Las TIC en Las Clases de Lengua Extranjera
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Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
Acortar distancias
1
De la enseñanza presencial a la enseñanza
virtual: antecedentes y expectativas
Marcos Cánovas, María González Davies y Lucrecia Keim
It is not the technology that makes teaching successful but the care and thought given
to the pedagogical integration of these technologies and the dynamics and opportuni-
ties that result from it.
Franziska Lys, 1999.
En apartados siguientes de este primer capítulo se verán los diversos enfoques di-
dácticos que se pueden aplicar a la enseñanza virtual. De hecho, como se afirma
más adelante, la enseñanza virtual no impone ni determina por sí misma un enfo-
que, sino que se rige por enfoques ya existentes. En este sentido, ampliaremos lo
que se decía arriba sobre el aprendizaje totalmente a distancia o totalmente presen-
cial como dos extremos de una misma realidad. En medio está el modelo semipre-
sencial o de blended learning, en el que los estudiantes alternan algunas sesiones de
clase con el trabajo por su cuenta. Si se considera de una manera estricta, lo que en
realidad encontramos la mayoría de las veces es semipresencialidad, puesto que in-
cluso en los estudios convencionales de asistencia diaria a clase hay casi siempre una
parte de trabajo que tienen que realizar los estudiantes fuera del aula. Con respecto
a la enseñanza universitaria, si pensamos en las propuestas de la Declaración de
Bolonia y la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior, nos damos
cuenta de que el modelo educativo centrado en el trabajo del estudiante y no tanto
en el concepto de horas de clase refuerza aún más este planteamiento.
En cualquier caso, a la hora de diseñar un curso de lengua o traducción
con apoyo de la enseñanza virtual y potenciar ciertas herramientas digitales, hay
que tener en cuenta cómo se producirá la comunicación, y también la relación
inversamente proporcional entre la virtualidad y el contacto real. Fijémonos en el
esquema que proponemos a continuación:
(a) el diseño, sobre todo en referencia al rol del profesor y del alumno,
(b) los procedimientos,
(c) un acceso rápido a la información y
(d) el reflejo del mundo externo en las aulas.
Creemos que los rasgos distintivos principales que vienen dados por el
uso de las TIC en la enseñanza-aprendizaje se compendian claramente en el
estudio realizado por Coomey y Stephenson (2001). El resultado de analizar
un centenar de escritos y cuestionarios sobre enseñanza a distancia puede vi-
sualizarse con el acrónimo DISC que resume, por un lado, las características
que los alumnos consideraron indispensables para un resultado positivo de la
enseñanza virtual:
Por otro, el mismo acrónimo sirve para resumir los comentarios de los
alumnos sobre la tecnología que se les ofrecía:
Hay que evitar, igualmente, toda ambigüedad y en cada momento los alum-
nos tienen que saber qué es lo que hay que hacer y cómo. Las indicaciones pue-
den ser mínimas y no necesariamente establecidas por el profesorado, sino que
se pueden pactar, pero deben quedar claras (por ejemplo: los estudiantes se pue-
den organizar como les parezca para hacer un trabajo, pero saben que lo tienen
que entregar en una fecha determinada). Las improvisaciones y cambios de últi-
ma hora, que en una clase presencial quizá se pueden hacer sobre la marcha sin
demasiados problemas, desconciertan a los estudiantes que trabajan a distancia,
tal y como se desprende del estudio de Coomey y Stephenson. Los estudiantes
deben saber desde el comienzo lo que se espera de ellos y tienen que tener a su
disposición un itinerario coherente. En cualquier caso, este itinerario, como vere-
mos en las páginas que siguen, debe supeditarse al enfoque didáctico.
Todo lo dicho nos lleva a afirmar que, en un entorno virtual, el profesor de-
berá reciclarse y adquirir nuevos conocimientos relacionados con las TIC, apren-
der a relacionarse socialmente en línea, seleccionar el material que puede encon-
trarse en Internet, moderar los debates, escribir los materiales, estar dispuesto
a pasar un mayor tiempo trabajando con el grupo, además de relacionarse con
otros profesionales como los técnicos informáticos o multimedia y otros profe-
sores a fin de impartir su asignatura, algo que no sucede habitualmente en la
enseñanza presencial.
Estos últimos puntos no deben infravalorarse, ya que recogen la preocupa-
ción manifestada con mayor asiduidad por los colectivos de profesores que han
empezado a impartir sus clases en línea. Además, todavía prevalece la idea de que
trabajar en un entorno virtual es más «fácil» que hacerlo de manera presencial.
Nada más lejos de la realidad. Ocupa mucho tiempo y supone, además de un
cambio de mentalidad, la adquisición de nuevos conocimientos, tanto tecnológi-
cos como sociales. Por tanto, las instituciones deben entender que hay que moti-
var al profesorado, ya que el tipo de relación laboral repercutirá en la calidad final
del producto.
Asimismo, se debe facilitar la realización de cursos de formación continuada
dentro del horario laboral. Por ejemplo, sobre destrezas de moderación y facilita-
ción, supervisión de trabajos colectivos, organización diversa de grupos, análisis
de actividades y tareas ya llevadas a cabo en línea o discusión sobre la evaluación
en un entorno virtual. También se requiere, pues, un cambio de mentalidad por
parte de las instituciones. Suscribimos las palabras de Janet Hanson (2003: 138,
140) cuando dice:
Por último, queremos destacar que en cualquier proceso educativo hay que
diferenciar edades y etapas. El tipo de motivación (intrínseca o extrínseca), los
objetivos, la implantación del método y los resultados difieren entre alumnos
adultos y niños o adolescentes. Los adultos necesitan reciclarse y lo hacen en su
propio tiempo o en el que les cede la empresa o institución en la que trabajan.
En su caso, la motivación suele ser extrínseca, es decir, viene dada por elementos
externos (reorientación profesional, subir en el escalafón de la empresa, etc.). Por
tanto, la función primordial de los ordenadores no es la motivación, como puede
suceder con los niños y jóvenes, sino que son una necesidad impuesta por el con-
texto laboral. Los adultos suelen saber para qué los van a necesitar y sus objetivos
son muy concretos.
La motivación de los niños y adolescentes normalmente es intrínseca, es
decir, aprenden por el gusto de hacerlo, mediante la exploración y el descubri-
miento, o bien para reforzar una imagen de líder o experto en el grupo de amigos
y compañeros. Proponemos que, en los contextos educativos formales, se utilice
la informática de manera transversal, en todas las asignaturas, de maneras y con
modalidades diferentes, a fin de que los estudiantes se familiaricen con ella el
máximo posible.
1.2.1. Aprendizaje
1.2.2. El aula
Wolff (2002) lo resume en el esquema que vemos abajo. Sin embargo, estamos
de acuerdo con Esteve/Arumí/Cañada (2003) en que «la autonomía total es un
objetivo demasiado idealista» y en que hay grados de autonomía. Lo que es bási-
co es que el estudiante disponga de «la voluntad de tomar la responsabilidad de
su propio aprendizaje» (Esteve/Arumí/Cañada 2003). Esta «voluntad» hay que
potenciarla, y el profesor, como guía y facilitador, debe poner a disposición del
estudiante instrumentos que le ayuden a planificar, seguir y evaluar su proceso
de aprendizaje (cf. materiales de proceso de Breen 1990). Indudablemente, el
entorno pedagógico descrito arriba como enfoque transformacionista facilita que
el estudiante se inicie en este camino.
(a) R
elación: tiene que ver con las habilidades sociales y comunicativas de
los componentes del equipo, y, además, con la planificación y gestión de
las tareas.
(b) Creación: se refiere al hecho de trabajar con proyectos estimulantes que
concuerden con los intereses de los miembros del equipo.
La investigación de las últimas décadas parece llevarnos, por un lado, hacia una
predominancia de los estudios sobre afectividad, inteligencias múltiples, la in-
teligencia emocional, el respeto a la diversidad y a los estilos de enseñanza y de
aprendizaje. Por otro, se habla de las ventajas de unificar los enfoques pedagó-
gicos y crear cursos homogéneos para numerosos alumnos en áreas geográficas
distantes a un precio reducido... ¿se pueden reconciliar estas posturas? Dejamos
las puertas abiertas para el debate en el resumen (por orden alfabético) que sigue
de las ventajas y peligros que vemos en la enseñanza virtual:
VENTAJAS
– Acceso a otras culturas y maneras de estructurar el mundo.
VENTAJAS
– Favorecimiento la autonomía del alumno.
– Flexibilidad horaria.
– La información no se presenta solo en forma de texto, sino con otros tipos de apoyo
multimedia.
– Reflejo del mundo real y profesional: da herramientas al alumno para integrarse con
mayor facilidad en el mercado laboral, caracterizado por el uso general de las TIC.
desventajas
– Abandono de los estudios por falta de conocimientos técnicos o de apoyo emocional.
– Falta de identificación con el material docente, que puede darse cuando el profesor ha de
impartir módulos que no ha preparado.
– Flaming: Posibles problemas de disciplina o de mensajes socialmente incorrectos.
2
Principios, trampas y trucos en el uso
de la informática2
Marcos Cánovas y Richard Samson
2. Este capítulo recoge y amplía el contenido de nuestra ponencia «Herramientas de comunica-
ción y de trabajo cooperativo en entornos didácticos», presentada en el V Congreso Internacional Virtual
de Educación (7-27 de febrero de 2005), http://www.cibereduca.com/cive/cive2005.asp
3. Nos limitaremos a ordenadores PC en entorno Windows.
23
Acortar distancias
Los enfoques didácticos existentes tienen que enriquecerse con opciones de co-
municación y transferencia de información entre los miembros de la comuni-
dad educativa, pero también con aplicaciones informáticas que apunten al futuro
profesional de los estudiantes.
Si bien hay que contar con la creatividad de los participantes (estudiantes y
profesorado), no es posible ir demasiado lejos sin disponer de recursos digitales
que permitan desarrollar las actividades. El caso es que, a menudo, los progra-
mas informáticos profesionales son caros y no están adaptados a los entornos
pedagógicos. Aunque algunas veces se pueden obtener licencias para el uso en la
enseñanza, no siempre es así, y la adquisición de un programa del que quizás se
va a utilizar una pequeña parte no justifica una inversión que, de todas formas,
está muchas veces fuera del alcance de las instituciones educativas. El resultado,
en estos casos, es que los estudiantes no pueden practicar con unos recursos in-
formáticos que les acercarían a su futuro ámbito profesional, o que los docentes
no disponen de las herramientas de comunicación que les permitirían ampliar y
reforzar su proyecto educativo.
Como respuesta a estos problemas, a veces las instituciones intentan desa-
rrollar sus propias alternativas informáticas. Pero ésta también es una solución
cara, sobre todo para un solo centro. Cabe la posibilidad de coordinar más de un
organismo para elaborar el software adecuado, en el marco, por ejemplo, de un
proyecto europeo conjunto. Sin embargo, el resultado probablemente quedará
lejos de las soluciones profesionales y, por otra parte, surgirá el problema, una vez
se haya acabado el proyecto inicial y los fondos a él destinados, de mantener y ac-
tualizar el software. Además, al tratarse de programas de propiedad, los estudian-
tes no se los podrán instalar en sus propios ordenadores sin pagar licencias, con lo
que las actividades solo se pueden realizar en las aulas del centro educativo. Estas
condiciones no son adecuadas para los cursos a distancia y también suponen una
restricción para la práctica de los estudiantes presenciales, si desean realizarla en
sus propios equipos.
La situación que se describe responde a una realidad a la que se ha enfren-
tado, como otras instituciones, la Facultad de Ciencias Humanas, Traducción y
Documentación de la Universidad de Vic. En el caso de la traducción, el ámbi-
to profesional exige un uso extensivo de herramientas informáticas: la esencial
es el procesador de textos, pero hay que añadir, por ejemplo, los programas de
traducción asistida por ordenador (TAO), las bases de datos documentales y ter-
minológicas o el software para realizar prácticas de subtitulación o de interpre-
tación. En este marco, surgió la idea de crear el sitio web del «Poor Technology
4. Las propuestas del PTG se usan, directa o indirectamente, en diversas actividades de este
libro. Ver, por ejemplo, las actividades de doblaje y subtitulación que se proponen en el apartado 3.4.
– Doblaje
– Subtitulación digital
– Interpretación simultánea y consecutiva
– Barras de herramientas para corrección de trabajos en MS Word (para
profesores)
– Grabación de películas de instrucción en formato Flash (para profesores)
– Plantillas diversas de MS Word
– Traducción y edición de páginas web
– Prácticas de TAO (traducción asistida por ordenador)
– Cómo buscar en Internet
formato deseado de forma improvisada. Pero hay más. Si utilizamos los estilos de
títulos incorporados, modificados a nuestro antojo, podremos fácilmente generar
una tabla de contenidos automáticamente y mantenerla actualizada.
Ésta, pues, es nuestra recomendación más importante para el uso del pro-
cesador de textos: que los estudiantes aprendan a utilizar estilos preformateados
para realizar su trabajo. No deben recurrir a prácticas incorrectas, como el uso de
múltiples Intros y múltiples espacios para alinear texto horizontalmente o verti-
calmente. Tienen que entender que un procesador de textos no es una máquina
de escribir y que el trabajo mal hecho no tiene futuro.
Para ayudar a los estudiantes a presentar su trabajo de forma correcta, es
conveniente poner a su disposición plantillas de documento con las característi-
cas adecuadas para llevar a cabo las diversas tareas de redacción de su centro de
estudios. En nuestro caso, hemos hecho precisamente esto, publicando una serie
de plantillas de documento de MS Word.7
La segunda recomendación que hacemos es que los profesores se acostum-
bren a recibir los trabajos de los estudiantes en formato digital, por ejemplo,
como archivo adjunto de un mensaje de correo electrónico y, a ser posible, que
comenten el trabajo también en formato digital, considerando no solo el discur-
so, sino también la presentación.8
7. http://www.uvic.es/fchtd/especial/en/ptg/ptg.html
8. Esta recomendación hay que adaptarla a los entornos docentes concretos: no siempre será
posible recibir todos los trabajos en formato digital.
9. Ver el capítulo 5, «El entorno web como medio y objetivo en la clase de lengua extranjera (fran-
cés)» en la pág. 91 y el apartado 7.2. «Descripción de la propuesta didáctica» en la pág. 134 de este libro.
situación es pensar en una parte de una frase que podría salir en una página de
interés, p.e. «garrucha es». En este caso es importante incluir las comillas para que
el buscador obtenga la cadena completa de caracteres. Esta búsqueda proporcio-
na 98 páginas y la primera nos dice textualmente: «La garrucha es un sistema de
poleas compacto y capaz de levantar cargas muy pesadas.»
Los traductores son especialmente aficionados a coleccionar direcciones de
recursos de todo tipo: de guiones de películas, de textos especializados, de fo-
ros de intercambio y de diccionarios y glosarios multilingües en línea, etc. Sin
embargo, la experiencia de muchos es la de que las dificultades de traducción
son a veces difíciles de resolver mediante la consulta de glosarios en Internet. Ni
siquiera los glosarios más extensos, más especializados y más actualizados pueden
contener todas las expresiones de interés. Las expresiones de más de una palabra,
por ejemplo, muchas veces no se encuentran en las fuentes especializadas. En es-
tos casos, podemos proponer unas soluciones creativas que aprovechan la enorme
capacidad del Internet y de los buscadores hoy disponibles.
Por ejemplo, en el campo de la industria ¿qué es CAD/CAM? y ¿cómo se
diría CAD/CAM en español? Podemos empezar como en la última búsqueda:
10. http://www.uvic.es/fchtd/especial/en/ptg/ptg.html
A veces leemos textos interesantes en Internet que nos gustaría facilitar a nuestros
estudiantes. Tenemos varias opciones. Decidir cuál es la más adecuada dependerá
de diversos factores.
La primera opción consiste en citar la dirección web donde hemos visto el
texto de interés. Este procedimiento tiene diversas ventajas:
Por lo tanto, en muchos casos nos puede interesar copiar el texto y ha-
cernos una versión local. La primera consideración en este caso tiene que ver
con los derechos intelectuales del texto seleccionado. ¿Se permite en general
hacer copias digitales de textos que encontramos en Internet? Evidentemente,
planteado en estos términos, la respuesta tiene que ser no. Pero, si damos la
referencia del origen de un texto y lo utilizamos únicamente para fines educa-
tivos y sin beneficio comercial, es poco probable que tengamos problemas. En
cualquier caso, hay que seguir la norma internacional de no citar más de 400
palabras de un texto.
En consecuencia ¿cómo podemos copiar un texto de Internet en nuestro
procesador de textos? La respuesta es que depende, porque las páginas web tie-
nen formatos muy diferentes y no todos se pueden copiar del mismo modo. Lo
que no debemos hacer generalmente es guardar la página tal cual a través del
menú Archivo del navegador. Esta acción puede dejarnos sin el texto deseado y,
en todo caso, puede guardar multitud de textos y formatos sin ningún interés
para nosotros.
11. Ver apartado 7.2. «Descripción de la propuesta didáctica» en la pág. 134 de este libro.
El caso más difícil quizás es el que se da cuando el texto forma parte de una ima-
gen o una película, por ejemplo el texto principal de la siguiente página:
• http://www.uvic.es/fec/webRecerca/home.html
En este caso, el texto principal forma parte de una película en formato Macro-
media Flash. Todos los navegadores modernos son capaces de mostrar este tipo de
archivo, pero el texto no se puede seleccionar con una acción de arrastre del puntero.
Para verificar que el texto efectivamente se encuentra en una imagen o una
película Flash, basta con apretar el botón secundario del instrumento de puntero
(por ejemplo el botón derecho del ratón) y leer el menú contextual que aparece.
Si es una película Flash veremos algo como:
En los demás casos, por lo común se trata de texto normal de una página web.
Si abrimos el menú contextual sobre este tipo de texto, veremos algo parecido a:
12. Un editor gratuito y de fácil manejo es Irfanview. Ver el apartado 2.5.2. «El texto como ima-
gen. Tratamiento de imágenes» en la pág. 36.
13. Para más información sobre OCR vease la sección 2.5.1. «Reconocimiento de caracteres» en
la pág. 36.
14. Ver el capítulo 5, «El entorno web como medio y objetivo en la clase de lengua extranjera
(francés)» en la pág. 91 y el apartado 7.2. «Descripción de la propuesta didáctica» en la pág. 134 de este libro.
digitalizar si los estudiantes los tienen que editar o no queremos depender de las
copias en papel (una alternativa ciertamente incómoda cuando se trata de estu-
dios a distancia, puesto que los estudiantes son los primeros que no acaban de
entender que se dependa de la lentitud y las incertidumbres del correo conven-
cional, si los mismos materiales pueden estar disponibles de manera instantánea
en el aula virtual).
15. La gama y disposición de las opciones de un escáner depende del modelo y su configuración.
En la descripción que sigue hacemos referencia a las opciones más frecuentes.
16. Los documentos en formato PDF se pueden leer con la aplicación gratuita Adobe Reader.
17. 19. Existen diversas maneras de exportar un documento en formato PDF sin necesidad de
recurrir a una aplicación de pago. Una de ellas consiste en utilizar el programa de libre distribución
OpenOffice (por cierto, una muy buena alternativa gratuita al paquete Microsoft Office). Con Ope-
nOffice podemos abrir el documento que está en formato Word y exportarlo en formato PDF (se puede
descargar una versión en español).
Por otra parte, sea como sea el documento (texto solo, fotografías solas o
texto con fotografías), tanto si lo hemos escaneado nosotros como si lo hemos
obtenido en la Red, podemos tener necesidad de dar algún retoque a la imagen.
Existen programas muy completos (y caros) de tratamiento de imágenes digitales.
Sin embargo, para nuestros propósitos, será suficiente el popular programa de
libre distribución Irfanview. Con esta aplicación podemos, por ejemplo, recortar
imágenes si solo nos interesa una parte del total, trabajar con diversos formatos
o, en el caso del formato JPG, guardar los archivos en diferentes resoluciones de
imagen, según las necesidades que podamos tener.
19. Ver el capítulo 4 «Interacción en la clase de traducción mediante el uso de las tecnologías de
la información y la comunicación» en la pág. 73 de este libro.
20. Ver el apartado 7.2. «Descripción de la propuesta didáctica» en la pág. 134 y el capítulo 8
«Socioconstructivismo, humanismo y plataformas pedagógicas: de la teoría al proyecto auténtico de
traducción» en la pág. 145 de este libro.
vos y realizar otras prácticas. Sin embargo, no siempre se dispone de una plata-
forma virtual preparada especialmente para las clases o, si se tiene, puede ser que
no esté dotada de todos los medios que necesitamos. En esos casos, podemos
acceder a recursos en línea que nos ofrecen espacios para alojar nuestros mate-
riales y para desarrollar las actividades. En el mercado hay aplicaciones de pago,
como WebCT o Blackboard. Pero también existen plataformas completas pensa-
das para usos educativos que son de instalación libre y gratuita, como Moodle.
En el presente trabajo nos fijaremos en uno de estos recursos, la plataforma para
trabajo cooperativo BSCW (Basic Support for Cooperative Work). La plataforma
se puede usar, de manera gratuita, en el servidor BSCW. Desde un navegador de
Internet podemos crear nuestro propio espacio (con una capacidad máxima de
20 MB) y acceder a él cuando sea necesario.
Si se considera conveniente, cada uno de los participantes en determinada
actividad puede disponer de su propio espacio y se pueden crear directorios com-
partidos. Así, es posible que los estudiantes del grupo tengan su espacio indivi-
dual y, desde ahí, el profesor les dé entrada a la actividad que se haya organizado
(que estará en una carpeta del profesor). Sin embargo, para realizar actividades
didácticas que no tengan un desarrollo largo, en lugar de dar de alta a todos y
cada uno de los estudiantes es más práctico trabajar únicamente en el espacio
del profesor, quien puede establecer un acceso público a las carpetas que le pa-
rezca conveniente (y también puede determinar lo que harán en esos espacios las
personas que entren). A continuación, comentaremos algunas propuestas que se
plantean desde esta perspectiva que se acaba de mencionar, la de directorios con
acceso público creados por el profesor. Se trata de tres tipos de tareas –compartir
recursos al trabajar en grupo, poner enlaces a recursos digitales y realizar foros de
debate– que usan la plataforma y que pueden estar integradas en una actividad
didáctica más amplia.
21. Ver los apartados 8.4 «Secuenciación de un proyecto auténtico de traducción en un entorno
virtual BSCW: traducción médica con Transit Satellite» en la pág. 154 y 8.5 «Secuenciación de un proyecto
auténtico de traducción en un entorno virtual BSCW: traducción del web del EPBC con Mozilla» en la
pág. 157 de este libro.
Índice
Sumario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1. De la enseñanza presencial a la enseñanza virtual:
antecedentes y expectativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.1. La enseñanza virtual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.1.1. ¿Qué es la enseñanza virtual? ¿Por qué implementarla? . . . . . . . . . . . 5
1.1.2. Modelos de enseñanza virtual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.1.3. Participantes en el contexto de enseñanza virtual y sus roles . . . . . . 9
1.2. Enfoques en la enseñanza presencial:
transmisión, transacción, transformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2.1. Aprendizaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2.2. El aula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.3. La enseñanza presencial y la enseñanza virtual:
puntos de convergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.3.1. La enseñanza virtual, ¿un método? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.3.1.1. La teoría de la implicación: puntos en común
entre el socioconstructivismo, el humanismo
y la enseñanza virtual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.3.1.2. El enfoque socioconstructivista y la enseñanza virtual . . . . . 19
1.3.1.3. El enfoque humanista y la enseñanza virtual . . . . . . . . . . . . 19
1.4. Conclusiones: ventajas y desventajas del modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
2. Principios, trampas y trucos en el uso de la informática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.1. Propuestas del Poor Technology Group . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
2.2. Cuestiones básicas que se deben tener en cuenta en el uso
del procesador de textos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.3. Búsquedas por Internet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
2.4. Adaptación de la documentación al formato del procesador
de textos para preparar antologías y documentos de trabajo . . . . . . . . . . . . . 30
2.4.1. Texto de imagen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.4.2. Texto de un archivo .pdf o .doc . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
2.4.3. Texto de página web . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
2.5. Uso del escáner y tratamiento digital de las imágenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
2.5.1 Reconocimiento de caracteres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
2.5.2. El texto como imagen. Tratamiento de imágenes . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
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Autores
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