Album Histórico Arg

Museo Roca
Histori a Visual
lbum Histrico Francisco Fortuny
Cr ditos
Directora del Museo Roca
Mara Ins Rodrguez Aguilar
Proyecto e investigacin iconogrfica
Marcela F. Garrido
Cuidado de la edicin
Mario A. Cooke
Coordinacin tcnica
Sofa Ehrenhaus
Administracin del sitio web del Museo
Juan M. Corbetta y Andrea F. Savall
Produccin y diseo grfico
MFG Editores
mfgeditores@fibertel.com.ar
Pa ra la reproducci n y uso de im genes ci ta r la fuente: Ma rcela F. Ga rrido: lbum Histrico Argentino. Coleccin de 60
cuadros debido al pincel del reputado artista Don Francisco Fortuny 1910. Museo Roca , Buenos Ai res, 2011.
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Chiclana rompe la renuncia de

Liniers. 1 de enero de 1809
Con motivo de
e spaole s,
unas ele cci one s los
amparados
por
el
Cabildo,
haban acopi ado armas pre sentndose con

ell as en l a Pl aza de Mayo dando gri tos.
Crey ndose
tri unfantes
l os
cabil dantes
mandaron una comisi n e ncabe zada por el

obi spo Lu para que confe renci asen con
Li nie rs y l e arrancasen l a renunci a. Este la
haba e scrito y entre gado al obi spo, pe ro
Chi cl ana, en prese nci a de l a comisi n tom
el acta y la hi zo pe dazos.
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Intimacin de los patriotas

20 de mayo de 1810
Estaba el virrey Cisneros jugando una partida

a la baraja con algunos de los jefes del fuerte,
cuando se vio sorprendido por la presencia de
una comisin compuesta por Castelli y Martn
Rodrguez que le exigieron la cesacin del
mando en nombre de los patriotas, que
deseaban a todo trance organizar una Junta de
gobierno y no permitir la continuacin de
Cisneros al frente del Virreinato.
Cisneros al principio resisti con energa
acatar las rdenes de los comisionados, pero al
fin consinti en la renuncia.
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C ab i l d o Ab ie r to
22 de mayo de 1810
A las nueve de la maana se reuni el Cabildo

abierto con asistencia de doscientos cuarenta y
seis personas, y en l aparecieron diversas
opiniones, que dividieron a los presentes.
Despus de largas discusiones y de haberse
rechazado varias proposiciones se resolvi por fin
declarar cesante la autoridad del Virrey y dar
facultad al Cabildo para elegir una Junta que
deba gobernar hasta la reunin de los diputados
de todas las ciudades y villas del Virreinato.
Daban las doce de la noche del 22 de Mayo
cuando el escribano del Cabildo proclam el
resultado de esta reunin que haba durado
quince horas.
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Reunin secreta en casa de

Vieytes. 24 de mayo de 1810
Los patriotas pensaban ya seriamente en
hacer un movimiento aunque no haban fijado el
tiempo ni la ocasin. Los principales de entre
ellos tenan reuniones privadas donde
deliberaban secretamente sobre los sucesos y
sobre el partido que podran sacar de ellos. Estas
reuniones tenan lugar en la fbrica de Hiplito
Vieytes donde los amigos iban de paseo por
las tardes, y otras en la preciosa quinta de
Nicols Rodrguez Pea. Los que se reunan eran;
el mencionado Vieytes, Manuel Belgrano,
Nicols Rodrguez Pea, Juan Jos Castelli, Juan
J. Paso, French, Berutti, Larrea, y otros hombres
de accin y de ideas liberales.
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E l 25 de M ay o de 18 10
El Cabildo se reuni temprano para formar la

nueva Junta por haber renunciado en masa la que
haba sido nombrada la vspera. Esta corporacin
intent oponerse todava a la voluntad del
pueblo, que quera ser gobernado por personas
de su entera confianza; pero el Cabildo tuvo que
ceder ante la actitud decidida de los numerosos
grupos de personas que se haban reunido en la
Plaza de Mayo al aparecer las primeras luces del
da, no obstante el tiempo fro y la lluvia que caa.
Todos los concurrentes ostentaban en el pecho o
en el sombrero un distintivo de cintas blancas y
celestes que French y Beruti haban distribuido.
Aquel da fue el gran da de la patria.
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El pueblo quiere saber de qu

se trata. 25 de Mayo de 1810
Viendo que el Cabildo no terminaba su sesin,
el pueblo, impaciente ya, se precipit en las altas
galeras con French y Beruti a la cabeza para
saber lo que se estaba tratando.
Los
concejales
consiguieron
calmarlos,
garantindoles su buena fe, y obtuvieron de

aquellos que aquietaran la multitud.
La sala fue despejada, e inmediatamente el
Cabildo convoc
a los jefes militares para
pedirles proteccin contra los revolucionarios,

pero los jefes les respondieron que no solo no
podan comprometerse, sino que estaban
seguros de que, en ese caso, ningn soldado
acatara sus rdenes.
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L a p r i m e r a J u nt a . 2 5 d e m a y o d e 1 8 1 0
Be ruti pre se nt una lista de l as pe rsonas que deban

compone r l a Junta de Gobi e rno.
Las pe rsonas consi gnadas e n l a li sta y que consti tuye ron el
pri me r gobie rno patri o fue ron:
pre si dente: Cornel io Saavedra, Vocales: Manue l Bel grano,
Juan
Jos
Castel li ,
(sace rdote),
Domingo
Mi guel
Azcu naga,
Matheu
(e spaol ),
Manuel
Al be rti
Juan
Larre a;
Se cre tari os: Juan Jos Paso y Mari ano More no.
Los di re ctore s e ran los pri nci pal es miembros de l a Soci edad de l os Sie te . Esta
socie dad pol ti ca haba conse guido re ali zar pues sus patriti cas aspi racione s.
Se gn se haba acordado el 22 de mayo l a Junta deba orde nar l a sali da de la
e xpe di cin mil i tar al Inte rior para auxili ar a l as provinci as y facili tar el re conoci mie nto
del nue vo gobie rno .
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La expedicin al interior
9 de julio de 1810
La Junta creada por la revolucin del 25 de
Mayo de 1810, estaba obligada a enviar una
expedicin armada al interior, con el objeto de
proteger las dems provincias y procurara que
stas eligiesen en libertad sus diputados para
formar el Congreso General que deba establecer
la forma definitiva de Gobierno. El 9 de julio de
1810 sala de Buenos Aires un ejrcito de 1150
hombres a las rdenes de Francisco A. Ortiz del
Campo, siendo su segundo jefe Antonio Gonzlez
Balcarce. Mientras tanto, el gobernador de
Crdoba, de acuerdo con Liniers y otros
personajes espaoles, levantaron en esa provincia
el estandarte real; trataron de organizar una
contrarrevolucin y se prepararon para resistir a
las tropas de la Junta.
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11
F us il ami e nt o de L i ni er s . 2 6 de ag ost o de 1 8 10
El 26 de agosto por l a maana fue ron fusil ados en el

paraje de nominado Cabe za de Ti gre :
Li ni e rs, Concha, el corone l Santi ago All ende , el oi dor
fiscal doctor Vi ctori ano Rodrguez y el mi ni stro de l as
cajas re ale s Joaqun More no.
Orel lana l ogr salvar graci as a sus hbi tos de obi spo.
Para justifi car e se acto l a junta re voluci onari a publi c un mani fie sto en que se de ca l o
si guie nte : Hemos de cre tado el sacrifi ci o de e stas vcti mas a la sal ud de tantos mil lone s
de inocente s. Sl o e l te rror del supli cio puede se rvi r de e scarmie nto a sus cmpli ces.
De scontando el exce so de acci n re pre si va que se pue da obse rvar en e ste acto de l a
junta, es ne ce sari o re conoce r, que e sta medida afi anz l a revol uci n, re solvi endo a los
que e staban i rresol utos a pronunci arse por l a causa revol uci onari a.
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La expedicin al Paraguay
28 de septiembre de 1810
La Junta resolvi enviar al Paraguay una
expedicin armada, cuyo mando confi a Manuel
Belgrano, vocal de la misma, a quien coloc las
charreteras de general. Belgrano sali de Buenos
Aires el 28 de septiembre de 1810 con doscientos
hombres, sacados de los diferentes batallones de
la Capital. En San Nicols de los Arroyos se le
incorpor un grupo de patriotas. Pas luego a
Santa Fe, y de all al Paran donde recibi otro
refuerzo de doscientos hombres del regimiento
de Patricios que le enviaba la Junta, formando
todos un ejrcito de novecientos cincuenta
hombres. Con estas fuerzas, Belgrano se situ en
Curuz-Cuati, decretando la fundacin de este
pueblo, como representante de la Junta.
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B at al l a de S ui pac ha. 7 de nov ie mbr e de 1 81 0
Re chazado en Cotagai ta, Bal carce re troce di hasta

Sui pacha, donde acababa de lle gar Juan Jos Castell i
con refue rzos de artill e ra.
Los re ali stas tratando de sacar prove cho de su
triunfo, se haban adel antado al mando del marino Jos
de Crdova y Rojas, contando con hall ar un triunfo
fcil en el ll ano. El ej rci to patriota e n ve z de senti rse
abati do por el re ciente re vs, haba cobrado ni mos y entr a l a l ucha lleno de ene rgas,
con l a confi anza absoluta de l tri unfo. El enemi go abandon el campo en pre ci pitada fuga
y completa di spe rsi n, dejando toda su artille ra, gran cantidad de fusil es, muni cione s,
mul as, mucho di ne ro y alhajas acaparadas e n Li ma. Fue ron tambi n tomados cie nto
oche nta prisione ros y dos bande ras.
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El brindis de Duarte
12 de noviembre de 1810
Conocido el triunfo de las armas argentinas

en la batalla de Suipacha los jefes y oficiales del
batalln de Patricios quisieron festejar con un
banquete en el cuartel la gloriosa noticia.
Asistieron el presidente de la primera Junta,
coronel Cornelio Saavedra con su seora, y en
el momento de los brindis, un oficial llamado
Duarte les present una corona proclamando al
futuro emperador del Amrica.
Duarte fue desterrado para siempre del
territorio de su patria.
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17
La diplomacia de Belgrano
22 de enero de 1811
El gobernador de Paraguay, general Velazco se dio
cuenta de las ventajas que poda sacar de la situacin de
Belgrano e hizo retirar sus tropas al punto llamado
Paraguar, al sur de Asuncin, y all tuvo lugar la batalla de
este nombre. Los patriotas se vieron envueltos por las
numerosas fuerzas del enemigo, sin medios de arrollarlos
en conjunto; y ya bastante desordenados, emprendieron
la retirada con slo doscientos hombres de caballera. La
retirada era difcil por las condiciones del terreno por
donde tena que retrocederse y por la reducida fuerza
con que se contaba. En las mrgenes del ro Tebicuary, el
general Cabaos alcanz a Belgrano y ste al verse
perdido, pero resuelto a hacer un esfuero desesperado,
se puso al habla con aquel general buscando conquistar
con la diplomacia lo que era imposible por las armas.
Cabaos comprendi el significado de la revolucin de
Mayo y el gobernador Velazco fue depuesto,
declarndose la independencia del Paraguay.
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18
El combate de San Nicols

2 de marzo de 1811
El inteligente Azopardo slo con la goleta
Invencible que montaba, jura no abandonar su buque,
en el combate de San Nicols. Los espaoles disparaban
una lluvia terrible de hierro y plomo sobre la nave
capitana que bajo tan mortfero fuego se bata
heroicamente. Al fin se resuelven los hispanos a abordar a
la nave argentina y la Invencible sostiene el abordaje
por espacio de dos horas con gran valor.
Vindose perdido, Azopardo hace un postrer
esfuerzo para no caer en poder del enemigo: corre a
hacer volar la Santa Brbara, para perecer pero no ser
vencido. El destino burla su propsito.
Descarga varios tiros en la puerta cerrada. El
enemigo aterrado, le ofrece la vida de todos y aceptando
el ofrecimiento exclama: La desgracia no me ha dejado
acabar de cumplir con mi deber!.
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19
Muerte de Moreno
4 de marzo de 1811
Con motivo de un decreto, que firm Saavedra

disimulando su fastidio y mala voluntad, se acentu
de tal modo la tirantez de relaciones que poco
despus mediante una hbil y poco patritica
maquinacin de Saavedra, Moreno tuvo que
renunciar. Pocos das despus de su separacin fue
encargado de una misin en Inglaterra para
promover los intereses polticos y comerciales del Ro
de la Plata. Durante este viaje largo y malo, lleno de
incomodidades insufribles, Moreno se enfermo de
pronto, y el capitn, un desconocido, un perverso
quizs (dice el hermano) le dio una dosis de trtaro
emtico que deba ser excesiva por que le caus la
muerte en pocas horas, el da 4 de marzo de 1811, al
amanecer. Tena slo treinta y tres aos.
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20
Retirada de Potos
25 de agosto de 1811
Pueyrredn emprende su famosa retirada de

Tucumn, desde Potos, llevndose todos los
caudales del Estado y el armamento que all exista,
a la cabeza de un pequeo destacamento, con el
cual se abri paso por entre sus enemigos,
batindolos varias veces, hasta poner en salvo los
restos del ejrcito y los caudales que haba evitado
que cayeran en poder de los realistas.
Aquel puado de hroes realiz hazaas
comparables tan slo a la de los soldados de
Lenidas. Debido a los esfuerzos de ese
destacamento se obtuvo en gran parte, puede
decirse, la realizacin de la idea ms grande y
atrevida que surgi de la mente de los libertadores
de Amrica toda.
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21
El patriotismo de una madre

Septiembre de 1811
Cuando
Ortiz
de
Ocampo
re aliz
la
expedi cin al i nteri or con objeto de tomar la

ciudad de Crdoba, que estaba e n pode r del
gobernador Concha y el seor Linie rs, se
encontr con que el patriotismo haba he cho
explosi n en los puebl os de la campaa.
Los
jvenes
inspirados
por
nobles
sentimientos patri ti cos, se ofrecan para

combatir por la causa de l a revoluci n. Una
madre se present al gene ral Bal carce,
se gundo jefe de l a expedi cin, y le ofre ci su
hijo como tributo de gue rra.
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22
Sublevacin de Patricios
7 de diciembre de 1811
El Triunvirato aprovech l a ausencia de

Saavedra para nombrar jefe de Patrici os al
coronel Bel grano. ste que tena verdade ra
pasin por mantener ntegra l a disciplina
militar orden re cortar las trenzas a los
soldados. Nadie acat la orden. Entonces,
Bel grano, mand que a la hora de la revista
intimasen
cada
compaa que
deba
presentarse con el pelo recortado. Ante tal

amenaza el cuerpo se sublev induci do por
cabos y sargentos. Despu s de un encarnizado
combate fue ron dominados.
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23
L a pr i me r a bande r a. 2 7 de f e br er o de 18 1 2
Encontrndose Bel grano en e l pue bl o del Rosario

acti vando l a construcci n de l as bate ras en l as
mrgenes de l Ro Paran para impe di r e l paso a l a
e scuadrill a e spaol a, propuso al gobie rno l a adopcin
de una e scarapel a para evi tar que los cue rpos del
e j rci to l a
usaran de disti nto col or y para que al
mi smo tie mpo, fue ra smbol o de uni n e ntre el los. El

gobi e rno re spondi a l a pe ti ci n de Bel grano de cl arando que l a Escarape l a Nacional
de l as Provi ncias de l Ro de l a Plata se ra de col or bl anco y azul cel este . Este de cre to
del gobie rno no autori zaba a Bel grano a cre ar una nue va bande ra. Si n e mbargo, al
ge ne ral asumi l a re sponsabi li dad y el da 27 de fe bre ro, con motivo de l a inauguraci n
de l as dos bate ras, e narbol por pri me ra ve z, l a pri me ra bande ra azul y bl anca.
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25
Las damas patriticas

30 de mayo de 1812
Se reunieron en la casa de Escalada varias seoras y
nias, que han pasado a la historia bajo la
denominacin de Sociedad Patritica. Eran las doce
de la noche, cuando se retiraban las unas y se
quedaban las otras, comentando su actitud, que haba
de producir honda sensacin al pblico una vez
publicada en la Gaceta.
Cada una de aquellas nobles patricias contribuy
con su bolo a llenar las necesidades apremiantes del
momento; momento angustioso para la causa,
evacuando el Paraguay, retirado nuestro ejrcito de la
ciudad oriental, se haba entrado en una gran tensin
nerviosa por las incertidumbres que rodeaban la
suerte de las fuerzas de Tucumn.
Bernardo de Monteagudo, que asisti a la reunin,
redact, de acuerdo con el pensamiento de las damas
asistentes, la note de ofrecimiento al gobierno.
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26
El esclavo Ventura
2 de julio de 1812
Una maana se ocupaba el esclavo Ventura en cortar

juncales cuando fue sorprendido por un espaol llamado
Lacar. Este le haba ofrecido dinero y libertad para entrar en
una conspiracin contra la patria. La revolucin deba ser
encabezada por el seor Martn de lzaga, con todos los
ricos de la ciudad. lzaga era el dueo de la extensa quinta
cuyos fondos daban al Riachuelo. Como haba dado
pruebas de revolucionario mucho antes, el seor
Pueyrredn no lo dejaba de vista, a fuer de hombre sagaz
que era. Se sospechaba de la conspiracin y se tomaron
medidas de precaucin, dirigiendo las investigaciones por el
lado de donde estaba el negro. Este confi su secreto al
alcalde de distrito. El gobierno sin ser sentido, puso la mano
de pronto sobre un nmero de quince o veinte personas y
las sumari. La causa de la libertad se libr del fracaso
sangriento y horrible. lzaga y sus compaeros fueron
fusilados al pie de la Pirmide de Mayo.
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27
La conjuracin de lzaga
5 de julio de 1812
Exista una conspiracin fraguada por el elemento
peninsular a cuyo frente se hallaba Martn de lzaga
y en cuyas filas figuraban muchos espaoles
acaudalados. Cierto espaol llamado Lacar cometi
la imprudencia de ofrecer dinero a un negro esclavo
cortador de juncos, para que tomara parte en la
revolucin. El negro llev la noticia a su amo (*) y
pronto el gobierno, sin ser sentido puso mano sobre
ms de quince personas instruyendo procesos
sumarsimos. lzaga que no pudo ser tomado en los
primeros das gracias a la proteccin y el asilo que le
dispensara el cura de la Concepcin, fue habido
finalmente en casa de una seora amiga del cura.
lzaga y sus compaeros fueron fusilados al pie de
la Pirmide de mayo el da 6 de julio.
* Nota: Error: est claro que el negro esclavo denunci a
lzaga al alcalde de distrito; por eso el gobierno pudo
abortar la conspiracin.
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B at al l a de Tuc umn. 2 3 se ptie mbr e de 1 8 12
Be l grano haba he cho pi e e n Tucumn y

de sobe de ci endo l as rde ne s del gobi e rno
e spe r l a l le gada de l ge ne ral Tri stn para
pre se ntarl e batal l a.
Esta tuvo l ugar e l 23 de se pti e mbre sie ndo
uno de l os grande s tri unfos de l e j rci to
arge nti no. Se disti nguie ron por sus dote s
mi li tares Bal carce y Dorre go. Los patri otas se
apode raron
de l parque , de l os
caone s,
muni ci one s y cie ntos de prisi one ros.
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L a bat al l a de S al t a. 2 0 de fe bre r o de 1 81 3
Derrotado en Tucumn, el general Tristn hizo pie en Salta.

Desde octubre a febrero recibi nuevas tropas, parques, pertrechos y
cuanto pudo mandarle su primo el general Goyeneche comandante
en jefe de todas las tropas del Virreinato del Per. All esper a
Belgrano contando con vencer y abrirse de nuevo camino a Crdoba.
Belgrano march sobre l con un precioso ejrcito.
Trabada la batalla en las inmediaciones de la ciudad, los cuerpos arrollaron y doblaron con
mpetu la izquierda del enemigo; el centro tuvo que ceder al verse descubierto por ese flanco,
dejando perdida toda su derecha colocada en la falda del cerrito de San Bernardo. Los realistas y su
general retrocedieron y se atrincheraron fuertemente en la plaza. Los vencedores tomaron todas las
avenidas y preparaban el asalto cuando el general Tristn vindose perdido pidi la capitulacin.
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B at al l a de S an L ore nz o. 2 3 de fe bre r o de 1 81 3
Los marinos (as se llamaba a los tripulantes de la escuadrilla

espaola) se acercaron a la costa el 22 de febrero. Iban al mando de
Juan Antonio Zabala y eran unos doscientos cincuenta infantes con
dos caones ligeros.
Cuando llegaron a unas tres cuadras de los granaderos en una
carga briosa y sangrienta cayeron sobre ellos destrozando sus lneas
y llevando a sus nimos la confusin y el terror. Una segunda carga provoc la fuga en el mayor
desorden. En este combate se produjo el conocido episodio del sargento Cabral. San Martn haba
rodado en el encuentro, cayendo su caballo en forma tal que le apret la pierna. En estas
circunstancias hubiera sido embasado por la bayoneta de un soldado enemigo, si el sargento Cabral
en un acto de admirable arrojo no se hubiera sacrificado por su jefe cubrindolo con su cuerpo.
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El Himno Nacional
8 de mayo de 1813
Vicente Lpez haba asistido a una
representacin dramtica de carcter patritico.
Sintindose inspirado, sali del teatro y se dirigi
a su casa. Sin quitarse la ropa que vesta se puso
a escribir el Himno Nacional. La cancin
patritica fue presentada a la asamblea y en la
sesin del 11 de mayo fue aprobada por
aclamacin, mandndose que se cantara en
todas las fiestas oficiales, y que los nios de las
escuelas, en los aniversarios patrios, saludaran al
sol naciente con sus estrofas. El primer ensayo
del himno, puesto en msica por el maestro
espaol Blas Parera, se efectu en el gran saln
de la Casa del Consulado, con el concurso de
todo lo ms granado de la sociedad.
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Los sargentos de Tambo Nuevo

24 de octubre de 1813
En la noche del 24 de octubre se puso en marcha

a la cabeza de su pequeo destacamento, el capitn
La Madrid, con el nimo resuelto de sorprender los
cazadores enemigos, que saba se haban situado en
el portezuelo de la quebrada, en la posta
denominada de Tambo Nuevo. La Madrid que
conoca el terreno, hizo adelantar como batidores a
los soldados Jos M. Gmez, tucumano, Santiago
Albarracn y Juan B. Salazar, cordobeses.
Estos tres valientes soldados llegaron al pie de la
cuesta, echaron pie a tierra y la subieron
silenciosamente con el caballo de la rienda.
Deslizndose como sombras y aproximndose al
enemigo se convencieron de que all estaban los
realistas. Los tres se echaron encima de ellos
intimndoles la rendicin.
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Los tres mrtires

Cuando el general Belgrano se retiraba
derrotado de la batalla de Ayohuma, el coronel
Zelaya con cien hombres de caballera protega el
paso de un arroyo entre las dos lneas del campo
de batalla. En la lucha recibi un balazo el mayor
Ramn Estomba, cayendo gravemente herido.
Gaona y Alderete, dos antiguos soldados lo
cargaron en hombros para salvarlo del enemigo,
pero los realistas los atacan con rapidez y despus
de una tenaz lucha los tres hroes caen
acribillados por las balas de sus perseguidores.
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37
C o m b at e n av al . 1 6 m ay o de 1 8 1 4
En l a maana de l 16 de mayo se vi o que l a escuadra

e spaol a pue sta a l a vel a sal a e n busca de l a
arge nti na. Las azote as e staban coronadas de gente
suponiendo que i ban a presenci ar e l combate .
Guil le rmo Brown que e staba a l a li ge ra sobre l as
ancl as, se puso en movi mie nto y se al ej mar afue ra.
Las ge nte s del pue bl o cre ye ron que hua y se l evant
una al garada de burl as, di charachos y apl ausos que
atronaban el ai re. Pe ro en l a tarde Brown dio l a vue lta
al e ste, cort del pue rto a l os buque s enemi gos, l os bati , se apode r de l os mejore s,
otros fue ron a encall ar e n l as costas del Ce rro y al l fue ron i nce ndi ados.
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39
Juana Azurduy
3 de marzo de 1816
El coronel realista Herrera, jefe de la
vanguardia del general La Hera persegua al jefe
patritico comandante Padilla.
La Hera atac la hacienda del Villar, situada
en las nacientes del Pilcomayo. En aqul
momento apareci Juana Azurduy, esposa de
Padilla, al frente de un gran nmero de indios y
bati al coronel espaol, quitndole la bandera.
El gobierno, en recompensa de tan heroica
accin, nombr a Juana teniente coronel del
ejrcito patritico.
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40
Declaracin de la Independencia
9 de julio de 1816
Se puso a discusin la cuestin de la
independencia del pas bajo la presidencia de
Laprida. La gran masa del pueblo que llenaba las
barras aplaudi unos tras otros a los miembros
del Congreso que respondieron con un s rotundo
a la mocin formulada por el secretario Toms
Godoy Cruz: Si queris que las provincias de la
Unin sean una nacin libre e independiente de
los reyes de Espaa. Acto continuo se extendi el
acta, jurndose el 21 de julio con toda
solemnidad,
en
presencia
de
todas
las
autoridades civiles y militares de Tucumn la

incorporacin de las Provincias
Unidas
al
concierto de las naciones libres y orgnicas.

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41
El Paso de los Andes

17 de enero de 1817
Todo estaba listo para la empresa proyectada por
nuestro gran capitn de pasar los Andes. El
entusiasmo y la actividad febril haban realizado cosas
que escapaban al ingenio y al talento militar para
pasar al radio de lo sobrehumano y maravilloso. Fue
el gran da de la patria aquel que emprenda la
marcha el ejrcito expedicionario compuesto por
cuatro mil hombres y distribuido en tres cuerpos. De
estos, dos al mando de Soler y de OHiggins, deban
atravesar la cordillera por el paso de Los Patos.
El tercero deba seguir por el camino de Uspallata
a las rdenes de Las Heras.
El da 8 de febrero todo el ejrcito se encontr
reunido en el valle de Aconcagua, saliendo exactas
las instrucciones que haba dado San Martn.
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42
. Mano blanca y mano negra

22 de febrero de 1817
Un ayudante del general San Martn se
present con un oficio al gobernador de Chile
capitn general Marc del Pont. Este se irrit por
la lectura del documento y dijo: Yo firmo con
mano blanca y no con mano negra. Algunos
meses despus San Martn entraba triunfante en
Santiago y Marc cay prisionero.
Llevado a presencia del vencedor este lo
recibi de pie y extendindole la mano derecha le
dijo risueamente: Oh! Seor general! Venga
esa mano blanca!
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43
Cmo se cumpla una consigna

Ao 1817
A fines del ao 1817 el batalln de artillera de

los Andes estaba acuartelado en el convento de
San Pablo en Santiago. Una maana se present
el general San Martn a caballo a visitar el cuartel.
Cuando hubo inspeccionado hasta el ltimo
rincn se fij en una puerta cerrada, custodiada
por un centinela. El general se dirigi all en
ademn de entrar, pero el centinela se opuso.
Ms tarde San Martn hizo llamar al soldado y
felicitndole por el cumplimiento de sus deberes
le regal una onza de oro.
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44
Los gauchos de Gemes

Las partidas de Olaeta y Valdez recorran una parte
del territorio sin plan determinado, ms que el de buscar
haciendas y reunirse en puntos que designaban para
asegurar la retirada. Marquiegui los esperaba por el lado
de Zenta y la falta de recursos en que se encontraban las
partidas de Arias hizo que no pudiera atajarse a Olaeta,
que entr por fin a Jujuy el 14 de enero al prende de mil
y tantos decididos que cometieron en la poblacin toda
clase de excesos.
El mal estado de la salud de Gemes, quebrantada
despus de vida tan activa le impidi en el primer
momento presentarse al frente de la defensa, pero sus
jefes principales movidos por el entusiasmo y valenta
que siempre entraron a hostilizar al enemigo en la forma
empleada anteriormente, retirndose Olaeta a Tilcara
despus de sufrir prdidas considerables.
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45
Llegada de San Martn a

Buenos Aires . Marzo de 1818
En los l timos das de Mayo llegaba San
Martn a Buenos Ai res. El gobie rno le haba
pre parado
una
re cepci n
triunfal ,
ordenndole se de tuvie ra e n San Jos de

Fl ores; pe ro l de clin el honor, entrando de
incgnito e n l as pri me ras horas de l a
maana;
vena
trabajar
por
la
independenci a de Amri ca y no a reci bi r

ovaci ones.
Los pe ridi cos de la poca apenas hace n
inci dental mente menci n a su lle gada, tal fue
l a modesta oscuri dad en que se e nce rr.
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46
L a bat al l a de M ai p. 5 de abr i l de 18 18
Despus de seis horas de encarnizado combate, en que el can de

ambos bandos atronaba los aires, las dos grandes columnas con que
Osorio comenz el ataque fueron arrolladas por las cargas certeras de
nuestros guerreros. En cuya virtud, el resto del ejrcito enemigo se
repliega hacia la reserva, buscando un refugio en el casero de Espejo
para tener tiempo de reorganizarse; pero Las Heras le persigue y le
alcanza; y aunque fortificado ya entre los abrigos del casero, el hroe
de Talcahauano asalta sus posiciones, toma sus trincheras y hace
prisioneros a los principales jefes espaoles, sin que se salvara ni el astuto Ordez.
En el campo de batalla quedaron dos mil cadveres del enemigo y prisioneros tres mil soldados y
ciento noventa oficiales con la mayor parte de los jefes de cuerpo.
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47
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48
La Argentina en su vuelta al mundo

17 de agosto de 1818.
Llegaba la fragata La Argentina a las islas de

Sandwich. La tripulacin de la corbeta La
Chacabuco se haba sublevado en las costas de
Chile, despus de varias correras haban vendido
el buque al rey de las islas, hallndose repartida la
tripulacin en las siete islas que forman el
archipilago. Bouchard entonces crey su deber
requerir el buque y su tripulacin.
Se dirigi al rey para que le entregase la
corbeta y al traidor que la vendi. De lo contrario
bombardeara la isla. El rey cedi y el traidor fue
pasado por las armas en alta mar.
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49
Batalla de Cepeda
En Mendoza se haban sublevado algunos
cuerpos del ejrcito que San Martn preparaba para
pasar la cordillera. Era todo un derrumbe nacional.
Ramrez y Lpez marcharon sobre Rondeau
seguros del triunfo, protegidos por las
circunstancias. El encuentro tuvo lugar en Cepeda.
La suerte favoreci a los dos caudillos del litoral.
Balcarce se sostuvo inconmovible en el campo de
batalla y cuando se retiraba con su columna se le
present un jefe subalterno de Ramrez intimndole
la rendicin dicindole sin conocerlo que tena en su
poder el cadver del general Balcarce.
ste recibi la noticia con risa y le contest:
Dgale a su jefe que usted ha hablado con el mismo
general Balcarce y que venga a recibir mi cadver si
se anima.
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50
Los vencidos de Chancay

La campaa del Per se hallaba en pleno perodo
de actividad. La vanguardia del ejrcito argentino en
contacto con los adversarios, haba escuchado
repetidas veces silbar las balas enemigas.
En un reconocimiento que se practic hubo de
quedar rezagado el famoso capitn Juan Pascual
Pringles. Tres escuadrones espaoles aprovecharon
la oportunidad para salirle al encuentro obligndole
a batirse en retirada hasta la costa del mar en las
playas de Chancay.
Vindose el valiente capitn con las dos terceras
partes de sus hombres muertos y el resto con los
caballos extenuados, se arroj al mar, resuelto a
perecer en l antes que rendirse.
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51
La entrevista de Guayaquil
26 de julio de 1822
Bolvar, despus de libertar a Venezuela y a Colombia
invadi a Quito y sus fuerzas unidas a una divisin
argentina derrotaron a los espaoles en la batalla de
Pichincha, asegurando as la independencia de toda la
parte de la Amrica espaola que queda al norte Per.
Obtenidas estas victorias el general venezolano se
dirigi a Guayaquil. All fue a buscarlo San Martn cuya
pureza de carcter y noble desinters, formaban un
contraste marcado con las ambiciones impetuosas de su
gran mulo. Al encontrarse se estrecharon en un fuerte
abrazo y luego se realiz la famosa entrevista cuyo
misterio aun no est an bien aclarado.
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52
San Martn le escribe a Bolvar

La retirada de San Martn del Per en medio de la

plenitud de su gloria, inexplicable ocaso de un astro en el
zenit, fue un misterio que tard aos en despejarse. Slo
saba de l Bolvar. Estrechado por el general Guido, San
Martn apart una vez ligeramente el velo de su silencio,
pero no lo bastante para descubrir el secreto de la
clebre entrevista de Guayaquil.
Entre otras frases, dijo entonces el gran capitn:
Bolvar y yo no cabemos en el Per y tal vez no pudiese
evitar yo un conflicto, dando al mundo un escndalo.
Antes de retirarse escribi la clebre carta a Bolvar,
anuncindole su resolucin, carta cuya existencia se
ignor hasta el ao 1844, en que se pudo leer en el libro
del capitn Lafond de Surcy.
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53
Fa lu ch o
Tiene lugar un hecho importante en el fuerte
del Callao, que hace gran honor al ejrcito
argentino. Un soldado negro llamado Falucho
estaba de centinela en una de las torres del
fuerte guardando la bandera patritica izada.
Los espaoles intentaron cambiarla, pero
Falucho se niega presentar el arma, protestando
enrgicamente al ver la bandera enemiga.
El valiente negro paga con su vida su
fidelidad a la patria y muere abrazado al
sagrado emblema que custodiaba.
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54
El sorteo de Matucana
22 de marzo de 1824
Una columna espaola al mando del general
Monet, conduca desde el Callao al lago Titicaca,
ciento ochenta y tres patriotas prisioneros. Dos de
estos lograron fugarse. En San Juan de Matucana
hicieron formar a los restantes para que
declarasen quienes tenan conocimiento de la
fuga y quin los haba auxiliado. Nadie contesto.
El jefe espaol orden un sorteo entre ellos,
para que muriesen por los dos fugados que eran
el coronel Estomba y el oficial Luna.
Durante el sorteo salieron de las filas
Domingo Milln, natural de Tucumn, y Manuel
Prudn, hijo de Buenos Aires, declarando tener
conocimiento de la fuga. Ambos fueron fusilados.
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55
Batalla de Ituzaing
Alve ar,
desplegando
una
activi dad
prodi giosa, organi za el ej rcito; pasa a l a

Banda Oriental; some te a los caudillejos que
l a pe rturbaban con sus corre ras; lue go,
cayendo como el rayo sobre el ej rcito
brasile o,
lo
dispe rsa,
apoderndose
enseguida de Baijes y de San Gabriel donde

el enemigo tena todos sus depsi tos de
gue rra. Despus, valindose de l a e strate gi a
consi gue atrae rlo al ll ano de Ituzaing,
donde lo hizo pedazos ganando para l a
patri a una vi ctoria i nmortal.
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56
S ubl ev aci n de L av alle . 1 de di cie mbre de 18 28
Una vez que termin la guerra con el Brasil, Dorrego orden el

regreso a la capital del ejrcito que hizo aqulla campaa, con el fin de
abonarle sus haberes y darle los premios a que se haba hecho
acreedor. El gobernador crey que cualquiera que fuese ese peligro
de traer las tropas no deba tomarse una medida deprimente del
honor militar; y prefiri que el ejrcito fuese recibido dignamente y
pagado en la capital. En la madrugada del 1 de diciembre de 1828
amaneci el general Lavalle a la cabeza del ejrcito en la plaza de la
Victoria. Lo hizo formar frente al antiguo fuerte y all proclam su deposicin del gobernador Dorrego.
Este tuvo tiempo de abandonar la ciudad y situarse en Ranchos, donde unido con Rosas convocaron a
las milicias para hacer frente a las fuerzas del general sublevado.
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57
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58
Fusilamiento de Dorrego
El mismo da que le fue presentado Dorrego el
general Lavalle dio la orden de que fuera fusilado,
otorgndole plazo de una hora para que tomara
sus disposiciones antes de morir. Dorrego escribi
a los suyos y al gobernador de Santa Fe, pidiendo
a este ltimo que no tratara de vengar su muerte.
Pidi se llamara al clrigo Castaer que era
pariente y muy amigo suyo.
Formado ya el cuadro y en el momento de
marchar al patbulo, Dorrego que estaba plido y
algo abatido, pidi a Juan Elas ayudante de
Lavalle, llamase al coronel Lamadrid. Mientras
llegaba este jefe pidi despidieran en su nombre a
los generales Rondeau y Balcarce por quienes
tena particular cario.
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59
Prisin del general Paz

10 de mayo de 1831
El general Paz sinti un tiroteo y cometi la
imprudencia de quer er averiguar personalmente la
causa. Acompaado de un piquete reducidsimo, casi
solo, se interna en un monte con tal objeto y se
encontr all con una partida del ejrcito de Lpez al
mando de Francisco Reinaf. Cuando Paz se apercibi
y quiso huir para llegar hasta donde pudiera ser
socorrido, era tarde.
Los soldados de Reinaf lo persiguieron a caballo
en una carrera vertiginosa y diablica que el suyo no
pudo aventajar. Se oy a sus espaldas una voz: Es
aqul! Es aqul! Y se engancharon en las patas de su
cabalgadura las certeras boleadoras de un gaucho.
Rodaron caballo y jinete y poco despus Paz era
conducido al campamento de Lpez donde lo
reconoci con la consiguiente satisfaccin y sorpresa.
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60
La cada de Balcarce
La ele ccin del gene ral Bal carce fue como
una
brisa
refre scante
que
acl araba
la
atmsfera pasada que opri ma al pue blo.

Pe ro a los pocos me ses de estar en el poder
se enconaron l os nimos e ntre el gobie rno
le gal y los partidarios de Rosas.
Grupos
de
i ndivi duos
e mponchados
re corran l as calle s di sparando ti ros a las

casas de los ciudadanos que no respondan a
l a pol tica del ti rano. Bal carce compre ndi
que todo esfuerzo para sostene rse e n el
pode r e ra nul o y decidi renunciar.
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61
Asesinato de Quiroga
Al pasar el general Quiroga por Barranca Yaco,
lugar sombro de las encrucijadas que bajan de
las sierras al llano, una partida armada al mando
de un sicario de los Reinaf llamado Santos Prez
sale al camino con treinta o cuarenta hombres y
detiene el carruaje. Una parte de su gente se
apodera rpidamente de la comitiva y la interna
en el bosque, mientras el resto rodea el carruaje.
Quiroga saca la cabeza y con aire irritado
pregunta: Qu es eso? Baje usted a tierra le
responde el asesino con el mismo tono. Quiroga
hace fuego con sus pistolas pero recibe un
balazo en el ojo que lo derrumba al fondo del
carruaje donde es ultimado a pualadas.
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62
Fuga del general Paz

4 de abril de 1840
Despus de ocho aos de crcel el

gene ral Paz fue pue sto e n li bertad sin
pode rse move r de Buenos Aire s. Junto con
otros compae ros se evadi y con el agua
hasta el cuello pudie ron embarcarse en un
l anchn que los condujo a un buque francs,
de l os que bl oque aban a Bue nos Aire s.
Lue go fue ron llevados a Monte video.
Desde all pas el gene ral Paz a Corrie nte s a
pre parar el ej rcito que de ba combati r la
tirana de Rosas.
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63
Lavalle invade Buenos Aires

Se hizo un amago de desembarco en
Coronda para que Rosas creyese que l as
operaciones se abran sobre Santa Fe . Hecho
este falso amago, se adelant otra fuerza de
doscientos hombres de caballera al mando
del comandante.
Camelino,
que
baj
tierra
inmedi aciones del Baradero, y que despus

de haber re cogido un nmero considerable
de caballos, re trocedi por la costa a
incorporarse al ejrcito que a ese mismo
tiempo desembarcaba en San Pedro y abra
sus ope raciones en plena campaa.
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64
Combate del Tala

6 de agosto de 1840
Al sabe rse el desembarco del gene ral
Lavalle, l os veci ndarios del norte y oeste
entraron
en
l a consi guie nte
agi tacin.
Sorprendidos y confusos l os comandantes

que se rvan a Rosas se pusie ron en accin,
salie ndo
como
podan
conte ner
la
invasin. El gene ral Pache co, comandante

gene ral del Norte, fue bati do en el arroyo
del Tala y que d inutili zado por lo pronto
para segui r ope rando.
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65
Retirada de Santa Fe
Cuando la expectacin unnime de los
pueblos del Ro de la Plata y de los
diplomticos extranjeros, esperaba por
momentos la noticia de una marcha a fondo y
de la ocupacin inmediata de la capital, sbese
de improviso y con espanto que el general
Lavalle haba alzado su campamento de Merlo,
y que retroceda a Santa Fe. Su resolucin de
desalojar por completo la provincia de Buenos
Aires resultaba claramente de una circular que
dirigi a los vecindarios donde hubiera
personas que se hubiesen comprometido
contra Rosas, aconsejndoles que siguiesen al
ejrcito para ponerse a cubierto de las
venganzas y de la ferocidad del tirano.
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66
Muerte de Lavalle
Derrotado Lavalle en Famaill huy a
Jujuy. La casa e n que se e ncontraba fue
asaltada
por
unos
sol dados
e nemigos,
quiene s hi cieron una descarga contra la

pue rta.
Una bal a produce casualme nte l a mue rte
del ilustre jefe mientras atravesaba el patio.
Los compaeros del infortunado gene ral
acondi cionaron sus re stos y l os conduje ron
por entre l as que bradas hasta el te rritori o de
Bolivi a, dndoles sepultura en l a capill a de
Humahuaca.
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67
Batalla de Caguaz
En l as mrgenes del Ro Caguaz estaban
acampadas l as fue rzas del gene ral Echage .
De re pe nte se prese nt el ge ne ral Paz con
su ejrcito y Echage se vi o forzado a
aceptar batall a. Esta fue un gran triunfo
para
el
general
Paz
que
de rrot
comple tame nte a l as fue rzas de l a ti rana,

qui tndol es los caones, carretas, parque y
l a corresponde nci a toda.
Las fue rzas de Echage de spus de una
penosa pe rse cucin se ri ndie ron todas e n
nme ro de mil trescie ntos sol dados.
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68
Asesinato de Florencio Varela

20 de marzo de 1848
Temible como pocas para el tirano se destacaba la
pluma exquisita y conceptuosa de Florencio Varela,
que una a sus grandes dotes de intelectual una
actividad firme. Desde el Comercio del Plata minaba el
prestigio de Rosas con su propaganda nutrida de
elocuencia y de ideas liberales. Varela pag con la vida
por su fogosidad y su espritu de combate para las
luchas del civismo. El influjo que se le atribua en el
nimo de los diplomticos de Inglaterra y Francia, as
como cierta carta muy reservada que escribi Rosas a
Oribe, conteniendo formidables conceptos sobre el
salvaje unitario Florencio Varela, asesino principal del
ilustre excelentsimo seor Manuel Dorrego ha hecho
asegurar a algunos de nuestros historiadores que se
pag a un asesino para que lo eliminase.
En efecto el 20 de marzo de 1848, el bandido
espaol Andrs Cabrera lo apual, refugindose
despus en el campo sitiador del general Oribe.
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69
Batalla de Caseros
Cuando Urquiza hubo obtenido el apoyo de la
diplomacia oriental y buscado maosamente la
ayuda de Brasil, proclam la cada del tirano.
Pas con su ejrcito a la Banda Oriental; quit a
Oribe las fuerzas que sitiaban a Montevideo y a
la cabeza de veintinueve mil hombres repas el
Uruguay, realiz el pasaje del Paran, a la altura
del Diamante (Entre Ros) y se dirigi hasta cerca
de la capital. Rosas lo esperaba al frente de sus
fuerzas, atrincherado en el paraje llamado
Casero de Caseros. All tuvo lugar la memorable
batalla del 3 de febrero de 1852.
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70
Fuga de Rosas
Completamente derrotado Rosas huy en
direccin a la ciudad, tom un bote de un buque
ingls que haba pedido con anticipacin, y
despus de algunos das de estar en el puerto fue
llevado a Inglaterra donde muri olvidado y
solitario el 14 de marzo de 1877 a los veinticinco
aos de su cada y a los ochenta y cuatro aos de
edad. A su fuga la ciudad qued completamente
acfala las partidas de los dispersos y la gentuza
creyndose libres
de
autoridades
que los
reprimiesen comenzaron a asaltar las casas de

negocio amenazando producir un espantoso
desorden.
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71
La herida del general Mitre

Al producirse l a revolucin el general

Bartol om Mitre tom el mando de las
tropas de Buenos Ai res, que se impusie ron al
de rrocador del ti rano.
En uno de l os combates que se libraron en
los alrede dore s de l a ciudad reci bi una
he rida de bala de fusil en el mismo medio de
la frente, he rida clebre que refleja una
brillante gloria mili tar.
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72
M U S EO R O C A P R OG R A M A D E H IS T OR I A V IS U A L
1.
l bum e s i co no gr f i c os
El pintor y li tgrafo francs capi tn Adolphe D'Has trel .
2. lbum His tri co Argentino de Francis co Fortuny
B i ogr af as a rge nti nas

1. Julio Argentino Roca 1843-1914. Bi ogra fa Visual
2. Julio Argentino Roca. Iconografa milita r
3. Jos Arce 1881-1968. Biogra fa visual
4. Antonio Ali ce 1886-1943. Biografa visual
5. Enrique Mos coni 1877-1940. Biografa visual
6. Ba rtolom Mi tre. Iconogra fa
Col e cci n B i ce nte na ri o
Colecci n Bi centena rio del Museo Roca . 1810 - 2010
1. Buenos Ai res: ciudad colonial
2. Buenos Ai res: sociedad col onial
3. Buenos Ai res: a rqui tectura colonial
4. Buenos Ai res: cultura colonial
5. Buenos Ai res: 25 de ma yo de 1810
Cr ni c as hi s t ri c as
1. Julio Argentino Roca. Educa cin y traba jo
2. Roca y Pellegrini : una solidari dad polti ca de veinte aos
3. Homenaje a los presidentes : Roca , Uriburu y Senz Pea
4. La Ca mpaa al Desierto a tra vs de sus protagonistas
Hi s t ori as e n pow e rp oi nt
1. Colegio Na cional Buenos Ai res
2. Julio A. Roca - Familia
3. Julio A. Roca - Milita r
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Chiclana rompe la renuncia de

unas ele cci one s los

haban acopi ado armas pre sentndose con

mandaron una comisi n e ncabe zada por el

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Intimacin de los patriotas

Estaba el virrey Cisneros jugando una partida

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A las nueve de la maana se reuni el Cabildo

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Reunin secreta en casa de

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El Cabildo se reuni temprano para formar la

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El pueblo quiere saber de qu

garantindoles su buena fe, y obtuvieron de

a los jefes militares para

pedirles proteccin contra los revolucionarios,

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Be ruti pre se nt una lista de l as pe rsonas que deban

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El 26 de agosto por l a maana fue ron fusil ados en el

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B at al l a de S ui pac ha. 7 de nov ie mbr e de 1 81 0

Re chazado en Cotagai ta, Bal carce re troce di hasta

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Conocido el triunfo de las armas argentinas

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El combate de San Nicols

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Con motivo de un decreto, que firm Saavedra

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Pueyrredn emprende su famosa retirada de

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El patriotismo de una madre

expedi cin al i nteri or con objeto de tomar la

sentimientos patri ti cos, se ofrecan para

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El Triunvirato aprovech l a ausencia de

presentarse con el pelo recortado. Ante tal

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Encontrndose Bel grano en e l pue bl o del Rosario

usaran de disti nto col or y para que al

mi smo tie mpo, fue ra smbol o de uni n e ntre el los. El

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Las damas patriticas

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Una maana se ocupaba el esclavo Ventura en cortar

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