Sagan, Carl - Un Punto Azul Palido PDF
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Sagan, Carl - Un Punto Azul Palido PDF
Carl Sagan
PARA SAM
OTRO NMADA.
DESEO QUE SU GENERACIN PUEDA VER
MARAVILLAS INIMAGINABLES
Introduccin
NOMADAS
Pero decidme, Quines son esos nmadas?
RAINER MARIA RILKE "La Quinta Elega" (1923)
Los mundos del sistema solar tal como se conocan hacia el final de
la poca preliminar de exploracin espacial. Los planetas terrestres,
excepto Mercurio, y los satlites galileicos de Jpiter son mostrados
en tres meridianos diferentes. Algunas de las lunas de Saturno y
Urano aparecen en dos meridianos distintos. No se ofrece ningn
detalle de Titn, porque no conocemos casi nada de su superficie.
Partes de algunos mundos por ejemplo Rea, Calisto y Mercurio
revelan escasos detalles, dado que dichas regiones nunca han sido
visitadas por naves interplaneterias. Los detalles referentes a Plutn
y Caronte fueron deducidos a partir de observaciones de ocultacin
efectuadas desde la Tierra. Muchas de las lunas pequeas del sistema
solar exterior quedan omitidas. Los mundos aparecen a escala,
excepto los indicados. (Mimas, por ejemplo, aparece a una escala
tres veces mayor de lo que se la comparara, por ejemplo, con la
Tierra.) La gran mayora de datos en que se basa esta imagen fueron
obtenidos por naves lanzadas al espacio por la NASA. Los datos
referentes a Venus proceden en parte de naves espaciales de la Unin
Sovitica, y la informacin acerca del cometa Halley, de una misin
de la Agencia Espacial Europea (ESA). Cortesa de la NASA y la
USGS. Un pster de esta ilustracin se halla a la venta en el U. S.
Geological Survey, Map Distribution, Box 25286, Federal Center,
Denver, CO 80225.
I
Captulo
ESTAMOS AQU
La Tierra entera no es ms que un punto, ni el lugar que
habitamos ms que una insignificante esquina del mismo.
MARCO AURELIO,emperador romano.
Meditaciones,Vol. 4 (aprox. 170)
II
Captulo
ABERRACIONES DE LA LUZ
Si la Humanidad fuera borrada del mundo, el resto parecera estar
fuera de lugar, sin ningn sentido ni finalidad... y no conducir a
nada.
FRANCIS BACON, Sabidura de los antiguos (1619)
separa.
Las ingentes distancias que median hasta las estrellas y las
galaxias son responsables de que en el espacio todo lo veamos
en el pasado, y que incluso percibamos algunos cuerpos celestes
tal como eran antes de la formacin de la Tierra. Los
telescopios son en realidad mquinas del tiempo. Mucho tiempo
atrs, cuando una galaxia primitiva empezaba a verter luz a la
oscuridad que la envolva, ningn testigo poda saber que, miles
de millones de aos despus, unos cuantos pedazos remotos de
roca y metal, hielo y molculas orgnicas acabaran por juntarse
para formar un lugar llamado Tierra; o que la vida nacera y
evolucionara hasta dar seres pensantes que, un buen da,
tomaran un fragmento de esa luz galctica y trataran de
averiguar qu era lo que la haba colocado en su camino.
Y cuando la Tierra muera, dentro de unos cinco mil millones
de aos, cuando haya quedado reducida a cenizas o haya sido
tal vez engullida por el Sol, surgirn otros mundos, estrellas y
galaxias que nada sabrn de un lugar llamado en su da la Tierra.
CASI NUNCA PARECE UN PREJUICIO. Al contrario, la idea de que,
a raz de un nacimiento casual, nuestro grupo (sea el que sea)
debe ocupar una posicin central en el universo social, parece
acertada y justa. Entre prncipes faranicos y pretendientes de la
dinasta Plantagenet[3], hijos de capitalistas sin escrpulos[4] y
burcratas del Comit Central, bandas callejeras y
conquistadores de naciones, miembros de confiadas mayoras,
oscuras sectas y denostadas minoras, esta actitud narcisista
parece tan natural como la accin de respirar. Bebe de las
III
Captulo
especial.
De acuerdo. Pero aunque nuestra posicin, nuestra
edad, nuestro movimiento y nuestro mundo no sean nicos,
quiz nosotros lo seamos. Nosotros somos distintos de los
dems animales, Hemos sido creados de forma especial, la
devocin particular del Creador del universo queda patente
en nosotros. Esta postura fue apasionadamente defendida en el
mbito religioso y en otros. No obstante, a mediados del siglo
XIX Charles Darwin demostr de manera convincente cmo
una especie puede evolucionar hasta dar lugar a otra mediante
procesos enteramente naturales, que llegan a rebajarse hasta la
despiadada tarea de la Naturaleza de salvar las herencias que
funcionan y descartar las que no lo hacen. En su arrogancia, el
hombre se considera una obra grandiosa, digna de la
intervencin de una deidad escribi telegrficamente Darwin
en su cuaderno de notas. Es ms humilde y, en mi opinin,
ms cierto considerarle creado a partir de los animales. Las
ntimas y profundas conexiones de la especie humana con otras
formas de vida sobre la Tierra han sido irrebatiblemente
demostradas a fines del siglo XX por la nueva disciplina
cientfica de la biologa molecular.
EN CADA POCA los chauvinismos autocomplacientes son
puestos en tela de juicio en mbitos distintos del debate
cientfico; en este siglo, por ejemplo, ello ha ocurrido a raz de
diversas tentativas por comprender la naturaleza de la
sexualidad humana, la existencia de la mente inconsciente y el
hecho de que muchos trastornos psiquitricos y defectos del
IV
Captulo
V
Captulo
una quinta parte del aire de este mundo es oxgeno, O2. No hay
otro planeta en el sistema solar que se acerque ni por asomo a
tal cantidad de oxgeno. De dnde procede? La intensa luz
ultravioleta que emite el Sol descompone el agua, H2O, en
oxgeno e hidrgeno, y el hidrgeno, el gas ms ligero, se
escapa rpidamente al espacio. Esa es, ciertamente, una fuente
de O2, pero no alcanza a justificar tal cantidad de oxgeno.
Otra posibilidad residira en que la luz visible ordinaria, que
el Sol vierte en grandes cantidades, fuera empleada en la Tierra
para descomponer el agua, de no ser que no hay forma
conocida de hacerlo en ausencia de vida. Necesariamente
tendra que haber plantas, formas de vida coloreadas por un
pigmento que absorbe intensamente la luz visible, sabe cmo
descomponer una molcula de agua a base de acumular la
energa de dos fotones de luz, libera el O y retiene el H, que
luego utiliza para sintetizar molculas orgnicas. Las plantas
deberan cubrir la mayor parte del planeta. Y todo eso ya es
pedir mucho. Si furamos buenos cientficos, lo suficientemente
escpticos, tal cantidad de O2 no constituira para nosotros una
prueba concluyente de la existencia de vida, aunque, desde
luego, dara pie a la sospecha.
Con todo ese oxgeno, no nos sorprende encontrar ozono
(O3). El ozono absorbe la peligrosa radiacin ultravioleta. De
modo que, si el oxgeno es debido a la vida, sta curiosamente
se est protegiendo a s misma. No obstante, la vida que
estamos detectando podra ser meramente achacable a la
presencia de plantas fotosintticas. No cabe suponer, por ahora,
la existencia de un nivel elevado de inteligencia.
VI
Captulo
del lomo del caballo, las canoas y los barcos veleros. (El
desarrollo del barco a vapor era la tecnologa ms innovadora
que nos esperaba a la vuelta de la esquina.)
En vista de que los fondos necesarios no estaban
disponibles, el Laboratorio de Propulsin a Chorro (JPL) de la
NASA solamente poda permitirse la construccin de naves
espaciales que funcionaran de forma fiable hasta cubrir la
distancia que nos separa de Saturno. Ms all de la misma no
haba nada que hacer. Sin embargo, gracias a la excelencia del
diseo de ingeniera y al hecho de que los ingenieros del JPL
que radiaban las instrucciones a la nave ganaban en sagacidad
ms de prisa de lo que se desgastaba la astronave ambos
vehculos pasaron a explorar Urano y Neptuno. En la actualidad
nos estn transmitiendo descubrimientos desde ms all del ms
distante planeta conocido del Sol.
Por lo general, se habla mucho ms de los xitos que nos
han proporcionado las naves que de ellas mismas o de sus
constructores. Siempre ha sido as. Ni siquiera esos libros de
historia, fascinados con los viajes de Cristbal Coln, nos dicen
demasiado acerca de los constructores de la Nia, la Pinta y la
Santa Mara, ni tampoco sobre los principios en que se basa la
carabela. Esas naves espaciales, sus diseadores, constructores,
pilotos y controladores son ejemplos de lo que la ciencia y la
ingeniera, cuando se dedican libremente a propsitos pacficos
bien definidos, son capaces de conseguir. Esos cientficos e
ingenieros deberan erigirse en modelos para una Amrica que
busca la excelencia y la competitividad internacional. Deberan
figurar en nuestros sellos de correos.
VII
Captulo
en otras.
Debemos esperar una superficie helada, cubierta con
profundos sedimentos de tholin, un ocano de hidrocarburos
con unas cuantas islas como mucho, con materia orgnica
incrustada elevndose aqu y all, un mundo de crteres
lacustres o algo ms sutil que no hemos podido imaginar
todava? No se trata meramente de una pregunta acadmica, ya
que se est diseando una nave espacial autntica para viajar a
Titn. En un programa conjunto de la NASA y la ESA, una
astronave bautizada con el nombre de Cassini ser lanzada en
octubre de 1997, si todo marcha de acuerdo con lo previsto.
Con dos aproximaciones a Venus, una a la Tierra y una a
Jpiter, en aras de la ayuda gravitatoria, tras un viaje de siete
aos de duracin, la nave ser inyectada en la rbita de Saturno.
Cada vez que la astronave se acerque a Titn, la luna ser
examinada por un conjunto de instrumentos, incluyendo el radar.
Puesto que Cassini estar mucho ms cerca de Titn, podr
resolver muchos detalles oscuros relacionados con su superficie
que resultaban indetectables por medio del pionero sistema de
Muhleman, basado en la Tierra. Es tambin muy probable que
pueda contemplarse la superficie en el infrarrojo cercano. En
alguna fecha del verano del ao 2004 podramos tener en
nuestras manos mapas de la superficie oculta de Titn.
Cassini lleva tambin incorporado un vehculo de aterrizaje,
oportunamente llamado Huygens, que se desacoplar de la
nave principal y se dejar caer en la atmsfera de Titn,
desplegando un gran paracadas. El equipo instrumental ir
descendiendo lentamente a travs de la niebla orgnica hacia las
capas bajas de la atmsfera, atravesando las nubes de metano.
VIII
Captulo
pueblos sajones y teutnicos invasores de la Britania clticoromana: Wednesday (mircoles), por ejemplo, corresponde al
da de Odn (o Wodin), lo cual quedara ms claro si lo
pronunciramos como se escribe, Wedn's Day; Thursday
(jueves) es el da de Thor; Friday (viernes) es el da de Freya,
diosa del amor. En el ltimo da de la semana se conserv la
tradicin romana, pero el resto adopt la germnica.
En todas las lenguas neolatinas, como el francs, castellano
e italiano, la conexin es an ms obvia, ya que todas ellas
derivan del latn, donde los nombres de los das de la semana
(en orden, empezando por el domingo) derivan del Sol, la Luna,
Marte, Mercurio, Jpiter, Venus y Saturno. El da del Sol se
convirti en el da del Seor, en latn dominus. Podan haber
nombrado los das por orden de resplandor de los cuerpos
astronmicos correspondientes, el Sol, la Luna, Venus, Jpiter,
Marte, Saturno, Mercurio (as pues, domingo, lunes, viernes,
jueves, martes, sbado y mircoles), pero no lo consideraron
oportuno. Si los das de la semana en las lenguas romance
hubieran sido ordenados segn la distancia de los planetas
respecto al Sol, la secuencia sera domingo, mircoles, viernes,
lunes, martes, jueves y sbado. No obstante, nadie conoca el
orden de los planetas en los tiempos en que se estaban
asignando los nombres a los mismos planetas, a los dioses y a
los das de la semana. El orden de los das de la semana parece
pues arbitrario, aunque quiz reconoce la primaca del Sol.
Esta agrupacin de siete dioses, siete das y siete mundos
el Sol, la Luna y los cinco planetas itinerantes se introdujo de
forma generalizada en la percepcin de la gente. El nmero siete
empez a adquirir connotaciones sobrenaturales. Haba siete
IX
Captulo
eptuno era el puerto final del gran tour alrededor del sistema
solar que deba realizar el Voyager 2. Por lo general es
considerado el penltimo planeta, siendo Plutn el ms
exterior. Pero dado lo estirado y elptico de la rbita de Plutn,
Neptuno viene siendo ltimamente el planeta ms exterior, y as
permanecer hasta el ao 1999. Las temperaturas tpicas en sus
nubes ms altas rondan los 240 centgrados, al encontrarse
tan alejado de los calientes rayos del Sol. Todava estara ms
fro de no ser por el calor que se filtra desde su interior.
X
Captulo
NEGRO SAGRADO
El cielo profundo es, de entre todas las impresiones visuales,
la que ms se asemeja a un sentimiento.
S AMUEL TAYLOR COLERIDGE, Notebooks (1805)
travs del aire o del espacio.) Las ondas de luz violeta y azul
tienen las longitudes de onda ms cortas; el naranja y el rojo las
ms largas. Lo que percibimos como color es el modo que
tienen nuestros ojos y cerebros de leer las longitudes de onda de
la luz. (Podramos, por ejemplo, traducir las longitudes de onda
de la luz en tonos captados por el odo, en lugar de en colores
registrados por la vista, pero nuestros sentidos no han
evolucionado por esa va.)
Cuando todos esos colores del arco iris se mezclan, como
en la luz solar, resulta un tono prcticamente blanco. Esas ondas
viajan juntas por espacio de ocho minutos a travs de los 150
millones de kilmetros que se interponen entre el Sol y la Tierra,
y chocan contra la atmsfera, compuesta en su mayor parte de
molculas de nitrgeno y oxgeno. Algunas ondas son rebotadas
por el aire de regreso al espacio. Otras son rebotadas antes de
que la luz alcance el suelo y pueden ser detectadas por el ojo al
pasar. (Asimismo, hay ondas que son rebotadas por nubes o
por el suelo de vuelta al espacio.) Ese rebote en todas
direcciones de las ondas de luz en la atmsfera recibe el nombre
de dispersin.
Pero no todas las ondas son dispersadas en igual medida
por las molculas de aire. Las longitudes de onda mucho ms
largas que el tamao de las molculas se dispersan menos;
superan a las molculas sin apenas recibir ninguna influencia por
su presencia. Las longitudes de onda ms cercanas al tamao de
las molculas sufren una mayor dispersin. En general, las ondas
difcilmente pueden ignorar la presencia de obstculos, sea cual
sea su tamao. (Ello se pone claramente de manifiesto en el
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Captulo
XII
Captulo
EL SUELO SE FUNDE
A medio camino entre Thira y Therasia brotaron fuegos en el
ocano que prendieron durante cuatro das, de tal forma que todo
el mar herva y llameaba, y los fuegos formaron una isla que se fue
elevando gradualmente, como levantada por palancas... Concluida
la erupcin, los habitantes de Rhodas, en pleno apogeo de su
supremaca martima, fueron los primeros en llegar a escena y
erigir sobre la isla un templo.
ESTRABN, Geografa (aprox. 7 a. J.C.)
de tiempo, pues de otro modo la Tierra sera toda ella tan lisa
como Kansas[26].
Las explosiones volcnicas pueden lanzar grandes
cantidades de materia principalmente finas gotitas de cido
sulfrico a la estratosfera. All, durante un ao o dos, rebotan
la luz solar al espacio y enfran la Tierra. Eso es lo que sucedi
recientemente con el volcn filipino Pinatubo, y tambin, aunque
con visos de desastre, en 1815-1816, tras la erupcin del
volcn indonesio monte Tambora, que provoc el ao sin
verano, marcado por la hambruna. Una erupcin volcnica en
Taupo, Nueva Zelanda, en el ao 177, enfri el clima del
Mediterrneo, a medio mundo de distancia, y arroj finas
partculas sobre el casquete polar de Groenlandia. La explosin
del monte Mazama, en Oregn (que origin la caldera hoy
conocida como crter Lake), en el ao 4803 a. J.C., acarre
consecuencias climticas en todo el hemisferio norte. Diversos
estudios relacionados con los efectos de los volcanes sobre el
clima formaban parte de la lnea de investigacin que condujo
finalmente al descubrimiento del invierno nuclear. Dichos
estudios proporcionan importantes pruebas para nuestro empleo
de modelos computerizados en la prediccin de futuros cambios
climticos. Las partculas volcnicas inyectadas en las capas
altas de la atmsfera constituyen, por otra parte, una causa
adicional de la reduccin de la capa de ozono.
As pues, una gran explosin volcnica en un oscuro y poco
frecuentado lugar del mundo es capaz de alterar el medio
ambiente a escala global. Tanto en sus orgenes como en sus
efectos, los volcanes nos recuerdan lo vulnerables que somos
frente a eructos y estornudos menores del metabolismo interno
caldera.
Pasada la tormenta se puso de manifiesto la verdadera
envergadura de dichos volcanes. El ms grande
oportunamente bautizado como Olympus Mons o monte
Olimpo, igual que el hogar de los dioses griegos tiene ms de
veinticinco kilmetros de altura, y empequeece no slo el
volcn ms grande de la Tierra, sino tambin la montaa ms
grande de cualquier tipo, el monte Everest, que se eleva nueve
kilmetros por encima de la meseta tibetana. En Marte hay unos
veinte volcanes grandes, pero ninguno tan colosal como el
Olympus Mons, que tiene un volumen equivalente a cien veces
el volcn ms grande de la Tierra, el Mauna Loa, de Hawai.
Contando los crteres de impacto acumulados en los flancos
de los volcanes (causados por colisiones de pequeos
asteroides y fcilmente distinguibles de las calderas de sus
cimas), pueden realizarse estimaciones en relacin con su edad.
Algunos volcanes marcianos tienen unos pocos miles de millones
de aos de antigedad, aunque ninguno se remonta a la poca
de origen del planeta, que se sita alrededor de los 4500
millones de aos. Otros, como el monte Olimpo, son
comparativamente nuevos, quiz de hace slo unos pocos
cientos de millones de aos. Est claro que en la historia
primitiva de Marte se produjeron enormes explosiones
volcnicas, propiciando tal vez una atmsfera mucho ms densa
de la que presenta dicho planeta en la actualidad. Qu aspecto
habra tenido ese lugar si hubiramos podido visitarlo entonces?
Algunas ondulaciones volcnicas (por ejemplo, en
Cerberus) se formaron en fecha tan reciente como doscientos
erupcin.
En la Luna o Marte pueden encontrarse muchos lugares que
apenas han cambiado en el transcurso de mil millones de aos.
En Io, a lo largo de un solo siglo gran parte de la superficie
debera inundarse de nuevo, quedando recubierta o borrada a
causa de nuevas corrientes de lava volcnica. En ese caso, los
mapas de Io pronto sern obsoletos, y la cartografa de ese
mundo se convertir en una industria en constante crecimiento.
Todo esto parece desprenderse de las observaciones
efectuadas por el Voyager. La medida en que la superficie
aparece cubierta por flujos volcnicos comunes implica el
advenimiento de cambios masivos en cincuenta o cien aos, una
prediccin que afortunadamente ha podido ser comprobada.
Las imgenes de Io tomadas por dicha nave pueden compararse
con otras mucho ms pobres, obtenidas cincuenta aos atrs
por telescopios desde la Tierra, y con las del telescopio espacial
Hubble, captadas trece aos despus. La sorprendente
conclusin parece indicar que las grandes marcas superficiales
de Io apenas han sufrido ningn cambio. Est claro que se nos
est escapando algo.
UN VOLCAN ENCARNA en cierto sentido las entraas de un
planeta manando a chorro, hacia el exterior, una herida que
finalmente se cura al enfriarse, slo para ser reemplazada por
nuevos estigmas. Mundos distintos poseen entraas diferentes.
El hallazgo de vulcanismo de azufre lquido en Io fue algo as
como descubrir, a raz de un accidente, que de las venas de un
amigo brota sangre verde. No tenamos ni idea de que fueran
XIII
Captulo
XIV
Captulo
XV
Captulo
misin del Apolo 13, que fue incapaz de tomar tierra en la Luna
y a duras penas pudo regresar sana y salva a la Tierra, subraya
lo afortunados que hemos sido. No podemos fabricar coches y
trenes ciento por ciento seguros, a pesar de que venimos
hacindolo desde hace ms de un siglo. Cientos de miles de
aos despus de que logrramos domesticar el fuego, todas las
ciudades del mundo poseen hoy un servicio de bomberos,
siempre pendiente de que se produzca algn incendio que
requiera su intervencin. En los cuatro viajes de Coln al Nuevo
Mundo, ste perdi barcos a diestro y siniestro, llegando hasta
un tercio de la pequea flota que parti en el ao 1492.
Si decidimos enviar personas al espacio, tendr que ser por
una razn de peso y sin perder de vista en ningn momento el
hecho de que casi con seguridad ello va a implicar la prdida de
vidas humanas. Los astronautas y cosmonautas siempre lo han
tenido claro. Y, a pesar de ello, nunca ha habido ni habr
escasez de voluntarios.
Pero por qu a Marte? Por qu no volver a la Luna? Est
cerca y hemos demostrado que sabemos cmo enviar seres
humanos hasta all. Me temo que la Luna, cercana como se
encuentra, represente un largo rodeo, si no un callejn sin salida.
Ya hemos estado all. Incluso hemos trado trozos de la misma.
La gente ha tenido ocasin de ver rocas lunares y, por razones,
creo yo, bsicamente acertadas, la Luna los aburre. Se trata de
un mundo esttico, sin aire, sin agua, de cielos negros, un mundo
muerto. Su aspecto ms interesante estriba quiz en los crteres
que presenta su superficie, un registro de antiguos impactos
catastrficos, tanto en la Tierra como en la Luna.
Marte, por el contrario, posee meteorologa, tormentas de
XVI
Captulo
SUBIR AL CIELO
Quin, amigo mo, es capaz de subir al cielo?
Poema pico de GILGAMESH
(Sumeria, III milenio a. J.C.)
vendido.
En su da estaba bastante extendida la opinin, basada en
modelos economtricos, de que por cada dlar invertido en la
NASA se inyectaban muchos dlares en la economa
norteamericana. Si este efecto multiplicador fuera ms vlido
para la NASA que para la mayor parte de agencias
gubernamentales, proporcionara una potente justificacin fiscal
y social para el programa espacial. Los defensores de la NASA
no fueron tmidos a la hora de echar mano de este argumento.
No obstante, un estudio de 1994 de la Oficina de Presupuestos
del Congreso revel que eso era falso. Si bien es cierto que el
gasto de la NASA beneficia a algunos sectores de produccin
de la economa norteamericana especialmente a la industria
aeroespacial, no provoca un efecto multiplicador preferente.
Asimismo, mientras el gasto de la NASA, ciertamente, crea o
mantiene puestos de trabajo y ganancias, no lo hace de manera
ms eficaz que muchas otras agencias gubernamentales.
Luego est la educacin, un argumento que, de vez en
cuando, se ha revelado muy atractivo en la Casa Blanca. Los
doctorados en ciencias alcanzaron un punto lgido en algn
momento de la poca del Apolo 11, quiz incluso durante la
fase de divulgacin, posterior al inicio del programa. Tal vez no
quede demostrada la relacin causa-efecto, aunque resulta
plausible. Pero y qu? Si estamos interesados en mejorar la
educacin, acaso es viajar a Marte el camino idneo para ello?
Pensemos en lo que se podra hacer con cien mil millones de
dlares dedicados a formacin y salarios para el profesorado, a
laboratorios y bibliotecas escolares, a becas para estudiantes de
baja condicin econmica, a equipos de investigacin y ayudas
XVII
Captulo
LA RUTINA DE LA VIOLENCIA
INTERPLANETARIA
Es ley de la naturaleza que la Tierra y todos los dems cuerpos
deben permanecer en los puestos que les corresponden, pudiendo
ser desplazados de ellos solamente a travs de la violencia.
ARISTTELES , Fsica (384-322 a.J.C.)
anillo.
Se calcula que un cometa de estas dimensiones debe
impactar con Jpiter solamente una vez cada mil aos. No se
trataba del acontecimiento astronmico de una vida, sino de una
docena. Desde la invencin del telescopio no ha ocurrido nada
de tal envergadura. De modo que, a mediados de julio de 1994,
en un esfuerzo cientfico internacional muy bien coordinado,
telescopios de toda la Tierra y tambin del espacio enfocaron
Jpiter.
Los astrnomos tardaron ms de un ao en prepararse. Se
efectu una estimacin de la trayectoria de los fragmentos en su
rbita alrededor de Jpiter y se descubri que todos ellos iban a
chocar con el planeta. Se refinaron tambin las predicciones en
cuanto al momento en que el evento deba producirse. La
decepcin fue grande cuando los clculos revelaron que todos
los impactos tendran lugar en el hemisferio nocturno de Jpiter,
la cara invisible desde la Tierra (aunque accesible a las naves
Galileo y Voyager en el sistema solar exterior). Felizmente, no
obstante, todas las colisiones se produciran slo pocos minutos
antes del amanecer joviano, antes de que la zona impactada
fuera trasladada por la rotacin de Jpiter hasta la lnea visual
desde la Tierra.
Lleg y pas el momento calculado para el impacto de la
primera pieza, el fragmento A. No hubo informes de los
telescopios basados en la Tierra. Los cientficos planetarios
contemplaban con creciente desaliento un monitor de televisin
que reproduca los datos transmitidos por el telescopio espacial
Hubble al Instituto de Ciencias Telescpicas de Baltimore. No
XVIII
Captulo
EL PANTANO DE CAMARINA
Ya es tarde para hacer mejoras ahora. El universo est concluido;
la clave est en su sitio, y se han llevado en carro los escombros
hace un milln de aos.
HERMAN MELVILLE, Moby Dick, cap.2 (1851)
riesgo?
Aunque nos restringiramos a una mera vigilancia, el riesgo
persistira. Imaginemos que dentro de una generacin
averiguamos las caractersticas de las rbitas de treinta mil
objetos de cien metros de dimetro o ms, y que esa
informacin es hecha pblica, como naturalmente debe ser. Se
daran a conocer una serie de mapas, que reflejaran el negro
espacio que rodea la Tierra con las rbitas de asteroides y
cometas, treinta mil espadas de Damocles colgando sobre
nuestra cabeza, diez veces ms que el nmero de estrellas
visibles a simple vista, en condiciones de ptima claridad
atmosfrica. La ansiedad pblica sera mucho mayor en una
poca as, marcada por el conocimiento, que en nuestra actual
poca de ignorancia. Ello podra tener como consecuencia una
insostenible presin del pblico para que se desarrollaran
mtodos destinados a mitigar amenazas, incluso imaginarias, que
alimentaran por su parte el peligro de que se hiciera un mal uso
de la tecnologa de desvo de asteroides. Es por esa razn que
la deteccin y seguimiento de asteroides puede no ser una mera
herramienta neutral de la poltica futura, sino ms bien una
trampa explosiva. Para m, la nica solucin previsible estriba en
una combinacin de la estimacin precisa de las rbitas, la
valoracin realista del factor amenaza y una educacin pblica
efectiva, de tal forma que, al menos en los regmenes
democrticos, los ciudadanos puedan tomar sus propias
decisiones con toda la informacin a mano. sa es una tarea que
corresponde a la NASA.
Los asteroides cercanos a la Tierra y los medios para alterar
XIX
Captulo
XX
Captulo
OSCURIDAD
Lejos, ocultos a los ojos de la luz diurna, hay vigilantes en los
cielos.
EURPIDES , Los bacantes (aprox. 406 a. J.C.)
cinco dardos al azar sobre el mapa (con una gran parte del cielo
del hemisferio sur, inaccesible desde Massachusetts, declarada
fuera de los lmites). Deberamos lanzar los cinco dardos ms de
doscientas veces para que, por casualidad, consiguiramos que
cayeran tan juntos dentro del rea de la Va Lctea como lo
hicieron las cinco seales ms fuertes captadas por el programa
META. No obstante, en ausencia de seales repetibles, no hay
manera de que podamos concluir que, efectivamente, hemos
tropezado con inteligencia extraterrestre.
O quiz los eventos que hemos hallado son causados por
algn nuevo tipo de fenmeno astrofsico, algo en lo que nadie
ha reparado hasta ahora y por lo cual, no civilizaciones, sino
estrellas o nubes de gas (o alguna otra cosa) que se encuentran
en el plano de la Va Lctea emiten fuertes seales en bandas de
frecuencia desconcertantemente estrechas.
Pero permitmonos un momento de extravagante
especulacin. Imaginemos que todos los acontecimientos
seleccionados son debidos, en efecto, a radiofaros de otras
civilizaciones. En ese caso, podemos estimar a partir del poco
tiempo que hemos invertido en observar cada porcin del cielo
cuntos transmisores hay en toda la Va Lctea. La respuesta
es que hay una cifra cercana al milln. Si estuvieran diseminados
al azar por el espacio, el ms cercano estara a unos cuantos
cientos de aos luz de distancia, demasiado lejos para que ellos
hubieran podido captar nuestras seales de televisin o de
radar. Durante unos cuantos siglos ms, ellos seguiran sin saber
que en la Tierra ha emergido una civilizacin tecnolgica. La
galaxia estara palpitando de vida y de inteligencia, pero a
menos que estuvieran explorando febrilmente un ingente nmero
XXI
Captulo
HACIA EL CIELO!
La escalera del cielo ha sido desplegada para l, para que pueda
ascender por ella hasta el cielo. Oh dioses, colocad vuestros brazos
bajo el rey: levantadle, izadle hacia el cielo.
Hacia el cielo! Hacia el cielo!
Himno a un faran muerto (Egipto, aprox. 2600 a. J.C.)
XXII
Captulo
DE PUNTILLAS POR LA VA
LCTEA
Juro por la proteccin de los astros (un poderoso juramento, si
supieras)...
Corn, sura 56 (siglo VII)
Es evidente que resulta extrao dejar de habitar la Tierra,
renunciar a unas costumbres que uno apenas ha tenido tiempo de
aprender...
RAINER MARA RILKE, La primera elega (1923)
radiacin Hawking.
En un estudio separado, G. E. Brown, de Caltech, y el
pionero fsico nuclear Hans Bethe, de Cornell, sugieren que
cerca de mil millones de agujeros negros no primordiales,
generados en los procesos evolutivos de las estrellas, se hallan
esparcidos por la galaxia. De ser as, el ms cercano podra
estar solamente a diez o veinte aos luz de distancia.
Si hay agujeros negros a nuestro alcance ya sean tan
masivos como montaas o como estrellas dispondremos de
unos fenmenos fsicos sorprendentes para estudiar, as como
una formidable nueva fuente de energa. En modo alguno estoy
afirmando que existan enanas marrones y agujeros negros
primordiales a una distancia de pocos aos luz o donde sea.
Pero cuando penetremos en el espacio interestelar, ser
inevitable que tropecemos con categoras completamente nuevas
de maravillas, algunas de ellas con aplicaciones prcticas
transfiguradoras.
No s dnde concluye mi argumentacin. Cuando pase ms
tiempo, nuevos y atractivos habitantes del zoo csmico nos
atraern todava ms hacia fuera, y catstrofes letales
crecientemente improbables tendrn que producirse. Las
probabilidades son acumulativas. Pero, a medida que vaya
transcurriendo el tiempo, las especies tecnolgicas irn
acrecentando ms y ms sus poderes, superando con mucho lo
que hoy somos capaces de imaginar. Tal vez, si somos muy
ingeniosos (la suerte, pienso yo, no va a ser suficiente),
finalmente nos multiplicaremos lejos de casa, navegando a travs
del estrellado archipilago de la inmensa galaxia Va Lctea. En
AGRADECIMIENTOS
La mayor parte del material de este libro es nuevo. Algunos
captulos son desarrollos ms amplios de artculos publicados
primero en la revista Parade, un suplemento dominical de la
prensa diaria americana que, con un volumen estimado de
lectores que alcanza los 73 millones, es posiblemente la revista
ms leda en todo el mundo. Me siento enormemente en deuda
con Walter Anderson, jefe de redaccin, y David Currier, editor
ejecutivo, por su apoyo y saber editorial, as como con los
lectores de Parade, cuyas cartas me han ayudado a
comprender en qu pasajes me he expresado con claridad y en
cules lo he hecho de manera ms confusa, y me han dado una
idea de cmo eran recibidos mis argumentos. Partes de otros
captulos han surgido de artculos publicados en Issues in
Science and Technology, Discover, The Planetary Report,
Scientific American y Popular Mechanics.
Determinados aspectos de este libro han sido discutidos con
numerosos amigos y colegas, cuyos comentarios lo han
enriquecido en gran medida. Aunque son demasiados para
BIBLIOGRAFA
(Citas y sugerencias para profundizar el tema)
Exploracin planetaria en general:
J. Kelly Beatty y Andrew Chaiken, eds., The New Solar
System, 3.a ed., Cambridge, Cambridge University Press,
1990.
Eric Chaisson y Steve McMillan, Astronomy Today,
Englewood Cliffs, N. J., Prentice Hall, 1993.
Esther C. Goddard, ed., The Papers of Robert H. Goddard, 3
vols.,Nueva York, McGraw-Hill, 1970.
Ronald Greeley, Planetary Landscapes, 2.a ed., Nueva York,
Chapman and Hall, 1994.
William J. Kaufmann III, Universe, 4.a ed., Nueva York, W. H.
Freeman, 1993.
Harry Y. McSween, Jr., Stardust to Planets, Nueva York, St.
1993.
Captulo 14. Explorar otros mundos y proteger el nuestro
Kevin W. Kelley, ed., The Home Planet, Reading,
M. A. Addison-Wesley, 1988.
Carl Sagan y Richard Turco, A Path Where No Man Thought:
Nuclear Winter and the End of the Arms Race, Nueva
York, Random House, 1990.
Richard Turco, Earth Under Siege: Air Pollution and Global
Change, Nueva York, Oxford University Press, en prensa.
Captulo 15. El mundo de las maravillas abre sus puertas
Victor R. Baker, The Channels of Mars, Austin, University of
Texas Press, 1982.
Michael H. Carr, The Surface of Mars, New Haven, Yale
University Press, 1981.
H. H. Kieffer, B. M. Jakosky, C. W. Snyder, y M. S.
Matthews, eds., Mars, Tucson, University of Arizona Press,
1992.
John Noble Wilford, Mars Beckons: The Mysteries, the
Challenges, the Expectations of Our Next Great
Adventure in Space, Nueva York, Knopf, 1990.
Notas
[1] Ninfa de los bosques, cuya vida duraba lo que el rbol a
que se supona unida, definicin de Julio Casares. (N. de la t.)
[2] En el original planets (planetas), aunque en realidad la
palabra griega que significa nmadas es astros. (N. de la t.)
[3] Dinasta de soberanos ingleses (1154-1485). Perteneciente
al linaje francs de los condes de Anjou, su pretensin al trono
de Francia provoc la guerra de los Cien Aos. (Nota de la
traductora)
[4] En el original, robber barons, que Simn and Schuster's
International Dictionary traduce como capitalistas de Estados
Unidos que a fines del siglo XIX adquirieron inmensas riquezas
por medio de la explotacin, el cohecho, etc. (TV. de la t.)
[5] El famoso libro de Coprnico se public primero con una
introduccin del telogo Andrew Ossiander, incluida sin el
conocimiento del astrnomo agonizante. La bienintencionada
nuevo para ti. As de claro. Como todos los dems mundos del
sistema solar, Miranda tiene cerca de 4500 millones de aos de
antigedad.)
[16] Tarda tanto tiempo en completar una vuelta alrededor del
Sol porque su rbita es extraordinariamente amplia, 37000
millones de kilmetros en derredor, y porque la fuerza de la
gravedad del Sol, que le impide salir despedido hacia el espacio
interestelar, es a esa distancia comparativamente dbil, menos
de una milsima de la fuerza que ejerce en las proximidades de
la Tierra.
[17] Robert Goddard, el inventor del cohete moderno de
combustible lquido, imagin un tiempo en que las expediciones
a las estrellas se equiparan y seran lanzadas desde Tritn. Eso
fue en una ocurrencia posterior, fechada en 1927, a un
manuscrito de 1918 llamado La ltima migracin.
Considerado atrevido en extremo para ser publicado, fue
depositado en la caja fuerte de uno de sus amigos. La portada
contiene una advertencia: Estas notas slo deben ser ledas con
atencin por personas optimistas.
[18] Cierta variedad de meln. (Nota de la traductora.)
[19] Una unidad astronmica equivale a 150000000 de
kilmetros. (Nota de la traductora)
[20] Se cree que las seales de radio que ambas naves Voyager
detectaron en 1992 son debidas a una colisin de fuertes rachas
de viento solar con el gas ligero que se halla entre las estrellas. A
de viento solar con el gas ligero que se halla entre las estrellas. A
partir de la inmensa potencia de la seal (ms de 10 billones de
vatios) se puede efectuar una estimacin de la distancia hasta la
heliopausa: aproximadamente cien veces la distancia desde el
Sol a la Tierra. A la velocidad a que se aleja del sistema solar, el
Voyager 1 podra penetrar en la heliopausa e introducirse en el
espacio interestelar alrededor del ao 2010. Si su fuente de
energa radiactiva todava lo permite, transmitir a la Tierra las
noticias de esa travesa. La energa liberada por la colisin de
esta onda de choque con la heliopausa la convierte en la fuente
ms potente de emisin de radio en el sistema solar. Uno se
pregunta si choques todava ms fuertes en otros sistemas
planetarios seran detectables por nuestros radiotelescopios.
[21] Esta exclamacin era originalmente un eufemismo para los
que consideraban que Sacre-Dieu! era una blasfemia demasiado
fuerte, considerando debidamente el segundo mandamiento,
para ser pronunciada en voz alta.
[22] En el caso de Titn, las imgenes revelaron una sucesin de
capas separadas sobre la cubierta principal de la aerosfera. As
pues, Venus resulta ser el nico mundo del sistema solar en el
cual las cmaras que funcionan con luz visible ordinaria no han
descubierto nada importante. Por fortuna, en la actualidad
hemos obtenido imgenes de prcticamente todos los mundos
que hemos visitado. (El International Cometary Explorer de
la NASA, que atraves la cola del cometa Giacobini-Zimmer en
1985, volaba a ciegas, dedicndose fundamentalmente a
partculas cargadas y campos magnticos.)