Tema 2 EL ARTE EGIPCIO
Tema 2 EL ARTE EGIPCIO
Tema 2 EL ARTE EGIPCIO
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CRONOLOGÍA EGIPCIA
Época predinástica Seguidores de Horus (Rey Escorpión). Narmer (unifica el Alto y Bajo Egipto 3300 )
Època Tinita I y II Dinastía: Hor-Aha (¿Menes?)
3000 - 2650 a.C. Capital en Tinis
Imperio Antiguo III Dinastía: Sanakht, Zoser, etc..
2650 - 2130 a.C. IV Dinastía: Keops, Kefrén, Mikerinos,etc...
V y VI Dinastías
Capital en Menphis
Primer periodo intermedio
2130-2050 a.C.
Imperio Medio XII Dinastía
2050 –1780 a.C. Capital en Tebas
La geografía de Egipto favorece la creación de una cultura que evoluciona con continuidad y
en la que las influencias exteriores son relativamente escasas. La aparente inmutabilidad del mundo
egipcio es su nota distintiva. La civilización egipcia nace en torno al Nilo y vive gracias a él. Los
primeros egipcios llegaron a divinizar el río. Tras los primeros poblamientos neolíticos en el valle, se
convirtieron en una sociedad autárquica que duró de manera inmutable más de tres mil años. No
puede explicarse el arte egipcio si antes no entendemos su pensamiento, su visión
cosmológica del mundo, su religión y sus actividades económicas primero.
Egipto es una civilización fluvial de base agraria. Viven gracias a un río alóctono que con sus
crecidas periódicas fertiliza un desierto. Por eso la influencia de la economía agraria lo impregna todo.
De ese mundo agrario nace la geometría el catastro y el arte: la arquitectura en planos cuadrangulares,
capiteles con hojas, pinturas con plantas y flores, además de labores de cultivo. De ella extraen la
matemática pero también la visión ordenada del mundo, todos sus dioses y hasta el poder político.
Heródoto definió Egipto diciendo que era un don del Nilo. Este doble país se compone del
Delta al norte, el Bajo Egipto, formado por un abanico de brazos de agua que desemboca en el
Mediterráneo y en cuyas marismas reluce el papiro, emblema floral de la región; al sur está el valle
(Alto Egipto), creador por el fluir de su corriente entre las arenas del desierto. Y en cuyas riberas brota
la flor de loto, símbolo local. Pero el Nilo también fue la principal vía de comunicación que
atravesabael territorio faraónico y la frontera natural entre las ciudades de los vivos y la tierra del más
allá. Efectivamente, los monumentos y tumbas se construían en la llamada tierra roja o arena de los
desiertos libio y arábigo, mientras que las aldeas se asentaban junto a la tierra negra, así llamada por el
color oscuro del lodo fertilizante que dejaban las crecidas. Por si fuera poco, el Nilo era un genio
fecundador que reportaba la prosperidad agraria a sus habitantes con sus crecidas anuales. Todos los
veranos, un Nilo desbordado inundaba el valle y el delta durante cien días. Las aguas llegaban a finales
de julio y la crecida duraba hasta primeros de septiembre; luego las aguas bajaban y dejaban los
campos inundados con una espesa capa de lodo, rica en nutrientes que garantizaba el sustento; allí se
sembraba cereales y lino principalmente.
El egipcio tenía una visión cíclica (al igual que las crecidas del Nilo)) y sus dioses mueren y
resucitan constantemente (mito de Osiris). Esta visión cíclica forja la idea de estatismo terrestre, de
que nada cambia, de que todo es inmutable, y esta idea a su vez forja la idea de perfección, serenidad y
armonía de lo terrestre: la eternidad es igual a la perfección. Ante esto el papel del hombre es muy
conservador, debido a esa concepción del mundo como algo perfecto e intocable.
Hubo una ordenación del mundo a partir de un caos (por los dioses) y esa construcción
es perfecta. Por eso las aguas del Nilo llegan puntuales todos los años. Tal perfección hay
que conservarla tal y como nos fue dada por los dioses y conservar se convierte en una
constante: conservar el cuerpo, conservar el arte, perdurabilidad, eternidad.
La sociedad egipcia estaba estructurada en varios grupos: en primer lugar, se encontraba el
faraón y su familia; a continuación los altos funcionarios (de la administración y el ejército) y los
sacerdotes; después, los funcionarios menores como los escribas, los mercaderes, los artesanos y los
campesinos; en el último peldaño de la escala social se situaban los esclavos, su condición se debía a
diversos factores como el nacimiento, delitos y deudas y conquistas (nubios, libios...).
El faraón concentraba todo el poder y era el encargado de conservar ese orden; era
considerado un dios (de ahí que el sistema político fuera una teocracia) y ejercía su dominio con
la ayuda de los sacerdotes, quienes, en momento de crisis, concentraron mucho poder. El faraón
es una figura política que nace de la necesidad de coordinar los trabajos agrícolas: construcción de
canales de riego y de drenaje, coordinación entre la cuenca alto, media y baja, etc. y que llegó a ser
tan vital para los egipcios que lo divinizaron en vida. A nivel de estado, el faraón debe conservar el
orden divino reuniendo al Alto y al Bajo Nilo. Cuando el orden se rompe, el pueblo echará la culpa al
Faraón. Se paraleliza Estado y mundo. El faraón es el guardián de este orden inmutable y generador de
la paz, la justicia y la abundancia. Tiene un carácter sagrado, es un dios en la tierra, y la supervivencia
en la vida de ultratumba depende de su proximidad. Sólo así se explica la existencia de un pueblo que
vivió para construir las tumbas de sus reyes. Asombra la desproporción entre la magnitud de las
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pirámides y su función de simple tumba de la familia real. Ello exigió una mano de obra numerosa y
un sentido colectivo de la disciplina, incompatible con otra estructura política menos centralizada.
Por otra parte la egipcia fue siempre una civilización aislada por un desierto hacia el Este, Oeste
y Sur. Por eso fueron muy poco atacados pero tampoco sufren la evolución lógica de una cultura
relacionada. Este aislamiento produce orgullo. Su país era el centro del mundo y el egipcio era
el hombre por excelencia.
El culto a los dioses y las ideas sobre la vida de ultratumba (perfectamente estudiada a través
de "Los Textos de la Pirámides" y "El Libro de los Muertos"), impregnan todas las manifestaciones
del arte egipcio y de manera más relevante su arquitectura, limitada a una finalidad religiosa (templos
y tumbas). Para el egipcio, el cielo no es diferente a la Tierra porque la ésta ya es perfecta. Al cielo se
va con apariencia física y se vive igual que en la Tierra, por eso hay que conservar el cuerpo que
será el soporte físico del alma en el cielo. Además en la tumba se pintan escenas de la vida del difunto
en la Tierra y se le dejan objetos, riquezas, instrumentos y adornos para su vida eterna. El culto a los
muertos estaba basado en la creencia de que el alma pervivía tras la muerte, y, por tanto, requería los
mismos bienes que poseía en la vida terrena (alimentos, vestido, sirvientes, joyas...); para ello, debía
conservarse el cadáver de forma perfecta mediante la momificación y se depositaba en un sarcófago,
acompañado de textos como el “Libro de los muertos”, colección de papiros de carácter religioso que
contenían plegarias y ritos mágicos.
La base de esta religión no es el dogma. No existe ningún libro de dogma. La religión son
los ritos, los cultos las fórmulas y de eso sí que hay, muchas fórmulas para presentarse ante los dioses.
Sin embargo es toda una actitud social: los dioses disponen de sus destinos (juicio de Osiris) pero
esto no era más que un fenómeno social por el que intentaban no sucumbir ante el caos. Por eso el
pueblo egipcio ha sido el más religiosos de la historia, la religión era la vida. El faraón representa el
orden cósmico, religioso y moral. Su gobierno es una teocracia absoluta, su poder viene directamente
de Dios. El faraón es la cabeza visible de la religión oficial, fuertemente jerarquizada, con una
estructura piramidal mantenida por una clase sacerdotal muy profesionalizada.
Se trata de una religión politeísta, con muchos dioses locales, y otros más importantes (Ra,
Amón, Osiris, Horus...) adorados por todo el país Sólo durante el reinado de Amenofis IV de la XVIII
dinastía se sustituyó la pluralidad de dioses por uno superior y providente, preocupado por el bien de
las criaturas, y ejerció un gran impacto en un arte más realista y humano. Los más importantes dioses
son
9 Horus: Hijo de Ra (halcón), de Osiris y de Isis / Dios del Sol y del cielo
9 Amón: Rey de dioses Amón-Ra
9 Ra: Dios solar
9 Anubis: Dios de la muerte (chacal)
9 Atón: el Sol (etapa monoteísta de Amenofis IV)
9 Hator: Diosa del amor y de la danza (vaca)
9 Isis: Esposa y hermana de Osiris /Diosa madre, diosa de la fertilidad y del
matrimonio
9 Osiris: Dios del ciclo agrícola y de la vegetación / Dios de los muertos
9 Seth: Dios de la tempestad
9 Thot: Dios de la ciencia, inventor de la escritura
2) EL ARTE EGIPCO
Las características generales son: primero es una arte exclusivo para la Iglesia y el Estado
(en Egipto ambas cosas son lo mismo: teocracia). Ellos son los únicos clientes y los que marcan
todo el estilo general. Así el arte es eminentemente religioso. El artista es un ejecutor anónimo, es
un artesano que cumple unas normas preestablecidas, no es un creador. En el arte egipcio no se
estima la originalidad sino la precisión con la que el artista realiza los encargos y la solidez de
éstos.
Por otro lado el arte es soporte de toda una iconografía religiosa y de poder. La
imagen encierra toda una simbología que la exime de cualquier función estética. Se trata de
transmitir el mensaje de la forma más clara posible; por eso nunca se liberaron de la imagen
conceptual, de la técnica completiva por la que el retrato se compone de varios elementos
mentalmente unidos y ópticamente incoherentes. Por eso también renuncian a la perspectiva,
para dar más claridad al mensaje. Por eso en escultura la frontalidad es sagrada, con unas reglas fijas
que se repiten.
Pero la imagen símbolo debe ser también duradera, eterna, para ser buena. Siempre se
prefiere macizo mejor que vano, las formas puras y geométricas que dan la visión de orden pero
también son más duraderas, adintelación mejor que arcos, rectas mejor que curvas, soportes simples
pero enormes, materiales sólidos y eternos, la piedra en vez del ladrillo, esculturas bloque, etc.
Resumiendo, podemos decir que es un arte donde prima la grandiosidad arquitectónica y el
simbolismo, la rigidez e hieratismo de las formas escultóricas, ya que ambos conceptos reflejan la idea
de inmutabilidad de las creencias y la permanencia en el poder. Así, monumentalismo, racionalismo
matemático, abstracción y simbolismo es lo que ha trascendido de Egipto al arte occidental.
3) ARQUITECTURA EGIPCIA
Egipto es un país que tiene unos condicionamientos naturales que se van a dejar notar en su
arquitectura, tales como: vida alrededor del valle del Nilo y clima seco desértico; abundancia de piedra
(caliza, granito, alabastro, basaltos, etc...); ausencia de madera, pero abundancia de especies vegetales
relacionadas con el Nilo (papiro y loto) o con los oasis del desierto Arábigo y Líbico (palmeras). Por
ello en sus edificios abundan las columnas, recuerdo de los bosquecillos que crecían en las orillas del
Nilo; es un país horizontal, así es también su arquitectura, tan llana como las terrazas acantiladas que
encuadran el Nilo; el aislamiento geográfico confiere al arte egipcio un continuismo en los elementos
artísticos fundamentales, frente a la gran diversidad que presentan otras civilizaciones próximas
(Mesopotamia).
El rasgo más evidente de la arquitectura egipcia es el colosalismo; la edificación resulta
desproporcionada en relación con la función. Ni se precisaban tal volumen para enterrar en una
pirámide el cadáver del faraón ni en los templos se congregaban muchedumbres que reclamaran
espacios tan vastos. Se trataba aquí de una dimensión consciente, de un propósito definido. El egipcio
está obsesionado por la presencia de fuerzas sobrenaturales y por el sueño de la supervivencia; en
consecuencia el edificio desborda la escala humana, se impone por su grandeza al ánimo del
espectador y suscita sentimientos de temor. El colosalismo se inicia ya en la medida de los sillares,
cuyo volumen hacía más incómodo el trabajo. En resumen, monumentalidad, grandiosidad y belleza
de la razón matemática de las proporciones.
La primera aportación de la arquitectura egipcia estriba en que se trata de construcción en
piedra, labrada de manera geométrica (sillares), se trata de piezas de medidas precisas, con la que se
pueden elevar muros sin salientes y edificios de perfiles rectilíneos. Las piedras utilizadas son
básicamente la arenisca y el basalto, uniendo los sillares perfectamente aparejados, sin argamasa entre
ellos. Los muros son extraordinariamente gruesos y en talud, mientras que los volúmenes son
totalmente geométricos.
Por otro lado, nos encontramos ante una arquitectura arquitrabada o adintelada, basada exclusivamente
en líneas horizontales y verticales o, como mucho, en diagonal, pero siempre líneas rectas. El máximo
problema de la arquitectura arquitrabada es la elevación del edificio, pero el egipcio con la grandeza de
los sillares y la disposición diagonal de la pirámide obtuvo medidas hasta entonces nunca alcanzadas.
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Columnas egipcias:
Lotiforme
Papiriforme
Palmiforme
Hathorifome
Protodórica
3.1) La tumba
ladrillo adosados a las fachadas de las viviendas musulmanas actuales. Es la tumba de los personajes
notables, sacerdotes o nobles y de los primeros faraones. Las mastabas son construcciones de planta
rectangular y en forma de tronco de pirámide (muros en talud). Originalmente era un pozo donde
reposaba el difunto cubierto con pequeños túmulos de adobe y junco. Posteriormente empezaron a
añadir provisiones, ajuares, y otras ofrendas familiares, lo que obligó a aumentar el número de
cámaras. En la parte superior se reproducía la vivienda del señor, por lo que las fachadas se pintan de
colores alegres, imitando las esteras que la adornaban cuando aquel se hallaba en el mundo.
Generalmente había una mastaba para el cabeza de familia y alrededor otra serie de enterramientos
pequeños para familiares y sirvientes.
Su estructura interna era la siguiente: Cámara mortuoria (dormitorio): en ella reposa el difunto
en un sarcófago y los tesoros más apreciados por éste. Sobre las momias depositaban amuletos
(representaciones de palabras mágicas)ya que tenían el convencimiento de que éstos ejercían un poder
benéfico sobre quién los llevara consigo. Capilla para ofrendas: allí se encontraba la estela funeraria a
modo de puerta falsa. Serdab: lugar donde reside el "doble" (ka), que es una representación del
difunto. Estas estancias estaban bajo tierra, accediéndose a través de un pozo. También podía haber
almacenes o estancias con provisiones para garantizar la alimentación del difunto en su peregrinar por
el más allá.
Las primeras construcciones funerarias se encontraron en Abidos, y presentan características
muy rudimentarias. Las mastabas perfectamente desarrolladas corresponden a la época menfita (la
capital del Estado se trasladó a Menfis, en el Delta) durante las primeras dinastías del Imperio Antiguo
(a partir del 2700 a.C.). La mayor concentración de ellas se encuentra en el complejo funerario de
Sakkara.
Si construimos varias mastabas superpuestas obtenemos como resultado la pirámide
escalonada, como la del faraón Zoser, de la III Dinastía y residente también en Sakkara, el
cual contrató los servicios de Imhotep para realizar su tumba, algo que iba a convertirse en
una costumbre: el faraón moraría para siempre en su tumba-casa eterna La pirámide está
formada por la superposición de 6 mastabas en orden decreciente, posiblemente para que el
faraón esté más cercano a Ra. Está situada dentro de un recinto funerario de planta rectangular
diseñado para que el ka del faraón siga desempeñando ciertos cometidos por toda la eternidad.
En la IV dinastía también se construye la pirámide acodada del faraón Snefru en Dashur,
transición hacia la pirámide perfecta o regular, ya que es de aspecto romboidal
A partir de la IV dinastía la pirámide distingue la tumba faraónica de la de los grandes
dignatarios. Su nombre es griego, pyramis, debido al parecido geométrico de un pastel de harina de
trigo que se consumía en la Hélade. La pirámide es una construcción funeraria concebida para que en
ella repose eternamente el faraón y los objetos que permitían la vida de ultratumba. La pirámide puede
considerarse una prolongación de la mastaba, puesto que conserva la misma distribución interna. La
pirámide tenía un gran valor simbólico: resalta el poder del faraón, las cuatro aristas representan los
rayos de Ra y suponen un gran artificio numérico. A medida que iba disminuyendo el poder del
faraón, las pirámides disminuirán en tamaño (Conjunto de Abusir) y por lo tanto en majestuosidad y
colosalismo. Normalmente la pirámide no es sólo una tumba, sino todo un complejo funerario y
ceremonial que tiene un templo del valle, a orillas del Nilo, levantado sobre el muelle de descarga de
los materiales, una calzada que conduce al río, un templo funerario cercano a la pirámide, y pirámides
menores para los miembros de la familiaral.
Las más importantes pirámides se encuentran en la Necrópolis de Gizeh (localidad cercana a
El Cairo), que está formada fundamentalmente con las Pirámides de KEOPS, KEFRÉN y
MICERINOS y sus respectivos templos funerarios, tres cementerios de mastabas y en el acceso al
recinto la Gran Esfinge (imagen de Kefrén).
Este conjunto se inició con el faraón Keops y, teniendo en cuenta los restos que nos han
llegado, se puede afirmar que con él culminó el concepto de Dios-Rey. La gran Pirámide de Keops es
la mayor de todas las pirámides construidas; se cimenta sobre un área cuadrada de 230 m. de lado o
base y 146 m. de altura. Según Heródoto, las obras duraron veinte años, trabajando permanentemente
artistas especializados y colaborando el pueblo en número de cien mil obreros, en la época en que no
había agricultura. Es todo un ejemplo de precisión matemática. Estaba recubierta en su superficie
(como el resto de pirámides) con placas de alabastro y en su interior había varias cámaras y corredores.
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Una de estas cámaras era el sepulcro del monarca, otra de la reina, y las otras eran provisionales o
falsas. Para intentar evitar el saqueo se diseñaban pasadizos laberínticos y las cámaras se sellaban con
enormes bloques de piedras.
Más tarde, en el Imperio Medio se abandona la pirámide y aparece la costumbre de enterrar los
faraones en complejos que son mezcla de tumbas y de templos, con una parte excavada en la roca, que
es la tumba, y otra exterior con pórticos arquitrabados y salas con pilares. Ello en parte es debido al
traslado de la capital de Menphis a Tebas en el valle medio, donde no hay tanta piedra y tienen que
aprovechar los acantilados del río. En griego se conocen estos complejos funerarios como Hipogeos.
Los corredores y cámaras se decoran con relieves pintados que repiten hasta la saciedad las fórmulas
del Libro de los muertos. Todo egipcio quería residir en su muerte cerca del Nilo y por eso los
hipogeos más importantes están en el Valle de los Reyes y Valle de las Reinas (dinastías XVII-XIX),
frente a Tebas (capital desde el Imperio Medio): Ramses, Seti, Tutmosis, Tutankamón, Amenofis III,
Nefertiti o Hatsepsut. Todas estas tumbas fueron saquedas, excepto la de Tutankamón, de ahí su
importancia. El hipogeo, en su interior, tiene los mismos compartimentos que la mastaba y la
pirámide: Cámara mortuoria, serdab, capilla. La capilla, en ocasiones, sale al exterior formándose un
verdadero templo.
Importantes son los Hipogeos de Beni Hassam, de la XI dinastía.
3.2.) El templo
El otro edificio importante es el templo. Nace como una copia en piedra de lo que antes
se hacía en madera y los más antiguos son el de Zoser, dedicado a Ra en Abusir. Pero el
Templo clásico, con todos sus elementos nace en el Imperio Nuevo. Los templos son
construcciones religiosas inicialmente asociadas a los conjuntos funerarios, pero que a mediados del
Imperio Medio empiezan a adquirir una identidad propia como lugar de culto y reunión. Fue también a
mediados del Imperio Medio cuando empiezan a definirse las distintas partes del templo egipcio que
alcanza en el Imperio Nuevo (Dinastía XVIII) su máxima expresión. Generalmente no eran obra de un
solo faraón, sino de varios. El templo es el triunfo de la arquitectura adintelada en piedra, pudiéndose
calificar de "megalítica" por el tamaño de las piezas. Sus características fundamentales serían:
simetría, regularidad y repetición de elementos (columnas). Generalmente estaban protegidos por una
muralla y los fieles sólo tenían acceso a las estancias previas (hasta el patio porticado). El resto era de
uso reservado a los sacerdotes, cuyas estancias se ordenaban alrededor de la "naos" o cámara del dios.
No existían imágenes divinas, sólo algún símbolo (Barca de Osiris) y el nombre de la divinidad
grabado en el muro. Los soportes, habitualmente columnas de tamaños colosales, alcanzaron la mayor
riqueza y diversidad durante el Imperio Nuevo (Dinastía XVIII). Sus formas están inspiradas en la
vegetación del Valle.
4) LA PLÁSTICA EGIPCIA
En Egipto no existía el concepto de “el arte por el arte”; las representaciones escultóricas y
pictóricas son de carácter religioso, funerario o de uso cotidiano. No existe el concepto de "el arte por
el arte". El artista es considerado un artesano al servicio del poder (faraón), y será ese poder quien
determine las normas de representación que se mantendrán homogéneas, exceptuando el período de
"libertad" artística que se implantó durante el reinado de Amenofis IV en Tell-el Amarna.
Las representaciones están sometidas a un arquetipo idealizado: lo temporal y anecdótico que
pueden indicar transitoriedad se desechan y se reservan a las clases humildes. De ahí que la imagen del
faraón responda a un ideal de belleza, alejado de la realidad y de los hombres, casi eterno, y los demás
pueden presentar rasgos más naturales. Así, el realismo se destina a los hombres ordinarios.
Las esculturas y pinturas también se caracterizan por el hieratismo y la quietud, ya que la
rigidez en el gesto indica eternidad. Otra característica es la simetría. Las representaciones deben
garantizar la inmortalidad del difunto y la posibilidad de que la vida de ultratumba se desarrolle sin
contratiempos. De ahí surgen una serie de convencionalismos:
– La estatua-cubo: adaptación al bloque, sin salientes para evitar las roturas.
– Reproducción objetiva de las imágenes: se trata de representar el máximo de elementos
definidos de la imagen, por ello el resultado es un agrupamiento de las características más
importantes, apareciendo yuxtapuestas de frente o de lado. (Ley de la Claridad).
– La perspectiva: en general, escultura y pintura se representan en dos dimensiones, pero
cuando se quiere lograr la tercera dimensión utilizan la multiplicación de perfiles,
disposición en bandas o pisos, teniendo en cuenta que la mayor altura indica lejanía.
– Las imágenes se someten fácilmente a la Ley de la frontalidad.
– Jerarquización de las figuras: el faraón aparece generalmente representado en un tamaño
superior.
– El color: los relieves y la pintura utilizan la policromía, cuya simbología está determinada
de antemano: Hombres : color terroso; Mujeres : color amarillo claro.
Los egipcios se distinguieron del resto de civilizaciones fluviales por buscar
deliberadamente el canon de belleza ideal del cuerpo humano, siendo los
precursores de los griegos. Para ello distinguían tres conceptos claves. En el
primero, partían de que la belleza era un una idea que, para hacerse visible,
tenía que someterse a un razonamiento deductivo, propio del rigor
matemático. Según este proceso intelectual, el cuerpo humano debía estar
armónicamente proporcionado, ofreciendo un acorde perfecto entre sus
partes. Así decidieron que el puño sería el módulo regulador y codificaron la
longitud perfecta del individuo en 18 puños, distribuidos de la siguiente
manera: 2 para el rostro, 10 desde los hombros hasta la altura de las rodillas y
los 6 restantes para las piernas y los pies. De esta manera, para ellos, un
hombre o una mujer eran bellos si medían 18 veces su propio puño, con
independencia de que su portador fuera alto o bajo, guapo o feo, grueso o
delgado.
El segundo precepto inmutable de la plástica egipcia fue la Ley de la
Frontalidad. Consistía en representar recta la línea de los hombros y las
caderas. Ello permitía dividir verticalmente la figura en dos mitades, que se
solapaban, sin desviarse del eje central.
La tercera de las normas, llamada la Visión rectilínea, afectó sólo al
relieve y la pintura, quedando al marge de esta fórmula las estatuas exentas
por estar concebidas en tres dimensiones.. Para los egipcios, todas las figuras
estaban compuestas a partir de cuatro puntos de vista: uno frontal, otro dorsal
y dos laterales. Ensamblando todas estas visiones el resultado fue un plano en
que se insertaba de frente el ojo y el tronco, quedando de perfil la cabeza y las
extremidades.
Esquema del Relieve de Hesiré, donde se aprecia el canon de los 18 puños, la ley de la frontalidad y la visión rectilínea
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6) ESCULTURA EGIPCIA
El escultor en Egipto era un personaje de segunda categoría (no así el arquitecto) por dedicarse
a una actividad manual y es siempre un personaje anónimo y sin iniciativa creadora. Existían unas
fórmulas que el artista debía acatar. La escultura en Egipto está tan supeditada a la religión (la casi
totalidad de esta escultura ha sido encontrada en las tumbas) como la arquitectura y todas sus obras
tienen un carácter utilitario, una finalidad no estética, la belleza de las mismas es algo secundario.
La escultura egipcia es hierática, ceremoniosa, solemne. Las figuras humanas respetan
excesivamente las reglas de la etiqueta oficial. Los arcaísmos, como ojos almendrados y rostros
sin expresión, la mirada tensa, la rigidez en la manera de doblar cualquier articulación, sirven
a un lenguaje que no busca la representación de la vida, sino retratos-soportes del alma para la
eternidad. Siempre se les representa de frente por respeto (frontalismo para dignificar)si se trata de
bulto redondo y con la cabeza de perfil si es relieve.
Los egipcios utilizaron diversos tipos de escultura: escultura exenta y relieve Las esculturas
exentas o de bulto redondo padecen rigidez, estatismo, idealización, sin movimiento, sin ningún
sentimentalismo, sin pasión. Los brazos están pegados al cuerpo (escultura bloque por razones
técnicas y para perdurar, solidez), solamente hay unos ojos artificiales de pasta vítrea para
acentuar la profundidad de su mirada. Se realizan en caliza, madera policromada y las más
importantes en granito, obsidiana y basalto. En esculturas exentas de un mismo faraón proliferan con
frecuencia, debido a las atenciones funerarias que recibían los faraones y cada una de sus partes. Junto
a él aparecen con frecuencia representaciones de funcionarios (escribas, sacerdotes, contables,
alcaldes, etc...), cuyos rasgos transcriben cierto realismo, como ocurre en los oushebti, pequeñas
figurillas de tierra cocida o madera, que representan escenas y oficios de la vida cotidiana. El tamaño
de las imágenes va desde las esculturas de pequeño tamaño a las colosales
En cuanto al relieve suele ser un relieve bajo y policromado que se consigue reuniendo
el contorno de la figura (hueco relieve). No se realiza ningún efecto de perspectiva, todas las
figuras son del mismo tamaño excepto las del faraón para subrayar su poder. Se utiliza la
técnica completiva: partes de frente como el busto y los ojos y partes de perfil como la cabeza, las
piernas y los pies. Las composiciones son siempre simétricas y perfectamente ordenadas
simbólicamente. Los temas van desde las escenas cotidianas y los trabajos agrícolas, ceremonias
religiosas o funerarias hasta las grandes h azañas de los faraones, siempre contadas seleccionando
los principales momentos y secuenciándolos en una hilera horizontal, uno detrás del otro. Se
procura no dejar ningún espacio vacío (horro vacui). Así ocurre en los pilonos de los grandes templos
del Imperio Nuevo, normalmente acompañados de inscripciones jeroglíficas.
En la evolución de la escultura egipcia podemos distinguir las siguientes etapas:
Etapa Tinita:
La plástica de este periodo ha dejado magníficos ejemplos de objetos de uso cotidiano, como los
mangos de cuchillos rituales o las paletas de tocador.
• Cuchillo de Gebel-El-Arak; en el mango de marfil relieves de luchas por la conquista de Egipto.
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• Estela del Rey Narmer; tiene dos caras, en una aparece el faraón con la tiara del Alto Egipto que
castiga a un enemigo (inicios de la conquista del Alto al Bajo Egipto); en el reverso, marcha
triunfal del faraón en el campo de batalla. También aparecen animales simbólicos, escenas en
fajas sin orden.
• Estela del Rey Serpiente (Uto); es simbólica: aparece un halcón que es el Dios Horus sobre una
muralla (arquitectura funerria):
Imperio Antiguo:
• Esfinge de Gizeh: es una escultura de tamaño colosal, que representa a un león recostado (león
símbolo de poder) con cabeza del faraón KEFRÉN (IV Dinastía), y está guardando la pirámide
del mismo faraón.
• Estatua sedente del faraón Kefrén. Se aprecia el hieratismo y la frontalidad, representa la
apoteosis de la majestad en el antiguo Egipto.
• Conjunto del faraón Mikerinos, la diosa Hattor y la representación del nomo de Kynopolis.
• Estatua del faraón Mikerinos y su mujer. Tanto en esta como en la anterior escultura se aprecian las
características del Imperio Antiguo: una pierna adelantada a la otra, los brazos pegados al cuerpo con
puños apretados, frontalidad, hieratismo, el hombre desnudo salvo faldellín y la mujer vestida con
una túnica muy trasparente.
• Escribas del Louvre y Morgan. Responden a un canon de representación, muy ritualizados. Están
sentados con las piernas cruzadas en actitud de escribir, concentrados, con mirada profunda,
alejada de este mundo. Sin embargo, son muy realistas, con rasgos y defectos de una persona
concreta.
• Cheik-El-Beled o Alcalde de pueblo. Hoy se sabe que era el sacerdote Ka-Arper, aparece de pie,
caminando y mirando al frente, con una vara de mando. Tiene rasgos más realistas.
• Rahotep y Nefret sedentes. Son dos figuras policromadas, donde la mujer agarra al hombre; el
hombre de color rojizo, mientras la mujer muy blanquecina.
• Enano Seneb con su mujer e hijos. Se ve que se trata de un grupo mucho más realista, y esto
siempre que nos alejamos de la realeza.
Imperio Medio:
Con Mentuhotep, en la XII dinastía, se traslada la capital a Tebas y ahora parece que la
plástica se acerca a la realidad cotidiana y pueden percibirse, disimulados, algunos sentimientos y
expresiones graves y pensativas . La estatuaria abandona un poco los valores intemporales de las obra
de tumba y se acerca a la vida. Pero en la dinastía XIII se vuelve al academicismo y la frialdad.
Ahora va tomar mucha preponderancia el relieve, aunque ya se utilizaba en el Imperio Antiguo
para decorar las paredes de las tumbas y los templos. Son bajorrelieves y relieves rehundidos, solían
estar policromados. Su nota distintiva es el realismo intenso, aunque la primera impresión es el
hieratismo monótono (búsqueda de la verdad y la eternidad). Solían estar acompañados de escritura
jeroglífica (ideográfica, ya que explicaban los acontecimientos).
• Barco funerario: figurillas de barro policromado de pequeño tamaño.(oushebti), muy realistas.
Imperio Nuevo:
Ahora se nota una cierta tendencia hacia la idealización de las hieráticas y majestuosas
representaciones de los faraones. se distinguen tres etapas:
1) Hasta el reinado de Amenofis IV: las esculturas relajan las expresiones que llegan a adquirir
características más humanas.
• Colosos de Mennon. Se trata de dos gigantescas estatuas sedentes del faraón Amenofis III.
2) Revolución de Tell-el-Amarna (Amenofis IV = Akenatón): la mayor parte de los ejemplos se han
encontrado en el Taller de Tutmés, escultor que fijó los nuevos convencionalismos de la plástica oficial.
Las imágenes adquieren una mayor esbeltez y se desprenden de la rigidez y el hieratismo de las épocas
anteriores. Los rostros adquieren rasgos más realistas, adquiriendo la escultura una extraordinaria dulzura.
IES Torre de los Herberos” Dos Hermanas. Francisco Hidalgo . Apuntes de Arte Pág.13/14
Todo ello es producto de una revolución religiosa de este emperador, al romper con el politeísmo y crear
el monoteísmo en el Dios Atón. Ahora se crea una escuela artística en la que triunfa la expresión
melancólica y realista de suma elegancia, donde el artista insiste en la humana caracterización, y para ello
las figuras aparecen estilizadas y alargadas, sin renunciar a los defectos (vientre hinchado del faraón,
brazos muy largos...)
• Retratos de Amenofis IV y escenas familiares con sus hijos en relieve.
• Retrato de Amenofis IV. Realizado en hueco relieve sobre piedra caliza.
• Relieves de Tell-El-Amarna. Representan escenas de la vida cotidiana del faraón, su esposa y sus
hijas.
• Cabeza de Nefertiti, esposa de Amenofis IV. Mujer de excepcional belleza como se
aprecia en esta obra, de cuello de cisne, pómulos y mentón provocativos y maquillaje
muy actual. Esta hecho en piedra caliza.
3) Período post-Amarna: Se produce una vuelta a las normas rígidas del Imperio Antiguo, tras los
excesos del período de El Amarna.
• Máscara mortuoria de Tutankamon: sigue el modelo clásico tradicional.
Durante el reinado de Ramsés II se realizaron innumerables esculturas como exaltación del poder
real, además de múltiples relieves que cantan sus hazañas de conquistas, en los innumerables templos que
levantó, volviendo a la tradición compositiva. Se abandona la dulzura y elegancia del período anterior,
para reflejar el colosalismo y la majestad al servicio de los ideales imperialistas del faraón
• Estatuas del Speos de Ramsés II en Abu Simbel : las cuatro esculturas de Ramsés II están talladas
en la roca, precediendo a los pilares de acceso al Templo. Las imágenes del faraón están
acompañadas de las de su madre, su mujer y sus hijos en tamaño menor. Delante de los pedestales de
los colosos se alzan estatuas de halcones y del propio rey en actitud de marcha. En la parte superior
hay unos frisos con jeroglíficos y unos monos saludando al sol, y, sobre el dintel de la puerta, un
nicho con una imagen del titular, Horus.
• Relieves de Ramsés II. Son escenas guerreras, de cacerías, aprovechándose grandes superficies de
los muros de los tiemplos para hacer estas grandes narraciones majestuosas.
• Carneros de Amón en Karnak. Es una avenida de esfinges del templo de Ramsés II.
Bajo Imperio:
7) PINTURA EGIPCIA
Las primeras manifestaciones son anteriores al 3000 a.C.. Utilizan todo tipo de soportes: leño,
madera, papiro, roca, pared, etc... La técnica predominante es el temple que se aplicaba sobre un
soporte preparado con leche y cal, y como aglutinante utilizan huevo, leche de higuera, goma
arábiga,... El dibujo suele estar muy marcado, los contornos nítidos y los colores que son intensos
(blanco, rojizo, azul), se aplican de forma plana (alveolados). No existen el volumen ni las sombras.
La pintura es bidimensional, sin ningún tipo de perspectiva, salvo la jerárquica.
IES Torre de los Herberos” Dos Hermanas. Francisco Hidalgo . Apuntes de Arte Pág.14/14
La inmensa mayoría de los ejemplos que han llegado hasta la actualidad están asociados a los
enterramientos: murales que decoraban los interiores de las mastabas de Sakkarah, o de los hipogeos
del Valle de los Reyes, etc.; rollos de papiros con el “Libro de los Muertos”,... La temática de los
murales es muy variada: escenas de la vida cotidiana (banquetes, escenas campesinas, etc.) o escenas
religiosas. En ambos casos con una clara finalidad: favorecer la vida en el Más Allá del difunto.
El amor a la naturaleza es una constante: hojas, espigas, pájaros, peces, crean una atmósfera de oasis.
La posición de las figuras se define por un frontalismo convencional, al igual que en el relieve, en el
que se combinan las perspectivas del frente y del perfil (torso y ojo de frente, piernas, pies y rostro de
perfil), los ojos alargados. Se rehúye cualquier efecto de profundidad, las figuras se yuxtaponen en un
plano o se superponen en varios niveles en vertical. A diferencia de la escultura, la pintura es un arte
para la vida.
En los temas se trasluce una alegría que resulta sorprendente en una civilización de tumbas. Escenas de
caza o pesca, de fiestas con músicos y bailarinas, los trabajos agrícolas en las diferentes estaciones,
opulentos ritos cortesanos, todo el bullicio de una sociedad que disfruta se pintan en un recinto
funerario, con el deseo de que el difunto goce en la otra vida de todos los placeres y bellezas.
La época de mayor esplendor de la pintura es a partir de la XVIII dinastía (Imperio Nuevo), que es
cuando se emancipa del relieve, y prácticamente lo sustituye.
8) ARTES APLICADAS
Las artes aplicadas egipcias integran uno de los más bellos capítulos del arte egipcio, tanto por
la calidad de los materiales empleados, como por las técnicas utilizadas y la elegancia de los diseños.
Destacan los muebles, con sillones con garras de animales en los pies, así como las obras de orfebrería.
De todas las obras aparecidas, la más valiosa y sorprendente es la tumba del faraón Tutankamón de
la XVIII dinastía, que nos ha llegado completa.