(Reseña) La Relacion Paciente-Terapeuta - Coderch

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LA RELACIN PACIENTE - TERAPEUTA

Autor: Joan Coderch


Editorial Paids, Barcelona, 2001. 261 p.
Resea por Angeles Codosero Medrano. Psicloga clnica y psicoterapeuta
psicoanaltica
En el presente libro, el autor, se adentra en el estudio de la relacin paciente-teraputa
desde diferentes perspectivas, mostrando matices que hasta ese momento no se
haban tenido suficientemente en consideracin, y que indudablemente repercuten en
la prctica psicoanaltica. Hace una reflexin profunda en temas muy actuales, dentro
de la investigacin psicoanaltica, sobre los efectos teraputicos del psicoanlisis y los
dos pilares sobre los que descansa: la interpretacin y la relacin. Su profundo
conocimiento y formacin, adems de su visin abierta, en otras corrientes, como por
ejemplo el psicoanlisis relacional y otras disciplinas como por ejemplo la filosofa del
lenguaje o la neurociencia, hacen que el presente libro sea un estmulo para el
crecimiento del psicoanlisis actual.
Coderch empieza la Introduccin del presente libro, diciendo que somos
psicoanalistas porque no poseemos el conocimiento de la mente humana, y que cada
avance que se produce en este campo, nos enfrenta a inesperadas preguntas, a las
que debemos intentar dar respuestas. Y es, en este sentido, de conocer y dar
respuesta a los interrogantes que se nos plantean, que utilizamos el mtodo
psicoanaltico, basado en el dilogo. En mi opinin, es tambin en este sentido que
Coderch escribe cada uno de sus libros y artculos, como el presente, intentando dar
respuesta a interrogantes que se le plantearon al finalizar La Interpretacin en
Psicoanlisis (1995).
En este libro podemos ver, un claro cambio de perspectiva, donde Coderch empieza a
hacer hincapi a la relacin paciente-terapeuta, en el proceso teraputico, donde las
interpretaciones que un terapeuta ofrece a un paciente no son nada en s mismas, si
las consideramos aisladas de la relacin. Acaba afirmando que la relacin es en s
misma teraputica, siempre que est desarrollada en un clima de libertad de expresin,
franca aceptacin, sinceridad, ausencia de crtica y enjuiciamiento; unido todo ello, a la
constancia y regularidad, de espacio, tiempo, lugar, metodologa bsica (setting o
encuadre). Coderch seala que, en el psicoanlisis tradicional se da por garantizado
desde el primer momento el setting, y a partir de ese momento, lo que cuenta es la
habilidad del terapeuta para interpretar y la actitud del paciente para asimilar las
interpretaciones; pero en cambio en el psicoanlisis relacional, el setting (interno y/o
externo), pasa a ser foco central del tratamiento, donde los conflictos y perturbaciones
de los pacientes se exteriorizan, debido a su forma de afrontar el setting y a su relacin
con el terapeuta, por lo que es fundamental ofrecer al paciente un espacio de relacin
que le permita: pensar sus pensamientos, vivir sus sentimientos y restablecer la
conexin con los aspectos disociados y perdidos de su self. La posibilidad de ofrecer
este espacio depender bsicamente de la idoneidad del terapeuta para establecer
unas relaciones beneficiosas para el paciente.
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Para Coderch el objetivo, y propsito de este libro, es el de estudiar, con detenimiento,


aquello que sucede entre los dos protagonistas de la teraputica psicoanaltica, en
cuanto son dos personas que estn relacionndose entre s, para conseguir la ayuda
demandada. Considera que esta atencin a la relacin en s misma, nos permite
captar, con mayor exactitud, tonalidades de la relacin que hasta hace poco nos han
pasado desapercibidas: la interaccin constante en la que uno y otro aportan toda su
historia personal, sus experiencias y sus expectativas; el campo intersubjetivo, formado
por la conjuncin de dos distintas organizaciones psquicas; la psicologa de dos
personas que emerge de la reunin de dos psicologas individuales; la mutualidad y la
negociacin sobre las que transcurre el proceso teraputico; la construccin de
significados a travs del dilogo, etc
Coderch considera que la visin que se ha tenido, hasta ahora, en psicoanlisis de la
relacin paciente-terepeuta, ha sido parcial y encerrada en una determinada teora que
descuida todo lo que no entre en sus presupuestos bsicos: la teora freudiana del
conflicto impulso-defensa, la teora kleiniana, la psicologa del yo, la psicologa del self
etc. Aunque son muchos los autores que cita, como los pioneros que asentaron las
bases para este cambio de actitud, destaca a D. Winnicott, H. Kohut, y H. Rosenfeld.
Adems de los autores de la orientacin propiamente relacional que cita, como a M.
Gill, H. D. Orange, R. Schaffer, etc
Segn Coderch, otra de las cosas que ha puesto en relieve el psicoanlisis relacional,
es el papel creador del lenguaje. El lenguaje ha sido utilizado como un simple
instrumento, sin preguntarse nada sobre el mismo. La filosofa del lenguaje, en su
vertiente hermenutica, la antropologa y la lingstica, nos han mostrado que el
lenguaje no es un mero instrumento para comunicarnos, destacando dos autores M.
Heidegger y L. Wittgenstein en la introduccin de esta nueva concepcin del lenguaje.
Para Coderch, a pesar de las profundas divergencias, la hermenutica, el
postestructuralismo y la cultura posmoderna coinciden en dos puntos clave: toda
experiencia es lingstica, y todo conocimiento es interpretacin. Coderch considera
que el lenguaje (verbal y no verbal) tiene un papel decisivo en la experiencia y creacin
de significado, a la hora de estudiar la relacin paciente-terapeuta.
El captulo I Las Repercusiones de la Cultura Contempornea en el Pensamiento
Psicoanaltico, es de gran complicacin, pero importantsimo para poder comprender,
en toda su extensin, los siguientes. Se ocupa de la influencia que han tenido, en el
pensamiento psicoanaltico, los movimientos sociolgicos, culturales y filosficos,
especialmente la cultura o pensamiento posmoderno, y como han intervenido en
algunas modificaciones de la teora y prctica psicoanaltica, para lograr una mayor
compresin de la relacin paciente-terapeuta. Coderch en este libro, no considera, los
avances de la neurociencia, que s considera en obras posteriores, dando mayor
solidez a sus argumentos sobre la comprensin de la relacin paciente-terapeuta.
Para Coderch, el pensamiento posmoderno puede comprenderse como una reaccin
al extremo positivismo, neopositivismo y empirismo lgico, que impregnaban la ciencia,
la cultura, la filosofa, y en general, la concepcin del mundo y de la vida del siglo XIX y
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primera mitad del siglo XX. Esta concepcin se caracterizaba por el positivismo, la fe
en la razn y en la ciencia, por el convencimiento de que hay verdades esenciales y de
que, mediante la inteligencia y las investigaciones cientficas, la verdad ir siendo
descubierta progresivamente, y la humanidad acabar por dominar a la naturaleza. Las
supersticiones, las religiones y los mitos desaparecern, y el conocimiento cientfico
guiar la vida de los seres humanos de una forma racional para conducirles a la
felicidad. Freud era un tpico representante de este tipo de pensamiento; aunque al final
de su vida, en Anlisis terminable e interminable, parece que haba abandonado gran
parte de este pensamiento. Freud, y los cientficos de esta poca, intentan eliminar el
factor subjetivo en las investigaciones, y se afanan por encontrar leyes universales que
lo explicaran todo de forma objetiva. La insistencia de Freud de neutralidad,
abstinencia, anonimato, objetividad, era una manera rgida de separar el observador de
aquello que era observado. Fueron los fsicos los que cayeron en la cuenta de que el
observador modifica aquello que observa, y que el principio de objetividad no se
sostena. Al mismo tiempo, los avances de la tecnologa en los medios comunicacin
dan lugar a la instauracin de una era en la que predomina la realidad virtual sobre la
realidad y experiencia directa. Todo ello, ha ido originando, lo que conocemos como
cultura o pensamiento posmoderno.
Coderch hace, en este captulo, una sntesis de lo que l considera que es el
pensamiento posmoderno, debido a las divergencias que existen. El pensamiento
posmoderno se opone la fe ciega en la ciencia, en el razonamiento y la metodologa
cientfica. Y desde este punto de vista, la verdad es perspectiva, plural, fragmentada,
discontinua, calidoscpia y siempre cambiante.
Coderch distingue entre posmodernidad para denominar una etapa histrica, y
posmodernidad como concepto para clasificar una cultura. Desde el punto de vista
histrico nos hallamos en la posmodernidad, pero desde el cultural nos hallamos en la
dialctica modernidad/posmodernidad. Y dado que el psicoanlisis tiene muchos
puntos en contacto con el pensamiento posmoderno, dado que los temas de inters
son las relaciones, el self, la subjetividad, el conocimiento y la realidad, es por lo que el
psicoanlisis, paralelamente, se encuentra en la dialctica psicoanlisis tradicional y
psicoanlisis relacional.
Coderch intenta profundizar un poco ms sobre la dialctica modernidad/
posmodernidad. La filosofa moderna conceptualiz el self, como una identidad
diferenciada y estable; en cambio la posmodernidad rechaza la idea de que los seres
humanos tengan un ncleo central y unitario, dada su desconfianza en la cultura de la
Ilustracin, basada en la confianza de que la razn liberara a la humanidad de todos
sus males. No se trata, segn Coderch, de que la cultura posmoderna rechace la
ciencia y la tcnica, sino que no confa que se puedan descubrir verdades universales.
Los pensadores posmodernos son partidarios de una valoracin del self y de la
sociedad basada en las reglas de los sistemas del lenguaje. Los posmodernos de
orientacin construtivismo social, argumentan que los sucesos no tienen otra realidad
que las descripciones lingsticas, lo mismo ocurre con el self individual y con la
identidad. El self, de acuerdo con esta orientacin, slo es una experiencia que se
desarrolla en funcin del entorno social, del momento, de manera que cada sujeto
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posee diversos selfs, segn los diferentes entornos y requerimientos de su vida social y
profesional. Desde este punto de vista, el mundo y la realidad son construcciones a
travs del lenguaje y las convicciones sociales. Esta visin nos conduce a una
creatividad, para jugar con la perspectiva del self y de la propia identidad, por lo que la
vida humana es juego y este es el sucesor de la realidad.
Coderch aclara que el pensamiento posmoderno no es relativista, de lo cual se le
acusa, sino pluralista. Aclara que para el relativismo, una proposicin puede ser
verdadera o falsa, segn la perspectiva desde donde se la mire. Y el pluralismo
sostiene que no existe una nica posible descripcin del mundo, y por lo tanto no hay
una proposicin verdadera o falsa, sino diversas perspectivas o teoras para explicar la
realidad, y no son necesariamente incompatibles. Coderch, de acuerdo con esto,
entiende la posmodernidad como una modernidad sin falsas ilusiones, como un estado
de la mente, donde la ambigedad, el pluralismo, la contingencia, y la incertidumbre, no
son vistas, como distorsiones o patologas que han de ser vencidas, sino como modos
de experiencia social y cientfica que ponen en evidencia la imposibilidad de la
objetividad total y de la verdad absoluta y universal.
Coderch aclara que se ha de distinguir entre el pensamiento posmoderno, cnico y
radical, influido por filsofos europeos ( Nietzsche y Heidegger), del pensamiento
posmoderno positivo emparentado con la cultura angloamericana. Y es en este ltimo
donde se encuentra emparentado con el interpersonalismo de H. S. Sullivan. Adems
los psicoanalistas de orientacin posmoderna se siente atrados por el pensamiento
kleiniano, y especialmente por Bion. Esto no es de extraar, segn Coderch, si se tiene
en cuenta que el denominador comn del psicoanlisis influido por el pensamiento
posmoderno es la interaccin paciente-analista, en el papel que desempea el analista
en la transferencia del analizado y el rechazo del modelo donde el analista es un
observador distante, que interpreta sin tener nada que ver con lo que sucede en la
mente del paciente, propio de la psicologa del yo. Bion ha influido en el pensamiento
posmoderno por la importancia que da a la imaginacin, a la fantasa, a lo desconocido
y al punto 0, equivalente a lo que los psicoanalistas relacionales denominan la
autntica subjetividad. Pese a todo lo expuesto sobre la influencia del pensamiento
posmoderno positivo, Coderch considera que, no se puede abandonar la aspiracin a
la ciencia, pero hay que entenderla como una empresa social en busca de una verdad,
que puede ser evaluada pragmticamente, pero sin poder acceder totalmente a ella.
Para Coderch, la penetracin de la posmodernidad en el psicoanlisis ha dado lugar a
dos tipos de efecto. Por un lado se han desarrollado nuevas orientaciones, que incluso
han creado escuela. Y por otro lado, estas orientaciones, se han introducido en las
escuelas tradicionales y han motivado transformaciones. Una de las transformaciones
ms importantes que se est dando, en la teora y la prctica psicoanaltica, es la
manera de entender la transferencia. Globalmente ha sido vlido para todas las
escuelas, entender la transferencia, como una distorsin de la persona del analista al
serle proyectada las imgenes internas del paciente. El analista, por su parte, siempre
se ha considerado como alguien dotado de una visin objetiva de lo que ocurra para
advertir al paciente de los falseamientos que lleva a cabo en su relacin con l. A partir
de la influencia de lo comentado hasta ahora, cada vez son ms los psicoanalistas que
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consideran el impacto del analista sobre el paciente, y debe examinarse como parte
intrnseca de la transferencia, la cual es vista como basada en la mutua contribucin de
ambos participantes en interaccin. Es decir, la transferencia es vista como un hecho
psquico, que tiene siempre una significante y plausible base en el aqu y ahora de la
realidad del analista. El objetivo principal, en el modelo de transferencia visto, como
una nueva experiencia, es su plena vivencia y comprensin y, en ella la reparacin del
llamado defecto o dficit como huella de un desarrollo alterado. Coderch dice, en el
presente libro que los dos modelos se combinan y complementan.
Por todo ello, Coderch, tambin manifiesta que el tratamiento psicoanaltico, cada vez
ms, se ha comparado con un proceso de desarrollo, similar al que viven los nios en
relacin con sus padres, lo cual ha influido en la manera de discernir la transferencia y
los efectos de las interpretaciones. Con ello, no se trata de adoptar una actitud
parental, sino de utilizar los conocimientos acerca del desarrollo infantil, para
comprender los movimientos transferenciales y las necesidades emocionales del
paciente.
Igualmente Coderch, considera que todas las transformaciones en la teora acaban en
transformaciones en la prctica, y que en lugar de hablar de metas a conseguir en el
proceso analtico, se decanta por hablar de expectativas, y lo enlaza con el siguiente
captulo.
La cuestin que se trata en el Captulo II El Objetivo de la Relacin PacienteTerapeuta: El Cambio Psquico, ha sido siempre una cuestin de mxima importancia
dentro de la teora y la prctica del psicoanlisis. Coderch, a pesar de la gran dificultad
que ello comporta, y las mltiples opiniones y dudas, se ve en la necesidad de
reflexionar sobre el cambio psquico, dado que este es el objetivo que persiguen, tanto
el paciente como el terapeuta, en su relacin. Tambin, por lo tanto, se pregunta por la
relacin de ste, con el concepto de modificacin de estructura.
Coderch cree que, para los psicoanalistas, en relacin con el proceso psicoanaltico, la
idea de que no hay nada inmutable y de que todo se halla en permanente flujo, es
particularmente atractiva, porque se aproxima a nuestro concepto de mente. No
consideramos la mente como algo esttico y fijado, sino como un conjunto de funciones
psquicas en continuo movimiento, el resultado de una constelacin de pulsiones,
fantasas, emociones, deseos y ansiedades que interaccionan constantemente entre s,
y junto con los estmulos externos y del propio organismo. Concebimos la mente como
algo que se halla en estado de movimiento ininterrumpido. Desde este punto de vista,
el cambio es posible porque la mente es dinmica, y a la vez los pacientes continan
siendo ellos mismo, dado que no altera la identidad de una cosa, dado que en s misma
es movimiento. Lo que se ha modificado en los pacientes de los que decimos que han
cambiado, es el sentido, el equilibrio y la configuracin de este constante movimiento
de funciones psquicas que constituyen nuestra mente. Todo ello, segn Coderch, lleva
a la nocin de estructura, puesto que toda funcin revela una determinada estructura
de los elementos que intervienen en ella, y consecuentemente, todo cambio de funcin
refleja una modificacin de la estructura.
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Coderch considera til diferenciar entre estructuras psquicas nucleares y estructuras


psquicas derivadas o secundarias. Las estructuras psquicas nucleares son las que se
crearon en las primeras fases del desarrollo infantil. Son difcilmente influibles,
obedecen a las pautas del proceso primario, y tienden a ser inconscientes. Con la
maduracin, a partir de tales estructuras nucleares, evolucionan otras, ligadas a las
emociones, conflictos intrapsquicos y defensas; as como procesos de relacin
interpersonal y de adaptacin, que son significativamente influibles por las experiencias
interpersonales.
Para Codech, el llamado cambio estructural, ha sido abandonado, sustituyndolo por el
de descubrimiento y expresin de la autenticidad del paciente, la adquisicin de nuevas
pautas de relacin con los otros, y con uno mismo, as como la utilizacin de la
estructura bsica con otra modulacin y otros objetivos.
Se puede abordar la visin de la estructura de la mente, tanto a partir de la manera en
que estn ordenados, entre s, los diferentes elementos que la constituyen, como de las
funciones mentales, organizadas y vinculadas entre ellas, segn determinadas pautas.
Como la mente no es visible, podemos detectar sus funciones: memoria, atencin,
deseo, emociones, y a partir de estas funciones conjeturar la existencia de una
estructura de las que son expresin. Coderch considera que el concepto de estructura
subyacente a las funciones psquicas es imprescindible. Adems de su poder
explicativo, este concepto establece enlaces entre el psicoanlisis y la investigacin en
neurofisiologa y psicologa cognitiva. Estudios de Schwartz sugieren que el concepto
general de estructura psquica se halla en la frontera entre el soma y la psique, y que
esta estructura psquica est en estrecha relacin con la organizacin biolgica.
Adems, se deduce que las variaciones en el input, a causa de los estmulos
ambientales y de las relaciones interpersonales durante los primeros periodos de
crecimiento, tienen efectos sobre la estructura cerebral y sus funciones.
Entonces, Coderch, se pregunta de qu manera se explica el cambio en el curso del
proceso psicoanaltico, si consideramos que las estructuras son pautas estables en el
flujo continuado de los procesos psquicos, y, suponiendo, que se hallan entrelazados
con una determinada base biolgica. J. Sandler y A.M. Sandler quienes juzgan el
cambio psquico consistente en un cambio estructural, resuelven la cuestin anterior,
diferenciando entre cambio estructural y cambio en la organizacin de la estructura, y
este ltimo es el nico cambio factible. Hablan que los cambios en el funcionamiento
del yo, como la regresin, no involucran cambios en la estructura, proceso que ellos
denominan la perdida de la autonoma funcional. En contraste, la autonoma estructural
slo se pierde en el curso de ciertas patologas orgnicas y psicticas. En relacin con
los procesos de cambio, creen que, si consideramos los procesos progresivos, en lugar
de los regresivos, se puede decir que el resultado de nuevas estructuras y de una
distinta organizacin estructural da como resultado la inhibicin de viejas soluciones
frente al conflicto. Coderch, siguiendo a los anteriores autores, dice que, casi con toda
seguridad, los conflictos nucleares no se resuelven nunca, y lo que se puede alcanzar
es que el paciente encuentre nuevas soluciones para los antiguos conflictos, partiendo
de las mismas estructuras bsicas.
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Por todo lo dicho, el cambio psquico se alcanza mediante la elaboracin de las


interpretaciones que le ofrece el analista acerca de sus fantasas inconscientes,
expresados primordialmente en la relacin transferencial, y tambin en la relacin con
otras personas de su entorno, por lo cual hablamos de interpretaciones transferenciales
y extratransferenciales. Coderch afirma que las relaciones de soporte,
acompaamiento y direccin, pueden favorecer la aparicin de cambios psquicos, e
incluso de posibles modificaciones estructurales (secundarias o organizaciones
estructurales); pero es, tambin la experiencia de la vida, fuera de toda relacin
teraputica. Pero esto no nos autoriza a colocar en un mismo plano la experiencia y la
relacin de soporte y acompaamiento, por un lado, y el insight y la interpretacin de la
experiencia de la relacin, dentro del setting psicoanaltico, por otro. Lo que sostiene
Coderch, no es slo que la interpretacin y el insight pueden dar lugar a cambios
psquicos significativos, sino que esta nueva experiencia de relacin es promotora de
cambios psquicos, en la medida en que las fantasas inconscientes y emociones
subyacentes a ellos son comprendidas y elaboradas gracias a la interpretacin y el
insight.
Coderch aclara la diferenciacin entre cambio psquico y resultados observables,
puesto que tienden a equipararse. Para Coderch, el verdadero cambio psquico es la
modificacin de las organizaciones estructurales, y no ha de confundirse con lo que se
observa externamente en el comportamiento. Se refiere a una reorganizacin de las
relaciones objetales internas, es decir, de las relaciones de los objetos entre s, y de las
relaciones del self con los objetos. La diferencia estriba en la manera en la que se llega
a esta nueva configuracin estructural, segn las diferentes escuelas. Para Coderch, la
manera en que se puede producir el cambio psquico es a travs, casi exclusivamente,
de la nueva experiencia de la relacin paciente-terpaeuta, y con escaso papel de las
interpretaciones, ya que los conflictos que no son verbalizados no pueden hacerse
conscientes ni quedar resueltos, ni los elementos de los que se componen son
susceptibles de pasar a disposicin del yo. Se habla de la capacidad de empata,
contencin, inters, es decir, la nueva experiencia de relacin como principal agente
teraputico. Coderch considera que la interpretacin, como aquello que desconoce de
s mismo, es insuficiente como agente teraputico, pero no la interpretacin que
sustenta la nueva relacin, sea la interpretacin e insight de la nueva experiencia de
relacin.
En el captulo III Sobre la Relacin Paciente-Terapeuta como Unidad Bsica de
Investigacin, Coderch afirma que, para numerosos psicoanalistas, la mente aislada
del paciente no es el objetivo de investigacin en el curso del proceso teraputico, sino
la unidad formada por la relacin entre uno y otro, objetivo de estudio del psicoanlisis
relacional. El psicoanlisis relacional surge de la convergencia de diferentes teoras,
espacialmente de las teoras britnicas derivadas de la teora de las relaciones
objetales de Klein y Fairbain, el psicoanlisis interpersonal norteamericano derivado de
Sullivan, y las investigaciones del desarrollo infantil. La diferencia entre la teora de
Klein y la de Fairbair, es que, en esta ltima, las pulsiones sexuales y agresivas pierden
su carcter central, y donde la motivacin del ser humano est en la necesidad de
buscar conexiones con los otros, mientras que para los kleinianos las pulsiones
conservan toda su fuerza.
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Coderch destaca como antecedentes histricos del modelo relacional a Ferenczi, cuya
obra versa sobre las relaciones entre el paciente y el terapeuta, especialmente de que
el analista no repita la histria infantil de paciente, de no convertirse en un agente
traumatizante y participante de su trauma infantil; por lo que entiende la transferencia
no como algo que surge de la mente del paciente, sino como una co-creacin conjunta
paciente y analista.
Coderch opina que cada vez son ms los psicoanlistas que opinan que, cualquier acto
durante la sesin, ya sean interpretaciones, intervenciones como los silencios, y
comportamientos, son un acto de relacin con el paciente.
El psicoanlisis relacional tiene inters simultneo por lo intrapsquico y lo
interpersonal, pero lo intrapsquico, es visto como la internalizacin de las experiencias
interpersonales, mediatizadas por las disposiciones genticas y neurofisiolgicas. As,
para Coderch, son complementarias, y entendiendo las relaciones tanto internas como
externas, tanto reales como imaginarias, siendo centrales en la formacin y desarrollo
de la mente humana as como en su patologa y, en el tratamiento de esta.
Coderch considera que el psicoanlisis relacional no es una escuela unificada e
integrada, pues parte de diferentes corrientes, si no que ms bien agrupa distintas
maneras de enfatizar la importancia de las relaciones interpersonales y su repercusin
intrapsiquca, tanto en el desarrollo como en el proceso psicoanaltico. Para Coderch el
psicoanlisis relacional aporta un enriquecimiento al psicoanlisis tradicional.
Coderch para profundizar en el concepto de interaccin, diferencia entre enactment,
acting-out, y acting-in, sin confundirse con la totalidad de la interaccin. El concepto de
enactment se utiliza para describir la manera en el que el paciente y el terapeuta
actan verbalmente y no verbalmente, el uno sobre el otro. Es decir como una forma
continuada de comunicacin inconsciente, influencia interpersonal y persuasin entre
paciente y analista. Por otra parte, el acting-out se entiende como una forma de
comportamiento compulsivo del paciente, como una forma de expresar sus conflictos y
ansiedades fuera de la sesin, en lugar de vivirlos en la transferencia con el terapeuta.
Se trata de actuar en lugar de pensar. Coderch diferencia entre acting-out destructivo y
comunicativo. Y la diferencia entre el acting-out y el enactment, es que el primero es un
comportamiento impulsivo abiertamente detectable, y el segundo se trata de una
encubierta y continuada relacin interpersonal dentro del setting. Otra diferencia es que
el acting-out destructivo supone un ataque contra el terapeuta, mientras que en el
enactment forma parte de los matices de dicha relacin. El acting-in viene a significar
algn tipo de actividad, verbal o no verbal, que impide el funcionamiento mental del
analista. Este trmino ha cado en desuso por el de vivir en la transferencia,
entendiendo que el paciente tiene la necesidad de comunicar al analista, a travs del
intercambio emocional, aquellas ansiedades, fantasas y experiencias, pertenecientes a
niveles preverbales y de caractersticas psicticas, que no conoce y no puede expresar
con palabras. Esto enlaza el pensamiento de numerosos analistas poskleinianos,
como Bion, Rosenfeld, con el psicoanlisis relacional.
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Coderch seala que, en la teora kleiniana, la interaccin con el paciente se enfoca


primordialmente con el concepto de identificacin proyectiva y del modelo continentecontenido de Bion. Actualmente Coderch seala que el concepto de identificacin
proyectiva no pertenece exclusivamente a lo intrapsquico, para introducirlo en el
campo de la interaccin y de las relaciones interpersonales. Dicho de otra manera, la
identificacin proyectiva, como la transferencia, se produce en la relacin de dos o ms
personas, empleando la identificacin proyectiva tanto para comunicar y hacerse
comprender, como para provocar en el otro determinados sentimientos o deseos.
Tambin el analista proyecta en el paciente, como ocurre siempre entre dos
interlocutores. Coderch menciona a Tous, que se ha ocupado de precisar distintos tipos
de identificacin proyectiva por parte del analista.
Coderch seala la gran contribucin en el psicoanlisis, en el campo de la teora y la
prctica, en lo que concierne al proceso psicoanaltico como un espacio de
investigacin del despliegue de la psicologa de dos personas. Por otro lado es
fundamental en el modelo relacional la idea de que los deseos aparentemente
infantiles, deseos y conflictos revelados en la sesin por el paciente, no son solo
huellas del pasado, reactivadas en la situacin analtica, sino que son tambin una
expresin de la interaccin real con el analista, con todas sus peculiaridades y
caractersticas personales, es decir la personalidad del paciente, y no slo la tcnica es
lo verdaderamente especfico. Por todo ello, la personalidad del terapeuta afecta, no
slo a la alianza teraputica, sino a la misma naturaleza de la transferencia. A causa de
que el analista se encuentra continuamente involucrado con el paciente, se ha de
incluir la subjetividad del analista de manera que este pueda ser reconocido por el
paciente, no como alguien que se halla en posesin de la verdad y objetividad, sino
como un coparticipante. En el proceso teraputico, la transferencia y la
contratransferencia depende de ambos participantes en la interaccin, y no se ha de
pensar que la asociacin libre proviene slo del paciente, sino que todas las
asociaciones son respuesta a la interaccin. Las reglas de neutralidad y anonimato
estn para favorecer el desarrollo de la transferencia y asociacin libre, pero esto no ha
de llevarnos a engaos, pues los hechos psquicos no emergen de una mente aislada y
sin conexin con el medio que nos rodea, al igual que seria una negacin entender que
el terapeuta no influye.
Coderch para una mayor comprensin del proceso psicoanaltico en la dialctica
psicologa individual y la psicologa de dos, considera tres aspectos: a) la
interpretacin: el analista no puede formular interpretaciones totalmente objetivas y
desvinculadas de su personalidad b) el silencio como interaccin c)la tcnica de la
asociacin libre.
En el capitulo IV La Empata en el Dilogo Psicoanaltico, Coderch entiende por
empata aquello que el otro nos comunica, dejando resonar en nosotros las vivencias
emocionales que nos quiere transmitir. Cree que depende de la identificacin
proyectiva, la cual es el mecanismo de la comunicacin humana. De acuerdo con esto,
la reverberacin de los objetos internos del terapeuta, concordantes con los del
paciente, es lo que da lugar a la empata. Considera que Kohut es un punto de
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referencia, quien vincula la empata con la introspeccin. Nuestro mundo interno no


puede ser observado a travs de los rganos sensoriales, pues nuestros
pensamientos, emociones y deseos, no tiene cabida en el espacio fsico, sin embargo
son reales a travs de la introspeccin y de la empata con los otros, lo cual constituye
una introspeccin vicariante.
Coderch considera que el concepto de perspectiva emptica, entendida como posicin
de escucha desde dentro del paciente, es ms amplio que el de simple empata, ya que
incluye la dialctica entre la perspectiva del paciente y la del terapeuta. Apuntando a
esto ltimo seala las investigaciones sobre la vida emocional del beb y su relacin
con los padres. Al igual la psicologa del self ha insistido en la regulacin del
sentimiento del estado del self segn la repuesta de los padres a las demandas del
beb. Adems nos invita a recordar la funcin de rvierie de Bion.
Coderch hace una clara diferenciacin entre la posicin de escucha de la perspectiva
emptica, y la escucha desde la posicin del analista, como un observador externo a lo
observado. Esta ltima se aleja de penetrar en la comprensin de la ininterrumpida
interaccin entre l y su paciente, y que el terapeuta corre el riesgo de caer en las
redes de su teora, ya que cae en su propia perspectiva y no la del paciente; y adems,
hay la posibilidad que el paciente perciba las interpretaciones como algo hostil y que
reproduce las malas experiencias que vivieron en el pasado, siendo tambin por parte
del terapeuta difcil percibir los cambios rpidos del estado de nimo y en las fantasas.
En cambio desde la perspectiva de la empata se tiene la oportunidad de tener una
experiencia con la experiencia del paciente, y es aqu cuando el paciente puede sentir
la interpretacin como una co-interpretacin, como una comprensin a la que se ha
llegado conjuntamente a travs de la mutua colaboracin, y es cuando se llega a un
verdadero insight.
Coderch considera que se pueden dar los tres tipos de empata: la de un observador
externo, la de un acompaamiento y la de alguien que escucha desde dentro. El
analista ha de tener la facilidad de desplazar su punto de escucha, en distintos
momentos y confrontar la perspectiva interna del paciente con su propia perspectiva
externa, combinada en ocasiones con lo que entendemos a nivel coloquial de empata,
es decir acompaamiento que ha de otorgar el grado de calidez y afecto necesario a la
relacin. Entendiendo que la empata siempre es un proceso de doble direccin; es
decir la empata ha de ser mutua e interactiva, no como un hecho que tiene lugar en la
mente de uno de los participantes, sino un verdadero proceso que se desarrolla en el
encuentro de dos mentes. Adems aade que la empata debe ser un proceso que se
desarrolla en el encuentro de dos mentes; es decir es un proceso de doble direccin.
Coderch deja claro que el empleo del trmino empata no debe confundirse con
simpata ni con identificacin (pensar y sentir igual que el paciente).
Llegado a este punto Coderch se ve en la necesidad de revisar el trmino de
neutralidad y anonimato del terapeuta. Coderch considera que se ve disminuido por el
hecho mismo que el analista es alguien que se dedica a una profesin tan poco comn
como la de ayudar a otras personas a travs de la relacin con ellas. Afirma que en el
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momento que se impone un mtodo y una forma bien peculiar de relacin, no cree que
pueda ser un ejemplo de neutralidad.
En el capitulo V, La intersubjetividad en la relacin paciente-terapeuta, Coderch
comenta algunas de las ms relevantes opiniones sobre el trmino intersubjetividad,
dado que se utiliza con diferentes sentidos, para acabar exponiendo su propia opinin.
Stolorow y Atwood fueron quienes introdujeron por primera vez el trmino en el
psicoanlisis norteamericano, y destacan que los fenmenos psicolgicos no se
pueden comprender fuera de los contextos intersubjetivos en los que forman parte. El
objeto de la investigacin analtica, no es la mente aislada, sino el interjuego entre el
mundo subjetivo del paciente y el terapeuta, o del nio y el cuidador. Para ellos, el uso
del trmino intersubjetivismo no presupone la adquisicin del pensamiento simblico,
del concepto de uno mismo como sujeto, o de la relacin intersubjetiva en el sentido
que lo expone D. Stern. Tambin se intenta diferenciar de los que utilizan el trmino en
los estudios de desarrollo infantil, dado que lo utilizan para referirse a campos de
experiencia interactiva en los diferentes niveles de desarrollo.
Una de las autoras que ms ha influido en la difusin es J. Benjamn, que entiende,
tambin, que el proceso psicoanaltico tiene lugar entre dos sujeto ms que en la mente
del analizado. Pero esto nos confronta con el problema de reconocer al otro como
centro de experiencias, a causa del peso en el psicoanlisis tradicional del trmino
objeto, dado que se refiere a la internalizacin psquica y a la representacin de las
interacciones entre el self y los objetos, por lo que se pierde todos aquellos aspectos de
la personalidad que no se estn relacionando con el self de aquel que se est
relacionando con ese otro. Para ella, por lo tanto, donde estaban los objetos han de
devenir sujetos. Considera que las dos dimensiones de la experiencia, con el otro como
objeto y como sujeto, no son opuestas, sino complementarias, refirindose a la
dimensin intrapsquica y a la dimensin intersubjetiva. En la experiencia intersubjetiva
el otro no es nicamente percibido como el objeto de las necesidades, los impulsos o la
cognicin del yo, sino como separado y anlogo self. Por tanto, el concepto de
intersubjetividad nos lleva a un proceso dialctico en que los interlocutores se
reconocen el uno al otro como centro de experiencia subjetiva, pero tambin negando
al otro. Coderch, al igual que esta autora, cree que esta visin de los dos extremos, es
importante, porque si en un proceso no se alcanza la mutualidad de reconocimiento del
otro con facilidad, se establece una relacin de dominancia-sumisin
Para Stern, el concepto de intersubjetividad se refiere a la capacidad, adquirida a
travs del desarrollo, de reconocer al otro como un centro separado de experiencia
subjetiva, con lo que se pueden compartir los propios estados subjetivos, pero tambin
negando al otro como sujeto separado.
Segn Coderch, las diferencias ms significativas para el inters de la terapia
psicoanaltica, se basan en la diferencia que dan estos autores a lo que se denomina el
principio de mutua regulacin y el principio de mutuo reconocimiento. Tambin habla de
la importancia que tiene la identificacin proyectiva, que da lugar a lo que Odgen llama
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el tercer sujeto, donde, aunque no desaparece la experiencia del paciente y el analista


como dos sujetos separados, permite la aparicin de sentimientos, sensaciones,
fantasas y pensamientos que antes no haban tenido oportunidad de configurarse,
creando una diferente subjetividad con otras potencialidades. Cada uno de los
participantes sita en el otro parte de su personalidad, al tiempo que recibe algo nuevo
creado por la proyeccin del otro.
Coderch considera
que se ha de distinguir entre teora intersubjetividad e
intersujetivismo. Entendiendo la primera como la relacin que existe entre dos
personas en cuanto sujetos que desarrollan experiencias. Y en el segundo hemos de
entender el estado en el cual dos personas llegan a un reconocimiento mutuo del otro
como sujeto independiente y centro de experiencias equivalentes a las propias. La
intersujetividad no siempre se establece cuando dos personas entran en contacto, sino
que presupone un estadio superior.
Para Coderch, tanto la teora de interaccin como la intersubjetividad, son formas de
enriquecer y pueden integrarse en cualquiera de las corrientes del psicoanlisis actual.
El punto de vista de Coderch est en la importancia del reconocimiento del otro como
sujeto, se debe a que este reconocimiento es necesario para que el self pueda
experimentar, en presencia del otro, la propia subjetividad. El sujeto ha de desarrollar la
capacidad de reconocer al otro y de percibir que l es gracias a ese otro, para lograr su
pleno desarrollo. Eso nos lleva al tema de la empata, y contrariamente a lo que se ha
credo en psicoanlisis tradicional, el paciente no slo es receptor de empata, pues no
sirve de mucho si el paciente no es capaz de empatizar con el terapeuta, por lo que
para conseguir la individualizacin del self, es necesario el reconocimiento del otro.
Coderch considera, junto con otros autores como Odgen, de la existencia de
estructuras profundas innatas que nos permiten entender como el beb puede
organizar la avalancha de estmulos sensoriales que provienen de la madre y de
mltiples fuentes externas, con el fin de discriminar, e iniciar el juego de la interaccin
con la madre. Estas disposiciones innatas, por tanto verdades universales, segn
Coderch se ven en contradiccin con los conceptos de intersubjetividad que estn
emparentados con el pensamiento posmoderno. Y es en esto que Coderch ve al
psicoanlisis tradicional que puede integrase con el psicoanlisis ms relacional, es
decir, que estas predisposiciones innatas precisan de un contexto relacional e
intersubjetivo, para llegar a desplegarse de manera idnea.
En el ltimo captulo Dilogo y Comunicacin en el Proceso Psicoanaltico,
Coderch se ocupa del lenguaje en sus dos vertientes: la comunicativa y la accin.
Coderch considera, que en un primer momento, la filosofa del lenguaje, y
coincidentemente los analistas, se ocuparon por la semntica referencial, dirigida a la
funcin representativa de las proposiciones, mientras que los aspectos expresivos y
apelativos quedaron reducidos a la pragmtica que no era tenida en cuenta debido a la
influencia del positivismo y neopositivismo, dado que no se consideraba cientfico,
perdiendo parte de los matices de la interaccin paciente-terapeuta.
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Segn Coderch , las caractersticas propias del dilogo psicoanaltico, ha de fundarse


en el deseo de construir dilogo, en el que existe la posibilidad de que el otro tenga
razn. Esto lleva a los conceptos de mutualidad y negociacin. El autor destaca la idea
de que la relacin paciente-terapeuta debe ser igualitaria y asimtrica. Igualitaria
porque se reconoce a los dos la capacidad de buscar y reconocimiento de la verdad, y
asimtrica porque desempean papeles diferentes dentro de la relacin.

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