Defiende El Derecho Ama La Justicia
Defiende El Derecho Ama La Justicia
Defiende El Derecho Ama La Justicia
VIDA Y SALUD
NO. 75 (2015)
Reportaje
Defiende el derecho, ama la justicia
Lic. Martha Arana Chavarn
Defiende el derecho, ama la justicia y camina humildemente con tu Dios (Micheas 6,8). Es una
invitacin a asumir el compromiso a partir de la atenta escucha de la Palabra de Dios y
consecuente obediencia a la misma. La cultura de nuestro tiempo, contradictoriamente a los
avances conseguidos en conocimientos y tecnologa, ha retrocedido en lo concerniente a la
valoracin de las personas, de su naturaleza y dignidad. No tenemos que ir muy lejos para
constatar cmo muchas personas, familias, comunidades locales, nacionales e inclusive
internacionales, viven una permanente y sistemtica violacin de sus derechos ms
fundamentales: pobreza, discriminacin, explotacin laboral y sexual, desempleo, violencia,
expulsin de campesinos de sus tierras, nulo acceso a servicios de educacin y salud, etc.
Como discpulos misioneros estamos llamados a contemplar en los rostros sufrientes de nuestros
hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos, as, la vida de las personas que
viven las calles de las grandes urbes, de los migrantes, de los enfermos, de los adictos, de los
detenidos en las crceles y tantas situaciones en las que los derechos de las personas y pueblos
son vulnerados, se convierten en un permanente desafo a nuestra misin.
En un contexto histrico de deshumanizacin, encontramos una oportunidad para reafirmar el
servicio del Magisterio de la Iglesia, en especial de su Doctrina Social, a favor de la persona y la
sociedad, en el marco de un renovado humanismo cristiano integral y solidario. En este mismo
sentido, el Magisterio de la Iglesia expresa con fuerza su preocupacin por recuperar la
centralidad de la dignidad humana en la vida social, poltica, cultural y econmica. Es necesario
mostrar la forma en que la exclusin social deja fuera del sistema a millones de hermanos
considerados dramticamente como sobrantes o desechables, cuando en realidad estn siendo
expulsados de la vida misma y considerados como no personas y no ciudadanos.
Actualmente, comprobamos que emerge una nueva forma de hambre: el hambre de dignidad, de
ser contemplado, valorado y promovido como persona, hijo e hija de Dios, de ser reconocido
como sujeto y no objeto de proyectos polticos, sociales o econmicos. La Iglesia siempre busca la
defensa y proteccin de los ms dbiles, desde el nio por nacer hasta las personas que se
encuentran en el ocaso de sus vidas. El documento de Aparecida nos orienta en esta perspectiva:
Si queremos sostener un fundamento slido e inviolable para los derechos humanos, es
indispensable reconocer que la vida humana debe ser defendida siempre, desde el momento
mismo de la fecundacin. De otra manera, las circunstancias y conveniencias de los poderosos
siempre encontrarn excusas para maltratar a las personas.
Acciones de la Iglesia
a) El rescate de la memoria histrica y la tradicin de la fidelidad de la Iglesia a los pobres, Cartas
pastorales y declaraciones oficiales que reclaman un Estado de Derecho como base de
institucionalidad democrtica y respeto a las personas.
b) En varios pases la Iglesia ha constituido un espacio permanente para el dilogo ecumnico e
inter religioso, adems de ser vehculo de denuncias de agresiones a los derechos humanos.
c) Se constata una actitud testimonial de muchos cristianos que han entregado su vida: obispos,
sacerdotes, consagrados, campesinos, etc. Tambin se ha avanzado en la defensa de las
organizaciones de apoyo a los pobres, (campesinos, indgenas y obreros).
CENTRO SAN CAMILO
VIDA Y SALUD
NO. 75 (2015)
La Dignidad Humana
Como creatura de Dios, la persona humana merece ser respetada por el slo hecho de existir, el
ser humano, al ser creado a imagen y semejanza de Dios, tiene una dignidad que ha de ser
reconocida y respetada por todos, toda violacin o atropello es tambin ofensa a Dios.
El proyecto de Dios es de armona, paz y gozo para la humanidad como centro y en alianza con el
conjunto de la creacin; creyentes y no creyentes generalmente estn de acuerdo en este punto:
todos los bienes de la tierra deben ordenarse en funcin del hombre y deben llegar a todos en
forma equitativa.
Los pueblos y los individuos aspiran a su liberacin, y la liberacin humana no es completa si hay
seres humanos que no pueden desarrollar a plenitud sus potencialidades, signo de su deseo de
superar los mltiples obstculos que les impiden gozar de una vida ms humana, una vida que
favorezca una relacin armoniosa con Dios, con los dems seres humanos y la naturaleza.
La fundamentacin ltima de la dignidad de la persona humana se encuentra en el hecho de que
el mismo Dios se hace uno de nosotros. Cristo, por la Encarnacin, asume la condicin humana:
nace en un hogar pobre y humilde, sufre la persecucin, trabaja con sus manos, padece el hambre
y la fatiga, es parte de una minora, de una cultura, se ha unido en cierto modo, con todo hombre,
o sea, la dignidad del ser humano aparece en toda su dimensin a la luz de Cristo.
Jess ha proclamado la paternidad universal de Dios hacia todos los hombres, y cuando lleva a su
plenitud la ley con el mandamiento del amor, est colocando el fundamento de una sociedad
fraterna, cimentada en la relacin amorosa con Dios, con el hermano y con uno mismo.
necesario que garantice la libertad, el imperio de la ley y la proteccin de los ciudadanos ante los
abusos del poder.