Neolítico en Egipto - Del Origen A Las Dinastías Tinitas
Neolítico en Egipto - Del Origen A Las Dinastías Tinitas
Neolítico en Egipto - Del Origen A Las Dinastías Tinitas
En los comienzos del neoltico (entre 8000 y 5000 a.n.e.), se constata el cultivo de trigo
candeal, cebada y lino, as como la domesticacin de animales como el asno y la cabra.
Las poblaciones, paulatinamente sedentarizadas, se ubican cada vez ms cerca del curso
del Nilo, aunque levantan sus poblados y necrpolis en las orillas del desierto, como
ocurre con Fayum, Merimd, Deir-el Tasa o Gebelein. Desde este momento, y hasta el
final de las dinastas tinitas, se ponen los cimientos del sistema poltico (el Estado
unificado) la religin, el arte y el modo de concebir la vida y la muerte del Egipto
antiguo. En un sentido genrico, los hallazgos arqueolgicos han sido ms abundantes
en el Alto Egipto que en el Bajo. En el norte, los yacimientos son muy extensos, con
presencia de inhumacin bajo los poblados, graneros comunales y cermica
monocroma, si bien estn muy aislados entre s. En el sur, los yacimientos corresponden
ms a grandes necrpolis que a poblaciones asentadas, con cermicas decoradas y una
cultura, en general, ms desarrollada. Las primeras fases en el norte corresponden a
Fayum A y Merimd-beni-Salameh. El primero puede representar una fase estacional de
un grupo de sedentarizacin parcial. Poblado con agricultores y ganaderos, dependan
todava, sin duda, de la caza. En Merimd aparecen chozas de paredes de caa, con
fogones y diversos utensilios de cermica, que se alinean formando caminos en la aldea,
hecho que puede concebirse como un protourbanismo. Los muertos, sepultados en el
mismo poblado, se apoyan en su costado derecho, tienen la mano en la boca y granos de
trigo cerca, reflejo, quiz, de una primigenia creencia en las necesidades alimenticias
del muerto en el Ms All. Aparecen aqu tambin cabezas de maza y restos seos de
perros, cabras, corderos y cerdos. En el sur, las primeras fases corresponden al
yacimiento primordial es El Badari (Badariense o Predinstico primitivo). Ahora
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constatamos, adems del uso de los metales, en especial el cobre 1, la presencia de camas
de madera, amuletos, paletas para la pintura que se aplicaba en los ojos, estatuillas de
marfil representando hipoptamos y mujeres (con presunta funcin ritual), y delicadas
cermicas negras y rojas.
El cobre no fue conocido en el norte hasta el final del Predinstico. Es posible que esta cultura
mantuviese relaciones comerciales con la costa del Mar Rojo a travs del Wadi Hammamat, debido a la
abundante presencia de conchas de moluscos y turquesas. A pesar de estos posibles intercambios
mercantiles, el Badariense se caracteriza porque su orden productivo est centrado en la agricultura y la
ganadera.
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Maadi, documentada ahora en Buto desde 3600 a.n.e. En las siguientes subfases
arqueolgicas (c y d, cronolgicamente datadas en torno a 3400 a.n.e.), Nagada II ocupa
el Delta y empieza a sobreponerse a la cultura Maadi, llegando incluso su influencia
allende los lmites egipcios, en concreto a la regin de Palestina. Es ahora cuando
aparecen los primeros centros polticos y una cermica caracterizada por
representaciones decorativas de deidades y escenas cultuales. Diversos cambios
climticos hacia mediados del IV Milenio a.n.e. provocan desplazamientos
poblacionales y sientan las bases para la conformacin de centros como Hierakmpolis
y Abidos, este ltimo una gran necrpolis. En esta etapa, algunos nomos del Alto Egipto
se organizan como seoros aristocrticos y se unen entre s, constituyendo una
confederacin con capital en Ombo, lugar cuyo dios local es Seth. Al final del
predinstico contamos, en consecuencia, con la presencia de los reinos horianos de
Buto, en el delta del Nilo y de Hierakmpolis en el valle, ambos poltica y
administrativamente autnomos, aunque es probable que la monarqua horiana del delta
acabase por imponer, si no su podero poltico-militar, s, al menos, el culto a Horus en
todo Egipto.
El protodinstico egipcio se inicia con la fase III de Nagada (3300-3100 a.n.e.), una
poca de expansin de la cultura material del Alto Egipto hacia el Bajo, en donde
todava pervivan la cultura Maadi y la cultura de El Omari. Si bien ahora se constata la
definitiva desaparicin de Maadi, se mantiene la relevancia de Buto (lugar por donde
haran su entrada diversas influencias mesopotmicas de la ciudad de Uruk a travs de
sus colonias en Siria), y es totalmente absorbida la cultura Nubia del Grupo A,
inicindose as la denominada, desde hace unos aos, por los egiptlogos, Dinasta 0 2,
hecho que implica una unificacin egipcia previa a Narmer, como las tumbas de los
reyes de Hierakmpolis, enterrados en Abidos, atestiguan fehacientemente. Al final del
Protodinstico, perodo denominado tambin en cierta historiografa, como pre-tinita, en
alusin a las dos primeras dinastas de Manetn, con capital en Tinis, la arqueologa
demuestra que la ciudad de Hierakmpolis es la urbe principal, y que existe, de facto,
una unificacin poltica y cultural, representada por el estadio Nagada III, entre Egipto,
Palestina y la Baja Nubia.
Aunque esta dinasta pudo haber tenido unos diez soberanos, nicamente se conocen algunos de sus
ltimos reyes: el famoso y controvertido Rey Escorpin, Ka y Narmer (el conquistador final del delta
del Nilo), que sera, por lo tanto, su ltimo monarca. La nueva monarqua unificada estara protegida, a la
par, por los dioses Horus y Seth, a la sazn ya mticamente reconciliados.
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3. Las Dinastas Tinitas
Sobre la fundacin de Menfis y acerca del papel desplegado por Menes, debe verse Herodoto (Historia,
Libro II, 99), en donde, a partir de informaciones ofrecidas por los sacerdotes egipcios, cuenta que Menes
(Mina para el historiador), fue el fundador de la ciudad, hoy Mit-Rahina. Menfis es el nombre griego de
Menneferu (belleza estable) que, en origen, designaba la pirmide del faran Pepi I. Ms tarde adquiri su
denominacin Ineb-hedj o el muro blanco.
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Los altos funcionarios se enterraban en Saqqara, en tanto que la necrpolis real estaba ubicada en
Abidos. Los cenotafios de Saqqara, en piedra, adoptan ahora la forma de mastabas, mientras que las
tumbas reales de Abidos se hacen en adobe. Cerca de ellas se excavan, asimismo, las tumbas de los
servidores y las mujeres de los soberanos.
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El sacerdote egipcio Manetn de Sebennitos, del siglo III a.n.e., en su muy conocida obra en griego
denominada Aigyptiaca sirvi de referencia a posteriores y mltiples recensiones sobre las dinastas
egipcias, como la que transmite Sexto Julio Africano, cristiano del siglo III, en su obra Pentabilion
Chronologicon, donde ofrece la lista de los reyes de la I Dinasta, iniciada por Menes y seguida por
Atothis, hasta un total de ocho reyes, que reinaron en un perodo total de 263 aos.
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Seth, el nombre Nebti de las Dos Seoras (Nejbet y Uto) 6, protectoras de Hierakmpolis
y Buto respectivamente, y el nombre de Rey del Alto y Bajo Egipto, en conmemoracin
de la victoria del primero sobre el Delta. Se vinculan, en consecuencia, la corona roja y
blanca de los reinos predinsticos en una doble corona (pschent).
La Dinasta II Tinita (2890-2686 a.n.e.), fue fundada por Hotepsejemuy. En poca de su
sucesor, Nebre, acontece el ms arcaico recuerdo del culto heliopolitano de Re, que ser
adoptado por la monarqua en la Dinasta III, al comienzo del Reino Antiguo. Desde
comienzos de la dinasta se representa, adems del halcn, como animal de Horus, en
los emblemas reales o Serekhs (tambin transcripto Serej) el animal sacro de Seth, el
perro del desierto. Sin embargo, durante, el reinado de Peribsen, hacia 2700 a.n.e., slo
aparece en el emblema real el perro, hecho que puede ser un claro indicio de una ruptura
de la unidad egipcia debida a una sedicin del norte, del Delta, que acabara siendo
posteriormente aplastada. Al final del perodo, vuelven a verse las dos divinidades en el
serekh, pero a comienzos de la III Dinasta nicamente se mantendr Horus, siendo Seth
identificado desde entonces como el representante del caos, como la rebelda (aludiendo
al Deshret o tierra roja desrtica), que rodea el centro 7 (Kemet, la tierra negra de la
llanura aluvial) egipcio.
Finalmente, son destituidos los prncipes hereditarios de sus cargos de nomarca
(destruyndose, de esta manera, el poder de la aristocracia del Alto Egipto),
sustituyndoseles por gobernadores reales; las ciudades del norte pierden cualquier
autonoma poltica (aunque no econmica ni, probablemente, administrativa),
instalndose en ellas intendentes reales; las tumbas de los reyes se construyen ya en la
Los nombres, eptetos y ttulos del faran egipcio se constituan como emblemas distintivos que lo
relacionaban con los dioses y su autoridad. Los reyes egipcios posean, durante su reinado, cinco
nombres. El primero, y ms arcaico era Her (Horus), representado en forma de halcn. Sola aparecer
inscrito en el serej, suerte de rectngulo que remedaba la fachada del palacio sobre la que apareca el
halcn. De este modo, el faran era la personificacin de este dios en la tierra. En tiempos del Imperio
Nuevo, el epteto hijo de Horus era seguido de toro fuerte, aludiendo a su poder fecundador. El segundo
era Nebty, las dos seoras, el buitre del alto Egipto y la cobra del bajo (Nekhbet y Wadjet,
respectivamente). Con este ttulo se simbolizaba el poder del faran en todo el territorio. El tercero era
Her Nebu o bien Horus de Oro, que implicaba la identificacin del dios con el sol e, indirectamente,
confirmaba la naturaleza divina del mandatario. El cuarto ttulo o denominacin regia era Nesu-bity (el
que corresponde al junco y a la abeja), smbolos de la soberana del rey (y de su papel garante de la
estabilidad poltica), sobre el alto y el bajo Egipto, respectivamente. Al lado de este ttulo se pona aquel
escogido por el propio faran al subir al trono, que era colocado en el interior del cartucho (un crculo
oblongo), formado por una cuerda, simbolizando, as, una especie de mgica proteccin. El quinto ttulo
aparece a partir de la IV dinasta, en concreto desde el rey Kefrn: Sa Re, hijo del dios Re, que vinculaba,
en una relacin de parentesco paterno-filial, al sol con el soberano. A este nombre le segua otro, el que el
rey haba recibido en el momento de venir al mundo.
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El centro, espacio sagrado, simboliza el orden, la jerarqua, el refinamiento cultural, frente a la barbarie,
la incultura (en su doble acepcin de falta de cultura y de cultivo) y el desorden de la periferia.
6
localidad de Saqqara para establecer residencia y culto funerario en un mismo lugar y,
en definitiva, se centraliza el Estado, imponiendo las instituciones del reino horiano a
todo Egipto, estableciendo, en consecuencia, los cimientos del Reino Antiguo,
centralizado y teocrtico.
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Referencias bibliogrficas
-Bassin, E. & Bottro, J. & Vercoutter, J., Los imperios del antiguo oriente I. Del
Paleoltico a la segunda mitad del segundo milenio, edit. Siglo XXI, Madrid, 1983
-Grimal, N., Historia del antiguo Egipto, edit. Akal, Madrid, 1996
-Hart, G., Mitos egipcios, edit. Akal, Madrid, 1994
-Lara Peinado, F., El Egipto Faranico, edic. Istmo, Madrid, 1991
-Padr, J., Historia del Egipto faranico, edit. Alianza Universidad, Madrid, 1996
-Prez Largacha, A., El antiguo Egipto, Acento edit. Madrid, 2001
-_______________, Historia antigua de Egipto y del Prximo Oriente, edit. Akal,
Madrid, 2007
-Urruela, J.J., Egipto: poca tinita e Imperio antiguo, edit. Akal, Madrid, 1988