Rol y Trabajo Docente Birgin-Dussel
Rol y Trabajo Docente Birgin-Dussel
Rol y Trabajo Docente Birgin-Dussel
Seminario
Alejandra Birgin
Ins Dussel
1. Orientaciones generales 3
2. Seminario sobre Rol y Trabajo docente: saberes y abordajes 5
a. Primer nudo: transmisin y autoridad cultural 5
b. Segundo nudo: la conformacin histrica del rol de enseante
a travs de las figuras docentes 8
c. Tercer nudo: la formacin social de la docencia 14
3. ndice tentativo de las reas de contenido 18
Anexo I
Bibliografa bsica sugerida (listado y comentario) 19
Primer nudo: transmisin y autoridad cultural 19
Segundo nudo: la conformacin histrica del rol de enseante
a travs de las figuras docentes 20
Tercer nudo: la formacin social de la docencia 22
Anexo II
Propuesta de monografas 25
Anexo III
Propuesta de criterios generales y bibliografa ampliatoria para la formacin 27
a. Criterios generales 27
b. Bibliografa ampliatoria 28
1. Para una discusin general sobre el tema formacin docente 28
2. Para ampliar la perspectiva histrica sobre la docencia 29
3. Acerca del trabajo docente 29
4. Para el abordaje de la temtica de gnero y enseanza 30
5. Para analizar las polticas de formacin docente
(especialmente las curriculares) 30
6. Para una perspectiva sociocultural sobre las transformaciones
en los vnculos pedaggicos y la tarea de transmisin 30
7. Acerca de narrativas y memorias en la formacin docente 30
G.C.B.A.
1. ORIENTACIONES GENERALES
La propuesta de incluir un rea en el currculum sobre Rol y trabajo docente viene a reparar una
vieja deuda en la formacin docente, que es la de generar espacios y conocimientos sobre la tarea
especfica de ensear, sobre las particularidades, dificultades y responsabilidades de los educadores
en el Sistema Educativo argentino. Esos saberes eran en general aprendidos en la cotidianidad de la
escuela, sobre todo en los primeros aos de iniciacin a la docencia, y su carcter asistemtico e impl-
cito dejaba poco lugar para una reflexin ms profunda y crtica sobre las formas y los contenidos de
esos aprendizajes, contribuyendo muchas veces a mantener la continuidad de prcticas, evitando
ponerlas en cuestin.
Se pueden plantear diferentes alternativas como ejes para definir los contenidos de este semi-
nario vinculadas con las diversas tradiciones y posiciones terico-polticas en el campo. Por ejemplo,
para algunos la docencia debe definirse bsicamente como una profesin. Los contenidos del mdulo
apuntaran en este caso a ubicar las caractersticas de la docencia en relacin con otras profesiones, la
relacin con el saber y la autoridad, y los obstculos que enfrentan los enseantes para desarrollarse
como profesionales. Otros pueden sostener que la docencia es, fundamentalmente, un trabajo, y que
debe analizarse siguiendo parmetros que se usan para estudiar otras formas laborales: condiciones de
trabajo, lugar en la produccin social, regulaciones laborales, organizacin sindical. Por otra parte, hay
quienes optan por una mirada menos sociolgica y se preocupan por la definicin didctico-pedag-
gica de la docencia; los contenidos de este seminario en ese caso incluiran definiciones de enseanza
y aprendizaje, conocimientos especficos a transmitir, y hasta podran contener consejos prcticos
sobre cmo llevar adelante la tarea frente a 35 chicos, o cmo vincularse con las autoridades de la
escuela. Todas estas posiciones son plausibles, atendibles y no necesariamente excluyentes. Sin embar-
go, la propuesta que queremos hacer en este caso se diferencia de estas posturas.
Nuestra propuesta de actividad formativa sobre el trabajo docente intenta proporcionar herra-
mientas y saberes para aprender y reflexionar sobre la complejidad de la tarea de ensear. Tomando
elementos de distintas disciplinas (filosofa, sociologa de la cultura, sociologa de las profesiones, his-
toria de la educacin, pedagoga), nos planteamos algunas preguntas bsicas como organizadoras del
seminario: Cul es la especificidad de la tarea docente? Cules son las condiciones sociales, polti-
cas y culturales en las que trabajan hoy los docentes? En otros trminos, para qu ensear a princi-
pios del siglo XXI? Seremos irremediablemente reemplazados por otros agentes? Cmo recuperar
otros sentidos de la tarea de educar? Qu lugar concebimos para la recreacin de la enseanza y para
crear pedagogas nuevas?
Un tema central para abordar estos interrogantes son las nociones de transmisin cultural y de
G.C.B.A.
pensar qu acciones autorizamos y cules desautorizamos en nuestra prctica cotidiana y pensar pro-
cedimientos que permitan "autorizar" otras prcticas tanto de maestros como de alumnos.2 Nos pare-
1 Giroux, Henry (1997). "Doing Cultural Studies in Colleges of Education", en: A Question of discipline. Pedagogy, power and teaching
Santillana.
En esta seccin explicitaremos los nudos que constituyen esta propuesta. Para ello, realizaremos
breves desarrollos tericos que intentan dar cuenta de por qu han sido seleccionados.
Transmitir la cultura es una de las tareas centrales de la educacin y de la escuela. Puede decir-
se que esta ltima emerge como institucin social especializada cuando la cultura a transmitir se
complejiza (por ejemplo, a partir de la aparicin de la escritura) y ya no resultan suficientes las for-
mas de transmisin orales entre las generaciones para garantizar la continuidad de la vida social.
Surge entonces un mbito ms reglamentado y especfico donde esta transmisin se pauta, se estruc-
tura, se regula: la institucin escolar.
Ahora bien, qu queremos decir cuando hablamos de "transmisin"? Para el psicoanalista
Jacques Hassoun, la transmisin, al darnos un sentido de continuidad inscribindonos en una genea-
loga pese a nuestra finitud, es lo que diferencia a los seres humanos de los animales. "Somos todos
portadores de un nombre, de una historia singular (biogrfica) ubicada en la Historia de un pas, de
una regin, de una civilizacin. Somos sus depositarios y sus transmisores. Somos sus pasadores. Que
seamos rebeldes o escpticos frente a lo que nos han legado y en lo que estamos inscriptos, que adhi-
ramos o no a esos valores, no excluye que nuestra vida sea ms o menos deudora de eso, de ese con-
junto que se extiende desde los hbitos alimentarios a los ideales ms elevados, los ms sublimes, y
que han constituido el patrimonio de quienes nos han precedido."3 La transmisin no es entonces una
reproduccin idntica e incesante de lo mismo, sino un acto donde se pasa la cultura, se deja un lega-
do, y donde tambin aparece algo nuevo. Al contrario de muchos de los sueos de la pedagoga
moderna, que quisieron encontrar recetas y mtodos que pudieran ser replicables y que garantizaran
la produccin de los mismos resultados, Hassoun sostiene que una transmisin lograda es una trans-
misin interrumpida en algn punto, una transmisin que deja aparecer la diferencia, y que permite
G.C.B.A.
que la generacin siguiente recree ese legado de una forma original y nica.4
Pese a esta centralidad, la idea de transmisin goza de poco prestigio en la discusin pedaggi-
ca actual. Probablemente ello se deba a que la transmisin fue pensada en trminos adulto-cntricos
y autoritarios, como se ve en la siguiente definicin de educacin que da Emile Durkheim (socilogo
3 Hassoun, Jacques (1996). Los contrabandistas de la memoria. Buenos Aires, Ediciones. de la Flor, pgs. 15-16.
4 Vase tambin Kaes, Ren y otros (1996). Transmisin de la vida psquica entre generaciones, Buenos Aires, Amorrortu.
5 Durkheim, E. (1911). "Education", en Buisson, Ferdinand (dir.), Dictionnaire de Pdagogie et d'Instruction Primaire. Paris, Librairie
Galerna.
9 Tal es la denominacin que proponen Julia Varela y Fernando lvarez Uria (1995) en "Clases sociales, pedagogas y reforma educati-
10 Arendt, Hannah (1961). Between Past and Present. Six exercises in political thought. Cleveland, Meridian Books; Sarlo, Beatriz,
"Poltica cultural e institucin escolar", entrevista con Ins Dussel, Propuesta Educativa, Ao 6, No. 11, Diciembre de 1994, pgs. 43-50.
11 De Certeau, Michel (1987). La faiblesse de croire, texte tabli et prsent par Luce Giard, Paris, Ed. du Seuil.
12 Arendt, op.cit., pg. 196; traduccin propia.
13 Puiggrs, A. e I. Dussel (1996). "Fronteras educativas en el fin de siglo: utopas y distopas en el imaginario pedaggico", en En los
lmites de la educacin formal: nios y jvenes de fin de siglo, ed. por Adriana Puiggrs, Rosario, Homo Sapiens, 1999; Spivak, Gayatri,
"Responsabilidad", en Cultura y Tercer Mundo. Nuevas Identidades y ciudadanas, ed. por B. Gonzlez Stephan, Caracas, Nueva Sociedad.
sideradas un viedo con surcos de los que se podan extraer frutos riqusimos.15 El maestro lea en
forma casi cantada: los textos en ese entonces no se separaban, no se puntuaban como en nuestros
14 Donald, James, "La alfabetizacin y los lmites de la democracia", Propuesta Educativa, Ao 6, No. 11, Diciembre de 1994, pgs. 29-37.
15 Ivan Illich nota que la palabra latina "pgina" se usaba para designar cuatro filas de vides puestas juntas en un cuadrado. "Legere" (leer)
tambin se usaba para connotar los actos de "recolectar", "hacer un manojo", "cosechar", "recoger frutos". (Illich, Ivan, In the Vineyard of
the Text. A Commentary to Hugh's Didascalion, The University of Chicago Press, Chicago & London, 1993, pgs. 57-58).
16 Santoni Rugiu, Antonio (1996). Nostalgia del maestro artesano, Mxico, D.F., CESU-UNAM/Porra, pg. 85.
17 Le Goff, citado en Santoni Rugiu, 1996: 81.
18 Para ver la novedad de este tipo de organizacin escolar, veamos un ejemplo: el director del Departamento de Escuelas de la pro-
vincia de Buenos Aires, don Eduardo Costa, en una carta del 8 de julio de 1870 al ministro de Gobierno, Antonio Malaver, peda auto-
rizacin para contratar a tres maestras norteamericanas tradas por Sarmiento, que se volvan a su pas. Las profesoras proponan esta-
blecer dos escuelas de nuevo gnero, que, segn Costa, "no dudo (que) estn destinadas a generalizarse entre nosotros: una de las lla-
G.C.B.A.
madas 'Jardines de Infantes' y la otra 'graduada'." La idea de que los nios deben agruparse en funcin de sus edades y de sus logros
en algunas reas del conocimiento transform la estructura de las escuelas, que de tener un solo saln de clase, o varios sin ordena-
miento por edades, pasaron a la estructura actual de grados escolares, cada uno en su aula.
19 Puiggrs, 1990, op.cit., pg. 41.
20 Vase el trabajo de Pablo Pineau sobre la conformacin de la docencia: La escolarizacin de la Provincia de Buenos Aires (1875-1930).
la primaria, Buenos Aires, Mio y Dvila; Morgade, Graciela (comp.) (1997), Mujeres en la educacin. Gnero y docencia en la Argentina.
1870-1930. Buenos Aires, Mio y Dvila; y Yannoulas, Silvia (1996), Educar, una profesin de mujeres? Buenos Aires, Kapelusz.
24 Vase el trabajo citado de Adriana Puiggrs (1990), sobre todo la primera parte; Menin, Ovide, "El ensayo de Escuela Serena realiza-
do por las hermanas Cossettini", en Revista Ensayos y experiencias N 21, 1998; Brumana, Herminia (1958). Obras completas. Buenos
Aires, Amigos de H. Brumana.
25 Tenti, E. y V. Gmez Campos (1989). Universidad y profesiones. Crisis y alternativas. Buenos Aires, Mio y Dvila.
26 Para ello, recuperamos la sistematizacin de Cabrera y Jimnez Jaen (1994) y los aportes de otras corrientes.
27 Parsons, T. (1966). El sistema social. Madrid, Revista de Occidente.
28 Etzione,A. (ed.) (1969). The semiprofessions and their organization: teachers, nurses, social workers, Nueva York.
29 Gimeno Sacristn, J., "Profesionalizacin docente y cambio educativo" en Alliaud y Duschatzky, L. (comps.) (1988). Maestros, forma-
32 Cabrera, B. y M. Jimnez (1994). "Los enseantes en la sociedad. Acerca del anlisis sociolgico del profesorado", en Revista
En este nudo, nos interesa dar cuenta centralmente de la cuestin de la trayectoria de forma-
cin. Haremos especial hincapi en la gramtica escolar como uno de los mbitos configurantes en
esa trayectoria y tambin en la autonoma que se puede poner en juego en el trabajo de ensear, en
los espacios de libertad que tenemos para hacer cosas distintas a aquellas que heredamos.
Cuando nos preguntamos por la formacin, nos preguntamos por cmo un sujeto ha llegado a
ser lo que es, por los mltiples recorridos y experiencias que atraves, por lo que le ha sido transmi-
tido. Como ya sealamos, el enfoque que aqu proponemos es pensar la formacin como un camino
que se inscribe en determinadas tradiciones y experiencias sociales e individuales. Para este tramo, la
pregunta ms especfica es cmo y dnde nos formamos como docentes. Y esta pregunta no tiene
una nica respuesta.
Partimos de considerar la formacin para la docencia como un proceso complejo, que no slo
G.C.B.A.
incluye la formacin en instituciones especficamente diseadas para ese fin sino que las trasciende
ampliamente, al involucrar procesos formativos mltiples que se desarrollan en diversos contextos.
37 Bourdieu, P. (1987). "Los tres estados del capital cultural" en Revista Sociolgica N5, Mxico, UAM-A.
38 Popkewitz, T. (1990). Sociologa poltica de las reformas educativas. Madrid, Morata.
39 Davini, M.C. y Birgin, A. (1998). "Polticas de formacin docente en el escenario de los 90. Continuidades y transformaciones", en
Souto, Marta (org.) Sistemas y polticas de formacin. Buenos Aires, Facultad de Filosofa y Letras/Novedades Educativas.
40 Vase Popkewitz,Thomas (1988). "Ideologa y formacin social del profesorado. Profesionalidad e intereses sociales" en Revista de
Educacin N 285. Espaa, Ministerio de Educacin; y Surez, Daniel (1994). "Formacin docente, currculum e identidad. Aportes para
la comprensin crtica de la formacin social del magisterio", en Revista Argentina de Educacin, Ao XII, Buenos Aires, Asociacin de
G.C.B.A.
el sentido de las posiciones que ocupan los sujetos nunca se define autnomamente sino en vinculacin con las dems posiciones. Por
el otro, porque creemos imprescindible trabajar en las conexiones y mediaciones que se construyen entre la educacin y otras esferas
de la prctica social.
42 Elias, Norbert. Compromiso y distanciamiento (1990). Barcelona, Pennsula. Del mismo autor, tambin es muy interesante la lectu-
ra de "Mozart, sociologa de un genio" porque all Elias construye una biografa del gran msico mostrando cmo su desarrollo indivi-
dual (como ser humano y como artista) est atravesado por la situacin social de la poca.
43 El habitus es un sistema de disposiciones duraderas y transferibles que los agentes interiorizan. Son estructuras estructuradas y
estructurantes, principios generadores y organizadores de prcticas y representaciones. El habitus impone un modo de clasificar, expe-
rimentar y pensar lo real. El habitus, producto de la historia, produce prcticas individuales y colectivas.
44 Bourdieu, Pierre y Loic Wacquant (1995). Respuestas. Por una antropologa reflexiva. Mxico, Grijalbo.
45 Tyack y Tobin, "The grammar of schooling. Why has it been so hard to change?", en American Educational Research Journal, Vol. 31,
Number 3.
b. Historia del "ser maestro-a". Modos de enseanza y figuras docentes: el maestro socrtico, el amau-
ta incaico, el magister medieval, el maestro artesano, el maestro de la escuela moderna, el docente de
nuestras escuelas. El docente como artesano, trabajador y profesional: la conformacin histrica de
la tarea de ensear. Las tradiciones pedaggicas en la Argentina y su influencia en la estructuracin
del rol docente y el vnculo pedaggico. Las cuestiones de gnero.
ANTELO, Estanislao (2000). Instrucciones para ser profesor. Pedagogia para aspirantes, Buenos
Aires, Santillana.
En este libro, Antelo propone una serie de instrucciones sobre el oficio de ensear, ins-
trucciones que son orientaciones, ofrecimientos, no recetas a clonar, y que apuntan a que poda-
mos "pensar de otro modo" el acto de transmitir. Se revisa la idea de pasaje o transmisin (cap.1),
la pedagoga (cap.2), cmo motivar o interesar a los alumnos (cap.3) y la nocin de aprendizaje
(cap.4). Recomendamos especialmente los captulos 1 y 3.
El autor revisa la discusin sobre qu debe ensear la escuela y en qu consiste una alfabe-
tizacin comn para todos a la luz de discusiones polticas y filosficas contemporneas. Seala
que no hay contenidos ni metodologas aspticas, ya que todo saber contiene valores y propues-
tas de organizacin social que conllevan algn grado de injusticia. Concluye sobre la importancia
de establecer una autoridad cultural que est abierta al cuestionamiento y la negociacin, y que
ensee instrumentos para traducir entre distintos espacios y propuestas culturales.
DUSSEL, I. y M. CARUSO (2000). La invencin del aula. Una generaloga de las formas de ensear.
Buenos Aires, Santillana.
FILMUS, D. (1993). Para qu sirve la escuela. Buenos Aires, Tesis/Norma Grupo Editor.
G.C.B.A.
SARLO, Beatriz . "Poltica cultural e institucin escolar", entrevista con Ins Dussel, Propuesta
Educativa, Ao 6, N 11, Diciembre de 1994, pgs. 43-50.
La crtica cultural Beatriz Sarlo habla en esta entrevista sobre la escuela como dispositivo
de transmisin cultural y la crisis de autoridad que enfrenta en el marco de la "mutacin cultu-
ral" que tiene lugar en nuestras sociedades contemporneas. Analiza la relacin con otros
medios y dinmicas culturales como la televisin y las culturas juveniles.
Segundo nudo: la conformacin histrica del rol de enseante a travs de las figuras docentes
BIRGIN, Alejandra (1999). El trabajo de ensear. Entre la vocacin y el mercado: las nuevas reglas
del juego. Buenos Aires, Troquel.
Este libro aborda las condiciones del trabajo docente desde una perspectiva histrica y
sociolgica. En la primera parte, la autora construye una breve historia de la configuracin del
trabajo docente en nuestro pas ("de profesin libre a profesin de Estado"). En la segunda, pro-
blematiza las nuevas regulaciones del trabajo de ensear, entramndolas con las transforma-
ciones contemporneas en las dinmicas del Estado, del empleo y del gnero.
MARTNEZ Deolidia y otros (1997). Salud y trabajo docente. Tramas del malestar en la escuela.
Buenos Aires, Kapelusz.
Es un libro que, a partir de una investigacin realizada en y por CTERA a lo largo de nues-
Se trata de una interesante compilacin que, desde una perspectiva de gnero, da cuenta
de determinaciones y resistencias que atraviesan la historia de la docencia en nuestro pas. En
particular, sugerimos el captulo escrito por G. Morgade ("La docencia para las mujeres: una
alternativa contradictoria en el camino hacia los saberes legtimos") y el de Dora Barrancos ("Las
socialistas y la suplementacin de la escuela pblica: la Asociacin de Bibliotecas y Recreos
infantiles"). En el primero, se desarrollan los principales nudos de significacin que fundamen-
taron la feminizacin cualitativa y cuantitativa de la docencia en nuestro pas. En el segundo, se
da cuenta de la participacin de mujeres socialistas como educadoras en proyectos e institucio-
nes complementarios a la escuela pblica.
PINEAU, P. (1997). La escolarizacin de la Provincia de Buenos Aires (1875-1930). Una versin posi-
ble. Buenos Aires, CBC/UBA-Flacso.
PUIGGRS, A. (1990). Sujetos, disciplina y currculum en los orgenes del Sistema Educativo argen-
tino. Buenos Aires, Galerna, especialmente Parte II.
47 Para una versin abreviada de este tema, vase el captulo La fundacin del debate pedaggico del libro de A. Puiggrs (1996), Qu
Es un trabajo histrico que estudia la emergencia del modelo del maestro artesano desde
el siglo XII hasta el siglo XX. Recomendamos especialmente la lectura de la introduccin y el
captulo 1 sobre los orgenes medievales del artesanato. La idea de "menester" u oficio como
equivalente a misterio o secreto nos parece sugerente para repensar la transmisin como el
pasaje de un "misterio" o saber que nunca es completamente transparente ni completo.
BOURDIEU, P. y L. WACQUANT (1995). Respuestas. Por una antropologa reflexiva. Mxico, D. F.,
Grijalbo.
Se trata de un texto en el que se abordan los principales ejes del debate acerca de la auto-
noma docente, dando cuenta de los distintos significados que adquiere este trmino en dife-
rentes discursos, desde la retrica profesionalista hasta el intelectual crtico. Hacia el final, el
autor plantea su posicin respecto de cules seran las claves para la construccin de la "auto-
noma profesional del profesorado".
HARGREAVES, Andy (1996). Profesorado, cultura y posmodernidad. (Cambian los tiempos, cambia el
profesorado). Madrid, Morata.
48 Para una versin abreviada de esta temtica, vase Hargreaves, A. y M. Fullan (1999). La escuela que queremos. Los objetivos por los
ROCKWELL, E. y R. MERCADO (1986). La escuela, lugar del trabajo docente. Descripciones y debates.
Cuadernos de Educacin, DIE-Cinvestav-IPN, Mxico.
En este ya clsico texto, las autoras construyen una mirada sobre la realidad cotidiana
escolar que busca conocerla y comprenderla ms que juzgarla. Son particularmente sugerentes
los captulos en los que se aborda el contenido formativo de la experiencia escolar ("De huellas,
vardas y veredas..."), aquel en que encaran las relaciones de la escuela con su entorno ("Una
reflexin crtica sobre la relacin escuela-comunidad") y aquel en el que se analiza el trabajo
docente en su contexto especfico, la institucin escolar ("El trabajo cotidiano del maestro en la
escuela primaria").
G.C.B.A.
Dado que el seminario implica un recorrido por bibliografa y temticas novedosas y heterog-
neas, sugerimos que el trabajo final de los participantes consista en una monografa que reflexione
sobre alguno de los nudos o temas particulares propuestos.
a. Criterios generales
- La formacin debera orientar a los estudiantes a entender de dnde vienen prcticas e ideas sobre la
enseanza hoy extendidas, a desnaturalizar lo familiar, a considerar su arbitrariedad y contingencia his-
trica. La enseanza debera ayudar a comprender que la escuela y la posicin docente son formas
especficas y particulares en que se estructur la transmisin de la cultura en nuestra sociedad y que
fueron el producto de mltiples luchas y determinaciones. Restituir la novedad histrica de nuestra
escuela y nuestras prcticas de enseanza puede contribuir a ver las huellas y legados de esta emer-
gencia y de estas luchas en las interacciones cotidianas. Por otra parte, es tambin una forma de dejar
de considerar al presente como inevitable, y ayudar a imaginar otros desarrollos futuros para la edu-
cacin y la posicin del que ensea, interrogando sus dinmicas y sus estructuras para modificarlas.
- A nuestro entender, la formacin tendra que proporcionar herramientas que ayuden a los estu-
diantes a reflexionar sobre el presente, el pasado y el futuro de la educacin y sobre su propio rol en
esta serie histrica. Estas herramientas incluyen tanto saberes como estrategias intelectuales que los
permitan organizar sus aprendizajes e integrar la historia en sus lecturas de lo educativo. Estas estra-
tegias comprenden tcnicas tales como la lectura de textos, la investigacin en archivos, la realiza-
cin de entrevistas, y la confeccin de monografas. La propuesta de ensear herramientas intelec-
tuales y disciplinarias no contradice la formacin generalista, sino que la reubica en trminos de para
qu se ensea y en qu contextos se ensea. Recuperamos aqu las reflexiones de Pierre Bourdieu
sobre la importancia poltica y social de este tipo de transmisin: "Se sabe que uno de los grandes fac-
tores de la diferencia es la maestra desigual, porque se transmite desigualmente (implcita o explci-
tamente) en la familia, de las tcnicas del trabajo intelectual y el arte de organizar el aprendizaje. (Las
madres educadas particularmente) organizan el trabajo, ensean a los hijos el arte de organizar su
trabajo, de organizar su tiempo, les dan los utensilios, los instrumentos, las tcnicas de trabajo. (...)
Hay cosas de las cuales todo el mundo hace como si todos las poseyeran, mientras que solamente
algunos las dominan; por ejemplo, el hecho de saber tomar notas, el hecho de saber hacer una ficha,
la creacin de un ndice, la utilizacin de un fichero, de un banco de datos, de una biblioteca..."
(Bourdieu, 1997:170). Creemos que es importante incluir estos contenidos como forma de democra-
tizacin de la enseanza, y como medio para configurar una relacin con la tarea de ensear que
incorpore procedimientos y produzca rupturas con los saberes previos de los alumnos. Como dice
Jerome Bruner, la enseanza debe poner a quien aprende en contacto con otros mundos posibles, con
otros lenguajes y formas de ver el mundo; es ah donde est su aporte, y no en imitar o reproducir la
G.C.B.A.
- La formacin para la docencia tambin debera preocuparse por la ampliacin de los recursos cul-
turales de los futuros enseantes. Hace falta pensar la relacin del docente con la cultura en trmi-
nos ms amplios que la cultura escolar, aunque sin desvalorizar la cultura letrada que transmite la
escuela. No planteamos "atelevisarse" ni hacer seguidismo de los medios de comunicacin masiva,
pero s incorporar una nocin ms amplia de cultura, de produccin cultural, que permita entender
- En particular, nos interesa destacar el lugar de la biografa escolar: no se trata de un "recurso", sino
que es parte de lo que ha sido aprendido, de aquello que requiere ser puesto en "contexto" y revisa-
do. La historia escolar de los estudiantes es rica en experiencias, ancdotas, cuadros, desde los cuales
se pueden abordar esos aprendizajes generalmente silenciados que han dejado profundas marcas.
Aqu nos parece fundamental abordar, adems de la reconstruccin de la propia trayectoria escolar,
las historias de otros analizando lo comn y lo diverso, trabajando la idea de alternatividad. Para ello,
recuperamos especialmente el gnero de las entrevistas50 y el de las biografas.51
- Otro criterio relevante es proporcionar visiones tericas y conceptuales diversas sobre los temas a tra-
bajar; tratando de vincular los nudos tericos con la prctica escolar, ya sea a travs de anlisis de obser-
vaciones de clase, recoleccin de ancdotas presentes o pasadas, discusin de casos, literatura, etc.
b. Bibliografa ampliatoria
Cremades (1999), Madrid, Espasa, basado en recuerdos escolares de 30 personalidades de la cultura espaola.
- ALLIAUD, Andrea (1993). Los maestros y su historia: los orgenes del magisterio argentino. Buenos
Aires, Centro Editor de Amrica Latina.
- DIKER, Gabriela. "Saber, control y autonoma" en Frigerio, G. y otros (comp.) (1999). Construyendo un
saber sobre el interior de la escuela. Buenos Aires, Novedades Educativas.
- DI LISCIA, M. H. y J. MARISTANY (ed.) (1997). Mujeres y Estado en la Argentina: educacin, salud y bene-
ficencia. Buenos Aires, Biblos.
- GVIRTZ, Silvina (1991). Nuevas y viejas tendencias en la docencia (1945-1955). Buenos Aires, Centro
Editor de Amrica Latina.
- MENIM, Ovide (1995). Coronda en ocre y azul. Rosario, Homo Sapiens.
- PINKASZ, D. Orgenes del profesorado secundario en la Argentina, en Braslavsky, C. y Birgin, A.
(comp.) (1992). Formacin de profesores - Impacto, pasado y presente. Buenos Aires, Mio y Dvila.
- SARLO, Beatrz (1998). La mquina cultural. Buenos Aires, Ariel.
- APPLE, Michael (1989). Maestros y textos: una economa poltica de las relaciones de clase y sexo en
educacin. Barcelona, Paids/MEC.
- BATALLAN, Graciela y F. GARCA (1989). "Trabajo docente, democratizacin y conocimiento", en
Cuadernos de antropologa social. Buenos Aires, UBA, Facultad de Filosofa y Letras.
- DENSMORE, K. "Profesionalismo, proletarizacin y trabajo docente", en Popkewitz, T. (comp.) (1990).
Formacin del profesorado. Tradicin, teora y prctica. Univ. de Valencia.
- EZPELETA, Justa (1988). Las condiciones del trabajo docente en Argentina. Sgo. de Chile, UNESCO.
- GIROUX, Henry (1990). Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagoga crtica del aprendiza-
G.C.B.A.
- ACKER, Sandra (1997). Gnero y educacin. Reflexiones sobre mujeres, enseanza y feminismo (Parte
2). Madrid, Narcea.
- GORE, J. M. (1996). Controversias entre las pedagogas. Madrid, Morata.
- KANTOR, Devora (1989). "Acerca de la autoridad docente en el jardn de infantes", en Propuesta
Educativa N 1. Buenos Aires, Mio y Dvila.
- MORGADE, Graciela (1992). El determinante de gnero en el trabajo docente en la escuela primaria.
Buenos Aires, Mio y Dvila.
- YANNOULAS, Silvia (1996). Educar: una profesin de mujeres? Buenos Aires, Kapelusz.
6. Para una perspectiva sociocultural sobre las transformaciones en los vnculos pedaggicos y la tarea
de transmisin
- CARLI, Sandra. "La infancia como construccin social" en Carli, S. (comp.) (1999). De la familia a la
escuela. Buenos Aires, Santillana.
- CARUSSO, Marcelo e Ins DUSSEL (1996). De Sarmiento a los Simpsons. Conceptos para pensar la escue-
la contempornea. Buenos Aires, Kapelusz.
- FRASER, Nancy (1999). "La justicia social en la era de las polticas de identidad: redistribucin, reco-
nocimiento y participacin", en Revista Apuntes de Investigacin N 2 y 3. Buenos Aires.
- JELIN, Elizabeth (1999). Pan y afectos. Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica.
- NARODOWSKI, Mariano (2000). Desencantos y desafos de la escuela actual. Despus de clase. Buenos
Aires, Novedades Educativas (especialmente, captulo 3).
- ORTZ, Renato (1998). Los artfices de una cultura mundializada. Colombia, Siglo del Hombre.
- PUIGGRS, Adriana (1995). Volver a educar. Buenos Aires, Ariel (especialmente, captulos 1 y 4).
G.C.B.A.
- CATANI, Denice y otras. "Historia, memoria e autobiografia", en Catani, D. y otras (org.) (1997).
Docencia, Memoria e Genero. Estudos sobre formaao. San Pablo, Escrituras.
- Kramer, Sonia (1998). Lectura y escritura de maestros. De la prctica de investigacin a la prctica
de formacin, en Propuesta Educativa N19, Buenos Aires, Novedades Educativas.