Gaceta Del Gobierno de Lima (1810) - 19-1-1821
Gaceta Del Gobierno de Lima (1810) - 19-1-1821
Gaceta Del Gobierno de Lima (1810) - 19-1-1821
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( 2 reales.)
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GACETA EXTRAORDINARIA
DEL
GOBIERNO
DE
LIMA,
D E L V I E R N E S 19 DE E N E R O D E 1821.
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Oficio con que el seor don Jos de Canterac , brigadier de los exrcilos nacionales , y gefe del estado
mayor general , acompaa al excelensimo seor virey copia de una caria que le dirigi el
general San Martin, y tambin
de su contestacin.
Excmo. Seor. = Habiendo dexado en mi casa,
una persona que ocult su nombre, la carta de que
es copia la adjunta del nm. 1. fechada en Retes
k siete del presente m e s , y escrita al parecer por el
general San Martin , coulest con la del ntn. "i.
que tambin acompao V. H , y que ha marchado en el dia de hoy al campatnento enemi;o con
los pliegos que para este objeto se sirvi V. E reni^tirme. Y como esta octn-rencia puede haber tenido mas publicidad de la (ue yo he tratado de darle;
y por otra parte, el pueblo debe ser impuesto, segn mi opinin, de estos particulares, ya por esta
ra;ion y ya porque algunos cabilosos pudieran dar
malignas interpretaciones contestaciones de esta clase , he de m e r e c e r V. E. se sirva ordenar que ambas cartas se inserten n la gaceta, del gobierno.
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su actividad la crisis peligrosa en que ha puesto
la Espaa el plan de reformar sus instituciones con
poca sobriedad. No es pues justa la idea de que la
independencia de Amrica trae consigo necesariamente
la desgracia de los espaoles. Convengo en que este
seria el trmino , si todo se librase al suceso de las
armas; pero mis deseos y los de toda la Amrica,
son evitar, si es posible, este funesto recurso ; avinindonos los unos olvidar los males pasados, y los
otros renunciar las ventajas ideales de una dominacin insubsistente. V. habr ya sido impuesto , desde su llegada , de los progresos que ha hecho mi exrcito junto con la opinin de los pueblos. Yo no tengo
enemigos que combatir; sino amigos con quienes puedo contar desde aqu hasta Panam. Un dia mas de
fortuna me basta para concluir esta campaa : al paso
que , para renunciar todas mis esperanzas, es preciso que los contrastes excedan el clculo de toda
probabilidad. Yo ruego V. nombre de los sentimientos que ha profesado siempre como caballero,
y como hombre ilustrado, coadyuve con su influxo
a paralizar las desgracias de la guerra ; y dar , conmigo , los espaoles americanos un dia de placer
que reanime todas sus esperanzas ; destruyendo la
rivalidad que hay entre ellos. Trabajemos para que
se establezca un gobierno elegido por los pueblos,
pero no por la multitud , baxo cuyas leyes ellos sean
felices, y nosotros disfrutemos la satisfaccin de haber llenado sus votos ; garantiendo al mismo tiempo
el destino de Ips hombres respetables por su carcter fortuna , sea qual fuese el pais que los haya
"visto nacer. Mientras llega este momento suspirado,
permtame V. asegurarle que antes de ahora me ha
merecid o la mas sincera estimacin , y que con la
misma soy su mas atento servidor Q. S. M. B. =s
Jote de San Martin,
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CONTESTACIN.
Nin. 2.
Seor don Jos de San Martin. = Aznapiiquio enero 16 de 1 8 2 1 , = iVItiy seor mi y de todo mi aprecio. = Acaba (ic iicj^ar mis manos iiii%
carta de que es copia la adjunta , qne aunque pritnera vista parece ser de V. , dudo lo soa \nn- su contenido : pero no obstante , por si lo tncse, quiero corresponder su atencin , no dexando de contestarla.
En efecto , no se efpiivoca el autor de la carta en decir ,,que en el Alto-Fcr, mostr piincipios liberales
qnando el jeneral Bel^rano mandalja el exrcito situado en T u c u m a n " : tuve con l las relaciones que
son casi necesarias entre dos g'cfes que se hallan hacindose la guerra : trat los desagraciados con toda
la consideracin que u corazn me dictaba;, y f|ue
la humanidad y sana moral acons(ejan : y aseguro
V. que procur alejar todo gnero de maleo de Us
provincias que han estado mis rdenes; no siguiendo el exeinplo de los gefe.s del partido contrario, que
han obrado de distinto modo, y sobre todo en San
L u i s ; pero j apartemos la imaginacin le este horroroso qnadro! Entonces fui liberal, obrando conform e mis opiniones : y en el dia soy aun m a s , por la
misma razn y por deber , despus de haberse generalizado y adaptado estas ideas por el sabio gobierno que nos lige , y por la gran nacin que pertenecemos , cuya juiciosidad y patriolisnio excitan hoy
la admiracin de todo el mundo ilustrado, por haber
conseguido en un solo dia consolidar instituciones las
jnas sabias y mas liberales sin lgrimas ni desgracias
tan abnndatites eu otros paises que se llaman mas
civilizados.
Aseguro V. que al recibir tan agradables nuer
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vas , cre conduilos los males que afligen esta paite
de la Amrica; y veia los es|)aoles ainericaiios j
euro|)eos correr en lodas direct ipiu;s abrazarse,
estrechar US antiguas relaciones eternas inniutal)les,
coino que sacan su origen (U: la naturaleza niisina,
y disVutar unidos los preciosos bienes que consigo
trae una clase de gobierno tal como el que acaba de
consolidarse, no con poca sobriedad, como dice el
autor de la c a r t a , sino es con l a u t a , <pie ha sido el
asombro y envidia de to<los los hombres pensadores.
Concnrria afirmarme en tan bellas esperanzas la
ersnacion en que creia V. de que estos pases no
abian llegado al estado de madurez necesaria ; que
*u poblacin, sus recursos, sus castas eterogeneae
y el germen de divisin que existe entre sus provincias les imposibilital)au de formar una nacin que se
hiciese respetar de las d e m s , y rechazase los proyectos ambiciosos y miras interesadas que cada una tiene sobre la parte que le conviene de este desgraciado pais. El triste exem)lo de Bueuos-Ayres , que despus de diez aos de continuas oscilaciones polticas,
na tenido recientemente en el espacio de dos meses
treinta gobiernos diferentes y opuestos en priuci[)io
y miras, al paso que corrobora estas verdades, parece debia decidir el nimo de V. y de los dems xefes la nica Irausacion que pudiera evitar la ruina
que amenaza la Amrica , y curar las |)rounda8
llagas que la anarqua , mas <pie la guerra, ha abierto;
unindonos todos baxo una Constitucin que asegura
nuestros derechos ; corta los anteriores abusos ; y nois
eleva una condicin muy superior todas las dems naciones. Esta , seor general , es la inica transacion compatible con nuestra situacin poltica, con
la posicin de V . , y con la felicidad de la Amri a:
y. sieuto que las pasiones el entusiasmo nos hagan
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ver por un mismo anteojo de distinto modo ; que
los nuestros estn construidos baxo diversas reglas
de ptica. Es decir^ V. se cree en el centro de sus
recursos , y considera los nuestros muy lejanos ; pero
permtame V. le diga , que aunque as lo expresa terminantemente la indicada carta , estoy muy distante
de creer piensa V. del mismo modo. V. no i<jnora
que contamos con los considerables recursos que proi
porciona el extenso pais que media desde Tarma y
Lima hasta Hurnaguaca y Atacama : que en l estn
contenidas las mas pinges provincias de la Amrica
toda, y que suministran auxilios de toda clase para
hacer la guerra. Contamos con excelentes parques,
fundiciones, fbricas de plvora, reemplazos sacados de numerosas poblaciones , y tan adictas la
tranquilidad , que, habiendo conocido sus verdaderos
intereses , se hallan en la actualidad armadas para repeler qualquiera agresin, como han acreditado las
de lea , Huanta, Huancavelica y otras, que se hallan protegidas por el exrcito del Alto-Per, aguerrido hasta el extremo que V. sabe , y que est en
inaccin por falta de enemigos. Tampoco dexa V,
de saber que tiene al frente otro exrcito llorido, numeroso , entusiasmado , y capaz de qualquiera empresa. Y si n efecto somos inferiores en el mar, esta
circunstancia no d V. mas que ventajas momentneas ; pues tenemos abierto el manantial de donde
salgan los medios para reponer nuestras prdidas , y
temar la superioridad. Me dir V. que tenemos que
esperarlos de la Pennsula ; pero siempre estamos mejor que V. que los tiene creciendo en los bosques,
y que necesitara mucho mas tiempo para reparar
qualquier desgracia.
No me parece tan lisongero el quadro de la
situacioit de Y. Las provincias de Buenos;yres eax
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"vueltas en una horrorosa y desoladora anarqua ; disminuidas sus poblaciones hasta un extremo que carece de cxcmplo ; sembradas de veinte soberanns teatrales ; agotados sus recursos ; puestos en ridculo la
ilustracin y buenos princi|)ioSj por hombres indignos
del mando , sin inspirarse recprocamente confianza, y
mucho menos los oxtrangeros en sus rehiciones; y
de consiguiente nulo el comercio, y paralizada la agricultura , no es uu punto muy apropsito para que V.
saque auxilios que le ayuden llevar adelante su
empresa.
Amenazada la capital de Chile por una fuerza
numerosa que se engruesa en razn do sus ventajas;
separada por muchos aos la opinin de la pinge
provincia de Concepcin ; sembrado el reyno de
que, con distintos objetos y disfraces , le ase{)artidas
an ; prximo ser invadido por Carrera ; engaado
en sus esperanzas; desangrado en su riqueza y poblacin; y cuyos habitantes, al comparar su anterior
fortuna con la presente, maldicen la revolucin y ss
autores,, tampoco es punto muy apropsito para esperar refuerzos.
Si la defeccin de unos quantos hombres inmorales, la mayor parte cargados de crmenes , y
quienes solo nuestra tolerancia hubiera mantenido en
sus empleos, proporcion V. la ocupacin de Guayaquil, sabernos que estos han sufrido un terrible cori: traste por las tropas de Quito; que se hallan muy
irximos recibir el castigo que las leyes de todos
os pases les imponen ; y que muchos puntos de sus
costas de norte y sud disfrutan de una completa tranquilidad, y estn animados de los mejores sentimientos.
V. funda sus esperanzas en un da mas de fortuna:
. en este estriban precisamente parte de las nuestras.
Creo que V. se refiere al resultado de una accin
general, y nosotros sin babkr del nmero y calidad