Evangelización Desde El Modelo de Cristiandad - Dussel PDF
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1. La cristiandad moderna ante el otro
a) Estado de la cuestin
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instruirles como a nios... Hay que contenerlos con fuerza... y aun contra su
voluntad, en cierto modo hacerles fuerza (Lc 14,23, cita Acosta) para que
entren, en el reino de los cielos7.
Y eso que Jos de Acosta fue un defensor de los indios y un clebre
telogo que no aceptaba la tesis de Gins de Seplveda! De todas maneras no
poda quedar exento de una contaminacin ideolgica de la poca, de un
eurocentrismo humanista. El mesianismo temporal de Espaa y Portugal sera
slo el primer paso del mesianismo holands del siglo XVII, francs e ingls
desde el siglo XVIII, germano en el XIX y norteamericano en las ltimas
dcadas.
El ciudadano -que para Aristteles era el hombre poltico- es el que
habita la ciudad europea; el civis o civilizado tena la civilitas o conducta que
conviene al ciudadano: la civilizacin. Como para el aristcrata Aristteles en
el sistema esclavista, hombre es para el europeo el ciudadano europeo.
Gonzalo Fernndez de Oviedo (1478-1557), no tanto por ser espaol como por
europeo, escribi en su Historia general y natural de las Indias: Estas gentes
de estas Indias, aunque racionales y de la misma estirpe de aquella santa arca
de No, estn hechas irracionales y bestiales, por sus idolatras, sacrificios y
ceremonias infernales8. Y en la misma lnea explica Gins de Seplveda: El
tener ciudades y algn modo racional de vivir y alguna especie de comercio es
cosa a que la misma necesidad natural induce y slo sirve para probar que no
son osos, ni monos y que no carecen totalmente de razn9.
Para los europeos, para los espaoles, el otro, el indgena era un rudo:
del latn rudis (en bruto, sin haber sido trabajado), del verbo rudo (rebuznar,
rugir). Se opone a erudito y erudicin (el que no tiene rudezas, brutalida-
des, incultura). Aun los mejores consideraron al indio un rudo, un nio,
una materia educable, evangelizable. La cristiandad comenzaba su glo-
riosa expansin, y las bulas pontificias justifican teolgicamente el pillaje de
los pueblos del Tercer Mundo.
b) Supuestos teolgicos.
7. Ibid., 393.
8. Historia general y natural de las Indias, III, cap. 60. "Y as como tienen el casco
(crneo) grueso tienen el entendimiento bestial y mal inclinado (Sumario VIII, 1945, 2).
9. Democrates Alter, Madrid 1957, 15.
10. Cf. Kittel, Theol. Woert. zum N. Test. II, col. 262, art. ethnos.
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la teologa de la dominacin. En su esencia, este proceso de fetichizacin de la
clase dominante de la nacin opresora se funda en la negacin de la exteriori-
dad11, en la alienacin del otro como otro reducido a simple mediacin del
proyecto del sistema, en lo que consiste, por ltimo, el pecado. Destituir al
otro de la dignidad (dignus es el que merece por ser persona, otro que todo
otro, el sagrado por excelencia: alguien distinto) que tiene por esencia, por
naturaleza, es primeramente arrebatarle su alteridad, su libertad, su humani-
dad. Una vez que se destituye al otro de su divina exterioridad (y esto
mediante la artimaa de enjuiciarlo como brbaro, no hombre, animal bestial,
el enemigo12 por excelencia), se le puede manipular, controlar, dominar,
torturar, asesinar y todo esto en nombre del Ser -dira el viejo Schelling-,
o de la civilizacin o de la cristiandad, de la totalidad fetichizada. Claro
que al juicio negativo sobre el otro le sigue inmediatamente la privacin, por
el poder poltico y prctico, de sus posibilidades materiales de vida. Es en el
nivel econmico -estatuto del culto a Dios,- donde la destitucin del otro se
consuma: se hace real. El indio no slo ser considerado una bestia, sino
que ser mano de obra gratuita en un sistema tributario colonial que
contribuir en gran parte a la acumulacin originaria del capitalismo europeo
desde el siglo XVI.
Es por ello que, en pocas de profetismo y mesianismo, de inmediato se
quita la hipoteca de negatividad que pesa sobre los goim, sobre los paganos,
sobre las naciones: He derramado mi Espritu sobre l, justicia traer a los
goim (Is 42,1). Cuando el Hijo del hombre venga con su esplendor se
sentar en su trono de gloria y reunir ante l a todas las naciones (Mt
25,31-32)13.
Una teologa de la dominacin fija las fronteras (para que mi salvacin
llegue hasta la frontera de la tierra: Is ,6)14, y declara al otro excluido de la
salvacin, del ser, de la dignidad. La liberacin, por el contrario, atraviesa el
horizonte del sistema e incluye al otro como el igual, el hermano, el miembro
de la comunidad futura y escatolgica.
11. Exterioridad para Hegel es el ente: lo ms alejado del ser. Para nosotros exteriori-
dad es el mbito desde donde el otro, el pobre en cuanto incondicionado por el sistema
dominador y no como parte de nuestro mundo, clama justicia (Cf. mi obra Filosofa tica
latinoamericana, Mxico 1977).
12. Cf. H. Marcuse, El hombre unidimensional, Mxico 1969, 43 y 73.
13. En la predicacin de Jess se observa la apertura al otro no perteneciente al pueblo
judo (Cf. J. Jeremias, Jsus et les paiens, Neuchiitel 1956).
14. Cf. Kittel, TWNT V. col. 453.
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dera (los que reciban el tributo en trabajo de los indios) era una fuerte
oligarqua que se organizaba en Amrica hispnica (lo mismo que la clase
esclavista en el Brasil). El rey no poda apoyar dicha clase encomendera,
que tena inclinacin al separatismo -como lo haban demostrado los
conquistadores del Per-. Por ello, paradjicamente, el rey no permitir la
publicacin de las obras de Gins de Seplveda (que justificaba la opresin del
indio por parte de los encomenderos en Amrica) y permitir en cambio la
publicacin de las obras de Bartolom de las Casas, que negaba fundamento a
la conquista y justificaba la libertad del indio. El rey necesitaba debilitar la
naciente oligarqua americana para afianzar su poder. En esta coyuntura,
Bartolom de las Casas criticar a los encomenderos y se apoyar en el rey
para pedir la liberacin de los indios. Por primera vez, y probablemente por
ltima -nos dice un autor norteamericano-, una nacin colonialista mont
una autntica investigacin para determinar la justicia de los mtodos emplea-
dos para expandir su imperio15. En efecto, el Consejo de los Catorce, el
Consejo de Indias, escuch el juicio de los telogos para dar su parecer
sobre la justicia de la conquista. Gins de Seplveda fundaba sus argumentos
teolgicos en muchos autores, entre ellos Aristteles, John Major, Fernndez
de Oviedo y la bula de Alejandro VI. Bartolom rebati a dichos autores
apasionadamente.
Aristteles haba afirmado que el que siendo hombre no es por naturaleza
de s mismo, sino de otro, ste es esclavo por naturaleza... Son por naturaleza
esclavos (physei doloi) aquellos a quienes resulta ventajoso obedecer a la
autoridad. La utilidad de los esclavos difiere poco de la de los animales16.
Gins aplicaba esta doctrina a su teologa de la dominacin: Hay otras causas
de justa guerra contra los indios , y una de ellas es el someter con las armas,
si por otro camino no es posible, a aquellos que por su condicin natural
deben obedecer a otros y rehsan su imperio17. Por su parte, John Major ,
telogo escocs, haba publicado en 1510 unos Commentaries on the Second
Book of Sentences, donde se refera a las tierras recin descubiertas. Se deca
que si cierta gente ha abrazado la fe de Cristo, y lo ha hecho de todo
corazn, debe esperar que sus gobernantes sean depuestos del poder si
persisten en su paganismo18; y escribe todava: Hay algo ms que decir.
Estas gentes viven como si fueran bestias. A ambos lados del Ecuador y en
medio de los polos, los hombres viven como bestias salvajes. Y ahora todo
esto ha sido descubierto por la experiencia19. A todo lo cual responde
Bartolom de las Casas: Fuera, entonces, con John Major, ya que l no sabe
absolutamente nada de la ley ni de los hechos! As, resulta ridculo que este
telogo escocs venga a decirnos que un rey, aun antes de que entienda el
idioma espaol y aun antes de comprender la razn de por qu los espaoles
construyen fortificaciones, deba ser despojado de su reino20.
A Fernndez de Oviedo, por otro lado, que sostena que los indios haban
cado en costumbres bestiales y se encontraban incapacitados para recibir la
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fe, le replica Bartolom: Siendo Oviedo miembro de estas perversas expedi-
ciones, qu no dir acerca de los indios?... A causa de estos brutales
crmenes, Dios le ha vendado los ojos21 junto con otros saqueadores... a fin de
que l no sea capaz por gracia de Dios de saber que esas desnudas gentes eran
simples, buenos y piadosos22.
En cuanto a las bulas de Alejandro VI, Bartolom analiza la cuestin y
muestra que nunca el papa, justific la guerra o la violencia como medio de
propagar la fe en las Indias. La misma reina Isabel defenda a los indios y
prohiba que los hagan sufrir cualquier tipo de dao en sus personas o
pertenencias23.
De agosto a septiembre de 15 se enfrentaron, entonces, Gins y Barto-
lom, sobre la incapacidad de los indios para recibir la fe.
21. Los ojos vendados son, exactamente, la conciencia tica ciega, dira D. von
Hildebrand, Die ldee der sittlichen Handlung, Darmstadt 1969.
22. S. Poole, o. c., 345-346.
23. Ibid. , 353.
24. Brevsima relacin de la destruccin de las Indias V, Madrid, 136.
25. Historia de las Indias, I/I. cap. 40, 142.
26. Hobbes defini de esta manera al hombre europeo del capitalismo burgus: Horno
homini lupus.
27. Brevsima relacin, o. c., 136.
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totalidad del sistema europeo en expansin dominadora. Para nuestro telogo,
el mayor del siglo XVI, todo el sistema era injusto, comenzando por su
proyecto fundamental: Han muerto e hecho menos cien mil vctimas a causa
del trabajo que les hicieron pasar por la codicia del oro28. Por sus codicias
de haber oro y riquezas29.
El Dios oro, el nuevo fetiche o dolo del capitalismo naciente, fue criticado
por Bartolom cuando se encontraba todava en su cuna, cuando acababa de
nacer. Su crtica al mundo moderno europeo, preindustrial, mercantil, capita-
lista, imperialista, ya haba comenzado. Con Portugal y Espaa eran criticadas
por anticipado Holanda, Inglaterra, Francia, y en nuestro tiempo el Imperio
trilateral: Estados Unidos, Alemania y Japn. El estar-en-la-riqueza injusta-
mente comenzaba su idoltrico reinado: Desde setenta aos ha que comenza-
ron a escandalizar, robar y matar y extirpar aquellas naciones, no se ha hasta
hoy advertido que tantos escndalos e infamias a nuestra santa fe, tantos
robos, tantas injusticias, tantos estragos, tantas matanzas, tantos cautiverios,
tantas usurpaciones de naciones y reinados ajenos y, finalmente, tan universa-
les asolaciones y despoblaciones ha sido pecado y grandsima injusticia30.
Nuestro telogo explcito de la liberacin fue, adems, un telogo de la
ideologa. Adverta con suma inteligencia la articulacin de la teora (no se ha
hasta hoy advertido, no se ha visto, descubierto) con la praxis, y sobre todo
el pecado que se comete con la dominacin de la expansin europea sobre
otros pueblos. Esto es teologa de la liberacin que descubre la perversidad
tico-teolgica del colonialismo y del sistema econmico tributario de la
encomienda. La teologa europea ha ignorado toda esta teologa hasta el
presente. Es tiempo de revisar la historia y hacerla de nuevo.
Bartolom ha comprendido y expresado la dialctica del seor y el esclavo
-dos siglos antes que Rousseau y tres antes que Hegel- en el horizonte
mundial. En su Testamento, poco antes de su muerte, Bartolom escribe:
Dios tuvo por bien elegirme por su ministro sin yo lo merecer, para procurar
por aquellas universas gentes de las que llamamos Indias... para liberarlos
-en buen castellano del siglo XVI- de la violenta muerte que todava
padecen31.
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de las tres partes de nuestro continente, tiene sin embargo una ventaja que la
hace preferible a las otras. El aire es extremadamente temperado y las
provincias muy frtiles... Ella sobresale por sus bienes y sus pueblos, que son
ordinariamente mansos, honestos, civilizados y muy dados a la ciencia y las
artes... Los pueblos de Europa, por su educacin y su valenta, han dominado
a las otras partes del mundo. Su espritu aparece en sus obras, su sabidura en
sus gobiernos, su fuerza en sus armas, su conducta en su comercio y su
magnificencia en sus ciudades. Europa sobrepasa as en todo a las otras partes
del mundo... De nuestra parte hay razn frecuentemente para confundir el
nombre de Europa y de la cristiandad32.
Lo nuestro es lo europeo, civilizado, cristiano, gente honesta, fuerte,
dotada de ciencia y arte. Los otros son los paganos, extranjeros, brbaros,
sin rey ni fe. Bernard Duchene, siguiendo uno por uno los diversos artculos
del citado Dictionnaire, descubre al final que no solamente el sentido del otro
en tanto que otro nunca aparece en Moreri y sus lectores, sino que, por el
contrario, por medio del colonialismo, el sueo se aproxima a la realidad:
alcanzar a hacer coextensiva a toda la tierra el nosotros (chez nous), y as
uniformar el mapamundi bajo los colores de la Europa cristiana33.
Siempre subsistan, como en Jos de Acosta, dos sentidos del hombre
primitivo: el brbaro, brutal, cruel, feroz, salvaje34, o el salvaje como ino-
cente, manso, dcil, delicado, de buen natural, virtuoso, alegre35. Ya en el
siglo XVIII, y como apoyo ideolgico de la burguesa triunfante, Rousseau
presentar al bon sauvage como distinto del estado natural y el estado
civil (o la civilizacin feudal, monrquica, medieval). Por ello deca que es
necesario no confundir el estado natural con el estado salvaje (ltat sauvage)
y, por otra parte, el estado natural con eJ estado civil (ltat civil)36. El bon
sauvage (o el hombre primitivo con caracteres positivos, primera y segunda
categora de Acosta) sirve para criticar el estado civil o la cultura feudal,
monrquica. El estado de naturaleza, al fin, es el sujeto-burgus emergente
en estado puro y libre para crear un mundo nuevo (la Europa capitalista desde
el siglo XVIII)37. En este caso el bon sauvage es la consideracin positiva que
la burguesa triunfante hace de los pueblos del Tercer Mundo como sujetos
posibles de, explotacin, ahora secularizados (ya no se trata de saber si pueden
recibir la fe, como los rudos indios de la conquista espaola; ni tampoco si son
los paganos infieles ante la cristiandad francesa del siglo XVII), y por ello
como mano de obra barata o mercados posibles para sus mercaderas industria-
les: Tal sociedad (burguesa) es llevada a buscar fuera de ella misma a nuevos
consumidores, y por ello busca medios para subsistir entre otros pueblos que
le son inferiores en cuanto a los recursos que ella tiene en exceso o, en
general, en industria38.
Los pases del Tercer Mundo, el bon sauvage, es considerado as la tabula
rasa, fuerza productiva de reserva y barata, mercado potencial para la super-
produccin, materia prima de la civilizacin. El gran telogo de la domina-
32. Art. Europe, en Grand Dictionnaire historique, Paris 1643 (Cf. B. Duchene, Une
exemple dunivers mental au XVllIe. Sicle, en Civilisation chrtienne, Paris. 29-30).
33. Ibid., 44.
34. Ibid., 35.
35. Ibid.
36. Emile ou de lducation V. Paris 1964, 514.
37. Vase la obra citada tica filosfica latinoamericana III, Mxico 1977, 136 s.
38. Hegel, Rechtsphilosophie, 246.
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cin de Europa en el mundo llega a decir en su Summa theologiae mo-
derna: La existencia material en Inglaterra se funda en el comercio y en la
industria, y los ingleses se han identificado con la gran caracterstica de ser los
misioneros (obsrvese la connotacin religiosa) de la civilizacin en todo el
mundo. Pues su espritu comercial (el Espritu santo del capitalismo?) los
impulsa a explorar todos los mares y todos los territorios, a hacer alianzas con
los pueblos brbaros, a despertar en stos nuevas necesidades e industrias y,
sobre todo, a crear en ellos unas condiciones de trato humano, a saber: el
abandono de los actos de violencia, el respeto de la propiedad (!) y la
hospitalidad (del capital, olvidaba decir Hegel)39. Nosotros, los latinoameri-
canos, los primeros brbaros de la edad moderna europea -nos seguirn
despus los africanos y asiticos-, hace ya cinco siglos que conocemos esta
teologa pero en nuestro tiempo se hace ms trgica. El actual nombre de
rudo, bon sauvage, brbaro, es hoy el de pases subdesarrollados, pases del
Tercer Mundo, pases pobres. Esta civil religin es, como siempre, la
justificacin ideolgica que da buena conciencia al capitalismo en la explota-
cin de los nuevos rudos, sauvages, brbaros: los pueblos del Tercer Mundo,
Adems, la diferencia entre los hombres dignos y los brbaros indignos
tiene su origen en el designio divino o en la Naturaleza: Las disparidades
entre las entidades polticas son naturales... 40.
Cun lejanos estamos de la doctrina cristiana que Pedro ense a Cornelio,
el pagano, el goim, el brbaro: Ponte de pie, pues soy un hombre como t...
Ahora veo claro que Dios no hace distincin de personas, sino que acepta
favorablemente a todo el que lo teme y practica la justicia (Hech 10,26.
34-35).
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Bartolom nos dice:
Dos maneras generales y principales han tenido los que all han pasado, que se llaman
43
cristianos, en extirpar y raer de la haz de la tierra aquellas miserandas naciones .
Nuestro profeta escribe esto en 1552, en Espaa, por ello el all donde
han pasado son las Indias occidentales, y los que se llaman cristianos son los
conquistadores. Y bien, las dos maneras o modos de comportarse (el ethos
de la dominacin europea moderna) con respecto al indio fueron:
La una por injustas, crueles, sangrientas y tirnicas guerras. La otra, despus que han
muerto todos los que podran anhelar o suspirar o pensar en libertad, o en salir de los
tormentos que padecen, como son los seores naturales y los hombres varones (porque
comnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres) oprimindoles con la
ms dura, horrible y spera servidumbre en que jams hombres ni bestias pudieron ser
44
puestas .
La causa (final) porque han muerto y destruido tantas y tales y tan infinito nmero de
nimas los cristianos, ha sido solamente por tener por su fin ltimo el oro y henchirse de
46
riqueza en muy breves das y subir a estados muy altos y sin proporcin a sus personas .
43. Brevsima relacin de la destruccin de las Indias, introduccin. Una bibliografa sobre
Bartolom vase en L. Hanke-G. Fernndez, Bartolom de las Casas: bibliografa para el estudio
de su vida, Santiago de Chile 1954.
44. Brevsima relacin.
45. Hegel plantea la famosa dialctica no slo en la Fenomenologa y en la Enciclopedia,
sino igualmente en la Filosofa del derecho, 67 ,
46. Brevsima relacin.
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Y contina Bartolom:
(La causa ha sido) por la insaciable codicia y ambicin que han tenido, que ha sido mayor
que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices y tan ricas, y las gentes tan
humildes, tan pacientes y tan fciles a sujetarlas, a las cuales no ha tenido ms respecto ni
de ellas han hecho, ms cuenta ni estima, no digo que de bestias, pero como y menos que
estircol de las plazas47.
(Debo) suplicar a Su Majestad con instancia importuna, que no conceda ni permita la que
los tiranos inventaron, prosiguieron y han cometido, y que llaman conquista48.
En primer lugar, es necesario aclarar a cul mundo fueron los que all
han pasado; en segundo lugar, pensaremos lo de los que llaman cristianos;
desde donde podremos interpretar el sentido de la poca de la conquista; de la
cristiandad de las Indias occidentales; de la crisis de la cristiandad; y la
situacin presente. Se trata de una maduracin de la fe cristiana en relacin al
cambio social que se va produciendo en la historia latinoamericana, de la
cultura en general y de la Iglesia en particular.
47. Ibid.
48. Ibid.
49. Vase el capitulo 2 de esta obra.
50. Antiguas historias de los indios Quichs de Guatemala, Mxico 1971, 3.
51. Comentarios reales de los 1ncas I, Lima 1967, 48.
52. Cf. Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Francisco Diego Muoz, Sixime et septime relations
(1558-16l2), Paris 1889,85.
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Es necesario tener en cuenta que los gestos, los smbolos, las palabras,
todo lo que habita el mundo del indio tena un sentido humano real,
profundo53. Este mundo no ser tenido en cuenta, ni respetado, sino por
excepcin (como en el caso de un Bartolom, de un Sahagn o un Jos de
Acosta, y algunos otros, pero, al fin, minoras que sin embargo hablan de la
grandeza de aquella Espaa de conquistadores, es verdad, pero tambin de
santos). El mundo del otro, del pobre, del indio, es un sin-sentido (irracio-
nal y bestial, animal), simplemente porque tiene otro sentido que el europeo.
El espaol, el europeo, se escandaliza porque los aztecas inmolaban conta-
dos indios al Dios Sol. Hechicera, magia, supersticin, sacrilegio, gritaban los
recin llegados. Y..., sin embargo, los indios que moran en la encomienda, en
la mita, los que entraban por la boca de las minas como si fuera la boca de
Moloch, los que nunca salan de la Casa de la moneda de Potos para no
revelar los secretos, esos millones de indios inmolados al Dios oro (que
despus sern francos, libras o dlares) del hombre moderno europeo (la
idolatra del dinero), morirn sin escndalo para nadie. Los cristianos y sus
telogos europeos, reunidos triunfalmente en Trento o en torno a la Reforma,
no vern ningn pecado en el hecho natural, econmico y poltico de la
inmolacin de una raza al proyecto de estar-en-la-riqueza. Ese nuevo dolo,
el becerro de oro, tendr no slo vctimas de indios sino igualmente de
africanos vendidos como esclavos y de asiticos, los de las guerras del opio. Se
inmola el tercer mundo al Dios oro y nadie se perturba, ni los telogos
reformistas, ni los de la segunda y tercera escolstica. Los indios que murieron
en el altar del Dios Sol, al menos, eran autnticas vctimas cuyo sentido
teolgico era vivido por la misma vctima y por los sacerdotes. Los indios que
murieron en el altar del Dios oro, en el altar europeo del capitalismo en
ciernes, experimentaban su muerte como inhumana alienacin, y los victima-
rios se ocultaban su pecado en la naturalidad de una estructura opresiva del
hombre que, una vez totalizada, difcil ser descubrir en ella, en algn detalle
de la idoltrica totalidad, algn pecado. La totalidad como totalidad imperial
incluye en su fundamento el teocidio, el sacrilegio ms horrendo: la muerte del
indio, del africano, del asitico. Es la muerte de Abel que le permite a Adn
ser Dios y quedar slo como un ego divinizado (el Dios de Hegel). Ese oro
y esa plata americana, causa de la devaluacin de los capitales rabes y
primera acumulacin del moderno capitalismo europeo, como lo ha mostrado
Sombart54, todas las acumulaciones posteriores que sobre el oro y la plata
hispnica supo reproducir la Europa francesa, de los Pases Bajos e Inglaterra,
tiene entre sus componentes sangre de yndios -como deca el obispo de
Michoacn-, y los billetes de los pases dominadores tienen en su materia
prima cueros de negros arrancados a latigazos y parte de los vendidos como
esclavos por los piratas ingleses (fundamento de The wealth of nations, como
dira Adam Smith) o portugueses. Nuestros indios y los esclavos africanos
dieron el crdito inicial al capital imperial que ahora nos explota.
Esta cuestin no es mera formulacin econmica; es, explcitamente, una
cuestin teolgica. Primeramente se reduce al otro, al pobre, al indio, a ser
meros brbaros, al no-ser. El antiguo ontlogo griego, hermano de los
53. No repetiremos aqu lo que hemos escrito en otras obras, tales como Amrica latina y
conciencia cristiana, Quito 1970: o en Iberoamrica en la historia universal: Revista de Occidente
25 (1965) 85-95.
54. Der Moderne Kapitalismus. Die Genesis des Kapitalismus I, Leipzig 1902.
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conquistadores griegos que expulsaron a los primitivos habitantes brbaros
en el sur de Italia para instalar el lgos o la razn de la cultura griega en la
llamada magna Grecia, dijo: El ser es, el no-ser no es55, es decir, lo
mismo es pensar que ser56. El acto de pensar (noen) es griego, con eviden-
cia: ms all de la civilizacin griega est el no-ser, el brbaro, el sin-sentido.
El no-ser incluye de hecho a todos los hombres que se sitan fuera del
mundo del dominador, del aristcrata (lo mismo). Lo que yo no comprendo,
no pienso (noen), no-es. La ontologa y la teologa que en ella se funda como
pensar dominador reduce a la nada al pobre, al otro, al que est ms all del
horizonte del mundo dcl dominador. No-es el brbaro para Parmnides ni el
indio para Fernndez de Oviedo. A lo que Bartolom les responde -a la
Grecia aristocrtica y a la Europa moderna, conquistadora y egocntrica-:
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La fe llega hasta donde el saber, el pensar, la comprensin, la representa-
cin o el conocer no pueden llegar: la fe llega al ms all de la totalidad; se
abre a otro mundo como el mundo del otro. La fe es posicin de la
inteligencia primera que respeta, acepta, asiente que hay otros mundos, otros
sentidos, otros hombres, otras libertades ms all de la propia totalidad. La fe
es posible si se es ateo de s mismo. Pero el conquistador europeo no pudo
tener fe porque no respet el mundo del otro, del indio, del africano, del
asitico. Ahora podemos pensar la cuestin.
Fe, en su sentido primigenio, meta-fsico, teolgico58, es la posicin de la
inteligencia en una totalidad dada, por ejemplo, la hispnica en 1492, y desde
esa totalidad de sentido un exponerse, un abrirse, un enfrentarse al otro en un
cara-a-cara59. Cuando Coln lleg a Amrica, cuando Corts desembarc en
Mxico, cuando Pizarro camin hacia Cuzco, se estableci la posicin del
cara a cara: el europeo ante el indio. Creer hubiera sido amar al indio como
otro (gape se deca en griego cristiano); de amor-de-justicia en el sentido de
que se lo ama por lo que l es, desde su mundo. Creer hubiera sido esperar su
liberacin, desear un futuro de plena realizacin del indio. Creer hubiera sido
or su palabra-otra, su pro-vocacin a la justicia, su interpelacin en la defensa
de sus derechos, respeto por sus riquezas y no envidia por su oro y su plata.
Creer hubiera sido saber la imposibilidad de una comprensin adecuada de
su palabra reveladora, ya que el fundamento de dicha palabra (su mundo en
un primer momento incomprensible para el espaol en cuanto mundo ajeno),
les era desconocido. Creer hubiera sido, a partir de una comprensin inade-
cuada de su palabra pero tenida y aceptada como verdadera, confiar en su
revelacin. Con-fiar (cum-fidem) en el indio porque es otro hombre, porque es
pobre, porque es la epifana histrica de Dios que ahora y aqu lo llama a
servir a este hombre en aquello que l exige como justicia. La fe es para los
espaoles la aceptacin, el asentimiento de la palabra del otro60, del pobre,
del indio. La fe es un caminar sobre dicha palabra en un compromiso prctico
que le permite acceder al mundo desde donde fue dicha la palabra reveladora.
Ese compromiso sobre su palabra no es slo praxis (nocin griega equ-
voca), sino que es habodh (en hebreo significa: trabajo, servicio, y es la
accin proftica del siervo de Yahv, ya que tiene el trmino la misma raz:
hebed). Es por ese trabajo liberador, ms all del horizonte de la totalidad,
que la palabra (dabar en hebreo dice relacin con el ruaj: la palabra y el
Espritu) se hace carne en la totalidad (basar en hebreo es exactamente la
categora metafsica de totalidad). Es entonces una dialctica de palabra-
odo, pero palabra de Dios que se revela concreta e histricamente por la
epifana antropolgica del pobre. El que tenga odos para or que oiga.
Jess nos dijo, porque no era ni griego ni moderno europeo: El que tenga
ojos para ver que vea, o El que tenga inteligencia para saber que com-
prenda. La fe es la racionalidad primera porque cree a y en alguien y no slo
conoce algo dicho. Conoce todo lo que est en la totalidad, pero cree lo que
est ms all de la totalidad, del sistema, de la propia cultura o mundo, de las
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creaturas: cree a y en el otro, en el pobre, lo ms all del propio sentido, lo
que todava no tiene sentido. Desde esa nada de sentido irrumpe la palabra
creadora del pobre: ex nihilo omnia lit.
El profeta es el que sabe acoger la palabra creadora que desde la nada (ex
nihilo) pone en cuestin la totalidad, la destotaliza, y que jugndose en la
praxis liberadora (hadobh) por el otro se sita, en su vida, en la exterioridad
del sistema. Desde fuera es ahora el profeta, que ha podido en la vida y por su
inteligencia interpretar la palabra del pobre (que antes debi creer y que ahora
sabe), ahora puede lanzarla crticamente contra la totalidad (pr-femi en
griego significa: hablar delante, contra). Como la Virgen de Nazaret, el
profeta ha dejado que la palabra se haga carne, que la pro-vocacin del pobre
encuentre en la totalidad con-fianza. Ahora es la palabra proftica la que debe
recrear al todo, aunque en su gesta liberadora le vaya su vida. La lgica de la
totalidad no puede sino matar al profeta que le testimonia al pobre su
exterioridad, y le anuncia su muerte como totalidad, ya que es necesario que
muera la patria vieja para que por la liberacin forje una nueva patria en la
que el pobre habite como en casa propia.
El que cree puede comprometerse en la liberacin del pobre61, pero no a
partir de su propio modelo liberador, sino del modelo que la revelacin del
otro vaya da a da indicando en el claroscuro de la historia. Es desde el otro,
alternativamente, como se mueve la fe. La conquista, en cambio, se mueve
totalitariamente desde la totalidad misma.
Es ahora cuando podemos comprender aquello de: se llaman cristianos,
pero no lo son. En efecto, el conquistador en cuanto tal no pudo creer en el
indio; no pudo tener fe. Para resumir lo dicho y adelantar lo que expondremos
despus se nos permitir unos esquemas representativos.
ESQUEMA 5.1
61. El trmino liberacin es estrictamente bblico. Vase por ejemplo Ex 3,7-8: lhatsil, que
como en Lc 21,28, se traduce al griego por apolytrosis, que se opone a esclavitud, prisin.
295
Este primer esquema representa el movimiento propiamente cristiano que
parte desde el otro, el pobre, y que le sirve en la liberacin histrica, signo
de la liberacin escatolgica. Mientras que el movimiento de la conquista, de
toda conquista de un hombre sobre otro, sigue el siguiente movimiento:
ESQUEMA 5.2
Manifiesto es a todo el mundo los delitos e insultos inexplicables que los espaoles (los
europeos todos despus) a Dios, nuestro Seor, han hecho en las Indias62.
62. Representacin dirigida por el padre Las Casas (en la edicin de la Brevsima relacin,
Buenos Aires 1966, 141).
296
La conquista es un pasaje de lo mismo a lo mismo, de la potencia al
acto; es un proceso pantesta donde la totalidad se afirma como nica. La
conquista es el acto supremo del prncipe de este mundo tan exaltado por
Nietzsche63. El Uebermensch de este genio europeo moderno, aunque l no lo
dijo, son Corts y Pizarro:
En estas ovejas mansas y de las calidades susodichas por su hacedor y criador as dotadas,
entraron los espaoles, desde luego que las conocieron, como lobos y tigres y leones
crudelsimos de muchos das hambrientos64.
c) Conquista y evangelizacin
63. Nietzsche expresa, como nadie, la pureza misma del ethos de la dominacin. Es la
exaltacin de la voluntad de poder europea, que los espaoles comenzaron y que holandeses,
ingleses o norteamericanos finalizan. La voluntad sin poder del pobre no es analizada por el
pensar dominador.
64. Brevsima relacin, 34.
65. Fragmento 53, o. c. I, 162.
297
decir, de mi casa; en griego oika es casa) latina estn los infieles, los
brbaros, los incultos, lo profano, lo peligroso, el no-ser, la nada (hoy
diramos; los analfabetos, sin costumbres refinadas).
Ego cogito cogitatum (yo pienso lo pensado, desde Descartes a Husserl,
que es anticipado por el yo conquisto al conquistado) es el enunciado mismo
de una cultura imperial, dominadora, despreciadora del otro como otro. Si el
otro, el pobre, el indio, es lo ya conocido, lo ya trabajado, lo ya
explotado, lo ya conquistado, no puede ser credo. El cogitatum no es
creditum. No puedo tener fe en alguien que conozco, que comprendo, que no
tiene ninguna exterioridad con respecto a mi mundo conquistador y opresor .
Slo puede creerse en alguien que guarda exterioridad y por ello creo en lo
que me dice sin todava saberlo. El yo de la cristiandad como totalidad
haba an interiorizado o intrasistematizado a Dios mismo, ya que la cristian-
dad (el Sacro Imperio romano) crea no slo tener a Dios de su parte sino
como momento de su estructura. La divinizacin de Europa es una totalizacin
increyente. O mejor, la fe viene a ser considerada una visin, un conocimiento
terico de una doctrina.
La fe como doctrina terica que se ensea en un catecismo que es
necesario memorizar, repetir, recordar. La memoria conserva lo mismo;
pero lo mismo en historia es lo pasado. El ser recordado es ser opresor, es
el fruto de una pedagoga opresora que niega al otro como otro, en todo
aquello que tiene de dis-tinto y nuevo. Si se repite en el catecismo de Trento
una cierta visin de las cosas quiere decir que la esencia de la cuestin est en
la teora, en la intuicin, en la ciencia, en un cierto ver. Los entes son vistos
y comprendidos en la totalidad, pero el otro como otro slo aparece con un
rostro tras el cual se oculta el sagrado misterio de su libertad, invisible,
incomprensible, en quien hay que creer y al que hay que creer en su palabra
reveladora. La palabra no es vista sino oda. La visin y la doctrina, la teora y
el saber vinieron a ocupar el lugar de la fe en el pobre, que es la epifana
histrica del Dios de Israel, de la Iglesia cristiana. La fe transformada en saber
es el pasaje del cristianismo a la cristiandad. En este sentido Hegel es el
ontlogo no slo del mundo luterano sino del europeo en general. La razn
visiva viene a ocupar el lugar del amor-de-justicia, de la esperanza y de la fe en
el otro. El saber, el sabio, el cientfico es el hombre perfecto de la totalidad
totalizada, del dolo, de la divinizacin del yo conquistador moderno que
debi sufrir el indio, el africano y el asitico. El yo como fuerza, como
potencia opresora, instrumentado de las carabelas y de los caballos, de los
perros y la plvora y de un ethos guerrero de sanguinaria y adiestrada audacia
en el arte de matar al otro dio pronto a Europa, gracias al oro y la plata del
indio y a la venta de esclavos negros, una preponderancia mundial que ya se
dej ver en Lepanto. El pecado de la dominacin imperial, que en evangeliza-
cin es dominacin pedaggica, no ha sido considerado ni por los telogos del
concilio de Trento, ni por los del Vaticano I ni II. Es un pecado omnipresente
que se ha llegado a confundir con la naturaleza de las estructuras
econmico-polticas que se mueven por leyes naturales.
Los otros grandes misioneros, desde Antonio de Montesinos y Pedro de
Crdoba en la Hispaola, pasando por centenares de otros, entre los que
debemos contar a Bartolom y Nbrega, aunque proporcionalmente fueron
minora, significaron la iglesia misionera propiamente dicha. Ellos evangeliza-
ron en la medida de sus posibilidades. Ellos pudieron tener fe, porque dieron
298
lugar al otro como otro, al indio como culto (en su propia cultura); al pobre en
su dignidad de hombre; y porque delataron la injusticia de la encomienda, de
la opresin, de la conquista, de las pacificaciones por las armas. Ellos
distinguieron entre cristianismo y cristiandad, entre el evangelio y una cultura.
Bartolom escribi una obra, la primera en su gnero en la edad moderna y
prototipo de pastoral misionera: De unico modo (Del nico modo de atraer a
todos los pueblos a la verdadera religin); evangelizacin por la palabra
compasiva y no por las armas conquistadoras66. El otro aparece como digno.
En esto a veces el profeta utopiza, ya que cree descubrir valores donde en
verdad los proyecta:
Todas estas universas e infinitas gentes, a todo gnero cri Dios los ms simples, sin
maldades ni dobleces, obedientsimas, fidelsimas a sus seores naturales y a los
cristianos67.
299
mucho mayor grado en la poca colonial que la lusitana. Sin embargo, por la
importancia que el Brasil viene cobrando a fines del siglo XX, ser necesario
darle ms lugar en la poca colonial de lo que proporcionalmente le correspon-
dera. Hemos por ello delimitado ocho ciclos evangelizatorios hispanos (pueden
ser ms o menos; toda divisin es en parte artificial, pero su valor objetivo y
pedaggico tienen algn inters), y cinco ciclos evangelizatorios lusitanos. La
numeracin sigue, aproximadamente, un sentido cronolgico, aunque a veces
es el exigido por el orden de la exposicin. As el ciclo III (del norte de
Mxico), bien pudo estar despus del IV y aun de los siguientes, si se tiene en
cuenta que en California la misin estaba llegando todava a fines del siglo
XVIII.
En efecto, esta divisin ad placitum (pero con fundamentum in rem) debe
tomarse como una clasificacin para clarificar la exposicin. Cada ciclo tiene
un rea espacial propia, con una cronologa tambin propia, con ritmos que
poseen momentos iniciales de mayor aceleracin y a veces de inmovilizacin
inmediata (como los ciclos II y V hispnicos), o, al contrario, de expansin
lenta y sostenida (como los ciclos fronterizos hacia el norte, el ciclo III, o
hacia el sur el VII y VIII, hispnicos; o el ciclo V brasileo hacia el Mato
Grosso). Cada uno de ellos tiene sus fronteras, sus avances, sus retrocesos (el
retorno de la idolatra, decan).
Debe tomarse en cuenta, adems, que no todos tienen la misma importan-
cia, ni juegan geopolticamente igual funcin. Denominamos primarios los
ciclos centrales de la accin misionera, los que significaron el mayor esfuerzo y
los que contaron con ms personal para la expansin misionera. Llamamos
intermedios aquellos ciclos que fueron la plataforma para los otros ciclos
(como el litoral brasileo), o tuvieron en un momento preponderancia, pero
que al perderla siguieron siendo el necesario lugar de paso (ciclos I hispnico,
y en cierta manera Amrica central, en especial Panam con respecto al Per;
por ello lo hemos colocado entre intermediario y secundario). Los ciclos
secundarios son aquellos a donde el esfuerzo misionero llega a la frontera
misma y no tiene continuacin en otro ciclo misionero. Guarda particular
posicin el ciclo VI hispnico, porque se constituye por el norte (el Caribe) y
por el sur (el Per).
especial los tomos I-III y XXIV-XXVI, y las historias generales tales como S. Delacroix, Histoire
universelle des missions catholiques, Paris 1956-1968 (con bibliografa); B. Descamps, Histoire
gnrale compare des missions, Paris 1932; R. Garca Villoslada, Los historiadores de las
misiones, Bilbao 1956; K. Latourette, A history of the expansion of christianity, N. York
1938-1945; A. Mulders, Missionsgeschichte. Die Ausbreitung des katholischen Glaubens, Regens-
burg 1960; J. Schmidlin, Katholische Missionslehre im Grundriss, Mnster 1923; A. Seumois;
Introduction la missiologie, Schoeneck 1952; la antigua obra de B. Henrion, Histoire gnrale
des missions, Paris 1844-1847 todava sigue siendo til, o la de P. Charles, Missiologie historique,
Louvain 1938. Para Amrica latina F. Armas Medina, Cristianizacin del Per, Sevilla 1953; C.
Bayle, La expansin misional de Espaa, Barcelona 1936; Id., El clero secular y la evangelizacin
de Amrica, Madrid 1950; P, Borges, Mtodos misionales en fa cristianizacin de Amrica, Madrid
1960; L, Hanke, Colonisation et consciencie chrtienne au XV le. siecle, Paris 1957; J. Hoeffner,
Kolonialismus und Evangelium. Spanische Kolonialethik im Goldenen Zeitalter, Trier 1969; R.
Ricard, La conqute spirituelle du Mxique, Paris 1933; V. Sierra, El sentido misional de la
conquista de Amrica, Madrid 1944; J. Specker, Die Missionsmethode in Spanisch-Amerika in 16.
Jahrhundert, en Der Einheimische Klerus, NZM (Bechenried), 1953; A. Astrain, Historia de la
Compaa de Jess en la asistencia a Espaa, Madrid 1902-1925. En especial debe considerarse el
captulo correspondiente a la Evangelizacin en los tomos siguientes de esta Historia general de la
Iglesia.
300
1. Ciclos evangelizatorios hispanoamericanos
Estuvimos por consiguiente con aquel cacique Guarionex casi dos aos, ensendole
siempre nuestra santa fe y las costumbres de los cristianos... Lo mismo aprendieron muchos
de su casa, y todas las maanas deca sus oraciones y haca que las dijesen dos veces al da
los de su casa75.
71. J. Bosch, De Cristbal Coln a Fidel Castro, Santo Domingo 1979, 12. Considrese
especialmente el tomo IV de esta Historia general, coordinado por Samuel Silva Gotay.
72. Cf. R. Pan, Relacin acerca de las antigedades de los indios, Mxico 1974, 4.
73. Cf. C. Campo Lacas, Historia de la Iglesia en Puerto Rico, San Juan 1977, 22-25.
74. Cf. H. Polanco Britos, Fray Ramn Pan, primer maestro, catequizador y antroplogo
del nuevo mundo, en CEHILA. Para una historia de la evangelizacin en Amrica latina,
Barcelona 1977, 127-140.
75. R. Pan, Relacin acerca de las antigedades, 132.
301
ESQUEMA 5.3
302
ESQUEMA 5.4
Fueron entonces hermanos legos, tanto este jernimo como los francisca-
nos, los primeros misioneros de Amrica. Romn Pan conoci bien las
tradiciones de los tainos y fue ya un ejemplo de evangelizacin en regla:
aprendi la lengua, conoci sus tradiciones religiosas, estuvo establemente con
ellos mucho tiempo. Sin embargo, su ejemplo no ser seguido en el Caribe. La
causa principal fue la extincin del indgena (por los malos tratos, por
sacrselos de sus cementeras y poner animales para pastar, pero, principal-
mente por las enfermedades y epidemias): Una epidemia de viruela acab
con las dos terceras partes de los indios entre diciembre de 1518 y enero de
1519, reduciendo la ya pequea poblacin aborigen a unos 3.000 y obligando a
mantener el sistema de las encomiendas para que el resto de la poblacin
espaola no abandonase la isla76.
Podemos decir que todo el ciclo caribeo en su inicio (1492-1500), durante
7 aos, no tuvo organizacin misional. Ni las rdenes religiosas, ni la Casa de
76. Fr. Moya Pons, Manual de historia dominicana, Santo Domingo 1977, 29.
303
Contratacin, ni la monarqua tena todava un claro plan sobre cmo misionar
las nuevas tierras. Todo fue fruto de la improvisacin (ya que inesperadamente
se haba descubierto Amrica). Iban entonces llegando clrigos, religiosos
(sacerdotes o legos), con los diferentes conquistadores o mercaderes.
Slo en 1500 los franciscanos envan una misin formal, que en 1502 se
ver aumentada con 17 nuevos religiosos. En 1505 los mismos franciscanos
(que llevan mucha ventaja a todas las dems rdenes) crean la misin de las
Indias Occidentales.
En 1510 llegaron a La Espaola tres religiosos de Salamanca, bajo la
direccin de Pedro de Crdoba OP, a quien acompaaban Antn de Montesi-
nos y Bernardo de Santo Domingo, un hermano lego ste ltimo. El mismo
general de los dominicos, el cardenal Cayetano, manda enviar misioneros a
Amrica. En 1511 llegar fray Domingo de Mendoza. La llegada de los
dominicos es un cambio cualitativo del proceso de la conquista del Caribe: es
el comienzo de la misin como funcin proftico-evangelizadora. No puede
darse a este hecho mayor importancia en la historia de la evangelizacin de
todo el continente. Con los dominicos lleg a Amrica la teologa de la
liberacin:
En este tiempo ya los religiosos de Santo Domingo haban considerado la triste vida y
asprrimo cautiverio que la gente natural desta isla padeca y cmo se consuman sin hacer
caso dello los espaoles que los posean ms que si fueran animales sin provecho...
Acuerdan todos (los dominicos) los ms letrados dellos, por orden del prudentsimo siervo
de Dios, el padre fray Pedro de Crdoba, vicario dellos, el sermn primero que cerca de la
materia predicarse deba, y firmronlo todos de sus nombres77.
Yo soy la voz que clama en el desierto... Para os los dar a cognoscer me he sobido aqu, yo
que soy voz de Cristo en el desierto desta isla, y por tanto, conviene que con atencin, no
cualquiera, sino con todo vuestro corazn y con todos vuestros sentidos, la oigis... Esta
voz, dijo l, que todos estis en pecado mortal y en l vivs y mors, por la crueldad y
tirana que usis con estas inocentes gentes... Estos, no son hombres? No tienen nimas
racionales? No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos?... Tened por cierto que
en el estado que estis no os podis ms salvar que los moros o turcos que carecen y no
quieren la fe de Jesucristo78.
Con su compaero vase (Antn de Montesinos) a su casa pajiza, donde, por ventura, no
tenan qu comer, sino caldo de berzas sin aceite, como algunas veces les acaeca80.
304
Despus de muchas presiones los conquistadores exigieron a los padres a
desdecirse en el sermn del prximo domingo:
Para or aqueste sennn segundo, no fue menester convidarlos, porque no qued persona
en toda la ciudad que en la iglesia no se hallase, unos a otros convidndose que se fuesen a
or aquel fraile, que se haba de desdecir... Llegando la hora del sennn, subido al plpito,
tom la sentencia de Job 36: Tornar a referir desde su principio mi ciencia y verdad, que
el domingo pasado os prediqu y aquellas mis palabras, que as os amargaron, mostrar ser
81
verdaderas .
El revuelo fue tal que las cosas pasaron a Espaa. Delegados de los
colonos y el mismo Pedro de Crdoba fueron a presentar sus razones ante el
rey Fernando, ya que Isabel haba muerto. All surgi el gran protagonista de
la Iglesia del Caribe de todos los tiempos: Bartolom de las Casas, del cual ya
hemos hablado desde el comienzo del captulo primero de esta obra.
Pero para referimos a Bartolom, debemos antes esbozar los seis frentes
nuevos de evangelizacin que se abrieron desde La Espaola: Puerto Rico,
Cuba, Castilla de Oro (Panam), Tierra Firme (desde el Istmo hasta Cuman),
Florida y Yucatn.
En efecto, a Puerto Rico la explor Ponce de Len desde julio de 1509.
An en 1513 se dice que hay slo dos sacerdotes, uno en cada pueblo82. Los
20 o 30 mil indgenas pronto disminuyeron. Desde 1521 a 1551 afluyeron gran
cantidad de esclavos africanos83. A fines del siglo XVIII slo quedan pocas
centenas e indios antillanos en la isla.
A Cuba Diego Velzquez parte en 1511, entre cuyos lugartenientes van
Hernn Corts, Pedro Alvarado, Bernal Daz del Castillo y trescientos ms.
Como en Puerto Rico, la evangelizacin es pobre. El mismo Bartolom de las
Casas dir en 1514 que era el nico clrigo de toda la isla.
El tercer frente fue la iglesia del Darin en Castilla de Oro, conquistada
entre 1510 y el ao siguiente. Los primeros misioneros en llegar son francisca-
nos, de la misma provincia de la Antillas. Con casi dos mil colonos lleg
Pedrarias en 1514, arribando, entre otros, Almagro y el clrigo Hermano
Luque, que partiendo de Panam conquistaran el Per. Los orgenes fueron
duros, con hambre, privaciones y grandes injusticias, El mismo obispo francis-
cano permitir que sean vendidos los indios de su regin como esclavos en La
Espaola. Los franciscanos abandonan Santa Mara la Antigua del Darin; lo
que es reprendido por el rey en la real cdula del 6 de agosto de 1519.
El cuarto frente ser Tierra Firme, las regiones de la desembocadura del
Magdalena hasta el Orinoco, lo que ser Santa Marta, Cartagena, Coro, como
veremos ms adelante (en el ciclo VI, granadino)84.
El quinto frente, por el norte, ser la Florida, desde la plataforma de
despegue que en este caso fue Puerto Rico. Juan Ponce de Len parti en
1513, tomando posesin el 8 de abril cerca del ro San Juan, en tiempo de la
pascua florida. Poco y nada se har al comienzo, slo con la llegada de los
padres jesuitas en 1566 se vive una epopeya misionera que, de todas maneras,
termina en el fracaso. Los jesuitas abandonaron Florida en 1572 para residir
en La Habana85.
305
ESQUEMA 5.5
El sexto frente, que partiendo de Cuba desde 1517 descubre las costas del
Yucatn, tendr un futuro central en la historia de la Iglesia latinoamericana.
Se haba buscado en todos los rincones del Caribe, pero slo en Yucatn
estaba la puerta hacia el Imperio azteca, el segundo ciclo evangelizatorio y el
ms importante en toda la cristiandad americana en su poca colonial, ya que
tendr mayor significacin que el Per y que el ciclo litoralense brasileo, sea
por su concentracin demogrfica, por sus misiones, por sus obras culturales,
en fin, en todos los niveles.
Mientras tanto habamos dejado a los dominicos de La Espaola perse-
guido por los colonos. Pedro de Crdoba sali para Espaa, logr hablar y
defender su posicin ante el rey Fernando, y obtuvo, con el apoyo de su orden
en Espaa (desde entonces los intelectuales orgnicos en la defensa del indio
se formaron en la escuela dominica de San Esteban en Salamanca, donde poco
306
despus brillar el maestro Francisco de Vitoria) las Leyes de Burgos (1512) en
favor de los indgenas.
Bartolom de las Casas, viendo que era imposible defender al indio desde
Santo Domingo, parti hacia Sevilla, llegando el 6 de octubre de 1515. El rey
estaba moribundo. Deliber entonces Bartolom ir a Flandes para hablar con
el prncipe Carlos. En Madrid se entrevist con Adriano -futuro papa-, y
principalmente con el regente del reino, el arzobispo de Toledo y cardenal
Francisco Cisneros, quien le expres que no tena necesidad de pasar ade-
lante, porque all se le dara remedio a lo que vena a buscar. En Madrid se
pens el Plan para la reformacin de la Indias. All se dej de lado la mala
influencia de Fonseca y Conchillos. All fue nombrado Bartolom de las Casas
clrigo procurador de los indios el 17 de septiembre de 1516. Regresaba a
nuestra Amrica el 11 de noviembre, junto con los padres jernimos, piezas
centrales de la formacin de las Indias. Lo cierto es que los jernimos
prontamente fracasaron ante los ardides de la nueva clase en el poder: la clase
encomendera; la oligarqua que cambiando de posiciones y funciones no dejar
el poder ni hasta nuestro siglo XX. Al ver imposibilitada su labor, Bartolom
vuelve a Espaa en 1517, instalndose en Valladolid, donde, adems de
comenzar sus estudios sobre las cuestiones jurdicas de las Indias, toma
contacto con la Corte de Carlos V y presenta un Memorial en defensa del
indio, ante el pleno de lo que despus ser el Consejo de Indias, el 11 de
diciembre de 1517. Poco a poco fue concibiendo un plan de colonizacin
pacfica, sin armas, en las Indias, contando slo con labriegos86.
Cabe entonces destacarse que ya en 1516 haba ideado Bartolom lo que
con el tiempo se denominarn Reducciones de Indios87. En efecto, Bartolom
ide un sistema de comunidades, donde se unificaba el fin de la evangelizacin
pacfica, el inters de la Corona en el sistema tributario directo, y la produc-
cin comunitaria de los indgenas (que pasaban entonces de plantadores
seminmadas a urbanos y sedentarios):
Esta comunidad, hecha con las condiciones que de ella se dirn que ha de tener, escusarse
ha que los indios accidentalmente mueran como hasta aqu, y viviendo, haya lugar para ser
instruidos en la fe y se salven, y no muriendo88.
Como puede verse viviendo, trabajando para s, los indios podrn aceptar
la fe y salvarse. Tambin pensaba Bartolom, que la manera que los indgenas
podan ayudar a los espaoles no era por el sistema de la encomienda (donde
regalaban tiempo de trabajo a los espaoles y no al rey), sino vendiendo su
tiempo de trabajo con un salario justo (y pagando un pequeo tributo
directamente al rey).
Es entonces la primera propuesta de un mtodo de evangelizacin civiliza-
dora, respetuosa del indio, de su lengua, de su cultura propia. Mientras tanto,
en las Cortes de Barcelona de 1519, defendi al indio en presencia de Carlos
V, oponindose vehementemente al obispo de Panam, Juan de Quevedo
OFM, el 12 de diciembre. Es as como hace aceptar al rey su proyecto de
fundar comunidades de indios libres, pequeas villas de labriegos hispano-
86. Vase la Representacin a los regentes Cisneros y Adriano (1516), Memorial de los
remedios para las Indias (1516), etc., en Obras escogidas V, 3 s.
87. Cf. J. Villegas, Evangelizacin y poblacin, en Para una historia de la evangelizacin en
Amrica latina, CEHILA, 33-58, que es un comentario del Memorial de 1516.
88. Memorial de los remedios (1516) 7.
307
indgenas. El lugar elegido fue la costa de Paria, regin de Cuman, al norte
de la actual Venezuela. El 14 de diciembre de 1520 parti nuevamente hacia
Amrica, despus de enormes dificultades en encontrar voluntarios para una
tal empresa. El fracaso parcial en la recluta de los labriegos fue un desastre
total por la matanza de los mismos en enero de 1522. Bartolom atribua dicho
fracaso a los problemas de la misin fransciscana algo antes, al hostigamiento
de los encomenderos de Santo Domingo, a las limitaciones de las propias
Capitulaciones, y a la actitud guerrera de los indios Caribes, debida a sus
propias costumbres.
Regres a Santo Domingo. El fracasado clrigo reformador poltico se
retira de la vida activa e ingresa como novicio a los dominicos, en el mismo
Santo Domingo, en marzo de 1523. Durante doce aos permanecer en el
silencio, la oracin, el estudio y en fecundos trabajos de escritor. En 1527
comenzar su Historia de las Indias y poco despus la Apologtica historia.
En fin, este primer ciclo, ciertamente el ms catico, es al mismo tiempo el
que alcanz menos frutos. En primer lugar por la desaparicin del indio. En
segundo lugar por la improvisacin de las rdenes. En tercer lugar por la
ineficacia de los mtodos misionales que, en muchos casos, consista en
predicar la doctrina a un nio que saba castellano, el cual la traduca a los
suyos. La pluralidad de lenguas, multiplicidad de costumbres, contradiccin
entre los pueblos prehispnicos hizo casi imposible una labor seria misionera.
Pero, lo que es ms grave y estructural, es que el evangelio se predic despus
del uso dominador de las armas o concomitantemente con la organizacin del
sistema de explotacin econmica de la encomienda. El evangelio tena dema-
siados contra-signos para penetrar hondamente en la conciencia de los
indgenas antillanos:
Un cacique e seor muy principal, que por nombre tena Hatuey, que se haba pasado deja
isla Espaola a Cuba con mucha gente para huir de las calamidades e inhumanas obras de
los cristianos... E dndole nuevas ciertos indios que pasaban a ellas los cristianos, ayunt
mucha de toda su gente e djoles:... (los cristianos hacen todo esto) porque tienen un Dios a
quien ellos adoran e quieren mucho y por haberlo de nosotros para lo adorar, nos trabajan
de sojuzgar e nos matan... Tena cabe s una cestilla llena de oro en joyas y dijo: Veis aqu
el Dios de los cristianos; hagmosle si os parece aritos (que son bailes y danzas) e quiz le
agradaremos y les mandar que no nos hagan ma189.
Aquel cacique, que no haba ledo el evangelio, saba muy bien que tu
tesoro est donde est tu corazn, y que hay dos seores: o Cristo o
Mamn... pero en el Caribe del siglo XVI... reinaba Mamn, el oro, la
plata... la acumulacin originaria del capital.
b) Ciclo mexicano
308
fray Bartolom de Olmedo y el sacerdote secular Juan Daz, y en los primeros
aos, como en otras regiones, la evangelizacin se debi ms bien a la
presencia espordica de sacerdotes o religiosos que acompaaban a las expedi-
ciones de la conquista.
Como gobernador de Nueva Espaa, Corts pidi misioneros religiosos.
Tres franciscanos llegan a Mxico en 1523 y son: Johann Dekkers Johan van
den Auwera y el famoso Pedro de Gante90. Los primeros eran sacerdotes
(haba habido otras tales como el mercedario Juan de la Varillas, los francisca-
nos Pedro Melgarejo y Diego Altamirano), pero slo stos acompaaban a
Corts a Honduras.
Con la presencia de los doce apstoles franciscanos se puede decir que
comienza la evangelizacin en regla en Mxico, y al decir esto queremos
indicar: el ms importante esfuerzo misionero de toda Amrica. Llegaron a
San Juan de Ula el 13 de mayo de 1524, apoyados por la bula Exponi nobis
nuper feciste, de Adriano VI (del 10 de mayo de 1522). Entre ellos cabe
destacarse Martn de Valencia, el superior, y Toribio de Benavente o Motoli-
na (el pobre en lengua nahutl).
Los franciscanos91 se situaron en un eje principal que una el Valle de
Puebla con el Valle de Mxico. En Puebla fundaron dos conventos: en
Tlaxcala (hasta con 200 mil miembros de la comunidad evangelizada) y
Huejotzingo. En Mxico en Texcoco y Churubusco. Desde Texcoco fundarn
comunidades hacia Tulancingo y el Golfo. Desde Churubusco partirn hacia el
oeste, hacia Michoacn, despus Jalisco, y se abrir todo el ciclo tercero del
Norte. De Tlaxcala irn hacia la costa del este, hasta el ro Alvarado (Zapoti-
tln, por ejemplo). De Huejotzingo a Cholula y de all a toda la regin
Mixteca. En 1559 eran 80 conventos y 380 religiosos. Lo cierto es que al fin
del siglo XVI haba en Mxico 149 conventos franciscanos92. Pero puede
decirse que fue en el Valle de Mxico (24 conventos), Puebla (25 conventos) y
Tlaxcala (12 conventos), Yucatn (16 conventos) y en especial en la zona de
Michoacn y Jalisco (ms de 30 conventos), donde los franciscanos desarrolla-
rn su misin evangelizadora.
Los dominicos llegaron a Mxico probablemente el 2 de julio de 152693;
eran doce igualmente, entre los que se encontraba Domingo de Betanzos. Por
la muerte de unos y el regreso de otros, el 1528 puede tomarse como la fecha
de la fundacin de la provincia. Tomaron como punto de apoyo el Valle de
Mxico (con presencia en Morelos y Puebla) y Oaxaca (rea propiamente
dominica), lugar este ltimo donde llegan en 1529.
En 1559 tenan 40 comunidades de dominicos, con 210 religiosos94. Al fin
del siglo en slo Oaxaca tenan 31 conventos.
Los agustinos llegaron en nmero de 7 a Mxico el 7 de junio de 1533, uno
de los cuales sera el futuro obispo de Popayn, Agustn de la Corua95. sus
primeras fundaciones fueron igualmente en Mxico y Puebla. Tuvieron que ir
ocupando reas todava no misionadas. Se extendieron principalmente hacia el
309
ESQUEMA 5.6
310
norte, en Hidalgo tenan 20 conventos al finalizar el siglo (llegaban en todo
Mxico a 40 comunidades en 1559, con 212 religiosos). En Michoacn tambin
hicieron numerosas fundaciones, en especial la famosa de Tiripito donde se
organiz el primer centro de estudios teolgicos. Al fin del siglo haba 80
conventos en todo Mxico.
Tambin llegaron en nmero de doce los primeros mercedarios, fuera del
que acompa a Corts mismo, en 1530. Su comienzo fue difcil, a tal punto
que algunos pasan con el obispo Francisco Marroqun a Guatemala, donde
florece la orden. Slo en 1589 erigen convento en Mxico. A fin de siglo hay
en Nueva Espaa 40 religiosos.
Cabra hablarse todava de los benedictinos (llegados en 1602), o de la
congregacin de San Hiplito, la orden hospitalaria de San Juan de Dios, los
betlemitas, etc. , pero no puede dejar de indicarse la llegada tarda, por su
reciente fundacin, de los padres de la Compaa de Jess.
Fracasada la primera misin jesutica en la Florida, llegan a Mxico tam-
bin doce jesuitas, a San Juan de Ula, el 9 de septiembre de 157296. Los
comienzos son lentos, y enfermos se trasladan todos al hospital de Santa Fe,
fundado por don Vasco de Quiroga, una de las primeras experiencias de lo
que se denominarn despus las Reducciones y que los jesuitas aprendieron en
Michoacn.
En el ao de 1573 fundaron los padres el colegio San Pedro y San Pablo en
Mxico, e iniciaron sus trabajos tambin en Ptzcuaro. En 1574 estaban ya en
Oaxaca, en 1578 en Puebla, en el mismo ao llegan a Guadalajara. Hacia el
norte llegarn a Zacatecas en 1590 y a Durango en 1593, perteneciendo esto
ya al ciclo del Norte.
Esta accin misional en el antiguo Imperio azteca y sus pueblos vecinos fue
una de las gestas ms impresionantes en la historia de la cristiandad de todos
los tiempos. Pero, al mismo tiempo, como en ningn otro ciclo americano, la
misin adopt en su nivel esencial el mtodo de la tabula rasa, siendo que se
trataban de altas culturas que hubieran podido dialogar en el nivel simblico
religioso, como bien lo comprendieron Sahagn o Bartolom de las Casas. La
unidad indisoluble de la dominacin poltico-econmica con la implantacin
del cristianismo, hizo indispensable ambos tipos de relaciones como relaciones
de dominacin (prctica, productiva y religiosa). El indgena mexicano adopt,
con profundidad imborrable, algunas pautas (sobre todo litrgicas) de la
religin nuevamente predicada, pero guard tambin profundamente antiguas
creencias, cultos y prcticas -hasta el presente-. La complejidad religiosa del
Mxico actual es fruto de la evangelizacin primitiva. Se hicieron esfuerzos
lingsticos, catequticos, se administraron los sacramentos, se produjeron
obras extraordinarias de arte, se elevaron las tcnicas97, lo que no quit la
hipoteca de haberse precedido la evangelizacin con la violencia de la con-
quista.
De todas maneras fue el ciclo evangelizatorio con mayor densidad demo-
grfica, y el que imprimir definitivamente su impronta a todos los mtodos
misionales para el resto de Hispanoamrica, y tambin en las Filipinas y el
Asia (con todos sus efectos negativos, como veremos). La coyuntura favora-
ble hizo pensar que la velocidad de la conversin manifestaba lo inmejorable
96. Cf. F. Zubillaga, Historia de la Iglesia en la Amrica espaola I, Madrid 1965, 538 s.
97. Cf. R. Ricard, o. c., 16., s.
311
del mtodo, y, en verdad, se debieron a factores ajenos a la evangelizacin
(el desarrollo de los aztecas, la dominacin anterior, la violencia de la
conquista, etc.). En Japn, China o la India, el mtodo era impracticable, pero
se intent catastrficamente imponer. Entre los pueblos ms primitivos de
Amrica tampoco poda dar del todo resultado -por faltar la organizacin
previa del Imperio o la estratificacin social frrea.
98. Vase especialmente los tomos 5 y el 10 de esta Historia general, sobre Mxico y los
Hispanos en Estados Unidos, sto ltimo expuesto por Richard Santos.
312
etc.). Todo esto estaba apoyado por sus misiones en San Luis Potos (1607)
y Zacatecas.
Los jesuitas, en cambio, se ocuparon preferentemente del primer frente, el
occidental, desde las misiones de Parras (Coahuila, 1594), hasta la de San
Luis de la Paz (Guanajuato, 1589), Topia (Durango, 1597), Tarahumara
(Chihuahua, 1611), Sonora (1627), Pimera (Sonora y Arizona, 1687) y Baja
California (1697).
Es muy sabido que en estas misiones deben recordarse muy especial-
mente las de Baja California, odisea que comienza el 17 de enero de 1683,
cuando se embarca el padre Eusebio Francisco Kino SJ en la expedicin de
Isidro de Atondo y Antilln. Kino y Goi iniciaron los contactos con los
indgenas. Las misiones y reducciones de Sonora y Baja California nunca
llegarn a igualar a otras mejor provistas, y entran al comienzo del siglo XVIII
en profunda crisis.
Cabe destacar todava el ramal dependiente de ste, de la Pimera, donde
florecern San Xavier de Bac (1700) , Cuevavi (1701) y otros centros misione-
ros (hoy Arizona).
Es en esta vertiente occidental, por la expulsin de los jesuitas, que
comenzar el relevo franciscano. Fray Junpero Serra (1713-1784) y sus
compaeros realizarn una obra ejemplar: San Diego (1769), San Gabriel,
San Antonio, Soledad (1771), San Luis (1772), y muchas otras misiones
hasta llegar a San Francisco (1776) y hasta San Francisco Solano (1823) en
el norte de la Baha.
La estructura de este ciclo III, entonces, parte desde una plataforma
dependiente de la de Mxico (B) y se abre hacia el norte en cuatro frentes,
como hemos indicado. En todos ellos las misiones se enfrentan a pueblos no
urbanos y por ello el desarrollo de las mismas nunca fue floreciente. Su
tiempo se extiende as desde 1550 hasta el fin de la poca colonial y aun
hasta el momento en que son anexionadas algunas de ellas (las del norte de
California, Arizona, Nuevo Mxico y Texas) a los Estados Unidos.
d) Ciclo centroamericano
313
padre Andrs de Vera, primer misionero. Sin embargo slo con el obispo
llegarn 17 franciscanos, el 30 de julio de 1514, fecha fundacional de las
misiones en Centro Amrica. Quedan poco despus slo 5. En 1523, con el
obispo Pedraza, arriban ahora los dominicos y se desplazan a Panam.
Lentamente comenzar la misin que en realidad se implantar en la franja norte
(en torno a Portobelo y Nombre de Dios) y en el sur (desde Panam hasta
Nat, Remedios y Alanje). Ya no penetra profundamente en una segunda
franja (Chepo, Penonom, Parita y Dolega). Los restantes pueblos no son
evangelizados (al este y al nordeste).
ESQUEMA 5.7
314
Un segundo frente se abre en la actual Costa Rica, proveniendo de
Panam en 1522; el padre Diego de Agero misionar en Nicaragua. Sin
embargo, slo en 1561 comienza la misin sistemtica con el Padre Juan de
Estrada Rvago. Los franciscanos, con fray Pedro Betanzos y otros, realiza-
rn la evangelizacin de los indgenas de las regiones de las montaas, que
al fin del siglo XVI han sido en su totalidad misionadas. Aunque en las costas,
y en especial en Talamanca, fracasarn.
El tercer frente es el nicaragense, en donde ya en 1523 el mismo Diego
de Agero, con Gil Gonzlez Dvila, bautiza hasta 9 mil indgenas en una
ocasin, y hasta 32 mil en otra. Pero son los mercedarios los que comienzan
la evangelizacin organizadamente en 1528, gracias a fray Francisco Bobadi-
lla y Lzaro de Guido, entre los indgenas de Nicaragua, con bautizos
masivos igualmente. En 1533 llegan los franciscanos a Len (ya en 1586
tienen 16 comunidades). Los dominicos llegarn en tercer lugar con fray
Diego de Loayza en Len. Es decir, siempre junto al Pacfico, ya que la costa
atlntica no ser misionada.
Un cuarto frente del Caribe es el hondureo, que por Trujillo y Puerto
Caballos se comunicaba a San Pedro de Sula, Comayagua y Gracias a Dios.
Los primeros en llegar fueron los mercedarios (que fundaron comunidades en
todas esas villas, y adems en Tencoa, Choluteca, hasta el Mar del Sur). Ya
en 1574 llegan los franciscanos a Comayagua y San Jernimo de Agalteca, y
de all en 1582 se instalan en Trujillo. Estn en tierra, donde Bartolom de las
Casas har or su voz en 1545 en la Junta de Gracias a Dios. La regin de la
Mosquitia nunca ser evangelizada y se abrir a filibusteros y piratas.
Desde Mxico, por el continente o por el Pacfico, determinando la regin
II de este cuarto ciclo, hubo cuatro frentes claramente discernibles: Chiapas,
que juega una funcin de enlace; Guatemala (verdadera plataforma pero sin
hegemona total en Centro Amrica) que abre la evangelizacin en Vera Paz
y El Salvador .
Guatemala es el centro pastoral desde su primer prroco el padre Marro-
qun en 1530, y con los dominicos se hace presente su primera fundacin en
1537 (provenientes de Oaxaca y de la regin mexicana). La primera comuni-
dad llamada por Marroqun estuvo formada por fray Bartolom de las Casas,
fray Luis Cancer, Pedro de Angulo y Rodrigo de Ladrada, a quienes los
veremos en Vera Paz.
En 1540 llegan unos franciscanos, pero slo en 1544 fundan numerosas
comunidades en notable nmero. En 1537 llegan los mercedarios, en 1582
los jesuitas, en 1610 los agustinos y en 1636 los miembros de la congrega-
cin de San Juan de Dios.
En el frente de Vera Paz se distinguir la obra de los dominicos. Haba-
mos dejado a Bartolom de las Casas fracasado en Santo Domingo, como
novicio con los dominicos. Despus de aos de retiro comienza una nueva
etapa, enviando al Consejo de Indias tres largas cartas (en 1531, 1534 y
1535), donde defiende insistentemente al indgena. Fracasado su intento de ir
a misionar al Per, y al enfrentarse al gobernador Contreras en Nicaragua en
1535, deja Granada y acepta la invitacin de Marroqun en Guatemala. Haba
antes ido a Puerto Rico y Mxico (1532) y evangelizado en la regin de
Baoruco (1534). Junto a los dominicos, evangeliza por fin una Tierra de
guerra, en la regin de Tuzulutln, cerca del golfo Dulce en Guatemala. Es
en este contexto que escribe la primera obra de pastoral moderna: De unico
315
modo, en 1537 posiblemente en Guatemala, en latn. Del nico modo de
traer a todos los pueblos a la verdadera religin. Fundndose en un tomismo
renovado por la segunda escolstica salmanticense dice Bartolom:
(El nico modo de convertir a estas gentes es) a saber: la persuasin del entendimiento
por medio de razones (intellectus rationibus persuasivus) y la invitacin y suave mocin
de la voluntad (voluntatis suaviter affectus vel exhortativus)100.
Porque declarar la guerra a los pueblos para subyugarlos, tomar este hecho tan horrendo
e infame como medio para promulgar el evangelio o ley evanglica, no les habra sido
decoro ni a la regia dignidad del manssimo y benignsimo Jess... He aqu a mi servidor,
yo te sostendr... 103.
La causa porque han muerto y destruido tantas y tales y tan infinito nmero de nimas los
cristianos, ha sido solamente por tener por fin ltimo el oro y henchirse de riquezas en
muy breves das105.
316
reconocido la dignidad humana del indio en su encclica Sublimis Deus, el 9
de junio de 1537. Luchando obstinadamente Bartolom logra que Carlos V
firme las Leyes Nuevas, fruto de las discusiones de la Junta de Valladolid, el
20 de noviembre de 1542. Los indgenas recuperaran su libertad con res-
pecto al sistema encomendero, pero pagaran un tributo directamente al rey,
como hemos visto. Para fortalecer su decisin, Carlos V propone a Bartolom
como obispo de Chiapas. Nombrado por bula romana del 19 de diciembre de
1543, se embarca para la tierra chiapaneca con 44 dominicos, el 8 de julio de
1544, llegando a la tierra maya slo 27 de ellos.
El 9 de septiembre llega a la Espaola. En enero de 1545 entra en su
dicesis. Redacta de inmediato Avisos y reglas para confesores de espao-
les (el famoso Confesonario) por el que se prohbe absolver de sus pecados
a los que tienen indios encomendados. Aplicado rigurosamente por los
dominicos produce un estridente conflicto en la cuaresma de 1545. Ante la
ofensiva y oposicin de los espaoles, Bartolom pasa a efectuar una visita a
los indgenas. Poco despus tomar parte en la Junta de los Confines, en
octubre de 1545, con Marroqun, Antonio de Valdivieso de Nicaragua, Crist-
bal de Pedraza de Honduras, de gran importancia teolgica. Desesperanzado
de sus posibilidades de reforma, abandona su dicesis en cuaresma de 1546
para asistir a otra Junta de obispos en Mxico, donde su posicin no es
apoyada ni por Zumrraga, Vasco de Quiroga, Juan de Zrate ni Marroqun.
Regres a Espaa desembarcando en Lisboa en enero de 1547, renunciando
al obispado de Chiapas en 1550. De todas maneras la misin haba comen-
zado y continuar su camino.
El cuarto frente guatemalteco, hacia el sur, es la regin del Salvador. Ya
en 1528 llega el prroco secular P. Godnez; en 1530 el dominico fray
Antonio Gonzlez Loza. Slo en 1551 comienza la misin formalmente con la
fundacin de un convento por Toms de Torre, dominico de Chiapas, y de all
se extienden a Sonsonate, Ahuachapn, etc. En 1574 son los franciscanos
los que se hacen presentes, y slo en 1593 los mercedarios comienzan la
evangelizacin de la regin.
Con estas indicaciones sumarias, como todas las de este tomo introducto-
rio, podemos concluir que el cuarto ciclo, el Centroamericano, al no tener una
plataforma fundamental hegemnica que lo unifique, al estar en cierta manera
descentrado, fue un espacio abierto a contradicciones, conflictos. Es un
ciclo en parte intermedio o de pasaje (hacia el sur peruano) y en parte
secundario (de Mxico y el Caribe). Su unidad, desde su origen, se encontr
dificultada por tener al norte pueblos de raigambre maya y al sur ms bien
chibchas. Por tener una orografa que divida una vertiente hacia el Caribe y
otra hacia el Mar del Sur. La misin fue difcil, aldeana, algo aislada, con
caractersticas propias.
e) Ciclo peruano
317
tales como Guancavlica) estaban el frente de Trujillo y, Quito (ste, plata-
forma secundaria abierta al sexto ciclo santafereo), y el de Arequipa (que
con Lima se abra hacia el ciclo chileno por el Pacfico) y Platense (que es ya
la plataforma secundaria, B, del octavo ciclo, que jugar una funcin parecida
a la del ciclo III del Norte, tambin minero y abierto a indgenas nmadas,
como, veremos)106.
En 1532 se encuentran algunos eclesisticos con Pizarro, desde el maes-
trescuela de Panam, Hernando de Luque, o Juan de Sosa; otro de ellos fue
Cristbal de Molina; principalmente debe mencionarse al dominico Vicente
Valverde, apoyado en 1534 por Juan de Olas y otros frailes que fundan el
convento de Cuzco en el mismo ao. El templo del sol (Coricancha) se
transforma en iglesia de los dominicos en Cuzco, primer templo cristiano. En
1538 llegan ms, y con ellos Toms de San Martn. En 1540 arriban doce
nuevos religiosos, junto a Domingo de Santo Toms (el primer telogo del
antifetichismo en el sur). De Cuzco pasan a Lima, al Callao, Trujillo, Valle de
Chincha, Lago Chucuito, y en 1541 avanzan al frente quiteo. En Arequipa
haban llegado en 1540, con Pedro de Ulloa. En 1550 haban tocado todo el
Imperio.
Fray Gaspar de Carvajal, O.P., acompaar todava a Orellana en el
descubrimiento del Amazonas, del futuro Maranho; lleg ya en 1533, parti a
Quito y de all descendi a las selvas.
Los franciscanos llegaron igualmente en 1532 con fray Marco de Niza. En
1534 llegan tres ms y fundan el convento de Quito (centro principal de
operaciones de los franciscanos en el Imperio inca). Pero en 1535 ya estn
en Lima, y en el mismo ao fray Francisco Portugus reside en Cuzco, en el
barrio Toccoccachi. El 15 de mayo se crea la custodia del Per. Slo en 1542
llegan los doce franciscanos (de all que la provincia, sin olvidar nunca el
mesianismo fundacional, se llamar de los doce apstoles), se dirigen a
Trujillo y Cajamarca. Desde Quito, fray Jacobo Rincke conduce los destinos
originarios de la provincia. En 1553 se crea la provincia del Per.
Los mercedarios se instalaban en Piura en el mismo 1532, en 1533
estaban en Cuzco, en 1535 en Lima, en 1539 en Huamanga. Sin embargo, al
organizar encomiendas y enriquecerse en parte, la provincia entr en crisis.
De todas maneras en San Miguel de Lima, solamente, tenan al fin del siglo
XVI 13 conventos y 47 doctrinas. Pasaron a Quito con Belalczar .
Los agustinos llegaban en 1551 y se ocuparon primero de Ayacucho, y de
all, como todas las dems rdenes, pasaron a Bolivia en 1562, donde
estaban ya en ese ao en Chuquisaca.
Los ltimos llegados fueron los jesuitas, y fue para ellos la primera
experiencia de importancia en Hispanoamrica -despus del fracaso en
Florida-. Se ocuparon primeramente de colegios, los que fundaron en
Cuzco, Lima, Quito, Arequipa. Slo en una segunda etapa comenzaron a
trabajar en las misiones, donde alcanzarn a perfeccionar un mtodo ejem-
plar. El padre Jernimo del Portillo, provincial, tiene enfrentamientos con el
arzobispo Loayza. De todas maneras, desde el 28 de marzo de 1569 iniciaron
sus trabajos. La accin primera misional en el Per estuvo mezclada con la
lucha interna de los mismos conquistadores, los partidos pizarristas y alma-
106. Vase el tomo 8 de esta Historia general, y las obras de Vargas Ugarte, Historia de la
Iglesia en el Per I, Lima 1953, y Armas Medina, Cristianizacin del Per, ya citada.
318
ESQUEMA 5.8
gristas, y con una violencia que tie de rojo la misma evangelizacin. Se dice,
segn versin del Inca Garcilaso, que el mismo Vicente Valverde enfrent al
Inca requirindolo:
... Y si los negare (a los evangelios), svete que sers apremiado con guerra a fuego y
sangre... y te constiiremos con la espada a que (dejando tu falsa religin), que quieras
que no quieras, recibas nuestra fe catlica y pagues tributos a nuestro emperador107.
319
Dentro del ciclo peruano Quito juega una funcin especial (como Guate-
mala con respecto a Mxico, si cupiera la semejanza). Es una plataforma (B)
de despegue misional hacia el norte, pero tiene una autonoma propia, una
densidad demogrfica, cultural y eclesial, posteriormente, muy particular. Con
fecha del 30 de julio de 1535 se nombra al padre Juan Rodrguez como cura,
al que acompaan los padres Garca y Francisco Ximnez. En 1535, como
hemos visto, Marcos de Niza. Jacobo Rincke, Pedro Gosseal y pedro Rodeas
fundan la orden franciscana, que tan fuertemente arraigar en el reino.
Hernando de Granada y Martn de la Victoria hacen lo mismo con los
mercedarios, los que levantaron su convento desde el 4 de abril de 1537. Slo
en 1541 hizo lo propio con los dominicos fray Gregorio de Zarazo. Fue, es
bien sabido, una cristiandad floreciente, lo que no impedir, como veremos
ms adelante, que la Iglesia se enriquezca notablemente y llegar con los siglos
a poseer hasta la tercera parte de las tierras del Ecuador. Pero los pobres
misioneros primitivos nada saban del futuro todava.
El momento de la gran evangelizacin primitiva dur aproximadamente 20
aos, de 1532 a 1551 -fecha del I concilio provincial-. La mayora de la
poblacin del Imperio inca haba sido de alguna manera incorporada a la
Iglesia, de manera muy precaria, como se puede suponer. De todas maneras el
impacto fue radical y su influencia irreversible. El corazn del Imperio conoca
rudimentos del cristianismo, y su asimilacin ir en aumento (y en complejidad
de yuxtaposicin o mestizaje simblico religioso) con los siglos. Es con
Mxico, la regin ms orgnicamente evangelizada, pero no se debe tanto a
los mtodos misionales como a la elevada cultura de los pueblos de Imperios
urbanos, como al agrcola pastoril peruano. Pero al mismo tiempo, quiz slo
comparable con Mxico igualmente, el pueblo oprimido amerindiano no se
resign a ser vencido. Los continuos levantamientos, el recuerdo valiente de
sus tradiciones, cruzar los siglos y llegar hasta el siglo XX. Aunque los
indgenas no puedan ya reconstituir sus antiguos Estados, nos recordarn
siempre que resistirn hasta la resurreccin de su dignidad de pueblos en la
historia.
f) El ciclo colombiano
108. Vase el tomo VII de esta Historia general, y adems, la obra de J. M. Groot, Historia
eclesistica y civil de Nueva Granada I, Bogot 1953.
320
primer obispo de Santa Marta, como veremos. La violencia de los conquista-
dores fue proverbial. De todas maneras, fueron en gran parte los laicos los que
dieron a conocer el cristianismo. Los encomenderos impartan la doctrina (lo
que supone un equvoco fundamental).
Otros 20 dominicos partieron con los alemanes Alfinger, Sailler y Feder-
mann, adems del agustino Vicente de Requejada, para evangelizar la laguna
de Maracaibo hasta el Orinoco, siguiendo la Sabana hasta Bogot por Pasca,
atravesando los Llanos Orientales.
Cuando se funda Bogot en 1538 -por la corriente del norte-, el 6 de
agosto se celebra la primera misa en una ermita de la plaza de San Francisco.
Por el sur (Cali se funda en 1536, Popayn en 1537) el frente peruano de
Belalczar, a quien lo acompaa el mercedario Hernando de Granada, avanza
hacia el norte, lo mismo que Jorge Robledo (que funda Cartago en 1540 y
Antioqua en 1541). En 1552 fundaron los dominicos su comunidad en Popa-
yn.
Bien pronto, con Jimnez de Quesada, los dominicos se hicieron presentes
en Bogot, con el padre Domingo de las Casas, y en Tunja igualmente. En
1549 fundan un convento en Cartagena, con fray Jos de Robles. Se extendie-
ron por Tocaima, Ibagu, Pamplona, Muzo, etc.
Los mercedarios haban llegado ya en 1527 a Santa Marta (donde disolvie-
ron su convento en 1545), pero fundaron otros en Cali con fray Hernando de
Granada ya nombrado, y poco a poco se extendieron por otras ciudades.
Los franciscanos, gracias a los trabajos de fray Jos de Robles comenzaron
sus trabajos en Bogot, y llegaron a ser en 1565 provincia autnoma de las del
Per. Estaban en Popayn, Pasto, Anserma y Cartago.
Antes de 1610 los agustinos comenzaron sus misiones hacia el este de
Bogot, en el gran tringulo que forman los ros Magdalena, y el Chicamoche
y Casanare con el Meta (estos dos ltimos afluentes del Orinoco ). Comenzaba
as una gesta misionera que junto con capuchinos, franciscanos, dominicos y
jesuitas se constituirn en las misiones del Orinoco.
Adems de la evangelizacin de los indgenas muiscas y otros grupos
chibchas, muy pronto por Cartagena comenzaron a entrar esclavos negros.
Alonso de Sandoval, llegado en 1605, fue el primer evangelizador de los
hermanos africanos. Su obra De instauranda Aethiopum salute es la primera en
su gnero en la edad moderna. San Pedro Claver los reemplazar en sus
labores. Pedro lleg a Cartagena en 1610.
Con el tiempo se irn encontrando conexiones con la actual Venezuela, la
que, aunque era parte constitutiva del Caribe, por mar, ir relacionndose a
Nueva Granada, por tierra. Es por ello que CEHILA considera a las actuales
Colombia y Venezuela como un rea conjunta, parte de la Gran Colombia de
Bolvar (venezolano por origen y educacin), grancolombiano de vocacin.
g) El ciclo chileno
321
ESQUEMA 5.9
109. Vase el tomo 9 de esta Historia general, y la obra de C. Errzurriz, Los orgenes de la
Iglesia chilena, Santiago 1873.
322
ACTA CONSISTORIAL DEL 2 DE NOVIEMBRE DE 1616, DONDE SE
CONCEDE A JERNIMO MENDEZ DE TIEDRA EL PALIO ARZOBIS-
PAL DE LA PLATA: ...PESTREMO DECEVIT PALLIUM ARCHIEP.
DE LA PLATA
(Archivo Consistorial del Vaticano, Acta Camerarii 15, f. 64 v.)
323
324 Lo cristlllllilld americlllllJ
h) El ciclo platense
Este octavo ciclo, que guarda extraa semejanza en sentido inverso norte-
sur, con el ciclo tercero del norte (con sentido sur-norte), tiene su plataforma
o punto de partidd en el eje La Paz-Potos (plataforma dependiente del eje
Lima-Cuzco, que es fundamenta\), y por centro a Chuquisaca. Desde esta zona
minera (como en Mxico lo era el rea de Guanajuato a Saltillo o Durango),
se abren dos frentes con ramales: el primero baja a Tarija, Salto del Tucumn,
Santiago del Estero, Crdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Otro ramal se divide
desde Tucumn y pasa por la Cordillera hacia Catamarca, Londres y la Rioja.
Todo en este caso viene del Per, del Pacfico por Panam y el Caribe. Otro
frente, el segundo, se abre al Atlntico (Buenos Aires y Montevideo) y
asciende por el ro de la Plata hacia Asuncin. Este frente pauprrimo en los
siglos XVI y XVII tiene un auge inmenso en el siglo XVIII, por motivos
econmicos y geopolticos (lo mismo que otras ciudades del Atlntico, como
veremos) 1 lO.
En 1538 Gonzalo Pizarro fundaba Chuquisaca, en el rea boliviana de alta
cultura, que formaba parte. del Imperio inca, y aun de mayor antigedad por
las culturas del lago Titicaca y el centro ceremonial de Tiahuanaco. En 1548 ha
llegado una expedicin proveniente de Asuncin, que haba atravesado el
Gran Chaco. Camino que no ser frecuentado en el futuro. Fueron los
dominicos los primeros en llegar en 1540 a Charcas. En 1541 entraban los
mercedarios. El padre Francisco de Aroca, franciscano, estaba ya en el ao de
la fundacin de la ciudad, y predicaba entre los indgenas. En 1568 los jesuitas
comienzan la fundacin de sus colegios, y cambian los mtodos tradicionales.
Los jesuitas organizarn las misiones de los moxos y los chiquitos, en el
nordeste 111 , partiendo primero de Waruchiri en 1569 y de Juli en 1576.
Llegaron a fundar 21 centros misionales entre los moxos, iniciados en 1682, y
10 entre los chiquitos, desde 1693. Se trata de una de las grandes experiencias
evangelizadoras americanas, con exclusin de la dominacin colonial y presen-
cia de europeos.
Debe tenerse en cuenta que a comienzos del siglo XVII Potos sobrepasaba
los cien mil habitantes, lo que moviliz grandes recursos econmicos e igual-
mente eclesiales.
110. Vase el tomo 9 de esta Historia general sobre Argentina, Uruguay y Paraguay, en el
tomo VIII J. Barnadas se ocupa de Bolivia.
111. Consltese la tesis de Leandro Tormo sobre Moxos y,Chiquitos, indito depositado en
el Instituto Toribio de Mogrovejo (Madrid).
lA ewmgelizacin ltinoomericana 325
ESQUEMA 5.10
Ciclo evangelizado VIII: Platense
112. Cf. G. Furlong, Misiones y sus pueblo, guurunes. Buenos Aires 1962, 29.
327
ESQUEMA 5.11
Las treinta reducciones guaranes de la Compaa de Jess en el siglo XVIII
6~=
_c.mmolWl
r.t:bIiM1if'ft:iltl
..... KorlIMI~
s..v-
_Lj:'I:~
_ _ Limdt "rM.Est..a.
328 La cristiandlld americana
a) Ciclo litoraleo
Este primer ciclo brasileo no puede considerrselo en .el mismo nivel que
el mexicano o peruano, dadas las condiciones culturales de las culturas indge-
nas preeuropeas, la importancia de la poblacin portuguesa, la vida econmica
y cultural, religiosa. Se trata de un ciclo secundario, pero el central en la vida
brasilea colonial. Su plataforma fundamental se organiza en torno al eje
Baha-Recife (Pernambuco y Olinda). Pero, a diferencia de los ciclos hispni-
cos, el litoral brasileo era un momento, y al comienzo ni siquiera el principal,
de la accin portuguesa en toda la Volta: Africa, India principalmente y Brasil,
la costa do pau brasil, y posteriormente del engenho de azcar. Por ello
en 1549 Francisco Xavier parte a la India, y seis jvenes jesuitas llegan a
c) Ciclo maranaense
donde las disputas de los espaoles por el oeste (Quito y sus pretensiones
sobre el Amazonas), y el sur (desde Asuncin y Buenos Aires), de los
franceses, holandeses e ingleses en sus repetidas invasiones, creaban un clima
de inestabilidad. Los jesuitas. adems, deban defender sus aldeamentos de
los colonos criollos y portugueses (y de las bandeiras de los mismos paulis-
tas), por lo que llegaron a organizar el Regimento das Missoes, que ser el
origen del conflicto del ao 1686117.
El ciclo maranaense es uno de los ms importantes en la historia de la
evangelizacin americana, el que sufri ms por la expulsin de los jesuitas en
1757 (como el Paraguay). y que deber ser estudiado particularmente 118. Lo
cierto es que las misiones del Maranhao y Par dieron al Brasil el Amazonas,
claro es que otros jesuitas darn el Orinoco a Venezuela. el Paraguay a
Espaa, etc.
d) Ciclo mineiro
Dependiendo del ciclo del sertao y del litoraleo, surge en el encuentro
de ambos, entre el origen del ro San Francisco y la costa, un ciclo evangeliza-
torio particular, con un aumento demogrfico enorme, ya que gracias a los
minerales preciosos la poblacin europea pasa de 100 mil en el 1700, a 800 mil
al fin del siglo XVIII. Ouro Preto dar al Brasil del fin de la poca colonial la
unidad que falt a la Amrica espaola, que se dividir en muchos pedazos.
Lo importante de sealar es el carcter popular. laical, del proceso de
cristianizacin de este ciclo. Desde el 1700 son las irmandades, gracias a la
renovacin espiritual de ciertos movimientos portugueses (como los ermitaos
Feliciano Mendes y Lourencro de Nossa Senhora), las que catequizan a los
mamelucos paulistas, que comienzan a venir en gran nmero desde 1720.
por la fiebre del oro. Tambin son numerosos los africanos (de origen
ashanti) que forman igualmente sus cofradas laicales. Slo en 1711 llegan
algunos carmelitas. El auge del oro dura poco, de 1720 a 1750, a lo que sigue
la miseria de muchos buscadores de riqueza. En esta pobreza surge un
verdadero movimiento misionero, frecuentemente mesinico, que como verda-
deros ermitaos del Egipto del siglo IV se retiran a la soledad para llorar los
pecados y convertir al prjimo.
Por ello el obispado de Mariana. desde 1745. ser casi exclusivamente
constituido por sacerdotes seculares, con poca o ninguna presencia de religio-
sos. Los indgenas sern igualmente poco numerosos. Ser una sociedad
mestiza, con presencia africana, propiamente brasilea, nueva.
Es interesante resaltar la conclusin de Hoornaert: si las parroquias pom-
balinas fueron el sustituto de las reducciones en lugares trabajados -por
jesuitas, en la regin del ciclo mineiro fue represiva de los movimientos
laicales, de las cofradas. No nos hace pensar esto en el intento de controlar
las comunidades de base en y por las parroquias?
ESQUEMA 5.12
Los cinco ciclos evangeliza torios brasileos y maranaense
11
ACLARACIONES
LOS CINCO CICLOS EVANGELIZA TORIOS BRASILEOS y MARANAENSE
Ciclo 1: Litoraleo
A. Plataforma fundamental: Salvador de Baha
1, 2, 3. Diversos frentes litoraleos del sur, incluyendo Ro
4, 5. Diversos frentes litoraleos del norte, incluyendo Recife
334 La crutillnlJod americQ1'lll
e) Ciclo paulista
Desde Sao Vicente, Santos y Sao Paulo, como plataforma de este quinto
ciclo brasileo, salan las entradas (en el lenguaje del conquistador hisp-
nico) o bandeiras (en portugus), por las que se exploraba el sertao, y que
llegaban muy lejos, hasta las reducciones del Paraguay, o atravesando el Mato
Grosso, hasta las villas de Albuquerque (Corumba), Vila Vela (1752), hasta el
Fuerte Prncipe da Beira (1776), hasta entroncar con el Madeira y las misiones
jesuticas. Otras bandeiras llegaban a Vila Boa (Gois) y alcanzaban hasta
Par, Sao Luis y Pernambuco. La bandeira ms costera llegaba a Vila Rica
(Ouro Preto) y se internaba por el ro San Francisco. Estos caminos tenan su
mstica. Es explicable el enfrentamiento del bandeirante con los jesuitas,
en especial cuando se dedicaron a la caza del indgena (desde 1602 por accin
de Roque Barreto), primeramente en Guair, de donde debieron huir los
guaranes y jesuitas hacia el Paran y Uruguay (como hemos visto en el octavo
ciclo hispanoamericano).
Todo comienza con Martn Alfonso de Sousa, que funda Sao Vicente. en
1531, Y con el colegio de los jesuitas de Sao Paulo (1554). Los indgenas que
huan de la explotacin azucarera de la costa rodearon a los misioneros. Al
comienzo del siglo XVII era una villa mestiza (<<mameluca), pobre. Los
colonos expulsaron a los jesuitas en 1640, explotaron primero a los indios para
despus dedicarse enteramente a las minas, descubiertas en las regiones de
Minas Gerais. Los benedictinos, franciscanos y carmelitas nunca criticaron
estructuralmente las costumbres de rapia de los primitivos habitantes paulis-
taso Fue un ciclo igualmente laico, que uni el Bra~il colonial y que incorpor
muchas tierras peleadas palmo a palmo a la corona hispnica.
La eYtl1lgelizacilm latinoamericana 335
119. eL K. Scott Latourette, A history of the expansion of christianity I1I, New York 1973.
336 La cristillndod americtl1UJ
Bajo este ttulo queremos reunir todos los modos evangelizatorios que
partan ingenuamente de la proclamacin de una doctrina ibrica, europea,
de la cristiandad, sin tomar en cuenta el grado cultural, la situacin objetiva
del indgena, o del esclavo negro. No haba respeto por el otro, por su cultura.
Se predicaba la doctrina a partir de la dominacin militar o por compulsin
parcial, o con desprecio de la cultura indgena.
Este modo evangelizatorio, pedaggicamente, correspondera al tipo ban-
cario, donde al educando se lo sita en posicin pasiva, receptiva, memora-
tiva, oprimido ideolgicamente. Gins de Seplveda fue el terico de este
mtodo evangelizatorio:
As como estamos obligados a mostrar el camino a los hombres errantes, as la ley de la
naturaleza y de la caridad humana nos obliga a traer a los paganos al conocimiento de la
verdadera religin aun contra su voluntad. No digo que se bautice por la fuerza, sino
cuanto depende de nosotrosse les retraiga del precipicio y se les muestre el camino de la
verdad por medio de piadosas enseanzas y evanglica predicacin, y como esto me parece
que no puede hacerse de otro modo que sometindoles primero a nuestro dominio, creo que
los brbaros pueden ser conquistados con el mismo derecho que pueden ser compelidos a
or el evangelio 124.
124. Democrates Alter XXI. en Boletll de I Real Academia de la Historia (Madrid) XXI,
336.
125. bid., 337.
126. Historia eclesistica indiana 1. Mxico 1870, 26-28.
344 La cristiandtld americQl/Q
En otra lnea, la posicin del mismo padre Vitoria se inclina por ltimo a
una compulsin parcial, cuando dice:
Si los brbaros, ya sean los seores, ya el pueblo mismo, impidieron a los espaoles
anunciar libremente el evangelio, los espaoles, despus de razonarle para evitar el
escndalo pueden predicarles aun contra su voluntad, y entregarse a la conversin de dicha
gente, y, si para esta obra fuera necesario aceptar la guerra o iniciarla, podrn hacerla
hasta que den oportunidad y seguridad para predicar el evangelio 127.
b) Mtodos pacficos
No todos los mtodos pacficos dejaban por ello de ser de tabula rasa.
Como hemos dicho, muchos misioneros entraban a tierras previamente domi-
nadas, pacificadas, y por ello no necesitaban de las armas, pero no por ello
dejaban de despreciar a las culturas indgenas, o ejercan todo tipo de
paternalismo o dominacin pedaggica. De todas maneras existieron experien-
cias propiamente evangelizadoras sin intervencin del brazo armado secular.
Una vez ms debemos referirnos a la obra de Bartolom, ya indicada en la
expansin misionera en Amrica central: Del nico modo, en donde rechazn-
dose aun la razn de Francisco de Vitoria, se indica que no hay ninguna razn
para hacer la guerra o violencia al indgena. La evangelizacin ha de hacerse
por la persuasin del entendimiento por medio de razones y la invitacin y
suave mocin de la voluntad. Evidentemente, este mtodo supona el respeto
de la cultura indgena, su dignidad como ser humano, y de all la importancia
de la bula pontificia de 1537, Altitudo divini consilii, en donde Pablo 11
reconoce la dignidad humana del indgena, pero define las condiciones que
debern cumplirse en adelante para impartir el bautismo 129.
Esta bula, lo mismo que las Leyes Nuevas de 1542, fue el triunfo pasajero
de una generacin de misioneros que impusieron sus puntos de vista ante el
emperador Carlos V y contra el inters de los encomenderos. El mtodo de la
evangelizacin sin armas se apoyaba principalmente en un conocimiento etno-
grfico de la dignidad del indgena o del esclavo negro, y por ello tendi a-
evangelizar fuera de la cristiandad sin intervencin de espaoles, criollos ni
mestizos (ladinos, mamelucos). Sin embargo, el conocimiento etnolgico poda
tener dos intenciones: conocer las creencias de los indgenas para extirparlas
de raz, o para escoger lo bueno, negar lo equivocado, y proseguir con los
valores positivos. Por desgracia, y de nuevo, el conocimiento etnolgico en la
mayora de los casos era para extirpar la idolatra con conocimiento de causa:
129. Vase mi obra El episcopado hispanoamericano IX, 162 s;.Hernez, Coleccin de bulas
y breves 1, 65-67; AGI, Patronato 2, 38.
346 La cristiandad americana
No es slo til, sino del todo necesario -dice el gran Jos Acosta-. que los cristianos y
maestros de la Ley de Cristo sepan los errores y supersticiones de los antiguos, para ver si
clara y disimuladamente las usan tambin ahora los indios 130.
En efecto, los primeros indgenas bautizados fueron detenidos por los otros
como traidores a su pueblo. En Santo Domingo, cuando mataron a los dos
primeros indgenas cristianos. stos exclamaron Dios Aboriachacha, que
significa: Yo soy el siervo de Dios 134, pero para sus hermanos era un
traidor.
En el Per, cuando los indgenas regresaban a sus pueblos para comunicar-
les el evangelio, en la primera poca eran sacrificados:
y el recibimiento que sus caciques les haclan era sacrificarlos, porque eran cristianos ... Y
de un cacique yo soy testigo, porque se lo rei ~ l confes que habia sacrificado una india
y, viendo esto, no pueden dejar de sentirlo l. 5 .
a) La Propaganda
Ya con Po V, santo, impulsado por las obras de los jesuitas, o por ellos
mismos, pens organizar misiones dependientes de Roma. Pero la voluntad
patronal de Felipe 11 lo disuadi rpidamente. Slo en 1622 el proyecto tom
forma, gracias a los empeos del insigne cardenal Ingoli, fundador de la
Propaganda fide, y sobre el cual los hispanistas buscan la manera de ocultar lo
que pensaba de las misiones del Patronato hispnico (unificado en esa poca,
porque Portugal haba perdido su autonoma hasta 1640).
En el informe del 13 de junio de 1625 seala que hay continuos conflictos
entre obispos y religiosos, entre todas las rdenes y los jesuitas. La fiebre
mercantil invade el corazn de demasiados misioneros, que buscan enrique-
cerse para volver a Europa. Los jesuitas son defendidos, ya que no debemos
olvidar que fueron los ms fieles a Roma, contra el Patronato. Se indica
igualmente que la oposicin entre espaoles y portugueses agrega nuevos
conflictos a los ya existentes. Los obispos no conceden exenciones a los
religiosos, y stos slo velan por su propio instituto. Ingoli sugiere: no mezclar
en una misma dicesis jesuitas y otras rdenes, portugueses y castellanos;
prefiere nombrar obispos seculares, controlar obispos y religiosos por medio
de delegados apostlicos que residiran en dichos territorios y que sucederan a
los obispos en sede vacante. y que efectuaran informaciones regularmente a la
congregacin romana.
137. Vanse los tomos X al XIV de L. Pastor, Geschichte der Piipste, Freiburg 1926-1930; O.
Mejer, Die Propaganda, ihre Provinzen und ihr Recht, Leipzig 1852; y ms recientes F. Rousseau,
L'ide missionnaire aux XV/e. et XVIle. siecles, Paris 1930, o G. Goyau, Missions et missionnai
res, captulos 5 y 6 (Bloud et Gay, Paris 1931); G. B. Tragella, Le origini della Sacra Congr. di
Propaganda Fide: Rivista di Studi Missionari (Roma) (1923) 147.s; L. Lopetegui, San Francisco
de Borja y el plan misional de san Po V, en Archivum historicum S. J. (1942) 1-26.
La evangelizacin latinoamericana 349
,
138. S. Delacroix, Histoire universel/e des missions calholiques 11, 127-128.
350 Lo cristiluuJod americana
ESQUEMA 5.12
Las Filipinas, polo cristiano en el Oriente
crrrqull
:
lAs FilipilUlS uno ck los dos p%s ,'ristianos en e/ Oriente. afines de/.fig/o XVI
(El otro polo era Goa en la India y Macao en China. bajo dominacin portuguesa)
si el culto a los espritus de los ancestros era religioso o civil. Reunidos ante la
persecucin en China 23 misioneros llegaron a un acuerdo en Canton en 1668
sobre 42 puntos. Pero indispuesto por correcciones posteriores, el Padre
Navarrete, OP, llega a Espaa en 1672 y escribe en Roma en 1673 la
primera obra sobre la cultura china que hizo impacto en Europa: Tratados
histricos, polticos, ticos y religiosos de la monarqua de China. Indispuesto
con los jesuitas, los criticaba, dando material para que el primer vicario de la
Propaganda. Mons. Pallu, tambin en problemas con los jesuitas, los acusara
ante Mons. Maigrot, nuevo vicario que llegaba en 1688 al Extremo Oriente.
En 1693, Mons. Maigrot condena y prohibe al rito chino catlico.
Se trataba de la incomprensin de un esfuerzo de comprometer a la Iglesia
con la cultura y el pueblo del Oriente. El modelo de cristiandad era
reemplazado por el de Iglesia popular que nace no del Estado ni con su apoyo,
sino desde la vitalidad de la comunidad cristiana misma. Se prohbe por ello
usar los trminos autctonos para nombrar a Dios y el culto a los ancestros,
una vez ms.
Mientras tanto la cuestin llega a la Sorbona de Pars en 1700 y alcanza
resonancia europea al ms alto nivel. Grandes pensadores como Leibniz,
Malebranche, entran en la polmica. Los jesuitas Le Comte y Le Gobier han
defendido en sus obras que la China ha conservado durante ms de dos mil
aos antes de Jesucristo el conocimiento del verdadero Dios. Sin advertirlo
quisieron decir que el Dios chino era urnico igual que el de los semitas,
israelitas y cristianos: T'ien-Chou (El Seor del cielo), y esto porque todos
estos pueblos tuvieron en su origen pueblos pastores, adoradores del cielo y no
de la tierra del agricultor. Ellos haban sacrificado al verdadero Dios en
templos ms antiguos que el de Jerusaln; tenan una moral pura. Por ello el
emperador de la China no debe considerar al cristianismo como una religin
extranjera, sino la ms antigua de su historia. Recurdese que en el siglo XVI
en Amrica latina se pens que Toms apstol haba predicado en la persona
de Quetzalcatl en Mxico, y por ello, como antecedente de la posicin de los
jesuitas en China, el cristianismo no lo haban aportado los espaoles o
portugueses, sino que slo lo haban actualizado. Es la cuestin de la tradi-
cin primitiva o revelacin a las naciones gentiles.
Aparecj en el segundo trimestre del 1700 una Lettre de Messieurs des
Missions Etrangeres sur les idolatries et les superstitions chinoises au pape, del
20 de abril, apoyadp por los dominicos, documento antijesuita. Le Comte
responde con un Ec/aircissement. La Sorbona, en posicin agustiniana y
antijesuita, piensa que se desprecia la gracia y se exalta en demasa la
naturaleza. Estaba detrs de todo el jansenismo. La cuestin cobra sentido
poltico. La condenacin parisina a la posicin misionera de adaptacin de los
jesuitas fue el antecedente de la decisin romana. En efecto, en 1704 el santo
oficio, denegando una declaracin explcita del emperador chino en el que
declara que los ritos y tradiciones familiares tienen un sentido civil y pol-
tico, piensa que son actos religiosos incompatibles con el cristianismo. Una
vez ms la cristiandad, que ha identificado costumbres mediterrneas, latinas y
romanas con la esencia o el ncleo del cristianismo, no acepta de ningn modo
que pueda otra cultura y Estado repetir creativamente lo que aconteci en los
primeros siglos del cristianismo. Roma, al identificar cultura occidental en
modelo de cristiandad con el cristianismo imposibilitQ a realizar una trans-
formacin evangelizadora a otra cultura.
354 La cristillndod americ(llUl
ESQUEMA 5.15
Falsa alternativa
Cristiandlld identificada al cristianismo
ESQUEMA 5.16
Adecuada alternativa
Cristianismo libre para nuevas adaptaciones histricas (Iglesia popular)
Cristiandad
latino-occidental Cultura china. india o japonesa
decidi. En primer lugar. se hizo presentar como legado del papa, descrito
como un soberano extranjero. El Emperador, a quien los jesuitas haban
informado con largos trabajos que ellos no eran miembros de un Estado sino
participantes de una religin de bondad e inteligencia, mont en clera, y
decidi expulsar a todos los cristianos por ser vasallos de un rey extranjero en
su territorio, lo que no poda admitir por ningn concepto. El clebre Tour-
non, en el colmo de imprudencia, hizo saber al emperador chino que el papa
no aceptaba la exgesis que el emperador haba hecho de los Libros sagrados
de la China, en el sentido de que eran slo civiles y polticos y no religiosos.
El emperador, ante tanta soberbia e ignorancia (porque Tournon no saba ni
siquiera el chino y menos poda dar un juicio sobre los Libros de una cultura
que desconoca por completo), fue expulsado el 3 de agosto de 1706, huyendo
hacia Nankn. En 1707 reuni Tournon a todos los misioneros y comunic bajo
pena de excomunin la prohibicin del mtodo de adaptacin.
El mismo emperador envi por los jesuitas una aclaracin de su posicin
ante el papa. Pero de nada vali. En 1715 Clemente XI confirm las decisio-
nes tomadas por Tournon en la constitucin Ex illa die. Muchos intentos
posteriores de los jesuitas no pudieron levantar este error histrico de las
mayores consecuencias. Las comunidades cristianas en China estaban condena-
das al fracaso, porque se quiso imponer con el cristianismo la cultura occiden-
tal. En Roma, en la poca. el modelo de cristiandad llev a muchos errores
prcticos, como en el caso de Galileo.
Toda la cuestin termin en 1742 con la bula Ex quo de Benedicto XIV,
donde la condenacin severa del excelente mtodo de los jesuitas los dej sin
respaldo romano ante el Estado francs, pero principalmente portugus y
espaol. No es extrao que abandonada la gran orden misionera al brazo
secular, Pombal expulsara a los jesuitas. por su posicin en las reducciones del
Maranho, en 1759; Francia hiciera lo propio en 1764, y en Espaa, en parte
por la cuestin de las reducciones del Paraguay. en 1767. El mtodo de la
adaptacin. del respeto al otro, a su cultura, a sus ritos, a su historia, fue
vencido por el modelo de cristiandad, que no admita que se reprodujera lo
que la Iglesia hizo en el Imperio romano. La identidad Iglesia-Estados
occidentales comprometi la obra evangelizadora de tal manera que todava
en el siglo XXI se seguirn sintiendo las consecuencias. Qu acontecera hoy
si la China y la India fueran cristianas?
Todo juicio valorativo es en este caso dificil. por una complejidad de su-
objeto. De todas maneras lanzaremos una hiptesis para posterior profundiza-
cin.
Tomemos un ejemplo.
Tienen costumbre los indios de Tlaxomuki. mucho tiempo ha. de representar en su pueblo
cada ao el da de la Epifana. lo que. en aqudla pascua y festividad. aconteci y pas
como nuestra Madre la Santa Igksia lo ensea y publica. Teman hecho el portal de
Bethlem en el patio de la puerta de la Iglesia. y casi arrimado a la torre de las campanas. y
en l tenian puesto al Nio y a la Maure y al Santo Joseph ... Desde lo alto en un cerro. de
los que estn junto al pueblo. vinieron baxando los Reyes a caballo. tan despacio y poco a
poco, as por la gravedad como porque el cerro es muy alto y tiene muy spero el camino ...
En el interin que llegaba sali una danza de ngeles. los cuales. delante del portal danzaron
y bailaron, cantando algunas coplas en lengua mejicana. con muchas humillaciones y
genuflexiones al Nio... Luego lucharon unos con otros. y cuando se derribaron. iban
rodando por el suelo asiduos y abrazados fuertemente. con tanta ligereza, que ponan
espanto y daba mucho contento. y si alguno los querla detener cuando as iban rodando.
afirmando su cayado en la tierra para que no pasasen delante. sino que en l se detuviesen
. en llegando ellos al cayado daban la vuelta tornndose por donde hablan ido. asi abrazados
y rodando... El indio viejo que llevaba carga de estos dones puso el chicuitle y algo
apartado del portal. vuelto hacia el Nio. k habl en pie en la misma lengua mejicana.
diciendo que no tena otra cosa que ofrecerle. sino aquella carga que traia. y el cansancio
La evangelizacin latinoamericana 357
que en traerla haba pasado que todo aquello le ofrecla ... Se hallaron presentes los frailes y
muchos espaoles seculares. y ms de cinco mil indios, asi de los de aquella guardiania,
como de otros pueblos 141
Estas danzas, saltos y malabarismos, son evidentemente formas de expre-
sin, smbolos, mediaciones que los indios usan para comunicar a la divinidad
su respeto, su entusiasmo. su sumisin. Un espectador contemporneo o
europeo puede escandalizarse de dichas danzas. Igualmente se escandalizara
quizs un primitivo cristiano de Jerusaln si contemplara la baslica de San
Pedro. Es necesario comprender que la misma conciencia que anim al
cristianismo primitivo a elegir ciertos elementos intrnsecamente indiferentes
-ni buenos ni malos en s- de la civilizacin greco-romana, es la que llev a
los misioneros a aceptar muchas formas indias lcitas y morales de reverenciar
a la divinidad.
y es ms. La misma Iglesia romana, postridentina, no permiti el naci-
miento de una liturgia propiamente adaptada a la realidad americana (es
necesario considerar, por ejemplo, como hemos dicho ms arriba, que en el
hemisferio sur se festeja la pascua, la fiesta de la vida de Cristo resucitado, al
comienzo del otoo, cuando todo muere en la naturaleza: es una contradiccin
litrgica) .
De esta responsabilidad de inadaptacin no puede solamente acusarse a
Espaa o Portugal, sino a toda Europa -pinsese en la posicin francesa ante
el problema chino-, el gran problema de los fitos.
Pero, por otra parte, la acusacin de la falta de adaptacin debido al
mtodo de la tabu/a rasa, viene a confirmar la seriedad con que los misioneros
teman, y se negaban a dejar el camino abierto, a todo sincretismo profundo.
La Inquisicin de la Iglesia latinoamericana persegua con suma dureza toda
mezcla de paganismo, magia o hechicera.
Como se ve, toda posicin tomada tiene una contraria posible, y un peligro
intrnseco:
a) Si se admiten ciertos elementos rituales de las religiones primitivas
-como de hecho se adoptaron-, se corre el riesgo de constituir una religin
mixta --que de hecho no ha existido, sino al nivel slo de las mediaciones.
b) Si se adopta el mtodo de la tabula ru~u para evitar los sincretismos, se
corre el riesgo de impedir una evangelizacin profunda, por cuanto se destru-
yen los smbolos de la cultura que permitirn justamente la transmisin del
mensaje.
Pero, de hecho, los misioneros por lo general en Amrica latina no
adoptaron ninguno de los dos mtodos de una manera intransigente, sino muy
al contrario, teniendo en cuenta las circunstancias, y de una manera muy
prudente.
Al nivel de las mediaciones. podemos decir que la misin de Amrica'
latina fue sustancialmente la introduccin de la sacramentalidad catlica de
tipo hispnico, aceptando -en el plano de las paraliturgias y las devociones
populares- un amplio margen a la acumulacin y mezcla de las mediaciones
prehispnicas. Todo esto no niega el valor de la evangelizacin, aunque exige
al espectador una gran circunspeccin y prudencia antes de emitir un juicio
valorativo.
141. Relacin de las cosas que sucedieroll al P. Fr. Alollso Panel', en CODO/N-Am, vol. 53
(1872) 39-43. Vase nuestra obra El catolicismo popular ell Argentina; 5. Histrica, Buenos Aires
1970, 19 s.
358 LA cristiandod ameriefllUl
a) Fe proftica de pocos
Entre los oprimidos comenz a realizarse una misteriosa obra del Seor.
Hasta contra la voluntad de sus seores, el pueblo oprimido comenz a leer
la doctrina que se les enseaba como evangelio de liberacin de los pobres. La
gran mayora de los indios, de los pueblos, doctrinas, misiones o reducciones.
Aparentemente en sus prcticas, con sus borracheras, concubinato, muestran
un grado inicial de cristianizacin. Pero por poseer una con naturalidad al
Reino (<<Bienaventurados los pobres ... ), fueron adoptando su religin catlica
como el muro detrs del cual comenzaron a resistir, y en ocasiones fueron
motivaciones religiosas las que les permitieron rebelarse contra el dominador.
Este nivel, el del pueblo cristiano latinoamericano, de indgenas, esclavos_
negros y clases oprimidas, ser lentamente el sujeto protagonista, en referencia
al cual habr que leer toda la historia de Amrica y en especial de la Iglesia.
Es por ello, para ellos o contra ellos como toda la historia posterior se ir
desarrollando.
364 La cristianlJDd americana