Didáctica General
Didáctica General
Didáctica General
presente puede favorecer que los sujetos tomen conciencia y reflexionen sobre modos de ser
y actuar previamente establecidos. Puede contribuir a que los sujetos revean su propia
historia, no slo como producto de un desarrollo personal sino que se puede tomar conciencia
de mitos y tradiciones incorporadas, asociadas a la docencia.
Definicin de algunos conceptos claves.2
Que entendemos por B.E.?
Ana Quiroga: aprendizajes implcitos: en cada experiencia hay un aprendizaje explcito que
se objetiva y condensa en un contenido o habilidad: aprendemos la fecha de la
independencia, a andar en bici, etc. Pero la experiencia en la que se desarrolla ese
aprendizaje deja una huella, se inscribe en nosotros afianzando/inaugurando una modalidad
de interpretar lo real. Este es un aprendizaje implcito, estructurante. Somos el punto de
llegada de una trayectoria de aprendizajes en la que hemos ido construyendo un modelo
interno de encuentro con lo real. Las condiciones en las que se desarrollan los aprendizajes
dejan huellas con las que aprendemos a significar y organizar nuestras experiencias,
emociones y pensamientos, conformando habitus (Bourdieu). Estos modelos internos
(personal y socialmente determinados) incluyen tambin un sistema de representaciones
acerca de quines somos, aprendiendo qu lugar y qu rea nos cabe en esa relacin.
Jackson: enseanzas implcitas: tales visiones pondran de relieve algn rasgo especial
que los docentes acaso dejen en aquellos a quienes ensean. Lo que se aprende de los
2 Aportes de la investigadora Andrea Alliaud
Lo que forma la biografa escolar.
El pasaje por los distintos niveles escolares tiene, para quienes se dedican a ensear, un alto
componente informativo. La biografa escolar suele reconocerse como la primera fase de la formacin
profesional.
La re-insercin en las escuelas constituye, entonces, un momento clave para la actualizacin de la propia
experiencia escolar vivida, ya que las situaciones de incertidumbre y ansiedad llevan a los docentes
principalmente a basarse en sus experiencias previas como alumnos, para configurar sus propios estilos
y estrategias de enseanza.
No se trata de saber lo que paso, sino lo que les paso a los residentes a lo largo de su escolaridad, o ms
precisamente, cmo ellos se refieren desde el presente a ese pasado escolar vivido y desde all se
proyectaran hacia el futuro de la profesin de ensear.
La construccin de la biografa escolar.
Las biografas, relatos e historias de vida constituyen gneros narrativos.
Las experiencias escolares que han formado a los maestros, se trabajan teniendo en cuenta las
condiciones pasadas en que fueron producidas y tambin las configuraciones presentes que los
individuos constituyen.
Mediante las biografas se puede, asimismo, indagar los procesos de construccin de las prcticas en los
contextos en que las mismas se produjeron.
En cuanto al contenido, las biografas, retratos e historias de vida, describen la vida de una persona
mediante una serie de acontecimientos y sucesos, proporcionando tambin las sensaciones de quien la
protagonizo, y, en muchos casos, una apreciacin relacionada con las preocupaciones, inquietudes o
visiones del presente. Desde la perspectiva biogrfica, remitirse al pasado es siempre hacerlo desde la
ptica del presente.
docentes no es slo el contenido que stos trasmiten. Biografa escolar: experiencia escolar
vivida por quienes actualmente se desempean como decentes. El contenido de lo aprendido
en experiencias de aprendizajes sucesivas, cotidianas y prolongadas en el tiempo, conforma
esquemas de pensamiento y accin que organizan el presente. Esos aprendizajes son
estructuras en tanto son producto de la incorporacin en los sujetos de ciertas condiciones
de existencia homlogas y compartidas. La influencia de la biografa escolar en el presente no
es evidente y es por eso que acta. Jackson: a pesar del reconocimiento que provoca la
enseanza, no tenemos en cuenta la experiencia personal cuando tratamos de entender a
escuelas y docentes. Concepcin de prctica: desde una concepcin comprensiva, la
prctica no es slo aquello que se ve de lo que los sujetos hacen. Esta ilusin de
transparencia (Bourdieu) oculta que las prcticas estn social e histricamente
determinadas, lo cual influye en lo que los sujetos produzcan, an cuando no tengan
conciencia de ello. Las determinaciones sociales e histricas no acceden directamente a la
conciencia de los sujetos, pero dirigen, configuran o estructuran aquello que individualmente
se hace, por eso es importante conocer las determinaciones sociales e histricas para tratar
de comprender las prcticas ms all de las apariencias (dar cuenta del pasado). La
produccin de los hbitus se asocia con las condiciones objetivas que los producen. La
escuela constituye la experiencia comn por la que pasaron los sujetos. Elias: hbitus
psquico: aquel que se conforma en ciertas configuraciones sociales. Este hbitus trasciende
a cada sujeto individual constituyendo el comn denominador a partir del cual pueden
entenderse y explicarse las manifestaciones personales. La biografa escolar puede
considerarse una instancia formativa: los sujetos se van haciendo maestros en el transcurso
de un proceso de formacin de largo plazo, cuyo origen puede remontarse a la experiencia
escolar que han tenido como alumnos. En la escuela vivida podran encontrarse los
grmenes de lo que luego se produce reproduce en la prctica profesional. Entendida como
proceso, la formacin docente va adquiriendo una fisonoma particular en sus diferentes
fases. Autobiografa: en cuanto al contenido es ms significar una vida que el significado de
la vida misma. Las significaciones de los sujetos se ligan a las experiencias y acciones por
ellos realizadas. Es una elaboracin personal, que atae a la seleccin de eventos y a la
manera de expresarlos, qu y cmo lo decimos. En la elaboracin autobiogrfica que realizan
los sujetos, el pasado se hace presente no como retorno sino ms bien como
reconstruccin/reformulacin sujeta a la revisin. La vuelta al pasado implicar la seleccin de
hechos/experiencias realizados, tambin la reinterpretacin de lo hecho/vivido por sujetos
concretos. Las preocupaciones del actor en el momento de narrar su vida condicionan tanto
los temas como las explicaciones, adems de la seleccin de sucesos relevantes. Las
historias de nuestras experiencias tempranas se re cuentan en funcin de nuestras
experiencias posteriores, las historias, como su sentido, cambian una y otra vez a lo largo del
tiempo. Remitirse al pasado es siempre hacerlo desde la perspectiva del presente. La
seleccin y significacin que el sujeto realiza sobre su experiencia de vida est
condicionada por la situacin desde la que elabora el relato. Esto a su vez deja paso a una
posible reflexin de lo que se hizo/hace, vivi/vive. La vuelta hacia el pasado escolar est
determinada por la posicin de partida. El sujeto que narra es quien selecciona, quien
significa su experiencia vivida, pero no excluye que en esas elaboraciones personales
subjetivas aparezcan las condiciones objetivas que dan sentido o explican el contenido de
cada produccin individual.
Contexto y escenario en el relato autobiogrfico.
Todo individuo vive una biografa personal dentro de un escenario ms amplio que le da
significado a esa experiencia personal y a la trayectoria exterior en la que se involucran una
de
"construccin
los sujetos que aprenden. (Y el contexto en el cual se desarrolla la enseanza) Los fines educativos, que se presentan a travs de la intencionalidad docente.
No hay un mtodo nico El mtodo exige ser una construccin para cada situacin
particular. Teniendo en cuenta el contenido, el grupo de alumnos, y la
intencionalidad del docente.
Recursos didcticos: Son los materiales que usamos los docentes como apoyo a la
enseanza. (http://es.slideshare.net/vivitafidelita/construcciones-metodolgicas-yrecursos-metodologicos?related=7)
Construccin metodolgica es una categora analtica forjada por Gloria
Edelstein para abordar la cuestin del mtodo en la didctica, desde una
perspectiva alternativa y superadora a las vertientes tecnicistas. Desde este
posicionamiento, pensar lo metodolgico como una construccin supone una
articulacin entre el conocimiento como produccin objetiva y el conocimiento
como problema de aprendizaje. Implica, adems, reconocer la problemtica de los
sujetos que intervienen en una situacin de enseanza/aprendizaje, en relacin a
los contextos en los que se encuentran insertos (ulico, institucional, social y
cultural). A raz de ello, la construccin metodolgica como estilo de formacin,
genera estrategias docentes creativas, de carcter singular, diseadas a partir de
un objeto de estudio especfico, y pensadas para sujetos en mbitos particulares.
Esta configuracin metodolgica puede concebirse como una sntesis abierta de
opciones que coloca al docente como protagonista de la construccin de su
propuesta pedaggica: el docente deja de ser actor que se mueve en escenarios
prefigurados para devenir en sujeto que, reconociendo su propio hacer, recorre la
problemtica de la fundamentacin y realiza una construccin metodolgica
propia (Constanza Bosch, INFORME FINAL: De alumna a docente. La
construccin metodolgica como herramienta de formacin docente.).
El mtodo: encontrarlo o construirlo?
Preguntas que nos hacemos: Existe algn mtodo, algn camino, alguna receta
para ensear el espacio geogrfico? Al mtodo hay que encontrarlo o hay que
construirlo? Si se lo construye, qu se debe tener en cuenta para plasmar la
complejidad del concepto? Cmo se puede construir esta nocin de espacio que
es tan abstracta y compleja? Ser suficiente con que nuestros alumnos aprendan
slo la definicin?
EL MTODO ES UNA CONSTRUCCIN, una construccin metodolgica
CONSTRUCCIN METODOLGICA => Categora analtica construida por la
pedagoga Gloria Edelstein. Es una articulacin entre el conocimiento como
produccin objetiva (lo epistemolgico-objetivo: cmo se produce el conocimiento)
y el conocimiento como problema del aprendizaje (epistemolgico-subjetivo: cmo
conoce este sujeto concreto en un contexto determinado)
El OBJETO tiene su lgica de construccin. Los SUJETOS tienen su lgica de
apropiacin del conocimiento. Hay un posicionamiento tico/axiolgico sobre las
finalidades del conocimiento. El DOCENTE asume la tarea de elaborar una
propuesta de enseanza. Hay un posicionamiento tico/axiolgico sobre las
finalidades del conocimiento.
de
"construccin
Reflexionar acerca de los sentidos atribuidos a la planificacin implica considerar la experiencia individual y
colectiva de narrar las prcticas de enseanza articulada con los procesos de escritura de una hiptesis de trabajo. Al
planificar se ponen en accin una serie de saberes de orden prctico que hablan de nuestra propia experiencia. La
narrativa implica una experiencia cognitiva, no una prctica tecnolgica. Desde este enfoque la planificacin
habla de la dimensin subjetiva del docente. Escribir la planificacin es un acto cognitivo que se inscribe como un
conocimiento propio del docente, como construccin metodolgica (Edelstein y Coria 2005) que articula los
procesos reflexivos en torno a qu y cmo se ensea y qu y cmo se aprende.
Planificar con formato de guin conjetural, tal como lo expresa Gustavo Bombini (2006), es una suerte de relato de
anticipacin, de gnero didctica-ficcin que permite predecir prcticas a la vez que libera al sujeto (al tiempo que
lo constituye) en sus posibilidades de imaginarse una prctica maleable, dctil, permeable a las condiciones de su
produccin, de frente a los sujetos (el docente-los alumnos) que en ellas participan. Esta propuesta didctica y
pedaggica constituye una alternativa en el campo de la Didctica del Nivel Inicial. Esta forma de planificar permite
que se despliegue:
o
En el relato de lo que anticipamos para la enseanza es posible una narrativa desde un pensamiento apasionado
(Litwin 2008) que incluye el deseo y la imaginacin para proyectar la enseanza. Escribir la planificacin con formato
de guin es una alternativa que afianza la intencionalidad sin desterrar la imaginacin del docente posicionado en
principios
ticos
polticos
desde
los
cuales
concretiza
su
tarea
cotidiana:
la
enseanza
(https://omepargentina.wordpress.com/2011/10/26/guion-conjetural-una-propuesta-de-carolina-senna/)
Guion conjetural: En la produccin de la situacin de prcticas se hace necesario, en primer lugar, el trabajo con
textos de anticipacin de las prcticas por realizar. En el marco de esta investigacin, se viene ensayando el trabajo
con el gnero bautizado guion conjetural. Cuando llega el momento de llevar a cabo la prctica docente de
residencia, cada alumno escribe un guion conjetural (Bombini, 2002, 2004). En l imagina cmo sern sus clases,
cmo desarrollar los temas que haya elegido o le hayan asignado, qu har, qu dir, qu propondr hacer a sus
alumnos e imagina tambin qu harn sus futuros alumnos en sus clases, cmo espera que reaccionen a sus
propuestas. El guion conjetural es al mismo tiempo un ejercicio de imaginacin y de toma de decisiones en el que los
saberes disciplinares son pensados desde el lugar de la enseanza y en contexto; su autor hipotetiza en un aula
concreta con sujetos concretos, entre los que est l mismo, y, desafiando el lugar comn de la neutralidad del saber
escolar, el guion se escribe en primera persona. Las situaciones y contenidos son presentados por un yo que escribe
lo que imagina para su futuro en el aula en un texto narrativo que tiene una doble recepcin: el mismo autor
desdoblado en una situacin futura, y su tutor y compaeros de cursada a los que cuenta cmo ser su tarea en el
aula durante las horas de la prctica docente.
En la primera clase, planeo aclarar que durante un mes estaremos viendo literatura de terror. Pienso que a los
alumnos les gustar mucho esta eleccin ya que imagino que es un gnero muy valorado por los adolescentes.
Seguramente me preguntarn qu textos vamos a ver y si vamos a ver una pelcula del gnero. Si esto sucede, les
puedo aclarar que tanto leeremos cuentos como veremos videos y pinturas que puedan estar relacionados con el
gnero. Les dir que creen grupos de no ms de 4 personas y repartir distintos cuentos pertenecientes al gnero
terror. Pedir que cada grupo designe a un lector (que se encargar de leer el cuento en voz alta para que el resto
del grupo escuche), a alguien que tome nota acerca de las caractersticas que el grupo considera son propias del
gnero, y los otros dos alumnos sern los expositores. Cuando todos los grupos finalicen las lecturas los alumnos
expositores comentarn al resto de la clase acerca del cuento que han ledo. Una vez finalizado el intercambio de
experiencias, cada grupo leer en voz alta aquellas caractersticas anotadas acerca del gnero. Se har una
puesta en comn e ir anotando en el pizarrn todo lo que los alumnos digan. Busco la reflexin grupal acerca de lo
que consideramos terror. Y trataremos de llegar a una conclusin. Les pedir que anoten en sus cuadernos/
carpetas lo que pudimos sacar como conclusin, aclarndoles que de ahora en ms revisaremos (completaremos,
modificaremos) la definicin a la que llegamos. Pienso que dirn que en la literatura de terror hay presencia de
personajes extraos, monstruos, fantasmas, lugares oscuros y sombros, y muertes. Por lo tanto, intentar en las
clases siguientes problematizar esa definicin, proponiendo textos que entren en crisis con esa definicin.
Como un mapa posible de accin durante la prctica docente, el guion es una especie de diario de viajero, el espacio
textual que permite mientras se est escribiendo reflexionar sobre la prctica, pensar acerca de ella y pensarse
en ella. De la mano de estas reflexiones, el componente explicativo-argumentativo entra en el guion: cada decisin
tomada por el escritor debe ser expuesta de modo que convenza de su pertenencia a un marco terico y su
conveniencia en el contexto en el que ocurrirn las clases tanto a quien lo escribe como a quienes lo acompaan en
este proceso.
Desde una perspectiva etnogrfica, la narracin aparece en el guion como el gnero de escritura para dar cuenta de
lo que suceder en el aula, de maneras de argumentar y de construir las prcticas de modo ms amplio que la
planificacin tradicional, ya que el practicante tiene que imaginar qu pasar en el tiempo real en el que dar
clases. No se trata de abstraer objetivos, contenidos, actividades, sino, por el contrario, de detenerse en el detalle
de todo lo que se imagina que ocurrir en esa clase que todava no ocurre. Los guiones conjeturales se discuten en
reuniones semanales entre el practicante y su tutor con la participacin del resto del curso, pero tambin entre
reunin y reunin por los foros que provee el aula de la plataforma virtual: cada alumno enva su guion al foro, y su
tutor y sus compaeros lo comentan. La publicacin en el aula virtual y la circulacin de los guiones en el foro a la
vista de todos los participantes constituyen, en el espacio acadmico, una nueva mirada sobre los textos escritos.
Estos no resultan la produccin personal de un alumno, sino que se enmarcan en un proyecto de escritura
compartida: los primeros textos van mutando con la participacin del tutor y los compaeros de curso. Estos guiones
discutidos y retocados son, al mismo tiempo, insumos para la produccin de los guiones todava no escritos cuyos
autores advierten, en los textos de los compaeros, una serie de sugerencias, propuestas y modificaciones que
incorporarn cuando produzcan los suyos.
A diferencia del modo de circulacin de la mayora de los textos de la formacin, el guion conjetural no es un texto
personal y definitivo sujeto a la evaluacin del docente, por el contrario, es un texto inicial, borrador, provisorio,
siempre sujeto a modificaciones. Es tambin un texto polifnico en el que su escritor, primero, cruza su voz con las
de sus futuros alumnos y la bibliografa, y luego la entrelaza con las de su tutor y sus compaeros de cursada. El
guion es, entonces, un texto polifnico que siempre se est escribiendo sin llegar a una versin definitiva. Aun
cuando los guiones resultan aprobados y esperan transformarse en acciones concretas en la prctica, los sigue
atravesando un matiz de provisorio, de mutante, de indefinido: "resolveremos en el aula", "iremos viendo mientras
ocurra" son anotaciones frecuentes del tutor en los mrgenes de los escritos, advertencias de lo imprevisible de esa
prctica social que es la enseanza que no termina dejndose atrapar por la escritura. (Gustavo Bombini - Paula
Labeur, Escritura en la formacin docente: los gneros de la prctica)
MTODOS DE ENSEANZA
DAVINI, Mara Cristina (2008)
Los procesos organizadores en las prcticas de enseanza
Programacin de la enseanza.
Por qu programar?
Planificacin General => Es el Primer mapa para definir ideas principales para regular
ncleos
La programacin propiamente dicha => Desarrolla los ncleos del plan y organiza la
enseanza. Programar la enseanza implica:
Deben estar integrados en una relacin lgica. Hay que evitar su tratamiento como temas
agregados lo que favorece la mera memorizacin de los alumnos dificultando la
comprensin y el aprendizaje.
Establecer una jerarqua interna al contenido. Para esto puede organizarse una red
conceptual en la que se identifiquen los conocimientos, procedimientos y valoraciones
implicadas y su relacin o interdependencia.
Ordenar una secuencia (un contenido viene antes y otro despus)
Identificar modos de pensamiento que involucren a los contenidos y que los alumnos
pondrn en prctica (pensamiento histrico, experimental, deductivo, expresivo)
vivimos y de lo que vive el otro. El hecho de reconocer que nos implicamos psquicamente en
nuestra profesin nos hace menos nocivos.
La inteligencia clnica.
El oficio de docente exige una capacidad de programar, de preparar lo que debera ser, prever
las secuencias y esperar los resultados. Morin: funcionamos en la modalidad de piloto
automtico. Luego surge el incidente y, o bien nos quedamos fuera de circuito porque
nuestros hbitos o referencias se han trastornado, o bien sabemos jugar con lo que aplaza
nuestra espera. La secuencia programada tendr alguna variante diferente que transformar
mi lgica de accin. O bien yo quiero obtener a cualquier precio lo que haba previsto, o bien
acepto el riesgo de proclamar y de desviarme de lo que debera haber sido. La accin supera
nuestras intenciones, lo mismo que la palabra. En las profesiones del sector humano
hacemos apuestas, trabajamos con el azar y lo imprevisible, con una incomprensin crnica.
En la incertidumbre, y a pesar de ella, tomamos decisiones de atar y desatar. En la accin
somos ms estratgicos: alguien que conoce el programa tambin es capaz de tratar lo que
esta fuera del mismo. Todo esto sucede a base de confianza, perseverancia y sin abandonar
la fe en las pulsiones de la vida cuando parece que la destructividad est ganando terreno.
Esta inteligencia exige como condicin previa no tener miedo del otro. Podemos amar el
saber pero no a quien debe apropirselo, del mismo modo que podemos amarla enfermedad
pero no al enfermo.
La tica.
Sabemos que existen muchas posibilidades, que debemos tomar una opcin y asumirla con
todas sus consecuencias. Cualquier acto transforma la situacin, que evoluciona sin parar. El
hecho de no poder adivinar la repercusin de nuestro acto en el otro nos sumerge en la
incertidumbre. El otro la esconde, no reacciona y nosotros corremos el riesgo de
equivocarnos sobre las consecuencias. Slo el dilogo puede darnos la medida de lo que
hemos hecho, y an con reservas. Necesitamos una dimensin tica para el acto de
ensear? Aunque reconozcamos la necesidad de la autonoma de la ciencia respecto a los
valores, la ciencia por s sola no puede determinarlo todo, deja en la sombra algunos
aspectos relacionados con la actuacin. Si no queremos que algunos valores funcionen en
silencio o que la idealidad se inscriba de nuevo en los recovecos de la frase, entonces es
importante tomar en consideracin lo que la dimensin tica pone en manos del actor en sus
actos. Badiou: la tica slo se manifiesta en la singularidad y la intersubjetividad de las
situaciones vivas. Es un cuestionamiento reflexivo ms que una afirmacin, una gua y una
referencia ms que un camino derecho. Toma en cuenta el componente indecidible de la
accin, en el cual la respuesta debe buscarla uno mismo, ya que no vendr de otra parte.
La formacin.
El espacio clnico se distingue del contexto de un laboratorio, pero se opone a l. Sin
embargo la tensin es grande en estos 2 mundos. El mundo llamado experimental se
presenta como el garante exclusivo de la cientificidad, y mira con desconfianza al que no
presenta las mismas garantas de seriedad. El clnico intenta cumplir su especificidad, hacer
reconocer su valor en la produccin de conocimiento, e intenta intervenir con otros criterios.
Por lo general, ste tiene menos seguridad durante la formacin, puesto que forma a un
clnico no es como emprender un camino derecho, sino que equivale a dejar en la sombra
algunas aptitudes que aunque no sepamos muy bien cmo se adquieren, otorgan excelencia
a algunos practicantes. Se tratara entonces de concebir una formacin inicial que permitiera
la construccin de una actitud clnica frente a la clase/escuela/alumno. Una formacin basada
en una actitud de intervencin e investigacin, que se desarrollara a lo largo de todo el tiempo
que dura el ejercicio de la profesin y que permitiera tanto la produccin de conocimientos
como su transmisin. Tal formacin implica que consideremos la articulacin entre los
saberes constituidos y los saberes de la experiencia.
tambin podemos compartir con otros. De este modo comprendemos que no es siempre el
otro quien debe cambiar, sino que nosotros debemos desplazarnos y dejarle un espacio para
que evolucione; que en un 1 tiempo nos defendamos de l porque da miedo, que no se trata
de estar a su disposicin sino de estar receptivos a las seales que l emite. Slo entonces
podremos aprender de la dificultad (la nuestra y la del alumno) ya que habremos vivenciado el
estatuto del error en cualquier enfoque del conocimiento.
Las tensiones.
Existen tensiones entre la lgica del conocimiento previo de las ciencias humanas y la del
conocimiento construido a partir de la experiencia. Lo que est en juego es el lugar del
contexto en la construccin de los conocimientos.
Los formadores.
La posibilidad de poder llevar a cabo una formacin clnica depende de los formadores. La
calidad de su relacin con los saberes constituidos, con los saberes de la experiencia y de la
alteridad se refleja en su concepcin de la formacin. Los formadores ocupan el 1 plano, sus
querellas y luchas territoriales estn el centro de la formacin.
La responsabilidad.
La complejidad del oficio produce ms de una trampa, entre ellas la de la totalidad por
yuxtaposicin de las distintas miradas de las disciplinas. Morin: es necesario delimitar el
campo de las disciplinas cientficas, as como tener la voluntad de superar las limitaciones
inherentes a las mismas, trabajando en los intersticios, desconfiando de las hegemonas. La
formacin inicial da los fundamentos, los programas, las 1 herramientas sin los cuales no
podra ejercerse el oficio. Los estudiantes deberan aprender a jugar con lo que ocurre en ella.
No puede ejercerse ningn oficio del sector humano sin tomar riesgos.
La inteligencia clnica.
El enfoque clnico implica una gran exigencia. No es una formacin psicolgica propiamente
dicha, pretende desarrollar una sensibilidad que integra los conocimientos experimentales en
relacin con el otro. La transmisin de una actitud clnica es difcil y delicada. Una actitud
clnica conduce a la construccin de una tica de las situaciones singulares, en la cual
interrogamos constantemente nuestra relacin con el otro. Dicha actitud no pertenece
exclusivamente a un especialista. Ella concierne a cualquier formador que se interese en los
fenmenos de la subjetividad y la intersubjetividad, y que se haya cuestionado su relacin con
el psicoanlisis. Respecto de los saberes de la experiencia y de la alteridad, los aprendizajes
no se realizan in abstracto. Hay que construir dispositivos de formacin en los cuales el
alumno pueda experimentar las situaciones, hablar de ellas, compartirlas, observarlas a
posteriori, comprender por qu no las comprende, hacer preguntas, no tener miedo de su
incompetencia, aceptar las limitaciones de hoy para construir el saber del maana. Para que
esta palabra pueda emerger, debe crearse un clima de respeto, el formador debe tener la
capacidad de dar un nombre a las dificultades, de no jugar con el miedo y la impotencia que
experimentan los alumnos. Tales dispositivos no deberan contar para la obtencin del
diploma. Nuestra capacidad de pensar no se puede medir, se desarrolla nicamente en un
espacio exterior a cualquier sancin, lo cual no significa que tal formacin no conlleve sus
exigencias y su evaluacin. Una formacin con un enfoque clnico exige mucho del mbito
psquico, por ello, no debe ser permanente. A veces se puede aprender a distancia y luego
sentirse motivado. Lo que importa es mantener abierto este enfoque en la formacin continua,
porque la experiencia ayuda al profesional a entrever lo que est en juego.
La escritura.
Si prendemos con la experiencia y nos formamos a travs de ella con qu escritura
podemos construir los conocimientos y transmitirlos? Cmo se escribe la prctica cotidiana?
El relato sera el espacio terico de las prcticas. Esta escritura, cercana a la literatura, podra
verse como una de las formas de inteligibilidad de las situaciones de lo vivo. De Certeau:
una teora del relato es indisociable de una teora de las prcticas, como lo es de su
condicin, y al mismo tiempo que lo es de su produccin. Pero la historia relatada goza de
descrdito. Estas historias contribuyen a forjar la identidad de un pueblo, individuo, etc. No
hay un pueblo sin historias en las cuales reconocerse. El psicoanlisis ha demostrado que el
sujeto se construye a travs de los fragmentos de su propia historia. Se habla mucho de
identidad profesional pero raras veces se evoca el hecho de que el relato contribuya a su
construccin. No apreciamos los gestos cotidianos. Hay una filiacin entre esta poca
consideracin y la ausencia de un enfoque clnico con una escritura especfica. La afirmacin
de que el relato sera uno de los espacios de teorizacin de las prcticas choca con nuestra
mentalidad cientfica: dnde estn la teora y las leyes del funcionamiento? qu
aprendemos? Como el relato pertenece al mundo de la ficcin y est vinculado con la
literatura, se encontrara en el polo opuesto de la ciencia, lejos de lo real y la objetividad. Para
poder afirmar que el relato no debe avergonzarse de su aportacin al conocimiento debemos
renunciar a muchas cosas, adems de modificar una determinada concepcin de lo cientfico.
Cualquier realidad es reconstruccin, en el relato no slo encontramos la comprensin sino
tambin la explicacin, el carcter singular de la situacin relatada slo puede incidir de forma
general en muchos puntos de encuentro.
La autenticidad.
La concepcin del relato nos remite a nuestra concepcin del oficio. No hay relato si el sujeto
de la accin no asume su subjetividad, y si adems niega el impacto del afecto de su
profesin. Estas 2 condiciones son particulares y nos permiten asociar el relato con la
expresin, la autenticidad y la manifestacin de un yo. El relato no se limita a la
manifestacin del yo, pero tampoco puede ignorarlo. De Certeau: confesar el afecto
significa tambin volverse a aprender una lengua olvidada por la racionalidad cientfica y
reprimida por la normatividad social. Rendir cuentas de nuestras prcticas significa que
aceptamos hablar de las dificultades que hemos enfrentado. El relato de las prcticas no tiene
porque ser negativo. No se deben silenciar las dificultades, ya que todo nos conduce a hablar
de ella a media voz, y casi nunca de manera pblica. Estamos aprisionados en encrucijadas
polticas que nos impiden hacer pblicas nuestras dudas y fracasos. El fracaso es lo que nos
permite aprender, escribir, construir. No es un error que debe evitarse, sino el embrin de
nuevos conocimientos y promesas. Slo partiendo de la dificultad del otro y de la nuestra
llegamos a transmitir la experiencia cotidiana. Todo forma parte de la experiencia que se debe
transmitir. Pero escribir acerca de las dificultades tambin tiene su lado positivo.
El autor transformado.
Ricoeur: funcin de la ficcin: la podemos clasificar de reveladora y transformadora
respecto a la prctica cotidiana, porque saca a la luz ciertos rasgos ocultos, pero que ya
existan de antemano en nuestra experiencia prxica, transformadora porque una vida as
concebida resulta cambiada, es otra. Lo que en un principio era informe, ahora ha adquirido
una forma, lo que antes no tena un orden temporal, ha acabado estructurndose entre un
antes y un despus. Los hechos discontinuos encuentran su lugar en un cuadro. El autor
toma distancia, quita el aspecto dramtico y se desplaza respecto de lo ocurrido.se ha llevado
a cabo una seleccin, tan slo en una versin de la historia pero ya nos da una 1
inteligibilidad. No se busca una explicacin sino que sta se construye en el curso del relato.
Y esto con las palabras corrientes. Se obtiene un beneficio de orden cognitivo, de una
inteligibilidad reflexiva que favorece la propia autoestima sin la cual no puede darse la estima
del otro. El yo se asume y se ubica. El yo profesional y el yo de una identidad personal se
construyen al mismo tiempo. Esta vida hecha de historias se convierte en algo que nos
pertenece pero que a la vez, ya estamos separados de ello. El reconocimiento del relato
como un modo de construccin terico se enfrenta en el campo profesional a muchas
dificultades. Para que el relato entre en el campo de la ciencia, es necesario que se publique.
El placer de la escritura.
Qu papel juega el relato en una formacin clnica? El relato tiene un efecto de seduccin
equiparable al del cuento infantil. La escucha es la misma en el caso de grandes y nios. Un
relato que hace efecto es el que permite al oyente/lector atar cabos, hacer asociaciones,
reconocer semejanzas o diferencias. Aunque se aparente pasividad, cada uno est
comprometido activamente. No slo est apegado a la historia, tambin se hacen conexiones
y otras historias vienen a la memoria. Esta riqueza de relaciones provoca transformaciones.
Resulta adecuado usar el trmino de catarsis? Ricoeur habla de ella para abordar el efecto
del relato en el lector: un efecto ms moral que esttico. La catarsis tienen este efecto
moral porque nos muestra el poder de la clarificacin, de anlisis y de enseanza que la obra
ejerce en pro del alejamiento de nuestros propios afectos.
alumnos pueden cristalizar estos anlisis y entenderlos de manera dogmtica cuando son
provisionales.
Secuencia de progresin no lineal con pares conceptuales antinmicos.
En el transcurso de la explicacin introduce el anlisis de interpretaciones diferentes segn
cuerpos tericos distintos por los cuales el sujeto regula su conocimiento acerca del medio.
En todo el trascurrir de la clave se van planteando posiciones antinmicas respecto de los
conceptos. La clase pudo ser desarrollada sin explicitar las antinomias. En ese caso la clase
hubiera quedado en un plano descriptivo y no interpretativo. En cada bloque de la clase,
separado por las antinomias, se reconstruan conocimientos previos y eran los pares los que
facilitaban la progresin temtica. Los mismos temas eran reiterados, pero a la luz de los
nuevos pares se estimulaba una comprensin ms compleja. Esta clase es representativa de
un tratamiento temtico contundente a partir de una estructura que revela una propuesta que
busca un modo de tratamiento dialctico aplicado a mltiples temas del campo de las ciencias
sociales.
Secuencia de progresin no lineal con descentraciones mltiples por ejemplificacin.
El progreso del tratamiento con descentraciones tericas que van paulatinamente
introduciendo nuevas dimensiones de anlisis. Esto implica sucesivos abordajes
complementarios a propsito de la presentacin de nuevos materiales. Rev dimensiones de
anlisis, pero no simplemente las profundiza o agrega nuevos elementos, sino produce
descentraciones en tanto va generando pticas de abordaje desde diferentes teoras y
ejemplificaciones tambin de distinto tipo. Ejemplos y contraejemplos que van incorporando
aristas diferentes del problema. Una vez desarrollados estos nuevos temas se vuelve a
analizar, apelando al recuerdo del alumno, las dimensiones de anlisis que se desarroll en la
clase anterior, reconstruyendo los conceptos que se haban desarrollado hasta ese momento
y dando nuevos ejemplos que permiten incorporar nuevos conceptos. Ms que la preparacin
anticipada de la clase, sorprende el nivel de erudicin del docente, dado por la multiplicidad
de enfoques que sostiene y la variedad de ejemplos diferentes que propone, as como la
recuperacin constante y no lineal del tema central de la clase. La erudicin esta al servicio
de la comprensin del alumno. Nos encontramos frente a una clase compleja con un enorme
caudal de informacin, pero con una estructura clara que permite el abordaje de un tema
central en el campo disciplinar.
Secuencia de progresin no lineal con descentraciones mltiples por invencin.
Secuencia progresiva no lineal armada con un sistema de descentraciones mltiples pero
que, a diferencia de la anterior, incorpora un nueva dimensin. El tratamiento no est dado en
este caso por el tipo de configuracin sino porque su configuracin est enmarcada en la
invencin. Nos encontramos con un docente investigador que crea una categora para la
comprensin del hecho histrico, categora que es validada por la comunidad acadmica
cientfica. La propuesta correspondera a las que Gardner define como propias del individuo
creativo, aquella persona que resuelve problemas con regularidad, elabora productos o define
cuestiones nuevas en un campo de modo que al principio es considerado nuevo, pero que al
final llega a ser aceptado en un contexto cultural concreto. Y en esto reside la nota ms
distintiva de las actividades creativas: slo pueden ser consideradas tales cuando han sido
aceptadas en una cultura determinada. En su propuesta didctica vemos entrelazarse al
docente, al singular y creativo investigador y al que puede comunicar sus ideas de tal modo
que expresen la riqueza de su pensamiento.
El objeto paradigmtico.
Clases que se organizan alrededor de un tratamiento o abordaje central en la disciplina de la
que se trata.
El objeto paradigmtico: la obra.
Uso de obras literarias. Clase encrespada, no plantea un cierre a la manera de final feliz,
fundamenta y prueba contradicciones en cada una de las posibles lecturas. Fue construida
para mostrar, al transparentar las excepciones, los lmites de las lecturas paradigmticas.
El objeto paradigmtico: el experimento.
En el transcurso de la clase el experimento planteado sirve para dar sentido a experimentos
anlogos y reconocer distintas interpretaciones del experimento en el tiempo para poner en
discusin la importancia del interrogante central, a la luz de las interpretaciones desarrolladas.
Esta configuracin, al igual que la anterior, favorece la participacin de los alumnos. Las
clases que generan nexos claros con la realidad, as sean lecturas, experiencias, casos,
promueven y favorecen la participacin de los alumnos.
El objeto paradigmtico: la situacin o caso problema.
Configuracin semejante a las anteriores. Todos los conceptos que se enuncian son
reconceptualizados a la luz de un caso o situacin, seleccionada como paradigmtica, en el
que se transparentan todos los conceptos. En la obra literaria, en el campo de la psicologa o
en la poltica educativa se pudieron reconocer clases polmicas, atractivas, generadoras de
profundas reflexiones estructuradas a travs de casos, obras o experimentos paradigmticos.
En el marco del dictado de una asignatura se presentan como excepcionales y son
demostrativas de productores de conocimiento original o ampliamente versado.
Las narrativas metaanalticas o la desconstruccin de la clase en la clase de didctica.
Entender la enseanza como el espejo que refleja la teora, como la construccin del
conocimiento desde la reconstruccin de lo recientemente vivido en un plano diferente.
Narrativas metaanalticas: a diferencia de las otras configuraciones que son fruto de las
elaboraciones interpretativas a partir de observaciones de clases, registros, anlisis con
investigadores, sta configuracin se ha construido a partir de la mirada de la autora y
tomada como objeto de anlisis de las clases dictadas. En la totalidad de las configuraciones
didcticas de la enseanza de la didctica se fueron reconociendo las estrategias
desplegadas por el docente para conocer los procesos reflexivos que generaban los alumnos
con el objeto de construir el conocimiento, la estructura de la disciplina que se enseaba,
tanto en sus consideraciones epistemolgicas como en su interpretacin socio histrica, las
condiciones ideolgicas que hacen que se recorte el campo disciplinar y se elija una manera
de tratamiento y el contexto institucional en que se inscriben las prcticas que permite
entenderlas o metaentenderlas en toda su significacin. La enseanza de la didctica se
desarrolla en 2 niveles diferentes: 1) en la prctica docente, 2) en la reconstruccin de dicha
prctica, reconstruccin desde las teoras de enseanza y verdadera expresin de las
relaciones entre la teora y la prctica. Una buena configuracin para la enseanza de este
campo disciplinar genera un espacio de construccin de conocimiento en donde se reflexiona
acerca del quehacer de la clase. En esta suerte de tautologa se confunden las reflexiones
tericas y las prcticas que las permitieron llevar a cabo, remitindonos al desafo de generar
propuestas de accin ejemplificadoras que muestren la coherencia entre el saber enseado y
el saber actuado. La buena configuracin propone una suerte de distanciamiento en donde se
analizan los acontecimientos vividos. El anlisis es una reconstruccin terica de las prcticas
de la enseanza en base a las mismas dimensiones que componen el campo. La
reconstruccin que se plantea implica rever esas dimensiones desde perspectivas diferentes
y con mltiples entrecruzamientos. Se trata de una nueva construccin terica que realiza el
docente a la manera de un cristal que le permite una nueva mirada respecto de la clase. La
superposicin de transparencias remite a una narrativa que deja de hablar de la clase vivida
para construir un nuevo relato, que cobra vida independientemente de la clase. Cada una de
las reconstrucciones permite superar los niveles interpretativos del mismo contenido que se
trat y poner nfasis en aspectos sustanciales. No se trata de reconocer lo desconocido sino
de rescatar el papel de que la superposicin de narrativa genera como expresin de la misma
ideas, pasiones, temores como en el teatro. Y, del mismo modo que en la tradicin aristotlica
y brechtiana, se diferencian de las clases as estructuradas por la identificacin de los
alumnos con lo que acontece y piensa al actor docente o por la preocupacin por generar
procesos de distanciamiento en el espectador alumno. El carcter ficcional de la clase se
extiende a la participacin de los alumnos espectadores por lo que, en trminos didcticos,
no se puede reconocer la construccin del conocimiento en un verdadero proceso
comunicacional. La capacidad histrinica de los docentes es determinante para que la clase
cumpla con sus propsitos, pero no se trata de un modo de transparentar el estilo docente. La
clase est planeada desde esta configuracin porque el docente considera que es adecuada
para la temtica a desarrollar. En otras oportunidades se juega al isomorfismo con el tema.
Esto implica que el docente recorre el tema en cuestin en una suerte de juego de simulacin
que hace inseparable al tema de su tratamiento. Las 2 propuestas a continuacin se detallan:
1) La clase dramtica desde la identificacin: en este contexto cualquier intervencin de
los alumnos o docentes auxiliares distorsiona la actuacin del docente y, por lo tanto, se evita
o ignora. Los procesos identificados que tienen lugar en el desarrollo de la clase son
individuales e implican diferentes niveles de involucramiento. Estas configuraciones tienen en
el campo de la didctica un carcter de excepcionalidad. 2) La clase dramtica desde el
distanciamiento: es el caso del docente que, a partir del uso de un conjunto de estrategias,
crea una situacin de distanciamiento, de modo tal que el objeto representado aparece desde
una perspectiva que revela su aspecto oculto. En la clase dramtica un componente clave es
la seduccin del discurso del docente. La seduccin se integra en la propuesta histrinica
jugando un papel de complementariedad en relacin con las comprensiones del alumno. Se
reconocen los modos de pensamiento diferentes y se produce una suerte de acomodamiento
al pensamiento de los alumnos. El docente actor podra asumir una posicin de
sabelotodo, y perder la humildad de la figura dialogal que es la nica posicin verdadera. El
histrionismo sera el generador de un supratexto de la actuacin que impide ver otras
textualidades. Desde esta perspectiva cobran relieve los elementos semiticos del discurso:
tono de voz, modo depararse, velocidad, modo de enfatizar. Se enfatiza lo que los alumnos
pblico pretenden que se enfatice tomando el espacio vaco y deseoso. En las estructuras
dramticas y con el mismo dramatismo se puede interrumpir dicha estructura y generar otro
espacio de enseanza. En esos casos se puede entrar en una clase dramtica y salir de ella,
y estaramos frente a situaciones de articulacin entre textos. Los espacios ficcionales que
crea el teatro tienen, al igual que la clase, relacin con la sugestin y las posibilidades de
identificacin. Sin ellas no hay posibilidad de escucha. La magia que se genera tiene que ver
con el arte de la transmisin, en lo que respecta a la seduccin del discurso. En todas las
buenas configuraciones de clase se reconocen en mayor o menor medida algunos de estos
elementos. Las configuraciones descritas en la clase dramtica atienden a procesos
reflexivos complejos, resolucin de problemas en el marco de las disciplinas o favorecedoras
de procesos de pensamiento de orden superior. Adems, requiere un marco explicativo
diferente para adentrarse en los procesos que genera para la construccin del conocimiento.
La secuencia progresiva no parece favorecer estos procesos complejos, aun cuando en el
cierre se puedan reconstruir. La clase dramtica desde las 2 perspectivas desarrolladas y las
diferentes formas de secuencias progresivas
de cierre, constituyen configuraciones
didcticas que pueden generar buenas propuestas de enseanza, pero que plantean una
gran cantidad de interrogantes de diferente tipo en relacin a las otras 8 configuraciones. Las
razones que han favorecido su buena resolucin refieren a algunas cuestiones ajenas al
planteamiento didctico. La clase dramtica est profundamente enmarcada en la capacidad
histrinica del docente. Si bien en todos los casos una cuota de histrionismo favorece las
comprensiones, aqu la cuota la enmarca. La mayora de las actuaciones generan procesos
individuales y no se contemplan las producciones entre pares o prstamos grupales. En la
secuencia lineal progresiva preocupa que pueda formarse una comprensin secuencial lineal
de la disciplina, que se promuevan sntesis que obstaculicen la comprensin o que se
favorezca la bsqueda de correspondencia trmino a trmino entre la clase y la ancdota y
queden soslayados problemas o dimensiones de anlisis. En todas las configuraciones la
prctica trasciende el mismo campo porque da cuenta de una construccin social en un aqu
y ahora, en un docente preocupado porque todos los procesos comprensivos que genera se
enmarquen en una prctica social democrtica. Segn Giroux, la pedagoga tiene que ser
sensible hacia el modo en que profesores y alumnos negocian textos e identidades, pero
debe ser a travs de un proyecto poltico que articule su propia autoridad desde un
entendimiento crtico de cmo el yo reconoce a los otros como sujetos ms que como objetos
histricos. La pedagoga posmoderna tiene que sealar cmo se escribe el poder, en y entre
grupos diferentes, como parte de extenso esfuerzo para reimaginar las escuelas como
esferas pblicas democrticas. En este caso la autoridad est ligada a la autocrtica y se
convierte en una prctica tica y poltica a travs de la cual los alumnos pasan a ser
responsables de ellos mismos y de los dems.
Pero no se trata de una pesadilla introspectiva (Mateos). Habra que evitar que las
explicaciones en torno a la tarea sean tan complicadas que oscurezcan la comprensin en
vez de facilitarla/mejorarla. Tambin en el obrar se puede identificar la accin espontnea del
alumno como la ejecucin de una tarea programada/delineada por el docente. La ejecucin
puede carecer de sentido para el que la realiza o tener clara significacin. Las acciones
pueden guardar un orden y una conexin, o carecer de ellos. Las acciones pueden crear
automatismos sin que se haya pretendido que se adquieran as, pueden generarse por
ensayo y error o pueden estar inscriptas en una representacin simblica del curso de accin
que se pretende desplegar.
Resolvemos la actividad?
La mayor provocacin consiste en prever los procesos cognitivos que los alumnos
desplegarn. El anlisis de la dificultad, la comprensin del origen de los errores y la
posibilidad de orientar/ayudar en las ejecuciones/resoluciones, se ven posibilitadas si antes
los docentes ejecutan las actividades solicitadas. Esto nos enfrenta con algunas propuestas
creativas que implican sobrecargas cognitivas ilegtimas: solicitar a los alumnos que
resuelvan lo irresoluble. Para controlar esta sobrecarga se deben realizar las actividades.
Slo as se podr orientar y dar consejos prcticos para la resolucin. Ejecutadas las
actividades, es interesante reconocer si se usaron destrezas/conocimientos que no son los
impartidos sino fruto de conocimientos anteriores, intereses particulares o experiencias
pasadas.
Las actividades y los objetos de la enseanza.
Las actividades que los docentes programan difieren segn los propsitos que se persigan a
lo largo de la clase. Esta complejidad de temas y cuestiones se planear mediante objetivos
diferentes que requieren cada uno estrategias diferentes y accione diversas. Esta
discriminacin de objetivos y las acciones correspondientes no debera hacer perder de vista
que cuanto ms complejo es el tema, ms requiere que se preste atencin a la totalidad y no
slo a las partes. Los objetivos deben ser flexibles, en tanto se inscriben en amplios
propsitos que muestran el valor de captar situaciones/inquietudes imprevistas. Tener
objetivos predeterminados, elegir mtodos rigurosos y disear de manera inamovible
acciones para cumplirlas no siempre es la manera ms eficaz de guiar el proceso de
aprender. Proponer actividades variadas para alcanzar un mismo objetivo permite que los
alumnos puedan optar por la realizacin de la actividad que ms le interese/motive y favorece
la multiplicidad de propuestas en la misma clase. La variacin permite avanzar en una
comprensin ms compleja del mismo tema/problema.
La tarea del docente durante la resolucin de la actividad.
La ayuda ptima es una de las tantas preocupaciones del trabajo del docente: supervisar las
actividades para reorientar los procesos cuando son errneos, alentar a los alumnos para su
realizacin frente a las inseguridades y favorecer la concrecin de mejores resoluciones en
todos los casos. La variedad de las actividades, la originalidad de las propuestas para evitar
la rutinizacin desafiando los procesos cognitivos y el estmulo para que cada alumno se
involucre de manera responsable en la concrecin no tienen receta.
Los casos en la enseanza.
Eficacia del tratamiento de casos para favorecer los procesos comprensivos. Los casos como
una nueva estrategia de enseanza. Ensear mediante el estudio y anlisis de casos ofrece
una estrategia novedosa e interesante para el tratamiento de temas y problemas del C. Si los
casos son bien seleccionados, se ver favorecida la comprensin del tema que los mismos
encierran. sta es la principal razn por la que tienen gran valor como estrategia. Los casos
ayudan a conocer pero tambin constituyen por s mismos conocimiento. Casos bien
seleccionados o construidos permiten tratar temas que por su complejidad difcilmente nos
atreveramos a abordar. Despiertan el inters personal de docentes y alumnos y pueden ser
entre ensear mediante la metodologa de los casos y ensear con casos, entendiendo que
esta ltima propuesta se trata de situaciones que sirven de ejemplo de los atributos que se
desarrollan y situaciones autnticas que nos permiten entender un tema/problema. Hay casos
paradigmticos (TEXTO ANTERIOR) en los diferentes campos disciplinares que generaron
buenas comprensiones. Permitieron reconocer un problema profundo o una dimensin de
anlisis sustantiva de un campo disciplinar: una narracin que se estructura a partir de una
comparacin permite identificar los 2 trminos que constituyen los polos de comparacin, sin
embargo, a medida que se comprende cada uno de los elementos o trminos de la
comparacin, sta pierde su sentido. La narracin no se limita al discurso del docente, es
posible reconocerla en exposiciones de todo tipo. Narrar, describir, explicar o presentar casos
para el anlisis o la comparacin son instancias diferentes de las prcticas de enseanza y
pueden reflejar tambin perspectivas a la hora de pensarlas. Otra estrategia: Aprendizaje
Basado en Problemas (ABP), estrategia favorecedora de comprensiones profundas y
complejas. Ofrece un camino distinto a la enseanza, por descubrimiento o mediante casos.
El aprendizaje basado en problemas.
Estrategia de enseanza en la que se presentan y resuelven problemas del mundo real. Tarea
del docente: seleccin de situaciones problemticas y orientacin de los alumnos para que
indaguen de la manera ms amplia y significativa posible, con el objeto de llegar a una
resolucin/conclusin. Son los alumnos los que tienen que comprender el problema y sus
alcances y planear los pasos necesarios para su resolucin. Esto hace necesario que el
problema sea tan desafiante como para interesar e interesar, pero tambin que sea posible
encararlo. Permite que encuentren con facilidad la relacin de los conocimientos cientficos
con la vida real. La clsica pregunta para qu tenemos que estudiar esto? encuentra en esta
estrategia una respuesta al alcance de la mano del docente. Resolver problemas utilizando
nuevos conocimientos permite dotar de sentido a esos conocimientos por adquirir. Para los
alumnos la situacin problemtica es confusa y difcil, no cuentan con suficiente informacin y
es probable que al reunirla encuentren que el problema cambia o se reorienta. Los alumnos
debern identificar lo que saben y lo que necesitan saber. Esto los lleva a evaluar
constantemente si la informacin con la que cuentan es suficiente o no para la resolucin. En
estos procesos evaluativos pueden reformular el problema y formular caminos alternativos
para su resolucin. ABP: comprensin del problema, elaboracin de un plan, puesta en
marcha del plan y reflexin/evaluacin. Para distinguir entre casos y problemas: en los casos
el foco est puesto en su tratamiento, mientras que, en la resolucin de problemas est
puesto en alcanzar una solucin.
La tarea del docente.
El docente es quien disea el C, su 1 tarea consiste en identificar los temas relevantes del
mismo. Seleccionados, tratar de reconocer las ideas importantes que se pretenden ensear
con ellos. Luego analizar los temas centrales del contexto poltico y cultural del debate diario
y estudiar la posibilidad de conectar el tema curricular con las preocupaciones actuales.
Hecho esto podr elegir el problema. Se trata de identificar los temas del C, expandirlos al
relacionarlos con los tremas del debate diario y construir el problema para la enseanza.
Estas tareas son inherentes a una prctica profesiones. No se trata de aplicar los contenidos
de un texto sino de armar, desarmar y volver a armar el C acorde con lo que vale la pena
ensear y aprender, asumiendo decisiones autnomas y responsables. Los docentes, al
disear los problemas, debern analizar cules son los contenidos que se podrn abordar
para su tratamiento, y cules sern los materiales que se pondrn a disposicin de los
alumnos, las recomendaciones de fuente, etc. Trabajo en grupo: posibilitar el tratamiento del
problema en un mayor nivel de profundidad. La evaluacin de las resoluciones y del esfuerzo
de los alumnos ser motivo de ayuda para favorecer mejores tratamientos. Antes de iniciar la
estrategia, es necesario sealar a los alumnos el alcance de la tarea, el tiempo asignado, el
tipo de trabajo que se espera. Luego se presentar el problema y se ayudar a los alumnos a
identificar lo que se sabe y lo que no se sabe con el objeto de formularlo con la mayor
precisin posible. La presentacin del problema puede ser mediante fuentes, diarios,
narraciones dramticas, videos, etc. A partir de de este momento la tarea del docente es de
estmulo, tratando de que se produzcan procesos de colaboracin entre los alumnos para que
no se pierdan de vista la bsqueda analtica de soluciones. Un problema puede formularse en
subproblemas que pueden ser asignados a diferentes grupos de alumnos. En cada caso ser
el docente quien decida la conveniencia de dividirlo o no y de asignarles roles diferentes a los
alumnos. Alumnos: reconocer el grado de comprensin que alcanzan, tener claro lo que
saben y los que les falta saber, cules son las ideas sustantivas. Son los alumnos los que
debern reunir y compartir informacin con el objeto de generar posibles soluciones,
evaluarlas y comunicar la solucin a la que arriban. Reconocer que se pueden encontrar
tcnicas para favorecer la construccin de ideas novedosas. El trabajo en equipo permite que
los alumnos se organicen, distribuyan tareas, formulen y confronten hiptesis, deliberen sobre
ideas diferentes y que cada uno de ellos se transforme en un recurso para los dems. Los
alumnos no desempean espontneamente bien estas tareas. Ellos tendrn que reconocer,
asumir y practicar las responsabilidades que cada uno tiene para el desarrollo del trabajo. Los
docentes podrn favorecer estas actividades alentando a la autoevaluacin, para reconocer
las tareas que se llevaron a cabo en la bsqueda por solucionar el problema planteado. No
todos los temas del C se pueden ensear mediante las estrategias descritas (casos,
problemas, narraciones) y tampoco valga la pena hacerlo.
La simulacin como estrategia didctica.
Se organiza para que los alumnos aprendan mediante la participacin en una situacin similar
a la real, conscientes de que es una participacin ficcional. Se le asigna un sentido ldico que
estimula la actividad. Se trata de replicar una situacin o construir un modelo para que los
alumnos participen en una experiencia de aprendizaje fructfera. El anlisis posterior a la
actuacin permite un nuevo aprendizaje y provee de una experiencia que tiende un puente a
la teorizacin. Se trata de aprender en situaciones de prctica, en tanto s reconoce que si los
alumnos participan efectivamente en la organizacin y desarrollo de una situacin, en la
bsqueda de informacin, experimentando alternativas diferentes de resolucin e
involucrndose y asumiendo riesgos, los aprendizajes son ms duraderos, impactan en sus
conciencias, promueven reflexiones y permiten mejores proceso de autoevaluacin. Es
posible analizar y distinguir las conductas (e hipotetizar si podran haber sido otras), comparar
acciones y responsabilidades. Las experiencias de simulacin se constituyen en una
invitacin para el anlisis posterior, que se transforma en una nueva propuesta de
aprendizaje.
Cuando la simulacin es obligada.
El atractivo de las simulaciones es la posibilidad de aprender actuando en situaciones
similares a las reales sin los riesgos que esas actuaciones podran implicar. Los riesgos son
propios de las actuaciones de algunas reas y en algunos proyectos (EJ: medicina) y se
debilitan en otros. Son muchas las reas en las que la preparacin para la actuacin
profesional requiere obligadamente la construccin de experiencias simuladas, por las
consecuencias que podra acarrear una prctica inexperta en una situacin real.
La simulacin como laboratorio de anlisis.
En las ciencias sociales es posible construir una situacin que requiera que los alumnos
acten, participen en la toma de decisiones y las sometan a prueba, asumiendo tareas y roles
diferenciados, enriqueciendo el proyecto. As adquieren experiencia, analizan y debaten las
actividades desplegadas. La construccin ficcional permite la participacin de los alumnos en
una experiencia teida de juego que invita a la aventura, a la construccin de hiptesis y a la
comprensin de realidades complejas mediante realizaciones que ofrecen experiencia,
El trabajo grupal.
Una 1 aproximacin para justificar la estrategia podra inscribirse en una suerte de oposicin
a las prcticas solitarias dirigidas y controladas por los docentes que infundan terror e
inseguridad a los alumnos por los riesgos o consecuencias humillantes del error. Esta
organizacin individual y competitiva era ajena a una cultura fraterna en el aula, a la
valoracin de la ayuda o a la construccin de responsabilidades que al asumirse en grupo se
comparten y se instalan en un escenario socializador. La heterogeneidad en los grupos
provoca la ayuda entre unos y otros. La explicitacin de las diferencias puede promover
intercambios que favorezcan el crecimiento de cada alumno. La complejidad de las tareas
puede hacer que la conformacin del grupo sea la condicin necesaria para afrontarlas. Las
razones que promueven la organizacin de los grupos podran orientarse en una suerte de
oposicin a las prcticas tradicionales basadas en la contemplacin del alumno como
individuo que aprende segn sus intereses y esfuerzos personales; otras se instalan en la
preocupacin por formar grupos que reflejen las diferencias existentes en la sociedad y
posibilitar as conductas ciudadanas en las que la ayuda, el trabajo y la responsabilidad
compartida sean parte de la formacin. Otras se apoyan en resultados de investigaciones
inscriptos en lneas cognitivas que reconocen que el grupo es el lugar privilegiado para dar
cuenta del nivel cognitivo de las ideas y representaciones, y al explicitarlas en un grupo se
promueve un proceso de negociacin que favorece el aprendizaje. Se plantea la necesidad
de promover el trabajo grupal para mostrar un modelo de enseanza diferente de las clases
expositivas en las que no se hubieran podido desplegar las conductas socializadoras
fraternas o de exposicin de las cogniciones. El aprendizaje cooperativo impulsa un conjunto
de estrategias que hace que la enseanza y el aprendizaje se conjuguen en los mismos
sujetos y no dependan de las exposiciones/indagaciones del docente. La conformacin del
grupo depende de las tareas asignadas. El anlisis de la tarea que debern llevar a cabo los
alumnos ser la mejor orientacin para establecer el n de integrantes del grupo.
La tarea del docente en las actividades de los grupos.
Podemos diferenciar las tareas de diseo de la actividad y las de ayuda para su concrecin.
En el diseo es importante pensar actividades que promuevan la participacin de cada uno de
los integrantes, hacer que dichas participaciones sean diferentes, a la par que se requieran
procesos de trabajo conjunto, y orientar el trabajo para que cada uno de los miembros
desarrolle capacidades diversas. En la realizacin de la actividad la intervencin del docente
debera limitarse a la ayuda ptima para alentar a los alumnos a que participen, solamente en
los casos en que la dinmica no favorezca la integracin de todos. Se trata de apoyar a los
alumnos para que cooperen entre s. La preocupacin de los docentes tiene sentido en tanto
la tarea emprendida favorece procesos de construccin del conocimiento y se supone que la
estrategia elegida es la mejor para promoverla.
Evaluar el trabajo de grupo.
Algunos docentes llevan a cabo una propuesta compleja para distinguir las actividades
realizadas porcada uno de los miembros del grupo. Sostienen que la defensa/exposicin de lo
realizado posibilita distinguir y calificar diferenciadamente. Realizan apreciaciones que son
confirmaciones de lo que ya saban sobre las conductas diferentes de los integrantes del
grupo. No es la mejor estrategia para evaluar los aprendizajes personales de los alumnos. Se
trata de la tarea de un grupo y de su producto. Se puede valorar el producto pero ste
difcilmente remite a elaboraciones individuales. Cmo juzgar tareas tan diferentes cuando
cada una result imprescindible para la concrecin del trabajo? Es el producto el que debe
ser juzgado y no es sta la mejor estrategia para calificaciones individuales que aluden al
conocimiento adquirido. Los docentes debern proveerse de otras estrategias para obtener
tales datos. El producto alcanzado deber evaluarse con criterios coherentes con esa
produccin.
conductas morales, la necesidad de promover situaciones en las que los chicos hablen de sus
sentimientos, analicen/tomen conciencia de las consecuencias y del sentido de sus actos y
reconozcan las dificultades o posibilidades de los otros. La educacin moral debe ser
contemplada dentro de la problemtica del entorno y de las relaciones sociales, como parte
integrante e inevitable de todas las actividades y experiencias por las que atraviesa el
alumno, y no disponer de un rea dedicada a los valores y a la formacin moral.
Propuestas de enseanza moral.
En el marco de las experiencias que los alumnos pueden llevar a cabo, es importante que
desarrollen sus propios cdigos personales y se interesen por los otros, reflexionen sobre sus
experiencias, se respeten a s mismos y respeten los valores compartidos, emitan juicios
socialmente responsables y justifiquen sus decisiones y actos. Pueden llevarse a cabo
experiencias asignndose roles y puntos de vista diferentes. Varios son los problemas de la
formacin de las conductas morales en nuestra sociedad: desde el reconocimiento de
conductas incorrectas de personas que deberan ser ejemplo de conducta moral, la existencia
de conductas morales correctas pero cuestionadas por tradiciones locales o familiares, la
enseanza de falsos dilemas que pone en cuestin situaciones imposibles de abordar por los
alumnos. Resultan significativas algunas reflexiones y propuestas que tienen a los docentes
como centro vital de anlisis. Se trata de que los docentes ocupen un tiempo diario en el
anlisis de cules son sus valores personales, cmo obtener de sus alumnos una mayor
sensibilidad hacia los problemas ajenos, con qu frecuencia realizar comentarios morales en
el aula y cules son las situaciones que conducen a esos comentarios.
Un relato singular.
El soborno, de Borges. En el relato borgeano es posible identificar la omnipotencia de la
profesin que obliga a sostener la necesidad de demostrarse siempre la justicia de los actos,
la ecuanimidad, el reconocerse fiel y leal a principios que se sostengan, con independencia
de las circunstancias. sta es la condicin del oficio?
referencia, la prerrogativa educativa est sometida a una dura disputa. Es fcil estar tentados
a considerar la educacin como la empresa que consiste en substituir la influencia de los
dems por la propia sobre los otros. El docente en la realizacin de su proyecto choca con
aquello que considera (con razn o equivocadamente) los efectos nefastos de sus
competidores y como cargas de las que hay que liberar al sujeto. Liberarle es, a sus ojos,
erradicar las huellas de la influencia del otro, que llama supersticin, ilusin, error o
vagabundeo. En consideracin a esto, podemos sospechar de todos los mtodos
pedaggicos que pretenden tener como objetivo el acceso a la libertad de pensamiento del
sujeto. Quienquiera que ha intentado ejercer un poder educativo ha tropezado con viejas
costumbres, con lo que a menudo llama prejuicios, con lo que se perciben como trabas
naturales, psicolgicas o sociales de su actividad emancipadora. El docente nunca llega en
1 lugar a un terreno virgen, siempre ha habido ya una historia, puesto que el otro existe
fuera de l y no es posible pretender ser su absoluto creador. Uno est tentado a creer que
las resistencias que ha encontrado, en la medida en que no consigue vencerlas, presentan
precisamente esa libertad que quiere promover. Es mejor encontrarse con una resistencia que
emana del ejercicio de otro poder, debidamente identificado, que vrselas con una libertad
imprevisible,que se escape a todo anlisis y para lo que no podemos designar un culpable. Y
es que, en la emergencia de un sujeto, hay algo parecido a una recusacin radical en todas
las influencias que puede aparecer, legtimamente, como una traicin.
Captulo 14. La modestia de lo universal.
Todo docente es portador de valores. La afirmacin misma de un valor implica cierta
pretensin de universalidad. Si existe un valor que la docencia nos hace ver, es la misma
exigencia del valor, de algo que merece que eduquemos con ello a las personas, de algo que
ya nadie se atreve a llamar el bien pero que se sigue postulando cada vez que sugerimos
donde se encuentra lo mejor. Este trmino tiene un carcter paradjico, puesto que lo
mejor es lo que es algo mejor que lo menos bueno. Que prefiramos hablar de mejor a
hablar de bien, sugiere que nos resignamos a que la relacin de fuerza rija la esfera de los
valores, con la esperanza de triunfar e imponernos como lo ms eficaz. Ya nadie osa
pretender ser universal, pero reivindicamos que somos los ms fuertes, de modo que
perdemos, sobre los 2 tableros, todo lo que caracteriza el valor en el registro tico. Sera una
educacin extraa la que renunciara de entrada al horizonte posible de algo universal con lo
que los hombres estaran de acuerdo. Extraa porque arruinara la posibilidad de continuar
educando, limitara artificialmente un proceso que ella misma habra iniciado, decretara de un
modo artificial que algunos iban a ser excluidos de lo que ella misma haba designado como
una necesidad. El proyecto de educar es un proyecto de universalidad en el que el proceso
de transmisin supera, en su dinmica, la consecucin de la cosa transmitida. Desde el
momento en que uno pretende ser portador de emancipacin y est convencido de poseer los
medios de esta emancipacin es legtimo querer hacerla llegar a todos. Esta voluntad es el
nico signo posible del crdito que uno concede a su propio ideal. Es la prueba de que no me
limito a las palabras y de que realmente trabajo para la emancipacin de todos y no para la
promocin dominadora de una lite. Toda la dificultad reside en que la pretensin legtima de
universalidad no se mude en imposicin ciega de lo universal. No sometemos a los otros a lo
universal, sometemos lo universal a ellos. El docente no debe abdicar de lo que cree y quiere,
pero siempre corresponde al otro responder si le cree o lo quiere, el dar su asentimiento, el
adherirse o rechazarlo. Decir esto no es sacrificar la educacin por la demagogia, es situar la
educacin en una lnea sobre la que es difcil mantenerse, pero que es el nico camino
posible, la nica va para una universalidad que no sea ni sacrificada en un relativismo
absoluto, ni impuesta en una homogeneizacin psicolgica i institucional. Ni someterse a los
caprichos de los individuos y las subculturas dispersas, ni someterlos a una ley exterior, sino
someterles, a travs de nuestros conocimientos, actitudes, valores, un modelo en el que
Existe en la didctica una especie de obstinacin que quiz sea constitutiva de su propia
existencia. Su proyecto es implantarse en la gnesis misma de los aprendizajes, comprender
su movimiento, entender lo que estructuralmente ha podido permitirlo y, coyunturalmente,
favorecerlo, con el fin de hacer escapar todo ello a lo aleatorio de las situaciones sociales y a
las oportunidades de las historias individuales. Su objetivo es instituir, en los lugares
especficos destinados a los aprendizajes, un sistema de recursos y de obligaciones que
represente las condiciones ptimas para aprender. El dispositivo es una especie de puesta
en escena de estas condiciones; supone que stas hayan sido dilucidadas lo mejor posible, y
que nos esforcemos en reconstituirlas de la manera ms exacta posible. La didctica debe
ms a los trabajos sobre el xito escolar que a los trabajos sobre el fracaso escolar, y quiz
por ello su desarrollo ha sido tan tardo y sigue siendo an aleatorio. Una situacin didctica
supone que se haya definido un objetivo de aprendizaje en referencia a un programa
determinado y a un nivel de desarrollo cognitivo alcanzado por el sujeto, supone que es
posible una interseccin entre estos 2 campos. Una situacin didctica exige que se haya
identificado una tarea que pueda movilizar el inters del sujeto y hacer emerger un obstculo
que el objetivo permitir superar, y la existencia de una tarea que combine estas 2 exigencias
no es una garanta por adelantado. Pero admitamos que hemos conseguido encontrar una, es
necesario entonces poner en marcha todo un juego de obligaciones que impidan al sujeto, en
la realizacin de esta tarea, superar el objetivo sin aprender, mediante algn tipo de atajo,
procurndose un objeto ya realizado o pidiendo ayuda a alguien lo suficientemente
competente para que haga el trabajo por l. Slo la presencia de estas obligaciones permitir
la transformacin del obstculo en un problema que hay que resolver. La presencia de
recursos apropiados dar al sujeto los medios para construir l mismo la solucin y efectuar
as un aprendizaje. Para que todo este proceso sea fecundo falta que se haya definido el
objetivo al inicio del juego, en trminos de asociacin entre una clase de problemas,
identificables por las caractersticas estructurales, y un programa de tratamientos comn que
pueda serle aplicado para permitir su resolucin: ello es lo que permitir al docente organizar
ejercicios de descontextualizacin mediante los cuales el sujeto podr aprender a percibir la
estructura de una misma clase de problemas en situaciones distintas. As, y slo as, una
habilidad que inicialmente se adquiere de forma local contribuir a la construccin de una
autonoma intelectual del que aprende: slo existe autonoma en la medida en que un sujeto
ha adquirido la capacidad de usar de manera pertinente una herramienta cognitiva. Una vez
adquirido todo esto, hay que aadir que la didctica no puede ahorrarse tomar en cuenta las
diferencias individuales. Sean cuales sean los esfuerzos que uno puede hacer para encarnar
el proyecto didctico en situaciones concretas y darle un espesor humano, guarda siempre un
carcter abstracto y voluntarista que puede inquietar. A pesar de las peticiones de principio o
de las reservas retricas de los didcticos, para ellos se trata siempre de estructurar las
situaciones de aprendizaje intentando controlar el conjunto de las variables, de detectar lo
aleatorio, de suprimir lo imprevisto, hasta el control completo de un dispositivo que funcione
con toda seguridad. La obstinacin didctica slo puede esperar servir para facilitar un
aprendizaje que, inevitablemente, debe ser efectuado por el sujeto. Incluso en una situacin
didctica ideal, que hubiera conseguido tener en cuenta el conjunto de los parmetros, es el
alumno quien aprende, mediante un trabajo sobre s mismo del que nunca deja de ser el amo,
y que slo puede llevar a la modestia a aquellos que, desde el exterior, por muy sabios o
didactas que sean, pretenden ser sus maestros. Ello no significa que la organizacin de los
sistemas de ayuda sea intil, significa que en el seno mismo de los dispositivos, los sujetos
son los que deben tomar la iniciativa, significa que la eficacia de la didctica es tambin su
lmite y que no es sencillo vivir con esta contradiccin. Preverlo todo sin haberlo previsto todo.
Organizando todo dejando lugar para lo imprevisible. Asociar esta obstinacin didctica con
esta tolerancia pedaggica que no es indiferente hacia el otro, sino la aceptacin de que la
persona del otro no se reduce a lo que yo he podido programar.
Captulo 17. El anlisis de las causas y la invencin de soluciones.
Al considerar sus fracasos, el pedagogo se siente tentado a iniciar una bsqueda de las
causas que quiz puedan permitirle comprender el acontecimiento que observa y ponerle
remedio. As, est convencido de que la calidad del diagnstico es garante de la eficacia de
su intervencin, e incluso, de que la naturaleza de esta intervencin se deduce directamente
de las causas identificadas. Pero, no es seguro que se pueda funcionar as. En materia
pedaggica, ningn anlisis de situacin dicta la menor respuesta, incluso si puede esclarecer
su pertinencia. La bsqueda de las causas puede darnos algo de luz sobre el lugar en el que
encontrar la solucin, o sobre el tipo de solucin que hay que adoptar, pero an as hay que
practicar este procedimiento con prudencia, para que oxide la inventiva y para que no impida
desplegarse a la imaginacin pedaggica. La dificultad estriba en la imposicin del modelo
experimentalista, segn el cual sera posible establecer correlaciones certeras entre causas,
efectos y remedios, puesto que las mismas causas producen siempre los mismos efectos, y
los mismos remedios pueden ser aplicados con seguridad cuando se han identificado causas
idnticas: todas las cosas son iguales. Pero en la educacin, las cosas nunca son iguales:
las situaciones son especficas, el factor personal es determinante, la multiplicidad de las
variables que hay que controlar es considerable, el efecto de espera vive parsito en el
dispositivo experimental, y ste ltimo determina las respuestas como permite recogerlas. En
pedagoga, los mismos efectos pueden emanar d causas radicalmente distintas, y los mismos
remedios pueden producir efectos distintos y opuestos. Puesto que la pedagoga trabajo con
lo humano y la de la decisin es una gestin difcil, no puede escatimar en invencin. Pero del
mismo modo en que sera una grave ilusin el creer en la posibilidad de escapar a la decisin
individual, tambin sera ingenuo el pensar que uno puede reinventarlo todo por s mismo:
existen propuestas, mtodos, herramientas, protocolos de observacin y tcnicas para poner
remedio. Su conocimiento facilita la toma de decisin y estimula, por deslizamientos, desvos,
giros de todo tipo, la inventiva personal. La actividad pedaggica se parece al bricolaje. De la
calidad de nuestra mirada y de la riqueza de nuestra panoplia metodolgica, est suspendida
la posibilidad de inscribir en los hechos algunas de estas conexiones, que nunca son
completamente previsibles, pero gracias a las cuales se encuentran 2 proyectos y 2 personas
crecen juntas. La posibilidad de romper con la rutina y de suscitar la curiosidad de pende de
nuestra determinacin a observar los objetos para preguntarnos lo que podemos hacernos
con ellos. Lo que alimenta nuestra inventiva es esta atencin a los materiales pedaggicos
disponibles, a las sugerencias hechas, a las experiencias de aprendizaje, etc, y adquirimos la
capacidad de regular nuestras propuestas en funcin de lo que producen. Aprendemos a
ceder a la fascinacin ce nuestro tesoro de guerra, y ms a la de estos misteriosos acuerdos
que a veces suceden ante nuestros ojos y que debemos respetar infinitamente, sin insistencia
ni explicaciones intiles, por miedo a romper el encanto. Si presionamos demasiado sobre el
efecto, perderamos beneficio, suscitando la retraccin de aquellos que se sentiran pillados
en la trampa. Hay que dejar que se establezca la correspondencia sin llamar al milagro ni
llenndola de justificaciones didcticas, hay que retirarse incluso, cuando se ha establecido,
para dejar al otro de la felicidad de su desarrollo. Toda propuesta pedaggica debe generar su
propia superacin, toda situacin didctica debe suscitar su propia subversin.
Captulo 18. La fascinacin de la herramienta.
En su situacin diaria, el pedagogo es citado a inventar, porque la pedagoga es una
disciplina de accin que se ve empujada a gestionar la incertidumbre, a pactar con el riesgo, a
asumir la aleatoriedad inherente a toda accin humana, a menudo se siente fascinada por
una herramienta que parece restituirle cierta estabilidad metodolgica y que incluso percibe a
veces como capaz de conferirle una apariencia de honorabilidad cientfica. Esta fascinacin
puede tener efectos perversos y la satisfaccin de poder actuar puede camuflar la ceguera
sobre los objetivos de su accin: se corre el riesgo de olvidar las otras dimensiones de todo
modelo pedaggico y no discernir la forma en que la herramienta autoriza el alejamiento del
otro y de su constitucin como sujeto. Toda herramienta se inscribe en un modelo, una
representacin de la educacin y la pedagoga que articula 3 elementos: 1) una toma de
posicin sobre las finalidades, 2) la movilizacin de conocimientos de carcter psicolgicos
relacionados con el funcionamiento del sujeto que aprende, 3) las modalidades de accin
admisibles. stos dan coherencia a la menor proposicin. El polo de las finalidades (polo
axiolgico) no est constituido por las intenciones que el docente enuncia oficialmente, sino
por las posiciones que toma a travs de lo que pone en prctica. Hay aqu un esbozo de una
sociabilidad que habla ms sobre lo que pretende realmente el docente que los discursos
verbales sobre la responsabilidad y el desarrollo que puede mantener en otros momentos, en
el momento de situarse sobre el tablero institucional. El polo del apuntalamiento psicolgico
est constituido por los conocimientos movilizados para sostener el modelo propuesto. stos
son parciales en la medida en que la accin impone la seleccin y porque no se puede nunca
actuar sobre todo, al menos de manera simultnea. Lo cognitivo viene a ocupar todo el lugar
y a dejar de lado toda consideracin de la afectividad, el trabajo de la memorizacin que
destruye la preocupacin por la construccin de los saberes, la reflexin sobre las
operaciones mentales invariables que impide tener en cuenta caracteres individuales o
viceversa. El 3 polo, el praxeolgico, el de las herramientas, debe ser puesto en tela de
juicio. Son medios para tranquilizarme o son instrumentos de progreso para todos los que se
estn formando? No se trata de prohibir al docente que use herramientas que no saben
exactamente cmo operan. Pero sin ninguna comprensin mnima de lo que opera y de las
condiciones requeridas para que opere, uno se condena a actuar al azar y prepara el camino
de las decepciones que transforman rpidamente un ttem en tab. Lo esencial es no inferir
de la existencia de regularidades la de mecanismos a los que nadie puede substraerse. Hay
preguntas que hay que plantear a toda proposicin de carcter instrumental: qu finalidades
se persiguen a travs de su uso? qu conocimientos psicolgicos se movilizan y son lo
suficientemente firmes? A estas preguntas se aade una ms fundamental sobre la
coherencia global del modelo: las herramientas propuestas sirven realmente para las
finalidades que quiero conseguir? Pero toda herramienta pedaggica debe ser puesta en tela
de juicio desde el punto de vista tico, en razn del status de la propia pedagoga. sta no
encuentra su legitimidad en la existencia de los mismos criterios de validacin que el conjunto
de disciplinas cientficas tradicionales. En las disciplinas cientficas, el objeto est mudo o,
cuando habla, es porque el cientfico le hace hablar. En las disciplinas de accin humana
como la pedagoga, el objeto debe tomar la palabra y sta es incluso la finalidad ltima que se
pretende. El objeto debe tomar la palabra porque el objeto es un sujeto y es l quien debe
juzgar la pertinencia de la accin emprendida, decidir si se apropia o no de lo que se le
propone. No podemos estatuir entre especialistas, en nombre de un pretendido carcter
cientfico, sobre lo que es bueno para el otro. Debemos tener una conviccin, forjarnos un
modelo que nos permita actuar, pero debemos establecer progresivamente un funcionamiento
contractual en que el sujeto sea llevado a controlar por s mismo la pertinencia de la accin y
gracias a la cual pueda emanciparse. Pero no es fcil.
Captulo 19. Del contrato.
Toda pedagoga en una pedagoga del contrato en la medida en que gestiona todo un juego
de expectativas recprocas, complejas, en el que interfiere el status social de los socios, las
reglas del juego institucional y su interpretacin local, as como los constreimientos
especficos de la situacin y de la disciplina enseada. Cada uno espera algo del otro, un
tipo de comportamiento o reaccin, cada uno acta tambin en funcin de lo que supone que
el otro sabe lo que l espera. Pero no todos estn en igualdad de condiciones: los que tienen
la suerte de conocer las reglas del juego se llevan los honores, mientras que los otros
intentan adivinar lo que se les pide y, cuando no lo consiguen, se dirigen hacia lo que sienten
que est prohibido. Y es que all las cosas estn relativamente estabilizadas, el terreno no se
mueve mucho y el peligro de la sancin es menos grave que la angustia ante lo desconocido
e inalcanzable. El pedagogo siempre tiene el deber de clarificar como establecer los trminos
del contrato didctico: la explicacin de las expectativas de comportamiento, de las consignas
referentes a cada tipo de trabajo, de las reglas de funcionamiento de la situacin de
aprendizaje y del grupo slo puede tener un efecto democratizador, puesto que uno se
esfuerza por no seguir reservando la comprensin de la situacin a aquellos que son
espontneamente capaces de comprenderla porque son socialmente cmplices del docente.
Pero lo que crea una dificultad es que el contrato didctico es tambin siempre un contrato
pedaggico: al definir criterios y reglas, defino siempre objetivos. Al definir objetivos, siempre
sugiero que debe existir un proyecto comn a los socios presente que no se limite a sufrir
pasivamente una prueba a la espera de que el timbre la interrumpa. Ah tambin es deseable
la claridad. La ilusin sera creer que la negociacin contractual instaura milagrosamente una
paridad de estado, una igualdad de derechos y de exigencias entre el docente y el alumno de
tal modo que el desnivel sea abolido milagrosamente. Puesto que, por muy negociado que
sea el contrato, por muy inventivo que sea para articular las experiencias anteriores del
sujeto, sus motivaciones del momento y las ambiciones del docente, sigue siendo
fundamentalmente asimtrico. El docente ocupa un lugar irremplazable puesto que l anticipa
el bien del otro, precipita su historia, le constrie a deshacerse de la inmediatez. El contrato
deja as intacto el proyecto de modelar al otro segn lo que creemos que es bueno para l,
proyecto constitutivo de la empresa educativa. Pero el mrito de la negociacin contractual es
revelar la otra vertiente de esta empresa, la que remite a otra asimetra: aquella en la que el
alumno ocupa un lugar que nadie le puede usurpar, el lugar del sujeto que aprende. No se
har nada si el docente no se somete a esta evidencia. Nadie ha conseguido aprender a
nadar en lugar de otro. Al contrario, lejos de instituir lo intercambiable, sita a los 2 socios en
una situacin doblemente asimtrica en que cada uno debe asumir su anterioridad con
relacin al otro, el proyecto de hacer aprender precede a la puesta en prctica de una
situacin de aprendizaje, el acto de aprender precede al aprendizaje realizado. La cosa no es
trivial, el docente no la acepta fcilmente y se abandona a veces a la clera cuando la
descubre. Asumir esta doble anterioridad no es fcil y la hiptesis de una convergencia ente
los proyectos de los 2 socios siempre choca con la heterogeneidad de hecho de las
temporalidades con las que hay que arreglrselas. El proyecto de hacer aprender es
legtimamente impaciente. El aprendizaje es, en su constitucin, dubitativo. El que aprende,
que an no habita el conocimiento y que descubre el camino a tientas, est nervioso o
desanimado por un arrebato que apenas puede comprender. No existe un contrato
pedaggico que sea la simple definicin de un objetivo comn, cuyo desarrollo ira por poco
que la buena voluntad se d cita. No existe ms que el propio proceso de contratacin, nunca
acabado, siempre en cantera, en tensin entre seres animados por lgicas diferentes, hasta
el punto que su encuentro parece revestir, cuando sucede, un carcter milagroso. ste se
comprende mejor si se observa el carcter paradjico del contrato: la asimetra es constitutiva
de ste y los estados de los 2 socios son radicalmente diferentes. Olvidarlo sera dejar surgir
el malentendido, comprometer la posibilidad de educar. Ilusin endgena: como s que slo
acepto aquello que podra emanar de m, a veces creo que todo progreso o adquisicin slo
puede venir de m. La negacin de la exterioridad en el aprendizaje no es ms que la
confusin del ser de los conocimientos con la actitud del docente que hace imposible la
apropiacin de stos. Y es que el experto no llega a comunicarla si no consigue hacerse ex
igual: aquel que comprende que slo se habla al otro si se habla del otro. En lugar de esto,
el experto se obstina con frecuencia a ejercer el papel del ex padre, en una especie de
nostalgia del genitor en que el otro sera nada antes de ser. Entonces la exterioridad del
conocimiento queda atrapada en la trampa ontolgica, se hace absoluta y se olvida las
condiciones de su apropiacin. Las pedagogas de lo exgeno, al presentar al que aprende
como una tabla rasa, rechazan el encuentro en el aprendizaje. Ignoran que, para la asimetra
constitutiva del contrato pedaggico sea algo ms que un marco formal, para que cada uno
pueda estar atento a la temporalidad del otro, abierto a l hasta el punto de que pueda darse
un encuentro y, con l, la circulacin de conocimientos, se precisa una paridad radical. La
desigualdad de funcione es slo viable si va acompaada d la igualdad de naturaleza.
alumno. El contenido parece dar forma a la prctica de la enseanza desde varios puntos de
vista. La enseanza se ve afectada por la misma naturaleza del conocimiento, por la
estructura y secuencialidad de la materia y por los fines que se persiguen en ella. Hay otras
influencias: valor acordado a la materia, la condicin de que su prctica se evale o no y su
grado de definicin. Por lo dems, el entrenamiento pedaggico que reciben los docentes en
varias disciplinas parece comportar distintos principios y formas de ensear.
Los programas de matemticas.
Es costumbre que todos los cursos de la escuela primaria dediquen los 1 meses del ao
escolar a repasar las operaciones que han sido estudiadas durante los aos anteriores.
Los programas de ciencias sociales.
No es fcil especificar en qu consiste un C estndar de ciencias sociales en la escuela
primaria. Muchos programas incluyen temas de historia, geografa, educacin cvica,
sociologa y antropologa, aunque las ms comunes son historia, geografa y educacin
cvica. Existe un gran debate temtico y disciplinar sobre cul debiera ser el foco principal de
la enseanza de las ciencias sociales. Muchos de sus programas se organizan alrededor del
principio de ampliacin progresiva del medio. En el 1 ao de la primaria, los nios
comienzan a estudiar su entorno social inmediato (familia) y de ah pasan al de sus
vecindarios, comunidades, pas, para llegar al final, al del mundo. Jarolimek: muchos
programas se ocupan tambin de sucesos de actualidad, das festivos e incluyen algunas
unidades especiales, como la educacin, vocacin, estudios relacionados con la leyes y la
educacin familiar. Los objetivos que persiguen los programas de ciencias sociales son muy
diversos, pero comparten algunos puntos. En general se espera que los programas inculquen
en los alumnos una cierta cantidad de conocimientos fcticos, sobre todo de historia,
educacin y geografa. Los programas pueden tener como objetivo subsidiario mejoras las
habilidades de lectura de los alumnos, especialmente en los 1 aos. Ms adelante se
dedicarn a desarrollar su capacidad para obtener informacin de fuentes diversas. Algunos
programas ponen nfasis en la investigacin y el pensamiento crtico, otros persiguen fines
sociales y afectivos en paralelo con resultados cognitivos. De ello se colige que las metas que
pretenden alcanzar los programas de ciencias sociales son la indagacin, la investigacin, la
resolucin de problemas interpersonales, la aclaracin de valores y el conocimiento. Nuevas
ciencias sociales de los 60: se despleg un abanico de programas distintos. Tendan a
incorporar disciplinas que iban ms all de la historia y la geografa y a incluir regiones del
mundo que quedaban fuera del rea cultural de Occidente. Pretendan fundir objetivos
diferentes: desarrollo de la investigacin, aclaracin de valores. Jarolimek: en los 60
prevaleca la confusin en la enseanza de las ciencias sociales y que el impacto de las
nuevas ciencias sociales no resisti el paso del tiempo. Otros afirman que algunos de los
cambios introducidos entonces en el contenido de los libros de texto han sido duraderos,
aunque los mtodos de enseanza hayan permanecido bastante estticos. En la escuela
primaria de hoy prevalecen sobre todo los programas multidisciplinares centrados en temas
muy generales. Los educadores han concebido y delimitado el campo de las ciencias sociales
de muy diversas maneras de modo que bajo esta denominacin pueden encontrarse muchos
tipos de enseanza. Existe en realidad una gran variedad en cuanto a lo que ensean y a la
forma en que se organizan la enseanza.
Estructura de la actividad y segmentos de actividad.
La estructura de la actividad es la forma en que se organizan las tareas del aula durante una
leccin. Tal organizacin se pone de manifiesto en los segmentos de actividades que tienen
lugar en un momento determinado. El segmento, concepto emparentado con el de escenario
de comportamiento, fue originalmente definido y estudiado por los psiclogos ecolgicos
como Gump. Los segmentos de actividad son la unidades mayores en que se dividen las
lecciones. Un segmento de actividad es una parte de la leccin que tiene un foco o tema y
Para estudiar el nivel cognitivo se han clasificado las metas intelectuales que se infieren de
cada uno de los segmentos, desarrollando as una jerarqua de niveles cognitivos basada en
una modificacin de la Taxonoma de objetivos educativos de Bloom y de las categoras
definidas por Orlandi, que se ocup de los objetivos fijados para los programas de las
ciencias sociales. Esta jerarqua se basa en la complejidad, que es la dimensin que subyace
a la Taxonoma original. Los objetivos menos complejos, aparte de aquellos que no tienen
fines cognitivos, son los que implican un aprendizaje o una memorizacin de hechos. A stos
siguen los que implican el aprendizaje de destrezas y conceptos y la comprensin de los
materiales de lectura. En general, se sitan por encima de ellos las categoras que tienen que
ver con el desarrollo de actividades o destrezas de investigacin, incluido el uso de materiales
simblicos y grficos. La aplicacin y los dems procesos mentales de alto rango ocupan el
lugar de mayor complejidad en la jerarqua.
La participacin (involvement) de los alumnos.
Todos los segmentos de actividad tienen una estimacin asociada a la participacin de los
alumnos, expresada mediante el porcentaje de las observaciones codificadas como
implicados en la tarea del total de observaciones de los alumnos realizadas durante el
segmento. Los alumnos se consideran en tarea si su conducta observable corresponde a lo
que se espera de ella en ese escenario determinado. El aprendizaje est relacionado con la
forma en que los alumnos emplean su tiempo dentro del aula. Sin embargo, una conformidad
abierta con las expectativas del escenario no constituye una medida directa de los logros ni
de los procesos mentales de los alumnos. La participacin de los estudiantes no asegura por
s misma el aprendizaje, pero a menudo es paso necesario hacia l. Usamos la participacin,
medida por observacin directa, cmo ndice de la respuesta de los alumnos al escenario
educativo, pero recordando en todo momento que dicha participacin debe estar dirigida a los
objetivos apropiados. Una medida directa de la participacin de los alumnos puede resultar un
buen indicador de los procesos intelectuales que subyacen a la enseanza, pero puede
funcionar mejor en unos casos que en otros. La conducta participativa tiene ms
probabilidades de ser un ndice fiable del aprendizaje cuando la realizacin de tareas
observables representa un signo directo de las prcticas y logros de los alumnos como en los
casos en que el patrn de actividades que se espera es tambin directamente observable. En
cambio, es probable que los signos de atencin evidente estn menos ligados al aprendizaje
en aquellas actividades que implican una recepcin pasiva, como cuando los nios escuchan
al docente dar una leccin. Cuanto ms cerca se halle la medida de participacin de un
componente efectivo del aprendizaje, mayores probabilidades tendr de ser un buen
indicador del aprendizaje. La complejidad, la novedad y la necesidad de informacin tendran
relacin con la participacin de los alumnos.
Estudios previos sobre participacin de los alumnos.
Kourin mostr que los alumnos responden colectivamente ante aspectos como la velocidad y
la suavidad con que fluye la clase que imparte un docente. Kourin y Gump mostraron que el
sistema de seales de lecciones que gozaban de continuidad, aislamiento y faltas de
intromisiones inducan una mayor participacin en los nios de pre escolar. Del mismo modo
los estudiantes responden a la calidad de la informacin contenida en un segmento. Su
respuesta se ve condicionada por 2 rasgos: 1) la complejidad de la informacin, 2) la
necesidad o la novedad de la misma. En cuanto a la complejidad, los alumnos son ms
participativos en las tareas cognitivas complejas que las que se sitan en un nivel ms bajo
en la jerarqua cognitiva. Las tareas ms complejas solicitan una mayor atencin. Plantean en
general un reto mayor para los alumnos, a menudo son ms difciles que el simple trabajo de
averiguar un hecho. Requieren un mayor esfuerzo mental y son intrnsecamente ms
interesantes para los alumnos. La participacin de los alumnos se ajustara a la complejidad
de las actividades que se les asignasen se funda en la consideracin del esfuerzo real que
textos orales y escritos. Mientras que siempre se comparte el contexto fsico, el de las
palabras puede compartirse o no, y las referencias a ste ltimo, a veces se indican, pero por
lo general simplemente se suponen. Reconceptualizacin: destaca la importancia crtica de la
construccin activa que realiza cada alumno de estos contextos en la mente, y la asistencia
que debe prestarles el docente a lo largo del proceso, asistencia que adoptar la forma molar
del C en su conjunto.
Cuestiones de carcter general sobre la reconceptualizacin.
La metfora del discurso como reconceptualizacin suscita importantes cuestiones como son
las diferencias docente alumno en edad y cultura, el tono afectivo de la respuesta del adulto
y los valores. 1) Diferencias de edad y cultura: pueden levantar barreras entre docentes y
alumnos. Es un aspecto en el que la tarea de los docentes difiere de la de los padres y otras
personas del crculo ntimo quienes ponen los cimientos de lo que va a pensar el nio y
tambin de cmo lo va a pensar. Los nios llevan consigo a la escuela esta visin del mundo.
Idealmente el docente se esfuerza por entender y conectar. Bernstein: que la cultura del nio
forme parte de la del docente antes que la cultura del docente pueda formar parte de la del
nio. Si no ocurre as, las consecuencias seran malentendidos, conflictos e inferencias no
vlidas sobre la habilidad para aprender del nio. 2) Tono afectivo de la respuesta:
consideremos las expansiones paternas y sus diferencias con las correcciones del docente.
La diferencia formal puede estribar en la entonacin y en el s o no inicial operativo y sin
embargo se trata de una diferencia que pueda llegar a tener gran importancia para el nio. 3)
Cuestin de los valores: lo que importa no es de quin es el andamiaje sino de quin es la
visin del mundo. Aqu, en el dominio del conocimiento, ms an que en el dominio de las
destrezas cognitivas (que son ms neutras en valor) es donde debera cuestionarse la
imposicin autoritaria. La reconceptualizacin debera aadir significados alternativos, pero
sin negar la validez a los significados que los alumnos aportan a la escuela.
imponer por la violencia un lenguaje liso, sin manchas, sin arrugas ni cuerpo, la lengua de los
deslenguados, una lengua sin otro en la que nadie se escuche a s mismo cuando habla, una
lengua despoblada. La voz sera entonces algo as como el sabor y la resonancia de la
lengua, sus arrugas, sus manchas, sus sombras, su cuerpo. Al sujeto, al que habla, al que
est presente en lo que dice, le tiembla la voz. Ese temblor tiene que ver con la relacin que
cada uno tiene con el texto, con la admiracin, el entusiasmo, el afecto. La reduccin del
lenguaje a comunicacin es lo que hace que las aulas ya no sean lugares de la voz. La
desaparicin de la voz es correlativa a la desaparicin del silencio. En las aulas se habla cada
vez ms, se opina cada vez ms, todo el mundo tiene derecho a la palabra, pero a una
palabra cada vez ms banal, ms neutra, ms irresponsable, ms vaca. Lo que pasa es que
la voz est desapareciendo de las aulas y est siendo sustituida por la chchara constante e
ininterrumpida de la informacin y de la opinin.
UNIDAD 4
Bertoni, Alicia; Poggi, Margarita; Teobaldo, Marta: Los significados de la
evaluacin educativa: alternativas tericas, en: Evaluacin, nuevos
significados para una prctica compleja.
La evaluacin educativa es el abordaje de un espacio de conflictos, lo cual permite analizar
articulaciones o fracturas entre supuestos tericos y prcticas pedaggicas. Entendida en estos
trminos, la evaluacin es un punto neurlgico de la relacin educativa.
La evaluacin constituye una actividad de comunicacin en la medida en que implica
producir un conocimiento y transmitirlo, ponerlo en circulacin entre los diversos autores
involucrados. Es por ello que la evaluacin padece las mismas vicisitudes que la comunicacin. En
la evaluacin tenemos una serie de aspectos comunes, que siguen una secuencia lgica y
cronolgica, aunque muchas veces en la prctica son omitidos. A saber:
Relevamiento de informacin (a travs de la observacin, documentos, producciones).
Anlisis de datos segn el marco de referencia.
Produccin de conclusiones, expresadas en juicios de valor o en datos cuantitativos.
Comunicacin entre los actores involucrados en el proceso evaluativo.
Toma de decisin para intervenir activa e intencionalmente en los procesos y resultados
sobre los cuales se emiti el juicio evaluativo.
A pesar de que las instancias mencionadas son una secuencia, su ejecucin no es lineal.
La articulacin del campo educativo con otros campos: implicancias para la evaluacin.
Una definicin amplia de evaluacin, pone el acento en que la actividad consiste en la atribucin de
un juicio de valor a una realidad observada. Es por ello que debemos decir que compromete a otros
niveles de la realidad. Los mbitos del aula y de la escuela se inscriben en el campo educativo, el
cual se articula con otros campos sociales y se encuentra, en distintas situaciones histricas,
sobredeterminado por alguno de ellos.
Aqu se emplea la nocin de campo de Bourdieu, es decir, como espacios de juego
histricamente construidos con sus instituciones especficas y sus leyes de funcionamiento propias.
El campo educativo se articula con otros campos y se encuentra en nuestro contexto histrico
sobredeterminado por el campo poltico y el econmico. Podemos situar el mbito dentro del
campo educativo (esto no es reflexin ma, es de la seor/a que escribe), y afirmar que lo que
acontece en el campo educativo tiene repercusiones extra escolares, que se explican por las
articulaciones y sobredeterminaciones antes mencionadas. La evaluacin sanciona la adquisicin o
no de saberes que se consideran necesarios para el desempeo social, sus resultados repercuten
no solo sobre el sujeto evaluado, sino que tienen un efecto expansivo sobre los otros implicados.
Este proceso veremos cmo funciona a nivel del aula. Lo que sucede en el aula, con la
evaluacin, permite construir un entramado de relaciones entre actores y entre campos, que se
constituyen como la puesta en marcha del dispositivo de evaluar. El mbito del aula involucra no
solo a los protagonistas, sino tambin a otros actores sociales (padres, familiares, amigos).
La evaluacin, opera como un eje que articula el juego entre tres tipos de actores:
docentes, alumnos y padres. La evaluacin es la instancia por excelencia que pone en juego a los
tres actores. stos entras en una relacin a propsito de las calificaciones. Las instituciones
escolares distribuyen calificaciones que circulan luego en otros campos, en forma de certificaciones
que tienen un valor de mercado (relacionar con Dubet). Estos procesos de produccin, negociacin
y distribucin de las calificaciones asumen caractersticas particulares en el interior de las escuelas
y de las aulas. Se relacionan con las caractersticas institucionales y con la manera en que aquellos
actores desempean sus roles, es decir, con la manera en que juegan el juego en tanto sujetos
vinculados por la evaluacin.
La evaluacin pone en evidencia la vinculacin entre los dos actores presentes en la relacin
pedaggica y un actor virtual: los futuros empleadores. Siempre est en juego el valor social del
alumno en tanto futuros trabajadores y ello remite a, por un lado la relacin entre lo que se ensea
y se aprende en la escuela, y por el otro a las exigencias que se derivan del mundo de la
produccin. Ms all de las condiciones econmico-sociales que inciden en la distribucin desigual
del capital cultural, los procesos que fabrican el fracaso escolar demoran o interrumpen el juego
de los alumnos en tanto actores de ese proceso de formacin. Sucede por dos razones: xq el
capital cultural en estado incorporado es insuficiente (porque los habitus han carecido del tiempo
necesario para su adquisicin) y porque el capital cultural en su estado institucionalizado no ha
llegado a obtenerse.
Lo que est en juego con la evaluacin es la satisfaccin de necesidades sociales
especficas, lo cual implica retraducciones en diversos niveles de especificidad.
Cuando los docentes evalan las realizaciones de sus alumnos atribuyndoles calificaciones, van
creando realidades inexistentes hasta ese momento: buenos alumnos, malos alumnos.
Los usos sociales de la evaluacin.
Ya que hay tantas dimensiones en el acto de evaluar, el autor/a va a poner en duda la unidad y
coherencia de lo que se denomina evaluacin. El problema de la utilizacin de los resultados est
vinculado a:
1. Intenciones de la evaluacin.
2. Acciones derivadas de los resultados.
1. Si nos preguntamos por qu se evala nos remitimos a la intencin. Si lo hacemos referido a
para qu se evala remite a los efectos de la evaluacin. Los propsitos o intenciones dependen
de cul sea su concepcin de evaluacin. Las ms conocidas son: medir apreciar, comprender
La intencin de medir el objeto est presente cuando se considera desde la perspectiva del
desempeo o actuacin del sujeto. No hay relacin entre las propiedades del instrumento que se
quiere emplear y las propiedades del objeto que se pretende medir.
J. Ardoino y G. Berger (la puta!! todos los/as de cs. de la educacin tienen apellidos que
hacen acordar a adjetivos flicos, Frgido, Tiragomi, entre los ms conocidos) hacen una
distincin entre evaluacin estimativa y apreciativa. La primera la intencin es efectuar una
lectura de lo real lo ms prximo posible a la medicin. Se trata de delimitar ciertas caractersticas
de la realidad a estudiar y de estimarlas de la manera lo ms objetiva posible, valindose de
consideraciones cuantitativas. La segunda consiste en apreciar ciertos criterios preexistentes.
Puede dar lugar a dos orientaciones:
A. Evaluacin apreciativa con un modelo predeterminado: esta consiste en la construccin de
un referente previo, el cual orienta la lectura de la realidad y la evaluacin consiste en la bsqueda
de los indicadores que permitan dar cuenta del estado del objeto con relacin a los referentes. La
evaluacin demostrara en qu medida las realizaciones de los alumnos se vinculan con los
indicadores seleccionados como indicadores de logro.
B. Evaluacin apreciativa sin modelo predeterminado se fundamenta en la interpretacin, se
pregunta por el sentido. Implica construir el referente apropiado que permita captar las
singularidades del aula o escuela que se evalan. El objetivo es comprender el objeto, sin juzgarlo.
En este contexto, evaluar a los alumnos significa comprender las maneras de resolver las
situaciones planteadas.
2. La relacin entre quien evala y el objeto de evaluacin no es independiente. La evaluacin se
inscribe siempre en un mbito de decisiones. En sus formas ms frecuentes y simples, como la ev
implcita, sirve al docente para tomar decisiones para sus prcticas en el aula. Cuando el carcter
es institucional el uso externo o interno de, los resultados depender del tipo de informacin que
permitan obtener los instrumentos empleados y de las decisiones previamente adoptadas. La ev
est relacionada con un contexto decisional dado, el uso interno de los resultados puede ser
diverso segn las finalidades.
Cuando se trata de una evaluacin diagnstica, se pretende informacin sobre los saberes y
competencias que poseen sus alumnos, en trminos de requerimientos necesarios para una
secuencia futura de aprendizajes. Cuando se trata de una evaluacin sumativa se trata de ver en
qu medida los alumnos han adquirido los conocimientos esperados y las competencias
correspondientes. La evaluacin formativa est vinculada con la seleccin de contenidos y puesta
en prctica de secuencias de contenidos y de estrategias pedaggicas que se consideren como las
ms adecuadas para mejorar los resultados obtenidos.
Se pretende sacar a la evaluacin del lugar en el que comnmente se ubica: un acto final
desprendido de las acciones propias de la enseanza y el aprendizaje. Las actividades evaluativas
se constituyen y entrelazan en el interior mismo del proceso total. La condicin para que esto
ocurra es que se conciba a la tarea educativa como una propuesta que se pone a consideracin de
sus actores, quienes la ejercen con autoridad responsable y transformadora. Quien tenga
experiencia en la tarea docente sabe que algo que la caracteriza es su imposibilidad de ser
realizada siguiendo pautas muy especficas y analticamente prescriptas. Las decisiones que los
profesores toman implican optar, paralelamente a esto, los alumnos tambin realizan estas
actividades evaluativas. Ellos tambin analizan, quizs a partir de interrogantes y con criterios y
finalidades no del todo coincidentes con los propsitos del docente, pero lo hacen. Este modo de
proceder con el conocimiento se aprende y puede verse favorecido y estimulado por procesos
intencionales y sistemticos encarados en funcin de un objetivo educativo explicito, pero tambin
son el producto de convivir en un ambiente educativo que se caracterice por este estilo de trabajo
intelectual.
El mejor mtodo es transparentar los procesos que el profesor puso en juego parea
aprender, es decir, sus dudas, sus criterios, sus opciones. De este modo los alumnos aprenden
epistemologa, actitudes no dogmticas hacia el conocimiento (el verso de siempre de actitudes
democrticas) enseanza y aprendizaje de los procesos de evaluacin caractersticos de la
relacin de un sujeto crtico con el conocimiento.
B. La mejora de los exmenes comienza mucho antes, cuando uno se pregunta qu
enseo?, Por qu enseo eso y no otras cosas?, de qu modo lo enseo? (entre otras
preguntas boludas)
Los mtodos y tcnicas evaluativas mejoran la calidad educativa de los alumnos, cuando forman
parte de un proceso ms amplio y ms complejo que ha mejorado. Las pruebas de evaluacin de
los aprendizajes sern valiosas, en tanto nos permitan conocer la manera y el grado de apropiacin
que los estudiantes han realizado de un conocimiento, que se considera importante y digno de ser
conocido.
Se pone el ejemplo de trabajo en los talleres docentes y dice que surgen dudas acerca de
cmo mejorar la evaluacin. Se pretende fundamentar cmo la escuela y los docentes, tienen un
espacio de decisin sobre los contenidos en la enseanza. Esto trae aparejado el problema de
tener que optar, y ser conveniente hacerlo a partir de ciertos criterios que den cuenta de las
razones que motivan tales decisiones. No slo sern valiosos los exmenes que pretendan evaluar
ciertas temticas, sino tal calidad depende del conocimiento que hayan promovido, y de la calidad
del sistema de evaluacin para ponerlo de manifiesto.
Al disear actividades especficamente destinadas a la evaluacin se propiciar que se
generen nuevos aprendizajes. Segn el tipo de cuestiones que se plantean los alumnos durante
una prueba, pueden ser llevados a crear otros puentes cognitivos.
En el caso de Historia, los alumnos presentan durante sus actividades de conocimiento,
dificultades para el aprendizaje de sta. Estas dificultades se expresan en problemas de manejo
del tiempo y del espacio, por lo que es conveniente que se trabajen nociones bsicas antes.
C. No existen formas de evaluacin que sean absolutamente mejores que otras, su
calidad depende del grado de pertinencia al objeto evaluado, a los sujetos involucrados y
al contexto.
En la historia de la evaluacin se lleg a considerar que existan formas de evaluacin que eran
mejores que otras, as se crey que exista una evaluacin cientfica y otra ingenua o intuitiva,
sta ltima era la que desarrollaban los docentes a partir de su trabajo en el aula. La cientfica tena
como una de sus cualidades, la supuesta objetividad que se esgrima como prueba de su
ineludible calidad respecto a otras maneras de evaluar que se mostraban como subjetivas y poco
rigurosas, mucho menos cientficas. Al momento de anlisis de estas evaluaciones, se mostr que
la objetividad se restringa al momento de correccin de los tems, dado que su construccin prev
slo marcar la alternativa correcta o seleccionar una entre varias, de modo tal que cualquier
persona poda corregirlas. Los problemas de ste tipo de evaluacin eran que se fragmentaban
excesivamente los contenidos, al ser divididos los temas en gran nmero de tems; se centraba
preponderantemente en la evaluacin de los resultados; y tena una dificultad a la hora de ver
cmo el alumno lleg a elegir esa opcin.
Los objetivos de evaluacin son construidos gracias a las preguntas que les formulemos y
las finalidades que se les hayan atribuido. Las formas de evaluar los distintos tipos de
aprendizajes debern variar de acuerdo con las reas conceptuales trabajadas y las operaciones
cognitivas priorizadas. Esta relacin entre el enfoque con el cual nos dirigimos a un rea de
conocimiento, las preguntas que le formulemos, las operaciones cognitivas que se potencien, son
elementos que marcan y determinan en gran medida el tipo y la forma de evaluacin.
D. Si el docente logra centrar ms su atencin en tratar de comprender qu y cmo
estn aprendiendo sus alumnos, se abre la posibilidad de que la evaluacin deje de ser
un modo de constatar el grado en que los estudiantes han captado la enseanza, para
pasar a ser una herramienta que permita comprender y aportar a u proceso.
Una de las tareas del docente es determinar cundo es conveniente, necesario y posible intervenir
para promover el cambio cognitivo. La ev dinmica comprende dos aspectos: evala el estado
actual del nio en relacin a la zona disponible para la adquisicin del conocimiento;
modificabilidad, la disponibilidad del alumno para aprender. (Juro que no dice nada ms
importante, y eso de modificabilidad es tal cual lo que dice, no dice nada ms que eso.)
E. Obtener informacin acerca de lo que se desea evaluar es slo un aspecto del
proceso evaluativo. Su dificultad mayor est en las reflexiones, interpretaciones y
juicios a que da lugar el trabajo con los datos recogidos.
Tanto la interpretacin como la valoracin subsiguiente en estos datos dependern no de los datos
mismos, sino de lo que pretendamos hacer con ese terreno. Un docente cuanta con mltiples y
particulares fuentes de informacin que le brindan datos acerca del proceso de aprendizaje de sus
alumnos: sus intervenciones en clases, sus trabajos, sus exmenes Las concepciones que se
tengan acerca del conocimiento, la enseanza, el aprendizaje, constituyen marcos referenciales
epistemolgicos y didcticos que actan a modo de parmetros que guan dicha reflexin y
orientan las interpretaciones. Ej.: desde un enfoque constructivista del aprendizaje, no ser bien
visto un trabajo evaluativo que consista en verificar el grado en que los estudiantes han sido
capaces de sintetizar las ideas principales del autor.
Las verdaderas evaluaciones sern aquellas en las que docentes y alumnos, con la
informacin disponible, se dispongan a relacionar los datos, intentar formular algunas hiptesis y
emitir juicios fundados que permitan comprender lo que ocurre, cmo ocurre y por qu. Hay que
advertir que las calificaciones en s, solo aportan informacin sobre el lugar que ocupa cada
alumno y su rendimiento en una escala numrica o conceptual. Tambin pueden ser una seal que
indique que algo no anda bien, lo que seguramente no le dicen las calificaciones es qu y por qu
no anda bien.
F. La evaluacin se construye en fuente de conocimiento y lugar de gestacin de
mejoras educativas si se la organiza en una perspectiva de continuidad.
Con esto no se niegan las evaluaciones puntuales. Pero la construccin de un juicio evaluativo
acerca de los procesos de enseanza y aprendizaje que ocurren en las escuelas requiere
reconocer la especificidad del hecho educativo
y su carcter procesal, dinmico y
multideterminado. M. Scriven formul el trmino evaluacin formativa para dar cuenta de las
actividades concebidas para permitir los reajustes necesarios y sucesivos en el desarrollo de un
nuevo paradigma, manual o mtodo de enseanza. Linda Allal dice que los errores son objeto de
un estudio en particular en la medida en que son reveladores de la naturaleza de las
representaciones o de las estrategias elaboradas por el alumno.
Los actos de evaluacin aislados y descontextualizados que se realizan a modo de corte
vertical de dicho proceso nos dicen sobre las razones por las cuales ste ha ocurrido de ese
modo. La informacin proporcionada por estas evaluaciones verticales acta como radiografa en el
proceso de diagnstico mdico clnico: permiten reconocer algunos signos esperables, pero
tambin detectar los que no lo son. El anlisis reflexivo de estos elementos de juicio posibilitar
arribar a un diagnstico ms adecuado y preciso, intentar una explicacin fundamentada del
problema y elaborar una propuesta de tratamiento. Los rasgos ms caractersticos de la
evaluacin de proceso se manifiestan en la intencionalidad de analizar y comprender el proceso tal
y como va ocurriendo, detenindose especialmente en el estudio del tipo y cualidad de las
relaciones que podran haber actuado como factores determinantes del mismo.
G. la evaluacin de las estrategias de aprendizaje es un rea de alta potencialidad
educativa y con amplias posibilidades de incidencia en la transformacin de dichos
procesos.
El concepto de estrategias de aprendizaje (E. de A.) refiere a los diversos conocimientos que pone
en juego un sujeto al aprender y abarca desde el uso de simples tcnicas y destrezas, al dominio
de estrategias complejas. Nisbet y Schuckmith definen las E. de A. como secuencias integradas de
procedimientos o actividades que se eligen con el propsito de facilitar la adquisicin, el
almacenamiento y/o la utilizacin de informacin o conocimientos. Novak y Gowin definen dos
conceptos cercanos: metaconocimientos y metaaprendizajes. Por metaconocimiento se entiende el
conocimiento relativo a la naturaleza del conocimiento y del conocer. Por metaaprendizaje se
refiere al aprendizaje relativo a la naturaleza del aprendizaje, es decir, aprendizaje sobre
aprendizaje. Es el grado de conciencia que tiene una persona acerca de sus formas de pensar y
de la estructura de sus conocimientos.
En una institucin educativa, las E. de A. que desarrollan los alumnos estn en intima
relacin con las estrategias de enseanza que ponen en prctica los profesores. EN relacin con
esto, evaluar ser reflexionar y juzgar acerca de la calidad y eficacia de dichas estrategias y la
adecuacin de su eleccin al tema/objeto del aprendizaje en cuestin. Si se trata de evaluar las E.
de A. que otro pone en juego ser necesario pensar en una metodologa cercana a la observacin
participante, propia de la etnografa y de la antropologa social. Si se trata de evaluar las E. de A.
de uno mismo hay que hacer un acto analtico-introspectivo.
H. El uso de la informacin proveniente de las acciones evaluativas pone de manifiesto
el tema de poder en este campo, permitiendo o dificultando, la apropiacin democrtica
del conocimiento que en l se produce.
La relacin evaluacin-poder es uno de los temas centrales del campo evaluativo. El trabajo del
evaluador es eminentemente poltico y sus diversos estilos y mtodos son la expresin de
diferentes actitudes en relacin a la distribucin del poder en la educacin. Esto implica dentro del
aula que se deber cuidar las acciones que continan luego de una instancia evaluativa.
innecesarios. Los profesores, sin embargo, acaban realizando una excesiva economa de recursos
en la evaluacin. En las prcticas tradicionales y ms difundidas, los docentes tienden a privilegiar
el uso de pruebas cognitivas. Estas pruebas o exmenes han sido ampliamente cuestionados. Es
importante reconocer y evitar los efectos negativos y perjudiciales como, frustrar y desmotivar a los
estudiantes; fomentar el uso competitivo de los resultados; generar ansiedad a travs de exmenes
o pruebas finales extensas; Afianzar la idea de evaluacin como algo que ocurre al final, y no
como algo que acompaa cada una de las tareas; fortalecer la visin de los buenos alumnos
como aquellos que alcanzan altos puntajes en pruebas cognitivas, en detrimento de que sean
mejores estudiantes (ms reflexivos, lo cual indicara ms iniciativa).
La evaluacin autntica y nuevas estrategias de evaluacin
La evaluacin implica una valoracin integral e integrada de la variedad y riqueza de aprendizajes
propuestos por la enseanza. Reducirla a pruebas de conocimiento acaba desvalorizando o
simplemente eliminando aquellos propsitos. Los problemas de las formas clsicas de evaluacin
son que los alumnos acaban aprendiendo segn la forma en que suelen ser evaluados,
alimentando las rutinas o la bsqueda de sacar ventaja de lo ya conocido y esperado.
Partiendo de estos problemas, se ha originado un movimiento dirigido a reformular la
evaluacin educativa, conocido como evaluacin autntica, a travs de dos estrategias:
Utilizar herramientas e instrumentos de evaluacin.
Acercar la evaluacin al proceso de enseanza y no solo a un momento de cierre final.
Los rasgos centrales de sta forma de evaluacin son:
La evaluacin a travs de producciones o demostraciones reales de aquello que deseamos
que los alumnos sepan y puedan hacer bien.
Proponer procesos mentales ms complejos y estimulantes, que la simple respuesta a
cuestionarios.
Incorporar la evaluacin de una amplia gama de aprendizajes y desarrollo de capacidades, y
no solo de la esfera del conocimiento.
Reconocer y facilitar la existencia de ms de un enfoque o respuesta en la produccin de los
alumnos.
Prestar especial importancia a las expresiones personales no pautadas y a los productos
reales que desarrollen.
Utilizar criterios y estndares de evaluacin claros, transparentes y apropiados para esas
producciones o demostraciones.
Teniendo en cuenta estos principios, la evaluacin autntica se basa en cuatro estrategias de
evaluacin:
A. La evaluacin de rendimiento: Supone evaluar a los estudiantes en el proceso mismo de
aprendizaje y en el contexto mismo de las tareas permitiendo evaluar el pensamiento
autnomo, la solucin de problemas, las habilidades, el trabajo en equipo, la elaboracin de
planes de trabajo, la interpretacin, la capacidad comunicativa, entre otros. As, la
evaluacin no es un momento distinto de las tareas mismas que tienen que realizar a lo
largo de la enseanza y forma parte del proceso de aprendizaje.
poltico, las consecuencias morales del acto de evaluar se convierten en la mayor de las
preocupaciones. Estas marcas indelebles que se dejan nos remiten ineludiblemente a las
consecuencias de evaluar. Tendremos que reconocer que una sola dimensin (la moral) puede
llegar a expresar todos los riesgos de la tarea de evaluar. El halo que rodea muchas conductas de
los estudiantes suele influir en las calificaciones que se otorgan.
Muchas veces se tiene a utilizar la evaluacin como un castigo, y esto implica que
confundan ste con la evaluacin o la utilizacin de la evaluacin para generar hbitos de estudio.
Los riesgos en las prcticas tambin se generan cuando se estructura la enseanza a partir de la
evaluacin. Los docentes seleccionan y jerarquizan los contenidos por las evaluaciones dejando de
lado toda otra consideracin. Si se analizan las evaluaciones numricas, nos encontramos con una
clara tendencia por parte de cada docente a aprobar o descalificar, o a usar otras calificaciones
ms que otras con independencia de las cohortes (abundancias, multitudes para que no lo busquen
en el diccionario) que son calificadas.
Propuestas originales y bien intencionadas, sumamente laboriosas, que exige respuestas
originales, muchas veces resultan en fracasos ya que no fueron contempladas en la enseanza ni
teniendo en cuenta a los alumnos. El tiempo con el que se programa una actividad tambin puede
ser una fuente de error, ya que puede presionar a resolver el ejercicio en un plazo determinado,
incidiendo en su calidad.
A la hora de evaluar los instrumentos de evaluacin solemos acudir a su validez y
confiabilidad, como caractersticas esenciales. Sin embargo, pocas veces contemplamos la validez
de consecuencia, que consiste en presentar pruebas de que cuando se aplica la prueba, examen o
instrumento, la evaluacin tenga consecuencias positivas. En el terreno de las consecuencias, un
tema importante es superar la idea de que todo puede ser evaluado, en tanto todo es objetivable y
numrico. En sntesis, las prcticas de los docentes que se refieren a la evaluacin nos muestran a
diario un complejo camino cargado de paradojas y contradicciones.
El error y los aprendizajes escolares
En las tradiciones de la enseanza, detectar los errores y corregirlos a tiempo es un claro desafo
en la tarea diaria de los docentes. Desde hace mucho tiempo, en el campo de la evaluacin,
muchas de las prcticas de los docentes estn centradas en conocer o medir lo que se desconoce
para calificar mediante estos datos los aprendizajes adquiridos. Ms de una vez, el olvido o la
reconstruccin de un concepto luego de un tiempo transcurrido se aprecian como error sin
distinguir su naturaleza.
En el campo de la didctica contempornea, el anlisis del error juega un lugar destacado.
Se trata de entender su origen, naturaleza y relevancia con el objetivo de construir propuestas de
enseanza que contemplen, comprendan e intenten favorecer mejores comprensiones. por una
parte, algunas propuestas de enseanza pueden inducir a error; por otra, es la naturaleza del
contenido o su complejidad lo que puede ocasionarlo. Ms de una vez, algn conocimiento que
poseen los estudiantes los lleva a una apreciacin o relacin incorrecta. Es necesario diferenciar
ese error del que es producto del desconocimiento de un tema o problema y que conduce a una
explicacin errnea.
-El error y el castigo: la humillacin, el temor
La adquisicin del oficio del docente requiere el reconocimiento de los errores y de los aciertos que
se despliegan como consecuencia de esas prcticas para reflexionar en torno a ellos. No se trata
de la implementacin de una metodologa sino de una concepcin del ensear y del aprender que
tiene la expresin en esta posibilidad de analizar la prctica que es a su vez una herramienta pata
la formacin profesional.
-Las tradiciones de evaluacin de las prcticas de ensear
Las maneras de construir un cuestionario son variadas: se pueden delimitar las dimensiones a
evaluar segn las concepciones de enseanza, las opiniones de profesores expertos o las de los
estudiantes referidos al docente ideal. Las puntuaciones dependen en estos casos del grupo
particular de estudiantes. Los cuestionarios dan cuenta de la estabilidad cuando se trata del mismo
docente y el mismo grupo, y de las diferencias de las apreciaciones segn los grupos sean grandes
o pequeos.
Uno de los problemas ms frecuentes es el de la organizacin y adecuacin a las prcticas.
Su carcter prescriptivo es su mayor debilidad. Por otra parte, hay que mencionar que se evalan
las actuaciones de las personas pero no se contemplan sus repercusiones en la persona: los
temores o el impacto en la autoestima, entre otros.
-Otra forma de evaluar las prcticas
Evaluar las prcticas debera ser un acto de conocimiento. Se instala porque es el ms claro
promotor del mejoramiento de las prcticas y es inherente a la profesin del docente. Lo central en
estas propuestas es la posibilidad de crecer en los anlisis y adquirir de manera paulatina un
conocimiento ms profundo y certero respecto de las acciones que desplegamos.
Una nueva agenda para la evaluacin: el paradigma de la crtica artstica
En las prcticas tradicionales evaluar signific construir instrumentos con el objetivo de diferenciar
el antes del despus o el proceso mismo, establecer un diagnstico, evaluar las conductas de los
estudiantes antes y despus, entre otras. La crtica artstica proviene de los campos
cinematogrficos, literarios o dedicados al arte, los crticos suelen iluminarnos con sus
apreciaciones, ayudndonos a apreciar las limitaciones, hallazgos o virtudes de la obra desde una
mirada ilustrada. Al juzgar la obra determinaremos su valor utilizando criterios que podamos
identificar, pero no son universales y se construyen en funcin de las situaciones educativas
peculiares que definen a cada institucin. Con esto se trata de documentar que vale la pena
construir miradas diferentes para enriquecer los aprendizajes. La crtica contribuye a la mejora
general del proceso educativo. La evaluatitis o enfermedad de la evaluacin consiste en
privilegiarla por sobre cualquier prctica de enseanza.
A la hora de analizar las evaluaciones institucionales nuestra mayor preocupacin es
reconocer que la evaluacin tienen sentido en tanto apunta a mejorar las instituciones en su
dimensin moral. La escuela se legitima como institucin pblica cuando satisface su ms
profundo sentido social. El enfoque de la crtica artstica puede ayudar a conceptualizar de manera
diferente el campo de la evaluacin. La pregunta que propone es si vale la pena evaluar
determinado objeto, si esa evaluacin va a tener efectos positivos en los contextos y en los sujetos
de las practicas y si vamos a aprender de estas prcticas.-