Punto Muerto - Swwara Paretsky
Punto Muerto - Swwara Paretsky
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Sara Paretsky
Punto muerto
V. I. Warshawski - 2
ePub r1.0
Ablewhite 19.09.16
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Ttulo original: Punto muerto
Sara Paretsky, 1984
Traduccin: Mnica Rubio Fernndez
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Para Lucelia Wieser, una dama que naveg por estos mares con inteligencia
y gran valor durante ms de ciento seis aos.
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Agradecimientos
La Canad Steamship Line me permiti muy generosamente examinar de cerca un
carguero de los Grandes Lagos en el transcurso de sus operaciones durante el otoo
de 1980. El capitn Bowman, al mando de su buque autodescargador de 219 metros,
el W. McGiffin, me invit a navegar con l desde Thunder Bay a travs de las esclusas
del Soo hasta l canal de Welland. Me ofreci hacer un recorrido completo del barco,
desde el puente a la bodega. El jefe de mquinas Thomas Taylor me acompa a
visitar las mquinas y me explic las interioridades del descargador. Me gustara
haber transmitido su humor y su amor hacia las mquinas en esta historia. Sin
embargo, no hay ninguna semejanza entre cualquiera de los integrantes de la
tripulacin y los oficiales del McGiffin y aquellos que aparecen en mi novela.
Tampoco la hay entre las maniobras de la Grafalk Steamship ni la Pole Star Line y las
de la Canad Steamship Line en modo alguno.
Una persona que trabaja en el sector naval y que me inform acerca de las leyes
martimas, los barcos y las aduanas, tiene tambin mi ms profundo agradecimiento.
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Muerte de un hroe
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Bernard Warshawski, tard unos instantes en darme cuenta de a quin se referan.
Ahora estaba sentada en primera fila en la iglesia de San Wenceslao con los
llorosos e irreconocibles primos y tas de Boom Boom. Todos de luto, se ofendieron
ante mi traje azul marino de lana. Varios se tomaron la molestia de decrmelo con
fuertes susurros durante el introito.
Fij la vista en las vidrieras Tiffany de imitacin que describan con colores
chillones los momentos cumbres de la vida de San Wenceslao, as como la
Crucifixin y las Bodas de Cana. Quien dise las ventanas haba mezclado
perspectivas chinas con una especie de seudocubismo. Como resultado, jarras de agua
surgan de las cabezas de la gente y largos brazos se estiraban amenazadores desde
detrs de la cruz. Me entretuve uniendo a las personas con sus miembros y
deduciendo quin estaba haciendo qu a quin durante todo el servicio, lo que me
dio, espero, un aspecto de la ms piadosa concentracin.
Mis padres no haban sido religiosos. Mi madre, italiana, era medio juda; mi
padre, polaco, proceda de una larga tradicin de escpticos. Decidieron no
inculcarme ningn tipo de fe, aunque mi madre siempre me preparaba oreccbi
dAman en Purim. La violenta religiosidad de la madre de Boom Boom y los santos
de escayola barata de su casa siempre me haban aterrorizado cuando era nia.
Por m se hubiese celebrado solo una ceremonia tranquila en una capilla no
confesional, y los antiguos compaeros de equipo de Boom Boom habran tenido la
ocasin de pronunciar un pequeo discurso. Es lo que haban pedido, pero las tas se
negaron. Yo no hubiese escogido desde luego aquella iglesia tan vulgar en el viejo
vecindario, presidida por un cura que no conoca a mi primo, que hablaba de l con
obsequiosidad hipcrita.
En cualquier caso, dej que las tas organizasen el funeral. Mi primo me haba
nombrado su albacea, tarea que seguramente requerira gran cantidad de energa.
Saba que a l no le hubiese importado dnde lo enterrasen, mientras que las escasas
emociones de la vida de sus tas provenan de las bodas y los funerales. Ellas se
aseguraron de que passemos all unas cuantas horas en una verdadera misa
mortuoria seguida de una interminable procesin hasta el cementerio del Sagrado
Corazn, en el extremo sur de la ciudad.
Despus del entierro, Bobby Mallory se abri paso a travs de la multitud hasta
llegar a m con su uniforme de teniente. Yo me diriga a casa de la ta Helen, o quiz
a la de la ta Sarah, para pasar una tarde comiendo albndigas y piroshkis. Me alegr
de que Bobby hubiese venido: era un viejo amigo de mi padre, del Departamento de
Polica de Chicago, y la primera persona del viejo vecindario a quien yo deseaba ver
de verdad.
He sentido mucho lo de Boom Boom, Vicki. S lo unidos que estabais.
Bobby es a la nica persona a la que permito que me llame Vicki.
Gracias, Bobby. Ha sido triste. Me alegro de que hayas venido.
Un helado viento abrileo me revolvi el pelo y me hizo estremecer dentro del
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traje de lana. Me hubiera gustado haber trado el abrigo. Mallory camin conmigo
hasta las limusinas que llevaran a los cincuenta y tres miembros inmediatos de la
familia. El funeral iba a llevarse seguramente unos quince mil dlares de la herencia,
pero a m no me importaba nada.
Vas a la fiesta? Puedo ir contigo? No me echarn de menos entre la multitud.
Mallory accedi de buena gana y me ayud a entrar en el asiento de atrs de la
limusina de la polica que se haba trado. Me present al conductor.
Vicki, el oficial Cuthbert era uno de los admiradores de Boom Boom.
S, seorita. Sent mucho que Boom perdone, que su primo dejase de jugar.
Creo que habra podido batir fcilmente el rcord de Gretzky.
No se preocupe; llmele Boom Boom dije. A l le gustaba el nombre y
todo el mundo le llamaba as Bobby, no pude conseguir ninguna informacin del
tipo de la compaa de grano cuando llam. Cmo muri Boom Boom?
Me mir severo.
De verdad necesitas saberlo, Vicki? S que piensas que eres muy fuerte, pero
creo que preferiras recordar a Boom Boom sobre el hielo.
Apret los labios; no iba a perder los nervios en el funeral de Boom Boom.
No me estoy dejando llevar por el gusto por la sangre, Bobby. Quiero saber lo
que le ocurri a mi primo. Era un atleta; me cuesta imaginrmelo resbalando y
cayndose as.
La expresin de Bobby se suaviz un poco.
No creers que se ahogase adrede, verdad?
Mov las manos indecisa.
Me dej un mensaje urgente en el contestador. He estado fuera de la ciudad, ya
sabes. Me pregunto si se sentira desesperado.
Bobby sacudi la cabeza.
Tu primo no era la clase de persona que se tira debajo de un barco. Deberas
saberlo tan bien como yo.
No quera or un sermn acerca de la cobarda del suicidio.
Es eso lo que ocurri?
Si la compaa de grano no te lo ha dicho, es que tendrn alguna razn. Pero no
puedes aceptarlo, verdad? suspir. Seguramente te meters all de cabeza si no
te lo digo. Haba un barco amarrado en el malecn y Boom Boom cay bajo la hlice
cuando este se alejaba. Le hizo papilla.
Ya veo. Volv la cabeza para mirar la autopista Eisenhower y las casas sin
pintar que la bordeaban.
Era un da hmedo, Vicki. Es un muelle de madera vieja Se ponen muy
escurridizos cuando llueve. Le yo mismo el informe del forense. Creo que resbal y
se cay. No creo que se tirase.
Asent y le palme la mano. El hockey lo haba sido todo en la vida de Boom
Boom y no se haba tomado nada bien el tener que retirarse a la fuerza. Admit con
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Bobby que mi primo no haba sido una persona que escurriese el bulto, pero durante
el ltimo ao estuvo muy aptico. Lo bastante aptico como para caerse debajo de la
hlice de un barco?
Intent quitarme la idea de la cabeza mientras nos detenamos frente a la
esmerada casa tipo rancho de ladrillo donde viva la ta de Boom Boom, Helen. Ella
haba seguido a una serie de polacos del sur de Chicago hasta Elmwood Park. Creo
que deba tener un marido por alguna parte, un trabajador del acero ya retirado, pero
como todos los hombres de la familia Wojcik se mantena en segundo plano.
Cuthbert nos dej delante de la casa y se march a aparcar la limusina tras una
larga fila de cadillac. Bobby me acompa hasta la puerta, pero en seguida le perd de
vista entre la multitud.
Las dos horas siguientes casi acaban con mi paciencia. Diversos parientes dijeron
que era una pena que Bernard insistiera en jugar al hockey sabiendo lo mucho que lo
detestaba la pobre Marie. Otros dijeron que era una pena que yo me hubiera
divorciado de Dick y que no tuviese una familia que me mantuviera ocupada; no
haba ms que ver los nios de Cheryl, de Martha y de Betty. La casa era un
hervidero de nios: todos los Wojcik eran de lo ms prolfico.
Era una lstima que la boda de Boom Boom no hubiese durado ms que tres
semanas; pero entonces, no habra jugado al hockey. Por qu estaba trabajando en la
Compaa Eudora, sin embargo? Tragar polvo de grano durante toda su vida era lo
que haba matado a su padre. De todos modos, los Warshawski nunca haban tenido
mucha energa.
La pequea casa estaba llena de humo de cigarrillos, de olor a fuerte comida
polaca, de gritos de nios. Pas de largo junto a una ta que dijo que esperaba que yo
ayudase a lavar los platos, ya que no haba aportado nada a los preparativos. Me
haba jurado a m misma no decir nada durante la comida que no fuera S, No y
No s, pero se me estaba haciendo cada vez ms difcil.
Luego, la abuela Wojcik, de ochenta y dos aos, gorda, vestida de negro brillante,
me agarr el brazo con mano policial. Me mir con legaosos ojos azules. Apestando
a cebolla, me dijo:
Las chicas estn hablando de Bernard.
Las chicas eran las tas, claro.
Dicen que tena problemas en el silo. Dicen que se tir al barco para que no lo
arrestaran.
Quin le ha contado eso? pregunt.
Helen y Sarah Cheryl dice que Pete dice que salt al agua cuando nadie miraba.
Ningn Wojcik se haba suicidado antes. Pero los Warshawski esos judos. Se lo
advert a Marie una y otra vez.
Arranqu sus dedos de mi brazo. El humo, el ruido y el olor a repollo me llenaban
el cerebro. Baj la cabeza para mirarle a los ojos, empec a decirle algo desagradable
y luego me lo pens mejor. Me abr paso a travs del humo, tropezando con varios
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nios, y encontr a los hombres reunidos alrededor de una mesa llena de salchichas y
sauerkraut que haba en una esquina. Si sus mentes estuvieran tan repletas como sus
estmagos, podran haber salvado a Amrica.
Quin sois vosotros para decir que Boom Boom salt del muelle? Y en
cualquier caso, cmo demonios lo sabis?
Pete, el marido de Cheryl, me mir con sus estpidos ojos azules.
Eh, no pierdas los papeles, Vic. Lo o en el embarcadero.
Qu problemas tena en el silo? La abuela Wojcik dice que le estis contando
a todo el mundo que tena problemas all.
Pete se cambi el vaso de cerveza de una mano a la otra.
No son ms que cosas que se dicen, Vic. No se llevaba bien con su jefe.
Alguien dijo que haba robado unos papeles. Yo no lo creo. Boom Boom no
necesitaba robar.
Se me nublaron los ojos y sent que me zumbaba la cabeza.
No es verdad, maldita sea! Boom Boom no hizo nada rastrero en su vida, ni
cuando era pobre.
Los dems me miraron incmodos.
Tranquilzate, Vic dijo uno de ellos. A todos nos caa bien Boom Boom.
Pete ha dicho que l no lo crea. No te pongas as.
Tena razn. Pero qu estaba haciendo yo, montando una escena en el funeral?
Sacud la cabeza, como un perro saliendo del agua, y volv a abrirme paso hasta la
sala. Pas junto a un Sagrado Corazn de Mara que adornaba exquisitamente la
puerta principal y sal al aire helado de la primavera.
Me desabroch la chaqueta para que el aire fro soplase a travs mo y me
limpiase. Quera volver a casa, pero tena el coche en mi apartamento, en la parte
norte de Chicago. Mir por la calle: como me tema, Cuthbert y Mallory ya haca rato
que haban desaparecido. Mientras miraba dudosa a mi alrededor, preguntndome si
podra encontrar un taxi o caminar hasta una estacin de metro con los tacones, una
joven se uni a m. Era bajita y aseada, con cabello oscuro recto justo hasta debajo de
las orejas y ojos color miel. Llevaba un traje de shantung de seda gris plido de falda
y bolero con grandes botones de ncar. Su aspecto me result elegante, perfecto y
ligeramente familiar.
Est donde est Boom Boom, estoy segura de que ser un lugar mejor que este
movi la cabeza, hacia la casa y me ech una sonrisa rpida y sardnica.
Yo tambin.
Eres su prima, verdad? Yo soy Paige Carrington.
Me pareca haberte reconocido. Te he visto unas cuantas veces, pero solo en
escena. Carrington era una bailarina que haba creado un espectculo cmico para
una sola actriz con el Windy City Ballet works.
Me ech la sonrisa triangular que encantaba a su pblico.
Vi mucho a tu primo durante los ltimos meses. Lo mantuvimos en secreto
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porque no queramos que ni Herguth ni Greta lo sacasen en las columnas de cotilleos.
Tu primo era noticia incluso cuando dej de patinar.
Tena razn. Yo no haca ms que ver el nombre de mi primo en letras de
imprenta. Es gracioso conocer de cerca a alguien famoso. Lees muchas cosas acerca
de l, pero la persona que sale en los papeles nunca es la que t conoces en realidad.
Creo que t le importabas ms a Boom Boom que ninguna otra persona
frunci las cejas, pensando en lo que haba dicho. Incluso su ceo era perfecto; le
daba un aspecto absorto y pensativo. Luego sonri, un poco melanclica. Creo que
estbamos enamorados. Ahora nunca podr estar segura.
Murmur algo tranquilizador.
Tena ganas de conocerte. Boom Boom hablaba de ti todo el tiempo. Te quera
mucho. Siento que no nos presentase nunca.
S. Hace unos meses que no le vea Vuelves a la ciudad? Me puedes
llevar? Tuve que salir con la procesin y tengo el coche en la parte norte.
Tir hacia atrs del puo blanco de seda que sobresala de la manga de su
chaqueta y mir el reloj.
Tengo que estar en un ensayo dentro de una hora. Te parece bien que te deje
en el centro?
Estupendo. Me siento como el Hermano Conejo aqu en las afueras. Tengo que
volver a mi refugio de las zarzas.
Se rio.
Ya s lo que quieres decir. Yo crec en Lake Bluff. Pero ahora, cuando voy all
de visita, siento como si me faltara el oxgeno.
Mir hacia la casa, preguntndome si tendra que despedirme formalmente. Sin
duda lo exigan los buenos modales, pero no quera llevarme un sermn de quince
minutos acerca de cmo debera fregar tanto los platos como mi vida. Me encog de
hombros y segu a Paige Carrington calle abajo.
Llevaba un Audi 5000 plateado. O en Windy City Balletworks pagaban mejor que
la media de los teatros de batalla, o la conexin de Lake Bluff suministraba dinero
para trajes de shantung y coches deportivos de importacin.
Paige condujo con la gracia rpida y precisa que caracterizaba su forma de bailar.
Como ninguna de las dos conoca la zona, hizo una serie de giros equivocados junto a
hileras idnticas de casas antes de encontrar la rampa de acceso a la autopista
Eisenhower.
No habl mucho durante el viaje de vuelta a la ciudad. Yo tambin estaba callada,
pensando en mi primo y sintindome melanclica y culpable. Me di cuenta de que
por eso haba tenido una rabieta con aquellos primos tan estpidos y gordos. Le haba
fallado a Boom Boom. Saba que estaba deprimido, pero no me haba mantenido en
contacto con l. Si hubiese dejado mi nmero de Peora en mi contestador!
Estara desesperado? Puede que pensara que el amor le iba a curar y no haba sido
as. O quiz fue el rumor de los muelles de que haba robado ciertos papeles
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Pensara que yo poda ayudarle a combatirlo, como tantas batallas que habamos
entablado juntos. Pero yo no estaba con l.
Con su muerte, perda a toda mi familia. Es verdad que mi madre tena una ta en
Melrose Park. Pero rara vez iba a verla, y ni ella ni su orgulloso y gordo hijo me
parecan verdaderos parientes. Pero Boom Boom y yo habamos jugado y luchado,
nos habamos protegido el uno al otro. Aunque no hubiramos estado juntos muchas
veces en los ltimos diez aos, siempre habamos contado con que el otro estara
cerca para ayudar. Y yo no le haba ayudado.
Cuando nos acercbamos al cruce 190/94, la lluvia comenz a salpicar el
parabrisas, interrumpiendo mis intiles pensamientos. Me di cuenta de que Paige me
miraba especulativa. Me volv hacia ella con las cejas alzadas.
Eres la albacea de Boom Boom, verdad?
Asent. Tamborile con los dedos en el volante.
Boom Boom y yo nunca llegamos a la fase de intercambiarnos las llaves de
nuestros pisos me ech una sonrisa algo violenta. Me gustara ir a su casa a
buscar algunas cosas que dej all.
Claro. Pensaba ir maana por la tarde para echar un vistazo preliminar a sus
papeles. Quedamos all a las dos?
Gracias. Eres un encanto Te importa que te llame Vic? Boom Boom
hablaba tanto de ti que siento como si ya te conociera de antes.
Pasbamos bajo la oficina de correos, donde han excavado los cimientos para
crear seis carriles. Paige asinti satisfecha.
Y t llmame Paige. Cambi de carril, sorte un camin de basura y gir a la
izquierda por Wabash. Me dej ante mi oficina: el edificio Pulteney en la esquina de
Wabash y Monroe.
Por encima de nosotras reson un tren.
Adis grit por encima del estrpito. Te veo maana a las dos.
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Los Halcones haban pagado mucho dinero a Boom Boom por jugar al hockey. l se
gast buena parte en un piso de un satinado edificio de cristal en la avenida Lake
Shore, al norte de la calle Chestnut. Desde que lo compr, unos cinco aos antes, yo
haba estado all unas cuantas veces, a menudo con un montn de amigos jugadores
borrachos.
Gerald Simonds, el abogado de Boom Boom, me dio las llaves del edificio junto
con las del Jaguar de mi primo. Nos pasamos la maana repasando el testamento de
Boom Boom, un documento que levantara ms ampollas entre las tas. Mi primo
dejaba el grueso de sus propiedades a varias obras benficas y a la Fundacin de
Pensiones de Viudas de Jugadores de Hockey. No se hablaba de tas para nada. A m
me dejaba algo de dinero con la recomendacin de no gastarlo todo en Black Label.
Simonds frunci las cejas con desaprobacin cuando yo me re. Me explic que haba
intentado convencer a su cliente de que no incluyese aquella clusula, pero el seor
Warshawski se mantuvo inconmovible.
Eran cerca de las doce cuando acabamos. Haba un par de cosas que poda haber
hecho en el distrito financiero para uno de mis clientes, pero no me senta con nimos
de trabajar. No tena ningn caso interesante en aquel momento, solo un par de
procesos que atender. Tambin andaba detrs de las huellas de un hombre que haba
desaparecido con la mitad de los bienes de una sociedad, incluido un yate de cuarenta
pies. Todo aquello poda esperar. Recuper mi coche, un Mercury Lynx verde, del
aparcamiento de la sociedad Dearborn y me dirig hacia la Gold Coast.
Como todos los lugares elegantes, el edificio en el que haba vivido Boom Boom
tena un portero. Un hombrecillo blanco, gordito, de mediana edad, que cuando yo
llegu ayudaba a una vieja dama a salir de un Seville. Rebusqu entre las llaves para
dar con la que abra la puerta interior.
Dentro del vestbulo, una mujer sali del ascensor con un caniche minsculo que
llevaba su mullido pelo blanco lleno de lacitos azules. Abri la puerta de fuera y yo
entr, echando al perrito una mirada conmiserativa. El perro tir de su correa
tachonada de falsos diamantes para olisquearme la pierna.
Vamos, Fif dijo la mujer tirando del caniche hasta volver a ponerlo a su
lado. Se supone que los perros as no deben oler cosas ni hacer nada que recuerde a
sus dueos que son animales.
El vestbulo interior no era grande. Contena unos cuantos rboles en macetas,
dos sofs de color hueso donde los residentes podan sentarse a charlar, y un tapiz
muy grande. Ese tipo de tapices se ven por todas partes, al menos en esa clase de
edificios: estn tejidos generalmente con grandes nudos de lana pegados aqu y all y
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hay unas cuantas tiras largas de lana que cuelgan del centro. Mientras esperaba el
ascensor estudi aquel sin entusiasmo. Cubra el muro oeste y estaba compuesto por
diferentes tonos de verde y mostaza. Me alegr de vivir en un edificio de tres pisos
sin vecinos, como la duea de Fif, que pudiesen decidir lo que tena que colgar del
vestbulo.
El ascensor se abri silencioso detrs de m. Una mujer de mi edad sali vestida
para correr, seguida de dos mujeres ms mayores en direccin a Saks, discutiendo
sobre si comeran en Water Tower por el camino. Mir mi reloj: las doce cuarenta y
cinco. Cmo es que no estaban trabajando si era martes? Quiz eran, como yo,
investigadores privados aprovechando un rato para ocuparse de las propiedades de un
pariente. Apret el veintids y el ascensor me transport rpido y en silencio.
Cada una de las plantas de aquel edificio de treinta pisos tena cuatro viviendas.
Boom Boom haba pagado un cuarto de milln para conseguir uno en la esquina
noreste. Tena unos ciento cuarenta metros cuadrados: tres dormitorios, tres baos
incluyendo uno con baera a ras del suelo junto al dormitorio principal, y una
magnfica vista del lago por el norte y por el este.
Abr la puerta del 22 C y atraves el recibidor hasta llegar al saln. Mis pies no
hacan el menor ruido sobre las espesas alfombras que llegaban hasta las paredes. Las
cortinas de dibujos azules estaban descorridas a los lados del muro de cristal que
formaba el lado este de la habitacin. La vista panormica me atrajo: el lago y el cielo
componan una gigantesca bola verde griscea. Dej que el espacio me absorbiera
hasta que me sent completamente en paz. Llevaba as un buen rato cuando me di
cuenta de que no estaba sola en el apartamento. No estaba segura de lo que me alert;
me concentr unos minutos y o un ligero ruido rasposo. Rozamiento de papeles.
Volv al recibidor. Este conduca a un pasillo a la derecha al que se abran los tres
dormitorios y el bao principal. Al comedor y a la cocina se pasaba por otro pasillo
ms pequeo que estaba a la izquierda. El roce provena de la derecha, del lado de los
dormitorios.
Yo me haba puesto un traje y tacones para ir a ver a Simonds, ropa totalmente
inadecuada para enfrentarse a un intruso. Abr con mucho cuidado la puerta principal
para prepararme una va de escape, me quit los zapatos y dej el bolso junto a un
revistero que estaba en el vestbulo.
Volv al saln, escuch atentamente y busqu algo que pudiera servirme de arma.
Un trofeo de bronce sobre la repisa de la chimenea, un tributo a Boom Boom como el
mejor jugador de la Copa Stanley. Lo cog en silencio y me dirig cautelosa hacia el
pasillo que conduca a los dormitorios.
Todas las puertas estaban abiertas. Me acerqu de puntillas a la habitacin ms
prxima, que Boom Boom utilizaba como estudio. Apretndome contra la pared,
sujetando el pesado trofeo con el brazo izquierdo, met la cabeza lentamente por el
hueco de la puerta.
De espaldas a m, Paige Carrington estaba sentada ante el escritorio de Boom
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Boom, revisando unos papeles. Me sent ridcula y furiosa a la vez. Volv al vestbulo,
dej el trofeo sobre el revistero y me puse los zapatos. Me dirig de nuevo al estudio.
Has llegado pronto. Cmo entraste?
Ella salt en su silla y dej caer los papeles que sujetaba. El color prpura le
subi al rostro desde el cuello abierto de la camisa hasta las races de su oscuro pelo.
Oh! No te esperaba hasta las dos.
Yo a ti tampoco. Cre que habas dicho que no tenas llave.
Por favor, no te enfades, Vic. Nos han puesto un ensayo de ms a las dos y
tena mucho inters en encontrar las cartas. As que convenc a Hinckley, el portero;
le convenc de que subiera y me dejara entrar. Durante un minuto me pareci ver
lgrimas en sus ojos color miel, pero se pas el dorso de la mano por ellos y sonri
con aire culpable. Esperaba haberme marchado antes de que aparecieses. Estas
cartas son de lo ms personal y no resistira que nadie, ni siquiera t, las vieses.
Frunc las cejas.
Has encontrado algo?
Se encogi de hombros.
Puede que no las guardase.
Se inclin para recoger los papeles que haba dejado caer al entrar yo. Me
arrodill para ayudarla. Parecan un montn de cartas de negocios. Vi el nombre de
Myron Fackley un par de veces. Haba sido el agente de Boom Boom.
No he mirado ms que dos cajones y hay otros seis con papeles dentro. Lo
guardaba todo, creo Uno de los cajones est lleno de cartas de admiradores.
Mir la habitacin con ojos amargos. Ocho cajones llenos de papeles. En ordenar
y limpiar siempre he sacado las puntuaciones ms bajas en las pruebas de aptitud.
Me sent en el escritorio y palme el hombro de Paige.
Mira. Revisar todo esto va a ser aburridsimo. Voy a tener que examinar incluso
lo que t has mirado, porque necesito ver todo lo que pueda tener relacin con los
bienes. As que, por qu no me lo dejas a m? Te prometo que si encuentro cartas
personales a Boom Boom no las leer. Te las meter en un sobre.
Me mir y sonri, pero la sonrisa tembl.
Puede que est siendo presuntuosa, pero si guard todas estas cartas de chicos a
los que no conoca, creo que debi guardar las que le escrib yo mir hacia otro
lado.
Le cog el hombro un instante.
No te preocupes, Paige. Estoy segura de que aparecern.
Dio un suspirito elegante.
Creo que me estoy obsesionando con ellas porque as no pienso: S, se ha
ido de verdad.
S. Por eso le estoy maldiciendo yo por haber acumulado semejante cantidad de
cosas. Y ni siquiera puedo devolvrselo haciendo que l sea mi albacea.
Se rio un poco.
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Me he trado una maleta. Puedo llevarme la ropa y las cosas de arreglarme que
haba dejado aqu y marcharme.
Se fue al dormitorio principal a recoger sus cosas. Yo me puse a rondar por all
sin ganas, tratando de sacar algo en claro de mi tarea. Paige tena razn: Boom Boom
lo guardaba todo. Cada pulgada de pared estaba cubierta de fotografas de hockey,
empezando por el minsculo equipo al que mi primo perteneci cuando estaba en
segundo grado. Haba fotos de grupo con los Halcones Negros, fotos de vestuario
llenas de champn tras los triunfos en la Copa Stanley, fotos de Boom Boom solo
realizando jugadas difciles, fotos dedicadas de Esposito, Howe, Hull incluso una
de Boom-Boom Geoffrion con la leyenda Al pequeo can.
En medio de la coleccin, incongruente, haba una foto ma vestida con la toga
recibiendo mi ttulo de graduada en leyes de la Universidad de Chicago. El sol
brillaba tras de m y yo sonrea a la cmara. Mi primo nunca haba ido a la
universidad y tena un respeto desmesurado por mi educacin. Frunc las cejas ante
aquella joven y feliz V. I. Warshawski y me dirig al dormitorio principal por si Paige
necesitaba ayuda.
La maleta yaca abierta sobre la cama, con la ropa doblada cuidadosamente.
Cuando entr estaba revolviendo un cajn del que sac un jersey rojo brillante.
Vas a mirar toda esta ropa y todo lo dems? Creo que yo ya he sacado todas
mis cosas, pero dime si encuentras algo ms. Las tallas seis sern mas seguramente,
no suyas. Entr en el bao y la o abrir los armarios.
El dormitorio era masculino pero acogedor. Una cama muy grande dominaba el
centro de la habitacin, cubierta con un edredn blanco y negro. Las cortinas hasta el
suelo, de una pesada tela cruda, estaban corridas mostrando el lago. El palo de hockey
de Boom Boom colgaba sobre el severo escritorio de nogal. Un cuadro morado y rojo
suministraba la nota de color, y un par de alfombras repetan el mismo rojo. Haba
evitado los espejos que tantos solteros creen que completan los dormitorios de las
personas solas.
En una mesilla de noche haba unas cuantas revistas. Me sent en la cama para
ver lo que lea mi primo antes de irse a dormir: Deportes Ilustrados, El Mundo del
Hockey, y un peridico densamente ilustrado llamado Noticias del Cereal. Lo mir
con inters. Publicado en Kansas City, estaba lleno de informacin acerca de cereales,
el tamao de las diversas cosechas, los precios de diferentes opciones de la lonja, las
tarifas de transportes por tren y barco, los contratos adjudicados a los diferentes
transportistas. Era de lo ms interesante si te importaban algo los cereales.
Es algo de particular?
Estaba tan absorta que no me di cuenta de que Paige haba salido del cuarto de
bao para acabar de recoger sus cosas. Dud y luego le dije:
He estado pensando si Boom Boom no caera debajo de la hlice
deliberadamente. Esto agit el peridico ante ella informa de todo lo que puedas
querer saber acerca de los cereales y su transporte. Parece ser que sale dos veces al
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mes, semanalmente durante la cosecha. Si Boom Boom estaba lo bastante unido a la
Compaa de Grano Eudora como para leerse algo como esto, me siento ms
tranquila.
Paige me mir con atencin. Cogi Noticias del Cereal y lo hoje. Mirando las
pginas, dijo:
S que haber dejado el hockey le trastorn. Me imagino cmo me sentira yo si
tuviese que dejar de bailar, y eso que yo no soy tan buena bailarina como l jugador.
Pero creo que su relacin conmigo le impeda sentirse demasiado deprimido.
Espero que esto no te ofenda.
En absoluto. Si es verdad, me alegro de orlo.
Sus finas cejas dibujadas se alzaron.
Si es verdad? Te importa explicrmelo?
No hay nada que explicar, Paige. No vea a Boom Boom desde enero. Por
entonces segua luchando con su melancola. Si supiera que t le habas ayudado a
salir de las tinieblas, me alegrara En el funeral hubo comentarios acerca de que
tena problemas en la Compaa Eudora. Creo que circula el rumor de que haba
robado ciertos papeles. Te dijo a ti algo de esto?
Los ojos color miel se abrieron mucho.
No. Ni una palabra. Si la gente hablaba de ello, l no debi sentirse lo bastante
molesto como para mencionarlo; cenamos juntos el da antes de que muriera. En
cualquier caso, yo no lo creo.
Sabes de qu quera hablar conmigo?
Pareci desconcertada.
Estaba intentando ponerse en contacto contigo?
Me dej un mensaje urgente en el contestador, pero no dijo lo que quera. Me
pregunto si no necesitara mi ayuda profesional porque estuviese pasando algo raro
en los muelles.
Sacudi la cabeza, jugueteando con la cremallera de su bolso.
No lo s. Estaba perfectamente el lunes por la noche. Mira, voy a tener que
irme. Siento haberte asustado antes, pero ahora tengo que irme corriendo.
Volv hacia la puerta de entrada con ella y cerr cuando sali. Me haba olvidado
de cerrar cuando vine la vez anterior a buscar mis zapatos. Corr adems el cerrojo.
Estara bueno que el portero volviera a dejar entrar a alguien sin decrmelo al
menos, mientras yo estuviera dentro del apartamento.
Antes de volver a enfrascarme en la deprimente tarea de ordenar los papeles de
mi primo, di un rpido vistazo a mi alrededor. Al contrario que yo, l era haba sido
sumamente pulcro. Si yo llevase muerta una semana y alguien viniese a mi casa,
se encontrara unas cuantas sorpresas desagradables en el fregadero y una buena capa
de polvo, por no hablar del montn de ropa y papeles en el dormitorio.
La cocina de Boom Boom estaba impecable. La nevera, tan limpia por dentro
como por fuera. La revis y saqu las verduras que se estaban estropeando. Dos litros
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de leche se fueron fregadero abajo; supongo que nunca perdi la costumbre de
bebera, incluso cuando haba dejado de entrenarse. Limpio, limpio. A menudo se lo
deca a Boom Boom por meterme con l. Recordar aquellas palabras hizo que el
estmago se me encogiera, como si lo estuvieran succionando por debajo. Eso es lo
que pasa cuando muere alguien a quien quieres. He pasado por eso con mis padres
tambin. Hay pequeas cosas que no dejan de recordrtelos y tiene que pasar un
cierto tiempo antes de que el dolor fsico desaparezca de la memoria.
Volv al estudio y organic el ataque a los cajones. De izquierda a derecha, de
arriba abajo. Si tienes que hacerlo, hazlo de manera organizada para que no tengas
que volver atrs y perder ms tiempo. Afortunadamente, mi primo no era solo una
hormiguita guardando cosas; tambin era muy organizado. Los ocho cajones tenan
todos archivadores primorosamente etiquetados.
El de arriba de la izquierda contena correo de admiradores. Dado el gento que
haba en el funeral, no deba haberme sorprendido de la cantidad de cartas que la
gente le mandaba. Segua recibiendo tres o cuatro a la semana, escritas con una
elaborada caligrafa infantil:
Creo que eres el mejor jugador de hockey del universo. Por favor,
mndame tu foto.
P. D.: Te mando una foto ma jugando como ala del Algonquin Maple
Leafs.
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Hacia las diez estaba rodeada de montones de papeles, de los cuales un montn
era para Fackley, el agente. Uno para el abogado, Simonds. Unos pocos para la
basura. Unas cuantas cosas que tenan valor sentimental para m. Una o dos que
podran interesar a Paige. Unos cuantos recuerdos para el Hockey Hall of Fame en
Eveleth, Minnesota, y otras cosas para los Halcones Negros.
Estaba cansada. Mi blusa de color verde oliva tena un manchn de polvo
grasiento por todo el delantero. Las medias estaban llenas de carreras. Tena hambre.
No haba encontrado las cartas de Paige. Puede que me sintiese mejor despus de
comer algo. En cualquier caso, haba examinado todos los cajones, incluyendo los del
escritorio. Qu es lo que en realidad esperaba encontrar?
Me puse de pie bruscamente y apart los montones de papeles para alcanzar el
telfono. Marqu un nmero que conoca de memoria y sent alivio al or que
contestaban a la tercera seal.
Al habla la doctora Herschel.
Lotty, soy Vic. He estado ordenando los papeles de mi primo y estoy de lo ms
deprimida. Has cenado?
Haca horas que haba cenado, pero accedi a encontrarse conmigo en el hotel
Chesterton para tomar un caf mientras yo coma algo.
Me lav un poco en el bao principal, mirando con pena hacia la baera a ras del
suelo con su mecanismo de burbujas. Alivio para el deshecho tobillo de mi primo.
Me pregunt si se habra comprado el piso por la baera. Sera muy propio de Boom
Boom, escrupuloso pero no muy prctico.
De salida, me detuve para hablar con el portero, Hinckley. Haca rato que se haba
marchado ya. El hombre de turno en aquel momento era ms bien una especie de
guardia de seguridad. Estaba sentado tras un escritorio con una pantalla de televisin
encima; poda ver la calle o el garaje o mirar en cualquiera de los treinta pisos. Un
hombre negro mayor y cansado, al que vi sus pequeas arruguillas solo cuando me
acerqu a l. Me mir impasible mientras le explicaba quin era yo. Le ense el
poder de Simonds y le dije que seguira viniendo hasta que las cosas de mi primo
estuviesen totalmente arregladas y se vendiera el piso.
No dijo nada. Ni parpade ni movi la cabeza; no hizo ms que mirarme sin
expresin con sus ojos marrones, cuyos iris estaban moteados de amarillo por la edad.
Me di cuenta de que alzaba la voz y me contuve.
El hombre que estaba de guardia esta tarde dej entrar a una persona al
apartamento. Podra usted asegurase de que no entra nadie ms a menos que yo le
acompae?
Sigui mirndome sin parpadear. Me volv y le dej all sentado bajo el tapiz
color mostaza.
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3
Reflejos
Qu estabas buscando? Lotty se hallaba sentada bebiendo caf, con sus ojos
negros sondendome, pero con afecto.
Di un mordisquito a mi sndwich.
No lo s. Supongo que llevo demasiado tiempo siendo detective. Siempre
espero encontrar secretos en los escritorios de la gente.
Estbamos sentadas en el restaurante Dortmunder, en los bajos del hotel
Chesterton. Yo haba cogido media botella de Pomerol de los estantes de vino que
cubran las paredes y me lo estaba bebiendo con el sndwich queso emmental entre
dos finas rebanadas de pan de centeno. El servicio es lento en el Dortmunder. Estn
acostumbrados a las damas ancianas que viven en el hotel y pasan la tarde con una
taza de caf y un solo pastel.
Querida ma, no quiero presionarte si no quieres pensar en ello. Pero t nunca
ordenas papeles. Incluso en el caso de tu primo, se que se lo habras dado al abogado
a menos que estuvieses buscando algo concreto. As que lo que estabas buscando era
muy importante, verdad?
Lotty es austraca. Aprendi ingls en Inglaterra, donde pas su adolescencia, y le
queda un rastro de acento vienes en su habla inglesa de agudas y rpidas palabras.
Hace mucho que somos amigas.
Me acab el sndwich y beb un poco ms de vino. Luego sostuve el vaso dndole
vueltas para atrapar la luz. Contempl el brillo color rub y me qued pensando.
Finalmente, puse el vaso en la mesa.
Boom Boom me dej un mensaje urgente en el contestador. No se si estara
muy deprimido o si tendra problemas en la Compaa Eudora, pero nunca me haba
dejado un mensaje as antes volv a mirar el vino. Lotty, estaba buscando una
carta que dijese: Querida Vic, me han acusado de robar ciertos papeles. Entre eso y
lo de mi tobillo, estoy tan deprimido que no puedo resistir ms. O Querida Vic,
estoy enamorado de Paige Carrington y la vida es bella. Ella dice que lo estaba y
puede que fuese as, pero es tan bueno, tan sofisticada, no s. O tan perfecta. Me
cuesta creer que estuviese enamorado de ella. Le gustaban las mujeres ms humanas.
Lotty dej su taza de caf y puso sus dedos fuertes y cuadrados sobre los mos.
Es posible que ests celosa?
Oh, un poco. Pero no tanto como para deformar mis razonamientos. Puede que
sea egocentrismo. No le llamaba desde haca dos meses. No se me quita de la cabeza.
A menudo estuvimos meses sin saber nada el uno del otro. Pero no puedo dejar de
tener la sensacin de que le fall.
La presin sobre mis dedos aument.
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Boom Boom saba que poda contar contigo, Vic. Puedes recordar un
sinnmero de veces en que as fue. Te llam. Y saba que t apareceras, aunque
tardases unos das.
Me solt la mano izquierda y cog el vaso de vino. Di un trago y la tirantez de mi
garganta se relaj. Mir a Lotty. Ella me ech una mirada picara.
Eres detective, Vic. Si de verdad quieres estar absolutamente segura acerca de
lo que le ocurri a Boom Boom, puedes intentar averiguarlo.
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4
En los muelles
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manejarme sola por el silo y hacer las preguntas que quiero.
Ir con usted, eh eh Mir mi tarjeta, frunciendo el ceo.
Seorita Warshawski le dije, servicial.
Seorita Warshawski. Al capataz no le gustara que apareciese usted sin ser
presentada. Su voz era profunda pero tirante, la voz de un hombre tenso hablando
con las cuerdas vocales en lugar de con los conductos nasales.
Pete Margolis, el capataz del silo, no pareci alegrarse al vernos. Sin embargo,
me di cuenta en seguida de que su incomodidad era ms bien debida a Phillips que a
m. Phillips me present simplemente como una joven interesada en el silo.
Cuando le dije a Margolis mi nombre y le cont que era prima de Boom Boom, sus
modales cambiaron bruscamente. Se limpi una sucia manaza en el costado de su
mono y me estrech la mano, me dijo lo que haba sentido el accidente de mi primo,
lo mucho que le apreciaba y lo que la compaa le echara de menos. Rebusc entre
un montn de papeles en su minscula oficina y sac un casco para m.
Prestando muy poca atencin a Phillips, me llev a hacer un largo y detallado
recorrido, mostrndome el lugar en que los vagones tolva entraban a volcar su carga y
cmo manejar la gra automtica que los suba hasta el corazn del silo. Phillips se
arrastraba detrs, haciendo comentarios sin importancia. Tena su propio casco con el
nombre escrito claramente encima, pero su veraniego traje gris de seda estaba
totalmente fuera de lugar en la sucia planta.
Margolis nos condujo por un largo tramo de escaleras que llevaban al interior del
silo, quiz hasta una altura de tres pisos. Abri una puerta de incendios en el extremo
y el ruido retumb en mis tmpanos.
El polvo lo cubra todo. Revoloteaba por el aire, posndose en capas sobre las
altas vigas de acero, creando una pelcula chirriante sobre el suelo de metal. Sent
rpidamente los dedos de los pies grasientos dentro de los gruesos calcetines de
algodn. Las zapatillas de correr patinaban sobre el suelo polvoriento. Bajo el pesado
casco, que me quedaba mal, el pelo se me estaba poniendo mate y pegajoso.
Nos quedamos en una pasarela mirando hacia abajo, al suelo de cemento del silo.
Solo una estrecha barandilla a la altura de la cintura me separaba de una desagradable
cada sobre las cintas transportadoras de all abajo. Si me caa, tendran que cambiar
el cartel colocado en la puerta de entrada: 9640 horas de trabajo sin un accidente.
Pete Margolis estaba a mi derecha. Me agarraba el brazo y gesticulaba con la
mano libre. Yo asenta. Se inclin sobre mi oreja derecha.
Por aqu entra vocifer. Traen los furgones hasta aqu y los vuelcan.
Luego todo pasa a las cintas transportadoras.
Asent. Una serie de cintas eran las responsables de la mayor parte del ruido
estremecedor, pero la gra que levantaba los furgones a noventa pies de alto como si
fueran juguetes contribua tambin lo suyo al estrpito. Las cintas transportaban el
grano de las torres donde los furgones lo volcaban en rampas que lo vertan en las
bodegas de los barcos amarrados fuera. Gran cantidad de polvo de grano se escapaba
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en el proceso. La mayora de los hombres del piso de abajo llevaban mscaras, pero
muy pocos parecan llevar algn tipo de proteccin para los odos.
Trigo? chill en la oreja de Margolis.
Cebada. Unas treinta y cinco medidas la tonelada.
Le grit algo a Phillips y salimos afuera, a un estrecho pasillo que bordeaba el
agua. Di un respingo al sentir el fro aire de abril y dej que mis odos se
acostumbrasen al relativo silencio.
A nuestro lado se encontraba un viejo barco sucio atado al muelle con una serie
de cables. Sobresala por encima de su lnea de flotacin normal, donde la pintura
negra del casco daba paso bruscamente a un descascarillado color verdoso. En el
muelle, varios hombres con casco y monos sucios guiaban tres enormes rampas de
grano con cuerdas, llenando las bodegas a travs de unas doce o catorce aberturas en
el muelle. Junto a cada abertura yaca su tapadera; escotillas, me dijo Phillips. Una
masa de cuerdas enrolladas descansaba junto al extremo trasero, nuestro extremo,
donde se encontraba la cabina. Me sent ligeramente mareada. Yo he crecido en la
zona sur de Chicago, donde las fbricas de acero salpican el lago, as que he visto
montones de cargueros de los Grandes Lagos de cerca, pero siempre tengo el mismo
sentimiento: el estmago encogido y escalofros por la columna. Algo que tiene que
ver con el casco abrindose paso invisible por las negras aguas.
Un viento helado soplaba alrededor del lago. El agua estaba all demasiado
resguardada para formar olas, pero el polvo de grano volaba hasta nosotros mezclado
con envoltorios de cigarrillos y bolsas de patatas fritas. Tos y volv la cabeza hacia
otro lado.
Su primo se encontraba en la popa segu la direccin que sealaba el dedo de
Phillips. Incluso aunque alguien se hubiese asomado, no habra podido verle desde
aqu.
Yo lo intent, pero la esquina del silo interrumpa la visin ms all de la cabina
del barco.
Y qu pasa con toda la gente de cubierta? Y hay un par de personas ah, en
tierra.
Phillips se trag una sonrisa de superioridad.
El O. R. Daley est en este momento amarrado y cargando. Cuando un barco
est desamarrando, toda la gente del silo se ha ido ya y cada uno de los que trabajan
en el barco tiene su tarea que realizar. No prestaran mucha atencin a un tipo que
estuviese en el muelle.
Alguien tiene que haberle visto dije obstinada. Qu le parece, seor
Margolis? Le importa que hable con los hombres del silo?
Margolis se encogi de hombros.
Todo el mundo apreciaba a su primo, seorita Warshawski. Si hubiesen visto
algo, ya lo habran dicho Pero si usted cree que puede serle de alguna utilidad, a m
no me importa. Hacen una pausa para comer en dos turnos que empieza dentro de
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veinticinco minutos.
Pase la mirada por el muelle.
Quiz pudiera indicarme exactamente el lugar desde el que cay mi primo.
No lo sabemos en realidad contest Phillips, con su profunda voz intentando
esconder la impaciencia. Pero si le va a hacer sentirse mejor Pete, quiz pueda
usted llevar a la seorita Warshawski abajo.
Margolis mir hacia el silo, dud y luego acept de mala gana.
Este no es el barco que estaba aqu, verdad?
No, claro que no dijo Phillips.
Sabe cul era?
No hay modo de saberlo dijo Phillips, en el mismo momento en que
Margolis deca:
El Bertha Krupnik.
Bueno, puede que tenga razn Phillips lanz una sonrisa tensa. Olvidaba
que Pete conoca los detalles diarios de aquella operacin al dedillo.
Ya. Tena que haber sido el Lucelia Wieser. Tuvo aquel accidente agua en las
bodegas, o algo as; y mandaron tres baeras viejas para llevarse su carga. El Bertha
Krupnik fue el ltimo. El piloto es un viejo amigo mo. Vaya disgusto se llev cuando
se enter de lo de Boom Boom su primo, quiero decir. Es un aficionado al hockey.
Dnde est ahora el Bertha Krupnik?
Margolis sacudi la cabeza.
Es imposible saberlo. Es uno de los de Grafalk. Puede preguntarles a ellos. El
expedidor se lo podr decir dud un momento. Puede que quiera hablar con los
del Lucelia. Estaba amarrado all seal ms all del viejo barco amarrado a
nuestros pies hacia otro muelle que estaba a unas doscientas yardas. Lo quitaron de
en medio mientras le limpiaban las bodegas. Fue ayer o anteayer sacudi la cabeza
. Pero no creo que nadie pueda decirle nada. Ya sabe cmo es la gente. Si hubiesen
visto caer a su primo, lo hubieran dicho en seguida.
A menos que se sintiesen culpables por no haber hecho nada.
Dnde estn las oficinas de Grafalk?
De verdad quiere ir all, seorita Warshawski? pregunt Phillips. No es la
clase de lugar al que pueda usted ir sin credenciales o alguna justificacin.
Tengo una credencial. Rebusqu en la cartera mi licencia de investigador
privado. He hecho un montn de preguntas a un montn de gente gracias a esto.
Su expresin ptrea no cambi, pero se puso rojo hasta las races de su plido
pelo rubio.
Creo que debera ir con usted y presentarle a la persona adecuada.
Quiere acompaarla tambin al Lucelia, Phillips? pregunt Margolis.
No especialmente. Ya voy retrasado. Tendr que volver a su oficina, Pete, y
llamar a Rodrguez desde all.
Mire, seor Phillips interrump, puedo cuidarme sola. No necesito que
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modifique usted sus planes de trabajo para pasearme.
Me asegur que no era ningn problema, que de verdad quera hacerlo si yo crea
que sera de alguna utilidad. Se me ocurri que poda preocuparle que yo encontrase a
algn testigo de que la Compaa Eudora haba sido negligente. En cualquier caso,
poda facilitar mi entrada en Grafalk, as que no me import que se viniese.
Mientras l volva al silo para telefonear, Margolis me condujo por una estrecha
escalera de hierro hasta el muelle de abajo. De cerca, el barco pareca an ms sucio.
Pesados cables se tendan desde la cubierta y lo amarraban a los grandes pivotes que
emergan del cemento. Al igual que el barco, los cables eran viejos, gastados y nada
limpios. Mientras Margolis me conduca junto a la parte trasera del O. R. Daley, me
di cuenta de lo levantada que estaba la pintura por debajo de la lnea de flotacin. El
nombre O. R. Daley. Grafalk Steamship Line. Chicago apareca pintado con letras
descascarilladas blancas cerca de la popa.
Su primo deba estar aqu. El cemento acababa, sustituido por tablones
descoloridos de madera. El da estaba muy hmedo. Tenamos que dejar de cargar
cada varias horas, cubrir las escotillas y esperar a que dejase de llover. Un trabajo
pesado. En cualquier caso, la madera as, vieja de verdad, ya sabe, se pone muy
resbaladiza cuando se moja. Si Boom Boom, quiero decir su primo, se inclin hacia
delante para ver algo, puede haberse escurrido y cado. Tena la pierna enferma.
Pero qu poda haber querido mirar?
Cualquier cosa. Era un tipo muy inquisitivo. Muy interesado por todo y en todo
lo que se refera a barcos y al negocio. Entre usted y yo, le pona a Phillips los
nervios un poco de punta escupi, experto, al agua. Pero, por lo que he odo,
Argus le consigui el trabajo y a Phillips no le gustaba tener que soportarlo.
David Argus era presidente de la Compaa Eudora. Haba volado desde Eudora,
Kansas, para asistir al funeral de Boom Boom y haba hecho un donativo de mil
dlares a un hogar infantil en nombre de Boom Boom. No asisti al festejo
posfunerario vaya suerte pero me haba estrechado la mano brevemente tras la
ceremonia; un hombre bajo, macizo, de unos sesenta aos, que exhalaba una
personalidad de alto horno. Si haba sido el protector de mi primo, Boom Boom
estaba bien protegido en la organizacin. Pero no crea que Boom Boom hubiese
abusado de aquella relacin y as lo dije.
No, nada de ese estilo. Pero a Phillips no le gustaba tener por all a un jovencito
al que tener que cuidar. No, Boom Boom trabajaba de verdad, no peda favores
especiales, como poda haber hecho, siendo una estrella y todo eso. Yo dira que los
chicos le apreciaban de verdad.
Alguien me ha dicho que se habl mucho por aqu acerca de mi primo. Que
poda haberse suicidado. Mir fijamente al capataz.
Hizo una mueca de sorpresa.
No que yo sepa. Yo no he odo nada. Puede usted hablar con los muchachos.
Pero ya le digo, yo no he odo nada.
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Phillips caminaba hacia nosotros sacudindose el polvo de las manos.
Se va con l? Quiere volver ms tarde a hablar con los muchachos?
Quedamos a las diez a la maana siguiente, hora de descanso de la maana.
Margolis dijo que les preguntara antes, pero pensaba de verdad que si alguien
hubiera sabido algo, lo habra dicho en seguida.
Un accidente siempre trae consigo muchas habladuras. Y siendo Warshawski,
como era, una celebridad y tal, si alguien hubiera sabido algo, lo habra largado en
seguida: No creo que encuentre nada.
Phillips lleg junto a nosotros.
Est lista? He hablado con el expedidor de Grafalk. Se resiste a informarle de
dnde est el Bertha Krupnik, pero hablar con usted si yo la llevo. Mir
tmidamente su reloj.
Le estrech la mano a Margolis, le dije que le vera a la maana siguiente y segu
a Phillips a lo largo del embarcadero y por detrs del silo. Nos abrimos paso a travs
del deteriorado patio, pasando por encima de listones de metal oxidados hasta donde
estaba el Alfa verde de Phillips, esbelto y fuera de lugar entre un viejo Impala y una
roosa camioneta. Puso con cuidado el casco en el asiento trasero y mont un
numerito arrancando el coche, dndole marcha atrs entre los baches y acercndose a
la entrada del patio. Una vez hubimos girado por la calle 130, y mientras nos
movamos entre el trfico, dije:
Est claro que le molesta a usted tener que pasearme por el puerto. A m no me
importa abordar a las personas sin acompaante; ya lo hice con usted esta maana.
Por qu cree que tiene que venir conmigo?
Me lanz una mirada rpida. Me di cuenta de que sus manos se agarraban al
volante tan fuerte que los nudillos se le pusieron blancos. No dijo nada durante unos
minutos, y yo cre que iba a ignorarme. Finalmente dijo, con su voz profunda y tensa:
Quin le pidi que viniera al puerto?
Nadie; vine por mi cuenta. Boom Boom Warshawski era mi primo y me siento
en la obligacin de averiguar las circunstancias que rodearon su muerte.
Argus vino al funeral. Le sugiri l que haba algo extrao?
Qu intenta decirme, Phillips? Hay alguna razn para pensar que la muerte
de mi primo no fuera un accidente?
No, no repiti rpidamente. Sonri y de pronto pareci ms humano. Vino
aqu el jueves, Argus, me refiero, y nos ech una perorata acerca de la seguridad en el
silo. Se tomaba un inters personal por su primo y le afect mucho su muerte. Solo
me preguntaba si no le habra pedido a usted que investigara esto como parte de sus
funciones profesionales, ms que como prima de Warshawski.
Ya veo Bueno, pues el seor Argus no me contrat. Me temo que me he
contratado yo misma. Pens en explicarle mis preocupaciones, pero la experiencia
como detective me haca ser cautelosa. La regla nmero uno nosecuantos u otra: no
contar nunca nada a nadie a menos que consigas algo mejor a cambio. Puede que un
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da escriba el Manual del detective nefito.
bamos pasando junto a los silos, a lo largo del ro Calumet y ante la entrada del
puerto principal. Grandes barcos surgan por todas partes, asomando las chimeneas
negras por entre grises columnas de silos de cemento y grano. Unos arbolitos
luchaban por vivir en retazos de tierra entre vas de tren, montones de escoria y
terraplenes agujereados. Pasamos junto a una fbrica de acero cerrada, un macizo
conjunto de edificios rojo ladrillo y vas de tren empalmadas. La gran verja estaba
cerrada con candado: la recesin haba causado su impacto y la planta estaba cerrada.
La oficina central del puerto de Chicago fue totalmente reconstruida unos aos
antes. Con los nuevos edificios, los modernos muelles y una carretera bien
pavimentada, el lugar tena un aspecto moderno y eficaz. Phillips se detuvo ante la
garita de un guardia, donde un polica comprob su documentacin y le dej pasar. El
Alfa ronrone sobre el suave asfalto y nos detuvimos en un hueco con el cartel de
COMPAA DE GRANO EUDORA. Cerramos las puertas y segu a Phillips hacia
una fila de edificios modernos.
All todo estaba construido a escala gigante. Una serie de gras dominaba los
embarcaderos. Dientes gigantes se cernan sobre un gran navo y alzaban fcilmente
la parte de atrs de un camin remolque de cincuenta toneladas y lo colocaban en un
vagn. Unos diez barcos estaban amarrados all, en el recinto principal, enarbolando
las banderas de muchos pases.
Todos los edificios del puerto estn construidos del mismo ladrillo y son de dos
pisos. Las oficinas de la Grafalk Steamship Line ocupan uno de los bloques ms
grandes a medio camino del muelle. Una recepcionista agradable de mediana edad
reconoci a Phillips al verle y nos mand a la parte trasera a ver a Percy MacKelvy,
el expedidor.
Se notaba que Phillips era un visitante frecuente. Saludando a varias personas por
su nombre, me condujo por un estrecho pasillo que cruzaba un par de habitaciones
pequeas. Encontramos al expedidor en una oficina repleta de papeles. Los grficos
cubran las paredes y montones de papeles impedan ver el escritorio, tres sillas y
buena parte del suelo. MacKelvy era un hombre malhumorado de cuarenta y tantos
aos, con una camisa blanca que llevaba tiempo arrugada. Cuando entr, estaba
hablando por telfono. Se sac un cigarro de la boca el tiempo suficiente para decir
hola.
Grua al telfono, mova una chincheta roja por un mapa del lago que estaba a su
derecha, tecleaba una pregunta al ordenador que tena junto al telfono y volva a
gruir. Finalmente dijo:
Seis ochenta y tres la tonelada. Tmalo o djalo Recogerlo el cuatro, seis
ochenta y dos No lo puedo bajar ms No hay trato? Quiz la prxima vez.
Colg, aadi unos cuantos nmeros al ordenador y agarr un segundo telfono que
haba empezado a sonar. Esto es un zoo me dijo, soltndose ms la corbata.
Mackelvy S, s. Le mir mientras practicaba una secuencia similar con el mapa,
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la chincheta y el ordenador.
Cuando colg, dijo:
Hola, Clayton. Esta es la seora que dijiste?
Hola dije. Soy V. I. Warshawski. Mi primo Bernard Warshawski muri el
martes pasado al caer bajo la hlice del Bertha Krupnik.
El telfono sonaba de nuevo
S? MacKelvy al habla. S, espere un segundo Cree usted que el Bertha
tuvo la culpa de algo?
No. Tengo ciertas preocupaciones personales como albacea de mi primo. Me
gustara saber si alguien vio el accidente. Phillips dice que usted puede decirme
cundo esperan que llegue el Bertha, ya sea aqu o a algn puerto al que yo pueda ir a
hablar con la tripulacin.
Hola, Duff hablaba al telfono. Azufre de Buffalo? Tres ochenta y ocho
la tonelada, recogida el seis, entrega en Chicago el ocho. Eso. Colg. Cul es el
tema, Clayton? Quiere demandarnos?
Phillips estaba tan alejado del escritorio como le era posible en la atestada
habitacin. Se hallaba muy tieso, como para sentirse tanto fsica como
psicolgicamente remoto. Se encogi de hombros.
David ha mostrado cierto inters.
Qu pasa con Niels?
No lo he hablado con l.
Puse las manos en la masa de papeles y me inclin sobre el escritorio mientras el
telfono sonaba de nuevo.
Aqu MacKelvy Qu hay, Gumboldt, espera un momento, quieres?
Seor MacKelvy, no soy una viuda histrica intentando sacar provecho
financiero de la fuente ms fcil. Estoy intentando encontrar a alguien que pueda
haber visto a mi primo en los ltimos minutos de su vida. Estamos hablando de un
muelle abierto a las diez de la maana. No puedo creer que no hubiera alma viviente
para verle. Quiero hablar con la tripulacin del Bertha para asegurarme.
S, Gum? Si s En Toledo el diecisis? Qu tal el diecisiete? No puedo
hacer nada, to. La noche del diecisis? Y a las dos o las tres de la maana? Vale,
to, otra vez ser sacudi la cabeza preocupado. El negocio est podrido. La
cada del acero nos mata y tambin los barcos de mil pies. Gracias a Dios que Eudora
sigue trabajando con nosotros.
Las constantes interrupciones me estaban poniendo los nervios de punta.
Estoy segura que puedo encontrar al Bertha Krupnik, seor MacKelvy. Soy
investigadora privada y estoy acostumbrada a encontrar cosas. Un barco en activo en
los Grandes Lagos no puede ser tan difcil de localizar. No hago ms que pedirle que
me facilite las cosas.
MacKelvy se encogi de hombros.
Tendr que hablar con Niels. Vuelve aqu a comer, seorita cmo ha dicho?
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y lo comprobar con l entonces. Vuelva por aqu hacia las dos. Vale, Clayton?
El telfono volvi a sonar.
Quin es Niels? pregunt a Phillips cuando salamos de la oficina.
Niels Grafalk. Es el propietario de Grafalk Steamship.
Quiere llevarme de vuelta a su oficina? Podr coger all mi coche y dejarle a
usted con sus reuniones.
Sus ojos plidos se dirigan a todos los lados del vestbulo, como si estuviera
buscando a alguien o intentase conseguir ayuda de alguna parte.
Eh claro.
Estbamos en la oficina de la entrada y Phillips deca adis a la recepcionista,
cuando omos un ruido tremendo. Sent un estremecimiento a travs del cemento del
suelo y luego el ruido de cristales rotos y metal chimando. La recepcionista salt de
su silla, sobresaltada.
Qu ha sido eso?
Un par de personas que venan del interior del edificio entraron en la recepcin.
Un terremoto?
Suena como un choque de coches.
Ha afectado al edificio?
Se est cayendo el edificio?
Fui a la puerta de entrada. Un choque de automviles? Puede ser, pero deba ser
un coche enorme. Puede que fuera uno de esos trailers que estaban cargando?
En el exterior se estaba reuniendo un gran gento. Una sirena en la distancia se oa
cada vez ms alta. Y en el extremo norte del embarcadero se vea un carguero con el
morro encajado en el costado del muelle. Grandes trozos de cemento se haban
partido ante l como un separador metlico de la carretera ante un coche a toda
velocidad. Fragmentos de cristal roto caan de los costados del barco mientras yo me
acercaba con la multitud a mirar. Una elevada gra que estaba en el extremo del
muelle gir y cay lentamente, plegndose sobre s misma como un cisne moribundo.
Dos coches de polica, con las luces azules centelleando, frenaron chirriando tan
cerca del desastre como les fue posible. Salt a un lado para evitar a una ambulancia
que aullaba tras de m. La multitud que tena delante se abri para dejarla pasar. Yo la
segu rpidamente y me acerqu a la catstrofe.
Una gra y un par de carretillas elevadoras haban estado esperando junto al
malecn. Las tres estaban completamente aplastadas por el carguero. La polica
ayud al conductor de la ambulancia a sacar al conductor de una de las carretillas
entre el amasijo de hierros. Una visin desagradable. La multitud estibadores,
conductores, tripulacin miraba vidamente.
Me volv y encontr a un hombre con un mono blanco sucio que me observaba.
Tena la cara quemada por el sol de un rojo amarronado oscuro y los ojos de un
brillante azul profundo.
Qu ocurri? pregunt.
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Se encogi de hombros.
El barco arremeti contra el malecn. Me imagino que lo deban estar
dirigiendo desde la sala de mquinas y alguien lo puso todo a proa en lugar de todo a
popa.
Perdone, soy una extraa aqu. Me lo traduce?
Sabe algo de cmo se conduce un barco?
Sacud la cabeza.
Oh. Bueno, es difcil de explicar sin mostrarle los controles. Pero bsicamente
tiene usted dos palancas, una para cada direccin. Si est usted fuera, en el mar,
utiliza el timn para dirigir. Pero si est junto al muelle, usa las palancas. Poniendo
una todo a proa y la otra todo a popa, o sea, hacia atrs, ir usted hacia la derecha o
hacia la izquierda, depende de cul mueva y hacia dnde. Poner las dos todo a popa
es como meter la marcha atrs en un coche. Disminuye la velocidad del barco y le
acerca suavemente hasta el muelle. Parece como si algn pobre bastardo hubiera
puesto la palanca en todo a proa en lugar de todo a popa.
Ya veo. Parece mentira que una tontera as pueda causar un desastre
semejante.
Bueno, si usted fuese conduciendo su coche hacia el muelle, suponiendo que
pudiese ir por el agua, se aplastara y las paredes de cemento se reiran de usted. Pero
su coche cul tiene?, pesa una tonelada y tiene un centenar de caballos? Este
chisme tiene doce mil caballos y pesa unas diez mil toneladas. Hicieron el
equivalente a pisarle el acelerador y este es el resultado.
Alguien haba colocado una escalerilla en la parte delantera del barco. Un par de
miembros de la tripulacin, bastante conmocionados, bajaron hasta el muelle. Sent
una mano en el hombro y me volv de un salto. Un hombre alto con la cara quemada
por el sol y una magnfica mata de pelo blanco me empuj y pas a mi lado.
Perdn. Abran paso, por favor.
La polica, que mantena a todo el mundo alejado de las carretillas elevadoras y la
escalera, dej pasar al hombre de pelo blanco sin hacer preguntas.
Quin es ese? pregunt a mi recin conocido informador. Parece un
vikingo.
Es un vikingo. Es Niels Grafalk. Es el dueo de ese triste montn de chatarra
Pobre diablo!
Niels Grafalk. No pens que el momento no era el ms oportuno para trepar por la
escalerilla detrs de l en busca del Bertha Krupnik. A menos que
Es ese el Bertha Krupnik?
No me contest mi amigo. Es el Leif Ericsson. Tiene un inters especial
por el Berthc?
S, intento averiguar dnde est. No consigo que MacKelvy, lo conoce?, me
suelte la informacin sin el consentimiento de Grafalk. Usted no lo sabr, verdad?
Cuando mi amigo quiso saber la razn, sent el impulso de callarme y marcharme
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a casa. No se me ocurra nada ms estpido que mi obsesin por Boom Boom y su
accidente. Era obvio que, a juzgar por el gento que se estaba reuniendo all, el
desastre haba trado un montn de gente al escenario de la catstrofe. Margolis tena
razn: si los hombres del silo hubiesen sabido algo acerca de la muerte de Boom
Boom, habran hablado de ello. Deba ser ya hora de volver a Chicago a entregar unas
cuantas citaciones a sus reticentes receptores.
Mi compaero observ mis dudas.
Mire, es hora de comer. Por qu no me deja invitarla a la Salle de la Mer? Es
el club privado para los funcionarios y propietarios de por aqu. Solo tengo que
quitarme este mono y coger la chaqueta.
Mir mis vaqueros y las zapatillas de correr.
No voy muy bien vestida para un club privado.
Me asegur que no les importaba cmo iban vestidas las mujeres; solo los
hombres tenan que observar reglas de vestuario en el moderno restaurante. Me dej
contemplando la debacle del muelle durante unos minutos mientras iba a cambiarse.
Me preguntaba vagamente qu le habra ocurrido a Phillips, cuando le vi intentando
abrirse camino entre la multitud hasta llegar al Leif Ericsson. Algo en sus modales
dubitativos me irritaba profundamente.
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5
Un vaso en la mano
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Es cierto que estbamos amarrados all, pero el Bertha Krupnik se encontraba
entre nosotros y el muelle. No creo que nadie del Lucelia pudiese ver nada.
El camarero volvi a tomar nota; le dijimos que necesitbamos unos minutos para
estudiar el men. Volvi a los treinta segundos, tosiendo para disculparse.
El seor Grafalk pregunta si la seora y usted no querran reunirse con l y el
seor Phillips en su mesa.
Sheridan y yo nos miramos sorprendidos. Yo no me haba dado cuenta de que
hubiese entrado ninguno de los dos. Seguimos al camarero por la alfombra rosa y
violeta hasta una mesa en una esquina al otro extremo. Grafalk se levant para
estrecharle la mano a Sheridan.
Gracias por interrumpir la comida para unirte a nosotros, Mike. Para m
aadi: Soy Niels Grafalk.
Encantada, seor Grafalk. Soy V. I. Warshawski.
Grafalk llevaba una chaqueta de suave tweed hecha a medida y una camisa blanca
con el cuello abierto. No haca falta que me dijeran que haba nacido con dinero para
saber que era un hombre acostumbrado a controlar las cosas que pasaban a su
alrededor. Exhalaba un aire marinero con su pelo blanqueado y la cara roja de viento
y sol.
Phillips me ha dicho que estuvo usted haciendo unas preguntas a Percy
MacKelvy. Ya que estoy yo aqu, puede que quiera usted decirme por qu est
interesada en la Grafalk Steamship.
Me embarqu en una historia que ya pareca un poco trillada.
El seor MacKelvy pens que tendra que preguntarle a usted antes de decirme
dnde est el Bertha Krupnik termin.
Ya veo Grafalk me observ con mirada penetrante. Phillips me ha dicho
que era usted investigadora privada. Pens que tal vez hubiera decidido andar
fisgoneando un poco por mi compaa.
Cuando la gente se encuentra con un polica inesperadamente, a menudo se
sienten culpables: crmenes innombrables aparecen para enfrentarse a ellos. Cuando
se encuentran con un investigador privado, suelen ponerse a la defensiva: no venga a
meter las narices en mis asuntos. Estoy acostumbrada dije.
Grafalk ech la cabeza hacia atrs y dej or un estallido de risa. Sheridan me
ech una sonrisa sardnica, pero Phillips pareca tan tenso como siempre.
Si tiene usted un minuto libre despus de comer, acompeme de vuelta a la
oficina. Pedir a Percy que investigue las andanzas del Bertha para usted.
El camarero vino a tomar nota. Ped una alcachofa rellena de gambas. Grafalk
pidi trucha del lago a la plancha, igual que Phillips. Sheridan pidi un filete.
Cuando te pasas nueve meses del ao en el agua, la carne tiene un atractivo
slido y terrenal.
As que dgame: Qu hace una joven como usted metida a detective? Trabaja
para una compaa o para usted misma?
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Llevo unos seis aos trabajando por mi cuenta. Antes era abogado en la oficina
del fiscal del Estado en Cook County. Me cans de ver a pobres tipos inocentes yendo
a parar a Stateville porque la polica no iba a continuar sus investigaciones y
encontrar a los verdaderos responsables. Y me cans an ms de ver a listos culpables
sinvergenzas salir libres porque podan permitirse pagar a abogados que saban
cmo saltarse las leyes a la torera. As que pens, quiz a la Doa Quijote, que iba a
ver lo que poda hacer yo por mejorar la situacin.
Grafalk sonrea divertido por encima de un vaso de Niersteiner gutes Domthal.
Quin suele contratarla?
Hago bastante trabajo de investigacin sobre delitos financieros. Es mi
especialidad. La Compaa Transicon; ese asunto del ao pasado con Seguros Ajax y
los afiladores Acabo de terminar un trabajo que tena que ver con un fraude por
ordenador en transferencias telegrficas en un pequeo banco en Peora. Relleno los
huecos buscando a testigos desaparecidos y entregando citaciones a gente que no
quiere perder un da en el juzgado.
Grafalk segua mirndome con la misma sonrisa divertida: un hombre rico
disfrutando de las debilidades de la gente de clase media. Qu hace la gente normal
cuando no posee una compaa naviera? La sonrisa se volvi rgida. Estaba mirando
a alguien que estaba detrs de m al que aparentemente no quera ver. Me volv
cuando un hombre slido con un serio traje gris se acerc a la mesa.
Hola, Martin.
Hola, Niels Qu hay, Sheridan. Niels est intentando conseguir que le
ayudes con el Ericsson?
Qu hay, Martin. Esta es V. I. Warshawski. Es la prima de Boom Boom
Warshawski. Anda por aqu hacindonos algunas preguntas acerca de la muerte de su
primo dijo Sheridan.
Encantado, seorita Warshawski. Sent mucho el accidente de su primo.
Ninguno de nosotros le conoca bien, pero todos le admirbamos como jugador de
hockey.
Gracias dije.
Me lo presentaron como Martin Bledsoe, propietario de la Pole Start Line, que
posea el Lucelia Wieser. Cogi una silla libre que haba entre Sheridan y Phillips,
preguntando a Grafalk si no le importaba que se sentase con nosotros.
Encantado de tenerte aqu, Martin dijo el vikingo con calor. Me deba haber
imaginado la tensin en su sonrisa unos minutos antes.
Siento lo del Ericsson, Niels. Vaya jaleo que hay all. Sabis lo que pas?
Parece que se estrell contra el muelle, Martin. Pero lo sabremos con seguridad
cuando se haga una investigacin completa.
Me pregunt de pronto qu estaba haciendo all Grafalk, comiendo
tranquilamente, cuando fuera le esperaban unos daos por valor de unos cuantos
cientos de miles de dlares.
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Qu ocurre en un caso as? pregunt. Tienen un seguro que cubra los
daos del casco?
S Grafalk hizo una mueca. Tenemos cobertura para todo. Pero esto va a
aumentar un montn mi prima Prefiero no pensar en ello ahora, si no le importa.
Cambi de tema hacindole algunas preguntas generales acerca del transporte por
barco. Su familia posea la compaa ms antigua que an trabajaba en los Grandes
Lagos. Era tambin la ms importante. Un antepasado noruego la haba fundado en
1838 con un clper que llevaba pieles y mineral de hierro de Chicago a Buffalo.
Grafalk se entusiasm bastante, recordando algunos de los barcos ms grandes y de
los hundimientos de la flota familiar, y luego se disculp:
Perdone, soy un fantico de la historia naval Hace tanto tiempo que mi
familia est metida en ello Bueno, pues mi yate se llama Brynulf Nordemark en
memoria del capitn que se hundi tan galantemente en 1857.
Grafalk es un marino fantstico por derecho propio apunt Phillips.
Maneja dos barcos: el viejo yate de su abuelo y un barco de carreras. Corres la
Mackinac todos los aos, verdad, Niels?
Solo me he perdido dos desde que me gradu en la universidad. Cosa que
seguramente sucedi antes de que usted naciera, seorita Warshawski.
Haba ido a Northwestern, otra tradicin familiar. Yo recordaba vagamente un
Edificio Grafalk en el campus de Northwestern y el Museo Martimo Grafalk junto al
acuario Shedd.
Y la Pole Star Line? pregunt a Bledsoe. Es tambin una vieja compaa
familiar?
Martin es un recin llegado dijo Grafalk alegremente. Cuntos aos tiene
la PSL actualmente? Ocho?
Antes tena el trabajo de Percy MacKelvy dijo Bledsoe. As que Niels
recuerda cada uno de los das que pasaron desde mi desercin.
Bueno, Martin, t eras el mejor expedidor del negocio. Me sent abandonado
cuando quisiste hacerte de la competencia Por cierto, he odo algo acerca de un
sabotaje en el Lucelia. Eso tiene mala pinta. Fue uno de los miembros de tu
tripulacin?
Los camareros nos trajeron la comida. Aunque deslizaban los platos frente a
nosotros sin apenas mover el aire, fue distraccin suficiente para que me perdiera la
expresin de Bledsoe.
Bueno, los daos fueron cosa de poco, al final dijo. En el momento me
puse furioso, pero al menos el barco est intacto; habra sido una putada tener que
pasarse la mayor parte de la temporada arreglando el casco del Lucelia.
Es verdad admiti Grafalk. Tienes dos barcos ms pequeos adems,
verdad? me sonri amablemente. Nosotros tenemos sesenta y tres navos ms
para solucionar cualquier trastorno que el accidente del Ericsson haya podido causar.
Yo me preguntaba qu demonios estaba pasando all. Phillips estaba sentado muy
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rgido, sin hacer la menor intencin de comer nada, mientras que Sheridan pareca
pensar para encontrar algo que decir. Grafalk comi unas verduras picadas y Bledsoe
atac su pez espada a la plancha con apetito.
Y aunque mi jefe de mquinas la jodese all, estoy convencido de que el
chaval deba estar demasiado nervioso y de que cometi un error. No es lo mismo que
tener vandalismo deliberado entre la tripulacin.
Tienes razn dijo Bledsoe. Me preguntaba si esto era parte de tu programa
para desechar tus barcos de 360 pies.
Grafalk dej caer el tenedor. Un camarero se acerc y coloc uno nuevo en la
mesa.
Estamos satisfechos con lo que hemos conseguido dijo Grafalk. Pero
espero que t hayas podido localizar tu problema, sin embargo, Martin.
Yo tambin lo espero dijo Bledsoe educado, cogiendo su vaso de vino.
Es tan molesto que no te puedas fiar de alguien de tu propia empresa
insisti Grafalk.
Yo no ira tan lejos respondi Bledsoe, pero es que nunca he compartido
tu visin hobbesiana del contrato social.
Grafalk sonri.
Tienes que explicarme eso, Martin. Se volvi hacia m de nuevo. En el
colegio de Martin se aprendan muchas cosas de memoria. A m me fue ms fcil, ya
que era un caballero: no se esperaba de nosotros que lo supisemos todo.
Empezaba a rerme cuando o un ruido de un vaso al romperse. Me volv con los
dems para mirar a Bledsoe. Haba aplastado el vaso de vino con la mano y los
fragmentos transparentes que salan de su palma se estaban volviendo rojos
rpidamente. Mientras me pona de pie de un salto para llamar a un mdico, me
pregunt qu sera lo que haba pasado all. De todos los comentarios de Grafalk, el
ltimo haba sido el menos ofensivo. Por qu habra producido tan extraordinaria
reaccin?
Mand al preocupadsimo maitre dhtel a llamar a una ambulancia. Me confes
en un momento de pnico muy poco profesional que no deba haber permitido nunca
que el seor Bledsoe se uniese al seor Grafalk. Es que el seor Bledsoe no era un
caballero, no tena sensibilidad, no se poda impedir que anduviese metindose en
lugares a los que no perteneca.
Un pnico silencioso dominaba nuestra mesa. Los hombres miraban impotentes el
charco rojo que iba creciendo sobre el mantel, sobre el puo de la camisa de Bledsoe,
sobre su regazo. Le dije que una ambulancia estaba al llegar y que mientras tanto
deberamos ir sacando todos los cristales posibles de su mano. Mand a los camareros
por otro cubo de hielo y empec a envolver la mano de Bledsoe con hielo y unas
cuantas servilletas.
A Bledsoe le dola, pero no corra peligro de desvanecerse. Se maldeca a s
mismo por su estupidez.
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Tiene razn le dije. Ha sido una solemne estupidez. De hecho, no s si he
visto alguna vez algo igual. Pero lamentarse no va a arreglar nada, as que por qu
no se concentra en el presente?
Sonri un poco y me dio las gracias por mi ayuda.
Ech una rpida mirada a Grafalk. Nos miraba con una expresin extraa. No era
piedad ni era satisfaccin. Era una expresin especulativa. Pero sobre qu?
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Un barco importante
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Yo no poda, claro, pero quera saber lo que podan contarme ellos de Boom
Boom, as que acced.
Nuestra visita a la oficina de Grafalk fue interrumpida por los periodistas, un
equipo de televisin y una ansiosa llamada telefnica del presidente de Seguros Ajax,
que aseguraba a la Grafalk Steamship.
Grafalk manej todo aquello con genial habilidad. Tratndome como a un
husped de lujo, pidi al equipo de la NBC que esperasen mientras contestaba a una
pregunta ma. Cogi la llamada del presidente de Ajax, Gordon Firth, en la oficina de
MacKelvy.
Un minuto, Gordon. Tengo aqu a una atractiva joven que necesita
informacin. Dej un momento el telfono y le pidi a MacKelvy que buscase la
localizacin del Bertha. Este estaba dando una vuelta a los Grandes Lagos,
recogiendo carbn en Cleveland para dejarlo en Detroit, y luego encaminndose a
Thunder Bay. Volvera a Chicago dentro de dos semanas. MacKelvy recibi
instrucciones de que el capitn y la tripulacin se pusieran a mi disposicin. Grafalk
rechaz mis expresiones de agradecimiento: Boom Boom haba sido un joven muy
valioso, justo el tipo de persona que la industria naviera necesitaba. Fuera lo que
fuese lo que pudieran hacer para ayudarme, no tena ms que decrselo. Volvi a
hablar con Firth y yo busqu sola el camino de salida.
Sheridan me estaba esperando fuera, lejos de los periodistas y el equipo de
televisin. Cuando sala, un cmara me puso un micrfono en las narices. Que si
haba visto el desastre, que qu me pareca todas las preguntas vacas que los
periodistas de televisin hacen cuando acaba de ocurrir un desastre.
Tragedia sin igual dije. El seor Grafalk les dar los detalles.
Sheridan hizo una mueca divertida cuando yo me alej del micrfono.
Es usted ms rpida que yo. No se me ocurre una respuesta rpida as, sin
pensar.
Caminamos por el muelle hasta el aparcamiento donde se encontraba su Capri.
Mientras lo conduca marcha atrs para salir, me pregunt si Grafalk me haba dicho
lo que yo quera saber.
S. Estuvo muy amable. Abrumadoramente amable. Me preguntaba si no
estara tratando de borrar algunas ideas desfavorables que yo pudiera haber tenido
tras su encuentro con Bledsoe. Por qu el comentario de Grafalk sobre el colegio
de Bledsoe le alter tanto? pregunt bruscamente.
Fue eso lo que le alter? No me acordaba.
Grafalk dijo: En el colegio de Martin tenan que aprenderse muchas cosas de
memoria. Luego, algo acerca de que l era un caballero y no necesitaba saber nada.
Incluso si Bledsoe hubiera ido a algn lugar repugnante como West Schaumburg
Tech., no me parece una razn suficiente como para destrozar un vaso de vino con la
mano.
Sheridan fren ante un semforo en la esquina de la calle 103 y Torrence. Un
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restaurante Howard Johnson que haba a nuestra izquierda luchaba por sobrevivir, sin
resultado, entre hierbajos y un depsito de chatarra. Sheridan torci a la derecha.
No creo que Martin fuese a la escuela en absoluto. Creci en Cleveland y
empez a navegar cuando tena diecisis aos, mintiendo acerca de su edad. Puede
que no le guste que un hombre de Northwestern le recuerde que es un autodidacta.
Aquello no tena sentido. La gente autodidacta suele estar orgullosa de ello.
Bien, y por qu hay tanta animosidad entre l y Grafalk?
Oh, eso es fcil de explicar. Niels ve la Grafalk Steamship como un feudo. Es
asquerosamente rico, posee otras muchas compaas, pero la naviera es lo nico que
le importa. Si trabajas para l, piensa que es un contrato vitalicio, como un seor
feudal jurando lealtad a Guillermo el Conquistador, o algo as. Lo s bien. Empec mi
carrera en Grafalk. Se lo llevaban los demonios cuando me fui. Lo mismo que John
Bemis, el capitn del Lucelia. Pero nuestra marcha nunca le alter tanto como la de
Martin. Vio aquello como una traicin suprema, puede que porque Martin era el
mejor expedidor de los lagos. Por eso le ha ido tan bien a la Pole Star. Martin tiene
ese sexto sentido que le dice qu fraccin de dlar puede ofrecer para hacer la oferta
ms baja y conseguir an beneficios.
Estbamos entrando en el patio de otro silo. Sheridan traquete con el coche por
entre los baches y aparc tras un cobertizo muy maltratado por la intemperie. Cuatro
vagones tolva maniobraban entre los camiones frente a nosotros y se metan en el
montacargas del silo. Nos abrimos paso rodendolos, atravesamos la planta baja del
gigantesco edificio y salimos al muelle.
El Lucelia se ergua ante nosotros. Su pintura roja era pulida y brillante. Haca
parecer a los dems barcos que haba visto aquel da como baeras decrpitas. De un
millar de pies de largo, su casco gigantesco tapaba el horizonte. Sent el familiar nudo
en el estmago y cerr los ojos un instante antes de seguir a Sheridan por la
escalerilla adosada a su costado.
l trep gilmente. Yo le segu deprisa, intentando no pensar en las negras
profundidades que tena debajo, en el casco hendiendo invisible las lbregas aguas;
en el mar, vivo y amenazador.
Encontramos al capitn Bemis en el puente de caoba, encaramado encima de la
cabina. A travs de las ventanas de cristal que rodeaban el puente, veamos la cubierta
alejndose de nosotros. Hombres con impermeables amarillos lavaban las bodegas
con mangueras de alta presin.
El capitn Bemis era un hombre robusto y bajo, casi de mi altura. Tena firmes
ojos grises y modales pausados, sin duda tiles en alta mar. Habl con cubierta por un
walkie-talkie y dijo a su piloto que se uniera a nosotros. Una figura con impermeable
amarillo se destac del grupo de cubierta y desapareci en la cabina.
Estamos muy preocupados por el acto vandlico contra el Lucelia me dijo
Bemis. Sentimos mucho que el joven Warshawski muriera. Tambin nos gustara
saber qu es lo que tena que decirnos.
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Sacud la cabeza.
Yo no lo s. No hablaba con Boom Boom desde haca unos meses Esperaba
que pudiese haberle dicho a usted algo que me diese una pista acerca de su estado de
nimo.
Bemis hizo un gesto de frustracin.
Quera hablarnos del asunto aquel de las bodegas. Se lo ha contado Sheridan?
Bien, pues Warshawski pregunt si habamos encontrado al culpable. Le dije que s.
l dijo que crea que poda haber algo ms que un marinero insatisfecho. Tena que
hacer an ciertas comprobaciones, pero quera hablar conmigo al da siguiente.
El piloto vino al puente y Bemis dej de hablar para presentrmelo. Su nombre
era Keith Winstein. Un joven fibroso, de unos treinta aos, de pelo rizado y negro.
Le estoy contando lo del joven Warshawski le explic Bemis al piloto. De
todas formas, Keith y yo le esperamos en el puente hasta las cinco el martes, con la
idea de poder hablar con l. Luego nos enteramos de que haba muerto.
As que nadie le vio caer! exclam.
El piloto sacudi la cabeza con tristeza.
Lo siento, pero ni siquiera nos dimos cuenta de que haba habido un accidente.
Estbamos amarrados en medio, pero ninguno de nuestros hombres estaba en el
muelle cuando lleg la ambulancia.
Sent un pinchazo de desnimo. Me pareca tan tan injusto que Boom Boom
hubiese podido perder la vida sin que nadie le viese Intent concentrarme en el
capitn y su problema, pero ninguna de las dos cosas me parecan importantes. Me
sent estpida, como si hubiese desperdiciado el da. Qu es lo que haba esperado
encontrar, de todos modos? Dando vueltas por el muelle, jugando a los detectives,
para tener que admitir al final que mi primo haba muerto.
Suger a Bemis y a Winstein que localizasen al hombre que haban despedido y le
interrogasen ms a fondo, luego pretext una reunin en el Loop y ped al jefe de
mquinas que me llevase de vuelta al aparcamiento de la Eudora. Cog mi Lynx y me
dirig hacia el norte.
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desorden te afecta tanto que no puedes resistirlo.
La nevera no tena gran cosa de inters dentro. El reloj de madera de la puerta
trasera marcaba las nueve. Demasiado tarde para salir a cenar, con lo cansada que
estaba, as que me decid por una lata de sopa de guisantes y unas tostadas.
Con otro whisky en la mano vi el final de una deprimente derrota de los Cubs en
Nueva York: la octava de la serie. La Nueva Tradicin toma el relevo, pens
lgubremente, y me fui a la cama.
Me despert alrededor de las seis en otro da fro y nuboso. La primera semana de
mayo, y pareca noviembre. Me puse los pantalones largos de correr e hice
concienzudamente cinco millas alrededor de Belmont Harbor y vuelta. Estaba
utilizando la muerte de Boom Boom como excusa para la pereza y la carrera me dej
ms agotada de lo que debiera.
Beb zumo de naranja, me duch y tom un poco de caf recin molido con un
panecillo y queso. Eran las seis y media. Tena que estar en Eudora tres horas ms
tarde para hablar con el personal. Mientras tanto poda acercarme a echar un vistazo a
las pertenencias de Boom Boom. Haba buscado algo personal en mi anterior visita,
algo que pudiera indicarme su estado de nimo. Esta vez me concentrara en algo que
pudiera indicar un crimen.
Un grupito de abogados y mdicos hechos un brazo de mar surgieron del nmero
210 de East Chestnut. Tenan los rostros poco saludables de las personas que comen y
beben demasiado la mayor parte del tiempo pero se mantienen en su peso con dietas
severas y sesiones de raqueta entre medias. Uno de ellos me sujet la puerta sin
fijarse realmente en m.
Al llegar al piso de Boom Boom, me qued una vez ms mirando al lago unos
minutos. El lago levantaba olitas sobre el agua verde. Un puntito rojo se mova en el
horizonte: un carguero de viaje al otro extremo de los lagos. Me qued mirando largo
tiempo antes de abrazarme los hombros y encaminarme al estudio.
Me encontr un panorama tremendo. Los papeles que haba dejado en ocho
ordenados montones estaban tirados de cualquier manera por toda la habitacin. Los
cajones estaban abiertos del todo, los cuadros arrancados de la pared, las almohadas
de una cama auxiliar que haba en el rincn hechas pedazos y la ropa de cama toda
revuelta.
El zafarrancho era tan confuso y tan violento que me sent embargada por la
mayor indignacin durante unos segundos. Un cuerpo yaca encogido en la esquina
ms alejada del escritorio.
Camin rpidamente entre el lo de papeles, intentando no tocar el caos en el que
pudiera encontrarse alguna prueba. El hombre estaba muerto. Llevaba una pistola en
la mano, una Smith &Wesson 358, pero no haba podido utilizarla. Tena el cuello
roto, por lo que pude deducir sin tocar el cuerpo. No vi heridas.
Le levant la cabeza con suavidad. El rostro me miraba impasible, el mismo
rostro inexpresivo que me haba mirado dos noches antes en el vestbulo. Era el viejo
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negro que estaba de turno de noche. Dej otra vez su cabeza en el suelo con cuidado
y sal disparada hacia el desproporcionado cuarto de bao de Boom Boom.
Me beb un vaso de agua del grifo de la baera y el estmago se me seren un
poco. Al usar el telfono junto a la gran cama para llamar a la polica, me di cuenta
de que el dormitorio tambin haba sufrido ciertos disturbios menores. El cuadro rojo
y morado de la pared estaba en el suelo y las revistas tiradas. Los cajones de la pulida
cmoda de nogal estaban abiertos y la ropa interior por el suelo.
Examin el resto del apartamento. Estaba claro que alguien haba estado
buscando algo. Pero qu?
El nombre del vigilante nocturno era Henry Kelvin. La seora Kelvin lleg con la
polica a identificar el cuerpo. Una mujer sombra, digna, cuyo dolor era ms
impresionante a causa del dominio que ejerca sobre l.
Los polis que aparecieron insistieron en tomrselo como un asalto cualquiera. La
muerte de Boom Boom haba sido ampliamente difundida. Cualquier ladrn
emprendedor se aprovech sin duda de la situacin; fue lamentable que Kelvin le
sorprendiese in fraganti. No dej de decirles que no haba desaparecido nada de valor,
pero ellos insistieron en que la muerte de Kelvin haba asustado a los intrusos y les
habra hecho huir. Acab por dejarlo.
Llam a Margolis, el capataz del silo, para explicarle que me retrasara, quiz
hasta el da siguiente. A medio da la polica termin conmigo y se llev el cuerpo en
una camilla. Iban a sellar el apartamento hasta que acabasen de tomar huellas y de
analizarlo todo.
Ech un ltimo vistazo. O los intrusos haban encontrado lo que haban venido a
buscar, o mi primo haba escondido lo que buscaban en otra parte, o no haba nada
que encontrar y ellos huyeron asustados. Mi mente vol hacia Paige Carrington.
Cartas de amor? Cun cercana haba estado ella a Boom Boom en realidad? Tena
que volver a hablar con ella. Puede que tambin con alguno de los amigos de mi
primo.
La seora Kelvin estaba sentada muy rgida en el borde de uno de los mullidos
sofs blancos del portal. Cuando sal del ascensor, vino hacia m.
Tengo que hablar con usted. Su voz era ronca, la voz de alguien que quiere
llorar y en lugar de ello se pone furiosa.
Muy bien, tengo un despacho en el centro. Le parece bien?
Mir a su alrededor, en el poco ntimo portal, a los vecinos que la miraban al salir
y entrar del ascensor, y asinti. Me sigui en silencio afuera y fue detrs de m hasta
Delaware, donde haba encontrado un sitio donde aparcar mi pequeo Mercury.
Algn da tendr dinero para comprarme algo bueno de verdad, como un Audi
Quattro, por ejemplo. Pero mientras tanto compro cosas americanas.
La seora Kelvin no dijo nada de camino al centro. Aparqu el coche en un garaje
enfrente del edificio Pulteney. No se dign echar ni una mirada al suelo de mosaico
sucio ni a las paredes de mrmol lleno de agujeros. Por suerte, el fatigado ascensor
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funcionaba. Baj crujiendo hasta la planta baja y me evit el sofoco de tener que
pedirle que subiera andando los cuatro pisos hasta mi oficina.
Nos encaminamos hacia el extremo este del pasillo, donde mi oficina domina la
avenida Wabash, del lado en el que los alquileres baratos lo son ms an debido al
ruido que hay. Un tren chirriaba al pasar cuando abr la puerta y la conduje hasta el
silln que guardo para las visitas.
Me sent tras el escritorio, un gran mueble de madera que consegu en una
subasta de la polica. Mi escritorio est frente a la pared, as que entre mis clientes y
yo no hay ms que un espacio abierto. Nunca me gust utilizar los muebles para
esconderme o intimidar a nadie.
La seora Kelvin se sent muy tiesa en el silln, con el bolso negro recto sobre el
regazo. Su pelo negro estaba muy estirado y retirado de la cara por medio de ondas
severamente dominadas. No llevaba ms maquillaje que un lpiz de labios naranja
oscuro.
Habl usted con mi marido el martes por la noche, verdad? dijo finalmente.
S, as es. Mantuve una voz neutra. La gente habla ms si te conviertes en
parte de su decorado.
Asinti para s.
Vino a casa y me lo cont. Su trabajo le resultaba aburridsimo, as que
cualquier cosa fuera de lo corriente que pasase me la contaba volvi a asentir.
Usted es la albacea del joven Warshawski o algo por el estilo, no?
Soy su prima y su albacea. Me llamo V. I. Warshawski.
Mi marido no era aficionado al hockey, pero le gustaba el joven Warshawski.
El caso es que volvi a casa el martes por la noche, o sea, ayer por la maana, y me
dijo que una engreda joven blanca le haba dicho que tena que vigilar el
apartamento del chico. Era usted.
Volvi a asentir. Yo no dije nada.
Pues a Henry no le haca falta que nadie le dijese lo que tena que hacer dio
medio sollozo enfadado y de nuevo se control. Pero le dijo usted especialmente
que no dejase entrar a nadie en su apartamento. As que tena usted que saber que iba
a ocurrir algo raro, no?
La mir con firmeza y negu con la cabeza.
El portero de da, Hinckley, haba dejado entrar a alguien en el apartamento sin
que yo lo supiese con anterioridad. Haba all cosas que cualquier fantico chiflado
poda haber encontrado de valor; su palo de hockey y cosas as; y documentos legales.
No quera que nadie anduviese por all.
No saba usted que alguien iba a asaltar el piso?
No, seora Kelvin. Si hubiese tenido alguna sospecha de ese tipo, hubiese
tomado mayores precauciones.
Apret los labios.
Dice usted que no tena sospechas. Y aun as tuvo que decirle a mi marido lo
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que tena que hacer.
Yo no conoca a su marido, seora Kelvin. Nunca le haba visto antes. As que
no poda saber si era la clase de persona que se toma su trabajo en serio. No trataba
de decirle cul era su deber, sino que intentaba salvaguardar los intereses de mi
primo.
Bueno, l me cont, me dijo: No s quin creer esa chica, usted, que se va a
meter all. Pero no voy a quitarle la vista de encima. As que se hizo el hroe y le
mataron.
Lo siento dije.
Sentirlo no le devolver la vida.
Despus de que se hubo marchado me qued un buen rato sentada sin hacer nada.
En cierto modo tena la sensacin de haber enviado al viejo a la muerte. Me haba
fastidiado el martes, hacindome sentir como si estuviese hablando con la puerta del
ascensor o algo as. Pero se haba tomado lo que le haba dicho muy en serio: ms
que yo misma. Deba haber estado vigilando sin parar la puerta del piso veintids
desde su pantalla de TV y vera entrar a alguien en el piso de mi primo. Entonces
habra subido tras l. El resto estaba desagradablemente claro.
Era verdad que yo no tena razn alguna para pensar que nadie fuese a entrar en el
piso de Boom Boom, y menos an alguien tan desesperado por encontrar algo que
pudiese matar por ello. Pero haba ocurrido y yo me senta responsable. Me senta en
la obligacin de investigar la muerte de aquel hombre.
El contestador de Paige Carrington tom nota de mi llamada. No dej ningn
mensaje, pero cog la direccin del Windy City Balletworks: 5400 N. Clark. Me
detuve por el camino para tomar un sndwich y una Coca.
Balletworks tena su sede en un viejo almacn, entre un restaurante coreano y una
tienda de artculos de embalaje. El almacn estaba muy deslucido por fuera, pero por
dentro lo haban arreglado. Un vestbulo vaco con una taquilla de tablillas estaba
cubierto de fotos de las bailarinas del Windy City en diversos papeles. La compaa
tena varias obras de siempre, incluyendo unas cuantas de Balanchine, pero tambin
experimentaba con sus propias coreografas. Paige estaba sobre la pared vestida de
vaquera en Rodeo, de Bianca en La fiercilla domada, y en su propio papel cmico en
Fantasa de la calle Clark. Yo haba visto aquella funcin dos veces.
El auditorio estaba a la izquierda. Un cartelito que haba fuera sealaba que
estaba teniendo lugar un ensayo. Me deslic dentro silenciosamente y me un a un
grupo de personas sentadas en la sala. En el escenario, alguien daba palmadas y peda
silencio.
Empezamos otra vez desde la entrada del scherzo. Karl, t entras un segundo
despus del redoble. Y t, Paige, tienes que quedarte en la parte delantera hasta el
grand jet. A vuestros sitios, por favor.
Los bailarines vestan una abigarrada coleccin de ropas, con las piernas cubiertas
de gruesos calentadores para prevenir los calambres. Paige llevaba una malla color
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bronce con calentadores a juego. Llevaba el oscuro pelo sujeto en una cola de
caballo. Pareca tener diecisis aos, desde el lugar en el que me sentaba. Alguien
manipulaba un aparato de msica delante del escenario. La msica comenz. La
pieza era muy moderna y la coreografa haca juego con ella. Era un baile acerca de la
depravacin de la moderna vida urbana. Karl, entrando con lo que pareca ser el
scherzo aunque era difcil decirlo con tanto gemido y ruidos diversos, pareca
estar murindose de una sobredosis de herona. Paige llegaba a escena unos segundos
antes que el yonqui, le vea morir y se marchaba. No lo entend a la primera, pero
tuve que verlo seis veces antes de que la directora estuviese satisfecha.
Un poco despus de las cinco, la directora dej libre a la compaa, recordndoles
que tenan ensayo al da siguiente a las diez y una representacin a las ocho la noche
siguiente. Me march con el resto de los miembros del pblico. Seguimos a los
bailarines por entre bastidores; nadie nos pregunt qu derecho tenamos a estar all.
Guiada por el sonido de las voces, met la cabeza en un vestuario. Una joven
quitndose unas mallas de su pecoso cuerpo me pregunt qu quera. Le dije que
estaba buscando a Paige.
Oh, Paige Est en el vestuario de los solistas, tres puertas ms all, a la
izquierda.
El vestuario de los solistas estaba cerrado. Llam y entr. Haba dos mujeres
dentro. Una me dijo que Paige se estaba duchando y me pidi que esperase en el
vestbulo. No haba ni media pulgada libre en la habitacin.
Finalmente, la propia Paige baj al vestuario desde la ducha, envuelta en un
albornoz blanco, con una gran toalla blanca enrollada alrededor de la cabeza.
Vic! Qu ests haciendo aqu?
Hola, Paige. He venido a hablar contigo. Cuando te vistas. Te invito a tomar un
caf o una ginebra o lo que tomes a estas horas.
Los ojos color miel se abrieron un poco; no estaba acostumbrada a recibir
rdenes, aunque fuesen dadas de modo tan sutil.
No s si tendr tiempo.
Entonces hablar contigo mientras te vistes.
Tan importante es?
Es sumamente importante.
Se encogi de hombros.
Esprame aqu. Tardar solo unos pocos minutos.
Los pocos minutos se convirtieron en cuarenta antes de que volviese a aparecer.
Las otras dos mujeres salieron juntas, manteniendo una apasionada conversacin
acerca de alguien llamado Larry. Me miraron y una de ellas se interrumpi para
decirme al pasar:
Est a medio maquillar.
Paige apareci al fin con una blusa de seda color oro y una falda blanca lisa.
Llevaba un par de finas cadenas doradas al cuello con diamantitos. Su maquillaje era
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perfecto: tonos cobrizos que parecan el delicado rubor de la madre naturaleza; y el
pelo le enmarcaba la cara como un dulce paje.
Siento haberte hecho esperar. Siempre tardo ms de lo que creo, y cunta ms
prisa trato de darme, ms tardo.
Sudis de lo lindo. Qu es lo que estabais ensayando esta tarde? Pareca muy
terrible.
Es uno de los inventos de Ann. Ann Bidermyer, la directora, ya sabes. Pavana
para un camello. No es del mejor gusto, pero el papel es bueno. Tambin para Karl.
A ambos nos da buenas oportunidades de lucirnos. Lo estrenamos maana. Quieres
venir a verlo? Les dir que te dejen una entrada en la taquilla.
Gracias Hay algn sitio por aqu para que podamos hablar, o nos vamos
ms hacia el sur?
Lo pens un momento.
Hay un pequeo caf a la vuelta de la esquina, en Victoria. Es un agujerito,
pero tienen buen cappuccino.
Salimos a la fresca tarde primaveral. En el caf no caban ms que seis personas
en mesitas redondas y largas sillas de hierro. Vendan caf tostado, un amplio surtido
de ts y unos cuantos pasteles caseros. Ped un espresso y Paige tom t English
Breakfast. Nos trajeron ambas cosas en gruesas tazas de porcelana.
Qu es lo que buscabas en el apartamento de mi primo?
Paige se irgui en su silla.
Mis cartas, Vic. Ya te lo dije.
No me pareces el tipo de persona que se angustia fcilmente. No te imagino
tomndote todo ese trabajo por unas cartas, aunque fuesen personales Y
pensndolo bien, por qu dos personas que viven en la misma ciudad se escriben?
Enrojeci debajo del colorete.
Estbamos de tourne.
Cmo conociste a Boom Boom?
En una fiesta. Un hombre que yo conoca estaba pensando en comprar una
participacin de los Halcones Negros, y Guy Odinflute invit a algunos de los
jugadores. Boom Boom fue. Su voz era fra.
Odinflute era un potentado de la costa norte con olfato para los negocios
deportivos. Era la persona ideal para reunir a compradores y vendedores en el caso de
los Halcones Negros.
Cundo fue eso?
En Navidad, Vic, si quieres saberlo.
Haba visto a Boom Boom un par de veces durante el invierno y nunca mencion
a Paige. Pero era tan raro? Yo tampoco le deca nunca cundo estaba saliendo con
alguien. Cuando se cas, a los veinticuatro aos, conoc a su mujer semanas despus
de la boda. Aquello era algo distinto; estaba un poco avergonzado de presentarme a
Connie. Cuando ella le dej tres semanas ms tarde y l recibi la anulacin, se
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emborrach gloriosamente conmigo, pero en realidad seguimos sin hablar de ello.
Mantena su vida privada muy privada.
Qu ests pensando, Vic? Pareces muy hostil y lo siento.
De verdad? Mataron a Henry Kelvin anoche, cuando alguien entr por la
fuerza en el apartamento de Boom Boom. Se lo cargaron. Quiero saber si buscaban lo
mismo que t. Y si es as, qu era?
Henry? El portero de noche? Oh, cunto lo siento, Vic. Tambin siento
haberme enfadado contigo. Si me lo hubieras dicho, en lugar de dar tantos rodeos
Robaron algo? Puede haber sido un robo?
No se llevaron nada, pero desde luego destrozaron el sitio. Creo que ya haba
visto todo lo que Boom Boom tena en sus archivos y no me imagino qu pudiese
tener valor, a no ser como recuerdo para un coleccionista.
Sacudi la cabeza, preocupada.
Yo tampoco puedo imaginarlo. A menos que fuese un robo. S que guardaba
all algunas acciones, aunque yo siempre le deca que las guardase en una caja de
seguridad. Pero no le gustaba que le diesen la lata con ese tipo de cosas.
Desaparecieron las acciones?
No las vi cuando estuve all el martes. Puede que las llevase al banco. Otra
cuestin que comprobar con el abogado Simonds.
Deban ser las cosas de ms valor que haba en la casa, aparte de la antigua
cmoda que estaba en el comedor. Por qu no intentas localizarlas? Me puso la
mano en el brazo. Ya s que suena muy raro lo de las cartas. Pero es verdad. Te voy
a ensear una que tu primo me escribi cuando estbamos de viaje, si es que eso te
convence rebusc en su gran bolso y abri la cremallera de un departamento
lateral. Sac una carta, an dentro de su sobre escrito a mquina, dirigida a ella en el
Royal York Hotel de Toronto. Paige desdobl la carta. Reconoc la pequea y
primorosa letra de mi primo en seguida. Comenzaba Hermosa Paige. No me
pareci que debiera leer el resto.
Ya veo dije. Lo siento.
Los ojos color miel me miraron llenos de reproche y con un atisbo de frialdad.
Yo tambin lo siento. Siento que no pudieses fiarte de lo que te haba dicho.
Yo no dije nada. No dudaba que Boom Boom hubiese mandado la carta su letra
era inconfundible, pero por qu la andaba ella paseando en el bolso, lista para
ensersela a cualquiera?
Espero que no ests celosa de m por haber sido la amante de Boom Boom.
Hice una mueca.
Yo tambin lo espero, Paige. Naturalmente, aquello explicara mis
sospechas. Por lo menos a Paige.
Nos marchamos poco despus. Paige hacia un destino desconocido, y yo a casa.
Qu da ms desalentador. Kelvin muerto, el encuentro con la seora Kelvin y una
nada satisfactoria reunin con Paige. Puede que estuviese una pizquita celosa. Si
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tenas que enamorarte, primo, por qu tuvo que ser de alguien tan perfecto?
No poda imaginarme dnde habra guardado Boom Boom sus papeles ms
privados. No tena caja de seguridad. Simonds, su abogado, no tena documentos
secretos. Myron Fackley, su agente, tampoco. Ni yo. Si Paige tena razn acerca de
las acciones, dnde estaban? En quin confiaba Boom Boom aparte de m? Quiz
en sus antiguos compaeros de equipo. Llamara a Fackley al da siguiente y vera si
poda ponerme en contacto con Pierre Bouchard, el tipo al que Boom Boom estaba
ms prximo.
Me llev a m misma a cenar al Gypsy, un restaurante agradable y tranquilo un
poco ms al sur, en Clark. Tras el da frustrante que haba tenido, me mereca un poco
de paz y tranquilidad. Ante un hgado de ternera con salsa de mostaza y media botella
de Barolo, hice una lista de las cosas que deba hacer. Encontrar algo acerca del
pasado de Paige Carrington. Que Fackley me diera el telfono de Pierre Bouchard. Y
volver al puerto de Chicago. Si la muerte de Henry Kelvin y la de Boom Boom tenan
algo que ver, la relacin estaba en algo que mi primo haba descubierto all.
Era una de esas raras ocasiones en que deseaba tener un socio, alguien que
pudiera hurgar en el pasado de Paige mientras yo me disfrazaba de cargamento de
trigo y me infiltraba en la Eudora.
Pagu la cuenta y me fui a casa para poder telefonear con tranquilidad. Con
relativa tranquilidad. Murray Ryerson, periodista de sucesos del Herald Star, se haba
marchado ya. Me cogieron el recado en la seccin ciudadana. Tambin dej mi
nombre y mi nmero en el contestador de Fackley. No haba nada ms que pudiera
hacer aquella noche, as que me fui a la cama. Una vida de emociones sin fin.
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Aprendiendo el negocio
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la bodega central cuando alguien vio que all haba agua. As que tuvieron que
retirarlo y limpiarlo. Bastante jaleo; ya haban metido unas setecientas toneladas.
Mi primo no le habl de ello?
Margolis sacudi la cabeza.
La verdad es que no hablbamos mucho. Me preguntaba cosas sobre la carga y
charlbamos acerca de las posibilidades de los Halcones, pero eso era todo.
No dejaba de mirar al silo y me di cuenta de que le estaba apartando de su trabajo.
No se me ocurra nadie ms a quien preguntar. Le di las gracias por su inters y me
dirig a las oficinas centrales de la Eudora.
La recepcionista me recordaba vagamente de la otra vez y me sonri. Le record
quin era y le dije que haba venido a revisar los papeles de mi primo para ver si
haba quedado algo personal entre ellos.
Me habl entre llamada y llamada de telfono.
Vaya, por supuesto. El seor Warshawski nos gustaba mucho a todos. Fue
terrible lo que le ocurri. Le dir a su secretaria que venga y se los traiga Espero
que no quiera usted ver al seor Phillips, porque no est en su oficina en este
momento Janet, la prima del seor Warshawski est aqu. Quiere echar un vistazo a
sus papeles. Vienes a buscarla? Buenos das, Compaa Eudora. Un momento, por
favor Buenos das, Compaa Eudora Quiere sentarse, seorita Warshawski?
Janet viene en seguida. Volvi a sus llamadas pendientes y yo me puse a hojear el
Wall Street Journal que estaba en una mesita en la sala de espera.
Janet result ser una mujer unos veinte aos mayor que yo. Era silenciosa y
llevaba un sencillo vestido camisero y zapatos de lona. No llevaba maquillaje ni
medias; en el puerto la gente no se viste tanto como en el Loop. Me dijo que haba
asistido al funeral y que senta no haber hablado conmigo entonces, pero que ya saba
lo que pasaba en los funerales: ya tiene uno bastante con los parientes como para
tener que aguantar a un montn de extraos molestndote.
Me llev a la oficina de Boom Boom, un cubculo en realidad, cuyas paredes eran
de cristal desde media altura. Al igual que la oficina del expedidor de la Grafalk,
MacKelvy, tena planos de los lagos cubriendo las paredes. Pero al revs que la de
MacKelvy, aquello estaba impecable.
Hoje unos cuantos informes que estaban sobre su escritorio.
Puede decirme lo que estaba haciendo Boom Boom?
Estaba en la puerta. Le indiqu con un gesto una de las sillas forradas de plstico.
Tras un minuto de duda, se volvi hacia una mujer que estaba en el espacio abierto
detrs de nosotras.
Puedes coger mis llamadas, Effie?
Se sent.
El seor Argus le trajo aqu solo por simpata personal al principio. Pero
despus de unos meses todo el mundo se dio cuenta de que su primo era majo de
verdad. As que el seor Argus mand al seor Phillips que lo entrenase. La idea era
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que se hiciese cargo de una de las oficinas regionales dentro de un ao ms o menos;
Toledo probablemente, donde el viejo seor Cagney est a punto de retirarse.
Las secretarias siempre saben lo que pasa en una oficina.
Saba Phillips que iban a promocionar a Boom Boom? Qu pensaba de ello?
Me mir pensativa.
No se parece usted mucho a su primo, si se me permite decrselo.
No. Nuestros padres eran hermanos, pero Boom Boom y yo salimos a nuestras
madres.
Pero s se parece alrededor de los ojos Es difcil decir lo que opina el seor
Phillips acerca de cualquier cosa. Pero yo dira que se alegraba de quitarse de encima
a su primo en poco tiempo.
Se peleaban?
Oh, no. Al menos no como para que nadie se enterase. Pero su primo era una
persona impaciente en muchos sentidos. Puede que el ser jugador de hockey le hiciese
ser ms rpido que el seor Phillips. l se piensa ms las cosas.
Dud y a m se me encogi el estmago: iba a decirme algo importante, si no
fuera porque pensaba que poda ser indiscreta. Intent que mis ojos se pareciesen a
los de Boom Boom.
El caso es que el seor Phillips no quera que tuviese mucho que ver con los
contratos de transporte. Cada vicepresidente regional posee en cierto modo sus
propios contratos y el seor Phillips pareca pensar que si el seor Warshawski se
relacionaba demasiado con los clientes, poda llevarse a algunos a Toledo con l.
As que discutieron acerca de los contratos? O quiz de los clientes?
Si le digo esto, no me gustara tener problemas con el seor Phillips.
Le promet que su secreto estara a salvo.
Ver: Lois, la secretaria del seor Phillips, no quiere que nadie toque los
archivos de los contratos mir por encima de su hombro, como si Lois pudiese
estar all escuchando. La verdad es que es una tontera, pues todos los vendedores
tienen que utilizarlos. Tenemos que estar entrando y saliendo todo el da con ellos.
Pero ella acta como si fuesen diamantes o algo as. As que si los coges, se supone
que hay que dejar una nota encima de su escritorio diciendo los que has cogido y
cundo los vas a devolver.
La secretaria del jefe tiene mucho poder en la oficina y a menudo lo practica con
pequeas tiranas de ese tipo. Murmur algo para darle nimos.
El seor Warshawski pensaba que ese tipo de reglas eran una estupidez. As
que las ignoraba sin ms. Lois no poda aguantarle porque l no le haca ni caso.
Sonri brevemente, una sonrisa tierna y divertida, no rencorosa. Boom Boom
deba de haber animado bastante aquel lugar. Los ganadores de la Copa Stanley no
prestan una atencin demasiado escrupulosa a las reglas. El estilo mezquino de Lois
deba haberle chocado como si fuese un castigo pasado de moda.
El caso es que una semana antes de morir, el seor Warshawski sac los
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contratos de varios meses, creo que todos los del verano, y se los llev a casa. Si Lois
lo descubre, voy a tener problemas, porque l se ha ido y yo era su secretaria y
alguien tiene que llevarse las culpas.
No se preocupe; yo no le voy a decir a nadie que me lo dijo. Qu hizo con
ellos?
Yo no lo s. Pero s que se llev un par de ellos para verlos con el seor
Phillips el lunes por la noche.
Se pelearon?
Se encogi de hombros indefensa.
No lo s. Todos nos estbamos marchando ya cuando l entr. Incluso Lois.
Aunque no es que lo fuese a decir si lo supiera.
Me rasqu la cabeza. Ese deba ser el origen de los rumores de que Boom Boom
haba robado unos papeles y se pele con Phillips. Puede que mi primo pensase que
Phillips estuviese atrayndose a los clientes del viejo seor Cagney en Toledo. O que
Phillips no le estuviese diciendo todo lo que tena que saber. Me preguntaba si sera
capaz de comprender un contrato de transporte si lo tuviese delante.
Hay alguna posibilidad de que vea las carpetas que mi primo se llev con l a
casa?
Quiso saber por qu. Mir su rostro amable, de mediana edad. Haba tenido afecto
a Boom Boom, su joven jefe.
No estoy satisfecha con lo que me han contado sobre la muerte de mi primo.
Era un atleta, sabe usted?, a pesar de su tobillo enfermo. Hara falta algo ms que un
embarcadero resbaladizo para mandarle de cabeza al lago. Si se hubiese peleado con
Phillips a causa de algo importante, pudo haberse puesto lo bastante furioso como
para descuidarse. Tena bastante genio, pero no poda pelearse con Phillips con los
puos o los palos de hockey, como poda hacer con los Islanders.
Frunci los labios, pensando.
No creo que estuviera furioso la maana que muri. Vino aqu antes de ir al
silo, sabe?, y yo dira que estaba excitado. Me recordaba a mi nio cuando acaba
de hacer una proeza en su bicicleta vieja.
La otra cuestin que me planteo es si no le empujara alguien.
Trag saliva una o dos veces al or esto. Por qu iba nadie a empujar a una
persona tan agradable como el joven Warshawski? Yo no lo saba, le dije, pero era
posible que aquellas carpetas pudiesen darme algn tipo de pista. Le expliqu que era
investigadora privada de profesin. Aquello pareci satisfacerla: me prometi
consegurmelas mientras Lois estaba comiendo.
Le pregunt si haba alguien ms en la oficina con quien Boom Boom pudiera
haberse peleado. O, si no era as, alguien a quien estuviese muy cercano.
La gente con la que ms trabajaba era con los representantes. Ellos hacen todo
el trabajo de compra y venta. Y naturalmente, con el seor Quinchley, que maneja la
Cmara de Comercio en su ordenador.
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Me dio los nombres de las personas con mayores probabilidades y volvi a su
escritorio. Yo sal afuera a ver si poda encontrar a Brimford o a Ashton, dos de los
representantes con los que Boom Boom sola trabajar. Ambos estaban al telfono, as
que deambul un poco, recibiendo miradas disimuladas. Haba una media docena de
mecangrafas ocupndose de la correspondencia, las facturas, los contratos, los
albaranes y sabe Dios qu ms. A lo largo de las ventanas haba unos cuantos
cubculos similares al de Boom Boom. Uno de ellos albergaba a un hombre sentado
ante una terminal de ordenador: Quinchley, muy ocupado con la Cmara de
Comercio.
La oficina de Phillips estaba en la esquina ms alejada. Su secretaria, una mujer
ms o menos de mi edad, con un gran cardado que no haba visto desde que estaba en
sptimo grado, interrogaba a Janet. Qu quiere saber la prima esa de Warshawski?
Sonre para mis adentros.
Ashton colg el telfono. Le detuve cuando se dispona a marcar de nuevo y le
pregunt si le importara hablar conmigo unos minutos. Era un hombre pesado de
cuarenta y tantos aos; me sigui de buena gana hasta el cubculo de Boom Boom. Le
expliqu de nuevo quin era yo y que estaba intentando averiguar algo ms acerca del
trabajo de Boom Boom y de si estaba en los con alguien en la organizacin.
Ashton era amistoso, pero no quera comprometerse. Al menos, no con una mujer
desconocida. Coincidi con Janet al describir el trabajo de mi primo. Le gustaba
Boom Boom; haba animado bastante el lugar, y adems era un buen tipo. No se
aprovechaba de sus relaciones con Argus. Pero acerca de si se haba peleado con
alguien no lo crea as, aunque tendra que preguntrselo a Phillips. Que qu tal se
llevaban Boom Boom y Phillips? De nuevo tendra que preguntrselo a Phillips, y de
ah no le sacaba.
Cuando terminamos, el otro tipo, Brimford, ya se haba ido. Me encog de
hombros. No cre que hablar con l me fuese a servir de nada. Al examinar los
ordenados cajones de Boom Boom, percib rpidamente que poda tener una docena
de documentos peligrosos relacionados con la industria de la navegacin y yo no me
habra dado cuenta. Tena listas de granjeros que provean a la Compaa Eudora,
listas de los transportistas de los Grandes Lagos, listas de transportistas por ferrocarril
y sus intermediarios, albaranes de embarque, informes de cargamentos, informes
meteorolgicos, copias antiguas de Noticias del Cereal Ech una mirada en tres
cajones con carpetas perfectamente etiquetadas. Estaban todas organizadas por temas
pero ninguno significaba nada para m, excepto que Boom Boom se haba metido de
cabeza en un negocio muy complicado.
Cerr los cajones y revolv la parte superior del escritorio, donde encontr
cuadernos llenos de la pulcra escritura de Boom Boom. Al verla, sent de repente
deseos de llorar. Notitas que se haba escrito a s mismo para recordarse lo que haba
aprendido o lo que tena que hacer. Boom Boom lo planeaba todo con mucho
cuidado. Puede que aquello le diera la energa necesaria para ser tan salvaje sobre el
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hielo: saba que tena la mejor parte de su vida detrs de l.
La agenda de su escritorio estaba llena de citas. Copi los nombres que haba
escrito. Vi el nombre de Paige el sbado y otra vez el lunes por la noche. Para el
martes 27 de abril haba escrito el nombre de John Bemis y el de Argus con una
interrogacin. Querra hablar con Bemis en el Lucelia y despus dependiendo de
lo que se dijera llamar a Argus? Aquello era interesante.
Hojeando las pginas, me di cuenta de que se haba dedicado a rodear con un
crculo ciertas fechas. Me enderec en la silla y me puse a mirar la agenda pgina por
pgina. Nada en enero, febrero ni marzo, pero en abril tres fechas sealadas: el
veintitrs, el diecisis y el quince. Volv a la primera pgina, donde se vea un
calendario de 1981 y otro de 1983, adems del de 1982, en un solo vistazo. Haba
marcado veintitrs das en 1981 y tres en 1982. En 1981 haba empezado con el 28 de
marzo y acabado con el 13 de noviembre. Me met la agenda en el bolso y mir a mi
alrededor por toda la oficina.
Ya haba mirado ms o menos todo lo que haba all menos cada hoja de papel
una por una cuando Janet reapareci.
Ha venido el seor Phillips y quiere verla. Hizo una pausa. Le dejar aqu
las carpetas antes de que se vaya No le dir nada a l, verdad?
La tranquilic y me fui hasta el despacho del rincn. Era un despacho de verdad:
el corazn del castillo, guardado por un celador de hielo. Lois alz brevemente la
cabeza de su mquina. La eficiencia personificada.
Le est esperando. Entre.
Phillips estaba al telfono cuando entr. Cubri el auricular el tiempo suficiente
para decirme que me sentara y sigui con su conversacin. Su despacho contrastaba
con el mobiliario utilitario del resto del edificio. No es que estuviese recargado, pero
los muebles eran de buena calidad, de madera de verdad, quiz nogal, no
conglomerado cubierto de plstico. Una gruesa moqueta gris cubra el suelo y un
reloj antiguo adornaba la pared frente al escritorio. Unas pesadas cortinas cubran
piadosamente la vista del aparcamiento.
El propio Phillips estaba muy guapo, aunque una pizca rgido y pesado, con un
traje de lana azul plido. Una camisa azul ms oscuro con sus iniciales en el bolsillo
conjuntaba con el traje y su pelo rubio a la perfeccin. Deba ganar una pasta: la
forma en que se vesta, el Alfa un coche de catorce mil dlares, y nuevo adems,
el reloj antiguo.
Phillips se libr de la llamada de telfono. Sonri tenso y dijo:
Me ha sorprendido un poco verla por aqu esta maana. Cre que habamos
respondido a sus preguntas el otro da.
Me temo que no. Mis preguntas son como las cabezas de Hidra; cuantas ms
corta usted, ms tengo que preguntar yo.
Bueno, esto he odo que anda usted por ah molestando a la gente. Chicas
como Janet tienen un trabajo que hacer. Si tiene usted preguntas, quiere hacer el
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favor de hacrmelas a m? Me gustara que lo hiciera, as no tendr que interrumpir el
trabajo de los dems.
Me pareci que se estaba pasando. Aquello no pegaba con su aspecto perfecto ni
con su voz profunda y tirante.
Vale. Por qu estaba mi primo discutiendo con usted los contratos del verano
pasado?
Una ola de rubor le barri la cara y cedi de repente, dejando una fila de pecas
destacando sobre sus pmulos. No las haba advertido antes.
Los contratos? No discutimos!
Cruc las piernas.
Boom Boom lo anot en su agenda ment. Era muy meticuloso, sabe?
Tomaba nota de todo lo que haca.
Puede que los discutiera conmigo en algn momento. No me acuerdo de todo
lo que hablamos. Estbamos mucho tiempo juntos. Yo le estaba entrenando, ya sabe.
Puede que recuerde lo que discuti con usted la noche antes de que muriese, si
eran los contratos. Tengo entendido que se qued hasta tarde para verle a usted no
dijo nada. Fue el lunes por la noche, si lo ha olvidado. El 26 de abril.
No he olvidado cundo muri su primo. Pero la nica razn por la que nos
quedamos hasta ms tarde fue para revisar unas cuestiones de rutina que no habamos
tenido tiempo de ver durante el da. En mi posicin, estoy muy ocupado a menudo.
Lois intenta ayudarme a mantener mi calendario al da, pero no siempre es posible.
As que Warshawski y yo nos quedbamos hasta tarde para resolver cuestiones que
no podamos solucionar antes.
Ya veo. Le promet a Janet que no la metera en los, as que no poda decirle
que tena un testigo que haba visto a Boom Boom con las carpetas. Era la nica
persona que poda habrmelo dicho; Lois se lo imaginara inmediatamente.
Phillips pareca ms relajado. Se meti un dedo cauteloso por el cuello de la
camisa y afloj un poco su corbata.
Algo ms?
Sus representantes de ventas van a comisin?
Desde luego. Es el mejor modo de mantenerlos activos.
Y usted?
Bueno, los directivos no tienen acceso a las ventas directas, as que no sera un
sistema muy justo.
Pero el sueldo es bueno.
Me mir perplejo: los americanos bien educados no hablan de sus sueldos.
Bueno, tiene usted un buen coche, buena ropa, un buen reloj No haca ms
que preguntrmelo.
Y a usted qu le importa! Si no tiene nada ms que decirme, tengo mucho
trabajo y necesito ponerme a ello.
Me levant.
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Me llevar las cosas personales de mi primo conmigo.
Empez a marcar un nmero de telfono.
No dej nada, as que espero que no se lleve usted nada.
Ya revis usted su escritorio, Phillips? O lo hizo la eficiente Lois?
Dej de marcar y volvi a ponerse muy rojo. No dijo nada durante un segundo,
revolviendo los claros ojos marrones hacia todos los rincones de la habitacin. Luego
dijo, pretendiendo ser muy natural:
Claro que revisamos sus papeles. No sabamos si tena entre manos algo muy
importante de lo que hubiese que hacerse cargo.
Ya veo.
Volv al cubculo de Boom Boom. No haba nadie en el piso. Un reloj blanco y
negro sobre la entrada marcaba las doce y media. Deban estar todos comiendo. Janet
haba dejado un paquete muy pulcro sobre el escritorio con mi nombre escrito o, ms
bien, como haba olvidado mi nombre, pona: La prima del seor Warshawski.
Debajo haba escrito: Por favor (muy subrayado), devulvalo lo antes posible. Lo
agarr y me encamin a la puerta. Phillips no intent detenerme.
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9
Un negro muerto ms
La Interestatal 94, de vuelta a la ciudad, iba muy tranquila a aquella hora del da.
Llegu a mi oficina alrededor de la una y media y puse el contestador automtico.
Murray me haba llamado. Le volv a llamar inmediatamente.
Qu pasa, Vic? Has sabido algo de la muerte de Kelvin que me pueda
interesar?
Nada de nada. Pero espero que seas corts con una dama y pongas a tu gente de
ecos sociales a hacerme una averiguacin.
Vic, cada vez que quieres una cosa de ese tipo, siempre es una tapadera para
una historia importante que no nos cuentas hasta que ha pasado.
Murray! Qu cosas dices! Y qu pas con Anita McGraw? Y con Edward
Purcell? Y con John Cotton? No eran buenas historias?
S, lo eran. Pero me hiciste andar en crculos al principio. Sabes algo jugoso
de Kelvin?
Bueno, puede que en cierto modo s. Quiero saber cosas del pasado de Paige
Carrington.
Quin es?
Una bailarina que andaba con mi primo antes de que muriera. Estaba buscando
unas cartas de amor en su piso el otro da. Entonces mataron a Kelvin. El que lo hizo
revis el piso a conciencia. Me puso nerviosa. Me gustara saber algo acerca de su
pasado y me preguntaba tambin si alguien de tu gente de cotilleos, Greta Simn, por
ejemplo, no se habra olido la relacin entre ella y Boom Boom.
Oh, s. Boom Boom Warshawski era tu primo. Tena que haberlo adivinado.
Sois los dos nicos Warshawski de los que odo hablar.
Sent saber que haba muerto: le admiraba mucho No habr nada raro en su
muerte, no?
No que yo sepa, Murray. Parece que resbal en unas tablas mojadas y cay
bajo la hlice de un carguero.
Jess, qu horror! Es difcil imaginar que a alguien tan gil como Boom Boom
le ocurriese algo as Mira, como antiguo admirador suyo, te ayudar encantado.
Pero te cobro si se descubre algo. Paige Carrington Cmo se llama su padre?
No lo s. Dijo algo acerca de haber crecido en Lake Bluff.
Vale, Vic. Te llamo dentro de dos o tres das.
Desenvolv el pulcro paquete de Janet y saqu los papeles. Tres grandes carpetas
de acorden marcadas Junio, Julio y Agosto estaban llenas de cientos de
copias de hojas de ordenador. Antes de revisarlas baj a Johnnies Steak Joynt, donde
me tom una Fresca y un sndwich griego. Hojeando el Herald Star vi una noticia
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acerca del velatorio de Kelvin. Era hoy, empezaba a las cuatro, en una capilla
funeraria de la parte sur. Debera ir.
De vuelta a mi oficina limpi el escritorio a base de ponerlo todo en el cajn de
abajo, y extend las carpetas ante m. Eran informes de ordenador, todos colocados en
un cierto orden. Cada uno mostraba la fecha de una transaccin, un lugar de origen,
un destino, un transportista, el volumen, peso, tipo, costo por peso y fecha de llegada.
Reflejaban los envos de cereal de la Compaa Eudora durante un perodo de tres
meses. No eran documentos legales sino registros de transacciones legales. Cada
registro tena el ttulo de Formulario de Verificacin de Contrato.
Me rasqu la cabeza pero empec a leer. Algunos indicaban ms de un
transportista, muchos tres o cuatro. Por ejemplo, encontr Thunder Bay a Santa
Catalina el 15 de junio va GSL, cancelado, va PSL, cancelado, y finalmente
realizado por un tercer transportista con otra cotizacin. Tena que haberme trado la
lista de mi primo de las lneas martimas de los Grandes Lagos. Frunc las cejas. PSL
deba ser la compaa de Bledsoe, la Pole Star. GSL era quiz la Grafalk Steamship.
Pero haba docenas de iniciales. Necesitaba un gua.
Mir la agenda de Boom Boom y saqu los formularios que coincidan con las
fechas marcadas en el verano anterior. Haba catorce de aquellos das. Como los
formularios estaban por orden de fechas, fue fcil encontrar las que quera, aunque a
menudo haba ms de un registro para cada fecha. Haba treinta y dos registros
juntos. Veintiuno eran envos con contratos mltiples, ocho de los cuales acababan
con GSL. De los otros once, cinco eran de GSL. Qu significaba aquello? Si GSL
era la compaa de Grafalk, la Eudora haca muchos negocios con ellos. Pero Grafalk
me haba dicho que era la mayor compaa de los lagos, as que no era de extraar.
PSL haba perdido siete envos a favor de GSL pero haba conseguido dos en agosto.
Sus tarifas de agosto eran ms bajas que las de junio; puede que aquella fuera la
razn.
Mir mi reloj. Eran casi las tres. Si iba a ir al velatorio de Kelvin, tendra que
pasar por casa a ponerme un vestido. Reun todas las carpetas y las llev a una
agencia que hay en el quinto piso de mi edificio, donde hacen servicios de
secretariado para personas como yo que trabajan solas. Les ped que me hiciesen una
copia de cada uno de los formularios y los volviesen a archivar en orden de fecha. El
hombre que estaba tras el mostrador pareci encantado, pero en la trastienda alguien
gru.
Conduje hasta casa y me cambi rpidamente. Me puse el traje azul marino que
me haba puesto en el funeral de Boom Boom. Tard muy poco en llegar al sur. No
eran ms que las cuatro y media cuando llegu a la capilla funeraria. Un bungalow de
ladrillo oscuro entre la 71 y Damen, con un csped impecable en una pulgada de
terreno, haba sido convertido en capilla funeraria. Una parcela vaca junto al lado sur
estaba repleta de coches. Encontr un lugar para el Lynx en la 71 y entr en la capilla.
Era la nica persona blanca que haba all.
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El cuerpo de Kelvin estaba extendido en un atad abierto rodeado de lirios de
cera y velas. Hice la parada obligatoria para mirar. Yaca vestido con su mejor traje;
su rostro reposaba con el mismo aspecto inexpresivo con el que me haba topado el
martes por la noche.
Me volv para dar mis condolencias a la familia. La seora Kelvin estaba muy
digna, envuelta en un vestido de lana negra y rodeada de sus hijos. Estrech la mano
de una mujer de mi edad con traje negro y collar de perlas, de dos hombres ms
jvenes y de la seora Kelvin.
Gracias por haber venido, seorita Warshawski dijo la viuda con su voz
profunda. Estos son mis hijos y mis nietos. Me dijo sus nombres y yo les dije lo
mucho que lo senta.
La pequea habitacin estaba llena de amigos y parientes, mujeres de gran busto
estrujando sus pauelos, hombres con traje oscuro y nios inslitamente callados. Se
acercaron un poco ms a la familia en duelo mientras yo estaba con ellos: proteccin
contra la mujer blanca que condujo a Kelvin a la muerte.
Ayer le habl de un modo desconsiderado dijo la seora Kelvin. Crea que
usted deba saber algo de lo que iba a pasar en el apartamento.
Hubo un ligero murmullo de asentimiento en el grupo que estaba detrs de m.
An creo que usted deba saber algo de lo que iba a pasar. Pero culpar a la
gente no devolver la vida a mi esposo sonri apenas. Era un hombre muy terco.
Poda haber pedido ayuda si se dio cuenta de que alguien estaba entrando en el piso.
Deba haber pedido ayuda, haber llamado a la polica de nuevo el murmullo de
asentimiento de la gente que estaba a su alrededor. Pero una vez que supo que
alguien estaba atracando, quiso solucionarlo todo l solo. Y eso no es culpa de usted.
Tiene la polica alguna pista? pregunt.
La joven de negro sonri amargamente. Hija o nuera; no lo recordaba.
No van a hacer nada. Tienen las fotos, la pelcula de la cmara oculta que
estaba mirando pap, pero los asesinos llevaban las manos y las caras cubiertas. As
que la polica dice que si nadie puede reconocerlos, no hay nada que hacer.
La seora Kelvin habl tristemente:
No dejamos de decirles que all pasaba algo; que usted lo saba. Pero no van a
hacer nada. Se lo toman como un asesinato ms de un negro y no van a mover un
dedo.
Mir hacia el grupo. La gente me miraba fijamente. No con hostilidad; ms bien
como si fuera un bicho raro, quiz un bice.
Ya sabe que mi primo muri la semana pasada, seora Kelvin. Cay desde un
muelle bajo la hlice de un carguero. No hubo testigos. Estoy intentando averiguar si
se cay o fue empujado. Si lo descubro, y descubro quin lo hizo, sern con toda
probabilidad los mismos que mataron al seor Kelvin. Ya s que atrapar al asesino es
magro consuelo en medio de su gran dolor, pero es lo mejor que puedo ofrecer, tanto
para usted como para m.
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La niita blanca triunfar all donde la polica ha fallado la persona que
estaba detrs de m hablaba suavemente pero en alta voz y unos cuantos se rieron.
Amelia! La seora Kelvin fue muy rotunda. No es necesario ser grosera.
Ella no quiere ms que ser amable.
Mir a mi alrededor framente.
Soy detective y he conseguido muy buenos resultados me volv de nuevo
hacia la seora Kelvin: Le har saber lo que voy descubriendo.
Le estrech la mano y me march, dirigindome hacia la Dan Ryan y el Loop. Ya
eran las cinco pasadas y el trfico apenas se mova. Catorce carriles y todos
parachoques con parachoques entre altos muros de cemento. El humo de los
camiones se mezclaba con el aire quieto y hmedo. Cerr las ventanillas y consegu
quitarme la chaqueta. A la orilla del lago haca mucho fro, pero en la hondonada de
la autopista el aire era sofocante.
Avanc pulgada a pulgada hasta el centro y me sal de la autopista en Roosevelt
Road. Las oficinas centrales de la polica estn entre State y Roosevelt, buen sitio,
muy cerca de la delincuencia. Quera ver si alguien me daba informacin sobre
Kelvin.
Mi padre haba sido sargento, y trabajaba sobre todo fuera del distrito veinticinco,
en la parte sur. El edificio de ladrillo de la calle 12 me trajo una punzada de nostalgia.
All segua el mismo linleo, los mismos muros cenicientos con pintura amarilla
descascarillada. Unos pocos hombres agobiados y gordos tras los escritorios atendan
a todo el mundo, desde los conductores que pagaban una fianza por su carnet hasta
mujeres que intentaban ver a hombres detenidos por asalto. Esper mi turno en la
cola.
El oficial de turno con el que al fin habl llam por un micrfono:
Sargento McGonnigal, aqu una seora que quiere verle referente al caso
Kelvin.
McGonnigal sali unos minutos ms tarde, grande, musculoso, vistiendo una
camisa blanca arrugada y pantalones marrones. Nos habamos conocido un par de
aos antes, cuando l estaba en la parte sur, y me reconoci inmediatamente.
Seorita Warshawski! Me alegro de verla. Me condujo por los pasillos de
linleo hasta una diminuta habitacin que comparta con otros tres hombres.
Encantada de verle, sargento. Cundo le destinaron al centro?
Hace seis o siete meses. Me asignaron el caso Kelvin anoche.
Le expliqu que el asesinato haba tenido lugar en el apartamento de mi primo y
que quera saber cundo podra volver y ordenar sus papeles. McGonnigal expres las
condolencias habituales por la muerte de Boom Boom. Era admirador suyo, etc., y
dijo que casi haban acabado de revisar el apartamento.
Ha encontrado algo? Creo que en las filmaciones aparecen dos hombres
entrando. Hay huellas?
Hizo una mueca.
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Eran demasiado listos para eso. Encontramos la huella de un zapato en los
papeles. Uno de ellos lleva botas de montaa Arroyo del nmero doce. Pero eso no
nos dice gran cosa.
De qu muri Kelvin? No le dispararon, verdad?
Sacudi la cabeza.
Alguien le dio un golpe fortsimo en la mandbula y le rompi el cuello. Puede
que solo quisieran dejarle inconsciente. Dios! Vaya puo! No coincide con ninguno
de nuestros fichados.
Cree que es un vulgar atraco?
Qu otra cosa podra ser, seorita Warshawski?
No se llevaron nada de valor. Boom Boom tena un estreo, algunos gemelos
de fantasa y otras cosas, y todo segua all.
Bueno, suponga que Kelvin sorprendi a los chicos. Luego se dieron cuenta de
que le haban matado en lugar de dejarle sin sentido, como pretendan. As que se
pusieron nerviosos y se marcharon. No saban si iba a venir alguien ms a buscar al
tipo si l no bajaba en un cierto tiempo.
Entenda lo que quera decir. Puede que estuviese haciendo una montaa de un
grano de arena. Puede que estuviese trastornada por la muerte de mi primo y quisiera
convertirla en algo ms que un accidente.
No estar usted pensando en meterse en esto, verdad?
Estoy metida, sargento: ocurri en el apartamento de mi primo.
Al teniente no le va a gustar si se entera de que est usted revolviendo el caso.
Ya lo sabe.
Lo saba. El teniente era Bobby Mallory, y a l no le gustaba que me metiese en el
trabajo de la polica, sobre todo en los casos de asesinato.
Sonre.
Si me encuentro con cualquier cosa rebuscando entre los papeles de mi primo,
no creo que le moleste mucho.
Denos al menos la oportunidad de hacer nuestro trabajo, seorita Warshaswki.
Habl con la familia de Kelvin esta tarde. Ellos no estn muy seguros de que
ustedes se estn molestando demasiado.
Dio una palmada sobre su escritorio. Los otros tres hombres de la habitacin
hicieron como que seguan trabajando.
Por qu demonios fue usted a hablar con ellos? Uno de los hijos vino por aqu
a meterse conmigo. Hacemos lo que podemos. Pero, por Dios, no tenemos ni una
maldita cosa para empezar ms que dos fotos que nadie puede identificar y una bota
de la talla doce!
Sac de mala manera una carpeta de un montn de papeles de encima de su
escritorio, cogi una fotografa y me la tendi. Yo la cog. Era una foto fija de la
pelcula de TV, con los dos hombres entrando en casa de Boom Boom. Dos hombres,
uno con vaqueros y el otro con pantalones de trabajo. Ambos llevaban cazadoras de
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cuero y pasamontaas sobre la cara. McGonnigal me tendi otras dos fotos fijas. En
una se les vea saliendo del ascensor, de espaldas. Otra les mostraba caminando por el
pasillo, encogidos para disimular su altura. Se les vean muy bien las manos: llevaban
guantes de cirujano.
Devolv las fotos a McGonnigal.
Buena suerte, sargento. Se lo har saber si me encuentro con algo Cundo
puedo recuperar las llaves de la casa?
Dijo que el viernes por la maana y me advirti que fuese muy, muy prudente. La
polica siempre me est diciendo lo mismo.
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Me sorprendi comprobar que poda ser irnico.
No quiero dejar cabos sueltos. Tengo que hablar an con la tripulacin del
Lucelia antes de que zarpe.
Bueno, se dar usted cuenta de que ha desperdiciado mucha energa en algo
que no merece la pena. Esperemos que lo descubra pronto.
Me muevo tan rpido como puedo. Supongo que el ballet acutico me servir
de algo.
Resopl y se encamin a su Alfa verde. Cuando yo me suba al Lynx, le o pasar
rugiendo, escupiendo gravilla.
El silo 9 no era uno de los de la Eudora, sino que perteneca a la Cooperativa Tri
State. Una verja de malla separaba el patio del silo de la carretera. Camiones oruga
entraban y salan por una abertura, y haba una garita pequea a la entrada con un
hombre grueso de cara enrojecida que lea el Sunday Times. El Lynx lleg
traqueteando sobre los baches hasta la garita, donde Cararroja dej su peridico de
mala gana y me pregunt qu quera.
Necesito hablar con Martin Bledsoe o John Bemis.
Me dej pasar. No me pareca gran cosa como sistema de seguridad. Fui
sorteando los baches y entr en un patio de grava. Un par de furgones se movan
lentamente por los rales laterales y yo me qued un instante mirando cmo la gra
los meta en el silo y los descargaba. Asombroso proceso, en verdad. Entenda por
qu a mi primo le intrigaba tanto.
Rode el silo para llegar al muelle donde se encontraba el Lucelia.
Era un barco enorme y me embarg una sensacin de misterio y temor. El gigante
estaba momentneamente tranquilo, sujeto por cables de acero de tres pulgadas de
grosor: una enorme araa anfibia inmvil atrapada en su propia tela. Pero cuando
empezara a moverse, qu revolvera en las profundidades tan gigantesca quilla?
Mir al agua negra lamiendo el casco y me sent mareada y algo confusa.
Partculas de polvo de cereal flotaban en el aire y me alcanzaron cuando estaba
contemplndolo. Nadie saba que estaba all. Empec a comprender cmo Boom
Boom pudo haberse cado sin que nadie se diera cuenta. Me estremec y me dirig al
escenario de la accin.
Una escalera extensible estaba adosada a la parte alta del barco, con las patas en
el muelle. Pareca robusta y olvid el agua oscura de debajo mientras trepaba por ella.
Excepto por un dbil sonido que vena del silo y las pajitas que se me metan en
los ojos, no advert ninguna actividad en el muelle. En cubierta era otra cosa. No
hacen falta ms que unas veinte personas para llenar un carguero, pero estas estn
sumamente ocupadas.
Cinco enormes tolvas estaban dirigidas a unas aberturas en la cubierta. Guiadas
por tres hombres que tiraban de ellas con cuerdas, derramaban el grano en las
bodegas en una serie de cascadas. No vea el final del barco de mil pies. Una nube de
polvo de grano suba y me impeda ver la proa.
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Me puse en el extremo de una mquina gigantesca que pareca ser una gran cinta
transportadora sobre una especie de pivote, como la torreta de un tanque, y me qued
mirando. Ms all haba un cartel en el que deca: PROHIBIDO EL PASO SIN
CASCO.
Nadie advirti mi presencia durante unos minutos. Luego, una figura blanquecina
con mono azul se acerc a m. Se quit el casco y reconoc al piloto, Keith Winstein.
Su pelo negro rizado estaba blanqueado por el polvo del cereal hasta una lnea que
marcaba el casco.
Hola, seor Winstein. Soy V. I. Warshawski. Nos conocimos el otro da. Estoy
buscando al seor Bledsoe.
S, ya la recuerdo. Bledsoe est arriba con el capitn, en el puente. Quiere que
la acompae? O quiere ver todo esto antes?
Sac un casco viejo de un cuarto de herramientas que estaba tras la torreta del
tanque: descargador automtico, me explic. Estaba unido a una serie de cintas
transportadoras que haba en las bodegas y poda descargar el barco entero en menos
de veinticuatro horas.
Winstein me condujo a lo largo del puerto, lejos de la actividad de las tolvas. Las
bodegas estaban medio llenas, dijo; estaran llenas del todo dentro de unas doce horas
ms o menos.
Llevamos esta carga hasta la entrada del canal de Welland y la descargamos all
en barcos que cruzan el ocano. Somas demasiado grandes para el Welland. Los
barcos ms grandes son los de setecientos cuarenta pies.
El Lucelia tena cinco bodegas de carga en la parte de abajo, con unas treinta y
cinco escotillas abiertas en ellas. Las tolvas se movan entre las escotillas,
distribuyendo la carga de manera regular. Adems de los hombres que guiaban las
tolvas, otro hombre vigilaba el flujo de grano en cada bodega y diriga a los de las
cuerdas hacia las diferentes aberturas. Winstein se dio una vuelta comprobando cmo
iba el trabajo y luego me acompa al puente.
Bledsoe y el capitn estaban de pie en la parte delantera de la cabina de cristales
que dominaba la cubierta. Bemis se apoyaba sobre el timn, una pieza de caoba tan
alta como yo. Ninguno de los dos se volvi hasta que Winstein anunci al capitn que
traa a una visita.
Hola, seorita Warshawski el capitn se acerc tranquilamente. Viene a
ver el aspecto de un carguero en accin?
Es impresionante Tengo que hacerle un par de preguntas, seor Bledsoe, si
tiene tiempo.
La mano derecha de Bledsoe estaba cubierta de vendas. Le pregunt qu tal
estaba. Me asegur que se estaba curando bien.
No hay tendones cortados Qu quiere de m?
Bemis se llev a Winstein a un rincn para preguntarle qu tal iban las cosas
abajo. Bledsoe y yo nos sentamos en un par de taburetes altos de madera detrs de
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una mesa de trabajo cubierta con planos de navegacin. Saqu las fotocopias de los
formularios de mi bolso de lona, sacudiendo unos trocitos de paja que se les haban
pegado. Colocando los papeles sobre la mesa, los hoje hasta encontrar el del 17 de
julio, una de las fechas marcadas por Boom Boom.
Bledsoe cogi el montn de papeles y lo agit.
Es una relacin de los contratos de transporte de la Eudora. Cmo los ha
conseguido?
Me los ha prestado una de las secretarias. El capitn Bemis me ha dicho que
era usted la persona de por aqu que ms entenda de estas cosas. Yo no los entiendo.
Esperaba que pudiera usted explicrmelos.
Por qu no se lo pregunta a Phillips?
Oh, quera que lo hiciese un experto.
Sus ojos grises eran inteligentes. Sonri con irona.
Bueno, no hay mucho misterio. Se empieza con una carga en el punto A y se
traslada al punto B. Nosotros, los transportistas, llevamos cualquier tipo de carga,
pero la Eudora se dedica principalmente al cereal, aunque puede que ahora tengan un
poco de madera y carbn. As que estamos hablando de cereal. Bueno. En este, el
encargo se hizo al principio el diecisiete de julio, as que es la fecha de transaccin
inicial.
Estudi el documento unos minutos.
Tenemos cien toneladas de semillas de soja en Peora y queremos trasladarlas a
Buffalo. La Hansel Baltic compra la carga all y all es donde acaba nuestra
responsabilidad. As que el representante de Phillips empieza a corretear por ah para
encontrar a alguien que lleve el cargamento. Empiezan aqu: GLSL (Great Lakes
Shipping Line). Cobran cuatro dlares y treinta y dos centavos la tonelada por
llevarlo de Chicago a Buffalo, y necesitan cinco navios. Con una carga tan grande,
normalmente se necesitan varios transportistas. Creo que el representante andaba un
poco perezoso en este contrato. Phillips tuvo que traerlo desde Peora por tren el
veinticuatro de julio y lo recogieron en Buffalo el treinta uno o antes. En nuestro
negocio, los contratos se hacen y se cancelan de manera rutinaria. Por eso parece todo
tan confuso, y por eso la diferencia de unos pocos centavos es tan importante. Mire,
aqu, ms tarde, el diecisiete, ofrecemos llevar la carga por cuatro veintinueve la
tonelada. Eso fue antes de que tuvisemos el Lucelia. Ahora podemos rebajar los
precios antiguos porque los barcos de mil pies son mucho ms baratos de manejar. En
cualquier caso, llega Grafalk el dieciocho ofreciendo cuatro treinta dlares por
tonelada, pero promete llegar el veintinueve. Hilando muy fino, la verdad. Me
pregunto si mantuvo su promesa.
As que no hay nada fuera de lo corriente aqu?
Bledsoe se lo pens bien.
No que yo sepa. Qu es lo que le hace pensar que lo haya?
El jefe de mquinas lleg en aquel momento.
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Oh, hola. Qu hay?
Hola, Sheridan. La seorita Warshawski est estudiando los contratos de
transporte de la Eudora. Cree que puede haber algo incorrecto en ellos.
No, no es eso. Solo necesitaba comprenderlos. Estoy intentando imaginarme lo
que mi primo saba y quera decirle al capitn Bemis. As que estuve revisando sus
papeles ayer en la Eudora y me enter de que se haba mostrado muy interesado en
estos documentos justo antes de morir. Me preguntaba si el hecho de que todos estos
contratos con la Pole Star acabasen con Grafalk no sera importante.
Bledsoe volvi a mirar los documentos.
No especialmente. O bien ellos ofrecan una tarifa menor, o prometan una
fecha de entrega ms prxima.
La otra pregunta era por qu Boom Boom estaba especialmente interesado en
unas fechas determinadas de esta primavera.
Qu fechas? pregunt Bledsoe.
Una era el veintitrs de abril. No recuerdo las otras de memoria. Tena la
agenda en el bolso, pero no quera ensersela a ninguno de ellos.
Bledsoe y Sheridan se miraron el uno al otro pensativos. Finalmente, Bledsoe
dijo:
El veintitrs fue la fecha en la que se supona que debamos cargar el Lucelia.
Se refiere al da en el que encontraron agua en las bodegas?
Sheridan asinti.
Puede que las otras fechas tengan tambin relacin con accidentes en labores
de carga. Hay un registro de esas cosas?
La cara de Bledsoe se retorci de tanto pensar. Sacudi la cabeza.
Eso es mucho pedir. Hay tantas lneas de barcos y tantos puertos! El
Suscriptor de los Grandes Lagos habla de ello si ha habido daos en la carga o en el
casco. Es lo mejor para empezar. En lo que se refiere a fechas recientes, cualquiera de
nosotros podra ayudar.
Me estaba empezando a cansar de todo aquel trabajo que no llevaba a ninguna
parte. Supona que poda buscar en el Suscriptor de los Grandes Lagos y ver si
encontraba accidentes de barcos, pero qu me indicara eso? Boom Boom habra
descubierto una banda criminal que saboteaba cargueros? Saber que tales accidentes
haban ocurrido no me indicara nada.
Winstein haba vuelto a cubierta y el capitn Bemis daba vueltas para unirse a
nuestro grupo.
A este barco no van a ocurrirle ms accidentes. Hemos contratado a una
patrulla de seguridad sobre cubierta para cuando acaben de cargar hoy.
Bledsoe asinti.
He estado pensando si me ir contigo de viaje sonri. No me voy a meter
en el gobierno del barco, John, pero el Lucelia es demasiado precioso para todos
nosotros. Me gustara ver cmo hace llegar su carga hasta Santa Catalina.
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No hay problema, Martin. Le dir al cocinero que prepare el camarote.
No tenemos gente como camareros a bordo de los cargueros me explic
Bledsoe. El jefe de cocinas se ocupa de la zona del capitn y los invitados. Los
dems se ocupan de s mismos A qu hora tienes previsto zarpar, John?
El capitn mir su reloj.
Tenemos que seguir cargando durante unas once horas ms, y la Tri State no
quiere pagar ms que una o dos horas extras. As que a cualquier hora a partir de las
siete de la tarde maana.
Bledsoe se ofreci a darme una vuelta por el barco, si a Bemis no le importaba. El
capitn le dio permiso con una sonrisa tolerante. Sheridan nos sigui por la estrecha
escalerilla de madera.
Yo soy el que tengo que ensear la sala de mquinas explic.
El puente estaba encaramado sobre la cabina. Haba cuatro niveles sobre la
cubierta, cada uno ms pequeo que el que estaba debajo. El capitn y el jefe de
mquinas tenan sus cuartos en el tercer piso, justo debajo del puente. Sheridan abri
su puerta para que yo pudiese echar un vistazo rpido al interior.
Qued sorprendida.
Pens que todo el mundo dorma en estrechas literas y tena un lavabo
minsculo. El jefe de mquinas tena un apartamento de tres habitaciones, con una
cama enorme en el dormitorio y una oficina repleta de papeles y herramientas.
Bledsoe rio.
Eso era as en los tiempos de Dana, pero las cosas han cambiado. Los de la
tripulacin duermen seis en cada camarote, pero tienen una gran sala de recreo.
Tienen incluso una mesa de ping-pong, que proporciona muchos momentos de
entretenimiento cuando navegan.
Los dems oficiales y el cocinero compartan el segundo piso con el camarote
privado. La cocina y los comedores el del capitn y el de la tripulacin estaban
en el piso del puente, y los camarotes de la tripulacin en el primer piso debajo de la
cubierta.
Tenamos que haber puesto los camarotes de los oficiales sobre la proa le
dijo Sheridan a Bledsoe cuando bajbamos por debajo del nivel del mar hacia la sala
de mquinas. Incluso arriba, donde estamos John y yo, las mquinas hacen
muchsimo ruido durante toda la noche. No me imagino por qu les dejamos
construirlas junto a la cabina del piloto.
Trepamos por estrechos peldaos empotrados en la pared hasta el vientre del
barco, donde se encontraba la sala de mquinas. Bledsoe desapareci en aquella fase
de la visita.
Cuando el jefe se dispara con lo de las mquinas, puede pasarse hablando un
mes o dos. La ver en cubierta antes de que se vaya.
La sala de mquinas era un nombre muy poco adecuado. Las mquinas
propiamente dichas estaban en el fondo del barco y cada una era del tamao de un
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edificio pequeo, como un garaje, por ejemplo. Las piezas mecnicas estaban
instaladas alrededor en tres niveles: motores de propulsin de dos pies de dimetro,
pistones de un pie, vlvulas gigantes Todo se controlaba desde un pequeo cuarto a
la entrada de las bodegas. Un panel de unos seis pies de ancho y tres de alto estaba
cubierto de botones e interruptores. Los transformadores, la depuracin de aguas
residuales, el lastre y las propias mquinas se operaban desde all.
Sheridan me mostr los controles que se utilizaban para mover el barco.
Recuerda cuando el Leif Ericsson se estrell contra el malecn? El otro da le
estuve hablando de los controles de la sala de mquinas. Este es para la mquina de
babor, este para la de estribor, con marcas muy claras: Todo a proa, Medio a proa,
Todo a popa, Medio a popa.
Mir su reloj y se rio. Eran las cinco pasadas.
Martin tiene razn. Me quedara aqu el da entero. Me olvido de que no todo el
mundo comparte mi amor por las piezas mecnicas.
Le asegur que lo encontraba fascinante. Era difcil enterarse de todo en una sola
visita, pero era interesante. Las mquinas tenan todas las piezas a la vista, como el
motor de un coche gigante, para poder acceder a cada una rpidamente. Si uno fuera
liliputiense, podra subir y bajar por el motor de un coche del mismo modo. Cada
pieza podra encontrarse fcilmente, pero era imposible moverlas.
Volv al puente a recoger mis papeles. Mientras estbamos abajo, en la sala de
mquinas, detuvieron el trabajo de carga por aquel da. Vi cmo un par de gras
pequeas ponan unas puertas sobre las escotillas.
No queremos dejarlas as como as dijo Bemis. Se supone que har una
noche clara. No quiero correr ningn riesgo con cuatro millones de dlares de
centeno.
Bledsoe se acerc a nosotros.
Oh, aqu estn ustedes Mire, creo que le debo una disculpa por echar a
perder su comida el otro da. Me preguntaba si no podra convencerla de que se
viniese a cenar conmigo. Hay un buen restaurante a unos veinte minutos de aqu, en
Crown Point, Indiana.
Llevaba un traje de cuero negro aquel da y estaba cubierta de finas partculas de
centeno. Bledsoe vio cmo me miraba, dudosa.
No es un sitio formal y tiene que haber algn cepillo en el camarote para que
se cepille la ropa. De todas formas, tiene usted un aspecto estupendo.
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Encallada
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sin nombre en la gran ciudad.
La noche era clara, como la prediccin del tiempo haba prometido a Bemis, pero
el aire estaba muy fro para la estacin. Mantuve la ventanilla del coche cerrada
mientras conduca hacia el norte, pasando junto a escombreras y remolques que se
apiaban bajo la sombra de la autopista y las fbricas de acero. En la calle 103 la
autopista conflua con la Dan Ryan. Estaba de vuelta en la ciudad, la carretera
elevada Dan Ryan a mi izquierda y una empinada pendiente de hierba a mi derecha.
Encima haba pequeos bungalows y tiendas de licores. Una apacible vista urbana,
pero no un lugar en el que pararse en mitad de la noche. Varios turistas confiados
haban sido atacados en las cercanas de la Dan Ryan.
Me estaba acercando a la salida de la Universidad de Chicago cuando o un ruido
en el motor, como si un abrelatas gigante estuviese llevndose un trozo del bloque del
motor. Pis el freno a fondo. El coche no disminuy su velocidad. Los frenos no
respondan. Apret de nuevo. Nada. Los frenos fallaban. Mov el volante para
dirigirme hacia la salida. Lo sent flojo entre las manos. No haba direccin. No haba
frenos. En el retrovisor vi las luces de un camin iluminndome. Otro camin me
cerraba el paso por la derecha.
Se me encogi el estmago. Pis suavemente los frenos y sent cierta respuesta.
Poco a poco, poco a poco. Encend los intermitentes de aviso, puse el coche en punto
muerto y toqu la bocina. El Lynx se iba hacia la derecha y yo no poda detenerlo.
Contuve el aliento. El camin a mi derecha se quit de mi camino, pero el que iba
detrs aceleraba y tocaba la bocina.
Maldita sea, qutate de ah! le grit. La aguja del velocmetro haba bajado a
treinta; l iba por lo menos a setenta. Yo segua deslizndome hacia el carril de la
derecha.
En el ltimo segundo el camin que iba detrs de m gir bruscamente a la
izquierda. O un crujido espantoso de cristales y metal contra metal. Un coche fue
dando vueltas delante de m hasta el arcn.
Pis el freno, pero no quedaba nada en l. No poda hacer nada. En los ltimos
segundos, mientras el coche que tena delante sala volando, yo me encog y cruc las
manos sobre la cara.
Metal contra metal. Tremendas sacudidas. Cristal hacindose trizas en la calle. Un
violento golpe en el hombro, un charco de humedad caliente sobre el brazo. Luz y
ruido penetraron de golpe en mi cabeza; luego, silencio.
Me estallaba la cabeza. Los ojos me doleran terriblemente si los abra. Tena el
sarampin. Eso es lo que dijo mam. Pronto iba a estar bien. Intent llamarla; me
sali un ruido gorgoteante y sent su mano sobre mi mueca, seca y fresca.
Se est moviendo.
No era la voz de Gabriella. Claro, si estaba muerta. Y si estaba muerta, yo no
poda tener ocho aos y estar con el sarampin. Me haca dao pensar.
El volante gem, y me obligu a abrir los ojos.
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Una mancha de figuras blancas se cernan sobre m. Senta la luz como puales en
los ojos. Los cerr.
Apague las luces de la cabecera. Era la voz de una mujer. La conoca y luch
por volver a abrir los ojos.
Lotty?
Se inclin sobre m.
Bueno, Liebchen. Nos has hecho pasar un mal rato pero ahora ya ests bien.
Qu ocurri? Apenas poda hablar; las palabras se me atragantaban.
Te lo dir en seguida. Ahora quiero que duermas. Ests en el hospital Billings.
La Universidad de Chicago. Sent un pinchazo en un lado y me dorm.
Cuando me despert de nuevo, la habitacin estaba vaca. El dolor de cabeza
segua all, pero ms tolerable. Intent sentarme. Al moverme, el dolor se extendi
como una oleada. Me sent muy mal y volv a tumbarme, jadeando. Tras un intervalo,
volv a abrir los ojos. Tena el brazo izquierdo atado al techo con una polea. Lo mir
soadora. Mov los dedos de la mano derecha hasta el brazo y encontr esparadrapo
grueso y una escayola. Me toqu el hombro alrededor de los extremos de la escayola
y di un grito de dolor imprevisto. Tena el hombro dislocado o roto.
Qu me haba hecho en el hombro? Frunc las cejas al concentrarme, haciendo
que el dolor de cabeza empeorase. Pero record. El coche. Los frenos fallando. Un
sedn volcando delante de m? S. No poda recordar el resto. Me deba de haber
empotrado en l, sin embargo. Menos mal que llevaba el cinturn. Habra
sobrevivido alguien en el sedn despus de aquello?
Empec a sentirme furiosa. Necesitaba ver a la polica. Necesitaba hablar con
todo el mundo. Phillips, Bledsoe, Bemis, el guarda del silo de la Tri State.
Una enfermera entr muy animada en la habitacin.
Oh, ya est despierta. Eso est muy bien. Vamos a tomarle la temperatura.
No quiero que me tomen la temperatura! Quiero ver a la polica!
Me ech una sonrisa brillante y me ignor.
Pngaselo debajo de la lengua apuntaba con un termmetro envuelto en
plstico a mi boca.
Mi furia creca, aumentaba por la indefensin de estar all tendida, atada al techo,
mientras me ignoraban olmpicamente.
Puedo decirle la temperatura que tengo: sube segundo a segundo. Querra
tener la bondad de mandar a alguien a que, llame a la polica?
Ahora vamos a calmarnos. No querr usted excitarse: tiene una conmocin
me meti el termmetro en la boca a la fuerza y empez a tomarme el pulso. La
doctora Herschel vendr ms tarde y, si cree que es prudente que empiece usted a
hablar con gente, nos lo dir.
Ha habido otros supervivientes? le pregunt por encima del termmetro.
La doctora Herschel le dir lo que tiene que saber.
Cerr los ojos mientras ella anotaba solemnemente mis constantes vitales en un
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grfico. La paciente sigue respirando. El corazn funciona.
Qu temperatura tengo?
Me ignor.
Abr los ojos.
Qu pulso tengo? Nada. Venga, maldita sea, es mi cuerpo. Dgame lo que
pasa.
Se march a difundir la noticia de que la paciente estaba viva y era una
desagradable. Cerr los ojos y me puse a echar humo. Mi cuerpo segua dbil. Me
volv a dormir.
Cuando me despert por tercera vez, tena la mente ms clara. Me sent en la
cama, despacio y an con dolor, y repas mi cuerpo. Un hombro mal. Las rodillas
cubiertas de gasa, sin duda completamente raspadas. Heridas en el brazo derecho.
Haba una mesa junto a la cama con un espejo. Tambin un telfono. Si me hubiese
dedicado a pensar en lugar de chillar antes, me hubiese podido dar cuenta. Me mir la
cara en el espejo. Un vendaje impresionante me cubra la cabeza. Heridas en el cuero
cabelludo: esa deba ser la causa del dolor de cabeza, aunque no recordaba habrmela
golpeado. Los ojos estaban inyectados en sangre, pero la cara estaba intacta, gracias a
Dios. Seguira siendo hermosa a los cuarenta.
Cog el telfono y me lo met debajo de la barbilla. Tuve que levantar la cama
para hacerlo, pues no poda colocarme el auricular contra el hombro derecho mientras
estaba acostada con el izquierdo atado al techo. Una oleada de dolor se extendi por
el hombro izquierdo, pero la ignor. Marqu el nmero de la oficina de Mallory. No
tena ni idea de la hora que era, pero tena la suerte de mi parte: el teniente estaba.
Vicky, ser mejor que no me llames para tonteras. McGonnigal me ha dicho
que te ests metiendo en la investigacin de Kelvin. Quiero que salgas. F-U-E-R-A
. Vaya mala suerte que pasase en el apartamento de Boom Boom.
Ah, Bobby. Me haca bien orle refunfuar.
Bobby, no vas a creerlo, pero estoy en el hospital.
Se hizo el silencio al otro lado mientras Mallory pensaba lo que le estaba
diciendo.
S. En Billings Alguien ms quera que dejara el caso, y me fastidi los
frenos y el volante mientras estaba ayer en el puerto. Si es que era ayer. Qu da es
hoy?
Bobby ignor la pregunta.
Venga, Vicky. No te ras de m. Qu ocurri?
Por eso te llamo. Espero que t puedas descubrirlo. Volva a casa alrededor de
las diez y media u once cuando perd el control del volante y luego de los frenos, y
acab estrellndome contra un sedn. Creo que un camin Mack le golpe y lo lanz
a mi carril.
Oh, demonios, Vicki. Por qu no puedes quedarte en casa a educar a una
familia y mantenerte apartada de este tipo de los? Bobby es contrario a la idea de
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utilizar tacos ante mujeres y nios. Y aunque yo me niegue a hacer el papel de una
mujer en casa, para l cuento como mujer.
No puedo evitarlo, Bobby; los problemas me persiguen.
Hubo un resoplido al otro lado.
Estoy aqu tendida con un hombro dislocado y conmocin dije quejumbrosa
. No puedo hacer nada, ni meterme en los ni educar a una familia; al menos de
momento. Pero me gustara saber lo que le hicieron a mi coche. Puedes averiguar lo
que me lanz fuera de la Dan Ryan y asegurarte de que examinen mi coche?
Bobby respir fuerte durante unos instantes.
S, supongo que puedo hacer eso. En Billings, dices? Cul es el nmero?
Mir el telfono y se lo le. Volv a preguntarle qu da era. Era viernes; las seis
de la tarde.
Lotty deba haber vuelto a su clnica de la parte norte. Es la persona a la que yo
llamara en caso de emergencia y supongo que tambin puedo decir que es mi
mdico. Me pregunt si podra convencerla de que me soltase. Necesitaba
marcharme.
Una enfermera de mediana edad meti la cabeza por la puerta.
Cmo vamos?
Unos mejor que otros. Sabe cundo vuelve la doctora Herschel?
Probablemente hacia las siete. La enfermera entr a tomarme el pulso. Si no
tienen nada mejor que hacer, se aseguran de que el corazn del paciente late an. Sus
ojos grises brillaban con una alegra sin sentido en su cara roja. Bueno, desde
luego, estamos ms fuertes que hace unas horas. Nos duele el hombro?
La mir amargamente.
Bueno, a m no. A usted, no s. No quera que nadie me metiese codena ni
Darvon. En aquel momento me dola lo suyo.
Cuando se march, utilic el telfono para llamar a la Pole Star y preguntar por
Bledsoe. La eficiente empleada de su oficina me dijo que estaba en el Lucelia, que
tena una lnea directa con la costa. Me dio el nmero y me dijo cmo conseguir que
un operador me pusiera con ellos. Iba a ser complicado. Tendra que facturarlo al
telfono de mi oficina.
Estaba dndole al operador las instrucciones para que marcase el nmero y a
dnde lo tena que cargar cuando mi enfermera de mediana edad volvi.
Bueno, no vamos a hacer nada de esto hasta que la doctora diga que podamos
hacerlo.
La ignor.
Lo siento, seorita Warshawski; no podemos permitirle que haga nada que la
excite arranc el telfono de mi ofendido puo. Hola? Aqu el hospital Billings.
Su interlocutor no podr terminar su llamada por el momento.
Cmo se atreve? Cmo se atreve a decidir por m si puedo hablar o no por
telfono? Soy una persona, no una bolsa de ropa del hospital ah tirada.
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Me mir severamente.
El hospital tiene ciertas reglas. Una de ellas es mantener a los pacientes con
conmocin y a las vctimas de accidentes tranquilos. La doctora Herschel nos har
saber si ya est usted preparada para empezar a llamar a la gente por telfono.
Yo estaba ciega de rabia. Empec a salir de la cama para arrebatarle el telfono,
pero la dichosa polea me mantena atada.
Tranquila! grit. Quin me est sacando de quicio? Usted, llevndose
ese telfono!
Ella lo desenchuf de la pared y se march con l. Me tumb en la cama jadeando
de cansancio y furia. Una cosa estaba clara: no poda esperar a Lotty. Cuando la
respiracin volvi a ser normal, me levant de nuevo y examin la polea. Sujetaba
firmemente mi brazo. Volv a inspeccionarla con el brazo derecho, con ms cuidado
esta vez. La escayola era fuerte. Aunque tuviese el hombro roto, lo mantendra en su
lugar sin tirar. No haba razn para que no me pudiese ir a casa si iba con cuidado.
Solt los alambres con la mano derecha. El hombro izquierdo se relaj contra la
cama con un espasmo de dolor tan fuerte que las lgrimas me cayeron por las
mejillas. Tras muchos intentos vanos de luchar con las sbanas, consegu volver a
poner el brazo izquierdo hacia delante. Pero la indefensin se combinaba con la
frustracin y me sent con ganas de abandonar la lucha. Cerr los ojos y descans
diez minutos. Un cabestrillo me solucionara el problema. Mir a mi alrededor
dudando y al final encontr un pao blanco en el estante de abajo de la mesilla de
noche. Me cost muchsimo darme la vuelta y acab roja y jadeante cuando al fin
consegu ponerme de lado, alcanzar el pao y subirlo hasta la cama.
Tras un corto descanso, me puse un pico del pao en la boca y lo pas alrededor
de mi cuello. Usando los dientes y la mano derecha consegu hacerme un cabestrillo
decente.
Me baj de la cama tambalendome, intentando no mover el hombro izquierdo
ms de lo necesario, y abr los estrechos armarios que estaban junto a la entrada. Mi
ropa estaba en el segundo. Los pantalones negros estaban rotos por las rodillas y la
chaqueta tiesa por la sangre seca. Mierda. Uno de mis trajes favoritos. Saqu los
pantalones con una mano, ignorando la ropa interior, y estaba tratando de pensar qu
hacer con ellos cuando entr Lotty.
Me alegra ver que te encuentras ya mejor, querida dijo secamente.
La enfermera dijo que no deba excitarme. Como estaba ponindome histrica
pens que sera mucho mejor que me fuese a casa, donde puedo descansar.
La boca de Lotty se torci en una sonrisa irnica. Me cogi por el codo derecho y
me guio hasta la cama.
Vic, tienes que quedarte aqu un da o dos ms. Te has dislocado el hombro.
Tienes que mantenerlo inmvil para minimizar el dao en los msculos. Es un punto
de traccin. Y te golpeaste la cabeza con la puerta cuando el coche volc. Tienes un
corte feo y estuviste inconsciente durante seis horas. No voy a dejar que juegues con
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tu salud.
Me sent en la cama.
Pero Lotty, tengo que hablar con mucha gente. Y el Lucelia zarpa a las siete
Lo perder si no me pongo en contacto con l pronto.
Me temo que ya son pasadas las siete. Te volver a traer el telfono y podrs
llamar. Pero francamente, Vic, incluso con tu constitucin, tienes que mantener ese
hombro inmvil un par de das ms. Venga.
Se me llenaron los ojos de lgrimas de frustracin. Me lata la cabeza. Me recost
en la cama y dej que Lotty me desvistiera y volviera a atarme el brazo a la polea.
Odiaba tener que admitirlo, pero me alegraba de volver a estar acostada.
Fue al puesto de enfermeras y volvi con el telfono. Cuando me vio haciendo
malabarismos con el auricular, lo cogi y marc el nmero ella misma. Pero el
Lucelia ya haba zarpado.
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Gould sueco. Su voz clida y sus hombros de cuarenta y seis pulgadas redujeron la
habitacin del hospital a la mitad.
Hola, Murray. Lees demasiados peridicos sensacionalistas. No me golpe un
camin: di con otro pobre bastardo al que alcanz por detrs el camin.
Agarr una silla forrada de plstico, la acerc a la cama y se sent en ella del
revs.
Qu ocurri?
Es una entrevista o una visita a un enfermo? le pregunt, mosca.
Qu tal si me concedieses una entrevista a cambio de la historia de Paige? O
ya no te interesa?
Me anim considerablemente.
Qu has descubierto?
La seorita Carrington es una chvala muy trabajadora Perdn, una joven.
Tiene una hermana mayor, pero no hermanos. Sac un diploma del American Ballet
Theater a los quince aos, pero a la larga no sirvi. Vive en un apartamento en Astor
Place. El padre muri. La madre vive en Park Forest South. Su familia no tiene
mucho dinero que digamos. Puede que un amigo rico la ayude, o que el ballet le
pague muy bien; tendrs que buscarte un detective para que lo averige con
seguridad. En cualquier caso, lleva viviendo en el mismo sitio desde hace varios
aos.
Frunc la cara.
Park Forest South? Me dijo que haba crecido en Lake Bluff.
Puede que lo hiciera. El otro es solo el lugar en el que vive su madre En lo
que se refiere a ella y a tu primo, se habl de ellos un mes ms o menos antes de que
l muriera. No iban a ninguno de los lugares ms conocidos, as que a Greta le cost
un poco descubrirlo, pero alguien la vio con l en el Stadium en marzo. Si iban en
serio, lo llevaban con mucha discrecin. Habl con alguno de los dems jugadores.
Les parece que ella le persegua; l no estaba tan implicado.
Al or eso sent un innoble estremecimiento de placer.
Tu turno. Los ojos azules de Murray brillaban divertidos. Le dije todo lo que
saba del accidente.
Quin te vaci el lquido de frenos?
La polica dice que unos vndalos del puerto.
Y qu dices t?
Yo digo que fue el que empuj a mi primo bajo el Bertha Krupnik pero eso
me lo dije a m misma. Ni idea, Murray. No me lo puedo imaginar.
Vic, se lo creera a cualquier otro. Pero a ti no. Has sacado de quicio a alguien
que te rompi la direccin. Dime: quin?
Cerr los ojos.
Puede que haya sido el teniente Mallory. Quiere que me mantenga apartada del
caso Kelvin.
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Alguien del puerto.
Soy una invlida, Murray.
Alguien relacionado con Kelvin.
Sin comentarios.
Te voy a seguir de cerca, Vic. Quiero ver lo que ocurre antes de que ocurra.
Murray, si no sales de aqu ahora mismo, voy a decir a las enfermeras que te
echen. Las de este hospital son malvadas.
Se rio y me alborot el pelo.
Ponte bien en seguida, Vic. Te voy a echar de menos si te vas a tu novena
vida Aunque solo sea en broma, voy a ir a hablar con tu guarda de la cara roja en la
Compaa Tri State.
Abr los ojos.
Si descubres algo, ser mejor que me lo digas.
Lelo en el Star, Vic. Se rio y se fue antes de que pudiese pensar en una
rplica ingeniosa.
Cuando se march rein la tranquilidad durante un rato. Alc la cabecera de la
cama y luch con la mesilla para colocarla de modo que pudiera escribir. Nunca me
haba roto un brazo antes y no me haba dado cuenta de lo difcil que era hacer las
cosas con una sola mano. Menos mal que hay coches automticos, pens, y luego
record que no tena coche. Llam a mi agente de seguros para informar de la
prdida. Esperaba que mi pliza cubriese el vandalismo.
Hice unos garabatos en una hoja de papel barato del hospital: un carguero en alta
mar, unos cuantos cocodrilos. Cualquiera de los del puerto poda haberme saboteado
el coche. Phillips saba que estaba all, me haba visto fuera de las oficinas de la Pole
Star. Se lo poda haber dicho a Grafalk o a cualquiera de los de Grafalk, el expedidor,
por ejemplo.
Aad un tiburn con muchas filas de feroces dientes y unas mandbulas lo
bastante grandes como para tragarse al carguero. Todos los del Lucelia saban que yo
estaba all. Aquello inclua a Bledsoe. El problema era que Bledsoe besaba muy bien.
Puede alguien que bese bien ser lo bastante canalla como para hacer perder el
control a mi coche? Adems, en el Lucelia no estaba todo el personal de mquinas en
la sala. Sheridan o Winstein incluso Bemis podan haberse ocupado de mi coche
mientras Bledsoe me llevaba a cenar.
Luego estaba Phillips. Se comportaba de modo extrao cada vez que hablaba con
l. Puede que se hubiera enamorado de m y no pudiera expresarlo, pero no me
pareca. Adems, Boom Boom y l haban discutido a causa de los contratos el da
antes del accidente de mi primo.
Dibuj una bola redonda y aad un mechn de pelo. Se supona que era Phillips.
Le puse el nombre por si acaso alguna de las enfermeras quera conservar el dibujo
para sus nietos. La verdad es que iba a tener que hablar con todos ellos: Grafalk,
Phillips, Bemis, Sheridan y Bledsoe, y pronto.
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Me mir ttricamente el brazo izquierdo. No poda hacer gran cosa mientras yaca
all atada a mi polea. Pero qu pasaba con aquellos contratos de embarque de la
Eudora? Alguien habra recogido mi bolsa de lona de los restos del Lynx. En aquel
momento, yaca en el estante de abajo de mi mesilla.
Baj la cama, torc la cabeza hacia el costado para pescar la agenda en el bolso,
volv a levantar la cama y mir fijamente las fechas marcadas en la primera pgina
del libro. Yo suelo seguirles la pista a mis perodos marcando las fechas en que los
tengo en el calendario del escritorio, pero eso no vala en el caso de mi primo. Sonre
por dentro, imaginando la reaccin de Boom Boom si le hubiese sugerido algo
parecido.
Las fechas puede que no siguiesen la pista del ciclo menstrual de Boom Boom,
pero tenan que indicar algn otro hecho peridico. Las copi todas en una hoja de
papel. Algunas diferan en dos das, otras en diecisiete, once, cinco; todos nmeros
primos no, seis, tres, cuatro, de nuevo dos. Empezaban a principios de marzo y
acababan en noviembre; luego volvan a empezar en abril.
Aquello significaba la estacin de embarques en los Grandes Lagos. Elemental,
querida Warshawski. Empezaba a finales de marzo o a principios de abril y acababa
alrededor de Ao Nuevo, cuando el hielo de la parte alta de los lagos se volva
demasiado espeso como para que nadie anduviese por all rompindolo.
La Eudora trabajaba durante todo el ao, claro, pero solo mandaban las cargas por
barco nueve meses al ao. As que la pelea con Phillips haba tenido algo que ver con
los contratos de embarque. Pero qu?
Mi cabeza empezaba a sentirse peor; beb un poco de agua y baj la cama para
descansar. Dorm durante un rato. Cuando me despert, un joven estaba sentado en la
silla de los visitantes mirndome con preocupacin. Su rostro suave y redondo, de
nariz rota y ojos castaos perrunos, me pareca vagamente familiar. Trat de recordar.
Pierre Bouchard! Me alegro de verte. Myron me dijo que estabas fuera.
Sonri y me result mucho ms familiar. Nunca le haba visto junto a Boom
Boom sin una sonrisa.
S, bueno, volv ayer por la noche. Y Anna vio lo de tu accidente en el
peridico sacudi la cabeza con tristeza. Lo siento muchsimo, Vic. Primero lo
de Boom Boom y ahora esto.
Sonre con embarazo.
Mi hombro se curar; no te preocupars por un simple hombro dislocado
cuando t has tenido una pierna escayolada durante semanas y te has roto la nariz tres
veces
Cuatro me corrigi con un guio.
As que Myron te dijo que quera verte?
Myron? No. Cmo habra podido decrmelo si acabo de volver a Chicago?
No, Vic, vine solo por ti cogi un paquete del suelo y me lo tendi.
Lo abr. En su interior haba una foca tallada en la esteatita que usan los
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esquimales. Me sent muy emocionada y se lo dije.
Bueno, en el hospital se cansa uno de tantas flores. Lo s bien. Esta pequea
fue tallada por los esquimales hace dos o trescientos aos. Espero que te traiga suerte.
Gracias, Pierre. Yo tambin lo espero. Y espero que me ayude a recordarte para
siempre.
Resplandeci.
Bueno, bueno! Pero que Anna no te oiga decir eso se detuvo un minuto.
Vine adems a darte un recado de Boom Boom. Yo haba estado dos semanas en
Quebeq, vine para el funeral, sabes?, y volv all otra vez. Bueno, pues cuando
llegu a casa anoche tena una carta suya esperndome. La haba echado al correo el
da antes de morir. Rebusc en el bolsillo de arriba de su chaqueta de tweed
marrn, sac la carta y me la tendi.
Boom Boom me persegua desde la tumba con sus cartas. Todo el mundo me traa
su correspondencia personal. Por qu nunca me escribi a m? Saqu la hoja blanca
del sobre y le en su letra pequea y cuidada:
Pierre:
Boom Boom
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significaba retroceder al menos hasta el veintitrs, cuando entr agua en las bodegas
del Lucelia. Poda haber estado Mattingly mezclado en aquello? Comenc a
sentirme sobrepasada por la enorme cantidad de trabajo que iba a tener que hacer y
mir desesperanzada mi brazo atado al techo.
Tienes alguna foto buena de Mattingly?
Bouchard se rasc la barbilla.
Una foto publicitaria. Myron puede darme una.
Podras conseguirme media docena de copias? Quiero ver si alguien puede
identificarle en cualquier lugar raro que se me ocurra.
Claro. En seguida se levant muy animado. Accin. Eso es lo que les gusta a
los jugadores de hockey. Quieres que yo las ensee mientras t ests ah tendida?
Djame pensarlo Yo s con quin tengo que hablar y t quiz no puedas
llegar a ellos.
Se march entre una nube de antisptico. Volv a mirar el calendario de mi primo.
El veintitrs haba visto a Margolis. La mayora deba haber estado en el silo. El
veinticuatro, un sbado, estuvo con Paige. No anot ninguna otra de sus citas. El
lunes habl con MacKelvy, el expedidor de la Grafalk, y con dos personas ms cuyos
nombres no reconoc. Le enseara la foto de Mattingly a Margolis. Puede que
mandase a Pierre a hacerlo.
Mir el reloj, abrochado tontamente a mi mueca derecha. Las cuatro y media.
Paige deba estar en el teatro. La llam, me contest el contestador y le dej un
mensaje.
Lotty lleg alrededor de las cinco, observando el desorden de papeles y sbanas
con sus espesas cejas negras alzadas.
Eres una paciente terrible, cario. Me dicen que rechazas toda la medicacin
No me importa que no te quieras tomar las pldoras para el dolor; eso es cosa tuya.
Pero tienes que tomarte los antibiticos. No quiero infecciones secundarias en el
brazo.
Orden el lo que haba alrededor de la cama con unos cuantos movimientos
eficientes. Me encanta contemplar a Lotty; es tan concisa y aseada! Una enfermera
que traa la bandeja de la cena frunci los labios con desaprobacin. No se sienta uno
en las camas, pero los mdicos son sacrosantos.
Lotty mir la comida.
Todo est hervido Bien, no tendrs problemas digestivos sonri perversa.
Pizza gru. Pasta. Vino.
Se rio.
Todo est saliendo muy bien. Si puedes aguantar un da ms te llevar a casa el
lunes. Puede que pases unos das conmigo mientras te recuperas, de acuerdo?
La mir con los ojos semicerrados.
Tengo cosas que hacer, Lotty. No voy a quedarme en la cama durante dos
semanas esperando que se me cure el hombro.
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No me amenaces, Vic no soy una de esas enfermeras tontas. Cundo he
tratado de impedir que hicieras tu trabajo, incluso cuando te portas como un perro de
pelea?
Un perro de pelea, Lotty? Un perro de pelea! Qu demonios quieres decir?
Un perro que tiene que tirarse al ring y pelear con todo el mundo, incluso con
sus malditos amigos.
Me volv a acostar.
Tienes razn, Lotty. Perdona. Es muy amable por tu parte invitarme a tu casa.
Me encantar.
Me dio un ligero beso en la mejilla y desapareci durante un rato, volviendo con
una pizza de cebollas y anchoas. Mi favorita.
Nada de vino mientras ests tomando antibiticos.
Nos comimos la pizza y jugamos al gin rummy. Gan Lotty. Se haba pasado
mucho tiempo durante la Segunda Guerra Mundial en los refugios antiareos de
Londres jugando al gin rummy con la familia que la haba acogido. Casi siempre me
gana.
El domingo por la maana intent localizar a Paige pero segua sin estar en casa.
De todos modos, alrededor de las doce, apareci en persona, muy guapa, con una
blusa verde fruncida y una falda guatemalteca negra y verde. Entr muy boyante en la
habitacin, oliendo ligeramente a primavera, y me bes en la frente.
Paige! Me alegro de verte. Muchas gracias por las flores; animan muchsimo
el lugar, como ves.
Vic, sent mucho lo del accidente. Pero me alegro de que no ests gravemente
herida. O en el contestador que queras ponerte en contacto conmigo. Pens que era
mejor venir en persona para ver qu tal ibas.
Le pregunt qu tal la Pavana para un camello y ella rio y me habl de la
representacin. Charlamos unos minutos y luego le expliqu que estaba tratando de
averiguar los movimientos de mi primo los ltimos das antes de morir.
Sus cejas arqueadas se unieron en un gesto de irritacin momentnea.
Sigues con eso? No crees que ya es tiempo de dejar descansar a los muertos?
Sonre con toda la calma que pude, sintindome en desventaja, con el pelo sucio y
vestida con la bata del hospital.
Le estoy haciendo un favor a un viejo amigo de Boom Boom: Pierre Bouchard.
S, conoca a Pierre. Un encanto. Que quera saber?
Si has visto ltimamente a Howard Mattingly.
Una expresin indefinible cruz por su rostro.
No s quin es.
Es uno de los jugadores suplentes. A Boom Boom no le gustaba, as que puede
que nunca te lo presentase A dnde fuisteis el sbado pasado? A algn lugar
donde l hubiera podido ver a este tipo?
Se encogi de hombros y me ech una mirada desdeosa, destinada a hacerme
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sentir como una profanadora de tumbas. Yo esper.
Te ests poniendo de lo ms vulgar, Vic. Ese fue mi ltimo da a solas con
Boom Boom. Me gustara guardarlo para m.
No le viste el lunes por la noche?
Se puso roja.
Vic! Ya s que eres detective, pero esto es demasiado. Tienes un inters
morboso en tu primo que es muy poco sano. Creo que no puedes soportar el hecho
de que estuviese prximo a otra mujer que no fueras t!
Paige, no quiero que me cuentes qu clase de amante era Boom Boom ni que
me describas ningn episodio ntimo de vuestras vidas. Solo quiero saber lo que
hicisteis el sbado y si le viste el lunes Mira, no quiero convertir esto en un torneo.
Me caes bien. No querrs que empiece a llamar a Ann Bidermyer y a tu madre y a
todo el mundo que conozcas para que no te pierdan de vista. Te lo pregunto a ti.
Los ojos color miel se llenaron de lgrimas.
T tambin me gustabas, Vic. Me recordabas a Boom Boom. Pero l nunca era
agresivo, aunque fuese jugador de hockey. Fuimos a navegar el sbado. Volvimos a
las cuatro para que yo pudiera ensayar. Puede que se quedase en Lake Bluff con el
barco. No lo s. El lunes por la noche fuimos a cenar a Gypsy. No volv a verle.
Ests satisfecha? Te aclara eso algo? O sigues queriendo llamar a mi madre y a
todo el mundo que yo conozca?
Se dio la vuelta y se march. Me dola otra vez la cabeza.
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Jerez en el Valhala
El lunes por la maana Lotty me quit la escayola, dijo que haba bajado la
inflamacin y que la curacin iba bien, y me liber del vendaje. Salimos en direccin
norte hacia su pulcro apartamento.
Lotty conduce su Datsun verde de manera muy imprudente, segura de que los
dems coches se apartarn de su camino. Una abolladura en la aleta derecha y un
largo araazo en la puerta testimonian el xito de sus planteamientos. Abr los ojos en
Addison: un error, pues tuve tiempo de verla dar un viraje frente a un autobs CTA
para girar a la derecha hacia Sheffield.
Lotty, si vas a conducir as, consguete un camin. El tipo responsable de que
yo lleve el brazo en cabestrillo anda por ah sin un araazo.
Lotty par el motor y salt del coche.
La firmeza es necesaria, Vic. Firmeza, o los dems te echarn de la calle.
Era intil; me encog de hombros de forma asimtrica.
Habamos parado en mi apartamento para recoger algo de ropa y una botella de
Black Label. Lotty no tiene whisky en casa. Tambin cog mi Smith &Wesson de una
caja fuerte que est dentro del armario del dormitorio. Alguien haba intentado
hacerme trocitos en la Dan Ryan. No me apeteca andar por la calle desprotegida.
Lotty se fue a la clnica cercana en la que trabaja. Yo me instal en la sala con el
telfono. Iba a hablar con todo el mundo que pudiera haber tenido la oportunidad de
hacerme una faena. La rabia haba ido desapareciendo a medida que la herida de la
cabeza se me curaba, pero mi determinacin haba crecido.
La amable joven administradora de la oficina de la Pole Star se puso al tercer
timbrazo. Las noticias que me dio no eran alentadoras. El Lucelia Wieser haba,
descargado en Buffalo y se diriga a Erie a recoger carbn para Detroit. Despus
estaba contratado en los lagos del norte durante cierto tiempo. No esperaban que
volviese a Chicago hasta mediados de junio. Podan ayudarme a conseguir una
conversacin por radio si era urgente. No me vea haciendo las preguntas que tena
que hacer por radio. Tena que hablar con el personal de la Pole Star frente a frente.
Atascada as, llam a la oficina de la Eudora y pregunt por Janet. Se puso al
telfono y me dijo que senta mucho lo de mi accidente y se alegraba de que estuviese
mejor. Le pregunt si saba dnde viva Phillips; puede que hiciese una visita sorpresa
a su esposa para averiguar a qu hora haba vuelto a casa su marido la noche de mi
accidente.
Janet no lo saba. Era por algn sitio del norte. Si era importante, poda preguntar
y averiguarlo. Era importante, le dije, y le di el nmero de Lotty.
Mientras esperaba, consegu el nmero de Howard Mattingly a travs de Myron
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Fackley. Boom Boom le dijo a Pierre que haba visto a Mattingly en un lugar extrao.
Me apostaba a que Mattingly andaba merodeando por Lake Bluff cuando Boom
Boom sali a navegar con Paige el sbado antes de morir. Quera saberlo.
Mattingly no estaba en casa, pero s su esposa Elsie la ansiosa. Le record que nos
habamos visto en varios partidos de hockey. Ah, s, suspir, me recordaba.
Boom Boom me dijo que haba visto a tu marido navegando el veinticuatro.
Fuiste con l?
No haba ido con Howard aquel da. Estaba embarazada y se cansaba en seguida.
No saba si habra ido a navegar o no; desde luego, l no haba dicho nada. S, le dira
a Howard que me llamase. Colg sin preguntarme para qu quera saberlo.
Lotty vino a casa a la hora de la comida. Yo puse unas sardinas sobre tostadas con
pepino y tomate y Lotty hizo una jarra del fuerte caf vienes que le permite
sobrevivir. Si yo bebiera tanto caf como ella, andara dando saltos hasta el techo. Me
tom un zumo de naranja y medio sndwich. La cabeza segua molestndome y no
tena mucho apetito.
Janet llam desde la Eudora despus de comer. Haba birlado los archivos de
personal cuando todo el mundo estaba comiendo y haba conseguido la direccin de
Phillips: Harbor Road, en Lake Bluff. Le di las gracias distrada. Parecan pasar
muchas cosas en Lake Bluff. Grafalk. Paige haba crecido all. Phillips viva all. Y
Paige y Boom Boom haban estado navegando all el veinticuatro de abril. Me di
cuenta de que Janet haba colgado y yo segua agarrada al auricular.
Colgu y me fui a la habitacin de invitados para vestirme para una excursin a
los alrededores de la zona norte. Era la segunda semana de mayo y el aire segua
fresco. Mi padre sola decir que en Chicago hay dos estaciones: el invierno y agosto.
Segua siendo invierno.
Me puse la chaqueta Chanel azul con una camisa blanca y pantalones blancos de
lana. El efecto era elegante y profesional. Lotty me haba hecho un cabestrillo de tela
para no tener que hacer esfuerzos con el hombro. Me lo pondra en el coche y me lo
quitara al llegar a la casa de Phillips.
La habitacin de invitados de Lotty le sirve tambin de estudio, y rebusqu en el
escritorio para encontrar papel y bolgrafos. Encontr tambin un maletn de cuero.
Puse dentro la Smith &Wesson, junto al material de escribir. Lista para cualquier
cosa.
Mientras me hacan efectivo el cheque por los daos, la Compaa de Seguros
Ajax me suministr un Chevette con el volante ms duro que haba visto en mi vida.
Pens en utilizar el Jaguar de Boom Boom, pero andar luchando con la palanca de
cambios con una sola mano me pareci imposible. Estaba intentando que la Ajax me
cambiase el Chevette por algo ms manejable. Mientras tanto, me sera difcil andar
por ah.
Subir por Edens hasta Lake Bluff me cost lo suyo. Cada giro del volante me
oprima el hombro an no curado y me pona tensos los msculos del cuello, dbiles
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tambin a causa del accidente. Para cuando sala de la autopista de peaje Tri State
hacia la carretera 137, me dola toda la espalda y tena los sobacos de mi profesional
blusa blanca empapados.
A las dos y media de un da de diario, Lake Bluff estaba muy tranquilo. Al sur la
Escuela de Adiestramiento Naval de los Grandes Lagos, en el lago Michigan, la
ciudad es un pequeo reducto de riqueza. Tambin hay pequeas parcelas y casas de
ocho habitaciones, pero predominan las mansiones impresionantes. Un dbil sol
primaveral brillaba sobre los cspedes nacientes y los rboles, que lucan sus
primeros atisbos verde plido.
Gir hacia el sur por Green Bay Road y fui dando vueltas y vueltas hasta que
encontr Harbor Road. Como me imagin, dominaba el lago. Pas junto a una
enorme residencia de ladrillo rojo en un gran terreno, quiz diez acres, con pistas de
tenis visibles por entre los arbustos florecientes. En verano estaran completamente
ocultas por el follaje. Tres parcelas ms adelante, llegu a la casa de los Phillips.
La suya no era una casa impresionante, pero el lugar era muy hermoso. Mientras
meta el Chevette por el camino de entrada pude ver el lago Michigan extendindose
tras la casa. Era un edificio de dos plantas, cubierto por esas speras tablillas que la
gente cree que imitan a la paja. Pintada de blanco, con un ribete plateado alrededor de
las ventanas, pareca tener unas diez habitaciones: un lugar muy grande para
mantenerlo sin ayuda si ella (o l) no trabajaba fuera de casa.
Un gran Olds 88 azul marino, nuevo, se encontraba fuera del garaje de tres plazas.
Al parecer, la seora estaba en casa.
Llam al timbre de la puerta principal. Despus de esperar un poco, la puerta se
abri. Una mujer de cuarenta y pocos, pelo oscuro cortado en un sitio caro para que le
cayera alrededor de las orejas, apareci all con un sencillo vestido camisero; de
Massandrea, creo. Sus buenos doscientos cincuenta dlares en Charles A. Stevens.
Aunque fuese lunes por la tarde y estuviera en casa, su maquillaje era perfecto, listo
para recibir a cualquier visitante inesperado. Gotas de diamantes caan de una
filigrana de oro sujeta a sus orejas.
Me mir framente.
S?
Buenas tardes, seora Phillips. Soy Ellen Edwards, de Investigaciones Tristate.
Estamos haciendo una encuesta entre las esposas de los ejecutivos importantes y
quisiera hablar con usted. Dispondra de unos minutos esta tarde, o podemos
concertar una cita para un momento ms conveniente?
Me mir sin pestaear durante unos segundos.
Quin la enva?
Tri State. Oh, quiere decir que cmo conseguimos su nombre? Pues revisando
las mayores compaas de la zona de Chicago, o divisiones de las grandes compaas,
como la Eudora, y seleccionando los nombres de sus directivos.
Lo van a publicar en alguna parte?
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No utilizaremos su nombre, seora Phillips. Estamos entrevistando a unas
quinientas mujeres y no haremos ms que un perfil medio.
Se lo pens y decidi finalmente, a regaadientes, que hablara conmigo. Me hizo
pasar dentro de la casa, a una habitacin trasera con una hermosa vista del lago
Michigan. Por la ventana vi a un joven musculoso y bronceado luchando con un
barquito atado a un embarcadero a unas veinte yardas de la orilla.
Nos sentamos en butacas de orejas cubiertas con escenas bordadas en naranja,
azul y verde. La seora Phillips encendi un Kent. No me ofreci uno a m. No es
que fume, pero habra sido de buena educacin.
Navega usted, seora Phillips?
No, nunca me preocup por aprender. Ese es mi hijo Paul. Acaba de volver a
casa de Claremont para pasar el verano.
Tiene ms hijos?
Tenan dos hijas, ambas en la escuela superior. Cules eran sus aficiones? El
bordado, naturalmente las feas fundas de las butacas eran un ejemplo de sus obras
, y el tenis. Adoraba el tenis. Ahora que perteneca al Club Nutico Martimo poda
jugar durante todo el ao con buenos profesionales.
Haca mucho que viva en Lake Bluff? Cinco aos. Antes vivan en Park Forest
South. Mucho ms cerca del puerto, claro, pero Lake Bluff era un lugar maravilloso
para vivir. Muy buen sitio para las nias, y para ella, claro.
Le dije las cosas que nos interesaba saber acerca de las ventajas y desventajas de
ser una esposa de ejecutivo. As pues, entre las ventajas se inclua el estilo de vida,
verdad? A menos que ella, o l, tuviesen medios independientes para mantenerlo
Solt una risita tmida.
No, no somos como como algunas de las familias que viven por aqu.
Clayton gana cada penique que gastamos. No es que algunas de las personas de por
aqu no estn descubriendo ahora lo que es tener que luchar un poco. Pareca
querer extenderse en el tema, pero se lo pens mejor.
La mayora de las mujeres con las que hablamos piensan que los horarios de
sus maridos son una de las mayores desventajas. Significan tener que educar solas a
sus familias y pasar solas mucho tiempo. Me imagino que un ejecutivo como su
marido tiene que trabajar muchas horas; adems, hay un buen trecho de aqu al
puerto.
La autopista Tri State poda ser un paseo, pero l tena que recorrerla con trfico
hasta el Loop de ida y desde el Loop de vuelta. Puede que tardase noventa minutos.
A qu hora suele llegar a casa?
Depende, pero generalmente hacia las siete.
Paul haba izado las velas y estaba desatando el bote. Pareca muy grande para
una sola persona, pero la seora Phillips no se preocupaba. Ni siquiera mir cuando
el bote se meti en el lago. Puede que tuviese total confianza en la habilidad de su
hijo para manejar el bote. Puede que no le importase lo que haca.
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Le dije que tomsemos un da cualquiera de sus vidas y lo repassemos; por
ejemplo, el jueves pasado. A qu hora se haba levantado, qu haban desayunado,
qu haba hecho ella? A qu hora volvi su marido del trabajo? O los tediosos
detalles de una vida sin objetivos, las horas pasadas en el club de tenis, en el saln de
belleza, en el centro comercial Edens Plaza, antes de conseguir la informacin que
haba venido a buscar. Aquella noche, Clayton no haba llegado a casa hasta despus
de las nueve. Lo recordaba porque haba preparado un asado y al final ella y las nias
se lo comieron sin esperarle. No recordaba si pareca preocupado o cansado ni si
llevaba la ropa cubierta de grasa.
Cubierta de grasa? repiti con asombro. Qu puede importarle a su
empresa de investigacin una cuestin como esa?
Haba olvidado quin se supona que era yo durante un minuto.
Me preguntaba si lava usted misma la ropa o si la manda fuera, o si tiene una
doncella que lo haga.
La mandamos fuera. No podemos permitirnos una doncella sonri
amargamente. El ao que viene, quiz.
Bien, muchas gracias por su tiempo, seora Phillips. Le enviaremos una copia
del informe cuando lo completemos. Esperamos tenerlo acabado a finales del verano.
Me condujo de vuelta hacia la puerta. Los muebles eran caros pero no muy
atractivos. Alguien con ms dinero que gusto los escogi; ella o Phillips o los dos a la
vez. Mientras me despeda, pregunt distradamente quin viva en la gran casa de
ladrillo calle arriba, la de las pistas de tenis.
Una expresin mezcla de temor y envidia le cruz el bien maquillado rostro.
Es de los Grafalk. Tendra que hablar usted con ella. Su marido posee una de
las mayores compaas de la ciudad: barcos. Tienen doncellas y un chfer.
Les ve mucho?
Oh, bueno, ellos viven su vida y nosotros la nuestra. Nos avalaron para que
entrsemos en el Club Nutico, y Niels se lleva a Paul y a Clayton a navegar con l
algunas veces. Pero ella es muy distante. Si uno no pertenece a la Sociedad Sinfnica,
no vale nada a sus ojos. Pareca pensar que haba dicho demasiado, pues cambi
rpidamente de tema y se despidi.
Saqu el Chevette marcha atrs a Harbor Road y pas delante de la casa de los
Grafalk. As que all viva el vikingo. Buen sitio. Detuve el coche y me qued
mirndolo, medio tentada de parar y contarle mi rollo a la seora Grafalk. Mientras
estaba all sentada, un Bentley asom el morro por la verja y sali a la carretera. Una
mujer delgada de mediana edad con pelo negro canoso iba al volante. No me mir al
salir; puede que estuviese acostumbrada a los mirones. O quiz no fuese la duea sino
una simple visitante, una cofrade de la Sociedad Sinfnica.
Harbor Road giraba hacia el oeste hacia Sheridan unas cien yardas ms all de la
propiedad de los Grafalk. El Bentley desapareci por la esquina a gran velocidad.
Puse el Chevette en marcha y estaba a punto de seguirle cuando un coche deportivo
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azul entr por la curva. A cincuenta ms o menos, el conductor gir a la izquierda por
mi lado. Fren bruscamente y evit una colisin por pulgadas. El coche, un Ferrari, se
meti entre las columnas de ladrillo que bordeaban el camino, detenindose con un
gran chirrido al lado de la carretera.
Niels Grafalk se acerc al Chevette antes de que yo tuviese tiempo de
desaparecer. No poda engaarle con una historia cualquiera acerca de sondeos de
opinin. Llevaba una chaqueta de tweed marrn y una camisa blanca de cuello
abierto, y su cara brillaba de ira.
Qu demonios se cree que est haciendo? explot ante el Chevette.
Me gustara hacerle la misma pregunta. Alguna vez pone el intermitente antes
de torcer?
Pero qu est haciendo delante de mi casa? La ira le dificultaba la visin y
no se dio cuenta de quin era yo al principio; ahora, el reconocimiento se mezclaba
con la ira. Oh, es usted, la dama detective. Qu est haciendo? Tratar de
descubrirnos a mi esposa o a m en actitudes indiscretas?
Solo estaba admirando el panorama. No saba que necesitaba un seguro de vida
para venir a los barrios del norte.
Intent dirigirme una vez ms a Harbor Road, pero l meti una mano por la
ventanilla abierta y me agarr el brazo izquierdo. Este estaba pegado al hombro
dislocado y la presin me provoc un estremecimiento de dolor por el brazo y el
hombro. Detuve el coche de nuevo.
Bueno, no se dedica usted a divorcios, verdad? Sus oscuros ojos azules
estaban llenos de emocin: ira, nerviosismo, era difcil de decir.
Alc los dedos para frotarme el hombro, pero los dej caer. Que no supiese que
me haba hecho dao. Sal del coche, casi en contra de mi voluntad, arrastrada por la
fuerza de su energa. Eso es lo que se llama tener una personalidad magntica.
Se ha cruzado usted con su esposa.
Ya lo s; la vi en la carretera. Ahora quiero saber por qu est espiando en mis
propiedades.
Palabra de honor, seor Grafalk, no estaba espiando. Si as fuera no estara
aqu, delante de su puerta. Me habra ocultado y usted nunca habra sabido que yo
estaba aqu.
La niebla se disip un poco en los ojos azules y rio.
Qu est haciendo aqu entonces?
No haca ms que pasar. Alguien me dijo que viva usted aqu y yo estaba
echando un vistazo. Vaya sitio.
No encontr a Clayton en casa, verdad?
Clayton? Oh, Clayton Phillips. No, supongo que tendra que estar trabajando
un lunes por la tarde, verdad? No servira de nada negar que haba ido a casa de
los Phillips. Aunque haba usado un nombre falso, Grafalk podra averiguarlo
fcilmente.
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Habl con Jeannine, entonces. Qu le pareci?
Le va a ofrecer trabajo?
Qu? Pareci desconcertado y luego secretamente divertido. Qu le
parece una copa? O los detectives no beben cuando estn de servicio?
Mir el reloj. Eran casi las cuatro y media.
Djeme quitar el Chevette de en medio de los peligros de Lake Bluff. No es
mo y no me gustara que le pasase algo.
A Grafalk se le haba pasado la furia, o al menos la haba enterrado bajo la
civilizada urbanidad que haba desplegado en el puerto la semana anterior. Se apoy
sobre una de las columnas de ladrillo mientras yo luchaba con el rgido volante y
meta el coche en el arcn de hierba. En el interior de la verja, l me rode con el
brazo para guiarme por el camino. Yo me solt suavemente.
La casa, hecha del mismo ladrillo que las columnas, se encontraba a unas
doscientas yardas de la carretera. Los rboles la bordeaban por los lados, por lo que
no se poda saber su verdadero tamao hasta que te acercabas.
El csped estaba casi completamente verde. Una semana ms y tendran que darle
la primera siega de la temporada. A los rboles les estaban saliendo las hojas.
Tulipanes y narcisos ponan una nota de color en las esquinas de la casa. Los pjaros
gorjeaban con el apremio de la primavera. Hacan sus nidos en una de las propiedades
ms caras de todo Chicago, pero seguro que no se sentan superiores a los gorriones
de mi vecindario. Felicit a Grafalk por la casa.
Mi padre la construy all por los aos veinte. Es un poco barroca para los
gustos de hoy, pero a mi esposa le gusta, as que no he hecho cambios.
Entramos por una puerta lateral hacia la parte de atrs y llegamos a un porche
cubierto de cristal que dominaba el lago Michigan. El csped bajaba en una
pronunciada pendiente hasta una playa de arena en la que haba una pequea cabaa
y dos parasoles. Una balsa estaba anclada a unas treinta yardas de la orilla, pero no vi
ningn barco.
No tiene aqu su barco?
Grafalk solt su risita de hombre rico. No comparta la indiferencia social de sus
pjaros.
Aqu las playas tienen muy poca pendiente. No se puede tener nada de ms de
cuatro pies junto a la orilla.
Hay pues un puerto deportivo en Lake Bluff?
El puerto pblico ms cercano est en Waukegan. Pero est muy contaminado.
No, el comandante de la Escuela de Adiestramiento Naval de los Grandes Lagos, el
contraalmirante Jergensen, es un amigo personal. Amarro all mi barco.
Aquello estaba muy a mano. La Escuela de Adiestramiento de los Grandes Lagos
estaba en el extremo norte de Lake Bluff. Dnde amarrara su barco Grafalk cuando
Jergensen se jubilase? Los problemas a los que se enfrentan los muy ricos son
bastante diferentes de los suyos y los mos.
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Me sent en una tumbona de bamb. Grafalk abri una ventana. Se puso a
manipular con hielo y unos vasos en un bar empotrado en los paneles de teca de la
habitacin. Me decid por jerez. Mike Hammer es el nico detective que conozco que
puede pensar y moverse mientras est bebiendo whisky. Al menos moverse. Puede
que el secreto de Mike sea que nunca trata de pensar.
An de espaldas a m, Grafalk habl:
Si no estaba espindome, tiene que haber estado espiando a Clayton. Qu ha
descubierto?
Coloqu los pies sobre el cojn de flores rojas cosido al bamb.
Vamos a ver. Quiere saber qu opino de Jeannine y qu he descubierto de
Clayton. Si me dedicara a divorcios, sospechara que usted se acuesta con Jeannine y
me preguntara lo que sabe Phillips acerca de ello. Pero no me pega que sea usted de
los que se preocupan de lo que piensen algunos hombres por el hecho de que est
usted retozando con su esposa.
Grafalk ech hacia atrs su cabeza blanqueada por el sol y solt una risotada. Me
trajo una copa alargada llena de un lquido pajizo. Di un sorbo. El jerez era tan suave
como el oro lquido. Debera haber pedido un whisky. El whisky de un millonario
deba ser algo nico.
Grafalk se sent frente a m en un silln tapizado de chintz.
Creo que estoy siendo muy sutil, seorita Warshawski. S que ha estado
haciendo preguntas por el puerto. Cuando la encontr aqu, pens que habra
descubierto algo acerca de Phillips. Transportamos mucho cereal para la Eudora. Me
gustara saber si hay algo en sus oficinas de Chicago que nosotros debiramos saber.
Di otro sorbo al jerez y puse el vaso en una mesa de azulejos a mi derecha. El
suelo estaba cubierto de azulejos italianos pintados a mano en rojos, verdes y
amarillos brillantes, y la mesa haca juego.
Si hay problemas en la Compaa Eudora que usted deba saber, pregntele a
David Argus. Mi mayor preocupacin se refiere a quin intent matarme el jueves
por la noche.
Matarla? Las espesas cejas de Grafalk se arquearon. No me parece usted
de tipo histrico, pero esa es una acusacin muy seria.
Alguien me averi los frenos y el volante el pasado jueves. Fue una suerte que
no me empotrase en un camin en la Dan Ryan.
Grafalk se acab lo que fuera que estaba bebiendo. Pareca un martini. Un
hombre de negocios al viejo estilo; nada de Perrier o vino blanco.
Tiene usted alguna razn para pensar que pudiera haberlo hecho Clayton?
Bueno, desde luego, tuvo la oportunidad. Pero motivos no. No ms que
usted, o Martin Bledsoe, o Mike Sheridan.
Grafalk se detuvo camino al bar y me mir.
Tambin sospecha de ellos? Est segura de que la eh avera se produjo
en el puerto? No podran haber sido unos gamberros?
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Tragu un poco ms de jerez.
S, s, es posible, aunque yo no lo creo. Es verdad que cualquiera puede vaciar
el lquido de los frenos con un poco de habilidad. Pero qu gamberros andan por ah
con una llave de trinquete y un soplete solo por si encuentran un coche al que
mutilar? Es mucho ms probable que pinchen neumticos, roben tapacubos o rompan
las ventanillas. O las tres cosas.
Grafalk trajo la botella de jerez y me llen el vaso. Intent hacer como que beba
aquello a diario y no consegu leer la etiqueta. Nunca podra permitirme aquel jerez;
de todas formas, qu poda importarme el nombre entonces?
Volvi a sentarse con un martini nuevo y me mir intensamente. Algo le daba
vueltas en la cabeza.
Qu es lo que sabe acerca de Martin Bledsoe?
Yo me puse rgida.
Le he visto unas cuantas veces. Por qu?
No le cont nada sobre su pasado cuando salieron el jueves a cenar?
Puse el caro vaso sobre la mesa de azulejos con un golpe seco.
Quin espa a quin, seor Grafalk?
Volvi a rer.
El puerto es una comunidad pequea, seorita Warshawski, y los rumores
acerca de los armadores circulan muy deprisa. Martin no le haba pedido a ninguna
mujer que saliese con l a cenar desde que muri su mujer, hace seis aos. Todo el
mundo hablaba de ello. Y de su accidente. Saba que estaba usted en el hospital pero
no que haban saboteado su coche.
El Herald Star me sac en la portada. Una foto de mi pobre Lynx sin morro y
dems Los rumores acerca del pasado de Bledsoe deben estar bien enterrados.
Nadie me sugiri nada que pudiese parecer turbio, como usted insina.
Est bien enterrado. Nunca le habl a nadie de ello, incluso cuando Martin me
dej y me puse lo bastante furioso como para querer herirle de verdad. Pero si se ha
cometido un delito, si se ha atentado contra su vida, usted debe saberlo.
Yo no dije nada. Fuera, la casa proyectaba una sombra cada vez ms larga sobre
la playa.
Martin creci en Cleveland. Bledsoe es el nombre de soltera de su madre.
Nunca supo quin era su padre. Pudo haber sido cualquiera de los muchos marineros
borrachos que rondan por el puerto de Cleveland.
Eso no es un crimen, seor Grafalk. Ni culpa suya.
Es cierto. No lo digo ms que por darle una idea de lo que fue su hogar. Se
march cuando tena quince aos, minti acerca de su edad y se enrol para trabajar
en los Grandes Lagos. En aquellos das no se necesitaba el aprendizaje que hace falta
hoy, y por supuesto haba muchos ms embarques. No haba que rondar por los
locales de los sindicatos esperando a que te llamasen para trabajar. Cualquier tipo
fuerte que pudiese tirar de una cuerda y levantar doscientas libras vala. Y Martin era
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fuerte para su edad hizo una pausa para dar un trago a su bebida. Bien, pues era
un buen chico y llam la atencin de uno de mis marineros. Un hombre al que le
gustaba ayudar a los jvenes a su cargo, no aplastarles. Cuando tena diecinueve
aos, Martin fue a parar a nuestras oficinas de Toledo. Era evidente que tena
demasiado cerebro como para no hacer algo ms que trabajos de fuerza que cualquier
polaco estpido podra hacer.
Ya veo murmur. Quiz pueda encontrarme algo en uno de sus barcos si el
trabajo de detective me falla.
Se me qued mirando durante un momento.
Oh, Warshawski. Claro. No me ensee los dientes; no merece la pena. El
puerto est lleno de polacos fuertes como bueyes pero sin cerebro.
Pens en los primos de Boom Boom y no quise discutir.
En fin, para hacer corta una historia larga, Martin se estaba desenvolviendo en
un medio que poda comprender intelectualmente pero no socialmente. Nunca tuvo
una educacin formal y no haba aprendido el sentido de la tica ni de la moralidad.
Manejaba mucho dinero y se qued con una parte. Perd una discusin con mi padre
para que no lo denunciase. Yo le haba descubierto, le haba empujado no tena ms
que treinta aos por aquella poca. Quera darle una segunda oportunidad. Pap se
neg y Martin pas dos aos en la prisin de Cantonville. Mi padre muri un mes
despus de que lo soltaran y le contrat de nuevo inmediatamente. Nunca volvi a
hacer nada delictivo que yo supiera. Pero si hay problemas entre la Pole Star y la
Eudora, o dentro de la Eudora, que estn relacionados con dinero, debe usted conocer
los antecedentes de Martin. Cuento con su discrecin. No quiero que Argus ni
Clayton sepan nada de eso si resulta que no pasa nada.
Me acab el jerez.
As que a eso se refera usted el otro da en la comida. Bledsoe se educ en la
crcel y usted le insinuaba que poda contrselo a la gente si quera.
No cre que usted lo entendiera.
Incluso un polaco cabeza hueca es capaz de entenderlo La semana pasada
estaba usted amenazndole; y hoy le protege o algo as. Qu es todo esto?
Un asomo de ira cruz el rostro de Grafalk y desapareci rpidamente.
Martin y yo tenemos un acuerdo tcito. No se mete con mi flota y yo no le
hablo a la gente de su turbio pasado. Se estaba burlando de la Grafalk Line. Yo le
devolva la burla.
Qu cree usted que est pasando en la Eudora?
Qu quiere decir?
Ha sacado usted un par de conclusiones basadas en mis investigaciones por el
puerto. Cree usted que debe de haber all algn problema financiero. Est lo bastante
preocupado como para revelar una verdad bien escondida acerca de Bledsoe. Ni
siquiera los oficiales de sus barcos la conocen, y si la conocen son lo bastante leales
como para no traicionarle. Debe usted pensar que pasa algo grave de verdad.
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Grafalk sacudi la cabeza y sonri de manera condescendiente.
Ahora es usted la que saca conclusiones, seorita Warshawski. Todo el mundo
sabe que ha estado investigando la muerte de su primo. Y saben que Phillips y usted
han tenido unas palabras. No se pueden guardar secretos en una comunidad cerrada
como esa. Si pasa algo en la Eudora, tiene que tener algo que ver con el dinero.
Ninguna otra cosa importante puede estar sucediendo all revolvi la aceituna en su
vaso. No es asunto mo; pero peridicamente me pregunto de dnde saca Clayton
Phillips el dinero.
Le mir con fijeza.
Argus le paga bien. Lo hered. Lo hered su mujer. Hay alguna razn para
que ninguna de estas posibilidades sea la correcta?
Se encogi de hombros.
Soy un hombre muy rico, seorita Warshawski. Crec con un montn de dinero
y estoy acostumbrado a vivir con l. Hay mucha gente sin dinero que se encuentra
perfectamente a gusto con l y alrededor de l. Martin es uno de ellos, y el almirante
Jergensen otro. Pero Clayton y Jeannine no. Si lo heredaron, fue un suceso
inesperado que les lleg tarde.
Sigue siendo una posibilidad. No tienen por qu ser de su clase para permitirse
la casa y todo lo dems. Quiz una abuela gruona lo fue acumulando para poder
privar a los dems del mayor placer posible. Esto ocurre al menos tan a menudo
como la malversacin.
Malversacin?
Eso es lo que sugiere usted, verdad?
Yo no estoy sugiriendo nada. Solo pregunto.
Bueno, les apadrin usted para que entrasen en el Club Nutico. Eso es algo
imposible para los nuevos ricos, por lo que he ledo. No es bastante ganar un cuarto
de milln al ao para entrar en ese lugar. Tiene que tener uno antepasados entre los
Palmer y los McCormick. Pero usted consigui que entrasen. Tiene que saber usted
algo de ellos.
Eso fue cosa de mi mujer. A veces se mete en extraas caridades. Jeannine fue
una que ms tarde lament.
Son un telfono en un algn lugar de la casa, seguido de cerca por un zumbido
en un aparato que no haba advertido antes, colocado en una alacena junto al bar.
Grafalk contest.
S? S, coger la llamada Me perdona un momento, seorita Warshawski?
Me levant educadamente y me fui hacia el vestbulo, yendo en direccin opuesta
al lugar por donde entramos. Camin hasta llegar a un comedor en el que una gruesa
dama de mediana edad con blusa blanca y falda azul estaba poniendo una mesa para
diez. Colocaba cuatro tenedores y tres cucharas en cada lugar. Yo estaba
impresionada. Imagnate, tener setenta tenedores y cucharas a juego. Tambin haba
un par de cuchillos por persona.
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Apuesto a que an tienen ms.
Me habla a m, seorita?
No, estaba hablando sola. Recuerda a qu hora lleg el seor Grafalk a casa el
jueves por la noche?
Levant la mirada al or esto.
Si no se siente bien, seorita, hay un tocador en el vestbulo, a su izquierda.
Me pregunt si sera el jerez. Puede que Grafalk hubiese echado algo dentro, o
quiz era demasiado fino para mi paladar embrutecido por el scotch.
Me siento muy bien, gracias. Solo quera saber si el jueves el seor Grafalk
lleg tarde a casa.
Me temo que no puedo decrselo. Volvi a ocuparse de la plata. Me estaba
preguntando si podra obligarla a hablar pegndole con el brazo sano, pero me
pareci que no iba a merecer la pena. Grafalk lleg por detrs.
Oh, aqu est. Todo va bien, Karen?
S, seor. La seora Grafalk dej dicho que volvera hacia las siete.
Me temo que voy a tener que pedirle que se marche ahora, seorita
Warshawski. Esperamos a unos invitados y tengo que hacer un par de cosas antes de
que lleguen.
Me condujo hasta la puerta y se qued mirando hasta que sal por entre las
columnas de ladrillo y entr en el Chevette. Eran las seis. No es que estuviese
borracha, ni siquiera ligeramente ebria. Solo lo bastante animada como para
olvidarme de mi hombro dolorido, no como para perder mi consumado dominio del
manejo de aquel rgido volante.
Lo que haya
El norte helado
El empleado de Air Canad me dijo que Thunder Bay era el puerto ms occidental de
Canad en los Grandes Lagos. Le pregunt por qu no sala en mi plano y se encogi
de hombros con indiferencia. Una de las azafatas fue ms colaboradora. De camino a
Toronto me explic que la ciudad se llamaba antes Port Arthur; le haban cambiado el
nombre haca unos diez aos. Hice la promesa mental de regalarle a Lotty un atlas
moderno como muestra de agradecimiento.
Factur mi bolsa de lona en Chicago, pues contena mi Smith &Wesson
(desarmada, de acuerdo con las leyes federales sobre armas de fuego). Llevaba poco
equipaje, ya que no iba a quedarme ms de un da o dos: solo vaqueros, camisas, un
jersey gordo y ropa interior. No llevaba ni bolso; me met la cartera en el bolsillo de
los vaqueros.
Tras una escala de una hora en el modernsimo aeropuerto de Toronto, sub al
avin de Ontario de Air Canad. Nos detuvimos cinco veces en el camino a Thunder
Bay, en diminutas pistas de aterrizaje que surgan en medio del campo para
recibirnos. Al salir y entrar, la gente cambiaba saludos y conversaciones cortas. Me
record un viaje en autobs por la Louisiana rural en los das de la marcha por la
libertad; tambin me miraban de reojo.
En Thunder Bay, las quince personas que llegamos al final del trayecto bajamos
por la escalerilla hacia la clara y fra noche. Estbamos a unas seiscientas millas al
norte de Chicago, una diferencia de latitud suficiente como para que el invierno no
hubiese acabado todava.
La mayora de mis compaeros iban envueltos en abrigos de invierno. Yo
temblaba por la pista con una camisa de algodn y la cazadora de cuero, pensando
por qu no me habra trado conmigo el jersey en lugar de facturarlo. Un fornido
joven de mejillas enrojecidas por el viento nos segua de cerca con el equipaje. Cog
mi bolsa de lona y me puse a buscar alojamiento donde pasar la noche. En Thunder
Bay haba un Holiday Inn. Me pareci suficiente. Tenan muchas habitaciones libres.
Reserv una para dos noches.
Me dijeron que me mandaran un coche a buscarme; su camioneta estaba
averiada. Esper durante cuarenta y cinco minutos en el interior de la minscula
terminal, bebiendo una taza de caf amargo que saqu de una mquina para
entretenerme. Cuando al fin lleg la limusina, result ser un coche viejo que casi no
vi. Ya se iba cuando le THUNDER BAY HOLIDAY INN en un lateral. Sal
corriendo detrs, gritando frentica, con la bolsa golpendome la pierna. Echaba de
menos la gigantesca e impersonal eficacia de OHare, con sus filas de taxistas hoscos
y analfabetos.
Polizn
Cog el Fairmont para volver al Holiday Inn, cantando A capital shipfor an ocean trip
y The Barbary Pirates. Met las cosas en la bolsa de lona y sal del hotel, dejando una
nota para Roland Graham con las llaves del Ford en el mostrador. Era la una. Si el
Lucelia no zarpaba hasta las cinco, me daba tiempo a tomar algo de comer.
Despus de comer y encontrar un taxi que me llevara hasta el silo 67, pasaban ya
de las tres y media. El sol del medioda calentaba el aire lo suficiente como para
poder quitarme el jersey y meterlo en mi bolsa de lona antes de trepar una vez ms
por la escalerilla que conduca a la cubierta del Lucelia.
Haban terminado de cargar. Las pesadas rampas se metieron en el silo desde
arriba. Bajo la direccin del segundo de a bordo, los hombres comenzaron a
manipular dos pequeas gras para colocar las tapas de las escotillas en las aberturas
de las bodegas. Un hombre manejaba cada gra utilizando los controles frente a un
pequeo asiento a estribor. Levantaba la tapadera mientras dos marineros la sujetaban
por cada lado. Eran cubiertas de acero muy grandes e inestables. Luego bajaba la
tapadera mientras los otros dos la ajustaban con veinte o treinta tuercas. Los tres se
desplazaban hacia la tapadera siguiente mientras un cuarto hombre les segua con una
enorme llave inglesa, apretando las tuercas.
Cuando estaba all mirando, sent vibrar el barco. Las mquinas se haban puesto
en marcha. Pronto el aire se llen de ruido. Un rastro de humo negro de disel se alz
por la gigantesca chimenea. Yo no saba el tiempo que las mquinas tenan que estar
en marcha antes de que el barco se pusiese a navegar, pero advert a un par de
marineros en tierra sujetando las amarras, listos para soltarlas. Haba llegado por los
pelos.
Me sent muy emocionada. Saba que estaba perdiendo tiempo all en la cubierta
cuando debera estar en el puente enfrentndome a los que hubieran vuelto, pero
estaba demasiado nerviosa y no saba qu decir cuando estuviera arriba. Desde mi
puesto de observacin cre ver a una persona nadando, alejndose del muelle y
acercndose al barco. Me mov tan rpido como pude por entre aquella confusin,
pero no vi nada. Me qued mirando el agua reluciente con fijeza y al final vi a una
figura saliendo a la superficie a unas veinte yardas, cerca de la orilla.
Cuando me di la vuelta, Bledsoe suba al barco. Se detuvo a hablar con el
segundo de a bordo y luego se dirigi al puente sin verme. Estaba a punto de seguirle
cuando se me ocurri que tal vez debiera mantenerme aparte y presentarme despus
de zarpar. As pues, fui hacia la parte trasera de la cabina, donde una serie de grandes
bidones de petrleo servan tanto de cubos de basura como de escudo ante los que
estaban en el puente. Me sent sobre una caja de metal, apoy la bolsa en un rollo de
Punto muerto
Bledsoe y yo nos unimos al jefe mquinas en el comedor del capitn, donde estaba
comiendo rosbif y pur de patata. Bemis segua en el puente. Bledsoe explic que el
capitn se quedara all hasta que el barco hubiese salido de un canal muy traidor y se
encontrase en medio del lago Superior. Nosotros tres ramos los nicos que
estbamos en el comedor. Los dems oficiales coman con la tripulacin. Unos mens
escritos a mano ante nuestros platos ofrecan dos segundos, verdura y postre. Ante un
pollo guisado con brcol le habl a Sheridan de mi accidente.
El jefe admiti que tena sopletes de diferentes tamaos a bordo, as como gran
variedad de llaves inglesas.
Pero si me pregunta si alguno de ellos se utiliz el jueves pasado, no puedo
decrselo. No guardamos las herramientas bajo llave; sera una prdida de tiempo
unt un bollo de mantequilla y le dio un mordisco. Tenemos a ocho personas en la
sala de mquinas cuando el barco est navegando y todos necesitan poder coger las
herramientas. Nunca hemos tenido ningn problema y, mientras no lo tengamos,
pienso seguir dejando libre acceso a ellas.
No se permita ningn licor en el barco, as que beb caf con la comida. El caf
era flojo y le ech un buen chorro de crema para darle algo de sabor.
Podra haber entrado alguien en el barco, haber cogido herramientas y
habrselas llevado sin que nadie se diera cuenta?
Sheridan se qued pensando.
Supongo que s dijo de mala gana. Esto no es la Marina, donde siempre
hay alguien de guardia. Nadie tiene que quedarse a bordo cuando estamos en puerto y
la gente entra y sale sin que nadie se fije. En teora, cualquiera podra haberse metido
en la sala de mquinas sin que le vieran, suponiendo que supiese dnde estaban las
herramientas. Tendra que haber tenido suerte y no encontrarse con nadie por
sorpresa En cualquier caso, creera eso ms fcilmente que no que cualquiera de
mis hombres estuviera implicado en el asunto.
Podra haberlo hecho alguno de sus hombres?
De nuevo, era una posibilidad, pero por qu? Suger que alguien Phillips, por
ejemplo hubiese contratado a uno de la tripulacin para que le hiciese el trabajo
sucio. Bledsoe y Sheridan se opusieron a esto con energa. Ambos estaban
convencidos de que se haban deshecho de la manzana podrida cuando echaron al
hombre que les haba metido agua en las bodegas el mes pasado.
Sheridan tena gran confianza en los hombres que estaban a su mando.
S que puedo estar equivocado, pero no soy capaz de imaginarme a ninguno de
esos chicos saboteando deliberadamente el coche de nadie.
Tras el rugido de la explosin y los gritos del barco, el aire qued en calma; todos los
dems sonidos pasaban a travs de l. La gente chillaba, tanto en el Lucelia como en
tierra. A lo lejos se empezaban a or las sirenas. Cada pocos segundos, otro trozo de la
cubierta se rompa y caa por el plano inclinado hacia la abertura del centro.
Me temblaban las piernas. Me solt del autodescargador y me frot los msculos
de mi hombro dolorido. Bledsoe segua de pie junto a m con los ojos vidriosos y la
cara gris. Quise decirle algo, pero no me salan las palabras. Una explosin. Alguien
haba hecho explotar un barco de sesenta mil toneladas. Sesenta mil toneladas.
Sesenta mil toneladas. Las palabras zumbaban sin sentido en mi cerebro.
La cubierta flotaba arriba y abajo ante m; cre que volva a alzarme. Mis
temblorosas piernas se doblaron y me desmay. Solo me desvanec unos pocos
segundos, pero me qued tumbada en la cubierta hasta que se me pas el mareo y
luego me obligu a ponerme en pie. Bledsoe segua all junto a m.
Vi al capitn Bemis tambalendose a la entrada de la cabina. Red, el timonel, le
segua con las dos pulgadas de cigarro an en la boca. Camin pesadamente hacia
babor. Le o dando arcadas detrs de m.
Martin! Nuestro barco! Nuestro barco! Qu ha pasado? Era el capitn
Bemis.
Han puesto explosivos en su casco, capitn. Las palabras venan de lejos.
Bemis me miraba de un modo extrao. Me di cuenta de que era yo la que haba
hablado.
Sacudi la cabeza como un mueco de muelle; no poda dejar de sacudirla.
No. En mi barco no. Tiene que haber sido en la esclusa.
No puede ser intent ponerme a discutir con l, pero el cerebro se me
abland. Quera dormir. Flotaban imgenes sin sentido en la niebla gris de mi mente.
Los geiseres de agua alzndose sobre el barco. El agua cambiando de color cuando el
Lucelia se abra paso a travs de ella. Los surcos que la hlice abra en el agua
cuando salamos de Thunder Bay. Una figura oscura con traje de buceador que sala
del agua.
La figura con traje de buceador. Aquello significaba algo. Me esforc por
concentrarme en ello. Esa era la persona que puso los explosivos. Lo hicieron ayer.
En Thunder Bay.
Abr la boca para soltarlo, pero me tragu las palabras. Nadie estaba en estado de
asimilar semejantes noticias.
Keith Winstein se abri paso hasta nosotros. Su rostro estaba surcado de lgrimas
y barro.
Descargando
Los Braves dieron una paliza a los Cubs. Solo Keith Moreland, golpeando con un
porcentaje del 35 por 100, hizo algo que mereciese la pena, mandando la pelota a las
manos de un nio muy animado de unos nueve aos sentado delante de m. De todos
modos, el da era soleado, aunque fro, la multitud entusiasta y Murray y yo
disfrutamos de unos cuantos perritos calientes. Dej que l bebiese la cerveza; a m
no me gusta.
Mike Silchuck me haba hecho una docena de fotos ante la taquilla. Por desgracia,
todas mis cicatrices estaban en lugares que no quera airear en pleno Addison, as que
tuvieron que contentarse con un aspecto de noble valenta. Murray me hizo preguntas
sin parar durante los tres primeros innings, y se pas el cuarto hablando por telfono
contndole la exclusiva al Herald Star.
En medio del sexto, mientras los Braves hacan cinco carreras, le pregunt a
Murray por Mattingly.
Es un rufiancillo, Vic. Qu quieres saber de l?
Quin le mat?
Como Mallory, supuso inmediatamente que Mattingly o su esposa-madre-
hermanos eran mis clientes. Le cont lo mismo que le haba contado a Bobby.
Adems, aunque creo que Boom Boom le odiaba, senta lstima por la pequea
Elsie. S que sola pasarle unos cuantos dlares para estirar su economa domstica,
mientras que Mattingly le escatimaba el dinero porque lo necesitaba para sus deudas
de juego.
Por qu segua con l? pregunt Murray irritado.
Oh, Murray, espabila. Por qu cualquiera sigue con cualquiera? Es una nia,
un beb. No deba tener ni dieciocho aos cuando se cas con l, y toda su familia
est en Oklahoma Bueno, no nos metamos en la psicologa del matrimonio. Dime
solo si hay pistas en su asesinato.
Sacudi la cabeza.
Llevaba tres o cuatro das fuera de la ciudad. Elsie no sabe a dnde haba ido ni
cmo lleg hasta all, y la polica no ha encontrado a nadie que pueda ayudar. Han
interrogado a todo el equipo de hockey, claro, pero, que yo sepa, todos sienten del
mismo modo que tu primo.
As que la conexin con Bledsoe segua oculta. O al menos, la conexin con su
avin.
Llevaba por casualidad unas botas Arroyo talla doce?
Murray me mir de un modo extrao.
La huella que haba en el apartamento de Boom Boom? No lo s, pero lo
Querida Lotty:
Gracias por cuidarme. Estoy en el buen camino. Te traer las llaves esta
noche o maana por la maana.
Vic
Tena que quedarme las llaves para poder cerrar el apartamento al marcharme.
Me sent en la mesa de su cocina con mi montn de contratos y me puse a
revisarlos hasta que encontr el que corresponda a la factura que tena en la mano. Se
refera a tres millones de medidas de semillas de soja que iban de Chicago a Buffalo
el 24 de julio de 1981. El precio del contrato era de 0,33 dlares la medida. En la
factura se pagaba a 0,35 dlares. Dos centavos por medida en tres millones hacan
Excursin de pesca
Es ms fcil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para una investigadora
privada en vaqueros ver al presidente de una de las grandes compaas de los Estados
Unidos. Llegu al cuartel general de Seguros Ajax, en la parte sur del Loop, un poco
despus de las cinco. Haba mucho trfico hacia el centro de la ciudad. Pensaba que
llegara lo bastante tarde como para evitar la avalancha de secretarias que impiden la
entrada a una oficina de ese tipo, pero haba olvidado el sistema de seguridad de la
Ajax.
Los guardias que estaban en el vestbulo de mrmol del rascacielos de sesenta
pisos me pidieron una tarjeta de identificacin como empleada. Evidentemente, no la
tena. Quisieron saber a quin iba a visitar; me daran un pase de visitante si la
persona a la que quera ver aceptaba mi visita.
Cuando les dije que a Gordon Firth, se quedaron atnitos. Tenan una lista de los
visitantes del presidente. Yo no estaba entre ellos, y sospechaban que pudiera ser una
asesina de Aetna, contratada para eliminar a la competencia.
Soy investigadora privada expliqu, sacando la fotocopia de mi licencia de la
cartera para ensersela. Estoy investigando una prdida de cincuenta millones de
dlares a la que la Ajax tuvo que hacer frente la semana pasada. Es cierto que no
tengo una cita con Gordon Firth, pero es muy importante que lo vea a l o al que l
haya designado para ocuparse del caso. Puede que afecte a la responsabilidad final de
la Ajax.
Discut con ellos un poco ms y al final les convenc de que si la Ajax pagaba las
prdidas del casco del Lucelia porque no haban querido dejarme pasar a la oficina de
Firth, recordara sus nombres y me asegurara de que el dinero saliese de sus
bolsillos.
Aquellos argumentos no me llevaron hasta Firth como digo, es ms fcil que
un camello pase por el ojo de una aguja, pero s me llevaron hasta un hombre que
trabajaba en el Departamento de Riesgos Especiales, que era el que se ocupaba de
aquel caso. Su nombre era Jack Hogarth, y baj al vestbulo a buscarme.
Camin con viveza hasta el mostrador de los guardias para encontrarse conmigo,
con las mangas subidas y la corbata floja. Tena unos treinta y cinco o cuarenta aos,
era moreno, delgado, y sus inteligentes ojos negros estaban rodeados de espesas
sombras.
V. I. Warshawski, verdad? pregunt estudiando mi tarjeta. Suba conmigo.
Si tiene informacin acerca del Lucelia, es usted ms bienvenida que una ola de calor
en enero.
Tuve que correr para mantenerme junto a l hasta que llegamos al ascensor.
Estafador nocturno
Cuando llegu a mi apartamento, me di cuenta de que iba a tener que inventarme una
historia rpidamente. El sargento McGonnigal me estaba esperando en un Dodge
marrn sin identificacin policial. Sali cuando me vio subir los escalones de la
puerta de entrada.
Buenas noches, seorita Warshawski. Le importara acompaarme al centro?
El teniente Mallory quiere hacerle unas preguntas.
Acerca de qu? pregunt sacando las llaves y metindolas en la cerradura.
McGonnigal sacudi la cabeza.
No lo s. Solo me dijo que la llevara.
El teniente Mallory cree que debera vivir en Melrose Park con un marido y
seis nios. Sospecho que las preguntas que quiere hacerme se refieren a lo cerca que
estoy de alcanzar mi meta. Dgale que me mande un christmas.
El que fuese a ir a hablar con la polica voluntariamennte no quera decir que
quisiera ir cuando ellos viniesen a buscarme.
McGonnigal convirti su hermosa boca en una lnea delgada.
No es usted tan graciosa como cree, seorita Warshawski. Se han encontrado
sus huellas en la oficina de Clayton Phillips. Si fuera usted otra persona,
conseguiramos una orden de detencin y nos la llevaramos como testigo presencial.
Como el teniente Mallory fue amigo de su padre, quiere que venga usted por voluntad
propia y conteste a algunas preguntas.
Iba a tener que empezar a ponerme guantes si quera convertirme en ladrn.
Muy bien. Voy por voluntad propia abr la puerta del portal. Tengo que
comer algo antes. Quiere subir conmigo y asegurarse de que no me trago una pastilla
de cianuro?
McGonnigal puso un gesto de enfado y me dijo que esperara en el coche. Sub
corriendo los tres pisos hasta mi apartamento. La despensa segua vaca; an no haba
encontrado tiempo para ir a la tienda. Me hice un bocadillo de mantequilla de
cacahuete con las dos ltimas rebanadas de pan que haba en la nevera y tom caf
recalentado del desayuno. Mientras coma, cog los documentos de Boom Boom y los
pegu dentro de un par de viejos ejemplares de Fortune.
Me fui al cuarto de bao a lavarme los dientes y la cara. Necesitaba sentirme
fresca y alerta para tener una conversacin con Bobby. Baj corriendo las escaleras
hasta el coche de McGonnigal. El hombro ya no me daba ms que dbiles tirones. Me
di cuenta sombra de que iba a poder empezar a correr de nuevo a la maana
siguiente.
McGonnigal tena el motor en marcha. Sali con un ostentoso chirrido de goma
La casa de luto
Cuestin de principios
Vomit al borde de la carretera tan pronto como sal del camino de entrada. Terri se
acercaba con su bicicleta, una Peugeot de diez marchas, advert, mientras me
limpiaba la boca con un Kleenex. Boom Boom, tu muerte no fue en vano: permitiste
que esta jovencita disfrutase de una bicicleta francesa de carreras.
Camin lentamente por la calle hasta el Omega y me qued sentada en l durante
largo tiempo sin ponerlo en marcha. Me dola el hombro por el esfuerzo de agarrar a
Jeannine y levantarla.
Haba descubierto cmo haba muerto Boom Boom. O, en cualquier caso, me
haba demostrado a m misma lo que vena sospechando haca das. Sent un dolor
agudo en el diafragma, como si alguien hubiese clavado una agujita en l y me
pinchase cada vez que respiraba. Eso es lo que quiere decir la gente cuando dice que
le duele el corazn. Quieren decir el diafragma. Senta la cara hmeda. Me pas una
mano por los ojos, esperando encontrar sangre. Estaba llorando.
Despus de un rato mir el reloj. Era la una. Me mir la cara en el retrovisor.
Estaba muy plida y mis ojos grises parecan muy oscuros por contraste. Haba tenido
mejores das, pero no poda evitarlo. Arranqu el motor y conduje lentamente por la
estrecha calle. Senta los brazos como si fuesen de plomo, tan pesados que apenas
poda levantarlos hasta el volante. Habra sido muy agradable seguir los consejos de
Bobby e ir a algn lugar clido durante unas cuantas semanas. Pero en lugar de ello,
segu por la calle pasando ante la casa de los Phillips y me fui a la de los Grafalk.
El garaje estaba detrs de la casa, a la izquierda; no vea los coches y, por tanto,
no saba si estaban en casa. Sub el ancho y bajo escaln del porche delantero y llam
a la puerta. Pasaron un minuto o dos; iba a volver a llamar cuando la gruesa doncella,
Karen, abri la puerta. Me mir de mala gana. Recordaba el inters vulgar que yo
haba mostrado por los movimientos del seor Grafalk la semana pasada.
Le di mi tarjeta.
Est la seora Grafalk, por favor?
La est esperando?
No, soy detective. Quiero hablar con ella acerca de Clayton Phillips.
No pareca estar muy segura de qu hacer con mi tarjeta. Yo estaba demasiado
agotada tras mi encuentro con Jeannine como para luchar. Mientras estbamos all sin
hacer nada, una voz alta y contenida pregunt a Karen que quin era.
La doncella se volvi.
Es una detective, seora Grafalk. Dice que quiere hablar con usted acerca del
seor Phillips.
La seora Grafalk entr en el vestbulo. Su pelo canoso estaba peinado de modo
La conspiracin de la chica
Noche de juerga
Cuando me despert, me zumbaba la cabeza y me senta fatal. La luz del sol entraba
por una ventana y me cegaba. Aquello no tena sentido; duermo con las cortinas
echadas. Alguien deba de haberse colado en mi casa mientras dorma y haba abierto
las cortinas.
Sujetndome la cabeza con una mano, me sent. Estaba en un sof, en una
habitacin desconocida. Mis zapatos, mi bolso y mi chaqueta se hallaban en una
mesilla junto a m con una nota.
Vic
No pude conseguir que se mantuviese despierta el tiempo suficiente como
para que me dijese su direccin, as que me la he trado al Hancock. Espero
que se encuentre a gusto.
R. F.
El agua negra estaba muy fra. Me lav la espuma qumica del dolorido rostro y
patale en ella durante unos segundos, tosiendo para aclararme los pulmones. Durante
un minuto sent pnico pensando en las profundidades que se extendan debajo de m
y tragu una bocanada de agua. Escupiendo y temblando me esforc por relajarme,
por respirar profundamente.
Me quit las zapatillas deportivas de un puntapi; luego me dobl en el agua y me
quit los calcetines y la camisa. El Brynulf, con las velas desplegadas, se mova a
gran velocidad y me haba sobrepasado unos treinta pies.
Estaba sola en el agua helada. Tena los dedos de los pies entumecidos y el agua
me haca dao en la cara. Poda durar veinte minutos; no lo bastante como para nadar
hasta la orilla. Mir por encima del hombro. El yate empez a girar. La luz de las
llamas se vea a travs de los ojos de buey de estribor. Una bengala ilumin las aguas
y Grafalk me localiz en seguida. Yo trat de no sentir pnico, de respirar
normalmente.
El barco segua acercndose. Nadando de espaldas, vi a Grafalk en la proa con un
rifle en la mano. Cuando el Brynulf estuvo junto a m, tom aire y me sumerg bajo la
quilla. Me fui empujando hasta que sal por la parte de atrs. El motor no estaba en
marcha; cuchillas de hlice no podan hacerme rodajas.
Algo me golpe en la cara cuando sal a la superficie. Uno de los cabos utilizados
para amarrar el barco colgaba por el agua. Lo agarr y me dej arrastrar por el
Brynulf hasta que Grafalk encendi otra bengala para buscarme por el agua. Se volvi
hacia la popa. Su rostro apareci por el costado. El rifle me apunt. Yo estaba
demasiado entumecida para sumergirme.
Vi un brillo cegador, pero no provena del rifle. El hornillo de gas deba de haber
explotado. El golpe hizo que me soltara de la cuerda y desvi el brazo de Grafalk.
Una bala cay en el agua junto a m y el yate se alej. Una escotilla revent y una
chispa rod hasta el timn.
Trozos del yate volaron y pasaron junto a m. Me agarr a un tabln y me sub en
l, pataleando como un perro. Me dola el hombro izquierdo a causa del fro.
El Brynulf sigui alejndose de m con las velas an al viento, mientras Sandy
luchaba con ellas, abandonndolas al fin hasta que colgaron flaccidas. El yate flotaba
en un pequeo crculo a unas quince yardas de m, movido por el calor del fuego.
Grafalk apareci junto a Sandy. Yo estaba lo bastante cerca como para ver su
mata de pelo blanco. Discuta con Sandy, lo agarraba. Lucharon a la luz parpadeante.
Sandy se solt y salt por la borda.
Grafalk sacudi los brazos, furioso. Caminando hasta la popa rifle en mano,
El largo adis
Estbamos sentadas en una terraza que dominaba el lago Michigan. El agua, azul
celeste bajo el cielo veraniego, lama suavemente la arena bajo nosotras. Un toldo
verde de lona protega nuestros rostros. El da de mayo era luminoso y claro, aunque
el aire era fresco fuera de la luz solar directa. Me abroch la chaqueta de sarga verde
hasta la barbilla.
Claire Grafalk inspeccionaba el carrito de cobre y teca. Vi una botella de
Taittinger asomando por el costado de un cubo de hielo. Un poco de salmn, algo que
pareca un pato cortado en rodajas y vuelto a unir y una ensalada eran las nicas
cosas que pude identificar sin mirar con demasiadas ansias.
Gracias, Karen. Nos serviremos nosotras mismas.
Cuando la slida doncella desapareci por el sendero que conduca a la casa, la
seora Grafalk descorch con habilidad la botella de champn y lo sirvi en una copa
estrecha.
Yo no bebo, pero me gusta servir champn. Espero que le guste este.
Murmur algo apreciativo. Se sirvi agua para ella y me tendi un plato de
porcelana color crema con sus iniciales entrelazadas en verde y oro. Llevaba un
vestido camisero gris con un pauelo al cuello y una hilera de gruesas perlas. Sus
altos pmulos se cubran de unos crculos de rojo que parecan un poco de mueca,
aunque elegantes y atractivos.
Inclin la cabeza como un pjaro, hacia un lado, mirndome inquisitiva pero sin
decir nada hasta que llen mi plato. Di un sorbo al champn y com un poco de pato
fro. Ambos eran excelentes.
Ahora tiene que contarme lo que pas. Los peridicos no dan ms que detalles
someros. Qu le ocurri al barco de Niels?
Hubo un accidente en la cocina y el casco se prendi fuego. Fue la respuesta
que le haba dado a la polica y a Murray Ryerson y no iba a cambiarla ahora.
La seora Grafalk sacudi la cabeza vigorosamente.
No, querida. Eso no vale. Gordon Firth, el presidente de Ajax, vino a visitarme
hace dos das con una historia de lo ms extraordinaria acerca de Niels. Tiene con l a
un chico ingls, Roger Ferrant. El seor Ferrant dice que usted y l descubrieron que
Niels haba llevado a la Grafalk Steamship a la quiebra y que sospechaban que fue l
quien hizo saltar el barco de Martin.
Dej la copa de champn.
Y qu quiere que le cuente yo?
Me mir con agudeza.
La verdad. Tengo que seguir ocupndome de este asunto. Soy la heredera de