LIpovetsky

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Entrevista con Gilles Lipovetsky: "El consumo es, junto con el amor, el otro gran sueo de la

vida privada"
ines.saenz@itesm.mx

En esta charla a propsito de su libro ms reciente publicado en espaol, el filsofo explica las complejas relaciones
culturales que se han establecido con la globalizacin, y los desafos y oportunidades que ofrecen a la humanidad.

Gilles Lipovetsky (Pars, 1944), uno de los 12 intelectuales franceses ms influyentes segn la revista Le Nouvel
Observateur, habla para MSemanal de su ltimo libro, La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada
(Barcelona, Anagrama, 2010), coescrito con Jean Serroy. En esta conversacin, el filsofo comparte sus ideas sobre los
cinco fenmenos que han redefinido nuestros hbitos y han provocado las crisis que vivimos: el mercado, la
tecnociencia, las industrias culturales, el consumo y el individualismo. Durante esta larga conversacin Lipovetsky se
muestra en toda su complejidad. Explica que el lujo y la moda le interesan slo como temas de estudio, pues su vida es
simple y desprovista de cosas materiales: el exceso le atrae como un reto intelectual, pero en su vida personal busca la
moderacin. Se confiesa adepto a Facebook y a las nuevas tecnologas como parte de su campo de investigacin, y dice
que ya cuenta con ms de mil amigos, un nmero siete veces ms alto que la media francesa.

IS: En su libro habla de varios fenmenos que han provocado cambios profundos en nuestra
sociedad. Usted llama a esa transformacin la cultura-mundo. En qu sentido la globalizacin no
es slo una realidad econmica sino tambin y sobre todo una cultura?

GL: Cuando se habla de la globalizacin, uno piensa inmediatamente en factores geoestratgicos o geopolticos (la
desaparicin de la Unin Sovitica, por ejemplo), pero es tambin una cultura, un modo de conciencia, de percepcin, un
sistema de valores desde el cual se percibe un mundo donde las fronteras se erosionan. En primer lugar, es una cultura
de mercado. Sabemos que el mercado no es una invencin actual, pues siempre ha habido una cierta cultura de
mercado, la cultura de la rentabilidad. Sin embargo, esta cultura era limitada en varios sentidos: limitada en el espacio,
pues el mundo del mercado era el mundo occidental. Incluso en Occidente esta cultura era interrumpida por mltiples
factores como el arte, la nacin, los deportes, la escuela, el servicio pblico. Todos ellos ponan un lmite al mundo del
mercado: cuando se cre, el Museo de Louvre no estaba en competencia con otros museos y no tena el imperativo de
rentabilidad. Esto ha desaparecido. Hoy en da, la cultura de mercado es planetaria estoy incluyendo a China. Ya no
hay un solo pas que est al margen de la empresa privada, del mundo de la competitividad y la rentabilidad. La lgica
del mercado ha invadido las esferas que antes estaban protegidas, incluyendo la esfera educativa. Las escuelas, las
universidades estn en una competencia mundial, deben ganar dinero, y los museos sirven a los intereses econmicos
de la regin. En segundo lugar, el libro habla tambin de la tecnociencia como algo que va ms all de la tcnica, pues
sta ha creado una cultura planetaria. Tomar el telfono, baarse en la regadera, tomar una pastilla, usar una
computadora son hoy en da gestos elementales que se han vuelto planetarios. La tcnica genera conductas que se han
globalizado.

En tercer lugar, aparecen los medios masivos de comunicacin, es decir, las industrias culturales: la televisin, el cine, la
msica. No hay ninguna nacin que est fuera de este desarrollo de los instrumentos de comunicacin y de aquello que
los acompaa: el consumo cultural. Cuando muri Michael Jackson, todas las generaciones jvenes incluyendo las
chinas se enteraron. Todos nos hemos convertido en consumidores de cultura, de pelculas, de programas de
televisin, con la hegemona estadunidense actual que domina ampliamente el mercado de las industrias culturales el
cine estadunidense ocupa 85 por ciento de las plazas de exhibicin. En Estados Unidos las ganancias generadas por el
cine, la msica y la televisin ocupan el primer lugar de exportacin del pas. La aparicin de internet hace 20 aos ha
cambiado los medios, ya que participamos en la comunicacin instantnea que elimina las distancias: lo lejano lo es
menos porque uno est en contacto con la gente o con los acontecimientos del otro lado del mundo. Quiero aclarar que
este acercamiento no significa que han desaparecido los conflictos. Por ejemplo, todos usan software estadunidense, e
incluyo a los pases rabes donde se detesta y rechaza a Occidente y en particular a Estados Unidos. Los
latinoamericanos tienen una percepcin de la realidad diferente de la de los gringos. Pero hay una conciencia planetaria
que no ha destruido las diferencias culturales. Empero, se utilizan las mismas herramientas, pero las diferencias
culturales estn a la vista. La paradoja consiste en que nunca antes el mundo occidental haba sido tan penetrante (pues
la tcnica y el mercado son occidentales) y tan rechazado. Esto nos muestra que los factores culturales guardan una
fuerte autonoma.

Hay otros dos factores que son muy importantes para esta cultura-mundo: el consumo y el individualismo. El cuarto rasgo
es el consumo: es evidente que el universo consumista est muy mal repartido en el planeta. Hay millones de personas

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en el mundo que sobreviven con dos dlares al da.

Pero el problema es que ellas conocen el primer mundo. Ya no exite ninguna nacin en el mundo que no aspire a ser
parte del universo consumista. ste es incluso un factor importante para la migracin hoy en da. Anteriormente, los
inmigrantes eran perseguidos polticos o gente que mora de hambre; actualmente hay toda una inmigracin en nombre
de la calidad de vida. El consumo se ha vuelto una verdadera cultura que ocupa una gran parte del tiempo y de las
aspiraciones. En Amrica Latina las ciudades se vacan los domingos, a excepcin de los centros comerciales, que son
el lugar de encuentro. Las encuestas muestran que una de las motivaciones principales del turismo es ir de compras. Los
turistas tendrn acceso a las mismas marcas, pero eso no importa: irn a Nueva York.

Por qu all? Para ir al Museo de Arte Moderno? No, para ir de compras. Las compras (el shopping) se ha convertido
en una actividad turstica masiva. Los modos de vida se han vuelto completamente dependientes de las lgicas de las
marcas y del consumo para la mayor parte de las actividades de ocio. Turistear, escuchar msica, viajar, ver la televisin:
nos hemos vuelto hiperconsumidores. No hay sector que escape. Cuando tomo el Metro, veo a la gente con su iPod
escuchando msica comprada o descargada de internet. Y observamos hoy en da que esta aspiracin al consumo ha
ganado por completo a los pases emergentes. Hay un verdadero fetichismo del consumo de marcas en China, Rusia o
Brasil: estudios muestran que los jvenes conocen mejor los nombres de las marcas de lujo que los nombres de
personajes de la historia, la literatura o la religin. El consumo es, junto con el amor, el otro gran sueo de la vida
privada. La gente suea con viajar, con tener una casa bella, con las marcas, con comprar y cambiar. Esos son los
sueos de la mayor parte de la gente. Y esto se relaciona con el primer punto. Es decir, que anteriormente las lites
estudiaban Humanidades y ahora se inscriben en las Escuelas de Negocios porque es all donde se gana dinero. Y con
el dinero uno puede consumir. All es donde uno ve la coherencia de esta cultura-mundo.

Pasemos al quinto rasgo, que es fundamental y al que me he dedicado por ms de 30 aos. Me refiero a la
individualizacin del mundo. Esta lgica, que naci en Europa y que hace mancuerna con el Occidente y la democracia
moderna, se ha convertido en un valor capital que ha ganado terreno en el planeta y que adquiere formas diferentes
segn la cultura. Hay varios ejemplos que lo confirman: en los pases emergentes se observa un individualismo posesivo:
ganar dinero, hacer negocio. Esta lgica consumista es una de las facetas de la cultura individualista. Poco a poco se va
imponiendo el principio de que cada uno es responsable de gobernar su propia existencia, independientemente de las
tradiciones. En mis dos ltimos libros (La cultura-mundo y El Occidente globalizado, ste de prxima publicacin en
espaol) explico que esta dinmica de la globalizacin significa que cada vez se debilita ms el poder restrictivo que las
grandes instituciones ejercen sobre la vida privada de la gente. Este es el verdadero significado del individualismo, y
cada vez gana ms terreno incluso en los pases rabes, que vomitan el individualismo y el materialismo; se puede
constatar que en esos pases las mujeres tienen cada vez ms voz en el nmero de hijos que desean tener, y en Irn las
mujeres tienen en promedio el mismo nmero de hijos que en Francia. La paradoja consiste en que dicho pas rechaza la
modernidad individualista, para ellos sinnimo de decadencia, aunque en la realidad social los comportamientos ya son
individualistas. Los iranes ven la televisin, se conectan a internet, van a Dubai de compras, las mujeres controlan la
natalidad y tambin acuden con frecuencia a la ciruga esttica. Esto me ha llevado a rechazar la tesis de Samuel
Huntington sobre el choque de civilizaciones, porque en realidad todas las culturas hoy en da se ven influidas por las
mismas fuerzas.

No dejo de admitir que hay oposiciones; sin embargo, la oposicin Oriente-Occidente no es la ms importante. Por
ejemplo, a los sunitas les aterroriza el poder que van adquiriendo los chiitas, aunque compartan la misma religin. Hay
una fuerte enemistad entre los pakistanes y los indios, y una mayor rivalidad entre China e India que entre India y
Occidente. Este es el primer argumento. El segundo es que, en el fondo, todos los pases, todas las culturas, todas las
civilizaciones son movidas por las cinco fuerzas que he mencionado: el mercado, la tecnociencia, las industrias
culturales, el consumismo y el individualismo. Estas fuerzas son un factor de unificacin planetaria pero no de
uniformizacin, pues tambin hay conflictos.

Creo que en esta cultura-mundo las fuerzas que nos unen son mayores que aqullas que nos separan.

LA EDUCACIN, PUNTO DE PARTIDA

IS: Usted argumenta que hay algunas ambigedades en esta cultura-mundo, y afirma que no es
sinnimo de estadunizacin, ni tampoco de homogeneizacin del pensamiento. Dnde estn,
entonces, los verdaderos desafos de esta cultura-mundo?
GL: La cultura-mundo tiene varios desafos. El primero y ms importante en el corto plazo tiene que ver con las
desigualdades sociales. Tanto en Europa como en el resto del mundo es la misma cosa: hay una enorme brecha entre

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los individuos. Ustedes en Amrica Latina tienen perfecto conocimiento de esto. Todo ocurre de tal manera que hay
personas que tienen acceso a esta cultura de mercado y de los medios, y otras que no entran a ese mundo. Incluso hay
una concrecin fsica de esta enorme diferencia: me refiero a las urbanizaciones cerradas que estn muy extendidas en
Estados Unidos y ahora tambin en Brasil y Mxico. All estn, con vigilancia y seguridad extremas, demostrando cmo
la sociedad se fractura. Las ciudades donde antes haba un espacio pblico generalizado tienen ahora sectores con sus
propias reglas y su propia vigilancia; pero son los olvidados, aquellos que se quedan fuera de ese circuito, aquellos que
no entran en la competitividad mundial quienes representan un enorme desafo. Si uno no educa a estas personas, va a
reproducir esta fractura y eso crea una sociedad de inseguridad detestable que se volver contra nosotros.

El segundo desafo es el individualismo, que, llevado al extremo, crea ansiedad y tambin nuevas formas de
comunitarismo. La comunidad protege, da un marco de referencia a la gente. Creo que esto ser inevitable en el futuro,
pues el individualismo hace estallar los controles, las comunidades. Algunas personas se las arreglan, pero otras se
sienten totalmente perdidas. Esto abre la puerta a los gurs, a las sectas, a nuevas comunidades fanticas.

El tercer desafo es la globalizacin, pues ha desarrollado nuevas redes criminales a nivel mundial, como las de la droga,
que son una amenaza constante para la paz, la seguridad de las personas e incluso para la democracia. El problema es
grave. Le dir francamente lo que pienso: creo que nos equivocamos en mantener una poltica de prohibicin de la
droga. En ese sentido soy liberal. Tenemos el ejemplo de la prohibicin del alcohol en los Estados Unidos, que fracas,
pues cre a Al Capone. Si queremos luchar contra estas redes criminales, debemos dejar de prohibir el consumo de
drogas y el Estado debe crear sistemas de control que sequen las redes mafiosas y permitan una mayor higiene pblica
y menos riesgos de sobredosis. En este momento gastamos millones de dlares a escala planetaria para luchar contra
estas redes; si retroceden en un pas, se desplazan a otro lugar y aumentan en pases como Mxico. Desde hace 30 o
40 aos se dirige una guerra con un presupuesto gigantesco. El error est en el punto de partida, es un error poltico
pues es una guerra perdida de antemano.

El cuarto desafo es la cultura. De qu manera la escuela y la cultura pueden rivalizar con la televisin, con el internet,
con las distracciones? Hay una serie de fenmenos que han provocado que la cultura haya perdido el estatus del que
gozaba antes, que la han hecho menos deseable, que la han convertido en un elemento de consumo. Para mucha gente,
incluyendo a los profesores de la actualidad, planear las vacaciones es ms importante que la lectura. Porque la cultura
de consumo tiene un poder de seduccin, de atraccin, de pasividad que no tiene la cultura. Hay tambin un consumo de
cultura mediocre que se ha vuelto mercantilizada. No podemos decir que los programas que se ven en la televisin son
un modelo deseable, pues la cultura meditica no es muy enriquecedora que digamos. Dicho esto, hay que sealar que
ste es menos grave que los otros desafos. Creo que la poca en que la cultura era sagrada pertenece al pasado. La
cultura tiene hoy menos peso, menos importancia simblica en la vida de la gente, y al mismo tiempo hay mucha ms
gente que tiene acceso a la cultura. Pienso, por ejemplo, en la msica. Me impresiona, cuando voy en el Metro, la
cantidad de gente que la escucha. Tambin veo a la gente incluso en el Metro leyendo libros, novelas. A propsito, el
mundo editorial no est en crisis, es un sector que escapa a la crisis.

Entonces, el fenmeno de la cultura es bastante complejo: hay menos grandes lectores, y sin embargo la gente contina
leyendo. Leen en funcin de su estado de nimo, de su inters, de lo que sucede a su alrededor. De todos modos, estoy
convencido de que frente a esto no es la reforma de las industrias culturales lo que cambiar las cosas, sino la
educacin, es la escuela la que debe provocar el deseo de estas cosas. No son los medios masivos de comunicacin
sino la escuela. La reforma tiene que provenir de los consumidores; si no se tienen las claves, uno podr dejar los
museos abiertos y gratuitos y la gente no ir. Para qu ir a los museos pudiendo ver la televisin? La gente ir si tiene
una motivacin. No es slo cuestin de dinero. Uno tambin puede amar u odiar los programas de televisin y a m eso
no me inquieta. Los verdaderos problemas culturales se encuentran en que cada vez ms gente tiene dificultad para leer,
incluso en los pases desarrollados. Hay un fracaso escolar, en la educacin bsica, y eso es intolerable, inadmisible, un
verdadero escndalo. Entiendo que reformar el sistema monetario internacional puede ser complicado, y dudo que sea
posible transformar la tecnociencia. En cambio, que gente que pasa 10 aos en la escuela no pueda leer correctamente
es completamente ininteligible.
Es un fracaso y un escndalo, y me preocupa mucho ms que los programas de televisin, puesto que actualmente
estamos en un sistema en el que el consumo cultural no es homogneo, y tal vez nunca lo ha sido. La gente tiene gustos
diferentes. A uno le puede gustar algo kitsch y al mismo tiempo ser un lector de Marcel Proust. La cultura-mundo
favorece este tipo de contrastes. En Francia hay una cadena de televisin que se llama Arte que hace cosas realmente
buenas, de calidad y accesibles, y slo tiene 30 por ciento de audiencia; pero uno no va a forzar a la gente a ver Arte. Es
por ello que insisto en el punto de partida, en la educacin. Es muy importante que la gente tenga opciones.

EL PELIGRO DEL COMUNITARISMO


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IS: Hoy en da uno puede constatar que en Europa hay una tendencia a cuestionar el
multiculturalismo. Angela Merkel declar recientemente: No hemos logrado integrar a los
inmigrantes. Las leyes de migracin europeas se estn volviendo ms estrictas. En su libro hay una
postura muy clara de defensa a la sociedad multicultural. Qu opina sobre lo que pasa actualmente
en Europa?

GL: Afortunadamente existe el multiculturalismo, gente de diferentes religiones, de orgenes y lenguas diversas. Eso no
causa ningn problema. Lo que es problemtico e incluso peligroso, en mi opinin, es el comunitarismo, que es que uno
se piense en primera instancia como miembro de una comunidad y no como ciudadano, dejando a un lado la nacin en
nombre de un particularismo. El inters general desaparece, la ciudadana desaparece en beneficio de la comunidad, y
sta muchas veces rechaza o puede rechazar las reglas de la ciudadana democrtica. La comunidad puede ejercer un
verdadero terror en la gente. Hay varias cuestiones en las que el peso de la comunidad es tal que tiene a las mujeres en
un verdadero estado de esclavitud. Hay una amenaza que se ejerce sobre los ms jvenes, sobre las mujeres y que es
perjudicial para la unidad de la nacin porque las comunidades se atacan unas a otras. Incluso en los pases de tradicin
ms tolerante, como Holanda, hay un problema de rechazo a ciertos comportamientos musulmanes. Yo a eso no le llamo
multiculturalismo, pues yo pienso que los musulmanes tienen su lugar si respetan las leyes fundamentales de la
Repblica; respetarlas es bueno para todos, pues es una manera de liberarse de la influencia de la comunidad. No hay
naciones sin leyes y las leyes deben ejercerse para todos. Yo no soy especialista, pero considero que no hay ninguna
razn para pensar que la inmigracin es un fenmeno aparte, y que como todo fenmeno exige una regulacin, pues si
no la hay las cosas terminan mal. Ya lo vimos en el aspecto econmico. Es tan mala la coaccin totalitaria como la
ausencia o insuficiencia de reglas, pues eso provoca muchos problemas. As pues, creo que son deseables unas leyes
ms inteligentes y no necesariamente ms drsticas. Ha habido errores, como el de la poltica francesa, que ha
pretendido estigmatizar a los gitanos. Estigmatizar a un grupo no honra a la Repblica. En una sociedad democrtica se
estigmatiza a individuos, a culpables, pero no se puede sealar con el dedo a una comunidad, pues esto crea un
ambiente malsano que no es compatible con el ideal republicano. Creo que este problema continuar en el futuro si
tomamos en cuenta que Europa est al lado de frica, donde hay millones de personas que viven en la extrema pobreza
y que se sienten atradas por el canto de la sirena del consumo y bienestar europeos. No hay que engaarse, el
problema no se ha solucionado. Por ello, los europeos en conjunto deberamos contar con polticas de concertacin, pero
tambin con polticas de control y de ayuda a los pases del Este y de frica que estimulen su desarrollo, pues si no hay
desarrollo la inmigracin continuar.

Tomemos un ltimo ejemplo que muestra cmo el comunitarismo me parece execrable. Un ejemplo radical: la ablacin
del cltoris. Uno podra decir: Son sus reglas, sus leyes, su tradicin, y hay que respetarlos. Este es un punto de vista
relativista que yo no comparto. Desde el momento en que estamos en un mundo que no es el mundo de la tradicin,
conservar una conducta preindividualista me parece un crimen. El respeto al cuerpo humano forma parte del ideal
universalista que se aplica a todas las religiones, a todas las personas sin importar raza, credo o color. Es el ideal
universalista el que debe primar. En nombre del respeto no se debe tolerar ni la ablacin ni la poligamia. Hay que
respetar las tradiciones mientras que stas no vayan en contra de los ideales universalistas. Para decirlo de otra manera:
me parece legtimo ir a la mezquita o construirla, pero construir una mezquita es un acto de multiculturalismo y no de
comunitarismo, pues las personas tienen derecho a ejercer libremente su religin. Sin embargo, ejercer libremente su
religin no es lo mismo que practicar la ablacin del cltoris.
Lo primero es compatible con el ideal universal del respeto a la persona, a su cuerpo y a su integridad. Sin embargo, lo
segundo es inaceptable. As pues, yo dira que el principio general es que hay que aceptar toda religin o comunidad
cuyas prcticas, creencias y costumbres no choquen con el ideal humanista y universalista. En esta direccin el
multiculturalismo me parece deseable, pero el problema empieza en el momento en que se convierte en comunitarismo.

MUNDO IMPERFECTO, PERO NO EL PEOR

IS: La Reina de Inglaterra abri recientemente su pgina de Facebook. Muchos


lderes polticos la utilizan. Usted tambin est en esa red social. Es
indispensable?

GL: Quisiera contar una historia. Yo me met ya tarde a Facebook, y lo hice porque en ese momento estaba escribiendo
algo relacionado con las redes sociales y pens que la mejor manera de conocer este tema era participar en l. En
realidad, hago poco. Le dedico a Facebook cinco minutos al da, no me toma mucho tiempo. En lo que a m respecta,
creo que esa red es una de las figuras de la culturamundo, porque recibo muchos ms mensajes de diferentes partes del
mundo que de Francia. Una gran cantidad proviene de Amrica Latina. En cuanto a su pregunta, yo creo que Facebook

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no es un indispensable, pues se trata de una gran banalizacin: con 500 millones de usuarios, ha cado en una especie
de cotidianidad hecha de conexiones y usos diferentes. Considero que hay un aspecto profundamente individualista en
Facebook, pues es un espacio para hablar de s mismo y donde cada uno se sube al escenario. Lo que all se dice de s
mismo es muy diferente a aquello que cuenta la gente cuando escribe sus memorias. Hoy en da lo que importa es decir
qu te gusta. Se dice que Facebook es una red social, pero para m es una red emocional; hay incluso gestos que
indican cuando algo te gusta o te disgusta. La gente ve tus fotos, te enva fotos y t dices si te gustan o no, y eso es
todo! Lo esencial es comunicar lo que has vivido, tus sentimientos: siento, luego existo. Ya no es pienso, luego existo,
sino yo siento, luego existo, o bien yo soy lo que siento.

Esta es la nueva figura del individuo, una especie de individualismo emocional, en el fondo poco argumentativo y muy
subjetivo con un colorido artstico, con ligas a imgenes y msica. Es increble. La gente se comunica pero no habla
mucho de poltica sino de la ltima pelcula que han visto, un fragmento musical, las fotos de sus hijos, sus amigos y sus
viajes, una pintura que les gusta, su grupo favorito. En Facebook todos son fans de 50 mil cosas y t eres de lo que eres
fan. Estamos en una zona ilimitada y diversa que abarca diferentes estilos y gustos, lo cual refuerza el individualismo.
Esta situacin es muy diferente a la del pasado, pues antes todos escuchaban la misma msica y eso marcaba el gusto
de la gente. Hoy en da existe un consumo cultural ilimitado y accesible a todos, que no slo expresa el individualismo de
todos, sino que tambin lo desarrolla.

Pienso que Facebook no es el medio ms invasivo en la vida de la gente. Lo ms invasivo que se avizora en el porvenir
son las nuevas tecnologas comerciales que harn posible localizar al usuario en donde quiera que se encuentre. Un
GPS personal. Puede haber nuevas formas de control de ese estilo que me inquietan mucho ms que esta red porque,
insisto, uno puede parar Facebook cuando quiera.

IS: La moderacin es importante para usted. Es posible lograr el justo medio en una sociedad
dominada por la lgica del exceso?

GL: Esta reflexin sobre la moderacin lleg en el momento de la crisis financiera, y en general en el momento de la
crisis mundial ligada al hiperconsumo y por lo tanto a los desechos y a los daos en el medio ambiente. Nosotros
tenemos un sistema hiper que se caracteriza por el exceso: el exceso financiero, de crditos, en la renovacin de todas
las cosas, y este exceso es ante todo peligroso para la economa, para el empleo, para el equilibrio del planeta e incluso
para los individuos pues estamos en sociedades hiper pero no somos hiperfelices: el hiper ha dado como resultado la
ansiedad, la depresin, el malestar, los suicidios.

Por otra parte, al escuchar a la gente vemos que una gran parte de sus aspiraciones tienen que ver con la moderacin.
S, la gente quiere consumir, pero si uno entra en el detalle, no es el exceso lo que les interesa; por ejemplo, las mujeres
desean poder equilibrar la vida profesional y el hogar sin renunciar a ambas cosas. All est el gran ideal: encontrar la
moderacin para no sacrificar ni el trabajo ni la familia.

Esto es importante, pues las mujeres representan 50 por ciento de la humanidad. Es difcil encontrar este equilibrio, pues
la cultura-mundo empuja a la competencia, y sta conlleva una lgica de exceso: hay que ganar, ser mejor que los
dems. All est el problema: tenemos de un lado la aspiracin a una vida moderada, al equilibrio, a la slow food, a la
slow life, al bienestar, a una calidad de vida, pero al mismo tiempo el sistema en el que vivimos funciona en una
dimensin hiper. Se disean regulaciones que son imperativas en todo lo relacionado con el clima, el CO2, la economa
del carbono. Las regulaciones son indispensables para limitar los desbordes del capitalismo financiero. Se est
intentando encontrar vas de compromiso, de lmites. Sabemos que los grandes modelos llevados al extremo son malos.
La economa administrada, como la hicieron los soviticos, es detestable porque impide la libertad individual y el
bienestar colectivo. Pero el liberalismo en exceso es indeseable tambin, ya vimos el precio que hay que pagar. El
mercado es necesario pero con regulacin. Algunas regulaciones deben ser impuestas por el Estado, y otras no: no en lo
que respecta a la vida individual, pues es una sabidura que cada quien se busca por s mismo. En esta poca de la
cultura-mundo necesitamos una regulacin mundial. El exceso es algo negativo que conduce al caos y al desorden. El
exceso puede dar una satisfaccin puntual, como la borrachera, pero en general se paga cara y en todo caso tiene un
riesgo. Por ello, el exceso no puede ser un ideal. El equilibrio o la moderacin, s.

IS: Usted hace un anlisis imparcial y profundo, desprovisto de nostalgia, de esta cultura-mundo del
presente. Usted no llora a las glorias del pasado, sino que acepta las nuevas lgicas de esta realidad
sin juzgarlas como necesariamente negativas.

GL: Yo no tengo ninguna nostalgia por el pasado. Tengo demasiada conciencia de lo que ha sido el siglo XX para ver que

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el alto valor atribuido a la cultura se pag con el horror: dos guerras mundiales, genocidios, campos de concentracin y
de exterminio. Los nazis eran personas cultas y eso no les impeda exterminar a sus congneres. Creo que el respeto a
los valores humanos es ms importante que el respeto a un museo: prefiero una civilizacin en la cual hombres y
mujeres sean respetados, a una donde abunden los conciertos de Wagner.

El fetichismo de la cultura no es lo mo. La gente critica mucho el tiempo presente, pero nadie quiere dar marcha atrs:
nadie quiere regresar a un estado donde se impona el matrimonio, en el que era imposible la separacin o el divorcio,
donde uno permaneca en su pueblo para siempre, donde las mujeres no podan tener la profesin que deseaban, y en el
que el control de la natalidad era escaso.

En el mundo en que vivimos hay muchas promesas; se viven ms aos en forma y uno puede tener mltiples
experiencias en la vida gracias al mundo de hoy. Por ello no tengo ningn tipo de nostalgia.

Creo tambin que este mundo es imperfecto, ya lo he dicho en varios momentos, pero no es el peor de los mundos. No
es bueno pues hay mucha gente que sufre, hay mucha miseria; sin embargo, la cultura-mundo es en general una
oportunidad para el planeta. La cultura-mundo ha dado siete aos ms de vida a los chinos. Hoy en da hay centenas de
millones de personas que viven una vida aceptable. La apertura del mercado ha creado economas como la china, la
india, la brasilea y otras que se encuentran en un camino que las acerca a un mundo de bienestar, aunque no sea
totalmente un mundo satisfactorio. Sin embargo, los ecologistas radicales dicen que sta es una ensoacin que vamos
a pagar muy cara, pues el planeta no podr soportar el modo de vida occidental, ya que no hay suficientes minerales,
habr mucha ms contaminacin y, en fin, que este tipo de vida nos conducir al desastre. Creo que este argumento es
exacto, pues necesitaramos seis planetas si todo el mundo consumiera como los estadunidenses y los europeos, y no
los tenemos. Entonces, qu vamos a hacer? Esta es la razn por la que yo defiendo incansablemente la inversin de
los Estados en la investigacin, la educacin, la formacin. ste es el nico camino que tenemos. Insisto que debemos
invertir en la bsqueda de nuevos medios de produccin y de consumo que harn posible un bienestar planetario que a
la vez no destruya las oportunidades a las generaciones venideras. La solucin se encuentra en la inteligencia humana.
Creo que, en el largo plazo, la inteligencia humana es el nico camino hacia el futuro.

Publicado en Milenio Semanal 28/03/11


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0-Indique el contexto del escrito

1-Cmo entiende el filsofo el trmino cultura?

2-Qu significa una cultura de mercado? Qu modos de comportamiento se pueden


identificar con ella? Pertenecen uds a una cultura as?

3-Cmo sera una cultura que no fuera de consumo? De ejemplos.

4-Qu factores son los ms influyentes como caracterizacin de esta cultura de


mercado o de consumo? Descrbalos sealando en qu radica su importancia.

5-Cmo ve el autor el problema de la desigualdad social?

6-Cmo interpreta la relacin entre las diferencias culturales y la globalizacin?

7-Qu papel juegan los medios masivos de comunicacin y que puede la educacin en
este horizonte?

8-Qu caractersticas tiene Facebook?

9-Cul es su posicin respecto de las drogas? Est ud. De acuerdo?

10-Qu cosa seala como un gran peligro proveniente de la tecnologa?Por qu?

11-Por qu es importante la moderacin?

12-Qu entiende por comunitarismo? Cul es su posicin respecto del mismo?

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