Rosa Carlos Alberto C. Estado Nacional
Rosa Carlos Alberto C. Estado Nacional
Rosa Carlos Alberto C. Estado Nacional
R.O.
Rosa, Carlos Alberto c/ Estado Nacional Ministerio de Justicia y otro s/ daos y
perjuicios varios.
mnimo
establecido
por
la
norma
citada,
con
las
de
haberse
iniciado
un
proceso
penal
en
su
ms
de
cuatro
aos.
Adems,
atribuy
una
irregular
Estado
por
su
actuacin
ilegtima,
ya
que
el
acto
R. 258. XXXIII.
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perjuicios varios.
de
su
prisin,
al
haber
excedido
responsabilizaba
al
Estado
por
su
un
plazo
actuar
prudencial,
legtimo
(fs.
155/163).
5) Que al revocar el fallo de la instancia anterior,
la
cmara
rechaz
la
demanda
(fs.
224/226).
El tribunal
probatorias
que
se
realizaron,
no
demoras
-3-
decret la prisin preventiva ni de las resoluciones posteriores que denegaron la excarcelacin, toda vez que basta
con que tales actos jurisdiccionales se revelen como manifiestamente infundados y arbitrarios para que se conceda la
indemnizacin, particularmente cuando su parte hizo uso, en
diversas oportunidades, de las vas recursivas necesarias para
que se dejara sin efecto esa medida precautoria sin haber
obtenido durante ms de cuatro aos una respuesta positiva; 2)
Que sobre la base de la exigencia de aquel requisito formal
tanto el juez de primera instancia como los de la segunda
omitieron tratar y verificar la existencia del error judicial,
consistente
en
haber
dictado
la
prisin
preventiva
con
firme
la
existencia
de
enfrentamiento;
adems,
las
que
surga
en
forma
evidente
su
falta
total
de
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R. 258. XXXIII.
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su
carrera
adicionales,
policial
graves
la
realizacin
sufrimientos
por
de
tener
trabajos
que
estar
separado de su familia. Por el otro, la prolongacin irrazonable de la privacin efectiva de su libertad, particularmente
a partir de los dos aos (arts. 379, inc. 6 y 701 del Cdigo
de Procedimientos en Materia Penal), a la que se le atribuyen
las
mismas
consecuencias
daosas
de
las
expuestas
precedentemente.
8) Que no obstante la admisibilidad formal antes
puntualizada, el recurso intentado debe desestimarse en lo que
atae a la responsabilidad del Estado Nacional por el actuar
ilegtimo del juez de instruccin al disponer el procesamiento
y la prisin preventiva, pues en su expresin de agravios el
apelante no formula, como es imprescindible, una crtica
concreta y razonada de los fundamentos desarrollados por el
tribunal
quo,
circunstancia
que
conduce
declarar la
expresadas
en
el
memorial
respectivo
deben
ser
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Cdigo
de
Procedimientos
en
Materia
Penal)
(ver
fs.
los
particulares
Parrilli
Baos,
inici
las
R. 258. XXXIII.
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relacin
la
causa
seguida
por
la
muerte
de
los
debida
justiciables,
certeza,
aqullos
la
responsabilidad
haban
sido
penal
suficientes
de
los
como
para
cionalmente- descalificado por los magistrados penales intervinientes en el mismo proceso, por lo que corresponde considerar la fundabilidad de los agravios del recurrente en tal
sentido, en el marco de la plenitud cognoscitiva de la Corte
cuando interviene por esta va.
14) Que el mantenimiento de esa medida cautelar por
los dos primeros aos de detencin constituy el producto del
ejercicio regular del servicio de justicia, toda vez que no se
advierte que los magistrados penales intervinientes hayan
incurrido en un manifiesto y palmario quebrantamiento de la
ley aplicable. En efecto, en el auto de prisin preventiva se
calific provisoriamente el hecho como doble homicidio agravado por alevosa (arts. 45 y 80, inc. 2 del Cdigo Penal),
por lo que la primera solicitud de excarcelacin (30 de diciembre de 1986) fue denegada en virtud de lo dispuesto por el
art. 379, inc. 1, del Cdigo de Procedimientos en Materia
Penal. En octubre de 1987 fue nuevamente rechazada con igual
fundamento jurdico. La peticin realizada en los primeros
das del mes de septiembre de 1988 se deneg en razn de que
an no haba transcurrido el plazo de dos aos de detencin,
sin que las circunstancias del caso hubiesen variado.
15) Que resta analizar si el tiempo de detencin
posterior al que estuvo sometido el procesado Rosa puede ser
calificado de excesivo e irrazonable. En razn de las particularidades que este caso presenta, es necesario examinar
concretamente las circunstancias fcticas y jurdicas involucradas en este supuesto. En efecto, en reiteradas oportunidades este Tribunal ha resuelto que las normas procesales referentes a la prisin preventiva y a la excarcelacin -vigentes
en la oportunidad en que se tramit esta causa- no establecen
un plazo mximo de detencin, toda vez que el de dos aos que
surge del art. 379, inc. 6, del Cdigo de Procedimientos en
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R. 258. XXXIII.
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plazo,
en
la
medida
en
que
el
juez
presumiese
fundadamente, de conformidad con tales pautas, que el procesado intentara eludir la accin de la justicia (conf. Fallos:
310:1476; 311:652; 312:772 y 314:85, entre otros).
16) Que ello es as toda vez que el carcter de
garanta constitucional reconocido al beneficio excarcelatorio
-en virtud de la presuncin de inocencia de quien an no fue
condenado (art. 18 de la Constitucin Nacional) y el derecho a
la
libertad
fsica-
exige
que
su
limitacin
se
adecue
caso
de
la
consideracin
armoniosa
de
estas
dos
marca
taxativamente
para
que
los
valore
en
forma
conceptos
importantes:
Aprimero,
que
no
es
posible
se
fijar
en
cada
caso
vistas
valoradas
las
R. 258. XXXIII.
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corresponde llegar con respecto al mantenimiento de la privacin de la libertad a partir del 13 de julio de 1989 -fecha en
que el procesado solicit nuevamente la excarcelacin por no
haberse an dictado el fallo definitivo- y hasta el 29 de
enero de 1991 -da en que aqul obtuvo su libertad provisoriapues
la
prolongacin
durante
ese
lapso
de
tal
medida
restrictiva se fund en meras afirmaciones genricas y dogmticas -la pena pedida por el fiscal y la proximidad del dictado del fallo final- que se contradecan, en la etapa en que
se encontraba el proceso, con las concretas circunstancias de
la causa. En efecto, la sentencia definitiva, que absolvi a
Rosa, fue dictada el 29 de noviembre de 1991, despus de haber
transcurrido ms de dos aos desde que por primera vez el
magistrado haba considerado que su dictado iba a serlo a la
brevedad y, adems, no surga del expediente ninguna prueba
que tuviese la idoneidad suficiente para presumir que a Rosa
se le iba a dictar sentencia condenatoria y menos con la pena
solicitada por el rgano acusatorio.
20) Que el juez penal no tuvo en cuenta que aun
cuando el tiempo de duracin del proceso pudiese considerarse
razonable en virtud de su complejidad y de la naturaleza del
delito imputado, ello no justificaba de por s el mantenimiento de una medida de tal gravedad pues, al faltar tan slo
la produccin de una prueba -peritaje- el magistrado penal
tena ya a su alcance pautas objetivas y subjetivas, segn da
cuenta el art. 380 del Cdigo de Procedimientos en Materia
Penal, para presumir, fundadamente, que Rosa no intentara
eludir la accin de la justicia. En efecto, aqul se haba
presentado espontneamente al proceso, sus antecedentes personales y procesales eran muy buenos, no era reincidente, su
familia tena domicilio fijo en la localidad donde se tramitaba el proceso, y razonablemente se poda advertir, a esa
-11-
la
gravedad
del
delito
imputado
las
ajenos
al
procesado,
por
lo
que
resultaba
R. 258. XXXIII.
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Rosa, Carlos Alberto c/ Estado Nacional Ministerio de Justicia y otro s/ daos y
perjuicios varios.
con
caucin
real
suficiente,
la
que
fij
en
A.
50.000.000 (fs. 1951 y 1952 del incidente citado). Tal resolucin -dictada por los mismos jueces que haban intervenido
anteriormente- ha importado el reconocimiento implcito de la
inexistencia de razn suficiente para la prolongacin de tal
medida precautoria a partir del 13 de julio de 1989.
23) Que, en tales condiciones, le asiste razn al
recurrente en cuanto se ha configurado un supuesto de deficiente prestacin del servicio de justicia al haberse prolongado una medida de coaccin personal durante un perodo de 1
ao, 6 meses y 16 das sin que los magistrados penales intervinientes hubiesen demostrado la necesidad imperiosa de su
mantenimiento de conformidad con las normas legales aplicables
al caso (arts. 379, inc. 6, y 380 del Cdigo de Procedimientos
en Materia Penal, y art. 7, inc. 5 del Pacto de San Jos de
Costa Rica).
24) Que en funcin del modo como ha sido decidida la
controversia, corresponde recordar que con el fin de otorgar
debida tutela a la garanta de la defensa en juicio (art. 18
de la Constitucin Nacional), el tribunal de apelacin tiene
con respecto a las pretensiones y oposiciones oportunamente
introducidas la misma competencia que corresponde al juez de
primera instancia (Fallos: 308:821). De modo tal que, al
resultar este pronunciamiento parcialmente revocatorio del de
cmara, se han considerado los agravios que oportunamente
fueron objeto de planteamiento en la precedente instancia de
apelacin (fs. 173/187 y 188/203) con respecto al fondo de la
cuestin e igual metodologa corresponde seguir en relacin al
-13-
quantum
indemizatorio.
De
ah
que
se
deben
analizar
los
Tribunal
ha
reconocido
como
excesivo.
Adems,
debe
R. 258. XXXIII.
R.O.
Rosa, Carlos Alberto c/ Estado Nacional Ministerio de Justicia y otro s/ daos y
perjuicios varios.
el
reconocimiento
de
esta
reparacin
no
tiene
de
esa
fecha
se
calcularn
los
intereses
que
correspondan segn la legislacin que resulte aplicable (Fallos: 316:165). Las costas se distribuyen, en todas las ins-
-15-
(en
disidencia)-
GUILLERMO
A.
F.
LOPEZ
(en
VO-//-
-16-
R. 258. XXXIII.
R.O.
Rosa, Carlos Alberto c/ Estado Nacional Ministerio de Justicia y otro s/ daos y
perjuicios varios.
-17-
la
razonabilidad
del
tiempo
de
R. 258. XXXIII.
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Rosa, Carlos Alberto c/ Estado Nacional Ministerio de Justicia y otro s/ daos y
perjuicios varios.
DISI-//-
-19-
Que
tal
medida
provisoria
slo
traduca
la
-20-
R. 258. XXXIII.
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Rosa, Carlos Alberto c/ Estado Nacional Ministerio de Justicia y otro s/ daos y
perjuicios varios.
Fallos:
317:1233;
318:1990,
voto
de
los
jueces
Boggiano y Lpez).
11) Que, sobre la base de tales principios, cabe
sealar que no se advierte que concurra en la especie supuesto
alguno que genere responsabilidad del Estado con arreglo a
tratados internacionales, pues a tal efecto no resulta suficiente la invocacin del art. 7, inc. 5 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en la medida en que la determinacin del "plazo razonable" en el derecho interno argentino
queda librada al criterio de los jueces, quienes debern
examinar y valorar las circunstancias concretas de los casos
que se les presenten -arts. 379, inc. 6, 701 y 380 del Cdigo
de
Procedimientos
en
Materia
Penal-
(Fallos:
318:2611;
-22-