Folklore, Bombo, Percusion
Folklore, Bombo, Percusion
Folklore, Bombo, Percusion
Modificaciones rtmico-texturales
en la chacarera
In this paper we analyze the changes that occurred in the professional folklore in
Argentina, and more precisely in the chacarera, after the inclusion of the drum kit
as a rhythmic-percussive instrument. The hypothesis is that this shift is significant
because it causes a change in the textural function of the percussion accompaniment,
transforming a hierarchical feature in the constitution of these genres. In this sense,
we can state that this modification has been a major aesthetic change in the folk scene.
First, the paper addresses some notions that are relevant to our argument such as the
idea of hierarchy on the traits that define the genre; the notion of textural function;
and rhythmic characteristics of the chacarera and other ternary genres in the argentine
folklore. Subsequently we present some artists and albums that pioneered the incor-
poration of the drum kit in this repertoire prior to the 1990. Finally, given that the
source of the use of the set of drums in professional folklore and other scenes, came
from rock, we will expose some characteristics ot the textural patterns and other func-
tions of the drums in rock music, in order to have the necessary elements to intro-
duce the central argument of the work: the rhythmic-textural change in the folk scene.
Keywords: Argentine folk music, bombo legero, drum kit, rhythm, texture.
Introduccin1
El debate por los sentidos de la palabra folclore en el mbito acadmico
argentino ha dejado como saldo una gran cantidad de prcticas musicales no estu-
diadas, por haber quedado situadas en esa frontera gris entre los espacios consi-
derados por la musicologa como folclore y msica popular. An hoy, es comn
escuchar trminos como msica popular de raz folclrica, msica criolla tradi-
cional, proyeccin folclrica o nativismo para hacer referencia a un repertorio
musical que los cultores y los medios masivos llaman sencillamente: folclore.
Las investigaciones sobre la materia estn marcadas por la preocupacin de la
delimitacin de lo que es y no es folclore y en esta disputa, las prcticas musicales
que fueron incorporndose a los nuevos circuitos de circulacin, a partir de los medios
masivos, fueron marginadas de cualquier estudio. Mientras los msicos comenzaban
su trayectoria de profesionalizacin en las radios, peas, conciertos y discos, los estu-
diosos grababan y transcriban la msica que, al no incorporarse en estos circuitos, se
adecuaba a la categora del folclore que ellos haban construido.2 Incluso el intento de
Carlos Vega, en los ltimos aos de su vida, de instalar el neologismo mesomsica
para la msica popular, y su declaracin sobre la importancia de estas msicas,3 no
produjeron ni continuidad en la categora ni estudios prximos en aquel momento.4
1 Este trabajo fue presentado en una versin anterior en la XX Conferencia de la Asociacin Argentina de Musi-
cologa y XVI Jornadas Argentinas de Musicologa en Buenos Aires en 2012. Posteriormente, la investigacin
realizada en el marco del proyecto Msica popular en la Argentina. Anlisis e historia en el folclore, rock y
tango, radicado en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, aport nueva informacin para esta segunda versin.
2 Sin embargo, algunos estudios recientes han podido demostrar que aquellos msicos que fueron infor-
mantes para Carlos Vega se encontraban en cierto momento de profesionalizacin. Julius Reder Carlson
en su tesis de doctorado dice: But Vegas work also documented a world of professional musicians and
music aficionados intimately related to Chazarretas commercial endeavors. The song titles of the 1936
recordings of the guitarist Jos Montenegro, for instance, read almost precisely like a set list for a 1920s
performance of the Company of Native Art. So do those of the guitarist Anselmo Ledesma, whom he re-
corded three years later in 1939, and harpist Segundo B. Gallardo, who he recorded in 1945. Julius Reder
Carlson: The Chacarera Imaginary. Santiaguean Folk Music and Folk Musicians in Argentina. Tesis
de doctorado en Etnomusicologa por la Universidad de California (Los ngeles, 2011), p. 89. Pero el
trabajo de Vega tambin document un mundo de msicos profesionales y aficionados ntimamente vin-
culados a las actividades comerciales de Chazarreta. La lista de canciones grabadas en 1936 al guitarrista
Jos Montenegro, por ejemplo, se ve casi exactamente como una lista de una actuacin de la Compaa
de Arte Nativo en los aos 20. As tambin aquellas del guitarrista Anselmo Ledesma, a quien grab tres
aos ms tarde, en 1939, y el arpista Segund B. Gallardo, quien l grab en 1945. (Ibdem, la traduccin
es propia). De igual modo, Sixto Palavecino fue informante de Carlos Vega en el ao 1951 como lo muestra
el disco editado por el Instituto Nacional de Musicologa en ocasin de la reedicin del libro Panorama
de la msica popular argentina (Buenos Aires: INM, 1998 [Losada, 1944]). Diego Madoery: El folklore
profesional. Una perspectiva que aborda las continuidades, en Carolina Santamara et l. (eds.): Popular,
pop, populachera? Actas del IX Congreso de la Rama Latinoamericana de la IASPM, Caracas, Venezuela
(IASPM EUM, 2011), pp. 13.
3 Carlos Vega: Mesomsica, un ensayo sobre la msica de todos, Revista del Instituto de Investigacin
do este trmino. Es digno de destacar que este artculo fue pionero en relacin con los estudios de msica
popular que re/comenzaron posteriormente en el Reino Unido en la dcada de 1980.
5 Claudio Daz: Rock y folklore. Estrategias de legitimacin en la cultura de masas, El canto exacto:
Jornadas de literatura (creacin y conocimiento) desde la cultura popular (4 y 5). (Crdoba: Escuela de
Letras, Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba, 2003), pp. 117-125 y
Claudio Daz: Variaciones sobre el ser nacional. Una aproximacin sociodiscursiva al folklore argenti-
no (Crdoba: Ediciones Recovecos, 2009).
6 Ricardo Kaliman: Alhajita es tu canto. El capital simblico de Atahualpa Yupanqui (Crdoba: Comuni-
10 Middleton en su libro Studying Popular Music (Philadelphia: Open University Press, 1990), dedica parte
del captulo 5 para analizar cules han sido las particularidades del folclore para considerarse como un
objeto de estudio separado de la msica popular. Este trabajo decontructivo tiende a concluir que el folclore
no posee grandes diferencias con la msica popular mediatizada.
11 Si bien este trabajo analiza la chacarera, el cambio de la instrumentacin ha sucedido en un amplio
conjunto de gneros. Cada agrupacin interpreta una diversidad de gneros con la misma instrumentacin.
12 Diego Madoery: Los procedimientos de produccin musical en Msica Popular, Revista del Instituto
pp. 101-110.
14 Edgardo Rodrguez y Silvina Argello: La resistencia del gnero musical: el caso del vals criollo argen-
tino, en Carolina Santamara et l. (eds.): Popular, pop, populachera? Actas del IX Congreso de la Rama
Latinoamericana de la IASPM, Caracas, Venezuela. (IASPM EUM, 2011), pp. 76-86.
15 Franco Fabbri: A Theory of Musical Genres: Two Applications, en David Horn y Philip Tagg (eds.):
Popular Music Perspectives: Papers from the First International Conference on Popular Music Research
(Amsterdam, June 1981) (Gteborg and Exeter: International Association for the Study of Popular Music,
1981), pp. 52-81.
trabajo nos interesa resaltar que dentro del conjunto de rasgos musicales estruc-
turales del gnero existen tambin jerarquas.16 As, entendemos que cada rasgo
musical posee una importancia diferente en la definicin del gnero y que esta
graduacin jerrquica depende de cada gnero. Esto quiere decir que los gneros
pueden describirse mediante un conjunto de rasgos pero no todos intervienen con
el mismo rango de importancia en su caracterizacin y estas jerarquas son tan
determinantes en la definicin del gnero como sus rasgos.
En este sentido, las modificaciones producidas en cualquiera de los rasgos
musicales no generan las mismas consecuencias en la totalidad del gnero. Un
ejemplo de esto es lo que sucede cuando los msicos realizan una pieza sobre la
base rtmica de la chacarera pero no respetan su forma. En estos casos es muy
comn encontrar la expresin aire de chacarera. Es decir, la forma aqu, es un
rasgo altamente jerarquizado en la definicin de la chacarera y no as en la de aire
de. En la chacarera, adems de la forma, el patrn rtmico de acompaamiento es
uno de los rasgos determinantes en su definicin y no solo su esquema bsico, sino
tambin la manera en cmo se distribuye el ritmo en la textura.
Entendemos a la textura en msica popular en relacin con el rol que cada
instrumento desarrolla en el conjunto y donde cada funcin es constitutiva de los
rasgos del gnero. As, dentro del acompaamiento es necesario precisar, adems
de los patrones, los instrumentos caractersticos y cmo estos patrones se presentan
en la textura. En el rock, algunos roles se manifiestan en la denominacin de los
instrumentos como es el caso de la guitarra lder o la guitarra rtmica. La fun-
cin textural es un tema que desarrollaremos ms adelante y si bien no existen estu-
dios especficos en el folclore profesional en nuestro pas, forma parte del acuerdo
bsico que cada instrumentista conoce al integrarse a una agrupacin musical que
interprete tal o cual gnero.17
16 Profundizar en estos rasgos no implica negar la existencia de otro conjunto de caractersticas que confor-
man lo que Negus llam, citando a Frith, como mundos de gnero. Keith Negus: Los gneros musicales
y la cultura de las multinacionales (Barcelona: Paids, 2005), p. 56.
17 Octavio Snchez en su artculo: Prcticas de produccin en la msica popular: una visin desde la se-
mitica de la cultura (2001) muestra cmo a partir del conocimiento de un lenguaje previo (texto-cdigo)
de un gnero determinado es posible rpidamente avanzar en la concertacin grupal respetando los roles
de la textura. Octavio Snchez: Prcticas de produccin en la msica popular: una visin desde la semi-
tica de la cultura III Congreso de IASMP-LA, Bogot, 2000. Disponible en: http://www.iaspmal.net/wp-
content/uploads/2011/10/Sanchez.pdf [ltima consulta: 30-06-2015].
18 La denominacin de Vega para el cancionero que incluye estos gneros, Ternario colonial, podra ser
pertinente, aunque el origen colonial de estos, queda en un terreno hipottico.
19 Nos referimos a los lbumes para piano publicados por Andrs Chazarreta y a 1er. lbum para piano.
Danzas y canciones regionales argentinas, de los Hermanos Abalos (Buenos Aires: Editorial Hermanos
Abalos, 1952).
20 Hacemos referencia aqu tanto al libro de Mara del Carmen Aguilar, Folklore para armar (Buenos Aires:
Ediciones Culturales Argentinas,1991), como a una reciente publicacin desarrollada por Juan Fal dentro
del Ministerio de Educacin de la Nacin compuesta por un conjunto de recursos didcticos multime-
diales, denominada Cajita de msica argentina. Disponible en: http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/
ver?id=108972 [ltima consulta: 26-06-2015].
21 El piano ha formado parte desde los comienzos de la profesionalizacin tanto del plano del acompa-
amiento como del meldico pero nunca tuvo la masividad de la guitarra. Ciertamente en agrupaciones
de veinte aos a la actualidad ha crecido su insercin en la escena. Tambin es comn hoy el uso del bajo
elctrico como un instrumentos ms en el rol de acompaamiento rtmico y armnico.
Ejemplo 5. Ral Carnotta - Suna Rocha, Ral Carnota: Coplas sin luna
(Suna Rocha, 1983)
22 Como por ejemplo, la chacarera La aclaradora del disco Contrafuego (1994), de Ral Carnota.
23 Los trminos corriente principal o alternativa son tomados del artculo de Antti-Ville Krj: A Pres-
cribed Alternative Mainstream: Popular Music and Canon Formation, Popular Music 25/1 (2006), pp.
3-19.
27 A lo largo de su trayectoria ha acompaado y grabado con diferentes artistas argentinos: Mercedes Sosa,
Len Gieco, Alberto Cortz, Sandro, Ral Lavi, Charly Garca, Jairo, Mariano Mores, Ariel Ramrez, Los
Nocheros, y muchos otros. Particip en la ltima grabacin del material de Mercedes Sosa Cantora 1 y 2,
de quin fue msico durante veinte aos y acompa en sus giras por distintos pases.
28 Diego Madoery, Juan Pablo Piscitelli, Sergio Mola y Octavio Tajn: El Chango Faras Gmez y la m-
sica popular argentina: un proyecto vigente, X Congreso de la Asociacin Internacional para el Estudio
de la Msica Popular (Rama Latinoamericana) IASMP-AL. Crdoba (Argentina): indito, 2012.
Varios aos despus, ya en los 80, el Chango Faras Gmez form la agru-
pacin Msicos Populares Argentinos. Entre otras novedades, este grupo propuso
una particular forma de acompaamiento con la batera donde los vnculos con el
jazz, con el rock, y con el mismo folclore aparecen disimulados en una propues-
ta innovadora. Adems del uso de la percusin como material rtmico/tmbrico
como en el disco mencionado anteriormente, la aparicin de la aumentacin entre
los compases 6/8-3/4 y 6/4-3/2 surge como un procedimiento que ser utilizado
posteriormente por diversos intrpretes en el acompaamiento de la chacarera. La
transcripcin que se presenta como Ejemplo 8, muestra tres patrones en diferentes
momentos del aire chacarera Te voy a contar un sueo. El primero como el tercero
usan la combinacin 3/4-6/8 sucesivamente (3/4 para el 1er. comps del patrn y
6/8 para el segundo; en el tercer patrn sucede a la inversa). En el segundo es donde
se observa el comps de 3/2 como un metro aumentado.
29 Es probable pero no muy evidente que la influencia de MPA sobre los msicos santiagueos haya sido
mayor que en las agrupaciones salteas debido a la participacin de Peteco Carabajal en este grupo. Sin
embargo, la batera que Peteco incorpora en sus ltimos discos no est relacionada con los patrones rtmi-
cos que se propusieron en MPA.
La batera en el rock
Como mencionamos ms arriba, la textura en la msica popular est ligada a
la instrumentacin y a ciertos roles dentro de la textura. Entonces, la instrumenta-
cin no solo se relaciona con el timbre sino tambin con un tipo de comportamien-
to que vincula al instrumento con su rol en la textura.
En relacin con esto, Moore describe de este modo los roles instrumentales
en el rock:
Una de las cosas que tan claramente define el estilo del rock temprano
son los roles que asigna a sus instrumentos: las partes graves y agudas
son priorizadas y se dan en timbres separados (bajo, voz y/o guitarra),
mientras que la guitarra rtmica o el teclado llenan el resto, todo el con-
junto se mantiene unido por la batera, que establece el principio de la
repeticin o el patrn. [] Esta ha sido siempre la funcin de la batera,
proporcionar un patrn bsico de acentos que sostiene, a veces con con-
trapuntos, a los instrumentos agudos. Es de la esencia de este modelo la
repeticin. 30
30 One of the things that so clearly denes this early rock style is the roles it assigns to its instruments: bass
and treble parts are prioritized and given separate timbres (bass guitar, voice and/or lead guitar), while the
rhythm guitar or keyboard lls in the remainder. the entire ensemble being held together by the kit, which
lays down the principle of pattern repetition. [...] It has always been the function of the kit to provide a basic
pattern of stresses that underpins, and sometimes counterpoints, that of the pitched instruments. It is of the
essence of this pattern that it is repeated. Allan Moore: Rock: The Primary Text. Developing a Musicology
of Rock (revised edition) (Buckingham (England): Ashgate Press, 2004), pp. 36-37. La traduccin es propia.
31 El encuentro entre el rock y el folclore en Argentina parece instalarse con el regreso a la democracia. Dos
artistas han sido fundamentales en estos cruces: Len Gieco y Mercedes Sosa. El primero desde la escena
rockera con sus viajes, recitales y discos de La Quiaca a Ushuaia junto a Gustavo Santaolalla, desarroll
un nexo que funciona hasta la actualidad. Mercedes Sosa, en su regreso del exilio, incorpora un repertorio
variado de gneros que sobrepasan al folclore argentino y se vincula con msicos como Charly Garca, Luis
Alberto Spinetta, Fito Paez y Gustavo Cerati, entre otros.
Por la misma poca, reemplazan los instrumentos acsticos con los que
tocaban originalmente por los elctricos y el bombo por la batera.32
Por su parte, Peteco Carabajal proviene de una extensa familia de msicos san-
tiagueos y luego de haber formado parte de la agrupacin Los Carabajal se incor-
por a MPA en el ao 1985. Su primer disco fuera de estas agrupaciones es junto a
Jacinto Piedra, Santiagueos, de 1987. En Peteco, la incorporacin de la batera es
el resultado de un paso gradual desde el bombo, pasando por la inclusin de diversos
instrumentos de percusin, hasta la batera. Estos sets de percusin (entre el bombo
y la batera), compuestos por platillos, tambor y tons (rotontn) y otros idifonos,
fueron arreglados como un estrato de acompaamiento percusivo donde los instru-
mentos desarrollaban una diversificacin tmbrica, y los platillos eran utilizados para
acentuar articulaciones de frases o momentos de clmax de las canciones.
El primer disco que incorpora la batera es Andando (1998) producido por el
Chango Faras Gmez e interpretada por Demi Carabajal. Aqu, este instrumento
es incorporado con mucha sutileza, intensificando la intensidad de la percusin
(sobre todo en los interludios), pero la base sigue estando sostenida por el bombo y
el ton ton grave. Los platillos aparecen en la marcacin del 6/8 y el tambor en algu-
nos rellenos articuladores de frases tal como el bombo llamador (Voy andando y
La finadita; Andando, 1998). A partir de este disco, la batera pasa a formar parte
de los discos de Peteco y es en Aldeas (2008) donde aparece con mayor frecuencia
el uso del tambor marcando los tiempos dbiles del 6/8.
La inclusin de la batera rock/pop es la que produce el cambio ms fuerte
en el comportamiento rtmico porque los patrones de acompaamiento aparecen
con un alto grado de repeticin en relacin con el bombo legero. El timbre agudo
del aro pasa a ser ejecutado por platillos, hi-hat o tambor, y el parche del bombo
legero por el bombo de la batera. En este sentido el metro 6/8 (vinculado a un
registro agudo) sobresale en volumen a la marcacin del 3/4 del registro grave y
provoca la unificacin en el primer comps. Entonces, tanto la complementariedad
guitarra-bombo (mencionada ms arriba), como la propia de los metros 6/8 y 3/4
aparecen ordenadas en un estrato de acompaamiento ms homorrtmico, reitera-
tivo y en 6/8. Cabe aclarar que el bajo, que se incorpora casi paralelamente a la
batera y que por razones de especificidad no ha sido abordado en este trabajo, en
los ejemplos analizados mantiene el 3/4 (sin la marcacin del primer tiempo) en
Peteco y en algunos casos de Los Nocheros.33 De cualquier modo, la intensidad
y rasgo tmbrico distintivo del tambor y platillos de la batera parece imponerse y
deja en un segundo plano a lo ternario.
32 Ricardo Kaliman: Identidades e industria cultural. Una comparacin entre Los Nocheros y el
ocupando la duracin del comps. Solo espordicamente aparecen algunas notas de paso en el tercer tiempo
del 3/4. Sin embargo, en otras chacareras, el bajo se comporta junto con el bombo de la batera, articulando
el 2do. y 2er. tiempo del 3/4.
Ejemplo 10. Patrn de Como jardn de fuego. Los Nocheros, Con el alma, 1994
Ejemplo 11. Patrn de Estrofa en No juegues ms. Los Nocheros, Ven por m, 1997
Si bien, en algunos casos, el nfasis del comps de 6/8 frente al de 3/4 pue-
de ser interpretable, entendemos que cuando aparece la acentuacin binaria en el
tiempo dbil, en registro agudo, el comps binario o cuaternario que resulta posee
la fuerte marca de una gran cantidad de estilos del rock y del pop. Esta marca esti-
lstica naturaliza el mayor grado de repeticin del estrato rtmico-percusivo porque
se asocia al comportamiento de la batera en los estilos antes mencionados.
Reflexiones finales
Hemos analizado el cambio acaecido en la percusin de las agrupaciones fol-
clricas en la Argentina, en relacin con la chacarera, repasando desde las primeras
inclusiones hasta el cambio que en la actualidad se mantiene. El anlisis presenta-
do muestra que la inclusin de la batera produjo un cambio de envergadura tanto
en el patrn de acompaamiento como en su rol dentro de la textura. El cambio
del instrumento asignado al rol de acompaamiento rtmico-percusivo no ha sido
solo una modificacin tmbrica sino que ha generado alteraciones en los patrones
de acompaamiento rtmicos caractersticos.
Luego de los diversos intentos promovidos por msicos vinculados al jazz,
en los ltimos veinte aos se instal progresivamente el uso de la batera relacio-
nado con su rol caracterstico en el rock/pop. Este estilo de ejecucin ha genera-
do que el acompaamiento de percusin adquiera un fuerte grado de repeticin
del patrn caracterstico. Este rol que, por lo general, era llevado a cabo por la
guitarra en las agrupaciones folclricas con bombo legero, ha tomado un nivel
y timbre diferenciado en la textura. As, esta variante estilstica se encuentra
prxima a abandonar una forma caracterstica del acompaamiento de percusin
del folclore profesional a favor de comportamientos prximos al rock/pop. Esto
se evidencia, tambin, en cmo la combinacin de compases 6/8 y 3/4 parece
perderse en la prominencia del primero, prevaleciendo el metro binario o cuater-
nario, con divisin ternaria. Si bien el bajo, en algunos casos, mantiene junto al
bombo de la batera el comps ternario, el registro agudo, la intensidad y timbre
del tambor y los platillos, ubica a las partes graves como contratiempos dentro
del comps de 6/8 o 12/8.
Los cambios analizados aqu, en la chacarera, se manifiestan tambin en otros
gneros ternarios del repertorio folclrico. Esta modificacin en la instrumentacin
permite observar la transformacin de los gneros vinculados al folclore profesio-
nal mostrando la movilidad de esta escena que, por estar fuertemente ligada a la
tradicin, pareca ms favorable a la continuidad que a los cambios.
Asimismo, este trabajo nos ha permitido abordar los vnculos entre: instru-
mentacin, roles en la textura y modos de ejecucin en la caracterizacin de los
gneros, tpico no demasiado desarrollado en las investigaciones de la msica po-
pular en nuestro pas.
Si bien no hemos profundizado en la recepcin es probable conjeturar que
estos cambios han generado adhesiones y rechazos por parte de sus cultores. Asi-
mismo, un estudio sobre los percusionistas/bateristas, productores y arregladores
podra aportar algunas de las razones por las cuales eligieron tales cambios esti-
lsticos. Tambin es cierto que no todos los grupos de la escena han incorporado
esta variante estilstica. El uso del set que combina los instrumentos propios de la
batera con el bombo legero en lugar de, o sumando al, ton ton de pie, parece tener
una gran aceptacin en diversas agrupaciones.
El caso investigado demuestra la tendencia en el arreglo del folclore profe-
sional hacia un formato de instrumentacin estandarizado en las agrupaciones de
rock/pop y cmo se licuan algunos rasgos caractersticos de los gneros folclricos
en la bsqueda, de los msicos y productores, de nuevas audiencias y escenas. As,
la escena folclrica se expande y al expandirse, diluye sus lmites.