Antologia Poesia Centroamericana

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APRESURADA

CICATRIZ

Instantneas de poesa centroamericana

Seleccin y compilacin:
L auri Garca Dueas Jocelyn
Pantoja Gema Santamara.

Apresurada cicatriz, instantneas de poesa centroamericana


Compilacin de Laur Garca Dueas, JocelynPantoja, Gema Santamara.
Primera Edicin en Mxico, julio 2013.

APRESURADA
CICATRIZ

Instantneas de poesa centroamericana

Coordinacin editorial: Jocelyn Pantoja


Coleccin
Edicin:Proyecto Literal
Literatura y Alternativas
en Servicios Editoriales S.C.
Tulipn 122, Ciudad Jardn,
Coyoacn C.P.04370,
Mxico, D. F., Mxico.
proyecto.literal@gmail.com
www.libroalacarta.com
Direccin de arte: Hernn Garca
Digramacin: Lucero Zaldivar
Imagen de portada: Alejandro Melndez Ortz
ISBN: 978-607-9088-50-7

Todos lo derechos reservados.


Impreso en Mxico

Seleccin y compilacin:
L auri Garca Dueas Jocelyn
Pantoja Gema Santamara.

Tbilisi desde el aire


es una apresurada cicatriz de mrmol.
(La alegra camina por las calles
como una mltiple muchacha,
moja su cabeza en el ro y canta bajo los puentes,
y nos hace dormir cuando la noche es vieja
y solamente escucha a lo lejos
el cuerno ronco de algn anciano pastor
que anuncia su llegada.)
Si no fuera por la alegra,
dira que Tbilisi tiene algo del rostro de mi patria
Roque Dalton, Georgia, I.

COSTA RICA
Camilo R etana (San Jos, 1983):

Imagino a Foucault mientras escribe


esas lneas
que llevo siempre conmigo:
gentes a las que no conocamos y que no nos conocan
hicieron que un da empezsemos a existir
Foucault era un cuervo delgado
que la mayora del tiempo escriba y con razn
Yo que tengo la lengua morada como l
tambin sueo con la muerte
Que no me encuentre
que llegue yo hasta ella
que nadie me reciba
y as hacer una fiesta
con mi polvo
(De Mala estirpe)

Fue en septiembre
Yo juntaba flores
que luego verta sobre tu espalda
como hijos felices
que no iban a nacer
(De Mala estirpe)

Vctor M. Len Leitn (San Jos, Costa R ica, 1981)

La cada del muro


Con la disciplina de un samuri
me preparo el desayuno.

El bronceado slo es trofeo lejos de aqu


Anoche tuvimos otra pelea tonta.
Hoy el vecino reconstruye la pared
que hace unos meses haba derribado.

Jac es una playa sin amanecer


fingido hedor a coco
aturde
el tedio del almanaque

Sonrojado dice
que despus de todo
no era tan intil
aquella divisin.

y se empoza noche
en las huellas
de das confabulados
en insomne vspera de bar

Yo me pregunto si acaso no es eso


lo que hacemos nosotros:
dividirnos
para luego juntarnos,
levantar muros que nos separan
solo por el placer
de verlos caer.

No es raro que ms nios


se ahoguen en el mar ofuscado

con todo y sus castillos./

(Indito)

San Jos
El Sol se descalabra
entre las copas de los edificios
sin que los celajes conmuevan
el hormigueo a sus races
Las vas deambulan la espesa ciudad
en la que los buses se internan
sacudindose los pasajeros del lomo
Humo rapaz sucede la estampida de carros
esculcando la basura como otro mendigo
que se tambalea de picada al cao

Con las vitrinas al acecho


feroces tiendas acorralan la avenida
muestran sus filosos dependientes
en los umbrales hambrientos
y sus fauces repletas
babean msica popular
Bajo algn bolsillo ileso
pies ansiosos de casa
palpitan acelerados contra la acera
y los cables de alta tensin
donde alguien colg las tennis
aplauden

la luz atnita
ilumina los caminos fluorescentes
que abri el pudor con su sombra
su bata es teln
de este instante dilatado
en los ojos que vuelven a casa

luego de pasear
por donde el Sol tan slo codicia./

El da pasa
mira la tarde cremarse
y se abriga en las cenizas
de su chal negro
mientras sepultan al Sol./

Marquisette
Quiz el universo se desviste para nadie

Una mirada sale al barrio



vestida
con el marquisette de la cortina
al otro lado de la calle
como encaje ntimo
en su ventana
es lo nico que lleva puesto
ah de pie frente al espejo

sin titubeos
desencadena su pelo empapado de negro

10

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Silvia Piranesi (San Jos, Costa R ica, 1979)

Lo que s

Temperatura
2_____
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___
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1_____
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___
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0_____
_
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_
___

Sobrepas mi lmite
Algo me morda
Soltme la oreja
El fro es una costumbre
Hacia abajo el deseo
la ira, la msica
De arriba el descanso eterno
Cuerpo a medias
Cuerpo escaso
No se muerda los labios
Tengo techo por debajo
de las nubes
Llmenlo cielo
Extremo abajo
El efecto verdadero
es hacia all
No hay vuelta atrs
Dnde fue que compr aquellos zapatos?
Los pies negros
Menos diez
menos quince
Las lneas de tierra
Dnde estn? No los veo
El agua de los caos
vuelve de arriba
Soltme la oreja

Llor abrazada a una mula. No hay mejor excusa para la tarde.


Fui a tu casa de noche. Volv a verte. El perro sin cuerpo que
ladra desde la calle. All en el fondo s que hay un perro y s
que no hay nada. S que en la esquina muerde la calle. S que
no hubo tiempo. S que todo ladra. S que volver a casa es
llorar como perro, ladrar como mula. S que no hubo lluvia.
Ni eco, ni odio. S que no llor abrazada a una mula. S contar
los nmeros, perderlos de vista, inventar una secuencia que
me lleve a la ciencia. S que no estoy perdida. S que perd la
habilidad de recordar la cronologa lenta de mis eventos.
(No importa existe el viento, Editorial Germinal)

Tratado minsculo
No me voy, no solo. Tengo el pelo largo, luego soy yo con pelo
corto. Voy midiendo el paralelo erguido en mi cuerpo. Acumulo
con cada pausa ms aos de vida. Respiro disimulando el
artefacto de mis facciones. Disimulo tambin las certezas, las
aclaraciones de la vagancia. Comprendo que hay das verdugos
y otros das. Decido al menos no ceder ante las pocas horas.
Abolir entonces el eco y lo que anda diciendo. Que si tuve
convicciones, s, pero nunca las anot.
(No importa existe el viento, Editorial Germinal)

(indito)

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13

EL SALVADOR

Adefesios y residuos

Vladimir A maya (San Salvador, 1985)

Nos acostumbramos dulcemente al crujir de los insectos en la


noche,
a los partos de mujeres sin vulvas ni bocas.
No dijimos nada ante los ventanales rotos.
Todo fue tan ordinario y vulgar que sonremos con nusea.

Un viudo
Errante,
loco del silencio:
l es el muerto, l es el fantasma.
A la misma hora, en el caf de siempre,
el mismo gesto invlido:
una mirada sin ganas de ojos.
Ya no quiere saber ms su nombre.
Lo que trae es lo que le falta.
Se arrastra por donde ayer extenda sus msculos plateados.
Llega a los almacenes con la fatiga de no llegar a ningn sitio.
Ya no busca,
ya no revuelve los abrigos de los escaparates.
Hace sus cuentas, compra comida para la semana
misma racin aunque los platos sean menos.
Lame sus manos
y sabe que tiene el cuerpo entero y mutilado,
que el aire que respira es cadena y jaula.

Nunca hubo paz en quienes nos dieron el abrazo.


No hubo un amor que valiera el amor de aquellos que nos
odiaron alguna vez.
(Escribimos cartas de perdn a hombres disfrazados de
payaso.)
Nos acostumbramos dulcemente a no olvidar,
a los poemas ms tristes.
Nos acostumbramos s, en esta patria, al crujir de los insectos,
y al cinismo de hacer las bodas
con las mismas trompetas y violines de los funerales.

Bitcora
Dios sabe despertar a mis bestias.
Conoce mis entraas sucias antes del crimen.
An no olvida mis pasos esparcidos en los lugares del rencor y
del beso.
l tendr un nombre para mi vida,
y slo me lo dir el da de mi muerte.

Pesadas sobras, sus latidos al borde de los das.


Sabe cmo clavarme al borde de mis escombros.
Es en m la palabra que no dije
y repart a todo aquel que se acerc a mi costado sangrante.

14

15

Dios se llam viento, mquina de afeitar;


Se llam sangre, semen.
Me mostr en sus manos los ojos masticados de mi madre.
Y mi madre me habl de Dios mucho antes que los hombres me
hablaran de la muerte.
Y la muerte me habl de Dios
en las cartas y en los telegramas que acumul en los cumpleaos
y en los sepelios.
Dios so en mis ojos cerrados que un da le despertaba a sus
bestias.
Conmigo estuvo solo por primera vez en un domingo de
resurrecciones.
Me conoce,
sabe que lloro sobre las heces del charlatn y del hombre
honesto.
Quiere perdonarmey se vuelve mi pecado ms terrible.
Me conoce,
en la calamidades del mundo ha colgado para m una
esperanza.

16

Roger Guzmn (San Salvador, 1981)

A pesar tuyo
Jams las piedras ni el agua anclada a la tierra
Ni los pjaros en los que habita el cielo
Jams los murcilagos y sus gritos de luz
Atravesados por las estrellas a la hora de la tormenta
Jams el can y sus terribles estornudos
Ni el dromedario de cuya joroba bajan los ros y ocanos
Jams las paredes ni la billetera
Ni la lluvia ni el estremecimiento
Ni el ltimo gesto ni la clera ni la alegra
Jams las piedras de todos los templos
Ni las arenas ni las agujas en los relojes
Ni los cuerpos lapidados ni las manzanas recin cadas
Ni la ternura ni la voz ni las olas
Ni los deseos y mucho menos los deseos
Ni nuestro polvo muerto de batallas
Ni las migajas que constituyen al mundo
Ni los ateos ni las prostitutas
Ni todos los que perdieron la cabeza
Ni los grandes obispos ni sus violados ni sus violadores
Ni la tierra partida ni los hombres desmembrados
Ni las teoras ni los feligreses de todas las tabernas
Jams los sordos ni los mudos ni los sordomudos
Jams las piedras ni el plomo
Ni el oro ni la plata ni el cobre
Ni los muy pocos que saben pelear
Ni los muy muchos que causan las guerras
Ni vos mismo a pesar tuyo
Ni todos los elementos constituidos en armas
Ni vos mismo hombre humano

17

Ni vos pods arrancarte el ombligo


De este lugar de cielos prometidos y despojos
De los muchos infiernos y muchos dioses
De ste que era el lugar de un rbol
En el que haba un nido
Para unos pjaros
En los que habitaba un cielo
Que cruzaba por las nubes
Que nos halan por su lado
Siempre al contrario de las otras
De esta multitud en guerra siempre
De este cuerpo tuyo
A pesar tuyo
Muy contrario al de todos

manos,
que hay algo de incompleto en nuestros labios,
que siempre fue la vida y su espacio sin contexto,
y tus gritos y todos los gritos y sus respectivos silencios.
Y te decs que quizs ni aunque los relojes corrieran al revs,
que quizs la muerte
o tal vez no
o de seguro no hay final.
Y penss en los contornos de lo que uno dice que existe
o en el polvo vuelto piedra o al contrario.
O que es la luz hecha agujero,
que son nuestros ojos,
que son nuestras bocas
insaciables de permanecer.

Insaciables de permanecer
Puede que tus manos slo sepan sentirse en otras manos,
que tus lgrimas se quiebren y tu luz se haga agujero.
Puede que toms contento tu herida
y te digs que slo se es libre al perder las esperanzas.
Puede que nuestros mayores temores sean nuestros mayores
deseos,
puede uno llorar de alegra o sonrer de tristeza.
Puede uno simplemente aterrarse
y repetirse que tus manos slo saben sentirse en otras manos.
Y te pods decir que es la vida la que duele y nos engaa,
que es la vida y nuestros ojos con sus redes de luz,
que es la rabia y nuestra rabia y sus heridas con rabia,
que son nuestras lgrimas quebradas y hechas vida,
que es la vida y el polvo,
que es la ceniza y su memoria.
Y volvs a repetirte que tus manos slo saben sentirse en otras

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19

Osvaldo H ernndez (Chalatenango, 1976)

Apareciste un da con un saco de legumbres


Que me hiciste un poema dice tu madre,
dijiste, y quisiste escucharlo.
Le conmovido y esper tu sentencia,
tu respuesta.
Me hablaste en cambio
de lo hermoso que crece el maz en hileras,
del arroyo y los pjaros,
del perro y la hierba,
de cmo el sol sobre el lago
es un puente de fuego entre los cerros.

Pero nadie quiso dejar el pueblo,


por pequeo y manso, creo,
o porque cada cual a su modo
iba haciendo un lugar a sus primeros amores,
iba amando lo simple de sus causas,
iba construyendo un hogar en cada barrio,
una familia en cada casa.
l ir mudando de a poco el semblante,
olvidar que ignoramos su voz por extraas razones,
que al final nuestros motivos eran los motivos de todos,
que aprendamos a poner cerco a nuestra voluntad.
Cruzar una y otra vez el lago,
espejo que ocult las tierras y nos dio los peces,
y seguir aprendiendo a odiarlo menos,
a sacarlo de sus noches, a no darle espacio en sus sueos,
para que no lo excite la idea de volver,
porque volver es ahora un imposible.

a mam

Recuerdo aquella casa profunda y silenciosa,


la luz de un candil en la mesa de los dones,
y mam, infinita, volando del arroz a la escoba,
de la mquina de costura al lavadero,
de la plancha al molino,
del florero a la Biblia,
de la slaba al amor.

Para entonces habr una dicha inexplicable.


Los vientos rizarn las aguas por donde l pasa
con la misma frecuencia de hace aos,
cuando era ms fuerte y ms severo,
y volva ilusionado por llevarnos al otro lado,
a esa ciudad abandonada por los hombres,
donde azot impa la guerra.
20

Hace ms de treinta aos que vio por ltima vez su tierra,


la verdura que poblaba las riberas amadas.
An habla, como si lo viera, del gran cocodrilo del ro,
animal misterioso como feroz tronco en el agua,
embrujo que someta al hombre y su rifle.
Yo no sabra decir si otro pecho alimente nostalgia semejante.
Han pasado tantos aos,
y siguen all los senderos, las casas,
los pasajes para m indescifrables,
porque existen solo en sus privados mapas,
bajo las aguas que el viento riza
cada vez que sobre ellas pasa.
Como mi padre,
amo los viajes si hay llovizna y anochece,
si el viento huele a tierra fresca y lejana.
21

Cierro los ojos, respiro. Cruzo los brazos,


y el corazn se siente a gusto y no vacila,
porque le basta con hundirse en su vigilia,
mientras, lejanas, las montaas oscurecen,
y la ciudad, panal de espejos, se ilumina.
Como animal que reconoce la mano que lo abriga,
mi corazn se queda humilde y complacido
porque su sitio est en mi pecho y en mi sangre,
como mi padre.

Tomado de (E l colecc ion i s t a de Br s tol (2008-2009. Indito)

K risma M anca (San Salvador, 1980)

Me quedar en casa
tengo que pensar en el horror de vivir: en la disciplina
de la hija del tiendero que quiere ser actriz
cuando el vecindario se despierta con el sonido de un disparo
es jueves santo
tendr que cenar la espina dorsal del fugitivo
se acabaron los cigarrillos, el caf, el pie de la maana
que sale de las paredes
qu sale de las paredes?
no te lo quera decir: yo era una gaviota y anud
mi cuello al mar

Sin embargo, hay mujeres que nacen para no ser felices.


Vienen al mundo como estrellas desabridas
y el traje les queda demasiado estrecho para regresar al cielo.
El don de crecer con un lazo en la cadera
es la herencia de un padre
que slo conocen en calidad de fantasma.
Cuando cumplen la suficiente edad para florecer
se les niega el amor, los hijos y la razn, y se les clasifica
como mutantes-suicidas,
y son terriblemente talentosas
para llorar hasta la muerte de un insecto.
Tienen en la piel
la blindada belleza de Afrodita, y en la sangre
la roja maldicin de Medea.
Algunas llegan a enamorarse, s,
pero la Fortuna no perdona el engao
y mueren jvenes, exactamente el da en que soaron morir,
o llegan tarde a su propio entierro,
o tocan muy temprano la puerta de su nacimiento.

22

23

Cuentan que despus de muertas siguen llorando la pena de los


otros,
abren sus tumbas
y las encuentran flotando en agua salina.
No s si es cierto.
No lo s.

Te busco mujer de cintura musical.


Mujer de tomillo, de hierba buena, de esencia de melocotn.
Dibujada en un graffiti o en una corcholata.
Mujer paralingstica que conversa con los muertos,
que sabe usar sus alas para imaginar un paraso.
Mujer de fino rostro que tiene una garganta de mariposa.
Mnima,
como una hormiga que besa un terrn de azcar.
Hmeda, carcomida, amontonada y suicida.
Fresca,
con delicadas manos acariciando con placer una melena felina.
Mujer que sabe ama a otra mujer en un sof rojo
sin remordimientos de arena.
Mujer acutica que odia el pescado y que se desmaya,
se mutila de horror cuando se mira en un plato.
Una mujer que sirve de consuelo doblada en un pauelo.
Una mujer con un guante ajeno.
Toda mutante,
toda una pelcula sucia,
toda igual.

L aura Zavaleta (San Salvador, 1982)

86 aos
La vajilla, con restos de cerdo,
ya olvidada, resplandece.
Habla el abuelo
y en los ojos rezuma alcohol en 30 grados.
l y su historia se hinchan
Mientras nosotras en la mesa vemos hacia arriba.
Un obelisco que le rasca al cielo las costillas plsticas
es l, arrancando al cielo lluvioso
los recuerdos
Mi abuelo so, como yo,
que mamaba de la teta de una diosa
y entonces me dijo: nos gusta el sabor de la ceniza.
Eso fue a las cinco de la tarde
cuando su cuerpo era un grupo de mariposas migrantes
y hablaba como si cada palabra fuera una uva que se mastica
bajo el tamboreo de la lluvia sobre el techo.
Entonces,
ya rumiante de todas sus verdades,
arm un puente hacia mi abuela.
Quizs el ltimo.

De El olor de las piedras


I
El pan es negro; la esperanza, ceniza.
Cuento los das y los dedos no me alcanzan
para calcular el tiempo que llevamos
con las lgrimas adentro y el pulso detenido.

24

25

Nadezhda krupskaya es fra como los ojos de la lechuza


sus dedos blancos escudrian a Ogariov, a Pushkin
Ahoga los textos en saliva
y estos crean un mundo debajo de su lengua
construyen algo que sube con la sangre
Su lengua es un ro de historia que se monta
en la escuela de obreros
y un estamento de mujeres, la mordida de un pjaro enorme
Un espritu plural
tan lejano y de geografas profundas
que al final logro calzar.
Krupskaya tiene la cabeza de un tigre
y los ojos de una lechuza.

Tirarse en la cama
tener
minsculos los minutos de la historia
y el sueo aprisionado con tu sueo.

La danza de las horas


Hacer sombras con las manos y hablar de la guerra.
Mirar por la ventana el polvo que flota.
Leer los manuscritos tirados en la cama.
Hacer sombras de animales y acordarse de Pol Pot.
Debajo del manzano explot una bomba.
Ginebra, Gibraltar.
Abrir los ojos y en el techo, un continente
Hierba por doquier, ro bravo.
los racimos vivos del mundo.
El Pacfico se dobla sobre Centroamrica
como un pauelo sucio, como sbana de hotel
las leves olas que nos llevan lejos
Cosas sin importancia,
Las sombras crecen en los campos, el sol nos sonre,
las paredes se pueblan de animales
hechos con las manos.
26

27

GUATEMALA

me preguntan por david foster wallace


no respondo a preguntas que no tienen respuesta

Pablo Bromo (Guatemala, 1980)

al parecer
todo es pasajero
todo es un teatro
el postpunk regresa
con sus tibias decadencias
los himnos del desasosiego
son frasecitas torpes
columpios interesantes
puras estupideces
nunca nada es suficiente
la noche est estallando en cien mil cristales de anemia
fogonazos de miradas a destiempo
narices trmulas inhalando el vaco
cualquier escote es un alejandrino perpetuo
un endecaslabo que no dice nada
al parecer los suicidas insomnes y los amigos falsos
padecen los mismos dolores, los mismos desaciertos
vamos a recoger los vicios de otros
los tatuajes ya estn plidos
los maniques visten strecht en las megatiendas
las muecas barbie parlotean con sus kens en sus blackberries
vuelven los peinados raros
que son crceles de intolerancia
que son primaveras marchitas
que son verdades infinitas
yo no quiero una libertad sin canas
con aire acondicionado
con pelculas que no conozco
yo no quiero una pista de baile
para m solito

Lunes
Un lunes
como hoy,
sales de tu casa
llegas al trabajo
firmas documentos
te entretienes viendo
a la gente ir y venir,
de un lado a otro sin mayor remedio.
Lees las noticias, te deprimes, te entusiasmas.
Sientes que todo vuelve a empezar,
y que los crculos eternos de la vida
son promesas abiertas
autopistas desoladas sin fin
nuevas cajetillas de cigarro
respuestas de correos lejanos
nuevos tickets de parqueo
proyectos incandescentes
a los que pones todo tu empeo, tu fuerza y tu fe.
Sabes que nada est perdido.
Te sientas a beber caf
y a esperar.
(Del libro indito Grafiti)

28

ahora soy luz


yo ya fui rockstar

(Del libro indito Terrible)

29

II
(Fragmento del libro Alicia, 2010)
Then love, will tear us apart again.
Ian Curtis

Me duelen las manos de tanto teclear pjaros


contra las paredes de la nostalgia.
Me duele tu ausencia y la mala literatura.
Me duelen los dedos de tanto apuntar pendientes.
Me estoy doliendo por dentro.

Hoy ya nada me importa mucho, Alicia.


La literatura me ha refugiado en su vientre
y es delicioso contar con un exilio mutante.
Con una cuna, tipo bnker,
para lanzar rabietas al aire
mientras la madrugada se ilumina
y veo de nuevo la luz del mundo:
como un beb hermoso que renace,
babeando y gimiendo fonemas tercos.
Hoy ya nada me importa, mi Querida Alicia.
Estos ojos estn colmados de chubascos
y la lluvia al parecer es sinnimo de esperanza.
La poesa me ha cobijado y sin pedir nada a cambio,
me ha recordado que los barrancos del alma
son catapultas obscenas.
Tiernos Trampolines
para atravesar
la profundidad del Cielo.
El clamor del Infierno.
El vaco de la Vida Misma.
Lloriquearemos con poemas nuevos.
Lloriquearemos como recin nacidos, Alicia.
Lloriquearemos mientras la vida cruje tiernos parasos.
Ya nada me importa.
Me duele el pasado. Me duele el amor.
30

31

Rosa Chvez (Guatemala, 1980)

Nos quitan la cabeza y el corazn sigue latiendo


nos arrancan el pellejo y el corazn sigue latiendo
nos parten a la mitad y el corazn sigue latiendo
beben nuestra sangre y el corazn sigue latiendo
estamos criados para latir sin descanso.
somos la duda que se responde por nuestra boca, somos la luz
de esta casa.

Somos la luz de esta casa, la pequea estrella que brilla en las


alcantarillas, las lucirnagas del inframundo, somos las manos
que amarradas sostienen el recuerdo, somos los ojos que brillan
los soles de otros mundos, palabras que repetidas son mantras,
sortilegios, designios, somos la luz de esta casa que no existe en
ninguna parte pero que nos pertenece como territorio, como
santuario, como lugar sagrado al que volvemos para nacer,
somos la descarga elctrica de las tormentas, el clamor del
destino que se aferra a nuestros rostros, somos la duda que se
responde por nuestra boca, somos la luz de esta casa.

Dejo tirada esta piel que ya no me pertenece


esta piel abandonada testiga de otra muerte
alguien encontrar mis escamas tiesas en el corazn de las
sombras
alguien me quitar tres colmillos para su medicina.
Volver entonces a parirme con los ojos abiertos
volver a cicatrizar como gusano de fuego
volver a estirar mi lengua para hacerle cosquillas al pasado
ya no soy esta piel abandonada
contraigo los msculos con dolor
estoy naciendo.

32

A lejandro M arr (Guatemala, 1978)

Poemas Century Ghotic punto 10:


1
Somos islas encalladas
en esa panormica
de sueos hmedos.
En esa paranoia tenue
que domestica a los demonios,
que nos hace el desayuno
y nos da la bendicin.
Somos islas,
algunas.
Anteayeres soberbios
almacenados en el inbox.
-----

2
Me gano la vida sonriendo, llorando,
diciendo si cuando todos dicen no.
Me juego la vida lo sabs,
me juego las palabras inquietas del
[teclado.
Invento lo innombrable,
eso que nos sale a borbotones
cuando estamos callados.
------

3
Cuando las palabras
tengan el alcance de los misiles,
33

los poetas saldremos a pasear bajo


[la lluvia
sin ese impermeable de los ingenuos,
que se pone de moda
a cada cierto tiempo.

sin decirlas por supuesto,


los ojos siempre nos traducen.
Jugaremos a vernos claramente,
como evidencia comn,
como un tratado de huesos
que truenan 8 horas diariamente.
8 horas al menos,
contabilizadas
en el libro de actas
de los sonmbulos.

Esta mi armazn de tiempos


y joyas de mentira sin prisa.
Este escarabajo plateado
que busca sosiego,
carne transparente,
camino de serpiente vieja
que lo ha visto todo.
Este manual improvisado,
de meloda que no suena
si no hasta la medianoche.
Esta bsqueda de manos tibias
y la sonrisa ms bella del mundo.
Este muro lleno de preguntas
escritas con espray.

No busco ms en Google, prefiero


encontrar tesoros sin energa elctrica,
defender verdades que se dicen con
menos de 10 letras. Sin mala sangre, sin
venta, sin estado. Sin el searching de los
santos, sin el send de los seguidores, sin el
forward de los creyentes, sin el delete de
los sensatos. Sin el maana y sobre todo:
sin Raiting.

Sos lo que sos,


eso es innegable,
a ms tardar
el lunes por la maana.
La corbata es una jaula mona,
desde donde sonres
todos los das.

Las estrellas siguen muertas y alumbran,


el salmn inerte deja su semilla ro arriba.
Este instante, dos segundos, cinco, un rato
ms. Las teclas que no me dejarn mentir
previenen al lector: La poesa se vuelve
manto, luego del manto, luego del manto.
El lenguaje es materia inorgnica, pero
materia. Un poema salmn, es un juego
que se resuelve al final de la colina. Los
ros nos plantean los asombros, los
recorridos, nuestra voz.

6
Nos convertiremos en lunes,
diremos cosas absolutas
34

35

Poemas de Times New Roman Punto 12

Decid el tramo ms largo


sin escalas,
la cortina ms espesa,
el plato ms caro.
Decid con los ojos cerrados y creyentes,
los pies donde no tenan que estar
y la firma en cheques posfechados.
Y aqu estoy,
con los ojos abiertos,
la realidad como prueba
y el camino ya transitado
por los necios.
Podra ser el ms cursi de los poetas,
Podra ser.

1
Me citar a m mismo
para no meter las manos en la melancola
prestada de algn muerto.
Para no entender nada ms que lo que no entiendo,
o para saber que lo que s,
me concierne nicamente a m, que no s nada
O simplemente para no pagar las cuentas de los otros,
y los anteriores a esos otros,
y de los otros anteriores a esos otros anteriores.
Seguir sin pretensiones ni citas al pie de pgina,
desnudo como un ignorante,
que slo puede jurar por s mismo.

10

No ordenar armazones, ni ruinas, ni conatos,


ni resucitar en seguida. No pretendo
tampoco elucubrar sobre un ademn o
un adems. Tratar de entretenerme con
los zigzags existenciales que no le deben
nada a los Sartres ni a los otros. No tengo
tiempo que perder, porque simplemente
ya no tengo tiempo. El clmax posterior a
los aplausos es tibio e incomprendido, la
catarata de los buenos das justo cuando
concilio el sueo, es una arritmia personal
y silenciosa, una forma discreta de avisarle
al seor de la taquilla que me he colado
en su show.

Dir lo que quiera


Si al final seguimos siendo un insistente jugueteo de palabras,
seguir diciendo lo que quiera,
hasta encontrar lo que quiero.
Entonces dir cualquier cosa,
para llenar los espacios entre una y otra tragedia.

36

3
Habra que gritar media hora diaria
para conciliar ese maravilloso pecado del instinto,
habra que gritar dos horas frente a los que no gritan
y 24 frente a los que gritarn en el primer segundo
de sus vidas.
Habra que gritar los das de guardar y los otros,
habra que gritar hasta que todo recobre su sentido
en silencio.

37

Incauto sostengo una palabra an en la punta de lengua.


Es una palabra sencilla, es una palabra mojada.
Luego hago cola para el matadero,
porque aqu es ms importante el silencio.

Pasos en ondue
Camino de los poderosos,
ropa de marca,
la teora del camino crtico.
Nuestros sueos de nio,
nuestra forma de dormir.
Algo sobre todo,
el poder de la visin ciega,
la ignorancia venerada
para pasar el tiempo,
para vencer a dios,
que se deja vencer
para vencernos a todos.

5
A veces slo a veces
dir un poco la verdad,
sobre todo cuando est muerto,
y mis palabras
sean respetadas
con ese aire mortuorio
que tanto nos excita.

9
6
La llamada nmero 29 de las tres y media
es tan determinante como la 45 de las cinco y cuarto,
y el espasmo en donde habito
se llena de tus llantos por cobrar,
mientras el suelo mnimo
me repite incesantemente la falacia de la libertad.

7
Sin ms nada que una vida de alquiler,
seguimos sitiados por una manera
que profana los das y sus instantes.
Yo salgo despus de las seis,
pero salgo con los ojos cerrados
y el alma dentro de una bolsa de plstico.

38

Ahora venero a los cohetes que vuelan en pedazos


lo que hubiese volado en pedazos por s mismo
sin la necesidad de un cohete.

10
Manejo un cochebomba,
la distancia concreta entre las viejas huellas
y las nuevas distancias,
hago kaboom en el destierro,
en la mira, en las ganas,
en las maneras agudas de los individuos.
Una lnea incosteable,
a cambio un trofeo,
un espacio adornado entre los muertos.
Ahora soy un stiker,
una t-shirt,
un oquey.

39

Julio Serrano Echeverra (Xelaj, 1983)

A un cuerpo en una sala de espera


La madre corre en direccin a casa
cargando en sus brazos
al nio.
pasajeros sin visa
acompaen al personal de migracin
pasajeros sin visa
corran
corran como si de verdad pudieran llegar
corran como si en cada paso se fuera la vida
como la estela de su paso fugaz por esta tierra
cometas corran sin visa
como esta madre y su beb corren
corren a media noche
corren los dos
y con ella corremos todos
y pierden el vuelo
y todos lo perdemos.
Pasajeros sin visa
que pierden el vuelo
por favor acompaen al personal de migracin
a la sala donde las ventanas dan a un cuarto con la luz apagada.
No corran
caminen
no corran
caminen lento
no corran
caminen lento y no miren atrs
no corran caminen lento
y simplemente no miren.

40

Es fcil imaginar una mano recostada


y la mirada perdida
en el cielo -donde no lo hayo en las luces nen que se reflejan
blancas
esterilizadas,
acompaen al personal de migracin
a la sala donde nadie pregunta la hora.
Personal de migracin el nio tiene fiebre
personal de migracin el nio tiene fiebre
personal de migracin que el nio tiene fiebre
personal de migracin el nio tiene los labios morados
personal de migracin el nio tiene los prpados negros
personal de migracin el nio tiene la boca abierta
personal de migracin el nio
el nio
el nio
el nio
Aeropuerto internacional Benito Jurez
viernes trece de julio de dos mil doce
la madre se llama Schuanda
el beb se llamaba John Ronaldo
y todos nos llamaremos as
aprenderemos a escuchar en medio de la noche
de la noche oscura
de la ms oscura de las noches
cuando nos llamen de vuelta
y correremos en la noche oscura
en la ms oscura de las noches
cargando en nuestros brazos
el diminuto bulto con que volvamos a casa
cuando nos llamen
cuando nos griten
Ronaldito vuelve a la casa.

41

A un cuerpo que se reconoce a s mismo en un


peridico

La familiar costumbre de guardar fotos en un lbum,


la del beb desnudo en la tina,
la del uniforme deportivo,
el registro de la moda
que cae siempre como hoja seca sobre un ro.
As en paredes de cartn
y en las puertas de los clset
fuiste armando tu propio catlogo de sonrisas instantneas
como esas caricaturas que se hacan al borde de los cuadernos.
La ltima foto que le tomaron a tu cuerpo
no la pondremos en el lbum,
esta dejaremos que sirva para hacer piatas,
piel de muequitos.
No lo tomes a mal,
solo queremos que de tu ltimo retrato
broten dulces
como flores.
De actos de magia
(Catafixia Editorial GT-2011, Ediciones Espiral CR-2012)

IV
Abre la mano.
Una lnea la atraviesa perpendicular por el centro.
Piensa en el cadver seco de una serpiente
agrietndose en medio del desierto
abandonada ah
muerta ah

42

podrida ah
en el centro de su mano
en el centro justo del desierto.
Vertiginosa parte las lneas para formar una cruz con las placas
de la Tierra
seca y salada atraviesa las montaas como el fantasma de un
viejo arriero que ya no habla
espectral parece la lnea
un cadver que se astilla transversal a los ros de la mano.
Est la lnea como una cicatriz en el destino
como un cuerpo dormido que se desentierra
como las mquinas que se abandonan en medio de los caminos
juguetes de la nada.
Lnea cicatriz como un cactus de alambre en Ceuta o Nicosia
como alacranes elctricos entre India y Paquistn
como costillas de un coyote de concreto cisjordano
ah la lnea desmemoriada
borrosa como se ven los abismos marinos desde el cielo
borrosa como la sombra de un saharaui caminando por un
campo minado en Marruecos
como una polaroid que se cae de la bolsa de una pareja de
surcoreanos


en el Puente de la libertad.
Cierra la mano y aprieta el puo.
Recuesta la cabeza.
Se pierde.
Se pierde y no va al horizonte
ni al mpetu de las olas al atardecer
ni a la textura de la tierra
y sus pliegues de polvo enmudecido.
Se llena lentamente de arena
vaco anunciado
la noche oscura del plexo solar.
Se pierde en el vrtigo
43

de asomar el cuerpo entero a la orilla.


No estn abiertos sus ojos para dejar escapar el tiempo.
No va a ningn lado la vista perdida en cielos que ahora son
ventana.
No se queda en silencio sostenindose el rostro
para ser descubierto sentado en silencio
sostenindose el peso inmenso
que no disimula en el rostro.
Se va la mirada
por la infinita vertical que comienza en la mano
y se abre como placa tectnica a la oscuridad.
El sonido de la arena
es el de un riachuelo sobre el que flotan
retratos amarillos
como hojas muertas.
No quedan ya luces de la ciudad.
Las piedras que caen en el desierto
suenan como puertas cerrndose a la espalda.
Trata de dormir.
De Central Amrica
(Magna Terra Editores, 2013)

44

M anuel Gabriel Tzoc Bucup (Totonicapn/ciudad de Guatemala 1982)

2
Alambre en tensin
donde caminan los deseos de los poetas muertos
crayones de madera escriben mis poemas grises
rayando calles de un centro histrico amaneciendo
bajo mi piel ebria
ecos de pasos en los rieles abandonados
de un lokomotor fantasma
su silbato de horror sobre mis sueos
sobre mi mesita de desayuno
sobre mi caja de lustrar zapatos
sobre mi cama deshecha
y mi cuerpo deshecho
sobre mi banco de parque ecolgico
donde una vez le los poemas de Monzn
y me dije estos son poemas
lo dems son mentiras
entonces me pregunte qu hago escribiendo mentiras
y quebr mi cajita de crayones de madera de la furia
porque soy un mentiroso
un farsante un doble cara
que lo nico que quiere escribir
son mentiras verdaderas de un corazn en llamas
patee todo lo que pude
personas a mi paso
perros a mi paso
rboles a mi paso
amigos a mi paso
saque toda la rabia contenida de mis crayones deshonestos
insult llor me tir al suelo maldiciendo al corazn

45

que lo nico que quiere es escribir mentiras verdaderas


con estos crayones acabados

De Constante huida o crimen de un corazn que no recuerdo

1
Me enamor de un poeta
de un nio poeta
tena la actitud de un infante terrible
me enamor como se enamora del silencio
y la oscuridad (miedos que no he superado)
como se enamora de ciertas canciones tristes
que te acercan a la muerte
bello gusano rosa
devorando una manzana verde
Me enamor de un poeta extranjero
sombrero alto y botas mineras
es un cazador de libros limitados
es un tipo extrao y sper bello
habla muchas lenguas
idiomas raros
dice palabras en latn
y saca espuma por la boca
un hombre posedo por imgenes negativas
me enamor de este poeta
que a veces viste todo de plateado
a veces de dorado
se sienta en lugares de accidentes por ocurrir
y me susurra al odo:
sos seco y vaco/vaco y seco
por eso te quiero
y yo tambin te amo le digo al poeta

46

Me enamor de un poeta
lleno de tatuajes
que vuela suspendido
de ganchos prensados de su espalda
como carne de cerdo en un saln de sangre
lee sus poemas sadomasoquistas
mientras se balancea suspendido
con el dolor de sus sueos pesados y extremos
me enamor de un poeta modificado corporalmente
de hombre a animal
de animal a hombre
mi poeta animal
Me enamor de un poeta
que se vende por sexo
en una esquina de supermercado
el ms barato de la ciudad
me enamor de l
por que me dijo:
estoy por nacer/pero tambien estoy por morir
no tengo ni para hartarme y necesito un trago
soy un poeta fracasado
que lo nico que tiene son estos poemas
para que los publiqus y despus quems
estos poemas son para vos me dijo
y la noche era plida y yo decid dejarlo
y seguir el camino por mi lado
Me enamor de un poeta
que no sabe que es poeta
que nunca ha publicado
por que no cree en ello
del que tiene muchos libros
pero no tiene NADA
mi poeta no tiene nombre/edad/domicilio/ni origen
ni pasaporte a ninguna parte

47

pero tiene una bolsa llena de palabras


que recortamos de revistas de moda
peridicos amarillistas/notas rojas/farndula/y relatos erticos
y pegamos en una libreta mental
que amamos demasiado

a la tierra
a llorar por todos nosotros
De Me enamore de un poeta

Me enamor de un poeta
que lee sus poemas en kiche
con el entusiasmo de verdades absolutas
y prolongados silencios
convincentes imgenes y demasiada soledad en sus ojos
el muchacho de los ojos tristes dira Jeannette
Me enamor de unos poetas malditos
unos usan frac y corbatn de seda rosa
con labios plidos
mis poetas de traje y casco espacial
unos usan trajes indgenas y escafandra
gipiles de san Andrs Xecul
faldas de Quetzaltenango
perrajes de Totonicapn
y blusas de Quich
y otros abrigos de cuero negro y animal print
mis poetas espaciales
realizan ceremonias mayas
en los crteres de la luna
piden por nosotros la humanidad triste y autodestructiva
a los dioses mayas
recitan versos del popol-wuj en megfono
y despus regresan montados
en su nave de globo
en su cpsula de peluche rosa
en su zeppeln de vainilla
en su nave 01010110

48

49

HONDURAS
Murvin A ndino Jimnez (San Pedro Sula, 1979)

Espero alegre la salida y espero no volver jamas.


Frida

La estacin tarda
Estbamos solos,
las cosas comunes, la vida y yo.
Nos envolva el juvenil desaire de la existencia,
nos consternaba el impreciso da
de acondicionada vergenza.
Despertaba el orden cotidiano de las cosas,
nos devoraba la materia
en su dualidad moral y espiritual.
Nacer era volverse universal,
aprender esas verdades infinitas,
esconderse, negar batallas.
ramos jvenes an,
experimentbamos la brutalidad humana
como una condicin inalterable,
la brutalidad imponente,
el odio fatal, oh Dios!,
eran los das del plomo y la codicia,
de la violencia atroz
y la cruz insaciable del destino.
Desistir o castigar,
nos invada el nico motivo,
la sensacin cronolgica
y los 5,000 fragmentos de cenizas

50

de cada medioda doblegado.


Jams la sangre nuestra
por los ros en un pas de bestial reflejo,
jams el cielo prpura
ni recorrer enfermo cada salvaje verano.
Jams esa venganza
o las calles imprecisas como tomos
distantes
o esos falsos momentos
y sus abismos que no importan
ni alumbran ni esa cancin de criminal recuerdo.
Tengo amor,
tengo sueos para un pas desnudo
y fulgurante que se acaba,
tengo una herida letal
y mis colricos embriones ebrios
dispuestos a borrar la infamia,
tengo la existencia pulida de muerte y rencor,
tengo el odio bfido y sediento
de centenares de seres,
el xido radiante de los aos
y la soledad infinita, atropellada,
el amor vencido en la estacin tarda
que encumbr cada temporada
en la necrpolis que no vencimos,
y que inyect el vaco
como un veneno lento e inverso,
como un indmito relmpago.

51

Irreversible
Yo siempre fui un adis... Un brazo en alto, un yarav
quebrndose en las piedras, cuando quise quedarme
vino el viento, vino la noche, y me llev con ella.
Atahualpa Yupanqui

Oscurece,
se consuma la batalla
con el tiempo
y el gran espejismo que atrapa la ciudad
atiborrada por una intolerable muralla.
Se llena la calle de silencio,
de bastardos atroces,
de reflejos intermitentes y miserables
que transitan el olvido.
Carga la gente su dolor
la espuma enardecida reconoce el agua
que derrama a grandes mares con insondable medida,
y sonre a pesar de su delirio.
La escasa luz se va difuminando,
el pecado y la agona estrechan las palabras,
desaparece la multitud
poseda de infinitas preguntas
y las llagas de la carne
son emblemas inhumanos.
El hambre azota a la solemne figura
-el hambre es un monlogo transparente
que quebranta la belleza-.
La gran metfora de la vida
expira con el casero reflejando
su inocente fulgor
y la lluvia ejerce su castigo
en la catstrofe imaginaria del ser
que, incuestionable, ajeno y elocuente,

52

cambia su vergenza por monedas


y coronas de piedra o cartn.
Estamos de pie ante el equinoccio
en ese frentico mar de estatuas
y corceles de ensueo,
estamos en el instante
que devasta todo y cegamos al mtico cclope
con la materia destruida
y la elegancia de los pobres en su trajn cotidiano.
Estamos en el instante
que dej la carne erguida
y la intil luna que esparci en la noche sus criaturas
de fatales abrazos de acero y vsceras de plomo.
Viajamos en el camino de los magos
y otras subespecies imaginarias
que no escapan del diluvio,
de la maana,
del sueo,
del castigo de la cclica serpiente
y su fatal movimiento de reloj
o sus minsculos incendios nocturnos
capaces de percibirlo todo.
El hedor -ingrata mirada del amor insano-,
irrumpe con el horror de las complejas relaciones,
pero la noche tambin es una invlida memoria
donde cada situacin nos desdibuja,
la noche es un jardn de infinitas mariposas
y para morir se necesita una palabra,
palabras, canciones, miradas,
una visin carnal del paraso
-el paraso subterrneo del corazn
y la menguante penumbraque acostumbre a desaparecer
al transente flagelado
que delimite el poder absoluto
y la indiferencia,

53

la continua mentira que destruye


mientras la heroica falacia aguarda
en las prisiones
y otros resquicios de la noche sinfnica.
No tengo el dolor de todos,
pero siento el miedo del rotundo ser,
la concntrica teora
de la misericordia prometida
y las falsas aves que van cegndose.
No tengo el amor de quienes
dejaron todo como un secreto
y escribieron sueos
para el ro que abraza
y devasta las horas y la soledad
y las sonrisas hermosas de amantes impulsivos.
La noche inexplicable
viaja oculta en el rostro inverso
de los enigmas cotidianos
y es la misma desnudez encantadora
que esparce las esquirlas,
el irreversible laberinto de la muerte
que, sediento y nauseabundo,
arrastra todo con el asombro
del destierro entre visibles heridas
y la sustancia que exalta la arena,
el metal,
la arteria,
la absoluta mentira,
la tormenta,
la sangre,
la desdicha
y cada nocin de sentimiento transgredido
o advertido
o escupido
en las vertiginosas islas de la noche
que derrama su espesor

54

como una vieja lmpara que se oculta


con el efecto definitivo de lo que ya es eterno.
(Del libro: La estacin tarda)
La estacin tarda

55

Fabricio Estrada (Sabanagrande, Francisco Morazn, Honduras, octubre, 1974)

un abismo que se traga oraciones y jauras.


Vamos por la noche, pasamos las montaas. Los libros han
desaparecido pero nos quedan las murallas, su spero papiro,
el interminable lienzo, el sudario que, abrigando al victimado,
se impregn de palabras Cubro mi rostro, al igual que una
bestia va y se esconde en lo ms profundo de una caverna.

DC09
Las liblulas copulan en grupos concntricos. Rotan y hacen
vibrar los vidrios. La respiracin, es como el viento que se cuela
entre las ruinas.
Un muro ha ido creciendo con la tarde. Nuestra piel se ha vuelto
un muro, nuestra piel desollada se extiende y demarca la tierra
de nadie y su crepsculo.
Nunca nacimos en este lugar y por lo tanto habr que salir a
buscarlo.
En las calles buscamos; nuestro xodo tiene las piedras
suficientes para que cada uno aporte varias columnas al templo,
piedras para alzar el muro, piedras que reboten como ecos.
Otra maana, y sobre el desierto, una estrella lacrimgena gua
rojos magos vagabundos.
Todos los pesebres han sido saqueados y no hay lugar para
esconderse. Los nios santos corren, familias enteras huyen de
las nubes terribles, alguien corri la voz y alcanz el tiempo
para despedidas y llantos.
Las liblulas bajan a probar el agua cristalina de nuestros ojos
y los ojos se secan como un pozo al que han cegado con arena.
Escupimos, sudamos copiosamente y de la arena volvemos a
formar la piedra; es un puo, es un abultado capullo de tinta
que al lanzarla refunda el alfabeto y tata lenguas puritanas.
Quin fue el primero en librarse del pecado? Quin fue el
que dijo basta! y regres para luchar toda la noche contra las
sombras?
El muro apenas tiene grietas para incrustarle poemas. El
poema es una cua de madera que la lluvia hincha para separar
el obelisco de la cantera. La grieta es un trazo, un ro de grafito,

56

15
Al menos estamos muertos, y no sentimos el enjambre de balas
que zumban en nuestras heridas. Muchas veces, se meten por la
comisura de los labios como tbanos esplndidos, licuan plomo
y epidermis, y luego, saciadas hasta el asco, salen disparadas
hacia el sol.
Todos los cuerpos tienen colonias de balas bullendo entre sus
huesos. Por la noches se multiplican, rotan silenciosas en los
tneles, se sacan chispas unas con otras.
Una bala es una palabra impaciente. Su impacto desencadena
crnicas brutales que van aglomerndose en el papel hasta
ser estrujadas por la multitud, vueltas bolas inmensas, noria
siniestra, nuevo santuario para el panal vibrante. Una bala
supera las sentencias de cualquier filsofo o profeta. Precisa.
Encuadra. La perfecta y ltima palabra.

21
Cuando busqu imitar a las casas, bandadas de pjaros se
estrellaron contra las ventanas. Era un firmamento lo que
mostraba en mi frente y los jardines levitaban sin remedio.
Mi hijo juega con su sombra toda la tarde. Yo le he cedido
amplios corredores para crear su reino y sin ms, l incrusta
caracoles en los mapas de la humedad. Sus castillos resbalan

57

o huyen. Algo vivo qued en el ncar que no se resigna a ser


espejo de las maravillas.
Nada puede evitar que choque contra los postes del alumbrado
una vez que decido irme al bosque. Los pjaros me siguen,
susurrndome viejas nanas que escuch cuando era mi hijo
quien jugaba en m, como una visin.
Un salto y han temblado las frutas en suspenso. La mordida es
un eclipse funesto que revela gusanillos blancos e irresistibles.

M agdiel M idence (Tegucigalpa,1984)

Underwear Blues
Sus ojos me avisaban sobre el demonio
la camisa verde en el suelo y el aliento a vino tinto y cerveza
la madrugada despedaz el miedo a morir
El tren llegaba a Chernbil
y mi boca se ahogaba en el ocano ms dulce
y boom! el ltex se desgarraba
Era una ciudad descubierta
cuatrocientos besos en el mismo punto
Underwear Blues
la miel se deslizaba delgada entre la blancura del poema
y la estrella del poniente
Sus ojos me amenazaban
y Pizarnik me defenda

Emerson Like & Palmer


era una gota que caa en la nuca de los que atrs quedaban
y Brahma entre ellos ejercitaba su juicio
(eso fue un flashback)
Underwear Blues
era un ocaso ya
y las almas estaban desnudas
ms all de donde existe la carne
cuatrocientos besos al litoral de su locura
y una legin de trastornos arrodillados ante la belleza
pude sentir el ardor de los clavos en la piel de la oscuridad
Underwear Blues
era un recuerdo

58

59

las manos estaban juntas


y desnudas hablando de cosas que se vislumbraban
la jodida cancin se haba consumado
las caricias tenan otra carga semntica.

II
los alaridos de la belleza
mueven los hilos de las marionetas
que bailan msica de manicomios
pienso en la piel de la oscuridad
y el tormento cae al suelo
dividido en slabas
derramando la sangre de esta ciudad
mi alma es una orga de pecados
quiero matar o matarme en un cuarto oscuro
las calles no ven ni sienten mis manos mutiladas
el horror est en mi espejo
ensangrentado como una fiera
despus de comer las vsceras a su presa
no me despido

monotona y sublevacin.
Los alfileres sacuden legiones de cerebros
ensordecidos por el alcohol y la cocana,
la marihuana es un salvador mtico para los
nuevos bipolares, los rabiosos, los que
sufren enfermedades venreas en el
pensamiento, los de cutculas amarillentas,
los desvencijados
por la voracidad de Suyapa.
Los histrinicos adoradores de Xenos, los
que daran sus vsceras por tener saliva
europea entre las nalgas.
Suyapa, es un virus perpetuo bajo el
instinto de supervivencia de usted, si
usted...
Suyapa, es Ro Grande; una anomala en los
bulevares donde el fuego y los tacones son la
imagen de Dios.
Fast-food y estupidez son el agradecimiento de
padres a hijos y viceversa.
Suyapa es el Cerro de Plata con legiones de
miserables.
Suyapa, es aquella hermosa nia que ahora
vende orgasmos y se traga a tus hijos.
Suyapa Tan chiquita y milagrosa.

Lectura Sobrevuelo de un Joven Capitalino


(visin Csmica de un Payaso)
Noches de autntico canibalismo y baba
hierve bajo el pubis de Suyapa,
quien trastorna hambre, muerte y polticos
atormentados.
nueve horas bastan para dragarse de

60

61

NICARAGUA

Cronopia

Carlos M-Castro (M anagua, 1987)

Ya no me importan tu arrogancia, ranciaestrategia de tragedia


ni mediacubrindote la pierna tierna mientrasla otra trota de
vista en vista lista

Microbs en marcha, entre Len y Managua / 21.03.10

Omarada

para herir, rugir y huir de mi dura,en mis idos, a mi


profetizantemano sin guante, odos, dentadura;pues, ves, tus
dedos los enredos hacen
por diversin para ambos bobos (bosquesque caben en gestos
toscos, costumbresde hacha, charadas). Enredos y locos

La mat porque se iba a ir con otro maje. Yo los o platicar. As


que al otro da la embosqu, la esper en el camino cuando
estaba a punto de escapar. La vi venir, la encar, le reclam;
discutimos. Yo no aguanto nada, a m no me gusta que me
vean la cara de pendejo. Me la gan de un leazo en la nuca. Se
desmay. Le quit la ropa y con ella misma la amarr y le tap
la boca; se miraba rica! Y quera irse con otro cabro. Olvidaba
que soy su hombre? Yo la hice mujer. Y ah mismo la volv a
marcar. Me tena enturcado. Enturcado! Le met dos leazos
ms. Me fui al casero y ped prestadas una pala y una piocha
a los vecinos. Regres. La enterr. En ese momento no estaba
muerta todava.
Estoy un poco arrepentido.

La transente
Ella es la muerte que regresade hacer compras en el mercado
negro.Tengo restriccin judicial por acoso:no acercarse si hay
intencin potica.
Se aleja al descubrirme.

62

como los nuestros y como nosotros yo como. Com comamos


commonosque no me importan tus dudas, juguemos!

Destruccin de tu cuerpo
Est solo tu sombra. Desprendimos tu carne, tus cabellos, la
perfecta mudez de tus formas con una frase que nicamente
juntos podemos decir. Uno por uno arrojamos al ocano tus
ojos, piedras que saltaron rectas hasta el horizonte y ms lejos,
con su estela pura y sus ondas de radar imburlable. Al mar
tambin echamos, devolvimos, tus labios martimos, acuosos,
intoxicantes, siempre en fuga. Me levant sin remedio del
nido de tus camanances, antes de verlos hundirse despacio
en un hueco que habas hecho. As perdimos tu rostro, as te
acercabas a tu esencia de estrella implotada. No qued siquiera
el aroma a dulce ceniza de tu boca. Tu voz se trag a tu voz,
definitiva, lnea enrollada sobre s misma hasta hacerse punto
y luego nada; serpiente que deglute su propio cuerpo.
Aqu te pronuncio por ltima vez, me sumerjo en la silueta
oscura que pende de una soledad que ahora solo a m pertenece.
Est solo tu sombra. Ya tus brazos, tus manos, tus dedos fueron
borrados de toda hoja, inexistentes ante cualquier ojo; tu

63

espalda cay como rbol talado y se revent en seis mil millones


de pedazos contra la dureza del enladrillado, pulverizada,
esparcida por el viento cmplice tuyo. No volver a mirar tus
pechos, nunca ms mi lengua melanclica se castigar contra
la inflexibilidad de tus pezones, jams mis dedos filosofarn
nuevamente en torno a tu ombligo, no estar una vez ms, una
ltima vez antes de dormir(nos), restregando lo mejor de m
entre tus piernas. No existen tus piernas. Se va apagando tu
sombra.
Declar la rendicin de mis manos, indescifrable puzzle,
mgico cubo policromo que se me escapa; imposible mirar a
la vez tus seis caras, hus de mi vida pupila, has escapado del
movimiento de agarre de mis uas, toda mi piel renuncia a tu
sonido, a tu aroma de ventisca en desbandada.
No te pronuncio. Con tu cuerpo exterminamos tambin todas
tus letras. Lentamente, con la velocidad de una renuncia, se
desvanece asimismo tu sombra. Pero an hay sombra, est solo
tu sombra. He olvidado tu nombre, no te llams. Jams tuviste
un nombre.
Veo tu nada, por ltima vez tu ausencia. No ms cuerpo, no ms
nombre. No ms aroma ni voz ni sonido.
Dejaste de ser real; ahora sos verdadera.

Ezequiel D Len M ass (M asaya, Nicaragua, 1983)

Carlosmartineanas para hoy

I. La bestia y el bestiario
Cierto sujeto maleante
erudtico hasta el abuso de confianza
y de quien se oye decir
es perseguidor de mitos
hablome del homnculo
con un inters casi doctoral.
Por mi parte
(corrijo: por la parte que me corresponde),
le indiqu que, segn entiendo,
en el Infierno de Bruegel
el homnculo es inmaterial.
Pero l,
testarudo:
Que no. Se equivoca usted
Y yo, en el acto,
consumido ya en mi intolerancia:
Va pues, ah muere. Est usted en lo correcto;
usted mismo, a lo mejor, a lo peor,
ha de ser prueba indubitable
de la abundancia de homnculos materializados.
Managua, agosto de 2002.

II. Paradoja e historia revolucionaria


Prolegmenos a la paradoja:
El Comandante, diputado y poeta

64

65

Toms Wigberto Borge Martnez,


en Panam, resuelve pronunciarse:
Si Julio Cortzar
me hubiera pedido hacer el amor con l,
lo hubiera aceptado de inmediato,
con mucho gusto.

lgrima fecal que conspira


contra la miniatura
oxidada de Winston Churchill.
Despus de nada,
hay un cielo vertebrado de fijeza
que desde entonces nos fue propicio,
un minuto radical por s deciso,
estable de todo s: fluyente.
Eso, de suyo, es el poema.

La paradoja:
pensar que Reinaldo Arenas
sobrellev el hostigamiento,
la condena de la Cuba fideleana
por desear la carne verde de los hombres.

Junio, 2004

El bartender
O las leyes de este mundo
A Jorge y a Ixchel,
por las altas horas compartidas

Plaza churchill

Cada hombre es un signo.


Thomas Carlyle
Con Astrid

Apoyados los cuerpos sobre la banca


no hacen cosa distinta
que asumir el trnsito de la materia
y su domin combinatorio.
No ser ms por la ciudad hoy
y estar solamente.
La plaza:
mdula continua en mi cabeza, perpetua,
sitio sitiado a pleno golpe de su forma.
Gasto el trapo de las conjeturas, anoto.
Paso a texto lo que veo:
cada objeto,
cada encaprichado desvaro.
Y quedo. Quedo en tanto me opino signo:
cubilete sordo sin sentido,
hasto de cobre a la intemperie,

66

Ms que en el malabar
o en la sbita pirueta inclume,
la lucidez est en el ojo sensor del Bartender.
No la distraccin
convertida en ceremonia de artificio, no,
sino el tacto
alcanzando condicin visual irremediable.
El ojo que olfatea, toca,
y es ms ojo que s mismo.
Ojo anterior al ojo,
ojo anterior a la imagen:
insuperable lector de rostros y de rastros.
Los licores,
resueltos en aleacin qumica o pcima de dominio,
hacen de lo preciso la ley de quien observa y sirve.

67

La barra muro horizontal interminable


es el croquis del sigilo y la maniobra,
pues el que ha entrado a la fonda o la taberna
la disco, digamos, o el bar, a secas
es apenas un signo,
un cdigo,
una sigla para el descifrador de gentes.

Natalia hernndez (M anagua, 1982)


Vintage

A veces cuando me amarro los zapatos me tengo que hacer


doble nudo.
Hay das que al levantarme, tambin me debo hacer doble nudo
para poder vivirlos.
Esos das de mentira, son slo migajas de lo que al final digerimos
como vida.
Das que recordamos en blanco y negro, como personas sin
rostro, en eternos paneos
d e d e-r e-c h a a i z-q u i e r-d a,
de
i z-q u i e r-d a a
d e-r e-c h a
Al final nos desprendemos de todo, terminamos desnudos.
Sin piel, sin huesos, sin carne... sin nada
(o con nada).

1905
Para E.B

97 aos despus intent comprender la teora de la relatividad,


pero entre Sex and the City y el insomnio no hubo tiempo...
Eran demasiados compromisos pendientes,
clases,
perforaciones
Y sus
pos,
pre

y next relaciones de joven adulta.
Sus poros se agrietaban por la grasa y suciedad

68

69

2 aos y tantos meses de relacin continua, taquearon sus


pupilas gustativas.
A lo anterior le una dos molculas de alcohol para perder una
de agua,
As la deshidratacin se hara sentir pronto.

Del da de los muertos

Mi abuelo ve las tumbas del cementerio occidental.


Lleva flores a su pap el primero de noviembre, porque el dos
se pone muy lleno,
Se acuerda de la historia de Nicaragua, y sus ex-presidentes,
recuerda la tumba de Ren Schick, aunque no tenga placa.

2
Demasiadas legislaciones equvocas y un gobierno que a m
nunca me lastim se deformaron en esta adulta joven.

3
Entre l y mi madre, la recuerdo a ella....
su saliva acumulada en la esquina izquierda del labio mientras
yo coma,
el come mierda! a Daniel cada vez que sala en la tele,
y por supuesto la paloma que enterramos en el patio trasero por
la cual siempre le he tenido asco a las aves.

4
los complejos adolescentes se vuelven adultos, luego ancianos
y ni siquiera un par de plticas con buenos amigos te los borran.

Y antes de noviembre manda a un trabajador a ponerle una.


Luego el dos, se agradece a si mismo el favor y me deja algo
para la placa familiar.

Secuencia histrica en 4 partes


1
Entre tanto, yo esperaba con mi pava pelo de lluvia y un odo en
la ventana, esos repiques de pelota que slo una vez llegaron a
mi memoria.
Pacientemente, an espero decirle que esos repiques de pelota y
aquel da
que me permiti no ir al colegio, fueron los dos mejores entre l
y yo.

70

71

M ario M artz (Len, 1988)

A Julie Vallejo

Primera y ltima evocacin contra el miedo


Yo tambin
recuerdo a mi madre.
Me da miedo evocarla
a como quiso ser un da.
Pens en los desaires
que provocaba
la maternidad prematura,
pero no fue obstculo
para que enrollase la cuerda
de la caja de msica
en la silla mecedora.

Mi ciudad se encendi
luego que las rocas
fueron manchadas de sangre,
los hombres y mujeres
olvidaron que la paz
era la gloria perdida de los aos
y que entonces,
la revolucin de los miedos
era el triunfo sepultado
en el vientre
de las madres solteras.

Confesin de una mujer cualquiera


A Regina

Lleg a un asilo de ancianos


muerta de miedo:
La guerra la sorprendi
en el parto.
Un da las calles quedaron
desiertas
de mujeres tristes
que sonrean
por haber visto morir el miedo
en sus pechos.
Y todava hay misterios de goteras
que caen en la garganta
del nio muerto:
el invierno que lejos lleg
de las colinas de sal.

72

Mam est orgullosa de m


porque a mis veinte aos
no he probado
ni una sola gota de alcohol
por eso cedi
darme permiso
de venir a este mundo.
Lo que ella no sabe
(qu tristeza mam)
es que el orgullo que siente
por la ingenuidad
que Dios le imprimi en su frente
se proyecta en la falta de confianza
de ese doble ma
que anuncia la llegada
de la siguiente ronda de cervezas.

73

La orfandad del mar


El mar se ha quedado
hurfano, los marineros
y los barcos
declinan en una hoja
manchada en sangre
porque cada vez que viajan
al reino de los tristes
comprenden
quela vida es un viaje en paracadas
y no lo que t quieres creer
y yo he credo que tu sonrisa
es una lgrima sembrada en mis ojos
cuando mi tristeza muere
en tu cama de algas.

elsarcsticosilencio(redetristeza)
duermejuntoati
mueredealegra
yentisepultaelnombre
de quienescribiestepoema.

Tambin un vientre llora de alegra


(patrimonio de la tristeza)
Aestecementerio
depjaros
a este nio muerto
encontrado
en el basurero municipal
lo han declarado
patrimonio de la tristeza
nadaextraoparamujerescomot:
Tevesalespejo
yeresunaanorxica
anteesamuertequeteampara
insistesenburlarte
deella,
mientrasella
insistenacerdetuvientre:
!silencio!latierravaadaraluzunrbol
74

75

A lejandra Sequeira (M anagua, 1982)

y yo sin ti,
en esta soledadsonar en la rockonola.
Nada nuevo hay bajo sol, la muerte no detiene los relojes.

La muerte no detiene relojes


Mi hijo ha muerto y el mundo no se detendr. Los telfonos
el caf oscuro, preparndose, ardiente, en la oficina
en
el
rincn
las flores artificiales continuarn acumulando
el polvo de los aos.

6:00 PM

Morir de cncer y el mundo no se detendr


mi esposo seguir viviendo, encontrar una nueva amante
mi madre muerta, el hijo que no tuve
no me echarn de menos. Al atardecer, los autos seguirn su
bullicio rutinario
los pjaros resignados dormirn en sus urbanas arboledas
y dos hombres en la calle asediarn a una adolescente,
que incmoda conceder una hipcrita sonrisa.

A las seis pm
el trance.
La avenida parece cerrar sus arterias como ojos
y dejarnos dentro: gentes, autos,
rboles estticos durmindose
homogenizndose
en el oscuro ocano-pavimento
que los atrapa como moscas.

La segunda noche de octubre, seis personas morirn en el ro


y las ambulancias marcharn por la ciudad nocturna;
cruzaremos la avenida
y escucharemos sus nombres, despidindose a travs de las
sirenas.
Mientras, en la esquina, prostitutas emperifolladas
no entendern lo que sucede
y justificando el ocio, encendern su quinto cigarrillo.

A las seis pm
cantinas de humo y cigarrillos y cerveza y coca.
A las seis pm
la vida
y tambin la muerte
y la publicidad te conduce, no las calles: Coca-Cola,
Belmont,
Ron Flor de Caa.
La gran avenida y sus estriles luces
una prostitucin de lujo, lujo
de anmicos neones
y paisajes nauseabundos.
Pasan ya de las seis pm

En la cantina, dos borrachos bebern su ltimo trago, aturdidos,


maldiciendo la hora del estribo
Llega Navidad

76

A las seis pm
cuerpos en movimiento,
febriles temblores del rojo al verde
en la luz mbar de un semforo
en plena calle.

77

ya todo es un orgasmo sepia


y la avenida queda
como mar abierto.

el lago que impreciso se avista en la ciudad profusa


la resaca
el olvido

La muerte puede ser tambin


Las cuatro de la madrugada ()
Hora en que la tierra niega nuestros nombres.
Wyslawa Szymborska

qu iba a saber yo que la muerte poda ser tambin


un muchacho alegre que te espera al salir de la oficina
un encuentro los jueves por la noche
una hora recurrente en la avanzada madrugada:
Otra vez las 4 A.M.
otra vez el bar que cierra
la esquina oscura
y la cama balda
que finalmente nos aguarda, sin sorpresa
qu iba a saber yo que la muerte
haba decidido respirar por las manos apacibles de este hombre,
triste signo indiviso, que incuestionable me alberg a su lado
La muerte puede ser ahora lo que desee:
colillas como incendios prematuros apagados en la noche
las botellas erguidas y ociosas pernoctando en la alacena
el beso en la frente, incapaz de traspasar la linde,
frenado por la claridad de la maana, siempre
el taxi que se aleja y la mano que despide

78

79

PANAM
M ar A lzamora (Panam, 1981)
Cunto le toma a la luz de la luna
alcanzarnos?- Slo un segundo
Y al sol?- Ocho minutos
Entonces no vemos las cosas en el
instante que las miramos? No, esa
es la trampa.El presente no existe, quiz
el presentems prximo sea
el que se encuentra en nuestramente
Gaspar Galaz

Nos paraliza.
Somos, sin saberlo,
gajos de otros cuerpos,
apenas escombros.
Debemos volver.
Me niego a convertirme en
el eco de estos das:
escupitajos de vacos y murallas.
En estos tiempos,
quedarnos sera la muerte.

Fractura

Eterno retorno
El tiempo slo regresa en la casa
del ferrocarril,
en los das con sudor de aguardiente,
bajo el mvil que colgaba
del cuello de la estufa.
Todos se mudaron lejos,
y yo volv a casa.
Alllas horasse pudren
y rompen
en las manos de otro hombre.
A veces las voces del desierto
crecen como espuma,
se convierten en historias
de fantasmas,
como los huesosde Atacama.
Estaciudad nos persigue.

80

Cuando cierres la puerta


y me dejes aqu
como campo de batalla malherido,
abierta: Yo,
con los cadveres del tiempo
arrimados a mi pecho,
con la sangre derramada
de la huida,
con tu voz que me llama
desde un corazn en guerra,
llegar a deshora.
No mires hacia atrs.
No nombres este cuerpo.

He traspasado tantas veces el tiempo


que ya no me sabe amargo.
Sabe como al deseo
que ha estado siempre
escrito a lpiz.
81

Sabe a ese silencio que no es ms


que la soledad disfrazada de
incontables muertes.

M agdalena Camargo (Szczecin, Polonia, 1987)

Insomnio
A veces, luego de una larga noche de insomnio, descubro que
he soado.
Recuerdo entonces una lnea.
La lnea podra ser una cuerda
que est sostenida en sus dos extremos por la nada,
y por eso tensa, casi hasta la ruptura.
Bien podra ser un dedo que seala el horizonte,
un dedo delgado y blanqusimo, porque no podra ser de otro
modo,
y seala en la mitad del todo un lugar preciso.
Ah, lo s, una flor cerrada como un puo diminuto
se yergue lentamente apartando los oscuros minerales de la
tierra.
Su tallo y sus races son un fuego verde
y no posee espinas ni hojas que alguna vez tengan que caer.
La brisa ha descendido nicamente para tocarle,
y porque hay cosas que estn dadas solo para el fro
la flor se abre y de sus ptalos se derrama el agua,
hasta que los ptalos se vuelven agua
y en torno a la flor hay un mar recin creado,
un ocano vaco de toda criatura
que en su extensin yace ajeno al lmite trazado por las costas.
Solo entonces comprendo que llevo mucho tiempo
recorriendo aquella lnea.
Tras de m se enciende una constelacin de jaspe,
y descalza, smbolo inequvoco de toda travesa,
ando en medio de la noche
sobre un cuchillo infinito.

82

83

Retrato de mujer en la colina

Carta al hijo que notendr

La muerte est, siempre espera.


No necesita de viajes o bsquedas.
Ella vive en la cima de la colina,
teje suteres con destreza, lee libros,
escucha el tocadiscos por la tarde.
Incluso, si la noche anterior las lechuzas
han cazado en su jardn,
les prepara el t a las visitas.

Querido mo, ah vienes.


Pequeo, corriendo cuesta abajo como una libre,
sorteando las piedras y el tronco de los rboles.
No sabes lo grande que te haces,
creces como un alud en el descenso.
El pecho te hierve de velocidad
y atrs las orqudeas florecen
porque han bebido de tu miedo.
Eres bello pues no lo sabes,
pero esta es la primera vez que rompes a correr
para salvarte.
Eres bello tambin, cuando lanzas de golpe el rastrillo
y riendo te sumerges en la pila de hojas secas
y recoges con ternura las lechuzas que han cado de sus nidos.
Yo te espero abajo, de pie, frente a la casa,
con el bosque de plstico preparado para el juego,
en la repisa sigue completa la caja de soldados.
S cuntas veces soamos con ese mismo
verde resplandor en el vaco,
mientras las mscaras de humo fueron
endurecindose ao con ao
y sus palabras fueron hilvanndose,
cayendo como cuentas, una sobre otra.

Todos los caminos llevan a aquella colina.


Podras detenerte, estar de pie toda tu vida,
y una maana encontrars que la colina est frente a ti,
magnficamente umbra y verde al mismo tiempo.
Estamos vinculados a ella desde antes que la memoria
comenzara a recolectar racimos de cristal
para construir sus nidos dentro de nosotros,
antes de que incubara sus huevecillos luminosos
y alimentara a sus hijos
y que esos hijos aprendiesen a volar
y nos atrevisemos a decir por primera vez
que somos capaces de recordar las cosas.
No tenemos otro gemelo que ella,
si fuimos separados de alguien
era ella quien estaba unida a nosotros
y era su rostro la otra cara del nuestro.
Por eso al verla reconoceremos un poco de ella en nosotros.
Y por eso, es cierto tambin,
algunos le temen.

Perdname no haberte mostrado otro dios que la belleza,


no haberte obligado a ponerte de rodillas
para masticar sin tregua las races de la culpa.
Perdname, pues la nica vez que so contigo
te haba abandonado.
Hijo, he envejecido.
Toma mi corazn disminuido por el tacto del invierno,
es pequeo como un broche
y tan liviano que es incapaz de causar dao.

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85

Tmalo sin miedo, ya no puede herirte.


Llvalo hasta el mar y entirralo en la arena.
Vuelve a decir en voz baja ese poema
que repetimos cada noche
en lugar de las plegarias.
Entonces imagina la ms poderosa de todas las metforas,
coloca frente a ti una cuesta ominosamente pronunciada
y chate a correr
con tanta fuerza
como puedas.

De de >poezja madgadelanacamargolemieszek

Jhavier Romero( L a Chorrera, 1983)

Te Vas
Te vas, mi nia.
De tu sombra van colgando mis entraas.
Oir latir la lluvia en la frecuencia de un disparo,
y vivir as, medio podrido,
cubierto mi esqueleto
de ptalos sulfricos
y alambre.

La Costra
Esperar la noche,
el solitario golpe del humo en los pulmones,
el ladrido del perro que no me permite dormir
y me recuerda que an no saco tu cadver de mi cama,
la confesin que subir de tu saliva hasta la ma,
la extraeza de mirarte bajar por una calle
que tambin es una puerta sin aldaba.
La noche es una costra que me arranco con tus manos.
Con tus manos que ahora llevan dos maletas con el peso exacto
de mi muerte.

86

87

Palabras de un clon

An no lo comprendes?
... el ser y la nada se engendran.
Lao Tse

I
Como toda buena Teogona
primero fue la oscuridad,
la Bioqumica danzaba
en los caminos del origen;
no era la vida
ni la muerte,
slo un pulso,
un insistir desde lo eterno.

Yo
viva en ti como t en m
desde antes de las invasiones del esperma,
la historia y el fusil entre las manos,
la pupila y la imagen de la sombra,
antes de que el sexo
tomara su racin de sentimiento.
He vivido en ti
como la voz obnubilada del instinto,
como aquella nada innominable
que engendr la totalidad de tu existencia.

Las claves de la lengua


-veloces electrones
surcaban el primer silencio
que ningn odo humano escuchar.
Los cidos nucleicos
eran dioses diminutos
que esparcan pensamientos, gestos,
rescataban antiguos planos de ensamblaje;
entonces fue el crepsculo,
el soplo de la espuma,
la creacin de lo divino
en los laberintos del genoma:
El verbo estaba vivo!
Fui un lejano sueo sin recuerdo,
cosmos celular,
en mi se iniciaba un rito,
una dinasta;
arcngeles proteicos me cuidaban,
aguardaban el momento de la profeca.
88

89

COSTA RICA
Camilo Retana (San Jos, 1983): Es profesor de filosofa en la
Universidad de Costa Rica. En poesa public Mala estirpe (San
Jos, 2007, Ediciones Perro Azul) y en ensayo Pornografa: la tirana de la mirada (Arlekn,San Jos 2009). Adems compil el
texto Otros que levantan la mano: tres ensayos sobre Roque Dalton (Arlekn, San Jos, 2011).Ha publicado artculos de filosofa
en revistas especializadas de distintos pases iberoamericanos
y ha sido incluido en algunas antologas de poesa costarricense. Actualmente escribe en varios medios electrnicos y realiza
sus estudios doctorales en la Universidad Nacional de La Plata,
Argentina, gracias a una beca otorgada por la Universidad de
Costa Rica.
Vctor M. Len Leitn (San Jos, Costa R ica, 1981; radica
en M xico desde 2007): Escritor. Es licenciado en psicologa y
egresado de la Escuela de escritores de la Sociedad general de
escritores de Mxico (SOGEM). Gan el Premio de Poesa de
la Universidad de Iberoamrica de Costa Rica (2001). Ha colaborado en algunas revistas mexicanas con artculos y poemas.
Tiene publicado en poesa: Paisajes remotos (Ediciones Fsforo, 2012, Mxico, D.F. (conocido simultneamente en Puerto
Rico como El color de la velocidad, Espejitos de papel editores).
Colabora con ncora, semanario cultural del peridico La Nacin de su pas. Actualmente es profesor de poesa y guion de
cine para la Coordinacin Nacional de Literatura del Instituto
Nacional de Bellas Artes y Poesa I la Escuela de escritores de
SOGEM. Es promotor de la poesa costarricense en Mxico.

Silvia Piranesi (San Jos, Costa R ica, 1979): Es escritora y


bibliotecloga. Ha sido publicada en varias antologas de poesa, en varias revistas impresas y digitales y en suplementos de
peridicos. Public su primer libroNo importa existe el viento (Ediciones Perro Azul, 2009), y una segunda edicin con(

90

91

Editorial Germinal, 2013). Desde el 2011 empez a incursionar


en la poesa visual, la creacin de collages y libros-arte. Dirige,
junto con el poeta Esteban Chinchilla, la Editorial Ambig

EL SALVADOR

audio, DPI, San Salvador,2007). Una madrugada del siglo XXI,


San Salvador, El Salvador, 2010, 4M3R1C4: Novsima poesa
latinoamericana, Santiago, Chile, 2010. Memorias de la casa,
San Salvador, 2011. Las otras voces, San Salvador, El Salvador,
2011, (DPI).

Osvaldo Hernndez (Chalatenango, El Salvador, 1976):

Vladimir A maya (El Salvador, San Salvador, 1985): Fue


miembro fundador del extinto taller literario El perro muerto.
Ha publicado los poemarios Los ngeles anmicos (Editorial
EquiZZero, 2010; segunda edicin, 2011), Agua inhspita (Coleccin Revuelta, 2010) y La ceremonia de estar solo (Leyes
de Fuga Ediciones, 2013). Adems, compil las antologas Una
madrugada del siglo XXI: poesa joven salvadorea (San Salvador, 2010) y Perdidos y delirantes: 36-34 poetas salvadoreos
olvidados (Zeugma Editores, San Salvador, 2012). Algo de su
obra aparece en los libros colectivos Las otras voces (Direccin
de Publicaciones e Impresos, 2011) y Las perlas de la maana
siguiente: antologa del taller literario El perro muerto (Ediciones Car, 2012). Estudi licenciatura en Letras en la Universidad de El Salvador. Dirigi, cuando an era estudiante, el
boletn de poesa La huesera colectiva en el Departamento de
Letras de la UES.

Roger Roberto Guzmn Rodrguez (21 de julio de 1981,


San Salvador, El Salvador): Perteneci al taller de poesa
de La Casa del Escritor que dirigi Rafael Menjvar Ochoa. Ha
participado en varios festivales internacionales de poesa a nivel nacional. Primer lugar en la rama de poesa en el Primer
Certamen Literario Nacional del Caf, denominado Estampas en el Cafetal (2013). Sus poemas han sido publicados en
el Suplemento Tres Mil del Diario Colatino, la revista Cultura
de CONCULTURA (ahora Secretara de la Cultura), la revista
Ars de SECULTURA, adems de en varias antologas poticas, como:45 poetas. Antologa, Revista Cultura 94,(disco de

92

Poeta, tallerista, editor y gestor cultural, perteneciente a la llamada generacin de posguerra. Fue miembro del taller literario El Cuervo y del proyecto artstico multimedia El verbo en
la ventana. Tiene publicado el libro de poemas Parqueo para
sombrillas (San Salvador: Direccin de Publicaciones e Impresos, Consejo Nacional para la Cultura y el Arte, 2004). Fue profesor de escritura creativa en la Escuela de Jvenes Talento en
Letras, programa de formacin para nuevos escritores desarrollado por la Universidad Dr. Jos Matas Delgado y el Ministerio de Educacin de El Salvador. Parte de su obra aparece en
las antologas Trilces trpicos. Poesa emergente en Nicaragua
y El Salvador (Barcelona: La Gara, 2006) y Cruce de poesa:
Nicaragua-El Salvador (Managua: 400 elefantes, 2006) y en las
revistas mexicanas Viento en Vela y Punto de Partida. Dirige el
proyecto Laberinto Editorial.

K risma M anca (San Salvador, 1980): Estudi letras de la


Universidad de El Salvador, y teatro en la Escuela Arte del Actor. En los aos 2002 form parte de la primera generacin del
taller de talentos literarios de La Casa del Escritor en El Salvador dirigido por el escritor Rafael Menjvar Ochoa. En 2004
public su primer libro, La era del llanto (Direccin de Publicaciones e Impresos, Coleccin Nueva Palabra, San Salvador), y
en noviembre de 2005 gan el primer premio internacional de
poesa joven de la editorial La Gara, de Barcelona, por su libro
Viaje al Imperio de las Ventanas Cerradas (La Gara, Barcelona,
2006). Aparece en las antologas Trilces trpicos (Ed. La Gara,
Barcelona, 2006), Cruce de poesa Nicaragua-El Salvador (Managua, 2006), 45 poetas. Antologa (Revista Cultura 94, disco

93

de audio, DPI, San Salvador, 2007), Una madrugada en el siglo


XXI (San Salvador, 2010), Memorias de la Casa (Ed. ndole, San
Salvador, 2011) y en Las otras voces, Antologa de poesa joven
salvadorea (Direccin de Publicaciones e Impresos, Coleccin poesa, 2011). Ha sido publicada en revistas de diversos pases y participado en varios festivales, recitales y conferencias
relacionados con la literatura y la poesa a nivel nacional e internacional.

a distintos encuentros de poesa en Latinoamrica y Espaa.


Actualmente est a cargo de un proyecto de poesa sonora y
regularmente colabora para peridicos y revistas de arte latinoamericano. Se puede leer en su blog personal (www.pablobromo.blogspot.com), donde publica peridicamente obra
en proceso al igual que entrevistas y otros artculos periodsticos. Tiene una columna musical en la pgina de periodismo
www.esquisses.net

L aura Zavaleta (San Salvador, 1982): Obtuvo, en el ao

Rosa Chvez (Guatemala, 1980): Poeta, gestora cultural.

2006, el primer lugar del certamen Letras Nuevas en la rama de


poesa. Ha participado en encuentros de poesa de El Salvador,
Guatemala, Mxico, y Espaa (El turno del ofendido, 2006; Festival internacional de poesa, 2006; Vrtigo de los Aires, 2007;
Voces de mujeres en la literatura centroamericana, 2011). Ha
publicado Sentada sobre todo lo imposible con la Editorial
Universitaria, y ha sido antalogada en Nuevas voces femeninas salvadoreas. Antologa potica (Editorial Universitaria, El
Salvador, 2009), Una madrugada del siglo XXI. Antologa de
poesa joven salvadorea, (El Salvador, 2010), Las otras voces
(Direccin de Publicaciones e Impresos, San Salvador, 2011) y
Voces de mujeres en la literatura centroamericana (Universidad Alcal de Henares, Espaa, 2012).

Ha publicado los poemarios Casa Solitaria (Editorial Oscar de


Len, Guatemala 2005), Piedra Abaj (Editorial Cultura Guatemala, 2009) El corazn de la piedra (Editorial Monte vila Editores Latinoamericana, Venezuela 2010), Quitapenas (Editorial
Catafixia, Guatemala 2010).Ha realizado de manera individual
y colectiva distintas intervenciones de poesa escnica en centros culturales y espacios pblicos. Su obra aparece en distintas
revistas, obras de teatro, memorias y antologas de festivales de
poesa en Latinoamrica, Europa y Estados Unidos.

GUATEMALA
Pablo Bromo (Guatemala, 1980): Poeta, narrador y editor. Da
talleres de escritura creativa, teora y edicin literaria. Dirige la
editorial Vueltegato Editores y ha sido publicado en antologas,
revistas, peridicos y pginas web entre Guatemala, Latinoamrica y Estados Unidos. Ha publicado los libros: SPAM (2012,
2013), A dos pasos (2010), Alicia (2010), Arbitraria Muchedumbre (2009), Diafragma Numrico (1999) y Cometas Breves (1997).
Ha participado en diversas exposiciones de arte y ha asistido

94

A lejandro M arr (Guatemala, 1978): Poeta, artista visual y


comunicador (guatemalteco-salvadoreo). Ha publicado los libros: Times New Roman punto 12 (Editorial Cultura, Ministerio
de Cultura y Deportes de Guatemala, 2006). Century Ghotic,
punto 10 (Vueltegato Editores, 2010). Timeless punto 11 (Catafixia Editorial 2011). Ha participado en antologas de poesa y
cuento como: Auto-homicidio semntico (Editorial Mundo Bizarro, 1998). Terrorismo Moral y tico (Editorial Mundo Bizarro,
1998). Tanta imagen tras la puerta (Editorial Universidad Rafael
Landvar de Guatemala, 1999). Voces de Posguerra (Embajada
de Suiza en Guatemala, 2000). Sin Casaca, Antologa de relatos breves(Instituto de Cultura Hispnica en Guatemala, 2008).
Poesa Latinoamericana. (Editorial EGO Group, Miami FL.
2008). Poetas por el Salvador (Editorial Delgado, El Salvador 2008.
Microf, (Editorial Catafixia, Guatemala 2013. El futuro empez
ayer, Editorial Catafixia y UNESCO, Guatemala 2013). Su obra

95

plstica forma parte de varias colecciones de arte, pblicas y


privadas, en Centroamrica, Mxico y Estados Unidos. Dirige
los proyectos Baja Resolucin Films de videoarte. Editorial Mala
Palabra de poesa concreta. Colaborador del rea grfica de las
Editoriales Cataxifia, Vueltegato, Chuleta de Cerdo en Guatemala
y Encuentros Imaginarios en Suecia. www.alejomarre.blogspot.
com/www.artemarre.blogspot.com./www.twitter.com/elotromarre

de fotografa. Actualmente prepara otros libros-objeto de poesa a


publicar. / http://poemaanimal.blogspot.com /manutzoc @gmail.
com/ gabrielmayhu@yahoo.com

Julio Serrano Echeverra (X elaj, 1983): Escritor y reali-

Poeta, narrador, licenciado en Letras con orientacin en Literatura por la Universidad Nacional Autnoma de Honduras en el
Valle de Sula. Primer lugar en el premio scar Acosta ao 2001.
Mencin de honor Instituto Cultural Latinoamericano, Junn,
Argentina, 2001. Ha obtenido premios en los Juegos Florales
de Santa Rosa de Copn, Honduras, en los aos 2006, 2008,
2010, 2011 y 2012. Parte de su obra potica y narrativa ha sido
publicada en revistas literarias de Honduras, Mxico, Nicaragua y en Brasil por el poeta Antonio Miranda. Ha sido antologado en los libros Muestra potica (2002, San Pedro Sula) y Cuarta
dimensin de la tarde (2011, Holgun, Cuba, y San Pedro Sula,
Honduras). Ha publicado los libros de poesa Corral de locos
(Mimalapalabra, San Pedro Sula, 2009) y Extranjero (Mimalapalabra, San Pedro Sula, 2011).
Ha impartido talleres de redaccin y poesa a nios de su ciudad. Ha participado en los festivales internacionales de poesa
de Pereira, Colombia, en 2009, y en Managua, Nicaragua, 2012.
Es articulista de Diario El Heraldo.

zador audiovisual guatemalteco. Termin sus estudios de Literatura hispanoamericana en la Universidad de San Carlos de
Guatemala. Ha sido becario de la Fundacin Carolina y de la Residencia para Artistas de Iberoamrica FONCA-AECID.
Forma parte del colectivo Cuatro Caminos, con quienes produce diversos proyectos audiovisuales. Publica peridicamente ensayos, crnicas y reseas sobre cine y literatura en
revistas de la regin. Ha publicado los libros Las palabras y
los das (2006), TRANS 2.0 (2009), Fractal(2011), Actos de magia (2012), Central Amrica (2013) adems su obra aparece en
varias antologas.

M anuel Gabriel Tzoc Bucup (Totonicapn/ciudad de Guatemala, 1982): Poeta y viajero. Publico su primer libro Escop(o)etas para una muerte en ver(sos) b-ala en 2006 por la
editora artesanal Folio 114 (Guate) Publicaciones alternativas
en S.O.P.A. (Sociedad Optativa de Poetas Annimos) desde el
ao 2,007. Sus textos aparecen en revistas y antologas latinas
de poesa. Colabora con la participacin de diversas lecturas
de poesa en centros culturales, espacios pblicos y departamentos. Su segundo libro es publicado por el movimiento artesanal latinoamericano cartonero Santa Muerte Cartonera De
textos insanos (Mxico 2009) Publico su tercer libro de poemas
titulado GAY(0) con la editorial portea Milena-Caserola (Argentina 2010). Un siguiente titulo El ebrio mar y yo por s.op.a.
(Guate 2011). Tambien es artista conceptual, performer, y modelo

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HONDURAS
Murvin A ndino Jimnez (San Pedro Sula, Honduras, 1979):

Fabricio Estrada (Sabanagrande, Francisco Morazn,


1974): Entre sus libros se encuentran: Sextos de Lluvia, 1998,
Poemas contra el miedo, 2001, Solares, 2004 , Imposible un
ngel (antologa), 2005 Poemas de Onda Corta, 2009, Blancas
Piranhas, 2011. Su obra ha sido antolagada en : Cien Aos de
Poesa Poltica en Honduras, (Roberto Sosa, 2003); Las Rutas
del Viento, antologa luso espaola( Alfredo Prez Alencart,
Madrid, Espaa, 2005); La Herida en el Sol, antologa Poesa

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Centroamericana Contempornea UNAM, Mxico, 2008;


Puertas Abiertas, Antologa de Poesa Centroamericana
(Sergio Ramrez-Fondo de Cultura Econmica-Mxico, 2011
Cuerpo Plural, Memoria del XVIII Festival Internacional de
Poesa de Medelln, Colombia 2008), Poesa Hispanoamericana
Contempornea( Gustavo Guerrero - Instituto Cervantes de
Madrid 2010). Ha sido invitado a los principales festivales de
poesa iberoamericanos, entre ellos el V Festival La Poesa Tiene
la Palabra, Casa de Amrica, Madrid-Espaa, 2005.

M agdiel M idence (Tegucigalpa, 1984): Estudiante de Lenguas Extranjeras de la Universidad Nacional Autnoma de
Honduras, UNAH, particip en el taller de literatura Edilberto
Cardona Bulnes, coordinado por el poeta Fausto Maradiaga y
en el taller de dramaturgia El carromato, entre sus publicaciones estn: Autorretrato de un payaso adolescente y Poemas de
Infierno. Fund Maldive Editores, junto a dos compaeros de
su generacin, trabaja como editor en MeraV Magazine.
http://midence.wix.com/magdiel-midence

NICARAGUA
Carlos M-Castro (M anagua, 1987): Es autor de Antropologa del poema (Managua: Leteo ediciones, 2012) y Best seller.
[lbum promocional] (indito; cuentos). Actualmente es director
editorial del portal NotiCultura.com. Est incluido en Flores de
la trinchera. Muestra de la nueva narrativa nicaragense (Managua: Fondo Editorial Soma, 2012) y en 4M3R1C4 2.0: Novsima
poesa latinoamericana (Monterrey: UANL-Bonobos, 2013). Ms
informacin: http://about.me/carlos.mcastro.

Ezequiel d Len M ass (M asaya,1983): Ha publicado el poemario Trasgo (2000), La escritura vigilante (2005) y Ciudad sin
lamos (2010). Escribe la columna semanal Rincn del malabarista en el peridico La Prensa de Nicaragua.
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M ario M artz (L en, 1988): Es autor del poemario Viaje al


reino de los tristes (2010), con el que fue uno de los ganadores
del Certamen para Publicacin de Obras Literarias que
convoca anualmente el Centro Nicaragense de Escritores.
Obtuvo en 2006 el Primer Lugar en poesa del XII Certamen
de Literatura Jos Coronel Urtecho, de UPOLI. Dirigi por dos
aos la revista literaria Voces Nocturnas. Ha escrito tambin
los guiones performticos Para que nos llamen ngeles cados,
Marilyn Project: Ser rubia no es tan cool, y El sueo de Billy
Blue, presentado en la fundacin Casa de un Mundo, de la
ciudad de Jena, Alemania. Website: www.mariomartz.com

A lejandra Sequeira (M anagua, Nicaragua,1982): Poeta. Ha


publicado Quien me espera no existe (poesa), Centro Nicaragense de Escritores, 2006.Mencin de honor en el IV Concurso Nacional de Poesa Mariana Sansn 2006. Ha sido incluida
en diversas antologas centroamericanas y de Mxico, as como
en revistas literarias de Chile, Mxico, Estados Unidos, Cuba
(Casa de las Amricas) y Centroamrica. En Nicaragua, aparece en El Hilo Azul, revista dirigida por el escritor nicaragense Sergio Ramrez y Soma, publicacin en lnea realizada por
escritores jvenes, entre otras. Su obra tambin ha sido publicada en suplementos literarios de su pas y blogs literarios.Ha
participado desde el 2006 en el Festival Internacional de Poesa
de Granada y otros encuentros de la regin centroamericana,
Mxico y Cuba. Ha participado y organizado lecturas con mujeres privadas de libertad y personas con discapacidad auditiva.
Colabora con artistas performticos y de las artes visuales. Es
miembro del PEN-Nicaragua.http://lilasbajoeltren.blogspot.
com/@laalesequeira lucia.lamaga@facebook.com /gatocalculista@gmail.com

Natalia Hernndez Somarriba (M anagua, 1982):

Fue
miembro de los grupos y revistas El pozo del paroxismo y Literatosis; Tambin de Mayagna y posteriormente dewww.marcaacme.com. Form parte de la Academia Literaria Carpe diem,

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en la Universidad Americana (UAM) de Managua, mientras estudi Mercadeo y Publicidad. En el 2000, debut en el recital,
Entre lneas, formando parte de un nutrido grupo de jvenes
artistas que poco tiempo despus constituyeron el grupo Mayagna, desaparecido en el 2001.
Su obra ha sido incluida en Con mano de mujer. Antologa de
poetas centroamericanas contemporneas (1970-2008), investigacin de Magda Zavala Gonzlez, 2011. Es productora, cuenta
con una maestra en Realizacin de Programas de Televisin,
Universidad Complutense de Madrid y el Instituto Oficial de Radiodifusin y Televisin, Madrid, Espaa. Tiene 8 aos de experiencia en produccin audiovisual, ha trabajado en produccin
en series de televisin, comerciales, documentales, cortometrajes y videos institucionales. http://lanataescuchandome.
blogspot.com/ @clicknatalia/ natalia.hernandez@gmail.com

PANAM
Jhavier Romero (L a Chorrera, Panam, el 2 de septiembre de 1983): Poeta, dramaturgo, director de teatro y profesor
de Literatura. Premio de Poesa Demetrio Herrera Sevillano
(2002),. Mencin de Honor en el Concurso de Poesa Joven Gustavo Batista Cedeo (2004 y 2006). En el ao 2006, la Editorial 9
signos public un volumen compilatorio de su trabajo potico
bajo el ttulo de Meditacin en un laberinto y otros extravos.
En el ao 2009, obtiene el Premio Gustavo Batista Cedeo por
su libro Lluvia inflamable. Poemas suyos han sido publicados
en revistas literarias como Letralia (Venezuela), Catedrales de
Hormigas (Cuba), ABRIL (Luxemburgo-Madrid), entre otras.
Ha representado a Panam en Festivales Internacionales de
Poesa tanto en Amrica como en Europa.
Mar Alzamora-Rivera(1981, Panam)Msico y poeta. Mencin
de Honor en el Concurso de Poesa Joven Gustavo Batista Cedeo en 2011 con su libro El da que no tuvo noche. Ha sido

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publicada en la revista virtual costarricenseLas Malas Juntas,


enla Audioteca de Poesa Contempornea de Argentina y en la
Revista Cultural MAGA de Panam. Curadora de los blogsAfinidades Electivas-PanamyEl otro lado del Xanad.Pertenece
al Comit Organizador del Festival de Poesa Internacional Ars
Amandi y al Festival San Francisco de la Montaa. Desde 2008,
es co-directora y productora del colectivo musical PAISAXE,
enfocado en la difusin de msica latinoamericana. Amantedel
yoga, el cine, los atrapasoles y los gatos.

M agdalena Camargo (Szczecin, Polonia,1987): Actualmente realiza estudios de Lengua y Literatura en el Departamento
de Espaol en la Universidad de Panam. Curs el Diplomado
en Creacin Literaria de la Universidad Tecnolgica de Panam
en el 2007. Ha dictado talleres infantiles y dirigido proyectos
en la editorial artesanal Diablo Rojo Cartonera. Mencin de
Honor y la tercera Mencin de Honor en el concurso Premio
Universidad Tecnolgica de Panam a la Promesa Literaria 2007.
En 2008 gano el Concurso Nacional de Poesa Joven Gustavo
Batista Cedeo con su poemario Malos Hbitos (Mariano Arosemena INEC, 2009) y en 2012 el mismo premio con el poemario
El espejo sin imagen. Ha sido publicada en la Antologa Panamericana (Poetas nacidas despus de 1976) de la revista virtual srieAlfa y ha sido traducida al cataln; adems sus poemas
han sido publicados en la revista virtual La estafeta del viento,
de Casa de Amrica. Forma parte del libro colectivo Contar no
es un juego (2007); Antologia80 (2010), de Diablo Rojo Cartonera; Me vibra, Brevsima Antologa Arbitraria Chile-Panam
(2011), y 4M3R1C4, poesa latinoamericana (2012); entre otras.
Ha participado de los ms importants festivales de poesa en la
regin centroamericana como: Ars amandi, Granada, Nicaragua , Quezaltenango, Guatemala, San Francisco de la Montaa y
II Encuentro Interocenico de Escritoras, Panam (2010)

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