Comentario Marcos 9
Comentario Marcos 9
Comentario Marcos 9
Incrdula.
Es decir, "sin fe", o "descreda". Comparar con la forma en que Dios
consideraba a Israel en los das de Moiss (Nm. 14: 27; Heb. 3: 17-19). No
parece probable que Jess tuviera en cuenta al padre del muchacho poseso del
demonio cuando pronunci estas palabras, pues la fe del padre no era el nico
obstculo en el sendero de la curacin de su hijo. Debido a que los discpulos
mismos eran los principales culpables (ver com. Mar. 9: 29), es probable que
el Salvador los tuvo especialmente en cuenta. Pero no deseaba sealarlos para
censurarlos en pblico, y por eso no los hizo el objeto directo de sus
observaciones. Con todo, si los discpulos eran "incrdulos", cunto ms lo
era la multitud!
Hasta cundo?
Estas palabras podran insinuar que Jess aqu habla como un ser divino, que
temporalmente ha asumido la forma humana.
Os he de soportar.
Repetidas veces Moiss pas por la misma experiencia con Israel en el desierto
(Nm. 20: 10).
21.
Pregunt al padre.
Detalle registrado slo por Marcos.
Cunto tiempo?
Este es el nico caso registrado en el cual Jess hizo una pregunta especfica
de los antecedentes de uno a quien san. No son del todo claras sus razones
para proceder as en esta ocasin. Posiblemente le pidi al padre que diera
una descripcin de la enfermedad y sus efectos a fin de que los que estaban
all presentes pudieran apreciar plenamente la grave condicin del muchacho
(ver com. vers. 18). Quiz por esta razn Cristo permiti que el espritu malo
agitara al muchacho cuando sala (ver com. vers. 26).
22.
Para matarle.
El caso era crnico, y por lo tanto, desde el punto de vista humano, ms
difcil de tratar. En griego (Mat. 17: 15) la expresin "padece muchsimo"
generalmente se usaba para describir enfermedades que la habilidad humana no
haba podido aliviar.
Si puedes.
Ver com. cap. 1: 40.
Aydanos.
El padre se identifica plenamente con el muchacho (cf. Mat. 15: 22, 25).
24.
Mi incredulidad.
El padre no habra trado a su hijo si no hubiera tenido antes una cierta
medida de fe (cf. com. Juan 4: 43-54).
28.
En casa.
Tal vez la casa de Pedro en Capernam (ver com. cap. 1: 29; 2: 1), un hogar
transitorio para Jess durante el resto de su permanencia en Galilea (cf. DTG
399).
Por qu nosotros no pudimos?
Los doce haban expulsado demonios durante el curso de su tercer viaje por
Galilea (cap. 6: 13). No podan entender por qu se haba 620 apartado de
ellos el poder que Jess les haba impartido.
29.
Este gnero.
Los escribas haban atribuido la impotencia de los nueve discpulos ante el
supuesto poder superior del demonio, y afirmaban que el dominio de Jess estaba
limitado a los demonios menos poderosos (cf. DTG 394). Sin embargo, la
verdadera dificultad no dependa del poder del demonio, sino de la impotencia
espiritual de los discpulos.