Al Rescate de Jose Antonio Maitin Final

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Alexa Kuve

Profesor Juan Torres-Pou


SPW 5535
21 de noviembre de 2013
Al rescate de Jos Antonio Maitn.
Cuando se habla de la poesa romntica venezolana, en especial de la primera
generacin de poetas, nos encontramos ante fuertes crticas que la catalogan como un
buen perodo de llantos o peor an, como "una escuela desvirtuada de dolor que solloza
en las ventanas, de gritos que llenan las alcobas, de dulzura que empalaga y no recrea".
A pesar de este panorama tan poco esperanzador, hubo una serie de escritores
criollos que movidos por los sucesos histricos de la Guerra de Independencia y la
Guerra Civil Venezolana, y ante la influencia del romanticismo europeo, dieron rienda
suelta a sus sentimientos para dejarnos un legado literario entre los que destacan notables
escritores como Andrs Bello y Juan Antonio Prez Bonalde. Es precisamente con Bello
que comienza la primera antologa potica venezolana, escrita por Jos Mara Rojas en
1875; y ser con Prez Bonalde que se inicie en 1940, La Antologa de la Moderna
Poesa Venezolana del Ministerio de Educacin.
El brillo particular de estos escritores son una de las razones por las que el otro
Antonio, Jos Antonio, el primero de los poetas romnticos venezolanos, ha quedado
relegado a un pasaje intrascendente de la historia.
Es el propsito de estas notas rescatar a Jos Antonio Maitn del velo gris que lo
cubre y destacar su carcter romntico refutando, al mismo tiempo, algunas de las crticas
que han surgido en torno a este poeta.
Maitn naci en Puerto Cabello, al norte de las costas del Estado Carabobo, el 21
de octubre de 1804 en el seno de una familia con desenvolvimiento econmico. Con
apenas ocho aos fue apresado junto a sus padres en Curazao, mientras intentaban
huir como consecuencia de la prdida de la Primera Repblica. Posteriormente lograran
viajar a La Habana donde fijaron residencia y el joven Jos Antonio tuvo la oportunidad
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de entablar amistad con Jos Fernndez, Jos Mara Heredia, Domingo del Monte y el
tambin venezolano Santos Michelena. Para 1824 regresa a Venezuela y encuentra su
pueblo natal totalmente destruido por la guerra. Viaja a Inglaterra como adjunto al cnsul
general (su amigo Michelena) y en Londres conoce a Andrs Bello y se nutre de las
corrientes literarias europeas. En 1834, regresa de nuevo a Venezuela y se establece
en una hacienda familiar en el pueblo de Choron. All inicia su actividad literaria con la
publicacin de la comedia La prometida, seguida por otra comedia: Don Luis o el
inconstante. Pero es en 1841, ante la poesa de Jos Zorrilla, cuando Maitn, que
se haba caracterizado por ser un poeta neoclsico, conoce el romanticismo espaol y
enamorado de los versos de este autor, escribe un poema en su honor que lleg a ser
publicado en el diario El Liberal en enero de 1842, adquiriendo un notorio
reconocimiento en todo el pas. En enero de 1848, escribe un poema sobre la trgica
muerte de su amigo Michelena y en 1851, Jos Mara de Rojas (hijo) edita un volumen de
sus poesas. Durante este mismo ao, tras la muerte de su esposa, escribe quizs la mejor
de sus obras, Canto fnebre, y se retira definitivamente a su hacienda de Choron hasta
su muerte el 4 de agosto de 1874.
Ahondando en su produccin literaria, encontramos un elemento comn a todas
ellas: la tristeza. Maitn fue un hombre triste por naturaleza, as lo expresa el mismo autor
en su poema Las lgrimas:
Ese habr de llorar cuando sorprenda
En su pecho el pesar que, no esperado,
Le rasga el corazn, cuando comprenda
Lo que es ser hombre al fin y desdichado.
Tenemos aqu uno de los primeros rasgos romnticos de nuestro autor; como bien
dice Jos de Espronceda, los sentimientos de melancola, nostalgia y desesperacin son
los sentimientos ms cultivados por el hombre romntico. Para Maitn, este dolor, este
pesar, no es exclusivo del ser humano; la naturaleza toda sufre y se convierte as en un
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reflejo de los sentimientos del poeta, como lo expresa luego en el mismo poema:
Cuanto vegeta y brota y vive y crece,
Cuanto trepa y se arrastra por la tierra,
Cuanto alienta o murmura o se estremece,
Todo su parte de dolor encierra.
Segn palabras de Torres Caicedo, tanto Jos Antonio como su hermano Federico
(tambin poeta) y una sobrina que se entreg a la vida del Convento huyendo de sus
tribulaciones, fueron personas tristes. La soledad de su hacienda y las poesas de Zorrilla
y de Gil alimentaron ese sentimiento de melancola profunda, caracterstica de la
personalidad romntica que se revela en la mayora de sus cantos. En su poema El
suspiro, la melancola se expresa de manera inconfundible:
ms yo padezco
Una oscura ansiedad desconocida

El dardo agudo de mi angustia rara
Quin eres t, fantasma fugitiva,
De forma y de color indefinible
Oigo tu voz mas nunca te discierno
Otro elemento recurrente en la poesa de Maitn es la muerte. Su ansiosa y
angustiosa existencia parece centrarse en su temor a la muerte que aparece una y otra vez
en su obra. Este hombre, que lleg a vivir setenta aos, parece haberlos transcurrido bajo
una sensacin de muerte inminente, como si estuviera en el ltimo trance a cada paso:
angustiada vida de un minuto, dice el poeta, apenas polvo de un da:
Ms yo he de morir. Mi polvo entonces
No podr contemplar tus maravillas
Yo debo perecer (Jehovah)
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Y cuando habla A el rel de la Catedral, le pregunta si su campana, al da
siguiente, resonar para l, e incluso siendo joven todava, se despide de Caracas al
pensar que la mira por la postrimera vez.
Es lgico asumir que el ambiente turbulento de las ciudades no fuera acorde con
el carcter atormentado y triste de Maitn, quien busc refugi y evasin en la naturaleza,
como tantos otros poetas de su poca. La naturaleza que amaban los romnticos no
es la naturaleza ordenada de los jardines que gustaba a los clasicistas, sino la naturaleza
en su estado puro, capaz de acompaar al poeta en sus cambios de nimo y que Maitn
encontr en las colinas, las florestas y los riachuelos de Choron. Por eso huy, segn sus
propias palabras, de los revueltos horizontes; pero en esos das era imposible escapar
de los estremecedores acontecimientos que turbaran la paz y el espritu tmido del poeta,
como expresa en su obra Al ciudadano esclarecido Jos A. Pez:
De este sueo feliz que me embriagaba
De paz y amor, a veces me sacaba
De la guerra frentica el clamor.
Slo le queda llorar a un pas destrozado por la Guerra Civil y encontrar en el
dolor por la patria, su propia identidad y su propio dolor.
Algunos crticos han catalogado la obra de Maitn como lamentaciones
insufribles y llenas de afectacin. Otros, como Isaac Pardo, plantea que la poesa de la
poca, incluyendo la poesa de Maitn, es una poesa de gemidos, que a pesar de la
desesperacin de las palabras, no produce una emocin siquiera, no encuentra ni un solo
eco, ni una sola simpata en el corazn de los lectores.
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Para otros crticos, sin embargo, sus versos son gratos al odo como los trinos
del ruiseor; sus estrofas bien cortadas estn siempre vestidas con las galas
intertropicales, sin estar recargadas de adornos: el buen gusto y el buen sentido dominan
en todas sus composiciones lricas. No debemos olvidar el xito que obtuvo su poesa en
Venezuela y como en 1844 se estableci una competencia entre los peridicos de Caracas
por publicar los versos del trovador. En Chile lo citaban como uno de los poetas ms
notables de la Amrica espaola y lleg a ser elogiado por Torres Caicedo y desde
Madrid, por Patricio de la Escosura.
Uno de los prejuicios ms arraigados en torno a la figura del bardo de Choron,
como tambin ha sido conocido nuestro Jos Antonio, es observar en sus versos un
reflejo (o imitacin) de los versos de Zorrilla. Como bien hemos conocido en su
biografa, Maitn descubre el romanticismo a travs de la obra de este poeta espaol y es
tal su deslumbramiento que su primer poema romntico (A Zorrilla), lo dedica a l, su
fuente de inspiracin:
Ah! Permite que te admire,
Que pruebe tu inspiracin,
Que si deliras, delire,
Con tus suspiros suspire
Y llore con tu dolor.
Es cierto que podemos encontrar en la poesa de Maitn smiles tanto en la
composicin de los versos, como en la temtica de los mismos, con la obra de Zorrilla;
veamos por ejemplo El hogar campestre de Maitn:
Cun dulce es reposar bajo la sombra
De la ceiba ramosa y extendida,
Y entre la yerba ver que el suelo alfombra
Correr la fuente que a beber convida!
Y la composicin de Zorrilla Al margen del Arroyo:
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Qu dulce es ver muellemente
De un olmo a la fresca sombra
Descansando
Un arroyo transparente
Que va por la verde alfombra
Murmurando.
Sin embargo, debemos tomar en cuenta que nuestro joven poeta estaba siendo
tocado por primera vez por la lrica del romanticismo, o fue al menos la poesa del poeta
espaol la que logr remover sus fibras hasta impulsarlo a escribir l mismo sobre el
mundo que lo rodeaba, y el mundo de sus sentimientos. Resulta injusto, adems, atribuir
a la poesa de Zorrilla todo el peso de su formacin literaria. Recordemos que Jos
Antonio vivi en Londres en pleno apogeo del romanticismo ingls (de 1826 a 1831), y
resultara inverosmil que un hombre de su sensibilidad y propensin a los estudios
literarios no haya conocido la poesa de Shelley, Wordsworth o Coleridge. Notemos
tambin que el propio autor hace referencia en algunos de sus versos a Lamartine y
Byron.
Debemos observar por tanto el zorrillismo en Maitn como principio y fuente
de inspiracin, tal como fue para el propio Zorrilla El Burlador de Sevilla de Tirso de
Molina. Podemos entonces demeritar la que es considerada una de las joyas de la
literatura universal por haber sido inspirada por una obra anteriormente escrita por otro
autor?
Son pocos los crticos que han trabajado directamente con la poesa de Maitn y
han ayudado a esclarecer el sentido de su obra y el aporte histrico y social de la misma
al desarrollo de la cultura venezolana. Escalona-Escalona es uno de estos crticos; en
relacin al poema A Zorrilla, escribi lo siguiente: Pero cuando public despus no
era ya un eco de Zorrilla, sino la expresin personalsima de sus propias ideas y
pensamientos, y un canto perenne a la belleza de aquel privilegiado valle de Choron
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No es slo en este mbito que Maitn despierta crticas y contradicciones;
Gonzalo Picn Febres, en La literatura venezolana en el siglo diecinueve, habla de las
virtudes del poeta, calificndolo como un poeta completo, por su fecunda vena para
versificar, por la abundancia de su lirismo, y por la delicadeza de aquella sentida meloda
que se levanta de sus versos para conmover dulcemente el corazn. Sin embargo, en la
misma publicacin, dice que fue poco literato y poco artista, y por eso hay
en sus estrofas faltas de gramtica, faltas de retrica, faltas cometidas contra las leyes
inviolables de la versificacin correcta, y hasta vulgaridades que dan grima. Estas
contradicciones de opinin las hayamos constantemente cuando estudiamos las crticas a
la poesa de nuestro poeta.
Volviendo a la obra lrica del poeta, Canto fnebre es considerado como la mejor
de sus composiciones. Se ha dicho que con l renov el gnero lrico no slo en la poesa
de nuestro continente sino tambin en la poesa castellana. Segn palabras de Menndez
Pelayo, abunda en bellezas de una especie de poesa ntima y familiar, que entonces era
nueva en la literatura castellana, y que luego ha producido maravillas, siendo un pequeo
honor para Maitn el haber sido de los primeros en descubrir esta vena.
Poesa ntima que proviene de un profundo pesar, del infortunio, por lo que el
poeta escribe para expresar la afliccin de su alma. Su concepto de la poesa es aqul que
prevalece durante el romanticismo: la poesa como consuelo en el dolor. El propio autor
afirma que la poesa es lamento y que es en el dolor, donde se encuentra la fuente de la
existencia y de la creacin literaria. Los dos primeros versos de su Canto fnebre
encierran la esencia del poema:
Llegaron oh dolor! Las tristes horas
De un pesar para m desconocido.
Son pocas palabras que encierran un enorme contenido emocional y provocan en
el lector cierto grado de intriga, ante ese pesar desconocido que queremos descubrir.
La intriga dura poco, pues en los versos siguientes conocemos la causa de sus males:
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Perd el nico ser que ms amaba
La compaera tierna de mi vida
La muerte azota la vida del trovador y le arrebata el amor y as cualquier
posibilidad de ser feliz, ya el poeta ser un ser condenado an ms a la tristeza y la
melancola. La prdida de la amada significa la prdida del amor, ya que, como bien
expresan sus versos:
Ella era mi universo, mi energa,
Mi porvenir, mi fuerza, mi conciencia;
De mis serenas horas la alegra,
Mi descanso, mi paz, mi independencia.
.
Ella era a quien deba
El sosiego feliz de mi existencia
Entonces, qu le queda al joven enamorado ante la muerte de la esposa?
Cuestionar su desgracia? Pedir respuestas que no encuentra? Lamentarse!
Por qu este amargo cliz de infortunio
Hacerme saborear en tal exceso?
Por qu morir del modo que moriste?
Por qu no recibir mi ltimo beso?
Por qu dejarme en soledad tan triste?
Mi Dios!, mi Dios, mi Dios! cmo fue eso?
De esta manera el romntico es el primero en conmoverse de s mismo y su
desventura, por lo tanto no slo sufre por los pesares de la vida, sino que se convierte l
mismo en motivo de sufrimiento. De alguna manera sustituye la experiencia del mundo
por su propia experiencia y, segn palabras de Hauser, sinti que la actividad spiritual,
la corriente de pensamientos y sentimientos y el paso de un estado anmico a otro, eran
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ms reales que la realidad exterior.
Segn Semprm se quejaba, el que lee a Maitn se desilusiona ante promesas que
se desvanecen. El poeta prorrumpe con voz que nos parece que va a elevarse en
deleitoso clamor poticopero el grito se apaga en salmodia opaca y rutinaria.
En su defensa es justo decir que Maitn exalt lo cotidiano y familiar con maestra
y podramos encontrar en ello un acierto ms que una salmodia rutinaria. El poeta no
huye de los pormenores caseros, por el contrario, los exalta cuando describe, por ejemplo,
el lecho en desorden, la labor abandonada, la tela caliente todava con la presin
reciente de su mano; estos detalles rutinarios le otorgan a la pieza un sentido de
cercana que consigue la empata y la emocin verdadera en el lector.
Hacia el final del Canto Fnebre nos encontramos con un tema recurrente desde
la Danza de la Muerte medieval, donde todos los seres son igualados en su momento
postrero:
Estoy en la morada de la muerte
Donde el pequeo, el grande, el flaco, el fuerte,
Sin distincin sucumbe
Bajo un destino igual, bajo igual suerte.
De ahora en adelante ser el recuerdo de las virtudes de su amada lo que gue la
vida atormentada del poeta quien se despide de su tumba con la promesa del reencuentro:
Si deb mis contentos a tu vida,
Deber mis virtudes a tu muerte.
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Adis, adis. Que el viento de la noche,
De frescura y olores impregnado,
Sobre tu blanco tmulo de piedra
Deje, al pasar, su beso perfumado;
Que te aromen las flores que aqu dejo,
Que tu cama de tierra halles liviana,
Sombra querida y santa, yo me alejo:
Descansa en pazYo volver maana.
Acorde al pensamiento de la poca el ser amado es idealizado; en este caso, se le
atribuyen rasgos de santidad que hablan de la pureza de la amada. El amor deja de ser un
sentimiento destinado a una persona; el romntico se enamora del amor mismo y en este
ideal, en este caso perdido, centra el motivo de su existencia. Ante la imposibilidad de
realizar este amor que ha sido arrebatado por la muerte, es precisamente la muerte el
nico camino que le llevar de regreso al ser amado.
Por ltimo vale la pena mencionar el papel que juega la naturaleza en la poesa de
Jos Antonio Maitn.
El paisaje se encuentra entre los temas principales de la poesa romntica y sirvi
a los poetas bien para evadir una realidad que rechazaban, bien para ayudar en lo que se
ha denominado la fundacin de la nacin, bien para ser espejo de sus sentimientos o para
reflexionar sobre ellos.
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La voz elegaca de Jos Antonio, as como su carcter tmido y atormentado
necesitaban de la calma que slo poda encontrar en un lugar virgen, rural y apartado de
la ciudad como Choron:
No encuentro una seal que me revele
La accin de mis pesares
Sobre la calma eterna y majestuosa
De esta naturaleza silenciosa,
De estos quietos, pacficos lugares:
Todo sereno est, todo reposa
Nada un dolor denuncia ni una pena.
Como dira Menndez y Pelayo: Su vida modesta y apacible, pasada en gran
parte en el delicioso valle del Choron, entre pjaros y flores, se refleja fielmente en el
manso raudal de sus composiciones, que parecen nacidas sin esfuerzo: tal es su claridad y
limpieza.
La historiografa literaria seala el hecho de que la muerte de la esposa del poeta
lo aleja de la vida pblica y lo recluye de un todo en su hacienda. Esto, sumado a los
sangrientos acontecimientos del panorama nacional, lo llevan a renunciar tambin a la
poesa, no sin antes alejarse de la lamentacin para escribir versos de denuncia y clamor
patritico como los de su poema El hogar campestre:
palpita el corazn ardiendo en ira.
execrar el poder cado

Del dspota vandlico feroz.
Es el clamor de la nacin airada,
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Es ms que el huracn, es el rugido
Del pueblo que despierta
Y entonces enmudece el poeta. Ya nadie oir sus versos, dice Jos Antonio,
sintiendo que ha perdido al nico ser capaz de entender su poesa. De su Canto fnebre
extraemos estos versos:
Quin mirar mis ecos doloridos
con el amor que t? No, mi lamento
sin esperanza cruzar perdido
por los senos sin fin del firmamento".
En 1872, en una publicacin de El Diario de Comercio de La Guaira, Rivod le
pide a Maitn:
Djame or el eco misterioso
De esa tu voz armnica y lejana.
Y ese mismo ao, como respuesta a una carta de sus amigos Rojas, editores que
reclamaban sus versos, exclama:
Misericordia! Qu veo!
Versos me piden, Dios santo!
.
Ya estas cosas no me ataen,
Ni mi vacilante paso
Dirijo a donde me daen.
No quiero que ms me engaen
Ni las Musas ni el Parnaso.
Ya ni siquiera encuentra consuelo en la poesa y expresa, finalmente, la verdad de
su madurez:
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La tinta, el papel, la pluma
Me sirven de poco o nada;
Me inspiran aversin suma.
El consonante me abruma;
Slo el sonante me agrada.
El dulce cantor de Choron, el joven sensible y atormentado, convertido ahora
en industrial, se dedica, como seala Pardo, a su alambique donde destila alcoholados
aromticos, y las flores que un da fueron su fuente de inspiracin, son ahora slo
materia comercial:
Por eso su carmes
Ni su esplendidez me inquieta,
Y las clasifico as:
La flor til para m;
La intil para el poeta.
Ante todo lo anteriormente expuesto y tomando como base la obra lrica de Jos
Antonio Maitn, podemos afirmar que el romntico venezolano merece, sin lugar a dudas,
un lugar preferencial en la historia de este gnero literario. Su obra no debe calificarse de
zorrillista; podemos encontrar influencias de este autor en su obra e incluso fenmenos
de intertextualidad, pero de all a escudriar sus versos con el mero propsito de
encontrar algn rasgo del poeta espaol y demeritar as la obra del venezolano, me resulta
una labor injusta y adems alejada de la verdad. Maitn representa la expresin de un
hombre de su tiempo, y como bien lo dice Lubio Cardozo, a travs de esos versos
reflejronse unas cuantas realidades venezolanas,entre ellas el alma y los afectos de los
venezolanos de esos aos y el paisaje de una regin del pas, hermosamente poetizado
Este criollo es el abanderado de una nueva sensibilidad. Su propuesta parte
de la naturaleza hacia la introspeccin en el paisaje y su poesa transita entre la intimidad

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afectiva y el misterio de la noche, as como la incertidumbre del devenir histrico y de la
propia existencia humana.
Como bien dira Julio Planchart: sin Maitn, el desenvolvimiento literario de
Venezuela hubiera quedado trunco" y, al cabo, "cumpli el mandato de su poca".
Dmosle pues, a Jos Antonio Maitn, su lugar en la Historia.
Para cerrar estas notas los dejo con algunos de mis versos favoritos del poeta.
Pertenecen al poema El Tiempo:

El Tiempo, el Tiempo!...
Lento, silencioso,
Eterno como Dios e incorruptible ,
Es como Dios tremendo, incomprensible,
Sin principio, sin medio, sin un fin.
l lleva entre los pliegues de su manto
(No las venganzas de un poder divino),
Los ocultos decretos del destino
De los mundos al ltimo confn.
.
l se lleva tras s nuestros contentos
Con nuestras antes dulces esperanzas;
Muerte y dolor arrastra en sus mudanzas
Y con cien penas un placer fugaz ;
Y cada nuevo sol que alumbra hermoso
Al estrechar los lindes de la vida,
Arranca al alma una ilusin querida,
Deja en el pecho un desengao mas.
..
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Muramos, pues, pero gocemos antes
Si tanta juventud ha de perderse ;
Si nacer a la luz y disolverse
Es la ley de los seres eternal.
Cedamos, pues, al tiempo cual le ceden
Su luz el da, la noche su fragancia,
Y su brillo, su aroma y su arrogancia
El pez, la planta, el guila imperial.
..
Entonces yo desde la nada oscura
No mas ver del sol el rayo hermoso,
Ni de la luna el carro silencioso
Cuando el ter azul cruzando va.

Feliz mi sombra entonces, si algn bardo
De la risuea y virgen Venezuela
Viene a entonar su blanda cantinela
Al pi de mi pacfico atad.
Si una corona en mi sepulcro deja ,
Y al dbil resplandor del sol que espira,
Con los acentos turba de su lira
De mi tumba la fnebre quietud.

Bibliografa.
Cardozo, Lubio. Crtica a la crtica sobre la obra potica de Jos Antonio Maitn. Voz y
Escritura. Revista de estudios literarios. 1993. 4-5. Universidad de los Andes.
Digital.
Escalona-Escalona, J.A. Biografa de Jos Antonio Maitn, 1804-1874. Caracas:
Ministerio de Educacin, 1973. Impreso.
Maitn, Jos Antonio. Obras poticas de J.A.M. Caracas: Almacn de Jos Mara
de Rojas, 1851. Impreso.
Menndez y Pelayo, Marcelino. Antologa de poetas hispanoamericanos, 1893-1895.
Madrid: Real Academia Espaola, 1893. Impreso.
Pacheco, Carlos Luis Barrera Linares y Beatriz Gonzlez Stephan. Nacin y
literatura: itinerarios de la palabra escrita en la cultura venezolana. Caracas:
Fundacin Bigott, Banesco, Equinoccio, 2006. Impreso.
Pardo, Isaac J. Jos Antonio Maitn y su canto fnebre. Caracas: Ministerio de
Educacin, 1957. Impreso.
Semprum, Jess. Crtica Literaria. Caracas:Villegas,1956. Impreso.

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