La Digestión Es La Cuestión
La Digestión Es La Cuestión
La Digestión Es La Cuestión
Giulia Enders
La digestin es la cuestin
Descubre los secretos del intestino, el rgano ms
infravalorado del cuerpo humano
ePub r1.0
Un_Tal_Lucas 17.11.16
Ttulo original: Darm mit Charme. Alles ber ein unterschtztes Organ
Giulia Enders, 2014
Traduccin: Nria Ventosa Barba
Editor digital: Un_Tal_Lucas
ePub base r1.2
Prlogo
La digestin es la cuestin
nuestro sistema de vasos sanguneos, del que surge nuestro corazn como
conexin vascular central. El segundo se forma casi de manera paralela en
nuestra espalda, formando una burbuja que migra hacia el extremo superior
del cuerpo, donde permanece. Se trata de nuestro sistema nervioso en la
mdula espinal, a partir del cual se desarrolla el cerebro y desde el cual
brotan nervios hacia todo el cuerpo. Y el tercero nos atraviesa de arriba
abajo. Es el tracto gastrointestinal.
El tracto gastrointestinal se encarga de organizar nuestro mundo interior.
Forma unos brotes que se van arqueando cada vez ms hacia la izquierda y
la derecha. Estos brotes constituirn nuestros pulmones. Algo ms abajo el
tracto gastrointestinal se expande y crea nuestro hgado. Tambin forma la
vescula biliar y el pncreas. Pero, sobre todo, el tubo comienza a ser cada
vez ms ingenioso. Interviene en las laboriosas tareas de construccin de la
boca, forma un esfago que puede bailar breakdance y crea una pequea
bolsa estomacal para que podamos almacenar la comida durante un par de
horas. Finalmente, el tracto gastrointestinal crea su obra maestra, a la cual a
fin de cuentas debe su nombre: el intestino.
Las dos obras maestras de los otros tubos, el corazn y el cerebro,
gozan de gran reputacin. El corazn se considera vital porque bombea
sangre a travs del cuerpo; el cerebro es admirado porque concibe
sorprendentes estructuras de pensamientos a cada segundo. Pero mientras
tanto el intestino, eso cree la mayora, como mucho va al lavabo. Si no, lo
ms probable es que permanezca sin hacer nada en la tripa o que suelte
algn que otro pedo. En realidad no conocemos ninguna habilidad especial
suya. Se podra afirmar que lo subestimamos un poco, a decir verdad, no
solo lo subestimamos, sino que a menudo incluso nos avergonzamos de
nuestro tracto gastrointestinal. Pero, la digestin es la cuestin.
Este libro pretende hacer cambiar esa opinin, aunque sea un poquito.
Intentaremos hacer aquello que los libros hacen tan maravillosamente bien:
hacer realmente la competencia al mundo visible. Los rboles no son
cucharas, y el intestino tiene mucho encanto.
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salir, tiene que salir, y aqu no hay mucho margen para interpretaciones. El
esfnter externo debe ocuparse siempre del complicado mundo: en teora,
se podra usar el lavabo de otra persona o mejor no? An no nos
conocemos lo suficiente como para tener confianza para tirarse pedos
libremente: Debo ser el primero en romper el hielo? Si no voy al lavabo
ahora, no tendr otra ocasin hasta esta tarde y esto significa que puedo
tener malestar a lo largo del da.
Seguramente los pensamientos de los esfnteres no optaran
precisamente a un Premio Nobel, pero a fin de cuentas son cuestiones
fundamentales de nuestra humanidad: qu importancia concedemos a
nuestro mundo interior y qu compromisos asumimos para entendernos con
el mundo exterior? Uno reprime, cueste lo cueste, el pedo ms molesto
hasta que regresa a casa atormentado por el dolor de tripa, mientras que el
otro, en la fiesta familiar de la abuela, deja que le tiren del dedo meique y
entonces suelta un sonoro pedo como si de un espectculo de magia se
tratara. A largo plazo, quizs el mejor compromiso se site en algn lugar a
medio camino entre ambos extremos.
Si a menudo nos prohibimos varias veces seguidas ir al lavabo, aunque
debiramos, intimidamos al esfnter interno. Incluso podemos llegar a
reeducarlo. En tal caso, la musculatura circundante y el propio esfnter han
sido aleccionados con tanta frecuencia por el esfnter externo, que estn
desanimados. Si la comunicacin entre ambos esfnteres se congela, incluso
pueden producirse obstrucciones.
Sin una represin especfica de las evacuaciones, este puede ser
tambin el caso en mujeres mientras dan a luz a un nio. Durante el parto
pueden romperse finas fibras nerviosas, a travs de las cuales suelen
comunicarse ambos esfnteres. La buena noticia es que los nervios tambin
pueden regenerarse. No importa si las heridas han sido provocadas por un
parto o de cualquier otro modo. En estos casos, lo pertinente es la
denominada terapia de biofeedback, con la que los esfnteres que se han ido
distanciando aprenden a entenderse de nuevo. Este tratamiento se lleva a
cabo en centros gastroenterolgicos especializados. Una mquina mide la
productividad con la que el esfnter externo colabora con el interno. Si
funciona bien, la recompensa es una seal acstica o una seal verde. Es
como en uno de esos concursos de preguntas y respuestas que se emiten por
la televisin por la noche, donde el escenario se ilumina y tintinea cuando
la respuesta es correcta, solo que no se realiza en la televisin, sino en el
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En estos casos pueden resultar tiles los raspadores linguales, pero tambin
mascar chicle durante un buen rato, ya que garantiza que la saliva fluya
correctamente limpiando los escondites en las mucinas. Si nada de esto
sirve, existe otro sitio donde buscar a los causantes del mal aliento. En
seguida nos ocuparemos de ello, pero primero voy a presentarles el
segundo lugar secreto de la boca.
Este lugar forma parte de los casos tpicos que nos sorprenden:
pensamos que conocemos bien a alguien y entonces descubrimos que tiene
un lado realmente inesperado y extravagante. A esa secretaria
elegantemente peinada de una gran urbe de negocios la encontramos por la
noche en Internet dirigiendo un criadero de hurones salvajes. Al guitarrista
de la banda de heavy metal nos lo cruzamos comprando lana, porque hacer
punto es relajante y ayuda a entrenar los dedos. Las mejores sorpresas
llegan tras la primera impresin, y este tambin es el caso de nuestra
lengua. Si sacamos la lengua y nos miramos al espejo, no podemos apreciar
de inmediato todo su ser. Podramos preguntarnos: cmo contina por ah
detrs cuando ya no la veo? Desde luego, parece no tener fin. Precisamente
ah empieza el lado extravagante de la lengua: la raz de la lengua.
All encontramos un paisaje diferente repleto de cpulas rosas, las
amgdalas linguales. Quienes no tengan un marcado reflejo nauseoso,
pueden palpar con sumo cuidado la lengua hacia atrs con un dedo. Al
llegar al extremo final, se darn cuenta de que desde abajo sale un bache
redondeado. La funcin de las amgdalas linguales es comprobar todo lo
que ingerimos. Para ello, las cpulas capturan partculas diminutas de
comida, bebida o aire, y las atraen hacia el interior de la cpula, donde les
espera un ejrcito de clulas inmunitarias para entrenarse con sustancias
ajenas del mundo exterior. Deben dejar tranquilos a los trozos de manzana y
cerrar las compuertas de inmediato en el caso de grmenes patgenos que
provocan dolor de garganta. As pues, no queda claro quin ha explorado a
quin durante la gira de exploracin con el dedo, ya que esta zona forma
parte del tejido ms curioso de nuestro cuerpo: el tejido inmunitario.
El tejido inmunitario posee una serie de puntos curiosos: concretamente
alrededor de toda la faringe encontramos un anillo de tejido inmunitario. La
zona tambin se denomina el anillo farngeo de Waldeyer: abajo las
amgdalas linguales, a izquierda y derecha nuestras amgdalas, y arriba an
encontramos algo ms en la bveda de la faringe (cerca de la nariz y los
odos: en los nios, cuando tienen un gran tamao, los llamamos con
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Lo nico que pasa es que las amgdalas que se extirpan con frecuencia
no ejercen su funcin de manera demasiado inteligente: no forman cpulas,
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Existen cosas que nos decepcionan cuando las conocemos mejor. Las
galletas de chocolate de la publicidad no son horneadas por amorosas amas
de casa vestidas de campesinas, sino que se producen en una fbrica con
iluminacin de tubos de nen y trabajo en cadena. La escuela no es tan
divertida como pensamos el primer da de colegio. En las bambalinas del
escenario de la vida, todos los actores estn sin maquillar. Aqu hay muchas
cosas que tienen mucho mejor aspecto de lejos que de cerca.
No es el caso del intestino. Nuestro tracto gastrointestinal tiene un
aspecto extrao desde lejos. Detrs de nuestra boca, un esfago de 2
centmetros de ancho baja por el cuello, evita el extremo ms cercano del
estmago y, en algn punto lateral, desemboca en l. La parte derecha del
estmago es mucho ms corta que la izquierda, por lo que se encorva
formando una bolsita ladeada en forma de media luna. El intestino delgado,
con sus 7 metros de longitud, serpentea desorientado de derecha a izquierda
hasta que finalmente desemboca en el intestino grueso. De aqu cuelga, a su
vez, el apndice, un rgano aparentemente innecesario que no tiene en nada
ms que ocuparse que en inflamarse. Adems el intestino grueso est
repleto de protuberancias. Parece un intento fallido de imitar a un collar de
perlas. Visto de lejos, el tracto gastrointestinal es un tubo de aspecto
desagradable, poco atractivo y asimtrico.
Por eso, vamos a prescindir de momento de verlo de lejos. Es difcil
encontrar otro rgano en todo el cuerpo que parezca ms fascinante
conforme nos acercamos a l. Cuanto ms sabemos sobre tracto
gastrointestinal, ms bello se vuelve. Para empezar, vamos a observar
detalladamente los puntos ms curiosos.
El retorcido esfago
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especialmente sonoros.
Al igual que nos gustan los productos frescos crujientes, tambin
preferimos los alimentos calientes ricos en protenas. Un bistec, unos
huevos revueltos o una racin de tofu a la plancha nos parecen ms
apetitosos que la carne cruda, un huevo gelatinoso o el tofu fro. Esto se
debe a que, intuitivamente, hemos entendido algo. En el estmago, a un
huevo crudo le pasa exactamente lo mismo que en la sartn: la clara se
vuelve blanca, la yema adquiere un tono pastel y ambos se cuajan. Si
vomitramos tras un lapso de tiempo suficiente, echaramos un huevo
revuelto visualmente impecable, y sin necesidad de calor. Las protenas
reaccionan en los fogones de manera idntica a como lo hacen con el cido
gstrico: se desintegran. Por lo tanto, ya no solo no disponen de una
estructura tan inteligente como para diluirse, por ejemplo, en la clara de
forma invisible, sino que se presentan como trozos blancos. De este modo
se pueden descomponer mucho ms sencillamente en el estmago y el
intestino delgado. La coccin nos ahorra, por consiguiente, esa primera
carga de energa de descomposicin, que de lo contrario debera aportar
el estmago, y que, por as decirlo, es la seccin externalizada de nuestro
negocio digestivo.
La reduccin ltima de los alimentos que ingerimos se produce en el
intestino delgado. Muy al principio existe un pequeo agujero en la pared
intestinal: es la papila y recuerda un poco a los puntitos salivadores de la
boca, solo que de mayor tamao. A travs de esta diminuta apertura se
inyectan nuestros jugos gstricos en el bolo alimenticio. En cuanto
ingerimos algo, estos se producen en el hgado y en el pncreas, para
despus transportarse a la papila. Contienen los mismos componentes que
los detergentes y lavavajillas del supermercado: enzimas digestivas y
desengrasantes. Los detergentes actan contra las manchas, porque, para
decirlo de algn modo, barren las sustancias grasas, protenicas o
azucaradas de la ropa, arrastrndolas con las aguas residuales mientras
todo se amasa en mojado. Es un proceso muy similar a lo que sucede en el
intestino delgado, donde se diluyen trozos comparativamente enormes de
protenas, grasa o hidratos de carbono para desembocar en la sangre a
travs de la pared intestinal. Un trocito de manzana deja de ser un trocito de
manzana, y se convierte en una solucin nutritiva compuesta de miles y
miles de millones de molculas de un alto valor energtico. Para poderlas
absorber todas se requiere una superficie bastante larga, ms o menos de 7
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hinchar con los que los payasos hacen formas de animales. As pues, no es
de extraar que nadie le tome en serio y que reciba el nombre de
apndice, porque cuelga de una parte ms importante del intestino.
Nuestro apndice no solo es demasiado diminuto para ocuparse del
bolo alimenticio, sino que adems est situado en un lugar donde apenas
llega comida. El intestino delgado desemboca algo ms arriba y
lateralmente en el intestino grueso, por lo que sencillamente lo pasa por
alto. Estamos hablando de un ente que ms bien puede observar desde abajo
cmo el mundo avanza por encima de l. Quienes recuerden el paisaje de
cpulas de la boca quizs intuyan qu competencias oculta este curioso
observador. Aunque est muy alejado de sus compaeros, el apndice
forma parte del tejido inmunitario de las amgdalas.
Nuestro intestino grueso se ocupa de todo aquello que no puede asimilar
el intestino delgado. Por eso no tiene aspecto aterciopelado. En una
palabra: sera un absoluto desperdicio que aqu existieran mltiples
vellosidades dispuestas a absorber. Por el contrario, es el hogar de las
bacterias intestinales, que se encargan de descomponer los ltimos restos
de comida por nosotros. Una vez ms, estas bacterias despiertan el inters
de nuestro sistema inmunitario.
Por lo tanto, el apndice tiene una ubicacin magnfica. Suficientemente
alejado para no tener que ocuparse de todo el folln alimentario, pero lo
bastante cerca como para observar todos los microbios extraos. Mientras
que las paredes del intestino grueso albergan grandes almacenes de clulas
inmunitarias, el apndice est compuesto casi exclusivamente por tejido
inmunitario. Si un germen malo pasa por aqu, quedar completamente
rodeado, lo que tambin significa que se puede infectar todo alrededor: una
vista panormica de 360 grados, por decirlo de algn modo. Si el pequeo
apndice se inflama mucho, an le resulta ms complicado deshacerse de
los grmenes. Y este es el motivo de las ms de cien mil operaciones
anuales de apendicitis en pases como, por ejemplo, Alemania.
Aunque este no es el nico efecto. Si aqu solo sobreviven los buenos y
se ataca todo lo peligroso, en la conclusin inversa esto significara que en
un apndice sano se congrega una selecta coleccin de bacterias refinadas y
serviciales. Exactamente este es el resultado de los estudios de los
investigadores americanos Randal Bollinger y William Parker, que
formularon esta teora en 2007. En la prctica esto es as, por ejemplo,
despus de un severo episodio de diarrea cuando a menudo han resultado
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Qu comemos realmente
Fig.: A = Los vasos sanguneos discurren a travs del hgado y despus se dirigen
al corazn. B = Los vasos linfticos van directamente al corazn.
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Componentes
Color
Consistencia
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Las heces estn compuestas en sus tres cuartas partes de agua. A diario
perdemos unos 100 mililitros de lquido. Solo en un ciclo de digestin, el
intestino absorbe unos 8,9 litros. As pues, lo que vemos finalmente en la
taza del lavabo es pura eficiencia mxima: la cantidad de lquido que
contienen las heces debe estar ah y en ningn otro lugar. Gracias al
contenido ptimo de agua, las heces son lo suficientemente blandas para
transportar hacia el exterior los restos de nuestro metabolismo.
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CONSISTENCIA
La escala de heces de Bristol existe desde 1997. As pues, no es
particularmente antigua si pensamos en cuntos millones de aos hace
que defecamos. Se muestran 7 consistencias diferentes que pueden
adoptar las heces. Esta informacin puede resultar muy til, puesto que a
la mayora de las personas no les gusta hablar sobre el aspecto de sus
heces. Nada que objetar a este silencio; al fin y al cabo, no tenemos por
qu hablar de todo. Sin embargo, el problema llega cuando las personas
cuyas deposiciones no son sanas piensan que son totalmente normales: es
lgico, no conocen otra cosa. Una digestin sana, en la que la defecacin
final tiene un contenido ptimo de agua, equivaldr a un tipo 3 o tipo 4.
Las dems formas no deberan estar a la orden del da. De lo contrario,
puede acudirse a un buen mdico para determinar si somos intolerantes a
determinados alimentos o podemos hacer algo contra el estreimiento. La
versin original proviene del mdico ingls Dr. Ken Heaton.
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Tipo 1:
Trozos duros, separados, como nueces, que pasan con dificultad | separate hard
lumps, like nuts (hard to pass)
Tipo 2:
Con forma de salchicha, pero grumosa | sausage-shaped but lumpy
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Tipo 3:
Con forma de salchicha, con grietas en la superficie | like a sausage but with
cracks on the surface
Tipo 4:
Con forma de salchicha o de serpiente, lisa y suave (como la pasta de dientes) |
like a sausage or snake, smooth and soft
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Tipo 5:
Bolas suaves con bordes definidos | soft blobs with clear-cut edges
Tipo 6:
Trozos blandos y esponjosos con bordes irregulares, consistencia pastosa | fluffy
pieces with ragged edges, a mushy stool
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Tipo 7:
Acuosa, sin trozos slidos. Totalmente lquida | watery, no solid pieces. Entirely
liquid
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Ojos
Las partculas de luz que rebotan en el trozo de tarta acaban en los nervios
pticos de los ojos y los activan. Esta primera impresin se enva a
travs de todo el cerebro a la corteza visual, la cual est localizada dentro
de la cabeza, ligeramente por debajo de una especie de cola de caballo
recogida. Es aqu donde el cerebro crea una imagen a partir de las seales
nerviosas: es ahora cuando realmente vemos por primera vez el trozo de
tarta. Esta sabrosa informacin se transmite: se remite informacin a la
central de salivacin, y se nos hace la boca agua. Ante la mera visin de
algo tan delicioso, envuelto por la alegra, nuestro estmago tambin libera
un poco de cido gstrico.
Nariz
Si nos metemos el dedo en la nariz, notaremos que el recorrido sigue hacia
arriba aunque no podamos llegar hasta all. Precisamente all es donde
estn situados los nervios olfativos, recubiertos por una capa protectora de
moco. Todo lo que olemos siempre debe diluirse antes en el moco; de lo
contrario, no llega a los nervios.
Los nervios estn especializados: cada olor tiene un receptor
especfico. En ocasiones esperan durante aos en la nariz hasta que
finalmente les llega el momento de intervenir. Entonces, una molcula
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Boca
La boca es el reino de lo superlativo. El msculo ms fuerte de nuestro
cuerpo es el masetero, mientras que el ms flexible y estriado es la lengua.
Conjuntamente no solo trituran con una fuerza increble, sino que tambin
realizan giles maniobras. Un buen compaero en el reino de lo superlativo
es nuestro esmalte dental: est fabricado del material ms duro que puede
fabricar un ser humano. Y es necesario, porque con nuestra mandbula
podemos ejercer una presin de hasta 80 kilogramos sobre una muela: este
peso equivale aproximadamente al de un hombre adulto. Si mientras
comemos encontramos algo muy slido, sacamos al campo prcticamente a
un equipo completo de ftbol para que baile rtmicamente alrededor del
intruso antes de que nos lo traguemos. Para un pedacito de tarta no
necesitamos la potencia mxima; bastarn un par de bailarinas con tut y
zapatillas de ballet.
Mientras masticamos, la lengua salta al terreno de juego. Se comporta
como un entrenador. Si hay trocitos de tarta que se esconden cobardes lejos
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Faringe
Paladar blando y msculo constrictor superior de la faringe son los
nombres de dos formaciones que cierran solemnemente las ltimas salidas
de la nariz. Este movimiento es tan vigoroso que se escucha por el pasillo a
la vuelta de la esquina: las orejas notan un pequeo plop. Las cuerdas
vocales deben dejar de hablar y se cierran. La epiglotis se eleva majestuosa
como un director de orquesta (se puede palpar desde la garganta) y toda la
base de la boca se hunde: es el momento en el que una fuerte ola presiona
ese trocito de tarta hacia el esfago entre los atronadores aplausos de la
saliva.
Esfago
El pur de tarta precisa entre cinco y diez segundos para recorrer este
trayecto. Al engullir, el esfago se mueve como una ola en un estadio de
ftbol. Cuando llega la papilla, se ensancha y se vuelve a cerrar tras ella.
De este modo, impide que vuelva atrs.
El esfago funciona de modo tan automtico que incluso podemos tragar
haciendo el pino. Nuestra tarta, haciendo caso omiso de la fuerza de la
gravedad, se abre camino garbosamente a travs del tronco. Los bailarines
de breakdance llamaran a este movimiento the snake (la serpiente) o the
worm (el gusano); los mdicos lo denominan onda peristltica propulsora.
El primer tercio del esfago est envuelto en musculatura estriada, por eso
percibimos de manera consciente el primer trozo del trayecto. El mundo
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Estmago
El estmago es mucho ms dinmico de lo que pensamos. Antes de que la
tarta aterrice en el estmago, este se relaja; mientras caiga comida en su
interior, el estmago puede seguir dilatndose y dilatndose. Hace hueco
para todos los que quieran sitio. Un kilogramo de tarta con el volumen de un
envase de leche cabe holgadamente en la hamaca balancn extensible del
estmago. Las emociones, como el miedo o el estrs, pueden dificultar la
dilatacin de la musculatura lisa del estmago; en este caso, nos saciamos
rpidamente o nos sentimos mal tras ingerir porciones pequeas.
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Una vez ha llegado la tarta, las paredes del estmago aceleran sus
movimientos, como las piernas al coger carrerilla y, pum!, la comida
recibe un empujn: dibujando un bonito arco, la tarta vuela hacia la pared
del estmago, rebota contra ella y vuelve a dejarse caer. Los mdicos
denominan este proceso retropulsin; los hermanos mayores lo llaman A
ver cmo de lejos puedes volar!. La carrerilla y el empujn conforman
juntos el tpico ruido de borboteo que podemos escuchar al acercar nuestra
oreja a la parte superior del estmago (encima del pequeo tringulo, en el
que a derecha e izquierda confluyen los arcos costales). Cuando el
estmago empieza a balancearse alegremente estimula el movimiento de
todo el conducto digestivo. Entonces el intestino empuja su contenido hacia
delante, haciendo hueco para lo nuevo que llega. Por ello, tras una comida
copiosa, a veces tenemos que acudir rpidamente al lavabo.
Un trozo de tarta puede poner en marcha todo el mecanismo existente en
el mundo del estmago. Durante unas dos horas el estmago lo acunar de
un lado a otro y aplastar los bocados hasta convertirlos en partculas
diminutas. La mayor parte no alcanza los 0,2 milmetros de tamao. Estas
migajas tan pequeas ya no golpean la pared; ahora se deslizan a travs de
un pequeo orificio situado al final del estmago. Este orificio es el
siguiente esfnter, el portero del estmago: el ploro. Se encarga de
custodiar la salida del estmago y la entrada al intestino delgado.
Los hidratos de carbono simples como la base de un pastel, el arroz o la
pasta pasan rpidamente al intestino delgado, donde se digieren y son los
responsables de la inminente subida del azcar en sangre. En cambio, el
ploro retiene durante bastante ms tiempo las protenas y la grasa en el
estmago. Un trozo de bistec puede llegar a bambolearse durante seis horas
antes de llegar por completo al intestino delgado. Por eso, despus de
ingerir carne o fritos grasos preferimos unos postres dulces: nuestro azcar
en sangre no desea esperar tanto rato a que llegue la comida: el postre
constituye un anticipo para el azcar en sangre. Aunque las comidas ricas
en hidratos de carbono nos sacian ms rpidamente, la sensacin de
saciedad no dura tanto como con las protenas o la grasa.
Intestino delgado
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pero entonces nos perderamos una misteriosa criatura, que es audible y que
a menudo se malinterpreta. Sera una pena, as que vamos a quedarnos un
poco ms por estos lares.
Tras la digestin, en el estmago y el intestino delgado solo quedan
algunos restos: por ejemplo, un grano de maz sin masticar, pastillas
resistentes al jugo gstrico, bacterias de los alimentos que han sobrevivido
o un chicle que nos hemos tragado accidentalmente. A nuestro intestino
delgado le gusta la pulcritud. Es de esos personajes que, tras una gran
comilona, en seguida pone orden en la cocina. Si dos horas despus de la
digestin visitamos el intestino delgado, lo encontraremos reluciente y
apenas oler a nada.
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Intestino grueso
Al final del intestino delgado encontramos la denominada vlvula de
Bauhin, que separa el intestino delgado del intestino grueso, ya que ambos
tienen enfoques de trabajo bastante diferentes. El intestino grueso es ms
bien un compatriota acogedor. Su lema no es necesariamente Adelante,
avancemos!, sino que tambin mueve los restos de los alimentos hacia
atrs y otra vez hacia delante, segn lo que juzgue que es ms adecuado en
cada momento. No cuenta con un ama de llaves migratoria. El intestino
grueso es el hogar tranquilo de nuestra flora intestinal. Si le llega algo sin
digerir, la flora se encarga de ello.
Nuestro intestino grueso trabaja con parsimonia, porque ha de prestar
atencin a varios actores implicados: nuestro cerebro no quiere ir siempre
al retrete, nuestras bacterias intestinales quieren tener suficiente tiempo
para absorber los alimentos no digeridos y el resto de nuestro cuerpo quiere
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seguir ms calmadamente.
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Vomitar
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Estreimiento
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Laxantes
El objetivo de los laxantes es claro: lograr verdaderos y esplndidos
montoncitos. Y no de cualquier tipo, sino aquellos que hagan salir de la
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Fig.: 1. Estado normal: un tercio del intestino grueso se vaca y se llena hasta el
prximo da. 2. Despus de tomar laxantes: todo el intestino grueso se vaca y
pueden pasar tres das hasta que vuelva a llenarse.
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Cerebro e intestino
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Las seales del intestino pueden llegar a diferentes reas del cerebro,
aunque no a todas. Por ejemplo, jams alcanzan el crtex visual en la regin
occipital. Si fuera as, veramos imgenes o efectos de lo que sucede en el
intestino. Sin embargo, las seales s pueden llegar a la nsula, el sistema
lmbico, el crtex prefrontal, la amgdala cerebral, el hipocampo o tambin
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Dnde nace el Yo
El mal humor, la alegra, la inseguridad, el bienestar o la preocupacin no
nacen solo de forma aislada en el crneo. Somos personas con brazos y
piernas, rganos sexuales, corazn, pulmones e intestino. Durante mucho
tiempo la cabeza ha acaparado la atencin de la ciencia y hemos estado
ciegos ante el hecho de que nuestro Yo es ms que el cerebro. En los
ltimos tiempos la investigacin sobre el intestino ha contribuido en cierta
medida a cuestionarse con prudencia el lema filosfico Pienso, luego
existo.
Una de las reas ms interesantes del cerebro adonde puede llegar
informacin procedente del intestino es la nsula o corteza insular. La nsula
es el campo de investigacin de una de las cabezas ms brillantes de
nuestra poca: Bud Craig. Durante ms de veinte aos, con una paciencia
prcticamente inhumana, se ha dedicado a teir nervios y seguir sus
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la sensacin primaria fro con una complejidad mucho mayor que otros
animales.
Cuantas ms informaciones asociamos, ms inteligentes pueden ser
nuestros movimientos. Aparentemente, en este sentido tambin existe una
jerarqua de los rganos. Aquello que reviste una especial importancia para
nuestro equilibrio saludable goza de mayor derecho de participacin en la
nsula. Por sus mltiples cualificaciones, tanto el cerebro como el intestino
ocuparan sendas posiciones privilegiadas, por no decir las mejores.
As pues, la nsula crea una pequea imagen de todas las sensaciones
que se producen en nuestro cuerpo. Posteriormente, podemos enriquecer esa
imagen con nuestro complejo cerebro. Segn Bud Craig, cada cuarenta
segundos se genera una imagen de estas caractersticas. Una detrs de otra,
las imgenes crean ms o menos una pelcula: la pelcula de nuestro Yo,
nuestra vida.
Ciertamente la contribucin del cerebro es sustancial, pero no nica. No
sera mala idea completar un poco la frase de Ren Descartes: Siento,
luego pienso, luego existo.
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Las bacterias son pequeos seres vivos compuestos por una sola
clula. Algunas viven en fuentes de agua hirviendo en Islandia y otras en el
hocico hmedo de un perro. Algunas necesitan oxgeno para generar energa
y respiran de forma similar a las personas, mientras que otras se mueren
al entrar en contacto con el aire fresco, ya que no obtienen su energa del
oxgeno, sino de tomos metlicos o cidos, lo que suele desprender un olor
interesante. Desde el agradable olor de la piel de una persona querida hasta
el aliento del descarado perro del vecino, todo ello es producto del
infatigable mundo microbiano.
Nos gusta observar a los deportistas mientras hacen surf, pero cuando
estornudamos ni por un segundo pensamos en el increble espectculo de
surf en vivo que se est produciendo en nuestra flora nasal. Al practicar
deporte sudamos mucho, pero nadie se da cuenta de la alegra que inunda a
las bacterias por el cambio climtico estival en nuestras zapatillas
deportivas. Nos comemos a escondidas un pequeo trozo de tarta y creemos
que nadie nos ha visto, mientras en nuestra tripa proliferan los gritos de
TAAAAARTAAAAA!. Para dar debida cuenta de todas las novedades
que se producen a nivel microbiano en una nica persona, precisaramos un
colosal servicio de noticias internacional. Cuando nos aburrimos durante el
da no sabemos hacer otra cosa que eso, aburrirnos, mientras que a nuestro
alrededor y en nuestro interior se suceden los acontecimientos ms
emocionantes que podamos imaginar.
Lentamente se est tomando conciencia de que la inmensa mayora de
las bacterias son inofensivas e incluso tiles. Desde un punto de vista
cientfico ya se han constatado un par de hechos cruciales. Nuestra
microbiota intestinal llega a pesar 2 kilos y alberga unos 100 billones de
bacterias. Un gramo de heces contiene ms bacterias que seres humanos hay
en la Tierra. Tambin sabemos que la comunidad microbiana se encarga de
triturar la comida no digerible por nosotros, que aporta energa al intestino,
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Quizs una persona tenga mejores nervios porque posee unas reservas
considerables de bacterias que producen vitamina B. Otra persona puede
asimilar mejor el pan con moho que ha mordisqueado sin querer o quizs
engorde con mucha ms rapidez debido a bacterias tragonas que ingieren
alimentos con cierto exceso de alegra. La investigacin empieza a entender
a las personas como un ecosistema. Pero la investigacin sobre la
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con un imponente ejrcito de microbios. Las abejas con una flora intestinal
bien pertrechada se enfrentan mejor que otras a algunas plagas de parsitos.
Cuando se trata de sobrevivir, sin duda las bacterias intestinales son un
factor de una gran relevancia.
Por desgracia, no es tan fcil extrapolar estos resultados a los seres
humanos. Los humanos somos vertebrados y tenemos Facebook. En este
caso debemos empezar desde cero. Los cientficos que se ocupan de
nuestras bacterias intestinales deben entender a un nuevo mundo
prcticamente desconocido y relacionarlo con el gran mundo exterior.
Deben saber quin y cmo habita nuestro intestino.
As pues, una vez ms y de manera ms exacta: quines son???
A la biologa le gusta categorizar. Tanto nuestro propio escritorio como
nuestra Tierra se rigen por el mismo principio funcional. Primero se coloca
todo en dos grandes cajones: los seres vivos en uno y los seres no vivos en
otro. A continuacin, se contina subclasificando. Todos los seres vivos se
distribuyen en tres dominios: eucariotas, arqueas y bacterias; los tres tienen
representacin en el intestino. No corro el riesgo de incumplir una promesa
al afirmar que cada uno de ellos tiene su encanto.
Los eucariotas estn formados por las clulas ms grandes y complejas.
Pueden ser multicelulares y alcanzar un tamao bastante considerable. Una
ballena es eucariota. Los seres humanos son eucariotas. Incluso las
hormigas, aunque son mucho ms pequeas. Segn la biologa moderna, los
eucariotas se pueden dividir en seis subgrupos: seres que se arrastran con
movimientos ameboides, seres con patas aparentes (es decir, sin patas
reales), vegetales, unicelulares con citostoma (o boca celular), algas y
opistocontos.
Por si el trmino opistocontos (nombre procedente del griego que
significa que el flagelo ocupa una posicin posterior) no resulta familiar, se
trata de todos los animales, incluidos los seres humanos, pero tambin los
hongos. Por lo tanto si coincidimos con una hormiga en la calle, desde un
punto de vista biolgicamente correcto, podemos saludar a nuestra colega
opistoconta. Los eucariotas que ms abundan en el intestino son las
levaduras que, por cierto, tambin pertenecen a los opistocontos. Los
conocemos, por ejemplo, de la masa de levadura, pero existen muchas otras
levaduras.
Las arqueas son algo as como una cosa intermedia. No son verdaderas
eucariotas, pero tampoco bacterias. Sus clulas son pequeas y complejas.
152
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157
Bacteroides
Los Bacteroides son el gnero intestinal ms conocido y, a menudo,
constituyen la fraccin ms amplia. Son los maestros de la descomposicin
de los hidratos de carbono y poseen una coleccin inmensa de planos
genticos con los que, si es necesario, pueden fabricar cualquier enzima
para ayudar en la desintegracin. Tanto si comemos un bistec, una generosa
ensalada o masticamos un mantelito de rafia obnubilados por la embriaguez,
los Bacteroides comprueban de inmediato qu enzimas necesitamos. No
importa lo que les llegue: estn preparados para obtener energa de eso.
Debido a su capacidad para sacar el mximo provecho de todo y
transmitrnoslo, estn bajo sospecha de aadirnos peso ms fcilmente que
158
otros tipos. Efectivamente, parece que a los Bacteroides les gusta la carne y
los cidos grasos saturados. En los intestinos de las personas que comen
muchas salchichas y similares, su concentracin es mayor. Nos hacen
engordar o se las apaan bien con la grasa? Esta pregunta an sigue sin
respuesta. Las personas que alojan Bacteroides probablemente tambin
sientan inclinacin por sus colegas: los Parabacteroides, que son
especialmente hbiles para pasarnos el mximo de caloras.
Este enterotipo tambin llama la atencin porque puede producir
bastante cantidad de biotina. Otros nombres para la biotina son vitamina B7
o vitamina H. Se bautiz como vitamina H en la dcada de 1930, porque
puede curar una enfermedad de la piel generada por un consumo excesivo
de clara de huevo cruda. H, del ingls heal, quizs no sea un nombre
especialmente creativo, pero de alguna manera es fcil de recordar.
La vitamina H neutraliza una sustancia txica presente en los huevos
crudos: la avidina. La enfermedad de la piel solo se produce porque hay
escasez de vitamina H en el organismo. Y hay escasez de vitamina H porque
est ocupada en neutralizar la avidina. Por lo tanto, el consumo de clara de
huevo cruda provoca dficit de vitamina H que, a su vez, puede ser el
causante de una enfermedad de la piel.
No s quin pudo consumir tantos huevos crudos en aquel entonces para
que se pudiera identificar esta relacin. Sin embargo, s que podemos
responder a quin podra comer tanta avidina en el futuro como para tener
carencia de vitamina H: unos cerdos que infelizmente hayan acabado por
equivocacin en un campo sembrado de maz genticamente modificado.
Para lograr que el maz sea menos vulnerable a las plagas, se ha modificado
con genes que ayudan a producir avidina. Si los parsitos, o los ingenuos
cerdos, consumen el maz, se intoxican. No obstante, si se cuece, ese maz
es tan comestible, en lo que a la avidina se refiere, como los huevos del
desayuno pasados por agua.
Sabemos que nuestros microbios intestinales pueden producir algo de
vitamina H porque algunas personas eliminan ms cantidad de la que han
absorbido. Puesto que ninguna clula humana puede producirla, solo
tenemos a nuestras queridas bacterias como fabricantes clandestinos. No la
necesitamos nicamente para tener una piel bonita, un cabello brillante y
unas uas resistentes, tal como sugieren los envases de algunos productos
que se venden en parafarmacias, sino que la biotina est implicada en
procesos metablicos de una importancia fundamental: con ella fabricamos
159
Prevotella
El gnero Prevotella es a menudo todo lo contrario de los Bacteroides.
Segn algunos estudios, es ms frecuente entre personas vegetarianas, pero
tambin en personas que no exageran el consumo de carne o incluso en
amantes acrrimos de la carne. Nuestra alimentacin no es el nico factor
que juega un papel en la colonizacin de nuestro intestino. En seguida
veremos ms datos al respecto.
Los Prevotella tambin tienen colegas bacterianos con los que trabajan
a gusto: los Desulfovibrionales, los cuales poseen a menudo flagelos
propulsores con los que pueden desplazarse y que, al igual que los
Prevotella, son buenos escudriando nuestra membrana mucosa en busca de
protenas aprovechables. Pueden comerse esas protenas o construir quin
sabe qu con ellas. Durante el trabajo de los Prevotella se producen
compuestos de azufre. Reconocemos su olor por los huevos cocidos. Si los
Desulfovibrionales no pulularan por ah y recogieran con diligencia lo que
se va produciendo, los Prevotella estaran pronto rodeados de su propia
cinaga de azufre. En realidad, no es que ese gas sea insano. Pero, por
precaucin, a nuestra nariz no le gusta, porque a una concentracin mil
veces superior poco a poco empezara a ser peligroso
La vitamina tpica de este enterotipo tambin contiene azufre y va
acompaada de un olor interesante: es la tiamina, o tambin vitamina B1,
una de las vitaminas ms conocidas e importantes. Nuestro cerebro la
necesita no solo para alimentar bien a las clulas nerviosas, sino tambin
para envolverlas por fuera con un manto lipdico con aislamiento elctrico.
Por este motivo, la carencia de tiamina es una de las posibles causas de los
msculos temblorosos y la falta de memoria.
Las personas con una deficiencia muy grave de vitamina B1 padecen
161
Ruminococcus
Este gnero provoca divergencias entre las mentes, como mnimo entre las
de los cientficos. Algunos de los que han comprobado la existencia de los
enterotipos solo han podido hallar Prevotella y Bacteroides, pero no el
grupo Ruminococcus. Otros apuestan por la existencia de este tercer
gnero, mientras otros opinan que tambin existe un cuarto o quinto grupo, o
incluso ms, de otros gneros de bacterias. Estas discusiones pueden
estropearle a ms de uno la pausa para el caf en un congreso.
Algunos estamos de acuerdo: podra ser que este grupo existiera.
Comida favorita propuesta: pared celular vegetal. Eventuales colegas:
bacterias Akkermansia, que descomponen la mucosidad y absorben el
azcar con bastante rapidez. La sustancia que produce Ruminococcus es el
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166
una multitud tan amplia con unas habilidades tan diversas. Aunque la
glucosa simple o la fructosa todava se digieren bien, muchos intestinos ya
quedan agotados con la lactosa, es decir, el azcar de la leche, y sus dueos
padecen entonces intolerancia a la lactosa. En el caso de los hidratos de
carbono vegetales complejos, un intestino estara totalmente perdido si
tuviera que disponer de la enzima de descomposicin que corresponde a
cada uno de ellos. Nuestros microbios son expertos en estas sustancias.
Nosotros les proporcionamos alojamiento y restos de comida, y ellos se
ocupan de las cosas que a nosotros nos resultan demasiado complicadas.
La alimentacin occidental est compuesta en un 90% de los alimentos
que ingerimos y en un 10% de lo que nuestras bacterias nos aportan a
diario. Dicho de otro modo: despus de nueve almuerzos el siguiente plato
principal corre por cuenta de la casa. La alimentacin de los adultos
constituye la actividad principal para algunas de nuestras bacterias. En este
sentido no es balad lo que comemos, como tampoco lo es las bacterias que
nos alimentan. Dicho de otro modo: cuando hablamos del tema del peso, no
solo deberamos pensar en las caloras grasientas, sino tambin en el mundo
bacteriano que siempre est sentado tambin a la mesa.
las bacterias pueden producir diferentes cidos grasos: las bacterias que
sienten predileccin por las hortalizas ms bien fabrican cidos grasos para
el intestino y el hgado, mientras que otras bacterias producen cidos grasos
que se encargan de alimentar al resto de nuestro cuerpo. Por este motivo, un
pltano puede engordar menos que media chocolatina, aportando el mismo
nmero de caloras: los hidratos de carbono vegetales llaman antes la
atencin de los proveedores locales que la de los encargados de alimentar a
todo el cuerpo.
En estudios con personas con sobrepeso se ha demostrado que en su
conjunto impera en su flora intestinal una diversidad menor y que
predominan determinados grupos de bacterias que, sobre todo, metabolizan
hidratos de carbono. No obstante, para padecer sobrepeso de verdad deben
darse ms factores. En experimentos con ratones de laboratorio algunos
pesaban un 60% ms que al principio. Algo as no pueden lograrlo los
alimentadores por s solos. Por este motivo, se estableci otro marcador
para el sobrepeso severo: la inflamacin.
2.
Cuando existen problemas metablicos como sobrepeso, diabetes o
concentraciones elevadas de grasa en la sangre, la mayora de las veces se
detecta una ligera elevacin de marcadores de inflamacin en sangre. Los
valores no son tan altos como para requerir tratamiento, como sera el caso
de una herida grande o una septicemia. Por este motivo, el fenmeno recibe
el nombre de inflamacin subclnica. Si hay alguien que entienda de
inflamaciones, esas son las bacterias. En su superficie se halla una
sustancia transmisora que dice al cuerpo: Inflmate!.
Sin duda, este mecanismo resulta til en el caso de las heridas: con la
inflamacin se despiden y combaten las bacterias. Mientras las bacterias
permanezcan dentro de su membrana mucosa en el intestino, la sustancia
transmisora no interesa a nadie. En el caso de combinaciones de bacterias
malas y una alimentacin demasiado grasa, llega demasiada cantidad de esa
sustancia transmisora a la sangre. Y nuestro cuerpo entra en modo de ligera
inflamacin. Unas cuantas reservas de grasa por si vienen malos tiempos no
hacen dao.
Las sustancias transmisoras de las bacterias tambin pueden acoplarse a
otros rganos e influir en el metabolismo: en los roedores y seres humanos
169
an que esta membrana son las capas dispuestas alrededor de los vasos que
atraviesan el cerebro. Los nicos que logran atravesar esta maraa son el
azcar puro y los minerales, adems de todo lo que sea tan pequeo y
liposoluble como un neurotransmisor. La nicotina, por ejemplo, tiene
permitida la entrada y desencadena all sensaciones de recompensa o un
distendido estado de alerta.
Las bacterias pueden fabricar sustancias tan pequeas que, a pesar del
manto de vasos sanguneos, logran llegar al cerebro, como es el caso de la
tirosina y el triptfano. En las clulas del cerebro estos dos aminocidos se
transforman en dopamina y serotonina. Dopamina? Bueno, pues, hola, si no
aparece la palabra clave centro de recompensa. Serotonina? Seguro que
tambin nos suena de algo. Su carencia est vinculada a la depresin. Puede
hacernos sentir satisfechos o amodorrados. Y ahora, por favor, pensemos en
el ltimo banquete de Navidad. Alguien se qued dormido en el sof
satisfecho, perezoso y amodorrado?
La teora, pues, reza as: nuestras bacterias nos recompensan cuando les
proporcionamos una buena carga de alimentos. Es una sensacin agradable
y nos dan ganas de ingerir determinadas comidas. Estrictamente no solo por
sus alimentos, sino porque tambin estimulan nuestros propios transmisores.
Y este mismo principio es aplicable a la saciedad.
Varios estudios han demostrado que nuestros propios transmisores de la
saciedad aumentan significativamente cuando comemos de manera adecuada
para nuestras bacterias. Esto significa ingerir alimentos que llegan sin
digerir al intestino grueso, donde las bacterias los pueden devorar.
Sorprendentemente, la pasta y el pan tostado no forman parte de este selecto
grupo (ms informacin aqu [apartado Prebiticos]).
Por lo general, la saciedad se sealiza desde dos lugares: uno es el
cerebro y el otro, el resto del cuerpo. En este proceso se pueden torcer
muchas cosas: los genes de la saciedad pueden ser errneos en las personas
con sobrepeso; sencillamente no logran crear una sensacin de saciedad.
Segn la teora del cerebro egosta, el cerebro no recibe suficientes
alimentos y por eso decide que no est saciado. Aunque no solo los tejidos
del organismo y la mente humana dependen de nuestra comida, sino que
tambin nuestros
microbios
quieren que
los
alimentemos.
Proporcionalmente, su efecto es pequeo e insignificante: 2 kilos de
bacterias en un intestino. Qu derecho tienen a decir nada?
Dadas las mltiples funciones que ejerce nuestra flora intestinal, es
171
evidente que tambin tiene derecho a expresar sus deseos. Al fin y al cabo
sus bacterias son los entrenadores ms importantes del sistema inmunitario,
ayudan a la digestin, fabrican vitaminas y son maestros de la
desintoxicacin de pan con moho o medicamentos. Evidentemente, la lista
es mucho ms extensa, pero el mensaje ya debera estar claro: sin duda,
tienen derecho a participar en los asuntos de saciedad.
Lo que an no est claro es si determinadas bacterias expresan apetitos
diferentes. Si durante un largo perodo de tiempo no comemos dulces, en
algn momento ya no los echamos tanto de menos. Podramos matar de
hambre al lobby de las chocolatinas y las gominolas? En este punto,
pisamos el terreno de las especulaciones.
Sobre todo no debemos imaginarnos el cuerpo como una estructura
bidimensional de efecto-reaccin. El cerebro, el resto del cuerpo, las
bacterias y los elementos nutricionales interactan en 4 dimensiones. Es
evidente que comprender mejor todos los ejes nos permite avanzar ms. Sin
embargo, trajinamos mejor con las bacterias que con nuestro cerebro o
nuestros genes, y eso es precisamente lo que las hace tan fascinantes. Lo
que las bacterias nos dan de comer no solo es interesante para los
michelines de la tripa y las cartucheras, sino que, por ejemplo, tambin
entran en juego cuando se trata de las concentraciones de grasa en la sangre,
como el colesterol y compaa. Este conocimiento entraa cierta fuerza
explosiva, puesto que el sobrepeso y una concentracin alta de colesterol
estn vinculados a los grandes problemas de salud de nuestra poca:
hipertensin, arteriosclerosis y diabetes.
bacterias este mecanismo resulta til, ya que les permite debilitar la bilis,
que puede atacar su membrana celular, y se pueden proteger hasta que
finalmente llegan al intestino grueso. Pero existen muchos otros mecanismos
a travs de los cuales las bacterias manejan el colesterol: lo pueden
absorber directamente e incorporarlo a sus propias paredes celulares; lo
pueden transformar en una sustancia nueva o manipular los rganos que
fabrican el colesterol. La mayor parte del colesterol se produce en el
hgado y el intestino, donde los pequeos mensajeros qumicos de las
bacterias contribuyen a regular el trabajo.
Llegados a este punto, debemos ser prudentes y preguntarnos si
realmente el cuerpo siempre quiere deshacerse de su colesterol. Se encarga
de fabricar entre el 70 y el 95% de nuestro colesterol, y esto supone mucho
trabajo! Gracias a su cobertura meditica imparcial podramos pensar que
el colesterol es malo de por s. Y esa es una afirmacin bastante errnea.
Demasiado colesterol no es aconsejable, pero demasiado poco tampoco lo
es. Sin colesterol no tendramos hormonas sexuales ni vitamina D, y
nuestras clulas seran inestables. La grasa y el colesterol no son un tema
que ataa nicamente a las personas a quienes tanto le gusta comer pasteles
y salchichas. Nos afecta a todos. En los estudios realizados, la escasez de
colesterol se asocia a problemas de memoria, depresin y comportamiento
agresivo.
El colesterol es esa formidable materia prima bsica con la que se
pueden construir cosas importantes. Efectivamente, su exceso es
perjudicial; se trata, pues, de encontrar el justo equilibrio. Y nuestras
bacterias no seran nuestras si no nos ayudaran a lograrlo. Algunas de ellas
producen ms propionato, una sustancia que inhibe la formacin de
colesterol y otras fabrican ms acetato, que estimula la formacin de
colesterol.
Quin habra dicho que un captulo que empezaba hablando de los
pequeos y luminosos puntos que conforman las bacterias podra acabar
con las palabras ganas y saciedad o colesterol? Voy a resumirlo: las
bacterias contribuyen a nuestra alimentacin, hacen que las sustancias sean
ms digeribles y fabrican algunas sustancias. Actualmente, algunos
cientficos defienden la teora de que la microbiota de nuestro intestino
puede considerarse un rgano. Al igual que los otros rganos de nuestro
cuerpo, tiene un origen, se desarrolla con nosotros, est compuesto de un
montn de clulas y se comunica constantemente con sus colegas, los dems
175
rganos.
176
gallinas cuentan con un nico orificio por donde desfilan todos los artculos
de exportacin que salen de su cuerpo, el huevo entra inevitablemente en
contacto con las salmonelas de las heces de la gallina. Por este motivo, de
entrada, las salmonelas solo estn presentes en la cscara de los huevos;
solo logran penetrar en el interior del huevo cuando la cscara est rota por
algn sitio.
Pero cmo llegan las salmonelas del intestino a la carne de pollo? Es
un asunto desagradable. Los pollos alimentados con forrajes baratos
normalmente son conducidos a grandes mataderos, donde tras sacrificarlos
y decapitarlos pasan por grandes depsitos de agua. Por decirlo de algn
modo, esos depsitos son una zona de wellness para las salmonelas,
incluida la entrada al intestino de la gallina. En un matadero donde se
sacrifiquen a diario doscientos mil pollos, bastar un lote de pollos
alimentados con forrajes baratos para obsequiar al resto de sus compaeros
con una abundante cantidad de salmonela. Esos pollos acaban
posteriormente como congelados baratos en supermercados de descuento.
Si los asamos o cocinamos a altas temperaturas, acabaremos con todas las
salmonelas y ya no debern preocuparnos.
La carne bien asada no suele ser el motivo de una infeccin por
salmonela. Los problemas empiezan cuando dejamos descongelar el pollo
despreocupadamente en el fregadero o en el escurridor para la ensalada.
Las bacterias se pueden congelar y volver a descongelar a la perfeccin. El
gigantesco archivo de bacterias de nuestro laboratorio est compuesto por
una coleccin de curiosos grmenes de pacientes que han soportado
tranquilamente temperaturas de 80 C y que siguen vivitos y coleando tras
descongelarlos. Solo se estropean con el calor: bastan diez minutos a 75 C
para acabar con todas las salmonelas. Por eso nuestra perdicin no ser ese
pollo cuidadosamente asado, sino la lechuga que hemos depositado un
momento en el mismo fregadero donde se ha descongelado el pollo.
As pues, no somos conscientes de que regularmente entramos en
contacto con la flora intestinal de los animales de granja hasta que nos
invaden bacterias totalmente extraas que nos provocan diarrea. Todo lo
dems es, por as decirlo, rutina diaria: en algn sitio tenemos que adquirir
nuestras bacterias. Si apostamos formalmente por los huevos ecolgicos de
campo alimentados con forraje de cultivo propio, en general aumentar
nuestro umbral de seguridad contra bacterias peligrosas, a menos que al
propio agricultor le guste consumir pollo comprado en supermercados de
178
descuento.
Si la preparacin del pollo no ha acabado de funcionar, adems de las
clulas musculares del animal, tambin degustaremos un par de clulas de
salmonela. Se precisan entre 10 000 y 1 000 000 de estos organismos
unicelulares para dejarnos fuera de combate. Un milln de estas bacterias
tienen un tamao parecido a una quinta parte de un grano de sal. Cmo
logra este diminuto ejrcito que un enorme coloso con un volumen
aproximado de 600 000 000 de granos de sal acabe encerrado en el retrete?
Es como si un nico pelo de Obama gobernara a todos los americanos.
La salmonela se duplica con mucha ms rapidez que los pelos: este es
el primer punto que hay que tener en cuenta. En cuanto reinan temperaturas
superiores a 10 C, la salmonela despierta de su hibernacin y crece con
diligencia. Tiene varios delicados brazos para nadar, con los que avanza
hasta que se acopla a la piel del intestino, donde permanece enganchada.
Desde all penetra en nuestras clulas, que se inflaman y segregan gran
cantidad de lquido al intestino a fin de librarse de estos patgenos a la
mayor brevedad posible.
Desde la ingesta casual hasta la expulsin de agua abundante
transcurren entre pocas horas y un par de das. Si no somos demasiado
pequeos, demasiado viejos o estamos demasiado dbiles, este tipo de
autolavado funciona bien, los antibiticos provocaran ms daos que
beneficios. No obstante, debemos prestar ayuda a nuestro intestino y hacer
todo lo posible para excluir vilmente a la salmonela. Al ir al bao o llenar
de vmito una bolsa de plstico no debemos cogerla de la mano ni tener la
tentacin de mostrarle cmo es la vida ah fuera. No. Debemos lavarla con
agua caliente y jabn, y dejarle claro que no es por su culpa, sino por la
nuestra, y que sencillamente no soportamos su cario.
Las salmonelas son los malhechores ms frecuentes que nos llegan a
travs de la comida. No se hallan solo en los productos de pollo, sino que
les gusta bastante corretear por ah. Existen diferentes clases de salmonela.
Cuando en el laboratorio recibimos muestras de heces de pacientes, las
podemos examinar con diferentes anticuerpos. Si un anticuerpo se liga a las
salmonelas, se apelmazan formando grandes bloques. El fenmeno puede
verse a simple vista.
Cuando eso sucede, incluso podemos afirmar que el anticuerpo contra la
salmonela que provoca vmitos monstruosos tiene una reaccin muy
intensa, por lo que efectivamente se trata de la salmonela que provoca
179
Helicobacter es malo
Al anidar el germen en nuestra membrana mucosa y pulular por all de
forma catica, debilita esta barrera protectora y la consecuencia es que el
agresivo cido estomacal no solo digiere nuestra comida, sino en parte
tambin un poco nuestras propias clulas. Si adicionalmente dispone de la
diminuta jeringa o del gen para pinchar, les da el toque de gracia a nuestras
clulas estomacales. Aproximadamente una de cada cinco personas que
tienen esta bacteria acaba con lesiones en la pared estomacal. Tres cuartas
partes de todas las lceras de estmago y prcticamente todas las lceras
en el intestino delgado se producen tras una infeccin con Helicobacter
pylori. Si se logra eliminar el germen con antibiticos, tambin
desaparecen los problemas de estmago. Una alternativa a los antibiticos
184
Helicobacter es bueno
En uno de los mayores estudios sobre Helicobacter y sus efectos se lleg a
la siguiente conclusin: sobre todo la cepa considerada virulenta, con la
jeringa pequea, interacciona con nuestro cuerpo de manera muy
beneficiosa. Tras un perodo de observacin de ms de doce aos en ms
de diez mil voluntarios, se pudo afirmar que entre los portadores de ese
tipo de Helicobacter, aunque la probabilidad de padecer cncer de
estmago fuera ms elevada, el riesgo de morir de cncer de pulmn o de
apopleja haba disminuido notablemente. Concretamente se haba reducido
a la mitad en comparacin con el resto de los participantes en el estudio.
La suposicin de que un germen que el cuerpo haba tolerado durante
tanto tiempo no poda ser solo malo ya haba cobrado fuerza antes de que se
realizara este estudio. En experimentos con ratones se haba podido
demostrar que Helicobacter proporciona una fiable proteccin contra el
asma durante la infancia de los ratones. Si se administraba antibitico,
desapareca la proteccin y los ratones nios podan volver a desarrollar
asma. Si se inoculaba la bacteria a ratones adultos, la proteccin segua all
pero menos pronunciada. Alguien podra aducir que los ratones no son
186
seres humanos; sin embargo, esta observacin encajaba muy bien con las
tendencias generalizadas que podan verse sobre todo en pases
industrializados: aumentaban enfermedades como el asma, las alergias, la
diabetes o la neurodermitis, mientras simultneamente disminuan las tasas
de Helicobacter. Esta observacin no es ni mucho menos una demostracin
de que Helicobacter sea lo nico capaz de salvarnos del asma, si bien s
que podra estar implicado en ese mecanismo.
Por ello se formul la siguiente tesis: esta bacteria aporta a nuestro
sistema inmunitario un sosiego importante. Helicobacter se acopla a
nuestro estmago y se encarga de que se fabrique una cantidad suficiente de
los denominados linfocitos T reguladores. Los linfocitos T reguladores son
clulas inmunitarias que, cuando de repente reina un ambiente agresivo de
club nocturno, agarran por el hombro a su amigo achispado, el sistema
inmunitario, y le dicen para tranquilizarlo: Yo lo arreglo.
Presumiblemente no se llaman reguladores por eso, aunque esa es en
realidad su funcin.
Mientras el sistema inmunitario an grita enojado Lrgate de mi
pulmn, polen asqueroso, cretino! y le desafa con los ojos rojos
hinchados y la nariz gotendole, el linfocito T regulador le tranquiliza:
Vamos, sistema inmunitario, reconozco que ha sido una experiencia un
tanto dura. El polen solo andaba buscando una flor para polinizarla. Y, por
equivocacin, ha aterrizado aqu. Pero es un poco tonto por su parte, ya que
aqu no hay flores. Cuantas ms clulas correctas de este tipo tengamos,
ms sosegado estar el propio sistema inmunitario.
187
alguien te coloca en un cercado raro con cajas que contienen orina, debes
desconfiar. Normalmente todas las ratas se comportan igual: primero
exploran brevemente el entorno singular y despus se retiran a una caja con
orina inofensiva.
Sin embargo, en el experimento de Webster se produjeron excepciones
como ratas que, de repente, se comportaban de un modo totalmente distinto.
Exploraban todo el cercado sin mostrar aversin al riesgo, contrario a
todos los instintos innatos se dirigan a la caja con orina de gato e incluso
permanecan en ella durante un buen rato. Durante perodos de observacin
ms prolongados, Webster incluso pudo constatar que preferan
precisamente esa caja a las dems. Nada pareca interesarles ms que la
mezcla de pis de gato.
Un olor que estaba almacenado como peligro mortal de repente se
converta en atractivo e interesante. Los animales se haban vuelto fans
desinhibidos de su propia perdicin. Webster conoca la nica diferencia
respecto de las ratas normales: esos llamativos roedores estaban infectados
con toxoplasmas. Un golpe maestro increblemente inteligente de los
parsitos, ya que lograron que las ratas prcticamente se lanzaran a la boca
del husped de los toxoplasmas: el gato.
Ese experimento levant tanta expectacin entre los cientficos que
algunos laboratorios del mundo incluso lo repitieron. Queran saber si todo
se haba hecho correctamente y si sus propias ratas de laboratorio, tras la
debida infeccin, tambin mostraran un comportamiento similar. Lo
hicieron y, desde entonces, se considera un experimento impecable.
Adems, se descubri que solo se disipaba el miedo a los gatos, ya que la
orina de perro segua despertando un gran terror entre los roedores del
estudio.
Los resultados generaron discusiones acaloradas: cmo es posible que
unos parsitos diminutos influyan tan drsticamente en el comportamiento
de unos mamferos pequeos? Morir o no morir es una pregunta
trascendental que un organismo moderno debera poder contestar, a ser
posible sin parsitos, en la comisin de toma de decisiones. O quizs no?
De un mamfero pequeo a uno grande (= ser humano) no haba una gran
diferencia. Se pueden encontrar tambin entre nosotros candidatos que, por
malos reflejos, reacciones o temeridad, se expongan a situaciones
preocupantes y caigan en una especie de impulso de convertirse en comida
de gato? Un enfoque consisti en tomar muestras de sangre a personas que
192
Pero cmo encaja en todo esto nuestra mujer con la cuchilla de afeitar?
Por qu no se asusta ante la visin de su sangre? Por qu el corte de la
piel, del tejido y de los nervios no le provoca dolor, sino una sensacin
vivificante? Cmo se ha podido convertir el dolor en la guindilla de ese
guisado cotidiano que acostumbra a ser inspido?
Para estas preguntas existen diferentes explicaciones y una de ellas son
los toxoplasmas. Si resultamos infectados por los toxoplasmas, el sistema
inmunitario activa una enzima (IDO) para protegernos contra los parsitos.
La enzima aumenta la descomposicin de una sustancia que ingieren los
intrusos y que les empuja hacia una fase de reposo ms inactiva. Por
desgracia esa sustancia tambin es un componente para producir serotonina
(recordemos que un dficit de serotonina puede provocar depresiones o
incluso trastornos de ansiedad).
Si en el cerebro falta serotonina porque la enzima IDO se la ha
arrebatado totalmente a los parsitos delante de sus narices, puede
producirse un empeoramiento de nuestro estado de nimo. Adems, las
sustancias precursoras mordisqueadas de la serotonina pueden unirse a
determinados receptores del cerebro y provocar, por ejemplo, apata. Esos
receptores son los mismos a los que van dirigidos los analgsicos, siendo
el resultado un estado de sedacin indiferente. Si queremos salir de ese
193
entretenidas.
As pues, cuando otro ser vivo nos hace percibir los olores de otra manera,
no podra crear tambin sensaciones totalmente distintas?
Existe una enfermedad cuyo sntoma principal son las sensaciones
generadas errneamente: la esquizofrenia. Los afectados tienen la
sensacin, por ejemplo, de que les suben hormigas por la espalda, aunque
no pueda verse ni un solo ejemplar de estos insectos en kilmetros a la
redonda. Escuchan voces, siguen sus rdenes y adems pueden tener un
comportamiento muy aptico. Entre el 0,5 y el 1% de la poblacin padece
esquizofrenia.
El cuadro clnico no est claro en varios aspectos. La mayora de los
medicamentos que parecen funcionar de algn modo apuestan porque en el
cerebro se descompone una determinada sustancia transmisora de la que
existe un exceso: la dopamina. Los toxoplasmas poseen genes que meten
baza en la fabricacin de dopamina en el cerebro. No todas las personas
que padecen esquizofrenia son portadores del parsito, por lo que no puede
ser la nica causa, pero entre los afectados encontramos aproximadamente
el doble de portadores de toxoplasmas que en el grupo de referencia sin
esquizofrenia.
Por lo tanto, en teora Toxoplasma gondii podra influir en el cerebro a
travs de los centros del miedo, del olfato y del comportamiento. La mayor
probabilidad de accidentes, intentos de suicidio o esquizofrenia indican que
la infeccin no pasa sin dejar huella en todos nosotros. Hasta que las
consecuencias de este tipo de descubrimientos se trasladen al da a da de
nuestra vida mdica an deber pasar cierto tiempo. Las suposiciones se
deben demostrar con certeza e investigarse mejor las opciones teraputicas.
Este proceso de afianzamiento de la ciencia, que lleva su tiempo, puede
costar vidas: los antibiticos llegaron a nuestras farmacias dcadas despus
de su descubrimiento. Pero tambin puede salvar vidas: hubiera estado bien
que la talidomida o el asbesto se hubieran estudiado durante ms tiempo.
Los toxoplasmas pueden tener una influencia mayor de la que creamos
hace unos aos. Y con ello han inaugurado una nueva era. Una era en la que
incluso una burda porcin de heces de gato puede mostrarnos a todos los
actores que participan en nuestra vida. Una era en la que lentamente vamos
comprendiendo el alcance del vnculo existente entre nosotros y nuestra
196
Oxiuros
Existen unos gusanos pequeos y blancos a los que les gusta vivir en
nuestro intestino. Durante milenios han adaptado su comportamiento a
nosotros. Una de cada dos personas tiene como invitados a estos gusanos al
menos una vez en su vida. Algunas ni se dan cuenta, mientras que en otras se
convierten en una plaga enervante de la que apenas se habla. Si miramos en
el momento exacto, podremos ver cmo nos saludan con la mano al salir
por nuestro ano. Miden entre 1 centmetro y un centmetro y medio, son
blancos y, en parte, tienen un extremo puntiagudo. De algn modo recuerdan
un poco a la estela de gases condensados que dibujan los aviones en el
cielo, excepto que no se alargan. Todas las personas que posean una boca y
un dedo pueden contraer oxiuros. Al menos los sin boca ni dedos tienen
ventaja en algo.
Empecemos esta historia agusanada desde detrs. La mujer gusano
embarazada quiere asegurar el futuro a sus huevos. Y eso no es tarea
fcil. Los huevos deben ser ingeridos por las personas y despus pasar por
el intestino delgado para llegar al intestino grueso como gusano adulto. Y
ahora la mujer gusano adulta se encuentra en las regiones intestinales
posteriores (la digestin discurre completamente en contradireccin) y se
pregunta cmo se supone que debe regresar a la boca. Ah interviene
presumiblemente la nica inteligencia que podemos encontrar en un ser de
este tipo: la inteligencia de la adaptacin. Dejo en el aire si todo esto tiene
algo que ver con el origen del trmino lameculos.
Las mujeres gusano saben detectar cundo estamos tranquilos,
adoptamos la posicin horizontal y ya no tenemos ganas de volver a
levantarnos. Exactamente en ese momento se ponen en marcha hacia el ano.
197
Ponen sus huevos en los mltiples pliegues pequeos del ano y corretean
salvajemente hasta que nos empieza a picar. Entonces retroceden
rpidamente hacia el intestino, puesto que por experiencia saben que ahora
intervendr la mano y se encargar de rematar la faena. Debajo de la manta,
la mano se desliza hacia nuestro trasero, dirigindose directamente al
blanco de los ataques de picor. Las mismas vas nerviosas que se han
encargado de transmitir el picor ahora dicen: Hay que rascar!.
Cumplimos con ese requerimiento y nos aseguramos de que los
descendientes de los oxiuros sean transportados a zonas cercanas a la boca
a travs de un servicio de mensajera urgente.
Cundo tenemos menos inters en lavarnos las manos despus de
rascarnos el trasero? Cuando no nos damos cuenta de nada de lo que est
sucediendo porque estamos dormidos o demasiado cansados para volver a
levantarnos. Y ese momento coincide con la puesta de huevos de los
oxiuros. Queda claro qu significado tiene nuestro prximo sueo en el
que hundimos los dedos en la tarta de chocolate para despus chuparlos?
Los huevos ya estn encaminados a su hogar. Si alguien est pensando
Ayyy!, quizs haya olvidado que tambin nos comemos los huevos de las
gallinas. Solo que son mucho ms grandes y normalmente solemos cocerlos
antes.
Tenemos una actitud crtica con los seres vivos que se mudan a nuestro
intestino sin invitacin y ejecutan desde all su planificacin familiar. No
nos atrevemos a hablar abiertamente de ello con otras personas.
Prcticamente como si furamos unos malos dueos de nuestra casa, donde
no podemos hacer valer nuestra autoridad, por lo que acabamos alojando a
todo tipo de extraos, sin que siquiera nos pidan permiso. Pero en el caso
de los oxiuros es un tanto diferente: son invitados que nos despiertan
temprano por la maana para hacer deporte y que despus dan al seor o a
la seora de la casa un masaje que estimula el sistema inmunitario. Adems,
prcticamente no nos quitan comida.
No es bueno tenerlos siempre en casa, pero una vez en la vida se puede
soportar. Los cientficos suponen que la infestacin de oxiuros en los
nios les puede proteger ms adelante contra un asma demasiado aguda o
incluso la diabetes. Por lo tanto, Bienvenidos Sr. y Sra. Oxiuro. Pero no
abusen de la hospitalidad: en el caso de una infestacin incontrolada de
gusanos pueden producirse tres situaciones que no resultan nada graciosas:
198
200
bacterias y nos pueden salvar cuando hemos sido presas de las bacterias
dainas.
La higiene diaria
La higiene es fascinante, ya que tiene lugar principalmente en la cabeza. Un
bombn de menta sabe fresco, las ventanas limpias son claras y tumbarse
recin duchado en una cama acabada de hacer es celestial. Nos gusta cmo
huele lo limpio. Nos gusta pintar sobre superficies lisas y pulidas. Ante la
idea de estar frente a un mundo invisible de grmenes, estamos ms
tranquilos si utilizamos medios de desinfeccin.
Hace unos ciento treinta aos se descubri en Europa que el
desencadenante de la tuberculosis eran las bacterias. Era la primera vez que
las bacterias se presentaban ante la opinin pblica y, ciertamente,
irrumpieron como malas, peligrosas y ante todo invisibles. Pronto se
introdujeron en Europa nuevas normativas: los enfermos fueron aislados
para que no transmitiesen los grmenes; se prohibieron los escupitajos en la
escuela; un estrecho contacto fsico pas a estar mal visto y se tuvo que
renunciar al comunismo de la toalla. Adems, se tuvieron que reducir los
besos a lo erticamente inevitable. Estas prescripciones pueden sonar
graciosas, pero lo cierto es que han quedado profundamente ancladas en
nuestra sociedad: escupir se ve desde entonces como algo grosero, las
toallas o el cepillo de dientes no se comparten as como as y establecemos
una distancia corporal entre nosotros mayor que en otras culturas.
Escapar de una enfermedad mortal por el hecho de dejar de escupir en
el suelo de la escuela pareca algo distinguido. Fue una regla que se marc
en el cerebro a fuego lento. Se proscriba a aquel que no la respetaba y que
con ello pona a los dems en peligro. Ese respeto se enseaba a los hijos y
escupir pas a tener mala prensa. Se elogiaba el cuidado de la higiene y los
esfuerzos iban dirigidos al orden en una vida llena de caos. La compaa
Henkel lo formul as: La suciedad es materia en el lugar equivocado.
Mientras que los grandes baos para el cuidado del cuerpo se haban
reservado hasta entonces a los ricos, hacia principios del siglo XX los
dermatlogos empezaron a fomentar el todos a la baera una vez por
semana!. Entonces hubo campaas de salud por parte de las grandes
202
Dilucin
La tcnica de diluir la usamos tambin en el laboratorio, donde diluimos
bacterias en un lquido y aadimos unas cuantas gotas con diferentes
concentraciones de bacterias a las larvas de polillas de la cera. De este
modo se puede constatar a partir de qu cantidad de determinadas bacterias
se produce la enfermedad: muchas ya a partir de 1000 y otras solo a partir
de 10 millones por gota.
La dilucin en el hogar tiene lugar, por ejemplo, cuando lavamos las
hortalizas y la fruta. De ese modo arrastramos con el agua la mayora de las
bacterias presentes en la tierra de modo que ya no pueden hacernos dao.
En Corea se acostumbra a avinagrar el agua para que las bacterias no se
puedan sentir como en casa. Tambin airear las habitaciones se cuenta entre
las tcnicas de dilucin.
Cuando ponemos en agua la vajilla, los cubiertos y las tablas de cortar y
despus lo fregamos todo a fondo con el estropajo y lo ponemos aparte, no
hemos hecho nada muy diferente a si lo hubisemos lamido con la lengua.
Los estropajos estn calentitos, hmedos y llenos de restos de comida:
204
Secado
En superficies secas las bacterias no se pueden reproducir, algunas incluso
perecen. Un suelo fregado est ms limpio despus de secado. Las axilas
secas con desodorante no son nada acogedoras para las bacterias, lo cual
reduce el olor. El secado es algo grande. Cuando secamos correctamente
los alimentos se conservan ms tiempo sin pudrirse; esto es fcil de
observar en muchos productos que contienen cereales, como los fideos, el
muesli o los panecillos crujientes, en la fruta (como las pasas), en las
alubias o lentejas y en la carne.
Temperatura
La naturaleza produce regularmente una refrigeracin al ao: el invierno,
desde un punto de vista bacteriano, es una especie de programa de limpieza.
Para nuestra vida cotidiana, la refrigeracin de alimentos es muy
importante. Una nevera contiene tanta comida que incluso a temperaturas
inferiores representa un paraso para las bacterias. Lo mejor es tenerla a
una temperatura mxima de 5 C.
En la mayora de las fases de lavado el principio de dilucin es ms
que suficiente, pero si hay paos de cocina hmedos, gran nmero de
calzoncillos o sbanas de los enfermos, podemos superar tranquilamente
los 60 C. Por encima de los 40 C muere la mayora de E. coli, mientras
que alrededor de los 70 C nos libramos de las salmonelas ms tenaces.
205
Lavado
Lavar significa desprender de alguna superficie una capa de grasa o de
albmina. De este modo se eliminan todas las bacterias que se han
acomodado en esta capa o debajo de ella. Generalmente se usa agua y
detergente para ello. El lavado es la mejor solucin para habitaciones,
cocinas y baos.
Este procedimiento se puede llevar hasta el extremo. Esto tiene sentido
para la produccin de medicamentos que tienen que entrar directamente en
las venas de los pacientes (como las soluciones para infusin intravenosa),
donde no debe encontrarse ni una sola bacteria. Los laboratorios
farmacolgicos lo hicieron, por ejemplo, con yodo porque lo pueden
sublimar. La sublimacin significa que un cristal de yodo se puede convertir
en vapor con el calor, sin pasar antes por el estado lquido. As pues, el
yodo se calienta para que la habitacin entera desaparezca en un vapor azul.
Hasta ahora lo dicho suena al principio de la aspiradora, pero hay algo
ms: el yodo puede tambin desublimarse. Para ello se enfra de nuevo la
habitacin y el vapor entero recristaliza en seguida. Sobre todas las
superficies e incluso en el aire se forman millones de pequeos cristales
que encierran a todos los microbios dentro y caen emparedados en el suelo.
Luego vienen trabajadores atravesando compartimentos hermticos y
cabinas de desinfeccin y ataviados con monos esterilizados que barrern
los cristales de yodo.
Cuando nos aplicamos crema en las manos utilizamos bsicamente el
mismo principio: atrapamos a los microbios en una ptina de grasa, donde
quedan retenidos. Cuando la ptina se enjuaga, con el agua tambin se van
las bacterias. Para la capa de grasa natural que produce la piel, basta a
menudo agua y jabn.
De este modo, la ptina de grasa no queda completamente eliminada y
puede retomar de inmediato su trabajo despus del lavado. Lavar
demasiado a menudo es absurdo y esto es vlido tanto si se trata de lavarse
las manos como de ducharse. Si se lava demasiado a menudo la capa de
grasa protectora, se expone la piel indefensa al entorno. Cuando entonces se
instalan bacterias malolientes, producimos un olor ms fuerte al sudar. Un
crculo vicioso.
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Nuevos mtodos
Un equipo de Gante est probando actualmente con nuevos mtodos. Los
207
Antibiticos
Los antibiticos matan con mucha eficacia a peligrosos agentes patgenos.
Y a sus familias. Y a sus amigos. Y a sus conocidos. Y a lejanos conocidos
de sus conocidos. Esto los convierte en la mejor arma contra bacterias
peligrosas y la ms peligrosa contra las mejores bacterias. Quin produce
la mayora de los antibiticos? Las bacterias. Cmo?
Los antibiticos son las armas con las que hongos y bacterias hostiles se
combaten mutuamente.
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padecen diarrea notan, quizs, durante el paso matinal por el lavabo, que
expulsan porciones de un tamao claramente mayor. Por decirlo de un modo
un tanto brusco y franco: se trata de una gran porcin de bacterias
intestinales. El comprimido no va volando desde la boca hasta la nariz
resfriada, sino que se desliza directamente al estmago y de all al intestino.
Antes de que pase de aqu a la sangre y llegue entonces, entre otros lugares,
a la nariz, el conjunto de microbios del intestino es atacado, intoxicado e
incapacitado para reproducirse. El resultado es un impresionante campo de
batalla que ms tarde se podr contemplar en la siguiente visita al inodoro.
Los antibiticos pueden alterar claramente nuestra flora intestinal y
reducir la diversidad de microbios en nuestro intestino, de modo que sus
facultades pueden quedar igualmente alteradas, como la cantidad de
colesterol que podemos ingerir, si se producen vitaminas (como la vitamina
H, tan beneficiosa para la piel) o qu alimentos son aprovechados. Ciertos
estudios realizados por primera vez en Harvard y Nueva York con los
antibiticos metronidazol y gentamicina han puesto de manifiesto
alteraciones especialmente importantes de la flora intestinal.
Los antibiticos son especialmente delicados en los nios pequeos y
los pacientes ancianos. Su flora intestinal es siempre ms inestable y se
recupera mucho peor despus del tratamiento. Estudios realizados en
Suecia demostraron en nios que, incluso dos meses tras la ingesta de
antibiticos, an se podan detectar claras alteraciones de la flora
intestinal: haba potencialmente un mayor nmero de bacterias dainas y
uno menor de beneficiosas, como las bifidobacterias y los lactobacilos. Los
antibiticos utilizados fueron ampicilina y gentamicina. Solo se realizaron
pruebas en nueve nios, por lo que el estudio no es especialmente
significativo, aunque en cualquier caso se trata del nico estudio en su
gnero. Por lo tanto, se debe tener en cuenta, aunque con la debida
precaucin.
Un reciente estudio en jubilados irlandeses puso de manifiesto un
panorama claramente dividido: algunos paisajes intestinales se recuperaron
muy bien despus de la ingesta de antibiticos, mientras que otros quedaron
alterados de forma duradera. Las causas de ello no estn an nada claras.
La capacidad para recuperar la estabilidad despus de vivencias intensas
se denomina, tanto en el intestino como en el campo de la psicologa,
resiliencia.
Las investigaciones sobre los efectos a largo plazo realizadas hasta la
210
fecha se pueden casi contar con los dedos de una mano, y ello a pesar de
que los antibiticos se vienen utilizando desde hace ya ms de cincuenta
aos. El motivo es la tcnica: los aparatos necesarios para tales
investigaciones aparecieron hace apenas dos aos. El nico efecto que
entretanto se ha podido comprobar con seguridad ha sido el desarrollo de
resistencias. Incluso dos aos despus de la ltima ingesta de antibiticos
an permanecen en el intestino bacterias malvadas que cuentan historias
sobre la guerra a sus tataratataratatara nietos.
Probiticos
Cada da engullimos varios miles de millones de bacterias vivas. Estn en
214
1. Masajes y blsamos
Muchas bacterias probiticas se preocupan de nuestro intestino. Tienen
unos genes para producir pequeos cidos grasos como el butirato. Con
ellos pueden embalsamar y cuidar las vellosidades del intestino. Las
vellosidades del intestino bien atendidas son mucho ms estables y se
desarrollan ms que las mal cuidadas. Cuanto ms grandes son las
vellosidades, tanto mejor asimilamos los alimentos, los minerales y las
vitaminas. Cuanto ms estables son, menos basura dejan pasar. El resultado
es que nuestro cuerpo recibe muchos nutrientes y menos sustancias nocivas
en su men.
2. Servicio de seguridad
Las bacterias buenas defienden nuestro intestino, ya que al fin y al cabo es
su hogar, y no ceden voluntariamente su territorio a bacterias nocivas. Para
ello se asientan a menudo precisamente en aquellos sitios donde a los
agentes patgenos les gusta infectarnos. Si entonces aparece una bacteria
mala, se colocan bien apretadas en su lugar favorito con una sonrisa
burlona, depositan su bolso de mano en el asiento del acompaante y no le
dejan sitio. Si esta seal no es lo bastante clara, no hay problema: las
bacterias del servicio de seguridad tienen otros truquillos. Producen, por
ejemplo, pequeas cantidades de antibiticos y de anticuerpos con los
cuales ahuyentan a las bacterias extraas de su entorno inmediato. O bien
utilizan diferentes cidos: con ellos no solo se protege al yogur o al chucrut
de las bacterias putrefactoras, sino que tambin nuestro intestino se puede
convertir con la acidez en un lugar inhspito para los grmenes dainos.
Otra posibilidad es comrselo todo (a quien tenga hermanos le sonar). A
muchas bacterias probiticas parece que les gusta arrebatar a las bacterias
dainas la comida delante de sus narices. Al final llega el momento en que
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221
Prebiticos
En la prebitica se trata justamente de promover las bacterias buenas a
travs de la ingesta de determinados alimentos. Los prebiticos son
corrientes como los probiticos. Solo requieren una condicin: en algn
sitio del intestino debe haber bacterias beneficiosas, las cuales se pueden
225
226
lo cual est muy bien para una bonita distribucin de las bacterias buenas.
Las cadenas cortas de inulina se sirven a las bacterias del tramo inicial del
intestino grueso y las largas ms bien al final.
Esta mezcla de distintas longitudes de las denominadas ITF ofrece
mejores resultados en los casos en donde una mayor superficie es igual a
mejor rendimiento. En la absorcin del calcio, por ejemplo, se necesitan
bacterias que estn dispersas por todo el intestino. La mezcla de ITF
increment en el 20% la asimilacin del calcio en chicas jvenes. Esto es
bueno para los huesos, pues protege contra la osteoporosis (huesos dbiles)
en la vejez.
El calcio es, por lo tanto, un ejemplo interesante, porque muestra
claramente cun lejos se puede llegar con prebiticos: en primer lugar, hay
que tomar una cantidad suficiente de calcio para que tenga algn efecto; en
segundo lugar, los prebiticos no consiguen nada si el problema son otros
rganos. Durante la menopausia a muchas mujeres se les debilitan los
huesos. Los ovarios padecen su crisis de los 40, han de despedirse de la
produccin de hormonas y aprenden poco a poco a disfrutar de la relajacin
del estar jubilado. A los huesos les faltan hormonas! Si la osteoporosis ya
ha hecho acto de presencia, los prebiticos no tienen nada que hacer.
Pero no por ello se debe subestimar el conjunto. Nada influye tanto en
nuestras bacterias intestinales como nuestra alimentacin. Los prebiticos
son los instrumentos ms potentes para estimular las bacterias beneficiosas,
concretamente las que ya estn en nuestro intestino y se van a quedar ah.
Los animales de costumbres prebiticas, como mi abuela adicta a la
ensalada de patatas, fomentan, an sin saberlo, lo mejor de su conjunto de
microbios. Su segundo plato preferido es, por cierto, la sopa de puerros.
Cuando todos nos ponamos enfermos en casa, nos traa sopa con una
amplia sonrisa y se sentaba al piano a tocar un par de piezas. No sabemos
qu porcentaje de culpa tienen los microbios en esa actitud, aunque no es
ilgico pensar que influyen.
Tomemos nota: las bacterias buenas nos hacen bien. Deberamos
alimentarlas de manera que pudiesen poblar gran parte del intestino grueso.
Para ello no nos servir la pasta o el pan blanco, que son prensados en
cadena a partir de harina blanca. Debemos comer verdaderas fibras
provenientes de verduras o de la pulpa de la fruta. Estas fibras tambin
pueden ser dulces y sabrosas, ya provengan de esprragos frescos, del arroz
para sushi o de extractos puros de la farmacia. Despus llegan a nuestras
231
Al microscopio las bacterias solo se ven como puntos claros sobre fondo
oscuro. Pero juntas representan algo ms: cada uno de nosotros tiene una
colonia dentro de s. La mayora de ellas se asientan mansas sobre la
membrana mucosa y entrenan al sistema inmunitario o producen vitaminas
para nosotros. Otras se acercan a las clulas intestinales y las perforan o
producen toxinas. Cuando lo bueno y lo malo estn equilibrados, lo malo
nos fortalece y lo bueno nos cuida y mantiene sanos.
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Agradecimientos
Este libro no sera una realidad sin mi hermana Jill. Sin su mente libre,
racional e inquieta, a menudo me habra quedado atascada en un mundo
donde la obediencia y el conformismo resultan actitudes ms sencillas que
la valenta y la voluntad de cometer errores eficientes. Aunque tienes mucho
que hacer, siempre has estado ah para repasar conmigo mis textos y darme
nuevas ideas. T me has enseado a trabajar de manera creativa. Si me
siento mal, me acuerdo de que estamos hechas de la misma madera y que
cada una de nosotras utiliza su lpiz de distinto modo. Doy las gracias a
Ambrosius, que me protege bajo su brazo de un exceso de trabajo. Doy las
gracias a mi familia y a mi padrino, porque me rodean como el bosque a un
rbol y me atan al suelo incluso cuando sopla el viento. Doy las gracias a
Ji-Won, porque mientras he estado trabajando en este libro me ha
alimentado muchas veces con su formidable comida. Doy las gracias a
Anne-Claire y Anne por su ayuda con las preguntas ms complicadas.
Doy las gracias a Michaela y Bettina, con cuyos agudos instintos este
proyecto de libro se ha hecho realidad. Sin mis estudios no habra tenido
los conocimientos necesarios, por eso doy las gracias a todos los buenos
profesores y al Estado alemn, que pag mi carrera universitaria. A todas
las personas que han trabajado en este libro: desde los jefes de prensa, los
representantes editoriales, los productores, tipgrafos, el departamento de
marketing, los correctores, libreros, carteros, hasta quien lo est leyendo
ahora: muchas gracias!
233
Fuentes principales
235
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al.: Waxmann, 2005.
Bundesregierung: Antwort der Bundesregierung auf die Kleine Anfrage der
Abgeordneten Friedrich Ostendorff, Brbel Hhn, Nicole Maisch,
weiterer Abgeordneter und der Fraktion BNDNIS 90/DIE GRNEN Drucksache
17/10017.
Daten
zur
Antibiotikavergabe
in
Nutztierhaltungen und zum Eintrag von Antibiotika und multi-resistenten
Keimen in die Umwelt. Impreso 17/10313, 17 de julio de 2012, en
http://dip21.bundestag.de/dip21/btd/17/103/1710313.pdf (consultado en
octubre de 2013).
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Commun. 24 de mayo de 2013; 435 (1): pgs. 1-7.
239
245
246
247
ndice
La digestin es la cuestin
Prlogo
1. La digestin es la cuestin
Cmo hacemos caca? y por qu esto merece una
pregunta
El vestbulo de acceso al tracto gastrointestinal
La estructura del tracto gastrointestinal
Qu comemos realmente
Alergias, incompatibilidades e intolerancias
Una breve consideracin sobre las heces
2. El sistema nervioso del intestino
Cmo transportan nuestros rganos los alimentos
Eructos con reflujo cido
Vomitar
Estreimiento
Cerebro e intestino
3. El mundo de los microbios
El ser humano como ecosistema
El sistema inmunitario y nuestras bacterias
El desarrollo de la flora intestinal
Los habitantes del intestino de un adulto
El papel de la flora intestinal
Malhechores: bacterias dainas y parsitos
Sobre higiene y bacterias beneficiosas
Agradecimientos
Fuentes principales
Autora
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3
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