Racionalidad Económica Campesina
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Fernando Landini
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Mundo Agrario, vol. 12, n 23, segundo semestre de 2011. ISSN 1515-5994
Centro de Historia Argentina y Americana, Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin, Universidad Nacional de La Plata - CONICET
DOSSIER
Fernando Landini
Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicologa de la Universidad de Buenos Aires.
Instituto de Investigaciones Cientficas de la Universidad de la Cuenca del Plata.
CONICET
landini_fer@hotmail.com
Resumen
Resulta indudable que la lgica a partir de la cual los campesinos toman decisiones en el mbito de la
produccin, la comercializacin, la inversin y el consumo, no se identifica con la que utilizan los
empresarios capitalistas, los cuales organizan su actividad segn otros parmetros. Ahora bien, no obstante
la importancia de contar con una comprensin lo ms acabada posible de la racionalidad econmica
campesina, se observa que los trabajos que contribuyen a este fin tienden a encontrarse dispersos en
mltiples publicaciones, siendo difcil encontrar escritos que se ocupen de sintetizar sus aspectos ms
relevantes.
Por esta razn, el presente artculo, luego de desarrollar conceptos de fundamental importancia como
estrategias, racionalidades y cosmovisiones, se propone resolver esta limitacin sistematizando las
contribuciones realizadas por diferentes autores a la comprensin de la racionalidad econmica campesina.
Finalmente, con el objetivo de enriquecer los resultados del trabajo, se incorporan una serie de propuestas e
ideas fuerza surgidas a partir de un estudio de caso realizado en la provincia de Formosa, Argentina.
Abstract
It is undoubtedly true that the logic through which peasants make decisions in the area of production,
commercialization, investment and consumption is not the same as that the one used by businessmen, who
organize their activities following other rules. Now, despite the importance of properly understanding peasant
economic rationality, the papers aimed at this end tend to be disseminated in multiple publications, being
difficult to find articles that synthesize its core features.
Thus, this paper, after presenting useful concepts such as strategies, rationalities and worldviews, aims at
overcoming this limitation synthesizing different scholars contributions to the understanding of peasant
economic rationality. Finally, with the objective of enriching this paper, I will add some interesting results of a
case study conducted in the province of Formosa, Argentina.
1. Introduccin
De hecho, lo que numerosas veces sucede es que, quienes trabajan e interactan con
productores campesinos, al carecer de parmetros para dar sentido a sus conductas, tienden a
pensar, de manera espontnea e intuitiva, que sus acciones, muchas veces, carecen de sentido
(Landini, Lacanna y Murtagh, 2009). Es decir, que son irracionales. Y no se trata aqu de
responsabilizar por esta estrechez de miras a funcionarios y a tcnicos que trabajan en mbitos
rurales. Muy por el contrario, se trata de sealar que ste es el modo de interpretacin casi
inevitable de quienes carecen de categoras y formas de comprensin que les permitan dar
sentido a las conductas de los pequeos productores campesinos.
Ahora bien, pese a la importancia fundamental de comprender con el mayor detalle posible la
racionalidad econmica campesina, no parece existir en nuestro medio un trabajo cientfico que
sintetice los aspectos estructurales o relativamente compartidos de esta racionalidad, los cuales
aparecen fragmentados en numerosos trabajos y estudios de caso. As queda delimitado con
Para hacerlo, en primer lugar, se precisarn los fundamentos conceptuales en los que se apoya
este trabajo. Luego, a continuacin, se expondrn los resultados de una revisin bibliogrfica
amplia realizada sobre la racionalidad econmica campesina, la cual se ver enriquecida por los
resultados de una investigacin cualitativa efectuada en la provincia de Formosa (Landini, 2010a).
Finalmente, se comentarn las reflexiones a las que ha dado lugar este trabajo.
2. Fundamentos conceptuales
El presente trabajo se apoya en un marco conceptual amplio que se enriquece con los desarrollos
de diferentes ciencias sociales. No obstante, su punto de partida se ubica en la psicologa social
comunitaria, una subdisciplina psicolgica que se orienta al estudio de los procesos psicosociales
de nivel comunitario desde la perspectiva del cambio y la transformacin social (Montero, 1994,
2004). Ahora bien, situados en el marco de la psicologa comunitaria, este trabajo tambin se
apoya en una lnea de investigacin e intervencin an incipiente que ha sido denominada
Psicologa del Desarrollo Rural (Landini, 2010a, Landini, 2010b; Landini, Leeuwis y Long, 2011).
En concreto, la psicologa del desarrollo rural se define como un campo de problemas referidos al
estudio de y a la intervencin sobre los factores de carcter psicosocial que influyen en los
procesos de desarrollo rural.
Dentro del marco del construccionismo social se ubica la teora de las representaciones sociales
(Jodelet, 1986). Las representaciones sociales son organizaciones de conocimientos del sentido
comn que poseen los diferentes grupos que componen la sociedad sobre determinados aspectos
u objetos relevantes para su vida social. Dado que las representaciones sociales estn
relacionadas con los grupos sociales de pertenencia, resulta claro que en distintos grupos sociales
circularn diferentes representaciones del mismo objeto (Morais Shimizu & De Stefano Menin,
2004). Importante mencionar que las representaciones sociales funcionan tanto como vas para
comprender la realidad cotidiana como para orientar comportamientos dentro de ella (Howarth,
2006; Jodelet, 1986; Krause Jacob, 1999).
Los desarrollos mencionados, nos permiten llegar a dos conclusiones de inters que nos ayudan a
encuadrar el presente trabajo. La primera, que distintos grupos o actores sociales poseen
diferentes representaciones o formas de comprender la realidad, por lo que no ven al mundo de la
misma manera. La segunda, que las conductas de los actores se vinculan con su manera
particular de dar sentido a la realidad. De esto se sigue la necesidad de comprender la perspectiva
de los actores como forma de dar sentido a sus conductas y, as, generar estrategias de
intervencin social que sean adecuadas a esas percepciones, cosmovisiones o mundos de
sentido. Analicemos ahora los conceptos de estrategias y racionalidades, comnmente utilizados
en el contexto de los estudios sociales agrarios, para articularlos con los ya referidos de
representaciones, cosmovisiones y mundos de sentido.
Con el fin de estudiar y sistematizar las modalidades de accin de los pequeos productores
Las estrategias adoptadas por los campesinos para alcanzar la subsistencia y la reproduccin
social en el contexto de la mercantilizacin de sus economas son mltiples y dependen de las
restricciones especficas a las que deban enfrentarse. Sin embargo, las mismas tienen como base
la disponibilidad de mano de obra familiar, la que se considera el elemento clave de la economa
campesina (Orozco Hernndez y Lpez Andrs, 2008, p. 247) ya que ella puede ser asignada de
manera variable y flexible a diversos fines, entre los que se destacan la produccin para el
mercado, el cultivo de productos para autoconsumo y el trabajo extrapredial, sea o no
agropecuario (Bendini et al., 1993; Vargas Jimnez, 1996). Junto a estas posibles opciones que
configuran la base de las estrategias campesinas, se encuentran otras fuentes de ingreso como
pueden ser las remesas enviadas por familiares migrantes (Guzmn Gmez y Len Lpez, 2005),
la gestin de proyectos de desarrollo (Ortiz, 2008) e incluso la bsqueda de planes sociales o
sueldos polticos (Camardelli, 2005). Finalmente, debe quedar claro que cuando se hace
referencia a las estrategias campesinas no se est hablando de una estrategia nica sino de una
multiplicidad de ellas, cada una referida a situaciones contextuales y familiares especficas.
Ahora bien, hechas estas precisiones, cabe preguntarse por la relacin que se establece entre
estrategias, racionalidades y mundos de sentido, ya que, si bien se trata de conceptos
interrelacionados, sus vnculos no resultan del todo claros. Para responder a este interrogante
puede decirse que las cosmovisiones o mundos de sentido constituyen el concepto ms
abarcativo, incluyendo el conjunto de conocimientos cotidianos, representaciones, categoras y
significados, construidos en la interaccin social, por medio de los cuales los sujetos ordenan y
dan sentido a su realidad humana. Luego, las racionalidades, entendidas como principios o reglas
de accin que subyacen a las prcticas de los sujetos, surgiran de la concretizacin de las
cosmovisiones en lineamientos de accin que permiten guiar las prcticas en el marco de las
condiciones estructurales en las que le toca vivir a cada grupo o actor social. Finalmente, las
estrategias seran patrones de conducta relativamente estables que se orientan a reproducir y a
mejorar las condiciones de existencia de los sujetos en los particulares contextos en los que les
toca vivir a partir de la puesta en prctica de los principios de accin que conforman las
racionalidades. De esta forma, los mundos de sentido de los distintos actores y grupos sociales se
expresaran en racionalidades, entendidas como conjuntos de principios de accin, los cuales se
convertiran en estrategias al concretizarse en prcticas ms o menos estables destinadas a
alcanzar la subsistencia, la reproduccin social o la mejora de las condiciones de vida en
contextos sociales y materiales especficos.
Asumido este entramado conceptual, puede comprenderse mejor el hecho de que las
racionalidades, al surgir de una realidad o cosmovisin compartida por un determinado grupo
social, sean percibidas por quienes adhieren a ellas como reglas de accin lgicas, coherentes y,
ms todava, autoevidentes, las cuales no necesitan ms explicacin que su propia existencia.
Finalmente, cabe aclarar que resulta inapropiado hablar de una racionalidad econmica
campesina sin hacer referencia a que la existencia de diferentes grupos de campesinos con
diferentes valores, representaciones y cosmovisiones lleva necesariamente a la existencia de
diferentes principios y reglas de accin, es decir, a diferentes racionalidades. No obstante, y aun
reconociendo esta ineludible diversidad, dado que las condiciones de existencia de estos
productores suelen tener similitudes que los llevan tanto a generar cosmovisiones semejantes en
Cabe aclarar aqu que, pese a que la diferencia entre racionalidades y estrategias campesinas es
suficientemente clara a nivel conceptual, a nivel concreto pueden existir algunas zonas grises. No
obstante esta limitacin, se propone mantener la diferenciacin analtica procurando hacer visible
la diferencia existente entre los principios que guan la accin y las prcticas en las cuales stos
se concretan en contextos especficos.
Todo lo anterior lleva a que, en definitiva, la unidad de produccin campesina no pueda ser
entendida por fuera de la familia campesina (Berdegu, Daz, Garca, Nazif y Quezada, 1988;
Cceres, 1995, 2003; Manzanal, 1993) por lo que los fines econmicos de la unidad productiva
estarn imbricados con los sociales y afectivos de la unidad familiar.
Dicho de otro modo, el campesino no requiere, como el empresario, que la actividad econmica
que realiza produzca un excedente por sobre la remuneracin de la mano de obra requerida por el
emprendimiento que sirva para retribuir al capital invertido. Por el contrario, se siente satisfecho
con poder subsistir con dignidad, sin tomar en consideracin la relacin existente entre los
ingresos obtenidos y el capital invertido (tierra y maquinarias), ncleo del funcionamiento de la
empresa capitalista. Es que el campesino, al no poder (en trminos generales) reorientar los
recursos econmicos de que dispone hacia actividades econmicas diferentes, toma la dotacin
de capital que posee como un hecho dado que no requiere ningn tipo de remuneracin, ya que
no puede comparar entre opciones de inversin alternativas. Por el contrario, el empresario, al
poder evaluar de manera comparativa los rendimientos potenciales de distintos rubros y
emprendimientos, tender a elegir aquellos con una mayor tasa de ganancia dentro del perfil de
riesgo que prefiera.
Finalmente cabe agregar que, en sentido estricto, la actividad campesina se orienta a la obtencin
de un ingreso global que permita alcanzar el objetivo de subsistencia indicado. Es decir, no
detiene su actividad en el momento en que alcanza unos mnimos alimentarios bsicos ni se
orienta a buscar la mejor relacin costo-beneficio entre el esfuerzo invertido y los resultados
esperados. Por el contrario, aplica su capacidad a la obtencin del ingreso global mximo que le
permita su fuerza de trabajo disponible, utilizada a una intensidad y segn unas pautas
culturalmente apropiadas.
Para comprender mejor esto debe tenerse en cuenta que la actividad campesina est orientada a
la subsistencia y no a la acumulacin (Manzanal, 1993) y que se realiza en condiciones donde el
acceso a recursos como tierra y capital es limitado (Tsakoumagkos, Soverna y Craviotti, 2000). En
trminos prcticos, esto significa que los campesinos juegan su subsistencia material en los
resultados de la produccin de cada ao, ya que no cuentan ni con seguros ni con ahorros
suficientes para salir airosos de una cosecha realmente mala. De esta manera, si el empresario
capitalista, que cuenta con recursos econmicos que lo respalden, prefiere la alternativa
productiva que maximiza la tasa media de produccin y de ganancia de su explotacin, el
campesino procura evitar aquellos aos malos en los que su subsistencia podra ser puesta en
riesgo. As, en este contexto, la preferencia por la reduccin de riesgos antes que por el
incremento de la produccin o los beneficios adquiere pleno sentido.
4. Los campesinos, para desarrollar su vida y su actividad productiva, esperan contar cada vez
con ms bienes y servicios que slo pueden adquirirse con dinero. La imagen del sentido comn
del campesino tiende a representarlo como un sujeto autosuficiente que se organiza en torno al
trabajo familiar y a la produccin de autoconsumo. No obstante, en el contexto de las sociedades
actuales resulta indiscutible que las economas campesinas se encuentran hoy en un proceso de
creciente mercantilizacin (Cceres, 1995; Chonchol, 1990), lo que lleva a las familias de
productores a requerir montos crecientes de dinero para desarrollar sus actividades y para hacer
frente a nuevas necesidades y obligaciones (Silvetti y Cceres, 1998). Como seala Bennholdt-
Thomsen (1988) los actuales campesinos de Mxico [y los de la mayor parte de los pases] son
todos productores de mercancas, debido a que nadie puede subsistir sin dinero (p. 24).
Los factores que llevan a la mercantilizacin de las economas campesinas son mltiples. Entre
ellos cabe destacar la disminucin de la produccin de autoconsumo (vase por ejemplo el trabajo
de Silvetti y Cceres [1998] para el caso cordobs), el incremento de las expectativas de vida, lo
que lleva a la demanda de artculos que slo pueden ser comprados con dinero (heladeras,
motos, celulares, etc.) y la aparicin de nuevos insumos como semillas y agroqumicos,
crecientemente demandados por estos productores. As, una menor disponibilidad de bienes que
pueden reemplazar compras, principalmente de alimentos, un aumento del requerimiento de
insumos o herramientas que generalmente slo pueden obtenerse en el contexto del mercado
(semillas, agroqumicos, etc.) y la expectativa de contar con comodidades propias de la vida
moderna, se combinan para que las familias campesinas se sientan en la necesidad de generar
estrategias para acceder a montos crecientes de dinero. Como seala Cceres (1995), el ncleo
de estas estrategias parece reestructurarse a partir de una reorientacin del perfil productivo de
las explotaciones agropecuarias, incrementndose los rubros orientados al mercado y los trabajos
extraprediales y reducindose aun ms los productos de autoconsumo.
5. La actividad econmica y productiva que llevan adelante es percibida por las familias
campesina como una totalidad articulada, lo que dificulta pensar los rubros o las diversas fuentes
de ingreso como independientes. Salvo en los casos en los cuales la diversificacin de la
produccin es mnima, se observa que los campesinos, para la obtencin del mximo ingreso
global que est a su alcance, no dividen o separan su produccin en rubros. Es decir, no tienden a
evaluar de manera independiente ni los beneficios ni los esfuerzos especficos que les requiere
cada producto. Por el contrario, conciben a la actividad predial como un todo integrado en el cual
los distintos productos se encuentran articulados unos con otros de manera compleja, como
cuando se cultivan granos para alimentar aves y vacunos, que a su vez son utilizados como carne,
como fuerza de trabajo o como fertilizante a partir de sus excrementos (Chonchol, 1990). Esto
diferencia al sistema campesino de la empresa agropecuaria, en la cual cada rubro se maneja y
En esta lnea, tambin cabe mencionar la articulacin constitutiva que existe entre ingresos
prediales y extraprediales desde la mirada campesina, ya que usualmente es a partir de la suma
de ambos que la subsistencia se hace posible, no pudiendo ser alcanzada por ninguno de ellos de
manera independiente. As, dada esta indivisibilidad entre rubros productivos y entre ingresos
prediales y extraprediales, pueden observarse transferencias de recursos de unas actividades a
otras (Ramrez Jurez, 2008) llegndose incluso a subsidiar con los ingresos de las ms rentables
aquellas que no lo son (Barkin, 2006).
Para hacer esto, debe partirse de la situacin real de pobreza en que vive la mayor parte de los
campesinos, lo que hace de la supervivencia material algo que est en juego y debe resolverse
da a da. Es que comer y acceder a bienes mnimos no es algo que est dado por sentado. En
efecto, los campesinos usualmente no cuentan ni con un ingreso fijo ni con ahorros o reservas que
les permitan tener una mirada estratgica de largo plazo. Peor todava, dependen de los vaivenes
de los precios de los mercados, las inclemencias climticas y la potencial aparicin de plagas que
pueden llevarlos a perder su produccin por completo dejndolos en la miseria. Lo que para un
empresario capitalista puede ser una prdida econmica, para estos pequeos productores puede
significar pasar hambre. As, en este contexto cobra sentido que la visin el campesino est
centrada en el corto plazo, en el que se juega su supervivencia, y no en el mediano o incluso largo
plazo que le proponen los proyectos de desarrollo rural (Carenzo, 2006).
Ahora bien, esta mirada centrada en el presente se ve reforzada por la falta de control que percibe
el campesino sobre su ambiente de vida. Como sealan Plunkett y Buehner (2007), cuando los
individuos perciben que el ambiente en el que se mueven est en buena medida fuera de su
propio control, tienden a valorar mucho ms los beneficios actuales o inmediatos que los futuros y
a restar importancia a los problemas o consecuencias negativas que podran sobrevenir con el
paso del tiempo. Como seala Banfield (1958, citado en Seligman, 1989), es altamente
improbable que una persona ahorre o invierta con su esperanza puesta en el futuro si percibe que
su bienestar depende en forma crucial de factores que estn fuera de su control.
7. Los campesinos poseen parmetros, prioridades y objetivos propios para generar, valorar y
adoptar (o no) innovaciones tecnolgicas u organizativas que no suelen ajustarse a los de
extensionistas y expertos. A diferencia de lo que muchos extensionistas pueden suponer, los
campesinos no se resisten ni oponen a priori al cambio tecnolgico o a la adopcin de nuevas
prcticas productivas. Lo que sucede, es que ellos evalan las propuestas de los profesionales
desde otro marco conceptual, el saber local, y a partir de otros objetivos, premisas y prioridades.
Los conocimientos que los campesinos tienen sobre las prcticas productivas que realizan y el
medio natural en el que viven han sido conceptualizados de mltiples maneras, destacndose la
nocin de saber local (Chaves Alves, 2005; Medina, 1996; Mora Delgado, 2008; Uzeda Vsquez,
2005). Ahora bien, como muchos autores han resaltado, se trata de saberes que poseen una
lgica diferente a la de los conocimientos tcnicos y cientficos propios de los extensionistas. En
efecto, los saberes locales se desarrollan a partir de la observacin minuciosa y no controlada de
la naturaleza en contextos de vida reales (Nuez, 2004), y son transmitidos de generacin en
generacin por la tradicin oral en entornos informales directamente vinculados con la prctica
(Gmez Espinoza y Gmez Gonzlez, 2006). Se trata, adems, de conocimientos parciales,
difusos y aun contradictorios (Uzeda Vsquez, 2005) que usan de la metfora y del carcter
simblico del lenguaje para comunicar (Medina, 1996).
De esta manera puede observarse que las diferencias existentes entre los saberes de los
campesinos y los conocimientos tcnicos de los profesionales no refieren solo a una simple
cuestin de cantidad o de tipos de contenidos, sino ms bien a una diferencia fundamental a nivel
de su estructura y naturaleza. Y como los seres humanos interpretamos la realidad y damos
sentido a las experiencias a partir nuestros conocimientos y supuestos previos (Gergen, 1996), los
campesinos interpretan y valoran las propuestas de los extensionistas a partir de sus propias
premisas, que difieren profundamente, como se seal, de las del profesional.
Resulta claro, entonces, que las propuestas tcnicas nunca son adoptadas de manera directa,
acrtica o irreflexiva, sino que son evaluadas en cuanto a su utilidad y pertinencia a partir de los
saberes locales previos y de la propias preferencias y prioridades (Landini, 2010c). Es que la
experiencia ha mostrado a los pequeos productores que los conocimientos del extensionista no
siempre son adecuados en condiciones concretas de produccin campesina. As, se observa que
las propuestas son sometidas a procesos de ensayo y error a pequea escala, con el objetivo de
evitar riesgos y fracasos (Cceres et al., 1997; Carenzo, 2006) generndose muchas veces
formatos tecnolgicos hbridos que articulan prcticas tradicionales y modernas (Berdegu, Daz,
Garca, Nazif y Quezada, 1988; Berdegu y Nazif, 1988; Cceres, 2003; Chirinos, 2006),
priorizndose aquellas cuyos resultados son ms valorados, no necesariamente por ser las ms
eficientes o rentables.
As, a partir de la investigacin realizada, que aport al conocimiento del modo en que los
campesinos de la localidad estudiada se comprenden a s mismos y dan sentido al mundo en el
que viven y a las actividades que realizan, resulta posible proponer una serie de premisas
8. Los campesinos, en el estudio de caso realizado, mostraron una tendencia a evaluar de manera
directa y concreta los resultados econmicos de su actividad productiva as como todo tipo de
transacciones, principalmente aquellas que llevan implcitas operaciones matemticas (Landini, en
prensa). En el contexto de emprendimientos econmicos de tipo empresarial, incluyendo dentro
de ellos la actividad de los productores agropecuarios estructurados, la evaluacin numrica de
los beneficios econmicos de la explotacin, medida en trminos brutos y porcentuales, constituye
una prctica estndar. En este sentido, el registro de gastos e ingresos es una actividad que forma
parte constitutiva de la gestin del emprendimiento productivo. En contrapartida, la evidencia
proveniente del estudio de caso realizado en Formosa y de la experiencia de numerosos
extensionistas rurales, muestra que los productores campesinos no suelen ni llevar un registro
escrito de sus ingresos y egresos ni evaluar en trminos de clculos matemticos los resultados
de su actividad.
Durante la investigacin se pregunt a los campesinos cmo hacan para saber si haban salido
ganando o perdiendo durante una campaa, imaginando que organizaban su actividad como un
negocio, esperando que hablaran de registros de gastos e ingresos. Sin bien algunos
respondieron que llevaban algn tipo de anotacin, se observ que, en la mayora de los casos, la
evaluacin que se hace es ms directa, poniendo el foco en lo que queda despus de cumplir con
los gastos propios de la reproduccin de la vida (pago de deudas, compra de comida, preparacin
de suelo y adquisicin de semilla). Como dijo un productor: te das cuenta [si ganaste] cuando te
comprs un pantaln, un zapatito, cuando te sobra algo. En este sentido, resulta evidente que el
campesino no organiza su actividad como un negocio sino que se propone subsistir y mejorar las
De hecho, tambin cuando se procur preguntar sobre situaciones hipotticas en las cuales se
presentaban distintas alternativas de cobro por la venta de productos, se tuvo mucha dificultad
para obtener respuestas para situaciones propuestas que no eran percibidas como
potencialmente reales. As, resultaba evidente la dificultad para pensar estos procesos en
trminos abstractos o hipotticos, prefirindose modalidades concretas asociadas con la
experiencia real.
Otro mbito en el cual puede observarse esta tendencia a evaluar de manera concreta los
procesos econmicos sin atender a las operaciones matemticas que estn implcitas en ellos, es
el del ritmo de los ingresos en ocasin de la venta de productos. En trminos generales, autores
como Waithaka et al. (2006) as como diversos extensionistas entrevistados han sealado que los
campesinos prefieren productos que pueden venderse al por mayor generando ingresos
concentrados. Procurando analizar esta preferencia se hicieron distintas preguntas a los pequeos
productores de la zona, observndose que el 65% estaba dispuesto a pagar una tasa anualizada
del 1243% para concentrar en un cobro inmediato de 1500 pesos aquello que se propona pagar
en cuatro cuotas mensuales de 500. Evidentemente, eran los montos concretos ms que la tasa
de inters implcita lo que estaba generando la preferencia por ingresos concentrados, lo que
refuerza la hiptesis de que los campesinos evalan de manera directa este tipo de alternativas, a
partir de la visualizacin de los montos totales y no de los porcentajes subyacentes.
Finalmente cabe sealar el carcter confuso con que muchos campesinos utilizaron durante las
entrevistas las palabras crdito y subsidio, lo que hace intuir que desde su perspectiva estos
conceptos se identifican ms de lo que se piensa. Y esto, posiblemente porque lo que prime en la
mente del productor sea el hecho de la obtencin del dinero, algo absolutamente concreto, y no el
compromiso o deber de pago, que no es ms que un hecho potencial, que incluso podra nunca
llegar a darse.
Otro elemento en la misma lnea es la dificultad que experimentan los campesinos para ir
ahorrando pequeos montos de dinero que van recibiendo por distintos motivos, lo que los lleva a
destacar la importancia de concentrar sus ingresos en uno o ms momentos del ao para poder
hacer algn tipo de inversin. Es que sienten que si no recibieran el dinero todo junto, lo iran
gastando de a poco y lo perderan sin poder hacer ninguna inversin que redunde en el bien de la
familia. As, el problema no parece ser el monto total de dinero que reciben sino el hecho de tener
que conservarlo sin usarlo. Efectivamente, como se seal, los productores prefieren recibir un
monto menor pero concentrado antes que uno significativamente mayor pero dividido en cuotas.
De esta manera, se observa que los campesinos se sienten ms cmodos recibiendo montos
concentrados, ya que esto les facilita hacer gastos que les permitan consolidar sus ingresos en
bienes que redunden en el bienestar de su familia y les evita usarlo en consumos cotidianos que
no tienen permanencia.
Son varias las evidencias que pueden darse para sostener que esta teora forma parte de la
racionalidad econmica de los campesinos de la provincia de Formosa. En primer lugar, cabe
sealar la tendencia de los productores entrevistados, comentada previamente, de comprar
semillas hbridas o transgnicas, mandar a preparar su tierra con tractor, contratar carpidores o
ampliar la superficie de cultivo cuando existen recursos econmicos disponibles para ello. As, se
asume que siempre a una mayor inversin le siguen beneficios ms altos, sin que parezca mediar
una evaluacin de la rentabilidad potencial. Como si cualquier gasto productivo introdujera
necesariamente un valor agregado mayor que su costo, lo que no puede sostenerse si no se
asume, implcitamente, que la produccin agropecuaria es en s misma rentable, con
independencia de las circunstancias en que sta se desarrolla.
En segundo lugar, resulta llamativa la idea, identificada en mltiples entrevistas, de que el no pago
de deudas originadas en crditos para la produccin debe ser explicado ms por la falta de
Un tercer ejemplo que abona la idea de que el campesino tiende a dar por supuesta la rentabilidad
de la produccin al nivel tecnolgico y en las condiciones materiales en que desarrolla su
actividad, es la creencia de que, si contara con capacidad de transporte para su produccin,
siempre obtendra buenos precios en los mercados concentradores o puntos de venta. Como
muchos extensionistas saben, la expectativa de poder contar con un camin para transportar la
produccin y as obtener mejores precios es muy comn entre los campesinos. Baste aqu
mencionar que esta idea se apoya en la creencia de que as siempre podrn conseguirse
importantes beneficios, cuando es posible que esto no sea cierto, como cuando los campesinos
formoseos no pueden vender sus calabacitas o sus sandas porque han perdido su condicin de
primicias y el costo del transporte al mercado concentrador de Buenos Aires tiende a superar el
precio de venta.
4. Reflexiones finales
La estructura del presente artculo es relativamente simple. Para comenzar se parti del
argumento de que la lgica o racionalidad econmica campesina, derivada de su propia
cosmovisin, se diferencia profundamente de la mentalidad propia de los empresarios capitalistas.
Asumir lo contrario no solamente constituye un error conceptual sino tambin una de las
principales razones del escaso impacto de mltiples proyectos e iniciativas de desarrollo rural. A
continuacin, se analizaron los conceptos de estrategias, racionalidades y cosmovisiones,
argumentndose que la cosmovisin a partir de la cual los campesinos comprenden su mundo de
vida se traduce en una serie de principios, preferencias y reglas de accin denominadas
racionalidades, que se expresan en estrategias y prcticas concretas en los diferentes contextos.
Finalmente, procurando contribuir a la comprensin de los elementos relativamente compartidos
de la racionalidad econmica campesina se sintetizaron distintos ejes propuestos por la
bibliografa y se procuraron realizar contribuciones originales a partir de un re-anlisis de los
resultados de un estudio de caso llevado a cabo en la provincia de Formosa desde la perspectiva
de la psicologa social comunitaria.
Los ejes propuestos para comprender la racionalidad econmica del campesino fueron mltiples,
por lo que se hace difcil construir una clasificacin completa. No obstante, cabe destacar la
posibilidad de agrupar la mayor parte de ellos en torno a tres ncleos conceptuales diferenciados.
El primero hace referencia a la descripcin de la estructura y organizacin de la unidad productiva
campesina, incluyendo elementos como el nfasis en el aprovechamiento de la mano de obra
familiar, la creciente necesidad de contar con dinero para subsistir en el contexto de las
sociedades contemporneas y la organizacin de la explotacin campesina en trminos de una
totalidad integrada y no como rubros independientes. El segundo grupo de cuestiones pone su
foco en los objetivos y preferencias de los campesinos y hace referencia a la tendencia a reducir
los riesgos antes que a maximizar las ganancias y a la orientacin de la actividad econmico-
productiva campesina a la subsistencia familiar antes que a la bsqueda de ganancias.
Finalmente, tambin puede mencionarse un tercer y ltimo grupo, el cual pone un nfasis
Tomando como base los tres grandes ejes diferenciados previamente, resulta de inters realizar
una serie de reflexiones. Puede observarse que el primer grupo, referido a la descripcin de la
estructura y organizacin de la unidad campesina, constituye la categora ms consolidada (en
trminos de la amplitud de la bibliografa que aborda y coincide en torno a estos temas) y la ms
descriptiva, al no profundizar en las percepciones o formas de comprensin de los actores. El
segundo grupo, que hace referencia a los objetivos y preferencias de los campesinos, comporta
un grado algo menor de consolidacin, ya que no parece ser tan mencionado en la bibliografa
consultada. No obstante, en este caso s se observa una intencionalidad de avanzar hacia una
mejor comprensin de la perspectiva del campesino, dejndose atrs el planteo meramente
descriptivo del primer grupo. Finalmente, la tercera lnea temtica se caracteriza por abordar de
manera constitutiva los sentidos y supuestos en que se basan las acciones campesinas. No
obstante, se observa que este tercer grupo de temas no parece tener el mismo grado de
aceptacin y reconocimiento que los anteriores, al menos si se juzga esto en relacin a la cantidad
de artculos cientficos referidos a estas cuestiones. De hecho, dos de los tres elementos
propuestos constituyen propuestas desarrolladas a partir del trabajo de investigacin comentado y
no de la revisin bibliogrfica realizada. De aqu se sigue la importancia de profundizar en
aquellos aspectos que hacen a la comprensin de los sentidos con que los campesinos significan
su mundo de vida, con el fin de poder identificar los principios y supuestos a partir de los cuales
stos guan sus acciones, ya que se trata de un rea aun insuficientemente desarrollada.
Para finalizar, cabe destacar que bajo ningn concepto se pretende argumentar aqu que los
elementos o ejes propuestos en este trabajo para presentar y organizar la descripcin de la
racionalidad econmica campesina constituyan una enumeracin completa. Por el contrario,
representan una propuesta abierta producto de una delimitacin conceptual especfica que es
necesario discutir, profundizar y reformular. De todas formas, aunque pueda disentirse en torno al
contenido especfico y al alcance que debe darse a la nocin de racionalidad econmica
campesina, el inters por identificar y comprender aquellos principios, reglas, prioridades y
supuestos que guan las acciones de los productores campesinos es indudable y, en muchos
sentidos, una tarea pendiente.
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