La Ley de Titius-Bode
La Ley de Titius-Bode
La Ley de Titius-Bode
DISTANCIAS PLANETARIAS
Y
LEY DE TITIUS-BODE
Ensayo histrico
B A R C E L O N A, 2 0 1 6
1
INDICE
2
Habiendo pasado ms de medio siglo,
el autor escribi este ensayo a la memoria de sus
antiguos profesores
3
1. Geometra de las secciones cnicas
Pitgoras (VI a.C.) estaba convencido de que haba una relacin profunda
entre el nmero y la naturaleza. Su mismo clebre teorema constituye un buen
ejemplo para apoyarse en esta idea, puesto que define la estructura del espacio donde
vivimos2, pero dicha relacin puede ser ficticia.
Los antiguos griegos a que nos referimos solan trabajar las cuestiones
matemticas como si fueran una especie de deporte o de diversin intelectual,
parecido a lo que ahora est haciendo el autor al escribir estas lneas. As Heraclides
de Ponto (IV a.C.) y un poco ms tarde Aristarco de Samos (III a.C.) establecieron el
giro de la Tierra sobre su eje en 24 horas, anticipndose unos 2000 aos a Coprnico.
En la Academia de Atenas (387 a.C. a 529 d.C.), que aun hoy es la institucin cultural
que ha durado ms aos en el mundo occidental, casi 1000, tenemos a Menecmo (III
a.C.), que desarroll la teora de las secciones cnicas, que completara ms tarde
Apolonio de Perga (II a.C.) en el perodo alejandrino, pero se tardaran aun 2000 aos
ms para que Johannes Kepler volviera a las secciones cnicas para desterrar los
apriorismos de las rbitas circulares y de los movimientos uniformes.1 2
Est claro que algn hombre sobre la Tierra distingui pronto los astros fijos
de los mviles. Entre estos ltimos estn la Luna, el Sol y los planetas.
1
R. Pars. Pascalianas. Ed. Herder. Barcelona, 2009.
2
R. Pars. Cartas a Nuria. Historia de la ciencia. Ed. Almuzara, 2005. (3 ed.).
4
slidos platnicos de caras y ngulos iguales (Misterium cosmograficum, 1596). Los
slidos platnicos en los cuales se inscriben y circunscriben las esferas planetarias
correspondientes seran:
Este modelo se basa en un teorema bien establecido, el que dice que todo
poliedro regular es inscribible en una esfera y circunscribible en otra concntrica con
la primera. De hecho, fue la primera vez que se intentaba introducir un sistema nico
para explicar la estructura del Universo pero, sabiendo las distancias de los planetas al
Sol, no haba forma de ordenar las esferas para que sus radios consecutivos
correspondieran a la sucesin de las distancias. Por esto Kepler abandon pronto la
hiptesis de los slidos platnicos, aunque otros astrnomos la siguieron utilizando a
lo largo de todo un siglo para compararlas con otras. Por ejemplo, Ch. von Wolf en
1723 public la sucesin que ms tarde se llamara ley de Bode junto a la que se
obtiene por el desarrollo geomtrico de Kepler y, adems, con la correspondiente a los
resultados de determinaciones directas por observacin.
5
la reconsideracin histrica de la ley de Bode, cuyo resultado se expone en este
ensayo.
Conoc la Ley de Bode de estudiante, hacia la mitad del siglo pasado. Segn
deca uno de mis antiguos profesores3, se trata de una especie de juego malabar que
nos permite recordar fcilmente las distancias relativas de los planetas al Sol, las de
los planetas histricos visibles a simple vista.
0,4 0,7 1,0 1,6 2,8 5,2 10,0 19,6 38,8 77,2
No hay que olvidar que las distancias calculadas con la tercera ley de Kepler y
los perodos de revolucin, o tiempos peridicos obtenidos por observacin, tienen
que redondearse hasta 10-1 para compararlos con los de la sucesin .
Teniendo en cuenta las operaciones que nos han llevado desde , sucesin
geomtrica de partida puramente formal, hasta , sucesin exponencial con
3
J. Febrer y E. Cabal. Lecciones de Cosmologa y de Geologa. Ed. Bosch. Barcelona, 1947.
6
significado fsico, podemos llegar fcilmente a la frmula (1), la cual da las
distancias planetarias Dn en funcin del orden creciente de la sucesin :
Dn x 10 4 + (3 x 2n-2) (1)
(1) no puede aplicarse a Mercurio que nos dara D1= 5,5 en lugar de 4. Para n
= 5, no hay planeta. Para n = 9 y n = 10, la discrepancia con los valores reales crece
desmesuradamente.
9 38,8 30,071
10 77,2 39,520
Por lo tanto, (1) es una frmula que nos dar la distancia aproximada al Sol
solamente para n = 2, n = 4, n = 6, n = 7 y n = 8, puesto que no es vlida ni para n = 1,
ni para n = 5, siendo 1 la (UA) para n = 3, y quedan descartados n = 9 y n = 10 por su
notable discrepancia.
4
J. Reguero Argelles. Astronoma fsica. Tomo I. La Anticuaria Librera de Llordachs. Barcelona,
1850, Tomo II y III. Imprenta del Seminario e Instruccin. Madrid, 1850 y 1851.
7
3. Origen histrico de la ley de Bode
rn = 4 + (3 x 2n) (1)
Nmeros, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 0; //
ayudaros voy, //
porque ya sabeis //
que sin mi nada valeis1.
8
Propiamente, ni Titius ni Bode se atribuiran la autora de (1) y ni uno ni otro
hablan del tema. Da la impresin de que tratan de una regla que ya era conocida en su
tiempo. La obra reciente de Michael Martn Nieto5 muestra que el asunto es un poco
misterioso y que todava nos falta ms informacin histrica para entenderlo. Entre
otras cuestiones, el silencio de Bonnet sigue siendo incomprensible.
No hay duda de que Bode conoci el texto intercalado por Titius en las dos
ediciones alemanas del libro de Bonnet. Los dos fragmentos seguidos se transcriben
letra por letra de cada edicin de Titius a las dos ediciones de la Astronoma de Bode,.
(Deutsliche) Aleitung zur Kenntniss des gestirnten Himmels. Curiosamente, acompaa
a la primera de ellas (1771) un ligero comentario de duda sobre la fiabilidad de la
regla que no est en la segunda (1772), lo que presupone que Bode haba ledo las dos
ediciones.
Johann Ebert Bode (1740-1826) fue sin duda un destacado astrnomo alemn
de los siglos XVII y XVIII, cuya fama se extendi pronto por todo el mundo. Director
del Observatorio Astronmico de Berln, fundador del Berliner Astronomische
Jarbuch (1774) y con mltiples distinciones a lo largo de casi un siglo. No obstante,
da la impresin de que a la hora de la traduccin al alemn del libro de Bonnet (1766),
Titius conoca de antemano la frmula (1) y que, probablemente, Bode no. Como
sugiere M. M. Nieto, uno piensa que de una antigualla con poco inters se pas a lo
que podra ser un faro til para descubrir nuevos planetas, sobre todo si slo se conoce
lo que se halla en la Astronoma de Bode, que quizs es lo que ocurri. Bode da una
importancia que antes no tena a una regla conocida de tiempo y de la cual. se han ido
descubriendo citas y publicaciones cada vez ms antiguas, tanto de la sucesin
como de la frmula (1) o equivalentes, incluso anteriores al siglo XVIII. Algunas
podran hallarse en formularios manuscritos prcticos de astrologa. o bien en
manuales cosistas. Tngase en cuenta que, por ello, se ha sospechado que el propio
Kepler, que tena a menudo dificultades para cobrar su sueldo, podra haber vendido
secretamente algunos horscopos de encargo para poder salir del paso.
5
Michael Martn Nieto. Titius-Bode Law of Planetary Distances, Its History and Theory. Pergamon
Press. Printed in Germany. Leipzig, 1972. Probablemente es el mejor estudio histrico disponible.
9
4. Astronoma newtoniana y ley de Bode
Una de las citas ms antiguas de la sucesin : 0,4 0,7 1,0 1,6 2,8, 5,2 10,0,
de la obtencin de la misma y de la frmula exponencial (1), es la de James Gregory
de 1702, setenta y cuatro aos antes de la publicacin en alemn del libro de Bonnet
en el que Titius intercal lo que habra de ser la ley de Bode. J. Gregory era un
matemtico escocs divulgador destacado de la astronoma newtoniana. Public un
libro cuyo ttulo es el de Elementos de Astronoma, que ms tarde sera utilizado por
Benjamn Martn para su Philosophia britnica (1747), la cual fue la base del curso
que Toms Cerd dio en Barcelona en 1760 en la Real Ctedra de Matemticas del
Colegio de San Jaime de Cordelles. El manuscrito, conservado en la Real Academia
de Historia de Madrid, sera detenidamente estudiado mucho despus por L. Gassiot,
y publicado por la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona6 en 1999 con el
ttulo de Tratado de Astronoma de T. Cerd.
Recordemos que del tiempo a que nos referimos hay tambin el escrito de
Christian Wolf de 1724, quien fue profesor de J. B. Titius, razn por la cual se supone
que ste conoca la futura ley de Bode, como antes hemos sealado. Sin embargo, el
enfoque anterior de J. Gregory es diferente y debe incluirse entre el de los primeros
newtonianos, dentro de los cuales podramos poner igualmente a B. Martin y al propio
T. Cerd. Hay que tener en cuenta que Ch. Wolf era propiamente un filsofo, como su
otro gran discpulo I. Kant.
6
Tomado de T. Cerd. Tratado de Astronoma (1760). Versin de L. Gassiot. Reial Acadmia de
Cincies i Arts de Barcelona, 1999. Tiempo peridico es la denominacin del perodo de revolucin
utilizada por Newton y Halley, segn esta misma fuente.
10
dos obras antes citadas. No obstante, el Tratado de Cerd no se lleg a publicar en su
da y la influencia de su curso fue modesta y circunscrita a Barcelona. Bals puede
considerarse discpulo de Jordi Juan y sustituy a Josep Subirs como profesor de
matemticas en el Colegio Imperial de Madrid, cuando el ltimo volvi a Barcelona
como primer director de la Real Conferencia, precursora de la Real Academia de
Ciencias Naturales y Artes de Barcelona. Unos aos antes, Subirs haba sido alumno
de Cerd en Corbelles y quizs sera el profesor de los cursos de astronoma que
siguieron dndose en la nueva aula que ms tarde formara parte del edificio actual de
la Real Academia de Ciencias de Barcelona7
Las magnitudes bsicas de nuestro sistema solar son los tiempos peridicos y
las distancias al Sol. Segn Benjamn Martn6 (1743), Newton parti de los siguientes
tiempos peridicos expresados en das medios y sus fracciones decimales:
7
Garca Doncel, S.J. Los orgenes de nuestra Real Academia y los jesuitas, (RACAB, n 947, Vol.
LVII, 3, 1998).
11
que faltaba uno, puesto que al pasar de cualquiera de ellos al siguiente se doblaba el
tiempo peridico, menos entre Marte y Jpiter, donde el salto es mucho mayor.
Venus / Mercurio Tierra / Venus Marte / Tierra Jpiter / Marte Saturno / Jpiter
225 / 88 = 2,6 365 / 225 = 1,6 687 / 365 = 1,9 4333 / 687 = 6,3 10759 / 4333 = 2,5
Con respecto a las distancias al Sol de cada planeta, dicho manuscrito dice que
para Venus y Mercurio podemos proceder determinando la elongacin mxima,
occidental u oriental, donde la tangente a su rbita desde la Tierra forma ngulo recto
con la lnea Sol-planeta.Por observacin se mide el ngulo que entonces forman el
planeta, la Tierra y el Sol, que para el caso de Venus sera de unos 47. De este modo,
la distancia de Venus al Sol, dando a la correspondiente de la Tierra el valor de
100.000, sera:
sen 90 (radio) : sen 47 :: 100.000 : distancia de Venus al Sol
12
distancia VS es a la distancia VT (fig..adjunta 2). Adems por la tercera ley de Kepler
tendremos que los arcos AB y CD cumplirn la relacin (TT2/3 TV2/3) / TV2/3 = 0,37.
Entonces, si el arco CD medido es de 48, el correspondiente a AB ser de 48 x 0,37
= 17,76 y la paralaje solar 8,88.
13
Kepler ya pudo establecer las siguientes distancias medias al Sol con relacin a la
distancia de la Tierra, considerada dividida en 100.000 partes iguales8:
Por otra parte, aplicando la tercera ley de Kepler a los tiempos peridicos
antes sealados, las distancias de los planetas al Sol con relacin a la de la Tierra
surgen con toda fluidez y, tomada la de la Tierra como dividida en 100.000 partes
iguales, se obtiene la siguiente serie:
8
. R. M. Aller. Introduccin a la Astronoma. C.S.I.C. Madrid, 1945.
9
.Roger Penrose. El camino a la realidad. Debate. Random House Mondatori, S.A. Barcelona, 2006.
14
4. 2. El juego malabar
Con estos tiempos peridicos podemos calcular las distancias medias al Sol
DK de los planetas aplicando la tercera ley de Kepler. Esto es, DK = (Pn / P3)2/3 donde
Pn es el tiempo peridico del planeta y P3 el de la Tierra, en das medios. Resultan as
las siguientes distancias relativas a las de la Tierra tomada como unidad
0,387 0,723 1,000 1,524 5,203 9,539 19,191 30,071 39,520 (1)
DK x 10 = 4 + (3 x 2 n-2), (2)
Es obvio que, empezando con 4 y siguiendo con los valores dados por la
frmula (2), para n = 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, puede obtenerse la sucesin (3):
que ya sabemos que se conoce con el nombre de ley de Bode. Las sucesiones (1) y
(3) son casi coincidentes, como se aprecia en la representacin grfica de la fig. 1. Sin
embargo, la introduccin del 4 como primer trmino es arbitraria y, aun tratndose de
15
valores aproximados con respecto a (1), entre 1 y 3 discrepan el cuarto trmino (15 y
16), el sptimo (95 y 100) y el octavo (192 y 196).
Por lo tanto, la ley de Bode resultara ser una simple aproximacin aritmtica
sin base fsica alguna, que no tiene en cuenta el crecimiento progresivo de la razn
en lugar de una razn constante de 2, entre las distancias planetarias consecutivas.
Ya hemos dicho que no es seguro que Johan Daniel Titius fuera realmente el
primer autor de la sucesin (3), porque luego se han encontrado otras iguales ms
antiguas, como la de Christian Wolf de 1724 y la todava anterior de James Gregory
de 1702. A pesar de ello, es probable que, sin la extraordinaria difusin llevada a cabo
por J. E. Bode desde 1772 y la coincidencia con el descubrimiento de Urano en 1781,
la ley de Titius-Bode slo hubiera llegado a nosotros como una especie de juego
malabar que permite recordar fcilmente la distancia de los planetas al Sol. Quizs
sera ms propia de la corriente cosista de dos siglos antes que de la astronoma
newtoniana, que entonces se extenda vigorosamente por toda Europa para constituir
una nueva poca hasta nuestros das. No obstante, en algunos aspectos representara
tambin el inicio de una nueva visin del Universo en el espacio invisible a simple
vista y de su evolucin a lo largo del tiempo, a que nos referiremos ms adelante en
este ensayo.
16
Figuras adjuntas
Pag. 11
1 2
2
Pag. 12-13
2 3
3
4
Pag. 13
17
Fig. 1
18
4.3. Significado fsico
Es difcil suponer que el fracaso sealado se debiera a que los crculos negros
delante del Sol no existieran, dado el gran nmero de observadores independientes
que los vieron y sera ms fcil creer que hubieran cado en el Sol, o perdido en el
espacio sin regreso. Aun as, fueron cuerpos que no estaban en las rbitas
previstas por la ley de Bode, y hasta da la impresin de que esta distingue dos tipos de
planetas en el sistema solar, lo cual apuntara a considerar que el juego malabar
podra esconder una ley natural que puede afectar solamente a una parte de los
sistemas de planetas y satlites, los que siguen la ley de Bode y los que discrepan de
ella.
Hemos dicho tambin (4.2.), que la frmula (2) excluye a Mercurio y que, a
partir de n = 8, da valores que discrepan cada vez ms de las distancias reales
keplerianas (1).
Tomando logaritmos base 10, DK = (Pn / P3)2/3 pasar a log DK = 2/3 (log Pn
log P3). Con los valores de los tiempos peridicos dados (4.1.), podemos obtener la
curva (o), correspondiente a log DK de la fig. 2 con relacin a la serie natural (n).
Igualmente, la curva (x) de log DT/10 . Es evidente que las ecuaciones de una y otra
curva son diferentes, aunque tengan un segmento comn entre n = 2 y n = 8. A
medida que disminuye Pn, por debajo de P3, el log DK se hace negativo y tiende
19
asintticamente a -. En cambio, log DT / 10 tiene por lmite 0,32. La curva (x) es
exponencial y la (o) es semilogartmica, de lo que se derivan las diferencias a
partir de n = 8 y por debajo de n = 2.
Todas las rbitas planetarias reales cumplen la ley de Kepler con gran
aproximacin y, por lo tanto, se hallan sobre la curva (o) de log DK = f (n), segn sea
su distancia media al Sol (semieje mayor). Igualmente lo estarn todas las rbitas de
los satlites con respecto a su distancia al planeta correspondiente. Sin embargo, no
todos los puntos de la curva log DK representan rbitas igualmente posibles en el
sistema solar, dado que las distancias reales consecutivas se hallan regularmente
separadas proporcionalmente segn una razn prxima a 2 (2.1.). El juego malabar
no existe si uno se da cuenta de que (fig. 1), si restamos 4 a todos los valores de DK x
10 (1), para n = 1, (DK x 10) 4 = 0 y que para n = 2, (DK x 10) 4 = 3. Entonces,
para n > 1, podemos obtener la sucesin 3 x 20, 3 x 21, 3 x 22, 3 x 23, 3 x 24, 3 x 25 y 3
x 26, cuyos trminos dan valores de (DK x 10) 4 de las distancias al Sol (DK), y a las
de la sucesin (1) con carcter aproximado, desde Venus a Urano, lo cual puede
igualmente deducirse de la frmula (2). Fuera de los siete trminos de (DK x 10)
- 4, ni la curva exponencial ni la sucesin armnica anterior tienen ningn sentido,
son ficticias. Como veremos (4.4. y 4.5.), el movimiento circular uniforme ficticio y
equivalente nos da la deduccin de la ley de Bode segn las igualdades siguientes:
(Rn R1) (Rn-1 R1) = [[(DK x 10)n - 4] [(DK x 10)n-1 - 4]] 0,02 (12 - n) =
= 2 0,02 (12 - n)
20
Fig. 2
21
ejes mayores de las rbitas no parecen afectados por las seculares, pero s por las
segundas, que son ms dbiles aunque acumulativas. Unas y otras han sido muy
estudiadas desde el siglo XIX. Lagrange y Laplace llegaron independientemente a una
ley general que puede expresarse por la igualdad xn = k (constante), en la que cada
valor de xn corresponde a cada uno de los ocho planetas del sistema solar y es el
resultado del producto (masa) x (DK)1/2 x (excentricidad)2. Esto indicara que el
conjunto de planetas de n = 2 a n = 8 est estabilizado, por lo menos en la situacin
actual.
Tabla 1
n (DT)n (DT 4)n log (DT 4)n log (DT 4)n log (DT 4)n-1
------ -------- ------------ ------------------- -------------------------------------
(DT 4)n / (DT 4)n-1
1 5,5 1,5 0,18 ----- -----
2 7 3 0,48 0,30 2
3 10 6 0,78 0,30 2
4 16 12 1,08 0,30 2
5 28 24 1,38 0,30 2
6 52 48 1,68 0,30 2
7 100 96 1,98 0,30 2
8 196 192 2,28 0,30 2
Siendo (DT 4)8 = 192, las distancias consecutivas (DT 4)n desde n = 2, seran
pues 3, 6, 12, 24, 48, 96 y 192. Como se aprecia en la figura 1, son las nicas
distancias posibles, no caben ms que puedan cumplir la ley de Titius-Bode.
Sorprende un poco que esto no se hubiera tenido ms en cuenta en la utilizacin
posterior de la misma ley, quizs incluso por parte del propio Bode. La previsin de
otros planetas slo podra alcanzar a Urano y a la ausencia de planeta correspondiente
a n = 5, aquel que Kepler ya haba encontrado a faltar. Sin duda, la sucesin (3)
podra ayudar a encontrar un posible nuevo planeta telescpico, del cual luego
podramos determinar su DK por observacin.
22
armona (Harmonices Mundi Libri Quinque, Geometricus, Architectonicus,
Harmonicus, Psychologicus, Astronomicus, cum Appndice Continens Mysterium
Cosmographicum. Linz, 1619. Edicin castellana de Crtica S.A. Barcelona, 2003).
Tabla 2
23
Adems de la obra citada de Kepler, en la que se halla la tercera ley, es en otra
anterior donde estn la primera y la segunda (Astronomiae Nova Aipologettes Siva
Physica Coelestis, Tradita Comentariis De Motibus Stella Martis, Ex Observationibus
Tychonis- Brahe. Praga, 1609). En ambas hay una cantidad de datos de observacin
fabulosa y una elaboracin matemtica extraordinaria sobre los tiempos peridicos,
las distancias al Sol, la posicin y el movimiento de los planetas. Es fcil encontrar
repetidamente las sucesiones (0) y (1) y, adems, el movimiento circular uniforme
ficticio con el cual Kepler resolvi el problema de la Anomala o irregularidad del
movimiento de los planetas y pudo cerrar la rbita de Marte a partir exclusivamente
de datos reales de observacin.
Sea la elipse AEBF (fig. 3), la rbita de un planeta cuyo foco es S, su eje
mayor AB y el menor OQ. Tomando por centro S y con la distancia SE (media
proporcional entre AK y OK, los dos semiejes), podemos describir el crculo CEGF.
El rea de este crculo ser igual al rea de la elipse, segn las propiedades de las
cnicas (ver Elements of Geometry de B. Martin (2.1.)). Supongamos que un punto M
recorre la periferia CEGF con movimiento uniforme en el mismo tiempo que el
planeta P describe la elipse y que, cuando se halle en A, el punto M que gira en el
crculo est en C. Su movimiento representar el movimiento medio del planeta, e ir
describiendo alrededor de S reas proporcionales a los tiempos e iguales a las reas
elpticas que barre en el mismo tiempo el radiovector del planeta (2 ley). El rea ASP
ser igual a la del sector circular CSM y el ngulo DSM ser la diferencia entre el
movimiento medio de M y el movimiento verdadero de P, la cual deber quitarse para
obtener el ngulo ASP. Si el rea ASP es igual a la del sector CSM, el rea ACDP
ser igual a la del sector DSM. Cuando el planeta llegue a E, el rea ASP se har
mxima, donde la elipse y el crculo se cortarn mutuamente. Cuando el planeta P
haya llegado ms abajo, por ejemplo al punto R, la ecuacin viene a ser proporcional
a la diferencia de las reas ACE y mER, igual a la GBRm, porque, cuando el planeta
estar en R, el punto en el crculo se encontrar en V y el sector CSV ser igual al
rea elptica ASR, esto es, ACE + CERS = CERS + mER + mSV, por consiguiente
ACE mER = mSV = mRBG. Cuando el planeta est en el perihelio B, el
movimiento uniforme y el verdadero coinciden, por ser iguales las reas del
semicrculo CEG y de la semielipse AEB, descritos ambos en el mismo tiempo.
Desde el afelio al perihelio tenemos la Prosthapharesis substractiva, movimiento de P
menor que el de M, y aditiva del perihelio al afelio. La velocidad de P es mnima en A
y mxima en B.
24
revolucin P). Entonces podemos considerar el movimiento circular ficticio de los
siete planetas, de Venus a Urano, y obtener la sucesin correspondiente de los radios
respectivos Rn (Tablas 3 y 4). El clculo se basa en la media de los semiejes, la
excentricidad y la inclinacin sobre la eclptica para situar las rbitas en el mismo
plano. En la Tabla 4 se encuentran las razones (Rn R1) / (Rn-1 R1), que podemos
comparar con las correspondientes de las Tablas 1 y 2.
Fig. 3
25
que la sucesin armnica es una simple aproximacin aritmtica, dado que los valores
correspondientes de la Tabla 4 muestran una razn que crece gradualmente desde 1,82
a 1,90 entre los planetas consecutivos desde n = 3 a n = 7.
Tabla 3
n a e b ES i R
Tabla 4
26
Recuerdo que J. Comas Sol en el Vocabulario de su Astronoma (Manuales
Gallach. Barcelona, 1932) calific a la ley de Bode de frmula aritmtica, dada a
conocer antes por Kepler, que expresa aproximadamente la distancia de los planetas
al Sol. Supongo que se refera simplemente a la sucesin (1) con relacin a la (3)
(4.2.), pero la primera no es igual a la que se obtiene a partir de los radios Rn del
movimiento circular uniforme ficticio (Tabla 3)-
En cambio, desde n = 3 a n = 7 (Tabla 4), (Rn R1) / (Rn-1 R1) = rn nos da 1,82,
1,84, -, -, 1,90, respectivamente para n = 3, 4, 5, 6 y 7. Por lo tanto, tendremos las
diferencias 2 rn = 0,18, 0,16, (0,14), (0,12) y 0,10.
27
aplicable al sistema solar, totalmente ajustada a los datos de observacin, de la cual la
sucesin armnica (Rn R1) / (Rn-1 R1) sera una consecuencia. De ah sali la
tercera ley, despus de las dos primeras. Las tres allanaron el camino para llegar a la
gravitacin universal, pero todava haca falta pasar por Galileo y Newton.
28
Segn lo que hemos expuesto en este apartado y como deca alguno de mis antiguos
profesores, la regla de Titius-Bode no dejara de ser una especie de juego malabar,
para recordar las distancias al Sol de los planetas desde Venus a Urano y una pequea
ayuda para buscar nuevos planetas telescpicos (6). No obstante, aun se volvera a
hablar de ella en el siglo XX, generalizndose a satlites (5.) e incluyndola en las
nuevas hiptesis cosmognicas (7) y en los sistemas exosolares (8).
J. Bode fue un astrnomo singular de fines del siglo XVIII y principios del
XIX, especialmente conocido por su divulgacin de la sucesin de Titius, pero entre
otras obras tiene tambin un catlogo de 17.240 estrellas, un Almanaque astronmico
y el descubrimiento de dos nebulosas (NGC 5024 y NGC 104). Describi nuevas
constelaciones (Cetro de Brandenburgo, Globo aerosttico, Mquina de imprenta,...)
que han pasado al olvido, y no as la clebre ley que lleva su nombre.
29
Tabla 5
30
Fig. 4
31
Ve
Vp
Fig. 5
32
Hale Observatories 1975
Fig. 6
33
5. Los satlites de los grandes planetas
Tabla 6
1 Mimas 3,11
2 Enceladus 3,99 1,28
3 Tethys 4,94 1,24
4 Dione 6,33 1,28
5 Rhea 8,84 1,39
6 Titn 20,48 2,31
7 Hyperion 24,82 1,21
10 Themis 24,2 - --
8 Japhetus 59,68 2,40
9 Phoebe 216,8 3,63
34
Distancia relativa
radio de Saturno=1
Satlites de Saturno
Fig. 7
35
Tabla 7
V 1 2,53 ---
VI --- 160
X --- 164
VII --- 164
XI 10 320
VIII 11 330
IX 12 338
Es posible que entre el IV y el VI falten dos satlites, que seran el (6) y el (7)
y otro, el (8), entre el (VII) y el (XI). En un lugar intermedio se presentan dos
grupitos, el VI, X y VII, y el XI, VIII y IX. No se sabe de dnde han salido, pero
conviene tener en cuenta: 1) Se trata de astros muy pequeos en relacin a los dems
satlites. 2) Sus rbitas presentan una excentricidad exagerada. Frente a la de 0,005
para el I, el II y el V, a la de 0,015 para el III y 0,0075 para el IV, tenemos para los
dos grupitos ms alejados una excentricidad de 0,155, 0,140 y 0,207 para uno y 0,267,
--- y 0,368 para el otro. 3) El XI, el VIII y el IX tienen movimiento retrgrado de
revolucin. 4) Dado el gran tamao de Jpiter y su distancia al Sol, su atraccin
relativa sobre los dos grupos de satlites es alta y la ley de Bode podra indicar que el
sistema primario de satlites de Jpiter estuviera constituido slo por los cinco
primeros, los que van desde el anillo proximal hasta los grupitos perifricos.
36
Fig. 8
37
En todo caso, la ordenacin de los satlites de Jpiter tampoco excluye la ley
exponencial, simplemente pone de manifiesto otros factores determinantes de la
distancia a Jpiter por lo que se refiere a los satlites ms alejados. Descontados los
dos grupitos referidos, no se conoce otro caso de planeta o satlite intercalado entre
dos trminos consecutivos del orden exponencial. Cabe considerar especialmente la
captacin de cuerpos extraos que se aadiran al conjunto de los satlites propios del
planeta, formados previamente. Este puede ser tambin el caso de Neptuno y el de
Plutn con respecto a la formacin de planetas en el sistema solar y quizs incluso el
de Urano (fig. 6).
Desde los antiguos astrnomos alejandrinos (III a.C.a II d.C.), quizs haya
sido siempre inevitable que la observacin atenta del firmamento lleve a presuponer la
existencia de un diseo formidable. Aun as, resulta admirable que, en el siglo XVII,
Kepler se diera cuenta de que el sistema solar tiene una gran unidad regulada por
leyes generales estrictas, de las cuales dependera la ordenacin conjunta tanto de los
planetas como de los satlites (4.)
38
6. Ley de Bode en el descubrimiento de los planetas telescpicos
10
Figura tomada de J. Nez. Memorias RACAB, n 975, V. LIX, n 10, 2002.
39
ms espectacular de la mecnica newtoniana. Sin embargo, Mercurio y Plutn no
tardaran mucho en dar nuevos problemas.
Hay que tener en cuenta que este escrito es un ensayo y no un libro de texto, ni
un artculo de una revista especializada. Por ello he credo oportuno ayudar al lector,
con cierta base de astronoma, aadiendo una pequea sinopsis para facilitar la
comprensin precisa o simplificar la posible consulta de un manual, en relacin a lo
que se referir en los apartados 6.2. a 6.5.
Fig. 9
40
La posicin de un astro en la bveda celeste es un dato bsico para formalizar
nuestra visin cosmolgica. Como es sabido, se determina mediante un sistema de
coordenadas que pueden tener como origen al observador (coordenadas geocntricas)
o bien al Sol (heliocntricas). Pueden ser las que toman el plano del horizonte y la
vertical, las que parten del plano del ecuador y el eje de los polos o bien las que toman
el plano de la eclptica y el correspondiente eje perpendicular. Las coordenadas
celestes tienen como base el ecuador y el eje del mundo. El origen de las que se
cuentan sobre el ecuador puede ser la interseccin con el meridiano local
(coordenadas horarias) o con el punto vernal (coordenadas absolutas), llamado
tambin punto Aries o equinoccio de primavera (fig. 10). La ascensin recta es el
arco de ecuador desde el punto Aries hasta la interseccin del crculo horario del astro
con el ecuador, contado en sentido directo de 0 a 360, o de 0 h a 24 h. La
declinacin es el arco sobre el crculo horario del astro contado desde el ecuador hasta
el astro de 0 a 90 para el hemisferio boreal, y de 0 a 90 para el austral. Para cada
astro hay un determinado ngulo horario H con respecto a su posicin, que depende
de la hora sidrea. Si sta es T, vendr expresado por H = T , o bien H = T +
24 h, siendo la ascensin recta correspondiente. En todo caso, sea cual sea el
sistema de coordenadas utilizado para definir la posicin de un astro, puede pasarse de
unas a otras teniendo en cuenta el tiempo T. La expresin anterior relativa a la hora
sidrea T constituye la llamada frmula fundamental de la Astronoma, segn sola
decir el Prof. J. Febrer11 en sus cursos de astronoma en la Universidad de Barcelona.
11
Director del Observatorio Fabra desde 1957 a 1970.
41
Los elementos de una rbita elptica son: 1) La longitud del nodo ascendente
, ngulo - Sol - sobre la eclptica, y la inclinacin i. Ambos sitan el plano de
la rbita con respecto al plano de la eclptica. 2) La distancia angular del perihelio
al nodo, la cual sita la posicin de la rbita en su plano. 3) La excentricidad e y el
semieje mayor D, que dan la forma y dimensin de la rbita. 4) El perodo de
revolucin P y la poca del paso por el perihelio que suele designarse por T, y que
sirve de punto de partida para el clculo de las anomalas. El movimiento medio =
2 / P = 360 / P expresa la velocidad de un astro ficticio para recorrer una
circunferencia con movimiento uniforme en el tiempo P. Ya conocemos la relacin
entre P y D establecida por la tercera ley de Kepler.
Fig. 10
42
El problema de la determinacin de los elementos , i , , e , D, T y P de
una rbita planetaria consiste en ligar estas incgnitas con las observaciones de la
posicin del astro en la bveda celeste. Se necesitan, como mnimo, seis
observaciones que dan tres posiciones aparentes, pues cada una comprende una
ascensin recta y una declinacin. De todos modos, el problema es difcil y de l se
han ocupado una gran nmero de matemticos despus de Newton. La informacin
bsica es la establecida de un lado por Laplace y de otro por Gauss en el siglo XIX.
Lagrange trat tambin el problema en la misma poca de una forma intermedia entre
la de los otros dos autores. Son todava clebres al respecto la obra de Luc Picart,
Calcul des Orbites et des phmrides, y la de G. Stracke, Bahnbestimmung der
Planeten und Kometen. Segn algunos autores relativamente recientes, como Ramn
M. Aller (1945), para comprender bien el problema del clculo de los elementos de
una rbita, es recomendable empezar estudiando a fondo la obra de Gauss: Teora
motus corporum coelestium in sectionibus conicis Solem ambientium. En la prctica,
actualmente se dispone de programas informticos con los que se puede resolver el
problema fcilmente. Sin embargo, conviene recordar, en relacin al descubrimiento
de los planetas telescpicos y al conocimiento de las rbitas de los histricos, que en
ningn caso se emplearon los mtodos aludidos de las obras que acabamos de referir.
Esto es debido a que, con un gran nmero de observaciones disponible, se puede
trazar una primera aproximacin de la rbita de un planeta con todos sus elementos.
Luego, se van haciendo sucesivos ajustes a travs de las desviaciones de las
efemrides calculadas a lo largo del tiempo durante aos. As es como Kepler y otros
astrnomos de su poca llegaron al conocimiento bastante correcto de las rbitas de
los planetas histricos. A medida que se aument la precisin de las posiciones y las
determinaciones del tiempo sidreo, se mejoraron progresivamente los modelos de
cada rbita. Recordemos que, a partir de los catlogos de estrellas, ahora se puede
seguir la posicin de un planeta con gran precisin y verificar las efemrides
calculadas mucho ms fcilmente.
43
aplic esta denominacin. Lalande haba propuesto que se le diera el nombre de su
descubridor, pero no tuvo buena acogida. Prosperin sugiri el de Neptuno, porque as
Saturno se encontrara entre sus dos hijos, Jpiter y Neptuno. Lichtemberg propuso el
de Astrea, la diosa de la justicia, para que presidiera desde los confines de nuestro
sistema. Poinsinet propuso Cibeles, madre de los dioses. Finalmente, fue Bode quien
abog por el nombre de Urano, el ms antiguo de los dioses, y ste se consolid.
Influy seguramente el hecho de que Bode hubiera hablado tanto de este planeta
despus de su descubrimiento, a propsito de que ya estaba previsto como trmino 8
de la sucesin de Titius (3) (4.2.).
12
Diversos detalles de la historia del descubrimiento de Neptuno se encuentran en muchos libros. Sin
embargo, en este apartado se relacionan los hechos recopilados por T. Arcimis consignados en el
captulo XI del Tomo I de El telescopio moderno, publicado en Barcelona en 1878 por Montaner y
Simn Eds., que constituyen una referencia coetnea y de primera mano.
44
Bouvard desech estas observaciones, considerando que posiblemente eran inexactas,
y present sus tablas en 1821, basadas slo en observaciones recientes. Al principio
parecieron fiables pero, a partir de 1830, se empezaron a encontrar discrepancias que
iban en aumento con el paso del tiempo, y que, al cabo de diez aos, ya alcanzaban
los 2. Por supuesto que se trata de una diferencia importante, claramente perceptible
en la imagen telescpica y perfectamente mensurable. A la vista de ello, el propio
Bouvard, que muri en 1840, ya haba llegado a suponer que estas perturbaciones
podan atribuirse a un planeta exterior a Urano, al igual que otros muchos astrnomos
notables de la poca, como Valz, Somerville, Maedler y Bessel. Este ltimo, que
gozaba de gran prestigio, se propuso estudiar a fondo este problema, pero falleci
antes sin poderlo llevar a cabo.
45
trabajo que le haba dejado Adams, se dio cuenta de que concordaban en todo.
Entonces corri a ponerse en contacto con el profesor Challis del Observatorio de
Cambridge, para que inmediatamente procediera a la bsqueda del ignoto planeta.
Challis empez su trabajo el 11 de julio, pero eligi un mtodo muy laborioso. En
lugar de fijarse en la magnitud de un disco planetario entre las estrellas de la regin,
trat de localizar el planeta por el desplazamiento de cualquier astro con respecto a los
dems de la misma imagen telescpica. Por lo tanto, tuvo que hacer el catastro
completo de toda la regin donde poda hallarse el supuesto planeta, y observar
minuciosamente el registro a lo largo del tiempo para hallar un astro con movimiento
propio. Esto no poda hacerse como coser y cantar pero, cuando el 29 de septiembre
se fij en un cuerpo con disco aparente, pudo comprobar que se haba desplazado de
sus posiciones registradas el 4 y el 12 de agosto, sin que con anterioridad hubiera
tenido tiempo de reducir todos los datos de su cuaderno de notas. De hecho, se trataba
efectivamente del nuevo planeta.
46
A juicio del autor, est claro que fue Herschel el verdadero y nico
descubridor de Urano. En realidad, su mtodo es el mismo que seguira Challis en la
bsqueda de Neptuno. En cambio, Galle no lo hizo as porque conoca las previsiones
de Adams y de Leverrier. La rapidez con que localiz el nuevo planeta fue
consecuencia de la coincidencia de los dos clculos y constituira una confirmacin
extraordinaria de la mecnica newtoniana: partir de las perturbaciones de la rbita de
Urano, obtenidas independientemente por diferentes autores y a lo largo de ms de
dos aos. Calcular las efemrides correspondientes para un tiempo posterior a cargo
de terceros, darlo por supuesto y encontrar el nuevo planeta en 24 horas. Adems, el
trabajo de Challis constituy un apoyo independiente siguiendo el mtodo de
Herschel.
47
6. 5. Desviacin del perihelio de Mercurio: Vulcano o las ecuaciones de Einstein
En 1859, Leverrier pudo mostrar que las efemrides del paso del planeta por
delante del disco solar no correspondan a las observadas, aun teniendo en cuenta la
influencia de los dems planetas. Encontr tambin que, entre otras hiptesis
posibles, la anomala del perihelio de Mercurio poda ser debida a la existencia de
otro planeta de masa igual situado ms cerca del Sol. El desarrollo matemtico de este
supuesto fue presentado por Leverrier a la Acadmie des Sciences de Pars en el ao
referido. Dado el prestigio de Leverrier, este trabajo llam la atencin de muchos
astrnomos y tuvo consecuencias importantes.
Leverrier, que entonces era director del Observatorio de Pars, visit de golpe
y por sorpresa al mdico de Orgires para poder darse cuenta de lo que realmente
haba hecho. Sin ni siquiera presentarse, pidi con dureza a Lescarbault todos los
datos que tena, y tambin que le explicara con detalle cmo los haba obtenido y le
mostrara el instrumental utilizado. Lescarbault condescendi a todo con la mejor
voluntad y, a pesar de lo rudimentario de sus medios materiales y del nivel
relativamente limitado de sus conocimientos, Leverrier termin felicitndole porque
deba reconocer que su trabajo era honesto y suficientemente correcto para aceptar
48
que sus conclusiones eran perfectamente plausibles. Tanto fue as que, tomando los
datos del mdico de Orgires, Leverrier determin todos los elementos de la rbita
del posible planeta intra-mercurial. El perodo de revolucin sera de 29 das y 17
horas, una inclinacin respecto a la eclptica de 12 10 y un semieje mayor 0,143 con
relacin al de la Tierra.
49
La ciencia no trata propiamente de la realidad del mundo fsico que slo es un
postulado necesario, sino de la lgica de lo que pensamos de la misma. Nadie ha
demostrado que exista una realidad nica independiente de nuestra percepcin. La
formalizacin de la ciencia se basa en epistemas, tipos de orden causal inteligibles y
expresados de forma precisa. No pueden estar en contradiccin con los hechos ni
entre si, y su conexin con los hechos es imprescindible y deber ser expresa, bien
definida y precisa. Tendremos siempre incertidumbres, el posible contraejemplo y las
nuevas preguntas que puedan derivarse. El avance depende de una mejor percepcin
de los hechos, de un aumento de la capacidad de manejar los datos obtenidos y de la
fe cientfica para buscar las razones de la desviacin de una regla antes de
rechazarla en bloque. Sin duda, la historia que acabamos de exponer sobre las
distancias planetarias nos invita a reflexionar sobre ello, incluyendo la propia historia
de la ley de Bode.
6.6. Adopcin casual de Plutn. Nube de Oort, rbitas atpicas del cinturn de
Kuiper y el planeta que falta
Vulcano es una oveja perdida sin remedio, pero la historia de nuevos planetas
del sistema solar no termina aqu, dejando aparte los asteroides o pequeos planetas.
Ya en el siglo XX, diversas discusiones de carcter matemtico hicieron suponer a
Percival Lowell que el movimiento de Urano presentaba perturbaciones inexplicables
por la sola accin de Neptuno. De ah que volviera a plantearse la existencia de otro
planeta ms all de Neptuno, otra oveja perdida adems de Vulcano. Lowell falleci
en 1916, pero sus clculos se complementaron con los de sus sucesores en su
Observatorio de Flagstaff en Arizona. Al mismo tiempo se procedi a un largo y
meticuloso examen fotogrfico de la regin zodiacal hacia los Gemelos, que era la
zona asignada por el clculo. Finalmente, en marzo de 1930, C. W. Tombaugh, un
antiguo colaborador de Lowell, pudo encontrar un astro minsculo de 15 magnitud,
cuya posicin y movimiento correspondan aproximadamente a los clculos de
Lowell y de sus continuadores. Este nuevo planeta recibi el nombre de Plutn, dios
de los infiernos. En este caso, la oveja perdida pudo volver al redil (ver foto fig. 8,
obtenida el 24 de abril de 1930).
50
Es un pequeo hermano adoptivo de los dems miembros del sistema solar, que
forma parte de la historia de los planetas telescpicos, bien distinta de la del
descubrimiento de Neptuno, aunque puede considerarse el resultado de una misma
filosofa. Probablemente, en el tiempo de Leverrier no se hubiera llegado a localizar y
nos encontraramos en un caso parecido al de Vulcano. Al lado del descubrimiento de
Neptuno, el de Plutn es un poco tristn y el de Vulcano un fiasco.
51
(fotografa cedida por el Dr. J. M. Codina, director del Observatorio Fabra)
Fig. 11
52
Podemos preguntarnos si ms all de Plutn hay todava otros planetas del
sistema solar. Los estudios de J. H. Oort sobre la Va Lctea, de hace ya ms de
medio siglo, llevaron a pensar que probablemente el sistema solar se encontrara
dentro de una nube de pequeos planetas semejantes a Plutn. De hecho, se han
descubierto varios: el Eris a 97 UA de distancia al Sol y recientemente el V774104 a
103 UA, con un dimetro de 500 a 1000 km. Sus rbitas son muy poco conocidas y se
supone que todo el sistema solar histrico estara dentro de una nube de estos cuerpos
de hasta unas 1000 UA de dimetro. Para Kuiper, ms que una nube sera un cinturn
de dicho dimetro. Las rbitas de estos asteroides lejanos son totalmente atpicas,
quizs debido a la influencia de un planeta gigante desconocido o a otra causa de
perturbacin gravitatoria. En realidad sabemos todava muy poco de todos estos
planetas lejanos, pero lo suficiente para darnos mayor cuenta de lo lejos que nos
queda la clebre ley de Titius-Bode.
Adems de los planetas y de los asteroides, hay tambin los cometas que
constituyen otro tipo de astros mviles conocidos desde la antigedad. En el Tratado
de Astronoma de Cerd podemos encontrar la teora newtoniana de los cometas,
tomada de la obra de B. Martn (4). All se dice que en su Cometographia, Halley
incluye el clculo de la rbita de veinticuatro cometas, con los tiempos de retorno y
paso por el perihelio. Incluye la rbita del clebre cometa que lleva su nombre. Se
trata de rbitas elpticas de cometas peridicos y tambin de rbitas parablicas.
Dentro de los astros fijos tenemos en primer lugar las estrellas, de las cuales
pueden distinguirse a simple vista en todo el cielo unas 5.000. Sin embargo, con el
telescopio este nmero pasa a centenares de millones. Adems, hay cmulos estelares
formados por grupos de estrellas ms o menos diseminadas, como las Plyades, o bien
apiadas, como el cmulo de Hrcules. Hay nebulosas amorfas como la de Orin, con
unas reas luminosas y otras oscuras. Hay tambin las Nubes de Magallanes en el
hemisferio austral y una nebulosa espiral como la de Andrmeda que, en buenas
condiciones, puede percibirse a simple vista. Otras son telescpicas.
53
centro de 5 x 103 a 104 aos-luz. El sistema solar se halla en un punto cerca del borde
de esta fabulosa lenteja, perdido entre millones y millones de estrellas. La bifurcacin
obedece a que, mirando hacia el centro de la lenteja desde el borde de la misma, se
encuentra una inmensa nube oscura de polvo interestelar, mientras que la oscuridad
fuera de la Va Lctea se debe al propio fondo vaco del espacio estelar. Algunas
estrellas que se ven sobre la parte central oscura, en realidad es que estn entre
nosotros y la zona opaca.
Como hemos visto, la ley de Bode ha sido til de alguna forma para localizar
planetas telescpicos que, una vez descubiertos, no siguen las rbitas previstas para
confirmar dicha ley.. La generalizacin de la misma, vista como consecuencia de la
formacin de planetas y satlites, nos muestra lugares vacos como posibles ensayos
54
frustrados. Si fuera as, su misma existencia, y por lo tanto la de la Tierra, sera
fortuita. Esto presupondra que toda la historia de la vida sobre nuestro planeta
hubiera sido el resultado de un juego de azar en el que salimos ganadores. Ya
sabemos que con tantos millones de estrellas habr otras Tierras paralelas, pero cada
una de ellas sera otro nmero premiado de lotera. En este supuesto, aquello que la
astronoma newtoniana lleva implcito de que Dios puede estar ah solamente
contemplando su obra y sin necesidad de intervenir para nada, habra pasado a ser una
suposicin demasiado arriesgada.
55
56
7. La Ley de Bode en cosmogona y en los planetas extrasolares
Ya hemos dicho (4.5.) que, igual que J. Titius, M. Kant fue discpulo de Ch.
von Wolf, quien era uno de estos profesores que a menudo son padres de las ideas de
sus discpulos. En 1755 Kant public su Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des
Himmels, fuente de la teora de Laplace. Insisti igualmente sobre la existencia de un
planeta entre Marte y Jpiter, quizs ms que sobre la falta del planeta y mucho antes
que Bode, tanto como mucho despus de Kepler. Tambin seala que habrn otros
planetas despus de Saturno, con rbitas de excentricidad creciente hasta llegar a los
cometas. Probablemente conoca tambin la frmula de la futura ley de Bode, pero no
he encontrado ninguna referencia.
Kant es el primero en proponer una nebulosa como origen del sistema solar y
los partidarios de esta hiptesis continan en la actualidad, aunque sus teoras sean
mucho ms complicadas. Es importante darse cuenta de que l representa el comienzo
de la transicin entre actualismo y evolucionismo o una creacin que continua, lo cual
ni Kepler ni el propio Newton hubieran aceptado.
57
Newton tambin conoca los Principia philosophiae de Descartes, publicados en
1644, en los que, con ciertas cautelas, expone la teora de los vrtices, pero no parece
haberle interesado demasiado. Newton tambin seal que el giro de los vrtices es
contradictorio con la tercera ley de Kepler, y que esta teora no explica ningn
fenmeno del sistema solar sin que tengan que aadirse en cada caso nuevas hiptesis
complementarias. Poco ms tarde, los vrtices fueron descalificados por muchos
matemticos que, como DAlembert (1717-1783), los consideraban una suposicin
ridcula. A pesar de esto, la teora de Descartes tuvo muchos partidarios en Francia,
debido al prestigio indiscutible de su autor como matemtico y filsofo. Muchos
historiadores coinciden en sealar que retras casi cincuenta aos la entrada de la
astronoma newtoniana en toda Europa. Descartes manifestaba una tendencia excesiva
a dar prelacin al mtodo deductivo frente al experimental. La ciencia actual exige a
las nuevas teoras un grado de coherencia extraordinario en su propio planteamiento y
con relacin a las leyes establecidas en su rea y, adems, no admite ninguna teora
que no pueda establecer una conexin precisa con una percepcin probada del mundo
fsico. Por supuesto que la teora de los vrtices no cumpla ninguno de estos dos
requisitos, si bien aun en la actualidad son difciles de cumplir en cosmogona. Sin
embargo, todava a principios del siglo XX podemos encontrar recalcitrantes como E.
Belot, autor del Essai de Cosmogonie Tourbillonnaire, publicado en 191113. En este
ensayo, el autor afirma poner fin al duelo secular entre las dos doctrinas, la cartesiana
y la newtoniana despus del siglo XVII, y concluye: Tout systme sidral a dans son
existence deux priodes succdant insensiblement lune lautre, la priode
tourbillonnaire ou cartsienne, et la priode newtonienne rgie par la gravitation
universelle.
Ya hemos sealado (7.1.) que hacia la mitad del siglo XVIII, Buffon anunci
su hiptesis del choque de un cometa gigante con el Sol, como causa del origen de la
Tierra y los dems planetas. Tambin hemos dicho que pocos aos despus apareci
la hiptesis de Kant-Laplace en la cual se establece que el Sol formara por si mismo
el sistema planetario. Segn esta hiptesis, al principio habra una masa gaseosa
gigante con un movimiento de rotacin que ocupara todo el espacio actual del
sistema planetario. Por su propia contraccin dara lugar a un movimiento rotatorio
cada vez ms rpido que producira un aplastamiento de toda la nebulosa primitiva y
luego dara lugar a la formacin de una serie de anillos gaseosos. Se pona como smil
el experimento de Plateau, en el cual una cierta masa de aceite se hace girar en el seno
de agua u otro lquido cada vez ms rpidamente. Cuando la velocidad de rotacin es
13
E. Belot. Essai de Cosmogonie Tourbillonnaire. Gauthier-Villars, Pars, 1911.
58
suficientemente alta, se forman anillos alrededor del cuerpo central. Se supona que
en la nebulosa que se va acelerando por su contraccin se forman anillos a su
alrededor que ms tarde se rompen para formar los planetas.
Unos sesenta aos despus de la obra citada de Laplace, el gran fsico ingls
Clerk Maxwell trat de dar una formulacin matemtica a la teora de Kant-Laplace,
pero tropez con dos serias dificultades. Una de ellas era la escasa materia que
representaban todos los planetas juntos, la cual, distribuida uniformemente en el
espacio ocupado por ellos, quedara tremendamente enrarecida, sin que la fuerza de la
gravitacin fuera capaz de reunirla formando planetas separados. Los anillos que
pudieran formarse continuaran siendo anillos como los de Saturno, del que se sabe
que estn compuestos por innumerables partculas pequeas que no presentan
ninguna tendencia a formar un satlite. La segunda dificultad estaba en que no poda
acudirse al supuesto de que una mayor parte de la materia sideral de la que se
sustraera la de los planetas fuera a parar al Sol, porque esto hubiera aumentado unas
cinco mil veces su velocidad de rotacin para conservar el momento angular. El Sol
tendra que dar siete vueltas sobre si mismo en una hora en lugar de una en cuatro
semanas. Por ello la mayora de los astrnomos pas a considerar que la teora de
Laplace no era adecuada
59
comprender la formacin de rbitas reales casi circulares en lugar de elpticas y muy
alargadas. Por ello se pens en el efecto de una envoltura gaseosa girando alrededor
de la masa estelar, la cual sera causante de la disminucin de excentricidad. Esta
envoltura se ira disipando ms tarde en el espacio sideral, dejando como resto slo la
dbil nebulosa que origina la luz zodiacal que se extiende desde el Sol en el plano de
la eclptica. En cierto modo, se haba hecho una teora mixta entre la hiptesis de
Buffon y la de Laplace. As estaba el panorama cuando en 1943 C. Weizscker14,
reuniendo los datos obtenidos en las investigaciones astrofsicas de las dos dcadas
anteriores, resucit en cierto modo la vieja hiptesis de Kant-Laplace. El Sol dara
lugar a la formacin de los planetas sin la intervencin de ningn otro astro.
7. 2. La teora de Weizscker
14
Carl Friedrich von Weizscker (1912-2007), hermano del que fue presidente de la Repblica federal
de Alemania (1984-1994), fue discpulo de Heisenberg y de Bohr. Fue profesor en varias universidades
alemanas y destacan sus trabajos sobre generacin de energa nuclear en el interior de las estrellas
(Bethe-Weizscker-Zyklus, 1937-1938). En 1946 present la teora del origen del sistema planetario,
despus de unos trabajos previos de 1943. Se expuso en el curso 19591960, dado en la Universidad de
Glasgow, del que han aparecido posteriormente varias ediciones fragmentarias. Este apartado se basa
en la exposicin relativamente detallada que da George Gamow en su libro Uno, dos, tres,... infinito,
publicado en 1946. Los dos grandes fsicos tuvieron una extensa relacin personal en esta poca, y por
esto la descripcin de Gamow es de primera mano sin aludir a ninguna fuente bibliogrfica (Ed. Espasa
Calpe, Argentina S.A., Buenos Aires, 1948).
60
Si la envoltura primitiva del Sol estaba formada del mismo material
interestelar actual, slo una pequea porcin de ella, la que representa a los elementos
pesados de tipo terrestre, podra haber sido usada para formar la Tierra y los dems
planetas. El resto se habra diluido y uniformizado en el espacio interestelar, porque
no se puede considerar la posibilidad de que hubiera pasado a formar parte de la masa
solar, dado que con ello habra aumentado el momento angular, acelerndose su
rotacin de forma substancial.
Segn Weizscker, tanto las partculas como los planetas seguiran las leyes
de Kepler adems del giro circular de la envoltura primitiva del Sol. Las rbitas
elpticas B y C, referidas a un sistema de ejes cartesianos giratorio, adoptaran la
forma correspondiente a B y C (fig. 9), porque el cuerpo que gira, unas veces se
adelanta y otras se atrasa con respecto a los ejes giratorios, manteniendo la distancia
media al Sol. Una partcula A, que se moviera en una rbita circular, parecera estar
siempre en reposo en el punto A si su velocidad fuera igual a la del giro de los ejes
de sentido contrario (fig. 9).
61
Movimiento circular (A) y elptico (B y C), como se observara en un sistema
de coordenadas fijo (a) o en otro giratorio (b).
62
Sendas de trnsito del polvo en la envoltura solar primitiva.
63
De acuerdo con la teora de Weizscker, los huecos en la sucesin de Titius y
en los de las distancias sucesivas de los satlites de Saturno y Jpiter, sealaran los
posibles casos fallidos, en los que no habran llegado a formarse ni el planeta ni los
satlites correspondientes. En este supuesto, dejando aparte los satlites de Jpiter,
tendramos cuatro posibles fracasos en diecinueve ensayos. Esto sugiere que una
repeticin del planeta Tierra con el mismo xito que en la gnesis del sistema solar
podra tener una probabilidad de 19 / 23 = 0,82. Tambin podramos considerar que si
falta uno de los ocho planetas de la ley de Bode, la probabilidad de que se forme un
planeta cualquiera podra ser 7/8 y, en n ensayos (7/8)n, y la de que no se forme
1- (7/8)n. Para que la formacin de un planeta tuviese el 50% de probabilidades de
realizarse con xito, tendramos = 1- (7/8)n, que da n = 6. Esto supondran que, de
promedio, en cada seis estrellas como el Sol, faltara un planeta. Con ocho planetas, la
probabilidad de que fallara la formacin de uno concreto sera del 50% en 6 x 8 =48
casos.
14
Kuiper, G.P. (1905-1973). (Ed.) De la serie El sistema solar en 4 volmenes. El primero 1953) El
Sol; el segundo, La Tierra como planeta (1954); el tercero, Planetas y Satlites (1961); y el cuarto La
Luna, meteoritos y cometas (1973). Ed. de la Universidad de Chicago. Descubri un satellite de Urano
y uno de Neptuno, la existencia de atmsfera en Titn (anunciada con anterioridad por J. Comas Sol.
Vctor Delfino, Las rutas del infinito, Ed. Feliu y Susana. Barcelona, (1911)) as como de la presencia
de CO2 en la atmsfera de Marte. Sus trabajos cosmolgicos, con los que adquiri gran prestigio
internacional, son todava realmente interesantes. Kuiper tuvo una influencia notable sobre los
programas planetarios de la NASA.
64
de la materia perdida se habra expulsado fuera del sistema solar y el resto girara en
espiral alrededor del Sol.
Ahora me viene a la cabeza que hacia la mitad del siglo pasado, cuando estaba
trabajando con el texto de Gamow sobre la hiptesis de Weizscker y empezaba a
65
hacerlo tambin con la de Kuiper, me acord de una nota ma sobre el efecto Oort
publicada en 194515 en Urania. Naturalmente trata de la estructura de la Va Lctea
(6.7..) con millones de estrellas girando alrededor de un centro de una inmensa
nebulosa con una velocidad media que va disminuyendo uniformemente al alejarse de
dicho centro. En cierto modo, me pareca algo semejante a lo que tendra lugar en la
formacin del sistema solar. En ambos casos coexisten varios movimientos, uno de
velocidad radial y otro de rotacin alrededor del centro de giro. Su combinacin da
lugar a un movimiento espiral semejante al de la fig. 5, como tambin a la de la
fotografa de la nebulosa espiral de la fig. 6. En la formacin de la estrella hay una
concentracin que aumenta la velocidad de giro y produce un aplanamiento lenticular.
En la formacin de protoplanetas puede tener lugar una captura por resonancia cuando
coincide la velocidad radial con la velocidad de la rbita kepleriana correspondiente,
que es lo que se representa en la fig. 5. Podra ser un modelo aplicable a la fotografa
de la nebulosa con una velocidad media nula para n = 9. Con ocho planetas de la
espiral tendramos ocho distancias keplerianas.
A mediados del siglo pasado, todos dbamos por supuesto que el sistema solar
no poda ser nico en todo el Universo. A travs de la literatura astronmica de los
siglos XIX y XX se aprecia con facilidad que se trataba de una opinin muy
generalizada desde haca tiempo. En cambio, en el siglo XVIII, esto ya sera una
hiptesis arriesgada. Con anterioridad nadie hubiera aceptado otros planetas que los
que giran alrededor del Sol y que podemos ver a simple vista. Lo dems sera una
fantasa literaria. Por supuesto, lo que yo recordaba se refera exclusivamente al
15
R. Pars. Los efectos fsicos de mayor importancia en astrofsica. Urania. Num. 209, pg. 22-26.
1945.
66
mundo fsico. Entre millones y millones de estrellas no haba razn alguna para no
admitir que pueden haber muchas estrellas comparables con el Sol, como planetas con
la Tierra. Sin embargo, lo cierto es que nadie lo haba probado.
67
68
8. Mucho ruido y pocas nueces. Conclusin
69
Ciertamente, dejando aparte la curiosa simbologa hermtica de los cosistas,
10 y 20 es la solucin correcta, porque 10 + 20 = 30 y 10 x 20 = 200, sin embargo el
mtodo empleado slo vale para este caso particular en el cual (xy / 2) es igual a
30 - (30 + 100) / 2.
Doy por supuesto, y no puedo creer que me equivoque, que hoy en da algn
chico espabilado de Bachillerato sabra resolver el problema de forma general:
Por otra parte, ya hemos visto (6) que la ayuda de la ley de Titius-Bode para el
descubrimiento de nuevos planetas fue en realidad muy pequea. Sin ella se hubieran
descubierto igualmente. Quizs la aportacin ms positiva sera la de la propia
ordenacin regular de las distancias planetarias consecutivas y su incremento segn
una progresin geomtrica. En todo caso, lo que sorprende es que, estando todo al
alcance de la astronoma de la poca (4. 5. 6.), pasara desapercibido el hecho de que
esta razn no es constante ni igual a 2. Se trata de un artefacto aritmtico, dado que
las distancias armnicas sucesivas reales aumentan linealmente, trmino a trmino,
desde n=2 a n=8. El autor de este ensayo no puede creer que J. Gregory, B. Martn, T.
Cerd y otros de la misma generacin, que no conocan la ley de Bode como tal, no
supieran todo esto y ms.
70
correo ordinario sus resultados, que confirmaban con mayor rigor el xito de las
ecuaciones de Einstein para explicar la rbita de Mercurio. Einstein le contest:
Jams habra esperado que la solucin exacta de este problema pudiera formularse
de una manera tan simple. Una semana ms tarde, Schwarzchild le envi otro escrito
sobre la curvatura del espacio-tiempo fuera de una estrella esfrica y carente de
rotacin. Ms tarde, le mandara otro sobre lo que ocurrira dentro de dicha estrella.
En el centro, el espacio-tiempo se curvara infinitamente sobre si mismo. Si se tratara
del Sol, esto ocurrira si toda su masa se comprimiera hasta un radio de algo menos de
3 quilmetros. Una semana ms tarde Schwarzchild morira de gangrena de herida de
guerra. Al parecer, ni entonces ni despus Einstein no creera que los resultados de
Schwarzchild se correspondieran con algo real, pero slo unos meses ms tarde J.R.
Oppenheimer y su discpulo Snyder afirmaran lo contrario y, tras la muerte de
Einstein en 1956, la teora de Schwarzchild era aceptada por todos los fsicos de la
poca como una caracterstica muy real derivada de la relatividad general de Einstein.
Se trata de los llamados agujeros negros, que abundan en todo el Universo. Uno de
ellos se halla en el centro de nuestra galaxia, con una masa varios millones de veces
superior a la de nuestro Sol.
Ms all de unos cinco mil aos atrs, unos pocos hombres percibieron que
hay otros astros mviles, adems de la Luna y del Sol, con movimiento propio
aadido al de la vuelta diaria completa a la bveda celeste. La Luna poda pasar por
delante del Sol, luego estaba ms cercana e iba ms deprisa. Siguiendo el ejemplo de
la Luna y del Sol, pasaron a creer que los ms rpidos seran los ms cercanos. Y ah
empez la cuestin de las distancias planetarias. Por qu llegaron a esta percepcin
del mundo fsico? No lo s, pero ello sera el punto de partida de la historia que
venimos comentando en este ensayo. En el curso del tiempo hubo diversos extravos
que se corrigieron. Pero, visto desde ahora, resulta una historia irrevocable, que no
sabemos hasta dnde nos puede llevar. Qu hubiera dicho Leverrier de la solucin de
Schwarzchild a la desviacin del perihelio de Mercurio, y el mdico de Orgires, y
Lummis de Manchester, y el desafortunado profesor Airy (6.5.)? De saberlo Titius,
quizs ste no habra pedido permiso a Bonnet para intercalar la clebre regla de
distancias de los planetas al Sol en su traduccin al alemn de Contemplation de la
nature (3), como doy por supuesto.
El autor desea puntualizar que este ensayo, que aqu termina, slo pretende
honrar la memoria de sus antiguos profesores despus de ms de medio siglo de no
haberlos visto y recordar la extraordinaria alegra intelectual que saban motivar.
71