Las Matematicas en Mesopotamia - Carlos Maza Gomez PDF
Las Matematicas en Mesopotamia - Carlos Maza Gomez PDF
Las Matematicas en Mesopotamia - Carlos Maza Gomez PDF
Introduccin
Por ello esta obra no aspira slo a mostrar dichos contenidos de la manera ms
completa posible sino a imbricarlos en el contexto social y econmico que marcan
su nacimiento y permiten justificar su construccin.
Este plan condiciona la divisin en captulos que se ofrece en esta obra. Los tres
primeros muestran el marco en que se desenvuelve el trabajo de los escribas. El
tercero es el econmico, el origen ms inmediato de los problemas matemticos.
Sin embargo, la economa se comprende dentro de la una estructuracin social
determinada (relaciones entre la ciudad y el campo, estructura familiar, funciones
de reyes y sacerdotes) que, a su vez, viene condicionada por el marco geogrfico e
histrico de este pueblo, tratado en el primer captulo.
A partir de estos marcos se abordan en los captulos 4 y 5 cuestiones comerciales y
de intercambio de bienes dentro de los templos y palacios, origen de la primera
numeracin de carcter sexagesimal y las primeras formas aritmticas de
contabilidad.
Siendo la agricultura la base de la riqueza mesopotmica resultaba esencial para
temas de produccin y tasas sobre la misma el conseguir una medida de la
superficie de dichos campos de la manera ms exacta posible. Estos aspectos
geomtricos sobre figuras rectilneas son tratados en el captulo 6 que tiene su
extensin en el siguiente, a la hora de tratar figuras circulares de aplicacin a la
construccin de edificios. La relacin de estos clculos geomtricos con
instrumentos algebraicos encuentra otra de sus aplicaciones en la necesidad de
repartir en herencia un campo de diversa forma, tal como se muestra a travs de
ejemplos en el captulo 8.
Es conocido que los instrumentos matemticos desarrollados por los escribas
mesopotmicos son de naturaleza algebraica, antes que geomtrica. Esta
caracterstica esencial viene analizada en los captulos 9 y 10, donde se abordan
diversos casos de resolucin de problemas que hoy reconocemos como ecuaciones
de primer y segundo grado.
Se deja para un solo captulo, el 11, el anlisis de la tablilla matemtica ms famosa
de este perodo: la Plimpton 322. Tras mostrar su constitucin se desarrolla con el
mayor detalle cada una de las hiptesis que se han formulado sobre su naturaleza,
desde la que la concibe como un conjunto de tripletas pitagricas hasta las que
Captulo 1
Marcos geogrfico e histrico
Figura 1
Hoy los dos ros que atraviesan el pas, el ufrates y el Tigris, se renen antes de
desembocar en el delta de Shatt el Arab pero todo hace indicar que antiguamente
no era as y ambos tenan salidas diferentes. El hecho de que los testimonios de
aquella poca sealen que la ciudad de Ur, por ejemplo, era costera cuando sus
restos se han encontrado a 150 km del Golfo Prsico, as como la inexistencia de
yacimientos arqueolgicos ms al sur de esta ciudad, parece indicar que el aluvin
constante de tierras y piedras ha ido alejando, a lo largo de los ltimos dos
milenios, esa desembocadura.
En esta zona, que actualmente se extiende en torno a la ciudad de Basora, los dos
ros se dividan en innumerables brazos propiciados por la horizontalidad del
terreno. Se creaba as un conjunto de lagunas, cinagas y pantanos insalubres que
los naturales llamaban Ro Amargo, donde era difcil asentarse. Por este motivo
hay que buscar hacia el norte la primera cultura identificada, la integrada por los
sumerios. sta pudo levantar sus chozas primero, edificios de adobe despus y,
finalmente, crear ciudades como Ur, Lagash o Eridu. El hecho de que las tierras
tuvieran una muy escasa elevacin respecto al nivel del mar hizo que el proceso de
inundaciones frecuentes y la escasez de reflujo de estas aguas a su cauce propiciara
una creciente salinizacin al elevarse el nivel fretico. Todo ello propici un
empobrecimiento creciente de las posibilidades agrcolas del sur de Mesopotamia
que, no obstante, se fue manifestando tiempo despus de la cada de los sumerios.
Prosiguiendo hacia el norte el terreno se vuelve progresivamente ms rido pese a
lo cual sigue siendo una tierra muy apta para la agricultura. El cultivo principal fue
el cerealstico, en concreto la cebada, que fue la base de la alimentacin, y el
ssamo, origen de un aceite de diversa utilidad (alimentacin, medicina,
iluminacin, etc.). All se levant en su tiempo Akkad, la capital de los acadios, cuya
localizacin exacta hoy se ignora.
Este pueblo tena un origen semita y deba provenir de Arabia y Siria, hacia el
oeste. Fueron adentrndose poco a poco desde el norte hasta encontrarse con los
sumerios, que contaban por entonces con una cultura ms avanzada en muchos
aspectos (administrativos, culturales, etc.). Los acadios, seminmadas, se fueron
aposentando en aquellas tierras llegndose a una simbiosis bastante fecunda con
los sumerios a los que, finalmente, apartaron del poder para hacer nacer con
Sargn la primera idea imperial.
Hacia el sureste de Mesopotamia se levantan los montes Zagros, al otro lado de los
cuales se extiende la meseta irania. No son grandes elevaciones y, aunque
constituyan un obstculo, ste es salvable con relativa facilidad. De hecho, el pas
de Elam resida en estas montaas durante el tiempo de los sumerios y acadios de
forma que las relaciones entre todos estos pueblos fueron fluidas. Haba dos formas
de salvar los montes Zagros. Por el sur era difcil por encontrarse muchas zonas
pantanosas, extensin de las existentes en la desembocadura de los ros.
Pero el Tigris, el ro ms al este, recibe numerosos afluentes provenientes de estas
montaas y se poda remontar su curso con facilidad. Alternativamente, se poda
viajar ms hacia el norte y luego seguir un camino hacia el este, salvando las
elevaciones principales de los Zagros.
El sur mesopotmico encontraba hacia el oeste una barrera natural difcil de
atravesar: El desierto sirio o arbigo. Desde el otro lado haban venido las tribus
acadias pero no atravesando el desierto sino viajando hacia el norte, por tierras de
Palestina y Siria, donde la proximidad del Mediterrneo favorece la desaparicin del
desierto y la facilidad de trnsito.
Poco ms al norte de la tierra de los acadios, prcticamente donde se articula el sur
con el norte mesopotmico, se levant Babilonia, cultura que resulta heredera
directa de la relacin entre sumerios y acadios. A partir de este punto, hoy cercano
a Bagdad, el ufrates va haciendo un gran codo hacia el oeste dando lugar a la
existencia de una gran meseta entre ambos ros, Al Jazirah.
Las precipitaciones en esta zona van disminuyendo y la tierra es abrupta y
ondulada, de manera que los valles formados por ambos ros se unen a diversas
cadenas montaosas hacia el norte. El desierto est omnipresente propiciando la
escasez de ciudades de importancia y un modo de vida fundamentalmente tribal y
nmada si bien haba pequeos asentamientos a lo largo de las riberas fluviales.
Como en el caso de los acadios, los nmadas no lo eran en sentido estricto, no
deambulaban de un lado a otro con el ganado, sino que eran conocedores de la
existencia de pastizales segn la estacin de que se tratara. De este modo llegaban
a asentarse durante ciertos perodos de tiempo llevando una existencia, por tanto,
Cronologa
En perodos tan alejados de los actuales, la cronologa es siempre cuestionable y
con un margen de error que puede llegar a ser considerable. Se suele atender a los
restos arqueolgicos con su datacin oportuna, las informaciones cronolgicas de
los propios documentos de la poca y, en particular dentro de esta cultura, al
testimonio recogido sobre sucesos astronmicos que es posible datar con bastante
exactitud.
Con ello y el anlisis de lo acaecido desde el punto de vista cultural y poltico se
puede precisar la existencia de diversos perodos temporales que reflejan cierta
unidad.
Dado que el estudio que aqu se ofrece se centra fundamentalmente en el contenido
matemtico alcanzado en Mesopotamia no tendr mayor inters estudiar y discutir
cuestiones cronolgicas. Se ha optado por aceptar la propuesta de Sanmartn
(Sanmartn y Serrano, 1998) que se articula en torno a tres fases de naturaleza
cultural que ofrecen la posibilidad de ser subdivididas en distintos perodos de
naturaleza ms poltica. A ello se acompaa una cronologa redondeada en torno a
los distintos milenios en que se sita la cultura mesopotmica.
La simbiosis sumero-semita
Los primeros emplazamientos que se encuentran en esta tierra se sitan al norte de
Mesopotamia. Ello no es extrao sabiendo que los ms antiguos yacimientos
arqueolgicos se estn en terreno palestino y luego, siguiendo la direccin sureste
del llamado Creciente frtil, en Anatolia, de forma que la bsqueda de nuevos
emplazamientos del hombre neoltico le llev previsiblemente a asentarse en las
orillas de los ros ufrates y Tigris. Sin embargo, la cultura de mayor importancia es
la sumeria y sta busca su emplazamiento al sur, en la desembocadura de los ros,
junto al Golfo Prsico, hacia finales del cuarto milenio. Todos los datos de que se
dispone indican que no son autctonos. Sus restos aparecen en un momento
determinado sin que existan precedentes anteriores en tal zona, si bien no
constituyendo una ruptura que denunciara una posible invasin del territorio. Por
este motivo y por la propia afirmacin de los interesados de provenir de la llamada
Tierra negra, se han realizado muchas especulaciones sobre cul puede ser el
origen anterior de esta cultura. La ms verosmil sita su venida desde tierras
indias.
Al igual que sucede en otras culturas antiguas como la distante china, la pugna y
expansin de las ciudades tuvo como colofn el dominio blico de una de ellas.
Como ejemplo (Blzquez y ot. 1992) se puede escoger la ciudad de Lagash que
conoci una primera dinasta de gobernantes en el 2495 bajo el vasallaje de Ur. A
mediados de siglo, gobernando Eannatum, alcanza su propia independencia y
comienza un perodo de expansin militar que le lleva a ocupar Mari, importante
nudo de comunicaciones entre norte y sur en el ufrates medio, as como a
expandirse hacia el Elam. Sin embargo, mantuvo una pugna durante todo este
tiempo con la ciudad de Umma, tal como se refleja en la estela de los buitres en
honor a Eannatum:
Yo, el rey, desde el vientre materno, yo soy un hroe, yo, Shulgi, desde mi
nacimiento soy un hombre fuerte, yo soy un len de mirada feroz,
engendrado por un dragn, yo soy el rey de las cuatro regiones, yo soy un
pastor, el pastor del pueblo de las cabezas negras, yo soy el noble, el dios
de todas las tierras....
(Cit. por Liverani, p. 234).
A finales del III milenio hubo un desequilibrio importante entre los pobres recursos
que ofreca el norte de Mesopotamia y las necesidades de tribus de amorreos que
fluan sin cesar provenientes de Siria. Estas tribus seminmadas fueron
descendiendo hacia el sur siguiendo el curso de los ros hasta encontrarse con el
territorio ocupado por la III dinasta de Ur, entonces gobernada por Ibbi Sin (2028 -
2004). Para entonces, la centralizacin de su antecesor Shulgi se haba debilitado
ante la creciente autonoma de las antiguas ciudades estado sumerias. Del mismo
modo, las tribus de los montes Zagros haban ganado en agresividad realizando
incursiones peridicas que mermaban la capacidad militar del imperio hasta su
conclusin con el saqueo de Ur y la prisin del ltimo gobernante.
El control del imperio sargnida o de Ur III no era frreo ni de naturaleza poltica,
como lo ser en ms alto grado el babilnico. Pese al desarrollo de la administracin
en ambos casos, particularmente en Ur III, el rea directa de influencia de los
gobernantes era limitada, contentndose con ejercer un control militar espordico
sobre las vas comerciales y exigiendo eventualmente el pago de tributos a las
poblaciones ms alejadas de dicho rea. Sargn I, por ejemplo, manifiesta
(Blzquez y ot. 1992) que sus dominios se extienden desde el mar inferior (Golfo
Prsico) hasta la ciudad de Tuttul, en el curso medio del ufrates. Las dems
regiones ms al norte son reas con las que se comerciaba activamente y, para
proteger dicho comercio y sus vas fundamentales (la fluvial y la terrestre), poda
eventualmente ser necesaria una expedicin militar que en ningn caso se asentaba
en el territorio dentro de emplazamientos militares fijos.
Cuadro cronolgico
2900 - 2350 Perodo protodinstico
2350 - 2200 Akkad
2200 - 2120 Guti
2120 - 2000 Ur III
(Liverani, 1995, p. 34)
Neoclasicismo babilnico
La invasin de las tribus amorreas procedentes del desierto sirio-arbigo termin
con el gobierno unitario de Ur III. Pese a que carecan de experiencia administrativa
y poltica para gobernar grandes extensiones, pretendieron imitar los usos y
costumbres, sobre todo en lo que concierne a la organizacin administrativa,
asumiendo incluso la lengua que encontraron, la variedad acadia del sumerio.
materias primas de que carecen. De este modo, se abren paso por las montaas del
Tauro hasta la pennsula de Anatolia donde llevan tejidos y productos
manufacturados para obtener, fundamentalmente, cobre y estao. Crean incluso
lugares propios parecidos a colonias comerciales (karum) donde instalarse
permanentemente. Entre ellas la ms importante radica en la ciudad de Kanish
(actual Kultepe).
Tras la muerte de su rey ms ambicioso, Shamsi Adad I (1813 - 1781), el estado
asirio se desintegr, incapaz de hacer frente al babilnico del que imit su cultura,
sus formas administrativas e incluso sus dioses, sometindose finalmente a
vasallaje respecto al gobierno de los hurritas, una tribu indoeuropea ms al norte.
Para tu ciudad, Assur, la batalla est dispuesta sin tregua, contra ella
embiste una oleada de ataques. Enemigos y adversarios no cesan de mirar
con malas intenciones tu residencia, y se confabulan para saquear tu pas,
Asiria.
Resumen cronolgico
2025 - 1763 Predominio de Isin y Larsa
1950 - 1750 Reino asirio antiguo
1894 - 1595 Babilonia
1600 - 1150 Casitas en Babilonia
1360 - 1050 Reino asirio medio
900 - 615 Imperio neoasirio
625 - 539 Caldeos en Babilonia
550 Comienzo del imperio persa (Liverani, 1995, p. 34)
Captulo 2
Marco social
El campo y la ciudad
Varios milenios antes de que comenzase la civilizacin sumeria en Mesopotamia, la
vida para los habitantes de Palestina fue hacindose sedentaria. Las primeras
ciudades, en particular Jeric, datan del milenio VIII (Kostof, 1988). Dentro del
desierto del mar Muerto los nmadas que recorran aquella tierra se fueron
asentando en torno a la principal fuente de agua de la zona, la de Elisha. Colocaron
sus tiendas unas junto a otras durante un tiempo prolongado hasta que el
sedentarismo naciente y el deterioro que los elementos naturales causasen sobre
tales tiendas hizo que se fuera construyendo un asentamiento permanente en
adobe. Las casas se hicieron redondeadas, a imitacin de los primeros habitculos.
A medida que la forma de vida sedentaria, basada en la agricultura sobre todo, se
iba extendiendo por la franja mediterrnea hacia Siria, Anatolia y luego bajaba por
las cuencas del ufrates y el Tigris, se van encontrando restos arqueolgicos de
otras ciudades de mayor o menor tamao, desde Catal Hyuk hasta Tell es-Swan
terminando, hacia el cuarto milenio, con la esplndida ciudad de Ur, ya en el sur de
Mesopotamia. Las casas redondeadas suelen estar conformadas por un pilar central
del que irradian vigas hacia el lmite de la circunferencia que forma su techo. Sin
embargo, las sucesivas ampliaciones necesarias porque la unidad familiar crezca o
haga falta un almacn suplementario, resultan mucho ms sencillas de efectuar
cuando la planta de las casas adquiere una forma rectangular. As se pueden aadir
tantas habitaciones como se desee sin ms que construirla junto a la primera
abriendo una puerta intermedia (Margueron, 1996).
Pero esta tcnica, aunque denota un mayor dominio del espacio que va a conformar
el hbitat, no es desde luego la causa de la creacin de las ciudades, sino el efecto
de un modo de vida crecientemente sedentario. Ya en el terreno mesopotmico se
puede distinguir una evolucin diferente en el proceso de sedentarismo, sea en el
norte o en el sur. El norte est circundado por montaas, los Zagros hacia el este y
los montes Tauro que lo separan de Anatolia, al norte. En ellas viven tribus de
montaeses que llevan el ganado de un lado a otro, segn los pastos existentes. En
el verano, cuando los de las montaas se agostan, tendan a bajar hacia los valles
de los ros, uno de los pocos lugares donde el ganado poda tanto abrevar como
pastar. All se deban reunir con otras tribus nmadas que recorran el territorio
desde el desierto sirio al oeste hasta la cuenca de ambos ros. El nomadismo por
entonces era de este tipo, el denominado nomadismo de enclaves (Postgate,
1999). Esta forma de vida condujo a que las ciudades como tales no fueran
necesarias durante bastante tiempo y se conservara la organizacin tribal y clnica
de los habitantes de la zona.
La situacin en el sur era diferente. Haba una tierra muy horizontal y fcilmente
anegable por la crecida de los ros. Con ello se formaban pequeas islas donde se
agrupaban los habitantes que se comunicaban, en muchas ocasiones, por va fluvial.
Al tiempo, la tierra era ms frtil que en el norte siempre que se controlase la
fluctuacin de la crecida. En otras palabras, sta provocaba que determinadas
tierras se anegaran, otras fueran fcilmente objeto de agricultura mientras que
algunas quedaban no irrigadas. Cualquier alteracin en el curso superior del ro por
medio de la construccin de canales secundarios con los que irrigar otras tierras
tena profundas consecuencias en el regado de tierras situadas ms cerca de la
desembocadura. Estas circunstancias, si no se coordinaban adecuadamente, podan
dar lugar a conflictos de todo tipo. Adems, las labores de irrigacin con las que
ampliar los campos de cultivo no eran una tarea fcilmente ejecutable por una sola
familia, por grande que sta fuera.
Surge as una necesidad de coordinar los esfuerzos de las distintas familias que se
haban asentado en el territorio, labor mucho ms fcil si todas ellas pertenecan a
la misma tribu de ocupantes de aquella tierra, en concreto e inicialmente, los
sumerios. Es por ello que la ciudad de Uruk, ya existente, conoce un florecimiento
creciente desde su llegada.
Las ciudades de la poca protodinstica se fueron alejando del modelo igualitario de
las precedentes a medida que pasaban desde el tamao y costumbres de las aldeas
hasta su constitucin como enclaves permanentes y con funciones diferentes.
Podan llegar a ser de considerable tamao. Desde la poca de las ciudades estado,
cuando se enfrentaban por extender su poder unas contra otras, Larsa, Lagash,
Umma, etc., el espacio ciudadano vena delimitado por murallas que rodeaban la
ciudad conformando su permetro. Ello con notables excepciones como la ciudad
santa de Nippur donde la tradicin situaba la irrupcin del dios Enlil en la historia de
Mesopotamia. En la epopeya de Gilgamesh, por ejemplo, se afirma que una de las
grandes obras de este rey fue el levantamiento de la muralla que rodeaba las 400
h de la ciudad a lo largo de nueve kilmetros.
Haba varias partes fundamentales en una ciudad de aquella poca. Por un lado
estaban las dos casas principales: la del dios, el templo, y la del rey, el palacio o
Casa grande. Junto a ellas construan sus casas las familias ms cercanas a
ambos poderes, personas que trabajaban sobre todo en el palacio ejerciendo all sus
funciones econmicas o administrativas. Esta clase social ms poderosa reciba el
calificativo de awilu (hombre) que textualmente viene a significar la persona que
no necesita de otros para su subsistencia. La integraban los ciudadanos que
trabajaban para la administracin del palacio, escribas, sacerdotes que se dedicaban
al ritual y los cultos del templo. Muchas veces, adems de la funcin palaciega o en
el templo, disponan de tierras propias que les aseguraban el sustento fundamental.
Junto a sus casas podan contar con otros establecimientos como talleres
metalrgicos, de cermica, etc.
Otra parte de la ciudad estaba ocupada por el pueblo ms llano, el que viva
pobremente de un pequeo comercio o bien dispona de una parcela escasa. Son los
muskenus (mezquinos), una clase social libre pero fcilmente desprotegida. Sus
casas estaban en general apiladas unas sobre otras dejando un estrecho margen
tanto para el trnsito como para la instalacin de puestos callejeros. Los barrios as
constituidos estaban rodeados por las murallas cuyas puertas eran los puntos
fundamentales de la vida comercial y ciudadana hasta el punto de llevarse a cabo
reuniones de distrito en sus cercanas.
Fuera de las murallas se extendan las barracas de los ms pobres, sus huertos y
corrales, propiedad de aquellos que an no haban conseguido un lugar dentro de la
ciudad viviendo en una cierta transicin desde la aldea o el campo al interior de las
murallas. Eran otros mezquinos o bien, incluso, esclavos ms o menos
emancipados. Ms all se poda encontrar, eventualmente, un muelle o lugar
donde los comerciantes instalaban sus almacenes y tiendas gozando de cierta
autonoma en su actividad al tiempo que vivan all acogiendo caravanas y, en
general, a comerciantes extranjeros.
Una de las claves en la estructura social de la ciudad mesopotmica es la aparicin
de una clase de trabajadores especializados o artesanos que suministraban bienes
necesarios vendindolos al palacio, el templo o a otros particulares. Este paso slo
fue posible cuando el mayor dominio del riego de los campos hizo aumentar la
produccin agrcola obtenindose un excedente. Esto condujo a que se pudiera dar
este excedente a determinadas personas especializadas, sea en la construccin de
cuchillos, cestos, tiles metalrgicos, armas, etc. Al tiempo, terminaba la autarqua
de las familias y los clanes inaugurndose una organizacin superior que es el
embrin del estado que llegara a formarse encabezado por el rey.
Los artesanos se movieron entre la condicin de hombres y mezquinos aunque las
clases sociales eran relativas y no exista una rigidez grande. Un funcionario de
palacio poda ser un hombre para muchos de sus ciudadanos ms pobres pero
dependa del reparto real de las raciones y, en ese sentido, poda ser considerado
un ciudadano dependiente de otro. Al mismo tiempo, un artesano independiente
poda ver disminuida su riqueza hasta el extremo de condenarle a la pobreza, sea
por la prdida de las tierras, el incendio de su taller o, simplemente, por la prdida
del favor real.
De todo ello no debe concluirse que existieran tensiones entre las distintas clases
sociales y ni siquiera entre la organizacin en clanes y la ms jerrquica propia de la
ciudad gobernada por el rey. La mayor tensin, durante el tiempo estudiado,
siempre fue entre la ciudad y el campo, entre los ciudadanos sedentarios y aquellos
que vivan en los campos abiertos ejerciendo un nomadismo de enclaves. As se
describa, por ejemplo, a los amorreos por parte de los ciudadanos que les
observaban:
La estructura familiar
El rey
La estructura social mesopotmica fue, desde muy pronto, jerrquica, colocndose
el rey en la cspide de la pirmide social. Es por ello que una adecuada descripcin
del marco social requiere examinar su figura desde varias perspectivas. En primer
lugar, la razn de su nacimiento y asentamiento; en segundo, las funciones que
ejerca en lo que ello tenga relacin con el propio concepto que tena su pueblo de la
importancia que se le conceda, en tercer lugar, la relacin que estableca el rey con
el otro poder de la poca, el religioso.
Ya se ha comentado que, en los tiempos arcaicos, las decisiones cotidianas deban
ser tomadas por un consejo de ancianos en una forma de democracia primitiva. La
eleccin de un hombre que llevase la autoridad de todos sera una cuestin puntual,
limitada en el tiempo, revocable y slo justificable por la presencia imperiosa de un
peligro. As, se encuentra en el poema Gilgamesh y Agga de Kish la peticin
reiterada de accin por parte del rey Gilgamesh ante el consejo:
patriarca. En este sentido, el instrumento esencial para reafirmar este concepto real
ser el edicto de anulacin de deudas que alivia de manera notable la pobreza de
los desheredados y suele estar presente en el comienzo de cada reinado.
La imagen de pastor, sin embargo, no es una adquisicin tan temprana como pueda
parecer. De hecho, los reyes sumerios y acadios se presentaban ante su pueblo,
sobre todo, como buenos administradores. Slo en tiempos babilnicos, cuando los
amorreos, una tribu esencialmente ganadera, se hace con el poder, es cuando el
concepto del rey como buen pastor se extiende. Ello supone una imagen de un rey
protector y justo, que defiende al dbil y desamparado frente al fuerte y poderoso.
Figura 2
As debe interpretarse uno de los cdigos legales ms famosos, el del rey babilnico
Hammurabi (figura 2). Su defensa sistemtica de la ley del Talin que defiende el
pago frente al dao, el ojo por ojo y diente por diente, debe entenderse en el
contexto de la poca. Este cdigo unifica y da rango escrito a las costumbres
Lugal-zagesi, Rey de Uruk, Rey del Pas... hizo grandes ofrendas en Nippur a
Enlil su rey, y le hizo libaciones de agua dulce.
Si Enlil, Rey de todos los pases, dijera una oracin por m a An, el padre que
lo ama, y aadiera vida a mi vida, entonces el Pas se encontrar (satisfecho)
en sus praderas bajo mi mando, entonces seguramente la humanidad se
extender como hierba, la ubre del cielo funcionar adecuadamente, el Pas
estar cmodo bajo mi mando. Que (los dioses) no revoquen el favorable
destino que han decretado para m! Que siempre yo sea pastor...!.
(Postgate, 1999, p. 51).
rey por la gracia de los dioses se ve reflejado perfectamente en el himno que Lipit-
Istar, rey de Isin, se dedica:
Soy el hijo amado del divino Enlil; en su templo Kiur me entreg el cetro.
Soy la delicia de la divina Ninlil; en su templo Gagissua me fij un buen
destino...
Yo soy aqul a quien el divino Luna (nanna) mir con cario; l me habl
amistosamente en Ur...
Yo soy aqul a quien el divino Enki abri el odo; l me entreg la realeza en
Eridu (Sanmartn y Serrano, 1998, p. 59).
Sin embargo, es necesario destacar que hubo algunos que parecen haberse
arrogado dicha naturaleza divina, al modo en que los faraones de Egipto se
transformaban en dioses a su muerte. Este es el caso de Naram-Sim de Akkad o del
rey Sulghi de Ur III. Sin embargo, los datos son algo incompletos y no se puede
afirmar con total certeza su defensa de la divinidad del rey.
Habitualmente, los dioses venan precedidos en su denominacin de un signo
cuneiforme. Adems, en la iconografa se les representaba con una tiara provista de
cuernos a lo que hay que aadir, claro es, que se le renda culto en los templos. En
la estela de la victoria de Naram-Sim (figura 3) aparece el rey de gran tamao y
ostentando el smbolo divino de una tiara con cuernos. Adems, se lee en una
inscripcin:
lugar habitual de los dioses. Incluso en una inscripcin llega a autotitularse dios del
pas, pero sin embargo su iconografa le representa de forma humana sin los
atributos divinos.
Figura 3
Por todo ello puede pensarse que la divinizacin de los reyes tuvo una naturaleza
muy concreta con la que garantizarse la tutela sobre todo el territorio
mesopotmico o sobre algunas ciudades. Incluso se puede afirmar que estos
intentos de divinizacin real fueron espordicos y no terminaron de hacerse
definitivos ni duraderos. El rey, por tanto, fue siempre un hombre elegido por los
dioses para llevar a cabo las funciones antes reseadas pero que no comparta la
naturaleza de estos dioses, siempre inaccesibles a los hombres.
En todo caso, el sacerdote examina todos estos signos como presagios del peligro
que ha de venir. Dada la importancia de los asuntos en juego el examen es muy
detallado y comporta la actividad continuada de numerosas generaciones. As, se
encuentran tratados de considerables proporciones, particularmente a lo largo del
primer milenio, tanto sobre este anlisis de las vsceras como sobre la lecanomancia
o interpretacin de las formas que dejan las gotas de aceite sobre un tazn de
agua, la de los sueos, de considerable importancia, sobre todo si el que soaba era
el rey. As se fueron redactando listas de grandes proporciones sobre la posicin de
los astros as como sobre el significado de la misma. Como para las dems tcnicas,
los resultados siempre se presentaban bajo la frmula Si..., entonces... que no
representa una relacin de causalidad entre una cosa y otra, desde luego, sino una
relacin de signo y significado.
Si el da tercero (se observa) una penumbra lunar por ambos lados: los
reyes permanecern lejos.
Si (la penumbra) se hace visible tres veces seguidas mes por mes: habr
nubes, caer la lluvia.
Si una estrella cae el da treinta: el rey no conseguir atrapar a su enemigo.
(Sanmartn y Serrano, 1998, p. 95).
Captulo 3
Marco econmico
El templo
Los centros de decisin administrativos y econmicos fueron el templo y, poco
despus, el palacio. En el primero habitaba el dios de la ciudad y en el segundo
viva el rey. Antes del perodo protodinstico se observa frecuentemente la
presencia de construcciones con elementos no domsticos. Tal es el caso de las
excavaciones en la ciudad de Erid, donde se han hallado nichos decorados, restos
de ofrendas (huesos de pez) y un altar donde podra estar la estatua o
representacin del dios del lugar. En el tercer milenio va destacndose un tipo de
construccin realizado sobre terrazas al objeto de destacar su presencia, por un
lado y, a niveles prcticos, alejar su contenido de las inundaciones y del barro que
eventualmente ocupaban el suelo de la ciudad.
Figura 4
El templo era la casa del dios para los mesopotmicos, no un lugar de culto. No se
acuda a l en masa para implorar favores o descubrir designios, sino de forma
individual y privilegiada para realizar ofrendas o consultar a los sacerdotes sobre los
signos de los dioses al examinar las entraas de los animales. Era, en suma, la
reserva espiritual de la ciudad, lugar donde un grupo especfico de personas (los
sacerdotes) rendan culto con el propsito de que el dios favoreciera a la ciudad y
sus habitantes.
Las ofrendas eran en forma de alimentos (pan, harina de escanda, cerveza,
pasteles, vino) pero tambin de objetos preciosos. Las primeras servan para ser
redistribuidas proporcionalmente entre los miembros del templo y los segundos
suponan que el templo se constitua en un centro de riqueza que daba seguridad a
los habitantes de la ciudad aunque, al mismo tiempo, constituyera una atraccin
para cualquier invasor. Por ello, las incursiones hititas en Babilonia, en un momento
determinado, se convirtieron en una autntica tragedia para los habitantes de la
ciudad, tanto por el secuestro de las imgenes divinas (y por tanto, el alejamiento
de los dioses protectores) como por el robo de toda la riqueza depositada en sus
arcas. En los tiempos de enfrentamientos entre las ciudades estado, por ejemplo, se
afirma respecto a los templos de la ciudad de Lagash:
El templo era considerado, no slo como la casa del dios local, sino como el lugar
ms seguro en el que almacenar el grano necesario en pocas de sequa y las
materias primas (madera, minerales) de necesario uso posterior. Adems, el nutrido
grupo de personas encargadas de su funcionamiento deban recibir sustento en
forma de alimentos y otros productos. Ello haca del palacio un centro econmico de
primera importancia donde, adems de la sala reservada al dios, se deban
incorporar talleres artesanales, almacenes. Para garantizar el sustento y
productividad propias, el templo era propietario de tierras que le rendan fruto de
formas diversas:
1. Haba tierras reservadas al dios de manera que todo lo producido por
ellas vena destinado al culto divino y pago de raciones para todos
aquellos que dieran servicio al templo.
2. Los campos de prebendas se reservaban para el cultivo directo de los
sacerdotes y administradores ms importantes de la institucin.
3. Los campos de cultivo eran tierras arrendadas a poblacin campesina
de modo que se recibiera de ellas una parte de lo producido.
El palacio
Si en los tiempos ms arcaicos los restos arqueolgicos de las viviendas muestran
una igualdad en su trazado, llega un momento en que esto no es as y hace su
aparicin la casa tripartita. En ella, a la estructura domstica inicial se van
aadiendo estancias que, previsiblemente, servan de almacenes. Esto muestra una
diferenciacin social que va acusndose hasta llegar a la construccin de complejas
casas de mltiples habitaciones, almacenes, talleres con sus hornos y, en general,
una disposicin que da a entender la presencia de unas funciones regias. El primer
ejemplo constatable se sita en Kish donde dicha construccin aparece separada del
resto de casas por un muro defensivo.
Los palacios llegan a tener mltiples actividades y funciones, a medida que el poder
del rey se consolida y la administracin de sus territorios queda centralizada.
Durante largos perodos de tiempo la actuacin real es cotidiana y alejada de los
enfrentamientos blicos. Es entonces cuando queda en evidencia la triple actividad
econmica de la casa del rey:
1. En primer lugar, administrar las posesiones agrcolas que siguen una
estructura semejante a la del templo.
2. Despus, albergar las industrias artesanales (talleres) que son
necesarias en la elaboracin de las materias primas que necesita.
3. Finalmente, organizar las empresas comerciales necesarias para la
obtencin de dichas materias primas.
mayor detalle en los captulos posteriores pero, llegados a este punto y con la
mayora de los protagonistas presentes, conviene esbozar a grandes rasgos cules
son las principales relaciones econmicas, los distintos sectores sociales que las
establecen y algunos de los mecanismos primordiales para ello.
El eje vertebrador de la economa, desde el punto de vista funcional, es el templo
primero y el palacio despus, cuando este ltimo se hace cargo progresivamente de
las tareas del primero y lo integra en su propia estructura econmica como un
elemento ms, aunque de enorme importancia. De este modo, palacio y templo
formarn una unidad que dinamiza las relaciones establecidas dndoles el sustento
religioso, el fundamento poltico y los medios econmicos necesarios.
El elemento bsico sobre el que se construyen las relaciones econmicas es la tierra
mesopotmica. Es por ello imprescindible recordar lo expuesto lneas arriba sobre
las distinciones en su propiedad:
1. Haba tierras reservadas al dios de manera que lo producido en ellas vena
destinado al culto divino y pago de raciones para todos aquellos que dieran
servicio al templo.
2. Los campos de prebendas se reservaban para el cultivo directo de los
sacerdotes y administradores ms importantes de la institucin. Estos dos
tipos de tierra necesitaban mano de obra que se escoga muchas veces entre
el campesinado empobrecido. Existan otros arreglos posibles. As, muchos de
estos campesinos libres socialmente se vean obligados a pedir crditos hasta
la siguiente cosecha, crditos que eran otorgados por el templo directamente
o por algunos de sus funcionarios. Adems de la devolucin de los mismos
muchas veces se inclua la obligacin por parte del campesino de recoger la
cosecha de los campos de los prestatarios. Con ello se paliaba la frecuente
escasez de mano de obra.
3. Los campos de cultivo eran tierras arrendadas a poblacin campesina de
modo que se recibiera de ellas una parte de lo producido.
Los arriendos, que se extendan habitualmente por dos o tres aos, podan suponer
hasta la mitad de la cosecha para el propietario pero habitualmente consista en la
tercera parte. De esta manera, tanto unos como otros obtenan una compensacin,
sea de la propiedad, sea del trabajo efectuado.
El binomio templo/palacio proporcionaba a sus trabajadores, sean funcionarios,
administrativos o personal ayudante, el sustento necesario para su manutencin. En
la poca de Ur III, por ejemplo, se trataba de cebada (distribuida cada mes), lana y
aceite (de reparto anual), elementos fundamentales en la dieta y vida cotidiana de
la poca. Estas raciones eran repartidas muy desigualmente segn la importancia
del trabajador. Mientras una tejedora poda recibir un mximo de 60 litros de
cebada al mes, un escriba llegaba a tener un mximo de 300 litros y el capataz de
una explotacin agrcola hasta 1.200 litros al mes (Sanmartn y Serrano, 1998). Los
trabajadores contratados en los campos reciban directa o indirectamente (en los
campos de prebendas) del templo las raciones oportunas. De este modo el
palacio/templo reparta sus ganancias en productos agrcolas y ganaderos
quedndose con una parte importante de las mismas, sea directa (en los campos
del dios) o indirectamente (al no repartir mayores raciones a los propietarios de los
campos de prebendas).
Otro tanto suceda en el caso de los artesanos, tanto los que trabajaban en el
templo como fuera de l. Reciban las materias primas o bien de los mercaderes
independientes o, ms frecuentemente, de los que trabajaban para el palacio y
templo. Con estas materias (cobre, slex, etc.) elaboraban los productos
manufacturados que daban al templo a cambio de sus correspondientes raciones o
bien los intercambiaban por grano u otros materiales necesarios en el mercado de la
ciudad.
Al tiempo, el templo fundamentalmente reciba una serie de ofrendas que volvan a
constituir raciones al ser repartidas entre sus trabajadores. Muchos de los contratos
entre campesinos, comerciantes y mercaderes se realizaban al amparo del templo,
poniendo al dios como testigo del acto y del resarcimiento de las deudas contradas.
Esto motivaba la obtencin de distintas ofrendas y regalos al dios que vena a
incrementar la riqueza del templo, disponible siempre para el rey en caso de
necesidad.
Por ltimo se ha de contar, aunque ya han sido mencionados, con los mercaderes.
Como los artesanos, su trabajo es en cierta forma independiente del palacio pero lo
cierto es que las relaciones que establecen son fundamentalmente con l. De este
modo, sin llegar a ser funcionarios del mismo s pueden considerarse elementos
estrechamente vinculados. En muchas ocasiones, slo el poder del palacio poda
garantizar la viabilidad de determinadas rutas comerciales, la adquisicin de todos
los productos trados en las caravanas. Slo el templo y el palacio podan encargar
para sus talleres y su importante ornamentacin muchos de los productos de los
que era carente Mesopotamia (madera, determinados minerales). As pues, hay una
relacin privilegiada entre el palacio/templo y los mercaderes aunque estos no son
estrictamente trabajadores del mismo y las raciones que reciben no son
sistemticas sino en funcin de los productos obtenidos.
Todas estas relaciones pueden disponerse grficamente de un modo resumido, tal
como se presenta en la figura 5.
Figura 5
Agricultura
La agricultura en la tierra mesopotmica est ligada a los dos ros que la presiden.
Ya se ha comentado la distinta productividad esperable en el norte, ms seco,
respecto del sur, donde los cauces se desbordan con facilidad extendindose por los
mrgenes y creando, particularmente en tiempo de crecida, numerosos brazos
fluviales. Esto es as porque las lluvias son considerablemente escasas en la mayor
parte del territorio: En las nueve dcimas partes del Prximo Oriente se registran
menos de 100 mm de lluvia al ao, cantidad correspondiente al terreno desrtico
(Margueron, 1996).
Este aporte pluviomtrico se reparte desigualmente en Mesopotamia. Mientras en
las montaas del norte (montes Tauro, estribaciones de los Zagros) la lluvia anual
puede alcanzar los 600 mm., al descender hasta los valles fluviales baja
bruscamente a 200 mm que resulta ser el mximo en su cuenca. Hacia el oeste y el
sur de estos puntos el terreno ya es plenamente desrtico.
El ufrates y Tigris no colaboran en demasa con la agricultura de la zona norte. Su
crecida tiene lugar entre los meses de abril y mayo, cuando se funden las nieves en
las montaas donde se originan, y es una crecida tumultuosa protagonizando
numerosas inundaciones a medida que su curso le acerca al sur. Ello causa
dificultades crecientes en el deseo muy antiguo de esta civilizacin de encauzar sus
aportaciones ordenadamente hacia canales de irrigacin que, por lo dicho, pueden
quedar anegados con suma facilidad. Por este motivo, probablemente, se impuso en
el sur la necesidad temprana de coordinar esfuerzos para construir canales y
controlar las crecidas.
Las labores agrcolas comenzaban en otoo, cuando se rompa el suelo que haba
estado en barbecho el ao anterior y se regaba al objeto de comenzar la siembra
poco despus. Cebada, escanda y trigo candeal eran los principales cereales objetos
de esta tarea. Adems de los cereales se cultivaban legumbres (lentejas
principalmente), cebollas, lino, ajo. Habitualmente se utilizaba un embudo colocado
en la parte trasera del arado por el que iba cayendo con regularidad el grano sobre
los surcos. Las labores agrcolas son objeto de mucha atencin y cuidado. Se
calculaba la cantidad de grano necesaria, la distancia entre los surcos ms
adecuada, las herramientas imprescindibles en esta tarea. En las Instrucciones del
Agricultor que data de Ur III, se recuerda,
Tus instrumentos deberan estar preparados, Las partes del yugo deberan
estar unidas, Tu nuevo ltigo debera colgar de un clavo listo para su uso;
Vuelve a sujetar el mango de tu viejo ltigo, Debera ser reparado por
artesanos.
La azuela, el taladro, y la sierra, tus instrumentos, deberan hallarse en buen
estado.
Que las correas trenzadas, las correas, los envoltorios de cuero y los ltigos
estn slidamente unidos. Que tu cesto de plantar sea medido, reforzados
sus lados. Todo lo necesario debera estar a mano. Inspecciona
cuidadosamente tu trabajo. (Postgate, 1999, p. 205).
A partir de ese momento era necesario asegurar un riego regular de los campos
pero ah comenzaban los problemas. El cauce fluvial en esta poca es el ms bajo
del ao y hay que esperar a primavera, cuando ya no es necesario, para que llegue
a su nivel ms alto. Esta disparidad entre los ciclos agrcolas y fluviales supone que
es necesario aprovechar al mximo el agua que escasea desde otoo a primavera
mientras que resulta necesario controlar debidamente las crecidas impetuosas
despus.
La recoleccin, finalmente, se realiza sobre el mes de mayo. Despus de lo cual
viene la trilla y el aventado de lo recogido para conducir el grano, inmediatamente
despus, a los almacenes oportunos, sean particulares o los propios del templo y el
palacio.
Uno de los cultivos ms populares en este tiempo fue el del ssamo, posiblemente
introducido en Mesopotamia en tiempo de los acadios. Adems de que su aceite se
constituy pronto en un elemento esencial de la dieta, gran parte de su xito se
debi a su ciclo de crecimiento. Se plantaba entre abril y mayo, poco antes de la
recoleccin del cereal y su cosecha era en verano. De este modo se aprovechaba la
mano de obra inoperante en este tiempo y que se ocupaba tan slo, a la espera de
la siguiente siembra, del mantenimiento de los canales de irrigacin que los
mesopotmicos construyeron en los mrgenes de los ros desde muy pronto.
En efecto, para asegurar el abastecimiento de agua en los campos todo el tiempo en
que era necesario, se deban construir canales que extendan el curso del agua por
Ganadera
El ganado ms frecuente en toda Mesopotamia era, en general, compatible con la
agricultura. Se trataba de ovejas y cabras (figura 6).
Figura 6
Su lugar de pasto sola ser los bordes de los campos cultivados, donde el agua
sobrante lo haca crecer en abundancia. Estos animales resultaban de un excelente
aprovechamiento tanto para los ganaderos residentes en las montaas, que
estacionalmente bajaban a los valles en busca de alimento para sus rebaos, como
para los funcionarios, administrativos y, en general, las clases ms pudientes en
torno al templo y el palacio. La lana que producan era una materia prima de primer
orden para la confeccin de tejidos, en concreto, vestidos, al tiempo que los
productos lcteos constituan un elemento importante en la dieta del campesinado.
Los propietarios de ese ganado que vivan en la ciudad tenan que contratar
pastores de las aldeas para que cuidaran de los rebaos. Dado que no podan
controlar su trabajo se sola llegar a un acuerdo que se ejecutaba tras el esquileo de
los animales, en primavera. Este acuerdo consista en determinar una tasa de
productividad de animales considerando aquellos que habran de nacer y de morir.
Cualquier excedente de esta cantidad quedaba en propiedad del pastor, as como
una parte de la lana que se produca y, generalmente, la leche. El propietario se
garantizaba de esta manera una cantidad importante de lana, elemento de gran
importancia econmica hasta el extremo de constituir un material frecuente en la
concesin de raciones.
Los mercaderes
La poblacin mesopotmica subsista al recibir las raciones obtenidas directamente
del templo y palacio o de algunos de sus funcionarios, propietarios de las parcelas
arrendadas, incluso por el cultivo de sus propios terrenos. Una parte campesina
empobrecida se ofreca como mano de obra siempre demandada para el cultivo de
los campos ajenos recibiendo las raciones correspondientes por ello. Sin embargo,
otros grupos humanos se dedicaban a operaciones de comercio entre los distintos
territorios del Medio Oriente.
Se ha comentado que Mesopotamia es una tierra carente de algunos productos
fundamentales como la madera para la construccin de barcos o material de
construccin, as como diversos productos minerales como el slex, el cobre,
lapislzuli, cornalina, etc. El palacio o el templo encargaban estos materiales,
adems de productos de lujo con los que adornar sus paredes y tesoros (joyas,
armas, vasijas de lujo, muebles, alfombras, etc.). Sin embargo, sus funcionarios y
administrativos no eran las personas adecuadas para obtenerlos de tierras lejanas y
era necesario recurrir a los comerciantes.
Captulo 4
Contabilidad y Numeracin
Fichas y burbujas
Hasta finales del cuarto milenio no hay constancia escrita del transcurrir de la
civilizacin mesopotmica. Slo quedan restos arqueolgicos y los registros
posteriores para dar cuenta de sucesos y personas que los protagonizaron. La
creciente urbanizacin que se registra en la segunda mitad de este cuarto milenio
en la parte meridional de Mesopotamia provoca previsiblemente un aumento de los
flujos comerciales al tiempo que una centralizacin poltica y administrativa. Ello
conduce al almacenamiento creciente en el templo de diversas materias primas,
ganado, grano, por ejemplo, as como productos manufacturados, que han de
registrarse y para los cuales es necesario llevar una primitiva contabilidad.
De este impulso econmico dan fe las numerosas tablillas escritas que se han
excavado en la antigua ciudad de Uruk y que se datan en aquel tiempo.
Prcticamente todas tienen naturaleza econmica si se exceptan algunas listas de
profesiones y ttulos, por lo que se puede afirmar que la escritura surge a partir de
la necesidad de registrar los movimientos econmicos y no desde el deseo de
honrar a los dioses de manera literaria o establecer efemrides histricas. As pues,
los comienzos de la escritura y la notacin numrica son prcticamente simultneos.
Bsicamente, se encuentran tres tipos de restos en las excavaciones realizadas en
Uruk: Fichas, burbujas y tablillas. Dejando para un examen posterior las ltimas, es
necesario estudiar con cierto detalle la naturaleza y funcionalidad de las fichas
(tokens) y las burbujas (bulla).
Las fichas son objetos de pequeo tamao (entre 1 y 4 cm de longitud) y de
mltiples formas que result frecuente encontrar en las excavaciones realizadas en
la ciudad de Uruk. Durante muchos aos los investigadores les dieron poca
importancia tanto por su abundancia como en la creencia de que se trataba de
amuletos o elementos pertenecientes a algn juego. Sin embargo, un examen
minucioso y comparativo de todas aquellas fichas realizado en diversos museos por
Schmandt-Besserat a comienzos de los aos setenta permiti que expusiera una
hiptesis interesante (Mattesich, 2000). Esta investigadora se fij en diversas
Figura 7
Sin embargo, algunas de las muchas clases de fichas que esta investigadora
diferencia y hace corresponder al signo existente, no tienen una presencia
constatada como tal ficha, por cuanto existe un nmero muy escaso de ejemplares
llegando a registrarse como ejemplares nicos (Glassner, 2000). As pues, la
relacin entre estas supuestas fichas y los productos que se sostiene que
representan es extremadamente frgil. No obstante, parece cierto que las fichas, ya
presentes en piedra desde el milenio VIII para transformarse en arcilla seca a una
temperatura moderada (600 C) tres milenios despus, son elementos contables
utilizndose para describir cantidades de productos, animales o cualquier elemento
de la actividad econmica. La forma de hacerlo, tal como reflejan algunos depsitos
de fichas encontrados, debe haber sido aditiva durante largo tiempo.
As, en caso de disponer de cinco animales, se
representara tal cantidad por cinco fichas en
forma de cilindro. Si, en cambio, se quiere
registrar cinco jarras de aceite, se emplearan
cinco ovoides incisos. De este modo, cada ficha
representara una unidad del producto cuya
naturaleza viene representada por la forma de la
ficha y la cantidad muestra una representacin
aditiva. Por tanto, no se puede hablar de empleo
del nmero como propiedad abstracta de diversos
conjuntos de elementos por dos motivos: Primero,
porque los elementos contables muestran en su
forma la naturaleza cualitativa del producto de
que se trata y, en segundo lugar, porque el
Figura 8 establecimiento de una correspondencia uno-a-
uno entre los elementos a contar (animales, jarras) y los elementos contables
(fichas) es condicin bsica para la formacin del nmero, pero no lo presupone. No
hay en este tiempo un signo comn que represente a la cantidad de elementos
contados.
Diversas incgnitas siguen persistiendo sobre el uso numrico de las fichas y su
utilizacin por los sumerios. Por ejemplo, hay discrepancias sobre si su forma y
apariencia no slo reflejan la naturaleza del producto que representan sino tambin
algn tipo de informacin numrica. Por ejemplo, cabe pensar que, como suceder
en la representacin escrita a partir del tercer milenio, el tamao de las fichas d
informacin sobre la cantidad. Una pequea esfera representara un cesto de grano,
por ejemplo, pero una esfera ms grande vendra a representar una cantidad mayor
de cestos de grano. Esta hiptesis (Nissen, Damerow y Englund, 1993) es objeto de
discusin sin que sea fcil llegar a conclusiones definitivas por la escasez de datos.
Como se comprobar a continuacin, son muy poco frecuentes los descubrimientos
arqueolgicos que muestren, a modo de piedra Rosetta, una simultaneidad de
representacin mediante signos y fichas, con lo que es difcil establecer
correspondencias. Por otro lado, las excavaciones incontroladas de principios del
siglo XX han roto en muchos casos el vnculo que pudiera existir en origen entre
signos sobre tablillas y fichas.
Desde muy pronto las fichas debieron ser transportadas en algn tipo de envoltura,
sean bolsas de cuero o similares.
Figura 9
con los dedos o con un clamo redondo o triangular (figura 9) Esto permite formular
una hiptesis sencilla y atractiva (Ifrah 1987) sobre la funcionalidad de fichas y
burbujas.
Dos campesinos, por ejemplo, desean hacer un trueque de productos. Uno
entregar varios animales a cambio de un nmero de cestos de grano. Cuando
llegan al acuerdo difieren el pago al objeto de que algunos de sus trabajadores
acuda a las tierras del otro para recoger el objeto del intercambio.
Pero, de algn modo, ha de sellarse el acuerdo. La forma de hacerlo ser moldear
las fichas que representen las cantidades que cada uno entregar y drselas al otro
envueltas, para su mejor transporte, en una burbuja de arcilla. De este modo, los
trabajadores de cada uno se presentan en las tierras del otro con la burbuja
recibida. All mismo se rompe y se encontrarn las fichas que representan aquello
que debe entregarse al poseedor de la burbuja.
Hay dos datos que parecen concordar con este planteamiento. Por un lado, las
burbujas muestran los relieves caractersticos del empleo de un cilindro sello,
elemento especfico de cada individuo y que acta a modo de firma actual.
Figura 10
slo se pueden encontrar conos y crculos pequeos en nmero dispar. Ello ha dado
lugar a plantear la hiptesis alternativa de que, en algunas ocasiones, las marcas
externas representaban a las fichas interiores, pero en otras no era as, y las dos
informaciones podan complementarse. Tal sera el caso de que en el interior se
encontrase una representacin de cestos de distinta clase de grano de manera que
en el exterior se representase, de manera complementaria, el total de cestos de
grano, independientemente de su naturaleza. Es posible tambin que se cambiase
de criterio segn la costumbre local de manera que no existiera un modo unificado
de representacin plana de las fichas en todo el territorio, lo cual no sera extrao
dada la fragmentacin poltica y cultural existente.
Con el tiempo estas burbujas van haciendo intiles, gracias a sus propias marcas
numricas, las fichas de su interior. Como se ha comentado, ausentes stas, las
burbujas fueron dando paso a las tablillas donde la representacin numrica ser
plana a finales del cuarto milenio. Las tablillas tienen durante un cierto tiempo
forma lenticular de manera que se sostuvieran con una mano mientras se escriba
con la otra registrndose cantidades parciales en el anverso y, eventualmente, la
suma de todas ellas en el reverso.
Figura 11
Sin embargo, la profusin de signos es mucho mayor que la dada por este sistema
y, aunque esto podra ser debido a variaciones locales del mismo sistema, otros
datos sembraron la duda sobre la uniformidad del modo de numeracin. As, por
ejemplo, existe un signo para 120 (dos grupos de sesenta) que no responde a la
base considerada (60) ni a las abreviaturas que realizaban en torno a las decenas.
Al mismo tiempo, hacia los aos ochenta se ha podido notar que este signo de 120,
por ejemplo, nunca ocurre al mismo tiempo que el de 600, de manera que cinco
signos del primer tipo fueran sustituidos por un signo del segundo tipo. Del mismo
modo, dos signos de 60 no son sustituidos nunca por un signo de 120 si se dispone
del signo del 600. En otras palabras, los signos correspondientes a 60 y 600 pueden
ir juntos, as como 60 y 120 por otro lado, pero los tres signos nunca se dan a la
vez.
Entrando en un examen ms pormenorizado del contexto en el que se inscriban
estos signos numricos empez a distinguirse un uso de los mismos adecuado a la
naturaleza de los elementos que se contaban. As, el sistema sexagesimal (contando
con signos para el 60 y el 600 simultneamente) se utilizaba para medir la cantidad
de objetos discretos como animales, productos textiles, pescado, madera o
contenedores. En cambio, cuando se deseaba contar objetos menos discretos como
Figura 12
La confusin proceda muchas veces de que se empleaban los mismos signos para
denotar cantidades distintas dentro de sistemas diferentes de numeracin,
adaptados cada uno a la naturaleza de los elementos que se contaban. As, por
ejemplo, una cantidad de 796 unidades de grano se representara de la forma
mostrada en la figura 13a (bisexagesimal).
6 x 120 + 1 x 60 + 1 x 10 + 6 x 1
Figura 13
600 + 3 x 60 + 1 x 10 + 6 x 1
Figura 14
De esta forma, 796 unidades de cebada (cestos, por ejemplo, u otro tipo de
medida) se expresaran como (figura 15):
2 x 300 + 6 x 30 + 2 x 5 + 6 x 1
Figura 15
Figura 16
Lo que se cuenta numricamente se indica con el signo de una espiga, una forma
pictogrfica que denota que la cantidad se refiere a cebada. Se encuentran como
signos numricos los siguientes:
3 x 9000 + 900 + 6 x 30 + 1 x 5 + 1 x 1
3 x 10 + 1 x 7
Figura 17
1 x 300 + 2 x 30 + 2 x 5 + 4 x 1
pero en este caso se refiere a malta por cuanto los signos numricos aparecen con
una muesca oblicua. Pues bien, en la casilla izquierda se presenta una cantidad
dada por:
2 x 300 + 1 x 30 + 1 x 5 + 1 x 1
Figura 18
Figura 19
2 x 600 + 2 x 10 + 3 x 1
Figura 20
Figura 21
Figura 22 y 23
Con estos criterios se podrn comprender los signos mostrados en una tablilla del
perodo Ur III (reinado de Su-Sin) donde se contabilizan en das de trabajo, los
crditos y dbitos correspondientes al capataz de un grupo de trabajadoras
campesinas. Aunque los clculos son ms complejos (Nissen, Damerow y Englund,
1993, p. 52) se encuentran en la parte inferior del anverso y reverso de la tablilla
las siguientes cantidades (figura 23).
Hay tres entradas que estn representadas en esta figura.
Entrada superior:
Trata de los das de trabajo que este grupo de trabajadoras debe, probablemente
a la administracin local. Aparecen las siguientes cantidades de izquierda a derecha
y de arriba a abajo,
5 x 3600 + 36 x 60 + 2 x 10
a lo que hay que aadir un signo en ngulo que significa menos y una unidad.
Estamos, pues, ante el nmero 5.36.19 expresado como 5.36.20 - 1. El signo inicial
a la izquierda significa Total y aparece tambin en la entrada intermedia. El resto
de signos al final significan das de trabajo.
Entrada intermedia:
Como en el caso anterior, es un total de crditos o das efectivamente trabajados
y donde figuran las siguientes cantidades,
3 x 3600 + 32 x 60 + 3 x 10 + 8 x 1 + 5/6
Entrada inferior:
Se refiere al dficit en el que se incurre, con un signo al principio que significara
dbitos en das de trabajo, siendo un total de,
2 x 3600 + 3 x 60 + 4 x 10 + 1/6
ya que:
5. 36. 19
- 3. 32. 38 5/6
2. 03. 40 1/6
As, por ejemplo, las cantidades 62, 3602 3720 se escribiran en sexagesimal con
los mismos signos (figura 24).
Durante casi toda la historia antigua de Mesopotamia no se
registr signo alguno para el cero ni una separacin
apreciable entre los signos que pudiera diferenciar, con su
lectura, cul de los dos casos estaba presente. Dado que la
mayora de las tablillas encontradas son de origen escolar y
Figura 24
estaban destinadas al aprendizaje de los estudiantes de
escriba, es de suponer que el contexto de la situacin planteada fuera suficiente
para interpretar los datos registrados.
En un perodo muy posterior, dentro ya del primer milenio, se encontraron tablillas
que aadan un signo especfico para sealar la ausencia de unidades. Tal es el caso
de la cantidad 2.0.36 en sexagesimal, por ejemplo (figura 25).
La escritura cuneiforme
Las primeras inscripciones encontradas en las
excavaciones de Uruk y otras semejantes son
etiquetas que describen una cantidad de un
producto indeterminado o bien listas de signos
repetidos en tablillas para la instruccin de los
amplias (victoria, derrota, devocin al dios, fuerza, valor, etc.) referidas a los
reyes, as como los primeros cantos literarios a los dioses. Todo ello coincide, un
tiempo despus, con el perodo sargnida (hacia el 2300 a.C.) y la irrupcin del
acadio como lengua oficial que va desplazando rpidamente al sumerio.
En este sentido, la homofona del sumerio va dando lugar al empleo de signos
correspondientes a fonemas y, por tanto, a la llamada escritura fontica. El hecho
de que la lengua acadia fuera polisilbica, en contraposicin a la sumeria, pero al
tiempo deseara expresar sus palabras mediante la escritura sumeria, fue un impulso
probablemente decisivo hacia el intento de expresar las slabas que se pronunciaban
verbalmente mediante una combinacin de signos sumerios correspondientes a
slabas (Gelb, 1982). Nace de esta forma lo que para muchos investigadores es la
primera forma de autntica representacin escrita (Walker, 1987).
A lo largo de este tiempo se iban produciendo otras modificaciones tcnicas que
incidan en la misma direccin de alejamiento de la escritura desde sus orgenes
pictogrficos hacia una mayor abstraccin. En efecto, el trazado curvilneo de
muchos de los pictogramas era difcil de realizar sobre arcilla fresca. Resultaba ms
sencillo y duradero el empleo del clamo de manera rectilnea mediante el trazado
de muescas en forma de cua (origen de la palabra cuneiforme). Los signos as,
van cambiando (Gelb, 1982, p. 102) tal como se indica en la figura 26.
Al mismo tiempo, existe un cambio en la orientacin de la escritura hacia el 2600
a.C. Todos los pictogramas experimentan un cambio de rotacin de unos 90 grados
hacia la izquierda. Veamos una explicacin a tal hecho. Inicialmente los datos
numricos y pictogrficos se encerraban aisladamente entre lneas verticales y
horizontales. Las tablillas podan ser grandes y pesadas pero ello fue cambiando
hacia otras ms pequeas y ligeras, primero en forma circular y luego
rectangulares. Al mismo tiempo la escritura, que en origen se dispona
verticalmente, se fue adaptando a amplias lneas horizontales y transformando su
sentido para escribirse de izquierda a derecha.
Puede que la razn del giro observado fuera puramente mecnica. Al sostener sobre
una mano la tablilla mientras se escriba con la otra, el sentido de los signos
cuneiformes se trazaba del modo ms cmodo, modo que no tena por qu coincidir
con el formato final para, posteriormente, girar la tablilla facilitando la lectura.
Figura 26
Aprendizaje de matemticas
Que existieron escuelas donde estudiantes para escribas aprendan la escritura y las
tcnicas matemticas elementales, es un hecho constatado. Se basa en la presencia
de abundantes tablillas con ejercicios repetitivos (figura 27) y otros formatos
escolares, ms que en la constancia arqueolgica de lugares en que se enseara. A
ese respecto es difcil distinguir un lugar concreto dedicado a tales menesteres por
cuanto entonces no era necesaria la presencia de bancos, dado que los escribas
podan estar sentados o ms probablemente en cuclillas, y depsitos de tablillas,
estilos y clamos pueden haber tenido otra finalidad.
Existe un texto que sita este aprendizaje en una denominada casa de las tablillas
(Margueron, 1996) y donde un estudiante relaciona sus actividades:
Escolar, dnde has ido desde tu ms tierna infancia? He ido a la escuela.
Qu has hecho en la escuela? He ledo mi tablilla, he tomado mi desayuno,
he preparado mi nueva tablilla, la he llenado de escritura, la he terminado;
despus se me ha indicado que diga mi leccin y a medioda, se me ha
indicado mi ejercicio de escritura. Al final de la clase he ido con los mos...
(Op. cit., p.427).
Es muy probable, por tanto, que existieran lugares para el aprendizaje del futuro
escriba. Su necesidad fue creciendo a medida que el estado centralizado se
constitua como protagonista de la historia sumeria, desde la poderosa ciudad
estado de Uruk hasta la emergencia de Ur y la posterior preponderancia babilnica.
Se han encontrado de estos perodos decenas de miles de tablillas realizadas con
motivos administrativos y econmicos por lo que hay que suponer la presencia de
un nutrido grupo de escribas en todo este tipo de actividades.
Figura 27
Leer y escribir eran la base de sus reas, tanto en lo que se refiere a redactar cartas
e informes como, posteriormente, escribir glorificaciones a los reyes o los dioses.
Pero tambin deban conocer las tcnicas contables fundamentales que les
permitieran dirigir la administracin del palacio o el templo, llevar el registro del
almacenamiento de productos, sus transacciones, el reparto de raciones o el pago a
los suministradores de productos o servicios.
As pues, adems del aprendizaje de la lectura y escritura, la enseanza de las
matemticas es un conocimiento central dentro de estas escuelas y adopta una
forma concreta de la que se puede deducir la metodologa subyacente (Walker,
1987).
Inicialmente, el estudiante debe haberse familiarizado, quiz a los cinco o seis aos,
con las tablillas de arcilla y el clamo o clamos de que dispusiera. El maestro le
enseara la direccin de la escritura, sea en tiempos arcaicos de arriba a abajo o,
en tiempos babilnicos, de izquierda a derecha. De esta manera se han encontrado
pequeas tablillas rectangulares o lenticulares donde se aprecian dos columnas de
signos, una correctamente realizada, la del maestro, y otra de manera ms torpe
(figura 21). Una vez que se adquira una seguridad en el trazo, se empezaban a
repetir los distintos signos de la escritura, sean pictogramas simples o palabras ms
complejas derivadas del acadio tras la reforma sargnida.
Desde el punto de vista matemtico, se han hallado tambin tablas de
multiplicaciones, recprocos, cuadrados y sus consiguientes races cuadradas, etc.
Junto a ellas se encuentran largas listas temticas de problemas que muestran
pequeas variaciones. En los ltimos captulos se observarn algunos de estos
problemas referentes al clculo de volmenes para tareas de excavacin. El
problema original aporta como datos las tres dimensiones del paraleleppedo
excavado y pregunta por su volumen pero, inmediatamente y con los mismos datos
y resultados, se plantean problemas donde la incgnita es la longitud o bien la
anchura o bien la profundidad del volumen objeto de estudio. Son pequeas
variaciones de la incgnita que permiten practicar al estudiante la forma de resolver
los distintos problemas que se pueden presentar. En ese sentido, los datos
presentes estn preparados y no son reales, en el sentido de facilitar (igual que hoy
en da) los clculos del estudiante y permitir que salgan resultados sin fracciones de
la unidad o siendo stas muy sencillas.
Han salido a la luz tambin listas de coeficientes que resultan de difcil estudio en la
actualidad. Probablemente en niveles superiores de la enseanza de escribas, estos
coeficientes deberan actuar al modo en que determinados nmeros son utilizados
por los actuales ingenieros. Estos coeficientes, slo recientemente estudiados en
profundidad (Robson 1999), han dado lugar a un conocimiento importante de las
tcnicas de clculo de los escribas mesopotmicos. As, afirmar que el rea del
crculo se halla multiplicando 0; 05 por el cuadrado de la circunferencia permite
suponer la existencia de unas relaciones entre los elementos del crculo que ofrecen
una ms amplia panormica de los conocimientos de aquel tiempo. Todo ello ser
objeto de estudios detallados en esta obra, particularmente a partir del captulo 6.
Adems de los problemas, las tablas y las listas de coeficientes, pocas formas ms
se han conservado de la metodologa referente a las matemticas. Las que hay, sin
embargo, permiten alumbrar, por el examen de su contenido, el modo en que
actuaba el maestro de escribas. Las tablas y listas haban de completarse,
indudablemente, y en lo referente a los problemas planteados la metodologa no era
muy distinta. Se observa en ellos el planteamiento de los datos esenciales para la
resolucin y luego, en modo imperativo, una secuencia de acciones que debe llevar
a cabo el estudiante para alcanzar la solucin. La enseanza, por tanto, deba
adoptar un formato algortmico. Si el estudiante se encontraba un problema en el
que se tenan como datos el volumen de un paraleleppedo, su longitud y anchura,
deba multiplicar estos dos ltimos trminos, encontrar su inverso y multiplicar este
inverso por el volumen para obtener finalmente la profundidad. Esta secuencia de
acciones se practicaba una y otra vez hasta asociar ese formato de problema al
procedimiento que lo resolva. Se puede deducir en algn caso que hay cierta
generalidad en el planteamiento de los problemas (todos los del mismo tipo
aparecen agrupados) pero no hay en ningn caso la generalizacin de los
procedimientos que hubiera permitido y propiciado la presencia de un lenguaje
simblico y un pensamiento ms abstracto.
Este contexto habr que tenerlo en cuenta en el momento de examinar las tablillas
encontradas de naturaleza matemtica por cuanto es cierto que hablan de unos
Captulo 5
Comercio y aritmtica
Suma y resta
Como se ha visto en el captulo anterior, las tablillas contables servan para registrar
cantidades diversas del mismo producto o de productos diferentes. Al corresponder
a entradas distintas por el proveedor, el ao de recogida o cualquier otra
circunstancia, resulta adecuado hacer constar el total de las cantidades registradas.
Eso se haca habitualmente en el reverso de la tablilla. En el siguiente ejemplo
(Nissen, Damerow y Englund 1993, p. 131) se puede observar una tablilla que
registra jarras de cerveza, tanto en su anverso a la izquierda, como en su reverso a
la derecha (figura 28).
Figura 28
Figura 29
Las tablillas que se han visto muestran una operacin de sumar que parece unvoca.
En ella, se renen dos o ms cantidades preexistentes (jarras de cerveza, grano de
cebada) para alcanzar el total. Es por ello que llama la atencin el hecho de que,
tanto en el original sumerio como en el acadio posterior, la accin de sumar
presente dos verbos distintos (Powell, 1995). As, se conoce con la expresin gar
en sumerio (kamaru en acadio) pero tambin con dah en sumerio (wasabu, la
correspondiente en acadio), lo que indica que se considera la adicin como dos
acciones diferentes. Por un lado y siguiendo una terminologa actual, se tendra una
combinacin de cantidades simultneas, tal como se ha visto hasta ahora, y por
otro lado la suma tambin registrara el caso de un cambio temporal efectuado en
una cantidad inicial. As, por ejemplo, cuando se dispone de un rebao con un
nmero determinado de animales a los que habra que sumar en aos sucesivos
todos los terneros nacidos. Esta accin de sumar cantidades sucesivas a una inicial
es lo que corresponde a la segunda expresin de la accin de sumar.
Esta diferenciacin no ocurre en el caso de la resta. Para esta accin slo hay un
trmino (zig en sumerio, nasahu en acadio) donde se entiende que las cantidades
no son simultneas, sino que a una cantidad inicial se le quita otra posterior. El
contexto contable en el que surgen casos de resta suelen ser el de la comparacin
entre las previsiones y lo sucedido en la realidad. Por ejemplo, hay tres tablillas
(Nissen, Damerow y Englund 1993) que mencionan al ensi Enentarzi de Lagash,
en tiempos sumerios. En una de ellas se registra una cantidad de cebada entregada
(168 gur), otra cantidad recibida (165 gur) mostrndose en la tercera tablilla la
cantidad diferencia correspondiente a una deuda pendiente (168 - 165 = 3 gur).
Multiplicacin
Tanto para el clculo de superficies de campos como el de volmenes de tierra a
extraer en la construccin de un canal, el de ladrillos a emplear en el levantamiento
de un muro, por ejemplo, la multiplicacin resulta una operacin esencial. A ello
habr que unir las conversiones de unas unidades en otras, muchas veces
resolubles mediante la multiplicacin por un coeficiente. Esto sucede en el caso del
cambio de unidades donde la transformacin de una cantidad de sar de volumen
en la cantidad equivalente de sila, unidad de capacidad, se obtiene mediante la
0; 36 x 5 x 30
0; 36 x 5 = 3
3 x 30 = 1.30
2 x 50 x 8
Sin embargo, el resultado que el escriba pone al final es el de 21.36.00. Aunque ello
puede constituir un error, es ms probable que resulte una multiplicacin correcta
por otro tipo de coeficiente (7.12) que, errneamente, no transforma unidades de
volumen en las de capacidad equivalentes:
18 x 2 = 36 18 x 11 = 3.1
18 x 3 = 54 18 x 12 = 3.3
18 x 4 = 1.12 18 x 20 = 6.00
18 x 5 = 1.30 18 x 30 = 9.00
18 x 6 = 1.48 18 x 40 = 12.00
18 x 7 = 2.06 18 x 1.00 = 18
18 x 8 = 2.24
18 x 9 = 2.4
18 x 10 = 3.0
18 x 1.45 = (18 x 1.00) + (18 x 40) + (18 x 5) = 18.00 + 12.00 + 1.30 = 31.30
Los dos ejercicios preferentes resultan ser, adems de estas tablas de multiplicar,
los ejercicios sobre la utilizacin del cuadrado de los nmeros. En alguna de estas
tablillas se adivina el objetivo de conocer y practicar ciertas regularidades
numricas sin aplicacin inmediata (Robson, 1999). Tal es el caso del clculo
planteado de
que actualmente podemos notar como evidente dado que 0; 15 = 1/16 y por tanto,
0; 152 = 1/162
Este inters por el clculo del cuadrado de un nmero puede responder a una de las
aplicaciones importantes de la multiplicacin, la determinacin de la superficie de un
campo cuadrado. Un indicio de este hecho, adems de los casos que se abordarn a
partir del prximo captulo, reside en la forma verbal que adopta la multiplicacin
entre los sumerios y acadios, nuevamente de dos formas distintas, indicando
conceptos diferentes (Powell 1995).
La forma ms usual sera la que podra traducirse, en el caso de 2 x 2, como llevar
dos a dos que se asociara al concepto de multiplicacin como adicin repetida. Sin
embargo, esta operacin conoce otra concepcin de naturaleza combinatoria: 2 x 2
se interpretara as como el nmero de casillas cuadradas de lado unidad que puede
obtenerse de un cuadrado de lado dos (figura 30).
As, el segundo trmino verbal que describe la
multiplicacin se podra traducir como
completar el permetro en sumerio o, en
acadio poner cada lado frente a otro que
supone una interpretacin eminentemente
geomtrica de esta operacin.
Uso de fracciones
Las fracciones suelen utilizarse en un contexto
Figura 30
de reparto o bien de medida. En el caso
mesopotmico surgen preferentemente en el segundo, durante la accin de medir.
As, si se dispone de una unidad (por ejemplo, un cesto) para contabilizar la
cantidad de grano existente, se puede utilizar el sistema bisexagesimal contando
unidades, decenas, sesentenas, etc., as como la mitad de la unidad. Sin embargo,
hay varias formas de eludir el uso de fracciones incluso en este contexto y ambas se
pueden encontrar en las antiguas matemticas.
La ms sencilla consiste en tomar como unidad la propia fraccin, de manera que la
anterior unidad se transforma en dos nuevas unidades. En efecto, si la relacin era
1/
de 1 a 2, la relacin contraria, tomando a la mitad como unidad, ser de 1 a 2. Es
el mismo caso que se puede utilizar actualmente para, en vez de utilizar fracciones
de metro para medir la altura de una persona (diciendo 1 metro, 6/10 de metro y
5/100 de metro), se puede afirmar que mide 165 centmetros, de forma que si 1
decmetro = 1/10 metro, recprocamente, 1 metro = 10 decmetros. La segunda
forma de eludir el uso de fracciones consiste en utilizar la notacin ampliada de los
nmeros naturales, decimales en el caso actual, fracciones sexagesimales entre los
sumerios. As, 1 unidad y 3/60 de unidad se escribiran entonces 1; 03 del mismo
modo que la estatura de esa persona puede describirse numricamente con la
expresin decimal 1,65 metros.
Dado el primer recurso, el de reducir la medida a conteo de subunidades para eludir
el uso de fracciones de la unidad, es difcil constatar la presencia de fracciones en
los ms lejanos tiempos en que empezaba la medida y la contabilidad. Sin embargo,
este recurso resulta de casi imposible utilizacin cuando se manejan formas de
conteo que admiten particiones mltiples de la unidad. Tal es el caso del sistema SE
que denotaba medidas de capacidad de grano, generalmente cebada. La unidad
conoce hasta seis tipos de subunidades que en fracciones corresponderan a 1/2,
1/3, 1/4, 1/5, 1/6 y 1/10 de modo que es difcil hacer de una de ellas la unidad por
cuanto no habra relacin numricamente simple con las dems subunidades. As
que, a la vista de este hecho, se puede afirmar que el empleo de fracciones, aunque
limitado por su contexto (la medida) y por sus tipos (unitarias), debe contar con
tanta antigedad como las propias formas de conteo.
Los tipos de fracciones fueron siempre limitados aunque ms amplios que los
sealados hasta ahora. Desde la cultura sumero-acadia de Ur III hasta las tablillas
babilnicas posteriores, slo se registran dos tipos de fracciones:
Las que se denotan igi-n-gl donde n corresponda a 2, 3, 4 6. Son las fracciones
unitarias 1/2, 1/3, 1/4, 1/6.
Las que se escriben "l igi-n-gl", complementarias de las anteriores, 2/3, 3/4 y
5/6.
Hay que observar en primer lugar la ausencia de la fraccin 1/5. El motivo parece
ser el de la complejidad operativa que aade en los clculos cuando han de
operarse fracciones, sumndolas o restndolas. As, las fracciones antes
Figura 32
5 + 3 + 2 = 10 minas
10 + 5 + 2 / = 17 / siclos
restauran el equilibrio. Ello quiere decir que la plata que ha de pesarse cuenta con
25 x 7 1/4 = (25 x 7) + (25 x 1/4) = 175 + 6 1/4 = 181 1/4 siclos = 3 minas 1
1/4 siclos
26 1/3 x (9 - 1/6) =
= (26 x 9) + (1/3 x 9) - (26 x 1/6) - (1/3 x 1/6) =
= 234 + 3 - 4 1/3 - 1/18 = 232 2/3 - 1/18 siclos de plata =
= 3 minas (52 2/3 - 1/18) siclos de plata =
= 3 minas 50 siclos (2 2/3 - 1/18) siclos de plata =
= 3 5/6 minas (2 2/3 siclos - 1/18) de plata.
El resultado que el escriba da (3 5/6 minas 2 2/3 siclos de plata) indica que, a lo
largo de todo el proceso, ha despreciado el producto de las dos fracciones 1/3 y
1/6.
Ahora la operacin 5/6 x 60 adopta otra forma: 5/6 de mina se puede escribir 0; 50
tomando a la mina como unidad, de manera que se debera realizar 0; 50 x 60 pero
se puede llegar a la regla de que la multiplicacin por 60 simplemente permite
correr el un lugar de forma que
0; 50 minas x 60 = 50 siclos
a: b = a x 1/b
de modo que ello obliga a saber cul es el recproco de cualquier nmero escrito en
sexagesimal. Como dicho clculo no es inmediato en muchos casos, el escriba
dispondr de una tabla de recprocos de los primeros nmeros (Neugebauer y
Sachs, 1986), algunos de cuyos ejemplares se han conservado y muestran los
siguientes datos (tabla 1).
En el apartado anterior se plante la operacin
2 partes de 30 siclos 2 x 0; 30 = 1
3 partes de 20 siclos 3 x 0; 20 = 1
4 partes de 15 siclos 4 x 0; 15 = 1
5 partes de 12 siclos 5 x 0; 12 = 1
6 partes de 10 siclos 10 x 0; 10 = 1
10 partes de 6 siclos 10 x 0; 06 = 1
12 partes de 5 siclos 12 x 0; 05 = 1
15 partes de 4 siclos 15 x 0; 04 = 1
20 partes de 3 siclos 20 x 0; 03 = 1
30 partes de 2 siclos 30 x 0; 02 = 1
60 partes de 1 siclo 60 x 0; 01 = 1
A partir de esta idea inicial que permite construir los primeros resultados entre
diversos nmeros y sus recprocos, es necesario ir completando la tabla con otros
que no son tan inmediatos. Se han estudiado dos posibilidades de actuacin por
parte de los escribas con este objetivo.
El procedimiento ms sencillo consistira en considerar una de las parejas de la tabla
as conseguida, tal como 4 -> 0; 015.
Se puede entonces duplicar uno de los factores y dividir el otro por dos con la
seguridad de que el producto de las cantidades resultantes volver a ser la unidad y
se estar, entonces, ante otro caso distinto de recproco (Neugebauer y Sachs,
4 0; 15
8 0; 07.30
16 0; 03.45
32 0; 01.52.30
Algo semejante podra hacerse a partir de otra pareja elemental, con la salvedad de
que no solo cabe duplicar y dividir por dos sino, como en la primera pareja
resultante, triplicar y dividir por tres:
3 0; 20
9 0; 06.40
18 0; 03.20
36 0; 01.40
Entonces
2 05 12
25 2.24
28.48
2 48 1.15
36 1.40
2.05
1/7 = 0; 08.34.17.08.34.17...
2A x 3B x 5
1.01 0; 00.59.59
1.02 0; 00.58.03.52
1.03 0; 00.57.08.24
1.05 0; 00.55.23.04.30
1.06 0; 00.54.32.43.30
... ...
que alcanzan, como se puede apreciar, gran complejidad. De hecho, una expresin
ms exacta del ltimo recproco resulta ser:
1.06 0; 00.54.32.43.38.10...
1 1 2 2 4; 54
2 0; 30 1 2
3 0; 20 0; 40 2
4 0; 15 0; 30 2
5 0; 12 0; 24 2
6 0; 10 0; 20 2
1 1 1; 10 1; 10 2;
51.30
2 0; 30 0; 35 1; 10
3 0; 20 0; 1; 10
23.20
4 0; 15 0; 1; 10
17.30
5 0; 12 0; 14 1; 10
6 0; 10 0; 1; 10
11.40
Cada una de las tablillas est dividida en cuatro columnas a las que se aade, a la
derecha, un nmero. La primera columna corresponde a una sucesin de nmeros
consecutivos disponindose en la segunda sus recprocos. La tercera se obtiene
multiplicando estos recprocos por la constante que aparece alineada en la cuarta
columna (en otras tablillas se divide en vez de multiplicar). En todo caso, el nmero
que aparece arriba a la derecha se obtiene sumando los resultados obtenidos en la
tercera columna. De esta forma se tiene el siguiente esquema:
x 1/x kx k k/x
Un problema final
Como colofn a los clculos algortmicos de los mesopotmicos en torno a las
operaciones elementales, resulta interesante estudiar una tablilla estudiada por
Thureau-Dangin, tal como la mencionan Neugebauer y Sachs (1986, p. 18):
p/7 para A
p/11 para B
p/13 para C
p/14 para D
p x / 7 x minas de A
p x / 11 x minas de B
p x / 13 x minas de C
p x / 14 x minas de D
Hay que tener en cuenta que el precio p que se ha dado no es divisible por 7, 11, 13
y 14 simultneamente, de manera que, para encontrar una solucin finita en
sexagesimal al problema planteado, es necesario que x s sea divisible de manera
finita por estos nmeros. Escogiendo x = 7 x 11 x 13 = 16.41
De este modo, el valor de x minas de cada producto se obtiene multiplicando el
precio p conocido por los siguientes valores:
Captulo 6
Campos y figuras rectilneas
Unidades de longitud
Las primeras unidades de medida parecen haber sido las referidas al peso, ya
abordadas en el captulo anterior. Sin embargo, durante el tercer milenio se fueron
constituyendo unidades cada vez ms estandarizadas tanto de longitud, como de
superficie o capacidad. Ello fue impulsado por el nacimiento de las ciudades estado
y el crecimiento de las relaciones comerciales entre ellas, as como entre el pueblo y
la ciudad, hechos que impulsaban el establecimiento de acuerdos para realizar
medidas comunes de los productos intercambiados. El perodo ms importante en
este sentido es el que se extiende desde el reinado de Ibbi Sin (Ur, dinasta III)
hasta el de Samsu Ditana (Babilonia, dinasta I), aproximadamente desde el 2000
a.C. hasta el 1600 a.C., conocido habitualmente como Antiguo Babilnico (en
adelante A.B.). Tngase en cuenta que es un perodo temporal correspondiente a la
segunda mitad del tercer milenio, cuando el poder central es fuerte, pese a la
ruptura propiciada por la invasin de los amorreos. Existe entre la dinasta III de Ur
y el comienzo de las dinastas babilnicas una relacin estrecha, por la cual estas
ltimas asimilan el modelo administrativo sumerio as como el lenguaje acadio
subsiguiente, lo que inclua las formas de medida. El sistema de medida de este
perodo A.B. ser denominado tambin estndar y centrar el estudio de este
captulo por cuanto la gran mayora de los textos matemticos se agrupan en el
perodo citado.
Existen otros perodos y distintas reformas dentro de la historia mesopotmica, ya
que discurre a lo largo de casi tres milenios. Con la presencia casita en Babilonia (el
llamado perodo neobabilnico, N.B.), aproximadamente desde 1600 hasta 1150
a.C. se conocen reformas, as como, posteriormente, en el llamado perodo
babilnico tardo (B.T.), coincidente con la presencia caldea en esta ciudad desde el
625 a.C. hasta la irrupcin persa en el 550 a.C.
Por ejemplo, la unidad ms pequea de longitud en el perodo A.B., el dedo (susi),
aproximadamente de 1,66 cm actuales, cambia en el N.B. para transformarse en
una unidad de unos 3,12 cm, es decir, que este ltimo dedo es igual a 1 7/8 del
dedo anterior. En el B.T. vuelve a cambiar, quedndose en 2,08 cm, es decir, 1 1/4
del dedo original.
Como es lgico pensar, esto no supona un cambio caprichoso dado que, segn el
primer sistema A.B., 30 dedos equivalan a la siguiente unidad de longitud, el codo
(kus), que era aproximadamente de 50 cm Sin embargo, el dedo posterior
caracterstico del B.T., de una longitud algo mayor, implicaba que el mismo codo
contaba con 24 dedos, una cantidad ms fcilmente divisible en fracciones de codo
que el estndar inicial.
Con todo ello, se pueden ya establecer las principales unidades
de longitud del sistema estndar, es decir, el referido al perodo
de la Babilonia antigua, A.B. (figura 34), con la observacin de
que se presentan tan slo las principales relaciones enteras
entre ellas.
Unidades de superficie
Hay que tener en cuenta que el ninda equivale
aproximadamente a unos 6 metros, lo que hace de ella una
unidad muy adecuada para medir las longitudes de los campos
sin tener que considerar una gran cantidad de unidades (menos
que si fuera el codo, por ejemplo) o a una fraccin de las
mismas, en caso de escoger una unidad mayor (us, danna). Si
bien el ese (unos 60 metros) toda va es posible utilizarlo, el
Figura 34 us ya corresponde a unos 360 metros y el danna alcanza los
11 km.
As pues, si es la unidad ninda la ms frecuente en la medicin de longitudes de
campos, el cuadrado que tuviera un ninda de lado sera la unidad de superficie por
excelencia.
Este cuadrado es el llamado huerto (sar), unos 36 m2. El cuadrado de lado un ese
tambin recibe una denominacin especial, iku. Con ello se va configurando un
cuadro semejante al anterior con las principales unidades de superficie utilizadas en
el perodo A.B. (figura 35).
Es conveniente observar algunos aspectos de estas unidades. En primer lugar, las
denominaciones recuerdan en algn caso a las de peso, ms
antiguas, de las que probablemente derivan. Por ejemplo, el
sar (al igual que la mina en peso) se divide en 60 partes
para obtener el siclo que, a su vez, se divide en 180 partes
para alcanzar a medir el grano. Esta pequea superficie, el
grano, equivale a 12 dedos cuadrados.
Debe notarse tambin la forma de estas unidades,
adaptadas a la que presentaban usualmente los campos.
Mientras el sar y el iku son cuadrados bsicos, los campos
mayores se podan llegar a medir con el ese o el bur, que
son rectngulos. En concreto, el ese, equivalente a 6 ikus,
resulta ser un rectngulo de un ninda de ancho por un us
(60 nindas) de largo. De modo similar, el bur es un
rectngulo de un ninda de ancho por un danna de largo.
Dado que se presentar algn ejemplo ilustrativo al
Figura 35
respecto, conviene mencionar el hecho de que el codo de
longitud (aproximadamente 50 cm) conocer una gran importancia en el perodo
babilnico tardo, de manera que se tomar como unidad de medida de superficie
una derivada de los codos cuadrados. As, se meda en codos las longitudes del
campo, se multiplicaban a continuacin las dos dimensiones obtenidas para alcanzar
codos cuadrados y, finalmente, se transformaba lo obtenido en centenares de codos
al cuadrado multiplicando por el coeficiente adecuado:
Cuadrados y rectngulos
Se realiza as una serie de ejercicios que permiten al escriba una prctica creciente
en la multiplicacin y clculo de superficies cuadradas, junto a la transformacin de
unas unidades en otras superiores. As,
Ahora bien, si 1 codo2 = 1/3 gin 15 granos entonces 6 codos2 = 2 gin 90 granos =
= 2 gin.
Del mismo modo, como
Otra tablilla de Susa (Neugebauer y Sachs, 1986) muestra una estructura muy
usual entre las encontradas en forma de tabla: Tres columnas encabezadas esta vez
por la denominacin de longitud, anchura y rea. Se entiende, por tanto, que se
refiere a ejercicios similares a los anteriores, pero referidos a campos rectangulares
(Tabla 2):
ya que resultar
Tringulos
Los documentos matemticos de la poca estudiada son de varios tipos.
Neugebauer ya distingui entre los textos de problemas y las tablas. En apartados
anteriores se ha comprobado la existencia de estas ltimas como una serie de
columnas que muestran valores numricos correspondientes segn una relacin
determinada, sea la de cuadrados, el producto de una multiplicacin, carcter de
recprocos, etc. An no se han presentado textos de problemas pero seran aquellos
donde se dan los datos esenciales y se formula una pregunta que necesita disponer
de los primeros. Eventualmente se presenta la solucin como una serie de reglas
imperativas describiendo la sucesin de operaciones que es necesario realizar para
hallar la respuesta requerida. Un texto escueto de problema donde se plantea una
pregunta en relacin al rea de un cuadrado, por ejemplo, sera el siguiente
(Neugebauer y Sachs, 1986, p. 10):
58; 20
58:20
56.42; 46.40
Cul es el rea?
Su rea es 1 bur, 2 ese, 4 iku, 2 2/3 sar, 6 2/3 gin.
rea = 0; 30 x 1 (coeficientes A)
A a + c
a2 + b = a2 + c2 + 2ac
c b/2a
de forma que
A a + b/2a
De esta forma, teniendo en cuenta que la altura del tringulo es igual a la raz
cuadrada de 3/4, es decir, 0; 45 en sexagesimal, se tendr la siguiente aplicacin:
A = 0; 45
a=1
0; 45 = 1 - 0; 15 de forma que b = - 0; 15 y
0; 45 = 1 - 0; 15/2 = 1 - 0; 07.30 = 0; 52.30 (coeficiente B).
3 x 0; 12 = 0; 36 y 4 x 0; 12 = 0; 48
A = 0; 24 x 0; 3 6 = 0; 14.24
que totalizan
ACAMPO = 1.43.10 sar = 3 bur 1 ese 1 iku 1.30 sar
Polgonos regulares
El estudio de los tringulos y otras figuras regulares como los polgonos e incluso los
crculos posteriormente, no slo se justifica por el clculo de superficies de campos.
Resulta difcilmente imaginable que alguno tuviera la forma de un heptgono o un
pentgono regulares, por ejemplo. Su aplicabilidad reside ms en las construcciones
de templos u otro tipo de edificaciones donde algunas de las piezas en juego
tuvieran esa forma. El estudio que realizan y que se manifiesta en el uso de
coeficientes pone de relieve el dominio de muchas tcnicas geomtricas entre las
cuales cabe citar particularmente la triangularizacin de los polgonos regulares.
El ms sencillo de tratar resulta ser el hexgono (Robson, 1999) que tiene por lado
la unidad, puesto que es posible descomponerlo en seis tringulos equilteros del
mismo lado. De esta forma, resulta fcil de explicar Coeficiente: 2; 37.30, el
coeficiente del hexgono en tanto se ha comprobado en el apartado anterior que el
rea de cada tringulo de lado unidad es
ATRINGULO = 0; 26.15
de forma que
En una tablilla encontrada en Susa, como las aqu estudiadas, se menciona el lado
del hexgono como 0; 30 mientras que la figura del heptgono presenta como lado
0; 35 (figura 40).
0; 30 x 7/6 = 0; 35
A = 1;06.40, a = 1, b = 0;06.40
resultar
h 1 + 0; 06.40/2 = 1; 03.20
y el rea total del polgono es la que justifica el coeficiente que menciona la tablilla:
As, considerando
Radio hexgono x 5/6 = Lado pentgono
Figura 41
1 x 5/6 = 0; 50
de manera que el
ATRINGULO = (1 x 0; 40) = 0; 20
y el rea total
APENTGONO = 5 x 0; 20 = 1; 40
Unidades de capacidad
Tras examinar los logros conseguidos por los escribas mesopotmicos en torno a las
figuras planas delimitadas por segmentos rectilneos, es conveniente volver al
comienzo del captulo, cuando se mostraba la aplicabilidad de las medidas de
longitud y superficie a la medida de campos. Esta tarea deba complementarse
administrativamente con otras relaciones que permitiesen determinar la inversin
necesaria en semilla para la siembra del campo, as como la produccin previsible
de cebada u otro tipo de cereal. Para ello, como paso previo, han de examinarse las
unidades de capacidad utilizadas en aquel tiempo.
La capacidad de un recipiente para contener grano, aceite,
semillas, leche, aceite o cualquier otro elemento de carcter
continuo susceptible de ser almacenado y transportado, fue uno
de los primeros intereses de los sumerios. A principios del tercer
milenio, en los tempranos tiempos de Uruk, aparecen ya las
unidades de peso y capacidad, posiblemente las primeras
precediendo a las segundas. Hay que tener en cuenta que la
capacidad es ms difcil de replicar que el peso, por cuanto los
recipientes (cestos, vasijas) deban mostrar inicialmente muchas
variaciones por adaptarse al producto que contuvieran.
Al igual que la mina en peso, la ninda en longitud o el sar en
superficie, la unidad de capacidad ms utilizada era la sila,
equivalente aproximadamente a un litro. De esta forma, se
tendra la equivalencia aproximada de 2 minas de agua = 1 sila.
Figura 42
Como en las unidades de superficie esta unidad fundamental se
divide en 60 siclos (gin) que, a su vez, se subdivide en 180 granos (se). Los
mltiplos son otros (figura 42).
Siembra de campos
Se presenta en primer lugar una interesante tablilla donde se registra la extensin
del campo en relacin a una cantidad de semilla (Nissen, Damerow y Englund,
1993, p. 63). La columna de la izquierda (figura 43) corresponde a una parte de la
tablilla donde se registran una serie de datos en cinco apartados que, de arriba a
abajo, significan lo siguiente:
Este dato coincide aproximadamente con otros como el reflejado por Margueron
(1996):
Algunos documentos administrativos parecen mostrar que se necesitaban
unos 500 litros de semilla para una explotacin correspondiente a un bur, o
sea, unas 6 Ha y que se podan recoger, en el mejor de los casos, de 6.000 a
9.000 litros de grano. El rendimiento -de 10 a 15- sin duda mediocre, no
puede considerarse como excepcional. Se puede llegar de este modo a la
conclusin de que la reputacin de la riqueza de Mesopotamia provena ms
de la importancia de las superficies sembradas que de los rendimientos (p.
129).
Las cantidades de grano necesarias para la siembra, tal como expresa Margueron,
ofrece una relacin de algo menos de 28 silas de grano por iku y tal parece que en
torno a estas cantidades oscil durante todo el tiempo que aqu se estudia.
Cuestin distinta es la produccin, que sufri importantes variaciones a lo largo de
la historia de Mesopotamia, adems de ser muy diferente en el norte,
fundamentalmente rido y circunscrito a los valles de ambos ros, y en el sur, donde
el delta formado por la desembocadura de ambos y las inundaciones peridicas
permitan una productividad muy grande que con el tiempo y la creciente salinidad
de los terrenos, fue disminuyendo.
En el estudio detallado que realiza Nemet-Nejat (1982) de los campos babilnicos
tardos, ya en tiempos del rey persa Daro, se presenta uno prcticamente
rectangular, con las siguientes dimensiones: 86 y 83 'A codos de ancho y 1090,
1100 codos de largo. A ello se une el interesante dato de que la cantidad de cebada
para la siembra de ese campo es de 309 sila siendo conocida la relacin por aquella
poca de 33 1/3 sila empleados en la siembra por cada cuadrado de cien codos de
lado.
Figura 43
Medidas A.B.
85 codos = 7,08 nindas
1095 codos = 91,25 nindas
Medidas B.T.
Captulo 7
Las figuras circulares
Crculos
El clculo del rea del crculo es por naturaleza aproximado y depende del valor de
considerado. Sin embargo, desde los trabajos de Smeur (1969) acostumbra a
distinguirse, en las culturas antiguas, el descubrimiento de dos relaciones
inicialmente distintas entre los elementos del crculo:
3 x 1; 40 = 5
A = 0; 05 x C2 = C/12 (coeficiente A)
d = 1/3 C = 0; 20 C (coeficiente B)
r = d/2 = 0; 10 C (coeficiente C)
Figura 44
La interpretacin de las operaciones efectuadas sera la siguiente (figura 44)
C1 = 3 d1 = 6 r1
C2 = 3 d2 = 6 r2
A1 = 0; 05 (6 r1)2 = 0; 05 x 36 r12 = 3 r12
A2 = 3 r22
2
ACORONA = A2 - A1 = 3 (r2 - r1 2) = 3 (r2 - r1) (r2 + r1)
6.15 = 3 x 5 x (r2 + r 1)
r2 + r1 = 25
r2 - r1 = 5
2 r2 = 30 = d2
y restando:
2 r1 = 20 = d1
Fracciones de crculo
El inters de los escribas mesopotmicos no se reduce al crculo sino que considera
como figuras de inters especial determinadas fracciones del mismo: el semicrculo,
un tercio y un cuarto de crculo. Todo ello en base, como se ver ms adelante, a
establecer sus elementos ms fundamentales (rea, dimetros, sector circular),
paso previo a su utilizacin como elementos bsicos de construccin.
Semicrculo
Respecto al semicrculo, los coeficientes que se consideran son los siguientes
(Robson, 1999):
Coeficiente A: 0; 40, el dimetro del semicrculo.
Coeficiente B: 0; 20, el radio del semicrculo.
Coeficiente C: 0; 02.30, coeficiente de un semicrculo.
Coeficiente D: 0; 10, del rea del semicrculo.
Coeficiente E: 0; 15, el coeficiente del semicrculo.
Coeficiente F: 0; 45, del rea del semicrculo.
S = 1; 30 d
d = 1/1; 30 S = 0; 40 S (coeficiente A)
r = 0; 40 S = 0; 20 S (coeficiente B)
AS = 0; 05 C2 = 0; 02.30 C2 (coeficiente C)
pero no deba ser usual expresar el rea del semicrculo mediante elementos del
crculo (circunferencia C). Por ello tambin se deba realizar lo siguiente:
AS = 0; 05 C2 = 0; 05 (2 S) 2 = 0; 05 (2 S2) = 0; 10 S2 (coeficiente D)
AS = 0; 10 S (1; 30 d) = 0; 15 S d (coeficiente E)
AS = 0; 15 (3 r) d = 0; 45 r d (coeficiente F)
Tercio de crculo
El clculo de reas de figuras limitadas por lneas curvas prosigue con la
consideracin de la tercera parte del crculo.
Coeficiente A: 0; 30, el radio del rea
del arco.
Coeficiente B: 0; 52.30, el dimetro del
rea del arco.
Coeficiente C: 0; 06.33.45, coeficiente
del rea del arco.
Figura 46
Coeficiente D: 0; 16.52.30, el coeficiente del ojo de buey.
d = 0; 40 S = 0; 40 x 1; 30 = 1
de donde
r = d = 0; 30 (coeficiente A)
El ltimo coeficiente no se refiere tanto al rea del rombo (que resulta auxiliar)
como al rea del arco y muestra un elemento
que luego es utilizado al tratar otro tipo de
figuras. As, el tercio de crculo, de rea total
0; 15, se puede dividir en dos partes, una de
tipo triangular (A1) y otra delimitada por el
arco (A2) (figura 47). El rea triangular se Figura 47
hallar teniendo en cuenta la base del tringulo issceles que lo constituye (DL) y la
altura del mismo, que es igual a la mitad del radio (0; 15) tal como aparece en la
figura 46:
Cuarto de crculo
La divisin del crculo en cuatro partes iguales viene a completar las particiones de
un objeto ms usuales, en mitad, tres y cuatro partes. Tngase en cuenta que la
divisin entre cinco no era frecuente y la realizada en seis partes es deducible de las
anteriores. De manera que se presentan tambin unos coeficientes asociados a
clculos sobre un campo de grano, como se denominaba esta porcin de crculo.
Coeficiente A: 0; 13.20, el coeficiente de un campo de grano.
Para que el arco del cuarto de crculo, como en casos anteriores, tenga por longitud
la unidad, la circunferencia C = 4 (figura 48), de manera que el dimetro resultante
del crculo ser:
d = 0; 20 C = 0; 20 x 4 = 1; 20
ACUARTO = 1/4 0; 05 x 42 = 0; 20
Figura 48
De nuevo, el cuarto de crculo puede dividirse en dos reas, una triangular (A1) y
otra delimitada por el arco (A2).
Sus reas se pueden calcular con facilidad:
A1 = 0; 40 x 0; 40 = 0; 13.20 (coeficiente A)
A2 = ACUARTO - A1 = 0; 20 - 0; 13.20 = 0; 06.40
Cuadrado cncavo
Una aplicacin inmediata de una de las reas asociadas al cuarto de crculo la
constituye la determinacin del rea de un cuadrado cncavo. En efecto, dicha
figura est formada por la parte interior que queda tras el trazado de los llamados
ojos de buey completos en cada cuarto de crculo (figura 49).
ACIRCULO = 0; 05 x 42 = 1; 20
lo que permite deducir que el cuadrado cncavo tiene por superficie la mitad del
cuadrado indicado.
La tablilla BM 15285
La tablilla as denominada (figura 50) contiene una serie de ejercicios geomtricos
de clculo de reas en figuras derivadas de las
vistas a lo largo de este captulo y el anterior.
Una parte de ella est erosionada pero se han
conservado un total de 31 de estos problemas
con la particularidad no frecuente de que se
presenten junto a las figuras dibujadas a que
se refiere su texto (Robson, 1999).
Estas figuras estn hechas con plantillas, dada
la igualdad que muestran, comprendiendo un Figura 50
cuadrado grande de unos 3 dedos de longitud (48 mm.) mientras que los crculos
interiores suelen tener de longitud 1 dedos aproximadamente (22 mm.). Es por
ello que, aunque no se diga explcitamente en los textos del escriba, se considere
que el cuadrado o crculo interiores tienen como lado o dimetro, la mitad (30
nindas) del que los contiene, que suele presentarse como de un us de longitud
(1.00 nindas).
Problema 1
El lado del cuadrado es 1 us (figura 51). Dejo un borde a cada lado y dibujo un
segundo cuadrado. Dentro del cuadrado dibujo un crculo. Cules son las reas?
Se tiene entonces que si el lado del cuadrado
G es 1.00 nindas y el del pequeo P es 30
nindas, su rea ser, respectivamente,
Figura 51
AG - AP = 45.00 sar
c = 3 d = 3 x 30 = 1.30 ninda
Problema 2
El lado del cuadrado es 1 us (figura 52).
Dibujo un cuadrado. El cuadrado que dibujo
toca al primer cuadrado.
Dentro del segundo cuadrado dibujo un tercer
cuadrado. El cuadrado que dibujo toca al
segundo cuadrado. Cul es el rea?
Considerando las lneas auxiliares discontinuas
marcadas es fcil constatar que el nuevo
cuadrado intermedio I es la mitad del cuadrado
G Figura 52
y del mismo modo podra comprobarse geomtricamente que su rea debe ser el
doble que la del cuadrado P.
Problema 3
El lado de un cuadrado es 1 us (figura 53). Dentro dibujo cuatro trapecios y dos
tringulos. Cules son sus reas?
Los cuatro trapecios resultan ser los de las esquinas y su rea puede obtenerse
dividiendo en cuatro partes iguales el rea del
cuadrado G que resulte cuando se le resta el
rombo interior formado por dos tringulos.
El rea de este rombo podra obtenerse de dos
maneras. Dejando a un lado la posibilidad de
multiplicar el semiproducto de las diagonales,
la ms sencilla consistira en calcular la
superficie ocupada por cada uno de los cuatro
tringulos rectngulos iguales en que se puede Figura 53
dividir el rombo:
At = 15 x 30 = 3.45 sar
Problema 4
El lado del cuadrado es 1 us. Dentro de l hay dos semicrculos, 1 tringulo, 1 cono,
1 rectngulo y 4 cuadrados. Cules son sus reas?
La interpretacin del texto podra ser la de la figura 54, un tringulo y dos
semicrculos interiores al cuadrado G de 1 us de lado.
s = 1; 30 d = 1; 30 x 30 = 45
de donde su rea:
AT = 30 x 30 = 7.30 sar
Captulo 8
Reparto de herencias
Reparto de herencias
El origen de los ncleos familiares es claramente tribal en la medida en que los
primitivos sumerios y, particularmente, los acadios que formaron en su sntesis la
primera gran cultura mesopotmica, tenan ese origen. La tribu e incluso una
alianza de ellas, el clan, debi tener una fortaleza hasta principios del tercer milenio
que fue descendiendo con la urbanizacin. En el segundo captulo se ha trazado un
cuadro familiar y social que inicialmente estaba presidido por los ancianos o
patriarcas de la familia reunidos al objeto de tomar las decisiones oportunas para la
tribu. Estas relaciones se mantuvieron cierto tiempo entre los grupos seminmadas,
ganaderos, habitantes del campo y dependientes de la agricultura, pero no en las
ciudades. En ellas, la sociedad alcanz pronto una jerarquizacin en torno a los
reyes y las actividades econmicas se estructuraron dependiendo del templo y el
palacio.
La urbanizacin y este tipo de relaciones condujeron a dar una importancia cada vez
mayor al ncleo familiar bsico, hecho que es evidente ya en el perodo Antiguo
Babilnico que se inicia a principios del segundo milenio.
Esta situacin se fue extendiendo hasta alcanzar a las familias que trabajaban el
campo en la medida en que dicho trabajo se realizaba dependiendo de los centros
econmicos ciudadanos.
Las familias as constituidas siguen siendo, pese a los cambios, patrilineales. El jefe
de la familia, el patriarca de la misma, tiene un amplsimo poder de decisin,
prcticamente absoluto, de manera que todo lo adquirido por la familia pasa a ser
de su propiedad. En el momento del fallecimiento del patriarca, sus posesiones se
dividen entre sus hijos, incluso los adoptados, as como las lneas masculinas
supervivientes, de manera que si uno de los hijos hubiera muerto en el tiempo del
reparto de la herencia, su parte pasara a su descendencia masculina.
Ahora bien, haba fuerzas e intereses que aconsejaban no fragmentar la herencia en
exceso, sobre todo cuando se refera a las tierras familiares. En primer lugar, un
terreno pequeo no permite utilizar medios adecuados (arados, tipos evolucionados
Un caso sencillo es el datado en el tiempo del rey Rin-Sin (hacia 1800 a.C.). Se
trata de dividir la casa familiar en tres partes de manera que el primognito reciba
2/3 sar, el siguiente 1/3 sar ms 10 gin y el pequeo sar. Ello querra decir que la
casa tena la siguiente extensin:
2/3 sar + 1/3 sar 10 gin + sar = 1 sar 10 gin = 100 gin
Si se reduce a gin la extensin total se comprueba que el primero recibe, dado que
cada sar equivale a 60 gin,
2
/3 sar = 40 gin
y los restantes:
1
/3 sar 10 gin = 30 gin
sar = 30 gin
restantes les corresponden 11 2/3 gin a cada uno. Ello, efectivamente, hace un total
de
17 + 5 x 11 2/3 = 52 gin
52: 5 = 52 x 0; 12 = 10; 24
de manera que el mayor recibiera 20; 48 gin y 10; 24 gin cada uno de los dems.
Incluso cabe la posibilidad de repartir entre los hermanos de manera proporcional a
su edad relativa. ste es uno de los problemas que presentan Neugebauer y Sachs
(1986):
1 mina de plata de 5 hermanos. Tienen (como diferencia entre las partes)
dos hermanos lo (que) el pequeo; un hermano excede al (siguiente)
hermano (por esta cantidad): 4, 8, 12, 16, 20" (p. 100).
Lo que plantea es una progresin aritmtica siendo la diferencia entre sus cinco
cantidades la parte correspondiente al hermano ms pequeo, de forma que si ste
recibe 4, el siguiente tendr 8, 12 el tercero, 16 y 20 los siguientes. Es posible
apreciar cmo estos repartos proporcionales entre herederos estn la base de los
problemas que se abordarn ms adelante sobre este tipo de actividad matemtica,
fundamento de algunos de los problemas conocidos del lgebra mesopotmica.
Pero volviendo a las herencias se mostrar por ltimo un caso muy completo
(Postgate, 1999) donde se reparten todo tipo de posesiones entre cuatro hermanos
(Sallurum, Apiyatum, Ziyatum y Lugatum) en Nippur. En primer lugar se menciona
la parte adicional que se lleva el hermano mayor por el hecho de serlo:
5/6 de sar de casa construida, junto a la casa de su parte; iku 20 sar de
campo marra, cerca de su parte; 1 mesa de santuario; 3 ovejas; 3
bushels de betn seco...; siclo de plata..., una dcima de la Gran Puerta,
la parte preferente de la condicin de hermano mayor (p. 125).
ocasiones stos tenan que realizarse fundamentalmente sobre los animales (vacas,
ovejas, bueyes, se mencionan en el caso anterior) y las tierras. En el caso visto
lneas arriba tambin la tierra mereca compensaciones segn su calidad. No era
igual un campo yermo que uno superior y otro de distinta productividad. Sin
embargo, el que efectuaba los repartos deba saber dividir en partes iguales los
campos, particularmente si eran de la misma calidad en todas sus partes. Ello
conduca a un ejercicio matemtico del que queda diversa constancia en forma de
problemas que sern examinados en lo que se refiere a las figuras fundamentales
en que poda dividirse una parcela: el trapecio y el tringulo.
A = b1 x L
b1 = 2 A / L = 3.30
A continuacin se calcula la base de cada parte sin ms que dividir en seis partes la
longitud L dada:
h = 6.30 / 6 = 1.05
b1 / L = b6 / h
que permite deducir con facilidad la longitud de todas las bases bi considerando,
adems, que el trazado de paralelas a la altura del tringulo por los puntos de corte
de las divisiones con la hipotenusa resultan en tringulos iguales al que tiene por
base b6:
b1 = 3.30
b2 = 3.30 - 35 = 2.55
b3 = 2.55 - 35 = 2.20
b4 = 2.20 - 35 = 1.45
b5 = 1.45 - 35 = 1.10
b6 = 1.10 - 35 = 35
Sin embargo, aqu ya hay discrepancia con la figura que da la tablilla dado que el
rea de los tringulos laterales se calcula multiplicando la mitad de la base a (1.0)
por la altura c (1.20) resultando en un rea de 40.0. Ello est en desacuerdo con el
tringulo tal como se presenta en la figura 56 por lo que cabe la posibilidad de que
la forma definitiva sea la de la figura 57 que el
escriba dibuja de otro modo por la comodidad
de trazo que supone.
En contra de esta figura est el hecho de que,
nuevamente, el rea del tringulo central es
calculada mediante el recurso de multiplicar la
mitad de la base (20) por uno de los lados del
tringulo (1.20) que no coincide con la altura.
Los datos, pues, son contradictorios y
muestran el carcter aproximativo del ejercicio
Figura 57 al objeto de facilitar los mecanismos de
clculo.
En todo caso, s conviene mencionar el maksarum que puede haber sido un
elemento de utilizacin en otros problemas preparados para su uso escolar.
Se observa, en lo que concierne a cualquiera de los dos tringulos laterales
(probablemente rectngulos), que sus lados son proporcionales a la tripleta
pitagrica bsica:
a = 3 x 20 = 1.0
c = 4 x 20 = 1.20
d = 5 x 20 = 1.40
de forma que el trmino maksarum puede referirse al factor comn por el que hay
que multiplicar los elementos de la tripleta pitagrica (3, 4, 5) para obtener,
respectivamente, los lados del tringulo rectngulo a, c y d, refirindose en el texto
de la tablilla, concretamente, al clculo de la longitud c.
El ltimo ejemplo que se mostrar corresponde a una tablilla encontrada en Tell
Harmal y datada, aproximadamente, en el 2000 a.C (figura 58). En ella se puede
AB = 45,
AC = 1.0,
BC = 1.15
Figura 58
Del mismo modo que el escriba, se puede proceder invirtiendo los pasos dados y
partiendo del resultado final:
Elevando al cuadrado
BD = AB/AC x AD
BD / AD = AB / AC
rea de trapecios
Los trapezoides con todos sus lados
desiguales, tal como deban resultar en la
Figura 60
prctica de la divisin de los campos, eran habitualmente reducidos, en el mbito
escolar, a trapecios issceles o rectngulos, de ms fcil tratamiento.
Con ellos, la conocida frmula aproximativa para el rea del trapezoide, consistente
en multiplicar la semisuma de los lados opuestos, se reduca a la semisuma de las
bases distintas multiplicada por la altura o uno de los lados iguales del trapecio.
En otro caso, este clculo del rea del trapecio issceles es ms detallado. La tablilla
dice lo siguiente (Aaboe 1998, p. 28):
Un trapezoide. 30 es la longitud, 30 la segunda longitud, 50 el ancho
superior, 14 el ancho inferior. 30 veces 30 son 15.0. Resta 14 de 50 y el resto
es 36. La mitad es 18. 18 veces 18 es 5.24. Resta 5.24 de 15.0 y el resto es
9.36. Qu debes multiplicar por s mismo para que el resultado sea 9.36? 24
veces 24 es 9.36. 24 es la lnea divisoria. Aade 50 y 14, los anchos, y (el
resultado es) 1.4. La mitad es 32. Multiplica 24, la lnea divisoria, por 32, y
(el resultado es) 12.48...
L = 30
B1 = 50
B2 = 14
6. Qu debes multiplicar por s mismo para que el resultado sea 9.36? 24, la
lnea divisoria. Se halla la raz cuadrada de L2 - x2 para obtener h, la altura.
7. Aadir 50 y 14, los anchos y el resultado es 1.04. B1 + B2
8. La mitad de esto es 32. (B1 + B2)
9. Multiplicar 24 por 32 y el resultado es 12.48. rea = (B1 + B2) h
Como se puede apreciar, por tanto, eran capaces de calcular con exactitud el rea
de un trapecio issceles. Sin embargo, tanto en su vertiente escolar como en la
prctica de agrimensura, deban ser frecuentes las aproximaciones que consideraran
como altura al lado oblicuo. A partir de estos elementos y al objeto de llegar a
repartos de campos, alcanzaban resultados notablemente complejos que se
estudiarn a continuacin.
A / L = 5.20 / 20 = 5.20 x 0; 03 = 16 = (B + B)
B / L + L = B / L = B - B / L
B = L + L/L (B B)
B = L/L (B B)
Sumando:
B + B = 2L + L/L (B B) (B B) = L/2 (2L + L) (B + B)
(B B) = A/2L + L
2 L = 2 x 30 = 1.00
2 L + L = 1.00 + 20 = 1.20
En resumen,
(B + B) = 16
(B B) = 4
que queda dividido el trapecio, pero se desea determinar las longitudes L1 y L2.
Entindase que las referencias a la parte superior e inferior se refieren a las
En primer lugar, se determina el rea total del trapecio como suma de las dos
parciales:
A = A1 + A2 = 14.03; 45 + 42.11; 15 = 56.15
La relacin entre los dos segmentos buscados, L1 y L2, es como 1 a 5, por lo que se
puede conjeturar que
L1 = 1 / k L2 = 5 / k
de donde:
L1 + L 2 = 6 / k
2 A / (L1 + L2) = b1 + b2
Se realiza por tanto una operacin similar con el primer trapecio, el que tiene por
rea A1:
A1 = (b1 + d) L1
2 A1 = (b1 + d) L1
2 A1 / L1 = (b1 + d)
al ser L1 = 1/k:
1/k (b1 + d) - 1/k (b1 + b2) = 28.07; 30 - 18.45 = 1/k (d - b2) = 9.22; 30
2 A2 / L2 = (b2 + d)
siendo L2 = 5/k
2 A2 / 5 = 1/k (b2 + d)
A partir de aqu el escriba halla la mitad de los valores [3] y [4] y los suma:
es decir:
d / k = 13.07; 30
k = 52; 30 / 13.07.30 = 0; 4
1/k = 1/0; 4 = 15
L1 = 1/k = 1 x 15 = 15
L2 = 5/k = 5 x 15 = 1.15
Captulo 9
Ecuaciones de primer grado
A1 = 30 (10 - x) = 5.00 - 30 x
A2 = 30 x
y como el primer rectngulo tiene que ser de rea doble que el segundo, entonces
se verificar la igualdad:
1.00 x = 5.00 - 30 x
que da paso a:
1.00 x + 30 x = 5.00
1.30 x = 5.00
El comerciante y mercader tendran que hacer clculos de este tipo relacionados con
la ganancia esperable.
As, en caso de comprar H unidades de una determinada mercanca, con un precio c
de compra por unidad y un precio v de venta por unidad, se generara una ganancia
G de: G = H (v - c) lo cual, segn cul sea la incgnita, da lugar a todo tipo de
ecuaciones de primer grado:
1. Si se desea una ganancia de 15 siclos de plata, por ejemplo, para unos
precios de compra y venta por unidad, respectivamente, de 3 y 5 siclos,
cuntas unidades habrn de adquirirse?
15 = (5 - 3) H = 2 H
15 = 8 (v - 3)
axb=c
obliga a un paso previo que conduzca a transformarla en una del primer tipo. Ello
no deba ser difcil considerando que la resolucin de estas ecuaciones deba
alcanzarse volviendo hacia atrs los pasos de la ecuacin, tal como se afrontan
inicialmente las manipulaciones algebraicas cuando se entienden como una
aritmtica generalizada. As,
15 = 8 (v - 3) = 8 v - 24
15 + 24 = 8 v
39 = 8 v
2/3 2/3 x + 1 = x
4/9 x + 1 = x
Esto requiere otro tipo de razonamiento: Si a 4/9 (o bien 2/3 de 2/3) de la cantidad
inicial hay que aadirle un ban para alcanzar la mitad de dicha cantidad inicial,
entonces qu parte de la cantidad inicial habr cubierto con un ban?
x - 4/9 x = 1
o bien
x - (2/3 de 2/3) x = 1
0; 30 x - (0; 40 x 0; 40) x = 1
0; 30 x - 0; 26.40 x = 1
0; 03.20 x = 1
x = 1 x 18 = 18 ban
x + 1/7 x = 50
9 - 2/3 1/3 9 = 9 - 2 = 7
El resultado no coincide con el que debe obtenerse (1.00). Ahora bien, el escriba
supone entonces que existe una relacin proporcional entre el nmero postulado
como valor de la incgnita y la solucin obtenida. Probablemente, a partir de ciertos
tanteos sistemticos es posible observar esta relacin proporcional,
x / 7 = 1.00 / 8
1.00 x 0; 07.30 = 7; 30
Cambio de variable
La tablilla que acabamos de mencionar deba contener en su origen 22 problemas
de este tipo, de los que quedan solamente once: seis completos y cinco
incompletos.
Problema 1
Tengo una piedra, no su peso. Un sptimo es aadido. Un onceavo es
aadido. Lo peso, una mina. Cul es el peso original de la piedra? 2/3 mina,
8 gin, 22 se (Melville 2002, p. 2).
pero no puede considerarse que ste sea el planteamiento del escriba ni, sobre
todo, que adopte la forma actual de manipulacin algebraica que permita reducir a
una forma ms sencilla el problema. Lo que har ser disponer de un recurso cuya
presencia se ha podido constatar en otros problemas, que es el cambio de variable.
As, tomando como una nueva variable todo lo encerrado entre parntesis:
x + 1/7 x = v
se trata de resolver:
v + 1/11 v = 1.00
Esta ltima se abordar del modo que acabamos de ver, mediante la falsa posicin:
Para v = 11 11 + 1/11 11 = 12
1.00 x 0; 05 = 5
de modo que
v = 11 x 5 = 55 gin
as que ahora la ecuacin nueva que ha de resolverse por el mismo mtodo es:
x + 1/7 x = 55
Para x = 7
7 + 1/7 7 = 8
55 x 0; 07.30 = 6; 52.30
as que
equivalentes a:
Problema 2
Tengo una piedra, no su peso. Se resta un sptimo. Se resta un treceavo.
Lo peso, una mina. Cul es el peso original de la piedra? 1 mina, 15 5/6
gin. (Op. cit., p. 6).
x - 1/7 x = v
Para v = 13
13 - 1/13 13 = 12
1.00 x 0; 05 = 5
que es el nmero por el que hay que multiplicar la cantidad supuesta para llegar a
la solucin de la segunda ecuacin:
13 x 5 = 1.05
x - 1/7 x = 1.05
y para x = 7
7 - 1/7 7 = 6
1.05 x 0; 10 = 10; 50
que da la solucin:
Problema 3
El problema ms complejo de la tablilla que parta de la consideracin aislada de la
incgnita, es el siguiente, al incluir hasta tres cambios consecutivos que pueden
tratarse como otras tantas ecuaciones de primer grado:
Tengo una piedra, no su peso. Se resta un sptimo. Se aade un onceavo.
Se resta un treceavo. Lo peso, una mina. Cul es el peso original de la
piedra? 1 mina, 9 gin 2 se (Op. cit., p. 6).
En este caso se deben plantear, como hemos dicho, tres ecuaciones consecutivas:
I. x - 1/7 x = w
II. w + 1/11 w = v
III. v - 1/13 v = 1.00
que hay que ir resolviendo en sentido contrario, desde la III hasta la I. Comenzando
con la III, el primer supuesto del mtodo partira de que para v = 13
13 - 1/13 13 = 12
1.00 x 0; 05 = 5
y as resulta
13 x 5 = 1.05
con lo que se tiene
11 + 1/11 11 = 12
1.05 x 0; 05 = 5; 25
y la solucin sera:
11 x 5; 25 = 59; 35
I) x - 1/7 x = 59; 35
Para x = 7
7 - 1/7 7 = 6
y siendo su recproco 0; 10
59; 35 x 0; 10 = 9; 55.50
Los dos ltimos casos incluyen otro tipo de tratamiento de la incgnita que ya no
aparece considerada aisladamente sino repetida varias veces desde el principio.
Ello no altera en lo sustancial los mtodos de cambio de variable, que descomponen
la ecuacin inicial en un conjunto de ecuaciones sencillas ligadas entre s ni afecta
tampoco al mtodo de falsa posicin utilizado para resolverlas.
Problema 4
Las dos ecuaciones, en este caso, son distintas de los ejemplos anteriores:
I) 8 x + 3 = v
v = 3 x 13 = 39
que lleva a
39 + 21 = 1.00
I) 8 x + 3 = 39
que puede resolverse de nuevo por el mtodo de falsa posicin o bien, invirtiendo el
orden de las operaciones efectuadas sobre la incgnita. Si a la ctuple pesada de la
piedra hay que aadirle 3 gin para obtener 39, entonces, la mltiple pesada es igual
a 39 - 3 = 36.
8 x = 36
Problema 5
Tengo una piedra, no su peso. La peso 6 veces, (aado) 2 gin (y) aado un
tercio de un sptimo multiplicado por 24. Lo peso, una mina. Cul es el
(peso) original de la piedra? 4 gin (Op. cit., p. 26).
I) 6 x + 2 = v
21 + 24 = 45
1.00 x 0; 01.20 = 1; 20
que conduce a:
21 x 1; 20 = 28 gin
I) 6 x + 2 = 28
que se puede resolver invirtiendo el orden de las operaciones efectuadas. As, si a la
sxtuple pesada de la piedra se le haba aadido 2 gin para obtener 28, entonces es
que dicha pesada repetida es
6 x = 26 gin
Captulo 10
Ecuacin cuadrtica
A=sh
ser
A = h2 r
(x + y)2 = x2 + y2 + 2 x y
(C + C x) + x (C + C x) = 2 C
que da lugar a:
x2 + 2 C x = C
xy=a
x+y=b
x2 + x.
Mtodo de resolucin
Consideremos el siguiente problema (Duvilli 1999, p. 108):
Encontrar las dimensiones de un rectngulo conociendo la mitad de su
permetro, 6; 30, y su rea, 7; 30".
El planteamiento del problema es el que se ha comentado en el apartado anterior,
dentro del tipo 1, de manera que
x + y = 6; 30
x y = 7; 30
(x + y)
1/4 (x + y)2
(x - y)
(x - y) + (x + y) = x
(x + y) + (x - y) = y
x2 - x = 14.30
x2 + b x = c
Las reglas dadas por el escriba supondran entonces seguir la siguiente secuencia en
trminos generales tomando b = 1 y c = 14.30:
b/2
(b / 2)2
c + (b / 2)2
c+ (b/2)2
x=b/2 + c + (b/2)2
que coincide plenamente con la expresin que resuelve esta ecuacin cuadrtica.
Ahora bien, si el escriba mesopotmico era capaz de llegar a esta forma de
resolucin, la cuestin que se plantea inmediatamente es cmo la construy.
Origen de la resolucin
En la expresin general de la ecuacin cuadrtica
a x2 + b x = c
x2 + b x + (b/2)2 = (b/2)2 + c
(x + b/2)2 = (b/2)2 + c
de donde:
x + b/2 = (b/2)2 + c
x = - b/2 + (b/2) + c
Para la ecuacin x2 - b x = c el signo menos ante el trmino b/2 tendra que ser
sustituido por un signo ms.
Este mtodo admite una expresin grfica que fue conocida y sistematizada en su
aplicacin a la ecuacin cuadrtica por los rabes. As, el miembro de la izquierda x2
+ b x se representara como un cuadrado de lado x junto a un rectngulo de lados b
y x. El rectngulo puede descomponerse en dos rectngulos de lados b/2 y x que,
en razn de esta ltima longitud, pueden disponerse alrededor del cuadrado inicial
(figura 67). Las partes ralladas tendrn en total un rea de x2 + b x y por tanto
equivalente a c.
Para completar el cuadrado de lado (x + b/2) bastara aadir un cuadrado en el
extremo de lado b/2, de manera que todas las manipulaciones algebraicas tendran
su representacin en lo geomtrico.
Sin embargo, es necesario dudar de que ste
fuera el origen de la expresin entre los
escribas mesopotmicos, particularmente por
su tendencia a infrautilizar las
representaciones geomtricas,
verdaderamente escasas en las tablillas
recuperadas. Sus razonamientos suelen ser de
naturaleza numrica y algebraica en el sentido
de considerar la generalizacin de las
Figura 67 relaciones numricas conocidas.
Cabe entonces suponer que el origen de las instrucciones de los escribas para la
resolucin de la ecuacin cuadrtica tengan un origen numrico como el que se
mostrar a continuacin (Resnikoff y Wells, 1984).
Sean las dos ecuaciones que dan el producto y la suma de dos nmeros que, a su
vez, pueden opcionalmente ser considerados como los lados de un rectngulo:
xy=P
x+y=S
Si x > y entonces se puede afirmar que sus valores pueden referirse a la semisuma
de ambos ms o menos una cantidad D:
x = S/2 + D
y = S/2 - D
(S/2 + D) (S/2 - D) = P
(S/2)2 - D2 = P
D2 = (S/2)2 P
D = (s/2)2 P
De modo que:
X = S/2 + (S/2)2 P
Y = S/2 (S/2)2 P
que es una solucin ms acorde con los planteamientos usuales de los escribas.
Casos simples
Un caso de inmediata aplicacin de las reglas mesopotmicas es sealado por
Aaboe (1998). Es probable que el estudiante de escriba tuviera que enfrentarse a
tablillas con diversos casos de cuadrtica como ste para practicar repetidamente
las reglas que resolvan estas ecuaciones.
He aadido el rea y dos tercios del lado de mi cuadrado y es 0; 35" (Op. cit., p.
23).
x2 + 2/3 x = 0; 35
(b/2)2 c = 0; 50
La solucin viene dada finalmente restando a esta cantidad b/2 para obtener el
valor que resuelve la ecuacin inicial:
0; 50 - 0; 20 = 0; 30
equivalente a: 11 x2 + 7 x = 6; 15
Podra pensarse que la resolucin pasa por transformar inicialmente esta ecuacin
en la cannica correspondiente:
x2 + (7/11) x = 6; 15 / 11
pero hay que considerar que 11 no tiene un recproco sexagesimal finito por lo que
no cabe esta solucin.
Probablemente incluso se puede afirmar que el escriba presenta un coeficiente de la
x2 que imposibilita este clculo para favorecer el que aprendan las instrucciones en
la forma en que se le dan, incluyo la manera de eludir la presencia de un coeficiente
de este tipo.
As, lo que se hace responde a la secuencia ordinaria de acciones salvo en el hecho
de que, en vez de considerar c, se toma (a c) y, finalmente, se divide por a el
resultado final.
Registras 7 y 11. Multiplicas 6; 15 por 11, es 1.08; 45. Divides 7 por 2, es 3;
30. Haces el cuadrado de 3; 30, es 12; 15. Sumas 1.08; 45, es 1.21. Es el
cuadrado de 9. Restas 3; 30, es 5; 3 0. El recproco de 11 no se puede
encontrar. Por qu debes multiplicar 11 para obtener 5; 30? Por 0; 30? Es el
lado del cuadrado
b
/2 + (b/2)2 + a c = - 3; 30 + 9 = 5; 30
Cambios de variables
Algunos de los sistemas de ecuaciones que los escribas se plantean son de cierta
complejidad respecto a la formulacin ms conocida de contar con la suma y el
producto de las dos variables. Ello obliga a hacer una serie de manipulaciones
algebraicas destinadas a transformar el sistema de ecuaciones original en otro
expresable de la forma ms sencilla. Tal es el caso presentado por Resnikoff y Wells
(1984, p. 79): Longitud, anchura. He multiplicado longitud y anchura, obtengo as
el rea. Entonces aado al rea el exceso de longitud respecto de la anchura, 3.03.
Adems, he aadido longitud y anchura, 27. Se pide longitud, anchura y rea.
Aqu el planteamiento viene dado, en trminos actuales, como
x + y = 27
x y + (x - y) = 3.03
La primera operacin implica sumar las dos ecuaciones dadas para transformarlas
en:
x y + 2 x = 3.30
x (y + 2) = 3.30
x + (y + 2) = 29
x (y + 2) = 3.30
o bien, considerando y = y + 2
x + y= 29
x y = 3.30
La posibilidad de realizar estos cambios de variables les permite abordar una mayor
variedad de sistemas de ecuaciones susceptibles de ser reducidos, finalmente, a la
forma estndar. ste es el caso que estudian Fauvel y Gray (1987, p. 32):
Las superficies de dos cuadrados tomados juntos, 21.40. Los lados de los dos
cuadrados multiplicados, 10.00".
El escriba plantea:
x2 + y2 = 21.40
x y = 10.00
x2 = x y2 = y
x + y = 21.40
x y = 10.002 = 1.40.00.00
As,
Partes por la mitad 21.40, 10.50. Multiplica 10.50 por 10.50, 1.57.21.40. Multiplica
10.00 y 10.00, 1.40.00.00 [en cursiva en el original]. Quita 1.40.00.00 de
1.57.21.40, 17.21.40".
Y ahora se halla la solucin final de la ecuacin planteada para, a continuacin,
deshacer el cambio mediante el clculo de la raz cuadrada de dicha solucin:
4.10 el lado [raz de 17.21.40]. Aade 4.10 al primer 10.50, 15.00. 30 el
lado del primer cuadrado [raz de 15.00]. Quita 4.10 del segundo 10.50,
6.40. 20 es el lado del segundo cuadrado [raz de 6.40].
x2 + y2 = 21; 15
y = 6/7 x
Vamos a seguir las instrucciones dadas por el escriba para poder interpretar que la
resolucin de este sistema de ecuaciones no se haca solamente a travs de la
ecuacin cuadrtica sino por medio de la sustitucin adecuada de la variable y.
Escribe 7 bajo el 6. Multiplica 7 y 7, 49. Multiplica 6 y 6, 36".
Calculando el cuadrado: y2 = 62 / 72 x2
Adelo (el 36) al 49, 1.25".
La necesidad de sumar estos dos cuadrados debe venir dada por la siguiente
sustitucin en la primera ecuacin:
x2 + 62 / 72 x2 = 21; 15
x2 (1 + 62 / 72) = 21; 15
(x/7)2 = 0; 15
Es por ello que ahora se realiza la raz cuadrada (0; 30) de este nmero y se halla
primero el producto por 7 (para dar el valor de x) y luego el producto por 6 (para
obtener 6/7 x) con el objeto de hallar el valor de y:
0; 30 el lado. 0; 30 a 7 multiplcalo, 3; 30 el primer lado. 0; 30 a 6 multiplcalo, 3
el segundo lado.
Captulo 11
Plimpton 322
Teorema de Pitgoras
Es indudable que, como en todas las culturas de la Antigedad, las relaciones
establecidas entre los lados de un tringulo rectngulo eran conocidas con cierto
grado de generalidad. Slo as es posible entender algunas aplicaciones y clculos
efectuados en problemas recogidos sobre diversas tablillas. La cuestin, como en
todas estas culturas nuevamente, no consistir en precisar su aplicabilidad, que
suele ser amplia, sino determinar el grado de generalizacin alcanzado ya que
cualquier demostracin general parece fuera de su alcance. Las relaciones
pitagricas presentan una naturaleza funcional, son ante todo instrumentos de
clculo para resolver problemas y no relaciones que tengan importancia por s
mismas ante las cuales, en consecuencia, sea preciso determinar mediante criterios
de validacin abstractos su validez general.
Son tan fragmentarios y escasos los datos encontrados en los restos arqueolgicos
que cabe tropezar con aplicaciones faltas de cualquier generalizacin y, por el
contrario, otras donde se destacan formas de clculo sofisticadas para la poca. As,
por ejemplo, en una tablilla del perodo selucida, ya en el primer milenio, se han
encontrado 19 problemas que han sido denominados de longitud, anchura y
diagonal (Van der Waerden, 1983).
4 es la longitud, 3 la anchura. Cul es la diagonal? La magnitud es
desconocida (p. 56).
L+A=D
1/3 A + L = D
A = 3, L = 4, D = 5
as como todos los derivados del mismo multiplicando por un entero positivo estas
dimensiones:
AC2 = 0; 302 = 0; 15
AB = 0; 30 - 0; 06 = 0; 24
BC = BC2 = 0; 05.24 = 0; 18
1.24.51.10
42.25.35
1; 24.51.102 = 1; 59.59.59.38.01.40
x2 x
x x
45.04 52
46.49 53
48.36 54
50.25 55
52.16 56
56.04 58
58.0 59
1 1
1.02.01 1.01
1.04.04 1.02
1.06.09 1.03
1.08.16 1.04
1.10.15 1.05
1.12.36 1.06
1.14.49 1.07
Los pequeos errores que se pueden encontrar en estas tablas denotan que son
ejercicios para estudiantes en los que estos practicaran la correspondencia entre
unos valores y otros. Sin embargo, mientras la relacin de nmeros x es correlativa,
sus cuadrados dejan, naturalmente, huecos numricos entre ellos. De esta forma,
por ejemplo, la raz cuadrada de 1.03 no se encuentra por medio de esta tabla.
Caben, entonces, dos procedimientos aproximativos: O bien una interpolacin lineal
simplemente, lo que dar lugar a un error no despreciable, o un mtodo basado en
la media armnica que trabaja explcitamente Diofanto en el siglo III d.C.
Considrese entonces que ha de determinarse el valor de 2. Gracias a la tabla de
cuadrados podemos encontrar una primera aproximacin algo grosera pero, en todo
caso, superior al valor buscado. Sea esta aproximacin 1; 30.
Resulta que es
1; 302 = 2; 15
de manera que
2 < 1; 30
2 / 1; 30 < 2 / 2 = 2
2 / 1; 30 = 2 x 0; 40 = 1; 20 < 2
Pues bien, si
1; 20 < 2 < 1; 30
2 / 1; 25 = 1; 24.42.21...
b1 = a / a1 < a / a = a
a2 = (a1 + b1)
x y = 0; 45
x2 + y2 = 1; 152 = 1; 33.45
Por qu formar esta resta? Hay que observar que forma el cuadrado de una resta
que ser utilizado posteriormente,
d2 - 2 A = x2 + y2 - 2 x y = (x - y)2
(x - y) = 0; 07.30 (Paso 5)
(x + y) = 0; 52.30 (Paso 8)
de modo que al sumar ambos resultados (x) y al restarlos (y) se obtienen los
resultados deseados.
Figura 72
La tablilla presenta los datos numricos presentados en la tabla 3. Hay que tener en
cuenta, sin embargo, que aparecen diversos errores corregidos segn lo presentado
por Robson (2001, p. 173), recogiendo un anlisis del por qu de estos errores y su
posible correccin que ser discutido ms adelante. Respecto a la tabla de Robson,
se ha aadido en negrilla y cursiva, bajo el valor probablemente correcto, el nmero
errneo que aparece realmente en la tablilla.
Las letras que aparecen junto a los encabezamientos de cada columna son tambin
actuales mientras que el nmero 1, que aparece entre parntesis en la columna I,
corresponde a una hiptesis que ser tambin discutida. Por ltimo, a la derecha de
la columna IV, que seala tan slo el nmero de la fila correlativamente, se ha
aadido una quinta columna con un dato hipottico que podr entenderse
seguidamente.
Interpretacin pitagrica
b2 = 1.592 = 3.56.01
d2 = 2.492 = 7.56.01
1 = 4.00.00 = 2.00
b2 + 12 = d2.
Este hecho se puede comprobar en todos los casos, de los que examinaremos dos
filas ms, la 5 y la 6.
As pues, la tablilla Plimpton parece ser una coleccin de tripletas pitagricas donde
faltan los valores de uno de los catetos, quiz presentes en otra columna a la
izquierda de los anteriores. Este hecho viene refrendado en gran medida por los
encabezamientos de las columnas II y III que, respectivamente, vienen a indicar el
cuadrado del lado corto y el cuadrado de la diagonal. En acadio, la palabra
cuadrado puede referirse tambin al lado de la figura cuadrada (Robson, 2001).
Sin embargo, no se obtienen tripletas pitagricas de una forma aleatoria, mxime
cuando los valores del cateto hipottico l son relativamente simples pero no as los
correspondientes al otro cateto b ni a la hipotenusa d.
Adems, tampoco se observa ni presencia de relaciones pitagricas simples (como
la ms sencilla 3, 4, 5) ni otras derivadas de las anteriores (para el caso anterior, 6,
8, 10 9, 12 ,15). As pues, debe haber un mtodo que permita generar tripletas
de este tipo de forma que la tablilla sea una relacin de los resultados obtenidos.
Es por este motivo que Neugebauer y Sachs (1986) postulan el conocimiento de los
escribas mesopotmicos de la relacin pitagrica que puede establecerse entre los
tres nmeros definidos a partir de otros ms bsicos p, q siempre que cumplan dos
condiciones:
1. p > q > 0.
2. p y q no tienen divisores comunes salvo el 1 siendo, por tanto, primos entre
s.
La relacin pitagrica sera:
b = p2 - q2
1= 2 p q
d = p2 + q2
donde
A partir de los datos de la tablilla no resulta complicado hallar los valores p, q que
corresponden en cada caso. Veamos su deduccin para las filas 1, 5 y 6.
De este modo, se puede defender una tabla que diera validez a las columnas II y III
a partir de los valores originarios de p y q (Tabla 4).
Los errores
A partir de la consideracin de las tripletas pitagricas que parecen ser el modelo
subyacente a los datos de la tablilla, se registran un total de cinco lneas con
errores.
Fila 8
Es posible que sea un simple error de trascripcin del clculo correspondiente, por
cuanto 45 + 14 = 59 y, debido a alguna distraccin, el escriba ha podido sumar las
dos posiciones antes que escribirlas consecutivamente.
Fila 9
En la columna II se escribe 9.01 en vez de 8.01 en lo que puede suponer un claro
error de trascripcin.
Fila 13
Teniendo en cuenta la ausencia del cero es posible que lo que pueda parecer un
error actualmente no lo sea en el contexto de la poca. Sin embargo, s se
contabiliza un error marcado en la columna II donde el valor correcto 2.41 es
sustituido por 7.12.01 que presenta la particularidad de ser su cuadrado: 2.412 =
7.12.01 que podra deberse al hecho de que la columna I supone el clculo de un
cuadrado y dicho procedimiento se ha extendido errneamente a la columna
siguiente.
Fila 15
Las columnas II y III presentan los valores 56 y 53, respectivamente, lo que
constituye una excepcin por cuanto, en todos los casos el valor de la columna III
es superior al de la II al corresponder a la hipotenusa respecto al cateto. Es por ello
que se deducira que uno de los dos valores es errneo, o 56 es inferior o 53
superior. La interpretacin que se discutir posteriormente de la columna I indica
que el valor correcto es el de la columna II (56) siendo el correspondiente de la
columna III, el de 1.46, justo el doble de 53. As pues, el error parece consistir en
escribir en la columna III la mitad del valor que debera escribirse.
Fila 2
El error que aparece en esta fila es el ms extrao y difcil de explicar. Consiste en
presentar para el valor de la hipotenusa, en la columna III, el nmero 3.12.01 en
vez del que sera correcto 1.20.25. No existe relacin inmediata entre ambos, como
suceda en las filas 13 y 15, ni puede ser objeto de una distraccin del escriba
durante la copia, como en las filas 8 y 9. As pues, el error 3.12.01 es el fruto de
una serie de clculos aparentemente errneos.
Pero es realmente un error? Probablemente. Los valores p, q, como se puede
apreciar, son valores enteros sin parte decimal. En caso de considerar los datos que
se registran en la tablilla:
b = p2 - q2 = 56.07
d = p2 + q2 = 3.12.01
p2 + q2 = 1.20.25
(p + q)2 - 2 p q
(p + q)2 - 2 q = 1.312 - 2 x 27
La importante columna I
Pese a ello cabe afirmar que la relacin d/l b/l pueda tener importancia para
definir la tabla, no tanto por la perspectiva anacrnica de que se establezcan unas
funciones trigonomtricas, sino por motivos distintos que no tienen nada que ver
con ellas.
1 + (b/l)2 = (d/l)2
o bien:
(d/l)2 - (b/l)2 = 1
Ello justificara el clculo tanto de (b/l)2 como de (d/l)2 en la columna I por motivos
distintos de los trigonomtricos. Si lo que se pretendiese, entonces, es determinar
las relaciones existentes en el tringulo rectngulo normalizado que puede
construirse a partir del ms general (l, b, d) de dimensiones presentes en las
columnas II y III, habr entonces que justificar la utilidad de este nuevo tringulo.
Para qu les poda servir el establecimiento de datos del tringulo rectngulo
original y del normalizado?
Qu aplicaciones se pueden encontrar a los mismos?
Hay que tener en cuenta que (d/l)2 - (b/l)2 = 1 se puede escribir:
(d /l + b /l) (d /l b /l) = 1
(d + b / l) (d - b / l) = 1
x=d+b/l
1/x = d - b / l
= 2 p2 / 2 pq = p/q
1/x = d - b / l = p2 + q2 - p2 + q2 / 2pq =
= 2 q2 / 2 pq = q/p
Hay que recordar que este valor hipottico de p/q (tabla 4) era, al igual que los
valores de la columna I, montonamente decreciente desde 2; 24 hasta 1; 48. Con
estos resultados puede deducirse un posible camino de construccin de la tablilla
Plimpton.
1. Se consulta inicialmente la tabla de recprocos para obtener p y q con p > q >
0. Con ello est garantizada la divisin tanto por p como por q.
2. Se han escogido p y q primos entre s para poder formar p/q (que actuar
como x) y su recproco q/p (que tomar el papel de 1/x).
3. Se forman, en funcin de p y q, los valores caractersticos de las tripletas
pitagricas:
b = p2 - q2 1=2pq
d = p2 + q2
x + 1/x = C x2 + 1 = C x
x - 1/x = D x2 - 1 = D x
( C)2 = (d / l)2
( D)2 = (b / l)2
7. que resulta ser el que se presenta en la columna I.
Captulo 12
Volmenes
Unidades de volumen
El volumen bsico consiste en un paraleleppedo de base cuadrada. Es por ello que
las unidades de volumen han de referirse a las de longitud e, incluso, a las de rea
que resultan de stas. En este sentido, hay que recordar que, en lo que se refiere a
la longitud,
1 ninda = 12 codos
1 codo = 30 dedos
de manera que resulta un rea bsica de 1 ninda2, que llamaremos sar-a al objeto
de no ser confundido con otros trminos unitarios tambin llamados sar.
Pues bien, la unidad bsica de volumen, como
se ha dicho, es un paraleleppedo de base
cuadrada y rea un sar-a, siendo su altura de
un codo (figura 75). A este volumen se le
llamar sar-v.
Figura 75 En principio puede parecer aconsejable la
adopcin de un cubo de un ninda de arista
como unidad de volumen.
En ocasiones, tal unidad aparece pero slo de manera excepcional y por alguna
conveniencia de clculo (al igual que el codo cbico).
Habitualmente, los volmenes tienen una inmediata
aplicacin a la fabricacin y apilamiento de ladrillos al
objeto de levantar muros y es por este motivo que la
altura de un codo resulta conveniente. En efecto, los
ladrillos suelen tener entre 5 y 6 dedos de altura de
manera que la adopcin de una altura correspondiente a
un codo simplifica muchos clculos dado que en dicha
altura cabrn cinco o seis hileras de ladrillos de 6 y 5
dedos, respectivamente.
Esta unidad conoce algn mltiplo, como el iku (100 sar-
v) pero lo habitual es que se consideren submltiplos
como el gin (o siclo), que es 1/60 de sar-v, o el se
(grano) que resulta 1/180 de gin. El gin o siclo tiene la Figura 76
particularidad de corresponder a una medida de capacidad de amplio uso, el gur,
con lo que se garantiza la transformacin entre unidades de capacidad y volumen,
aspecto importante de cara al almacenamiento de grano y otros productos (figura
76).
En resumen:
1 se = 1/180 gin
1 sar-v
Primeros problemas
Problema 1
1 ninda = 12 codos
0; 05 nindas = 1 codo
as que
Longitud = 6; 30 + 0; 25 = 6; 55 nindas.
VA = 0; 50 + 0; 01.50 + 0; 00.02.30 =
As que
VA + VB = (5/6 + 1 2/3) sar-v + (1 5/6 + 3 2/3) gin + (7 + 15) se
VA + VB = 2 sar-v + 5 gin + 22 se
Figura 77
Problema 2
En el siguiente problema, referente a la irrigacin de un campo desde una cisterna,
el escriba mantiene el clculo sobre nindas cbicos, en vez de sar-v porque, como
se comprobar, ello facilita el clculo que se desea realizar (Fauvel y Gray, 1987, p.
27): Una cisterna tiene un cuadrado de 10 ninda (de lado), 10 ninda de
profundidad. Vaco su agua; con este agua riego un campo hasta una profundidad
de un dedo.
A partir de la definicin de unidad de volumen, la solucin vendra dada empezando
por calcular el volumen del agua de la cisterna:
1 dedo = 0; 02 codos
A x 0; 02 = 3.20.00 sar-v
Problema 3
Nuevas dificultades se presentan cuando el contenedor, cisterna o granero, es
cilndrico dado que se presentan dos problemas nuevos: El de calcular el volumen
de este nuevo cuerpo y tratar de la capacidad equivalente a un volumen dado
(Robson 1999, p. 115): Un codo es la circunferencia de un tronco. Cmo es de
grueso? Multiplica 0; 05 con 0; 05 y (resultar) 0; 00.25, que multiplicas por 4.48,
el coeficiente fijado y el resultado es 2. 2 sila es el grosor del tronco.
Entre los coeficientes geomtricos se dispona del que daba el rea en funcin de la
circunferencia:
A = 0; 05 x C2
Actualmente podemos observar que una serie de operaciones lleva a una expresin
similar. As,
A = (d/2)2 = /4 d2
C = 2 (d/2) = d
d = C/
de modo que
Con el valor de que se conoce hoy en da, el coeficiente que multiplica a C2 resulta
ser de 0,07957...
Algo alejado del que, inicialmente daban los escribas en Mesopotamia,
0; 05 = 5/60 = 0,08333...
El valor que en este caso se plantea, sin embargo, cuando se afirma que
A = 0; 04.48 C2
A partir de este punto el planteamiento del problema es algo confuso por cuanto se
afirma que el grosor del tronco es de 2 sila, cuando el sila es una unidad de
capacidad y no de longitud. Muy posiblemente, se est afirmando que el grosor
hace corresponder el volumen a una capacidad de 2 sila. A ese respecto, hay que
partir de la equivalencia ms extendida en aquel tiempo entre unidades de volumen
y capacidad:
por lo que,
2 sila de capacidad = 0; 00.00.24 sar-v
Problemas de excavaciones
Una de las ms frecuentes aplicaciones del clculo de volmenes se refiere a la
tierra que es posible excavar para construir, por ejemplo, un canal de irrigacin. El
prximo captulo se dedicar a tales cuestiones con mayor detalle, sobre todo
relacionando el volumen con la carga de trabajo necesario y el nmero de hombres
que debe realizarlo. En este apartado se presentan dos casos peculiares que sirven
de introduccin a los que se vern despus.
Problema 1
V = 0; 10.50 x 6 = 1; 05 sar-v
Problema 2
En el captulo 13 se examinarn clculos relativamente sencillos de los volmenes
de excavacin, pero aqu se presentar uno ms complejo que enlaza con la
resolucin de ecuaciones cuadrticas que se estudi anteriormente (Fauvel y Gray,
1987, p. 29): 7; 30 sar-a es el rea, 45 sar-v el volumen; un sptimo de lo que
7; 30 x P = 45
1/7 (L - A) = 0; 30
L - A = 7 x 0; 30 = 3; 30
V=LxAxP
ser
L x A = 1/P x V = 1/6 x 45 = 0; 10 x 45 = 7; 30
plantendose el sistema:
L x A = 7; 30
L - A = 3; 30
(A + 3; 30) x A = 7; 30
A2 + 3; 30 A = 7; 30
Races cbicas
Hubo una tablilla publicada en 1906 (la CBM 12648), de difcil interpretacin, que
slo hasta 1982, por medio de Friberg, pudo ser adecuadamente estudiada como un
clculo de volmenes que implicaba la extraccin de una raz cbica.
Esto es algo excepcional ya que, como se ha comprobado, la definicin de la unidad
bsica de volumen descarta el uso de cubos como podra ser el ninda cbico en
beneficio de un paraleleppedo de base cuadrada (un sar-a) pero de altura 1/12 de
ninda (un codo). La tablilla dice lo siguiente (Muroi 1985, p. 186): 2 se y 1/12 se,
de un hoyo. 2/3 de la longitud es la anchura. La mitad de la anchura es la
profundidad. Cul es su longitud, su anchura y su profundidad? La longitud, la
anchura y su profundidad, despus las multiplicas juntas, haces su recproco y
multiplicas el volumen (por la respuesta), y extraes la raz cbica de 0;
00.00.15.37.30. La raz cbica de 0; 00.00.15.37.30 (es 0; 02.30...).
El texto presenta un paraleleppedo que tiene una longitud L, una anchura A
presentando una profundidad P, probablemente una excavacin. Su volumen se
indica,
V = L x A x P = 2 1/12 se
2/3 L = A
A=P
L3 = 0; 00.00.15.37.30 ninda3
As pues, las races cbicas eran un recurso algebraico disponible para resolver
problemas de volmenes cuando, por facilidad de clculo, se consideraba como
unidad el ninda3. La forma en que se obtenan estas races permite conocer en
mayor profundidad el modo de afrontar problemas algebraicos de cierta complejidad
de un modo emprico inicialmente para aplicar sobre los resultados as obtenidos
diversos recursos y manipulaciones.
En efecto, son conocidas las tablillas donde se presentan nmeros sucesivos, sus
cuadrados y sus cubos (Neugebauer y Sachs, 1986). Una podra ser la siguiente
(Tabla 5):
Esta forma de clculo no es una simple hiptesis sino que est constatada su
aplicacin en un ejercicio explcito de clculo de una raz cbica (Neugebauer y
Sachs, 1986, p. 42): Ejemplo de raz cbica. Cul es la raz cbica de 3.22.30?
Como 3.22.30 no da raz cbica, pon (debajo) 7.30.00, la raz cbica de lo que te
dan, debajo de 3.22.30. Cul es la raz cbica de 7.30.00? 30. Tomar el recproco
de 7.30.00 y esa 0; 0.0.08. Multiplicar 0; 0.0.08 por 3.22.30 y es 27. Cul es la
raz cbica de 27? 3. Multiplicar 3, la raz cbica, por 30, la otra raz cbica, y es
1.30. La raz cbica de 3.22.30 es 1.30".
As, como en el ejemplo anterior, se ha realizado lo siguiente:
Captulo 13
Excavaciones
Figura 79
Junto a las compuertas que permitan la distribucin del agua existan obras
importantes en el curso de los canales (sobre todo los centrales) como es el caso de
los diques y los reguladores. Los primeros eran muros de contencin en forma de
rampas cuya construccin ser tratada en el siguiente captulo, as como los
reguladores o muros de ladrillo cocido y betn (ambos, elementos impermeables)
que contribuan a elevar el curso del agua en el canal, cuando su nivel era bajo,
para su reparto en canales secundarios que estaban a una altura ms elevada que
dicho nivel. De la envergadura de estas obras da cuenta el hecho de que la
construccin de un regulador era una obra celebrada en inscripciones y desviaciones
de los ros Tigris o ufrates necesitando la intervencin de un grupo numeroso de
trabajadores junto a un control poltico de la zona y una capacidad organizativa
considerable entre los escribas encargados.
De un regulador construido en Lagash durante el tiempo de Enmetena da cuenta el
siguiente texto (Postgate, 1999, p. 217):
Cuando Ningirsu orden sus ofrendas regulares en el templo Girnun y
determin el destino de Enmetena en el templo Eninnu, y Nanse lo mir con
aprobacin desde Sirara, Enmetena construy para Ningirsu el regulador del
canal Lummagin-du, de 648.000 ladrillos cocidos y 1.840 gur de betn.
Hay que sealar tambin la importancia de los canales para el comercio por cuanto
por los centrales y ms caudalosos podan navegar barcos de mediano calado que
transportaban productos a lo largo de la tierra mesopotmica.
As pues, por la envergadura de las obras y su importancia econmica era preciso
organizar el trabajo de los hombres que excavaban estos canales. Ello empezaba
por determinar el volumen de la tierra a excavar y, conforme a determinadas
asignaciones de tierra por hombre e incluso de jornal por cada trabajador,
determinar el nmero de trabajadores que deban enrolarse y los jornales que
seran necesarios para su mantenimiento.
V = 5 x 1; 30 x 6 = 45 sar-v
Problema 2
Un ki- l. 3 ninda, 3 codos es el lado del cuadrado, 2 codos su profundidad, 7
gin (su volumen) asignado (por trabajador), 6 se el jornal (por trabajador). Cul
es el rea, el volumen, el nmero de trabajadores y el total de plata? (Neugebauer
y Sachs 1986, p. 61).
Aunque los datos son algo ms complejos, el clculo del volumen no debe acarrear
gran dificultad por cuanto la longitud del lado del cuadrado ser de 3 nindas ms
ninda, en total,
3; 30 + 0; 15 = 3; 45 nindas.
Problema 3
Existen diversas variaciones en los problemas presentes en las tablillas indicando
con ello su contexto escolar y su objetivo de practicar las reglas aritmtico-
algebraicas que permiten su resolucin. As, con los datos del primer problema
presentado: Un ki- l. 5 ninda es la longitud, 1 ninda la anchura, ninda su
profundidad. 30 trabajadores acaban en 9 das. Cul es la asignacin? (Fauvel y
Gray 1987, p. 30), dndose la siguiente solucin:
Cuando operas, multiplica la longitud y la anchura, y ser 7; 30. Multiplica 7;
30 por su profundidad y sern 45. Multiplica 30 trabajadores por 9 das y
sern 4.30. Toma el recproco de 4.30 y ser 0; 0.13.20. Multiplica 45 y ser
la asignacin. 10 gin (volumen) es la asignacin.
de manera que
Ecuaciones cuadrticas
Como se apunt en el captulo anterior, las ecuaciones cuadrticas, al igual que las
cbicas, surgen cuando los datos incluyen una relacin entre las dimensiones del
slido de que se trata.
Problema 1
El total de plata de un ki- l son 9 gin. 5 ninda de longitud, 10 gin (volumen) la
asignacin, 6 se (plata) el jornal. El ancho excede a la profundidad en 1 ninda.
Cul es el ancho y la profundidad? (Neugebauer y Sachs 1986, p. 61).
A partir de los datos sobre jornales y asignacin se llega a que, como en los
problemas del apartado anterior, el volumen es igual a 45 sar-v. Por tanto, siendo A
la anchura del volumen a excavar y P la profundidad en nindas (en codos, 12 P),
ser:
5 x A x 12 P = 45
A x 12 P = 9
A x P = 1/12 x 9 = 0; 05 x 9 = 0; 45
(P + 1) x P = 0; 45
P2 + P = 0; 45
b/2 = 0; 30
(b/2)2 = 0; 15
(b/2)2 + c = 1
(b/2)2 + c = 1
Problema 2
El volumen de un ki- l es de 45 sar-v, ninda es su profundidad. La mitad de la
longitud es la anchura (despus) de aadir 1 ninda a la anchura. Cul es la
longitud y la anchura? (Op. cit., p. 61).
En este caso, el volumen vendr dado por:
L x A x 6 = 45 sar-v
L x A = 1/6 x 45 = 0; 10 x 45 = 7; 30
L=A+1
L=2A+2
(2 A + 2) x A = 7; 30
2 A2 + 2 A = 7; 30
o bien
A2 + A = 3; 45
b/2 = 0; 30
(b/2)2 = 0; 15
(b/2)2 + c = 4
(b/2)2 + c = 2
Formas trapezoidales
Hasta ahora los problemas se han referido a canales con la forma de un
paraleleppedo de base cuadrada o rectangular. Sin embargo, en muchas ocasiones
los canales haban de adoptar otra forma para contener mediante un terrapln la
presin de la tierra, que tendera a desmoronarlos. En la prctica estos terraplenes
laterales adoptaran pendientes variadas aunque, en su estudio terico en las
escuelas, la pendiente correspondiera a un ngulo de 45.
Trabajadores x 0; 10 = 2.05
V
VIEJO = 5.00 x 0; 05 x 1 = 25 sar-v
V
NUEVO = 5.00 x 0; 10 x 1 = 50 sar-v
V
VIEJO = 5.00 x 0; 05 x 1 = 25 sar-v
V
NUEVO = 5.00 x 0; 10 x 2 = 1.40 sar-v = 1 iku
V
NUEVO - VVIEJO = 1.40 - 25 = 1.15 sar-v
Combinacin de coeficientes
Existen coeficientes distintos segn el nivel de excavacin, como se ha visto. Se
considera ms fcil extraer tierra a un nivel superficial que a otro ms profundo. Es
por ello que existe un coeficiente como 0; 20 sar-v por hombre y da de trabajo
para el nivel superior (lo que conocen como trabajo intil) mientras otro que
resulta la mitad (0; 10 sar-v) para el nivel intermedio (mencionado como trabajo
de cesto). La cuestin de resolver problemas de excavaciones se complica cuando
se consideran dos de estos trabajos simultneamente. Cmo combinar los
coeficientes de ambos tipos de trabajos cuando los dos se realizan al mismo
tiempo? se es el problema que vienen a resolver con el mtodo llamado de
combinacin de coeficientes (Robson, 1999).
Un canal subsidiario. La longitud es de 5 us, la anchura son 3 codos, su
profundidad es 3 codos. 1 codo de profundidad es 1/3 sar-v, el trabajo intil.
2 codos de profundidad son 10 siclos, el trabajo de cesto. Qu proporcin al
da hace un hombre el trabajo intil? Qu proporcin al da hace un hombre
el trabajo de cesto? Cul es el volumen?
En un quinto de da ha excavado el trabajo intil, 4 siclos (volumen). En 2/3
de da y un quinto de 2/3 de da ha hecho el trabajo de cesto, 8 siclos
(volumen) (Op. cit., p. 100).
Nivel intermedio
Se realiza sobre 2 codos de profundidad.
Se excava a razn de 0; 10 sar-v por hombre y da.
Esto significa que excava en 6 das un sar-v.
Como el trabajo total es sobre dos codos, necesitar 12 das para realizar el trabajo
sobre los 2 sar-v.
En resumen, un trabajador que realiza una labor conjunta sobre ambos niveles,
necesitar 15 das (3+12) para excavar un pozo de un sar-a de rea y una
profundidad de 3 codos, el primero del nivel superior y los dos siguientes del nivel
intermedio (figura 84).
De estos 15 das, un total de 3 se dedicaran al
nivel superior de manera que la proporcin
realizada sera 3 de 15:
3/15 = 1/5
12/15 = 4/5
Nivel intermedio:
4/5 x 0; 10 = 0; 48 x 0; 10 = 0; 08 sar-v = 8 siclos
Nivel intermedio
Se realiza sobre 2 codos de profundidad.
Se excava a razn de 0; 10 sar-v por hombre y da.
Esto significa que excava en 6 das un sar-v.
Como el trabajo total es sobre dos codos, necesitar 12 das para realizar el trabajo
sobre los 2 sar-v.
Nivel profundo
Se realiza sobre 1 codos de profundidad.
Se excava a razn de 0; 07.30 sar-v por hombre y da.
Esto significa que excava en 8 das un sar-v.
Como el trabajo total es sobre codo y medio, necesitar 12 das para realizar el
trabajo sobre el sar-v y medio resultante.
As pues, el trabajo completo durara
6 + 12 + 12 = 27 das
Nivel intermedio:
4/9 x 0; 10 = 0; 26.40 x 0; 10 = 0; 04.26.40 sar-v
Nivel profundo:
4/9 x 0; 07.30 = 0; 26.40 x 0; 07.30 = 0; 03.20 sar-v
Captulo 14
Construcciones en ladrillo
Materiales de construccin
Mesopotamia no dispone de materiales que permitan grandes construcciones
duraderas. Mientras Egipto cuenta con diversas canteras de piedra que le
permitieron realizar templos o pirmides que an persisten, los restos encontrados
de las edificaciones mesopotmicas son, en general, muy escasos y con graves
deterioros causados por el tiempo. La razn hay que buscarla en el material
empleado.
Carentes de piedra y madera de calidad, el mesopotmico levantaba sus casas,
templos y palacios con el material ms abundante a orillas del Tigris y el ufrates:
La arcilla.
Cuando la tierra era filtrada de sus impurezas fundamentales, se mezclaba con agua
aadindole diversos elementos destinados a darle consistencia: paja picada,
hierba, restos de huesos, arena, grava. Los animales pateaban esta mezcla hasta
darle una consistencia suficiente y una homogeneidad que permitiera su
manipulacin. Durante un tiempo inicial se emple esta arcilla o adobe as
conseguida directamente sobre el lugar donde levantar el muro de la casa de que se
tratase. Una limitacin del mtodo resida en que, tras dar una capa, haba que
esperar a su secado durante varios das antes de levantar una segunda capa, al
objeto de que no se desmoronase. El resultado eran muros que se cubran con
ramas, paja y otros elementos impermeabilizantes. Si bien el adobe es un material
aislante que permite estar fresco en verano y abrigado en invierno, presenta el
grave problema de su fragilidad frente a las lluvias.
Al objeto de dar ms consistencia al muro y construirlo con mayor rapidez se
empezaron a confeccionar desde muy pronto ladrillos cocidos al sol (Margueron,
1996).
Para ello, se limpiaba una extensin de tierra plana echando paja a modo de
impermeabilizante y, sobre la misma, se colocaban moldes de madera segn las
distintas dimensiones en que se deseara confeccionar los ladrillos. En estos moldes
se echaba la arcilla hasta el borde, de forma que la altura de los moldes
determinaba la del ladrillo resultante. Tras un mnimo secado se levantaba el molde
y se repeta la operacin al lado hasta llegar a fabricar varios centenares de ladrillos
cada jornada. Sin embargo, haban de ser expuestos al sol durante varios das hasta
que su capa superior se secara. Seguidamente, se levantaba el ladrillo as moldeado
sobre una plancha y se le daba la vuelta para conseguir su secado por la otra cara.
Este procedimiento era algo lento y, tambin se observ desde su comienzo que se
consegua un efecto ms rpido y eficaz cociendo en un horno los ladrillos. Rpido
porque en el mismo da estaban terminados y eficaz porque, a semejanza de la
cermica (cuyo principio compartan), los ladrillos as obtenidos presentaban una
mejora importante: Resultaban impermeables en ms alto grado que los cocidos al
sol. Sin embargo, el procedimiento no poda generalizarse por cuanto el combustible
necesario para alimentar los hornos era difcil y costoso de conseguir. Obras como la
puerta de Ishtar o el palacio de Nabucodonosor en la Babilonia del primer milenio,
realizados con ladrillos esmaltados, eran excepcionales. En todo caso, a partir del
tercer milenio el empleo de ladrillos cocidos se haba generalizado a las
construcciones principales de la ciudad (figura 85).
Figura 85
Pues bien, ya se dispona de ladrillos de dimensiones dadas por los moldes. Para
construir los muros se colocaban sobre su superficie mayor de forma consecutiva y
de manera que las sucesivas hiladas superpusieran ladrillos completos a las uniones
de dos ladrillos en la precedente, tal como sucede en la actualidad. Tras cada hilada
y entre ladrillos de la misma se empleaba, a manera de argamasa, un mortero
hecho con arcilla y paja picada.
Tipos de ladrillos
Los ladrillos se medan individualmente en dedos. Su superficie cuadrada ms
amplia oscilaba entre los 10 dedos (16 centmetros) y los 30 dedos
(aproximadamente medio metro) de lado. El grosor, sin embargo, era mucho ms
reducido siendo de cinco a seis dedos (8 10 cm). Robson (1999), citando a Powell,
menciona una relacin de hasta 12 tipos diferentes de ladrillos, algunos cuyas
dimensiones aparecen explcitamente en las tablillas y otros de los que slo se
conocen algunas caractersticas relacionadas con el volumen pudiendo deducirse
consiguientemente sus dimensiones bajo la hiptesis de que son semejantes a las
Era muy utilizado por los escribas en sus clculos de este tipo de construcciones la
razn inversa, es decir, los sar-b (o paquetes) contenidos en una unidad de
volumen (sar-v).
que seala que, en cada unidad de volumen sar-v, hay 7 1/5 paquetes (o sar-b) de
ladrillos de tipo 2. Este ndice, en el original nalbanum (en ingls, brickage) es
de difcil traduccin al castellano. Por su similitud con el actual trmino tonelaje
referido a la unidad de peso, podra traducirse por ladrillaje pero se ha optado por
el trmino original en este estudio. As, diremos que los ladrillos de tipo 2 tienen un
nalbanum de 7; 12.
De algunos ladrillos se conoce tan slo el nalbanum, como se ha comentado
anteriormente. Por ejemplo, los de tipo 7, siguiendo siempre la tipologa de Powell,
slo son conocidos por su nalbanum que resulta de 3; 20. Invirtiendo esta cantidad
se obtendr el nmero de sar-v por paquete, es decir, 1/3; 20 = 0; 18.
Este volumen equivale a 1620 dedos cbicos que, divididos por un grosor de 5
dedos, resultara en un rea de 324 dedos cuadrados, cuya raz cuadrada es 18
dedos. As pues, este ladrillo sera probablemente de 18 x 18 x 5. Hay que tener en
cuenta que si fuera de 6 dedos de grosor, el rea del ladrillo sera de 270 dedos
cuadrados que no tiene una raz cuadrada exacta, aunque cabra que presentara
una forma rectangular (por ejemplo, 18 x 15 dedos). Ello no es descartable pero,
adems de no afectar de manera importante a los volmenes de los sar-b en estos
ladrillos (uno de los elementos fundamentales en el planteamiento de problemas),
hay dos criterios que inducen a suponer el tamao propuesto al principio de 18 x 18
x 5. En primer lugar, el hecho de que, cuando la base del ladrillo no es cuadrada en
aquellos ladrillos cuyas dimensiones s son conocidas, la relacin entre ancho y largo
es la mitad (por ejemplo, 20 x 10) o bien las 2/3 partes (como en 18 x 12), no
presentndose otras relaciones. En segundo lugar, la existencia de evidencias
arqueolgicas en torno a la tipologa de Powell tras el examen de los restos de
edificios construidos con ladrillos en aquella poca.
Por todo ello, se han registrado hasta doce tipos diferentes de ladrillos (Robson
1999, pp. 59-60) que pueden presentarse con sus caractersticas principales (Tabla
6). La existencia del ladrillo de tipo 12 es ms cuestionable que los anteriores
porque no se han encontrado referencias de ningn tipo, ni en tablillas ni en
edificaciones, de su existencia. La hiptesis de la misma es nuevamente de Powell
que postul este tipo de ladrillo en un papel de referencia respecto a los dems,
debido a que el nalbanum y su recproco son la unidad.
Fabricacin de ladrillos
Los coeficientes combinados abordados al final del captulo anterior suponen una
herramienta matemtica que permite la consideracin de diversos trabajos
conjuntos y complementarios. Tal es el caso de una tablilla encontrada en una
ciudad de reino de Eshuna y contempornea al reinado de Hammurabi (Robson
1999, p. 75): Fabricacin de ladrillos, coeficiente combinado. Cul es la razn
diaria de fabricacin de ladrillos y cul es lo que resulta de un hombre? En su
trabajo se le asigna 0; 20 (sar-v), la razn diaria de excavacin, 0; 20 la razn
diaria de fabricacin de ladrillos; 0; 10, la razn diaria de mezcla.
As pues, se consideran tres tareas: Por la primera se extrae tierra a razn de 0; 20
sar-v por hombre y da, tierra con la que se fabrican ladrillos a razn de otros 0; 20
sar- v por hombre y da para, finalmente, realizar mezcla (mortero, probablemente)
a 0; 10 sar-v hombre y da.
Segn el clculo que hicimos entonces, ser:
Excavacin y fabricacin
Mezcla
0; 10 sar-v por hombre y da.
En 6 das se mezcla un sar-v.
Considerando el trabajo simultneo de un hombre en las tres tareas, procesara un
sar-v de cada cosa en un total de 3 + 3 + 6 = 12 das
Tomar el recproco de 0; 20 y ser 3. Tomar el recproco de 0; 20 y ser 3. Tomar
el recproco de 0; 10 y ser 6. Aadirlos y sern 12. Tomar el recproco de 12 y ser
0; 05. 0; 05 es la razn diaria del coeficiente combinado.
Esta ltima operacin corresponde a la razn diaria de realizacin de la tarea
conjunta. Si un sar-v de cada tarea se realiza en 12 das, por da se concluir 1/12
del total, es decir, 0; 05.
El cuadrado de 0; 03.20, el lado cuadrado de un ladrillo y ser el rea del ladrillo,
0; 0.11.06.40. Convertir 0; 01, el grosor de un ladrillo y ser 0; 12. Multiplicar 0;
12 por 0; 0.11.06.40 y ser el volumen del ladrillo, 0; 0.0.02.13.20".
El objetivo ltimo de este clculo es averiguar el volumen diario de la tarea conjunta
traducida a nmero de ladrillos. Para ello se necesita calcular el volumen de uno de
estos ladrillos. El que se considera tiene una base cuadrada de lado 0; 03.20 ninda
(20 dedos) y grosor 0; 01 ninda (6 dedos), lo que indica que es de tipo 9.
Tomar el recproco de 0; 0.02.13.20 y ser 27.00. Multiplicar 27.00 por 0; 05, la
razn diaria, y ser el resultado de un hombre, 2.15 de ladrillos. El triple de 2.15,
ser 6.45, el resultado de la razn diaria.
Ya que el volumen de tierra procesada en las tres tareas cada da es de 0; 05 sar-v,
habr que dividir esta cantidad por el volumen del ladrillo 0; 0.02.13.20:
Como hay tres tareas distintas, el prrafo final de la tablilla parece sugerir que se
contar con un equipo de tres hombres trabajando cada uno en una tarea distinta y
es por ello que los ladrillos procesados al da son equivalentes al triple de lo que
hara un solo hombre:
Transporte de ladrillos
Se han encontrado varios coeficientes en torno al transporte de ladrillos que es
necesario interpretar (Op. cit. p. 83):
A. 4.30.00, el coeficiente de los ladrillos, transporte de ladrillos.
B. 3.22.30, su transporte.
C. 3.0.0, el coeficiente del transporte de medios ladrillos.
D. 1.41.15, el coeficiente de los ladrillos cuadrados.
que actuara a modo de cantidad general sobre la que particularizar segn el tipo de
ladrillo. As, en caso de considerar como se hace habitualmente, que se est
tratando con ladrillos de tipo 2, el volumen correspondiente a estos ladrillos ser:
Tipo 5:
3; 07.30/0;0.01.02.30 = 3.0.0 ladrillos de tipo 5 (coeficiente C)
Tipo 8:
3; 07.30/0;0.01.51.06.40 = 1.41.15 ladrillos de tipo 8 (coeficiente D)
3 + 3 + 3 + 6 = 15 das
1 sar-v/15 = 0; 04 sar-v/da
cada trabajador para, posteriormente, multiplicarlo por tres al contar con un equipo
de tres hombres:
Apilamiento de ladrillos
Como se ha dicho al comienzo de este captulo, los ladrillos se colocaban apoyados
en su cara ms grande y con un grosor que oscilaba entre 5 y 6 dedos. Por ello, el
escriba estar interesado en el rea ocupada por ladrillos colocados de esta forma y
querr saber cuntos ladrillos hay en cada unidad de rea. Sabiendo el rea total
prevista de los muros puede calcular con facilidad cuntos ladrillos deber contar
en cada capa. A este respecto se encuentra el siguiente coeficiente (Op. cit. p. 61):
que tiene una fcil interpretacin. Los ladrillos de tipo 2 tenan una superficie de 15
x 10 dedos. Si se desea expresar el rea correspondiente en sar-a, habr de
transformarse cada una de estas medidas en nindas:
Ladrillos tipo 4:
Dimensiones 18 x 12
rea base del ladrillo = 0; 0.06 sar-a
Nmero ladrillos/sar-a = 10.48 ladrillos
Ladrillos tipo 8:
Dimensiones 20 x 20
rea base del ladrillo = 0; 0.11.06.40 sar-a
Nmero ladrillos/sar-a = 5.24 ladrillos
Los ladrillos sern de tipo 2 por cuanto un nmero entero caben en su longitud,
anchura y altura. Respecto a la longitud, el ladrillo de tipo 2 tiene 15 dedos (0;
02.30 ninda) de manera que, en longitud, caben
0; 10 / 0; 01.40 = 0; 10 x 36 = 6 ladrillos
4/0; 10 = 4 x 6 = 24 hileras
Esta forma de clculo no era necesaria con las herramientas de que estaba provisto
el escriba de la poca. En efecto, si el volumen general de la pila (2; 30 sar-v) se
multiplica por el nalbanum de los ladrillos de tipo 2, se obtiene el nmero de sar-b o
paquetes:
2; 30 x 7; 12 = 18 sar-b
Levantamiento de muros
Considrese un problema similar al anterior (Op. Cit .p. 67): Un muro. La longitud
es de 5 ninda, el grosor del muro es 0; 05.50, la altura es 12 (codos). Cuntos son
los ladrillos?.
El volumen sera:
5 x 0; 05.50 x 12 = 5; 50 sar-v
5; 50 x 7; 12 = 42 sar-b
Sin embargo, en la prctica hay que hacer una importante correccin a este clculo.
Los muros no son simplemente un apilamiento de ladrillos ya que hay que
considerar que entre cada hilera se extiende una capa de mortero. A partir de este
hecho se pueden entender algunos coeficientes que aparecen en las tablillas de la
poca (Op. cit. p. 67): 6, el coeficiente de un muro de ladrillos. 2; 15, el
coeficiente de un muro de ladrillos cocidos.
Los ladrillos de tipo 2 tienen una altura de 5 dedos y lo mismo suceder con una
hilada de ellos. Pero a esa altura de 5 dedos el escriba le suma uno ms destinado a
la capa de mortero. Por ello, el volumen de los ladrillos supone los 5/6 del volumen
del muro terminado. Por ello, en los clculos con el nalbanum ha de corregirse su
valor de esta forma.
Como el nalbanum es la cantidad de sar-b (paquetes) por cada unidad de volumen
(sar-v), ha de multiplicarse por 5/6 para corregir el nalbanum y referirlo a la unidad
de volumen (sar-v), no de ladrillos simplemente, sino de muro terminado.
As,
Para los ladrillos de tipo 2:
5/6 x 7; 12 = 0; 50 x 7; 12 = 6
5/6 x 2; 42 = 0; 50 x 2; 42 = 2; 15
5; 50 x 6 = 35 sar-b
Para construir un edificio haba de contarse con una serie de muros que,
habitualmente, ocupaban en superficie entre la mitad y la tercera parte de la
superficie total de la vivienda. De ah la presencia de coeficientes como (Op. cit. p.
67):
que seala que los muros ocupan la tercera parte de la superficie de la vivienda.
As, por ejemplo, se puede considerar una casa de rea dada 5 sar-a y cuyos muros
llegan a una altura de 2 ninda (30 codos). Bajo el supuesto de que los muros
ocupan esa tercera parte antedicha, el escriba hallara el volumen:
(5 x 30) x 0; 20 = 50 sar-v
Considerando que los muros se van a levantar con ladrillos de tipo 4 que tienen un
nalbanum de 5, si se desea saber el nmero de paquetes o sar-b necesarios habr
de corregirse este coeficiente por la presencia de mortero:
5/6 x 5 = 0; 50 x 5 = 4; 10 sar-b/sar-v
50 x 4; 10 = 3.28; 20 sar-b
Ahora bien, como un gur equivale a 4.00 sila, se puede transformar esta cantidad
de betn en sila:
Dado que un sar-a equivale a 2.24 codos2 se puede expresar esta cantidad por
codo cuadrado, resultando que en aquella poca se extenda 0; 12 sila de betn por
codo cuadrado, es decir, aproximadamente 1/5 litro ya que cada sila equivala a un
litro. En trminos actuales (el codo cuadrado es aproximadamente 1/4 de metro
cuadrado), se echaba 4/5 de litro de betn por metro cuadrado.
Demolicin
De la misma forma que se levantan muros tambin hay que demolerlos en
ocasiones, lo que comporta un clculo de qu volumen de muro puede demoler un
trabajador al da.
En ese sentido, se encuentra frecuentemente la expresin (Op. cit. p. 94):
cuyo sentido se puede explicar fcilmente a partir del siguiente problema (Op. Cit.
p. 94): Un muro de tierra. El (ancho) es 1 codo, la altura es (1) codo, la carga de
trabajo es 0; 03.45. Qu longitud demuele un hombre? La longitud es de ninda
3 codos.
En efecto, el volumen demolido viene dado por 0; 03.45 sar-v, de manera que el
clculo de la longitud demolida es sencillo si se consideran las dimensiones (1 codo
= 0; 05 nindas) y el resultado en codos:
Los clculos de este tipo son habituales y sencillos de resolver (Op. cit. p. 89):
Un muro de tierra. El ancho es de 2 codos, la altura de un codo. Cul es el
resultado de un hombre? Multiplica 0; 10 por 1, su altura, y ser 0; 10. Toma el
recproco de 0; 10 y ser 6. Multiplica 6 que resulta por 0; 03.45, su coeficiente y
ser 0; 22.30. 0; 22.30 ser el resultado de un hombre.
Reduciendo el ancho (2 codos) a nindas (0; 10) se cumplir, respetando el
coeficiente de trabajo de un hombre,
(0; 10 x 1) x L = 0; 03.45
0; 10 x L = 0; 03.45
Entonces,
AB = 0; 30 - 0; 07.30 = 0; 22.30 nindas
Bibliografa
VAN DER WAERDEN, B.L. (1983): Geometry and Algebra in Ancient Civilizations.
Springer, Berln.
WALKER, C. (1987): Cuneiform. British Museum Pub., Londres.