Historia de Los Filibusteros PDF
Historia de Los Filibusteros PDF
Historia de Los Filibusteros PDF
HISTORIA
DE LOS
FILIBUSTEROS
Versin castellana
de
I.preata NMI-"
SAN JOSE DE COSTA RICA
1908
HARVARD COLL!I!! L1B~RV ri
LATIN;AMERICAN
PROFESSORSHIP FUND
~ II-<?II'':'
J ' " . ' " . " " . . ... ~ .-.
: ~.~ .... /. "i:. \ :
INTRODUCCION
,
I
L.
- VIII -
-x-
guia. El general Hnningsen afirma en
sus memorias que los soldados de Wlker
habrlan podido luchar ventajosamente con
las mejores tropas de la Guerra Civil en
la proporcin de uno contra cinco. Nues-
tros milicianos los vencieron en Santa
Rosa y Rivas en la de dos contra uno y
veces con fuerzas iguales inferiores,
como en el Castillo Viejo, donde treinta
costarricenses pusieron en jaque dos-
cientos filibusteros.
Tan slo medio siglo nos separa de
aquella poca gloriosa, aun viven actores
de la tragedia memorable y sin embargo
son muy pocos los centroamericanos que
la conocen bien. Un comentario del his-
toriador Montfar ha bastado para infun-
dir la duda sobre un hecho tan patente
como el incendio del Mesn de Guerra
por el soldado Juan Santamaria, el 11 de
abril de 1856 en Rivas. En este camino
se ha llegado hasta el punto de sostener
que no hubo tal incendio, sin recordar
que el mismo Wlker lo menciona en su
liistoria de la guerra. <En la tarde- es-
cribe-el enemigo incendi algunas casas
ocupadas por los americanos ... >. . El
historiador nicaragense don Jernimo
Prez consigna el mismo incidente: Los
costarricenses se empearon en desalojar
los filibusteros de n gran edificio si-
- XI """"
- XII-
l
- XIV-
- XVI-
-xx-
Pim, el caballero Belly, M. Nicaisse y
otros muchos viajeros.
De todas estas fuentes, as como tam-
bin de las publicaciones peridicas, de
los documentos oficiales, de los testimo-
nios hablados y escritos de testigos pre-
senciales de la ms reciente de todas esas
tragedias, he recogido los acontecimientos
que se relatan en las siguientes pginas.
No ha sido poco ardua la tarea de separar
las partculas de verdad de la montaa_ de
fbulas, prejuicios invenciones bajo:f"la
cual han permanecido por largo tiempo
sepultados los hechos de los filibusteros.
Treinta aos ha, en medio de la cal-
deada atmsfera del conflicto de la escla-
vitud, habra sido poco menos que impo-
sible tratar este asunto con filosfica im-
parcialidad. Hoy ya podemos estudiar al
filibustero sin pasin, porque pertenece
las especies extintas. Ha sido suplantado
por el especulador, sin que se note que
la moralidad del mundo haya ganado na-
da en el cambio. El nombre mismo de
filibustero, transformado en verbo y degra-
dado, no se aplica sino usos polticos.
Ya es tiempo de escribir la historia y el
epitafio de aquellos hombres valientes, ge-
nerosos y sin ley, que eran una anoma-
la en el concierto de la civilizacin.
Bastan, Estados Unidos, marzo de 1891.
..
Captulo V
WfLLIAM WALKER.-SU JUVENTUD y EDUCACIN.-MDICO, ABOOAOO
y PERIODISTA.-EMIORA A CALlFORNIA.-AsPECTO PERSONAL y RAS008 CA-
RACTERSTICOS DE W LKER.-SALE CON UNA EXPEDICIN PARA SoNORA.-
SU PROCLAMA DE GOBIERNO.-EsTRICTA DISCIPLINA.-SE RETIRA DE SONo-
RA.-RECIBE MALAS NOTICIAS EN SAN VICENTE.-Los AVENTUREROS CRU.
ZAN LA FRONTERA.-VUELVE WLKER ASER PERIODISTA.
L
- 3
Cooglc
-5-
-13-
-q-
",
Captulo VI
.. :._--
- 24-
...
l
- 26-
J
- 27-
(*) El autor, siguiendo las huellas de muchos otros que han escrito
sobre este asuuto, confunde la expedicin inglesa dirigida en 176. contra
el castillo de la Concepcin, llamado hoy Castillo Viejo, con la que en
1780 atac la misma fortaleza las rdenes del coronel Polson y de la
cual f ,rmaba parte Nelson. La herolna de 1762 se llamaba D~ Rafaela
de Herrera, doncella de diecinueve al'los, que dispar con sus propias ma-
nos los primeros caonazos, con tan buena fortuna que logr matar al co-
mandante ingls y.e(;hltr pique una de las tres balandras que traa. Su
padre, el castellano Q. Pedro de Herrera, acababa de mon, cuando se
present el enemigo; de la guarnicin no quedaba ms que un sargento;
los dems haban huIdo. El combate dur cincc dlas y termin con el
completo descalabro de los iBgleses y el triunfo de la doncella, que fu
recompensada despus por el rey con una pensin vitalicia en 1781.
Captulo VII
l
sacudi6 la cadena que por siglos haba estado su-
jeta, rompi6 sus dbiles eslabones y surgi6 libre ante
el mundo. Pero los hierros haban hecho su efecto.
Los entumecidos miembros no podan moverse; los
ojos, hechos la penumhra del calabozo, pesta-
earon deslumbrados la sbita luz meridiana. El
cuerpo ern de un hombre libre, pero el alma de un
esclavo. Cuando una naci6n recibe prematuramente
la libertad, tiene que sufrir de nuevo penas)' que-
brantos, antes de poder apreciar debidamente sus
generosos dones.
U na desunida unin de pocos aos, una pa-
rodia de imperio bajo el cetro de cart6n de Itur-
bide; separaci6n. nueva uni6n, discordia, revolu-
ci6n. Los anales de Centro Amrica son e.l la His-
toria un calendario de Newg~te. (*) Con todo, en
la lista de los innobles infames gobernantes cen-
troamericanos, hay un hombre digno de que se le
consagre una pgina limpia, porque tuvo mf'jor es-
treHa. Don Francisco Morazn, primer presidente
de la U ni6n de los cinco estados, est lejos de me-
recer el ttulo de Wshington de Centro Amrica;
pero fu un hombre capaz, valiente y patriota,
aunque vengativo y cruel con sus opositores. Elec-
to presidente de la Federaci6n en 183[, desempe6
su cargo durante nueve aos, al cabo de los cuales
sus gobernados se haban cansado de sus civilizado-
ras innovaciones, tan inadecuadas su falta de cul-
tura. como lo eran los angostos vestidos de la poca
sus miembros flexibles. No tuvo Morazn,por des-
gracia, el tino necesario para conformarse con la
eleccin que hizo el pueblo de un demagogo reac-
cionario que satisfaca sus gustos, y por t:sta causa
comenz una serie de intrigas contra la administra-
3
- 3"-
el trono vacante un pariente lejano de aqul lla-
mado Jorge Federico- Su reinado fu de corta du-
racin. Sucedile su hijo, el festivo monarca Ro-
berto Carlos 1, "escandaloso y pobre." Este cedi sus
derecho... los Shpards. cambio de una racin de
ron de Jamaica y de algunos pantalones de algodn.
Su hijo, Jorge William Urence, reinaba en 1850.
La mayor velocidad de los buques americanos
permiti los Estados U nidos quitar la delantera
los inglt:ses sus rivales, para apoderarse de Califor-
nia. I ng-Iaterra s~ desquit ocupando en 1848 la
isla del Tigre, en la costa stmica del Pacfico, y San
Juan del Norte en la costa del Atlntico; este
puert I dise el nombre de Greytwn, en honor de
Grey. uno de los gobernadores de Jamaica. As se
hizo lluea Inglaterra de las II p ves del istmo. El ca-
na], sin entrada ni salida seguras. escapara as de
las manos de la potencia que quisiera tener la gloria
estril de construirlo. Aunque parezca extrao, los
Estados U nidos tenan en aquel entonces un hbil
diplomtico su servicio en Centro Amrica, el
honorable E. G. Squier, quien por otros mritos
ms slidos tiene adquirida mayor fama que la que
proporcionan los triunfos en e] ingrato servicio p-
blico. Sin perder tiempo, Squier secund la pro-
testa de Honduras contra el robo incalificable de la
isla del Tigre, que era parte de su territorio. El
gobierno de los Estados U nidos terci en la cues-
tin y la isla fu devuelta, aunque de mala gana.
Al propio tiempo los Estados U nidos protes
taron formalmente contra la ocupacin de San Juan
del Norte. Despus de muchas controversias ter-
min el asunto mediante el tratado Clayton- Bl-
wer. Este fu prcticamente un triunfo para la
Gran Bretaa, por cuanto los Estados U nidos se
comprometieron "no tener nunca dominio exclu-
-35-
l
En tanto que los caones de la C)'ane malgas-
taban su plvora contra las frgiles cabaas de San
Juan; falta de mejor blanco, Nicaragua estaba de-
masiado absorta en sus eternas luchas intestinas
para sentir el ultraje del extranjero. Don Fruto
Chamorro haba sucedido Pineda en calidad de
presidente en 185 J; terminado su perodo de man-
do, resolvi reelegirse para el siguiente. Chamorro
era el jefe de los legitimistas serviles, como los
llamaban sus adversarios; Francisco CastelJn el
caudillo de los liberales demcratas. En la eleccin
bienal de 1853, ambos partidos se proclamaron vic-
toriosos. Como sucede siempre en esta clase de
disputas, la posesin era el mejor ttulo legal. Cha-
morro se declar debidamente electo y fu instalado
en Granada, ciudad principal de la faccin servil.
Len. la ciudad ms grande y prspera del pas, sos-
tena la causa de Cas.,teltn. Chamorro se apresu-
r prender su rival, as como varios otros de
sus partidarios, y todos e)]os fueron desterrados.
Refugironse en Honduras, cuyo presidente Caba-
as les di hospitalaria acogida. Chamorro, para.
consolidar mejor su poder, se hizo proclamar presi-
dente por dos perodos de cuatro aos, el 30 de
abril de 1854. Esta audaz usurpacin di un resul-
tado contraproducente.
Una semana despus de esta declaratoria des-
embarc Castel1n en el Realejo con treintaisis
de sus partidarios. Los leoneses acudieron en su
ayuda. arrojaron los serviles del departamento,
obligndolos concentrarse en la fortaleza del ser-
vilismo, la ciudad de Granada. Poco despus se
hicieron dueos del lago '1 del ro y pusieron sitio
Granada. El siti dur nueve meses, sin ventaja
material para ninguna de las partes beligerantes.
Castelln fu declarado director provisional por su
- 39-
TELLN.
l
-48 -
PRENSA.
- ._--~
- r,C)-
! temala, si dejan que esto tome cuerpo; ocurran breves, l'.ncontrarn au-
xiliares."
l
-66-
(*) Atha ben Akem. llamado Mokanna, impostor musulmn que mu-
ri el afio 780.
-68 -
DE BATALLA.
(*) enion J<lck 'le llama la bandera especial que enarbolan los
agentes diplomticos y <:onsulares de la Gran Bretafla.
- 72 -
(*) No parece por dems citar aqul las siguientes palabra de Wl-
ker: "Al mismo tiem~o que los americanos se mostraban falsos hacia si
mismos y sus compatnotas, los nicaragenses nativos estaban dando en
Rivas un ejemplo de fidelidad y grandeza de alma dignas de la raza que
se habla naturalizado entre ellos". William Wlker, Historyof tlle l1/ar
in Nicaragua.
- 73-
j
- 75-
_- __ -.
- 79-
(*) Wlker en su Hsfory of fIle War l> Nical'tlgua dice que eran
~ y El Ncmaifel>u. rgano del mismo W'lker, al dar cuenta de la
batalla hace subir el nmero de esta fuerza 280 hombres.
-50-
cos.
(**) Wlker dice que llevaba 550 hombres, los cuales se agreg
cerca de Nandaime la columna nicaragense que mandaba el coronel cu-
bano Machado y constaba de doscientos. Los costarricenses que defendlan
Rivas el 11 de abri1'de 1856, no llegaban 1.500, porque la guarnicin
se habla debilitado con las tropas que se enviaron resguardar San Juan
del Sur, La Virge'h y otros puntos.
- l)O . -
7
- 98 -
l
Captulo XI I
(*) eLos leoneses peleaban con la misma decisin que las de-
ms tropas. :\fuchos quedaron en los campos de batalla y yarios de sus
jefes mereclan ascensos y menciones honorficas por su arrojo:t.-Wlker,
Historia d., la Guerra de Nicaragua,
- _1Ic
....... ~
- IOS-
J
- Ir3-
j
Captulo XIII
j
- U3-
J
Captulo XIV
(**) El autor pasa sobre esta admirable campana del rfo San
Juan como si fuera pisando brasas. Lo mismo le sucede cuando habla
de las batallas de Santa Rosa, de San Jacinto y dems descalabros de
Wlker.
,
l
- J2~-
(**) El joven coronel ingls Cauty, que servia en calidad d" vo-
luntario en el ejrcito de Costa Rica, era el comandante del Castillo Vie-
jo, cuya guarniciJl se componia de slo JO hombres. Dosci"ntos fili
busteros atacaron el Castillo Viejo el ]6 de febrero de ]857. La pequen:a
guarnicin, siguiendo el heroico ejemplo de Cauty, del teniente coronel : I
Faustino Montes de Oca y del capitn Rafael Rojas, se deendi con in-
decible bravura hasta el dla ]8, en que Cauty acept el armisticio qu" le
propuso el enemigo, que perdi en este combate ms de 70 hombres. El
]9 en la manana llegaron unos 8 rifleros enviados por el general D. Jos
J. Mora al socorro de Cauty. Estos atacaron por la retaguardia los
filibusteros, ponindolos tOn completa derrota. .
j
- 129 -
9
- '3 0 -
(***) I_as bajas de los aliados llegaron 200 hombres en este com-
bate,-MoNl ('FA\(, Wt!!..~r en c.ntro Amiri,a. pg. 979.
I
j
- 139-
(*) Graser amable apodo con que los yankis distinguen los his-
panoamericanos.
- q9-
l
de mayo de 1857. fu la estrella roja de cinco puntas que la deshonraba.
- 15-
(*) Todos los que han escrito sobre la guerra de Nicaragua han ob
servado la tendencia de Wlker ocultar el verdadero nmero de sus
fuerz.as, que siempre presenta reducido.
(*) Las cifras que da el autor sobre las fuerzas centroamericanas que
combatieron Wlker son completamente fantsticas. Los datos oficia
les nos dirn la verdad. A fines de marzo de 1856, un ejrcito de 2,500
costarricenses invadi Nicaragua. Este ejrcito regres Costa Rica
despus de la batalla de Rivas. En el curso del mismo allo de 1856 llega-
ron Len 500 guatemaltecos y 800 salvadorefl.os que, unidos 500 nica-
ra~enses, formaron el primer ejrcito aliado, cuyo total era por consi-
gUIente de 1,800 hombres. M~ tarde lIegarl!ln refuerzos de Guatemala y
El Salvador y 200 hombres de Honduras. En noviembre de 1856 el total
de las tropas aliadas en Masaya era d,~ 3,100 hombres. En enero de 1857
habla en San Jorge; 1,300 guatemaltecos al mando de Zavala; 500 costa-
rricenses, nicaragenses y salvadorellos, las rdenes de los generales
Callas y Jerez; 450 nicaragen~e~ mandados por Chamorro, y 200 hon
durellos con Xatruch, que formaban un total de 2,450. Habla adems
700 costarricenses en el castillo de San Carlos y el rlo de San Juan. Tam-
- l5 1 -
(**) Sin que por esto se menoscabe el valor bien probado de lo.. fili-
busteros, conviene restablecer la verdad histrica. Segn sta, la bate-
TIa que tomaron en Rivas los costarricenses se reduce un cafloncito,
defendido tan slo por cuatro artilleros y que cay en su poder en el pri-
mer momento de la sorpresa. V. MONTFAR, lVlker ,'11 COltro Amri.
ca, pgs. 3'7 y 325. Walker dice que era un pequeo cal'l.6n de bronce,
- 15~-
(*) WlI1iam Kidd, famoso pirata ingls que muri6 ahorcado en '701.
sor.) la .. once, debajo de un rbol grande, cerca
de la cumbre de un cerro. O referir Samuel c6-
mo removieron las hojas dd suelo antes de cavar el
hoyo. Yo mismo tengo una idea bastante clara del
lugar, pero Samuelloconoce con exactitud y puede
dar con l, alJnque el rbol haya sido derribado. El
tesoro fu enterrado muy poco antes de los dos l
timos combates que dieron en tierra con las espe-
ranzas de \Vlker. El primero de estos combates
ocurri en la maana siguiente de aquella excur-
sioncita la luz de la luna y en l fueron muertos
dos de los oficiales que haban enterrado el tesoro.
Despus de este combate, el ejrcito-si as puede
llamarse-vivi6 s610 de pltanos durante dos sema-
nas y pas muchos trabajos. Entonces se verific...6
el ltimo combate, en el cual \Vlker, Samuel y los
dems fueron hechos prisioneros. De los cuatro ofi
ciales que acompaaron \Vlker en el entierro del
tesoro, s610 de uno no se da cuenta; pero como no
se supo ms de l despus del ltimo combate, Sa-
muel ha credo siempre que fu muerto en esta oca-
si6n fusilado con los prisioneros. Con seguridad
no se hallaba entre los quP. milagrosamente esca-
paron con Samuel y que. segn creo, fueron los
nicos que salieron con vida de la refriega. Si ha
muerto, mt-jor dicho, si muri entonces, Samuel
es el nico que conoce el secreto).
Los aficionados lo mar;lvilloso podran de-
clararse satisfechos con este precioso cuento de te-
soro y sangre; pero hay otro sobreviviente)) dota-
do de imaginacin ms robusta an, que con la se-
riedad del caso corrige el relato anterior as:
El que esto escribe sabe algo de ese tesoro y
lo examin personalmente. En vez de las cargas
correspondientes cinco mulas, haba cinco tonela-
das. E.s cosa bien sabida que el captulo ms ho-
j
- 157 -
J
- 163 -
LOS FIT.lRUSTERos.
l
- IbS-
l
- 17~ --
l
- 6-
FIN
I
APENDICE
I
l
CARTA
DEL PRES !DENTE DON JUAN RAFAEL MORA DON NAZARIO TOLEDO,
MINISTRO DE COSTA RICA EN GUATEMALA
l
- 2()(, -
ahora los grad\.s militares, cuanllo menos los que ramos lla-
mados vderallos por haber hecho del servicio militar una carre-
ra. El comandante general O. Jos Joaqun Mora haba esta-
bleeido una disciplina muy severa en los cuarteles y form un
cuerpo de 25 30 sargentos instructorts muy competentes; que
prestaron importantes servicios, especialmente durante la guerra.
A principios de marzo de 1856 llegaron Puntarenas las
primeras tropas dd interior y recib orden de trasladarme con
ellas al Guanacaste. Hicimos el viaje en bongos hasta El Be-
bedero; de all seguimos Bagaces y despus Liberia, donde
se hallaba el general Caas disciplinando algunas milicias gua-
nacasteeas. En esta ciurlad se concentr tudo el ejrcito, com-
puesto de unos 2,500 hombres, al mando del general D. Jos
Joaqun Mora, y se le rli la debida organizacin. Don Jos
Mara Caas, que hllba sido nombrado jefe de estado mayor y
que desde los primrros das me mostr gran simpata, me pro-
puso para el mando de un batalln; pero los seo~es Moras no
quisieron acceder esto, por cuanto decan que yo no era ami-
go suyo. Entonces Caas me nombr su primer ayudante,
puesto para m muy grato, porque este jefe ha sido uno de los
hombres ms afJbles .y bondadosos que he conocido, la vez
que valiente, enrgico y excelente militar. Antes de la salida
de las tropas hubo una gran revista en Liberia y yo fu nombra-
do para mandarla, supongo que por influencias de Caas.
Nuestro ejrcito presentaba un aspecto admirable. Estaba
formado en su totalidad por voluntarios, todos jvenes y robull-
tos, porque hubo de sobra dOlJde escoger entre los millares de
hombres que se presentaron al llamamiento del presidente. Los
que no fueron degidos regresaron sus csas profundamente
disgustados, tal era el entusial>mo que dtspertab en todas las
clases sociales aquella guerra tan justa. Entre los oticiales se
contaban casi todos los jvtmes de las principales familias del
pas; algunos se haban alistarlo en calidad rle soldados, entre
ellos D.Prspero Fernndez, ms tarde general y presidente
de la Repblica.
Como ejemplo del entusiasmo que reinaba por la guerra,
puedo citar el caso de mi hermano Faustino Guardia, que slo
tena entonces dieciocho aos. Se hallaba en Alajuela con mi
madre cuando sali el ejrcito, y pesar de sus repetidas solici-
tudes para que se le incorporase en las filas, no lo consigui,
entre otrascosas por la oposicin de mi madre, que alegaba con
justicia que ya tena dos hijos en c:tmino de la frontera, mi her-
mano Toms y yo. Faustino, que era de espritu muy ir.quieto
y sumamente valeroso, no pudo consolarse de la negativa que
se le opuso y se escap de Alajuela en una mula cerril. Lleg
".
- 201-
l
- 2,q--
do. replic el barn con la boca \lena: La colerol se cura con una
l'urganta fuerte, fuerte. fuerte:.. A la ma na sigui~nte nos
el avisaron que estaba malsimo. No quisimos d"jarlo abandona.
'!tI: do y nos lo llevamos en una hamaca Liberia. Despus supe
que haba podido levantarse de la cama y que antiuvo vagando
por la poblacin completamente d~~ierta, envuelto 1 n una bata,
sin haber podido hallar quien lo auxiliase, porque todos los ha-
bitantes haban hudo por temor al contagio, y fu voz pblica
que muri l1e necesidad. Pobre barn Bulow, que puso su es-
pada y su 'ciencia de ingeniero militar al servicio de nuestra
causa!
Cuando \leg:lmos Liberia se dict ulla onlen general el S
de mayo disolviendo el ejrcito. Cada oficial recibi una cuar-
ta, cada soldado un escudo, y se nos dijo todos que nos fu-
semos nuestras caqas como pudiramos.
As fu licenciarlo aquel valiente ejrcito, el mejor de
cuantos ha puesto Costa Rica sobre las armas!
VICTOR GUARDIA.
Mis recuerdos de la batalla de Rivas (*).
Francisco Calvo; estaba el' una puerta con estola yla caja de los
santos olios en la mano. cNosiga porque lo matan!megrit. Not
que se hallaba sumamente emocionado y me dijo que dentro de
aqucHlas casas haba muchos heridos. Ech entQnces pie tie-
rra dejando abandonado mi caballo que nunca; volv ver, y
habiendo entrado i la casa atraves toda la manzana de norte
sur por dentro de los solares, hasta llegar un edificio situado
calle de por medio con el Mesn de Guerra y al norte de ste.
En una sala muy espaciosa, cuyas ventanas estaban atrinchera-
das, hall una fuerza dto los nuestros que combata contra los
filibusteros del Mes6n. El fuego era terrible, las bala!' entraban
por muchas partes y tuve que hacer la primera cura los heri
dos c:chado de barriga para que no me matasen. Estuve des-
pus en otras casa.< de la misma manzana, en las cuales habia
tambin numerosos heridos. En la tarde pudimos trasladarlos
un edificio que llamaban la Casa de Maliao, donde se im-
provis un hospital. Para hacer frente la enorme tarea de
asistir tantos heridos como haba, s610 estbamos tres mdi-
cos: el cirujano mayor D. Carlos H6ffmann, d doctor nicara-
gense Bastos y .yo. Tenamos adems un ayudante, Carlos
Moya, que haba hecho algunos estudios de medicina. El doc-
tor Alvarado estaba en Liberia asistiendo los l1eridos de Santa
Rosa, y D. Fermn Meza se hallaba ausente con licencia, pero
regres Rivas pocos das despus de la batalla;
Hubo trescientos heridos 6 ms y muy cerca de quinientos
muertos (.). Si un hospital de guerra es siempre una cosa te
rrible, en aquella poca, en que aun no se conocan entre nos
otros los anestsicos, era un espectculo de que no se puede
tener idea cabal sin haberlo visto. Cunta miseria y cunto
sufrimiento! Para colmo de males, la epidemia de clera vino
pronto triplicar nuestra tarea ya tan pesada.
La misin del mdico en el campo de bataIla no le permite
ver mucho de lo que en ella sucede. As es que de la de Rivas
poco es lo que puedo contar, como no sean sus resultados san-
grientos; pero como esto no ha de agradar los lectores, me
limitar decir que hubo soldado que recibi hasta siete bala
zos.
En cuanto la accin heroica de Juan Santamaria, que
segn parece se ha querido poner en du<ia, la tengo por absolu-
tamente cierta, aunque no la presenci ni poda presenciarla
desde el punto en que me hallaba; pero el hecho fu pblico y
(*) Este dato concuerda con el nmero de 1,700 hombres vlidos. que
segn el presidente Mora tenamos en Nicaragua el 19 de abril de 1856.
El ejrcito, que sumaba 2.500, tuvo 800 bajds en Rival.
- 2 15 -
.
- 21 9 -
(") Tan f'i1 crelan los filibusteros la conquista d., Costa Rica, que
en sus equipajes traan hasta guantes blancos para bailar en San Jos,
- 220-
GOBERNACIN (.)
SEVERA DISCIPLINA
- 23 8 -
.
'4~~'''''
~
~ -.--r--
INDI.CE
PAGINA
Introducel6a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . VII
~r.fa~io de.... autor ... ;................................ XX
eapitulo Vo-Wlliam Wlker.-Su juventud y educa-
cacin.-Mdico, abogado y periodista.-Emi.
gra California.-Aspecto personal y rasgos
caracterbticos. de Wlker.-~ale con una expe-
dicin para Sonora.-Su proclama de gobierno.
Estricta disciplina.-Se retira de Sonora --Re-
cibe malas noticias en San Vicente.-Los aven-
tureros cruzan la frontera.-Vuelve Wl11ker
ser periodista . . .
eapitulo Vlo-Nicaragua.-IEI Para!so de Mahom:u.-Vi-
sitas de los bucaneros.-Ringrose y De Lussn.
Nelson derrotado por una doncella.-La heroi-
na apcrifa de San Cartos. .. ... . .. .... ... 17
eapitulo Vilo-Intrigas inglesas en el istmo.-Morazn
y la Confederacin.--La dinasta de Mosquitia.
Bombardeo de San Juan del Norte.-Castelln
llama los extranjeros. -Doubleday y sus vo-
luntarios.-Aprueba Wlker el contrato de Cole _ 29
<2apl&.810 Vino-Compra del Vesta.-El 4 de mayo de
1855. Embarque de loslcincuenta y seis inmor-
talesn.-La Falange americana -Primera bata-
lla de Rivas.-Castigo de un forajido.-Desa-
cuerdo en el gabinete de Castelln.-Batalla de
La Virgen.-Mberte de Castelln 43
PAGINA
PAGINA