Teolog. XX Pedro Trigo
Teolog. XX Pedro Trigo
Teolog. XX Pedro Trigo
XX
Pedro Trigo
histricos
reflexin
2. Planteamientos ms fecundos
La teologa logr en el siglo XX lo que podemos
llamar su normalizacin como disciplina universitaria.
Esto es muy positivo por lo que supone de apertura
honrada a los temas y epistemologa de la poca para
ganar en ella carta de ciudadana, para lograr una
inteleccin ms perspicaz del misterio cristiano y para
dar su aporte especfico en el seno de la cultura. El
problema estriba en que esa normalizacin ha
equivalido la mayor parte de las veces a una
integracin al establecimiento, es decir a una
instalacin, con la consiguiente falta de trascendencia.
sta es para m la miseria de esa enorme floracin.
De todos modos no han faltado pioneros que
lograron ponerse a la altura de su poca como un modo
de responsabilidad, desde el contacto real con el
misterio cristiano. Desde ah se pudo superar tanto la
teologa liberal como el sistema neoescolstico
(totalizacin objetivadora, y por tanto vaca, del
misterio cristiano), y emprenderse una teologa de
cuestiones en busca de una organicidad real y
estructuralmente abierta. Sin embargo la teologa
escolar ha vuelto a la pretensin panormica sin
percatarse de que poseer como una precomprensin
doctrinal toda la doctrina dificulta y casi impide llegar a
plantearse preguntas verdaderas y llegar a poseer
realmente algunos artculos del Credo.
Entre estos planteamientos reales que han
dinamizado la teologa del siglo XX citara los
siguientes:
La reaccin de Barth ante la teologa liberal
proclamando la trascendencia de Dios y la necesidad de
aceptar su designio.
La concrecin paradjica que hace Bonhoeffer de
este planteamiento al afirmar que es cristiano quien
reflexin
religiosa.
Tres tareas metodolgicas de largo aliento seran
las siguientes:
Primera, que la teologa cristiana reasuma que la
revelacin cristiana es buena nueva y que por tanto
tambin debe serlo la teologa, si quiere retener esa
cualificacin de su objeto, es decir referirse realmente
a l, trasmitirlo en su verdad. Es la dimensin
responsable, pastoral, sello de toda teologa que, en su
aceptada provisionalidad, aspire a trascender.
La segunda se refiere a la relacin mutua entre
exgesis y teologa. La exgesis, encerrada en su torre
de marfil, corre el grave riesgo de la insignificancia, a
la vez que priva a la teologa de esa referencia
primordial que puede liberarla de la reduccin a su
propia cultura. Este dilogo exige una mayor
responsabilidad a los exegetas y a los telogos una
mayor apertura.
La tercera tarea se refiere a un uso mucho ms
cualificado de la interdisciplinariedad en la teologa,
como lo va incorporando la exgesis. El confinamiento
de la teologa a lo intrateolgico la vuelve a la postre
insignificante.
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