+bifurcacion .-Herbest Douglass
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Traduccin:
www.libros1888.com
ndice (interactivo)
Dedicatoria
Introduccin
Tiene importancia?
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Dedicatoria
Herb Douglass fue el miembro ms joven del equipo editorial que produjo el Comentario
Bblico Adventista (1953-1957). Como tal, fue un testigo presencial del drama que rode
la publicacin de Preguntas sobre doctrina en 1957, as como de la controversia que
sigui en la dcada de 1960. Tras haber reflexionado en aquellos eventos y cuestiones
por cincuenta aos, Douglass, ahora un veterano estadista en el adventismo, comparte
sus experiencias personales y percepciones relativas a la historia de PSD (Preguntas
sobre doctrina) y a la incesante bsqueda de una teologa adecuada sobre la humanidad
del Salvador. Ningn estudio de PSD puede ser completo sin la perspectiva de Douglass.
-Jerry Moon, Ph.D., profesor asociado de historia de la iglesia, Seminario teolgico
Advenstista del Sptimo Da, Universidad Andrews.
Mis fallecidos padre y madre, Ralph y Jeanne Larson, objetaron pblicamente Preguntas
sobre doctrina porque crean que porciones del mismo son (1) histricamente inexactas,
y (2) teolgicamente ineptas. Mis mentores en la universidad de Loma Linda -Paul
Heubach, A. Graham Maxwell, Jack Provonsha y Dalton Baldwin- desdeaban el libro por
idnticas razones, incluso si las reservas doctrinales variaban de uno a otro. Hoy est
claro que [los seis citados] tenan razn respecto a los cuestionamientos histricos. El
jurado todava debate respecto a los asuntos teolgicos, y es posible que nunca se
llegue a un veredicto unnime. Pero yo anticipo que finalmente, la mayor parte va a
estar igualmente de acuerdo en los reparos teolgicos. En este libro tan largamente
esperado, Herbert Douglass, quien estuvo all en aquel tiempo, explica lo que sucedi.
Todos debiramos ponderar su informe, tan instructivo como fascinante!
-David Larson, D.Min., Ph.D., profesor de religin y estudios ticos, School of Religion,
Universidad de Loma Linda.
5
Introduccin
Si bien Milton L. Andreasen, el principal telogo adventista durante aos, pareci ser
quien ms se alarm por lo que vea desarrollarse (incluso antes de la publicacin del
libro), se constituy pronto un coro vocal de adventistas prominentes apoyando esa
inquietud. Aunque jubilado, Andreasen no haba perdido su vigor intelectual. Haba
hecho llegar privadamente sus cuestiones al tro que escriba PSD, y tambin sus
llamamientos al presidente de la Asociacin General. Despus que su consejo fue
virtualmente ignorado, comparti sus inquietudes con colegas miembros de iglesia. Esas
inquietudes conformaron el ncleo de los asuntos explosivos que se han manifestado
en una divisin generalizada de la Iglesia Adventista por cincuenta aos.
Es mi esperanza que las pginas que siguen hagan posible revivir una comprensin clara
de los problemas reales suscitados en 1957. Es tambin mi anhelo que se puedan
comprender sin ambigedad los asuntos cruciales mencionados, y lleguen a formar
parte del adventismo esencial y clsico que mejor ha de contribuir a los grandes temas
en la resolucin del conflicto csmico entre Dios y Satans.
_________
1.
Malcom Bull and Keith Lockhart, Seeking a Sanctuary Seventh-day Adventism and the
American Dream (Bloomington, Indiana: Indiana university Press, 2007), 106.
2.
3.
4.
Ibid., xiii.
5.
Ibid., xi.
Tiene importancia?
10
Tanto el ttulo de este libro (Bifurcacin), como su subttulo (Preguntas sobre doctrina:
La divisin histrica del adventismo desde 1957) conllevan la idea de dualidad, all donde
antes hubo unidad.
Lo mismo sucede con la metfora que emple al presentar este material en la
Conferencia del 50 aniversario de Preguntas sobre doctrina en la universidad de
Andrews, en octubre de 2007. La metfora consiste en la colisin de dos placas
tectnicas. En otras ocasiones he descrito lo que sigui a la publicacin de PSD como un
terremoto.
Sea cual sea la metfora empleada para describir el legado de Preguntas sobre doctrina,
su impacto en la teologa adventista del sptimo da ha sido profundo. Hasta tal punto,
que es probable que no exista una sola metfora capaz de captar el pleno alcance de los
cambios que ese libro est causando en el pensar adventista, incluso medio siglo
despus de su publicacin.
11
El propsito de Dios es que la verdad se ponga al frente para que llegue a ser
tema de examen y discusin, a pesar del desprecio que se le haga. Tiene que
agitarse el espritu del pueblo; todo conflicto, todo vituperio, todo esfuerzo por
limitar la libertad de conciencia son instrumentos de Dios para despertar las
mentes que de otra manera dormiran
E. White, El discurso maestro de Jesucristo, pp. 31, 32.
12
Captulo 1
Al publicar la Edicin anotada de Preguntas sobre doctrina, George Knight actu como
portavoz de muchos al afirmar en lenguaje vvido que PSD ha sido el libro ms divisivo
en el mundo adventista en los ltimos cincuenta aos. 1 Son muchos los que creen que
la confusin denominacional existente a partir de entonces en la Iglesia Adventista del
Sptimo Da es el precio devastador de esa desviacin teolgica. 2 Quienes niegan lo
anterior evidencian su estado de coma en lo histrico y en lo teolgico.
El encargo limitado que se me hizo en la Conferencia del 50 aniversario de Preguntas
sobre doctrina en la universidad Andrews, Berrien Springs, Michigan, del 24 al 27 de
octubre del 2007, consista en responder a dos cuestiones: (1) Qu sucedi, y (2) Por
qu.
El problema fundamental en 1955-1957 consisti en que los participantes trataron -sin
darse cuenta- de fusionar dos sistemas teolgicos dispares, sin apercibirse de todas las
implicaciones que eso conllevaba. Cuando un adventista intenta superponer su teologa
sobre el entramado evanglico, debieran saltar las alarmas: muchas reas simplemente
no encajan. Ni los evanglicos ni los adventistas parecieron comprender algunas de las
doctrinas bsicas que crearon aquel Gran Can entre el calvinismo y la variedad
adventista de arminianismo. 3
Desde otra perspectiva, los adventistas no se dieron cuenta de que haba ciertos
aspectos de su placa tectnica que no se podan fusionar bien con la placa tectnica
calvinista. Su esfuerzo por resolver esa diferencia caus la colisin de ambas placas, y el
terremoto teolgico que tuvo lugar sacudi ambos mundos. Sus escombros siguen hoy
en proceso de sedimentacin. 4
Recientemente estbamos en un comit de la Unin considerando el impacto de tan
largo alcance que haba tenido Preguntas sobre doctrina, y yo no me senta sorprendido,
sino simplemente triste. Una de las reacciones fue: De eso hace mucho tiempo, Herb.
Estamos ms interesados en el presente y en el futuro. O bien: Esa fue la decisin de
nuestros hermanos hace aos, por qu volver de nuevo sobre ello?
Entre otras cosas, cuando manifest que la mayora de los ministerios independientes
que han florecido en nuestras iglesias existen debido a lo que sucedi en 1957, me gan
unas cuantas miradas de sorpresa, pero tambin un renovado inters por saber ms al
propsito. Toda causa tiene un efecto, y nada sucede sin causa. Ese es el motivo por el
que la Conferencia del 50 aniversario de la publicacin de PSD se tom el tiempo para
analizar de causa a efecto el que probablemente haya sido el libro ms divisivo en la
historia adventista.
13
14
debido a que haba ledo la correspondencia que mantuvo con Barnhouse cinco aos
antes. 10
Martin conoca a Leroy Froom por su impresionante trabajo sobre la historia de la
interpretacin proftica. 11 Pidi a Unruh un encuentro en Washington D.C. Quera
entrevistarse con Froom y otros dirigentes a fin de documentarse para su prximo libro
sobre las sectas.
Lo que sigui es historia. Se haba establecido el escenario para un dilogo franco y
abierto sobre asuntos vitales que preocupaban a Martin y Barnhouse. Unruh y Froom
pidieron a Walter Read, secretario de la Asociacin General y experto en los lenguajes
bblicos, que los acompaara, convencidos como estaban de que ese iba a ser un
momento dramtico en la historia adventista para mejorar su imagen ante los
evanglicos. Poco tiempo despus pidieron a Roy Allan Anderson, redactor de Ministry,
que se aadiera al grupo de estudio. 12 Las conferencias comenzaron en marzo de 1955 y
terminaron en mayo de 1956.
Verdades eternas
El tro adventista [Froom, Anderson, Read] respondi a las preguntas de Martin con una
lista que Froom denomin las verdades eternas: La eterna preexistencia y completa
deidad de Cristo, su milagrosa concepcin y nacimiento virginal y su vida impecable
durante la encarnacin, su muerte expiatoria vicaria en la cruz -una vez por siempre y
absolutamente suficiente-, su resurreccin y ascensin literales, su mediacin ante el
Padre para aplicar los beneficios de su acto de expiacin completada en la cruz, y
culminando en su segunda venida personal previa al milenio, que creemos firmemente
estar prxima, pero sin fijar un tiempo. 13
Posteriormente, en otra presentacin, dio un listado de ciertas doctrinas sobre las que
slo algunas de las iglesias evanglicas estaran de acuerdo, tales como: El bautismo
por inmersin, el sbado del sptimo da, el libre albedro, la inmortalidad condicional y
la completa aniquilacin de los impos al final del tiempo.
El tro adventista present despus un tercer grupo de cinco doctrinas que parecan ser
nicas del adventismo, tales como: el santuario celestial y el ministerio de Cristo all en
dos fases, el juicio investigador, la manifestacin del Espritu de profeca en el ministerio
de Ellen White, el sello de Dios y la marca de la bestia, y los mensajes de los tres ngeles
de Apocalipsis 13. Estos cinco figuraban como las caractersticas distintivas de los
adventistas del sptimo da. 14
Al hablar de todo ello, Martin no tard en comprender que estaba ahora contemplando
un panorama totalmente distinto del que imaginaba y esperaba. 15 Dicho panorama
pareca desdecir muchas enseanzas que l haba atribuido a los adventistas segn l
haba ledo en la literatura adventista. No transcurrieron muchas horas antes de que
Martin dijera a los adventistas: Amigos, no sois herticos tal como habamos pensado,
sino hermanos redimidos en Cristo. Por supuesto, lo dijo basado en la lista de
verdades eternas de Froom, reconociendo a la vez que algunas iglesias evanglicas
sostenan puntos de la segunda lista. 16
15
Un doble desafo
Para Martin el desafo consista en que Zondervan Publishing le haba encargado que
acabara su libro sobre las sectas, que tena que incluir a los adventistas. 17 El tro
adventista tena el desafo de explicar a la Iglesia Adventista que se deban purgar
ciertos libros y puntos doctrinales del pasado, esperando que los miembros de iglesia
comprendieran que sus respuestas a Martin estaban expresadas de una forma en que
los evanglicos las pudieran comprender.
En ese punto comenz el intento por fusionar dos placas tectnicas teolgicas. Froom,
Read y Anderson convencieron a Martin y Barnhouse de que los temas conflictivos tales
como la naturaleza humana de Cristo y una visin amplia de la expiacin procedan, tal
como escribi Barnhouse, de lunticos marginales, como los irresponsables y exaltados
que hay en cualquier comunidad cristiana fundamentalista. 18
El conflicto estaba asegurado! En todo caso, M.L. Andreasen, por muchos aos el
principal telogo del adventismo, ley el artculo de Barnhouse y se vio a s mismo entre
aquellos lunticos marginales, junto a la gran mayora de autores adventistas que
enfatizaban la experiencia humana de Jess y su expiacin en dos fases.
Lunticos marginales
Evidentemente, despus que Barnhouse hubo expresado esa acusacin, cualquier cosa
que el tro adventista escribiera sera sospechosa, y se las habra de ver con el msculo
adventista. La acusacin sobre los lunticos marginales era insostenible a la vista de
quines eran los que crean que Jess tom sobre s mismo carne pecaminosa en la que
vivi una vida sin pecado. Obsrvese la siguiente lista de lderes adventistas
prominentes lunticos marginales: Francis Nichol, W.H. Branson, Ray Cottrell, Don
Neufeld (todos ellos vivan en Washington en la dcada de 1950), y tambin un siglo de
liderazgo adventista: E.J. Waggoner, A.T. Jones, S.N. Haskell, W.W. Prescott, Uriah Smith,
M.C. Wilcox, G.W. Reaser, G.B. Thompson, M.E. Kern, C.M. Snow, C.P. Bollman, Meade
MacGuire, C.B. Haynes, I.H. Evans, L.A. Wilcox, William Wirth, E.F. Hackman, A.G.
Daniells, Oscar Tait, Allen Walker, Merlin Neff, W.E. Howell, Gwynne Dalrymple, T.M.
French, J.L. McElhany, C. Lester Bond, E.K. Slade, J.E. Fulton, D.H. Kress, Frederick Lee,
L.H. Wood, A.V. Olson, Christian Edwarson, J.C. Stevens, F.M. Wilcox, A.W. Truman, F.G.
Clifford, Varner Johns, Dallas Young, J.B. Conley, Fenton Edwin Froom, W.E. Read, J.A.
McMillan, Benjamin Hoffman, H.L. Rudy, incluyendo los escritos de M.L. Andreasen y los
cientos de veces en que E. White escribi sin ambigedad que Jess acept los efectos
de la gran ley de la herencia para compartir nuestras penas y tentaciones, y darnos el
ejemplo de una vida sin pecado. 19
Si solamente
Si solamente las dos partes se hubieran dado una pausa para recapacitar, hubieran
comprendido que ambas estaban intentando apuntar a dianas mviles. Unos y otros
estaban asentados en placas tectnicas diferentes que procuraban fusionar, provocando
terremotos que se iban a reproducir durante al menos cincuenta aos. Si Froom no
16
hubiera sido tan altivo, y si no hubiera tenido una premisa condicionante que oscureci
su olfato histrico por la verdad; si Anderson no se hubiera dejado deslumbrar tanto por
lo que le pareca una perspectiva monumental de relaciones pblicas, no habramos
tenido el terremoto de PSD.
Y por extrao que hoy parezca, si Froom no hubiera despachado con tanta prisa los
resultados de la encuesta informal que l mismo hizo entre los dirigentes adventistas a
propsito de la naturaleza humana de Cristo, habra evitado provocar aquel terremoto.
En las respuestas que obtuvo en aquella encuesta, descubri que la prctica totalidad
tenan la idea [de que Cristo tom una naturaleza pecaminosa]. 20 En la carta que
Froom escribi a R.R. Figuhr, presidente de la Asociacin General, ech la culpa de
aquella desafortunada situacin a que aquellos lderes eran demasiado flojos en
teologa y en dar la impresin correcta a otros. 21 Expresado de forma sencilla, el amigo
Froom se haba puesto gafas del color de sus asunciones personales, y Figuhr se senta
intimidado por la estatura de Froom como redactor de Ministry por aos. 22
Notas:
1.
2.
Malcom Bull y Keith Lockhart, Seeking a Sanctuary, segunda edicin (Bloomington, IN:
Indiana University Press, 2007), 106: Preguntas sobre doctrina suscit incertidumbres
respecto a lo que los adventistas crean realmente, que convirti a la era evanglica que
sigui en la ms desestabilizadora en la historia de la iglesia.
3.
4.
Estoy en deuda con muchos que por aos han dedicado sus energas a estudiar el
impacto de PSD en el pensamiento adventista. Agradezco especialmente la remarcable
disertacin doctoral de Julius Nam: Reactions to the Seventh-day Adventist Evangelical
Conferences and Questions on Doctrine 1955-1971. Otros que se han aplicado con
tesn en sus anlisis a lo largo de los aos, incluyen: Kenneth Wood, Jerry Moon, Ralph
Larson, Ken McFarland, Robert Hancock, Leroy Moore, Jean Zurcher, Kevin Paulson,
William Grotheer, Larry Kirkpatrick, Woody Whidden y George Knight.
5.
Donald Grey Barnhouse, Son cristianos los adventistas del sptimo da? Una nueva
evaluacin del Adventismo del Sptimo Da, Eternity, septiembre 1956; T.E. Unruh, The
Seventh-day Adventist Evangelical Conferences of 1955-1956, Adventist Heritage, cuarto
trimestre, 1977.
6.
Barnhouse, Spiritual Discernment, or How to Read Religious Books, Eternity, junio 1950.
17
7.
8.
Ibid. 470.
9.
Walter R. Martin The Rise of the Cults (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1955), 12.
18
Captulo 2
Cinco puntos
Los calvinistas resumen su teologa en cinco puntos, emanando todos ellos de su
doctrina central de la soberana de Dios.
1. Depravacin total de la raza humana (todo hombre y mujer nacen pecadores).
2. Eleccin incondicional (algunos son elegidos para ser salvos; otros no).
3. Expiacin limitada (Cristo muri slo por los elegidos).
4. Gracia irresistible (se concede el don de la fe a los que han sido elegidos).
5. Perseverancia de los santos (una vez salvos, siempre salvos).
19
20
arminiana. Ese fue su error fatal: eran incapaces de comprender la estructura teolgica
del adventismo clsico!
Por ejemplo: los adventistas difieren de los calvinistas, y tambin de muchos arminianos,
en lo referente a la naturaleza del hombre. No creemos que el hombre posea un alma
inmortal. Eso implica automticamente el concepto de pecado original y/o el tipo de
cuerpo/mente con el que nacen los seres humanos [N. del T: Dos partes: cuerpo y alma.
El cuerpo es malo: es pecado, y slo es posible la salvacin del alma cuando sta se
libera del cuerpo].
Tambin, debido a tener una comprensin ms completa de la razn por la cual Jess es
nuestro Sumo Sacerdote, los adventistas consideran en mayor profundidad la forma en
que su obra sumo-sacerdotal afecta directamente a la salvacin y a la preparacin para
recibir la vida eterna. El tro de PSD no aclar a Martin y Barnhouse la forma en que la
cruz de Cristo y su ministerio como Sumo Sacerdote son dos partes de su expiacin que
afectan directamente a nuestra responsabilidad humana en el proceso de la redencin.
Volver al tema ms adelante.
Adems, debido a que los adventistas, de forma prcticamente unnime y por todo un
siglo antes de 1955, aceptaron la enseanza bblica de que Jess naci como un ser
humano en todo, tentado en todo como nosotros, pero sin pecado (Heb. 2:17 y 4:15
-LBLA), crean que Jess hizo frente y venci los fieros dardos de Satans de la misma
forma en que pide que lo hagamos nosotros: confiando en la intervencin del Espritu
Santo en nuestras vidas. Nos mostr cmo vivir y morir a fin de que finalmente se nos
pueda conceder la vida eterna. A eso tampoco se le dio el nfasis debido ante Martin y
Barnhouse: un fallo desafortunado de parte del tro adventista.
21
W.E. Read conoca las lenguas bblicas, y era un respetado y competente administrador
de iglesia, pero no era experto en teologa sistemtica. An lo recuerdo con su perilla
blanca. Nos gustaba escuchar su agradable susurro cuando hablaba en voz baja. La
confianza mutua con la que l y Froom trabajaban era menos que perfecta. 7
Leroy Froom era bien conocido en crculos cristianos como investigador infatigable. Sus
mayores contribuciones: The Prophetic Faith of Our Fathers y The Condicionalist Faith of
Our Fathers, 8 fueron una referencia para acadmicos en muchas denominaciones. Tena
una enorme capacidad productiva. Su envidiable energa lo converta en un lder en
cualquier conversacin. Pero tambin a l le superaba la teologa sistemtica.
Amigos personales
Los tres citados eran grandes hombres. Eran altamente respetados. Anderson y Froom
fueron mis amigos allegados de toda una vida. En 1970, mientras era redactor asociado
de Review and Herald, Froom me visitaba regularmente para discutir eventos de la
actualidad en el mundo y en la iglesia. l conoca con exactitud mi posicin teolgica,
pues yo escriba semanalmente artculos editoriales que dedicaba deliberadamente a
contrarrestar los errores de PSD, pero nuestra posicin teolgica no fue obstculo para
nuestra amistad. Froom envejeci de forma tranquila y placentera. A sus 84 aos,
estando prximo a su muerte en Sligo Nursing Home (Takoma Park, MD), fui con toda
probabilidad la ltima persona en estrechar su mano. Tengo atesorado ese recuerdo.
Anderson tena conmigo una relacin paterno-filial. Coma en nuestra casa.
Impresionaba a nuestros hijos. Cuando se jubil, especialmente despus que se traslad
a Loma Linda, me telefoneaba regularmente, al menos una vez al mes. Con su famosa
voz, ahora dbil y ronca, me preguntaba invariablemente: Herb, qu le est pasando a
nuestra iglesia? Nunca tuve valor para sugerirle que la mayora de los problemas que le
hacan estar preocupado se originaron en la publicacin de PSD. El pastor Anderson
muri en 1985 a la edad de 90 aos: un predicador modlico y un buen amigo.
El hecho es que los tres adventistas, inexpertos como telogos, estaban lejos del nivel
de Martin y Barnhouse, especialistas ambos en evangelicalismo calvinista. Lo que
empeor an ms la situacin en 1955 fue la decisin de ignorar deliberadamente a
M.L. Andreasen, el veterano y experto telogo adventista durante dcadas. 9 Andreasen
haba dirigido el departamento de teologa sistemtica del seminario adventista muchos
aos, retirndose en 1949. Haba escrito numerosos artculos y al menos trece libros,
algunos de los cuales no han sido nunca superados. 10 Bien conocido como una
autoridad en la doctrina del santuario, fue el autor de la seccin del libro de Hebreos en
el Comentario Bblico Adventista.
Estoy en total acuerdo con la penetrante afirmacin que hace el Dr. Knight en su
Introduction to the Annotated Edition de PSD: Mirando retrospectivamente, es
inevitable especular acerca del curso diferente que habra seguido la historia adventista
si se hubiera consultado a Andreasen en relacin con la redaccin de la posicin
adventista sobre la expiacin, si Froom y sus colegas no hubieran sido divisivos en su
manejo de los temas relacionados con la naturaleza humana de Cristo, si tanto Froom
22
Notas:
1.
2.
Por ejemplo, los evanglicos estn hoy divididos en cuanto a si la salvacin incluye o no
la aceptacin de Jess como Seor, adems de como Salvador (Lordship of the Lord).
Aunque ambas partes se declaran predestinatarias, el debate es virtualmente idntico al
que ha tendido a dividir la Iglesia Adventista en los pasados cincuenta aos. Leyendo las
enseanzas de John F. MacArthur, Jr (el principal defensor de la salvacin que enfatiza la
aceptacin del seoro de Jess), y leyendo despus a Zane Hodges y a Charles Ryrie
(principales proponentes de la salvacin al margen de aceptar la seora de Jess), uno
oye los ecos de las mismas cuestiones a las que Pablo tuvo que hacer frente en el primer
siglo -y todo dirigente eclesistico a partir de entonces y hasta hoy (ver John MacArthur,
Jr., Faith Works, the Gospel According to the Apostles [Dallas: Word Publishing, 1933],
especialmente el segundo captulo: Lo bsico en la controversia sobre el seoro en la
salvacin). No obstante, difiero fundamentalmente de MacArthur en su definicin de
la fe, que colorea su defensa, aun estando mucho ms acertado que sus oponentes.
3.
Para la que quiz sea la biografa ms reciente e inclusiva de Agustn, ver James J.
ODonnell, Augustine (HarperCollins Publishers, 2005), 1-396.
4.
Roger Olson lo resumi as: El Dios de Agustn, aunque trinitario, est cautivo de la
teologa filosfica griega consistente en la simplicidad, inmutabilidad e impasividad
divinas, y termina por ser un gran emperador csmico, ms bien que un Padre celestial
amante y compasivo [los telogos] debieran considerar hasta qu punto las doctrinas
cristianas clsicas acerca de Dios han resultado indebidamente influenciadas por las
categoras filosficas griegas sobre la perfeccin metafsica. The Story of Christian
23
Theology: Twenty Centuries of Tradition and Reform (Downers Grove, IL: Inter-Varsity
Press, 1999), 530.
5.
6.
7.
24
8.
Froom, The Condicionalist Faith of Our Fathers, vols. I, II (Washington, D.C.: Review and
Herald, 1965).
9.
10. Algunos de los libros de Andreasen son: El santuario y sus servicios, The Book of
Hebrews, A Faith to Live By, The Faith of Jesus, What Can a Man Believe y Saints and
Sinners.
25
26
Captulo 3
Aparte de lamentarnos por qu hubiera pasado si, nos toca convivir con lo sucedido.
Ahora nos damos cuenta, 50 aos despus, de que la lluvia radiactiva que viene cayendo
desde 1957 con Preguntas sobre doctrina demanda una accin reflexiva y proporcional.
Por qu el seminario de 2007 sobre PSD ha sido mucho ms que meras disertaciones
histricas? Por esto:
1. Se lo debemos a una generacin de pastores y administradores que han
recibido instruccin desde 1957. Se les ha estado enseando que las
conclusiones de PSD representaban fielmente las creencias bsicas del
movimiento adventista.
2. Y se lo debemos a una generacin de millones de miembros laicos que no
tienen forma de entender las tensiones colosales que interaccionan hoy en el
pensar adventista. En algunos continentes se siguen preguntando por qu
ciertos asuntos teolgicos siguen dividiendo nuestra iglesia, y por qu hay tantos
grupos independientes en todo el mundo.
Antes de analizar algunos de los errores teolgicos de PSD, hay que decir en total
sinceridad que mucho de lo que el libro contiene ha sido de gran utilidad; por ejemplo,
su aporte sobre la ley y el legalismo, el sbado y el domingo, Daniel 7-9, etc. El propio
Andreasen escribi: hay tantas cosas buenas en el libro, que para muchos sern de
autntica ayuda 1
Pero hay en el libro ciertos problemas que nos miran de frente. Ya hemos visto el
misterioso error de incluir entre los lunticos marginales a un nmero ingente de
lderes adventistas capaces. El segundo problema desconcertante es la increble
tergiversacin de citas de Ellen White, y los encabezamientos engaosos empleados
para agruparlas. El Dr. Knight lo expres acertadamente al declarar que el libro PSD
(1957) da una impresin falsa sobre la naturaleza humana de Cristo, y que uno de los
encabezados, el que afirma que Cristo tom la naturaleza humana inmaculada, era
especialmente problemtico, puesto que da la impresin de que esa es la posicin de
Ellen White, siendo que ella repiti muy enfticamente que Cristo tom nuestra
naturaleza pecaminosa, etc. 2
En 1970, siendo redactor de Review and Herald, tuve a mi disposicin todos los recursos
bibliogrficos para comprobar las citas de PSD en sus apndices e ndices. Me sent
sorprendido vez tras vez ante la flagrante parcialidad de quienes haban seleccionado las
declaraciones de Ellen White. Da tras da, cuando el tiempo lo permita, traa los
originales al despacho de Ken Wood (el jefe de redaccin). All compartamos nuestra
estupefaccin y desconcierto al constatar que la denominacin haba sido extraviada por
dcadas en esas reas tan cruciales. El significado de muchas declaraciones haba sido
deliberadamente alterado mediante el uso estratgico de los puntos suspensivos;
muchas otras declaraciones se haban reproducido intencionadamente slo en parte,
eliminando el contexto clarificador. 3
27
El tercer problema consista en el mtodo empleado por el tro adventista para incluir
referencias no-adventistas en apoyo de ciertas posiciones. No es que est mal incluir
referencias. En algunos lugares Froom recurra a su conocimiento enciclopdico de los
campeones de la inmortalidad condicional para validar la posicin adventista relativa a
la naturaleza del hombre y a la inmutabilidad de la ley moral. 4 Pero cuando el tro
procuraba defender nuestra comprensin -mantenida por un siglo- sobre la importancia
de la naturaleza humana de Cristo, prefirieron la turbiedad. Se poda haber presentado
una inmensa lnea de eruditos protestantes en apoyo de la posicin que los lderes
adventistas mantuvieron por aos, pero no citaron ni a uno solo de ellos.
En sus intentos decididos por reconciliar las discrepancias con los calvinistas mediante
una presentacin amigable de la doctrina adventista, [el tro] malinterpret asuntos
teolgicos de gran envergadura. Ningn anlisis histrico puede obviar esa malversacin
teolgica. Los adventistas perdieron la oportunidad del siglo! Nunca antes se haba
concedido al adventismo una plataforma como aquella para clarificar en una atmsfera
de confianza cualquier malentendido con los protestantes, y para presentar las doctrinas
distintivas que los adventistas consideran importantes. Pero quedaron a aos luz de
lograr esos objetivos.
Por descontado, se puede aducir que, de haber expuesto las creencias adventistas en su
interaccin lgica y congruente, Martin y Barnhouse habran reaccionado de forma
diferente. Quiz. Quiz no se habra publicado Preguntas sobre doctrina!
Ms preguntas de y si
(1) Si PSG hubiera presentado con gracia y claridad las creencias, la iglesia adventista no
habra conocido la pltora de respuestas consternadas que ms tarde desembocaron en
los muchos grupos etiquetados de independientes. Pensemos en que casi todos los
ministerios independientes, y los hay por docenas, tienen como preocupacin
principal la degradacin de las dos verdades adventistas especficas: (a) la importancia
del ministerio dual de Jess [N. del T.: expiacin en el Calvario -- Da de la expiacin] y
(b) la plena humanidad de Jess al asumir la herencia gentica de sus diversos
antepasados, tal como sucede con cualquier beb. 5
(2) Otra pregunta del tipo y si tiene que ver con la deriva teolgica de la instruccin
impartida en los seminarios a partir de la dcada de 1960. Algunas de las nuevas
incertidumbres que flotaban como grmenes teolgicos en PSD llevaron directamente a
consecuencias inesperadas en el torrente sanguneo adventista: la as llamada nueva
teologa dio paso a la as llamada teologa reformada, que silenci la relevancia que
por un siglo se haba dado a la transformacin del carcter que se espera de quienes son
leales a Dios. Entretejido con esos nuevos perfiles teolgicos ha habido desde 1957 un
intento de revisar lo que sucedi en el congreso de la Asociacin General de 1888, as
como de reevaluar a Ellen G. White, con el resultado de afirmar su vala como fuente
inspiradora, pero a expensas de degradar su contribucin y valor teolgico.
(3) Otra pregunta tiene que ver con el abrumador silencio en las publicaciones
adventistas, en los plpitos y en las clases de teologa durante los pasados cuarenta
aos, a propsito de temas adventistas tradicionales tales como el juicio investigador,
28
Presin de grupo
Nos encontramos ante un increble ejemplo de presin de grupo -o presin de paresque narcotiz a uno tras otro en la Asociacin General entre 1957-1958, y por dcadas
a partir de entonces. En Ministry de marzo de 1958, Anderson volvi a insistir en esa
pesadilla cansina, tras anunciar la entusiasta acogida que haba tenido la publicacin de
Preguntas sobre doctrina.
Seal que 250 lderes denominacionales haban aprobado el manuscrito, y excepto
por algunas sugerencias menores, no se pidi ningn cambio en el contenido Se
aportaron algunas sugerencias valiosas, pero no se pidi efectuar cambio alguno en
ningn rea doctrinal. Una lectura cuidadosa de Preguntas sobre doctrina le hace a
29
uno ver que, junto a la Biblia, est la constante confirmacin de nuestras creencias
denominacionales mediante el Espritu de profeca. A la luz de eso nos sorprende que
una seccin del libro, as como algunas afirmaciones en Ministry, hayan sido
evidentemente mal comprendidas por unos pocos. Lo anterior nos extraa
especialmente a la luz del aprecio universal que ha suscitado [PSD].
Pero hubo ms. Aparentemente, hasta el propio Anderson se senta incmodo. Tena
necesidad de seguir intentando convencerse a s mismo, tanto como al resto de la Iglesia
Adventista. Continu as: Como ya se ha dicho, de todas las partes del campo mundial
han venido expresiones de sincero agradecimiento por las respuestas convincentes y
autorizadas que contiene este libro El campo [mundial] demuestra la unanimidad de
nuestras creencias denominacionales, y una lectura cuidadosa de Preguntas sobre
doctrina revelar que est en completo acuerdo con las afirmaciones claras del Espritu
de profeca que hemos tenido en nuestras bibliotecas por ms de medio siglo.
30
El mantra mtico
Yo estaba all. Lea y oa ese mantra consistente en que aquel gran grupo de lderes
adventistas haba dado su aprobacin al posicionamiento de Preguntas sobre doctrina.
Fue slo ms tarde cuando se descubri la verdad de que slo unos pocos respondieron.
No se recibi nada de fuera de Norteamrica; no respondi ningn administrador local o
de una Unin en Norteamrica. 12 En parte porque estaban estupefactos, o, porque al
reflexionar, pensaron que Preguntas sobre doctrina no podra ir a ninguna parte.
Los editores de Review and Herald Publishing Association enviaron cartas individuales a
Figuhr y al tro de PSD. En cada una de ellas se expresaba gran preocupacin por el
procedimiento general, reclamando una mayor base bblica para [la exposicin de] cada
una de nuestras doctrinas. 13
obreros adventistas una vez que se hubieran publicado PSD y el libro de Martin, pero
an se estaba a tiempo de tomar las medidas adecuadas ahora, para aclarar la
atmsfera antes de que se publique el libro de Martin, y presentar [en Preguntas sobre
doctrina] una exposicin clara de la verdadera posicin [adventista]. 15 (original incluye
cursivas).
Las advertencias y sugerencias de Cottrell no parecieron tener ningn efecto
significativo en la versin final de PSD. 16
Advertencia de Nichol
Francis D. Nichol, redactor de Review and Herald, escribi una carta confidencial a
Figuhr, a propsito de que se estaban transmitiendo a Martin ciertas afirmaciones que
muchos de nosotros, al considerarlas con reflexin, ramos incapaces de sostener.
Tema que el tro de PSD, o bien no hubiera comprendido como deba el significado
pleno de nuestras diferencias doctrinales singularmente distintivas con el mundo, o bien
que hubiese sucumbido inconscientemente a la tentacin de desdibujar las diferencias a
fin de buscar un terreno comn para la fraternidad. 17
No obstante, aunque se hicieron algunos cambios menores, en PSD no se apreci indicio
alguno de que los criticismos hubieran tenido un impacto significativo en el contenido
del libro. El tro adventista gan la partida, casi como si los atentos lectores del
manuscrito no hubiesen contado para nada. Obsrvese el lenguaje extravagante en la
introduccin de PSD: Estas respuestas representan la posicin de nuestra
denominacin Este volumen puede verse como verdaderamente representativo. 18
Recuerdo el 30 de enero de 1957 como si fuera ayer. Aquel da, el tro de Preguntas
sobre doctrina comunic finalmente al comit editorial de Review and Herald que no se
iba a permitir ninguna modificacin ms. Ahora Review and Herald habra de tratar el
manuscrito como un texto. Es decir: la casa publicadora no iba a proveer supervisin
editorial alguna, sino que sera simplemente el taller impresor y distribuidor. Por lo
tanto, no se la tendra por responsable del contenido publicado. 19
Lavado de manos
Aquella maana, en el despacho de redaccin del Comentario Bblico Adventista,
Raymond Cottrell sali de la habitacin, y regres despus con una toalla en su mano
izquierda y una palangana llena de agua en la derecha. Cada uno de nosotros desfilamos
por turno, lavando nuestras manos de cualquier otra intervencin o responsabilidad en
Preguntas sobre doctrina. Por entonces no podamos imaginar la plena implicacin de lo
que estbamos haciendo todos juntos alrededor de aquella palangana.
32
hizo llegar sus inquietudes de forma privada primeramente a Figuhr, quien hizo cuanto
pudo por defender al tro. No obstante, varios artculos editoriales en Ministry hicieron
disparar las alarmas de Andreasen, suscitndole justificadas preocupaciones. Otros
dirigentes eclesisticos rogaron a los administradores de la Asociacin General que al
menos permitieran a Andreasen leer el manuscrito antes de su publicacin. Se les
deneg. Toda esa correspondencia ha sido rescatada en la tesis doctoral del Dr. Nam,
que espero se publique pronto en forma de libro.
Hombres muy considerados, como Merlin Neff y Richard Lewis, 20 ambos editores de
Pacific Press Publishing Association -seccin de libros-, enviaron escritos convincentes en
apoyo de Andreasen. M.E. Kern, administrador de la Asociacin General, 21 expres su
profunda preocupacin en nombre de muchos. Dirigentes de Norteamrica, tales como
R.R. Bietz, previeron un gran desastre en el horizonte cercano, un tornado que an
estaba por llegar. 22
Theodore Carcich, presidente de la Asociacin de la Unin Central, escribi una carta a
todos sus presidentes de Asociacin local: Bajo una apariencia suave y refinada,
exhalando una pretendida fraternidad cristiana, el Dr. Martin est sirviendo el mismo
refrito teolgico que nuestros antepasados espirituales tuvieron que rebatir hace
aos. En su carta a Figuhr, calific Preguntas sobre doctrina como un intento sutil y
artero de socavar las doctrinas fundamentales adventistas del sptimo da. 23
Edward Heppenstall anticip ominosamente: Sera muy desafortunado que despus
de su publicacin, cualquiera de las posiciones adoptadas fuese objeto de repudio por
parte de un amplio grupo entre los mismos obreros, produciendo una divisin
generalizada y confusin. 24
Cottrell fue todava ms proftico si cabe: Asegurmonos de que en el libro propuesto
no se introduce ningn asunto que tengamos que sobrellevar en los siguientes 50 aos.
25
Notas:
1.
Ibid.
2.
Ibid., xvi.
3.
Recuerdo aquellos tiempos en los que Ellen White se senta apesadumbrada por
aquellos que manejaban incorrectamente sus escritos: S que muchos hombres toman
los testimonios que el Seor ha dado y los aplican como ellos suponen que se deben
aplicar, entresacando una frase aqu y otra all, sacndola de su contexto adecuado y
aplicndola de acuerdo con sus ideas (Mensajes selectos, I, 44 -traduccin revisada-).
4.
5.
6.
De forma casi increble, el Biblical Research Institute opin en 1989 que: la iglesia
mundial nunca ha visto esos temas [la naturaleza de Cristo, la naturaleza del pecado]
como siendo esenciales para la salvacin ni para la misin de la iglesia remanente No
puede haber una unin slida en la iglesia mundial del pueblo remanente de Dios por
tanto tiempo como segmentos que sostienen esas posiciones las agiten, tanto en
Norteamrica como en las Divisiones de ultramar. Es necesario dejar de lado esos temas
y no urgirlos ante nuestro pueblo como asuntos necesarios. Citado en Issues: The
Seventh-day Adventist Church and Certain Private Ministries, Apndice XVI, 238-244. De
hecho, a muchos pastores y profesores se les advirti (y amenaz) al efecto de que no
hablaran de esos temas.
7.
Nam, 276.
34
8.
J.R. Zurcher, Touched With Our Feelings (Hagerstown, MD, Review and Herald Publishing
Association, 1999), 175.
9.
10. Nam observa: Figuhr parece pecar de exagerado en su aserto, engaando as a sus
lectores. Si bien es cierto que el manuscrito fue ampliamente distribuido, la evidencia
documental y los testimonios subsiguientes de quienes estuvieron implicados en la
publicacin del libro indican que nunca hubo un apoyo multitudinario decidido y
unnime Fue esencialmente la produccin de unos pocos op. cit., 280-281.
11. Nam, 98/
12. Ibid., 247.
13. Ibid., 250-256.
14. Ibid., 240.
15. Ibid., 239-245.
16. Ibid., 254, 268.
17. Ibid., 255.
18. QOD (PSD) 1957, 8.
19. Unruh, Adventist Heritage, cuarto trimestre, 1977.
20. Nam, op. cit., 299, 300.
21. Ibid., 316.
22. Ibid., 352.
23. Carta a presidentes de Asociacin local, Asociacin de la Unin Central, 24 de marzo,
1960. En una carta a Figuhr fechada el mismo da, hizo saber que ninguna de las libreras
de iglesia de la Unin Central ofrecera el libro de Martin, debido a que confundira la fe
de las personas. Ambas cosas se citan en Nam, op. cit., 346, 347.
24. Ibid., 255.
25. Ibid.
35
36
Captulo 4
Tiempo de examinar los grandes conceptos
El problema en 1957 fue el siniestro intento de fusionar (1) la comprensin limitada del
tro adventista acerca de lo que haba sido verdad central en el adventismo, con (2) el
tema agustiniano/calvinista de la soberana de Dios. Pudo haber hecho toda la diferencia
el que se hubiera revisado bblicamente el tema del gran conflicto, puesto en contraste
con la limitada comprensin calvinista acerca del carcter de Dios y del evangelio. El
tema central para ambas partes es: Qu es lo que Dios quiere conseguir con su plan de
salvacin?
Notas:
1.
2.
Grandes y maravillosas son tus obras, Seor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos
son tus caminos, Rey de los santos (Apocalipsis 15:3). Sus juicios son verdaderos y
justos (Apocalipsis 19:2). Para un anlisis bblico acerca de la forma en que el tema del
gran conflicto impregna las Escrituras, ver God on Trial, Herbert Douglass, en Ministry,
mayo 1892. Para un estudio ms amplio del tema del gran conflicto, ver God at Risk,
Herbert Douglass, (Roseville, CA: Amazing Facts, 2004), 408 pp.
3.
La metodologa exegtica, la teologa bblica, etc, tienen sus limitaciones para cada
texto, captulo y libro, puesto que la bsqueda de su significado depende de las
39
40
Captulo 5
En los aos posteriores a 1957, tanto pastores como laicos experimentaron esa
confusin del liderazgo y de la teologa. Pinsese en la cantidad de artculos escritos en
publicaciones peridicas adventistas discutiendo si la santificacin es siquiera una parte
de la justicia por la fe. Pinsese en la cantidad de iglesias que se dividieron cuando
algunos anunciaron que la justificacin era mucho ms importante que la santificacin.
Detrs de todo ello estaba la confusin sobre qu sucedi en la cruz, y qu sucedi en
1957.
Considrese tambin: Cuntos pastores abandonaron la Iglesia Adventista porque
telogos muy persuasivos los convencieron de que no slo era innecesario Cristo en su
santuario, sino que era un invento particular de la teologa de Ellen White? Cuntos
jvenes se sintieron liberados - ms bien alborozados- al saber que su carcter no tena
nada que ver con su salvacin? O que dado que Jess pag el precio en la cruz, nuestra
nica responsabilidad es aceptar su muerte como el pleno pago, y dejar de
preocuparnos por aadir cualquier cosa que sea a lo que Jess hizo por nosotros? Todo
eso es pura confusin!
responsables por sus pecados, puesto que nacen pecadores, y (2) que son salvos slo
porque Dios los ha elegido. As, al aplicarlo a Jess, dado que segn su teologa todos los
hombres son corruptos desde el nacimiento, Cristo no pudo venir como vienen todos los
bebs, aceptando la lnea gentica de sus antepasados (en cuyo caso habra necesitado
l mismo un Salvador). Por lo tanto, para efectos de salvacin, hay que ver a Cristo slo
como a nuestro Substituto. Como Ejemplo sera meramente una inspiracin, una especie
de retrato de una vida mejor, pero inalcanzable de este lado de la tumba.
Esas dos palabras: exento y vicaria, encendieron los nimos de Andreasen.
Si bien Jess muri vicariamente por nuestros pecados, cmo pudo en sus 33 aos de
vida relacionarse vicariamente con nuestra salvacin? Al morir vicariamente en nuestro
lugar, hizo posible que no seamos castigados por nuestros pecados; pero de qu forma
pudo vivir vicariamente como nuestro Ejemplo? Significa eso que no tenemos que vivir
una vida victoriosa, resistiendo al tentador en toda ocasin, debido a que l venci en
nuestro lugar vicariamente? Guard Jess la ley vicariamente para que nosotros no
tengamos que guardarla? Muy al contrario: resistiendo la maldad como nuestro
Ejemplo, mostr la forma en que podemos andar como l anduvo (1 Juan 2:6). Si bien
muri en nuestro lugar de manera vicaria, no obedeci en nuestro lugar de forma
vicaria! De lo que nos liber vicariamente, es de la paga del pecado.
43
Cristo impoluto, si su ausencia de pecado cuando estuvo en esta tierra no fue realmente
una victoria sobre la tentacin, sino una incapacidad para pecar? Podramos bien
maravillarnos ante un Santo Ser como l, pero no podramos ver en l al que fue hecho
como sus hermanos en todas las cosas; Uno que, habiendo sido tentado como lo
somos nosotros puede socorrernos cuando somos tentados.
44
Explicacin de Anderson
As es como Anderson explic el cambio: Hace muchos aos apareci una afirmacin en
Bible Readings for the Home Circle (edicin de 1915) que declaraba que Cristo vino en
carne pecaminosa. Es difcil saber cmo pudo deslizarse esa expresin en el libro. Los
crticos la han citado muchas veces, y en todo el mundo, como siendo tpica de la
cristologa adventista. Pero cuando el libro se revis en 1949, se elimin esa expresin,
por considerar que no armonizaba con nuestra verdadera posicin.
No obstante, al examinar la afirmacin original de 1915, se hace patente que en carne
pecaminosa no era una mera expresin, pues haba casi una pgina entera dedicada
a explicarla, de forma que ningn lector pudiera malinterpretarla. Adems, aquella
pgina casi entera dedicada a explicar la carne pecaminosa no estaba para nada en
discordancia con nuestra verdadera posicin. Armonizaba claramente con la
comprensin de docenas de autores adventistas, tanto como con cientos de
declaraciones de Ellen White inequvocas al respecto. 9
El tro de PSD debera haberlo visto con claridad, incluso al leer la revisin de 1949:
Cmo pudo nuestro Seor condenar al pecado en la carne (Rom. 8:3-4), sin tomar
carne pecaminosa?
46
Qu es lo que estaba causando aquel agujero negro en la respuesta teolgica del tro
de PSD a la inquietud de los evanglicos? En su esfuerzo por mostrarse corteses y
complacientes, leyeron -tal como hacen los evanglicos- la expresin naturaleza
pecaminosa, cada como significando las corrupciones que caracterizan la propia
eleccin a pecar. Los redactores de las casas publicadoras, de las lecciones de Escuela
Sabtica, muchos lderes y Ellen White en multitud de ocasiones a lo largo de aos,
haban hecho distincin entre tendencias heredadas y hbitos cultivados de pecado,
pero en su deseo de agradar a los evanglicos, el tro de PSD permiti que sus amigos
visitantes marcaran la agenda. Es un consuelo que la revisin del libro no silenciara la
comprensin adventista acerca de cmo la vida y muerte de Cristo hicieron posible para
un cristiano fiel vivir en la carne una vida sin pecado.
En cierto sentido, podra ver ese pequeo episodio que inici el incendio forestal
teolgico como algo pintoresco, si no fuera porque el dilogo entre el tro de PSD y los
evanglicos estaba errando el punto principal de lo que Dios quiere conseguir con su
plan de salvacin.
Fraude literario
Pero hubo ms en el nmero de Ministry de septiembre de 1956. All aparecieron por
vez primera compilaciones de escritos de Ellen White apartadas de la correccin
acadmica, tal como ha sealado el Dr. Knight: fragmentos extrados para contradecir su
contexto y puntos suspensivos con el significado de fraude literario. Y es la misma serie
de citas que se public despus en el Apndice B de PSD, y posteriormente en el
volumen 7A del Comentario Bblico Adventista! Los editores del Comentario Bblico,
evidentemente, nada sabamos entonces de aquella adicin posterior.
En el mencionado artculo editorial, Anderson recomendaba esa recopilacin por
constituir una presentacin completa del tema, tal como se lo puede encontrar en los
escritos de Ellen G. White Hasta donde hemos sido capaces de investigar, esta
compilacin representa plenamente el pensar de la mensajera del Seor en esa
cuestin. Se han encontrado algunas otras pocas declaraciones, pero son, o bien
repeticiones, o meramente variaciones verbales que no aaden mayor informacin.
Sorprendente! 10
En el artculo editorial leemos tambin: Slo en tres o cuatro lugares, en esos consejos
inspirados, hemos encontrado expresiones tales como naturaleza cada y naturaleza
pecaminosa. Pero son fuertemente contrarrestados y claramente explicados por
muchas otras declaraciones que revelan el pensamiento de quien escribe. Cristo
particip verdaderamente de nuestra naturaleza: nuestra naturaleza humana con todas
sus limitaciones fsicas, pero no de nuestra naturaleza carnal con todas sus corrupciones
lujuriosas (original incluye cursivas).
Seor con la humanidad cada, Martin y Barnhouse habran hecho rpidamente las
maletas y habran continuado en sus ataques contra los adventistas por seguir
considerndolos una secta. Como buenos calvinistas, no tenan otra opcin.
49
Extraa hermenutica
Una de las tcnicas ms extraas jams empleada en la literatura adventista, fue usar
una carta personal como si en ella Ellen White estuviera corrigiendo setenta aos de la
enseanza de su ministerio; como si esa carta dijera algo que contrarrestara sus
muchas e inequvocas declaraciones en tan slo un libro: El Deseado de todas las gentes,
y cunto ms en cientos de otras declaraciones similares a las del Deseado, en el resto
de su literatura. Es todo un test para los principios hermenuticos!
En lugar de emplear los cientos de pensamientos similares de Ellen White para ayudar a
comprender ciertas frases en la carta a Baker, el tro de PSD emple la carta a Baker
para explicar lo que Ellen White quiso decir en centenares de declaraciones inequvocas
relativas a la humanidad de Jess! Para los efectos de este estudio, podemos
simplemente afirmar que la carta a Baker se puede comprender y armonizar a la luz de
los cientos de declaraciones de Ellen White, as como mediante la exgesis bblica. 19
Ellen White no dijo una cosa y a la vez la contraria, como algunos han sugerido!
50
Intento de compromiso
S que algunos se preguntan acerca de administradores y telogos destacados que en
aos recientes han propuesto un compromiso que pudiera apaciguar la oposicin a PSD.
Su alternativa ha consistido en una especie de tercera opcin que explicara las que a
ellos les parecen declaraciones contradictorias en los escritos de Ellen White. Ha sido un
intento valiente por encontrar una posicin mediadora entre los prelapsarios y los
postlapsarios.
Consiste en esto: 1) La humanidad de Cristo no sera la humanidad inocente de Adn
anterior a su cada; l habra heredado nuestras debilidades inocentes tales como el
hambre, el dolor, la pena y la muerte. 2) Habra venido slo en semejanza de carne de
pecado (Romanos 8:3), no heredando ninguna tendencia al pecado ni propensin
pecaminosa.
Qu pensar de ese compromiso, de esa tercera va en el debate cristolgico
adventista? En primer lugar, Jess no vino para liberar a la humanidad de nuestras
debilidades inocentes, sino del pecado. Es por eso que vino en semejanza [no
diferencia] de carne de pecado (Romanos 8:3), por lo cual deba ser en todo
semejante a sus hermanos (Heb. 2:27).
Adems, es preciso distinguir entre propensiones inherentes y propensiones
malvadas/pecaminosas. En el mundo de Ellen White esas dos expresiones no significan
lo mismo. Una propensin es una tendencia, una inclinacin, una incitacin a la
tentacin. Si se resiste, no es pecado (Sant. 4:17; Juan 9:41; 15:22). Las propensiones
inherentes vienen a ser propensiones malvadas o pecaminosas solamente despus
de haber cedido a la tentacin. 21
A propsito de las tendencias malvadas cabe hacer la misma distincin sealada al
hablar de las propensiones malvadas. Jess no desarroll jams propensiones
malvadas. Pero Ellen White escribi que Jess vino como hombre, para enfrentarse y
sujetarse a todas las tendencias malvadas de las que el hombre es heredero, obrando de
toda manera concebible para destruir su fe. 22
Henry Melvill
Probablemente el argumento ms general (y extrao) propuesto en esa tercera va, es la
conexin que creen ver entre cierta fraseologa que Ellen White pudo tomar prestada de
una predicacin que dio Henry Melvill. 23 Melvill ense que la naturaleza humana cada
tena dos caractersticas: las debilidades inocentes y las propensiones pecaminosas.
Jess habra tomado las primeras, pero no las segundas. Melvill afirm que antes de la
cada, Adn no tena ninguna de las dos. Segn l, Jess, debilitado por cuatro mil aos
de pecado, asumi las debilidades inocentes de la raza humana, pero no las
propensiones pecaminosas. Bonito intento!, pero Melvill llevaba el equipaje de las
presuposiciones calvinistas.
51
Ellen White tambin tom prestadas frases del libro The Glory of the Redeemer, 24 de
Octavius Winslow, quien emple lenguaje similar al de Melvill al referirse a la
humanidad de Cristo. Por desgracia, algunos adventistas se entregaron inmediatamente
a la suposicin de que unas pocas palabras de Melvill y de Winslow nos ayudaran a
entender lo que Ellen White quera decir en las innumerables declaraciones en las que
emple lenguaje parecido.
Extrao razonamiento! Quiz lo contrario habra demostrado una hermenutica mucho
ms saludable: Leer a Ellen White a fin de comprender aquello contra lo cual estaba
alertando en su carta a Baker, 25 y a fin de comprender lo que Melvill debi haber
escrito, si hubiera seguido una mejor exgesis.
Acuden inmediatamente al pensamiento las siguientes observaciones: 1) Ellen White no
emple jams la expresin debilidades inocentes. 2) Emple debilidades en este
sentido: Durante cuatro mil aos, la familia humana haba estado perdiendo fuerza
fsica y mental, as como valor moral; y Cristo tom sobre s las flaquezas [debilidades]
de la humanidad degenerada. nicamente as poda rescatar al hombre de las
profundidades de su degradacin
Nuestro Salvador tom la humanidad con todo su pasivo
No tenemos que soportar nada que l no haya soportado (original sin cursivas;
obsrvese el valor de los absolutos: todo y nada) 26.
Adems, habra sido de gran ayuda que la Edicin anotada de PSD incluyera algunas de
las mltiples declaraciones de Ellen White similares a esta: La perfecta humanidad de
Cristo es la misma que el hombre puede tener al estar conectado con Cristo
Cristo tom nuestra naturaleza, cada pero no corrupta, y no se hara corrupta a menos
que recibiera las palabras de Satans en lugar de las palabras de Dios. 27
O referir la comprensin de Ellen White acerca de cmo fue salvado de la corrupcin por
su piadosa madre y la disposicin de ambos a fortalecerse por el Espritu Santo:
Jess conoce la preocupacin del corazn de cada madre
Acudan las madres a Jess con sus perplejidades. Hallarn gracia suficiente para
ayudarles en la direccin de sus hijos
Aun el lactante en los brazos de su madre puede morar bajo la sombre del
Todopoderoso por la fe de su madre que ora. Juan el Bautista estuvo lleno del Espritu
Santo desde su nacimiento. Si queremos vivir en comunin con Dios, nosotros tambin
podemos esperar que el Espritu divino amoldar a nuestros pequeuelos, aun desde los
primeros momentos. 28
En otras palabras: siempre que Ellen White emple la expresin propensiones
corruptas en relacin con Jess fue para especificar que l nunca pec, que nunca se
corrompi. Cuando Ellen White dijo algo similar a la declaracin que sigue, nunca lo hizo
en sentido vicariante: Cristo llev los pecados y las debilidades de la raza humana tal
como existan cuando vino a la tierra para ayudar al hombre. Con las debilidades del
hombre cado sobre s, en favor de la raza humana haba de soportar las tentaciones de
Satans en todos los puntos en los que pudiera ser atacado el hombre. 29 (original sin
cursivas).
52
53
White saba cmo distinguir la verdad del error cuando seleccion pensamientos tiles
de otros. 32
Andreasen podran haber desaparecido. En las pginas 284-289 [QOD: 342-347] habra
apreciado cmo los autores de PSD presentaban efectivamente una connotacin
amplia en su discusin de la expiacin. Es decir, estaban en pleno acuerdo en que la
obra cumplida en el Calvario implica tambin la aplicacin del sacrificio expiatorio de
Cristo al alma que busca. Eso est provisto en el ministerio sacerdotal de nuestro
bendito Seor, nuestro gran Sumo Sacerdote en el santuario de arriba. 35 Bien dicho.
Pero el asunto no terminara ah.
El tro expuso con acierto su comprensin arminiana de la expiacin en PSD, p. 295
[QOD: 350]: Sin embargo, esta obra sacrificial beneficiar al corazn humano slo en la
medida en que rindamos nuestra vida a Dios y experimentemos el milagro del nuevo
nacimiento. En esta experiencia, Jess, nuestro Sumo Sacerdote, nos aplica los
beneficios de su sacrificio expiatorio (original incluye cursivas).
55
todos los que pudiesen recibir el beneficio de su mediacin, y purificar de este modo el
santuario 37 (original sin cursivas).
Finalmente, en la pgina 254: El tercer ngel concluye as su mensaje: Aqu est la
paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jess. Al
repetir el ngel estas palabras, sealaba al santuario celestial. La atencin de cuantos
aceptan este mensaje se dirige hacia el lugar santsimo, donde Jess est de pie delante
del arca, realizando su intercesin final por todos aquellos para quienes hay todava
misericordia, y por los que hayan violado ignorantemente la ley de Dios. Esta expiacin
es hecha tanto para los justos muertos como para los justos vivos. Incluye a todos los
que murieron confiando en Cristo, aunque, por no haber recibido luz acerca de los
mandamientos de Dios, hubiesen pecado ignorantemente al transgredir sus preceptos
(original sin cursivas).
La visin amplia
En qu consistan esos beneficios sumo-sacerdotales? Como Sumo Sacerdote, Cristo
haba de completar su obra y cumplir su promesa de hacer ms precioso que el oro fino
al varn, y ms que el oro de Ophir al hombre (Isa. 13:12). En cielo y tierra toda
potestad era dada al Prncipe de la vida, y l volva a sus seguidores en un mundo de
pecado para darles su poder y gloria 40
El tro de PSD habra podido incluir la visin amplia de Ellen White sobre la expiacin:
El Espritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo
habra sido intil
56
Notas:
1.
2.
Ibid., 61 [QOD, 61, 62]. Es ms que interesante constatar que ninguna de esas dos
palabras: exento y vicaria, apareca en los manuscritos de PSD previamente a su
publicacin. De hecho, en la seccin La encarnacin y el Hijo del hombre, es evidente
que hubo considerables cambios entre el manuscrito y el libro impreso. En algunas
partes, el libro PSD mejor respecto a los manuscritos en finura retrica y claridad de
explicacin; en otras ocasiones empeoraron aspectos que daran razn a las objeciones
de Andreasen. En este momento no puedo determinar cmo y en qu punto el equipo
de Review and Herald Publishing Association dej de hacer cambios a demanda de los
oficiales de la Asociacin General, presionados a su vez por el tro de PSD. Ver Nam, op.
cit., 99.
3.
PSD, 591.
57
4.
Ver Apndice B: Cmo emple Ellen White los trminos: pasin, inclinacin,
propensin, corrupcin, etc.
5.
Estamos en deuda con Ralph Larson por haber organizado esas declaraciones en The
Word Was Made Flesh (Cherry Valley, CA: The Cherrystone Press, 1986), 365 pp., y Tell
of His Power (Cherry Valley, CA: The Cherrystone Press, 1988), 309 pp.
6.
W.H. Branson, Drama of the Ages (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing
Association, 1953) 81, 101.
7.
8.
9.
10. En la Edicin anotada de QOD (PSD) se nos dan innumerables indicaciones de que el
libro de 1957 dist mucho de reflejar de forma justa y veraz el pensamiento adventista.
Por ejemplo: Pgina xv: menos que transparente; xxx: llev las cosas demasiado
lejos; xxx: presenta los datos de una forma en que crea falsas impresiones; xxxiv:
ttulo engaoso; 41: enmascara el hecho; falso en sentido histrico; 324:
inexacto; 516: un encabezado engaoso; 517: poco claro; 521: manipulacin de
los datos, 521: no haba dicho la verdad; 522: elementos de traicin en la
manipulacin de datos y en falsedades; 524: encabezado engaoso. [N. del T.:
proporciono paginacin del original en ingls, pues en la traduccin al espaol de la
Edicin anotada de PSD no he encontrado la mayora de las anotaciones citadas aqu].
11. Ellen White, El ministerio mdico, 237-238 [181].
12. Ellen White, Review and Herald, 22 agosto 1907.
13. Primera epstola a Celedonio, Patrologia Graeca, ed. J.P. Migne en Harry Johnson, The
Humanity of the Saviour (London. The Epworth Press, 1962), 129.
14. Ellen White, Patriarcas y profetas, 390.
15. Ellen White, El Deseado de todas las gentes, 32-33.
16. Cuando el fruto fuere producido, luego se mete la hoz, porque la siega es llegada
[Mar. 4:29]. Cristo espera con un deseo anhelante la manifestacin de s mismo en su
iglesia. Cuando el carcter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo,
entonces vendr l para reclamarlos como suyos.
Todo cristiano tiene la oportunidad no slo de esperar, sino de apresurar la venida de
58
nuestro Seor Jesucristo [se cita 2 Ped. 3:12]. Si todos los que profesan el nombre de
Cristo llevaran fruto para su gloria, cun prontamente se sembrara en todo el mundo la
semilla del evangelio. Rpidamente madurara la gran cosecha final y Cristo vendra para
recoger el precioso grano White, Palabras de vida del gran Maestro, 47-48.
17. White, The Youths Instructor, 20 octubre 1886.
18. Ellen White, Signs of the Times, 30 mayo 1895.
19. Para una respuesta al empleo que se hizo de la carta n 8 de Ellen White (1895) al pastor
W.L.H. Baker, ver Ralph Larson, The Word Made Flesh, 310-329. En espaol:
http://libros1888.com/Pdfs/BakerLetter.pdf y http://libros1888.com/Pdfs/AnBaker.pdf
20. J.R. Zurcher, Le Christ manifest en chair, 125: Conclusion: Parvenu au terme de cette
investigation, portant sur un sicle de christologie adventiste, de 1852 1952, il est
possible daffirmer que les thologiens, comme les responsables de lglise, ont parl
dune mme voix au sujet de la personne du Christ et de son uvre en faveur du salut
de lhomme
La nature humaine de Jsus na jamais t lobjet de la moindre divergence. Depuis les
origines du Mouvement elle a t au centre dun enseignement systmatique et dune
remarquable unanimit.
21. Ver Apndice B: Cmo emple Ellen White los trminos: pasin, inclinacin,
propensin, corrupcin, etc.
22. Ellen White, Manuscrito K-303, 1903, citado en Review and Herald, 17 febrero 1994.
23. Henry Melvill (1798-1871), predicador anglicano a cuyo sermn: The Humiliation of the
Man Christ Jesus se le cambi el ttulo por este otro: Christ, Mans Example,
publicndolo en Review and Herald el 5 de julio de 1887. Melvill reuna semanalmente
en su iglesia a ms de 2.000 adoradores.
24. Octavius Winslow, The Glory of the Redeemer (Londres: John Farquhar Shaw, 1853).
25. Ver nota n 19 a propsito de la respuesta de Ralph Larson a la carta de Ellen White a
W.H.L. Baker.
26. White, El Deseado de todas las gentes, 92.
27. White, Manuscript Releases, vol. 16, 181, 182.
28. White, El Deseado de todas las gentes, 473.
29. White, Mensajes selectos, vol. I, 314.
30. Melvill, op. cit.
31. Walter A. Elwell, Evangelical Dictionary of Theology (Grand Rapids, MI: Baker Book
House, 1984), 413, 414.
59
32. Ver Herbert E. Douglass, Messenger of the Lord (Nampa, ID: Pacific Press Publishing
Association, 1998), 378-380, 413. (Mensajera del Seor, 459-462).
33. Ver Harry Johnson, The Humanity of the Saviour (Londres: The Epworth Press, 1962), 1230.
34. Nam, op. cit., 273.
35. PSD (QOD) 1957, 289 [347].
36. Ibid., 285 [341].
37. Esa declaracin, junto a muchas otras similares, provey el fundamento para la
acusacin de Andreasen consistente en que el tro tena una comprensin deficiente del
inmenso propsito de Cristo como Sumo Sacerdote en su obra de mediacin. Ese fallo
en comprender la visin abarcante de lo que Cristo estaba haciendo ahora en el
santuario celestial motiv incesantemente a Andreasen en sus quejas relativas a lo que
se le estaba transmitiendo a Martin y al mundo. Andreasen comprenda la implicacin
de las muchas declaraciones de Ellen White similares a esta: Como consecuencia de
una visin limitada de los sufrimientos del divino Hijo de Dios, muchos tienen en baja
estima la gran obra de la expiacin El Padre ha puesto el mundo en las manos de Cristo
a fin de que por su obra de mediacin pueda vindicar completamente las demandas
obligatorias y la santidad de cada principio de su ley. White, Signs of the Times, 7
agosto 1879.
38. Por ejemplo: Los que no pueden ver la fuerza de los requerimientos sagrados de la ley
de Dios, tampoco pueden tener una comprensin clara y definida de la expiacin. Signs
of the Times, 14 agosto 1879.
39. White, El conflicto de los siglos, 483, 485.
40. White, El Deseado de todas las gentes, 734.
41. Ibid., 625.
60
Captulo 6
Cualquiera que leyera lo que Andreasen estaba leyendo se habra sentido igualmente
molesto y chasqueado con aquellos dirigentes eclesisticos que estaban claramente
desperdiciando la oportunidad del siglo. Pero quienes leyeron las pginas de prueba
de PSD no se molestaron en consultar el contexto de esos beneficios de la expiacin,
como tampoco las mltiples declaraciones subsecuentes de Ellen White en la serie El
Conflicto. Tambin ellos contribuyeron a la perdida oportunidad del siglo.
Sin embargo, segn el entender de muchos de los implicados -presidente de la
Asociacin general incluido-, las torpes afirmaciones de PSD parecan refutar los reparos
de Andreasen. Andreasen y otros saban bien que aquellas citas, tomadas con calculada
intencin fuera de su contexto, provean el tipo de comprensin parcial y limitada de la
doctrina adventista de la expiacin que podra resultar fcilmente aceptable para los
evanglicos.
La seleccin de citas de PSD no cubra la plena comprensin de lo que el adventismo
haba venido enseando por aos. Por ejemplo: Todo el que desee librarse de la
esclavitud y del servicio de Satans y quiera estar bajo la bandera ensangrentada del
Prncipe Emanuel, ser protegido por las intercesiones de Cristo. Cristo, como nuestro
Mediador a la diestra del Padre, siempre nos tiene en cuenta, pues es tan necesario que
nos guarde mediante su intercesin como que nos haya redimido con su sangre. Si l
deja de sostenernos por slo un momento, Satans est listo para destruirnos. A los que
han sido comprados con su sangre los guarda ahora mediante su intercesin. l vive
siempre para hacer intercesin por nosotros. Por eso puede tambin salvar
perpetuamente a los que por l se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por
ellos (Heb. 7:25) 1 (original sin cursivas).
Fue tanto, lo que se omiti! Esa fue la pena y preocupacin de Andreasen, tanto como
la de otros. Andreasen conoca el pensamiento adventista muchsimo mejor que
cualquiera de los miembros del tro de PSD. Los archivos de Andreasen eran con toda
probabilidad la coleccin privada ms completa de materiales de Ellen White conocida
hasta entonces. l saba que la pgina 542 de El Conflicto era clara como el sol del
medioda: Satans inventa innumerables medios de distraer nuestras mentes de la obra
en que precisamente deberamos estar ms ocupados. El archiseductor aborrece las
grandes verdades que hacen resaltar la importancia de un sacrificio expiatorio y de un
Mediador todopoderoso. Sabe que su xito estriba en distraer las mentes de Jess y de
su obra.
Los que desean participar de los beneficios de la mediacin del Salvador no deben
permitir que cosa alguna les impida cumplir su deber de perfeccionarse en la
santificacin en el temor de Dios. En vez de dedicar horas preciosas a los placeres, a la
ostentacin o a la bsqueda de ganancias, las consagrarn a un estudio serio y con
oracin de la Palabra de verdad. El pueblo de Dios debera comprender claramente el
asunto del santuario y del juicio investigador. Todos necesitan conocer por s mismos el
ministerio y la obra de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les ser imposible
61
ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos, o desempear el puesto al que Dios los
llama.
Hemos visto aqu otro ejemplo tpico de cmo comprenda Ellen White la elipse de la
verdad, dominada por dos centros: (a) el Sacrificio expiatorio y (b) el Mediador
todopoderoso. No podemos tener el uno sin el otro, ms de lo que podemos conseguir
agua en ausencia de oxgeno o de hidrgeno.
lo alto para ser nuestro Mediador en el santuario celestial, donde hace expiacin por
nuestros pecados con su propia sangre: dicha expiacin, lejos de haber sido efectuada
en la cruz, que no fue ms que el ofrecimiento del sacrificio, constituye la ltima parte
de su obra como sacerdote, segn el ejemplo del sacerdocio levtico, que era una
sombra y figura del ministerio de nuestro Seor en el cielo. 5
Si el tro adventista se hubiera sentado con Andreasen antes de publicar PSD, parece
obvio que habra habido una eleccin mucho ms sabia del lenguaje, eliminando lo que
apareca como un error grave.
4 noviembre 1957: El tema concerna de nuevo a lo que sucedi en la cruz. Si los
calvinistas estn en lo cierto al asegurar que la muerte de Cristo fue el Da de la
expiacin, entonces los adventistas han estado en el error por ms de un siglo.
Andreasen cit abundantemente a Uriah Smith, J.H. Waggoner y C.H. Watson, y dio
muchas referencias de Ellen White.
A Andreasen le sorprendi el planteamiento de Froom respecto a Ellen White: Por
qu, en nuestros das tempranos, la Sra. White no seal y corrigi los conceptos
limitados y en ocasiones errneos de algunos de nuestros primeros autores relativos a la
expiacin? Por qu emple algunas de aquellas frases restringidas, sin contrastar al
mismo tiempo el significado ms amplio y verdadero que ella les daba? El propio
Fromm respondi a su pregunta: Ninguna verdad doctrinal o interpretacin proftica
vino jams a este pueblo mediante el Espritu de profeca. Ni en una sola ocasin
(original incluye cursivas). 6
Justificar esa teora [de Froom] requiere algo ms que declaraciones enfticas.
Andreasen recurri a las propias palabras de Ellen White: Con frecuencia
permanecamos juntos hasta tarde en la noche, y a veces pasbamos toda la noche
orando en procura de luz y estudiando la Palabra. Vez tras vez, esos hermanos se
reunan para estudiar la Biblia a fin de que pudieran conocer su significado y estuvieran
preparados para ensearla con poder. Cuando llegaban al punto en su estudio donde
decan: No podemos hacer nada ms, el Espritu del Seor descenda sobre m y era
arrebatada en visin, y se me daba una clara explicacin de los pasajes que habamos
estado estudiando, con instrucciones en cuanto a la forma en que debamos trabajar y
ensear con eficacia. As se daba luz que nos ayudaba a entender los textos acerca de
Cristo, su misin y su sacerdocio. Una secuencia de verdad que se extenda dese ese
tiempo hasta cuando entremos en la ciudad de Dios me fue aclarada, y yo comuniqu a
otros las instrucciones que el Seor me haba dado.
Durante todo ese tiempo no poda entender el razonamiento de los hermanos. Mi
mente estaba cerrada, por as decirlo, y no poda comprender el significado de los textos
que estbamos estudiando. Este fue uno de los mayores dolores de mi vida. Estuve en
esta condicin mental hasta que se aclararon en nuestras mentes todos los principales
puntos de nuestra fe, en armona con la Palabra de Dios. Los hermanos saban que
cuando yo no estaba en visin, no poda entender esos asuntos, y aceptaban las
revelaciones dadas como luz enviada del cielo. 7
Lo que est aqu diciendo Andreasen es esto: O bien Froom ignoraba la historia
adventista, o bien el tro de PSD estaba -aqu y en otros lugares- degradando a Ellen
White.
63
14 noviembre 1957: Andreasen sigue preocupado (quiz sin haber entendido muy bien
a Froom) con la formulacin de esa frase en la pgina 30 de PSD sobre la muerte de
Cristo como expiacin sacrificial completa por el pecado. Vuelve a citar a otros autores
adventistas que ensearon la comprensin amplia, como evidencia de que hay
demasiado en juego como para dejar una duda en la mente del lector. Nadie poda leer
esas cartas sin ver o sentir la angustia del veterano autor adventista al darse cuenta
de que estaba resultando comprometido el ncleo central de la teologa adventista.
Andreasen envi numerosas citas de El Conflicto de los siglos, y por primera vez aport
las afirmaciones ms claras de Ellen White. Si el tro adventista hubiera citado y dado
prominencia a esas declaraciones, es mi conviccin que Andreasen no habra tenido
motivo para persistir en sus advertencias. La intercesin de Cristo por el hombre en el
santuario celestial es tan esencial para el plan de la salvacin como lo fue su muerte en
la cruz. Con su muerte dio principio a aquella obra para cuya conclusin ascendi al cielo
despus de su resurreccin. Estamos viviendo ahora en el gran da de la expiacin. Y
entonces aadi el llamamiento de Ellen White: Ahora, mientras que nuestro gran
Sumo Sacerdote est haciendo propiciacin por nosotros, debemos tratar de llegar a la
perfeccin en Cristo. 8
Es evidente que el veterano octogenario tena presente la visin abarcante del plan de la
salvacin, que exclua cualquier comprensin limitada de la expiacin. Andreasen
contenda -por as decirlo- en una liga superior, mientras que el tro de PSD lo haca en la
inferior, jugando la partida teolgica un nivel por debajo, junto a otros contendientes en
esa misma liga, especialmente en lo que respecta a la expiacin.
Como dijo tan elocuentemente Jerry Moon en 1988: Se habra podido conseguir mucho
ms si los conferenciantes [el tro de PSD] hubieran sido capaces de mostrar a los
evanglicos el significado del juicio investigador como extensin lgica y refinamiento
del arminianismo, y el borramiento de los pecados como algo esencial para completar la
expiacin a escala universal. 9
2 diciembre 1957: Andreasen revis otra vez los artculos editoriales de Froom, con
percepciones renovadas de la comprensin histrica adventista relativa a la expiacin en
su panorama abarcante. Probablemente nadie que estuviera vivo en 1957 tena una
biblioteca de los escritos de Ellen White tan extensa como la suya. Su sistema de
indexacin sorprenda a todos, y eso fue antes de que White Estate hiciera cualquier
intento formal de indexar los escritos.
Los que estn ms familiarizados con la teologa de Ellen White reconocen su profunda
comprensin de la naturaleza elptica de la verdad bblica; 10 es decir, la unin simbitica
de los aspectos objetivo y subjetivo de toda verdad. Por ejemplo: gracia fe; Salvador
Mediador; en favor nuestro a travs nuestro; justificacin santificacin; perdonado
limpiado; ley evangelio, etc. No podemos tener lo uno sin lo otro. De esa forma,
Andreasen poda apreciar fcilmente expresiones de Ellen White como esa en la que
afirma que el ministerio sumo-sacerdotal de nuestro Seor es tan importante como su
muerte en la cruz. Cualquier prdida de equilibrio en ese binomio provocaba una alarma
en la mente perspicaz de Andreasen.
Le inquiet de forma especial leer esta defensa de Froom: Por lo tanto, cuando uno oye
decir a un adventista, o bien cuando uno lee en la literatura adventista -incluso en los
64
escritos de Ellen White- que Cristo est ahora haciendo expiacin, se debiera entender
que queremos simplemente decir que Cristo est ahora haciendo una aplicacin de los
beneficios de la expiacin sacrificial que hizo en la cruz; que la est haciendo eficaz para
nosotros individualmente, segn nuestras necesidades y demandas. 11 (Cuando un
adventista perspicaz lee cmo el tro de PSD, mediante su expresin se debiera
entender, estaba diciendo al mundo que ahora eran ellos los expertos capaces de
explicar lo que quera decir Ellen White en sus escritos, inevitablemente ve aparecer en
su mente un gran signo de exclamacin. Ese fue el gran taln de Aquiles del tro de PSD.
Para Andreasen y para otros, esa presuncin comprometa hasta los mejores esfuerzos
del tro).
5 enero 1958: Andreasen reiter aqu sus preocupaciones del ao precedente, relativas
al artculo de Froom en Ministry de febrero de 1957, en vista de que no ha habido
renuncia alguna a las doctrinas, ningn repudio a las ideas nuevas que se han
presentado ni tampoco una reprensin pblica. Por lo tanto, se deduce que estamos
seguros creyendo que el artculo en cuestin habla en nombre de la denominacin.
Hoy resulta sorprendente leer eso!
Andreasen fue ms all en su anlisis de la respuesta del tro a la pregunta de Martin, en
la pgina 285 de PSD: Los adventistas del sptimo da han sido acusados con frecuencia
de ensear que la expiacin no se complet en la cruz. Es fundada esta acusacin?
Andreasen opin que el tro les habra podido responder en las palabras del pastor
Nichol segn aquellos artculos editoriales de julio de 1952 a los que ya nos hemos
referido. Andreasen desgran entonces la respuesta del tro, calificndola de nica y
evidentemente confundida, especialmente al mencionar las expiaciones sin sangre.
Antes de acabar aquella carta, se refiri a dos misivas que haba recibido de
responsables de la Asociacin General, pidindole que cesara en sus actividades, o en
caso contrario, se va a poner indudablemente en cuestin su relacin con la iglesia.
Andreasen escribi con intuicin premonitoria: Esta es la forma diplomtica y
autorizada de anunciar que mis credenciales y mi sustento se van a ver afectados. 12
19 enero 1958: Andreasen revis sus cartas precedentes, aportando en cada revisin
una lgica fresca y nueva informacin. Mencion la desercin de A.F. Ballenger, un
evangelista muy respetado del cambio de siglo (XIX-XX). Andreasen seal que la
hereja por la que fue despedido es la misma doctrina que ahora se nos est urgiendo,
consistente en que la expiacin se efectu en la cruz. En cierto sentido a Andreasen no
le faltaba razn, pero estaba pasando por alto las intenciones del tro de PSD, ms all
de las torpes explicaciones que acertaban a dar. Y exager en sus objeciones. 13
31 enero 1958: Andreasen continu en su diseccin de la posicin de PSD relativa a la
expiacin sin sangre. Segn PSD, la sangre de Cristo era eficaz solamente en la cruz,
y no estaba implicada en la obra de nuestro Seor en los lugares santo y santsimo del
santuario celestial. Andreasen conoca muchas declaraciones de Ellen White que decan
lo contrario. Escribi: La nueva postura niega enteramente la expiacin mediante
sangre en el santuario, contrariamente a las descripciones del Antiguo y Nuevo
testamento. 14 Por ejemplo: la muerte de la vctima no es la expiacin. Es despus de
haber degollado al cordero, cuando el sumo sacerdote entra a hacer expiacin en el
lugar santo. Lev. 16:17. Andreasen resalt que la expiacin se efectuaba una vez que el
65
sumo sacerdote entraba para hacer expiacin en el lugar santo; no afuera -en el atrio-,
y no sin llevar sangre. Hebreos 9:7, 11 y 12.
Septiembre 1960: Andreasen analizaba ahora el libro PSD ya publicado (1957), as como
el libro de Martin: The Truth About Seventh-day Adventism (1960). En la pgina 15 del
libro de Martin hay una declaracin firmada por H.W. Lowe, presidente de Bible Study
and Research Group de la Asociacin General Adventista del Sptimo Da, que dice entre
otras cosas: Su presentacin [de Martin] de nuestras doctrinas e interpretaciones
profticas, tal como aparece en las pginas 47-86, es exacta y abarcante Al lector no le
pasar desapercibida la exposicin ajustada y razonable de las enseanzas adventistas
tan claramente expresada en las pginas mencionadas: 47-86. Y: Este autor [Martin]
se ha ganado nuestro agradecimiento y respeto por su ferviente esfuerzo en presentar
correctamente nuestras posiciones doctrinales, y por su actitud cristiana fraternal. 15
Segn Martin, lo que obstaculiza la plena aceptacin del adventismo entre los
evanglicos es nuestra antigua literatura que est todava en circulacin, y que
ensea algunas de las posiciones divergentes del adventismo del sptimo da
Se debe recordar que va a tomar un tiempo hasta que la literatura divergente en la
denominacin sea sometida a control editorial, y se la armonice con la posicin
denominacional declarada. Los adventistas estn estudiando seriamente ese problema.
Para Andreasen, veterano adventista y telogo especializado en los precisos temas
objeto de discusin en ambos libros (PSD y el libro de Martin), el trauma debi ser
maysculo. Pero entran ahora en escena las asambleas de la Asociacin General de 1985
en Cleveland a las que Martin se refiri en su libro: El encuentro de la Asociacin
General en su sesin cuadrienal en Cleveland, en 1958, consider que el libro [PSD]
estaba en la armona suficiente con las posiciones adventistas como para no precisar
siquiera una revisin del asunto. Su abordaje fue evidente para todos, y as sucedi con
su aceptacin. 16 Martin tena cierta razn!
Completo engao
Finalmente, en su carta de 1960, Andreasen, despus de haber expresado su chasco
relativo a cmo abordaba PSD la expiacin, lleg a la peor de las distorsiones de la
doctrina adventista: Ataca el carcter de Dios, y acusa tanto al Padre como al Hijo de
engao total. Esta es la afirmacin que hace PSD: Aunque naci en la carne, era, no
obstante, Dios, y estaba exento de todas las pasiones y contaminaciones heredadas que
corrompen a los descendientes naturales de Adn. 17, 18
Entonces Andreasen cit la pgina 32 de El Deseado de todas las gentes a la que ya nos
hemos referido. Andreasen escribi: Cristo no estuvo exento de la gran ley de la
herencia. La acept. 19
Despus de una discusin relativa a las tentaciones si vienen de Dios para probarnos,
o de Satans, quien tienta a hombres y a mujeres para que caigan en hbitos
malvadosAndreasen cita algunos prrafos de Ellen White:
Las tales fueron tentaciones verdaderas, no artificiales. Cristo padeci siendo tentado
(Heb. 2:18)
66
La peor infamia
Hacia el final de sus comentarios, en la carta de septiembre de 1960, Andreasen articul
argumentos explcitos para defender la comprensin de Ellen White acerca de la
humanidad de Cristo: Si Dios hubiera favorecido a su Hijo, Satans habra encontrado
un argumento al que ni siquiera Dios podra hacer frente. Dios envi a su Hijo para
demostrar que no es injusto al requerir obediencia. Cristo vino a la tierra para demostrar
la justicia de Dios. Si Dios hubiera favorecido a su Hijo, en ello habra admitido que el
hombre no puede obedecer la ley; que era necesario hacer a Cristo exento de algunos
de los requerimientos que l haba impuesto a los hombres. Para Dios, eso habra
significado una admisin de derrota. Adems, habra desvirtuado todo el plan de
salvacin. Si Cristo hubiera recibido favores o exenciones, en ello habra admitido la
acusacin de Satans consistente en que para el hombre es imposible hacer la voluntad
de Dios.
67
Desechemos por siempre la idea de que Dios favoreci a Cristo en la forma que sea!
Ensear o sostener eso es la peor infamia, puesto que equivale a impugnar al propio
Dios y a acusarlo de engao. Qu obra maestra para Satans, si logra que el pueblo
denominado de Dios acepte una doctrina tal!
El asunto que hemos estado aqu discutiendo, relativo a que Cristo hubiera estado
exento de las pasiones y poluciones que corrompen a los descendientes naturales de
Adn, lo consideramos, de entre las mltiples desviaciones de la fe, una de las ms
odiosas de que hace gala el libro Preguntas sobre doctrina Que Dios lo hiciera a l
exento milagrosamente, de una forma en que no hizo exenta al resto de la humanidad;
que favoreciera a Cristo de manera que no pudiera pecar, es paganismo de la peor
clase. 23
3. Es deficiente.
4. Contiene error.
5. Es la obra maestra de Satans en su estrategia para derrotar el propsito de
Dios para la Iglesia Adventista del Sptimo Da.
En el cuerpo del sumario se aportaba abundante evidencia en apoyo de las cinco
acusaciones. No se hizo caso al sumario, y nunca se lo present a los delegados. Hudson
escribi a Martin y a Barnhouse, sin obtener respuesta.
Conversacin telefnica
Pero el 16 de mayo de 1958, Hudson tuvo una larga conversacin telefnica con el Dr.
Barnhouse. Siguen algunos de los comentarios de Barnhouse:
Todo cuanto afirmo es que los adventistas son cristianos. Sigo pensando que sus
doctrinas son las ms enrevesadas de entre todos los grupos cristianos que hay en el
mundo. Creo eso sin la menor duda. De hecho, la doctrina del juicio investigador es la
operacin ms flagrante de salvar las apariencias que jams haya existido para encubrir
el desastre de la prediccin de la venida de Cristo en 1844.
Los adventistas estn equivocados al guardar el sbado, los protestantes estn
equivocados al guardar el domingo; lo nico que hay que guardar es la actitud de que
todos los das son iguales y que Dios no entra en este da, sino que hoy odia el sbado
[en relacin con Ellen White] no fue ms que un ser humano, antes que nada. Ahora
reconozco claramente que la Sra. White escribi muy frecuentemente algunas cosas
muy espirituales, pero el Dios Todopoderoso no habl jams a travs de una mujer;
reconozcmoslo. No puede defender que una mujer predique y usurpe la autoridad por
encima de un hombre. Eso no puede ser
En relacin con la naturaleza humana de Cristo, Hudson interrog as a Barnhouse: No
es cierto que [el tro adventista] toma la posicin de que Cristo tuvo la naturaleza de
Adn antes que ste pecara? Barnhouse replic: Confo en que no sea el caso!... Adn
fue creado susceptible de caer. Jesucristo fue el Dios-hombre: no era susceptible de
caer. Hudson replic: Entiende usted que esa es la posicin de nuestros dirigentes?
Barnhouse: Por supuesto! Han tomado esa posicin con toda determinacin, y est en
su libro [PSD] Si usted no cree que Jesucristo es el eterno e impecable Hijo de Dios,
que no poda haber pecado, y tenemos dieciocho citas de la Sra. White afirmando eso
mismo y negando lo que usted me est diciendo.
A la luz de esa conversacin, incluso en el breve fragmento aportado, es evidente con
qu facilidad los lderes cristianos pueden malinterpretarse entre ellos, a pesar de
manejar las mismas palabras. No vale la excusa de que slo es una cuestin de
semntica! Dicha excusa demuestra la mayor ignorancia posible respecto a lo que est
realmente sucediendo.
La hora de la verdad
Andreasen consideraba desafortunado enfocarse en temas tales como la perfeccin o
la naturaleza humana de Cristo sin dar igual o mayor consideracin a Cristo mismo,
quien es el perfeccionador del carcter humano mediante su Espritu Santo. 25 La
verdad tal cual es en Jess, una frase que Ellen White repiti con frecuencia, significa
simplemente esto: cuanto ms nos centramos en Jess como nuestro Amigo mejor y
ms ntimo, tanto ms estamos permitiendo que sus palabras sean nuestro alimento
diario, y de una forma tanto ms natural y habitual procuraremos incansablemente
la perfeccin moral. 26 La perfeccin moral es ms una actitud que un logro. Incluso
cuando llevemos 100.000 aos en la eternidad, continuaremos procurando la
perfeccin. Pero dicha actitud ha de estar basada en principios verdaderos acerca de
quin es realmente Jess, por qu vino de la forma en que lo hizo 27 y por qu muri. 28
En caso contrario seguiremos estando en Babilonia, aunque no lo sepamos!
ofensora, debilitada y degenerada del hombre, tal como exista cuando [Jess]
vino a la tierra para auxiliar al hombre
2) Que durante el perodo de quince aos entre 1940 y 1955, las palabras
pecaminosa y cada, en su aplicacin a la naturaleza humana de Cristo,
resultaron amplia o completamente eliminadas de los materiales publicados por
la denominacin
3) Que desde 1952, frases tales como naturaleza humana inmaculada,
naturaleza de Adn antes de la cada y naturaleza humana incontaminada
tomaron el lugar de la terminologa precedente Los hallazgos de este estudio
autorizan la conclusin de que las enseanzas adventistas relativas a la
naturaleza humana de Cristo en la Iglesia Adventista del Sptimo Da han
cambiado, y que dichos cambios afectan a los conceptos, y no simplemente a la
semntica. 29
Notas:
1.
White, Manuscript Releases XV, 104 (original sin cursivas). Tambin en Comentario
Bblico Adventista VI, p. 1078.
2.
3.
Archivo M.L. Andreasen (St. Maries, ID: LMN Publishing International, 1993), 1-5.
4.
Debido a las mltiples acusaciones de que los adventistas crean doctrinas subversivas,
siendo una de ellas que la expiacin no se efectu en la cruz (de ser fundada la
acusacin, resultara demoledora para la doctrina completa del santuario y de la
relevancia histrica del movimiento adventista), James White se sinti motivado a
publicar ese credo en el primer nmero de Signs of the Times, el 4 de junio de 1874.
5.
6.
Ibid., 15-22.
7.
8.
9.
72
73
como una materia teolgica, sino como una forma de vivir, 12.
26. White, Palabras de vida del gran Maestro, 265-268.
27. Ver Apndice D: Por qu vino Jess de la forma en que lo hizo.
28. Ver Apndice E: Por qu muri Jess.
29. Hancock pudo no estar apercibido de: 1) los artculos editoriales de F.D. Nichol de julio
de 1952 (antes mencionados) en los que trataba especficamente de ese particular, y 2)
el libro Drama of the Ages, de W.H. Branson, al que ya nos hemos referido. Aparte de
esos dos puntos, Hancock fue tan difano como un toque de sirena en la baha de San
Francisco.
74
Captulo 7
pecaminosa. Vino a crearse una nueva definicin de perfeccin -al menos para los
adventistas-, en lugar de la comprensin consagrada por los aos, consistente en la
cooperacin humana con el poder divino para vencer al pecado, aqu y ahora. 1
Lo anterior gan un gran momento cuando el tro de PSD se entreg al calvinismo
clsico en lo referente a la humanidad de Jess. De forma inexorable, la escatologa
clsica adventista result dramticamente distorsionada (en menor medida para
aquellos a quienes no importara convivir con la inconsistencia). A los que no estuvieron
all -o bien eran muy jvenes en 1957-, todo lo referido debe parecerles increble!
Liberalismo teolgico
Entre las secuelas de PSD se debe incluir tambin la incursin del liberalismo teolgico
(algunos prefieren llamarlo adventismo progresivo) en la Iglesia Adventista. Los
miembros con esa orientacin reaccionaron a lo que perciban como un legalismo
latente en la iglesia, especialmente debido al nfasis puesto en que Dios espera que su
pueblo sea vencedor como yo [Jess] he vencido (Apocalipsis 3:21).
Ambos grupos (clsicos y liberales), en lugar de ahondar en la comprensin del mensaje
a Laodicea de Apocalipsis 3, tendieron a ahondar en su mutua divergencia. El liberalismo
se fortaleci a partir de: (1) la confusin de PSD acerca de la cristologa, y su confusa
descripcin del ministerio sacerdotal de Cristo, (2) la nueva orientacin prevalente en el
pensamiento adventista respecto a vencer el pecado, y (3) la nueva forma de
explicar la demora en la segunda venida.
Los que tenan una tendencia legalista (segn los describen algunos) solan enfocarse en
una teologa correcta, pero no tanto en las caractersticas personales de Jess que les
habran dado mayor gracia al contender con las as llamadas facciones liberalesprogresivas. Ambos grupos tendan a perder la perspectiva del gran conflicto de los
siglos, con sus implicaciones personales para cada uno de nosotros hoy.
78
El magisterio de PSD
Durante aos, innumerables autores y profesores han venido asumiendo algunas de las
conclusiones inasumibles de PSD (como algunas de las sealadas por el Dr. Knight en la
edicin anotada), convirtiendo a PSD en una pieza fundamental aceptada en el
magisterio. De formas diversas se ha venido aleccionando a pastores y profesores a no
hablar de temas como el santuario o la humanidad de Cristo, debido a que esos temas
son divisivos. Pero cundo y por qu comenzaron a ser divisivos?
Quiz lo que ha venido siendo realmente desafortunado en los pasados cincuenta aos
es el sorprendente intento de ridiculizar a M.L. Andreasen. Por ejemplo: Segn un libro
reciente, Andreasen es un buen ejemplo de uso inapropiado de sus escritos [de Ellen
White]. No evidencia haber comprendido correctamente la inspiracin de la Biblia o
de los escritos de Ellen White. O: [su] lnea de razonamiento tena muchas debilidades,
por ejemplo: sostena una comprensin inadecuada y no-bblica de la naturaleza del
pecado. O muchas de las ideas de Andreasen fueron posteriormente llevadas a su
conclusin lgica por Brinsmead, quien caus estragos y divisin en la iglesia durante
la dcada de 1960. 15
Ms adelante, al revelar su propia inclinacin teolgica, el mismo autor enuncia
correctamente los puntos principales de la teologa de la ltima generacin [TUG; en
ingls, LGT] de Andreasen, para rechazarlos a continuacin afirmando que no son
bblicos, y que Andreasen interpreta incorrectamente el pensamiento de Ellen White.
Eso sin aportar prueba alguna de que sus conclusiones o asertos sean los correctos, y los
de Andreasen equivocados. 16
Desgraciadamente se han escrito unos cuantos libros ms de ese estilo.
Notas:
1.
2.
Malcom Bull y Keith Lockhart, Seeking a Sanctuary, 2 edicin (Bloomington, IN: Indiana
University Press, 2007), 86. [N. del T.: Brinsmead pretenda defender los conceptos
clsicos adventistas de la victoria sobre el pecado, purificacin del santuario,
sellamiento, preparacin para el fin del tiempo de gracia, etc, junto a un elemento
extrao: la hereja agustiniana del pecado original (segn ella, nacemos condenados por
el pecado transmitido / imputado de Adn, siendo pecadores por naturaleza).
Brinsmead no pudo / quiso convivir con la inconsistencia, de forma que la situacin
teolgicamente inestable en la que incurra al albergar un concepto errneo sobre el
pecado, termin en desastre, al desechar lo verdadero y ser seducido finalmente por la
teologa de Desmond Ford, afn a la de PSD].
3.
Tuve con Ted Heppenstall una remarcable relacin. Lo mismo que con Froom, nunca
permitimos que nuestras diferencias teolgicas perturbaran nuestra amistad. Cuando
asistamos a diversos encuentros, pasbamos muchas tardes en nuestras habitaciones
hablando sobre asuntos de la iglesia. Slo de forma ocasional discutimos la humanidad
de Cristo o la diferencia entre perfeccin moral y perfeccin absoluta.
4.
5.
80
6.
7.
Malcom Bull y Keith Lockhart, op. cit., 87. Hoy podemos comprender mejor los elogios
de Heppenstall hacia los autores de Preguntas sobre doctrina a la vista de su liderazgo
en el seminario adventista: dijo que el tro de PSD haba hecho un trabajo excelente y
declar que el manuscrito era lo mejor que se ha escrito hasta ahora para presentar el
adventismo al mundo. Citado en Nam, op. cit., 248.
8.
Ibid.
9.
81
82
Captulo 8
sus libros. Recibe la iluminacin aadida de los escritos de Ellen G. White, que apoyan
esa ilacin bblica. El tema del gran conflicto capta el cuadro bblico de Dios como el
Creador amante y misericordioso que ha hecho la raza humana capaz de responder a su
amor, un Dios que permiti el desarrollo de la maldad, de forma que la malevolencia
pudiera ser reconocida en su plena atrocidad. El tema del gran conflicto revela a un Dios
cuyo plan de salvacin tiene por objeto rescatar de este planeta malvado a todos los
dispuestos y obedientes, otorgndoles la vida eterna.
Como he mencionado anteriormente, Fernando Canale ha dejado articulado con
claridad cmo la doctrina del santuario es el gran camino para desarrollar el panorama
abarcante del tema del gran conflicto en su coherencia y unidad. Ese ha sido siempre el
secreto a voces del pensar clsico adventista.
5. Lderes consistentes de los aos 50, incluyendo a F.D. Nichol, W.H. Branson, Raymond
Cottrell, Don Neufeld, M.L. Andreasen, Kenneth H. Wood, edificaron su mentalidad
adventista en la lgica integrada e interconectada del tema del gran conflicto. Es
imposible desechar esos lderes, a menos que se pueda probar que sus conceptos y
conclusiones han demostrado ser invlidos y contrarios a un nuevo y mejor camino de
hacer teologa adventista, a partir de 1957.
6. Toda teologa cristiana se puede siempre juzgar por su escatologa, es decir: por su
comprensin de los eventos del fin y el futuro de este planeta. Y la escatologa se ve
afectada por la cristologa. Aunque eso parezca una simplificacin, describe la realidad.
Lo que uno piense de la humanidad de Cristo, afectar a la comprensin de lo que Dios
espera de su pueblo en los ltimos das.
7. Alguna generacin de adventistas que recupere el mensaje distintivo en armona con
el tema del gran conflicto, cumplir la misin de la Iglesia Adventista del Sptimo Da, tal
como est delineada en Apocalipsis 7, 13 y 14.
84
Apndice A
87
El mundo est envuelto por las tinieblas de la falsa concepcin de Dios. Los hombres
estn perdiendo el conocimiento de su carcter, el cual ha sido mal comprendido y mal
interpretado. En este tiempo ha de proclamarse un mensaje de Dios, un mensaje que
ilumine con su influencia y salve con su poder. Su carcter ha de ser dado a conocer.
Sobre las tinieblas del mundo ha de resplandecer la luz de su gloria, de su bondad, su
misericordia y su verdad
Aquellos que esperan la venida del Esposo han de decir al pueblo: Veis aqu el Dios
vuestro! Los ltimos rayos de luz misericordiosa, el ltimo mensaje de clemencia que ha
de darse al mundo, es una revelacin de su carcter de amor. Los hijos de Dios han de
manifestar su gloria. En su vida y carcter han de revelar lo que la gracia de Dios ha
hecho por ellos.
La luz del Sol de justicia ha de brillar en buenas obras, en palabras de verdad y hechos de
santidad (Palabras de vida del gran Maestro, 342).
Recordemos cul es la realidad: Si Jess venci a Satans en todo momento; si todo el
cielo y los mundos cados vieron a Satans desenmascarado cuando Jess muri, por
qu no termin entonces el conflicto? Si Jess vindic el carcter y el gobierno de Dios,
qu es lo que falta an para que finalice el gran conflicto? Si Jess lo demostr todo
con su vida y su muerte, por qu espera Dios, permitiendo el horror y tristeza de los
pasados dos mil aos? La respuesta es que despus de la cruz quedaba an algo
pendiente de resolucin.
Ese es el motivo por el que Jess, tras haber desenmascarado a Satans en el Calvario,
se volvi a su iglesia incipiente al ir estableciendo franquicias locales que continuaran
haciendo a todo lo ancho del mundo lo que l haba hecho por treinta y tres aos en un
rea muy limitada del Mediterrneo oriental.
Es por ello que Ellen White hila an ms fino al enfatizar que los principios que estaban
en juego haban de ser revelados en mayor plenitud. Y por causa del hombre, la
existencia de Satans deba continuar. Tanto el hombre como los ngeles deban ver el
contraste entre el Prncipe de la luz y el prncipe de las tinieblas (El Deseado de todas
las gentes, 709).
En su infinita sabidura, Dios volvi a ponerse en situacin de riesgo cuando comision a
los cristianos a que completaran el conflicto entre l y Satans. La iglesia cristiana
constituye el plan C de Dios en el cumplimiento del gran propsito de Dios para la
especie humana (Palabras de vida el gran Maestro, 239).
Volviendo al panorama general, el tema del gran conflicto explica por qu nadie en la
tierra puede comprender lo que pas realmente en la cruz, a menos que discpulos de
Cristo se lo den a conocer. Sern credos tales discpulos, si las buenas nuevas que
presentan no han hecho una diferencia en sus vidas, al compararlas con las de otros que
tienen convicciones religiosas igualmente fuertes acerca de sus dioses? Habra
prestado alguien atencin a Pablo, si el apstol no hubiera estado convencido de que el
Jess crucificado haba venido realmente del cielo con buenas nuevas de Dios, y si eso
no hubiera significado una diferencia en su vida? (Romanos 1:16-17).
El panorama general muestra cmo Dios ha querido exponerse ante el juicio del
universo. Tanto Dios como su iglesia estn sometidos a escrutinio por las mismas
88
razones: para demostrar la falsedad de todas las acusaciones que Satans ha lanzado
contra el carcter y gobierno de Dios.
No es maravilla que Ellen White se preguntara:
Dnde se ha de encontrar la iglesia en esta crisis? Estn cumpliendo sus miembros
con las demandas de Dios? Estn cumpliendo la comisin divina y representando ante
el mundo el carcter de Dios? Estn llamando con insistencia la atencin de sus
prjimos al ltimo misericordioso mensaje de amonestacin? (Palabras de vida del
gran Maestro, 244; traduccin revisada).
Ahora, la pregunta: Se puede esperar que los profesos seguidores de Jesucristo
cooperen en la vindicacin de Dios en el gran conflicto? Todo lo dicho hasta aqu apunta
hacia una respuesta afirmativa, pero mantengmonos centrados en las implicaciones de
esa pregunta.
Esa misma pregunta y su respuesta constituyeron la preocupacin de Ezequiel en su da.
El profeta se encontraba cautivo en Babilonia junto a muchos otros israelitas. Por
cientos de aos haban venido siendo un motivo de bochorno para su Seor, que ya no
poda defenderlos ms.
Refirindose al plan B, Dios hizo saber a Ezequiel cmo Israel haba deshonrado su
nombre y fracasado en cumplir su misin:
Entrados a las gentes a donde fueron, profanaron mi santo nombre, dicindose de
ellos: Estos son pueblo de Jehov, y de su tierra de l han salido. Y he tenido lstima en
atencin a mi santo nombre, el cual profan la casa de Israel entre las gentes a donde
fueron. Por lo tanto
No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual
profanasteis vosotros entre las gentes a donde habis llegado. Y santificar mi grande
nombre profanado entre las gentes, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y
sabrn las gentes que yo soy Jehov, dice el Seor Jehov, cuando fuere santificado en
vosotros delante de sus ojos (Ezequiel 36:20-23).
La vida y muerte de nuestro Seor fue una fase clave de la vindicacin de Dios en el gran
conflicto. La segunda fase en la vindicacin del nombre -el carcter- de Dios tiene lugar
mediante la obra de la gracia en las vidas de los cristianos leales: El Salvador vino para
glorificar al Padre demostrando su amor; as el Espritu iba a glorificar a Cristo revelando
su gracia al mundo. La misma imagen de Dios se ha de reproducir en la humanidad. El
honor de Dios, el honor de Cristo, estn comprometidos en la perfeccin del carcter de
su pueblo (El Deseado de todas las gentes, 625).
El carcter de los cristianos del tiempo del fin que guardan los mandamientos de Dios y
la fe de Jess refleja la misma cualidad exhibida en las vidas de Enoc, Daniel y todos los
dems que en el tiempo pasado permitieron que Dios les diera nuevas mentes y
corazones: corazones de carne en lugar de corazones de piedra.
La experiencia de Job es modlica para los hombres y mujeres fieles: Me probar -dijo, y saldr como oro (Job. 23:10). As ocurri. Por medio de su paciente resistencia
vindic su propio carcter, y de ese modo el carcter de Aquel de quien era
representante (La educacin, 156).
89
90
Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, qu clase de
personas no debis ser vosotros en santa conducta y en piedad, esperando y
apresurando la venida del da de Dios, en el cual los cielos sern destruidos por fuego y
los elementos se fundirn con intenso calor! Pero, segn su promesa, nosotros
esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia. Por tanto,
amados, puesto que aguardis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por l en
paz, sin mancha e irreprensibles (2 Pedro 3:11-14 LBLA).
Esta es la clave para encontrar la respuesta: preguntarse qu quiere Dios conseguir con
su plan de salvacin.
Notas:
1.
Un breve resumen de mi libro God at Risk The cost of Freedom in the Great Controversy
(Roseville, CA: Amazing Facts, 2004), 408 pp.
2.
New York: Bantam Books, 1988, p. 193. Hawkings es profesor lucasiano de matemticas
en el Departamento de Fsica Terica de la Universidad de Cambridge, ctedra que en su
tiempo ostent Sir Isaac Newton.
3.
Oliver Sacks, M.D. (neurlogo, 1933- ) se sinti fascinado por la qumica desde su
temprana infancia, y volvi a referirse a su fascinacin a propsito de la tabla peridica
de los elementos, especialmente tal como la clarific Dimitr Ivanovich Mendeleev. En su
artculo: Mendeleevs Garden (The American Scholar, otoo 2001, 21-32, Sacks
escribi: La emocin apenas me dej dormir la noche despus de haber visto la tabla
peridica: me parece un logro increble, haber podido reunir en un orden abarcante el
vasto, total y aparentemente catico universo de la qumica haber llegado a percibir
una organizacin global, un principio suprayacente que une y relaciona todos los
elementos, adquira la dimensin de algo milagroso y genial. Eso me dio, por vez
primera, un sentido del poder trascendental de la mente humana, junto al hecho de que
poda estar dotada para descubrir o descifrar los secretos ms profundos de la
naturaleza, para leer la mente de Dios. Esa fue precisamente mi experiencia cuando
descubr las implicaciones del tema del gran conflicto hace cincuenta aos.
4.
5.
91
6. Cuando Cristo dej el mundo, encomend su obra a sus seguidores. Vino para
representar el carcter del Padre al mundo, y se nos encomienda que representemos a
Cristo ante el mundo (Signs of the Times, 15 abril 1889). Dios dispone que cada uno de
nosotros sea perfecto en l, de forma que podamos representar ante el mundo la
perfeccin de su carcter. Quiere que lleguemos a estar libres de pecado a fin de que no
chasqueemos a las inteligencias celestiales y que no apenemos a nuestro divino
Redentor. No quiere que hagamos profesin de cristianismo mientras que no nos
apropiamos de esa gracia capaz de hacernos perfectos, a fin de que no carezcamos de
nada, sino que seamos sin falta ante l en amor y santidad (Ibid., 8 febrero 1892). En
un ejercicio soberano de su prerrogativa, imparti a sus discpulos el conocimiento del
carcter de Dios a fin de que ellos pudieran comunicarlo al mundo (Ibid., 27 junio
1892).
92
Apndice B
II. Esas pasiones dadas por Dios deben ser controladas por la razn y por el Espritu
Santo:
Se dice de Adn antes de la cada, que sus afectos eran puros, sus apetitos y pasiones
estaban bajo el dominio de la razn (Patriarcas y profetas, 26; original sin cursivas). El
cuerpo tiene que ser puesto en sujecin. Las facultades superiores de nuestro ser deben
gobernar. Las pasiones han de obedecer a la voluntad, que a su vez ha de obedecer a
Dios. El poder soberano de la razn, santificado por la gracia divina, debe dominar en
nuestra vida (Ministerio de curacin, 92; original sin cursivas).
Leemos acerca de Pablo: Sus palabras, sus prcticas, sus pasiones: todo lo someta al
dominio del Espritu de Dios (Los hechos de los apstoles, 253; original sin cursivas).
Tenis necesidad de la gracia de Dios para que vuestros pensamientos puedan ser
disciplinados y fluyan por el canal correcto, para que vuestras palabras sean palabras
justas y para que vuestras pasiones y apetitos se sujeten al control de la razn y la
lengua se refrene ante la frivolidad, la censura y las crticas mundanas
El mayor triunfo que nos dio la religin de Cristo es el control sobre nosotros mismos.
Debemos controlar nuestras propensiones naturales; de otro modo, jams venceremos
93
como Cristo venci (Testimonios para la iglesia IV, 232; traduccin revisada; original sin
cursivas).
Si decids, con valor y fe, sujetar vuestra voluntad a la voluntad de Dios, l os ensear,
y vuestras vidas pueden ser como el puro lirio blanco, que exhala fragancia en medio de
las aguas estancadas. Decidid controlar la inclinacin y la pasin mediante el poder de
Jess, y ganad diariamente victorias sobre las tentaciones de Satans. Esa es la forma
sealada por Dios para que el hombre sirva a sus propsitos (Signs of the Times, 8 julio
1880).
Los rasgos de carcter naturales, hereditarios, necesitan ser sometidos a un firme
control, porque de lo contrario el celo encendido y los buenos propsitos se desviarn
hacia el mal, y el exceso en los sentimientos producir tales impresiones en los
corazones, que stos sern arrebatados por el impulso y permitirn que las impresiones
sean su gua (Mensajes selectos II, 106; traduccin revisada; original sin cursivas).
III. Ellen White emplea a menudo de forma equivalente las palabras pasin y
propensin, especialmente al considerar que ambas deben ser controladas por la
razn y por las facultades superiores:
Las pasiones inferiores tienen su sede en el cuerpo y obran por su medio. Las palabras
carne, carnal, o concupiscencias carnales abarcan la naturaleza inferior y corrupta;
por s misma la carne no puede obrar contra la voluntad de Dios. Se nos ordena que
crucifiquemos la carne, con los afectos y las concupiscencias. Cmo lo haremos?
Infligiremos dolor al cuerpo? No, pero daremos muerte a la tentacin a pecar.
Debe expulsarse el pensamiento corrompido. Todo intento debe someterse al cautiverio
de Jesucristo. Todas las propensiones animales deben sujetarse a las facultades
superiores del alma (Mente, carcter y personalidad I, 242; original sin cursivas).
Nota: Ese tipo de pasiones o propensiones que tienen en comn el Adn anterior a la
cada y los cristianos vencedores, deban ser las que Ellen White tuvo in mente cuando
escribi acerca de Jess:
La iglesia de Cristo ha de representar su carcter Jess dice: Por ellos yo me santifico
a m mismo, para que tambin ellos sean santificados en verdad (Juan 17:19). Cristo se
empe totalmente en la obra de salvar las almas. Dej las glorias del cielo y visti su
divinidad de humanidad, sujetndose a la congoja, vergenza y reproche, abuso,
negacin y crucifixin. Aunque tena toda la fuerza de la pasin de la humanidad, jams
cedi a la tentacin de hacer lo que no fuera puro, elevador y ennoblecedor (Signs of
the Times, 21 noviembre 1892; original sin cursivas).
Las lecciones que dio Cristo cuando recibi a los nios debieran producir una honda
impresin en nuestras mentes Pueden ser traviesos y poseer pasiones como las de la
humanidad, pero eso no debiera impedir que los llevemos a Cristo. l bendijo a nios
que tenan pasiones como las de l mismo (Signs of the Times, 9 abril 1896; original sin
cursivas).
94
objetos que despierten e intensifiquen sus pasiones infernales Ve que no se rige por la
conciencia ni el temor de Dios; todas estas barreras santificadas son derribadas por las
pasiones concupiscentes; todas las cualidades del esposo que lo asemejaran a Dios son
sujetas a la concupiscencia brutal y vil Debe la esposa sentirse obligada a ceder
incondicionalmente a las exigencias del esposo, cuando ve que slo las pasiones bajas lo
dominan y cuando su propio juicio y razn la convencen de que al hacerlo perjudica su
propio cuerpo, que Dios le ha ordenado poseer en santificacin y honra, y conservar
como sacrificio vivo para Dios?... No es un amor puro y santo lo que induce a la esposa a
satisfacer las propensiones animales de su esposo a costa de su salud y de su vida. Si ella
posee verdadero amor y sabidura, procurar distraer su mente de la satisfaccin de las
pasiones concupiscentes hacia temas elevados y espirituales, espacindose en asuntos
espirituales interesantes. Tal vez sea necesario instarlo con humildad y afecto aun a
riesgo de desagradarle, y hacerle comprender que no puede ella degradar su cuerpo
cediendo a los excesos sexuales (Testimonios para la iglesia II, 420-422; traduccin
revisada; original sin cursivas).
La concupiscencia de los ojos y las pasiones corruptas se estimulan contemplando y
leyendo. El corazn se corrompe por medio de la imaginacin. La imaginacin se
complace en contemplar escenas que despiertan las pasiones ms bajas e inferiores.
Estas imgenes viles, vistas a travs de la imaginacin contaminada, corrompen la moral
y preparan a los engaados y embelesados seres a dar rienda suelta a sus pasiones
concupiscentes. Luego siguen pecados y crmenes que arrastran a seres formados a la
imagen de Dios a nivel de bestias, sumergindolos al final en la perdicin. Evitad leer y
ver cosas que sugieran pensamientos impuros. Cultivad las facultades morales e
intelectuales. No dejis que estas nobles facultades se debiliten y perviertan por la
mucha lectura aun de libros y cuentos. Conozco a mentes fuertes que fueron
desequilibradas y parcialmente entumecidas, o paralizadas, por practicar la
intemperancia en la lectura (Testimonios para la iglesia II, 366; traduccin revisada;
original sin cursivas).
Les aguarda una terrible retribucin, y sin embargo, los dominan los impulsos y las
pasiones bajas; estn llenando un sombro registro de su vida para el juicio. Dirijo mi voz
de amonestacin a todos los que llevan el nombre de Cristo, para que se aparten de
toda iniquidad. Purificad vuestras almas obedeciendo a la verdad. Limpiaos de toda
inmundicia de la carne y del espritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Vosotros a quienes esto se aplica, sabis lo que quiero decir (Testimonios para la iglesia
III, 522; original sin cursivas).
Lo que el hombre sembrare, eso tambin segar. Estos jvenes estn ahora sembrando
la semilla. Cada acto de sus vidas, cada palabra hablada, es una semilla para bien o para
mal. Como sea la semilla, as ser la cosecha. Si complacen las pasiones precipitadas,
sensuales, pervertidas, o si se entregan a la gratificacin del apetito o a la inclinacin de
sus corazones no santificados; si fomentan el orgullo o los principios errneos y
acarician hbitos de infidelidad o disipacin, segarn una abundante cosecha de
remordimiento, vergenza y desesperacin (Testimonios para la iglesia III, 251; original
sin cursivas; traduccin revisada).
El listado anterior de pasiones es muy diferente al de las pasiones que deben ser
controladas. Las primeras, ms bien que controladas, deben ser vencidas,
96
V. Analicemos el uso que hizo Ellen White de las propensiones que deben ser
eliminadas de la vida del cristiano maduro, tal como hemos hecho en el caso de las
pasiones que deben ser crucificadas:
Se me ha mostrado que complacen sus propensiones egostas, y slo hacen las cosas
que concuerdan con sus gustos e ideas. Hacen provisin para complacer el orgullo y la
sensualidad, y llevan a cabo sus ambiciones y planes egostas. Estn llenos de estima
propia. Pero aun cuando sus malas propensiones puedan parecerles tan preciosas como
la mano derecha o el ojo derecho, estas deben ser separadas del obrero, o no ser
aceptable ante Dios (Testimonios para los ministros, 171; original sin cursivas).
Si, como Daniel, los jvenes de ambos sexos conforman todos sus hbitos, apetitos y
pasiones con los requerimientos de Dios, se harn idneos para realizar una obra ms
elevada. Deberan apartar de sus mentes todo lo vulgar y frvolo. Deberan abandonarse
la propensin a los placeres y la liviandad, como cosas que estn fuera de lugar en la
vida y la experiencia de los que viven por la fe en el Hijo de Dios (Mensajes para los
jvenes, 38-39; original sin cursivas).
Qu le importa al sembrador de chismes si difama al inocente? No detendr su mala
obra, aunque destruya la esperanza y el valor en quienes ya se hunden bajo sus cargas.
Slo le interesa satisfacer su propensin a sembrar escndalos (Testimonios para la
iglesia V, 54; original sin cursivas).
97
Su astuto ojo para los negocios est siempre al acecho para aprovechar las mejores
oportunidades de asegurarse un trato favorable para usted. Esta propensin malvola se
ha convertido en una segunda naturaleza para usted, por lo que no se da cuenta del mal
que causa al favorecerla (Testimonios para la iglesia IV, 54; traduccin revisada; original
sin cursivas).
Los padres Han abusado de sus privilegios matrimoniales y por la indulgencia han
fortalecido sus pasiones animales Los nios nacen con las propensiones animales
ampliamente desarrolladas, habiendo recibido la impronta del carcter de sus propios
padres Los que se sienten libres, porque estn casados, para degradar sus cuerpos por
una baja complacencia de los instintos animales, harn que su conducta degradada se
perpete en sus hijos. Los pecados de los padres sern cargados sobre los hijos porque
los padres les han dado la impronta de sus propias propensiones lascivas (Testimonios
para la iglesia II, 349; traduccin revisada; original sin cursivas).
VI. Ellen White nunca dijo que todas las pasiones y propensiones debieran ser
crucificadas o separadas de la vida cristiana, sino solamente las pasiones y
propensiones malvadas. Por qu? Porque las pasiones/propensiones naturales,
dadas por Dios, evidentemente permanecern y han de permanecer bajo control hasta
que seamos resucitados o trasladados:
El adiestramiento y educacin de toda una vida deben descartarse a menudo a fin de
que el cristiano venga a ser un alumno en la escuela de Cristo; y en quien se haga
participante de la naturaleza divina, el apetito y la pasin deben ser puestos bajo el
control del Espritu Santo. Esa lucha ha de ser incesante de este lado de la eternidad,
pero si bien hay continuas batallas que luchar, hay tambin preciosas victorias que
ganar, y el triunfo sobre el yo y el pecado es ms valioso de lo que la mente es capaz de
estimar. El esfuerzo empeado en vencer, aunque requiera negacin del yo, es muy
poca cosa al lado de la victoria obtenida sobre el mal (Christian Education, 122;
Counsels to Teachers, 21; original sin cursivas).
No se trata, pues, de la ausencia de conflicto, sino de la promesa de obtener la
victoria, de este lado de la eternidad.
VII. A partir de los ejemplos aportados (que son slo unos pocos, y en ningn caso una
lista exhaustiva), podemos comprender mejor a Ellen White cuando escribe:
Hemos de comprender que mediante la fe en l es nuestro privilegio ser participantes
de la naturaleza divina, escapando as a la corrupcin que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia. Entonces somos limpiados de todo pecado, de todo defecto del
carcter. No necesitamos retener ni una propensin pecaminosa. Cristo es el portador de
pecado, Juan seal a Cristo ante la gente, diciendo: He aqu el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo A medida que participamos de la naturaleza divina, las
tendencias heredadas y cultivadas hacia el mal son extirpadas del carcter, y somos
hechos un poder viviente para el bien (Review and Herald, 24 abril 1900; original sin
cursivas).
98
99
Cuando Ellen White escribi que pudo haber pecado; pudo haber cado, pero ni por un
momento hubo en l una propensin malvada, estaba simplemente diciendo que Jess
pudo haber pecado, pero no lo hizo [ni por un momento].
Ellen White emple el mismo tipo de razonamiento cuando escribi: Adn fue
tentado por el enemigo, y cay En l no haba principios corruptos, no haba
tendencias al mal. Pero cuando Cristo vino para hacer frente a las tentaciones de
Satans, llevaba la semejanza de carne de pecado (Signs of the Times, 17 octubre
1900; original sin cursivas ni negritas).
100
Apndice C
Elipse de la Verdad
101
102
Apndice D
1. Jess vino para ser Salvador y Ejemplo del hombre, su sustituto y garante.
Jess descendi a nuestro mundo para poder dar al hombre un ejemplo viviente de lo
que se requiere de todos desde Adn, el primer hombre, hasta el ltimo que viva sobre
la tierra... Declar que su misin no consista en destruir la ley, sino en cumplirla en
perfecta y completa obediencia. Vino para demostrar el hecho de que la humanidad,
conectada mediante una fe viviente con la divinidad, puede guardar los mandamientos
de Dios (Review and Herald, 15 noviembre 1898; original sin cursivas).
Esta lamentable condicin [del pecador] no habra conocido cambio ni esperanza si
Jess no hubiera descendido a nuestro mundo para ser el Salvador y el Ejemplo del
hombre. En medio de la degradacin moral del mundo se yergue un carcter bello e
impecable, el modelo para ser imitado por el hombre. Debemos estudiar, copiar y seguir
al Seor Jesucristo; entonces traeremos la hermosura de su carcter a nuestra propia
vida, y entretejeremos su belleza en nuestras palabras y acciones cotidianas. As
seremos aceptos ante Dios y mediante el conflicto con las potestades de las tinieblas
recuperaremos el poder del dominio propio y el amor de Dios que Adn perdi en la
cada. Mediante Cristo podemos poseer el espritu de amor y obediencia a los
mandamientos de Dios. Mediante sus mritos pueden ser restaurados en nuestras
naturalezas cadas; y cuando se establezca el juicio y se abran los libros, podemos recibir
la aprobacin divina (Signs of the Times, 22 diciembre 1887; original sin cursivas).
Al venir al mundo, Jess fue nuestro sustituto y garante. Pas por todas las
experiencias del hombre desde el pesebre hasta el Calvario, dando a cada paso un
ejemplo al hombre de lo que deba ser y hacer (Signs of the Times, 18 abril 1882;
original sin cursivas).
3. Cristo vino para mostrar a la raza humana cmo guardar la ley de Dios.
Cristo vino para dar un ejemplo de la perfecta conformidad con la ley de Dios que se
requiere de todos -desde Adn, el primer hombre, hasta el ltimo que viva en la tierra.
Declar que su misin no consista en destruir la ley, sino en cumplirla en perfecta y
103
4. Cristo vino, no slo para expiar el pecado, sino tambin para ser un maestro, tanto
por precepto como por ejemplo. Vino para mostrar al hombre cmo guardar la ley en la
humanidad.
El gran Maestro vino a nuestro mundo, no slo para expiar el pecado, sino para ser un
maestro tanto por precepto como por ejemplo. Vino para mostrar al hombre cmo
guardar la ley en la humanidad, de manera que no tuviera excusa para seguir su propio
juicio defectuoso. Vemos la obediencia de Cristo. No hubo pecado en su vida. Su
obediencia de toda una vida es un reproche para la humanidad desobediente. La
obediencia de Cristo no ha de ser puesta aparte como si fuera diferente de la obediencia
que l requiere de nosotros individualmente. Cristo nos ha mostrado que es posible que
toda la humanidad obedezca las leyes de Dios. Sirvi como hijo con el Padre. As
debemos servir cada uno con Dios, no segn nuestros planes improvisados (Manuscript
Releases VIII, 447; original sin negritas).
5. Cristo vino a nuestro mundo, no para revelar lo que Dios poda hacer, sino lo que un
hombre puede hacer mediante la fe en el poder de Dios para ayudar en toda
emergencia.
El Seor Jess vino a nuestro mundo, no para revelar lo que Dios poda hacer, sino lo
que un hombre poda hacer mediante la fe en el poder de Dios para ayudar en toda
emergencia. El hombre debe, por la fe, ser participante de la naturaleza divina, vencer
por la fe toda tentacin con la que es asediado. El Seor pide ahora que todo hijo e hija
de Adn, mediante la fe en Jesucristo, le sirva en la naturaleza humana que ahora
tenemos (Manuscript 1, 1892, publicado en Review and Herald, 17 junio 1976).
6. Cristo vino para poder recrear la imagen de Dios en el hombre.
Jess vino a nuestro mundo para traer poder divino al hombre, para que mediante su
gracia podamos ser transformados a su semejanza (Signs of the Times, 16 junio 1890).
104
7. Cristo vino a este mundo y vivi la ley de Dios para que el hombre pueda tener un
perfecto dominio sobre las inclinaciones naturales que corrompen el alma.
Slo cuando la vida de Cristo es un poder vivificador en nuestra vida podemos resistir
las tentaciones que nos acometen de dentro y de fuera.
Cristo vino a este mundo y vivi conforme a la ley de Dios para que el hombre pudiera
dominar perfectamente las inclinaciones naturales que corrompen el alma. l es el
Mdico del alma y del cuerpo y da la victoria sobre las pasiones guerreantes. Ha provisto
todo medio para que el hombre pueda poseer un carcter perfecto (Ministerio de
curacin, 92; original sin negritas).
Cristo vino para librarnos del originador del pecado. Vino para darnos un dominio
sobre el poder del destructor, y para salvarnos de la mordedura de la serpiente.
Mediante su justicia impartida colocara a todos los seres humanos en terreno
ventajoso. Vino a esta tierra y vivi la ley de Dios para que el hombre pudiera
permanecer en la humanidad que Dios le haba dado, teniendo un completo dominio
sobre su inclinacin natural a la auto-indulgencia y a las ideas y principios egostas que
mancillan el alma. El Mdico del alma y del cuerpo dar sabidura y victoria completa
sobre las pasiones beligerantes. l proveer todo lo necesario para que el hombre pueda
perfeccionar un carcter en todo respecto (Manuscript Releases VII, 320).
8. Cristo vino a la tierra, no simplemente para que los habitantes de este pequeo
mundo pudieran considerar la ley de Dios de la forma en que se la debe considerar, sino
para vindicar el carcter de Dios ante el universo.
El plan de redencin tena un propsito todava ms amplio y profundo que el de salvar
al hombre. Cristo no vino a la tierra slo por este motivo; no vino meramente para que
los habitantes de este pequeo mundo acatasen la ley de Dios como debe ser acatada;
sino que vino para vindicar el carcter de Dios ante el universo (Patriarcas y profetas,
55; original sin negritas).
105
Satans haba aseverado que era imposible para el hombre obedecer los
mandamientos de Dios; y es cierto que con nuestra propia fuerza no podemos
obedecerlos. Pero Cristo vino en forma humana, y por su perfecta obediencia prob que
la humanidad y la divinidad combinadas pueden obedecer cada uno de los preceptos de
Dios (Palabras de vida del gran Maestro, 255; original sin negritas).
Cristo vino al mundo a contrarrestar la falsedad de Satans de que Dios haba hecho
una ley que los hombres no podan cumplir. Tomando la humanidad sobre s, vino al
mundo, y mediante una vida de obediencia mostr que Dios no haba hecho una ley que
los hombres no podan cumplir. Demostr que era perfectamente posible que los
hombres obedezcan la ley. Los que aceptan a Cristo como su Salvador, participando de
su naturaleza divina, pueden seguir su ejemplo viviendo en obediencia a cada precepto
de la ley. Mediante los mritos de Cristo, el hombre debe mostrar por su obediencia que
ser digno de confianza cuando est en el cielo; que no se rebelar. Cristo posey la
misma naturaleza del hombre. Fue tentado en todo tal como los hombres. El mismo
poder que le ayud a obedecer est a las rdenes del hombre (A fin de conocerle, 295;
original sin negritas).
Atribuir a su naturaleza un poder que es imposible que el hombre tenga en sus
conflictos con Satans, es destruir la integridad de su humanidad. La obediencia de
Cristo a su Padre fue la misma obediencia que se requiere del hombre. El hombre no
puede vencer las tentaciones de Satans a menos que el poder divino obre mediante la
humanidad. El hombre debe, mediante la fe, ser hecho participante de la naturaleza
divina, y vencer toda tentacin con la que es asediado. Fue la Majestad del cielo quien
se hizo hombre, quien se humill a s mismo hasta nuestra naturaleza humana; es l
quien fue tentado en el desierto y quien sufri el antagonismo de los pecadores (Signs
of the Times, 10 abril 1893).
Cristo vino al mundo para ensear que si el hombre recibe poder de lo alto, puede
llevar una vida intachable (Ministerio de curacin, 15).
10. Cristo vino para refutar la falsa enseanza mediante la cual haban desfigurado a
Dios quienes pretendan conocerlo.
Vino para poner a un lado la enseanza falsa mediante la cual los que decan conocer a
Dios lo haban desfigurado. Vino a manifestar la naturaleza de su ley, a revelar en su
carcter la belleza de la santidad.
Cristo vino al mundo con el amor acumulado de toda la eternidad. Al eliminar las
exigencias que hacan gravosa la ley de Dios, demostr que es una ley de amor, una
expresin de la bondad divina. Demostr que la obediencia a sus principios entraa la
felicidad de la humanidad, y con ella la estabilidad, el mismo cimiento y la estructura de
la sociedad.
Lejos de contener requisitos arbitrarios, la ley de Dios se da a los hombres como cerco o
escudo
Cristo vino a demostrar el valor de los principios divinos por medio de la revelacin de
su poder para regenerar a la especie humana. Vino a ensear cmo se deben desarrollar
y aplicar esos principios (La educacin, 76-77; original sin negritas).
106
11. Jess vino para impartir al alma humana el Espritu Santo mediante el cual el amor
de Dios es derramado en el corazn; pero es imposible la imparticin del Espritu Santo a
quien est confinado en sus ideas.
Jess vino para impartir al alma humana el Espritu Santo mediante el cual el amor de
Dios es derramado en el corazn; pero es imposible la imparticin del Espritu Santo a
quien est encerrado en sus ideas, a aquel cuyas doctrinas son un estereotipo
inmutable, a quien anda segn las tradiciones y mandamientos de los hombres, tal como
suceda a los judos en los das de Cristo. Eran muy puntillosos en las observancias de la
iglesia, muy vigorosos en cuanto a seguir las formas, pero estaban destituidos de
vitalidad y de devocin religiosa (Manuscript Releases, 52; original sin negritas).
14. Vino a esta tierra, sufri, y sabe exactamente cmo simpatizar con nosotros y cmo
asistirnos en la victoria.
Cristo saba que el hombre no poda vencer sin su ayuda. Por consiguiente, consinti en
deponer sus ropajes reales y vestir su divinidad con humanidad a fin de poder
alcanzarnos. Vino a esta tierra, sufri, y sabe exactamente cmo simpatizar con
nosotros y cmo asistirnos en la victoria. Vino para traer poder moral al hombre, y no
quiere que el hombre piense que no tiene nada que hacer, pues cada uno tiene una
obra que realizar por s mismo. A travs de los mritos de Jess podemos vencer al
pecado y al diablo (Manuscript Releases III, 108; original sin negritas).
El Redentor del mundo vino del cielo para ayudar al hombre en su debilidad, para que,
con el poder que Jess vino a traerle obtuviera fortaleza para vencer el apetito y la
pasin, y pudiese ser vencedor en todo punto (Counsels on Health, 125; original sin
negritas).
15. El Redentor del mundo vino, no slo para ser el sacrificio por el pecado, sino para ser
un ejemplo para el hombre al desarrollar un carcter humano santo.
Jess vino a nuestro mundo para perfeccionar un carcter cristiano en beneficio de la
raza humana; lo que Dios requiere de nosotros es que pongamos en prctica el ejemplo
de nuestro Sustituto y Garante (Manuscript Releases XX, 282; original sin negritas).
16. Jess vino para mostrarnos que es posible la obediencia durante toda una vida.
Siempre debemos estar agradecidos a Jess porque nos ha demostrado por hechos
reales que el hombre puede guardar los mandamientos de Dios, refutando la falsedad
de Satans de que el hombre no los puede guardar. El gran Maestro vino a nuestro
mundo para estar a la cabeza de la humanidad, para elevar y santificar de esta manera a
la humanidad por su obediencia santa a todos los requisitos de Dios, mostrando que es
posible obedecer todos los mandamientos del Seor. l ha demostrado que es posible
una obediencia de por vida (Manuscript Releases V, 113; original sin negritas).
108
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22. Jess vino como nuestro sustituto y garante, de forma que podamos ser vencedores
con l.
Cristo asumi un gran riesgo cuando vino aqu y entr en el campo de batalla, cuando
vino aqu revestido de humanidad, tenindose como nuestro garante, como nuestro
sustituto, para poder vencer en nuestro lugar a fin de que pudiramos ser vencedores
en su fuerza y por sus mritos (Manuscript Releases IX, 52; original sin negritas).
Cuando Jess vino al mundo, lo hizo como nuestro sustituto y garante. Atraves todas
las experiencias del hombre desde el pesebre hasta el Calvario, dando a cada paso un
ejemplo al hombre de lo que debiera ser y hacer (Signs of the Times, 18 abril 1892;
original sin negritas).
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Apndice E
A Satans le gusta or palabras como evangelio, perdn, justificacin, etc. Y frases tales
como Jess muri para salvarme, o Jess muri para perdonar mis pecados. Por qu?
Porque sus definiciones de esos trminos bblicos y su explicacin de por qu muri
Jess, proveen la base para un evangelio limitado.
El nmero de 1 de abril de 2002 de Time inclua un artculo de portada titulado: Puede
la Iglesia Catlica salvarse a s misma? Una seccin consista en La confesin del Padre
X. En ella, dicho padre describa su vida de abusos a nios de su parroquia: Tuve que
confesarme; haba un genuino arrepentimiento [remordimiento quiz, pero difcilmente
un cambio de mente], de forma que estaba un cierto tiempo sin cometer abusos. Me lo
tom con toda seriedad cuando tuve que confesar, yendo despus a otra dicesis para
estar seguro de que el cura no me conoca. Lo que yo deseaba es la absolucin, de forma
que poda recomponerme y volver a las andadas.
Esas pudieron ser las palabras de un atormentado sacerdote catlico. Pero son como un
espejo de todos nosotros, cuando albergamos la comprensin que Satans promueve
respecto a por qu muri Jess, en lugar de la comprensin abarcante del evangelio
eterno que Dios quiere dar a conocer en estos tiempos finales. Las iglesias cristianas
han vivido demasiado tiempo en la neblina de una verdad parcial.
La comprensin limitada que complace a Satans consiste en algo parecido a esto:
Todos somos pecadores. Seguiremos sindolo hasta que Jess venga, y si morimos
antes de que regrese, Jess tendr presente que lamentbamos nuestros pecados. No
muri Jess para cubrir mis pecados? Y si le pido que me perdone, no puedo esperar
buenas nuevas?
Si lo anterior es todo lo que comprendemos acerca de por qu muri Jess, entonces
estamos creyendo la versin de Satans de las buenas nuevas. Esa es una de sus
mentiras monstruosas. Obra segn su proceder habitual: tomando la verdad y
transformndola en tinieblas.
Como en todo asunto bblico, debemos tener siempre presente el panorama general. El
gran conflicto se centra en la vindicacin de la justicia y equidad de Dios, demostrado en
el trato que dispensa a sus seres creados. Satans ha acusado a Dios de ser injusto, al
hacer leyes de imposible cumplimiento, y declara que si alguien procura cumplirlas, va a
ser un infeliz legalista. Pero Jess y sus seguidores demuestran la falsedad de Satans,
exponiendo sus mentiras por lo que son.
En primer lugar, Jess gan el derecho -por su vida y por su muerte- para perdonar a
quienes se arrepienten sinceramente, ya que demostr en su humanidad que las leyes
de Dios pueden ser obedecidas son gozo, satisfaciendo as la justicia de Dios. 1 Adems,
Cristo gan el derecho de perdonar a los que estn realmente arrepentidos, puesto que
la fe que depositan en l contiene la semilla de la lealtad y obediencia: esa misma fe que
lo guard a l de pecar.
113
En segundo lugar, gan el derecho a ser nuestro Sumo Sacerdote, y nos promete
misericordia y gracia para el oportuno socorro (Heb. 4:16).
Expresado en pocas palabras: Cristo vivi y muri para darnos perdn y poder. Pedir su
perdn, pero no su poder, es estar confundido en cuanto al motivo por el que muri.
Pensar que el perdn es la causa principal o la causa nica por la que Jess muri, es
otra evidencia de una comprensin limitada del evangelio.
Augustus Toplady lo expres bien en su apreciado himno Roca de los siglos (original
sin cursivas):
Veamos algunos escritos de Ellen White sobre la doble cura, segn las entraables
promesas bblicas que abundan en el porqu de la muerte de Jess (algunas citas
abarcan ms de una categora):
II. Jess pag el precio, y cerr la boca de Satans respecto a si Dios poda amar a los
pecadores hasta el punto de someterse al enorme oprobio de la cruz para reconciliarnos
con l (Juan 3:16).
1. Todo el cielo se asoci al triunfo de Cristo. Satans, derrotado, saba que haba
perdido su reino.
El clamor, Consumado es, tuvo profundo significado para los ngeles y los mundos que
no haban cado. La gran obra de la redencin se realiz tanto para ellos como para
nosotros. Ellos comparten con nosotros los frutos de la victoria de Cristo.
114
III. Jess sufri la ira de Dios [el horror de sentirse abandonado por Dios] contra la
transgresin.
Dios permiti que su ira contra la transgresin cayese sobre su Hijo amado. Jess iba a
ser crucificado por los pecados de los hombres. Qu sufrimiento iba entonces a
soportar el pecador que continuase en el pecado? Todos los impenitentes e incrdulos
iban a conocer un pesar y una desgracia que el lenguaje no podra expresar (El Deseado
de todas las gentes, 692).
3. Y el Hijo de Dios soport esa vergenza como penalidad por la culpa, a fin de que el
pecador pueda estar sin culpa e inocente ante el trono de Dios. Ved lo que puede surgir
a partir de la altura exaltada desde la que vino el Salvador, y desde la profundidad de la
humillacin a la que descendi a fin de poder alcanzar al pecador y elevarlo, hacindolo
participante de la naturaleza divina, engarzando su vida, su alma, con el Dios infinito.
Cuando logramos una vislumbre de esa cruz; cuando ese clamor agonizante Consumado
es penetra en nuestros odos, el sacrificio es completo. Su amor ha grabado el nombre
de todo santo en las palmas de sus manos (Manuscript Releases XVIII, 19).
VI. Cristo muri para reclamar esta tierra del dominio que usurp Satans.
Cristo muri para incursionar en el territorio de Satans, disputarle su territorio
usurpado y reclamar el reino para s mismo. Con el clamor de un caudillo lleno de celo,
presenta batalla a su oponente, el prncipe de las tinieblas, y recupera el reino que
Satans reclama como su propio y legtimo dominio (Manuscript Relases XVIII, 54).
VII. Cristo muri para destacar la inmutabilidad de la ley de Dios, para demostrar que no
poda ni deba ser alterada segn los caprichos de las inteligencias creadas (Mateo 5:1718).
1. La luz que tengo consiste en que los siervos de Dios deben abordar con discrecin su
obra, predicando las grandes y preciosas verdades de la Biblia -Cristo, y Cristo
crucificado, su amor e infinito sacrificio-, mostrando que la razn por la que Cristo muri
es porque la ley de Dios es inmutable, invariable, eterna (The Southern Work, 69).
2. Cristo muri porque no haba ninguna otra esperanza para el transgresor. Este puede
tratar de guardar la ley de Dios en el futuro; pero la deuda en la que ha incurrido en el
pasado permanece, y la ley debe condenarlo a muerte. Cristo vino a pagar esa deuda
por el pecador, la cual era imposible que este pagara por s mismo. As, mediante el
sacrificio expiatorio de Cristo, le fue concedida al hombre pecador otra oportunidad (Fe
y obras, 29).
3. Cuando muri Cristo, qued asegurada la destruccin de Satans. Pero si la ley
hubiera sido abolida en la cruz, como muchos aseveran, entonces el amado Hijo de Dios
hubiera sufrido la agona y la muerte slo para dar a Satans lo que peda; entonces el
prncipe del mal habra triunfado; y sus acusaciones contra el gobierno divino hubieran
quedado probadas. Pero el mismo hecho de que Cristo sufri la pena de la transgresin
del hombre, es para todos los seres creados un poderoso argumento en prueba de que
la ley es inmutable; que Dios es justo, misericordioso y abnegado; y que la justicia y la
misericordia ms infinitas se entrelazan en la administracin de su gobierno (Patriarcas
y profetas, 57).
4. La inmutabilidad de la ley de Dios qued establecida para siempre mediante la
crucifixin de Cristo. l era el Hijo de Dios, y de haber sido posible, Dios habra cambiado
la ley para hacerla propicia al hombre en su estado cado. Pero la ley de Dios es
inalterable, y la nica forma en la que el hombre poda ser salvo era proveyendo un
116
VIII. Puesto que Dios no llevar rebeldes al cielo, Cristo muri para hacer posible que los
pecadores elijan la lealtad y se conviertan en obedientes guardadores de sus
mandamientos mediante su gracia prometida.
1. Cristo muri para que el transgresor de la ley de Dios pudiera ser trado de nuevo a
su lealtad, para que pudiera guardar los mandamientos de Dios y su ley como la nia de
su ojo, y vivir. Dios no puede traer rebeldes a su reino; por lo tanto, hace de la
obediencia a sus requerimientos un requisito especial (Manuscript Releases I, 112).
2. Dando su vida por la vida de los hombres, iba a restaurar en la humanidad la imagen
de Dios. Iba a levantarnos del polvo, a reformar nuestro carcter conforme al suyo, y
embellecerlo con su gloria (Ministerio de curacin, 404).
3. Es el asunto de obtener la vida eterna algo que se pueda tomar a la ligera? Cristo
pag el precio de nuestra redencin con su propia vida. Muri para asegurar nuestro
amor y obediencia voluntaria (Manuscript Releases XVIII, 269).
4. Muri para hacer posible que guardemos la ley. Pero se deja a cada uno que haga la
eleccin por s mismo. Dios no fuerza a nadie a que acepte las ventajas que l ha
asegurado a un costo infinito (The Youths Instructor, 20 marzo 1902).
IX. Cristo muri a causa del pecado en el planeta Tierra; debido a la transgresin de la
ley de Dios.
Por qu muri? A consecuencia del pecado. Qu es pecado? La transgresin de la ley.
Entonces se abren los ojos para ver el carcter del pecado. La ley es quebrantada pero
no puede perdonar al transgresor. Es nuestro ayo, que condena al castigo. Dnde est
el remedio? La ley nos lleva a Cristo, que pendi de la cruz para que pudiera impartir su
justicia al hombre cado y pecaminoso y as presentar a los hombres ante su Padre en su
propio carcter perfecto (Mensajes selectos I, 400).
X. Jess muri para proveer la base y propsito del evangelio eterno; para que los
pecadores cobraran nimo, comprendieran el poder divino disponible y vivieran como
seguidores leales, demostrando de nuevo la falsedad de Satans respecto a la
disposicin y habilidad de los seres creados para obedecer a Dios (Filipenses 2:12-15).
1. La preciosa revelacin de la voluntad de Dios en las Escrituras, con todo su
despliegue de gloriosa verdad, es slo el medio para conseguir un fin. La muerte de
Jesucristo fue el medio para conseguir el fin. El medio fue la ms poderosa y eficaz
provisin que pudo dar a nuestro mundo; el fin fue la gloria de Dios en la elevacin,
refinamiento y ennoblecimiento del agente humano (Manuscript Releases VII, 274).
117
2. Jess muri para poder purificarnos de toda iniquidad. El Seor llevar adelante esa
obra de perfeccin en nuestro favor, si permitimos que l nos controle. l avanza en esa
obra para beneficio nuestro y para la gloria de su propio nombre (Manuscript Releases
IV, 348; 1898).
3. Omos muchas excusas: no puedo alcanzar esto o aquello. Qu queris decir, por
esto o aquello? Sugers que fue un sacrificio imperfecto el que se realiz en favor de la
raza humana sobre el Calvario? Sugers qu no se nos ha otorgado gracia y poder
suficientes para poder sobreponernos a nuestros defectos y tendencias naturales? Qu
no fue un Salvador completo el que nos fue dado? Queris arrojar oprobio sobre Dios?
(Ms 8, 1888, sermn predicado en la Asamblea de la Asociacin General en Minneapolis,
el sbado 20 de octubre de 1888. Citado por Olson, Through Crisis to Victory, 261-262).
4. Cmo os podra dar una evidencia de su amor, mayor que la que dio al morir por
vosotros en la cruz del Calvario? Muri a fin de que podis tener el poder para romper
con Satans, para que podis quitaros sus horribles grilletes y ser librados de su poder
(The Youths Instructor, 2 marzo 1893).
5. Cristo muri para que su vida pudiese ser vivida en usted, y en todos los que lo
toman [a Cristo] como ejemplo. Con la fuerza que le da su Redentor, puede usted tener
su carcter y trabajar con sabidura y poder para enderezar las sendas torcidas (Obreros
evanglicos, 173).
6. Muriendo en la cruz, Cristo dio su vida como una ofrenda por el pecado, para que
mediante su poder el hombre pudiera volverse de sus pecados, convertirse y ser un
obrero juntamente con Dios (Manuscript Releases XVIII, 75).
7. Todo el cielo est interesado en la restauracin de la imagen moral de Dios en el
hombre. Todo el cielo est trabajando para conseguir ese fin. Dios y los santos ngeles
tienen un intenso deseo de que los seres humanos alcancen la medida de la perfeccin
por la que Cristo muri para que fuera posible que ellos la alcanzaran (En los lugares
celestiales, 286).
8. Cuando es tentado y probado, demanda el poder que Cristo dio con su muerte, y
vence mediante la gracia de Jess. Esto necesita entender cada pecador. Debe
arrepentirse de sus pecados, debe creer en el poder de Cristo, y debe aceptar ese poder
que salva y protege del pecado (Mensajes selectos I, 262).
9. La muerte de Cristo no nos dej hurfanos Est a nuestro alcance obtener victoria
tras victoria y ser los ms felices sobre la faz de la tierra (Our High Calling, 148).
10. Pero los hombres han estado satisfechos con pequeos logros. No han procurado
elevar sus facultades mentales, morales y fsicas. No han sentido que Dios requera esto
de ellos; no se han dado cuenta de que Cristo muri precisamente para capacitarlos
para hacer esta obra. Como resultado se han quedado muy en zaga con respecto a lo
que pudieran ser en inteligencia, y en cuanto a la capacidad de pensar y planear
(Testimonios para la iglesia V, 523).
11. Cristo muri para que se pueda restaurar en la humanidad la imagen moral de Dios;
para que los hombres y mujeres puedan ser participantes de la naturaleza divina,
habiendo escapado a la corrupcin que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
118
No debemos emplear poder alguno de nuestro ser para nuestra gratificacin egosta,
pues todos nuestros poderes le pertenecen a l, y debemos emplearlos para su gloria
(Review and Herald, 6 noviembre 1900).
12. El hombre qued separado de Dios debido a la transgresin; se rompi la comunin
entre ambos; pero Jesucristo muri en la cruz del Calvario, llevando en su cuerpo los
pecados de todo el mundo, y esa cruz tendi un puente sobre el abismo creado entre el
cielo y la tierra. Cristo lleva a los hombres ante el abismo y les seala el puente tendido
por encima del mismo, diciendo: Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s
mismo, y tome su cruz, y sgame. Dios nos da un tiempo de prueba en el que podamos
demostrar si le vamos a ser leales o no (Manuscript 21, 1895; Citado en parte en
Comentario bblico adventista VII, 953).
13. Cristo muri para ser un sacrificio expiatorio por nuestros pecados. Est
intercediendo por nosotros a la diestra del Padre, como nuestro Sumo Sacerdote.
Mediante el sacrificio de su vida compr la redencin para nosotros. Su expiacin es
efectiva para cualquiera que se humille y reciba a Cristo como su Ejemplo en todas las
cosas. Si el Salvador no hubiera dado su vida como propiciacin por nuestros pecados,
toda la familia humana habra perecido. No habra tenido derecho al cielo. Es por su
intercesin como nosotros, mediante la fe, el arrepentimiento y la conversin, somos
capacitados para ser participantes de la naturaleza divina, escapando as a la corrupcin
que hay en el mundo a causa de la concupiscencia (Manuscrito 29, 1906; citado en
Seventh-day Adventist Bible Commentary VIIA, 477).
14. Cristo muri para que podamos guardar los mandamientos de Dios. Estarn
vuestros nombres registrados en el libro de la vida del Cordero? Sed, pues, cuidadosos y
celosos en arrepentiros de todo pecado. l dice: No borrar su nombre del libro de la
vida, y confesar su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ngeles (Apocalipsis
3:5) (Manuscript Releases XIX, 264).
15. Cuando Cristo dio su vida por vosotros, lo hizo para poder situaros en terreno
ventajoso y para impartiros poder moral. Mediante la fe podis ser participantes de su
naturaleza divina, escapando as a la corrupcin que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia (Manuscript Releases XIV, 73).
16. Cristo vino a nuestro mundo para elevar a la humanidad, para renovar la imagen de
Dios en el hombre, a fin de hacerlo participante de la naturaleza divina. Jess se dio a s
mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para s un pueblo
peculiar, celoso de buenas obras. Cuando Cristo mora por la fe en nuestros corazones
hace que seamos como una rama injertada en la verdadera Parra. La Majestad del cielo
dio su vida para hacernos individualmente suyos al traer al transgresor de vuelta a su
lealtad a la ley de Dios, apartando al pecador de su iniquidad. Oh, si los hombres
amaran y temieran a Dios! (Manuscript Releases XIV, 85).
17. Mediante la muerte de su Hijo unignito, Dios ha hecho posible para el hombre
alcanzar el elevado ideal propuesto. No podemos traer mayor deshonra a Dios que
permaneciendo en la indolencia y la indiferencia, sin preocupacin por salvar las almas
que perecen en el pecado (Manuscript Releases XVI, 342).
119
18. Muri para que pudierais ver la pecaminosidad del pecado y a fin de que vengis a
l para que tengis vida (Manuscript Releases XVII, 49).
19. No chasquees al que dio su vida para que puedas ser vencedor. l fue tentado en
todo punto en el que t y yo podamos ser tentados, y a fin de resistir pas noches
enteras en oracin y comunin con su Padre. Cristo no dej este mundo hasta haber
hecho posible para toda alma el vivir una vida de fe y obediencia perfectas, tener un
carcter perfecto (Manuscript Releases XVII, 85).
20. No se te pide que ayunes por cuarenta das. El Seor soport el ayuno en tu favor
en el desierto de la tentacin. No habra virtud en un ayuno tal, pero hay virtud en la
sangre de Cristo. No vas a creer que en su sacrificio hay poder para purificarte y
refinarte, que en su gracia hay poder para hacer de ti un obrero juntamente con Dios?
(Manuscript Releases XVII, 86).
21. Los que guardan los mandamientos de Dios deberan hacer manifiesto que la
verdad est santificando el alma, refinando y purificando los pensamientos, y elevando
el carcter y la vida. Cristo muri para que la imagen moral de Dios pudiera ser
restaurada en nuestras almas y pudiese reflejarse ante quienes nos rodean (Fe y obras,
61).
22. La cruz del Calvario desafa, y finalmente vencer a todo poder terrenal e infernal.
En la cruz se centra toda influencia, y de ella fluye toda influencia. Es el gran centro de
atraccin, pues en ella Cristo entreg su vida por la raza humana. Este sacrificio se
ofreci con el propsito de restaurar al hombre a su perfeccin original. S, an ms: fue
ofrecido para transformar enteramente el carcter del hombre hacindolo ms que
vencedor (Comentario bblico adventista VI, 1113).
23. Como Salvador divino, Jess muri por nosotros a fin de que podamos vivir su vida
de pureza, verdad y justicia. l nos ensea cmo vivir. Nuestra oracin debiera ser: Crea
en m, oh Dios, un corazn limpio, y renueva un espritu recto dentro de m
(Manuscript Releases XVIII, 277).
24. Cristo muri para salvar a los pecadores, no en sus pecados, sino de sus pecados
(Manuscript Releases XIX, 182).
25. Al morir en la cruz, Cristo dio su vida como una ofrenda por el pecado, a fin de que
mediante su poder el hombre pudiera volverse de sus pecados, convertirse, y ser un
obrero juntamente con Dios (Manuscript Releases XVIII, 75).
26. El Hijo de Dios consinti en morir en el lugar del pecador a fin de que el hombre
pudiera, mediante una vida de obediencia, escapar a la penalidad de la ley (Signs of the
Times, 7 agosto 1879).
Notas:
1.
120
Apndice F
121
122
Apndice G
La ltima generacin
La prctica totalidad de cristianos cree que existir una ltima generacin, es decir, una
generacin final. Parece obvio! El problema parece radicar en su significado. Muchos
creen que Dios est demorando su venida, esperando que se desarrolle algo especial en
la ltima generacin, y han expresado ese concepto en trminos del principio de la
cosecha.
El principio de la cosecha procede de diversos conceptos bblicos relativos a la segunda
venida, que de otra forma permaneceran aislados e inconexos. La esencia de ese
principio se ha visto reflejada en el pensar adventista por ms de un siglo, y por parte de
lderes tan tempranos como el matrimonio White, Loughborough, Bordeau, Smith,
Haskell, Prescott y muchos ms desde entonces.
A diferencia de muchos cristianos que tambin enfatizan el regreso de Jess (por
ejemplo, los que defienden el rapto secreto), el principio de la cosecha enfatiza la
condicionalidad del momento de su advenimiento: Dios esperar hasta que la cosecha
est madura (Marcos 4:29, Apocalipsis 14:15-16). La cosecha consiste en un pueblo
preparado, que va a vindicar la integridad y la ley de Dios. Un pueblo tal se convierte en
fiel instrumento de su gracia. Dios llama personalmente mediante su Espritu Santo, a
travs de su pueblo, a la ltima generacin que habita el mundo para que acepte su
invitacin de vivir para siempre.
Los adventistas creemos que el mal abundar y empeorar a medida que la raza
humana aumente en nmero y sofisticacin, pero el mundo no se va a autodestruir. Y
tampoco la cantidad de mal, por ella misma, va a acelerar o determinar el regreso de
nuestro Seor. Por el contrario, fuerzas celestiales retienen los vientos destructores
hasta que el pueblo de Dios est finalmente identificado como aquellos sobre quienes se
puede poner el sello de la aprobacin divina (Apocalipsis 7:1-3). El gran conflicto se
desarrollar en el planeta Tierra. Antes que se cierre el tiempo de gracia y la maldad
campe sin restriccin, los hombres y las mujeres habrn resuelto por siempre cualquier
cuestin relativa a la justicia y amor divinos.
Algunos creen que el retorno de Cristo depende de la soberana de Dios. Es decir:
piensan que Jess regresar en un momento concreto que Dios ha establecido,
independientemente de la conducta humana. Ese concepto calvinista, opuesto al de
John Wesley (por ejemplo), es ampliamente superado por la ms amplia y abarcante
comprensin del evangelio eterno, que se expresa mejor en la comprensin sinptica
y coherente del tema del gran conflicto.
Textos bblicos como 2 de Pedro 3:11-12 y muchas declaraciones de Ellen White, como
la de la pgina 47 de Palabras de vida del gran Maestro, ensean que la maduracin
espiritual de su pueblo est relacionada con el tiempo de su segunda venida. No he
encontrado una sola declaracin bblica o del Espritu de profeca que contradiga ese
principio de la cosecha.
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Despus que Jess hubo descrito cules seran las condiciones que existiran en el
mundo, desde su da hasta el final, dijo: Oiris guerras, y rumores de guerras: mirad
que no os turbis; porque es menester que todo esto acontezca; mas an no es el fin Y
todas estas cosas, principio de dolores (Mateo 24:6-8). En el versculo 14, Jess nos da
una indicacin positiva que determina la cercana del advenimiento: Ser predicado
este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todos los Gentiles; y
entonces vendr el fin.
La clave en los eventos de los ltimos das est en (a) qu constituye el evangelio y (b)
cmo se lo predica. Poner un nfasis indebido en la condicin del mundo -siempre
convulso- como indicador principal de la proximidad del fin, sera como si el agricultor se
dijera: Ya he engrasado la cosechadora, por lo tanto, debe ser tiempo de recolectar el
trigo. O: Parece que se avecina una tormenta: debe ser el tiempo de cosechar el
maz. Hay tanta relacin entre la tormenta y la cosecha del maz maduro, como entre la
angustia en el mundo y la preparacin de hombres y mujeres para el advenimiento.
El principio de la cosecha parece ser la mejor explicacin para conjugar los conceptos
de: 1) la intencin divina de castigar a hombres y mujeres que llenaron la copa de su
iniquidad, y 2) su anhelo de meter la hoz y segar, porque la hora de segar es venida,
porque la mies de la tierra est madura (Apocalipsis 14:15 y 18). Dios va a levantar
realmente su mano refrenadora de Satans, una vez que se hayan sealado los siervos
de nuestro Dios en sus frentes (Apocalipsis 7:3). Dios no cerrar el tiempo de gracia
para el mundo hasta que todos los que estn vivos en un tiempo dado hayan tenido la
clara oportunidad de apreciar la diferencia entre aquellos que guardan en verdad sus
mandamientos, y quienes han dicho definitivamente No a sus llamados (habrn
escogido su propio camino, y Dios los abandonar a ese camino). Ser dejado a los
designios de uno mismo, tras haber llenado la copa de la iniquidad y cuando Satans
tenga sus malignas manos libres: en eso consiste sufrir la ira de Dios.
Dicho de otro modo: el principio de la cosecha depende de la maduracin del trigo y de
la cizaa (los salvos y los perdidos). La progresin en la claridad con que los leales a Dios
den su testimonio relativo al evangelio eterno, as como su inequvoco testimonio
pblico del mismo, har que aquellos que previamente tuvieron curiosidad o dudas se
den ahora prisa en tomar una decisin, sea de aceptacin, o de rechazo hacia esos
principios de vida que no admiten una actitud neutral.
El principio de la cosecha anula, de una parte, la idea de que 1) el tiempo va a continuar
indefinidamente; y de la otra, 2) la idea de que Dios vendr, est preparado su pueblo o
no lo est. Dios no va a cambiar su estrategia consistente en que hay una preparacin
necesaria para recibir la vida eterna, incluso aunque parecera lgico que tenga todo el
derecho a agotar su paciencia con hombres y mujeres malvados que parecen ser cada
vez ms violentos y servidores de s mismos.
A Ellen White se le instruy a que escribiera: La importante y grandiosa obra de
preparar un pueblo que posea el carcter de Cristo y que pueda estar de pie en el da del
Seor, ha de llevarse a efecto (Testimonios para la iglesia VI, 134). Alguna generacin
de adventistas, junto a muchos ms en todo el planeta, va a tomarse a Dios en serio, va
a prestar odo a su Palabra con gran inters, y responder con un S entusiasta a todo lo
que Dios le muestre en el ms difcil de todos los tiempos.
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