Foucault Frente A Freud
Foucault Frente A Freud
Foucault Frente A Freud
Los ltimos aos Foucault se dedican al problema del sujeto y la tica. Cierto es, que nunca escribi un
tratado de tica, pero como precedente vago de este inters, encontramos una mencin en Las palabras y
las cosas, cuando se refiere a la necesidad de una tica de la modernidad derivada de una concepcin
crtica del conocimiento.
Su tica puede ser descrita como un nuevo intento de relacin con el Ser, no contenida
en ningn cdigo de purificacin y que rehuira el tradicional estilo pedaggico de los
manuales.
Los fragmentos en su obra de lo que pudiese denominarse "autobiografa" son
escasos. La carta pstuma hallada en su departamento es en extremo lacnica [4] para
proceder de la pluma del autor de Las palabras y las cosas: "Dejo mi apartamento y
todo lo que contiene a Daniel Defert. No quiero publicaciones pstumas". El lector
escrupuloso, no puede sino recordar el deseo por abolir de la historia su paso por la
existencia, que expres en el momento de su muerte el marqus de Sade . Hay un
parentesco entre ese gesto y el autor de "Qu es un autor?". Estos dos hombres
extraordinarios deseaban con fervor, borrar su rostro y reducir su presencia a murmullos
en el largo y oscuro tnel de la historia.
miras, inicialmente, a formarse como analista. Sabemos que su paso por el anlisis fue
breve y quiz esa relacin fallida, lo alejar definitivamente de la prctica analtica.
Sin embargo, su inters por el psicoanlisis fue manifiesto desde temprana edad y uno
de sus primeros escritos[7] , no por azar, se ocupa de un trabajo del filsofo psicoanalista Ludwig Binswanger , dedicado a la clnica del anlisis de los sueos. La
relacin que conservar con ese amigo de Freud , Jung y estudioso de
Heidegger, desempe un papel importante en su vida. El texto en cuestin, revela una
erudicin enorme al rastrear los antecedentes prefreudianos del Inconsciente , arribando
a una primera posicin crtica al punto de vista psicoanaltico, desde el cual, reprocha a
Freud anclar en el sentido lingstico la riqueza de las imgenes onricas. Esta objecin
temprana al psicoanlisis tendr su importancia pues mucho ms adelante, ya cerca de
su ocaso, volver a refutar lo que llamar un imperialismo de la palabra, justo en la
frontera de la posmodernidad que suministrar al icono y los lenguajes visuales,
mrgenes de despliegue inimaginados.
Por qu Foucault no se interes en el psicoanlisis hasta el punto de considerarlo una
alternativa personal? Acaso su decisin por la filosofa implica una cierta desilusin de
los planteamientos freudianos? Una refutacin de sus posibilidades? Quiz una
negacin de su propia locura? Todas estas preguntas merecen trazarse, su contestacin
requiere cautela. Su rechazo juvenil a la "naturalidad" de los usos y costumbres morales
de su familia y de la sociedad francesa recin salida del perodo de Petain puede
entenderse como una respuesta casi espontnea a un ambiente opresivo y dictatorial
regido por las buenas formas de una sociedad burguesa despeada a vivir en la
hipocresa y la humillacin despus de la 2 guerra mundial. No es improbable que su
nimo y el rechazo social a su homosexualidad, le hayan arrastrado a preguntarse
personalmente: "Qu es estar o sentirse loco?" que evolucion, despus, hacia una
pregunta ms general y filosfica: "Qu es la locura?"
Deleuze [8] ha realizado un estudio sobre Foucault dnde analiza al detalle las
caractersticas de su discurso. Lo cataloga como un nuevo tipo de archivista que
desdea la jerarqua de las proposiciones y las frases para dedicarse a la realidad de los
enunciados de diferentes niveles. Recalca la diferencia entre una frase y un enunciado:
una frase puede tener uno de sus miembros en un sistema y otro en otro sistema, en
funcin de variables exteriores; el enunciado es inseparable de una variacin inherente
gracias a la cual nunca estamos en un sistema, sino que constantemente pasamos de un
sistema a otro. El enunciado no es ni lateral, ni vertical, es trasversal, y sus reglas los
hacen prximos unos a otros de tal forma que las variaciones se hacen infinitas. Sujeto,
Objeto y Concepto slo son funciones derivadas de la enunciacin y el anlisis de las
formaciones no discursivas (instituciones, acontecimientos polticos, prcticas y
procesos econmicos) slo puede hacerse a travs de los enunciados que stas
producen: discursos, contratos, cartas, inscripciones y registros que remitirn a
emplazamientos (posiciones determinadas de sus actores en los sistemas que les
contienen). No hay paralelismo vertical o causalidad horizontal entre ambos registros
que determinaran una direccin de procedencia de los elementos.
El primer libro de Foucault Enfermedad mental y personalidad (1954), intenta:
"Mostrar de qu postulados debe liberarse la medicina mental para convertirse en
rigurosamente cientfica" [9] . Las preguntas que animan ese texto de juventud son: "En
qu condiciones se puede hablar de enfermedad mental en el dominio psicolgico?" Y:
"Qu relaciones pueden definirse entre los datos de la patologa mental y los de la
patologa orgnica? [10] "
Afirma en esta obra, que corresponde a Freud revelar la dimensin propiamente
histrica del psiquismo. De hecho, el captulo en cuestin, es una exposicin del mtodo
freudiano como una psicologa del sentido que introduce la dimensin de la
intersubjetividad como esencial a la comprensin de la psicopatologa. El mrito del
psicoanlisis segn el texto reside en referir a la historia para interrogarse acerca
del pasado vivido y favorecer, de esa manera, el desciframiento del presente. La
inautenticidad, el engao, aparece como la causa espontnea de la enfermedad mental.
Pero, frente a la eleccin final de la terapia que buscara dar una salida a la neurosis, no
duda en privilegiar una salida prctica. Se muestra reacio a aceptar la largsima terapia
del psicoanlisis.
Ms adelante, desear borrar completamente este texto. A pesar de su negativa a
revisarlo y de su condena al desvn, el libro no carece de importancia, sobretodo porque
en esa relacin ambivalente con el psicoanlisis es que se da lugar a la invencin de un
trmino fundamental para el estudio de su obra. Mucho se discute hoy da sobre la
influencia que habra, o no, tenido el psicoanlisis en su pensamiento, pocos han cado
en cuenta, que precisamente en relacin a ste, nace el trmino arqueologa , concepto
fundamental que ser reacomodado, ms tarde, para su propio uso. El lector atento
puede ah encontrar: "En resumen, todo estadio libidinal es una virtual estructura
psicolgica. La neurosis es una arqueologa espontnea de la libido" [11] .
Existe una relacin secuencial entre esta obra y La Historia de la Locura. El inters
histrico del primer libro est presente, pero su intencin, tono y modo, sern diferentes.
Puede considerarse este trabajo como el primero en el que su estilo empieza a desplegar
sus alas. El encuentro del pblico con esa obra fue un verdadero acontecimiento. Su
escritura era densa, barroca, pletrica de datos histricos olvidados y ordenados de una
manera que a muchos pareci caprichosa.
Conviene hacer una pregunta que nos ayude a precisar las diferencias en el estilo de
escritura de Foucault : Acaso su inters por la locura era el mismo del psiclogo que
escribi Enfermedad mental y personalidad?
Demos una respuesta simple: No. El filsofo haba desplazado al psiclogo. La locura
es una muestra de la extrema intolerancia de la sociedad ante lo desconocido, el azar y
el caos. El loco es un marginal que sufre la exclusin junto a otros apestados: el leproso,
el criminal, la prostituta, el homosexual, el pobre, el delincuente. Todas estas figuras
vulneran el orden establecido y configuran el registro de lo Anormal, categora
necesaria para cualquier sociedad basada en la estratificacin y la marginacin.
Foucault decidi plantearse en esta obra las siguientes preguntas: El loco es un profeta
emparentado con la verdad?, Cul es la base de distincin entre el loco y el sano? Es
la locura un proceso de degradacin interna o un proceso social? La razn da cuenta de
la locura o simplemente la reduce a sus prejuicios?
La locura no es una realidad biolgica independiente, sino un producto de la relacin
social, un hecho cultural, no ajeno a la tica de un determinado tiempo. Establecer los
lmites entre cordura y locura es un intento destinado al fracaso, puesto que el loco y el
cuerdo nunca terminan por separarse. La locura forma parte del mundo moderno y
consiste un ncleo irreducible del corazn humano.
Segn Foucault , su inters por la locura procede no de una inquietud personal sino de
que de que es, un ejemplo paradjico. Su intencin era proyectar un campo de
experiencia entre varios posibles, un fenmeno cuya interpretacin generaba estrategias
de cercamiento entre los actores involucrados, que ante lo incomprensible aplican el
veredicto de sus certezas estticas, que deriva en acciones concretas dirigidas a
establecer un control frreo sobre lo desconocido.
Volvi despus los ojos a la medicina, el giro de su mirada no careca de cierto humor:
primero el paciente y luego el mdico. Quin de los dos vive con los pies ms
asentados en el castillo de la Sin Razn? El Nacimiento de la Clnica [12] (1963)
escudri la historia de la prctica mdica con nfasis en el siglo dieciocho y principios
del diecinueve.
Las tesis del texto son, sumamente importantes y, en nuestra opinin, completamente
ligadas al proyecto esbozado por su maestro Canguilhem en su notable y brillantsima
obra: Lo normal y lo patolgico [13]que conserva su filo despus de los
aos independientemente de los recientes descubrimientos anatomofisiolgicos ya
que explora con agudeza un campo emprico tradicionalmente adscrito al discurso
cientfico de la medicina, mostrando las dificultades insalvables para establecer un
posibilidad de todo saber sobre el hombre" [17] . Pero su mrito indiscutible ser, el no
quedarse en un saber especulativo sin compromiso con una prctica y desarrollar un
invento que involucra completamente al hombre en una escucha del lenguaje del otro.
Cunto elogio a Lacan ms que a Freud!
La etnologa se interesa por los pueblos cuya historia es ms o menos inaccesible y
busca las invariantes de estructura, para encontrar, tras las representaciones, normas,
reglas y sistemas.
Una disciplina y otra, simtricas en sus preocupaciones, no se refieren directamente al
hombre, y por ello deberan ser consideradas ms que ciencias humanas, ciencias de lo
Inconsciente, pues: "No slo pueden prescindir del concepto del hombre, sino que no
pueden pasar por l, ya que se dirigen siempre a lo que constituye sus lmites exteriores.
De ambas puede decirse lo que Lvi - Strauss dijo de la etnologa: que disuelven al
hombre" [18] .
La siguiente metamorfosis de la temtica de su obra, se produce alrededor de principios
de los aos 70s y la conferencia "El orden del discurso" [19] , es un texto de transicin
en el que se acomoda a la categora de verdad tradicional y a la concepcin habitual del
poder como un mecanismo esencialmente jurdico de establecimiento de la ley, en el
cual la disciplina juega un papel de polica represiva de los discursos. Sus concepciones
posteriores excluyen al poder como un imperio negativo, para sostener la trascendencia
de su dominio en referencia a la positividad que se establece a nivel de deseo y de
saber . El poder lejos de estorbar al saber y a la verdad, produce y reproduce ambos.
Esta forma de pensamiento es transparentemente nietzscheana y se puede rastrear sin
problemas en La Voluntad de Poder.
Desde esta nueva codificacin , se comprende que el orden disciplinario no es slo un
arma de la burguesa en contra del proletariado y que el poder es el engranaje de una
mquina que comprende tanto a los opresores como a los oprimidos. As, la exclusin
de los locos, el encierro de los delincuentes y la represin de la sexualidad no
responden, necesariamente, a una voluntad de dominio de clase y pueden tolerarse o
reprimirse perfectamente formaciones alternas. Aunque la prisin, la escuela, la familia
y el hospital se hayan revelado como dispositivos de vigilancia su papel ms importante
es su funcin productiva.
Vigilar y Castigar [20] se inscribe en esta intencin de diseccin del poder , tratando de
no centrarse en el estudio de los efectos represivos de las instituciones correccionales.
Esta obra magistral tiene como antecedente e influencia, el Anti-edipo [21] publicado en
1972 por Deleuze y Guattari que levant gran inters del pblico por su crtica frontal
a Freud y al psicoanlisis lacaniano. De acuerdo a sus ideas, la teora del complejo de
A pesar de todo ello, el ltimo Foucault supone que los medios de produccin social no
actan al modo del Inconsciente freudiano y se desplaza a la opinin que no hay un
centro que sirva de eje al anlisis, como para el psicoanlisis sera el deseo. Sin
embargo, la genealoga al igual que el psicoanlisis , verifica el agotamiento delCogito
cartesiano [32] .
Es poco lo que podemos reunir de los pedazos de su proyecto inacabado. Podemos
especular, que su descripcin de los regmenes de aphrodisia (imbricacin del deseo
con los actos y los placeres que se procuraban los antiguos), es la base para intentar un
anlisis crtico de nuestras obsesiones sexuales contemporneas.
La intencin de esos estudios, fue quizs, demostrar que el erotismo no era un campo
nebuloso o de conflicto per se y que el deseo como centro trgico no ha jugado siempre
un papel determinante en los juegos de verdad.
El cristianismo, segn Foucault , ha trado como consecuencia la internalizacin de una
relacin conflictiva con el Eros. La cultura judeo - cristiana sera la responsable de
iniciar una codificacin difcil entre el sujeto y sus deseos. Los pecados de la carne, la
iconografa explcitamente ertica, o la bestialidad sexual, no fueron objeto de
fascinacin y horror para los griegos. El cristianismo y su propuesta de corrupcin de la
carne por la sexualidad , sern definitorios en nuestra codificacin del sexo.
Para el psicoanlisis hoy, el estudio de la subjetividad no precisa de proyectarse hacia
atrs o hacia delante, nos importa el presente y la cuestin sexual es central y a la vez
colateral. La acusacin de esencialismo no debiera inquietarnos, el vicio metafsico del
psicoanlisis es el deseo. Lo que llama a una reflexin de fondo: Es posible eliminar
del todo la metafsica? Para Freud la sexualidad no era el nico principio que animaba
la psique humana y siempre conserv una posicin dualista y de conflicto en su visin,
ya sea oponiendo el Yo al Ello, o las pulsiones sexuales contra las de autoconservacin,
y finalmente, la pulsin de vida con la de muerte.
No es completamente transparente lo que entenda Foucault como sexualidad aunque
pareciera haber muestras de que en Las Palabras y las cosas, hizo una lectura detenida
de los Tres ensayos. En Freud , puede entenderse un esquema general con reparos ,
como una bsqueda de placer basada en las necesidades del cuerpo, que a medida que el
sujeto humano se desarrolla, se desplaza hacia una esttica social. Por estas razones, el
psicoanlisis es una No-Sexologa, en tanto que los sexlogos son aquellos que se
proponen como quienes saben del sexo de manera universal y reducen al intercambio
sexual la motivacin humana. La sexualidad en el hombre se separa el nivel
estrictamente fisiolgico y se integra al nivel del deseo y la Demanda.
El segundo volumen (El uso de los placeres [38] ) que en realidad sera el primero en este
nuevo recuento, se encuentra consagrado a la forma en que la actividad sexual habra
sido interrogada y puntualizada por los filsofos y mdicos en la cultura helnica
clsica.
El tercer volumen (La inquietud de s [39] ) se dedica a examinar cmo sera concebida la
temtica en los dos primeros siglos de nuestra era; finalmente el ciclo se cerrara con un
volumen dedicado a la doctrina pastoral de la carne (Los testimonios de la carne) que
nunca apareci.
El primer y segundo proyecto, muestran huecos en el anlisis y una preferencia marcada
por ciertos perodos histricos. Sin formular ninguna construccin al estilo "Ttem y
Tab" y estrictamente reseando ciertos restos histricos, una genealoga de la
sexualidad diferente, podra haberse iniciado en los migajas arqueolgicas dejadas por
los primeros hombres, ligadas a la aparicin de las diosas madres y al misterio de la
fertilidad femenina coligada a la produccin agrcola. A Foucault , todo esto parece
importarle poco. Le interesa el uso de los placeres a partir de la poca griega, pero
nuestra cultura est ligada a la historia de la humanidad, mucho antes de la estructura
patriarcal de la sociedad o las glorias helnicas.
Curiosamente en La verdad y sus formas jurdicas [40] , expresa un dictamen de que el
psicoanlisis ha constituido la forma ms importante de cuestionamiento del
sujeto desde Descartes, lo que parece molestarle en ese momento, no es el del todo el
psicoanlisis o su prctica, sino el enlace entre los trminos deseo y Ley.
En el mismo texto, encontramos una serie de opiniones referentes al trabajo de Deleuze
y las consecuencias de sus tesis que hablan no slo de admiracin a su trabajo, sino total
acuerdo con sus tesis:
A partir de Freud , la historia de Edipo, era considerada como la historia que narraba la
fbula ms antigua de nuestro deseo y de nuestro Inconsciente . Ahora bien, despus de
la publicacin, el ao pasado, del libro de Deleuze y Guattari LAnti - Oedipe, la
referencia a Edipo juega un papel completamente diferente.
(...) Edipo no sera pues tanto una verdad de la naturaleza, cuanto un instrumento de
limitacin y de coaccin de los psicoanalistas, a partir de Freud , utilizan para contener
el deseo y hacerlo entrar en una estructura familiar definida por nuestra sociedad en un
momento dado. En otros trminos, Edipo, segn Deleuze y Guattari , no es el contenido
secreto de nuestro Inconsciente , sino la forma de coaccin que el psicoanlisis intenta
imponer a nuestro deseo y a nuestro Inconsciente en la cura psicoanaltica. Edipo es un
[1] Foucault , Michel. "La prosa de Acten". En: Obras esenciales de Michel Foucault . Entre literatura
y filosofa. Tomo I. Ed. Paids. Barcelona 1999. P. 213.
[2] Foucault , Michel. El orden del discurso. Tusquets Editores. Barcelona 1979.
[3] Foucault, Michel. Arqueologa del saber . Ed. Siglo XXI. Tercera edicin. Mxico 1976.
[4] Macey, David. Las vidas de Michel Foucault . Op. cit. P. 32.
[5] Miller James. La pasin de Michel Foucault . Editorial Andrs Bello. Chile 1995.
[6] Eribon Didier. Michel Foucault . Ed. Anagrama Barcelona 1992. P. 59.
[7] Foucault Michel. "Introduccin" al libro de Binswanger : "Sobre el sueo". Obras esenciales. Vol.
1. Entre filosofa y literatura. Ed. Paids. Barcelona 1999.
[16] Foucault Michel. Las palabras y las cosas. Ed. Siglo XXI. Decimosexta Edicin. Mxico 1985.
[17] dem. P. 364.
[18] dem. P. 368.
[19] Foucault, Michel. El orden del discurso. Ed. Tusquets. Espaa 1999.
[20] Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Siglo XXI editores. Novena edicin. Mxico 1989.
[21] Deleuze, G. y Guattari, F. El Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia. Ediciones Paids. Barcelona
1985.
[22] Freud Sigmund. El malestar en la cultura (1929) Obras completas. Tomo XXI. Amorrortu editores.
Argentina 1976.
[23] Foucault, Michel. "Los intelectuales y el Poder". En: Obras esenciales. Tomo II. Estrategias de Poder.
Ed.Paids. Espaa 1999. P. 111.
[24] Foucault, Michel. La verdad y sus formas jurdicas. En: Obras esenciales. Volumen 2. Estrategias de
Poder. P. 173.
[30] Dreyfus, Hubert L. y Rabinow, Paul . "Sobre la generalizacin de la tica". Entrevista a Michel
Foucault . En:Foucault y la tica. Editorial Biblos. Argentina 1988.
[33] Foucault Michel. La verdad y las formas jurdicas. Ed. Gedisa. P. 39.
[34] Foucault, Michel. Microfsica del poder. Ed. La Piqueta. Madrid, 1978. P. 161
[35] Foucault, Michel. Los anormales. Curso en el Collge de France. Ed. F.C.E. Argentina 2000.
[36] Foucault, Michel. La Voluntad de Saber. P. 99.
[37] Foucault Michel . Entrevista con los japoneses Shimizu y Watanabe. Publicada originalmente el 12 de
diciembre de 1970. Obras esenciales. Tomo I. Entre filosofa y literatura. Ed. Paids. Barcelona 1999.
[38] Foucault Michel. Historia de la sexualidad 2. El uso de los placeres. Ed Siglo XXI. Primera edicin.
Espaa 1986.
[39] Foucault Michel. Historia de la sexualidad 3. La inquietud de s. Ed Siglo XXI. Primera edicin.
Espaa 1987.
[40] Foucault Michel. La verdad y las formas jurdicas. Ed. Gedisa. Espaa 1988. P. 16 -17.
[41] Foucault Michel. La verdad y sus formas jurdicas. En: Obras esenciales. Volumen 2. Estrategias de
Poder.Ed. Paids. Espaa 1999. P. 185.
[42] Derrida Jacques. "<Ser Justo con Freud> La historia de la locura en la edad del psicoanlisis".
En: Pensar la locura. Ensayos sobre Michel Foucault . Ed. Paids. Argentina 1996.
[43] Allouch, J., La psychanalyse: une rotologie de passage. EPEL. Paris 1998 P. 179.
[44] : "Este mundo es la voluntad de poder , nada ms! Y tambin vosotros mismos sois esta voluntad de
poder, nada ms!". Nietzsche Friederich. La voluntad de poder . Obras Completas. Prestigio, Buenos
Aires, vol. IV, p. 801-802.