Georg Von Wright - Explicación y Comprensión (Cap. 1) PDF

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Georg Henrik von Wright

Version castellana de
Luis Vega Refion

Alianza
Editorial
I'itulo original :
Explanatian and Undersiandin.q.
La traduccion a1 castellano de esta obra ha sido autorizada por Cornell Uni-
versity k s .

@ 1971 by Cornell University Press


$5 Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1979
Calle Milan, 38: IP 200 00 45
ISBN : 84-206-2257-5
Dep6sito legal : M. 120-1980
Fotocompone: Imposa-Tecnigraf. Juan dc Oli'as, 12. Madrid-20
Impreso en Hijos de E. Minuesa. S. I-.
-
Ronda de Toledo, 24 Madrid-5
Printed in Spain
Capftulo 1

DOS TRADICIONES

1. Puede decirse que la investigacidn cientifica, contemplada en


una perspectiva muy amplia, presenta dos importantes aspectos.
El escrutinio y descubrimiento de hechos es uno de ellos, el
otro es la construcci6n de hip6tesis y teorfas. Estos dos aspectos
de la actividad cientffica han sido calificados a veces de ciencia
descriptiva y ciencia teorica.
La construcci6n tedrica sirve a dos fines principales. Uno es
predecir la ocurrencia de acontecimientos o de resultados experimen-
tales y prever asi nuevos hechos. El otro consiste en explicar
o-hacer inteligibles hechos ya registrados.
Estas distinciones son ctiles con vistas a una primera aproxima-
ci6n, per0 no deben tomarse con excesiva rigidez. El descubrimien-
t o y la descripci6n de hechos no siempre pueden aislarse conceptual-
mente de la correspondiente teoria acerca de ellos y representan
con frecuencia un paso importante hacia la comprensi6n de su
naturalezal. La prediccion y la explicacidn, por su parte, no han

1 Cast todas las çrevoluciones cientfficas testimonian la indisoluble union


del descubrimiento de nuevos hechos a la invention de una nueva teoria para
explicarlos, 4 s i como la estrecha interrelaci6n que media cntre la description
18 Georg Henrik von Wright

dejado de verse en ocasiones como procesos del pensamiento cienti-


fico bisicamente idinticos -que difieren unicamente desde un
punto de vista temporal, por asi decir2-. La prediccion mira
hacia adelante, de lo que ocurre a lo que ocurriri, mientras la
explicacion vuelve por lo general la vista atris desde lo que hay
a lo que previamente ha tenido lugar. N o obstante, se ha alegado,
10s terminos de las relaciones predictiva y explicativa resultan
similares, asi como la conexion entre ellos. Los primeros consisten
en algunos hechos, la Cltima en una ley. Sin embargo, este punto
de vista sobre la prediccion y la explicacion puede ser revisado3.
Un mod0 de hacerlo es cuestionar el papel de las leyes generales
en la explicacion cientifica y plantear el problema de si la construc-
cion teorica es intrinsecamente un mismo genero de empresa tanto
en las ciencias naturales como en las disciplinas humanas y sociales.
Algunos problemas concernientes a la interrelacion de 10s diver-
sos conceptos recien mencionados ÑdescripciOn explicacion, pre-
dicci6n y teoria- pueden contemplarse provechosamente a la luz
de la historia de las ideas.
E n la historia de las ideas cabe distinguir dos tradiciones impor-
tantes, que difieren en el planteamiento de las condiciones a satisfa-
cer por una explicacion cientificamente respetable. Una de ellas
ha sido calificada a veces de aristotelica, la otra de galileanad. Es-

de hechos y la formacion de conceptos-. Vkase, por ejemplo, como Kuhn


1962, p. 56 ypassim, da cuenta del descubrimiento del oxigeno y del derrocamien-
to de la teoria flogistica de la combustion.
2 Cfr. Popper 1935, sec. 12; Hempel 1942, sec. 4; Caws 1965, sec. 13.
3 La tesis de çl identidad estructural de explicacion y prediccion~ha sido
criticada por varies autores recientes. El debate cobr6 un decisivo impulso
de Scheffler 1957 y de Hanson 1959. Los pros y contras de la tesis estin
hibilmente analizados en Hempel 1965, sec. 2.4. Para una defensa de la tesis
vkase tambikn Angel 1967.
4 Los loci classic! de la confrontation entre el punto de vista çaristotklico
y el punto de vista çgalileanoson dos obras de Galileo redactadas en forma
de diilogo, Dialogh+suimssim! sistemi tolemaico e copernicano y Discorsi e dimostra'yoni
matematicbe intorno 2 due-nuowe scienfe. N o es precis0 insistir en que no dan
una imagen historicamente fie1 de la ciencia aristotklica y de su metodologia.
Aun asi dibujan con admirable claridad las dos diferentes aproximaciones a
la explicacih y a la comprension de 10s fenomenos naturales. Un excelente
examen del conflict0 existente entre ambos tipos de ciencia es el de Lewin
1930/1931: ((En la confrontaci6n entre las concepciones aristotklica y galileana,
en fisica, lo que naturalmente nos importa no son tanto las inflexiones personales
tas calificaciones sugieren que la primera tiene venerable rafces
en la historia intelectual del hombre, mientras que la segunda
es de origen relativamente reciente. Hay algo de verdad en todo
esto, per0 no estarian de mis ciertas reservas. Lo que aqui llamo
tradicion galileana cuenta con una ascendencia que se remonta
mas alli de Aristoteles a Platon5. Habria que cuidarse tambikn
de pensar que la tradicion aristotelica representa en la actualidad
no mas que la supervivencia marchita de elementos anticuados
de 10s que la ciencia se ha venido çliberando gradualmente.
Por lo que se refiere a sus respectivos puntos de vista sobre
la explicacion cientifica, el contraste entre ambas tradiciones es
caracterizado habitualmente en 10s tkrminos de explicacion causal
versus explicacion teleologica6. Tambikn se ha llamado mecanicista'
a1 primer tip0 de explicacion, finalista a1 segundo. La tradicion

d e una y otra teoria, cuanto algunas diferencias en la manera de pensar bastante


fundamentales que tuvieron un papel determinante en la investigation real
aristotelico-medieval y postgalileana en fisica.~(p. 423).
5 Sobre el trasfondo platonic0 de la nueva ciencia d e la naturaleza que
surgio a finales del Renacimiento y durante el Barroco, viase Burtt 1924,
Cassirer 1946 y Koyrk 1939.
6 Estos terminos dan como mucho una caracterizacion parcial de la confronta-
cion. Si bien es fuerte el acento puesto por Aristoteles y la ciencia çaristotklica
en la teleologia, ello n o significa en absoluto que todas las explicaciones caracteris-
ticas de su forma de pensar scan teleologicas. Las explicaciones aristotelicas,
incluidos varios cases notorios, solian hacerse en terminos de çfacultadeso
çpotencias~ asociadas a la çesenciade alguna sustancia. D e tales explicaciones
cabe decir, no obstante, que sc usemejan a las genuinamente teleologicas en
que resultan mas bien explicaciones conceptuales que hipotesis causales. E n
forma similar, las explicaciones que con Galileo y la çnuev ciencias vinieron
a reemplazar a las de la ciencia aristotklica estuvieron lejos de ser siempre
explicaciones causales en un sentido estricto. Los prototipos d e explicacion
galileana vienen formulados en tkrminos de leyes que relacionan f e n h e n o s
determinados metrica y numericamente a partir de distintos determinables generi-
cos. Resultan asi explicaciones congruentes con el patron de la teoria de la
subsuncion (vease mas adelante, sec. 2 y 5). En esto difieren, segun el punto
de vista adoptado en el presente libro, de las explicaciones genuinamente teleolo-
gicas.
7 Debe usarse con precaucion el termino çmecanicistan La cibernktica y
las explicaciones de la teoria d e sistemas que se ajusten a 10s patrones d e la
teoria de la subsuncion (v6ase mas adelante, sec. 7) pueden calificarse d e
çrnecanicistas en un sentido amplio. Pero tambien cabe apreciar en ellas diferen-
cias significativas respecto de explicaciones que rnerezcan este calificativo en
un sentido m i s restringido.
20 Georg Henrik von Wright

galileana en el fimbito de la ciencia discurre a la par que el avance


de la perspectiva mecanicista en 10s esfuerzos del hombre por
explicar y predecir fenomenos, la tradicion aristotklica discurre
a1 compis de sus esfuerzos por comprender 10s hechos de mod0
teleol6gico o finalista.
No es mi intencion examinar el desarrollo de una y otra tradicion
desde sus inicios. Ni tratari de evaluar su importancia relativa
para el progreso de la ciencia. Limitark mi sumaria exposicion
historica a la kpoca comprendida mis o menos entre la mitad
del siglo XIX y el momento presente, dedicando una mayor atencion
a 10s desarrollos recientes. Ademis me circunscribire a la metodolo-
gia, por la que entiendo la filosofia del metodo cientifico.

2. El notable despertar o la revolucion a que hub0 lugar en


las ciencias naturales durante el Renacimiento tardio y la ipo-
ca Barroca fue hasta cierto punto anhlogo a1 que conocio en el si-
glo XIX el estudio sisternitico del hombre, de su historia, lengua-
jes, mores e instituciones sociales. La obra de Ranke y Mommsen
en historiografia, de Wilhelm von Humboldt, Rasmus Rask, Jacob
Grimm en linguistics y filologia, de Tylor en antropologia social,
es comparable a 10s logros alcanzados, dos o tres siglos antes,
por Copkrnico y Kepler en astronomia, por Galileo y Newton
en fisica o por Vesalius y Harvey en anatomia y fisiologia.
Desde el momento en que la ciencia natural hub0 sentado sus
bases intelectuales y 10s estudios humanisticos con pretensiones
cientificas alcanzaron a unirse a ella, resulto natural que una de
las principales cuestiones de la metodologia y de la filosofia de
la ciencia del siglo XIX fuera la concerniente a las relaciones entre
estas dos importantes ramas de la investigation empirica. Las
principales posiciones a1 respecto pueden engarzarse en las dos
importantes tradiciones del pensamiento metodologico que hemos
distinguido.
Una de estas posiciones es la filosofia de la ciencia tipicamente
representada por Auguste Comte y John Stuart Mill. Es la comun-
mente llamada positivismo. El nombre fue acufiado por Comte,
per0 usado con la debida cautela tambikn es apropiado para caracte-
rizar la posicion de Mill8 y toda una tradicion intelectual que
8 Cfr. Mill 1865 y las referencias a Comte y a1 positivismo en Mill 1843,
especialmente en el libro VI.
Explication y comprension 21

partiendo de Comte y Mill no solo desemboca en nuestros dias,


sin0 que se remonta hacia atrgs hasta alcanzar a Hume y a la
filosofia de la Ilustracion.
Uno de 10s principios del positivism09 es el monism0 metodol@co,
o la idea de la unidad del mktodo cientffico por entre la diversidad
de objetos temiticos de la investigation cientificalo. -Un segundo
principio es la consideration de que las ciencias naturales exactas,
en particular la fisica matemhtica, establecen un canon o ideal
metodol6gico que mide el grado de desarrollo y perfection de
todas las demis ciencias, incluidas las humanidadesll. Por ultimo,
un tercer principio consiste en una vision caracteristica de la explica-
cion cientificalz. Tal explicacion es ((causal)), en un sentido am-
9 Hay distintas maneras de caracterizar el çpositivismo~ Una d e ellas vincula
el oositivismo clisico a una teoria fenomenalista o sensualists del conocimiento
y el positivismo modern0 a una teoria verificacionista del significado. Otra
lo asocia a una vision çcientificistav çtecnol6gica del conocimiento y de
sus aplicaciones. Mill tiene m i s de positivists en el primer sentido que ~ o m t e .
El positivismo de Comte es por encima de todo una filosofia de la ciencia.
(Viase Comte 1830, ~Avertissement d e l'Auteur~.) Su pasion fue, en ultimo
tirmino, ser un paladin del espiritu cientifico çpositivoen el estudio d e 10s
fenomenos sociales. (Comte 1830, Leeon I, sec. 6.) A ella asocio una firme
confianza en el valor del conocimiento cientifico para la reforma social. ~ U n... a
propiedad fundamental ... de lo que he llamado filosofia positive, y que sin
duda alguna debe hacerle acreedora mas que a ninguna otra de la atencion
general, dado que es hoy en dia la m i s importante en la prictica, es la d e
poder ser considerada como la unica base solida d e la reorganizacion social.))
(Comte 1830, Leeon I sec. 8.) Como apostol d e una actitud tecnologica hacia
el conocimiento, Comte puede ser comparado, sin que ello carezca d e interis,
con Francis Bacon. Ambos han contribuido en gran mancra a la creacion d e
un cierto çclim de opinion cientificista~, per0 muy poco a1 progreso real
de la ciencia.
~ : porfilosofiapositiva ... entiendo solamente
10 Comte 1830,~ A v e r t i s s e m e n t ç..
el cstudio propio d e las gencralidades d c las distintas ciencias, conccbidas como
hallindose sujetas a un mitodo unico y formando las diferentes partes de
un plan general de investigaci6n.~Comte 1830, Leeon I, sec. 10: ~ P o rlo que
se refiere a la doctrina, no es menester que sea una, basta con que sea homoginea.
Consideramos, pues, en este curso, las diferentes clases de teorias positivas
desde el doble punto de vista d e la unidad de mitodo y de la homogeneidad
doctrmal.~
$ 1 Comte 1830, Leeon I, sec. 6 (sobre la nocion de una çfisic social)))
y Leeon 11, sec. 11.
12 Mill 1843, 1. I l l , c. xii; Comte 1830, Lecon I, sec. 4 y 24. Comte n o
dfrece una version sistemitica de la explicacion. Su mayor infasis recae sobre
la prediction. Cfr. Comte 1844, P. I, sec. 3: çAsiel verdadero espiritu positive
22 Georg Henrik von Wright

plio13. Consiste, mas especfficamente, en la subsuncion de casos


individuales bajo leyes generales hipotkticas de la naturaleza14,
incluida la ~naturalezahumana~15.La actitud hacia las explicaciones
finalistas, i.e., hacia 10s ensayos de dar razon de 10s hechos en
tirminos de intenciones, fines, propositos, conduce o bien a rechar-
zarlas como acientfficas, o bien a mostrar que, una vez debidamente
depuradas de restos çanimistaso çvitalistas~ vienen a transformar-
se en explicaciones causales16.
A travks de su insistencia en la unidad de metodo, en la
tipificacion ideal matemitica de la ciencia y en la relevancia de
las leyes generales para la explicacion, el positivismo queda vincula-
do a esa tradicion mas amplia y ramificada de la historia de las
ideas que aqul he llamado galileana17.

3. La otra posicion en el debate sobre las relaciones entre las


ciencias de la naturaleza y las ciencias del hombre fue una reaccion
contra el positivismo. La filosoffa antipositivista de la ciencia,
que alcanza un lugar prominente a finales del siglo xix, representa
una tendencia mucho mas diversificada y heterogknea que el positi-
v i s m ~ El
. rotulo de çidealismo~ utilizado a veces para su caracteri-

consiste sobre todo en ver para prever, en investigar lo que es a fin de concluir
de ello lo que sera, conforme a1 dogma general de la invariabilidad de las
leyes naturales.~
13 Mill 1843, 1. 111, c. xii, sec. 1: çS dice que un hecho individual queda
explicado serialando su causa, esto es, estableciendo la ley o las leyes causales
de las que su produccion results ins tan cia.^ Comte rechazo la busqueda de
çcausas))Asocio esta empresa a la etapa metafisica, çprepositivista~ del desarrollo
de la ciencia. E n la ciencia positivista el cometido de las causas viene asumido
por las leyes generales. Cfr. Comte 1830, Lecon I, sec. 4 y Comte 1844, P. I,
sec. 3.
14 Cfr. la cita de Mill en la nota 13 precedente. Comte 1830, Lecon I, sec. 2:
çL explicacion de 10s hechos ... ya n o es otra cosa en lo sucesivo que la
relacion establecida entre 10s distintos fenomenos particulares y ciertos hechos
generales.~
15 Mill 1843,l. VI, c. iii, sec. 2: ~ P u e d e
decirse que la ciencia de la naturaleza
humana existe en la medida en que las verdades aproximadas, que componen
un conocimiento practice del gknero humano, puedan revelarse corolarios d e
las leyes universales de la naturaleza humana en que se fundan.))
16 Cfr. Comte 1844, P. I, sec. 6.
17 Cornte, en particular, era consciente d e esta vinculacion tradicional. Cfr.
Comte 1830, Lecon I, sec. 5. Segun Comte, fue de la mano de Bacon y de
Galileo como la ciencia entro definitivamente en la etapa positiva.
Explication y comprension 23

zacion, solo es apropiado para algunos aspectos de esta tendencia.


Me parece preferible el nombre de hermene'utica. (Vease mis adelante,
pp. 29 y ss.) Entre las figuras representativas de este tip0 de
pensamiento se incluyen eminentes filosofos, historiadores y cienti-
ficos sociales alemanes. Seguramente 10s mejor conocidos son
Droysen, Dilthey, Simmel y Max Weber. Windelband y Rickert,
de la escuela neokantiana d e Baden, son afines a ellos. Del italiano
Croce y del eminente filosofo de la historia y del arte, el britinico
Collingwood, puede decirse que pertenecen a1 ala idealists de esta
tendencia antipositivista en metodologia.
Todos estos pensadores rechazan el monismo metodologico
del positivismo y rehusan tomar el patron establecido por las
ciencias naturales exactas como ideal regulador, unico y supremo,
de la comprension racional de la realidad. Muchos de ellos acentuan
el contraste entre las ciencias que, a1 mod0 de la fisica, la quimica
o la fisiologfa, aspiran a generalizaciones sobre fenomenos reprodu-
cible~y predecibles, y las ciencias que, como la historia, buscan
comprender las peculiaridades individuales y unicas de sus objetos.
Windelband dispuso 10s terminos çnomoteticopara calificar las
ciencias que persiguen leyes e ~ i d i o g r i f i c opara
~ calificar el estudio
descriptive de lo individuall*.
Los antipositivistas tambikn han impugnado el enfoque positi-
vista de la explication. El filosofo e historiador alemin Droysen
parece haber sido el primer0 en introducir una dicotomia metodolo-
gica que ha ejercido gran influencia. Acuiio en tal sentido 10s
nombres de explicacibn y comprensi6n, en alemin Erkldren y Verste-
hen19. El objetivo de las ciencias naturales consiste, segun el,
en explicar; el proposito de la historia es mis bien comprender
10s fenomenos que ocurren en su imbito. Estas ideas metodologicas
fueron luego elaboradas hasta alcanzar plenitud sistemitica por
Dilthey20. Para designar todo el dominio de aplicacion del metodo
18 Windelband 1894.
19 Droysen 1858. La distincion metodol6gica hecha por Droysen tuvo en
un principle forma de tricotomia: el mktodo filosofico, el mktodo fisico y
el mktodo historico. Los objetivos de 10s tres mttodos son, respectivamente,
conocer (erkennen), explicar y comprender. Sobre la metodologia hermentutica
de la historia de Droysen vtase Wach 192611933, vol. 111, c. ii.
20 Vkase Dilthey 1833; 1894; 1900; 1910. Sobre la hermenkutica de Dilthey
vkase Stein 1913. Por lo que se refiere a la historia del concept0 de ~Verstehenn
en general vkase Ape1 1955.
24 Georg Henrik von Wright

de comprension se sirvio del tkrmino Geisteswissenschaften. N o hay


un buen equivalente en inglks, per0 es digno de mention el he-
cho de que la palabra fuera concebida en su origen con vistas
a traducir a1 alemin la expresion inglesa çmorascience~21.
El uso ordinario no hace una distincion aguda entre las palabras
çexplicary çcomprender~ Cabe decir que priicticamente cualquier
explicacion, sea causal o teleologica o de otro tipo, nos proporciona
una comprensi6n de las cosas. Pero çcomprension cuenta ademis
con una resonancia psicologica de la que carece çexplicaci6n~
Este caricter psicol6gico fue subrayado por varios metod6logos
antipositivistas del siglo xix, siendo seguramente Simmel el mis
enkrgico a' considerar que la comprension, como mktodo caracteris-
tic0 de las humanidades, es una forma de empatia (en alemin
Einfuhlung) o recreaci6n en la mente del estudioso de la atmosfera
espiritual, pensamientos, sentimientos y motivos, de sus objetos
de estudio22.
Sin embargo, no es Cnicamente por este sesgo psicologico
por lo que cabe diferenciar a la comprensi6n de la explicacion.
La comprension se encuentra ademis vinculada con la intencionalidad
de una manera en que la explicacion no lo esti. Se comprenden
10s objetivos y propositos de un agente, el significado de un
signo o de un simbolo, el sentido de una institucion social o
de un rito religioso. Esta dimensi6n intencional o, como tambien
seguramente podria decirse, esta dimension semintica de la com-
prensi6n ha llegado a jugar un pepel relevante en la discusion
metodologica mis reciente. (Cfr. mas adelante, Sec. lO)23.
21 La obra que introdujo el termino Geisteswzssenscbaft parece haber sido
la traduccion de la L@ca de Mill por Schiel en 1863. El libro VI de Mill
1843 es titulado en la traduccion: ~ V o nder Logik der Geisteswissenschaften
oder moralischen Wissenschaften~.Fue Dilthey quien puso el termino en circula-
cion. Cfr. Frischeisen-Kohler 1912.
22 La teoria psicologista de la comprension y del conocimiento historic0
d e Simmel se halla expuesta en Simmel 1892, c. I en especial, y en Simmel
1918.
23 Droysen 185711937, p. 25, ya habia dicho: ~ N u e s t r acomprension historica
es equiparable a nuestra cornprensi6n de quien nos h a b l a . ~La nocion diltheyana
de comprension (Dilthey 1883 y 1884) era en un principio sobremanera apsicolo-
g i s t a ~y çsubjetivistan Luego, (en Dilthey 1910), a1 parecer bajo la creciente
'
influencia de Hegel, Dilthey acentuo el caricter çobjetivod e 10s frutos del
mitodo de comprension. Viase tambiin Dilthey 1900, en especial el Apkndice,
pp. 332-338.
Explicacion y comprensi6n 25

Si se acepta una demarcacion metodologica fundamental entre


las ciencias naturales y las Geisteswissenschaften historicas, surgira
inmediatamente la cuestion de donde situar a las ciencias sociales
y a las ciencias de la conducta. Estas ciencias nacieron en buena
medi+la bajo la influencia de una presion cruzada de las tendencias
positivista y antipositivista en el ultimo siglo. No es sorprendente
por lo tanto el que hayan venido a resultar un campo de batalla
para las dos tendencias en liza en la filosofia del metodo cientifico.
La aplicacion de metodos matematicos a la economia polftica y
a otras formas de estudio social fue un legado de la Ilustracion
del siglo XVIII que encontro apoyo en 10s positivistas del siglo x r x .
El mismo Comte acuiio el nombre de çsociologiapara el estudio
cientifico de la sociedad humana24. De 10s dos grandes sociologos
del cambio de siglo, Emile Durkheim fue esencialmente un positi-
vista en todo lo referente a su metodologia25, mientras que en Max
Weber se entremezclaba un cierto tinte positivista con el enfasis
en la teleologia (çzweckrationaleHandeln~)y en la comprension
empitica (çverstehendSoziologie~)26.

4. Hegel y Marx son dos grandes filosofos del pasado siglo


que han ejercido una profunda y duradera influencia, nada desdeiia-
ble, por cierto, en este orden de consideraciones metodologicas,
per0 a quienes es dificil situar tanto respecto del positivismo
del siglo XIX como respecto de las reacciones contra el positivis-
mo27. Las ideas hegelianas y marxistas sobre el metodo cargan

24 El tirmino çsociologytambiin esti usado en Mill 1843.


25 El punto de vista metodologico de Durkheim esti mejor estudiado en
Durkheim 1893 y 1894. A pesar de su actitud positivista, algunasde las ideas capi-
tales de Durkheim, por ejemplo, las concernientes a las çrepresentacionecolecti-
vasn de la conciencia social, podrian ser reinterpretadas con provecho, creo, en
10s tirminos de una metodologia hermeniutica de la comprension.
26 Sobre la posicion d e Weber viase especialmente Weber 1913 y Weber
1.921 P. I, c. i.
27 Marx bascula de forma acusada entre una orientacion çcausalista~ çcientifi
c i s t a ~ ,de una parte, y una orientacion ~dialectico-hermeneutica~,
çteleologica~
de la otra. Esta ambivalencia, sea dicho de paso, propicia interpretaciones
radicalmente diferentes de su mensaje filosofico. E n este aspect0 Marx puede
ser comparado, sin que ello deje de tener interis, con Freud, en cuya obra,
una explicita busqueda cientl'fico-natural de explicaciones causales frusta a menu-
d o el desarrollo de una tendencia de pensamiento implicita hermeniutica y
26 Georg Henrik von Wright

el acento sobre las leyes, la validez universal y la necesidad28.


E n esto se asemejan, por lo menos superficialmente, a la tendencia
positivista de orientation cientffico-natural. Pero la idea de ley
presente en 10s escritos de Hegel y de Marx cuando se plantean,
por ejemplo, el proceso historico, difiere lo suyo del concept0
de ley que subyace a las explicaciones causales (çgalileanas~) De
mod0 similar, el esquema dialectic0 de desarrollo a travks de
tesis, antitesis y sintesis no es un patron causal (ista) de pensamien-
to29. La conception hegeliana y marxiana de ley y desarrollo
se halla mas proxima a lo que nosotros llamariamos patrones
de conexion conceptual o logica30. E n este sentido, se parecen
a las ideas metodologicas de marchamo intencional y teleol6gico
expuestas por filosofos antipositivistas como Croce o Collingwo-
od, que por otra parte fueron ajenos a la influencia hege-
liana.
Hegel se consider6 a sf mismo seguidor de Aristdteles31. Si
bien, a diferencia del Fil6sofo Maestro, Hegel apenas comprendio
la ciencia natural. E n este punto, su talante intelectual es extrafio
a1 de positivismo y presenta una intima afinidad con el de las
Geisteswissenschaften. Pero a pesar de este acento çhumanist y anti-
naturalista~,me parece justo decir que Hegel fue el gran renovador
Ñdespue de la Edad Media y por lo tanto necesariamente en
oposicion a1 espiritu platonizante del Renacimiento y de la ciencia

teleologica. Con uno y otro autor se tiene la impresion de que su pensamiento


ç vio hasta cierto punto lastrado y pervertido por el çgalileanismo dominante
en la ciencia y en la filosofia de la ciencia (positivismo) de su tiempo.
28 Sobre necesidad y ley en Hegel vkase Hegel 1812/1816, 1. I1 sec. i, c. 3
(~DeG r r u n d ~y) Hegel 1830, sec. 147-159. Las ideas de causalidad, necesidad y ex-
plicacion se hallan quizis mejor estudiadas en el temprano manuscrito conocido
por la Jenenser Lo@, pp. 40-76. Sobre 10s conceptos de ley y de necesidad
en la filosofia marxista vkase Rapp 1968. Marx habla en no pocas ocasiones
de las leyes sociales como si tuvieran una çfkrre necesidad~o funcionaran con
( l a inexorabilidad de las leycs de la naturaleza~.Cfr. Marcuse 1941, pp. 317 y s.,
y Kon 1964, vol. I, p. 290. Vkase tambikn el capitulo relative a la causalidad
y a la necesidad naturales de Lenin 1909.
29 Este esquema, asociado con frecuencia a Hegel, es invention de Fichte.
Hegel no lo utiliza de forma explicita, aun cuando sea razonable decir que
se aptica a un buen ntimero de aprocesos de pensamiento~tipicamente hegelianos,
asi como marxistas.
30 Cfr. Litt 1953, pp. 220 y ss. evolution und Dialektik~.)
31 Cfr. Hartmann 1923 y Marcuse 1941, pp. 40 y s. y p. 122.
Explicacion y comprension 27

Barroca- de una tradicion aristotdica en la filosofia del mitodo.


Para Hegel, como para Aristoteles, la idea de ley es primordialmente
la de una conexion intrinseca que ha de ser aprehendida por
comprension reflexiva, no la de una generalization inductiva esta-
blecida por observation y experimentation. Para ambos fil6sofos,
la explicacion consiste en procurar que 10s fenomenos Sean inteligi-
bles teleologicamente, mas bien que en determinar su predecibilidad
1
a partir del conocimiento de sus causas eficientes32. A la luz
de su afinidad y parentesco con Hegel, la metodologia antipositivis-
ta del siglo XIX en su conjunto puede remitirse a una venerable
tradicion aristotelica, desplazada durante 10s tres ultimos siglos
por un nuevo espiritu en filosofia de la ciencia cuyo paladin
mas caracterizado fue Galileo33.

5. A1 apogeo del positivismo a mediados del siglo xix sucedio


una reaccion antipositivista hacia fines del siglo xix y a comienzos
del siglo xx. Pero en las decadas que mediaron entre las dos
guerras mundiales resurgio el positivismo con mas vigor que nunca.
El nuevo movimiento fue llamado neopositivismo o positivismo
logico, mas tarde tambien se Ie conocio por empirismo logico.
El atributo ç16gico fue aiiadido para indicar el apoyo que el
redivivo positivismo obtuvo de 10s nuevos desarrollos en l6gica
formal.
El resurgimiento de la logics, despugs de medio milenio de
decadencia y estancamiento -aproximadamente desde 1350 hasta

32 Para la teleologia hegeliana vkase Hegel 1812/1816, 1. 11, sec. iii, c. 2.


La explicacion çmecanicista no nos facilita una cornprension plena de 10s f e n h e -
nos de la naturaleza; la explicacion solo es completa cuando se sitlia en una
perspectiva teleologica. El caricter teleologico y ~ a r i s t o t 6 l i c ode
~ las ideas de
Hegel y de Marx sobre ley y necesidad se encuentra acentuado y bien documenta-
d o en Wilenius 1967. Me hallo en deuda con el por su ayuda en mis propios
esfuerzos por comprender el pensamiento hegeliano y marxista. Sobre la teleolo-
gia implicita en el marxismo viase tarnbikn Ch. Taylor 1966.
33 El punto de la relacion de Dilthey, y de 10s filosofos de la metodologfa
hermeniutica en general, con Hegel es complejo. La transition diltheyana
de una posicion mas ~(psicologista-subjetivista~ a otra mas ~hermeneutico-objeti-
vista)) constituy6 a1 mismo tiempo una progresiva orientation hacia Hegel
y la tradicion hegeliana. (Cfr. la nota 23.) Sobre estas vinculaciones vkase Marcuse
1932, en especial pp. 363 y ss., y Gadarner 1960, en especial P. 11, sec. 2. Dilthey
1905 contribuyo de manera decisiva a la recuperation de Hegel en este siglo.
28 Georg Henrik von Wright

1850, descontando las brillantes per0 aisladas contribuciones de


Leibniz en el siglo xvn-, ha sido un evento de la mayor importan-
cia en si mismo para la metodologia y la filosofia de la ciencia.
No obstante, dificilmente cabria decir que la logica formal se
halla comprometida intrinsecamente con el positivismo o con una
filosofia positivista de la ciencia. La alianza entre logica y positivis-
mo durante el presente siglo es, por consiguiente, un accidente
historic0 mis que una necesidad filosofica.
El positivismo logic0 de 10s aiios 1920 y 1930 fue el principal,
aun si no el unico, afluente del que se nutrio la mis amplia
corriente de pensamiento filosofico hoy comunmente conocida
como filosofia analitica. Seria totalmente erroneo considerar que
la filosofia analitica en su conjunto representa una rama del positi-
v i s m ~ .Pero es acertado reconocer que las contribuciones de la
filosofia analitica a la metodologia y a la filosofia de la ciencia
se han mantenido hasta hace bien poco predominantemente fieles
a1 espiritu positivista, si por çpositivismo se entiende una filosofia
partidaria del monism0 metodol6gica, de ideales matemiticos de
perfeccion y de una perspectiva teorico-subsuntiva de la explicacion
cientifica. Hay varias razones para pensar asi. Una de ellas remite
a la bifurcacion de la filosofia analitica en dos importantes subco-
rrientes.
Es una de ellas la tendencia llamada filosofia linguistics o
filosofia del lenguaje ordinario. Su principal fuente de inspiration
fue la ultima filosofia de Wittgenstein y su centro de promocion
radic6 en Oxford por 10s aiios 50. Se impone decir a proposito
de esta subcorriente que resulta intrinsecamente hostil a1 positivis-
mo, aun cuando esta hostilidad permanecia hasta hace poco mis
bien latente que manifiesta. For razones comprensibles, la filosofia
del lenguaje ordinario ha mostrado un inter& relativamente escaso
por la filosofia de la ciencia.
La o&a subcorriente constituye un case completamente distinto.
Es la heredera del atomism0 logic0 de Russell y del primer Witt-
genstein, asi como del neopositivismo del Circulo de Viena. Cabe
asegurar sin temor a equivocarse que su mayor interis se ha
centrado en la filosofia de la ciencia. Pero, en virtud de su misma
ascendencia, su disposition intima ha sido positivista. Tambiin
en buena medida comparte con el positivismo del siglo xrx una
confianza implicita en el progreso a craves del desarrollo de la
Explication y comprensi6n 29

ciencia y del cultivo de una actitud racionalista de çingenierf


socialn hacia 10s asuntos humanos34.
Los filosofos analiticos de la ciencia anduvieron durante mucho
tiempo preocupados casi exclusivamente con cuestiones relativas
a 10s fundamentos de las matemiticas y a la metodologia de las
ciencias naturales exactas. Ello es comprensible, en parte, en el
context0 del impact0 que supuso la logica (matematica) para este
tip0 de filosofia. N o obstante, la metodologia de las ciencias sociales
y de la conducta y la metodologia de la historia han comenzado
gradualmente a atraer la atencion de 10s fil6sofos analiticos, en
cierto mod0 a consecuencia sin duda de que estas ciencias se
vieran invadidas por metodos precisos. Con este desplazamiento
en su imbito de intereses, la filosofia analitica de la ciencia se
hall6 inmersa en el tradicional campo de batalla de la metodologia
positivista y antipositivista y las antiguas controversias se reaviva-
ron de nuevo a mediados de siglo. La causa inmediata de la
reanimaci6n del debate fue una version moderna de la vieja teoria
positivista sobre la explicaci6n cientifica.

6 . La discusion de 10s problemas de la explicacion en el sen0


de la tradici6n de la filosofia analitica recibio un impulse decisivo
del trabajo clisico de Carl Gustav Hempel ((The Function of
General Laws in History)), publicado por el Journal of Philosophy
en 1942. Ya habian adelantado positivistas l6gicos y otros filosofos
analiticos puntos de vista sobre la explicacion semejantes a 10s
de Hempel35. En esencia, todas estas propuestas vienen a ser

34 Un representante caracteristico de estos herederos de ultima hora del


positivismo es Karl Popper. Siempre fue un vigoroso critico del positivismo
del Circulo de Viena y del çinductivismopresente en un determinado tip0
de filosofia positivista de la ciencia. Pero el antipositivismo, en cierto modo
parricida, de Popper y de sus discipulos no debe permitir que se difumine
la continuidad histories aqui existente ni que se haga borrosa su contraposicion
a otras corrientes de la filosofia contemporinea manifiestamente antipositivistas.
El movimiento intelectual llamado a veces çracionalismc r i t i c o ~es, esencialmen-
te, un defensor en nuestro tiempo de esa tradicion intelectual cuyos grandes
clisicos son Comte y Mill. Cfr. Albert 1968.
35 Karl Popper, por ejemplo, en Popper 1935, sec. 12. Mis tarde Popper
reclam6, frente a Hempel, la prioridad de esta teoria de lo que el llama çexplica
cion causal)) (Popper 1945, c. XV, sec. 2). La verdad es que la teoria ((Popper-
Hempel)) sobre la explicacion n o ha dejado d e representar en alg~inmod0
30 Georg Henrik von Wright

variantes de la teoria de la explicacion expuesta por 10s clisicos


del positivismo, en particular por Mill.
Retrospectivamente casi parece una ironia del destine el que
la formulaci6n mas completa y lucida d e la teoria positivists so-
bre la explicacion llegara a establecerse a proposito de la materia pa-
ra la que, obviamente, la teoria se halla peor dispuesta, a saber la
historia. Aun cuando es probable que, precisamente por esa razon,
el trabajo de Hempel provocara discusiones y controversias sin
cuento.
La teoria hempeliana de la explicacion ha venido a conocerse
por modelo (o teoria) de cobertura legal (Covering Law Model
(or Theory)). Invento este nombre uno de 10s criticos de la teoria,
William Dray36. Una denomination alternativa y quizis mejor
podria ser la de teoria de la explicacion por subsuncion (Subsumption
Theory of Explanation).
E n varias de sus idtimas publicaciones Hempel ha ampliado,
aclarado y modificado en algiin que otro detalle sus opiniones
primitivas37. Tambikn ha diferenciado dos submodelos del modelo
general de explicacion por cobertura legal. Aqui vamos a llamarlos
mode10 nomol6gico-deductivo y mode10 probabilistico-inducti-
~ 0 3 8El
. primer0 se deja describir esquemiticamente en 10s siguien-
tes tkrminos :

un topic0 filos6fico desde la ipoca de Mill y Jevons por lo rnenos. Cfr. Ducasse
1925, p. 150 y sig.: ((La explicacion consiste esencialmente en la propuesta
de una hipcitesis fictica, presentando el hecho a explicar como un caso de
antecedente con respecto a un caso de consecuente de alguna ley de conexion
ya conocida~;Hobart 1930, p. 300: ~Explicarun acontecimiento es mostrar
que tenia que ocurrir como lo hizo. L o que significa poner de rnanifiesto que
resulta el efecto de una causa, en otras palabras, un caso d e aplicacion d e
una ley.)) Los ejemplos podrian rnultiplicarse ficilrnente.
313 Dray 1957, p. 1 .
37 Las principales contribuciones de Hempel a la teoria d e la explicacion,
comenzando por el trabajo de 1942 sobre las leyes generales en historia, estin
recogidas en Hempel 1965. Tambien es relevante Hempel 196211966.
38 La distincion entre una y otra variedad de modelo explicativo tuvo lugar
por vez prirnera, que yo sepa, en Hernpel 1959. Fue sometida a reelaboracion
ulterior en Hempel 1962; 196211966 y 1965, La presentacion hempeliana del
segundo modelo ha sufrido cambios que pueden estudiarse en 10s trabajos
citados. Tampoco ha sido uniforme su terminologia. Hempel califica a la explica-
cion de tip0 n o deductive de distintas maneras, çinductivançestadistica~
çproba
bilistica~y çestadistico-inductiva~
Explicacion y comprensi6n 31

Sea E un acontecimiento cuya ocurrencia en alguna ocasion


es conocida y se ve precisada de explicacion. ,iPor quk ha ocurrido
E? Con vistas a responder a esta cuestion, indicamos algun otro
acontecimiento o estado de cosas determinado E l , ..., Em,y apunta-
mos una o varias proposiciones generales o leyes L l , ..., L , tales
que la ocurrencia de E (en el momento considerado) se sigue
logicamente de esas leyes y del hecho de que aquellos otros aconteci-
mientos (estados de cosas) haya ocurrido (se hayan dado).
E , en la descripcion esquematica precedente del modelo nomo-
logico-deductivo de Hempel, representa el explanandm o explican-
durn. Tambien llamare a E okjeto de la explicacion. Llamare a
El, ..., Em explanans o explicatum. Tambien pueden considerarse
base de la explicacion. Ll, ..., L son las leyes de cobertura bajo
las que la explicacion subsume tanto el explanans como el explanan-
durn^.
Cabe preguntarse si el modelo de Hempel solo se aplica a
objetos de explicacion consistentes en acontecimientos. A menudo
deseamos saber no por que ha tenido lugar un acontecimiento,
sino por q u i se da o deja de darse un determinado estado de
cosas. Este caso tambien puede encajar obviamente en el patron
hempeliano. Cabe incluso tomarlo por el caso mas fundamental,
en el que la nocion de acontecimiento puede analizarse (definirse)
mediante la nocion de estado de cosas. Cabria decir que un aconteci-
miento consiste en un par de estados de cosas sucesivos40.
Otra cuestion planteada por nuestra descripcion del modelo
cs la de si 10s acontecimientos o estados El, ..., Em,que constituyen
la base de la explicacion, tienen que haber ocurrido o haberse
dado antes que E, o si, en cambio, pueden resultar simultineos
o tal vez incluso posteriores a E . Se trata de un problema importan-
tc, algunos de cuyos aspectos discutiri mas adelante. Cuando 10s

39 N o estin fiiados ni la terminoloeia ni el sienificado de 10s distintos


rfrminos. ~ersonalkenteprefiero el par d;terminos ex&.anans(plural, explanantia)
v, txt>/anandum.
' Se define (entiende) ordinariamente el primer miembro de manera
que incluya tanto la base de la explicacion como las leyes de cobertura. Viase,
t.g., Hempel-Oppenheim 1948, sec. 2. Me parece preferible, en gran parte por
razones de orden terminologico, servirse de vexplananm para significar solamente
la base, i.e., las aserciones de hechos individuales de las que, de consumo
con las leyes, se deduce el explanandurn
40 Cfr. von Wright 1963a, c. 11, sec. 6.
32 Georg Henrik von Wright

acontecimientos Ejpreceden a1 objeto de explicacion E, me referire


a ellos como antecedentes de E:
El mismo ejemplo, hoy popular, en el que Hempel muestra
una explicacion nomologico-deductiva es un caso tipico en el
que el explanandurn es un acontecimiento y el expfanans consiste
en acontecimiento y estados antecedentes41. $'or que revento por
la noche el radiador de mi auto? El tanque estaba lleno hasta
rebosar de agua; el tapon estaba enroscado a fondo; no habia
puesto anticongelante; el coche se habia quedado a1 sereno en
el patio; durante la noche descendio inesperadamente la temperatu-
ra muy por debajo de cero grades. Tales fueron 10s antecedentes.
En combination con leyes fisicas -en particular, la ley de que
el volumen del agua se dilata a1 helarse-, explican la suerte del
radiador. Conocidos 10s antecedentes y las leyes podriamos haber
predicho con certeza el acontecimiento. He aqui un buen ejemplo
sin duda de explicacion, per0 no del tip0 de explicacion que interesa
a 10s historiadores.
Nuestra discusion de la teoria de la explicacion por subsuncion
se limitari casi exclusivamente a1 mode10 nomologico-deductivo.
Habri ocasion, no obstante, de ofrecer a continuacion una presenta-
cion sumaria del modelo probabilistico-inductivo, sobre el que
tambikn haremos alguna acotacion critica42.
El objeto de una explicacion probabilistico-inductiva tambien
es un acontecimiento individual E. La base se compone de un
conjunto de acontecimientos o estados El,..., EM.La ley de cober-
tura, el çpuente)o el çligamentoque une la base con el objeto
de explicacion, es una hipotesis probabilistica de la que resulta
que, con ocasion de El, ..., Em,es aitamente probable que E ocurra.
No deja de ser entonces pertinente preguntar en quk sentido,
si en alguno, cabe asegurar que este tip0 de base y de cobertura
legal expiican la ocurrencia efectiva de un acontecimiento43.

4 1 La version original del ejemplo aqui parafraseado figura en Hempel 1942,


sec. 2.1.
42 N o hay una forma can6nica inequivoca del modelo (cfr. mas arriba,
nota 38). Por consiguiente cabe decir que nuestra discusion concierne solo
a una version del modelo.
43 Las dudas sobre la eficacia explicativa del modelo ya habian sido suscitadas
y debatidas por la literatura anterior. Vtase Gluck 1955, Scriven 1959, Dray
1963. Las acotaciones hechas por Scriven v Dray estin relacionadas con la
Lo que hace que una explicacion nomol~gico-deductivaçexpli
queà es, podemos decir, que nos indica por que E tuvo que ocurrir,
por que una vez que la base se hub0 realizado y se aceptan
las leyes correspondientes E fue necesario. Ahora bien, la admision
de la posibilidad de que E no llegue a ocurrir es parte constituti-
va de una explicacion probabilistico-inductiva. Ello da pie por con-
siguiente a una pregunta adicional sobre la explicacion: por quk
en esta ocasion E ocurre efectivamente y n o se frustra. Podria
ser competencia de una explicacion nomologico-deductiva el res-
ponder a esta cuestion. A veces cabe proceder asi. Sucede cuando
somos capaces de aiiadir a la base de la explicacion algiin nuevo
acontecimiento o estado de cosas Em+ tal que, a tenor d e las leyes
aceptadas, un acontecimiento del tip0 E tendri lugar en toda oca-
si6n en que acontecimientos del tip0 El..., Em+ ocurran conjun-
tamente44. Se podria introducir ahora una nota distintiva y decir
que, a falta de informacion adicional que nos permita una explica-
cion nomologico-deductiva de E, no alcanzamos a explicar por
qui E ha ocurrido, sino iinicamente por que se ha habia de esperar E.
Sea una ley (hipotesis) probabilistica del tenor siguiente: cuando
tienen lugar El, ..., Em,es probable en el grado p que E ocurra,
donde p es un grado medio o bajo de probabilidad. Entonces
no cabe decir que la ley probabilistica explica la ocurrencia efectiva
de E. Pero se podria llegar a utilizar la informacion contenida
en la ley para derivar otra ley probabilistica segtin la cual es
altamente probable que la frecuencia relativa con que E ocurra en
tantas ocasiones cuantas verifiquen El, ..., Em,ronde el valor p.
La ocurrencia de E con esta frecuencia relativa es otro evento
individual. Este es el acontecimiento que aqui se ha de esperar.
Hay un empleo caracterfstico de las leyes probabilisticas en
el cometido de predecir con alta probabilidad frecuencias relativas
de ocurrencias de acontecimientos, cualquiera que sea su gra-
d o de probabilidad -alto, medio o bajo-. La circunstancia de que

crftica del modelo presente en el texto. Las explicaciones probabilistico-inducti-


vas, por usar una expresion feliz de Scriven, çs lavan las manos ante el
caso individual)) (p. 467). çUacontecimiento~,dice Scriven, çpuedbullir dentro
tic una red de leyes estadisticas, per0 es localizado y explicado por encontrarse
~i en la red no mica.^ (Ibid.)
44 Sobre la distincion entre acontecimientos y estados individuales y generl-
CM,vkase mas adelante c. 11, sec. 4, y von Wright 1963a, c. 11, sec. 5.
34 Georg Henrik von Wright

el evento-frecuencia no sea otro que la ocurrencia del propio


E, i.e. la ocurrencia de E con una frecuencia relativa i en una
ocasion dada, es un caso limite de un patron mis general de
empleo de probabilidades en la elaboracion de predicciones. E n
consecuencia, yo diria que el modelo hempeliano probabilistico-in-
ductivo no es sino una aplicacion especial de un mod0 caracteristico
de servirse del cilculo de probabilidades a efectos predictivos.
Los dos modelos son mucho mis dispares de lo que a menudo
se piensa. Un cometido primordial del modelo'nomologico-deducti-
v o es el de explicar por quk unas determinadas cosas han tenido
lugar. D e mod0 que, en segundo tkrmino, tambien nos indica
por que habian de esperarse tales cosas. Bien podian haberse espera-
d o por cuanto que tenian que ocurrir. Con el modelo probabilistico-
inductive se invierten 10s papeles. Explica en primer lugar por
quk se habia de esperar ( o no) lo ocurrido. Solo en un segundo
tkrmino procede a explicar el por q u i de lo ocurrido, a saber
çdebid a)) su alta probabilidad. Consider0 preferible, en cualquier
caso, decir simplemente que el modelo probabilistico-inductivo
justifies determinadas expectativas y predicciones, en vez de decir
que explica lo que ocurre.
Con esto no se niega la existencia de patrones de explicaci6n
(propiamente dicha) en 10s que juega la probabilidad un papel
caracteristico. Uno de esos patrones es el siguiente:
Supongase una hipotesis conforme a la cual la probabilidad
del acontecimiento E respecto de una realization aleatoria de 10s
datos El, ..., Emresulta, digamos, p. Se ha comprobado que el
acontecimiento en cuestion tiene lugar con una frecuencia relativa
notablemente distinta de p en una sene (amplia) de instanciaciones
de 10s datos. (A que obedece esta diferencia? DOSson 10s principales
procedimientos de respuesta. Uno consiste en atribuir esa circuns-
tancia a1 çazarn Salida siempre a nuestra disposition, per0 que
representa en general un recurso extreme. El otro procedimiento
consiste en buscar y descubrir un dato posterior Em+ 7, cuya realiza-
cion tambikn pertenece a1 conjunto de instancias de Ei, ..., EmsA
la ocurrencia de E respecto de una instanciacidn de El, ..., Em>
Em + 1, queda asociada una probabilidad p', diferente de p. Esta
probabilidad, supongamos, es tal que la frecuencia relativa con
que ha ocurrido efectivamente E en la serie correspondiente de
instanciaciones era la que habia de esperarse (en el sentido explicado
Explication y comprension 35

anteriormente). Esto es algo parecido a encontrar una causa (Ern+ ,)


de la discrepancia observada entre frecuencia y probabilidad @).
El metodo de poner a prueba la correccion de la explication
sugerida es similar a1 procedimiento que describirk miis tarde bajo
el nombre de aklisis causal. Cabrfa llamarlo anilisis causal probabifis-
tico. Ocupa un lugar importante en la metodologia de la explicacion,
pero no sera discutido con miis detalle en este libro45.

7. El modelo hempeliano (nomologico-deductivo) de explicacion


no menciona las nociones de causa y efecto. El modelo cubre
un imbito mis amplio, donde se entiende que hay un dominio
reservado para las explicaciones causales46. Es discutible que todas
las explicaciones causales cuadren realmente con el esquema de
Hempel. Tambien cabe preguntar si el esquema puede en realidad
hacerse cargo del peso de una explicacion a rnenos que las leyes
de cobertura Sean causales.
La respuesta a una y otra cuestion depende del punto de
vista que se adopte sobre la naturaleza de la causacion. Intentare
poner de manifiesto la existencia de importantes usos de çcausa)
involucrados en procesos explicativos que n o se ajustan a1 modelo
de cobertura legal. Claro que no faltan de otra parte usos importan-
tes acordes con el. Me parece un procedimiento de clarification
el reservar para tales usos el termino çexplicaci6 causal)). De
rnodo que asi resulta indiscutible que la explicacion causal cua-
dra con el modelo de cobertura legal, aun cuando no necesaria-
mente con la version simplificada que de el hemos ofrecido en la
section anterior.
45 Sobre el papel de la probabilidad en el analisis causal vkase Suppes
1970. El autor define la nocion de causa en terminos probabilisticos (p. 12).
Por lina causa prima facie de un acontecimiento entiende otro acontecimiento
tal que la probabilidad previa del primer acontecimiento sea menor que la
probabilidad del primer acontecimiento una vez dado el segundo. Tengo mis
dudas sobre su consonancia con cualquier uso comun o natural de çcausa
(o çcaus prima facie))). Pero n o veo dificultad en hablar de la relevancia de
(la ocurrencia de) un acontecimiento para la probabilidad de (la ocurrencia
de) otro acontecimiento como de una especie de relevancia çcausal~
46 Hempel siempre ha insistido en la distincion correspondiente. La relacion
de la explicacion causal con la explicacion nomologico-deductiva en general
viene tratada con detalle en Hempel 1965, pp. 347 y ss. Mill 1843, 1. Ill,
c. xii, sec. 1, y Popper 1935, sec. 12, parecen identificar, implicitamente, explica-
cion causal y explicacion por subsuncion bajo leyes generales.
36 Georg Henrik von Wright

Un test elemental de la pretension de validez universal de


la teoria de la explicacion por subsuncion consiste en plantear la
cuestion de si el modelo de cobertura legal comprende asi mismo
las explicaciones teleologicas.
Puede dividirse el campo tradicionalmente asignado a la teleolo-
gia en dos sectores. Uno es el dominio de las nociones de funcibn,
cardcterpropositivo * y totalidades orgdnicas (çsistemas~)
El otro corres-
ponde a 10s objetivos e intenciones47. Funcion y caricter o proceder
propositivo figuran de mod0 predominante en las ciencias biologi-
cas, la intencionalidad lo hace por su parte en las ciencias de
la conducta, en la ciencia social y en la historiografia. Pero 10s
dominios de la biologia y de la ciencia de la conducta se solapan
en gran parte y asi, naturalmente, ocurre con 10s dominios de
funcion, finalidad y totalidades por un lado y 10s de proposition
de objetivos e intencionalidad por el otro. N o obstante puede
ser Util distinguirlos.
E n 1943, un afio despues de la publicacion del trabajo de
Hempel, apareci6 un importante articulo de Rosenblueth, Wiener
y Bigelow titulado ((Behavior. Purpose. and Teleology~48. Un
nuevo hito en la historia de la teoria de la explicacion. Los autores
proceden con independencia de Hempel. Pero su contribution,
considerada en una perspectiva historica, podria tomarse por un
esfuerzo por ampliar el imbito de aplicacion del punto de vista
çcausalista~4sobre la explicacion y con ello el alcance de la
teoria de la subsuncion a la biologi'a y a la ciencia de la conducta.

* Purposefullness se vierte por çcaricte(o proceder) propositivo~.E n alguna


ocasi6n que n o se preste a equivoco se utilizarin çfinalidado çsentidocomo
variantes estilisticas, pues no dejan de emplearse en este contexto. Eg. çaza
y finalidad)), ((el sentido de la evolucion~.Cfr. infra., p. 60. ( N . del T.)
47 N. Hartmann 1951 distingue entre teleologia de piocesos, de formas y
de totalidades. Ayala 1970, p. 9, menciona tres cases de teleologia en biologia,
a saber a ) acuando el estado final o meta es anticipado conscientemente por
el agenten, b) sisternas autorreguladores, c) çestructura diseiiadas anatomica
y fisiol6gicamente para desempeiiar una determinada funci6nn.
48 V b n s e 10s comentarios criticos de R. Taylor 1950a y 1950b, asi como
la replica de Rosenblueth y Wiener 1950.
49 R. Taylor 1950a califica el planteamiento de Rosenblueth, Wiener y Bige-
low de concepci6n çmecanicista del proceder propositivo. Debe entonces enten-
derse el termino çmecanicistaen un sentido amplio que queda, creo, mejor
~ . nota 7.
cubierto por el termino ~ c a u s a l i s t a Cfr.
Explication y comprension 37

Una nocion clave en el planteamiento çcausalistadel proceder


propositivo, sugerida por 10s tres autores del articulo50, es la
de retroaccibn ttegativa (negative feedback). Un sistema en el que un
factor-causa, un calentador pongamos por caso, produce un efecto,
la subida de la temperatura en una habitacion, puede hallarse
asociado a otro sistema tal que un çfallo en el efecto del primer
sistema, un descenso de la temperatura por debajo de un punto
determinado, provoca una çcorreccion~ es decir, un aumento de
la actividad del calentador en la operation de su factor-causa.
El factor-efecto del segundo sistema proporciona entonces a la
operacion del factor-causa del primer sistema una çaparienci de
teleologia~.Pero ambos sistemas actuan de acuerdo con leyes
causales. Los efectos en uno y otro sistema se explican sobre
la base de ~condicionesiniciales~constituidas por 10s factores-causa
y el concurso de leyes de cobertura que vinculan las causas a
sus efectos.
Los autores del articulo propusieron la tesis de que el caricter
propositivo es susceptible en general de explicacion mediante algu-
na concatenation de sistemas causales de este ginero51. Se llama
homeosthtico o autorregulado a1 sistema que cuenta con un meca-
nismo de retroaccidn asociado. Tales mecanismos son muy propios
de 10s organismos vivos. Por ejemplo, el control de la temperatura
en 10s vertebrados es un caso de çcalentadorcon çtermostato))
El anhlisis de la teleologia propuesto por Rosenblueth, Wiener
y Bigelow parece adecuarse a1 punto de vista de la teoria de
la subsuncion sobre la explicacion cienti'fica. N o queda claro, sin
embargo, si el patron explicativo de este tip0 de anilisis es precisa-
mente el del esquema nomologico-deductivo de Hempel antes
expuesto. Para ver si es asi efectivamente, el anilisis requiere
una 'mayor elaboracion. N o han faltado importantes contribuciones
ulteriores a1 analisis logic0 de la autorregulacion y de otros procesos

50 Los propios autores no llarnan çcausal


a su plantearniento. Por el contra-
rio, procuran distinguir su nocion de teleologia de la causalidad. Me parece
que esto conduce a una restriccion excesiva del terrnino ((causal)>.
61 Hablando estrictamente, 10s autores defienden una restriccion de la nocion
dc çconduct teleol6gica~en el sentido de çreaccione propositivas controladas
por medio del error de la reaccionm. aconducta teleologica viene, pues, a ser
Una expresion sinbnima de conducta controlada por medio de retroaction
ncgativa.~(Rosenblueth, Wiener, Bigelow 1943, pp. 23-24.)
38 Georg Henrik von Wright

teleologicos procedentes de diversos autores. Sobresalen de entre


ellos Braithwaite y Nagel52.
El estudio general de sistemas de control y de mecanismos
de direccion, de 10s que la homeostasis es solo un ejemplo, es
conocido como cibernetica. Ha tenido una influencia considerable,
por no decir revolucionaria, en la ciencia moderna, especialmente
en biologia y en ingenieria. Algunos piensan que constituye una
contribucion cientifica de mediados de siglo comparable en repercu-
sion a la revolution provocada en fisica por la teoria de la relativi-
dad y por la teoria cuintica en las primeras dicadas del siglo53.
A mi mod0 de ver, la trascendencia de su contribucion en metodo-
logia ha consistido en propiciar un notable desarrollo, en el espiritu
de la tradicion galileana, de la perspectiva çcausalistay çmecani
cista~.A1 mismo tiempo ha reforzado algunos de 10s dogmas
mas importantes de la filosofia positivista de la ciencia, en particular
la consideracirjn unitaria del mktodo cientifico y la teoria de la
explicacion por subsuncion. En medios hostiles a1 positivismo
n o ha dejado de negarse esto a veces poniendo de relieve las
grandes diferencias que median entre 10s sistemas ciberniticos
y 10s sistemas mecinicos de tip0 mas simple y tradicional. Induda-
blemente tales diferencias existens*. Quedan reflejadas en la diferen-
cia entre el esquema que explica el mod0 de proceder de 10s
mecanismos de direccion cibernktica y control y la esquematizacion
miis çsimplistaofrecida por el modelo hempeliano de cobertura
legal. Acn asi yo diria que 10s modelos difieren esencialmente
en su respective grado de complejidad y de sofistificacion logics,

52 Braithwaite 1953, c. X ; Nagel 1961, c. XII. En Canfield (ed.) 1966 se


encuentran reimpresas analectas representativas de ambas obras. Braithwaite
asume expresamente la opinion de que la explicacion teleologica, tanto de
actividades intencionales dirigidas a un objetivo como del proceder propositivo
en general, es reducible a (formas de) explicacion causal. La actitud de Nagel en
lo que se refiere a la reduction de la teleologia a patrones explicativos cau-
sales (no teleologicos) es mas cautelosa. N o parece injusto referir la posicion
de Nagel diciendo que considera çreducibles a explicaciones causales las explica-
clones teleologicas que tienen lugar en biologLa. Para tratamientos recientes de
estos problemas viase Ackermann 1969 y Ayala 1970.
53 Sobre la signification general y filosofica de la cibernitica, cfr. David
1965, Klaus 1961, Lange 1962 y Wiener 1948.
5 4 Cfr. Lange 1962, c. I.
no en 10s principios basicos d e la explicacion o en el punto de
vista sobre la naturaleza de las leyes cientificas.

8. La nocion de ley natural, de uniformidades legaliformes en


general, ocupa un lugar preferente en la filosofia positivista de
la ciencia55, Los modelos hempelianos de explicacion son en este
sentido tfpicamente çpositivistas~
Tambikn ha sido caracteristico del positivismo un punto de
vista mas o menos claramente articulado sobre la natwaleya de las
leyes naturales y de otras leyes cientificas. SegUn este punto de
vista, considerado a grandes rasgos, las leyes enuncian la concomi-
tancia (correlation) regular o uniforme de fenomenos, i.e. caracte-
risticas que aparecen en objetos, estados de cosas que tienen lugar
o acontecimientos que ocurren. El paradigma de una ley es bien
s A son BÈo bien una correla-
una implication universal ( ~ t o d o 10s
ci6n probabilistica. Los fenomenos vinculados por la ley serhn
en el mejor de 10s casos logicamente independientes. Este requisite
cquivale mhs o menos a la idea de que el valor de verdad de
10s enunciados legales no es logicamente necesario, sin0 contingente
con arreglo a1 testimonio de la experiencia56. Y dado que cualquier
pretension de verdad por parte de una ley siempre trasciende
la experiencia realmente disponible, las leyes nunca son en principio
completamente verificables.
Considkrese la siguiente demanda de explicacion: tpor quk
es negrn cste piijaro? Respuesta: es un cuervo y todos 10s cuervos
son negros. Respuesta ajustada a1 esquema nomologico-deductivo
de Hempel. Pero, texplica en realidad por quk el phjaro es negro?57

55 Comte 1830, Leqon I, sec. 10: çE caricter fundamental de la filosofia


posit'iva consiste en considerar a todos 10s fenomenos sujetos a l y e s naturales
invariables.~
56 Sobre la noci6n de independencia logica vkase tambien c. 11, sec. 4, y
c. Ill, sec. 3.
57 Es de todo punto obvio que el esquema de explicacion nomologico-deduc-
tiva en su, podriamos decir, presentation çtradicionaln o constituye una exposi-
ci6n adecuada de las condiciones que una explicaci6n de tip0 nomol6gico-deducti-
vo ha d e satisfacer. Reconocer esto n o represents en si mismo, sin embargo,
una seria critica de la teoria de la explicacion por subsuncion. La adecuacion
del esquema de Hempel y las condiciones adicionales que cabe imponerle han
nido tratadas por Eberle, Kaplan y Montague 1961, Fain 1963, Kim 1963,
Ackermann 1965 y Ackermann y Stennes 1966.
40 Gcorg Henrik von Wright

A menos que, como filosofos, sustentemos la opinion de que


toda subsuncion, cualquiera que sea, de un caso individual en
una proposition universal es una explicacion, pienso que nos asalta-
rh la duda de si dar una contestation afirmativa. Deseariamos
saber por qu6 10s cuervos son negros, q u i hay en ellos que ((sea
responsable~de un color que, segun hemos asegurado, caracteriza
a la especie. Para satisfacer nuestra demanda de explicacion es
menester que la base de la explicacion tenga en algun sentido
una relacion mas fuerte con el objeto de explicacion que la represen-
tada simplemente por la existencia de una ley que establece la
concomitancia universal de esas dos caracteristicas, la de ser cuervo
y la de ser negro.
A1 parecer hay dos maneras de cumplimentar este requisito.
Una consiste en buscar una çcausa)de la negrura de 10s cuervos,
i.e., alguna otra propiedad de 10s phjaros de esta especie que
d i razon de su color. La otra es suministrar fuerza explicativa
a la respuesta anterior estipulando que la negrura constituye, de
hecho, un rasgo definitorio de la especie cuervo. Aceptar cualquiera
de estas dos soluciones equivale a contemplar el emparejamien-
to de ambas caracteristicas como algo no meramente universal,
sino tambiin en cierto mod0 necesario.
El segundo procedimiento nos coloca frente a un punto de
vista sobre las leyes naturales que podria tomarse por alternativo
a1 punto de vista positivista clisico. De acuerdo con esta concepci6n
alternativa, una ley cientifica puede resultar inmune a la refutation
empirica en virtud de su estatuto de verdad analitica, logics. La
conformidad con la ley viene a ser entonces una pauta de identifica-
cion con arreglo a la cual se clasifican 10s casos individuales en
calidad de incluidos o n o incluidos en el ccnjunto de fenomenos
contemplados por la ley. Todo A es B, de mod0 que si alga
pretende ser A y resulta no ser B, entonces tampoco resulta ser
A a fin de cuentas. Tales pautas de decision son convenciones
adoptadas en el proceso de la formacion de conceptos. Por ello
se denomina convencionalismo a este punto de vista58.
58 La posicion conocida por convencionalisrno en filosofia de la ciencia
viene ligada, en origen, al nombre de Henri Poincark. La fuente principal
es Poincark 1902, cc. V-VII. Si se lleva a su extreme, la position se halla
mejor representada, creo, por las obras de Hans Cornelius y Hugo Dingier.
Vease tambikn sobre convencionalisrn~von Wright 1941/1957, c. 111.
Llevados a sus respectivos extremos, el positivismo y el con-
vencionalismo vienen a oponerse en un sentido parecido a como
se oponen entre si un empirismo extremado y un extremado racio-
nalismo. Pero es relativamente ficil hallar una formula de compro-
miso. Un positivista razonable estari de acuerdo en que algunos
principios cientificos tienen el caricter de verdades analiticas mien-
tras que otros son palmariamente generalizaciones empiricas. Reco-
nocera ademis que la linea divisoria entre ambas categorias no
ha dejado de ser a menudo fluctuante en el curso del desarrollo
historic0 de una ciencia59.
Puede decirse que la version convencionalista de las leyes cienti-
ficas n o contiene elementos conceptuales ajenos a la filosofia positi-
vista de la ciencia. Aunque el convencionalismo haya arremetido
muchas veces contra el positivismo, y a la inversa, tampoco ha
faltado conciencia de que una y otra posicion tienen muchos puntos
en comtin60. Una tesis compartida por ambas concepciones de
las leyes cientificas consiste en negar la existencia de algo çinterme
d i o ~ a, veces llamado necesidad natural, distinto por su parte tanto
de las generalizaciones empiricas como de la necesidad logica.
Por lo mismo convencionalismo y positivismo negarian que
las leyes causales adquieren su çfuerz explicativa~del presunto
hecho de que tales leyes establecen conexiones necesarias entre
acontecimientos naturales. Poner en cuestion la presuncion de
que la verdad universal haya de ser o accidental (empirica, contin-
gente) o logicamente necesaria constituye para el positivismo un
desafio mucho mas serio que el reto presentado por el convenciona-
lismo.
Sin embargo, se trata de un desafio tradicional y viene asociado
a la confrontacion entre las orientaciones çaristotelica y çgalileana
en filosofia de la ciencia. Tiene un particular relieve en este context0
advertir el hecho de que ha brotado con renovada virulencia
en el seno de la propia filosofia analitica, a raiz de dos motivos.
Es uno de ellos el renacimiento a mediados de siglo del interis

59 Cfr. von Wright 1941/1957, c. Ill, sec. 4 , y von Wright 1951, c. VI,
Èec 2.
60 La rnayoria de 10s representantes del convencionalismo han guardado
filos6ficarnente afinidad con el positivisrno. Esto n o es rnenos cierto de 10s
convencionalistas radicales. Cfr. Ajdukiewicz 1934, Cornelius 1931, Dingier
1931 y 1953.
42 Georg Henrik von Wright

por la lo'gica modal y por la filosofia de 10s conceptos modales.


Los logicos con formacion filosofica han llegado a familiarizarse
con el punto de vista de que la necesidad y la posibilidad logicas
n o son sino especies de un ge'nero mas comprensivo en cuyo ambito
cabe distinguir diversas formas de necesidad y posibilidad. Este
resurgir de la logica modal no ha rehabilitado por sf mismo la
nocion de una necesidad natural irreducible a necesidad logica
y a generalidad meramente accidental. La nocion sigue siendo
controvertida y, a 10s ojos de muchos filosofos analiticos, resulta
sospechosa o infundada sin mas. Sin embargo, la logica modal
ha preparado el camino para una transformacion de la version
positivista de las leyes naturales, aceptada durante mucho tiempo
por 10s filosofos analiticos61.
El problema de 10s condicionales contrafacticos dio lugar a
un reto mas inmediato a la version de las leyes naturales mantenida
por la tradicion positivista. Plantearon este problema 10s trabajos
clisicos de Chisholm (1946) y Goodman (1947). Desde entonces
ha sido objeto de discusion en innumerables articulos y libros.
E n tkrminos un tanto simplificados, su relevancia para la cuestion
relativa a la indole de las leyes viene a consistir en lo siguiente:
E n ocasiones nuestra conviction, si alguna tenemos a1 respecto,
de que si no se hubiera dado el caso de que p entonces tampoco
se habria dado el caso de que q, se funda en nuestra confianza
en alguna conexi6n n6mica62 o legaliforme entre las proposiciones
(genericas) p y q. N o seria fundamento suficiente cualquier suerte
de implicacion universal vilida que conectara ambas proposiciones.

61 La reinsercion en el rnoderno context0 de discusion de la idea de necesidad


natural y del planteamiento de las leyes naturales corno principios de necesariedad
(necessitation) se ha debido principalmente a William Kneale. Vease Kneale
1949 y 1961. N o deja de ser significative que Kneale sea una autoridad
en historia de la l6gica modal y de la logica en general. Para discusiones en
torno a la idea de necesidad natural, cfr. tambien Nerlich y Suchting 1967,
Popper 1967 y Maxwell 1968.
62 El terrnino çn6rnico (wzomicvi) fue sugerido por W. E. Johnson. ((Propon-
dria que ndmico (de vopoc;, ley) sustituyera a necesario como contrapuesto a
contingente. D e manera que una proposicion nomica es la que expresa una
ley pura de la naturalezaa (Johnson, 192111924, P. I, c. ix, sec. 7). Johnson
distingue entre necesidades nomicas no logica y universales facticos. Las primeras
implican a 10s segundos, per0 no a la inversa. Puede decirse que el planteamiento
de Johnson de las leyes naturales anticipa el planteamiento de Kneale.
El problema consiste, pues, en como caracterizar la legaliformidad
o en como discernir entre la conexion nomica no logica y la
concomitancia universal çaccidental~63 En un ensayo de hace ya
unos quince atios, argument6 que la nocion misma de condicional
contrafactico se halla involucrada en esta distincion -y, en conse-
cuencia, no puede recurrirse a esta para su elucidacion6-. La
çmoraleja a sacar de la discusion del problema de 10s condicionales
contraficticos es que la necesidad y no la univerlidad es precisamente
lo que constituye la marca de una conexion nomica o de legaliformi-
dad65. Si esta apreciacion es correcta, arruina la concepcion positi-
vista de la ley, aunque no necesariamente la validez de la teoria
de la explicacion por subsuncion. N o me voy a ocupar aqui de
10s condicionales contrafhcticos, per0 espero ser capaz de iluminar
un poco mas la indole de la çnecesidadque hace nomicas a
algunas regularidades universales.

9. ,-Con que profundidad penetran las explicaciones ciberneticas


en el campo de la teleologia? ,-Se extienden mas alla de las fronteras
de la biologia hasta alcanzar el interior de las ciencias del hombre?
Cabe responder a esta ultima pregunta seiialando el gran impact0
producido por el pensamiento cibernktico en economia, en psicolo-
gia social y aun en la teoria juridica66. Pero esta respuesta no
es muy ilustrativa. No nos dice si la utilizacion de ideas procedentes
de la cibernetica nos proporciona explicaciones del tip0 de las
dispuestas por la teoria de la subsuncion. Tengo la impresion
de que, en general, no es asi. Si no ando descaminado en este
punto y tampoco a1 pensar que las explicaciones cibernkticas de
sistemas homeostiticos, etc., en la ciencia biologica se adecuan
a1 patron de la teoria de la subsuncion, entonces la çcibernktica
d e la ciencia social difiere de la aplicada a1 caso de la biologia
bastante mas de lo que puede sugerir la asimilacion de estas diversas
actividades de investigation bajo ese rbtulo comun.

63 Sobre este problema vease especialmente Goodman 1954 (en el que se


halla reimpreso Godman 1947), pp. 17-27, 45 y sig., 73-83, y passim.
64 Von Wright 1957.
65 Ib., p. 153.
66 Para una orientacih general cfr. David 1965. Sobre la cibernitica en
la ciencia social, vease Buckley 1967 y Buckley (ed.) 1968. Una buena panorimica
general de la cibernktica en derecho es la de Losano 1969.
44 Georg Henrik von Wright

Los aspectos teleologicos cubiertos por explicaciones cibernkti-


cas acordes con el modelo de cobertura legal son primordialmente,
pienso, 10s aspectos desprovistos de intencionalidad. Entre las
cosas a las que se atribuye intencionalidad, las acciones ocupan
un lugar sobresaliente. El test definitive para juzgar sobre la
validez universal de la teoria de la explicacion por subsuncion
es el de si puede hacerse cargo cabalmente de la explicacion de
acciones.
Muchos fil6sofos analiticos, tal vez la mayoria de ellos, piensan
que la teoria supera la prueba. Las acciones responden a motivos;
la fuerza de 10s motivos descansa en el hecho de que 10s agentes
estin dispuestos a seguir pautas de conducta caracteristicas; tales
pautas (disposiciones) proporcionan las çleyes que conectan moti-
vos y acci6n en el caso individual. He aqui una descripci6n,
simplificada a sabiendas, de una idea que con variantes mis o
menos sofisticadas continua ejerciendo un fuerte poder de fascina-
ci6n sobre la imaginacion filosofica67. Se relaciona con la idea
de que las acciones tienen causas, de mod0 que tampoco es ajena
a una posicion determinista en el viejo problema del ((libre albe-
drio~.
Sin embargo, no falta oposicion entre 10s filosofos analiticos
a esta presuncibn de la validez de un modelo subsuntivo de explica-
ci6n de la accion.
Un frente de oposicion viene representado por 10s filosofos
(analiticos) que se ocupan de la metodologia de la historia. En
este caso la critica se ha centrado en la funcion de las leyes
generales en la historia ---el t6pico que precisamente dio lugar
a1 titulo del ensayo de Hempel, donde por vez primera se articulo
claramente el modelo de cobertura legal.
(C6mo es que las explicaciones que proponen efectivamente
10s historiadores rara vez, si alguna, hacen referencia a leyes genera-
les? Quienes mantienen la teoria de la subsuncion para la explica-
ci6n historica han sido, naturalmente, bien conscientes de ello.
Pero la gama de reacciones a1 respecto ha sido muy variada.
S e g h Hempel la razon por la que falta en las explicaciones

67 Hempel 1965, pp. 469-487, ofrece una meridiana exposicion con una habil
defensa del planteamiento en tkrminos de la teoria de la subsuncion de explicacio-
nes disposicionales de acciones en base a razones motivadoras.
ExplicaciOn y comprension 45

historicas una formulaci6n completa de leyes generales reside pri-


mordialmente en la excesiva complejidad de tales leyes y en la
insuficiente precision con que las conocemos. Las explicaciones
dadas por 10s historiadores son tipicamente elipticas o incompletas.
E n tkrminos estrictos, constituyen unicamente bosquejos de explica-
cidn. çU relato explicativo~,dice Hempel, çpued sugerir, quizis
con notable viveza y persuasion, el contorno general de algo
que, es de esperar, puede acabar por ser completamente de mane-
ra que haya lugar a una argumentacion mas solidamente fundada
sobre hipotesis explicativas mas completas~68.
SegGn Popper, otro eminente representante de la teoria de
la explicacion por subsuncion, la razon de que las leyes no Sean
formuladas en las explicaciones historicas, es que tales leyes son
demasiado triviales para merecer una mencion explicita. Estamos
familiarizados con ellas y las damos implicitamente por supuestas6Q.
Una consideration radicalmente distinta del cometido de las
leyes en las explicaciones historicas es la expuesta por William
Dray en su importante libro Laws and Explanation in History, publi-
cad0 en 1957. La razon por la que las explicaciones historicas
no hacen referencia normalmente a leyes no radica en que las
leyes Sean tan complejas y oscuras que debamos contentarnos
con su mero bosquejo, ni en que resulten demasiado triviales
para ser mencionadas. La raz6n consiste simplemente, segun Dray,
en que las explicaciones historicas no se fundan en absolute en
leyes generales.
Considkrese, e.g., el aserto de que Luis XIV muri6 en olor
de impopularidad por seguir una politica lesiva de 10s intereses

68 Hempel 196211966, p. 107.


69 çSi por ejemplo, explicamos la primera division de Polonia en 1772
scfialando que no era posible resistir la fuerza combinada de Rusia, Prusia
y Austria, estaremos utilizando entonces, ticitamente, una ley universal trivial
de este tenor: "Si de dos ejercitos con paridad de armamento y jefes, uno
tiene sobre el otro una tremenda superioridad en el numero de hombres, entonces
siempre obtendrh la victoria" ... Una ley de este tip0 podria caracterizarse como
una ley de la sociologia del poder militar; pero resulta demasiado trivial para
poder plantear un serio problema a 10s s o c i ~ l o g o so para llamar su atencion~
(Popper 1945, c. XXV, sec. 2). Puede set cierto. Pero y. quiin se le ocurrirfa
çexplicarla division de Polonia en 10s tirminos ticitos de semejante ((ley
oociol6gica~?Es notable la fortuna con que 10s defensores d e la teoria de
la cobertura legal de la explicacion historica logran eludir ejemplos relevantes.
46 Georg Henrik von Wright

nacionales franceses70. ,;Corn0 podria defender el teorico de la


cobertura legal su pretension de que en esta explicacion hay una
ley implicita? Una ley general que nos hace saber que todos 10s
gobernantes que ... llegan a ser impopulares, dari lugar a un modelo
de cobertura del case en cuestion solo si se afiaden a ella tantas
condiciones d e restriccion y cualificacion que, en ultimo termino,
equivaldria a decir que todos 10s gobernantes que siguen una
politica exactamente pareja a la de Luis XIV bajo unas condiciones
estrictamente similares a las prevalecientes en Francia y en 10s
demhs paises afectados por la politica de Luis, llegan a ser impopula-
res. Si la cabal similitud de politica y de condiciones dominantes
no queda especificada en tkrminos genkricos, el aserto correspon-
diente no es una ((ley)) en absolute, pues por fuerza cuenta con
una unica referencia de aplicacion, a saber el caso de Luis XIV.
Si se especifican las condiciones de similitud Ñempres que seria
dificilmente posible en la prhctica-, tendriamos una ley genuina,
per0 la unica instancia de aplicacion de esta ley habria de ser
precisamente el case que se supone ha de çexplicar~ Empefiarse
en la existencia de la ley n o conduciria entonces mhs que a una
reafirmacion en todo caso de lo ya establecido, a saber que la
causa de la creciente impopularidad de Luis fue su desdichada
politicia exterior.
La critica de Dray de la funcion de las leyes generales en
la explicacion historica lleva entonces a una recusacion completa
del modelo de cobertura legal. Es ilustrativa la comparacion de
Laws and Explanation in History, de Dray, con The Nature of Histori-
cat Explanation, de Gardiner, publicado cinco afios antes (1952).
Tal y como yo entiendo a uno y otro autor, sus çintencione
me to do logic as^ son en gran medida semejantes. Pero, mientras
las intenciones de Gardiner se ven desgraciadamente frustradas
por la influencia dominante, aun si tal vez implicita, de la filosofia
positivista de la ciencia, Dray consigue de mod0 admirable descerra-
jar 10s grilletes positivistas de la contemporhnea filosofia çanalitica
de la historia. Lo logra por via çnegativa~ mediante su critica
del modelo de cobertura legal como instrumento de explicacion
70 Se trata del ejemplo del modelo de Dray. Vease Dray 1957, pp. 25,
33 y ss., 51, 97, 102, 134. Quien introdujo el ejemplo fue P. Gardiner. Vease
Gardiner 1952, pp. 67, 87 y ss. La parhfrasis presente es ligeramente diferente
del ejemplo debatido por Dray y Gardiner.
histories, y por via çpositivaa1 insistir en el caricter sui generis
de 10s modelos explicativos de la accion humana. El aspect0 critic0
es con mucho el mas solido en la obra de Dray. Las contribuciones
positivas reflejan 10s pasos a tientas de una filosofia çanalitica
de la accion, por entonces todavia en pafiales.
Explicar una accion es, en opinion de Dray, mostrar que esa
accion fue el proceder adecuado o racional en la ocasi6n considera-
da71. Dray llama a esto explicacibn racional. No ha conseguido
esclarecer demasiado su naturaleza. Piensa, con toda justicia a
mi parecer, que este tip0 de explicacion tiene sus propias peculiari-
dades logicas. Pero, a1 intentar hallar estas peculiaridades en elemen-
tos de valoracion antes que en un tip0 de teleologia, enturbia
innecesariamente su enfoque72.
El modelo de explicacion de Dray se asemeja a ideas tradiciona-
les sobre el cometido metodol6gico de la empatia y de la compren-
sicin. Su libro n o traba contact0 con la mas reciente filosofia
continental de las Geisteswissenschaften. Hay en su lugar un engarce
interesante con la tendencia hegeliana de Collingwood (y Oakes-
hott) 73.
Intention, de Elizabeth Anscombe, apareci6 el mismo aiio en
que lo hiciera el libro de Dray. Contribuyo a que se centrara
en la nocion de intencionalidad la discusion subsiguiente de la
filosofia de la accion entre filosofos analiticos74.
Aun cuando no se ocupe directamente de la teoria de la explica-
cion, el libro de miss Anscombe tambien ha hecho dos importantes
contribuciones en este campo. Es la primera su observacion de
7 1 Dray 1957, c. V. Posteriormente ha aclarado su posicion en Dray 1963.
Hook (ed.) 1963 contiene varias contribuciones a la discusion del modelo de
ex licacion de la accion propuesto por Dray.
P 7 2 El modelo de explicacion de Dray ha sido criticado por Hempel desde su
perspectiva de teorico de la cobertura legal en Hempel 1962 y en Hempel 1965,
sec. 10.3. E n Donagan 1964 se encuentra una critica desde un punto de vista
esencialmente solidario del de Dray. Donagan distingue entre acciones inteligibles
y acciones rationales. Puede que la election del termino por parte de Dray
resulte desafortunada. Sugiere ficilmente una interpretation çracionalistade
la historia en un sentido algo mas fuerte del pretendido en realidad por el
propio Dray. (Cfr. mas adelante, c. IV, sec. 10.) Para una discusion critica
del planteamiento de Dray viase tambien Louch 1966.
7 3 Sobre la relacion entre la filosofia analitica reciente y la filosofia de
la Verstehen, viase Gardiner 1966.
74 Cabe decir que comparte este mirito con Hampshire 1959.
48 Georg Henrik von Wright

que una conducta que es intencional a tenor de una descripcion,


puede dejar de serlo a tenor de otra. Entonces el mod0 como
es descrito, i.e. entendido en calidad de accion, introduce una
diferencia pertinente en la explicacion de un item de conducta.
Es este un caso en el que la distincion entre explicacion y compren-
sion resulta conceptualmente relevante. (Cfr. mis adelante, c. 111,
sec. 2, y c. IV, sec. 1.)
Miss Anscombe ha llamado asi mismo la atencion sobre el
peculiar caricter logic0 del razonamiento conocido en la terminolo-
gia tradicional por el nombre de dogismo prdctico. La nocion del
mismo procede de Aristoteles y represento, a1 decir de miss Ans-
combe, uno de sus mejores descubrimientos, pese a que la filosofia
posterior lo desperdiciara por tergiversacion75. N o es ficil de
hallar, con todo, la clave de una interpretacion correcta. El propio
tratamiento analitico del topico es sumamente asistemitico y sus
ejemplos son a menudo confusos. Una manera de reconstruir aqui
la idea principal es la siguiente: el punto de partida a la premisa
mayor del silogismo menciona alguna cosa pretendida o la meta
de actuation; la premisa menor refiere algun act0 conducente
a su logro, algo asi como un medio dirigido a tal fin; por ultimo,
la conclusion consiste en el empleo de este medio para alcanzar
el fin en cuestion. D e mod0 que el asentimiento a las premisas
de una inferencia prictica entraiia la accion correspondiente como,
en una inferencia teorica, la afirmacion de las premisas lleva necesa-
riamente a la afirmacion de la conclusion76.
75 Anscombe 1957, sec. 33. El olvido del razonamiento prictico n o ha
sido, con todo, tan completo como miss Anscombe parece pensar. La doctrina
de Hegel acerca de lo que 61 tambien llama incidentalmente ~Schlussdes Han-
delnsn es significativamente similar a la idea de un silogismo practice en el
sentido en que viene contemplado en el presente trabajo. E n el esquema hegeliano
de inferencia prictica, la primera premisa viene dada por la tendencia del sujeto
hacia un fin (çde subjektive Z w e c k ~ ) ,la segunda premisa esti constituida
por la contemplacion de medios con vistas a1 fin y la conclusion consiste
en la çobjetivacionde la tendencia en accion (çdeausgefuhrte Zweck~).Hegel
escribe: çE fin se funde a craves de un medio con la objetividad y en esta
consigo mismo ... Por consiguiente el medio es el termino medio formal de
un silogismo formal; es externo tanto respecto a1 extreme del fin subjetivo como,
por ende, tambien respecto a1 extremo del fin objetivo.~(Hegel 1812/1816,
1. 111, sec. ii, c. 3, B). Debo a Mr. Juha Manninen las observaciones sobre
la afinidad entre Aristoteles y Hegel.
76 Aristoteles, Ethica Nicomacbea 1147 a 25-30.
Explication y comprension 49

Pienso que miss Anscombe esti en lo cierto a1 asegurar que el


silogismo practico no es una forma de demostracion y que cons-
tituye un razonamiento de tip0 diferente a1 de la prueba silogis-
tica77. Pero tanto sus peculiaridades como su relacion con el razona-
miento teorico son complejas y. siguen -- siendo oscuras.
El razonamiento prictico reviste gran importancia para la expli-
cation y comprension de la accion. Es un principio del presente
trabajo la tesis de que el silogismo prictico provee a las ciencias
del hombre de algo durante mucho tiempo ausente de su metodolo-
gia: un modelo explicative legitimo por si mismo, que constituye
una alternativa definida a1 modelo de cobertura legal teorico-sub-
suntiva78. En lineas generales, el silogismo practico viene a repre-
sentar para la explicacion teleologica y para la explicacion en
historia y ciencias sociales, lo que el modelo d e subsuncion te6rica
representa para la explicacion causal y para la explicacion en ciencias
naturales.
Los trabajos de Anscombe y Dray reflejan el creciente interes,
en el seno de la filosofia analitica, por el concept0 de accion
y por las formas del discurso prictico. A esta obra pionera ha
seguido buen numero de contribuciones posteriores79. Pero no
fue hasta la aparicion del importante libro de Charles Taylor,
The Explanation of Behaviour, en 1964, cuando esta nueva orientation
de la filosofia analitica llego a conectar con la teoria de la explicacion
en psicologia y en las otras ciencias de la conducta. Como sucediera
con las contribuciones de la cibernetica, si bien con muy dispar
talante, la obra de Taylor ha reavivado el debate en torno a
la teleologia en la filosofia de la ciencia. Cabe caracterizar esta
diferencia de talante como la existente entre las perspectivas galilea-
na y aristotelica sobre la conducta motivada por prop6sitos.
Los esfuerzos e ideas de 10s filosofos analfticos de la acci6n
no han dejado de provocar la reaccion de 10s filosofos de orienta-

77 Anscombe 1957, sec. 33. Este punto ha sido controvertido. Kenny 1966
defiende el caracter sui generis del razonamiento prictico. Jarvis 1962 arguye
en contra. Una posicion intermedia es la asumuda por Wallace 1969.
78 Este planteamiento n o sera admitido, naturalmente, por quienes asuman
lo que mas adelante, en el c. Ill, sec. 4, es calificado como planteamiento
çcausalistade la validez de 10s argumentos practices.
79 Melden 1961, Kenny 1963, d'Arcy 1963 y Brown 1968, por mencionar
deO10s
D ~ ~ U ~ S mas importantes.
50 Georg Henrik von Wright

cion mas positivista. Asi mismo, no pocos autores recientes han


defendido con vigor por lo general la aplicabilidad de categorias
causales a la explicacion de la accion y de la conducta80.
Peter Winch ha sostenido en la filosoffa çanalitica
de las ciencias
sociales una posici6n un tanto similar a la mantenida por Dray
en la filosoffa çanaliticade la historia. Su libro The Idea of a
Social Science, publicado en 1958, constituye, como el libro de
Dray, un ataque a1 positivismo y una defensa de la compren-
si6n de 10s fenomenos sociales por mktodos radicalmente diferen-
tes de 10s empleados en la ciencia natural. La tradicion latente en
la obra de Winch es, en parte, la metodologia çcomprensiva
de Max Weber y, en parte, la tendencia hegeliana representada
en Inglaterra por Collingwood y Oakeshott. Con todo, la influencia
mayor procede del ultimo Wittgenstein.
Puede decirse que el libro de Winch se centra en la cuestion
d e 10s criterios de la conducta (acci6n) social. El cientifico social
debe comprender el çsignificadode 10s datos de comportamiento
que registra si quiere tratarl~scomo hechos sociales. Alcanza este
genero de comprension mediante la descripcion (interpretation)
de 10s datos en tkrminos de conceptos y reglas que determinan
la çrealida social)) de 10s agentes estudiados. La descripcion, y la
explicaci6n7 de la conducta social debe servirse de la misma tra-
ma conceptual que la empleada por 10s propios agentes sociales.
E n razon de ello, el cientifico social no puede permanecer a1
margen de su objeto de estudio de la forma en que puede hacerlo
un cientifico natural. Cabe decir que no es otro el nucleo de verdad
conceptual existente en la doctrina psicologista de la ((empatfa)).

80 Para una defensa de la aplicacion a acciones del modelo de explicacion


propuesto por la teoria de la subsuncion y de la idea de que las acciones
tienen causas, veanse Brandt y Kim 1963, Davidson 1963 y Churchland 1970.
Ackermann 1967 propone un modelo çmecanicista sirviendose de ideas ciberneti-
cas. La mas reciente summa sobre teoria d e la explicacion y filosofia de la
ciencia en general, Stegmuller 1968, se halla decididamente dentro de la tradicion
del positivismo y del empirismo logico. Tambikn vendria a1 caso mencionar
que 10s cuatro articulos recogidos en Vesey (ed.) 1968 que se ocupan del
problems de acciones y causas, a saber 10s de Kolnai, Henderson, Pears y
Whiteley, defienden una consideration causalista del mecanismo de motivaci6n
de acciones.
Explication y comprension 51

La comprension empitica no es un ((sentimienton; es una aptitud


para participar en una çform de vida~81.
Puede decirse que Winch investiga el a priori del mktodo (o
metodos) de la ciencia social. E n este sentido su libro es una
contribution metodologica82. Algunos crfticos de Winch parecen
opinar que contempla la sociologfa como una especie de ciencia
apriori, i.e. como un estudio que explica y comprende 10s fenome-
nos sociales por metodos a priori. Es este un error de bulto83.
El libro de Winch es dificil y oscuro. A mi mod0 de ver,
tambi6n es parcial por cuanto que destaca excesivamente la impor-
tancia de las reglas en la comprension del comportamiento en
sociedad. Con ello se descuidan 10s aspectos intencionales y teleo-
logicos 84.

10. La metodologfa y la filosoffa de la ciencia positivistas se


han encontrado pues con un desafio surgido de la corriente princi-
pal de la filosofia analftica, en especial a rafz de la publicacion
de las tres obras de Anscombe, Dray y Winch. Puede decirse
que 10s aiios de su publicacion, 1957-1958, seiialan un cambio
de marcha. Quienes, entre 10s filOsofos analiticos, han criticado
el positivismo, han sido comunmente autores cuyo pensamiento
venia inspirado por la filosofia del ultimo Wittgenstein. Tambikn
puede apreciarse en algunos de ellos una orientacion hacia la

81 En Winch 1964a hay una interesante discusion de la aplicacion de su


planteamiento a la antropologia social y a la comprension de culturas primi-
tivas.
82 Winch 1964b desmiente que su pretension sea la de trazar una metodolo-
gia de las ciencias sociales. ~ s t en a 1; cierto, si por metodologia se entiende
rn6s2'o menos una exposicion de 10s metodos cientificos en uso. Pero no si
por metodologia uno entiende, como aqui es el caso, la fitoiofia del metodo.
83 Vease la crftica de Louch 1963 y la replica del autor, Winch 1964b.
84 Cfr. Wilenius 1967, p. 130. Un filosofo integrado en la principal corriente
fenomenologica, cuyas ideas sobre la naturaleza de la realidad social y la metodo-
logia d e las ciencias sociales son afines a las de Winch, es Alfred Schutz
(1899-1959). Su libro Der sinnhafte Aufhau der so+alen Welt, tine Einleitung in
die verstthtnde Soriologie aparecio en visperas del eclipse cultural europeo y perma-
nccio curiosamente olvidado aun despuis de que el autor hubiera hallado refugio
tn 10s Estados Unidos. Postumamente se ha publicado una selection de trabajos
dc Schutz en ingles, con la inclusion de una parte sustancial del Der sinnhafte
Aaufbau (Schiitz 1964).
52 Georg Henrik von Wright

fenomenologia y hacia otras tendencias de la filosofia no analitica


en el continente europeo85.
Hay una reorientacion paralela hasta cierto punto en la filosofia
continental con desarrollos afines a 10s de la filosofia analitica.
Estoy pensando sobre todo en el encumbramiento por 10s aiios
1960 de la corriente que se autocalifica de hermenkutica o de
filosofia dialkctico-hermeneutica86.
Hay dos caracteristicas de la hermeneutica que resultan especial-
mente notables a la vista de su afinidad con la filosofia analitica.
La primera es el lugar central en ella reservado a la idea de
lenguaje y a nociones de orientacion lingiiistica como significado,
intencionalidad, interpretation y comprensi6n87. El10 queda refleja-
do en su mismo nombre çhermenkuticaque significa arte de
la interpretacion88. Los problemas que interesan a 10s filosofos
hermeneuticos son en buena medida 10s problemas que tambikn
aparecen por doquier en la filosofia de Wittgenstein, especialmente
en sus ultimas fases de desarrollo89. N o seria sorprendente que
esta afinidad, una vez reconocida claramente, condujera a un impac-
to de Wittgenstein en la filosofia continental europea comparable
en grado, si no en caracter, a la influencia per el ejercida sobre
85Cfr. Yolton 1966, p. 16.
E6La fuente capital es Gadamer 1960. Tal vez cabria distinguir, con las
debidas precauciones, entre 10s fil~sofoshermeneuticos de orientacion dialictica
y 10s de orientacion analifica. El tkrmino afilosofia hermeneutica~puede represen-
tar entonces una denomination generica de ambas tendencias. Seria util a1
objeto de introducir una linea divisoria mas aguda de lo que hasta ahora
se ha juzgado oportuno entre la filosofia analitica que proviene del ultimo
Wittgenstein y la filosofia analitica propia de la corriente positivists o empirista
logica. Tal reagrupacion haria con el tiempo probablemente mas justicia a
la morfologia de las tendencias del pensamiento contemporineo que el situar la
filosofia de Wittgenstein bajo el marbete de çanaliticay el considerar a la filo-
sofia hermenkutica continental una variance basicamente de la fenomenologia.
87 Sobre el lugar del lenguaje en la filosofia hermeneutica, vease la colecci6n
de articulos Gadamer (ed.) 1967. Tambien habria lugar aqui para mencionar
el reciente interes por el planteamiento del lenguaje latente en el pensamiento
de Hegel. Veanse Lauener 1962, Simon 1966 v Derbolaw 1970,
88 Originariamente, el arte de interpretar documentos escritos. Sobre la
historia tanto del termino como del movimiento hermeneutico, vease Apel
1966, Dilthey 1900, Gadamer 1960 y Wach 192611933,
89 Sobre esta afinidad v h s e Apel 1966. Acerca de la relacion que media
antre la filosofia analitica y la filosofia hermeneutica en general, veanse Apel
196511967, Habermas 1967 y Gadamer 1969.
Explication y comprension 53

la escuela de Viena de positivismo logico por 10s aiios 1930 y


sobre la escuela de Oxford de anilisis linguistic0 por 10s aiios
1950.
La segunda caracteristica de la filosofia hermeneutica por la
que congenia con 10s filosofos de la tradition analitica mejor que
con algunos vistagos del tronco fenomenologico, es su preocu-
pacion por la metodologia y por la filosofia de la cienciago. E n
oposicion explicita a la idea positivista de la unidad de la ciencia,
la filosofia hermeneutica defiende el caricter sui generis de 10s
metodos interpretativos y comprensivos de las Geisteswissenscbaften.
En este punto restaura y mantiene el legado intelectual del antiposi-
tivismo neokantiano y neohegeliano de las ultimas decadas del
pasado siglo y primeras del presente.
~Comprension~, en el lenguaje de la filosofia hermeneutica,
deberia distinguirse de empatia o Einfuhlung. Se trata de una catego-
ria antes semantics que psicologica. (Cfr. pig. 6.) Algunas versiones
viejas y trasnochadas de la metodologia de la empatia pueden
ser acreedoras a la imputacion, tan frecuente entre filosofos positi-
vistas, de que la comprension es unicamente un recurso heuristico,
Ctil para dar con una explicacion per0 que no llega a formar
parte constitutiva de la naturaleza conceptual del modelo de explica-
cion en sf mismo91. Pero no es esta una objecion adecuada a
la metodologia de la comprension como tal.
Como se advirtio antes (sec. 4), no es ficil determinar la posicion
de Hegel y de Marx respecto de las filosofias de la ciencia positivista
y antipositivista del siglo xrx. Algo parecido ocurre con el marxis-
mo en su calidad de corriente principal del pensamiento moderno.
Despues de la Revolution rusa la filosofia marxista se vio inmersa
en luchas intestinas por cuestiones de ortodoxia y asumio gradual-
merite una apariencia monolitica y rigida. Pero esti alcanzando
obviamente de nuevo relieve intelectual. Parece, de otra parte,
que es posible discernir en ella dos tendencias importantes92.

* Cfr. Ape1 196511967. 1968, y Radnitzky 1968, vol. 11.


91 Radnitzky 1968, vol. 11, pp. 106 y ss. Sobre la critica de la Verstehen
y dc la metodologia hermeneutica a la luz de la filosofia analitica y del positivis-
mo cfr. Neurath 1931, p. 56; Hempel 1942, sec. 6; Hempel-Oppenheim 1948,
p. I, sec. 4; Hempel 1965, sec. 10.3; Abel 1948; Martin 1969.
92 La distincion entre una y otra tendencia parece haber sido advertida
en principio por Krajewski 1963. Vkase tambikn Kusy 1970.
54 Georg Henrik von Wright

Una de ellas consiste principalmente en una filosofia de la


ciencia forjada en el espiritu del materialismo dialectico. Reciente-
mente ha cobrado nuevos impetus de la cibernitica y de la teoria
de sistemas, asi como de las aplicaciones del instrumental matemiti-
co en general a fenomenos vitales y a las ciencias de la conducta93.
N o es extrafio que la ~causalizacionde la teleologia~tuviera fuerte
resonancia entre 10s materialistas marxistas94. Pese a provenir de
tradiciones diferentes, esta corriente marxista es afin a la rama
de la filosofia de la ciencia que en el Oeste ha venido a ser
la heredera espiritual del positivismo logico y del movimiento
por la unificacion de la cienciaQ5.Se trata de un marxismo calificado
a veces de çpositivista~aun cuando es mucho mas frecuente
el calificativo de çcientifista~Q6
La segunda tendencia existente en el sen0 del marxismo contem-
poraneo es la antropologia filos6fica que tambien se autodenomina
humanism0 socialistaQ7. Sus fuentes de inspiration son en parte
10s escritos del joven Marx, per0 tal vez acude con mayor frecuencia
aiin a la filosofia de Hegelg*. Su dialkctica parece mas proxima
a la de la filosofia hermeneutica que a1 çmaterialismo del marxismo
ortodoxoQ9. Su antropologia y su filosofia humanista, social y
politica, guardan afinidades con el existencialismo, en especial con
la iiltima filosofia de Sartre que, a su vez, se ha orientado hacia

93 Klaus 1961 y Kirschenmann 1969 son fuentes para el estudio del impact0
de la cibernitica sobre el materialismo dialectic0 marxista.
94 Cfr. Klaus 1961, pp. 290-324; Lange 1962.
95 Cfr. Krajewski 1963 y Skolimowski 1965.
98 Skilomowski 1965, p. 245.
97 El nombre parece haber sido sugerido, por vez primera, por Adam Schaff
en Schaff 1961. Los planteamientos agrupados bajo este rotulo constituyen un
buen batiburrillo, siendo unos mas çortodoxos y otros a su vez mas çrevisionis
taw. Viase la colecci6n de ensayos Fromm (ed.) 1965. Asi mismo Markovik 1969:
çEmarxismo es hoy, en realidad, un racimo de orientaciones y tendencias opues-
tam (p. 608).
98 Las obras de Lukacs sobre el joven Hegel y sobre el joven Marx (Lukacs
948 y 1955) han revestido considerable importancia para la reorientacion hegeliana
de la filosofia marxista. Lukacs 1948 polemiza violentamente con la obra de Dilt-
hey de 1905 en torno a1 joven Hegel, que fue crucial para el primer despertar del
inter& por Hegel en este siglo.
99 La escuela de Frankfurt (Horkheimtr, Adorno, Fromm, Marcuse, Haber-
mas) ocupa, puede decirse, una posicion situada en la interseccion de la filosofia
hermenkutica y del marxismo humanista.
Marx y Hegelloo. Su filosofia de la ciencia resulta en ocasiones
una defensa de las ciencias del hombre contra las pretensiones
monistas de un pensamiento moldeado por el impact0 del progreso
de la ciencia natural y de la tecnologia.

H e procurado relacionar algunos desarrollos de la filosoffa


del metodo cientffico con dos grandes tradiciones en la historia
d e las ideas. Hemos visto como en 10s ultimos cien afios la filoso-
fia de la ciencia se ha adherido sucesivamente a una u otra de esas
dos posiciones bisicamente opuestas. Despuks de Hegel, advino
el positivismo; luego d e la reaccion antipositivista y en parte
neohegeliana en torno a1 cambio de siglo, vino el neopositivismo;
ahora el pendulo tiende de nuevo hacia la tematica aristotilica
que Hegel reanimo.
Seria ciertamente ilusorio creer que la verdad reside inequfvoca-
mente en una de estas dos posiciones opuestas. A1 decir esto
n o estoy pensando en la trivialidad de que ambas posturas son
parcialmente verdaderas y cabe llegar a un compromiso en algunos
puntos. Puede que asi sea. Pero tambien existe una confrontacion de
base, a1 margen d e la posibilidad tanto d e reconciliation como
de refutation -incluso, en cierto modo, a1 margen de la verdad-.
Se funda en la eleccion d e conceptos primitivos, bisicos para
la argumentation en su conjunto. Podria calificarse esta elecci6n
de çexistencial~ Consiste en la opcion por un punto de vista
no susceptible de ulterior fundamento.
N o falta, sin embargo, dialog0 entre ambas posiciones y aun
una especie de progreso. El dominio temporal de una de las
dos tendencias es por regla general el resultado del camino abierto
a continuacion de un period0 duranre el que la tendencia opuesta
se ha visto criticada. Lo que surge a resultas de este paso adelante
nunca se limita simplemente a la reposition de algo que habia
estado antes ahi, sin0 que lleva ademis la impronta de las ideas
a travks de cuya crftica ha surgido. El proceso ilustra lo que
Hegel ha descrito con 10s terminos aufgehoben y aufbewart, cuya
mejor equivalencia inglesa tal vez sea çsupersededy ((retained)).
La posicion que esta en vias de ser reemplazada (superseded) derro-
cha por lo comun sus energias polc!micas combatiendo caracterfsti-

100 Sartre 1960. A proposito de Sartre y el marxismo viase Desan 1965.


56 Georg Henrik von Wright

cas ya trasnochadas de la tendencia opuesta y tiende a ver en


lo asimilado (retained) por la alternativa emergente una sombra
deformada de ella misma. Esto es lo que ocurre cuando, por
ejemplo, 10s fil6sofos positivistas de nuestros dias fundan sus
objeciones a la Verstehen en argurnentos quizas vilidos contra
Dilthey o Collingwood, o cuando toman equivocadamente la filoso-
fia de la psicologia de Wittgenstein por no otra cosa que una
forma mis de conductismo.

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