertad. Este resultado confirma la relacin existente entre Autoestima
y Valores en el grupo de jvenes de clase media de Venezuela. Como puede apreciarse, si
en Autoestima el promedio negativo (3.4 puntos) es bajo, el promedio negativo de los
valores (3.8 puntos) se mantiene o tiende a bajar; en tanto que si el promedio positivo de
Autoestima aumenta (6.5 puntos) el promedio positivo de los Valores se mantiene (6.1
puntos) o tiende a aumentar.
491
Tabla N 6. Valores representativos (Media Desviacin Estndar) de los puntajes obtenidos en la variable: Autoestima y Valores. Grupo jvenes clase media de Espaa.
Nivel de Autoestima y
Vivencia de los Valores
Autoestima
Resultado Negativo
Resultado Positivo
Valores
Resultado Negativo
Resultado Positivo
XS
Significacin estadstica
2.4 0.3
5.5 0.7
2.8 0.3
6.1 0.7
Diferencia = 3.1
t (Student) = 2.77
G.L. = 27
p < 0.001
(Significativa)
Diferencia = 3.3
t (Student) = 2.05
G.L. = 27
p < 0.05
(Significativa)
INTERPRETACIN
En la tabla 6, se determina que hubo una discrepancia significativa (p<0.001) en la
variable Autoestima. Como puede apreciarse Autoestima en los resultados negativos obtuvo un puntaje promedio de 2,4 puntos; mientas que el promedio positivo de Autoestima se
increment a 5,5 puntos. La existencia de una diferencia de 3.1 puntos en el promedio
positivo de Autoestima, corresponde a un valor de la t (Student) igual a 2.77, para 27 grados de libertad y con significacin media correspondiente a (p<0.001). As mismo se
determina, en la variable Valores, una diferencia significativa y positiva de 3,3 puntos. El
promedio negativo de la variable Valores obtuvo un puntaje de 2,8 puntos; mientras que
en el promedio positivo el puntaje de los Valores subi a 6,1 puntos con desviacin de 2,05
puntos. Este resultado confirma que el nivel de Autoestima incide en el descubrimiento y
vivencia de los Valores en los alumnos tanto de Venezuela como de Espaa, puesto que en
los promedios negativos, si la Autoestima se mantiene en un rango de 2,4 puntos, el promedio negativo de los Valores tambin se mantiene en un rango bajo (2,8 puntos); en tanto
que si el promedio positivo de la Autoestima se incrementa (5,5 puntos) el promedio positivo de los Valores tambin se incrementa (6,1 puntos), en ambos grupos, corroborndose la correlacin significativa entre las variables en estudio.
ANLISIS, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La informacin obtenida de la investigacin bibliogrfica y de campo, se considera
valiossima, no simplemente por el hecho de que los resultados coincidan con el planteamiento inicial referido a la posible relacin existente entre la vivencia de los valores y la
autoestima, como reafirmacin del yo, la evaluacin que la persona hace de s misma, o la
confianza para enfrentarse a los retos y riesgos en cualquier momento de la vida, sino ms
bien, por poder, a partir de esta informacin tomar decisiones sobre la formacin de la personalidad en sus dimensiones totales.
492
por el 70,7%. El resto de los encuestados estuvo por debajo de ese porcentaje, lo que indica que, a pesar de encontrarse en el rango medio, estn en los niveles bajos.
Es importante considerar todos estos factores y no conformarse nicamente con unos
datos finales, los cuales nos dan una repuesta satisfactoria de acuerdo a un solo criterio: el
cuantitativo; si se quiere de verdad resolver el problema y aportar soluciones reales, es
necesario llegar a la interpretacin de los detalles, que son los indicadores de actitudes que
responden a un modo de pensar, una filosofa, una manera de vivir. Hay que llegar a
encontrar la razn del por qu se obtienen estos resultados y no otros y luego, obrar en
consecuencia.
CONCLUSIONES
El estudio comparativo realizado tanto mediante la investigacin bibliogrfica como el
trabajo de campo, con ambos grupos de jvenes, conduce a algunas conclusiones que se
resumen as:
Se considera a la autoestima como valor de la persona indispensable para su desarrollo total, la conformacin acertada de su Yo, su autoconocimiento y su autorrealizacin. Para lograr los niveles elevados que son necesarios para obtener estos
fines, se requiere el cultivo de la misma, ya que de acuerdo a las bases tericas, la
autoestima se educa, y se incrementa o disminuye en el transcurso de la vida.
Se ha comprobado una relacin elevada entre los niveles de autoestima que posee
una persona y la vivencia de sus valores, planteamiento inicial de este trabajo,
expresado en los objetivos del mismo. Esta relacin se comprueba en los diferentes
indicadores, donde se puede observar que, al subir los promedios de autoestima en
los diversos resultados, tambin en los valores relacionados, se aumentan dichos promedios.
Los resultados de autoestima obtenidos como producto de la aplicacin del instrumento, se ubican en su mayora en el puntaje medio de la escala, con tendencia a los
niveles bajos de la misma, lo cual es motivo de preocupacin y razn para continuar
reflexionando sobre las causas que originan este resultado.
Del anlisis realizado a los datos obtenidos de la aplicacin del cuestionario sobre
Valores, se obtuvieron conclusiones que invitan a la reflexin y la bsqueda de soluciones, al comprobar que las respuestas adecuadas obtenidas no llegaron a los porcentajes esperados, es decir, al setenta y cinco por ciento de respuestas positivas, lo
cual implicara la valoracin sin condiciones de los valores propuestos, y por consiguiente, la posesin o el deseo y las ganas de luchar por conseguirlos.
En la educacin en valores, no bastara con medir o comprobar los valores que se
poseen o se desean tener, por ms que se haga mediante la aplicacin del mtodo cientfico de acuerdo con los estudios apropiados para las Ciencias Sociales; en este mbito, hay
unas implicaciones ticas, no slo para el proceso de obtencin de la informacin sino en
cuanto a la responsabilidad de encontrar soluciones a los problemas que se plantean ante
la decadencia de la moral personal y social, la relatividad y ligereza para la prctica diaria de la tica, la falta de reflexin personal, la insolidaridad ante los problemas cercanos
o lejanos, que de cualquier modo nos incumben.
A partir de las opiniones recogidas de diversos autores, en las que se afirma que la educacin en valores es un proceso que abarca desde el nacimiento hasta la muerte, se debe
tener en cuenta que los aspectos intelectuales (cognoscitivos) y emocionales (afectivos) de
495
496
1. INTRODUCCIN
Frecuentemente cuando se plantea el derecho a la educacin, nos referimos especialmente a la infancia. Siendo el perodo de formacin bsico del ser humano, el derecho a
la educacin se plantea en esta etapa como algo bsico, necesario y de urgente consecucin para toda la poblacin infantil del planeta. Los esfuerzos de la UNESCO como organismo de las Naciones Unidos a travs del programa Educacin para todos (EPT EFA)
testimonian esa urgente necesidad y en demasiadas ocasiones constatan los retrasos en los
proyectos y planes que desde ese programa se han desarrollado.
No obstante y sin discutir la importancia y prioridad de lo indicado anteriormente, el
concepto de educacin a lo largo de la vida se ha impuesto en los planteamientos pedaggicos y las polticas educativas de los ltimos seis aos, modificando sin duda el concepto de educacin permanente cuya definicin ha ido cambiando durante los ltimos
aos en una direccin en que no se limita a un enfoque economicista volcado exclusivamente en el empleo ni est centrado nicamente en el aprendizaje de los adultos, que se
podra definir como Toda actividad de aprendizaje realizada a lo largo de la vida con
el objetivo de mejorar los conocimientos, las competencias y las aptitudes con una
perspectiva personal, cvica, social o relacionada con el empleo.
En ese sentido, los Consejos Europeos de Lisboa 1 y Estocolmo2 subrayaron la importancia de mejorar las competencias bsicas a travs de polticas adecuadas de educacin y
aprendizaje permanentes. As, en el Consejo Europeo celebrado en Lisboa en marzo de
2000 se concluy que El aprendizaje a lo largo de la vida debe acompaar la transi1 Consejo Europeo de Lisboa. 23-24 marzo 2000.
Vase: http://www.europarl.europa.eu/summits/lis1_es.htm.
2 Consejo Europeo de Estocolmo. 23-24 marzo 200. Vase http://europa.eu/bulletin/es/200103/i1001.htm.
497
cin hacia una economa y una sociedad basadas en el conocimiento para que dicha
transicin pueda tener xito. El memorandum sobre la educacin permanente 3 que
publica la Comisin en el 2000, ya plantea el trabajo en esa direccin, de igual modo que
las siguientes reuniones que durante estos aos, la Comisin y el Consejo Europeos han
dedicado a este tema3.
En el Consejo Europeo de Barcelona, de marzo de 20024 en el convencimiento de que
la educacin y la formacin permanentes constituyen un mbito prioritario de la estrategia de Lisboa, se solicit que se adoptara una Resolucin sobre la educacin permanente.
En el contexto espaol, el informe que publica el Ministerio de Educacin sobre el
debate acerca del aprendizaje permanente en Espaa5 tambin sigue la lnea de considerar
la educacin permanente como un derecho del ciudadano que garantizar su integracin
social y su participacin en la sociedad.
Desde ese planteamiento y teniendo en cuenta la actual realidad de la educacin de
adultos, la presente comunicacin se plantea indagar en el mbito de la Comunidad Valenciana, hasta qu punto la educacin de adultos sigue los planteamientos de los documentos y las polticas antes indicadas y se ha convertido en un instrumento eficaz de integracin y educacin intercultural. Para ello, despus de un breve anlisis sobre los planteamientos generales de la educacin de adultos, presentamos un sucinto anlisis de diversos
centros de adultos valencianos para interpretar, sin nimo de establecer una generalizacin
dado que no se ha planteado una muestra significativa, cules son las tendencias respecto
a asegurar o no el derecho a la educacin de las personas adultas y su significacin como
instrumento de educacin intercultural.
2. LA EVOLUCIN DE LA FORMACIN DE LAS PERSONAS ADULTAS: DE
LA ALFABETIZACIN A LA INTEGRACIN SOCIOCULTURAL.
Es innegable que a lo largo de los ltimos 30 aos la Formacin de Personas Adultas
(FPA), ha cambiado mucho con respecto a la concepcin que se tena al final de los aos
60. Los cambios han estado motivados sin duda por la evolucin de la situacin educativa del pas que provocaba un cambio importando en la tipologa de los usuarios de la formacin de adultos. De una situacin que tenia como objetivo fundamental, la alfabetizacin de la poblacin adulta y posteriormente la posibilidad de obtener las certificaciones
educativas mnimos para poder insertarse en el mundo del trabajo, pasaremos en la segunda mitad de los 80 y durante los 90, a otra situacin donde la FPA descansaba en todo un
sistema de competencias que se extenda mucho ms all de la alfabetizacin y comprenda aprendizajes tan diversos como los idiomas, los nuevas tecnologas, destrezas
plsticas, bailes de diferentes tipo, valenciano, etc., en un abanico que se ha ido haciendo
mas amplio para responder a una demanda cada vez mes diversa.
El final de los aos 90 y los que llevamos ya del siglo XXI, han dado paso a otro tipo
de demanda, originada inevitablemente tambin por otro tipo de poblacin con necesidades diferentes. Aunque manteniendo en parte su oferta anterior, los centros de FPA se plan3 Comisin Europea: Memorando sobre la educacin permanente. Vase http://www.mec.es/educa/sistemaeducativo/eadul/files/memorandum.pdf.
4 Consejo Europeo de Barcelona. 15-16 marzo 2003. Vase: http://europa.eu/european_council/websites/index_es.htm.
5 MEC (2002): Informe sobre el debate del aprendizaje permanente en Espaa. Vase:
http://www.mec.es/educa/sistema-educativo/eadul/files/memorandum.pdf.
498
tean una fuerte demanda de aprendizaje de la lengua por parte de una poblacin forastera,
muy diversa de la comentada anteriormente referida a los aos 60. Este aprendizaje, puerta de entrada para cualquier proceso de integracin, va acompaado necesariamente de
otros procesos que van ms all del conocimiento del cdigo lingstico para adentrarse
en las costumbres, hbitos y valores dominantes de una sociedad. Si aadimos la evolucin que el mismo concepto de educacin permanente ha tenido como antes indicaba,
durante los ltimos diez aos en todas las grandes instancias educativas y polticas, nos
encontraremos frente a un escenario totalmente diferente de los que ya conocamos en la
FPA y un reto nuevo al que hay que dar respuesta.
Evidentemente, eso ha supuesto un cambio en la concepcin de los programas y los
actividades de los centros de FPA, y tambin ha supuesto una redefinicin del papel y de
los objetivos de esos centros ante una nueva sociedad que plantea el proceso de aprendizaje de una manera diferente a como se haba hecho en los ltimos aos.
3. MULTICULTURALIDAD, INTERCULTURALIDAD Y FORMACIN DE
PERSONAS ADULTAS (FPA)
Es evidente que la mayora de los actuales centros de FPA presentan una situacin multicultural. La presencia de numerosas personas inmigrantes hace que en estos momentos
y posiblemente el fenmeno continuar creciendo los prximos aos, en los aulas de los
centros de FPA estn representadas culturas diferentes. Sin embargo esta situacin no
implica ningn tipo de interculturalidad. Jos ngel Lpez Herreras en su artculo Identidad del yo vlida para la educacin Intercultural publicado en el nm. 6 de los Cuadernos de Educacin Continua6, nos recuerda que No parece que la multiculturalidad actual,
ms multi que nunca precisamente por el acercamiento globalizador que ha supuesto el
desarrollo de los tecnologas de la comunicacin, tenga un nivel intercultural satisfactorio.
Todo lo contrario. Nos hemos multiculturalizado para seguir siendo tan poco interculturales como casi siempre. Nos conocemos ms y mejor para aumentar la explotacin de unos
sobre otros.
Efectivamente la mera presencia de culturas yuxtapuestas en un mismo lugar no implica relacin intercultural. Por contra, muy habitualmente suponen relaciones de dominancia Sumisin entre la cultura dominante y los culturas minoritarias. Y esta situacin est
an ms marcada despus de los acontecimientos del 11 de septiembre y mucho ms despus de nuestro 11 de marzo. Tenemos una serie de culturas bajo sospecha que nunca llegarn por inercia propia a traspasar la situacin multicultural en un perodo relativamente largo de tiempo. Por eso el paso a la interculturalidad pasa necesariamente por la persona o el grupo, bien definido, con unos rasgos particulares y en una situacin muy concreta.
En el mismo nm. 6 de Cuadernos de Educacin continua referido antes, Alicia Gil nos
recuerda que cuando hablamos de interculturalidad nos referimos a la relacin que se
establece entre sujetos, colectivos o grupos de diferentes procedencias, usos o costumbres
culturales, sociales, tnicos, etc.
Para mi la clave est en la palabra relacin entre. El paso a la interculturalidad exige
una dosis importante de dilogo con el otro, lo que pasa sin duda por la cuestin lings-
Lpez Herreras, J.A. (2000): Identidad del yo vlida para la educacin Intercultural, en Quaderns dEducaci Continua n 6. CREC. Xtiva, p. 23.
499
tica, pero seramos muy inocentes si creyramos que solo depende de la utilizacin del
mismo cdigo, cuando en realidad muchas cosas dependen de cmo se utilice ese cdigo
comn.
Ettore Gelpi marca el camino al decirnos, como nos seala Brunella Eruli, que una
relacin intercultural es la aceptacin del derecho a aprender y a desaprender, a aceptar y
a negar, a la crtica, a la proclamacin y la resistencia. Es decir a la comunicacin desde
la sinceridad y la libertad de aceptar o rechazar pero en todo caso respetar el pensamiento del otro, con la nica barrera de los propios derechos humanos de la persona.
4. LOS CENTROS DE FPA, INSTRUMENTOS DE RELACIN E
INTERCULTURALIDAD
Si aceptamos, pues, que interculturalidad y relacin son dos caras de la misma moneda, deberamos preguntarnos cmo se produce esa relacin y en qu medida los centros de
FPA estn hacindola posible. A menudo les planteo a mis alumnos universitarios, el ejemplo de cmo la realidad de las aulas no es mayoritariamente una situacin de relacin
interpersonal. Muchos de los estudiantes, que pasan un curso, o varios, en la misma clase
son incapaces de recordar ni tan siquiera el nombre de sus compaeros/as. Y no es culpa
suya en muchos de los casos. Sencillamente, no ha habido ocasin de crear esa relacin,
a pesar de que fsicamente hayan estado prximos a sus colegas.
Cuando yo he vivido como inmigrante, evidentemente en una situacin bastante diferente a la mayora de los casos actuales de inmigracin puesto que se trataba de situaciones de estudio o situaciones laborales consolidadas, la dificultad mayor para conocer gente
y mejorar la integracin en la sociedad donde me encontraba, provena de la falta de situaciones de comunicacin compartidas con los representantes de la cultura dominante, es
decir de la dificultad para ir ms all del trabajo y establecer otros tipos de comunicaciones tanto a nivel de conocimiento individual como grupal.
Los centros de FPA, tienen un nuevo reto al que deben responder: Como crear situaciones que hagan posible la interculturalidad. Es decir como potenciar la relacin interpersonal que es necesariamente la condicin para la interculturalidad, para sentirse a gusto
en la vida, esa vida que Gelpi defina como vivir una posibilidad de cambios, de transformaciones y casos compartidos de los que la utopa de una vida feliz representa el potencial para ir ms all, a partir de la realidad.
Este nuevo reto no implica abandonar algunos de los que ahora tenemos, sino hacerlos
compatibles, teniendo en cuenta que muy posiblemente para muchas de los personas que
acuden en los centros de FPA, su clase, su grupo ser la nica posibilidad de establecer esa
interrelacin que permita la interculturalidad.
Encontrar cmo lo haremos, con qu metodologas, con cules instrumentos, con qu
prioridades, des qu puntos de vista, cul formacin ser necesaria, etc., es sin duda uno
de los retos que tienen los centros de FPA, para convertirse realmente en instrumentos de
interculturalidad.
La tarea es compleja porque debe realizarse sin olvidar ningn de los objetivos operativos que esas personas buscan cuando se acercan a un centro de FPA y que frecuentemente se concretan en aprender una lengua u obtener un determinado ttulo acadmico que necesitan para su insercin en la vida laboral. Podramos caer en la tentacin de
primar este aprendizaje sobre la explotacin de situaciones que facilitan la interculturalidad y esa no puede ser la respuesta, ni tampoco la contraria. Lo que resulta necesario
es encontrar el instrumento metodolgico que potencie el aprendizaje lingstico al
500
Modelo II: Supone un 45% de la muestra. Se corresponde con las Universidades Populares y con centros de adultos de poblaciones medianas y grandes,
dependientes normalmente de los ayuntamientos.
Modelo III: Supone el 35% de la muestra. En la mayora de los casos se trata de
centros dependientes de los ayuntamientos, sin distincin entre tipos de ciudades.
c) Alumnos de los centros de formacin de personas adultas estudiados:
Los datos varan bastante de un centro a otro, segn el tipo de localidad y su ubicacin.
Haciendo una media de todos los centros, la distribucin es:
Alumnos autctonos: 63 %, entre los que cabe diferenciar
+ valencianos ......................................66 %
valencianohablantes ......................................62 %
castellanohablantes .......................................38 %
+ espaoles no valencianos .................34 %
Alumnos extranjeros:...........................37 %
+ UE-15 ...............................................20 %
+ Magrebhes .......................................26 %
+ Latinoamericanos .............................22 %
+ Europa del Este ..................................8 %
+ Subsaharianos...................................12 %
+ Chinos...............................................10 %
+ Otros ...................................................2 %
d) Tasa de desercin escolar7: tomando los datos del primer cuatrimestre del curso 20052006, la tasa media de desercin escolar durante este tiempo ha sido del 31.8 % de los
alumnos matriculados, con una distribucin muy desigual entre los diversos centros de
adultos y un intervalo que oscila del 12.3 al 43.4 %
e) Tasa de desercin por modelos de currculo: se ha cruzado la tasa media de desercin
de los centros que seguan cada uno de los modelos curriculares indicados para ver si exista alguna incidencia entre estos dos indicadores, aun cuando fuere en una muestra reducida como la presente. Los resultados han sido:
Media de desercin de los centros del modelo curricular I ......................24.2 %
Media de desercin de los centros del modelo curricular II.....................37.3 %
Media de desercin de los centros del modelo curricular III ...................20.4 %
Hubiera sido interesante conocer si exista alguna influencia entre los tipos curriculares y la distribucin de la poblacin pero todos los indicios apuntan que el centro se elige
por cercana, porque tiene plazas libres o en casos ms reducidos por ofertas especializadas de curso, pero en ningn caso por un oferta curricular determinada en la lnea de los
tipos ideales planteados anteriormente.
A travs de la entrevistas con profesores de los centros de personas adultas analizados
se ha comentado estos resultados y se ha planteado la cuestin de la multiculturalidad e
7 La tasa de desercin se ha obtenido de manera estimativa a partir de la asistencia media de los grupos,
dado que habitualmente no hay una comunicacin oficial en la mayor parte de los casos de abandono de los
cursos y por otra parte tampoco nos servan las calificaciones al encontrarnos en la mitad del curso.
503
RECURSOS METODOLGICOS
vos que, a su vez, se materializan en el marco de unas polticas musesticas que denotan,
tanto en la gestin de la informacin como en la atencin a los contenidos, cules son los
temas de inters considerados especialmente relevantes para dicho sector de la pedagoga.
No en vano, y como sealan los estudios sobre la gestin del patrimonio, la construccin
de la memoria histrica a travs de los museos y centros de interpretacin e investigacin
es, fundamentalmente, una construccin social en la que inciden las voluntades polticas
as como los imaginarios colectivos conscientes e inconscientes.
Nuestra intencin es, por lo tanto, realizar una primera visualizacin panormica de los
imaginarios colectivos que desde los Museos Pedaggicos Universitarios en formato virtual se est colaborando a conformar. Nos hemos interesado especialmente por la gnesis
de las ideas y narrativas del discurso pedaggico que emerge de la gestin, difusin e
investigacin sobre el patrimonio educativo.1 En este sentido, y en coherencia a la propuesta, creemos que es de menester indicar que ms que buscar realizar una comparacin
en base a la solucin dada a una problema similar en contextos semblantes, hemos buscado saber si dado un mismo problema, situacin o consideracin (la relativa a la construccin y difusin de los imaginarios de la infancia escolarizada) en distintos contextos se ha
resuelto de distintas formas.
Por otra parte, hemos de indicar tambin que el anlisis de los museos se ha realizado
con una mirada concreta: la de poder observar qu tratamiento se da al derecho a la educacin de la infancia. Un derecho que, sin lugar a dudas, y a resultas de la temtica y tipologa de los museos estudiados, est siempre presente en las colecciones estudiadas, an
cuando no est explcitamente reconocido en los documentos fundacionales de dichos
museos (hemos de tener presente que, adems, muchos de ellos fueron inaugurados mucho
antes de la redaccin de la Convencin de 1989).
Finalmente, otro elemento a tener presente es el correspondiente a los tems que, posteriormente a una primera visualizacin de la informacin contenida en los museos, nos
hemos planteado para realizar el anlisis de contenido de los mismos. stos son:
a. Sobre el museo2:
a. Institucional
b. Tipologa de museo
c. Caractersticas de las colecciones
d. Difusin virtual
b. Sobre la infancia3:
a. En las bases institucionales hace referencia explcita a la Convencin de los
Derechos de los Nios?
b. Se reconoce explcitamente a la infancia como sujeto de derechos humanos?
c. Se contempla al nio o nia de 0 a 18 aos como infancia?
d. Se contempla la posibilidad de participacin real de los nios y nias?
e. Se contemplan las palabras, opiniones, creaciones e ideas de los nios y
nias?
1 Hemos aplicado aqu la distincin que presenta Novoa al resear las posibilidades de investigacin en
educacin comparada en NOVOA, A. (2000): Estat de la qesti de leducaci comparada: paradigmes, avenos i impassos Temps deducaci, nm.24. Pp. 101-121.
2 Como tems de aproximacin que nos servan para contextualizar el anlisis.
3 Como tems que nos aportaban datos significativos para realizar la posterior interpretacin.
510
511
ral de los contenidos y actividades que ofrecen en el presente dichos museos, nos permite
tambin vislumbrar como ha sido el transcurrir de la educacin en diferentes realidades,
cmo sta ha devenido en derecho, en necesidad a cubrir, en objeto de proteccin al ir configurndose como indisociable al desarrollo personal y social, econmico y poltico de
nuestras sociedades.
Si bien son diversos los museos de temtica educativa (en las bases de datos actuales,
ascienden a ms de quinientos museos, entre los que se encuentran pequeos museos de
mbito local as como museos extensivos de mbito regional y nacional) el nmero se
reduce cuando stos aparecen vinculados a centros universitarios y adquieren un formato
virtual. De acuerdo a estos criterios hemos seleccionado para nuestro estudio los siguientes museos:
do sta matices diferenciales fruto de los cambios histricos. Como centro de recursos y
de investigacin, su formato virtual -colecciones, que incluyen una explicacin general de
la finalidad y el contenido de las mismas; las diferentes colecciones pueden consultarse en
lnea, y para facilitar su bsqueda se ofrecen palabras clave organizadas en un ndice temtico-, se complementa con un espacio fsico presencial que se proyecta como centro de
exposiciones y actividades culturales. Los contenidos colecciones sobre la historia de la
educacin en Francia desde el siglo XVI- quedan organizados en los siguientes ejes temticos: historia general de la educacin; historia de la enseanza; contenidos y mtodos
pedaggicos; medios y utensilios escolares; costumbres escolares; infancia y mbito social
y familiar. Cada eje temtico engloba subtemas. As, por ejemplo, el eje relativo a la historia de la enseanza incluye el mobiliario escolar, mostrando el listado del conjunto de la
coleccin que incorpora el nombre y la fotografa del objeto, junto a una ficha explicativa
sobre las caractersticas del mismo. Respecto a los recursos, como centro de investigacin
stos son amplios y diversos. As se pueden encontrar: Archivos fotogrficos que ilustran
diferentes aspectos de la enseanza en Francia de 1953 a 2002; fotografas de edificios y
aulas de los aos 20 a los 80; tarjetas postales que muestran edificios, escenas escolares e
imgenes del mundo de la infancia; juegos y juguetes que muestran los estereotipos socioculturales, y reflejan la situacin de la escuela, as como la evolucin de las tcnicas y pensamiento; literatura infantil y juvenil de los s.XVII al XXI; libros escolares de todas las
disciplinas-, textos oficiales, libros y revistas de pedagoga, diarios de docentes; material y mobiliario escolar como murales, cuadros, aparatos que muestran la evolucin
tecnolgica desde el s.XIX. El mobiliario y los utensilios del alumnado muestran las evoluciones del espacio y de las actividades escolares; pinturas y postales (a partir del s.XVII)
que son representaciones del mundo de la infancia, del universo escolar, familiar y social;
trabajos de alumnado: coleccin de cuadernos que muestran copias, deberes, trabajos
diversos (a partir del s. XVII); incluye el fondo Freinet con dibujos, diarios escolares,
revistas, material didctico, obras publicadas del alumnado.
El Museo Virtual de la Escuela, es un proyecto del Departamento de Educacin de la
Universidad de Lujn (Argentina). Inaugurado en el 2002, las reas en las que se centra se
estructuran al entorno de la historia de la educacin en Argentina y, en concreto, la historia de la escuela relacionada con la concepcin de la infancia en cada poca. Su formato
virtual contempla tres salas que representan diferentes espacios escolares: el patio, la
direccin y el aula. La forma de acceso es a travs de diferentes entradas que visibilizan
tanto el tipo de materiales como las actividades que promueve el museo. As las entradas
que aparecen son: libros, documentos, aportes, enlaces, auspicios y contactos. Respecto a
los contenidos en concreto, stos aparecen organizados en lo que podramos denominar
colecciones acerca de memorias y experiencias escolares articuladas con la narrativa de
los visitantes; comparaciones entre las prcticas escolares que perduraron y/o cambiaron;
recursos para la investigacin sobre la historia de la educacin; herramientas acerca de la
historia de la educacin en instituciones terciarias. En cuanto a los recursos destacan las
fotografas de materiales vinculados a la escuela (instrumentos para escribir, mobiliario), as como fotografas de la infancia en espacios escolares (patio y aula); juegos y
juguetes que muestran estereotipos socioculturales, al mismo tiempo que reflejan la situacin de la escuela y la evolucin de las tcnicas y el pensamiento educativo; libros escolares (libros de texto que explicitan propuestas pedaggico-didcticas); documentos legislativos (reflejo de las polticas educativas); mobiliario escolar y otros utensilios del alumnado que permiten observar las evaluaciones en el espacio y en las actividades escolares.
513
infantil); religin (diferentes religiones actuales y elementos de la cultura cristiana); historia, astronoma y geografa; ciencias de la naturaleza e historia natural; instrumentos
para la enseanza; fotografas de estudiantes (individuales y de grupo); La pedagoga:
referencias del pensamiento pedaggico; Las escuelas: visualizacin de escuelas del contexto prximo.
Los recursos que engloba se estructuran en: expositores (instrumentos para la clase;
utensilios; soportes didcticos; lminas; libros de texto; libros de ciencia; producciones
infantiles; retratos infantiles); y enlaces (textos biogrficos; elementos de la cultura libros
de literatura-; fotografas de escuelas).
3. LA REPRESENTACIN DE LA INFANCIA Y LA EDUCACIN COMO
DERECHO EN LOS MUSEOS VIRTUALES UNIVERSITARIOS DE
PEDAGOGA
En los museos analizados hemos podido observar como se construye un imaginario
educativo que, salvo alguna excepcin (como es el caso del Muse National de lducation que introduce un apartado especfico sobre la familia y el juego), establece como sinnimo el derecho a la educacin que tienen todos los nios y nias y el derecho a la escolarizacin de los mismos y, como consecuencia, la obligacin que tienen los estados de
promover y garantizar la escolarizacin para toda la infancia. Este imaginario se construye, bsicamente, a travs de ubicar la historia de la educacin escolar como eje vertebrador de los museos. Una historia de la educacin escolar que, a su vez, se explica a travs
de las siguientes reas de concrecin:
1.
2.
3.
4.
5.
Legislacin escolar.
Elementos organizativos de las escuelas.
Realidades, influencias y circunstancias de una escolarizacin para todos y todas.
Experiencias formativas en el marco escolar de los nios y nias.
Creaciones de la infancia.
A travs de la
exposicin se
incluye una
muestra de normas que obligan
a los maestros y
maestras en el
ejercicio de su
actividad profesional durante el
perodo de 1872
y 1915.
En la exposicin
se hace un cronograma con texto
incluido de la
legislacin bsica
que ha condicionado la escolarizacin argentina,
haciendo hincapi en los aspectos de cambio
entre los textos
legales. El primer
documento data
de 1420 y el ltimo de 1980.
En la exposicin
aparecen detalles
de legislacin
educativa que
ayudan a interpretar la historia
(como por ejemplo el decreto de
1717 de Friedrich Wilhem I
en el que se institua la obligatoriedad de la escolaridad).
Por otra parte, el
museo enlaza a
una exposicin
realizada por la
GHPS sobre la
historia de los
movimientos
pedaggicos que
abarca des del
Confesionalismo
al Republicanismo, en la que se
incluyen fragmen-tos de los
princi-pales textos normativos
de la poca
expuesta (el primer documento
data de 1146 y el
ltimo de 1927).
Mediante la base
de datos digital
Mnmosyne
abierta en lnea y
a disposicin de
toda persona
interesada en
investigar en sta
lnea
se pueden consultar distintos
documentos
legislativos
leyes, decretos,
cdigos, instrucciones- y administrativos certificados, actas...-,
boletines, programas, ...
En la exposicin
permanente se
pueden consultar
los textos histricos de legislacin bsica y
regional sobre la
escolarizacin, la
educacin secundaria y universidad. El primer
documento es
una acta sobre
las escuelas de
1865 y el ltimo
una acta sobre
los colegios e
institutos de
1996.
516
Virtuelles
Schulmuseum
Klangenfurt
Seas de
identidad:
Centra la atencin principalmente en la
historia de las
escuelas unitarias de la
regin, caracterizando a las
mismas a travs de un
recorrido fotogrfico en el
que se ven las
constantes.
Indica la aparicin del uso
del reloj o
campanario
como distintivo de las
escuelas unitarias a partir de
1915, aunque
los elementos
realmente significativos son
los retratos de
presidentes y
la bandera
americana.
Seas de
identidad:
La Base de
datos Mnmosyne contiene seas y signos identitarios de las distintas escuelas
del territorio
nacional francs, ms al no
concretarlas
va exposicin
no podemos
intuir cules
son sus centros de inters.
Seas de
identidad:
Se ponen de
especial relieve los signos
identitarios de
la escuela
nacional. Las
interpretaciones elaboradas
sobre los
materiales
escolares
(especialmente
libros) promovidos por el
gobierno, as
como al avituallamiento
uniformado de
los escolares y
las escolares
(el guardapolvo o bata
adquiere un
lugar preeminente en la
exposicin)
realzan la
influencia de
la nacionalizacin cultural
de la educacin
formal.
Seas de
identidad:
Se caracterizan
las escuelas
populares
(Volkschule) y
las urbanas.
Se presta especial atencin a
la secundaria:
Gymnasium,
Realschule
und Berufschule
Seas de
identidad:
Caracteriza en
la exposicin
permanente a
las Public
Schools, a las
Rural and City
Schools, con
independencia
del financiamiento de las
mismas (administrativo o
privado) y las
Independent
Schools.
Seas de
identidad:
La informacin que ofrece el museo es
sobre las
escuelas del
territorio austriaco y,
mediante las
fotografas, se
visualiza la
historia evolutiva de las
mismas. Destacan la interpretacin
sobre aquellos
elementos de
significacin
comunitaria
como la cruz
en las aulas.
Espacios
escolares:
En la exposicin se realiza
un anlisis e
interpretacin
sobre las construcciones de
las escuelas
unitarias, sealando que,
Espacios
escolares:
En la base de
datos puede
realizarse una
visualizacin
de las distintas
construcciones
escolares, histricas y
actuales del
Espacios
escolares:
El espacio
escolar es uno
de los criterios
de distribucin
principales de
la exposicin
musestica.
Incide especialmente en el
Espacios
escolares:
A travs de las
distintas fotografas que a
lo largo de las
galeras virtuales se nos
muestran, se
observan las
distintas arqui-
Espacios
escolares:
En la exposicin permanente se relata
sucintamente
la evolucin
de las escuelas. A travs
de algunos
ejemplos se
Espacios
escolares:
En la exposicin permanente del
museo puede
verse una instalacin tpica
de aula.
Mediante el
enlace a la
517
habitualmente,
tanto en el
siglo XIX
como XX eran
edificios sencillos, de poco
coste econmico. As
mismo, indica
la distribucin
interna del
aula, reseando el distinto
lugar que ocupaban las
nias y los
nios.
territorio
nacional.
Pero al igual
que ocurra en
las seas de
identidad, al
no estar
publicadas
en formato
expositivo, no
podemos realizar una interpretacin
sobre el tema.
uso y funcin
que caracterizan a los distintos espacios
escolares, realizando los
vnculos:
- Direccin
como espacio
disciplinar;
- Aula como
espacio de formacin acadmica;
- Patio como
espacio ldico
tecturas entre
las escuelas.
Destacan de
las urbanas el
esplendor
arquitectnico.
Sobre las instalaciones
internas, puede
observarse los
elementos
configurativos
del aula y distribucin interna del espacio.
Aparecen
imgenes de la
escuela mutua.
Los recursos
materiales de
las escuelas
En coherencia
con lo indicado sobre las
instalaciones,
en la exposicin se recalca
el hecho que
las escuelas
unitarias estaban dotadas de
escasas condiciones
ambientales
favorecedoras
de los procesos educativos
que all se desarrollaban.
Los recursos
materiales de
las escuelas
Dispone de
una amplia
coleccin
sobre instalaciones y mobiliarios escolares diversos en
la base de
datos anteriormente citada.
Los recursos
materiales de
las escuelas
Aunque la
galera est
todava en
construccin,
se observa ya
un primer anlisis a los
pupitres porttiles y fijos.
As mismo las
instalaciones
se observan a
travs de las
imgenes pero
el recorrido
an est en
construccin.
Los recursos
materiales de
las escuelas
Contiene una
galera especfica dedicada a
la evolucin
del aula en la
que se observan las condiciones
ambientales y
de uso de las
mismas. Destacan el mobiliario, la luz y
disposicin de
los pupitres.
Currculum
Aparece indicado, aunque
no desarrollado el aprendizaje de la lectura, la oratoria, las matemticas, histo-
Currculum
Dispone de
distintas colecciones sobre
las materias de
aprendizaje.
Resaltan como
centros de
inters:
Currculum
Hasta el
momento no
est desarrollado. Aunque
a travs de los
materiales
didcticos
vemos que se
Currculum
Currculum
Como reas
especficas
estn la introduccin de la
lengua alemana y de la aritmtica en la
escuela. Apa-
Currculum
Las reas del
currculum es
el criterio
expositivo del
museo. Son
galeras:
-Leer, escribir
y contar
518
ria, geografa
y naturales. Se
cita y se dan
detalles a lo
largo de la
exposicin de
la educacin
cvica.
rece tambin
el rea educacin moral y
de educacin
religiosa.
En el apartado
de la Reforma
aparece la educacin fsica.
En el apartado
de la escuela
rural aparece
la msica.
Materiales
didcticos
Propone dos
galeras especficas dedicadas a los materiales didcticos de uso
habitual en la
escuela en el
siglo XIX,
destacando las
pizarras porttiles, las linternas mgicas,
el hornbooks y
Battledore.
Todos ellos
son elementos
caractersticos
y fueron usados habitualmente.
Materiales
didcticos
Tambin en la
base documental se pueden
ver distintos
materiales
didcticos
como libros de
texto, materiales de proyeccin y sonorizacin, materiales de educacin especial, etc.
Tambin contiene una
coleccin de
materiales
Freinet, de
escuelas verdes y mtodos
cooperativos.
Materiales
didcticos
Aunque hay
exposiciones
por construir,
se pueden ver
ya distintos
utensilios
orientados a la
prctica de la
escritura. Existe el indicador
de revistas
escolares (an
no desglosado)
Y el material
de dibujo
simulcop
As mismo, es
importante la
relacin entorno a los libros
de texto, que
es amplia y
consultable.
Materiales
didcticos
Podemos
observar una
muestra de
alfabetos alemanes clsicos, as como
materiales
ldicos para el
aprendizaje de
las matemticas. Aparecen
tambin los
psters educativos.
De la poca de
la Reforma
son caractersticas los talleres de educacin fsica y
preparacin
laboral.
-Religin.
Historia
-Geografa y
astronoma.
-Historia natural.
Aparece tambin pero no
como rea la
educacin
moral.
Materiales
didcticos
Centra el inters en los
libros de texto
que estn indexados en base
de datos accesible y que
cubren el perodo que va
desde 1870 a
1930.
Materiales
didcticos
Al ser las
reas curriculares el eje
expositivo,
abundan los
materiales de
las citadas
reas. As
podemos ver
indicaciones
de libros y
lminas en
todas ellas.
Pueden verse
tambin diccionarios, bacos, alfabetos,
material tecnolgico, globos
terrqueos.
Se hace referencia a las
aportaciones
de pedagogos.
b. Instalaciones y utilizacin del espacio. Desde los orgenes los espacios escolares
y utilizacin de los mismos, se han constituido como uno de los centros de inters
de los Museos Pedaggicos. As mismo ocurre en todos los museos analizados en
los cuales, a travs del recorrido expositivo fotogrfico, documental y explicativo
ofrecen diversas exposiciones entorno al mismo.
c. Los recursos materiales de las escuelas. Los mobiliarios y utensilios de aprendizaje aparecen como continuidad en los distintos museos. Es a travs de los mismos
que se observa como hay una clara divergencia entro los recursos materiales disponibles en las escuelas rurales y urbanas de un mismo territorio, con una clara
desatencin de las primeras.
d. El currculum. El currculum es, sin lugar a dudas, otro de los temas bsicos tratados en los museos. Los distintos museos ponen de manifiesto las reas de conocimiento consideradas como fundamentales (lectura y escritura, matemticas, religin, conocimiento del medio natural y social y, en algunos casos, tecnologa),
recalcando los objetivos a adquirir y los temas de desarrollo. El punto clave es, por
lo tanto, aquello que se ensea ms que aquello que se aprende.
e. Los materiales didcticos. La innovacin educativa a travs de los materiales
didcticos es tambin un tema que se realza en todas las exposiciones. Algunos
museos ponen la atencin en los materiales utilizados asiduamente en la mayora
de escuelas y, en otros, se ponen de relieve aquellos materiales ms singulares, ya
sea por motivos de diferenciacin, de asiduidad en el uso (como es el caso de los
diseados para colectivos especficos) o por la importancia de su aparicin.
3. Realidades, influencias y circunstancias de una escolarizacin para todos y todas
En los distintos museos consultados (con excepcin del Virtuelles Schulmuseum Klangenfurt) hemos podido observar que puntualmente o como centro de inters aparece relatado el proceso de universalizacin de la escolarizacin. Son tpicos de la atencin a la
universalizacin de la escolarizacin los siguientes elementos:
The Homeroon
A travs de una
exposicin cronolgica, se incide
en el proceso de
universalizacin
de la escolarizacin. Aunque es
una visin genrica sin especificar
los procesos y
elementos que
influyeron en la
universalizacin.
A travs de las
interpretaciones
de los bienes
expuestos que
acompaan a la
exposicin se
incide en cmo se
produjo el proceso de universalizacin de la
escuela en Argentina durante los
siglos XIX y XX.
Al proponernos
una galera referida a la organizacin del sistema
educativo, indica
claramente la distincin, en una
misma red escolar, entre los escolares elitistas de
las Independent
Schools y Private
Schools y las
520
A travs de las
distintas exposiciones temporales
reseadas, pero
tambin en la
exposicin permanente a partir de
una galera especfica, se incide
en las dificultades
que han tenido
determinados
colectivos para
No hace tampoco
especial referencia a colectivos
especficos.
cin popular. Es
as como desde
sus inicios, se est
reconociendo en
este espacio el
derecho a la educacin de todos y
todas: nios,
nias, adolescentes, jvenes y personas adultas.
ser incluidos en la
red escolar. Desarrolla adems, el
recorrido formativo que realizaban
los colectivos
diferenciales
(nias, nios con
dificultades de
aprendizaje,
colectivos de
minoras culturales...)
escuelas dependientes de la
Administracin,
con especial distincin de la
escuela rural.
A travs de las distintas visitas se puede percibir claramente como, si bien est ampliamente aceptado que la universalizacin de la escolarizacin es uno de los hitos que se consiguieron en Occidente durante el siglo XX, la importancia que el proceso tuvo para los
nios y nias como individuos y parte de los colectivos anteriormente discriminados, en
aras a conseguir una mayor igualdad de oportunidades, es uno de los reconocimientos ms
recientes y que, en gran medida, ha ido entrelazado al considerar la historia cotidiana de las
escuelas como uno de los vectores histricos a estudiar. De hecho, podemos ver que, si bien
el factor discriminatorio est presente como denuncia en todos los museos, se constata tambin que el estudio y exposicin del mismo es diferente en cada museo. Tanto es as que el
punto de anlisis o colectivo analizado es diverso y plural. nicamente el Schulmuseum
Nrnberg pone el acento en la pluralidad de colectivos tratados desigualmente.
4. Experiencias formativas en el marco escolar de los nios y nias.
Cules eran las experiencias formativas de la infancia en el marco escolar a travs de
la historia es otro de los aspectos que aparecen en todos los museos, si bien el punto de
mira sobre a las experiencias de anlisis difiere en cada caso. De tal manera que las formas de estar, de comportarse y de actuar de los nios y nias en las escuelas se pueden
percibir en todos los museos. Siendo tpicos los siguientes elementos:
Blackwell His- Muse Natiotory of Educa- nal de ldution Museum cation
Hbitos y
constumbres:
Introduce un
apartado explcito sobre la
vida en las
escuelas en la
que se muestra
como vestan,
Hbitos y
constumbres:
La referencia a
los hbitos,
avituallamiento y higiene,
se reduce por
el momento al
estudio de la
Hbitos y
constumbres:
A travs de la
entrada de
Documentos
escolares,
puede accederse a imgenes
de fiestas
Virtuelles
Schulmuseum
Klangenfurt
Hbitos y
Hbitos y
Hbitos y
constumbres: constumbres: constumbres:
No es un apartado explcito
aunque a travs de las imgenes puede
observarse
como vestan
521
trabajaban en
casa, que era
lo que se esperaba de ellos y
ellas en clase,
que actividades curriculares realizaban
y cules eran
sus responsabilidades.
Todo ello nos
ofrece una
idea de conjunto sobre las
experiencias
de forma de
estar que se
explicitan a
travs de las
imgenes.
escolares y
eventos especiales, fotografas de clase.
los nios y
nias y cules
eran sus hbitos.
Aparece tambin litografas
sobre los exmenes y premios pblicos.
Disciplina
escolar:
Aparece un
apartado especfico de disciplina y formas
de castigo.
Disciplina
escolar:
El aparatado
de disciplina
se desarrolla a
travs de las
colecciones
sobre :
- control de
asistencia
- censuras y
castigos
- premios y
reconocimientos
Disciplina
escolar:
Incluye una
especial atencin a los
aspectos de
disciplina,
indicando la
evolucin de
la misma
segn las pocas y diferenciando explcitamente las
formas usadas
en el peronismo y dictadura. Se seala
que segn las
circunstancias
las disciplina
fue ms o
menos flexible.
Disciplina
Disciplina
escolar:
escolar:
A travs de
litografas
podemos
observar los
mtodos tradicionales de
control y censura, incidiendo en los castigos corporales.
Es de relevancia una litografa de 1870 en
la que aparece
comparado las
formas buenas y malas
de censurar.
Disciplina
escolar:
Reproduce los
modos clsicos de censurar en la
escuela a travs de las imgenes que
acompaan la
galera sobre
la evolucin
de la clase y
en las correspondientes al
estudio.
Momentos:
A travs del
recorrido fotogrfico y com-
Momentos:
Existe la entrada a la coleccin imgenes
Momentos:
Por el momento, el apartado
correspondien-
Momentos:
Resalta a travs de la visita
la importancia
Momentos:
522
Momentos:
Si bien introduce aspectos
relativos al
parando la
galera de
1900 y 1930
vemos como
en la primera
etapa predominan las imgenes de
momentos
especiales
(15/19) mientras que en la
segunda etapa
predominan
las imgenes
de procesos de
aprendizaje
(16/20)
de procesos
educativos.
Tambin se
coleccionan
los libros de
oro, de conmemoraciones y
aniversarios de
las escuelas.
de la educacin moral.
Tambin se
incide en el
desarrollo fsico y hbitos de
higiene.
As mismo,
otro tpico frecuente es el
correspondiente a la formacin laboral o
preparacin
tcnica.
Se puede constatar por lo tanto que, aunque si bien es comn la atencin a las
experiencias formativas, el enfoque difiere en cada caso. Hay coincidencias en la atencin a:
a. Hbitos y costumbres. Los tpicos relativos a la vestimenta, el calzado, la higiene que nos muestran las condiciones de vida de la infancia en la escuela.
b. La disciplina escolar. Se pone de manifiesto la evolucin que han experimentado
las formas de control y castigo sobre la infancia. Sealando aquellas formas ms
claramente contrarias a la dignidad del nio o nia.
c. Momentos festivos y de recordatorio. Se realzan aquellos momentos festivos y
de recordatorio de las escuelas. As las fotografas de grupo, del primer da de
clase, de graduacin, son ms constantes que las fotografas de nios y nias en
proceso de aprendizaje, aunque stas tambin aparecen.
Tambin es relevante el hecho que, con excepcin del Virtuelles Schulmuseum Klangenfurt, las experiencias formativas no se relatan a travs de los testimonios orales o documentos escritos de los nios o nias (aunque en el Muse National de lducation y en el
Blackwell History of Education Museum se puede acceder a una base documental de los
mismos y en el Museo Virtual de la Escuela pueden realizarse aportaciones testimoniales)
sino que abundan las explicaciones, descripciones costumbristas y, en algunos casos, interpretaciones pedaggicas sobre el tema.
5. Creaciones de la infancia.
Si bien las creaciones de la infancia slo aparecen en un museo como rea especfica
(el Muse National de lducation) siendo en los dems detalles especficos y no existentes, dado el inters que tiene este planteamiento para nuestra temtica de estudio hemos
decidido introducir alguna referencia al respeto. Son as elementos que aparecen:
523
Aparecen algunas pocas creaciones infantiles como referencia (libros de poesa o bordados clsicos de nias).
Nos adentramos a analizar el contenido de los libros de texto partiendo de las aportaciones que se hacen desde la pedagoga crtica. En este artculo se recogen algunos aspectos que constituyen parte de la tesis doctoral de la autora1 y que son fruto de una extensa
investigacin sobre el contenido histrico y geogrfico de los libros de texto del rea del
Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural. La muestra analizada est compuesta por todos los libros de 5 de Primaria, o etapas equivalentes, publicados en euskara,
durante el siglo XX, as como sus homlogos en lengua castellana y francesa. Los resultados que se adjuntan a continuacin son el resultado del anlisis del contenido de la iconografa que ilustra los libros de texto.
El libro de texto es uno de los recursos didcticos ms utilizados en el aula y que sintetiza el curriculum oficial de forma sistemtica. A travs de l, el alumno o alumna asimila una realidad relativa al entorno en el que vive, que se describe y relata mediante una
seleccin dada de contenidos fruto de un consenso ideolgico y poltico, previamente concertado. Gracias a las investigaciones de Vigotski2 sabemos que las identidades se construyen en interaccin con el medio natural, social y cultural. Todo individuo construye
diferentes identidades integradas en el mismo yo3, a partir de la experiencia vital, de la
interaccin con el entorno y, tambin, como fruto de su carrera pedaggica. En esta investigacin, se ha partido de las identidades propuestas por Castells4, identidades hegemnicas, de resistencia y en proyecto, adems de la identidad pedaggica propuesta por Bernstein construida a travs del carrera pedaggica5, y se ha analizado los diferentes Medios
1
525
sociales en los que se desenvuelve un estudiante de primaria en Euskal Herria. Para ello
se han distinguido dos Medios, el estatal y el sociocultural, y se ha analizado exhaustivamente el contenido de los libros de texto para ver de qu forma reflejan los libros de texto
que se utilizan en la escuela, tanto en euskara como en castellano y francs, los dos Medios
sociales analizados, en los que los estudiantes estn desarrollando su vida. Nos hemos fijado principalmente en cmo se da el primer paso en la conceptualizacin del espacio territorial de referencia y del tiempo histrico.
Como conclusin de la investigacin realizada se demuestra que los libros de texto no
reflejan, con la debida constancia, los contenidos relativos al medio sociocultural, que es
el ms prximo a la experiencia de vida de los alumnos y alumnas. Como consecuencia
de esto se puede afirmar que la construccin de la identidad sociocultural vasca tiene
serias dificultades a la hora de ser reflejada en los contenidos educativos de los libros de
texto.
En esta comunicacin se analiza, nicamente, el tipo de recursos grfico y de organizacin de contenido que se utiliza en la iconografa destinada a ilustrar temas histricos.
LA MUESTRA ANALIZADA Y PROCEDIMIENTO DE ANLISIS
La muestra analizada consta de 70 libros de texto publicados entre 1876 y 2000 pertenecientes al rea del Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural en Espaa, y,
Geografa, Historia, Ciencias y Tecnologa que son las reas de conocimiento paralelas a
las de Espaa en Francia. Se han diferenciado tres pocas. La primera abarca desde 1876
y 1975. La segunda, desde 1976 hasta 1991 en la que se aprueba la LOGSE y los Diseos Curriculares. Y la tercera, desde 1992 hasta el 2000. En total se han analizado 13.310
pginas y 22.228 iconos.
Se han elaborado dos bases de datos a partir del programa Excel. Una primera, en la
que se especifican todas las caractersticas formales de los libros de texto analizados. El
anlisis de contenido que se ha llevado a cabo plantea un vaciado sistemtico del contenido tomando como unidad de medida la pgina en la que se ha medido: la proporcin de
texto y el nmero de iconos por pgina. Cada icono ha sido contabilizado, medido, ubicado, clasificado por el nmero de colores utilizados, y, descrito su contenido, a travs de
280 variables. Para terminar, cada icono ha sido clasificado en relacin al contexto descrito por el texto escrito, por medio de seis ltimas variables en las que se han distinguido seis contextos de referencia: sociocultural, autonmico, estatal, extranjero, no definido
y el confuso.
ICONOS QUE ILUSTRAN TEMAS HISTRICOS
Los iconos que ilustran temas histricos son diversos y, cada vez, ms abundantes. En
la primera poca (1876-1975), constituyen el 4,20 % del total de iconos; en la segunda
(1976-1991), son el 36,28 % y en la tercera (1992-2000), el porcentaje de iconos que ilustran y contextualizan temas histricos son ms de la mitad del total, un 59,50 %. En esta
ltima poca, la mayora de los iconos que expresan temas histricos se encuentran en los
libros franceses. Podemos afirmar que el porcentaje de utilizacin de iconos para ilustrar
temas histricos aumenta a lo largo de un siglo en un 55,30 %. En el grfico que se adjunta se puede observar la evolucin del porcentaje de iconos histricos por pocas y por idiomas. Se especifica en cada poca el porcentaje de iconos en los libros de texto de cada
idioma analizado.
526
za en las tres etapas aunque siempre en un bajo porcentaje que oscila entre el 2,08 % de
la primera poca hasta el 0,15 % de la tercera. El esquema histrico, sin embargo, es cada
vez ms utilizado pasando del 2,08 % de la primera poca, pasando por el 8,45 % de la
segunda, llegando al 11,34 % la tercera.
FOTOGRAFAS, DIBUJOS, MAPAS HISTRICOS
A continuacin nos centramos en tres de los recursos ms utilizados en el desarrollo de
temas histricos, las fotografas, los dibujos y los mapas histricos.
Los dos recursos ms utilizados, con diferencia son el dibujo y la fotografa. Merece la
pena detenerse un momento a reflexionar qu diferencias encontramos a la hora de utilizar uno u otro. La fotografa es testigo de la realidad, del momento. Refleja la escena,
acontecimiento o ubicacin de un monumento histrico con toda la crudeza de la realidad
o con todo el encanto del tiempo pasado. En la mayora de los casos, es un testigo directo. El dibujo, por el contrario, recrea la realidad, y por ello, da una visin reelaborada,
recreada, valga la redundancia, ms o menos fidedignamente de la realidad histrica.
El mapa histrico, por el contrario, proporciona una representacin grfica del espacio
en el que se ubican los acontecimientos histricos. Es un recurso importante a la hora de
racionalizar el concepto espacial y relacionarlo con el tiempo histrico. Proporciona la
visin diacrnica del espacio estudiado.
El siguiente grfico nos muestra los porcentajes de utilizacin, por pocas:
2 grfica: Fotografas, dibujos y mapas histricos en el siglo XX.
Este es un recurso que cada vez se utiliza ms en los libros de texto. La mayora de los
frisos de la historia los encontramos en los libros de texto escritos en lengua francesa. El
porcentaje ms alto, un 8,10 % se da en el tercer perodo (1992-2000) y el ms bajo, en el
primero (1876-1975) con un 4,17 %.
529
La presencia de los Monumentos en la iconografa es progresiva, y aumenta, sustancialmente, a lo largo del siglo XX: de un 2,08 % de iconos que haba en la primera poca
(1876-1975), aumenta al 13,29 %, en la segunda (1976-1991), y llega al 26,66 % en la tercera (1992-2000), igualando el porcentaje de las construcciones histricas.
Estas estn presentes, de modo bastante equilibrado, en la iconografa de todo el siglo:
el porcentaje se mantiene aproximadamente alrededor de un 2% en la primera poca
(1876-1975), sube hasta el 32,61 % en la segunda (1976-1991) y, vuelve al porcentaje
anterior, aproximadamente el 26,22%, en la tercera (1992-2000).
531
PERSONAJES HISTRICOS
Otro de los grandes recursos utilizados es el de los personajes histricos. En la primera poca (1876-1975), la historia se relata, generalmente, a partir de las hazaas de un personaje o hroe. De ah que, el porcentaje ms alto se centre en esta poca, con un porcentaje de 61 %. La presencia de personajes histricos es relevante en los libros escritos en
castellano o en francs, no en euskara.
6 grfico: porcentaje de personajes historicos en los libros de texto del s. XX
532
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535
DOCENCIA E HISTORIA DE LA
EDUCACIN COMPARADA
1. INTRODUCCIN
El trabajo que a continuacin se presenta se basa en una experiencia docente que se
viene desarrollando en las asignaturas de Educacin Comparada, Poltica y Legislacin
Educativas y Planificacin y Prospectiva Educativa, desde mediados de los aos ochenta
y que en el ltimo curso se ha incorporado al plan piloto de la ULL de experimentacin
de los crditos ECTS.
La experiencia docente se corresponde con las motivaciones de renovacin e innovacin de las prcticas docentes y con los objetivos de ampliar procesos de enseanza aprendizaje vinculados a prcticas ms activas y participativas del profesorado que imparte
estas materias. La coordinacin entre este profesorado es imprescindible para que estos
procesos de aprendizaje cumplan con los objetivos.
Para alcanzar los propsitos de esta experiencia es necesario un determinado tiempo
lectivo al menos dos horas tericas y seis prcticas cuatrimestrales- de lo contrario, no se
podra combinar la exposicin de contenidos tericos con la actividad individual y grupal
de investigacin entre profesorado y alumnado.
Esta prctica, refuerza un estilo de enseanza que consiste en lograr un mayor grado
de implicacin del alumnado en su proceso de aprendizaje, y a la vez, impulsa el valor del
aprendizaje autnomo y de investigacin. Insiste tambin en procesos de trabajo grupal
participativo, que les prepara para el desempeo profesional del Pedagogo en el que cada
vez con ms frecuencia se han de enfrentar.
En esta comunicacin, ilustraremos esta metodologa para el caso de la asignatura de
Educacin Comparada. En definitiva, se pretende mediante la metodologa constructivista un entrenamiento en procesos de colaboracin en el desarrollo de tareas de aprendizaje
e investigacin, a travs de la aplicacin del mtodo comparativo, en la problemtica de
539
gran grupo de artculos que se consideren claves o todas aquellas actividades que faciliten
la asimilacin de los contenidos fundamentales de la materia. El objetivo de estas clases
es asegurar que el alumnado conozca los contenidos que necesita para desarrollar su trabajo, a la vez que corregir la tendencia del alumnado a prestar atencin exclusivamente a
los contenidos relativos a los pases objeto de su trabajo.
Las clases prcticas se centran en contenidos procedimentales imprescindibles para la
correcta realizacin y presentacin del trabajo. Bsicamente se realizan dos clases prcticas a lo largo del cuatrimestre, aunque este nmero puede aumentarse en funcin de las
necesidades detectadas por el profesorado. En todo caso, el objetivo de estas clases es asegurar la destreza del alumnado en procedimientos bsicos y comunes sin consumir el tiempo escaso de la materia en trabajarlos en los seminarios grupo a grupo al hilo de las dificultades o deficiencias detectadas en los trabajos. Es de destacar que, como se ver, estos
procedimientos no son especficos de nuestra asignatura y deberan tericamente ser
dominados por el alumnado de tercero de carrera. Sin embargo, lamentablemente la prctica muestra que, salvo algunas excepciones, esto no es as. De ah, que el profesorado de
esta materia se vea obligado a abordarlos explcitamente. Estos procedimientos son:
Bsqueda de informacin en al red. Se realiza en el aula de informtica y pretende
ensear a alumnado a aprovechar las posibilidades que ofrece la red, tanto en lo relativo a la consulta de bases de datos sobre sistemas educativos como a la utilizacin
de bases o repertorios bibliogrficos y revistas electrnicas.
Normas bsicas de presentacin de cualquier trabajo o informe. En esta prctica se
trabajan cuestiones como los sistemas de citacin bibliogrfica, tipografa y otras
normas presentacin, redactado e, incluso, errores y vicios sintcticos y lxicos.
Los seminarios son semanales y tienen una duracin de treinta minutos. En ellos se
orienta al alumnado en la realizacin del trabajo, se resuelven las dudas que puedan surgir y se trata de estimular el inters por la materia a travs de cuestiones que plantea el
profesorado. Se intenta potenciar, a la vez, la participacin del alumnado, el debate sobre
diferentes puntos de vista y, en general, aprovechar el reducido nmero de presentes para
que el alumnado se habite a expresar y defender sus ideas en pblico con rigor, coherencia y solvencia argumentativa.
Por otro lado, en los seminarios se hace partcipe al alumnado de los resultados de las
correcciones de las partes del trabajo entregadas. Esta obligacin de entregar cada fase del
trabajo para su correccin en fechas determinadas permite la evaluacin efectiva del desarrollo de la investigacin. Y adems, posibilita realizar un seguimiento individualizado
del trabajo realizado por cada alumno, constatando si ste ha asimilado o no los contenidos trabajados a lo largo de la semana; es decir, realizar una evaluacin continua del proceso de enseanza-aprendizaje.
Finalmente, en las exposiciones cada grupo expone durante unos veinte minutos los
resultados de su investigacin al gran grupo. Con anterioridad a la exposicin, cada grupo
deber haber puesto a disposicin del resto del alumnado la fase ltima del trabajo o informe comparativo que, obviamente, deber cumplir unos requisitos mnimos de calidad para
dar lugar a una exposicin. El gran grupo, por su parte, deber haber ledo este informe.
De esta manera, se aseguran las condiciones mnimas para que pueda surgir un debate
fructfero tras cada exposicin.
En general, se entiende que esta metodologa permite que el alumnado protagonice su
propio proceso de aprendizaje, favoreciendo la interaccin, el debate y la discusin refle541
xiva. La otra cara de esta metodologa es el compromiso que exige del profesorado. El profesorado debe ofrecer un gran apoyo a la elaboracin del trabajo, pues las primeras fases
comprometen a las siguientes y, por tanto, deben ser evaluadas con rigor y con regularidad. Este proceder supone una evaluacin continua y constante de la marcha y evolucin
del aprendizaje a lo largo del cuatrimestre. A pesar de esta implicacin que requiere, valoramos nuestra experiencia como altamente gratificante.
3. OBJETIVOS
La asignatura de Educacin Comparada pretende difundir la situacin de la realidad
educativa a escala internacional a travs del conocimiento de los diversos sistemas educativos vigentes y favorecer un espritu de apertura a la cooperacin educativa internacional,
especialmente en el mbito europeo. As mismo, pretender impulsar el valor del aprendizaje autnomo a fin de iniciar al alumnado en procesos que pueden servir, a los futuros
profesionales, en posteriores proyectos de perfeccionamiento profesional.
Competencias, habilidades y destrezas
Esta asignatura presenta una serie de objetivos ligados al desarrollo de diferentes capacidades en el alumnado referidas al desarrollo de competencias, habilidades y destrezas.
Algunas de estas capacidades son especficas de la asignatura pero otras gozan de un
carcter transversal que, independientemente de la materia, benefician al alumnado en
todas las reas de conocimiento y en el buen desempeo de su futuro profesional.
Las competencias, habilidades y destrezas especficas de la Educacin Comparada
son las siguientes:
Reflexionar sobre el concepto, el objeto y la finalidad de la Educacin Comparada.
Conocer y contextualizar los sistemas educativos y formativos actuales en el contexto internacional y especialmente en los pases e iniciativas de la UE, Amrica
Latina y frica.
Conocer las tendencias educativas internacionales y las diversas iniciativas desarrolladas por los Organismos Internacionales en el mbito educativo.
Conocer la legislacin educativa internacional.
Conocer los mtodos y estrategias de la investigacin comparada.
Conocer las fuentes relativas al trabajo pedaggico en sus diversos mbitos, saber
acceder a ellas y utilizarlas con rigor cientfico.
Aplicar los fundamentos del mtodo comparativo.
Investigar sobre las problemticas ms relevantes de los sistemas educativos actuales.
Desarrollar una actitud positiva, crtica y plural de la investigacin como herramienta de comprensin y mejora de la realidad educativa.
Las competencias, habilidades y destrezas de carcter trasversal de la Educacin Comparada son las siguientes:
542
Organizacin y planificacin.
Gestin de informacin.
Resolucin de problema y toma de decisiones.
Capacidad de anlisis y sntesis.
Capacidad crtica y autocrtica.
Compromiso con la identidad, desarrollo y tica profesional.
Las diferentes competencias, habilidades y destrezas se pretenden desarrollar mediante el logro de una serie de objetivos establecidos para la asignatura.
Objetivos formativos generales y especficos, y su aportacin a los objetivos de la
titulacin
Los objetivos formativos de la asignatura de Educacin Comparada son de carcter
general y especficos, encontrndose en estrecha relacin con los objetivos generales establecidos para la titulacin de Pedagoga.
Los objetivos generales y especficos establecidos son los siguientes:
Objetivo general 1. Reflexionar sobre el concepto, el objeto y la finalidad de la Educacin Comparada.
Objetivos especficos:
Conocer el concepto, el objeto y la finalidad de la Educacin Comparada.
Reflexionar sobre las distintas corrientes vigentes en torno a la disciplina de Educacin Comparada.
Desarrollar la capacidad de anlisis y reflexin crtica.
Objetivo 2. Conocer la legislacin educativa internacional.
Objetivos especficos:
Conocer y comparar las principales reformas educativas vigentes en la actualidad.
Conocer y comparar las polticas, reformas e innovaciones educativas internacionales vigentes.
Capacidad de anlisis, crtica y sntesis.
Objetivo 3. Conocer y contextualizar los sistemas educativos formativos actuales en el
contexto internacional y especialmente en los pases e iniciativas de la Unin Europea,
Amrica Latina y frica.
Objetivos especficos:
Conocer los diferentes tipos de sistemas educativos y su relacin, as como las polticas socioeducativas subyacentes.
Desarrollar capacidades de anlisis y reflexin, de crtica y rigurosidad, bajo una
visin sistemtica y global.
Esquematizar las relaciones entre sistemas y contextos sociopolticos.
Objetivo 4. Conocer las tendencias educativas internacionales y las diversas iniciativas
desarrolladas por los Organismos Internacionales en el mbito educativo.
Objetivos especficos:
Conocer los problemas contemporneos de la educacin mundial y las soluciones
propuestas.
Conocer las lneas de los organismos internacionales respecto a los procesos educativos con especial nfasis en la UNESCO y la UE, profundizando en la cooperacin
educativa internacional.
Objetivo 5. Conocer el mtodo de investigacin comparativa.
Objetivos especficos:
Conocer los fundamentos del mtodo comparativo.
Conocer la lgica subyacente en la investigacin comparativa.
Aplicar el mtodo comparativo, desarrollando destrezas intelectuales y cientficas.
543
Desarrollar una actitud positiva, crtica y plural de la investigacin como herramienta de comprensin y mejora de la realidad educativa.
Desarrollar una visin prospectiva de carcter transformador.
Objetivo 6. Conocer las fuentes relativas al trabajo pedaggico en sus diversos mbitos, saber acceder a ellas y utilizarlas con rigor cientfico.
Objetivos especficos:
Conocer las principales fuentes documentales en educacin necesarias para las
investigaciones comparativas.
Saber acceder a las bases de datos que permitan obtener informacin relevante en
torno a los sistemas educativos.
Analizar la informacin y seleccionar de acuerdo a criterios cientficos para enjuiciar
la informacin y los recursos disponibles.
Desarrollar la capacidad de anlisis, comparacin y sntesis.
4. CONTENIDOS FORMATIVOS Y SU VINCULACIN A LOS
DESCRIPTORES DE LA TITULACIN
Bloques temticos
Descriptor
SISTEMAS EDUCATIVOS/POLTICAS
EDUCATIVAS/REFORMAS EDUCATIVAS
MTODO COMPARATIVO
545
TOTAL
Asistencia
exposiciones
Aula informtica
asesoramiento para la
elaboracin de trabajos
de
investigacin
comparativa de sistemas
educativos, as como las
correcciones a la
elaboracin de los
borradores.
Gua y asesoramiento
para la bsqueda y
seleccin de fuentes
primarias, secundarias y
auxiliares.
Ampliacin
de
conocimientos
fundamentales sobre los
sistemas educativos
actuales.
Expositiva
por parte del
alumnado
Activaparticipativa
participativa
0,4
Conocer, comprender,
plantear dudas
0,3
x
2 Trabaja individualmente,
grupos = 0,6
prctica, resuelve dudas
en grupo,
problemas,
ALUMNADO
0,4
0,7
0,6
2,5
0,3
Horas no presenciales
semanales (factor trabajo)
(HNP=HPxFT)
Horas
presenciales
semanales
(HP)
2
ACTIVIDAD
Conocer, comprender,
plantear dudas
Trabajo de aprendizaje
1 x 2 grupos Trabaja
=2
plantea
resuelve
Horas
lectivas
semanales
(P1)
2
PROFESORADO
Estrategia de
enseanza
Objetivos
ACTIVIDAD
147
10,5
37,5
Total horas
trabajo alumnado
A= (HP+HNP) x
n semanas
90,00
546
de
Resolucin
problemas
TOTALES
de
Resolucin
problemas
Funciones
Objetivos
Horas trabajo
profesorado (P2) por
semana
PROGRAMA DE TUTORIZACIN
3,75
3,75
547
TOTAL
Exmenes
Ejercicios
Trabajos
(redaccin
final)
Exposiciones
orales
Tipo de
actividad
Redaccin
final
de
trabajos
Preparacin
y
realizacin
de
la
exposicin
Descripcin
54
10
100
48 (12
trabajos)
Horas
trabajo
profesorado
(P3)
90
Criterios
(%)
4,5
4,5
Estudio
personal
(EP)
8
8,5
0,5
Realizacin
prueba (RP)
13
Total
C= P+RP
SISTEMA DE EVALUACIN
6. CONCLUSIONES
Destacamos como puntos en comn en las tres asignaturas las siguientes innovaciones que desde nuestro punto de vista deban ir abrindose camino en la docencia universitaria. Consideramos que la metodologa en estas asignaturas ofrece una dinmica de trabajo en la que el alumnado protagoniza su propio proceso de aprendizaje, favoreciendo la
interaccin, el debate, la discusin.
El alumnado protagoniza su propia investigacin: toma de decisiones, opciones, eleccin bibliografa, consulta de otras fuentes, creacin de estrategias.
Importancia de la creatividad y de la iniciativa.
Metodologa de elaboracin a travs de seminarios semanales en los que se pone en
comn toda la informacin elaborada y se discuten los progresos de cada grupo.
Trabajo en grupo en el que todos los miembros del mismo se ven motivados a participar y hacer sus aportaciones.
Existe un trabajo guiado dentro de un marco de libertad y autonoma en la elaboracin:
no se esperan unos determinados resultados sobre un trabajo en cuestin, o la presentacin
de alternativas predeterminadas.
Exigencia de unos niveles de calidad compatibles con la independencia de criterios del
grupo.
Evaluacin continua por parte del profesorado: en la medida en que la correccin de
las primeras fases de la investigacin compromete la de las siguientes, cada paso del trabajo se analiza y se corrige al ser elaborado tanto en seminario a travs del debate con el
grupo, como en una presentacin escrita que se entrega al profesorado una vez que se ha
clarificado qu se quiere hacer y lo que se ha hecho.
Autoevaluacin: el alumnado reflexiona acerca de sus logros y es consciente a travs
de las sucesivas discusiones y correcciones de la evolucin de su trabajo.
Anlisis conjunto de las dificultades en la marcha del curso, tanto durante su desarrollo como al final.
BIBLIOGRAFA
FERRER, F. (2002): La Educacin Comparada Actual. Barcelona: Ariel.
SCHRIEWER, J. (comp.) (2002): Formacin del discurso en la educacin comparada.
Barcelona: Pomares.
Proyecto Piloto de Experimentacin del crdito europeo, convocatoria 2005/06, Universidad de La Laguna.
Carta Magna de las Universidades Europeas (1988).
Declaracin de Bolonia (1999).
Declaracin de Bolonia: adaptacin del sistema universitario espaol a sus directrices
(2000).
548
Inglaterra /Espaa
Francia/Alemania
Suecia/Finlandia
Estados Unidos/Japn
Per/Ecuador
Nicaragua/Guatemala
Cuba/Nicaragua
Paraguay/Bolivia
3. Temas:
LRU/LOU
LOGSE / LOCE / LOE
Espacio de convergencia europeo
B.
C.
549
550
La Educacin Comparada constituye una Ciencia de la Educacin que en su relativamente corta vida como disciplina acadmica, se ha visto obligada a emprender cambios
muy significativos. En este sentido, puede apreciarse que desde los primeros estudios descriptivos de las realidades educativas de otros pases especialmente aqullos que presentaban rasgos ms exticos o diferencias culturales ms evidentes que invitaban a realizar una comparacin in mente, se ha avanzado notablemente. As, se ha pasado por una
poca de exceso de valoracin de los propios sistemas educativos influenciada sin duda
alguna por el fuerte peso del nacionalismo y la necesidad de utilizar el sistema educativo
como elemento de unificacin de los recin creados Estados Modernos, hasta momentos
de mayor racionalidad en los que se llega a la conclusin de que la Educacin Comparada no puede ser la excusa para trasladar de un modo automtico las prcticas educativas
de un pas a otro. En este sentido resultan de gran actualidad las palabras de Michael
Sadler (citado en HIGGINSON, 1973: 365 - 366) cuando afirmaba que:
Al estudiar los sistemas extranjeros de educacin no debemos olvidar que todo lo que ocurre fuera de las
escuelas tiene mayor importancia que lo que acontece dentro, y gobierna (a la vez que sirve para su interpretacin) los factores internos. No podemos pasearnos a nuestro antojo por los sistemas educativos del
mundo entero como lo hara un nio por un jardn, cortando una flor de una planta y algunas hojas de otra,
y esperar que si despus se metiera en tierra lo recogido el resultado sera una planta que diera frutos. Un
sistema nacional de educacin es algo vivo, resultante de luchas y dificultades, quizs olvidadas, y de batallas pretritas. Encierra algo de la dinmica secreta que hace posible la vida nacional.
derar igualmente la relevancia de otros procesos educativos que se sitan fuera del mbito de la educacin formal.
En cuanto a la metodologa cabe resaltar que la Educacin Comparada dispone de una
metodologa, que sin bien comparte con otras ciencias sociales, sin embargo, aplicada a la
educacin adquiere un tinte especial. Adems, la metodologa comparada supone mucho
ms que una comparacin tal y como se entiende en sentido vulgar, precisndose la realizacin de una comparacin multinivel (MARTNEZ USARRALDE, 2003: 20) que ponga
en relacin realidades muy distintas y que, desde luego, necesita superar la mera descripcin. De esta suerte, y simplificando las argumentaciones que se podran proporcionar en
este sentido, se puede mantener que la Educacin Comparada exige la combinacin de una
tarea de descripcin, de interpretacin, de yuxtaposicin y de comparacin propiamente
dicha.
Situadas estas ideas generales, pero fundamentales para entender las bases en las que
se sustenta la disciplina, estamos en disposicin de proceder a estudiar y analizar la posicin que la Educacin Comparada est llamada a desempear en el marco del Espacio
Europeo de la Educacin Superior (EEES). La razn de esta eleccin de estudio es sencilla. Dados los cambios que la Universidad deber acometer prximamente debido a las
modificaciones que supondr el llamado Proceso de Bolonia, parece que esta disciplina
rene unas condiciones ptimas para poder afrontar su estudio de un modo racional y adecuado, permitiendo salvar una de las crticas que frecuentemente se le han hecho como
disciplina: permanecer enzarzada en debates tericos y epistemolgicos baldos, sin desarrollar medidas o estrategias concretas que posibiliten realizar una contribucin de inters a la prctica educativa, ayudar en la toma de decisiones y contribuir a dibujar lneas
de prioridades en la planificacin educativa del propio pas, pero tambin de otros:
Conocer lo que se propone y se intenta desarrollar en situaciones afines a la que vivimos es indispensable para elaborar un juicio razonable sobre lo que debemos hacer en
nuestro pas (NOAH, 1990:180).
En efecto, si se suscribe la idea anteriormente comentada de que la Educacin Comparada posee un objeto propio, a saber los sistemas educativos formales, parece indiscutible que como disciplina brindar las herramientas conceptuales y metodolgicas necesarias para comprender e interpretar adecuadamente el reto que ahora se plantea en uno de
los sectores de dichos sistemas educativos: la Educacin Superior. De estas breves reflexiones puede extraerse una idea que sostiene que desde la Educacin Comparada debe
generarse un espacio de reflexin que sirva como referencia para entender e interpretar las
medidas que se sugieren como convenientes. En un momento como el presente, en el que
abundan las incertidumbres y las dudas acerca de la capacidad de afrontar los cambios con
unos niveles de calidad suficiente, puede resultar tranquilizante evidenciar que nuestros
problemas son compartidos y por lo tanto, que quizs la solucin resulte ms fcil si intentamos aprender algo de valor acerca de las respuestas adoptadas por otros sistemas:
() nuestros problemas no son nicos, aspecto de enorme utilidad, ya que nos incita a buscar y a comprender fuerzas y factores fuera de las fronteras de nuestra sociedad () En tales casos no slo es provechoso conocer los fenmenos que tienen lugar en otros pases sino los intentos de solucin en curso y las
dificultades que stos deben superar (NOAH, 1990: 179).
las mismas dificultades para adaptarse al EEES, que existen factores exgenos que determinarn el xito o fracaso de las nuevas medidas, que existen culturas acadmicas y profesionales ms proclives a los cambios, etc. A modo de sntesis, y ante la imposibilidad de
mencionar en esta comunicacin todos los factores que pueden ser decisivos, resaltaremos
al menos dos. Por un lado, el peso de la tradicin del propio sistema, es decir, los diferentes modelos de universidad que se han ido fraguando a lo largo del tiempo en los diversos
pases europeos: modelos centrados en la transmisin de conocimientos acadmicos vs.
modelos centrados eminentemente en la investigacin1 (MICHAVILA Y CALVO, 1990;
PEA CALVO, 2005). Por otro, la existencia de una conciencia relativamente generalizada en la sociedad y en los agentes implicados en la Educacin Superior acerca de la
necesidad de una transformacin en el propio sistema, por razones tales como: las escasas
posibilidades de insercin laboral que la Educacin Superior ofrece a sus egresados; la
presencia de altas tasas de abandono entre sus estudiantes; el escaso atractivo que presenta para los estudiantes o los empleadores; las dificultades observadas en algunos planteamientos metodolgicos tradicionales, etc.
CONTEXTO EUROPEO DEL CAMBIO EN LA EDUCACIN SUPERIOR
El proceso de Bolonia ha iniciado un proceso de cambio en toda la Universidad Europea. Documentos sucesivos tales como la Declaracin de la Sorbona (1998), Declaracin
de Bolonia (1999), Comunicado de Praga (2001), la Comunicacin Oficial de las Comunidades Europeas El papel de las Universidades (COM 2003 58 final), Declaracin de
Graz (2003), la Conferencia de Berln (2003) o el Comunicado de la Conferencia de Bergen (2005) han ido perfilando las bases del nuevo modelo universitario europeo. Existen
al menos tres ideas centrales para comprender en toda su extensin las modificaciones que
tendrn lugar:
La competitividad de las Universidades y de los universitarios. Aunque la competitividad es entendida de un modo genrico toma como referencia importante la necesidad de un mayor poder de captacin y desempeo en comparacin con las Universidades norteamericanas, no slo durante la realizacin de los estudios sino tambin
una vez concluidos stos.
El control de la calidad. En este sentido cabe comentar que esta supervisin se
extiende a todos los mbitos y agentes que intervienen en la Educacin Superior. Se
habla de calidad de las titulaciones (para su acreditacin), de calidad de la enseaza
e investigacin universitaria (aparecen a tal efecto agencias evaluadoras de la calidad) y de la calidad de los aprendizajes universitarios (esta circunstancia obliga a una
1 Aunque no nos detendremos en esta cuestin pues excedera las posibilidades de esta comunicacin, recogemos a modo de esquema que ilustre esta diversidad, las reflexiones de Michavila y Calvo (2000) quienes se
refieren a de cuatro modelos de universidades claramente diferentes:
a) Modelo francs: Centros universitarios de carcter pblico, dependientes y financiados por la Administracin Central.
b) Modelo anglosajn: visin ms integral de la institucin universitaria, encaminada a una formacin lo
ms completa posible del estudiante (rgimen internado, importancia de los colleges, tutoras, etc.).
c) Modelo alemn: libertad acadmica en la institucin, propia retroalimentacin de la ciencia y vinculacin al mundo del trabajo. La investigacin se convierte en centro de la actividad universitaria y contribuye la base de la enseanza.
d) Modelo de los pases PECO: universidades altamente especializadas y dependientes de distintas administraciones segn su campo de especializacin.
553
revisin de las estrategias metodolgicas para conseguir los resultados de aprendizaje esperados en el grupo de alumnos concreto de una materia o, en sentido ms genrico, de una titulacin).
La reorganizacin de los estudios universitarios. A partir del 2010 se establecer una
estructura de dos niveles: estudios de Grado y estudios de Postgrado. Dejando al margen los estudios de Postgrado que escapan en cierta medida al objetivo de esta comunicacin, cabe sealar que los estudios de Grado son concebidos con un carcter eminentemente generalista aunque ligado a una serie de competencias (genricas o especficas) determinadas por los perfiles profesionales que se han establecido para cada
una de las titulaciones.
En este contexto de modificaciones los Estados miembros de la Unin han desarrollado distintos ritmos de trabajo. Cabe tomar en consideracin que estas diferentes
velocidades tienen su razn de ser, entre otros factores, en la mayor o menor adecuacin de los sistemas tradicionales universitarios de cada uno de los pases y las
nuevas medidas propuestas. Es sabido que existen sistemas (es el caso del sistema
universitario ingls, por resaltar algn ejemplo) que por su estructura actual presentan menos dificultades para ajustarse metodolgica y estructuralmente a los cambios
del EEES. Por el contrario existen otros como el espaol, que tendrn que realizar
transiciones ms serias y a gran escala en lo que respecta a su estructura interna, su
metodologa e incluso los roles que debern asumir los docentes y los discentes en el
proceso de enseanza aprendizaje.
Para conseguir que en el ao 2010 las estructuras universitarias se encuentren funcionado conforme a los nuevos criterios, nuestro pas ha iniciado la elaboracin de los Reales Decretos que definen los cambios a introducir (Real Decreto que regula el nuevo sistema de crditos (2003); Real Decreto por el que se establece el Suplemento Europeo al
Ttulo (2003); Real Decreto por el que se establecen los estudios de Grado (2005); Real
Decreto por el que se establecen los estudios de Postgrado (2005) etc). Asimismo, han
comenzado a darse a conocer los primeras propuestas de ttulos de Grado (entre las que se
incluye el ttulo de Grado de Educacin Infantil y Educacin Primaria pero no todava
Pedagoga o Educacin Social) y se espera que paulatinamente se den a conocer las nuevas titulaciones de Grado.
Aunque no disponemos de los documentos definitivos que regulen los estudios de
Grado de Pedagoga, no obstante, s podemos tomar como referencia la posicin que la
Educacin Comparada ocupa dentro del proyecto que se ha ocupado del tema de las competencias a partir de la definicin de una serie de perfiles profesionales: el Libro Blanco
sobre los estudios de Pedagoga y Educacin Social elaborado desde la ANECA. En efecto, este texto que nos dar una imagen aproximada del status que recibe nuestra disciplina en el contexto internacional y en los nuevos planes de estudio. En definitiva, consideramos que el anlisis de esta documentacin permitir constatar si los futuros profesionales de la educacin vern recogidas en su formacin inicial las oportunidades de comprensin del EEES que como hemos comentado anteriormente, puede ofrece la Educacin
Comparada. Entendemos que si esto no fuera as, es decir, si estos proyectos de anlisis
de las competencias necesarias para el ttulo de grado de Pedagoga prescindieran de la
aportacin del campo de estudio, metodolgico y de investigacin de la actual Educacin
Comparada, sin duda alguna existirn carencias importantes para desarrollar una adecuada reflexin acerca del origen e implicaciones que el conocimiento de los sistemas educativos, los rasgos diferenciales que presentan en los distintos pases, las influencias con554
textuales que stos recibe, etc. pueden suponer para el anlisis crtico del EEES tanto en
la situacin actual de estudiantes universitarios como en la futura de ejercicio profesional.
Esta necesidad parece urgente por cuanto se observa que muchos de los actuales estudiantes de Pedagoga muestran un desconocimiento importante del proceso de Bolonia,
habiendo desarrollado en ocasiones imgenes o percepciones sesgadas, fruto del desconocimiento de las fuentes primarias acerca del EEES.
EL LIBRO BLANCO DE PEDAGOGA Y LA RELEVANCIA QUE CONCEDE A
LA EDUCACIN COMPARADA
A continuacin presentamos el conjunto de competencias transversales (o generales)
que segn el Libro Blanco de la ANECA (2005) correspondiente a los estudios de Grado
de Pedagoga y Educacin Social, sern necesarias para los futuros pedagogos.
TABLA 1.- COMPETENCIAS TRANSVERSALES (ANECA, 2005: 142)
INSTRUMENTALES
1. Capacidad de anlisis y sntesis
2. Organizacin y planificacin
3. Comunicacin oral y escrita en la/s lengua/s materna/s
4. Comunicacin en una lengua extranjera
5. Utilizacin de las TIC en el mbito de estudio y contexto profesional
6. Gestin de la informacin
7. Resolucin de problemas y toma de decisiones
INTERPERSONALES
1. Capacidad crtica y autocrtica
2. Capacidad para integrarse y comunicarse con expertos de otras reas y en
distintos contextos
3. Reconocimiento y respeto a la diversidad y multiculturalidad
4. Habilidades interpersonales
5. Compromiso tico
SISTMICAS
1. Autonoma en el aprendizaje
2. Adaptacin a situaciones nuevas
3. Creatividad
4. Liderazgo
5. Iniciativa y espritu emprendedor
6. Apertura hacia el aprendizaje a lo largo de toda la vida
7. Compromiso con la identidad, desarrollo y tica profesional
8. Gestin por procesos con indicadores de calidad
En relacin a las llamadas competencias transversales puede mantenerse que a pesar
de su carcter general y por tanto no alusivo a ninguna disciplina acadmica en concreto,
s se aprecia que algunas de las competencias mencionadas podran ser trabajadas de una
forma muy adecuada desde nuestra disciplina. Debe mencionarse en cualquier caso que la
asignacin de competencias que vamos a realizar a continuacin tiene como nico valor
guiar nuestra reflexin acerca de la Educacin Comparada en el EEES puesto que, como
555
se ha comentado, a efectos prcticos y desde un punto de vista terico no resulta adecuado realizar esta separacin de asignaturas que trabajarn determinadas competencias
(especialmente las transversales). Con ello se quiere decir, que en el nuevo modelo universitario todas las materias, de una forma conjunta e integradora, debern contribuir a trabajar todas y cada una de las competencias que los universitarios y futuros trabajadores
requerirn en su desempeo profesional.
Con la cautela a la que obliga la matizacin que se ha comentado afirmamos que algunas de las competencias pueden ser ptimamente trabajadas desde nuestra disciplina. Nos
estamos refiriendo en concreto a la prctica totalidad de las competencias que han sido
denominadas como instrumentales e interpersonales. Por su propia naturaleza, dado que
la Educacin Comparada constituye una ciencia analtico sinttica (GARCA GARRIDO, 1982: 189) los procesos de investigacin a los que dan lugar nuestras clases necesariamente requerirn por parte de los alumnos la combinacin de la capacidad de anlisis
y de sntesis. Naturalmente, ello se hace especialmente patente en el momento en el que,
en el marco de los estudios comparativos que frecuentemente solicitamos que realicen
nuestros estudiantes como complemento a la leccin magistral y a otras actividades prcticas, stos se ven obligados a realizar en primer lugar una descripcin analtica de cada
uno de los elementos que constituyen el objeto de estudio del que se estn ocupando en su
trabajo y cuando finalmente, proceden a realizar una sntesis comparativa que ane las
interpretaciones y la revisin de las hiptesis comparativas que hayan establecido como
gua fundamental del mismo. El resto de las competencias instrumentales (organizacin y
planificacin; comunicacin oral y escrita en la lengua materna; comunicacin en una lengua extranjera; utilizacin de las TIC en el mbito de estudio y contexto profesional; gestin de la informacin y resolucin de problemas o toma de decisiones) no son sino consecuencias naturales de este proceso de investigacin comparativa al que se ven instados.
En este sentido, cabe mencionar que muchos de los estudiantes que se encuentran
actualmente en las aulas de las Facultades de Educacin o de Pedagoga muestran serias
dificultades en relacin a algunas de estas competencias. As, por ejemplo, suelen evidenciar problemas en su capacidad para organizarse, distribuir tareas o tomar decisiones que
les obliguen a adoptar una lnea de trabajo comn con otros compaeros; tambin parecen
limitantes para la realizacin de sus estudios comparativos las deficiencias que presentan
para el adecuado manejo, comprensin y expresin en lenguas extranjeras2. Este ltimo
hecho referido a su dominio lingstico, adems de poner de manifiesto la necesidad de
revisar el tratamiento de las lenguas extranjeras de las etapas educativas previas a la Universidad, dificulta notablemente el aprovechamiento de las fuentes primarias o secundarias que se encuentran a su disposicin en los idiomas originales del pas que se est estu2 Esta circunstancia llega a condicionar incluso la realizacin de sus trabajos y la eleccin de temas que
realizan. En este sentido, muchos de los alumnos que estn cursando en curso acadmico 2005/2006 la asignatura de Educacin Comparada en la Universidad de Oviedo manifiestan que si bien consideran que el estudio de un sistema educativo europeo podra resultar muy interesante, sin embargo, no se sienten con capacidad
de afrontar su estudio por su inseguridad para poder solicitar informacin en un idioma distinto del castellano,
o para trabajar de un modo comprensivo con materiales y documentacin escrita en otro idioma. De este modo,
se observa que del total de 21 grupos de trabajo constituidos en la asignatura, un grupo notable ha optado por
el estudio de sistemas educativos latinoamericanos aun cuando han constatado en la fase previa de bsqueda
de informacin que las dificultades para encontrar datos actualizados y sistematizados van a ser mayores que
en un sistema europeo. A ttulo de ejemplo, y para reforzar esta idea, presentamos a continuacin la distribucin de sistemas educativos que han sido elegidos de forma voluntaria por los alumnos para la realizacin de
su estudio comparativo, tarea que constituye una de las actividades obligatorias de la asignatura:
556
diando o en muchas de las interesantes bases de datos que podran utilizar para la recogida de informacin. Tal es el caso de EURYDICE que contiene abundante informacin
sobre sistemas educativos europeos (en concreto en el apartado correspondiente a EURYBASE) y publicaciones relativas a estudios comparativos sobre educacin, pero con la
peculiaridad de que generalmente dicha informacin se encuentra o en el idioma oficial
del sistema de que se trate, o en otros ms generalizados como el ingls, francs o alemn.
Por lo tanto, se aprecia cmo debido a esta incompetencia lingstica los alumnos pierden la posibilidad de manejar una informacin fcilmente accesible, actualizada y muy
relevante en una disciplina que como la Educacin Comparada suele requerir el dominio
de otras lenguas distintas de la materna.
En relacin a las competencias interpersonales se puede afirmar que la naturaleza de
los contenidos terico prcticos que trabaja la Educacin Comparada exige la Capacidad crtica y autocrtica; el reconocimiento y respeto a la diversidad/ multiculturalidad
en cuestiones como la reflexin sobre los efectos de la valoracin de la globalizacin educativa, la repercusin de las polticas internacionales de educacin, las ventajas o desventajas del modelo educativo del propio pas o el anlisis crtico de las fuentes primarias disponibles. Por otro lado, tambin requiere de la concurrencia de una serie de habilidades
sociales (capacidad para integrarse y comunicarse con expertos de otras reas y en distintos contextos; habilidades interpersonales) a las que ya hemos hecho alusin al referirnos
a las competencias instrumentales.
Se puede mencionar que la Educacin Comparada, como otras disciplinas que constituyen actualmente el plan de estudios de la Licenciatura en Pedagoga, tambin puede realizar una aportacin interesante para el desarrollo de competencias tales como: autonoma
en el aprendizaje; adaptacin a situaciones nuevas; creatividad; liderazgo; iniciativa y
SISTEMAS EDUCATIVOS
EUROPEOS
Nmero de grupos
de trabajo
Alumnos que
componen el grupo
Mxico
Argentina
Cuba
Paraguay
Uruguay
Per
2
2
2
1
1
1
4 y 3 respectivamente
4 y 3 respectivamente
5 y 3 respectivamente
4
4
3
Finlandia
Inglaterra
Suecia
Dinamarca
Alemania
Holanda
Luxemburgo
Italia
Francia
Escocia
2
2
1
1
1
1
1
1
1
1
4 y 4 respectivamente
5 y 3 respectivamente
4
4
2
2
1
1
1
1
557
espritu emprendedor; apertura hacia el aprendizaje a lo largo de toda la vida; compromiso con la identidad, desarrollo y tica profesional; y gestin por procesos con indicadores
de calidad; competencias que no comentaremos por constituir un marco general de trabajo para el conjunto del plan de estudios y por lo tanto, no especfico del campo de trabajo
de la Educacin Comparada.
Por ltimo, resaltaremos que el Libro Blanco publicado por la ANECA para los estudios de Pedagoga tambin establece una serie de competencias especficas que parecen
relevantes para guiar la elaboracin de los nuevos ttulos de Grado y que son complementarias de las generales que acabamos de comentar. Se observa cmo del total de 31
competencias especficas que se fijan existe una de ellas que encaja a la perfeccin con los
contenidos, procedimientos y actitudes que aborda la Educacin Comparada como disciplina acadmica (ANECA, 2005: 159 180): conocer y contextualizar los sistemas educativos y formativos actuales en el contexto internacional y especialmente en los pases e
inactivas de la Unin Europea3;
TABLA 3.- COMPETENCIAS ESPECFICAS (ANECA, 2005: 159)
1. Conocer y contextualizar los sistemas educativos y formativos actuales en el contexto internacional y especialmente en los pases e iniciativas de la Unin Europea
CONOCIMIENTOS (SABER)
a. Diferentes tipos de sistemas educativos (integrados, diferenciados), sus caractersticas y sus distribucin en Europa y Amrica
b. Sistemas de formacin de adultos en el contexto europeo
c. Sistemas de enseanza abierta y a distancia en el contexto europeo y americano
d. Relacin entre los sistemas educativos y las polticas socioeducativas subyacentes
e. Relacin entre los contextos socioeconmicos y culturales y los sistemas educativos
f. Lneas de los organismos internacionales respecto a los procesos educativos con
especial incidencia en la UNESCO y la Unin Europea
DESTREZAS (SABER HACER)
a. Analizar los sistemas educativos para establecer sus caractersticas e inclusin en
modelos diferenciados o integrados
b. Esquematizar las relaciones entre sistemas y contextos sociopolticos
c. Sintetizar los modelos educativos mundiales existentes y su evolucin en una lnea
de tiempo de la 2 mitad del siglo XX
3 Para completar esta idea recogemos a continuacin algunas de las competencias especficas que completan el ttulo de Grado de Pedagoga: conocer los procesos histricos de los sistemas, las profesiones y las
instituciones y/o organizaciones de educacin y formacin; conocer las bases tericas y epistemolgicas de los
procesos educativos y formativos; conocer los fundamentos y la metodologa de evaluacin referida a programas, contextos, procesos, productos () y sistemas educativos; conocer los fundamentos tericos y metodolgicos sobre la construccin, validacin y uso de los instrumentos de medicin educativa; conocer las bases del
desarrollo humano; conocer los modelos, principios y enfoques de la orientacin educativa, escolar y profesional en contextos educativos diversos; conocer los principios y fundamentos de la atencin a la diversidad en
ecuacin; conocer los fundamentos y principios de la teora del currculo y su aplicacin a los procesos de enseanza aprendizaje; conocer las teoras, modelos y programas de formacin del profesorado; conocer los mtodos y estrategias de la investigacin educativa; conocer las fuentes relativas al trabajo pedaggico en sus diversos mbitos, saber acceder a ellas y gestionarlas; conocer la legislacin educativa; fundamentar el diseo de
medios didcticos y de contextos educativos, y disear y evaluar su utilizacin; ()
558
561
Abordar la historia de una sociedad cientfica como la Sociedad Espaola de Educacin Comparada (SEEC) es, sin duda alguna, siempre una tarea apasionante, bsicamente
porque permite descubrir recovecos de la misma que no siempre tuvieron suficiente luz,
al mismo tiempo que nos ayuda a dibujar la trayectoria de un conjunto de personas e instituciones que contribuyeron a la misma de una manera decisiva. Debemos reconocer, en
nuestro caso, que este desafo se ve incrementado an ms por el hecho de ocupar en el
momento de escribir esta comunicacin cargos de responsabilidad en esta Sociedad. Adems, podemos afirmar igualmente que incluso es la oportunidad de abordar temas que
hemos vivido como socios de la misma, e incluso con cierta distancia acadmica y, en consecuencia, sin todos los datos e informaciones directas necesarias - en su momento - como
para comprender el sentido de la evolucin de la educacin comparada en nuestro pas.
Ahora, con todos los elementos de tipo contextual a la mano, y con la distancia que proporciona el paso del tiempo, el anlisis de la evolucin de la SEEC se hace ms complejo y por ello mucho ms rico.
Para llevar a cabo esta tarea, hemos empleado diferentes fuentes, todas ellas de carcter escrito. Las Actas de la Junta Directiva y de las Asambleas, los balances econmicos y
el seguimiento de altas y bajas de la Sociedad, los Boletines, la correspondencia de los presidentes y secretarios, as como otra documentacin diversa que consta en el archivo histrico de los socios, los nmeros de la Revista Espaola de Educacin Comparada, las
Actas de los Congresos Nacionales, la pgina web de la SEEC, las referencias a nuestra
Sociedad aparecidas en los Newsletter de la CESE (Comparative Education Society in
Europe) y del WCCES (World Council of Comparative Education Societies), etc. sin olvidar, por supuesto, los artculos anteriores a ste elaborados por comparatistas espaoles
que han servido, igualmente, para poner orden a la evolucin histrica de la SEEC y a
dejar constancia por escrito de la misma. Su contribucin ha sido, sin duda alguna, muy
valiosa para nosotros.
562
Una vez analizada toda esta documentacin, entendimos que era adecuado - aunque
slo fuera por el carcter didctico de la propuesta - dividir la historia de la SEEC en diferentes etapas, caracterizando cada una de ellas de una determinada manera. A nuestro
entender las agrupaciones que hemos propuesto cobran pleno sentido e intentamos justificar el mismo a travs de hechos y datos que revelen la peculiaridad de cada una de ellas.
Podemos afirmar que los prrafos siguientes denotan maneras de concebir y conducir la
Sociedad y la educacin comparada en s misma diferentes segn el perodo al que
hagamos referencia.
De esta manera entendemos que en la historia de la SEEC cabra establecer tres etapas:
la primera desde su creacin en 1974 hasta 1979; la segunda desde esta fecha hasta 1994;
y la tercera, desde 1994 hasta nuestros das. Es importante destacar que cada una de ellas
debe ser adecuadamente comprendida en el contexto poltico, educativo y universitario en
el cual se desarrolla. Ms an, se puede afirmar que cada una de ellas es hija de la precedente y que, en consecuencia le debe a la anterior buena parte de lo que es en estos
momentos nuestra Sociedad.
1. PRIMERA ETAPA: EL PERODO DE LOS INICIOS DE LA SOCIEDAD
(1974-1979)
Esta etapa se inicia con una figura relevante para la Educacin Comparada en Espaa,
Juan Tusquets, director del Instituto de Pedagoga Comparada - adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Cientficas y a la Universidad Central de Barcelona - desde 19641.
Es este ilustre comparatista, de claro reconocimiento internacional, quien impulsa de
manera decisiva la creacin de la Sociedad en 1974. A este hecho no es ajeno que el Dr.
Tusquets fuera miembro de la WCCES, prcticamente desde sus inicios, antes de que este
organismo se constituyera como Consejo de Sociedades y no de individuos2. Cabe reconocer, en este sentido, que este hecho fue una de las poderosas razones que impulsaron la
creacin de nuestra sociedad en Espaa.
Es significativo resaltar que el Dr. Tusquets, despus de la creacin del Instituto de
Pedagoga Comparada, y una vez solicitado su ingreso en la CESE, recibi la propuesta
de V. Garca-Hoz de sustituirle a partir de entonces como referente espaol en esta organizacin. Ello se produjo antes de la Asamblea de la CESE que se celebr en Berln en
1965 (Tusquets, 1979). Este comparatista espaol llegara a ser miembro de honor de la
CESE (Garca Garrido, 1990, 82).
Es interesante resaltar que la primera presentacin de la sociedad en el exterior fue en
el II Congreso del WCCES celebrado en Ginebra en 1974 y la segunda fue en la VII Conferencia de la CESE celebrada en Sevres en 19753.
563
El propio Tusquets fue quien, unos aos atrs, a travs de un interesante artculo en la
revista Perspectivas Pedaggicas4 dio la voz de alerta para crear una Sociedad Espaola
de Pedagoga Comparada (SEPC), tiempo despus, y fomentando este planteamiento, se
mostraba partidario de la entrada de los comparatistas espaoles en la CESE y en el
WCCES agrupados en entidades colectivas, admitiendo que la SEPC en aquellos momentos estaba todava en paales y tena todava incierto porvenir (Tusquets; 1971, 377),
l mismo reconoce que acudi al Congreso Mundial de 1974 no en calidad de presidente de la Sociedad Espaola de Pedagoga Comparada, sino de una Sociedad Espaola de
Pedagoga Comparada. Unos aos despus recomendaba que... un autntico pluralismo
inspirase los Estatutos de la Sociedad Espaola de Educacin Comparada, cuya creacin
no puede demorarse si queremos eludir el riesgo de no estar representados en el World
Council of Comparative Education Societies. (Tusquets, 1979).
La ubicacin de la sede de la nueva Sociedad no fue una cuestin menor. Segn diversos autores, parece que el profesor Tusquets era partidario de crearla como Seccin de la
Sociedad Espaola de Pedagoga con sede en Madrid, pero los profesores Garca Hoz y
Marn junto a la profesora Galino defendieron que naciera en Barcelona dado el importante papel del Instituto en el mbito de la Educacin Comparada. Finalmente se acept
esta ltima opcin siendo Tusquets el primer Presidente de la misma hasta 1977.
En 1977 es elegido presidente de la Sociedad Espaola de Pedagoga Compara (SEPC)
el profesor de la Universidad de Valencia, Ricardo Marn5 quien traslada la sede a esta ciudad espaola.
Una cuestin, destacable fue la creacin de un Boletn de la Sociedad. La idea, se plasma oficialmente por escrito, por primera vez, en una carta que enva Marn a los socios el 12 de diciembre de 1978 - sealando la aparicin de un Boletn en breve plazo. El primer nmero ve la luz poco tiempo despus, aunque lleva como ao de edicin el 1978 y
durar hasta el ao 1987 en que se publica el ltimo nmero (el n 10) del perodo de la
SEPC.
Podemos identificar esta etapa de la Sociedad de acuerdo a las siguientes caractersticas:
La personalizacin de la educacin comparada espaola en Juan Tusquets, a travs
del Instituto de Pedagoga Comparada y muy especialmente mediante la revista
Perspectivas Pedaggicas reforz las relaciones con sociedades internacionales de
nuestra disciplina y ayud, en gran medida, a la proyeccin exterior de la misma.
Se trata de una etapa en la que la SEPC se conforma ms a partir de un nmero muy
reducido de profesores universitarios de reconocido prestigio internacional que de un
conjunto significativo de socios altamente implicados en la disciplina.
El punto anterior comport que la SPEC, durante este perodo, funcionase sin una
normativa estatutaria clara y aprobada como tal por los socios6.
Se crea el Boletn de la Sociedad, a semejanza de los Newsletter de otras sociedades
como la CESE.
4 Tusquets, J. (1971): La Personalidad, el Pensamiento y la Obra de P. Rossell. Perspectivas Pedaggicas, No.27, enero-julio, pp. 333 -381.
5 Fue elegido el 17 de noviembre de 1977 en una Junta General celebrada en Madrid, en sustitucin de J.
Tusquets, poco despus del congreso de la CESE de Londres.
6 Los Estatutos no son aprobados formalmente hasta el ao 1980, segn consta en las Actas del archivo histrico de nuestra Sociedad.
564
565
A los mismos se les aplicaba una reduccin del 50% en la cuota establecida para el resto de socios.
Segn consta en el Acta de la Asamblea General Extraordinaria de 24 de Mayo de 1980.
12 Segn consta en el Boletn n 9 de la SEPC.
13 Desde 1979 hasta 1985 (ambos aos incluidos) las cuotas anuales fueron de 1.000 pesetas por ao/socio
y de las mismas quedaban 500 pesetas en el propio centro. Su equivalente actual sera de 6 y 3 .
14 El I Congreso Nacional de Educacin Comparada, bajo el ttulo Influencia de la investigacin educativa internacional en las polticas nacionales de educacin fue celebrado en Valencia en 1979 conjuntamente con
la IX Conferencia de la CESE, tal y como se ha comentado con anterioridad.
11
566
IV Congreso Nacional de Educacin Comparada: Reformas e innovaciones educativas en el umbral del siglo XXI. Universidad Nacional de Educacin a Distancia
(Madrid), 1990.
La idea de la revista tambin est presente durante este perodo aunque nunca se llega
a materializar. De hecho, es el profesor Garca Garrido quien en una Asamblea General de
la SEPC celebrada el 28 de Enero de 1984 - celebrada en Tarragona - propone de manera
formal esta iniciativa. Despus de un debate al respecto - con posiciones favorables a la
misma y otras defensoras de darle un formato de libro - finalmente se aprueba impulsar un
libro sobre el tema de las enseanzas medias. Se propone que el comit de redaccin del
mismo est compuesto por un miembro de cada uno de los centros adscritos - fomentando an ms esta visin territorializada de la Sociedad - y presidido por Marn. Despus de
varios intentos, finalmente no se lleva a cabo este proyecto15. Se tendr que esperar poco
ms de diez aos para que al final salga en formato revista en 1995.
En sus relaciones con la CESE, la SEPC estuvo presente en diversas ocasiones en sus
rganos directivos a travs de algunos de sus miembros. Primero con Tusquets que fue
miembro honorario de esta asociacin, despus Marn en su comit ejecutivo16, y a partir
de la X Conferencia de la CESE (en Ginebra en 1981) con Garca Garrido en el mismo
rgano. Este profesor ser primero vice-presidente entre 198117 y 1985, y finalmente presidente de la CESE desde 1985 (XII conferencia en Amberes) hasta 1988 (XIII conferencia en Budapest). En 1985 es tambin nombrado Garca Hoz, miembro honorario de la
CESE
Por su parte, las relaciones de la SEPC con el WCCES tambin fueron estrechas. El
propio profesor Garca Garrido fue representante de la SEPC en el WCCES durante la
dcada de los ochenta y principios de los noventa, y miembro del comit ejecutivo de esta
importantsima organizacin internacional.
Cabe decir igualmente que la presencia de socios de la SEPC en algunos de los congresos de la CESE y del WCCES fue notable en diferentes momentos. A ttulo de ejemplo: en la X Conferencia de la CESE celebrada en Ginebra en 1981, participaron 24 socios
con 1 conferencia y 11 comunicaciones; en el IV Congreso del WCCES celebrado en
Tokio en Julio de 1980 fueron 25 los participantes de la SEPC, con 11 comunicaciones.
En este perodo de la historia de la SEPC es tambin interesante hacer alguna referencia a su denominacin. Era un hecho bastante aceptado que la denominacin ms acorde
con la visin de la disciplina por parte de socios era el de Pedagoga Comparada. Sin
embargo, conviene destacar que en ciertas ocasiones se plante la necesidad de sustituirla por Educacin Comparada. Quizs el caso ms explcito de ello fue cuando el profesor
Ruiz Berrio plante la necesidad de este cambio en la Asamblea Ordinaria celebrada con
motivo del II Congreso Nacional de Pedagoga Comparada organizado en la ciudad de
Granada en diciembre de 1984. En este evento, propuso que fuera Sociedad Espaola de
Educacin Internacional y Comparada, al estilo de la denominacin de la sociedad norteamericana. Debido a que ello supona un cambio de estatutos y por tanto una Asamblea especfica para ello no se tom ninguna decisin al respecto a la espera de que ello
15 Tan solo se puede considerar cumplido en parte por el hecho de que el Congreso Nacional Educacin
Comparada celebrado en Mlaga en 1987, bajo el tema de las enseanzas medias public las Actas del mismo.
16 Ambos fueron escogidos en la Asamblea de la CESE celebrada en Valencia con motivo de su congreso
en 1979.
17 Es elegido en la X Conferencia de la CESE celebrada en Ginebra los das 20-23 Septiembre de 1981.
567
se pudiera considerar en una asamblea posterior. No ser hasta diez aos ms tarde que se
tomar la iniciativa en esta direccin.
En octubre de 1991 hay una reunin ordinaria de la SEPC que decide la renovacin de
una parte de comit ejecutivo as como la organizacin de un symposium sobre la enseanza de la disciplina a celebrar en Murcia de la mano de ngel Gonzalez, catedrtico de
Educacin Comparada desde el ao 1989 en la Universidad de esta ciudad (Ayala y Gonzalez, 1999,192)
En resumen podemos afirmar que esta etapa se caracteriza por:
Su consolidacin formal como Sociedad Espaola de Pedagoga Comparada (SEPC)
mediante la aprobacin de sus Estatutos.
Crecimiento de su nmero de socios, con un perfil de especializacin claramente disperso aunque siempre en el campo disciplinar de la Pedagoga18.
Conformacin de una visin de la Pedagoga Comparada como especialidad propia
dentro de la Pedagoga.
Consolidacin de una estructura democrtica en el funcionamiento de la Sociedad,
en la cual la Junta Directiva rinde cuentas a sus socios y stos escogen los diferentes cargos de la misma, sin ningn otro condicionamiento formal que una voz, un
voto.
Diseo de la Sociedad a partir de la creacin de centros adscritos a la misma en cada
una de las Universidades espaolas que as lo solicitaban. Los miembros de estos
centros eran miembros de la SEPC. Ello fue especialmente interesante desde la perspectiva de una sociedad que agrupaba sobre todo profesores universitarios, y de disciplinas muy diversas.
Implementacin definitiva de un rgano de comunicacin interno entre los socios,
como es el Boletn de la Sociedad.
3. TERCERA ETAPA: EL PERODO DE ESPECIALIZACIN DE LA
SOCIEDAD (1994- 2005)
En el anlisis de este perodo de la Sociedad Espaola de Educacin Comparada diversos factores han tenido una influencia directa en el desarrollo de la Sociedad, unos son
endgenos y otros exgenos. Comenzando por estos ltimos es necesario destacar dos; por
una parte la incorporacin de Espaa a la Unin Europea, que tuvo como consecuencia un
mayor inters, tanto en los crculos polticos como en la propia sociedad, de todo lo relativo a cuestiones internacionales, aspecto fundamental de la Educacin Comparada; y, por
otra, la aprobacin de las directrices generales propias del plan de estudios del ttulo de
Pedagoga19. En estas directrices aparece la materia Educacin Comparada con carcter
troncal en el Segundo Ciclo de la titulacin de Licenciado en Pedagoga, con una duracin
de, al menos 6 crditos, que pueden ser ampliados si as lo decide cada universidad. Este
hecho ha tenido como consecuencia que muchas universidades que impartan planes de
estudio en los cuales no se contemplaba esta materia la hayan tenido que incorporar obli18 Esta situacin de no vinculacin acadmica con el campo de la educacin comparada de muchos de sus
socios puede explicar, en buena parte, las dificultades de la propia SEPC para recaptar las cuotas de una parte
muy importante de sus socios desde principios de los ochenta. Esta cuestin consta en diferentes Actas de las
Asambleas de la Sociedad celebradas a a mitad de los ochenta.(1984 y 1985 en adelante) y se puede observar
en la contabilidad de la sociedad.
19 Boletn Oficial del Estado n 206 de 17 de agosto de 1992.
568
gatoriamente, aumentando, por lo tanto, el nmero de profesores que estaban impartiendo clases de Educacin Comparada.
Desde el punto de vista endgeno, el inicio de esta nueva etapa en la historia de nuestra Sociedad se caracteriza por dos hechos relevantes. En primer lugar por la aprobacin
de unos nuevos Estatutos en el ao 1994 que, entre otros aspectos, incluyen un cambio significativo en su denominacin pasando a denominarse Sociedad Espaola de Educacin
Comparada (SEEC). En segundo lugar por la aparicin del primer nmero de la revista de
la Sociedad, la Revista Espaola de Educacin Comparada, el ao 1995, siendo editada a
travs del Departamento de Historia de la Educacin y Educacin Comparada de la Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED).
En 1994, y en consonancia con esta nueva orientacin, se escoge al profesor Garca
Garrido Presidente de la SEEC, trasladndose la sede de la Sociedad a la UNED. Este destacado comparatista decide poner en marcha una serie de proyectos20, muchos de los cuales se convierten en realidad de forma inmediata. Entre ellos cabe destacar la publicacin
peridica de un boletn informativo21, la edicin de una revista cientfica de Educacin
Comparada, regularizar la celebracin de congresos, y el fomento del trabajo en red y
reforzar la presencia directa de los socios en la entonces todava denominada Sociedad
Espaola de Pedagoga Comparada. Esta tarea de profunda renovacin - incluso se podra
hablar de refundacin - da su primer paso, como hemos dicho anteriormente, con la celebracin de una Asamblea, el 18 de noviembre de 1994, en la que se decide el cambio de
denominacin y se dota a la Sociedad de nuevos Estatutos ms acordes con la realidad
socioeducativa espaola.
Por otra parte, los boletines se han convertido en estos aos en el rgano de comunicacin eficaz que se planteaba en el primer nmero, publicndose 18 nmeros en estos 11
aos, siendo el compromiso de la actual Junta Directiva la publicacin de, al menos, dos
nmeros al ao. Como elemento innovador, se puede destacar un nuevo diseo y maquetacin y la inclusin del color en los boletines publicados desde 2003, lo cual les est
dotando de un mayor atractivo. Para los prximos tiempos parece necesario hacer desaparecer la versin en papel y convertirlo en un boletn electrnico que permita reducir
costes y acelerar la comunicacin entre todos los miembros de la SEEC.
Asimismo es de destacar que en esa misma Asamblea de 18 de noviembre de 1994, es
anunciada la convocatoria del V Congreso Nacional de Educacin Comparada, que se
celebrar el ao siguiente, tras cinco aos en los que no haba tenido lugar y que sirve para
que nuevamente se constate el auge de la Sociedad Espaola de Educacin Comparada
que, aunque con un nmero de miembros inferior, acomete nuevos y mayores proyectos.
Este V Congreso se celebr en Valencia en 1995 bajo el tema Educacin, Empleo y Formacin Profesional, y a l asistieron ms de 150 congresistas provenientes de 20 Universidades y se presentaron 42 comunicaciones22. A partir de ese momento la celebracin
de los congresos ha sido mucho ms regular, as, el siguiente se celebr en Sevilla en 1998,
bajo el ttulo Atencin a la Infancia y Espacios Educativos. Aspectos Comparados, posiblemente el Congreso ms numeroso que ha celebrado la SEEC, ya que acudieron ms de
20 Sociedad Espaola de Pedagoga Comparada, Boletn n 1, mayo de 1994, http://www.sc.ehu.es/sfwseec/images/bol11994.pdf.
21 ste no se editaba desde 1987.
22 Sociedad Espaola de Educacin Comparada, Boletn n 4, junio de 1996, http://www.sc.ehu.es/sfwseec/images/bol11996.pdf.
569
570
ro por el profesor Garca Garrido y que pretenda cubrir el vaco que dej Perspectivas
Pedaggicas. La REEC cuenta asimismo con un Secretario, Javier M. Valle, y un consejo de Redaccin compuesto por un representante de cada uno de los departamentos universitarios que colaboran con la Revista. La estructura habitual de la REEC consta de cuatro partes claramente diferenciadas, por un lado una Seccin Monogrfica, coordinada
por una persona experta, que es la encargada de solicitar las colaboraciones a los autores
segn su propio diseo, otra seccin de Estudios e investigaciones en la cual se recogen
los artculos que llegan al Consejo de Redaccin y que deben recibir el visto bueno de dos
expertos a modo de jueces ciegos, un tercer apartado de Novedades Editoriales, en el
cual se publican reseas crticas de las novedades bibliogrficas en el campo de la Educacin Comparada y un ltimo apartado, que no siempre suele estar presente denominado
Documentos, donde se recogen principalmente novedades legislativas relativas a las
reformas educativas que se van implementando en diversos pases.
En los primeros diez nmeros de la REEC se han publicado 69 artculos en la Seccin
Monogrfica y 29 en la seccin de Estudios e investigaciones, habiendo participado ms
de 120 autores en su realizacin. Entre las principales conclusiones que se pueden extraer
de estos diez aos, podemos destacar26, en primer lugar, la pluralidad de temas, tipos de
estudio y unidades de comparacin (Educacin y desarrollo; Evolucin histrica de la
Educacin Comparada; Reformas Educativas; Educacin multicultural; Aspectos curriculares; Educacin y derechos, etc.) que puede ser considerada incluso de extrema heterogeneidad pero que muestra la vitalidad de la disciplina y, en segundo lugar, la presencia
de diversos mtodos de investigacin, as podemos ver que predominan los cualitativos
en detrimento de los cuantitativos y los estrictamente comparados. La REEC a lo largo
de estos diez aos ha servido como rgano de comunicacin y presencia de la investigacin comparada en el mbito castellano-parlante y, aunque como todas las revistas impresas se enfrenta a los nuevos retos tecnolgicos, no tenemos la menor duda en afirmar que
ha cumplido sobradamente los objetivos para los cuales fue creada en 1994 y que lo seguir haciendo en los nmeros siguientes. A modo de resumen presentamos los ttulos de la
parte monogrfica de los diferentes nmeros publicados hasta el momento:
1995, Nmero 1: Reformas Educativas en Europa: Este-Oeste
1996, Nmero 2: Educacin, Formacin y Empleo en los pases desarrollados
1997, Nmero 3: Concepto, mtodos y tcnicas en Educacin Comparada. Homenaje
a Jullien de Pars en el 150 aniversario de su fallecimiento
1998, Nmero 4: La Educacin en el Siglo XXI
1999, Nmero 5: La enseanza superior en la sociedad del saber
2000, Nmero 6: Perspectivas de la Educacin en Amrica Latina
2001, Nmero 7: La educacin secundaria
2002, Nmero 8: Sociedad, educacin e identidad cultural
2003, Nmero 9: La infancia y sus derechos
2004, Nmero 10: Las nuevas perspectivas educativas en la Nueva Europa. Retos y
tendencias de la poltica educativa ante la ampliacin de la Unin Europea.
2005, Nmero 11: La REEC cumple 10 aos. La Educacin Comparada entre siglos
(1995-2005)
2006, Nmero 12: Acreditacin y Transparencia en los sistemas educativos europeos
ante el reto del Espacio Europeo de Educacin Superior
26
571
Finalmente, otro elemento que ha servido para hacer an ms visible la Educacin Comparada en Espaa es la creacin y puesta en marcha de la pgina Web de la Sociedad Espaola de Educacin Comparada27 en mayo de 2000. Nuestra Web est compuesta por un
complejo piramidal de ms de 60 pginas con abundantes hipervnculos externos e internos
(ms de 2.000). Est desarrollada en castellano y una parte en ingls y en los seis aos y
medio que lleva en funcionamiento ya ha recibido un nmero superior a las 40.000 visitas.
La estructura bsica fue desarrollada en el ao 200028 y, poco a poco, sigue completndose, siendo la tarea de actualizacin constante. Esta pgina Web ha sido galardonada con dos
premios de la Asociacin de Webmaster y diseadores de pginas Web y est organizada en
dos grandes bloques, por una parte toda la informacin interna de la Sociedad: estatutos,
junta directiva, boletines, revista, solicitud de admisin, etc. y, por otra, el apartado ms
rico, el gran nmero de links con otras pginas Web del mbito de la Educacin Comparada. Los links estn organizados en nueve bloques: listas de distribucin, Sociedades de
Educacin Comparada, Organismos Internacionales, Centros de Investigacin y Documentacin, Revistas de Educacin Comparada, Ministerios de Educacin, Bases de Datos, Congresos de Inters y otros links de inters. Por el anlisis de las visitas recibidas sabemos que
se ha convertido en una herramienta muy utilizada en la docencia e investigacin en el
campo de la Educacin Comparada29. En diciembre de 2005 una parte de la pgina Web
fue traducida al ingls y ya en el momento de escribir esta comunicacin (abril de 2005) ya
son casi 1000 las visitas recibidas en ingls, adems han sido incluidos los resmenes de
todos los artculos publicados a lo largo de los 11 aos de Historia de la REEC.
En lo que respecta a la relaciones de la SEEC con otras entidades internacionales cabe
destacar el importante rol del profesor. Pereyra que ha ocupado el cargo de secretario general de la CESE durante un largo perodo de tiempo. Las relaciones con el WCCES se han ido
incrementando de manera notable a lo largo de este perodo despus de un lapso de tiempo
a inicios de los 90 en que los lazos con tan importante organismo fueron ms dbiles.
Igualmente es interesante resaltar la iniciativa de crear la Asociacin Iberoamericana
de Sociedades de Educacin Comparada (AISEC), propuesta en la que la SEEC jug un
papel de liderazgo para su constitucin durante el ltimo congreso mundial de educacin
comparada celebrado en La Habana en el ao 2004. Esta iniciativa, coordinada desde la
presidencia de la SEEC en estos momentos, est en sus prolegmenos y es de esperar su
potenciacin en el futuro. Para ello se han mantenido contactos con la Organizacin de
Estados Iberoamericanos (OEI) con el fin de conseguir el soporte econmico necesario
por parte de tan importante organismo internacional.
En resumen, se puede afirmar que esta poca viene caracterizada por lo siguiente:
Un cambio de orientacin epistemolgica, expresamente manifiesto en el cambio de
denominacin, no slo de la Sociedad sino tambin de la disciplina.
Un nmero notable de miembros que ha ido incrementndose hasta alcanzar un
ncleo estable cercano a los 140 especialistas que cotizan regularmente30, muchos de
27
http://www.sc.ehu.es/seec
NAYA, L. M (2000): Las Tecnologas de la Informacin y Comunicacin y la Sociedad Espaola de
Educacin Comparada, in Revista Espaola de Educacin Comparada, n 6, pp. 247-258.
29 NAYA, L. M (2005): La Educacin Comparada en los nuevos espacios virtuales (1995-2004), Revista Espaola de Educacin Comparada, n 11, pp. 241-272.
30 Queremos destacar especialmente este hecho pues la Sociedad ha pasado por pocas en que el nmero
de socios era numeroso pero, sin embargo, los miembros que cotizaban eran realmente escasos. As durante la
poca de los ochenta (perodo de mayor expansin en cuanto a nmero de socios), los que cotizaban estaban
28
572
573
costos y la rapidez de la difusin del mismo son los elementos claves que apoyan este trnsito32.
Por otro lado, en el marco de la docencia universitaria estamos en puertas de una nueva
reforma de las titulaciones en la universidad espaola en la que, por una parte no est clarificado, en el momento de escribir estas lneas, el futuro de las titulaciones pedaggicas.
Igualmente, la discusin sobre los nuevos planes de estudio que reabrir nuevos debates
sobre asignaturas obligatorias y optativas, entre otras la Educacin Comparada - deber
poner a la SEEC al servicio de la mejora de los mismos. Tampoco nos podemos olvidar
que la propia metodologa docente va a variar profundamente haciendo girar el centro del
aprendizaje sobre el alumno en vez de sobre el profesor, cambio necesario que no dejar
de generar tensiones, aunque en este caso no sern exclusivas de los profesores de Educacin Comparada.
Finalmente, otro elemento importante al cual va a tener que contribuir la SEEC es a un
desarrollo ms profundo del campo de estudio. No podemos quedarnos en contar all lo
que hacen aqu y aqu lo que hacen all, es necesario que realmente los comparatistas
comparen y hay que traspasar las barreras descriptivas para ir mucho ms hacia las visiones analticas o explicativas e incluso buscar nuevos objetos de estudio que amplen los
actuales mrgenes de la Educacin Comparada.
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32
A pesar de ello hay que tener en cuenta ciertas resistencias, en algunos casos comprensibles, de algunos
socios ante esta iniciativa.
574
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575
ANEXOS
Anexo I: Relacin de presidentes y secretarios
PERIODO
1974-1977
1977-1981
1981 - 1988
1988 - 1989
1989 - 1994
1994-1998
1998-2002
2002-2006
PRESIDENTE
Juan Tusquets
Ricardo Marn
Ricardo Marn
Ricardo Marn
Ricardo Marn
Jose Luis Garca Garrido
Angel Gonzalez
Ferran Ferrer
SECRETARIO
Emilio Redondo
Justo Formentn
Jose A. Benavent33
Francesc Ravents34
Mercedes Vico
ngel Gonzlez
Ferran Ferrer
Luis M. Naya
NUMERO DE SOCIOS
Mas de 10035
200 aprox.36
87
161
161
162
186
202
246
25837
258
95
107
106
109
115
120
126
141
148
137
143
Durante un tiempo en 1977 y parte de 1978, J. Formentn fue secretario de la SEPC con R. Marn de Presidente, mientras que J. A. Benavente era, al mismo tiempo, un secretario adscrito a la Presidencia de la
SEEC . Fue, de hecho, una propuesta que le hizo J. Tusquets a R. Marin en carta del 12 de diciembre de 1977.
Esta doble secretaria, que creaba ciertos problemas de coordinacin y direccin de la Sociedad, se elimin en
la Asamblea de 24/01/1981, quedando J.A.Benavent como secretario de la SEEC ( J. Tusquets se lo haba ya
sugerido por carta a R. Marin el 10 de Julio de 1978).
34 Es escogido como secretario accidental mientras no haya elecciones (era el vice-secratrio de la
SEEC), debido a la renuncia de J.A. Benavent.
35 Segn carta de R. Marn a la secretaria de la CESE.
36 En 1987 y 1988 los valores son aproximados.
576
tica de la Educacin, la Legislacin Educativa, la Economa de la Educacin, la Historia de la Educacin los Sistemas Educativos Actuales. Tambin mantiene relaciones estrechas con disciplinas que utilizan una metodologa comparada, como la
Sociologa Comparada, la Psicologa Comparada, la Literatura Comparada, el Derecho Comparado la Poltica Comparada.
Tambin nos unimos a quienes mantienen una postura integradora en relacin a la
priorizacin de los estudios sincrnicos sobre los diacrnicos o viceversa (CERRONI: 1971). La Educacin Comparada ha de ofrecer no slo una panormica actualizada de las polticas y sistemas educativos, sino tambin datos para ayudar a entenderlos mejor en funcin de sus trayectorias histricas y para poder vislumbrar sus
lneas de futuro.
2. EXIGENCIAS DEL PLAN DE CONVERGENCIA EUROPEA
La Declaracin de Bolonia obliga a los estados que la ratificaron a coordinar sus polticas educativas para conseguir hasta 2010, la creacin del Espacio Europeo de Educacin
Superior y la promocin mundial de un Sistema Europeo de Educacin Superior.
Entre los objetivos que seala la Declaracin de Bolonia est el establecimiento del sistema de crditos europeo, el ECTS, como medio de promover la movilidad de los estudiantes. Este nuevo concepto de crdito supone un reconocimiento del trabajo real del
estudiante, fomenta el aprendizaje en cualquier momento y en cualquier tipo de enseanza e implica una reorganizacin conceptual de los sistemas educativos.
En efecto, el Sistema Europeo de transferencia y acumulacin de crditos es un sistema centrado en el estudiante y en su aprendizaje, en lugar de en la enseanza del profesor
y se basa en la carga de trabajo del estudiante necesaria para la consecucin de los objetivos de un programa. Por otro lado, estos objetivos se especifican preferiblemente en trminos de los resultados del aprendizaje y de las competencias que se han de adquirir.
La carga de trabajo que un estudiante necesita para obtener los resultados del aprendizaje requeridos en un programa de estudios a tiempo completo, en Europa, equivale, en
general, a 36/40 semanas por ao y se corresponde con 60 crditos.
Un crdito representa, aproximadamente, 25 horas de trabajo del estudiante. En ellas
est incluido tanto el tiempo invertido en asistencia a clases, como el dedicado al estudio
independiente, a reuniones para trabajos grupales o incluso a la asistencia a las tutoras o
a la preparacin y realizacin de exmenes. Por tanto, las clases son un elemento importante, pero no la nica ni la mejor metodologa a la hora de conseguir las competencias
que requieren los programas educativos, por lo que habr de ser especialmente trabajada
la articulacin entre las diferentes metodologas, as como su adecuacin de cara a la ms
eficaz y eficiente consecucin de dichas competencias.
La asignatura de Educacin Comparada es troncal, en la titulacin de Pedagoga y, en
la Universidad de Deusto, se imparte en el segundo semestre del cuarto curso de esta licenciatura. Los 6 crditos actuales se convierten en 5 ECTS.
En cuanto al trabajo en el aula y su distribucin, son 14 las semanas a lo largo de las
cuales transcurre la asignatura y 3 las horas semanales contempladas en el horario para trabajo en el aula, lo que supone un total de 42 horas para este tipo de trabajo, quedando 83
horas para otro fuera de clase.
La dedicacin requerida al alumnado para el seguimiento de la asignatura y el cumplimiento de sus requisitos es de 125 horas (5 ECTS x 25), distribuidas de acuerdo a los
siguientes tiempos estimados de trabajo:
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COMPETENCIAS
APRENDIZAJE
Instrumentales
Sistmicas
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Este modelo de aprendizaje compagina los diferentes modos de aprender e intenta que
se apliquen las distintas clases de pensamiento intelectual. Las actitudes contribuyen a
fijar y sistematizar hbitos y conductas en funcin de las opciones personales que se van
constituyendo en valores. En este aprendizaje se ponen en juego los diferentes tipos de
capacidades, habilidades y destrezas, que pueden llegar a convertirse en autnticas competencias cuando su dominio ha sido alcanzado. Describiremos, a continuacin y de forma
sucinta, las cuatro caras de la pirmide.
Como puede apreciarse, una de las caras de la pirmide est constituida por lo que se ha
denominado modelo de aprendizaje, que es el patrn de referencia para la organizacin
de la enseanza. Este modelo puede aplicarse de forma cclica con las cinco fases que aparecen representadas en la figura n 2, en cada tema o unidad didctica, o puede tenerse en
cuenta de un modo ms abierto, constituyendo un referente para tomar conciencia de la
necesidad de conectar el aprendizaje con la experiencia, la observacin reflexiva, la abstraccin temtica, la aplicacin y experimentacin y la evaluacin del proceso y resultado.
Figura n 2: Fases del modelo de aprendizaje de la Universidad de Deusto.
Contexto experiencial
Evaluacin
Experimentacin activa
Observacion
reflexiva
Conceptualizacin
Fuente: Universidad de Deusto (2001). Marco pedaggico, Bilbao, Universidad de Deusto, p. 19.
dos para llevar a cabo una tarea o proyecto, las alternativas metodolgicas, de recursos,
etc., las consideraciones tcnicas e instrumentales sobre los enfoques propuestos o las ventajas y limitaciones de cada opcin o alternativa posible) y el humano social (cmo afectan estas actividades a las personas, qu repercusiones sociales, humanas, ecolgicas, etc.
tienen, qu consecuencias y efectos directos e indirectos pueden ocasionar estas actividades en los dems).
La fase de experimentacin activa se adecua muy bien al trabajo colaborativo, ya que
requiere la aplicacin de distintas capacidades y competencias que pueden compartir
diversos miembros de un equipo.
Por ltimo, la quinta fase del modelo Deusto de aprendizaje es la evaluacin, entendida tal como la define Stufflebeam (1996: 49): es la valoracin del mrito y valor de un
objeto. El modelo alude a tres niveles de evaluacin: el personal, el formativo y el sumativo. El personal busca la valoracin por parte de la persona interesada que reflexiona
sobre lo aprendido, cuestionndose sobre ello. Se trata de hacer pensar a cada persona, de
enfrentarse con lo que aprende formal e informalmente y a vincularlo consigo misma
como totalidad. No se trata de una cuestin tcnica, sino fundamentalmente de reflexin
vinculada a las propias capacidades, limitaciones y motivaciones personales y a las actitudes, convicciones y valores de las personas.
El nivel formativo se fundamenta en la consideracin del feed-back como elemento
clave para el progreso del estudiante y se puede realizar a travs de diversas estrategias
(test de autoevaluacin formativa, diagnstico del estilo de aprendizaje del alumno/a con
referencia a los puntos fuertes y los puntos a mejorar en la forma de aprender, feed-back
de ejercicios, actividades y trabajos individuales y grupales a travs de herramientas como
el portafolio o el seguimiento personalizado).
El nivel sumativo tiene como finalidad emitir un juicio o valorar el rendimiento alcanzado por el estudiante y conlleva la atribucin de una calificacin acadmica y la acreditacin de la consecucin de un nivel de competencia. Se lleva a cabo a travs de mltiples
mtodos y estrategias de evaluacin (pruebas de conocimiento, trabajos de investigacin
y proyectos, evaluacin de competencias).
La segunda de las caras de la pirmide que representa el Modelo Deusto de Formacin
hace referencia al marco organizativo donde se desarrolla el proceso de enseanza-aprendizaje. Las caractersticas del mismo constituyen el clima que posibilita el buen funcionamiento del modelo propuesto y tienen una incidencia fuerte en los resultados que se puedan obtener. Se sealan como caractersticas de la organizacin que pueden favorecer el
desarrollo piramidal enunciado: una organizacin que aprende, (organizacin que favorece
la disposicin a desaprender y a cambiar modelos mentales, tolerancia a los errores, experimentacin, actitud abierta y objetividad, tiempo para la reflexin y el cuestionamiento) y
centrada en el estudiante y en su aprendizaje (organizacin que encuentra maneras de satisfacer las necesidades de los estudiantes, que ofrece feed-back) , una organizacin que trabaja en equipo y valora la colaboracin (establecimiento de objetivos comunes, sinergia,
respeto y valoracin de las diferencias, roles y responsabilidades claras y bien establecidas),
una organizacin que lidera y potencia al personal, favoreciendo el liderazgo en todos los
niveles de la organizacin, un liderazgo basado en valores que promueve la innovacin y
el cambio, as como la delegacin, como una estrategia que potencia las caractersticas del
personal, reconociendo su responsabilidad y, por ltimo, una organizacin que se compromete tica y socialmente. Las caractersticas mencionadas inciden en el desarrollo de valores del alumnado, los cuales se desarrollan a travs de las vivencias cotidianas.
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(tienen una funcin de medio o herramienta para obtener un determinado fin y se clasifican
en cognitivas, metodolgicas, tecnolgicas y lingsticas), competencias interpersonales (se
refieren a la capacidad, habilidad o destreza en expresar los propios sentimientos y emociones del modo ms adecuado y aceptando los sentimientos de los dems, para lo cual es requisito previo conocerse a uno mismo y pueden ser de dos tipos: individuales y sociales) y competencias sistmicas (suponen destrezas y habilidades relacionadas con la comprensin de la
totalidad de un sistema o conjunto y pueden ser organizativas o emprendedoras).
Cuadro n 1: Resumen de competencias bsicas contempladas por el
Modelo Deusto de Formacin.
Competencias Instrumentales
Cognitivas
Metodolgicas
Tecnolgicas
Lingsticas
Comunicacin verbal
Comunicacin escrita
Manejo de idioma extranjero
Competencias Interpersonales
Individuales
Automotivacin
Resistencia y adaptacin al entorno
Sentido tico
Sociales
Diversidad y Multiculturalidad
Comunicacin interpersonal
Trabajo en equipo
Tratamiento de conflictos
Negociacin
Competencias Sistmicas
Organizativas
Emprendedoras
Creatividad
Espritu emprendedor
Capacidad innovadora
Liderazgo
Orientacin al logro
Fuente: Universidad de Deusto (2001). Marco pedaggico, Bilbao, Universidad de Deusto, p. 29.
585
Dicho proyecto, llevado a cabo desde el vicerrectorado de Innovacin y Calidad, ha estado coordinado
por los profesores Manuel Poblete y Ana Garca Olalla.
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COMPETENCIAS GENRICAS
TRABAJO EN EQUIPO
Manifestar actitudes de
objetividad, respeto y
comprensin hacia las
diferencias que se
observan en las
respuestas dadas a los
temas educativos por los
distintos sistemas.
DIVERSID INTERCULTURALIDAD
Competencias Especficas
Analizamos los sistemas educativos con el
fin de establecer sus
caractersticas actuales,
su evolucin en las
ltimas dcadas del S.
XX los inicios del S.
XXI y su inclusin en
los modelos educativos
mundiales
Construir sentidos y
sifnificados razonables
sobre la diversidad
social, cultural y educativa y manifestar una
actitud de tolerancia y
respeto hacia lo diferente
Los contenidos clave que se van a abordar a lo largo de esta asignatura giran alrededor de los siete temas siguientes:
Naturaleza, finalidades y lmites de la Educacin Comparada. Su relacin con otras
disciplinas.
Gnesis y estado actual de la Educacin Comparada.
Metodologa de la Educacin Comparada.
Estructura y organizacin actual de la educacin
en el marco europeo: la construccin de la convergencia.
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5. CONCLUSIONES
En el momento de escribir esta comunicacin an no ha concluido su trabajo el Proyecto Piloto para el Desarrollo de Competencias, por lo que resulta prematuro an hablar
de evaluacin de resultados. No obstante, se pueden sealar ya algunos puntos que nos han
parecido interesantes del proceso de reformulacin de programas en trminos de competencias genricas y especficas:
Obliga al profesorado a reflexionar sobre la epistemologa y los planteamientos tericos y metodolgicos de la disciplina en cuestin.
Plantea nuevos retos al profesorado, obligndole a nuevos aprendizajes relacionados
con las competencias, la metodologa, las estrategias de aprendizaje, los recursos y
la evaluacin.
Presupone la previa elaboracin del mapa de competencias correspondiente al perfil
acadmico-profesional de la titulacin, a partir del cual se han de determinar las competencias especficas a trabajar en cada asignatura, exigiendo el trabajo en equipo del
profesorado y fomentando el aprendizaje socializado y la dimensin interdisciplinar.
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De lo anterior se puede plantear una consecuencia: la educacin tiene que tener un sentido, una razn de ser, un significado en el contexto estructural de la sociedad, y ello tiene
que constatarse en la comprobacin de la propia dinmica del sistema educativo en correspondencia con la dinmica de otros sistemas y en el contexto de la dinmica del sistema
general.
Y dicho lo anterior, la necesidad de especificar el mtodo surge de nuevo. Pues bien,
si queremos comprender la razn del ser de la educacin constatando fenomenolgicamente los rasgos principales de su evolucin estructural, no quedar ms remedio que acudir a un mtodo que nos proporcione la ayuda requerida Y del objetivo apuntado se desprende que el mtodo, que es el estructural, tiene que reunir las condiciones de ser causal
y dinmico.
Por qu causal, y en qu sentido se emplea?. Tngase en cuenta lo que antes se ha
dicho con respecto a la dimensin estructural en la que inevitablemente se vea involucrado el hecho educativo. Si se trata de precisar la causalidad que determina la razn de ser
del hecho educativo en la complejidad estructural, ese mtodo estructural que se hace
inevitable para el planteamiento del discurso ha de suponer, necesariamente, una explicacin causal de cmo se genera y regenera esa razn de ser..
Insisto en la dimensin causal para resaltar la conexin necesaria. Pero no slo del
hecho educativo en la configuracin estructural de otros hechos y en la totalidad, sino
sobre todo para resaltar la conexin necesaria entre la causa y el efecto, lo que es un
simple y elemental razonamiento filosfico. La pregunta, planteada entonces de la forma
ms sencilla, sera: Qu efecto produce el desarrollo de la propia realidad de la razn de
ser del hecho educativo en el contexto estructural?
Es decir, no interesa saber nicamente qu es la educacin, sino para qu sirve, o cmo
acta, o cules son sus implicaciones en la complejidad estructural en las que necesariamente se imbrica. En sntesis, interesa captar la lgica de la razn de ser de la educacin
en la dinmica estructural del sistema social.
A1 plantear as la cuestin no ignoro, sino que expresamente lo manifiesto, que estoy
haciendo hincapi en la necesidad de una pedagoga de la conciencia, como crtica radical de esa otra pedagoga llamada de la no conciencia, (o ilusin de transparencia, como
simple ejercicio idealista)1. Lo que es un pronunciamiento de intencin cientfica, no ideolgica. La ideologa est ms bien en la actitud, consciente o inconsciente de esa no conciencia pedaggica.
Justificada la metodologa causal, tratemos ahora el otro componente de lo estructural
ya apuntado, el dinmico. Componente que viene exigido por la necesidad de estudiar
esa razn de ser educativa en la contextualizacin fenomenolgica de las principales etapas del desarrollo social. Lo que no quiere decir mtodo evolucionista, pues ello estara en
contradiccin con lo anteriormente dicho. Y las contradicciones hacen que los discursos
como construcciones de sucesivas hiptesis dejen de ser tal por falta de coherencia interna. Es decir no se puede partir de un planteamiento que conciba el desarrollo como un simple progreso evolutivo de unas propiedades iniciales, porque entonces se niega el cambio,
(y fcilmente se constata que ste existe). Hay que contar necesariamente con la historia;
mejor, con la historia de la humanidad, que est hecha por los hombres, pero con la peculiaridad de que no son del todo libres rbitros de su produccin histrica, sino que tambin
son producidos por la historia misma. Lo que constituye una situacin dialctica, pero
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Y si la historia acta como propedutica general, para nuestro caso concreto es la Historia de la educacin el principal marco de referencia como dilucidacin del presente
mediante el pasado y como iluminacin del futuro. Pero creo que el sentido propedutico
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de la Historia de la educacin radica, simple y llanamente, en la misma consideracin histrica del hecho educativo en sus peculiares condiciones de tiempo y lugar. Lo que supone el comprobar la pedagoga de la razn histrico educativa connatural a la propia dinmica social; y en contrapartida, lo absurdo de la posicin de lo que he venido denominando aqu como pedagoga de la no conciencia, que por el hecho de no considerar la
realidad educativa en su total dimensin, niega al mismo tiempo las propias condiciones
humanas, lo que supone hacer un planteamiento ideal al margen de este mundo del
mismo hecho de la educcin
Ms el recurso de acudir a la historia supone una metodologa, y sta es de modo preferente la metodologa de la comparacin. La realidad de los sistemas educativos se constata en la dependencia que tienen con respecto a la sociedad de la que forman parte en su
configuracin estructural, es decir, en las referencias concretas de las condiciones sociales de tiempo y lugar. En la diversidad socio cultural, y por tanto, en la diversidad de sistemas educativos, tanto del presente como del pasado, se encuentran las claves para discernir los principios bsicos y comunes a cualquier tipo de realidad socio educativa,
implcitos en la misma esencia de la sociedad y de su evolucin. Claves que se concretarn en las necesidades de la economa interna2 de cada sociedad en particular que tiene
siempre el tipo genrico de educacin que le corresponde. Y a esto se llega por el mtodo comparativo, consistente fundamentalmente en evidenciar analogas y eliminar diferencias.
Y as se construye la Teora de la educacin, al comprender y explicar a travs de la
razn histrico- comparada la lgica social de la prctica educativa que subyace en todo
tipo de sociedades, tanto del presente como del pasado.
Acudo insistentemente a la razn histrica como recurso metodolgico muy importante, reconociendo su valor en la fundamentacin o consolidacin de la teora de la razn
educativa, admitiendo con Durkheim (1975: 91) que, sin esta condicin histrica, la pedagoga no podr librarse del reproche de hacer abstraccin del peso de la historia. Porque
el pasado tiene razones de ser; y al olvidarlo, la pedagoga se ha convertido muchas veces
en una forma de literatura utpica.
Siempre que se cae en el esencialismo de un mundo separado del mundo fenomnico en el que hemos vivido o vivimos, la consecuencia, tanto desde el punto de vista lgico como desde el histrico, es la desaparicin de la propia historia, resultando entonces un
verdadero contrasentido emprico el estudio de hechos sociales que, al carecer de historia,
carecen de realidad:
Si empieza uno preguntndose cul debe ser la educacin ideal. haciendo caso omiso de toda condicin de
tiempo y lugar, es que, implcitamente, se admite que un sistema educacional no tiene nada de real por s
mismo. (DURKHEIM, ., 1975: 46).
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importancia de la coyuntura de la dimensin histrica y para ello creo que es una vez ms
suficientemente ilustradora la siguiente cita de Durkheim que si antes se refiri a la Historia como propedutica, ahora aplicara dicha consideracin a la Historia de la enseanza
para la cultura pedaggica:
Ahora bien, para poder comprenderlo, (el sistema de su tiempo) no basta con contemplarlo tal como es hoy
en da, pues, dicho sistema educacional es un producto de la historia que tan slo sta puede explicar. Es
una autntica institucin social. Incluso no existe ninguna otra en la que la historia del pas venga a repercutir de forma tan integral. Las escuelas francesas traducen, expresan el espritu francs. No se puede, pues,
comprender nada de lo que son, ni cul es la meta que persiguen si no se conoce previamente lo que constituye nuestro espritu nacional, cules son sus diversos elementos, cules son aquellos que dependen de
causas permanentes y profundas, aquellos que, al contrario, son debidos a la accin de factores ms o menos
accidentales y pasajeros: cuestiones todas stas que tan slo el anlisis histrico puede resolver. A menudo,
se debate para elucidar el lugar que corresponde a la escuela primaria en el conjunto de nuestra organizacin escolar y en la vida general de la sociedad. Pero el problema es insoluble si se ignora cmo se ha ido
forjando nuestra organizacin escolar, de dnde provienen sus caractersticas distintivas, lo que ha determinado en el pasado, el lugar que ha ocupado en ella la escuela elemental, cules son las causas que han
favorecido o entorpecido su desarrollo, etc. As pues, la historia de la enseanza, cuando menos de la enseanza nacional, es la primera de las propeduticas para una cultura pedaggica. (DURKHEIM, ., 1975:
89).
Por tanto, todo discurso educativo que se precie de estar bien construido, terica y
metodolgicamente, necesita tener en cuenta al menos su propia gentica social, o lo que
es lo mismo, sus propios condicionantes histricos, en la peculiar dinmica socio estructural de que se trate. Y al respecto me gusta hablar de constructivismo gentico como filosofa de explicacin.
BIBLIOGRAFA CITADA
DURKHEIM, . (1975): Educacin y sociologa, Barcelona, Pennsula.
ORTEGA y GASSET, J. (1966), Historia como sistema, Obras completas, Tomo VI,
Madrid, Revista de Occidente.
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