Amrica Latina:
Historiografa y Praxis
Historiografa y Praxis
EDICIONES CECATP
Centro de Estudios y Capacitacin Tcnico Pedaggica
Santa Mnica 1938, Santiago de Chile, 2006 (1 edicin)
Edicin: Robert Austin
Diseo: Viviana Ramrez y Robert Austin
Composicin: Viviana Ramrez y Robert Austin
Correccin: Oscar Piera, Claudia Videla Sotomayor,
Marisol Videla, Ximena Goecke, Mnica
Dias Martins, Hernane Costa, Viviana
Ramrez y Robert Austin
Comit Editorial: Juan Carlos Rivera, Mirtha Rodrguez,
Fernando Castro, Oscar Piera y Robert
Austin
ISBN 978-956-310-713-5
Prefacio viii
Robert Austin 65
v
vi Indice
VI La Transculturacin
y el Imperialismo Cultural en Cuba
vii
viii Prefacio
El Imperialismo en Lo Cultural
y Los Pueblos de Amrica Latina
1
2 El Imperialismo en lo Cultural
4. Se entiende por tal, las islas del centro y del sur del Ocano Pacfico,
que incluyen a Micronesia, Melanesia y Polinesia. El trmino abarca, a veces
tambin, a Australia, Nueva Zelanda y el Archipilago Malayo. Ver Gmez de
Silva, Guido, Diccionario Geogrfico Universal, Mxico D.F., Fondo de Cultura
Econmica, 1997, p.340.
5. La activa presencia de especialistas en ciencias sobre la vida
humanadesde el ltimo tercio del siglo pasado, como avanzadilla de la
dominacin imperialista en Asia, frica, Amrica Latina y Oceanase
increment premeditadamente en el siglo XX, con propsitos mejor definidos
y concretos. Basta leer las confesiones sobre el particular en obras de autores
como Kluch Kon, C., Antropologa, Mxico, 1949; Holden, J. S., Current
Anthropology, Vol. 9, N 5, 1968; Beals, R. L. y Hoijer, H., Introduccin a la
Antropologa, Mxico, 1960; entre las de otros.
6. Se entiende por esto una actitud de revisin a ultranza de estndares
valricos o paradigmticos, que puede dar como resultados nuevos marcos de
valores o paradigmas.
Jorge Ortega Surez y Odalys Peate Lpez 5
20. Esteve Barba, Francisco, Historia Indiana, Madrid, Editorial Gredos, s/f,
pgs. 211-212.
21. Daz de Castillo, Bernal, Historia de la Conquista de Nueva Espaa,
(Tomo 1), La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1963, pg. 131.
Jorge Ortega Surez y Odalys Peate Lpez 19
mitogrficos.26
La Universidad y el Intercambio
Educacional: La Contribucin Cubana al
Desarrollo Post-colonial
Anne Hickling Hudson1
Este captulo sugiere que el sistema universitario cubano ha
desarrollado un currculum que es particularmente adecuado para
preparar a los graduados para superar los problemas de
subdesarrollo material y social caractersticos de muchos de los
pases post-coloniales. La pedagoga utilizada en la educacin
superior cubana insiste en la integracin del estudio con el trabajo
prctico y la investigacin aplicada para todos los estudiantes. El
estudio acadmico es combinado cada ao con experiencias
laborales relacionadas con el grado, y en este proceso se enfatiza
un alto nivel de responsabilidad social. Basado en entrevistas
realizadas a estudiantes graduados o cursando estudios de
pregrado en universidades cubanas entre 1993 y 1996, este
captulo describe y analiza la importancia de esta forma de
25
26 Anne Hickling Hudson
8. Richmond, M., The Cuban Educational Model and its Influence in the
Caribbean Region, en Brock, C. y Clarkson, D. (eds.), Education in Central
America and the Caribbean, Londres, Routledge, 1990.
36 Anne Hickling Hudson
10. Entrevistas con estudiantes becados, UCVL, 1993 (ver tambin nota 1).
Contribucin Cubana al Desarrollo Post-colonial 47
11. Irizarry, R., Overeducation and Umployment in the Third World: The
Paradoxes of Dependent Industrialization, en Comparative Education Review,
Vol. 24, N 3 (1980), pgs. 338-352; Rosenzweig, M. R., When Investing in
Education Matters and When It Does Not, en Challenge, (March-April, 1996);
Eckstein, S., The Coming Crisis in Cuban Education, en Assessment in
Education, Vol. 4, N 1 (1997), pgs. 107-20.
Contribucin Cubana al Desarrollo Post-colonial 51
12. Clculos de 1988 citados por Deere, C. et al., In the Shadows of the Sun:
Caribbean Development and U.S. Policy, San Francisco, Westview Press, 1990.
52 Anne Hickling Hudson
13. Ver Rossett, P. y Benjamin, M., The Greening of the Revolution: Cubas
Experiment with Organic Agriculture, Melbourne, Ocean Press, 1994; y Rosset,
P., The Greening of Cuba, en Collinson, H. (ed.), Green Guerillas:
Environmental Conflicts and Initiatives in Latin America and the Caribbean,
Nottingham, Latin American Bureau, 1996, pgs. 158-167.
Contribucin Cubana al Desarrollo Post-colonial 53
Conclusin
65
66 El Buen Vecino Global
los Estados Unidos. Con respecto a la ltima, ver Johnson, Chalmers, Blowback:
The Costs and Consequences of American Empire, Nueva York, Henry Holt &
Company, 2000; y Bowers, Tom, The Paperclip Conspiracy: the Battle for the
Spoils of Nazi Germany, London, M. Joseph, c. 1987.
3. Santos, R., The Peaceful Invasion of 1900: The Harvard University
Summer School for Cuban teachers, Ponencia, XXII Congreso International,
Asociacin de Estudios Latinoamericanos (LASA), Miami, EE.UU., 2000; y
Mart, J., Ideario Pedaggico, La Habana, Editorial Pueblo y Educacin, 1990,
pssim.
4. Galli, R. The United Nations Development Program, Development,
and Multinational Corporations, Latin American Perspectives, Vol. 3, N 4
(1976), pgs. 65-85.
5. Poltica implementada por el presidente estadounidense F. D. Roosevelt
en Centroamrica, una vez suprimida la revolucin nicaragense de los 1930s
por los marinos yanquis. Ver, por ejemplo, G. Black, The Good Neighbor: How
the United States Wrote the History of Central America and the Caribbean,
Nueva York, Pantheon, 1988.
Robert Austin 67
11. Ver por ejemplo Webber, F., Justice and the General: People vs
Pinochet, Race and Class, Vol. 41, N 4 (2000), pgs. 43-57; y Enrquez, Julio,
The English Patient, Peace Review, Vol. 11, N 1 (1999), pgs. 133-38. Sobre
la masacre de quizs un milln de supuestos comunistas indonesios en 1965,
durante el golpe militar que instal la dictadura del General Soeharto, ver
Anderson, B., Petrus Dadi Ratu, New Left Review, N 3, 1999 (2 serie), pgs.
5-15; Britton, P. The Indonesian Army: Stabiliser and Dynamiser, en
Mortimer, R. (ed.), Showcase State: The Illusion of Indonesias Accelerated
Modernisation, Londres, Angus and Robertson, 1973, pgs. 83-98; Pilger, J., A
Secret Country, Londres, Vintage, 1992, pg. 203; y Chomsky, N. et al.,
Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media, Nueva
York, Pantheon, 1988, pgs. 174-5.
70 El Buen Vecino Global
12. Marchetti, V. y Marks, J., The CIA and the Cult of Intelligence, Londres,
Jonathan Cape, 1974, pgs. 134-7. Ver especialmente los datos respecto a Radio
Americas ( pg. 135); Radio Free Europe y Radio Liberty (pgs. 23, 51, 134-
7,160-73); y Radio Swan (pg. 135).
13. Ranelagh, J., The Agency: The Rise and Decline of the CIA, Londres,
Sceptre, 1987, pgs. 146, 265-6; y Dunkerley, J., Power in the Isthmus, Londres,
Verso, 1988, pgs. 82, 144-5, 322-3. Sobre la relacin entre el capitalismo
transnacional y las fundaciones estadounidensesdescritas por Henry Ford II
como criaturas del capitalismover Arnove, R (ed.)., Philanthropy and
Cultural Imperialism: The Foundations at Home and Abroad, Boston, G. K.
Hall, 1980, pssim.
14. La CIA al Servicio del Imperio, en Julien, C., El Imperio Americano,
Barcelona, Ediciones Grijalbo, 1969, pgs. 343-84; Grindle, M., Armed
Intervention and US - Latin American Relations, Latin American Research
Review, Vol. 16, N 1 (1981), pgs. 207-17; Jones, G. S., The History of US
Imperialism, en Blackburn, R. (ed.), Ideology in Social Science: Readings in
Critical Social Theory, Fontana, Suffolk, 1972, pg. 232. Respecto a los fracasos
de la CIA, ver Gleijeses, P., Ships in the Night: The CIA, the White House and
the Bay of Pigs, Journal of Latin American Studies, Vol. 27, Part 1 (1995),
pgs. 1-42; y Vitale, L., Historia Social Comparada de los Pueblos de Amrica
Latina, (Vol. 3), Punta Arenas, Ediciones Plaza, 1999, pgs. 402-4.
Robert Austin 71
17. Nelson-Pallmeyer, J., School of Assassins: The Case for Closing the
School of the Amricas and for Fundamentally Changing U.S. Foreign Policy,
Nueva York, Orbis, 1997, pssim. El cineasta Costa Gavras ha evidenciado que
los presos polticos latinoamericanos fueron utilizados durante las secciones de
entrenamiento prctico de tortura en Panam; evidentemente el objetivo de este
programa heurstico era (y sigue siendo) perfeccionar la tcnica de extraccin
de informacin sin causar la muerte del individuo. Ver Estado de Sitio (video),
Nueva York, Axon video, cerca 1989. Originalmente constituido por el film Etat
de Sige Francia, 1973. Dirigido por Costa-Gavras; escrito por Franco Salinas.
18. Coronel Nicholas Andreacchio, citado en McClintock, M., The American
Connection, Vol. 1: State Terror and Popular Resistance in El Salvador,
Londres, Zed, 1985, pg. 339.
19. McClintock, The American Connection, Vol. 1, pgs. 338-340; pgina
editorial, New York Times (1996, sin ms detalle), citado en Brown, B., School
for Scandal: Report from Fort Benning, Commonweal, Vol. CXXV, N 21
(1998), pgs. 10-11. El historiador Luis Vitale ha calculado que unos 25,000
militares latinoamericanos fueron entrenados en la Escuela de Contrainsurgencia
y el Centro para Estudios Tcticos y Estratgicos (Escuela de las Amricas),
Panam, entre 1945 y 1975: ver Vitale, Historia Social Comparada, (Vol. 3)
pg. 428.
Robert Austin 73
32. Ver Bamford, J., Body of Secrets: Anatomy of the Ultra-Secret National
Security Agency, Nueva York, Doubleday, 2001; y Stein, N., North American
Congress on Latin America, citado en Yates, I. y McHugh, A. (eds.), Roger
Russell and Australias Universities: The Pentagons Trojan Horse? Adelaide,
Australian Union of Students (South Australian Region), 1974, pg. 22.
33. McSherry, J. P., Tracking the Origins of a State Terror Network, Latin
American Perspectives, Vol. 29, N 1 (2002), pgs. 38-60.
34. Yates et al. (eds.), Roger Russell and Australias Universities, pgs. 26,
33, 75.
35. D. Hilliard, Flinders University: The First 25 Years, 1966-1991,
Adelaide, Flinders University Press, 1991, pg. 67; Richardson, J., 28 Days that
Rocked Flinders, The Australian/Higher Education, 19 de agosto de 1998,
pgs. 39, 41; e Yates et al. (eds.), Roger Russell and Australias Universities,
78 El Buen Vecino Global
pg. 9 y pssim.
36. Por ejemplo, los textos neoliberales de William Paterson han sido
distribuidos en las escuelas australianas desde los aos 1970 bajo programas de
educacin econmica de la Cmara de Comercio Estadounidense, influenciada
por la CIA: ver Coxsedge et al., Rooted in Secrecy, pg. 121.
37. Witton, R., The Corporate Connection: The Georgetown Thinktank and
U.S. Investment in Australia, Dissent, N 29 (1972), pgs. 28-41.
38. Braslavsky, B., El Entorno y el Maestro en Diversas Perspectivas de la
Alfabetizacin Inicial, Lectura y Vida, Vol. 16, N 1 (1995), pg. 6.
39. Connell, W. F., Reshaping Australian Education, 1960-1985, Melbourne,
Australian Council for Educational Research, 1993, pgs. 135-8.
Robert Austin 79
Ngugi wa Thiongo41
43. Olson, K. et al., An Outline of American History, USIS, sin fecha y lugar
de publicacin; pgs. 187-9.
44. Halliday, F., An Ambiguous Turning Point: Grenada and its Aftermath,
NACLA: Report on the Americas, Vol. XVIII, N 6 (1984), pg. 20; Ropp, S.C.
Panama: The United States Invasion and its Aftermath, en Current History,
Vol. 90, N 554 (1990).
45. Citado en Galeano, Century of the Wind, pg. 263.
46. Citado en Godoy Urrutia, Csar, Educacin y Poltica, Santiago de Chile,
Ediciones Tierra y Escuela, 1959, pg. 80. Ver tambin Carta de Nueva York,
en Mart, Jos, En las Entraas del Monstruo, La Habana, Editorial de Ciencias
Sociales, 1984, pgs. 177-182.
47. Blawis, P. Tijerina and the Land Grants, Nueva York, International, pgs.
11-21.
Robert Austin 81
50. Por contraste, ver Mies, Mara, Patriarchy and Accumulation on a World
Scale: Women in the International Division of Labour, Londres, Zed, 1986;
Vitale, Luis, Introduccin a una Teora de la Historia para Amrica Latina,
Buenos Aires, Planeta, 1992; Fanon, F., The Wretched of the Earth, Ringwood,
Penguin, 1973; Chilcote, R. et al., Latin America: Capitalist and Socialist
Perspectives on Development and Underdevelopment, Boulder, Westview, 1986.
51. Bell, The Coming of Post-Industrial Society, Tabla 1-1, pg. 434.
52. Regional Office for Central America and Panama Affairs (ROCAP,
Departamento del Estado, EE.UU.), ROCAP Book Program: Grade 3 (Book 2),
Washington D.C., ROCAP, 1969; citado en Jonas, S. et al. (eds), Guatemala,
Nueva York, NACLA, 1974, pg. 30.
Robert Austin 83
53. Long, N., Textbooks for Nicaragua, Front Lines, (U.S. Agency for
International Development), April 1991, pg. 5, citado en Arnove, R.,
Education as Contested Terrain in Nicaragua, Comparative Education Review,
Vol. 39, N 1 (1995), pgs. 28-53.
54. Miller, P., Transformations of Patriarchy in the West, 1500-1900,
Bloomington, Indiana University Press, 1999, pg. 113.
55. Dorfman, A. et al., How to Read Donald Duck: Imperialist Ideology in
the Disney Comic, Nueva York, International General, 1991; pgs. 48-49.
84 El Buen Vecino Global
56. Paterson, W.H., An Outline of the American Economy, USIA, 1992, sin
lugar de publicacin, pg. 173. En realidad hay mltiples partidos laboristas en
Amrica: ver Gunson, P. et al., The Dictionary of Contemporary Politics of
South America, Londres, Routledge, 1989, pssim.
57. Terkel, S., The Great Divide: Second Thoughts on the American Dream,
Londres, Hamish Hamilton, 1989, pg. 3.
58. Ver Ackerman, F., The Extent of Income Inequality in the United
States, en Edwards, R.C. et al. (eds.), The Capitalist System, New Jersey,
Prentice-Hall, 1972, pg. 207; y James, American Civlization, pgs. 199-261.
59. Born, A., State, Capitalism and Democracy in Latin America, Londres,
Lynne Rienner, 1995, pg. 6.
Robert Austin 85
60. Paterson, An Outline of the American Economy, pg. 180; Ranelagh, The
Agency, pgs. 345, 356, 386, 793; y 247-249, respectivamente.
61. LeMoyne, J. y Walcott, J., A History of US Intervention, Newsweek,
16 de marzo de 1981.
62. Ver por ejemplo Rose, P. I. (ed.), Views From Abroad: Perspectives on
Contemporary Society, Voice of America/USIA, Washington, 1978.
63. Cortesis, K. et al., Modern Quest, Melbourne, Jacaranda, 1996, pg. 32.
86 El Buen Vecino Global
64. Moore, S. et al., Checkpoint 1: From the Ancient to the New World,
Melbourne, Longman, 1994, pgs. 146-206; History Syllabus Committee (eds.),
History: Years 7-10 Support Document (Part 2), Sydney, NSW Board of
Studies/MINED, 1994.
65. Coupe, S. et al., Was it Only Yesterday?: Australia in the Twentieth
Century World, Melbourne, Longman, 1998; y Coupe, S. et al., Their Ghosts
may be Heard: Australia to 1900, Melbourne, Longman, 1997.
66. Philip, G., Oil and Politics in Latin America: Nationalist Movements and
State Companies, Nueva York, Cambridge University Press, 1982, pgs. 104-
105, 287.
67. Mench, R., The Quincentenary: a Question of Class, Not Race, Latin
American Perspectives, Vol. 19, N 3 (1992), pgs. 98-99.
Robert Austin 87
68. Bakewell, P., Silver Mining and Society in Colonial Mxico, Zacatecas
1546-1700, Londres, Cambridge University Press, 1971, pgs. 37, 122-124, 200-
201; Spalding, H., U.S. and Latin American Labour: The Dynamics of
Imperialist Control, Latin American Perspectives, Vol. III, N 1 (1976), pg.
45; y Zeitlin, M. et al. (eds.), Amrica Latina: Reforma o Revolucin?, Buenos
Aires, Editorial Tiempo Contemporneo, 1968, especialmente las contribuciones
por Anbal Quijano sobre Per; Eduardo Galeano sobre Uruguay; y James Petras
sobre Revolucin y movimientos guerrilleros en Amrica Latina.
Simultneamente, intelectuales islmicos y no islmicos han reexaminado la
poca musulmana en la pennsula ibrica. Adems de Orientalism y Culture and
Imperialism, por Edward Said, ver Abdulwahid Dhanun Taha, The Muslim
Conquest and Settlement of North frica and Spain, Londres, Routledge, 1989;
Jan Carew, The End of Moorish Enlightenment and the Beginning of the
Columbian Era, Race and Class, Vol. 33, N 3 (1992), pgs. 3-16; Anwar
Chejne, Historia de Espaa Musulmana, Madrid, Ctedra, 1980; y Roger
Collins, Law, Culture and Regionalism in Early Medieval Spain, Vermont,
Variorum, 1992, pgs. 113-15.
69. Cohen, J., en Daz, B., The Conquest of New Spain, Londres, Penguin,
1963, pgs. 7,10; Smith, E., The Araucanians, Nueva York, Harper, 1855, pg.
282.
70. OBrien, J., A Divided Unity, Sydney, Allen & Unwin, 1987, pgs. 148-
78; Connell, Reshaping Australian Education, pgs. 420-24.
88 El Buen Vecino Global
Herbert Schiller73
77. Dietz, J., Economic History of Puerto Rico: Institutional Change and
Capitalist Development, Princeton, Princeton University Press, 1985 pg. 99.
78. Patrick Buchanan, citado en Sols, J., Public School Reform in Puerto
Rico: Sustaining Colonial Models of Development, Westport, Greenwood, 1994,
pg. 3.
Robert Austin 91
81. Reyes, F., The New Song and its Confrontation in Latin America, en
Nelson, C. et al. (eds.), Marxism and the Interpretation of Culture, Londres,
Macmillan, 1988, pgs. 447-60.
82. Ver Holton, Captulo X, este libro.
83. Ver Labarca, A., Feminismo Contemporneo, Santiago de Chile, Zig Zag,
1947; Kirkwood, J., Ser Poltica en Chile: Los Nudos de La Sabidura, Santiago
de Chile, Cuarto Propio, 1990: Fisher, J., Out of the Shadows: Women,
Resistance and Politics in South America, Londres, Latin American Bureau,
1993.
Robert Austin 93
84. Actas del Comit del Currculum de Historia (N.S.W. Board of Studies),
12/3/91; 24/1/92; 9/4/92.
94 El Buen Vecino Global
era eliminarla.85
Un equipo de experimentados profesores de historia
nombrados por el Consejo de Estudios para actualizar los
bosquejos del ao 1991, declararon la imposibilidad de encontrar
evidencia sobre la existencia de civilizaciones latinoamericanas
anteriores al 2000 AC.86 Esta ortodoxia occidentalsentada en
una historiografa culturalmente exclusionista y ciega a las
sociedades no alfabetizadas en trminos occidentales pero si
muchas veces altamente civilizadas, an finalmente desafiada en
el nuevo currculumsegua informando a las publicaciones
contemporneas gubernamentales. Por lo tanto, An Introduction
to Historical Techniques (Una Introduccin a las Tcnicas
Histricas), un texto oficial de la historia antigua para los dos
ltimos cursos en Nueva Gales del Sur, asever que <la historia es
el estudio de los recuerdos escritos. Entonces la invencin de la
escritura marca el inicio de la historia.87 Finalmente, y siguiendo
la persistente accin del Comit y presin de sectores progresistas
del profesorado, su posicin mayoritaria fue realizada a travs de
la inclusin de historia latinoamericana en siete de las diez
90. Lee, P., The Barbarians on the Move, or The Dismantling of Education,
Independent Education, Vol. 15, N 3 (1985), pgs. 10-17.
91. Board of Senior School Studies, Modern History Syllabuses, Sydney,
Board of Studies, 1986 (re-editados en 1991), pgs. 38-42; Board of Studies,
Modern History Syllabus, Sydney, Board of Studies, 1993, pgs. 48-52; Board
of Studies, Modern History Syllabus, Sydney, Board of Studies NSW, 1999,
Robert Austin 97
93. Ver por ejemplo Zea, L., Convergencia y Especificidad de los Valores
Culturales en Amrica Latina y el Caribe, Mxico, Universidad Nacional
Autnoma de Mxico, 1987, pssim; Rivano, J., El Punto de Vista de la Miseria,
Santiago de Chile, Universidad de Chile, 1965; Milner, A., Cultural
Materialism, Melbourne, Melbourne University Press, 1993; Freire, P., Cultural
Action for Freedom, Ringwood, Penguin, 1972; Pizarro, A., Cultura y
Prospectiva: El Imaginario de Futuro en la Cultura Latinoamericana, en
Martner, G. (ed.), Diseos para el Cambio: Modelos Socioculturales, Caracas,
Editorial Nueva Sociedad, 1987; y Tomlinson, J., Cultural Imperialism: A
Critical Introduction, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1991.
94. Uyen Loewald, escritor asociada, Consejo de Australia, entrevista con el
autor, c. julio de 1985; Loewald a Austin, c. 1 de septiembre de 1985. Este
estudio se llev a cabo en escuelas secundarias en los barios populares del sur
oeste de Sydney durante 1985. Ver tambin A place in the world: The
Language in Learning program and the Intensive Language Unit at Cabramatta
High School, en Kalantzis, M. et al., Cultures of Schooling: Pedagogies for
Cultural Difference and Social Access, Londres, Falmer, 1990.
Robert Austin 99
105. New Era for American Studies in Australia, The Gazette, Universidad
de Sydney (marzo de 1992).
IV
103
104 Hegemona Cultural y Educacin Superior
6. Comisin del Sur, Desafo para el Sur, Mxico D.F. , Fondo de Cultura
Econmica, 1991, pg. 18.
7. Rousseau, Jean Jacques, El Contrato Social, Madrid, Espasa Calpe, 1972,
pg. 2.
Ramos, Gonzlez Palmira, Acosta y Fuentes de Armas 113
115
116 Educacin y Dictadura en Argentina: 1976-1983
El Proceso5
11. Quiroga, Hugo et al. (eds.), A Veinte Aos del Golpe. Con Conciencia
Democrtica, Rosario, Argentina, Homo Sapiens, 1996.
12. Sobre la sociedad enferma, puede verse Delich, Fernando, Metforas
de la Sociedad Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1986.
13. Quiroga, Hugo, El tiempo, 1994.
120 Educacin y Dictadura en Argentina: 1976-1983
20. Sobre este tema, vase Gmez, Mara, Sociologa del Disciplinamiento
Escolar, Buenos Aires, CEAL, 1993.
21. Kaminsky, Gregorio, La potencia del enano, Captulo 3 en Kaminsky,
G., Dispositivos Institucionales, Democracia y Autoritarismo en los Problemas
Institucionales, Buenos Aires, Lugar Editorial, 1990, pg. 139.
Carolina Kaufmann 125
El Perennialismo Autoritario
22. Sobre Garca Hoz y sus vinculaciones con el rgimen franquista, puede
verse: Kaufmann, Carolina et al., La Educacin Personalizada en la Argentina
de las Dictaduras Militares: Hagamos Memoria, Revista de Pedagoga, Vol.
XVIII, N 49 (1997), pgs. 49-70; Kaufmann, Carolina et al., Emergencia de
la Educacin Personalizada Garciahoyana en Espaa, Ciencia, Docencia,
Tecnologa, N 13 (1997), pgs. 7-20
126 Educacin y Dictadura en Argentina: 1976-1983
30. Heller, Agnes, Historia y Vida Cotidiana, Mxico D. F., Grijalbo, 1987.
Carolina Kaufmann 131
Conclusiones
141
142 Transculturacin e Imperialismo Cultural en Cuba
Queda claro entonces que son los incultos los que han
recibido los beneficios de la cultura europea, vindose entonces
obligados a cambiar, sino que se ha producido entonces un
proceso transitivo de una cultura a otra, un proceso en el cual
emerge una nueva realidad; que no es una aglomeracin mecnica
de caracteres, sino un fenmeno nuevo. Negro y mulato dejan de
ser vocablos tab. Cunden el respeto mutuo y la cooperacin entre
blancos y negros, pero todava se interpolen los resabios de los
prejuicios seculares y el gravamen discriminatorio de los factores
econmicos.7
10. Zea, L., citado en Aunter, Thomas y Schute, Ofelia, Debate sobre el
Imperialismo Cultural, en Cuadernos Americanos, (Nueva poca), Ao I, N
3 (mayo-junio 1987), pg. 142.
11. Maritegui, Jos Carlos, Figuras y Aspectos de la Vida Mundial (III),
Lima, Editora Amauta, 1987, pgs. 128-129.
12. Padrn, Juan N., La Palma en el Huracn, Santiago de Chile, Ediciones
Rodriguistas, 2000; ver en particular Teitelboim, Volodia, Leccin de
Identidad, pgs. 9-11.
150 Transculturacin e Imperialismo Cultural en Cuba
Imperialismo Cultural
versus Identidad Cubana
Mara Felicia Ibez Matienzo, Sonia Tortol Fernndez
y Annoris Prez Vzquez1
Desde hace siglos es una ley universal que aquellos pases que
constituyan una potencia econmica sean una amenaza a la
soberana de otros ms dbiles. En la historia encontramos
reiterados hechos que as lo demuestran.2 Este fenmeno sigue
siendo un ltigo en el contexto actual bajo la denominacin de
imperialismo cultural, el cual se torna como un monstruo
devorador de los pueblos bajo la mscara de un proyecto
civilizador superior que en ningn momento deja ver lo nocivo y
lastrante que encierra el trmino, entre otras cosas, para la
identidad propia de cada pas y la diversidad de identidades. De
ah la importancia que reviste el anlisis de cmo influye el
imperialismo cultural en la deconstruccin de identidades y,
155
156 Imperialismo Cultural versus Identidad Cubana
sola verdad sobre toda la gente y por todo el tiempo, cuyo nico
objetivo consiste en justificar su expansin militar, econmica y
poltica, lo que es lo mismo, su derecho a dominar el mundo. Por
ello abogan por la desterritorializacin y descentralizacin tanto
de la economa como de la cultura.
cultural.
10. Se hace necesario sealar que lo que ilustra esta poltica trazada por los
Estados Unidos son diferentes hechos que se fueron sucediendo desde 1897,
cuando nuestros mambises enfrentaban victoriosos a los espaoles y, a pesar de
que Estados Unidos en aquel momento se haba convertido en una potencia, no
le tendi las manos a Cuba para poder liberarse. En abril de 1898 se aprueba la
Resolucin Conjunta, a travs de la cual se solicitaba la autorizacin para
declarar la guerra a Espaa e intervenir en el conflicto cubano-espaol. Los
objetivos que persiguieron desde ese momento, frustraron el verdadero logro de
la independencia de Cuba conllevando a que no se objetivara el proyecto social
de la Repblica martiana; los rganos representativos de los cubanos fenecen (el
Ejrcito Libertador es licenciado por una suma irrisoria, se disuelven la
Asamblea del Cerro y el Partido Revolucionario Cubano), gracias a sus
artimaas comienzan en 1898 el perodo de ocupacin norteamericana a travs
de la invasin militar. De 1898 a 1903 se impone la Enmienda Platt, el Tratado
de Reciprocidad Comercial, la Base Naval de Guantnamo y en 1902 se inicia,
con la instauracin de la Repblica, un nuevo modelo de dominacin: la
neocolonial. Ver al respecto: Zanetti, scar, American History: A View from
Cuba, en Journal of American History, (Sept., 1992), pgs. 530-531; Foner, P.,
A History of Cuba and its Relations with the United States, (Vol. 2, 1845-1895),
Nueva York, International Publishers, 1973, pgs. 174-347; Prez, Louis, Essays
on Cuban History: Historiography and Research, Orlando, University Press of
Florida, 1995.
164 Imperialismo Cultural versus Identidad Cubana
acompaadas de pan, las uvas, los vinos, el gusto por los jamones,
las ensaladas fras, los chorizos y embutidos, la utilizacin de la
grasa de cerdo y el aceite de olivo, los nabos, la carne fresca de
res, el tasajo, el lacn y la calabaza. A Estados Unidos la
simplificacin y modernizacin de la cocina, incluyendo la
introduccin del uso de los calderos metlicos, y la mayor parte
de la coctelera conocida en el pas.
11. Ver entre otras obras, Garca Gall, Gaspar, Bosquejo Histrico de la
Educacin en Cuba, La Habana, Editorial de Libros para la Educacin, 1978.
12. Ver Zanetti, scar y Garca lvarez, Alejandro, Caminos para el Azcar,
La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1987.
13. En materia de la influencia ideolgica yanqui en lo educativo cubano, ver
por ejemplo Santos, Rosanna, The Peaceful Invasion of 1900: The Harvard
University Summer School for Cuban Teachers, ponencia presentada en el
Congreso Internacional XXII de LASA, Miami, EE.UU., marzo del 2000.
166 Imperialismo Cultural versus Identidad Cubana
XIX, que forman parte del argot popular, como por ejemplo:
ampanga, angola, bilonga, garanga, cocorioco, cumbancha,
cumbila, cheche, fuf, guarapo, sirimba, malanga y igo, entre
otros.
14. Ha ocurrido en las islas del Pacfico algo similar, donde el impacto de los
idiomas europeos han reducido de manera drstica la variedad de lenguas, la
diversidad de las mismas, y por lo tanto de las culturas e idiosincrasias
articuladas con ellas. Al respecto, ver Muhlhausler, Peter, Linguistic Ecology:
Language Change and Linguistic Imperialism in the Pacific Region, Londres,
Routledge, 1996. Sobre el cono sur, ver Huentecura, J., Soto, J. y Nancupil, N.,
Nociones del Idioma Mapucezugun y Breve Resea Histrica del Pueblo
Mapuche, Temuco, CAPIDE, 1991; Salas, A., Hablar en Mapuche es Vivir en
Mapuche. Especificidad de la Relacin Lengua/Cultura, Revista de Lingstica
Terica y Aplicada, Vol. 25 (1987), pgs. 27-35. El emblemtico caso del
idioma Guaran en Paraguay se trata en Corvaln, G., El Bilingismo en la
Educacin en el Paraguay: Es Creativo u Opresivo?, Latin American Research
Review, Vol.18, N 3 (1983), pgs. 109-26.
168 Imperialismo Cultural versus Identidad Cubana
Jonas et al. (eds.), Latin America Faces the Twenty-First Century, pgs. 202-
207; Morley. M., Imperial State and Revolution: The United States and Cuba,
1952-1986, Londres, Cambridge, 1987; Alarcn de Quesada, Ricardo, Helms-
Burton. Slavery Law, La Habana, Editorial Jos Mart, 1997; y Calvo, Hernando
y Declercq, Katlijn, The Cuban Exile Movement: Dissidents or Mercenaries?,
Melbourne, Ocean Press, 2000.
18. Vitier, Cintio, Mart en la Obra Actual, Peridico Juventud Rebelde, La
Habana, edicin de la Biblioteca Nacional Jos Mart, 1969.
VIII
171
172 Globalizao, Crise Social e Educao
ligados.7
13. Hobsbawn, Eric, Era Dos Extremos, So Paulo, Companhia das Letras,
1995, p. 15.
14. Morin, Edgar, A Aventura Desconhecida, em Le Monde, 23/08/96,
p.10.
15. Virlio, Paul, A Catstrofe Urbana (Entrevista), Folha de S. Paulo,
28.09.1997, Caderno Mais, p. 4.
Jos Willington Germano 177
31. Atade, Yara Dulce Bandeira de, O Rango e a Utopia, Natal, UFRN, Tese
de Doutoramento em Educao, 1998.
32. Castel, As armadilhas da excluso, p. 21.
33. Castel, As armadilhas da excluso, pp. 21-22.
182 Globalizao, Crise Social e Educao
mercado.46
63. Hobsbawn, Eric, Era dos extremos, So Paulo, Companhia das Letras,
1995, p. 15.
64. Calvino, talo, Seis Propostas para o Prximo Milnio, So Paulo,
Companhia das Letras, 1994, p. 41.
IX
195
196 Pensamiento Nacionalista a Marxista, 1900-1950
La Reforma Universitaria
9. Vargas Vila, Jos Mara, Ante los Brbaros (Los Estados Unidos y la
Guerra), Prlogo de Ricardo Snchez, Bogot, Colombia, Ed. La Oveja Negra,
1981, pgs. 9 y 10.
Luis Vitale y Claudia Videla 209
Manuel Ugarte
el imperialismo anglo-sajn.29
32. Haya De La Torre, Vctor Ral, Obras, Lima, (s/e), 1948, pg. 112.
218 Pensamiento Nacionalista a Marxista, 1900-1950
Carlos Balio
gente bien.51
presente retomaran esas banderas de lucha para crear las bases del
hombre nuevo, que levant con vigor y conviccin el Che
Guevara. En el fondo, Recabarrenque era ya un hombre
nuevoal insistir en ciertos principios de moral y al definir el
socialismo como una doctrina que tiene por objeto modificar las
costumbres actuales, estaba planteando un nuevo tipo de hombre
y mujer para luchar contra el capitalismo y luego para construir el
socialismo.
Salvador de la Plaza
62. Lwy, Michael, Puntos de Orientacin para una Historia del Marxismo
en Amrica Latina, Caracas, Editorial Mimeo, 1/ Seminario Internacional de
Historia del Movimiento Obrero Latinoamericano, U.C.V, 1979, pgs. 12 -13.
63. Maritegui, Jos Carlos, Siete Ensayos de Interpretacin de la Realidad
Peruana, Cap. El Problema del Indio, Lima, Editorial Peruana, 1976, pg. 77.
64. Maritegui, Siete Ensayos, pg. 66.
234 Pensamiento Nacionalista a Marxista, 1900-1950
77. Carta de Maritegui a los grupos APRA en el exilio (1928), citada por
Martnez de la Torre, Apuntes para una Interpretacin Marxista de la Historia
del Per, Lima, pg. 30.
78. Maritegui, Ideologa y Poltica, pgs. 246 y 253.
Luis Vitale y Claudia Videla 239
80. Gregorio Bermann relataba que cuando Jos Ingenieros, conoci a Mella
en La Habana, 1925, qued deslumbrado. Fue la sensacin de su viaje. No ces
de hablarme de aquel muchacho tan bien plantado, osado, con visin de guila,
esperanza del continente. (En Rev. Bohemia, 9-8-1963, La Habana).
Luis Vitale y Claudia Videla 241
coterrneos.83
Se necesita
Anbal Ponce
Conclusin
Latina en los ltimos aos del siglo XIX y comienzos del siglo
XX.
249
250 Aceite, Raza y Calipso
3. Saft, Elizabeth (ed.), Trinidad & Tobago, Hong Kong, APA, 1987, pgs.
XV-39.
4. Abraham, Richard, Deep Down in the Jungle: Negro Narratives from the
Streets of Philadelphia, Hatbox, Pa., Folklore Associates, 1964.
Graham Holton 251
13. Owen, Edgar Wesley, Trek of the Oil Finders: A History of Exploitation
for Petroleum, Tulsa (Oklahoma), A. A. P. G. Memoir N 6, marzo 1975, pg.
1012.
14. Fanning, Leonard M., American Oil Operations Abroad, Nueva York,
McGraw-Hill, 1947, Table 43, pgs. 256-7.
258 Aceite, Raza y Calipso
15. Ryan, S., The Life and Times of Ray: Edwin Dieffenhaller, Port of Spain
(Trinidad), McEnerney Alstons, 1990, pgs. 29-30.
16. Venezuela implement legislacin que prohibi la entrada de negros
nacidos en el exterior desde 1927. Los trabajadores afro-caribeos luego fueron
a las fecundas tierras oleosas de las Antillas Holandesas. Ver Garca, A., History
of the West Indies, Londres, George G. Harrap, 1965, pg. 288.
Graham Holton 259
pueblo
Una cosa peculiar esta Comisin
En tanto que durante 92 lneas de disertacin
No se habla de explotacin
Ni del trabajador ni su trgica condicin.
Lea las pginas: no hay mencin
De la capitalista opresin
La cual provoca un pensamiento
Y hace reflexionar si favorece a un solo lado.18
22. Baptiste, Fitzroy Andr, War, Cooperation and Conflict: The European
Possessions in the Caribbean, 1939-1945, Nueva York, Greenwood, 1988, pg.
144.
23. Lord Invader (Rupert Grant), 1943, luego grabada por las Hermanas
Andrew en 1944: ver Calypso at Midnight: The 1946 Town Hall, Uni/Rounder
Records, grabacin N K2A4, Track 5, 1999.
Graham Holton 263
28. Burnett, Paula (ed.), The Penguin Book of Caribbean Verse in English,
Londres, Penguin, 1986, pg. 43.
29. Burnett (ed), Caribbean Verse in English, pg. 252.
266 Aceite, Raza y Calipso
30. Lord Gypsy, 1986, grabacin lanzada en Caribbean Beat (Vol. 2), Nueva
York, Institution Music, 1995: Track 6, The Sinking Ship.
31. Ryan, Selwyn, The Muslimeen Grab for Power: Race, Religion, and
Revolution in Trinidad and Tobago, Puerto de Espaa, Inprint Caribbean, 1991.