Pantin Yolanda - Enemiga Mia (Poesia) PDF
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Yolanda Pantin
INDICE
De Casa o Lobo
1.
2.
3.
4.
Opio corazn
Conversacin en un bao
Conversacin en un automercado
Vitral de mujer sola
De La Quietud
25. No disfruto con el baile
26. Der kleine vampir
27. Las palmeras de los caballos rojos (Crdoba)
28. Yo soy otra
29. Paisaje
30. Somebody loves me in Turmero (Gottfried Benn)
31. Pergamon Museum
32. Los aos de infancia (Pier Paolo Pasolini)
33. Nouvelle
34. Una especie de vaco
35. Apuntes para una potica (Versin II, en contra de m misma)
De casa o lobo
(1981)
La infancia es una gracia que me fue desprendida. Aquello que se viene me devuelve
persona con bro de rer. Ya no tengo memoria para el nombre del rbol y semilla tallada.
Ni de aquel que resiste con caballos en las palmas y tiene a cada lado una rienda tejida.
Lo cierto ms oscuro, cuando divago y pregunto, hblame de aquello, de las cosas
sucedidas, cuando antes: la rudeza de sentarnos en las sillas de madera.
Nadie juega montura de palma. Ni dan siquiera de beber a las bestias. Ni as tenemos
casa. Ni somos. Ni an seremos parte. Pjaro de rbol, jams. Ni pasto nuevo. Rajadura
donde filtra tu voz haciendo dao. De qu lugar o infierno esa palabra a morir. Y no
poseo rincn, sitio de la tierra, reloj para esa hora, ni as donde guardarme. Cmo no
volver. Volver mientras tachamos o estarnos en pie sobre el roto de marzo.
Esta casa surge despacio en el agua de la lluvia que caa por los muros y ola a yerba y a
todo eso. Antes salan ellos, los siempre vestidos, y uno se quedaba mirando por detrs de
las puertas toda esa agua que irrumpa por los muros y las ventanas abarrotadas. Siempre
el gesto cuando el cielo caa desagundose. Tambin Dios mudaba escaparates en el
cuarto de al lado de techo enorme con murcilagos y todo. Uno miraba el aire y predeca;
hasta nos besbamos los labios de ser tan frtil la tierra de esta casa. Siempre, siempre,
haba en los pasillos, en los corredores, en cada una de las columnas, haba en el zagun
un miedo acongojado. Nos entran por los ojos letanas cuando de noche relucen
candelabros, la mesa y la plata dispuestas, ellos tan vestidos y uno en la puerta rogando
de la lluvia por afuera de los muros, la cal y los espejos.
Nada por ms me arrancar de mi sitio. Igual fulgor me escupi de muerte cuando rea mi
madre y todos. La paz es un minuto. Cierro las ventanas, las puertas antiguas de mi casa.
Es un minuto. T, ellos, de las palabras, de los labios a las palabras recias. Lento,
prolongado, insistente. No alcanzo ms que golpear. En este sitio. La palabra a golpes
desprendida. Volcada de revs. La calma es un minuto.
OPIO CORAZON
CONVERSACION EN UN BAO
Por costumbre
se acuesta en la cama
a esperar a su marido
que llega siempre tarde
da las buenas noches
bosteza
Ella se va al bao
aplaca la furia
con su mano maestra
recostada en la toalla
cuando l entra y pregunta:
Qu haces aqu?
Nada, responde.
CONVERSACION EN UN AUTOMERCADO
Yo he hecho de todo
en esta vida
mil amores de aos
con Alberto
Abogado
Ejerc como abogado
Tengo dos hijos
sanos
qu ms puedo pedir
No viajo
le tengo miedo a los aviones
Adems
viajar con el marido de una
cuesta demasiado
un pensamiento recurrente es
ya no puedo ni un minuto ms
Las mujeres solas tienen infinidad de miedos
terrores francamente nocturnos
los sueos de tales mujeres son
terremotos catstrofes sociales
Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata
llevan el mismo cuello airado
lo cual no quiere decir que no quieran a nadie ms que a s mismas
esto es completamente falso
Lo cierto es que la casa de una mujer sola
est abierta a su antojo
Una mujer sola
no puede curar su soledad
porque nada est enfermo
se remedia lo curable
una gripe o un dolor de estmago
La mujer que piense que su soledad es curable
no es una mujer sola
es un estado transitivo entre dos soledades
infinitamente ms peligrosas
Una mujer sola es una mujer acompaada
aunque de este hecho no se percate ms que el zapato
al que mira con detenimiento
o el botn
que parece representar algo verdaderamente importante
como de hecho lo es
como los rboles o el cielo
slo que el privilegio que deriva de semejante atencin
es ms bien propio de las almas temperadas al siguiente fuego:
id contigo
para estar con vosotros
DIVAGACION X
De La Cancin Fra
(1989)
DESTRUCCIONES
LOS SUEOS
(en la boca de la noche)
El mdico mira
dentro de mis ojos
me hace abrir la boca
Le cuento sueos
cruzaba una piscina con un nio al cuello
A veces me asalta
un hambre de miedo
devoro todo lo que encuentro a mi lado
El mdico escucha
latir mi corazn
Asiente
con mucha seriedad
consulta un libro
encima de su escritorio
Estoy perdida
-Ya haba mirado dentro de mis ojosEntonces
le cuento otro sueo
No todo mi corazn te ama
slo la parte que est enferma
CANCION
Un nio escribe
Un nio escribe
Aqu es redondo como una naranja
Qu miran los ojos
detrs del mundo?
Ya dije que vivir es imposible
Cundo cesar este nudo
esta tarde helada
aqu afuera
hay una raya invisible
El nio mira
y ve rboles
y pjaros
Duerme
si algo dulce es posible
De El Cielo de Pars
(1989)
EL CIELO DE PARIS
ciudad
fierro
verla
con tus ojos
ser
dolorosamente
helados
tero rojizo
(escribe: lo has ledo)
Sin lengua
sin palabra
dejar al perro
mear sobre la acera
sagrada
del cielo de Pars
Mojarse mis cabellos
asida de la mano
no me perder
Es esta la tierra que te haban prometido?
Ftidas aguas
del ro que abraza
la ciudad de piedra
Ruinas
pestilencia
cpula de hierro
es un sueo ests sola
no hay otro
la luz no existe
solo a la vez
ir
dejarse ir
abrir los ojos
or
mira: cmo acabo
el nudo se deshace
II
Msica
en el cielo
en los odos
en la piel del antebrazo
dormiremos esta noche
roja de la sangre
Sed
todo ha muerto
III
Ver
volver
abrir
abrir la carne
Visiones que la muerte
lleva en el cadver
sordo a su quejido
abrir
abrir la reja
(Sal: esta es la luz)
El nio juega en la caja de piedra
Grgolas
puertas del cielo
slo de tu mano
no tengo miedo
Cielo de nen
haces de luz
en las barcazas
sombra de la mole
catedral de la ciudad
Isla de Francia
solo del cielo
sombradura
Puentes abadas
precipicios del Arte Universal
msica del cielo de Pars
a orillas del Sena
El nio danza en la caja de piedra
Labio que ha cerrado
su boca en el odo
ni luz ni oscuridad
slo la sombra
spera del hierro
El hombre bebe la inmundicia de las aguas
Cuerpo henchido
saciado
besado
fango del Leteo
Copas de los rboles
simtrica belleza
veleros en el lago
del jardn de Luxemburgo
Atiende a tu promesa
cielo negro sin odo
Ciudad
luz
belleza
santa perra
Msica del cielo
El hombre que ha sufrido
bebe de s mismo
se ahoga en la corriente
turbia de las aguas
hasta el cuello
Soy: ahora me pierdo
Cpula cobalto
cielo de Francia
llorar
irse muy lejos
Techos de pizarra
espejos
donde el hambre se devora
saciados
no
glido silencio sin color
liquidez en la que se puede hundir la mano fascinada
Faros del auto
luz del cielo
cobalto
de Pars
en primavera
La nube en el ojo de la dama
ciega
frente al bosque
respirando
(cortar: abrir la carne)
El nio canta en la caja de piedra
Llora
esta noche
campo del espejo
quebrado
en el desierto
abre, por favor, la puerta
Dorma en los fangales
al sol
con los caballos
Nadie escucha lo que dices
nadie sabe
(matar: ser la tiniebla)
No
no hemos llegado
pienso en alas en fuego en msica
pero no
no es eso lo que temo
tneles de miedo
Dejarte en las palabras
decir
Tiene usted un vaso con agua?
tenedlo ah, sobre la mesa, intil
abstinencia angustiosa
que presume el dolor y no lo crea
que escucha ya en la estepa de sus tmpanos
retumbar el gemido del lenguaje
y no lo emite
Volvindome
entera
contemplo
la ciudad
final
tiniebla
Yo era la pequea
mora en los rosales
La hoja la muralla
hiere la mano
filosa del sueo
(cortar: abrir la carne)
Cielo de Pars
cielo helado
la msica est
en ninguna parte
Aqu no hay nadie
El cadver se sacia en su florero
Cpula cobalto
IV
Yo vena de la guerra
es decir de un nuevo engao
de esos que, al igual que el dolor, hacen bien a la dignidad narcisista
segn haba ledo en un poema de Pier Paolo Pasolini
y que ahora llevaba como marca en la frente
-en cada herida una leccin para el futuro
vaco pero inmensoYa haba escuchado el ruido de las aspas
y el humano deseo
de abrazar hasta los prpados
Conoc la metralla en el telfono
y en el ocano las yardas
Sorb el trago de Pars a fondo blanco
parte a parte llor por Alemania
Tuve horrendas pesadillas
recuerdo especialmente un viaje en elefante
-de viajes no me hablenMe persiguen las imgenes
de cuerpos mutilados
en los campos
brazos antebrazos frutos de la carne
Qu sangrientas las batallas, Susan Howe
Yo vena de la guerra
y slo traigo unos poemas
Hay miedo en el dolor
ayer no ms deca
y estas palabras para un nuevo encuentro
lo importante es invisible para los ojos
porque el odio fluye en un ro de sangre
-registros sementales
VALSECITO
Eres mi criatura
yo hice tus ojos tus manos
tus dientes montados
unos encima de los otros
Yo puse tu mirada
sobre el mundo
tus dos piernas
Yo hice al mundo
vido y mojado
sin palabras
hice tu perfil
entrar al agua
tus brazadas
en el mar
en la piscina
Yo hice tu barbilla
tu cansancio
tus aletas de pez
en el acuario
Hice una joven para amarte
de veinticinco aos
la hice aptrida
enfermiza
una nia en el marasmo
Hice un pas
un enemigo
Me dije
no
est prohibido
mirarte
Me hice dao
Yo hice a mi criatura
con mi sangre
abrir la carne
Marqu las horas muertas
en este calendario
la importancia del telfono
mudo repicando
Yo hice el cable submarino
a Pars
tambin la hice
la ciudad de los amantes
De La Quietud
(1998)
YO SOY OTRA
PAISAJE
Estaba solo el da
El guardin de la planta desalinizadora
nos seal el camino
Desde el cementerio veamos
su camisa estridente
y el vago gesto de sus manos
Estas mujeres
El agua y el aire
haban desdibujado las inscripciones
sobre las viejas lpidas
Recuerdo de sus padres y de sus hermanos
Hay ms muertos que vivos sobre la tierra
dijiste
cuando el chillido del ave rasg el cielo
del poblado desierto
Tomo un mapa y marco un ciego itinerario. Ayer camin a lo largo de la avenida George
Mandel hasta el bosque de Boloa. En esa ocasin quise creer que el goce se elige, como
el sufrimiento.
Mir la fuente y sobre la terraza, la mancha de plida luz. Sentada en un banco, percib la
voz de una mujer. Prest atencin. Una madre reprenda al mayor de sus hijos. Philippe!,
le deca. Yo escuchaba el mandato venido de otros cielos. Entonces record lo que haba
olvidado. Lo que no poda recordar porque no tena rostro, ni tiempo, slo la huella de lo
que ha muerto en nosotros, pero est profundamente vivo. No del amor se enamora el
amante, ni de nadie, sino de la nostalgia del amor.
-Usted tiene que obedecerme, le dijo la madre al nio.
Yo miraba todo y senta
la herida sobre el labio que ahora sangra.
PERGAMON MUSEUM
ser reconocido
Esto es el amor
la entraable voluntad de someterse
de hacer dao
T reconociste en m al padre que abandona
yo reconoc la frente de un nio sin nadie
Pero t tambin sabias
lo que haba padecido todos estos aos
los aos de infancia
contra el pecho el legado materno
nuestra nica herencia de parias
Distrajimos el miedo como si no supiramos
nada el uno del otro
cuando yo haba tocado tus entraas
porque el alma respira
en la respiracin del cuerpo
que ahora me niegas
No te engaes, no me abandones
te lo suplico
en un prximo abril
NOUVELLE
La imagen se avena
con pasmosa realidad
Pens: es la montaa
que nunca haba mirado
como esa tarde
cuando el perfil me sorprendi
su inmanencia
Ahora no me importa
porque me he vaciado
Sin embargo hecho en falta
la intensidad de mis efectos
Siento un vaco
una especie de vaco
an en la luz
iridiscencia
-malvas naranjasde la inaprehensible realidad
_____________
II
Algunas notas:
En el poema Somebody loves you in Turmero hay una referencia directa al poema Mutter (Madre) de
Gottfried Benn, traducido por Vernica Jaff para la antologa que hizo del poeta alemn y que fue
publicada en Ediciones Angria, Caracas 1989: Te llevo como una herida/ que no se cierra sobre mi
frente./ No siempre duele, y el corazn/ no se derrama mortalmente por ella./ Slo algunas veces, de
pronto, estoy ciego y siento/ sangre en mi boca.
En Las palmeras de los caballos rojos resumo un dilogo imaginado por Antonio Tabucchi entre Alvaro
de Campos y Fernando Pessoa que forma parte del relato Los tres ltimos das de Fernando Pessoa
traducido por Carlos Gumpert M. y Xavier Gonzlez Rovira:
Has amado de verdad a alguien?, susurr Pessoa.
He amado de verdad a alguien, respondi en voz baja Campos.
Entonces yo te absuelvo, dijo Pessoa, te absuelvo, cre que en tu vida slo habas amado la
teora.
El poema de Pier Paolo Pasolini Splica a mi madre, me dio pie para escribir Los aos de infancia. El
ltimo verso del poema de Pasolini, en la traduccin de Juan Antonio Mndez para la coleccin Visor
de poesa, dice as: Estoy aqu, solo, contigo, en un futuro abril...
El cielo de Pars fue escrito a pulso con la ayuda de fragmentos de T.S. Eliot, Blanca Varela, Eduardo
Mitre, Jos Gorostiza, Luis Cernuda, Gottfried Benn, Clarice Lispector, Jun Snchez Pelez, Anne
Sexton y Elena Vera. Las muchas citas, en cursiva o no, forman parte del tejido del poema.
Esta obra ha sido creada en formato electrnico (pdf) para ser distribuida por Palabra Virtual con la
autorizacin de su autora.
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