Palau - Lógica y La Argumentación PDF
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DISCIPLINAS COMPLEMENTARIAS
Gladys Palau
2014
Esta publicacin ha sido sometida a evaluacin interna y externa
organizada por la Secretara de Investigacin de la Facultad de Hu-
manidades y Ciencias de la Educacin de la Universidad Nacional de
La Plata.
ISBN 978-950-34-1053-0
Decano
Dr. Anbal Viguera
Vicedecano
Dr. Mauricio Chama
Secretario de Posgrado
Dr. Fabio Espsito
Secretaria de Investigacin
Dra. Susana Ortale
INTRODUCCIN
Lgica y argumentacin: una breve resea histrica ............................. 10
CAPTULO 1
La lgica natural .................................................................................. 15
1.1. Una posible caracterizacin
1.2. La primera propuesta de formalizacin de la lgica natural
1.3. La lgica natural como obstculo epistemolgico
1.4. La lgica natural y la psicologa experimental
CAPTULO 2
Las primeras extensiones de la lgica clsica ........................................ 29
2.1. La teora referencial del significado
2.2. La semntica de Kripke
2.3. Consecuencias lgico-filosficas de la concepcin kripkeana
2.4. El concepto de necesidad en la lgica natural
CAPTULO 3
Otras lgicas ........................................................................................ 36
3.1. Lgicas divergentes
3.2. El test de Ramsey
3.3. Condicionales contrafcticos y mundos posibles
3.4. Los condicionales de la lgica de sentido comn
3.5. La lgica de normas y derrotabilidad
CAPTULO 4
Nociones de consecuencia lgica ........................................................... 49
4.1. La nocin de consecuencia de la lgica clsica
5
4.2. La intuicin de K. Hempel
4.3. El intermezzo: La nocin de consecuencia de la lgica condicional
4.4. La nocin de consecuencia de los argumentos de sentido comn
CAPTULO 5
Lgica y argumentacin ........................................................................ 58
5.1. Consecuencia lgica y clasificacin de los argumentos
5.2. El esquema de anlisis propuesto por S.Toulmin
5.3. La propuesta de D. Walton
CAPTULO 6
Reflexiones finales ................................................................................ 72
Bibliografa ......................................................................................... 84
6
LISTA DE SMBOLOS UTILIZADOS
Cuantificador Universal
$ Cuantificador Existencial
Condicional o implicacin material
Conjuncin
Bicondicional
Disyuncin inclusiva
Condicional modal o implicacin estricta
R Implicacin relevante
^ Lo Falso o Absurdo
Negacin clsica
Necesario
Posible
> Condicional contrafctico
Contrafctico would
Pertenece
Deductor clsico
~ Deductor no montono
7
PREFACIO
8
clasificacin de los argumentos de sentido comn segn sea la nocin
de consecuencia lgica de los mismos que modifica la conocida clasi-
ficacin de Peter Flach. Luego presentamos las propuesta de Stephen
Toulmin y de Douglas Walton para el anlisis de los argumentos pero
reformulando esta ltima en trminos de la nocin de consecuencia
lgica no montona. Finalmente, la problemtica expuesta nos con-
dujo a culminar este trabajo reflexionando acerca de qu debe enten-
derse por lgica, porqu hay que ensearla y cmo hacerlo.
Buenos Aires, julio de 2013
9
INTRODUCCIN
Lgica y argumentacin: una breve
resea histrica
Por ser una disciplina de estricto origen filosfico pero luego in-
corporada a otros saberes como la matemtica, la lingstica y otros
tantos, la lgica en tanto ciencia puede ser concebida desde distintas
perspectivas filosficas que condicionan sus contenidos y la forma
de presentarlos y analizarlos. Por ello, comenzaremos por hacer una
breve resea de su historia a los efectos de que ella nos ayude a res-
ponder a la pregunta sobre qu tipo de ciencia es la lgica y sobre su
relacin con la teora de la argumentacin.
La lgica clsica, tal como fue iniciada por Aristteles y enriqueci-
da tanto por los estoicos y megricos como por los lgicos medievales
perdur sin crtica alguna hasta el surgimiento del llamado psicolo-
gismo, plasmado en el libro de A. Arnauld y P. Nicole La Logique et
Lart de penser, aparecido en el ao 1662 y vigente hasta 1870. En
l se propona como objeto de la lgica en tanto ciencia o arte la des-
cripcin de cmo pensaba la gente.1 Esta propuesta sorprende por-
que Aristteles ya haba concebido argumentos no deductivos en sus
obras Retrica y Tpicos. Opinan sus comentadores que Aristteles
llamaba topos a los argumentos usados por los sofistas y de ah que
muchos hayan propuesto llamarlos puntos de vista2 coherentemen-
te con su concepcin de la dialctica, la cual -a diferencia de Platn-
1
G.Palau, Lgica y Psicologa, en Filosofa de la Lgica, Enciclopedia Ibe-
roamericana de Filosofa. Ed. Trotta, 2004. Tomo 27.
2
Walton et al, Argumentation Schemes, Cambridge 2008.cap. The History
of schemes.
10
Aristteles la conceba como mtodo para encontrar argumentos a
travs de distintos puntos de vista (topoi), o sea como el mtodo para
buscar conclusiones probables a partir de las opiniones aceptadas en
comn (o endoxa).
Esta corriente de la lgica en tanto dialctica, si bien se contina
en Cicern y Boecio, y en Abelardo en el siglo XIII, renace recin en
el siglo XVII con la obra de Arnauld y Nicole ya mencionada, aunque
con un sentido algo diferente de los topoi aristotlicos porque ya no
fueron considerados herramientas para lograr inferencias entimem-
ticas sino que se convirtieron en herramientas clasificatorias de los
argumentos. Esta vertiente de pensamiento se consolida en el llama-
do psicologismo de W. Wundt, C. Stewart y T. Lipps entre otros y se
extiende hasta principios del siglo XX.
Es casi una paradoja histrico-filosfica que el Ars combinatoria
de Leibniz, escrita en 1664, o sea dos aos despus que la Logique
de Port Royal, haya pasado desapercibida para los interesados en la
ciencia de la lgica, y que el Calculus Ratiocinator de Leibniz se pu-
blicara recin en el siglo XIX, precisamente en el momento del surgi-
miento de una ciencia no filosfica conocida hoy como lgebra de la
lgica de Boole (1848), y que la lgica clsica se consolidara recin en
la obra de Frege Begriffsschrit (Notacin conceptual) de 1879 y final-
mente tomara la versin tradicional en The Principles of Mathematics
de Bertand Russell de 1903, y en Principia Mathematica de Russell
y Whitehead de 1920 a las que necesariamente deben agregarse al
menos las escritas entre 1900 y 1920 por los lgicos polacos Luka-
siewicz, Lesniewski y Jaskowski.3
Finalmente, es posible afirmar que, aunque con visiones distintas
acerca de la naturaleza de la lgica, la una poniendo el acento en la
verdad lgica y la otra en el proceso de deduccin, los Grundlagen
der Mathematik de Hilbert y Bernays, escrita entre los aos 1934 y
1939 y el libro de G. Gentzen, Investigations into logical deduction
(Untersuchungen ber das Logische Schlissen) constituyen las obras
cumbre de este glorioso periodo de la lgica matemtica o si se prefie-
re, lgica simblica, hoy generalmente denominada lgica clsica. De
3
Para una lista casi completa de las producciones en lgica matemti-
ca desde Leibniz hasta 1935, ver A Bibliography of Symbolic Logic de Alonzo
Church en The Journal of symbolic logic, vo. I, N 4,12/1936.
11
este perodo tambin surge la semntica estndar que determinar la
concepcin del significado que rige an en la lgica clsica y que tam-
bin fue presenta en los Begriffsschrift de Frege. Como es sabido, esta
semntica est regida por el principio Principio de Extensionalidad
(el cual, intuitivamente expresado, afirma que si dos proposiciones
o dos predicados son (extensionalmente) equivalentes, entonces son
intercambiables salva veritate), el cual rige an en el presente para la
lgica estndar.
Desde otra perspectiva, tambin ha sido sostenido que la lgica
guarda con la psicologa relaciones profundas, ya que en su historia
durante un largo perodo se consider que la lgica formaba parte
de la psicologa. En el trabajo de mi autora Lgica y Psicologa (2004)
expuse cuidadosamente este enfoque de la lgica dado por el llama-
do psicologismo, iniciado con la Lgica Hamburgensis de J. Jungus
(1635) y cuya exposicin ms divulgada se encuentra en la Logique
ou lart de penser, de A.Arnauld y P.Nicole de 1662 y que perdur
hasta el surgimiento de la nueva psicologa expuesta en los textos de
Sigwart (1873) y Wundt (1883).
Paradjicamente y en forma casi simultnea con la Logique de
Port Royal, en el ao 1664 apareci el Ars Combinatoria de Leibniz y,
an en pleno apogeo del psicologismo, en el ao 1837 B .Bolzano
escribi su Wissenschaftslehre, en 1847 se public el libro Formal
Logic de A.De Morgan y en el ao 1954 el clebre libro de G. Boo-
le, An Investigation of the Laws of Thought que a nuestro entender
funcion como condicin de posibilidad para los libros de G. Frege
Begriffsschriff (1878) y Die Grundlagen der Arithmetik (1884), textos
estos que originaron la corriente filosfica sobre la naturaleza de la
lgica conocida como logicismo y que est presupuesta en la ma-
yora de los textos de lgica matemtica actuales con presentacin
axiomtica. Ella consiste en sostener que las verdades lgicas no se
conocen por medio de la intuicin ni son probadas por observaciones
psicolgicas, sino que son verdades a priori y/o analticas. Tambin
es sabido que esta posicin filosfica prevaleci hasta bien entrado el
siglo XX y se consolid en las rigurosas presentaciones axiomticas
de an plena vigencia en la literatura lgica como las de A. Church
(1956), Elliot Mendelson (1963), Stephen Kleene (1964) entre otras,
las cuales constituyen hasta hoy una referencia ineludible para el
12
especialista en lgica y para todo profesor que se precie de conocer a
fondo la disciplina que comnmente se ensea, i.e, la lgica clsica.
Sin embargo, debemos recalcar que la aplicabilidad de la lgica
clsica no qued reducida al mbito de la fundamentacin de la ma-
temtica sino que, debido a su poder para al anlisis de argumentos
del lenguaje natural, se introdujo rpidamente en el campo de la en-
seanza de la lgica. Tal vez el libro de H. Reichenbach, Elements of
Symbolic Logic (1947) sea uno de los pioneros en el traslado de la
lgica al anlisis del lenguaje natural. Ms an, en Introduction to
Symbolic Logic and its applications, escrita en alemn en 19544, R.
Carnap afirma: (...) The majority of American scholars who write on
epistemology, analysis of language, scientific method.... and the like
regards symbolic logic as an indispensable tool.
Ejemplos de textos bsicos de lgica que prosiguieron en esta
corriente son Methods of logic de W. Quine (1950), Symbolic Logic de
I. Copy (1954), Logic, Techniques of Formal Reasoning de D. Kalish ,
R Montague & R. Fogelin (1964), Elementary Logic de B. Mates (1965),
entre muchos otros. Cabe destacar que tal vez sea el libro de F.
Strawson (1952), Introduction to Logical Theory, el nico que dedique
un captulo a distinguir el lenguaje de la lgica del lo que l llama
lgica del habla ordinaria y a la que nosotros denominaremos lgica
natural. Finalmente, es posible que sea el trabajo de I. Hacking de
1970, titulado What is logic? uno de los primeros en tomar el enfoque
inferencial de G. Gentzen en su hoy indispensable libro Untersuchun-
gen ber das Logische Schliessen (1934), cuyo ttulo francs de 1955
es Recherches sur la dduction Logique, para proponer un enfoque
distinto para la lgica y ofrecer una respuesta para el dificultoso
problema de otorgar significado a las conectivas lgicas y clarificar
definitivamente el concepto de deduccin.
Por su parte, la llamada hoy en da Teora de la Argumentacin
tambin tiene sus races en la filosofa griega, fundamentalmente en
la Retrica de Aristteles, en la cual ste asimila la dialctica con la
lgica terica y la retrica con el arte de argumentar. Los estudio-
sos de esta disciplina afirman que ella fue desarrollada a partir de
las reformas democrticas de Pericles (490-429), las cuales dieron
4
Op. cit. versin en ingls, Dover Publications, 1958, prefacio, pp, vii.
13
lugar al surgimiento de los llamados sofistas, de quienes se afirma
que elaboraron sus discursos con los fines prcticos de defender los
reclamos del pueblo. De ah que, a diferencia de la lgica, la cual
cuenta con una historia casi unificada en los textos filosficos, la
retrica ofrece distintas miradas segn se siga fielmente o bien la
caracterizacin de Aristteles de ella como la ciencia de convencer
o bien como la de persuadir. Sin embargo, la presentacin de esta
disciplina en Aristteles es ms compleja. En efecto, en la Retrica o
arte de argumentar, Aristteles distingue tres dimensiones: la del
logos, la del ethos y la del pathos. Sin duda alguna al logos le corre-
sponde la coherencia lgica de un argumento, el ethos hace referencia
a la confianza en aquello que el orador sostiene y el pathos al impac-
to emocional que el orador puede despertar en los oyentes. Hoy en
da varios comentaristas y estudiosos de su obra sostienen que aun
en Aristteles la aceptacin o rechazo definitivo de un argumento
debera basarse solamente en el logos, plano en el cual Aristteles
sita la ciencia de la lgica y en el cual se la estudia desde la lgica
medieval hasta el presente. Pese a ello, los otros enfoques de la lgica
no han sido olvidados en la filosofa contempornea ya que la retri-
ca ha sido retomada por la llamada nueva retrica de C. Perelman y
casi simultneamente en Inglaterra por S. Toulmin en su libro de The
uses of argument y en el cual se expone un mtodo de anlisis argu-
mentativo que, dada su relacin con la lgica, ser el que tomaremos
como base en este texto para el anlisis de los argumentos, pero con
la novedad de relacionarlo con las nuevas lgicas supraclsicas sur-
gidas recientemente.
Dado que los argumentos estn formulados en el lenguaje natural
el cual a su vez involucra la lgica natural de los sujetos, en el prim-
er captulo de este libro trataremos de caracterizar lo que en general
se entiende por lgica natural.
14
CAPTULO 1
La lgica natural
(...) hay una lgica que es la que usamos cuando pensamos racio-
nalmente de manera espontnea y ella es el fundamento en torno
1
Nuestra lgica, Revista Sudamericana de Filosofa, III,1,pp. 3-13
15
del cual se constituyen todas las lgicas, es la base sin la que
ninguna lgica formal, por ms aberrante que sea, tiene sentido.
2
Esta denominacin se le debe al filsofo argentino E. Rabossi, que la ha
propuesto en paralelismo con la llamada psicologa folk.
16
2) Los argumentos o razonamientos de la lgica natural tampoco
siguen paso a paso una inferencia formal. En efecto, en ellos el sujeto
suele pegar saltos inferenciales en cuya base estn o bien la falta
de informacin o la existencia de presuposiciones de la ms diversa
ndole no explicitadas.
3) Las inferencias o razonamientos de la lgica natural permane-
cen generalmente ligados, por un lado, a la verdad o falsedad de los
enunciados mismos o a las creencias que el hablante tiene acerca de
ellos y, por el otro, al significado comn de los trminos involucra-
dos. Es precisamente en este sentido que se dice que los argumentos
de la lgica natural son contexto-dependientes y no toleran la descon-
textualizacin.
3
M. van Lambalgen and K.Stenning, Human reasoning and Cognition, 2008.
17
ro, de sus preferencias polticas, artsticas, etc. Ms an, es con la
misma lgica natural con la cual Aristteles analiza en Refutacio-
nes sofsticas los distintos tipos de argumentos no deductivos tales
como los didcticos , i.e., los que se construyen a partir de premi-
sas propias a cada disciplina, los dialcticos (i.e., los que extraen
conclusiones a partir de la contradictoria de la tesis asumida a fin
de obtener una contradiccin), los ersticos, (i.e., los argumentos
que parten de premisas probables pero que en realidad no lo son),
entre otros.
Dado que la expresin si entonces en el lenguaje natural se usa
tanto para expresar oraciones condicionales como para indicar conclu-
siones a partir de supuestos, es comprensible que su anlisis haya cons-
tituido el centro de las mayores divergencias entre los lgicos y psiclo-
gos cognitivos. A fin de evitar todo tipo de confrontacin, hemos decidido
comenzar comentando la primera descripcin formal de la lgica natural
elaborada en forma conjunta por un lgico y un psiclogo cognitivo, con
uno de los objetivos fundamentales que nos hemos propuesto en este
libro: mostrar el fracaso del ideal de formalizar la totalidad del lenguaje
y de la lgica natural en cualquiera de sus dimensiones.
18
tarea consistir entonces en elucidar lo mejor posible el concepto mis-
mo de implicacin significante propuesto por Piaget y Garca.4 En la
Introduccin del libro ya citado, los autores expresan que el objetivo
del mismo es construir una lgica de las significaciones a fin de dotar
de un sentido intensional a las conectivas proposicionales, en espe-
cial encontrar un sentido intensional para la implicacin que evite
las conocidas paradojas del condicional material. Por ello, proponen
una nueva conectiva, llamada implicacin significante (psq) que es
caracterizada de la siguiente forma:
4
En el desarrollo del presente trabajo se ver que el problema planteado
por los autores supera el marco de la epistemologa gentica ya que alude di-
rectamente a los lmites de las semnticas formales.
19
hace corresponder una relacin de inclusin entre extensiones.
La caracterstica (i) se aclara plenamente cuando los mismos au-
tores declaran que la lgica de las significaciones no debe aplicarse
solamente a proposiciones sino tambin a acciones y operaciones,
ya que estas involucran tambin significaciones. Por ello, las letras
proposicionales deben entenderse como designando conjuntos de sig-
nificaciones, i.e, conjuntos intensionales, lo cual no apareja ningn
conflicto lgico a nivel sintctico. Tampoco ofrece problemas la ca-
racterstica (ii), ya que prima facie a toda expresin y relacin inten-
sional se le puede hacer corresponder como referencia una entidad
extensional, i.e., un conjunto.
Damos por sentado que cualquier formalismo que se proponga
como modelo de la implicacin significante debera dar cuenta de los
siguientes enunciados condicionales, indudablemente significativos
en el lenguaje natural, a saber:
20
vante de Garca y Piaget a la existencia de al menos una significacin
comn entre la expresin antecedente y la consecuente, no extraa
que la Lgica de la Relevancia de A. Ross Anderson y N. Belnap de
1975 (de ahora en ms A&B) haya sido seleccionada por ellos como la
primera fuente de inspiracin para la construccin de una lgica de
las significaciones. Nuestra exposicin intentar mostrar el fracaso
de tal enorme empresa.
En primer lugar hacemos notar que la implicacin relevante pro-
puesta por A&B, simbolizada por R, tiene como objetivo reflejar en el
lenguaje objeto del sistema de lgica de la relevancia R la relacin de
deducibilidad relevante postulada en el metalenguaje. Se argumenta
en contra de la adecuacin de la nocin de deducibilidad clsica por-
que esta slo involucra al concepto de necesidad en la derivacin de la
conclusin a partir de las premisas y es por lo tanto la responsable de
la aceptacin de ciertas inferencias como vlidas cuando, en opinin de
estos autores, son anti intuitivas precisamente por no guardar ninguna
relacin significativa entre las premisas y la conclusin. De ah que el
objetivo de la lgica de la relevancia R no consista en resolver proble-
mas que provengan del significado de determinadas expresiones sino
en determinar la relevancia en una deduccin, a saber: la deduccin de
la frmula B a partir de la premisa A ser relevante (i.e., admitida) en R
si y slo si la premisa A es usada en la deduccin de B, exigencia esta
que recibe el nombre de Principio de la Relevancia (PR). Este principio
-llamado tambin Principio de la comunidad de variables- afirma:
Si A es un teorema de R, entonces toda variable que ocurre en A,
ocurre al menos una vez en su parte antecedente y al menos una vez
en su parte consecuente.
De la caracterizacin propuesta se sigue necesariamente que la
regla de D. Scoto (o ex contradictione quodlibet) (AA) B es un claro
ejemplo de irrelevancia dado que la frmula B no aparece en ninguna
premisa y por ello no ser regla de R. An cuando hubiramos elegido
cualquier otra de las tres formulaciones que de PR hacen sus auto-
res, habramos observado que se aplica slo a frmulas de R que son
teoremas, i.e., cuya forma condicional est asociada a una inferencia
vlida en R (segn el Teorema de la Deduccin particular de R) y que
por lo tanto contiene solamente frmulas que lo satisfacen. Surge na-
turalmente entonces que, adems de eliminarse todas las inferencias
21
clsicas en cuya prueba no se cumpla este principio, tambin nece-
sariamente queda eliminada la posibilidad de aplicarlo a enunciados
condicionales que no sean teoremas, o sea a enunciados contingentes
cuyos elementos sean enunciados atmicos y no constituyan un teo-
rema. En efecto, formalizados en el lenguaje de R, todos los ejemplos
anteriores (i)-(v) toman la forma lgica pq y por ello resultan obvia-
mente irrelevantes ya que ninguno satisface la propiedad de comu-
nidad de variables.5 Se sigue entonces que esta propiedad no es ni
condicin suficiente ni condicin necesaria respecto de la relevancia
entre antecedente y consecuente de un enunciado condicional cual-
quiera y no alcanza para expresar la idea de implicacin significante
para la lgica natural.
Por otra parte, el intento de A&B para dar cuenta de ciertas rela-
ciones significativas entre antecedente y consecuente no es el primero
en la historia de la lgica. En efecto, W. Parry en el ao 1933 tambin
intent formalizar la nocin de implicacin analtica, con el propsito
de evitar las paradojas del condicional estricto y dar cuenta de la idea
intuitiva de que un enunciado es analtico, o sea que el enunciado A
implica analticamente al enunciado B si y slo si el contenido (signi-
ficativo) de A contiene al contenido (significativo) de B.
Ntese la similitud con la definicin de juicio analtico de Kant,
segn la cual un juicio es analtico si y slo si el contenido (significa-
tivo) del trmino predicado est incluido en el contenido (significativo)
del trmino sujeto. Formalmente: Un conjunto de sentencias G implica
analticamente al enunciado B (GA B) si y solo si B es verdadera en
toda valuacin booleana en la cual todos los enunciados de G son ver-
daderos y en la que para cada asignacin de contenido s, el contenido
de B est incluido en el contenido de G.
Similarmente al sistema R de A&B, en el sistema de Parry tambin
resultan inferencias invlidas las paradojas de la implicacin estricta
y Ex Contradictione Quodlibet. Sin embargo, ahora resulta invlida la
regla de Adicin y vlido el Silogismo Disyuntivo. Por otra parte, cabe
hacer notar que resultan teoremas, implicaciones muy alejadas de la
idea de implicacin analtica intuitiva que se pretende formalizar, en
5
En rigor, todos los enunciados que en R tienen la forma si p entonces
q son condicionales contingentes y no son abarcados por ningn sistema de
lgica relevante.
22
particular las llamadas Paradojas de la implicacin analtica:
((BB)C)AC ((BB)C)A(CC)
(i) Sa Ca
(ii) x (VxMx)
(iii) (R(ab)R-1(ba)
(iv) $x (Mx R(ax))q
23
Srx((x=r)Sx)
24
Bachelard, si bien las rupturas se vinculan con las discontinuidades
propias del proceso de aprendizaje, stas no son radicales ya que hay
integracin de los conocimientos nuevos con los anteriores, los cuales
deben ser modificados y resignificados. Dado que el conocimiento
obstculo se resistir a su modificacin, le corresponde a la didc-
tica construir situaciones suficientemente numerosas y novedosas
que conlleven a superarlo mediante la construccin de una situacin
didctica que posibilite la superacin de los mismos mediante una
reorganizacin del conocimiento. As, la nocin bachelardiana de obs-
tculo epistemolgico queda caracterizada de la siguiente forma:
25
puesto por premisas y conclusin que se aceptan como verdaderas,
constituye un obstculo epistemolgico y que posiblemente devenga
en obstculo didctico, en el momento de comprender el concepto for-
mal de validez, dado que contrariamente al sentido comn, permite
obtener conclusiones verdaderas a partir de premisas falsas.
El uso de las oraciones condicionales en el lenguaje natural tam-
bin obra como un autntico obstculo para aceptar el condicional
material como verdadero cuando su antecedente es falso, puesto que
el partir de afirmaciones que se aprecian como verdaderas es consti-
tutivo de la lgica natural. Esto hace que tambin se resista la acep-
tacin de la llamada falacia positiva de la implicacin material segn
la cual una proposicin verdadera se sigue de cualquier proposicin:
A(BA).
Este tipo de dificultades aumenta cuando traducimos del lengua-
je natural al lenguaje de la lgica de predicados, ya que en sta, a
las dificultades que provienen de la estructura del lenguaje natural
originadas en el sustancialismo aristotlico, debemos agregar las que
provienen de los anlisis de la gramtica tradicional, tales como las
distinciones entre sujeto y predicado y entre sustantivos y adjetivos,
que en el anlisis lgico es necesario eliminar, an cuando existan
otras que se hace necesario mantener o retomar, tales como la distin-
cin entre los distintos tipos de complementos.
Sostenemos que el proceso recin descripto constituye un pro-
ceso paradjico en el siguiente sentido: por un lado la competencia
lgica o lgica natural es la gnesis de la ciencia de la lgica, y por
el otro, la constitucin de la lgica como ciencia conlleva ciertas rup-
turas con la primera. En sntesis, los conceptos y procedimientos l-
gicos (o metalgicos) no son adquiridos por generalizacin de habi-
lidades de la lgica natural, sino que para su construccin el sujeto
est compelido a realizar ciertas rupturas con los procesos lgicos
naturales. Ms an, sin estas rupturas sera imposible la resignifica-
cin de los mismos en la ciencia de la lgica.
26
material realizada con cuatro tarjetas o cartas coincidi con los re-
sultados obtenidos por la escuela piagetiana. La experiencia consista
en cuatro tarjetas o cartas que tenan una letra escrita de un lado
y un nmero del otro; en su cara visible cada una de ellas tiene res-
pectivamente los siguientes nmeros y letras: E - T- 4 - 7. Finalmente
se les solicita a los sujetos sometidos a la experiencia que den vuelta
la/s tarjetas necesarias para determinar si la siguiente afirmacin
es verdadera o falsa: Si hay una vocal en una cara entonces hay un
nmero par en la otra cara. La respuesta correcta segn la definicin
del condicional material debera haber consistido en sealar las car-
tas que tenan en su cara visible la letra E y el nmero 7. Solamente
un nmero muy bajo respondi correctamente, i.e., de acuerdo a las
condiciones de verdad del condicional material, dando vuelta las car-
tas que tenan la letra E y el nmero 7. Debemos mencionar que en
la literatura actual abundan experiencias que desde el campo de la
psicologa experimental se han realizado sobre el condicional material
y que reafirman el problema planteado por Wason.6
Tampoco queremos dejar de sealar cmo las observaciones rea-
lizadas al condicional material repercutieron en la idea misma de
deduccin tal como lo sealan Cohen & Nagel cuando en 19577
reformularon la llamada paradoja de la inferencia originada en Stuart
Mill y que creemos interesante reproducir aqu: si en una inferencia
deductiva la conclusin no est contenida en las premisas, entonces
la inferencia no es vlida. Y si la conclusin no es diferente de lo que
afirman las premisas, la inferencia es intil. Y entonces puesto que
las premisas no pueden estar contenidas en la conclusin y al mismo
tiempo aportar algo nuevo, en consecuencia no hay inferencias deduc-
tivamente vlidas y que al mismo tiempo sean tiles.
En los prximos captulos se mostrar que tambin desde el seno
mismo de la ciencia de la lgica clsica progresivamente se fueron
creando nuevos formalismos para dar cuenta de dimensiones del len-
6
Para mayor informacin en este tema consultar Johnson Laird & Wason,
A Theoretical Anasysis of Insight into a Reasoning Task, 1970 y Reasoning.
Studies of Human Inference and its foundations, ed. By E. Adler & Lance J.
Rips,Cambridge, 2008
7
An Introduction to logic and scientific method. Routdlege & Kegan Paul,
London.
27
guaje natural no tomados en cuenta por la lgica clsica, tanto en
relacin con la formalizacin de conceptos filosficos fundamentales
como de aquellos cuyos fines tienden a dar cuenta de las expresiones
y los argumentos de la lgica natural o de sentido comn. Sin embar-
go, previo al tratamiento de esta temtica, en el siguiente captulo nos
dedicaremos a esbozar los primeros sistemas que trataron de comple-
tar la lgica clsica en relacin con el tema filosficamente crucial de
la caracterizacin de verdad necesaria y que actu en cierta medida
como condicin de posibilidad para que las investigaciones lgicas
se abrieran a caminos ampliativos o netamente diferenciados de las
temticas clsicas.
28
CAPTULO 2
Las primeras extensiones de la lgica clsica
29
cambiables entre s salva veritate. De donde se sigue que (i) La refe-
rencia de una expresin compuesta es una funcin de la referencia
de sus partes y (ii) Si dos expresiones tienen la misma referencia,
entonces son intercambiables salva veritate.
Es sabido que en el dominio de la matemtica y de otros extensio-
nalmente equivalentes, la semntica estndar y la subyacente teora
de la referencia no ha planteado dificultades no superables. Sin em-
bargo, la identificacin del significado de una expresin lgica con su
referencia ha conducido en determinados contextos a diversos tipos
de dificultosos problemas como por ejemplo los generados por la sus-
titucin de una expresin por otra cuando a pesar de tener la misma
referencia tienen distinto sentido, tal como lo explicita Frege en Sobre
el sentido y la denotacin), a saber:
La estrella matutina es la estrella matutina y La estrella matutina
es la estrella vespertina.
Juan cree que Cervantes es Cervantes y Juan cree que Cervantes
es el autor del Quijote.
Estos ejemplos revelan claramente que en los contextos oblicuos
o intensionales no se admite la intercambiabilidad salva veritate,
lo cual conllev necesariamente a la creacin de un nuevo tipo de
semnticas, conocidas hoy como semnticas intensionales. Ya en
Meaning and Necessity (1947) Carnap haba intentado un mtodo
para distinguir entre intensin y extensin de un trmino. Pese a
ello, recin en la dcada de 1970 se logran construir semnticas
prima facie aplicable al anlisis de los lenguajes naturales. En de
pargrafo siguiente expondremos las semnticas de Kripke ya que
son stas las que ms influencia tuvieron para la interpretacin de
determinados enunciados del lenguaje natural, tal como los llama-
dos condicionales contrafcticos.
30
mundos (entre los elementos de M) y V una funcin valuacin de
frmulas relativa a cada mundo mi. Puesto que es una relacin
de orden entre mundos, las distintas propiedades de generarn
distintos tipos de rdenes entre los mundos. En otras palabras, las
propiedades de determinan el conjunto de mundos que son acce-
sibles respecto de un mundo seleccionado mi (el cual no tiene porqu
ser el mundo actual). Para determinar si un enunciado A es necesario
en un mundo mi habr que determinar si A es verdadero en todos los
mundos mj accesibles a mi.
De lo hasta aqu expresado se sigue, por un lado, que los mundos
posibles ya no estn todos a la par respecto de su accesibilidad lgica,
como lo postulaba Leibniz, y que la necesidad lgica de una proposi-
cin se da en trminos de su verdad en los mundos accesibles. As se
llega a la siguiente definicin de proposicin necesaria: A es necesaria
en mi sii es verdadera en todo mundo mj accesible a mi. Sin embargo,
pese a que esta condicin de verdad para A es comn a los sistemas
T, S4 y S5, la diferencia entre ellos radica en el conjunto de mundos
accesibles a un mundo dado. En otras palabras, los mundos accesi-
bles respecto de un mundo es un subconjunto del conjunto de todos
los mundos y ser diferente segn sean las propiedades de la relacin
de accesibilidad. As, en el sistema T, el conjunto de mundos ac-
cesibles a mi, puesto que es reflexiva, est formado por los mundos
que son accesibles a s mismos. Dado que en S4, es reflexiva y
transitiva, el conjunto de mundos accesibles a mi est formado por
los mundos que satisfacen tal propiedad de la relacin. Finalmente,
como en S5, la relacin de accesibilidad es reflexiva, simtrica y
transitiva, entonces todos los mundos son accesibles entre s. De lo
dicho no es difcil inferir:
(i) Que cada sistema modal define una necesidad lgica distinta
y que los sistemas T-S5 pueden ordenarse segn la necesidad lgica
que en cada uno pueda expresarse, y
(ii) Que el sistema S5 es el que mejor parece representar la idea
leibniziana de necesidad lgica, ya que en S5 todos los mundos estn
a la par respecto de la relacin de accesibilidad.
31
tamente la necesidad lgica ansiada por los filsofos. Lo que sucede
es que en S5, al ser una relacin de equivalencia1, produce en el
conjunto de mundos U una particin en clases de equivalencia en el
sentido de que, dados dos mundos que pertenecen a una misma clase
de equivalencia, siempre sern accesibles unos respectos de los otros,
mientras que los mundos pertenecientes a clases de equivalencia dis-
tintas, nunca sern accesibles unos respecto de los otros. Por esta
razn, en S5 los mundos que son accesibles entre ellos pertenecen a
una misma clase de equivalencia, pero ellos no son los mundos que
conforman el conjunto de todos los mundos posibles. Para cumplir con
el requerimiento leibniziano de que los mundos a considerar para vali-
dar una proposicin necesaria sean todos los mundos posibles, se hace
necesario introducir la condicin segn la cual la clase de equivalencia
debe ser una sola, es decir que todos los mundos del conjunto U perte-
nezcan a ella. Hintikka mostr (1963) que este requerimiento no afecta
la satisfacibilidad de las frmulas de S5 pero que, desde un punto de
vista formal, hace que tal sistema se convierta en un sistema ad-hoc,
y por lo tanto, poco fructfero para la lgica. Tal como lo mostraremos
a continuacin, las semnticas de Kripke abrieron la posibilidad de
analizar ciertos conceptos de la lgica modal y de los enunciados del
lenguaje natural desde una perspectiva no visualizada antes.
1
Una relacin R es una relacin de equivalencia R sii es reflexiva, sim-
trica y transitiva.
32
operador modal primitivo de necesidad y las conectivas clsicas
negacin y condicional material. Simblicamente:
AB =def (AB)
Axioma caracterstico de T: AA
Axioma caracterstico de S4: A A
Axioma caracterstico de S5: A A
33
sencillo mostrar que esta semntica hace verdaderos los axiomas ca-
ractersticos del sistema S5 de C.I Lewis y que una proposicin p es
necesaria (o lgicamente verdadera) en una descripcin de estado mi,
si y solo si para toda descripcin de estado mj, p es verdadera en mj.
Creemos interesante hacer notar en primer lugar la coincidencia
entre Leibniz y Carnap respecto de que los mundos posibles a tener
en cuenta para validar una proposicin necesaria deben ser todos
y sin restricciones de ningn tipo, a excepcin de la consistencia; y
en segundo lugar que es el sistema modal de Carnap el que articula
por primera vez el desarrollo sintctico de los sistemas de C.I. Lewis
con la nocin de mundo posible de Leibniz. Seguramente Carnap ni
siquiera alcanz a sospechar que con tal articulacin se iniciaba el
camino que hara abandonar para siempre la sentencia Wittgenste-
niana: la verdad necesaria es una sola.
Sin embargo, tal como lo seala Quine (Orayen, 1995) la presenta-
cin carnapiana de necesidad lgica vincula a sta ltima con el clsico
concepto de analiticidad y por ello no resuelve en forma satisfactoria el
problema de la caracterizacin de la necesidad lgica. Este problema
halla una respuesta satisfactoria recin con las semnticas propuestas
por S. Kripke (1972, 1980) ya aludidas de las cuales debe recordarse
que ellas hacen referencia a conceptos de necesidad metafsica que se
diferencian entre s por satisfacer propiedades distintas.2A pesar de la
importancia lgica y filosfica de distinguir entre diversos tipos de ne-
cesidad lgica segn el concepto de necesidad metafsica que cada una
involucra y dado que en los trabajos de la psicologa experimental ellas
no han sido tomadas en cuenta, a nuestro propsito alcanza con la ca-
racterizacin de proposicin necesaria ms dbil expuesta por Kripke
en el sistema T como aquella que es verdadera en el mundo actual y en
todo otro mundo posible accesible al mundo actual.
2
Una versin sencilla de las semnticas de mundos posibles puede con-
sultarse en el captulo Condicionales y mundos posibles del libro de G.Palau
y col., Lgicas condicionales y razonamiento de sentido comn, pp.47-74.
34
natural de los operadores modales de Necesidad y Posibilidad lgica,
los cuales ya hemos caracterizado en trminos lgicos mediante los
axiomas correspondientes de T, S4 y S5 en el pargrafo anterior.
Como el ttulo del trabajo mencionado lo sugiere, para Ricco, el
concepto de necesidad se genera en el nio a partir del concepto ver-
dad, en el sentido de que, tanto los nios como los adultos pasan un
momento en el cual perciben que ciertas formas cognitivas que han
adquirido no pueden ser nunca falsas sino que siempre sern verda-
deras. Por ejemplo, hay un momento en que el nio se da cuenta que
2+5 es igual a 7 y que no puede ser de otra manera y que tampoco
puede darse que si A es igual a B y B es igual a C, que A no sea igual
a C. De ah que el lazo entre las operaciones formales y la nocin de
necesidad quede virtualmente garantizado a partir de la competencia
lgica que se logra en la adolescencia respecto de las operaciones
formales deductivas, tal como queda evidenciado en el proceso de la
enseanza/aprendizaje del silogismo categrico aristotlico, el cual
constituye el mejor instrumento para comprender que la validez de
un argumento depende necesariamente de su forma lgica y que su
invalidez se prueba nicamente encontrando un contraejemplo de la
misma forma silogstica que tenga premisas verdaderas y conclusin
falsa. En otras palabras, que refutar un argumento significa encon-
trar un contraejemplo. Finalmente, si nos preguntramos cul de los
conceptos de necesidad lgica mencionados de los sistemas T-S5 co-
rresponde al resultado de la experiencia relatada responderamos que
es el concepto de necesidad del sistema T. Sin embargo, a medida
que aumenta la capacidad de abstraccin de un adulto ste puede
imaginar una gran variedad de mundos posibles, an con distintos
individuos y distintas propiedades. Pese a ello, nuestra experiencia
docente nos ha mostrado que an a los adultos les cuesta concebir
un mundo contradictorio o aunque s alcanzan a concebir un mundo
absurdo, pero con un concepto muy distinto del absurdo de la lgica.
Dedicaremos los prximos captulos a mostrar y analizar distin-
tas clases de lgicas que a partir de la lgica clsica misma se desa-
rrollaron con la finalidad de ampliar su aplicacin a otros contextos
de lenguaje, y/o para dar cuenta de la lgica natural involucrada en
los argumentos que los hablantes esgrimen cotidianamente, llamados
generalmente argumentos de sentido comn.
35
CAPTULO 3
Otras lgicas
1
Para una explicacin ms detallada en espaol del criterio para clasifi-
car las distintas lgicas llamado generalmente criterio de divergencia lgica
se recomienda el texto de G.Palau, Introduccin filosfica a las lgicas no clsi-
cas, Gedisa, 2002, Barcelona.
36
lgica de orden superior, las lgicas de las modalidadades denticas
(obligatorio-permitido -prohibido) y temporales (presente, pasado y fu-
tuto) y las lgicas de las modalidades alticas (necesario - posible- im-
posible ) caracterizadas en los sistemas S1-S5 de la lgica modal de I.
Lewis y a las que ya hemos hecho referencia en el captulo anterior.
El segundo grupo est formado por las llamadas lgicas divergen-
tes, las cuales se caracterizan por diferir respecto de la lgica clsica
en el vocabulario lgico y en el conjunto de inferencias vlidas, pero
de manera tal que el conjunto de las frmulas bien formadas e in-
ferencias vlidas (fbf/iivv) de una lgica divergente es menor que el
conjunto (fbf/iivv) de la lgica clsica. La lgica de la Relevancia de
Anderson y Belnap ya presentada es una lgica divergente. Tambin
lo son la lgica intuicionista de Brouwer y Heyting, las lgicas pluri-
valentes de Lukasiewicz, la lgica paraconsistente de N.A. da Costa,
entre otras varias. Por ejemplo, como ya mostramos en el captulo
1, la Lgica de la Relevancia, de acuerdo al principio de Comunidad
de variables rechaza principios de la lgica clsica tales como la re-
gla de Adicin, i.e, AAB. Desde otra perpectiva, la lgica sostenida
por el intuicionismo matemtico de Brouwer y Heyting rechaza prima
facie la doble negacin clsica, i.e., A A, aceptando solamente
AA, lo cual conlleva necesariamente a rechazar el Principio de
Tercero Excluido AA y el Silogismo Disyuntivo; las lgicas tri-
valentes de Lukasiewicz adems de rechazar el principio de Tercero
Excluido y el principio de No-contradiccin, tambin rechazan la Ley
de Peirce ((AB)A)A y el Modus Ponens. En sntesis, en todas
estas lgicas no constituyen teoremas ciertas verdades lgicas que
s lo son en la lgica clsica, y carecen de reglas de inferencia que
la lgica clsica posee. Por ejemplo, en la lgica de la Relevancia de
Anderson y Belnap no es admitida como regla la llamada en lgica
clsica Falacia Positiva ABA; en varias lgicas paraconsistentes no
se admite la doble negacin clsica AA y en las lgicas pluriva-
lentes, tales como la trivalente de Lukasiewicz no son reglas vlidas
ni la Ley de Peirce ((AB)A)A, ni el Principio de no Contradiccin
(AA) ni el Tercero Excluido (AA). Ms an, en estas lgicas el
conjunto de reglas de inferencia es distinto del conjunto de verdades
lgicas tal como lo muestra el hecho de que en la lgica trivalente de
Lukasiewicz el Modus Ponens no es una ley lgica pero s es aceptado
37
como regla de inferencia. De ah que a estas lgicas se las denomine
generalmente lgicas divergentes.2
Existe otro grupo de lgicas que difieren de la lgica clsica cono-
cidas como lgicas no montonas, y llamadas as porque, a diferencia
de las lgicas divergentes, difieren de la lgica clsica en la propia
operacin de consecuencia lgica porque en ellas no se satisface la
propiedad de monotona propia de los argumentos deductivos, la cual
en lenguaje objeto est representada por la regla conocida como Re-
fuerzo del Antecedente (RA), i.e., AB (AC) B. De ah que, por
razones diferentes de las lgicas divergentes y que mostraremos ms
adelante, el conjunto de inferencias vlidas de una lgica no mon-
tona es mayor que el de la lgica clsica, aunque su nocin de con-
secuencia sea ms dbil. En sntesis, mientras que las lgicas diver-
gentes pueden disentir en la aceptacin o rechazo de determinadas
reglas de inferencia pero pese a ello poseer una nocin de consecuen-
cia clsica, las lgicas no montonas necesariamente deben rechazar
RA puesto que esta regla refleja en el lenguaje objeto la propiedad de
Monotona de la nocin de consecuencia lgica clsica.
Por las razones expuestas, en el presente captulo nos dedicare-
mos a presentar solamente las lgicas que se propusieron como obje-
tivo precisamente analizar los enunciados condicionales del lenguaje
natural y que al mismo tiempo obraron como puente necesario para
la construccin de las lgicas no montonas.
2
Para una presentacin didctica de estas lgicas se recomienda el texto
de G..Palau ,Gedisa, 2002. Introduccin filosfica a las lgicas no clsicas, cap.
4,5 y 6
3
The Foundations of Mathematics and other Logical Esseias, caps. Truth
and Probability y General Proposition and Causality.
38
Chisholm a una nota que apareci al pie de la pgina 247 del artculo
de Ramsey, General Proposition and Causality, la que origin el hoy
conocido como Test de Ramsey (TR), el cual reza:
Si dos personas estn discutiendo acerca de Si p entonces q y
ambas estn en duda frente a p, entonces estn aadiendo hipotti-
camente p a su conjunto de conocimiento y argumentando sobre esa
base acerca de q; de tal forma que, en un sentido, Si p, q y Si p,
q, son contradictorios. Podemos decir que ellas estn ajustando sus
grados de creencia en q dado p. Si p resulta ser falso, estos grados de
creencia se vuelven nulos. (...) (1931, p. 247, nota a pie)
A continuacin completa su idea afirmando (...) En general pode-
mos afirmar junto con Mill, que la afirmacin Si p entonces q significa
q es inferible a partir de p, es, por supuesto, a partir de p junto con
ciertos hechos y leyes no afirmados pero de cierta forma indicados por
el contexto. Esto significa que pq se sigue de estos hechos y leyes (...)
(1931, p.248)
De los prrafos citados, segn nuestra opinin, se infieren al me-
nos, las siguientes dos condiciones esenciales:
39
Conditionals y Goodman en The Problem of Counterfactual Conditio-
nals conocida hoy como Teora de la Derivabilidad. En ellas se esta-
blecen las condiciones de verdad para un condicional contrafctico
de la siguiente manera: un enunciado condicional A es verdadero si y
solo si el antecedente en unin con un conjunto de leyes y condiciones
iniciales G implican lgicamente al consecuente, pero exigiendo ade-
ms que entre los enunciados de Gno haya ninguno que derrote al
consecuente. O sea:
A entonces B es verdadero si y slo si B es derivable a partir de A
junto con el conjunto de todas las leyes fsicas y todas las proposicio-
nes verdaderas cosostenibles con A.
Obviamente el problema que esta estrategia presenta es cmo se-
leccionar el conjunto de todas las proposiciones verdaderas que sean
cosostenibles en conjuncin con el antecedente A de forma tal que
ninguna de ellas implique contrafcticamente la negacin de A.
A fin de solucionar este problema R. Stalnaker en su trabajo A
Theory of Conditionals (1968) construye otra teora para los enuncia-
dos condicionales a partir de una sugerencia de Ramsey, el ya men-
cionado TR, que reza:
Primero, agregue (hipotticamente) el antecedente a su stock de
creencias; segundo, realice los ajustes requeridos para conservar la
consistencia (sin modificar la creencia hipottica en el antecedente);
finalmente, considere si el consecuente resulta verdadero o no.
A partir de la estrategia involucrada en el Test de Ramsey y
transformando las condiciones de creencia en condiciones de verdad
Stalnaker crea el sistema C2 en tanto extensin de la lgica modal
clsica, y en el cual introduce una nueva conectiva condicional >
para representar cualquier tipo de condicional no clsico, en especial
los condicionales contrafcticos. Las semnticas de estos sistemas se
basan en la semntica de Kripke pero reemplazando el concepto de
mundo posible por el de stock de creencias hipotticas y la relacin
entre mundos posibles es representada como una relacin de acce-
sibilidad entre mundos, lo cual posibilita reformular las condiciones
de verdad para los enunciados condicionales de la siguiente forma:
A>B es V en ki si B es V en (A, ki ) y
A>B es F en ki si B es falsa en (A, ki)
40
Donde f representa la funcin que selecciona en el dominio de to-
dos los mundos posibles aquellos en los que el antecedente es verdadero.
Lo que a nuestro propsito interesa destacar es que la conectiva
> es caracterizada formalmente como intermedia entre el condicio-
nal estricto de la lgica modal y el condicional material, de forma
que cuando el antecedente A del enunciado A>B es verdadero en
el mundo actual ki, el condicional se reduce a un condicional mate-
rial y, cuando el antecedente es falso en el mundo actual ki, puede
darse o bien que el consecuente del condicional resulte verdadero
en el mundo seleccionado kj, en cuyo caso el enunciado condicional
A>B es verdadero en el mundo actual ki; o bien que el consecuente
del enunciado condicional sea falso en el mundo seleccionado kj y el
enunciado A>B sea falso en el mundo actual ki.. El lector ya se habr
dado cuenta de las dificultades que plantea la funcin de seleccin
ya que sta debe seleccionar el mundo ms parecido al actual entre
todos los mundos accesibles en los que el antecedente es verdadero,
problemtica sta que reproduce de forma distinta la objecin que se
le hiciera a la teora de N. Goodman.
A fin de construir una semntica ms adecuada, David Lewis en
su libro Counterfactuals de 1953 propone otro sistema conocido hoy
como VC y cuya semntica parece prima facie ms adecuada para
el anlisis de los condicionales contrafcticos. Esta tambin se basa
en la nocin de mundo posible y en el conjunto de todos los mundos
posibles accesibles a ese mundo, los cuales conforman para cada
mundo posible una esfera de accesibilidad conformada por todos los
mundos que son accesibles a l. Dado que no es nuestro propsito
describir aqu su complejo sistema, al lector interesado lo remitimos
al pargrafo 3.2.2 del libro Lgicas condicionales y razonamiento de
sentido comn de G. Palau y colaboradores (2004).
Desde la sintaxis estimamos que el trabajo fundamental realizado
para el ordenamiento de los sistemas de lgica condicional es el es-
crito por H. Arl Costa y S. Shapiro titulado Maps between nonmono-
tonic and Conditioals Logic del cual pasaremos a brindar los aspectos
imprescindibles para la comprensin de este tema.
Siguiendo a esos autores en la actualidad las lgicas condicio-
nales normales poseen las siguientes propiedades: 1) Satisfacen el
llamado Modus Ponens Condicional , i.e., (A > B) (AB) y 2) la rela-
41
cin de deducibilidad involucrada en estos condicionales satisface la
propiedad de Monotona, i.e., Si G A entonces G {B} D, razn por
la cual todas ellas constituyen lgicas deductivas.
Sin embargo, tambin queda claro que existen ejemplos en el
lenguaje natural que tal como ya lo afirmamos no satisfacen la re-
gla llamada Refuerzo del Antecedente, i.e. AB/ (AC) B pero que
adems en ellos tambin falla nada ms y nada menos que la regla
Modus Ponens, tal como lo evidencia el siguiente ejemplo:
42
dicionales ya que sta sigue siendo montona, como puede notarse
claramente en la siguiente sucesin de condicionales contrafcticos,
ya clsicos en la literatura:
43
des de la rbita de Urano.
(ii) Si la rbita de Marte hubiera sido circular, Kepler no habra
encontrado una diferencia entre sus clculos y las observaciones.
44
cidad de la conclusin de Jos depende de que la base de datos que
contiene los vuelos a Mxico sea completa, i.e., que en ella figuran
todos los vuelos hacia la ciudad de Mxico del da determinado. La
inferencia realizada por Jos es por ello no montona, dado que bien
podra suceder que la base de datos fuera incompleta, es decir que
no incluyera todos los vuelos de ese da para Mxico. En la literatura
sobre el tema esta teora es conocida bajo el nombre de Hiptesis del
mundo cerrado y fue propuesta por primera vez por R. Reiter en 1978.
El lector habr seguramente advertido que la conclusin de Jos se
debi a una ausencia de informacin en contrario y por ello pudo
concluir derrotablemente que el vuelo que buscaba no exista. Re-
iter soluciona este tipo de argumentaciones introduciendo las reglas
conocidas bajo el nombre de reglas por defecto de las que nosotros no
nos ocuparemos aqu. Posteriormente y siempre dentro del mbito de
la IA se agregaron otros formalismos para tratar este tipo de condicio-
nales derrotables, entre las que se destaca el formalismo denominado
por McCarthy en 1980, conocido por el nombre de Circunscripcin 4.
A nuestro propsito, interesa destacar que en 1987, Yoav Shoham
construye el primer marco terico unificado para dar cuenta de es-
tos formalismos no montonos convirtindose de esta manera en el
puntapi inicial para el desarrollo de la lgica no montona, i.e., una
lgica que permitiera dar cuenta de los condicionales derrotables, i.e.,
que no satisficieran la regla RA.
Retomaremos esa nocin de consecuencia en el captulo siguien-
te, ya que en el prximo pargrafo mostraremos cmo la lgica de los
condicionales derrotables permiti abordar desde el plano de la lgica
el anlisis de ciertas normas jurdicas que antes eran inabordables.
4
Nuevamente para una exposicin de estas teoras remitimos al lector
al captulo 4 del libro ya citado Lgicas condicionales y razonamiento de
sentido comn.
45
sistema modal S5 de C.I Lewis, introduce en el lenguaje lgico como
constante propia un operador de funcin , que le permite definir al
condicional derrotable A>B mediante un condicional estricto restrin-
gido, a saber:
A>B =def (A B)
46
chourrn. Tambin hemos visto que para D. Lewis el operador modal
puede significar distintos tipos de necesidad y que la necesidad
lgica estndar (outer necessity) no es expresable en su sistema VC, a
menos que se imponga en su semntica que la unin de todas las es-
feras de accesibilidad (U$i) sea el conjunto de todos los mundos posi-
bles. En otras palabras, si U$i no es el conjunto de todos los mundos
posibles, entonces no puede referirse a la necesidad lgica. Cabe
preguntarse entonces qu tipo de necesidad est implcita en el ope-
rador contrafctico would, el cual, pese a ser una constante primitiva
en su sistema, se propone dar cuenta de aquellos contrafcticos que
parecen aludir a algn tipo de necesidad entre antecedente y conse-
cuente y de all el simbolismo utilizado . D. Lewis propone una
lectura para el operador que puede iluminar nuestro interrogante y
que es la siguiente: It would be the case, no matter what, that..., cuya
aproximada traduccin al espaol sera: Pase lo que pase, se va a dar
el caso que. D. Lewis argumenta a favor de esta lectura en el hecho
de que si B es un enunciado verdadero en un mundo i, entonces el
enunciado contrafctico AB es verdadero en el mundo i para cual-
quier antecedente A. En otras palabras, B significa que el enunciado
B es verdadero en un mundo i pase lo que pase en el mundo i. En
suma, B es un hecho necesario y el operador parece referirse a una
necesidad respecto de los hechos, o por ms extrao que parezca a
una necesidad contingente. Estos comentarios filosficos ayudan a
comprender mejor algunas peculiaridades formales de los condicio-
nales contrafcticos como por ejemplo la imposibilidad de definirlos
a partir de un condicional estricto clsico, que el condicional estricto
estndar definido como (AB) implique al contrafctico AB y no
a la inversa (ya que AB puede ser verdadero y (AB) ser falso) y
que A se lea como Cualquiera sea lo que pase en el mundo i, el enun-
ciado A ser verdadero en i.
Si bien Alchourrn admite que el operador modal puede refe-
rirse a distintas clases de necesidad, en su sistema se obtienen resul-
tados que llevan a pensar que su sistema caracteriza a la necesidad
lgica. En efecto, en DFT ya vimos que (A>B)=def(AB). Por teoremas
de S5 sale tambin que es teorema en DFT la frmula (A>B)(AB)
y tambin que es teorema la frmula(A>B)(A>B), la cual parece ex-
presar que un condicional derrotable nunca es contingente, en contra
47
de la idea intuitiva de que un condicional derrotable debera serlo. Sin
embargo, afirma Alchourrn, los condicionales derrotables aluden a
una contingencia lgica y por ello el significado del operador no co-
rresponde a la necesidad lgica clsica y esta no es expresable en su
sistema. En sntesis, el operador modal hace referencia a una nece-
sidad fctica segn la cual el enunciado A significa A es verdadero
en toda circunstancia respecto de la realidad actual y de un agente a.
Para evitar resultados no gratos en su teora Alchourrn cambia
el concepto de necesidad expresada por el operador modal , el cual
induce ahora a pensar que un enunciado es necesario slo cuando
el enunciado A es verdadero en cualquier circunstancia del mundo
actual respecto de cualquier agente a. Por otra parte, si quisiramos
adoptar esta definicin como adecuada para la nocin de necesidad
lgica, se debera tambin alterar la definicin de mundo posible y
definir mundo posible como el conjunto de todas las circunstancias
posibles de la realidad actual respecto de un agente determinado.
Reconocemos que esta visin, si bien podra resultar adoptada sin
inconveniente alguno por los lgicos contemporneos como una de
las interpretaciones admisibles para este concepto, resultara segu-
ramente rechazada por la gran mayora de los filsofos, los cuales
seguiran exigiendo de los lgicos una respuesta al viejo problema de
la necesidad lgica.
Por el contrario nuestra opcin ser introducirnos en el anlisis
de los argumentos de sentido comn, i.e. aquellos que nos involu-
cran cotidianamente y que nos conducir al mbito de la lgica no-
montona, cuya nocin de consecuencia lgica analizaremos en el
siguiente captulo.
48
CAPTULO 4
Nociones de consecuancia lgica
49
dente (AB)((AC)B), Contraposicin (AB)(BA) y Transitivi-
dad (AB)(BC))(AC), las cuales, reflejadas en el metalenguaje
nos brindan las propiedades de la nocin de consecuencia semntica
(Tarski, 1936) a saber:
1) A A ID (Reflexividad o Identidad)
2) A B entonces A C B RA (Refuerzo del Antecedente)
3) A B y B C entonces A C TR (Transitividad)
50
4.2. La intuicin de K. Hempel
Karl Hempel (1965) fue el primer filsofo de la ciencia que, al
tratar de explicitar el esquema de argumentacin involucrado en la
investigacin cientfica estableci que a fin de que las leyes cientficas
permitieran brindar una explicacin satisfactoria de los fenmenos
naturales, stas deberan reforzarse con las condiciones iniciales en
la que el fenmeno se daba. Esta posicin fue luego reforzada por
Popper (1974) y desde ese entonces se acepta en general que el es-
quema de una explicacin cientfica es un esquema deductivo de la
siguiente forma:
51
dad, lo que esta clusula afirma es que E es deducido del conjunto U
de leyes ms el conjunto I de condiciones iniciales, si se supone que
todo lo dems sigue igual, es decir que es deducible en condiciones
normales. Y esto es lo que precisamente dicen las reglas default de la
ciencia conocida hoy como Inteligencia Artificial, con la sola diferencia
de que en la formulacin de estas reglas las condiciones de normali-
dad se exigen explcitamente. Sintetizando, la clusula ceteris pari-
bus es una suposicin que habla sobre la totalidad de las condiciones
normales de un fenmeno y nos dice que ellas deben quedar iguales,
lo que es lo mismo que afirmar que la validez clsica de la inferencia
se logra gracias a que solamente se consideran las condiciones nor-
males del fenmeno que se quiere explicar. As, la conclusin de una
explicacin deductiva no se ver derrotada si y slo si el conjunto de
las premisas es reforzado por sentencias que expresen condiciones
normales. De ello se sigue que la clusula ceteris paribus, aunque
implcita, constituye una restriccin de carcter pragmtico que oficia
como controladora de la deduccin y con el evidente propsito de no
producir conclusiones discordantes con la realidad emprica.
Podra tambin salvarse la inconsistencia, acudiendo tal como
lo hace Carnap, a algn postulado de significacin, puesto que l los
considera de gran utilidad tanto para la lgica deductiva como para
la inductiva. Estos postulados de significacin tienen el fin de intro-
ducir en el lenguaje formal en el que se est trabajando los significa-
dos de los trminos que el lgico estime convenientes. Para nuestro
caso habr que introducir el postulado de significacin:
52
Si un lgico tiene la intencin de reflejar en su formalismo lgico el
significado de los trminos del lenguaje natural con el objeto de evitar
inconsistencias y adecuar las inferencias formales a ese lenguaje, de-
ber introducir siempre postulados de ese tipo. A nuestro propsito
no interesa analizar si tales postulados expresan o no un conocimien-
to genuino. De una u otra forma son supuestos pragmticos y de ca-
rcter extra lgico, cuya utilidad es precisamente controlar la adecua-
cin del formalismo a fin de preservar consistencia, de manera similar
a como lo proponen los llamados sistemas lgicos dependientes del
contexto. Tal como lo sostiene Carnap, an la lgica clsica en varios
casos depende del contexto. De lo dicho podemos concluir que, de
aceptarse como buenas razones los ejemplos presentados, el dictum
de que la lgica clsica es independiente de todo contexto pragmtico
no es tal y que, por ello, el acudir a controladores pragmticos no es
un buen criterio de demarcacin entre la lgica clsica y las lgicas
de la Inteligencia Artificial, someramente expuestas en el captulo an-
terior y cuya nocin de consecuencia trataremos de elucidar en los
pargrafos siguientes.
53
no cumplir con todas las leyes lgicas del condicional material y no
satisfacer el Principio de Extensionalidad de Frege, se lo considera
una conectiva intensional, cuya definicin ya hemos dado anterior-
mente, pero que conviene reiterar: AB=df,(AB)).
Desde otra perspectiva, i.e., desde las lgicas condicionales no
modales, en particular las lgicas contrafcticas, estn construidas
sobre la base del lenguaje de la lgica proposicional clsica ms un
nuevo smbolo para representar al operador condicional intensional
frecuentemente simbolizado por el signo >. A fin de clasificar las dis-
tintas lgicas modales construidas sobre la base de este operador se
han creado distintos sistemas lgicos que constituyen una especie de
intermezzo entre la nocin de consecuencia lgica clsica y la nocin
de consecuencia no montona. B. Chellas (1975) propone como refe-
rencia para tal clasificacin un conjunto de reglas de inferencia las
cuales no todo sistema condicional debe satisfacer en su totalidad.
A nuestro propsito actual interesa solamente exponer la nocin
de consecuencia no montona, formulada por vez primera por Dov.
M. Gabbay en 1985, cuya versin ms acabada conjuntamente con
todas las implicancias que ella provoca, se encuentra a nuestro juicio
en la exposicin del lgico D. Makinson en su libro Bridges from Clas-
sical to Nonmonotonic Logic de 2005. De todas formas y a manera de
digresin histrica, debemos aclarar que hoy en da se coincide en que
fue D. M. Gabbay quien, en 1985, estableci por primera vez las pro-
piedades generales del razonamiento no-montono. Luego, en 1990,
aparece el trabajo Theoretical foundations for non-monotonic reasoning
in expert systems, de obligada referencia en esta problemtica, de S.
Krauss. D. Lehmann y M. Magidor, titulado Nonmonotonic Reasoning,
Preferential Models and Cumulative Logics, y finalmente, en 1994, se
publica la ms acabada versin de los trabajos sobre este tema, Gene-
ral Patterns in Nonmonotonic Reasoning de David Makinson.
54
Sorprende que haya venido del campo de la IA el haber reparado que
en la mayora de los condicionales indicativos del lenguaje natural se
presentaba la misma dificultad y que, por ello, la implicacin material
no serva para analizar adecuadamente a tales condicionales. Hoy
se coincide en que la operacin de consecuencia no montona de los
lenguajes naturales satisface las siguientes propiedades:
Reflexividad A|~A
Corte o Transitividad Cumulativa: A|~B, AB |~C / A|~C
Monotona cautelosa o cumulativa: A|~B, A|~C / AB |~C
1
Bridges from Classical to Nonmonotoic Logic, Text in Computing, Cap.
5., 2005.
55
Monotona Cautelosa o Cumulativa: A |~ B, A|~ C / A B |~ C
A |~ B BC Atenuacin a derecha
A |~ C
56
a costa de no poseer una nocin de consecuencia lgica genuina,2 si
se toma como paradigma la nocin de consecuencia clsica y sus
extensiones. Pero como adems Makinson tambin muestra que hay
infinitas reglas de inferencia no montonas se plantea el problema de
cmo determinar cundo un argumento de sentido comn es vlido
de acuerdo a la lgica no montona, ya que bien podra suceder que
no la encontrramos. Nuestra respuesta es la siguiente: si dado un
argumento no hay forma de encontrar un ejemplo de igual forma l-
gica que muestre la invalidez del argumento, o sea un ejemplo cuyas
premisas sean verdaderas y la conclusin falsa, entonces el argumen-
to es no monotnicamente vlido y su esquema lgico constituye
entonces una regla no montona. De donde parecera inferirse que si
un argumento no tiene contrajemplo, entonces es al menos no mono-
tnicamente vlido. Podramos entonces inferir que todo argumento
no refutable es al menos nomonotnicamente vlido o si se prefiere
admisible?
En el captulo siguiente trataremos de brindar una clasifica-
cin de los distintos tipos de argumentos segn sea la nocin de con-
secuencia lgica involucrada, modificando en parte la clasificacin
brindada por Peter Flach en Modern Logic and its Role in the Study of
Kowledge (2002).
2
Para una exposicin en espaol ms de tallada de la nocin de conse-
cuencia lgica no montona referimos al lector al texto de G.Palau y colabora-
dores Lgicas condicionales y razonamiento de sentido comn, cap.5.
57
CAPTULO 5
Lgica y argumentacin
58
Argumentos
59
Sin embargo debe reconocerse que la clasificacin de las distintas
lgicas existentes no es una tarea sencilla ya que ella involucra la pre-
gunta acerca de qu es lo que diferencia una lgica de otra. Nosotros
nos hemos inclinado por apoyar la tesis de que una lgica queda de-
finida por su nocin de consecuencia lgica y la nocin clsica queda
as definida como aquella que satisface las reglas de Reflexividad, Mo-
notona y Corte, estas dos ltimas conocidas en el lenguaje objeto bajo
el nombre de Refuerzo del Antecedente y Transitividad. De ah que las
denominadas comnmente lgicas modales, tales como las lgicas
de las modalidades alticas, epistmicos, multivaluadas y temporales
sean consideradas extensiones de la lgica clsica puesto que agre-
gan vocabulario nuevo y las reglas de deduccin correspondientes. A
todas estas lgicas se las denomina generalmente extensiones de la
lgica clsica.
Pero, cmo clasificar las lgicas subclsicas o divergentes? Es-
tas, agreguen o no nuevo vocabulario, rechazan ciertas reglas que
la lgica clsica acepta, como por ejemplo, la lgica de la Relevancia
rechaza el principio clsico de Adicin, la lgica Paraconsistente de la
escuela brasilea de Newton Da Costa rechaza el principio clsico de
No contradiccin; las lgicas trivalentes de Lukasiewicz rechazan el
principio de Tercero Excluido, la lgica intuicionista rechaza una parte
del principio clsico de Doble Negacin, i.e., en esta lgica no es vlido
AA. Sin embargo la nocin de consecuencia es Montona porque
en el lenguaje objeto tanto en ella como en la lgica de la Relevancia y
la Paraconsistente vale la regla Refuerzo del antecedente, tal como lo
hemos mostrado en nuestra tesis doctoral siguiendo en lo esencial el
excelente libro de R. Wojciki (1988).1
Sin embargo, hay sistemas lgicos a los cuales ya hemos hecho
referencia en el captulo anterior que difieren de la nocin de conse-
cuencia clsica de forma radical puesto que ellas no cumplen con la
propiedad de Monotona, esencial para la lgica clsica. Este tipo de
argumentos abarca obviamente a aquellos argumentos basados en
informacin incompleta y en los cuales, el agregado de una nueva in-
formacin puede derrotar la conclusin. Otro tipo de argumentos que
1
Esta temtica tambin se analiza en mi tesis doctoral Consecuencia lgi-
ca y Rivalidad de sistemas lgicos, publicada en http://sites.google.com/site/
enthimemasite.
60
tampoco contienen una nocin de consecuencia clsica son aquellos
argumentos que parten de premisas plausibles, i.e., que afirman
hechos que se dan comnmente o en el curso normal de las cosas,
pero que, por no tomar en cuenta las excepciones, su conclusin
puede resultar falsa. Finalmente, el ltimo grupo abarcara aquellos
argumentos cuyas premisas constituyen creencias injustificadas de
un hablante basadas en supuestos o suposiciones e inclusive pre-
juicios, que son tomados como si fueran generalizaciones verdade-
ras, y por lo cual tambin caen dentro de la no monotona. Como
toda taxonoma, la presentada puede resultar incompleta, pero a
los efectos de lograr la clasificacin de los argumentos que hemos
analizado en este libro nos resulta suficiente, dado que las reglas
no montonas, pese a no garantizar preservacin de la verdad son
igualmente tomadas como garanta de racionalidad, ya que satisfa-
cen las reglas antes mencionadas de Identidad, Corte o Transitividad
Cumulativa y Monotona Cautelosa.
Se debe recordar que la relacin de consecuencia no monto-
na se refleja en el lenguaje en la propiedad de derrotabilidad, es
decir en no satisfacer la regla clsica conocida como refuerzo del
antecedente, a saber: AB (AC) B. En sntesis, mientras la
derrotabilidad es una propiedad de los enunciados condicionales
del lenguaje objeto, la no monotona es una propiedad de la nocin
de consecuencia de los enunciados derrotables. Pero de ello no se
sigue que la nocin de consecuencia de los enunciados derrotables
sea no montona, pues hay sistemas como los de lgica condicional
en las cuales no se satisface RA y que sin embargo su operacin de
consecuencia es montona. Por ello es posible que para muchos lec-
tores resulte ms clara una clasificacin de las lgicas basada en el
concepto de derrotabilidad de los enunciados en el lenguaje objeto
pero bajo la condicin de que se los relacione con la nocin de con-
secuencia lgica involucrada.
61
la lgica intuicionista y las lgicas trivalentes o multivalentes entre
otras, estas ltimas llamadas generalmente lgicas divergentes preci-
samente por rechazar ciertas reglas de la lgica clsica, por lo cual el
conjunto de inferencias vlidas es menor que el de la lgica clsica.
(ii) Lgicas derrotables: A diferencia de las lgicas anteriores es
posible dividirlas segn sea su comportamiento en el lenguaje objeto
y el metalenguaje:
(iia) Lgicas puente: En esta categora deberan e incluirse aque-
llas lgicas que no satisfacen Refuerzo del Antecedente, Contraposi-
cin y Transitividad en el lenguaje objeto pero cuya nocin de conse-
cuencia es montona tales como los sistemas de lgica condicional de
Stalnaker y de D. Lewis ya presentados. Y
(iib) Lgicas no-montonas: No satisfacen en el lenguaje objeto Re-
fuerzo del Antecedente y su nocin de consecuencia es no-montona
y adems son las caractersticas de la llamada Inteligencia Artificial.
62
lisis de la argumentacin prescindiendo de cualquier tipo de lgica
pero que a nuestro entender tampoco se le oponen. De ah que en el
pargrafo siguiente, presentaremos en primer lugar la posicin ms
radical de S. Toulmin y luego la de D. Walton, a fin de mostrar que es
posible tratarlos desde las lgicas no montonas.
2
Bridges from Classical to Nonmonotonic Logic, Kings College London,
2005, Introduction.
63
E1 D So C (por ello)
E A cuenta de
64
porque hay un caso que lo demuestra, a saber: si Harry hubiera naci-
do en Bermudas (D) y sus padres no fueran ciudadanos britnicos (
R) entonces no se dara que Harry fuera un ciudadano britnico(C),
en acuerdo con las disposiciones legales (E). O sea:
D R ~ C E.
3
La nocin de consecuencia no montona no abarca a los argumentos
inductivos y abductivos.
65
De lo expuesto es posible presumir que, si bien Toulmin rechaz
todo tipo de formalismo para el anlisis de los argumentos del lengua-
je natural, de haber conocido la actual teora sobre los condicionales
derrotables conjuntamente con la asociada nocin de consecuencia
no montona, tal vez la habra utilizado, tal como lo ha intentado
Douglas Walton, cuya posicin pasaremos a resear.
66
cut el crimen sin amenazas entonces es plausiblemente culpable,
entonces, si el prisionero cometi el crimen es presumiblemente cul-
pable. Y el agregado de plausiblemente viene bien al caso porque
podra ser que se hubiera declarado culpable no por amenaza sino
para encubrir a otro. Vale recalcar que este caso tambin se valida
por la regla no montona Transitividad Cumulativa, o sea: Si el prisio-
nero confes el crimen entonces presumiblemente lo ejecut sin ame-
nazas y si ejecut el crimen sin amenazas entonces es plausiblemente
culpable, luego si el prisionero cometi el crimen es presumiblemente
culpable. El agregado de plausiblemente viene al caso porque podra
ser que el prisionero se hubiera declarado culpable no por amenaza
sino por encubrir a otra persona.
El argumento (2) es un caso evidente del papel que cumplen en el
lenguaje natural las presunciones, ya que para extraer una conclu-
sin vlida, lgicamente hay que presuponer que Juan siempre sale
con sombrero y que nunca se olvida de llevarlo. La situacin se repite
en este segundo ejemplo, ya que es posible que haya sido slo ese
da en el que Juan se olvid el sombrero y por lo tanto la conclusin
sea falsa. Prima facie se trata de otro argumento entimemtico que se
transforma en deductivo slo si se agrega como verdadera la premisa
faltante, o sea completando la informacin de que Juan nunca sale
sin sombrero. Pero, tambin podra haberse dado el caso de que Juan
haya perdido el sombrero y que por ello se encuentre en su casa y el
sombrero no est en el perchero. Por ello sustituyendo A/A y C/C,
se obtiene un caso de la regla de Monotona Racional, o sea: Si el som-
brero de Juan no est en el perchero, plausiblemente Juan ha salido;
Pero si de que el sombrero de Juan no est en el perchero no se sigue que
posiblemente no lo haya perdido, luego, si el sombrero de Juan no est
en el perchero y no lo ha perdido, entonces plausiblemente haya salido.
El mismo Walton debe haber considerado esta posibilidad porque
califica a los ejemplos (1) y (2) como casos de inferencia derrotable o
inferencia por defecto (by default) de R. Reiter (1980), provieniente de
la IA y que como ya lo hemos mostrado en la actualidad se consideran
inferencias no montonas.
A fin de aclarar ms su mtodo, mostraremos a continuacin un
ejemplo de argumento ad ignoratiam, extrado de una propaganda ra-
dial, que creemos podra tratarse con el mtodo propuesto por Walton,
67
o sea mediante la aplicacin de algn otro formalismo no montono.
(3) Si Usted no encuentra la lmpara que busca en el negocio X,
entonces esa lmpara no existe.
Ahora bien, si en este ejemplo agregamos la informacin de que
el Sr. Z sabe que el negocio X tiene todas las lmparas que existen y
la lmpara que busca efectivamente no est en el negocio X, es vlido
inferir que esa lmpara no existe. En este caso, la validez del argu-
mento vendra del hecho de que existe una base de datos completa de
lmparas en el negocio X. Y esto es precisamente lo que en IA se llama
Hiptesis del Mundo Cerrado, HMC (Reiter, 1980), la cual implica una
negacin por falla, o sea que toda proposicin que no est contenida en
la base de datos, se da como falsa. Y esto es lo que sucede en la base
de datos de cualquier computadora: lo que ella no contiene, no existe.
Otro ejemplo del mismo tipo sera el siguiente: si una persona
concurre a una agencia de viajes para comprar un pasaje Buenos
Aires Mxico directo para el mes de noviembre que cueste menos
de 1.000 dlares y la base de datos de la agencia es completa en el
sentido de que contiene todos los vuelos de todas las compaas que
hacen ese recorrido, y no encuentra ninguno, entonces se presume
casi con seguridad que el vuelo que busca no existe. De ah que pue-
da decirse que los argumentos de los ejemplos dados sean vlidos o
constituyan falacias, depende de que se cumpla la HMC, la cual se
podra formular rigurosamente de la siguiente manera:
Sea D el conjunto de la informacin disponible (la base de conoci-
miento) y sea A una frmula o enunciado expresado en el lenguaje en
cuestin: no es cierto DA, entonces D|~A. (donde la deducibilidad
no-montona |~, en este caso cumple con Reflexividad y Monotona
pero no satisface Transitividad Cumulativa.
Los formalismos de Reiter tambin sirven para reformular otro tipo
de falacia, como por ejemplo la llamada Secundum quid (o a dicto sim-
pliciter ad dictum secundum quid). Originada en la falacia para to pe de
Aristteles, la cual se origina en el uso de una generalizacin ignorando
las particularidades (ignoring qualifications). Walton incluye varios tipos
de argumentos bajo esta categora, entre los que se cuentan los argu-
mentos a partir de un ejemplo o de datos particulares, y las generaliza-
ciones plausibles. Sea el siguiente argumento un ejemplo de esta ltima:
(4) Puesto que montar a caballo es un ejercicio saludable, Juan
68
debe practicarlo ms para mejorar el estado de su salud.
Si se lo reformula como inferencia derrotable, adquiere la siguien-
te forma:
(4) Puesto que en condiciones normales montar a caballo es un
ejercicio saludable y Juan no tiene ninguna prescripcin mdica en
contrario, debe practicarlo ms para que plausiblemente mejore su es-
tado de su salud.
4
D.Makinson, Bridges from Classical to Nonmonotonic Logic, Kings Col-
lege London, Texts in Computing,2005,p.13
69
diados por la llamada lgica informal o teora de la argumentacin,
habr un formalismo no montono en el cual se exprese la respectiva
nocin de consecuencia derrotable.
Debe reconocerse que los formalismos no montonos han sido
exitosos en el sentido de que constituyen una valiosa herramienta
para el anlisis de los argumentos del lenguaje natural o de sentido
comn. Sin embargo, desde la filosofa de la lgica, debemos pre-
guntarnos si realmente constituyen lo que hasta hoy se considera
la ciencia de la lgica. Ahora bien desde que se formulara la nocin
de consecuencia lgica clsica, una propiedad indispensable de la
misma y a la que hasta el momento no hemos aludido, es la llamada
Sustitucin Uniforme, la cual intuitivamente nos dice que si en una
tautologa/ frmula universalmente vlida se sustituye una frmula
bien formada (fbf) por otra fbf, se sigue obteniendo una tautologa/
frmula universalmente vlida. En otras palabras que el conjunto de
las tautologas/frmulas universalmente vlidas es cerrado bajo la re-
gla de Sustitucin Uniforme (SU). Pues bien, esta regla no es una regla
vlida en las lgicas no montonas. Ms an, el teorema 1.15 del libro
de D. Makinson ya citado antes, afirma que no hay ninguna relacin
de consecuencia supraclsica cerrada bajo SU que no sea la relacin
clsica . De ah que se presente el siguiente dilema: las llamadas
lgicas no montonas (o de sentido comn) o bien no son autnticas l-
gicas porque no satisfacen SU o bien se abandona SU como condicin
necesaria para que un formalismo sea una lgica y por lo tanto este
principio sea un hbito a suspender, al decir de D. Makinson.
Cualquiera sea la respuesta que se d a ese dilema esperamos
que lo expuesto constituya una razn suficiente para fundamentar la
posicin que venimos sosteniendo en este libro, i) que las lgicas su-
praclsicas constituyen una excelente herramienta para analizar las
formas argumentativas del sentido comn, (ii) que para un riguroso
manejo de ellas se requiere dominar con precisin los conceptos esen-
ciales de la lgica clsica, hecho por el cual su enseanza resulta im-
prescindible an en el mbito de la teora de la argumentacin y (iii)
que pese a todos los sistemas lgicos que integran el andamiaje lgico
del cual hoy se dispone, los aspectos estrictamente intensionales del
5
Cap. 1.3,p.15.
70
lenguaje natural y de la argumentacin seguirn siendo inabordables
por cualquier formalismo. Es probable que el lector despus de la ne-
gatividad de la conclusin a la que hemos arribado, retome la pregun-
ta filosfica acerca de qu realmente se debe entender por la ciencia
de la lgica y porqu es un ndice de buena salud mental pensar de
acuerdo a ciertos parmetros lgicos segn sea el dominio de conoci-
miento en el cual se apliquen y que en los captulos anteriores hemos
visto que ellos estn dados por el conjunto de reglas y/o inferencias
vlidas que los caracterizan, ya que stas aseguran la preservacin
de la verdad de acuerdo al significado dado a las constantes lgicas.
Sin embargo, todava resta responder la pregunta acerca de qu se
entiende precisamente por constante lgica, cuestin lgida para la
filosofa de la lgica, ya que dicha nocin es la base para responder no
solamente a lo que se entiende por lgica sino tambin para aceptar
o rechazar la unicidad de la lgica clsica. En el prximo captulo fi-
nal trataremos dentro de nuestras posibilidades dar alguna respuesta
plausible a esta problemtica.
71
CAPTULO 6
Reflexiones finales
72
las transformaciones topolgicas (o grupo topolgico) deja invariante
la propiedad de continuidad; el grupo de transformaciones proyecti-
vas deja invariantes la alineacin de puntos y las transformaciones
euclidianas dejan invariantes la congruencia, la perpendicularidad
y los ngulos (i.e., propiedades mtricas). Adems, propiedades in-
variantes de un grupo geomtrico, dejan de serlo en otro, como, por
ejemplo, la propiedad de paralelismo conservada por las transforma-
ciones afines no es preservada en las transformaciones proyectivas1.
Lo primero que debe observarse es que cada grupo de transfor-
maciones con sus propiedades invariantes determinan una geometra
y que, por ello, los elementos que permanecen constantes, i.e., las
invariancias son relativas respecto de un grupo especial de transfor-
maciones en el espacio euclidiano. En otras palabras, no se postula
que exista un conjunto de elementos que permanezcan invariantes en
cualquier espacio geomtrico.
En Reconsidering Logical Positivism2, Michael Friedman seala
que el advenimiento de las geometras no euclidianas a fines del siglo
XIX y la Teora General de la Relatividad (1918) arrancaron el unica-
to a la geometra eucldea y a la fsica newtoniana, solidarias de las
formas puras de la sensibilidad de Kant, en tanto formas sintticas a
priori y elevaron a primer plano la problemtica sobre el estatus epis-
tmico de tales teoras. Poincar en Non-Euclidean Geometries and the
Non-Euclidean World (1905) ya haba optado por el convencionalismo
en geometra y ya haba respondido negativamente a la pregunta de
si existan en geometra juicios sintticos a priori, con un argumento
contrafctico: No hay juicios sintticos a priori, porque, si los hubiera
no habran existido las geometras no euclidianas. Ms an, segn el
mismo autor, las ideas de Reichembach en The Theory of Relativity
and a priori Knowledge (1920) acerca del estatus y relaciones de las
diferentes geometras puede explicitarse mediante una estructura de
grupo de transformaciones similar al de Klein. Segn su versin, la
1
Donde T es el grupo de las transformaciones topolgicas, P el grupo pro-
yectivo, A el grupo de las transformaciones afines, S las transformaciones por
semejanza y S el grupo de las transformaciones mtricas.
2
Dedicado a la memoria de J. Alberto Coffa, filsofo de la ciencia argenti-
no y autor del excelente libro The Semantic Tradition from Kant to Carnap. The
Vienna Station. Cambridge, 1991.
73
idea de Reichembach consisti en asociar a la teora fsica newtonia-
na, a la Teora Especial y a la Teora General de la Relatividad un res-
pectivo grupo invariante de transformaciones, donde cada uno repre-
senta un rango de posibles descripciones de la naturaleza o marcos
admisibles de referencia en concordancia con cada teora. As, a la
teora fsica de Newton le corresponde el grupo galileano de transfor-
maciones (i.e., que las leyes de la mecnica newtoniana son invarian-
tes respecto de las transformaciones galileanas); a la Teora Especial
de la Relatividad, el llamado grupo de Lorenz y a la teora general de
la Relatividad el grupo de las transformaciones unvocas (one to one)
diferenciales. Reichembach se pregunta sobre la relacin entre cada
una de estas teoras y el grupo de transformaciones correspondientes
y a fin de obtener una respuesta parte de distinguir dos aspectos del
concepto de a priori kantiano. Por un lado, las formas a priori de Kant
son necesarias y no revisables y, por el otro, son constitutivas, en
el sentido de que son las condiciones de posibilidad del conocimiento
en general y, en particular, del conocimiento cientfico. Luego pasa a
sostener que cada uno de los grupos de transformaciones considera-
dos conforman una estructura a priori que es constitutiva respecto
de cada teora: as, el espacio newtoniano es a priori y constitutivo
de la fsica newtoniana; el espacio de Minkowski es la estructura a
priori correspondiente a la Teora Especial de la Relatividad y las es-
tructuras topolgicas lo son para la Teora General de la Relatividad.
La consecuencia filosfica principal reside en la prdida del concepto
de a priori kantiano en tanto necesario, pero guardando el carcter
de constitutivo en tanto condicin de posibilidad. A nuestro inters,
debemos observar que el carcter a priori de determinados elementos
en cada teora ha quedado relativizado al grupo de transformaciones
asociado.1 Por ejemplo, el espacio newtoniano junto a la mtrica eu-
clidiana correspondiente es la estructura constitutiva que estable-
ce la condicin de posibilidad de la Fsica de Newton, pero no lo es
respecto de la Teora General de la Relatividad. De esta forma, pre-
guntarse si la geometra euclidiana es verdadera en sentido absoluto
carece de sentido ya que sta resulta verdadera en relacin con la
fsica newtoniana, pero, dentro de la Teora General de la Relatividad
es empricamente falsa.
Ahora bien, en el campo de la lgica el concepto de invariancia o
74
invariante no es nuevo y es comn presentarlo asociado al concep-
to semntico de verdad lgica. Debe recordarse que ya Carnap en
Meaning and Necessity (1946), inspirndose en la nocin de mun-
do posible y verdad necesaria de Leibniz, utiliz en forma indirecta
el concepto de invariante al definir verdad lgica o analtica como
aquella que es verdadera en toda descripcin de estado, lo cual es
similar a afirmar que su verdad permanece invariante bajo cualquier
descripcin de estado. Tambin es posible caracterizar una tautologa
(o una contradiccin) como una frmula cuya valuacin es invariante
respecto del grupo de transformaciones valuativas. Tambin J. Piaget
en su Trait de logique, Essai de logique operatoire (1949) hace un
uso explcito de la nocin de grupo de transformaciones de Klein,
para explicar la forma de la estructura operatoria (o cognitiva) que da
cuenta de las 16 conectivas binarias de la lgica clsica conocido bajo
el nombre de Grupo INRC de las transformaciones proposicionales.
Estas transformaciones son cuatro, a saber, la transformacin por
identidad (I), por inversin (N), por reciprocidad (R), por correlatividad
(C) 2 y su mayor poder explicativo consisti en dar cuenta de las ope-
raciones que estaban implcitas en las definiciones de cada conectiva
proposicional en trminos de las restantes y que tales transformacio-
nes podan ser descriptas bajo la forma de un grupo de transforma-
ciones anlogo al de Klein.
Sin embargo, fue A. Tarski quien, recin en 1986, en su artculo
What are logical notions? retoma en forma expresa la idea de grupo
de transformaciones de Klein para responder a la pregunta acerca
de qu es una nocin lgica. En efecto, Tarski sugiere llamar a una
nocin lgica si ella es invariante bajo todas las transformaciones
unvocas (uno a uno) posibles del mundo sobre s mismo o universo
entero del discurso. Y, a la pregunta de si todas las nociones defi-
nidas en el Principia Matemtica son nociones lgicas en el sentido
as definido, responde S. De inmediato pasa a dar ejemplos de las
categoras o tipos semnticos. Por ejemplo, a nivel de los objetos de
ms bajo nivel, i.e., los individuos, no hay nociones lgicas en ese
sentido, ya que puede haber transformaciones del mundo sobre s
mismo donde un individuo se transforme en otro pero s encuentra
las primeras en el nivel siguiente, i.e., en el de las clases de individuo,
en la que las nociones lgicas son la clase universal y la clase vaca. Y
75
de esta forma sigue su anlisis hasta mostrar que la nocin de mem-
bresa de la teora de conjuntos puede ser o no ser considerada una
nocin lgica segn se la adopte o no como nocin primitiva. Debe
observarse que la afirmacin de que si una nocin es lgica entonces
debe ser invariante bajo toda transformacin sobre algn dominio, se
sigue del resultado demostrado por Lindenbaum y el mismo Tarski
para todo sistema LS de lgica superior que incluya teora de tipos,
a saber: siempre que una relacin entre individuos puede expresarse
por una frmula de LS, esa relacin permanece invariante bajo toda
permutacin R de los individuos y tal invariante tiene prueba en LS. El
problema aparece con la afirmacin conversa, o sea, si la peticin de
invariancia es condicin suficiente para que una nocin sea conside-
rada lgica.
V. Mc Gee en su artculo titulado Logical Operations (1996), re-
tomando la crtica que de esta misma caracterizacin hace G. Sher,
se encarga de mostrar que la invariancia bajo todas las transforma-
ciones, an cuando se tome en cuenta la especificacin de G. Sher
respecto de que deben ser transformaciones biyectivas entre los do-
minios, no puede ser condicin suficiente para que una nocin sea
una nocin lgica. A los efectos de claridad el mismo Mc Gee toma
las conectivas proposicionales como nociones lgicas y se pregunta si
la caracterizacin de Tarski sirve para decidir si una conectiva es una
nocin lgica o no. En tanto operacin lgica, coincide en que si una
nocin es una conectiva lgica entonces necesariamente ser inva-
riante en todo dominio adecuado. Sin embargo podra suceder que la
propiedad de invariancia no sea suficiente para distinguir una nocin
lgica de otra que no lo es, y para mostrarlo introduce una conectiva
llamada negacin unicornio, la cual es definida de la siguiente manera:
U f =df (f T no hay unicornios)
Mc Gee muestra que esta nueva conectiva se comporta como la
negacin clsica pero, como ella contiene la afirmacin concreta de
que no hay unicornios, nadie podra considerarla una nocin lgica.
Este ejemplo resulta sofisticado y est pensado para mostrar la inade-
cuacin de la definicin tarskiana an dentro de la lgica clsica. Sin
embargo, nosotros entendemos que la negacin concreta propuesta
por la lgica paraconsistente de Newton da Costa para el sistema LD
o la negacin de Priest para el sistema LP se avienen tambin al caso.
76
Ellas constituyen una conectiva cuya valuacin permanece invariante
bajo toda transformacin valuativa del sistema respectivo y, sin em-
bargo, no cumple con los requisitos que se estipulan para ser una co-
nectiva que represente una operacin lgica de negacin. Podramos
acordar entonces que la invariancia bajo las transformaciones no es
condicin suficiente para que una nocin pueda ser considerada una
nocin lgica.
Sin embargo, para reivindicar a Tarski, deseamos recordar que su
intencin era caracterizar las nociones lgicas de acuerdo con el ob-
jetivo del grupo de transformaciones de Klein, i.e., ordenar o agrupar
las distintas geometras a travs de las propiedades que permanecan
invariantes bajo determinadas transformaciones y de ninguna ma-
nera proporcionar definiciones de las entidades geomtricas perte-
necientes a cada grupo. Lo que en el grupo de Klein queda claro y el
grupo de Reichenbach reafirma, es que cada propiedad es solidaria
de un grupo de transformaciones en tanto estructura de conjunto y
cada grupo de transformaciones caracteriza slo a las propiedades
que son invariantes respecto de ese grupo.
En un artculo fundacional What is Logic?, Ian Hacking, aunque
desde un lugar diferente, sostiene una posicin que a nuestro enten-
der arroja luces decisivas sobre este problema ya que admite una am-
pliacin consistente con las ideas de Klein y Tarski. Hacking comien-
za -coincidiendo as con Dummet en su refutacin a Frege- definiendo
la lgica como transiciones (o transformaciones) de oraciones en ora-
ciones (declarativas). Estas transiciones deben expresarse en el meta-
lenguaje y deben considerarse solamente descripciones o codificacio-
nes de cmo nosotros creemos que deben hacerse tales transiciones
cuando deseamos decir que ellas son lgicas. Estas pueden enten-
derse como casos especiales de transformaciones y pueden ser tanto
semnticas como sintcticas y, de acuerdo con Wittgenstein, nunca
pueden considerarse justificaciones. Para ello, adopta el clculo de
secuentes de Gentzen, en el cual, como es sabido, las reglas estructu-
rales, (i.e., Reflexividad, Atenuacin y Corte) caracterizan el concepto
de deducibilidad mientras que las reglas operatorias caracterizan (no
definen) sintcticamente las constantes lgicas en concordancia con
las reglas estructurales. Las reglas operatorias deben ser conserva-
tivas, i.e., deben preservar la llamada propiedad de subfrmula y la
77
relacin de deducibilidad caracterizada por las reglas estructurales.
Asimismo, las reglas operatorias slo tienen sentido ledas dentro del
marco de deducibilidad generado por las reglas estructurales y slo
dentro de esta estructura de conjunto puede decirse que caracterizan
las constantes lgicas de la lgica proposicional. Asimismo, estas re-
glas operatorias adems de ser solidarias de la deducibilidad, son las
que fijan las propiedades de las conectivas que debern mantenerse
invariantes, como por ejemplo la Propiedad de la Conjuncin o la Pro-
piedad de la Disyuncin. Estas reglas podrn considerarse definicio-
nes de las constantes lgicas proposicionales solamente cuando se
construya la semntica correspondiente, fundamentalmente las no-
ciones de verdad y consecuencia lgica. Ms an, si se toca alguna de
las reglas operatorias, se modifica la caracterizacin de la correspon-
diente conectiva, se habr alterado la nocin original de deducibilidad
y, seguramente, se habr obtenido una lgica divergente de la lgica
clsica. As, dentro de esta perspectiva es posible ordenar, a lo Klein,
las distintas lgicas segn las propiedades que quedan invariantes
bajo las transiciones de un fragmento de lenguaje conformado a su
vez por el respectivo conjunto de reglas estructurales y operatorias.
O, si se prefiere, clasificar las distintas lgicas, segn sean las reglas
estructurales y operatorias que permanecen invariantes en las trans-
formaciones (o transiciones) del respectivo fragmento del lenguaje.
Tal como lo afirma G. Restall: Algunas veces estamos interesados en
la relacin de consecuencia entre proposiciones en general. Esto es,
solamente prestamos atencin a las relaciones lgicas entre ellas. (...)
y entonces estamos dentro del alcance de la lgica clsica. Otras ve-
ces estamos interesados en una clase particular de proposiciones- que
tienen una estructura particular. Podemos razonar sobre tiempos, luga-
res, procesos u otra clase de estructuras particulares (...).
En este sentido, es posible sostener que las reglas lgicas, cua-
lesquiera ellas sean son relativas al fragmento del lenguaje que ellas
mismas delimitan y que, en tanto tales, ellas son constitutivas a priori
en el sentido de Reichenbach y a priori relativizadas en el sentido
de Friedman. De ah que, similarmente a la respuesta dada por Rei-
chenbach a la pregunta de si es verdadera la geometra euclidiana,
desde esta perspectiva carece de sentido preguntarnos por la legiti-
midad de una lgica por sobre la otra. Tal como lo hace notar Hac-
78
king, en acuerdo con Kripke, Putnam y Dummet, el lenguaje natural
(en su caso el ingls), no es ni clsico ni intuicionista y por ello la
lgica clsica, la intuicionista o cualquier otra son construcciones
realizadas por los lgicos a partir de abstracciones construidas sobre
fragmentos especficos del lenguaje declarativo y que por lo tanto sus
leyes o reglas sern invariantes dentro de las transformaciones de ese
fragmento de lenguaje. Sin embargo, esto no excluye la primaca de la
lgica clsica, ya que las lgicas de tales fragmentos se analizan des-
de un metalenguaje que responde a la nocin de consecuencia de la
lgica clsica, razn fundamental por la cual en captulos anteriores
nos hemos dedicado a analizar prioritariamente la nocin de conse-
cuencia clsica y luego otras no tan clsicas.
3
En Advanced Mathematical Thinking, Ed. David Tall, Mathematics Edu-
cationh Library, Kluwer Academic Publishers. La Trasnposicin didctica. Del
saber del sabio al saber enseado, La pense Sauvage, 1991.
4
La Trasnposicin didctica. Del saber del sabio al saber enseado, La
pense Sauvage, 1991.
5
Para una primera comprensin de la teora de la equilibracin de la
escuela de Piaget, remitimos al texto De C.Castorina y G.Palau: Introduccin a
la lgica operatoria de Piaget, Paids, Barcelona 1981.
79
objetos observados. La abstraccin llamada por Dubinsky abstrac-
cin pseudoemprica o abstraccin reflexisante hace referencia al
proceso cognitivo de abstracccin que se hace con o frente a objetos,
como por ejemplo cuando se hace establecer a los alumnos una co-
rrespondencia uno a uno entre los elementos de dos conjuntos denu-
merables. Obviamente, comprender la correspondencia uno a uno es
una construccin realizada por el sujeto. Por ltimo la abstraccin
reflexiva es producto de una coordinacin de las acciones cognitivas
del sujeto en un nivel superior de generalizacin, por ejemplo la cons-
truccin del concepto de nmero entero.
A su vez, en la abstraccin reflexiva pueden operar otros proce-
sos cognitivos, a saber: 1) la interiorizacin, 2) la coordinacin de dos
procesos en uno nuevo, 3) la encapsulacin y 4) la generalizacin.
Por ejemplo, cuando un nio pasa de sumar dos nmeros naturales
dados a sumar cualquier cantidad de nmeros, se dice que ha inte-
riorizado la operacin de suma y cuando ha aprendido a multiplicar
es porque ha coordinado las acciones anteriores de sumar n veces en
una nueva operacin que consiste en multiplicar. La encapsulacin
es un proceso cognitivo ms complicado ya que consiste en englobar
bajo una estructura las operaciones que ha venido haciendo gene-
rando una nueva operacin, en trminos ms comunes formando un
nuevo concepto. En otras palabras, cuando el sujeto logra englobar
en una estructura las estructuras anteriores, es porque stas han
sido encapsuladas. La inclusin entre conjuntos es un ejemplo sen-
cillo: un nio puede afirmar que los perros son animales porque ha
encapsulado el conjunto de los perros y el de los animales, lo cual le
ha permitido inferir que el conjunto de los perros est incluido en el
conjunto de los animales. Finalmente, la operacin de generalizacin
se da cuando un sujeto puede extender la aplicacin de un concepto
a otros que son similares, es decir, cuando puede determinar su ex-
tensin. Finalmente, un sujeto ha logrado completar una operacin
cuando sin ensersele logra construir la inversa, operacin sta que
recibe el nombre de reversibilidad operatoria, la cual es usada como
test para determinar si el alumno ha encapsulado la primera opera-
cin. As, los docentes de matemtica presentan la resta a la espera
de que los alumnos la construyan como la inversa de la suma y la
divisin como la inversa de la multiplicacin. De lo dicho se infiere
80
que toda accin cognitiva se descompone en otras que le son previas.
En su trabajo Dubinsky aplica este mtodo gentico a la enseanza
del principio de induccin completa a partir investigar los conceptos
o saberes previos o acciones cognitivas que debe haber realizado
el alumno. Para el caso que nos ocupa estos son : (i) el concepto de
funcin (en tanto funcin sucesor) cuya conceptualizacin viene del
aprendizaje de la matemtica, pero genticamente el sujeto ha cons-
truido desde sus primeros aos de vida, (ii) la implicacin material en
tanto funcin veritativa y (iii) el Modus Ponens. En nuestros trminos
diramos que estos son los saberes previos que necesita un alumno
para entender o construir la forma de demostracin conocida como
Principio de Induccin Completa. En sntesis, para introducir un co-
nocimiento nuevo, el sujeto debe tener internalizados o encapsulados
en tanto acciones cognitivas los conocimientos que se presuponen
constitutivos del conocimiento nuevo.
He aqu entonces la pregunta para todos los lectores qu conoci-
mientos previos presupone la enseanza de la lgica, ya que lo nico
que poseen los alumnos es su lgica natural, la cual ya hemos visto
que ms que un conocimiento muchas veces constituye un obst-
culo? El criterio para su seleccin consiste entonces en descubrir la
secuencia de conceptos que deben construirse para llegar a construir
el conocimiento buscado, sin desconocer que en esa secuencia los
conocimientos previos se van reorganizando o reestructurando, o si
se quiere, acomodando o revisndose para incorporar el conocimiento
nuevo en tanto accin cognitiva y de esa forma reorganizado los co-
nocimientos previos.
Daremos ahora y solo a ttulo de ilustracin un bosquejo de si-
tuacin didctica que habra que desarrollar a fin de hacer compren-
der el concepto de razonamiento vlido.
Objetivo: que el alumno interiorice o incorpore en tanto ope-
racin cognitiva o encapsule el concepto de razonamiento vlido,
fundamental para la lgica clsica.
A fin de que el alumno interiorice el concepto de razonamiento o
argumento vlido previamente debe haber incorporado el concepto de
razonamiento o argumento. Es posible tambin introducir a esta al-
tura la idea de que hay varios tipos de argumentos (los inductivos, los
analgicos, etc.) de los cuales no se habr de ocupar la lgica deducti-
81
va. Sin embargo, para comprender los distintos tipos de argumentos,
a su vez se debe haber interiorizado antes el concepto de proposicin
o enunciado6. A su vez, distinguir entre proposicin y cualquier otra
clase de proposicin requiere acudir al concepto de verdad por corres-
pondencia en una caracterizacin intuitiva respecto de la formulacin
de Tarski ya que ella nos remite a la verdad por correspondencia
aristotlica, que es seguramente el concepto de verdad de la lgica
del sentido comn y por lo cual nos permite realizar un primer enlace
entre la lgica formal y la lgica natural.
Con estas nociones construidas la respuesta del alumno a la pre-
gunta de cundo creen ellos que un argumento es vlido ser se-
guramente cuando las premisas y la conclusin son verdaderas,
que proviene de su lgica natural y que se presenta como un real
obstculo epistemolgico. Estamos entonces en el momento preciso
de construir la nocin central de la lgica, i.e., la operacin de de-
duccin. Es aqu entonces donde hay que construir una situacin
didctica que posibilite la construccin del concepto de deduccin a
partir de una nocin previa que funciona como obstculo. Hay enton-
ces que comenzar a construir una estrategia que paso a paso elimine
el obstculo.
Para esta temtica consideramos que la silogstica categrica
aristotlica conjuntamente con la herramienta diagramtica provis-
ta por los llamados diagramas de Venn, constituye una herramienta
casi indispensable para introducir la nocin de argumento vlido ya
que, adems de lo til que resulta la visualizacin en el proceso de
aprendizaje, involucra operaciones como la inclusin y la interseccin
entre conjuntos que est probado se incorporan en tanto acciones
operatorias muy tempranamente en la lgica natural del sujeto, casi
sin la presencia de obstculos, lo cual ha hecho pensar a varios que
son constitutivas de la lgica natural.
De ejercitaciones y prcticas novedosas e inteligentes estn llenos
los textos de lgica. Sin embargo debemos advertir que la enseanza
de la lgica no debe reducirse a la bsqueda de ejercicios novedosos
e inteligentes y tampoco debe reducirse a la bsqueda de nuevas
6
Para elegir el nombre de cada uno de los trminos bsicos que se debe uti-
lizar en la enseanza de la lgica recomiendo el finsimo anlisis de los que ha
realizado Ral Orayen en su libro Lgica, significado y Ontologa, UNAM, 1989.
82
estrategias de aprendizaje sin apoyarse en alguna teora sobre cono-
cimiento humano, la cual a esta altura de las investigaciones ya se
coincide en que ella ha ser constructiva. Lamentablemente, las cien-
cias cognitivas no nos han proporcionado an una teora que, aunque
parcialmente comprobada, nos d cuenta de cmo realmente conoce
el sujeto humano.
Por ello, la conclusin final tiene cierto tinte negativo: hasta que
no sepamos cmo el sujeto humano construye el conocimiento y el
papel que en tal proceso desempean las operaciones lgicas tanto
clsicas como no clsicas, nos ser harto dificultoso responder con
seguridad y conviccin a la pregunta de si es condicin necesaria
para el desarrollo del conocimiento humano ensear lgica. En otras
palabras, si ensear lgica necesariamente hace que el alumno ad-
quiera la prctica de razonar mejor. Casi con seguridad la respuesta
ser negativa en cuanto al razonar espontneo de la vida cotidiana,
pero pese a ello tambin creemos que la enseanza de la lgica cl-
sica y de otras no tan clsicas aumenta la capacidad de reflexionar
si una determinada conclusin se sigue de la informacin dada ya
que habr internalizado al menos que no se puede considerar un
buen argumento aquel que de informaciones verdaderas se extraen
conclusiones falsas, ya que el criterio de invalidez es compartido por
cualquier lgica. Ms an en la argumentacin cientfica tambin es
ms fcil mostrar que una afirmacin es falsa que mostrar su verdad,
por lo cual es tambin ms fcil derrotar un argumento que probar
su validez.
83
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NOTA: Para consultar bibliografa ms especializada ver las bibliografas
incluidas en los libros de G. Palau citados en este texto.
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