El Fluir en El Rio de Dios
El Fluir en El Rio de Dios
El Fluir en El Rio de Dios
EZEQUIEL 47:1-5
Para disfrutar de un fluir que sea ms profundo, debemos ser medidos, esto es,
probados, examinados, juzgados y posedos por el Seor.
Nuestros motivos, intenciones, objetivos, metas y deseos, todo ello tiene que ser
juzgadoLuego, deberamos decirle: "Seor, todo cuanto T has juzgado ahora
es Tuyo. Te pido, Seor, que me poseas, que tomes completa posesin de m".
Tal vez pensemos que el Seor ya ha tomado posesin de todo, pero el Seor sabe que l nos
ha ganado slo hasta cierto grado. Por tanto, algn tiempo despus quizs nos demos cuenta
nuevamente de que hay algo que nos habamos reservado y habamos guardado para nosotros
mismos.
OJO:
Incluso despus de un nmero de aos, es posible que todava no hayamos sido
completamente posedos por el Seor, por lo cual tendremos necesidad nuevamente de ser
medidos, puestos a prueba, juzgados y posedos por l.
1.- Si el ro slo le llega hasta los tobillos, esto es prueba que no hemos sido completamente
medidos por el Seor. La profundidad del ro depende de cunto hayamos sido medidos por el
Seor.
Considere la profundidad del fluir en la iglesia donde usted se rene. Quizs el fluir
llegue slo a los tobillos, o a las rodillas, o a los lomos. Quizs el fluir sea un ro que no
puede cruzarse y cuyas aguas se pueden nadar. La profundidad del fluir en cada iglesia
local depende del grado en que el Seor haya medido y posedo. Al respecto, tal vez
podamos engaar a los dems, pero no podemos engaar al Seor. l sabe cun
profundo es el fluir all donde estamos.
Es necesario que todos seamos medidos y posedos por el Seor. Para Su medicin, el
Seor requiere de nuestra cooperacin. Es difcil para el Seor medirnos, juzgarnos,
poseernos y conquistarnos sin la cooperacin adecuada de parte nuestra. Que
pongamos nuestra mirada en el Seor esperando Su misericordia para que, mediante
Su medicin en todas las iglesias locales, haya un ro que nadie pueda cruzar.
LA GRACIA EN CONTRASTE CON NUESTRO PROPIO ESFUERZO
Es fcil caminar en tierra seca, pero el fluir del ro hace difcil caminar. Cuando el agua
llega a los tobillos, todava podemos andar, pero no con comodidad. Cuando el agua
llega a las rodillas, se hace ms difcil caminar. Cuando el agua llega a los lomos, es
muy difcil caminar. Esto indica que antes de disfrutar la gracia del Seor como fluir,
podemos hacer lo que se nos antoje.
Cuando el fluir de gracia se eleva an ms, hasta los lomos, ste es el momento ms
duro respecto a ser un cristiano. Nos encontramos en una situacin bastante
incmoda. Por ejemplo, por un lado quizs tengamos suficiente gracia como para que
se nos haga difcil perder los estribos; por otro, tal vez no tengamos suficiente gracia
como para vencer nuestro mal genio. Tenemos gracia, pero todava necesitamos
recurrir a nuestro esfuerzo propio. Nos encontramos en un dilema.
Cuanto menos gracia recibimos de parte del Seor, ms tenemos que valernos de
nuestras propias fuerzas. Pero cuando recibimos la abundancia de la gracia, ya
no necesitamos recurrir a nuestras propias fuerzas; ms bien, cesamos todo
esfuerzo propio y permitimos que el fluir del ro nos lleve. Al ser llevados de este
modo, podemos fcilmente seguir al Seor y dejar que l nos gue adondequiera
que l desee que vayamos.