El documento analiza el caso de Martín, un niño autista de 6 años. No habla y todo lo atraviesa con su mirada, caminando constantemente y rompiendo todo lo que encuentra. Sus padres dicen que "está en su mundo" y no saben si se da cuenta que tiene un hermano menor. El autor explica que en el autismo no se instala la demanda debido a que el grito del niño no puede ser escuchado por el Otro, por lo que no puede localizarse subjetivamente. En la sesión, el niño es contenido a través de un
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El documento analiza el caso de Martín, un niño autista de 6 años. No habla y todo lo atraviesa con su mirada, caminando constantemente y rompiendo todo lo que encuentra. Sus padres dicen que "está en su mundo" y no saben si se da cuenta que tiene un hermano menor. El autor explica que en el autismo no se instala la demanda debido a que el grito del niño no puede ser escuchado por el Otro, por lo que no puede localizarse subjetivamente. En la sesión, el niño es contenido a través de un
El documento analiza el caso de Martín, un niño autista de 6 años. No habla y todo lo atraviesa con su mirada, caminando constantemente y rompiendo todo lo que encuentra. Sus padres dicen que "está en su mundo" y no saben si se da cuenta que tiene un hermano menor. El autor explica que en el autismo no se instala la demanda debido a que el grito del niño no puede ser escuchado por el Otro, por lo que no puede localizarse subjetivamente. En la sesión, el niño es contenido a través de un
El documento analiza el caso de Martín, un niño autista de 6 años. No habla y todo lo atraviesa con su mirada, caminando constantemente y rompiendo todo lo que encuentra. Sus padres dicen que "está en su mundo" y no saben si se da cuenta que tiene un hermano menor. El autor explica que en el autismo no se instala la demanda debido a que el grito del niño no puede ser escuchado por el Otro, por lo que no puede localizarse subjetivamente. En la sesión, el niño es contenido a través de un
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AUTISMO Y DIRECCION DE LA CURA.
Aurora Favre
Me propongo trabajar la articulacin del anlisis de un nio autista con
el dispositivo institucional. Hay situaciones clnicas en donde el grado de desestructuracin familiar y el modo en que se presenta la problemtica en el nio (autismo, psicosis infantil, problemticas de la subjetividad con crisis convulsivas o con crisis de agresividad severa), requiere la implementacin del anlisis del nio inserto en el dispositivo institucional de Hospital de Da. Esto es, la articulacin del anlisis del nio con el trabajo con la familia y en equipo interdisciplinario, como el mdico neurlogo o psiquiatra, articulado tambin con actividades teraputicas como musicoterapia, psicopedagoga o taller. En las notas que Lacan enviara a la psicoanalista J. Aubry all hace una diferenciacin entre el sntoma neurtico en el nio que responde o rebela algo en relacin a la verdad de la pareja parental, a diferencia de las otras estructuras en que domina la subjetividad de la madre y el nio queda sin la mediacin dada por el Nombre del Padre; esto se da con distintas especificaciones en patologas graves. Estas notas son importantes como decamos en relacin a las cuestiones de clnica diferencial por un lado y el peso de la estructura familiar en la constitucin de la subjetividad por otro lado. Lacan ubica al nio en relacin a la estructura en el lugar del nudo, dir que es el verdadero objeto a. Esta conceptualizacin ubica lo que la clnica corrobora. El psicoanalista cuando es consultado por un nio, al estar situado ste en el lugar del objeto en la estructura posibilita a partir de la escucha, distintos modos de intervencin del analista desde el lugar del nio, de la pareja, de cada uno de los padres. En las perturbaciones severas es inevitable partir de la estructura familiar que no es lo mismo que hablar de terapia familiar. Voy a tomar algunas vietas clnicas sobre el anlisis de un nio, para avanzar sobre algunas cuestiones que desarroll en el trabajo Autismo y Destinos de Pulsin presentado en la Reunin Lacanoamericana de 1986. Martn es un nio de seis aos, que no habla, todo lo atraviesa con su mirada, camina constantemente, rompe o pisa todo cuanto encuentra o lo tritura entre sus dientes. Se mete a la boca todo, comida, chiches, tierra, sin manifestar displacer alguno. Lleva el nombre de una ta
materna que es melliza de su madre. Los padres dicen que est en su
mundo a punto tal que no saben si se da cuento que tiene un hermanito dos aos menor que l. Lo atiendo en una institucin donde concurre a Hospital de Da. Al comienzo de su anlisis no me dirige la mirada. No permanece en el consultorio, derriba las sillas, tira lo que est sobre el escritorio. Cuando quiere alcanzar algo toma mi mano como si fuera una prolongacin de la suya, por ejemplo la pone sobre el picaporte para salir, o sea no me demanda nada. Esta es la caracterstica fundamental del autismo, la no instalacin de la demanda. En el tiempo de constitucin de un sujeto, en el tiempo de la crianza, el grito es transformado en demanda, en llamado, en quiere decir algo a partir de la respuesta que el Otro Primordial da. Para esto el Otro en el lugar de la madre (mam-pap) tiene que suponer del lado del grito un sujeto. O sea que la respuesta ( S2 ), otorga al grito su valor ( S1 ). En sta retroaccin el grito adquiere la cualidad de erigirse en un significante que representa al sujeto a advenir. En el nio autista el grito no puede ser escuchado, por eso mismo el nio autista no tiene una referencia a partir de la cual poder localizarse. No est encerrado en un s mismo, sino que no tiene s mismo. Esto es lo mismo que decir que un nio autista no ha podido alienarse en el campo del Otro. En tanto no hay una apoyatura en la mirada, en la audicin del Otro, no hay pantalla de proyeccin para verse, para sentirse, no hay superficie vista u oda y entonces el nio se transforma en una cosa, en un mueble como dira Melanie Klein. Volviendo al ejemplo clnico, en los paps de Martn en las entrevistas de padres, se va escuchando el significante destruccin de la siguiente manera. Martn - dice el padre - es una mquina de destruir, me rompe todos los cassettes que es lo nico que tengo, que es mo, que me gusta, me saca de mis cabales a tal punto que me dan ganas de tirarlo por la ventana cuando rompe algo que es mo. La madre se refiere a todas las cosas que el nacimiento de Martn interrumpi, trabajo, estudio. El padre le pregunta a ella si no escucha los desastres que Martn hace a las cinco de la maana y la madre dice que no. En otro momento la madre se refiere a que el vnculo de ellos como pareja estaba roto cuando ella se dio cuenta que estaba embarazada de Martn. Cuando muri su padre, ella llam a Federico (el pap de Martn) para que la acompaara en el velatorio. Federico dice yo no saba nada. Adems - dice la mam yo crea que Martn iba a nacer muerto porque tuvimos un accidente de auto durante el embarazo, conduca Federico (el pap de Martn) y se qued dormido al volante. Entiendo que Martn significa la re-unin de ellos por la muerte. Freud consider en la raz del conflicto la intrincacin entre sexualidad y muerte. Escuchemos qu lugar ocupa la muerte en el material de Martn. En general y sobre todo al comienzo de su anlisis, su cuerpo
forma parte del estatuto de lo inerte, muestra insensibilidad al dolor para
con l y para con los otros. Esto lo escucho a partir de los comentarios del equipo de Hospital de Da. La acompaante teraputica que coordina la actividad de sala que comparte con otros tres chicos, comenta que si tiene que pasar de un lado a otro de la colchoneta, si estn sus compaeritos al lado, los pisa, y si lo pisan a l no manifiesta - en ese tiempo- dolor. Voy a relatar una secuencia clnica que muestra su compulsividad y su errancia. No permanece en el consultorio, sale a la terraza contigua, espacio al que limito su errancia. All corre de un extremo al otro y golpea con sus dedos en la pared como si quisiera agujerearla. Al invertir el movimiento que va del interior al exterior de la casa, contina dicho movimiento trepndose y su cuerpo busca traspasar los lmites como para arrojarse. En el extremo de la compulsin, gira la cabeza y me mira sin mirarme. Como analista me ubico en la posicin de acompaarlo para que su actividad tome para l una versin diferente de la de ser una mquina que todo lo destruye. Cuando se da la situacin anteriormente relatada, me doy cuenta que mi pasividad es mucho ms activa de lo que yo crea, que mi no intervencin lo sostiene a l en la escena. Freud en Ms all del Principio del Placer formula la siguiente pregunta: hay que hallar el mvil ltimo del principio de placer en la tendencia de la vida a volver a la muerte, como si la clave de la evolucin libidinal fuera conocer el descanso de las piedras?. En relacin a sta cuestin Lacan ya en Las Formaciones del Inconsciente se refiere a la reaccin teraputica negativa y dice: Freud descubre huellas de esa aspiracin, pero en tanto se articula en la resistencia de sujetos ms o menos caracterizados por el hecho de haber sido nios no deseados y con una irresistible inclinacin al suicidio. A medida que se enuncia lo que los aproxima a su historia de sujetos, ellos rechazan esa cadena significante en la que slo a disgusto han sido admitidos por su madre. Lo que aqu se afirma no es solamente un deseo de reconocimiento, sino el reconocimiento de un deseo. Y - contina Lacan - en nuestra opinin es esa relacin fundamental del sujeto con la cadena significante lo que est en el centro de Ms all del Principio del Placer y no tanto la criticable de una tendencia al descanso inanimado. Relacin del sujeto con el significante en tanto se le ruega constituirse en l y rehsa hacerlo, rehusando pagar una deuda que l no ha contrado, lo que tiene el efecto de perpetuarla: en sus masivos rechazos, el sujeto se encuentra cada vez ms ligado a ella. Voy a retomar la vieta clnica en que Martn est en la terraza, se toma del cerramiento, levanta la piernita y en se momento gira la cabeza aunque mirndome sin ver. Me aproximo e introduzco lo siguiente, tomo una pelotita de felpa y la arrojo por donde l quera irse, y lo invito a ir a buscarla. La segunda vez da grititos cuando la
encuentra, grititos que yo acompao. Se trata de un grito que no es
llamado. En los horarios de sesin es trado por su mam pero l parece no registrar cambio alguno cuando se separa de ella. A partir del juego de la pelota empieza a hacer lo siguiente. Cuando llega a sesin en lugar de entrar al consultorio, derribar todo y salir a la terraza, ahora va al consultorio, busca la pelotita y la tira por el mismo lugar por donde la mam parti. La vamos a buscar (me toma de la mano y me arrastra para ir a buscarla) dando grititos y en un momento dado cuando encontramos la pelotita, de los grititos recorto ac est. Hay una entonacin, una tonalidad sonora que lo permite, en el momento en que encontramos la pelota. Este es el nico momento en que siento que me registra en ese placer de encontrar la pelota. Me encuentra, nos encontramos a nivel del objeto. A partir de ese momento circunscribo el estar en la terraza slo a se momento. Cuando llega, luego de ese momento, entro al consultorio y me instalo. l entra y se ubica en la ventana que da a la terraza, dndome la espalda. Introduzco el mismo juego de la pelota pero entre la ventana y la terraza. De ahora en ms cuando llega entra al consultorio, toma la pelota, la tira, me toma de la mano para ir a buscarla diciendo acat, luego permanece girando en torno al consultorio, derribando lo que encuentra, o permanece dndome la espalda en la ventana mirando hacia fuera. A partir de ese momento cuando llega, lo espero con la pelotita (l entra prcticamente llevndome por delante) tomndola me dice acat. A partir de este momento cuando Martn toma la pelota y dice acat, introduzco en el espacio entre el nio y la madre chau mam, la madre la dice chau, Martn. En la sesin siguiente observo que cuando l madre le dice chau Martn no lo mira, me mira a m. No hay intercambio de miradas entre el nio y la madre cuando circula el significante. Esta situacin la trabajo con los padres en una entrevista en la que la madre dice cuando hablo tengo con Martn la impresin de que no existo para l. Entiendo que como consecuencia del valor de la palabra en transferencia, en la siguiente sesin en que se repite la misma secuencia: lo espero con la pelotita, l llega, la toma, dice acat, se re pero sin mirarme, digo chau mam la madre dice chau Martn, aparentemente como siempre pero en sta oportunidad va diciendo todo el tiempo chau mam, chau mam. Llega al consultorio, entra y en lugar de tirar como siempre la pelotita por la ventana, se dirige con la pelotita en la mano, por primera vez al espejo y dice mirando su imagen chau mam, le digo mam se fue, vos decs chau mam. Tiene la pelotita en sus manos, da vuelta la cabeza y esta vez por primera vez me mira, no me atraviesa con su mirada, mira nuevamente su imagen y dice Martn y me da la pelota en mis manos. Entiendo que en un comienzo, el Otro para Martn en su clausura autista, es algo a ser derribado como las sillas, pisado como sus
compaeros en un movimiento de fuga permanente. Mi intervencin
como analista con el objeto pelota introduce una alternancia presenciaausencia que corta el continuo de su errancia de un cuerpo puro real. El movimiento continuo lo suspende cuando toma la pelota y la tira esperando que lo acompae para ir a buscarla. Toma la diferencia que introduje con la pelota y hace de las diferencias, llamado. En un principio el encuentro con el objeto no es un reencuentro an. De sus soniditos recorto el acat que es un significante que nombra el objeto pelota, me nombra a m como analista, lo nombra a l encontrndose con placer en el objeto. El Otro queda incluido en el objeto y el significante que representa al sujeto y el significante que representa al Otro, estn ah solidificados, holofraseados. El Otro que es el analista en la transferencia introduce diferencias significantes: El acat en el lugar de un ruidito, y esto permite una salida, un corrimiento. Corta el continuo de la motricidad para nombrar al sujeto y al Otro con un significante tomado del Otro. En la secuencia del espejo, el chau mam mirado por la madre y el chau mam mirado por m en la escena del espejo, hace una diferencia que le permite verse y nombrarse. La pelota es aquello que l segrega como no siendo todo en la imagen. An no hay una atribucin. Para que haya atribucin de la imagen se requiere que haya funcionado una diferencia este no soy yo y precisamente por eso soy yo para que se d la identidad identificatoria y no un mimetismo. Esa diferencia en la sesin de anlisis est representada por el tercero en el lugar del analista, que funciona en ese caso como una mirada que establece una correspondencia biunvoca entre la imagen y l. La imagen comienza por ser un Otro de s mismo ese no soy yo antes de que se d el segundo paso de atribucin subjetiva ese soy yo que es lo que no se da en este caso. Hasta aqu desarroll las vietas clnicas respecto al anlisis de un nio individual, de un nio que adems concurre a Hospital de Da. Ahora voy a desarrollar algunas cuestiones en relacin a la consulta por un nio desde la perspectiva del Hospital de Da sin tomar el anlisis individual del nio. Santiago es un nio de cuatro aos y un mes. Viene la madre a la primera entrevista; el nio fue derivado a Hospital de Da por una psicoanalista que lo atiende hace poco ms de un ao en un Centro Mdico Psicolgico. La mam en la primera entrevista dice que su hijo es autista, que le hizo ese diagnstico una mdica psiquitrica cuando tena dos aos, le habl de un pronstico reservado y los deriv al Hospital Tobar Garca, y ellos salieron huyendo. Es bastante habitual que los padres deambulen por muchos especialistas en un tiempo que es crucial en la constitucin de la subjetividad. Los padres de ste nio haban sido derivados a terapia de pareja. Estuvieron en tratamiento durante un corto lapso de tiempo, pero me parece importante lo que dice
la madre respecto de este tratamiento para pensar la especificidad del
tratamiento institucional en patologas severas. Ella dice que la terapia de pareja los ayud mucho, pero ciertas interpretaciones no las toleraron, como por ejemplo, considera que la terapeuta mal interpretaba a su esposo en lo relativo a su posicin frente al trabajo. Que la terapeuta crea que su marido era pasivo y dependiente. El grupo familiar est constituido por el padre, la madre y tres hermanos varones entre doce y diecisiete aos. Santiago no habla, no controla esfnteres, a pesar de que est muchsimo ms conectado desde que tiene el tratamiento psicoanaltico, refieren los padres. La psicoanalista nos recomend consultar en Hospital de Da porque no lo aceptan en ningn jardn. En las entrevistas preliminares la mam comenta que Santiago vino con todo en contra, porque ella recin haba recibido un nombramiento muy importante en su carrera docente cuando naci. Tena que trabajar mucho porque su marido se haba quedado sin trabajo, sus hijos grandes eran bastante independientes y a ella le avergonzaba decirles que se haba quedado embarazada. El pap comenta que en todo el barrio no hay chicos de la edad, que sus hijos juegan a la pelota y no le dan intervencin, la mam responde no les tiremos la pelota a ellos. El padre dice, yo me pongo a jugar pero me revolea la pelota. Comenta que no habla, que un da dijo el nombre del perrito y como todos lo festejaron no lo dijo nunca ms. No controla esfnteres, la madre dice que hace meses que da seales, el padre dice los chicos le ensean a hacer parado, la madre dice si pero cuando van a hacer ellos. Se escucha que est vacante la funcin materna y hay la exigencia de que siempre la cumpla el otro. Luego, durante el resto de la entrevista, me transmiten que tienen hecho un organigrama para que siempre haya alguien con Santiago para darle de comer y llevarlo al bao porque la mam tiene que trabajar en dos turnos como docente. El padre permanentemente se queja de los otros hijos en forma muy adusta y la madre toma partido por ellos. El padre dice si ella no le da de comer, no le dejan comida, cuando puedo le hago papas fritas y si no, le doy golosinas. Les propongo conocer a Santiago y viene acompaado por su pap. Entra solito al consultorio sin manifestar ningn tipo de ansiedad, deambula permanentemente en crculos tocando con sus deditos las paredes, los muebles, como si no reparase mi presencia, con una mirada que todo lo atraviesa. Al pasar por un cesto de juguetes toma una vbora, la mira y se golpea con ella los dientes. Toma un cubo de espuma y salta haciendo sonidos, los repite muchas veces. Se sienta en el suelo. Me siento en la otra punta bien lejos. Toma el trompo, lo hace girar y lo golpea contra el piso. Desde mi lugar tomo sus sonidos pero con musicalidad, suavemente. Se empieza a acercar de rodillas siempre rebotando el trompo. Lo hace despacio mirndome de reojo hasta que se
queda pegado a m. Con el trompo se golpea los dientes y se pierde en
ese movimiento. Entonces intervengo tomando un pandero con una baqueta, haciendo el mismo movimiento que hace con sus dientes; yo lo hago con el pandero. Dejo la baqueta al lado y cuando yo retiro la mano l la toma y hace el mismo movimiento, los mismos golpecitos los da imitndome en el pandero. Luego se levanta y salta tirando el trompo hacia arriba. Le digo que l salta y que no es un trompo vos sos Santiago le digo. Toma mi mano la pone en el picaporte, se escuchan ruidos que hacen otros nios. Yo estoy con l para conocerlo y hacer las indicaciones respecto a Hospital de Da, por eso le digo vamos a ir donde estn los otros chicos. Lo acompao a la salida donde hay nios con las caractersticas de Santiago, se sienta en la mesita donde estn dibujando, toma un lpiz y un papel y lo raya. Luego se levanta, volvemos a la salita contigua donde estuvo anteriormente conmigo y cuando dos chicos lo siguen y entran y quieren tomar los chiches con los que l estuvo, se pone en un rincn como un bollito y se muerde. A partir de lo observado, la indicacin es en un comienzo un acompaamiento teraputico individual para que se vaya integrando al grupito de a poco. Un grupito donde hay otros cuatro nios que realizan actividades de sala, musicoterapia y psicopedagoga. Respecto del acompaamiento teraputico o terapia de sala a cargo de un/a psiclogo/ a en funcin de acompaamiento teraputico es un espacio que implica el sostenimiento de la cotidianeidad del nio, atendiendo la subjetivacin que a su vez implica la posibilidad de aprendizajes y de lazo social. La terapeuta de sala informa que Santiago en un comienzo permaneca golpeando con objetos duros, pisos, paredes, produciendo muchos ruidos, se quedaba absorto aislndose. La acompaante terapeuta interviene para significarle las vivencias de dolor cuando se muerde, cuando le pegan, que pueda discriminar el hambre de la sed. Empez a decir agua, tita (por galletitas) que pueda compartir juguetes, que pueda compartir el terapeuta de sala sin autoagredirse. La terapeuta de sala juega con l a ir corriendo a sacarle el juguete al compaero cuando se lo sacan y luego juega a prestrselo. Hacen rondas con pelotas para que circule el objeto entre l y los otros. Como se adhera a las imgenes habamos implementado el pegarle fideos o papeles de recortes de diario sobre las imgenes pregnantes. En este perodo la musicoterapeuta acompaaba sus sonidos introduciendo silencios. Durante mucho tiempo hizo un trabajo de cubos de espuma en colchoneta, disfrutando con su cuerpo y pidiendo ms. Luego pas a estar atento a muecos que hacen pis, hacen caca y comen. El momento del desayuno es muy importante, que pueda decir que no sin tirar la leche, que pueda compartir galletitas. La terapeuta de sala est muy atenta a los comentarios de los padres en
el momento de recibir o de despedir a los nios. Aquellas cuestiones que
los padres plantean que exceden a su posibilidad de escucha, los remite a la psicloga coordinadora, a la direccin o a la sesin multifamiliar segn la ndole del problema. Se plantean diversas cuestiones cotidianamente. Por ejemplo, un da que lo acompaa el pap y como siempre lo lleva al bao inmediatamente, luego sale y le dice a la terapeuta de sala que luego insista ella porque es raro, no hizo pis y debe ser porque tengo las manos fras. Entonces la terapeuta de sala no le dice nada pero a la salida, cuando el padre viene a buscar al nio tuvo que comentarle que ella hizo cmo l le pidi, pero que Santiago dijo no, no, se neg; que entonces ella le dijo a Santiago que iba a hacer todo lo posible, que cuando l diera seales, ella lo iba a llevar al bao, pero que finalmente como todava no se conocen mucho, l no dio las seales o ella no lo pudo entender y se hizo pis. El pap se enoja mucho entonces la terapeuta de sala trata de escucharlo, de contenerlo y lo cita para que venga a hablar del tema. Otro da la mam comenta que Santiago se niega a comer la comida, que est comiendo papilla que no comi nunca, porque siempre coma comida dura. La caquita est tambin ahora muy blanda, como la de un beb. Los terapeutas de Hospital de Da informan en ese momento que Santiago ya se deja hacer upa, le da besitos a sus compaeros. En el autismo decimos que se da la imposible alienacin al Otro, no ha recibido marcas. En el ejemplo anterior decamos que hay una mirada que no ve en tanto que ha habido dificultades en los tiempos instituyentes. O sea que un nio puede ver, cuando hay marcas de respuesta a partir del Otro Primordial. Vemos que no se trata de rechazo, ni de indiferencia, sino de un no reconocimiento. Santiago, decamos que tena una mirada que o bien atravesaba todo o bien quedaba adherido a una imagen. Esto se daba sobre todo con nios o adultos porque no obstante poda conectarse por ejemplo con un juguete. Un da comenta la mam que le llam la atencin cuando ella lo traa a la institucin en colectivo, ella vena sentada delante de l y lo miraba por el espejo. Se preguntaba si Santiago la esperara o no para bajar. Ella estaba en estas elucubraciones, prximo a llegar, y ve que Santiago se acomoda la mochila, (o sea reconociendo que se tiene que bajar) y la mira a ella y le sonre. Desde el tiempo en que Santiago atravesaba con su mirada sin ver (en los comienzos del tratamiento) y esta escena hay toda una serie de cambios que hace al posicionamiento en relacin a la estructura familiar. En un comienzo mientras Santiago segua con su anlisis y con las actividades de Hospital de Da. , Tanto su mam como su pap fueron abrindose espacio en el dispositivo institucional tanto en las sesiones multifamiliares o con entrevistas conmigo a cargo de la direccin del equipo de ese momento. Se trata de un espacio no convencional
necesario en las estructuras familiares de nios autistas. La caracterstica
del nio autista es la errancia, la fuga en la relacin con el Otro. El nio como nudo presentifica la estructura; en este caso la caracterstica de esta estructura familiar mostraba justamente la errancia como modo de relacin: no quiere decir que no se conecten, sino que se conectan donde no se espera, con un modo de relacin al Otro que es la fuga en el extremo de la angustia. En estas entrevistas en las que venan juntos o separados, no buscaban ningn supuesto saber. Yo tengo la impresin que venan a comentar todos los intentos que estaban haciendo denodadamente para encontrar algn orden en la situacin catica en la que vivan; como un modo de encontrar una creencia en la palabra, como Otro testigo. El pap de Santiago nunca haba podido sostener un trabajo ms de tres meses seguidos porque se aburra. Esto lo deca entre lneas la madre y no en presencia de l. En l - desde la madre - haba un encono hacia el hijo mayor con el que no se hablaba. La mam trasmita que encontraba esencialmente el mismo modo de relacionarse con ella en su esposo, en su hijo mayor y en el nio por el que consultan, como si se tratara de tres autistas. El hijo mayor estaba en el ltimo ao del colegio secundario pero no sala nunca. El marido viva peleando con los hijos para que no la cansaran a ella porque trabajaba mucho. Y con el nico por el que l senta un idilio (esto desde el discurso de la madre) era Santiago que lo rechazaba. El nio pareca entender la situacin porque cuando l estaba mal con los otros hijos era cuando ms lo rechazaba. El hijo mayor tambin viva pendiente de Santiago y sobre todo - dice la madre - lo usa para acercarse a m. Lo cargosea para que me d besos pero yo tengo la impresin que el que me besa es l. Mi hijo mayor slo quiere estar conmigo y que el padre se vaya. Mi marido me acusa que yo tomo parte por ellos pero lo que pasa es que l los humilla y les exige todo lo que l es incapaz de hacer. Ante esta situacin yo tena bien presente que haban intentado infructuosamente una terapia de pareja y adems escuchaba que no haba demanda alguna en ninguno de los padres. La madre aparentemente se mostraba ms dispuesta pero no lograba implicarla en una demanda para ella. El padre se ocupa de llevar y traer al nio, de controlar la mochila, de concurrir a las sesiones multifamiliares donde los padres de los nios lo interpelan. Se fueron dando una serie de movimientos en la familia, cambios en el trabajo del marido, en uno de ellos con un fracaso estrepitoso. En esa oportunidad se produce un nudo conflictivo muy importante. Ella comenta que para salir de las deudas l la presiona para que hipotequen la casa. La presiona de la siguiente manera: l se encierra sin comer y sin hablar, no habla con nadie, el grupo familiar siente que puede ocurrir con el padre cualquier cosa. l dej de venir a la institucin despus del fracaso de su trabajo porque nunca comentaba sus dificultades, siempre estaba a la espera de grandes
negocios en el rubro en el que se desempea. Desde el discurso de la
madre, por primera vez ella no se asusta, y le dice que no piensa darle un peso ms, que para levantar deudas tiene que trabajar, que no crea que por el problema de Santiago no se va a separar y que no piensa hipotecar la casa. Es en este punto que ella conecta con su historia y dice no voy a hacer lo que hizo mi madre que se qued en la calle porque mi padre se fundi. Y agrega se fundi para irse lejos de ella porque en realidad recin ahora me doy cuenta que en realidad ellos estn separados y no es que viven separados porque tienen problemas laborales como dicen. Su padre tambin esper toda la vida grandes negocios en el mismo rubro que su esposo. En fin, es una situacin complejsima en la que intervienen los efectos de por lo menos tres generaciones, como dice Lacan. Pero lo que quera sealar es que a partir de esta situacin la mam de Santiago me dice que una amiga que es mdica psiquitrica le hizo ver que no es que ella no quiso tener a Santiago (esto que ahora reconoce jams lo haba enunciado) sino que cuando ella qued embarazada se haba dado la misma situacin que ahora. Que ellos haban entrado en una especie de locura y que en aquel momento ella no pudo hablar con su marido como ahora porque ella entr en pnico. Ahora que habl y me vio firme l entendi. El pap de Santiago pone una verdulera en un local al frente de la casa, claro que no es lo que a l le gusta pero algo es, dice la madre. Ahora todos tienen su actividad, mi hijo mayor tambin porque est en la facultad y con sus cosas. Comenta que ahora todo es diferente porque no slo ellos se han abierto sino que ahora la cosa est abierta, antes no porque ocultaban el problema de Santiago. Ahora puedo hablar con Santiago dice la madre - salir con l, podr llevarlo a la escuela. Empieza a trasmitir un cambi en la estructura familiar donde este nio ocupa un lugar ms. Entre un momento y otro ha habido un cambio en la posicin de esta mam respecto a este hijo. Decamos que en el autismo no slo falta el significante Nombre del Padre sino todo significante que lo ubique en alguna imagen. En el Hospital de Da la terapeuta de sala comenta que en el momento de la salida, tomado de la mano de la terapeuta, por ese tiempo deca vamos, mam, no poda decir por ejemplo me voy a ver a mam. Otro da que el pap lo traa al llegar a la institucin tomado de la mano del pap dijo viva, viva. En el Hospital de Da Santiago pudo transitar un tiempo de despedida, se hizo el trabajo de derivacin a la escuela en la zona donde viven y tambin fue derivado a una psicoanalista de la zona en que viven.