Esparragos en Apuros

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Esprragos

en apuros!

Carmen de la Rosa
ilustraciones: Jaime Lacalle Castillo

Editorial Weeble
http://www.editorialweeble.com

Esprragos en apuros!
Autora: Carmen de la Rosa
carmen.delarosa@goya.eu

Ilustraciones: Jaime Lacalle Castillo


Biblioteca de Miss McHaggis
missmchaggis@gmail.com

Patrocinador:

CONSERVAS ANGEL RIA S.A.

Carmen de la Rosa
2014 Editorial Weeble
info@editorialweeble.com
http://www.editorialweeble.com
Madrid, Espaa, marzo 2014

Licencia: Creative Commons ReconocimientoNoComercial-SinObraDerivada 3.0

La autora:
Carmen de la Rosa
Ha publicado las novelas El Al-Mizar
(Almuzara, 2011) y El ingls de
Sern (Crculo Rojo, 2012), y es
autora de otras tres inditas, as
como de una coleccin de cuentos
infantiles y un libro de relatos.
Tiene un blog culinario, fruto de sus
estudios de gastronoma en Le
Cordon Bleu de Londres y de su
experiencia como chef en la agencia
de publicidad GoYa!, que cre hace
una dcada en la localidad alemana
de Heidelberg, donde reside
actualmente.

Licenciada en Periodismo por la


Universidad Complutense de
Madrid, realiz dos aos de
Doctorado y un curso de Relaciones
Internacionales en el Instituto Ortega
y Gasset de Madrid. Obtuvo la
licencia de piloto privado y el ttulo
de profesora de danza espaola en
el Conservatorio de Murcia.
Naci en Sevilla, en una familia de
la burguesa rural. Viajera
impenitente, conoce Europa y parte
de Amrica y frica, y ha vivido en
Sevilla, Almera, Mnich, Hamburgo,
Dusseldorf y Londres.

El ilustrador:
Jaime Lacalle Castillo
Jaime tiene 11 aos y junto a sus hermanos trillizos Dani y Pablo recomiendan
libros infantiles en su blog La Biblioteca de Miss McHaggis. Es nieto de la
escritora Carmen de la Rosa.
http://bibliotecamchaggis.blogspot.com.es/.
A Jaime le gusta dibujar y jugar en el ordenador. Le encantan los libros de
espas, de accin, de guerra y, por supuesto, los cmics.

Jago es un nio de Tudela de siete


aos al que no conozco pero su to
Carlos ngel me ha contado que es
bien guapo, deportista y carioso.
Carlota es hija de mi amiga Katia,
una linda beb alemana muy
risuea.
En este relato, Jago y Carlota son
dos estupendos amigos que luchan
contra las adversidades para
conseguir la Medalla de Oro de la
Spargelfest de Schwetzingen.

Para estos dos nios he escrito


este cuento, y para las personas
con discapacidad intelectual de
Anfas, su equipo y
colaboradores.
Y para difundir el magnfico
Esprrago Blanco de Navarra.
Carmen de la Rosa

http://www.anfasnavarra.org/

Esprragos en apuros!

Estaba todo preparado para el viaje a Schwetzingen cuando son el telfono.


S, soy Lydia. Dime, hermano () No, no puede ser! Es grave?
.
Pero bien de verdad? Por lo que ms quieras, Carlos ngel, no me
engaes. Cmo est Iaki?

Menos mal. Ay, Dios mo, qu desastre! Y ahora, qu hacemos?


..
Pero qu dices? Jago y yo? A Alemania? Te has vuelto loco! Nada
menos que a Alemania
La furgoneta Mercedes qued destrozada, siniestro total. Haba mucha niebla
y un camin, al entrar en la autova, la machac y la dej hecha papilla. Mi
padre, lleno de cardenales, se salv de milagro, solo se rompi un brazo. Y mi
to Carlos se llev un golpe morrocotudo en la cabeza, qued inconsciente
unas horas, y luego tena dolores por todo el cuerpo. Los mdicos les
obligaron a los dos a permanecer un da en observacin en el hospital.

Yo estaba en la cocina cuando llam mi to con la funesta noticia. Mi madre


se sent a mi lado muy seria y, al rato de estar mirando fijamente las flores
rojas del mantel, me dijo:
Jago, te necesito. Salimos esta madrugada para SchewScheten,
bueno, para el pueblo de tu amiga Carlota. Aita y el to Carlos no pueden
conducir. Podras llamar a tus amigos de Anfas para que nos echen una
mano? Tenemos que recoger los esprragos y dejarlos preparados en la
caseta. Solo har falta que los rociemos con hielo antes de salir. Es una
pena que la vieja Volkswagen no lleve refrigeracin para la carga. As que
abrigumonos lo mejor posible y marchemos bien temprano porque, sabes,
hijo? Yo no me rindo!
Que nos vamos en la vieja Reynoceronte?
Me temo que s. No podemos alquilar una furgoneta. Contamos con poco
ms de mil euros para el viaje. Te atreves a venir conmigo, Jago?
Y tanto que me atrev, aquella misma madrugada estbamos de camino a
Alemania. Rumbo a Schwetzingen, la ciudad de Carlota.

Carlota tiene trece aos, pero parece mayor porque est muy alta, tiene el
pelo rubio y los ojos azules, como yo. Es mi mejor amiga. Nos conocimos
hace tres veranos en Irlanda, en un campamento para estudiar ingls. Nos
entendimos bien desde el primer da, los dos lo pasbamos pipa en las
marchas al monte, las pistas de tenis y la piscina, pero luego nos gustaba
sacar un ratito cada da para los libros que nos habamos llevado, escribir
algn cuento o el diario de la jornada, y, sorpresa, un da descubrimos que a
ambos se nos daba muy bien pintar. Ella dibuja unos cmics graciossimos,
tiene mucho sentido del humor. Mis relatos ilustrados son de lucha, de
aventuras y extraterrestres. Dicen que no lo hago nada mal.
Durante el curso seguimos en contacto por correo electrnico, tambin nos
enviamos sms y algunos fines de semana hablamos por Skype. Ella me
manda los trabajos que hace en su taller de pintura, y yo me parto de la risa.
Carlota es una chica estupenda.
El verano pasado, como no haba dinero en casa para el campamento,
hicimos un intercambio. Carlota vino a Tudela en Semana Santa, en la poca
de los esprragos, y yo la visit en verano.
Mi amiga vive en la ciudad monumental de Schwetzingen. Ella no es de
campo, su padre es comisario de polica y su madre, diseadora grfica;
trabaja en GoYa!, una agencia de publicidad de Heidelberg.
Qu bien nos lo pasamos! Me gust mucho Alemania; las ciudades parecen
sacadas de un cuento de hadas, de esos que te leen cuando eres pequeo.
Los bosques y campos son tan verdes como los nuestros y las vacas,
blancas y negras, se parecen a las navarras.
Y tambin nos lo pasamos genial cuando ella vino a Tudela. Salimos a
pasear en bici, fuimos al cumpleaos de mi primo Mikel y a jugar al cuatro y
medio en el frontn. Me acompa una tarde a Anfas, la organizacin de
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ayuda a chicos discapacitados donde colaboro. Le encant conocer a mis


amigos Fermn y Quiteria.
El Domingo de Pascua la llevamos a ver La Bajada del ngel, una fiesta de
mi pueblo muy antigua. Tiene ms de tres siglos.
Carlota se qued de piedra cuando un niito, vestido de serafn y suspendido
a gran altura en una larga maroma movida por un torno, cruzaba como un
rayo la plaza de los Fueros hasta llegar a la Virgen. Mara lleva la cabeza
tapada por un velo negro en seal del inmenso dolor que siente ante la
muerte de Jess. Es muy emotivo cuando llega el ngel y le quita el velo
porque es un smbolo de la tremenda alegra que supone para la Virgen
saber que su hijo ha resucitado. Entonces, todos los que llenamos la plaza a
rebosar, aplaudimos y damos vtores.
Qu emocionante! se entusiasm Carlota.
S, le tenemos mucha devocin a esta costumbre tan antigua. Para los
nios de Tudela es todo un honor representar al ngel.
Tambin la llevamos un da a ver los patos del ro Urola, en Azkoitia, donde
vive nuestra amama Benita, que es vasca. Mi hermana Julene se pasa horas
contemplndolos, les lleva una cestita llena de pan. Carlota qued encantada
con Zuri, el gatito de mi ta, que es tan blanco como su nombre.

Aquella Semana Santa en la que nos visit mi amiga alemana cay en abril,
justo cuando comienza la recoleccin del Esprrago Blanco. Durante esos
das contamos con la ayuda de toda la familia y vamos de noche con luces y
herramientas a nuestra suerte, que se llama La Mejana.

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Nada ms llegar a Tudela, la puse al tanto de mis amigos, de cmo iban mis
estudios en la ikastola y de mi trabajo como recolector de esprragos, que
fue lo ms le pic la curiosidad. As que yo me puse a hablar y hablar...
Sabes? Las esparragueras pueden tener hasta ocho aos de antigedad.
Las de dos o tres aos dan pequeos esprragos de mucha calidad, aunque
no tan vistosos como esos enormes que son tan apreciados por los que no
entienden mucho de este tema. Nosotros producimos esprragos de la clase
Blanco de Navarra de un grosor mediano. Cuando llega el momento de la
recoleccin, en cuanto salen las puntitas de la tierra, sacamos el esprrago
abriendo un hueco en el surco, y con muchsimo cuidado de no romperlo. Es
un trabajo duro y tenemos que hacerlo de noche, antes del amanecer.
Antes del amanecer?, por qu? Qu sueo!...
Bueno, en tiempo de recoleccin nos vamos a la cama tempransimo.
Tenemos que empezar de noche porque los esprragos no pueden recibir la
luz del sol, se volveran de color violeta y eso baja su precio en el mercado.
Y as, desvelados, seguimos charlando hasta que mi madre nos mand a la
cama. Le habl del largo cuchillo que utilizamos y de que, una vez que
llevamos los esprragos a casa, los metemos en agua helada para que se
conserven mejor. Despus los lavamos, cortamos y clasificamos. Y los
colocamos bien ordenados en cajas de cinco kilos, que son las que se llevan
los restaurantes, nuestros mejores clientes. Mis padres estn muy orgullosos
de nuestros esprragos El Reynoceronte Blanco. Cuidan de que estn bien
formados, rectos y de que sus yemas aparezcan perfectamente cerradas.
Son los mejores de Tudela.
Me ha dicho tu padre que el ao pasado ocurri una desgracia

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S. Todo iba bien, la cosecha iba a ser estupenda hasta que una maana
amanecieron las tierras encharcadas por la crecida. Aquella noche haba
llovido muchsimo y, como el Ebro iba llensimo, cuando recibi las trombas
de agua de los ros que bajan de los Pirineos, se desbord y aneg todo el
valle. La abuela Rosita se ech a llorar, ella ha conocido muchas de estas
catstrofes. Y sabe lo que significan: todo un ao de trabajo perdido.
Adems, pill a nuestra familia sin seguro de cosecha, mi padre no pudo
contratarlo porque haba comprado las robadas que venda nuestro vecino;
no poda desaprovechar la ocasin de ampliar La Mejana. Suea con
fabricar conservas, y algn da montar una industria para Julene y para m.
Durante la semana que pas con nosotros, Carlota nos ayud con las vacas
y las gallinas. Y le encant la vida del campo, sobre todo la recoleccin de
los esprragos. Deca que era mgico ver salir sus punticas blancas
rompiendo la tierra, como estrellitas en un cielo muy oscuro.
As que en cuanto lleg a su casa se puso a investigar sobre los famosos
esprragos de Schwetzingen. A Carlota le gustan mucho, los come con
patatas hervidas y salsa holandesa, pero nunca se haba interesado por
conocer su historia.
Me cont que en las excursiones que haca con sus amigos en bici empez a
fijarse en los cultivos de esprragos, en las largusimas lneas de caballones
que cubren de plstico negro para que conserven mejor el calor. Es
maravilloso, me dijo, como si el artista Christo hubiera empaquetado el
campo.
Carlota est orgullosa de su ciudad, que tiene algunos monumentos bien
curiosos. A ella, por ejemplo, le encanta la estatua de bronce en honor del
esprrago que levantaron en la Schlossplatz, justo enfrente de la puerta de

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entrada a un palacio impresionante y a sus preciosos jardines. Representa


un puesto de esprragos con su vendedora y una nia de tamao natural. Y
hasta con un perrito! No por nada Schwetzingen es el centro alemn, e
internacional, del esprrago blanco.
Un da que pas por donde est la estatua, tuvo una idea genial. Pens que
tenamos que llevar nuestros esprragos a la Spargelfest, la importante feria
del esprrago que se celebra en su ciudad todos los aos. As que nos
ofreci su ayuda y la de sus padres para inscribirnos, montar la caseta y
llenarla de flores, como acostumbran all. Me dijo que su madre tena muy
buen gusto para la decoracin, que nuestro stand del Esprrago Blanco de
Navarra sera el mejor de la feria. Y que nos llevaramos la Goldmedaille, que
es como el scar de los esprragos, y adems tiene un premio en metlico
de veinticinco mil euros. Al or esa cantidad, los ojos me hicieron chiribitas y
no tard ni un segundo en contrselo a mis padres. Lo que necesitbamos
para pagar las deudas! Y adems, el prestigio y los contactos que nos traera
esa medalla de oro alemana.
Al momento nos contagiamos del sueo de Carlota y, sin dudarlo, nos
pusimos en marcha. Los esprragos haban salido perfectos, eran
blanqusimos y muy sabrosos. Y en cajas de madera, en perfecto orden
sobre hojas de helechos, iban a viajar a Schewetzingen. Todo estaba
preparado, todo iba sobre ruedas cuando ocurri el accidente. As que no
nos qued otra alternativa, a mi madre y a m, que cruzar Francia en la vieja
Volkswagen para presentar El Reynoceronte Blanco, nuestra marca, al
concurso.

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Antes de cenar y de preparar el equipaje, fuimos a revisar la furgoneta, la


que compr mi abuelo ngel en los aos 60 con enormes sacrificios. Menos
mal que la tenemos siempre a punto y muy bien cuidada. Mis padres no
quieren venderla porque en ella llevamos los esprragos a las ferias y
mercados de los pueblos vecinos. Yo le tengo mucho cario, es tan bonita
con el rinoceronte blanco pintado en la carrocera! La vieja Volkswagen es
una atraccin ms de nuestro tenderete, nos trae buena suerte y muchos
compradores.
De modo que, despus de comprobar los niveles de aceite, agua y
anticongelante, acomodamos las cajas bien apretadas para que no se
movieran y las cubrimos con sacos de arpilleras. Luego sacamos todo el
hielo que son capaces de almacenar nuestros arcones de congelacin y lo
esparcimos sobre los esprragos.

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Tambin de noche cargamos ya la maleta, ms cuatro mantas, cojines y


muchos bocadillos, bebidas, magdalenas, chocolate, todo lo que
necesitaramos, para hacer el menor gasto posible durante el viaje. Mi madre
prepar un enorme termo de caf que nos dur hasta la frontera, y mi padre
nos aconsej desde el hospital sobre la ruta que debamos seguir, la tena
muy bien estudiada. Para cruzar Francia es mejor tener claro el itinerario,
que las autopistas son muy caras. Antes de irnos a la cama imprim los
mapas y todos los datos que nos dio.
Sonaban las cinco de la maana en el reloj de la cocina cuando nos pusimos
en marcha direccin noreste: destino, Alemania.

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Yo iba de copiloto, tengo buen sentido de la orientacin. Mi madre, que es


fuerte y decidida, conduce muy bien; es segura y prudente, nada miedosa.
De todas formas, la vieja Volkswagen no puede correr ms de a cien por
hora, y eso por autopista y en llano; cuesta arriba, no pasa de los ochenta ni
aunque le des nimos. A pesar de que yo empujo con todo el cuerpo y le
grito: Apa, Reynoceronte, que t puedes!.
Recuerdo que hicimos la primera parada, para echar gasolina y estirar las
piernas, a la altura de Zaragoza. Nos enton el cafecito que llevbamos y
nos comimos el primer bocata, que todava estaba fresco y esponjoso. Los
otros nos los zampamos ya a duras penas.
A las cinco horas de viaje, a media maana, estbamos en Perpignan.
Aunque haba bajado mucho la temperatura debido una borrasca que se
acercaba por el oeste, haca un da excelente, despejado, casi sin viento, y la
furgoneta responda. Y nosotros, medio muertos de fro por la refrigeracin,
que iba a su mxima potencia, y sin imaginar los desastres que nos
aguardaban a la vuelta de unas curvas, nos pusimos a cantar tan felices.

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Nos dur poco la alegra. A la altura de Montpellier aparecieron unas nubes


negrsimas por el norte, justo hacia donde bamos. De pronto se nos ech
encima una niebla cerrada que nos hizo parar tres veces en el arcn de puro
miedo. Perdimos dos horas, y lo que era peor, el ritmo tan bueno que
llevbamos. Y para colmo, empez a llover con fuerza y yo empec a
sentirme mal, con una tos que no se me pasaba ni chupando caramelos.
Otra parada en Orange para repostar. Y para echarles un ojo a los
esprragos. Menos mal que nos acordamos porque el hielo que les pusimos
en la frontera se haba derretido, y eso a pesar de que la temperatura
exterior haba bajado a catorce grados. Pero haca ms fro dentro. Total, que
bamos ateridos a pesar de que nos pusimos otro jersey, el anorak, dos
pares de calcetines y las mantas sobre las piernas, mi madre sus mitones y
yo los guantes de esqu. Ms gorros de lana y bufandas. Pareca una
expedicin al Polo.
Un poco cansada de conducir con tanta lluvia, mi madre redujo la velocidad.
A dos horas de Lyon, ya con el piloto rojo de la reserva, porque se nos fue el
santo al cielo hablando de lo que nos esperaba en Alemania, paramos en
una gasolinera con restaurante. Yo moqueaba, me dola la garganta, no me
senta nada bien. Mi madre me oblig a tomar una sopa caliente, un goulash
de bote que saba a diablos, me dio dos aspirinas lleva siempre un
cargamento porque sufre migraas y me arrop en el asiento de atrs para
que durmiera un rato. Se fue en busca de hielo y, bueno, ah empez el jaleo.
No haba hielo! Al ver su cara de terror, los de la gasolinera nos aconsejaron
salir de la autopista y entrar en un pueblito. Anda que no dimos vueltas! Y ni
una bolsa! Al final, el dueo de un restaurante indio se apiad de nosotros
cuando le contamos que bamos a un concurso de esprragos y que, si no
los refrescbamos inmediatamente, se estropearan sin remedio. Nos dieron

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todo el hielo que tenan almacenado y nosotros se lo agradecimos


regalndoles una caja de nuestros Reynoceronte Blanco. Se quedaron la
mar de contentos los de Chez Bombay.
Habamos perdido un tiempo de oro. Pero mucho peor fue cuando al
atardecer, cerca de Lyon, se nos par la furgoneta. Mi madre quiso recuperar
el retraso y la forz, pis hasta ponerla a 120. Plaf, plaf, plaf, resopl la
Reynoceronte Blanco echando un humillo de su color.
Mam! Para, para, que se nos quema!
Dios mo, lo que nos faltaba Y qu hacemos ahora, Jago?
Aita me dio el telfono de ADAC, me dijo que aunque no somos socios los
llamsemos si nos ocurra algo, no te lo coment para no preocuparte.
Esperemos que hablen ingls. No llores, mam, lo arreglarn pronto y total,
pensbamos dormir en Lyon, no?
Mi madre dej de gimotear y el mecnico hablaba ingls, dos hechos muy
reconfortantes. Tambin nos tranquiliz que apareciera la furgoneta de
asistencia de ADAC en menos de media hora. Enseguida nos dieron el
diagnstico: la junta de la culata se haba calentado y tendran que cambiarla
en el taller, que estaba muy cerca. Nos aseguraron que, con suerte, tendran
lista la Volkswagen a media tarde. De nuevo a mi madre se le caan dos
gruesos lagrimones y yo les expliqu nuestro problema: tenamos que estar
en Schwetzingen a la maana siguiente, bien tempranito. Llevbamos
esprragos frescos, tenamos mucha prisa. Tanta pena les dimos a los
franceses que a las tres horas tenamos la avera arreglada. Y 600 euros
menos en el bolsillo. De modo que mi madre cont el dinero que nos
quedaba y reemprendimos la marcha.

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Qu se le va a hacer! Nos queda suficiente para el peaje, la gasolina,


unos cafelitos y sndwiches. Pero hijo, qu carucha se te ha puesto!
Para, mam, para,,. que vomito!
Lo que nos faltaba, tena una colitis terrible, me dola mucho la barriga, me
senta morir.
Con dolorosos retortijones, para desaguar por arriba y por abajo, paramos
varias veces en donde pillbamos. Mi madre me obligaba a beber mucho
lquido, le daba miedo que me deshidratara. La pobre estaba muy cansada,
se senta casi tan mal como yo.
Por motivos econmicos, ms que por el retraso, nos olvidamos de la parada
programada en un motel para dormir unas horas, de modo que dejamos a un
lado Lyon y proseguimos a duras penas el viaje. Mi madre no poda ms, se
le cerraban los ojos. As que para despabilarse, y cuidar a los esprragos,
paramos en Mulhouse, una ciudad alsaciana.
Yo sal corriendo al lavabo y, mientras tanto, ella ech gasolina y esparci
hielo sobre los esprragos, tan frescos estaban los muy pueteros, mientras
nosotros bamos congelados.
Al salir del aseo vi a un chico alemn haciendo autostop que le preguntaba a
un camionero si lo poda llevar. Pero el hombre iba con otro conductor y no
tena sitio en la cabina. Como el muchacho tena buena pinta, no lo dud un
instante.
Oye, por favor, adnde vas?
A Baden Baden.

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Justo en nuestra ruta. Tienes carn?, cmo andas de sueo?


Pues s, tengo carn y no, no tengo sueo. Llevo toda la tarde
descansando en la gasolinera. Lo que quisiera es llegar esta noche a Baden
Baden, se muri mi abuelo, sabes?
Espera, espera, vengo enseguida!
Me fui corriendo en busca de mi madre para decirle que tenamos chfer,
que ella podra dormir en el asiento de atrs. Le pareci que ni pintado, y
adems le gust el chico que nos iba a llevar a Baden Baden mientras, al fin,
descansbamos.
En cuanto el alemn se puso al volante nos quedamos groguis hasta que, al
llegar a la ciudad de los famosos balnearios, todava de noche, nos despert
nuestro chfer poniendo la radio a toda pastilla.
Le dimos mil gracias y una de nuestras cajas, y all se fue tan chulo al
funeral del abuelo con los esprragos de Navarra bajo el brazo.
Eran cerca de las seis de la maana, estbamos a solo una hora de
Schwetzingen, tenamos el tiempo justo para darnos una buena ducha antes
de aparecer en la Feria. Respiramos tranquilos, Carlota me haba enviado un
sms cuando tuvimos la avera: OK J, todo en orden, el stand ha quedado
precioso. A falta de los esprragos. La inspeccin del jurado es a las 12.
Buen viaje. Bss. De modo que nos fuimos a desayunar tan panchos.
Llegaramos a tiempo, se acabaron los problemas!

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Pues de eso nada. Nuestro gozo en un pozo. Una vez ms se torci nuestro
plan cuando, al salir del caf con las bolsas de hielo, mi madre dio un alarido
que ni en las pelculas de Drcula.
La furgoneta!! Nos han robado la furgoneta!!
Agobiada, revolvi su bolso y comprendi que no llevaba las llaves, las
haba dejado puestas en el contacto! Dimos vueltas como locos por los
alrededores de la gasolinera, cada vez ms angustiados y cabreados.
Preguntamos a todo el mundo, y nada, nuestra querida Reynoceronte se
haba esfumado. Era el acabose. Fin de la aventura del Esprrago Blanco de
Navarra en Alemania.
Intent llamar a Carlota. Mi mvil se haba quedado dentro de la furgoneta!
Qu desesperacin! Ya no sabamos qu hacer.
De pronto, se me encendi una bombilla. Le ped a mi madre su telfono y
marqu mi nmero. Tres tonos de llamadas y, al fin, una voz de hombre en
un idioma extrao, al que le pregunt en ingls:
Hallo, hallo!, quin es usted?, con quin hablo?
El tipo me hablaba en un ingls macarrnico que casi no entenda.
Y t? Ah! Eres el dueo de este cacharro, verdad? Estupendo, quera
hablar contigo.
Dgame dnde la tiene! Devulvanosla! No ser una broma?
Tranquilo, tranquilo, muchacho. Nada de broma, nos la llevamos. Seguro
que nos la compran en Baden Baden. Aqu hay mucha aficin por los coches

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antiguos. Pero bueno, tres mil euros y vuelve a ser tuya. Nos viene mejor. Si
no lo aceptas, venderemos tambin la mercanca, algo ms conseguiremos.
Tres mil euros! Est loco! Oiga, cuide los esprragos, que se van a secar,
es importante que les ponga hielo picado. Por favor!...
Aj! As que es importante la mercanca, no? Pues entonces sube el
precio. Digamos 5.000 euros, mocoso.
Deje que hable con mi madre. No se vaya lejos. Y por favor, cuide los
esprragos o no hay trato.
Mi madre me miraba expectante. A ver cmo vamos a conseguir ese
dinero, me dijo. Llam a Carlota y, como era tan temprano, se puso su
padre. Me dio instrucciones y al momento llam otra vez al ladrn.
Oiga, mi madre est de acuerdo pero necesitamos tiempo, tenemos que ir
al pueblo a un cajero. Dentro de una hora nos vemos aqu, en la gasolinera,
en la explanada. Y le repito que cuide los esprragos, si les pasa algo no
habr trato.
Est bien, una hora. Pero te advierto que si noto algo sospechoso, te
descerrajo un tiro. Y nos comemos tus esprragos con papas. Lo has odo
bien, mequetrefe? As que nada de trucos. Te damos una hora. La furgoneta
no la vers hasta que me entregues el dinero. Cuando todo est en orden, mi
amigo os la llevar a la gasolinera. Entendido?
Lo entend la mar de bien, qu remedio! Y nos fuimos a la cafetera a
esperar.

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Eran las siete en punto cuando regresamos a la explanada. De pronto, un


calvorota enorme, con barbas y muy mala pinta se nos acerc. Las piernas
me empezaron a temblar mientras mi madre me apretaba la mano con todas
sus fuerzas. Ella tampoco tena buen color.
Ya a tres metros del ladrn, dispuestos a morir porque no llevbamos en los
bolsillos nada ms que veinte euros, el estruendo de un helicptero sobre
nuestras cabezas y un foco superpotente hicieron que nuestros corazones
saltaran de espanto. Entonces escuchamos unas rdenes en alemn a
travs de un altavoz.
Achtung, Achtung! Stehenbleiben! Keine Bewegung!!

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El calvo se tir al suelo todo lo largo que era y nosotros salimos en


estampida hacia la cafetera para escondernos. Fue como en las pelculas de
aventuras. En cuanto nos sentimos a salvo nos pegamos al cristal que daba
al aparcamiento donde se desarrollaba la accin. Vimos cmo el helicptero
se posaba con suavidad en la explanada mientras el tipo permaneca inmvil
en el suelo como un pasmarote, protegindose la cabeza con los brazos.
Bajaron tres policas y lo esposaron en un pisps. Conversaron unos minutos
a cara de perros. El tipo se dio por vencido y sac su mvil, probablemente
para hablar con su compinche, aventur mi madre.
A los quince minutos habamos recuperado nuestra vieja Volkswagen
Reynoceronte, con los esprragos un poco alicados, pero en buenas
condiciones. Una nueva rociada de hielo, y revivieron.
Saludamos agradecidos al padre de Carlota, que era el jefe de la misin, y
subimos al helicptero. Un polica se qued a cargo de la furgoneta para
limpiarla y llevarla a la Spargelfest mientras nosotros, con una caja de
esprragos, llegamos a casa de Carlota, donde nos esperaba mi amiga, su
madre y...
Pensbamos que no llegarais nunca! Olvidasteis los trajes
Mi to Carlos, con una brecha en la cabeza, y mi padre con el brazo
escayolado nos besaron la mar de contentos. Traan una enorme pancarta
con palabras de apa y el precioso logo de Anfas con tres esparraguitos, de
parte de todos ellos, equipo y colaboradores incluidos. Qu enorme alegra
nos dieron! Era cierto que se nos haban olvidado los trajes de navarricos. Y
la msica. Los padres de Carlota haban preparado la sorpresa final.

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Nos duchamos en un santiamn. Ms complicado fue colocarnos las


antiguas vestimentas del valle de Salazar que nos regal mi abuela Rosita.
Mi madre estaba guapsima. Vesta dos faldas largas plisadas; una negra y
otra, superpuesta y ms corta, de seda en color rojo cereza. Llevaba una
blusa blanca de encajes con un chalequillo azulina bordado en plata y oro. El
traje de Carlota era parecido, solo cambiaba la falda de seda, que era de
color azul intenso, y las medias blancas, como las llevan las chicas solteras.
Tambin se trenz su preciosa melena con cintas celestes. Yo vesta un traje
negro de lana, y medias blancas.
Mi padre y mi to, que son grandes cocineros, prepararon canaps de
esprrago templado con una emulsin de Buenaceite de Navarra, y una
puntita de caviar. Estaban de rechupete!
Nuestra caseta era de estilo tirols y la haban decorado con carteles de
Tudela y unos ramos enormes de lavanda y lirios. Y al fin apareci nuestra
querida Volkswagen con su valioso cargamento de Reynoceronte Blanco,
bien fresquito.
Lo conseguimos, Jago. Gracias, hijo! Mi madre me bes emocionada.
Y as fue como el Esprrago Blanco de Navarra consigui la Goldmedaille en
la Feria de Schewetzingen, mis padres los veinticinco mil euros y el mejor
distribuidor de verduras de Alemania. Y yo, el Premio Internacional de
Redaccin en Lengua Espaola por esta larga y accidentada historia, que
adems est basada en hechos verdicos, como las pelculas que ms flipan.
A mi amiga Carlota le emocion tanto esta aventura que ahora tiene claro
que quiere ser pintora y vivir en una granja.

26

Fin

27

La editorial
Somos un grupo de padres y madres que nos hemos ido dando cuenta de lo difcil
que es para nuestros hijos que lean hoy en da, y que adems esa lectura les
proporcione algo de formacin y diversin al mismo tiempo. Aprender divirtindose
es lo mejor que les podemos ofrecer.
Sobre todo nos referimos a los libros de uso en los colegios, tanto de lectura como
de texto. Nos gustara que esos libros que usan fueran ms dinmicos y divertidos,
pero a la vez educativos.
As que nos hemos propuesto hacer libros divertidos y modernos. Libros educativos
y tiles que les atrapen y desarrollen su imaginacin, y que puedan utilizarse en
colegios como libros de apoyo.
Y lo mejor, es que fueran gratuitos!
Con este reto nos juntamos y empezamos a crear: eligiendo temas interesantes,
adaptando las historias, disminuyendo los textos pero ampliando el tamao de las
letras, insertando ilustraciones en cada pgina, con dibujos modernos, para centrar
su atencin en lo esencial y al mismo tiempo dejar volar su imaginacin, con
diversin, contando historias reales o imaginarias.
Y as, al final lo hemos agrupado en un proyecto que nos llena de ilusin. Lo
llamamos Editorial Weeble.
Con nuestros libros queremos redisear la forma de aprender, en especial de los ms
pequeos y jvenes.
Apostamos por la sencillez y la diversin para fomentar el aprendizaje y desarrollo.
http://www.editorialweeble.com
Un saludo,

El equipo de Editorial Weeble


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Esprragos en apuros!
Autora: Carmen de la Rosa
carmen.delarosa@goya.eu

Ilustraciones: Jaime Lacalle Castillo


Biblioteca de Miss McHaggis
missmchaggis@gmail.com

Patrocinador:

CONSERVAS ANGEL RIA S.A.

Carmen de la Rosa
2014 Editorial Weeble
info@editorialweeble.com
http://www.editorialweeble.com
Madrid, Espaa, marzo 2014

Licencia: Creative Commons ReconocimientoNoComercial-SinObraDerivada 3.0

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